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“Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”

Curso de Doctorado dictado en Apertura La Plata, 2006


Clases I a XVII

Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”


Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 1 – 07-04-06

Alfredo Eidelsztein: esta vez el curso va a tener un formato un tanto distinto,


son 16 reuniones, o sea, 32 horas, lo que implica 2 créditos académicos para
los que estén en algún tipo de carrera académica. Las clases son los viernes
cada 15 días, las fechas ya están todas establecidas. Si por algún motivo se
suspendiese cualquier viernes, agregaríamos un viernes extra, dos semanas
después, pero nunca se altera el orden, así que ustedes ya pueden calcular las
fechas de aquí en adelante, un viernes sí y uno no.
Los temas también ya están en el programa. En esta oportunidad habrá cinco
docentes invitados, son: Andrea Leiro, Haydeé Montesano, Jimmy Kuffer,
David Syniak y María Inés Sarrailet. En el programa figuran dos de ellos cinco,
más Pablo Peusner pero que no va a participar como docente invitado.
Mariana Gomila se va a encargar de las desgrabaciones y le voy a pasar a ella
todos los materiales de los cuales haré mucho uso durante el transcurso de las
clases, para que –quienes no los tengan- puedan conseguirse una copia, así
que pueden pedirle a ella fotocopia de los materiales.
Los temas que van a dictar los docentes invitados, aproximadamente son:
Haydeé dictaría el segundo de los puntos del programa que sería “Críticas a la
utilización de formalizaciones en psicoanálisis”; María Inés dictaría el tercero un
poco modificado: “Los esquemas de Freud, el inconsciente unidimensional e
inconsciente estructurado como un lenguaje, sujeto e individuo”; Andrea
dictaría el tema diez, que es: “Toros y toros interpenetrados, el sujeto y el Otro
y su relaciones científicas, deseo y demanda, el objeto a”. David dictaría el
tema trece que es “Nudo borromeo, nudos, cadenas, nudo de tres y cuatro
cuerdas, real, simbólico, imaginario, y sujeto”. Y Jimmy Kuffer en realidad va a
dictar un tema que no estaba previsto en el programa, porque cuando lo
redacté no estaba yo –ni estoy ahora- en condiciones de darlo debido a su
dificultad, y los docentes invitados con los que había hablado ninguno lo
manejaba, el tema es “El acto analítico y el teorema de Goedel”, es muy
complejo, yo no lo había incluido por incapacidad personal de decir nada al
respecto, así que no sé cuándo lo intercalaremos, pero ese tema que va a
dictar Jimmy se agrega al programa.
Para aprobar este curso, tanto para quienes lo hagan como curso de doctorado
o como curso de posgrado, tienen que entregar un trabajo escrito. El trabajo
escrito –para los que ya participaron- tiene siempre para mí las mismas
características, o sea, ninguna. Mientras sea escrito, o sea, mientras no me lo
digan por teléfono, todo lo demás vale. Puede ser un mail, corto o largo, puede
ser un escrito, corto o largo; de un tema clínico o de un tema teórico, puede ser
un borrador que quieran hablar conmigo y después de discutir ese borrador
pueden decidir presentar ese borrador o cualquier otro trabajo sobre ese
borrador. Y les advierto que no hace falta que sea una articulación nueva, no
está exigido en ninguna de las coordenadas de este curso. Lo que quiero decir
concretamente es que puede ser un resumen, puede ser una puntuación,
puede ser una reseña de algo que haya trabajado yo o cualquiera de los otros
docentes en una clase, o de uno de los textos trabajados de la bibliografía. No
se exijan de producir una articulación nueva, en realidad el problema es al
revés: el asunto sería cómo serían capaces de escribir una página o dos, sin
que haya algo nuevo allí. Si ustedes escriben, necesariamente algún borde
nuevo o alguna inflexión nueva va a aparecer. Pero no se lo pongan como
obligación porque no hay obligación más imbécil que la obligación de ser
creativo, esa es la peor de todas.
Hoy voy a hacer una introducción general del tema. El tema es
“formalizaciones matematizadas en psicoanálisis”, les cuento para los que no
lo saben, que es más o menos el tema de mi tesis de doctorado, que no está
publicada. En la tesis, en su designación, lo articulé más con la clínica, o sea,
mi tesis de doctorado se llama “Clínica y formalización”, que es quizás el
argumento más fuerte de los que yo sostengo, es decir, que para que haya
clínica analítica es requerido algún tipo de formalización del saber, y este tipo
de formalización del saber que yo propongo que es necesario para nuestra
intervención en la clínica, es de forma lógico-matemática.
Aquí el argumento es de una apuesta menor, lo que voy a tratar de trabajar es
el por qué , el cómo, el para qué de la formalización matematizada en la
enseñanza de Lacan. “Formalizaciones matematizadas en psicoanálisis” es
algo así como un título marketinero, para que concurran. En realidad sería
formalizaciones matematizadas en la enseñanza de Lacan. Que en realidad
mucha diferencia no hay, porque en la única enseñanza en psicoanálisis en la
cual las formalizaciones matematizadas han tenido un lugar central es en la
enseñanza de Lacan, en ninguna otra enseñanza de ningún autor, ni aún de los
post-lacanianos ha tenido un lugar así.
Lo que les voy a proponer como lectura del conjunto de la enseñanza de Lacan
es que las formalizaciones matematizadas caracterizan a la enseñanza de
Lacan, al menos seguro desde 1953 hasta 1980. O sea, desde lo simbólico, lo
imaginario y lo real hasta 1980, podría ser la Conferencia de Caracas; les
propongo que lo que caracteriza a la enseñanza de Lacan es la presencia
sistemática de formalizaciones matematizadas. Eso es verdadero -para mí
indudablemente verdadero- pero no quiero decir que sea la única
característica, no digo que es la única, digo que es una característica. Y digo
que es una característica muy peculiar, porque es de forma y no de contenido.
O sea, la propongo como una característica muy peculiar, que es que atañe a
la modalidad elegida por Lacan para la transmisión del psicoanálisis, más allá
de los contenidos. Por ejemplo, si los contenidos fuesen: el deseo, la pulsión,
el fantasma, el goce, cualquiera que sean los contenidos que Lacan desarrolle
en su seminario, escritos o conferencias; lo que propongo es que lo notable de
su elección de transmisión de esos contenidos es la forma. Y que la forma
siempre intenta ser matematizada. Entiendan que por “matematizada” no estoy
intentando discutir con ninguno de ustedes si es matemática en sentido estricto
o no. Podríamos dejarlo en el sentido de: “al estilo de las matemáticas”. O
sea, que la modalidad elegida por Lacan para trasmitir el psicoanálisis a partir
de la primera gran ruptura que hizo con el conjunto del movimiento
psicoanalítico, fue transmitir bajo una modalidad matematizada.
Sobre esto ya se habló bastante, por ejemplo podría citarles el muy buen libro
de Juan Bautista Ritvo, Del padre, que apareció el año pasado por Letra Viva,
un excelente conjunto de artículos de Juan B. Ritvo, donde –no sé si ustedes
conocen un poco su posición, que es bastante difundida porque tiene una
presencia constante en los medios de difusión del psicoanálisis- es la de un
rechazo sistemático y explícito a todo lo que sea matematización en
psicoanálisis. En ese libro, Juan Bautista propone que el problema es que
Lacan tenía transferencia con las matemáticas. No explica mucho en qué
sentido utiliza transferencia, pero me parece que hace el uso más habitual que
hacemos los psicoanalistas cuando no nos referimos a un caso, y es que nos
gusta, como el chiste del Papa, “porque me piace”, decir por ejemplo “tengo
mucha transferencia con la enseñanza de Miller”, es cierto, yo tengo mucha
transferencia con la enseñanza de Miller... negativa. Pero como los
psicoanalistas no hacen mucha diferencia entre transferencia negativa o
positiva... Pero en realidad sería que me disgusta. Bueno, a mí me parece
que lo que Ritvo propone es que a Lacan siempre le gustó mucho la
matemática. A mí no me gusta utilizar los conceptos psicoanalíticos para
referirme a cuestiones que no tengan que ver con la clínica psicoanalítica, con
la puesta en acto del inconsciente; con lo cual, yo preferiría no usar
transferencia para ese tipo de usos, pero por otra parte es raro que si Lacan
tuviese gusto por las matemáticas no se hubiese dedicado a las matemáticas,
por ejemplo. Y por otro lado, si tenía gusto por las matemáticas, yo no sé qué
edad debe tener Juan Bautista... casi sesenta? Porque Lacan empieza a
usarlas cuando tenía 53 años, es cierto que muchos de nosotros a los 50
empezamos a bailar tango –que siempre quisimos- o empezamos a pintar al
óleo... es la época de las cosas pendientes. Pero mi impresión es que el
hecho de que haya empezado a los 53, establece una pregunta muy fuerte
respecto, aún por la transferencia de Lacan por las matemáticas: ¿por qué
empezó en ese momento? Quizás justamente porque fue el momento en el que
se produjo la primera gran ruptura del movimiento psicoanalítico francés
reinaugurado después del cese de actividades durante la segunda guerra
mundial, y el primer gran quiebre se produce en el ’53, un quiebre que Lacan
intentó connotar con el Discurso de Roma, Función y Campo, y Simbólico,
Imaginario y Real. Ya con Simbólico, Imaginario y Real, elige una presentación
matematizada, que es la conferencia “Simbólico, Imaginario y Real”. Con lo
cual, les propongo dejar caer esa explicación, me parece que es una
explicación que tiene tanto déficit que no deberíamos abocarnos todo el año a
estudiar el gusto de Lacan por las matemáticas... de hecho, si pusiésemos
gustos de Lacan por cosas... tendríamos una lista de 20 ó 30 cosas: la
filosofía, las artes, las artes plásticas, la literatura, el surrealismo, las mujeres,
el tapado de armiño... conocerán el periplo de Lacan toda una noche por París
hasta lograr que le hicieran el tapado de armiño... ¿qué vamos a decir, que
tenía transferencia con el armiño? A diferencia de Melanie Klein y Anna
Freud... Anna Freud, por ejemplo, además del psicoanálisis con niños y el
tejido en telar, no se le conocen otros gustos, eran gente más acotada, pero
Lacan era una personalidad... siguió haciendo psiquiatría hasta muy viejo, con
presentaciones de enfermos psiquiátricos. Es decir, que si es por
transferencia... son 30 transferencias las que tenía Lacan.
Entonces, una cuestión es qué caracteriza a la enseñanza de Lacan y me
parece que hay una discusión demorada y es: por qué, para qué, con qué
finalidad, qué beneficios nos trae en la clínica y en las discusiones entre
psicoanalistas y en la transmisión del psicoanálisis y qué desventajas, qué
peligros, qué derivas produce. Pero me parece que hay otro fenómeno más y
es que a pesar de que es una línea central que atraviesa desde el ’53 hasta el
’80 a toda la enseñanza de Lacan, me parece que hay un fenómeno muy
notable –para mí, y este es un diagnóstico personal- y es que hace alrededor
de 10 años ha entrado en franco desuso entre los psicoanalistas lacanianos.
Me parece que tiene muchísima relación con que hace más o menos 10 años –
yo fui docente del grado en la facultad durante casi 20 años hasta hace 8 ó 10
años, y en todo ese periodo que fue inaugurado por un chiste muy complicado
que había en esta facultad y que era “se fue la cana y vino Lacan”, a partir de
ese movimiento de la izquierda de la facultad empezó a suceder otro
movimiento que era muy simpático y era que uno entraba en cualquier aula y
siempre había letras de Lacan en el pizarrón. Francamente, eso está en
desuso, salvo que usar letras sea como hace Miller, vieron?:

a b

eso no es usar letras, eso es hacer tablas, columnas, cuadros sinópticos... eso
no es álgebra. Ya no se usan más las letras de Lacan. Fui a un congreso de
psicoanalistas lacanianos, que ellos mismos se llaman a sí mismos
“Lacanoamericanos”, había casi 1000 -como le gusta a Miller- y 300 trabajos
más o menos, 5 salas simultáneas en 4 jornadas de trabajo, desde las 8 hasta
las 20, y yo iba de aula en aula a comprobar este fenómeno, no había
pizarrones pero había rotafolios, y nunca se había usado ninguna hoja de
rotafolios en ninguna sala de ninguna jornada. Con lo cual, me parece que hay
un fenómeno que se podría diagnosticar con todo el nivel de inseguridad que
esto tiene, quizás justo hace un año ha vuelto a utilizarse con furor el álgebra
lacaniana y yo no me enteré, estos diagnósticos son muy conjeturales, sobre
todo cuando es de cosas tan recientes. Pero me parece que ahí podríamos
inscribir en el pizarrón estas dos propiedades: el álgebra de Lacan es una
característica fundamental de su enseñanza, especialmente como método de
su enseñanza, él utilizó las formalizaciones matematizadas con furor hasta el
final de su vida, pero a los 10 ó 15 años de su muerte entró en desuso, a mi
entender prácticamente ya no lo utiliza nadie.
Les propongo el siguiente diagnóstico coyuntural: a mi me parece que el
famoso “Escándalo Sokal” – Bricmont y Sokal publicaron en una revista de
Ciencias Sociales, un artículo con boludeces matemáticas, ellos son dos
importantísimos físicos reconocidos con premios internacionales grossos, uno
norteamericano y el otro canadiense, que escribieron un artículo para una
revista de ciencias sociales con boludeces matemáticas, o sea, no 2+2=4, no
en el sentido de boludez de obviedades matemáticas, sino de errores
matemáticos. Por ejemplo, que el sujeto de la modernidad es como 2+2=5; y
llenaron 20 páginas de boludeces matemáticas, el teorema de Goedel mal
utilizado, el teorema de Fernat resuelto con cualquier boludez del mayo
francés, etc., etc., lo presentaron en una revista con referato, se los aceptaron,
y no sólo que se los aceptaron sino que además resultó tan maravilloso que
sacaron un número especial de la revista para publicarlo. Una vez que salió
publicado, ellos sacaron un artículo en otra revista diciendo que habían
publicado una boludez. Y que habían publicado toda una boludez para
demostrar que en ciencias sociales, muchísimos autores ponían boludez
matemática para obtener posiciones privilegiadas pero que en realidad las
matemáticas no tenían nada que ver con las ciencias sociales, y menos que
menos como la utilizaban... y ahí ponían a una serie de autores. Esto lo
denunciaron en un artículo, pero luego publicaron un libro que se llamó
Imposturas intelectuales, salió primero en francés y luego en español. Es del
año ’97, el libro. O sea, hace 9 años. Y a mí me parece que efectivamente,
Bricmont y Sokal convencieron a la gente con su argumento. Cuando digo “la
gente” me refiero especialmente a los psicoanalistas lacanianos, que dijeron
“sí, es verdad, siempre tuvimos esa sensación: lo que hace Lacan con las
matemáticas es boludez matemática, pero no tiene nada que ver con nuestro
metier”.
Ahora, a la caída abrupta de la utilización de herramientas matemáticas o
matematizadas entre los psicoanalistas lacanianos, yo –quizás algunos de
ustedes también, quizás la mayoría no, no sé, son diagnósticos muy hipotéticos
y que yo mismo no estoy muy seguro de su validez- a mí me parece que eso
produjo un corrimiento en nuestra modalidad de publicar, de transmitir y de
enseñar; y este corrimiento para mí estuvo marcado por que al desplazamiento
del lugar central que tenían las formalizaciones matematizadas en la
enseñanza de Lacan vino otra cosa, y esa otra cosa es la poesía.
La modalidad que vino al lugar de las formalizaciones matematizadas es la
poesía. Como siempre, Miller es el que lo dice más claro, como nadie, es el
autor más claro de todos nosotros. El mejor libro de Miller, para conocer a
Miller, es Lo real y el sentido, es maravilloso. Le dejé una copia nueva a
Mariana porque el mío está todo rayado, insultado, entonces me compré otro y
se lo di a ella sin los insultos, está limpio para fotocopiarlo. Desde la página 73
en adelante, se llama “La última enseñanza de Lacan”, y en el punto 4, que es
el último punto de este artículo, es maravilloso, se llama “De la lógica a la
poesía”, son algunas clases del curso del Miller 2000-2001, mi impresión es
que –como siempre- Miller tiene razón. No me queda tan claro si tiene razón
como yo, en el sentido de que él diagnostica algo que pasó. No hace falta que
yo les diga que la lógica moderna es una lógica matematizada, eso lo saben,
no? La lógica con la que nosotros operamos, la que se enseña en el colegio,
es lógica matemática o matematizada. Entonces, de la lógica a la poesía, yo
no sé si Miller tiene razón en el sentido en el que lo propongo yo, como
diagnóstico de lo que sucedió, o si es la primera bola que se echó a rodar y
después todo el mundo... en ese congreso que les contaba de los
lacanoamericanos, fui a una mesa que tenía un trabajo de un psicoanalista
tucumano que se llamaba “Si se calla el psicoanalista” (en alusión a la canción
“Si se calla el cantor”), y vinculaba al poeta con el psicoanalista. El trabajo era
lo que se imaginan... eso, y la gente aplaudía parada, había como 200
personas, la gente, los otros psicoanalistas lacanianos presentes ahí, lo
aplaudían con un entusiasmo notable y más de uno de pie. El trabajo decía
que el poeta trabaja con lo inefable y el psicoanalista también... suerte que no
puso la viola. Parecía como en la película “Analízame” cuando al psicoanalista
de dicen que tiene que ir a la reunión de mafiosos y “guitarrear” y él dice que
eso es lo que hace habitualmente. Decía que el psicoanalista trabaja con lo
inefable, con la palabra, que corta, que hace escansiones, etc.
Hay una salvedad a la desaparición del uso de la herramienta matematizada,
en algunos grupos de psicoanalistas lacanianos en el mundo, y es que siguen
utilizando nudos: es lo único que yo veo que se sigue utilizando de todas las
herramientas matematizadas de Lacan. Pero desconfío de eso, porque me
parece que los que utilizan nudos –muchos de ellos- los utilizan porque es “lo
último” de Lacan, y “lo último” de Lacan, es posta-posta. Miller –como
siempre- en la página 73 de Lo real y el sentido, está la clase del seminario de
Miller que se llama “La última enseñanza de Lacan”, el punto 4 de la parte II de
esa clase es lo que les citaba antes y se titula “De la lógica a la poesía” 1, y la
parte I se llama “Ruptura y continuidad”2 y allí Miller dice:

“Un paso hacia fuera.


