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Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones - 1999

Volumen 15, n.º 2 - Págs. 237-266

Artículo
Medición y métodos de intervención en psicología de la
seguridad y prevención de accidentes
J. L. MELIÁ1
Universitat de València

RESUMEN

El propósito de este trabajo es presentar una panorámica breve acerca del desarrollo de los
principales modelos teóricos de la Psicología de la Seguridad, trazar una síntesis de las apor-
taciones que ha realizado a la misma a lo largo de la última década la Linea de Investigación
de Seguridad Laboral de la Unidad de Investigación de Psicometría de la Universitat de
València alrededor del modelo causal psicosocial de los accidentes laborales y extraer algu-
nas consecuencias relevantes sobre los desafios y desarrollos en investigación e intervención
en Psicología de la Seguridad para los años venideros.

ABSTRACT

The purpose of this paper is to review the development of the main theoretic models on
Safety Psychology, to trace a synthesis of the contributions made by the Research Line of
Safety Psychology of the Psychometrics Research Unit of the University of Valencia around
the psychosocial causal model of accidents and to draw some consequences around the cha-
llenges and developments in the intervention and research of Safety Psychology for the next
years.

PALABRAS CLAVE
Psicología de la Seguridad, Prevención de Accidentes,
Seguridad Ocupacional

KEY WORDS

Safety Psychology, Accident Prevention, Occupational


Safety
* Prof. José Luis Meliá. Facultad de Psicología. Blasco Ibañez, 21. 46010 Valencia (Spain). e-mail:
Jose.L.Melia@uv.es

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Medición y métodos de intervención en psicología de la seguridad y prevención de accidentes

INTRODUCCIÓN al legislador y de ahí a un tejido social de


organizaciones y fragmentos de organiza-
La Psicología de la Seguridad es aque- ciones implicadas en la seguridad y la
lla parte de la Psicología que se ocupa del salud de los trabajadores. Por cierto que las
componente de seguridad de la conducta mismas razones, aproximadamente, pue-
humana. La Psicología de la Seguridad den considerarse para el importante desa-
presenta aplicaciones en todos aquellos rrollo de la Psicología de la Seguridad en
contextos de la vida humana en que el el ámbito del tráfico y el transporte.
componente de seguridad de la conducta
humana es relevante. Entre ellos el ámbito La Psicología de la Seguridad es aquella
doméstico y recreativo (MacDonald, Wells parcela de la Psicología que se ocupa de
y Lothian, 1998), infancia (Pratt, Runyan, esclarecer los mecanismos psicológicos,
Cohen y Margolis, 1998; Saldana y Peter- grupales, organizacionales, sociales y
son, 1998), el deportivo (Brouillet, Doma- ambientales que configuran la dimensión
lain, Guimelli y Eisenbeis, 1991), el sani- de seguridad de toda conducta humana.
tario y de la salud (Bohr y Barret, 1997), el Por ello, la Psicologia de la Seguridad está
del transporte, en todas sus facetas, por orientada al desarrollo de los métodos de
ejemplo ferroviario (Clarke, 1998), aéreo diagnóstico e intervención relativos a toda
(Manwaring, Conway y Garrett, 1998), está índole de factores que permitan dispo-
acuático (Le-Blanc y Rucks, 1996), educa- ner el componente de seguridad de la con-
ción vial (Stevenson y Sleet, 1996-1997), y ducta de tal modo que el riesgo de acciden-
por supuesto el tráfico rodado (Robertson, tes, enfermedades y daños a la salud se
1996). minimice, y si es posible, desaparezca.

Las aplicaciones en el contexto del tra- En esta definición hay dos supuestos
bajo y las organizaciones son también que conviene hacer explícitos. Primero,
cuantiosas. La Psicología de la Seguridad que toda conducta humana tiene un com -
se ha desarrollado particularmente como ponente de seguridad, junto a otros compo-
una Psicología de la Seguridad Laboral nentes que pueden ser relevantes, como
por dos razones. Por un lado, la creciente por ejemplo la calidad, la eficacia y la efi-
conciencia social de que los accidentes ciencia en un contexto productivo. Segun-
laborales y las enfermedades profesionales do, que ese componente de seguridad
no deben aceptarse como una consecuen- merece y puede ser diagnosticado y modi-
cia inevitable del trabajo. Por otro, los ficado si se cuenta con los procedimientos
enormes costes económicos que estos de intervención adecuados. También está
daños a la salud y a los bienes suponen implícito que la conducta humana subyace
para las empresas, las aseguradoras, el sis- por acción u omisión al estado de los ries-
tema sanitario y el erario público. Esos gos en los que se configuran los accidentes
costes son difícilmente negligibles y sin y otras fuentes de daños a la salud. Sin
duda estamos muy lejos del punto óptimo embargo, la definición no supone que las
en inversión para minimizar la suma costes conductas puedan clasificarse exhaustiva-
mas inversión lo que justifica, por sí, que mente en seguras e inseguras ni que el
la Psicología de la Seguridad sea una disci- establecimiento de la conducta con mayor
plina con un futuro profesional promete- grado de seguridad posible en un contexto
dor. Esta clase de razones han impulsado dado implique un riesgo cero de accidente.

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J. L. Meliá

Algunos autores (Hoyos, 1992) conside- capacidad diagnóstica es esencial por


ran la Psicología de la Seguridad como cuanto de ella debe depender la posibilidad
parte de la psicología aplicada. Considerar de intervención y la elección del programa
la Psicología de la Seguridad una parte de de acción adecuado (Islas y Meliá, 1990;
la psicología aplicada no supone renunciar Meliá y Calzado, 1996).
al desarrollo de un cuerpo teórico, sino
énfasis en la apremiante función social y El ámbito de la intervención en seguri-
económica que le corresponde. Esa fun- dad es aquel que, probablemente, justifica
ción se hace más patente a medida que la finalmente el interés en los dos primeros.
sociedad post industrial considera los acci- Tiene un objetivo ético y económico inme-
dentes y los daños para la salud de los tra- diato: reducir la accidentabilidad y los
bajadores, de los consumidores y del daños a la salud e incrementar la salud y el
público en general un coste difícilmente bienestar físico y psicológico. Es un ámbito
justificable y una consecuencia éticamente que ha recibido una extensa atención en la
inaceptable. investigación aplicada (Islas y Meliá, 1991;
Meliá, 1998a) con unos resultados que
demuestran la eficacia y la eficiencia de los
ÁMBITOS DE LA PSICOLOGÍA DE procedimientos de intervención en Psicolo-
LA SEGURIDAD. gía de la Seguridad para reducir accidentes
e incrementar la seguridad laboral.
La Psicología de la Seguridad implica
tres ámbitos, el teórico, el diagnóstico y el
de la intervención, que implican otros tan- EL DESARROLLO DE MODELOS EN
tos objetivos. En el ámbito teórico el pro- PSICOLOGÍA DE LA SEGURIDAD.
pósito es explicar y pronosticar la conducta
segura y la conducta insegura. Conducta La Psicología de la Seguridad se ha
segura y conducta insegura es un modo nutrido de aportaciones de diversas disci-
popular de hablar de conductas cuyo com- plinas del entorno de la prevención y de
ponente de seguridad es principalmente las contribuciones de las corrientes psico-
negativo o positivo, sin que pueda olvidar- lógicas dominantes (Meliá, Ricarte y
se que el valor de seguridad de una con- Arnedo, 1992). Partiendo de esas contri-
ducta puede variar a través del tiempo y buciones e influencias se han ido desarro-
los contextos. En el ámbito teórico se han llando una serie de modelos teóricos
desarrollado diversos modelos explicativos secuenciales y explicativos (Smith y
de la inseguridad en el trabajo (Meliá, Beringer, 1987) que tratan de desgranar
Ricarte y Arnedo, 1998; Meliá, Arnedo y los mecanismos causales de los acciden-
Ricarte, 1998) aunque se han contrastado tes y otros daños (DeJoy, 1994). Aunque
sólo unos pocos. los modelos son heterogéneos en su
estructura y en su nivel de análisis, y fre-
En el ámbito del diagnóstico el propósi- cuentemente híbridos y sincréticos en la
to es diseñar los procedimientos operativos naturaleza de las variables que utilizan,
que permitan una evaluación cualitativa y estos pueden ser agrupados con dificultad
cuantitativa adecuada del estado de seguri- en una serie de grandes familias que mar-
dad de un contexto, en el marco organiza- can diversas aportaciones más que una
cional, generalmente, de una empresa. Esta linea evolutiva de desarrollo (Meliá,

