Está en la página 1de 20

https://www.vogue.

es/living/articulos/belen-lopez-peiro-libro-por-que-volvias-cada-verano

file:///D:/usuarios/alumno/Desktop/Bel%C3%A9n%20L%C3%B3pez%20Peir
%C3%B3%20retoma%20la%20historia%20de%20su%20abuso%20en%20la%20novela
%20_Donde%20no%20hago%20pie_%20-%20T%C3%A9lam%20-%20Agencia%20Nacional
%20de%20Noticias.html

http://perfilformosa.com/general/educacion/belen-lopez-peiro-thelma-fardin-y-virginia-
ducler-tres-autoras-que-se-animaron-a-contar-la-violencia-y-los-abusos-en-primera-persona/

https://www.laprimerapiedra.com.ar/2021/03/cinco-poemas-feministas-para-un-nuevo-8m/
Sospecha, descrédito, negación, rechazo: a todo eso y mucho más se ven enfrentadas las víctimas de

abuso sexual. La justicia, la policía, incluso una parte de la familia duda de lo ocurrido, de que esa

vergüenza y dolor sean reales y no producto de la fabulación de una mujer delirante, como lo muestra

Por qué volvías cada verano.

El debut de Belén López Peiró es una obra incómoda y desgarradora, que entrelaza los testimonios de

familiares, abogados y psicólogos con los archivos judiciales de la causa que se abrió después de que

la propia autora denunciara los abusos sufridos por un tío, miembro de las fuerzas de seguridad.

La destreza con que se teje la compleja trama de versiones, la capacidad para transmitir los énfasis (y

la opacidad del lenguaje) y la sosegada frialdad con que se desmonta un sistema que parece trabajar a

favor del abusador, convierten a este libro en una muestra de coraje y de talento literario.
«La lectura de esta novela no solo impacta por la descripción cruda del abuso, también por lo que

dicen quienes se supone que deben ayudar a la víctima. El resultado es contundente y muestra de

frente el rol que juegan el entorno social y familiar en este tipo de delitos». Natalia Pianzola, BBC

«Una obra exquisita, una intervención política poderosa. Y muy necesaria». Gabriela Cabezón

Cámara, Página 12

«Por eso la forma de este libro es tan perfecta o precisa para abordar la violencia machista, porque

consigue hacer emocionalmente muy palpable la complejidad del entramado que sostiene la

impunidad, el ruido de los juicios de los otros en la cabeza de una víctima, cuando no hay jerarquías,

ni valoraciones, ni justicia. Solo la nítida ajenidad de todos ante la experiencia propia de la

vulnerabilidad». Gabriela Wiener, diario.es

BELÉN LÓPEZ PEIRÓ (Ciudad de Buenos Aires, 1992). Es licenciada en Ciencias de la Comunicación

por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Actualmente coordina talleres de escritura de no ficción

con perspectiva de género y colabora de forma independiente para diversos medios.

 Año de publicación:
2021
 Editorial:
Hueders
 ISBN:
9789563652222
 Autor:
Belén López Peiró
 Páginas:
112
 Etiquetas:
narrativa, novela,

RESEÑAS
EL ABUSO EN PRIMERA
PERSONA. RESEÑA DE “POR QUÉ
VOLVÍAS CADA VERANO”, DE
BELÉN LÓPEZ PEIRÓ

Por: Jimena Reides

Imagen: Representación de una ordalía por agua, habitual en los juicios por brujería,
circa 1600.

“¿Por qué volvías cada verano?” es la pregunta que más se repitió sobre Belén López
Peiró tras atreverse a denunciar a su tío, el comisario de un pueblo bonaerense, por los
abusos cometidos contra ella a lo largo de su adolescencia. Se trata asimismo del título que
la autora ha elegido para transmitir su testimonio, una indagación en torno a las
condiciones que llevan a las mujeres a guardar silencio tras situaciones de abuso. ¿De qué
herramientas se dispone para hablar? ¿Por qué se siente tanto miedo al hacerlo? ¿Por qué
volvías cada verano? es la crítica de un sistema en el que el acto de denunciar es menos una
garantía de escucha que una extensión del abuso.  

Por qué volvías cada verano (Belén López Peiró)


Editorial Madreselva

2018

124 páginas.