Existe algo que se llama la última enseñanza de Lacan y que se denomina así
desde que yo lo he distinguido con este significante y le he dado ex-sistencia.”

Tiene razón. Él inventó la última enseñanza de Lacan. Es verdad. Este es el


primer libro en el que yo estoy de acuerdo con Miller en casi todo. Es verdad:
él inventó la última enseñanza de Lacan. Bueno, muy bien, él inventó la
última enseñanza de Lacan. Ahora, ¿qué valor tiene la última enseñanza de
Lacan? Digo: qué valor tiene algo por ser lo último.

Comentario: vos decís que no tendría que ser necesariamente superador.

A.E.: que no es evolutivo, que no somos evolucionistas. Y para colmo,


evolucionistas de aquellos que creen en la adaptación. O sea, yo no milito en
sostener que los griegos antiguos eran mejores que nosotros, pero me parece
que es muy difícil decir que nosotros somos mejores que ellos... aún con la
esclavitud. Porque en Grecia había esclavos, pero en Flores también, en
Flores, Caballito... había 2500 personas en la manifestación de bolivianos por
trabajo esclavo, y son gente que no están peor que otros, que son los que no
tienen trabajo esclavo –y son un montón, o sea, hay unos cuantos que querrían
tener trabajo esclavo, porque tendrían trabajo.
Lacan en el ’74 estuvo en Italia y dio varias entrevistas. Una que se llamó “El
fenómeno lacaniano” que es del 30-11-74, y otra que se llamó “Freud por
siempre” que es del 21-11-74, o sea, a muy pocos días de diferencia. En la del
21 de noviembre, Lacan respondió a la pregunta de qué significa el retorno a
Freud:

“Exactamente lo que eso dice. El psicoanálisis es Freud. Si uno quiere hacer


psicoanálisis, se deber referir a Freud, a sus términos, a sus definiciones,
leídas, interpretadas en su sentido literal.”

1
En “Lo real y el sentido” de J.-A. Miller, pág. 100
2
En “Lo real y el sentido” de J.-A. Miller, pág. 73
Es fuerte. Está en Pastout Lacan, en francés. Y “El fenómeno lacaniano” que
es la otra conferencia, está en Uno por Uno, N° 46. La pregunta aquí es un
poquito distinta3:

“¿Existe alguna relación entre lo que usted dice, sus escritos, y lo que ha
escrito Freud?

-hay 9 días de diferencia entre una entrevista y la otra- En ésta, que es 9 días
después, Lacan responde4:

“En resumen, he vuelto a llevar a la primera tópica freudiana –esto es lo que he


llamado retorno a Freud- aquello que está implicado en la práctica misma. Esto
no quiere decir que la segunda tópica quede en falta al respecto.”

No quiere decir y no lo quiere decir. Pero vean que Lacan dice –cuando tenía
74 años, es bastante “último”, más último es post-mortem... ya a los 80 tenía
dos años de demencia multiinfártica... o sea a los 78, y esto lo dijo a los 74... es
la última parte del último Lacan... y dice que el retorno a Freud es el retorno al
primer Freud, a la primera tópica.

“En resumen, he vuelto a llevar a la primera tópica freudiana –esto es lo que he


llamado retorno a Freud...”

Y si ustedes se fijan, la entrada de Lacan al psicoanálisis, tal como la hace en


el ’53, con el Discurso de Roma, un discurso político que quería refundar al
psicoanálisis, y donde introduce simbólico, imaginario y real; recordarán que él
manda a leer La interpretación de los sueños, la Psicopatología de la vida
cotidiana y El chiste y su relación con lo inconsciente. Es la primera tópica
freudiana. Este párrafo que marqué, sigue diciendo así:

“Freud, es cierto, llega a entificar...”

Entonces, Lacan dice que Freud llegó a entificar, y es por eso que hay que
quedarse con la primera tópica freudiana. Y no sé si ustedes saben cómo
estaba el psicoanálisis postfreudiano en el año ’53... ¿cómo estaba? Volcado
totalmente a la segunda tópica. ¿Qué se había entificado en la segunda
tópica? Melanie Klein... ¿qué se había entitificado? La pulsión. Uno nace con
mucha pulsión de muerte, menor cantidad de pulsión de vida, esa pulsión de
muerte es vivida autodestructivamente –que es una frase de Freud- y uno la
tiene que expulsar afuera, y por expulsarla afuera uno siente que ha atacado al
objeto, y eso retorna retaliativamente sobre el yo, lo que produce la posición
esquizo-paranoide. Eso es Melanie Klein en su sentido más literal. Con lo
cual, Lacan encuentra que Freud había entificado al psicoanálisis, Freud llegó a
entificarlo. Y por eso había que volver a la primera tópica.
Entiendan ustedes que no habría motivos entonces para que nosotros no nos
podamos encontrar en la misma circunstancia.

3
En “Uno por Uno” N° 46, pág. 24
4
Idem, pág. 25
Comentario: ¿qué quiere decir entificar?

A.E.: no lo sabemos, porque Lacan no lo explica acá. Pero yo te propondría


hacer una lectura así: como si Lacan dijese que Freud había “sustancializado”,
o sea, que había tomado una existencia, como por ejemplo cualquier objeto
bidimensional, y lo había trabajado como si fuese un objeto tridimensional. Ese
sería un ejemplo, otro ejemplo podría ser: como si Freud se hubiese
encontrado con signficados que pueden tener un valor, uno puede escaparle a
un significante por el valor que tiene para esa persona el significado de ese
significante, sí? Nuestra clínica, la clínica con la neurosis de transferencia,
opera con significantes, porque nuestros pacientes tienden a padecer de los
significados, lo que pasa es que cuando tenemos en posición genética al
significante sobre el significado, para operar sobre el significado vamos hacia el
significante, ¿me siguen? Entonces, podríamos pensar que Freud entifica
cuando pasa -por ejemplo- de significados a energías, a una energética,
porque una energética te hace suponer que se trata efectivamente de algo que
como tal sería tramitado por la física, que podría ser –permítanme hablar en un
nivel de generalidad tal que cometa muchísimos errores, por globalizar- que
podría ser una ciencia de los objetos. Cuando si nosotros trabajásemos con
significados, podría tratarse de la lingüística y de una ciencia humana.
Con lo cual, observen ustedes que si Lacan se caracteriza por el retorno a
Freud, caracterizarse por el retorno a Freud nos puede advertir a nosotros de
que quizás nosotros nos veamos llevados a tener que hacer el mismo
recorrido: no tomar como más válido al “último Lacan” –a ustedes les gustaría
que yo dijera “a ninguno”- no, no, podría ser que tengamos que tomar como
más válido al primer Lacan, porque si le pasó a Freud, ¿por qué no le podría
pasar a Lacan? Que Lacan entificara. A cualquier autor le podría pasar.
Más aún, les propongo que aún se conserva de la matematizaciones de Lacan
una elaboración –en algunos grupos lacanianos- sobre la teoría de los nudos,
yo entiendo que se la utiliza porque la teoría de los nudos es muy
imaginarizable. O sea, me parece que les da a quienes la utilizan, una forma
muy rápida y sencilla de concebir las relaciones entre los tres registros:
anudados, desanudados. ¿Se entiende lo que digo? O sea, prácticamente sin
tener que pasar en absoluto por el recurso matemático. Como si fuesen
modelos espaciales para concebir el vínculo que guardan entre sí los tres
registros.

Elisa Bellman: ¿vos planteás que hay en los post-lacanianos el fenómeno de


la entificación?

A.E.: totalmente, sí, lo voy a plantear en lo que resta de esta reunión,


totalmente.

E. Bellman: porque si el autor, en la medida en que avanza, genera


resistencia a lo que ha generado, los que lo siguen, suscriben...

A.E.: en Lo real y el sentido, pág. 100, punto 4. “De la lógica a la poesía”,


Miller dice así, cito:

“Un retorno a las cosas mismas.


La descripción fenomenológica es la inspiración más profunda de Lacan, es
decir, una descripción que trabaja con los datos inmediatos.”

No se puede creer que lo diga. No se puede creer que se anime a decirlo. No


se puede creer que los lacanianos lo hayan leído y no les haya explotado el
microondas... ¡no se puede creer! Lean el comentario de quien hace la
introducción, y no dice que diga eso, dice que Miller dice otra cosa.

“Partir de los datos inmediatos es lo que se encuentra...

uno podría decir que es metafórico, yo siempre que discuto con un milleriano –
o sea, un lacaniano, porque ese es el problema, si los postfreudianos son
freudianos o kleinianos, o annafreudianos o winnicotianos...

“He tomado esta expresión de la primera obra de Bergson, el Ensayo sobre los
datos inmediatos de la conciencia. Lo he hecho reflexivamente...”

o sea, no precipitadamente.

“...y aunque aparentemente, nada esté más lejos de Lacan.”

En la pág. 103, es para leer todos los párrafos, una maravilla, nunca leí algo
tan maravilloso:

“Saber y real.
Lo que Lacan mostró simplemente es que todo eso no se aguanta sin una
tercera demostración que introduce un nuevo realismo. Este realismo supone
que más allá de la estructura hay un real de datos inmediatos, un real sin lugar
donde intentar encarnarlo, que no se define como materia de estructura, como
“carne de cañón” como habitualmente se dice.
Ordenar un real fuera de sentido condujo a Lacan a una nueva
fenomenología...”

Ustedes tienen idea de lo que es una fenomenología, no? Filosóficamente


hablando, Husserl, ¿tienen alguna idea, medianamente? Saben que si buscan
en el Ferrater Mora “fenomenología” son 6 páginas, donde hay 80 autores,
desde Hegel y La fenomenología del Espíritu, Kant, Heidegger. Bueno, la
fenomenología es una filosofía –es muy interesante que sea una filosofía- es
una propuesta de Husserl para una psicología –aunque era filósofo- que sea
una psicología de los datos inmediatos, y para que se produzca ese acceso a
los datos inmediatos hay que hacer caso omiso de todo concepto. Eso es
fenomenología. O sea, la fenomenología es el vínculo de alguien a los datos
inmediatos, a ese real, al fenómeno.

“Ordenar un real fuera de sentido condujo a Lacan a una nueva fenomenología,


ordenar un real previo a lo que la estructura da sentido y que por ello mismo no
puede ser definido, por muy impensable que pueda parecer en tanto que fuera
de sentido. Es un real con relación al cual la estructura aparece no sólo como
una construcción, sino como una elucubración.”

Quiere decir que hay un real, este real se manifiesta en los fenómenos, y lo que
Lacan hizo –aunque parezca mentira, Miller mismo lo dice- es toda una forma
de posicionarnos a los analistas para estar en condiciones de acceder a esos
fenómenos sin el concepto, ya que el concepto es una elucubración de saber.
O sea, que es una producción que se hace por sobre, por encima y a posteriori
de la manifestación de ese real en los fenómenos.

Yo propongo así: mi impresión es que se ha producido un movimiento en


psicoanálisis que es de entificación. Es un proceso de cosificación, es un
proceso de sustanciación, es un proceso de reificación. Son cuatro palabras
distintas, mentan sobre argumentos distintos, tienen cuatro entradas distintas
en el diccionario de Ferrater Mora, los pueden buscar por internet.
A mí me da la impresión de que este proceso es el que nos ha hecho llegar a la
clínica del goce. Eso es evidente, si tienen internet y fueron capturados por
alguna de las redes de publicidad psi, deben recibir 15 propagandas al día de
publicidad psicoanalítica. Y no tengo que decirles que el 80% de los temas que
se proponen son sobre el goce. Hace 10 años, ninguno era sobre el goce, es
decir que desde hace 10 años, el tema de los psicoanalistas es el goce.
Me da la impresión de que es un proceso de entificación, o sea, que ahora se
ha logrado –supuestamente- contar con una sustancia. Hasta se dice así –no
se escandalicen- yo utilizo términos de este mismo movimiento, y es la
sustancia gozante. Se dice “sustancia gozante” o sustancia gozadora. Hay
una sustancia gozadora.
Lo que les propongo hoy es que me parece que hay una correlación lógica
entre esta sustancialización del psicoanálisis bajo la forma del advenimiento en
el centro de la problemática psicoanalítica lacaniana del tema del goce, con el
abandono de la formalización matematizada. O sea, yo creo que para entificar,
para sustancializar en psicoanálisis, hizo falta pasar de la lógica a la poesía, o
sea, hizo falta abandonar la lógica. Vamos a ver si podemos decir algo al
respecto, ¿por qué? ¿Qué relación lógica de antagonismo habría entre la
formalización matematizada y el advenimiento de una nueva sustancia en
psicoanálisis, que es una y que es el goce?

Hay una segunda ruptura de Lacan –Miller propone tres, hay muchas dudas
sobre la tercera, la tercera ruptura que Miller designó “disolución” en la serie,
hay muchas dudas aún en el mismo mundillo parisino, porque hay muchas
denuncias de que Lacan ya no estaba bien de salud mental en esa época, y
que muchas de las cosas firmadas por Lacan eran sobre cosas escritas por
otros, etc. Hay muchas denuncias de ese periodo, la salud de Lacan estaba
fuertemente alterada, no sé si conocen las anécdotas clínicas: los pacientes
se iban solos porque Lacan se quedaba colgado, o se iba del consultorio y
dejaba al paciente solo, o hacía pasar a alguien mientras estaba otro paciente
acostado en el diván, entonces el paciente que entraba no sabía qué hacer... si
acostarse con el otro paciente como en la cama matrimonial, y el que ya estaba
pensaba que era un acto de Lacan y tenía que irse y el otro acostarse; o Lacan
se iba y dejaba pacientes sin atender en la sala de espera... está todo
publicado, estas historias están publicadas por esas mismas personas, etc.
Con lo cual, sobre la tercera ruptura hay dudas. Pero la segunda es
indiscutible y es la que aparece en la lógica del Seminario 11, conocen la
historia: Lacan iba a dictar un seminario 11 que era sobre los nombres del
padre, del cual dictó una única clase, no es como dice Miller “el seminario
inexistente”, dictó una clase de ese seminario, luego la interrumpió, él dice que
(...)

---cambio de cassette---

(...)que quería decir lo que dijo en ese única clase, y después viene la
interrupción y apareció lo que fue designado como Seminario 11 y que fue el
primer seminario publicado bajo esta forma. Ustedes saben que hasta el
seminario 11 no hubo seminarios de Lacan publicados bajo esta forma, la
forma anterior eran resúmenes, los famosos resúmenes de los seminarios 5 y
6, después por primera vez aparece esta forma, que es una forma que propone
Miller, que participó por primera vez del seminario de Lacan cuando tenía 18
años, y que al final del seminario le propone de publicarlo, Lacan le dice “si
fuera tan fácil, ¿cómo se le ocurre que se podría publicar?” Y Miller le contestó
“tal cual”. A Lacan le pareció una idea brillante, y lo publicaron. Nadie se había
animado, no es que a nadie se le había ocurrido publicarlo tal cual, nadie se
había animado a que semejante locura fuera puesta sobre papel y publicada.
Finalmente se hizo así y están los establecimientos...

Comentario: hay un establecimiento del texto que hace Miller

A.E.: de éste, fue el primero, el 11...

Comentario: pero de ese hay establecimiento, no es tal cual la


desgrabación...