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Medición y métodos de intervención en psicología de la seguridad y prevención de accidentes

Arnedo y Ricarte, 1995; Meliá, Ricarte y Los modelos de desbordamiento (Skiba,


Arnedo, 1995). 1973) se fundamentan en el planteamiento
secuencial de los modelos de dominó, pero
La creencia de que una sucesión de cau- aportan una visión espacial del riesgo. Estos
sas que se precipitan unas a otras daba modelos delimitan áreas de acción de ener-
lugar al accidentes dio origen a los mode- gías, objetos y personas, de modo que el
los secuenciales concatenados (Adams, accidente implica la liberación de energía
1976; Heinrich, Petersen y Ross, 1980; por encima del umbral tolerable para un
Weaver, 1971). Sin duda el modelo más objeto o sujeto que interacciona con una
relevante y popular de esta clase es el de fuente de energía en su radio de acción.
las fichas de domino de Heinrich (1931).
Durante décadas el modelo del dominó y Los modelos de desviación de la home -
los axiomas de Heinrich sobre la preven- ostasis (Hoyos y Zimolong, 1988; Kjellen,
ción de accidentes han constituido un lugar 1984) incorporan aportaciones de los
común en la formación de los prevencio- modelos de desbordamiento y de la teoría
nistas, siendo generalmente admitidos y de sistemas. En general distinguen cuatro
aceptados por las diversas profesiones que estados del sistema: homeostático, metaes-
participan en prevención. table, inestable y de reestabilización
(McDonald, 1972). Sobre una fase estable,
Una de las características más sorpren- interviene un evento de desviación que
dentes de los axiomas de Heinrich (1931) conduce a una fase metaestable. Una des-
es su demanda activa de una Psicología viación es un evento no deseado que impi-
de la Seguridad. Los axiomas reclaman de que el sistema vuelva por sí mismo al
que se disponga de un cuerpo de conoci- estado homeostático salvo por intervención
miento psicológico bien fundamentado explícita, si es que ésta es posible (Harms-
que explique la participación del factor Ringdahl, 1987). La fase metaestable es
humano en la generación de accidentes y aquella en que el sistema todavía resulta
anticipe como puede intervenirse de un reconducible sin daños a la fase homeostá-
modo eficaz en su prevención. De hecho, tica (Hale y Glendon, 1987). Si no se pro-
los mecanismos básicos implicados en la duce la corrección adecuada, o está no
causación de accidentes y los métodos tiene éxito, se alcanza la fase inestable
que intervención que sugirió Heinrich donde el daño en alguna medida es irrever-
son, en términos generales y salvando sible (Leplat, 1985). Estos modelos apor-
diferencias de lenguaje, parte del bagaje tan el concepto de homeostasis de seguri-
actual en prevención y, a la vez, esencial- dad y enfatizan la importancia de los
mente psicológicos. Dejando a un lado la mecanismos de evaluación y control de ese
elección concreta de factores que efectuó equilibrio cuya ruptura o insuficiencia se
Heinrich (1931), que no se compagina manifiesta en la desviación y las fases sub-
formalmente con la elección de un mode- siguientes. Algunos modelos como el de
lo de dominó, su contribución constituye Smillie y Ayoub (1976) subrayan la impor-
un antecedente inevitable de los modelos tancia de las variables psicológicas relati-
que le sucedieron y ha contribuido pode- vas al sujeto en el curso de estos procesos.
rosamente a configurar el modo de inter-
pretar los accidentes de muchos preven- Los modelos de factor humano (Peter-
cionistas. sen, 1984) incorporan de un modo explíci-

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J. L. Meliá

to el comportamiento, especialmente bajo parte presenta costes inmediatos tangibles


la forma de error. La lesión o pérdida se ve (p.e., mayor cansancio, menores resulta-
como una consecuencia del accidente o dos, más tiempo, …) y un beneficio intan-
incidente. Este a su vez proviene de dos gible y futuro (menor probabilidad de per-
fuentes, el fallo del sistema y el error der la salud o la integridad física). La
humano. El fallo del sistema es un efecto formulación de este desequilibrio está
directo del sistema de administración de la implícito el llamado triángulo de Heinrich
seguridad. El error humano es una catego- y es una de las mayores dificultades a las
ría amplia que incluye, entre otros, los que se enfrenta la acción preventiva. En
fallos conductuales debidos a sobrecarga u términos técnicos puede decirse que,
otros defectos de organización del trabajo, lamentablemente, las acciones inseguras
los debidos a decisiones erróneas, sobre no producen accidentes (más que muy oca-
los que se considera que afectan directa- sionalmente) mientras que si producen
mente los elementos motivacionales, y las diversas clases de beneficios que las hacen
trampas en la ejecución de la tarea que se sostenerse y afianzarse en el comporta-
consideran vinculadas a cuestiones de ina- miento. Este desequilibrio de contingen-
daptación. El error humano es una desvia- cias sugiere también algunos de los meca-
ción significativa del patrón de respuestas nismos de intervención que pueden
requerido que presenta consecuencias utilizarse bajo este modelo de interpreta-
indeseadas (Peters, 1991). ción de la causación de accidentes.

Los modelos de contingencias (McAfee El conjunto de modelos de orientación


y Winn, 1989; Peters, 1991; Johnston, cognitiva resulta heterogéneo. Entre ellos
Hendricks y Fike, 1994) constituyen una destacan las aportaciones de Hale y Hale
aplicación a la seguridad de la bien conoci- (1970) y el modelo de conducta ante el
da Psicología del Aprendizaje. En estos peligro de Hale y Glendon (1987). Esta
modelos un análisis funcional de conducta clase de modelos incorporan aportaciones
permite identificar los elementos que sos- de la psicología cognitiva —como los
tienen las conductas inseguras y los que niveles de procesamiento de Rasmussen
sostienen o podrían sostener las conductas (1981)— en secuencias de procesos que
seguras. Ese análisis funcional permite confieren importancia al procesamiento
descubrir que en muchas ocasiones existe cognitivo de la información por sujetos
un desequilibrio «natural» de contingen- que son considerados activos, aunque tam-
cias contrario a la conducta segura y favo- bién influenciados por las condiciones
rable a conductas inseguras alternativas. externas. La herencia de la psicología cog-
Cuando esto sucede, la conducta insegura nitiva no puede ignorarse en otros modelos
presenta contingencias tangibles, próximas que incluyen también una mayor sensibili-
y valiosas por sí misma (p.e., economías dad hacia factores organizacionales, como
de tiempo y esfuerzo, mayores resultados e el propuesto por Leather (1987) que consi-
incluso mayores incentivos) y una estadís- dera las experiencias, percepciones y atri-
ticamente improbable posibilidad de con- buciones de los sujetos en un marco de
secuencias negativas más o menos serias referencia más social.
sobre la salud que no se materializan y que
podrían formar parte de un futuro más o A pesar de que no se ha podido descu-
menos lejano. La conducta segura por su brir ningún factor de personalidad específi-

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Medición y métodos de intervención en psicología de la seguridad y prevención de accidentes

co que pueda caracterizarse de propensión les, ergonómicos y psicosociales, con un


al accidente (Hansen, 1988; Holcom, Leh- propósito explícito de contribuir a ofrecer
man y Simpson, 1993; McKenna, 1983; oportunidades interventivas.
Melamed, Luz, Najenson, Jucha, y Green,
1989; Sutherland y Cooper, 1991) y la DeJoy (1996) ha presentado una revi-
concentración de accidentes en algunos sión de la aplicabilidad de los modelos
individuos puede explicarse desde las dis- sobre conducta saludable a la conducta de
tribuciones de probabilidad esperadas para autoprotección. Considera modelos de
los accidentes (Leigh, 1986), esto no signi- valor de la expectativa, de factores
fica que los factores de personalidad no ambientales y contextuales y modelos de
puedan jugar un papel en la accidentabili- cambio de conducta. A partir de estos
dad. Entre los modelos de factores de per - modelos propone un esquema en el que
sonalidad probablemente el modelo post- considera cuatro etapas secuenciales: esti-
hoc de Hansen (1989) es el más conocido. mación del peligro, toma de decisión, ini-
En este modelo la consistencia de acciden- ciación y adherencia. Además identifica
tes se considera influenciada por la deman- cinco constructos generales que considera
da de consejo psicológico y el riesgo de de importancia primaria o secundaria en
accidentes del puesto. Sobre estas varia- cada una de las etapas anteriores: creencias
bles actúan a su vez la habilidad cognitiva, relacionadas con la amenaza, eficacia de la
la edad, el desajuste social, la distractibili- respuesta, auto-eficacia, condiciones facili-
dad y la experiencia. tadoras y clima de seguridad.

