Está en la página 1de 3

1

Políticas sociales, funciones y enfoques


Para definir claramente el concepto de política social, decidí utilizar varias definiciones de
distintos autores que se han referido a este tema.
Por Política social se entiende, el conjunto de políticas orientadas a asegurar la satisfacción
de las necesidades de la población, que supone también una nivelación en el acceso al bienestar
de los distintos miembros de la sociedad. (Terra, 1990). Por este motivo, se concibe que las
políticas sociales deben apuntar a la equidad como principal objetivo. Esta falta de equidad, y, por
ende, de insatisfacción de las necesidades básicas, y servicios fundamentales, “son los efectos
malignos que producen una determinada estrategia de crecimiento capitalista” (Graciarena,
1982). Por lo tanto, se puede indicar que las políticas sociales están direccionadas a propiciar
soluciones y contener las consecuencias generadas por un desarrollo capitalista, su régimen de
acumulación y su modo de regulación dominante, es decir, la función de las políticas sociales es
atender las secuelas de la cuestión social. Las políticas sociales son constituidas como
respuestas ante determinadas situaciones que se consideran como problemáticas. (Pastorini,
1997).
Existen tres funciones principales de las políticas sociales; en primer lugar, la función social,
que se puede entender como el resultado del proceso de “concesión-conquista”, mediante la
incorporación de servicios sociales y asistenciales para la población, para así lograr la concreción
de los derechos sociales. Por otra parte se encuentra la función política, cuya función principal es
la legitimación del orden establecido, para así lograr un consenso social, y una disminución de los
conflictos. Por otra parte, se busca también una mayor integración social de los sectores
subalternos en la vida política. Y por último, se establece la función económica de dichas
políticas, la cual está orientada a la reducción de costos de manutención y a la reproducción de
la fuerza de trabajo, para favorecer así la valorización y acumulación del capital. (Pastorini, 1997).
Existen tres criterios que orientan el tipo de política social a analizar (Programa Uruguay
trabaja). En primer lugar se destaca a este plan desde el enfoque de la focalización, es decir,
dichas políticas están direccionadas a contener problemáticas específicas, a sectores específicos
de la población, en la cual se comprueba la situación de carencia, a cambio de alguna forma de
participación (Midaglia, 2000). Se demuestra claramente en el tipo de política a analizar, cuando
se expresa de forma notoria las personas que serán beneficiadas por este plan; se expone una
clara intención de integración al empleo transitorio para “desocupados/as de larga duración que
integren hogares de vulnerabilidad socioeconómica” Luego se especifica en la lista de requisitos
para acceder a dicho plan, entre otras cosas se destaca un rango de edad determinado (18-65
años), un nivel socioeducativo (inferior 3er año CB), desempleo mayor a dos años y situación de
vulnerabilidad. Cuanto mayor es el numero de requerimientos, mayor es el grado de focalización
que posee dicha política social, y por sobre todas las cosas, principalmente por ser considerado
para un sector determinado de la sociedad.
En segundo y tercer lugar, conjuntamente se destaca este tipo de política social por explicitar
los criterios de descentralización del Estado, y a su vez, las transferencias público-privado,
definiéndose respectivamente, como el proceso que sufre el Estado al tomar decisiones en el
ámbito local, para así promover la desconcentración y descentralización del Estado (Mirza, 2001).
Y en segundo lugar, dicho criterio hace referencia a la importancia que adquieren en el status
público las asociaciones civiles, que se encargan de proveer bienes sociales, para satisfacer las
necesidades de los sectores más vulnerables y excluidos, mediante la transferencia de servicios y
recursos financieros. (Midaglia, 2000). Se puede decir que dicha transferencia de bienes y
servicios por parte del Estado a distintas entidades sociales que constituyen el denominado tercer
sector, es una forma de descentralización del Estado, conjuntamente, por ejemplo, con la
privatización de servicios sociales. En el análisis de este texto se expone un claro ejemplo del
importante papel que toman las asociaciones civiles en el marco del surgimiento del Estado
emergente, cuando en primer lugar se plantea la participación en la coordinación en parte, de las
organizaciones de la sociedad civil sin fines de lucro en dicho programa, y posteriormente se
2

amplía cuando se profundizan los requerimientos para la participación de dichas organizaciones


en este programa.
En conclusión, el programa Uruguay trabaja se define claramente como un tipo de política
social de tipo focalizada, ya que está direccionada un sector especifico de la sociedad (con
determinadas características). Esta política social se constituye dentro de un marco de un Estado
que transfiere recursos del sector público al privado, en este caso a organizaciones civiles, lo que
constituye también, un modo de descentralización del mismo.
3

Bibliografía

 Graciarena, Jorge 1982. “Política social y de desarrollo: alternativas para su integración” en


Revista del servicio de documentación social. Montevideo, IBES-CUBS.

 Midaglia, C. (2000), Alternativas de protección a la infancia carenciada. La peculiar


convivencia de lo público y privado en Uruguay, CLACSO-ASDI, Buenos Aires.

 Mirza, C. (2001), “Políticas Sociales en tiempos de crisis”, en: Temas de Trabajo Social,
FCS, Montevideo.

 Pastorini, Alejandra 1997 “¿Quién mueve los hilos de las políticas sociales?”en Serviço
Social & Sociedade (Sao Paulo, Cortez) n.53.

También podría gustarte