A.E.: Lacan estaba vivo y corrigió lo que estableció Miller, el asunto es la idea.
Siempre que se desgraba, el que desgraba establece, o el que corrige la
desgrabación establece. Lo que estamos diciendo es el sistema de
publicación, que es un sistema que se le ocurrió a Miller, que ya venía –habrán
visto- lleno de ideas, y de ideas muy prósperas, que fue publicar el seminario
de la desgrabación. Al final de este seminario están los agradecimientos de
Lacan, Lacan estaba vivo, no hay problema, los títulos, todo fue aceptado y
reconocido por Lacan.
Recordemos entonces que para Miller, la inspiración fundamental de Lacan es
hacer del psicoanálisis una fenomenología, ¿por qué? Porque se trata de un
nuevo realismo. ¿Entienden qué quiere decir nuevo realismo? ¿Por qué
“nuevo realismo”? Porque se trata de lo real pero en una nueva concepción de
lo real, se trata de pescar a lo real tal como lo real se manifiesta, esa es la
propuesta de Miller, y me parece que gran cantidad de psicoanalistas
lacanianos efectivamente trabajan así. Una vez en un pequeño grupo de
psicoanalistas invitamos a un psicoanalista de la EOL a comentar un caso que
habíamos discutido, se lo presentamos y el vino a comentarlo y dijo: un caso
se arma así, se establece un punto de real y con ese punto de real, en torno a
ese punto se arma un caso. ¿Se dan cuenta de cuál es el problema? ¿Cómo
sabemos qué es un punto de real? El problema es cómo sabemos qué es un
punto de real. Porque la fenomenología –que implica un nuevo realismo-
significa ¿qué? No operar con el concepto. Fenomenología, Husserl,
diccionario de filosofía: la fenomenología implica un método y un modo de ver,
recordarán la έποχή (epojé), es depuración de todo psicologismo, el método es
depuración de todo psicologismo; y reconsiderar todos los contenidos de
conciencia. ¿Cómo se reconsideran todos los contenidos de conciencia? Con
la epojé, y la epojé significa una puesta entre paréntesis, y describirlo en su
esencia. A eso Husserl lo llama positivismo absoluto. ¿Cómo se podría
describir este positivismo absoluto? Se coloca antes de toda creencia y de
todo juicio para explorar, simplemente lo dado. Todo lo que se supone antes,
se lo pone entre paréntesis. ¿Qué es lo que se supone antes? Inclusive todos
los conceptos, y uno se conecta directamente con lo dado. Y eso dado se
llama el mundo de los fenómenos. El problema que nosotros tenemos –me
parece a mí, y espero que todavía lo tengamos- es qué es real. Ese nuevo
realismo ¿cómo se establece? Ustedes me podrían decir: “lo real es lo
imposible”. Pero ese es el “concepto” de real. Pero si es una fenomenología,
si es la esencia, uno –siempre es uno, el psiconalista- estaría en posición tal de
directamente conectarse con lo real. Esto es más viejo que la ruda-macho para
conseguir novio... ¿ustedes saben cómo un psicoanalista se conecta
directamente con lo real sin el concepto? ¿Cómo? Porque se analizó...
Porque la posición analítica se obtiene por análisis. Si yo les hubiese repartido
una hojita a cada uno al comienzo y les hubiese puesto un multiple choice con
la pregunta ¿de dónde salen los analistas? Y les hubiese puesto como
opciones: de un repollo, de tener a una mamá o una tía psicóloga (como todos
hoy en día), de estudiar, de analizarse, algunas de las anteriores, ninguna de
las anteriores. ¿No hubiéramos tenido un máximo de cruces en la opción “de
analizarse”? ¿Por qué? ¿Por qué un psicoanalista sale del análisis? Por esto:
porque el análisis –desde Freud para acá, desde Freud, pero no Freud, porque
Freud nunca creyó que era necesario que los analistas se analizaran para
practicar el análisis, para él era fundamental estudiar al inconsciente, no
analizarse. Cuando él murió se estableció que era fundamental analizarse, y
es una norma indiscutible para todo psicoanalista que un psicoanalista sale de
un análisis. Aclaremos un poco para que no haya confusiones: un analista
pero no como última fase de paciente a analizante y de analizante a analista en
el pase. Porque ese analista –el producto de un pase- no es practicante.
Estamos hablando de los practicantes. ¿Cómo alguien puede conectarse con
lo real directamente? ¿Quién puede ser el fenomenólogo de lo real? El
analista practicante. ¿Y cómo un analista practicante logra eso? Porque él se
ha analizado. ¿Entienden lo que quiere decir que se haya analizado? Que él
ha experimentado en sí, lo real. Es para morirse...
Un paciente esquizofrénico que yo trataba tenía un detector Giger para la
libido. ¿Saben cuál era? El pene. Se le paraba, y según hacia donde se le
paraba, él iba. De verdad. Una vez lo engancharon en la mitad del Río de La
Plata, porque una ex-novia desde Montevideo le estaba transmitiendo... era un
telépata-receptor, y él había interpretado que le estaba transmitiendo desde
Montevideo, y lo agarraron en la mitad del río. ¿Cuál es el detector Giger del
goce? ¿Cuál es el detector Giger de lo real? Que uno lo haya experimentado.
¿Y dónde se experimenta ese real? En análisis. ¿Estamos en este punto? Si
tienen alguna falla lógica muy grosera que hayan detectado, intervengan ahora
–si es de detalle perdónenmela para la próxima.
Fíjense lo que dice Lacan en la segunda ruptura, que es cuando lo tachan de la
lista de didactas de la IPA, Lacan dice que es porque iba a hablar de los
nombres del padre, los argumentos por los cuales se lo echa de la IPA son la
sesión corta –ese era el menos importante. El argumento principal por el cual
se lo echa a Lacan de la lista de didactas era que él dictaba seminarios,
analizaba y supervisaba a las mismas personas, y lo que los psicoanalistas de
la IPA no toleraban –y muchos de ustedes tampoco- es esa concentración:
que un analista supervise, analice y dicte seminario al mismo analizante.
¿Saben por qué? Por Tótem y tabú. Una vez muerto Freud, no puede venir
nadie al lugar de Freud. ¿Cómo se garantiza que nadie venga al lugar de
Freud? Pacto fraterno. El pacto fraterno es que ninguno las tendrá a todas.
Entonces: uno analiza, otro supervisa y otro dicta el seminario; que a nosotros
se nos convirtió en lo más obvio y en lo más “sano”... o acaso se dice que lo
“más sano” o “lo mejor” es que no sea con el mismo, que no es bueno que el
mismo analista analice al marido y a la esposa. ¿Por qué? ¿Por qué no es
bueno? ¿Por qué no es bueno que uno se analice y supervise con el mismo
analista? ¿Dónde leyeron ustedes papers doctrinales que justifiquen eso? Y
todos lo sostuvimos por décadas, ¿por qué se sostuvo por décadas? Por el
pacto fraterno, ¿por qué? Para que nadie venga al lugar de Freud. Y Anna
Freud, Melanie Klein y Winnicot, ¿qué fueron? Continuadores. Continuar a
Freud, sí. Lo que no se puede es retornar a la posición de Freud y querer ser
como Freud. Es por eso que Lacan ataca este problema, se dan cuenta cómo,
no? No hay un nombre del padre, puede haber varios nombres del padre, yo
soy freudiano, sean ustedes lacanianos, si quieren. Esa maniobra es muy
interesante porque ahí Lacan funda la Escuela Freudiana. Hasta ese
momento, todas las instituciones psicoanalíticas eran como la APA, “asociación
psicoanalítica de Argentina, de Buenos Aires, de Rosario”. Asociación
Psicoanalítica de Londres. Sin nombre, pero ahí el sin nombre era para
garantizarse el nombre de Freud. ¿Se entiende la lógica? Lacan hace una
maniobra increíble, porque pareciera ser superfreudiano, pero no, él dice de
poner los nombres “yo pongo el de Freud, si quiere poner Lacan...” Para atacar
ese problema de Tótem y tabú.
Entonces: tenemos fenomenología, tenemos un nuevo realismo y tenemos ese
real que es goce. Fíjense en la primera clase de Lacan del Seminario 11 que
fue designada “Excomunión” y da un poco su versión de los hechos de su
tachadura, de su expulsión de la lista de didactas. En la segunda clase, que se
llama “El inconsciente freudiano y el nuestro” –saben que Lacan utilizaba el
plural mayestático, con lo cual es “el inconsciente freudiano y el mío”, está el
inconsciente según Freud y el inconsciente según Lacan- después de la
introducción en la que lee Le Fou d’Elsa, de Aragon, ese poema del comienzo,
que es en honor de lo que él había querido hablar, después viene el apartado
15, y ahí Lacan dice así:

“Sé que algunos de ustedes se inician en mi enseñanza. Lo hacen mediante


escritos y obsoletos. Quisiera que sepan...

Fíjense a contradicción del propio Lacan, no? Sus escritos de antes son
obsoletos... cuando él propone un retorno a Freud.

5
Pág. 26 de la edición en castellano del Seminario 11, Paidós.
“Sé que algunos de ustedes se inician en mi enseñanza. Lo hacen mediante
escritos y obsoletos. Quisiera que sepan que una de las coordenadas
indispensables para apreciar el sentido de esta primera enseñanza ha de
encontrarse en lo siguiente: desde donde están situados no pueden imaginar
qué grado de desdén, o simplemente de desconocimiento para con su
instrumento pueden llegar a tener los analistas. Sepan que, durante años,
dediqué todos mis esfuerzos a revalorizar ante ellos este instrumento, la
palabra, para devolverle su dignidad, y lograr que no fuese siempre, para ellos,
algo de antemano desvalorizado que los obligase a poner los ojos más allá,
para encontrarle su garante.”

Ustedes saben que parole no es exactamente “palabra” en castellano. Parole


también es “habla”, no es exactamente “palabra”. En una fenomenología, libre
de todo psicoanalismo... perdón, libre de todo psicologismo, que nos ponga en
conexión directa con los fenómenos, ahí la palabra sería elucubración de
saber. ¿Cuál es el mejor procedimiento para uno estar seguro de que uno no
está interponiendo psicologismo allí donde se trata del encuentro directo con el
goce? ¿Cuál es la mejor herramienta? Silencio y corte. ¿Cómo podrían estar
ustedes seguros de no estar interponiendo psicologismos, que no están
rellenando, engordando la cuota de lo imaginario? Es necesariamente silencio
y corte. Porque con silencio y corte estarían seguros de no estar infectando el
campo con psicologismos.

Comentario: pero eso del contacto directo con el goce, me remite a algo así
como el goce místico...

A.E.: lo que voy a proponer es exactamente eso. Es la hipótesis central del


movimiento que he traído para esta reunión, sí, sí, sin lugar a dudas. O sea, a
mí me parece que estamos de vuelta en este punto, en el psicoanálisis
lacaniano estamos exactamente en este punto: hay que revalorizar la palabra,
porque hay desdén por la palabra.

“Así fue como, al menos por un tiempo, se me pudo tomar por alguien
obsesionado por no sé qué filosofía del lenguaje, heideggeriana incluso,
cuando sólo se trataba de una referencia propedéutica.

o sea, para enseñar.

...Y hablar en esta sede tampoco hará que hable como filósofo.”

Porque a él también lo habían echado del lugar donde enseñaba y ahora


estaba en un lugar donde se reunían filósofos.

“Para abordar algo distinto –que efectivamente me es más fácil mencionar


aquí-...

que donde hablaba antes

...al meollo del asunto...


o sea, Lacan dice que hasta ahora se ha dedicado a que los psicoanalistas
revaloricen la palabra, que quiere decir tanto la palabra como el hablar, en
francés parole es tanto palabra como hablar. Pero Lacan dice que ahora lo va
a decir distinto, y lo dice así:

“Para abordar algo distinto –que efectivamente me es más fácil mencionar


aquí- al meollo del asunto lo llamaré el rechazo del concepto...

que es lo que Miller propone como la esencia de Lacan. Miller al decir que
Lacan es un fenomenólogo, una nueva fenomenología, en contacto directo con
un nuevo realismo; lo que está diciendo Miller es que se trata del rechazo del
concepto. Fíjense que es exactamente el mismo diagnóstico que Lacan
propone para el estado de situación del psicoanálisis después de que a él se lo
echó de la lista de didactas de la IPA.

“Para abordar algo distinto –que efectivamente me es más fácil mencionar


aquí- al meollo del asunto lo llamaré el rechazo del concepto y no de otra
manera. Por ello, como lo anuncié al final de mi primer curso,...

la clase anterior a este seminario

... intentaré hoy introducirlos a los conceptos freudianos principales –aislé los
cuatro que cumplen estrictamente esta función.”

Con lo cual, observen que Lacan intentó hasta “Los nombres del padre” un
trabajo, y es que los psicoanalistas vuelvan a darle valor a su instrumento.
¿Cuál es su instrumento? La palabra y el hablar. Lo acaban de echar, no sé si
ustedes saben que Lacan hizo todo lo posible para que no lo echaran, por
ejemplo, algunos discípulos de Lacan hacían reuniones secretas con pacientes
de Lacan para pedirles a esos pacientes que mintieran cuando fuesen
entrevistados por la inquisición de la IPA, para que dijeran que Lacan no hacía
sesiones cortas y que no supervisaba y analizaba a las mismas personas, o
sea, que Lacan le pidió a algunas personas que les pidieran a sus pacientes
que mintieran, con lo cual les advierto que Lacan para nada se hizo echar, al
menos –como diría mi mamá- concientemente. Una vez que lo echan, Lacan
decide no dictar “Los nombres del padre”, ese seminario quedaría sin dictarse,
lo que es medianamente falso porque hay mucha información en los seminarios
posteriores sobre lo que él iba a decir y dice que eso era lo que iba a decir, hay
cuatro o cinco lugares en donde Lacan explícitamente dice lo que iba a decir en
ese seminario, y él hace un cálculo, que es un diagnóstico de la situación del
psicoanálisis, de lo que fue su gestión de 11 años hasta ese momento, en 1953
cuando funda la nueva sociedad, simbólico, imaginario y real, palabra plena y
palabra vacía, significante, Otro, sujeto, estructura; todo ese movimiento, y
cuando lo echan hace un establecimiento de situación, un diagnóstico de
situación y dice que esto se cura por diagnosticar correctamente el problema.
Y dice que él se equivocó, que no es que los psicoanalistas rechazan su
instrumento: es que los psicoanalistas rechazan el concepto. Hay un rechazo
del concepto y por eso el seminario que hay que dictar es un seminario sobre
conceptos, no importa cuáles son esos cuatro –aunque realmente, la lista de
estos cuatro hace escandalizar a más de uno, especialmente a mí: no puedo
entender que no esté deseo. Entiendo las dos duplas, entiendo a estos cuatro,
entiendo que sean dos duplas, su orden y su presentación, pero no entiendo
cómo Lacan en su lectura de Freud no haya incluido al deseo. Pero observen
que Lacan dice que para restablecer al psicoanálisis en una posición, para que
no caiga en un idealismo, hace falta volver al concepto. Miller y los lacanianos
dicen que es lo contrario: que lo que Lacan propone –en el último Lacan- es
que hay que hacer un rechazo del concepto y que hay que conectarse
directamente con ese nuevo realismo que es el goce.

No lo voy a tratar como tema, pero les doy una pista por si alguno lo quiere
revisar: a mí me parece que acá hay un eco de una discusión nunca del todo
desarrollada, pero por la gente “del palo”, los que piensan este problema,
siempre presente; y es una oposición planteada por Nietzsche, que es la
oposición entre lo apolíneo y lo dionisíaco. No voy a entrar en eso, es muy
amplio, se puede leer claramente, de hecho en internet se pueden bajar gratis
un artículo magnífico de Nietzsche que se llama “La visión dionisíaca del
mundo” firmada verano de 1870, está publicada por Alianza, pero está en la
página Nietzsche en castellano, que es para bajarse de todo.
A mí me parece que lo que está francamente en discusión es la oposición entre
lo apolíneo y lo dionisíaco, y mi impresión es que en psicoanálisis lacaniano se
pasó de lo apolíneo a lo dionisíaco. Es muy complejo, ni siquiera se crean que
Apolo y Dionisio son tan contrarios como uno podría creer para armar una
oposición. Nietzsche se puede leer y es muy interesante, y a mí me parece
que lo que está en juego es esa oposición, que a mí en lo personal, me excede.
Sin embargo, es voy a proponer una lectura de este problema, del problema en
que nos encontramos: mi impresión es que en psicoanálisis se ha pasado de
lo apolíneo a lo dionisíaco, que se ha pasado de la formalización matematizada
al goce, pero ¿por qué? Se los propongo entender así: supongamos así, es
una suposición metodológica, supongamos que el psicoanálisis es una
respuesta contraria a cierto movimiento de la cultura, a lo que Freud llama
“malestar en la cultura”. Supongan que la cultura, produce cierto malestar y
ese malestar tiene esta orientación, en una burda representación espacial:

Podría ser que el psicoanálisis, si quisiera operar con esto, tuviese esta
dirección, sí? Podría tratarse quizás, de que hay una tendencia muy fuerte en
esta dirección y que el psicoanálisis, cada vez que intentase dar una respuesta
contraria, se viese llevado en la otra dirección.

Diagnosticar este movimiento

1ª. Tópica.

2da. tópica

1er. Lacan

Ultimo lacan
Lo que les propongo es una maniobra absolutamente delirante y es intentar
diagnosticar esto. Intentar diagnosticar qué sería esto, que hizo pasar de la
primera a la segunda tópica, que hizo pasar del primero al segundo Lacan, el
de las formalizaciones matematizadas al supuestamente uno del goce.
¿Se entiende la idea?
A este movimiento les propongo caracterizarlo por 4 items, todos ellos –a mí
entender- profundamente articulados entre sí, o sea, son 4 elementos, pero no
es tan claro que sean 4 elementos que tengan una plena independencia uno
del otro. Para mí son:
1) el individualismo moderno –lo llamo así en honor a Hegel que fue el primero
que lo diagnosticó; ¿qué quiere decir individualismo moderno? Que se
confunde sujeto con individuo. Y les advierto que es propio de Occidente y de
los últimos siglos, esa confusión. O sea, que antes se operaba con una
concepción de sujeto –si ustedes quieren pueden traducir “sujeto” por “asunto
humano”, más aún, si quieren traducir sujeto por asunto humano particular, o
sea, asunto humano con características y propiedades particulares, aquello que
podría recibir nombre y apellido; eso, en nuestra cultura, o sea en Occidente,
hasta hace unos cientos de años, no era confundido con un individuo. Me
podrán decir ¿y qué otra cosa puede ser lo humano particular si no es un
individuo? Un individuo podría ser así, como si fuese una esfera, y la sociedad
humana, un conjunto de esferas.

Individuo Sociedad

De hecho muchos son los que suponen que la vida social es algo así como una
mesa de billar donde cada uno golpea con el otro, y que el encuentro con el
otro es algo de esa índole. Esta podría ser una forma de entenderlo. Pero
también podríamos poner a las personas así, por ejemplo, y suponer que son
los entrecruzamientos entre personas lo que producen el sujeto.