Para los modelos sociológicos (Dwyer, Numerosas investigaciones han compagi-


1991; 1992; Dwyer y Raftery, 1991) los nado elementos de diversos modelos, mos-
accidentes son fruto de las relaciones trando como variables de diversos ámbitos
sociales del trabajo a tres niveles: recom- pueden combinarse para pronosticar la segu-
pensas, organización e instrucciones. Estos ridad o la inseguridad en el trabajo. Parkes
modelos implican un nivel de análisis más (1998) ha mostrado como la seguridad se ve
genérico, aunque también pretenden obte- afectada por factores que pueden considerar-
ner consecuencias concretas sobre las fuer- se organizacionales y situacionales, tales
zas que actúan dentro de las organizacio- como las características del lugar de trabajo,
nes para dar lugar a los accidentes. los patrones de trabajo y las características
de la ocupación, por factores que pueden
Los modelos teóricos ponen el énfasis considerarse personales, como la edad y
en ciertos niveles explicativos, pero sin aspectos de personalidad, por factores subje-
renunciar a ciertos postulados sincréticos tivos, tales como las percepciones y expe-
que se compaginan bien con la naturaleza riencias acerca del trabajo, así como por la
compleja y difícil de los accidentes. Un conducta que realiza el sujeto relativa a la
modelo ecléctico en los factores explicati- salud y la seguridad. Iverson y Erwin (1997)
vos que incorpora, e integrador en las han pronosticado significativamente las
variables que trata de explicar, es el pre- lesiones debidas a accidentes ocupacionales
sentado por Israel, Baker, Goldenhar y a partir de variables ocupacionales, como la
Heaney (1996). En este modelo se trata de rutinización y el apoyo de supervisores y
explicar la seguridad, el estrés y la salud compañeros y de variables personales, como
en el trabajo mediante factores ambienta- la afectividad positiva y negativa.

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J. L. Meliá

UN MODELO CAUSAL factor psicosocial que afecta a la conducta


PSICOSOCIAL DE LOS del trabajador. Sin duda, la línea principal
ACCIDENTES de influencia se resume en tres pasos fuer-
tes: organización, mandos y trabajadores.
El papel crítico de los factores organiza-
cionales y humanos en los accidentes ha El modelo causal psicosocial ha sido
sido destacado en numerosas investigacio- estudiado en diversas muestras y reanaliza-
nes (Meshkati, 1996). En la medida en que do de diversos modos, en función de diver-
los factores ambientales y organizaciones sas opciones de enfoque y de elección en
contribuyen a la dinámica de seguridad a los indicadores del concepto de clima
través de factores del medio social, puede organizacional de seguridad (Cheyne, Cox,
proponerse un enfoque integrado desde un Oliver y Tomás, 1998; Meliá, Oliver y
punto de vista genuinamente psicosocial. Tomás, 1993; Meliá y Sesé, 1998b; Meliá,
El modelo causal psicosocial de los acci- Tomás, Oliver e Islas, 1992; Oliver,
dentes laborales (Meliá, 1998b) ha hecho Tomás y Meliá, 1993b; Tomás, Meliá y
explícito y ha contrastado la conexión Oliver, 1999; Tomás, Oliver y Meliá,
entre los factores organizacionales y perso- 1993).
nales a través de la importancia de la con-
ducta directiva en la generación de acci-
dentes. El modelo considera y cuantifica el MEDICIÓN DEL CLIMA DE
impacto de dos clases de factores. Los fac- SEGURIDAD LABORAL Y OTRAS
tores condicionales asociados al sector VARIABLES PSICOSOCIALES
productivo y tipo de actividad, representa-
dos en la variable denominada riesgo real, El concepto tradicional de clima de
y los factores de naturaleza organizacional, seguridad pone énfasis en la metáfora de
que abarcan los relativos a la conducta. atmósfera de seguridad de la empresa, en
Estas dos clases de factores se desarrollan un sentido que hace la definición próxima
a lo largo de una cadena de efectos de a las percepciones de sectores amplios
naturaleza psicosocial hasta configurar el representativos de la empresa, abarcando
riesgo real como antecedente de la acci- no sólo el comportamiento de la organiza-
dentabilidad. La cadena de efectos de natu- ción sino también el comportamiento de
raleza psicosocial recorre cuatro eslabones los mandos, del grupo de trabajo, del tra-
sucesivamente: (1) la conducta de seguri- bajador y hasta el riesgo mismo (Brown y
dad de la organización, representada por la Holmes, 1986; Dedobbeleer y Bèland,
variable clima de seguridad; (2) la conduc- 1991; Zohar, 1980). Esta concepción holis-
ta de seguridad de los mandos, representa- ta y subjetivista del clima acentúa la idea
da por la variable respuesta de los superio- de que «así perciben las cosas así actúan»,
res; (3) la conducta de seguridad de los que pone el peso en la percepción de los
iguales, operativizada en la variable res- trabajadores como foco de interés. Un
puesta de los compañeros; y, por último, ejemplo reciente de la concepción holista
(4), la conducta de seguridad del trabaja- es la Escala de Seguridad en el Trabajo de
dor. La separación de los dos últimos nive- Hayes, Perandan, Smecko y Trask (1998)
les es un tanto artificial, pero pretende que evalúa la seguridad en el puesto, la
recoger la consideración del grupo de tra- seguridad de los compañeros, la seguridad
bajo y el entorno de los compañeros como del supervisor, las prácticas de seguridad

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Medición y métodos de intervención en psicología de la seguridad y prevención de accidentes

de la dirección y la satisfacción con el pro- cionan el comportamiento de seguridad de


grama de seguridad. Los dos factores rela- los directivos y mandos y, por tanto, de los
tivos a los superiores (supervisores y direc- trabajadores. Esta concepción del clima ha
ción) resultaron los mejores predictores de sido objeto del desarrollo de instrumentos
la satisfacción con el trabajo, y ambos apa- de medida y analizada a través de diversas
recieron correlacionados con la accidenta- muestras y contextos (Islas, Oliver, Tomás
bilidad. La seguridad de los compañeros y y Meliá, 1992; Meliá, Tomás y Oliver,
la de los supervisores mostraron una rela- 1992; Oliver, Tomás, Islas y Meliá, 1992;
ción consistente con la conducta de seguri- Oliver, Tomás y Meliá, 1993a, 1993c).
dad de los trabajadores. También en esta
línea holista, Lee (1998) ha desarrollado Al adoptar esta concepción restringida
un cuestionario para la medición del clima del clima de seguridad, otros conceptos
de seguridad en centrales nucleares que subsumidos en el mismo en la concepción
incluye nueve dominios de seguridad: pro- holista aparecen ahora como objeto de
cedimientos, riesgos, satisfacción, reglas, interés específico y requieren el desarrollo
participación, entrenamiento, control y de instrumentos de medida (Meliá e Islas,
diseño de la planta. 1990; Meliá, en prensa) y el análisis de su
comportamiento empírico a través de
La concepción holista del clima integra muestras y contextos. De este modo se han
en un mismo constructo los niveles organi- elaborado indicadores de riesgo percibido
zacional, directivo, grupal e individual. (Meliá, Rodrigo y Sospedra, 1993a;
Esta opción resulta simplificadora, pero 1993b; Meliá, Sospedra y Rodrigo, 1993b;
impide esclarecer la cadena de efectos psi- 1994; Tomás, Oliver y Meliá, 1993), y
cosocial que va desde la organización para cada uno de los aspectos psicosociales
hasta la conducta personal. La medición considerados. La respuesta de seguridad
diferenciada de variables es un prerrequisi- del grupo de compañeros ha sido conside-
to para poder estudiar sus relaciones. rada una de esas variables relevantes
(Meliá, Oliver, Tomás y Chisvert, 1993;
En el modelo causal psicosocial de los Meliá y Sesé, 1997b), que ha merecido el
accidentes laborales se ha optado por una estudio de diversos fenómenos grupales
consideración del clima de seguridad que (Meliá, Giménez, Sospedra y Lucas, 1997;
es deliberadamente restringida. El clima de Rodrigo, Lucas y Meliá, 1993). El papel de
seguridad se refiere al conjunto del com- los supervisores, que siempre ha sido con-
portamiento de seguridad de la organiza- siderado principal en seguridad ha mereci-
ción, por acción u omisión. Lo que en tér- do considerable atención (Meliá y Sesé,
minos laxos se denomina a veces política 1993; 1997a; 1998a; Meliá, Sesé, Tomás y
de seguridad de la empresa, pero que aquí Oliver, 1992; 1994; Tomás, Meliá, Oliver
se analiza de modo operativo y concreto y Sesé, 1993). La conducta de seguridad
(p.e., ¿Existen estructuras de seguridad en de los trabajadores también ha sido objeto
la organización? ¿Se provee información y de medición (Meliá, Rodrigo y Sospedra,
formación de seguridad? ¿Se provee moti- 1994) e investigación específica, conside-
vación hacia la seguridad en modos con- rando experimentalmente los efectos del
cretos?). Estas acciones dependen de deci- balance entre productividad y seguridad
siones que pueden considerarse conducta bajo diferentes condiciones (Meliá, Arne-
directiva y que proveen el marco y condi- do y Ricarte, 1996; Meliá, Ricarte y Arne-