A la luz de todo lo que sucedió en la Argentina esta última semana, con respecto a la
acusación de una actriz por una violación que sufrió a  manos de un adulto que
trabajaba con ella cuando tenía 16 años, muchas mujeres han comenzado a contar
sus propias experiencias de abuso sexual. En ese contexto, parece inevitable
mencionar el libro de Belén López Peiró, Por qué volvías cada verano, que narra en
primera persona los abusos que la autora recibió por parte de su tío cuando era
adolescente.

En este libro, Belén López Peiró cuenta cómo fueron las distintas situaciones de abuso
con su tío, comisario de un pueblo y “hombre de familia”. Debido al crédito otorgado
por esos títulos, cuando ella se animó a confesar y a denunciar todo lo que había
pasado, nadie le creía. De más está decir, su tía y su prima la trataron de mentirosa y
dijeron que estaba inventando todo. De ahí el título de la novela, una pregunta hecha
recurrentemente a la autora sobre por qué decidía volver a pesar de los abusos. Y esa
pregunta iba acompañada de acusaciones sobre cómo ella estaba celosa de su prima:
“Porque ella tenía muchos amigos, porque podía salir a bailar y tenía mucha ropa. Ah
no, pará. Ya sé por qué lo hacés. Porque ella tiene una familia que la quiere. Y vos
no”.

En relación con esto, cabe mencionar a la periodista Luciana Peker, que en su


libro Putita golosa (2018) dice: “Y las mujeres —o las que pueden y se animan y son
acompañadas o son fuertes— ya no se callan más. El abuso ya no es un sapo que se
traga, sino que se frena”. Cuando Belén se anima a contar su experiencia, se puede
ver claramente la reacción de quienes la rodean. Por un lado, están las personas que
no le creen y la juzgan, que la desprecian, y por otro lado aquellas que le dan su
apoyo. Pero por lo general, se pone en duda su palabra, le preguntan por qué iba
nuevamente durante el verano a esa casa a pesar de los abusos, por qué no lo contó
antes.

La historia está contada a través de distintas voces: la de sus familiares y también la


de los empleados del poder judicial que fueron tomando cartas en el asunto después
de que ella hiciera la denuncia. Mediante esta narración, la autora logra plasmar el
modo en que fueron respondiendo las personas que la rodean frente a su confesión.
Asimismo, la novela se divide entre estos pasajes que relatan la historia de abuso con
las distintas partes del expediente judicial que inició, incluidas las declaraciones
testimoniales que fueron prestando los testigos.

Los cuestionamientos a la autora también se empecinaban en los motivos por los que
no había hablado antes o “había dejado” que los abusos se le infligieran: como si ella
hubiese tenido la posibilidad de frenarlos. Se puede ver una vez más cómo una
víctima de abuso es cuestionada por lo que cuenta y la forma en que se deslegitima
su confesión, cuestión que se agudiza teniendo en cuenta la posición de poder que
tenía su tío al ser comisario y la apariencia de conducta intachable que tenía delante
de los habitantes del pueblo. Tal como se afirma en un extracto de la novela: “…con
este tipo no se jode. Tiene a la policía comiéndole de la mano y es uno de los dueños
del club. […] Ahora también prepara con el cura las misas de los domingos y ayuda a
las señoras de cáritas para que los pibes tengan un plato de comida”. Como expresa
Catharine MacKinnon en su libro Feminismo inmodificado (2014), la situación de acoso
sexual surge a partir de esa situación de poder, de jerarquía, que se da en las
relaciones entre hombres y mujeres, teniendo también en cuenta que el género es en
sí mismo una jerarquía.

Y ese poder ejercido por el hombre también trae como consecuencia el silencio de la
mujer, la amenaza que siente al momento de considerar si hacer público el abuso o
no, porque tal como expresa MacKinnon, “es un hecho que el conocimiento público del
abuso sexual casi siempre es más perjudicial para la abusada que para el abusador”.
En cuanto una mujer que sufrió abuso decide denunciar el hecho, siempre se la juzga
y se cuestiona la veracidad de lo que está contando.