Hermano muerto

madre Abuela paterna

(sujeto dividido)

S hermana

padre

Es cierto que en nuestra clínica solemos designar como sujeto al que nos
consulta, pero podría ser que el asunto que en psicoanálisis tuviésemos que
tratar en relación a esta persona que nos consulta, como sujeto, no coincida
con la persona, y que sí coincida con una serie de relaciones. Es bastante
razonable que sea así, porque si el asunto humano fuese la persona misma,
qué mejor para tramitar los problemas que tiene la persona misma en la bolsa
de papas chocándose con las otras papas, que la autoayuda. La autoayuda es
la mejor forma de resolver uno los problemas que tiene, no? Pero ¿para qué
un otro, psicoanalista? ¿Por qué no la autoayuda? ¿Por qué después del
psicoanálisis vino la autoayuda? Quizás porque esta tendencia sigue
imperando e imponiéndose cada vez más. Vieron lo que pasó en las librerías,
no? Adelante, los libros de autoayuda, al fondo por ahí perdidos, los libros de
psicoanálisis. ¿Por qué? Y, podríamos decir que porque el psicoanálisis está
desapareciendo, pero por qué los libros de autoayuda están primeros, en todos
los aeropuertos, lo primero que hay colgado en los kiosquitos son los libros de
autoayuda de Bucay. ¿Por qué? Porque lo mejor para un sujeto entendido
como individuo es la autoayuda. Hasta en muchas culturas hoy día, no
occidentales –como en Occidente hace cientos de años- el sujeto era
entendido como sistema de relaciones. Y tanto era así que si una persona
realizaba un acto, por ejemplo, S asesinaba a alguien, todo el mundo
consideraba que el acto más justo para atacar el problema del asesinato que S
hizo a X, asesinato que después de cometido, S murió, a todo el mundo le
parecía lo más justo atacar a los miembros de la familia de S. ¿Vieron la
película “Gladiador”? Cuando a él casi lo matan y se salva de casualidad,
¿vieron que sale corriendo? Sale corriendo a buscar a la mujer y al hijo, ¿para
qué? Porque estaba seguro de que iban a matarlo a él como su mujer y su
hijo, porque ellos eran él, es el mismo él. El asunto, para muchas culturas, por
ejemplo, para la muralla china todas las familias tenían que entregar un
trabajador. Si ese trabajador moría, la familia debía uno, porque ahí el sujeto,
la entidad era la familia, la familia no podía decir que ya había dado uno, la
familia era uno. Cada familia tenía que proveer porque la unidad era la familia.
Ayer discutíamos con un grupo de colegas que en Atenas la unidad era la polis,
y cada uno de los ciudadanos era polis, el asunto era polis, no había diferencia.
A nosotros se nos hizo obvio que el sujeto humano es cada hombre: los
derechos del hombre y del ciudadano, cada hombre es el sujeto humano. Con
lo cual, el primer punto que yo les propongo destacar de nuestra cultura, que
marca este movimiento, es el individualismo moderno. ¿Dónde nace? Nace
con el Cristianismo, porque Cristo fue el primero que supuso que la salvación
de cada uno de los creyentes era la puesta en relación del alma de cada uno
de los creyentes con Dios. ¿Vieron la masa organizada de “Psicología de las
masas...” de Freud? Eso es Cristo. Al primero que se le ocurrió que todos,
individualmente, se pongan en relación a Uno, esto en nuestra cultura adviene
al movimiento propio de lo que se conoce como Cristo. No estoy diciendo que
sea la persona, Jesús, es el movimiento histórico. En esa sociedad, había otra
solución, en ese mismo momento, y que era la de los Profetas. Para los
Profetas, el asunto judío era que si los judíos no rectificaban, todos los judíos
se iban a salvar o no se iban a salvar en el futuro, pero el asunto era el pueblo.
No importaba si cada uno pecaba o no pecaba: todo el pueblo junto se salvaba
o no se salvaba. En nuestra cultura, a partir de Cristo, se empieza a establecer
un movimiento, que es el movimiento individualista, que cada vez más fue
incrementándose en una forma imparable.

El segundo punto, lo vamos a llamar el nihilismo europeo, por el título del libro
de Nietzsche. ¿Qué es el nihilismo europeo? Es como verdaderamente hay
que entender el “Dios ha muerto”. La famosa frase, lean de Heidegger “El
nihilismo europeo de Nietzsche”, es magnífico, es un artículo de Heidegger
donde explica qué quiere decir Nietzsche con “Dios ha muerto”. “Dios ha
muerto”, para mí, no quiere decir que no haya más nadie que crea en Dios,
porque hay mucha gente que cree en Dios –mi impresión es que cada vez son
más los que creen en Dios- ¿cuál es el verdadero problema que diagnostica
Nietzsche? Que lo que ha caído es la oposición de este mundo y el otro
mundo. ¿Qué problema trae la desaparición del otro mundo? Es que en el otro
mundo, era donde se iba a hacer el Juicio Final. Observen que ya ahí mismo
hay una diferencia. Para los Profetas de la época de Cristo, el Juicio Final era
al final de los tiempos, para todo el pueblo hebreo. Desde Cristo, el Juicio Final
es de cada uno. Es claro que a Cristo le era imperioso que fuese de cada uno,
porque cada uno en el Juicio Final iba a ser evaluado en función de si sí o si no
tuvo fe en Cristo, obvio. No quedó otra lógica. Cuando el Mesías fue el Hijo de
Dios , no el Profeta que decía “Cuando venga el Mesías” sino que uno dijo “yo
soy el Mesías y soy el hijo de Dios” –que en verdad es una idea notable, ser el
hijo de Dios- podría haber sido vicario... ¿para qué ser el hijo? Para resolver
ese problema hubo que hacer después la Santísima Trinidad. Es muy difícil,
porque es hijo y Dios a la vez, si no fuera a la vez Dios, no se le podría exigir la
fe. Tenía que ser Dios a la vez. Bueno, el Juicio Final a partir de Cristo es
para cada uno. De eso también hay modulaciones, porque el Juicio Final en la
época del siglo III o IV también era al final de los tiempos. A partir del
Medioevo empezó a ser al final de la vida, se anticipó; y ahí es donde se
relacionó con la muerte. Hubo un momento en que el Juicio Final se articuló al
momento de la muerte, y aunque les parezca mentira, sólo a partir de ese
momento en nuestra cultura es angustioso morirse. Antes del Juicio Final –uno
es sometido a un juicio en el Juicio Final- por eso empezó a ser antes; en las
representaciones anteriores del hecho mortal, estaba toda la familia, los chicos
jugando, gente cocinando y la persona se estaba muriendo, o sea, no era
angustioso ese momento ni tampoco tan solemne. Pero sí se asoció a la
muerte corporal. El nihilismo moderno significa entonces que, al haber caído el
otro mundo, no hay dónde valorar los actos. No hay dónde establecer... por
ejemplo: si alguien fue muy injusto en este mundo, antes se podía pensar que
sería castigado en el otro mundo, irá al infierno. “Dios ha muerto” significa que
nos hemos quedado sin paraíso y sin infierno. Al quedarnos sin paraíso y sin
infierno, no hay forma de valorar los actos. Eso, ¿cómo se manifestó a nivel
cultural? Con el sin-sentido. Nada tiene sentido. Porque nada tiene sentido en
sí mismo. Sin el otro tribunal, se nos empezó a hacer obligatorio que las cosas
tengan sentido en sí mismas –a nadie se le había ocurrido que las cosas tenían
sentido en sí mismas- tenían sentido en el tribunal, San Pedro, que decía si
ibas para acá o para allá: había otra instancia que daba sentido, nada tenía
sentido en sí mismo, con lo cual, hemos caído en el sin-sentido. Lo que ha
aparecido en nuestra cultura a partir de la caída del otro escenario, es que sin
el otro escenario nos hemos quedado sin sentido.

3) Disolución de la función de la autoridad personal. Es lo que los lacanianos


llaman “no hay Otro”. Esto se puede leer en Louis Dumont, él trabaja en dos
libros distintos, sociedades jerarquizadas y sociedades igualitarias. La nuestra
es una sociedad igualitaria: todos por igual, que para nosotros es lo más
maravilloso y democrático que hay. ¿Qué más democrático que todos por
igual? Especialmente en países populistas como el nuestro. En países super-
populistas como el nuestro, que todo el mundo ingrese en la universidad nos
parece lo mejor. Porque es igualdad de oportunidades. El mejor colegio de La
Plata era el Colegio Nacional. Como era el mejor colegio de La Plata y somos
ultra-populistas... ¿saben cómo es el ingreso a ese colegio? Por sorteo.
Seguramente debe ser también por licitación... alguno entrará por acomodo.
Pero ¿entienden por qué es por sorteo? Porque: ¿por qué los pobres chicos
que tienen menos posibilidades de prepararse no van a entrar al mejor colegio?
En nuestro sistema que es tan injusto, justamente el populismo, bajo la forma
de igualdad de oportunidades, es reinante. Ahora, ¿qué sucede? Que cuando
es todos por igual, lo que no hay es autoridad personal. O sea, vamos a
pensar en la autoridad del médico, que desapareció en tan pocos años: el
famoso médico de familia de hace 60 ó 70 años, no hace tanto, ese famoso
médico de familia tenía una autoridad personal indiscutible. Ahora, para
nosotros un médico es un pibe cualquiera que entra en la facultad, perdiendo el
tiempo 8 años... en la Facultad de Medicina, ¿cuál es el chiste de qué hace
falta para que haya un médico? Que alguien ingrese a la facultad y que pasen
8 años. Todos salen médicos. ¿Qué quiere decir? Que todos salen médicos
por igual. Ahí, el problema que yo les propongo del “todos por igual”... porque
acá (en el cristianismo) ya hay idea de todos por igual, en Cristo ¿cuál es la
idea de todos por igual? Hermanos en Cristo. Somos todos hermanos en
Cristo, acá también hay principio de igualdad. Si bien la iglesia es una
institución hiper-jerarquizada, hay una idea de igualdad, todos iguales. Pero
me parece que la marca fundamental, de la disolución de la función de la
autoridad personal es el saber de la ciencia. El saber de la ciencia está
elaborado de tal manera, que sea para todos por igual. O sea, que un teorema,
un axioma, cualquier desarrollo científico, para ser verdaderamente un
desarrollo científico es preciso que cualquiera que tenga las mínimas
herramientas de alfabetismo, sea capaz de leerlo y comprenderlo. Entiendan
que no hay ninguna característica personal, como sí para ser brujo. Para ser
brujo, para ser mago, para ser un gran rabino, el gran rabino de los Lubavitch,
o para ser el Papa... ¿vieron que el anterior Papa va a ser santificado? ¿Por
qué? Porque en él se trasuntaba algo de su condición personal, ¿cuál? Santo,
que no tiene nada que ver con “todos por igual”: no todos tenemos cuota de
santidad. El saber de la ciencia en cambio, sí está armado de tal manera que
no hace falta tener una cuota de sabiduría, ni de santidad, no hace falta tener
ninguna característica personal, yo siempre hago el siguiente chiste:
habitualmente, los que vamos a la universidad somos aquellos que no tenemos
ningún atributo para hacer nada. Si uno es buen futbolista, juega al fútbol; si
una mujer es hermosa, es modelo; si uno es un hábil pianista, toca el piano; si
uno no tiene ninguna habilidad... va a la facultad. ¿Qué hacés si no tenés
ninguna habilidad? ¡Vas a la facultad! Porque si tuvieras alguna habilidad, ¡la
ejercés! ¿Qué habilidad tenés que tener para ir a la facultad? Ninguna, estar
ahí, seguir, ser un buen chico... Pero es razonable que sea así, porque el
saber de la ciencia toma a todos por igual.

Entonces: el individualismo moderno, que tiende a disolver al sujeto como


interindividual; es lo que lleva en el momento actual del psicoanálisis a que el
sujeto se haga responsable. El nihilismo europeo es lo que lleva al
psicoanálisis lacaniano a sostenerse en el sin-sentido, hay que apuntar al sin-
sentido. ¿Cuál es el peligro para el psicoanalista lacaniano, qué es lo que no
hay que hacer? Nadie sabe lo que tiene que hacer, bah, acotar el goce, obvio,
pero además de acotar el goce, ¿qué es lo que no hay que hacer? Otorgar
sentido. No proveer sentido. ¿Por qué es tan terrible proveer sentido? Porque
la verdad es que no lo hay, entonces, no engañés a la gilada, lo mejor es
desasnar a la gilada convenciéndola de cómo son las cosas. ¿Cómo son las
cosas? Nada tiene valor, nada tiene valor en sí mismo. Es un problema esto
de que nada tiene valor en sí mismo, porque la solución nietzscheana a ese
problema es la voluntad de poder. Si lo otro que nos queda para el autor que
tuvo la capacidad de diagnosticar este problema, que fue Nietzsche, la solución
que él da es muy, muy compleja, que es la voluntad de poder, que algunos han
puesto en el origen del movimiento nazi. Yo creía eso, y volviendo a leer a
Nietzsche ya no me parece tan así, porque me di cuenta de que ni voluntad ni
poder es tan evidentemente voluntad o poder; es más complejo la noción de
voluntad y poder en Nietzsche, pero no pierdan de vista que para muchos, el
superhombre era el SS.
Entonces: que el sujeto se haga responsable, que no hay ningún sentido
verdadero, el sin-sentido.
¿Entienden que lo que estoy proponiendo es que el psicoanálisis lacaniano fue
levantando todas las propuestas que son propias a la ideología de nuestra
cultura? Tercero, disolución de la función de la autoridad personal: no hay
Otro. En esto les aseguro –podemos hacer una guerra de citas- que Lacan
jamás dijo “no hay Otro”. Nunca Lacan dijo “no hay Otro”, siempre lo dijo en el
contexto de “no hay Otro del Otro”, y siempre, busquen en el buscador de la
computadora y fíjense 10 renglones antes y 10 renglones después; y les
garantizo que siempre van a encontrar que Lacan dice “que es como yo digo,
no hay Otro del Otro”. Pero en lacanés quedó disuelto en que “no hay Otro”,
porque efectivamente, un problema de nuestra cultura es la falta de autoridad.
No hay políticos por quienes votar, no hay jueces creíbles, los chicos les tiran
huevos podridos a los profesores, los curas violan a los pibes... ¿en quién se
puede tener un poco de confianza? No hay autoridades, se ha disuelto
mundialmente en Occidente la autoridad. Es una sociedad de todos por igual.

Y 4), lo podemos tomar de Badiou, de El Siglo de Badiou, que es lo que Badiou


llama la fascinación por lo real. Badiou caracteriza al siglo XX por su
fascinación por lo real. Fíjense cómo lo dice, es interesantísimo, pág. 35 y 36
del capítulo “La Bestia” de El Siglo:

“En el primer caso, punto clave, es que uno se siente inclinado a aceptar cierto
horror de lo real...

que es lo que dicen los lacanianos, que hay horror por lo real, y es por eso que
el lacaniano en su silencio y en su corte, enfrenta al sujeto directamente con lo
real.

Se ha dicho muchas veces que la barbarie del siglo XX se debía a que los
actores, revolucionarios o fascistas, aceptaban el horror en nombre de la
promesa, en nombre de los porvenires que cantan: estoy convencido, a la
inversa, de que lo que fascinó a los militantes fue lo real de ese siglo, hay de
hecho una exaltación de lo real hasta en su horror.”
Es notable, que lo que nosotros decimos como psicoanalistas lacanianos sea
un fenómeno del siglo. Está bien, yo no sé si Badiou se analizó, y si se analizó
bien, con un lacaniano, entonces quizás lo dice porque él tiene horror a lo
real... no sé, pero eso es como Freud, que si él tenía razón estaba bien, pero si
no tenía razón, estaba bien igual! El juego psicoanalítico es muy duro en eso.
Pero si diéramos cierta credibilidad a este diagnóstico –el libro es muy
sostenible y razonable- él dice, al contrario de los lacanianos, que de lo que se
trata en el siglo XX es de una fascinación por lo real. Con lo cual, tenemos:
individualismo moderno, del sujeto interindividual al individuo; el nihilismo
europeo, la vida no tiene ningún sentido; disolución de la función de autoridad,
no hay Otro; y fascinación por lo real...¿a qué lleva todo esto, individualismo
moderno, nihilismo europeo, disolución de la función de autoridad personal y
fascinación por lo real? A la hiper-valorización del cuerpo. Nuestra cultura se
caracteriza en su momento actual por una hiper-valorización del cuerpo.
A mí me parece que cuando Lacan dice que Freud, en su segundo momento,
entifica, es cuando adviene toda la lógica de la pulsión, considerándose a la
pulsión como lo más importante de lo que se tramita en la clínica psicoanalítica.
A mí me parece que Freud entifica, ¿por qué? porque es arrastrado por este
movimiento. ¿En qué sentido? En que lo más importante es el cuerpo.

Individualismo moderno: que el sujeto se haga responsable. ¿Alguien tiene la


cita en donde Lacan hable de responsabilidad subjetiva? Les apuesto una
cena para 5 personas, al que encuentre la cita donde Lacan hable de la
responsabilidad subjetiva, eso que se dice en todos lados, todos los lacanianos
lo dicen en todos lados, supervisiones, hospitales, etc. que el sujeto se haga
responsable... en mi Lacan no está. Sí hay una filosofía alemana de 1970, no
traje el nombre del autor, que sí trabaja con responsabilidad subjetiva, pero en
Lacan no está.
Entonces tenemos: individualismo moderno; en lacanés: que el sujeto se haga
responsable, y en una tercer columna a Lacan: (sujeto dividido) Hay que ver
si es una respuesta en el mismo sentido o no, se entiende? En (sujeto
dividido) ¿quién se puede hacer responsable de qué? ¿cómo surge el sujeto
luego de su acto, cuál es la paradoja del acto? Que el sujeto que es producto
no tiene nada que ver con el sujeto que está en la causa, ¿cómo se va a hacer
responsable? Seminario 14. (sujeto dividido), ¿qué quiere decir? Que nadie
se puede hacer responsable. Voy a traer el material que presentó Edgardo
Castro en Apertura La Plata, sobre culpa y responsabilidad. Me parece que en
psicoanálisis se ha terminado de traspasar sujeto a individuo, y culpa a
responsabilidad. Porque responsabilidad en nuestra cultura, es sólo individual.
Hannah Arendt, cuando los nazis en Nuremberg decían que era cierto que
habían cometido los crímenes de guerra, pero fue todo el pueblo, ahí Hannah
Arendt dice que cuando la responsabilidad se reparte entre todos, queda
disuelta para cada uno, porque para nosotros no hay otra responsabilidad que
la responsabilidad personal. Pero en psicoanálisis, ¿se trata de
responsabilidad o culpa? Porque si se trata de culpa, nunca se olviden que
culpa en psicoanálisis es sentimiento inconsciente de culpa, y si el inconsciente
es el discurso del Otro, nadie puede ser responsable de su propia culpa,
porque no es de él la culpa.
Entonces, les propongo: individualismo moderno, que el sujeto se haga
responsable (en lacanés) pero también tenemos (sujeto dividido).
Nihilismo europeo: el psicoanálisis lacaniano apunta al sin-sentido, y Jacques
Lacan al objeto a y al deseo del psicoanalista. Si no entienden qué estoy
diciendo, no pierdan de vista que Lacan fue el único psicoanalista que recuperó
la noción de agalma, que es una noción de valor objetal para sociedades pre-
monetarias, el agalma para la Grecia antigua es la noción de valor, cuando el
objeto tiene un valor y ese valor –en una sociedad pre-monetaria- es producido
simbólicamente. El objeto a es que algo tiene un valor que no es de mercado,
inalienable para toda condición particular. Saben que el objeto a para Lacan
nunca se puede escribir con el signo menos (-), no? Sí hay - (menos fi), pero
no –a, es una dimensión positiva de valor.
Disolución de la función de autoridad personal; me parece que Lacan fue un
autor que sostuvo siempre (A tachado), pero (A tachado) no es “no hay
Otro”, porque si fuera así, entonces (sujeto dividido) sería “no hay sujeto”, esa
barbaridad no la dice nadie porque como sujeto es el chabón... salvo que no
venga el paciente... entonces no habría sujeto, lo cual es mentira, porque si el
paciente no viene, uno podría pensar “qué cagada la boludez que le dije en la
última sesión”, con lo cual fíjense cómo sigue hablando. Más aún, empezó a
decirlo cuando no vino, porque es ahí cuando uno lo dice, porque en la última
sesión uno se quedó como Freud con Dora: “ahora sí que la convencí”, y ella
estaba diciéndole que no venía más... a la sesión siguiente. O sea, cuando un
paciente deja de venir, el sujeto puede seguir hablando.
Y finalmente, la fascinación por lo real, todo caso se constituye por un punto de
real (lacanés), me parece que no hay nada más palmariamente en contra que
el nudo borromeo. Si hay algo que dice el nudo borromeo es que los tres
tienen el mismo valor jerárquico. Es increíble que las personas que tienen el
máximo conocimiento al respecto y más trabajan con el nudo borromeo, por
ejemplo el topólogo Carlos Ruiz que es muy grosso por lo que sabe de teoría
matemática de nudos (él y Vappereau), hasta incluso Ruiz dice que Lacan
introdujo el nudo borromeo para hablar de lo real. Con lo cual, la fascinación
por lo real... observen que Lacan ni siquiera pudo curarla con el nudo
borromeo, que indica que ningún redondel de cuerda tiene mayor jerarquía que
los otros dos. Cualquiera que se corte, desata a los otros dos.