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J. L. Meliá

do, en prensa; Meliá, Rodrigo y Lucas, con considerar los efectos a nivel de la per-
1995; Meliá, Rodrigo, Lucas y Sospedra, cepción individual. Pero además, la reali-
1995). De hecho, a pesar de que frecuen- dad objetiva es sólo una. Los riesgos
temente existe un conflicto esencial entre ambientales son los que son, tal como los
seguridad y beneficios a corto plazo podemos medir. Y el comportamiento de
(Kenny, 1995), productividad y seguridad los supervisores, por ejemplo, es el que es,
son de diversos modos compatibles (Pes- tal como se puede observar. La diversidad
tonjee y Pandey, 1996). También se ha ayuda a entender como se sitúan personas
considerado la medición de la tensión y colectivos ante la realidad y a captar
experimentada por los sujetos (Meliá, aquello que es el antecedente de sus con-
1994) y su influencia en la conducta segu- ductas, pero frecuentemente es necesario
ra (Meliá y Sesé, 1999). adoptar medidas sobre la realidad que difí-
cilmente pueden considerar toda diversi-
El valor de la diversidad intraorganiza- dad de variaciones en la percepción.
cional en el clima de seguridad está siendo
objeto de atención en la investigación. El La paradoja de las consecuencias del
clima organizacional de seguridad ha deja- clima se refiere al hecho de que el mismo
do de verse como un estado unitario del clima de seguridad que no «produce» acci-
conjunto de la organización para admitir dentes casi nunca es el mismo que produce
que diferentes plantas, subunidades algunos accidentes raramente. El clima se
(Mearns, Flin, Gordon y Fleming, 1998), considera una condición previa, un antece-
colectivos, grupos o personas pueden pre- dente, de la conducta, pero resulta difícil
sentar percepciones del clima diferencia- esclarecer como un mismo clima es el
das. Esta intuición diagnóstica puede resul- antecedente de muchas conductas seguras
tar valiosa si permite arbitrar consecuencias (a través del tiempo, a través de sujetos, a
útiles sobre elecciones en los programas de través de situaciones) y de otras muchas
intervención. Sin embargo, quizás no debe- inseguras, de las cuales sólo muy pocas
ríamos ser excesivamente optimistas al res- están implicadas en accidentes. Análoga-
pecto. Existen dos paradojas inherentes al mente, Pidgeon (1998) muestra como el
clima de seguridad que dificultan y limitan concepto de cultura de seguridad envuelve
su eficacia en términos de diagnóstico para simultáneamente un conjunto de conductas
la intervención. seguras y un conjunto de riesgos en un
medio social donde la aceptación del ries-
La paradoja de la diversidad del clima go por las personas es un proceso de nego-
consiste en admitir que esa diversidad de ciación.
«climas» responde no obstante a una
misma situación percibida desde diferentes
personas. Por un lado, si hay diversos «cli- MODELOS, FACTORES DE RIESGO
mas», entonces ya no puede hablarse del E INTERVENCIÓN
«clima de seguridad» que es un concepto
que implica un medio común, una atmós- En el campo de la prevención de acci-
fera en la que se da el comportamiento de dentes la orientación a una acción aplicada
seguridad. Si, acentuando las diferencias, que ayude a mejorar el estado de las cosas
se considera un clima para cada persona el es una demanda palpable. Puede hablarse
concepto de clima resulta inútil y basta de tres grandes aproximaciones para la

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Medición y métodos de intervención en psicología de la seguridad y prevención de accidentes

acción (Meliá, Arnedo y Ricarte, 1993): el la formación —entendida generalmente


enfoque reparador, el enfoque preventivo y como la mera instrucción en conocimien-
el enfoque interventivo. Con perspectiva tos— y la actuación sobre riesgos ambien-
histórica, el enfoque interventivo, que es el tales, han sido las dos herramientas inter-
que aquí se postula desde una aproxima- ventivas comúnmente más utilizadas.
ción de Psicología de la Seguridad, es el
más reciente y también el más ambicioso. Los modelos de desbordamiento y los
Obviamente no se trata de renunciar a las modelos de desviación de la homeostasis
aportaciones que los tradicionales enfo- comparten el énfasis en el establecimiento
ques reparador y preventivo aportan a la de sistemas de control que permitan corre-
seguridad y salud, sino de ajustar nuestras gir el curso de acción. Un sistema de con-
expectativas a sus posibilidades y comple- trol implica tres clases de mecanismos que
tarlos con un énfasis en los métodos que actúan permanentemente o periódicamente
actúan de un modo eficaz sobre el factor de un modo secuencial: (1) un mecanismo
humano. aferente que detecta el estado de los ries-
gos y lo trasmite a un centro de decisión;
En los modelos secuenciales concatena - (2) un mecanismo de decisión que evalúa
dos la intervención se concibe como el la información y la compara con estánda-
acto de extraer de la cadena causal uno de res —por ejemplo, con umbrales para el
sus elementos. Basta con retirar uno cual- desbordamiento de energía, para la desvia-
quiera de los elementos para detener la ción o para la aplicación de medidas
posibilidad del accidente (Heinrich et al., correctoras— para tomar decisiones que
1980). Esta arraigada concepción ha tenido (3) un mecanismo eferente se encarga de
dos consecuencias poco afortunadas para trasmitir al punto de acción y poner en
la intervención en seguridad. Primero, práctica. Este enfoque supone establecer
dado que la retirada de cualquier elemento sistemas de comunicación de seguridad
de la cadena impide el accidente, no es adecuados, disponer de buenas reglas y
necesario diseñar y utilizar medios diag- procesos de decisión y elaborar mecanis-
nósticos que permitan establecer cual es el mos eficaces de intervención sobre las des-
método interventivo adecuado para una viaciones. Esos mecanismos de interven-
situación dada. Como consecuencia, la ción han de permitir ejecutar, en el tiempo
intervención aparece desligada de un pro- requerido, decisiones correctas cuyas con-
ceso diagnóstico, situación desafortunada secuencias han de ser de inmediato reeva-
que es pandémica en muchas actuaciones luadas. Aunque pueden aplicarse en diver-
de prevención. Segundo, dado que elimi- sos sectores, estos modelos teóricos
nar cualquier factor es suficiente, basta con parecen muy adecuados en plantas de pro-
concentrarse en una clase de factores, ceso continuo, químicas, energéticas, etc. y
generalmente aquellos de ambiente físico en aquellos procesos de continuidad (p.e.,
de ingeniería, que son aquellos que resul- conducción de un ferrocarril, funciona-
tan inteligibles y controlables desde la miento de un teleférico, etc.) donde las
ausencia o superficial formación en psico- condiciones de funcionamiento no son
logía que ha caracterizado a numerosos inciertas.
prevencionistas. De ese modo, contraria-
mente al énfasis inicial de Heinrich en los En los modelos de factor humano e l
factores psicológicos y organizacionales, objetivo principal de la intervención es