También la autora menciona en distintos pasajes cómo la afectó el abuso en cuanto a


sus relaciones sexuales ya que, tal como expresa, sus relaciones son con vergüenza y
dolor. Luego del abuso sufrido, ella ya no se siente dueña de su cuerpo y siente culpa,
culpa de que la juzguen por disfrutar del sexo después de lo que le pasó, culpa “por no
ser la víctima que todos esperan”. En relación con esto, deben recordarse las palabras
de Rita Segato en su libro La guerra contra las mujeres (2016), en el que la autora
señala: “Uso y abuso del cuerpo del otro sin que este participe con intención o
voluntad, la violación se dirige al aniquilamiento de la voluntad de la víctima, cuya
reducción es justamente significada por la pérdida de control sobre el comportamiento
de su cuerpo y el agenciamiento del mismo por la voluntad del agresor”.

En conclusión, esta cruda novela es una lectura obligatoria para entender mejor la
situación que atraviesan las víctimas de abuso y el porqué de su accionar: por qué
callan, por qué deciden hablar cuando lo hacen y las consecuencias que traen los
abusos en su vida en cuanto al aspecto psicológico, físico y también social, pues los
abusos no solo dejan marcas en la psiquis y en el cuerpo, sino en el modo de
relacionarse con los demás.

Perfil Formosa
De Formosa para el Mundo
Belén López Peiró, Thelma Fardin
y Virginia Ducler, tres autoras que
se animaron a contar la violencia y
los abusos en primera persona
junio 2, 2019 por Perfilformosa.com
«Porque hablo desde ahí, desde el corazón del dolor». La frase se lee
en la página 31 de Cuaderno de V (Mansalva), de Virginia Ducler. En
la primera novela de la autora rosarina, una mujer, Vica, reconstruye
un pasado familiar traumático y lleno de secretos bien guardados. Un
padre violento que es juez y abusa de su doble condición de poder,
una madre que niega y calla, la relación con sus hermanos. Otras
mujeres de la familia, que tratan de loca a la protagonista. La novela
trabaja con materiales autobiográficos ya desde la tapa, que muestra
a una nena de cuatro años con una flor en la mano.
«En esa foto tengo una florcita entre los dedos, una florcita que
muestro a la cámara mientras sonrío. Ahora me gusta pensar que la
nena trajo una florcita del infierno, que este libro es esa flor que
traje del infierno«, escribe Ducler, y lo que era ficción se vuelve de
pronto tan real. Y el infierno está en la tierra.
Virginia Ducler
La escritora, licenciada en Letras y autora de los libros El
sol (Casagrande, 2015), que reúne dos nouvelles y donde ya aparece
la «autoficción», y los cuentos publicados en formato digital Los
zapatos del ahorcado (Revólver, 2014), cuenta, desde ese corazón del
dolor:
«He tenido una vida muy difícil en lo emocional. Ataques de pánico
desde los 10 hasta los 30, incontinencia urinaria hasta los 18,
problemas de vínculos. Soy la mayor de cuatro hermanos, la única
mujer. Mi padre es un abogado penalista conocido en Rosario. Es una
persona muy violenta que nos ha sometido a permanentes maltratos
físicos y psicológicos. En el año 2016, uno de mis hermanos empezó a
recordar que fue abusado por nuestro padre. Empezamos a hablar, y
esas charlas despertaron mis propios recuerdos (tal vez porque ya no
estaba sola, tal vez también porque este momento histórico
acompaña). Ahí comienza un proceso muy doloroso que me llevó casi
un año. Empecé a recordar. Recordaba mientras escribía (la
literatura es la herramienta que aprendí para sobrevivir). O sea, el
recuerdo fue surgiendo junto con la novela. Es una novela escrita en
trance, visceral. Elegí la ficción porque era demasiado doloroso
narrar los hechos desde el realismo más crudo. Por ejemplo, en la
novela, la madre muere al comienzo (de otra manera, no hubiera
podido escribirla)».
Antes de que saliera el libro, mi padre me demandó por calumnias
-cuenta Ducler-. En el escrito dice que soy drogadicta, un monstruo, y
muchas falacias más. Así que estamos en una batalla legal, en la que
él, mi padre, es su propio abogado, y mi hermano (el que recordó), es
mi abogado

Fuera de la novela, dentro de la realidad, siguieron pasando cosas.