Diagnóstico: ¿dónde puede estar planteado este problema? O sea, ¿por qué
en nuestra cultura que impuso el individualismo moderno (Hegel), el nihilismo
europeo (Nietzsche), la disolución de la función de autoridad personal (Dumont)
y la fascinación por lo real (Badiou); produce la hiper-valorización del cuerpo?
El psicoanálisis, para mí, en la segunda parte de la enseñanza de Freud, cae
en la hiper-valorización del cuerpo y la desconfianza en la palabra.
En la segunda parte de la enseñanza de Lacan pasa exactamente lo mismo.
En los post-freudianos y en los post-lacanianos más acentuado aún.
¿Por qué? Porque me parece que nosotros estamos... –y esto es un delirio
que se me ocurrió, se los cuento y hagan lo que quieran con eso- mi impresión
es que porque la religiosidad que impera en Occidente, o sea, la verdadera
religión de Occidente es el Cristianismo, que saben que es una frase de Lacan,
que la verdadera religión de Occidente es el Cristianismo. Aunque en la
“Proposición...”, en la versión oral Lacan dijo que la religión de los judíos debe
quedar por fuera de la sociedad de analistas. El problema que tenemos aquí
no es ese sino la religión cristiana. ¿Por qué? Porque el cristianismo como
religión es una religión... Cristo tiene a la divinidad, al dios, al padre ¿bajo qué
forma, cómo se sostiene al dios, al padre? Con la pasión propia. O sea, es la
pasión de Cristo lo que sostiene... ¿leyeron los Evangelios? Lean al menos
uno. Dios es omnipotente, y saben lo que dice Cristo en la cruz: “Eloi, Eloi,
lama sabactani”, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado”. Dénle a
leer el Evangelio a un chico de 6 años y les va a decir que es todo
contradictorio. Porque ¿qué quiere decir Cristo cuando dice que Dios lo
abandonó y se lamenta? Lo abandonó ¿a qué? A morir como un perro en la
cruz. ¿Saben qué es la pasión de Cristo? Es desde el momento en que se
establece que va a morir en la cruz, que le colocan la corona de espinas...

Comentarios: es el Vía Crucis, el tránsito.

A.E.: ¿y qué es ese tránsito? Es un tránsito de padecimiento corporal. ¿Y por


qué Cristo padece corporalmente el padecimiento de la cruz, y la corona de
espinas? Y los latigazos, los insultos y los salivazos. Vean la película de Mel
Gibson, donde se destaca esto. La pregunta es: si Dios es omnipotente,
Cristo ¿por qué tuvo que padecer el vía crucis y cargar con el madero? ¿Por
qué padecer? La pregunta que siempre me hace David Syniak cuando yo me
peleo con los lacanianos y el goce, es: pero Lacan, los últimos años siempre
habla del goce, no para de hablar del goce, ¿por qué habla del goce?
Puede que sea por otro motivo. Que el tema de Lacan no sea el goce, los
cuatro goces, el goce femenino y el goce fálico. Puede que el tema de Lacan
se “no hay goce del Otro”. Pongan en el buscador “no hay goce del Otro” y se
van a sorprender de cuántas veces aparece. Porque podría ser que el
problema de Lacan sea que no hay goce del Otro . ¿Y por qué para Lacan el
problema es que no hay goce del Otro? Porque la forma de hacer consistir a la
divinidad paterna para nuestra cultura, debido a la religiosidad cristiana, sea el
padecimiento del cuerpo. El diagnóstico: quizás nuestra forma para hacer
consistir a la divinidad, es padecer. Hubo mística cristiana, hubo mística judía,
el Golem, esa es mística judía. ¿Por qué se caracterizan los místicos
cristianos? Por padecer corporalmente del contacto directo con la divinidad.
¿Se dan cuenta de que padecer corporalmente realiza a la divinidad? Estamos
diciendo que por la vía del padecer, en nuestra cultura, se hace consistir a la
divinidad. A partir del ejemplo de Cristo, donde Dios le demandó la pasión –
porque se la podría haber evitado- si él era hombre-dios, Judas, ¿lo traiciona o
no lo traiciona a Jesús cuando Jesús le pide que lo entregue? Es obvio que no,
que es un error histórico. Era obvio que él se lo había pedido, si él era el
hombre-dios, que pudo multiplicar los panes y los pescados... ¿cómo no iba a
evitar que tres soldados romanos lo encontraran? ¿Entienden el problema?
Él, siendo hombre-dios, manejaba el futuro y las potencias de lo real, pero
justamente se vio llevado para realizar la presencia divina en la tierra tuvo que
padecer, porque el padre se lo demandó. ¿Cómo se sostiene en nuestra
cultura la voluntad de Dios? Mediante el goce del propio cuerpo.
Entonces, es el goce del propio cuerpo la forma en que en Occidente se vela la
castración. Porque con el goce del propio cuerpo, lo que se quiere sostener es
la consistencia del Otro. Un paso más: con el goce del propio cuerpo, lo que
se quiere sostener es el goce del Otro. Es por eso que la forma que ataca la
modalidad de castración en nuestra cultura es “no hay goce del Otro”, ese es el
punto de Lacan, Lacan llegó a un punto, delirante o no, en diagnosticar cuál es
la forma de velar la castración, fundamentalmente en nuestra cultura. ¿Cuál
es? Intentar garantizar el goce del Otro, es por eso que al final de la
enseñanza, los perversos, en la enseñanza de Lacan ocupan un lugar
fundamental, cuando equipara a los masoquistas con los cruzados.
En el Seminario 16, empiezan las perversiones como versiones del padre. Otra
pregunta más: ¿por qué hay sadismo y masoquismo desde Sacher Masoch y
el marqués de Sade? ¿Ven cómo se acentúa la tendencia? ¿Por qué la
mística cristiana es relativamente tardía? ¿Cuál era el problema con los
cátaros? Prohibirse toda satisfacción corporal, no tenían relaciones sexuales.
De hecho, la religión cristiana tiene sacerdotes célibes, es para pensar.
¿Cómo se sostiene la posición del sacerdote, en esencia? Privándose de un
goce. Operando con el goce corporal, es el sacerdocio célibe. Lo que
caracteriza la posición es una marca sobre la satisfacción corporal. Los
cátaros no solo no tenían relaciones sexuales sino que también eran
vegetarianos. Se los logró masacrar y no quedó ningún vestigio, siglo XII, XIII.
Del movimiento destinado a exterminar a los cátaros, surgió la Inquisición, que
fue una de las primeras policías del mundo. Comparen la posición de un
sacerdote judío y de uno cristiano: la posición del sacerdote judío se
caracteriza por la fe, no tiene nada que ver con su cuerpo, es un acto de fe.
Bueno, los actos de fe en el cristianismo son otra cosa: justamente son los
juicios de la Inquisición. Pero el acto de fe era un punto de mera creencia, que
entre los judíos antiguos se manifestaba no haciendo la pregunta. La fe judía
se sostiene no haciendo la pregunta, es por eso que no había ciencia antigua
entre los hebreos, estaba prohibida la filosofía, porque cualquiera que se
hiciera la pregunta ya no tenía fe. Con lo cual, fe es algo absolutamente
desligado del cuerpo, no tenía nada que ver. En el judaísmo antiguo no había
tanta penalidad ni moralidad corporal. La moral corporal es un asunto que se
ha introducido en nuestra cultura, con lo cual, podría ser que el tema del goce,
que siempre se impone, que yo lo veo detrás del individualismo, el nihilismo, la
pérdida de autoridad y la fascinación por lo real; que es la preponderancia de la
función del cuerpo, me parece que ya estaba predestinada por la forma que
adquirió la religiosidad que ha imperado en nuestra cultura, que es la religión
cristiana, porque la religión cristiana es una religión del goce. Porque opera
sobre la satisfacción corporal de tal manera que mediante la satisfacción
corporal se garantiza la existencia de la divinidad. El mártir en su celda,
padeciendo, demostraba que Dios existe. El judío antiguo, ¿cómo demostraba
la existencia de Dios? No preguntándose por ella, es la fe, emuná, no requería
ninguna maniobra corporal. No estoy diciendo que no hubiese ayunos y
periodos de pureza, sino que el cuerpo no era la modalidad de sostenimiento
del Otro sin barrar.

Les leo para terminar Corintios, 6:13, de San Pablo:

“La comida para el vientre y el vientre para la comida. Mas lo uno y lo otro
destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación sino para el Señor. Y
el Señor es para el cuerpo.”
Ese es el núcleo secreto de nuestra religión, la religión de todos nosotros.
Lacan sostiene que aún los judíos y árabes occidentales, aunque crean en la
religión judía o en Mahoma, igualmente el modelo de religión es la cristiana.
Por el problema del goce. Y observen que “el cuerpo es para el Señor y el
Señor para el cuerpo”, o sea, que Dios está destinado a manifestarse
corporalmente para nosotros, es por eso que para nosotros se difundió tanto la
cuestión del milagro, y es por eso que para nosotros se confundieron las
posesas con las histéricas. Porque una manifestación de nuestra religiosidad
es la conversión, porque Dios se manifiesta en el cuerpo. Porque el cuerpo es
la modalidad de garantizar a la divinidad en nuestra cultura. Me parece que
siempre nos va a pasar, porque nuestra cultura todavía no ha pegado una
vuelta, me parece que esta tendencia consiste cada vez más, de hacernos
creer que la subjetividad es corporal, pulsional o de goce, pero ¿por qué?
porque es la forma fundamental no develar la castración sino de ocultar la
verdadera castración que para Lacan es la castración del Otro, no la propia. Al
revés, nada mejor que la castración propia para velar la castración del Otro.
Con lo cual, les propongo pensar que la formalización podría ser una
herramienta que nosotros trabajemos para operar con conceptos en
psicoanálisis, y una herramienta que nos permitiría trabajar en sentido contrario
a esta tendencia. Porque la formalización nunca consistiría en un cuerpo
tridimensional material. Ahí el argumento sería por la lógica, no por la vivencia.
Hasta les propongo pensar si no es una enorme desventaja que nosotros
acentuemos tanto para la clínica psicoanalítica la idea de experiencia. Cuando
decimos “la experiencia del análisis” ¿entienden por qué hay que desconfiar?
Porque puede ser empujado el argumento a que por la vía de la experiencia, se
convierte en una modalidad moderna del misticismo, de la mística. Mística
quiere decir ver en forma directa. Eran todas aquellas experiencias secretas,
en lugares privados, eran ritos de iniciación, donde había un contacto directo
con la divinidad, y ¿cómo es que era directo? Por la vía de la experiencia
corporal. Es por eso que se drogaban y consumían alucinógenos, etc.
Para nosotros, lo que era una cierta parte de los ritos paganos, quizás se ah
convertido en el eje de nuestra posición religiosa y es que para sostener “x”,
haya que vivirlo, haya que padecerlo. Para mí es muy peligroso que nosotros
digamos que para producir analistas la gente se tenga que analizar. Porque es
lo mismo que se dice –qué casualidad- respecto de la dirección de los grupos
de autoayuda, nada mejor para dirigir un grupo de alcohólicos que un ex-
alcohólico. Porque hizo la experiencia.
¿Quién mejor para dirigir un análisis? Un analista, porque hizo la experiencia.
Pero ¿por qué la verdad provendría por la experiencia corporal? ¿Por qué
habría que haberse chupado litros de alcohol para entender cuál es el
problema del alcoholismo? En nuestra cultura se ha hecho obvio. Para
nuestra sociedad, casi todo se convierte en consumo adictivo: comer –hay
epidemia de obesidad en Occidente-, dejar de comer –anorexia-, fumar, beber.
¿Qué no se ha desarrollado en Occidente como una adicción corporal? Porque
para nosotros la subjetividad misma es cuerpo.
Según el diagnóstico de Lacan esto es una forma de velar la castración y no de
manifestación de lo real. Les propongo que el recurso al concepto
matematizado sea una forma de ir en contra de esta tendencia. Hay que
demostrarlo. De hecho, los que critican la formalización matemática dicen lo
contrario. Ritvo dice que el uso de matemática en psicoanálisis está imbuido
del ideal de Leibniz de la matesis universalis, o sea, de conseguir un lenguaje
que sea capaz de explicar todo. Ahí Ritvo cree que la castración está velada
en nuestra cultura bajo la forma de saberlo todo. Y que hay que impedir
saberlo todo para que se manifieste lo inefable. Pero ahí hizo un diagnóstico.
Habría que ver si en nuestra cultura la castración está velada bajo la forma de
saberlo todo (Ritvo) o, como dice Lacan, que la falta se presenta
fundamentalmente en nuestra cultura como deseo de saber. Quizás en el
saber está justo lo contrario, donde se manifiesta la falta, por eso al final del
análisis se produce para Lacan deseo de saber.
Mientras que quizás la forma fundamental de velar la castración sea por la vía
de sensaciones corporales. Y que por eso siempre va a ganar cualquiera que
proponga argumentos que apunten hacia la verdad manifestada como un goce
bajo la lógica de un sujeto entendido como un cuerpo.

Bueno, hasta aquí es a presentación. Les propongo no seguir por esta vía, no
seguir argumentando en general si la formalizaciones matematizadas o el goce,
si la poesía o la formalizaciones matematizadas, sino empezar a operar
concretamente con cada una de las formalizaciones matematizadas
desarrolladas por Lacan y empezar a ver si nos aproximan a cierta versión de
los conceptos y la clínica psicoanalítica y a qué forma de conceptos y de clínica
psicoanalítica nos aproximan y cuál sería la aproximación por la vía del goce.
Así que para la próxima vamos a empezar a trabajar La Carta Robada, sólo la
parte la matematizada, las cuatro páginas de + -; 1,2,3; alfa, beta, gama, delta y
ceros y unos. Eso es lo que vamos a trabajar desde la próxima.

Versión no corregida por el autor.


Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 2 – 21-04-06

Alfredo Eidelsztein: (...)6


Les propongo como tema algo así como: ¿qué mueve? ¿qué es lo que
mueve, qué es lo que está en posición de generar movimiento? Ya sea el
movimiento que uno supone, calcula, en la constitución de una neurosis, los
síntomas neuróticos y el padecimiento que ellos implican; tanto como qué
mueve para responder a cómo incidimos nosotros sobre eso. Tal vez la teoría
que tenemos como dinamismo tanto en la producción de síntomas, o sea, esa
modalidad tan peculiar del padecer moderno con el cual nosotros nos
encontramos en nuestra clínica, y nuestra operación sobre ello.
Mi impresión es que –se darán cuenta de que no encontré prácticamente una
forma más general de designar al problema que con estas palabras: qué
mueve- me parece que deberíamos nosotros tratar de avanzar un poco sobre
cuál es la concepción que sostenemos -directa o indirectamente, explícita o
implícitamente, consciente o inconscientemente- pero sin olvidar que vivimos
en una cultura donde hay una concepción muy difundida sobre lo que mueve.
Muy difundida en el sentido de que no sólo es una versión que puede estar
decidiendo las concepciones y las posiciones de un porcentaje altísimo de la
población, sino que –para colmo- me parece que estamos en un momento
donde esa versión de lo que mueve empieza a acelerarse en el sentido de que
empieza a elevarse al cuadrado, al cubo; o sea, como que se producen, cada
vez más, multiplicaciones del valor de esta concepción respecto a lo que
mueve. Me parece que para muchos ya debe estar presente que el tema sería
la energía: la problemática es la energía. O sea: que la bebida alcohólica
produce algo sobre nosotros, se lo sabe desde hace miles de años, si bien
hace miles de años la bebida alcohólica era de muchísima menos graduación
alcohólica que en la actualidad, porque no se conocía la destilación moderna; o
sea, los romanos y los griegos conocían bebidas alcohólicas del 4 ó 5% de
graduación. También conocían las drogas, tanto en la Europa antigua como en
la América antigua, pero no hay que perder de vista que esos productos se
utilizaban con cierta idea de producir u obtener efectos sobre uno, pero es
recién en los últimos años en donde la bebida se vende porque se llama
“energizer”, energizantes, o sea, vean la multiplicación... hace mucho tiempo
que se utiliza la bebida alcohólica –como otro tipo de drogas- para producir un
efecto que uno podría considerar estimulante -siempre los efectos de esas
sustancias son un poco paradójicos- pero recién ahora –me parece y hay
motivos para ello- por lo cual a la bebida se la llama “energizante”, con lo cual,
observen ustedes que ya directamente se ha reemplazado el nombre de la
bebida por la función eminente que se busca en ella, prácticamente en forma
automática. De hecho, habrán visto que se venden en los boliches donde se
producen esas experiencias atléticas tan difíciles, que son bailar sin parar 6
horas... no es tan fácil para gente que no esté muy entrenada... hagan una
clase de step durante 6 horas, ¿quién lo soporta? Es durísimo. Es en el
transcurso de esa experiencia cuando se consume el “energizer”, o sea,
entiendan que se supone que el efecto energizante es inmediato.