246 REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES


J. L. Meliá

minimizar el error (Rasmussen, 1990) de conducción) pueden relacionarse con


mediante la eliminación de sus causas y la accidentes, especialmente en personas de
aplicación de estrategias de control. Se cierta edad (Hansson, DeKockkock, Neece
destacan tres categorías principales como y Patterson, 1997; Stutts, Stewart y Mar-
elementos causales del error: la comunica- tell, 1998). La identificación de personas
ción persona-máquina, el ambiente y la cuyos déficits aptitudinales pueden llevar a
toma de decisiones (DeJoy, 1990). Las accidentes en un contexto determinado es
estrategias de control consisten en series un procedimiento de intervención que no
de acciones cuyo propósito es corregir la debe omitirse allí donde resulte necesario
situación que provoca el error o sus conse- (Dobbs, Heller y Schopflocher, 1998), lo
cuencias (Cooper y Nrewbold, 1994). que conlleva la necesidad de elaborar ins-
Entre ellas pueden destacarse la ingeniería, trumentos de medición psicológica que
la autoprotección y la dirección (DeJoy, pueden llegar a ser altamente específicos
1990). DeJoy (1996) señala que la inter- (Janke y Eberhard, 1998). Pero los déficits
vención debe actuar sobre las cuatro etapas aptitudinales también son percibidos por el
de su esquema en relación con la conducta propio sujeto, y, si la autonomía y las con-
de autoprotección, considerando que los diciones lo permiten, puede adoptar estra-
factores ambientales o situacionales son tegias de evitación de las tareas peligrosas
particularmente relevantes para poner las para él (Hakamics y Wahlstroem, 1998).
condiciones y reforzar la conducta auto- Hay evidencia de que esas estrategias de
protectiva. evitación autoinducidas pueden resultar
eficaces en la disminución de accidentes
Los modelos de factor humano encajan (Ball, Owsley, Stalvey, Roenker, Sloane y
bien con la consideración en la acción pre- Graves, 1998). Se ha encontrado evidencia
ventiva de una serie de factores cuya de que los trabajadores discapacitados
importancia es reconocida en la preven- están más expuestos a riesgos de acciden-
ción de accidentes y enfermedades profe- tes laborales específicos (Zwerling, Whit-
sionales. Entre ellos pueden señalarse los ten, Davis y Sprince, 1997). Estos resulta-
factores aptitudinales, las discapacidades, dos sugieren que un espacio de autonomía
la edad, el nivel educativo, el consumo de en el trabajo y un conocimiento adecuado
drogas —particularmente alcohol—, las de los riesgos pueden facilitar la adopción
demandas físicas de la tarea, la fatiga, los de decisiones y cursos de acción correctos
ciclos de trabajo, el ritmo del trabajo, el disminuyendo el riesgo de accidente. El
mantenimiento y la monotonía. Los facto- nivel educativo también aparece relaciona-
res aptitudinales actúan como una condi- do con los accidentes laborales. Entre los
ción umbral para poder desempeñar la con- sujetos accidentados hay una sobrerepre-
ducta esperada. Deficiencias o limitaciones sentación de personas con niveles educati-
en aptitudes cognitivas están relacionadas vos bajos y peores resultados escolares, y
con errores y conductas inadecuadas que esta sobrerepresentación se mantiene cuan-
llevan a accidentes cuando aquellas aptitu- do se controla la exposición al riesgo
des son requeridas (Lundberg, Hakamics y (Murray, 1998). Los factores personales
Johansson, 1998). Por ello, decrementos que aparecen relacionados con los acciden-
cognitivos en ciertas aptitudes (p.e., en la tes pueden ser diferentes en diferentes con-
aptitud visomotora, la velocidad psicomo- textos (trabajo, hogar o actividades recrea-
tora y la memoria visoespacial para tareas tivas). Macdonald, Wells y Lothian (1998)

REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 247


Medición y métodos de intervención en psicología de la seguridad y prevención de accidentes

encontraron que sujetos con múltiples pro- la sociedad humana es diurna, la luz del
blemas de accidentabilidad a través de esos día presenta efectos sobre el comporta-
contextos era más probable que fueran sol- miento humano y el sistema circadiano se
teros, menores de 30 años, con problemas adapta muy lentamente a cambios horarios.
en su modo de vida (p.e., problemas de El efecto es tan notorio que incluso un
sueño) y con problemas de abuso de dro- ligero cambio horario estacional puede
gas (p.e., consumo excesivo de alcohol). El dejarse sentir en la estadísticas. Coren
consumo de bebidas alcohólicas, incluso el (1996) analizó todos los accidentes morta-
consumo de cerveza con cierta intensidad, les en EE.UU. durante un periodo de tres
aparece fuertemente relacionado con los años llegando a la conclusión de que la
accidentes mortales dentro de grupos pro- pérdida mínima de sueño asociada con el
fesionales y sectores industriales (Leigh, cambio horario de primavera producía a
1996; Waller, Blow, Maio, Singer, Hill y corto plazo un incremento de las muertes
Schaeffer, 1997). por accidente. Los trabajadores nocturnos
padecen errores, sueño y fatiga que dan
Las demandas físicas de la tarea consti- lugar a cambios de humor, irritabilidad,
tuyen un factor que influye poderosamente desorganización, ausencias y accidentes.
en la salud y seguridad de los trabajadores. Los accidentes no sólo se producen en el
En una encuesta sobre 12.655 empleados lugar de trabajo sino también fuera de él,
en los 12 estados miembros de la Unión especialmente pero no sólo conduciendo
Europea en 1995, se encontró que las de vuelta a casa. Las intervenciones que se
demandas psicológicas, el grado de control sugieren consisten en eliminar o reducir
sobre el trabajo y el apoyo social que se todo lo posible el trabajo nocturno, selec-
recibía estaban relacionados con el riesgo cionar los trabajadores adecuados, formar
y la seguridad percibidas en el trabajo, a los trabajadores de turnos. y mejorar las
pero el factor que se consideraba más condiciones de trabajo (Monk, Folkard y
influyente en la salud y seguridad eran las Wedderburn, 1996). Los controles médicos
demandas físicas de la tarea (Andries, periódicos ofrecen una oportunidad para
Kompier y Smulders, 1996). La fatiga de detectar lo antes posible la aparición de
los trabajadores puede incrementar signifi- efectos indeseados sobre la salud de los
cativamente la probabilidad de accidentes. trabajadores. También se ha recomendado
Por ejemplo, la atención sostenida se ha adoptar medidas de selección y clasifica-
identificado como el principal factor ción de personal adecuadas dado que el
humano que contribuye a los accidentes trabajo nocturno y a turnos resulta menos
ferroviarios, particularmente por la desa- adecuado para trabajadores con ciertos
tención a las señales de ferrocarril (Edkins perfiles personales y de salud (Koller,
y Pollock, 1997). Debido a la importancia 1996).
de la fatiga en la producción, en la calidad
y en la salud y seguridad de los trabajado- Probablemente el factor que más veces
res, antes de introducir cambios en la carga identifican y asocian espontáneamente los
de trabajo o en los horarios es necesario trabajadores con un accidente cuando se
desarrollar una evaluación de este riesgo analizan sus causas son las prisas. D e
(Lucas, Mackay, Cowell y Livingstone, hecho el riesgo de accidentes es mayor
1997). El trabajo nocturno y a turnos se bajo presión temporal (Greiner, Krause,
considera un factor de riesgo debido a que Ragland y Fisher, 1998). Esta presión tem-

248 REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES


J. L. Meliá

poral induce errores en la decisión y en la un control continuo de la intervención,


ejecución y, además, dificulta la puesta en cuantificando en qué y cuánto se está
marcha de posibles medidas protectoras y mejorando en cada momento. Por supues-
preventivas (Pratt, Runyan, Cohen y Mar- to, también requieren cierto esfuerzo por
golis, 1998). Para la prevención de este parte de la organización y la voluntad de
factor de riesgo es necesario introducir ponerlos en marcha, con algunas inversio-
variaciones en el modo de trabajo, por nes no necesariamente sustanciosas.
ejemplo añadiendo pausas obligatorias o Desde un punto de vista práctico es nece-
permitiendo un uso flexible del tiempo sario resaltar que los procedimientos con-
(Greiner et al., 1998). El mantenimiento es ductuales son los métodos de intervención
un conjunto de rutinas y pautas de acción psicológica en seguridad más contrastados,
que no sólo garantizan la productividad y habiendo demostrado una y otra vez que
la calidad del sistema sino que son básicos son altamente eficaces para sus propósitos
para la seguridad y salud de los trabajado- (Islas y Meliá, 1991; Hagenzieker, Bijle-
res. Ayudar a realizarlo correctamente, veld y Davidsc, 1997; Meliá, 1995). Ade-
mantener las pautas correctas de manteni- más son razonablemente asequibles y ver-
miento durante periodos dilatados y ayudar sátiles, lo que permite aplicarlos en
a trasmitir el «know-how» de las taras múltiples situaciones y contextos labora-
implicadas son algunas de las pautas de les.
intervención asociadas que se sugieren
(Garrigou, Carballeda y Daniellou, 1998). Los modelos de contingencias ponen el
El trabajo repetitivo y monótono es otro de énfasis en un control externo que ha mos-
los factores de riesgo clásicos que deterio- trado su eficacia en intervención, pero que
ran la salud de los trabajadores de un modo también tiene sus limitaciones. Aunque
acumulativo y, además, pone las condicio- muchos estudios señalan que el uso de
nes para la aparición de accidentes por refuerzos y del feedback mejoran signifi-
cansancio visual, fatiga, o estrés (Kroemer cativamente la conducta segura (Austin,
y Grandjean, 1997). Como en el caso de Kessler, Riccobono y Bailey, 1996) algu-
los horarios, la carga de trabajo, los turnos nos trabajos han encontrado resultados
y la presión temporal, la prevención matizados. Por ejemplo, Lingard y Row-
comienza por un diseño del puesto que linson (1997) evaluaron un programa de
minimice esta clase de tareas sobre las que intervención basado en la fijación partici-
los descansos, una cierta autonomía en el pativa de metas y la provisión de feedback
uso del tiempo, la rotación de puestos, el obteniendo efectos desiguales en las diver-
enriquecimiento de la tarea y otras pro- sas conductas objetivo. Esta clase de resul-
puestas semejantes pueden contribuir tados sugieren que deberían establecerse
como elementos paliativos. las condiciones diagnósticas para la efecti-
vidad de los programas de intervención, un
Los métodos de intervención basados en aspecto al que se suele prestar menos aten-
modelos de contingencias se orientan de ción.
modo concreto a la identificación y sustitu-
ción de los comportamientos inseguros por Los modelos cognitivos inspiran orien-
otros seguros que se instauran en su lugar taciones de intervención más próximas a
y luego se mantienen. Este énfasis en lo las variables del funcionamiento de la per-
concreto es una ventaja clara pues permite sona y sintonizan con una serie de hallaz-

REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 249


Medición y métodos de intervención en psicología de la seguridad y prevención de accidentes

gos que destacan la capacidad de decisión cepción de la atención y la respuesta que


y su influencia en la seguridad. El concep- los trabajadores creen que darán sus supe-
to tradicional de conducta de seguridad de riores a esa información (Clarke, 1998). A
los trabajadores se restringía al cuidado y pesar de que las evidencias sobre los
cumplimiento de las normas de seguridad. importantes efectos de los procesos cogni-
Geller, Roberts y Gilmore (1996) denomi- tivos en seguridad son múltiples, el modo
nan cuidado activo de seguridad al conjun- en que la importancia de los aspectos cog-
to de acciones que desarrollan los sujetos nitivos influye en la seguridad dificulta el
más allá del deber, particularmente aque- desarrollo de modelos sistemáticos de
llas que velan por la seguridad del grupo intervención de orientación cognitiva, lo
de trabajadores. Marchand, Simard, Car- que no impide que estos factores deban
pentier-Roy y Ouellet (1998) han mostrado considerarse al desarrollar programas de
que el concepto de conducta de seguridad intervención específicos.
debería ampliarse para incluir las iniciati-
vas de seguridad de los trabajadores. La El análisis de accidentes reales como
presencia de estas iniciativas es un predic- procedimiento de formación que actúa
tor de la eficacia de la prevención. Existe sobre los conocimientos, actitudes y capa-
considerable evidencia que avala la impor- cidad de decisión de los sujetos tiene una
tancia de un enfoque cognitivo en preven- larga tradición. Cole (1997) ha propuesto
ción. Por ejemplo, Melamed, Rabinowitz, el uso de historias de vida, basadas en
Feiner, Weisberg y Ribak (1996) estudia- hechos reales, como ejercicios narrativos
ron los factores que estimulaban el uso de interactivos para evaluar y mejorar a la vez
protecciones auditivas en condiciones en los conocimientos, las actitudes y las con-
que estás eran necesarias. El uso no pare- ductas de los trabajadores en tareas especí-
ció relacionado con factores externos ficas. En estos ejercicios los participantes
como la presión de la dirección, la presión reciben un caso ante el que han de tomar
de los compañeros o el apoyo familiar. Sin decisiones y presentar respuestas (evalua-
embargo, factores como la eficacia percibi- ción) sobre las que reciben feedback inme-
da, la susceptibilidad percibida al daño y la diato (formación). Diversos procedimien-
molestia percibida resultaron predictores tos diagnósticos, como las encuestas y las
eficaces del uso. En general, se sabe que la entrevistas de seguridad, con una adecuada
imposición de un equipo de protección implicación de la línea directiva, pueden
individual puede no resultar aceptada y dar utilizarse como elementos interventivos
lugar a otros efectos conductuales inespe- que tratan de estimular un incremento de la
rados como la reducción de la conducta atención del conjunto de la organización
que trata de proteger (Robinson, 1996). hacia la seguridad y un cambio de actitu-
Las percepciones que los trabajadores tie- des (Carroll, 1998). El National Institute of
nen influyen substancialmente en los Mental Health ha identificado tres determi-
mecanismos organizacionales de seguridad nantes conductuales críticos para la acepta-
porque alteran no sólo su conducta sino ción de las disposiciones de seguridad: los
también la información que entra al siste- factores aptitudinales, los factores inten-
ma de control del estado de seguridad. Por cionales y motivacionales y los factores
ejemplo, la información que los trabajado- ambientales. Sin embargo, la cuestión de
res ofrecen en los partes de notificación de como promover un cambio actitudinal en
accidentes e incidentes depende de la per- seguridad eliminando los obstáculos que se

250 REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES


J. L. Meliá

oponen a ello es una cuestión abierta destacado en su influencia sobre la con-


(Cohen y Colligan, 1997). ducta segura, y entre ellos, los factores
relativos a las relaciones sociales fueron
Aunque los factores organizaciones, los mejores predictores. La compañía de
sociales y grupales juegan un papel impor- telefonía sueca Televerket realizó un inte-
tante (Landy, Quick y Kasl, 1994), no debe resante cuasi-experimento a gran escala
creerse que no hay espacio para considerar para contrastar la efectividad de cuatro
los aspectos de la personalidad. Los desor- programas de intervención para reducir la
denes de personalidad y el abuso de alco- implicación en accidentes de sus conducto-
hol aparecen en un número proporcional- res. Organizó cinco grupos de 900 conduc-
mente elevado de víctimas de accidentes, tores cada uno aplicando cuatro programas
pero los desordenes de ansiedad o depresi- de intervención: entrenamiento, discusio-
vos no aparecen con mayor frecuencia de nes de grupo, campaña de seguridad y
la esperada (McDonald y Davey, 1996). refuerzo, más un grupo control. Se evaluó
Los modelos que enfatizan factores de per- durante dos años el riesgo de accidentes
sonalidad suelen incluir la necesidad de (relación entre accidentes y kilómetros
considerar la asistencia o la ayuda psicoló- recorridos) y los costes de los accidentes.
gica como un medio para contribuir a Los cuatro métodos interventivos mejora-
abordar esta clase de factores. En cualquier ron la seguridad reduciendo el coste de los
caso, el énfasis está en la persona y los accidentes mientras que el grupo control
mecanismos de actuación incluyen la no. Los dos grupos expuestos a discusión y
selección —si se supone que la personali- entrenamiento también mejoraron signifi-
dad es difícilmente modificable— y la cativamente su riesgo de accidentes en
ayuda psicológica. Paradójicamente, junto comparación con el grupo control (Greger-
a las cuestiones de carácter organizacional sen, Brehmer y Moren, 1996). Esta clase
que les son más propias, los modelos de de resultados sugiere una aproximación
orientación sociológica han enfatizado participativa a la seguridad, que debería
también el papel del auto-control de los ser estimulada por la dirección y la super-
trabajadores en la prevención de acciden- visión y que, necesariamente, debería con-
tes (Dwyer y Raftery, 1991). siderar las aportaciones de los modelos de
corte cognitivo.
El papel del grupo también merecería
mayor atención al desarrollar programas Una Psicología de la Seguridad que no
de intervención. Simard y Marchand se vuelque en encontrar los procedimientos
(1997) analizaron los efectos sobre la con- más eficaces para reducir los accidentes y
ducta segura de factores micronivel, entre las enfermedades asociadas al trabajo es
los que consideraron el proceso y los ries- impensable. De ahí su carácter aplicado.
gos del trabajo, la cohesión y la coopera- Las aportaciones psicológicas son cada vez
ción del grupo y la implicación y experien- más reconocidas y paulatinamente integra-
cia de los supervisores en seguridad, y das entre los procedimientos de interven-
factores macronivel, que incluyen las ción en salud pública, y particularmente en
características de las empresas y la impli- salud ocupacional (Galavotti, Saltzman,
cación de la alta dirección en la seguridad. Sauter y Sumartojo, 1997) aunque sería
Sus resultados muestran que, en general, necesario un reconocimiento más explícito
los factores micronivel ocupan un papel en prevención (Meliá, Arnedo y Ricarte,

REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 251


Medición y métodos de intervención en psicología de la seguridad y prevención de accidentes

1992; 1993). Se supone —aunque este es dad de la eficacia de estos métodos. Pero
un supuesto que debe contrastarse en cada en la medida en que se trata de organiza-
caso— que la comprensión de los mecanis- ciones que tratan de generar un locus inter-
mos de causación ha de ayudar a prevenir no de control de la conducta organizacio-
(Niskanen, 1994). Es el hecho del daño nal, los métodos de intervención basados
que produce el accidente el que lleva a en los motivos normativos deberían resul-
concebir la necesidad de un estado en que tar más adecuados y ahí, las aportaciones
tales daños no se produzcan y, por tanto, a desde los modelos cognitivos de conducta
articular el concepto de seguridad. En una de grupo y psicosociales pueden resultar
visión tradicional, la seguridad no deja de particularmente indicadas.
ser un estado. Eso si un estado quimérico,
generalmente desmentido por los aconteci- La intervención explícita con el propósi-
mientos, al que, sin embargo, se aspira to de reducir los accidentes laborales y sus
legítimamente. La seguridad es el lapso costes (Meliá, 1995) es sólo uno de los
entre dos accidentes y la expectativa de modos en que la Psicología de la Seguridad
que ese lapso pueda dilatarse a voluntad si se aplica y contribuye a la mejora de la
se dan ciertas condiciones. Un enfoque seguridad y la salud en las organizaciones.
interventivo, sin embargo, enfatiza que la Los estudios diagnósticos de carácter gene-
seguridad es un proceso definido por un ral a través de múltiples sectores producti-
conjunto de acciones, de comportamientos vos (Meliá, Sospedra y Rodrigo, 1993a)
de los que las consecuencias anticipables permiten orientar a los agentes sociales y a
hacen improbable el accidente. la Administración acerca de orientaciones
de actuación. Los estudios sobre accidenta-
Los motivos para el desarrollo de con- bilidad a lo largo de periodos dilatados de la
ducta segura pueden clasificarse en instru - vida de una organización (Meliá, Martí y
mentales (p.e., el riesgo percibido asociado Torrent, 1987) contribuyen a disponer los
al incumpliendo, el balance de costes y recursos de las organizaciones en preven-
beneficios de la conducta segura e insegu- ción. El estudio de la seguridad tiene reper-
ra) y normativos (el sentido de la obliga- cusiones no sólo descriptivas, sino también
ción, de cumplir con la norma). Los suje- normativas en la cuestión del absentismo
tos pueden diferir en el grado en que (Haque, 1992; Meliá y Chisvert, 1993) al
presentan motivos normativos en función proveer tablas actuariales y un conocimien-
de la edad (Yagil, 1998) y quizás de otras to más exacto de su comportamiento. La
variables. La cuestión no es qué procedi- contribución del estudio de la seguridad a la
miento interventivo es más eficaz, sino qué mejora de otras variables organizacionales
procedimiento o método de intervención es relevantes como la satisfacción laboral
más eficaz para qué condiciones. Los (Hossain, 1992) o el estrés (Murray, Fitzpa-
métodos de intervención que actúan sobre trick y O’Connell, 1997) también es noto-
los motivos instrumentales pueden resultar ria. Los estudios de causas de los accidentes
adecuados en culturas organizacionales ayudan, de un modo específico, a formular
basadas en el control externo y en sujetos los objetivos de mejora en acciones de
que esperan por tanto este control externo. seguridad (Meliá y Talens, 1993). Evidente-
Esta es una clase de organizaciones verda- mente, estos ejemplos ilustran pero no ago-
deramente frecuente en nuestro medio eco- tan las posibilidades de contribución de los
nómico y quizás esto explique la generali- psicólogos de seguridad a la inmensa y

252 REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES


J. L. Meliá

desafiante tarea de la prevención y la salud. samente aplicable a este campo. Una de las
La Psicología de la Seguridad ha de estar cuestiones más sorprendentes es que los
implicada en aumentar la responsabilidad accidentes sólo tienen causas a posteriori,
personal de cada miembro de la organiza- es decir, cuando el accidente ya ha sucedi-
ción en la seguridad, y en el desarrollo de do y es un hecho histórico inevitable. Por-
una cultura global de seguridad (Geller, que no podemos creer que lo que ya ha
1996). Para ello es imprescindible que se sucedido pueda no tener causas. Pero, si
elaboren procedimientos diagnósticos gene- algo tiene causas, éstas deberían preceder-
rales y específicos (Hoyos y Ruppert, 1995) lo, y, por tanto, deberían poder identificarse
y que se conecten de un modo concreto a de algún modo antes, si es que son causas.
los mecanismos de intervención más ade- Sin embargo, antes de que suceda un acci-
cuados. dente tan solo puede hablarse de factores
de riesgo. Los factores de riesgo son gene-
ralmente colecciones heterogéneas descrip-
ALGUNOS RETOS TEÓRICOS Y tivas e interpretativas, ni exhaustivas ni dis-
APLICADOS juntas, definidas —frecuentemente de
modo no operativo— en diversos planos de
El campo de la seguridad está lleno de análisis, con relaciones mal conocidas entre
retos importantes para la investigación y sí y con el accidente y en ocasiones difíci-
para el trabajo del profesional aplicado. les de identificar aisladamente.
Estos restos pueden considerarse oportuni-
dades para incrementar nuestro conoci- No hay nada que garantice que los acci-
miento y mejorar la calidad de vida, limi- dentes sean una entidad. Que pueda
tando o evitando, si es posible, los daños hablarse de un accidente como se habla de
personales y económicos. otro. De hecho, se tata de sucesos dispares,
de intensidades y texturas de lo más hete-
Desde un punto de vista teórico el fenó- rogéneas, en ocasiones absurdos, y que en
meno de los accidentes es singularmente algunos casos producirían una carcajada si
interesante y una comprensión adecuada no fuera por sus horribles consecuencias.
de su comportamiento excede los proble- En algunos de ellos es admirable la suce-
mas aplicados de la predicción y la reduc- sión de extrañas coincidencias que se con-
ción de costes. Con los accidentes el inves- catenan del modo más imprevisible. Lo
tigador se enfrenta a eventos aleatorios que mismo sucede con muchos de los sucesos
son intrínsecamente no pronosticables y específicos con los que se les puede aso-
que únicamente en los grandes números ciar, a pesar de las regularidades que la
adquieren pautas inteligibles. Las herra- investigación trata de sacar a la superficie.
mientas conceptuales y metodológicas con Begg, Langley y Williams (1999) señalan
las que se discute su asociación con otros que los factores que pronostican los acci-
eventos —cuya naturaleza es intrínseca- dentes pueden ser diferentes de aquellos
mente opuesta a la impredictibilidad— que pronostican la ausencia de accidentes.
resultan insuficientes y quizás esencial- Del mismo modo, los factores que pronos-
mente inoportunas. tican una clase de accidentes pueden dife-
rir de los que pronostican otra clase, inclu-
El concepto de causalidad general que so en el mismo contexto. El mismo
utilizamos en general en ciencia es trabajo- concepto de «clase» de accidentes resulta

REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 253


Medición y métodos de intervención en psicología de la seguridad y prevención de accidentes

con frecuencia complejo cuando se trata de Y en la mayoría de los casos se podría


ir un poco más allá de los imperativos rechazar la hipótesis nula al nivel alfa
prácticos inmediatos. En ocasiones las 0,05, y al 0,01 y quizás al 0,001 o mucho
cosas van más lejos y un «mismo» acci- menos, porque en la distribución de efec-
dente en un mismo contexto tiene asocia- tos de los sistemas de causas inseguras no
dos eventos y «causas» diferentes y hetero- se encuentra por lo general ni un accidente
géneos. Superados algunos estadios burdos en 1000 o más repeticiones. Por otra parte,
en prevención, la incertidumbre, la ausen- el mejor sistema de causas seguro que
cia de información, la ambigüedad y una pueda arbitrarse tampoco garantiza la
impredictibilidad sustancial forma también ausencia de accidentes, aun cuando se
parte del problema, y es más, va ocupando hipotetize que la probabilidad de estos y su
poco a poco los resquicios que deja una magnitud o efectos pueda quedar básica-
sólida acción preventiva. mente reducida.