«Antes de que saliera el libro, mi padre me demandó por
calumnias -cuenta Ducler-. En el escrito dice que soy drogadicta, un
monstruo, y muchas falacias más. Así que estamos en una batalla
legal, en la que él, mi padre, es su propio abogado, y mi hermano (el
que recordó), es mi abogado, y además testigo. En 2017 hice una
denuncia (pedí que no le dieran curso, era sólo preventiva). Ahora mi
hermano pidió una exceptio veritatis; bajo esta figura se trataría de
demostrar que mi padre es un abusador (el caso está prescrito)».
“Cuaderno de V”, de Virginia Ducler (Mansalva)
La autrora agrega:

«Decidí escribir Cuaderno de V cuando empecé a recordar los abusos


de mi padre durante mi infancia. Hacer algo con eso, someter esos
recuerdos tan dolorosos a un proceso alquímico para crear una
novela, un objeto fuera de mí, fue totalmente sanador.»
La literatura como herramienta y como cura. Pero también como un
espacio donde el pasado se resignifica, historias duras pasan por el
tamiz de la escritura que estiliza y hace posible la lectura. Así como
Ducler se animó a ficcionalizar su propia historia, también lo
hizo Belén López Peiró (Buenos Aires, 1992), con su libro Por qué
volvías cada verano (Madreselva, 2018). La autora es licenciada en
Comunicación y parte del colectivo Ni Una Menos que el 3 de junio de
2015 inauguraba un movimiento imparable con una marcha contra
los femicidios y contra la violencia de género. Un movimiento que
abrió puertas y habilitó voces.
Es un libro que me abrió un montón de puertas, primero literarias,
porque más allá de que sea una historia autobiográfica antes que
nada es literatura (López Peiró)

«Hay un antes y un después del libro en muchos sentidos -cuenta


López Peiró-. Por un lado, porque inaugura mi carrera como escritora.
Es un libro que me abrió un montón de puertas, primero literarias,
porque más allá de que sea una historia autobiográfica antes que
nada es literatura. Que haya sido de esa manera, contando una
historia personal que sea a la vez una forma de hacer justicia,
una herramienta para mí y para otras mujeres, es un gran inicio.
Todo lo que viene a partir de ahí son regalos.»

Belén López Peiró (Crédito: Facundo Barisani)


«Y entonces. ¿Por qué volvías cada verano? ¿Te gusta sufrir? ¿Por qué
no te quedabas en tu casa? Allá en Capital, cagándote de calor. Ah.
No. Cierto que no podías, que no tenías a nadie para que te cuide.
Con más razón. Encima de que te ayudamos, de que te dimos una
familia, nos hiciste esto.» Así comienza el libro, que cuenta la historia
de un abuso intrafamiliar, la de esa nena que era Belén cuando la
dejaban en casa de sus tíos en vacaciones en la localidad de Santa
Lucía, provincia de Buenos Aires. El libro, una no ficción
autobiográfica, intercala los textos duros de las denuncias judiciales
contra su tío, un policía bonaerense (de una causa en proceso que
acaba de elevarse a juicio oral), con un relato coral, polifónico, que
alterna voces en primera y segunda persona.
«Me empecé a empoderar lentamente en el marco de un taller
de Gabriela Cabezón Cámara -sigue diciendo la autora-, en el que mi
palabra no era ni más ni menos importante por ser abusada; lo
que escribía se evaluaba por su literatura, por la cadencia de la prosa
y no por la gravedad de la historia, así me sentí habilitada para contar
lo que me había pasado, pero a la vez para apropiarme de las
herramientas literarias y hacer una no ficción. Que sea un golpe, que
tenga mi estilo y que deje, más allá de todo, una huella en la persona
que lee».