6
Por problemas técnicos, no se grabaron los primeros segundos de apertura de esta clase.
Observen un ejemplo, a ver cómo vemos este problema: recibo una publicidad
por internet, de una actividad que se llama “Psicoanálisis con niños y
adolescentes”, subtítulo: “La pulsión y sus enlaces”. Es de una afamada
institución psicoanalítica, y las docentes del curso son afamadas psicoanalistas
de nuestro medio. Ponen una cita de Lacan que comienza con puntos
suspensivos y termina con punto de final de párrafo. La cita dice así:

“...basta haber analizado niños, para conocer ese elemento que confiere peso
clínico a cada uno de los casos con que tratamos. Ese elemento es la pulsión.”
Jacques Lacan.

Se los leo de vuelta:

“...basta haber analizado niños, para conocer ese elemento –ese elemento
único- que confiere peso clínico –dicho así, es todo el peso clínico- a cada uno
de los casos con que tratamos. Ese elemento es la pulsión.”

Yo cuando lo recibí y lo leí, dije “¡A la pucha...! ¡Entonces lo que yo digo no


tiene nada que ver con Lacan!”. Pero, por prurito de método, puse ese texto en
internet, y conseguí ver dónde estaba en Lacan, porque las autoras no citan de
dónde lo obtuvieron –bastante raro que no pusieran de dónde es. Y es de un
seminario publicado, es del Seminario 11, clase 13, “Desmontaje de la pulsión”.
¿Les leo todo el párrafo?

“...basta haber analizado niños, para conocer ese elemento que confiere peso
clínico a cada uno de los casos con que tratamos. Ese elemento es la pulsión.”

-o sea, que la cita, hasta ahí, es sic, literal. Pero sigue, porque no era punto y
aparte, interrumpieron un punto y seguido. Miren cómo sigue:

“Esto parece entrañar, por consiguiente, la referencia a un dato primigenio, a


algo arcaico y primordial. En este caso parece insoslayable un recurso como
éste al cual mi enseñanza les invita a renunciar.”

¿Ven el problema? Nosotros ya estamos convencidos de que el peso clínico en


la experiencia es la pulsión. ¿Por qué estamos convencidos? Porque nos
resulta obvio y evidente. Y cuando lo encontramos en Lacan, lo leemos,
aunque Lacan diga que su enseñanza va a contrario. Es la clase de
desmontaje de la pulsión, donde propone que la pulsión es un bricolage
surrealista.

Recuerdan que la vez pasada habíamos terminado con la fenomenología y el


nuevo realismo, en el último Lacan. Una cita, a ver si les parece del último
Lacan: Seminario 24, ¿es del último Lacan? Es del año ’76. En el ’78 ya
empieza con sus problemas cerebrales, y muere en el 80, así que es bastante
último. El nombre del seminario es ese nombre imposible, que para no
meternos en problemas le decimos “L’insu”, pero no sabemos qué quiere decir
el título, no podemos saber qué quiere decir ese título. Dice Lacan, en la
versión que yo tengo es 5 párrafos después de haber empezado la clase:

“¿Real o verdadero? Todo sucede a este nivel tentativo, como si los dos
términos fueran sinónimos. Lo horroroso es que no lo son por todas partes. Lo
verdadero es lo que se cree tal, la fe, incluso la fe religiosa, he ahí lo
verdadero. No tiene nada que ver con lo real. El psicoanálisis, es preciso
decirlo, gira en el mismo círculo...

el de la fe religiosa, eh?

...El psicoanálisis, es preciso decirlo, gira en el mismo círculo, es la forma


moderna de la fe, de la fe religiosa. A la deriva: he ahí donde está lo
verdadero cuando se trata de lo real. Porque manifiestamente –desde hace
tiempo se lo sabría si no fuera tan manifiesto- no hay conocimiento, no hay sino
saber en el sentido en que yo lo he dicho al comienzo, a saber, que uno se
engaña. Una-equivocación...

en francés: une-bévue. En alemán “inconsciente” es Unbewusste, y Lacan


propone jugar con las letras y convertirlo en “una equivocación” en francés.
Dice que Freud le pegó al lado, y el problema de la designación freudiana es la
acentuación de la conciencia. Entonces Lacan propone una nueva designación
para lo inconsciente, que es la equivocación, el equívoco, he ahí el
inconsciente, es idéntico a la equivocación, y dice:

Una-equivocación –une-bévue- es de eso de lo que se trata.”

Entiendan que “si se trata”, en psicoanálisis, si se sabe de la fe religiosa


moderna, es de una equivocación, si es esa la materialidad, es imposible una
fenomenología. Porque la fenomenología implica la posibilidad de un contacto
directo con la cosa. Pero si la cosa es el equívoco, es imposible que haya un
contacto directo con la cosa, que no sea luego necesidad de ser interpretada, si
es una equivocación... con lo cual, habría que pensar, si este párrafo nos
ilumina respecto de algunos problemas, si el hecho de hacer del psicoanálisis
una nueva fenomenología que opere con datos inmediatos –un nuevo realismo-
que estaría por el lado de la pulsión y del goce; si no sería eso lo que podría
quedar en una cierta lectura de Lacan, del lado de la fe religiosa. Si no sería
eso nuestra fe religiosa -y no suponer la existencia de un padre- sino suponer
la existencia de fenómenos que no requieran interpretación, que serían
fenómenos a los cuales el psicoanalista podría entrarles directamente.

Y lo último, después lo vamos a trabajar mucho más cuando trabajemos las


series de La Carta Robada, hace poco murió un historiador muy conocido que
se llama Reinhardt Koselleck, es un historiador alemán –discípulo de
Heidegger- tiene una posición peculiar porque ha desarrollado una nueva
corriente en Historia, que es la Historia Conceptual. Es una nueva corriente en
Historia. Acaba de ser publicado un libro suyo con varios artículos, titulado Los
estratos del tiempo. Estudios sobre la Historia. Cuando llegue el momento de
estudiar temporalidad en las series de La Carta Robada, que para nosotros va
a entrar al nivel de “ , , , ”, ahí vamos a trabajar “tiempo” desde la perspectiva
psicoanalítica, vamos a trabajar esta idea que él tiene de los estratos del
tiempo. Uno de los artículos del libro de Koselleck se llama “Continuidad y
cambio en toda historia del tiempo presente. Observaciones histórico-
conceptuales”. Y en este artículo el autor trabaja el problema que caracteriza
a este momento cultural y es que están apareciendo historias de tiempo
presente. Eso lo deben ver por todos lados, de hecho las biografías con las
que se está trabajando ahora son de gente viva, joven y que se mandó la
macana el año pasado. O sea, se mandan el moco en el 2004 y ya hay un
periodista que escribió un libro sobre el moco en el 2005 y que está en todas
las vidrieras de las librerías. Con lo cual observen que las biografías ya no son
más de personajes históricos...

Haydeé Montesano: Lionel Messi tiene su biografía...

A.E.: ¿Messi? Ese todavía no dejó los pañales ni la mamadera y ya tiene su


biografía... Ya tiene que estar a la altura de su biografía... el libro es chiquito,
claro.
El problema que el autor se pregunta es por qué se trabaja ahora con la historia
del tiempo presente, ¿entienden? Eso sí apunta hacia una fenomenología.
Porque en el tiempo presente, se supone, se puede leer el tiempo presente.
Que S1 se puede leer en el momento de la emergencia de S1... y no
retroactivamente a partir de un S2. El autor se pregunta en la pág. 115:

“¿Por qué ahora esta historia del tiempo presente y no aquélla y ya no


aquélla?”

Aquélla es la otra historia. Y entonces él plantea tres formas de entender... las


tres formas en que correctamente debería ser entendido el presente para un
trabajo de un historiador, pág. 118:

“Hay en primer lugar, como ya ha mostrado nuestro experimento mental, un


pasado presente y un futuro presente, que corresponden a un presente pasado
como algo que desaparece puntualmente o como abarcador de todas las
dimensiones. En segundo lugar hay, si todo presente se tensa hacia el
adelante y hacia atrás a la vez, un presente pasado con sus pasados pasados
y sus futuros futuros. En tercer lugar hay, consecuentemente, un presente
futuro, con su pasado futuro y su futuro futuro.”

Hay que leerlo dos veces para tomar las categorías, pero observen ustedes
cuál es para un historiador -de los de suma actualidad, que presenta el
problema de la historiografía moderna del tiempo presente- el problema de que
la estructura que tiene el presente, lógicamente hablando, no es más que la de
un presente que se disuelve en el pasado y en el futuro, y otro presente que se
disuelve en el pasado de ese pasado y en el futuro de ese futuro. Me parece
que es muy próximo a cierta manera de trabajar y conceptualizar el tiempo en
psicoanálisis... salvo que no se suponga que trabajamos con un nuevo
realismo, ni que trabajamos con una dimensión de goce, ni que trabajamos por
fuera de la historia. De hecho les propongo, es el tema que David Szyniak va
a trabajar cuando llegue el momento de su exposición, que es el nudo
borromeo; me parece que una de las grandes desventajas del nudo borromeo
es que parece que puede dar cuenta de la cosa en tiempo presente. O sea,
me parece que vela una posible lectura tensada en la historia. Parecería que
dice de la cosa tal como la cosa se manifiesta, sin requerir la dimensión
temporal.

Les leo una cita sumamente interesante del libro de Paul Ricoeur Freud: una
interpretación de la cultura, se los recomiendo, de los que yo conozco es uno
de los estudios más detallados, más serios, más cuidadosos que se han hecho
de la obra de Freud. De hecho, Ricoeur tradujo todos los textos del alemán al
francés, directamente él, para hacer ese libro. Ya va en su 13ª. edición.
Lo primero que les quería proponer es que todo el libro, como interpretación de
la cultura, o sea, tomando a Freud como una de las versiones para interpretar
la cultura, que es el propósito del trabajo de Ricoeur; todo el libro está
destinado a proponer que el psicoanálisis es una anti-fenomenología. Todo el
libro, pero el último capitulo, que son 100 páginas, directamente es el título del
capítulo, más aún en todo el libro, Ricoeur trabaja la idea de que el
psicoanálisis es una epojé invertida. Interesantísimo. Creo que tranquilamente
se podría hacer un Ricoeur contra Miller. Porque son dos autores que han
publicado justo en sentido contrario. Leen el mismo fenómeno, pero en sentido
contrario, si bien uno sobre Freud y el otro sobre Lacan, pero podríamos decir
que ambos trabajan sobre el psicoanálisis, entonces podríamos trabajar si el
psicoanálisis es una fenomenología o una anti-fenomenología.
El otro gran tema del libro de Ricoeur que me parece importantísimo es que él
propone es que toda la obra de Freud está escindida, desde su comienzo hasta
su final, en dos grandes carriles, que Ricoeur los llama la hermenéutica y la
energética. Para la hermenéutica, solamente dice que Freud se caracteriza
por haber hecho la introducción en la interpretación de los fenómenos humanos
que termina en una interpretación de la cultura, en lo que Ricoeur llama “el
sentido del sentido”. Eso sería la hermenéutica, que el psicoanálisis trabaja el
sentido del sentido. Por ejemplo, con el otro sentido que tendría el sentido del
síntoma; el otro sentido que tendría el sentido de la neurosis; el otro sentido
que tendría el sentido del sueño. Pero que por otro lado, lo que caracteriza a
toda la producción freudiana es una energética, y el problema que se plantea
Ricoeur es el de si son articulables, si es posible articular una hermenéutica y
una energética. Es francamente interesantísimo. De hecho, me parece que
eso podría ser algo así como el subtítulo de este curso, leído a partir de mi
propuesta de la vez pasada, o sea, desde el ’53 hasta el ’80 lo que caracteriza
la enseñanza de Lacan es el instrumento matematizado; pero hay en el
psicoanálisis lacaniano un abandono radical del instrumento matematizado.
¿Cuál puede ser el problema? El problema puede ser este: que haya un
choque entre dos modalidades fundamentales de entender el psicoanálisis.
Que quizás no sean compatibles, aunque a nosotros nos encantaría que fueran
compatibles: un poco y un poco, 50 y 50, un poco de hermenéutica y un poco
de energética. Pero quizás no, quizás no sea posible articular -en una única
posición psicoanalítica- hermenéutica y energética.

Energía: tomemos efectivamente energía. Hoy les voy a proponer introducir La


Carta Robada bajo la forma de la lógica de la máquina, vamos a trabajar la
máquina. Les escribí el Triángulo de Pascal, lo pueden encontrar en internet,
hay varios artículos para entenderlo. Saben cómo funciona, no? Cada uno es
la suma de los otros dos. Bueno, las propiedades matemáticas son
francamente maravillosas. Desde la serie de Fibonacci hasta un montón de
otras secuencias establecidas en matemáticas, se verifican y se comprueban
en la existencia de este triángulo de Pascal, que para colmo tampoco está tan
claro que sea de Pascal, tiene otros autores, de hecho uno chino y uno árabe
muy anteriores a Pascal.

Eduardo Liljequist: Tartaglia.

A.E.: sí, está ese, está el árabe, el chino y Pascal, son los cuatro autores que
se asignan a este triángulo.
Lacan va a llamar a esto, máquina. Hoy vamos a trabajar eso, si esto puede ser
considerado máquina:

Triángulo de Pascal:

0 1
1 1 1
2 1 2 1
3 1 3 3 1
4 1 4 6 4 1
5 1 5 10 10 5 1

Estoy por publicar un curso en internet que se llama “Los nombres del padre” y
en la última clase de ese curso que era de posgrado, critiqué el artículo de J.-A.
Miller “El Seminario inexistente”. Y se lo di a la persona que me hace el editing,
la corrección de los textos, y le pregunté especialmente qué le parecía la última
clase, y esta persona, que se dedica a la edición de libros de psicoanálisis, me
dijo: “me parece que criticás mucho a Miller”. Tengo la impresión de que es
muy difícil argumentar en psicoanálisis, en realidad me parece que en todas las
ciencias sociales –si es que existen- me parece que es muy difícil de
argumentar, porque como no tenemos un contraste material que sea de base
de nuestra argumentación, me parece que no hay otra forma de argumentar
que no sea en oposición a otra argumentación. Me parece que todas las
disciplinas que se caracterizan por este conjunto tan difícil de armar de ciencias
del hombre, ciencias de la cultura, ciencias conjeturales, como propuso
llamarlas Lacan... a mí me gusta llamarlas ciencias de la interpretación; en
todas estas disciplinas mi impresión es que no hay forma de sostener el
argumento, de apoyarlo -en el sentido en el que Lacan propone leer lo
anaclítico de Freud, es decir, apoyado en contra. Se leyó lo anaclítico en Freud
como apoyado sobre o apoyado encima, pero hay otra forma de pensar lo
apoyado y es apoyado contra, como si dos personas se apoyaran una contra la
otra. Y por otra parte, mi impresión es que quizás Lacan no tuvo necesidad de
criticar tanto a los psicoanalistas post-freudianos por la desviación post-
freudiana, sino que quizás haya sido la forma de argumentar, quizás los criticó
porque es la forma de argumentar en psicoanálisis. Porque si no, lo otro sería
poder sostener que existe una fenomenología. Nosotros tenemos que hacer
así: él dice que e síntoma es así, pero podría ser asá. ¿Por qué? Porque no
sabemos qué es el síntoma. Salvo que haya algo que sea “el síntoma”. Pero
si hay algo que es el síntoma, tenemos fenomenología y tenemos un realismo,
y me parece que tenemos la desventaja de que toda la teoría psicoanalítica se
nos cae para el otro lado.

Obviamente, sabrán que toda esta introducción fue porque lo voy a criticar a
Miller. Tengo un buscador, un CD maravilloso de Freud y otro de Lacan, son
herramientas de trabajo maravillosas, se los recomiendo, son muy buenos.
Por ejemplo, se puede buscar una palabra, está todo dividido en clases de
seminarios o en capítulos de escritos, salvo que sea un escrito muy cortito que
aparece como si fuera una clase. Están todas las conferencias, artículos
inéditos, seminarios, todo. Busqué “energía”, y el CD es tan bueno que te
permite ordenar la serie de los hallazgos, de año, de menor a mayor, de mayor
a menor, y también por la cantidad de apariciones de menor a mayor; o sea,
puede ordenar de mayor a menor aparición. Aparecieron tres clases del
Seminario 2 con 19, 14 y 13 apariciones; después apareció la cuarta pregunta
de Radiofonía y Televisión con 10 apariciones, y luego otras con 3, 2 y 1
apariciones. Está claro, no? Que el tema de esas tres clases del Seminario 2
es la energía. En realidad son dos clases del Seminario 2 y la conferencia que
está en ese Seminario. Son la clase 6, “Freud, Hegel y la máquina”; la 9,
“Juego de escrituras” y la conferencia “Psicoanálisis y cibernética”.
Habrán visto que Miller pone titulitos arriba de cada clase... en ninguno puso
“energía”.
Me desvío un poco: ¿les presenté la vez pasada el libro de Harold Bloom? Se
llama Jesús y Yahvé, los nombres divinos, es un libro maravilloso, que pone a
Harold Bloom en una posición en Occidente iningualable, quizás George
Steiner sea alguien que tenga ese nivel de lectura. Bloom asume la posición
de crítico literiario, o sea, analiza y critica textos. No le interesa si afecta o no
afecta a la gente. Es el libro más valiente que leí en los últimos veinte años.
Es americano, y no sé cómo se animó a decir lo que dice de los americanos,
debe ser porque calculó que no lo iban a leer, porque es increíble el
diagnóstico de la religiosidad de los americanos hoy en día a través de los
mormones, es interesantísimo. Una de las cosas que explica es que una de las
más grandes maniobras realizadas por el Cristianismo fue haber hecho del
Tanakh –en el schule lo escribíamos en hebreo, que transliterado se escribe
así: tanaj- es una sigla que significa cómo se agrupan los libros que el
Cristianismo transformó en Antiguo Testamento. Harold Bloom dice que una
de las maniobras más maravillosas y perniciosas que hizo el Cristianismo fue
convertir al Tanaj en Antiguo Testamento. Ahora yo lo llamo Tanaj, porque
después de lo que dice Bloom, me di cuenta de que tampoco corresponde
llamarlo La Biblia.