El mismo «sistema de causas inseguro», Además, en términos prácticos y para


incluyendo condiciones inseguras y con- desgracia de los profesionales de la seguri-
ductas inseguras, que no produce el acci- dad, el sistema de causas inseguro es gene-
dente en millares de secuencias de actos, ralmente tan eficaz como el seguro, pero
produce, alguna vez, quizás por la inter- más eficiente y económico en términos de
vención fortuita de algún evento precisa- tiempo, de esfuerzo y de rentabilidad que
mente ajeno al sistema de causas inseguro, el sistema de causas seguras que debería
el evento accidente. Si analizamos en un sustituirle. Contrariamente a lo que se
sentido lógico la relación entre el sistema suele sugerir, puede creerse que la elección
de causas inseguras y el accidente mirando de un sistema de causas inseguro es en
más allá del accidente mismo, concluire- muchos casos una elección consciente y,
mos generalmente que ese sistema de cau- creo que en muchas ocasiones, debería
sas inseguro no produce accidentes (gene- admitirse, es una decisión racional, aunque
ralmente). Si buscamos de un modo resulte éticamente inaceptable. Estas
convencional la asociación estadística características hacen difícil el diagnóstico
entre los factores del sistema de causas de los sistemas de causas y la sustitución
inseguro y el accidente, una conclusión de sistemas de causas inseguros por otros
razonable ha de ser que el sistema de cau- más seguros, pero de los que tampoco cabe
sas inseguras no produce accidentes. La ocultar sus costes para las personas y para
asociación (muy) predominante es: sistema las organizaciones, aunque estos costes
de causas inseguro - ausencia de accidente. puedan ser compensados en el medio o en
El sistema de causas inseguro opera (gene- el largo plazo.
ralmente) una y otra vez, puede que cente-
nares de miles de veces, sin producir acci- La naturaleza inquietante del accidente
dentes. De hecho, en la lógica del contraste y algunas de las dificultades de análisis
estadístico de hipótesis, si hubiera que que he señalado se hace extensiva a clases
decidir si el accidente corresponde al con- más generales de eventos no deseados que
junto de efectos del sistema de causas inse- aparecen en la conducta humana. De ese
guras, habría que rechazar la hipótesis nula modo, el error del contable, la errata del
y concluir que el accidente no pertenece a mecanógrafo y las gotas de sopa que van a
la distribución de efectos de aquel sistema. parar a la camisa comparten características

254 REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES


J. L. Meliá

esenciales. Lo que llama la atención del sostenibles, en la anticipación de conse-


accidente es el daño que produce, humano cuencias no deseables en sucesivas repeti-
y económico, pero el daño y su magnitud ciones del ciclo o en el futuro de los pro-
son sólo una consecuencia del accidente. ductos de ese ciclo. Ese conjunto de actos
Curiosamente, el daño y su magnitud se halla integrado en el proceso y los fines
resultan generalmente irrelevantes para el de la organización. En una organización
análisis de causas. Si prescindimos del productiva, por ejemplo, ese conjunto de
daño y su magnitud es fácil ver que el actos implican producir de un modo intrín-
accidente en sí constituye un caso particu- secamente seguro más que envolver un
lar de una clase más general de eventos de modo de producir inseguro en actos que
muy diferente magnitud, relativamente tratan de proveer seguridad.
raros, indeseados, por lo general de apari-
ción súbita, de difícil control una vez La Psicología de la Seguridad debe ocu-
desencadenados, que suceden en un proce- par su papel en todas las fases del proceso
so que tenía un curso establecido, alterán- de producción. La identificación del con-
dolo en alguna medida respecto al curso junto de elementos de diseño que resultará
previsto y produciendo alguna clase de necesario y suficiente para lograr la seguri-
dificultades, daños, perdidas económicas, dad adecuada de trabajadores, usuarios y
lesiones o muerte. medio ambiente es un objetivo de seguridad
en la fase de diseño (Youngblood, 1998).
La prevención y la intervención en segu- De un modo análogo a la evolución de la
ridad no puede confundirse con la genera- implementación de la calidad en los proce-
ción de informes, formularios y estipulacio- sos productivos, la seguridad también ha
nes que hablan de seguridad. El énfasis de ido ocupando su lugar de atrás hacia adelan-
algunas normas de seguridad en desarrollar te, desde el producto hacia el diseño inicial.
procedimientos escritos, detallar e informar La Psicología de la Seguridad no ha recorri-
por escrito y pormenorizadamente los pro- do completamente ese camino. En seguri-
cesos relativos a seguridad supone un enfo- dad, la psicología debe prevalecer sobre la
que burocratizador que, en sí, es indiferente ingeniería. Esto significa que ésta debe aco-
a la seguridad. Un coste añadido que quizá modarse a las posibilidades y a las necesi-
en algunos casos contribuye a sensibilizar dades de la seguridad, la salud y el bienestar
sobre el modo seguro de hacer las cosas, de las personas. Sin embargo, profesional-
pero en otros supone una farsa añadida sin mente, los prevencionistas frecuentemente
demasiada repercusión práctica. Para un reconocen la importancia esencial de lo que
observador ingenuo la escasa vinculación llaman el «factor humano» a la vez que
entre los modelos teóricos y la investigación piensan, sin lugar a dudas equivocadamen-
desarrollada, por un lado, y los términos de te, que el sentido común es suficiente para
legislación y las normas de seguridad, por enfrentar ese factor tan «resbaladizo».
otro, resultaría sorprendente.
Es necesario que mejoren los métodos
Desde un enfoque interventivo la segu- diagnósticos de un modo sustancial, y ello
ridad no es un estado sino un conjunto de supone necesidades de evaluación cualita-
actos que no garantizan la ausencia de tiva y cuantitativa. Todavía es más impor-
accidente, pero que tratan de agotar nues- tante que en el ámbito de la intervención
tras posibilidades, dentro de unos costes profesional se aplique el principio esencial

REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 255


Medición y métodos de intervención en psicología de la seguridad y prevención de accidentes

de no intervenir sin diagnosticar riguro - Andries, F., Kompier, M.A.J. y Smulders,


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nosticar las necesidades y determinar los health of safety are at risk because of your
métodos adecuados de intervención work? A large European study on psycho-
—como sucede, por ejemplo, cuando logical and physical work demands. Work
se imparten cursillos de formación indis- and Stress. 10(2), 104-118.
criminadamente sin una evaluación
de necesidades en seguridad— es tan Austin, J., Kessler, M.L., Riccobono, J.E.
absurdo como recetar u operar sin mirar al y Bailey, J. (1996). Using feedback and
paciente. reinforcement to improve the performance
and safety of a roofing crew. Journal of
Existe un margen amplísimo para la Organizational Behavior Management.
intervención en Psicología de la Seguridad. 16(2), 49-75.
Existen métodos específicos que pueden ser
eficaces si se administran y controlan ade- Ball, K., Owsley, C., Stalvey, B., Roenker,
cuadamente mediante diseños y procedi- D.J., Sloane, M.I. y Graves, M. (1998).
mientos de evaluación y de valoración de Driving avoidance and functional impair-
programas. Esos procedimientos de evalua- ment in older drivers. Accident Analysis
ción y valoración reclaman el desarrollo ine- and Prevention. 30(3), 313-322.
ludible de instrumentos de medición y diag-
nóstico que indiquen con claridad qué Begg, D.J., Langley, J.D. y Williams, S.M.
métodos interventivos deben aplicarse para (1999). A longitudinal study of lifestyle
qué configuración de resultados diagnósti- factors as predictors of injuries and crashes
cos. Por ahora, se ha hecho un esfuerzo por
among young adults. Accident Analysis
elaborar modelos teóricos, por construir ins-
and Prevention, 31(1-2), 1-11.
trumentos diagnósticos y por valorar progra-
mas de intervención. Pero estos elementos
Bohr, P.C. y Barrett, N.E. (1997). Asses-
no aparecen todavía bien enlazados. La
sing the efficacy of educational programs
estandarización de estos métodos diagnósti-
for musculoskeletal work injury preven-
cos y valorativos y de los programas de
intervención correspondientes —en lugar de tion. Journal of Occupational Rehabilita -
la proliferación de instrumentos y programas tion. 7(4), 239-247.
ad hoc— llevará a un reconocimiento profe-
sional del psicólogo de seguridad. Ese reco- Brouillet, D., Domalain, G., Guimelli, C. y
nocimiento es una necesidad palpable en el Eisenbeis, J. (1991). Education a la securi-
terreno aplicado. Entre tanto, en muchos te dans les practiques physiques et sporti-
contextos profesionales los psicólogos espe- ves: Evaluation de la transformation d’une
cialistas en seguridad todavía deben demos- representation au cours díun stage de for-
trar que no son un lujo innecesario. mation./ Education about security in physi-
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