“Por qué volvías cada verano”, de Belén López Peiró (Madreselva)


El libro golpeó y tuvo su «fiesta» en la Feria del libro en mayo de este
año, cuando se presentó de la mano de escritoras de Np Literatura y
del colectivo Actrices argentinas, que leyeron fragmentos. Entre esas
actrices estuvo Thelma Fardin (Bariloche, 1992), que también publicó
recientemente un libro autobiográfico, ya no desde la ficción, con un
título más que significativo: El arte de no callar  (Planeta), que no solo
incluye el testimonio de su denuncia por violación contra Juan
Darthés cuando ella tenía 16 años.
La actriz –Patito Feo, Los simuladores, La niñera, Soy Luna, entre
otros programas- también lo presentó en la última edición de la Feria
del Libro, donde además participó de una mesa de diálogo, «El grado
cero de las denuncias», organizada por la Unión de Escritoras y
escritores. Allí, Fardin dijo: «No fue mi intención dar consejos, pero sí
herramientas para otras mujeres, padres y madres».

Thelma Fardin (Crédito: Santiago Saferstein)


El arte de no callar es una verdadera «caja de herramientas«,
donde Fardin cuenta la historia de su vida, marcada desde temprano
por la doble violencia sufrida por su madre, a manos de su padre
y del sistema judicial, y que llevó a un distanciamiento con su propia
hermana (abusada por su padrastro, el «progenitor» de Thelma, como
se refiere a él en el libro, marcando distancia); habla del proceso
judicial que lleva contra el actor e incluye, en una edición que absorbe
las nuevas tecnologías, capturas de tuits que la atacaron,
ilustraciones, mensajes de agradecimiento que otras mujeres le
mandaron a Thelma porque las animó a hablar, un glosario de
términos vinculados con la violencia de género y dos entrevistas
realizadas por la autora. Una a Paula Wachter, a cargo de la
fundación Red por la Infancia, donde se arrojan datos duros y reales
sobre el abuso infantil, delitos que en su gran mayoría quedan
impunes, muchas veces perdidos en vericuetos judiciales, y otra a la
psicóloga María Beatriz Müller, especialista en enfermedades
psicosomáticas.
Espero que este libro sea ese testimonio que hable por mí y no me
obligue a ir al pasado una y otra vez. Quiero avanzar. (Thelma Fardin)

«Somos la historia que nos contamos -escribe Fardin en el cierre de El


arte de no callar-. Espero que este libro sea ese testimonio que
hable por mí y no me obligue a ir al pasado una y otra vez. Quiero
avanzar. Creía haber dado vuelta la página, pero todas esas personas
hurgando en mi pasado, las pericias, ver las heridas que le
acentuaron a mi mamá aquellos que optaron por hablar sin saber, la
malicia, el territorio poco constructivo al que quisieron llevar el
debate, me hicieron abordar este texto, esta serie de reflexiones y
pedazos de historias que me constituyen pero no me definen».
El libro está prologado por el filósofo Darío Sztajnszrajber, con quien
Fardin trabajó en el programa de televisión Mentira es la verdad, y
por la periodista y especialista en género Luciana Peker (autora
de La revolución de las hijas), quien acompañó a Thelma en su
derrotero y a quien la actriz reconoce como mentora.
“El arte de no callar”, de Thelma Fardin (Planeta)
Así también, Fardin reconoce en su libro, que Por qué volvías cada
verano, el libro de Belén López Peiró, la inspiró en la escritura de su
autobiografía.
De esa novela «hermana», también habla Ducler: «Hace poco leí Por
qué volvías…, y encontré un parentesco con la mía. Pero ella hizo no-
ficción. Es una novela polifónica, muy interesante también desde lo
literario; hay momentos muy logrados, en los que se lee esa
visceralidad de la que hablaba. La diferencia está en que
en  Cuaderno de V iba recordando a medida que escribía; es decir, el
devenir del recuerdo y la escritura de la novela van de la mano. Belén
siempre tuvo presentes esos recuerdos, porque le pasó en la
pubertad. En mi caso, al tratarse de la primera infancia, los
recuerdos estaban ocultos«.
Abusos, violaciones en la infancia, la pubertad, la adolescencia. En el
ámbito familiar o laboral. Estos libros necesarios, herramientas de
sanación y de ayuda, cuentan o ficcionalizan eso que no se dice, que
se recuerda o que se olvida. Y que ahora, hoy, a cuatro años del
primer #NiUnaMenos, sale a la luz, con la ilusión de que las voces
encuentren oídos dispuestos, que las causas prosperen y que esos
corazones dejen de doler.

También podría gustarte