Eduardo L.: ¿te referís al Pentateuco?

A.E.: no, el Pentateuco comprende sólo los primeros cinco libros.


Lo que les propongo es que a veces sucede que hay escrituras que no sólo
tienen la virtud de leer escrituras anteriores, sino de convertirlas totalmente en
otra cosa. Observen por ejemplo que si se designa a los Evangelios el “Nuevo”
Testamento, eso produce automáticamente un efecto de convertir al Tanaj en
“viejo”, ya no en testamento, ya es un mundo discutirlo, porque lo envejece, es
algo pasado de moda, cuando podría ser que para mucha gente esto no haya
pasado de moda para nada... es un ataque antisemita gravísimo.
Mi impresión es que podemos trabajar así –como el pasaje de Tanaj a Antiguo
Testamento- lo que hace la obra de Lacan con la obra de Freud. Que hoy, a
partir de Lacan, ya obra de Freud sea otra cosa, algo parecido a Tanaj y
Antiguo Testamento. Eso es lo que les propondría de Jacques Lacan a
Sigmund Freud.
También les propongo que Jacques-Alain Miller hace lo mismo con Jacques
Lacan. ¿Por qué? Porque el Seminario 2 fue publicado en vida de Lacan, en
el año ’78, pero ya cuando Miller pone los títulos, cuando en una clase aparece
19 veces el análisis de Lacan de energía, Miller no pone la palabra “energía”.
¿Saben por qué Miller no pone “energía”? Por ejemplo: ¿por qué la
conferencia que Lacan da en Caracas se llama el “Seminario de Caracas”, si
fue una conferencia? ¿Acaso todas las conferencias de Lacan se llaman
Seminarios? La Conferencia de Baltimore no se llama Seminario de
Baltimore... se llama Conferencia. Ahí hay maniobras muy sutiles. ¿Saben
cuál es el problema ahí? Que la última clase del seminario de Lacan, la dictó
Jean Michel Vappereau. Entonces Miller agarra y a la última conferencia de
Lacan la llama Seminario, para que no quede que la última clase del seminario
de Lacan la dio otro y no J.-A. Miller, ni Lacan. La misma maniobra hizo en el
Seminario 2, porque si Miller hubiera puesto como título “Energía”, nosotros
sabríamos que son las clases de Lacan sobre energía.... Entonces, ¿por qué
Miller no puso que se trataba sobre energía? Porque Lacan criticaba el uso de
la noción de energía en psicoanálisis, pero ya en el año ’78 Miller estaba
totalmente jugado al goce. Con lo cual, no alteró tanto los párrafos, pareciera,
igualmente acaba de salir publicado en francés el Seminario 16, salió el 10 en
castellano y en París ya salió el 16, yo lo tengo y les aseguro que ahí sí hay
una modificación de párrafos violentísima que hace Miller, también para ir al
punto donde él quiere ir. O sea, que hay una maniobra de esta índole, la
misma que la de los Evangelios considerados Nuevo Testamento, para hacer
del Tanaj el Antiguo Testamento.

Les cito un poco de cada clase para que vean la posición de Lacan respecto de
la energía. Seminario 2, Clase 6 del 12-09-55, “Freud, Hegel y la máquina”.
Recuerden que todas estas clases del Seminario 2 están en torno del análisis
de Más allá del principio del placer. Y es claro que el principio del placer, en lo
que podría ser llamada una pirámide aristotélica, el principio del placer para
Aristóteles –entendido como Soberano Bien- se consideraba como aquello que
regía en última instancia a todo el movimiento humano. Todo lo que hacemos,
es en búsqueda del placer. Cuando Freud escribe Más allá del principio del
placer, a mí me parece que hay que leerlo a la luz de Más allá del bien y del
mal de Nietzsche, no está queriendo decir –así como Nietzsche con la voluntad
de poder- que tenemos bien y tenemos mal y que la voluntad de poder está
más allá. Lo que Nietzsche propone es que para su momento histórico, la
voluntad de poder está más allá del bien y del mal en el sentido de que lo de
arriba determina a lo de abajo, como Lacan escribe significante y significado.
Me parece que en Más allá del principio del placer, Freud no escribe el más allá
a un costado... sino arriba de todo. Es decir, la pulsión de muerte pasa a ser el
determinante último de toda conducta humana, el motivo último explicativo de
todos nuestros actos, etc. ¿Correcto? Entonces, lo que Lacan está trabajando
aquí, y es por eso que se trata del problema de la energía, lo que está
trabajando es la pulsión de muerte desde la perspectiva de Más allá del
principio del placer, y estamos trabajando cuál es en psicoanálisis el principio
explicativo último. El principio último no es el Soberano Bien, no buscamos
nuestro bien, porque lo que rige nuestras acciones es la pulsión de muerte.
Estamos discutiendo eso, ¿de acuerdo? Es importante que nosotros
trabajemos estas clases del Seminario 2 en el contexto de la polémica en la
que inscribo a este curso, pero además no pierdan de vista que La Carta
Robada, que es la máxima matematización desarrollada por Lacan y que él
decidió que fuera el primer escrito de los Escritos, o sea, que la obertura...
vieron que la obertura en una música no es necesariamente lo que se toca
primero, sino que la obertura es aquello que toma cierto conjunto de compases
que tiende a ser como una presentación de la obra en general. La obertura de
esta recopilación es La Carta Robada, y La Carta Robada es interesante para
discutir el último Lacan. No sé si alguna vez revisaron el índice de los Escritos
de Lacan... el índice de los Escritos está ordenado por grupos. Esos grupos
no son por fecha, o sea, Lacan no pone primero lo primero ni segundo lo
segundo, es decir, Lacan no pone al último Lacan como último Lacan, o sea
eso no es una maniobra lacaniana en el único libro que Lacan publica además
de sus tesis de doctorado. Lacan escribe como segundo la introducción y
primero escribe la obertura. En la obertura esta La Carta Robada. En La Carta
Robada, tenemos el texto del ’56, la introducción, un texto del ’66 y el texto del
’56. ¿No es un monstruo? O sea, que está atacada la secuencia 1, 2, 3, 4, 5
doblemente. Porque no es que solamente no respeta la secuencia... sería
interesante que alguna vez hiciéramos el trabajo de ver por qué Lacan agrupó
los trabajos así y por qué les pone el título que les pone a ese agrupamiento,
que lo hace mediante un escrito que redacta en 1966, Del sujeto por fin
cuestionado, etc. con lo cual, observen que La Carta Robada está en este
seminario, y lo que estamos trabajando es justamente cómo entender el motor
último de las acciones al menos en el sentido del motor último de las acciones
comprendidas en la neurosis, y cómo es que nosotros somos capaces de
intervenir sobre eso y modificarlo, que también la forma de concebir la
modificación es muy peculiar... por ejemplo: Lacan es uno de los pocos
autores que introduce fuertemente la noción de que eso tiene cura. La
dirección de la cura y los principios de su poder. Es uno de los primeros
autores en psicoanálisis que se anima a introducir la noción de cura. Siendo
que ahora, el psicoanálisis lacaniano nos propone que hay que amigarse con el
malestar, no se lo puede curar. Vean entonces que hasta esas mismas
concepciones varían muchísimo, entre los años y entre los autores, entre
Lacan y los lacanianos, por ejemplo.

Ahora entonces vamos a trabajar la crítica de Lacan a la noción de energía en


las clases del Seminario 2 dedicadas a la crítica de Más allá del principio del
placer, en donde vamos a trabajar energía, para tratar de ver qué es lo que
mueve, y cómo entender la máquina. También es donde Lacan trabaja la usina
hidroeléctrica.

“Algunos quizá conserven cierta huella mnémica del punto en que los dejé al
final de nuestra última reunión,...

Es un poco irónico. De hecho, vieron que si uno le pregunta a un lacaniano si


es freudiano o lacaniano, vieron que es un momento... Yo si hiciera entrevistas
a lacanianos, lo primero que les preguntaría es si es freudiano o lacaniano. Es
el mismo problema con el que se enfrentaría un cristiano respecto de si
sostiene o no sostiene el Antiguo Testamento. Tendría que decir sí y no. Este
es un problema grueso en nuestra cultura, es un problema muy importante.
Como ven, quizás Lacan no esté sosteniendo para nada a Freud, aquí no está
sosteniendo la idea de huella mnémica.

“Algunos quizá conserven cierta huella mnémica del punto en que los dejé al
final de nuestra última reunión, a saber, la Wiederholungszwang, que
traduciremos como compulsión de repetición más bien que por automatismo de
repetición.

De hecho, hay ahí un trabajo para hacer, que podemos enfocarlo ahí ¿por qué
se repite? Y podríamos poner por un lado: porque hay una compulsión a
repetir, sería una pulsión que empuja a repetir; o porque hay cierto automático
que funciona y repite. Las dos son expresiones de Freud: automatismo de
repetición y compulsión de repetición, las dos son expresiones de Freud, y
Freud dice que prefiere compulsión. Ahora hay que ver si es lo mismo decir
que es la pulsión lo que hace repetir, o que existe algo así como una máquina
que automáticamente produce circuitos en forma de bucle.

Dice Lacan:

“Esto se encuentra a nivel de lo que podemos llamar lo inmediato, se da en la


experiencia psicológica del individuo; extremando las cosas, y a fin de ilustrar
nuestro pensamiento, digamos que está incluso a nivel de la marioneta. Pero
lo que a Freud le interesa es saber con qué hilos se la dirige.”

O sea, el problema que tenemos es que si el hombre es una marioneta,


¿cuáles son los hilos que mueven a la marioneta? Esta es la clase donde está
presente Hyppolite. Es la clase que se llama “Freud, Hegel y la máquina”. La
noche anterior Hyppolite había dado una conferencia en la sociedad de
analistas, sobre Hegel, al día siguiente fue al seminario de Lacan y es la clase
en donde intervienen Hyppolite y Valabrega. Es la clase en donde está
presente ni más ni menos que Hyppolite. Después de una intervención de
Hyppolite, Lacan dice:

“Su antítesis –llamémosla así- es justamente el instinto de muerte. Es un paso


decisivo es la aprehensión de la realidad, una realidad que supera ampliamente
lo que así denominamos en el principio de realidad...

Escuchen esto:
“...El instinto de muerte...

No crean que Lacan siempre trabajó con pulsión, al principio trabajaba con
instinto, toda la comunidad analítica trabajaba con instinto, recién después
pasa a trabajar con pulsión. Escuchen:

“...El instinto de muerte no es una confesión de impotencia, no es la detención


ante un irreductible, un inefable último. El instinto de muerte es un concepto.”

Se acuerdan lo que discutimos la vez pasada sobre los conceptos. El capítulo


3 de esta clase es muy interesante.

----cambio de cassette----

Hago un parafraseo de reglones, dice Lacan

“es absolutamente extraño estar localizado en un cuerpo”

recuerden que habíamos arrancado la reunión de hoy con que lo basal de la


clínica es que somos un cuerpo. De hecho podríamos decir que la subjetividad
es el epifenómeno de lo pulsional. Que cada uno de nosotros es una forma de
operar con el goce, para decirlo en lacaniano.

“frente al cuerpo, el médico tiene la actitud de un señor que desmonta una


máquina”

el médico moderno, es muy importante porque ahí empieza a surgir el


problema de que el cuerpo es considerado como una máquina... bueno,
después Lacan hace la cita de Descartes donde directamente el cuerpo es
concebido como una máquina. Lacan agrega:

“la máquina de la que estoy hablando es el reloj.”

O sea, el cuerpo funciona como un reloj. Es una vieja metáfora la del cuerpo
entendido como una máquina, pero no pierdan de vista que una de las
primeras máquinas que simbolizan lo que para nosotros es máquina hoy, es el
reloj. El primer reloj más o menos decente es de 1650 y pico.

La conferencia “Psicoanálisis y cibernética”. Cibernética es la vieja designación


para computadoras, y en las computadoras empieza a aparecer la posibilidad
de discutir muy bien la diferencia entre hardware y software. ¿qué es lo que
mueve? ¿El hardware o el software? Ven que Lacan gira en el concepto de
máquina que tenemos que tener nosotros. Entonces, Freud es médico, el
médico como amo frente al cuerpo entendido como máquina, y la máquina en
cuestión que caracteriza al imaginario a este respecto, es el reloj.
“¿Qué es lo que está en juego en la máquina? No es un simple artificio.”

Y ahí Lacan trabaja que en la época de Hegel ya estaba la máquina a vapor y


le dice a Hyppolite que es sorprendente que Hegel no hubiera tomado en
cuenta las máquinas a vapor. Y ahí agrega:

“Entre Hegel y Freud tenemos el advenimiento del mundo de la máquina, del


mundo de la máquina entendida como la máquina a vapor.”

Y a partir de la máquina a vapor, dice Lacan que en Occidente se empezó a


pensar en el problema de la energía. Con cuánto hay que alimentar a la
máquina para que produzca el trabajo que uno quiere que produzca.

“La energía –lo hice notar la vez pasada- es una noción que no pudo aparecer
sino a partir del momento en que hay máquina”.

No sé si ustedes saben que energéia es un término del griego que Aristóteles


utilizó mucho, pero en los griegos y en Aristóteles, energéia es acto. Nada que
ver con nuestra concepción moderna de energía. Vean que Lacan es un autor
muy especial, piensa las cosas un poquito más de lo que las pensamos
nosotros. Él lo que va a establecer es que el médico piensa al cuerpo como
una máquina, la máquina es entendida como la máquina a vapor en la época
de Freud –no como en la época de Descartes que era el reloj- ¿entienden la
diferencia? Cuando se le da cuerda al reloj, no importa la cantidad de
energía... ahora si hay que traer tres bosques enteros para alimentar a una
locomotora para que haga tres metros... esa máquina no sirve para nada.
Pero darle cuerda al reloj no da sensación de estar haciendo un gasto y que se
espera que el reloj responda por eso. En cambio, si necesitás 20 obreros para
alimentar una máquina a vapor que reemplaza a 5 obreros, esa máquina no
sirve para nada. Lacan dice que menos aun se pensaba el problema de la
energía con el trabajo esclavo, porque para el amo, que el esclavo comiera era
lo más natural del mundo, porque todos comemos, o sea que ahí tampoco se lo
pensaba como una energía para alimentar a una máquina. El cuerpo se
convierte en una máquina –con energía- recién a partir del desarrollo del
cuerpo como máquina de Descartes –el reloj- y en la época de Freud el médico
que toma al cuerpo como máquina pero como una máquina a vapor, o sea, que
le tiene que ser aportado un quantum de energía.

“Hay quienes se sorprendieron de la aprobación que di ayer a Fran oise,


cuando a propósito de ese tercer término que buscamos en la dialéctica
interhumana mencionó a la biología. Quizás ella (Fran oise) no pensaba del
todo la biología como yo voy a explicarla, pero diremos que la verdad brotaba
de labios de alguien que la decía inocentemente.
Tomemos la biología por antífrasis. La biología freudiana no tiene nada que
ver con la biología. Se trata de una manipulación de símbolos con miras a
resolver cuestiones energéticas, como lo demuestra la referencia homeostática,
que permite caracterizar como tal no sólo al ser vivo, sino también el
funcionamiento de sus aparatos principales. En torno a esta pregunta gira toda
la discusión de Freud: energéticamente, el psiquismo, ¿qué es? Ahí reside la
originalidad de lo que en él llaman pensamiento biológico. Freud no era
biólogo, no más que ninguno de nosotros, pero puso el acento sobre la función
energética a todo lo largo de su obra.”7

No sé si ustedes conocen la mala relación entre Lacan y Ricoeur, se


denunciaban mutuamente de plagio, se odiaban, y es muy notable cómo los
dos trabajan las mismas temáticas.
Y ahora la frase que quería que escucharan:

“Si sabemos revelar el sentido de este mito energético, veremos aparecer algo
que desde el origen y sin que se lo comprenda, estaba implicado en la
metáfora del cuerpo humano como máquina.

¿Entienden que para Lacan toda la cuestión energética es un mito energético?


Que ni siquiera habría que ponerlo en relación a la biología, porque ni siquiera
es biología. Y realmente, todos los biólogos que han revisado la biología
freudiana –y Ricoeur lo dice- la han llamado biología fantástica. La biología
freudiana es una biología fantástica. Y aquí Lacan la llama mito energético, no
por nada Miller no pone como título de esta clase a la energía. Con lo cual, lo
que nosotros tenemos es que Freud desarrolla no un apoyo del psicoanálisis
en la biología, sino que desarrolla un mito energético. ¿Por qué? Porque tiene
que pensar el problema de qué mueve a la máquina. Nosotros también vamos
a pensar el mismo problema: qué mueve la máquina.
Vuelvo a leer el párrafo anterior.

“Hay quienes se sorprendieron de la aprobación que di ayer a Fran oise,


cuando a propósito de ese tercer término que buscamos en la dialéctica
interhumana...

Con lo cual, un problema que podemos llegar a tener es que quizás se nos hizo
obligatorio un mito energético porque trabajamos con un individuo. Quizás en
una lógica interhumana, ya no sea tan necesario apoyarnos en un mito
energético. De hecho, me parece que no nos apoyamos tanto...

Estela Eisenberg: Freud habla de las pulsiones como su mitología...

A.E.: claro, pero el problema es que Freud dice “mito científico”. A mi


entender, me parece que es un mito mítico, que no tiene nada de científico,
porque no responde ni siquiera por los principios de la biología, y habría que
ver si responde bien por cómo funciona la máquina. Quizás nosotros podamos
tener otra idea de la máquina, como el triángulo de Pascal, y si tuviéramos otra
teoría de cómo funciona la máquina, quizás podríamos totalmente diagnosticar
al mito científico de Freud como puro mito. ¿Se entiende la idea?

La clase 9, que se llama “Juego de escrituras” según Miller. Selección de


párrafos:

7
Seminario 2, pág. 120 (Paidós)
“...En efecto, se trata siempre de un esquema del campo analítico. Al
comienzo, Freud lo llama aparato psíquico,...

no es poco, eh? Yo traje la cita de esos colegas de la afamada institución


psicoanalítica que hacen ese trabajo, porque ese trabajo que está en la cita
cortada de Lacan, para mí es represión pura. ¿Acaso no dice Freud que la
represión es la toma del método alemán de agarrar párrafos y tijeretearlos y
dejar en blanco lo otro? Para mí eso es represión. Me parece que todos,
cuando leemos a Freud y a Lacan, todo el tiempo reprimimos. Esto ¿qué
quiere decir? Algunos párrafos nos resultan shockeantes, magníficos, super
verdaderos, etc. y otros párrafos no están para nosotros. Si uno va a buscar
otra lectura, puede ser que aparezcan otros párrafos. Miren este:

“...En efecto, se trata siempre de un esquema del campo analítico. Al


comienzo, Freud lo llama aparato psíquico,...

No leí ningún trabajo ni escuché a ningún psicoanalista que trabajara el pasaje


de aparato psíquico a campo analítico, y me parece que quiebra de lleno
cualquier lectura individualista. Porque el aparato psíquico está adentro de
uno. Consciente, preconsciente e inconsciente están dentro de uno. Es cierto
que no sabemos cómo se metió dentro de uno la historia original de la especie
humana, es cierto que es imposible seguirlo a Freud en esa especie de
genética fantástica en la cual la ontogenia repite a la filogenia. Para la especie
humana la ontogenia no repite la filogenia.
Segundo párrafo, escuchen:

“Como filósofos, deben ustedes saber...

les está hablando a los psicoanalistas y les dice filósofos.

“Como filósofos, deben ustedes saber que el ser y el objeto no son en absoluto
la misma cosa. Desde el punto de vista científico, al ser, desde luego, no
podemos aprehenderlo, ya que no es de orden científico. Pero el psicoanálisis
constituye sin embargo, una experiencia que muestra, por así decir, su punto
de fuga. Subraya que el hombre no es un objeto, sino un ser realizándose,
algo metafísico.”

es muy importante, estamos trabajando en la máquina. Es muy extraño que


estemos adentro de un cuerpo, el cuerpo es una máquina y la máquina
necesita energía: recuerdan que son los párrafos que fui citando, no? Ahora
nos encontramos con que Lacan define al ser del hombre desde la perspectiva
metafísica. Si es una perspectiva metafísica, ustedes me podrán decir que no
sabemos qué es la metafísica. Aunque sea, tomémoslo como meta-ta-física,
así como Freud lo tomó para metapsicología. Freud dice que él escribió
metapsicología siguiendo a Aristóteles en su libro que fue designado
Metafísica, porque las primeras palabras de ese texto son meta-ta-física,
porque el libro anterior era la Física y el libro que escribió después empezó
diciendo “después de la física, lo que está más allá de la física...” De vuelta el
más allá. Metafísica. Podría ser que lo que esté en juego para el psicoanálisis
entre ciencia y filosofía, sea una concepción del hombre que sea metafísica. Si
es metafísica, entonces no sabemos qué está queriendo decir Lacan, que
Heidegger, que el ser... etc. no entendemos nada. No hay problema: no hay
necesidad de ponerse a estudiar Heidegger. Si es metafísico, no es máquina.
Menos que menos que estemos adentro de un cuerpo; y menos que menos se
trate de una energía que hay que proveerle a ese cuerpo.

“Hay en todo sueño, dice Freud, un punto absolutamente inasequible, que


pertenece al dominio de lo desconocido: lo llama “ombligo del sueño”. No
hacemos hincapié en estas cosas de su texto probablemente porque creemos
que son poesía. Pues no. Esto quiere decir que hay un punto que no es
aprehensible en el fenómeno: el punto de surgimiento de la relación del sujeto
con lo simbólico.”8

Después habla de la electricidad, distingue necesidad de deseo, aparecen los


esquemas freudianos.

Ahora la conferencia “Psicoanálisis y cibernética” del Seminario 2. El tema de


la clase de psicoanálisis y cibernética es el azar y cómo concebir el azar.

“El jueguito simbólico en el que se resumen los sistemas de Newton y de


Einstein tiene, finalmente, muy poco que ver con lo real. Esta ciencia que
reduce lo real a unas cuantas letritas, a un paquetito de fórmulas, con el correr
del tiempo aparecerá sin duda como una sorprendente epopeya, y quizá
también se estrechará como una epopeya de circuito algo corto.”

Es cierto, lo de Einstein duró 30 años, con la teoría cuántica... estaba Einstein


vivo.

“Después de haber considerado este fundamento de la exactitud de las


ciencias exactas, es decir, el instrumento, quizá podemos preguntar alguna otra
cosa, a saber: ¿qué son estos lugares? Dicho de otro modo, interesémonos
por los lugares en cuanto vacíos.”

o sea, Lacan empieza a plantear que cuando en ciencia empieza a trabajarse


con letras, lo que empieza a plantearse a partir del cálculo de probabilidades no
es sobre la relación de objetos entre sí sino la relación entre lugares. Qué
surge si esto aparece en primer lugar, en segundo lugar, en tercer lugar; ¿se
entiende? La ciencia combinatoria es una ciencia que pone en relación, entre
sí, lugares. La ciencia exacta, considerada una física de lo real, pone entre sí
relación de sustancias. Pero una ciencia combinatoria, siendo ciencia exacta –
sin el problema de las ciencias humanas- pone en relación, entre sí, lugares,
que como tales son considerados vacíos. ¿Qué sucede si aparece el 2 en
primer lugar? Ese “primer lugar” es un lugar vacío. En la tirada de dados, si
aparece un 2 en primer lugar, ¿qué probabilidades tenemos de que aparezca
un 2 en segundo lugar? ¿Ven que el segundo lugar es vacío? O sea, Lacan
está queriéndonos proponer que la ciencia moderna, la Física, como ciencia
característica de la ciencia exacta, es una ciencia combinatoria que combina
lugares vacíos, no cosas materiales.

8
Seminario 2, pág. 163 (Paidós)
“Después de haber considerado este fundamento de la exactitud de las
ciencias exactas, es decir, el instrumento, quizá podemos preguntar alguna otra
cosa, a saber: ¿qué son estos lugares? Dicho de otro modo, interesémonos
por los lugares en cuanto vacíos.
Por habernos planteado esta pregunta comenzó a nacer, correlativamente al
nacimiento de las ciencias exactas, un cálculo que se ha comprendido más mal
que bien, el cálculo de probabilidades aparece por vez primera bajo una forma
auténticamente científica, con el tratado de Pascal sobre el triángulo aritmético,
en 1654, y se presenta como el cálculo no del azar sino de las probabilidades,
del encuentro en sí mismo.”

O sea, qué probabilidades hay de volver a encontrar otro 2.

“En esa primera máquina que es el triángulo aritmético, lo que Pascal


elabora...”

Entonces, se darán cuenta que hay -diagnosticado por Lacan- un cambio en la


forma de aprehender lo real de nuestra ciencia moderna occidental, que es el
pasaje que se produce cuando se empieza a considerar tablas como la de
Pascal, donde estos lugares son considerados como vacíos y donde una
determinada combinatoria establece lo que vendrá a este lugar. Este lugar es
el segundo lugar de la fila 3. Hay hasta para Lacan mismo algo que a nosotros
no nos ha llegado en nuestra concepción vulgar y popular de la ciencia, y es
que hasta la física misma ya no trabaja con sustancias, sino que trabaja con
lugares vacíos a partir de la aparición del cálculo de probabilidades. Y a partir
del cálculo de probabilidades se puede empezar a pensar entonces que hay
máquinas que funcionan por la combinatoria de lugares vacíos. Así se des-
sustancializa totalmente el argumento.

“Todo lo que hasta entonces había sido ciencia de los números pasa a ser
ciencia combinatoria.”9

“Pero, finalmente, los símbolos siempre quedaban en el lugar donde estaban


destinados a estar. Sumergidos en ese real, podía creerse que no eran más
que su marcación.
La novedad está en que se les permitió volar con sus propias alas (a los
símbolos) Y esto gracias a un aparato simple, común, al alcance de vuestras
muñecas (de la mano), un aparato donde basta con hacer girar el picaporte:
una puerta.”10

De ahí en más Lacan va a trabajar la puerta. No sé si tienen presente la


relación entre puerta y cibernética, y que es la noción de circuito. El circuito
que estudiaban en el colegio.

9
Seminario 2, pág. 443 (Paidós)
10
Idem, pág. 444
Este es un circuito que está cortado (con la puerta abierta), y si se cierra la
puerta, se abre. Cuando se cierra la puerta, se abre el circuito. Esto quiere
decir que si la puerta se abre, la energía no pasa, el estímulo no pasa, el
mensaje no pasa. Entonces cuando se abre, se cierra; y cuando se cierra, se
abre. Les advierto que me parece que es muy importante no olvidarse que es
esta concepción de puerta cuando en “Posición del inconsciente” Lacan trabaja
al inconsciente como el “ábrete Sésamo” y hace un trabajo muy fuerte sobre la
puerta, y ahí es donde dice que el inconsciente cuando se abre, se cierra y
cuando se cierra, se abre. Todo puede estar queriendo decir no se trata de la
secuencia temporal lineal, como se entendió... siempre en esta facultad se
entendió que “cuando el inconsciente se abre, se cierra”, cuando se les enseña
eso a los alumnos se les dice “claro, cuando el inconsciente se abre, se cierra;
porque cuando el inconsciente se abre viene el lapsus, y después se cierra
cuando uno dice que no era eso lo que quería decir, ahí se cerró”, como si
fuera una bolsa donde se guardan cosas, el guardia se distrajo, salió algo y
luego se cerró.
Pero no tiene nada que ver con la secuencia temporal lineal. Cuando el
inconsciente se abre, es cuando se cierra el bucle S1, S2. Eso es lo que está
trabajando Lacan, y dice que el símbolo más importante a trabajar es la puerta.
Me parece que es una advertencia muy interesante, porque para cualquier
psicoanalista lacaniano la puerta es real, no es un símbolo. Y lo argumentaría
así: si vos vas caminando y te das un cocazo contra la puerta y te queda un
moretón, evidentemente... la puerta es real.

Un trabajo muy importante que vamos a poder hacer con La Carta Robada es
que vamos a inscribir en la cadena significante simbólico, imaginario y real. Al
inscribir en la cadena significante simbólico, imaginario y real, vamos a
deshacer la posible lectura que hace que lo imaginario sean imágenes, lo real
sean objetos y que lo simbólico sean significantes. Vamos a trabajar en una
misma cadena significante pero en el sentido en que propone este historiador
que les cité, o sea, en los estratos del tiempo, vamos a trabajar en esa
dirección pero justamente pensando que “puerta” perfectamente podría ser un
símbolo, y Lacan propone que es el símbolo fundamental.

Ahora nos metemos bien de lleno en el tema de La Carta Robada. Para


meternos de lleno en el tema de La Carta Robada, voy a hacer una
introducción a un problema, a un concepto de Lacan y a atacar cierta ideología
que creo que reina; y luego proponerles el problema que yo veo en el concepto
de Lacan.
El concepto de Lacan que está en juego es el del rasgo unario, EinsigerZug.
Para Lacan, cualquier lógica simbólica requiere partir necesariamente de
postular el rasgo unario. El rasgo unario es, a nivel del símbolo, la mínima
diferencia. Es por eso que toma de la teoría de conjuntos, la expresión
“unario”, conjunto unario, nosotros en castellano no decimos unario sino que
decimos “conjunto unitario”, pero sí decimos “conjunto binario”, o sistema
binario de escritura. En francés utilizan “conjunto unario”, que es el conjunto
que tiene un único elemento. Se acordarán de la anécdota de Lacan, cuando
fue a un museo de antropología y vio un hueso, un asta, con unas rayitas del
cazador, entonces Lacan dijo “he ahí lo humano”. Vamos a trabajarlo.
Primero, lo que habría que trabajar es que para Lacan “lo humano”, o sea,
vamos a dar un paso para atrás: podríamos hablar en sentido no psicoanalítico
y postular para los animales la articulación de lo real y de lo imaginario, siendo
que podríamos (por fuera del psicoanálisis) considerar lo real del animal como
su cuerpo tridimensional y lo imaginario del animal su relación al mundo
circundante, que implica lo que come, cómo se protege, cómo cuida a las crías,
cómo se aparea, todo lo que está en el animal tramitado por la vía de los
instintos. Podríamos suponer que entonces habría articulación imaginario-real
en el animal. Para Lacan, la diferencia la introduce lo simbólico. Ahora, mi
impresión es que nosotros no sacamos todavía la consecuencia de que para
Lacan el elemento...

f(S) 1
s

Esto es de Instancia de la letra... y se lee: es función del significante colocar un


elemento sobre el significado, y este un elemento es 1. Me parece que no le
hemos dado todavía la importancia que merece al hecho de que Lacan
proponga que el un elemento sea el 1. Que los palotes del hueso, cada uno,
sea 1. O sea: 1, 1, 1, 1, 1.
Para Lacan, si hay algo que caracteriza al orden simbólico es el 1, no la letra o
la palabra. Les leo del Seminario 16, la clase 19, que se llama según Miller
“Saber y poder”. En el comienzo de la clase, Lacan dice:

“O, como yo lo he subrayado en su momento, toda evocación de falta supuesta


instituye un orden simbólico”11

O sea, para que haya objeto a hace falta que haya orden simbólico. No hay
falta sin orden simbólico, con lo cual esa es la lógica mínima que siempre
deberíamos tomar en cuenta para la privación: no hay privación sin que se
suponga la existencia de un orden simbólico funcionando antes. No sé si a
ustedes el Seminario 16 les resulta satisfactorio, o sea, no es el primer Lacan,
no se olviden que privación, frustración y castración es del Seminario 4, acá
estamos en el 16... Entonces, para que haya falta, tiene que estar instituido un
orden simbólico. Ahora veamos qué hace falta para que podamos decir que
esté instituido un orden simbólico.

“¿Qué es un orden simbólico? Es más que solamente la ley. Es también una


acumulación, y aun numerada. Es un ordenamiento...

poner en orden: primero, segundo, tercero. Un ordenamiento.

“Motivo por lo cual, no hay nada de abusivo en que simbolicemos aquí el


campo de lo simbólico con un 1.

Y pone el número 1.

11
traducido directamente de la versión del Seminario 16 establecido en francés.
“Seguramente el 1 no es simple, y todo el progreso ha consistido en darse
cuenta de que él funciona como 1 numérico, o sea, que él engendra una
infinidad de sucesores a condición de que haya el 0. Así, para obtener la
ejemplificación de lo simbólico por los sistemas actualmente mejor
establecidos. Este conteo, a cualquier nivel de la estructura que nosotros lo
coloquemos en lo simbólico, tiene sus efectos en lo imaginario, que nosotros
hemos evocado todo el tiempo, como ese orden por lo cual lo real del
organismo, es decir, un real totalmente situado, se completa de un Umwelt.

de un mundo circundante.

“Lo que se ordena en mi discurso, es decir, y es para lo que serviría poner esta
fórmula a prueba, es que el conteo tiene como efecto hacer aparecer en el nivel
de lo imaginario lo que se llama objeto a.

es por el conteo que a nivel de lo imaginario, o sea, a nivel del cuerpo, es que
aparece algo de la índole de la falta como objeto a. El tema de esta clase del
Seminario 16 es el narcisismo, cómo entender el narcisismo.

Lo que escribe Miller en esta clase que acaba de salir en francés, es esto:

1
¬

Y es como me parece que Miller siempre bastardea la escritura de Lacan. Lo


que yo tengo en la versión no oficial del Seminario 16 –saben la polémica que
hay con las edición del Seminario de Lacan, tanto es así que la versión del
Seminario 8 de la Transferencia, salió un libro entero de 300 páginas con las
erratas sobre la edición francesa... se va a volver a publicar porque es ilegible,
hay una polémica enorme con las ediciones que se van haciendo. Lo que yo
tengo en la versión no oficial es:

r (S) 1

(I) el objeto a

i (a)

que me parece que sigue mucho mejor al texto de Lacan. Estoy convencido de
que Miller... lo que pasa es que todavía no descubrí qué va a pasar dentro de 5
años con esto, porque no hay nada que Miller haga de estas cosas que no las
haga para decir dentro de 5 años, que Lacan las dijo.

Entonces, Lacan propone que podríamos concebir una relación entre real e
imaginario, que hasta produzca cierta relación del cuerpo con el mundo
circundante. Recuerden que para Lacan desde el Seminario 1, la relación del
cuerpo animal con el medio circundante es la de la proyección de la imagen
corporal al medio, cuando Lacan habla de los dos narcisismos. Pero Lacan
dice que habría que –para considerar el narcisismo humano- incorporar el
orden simbólico. Y al orden simbólico, Lacan lo caracteriza por el 1. Es porque
el orden simbólico opera, que hay objeto a. Pero el orden simbólico queda
representado por el 1. Entiendan que no estoy haciendo una aplicación de
matemáticas al psicoanálisis.

Eduardo L.: porque el 1 es el orden, es un orden. Porque dice “a condición de


la existencia del 0”...

A.E.: vayamos por partes. La demostración de que es imposible la existencia


de un 1. O sea, discúlpenme, vayamos dos pasos para atrás. Desde Euclides,
siglo V antes de nuestra era, se logró formalizar casi acabadamente a la
geometría, con ese agujero terrible de lo que en algunas versiones se ha
llamado “el quinto postulado de Euclides” que es aquel que dice que las
paralelas no se cruzan ni aún en el infinito, y que nunca se lo logró demostrar,
hasta que un matemático –Lovachevsky- dijo ¿y si no se lo logró demostrar
porque fuera imposible? Y a partir de ese punto de imposible inventó otras
formas de concebir a la geometría, geometrías en las cuales las paralelas se
cortan en el infinito, que es lo que se designa “la solución de Lovachevsky”.
Ahora, recién con Frege –fin del XIX, comienzos del XX- se llega a hacer un
trabajo equivalente con la fundación axiomática de la aritmética. Con lo cual,
no pierdan de vista que hay 2300 años entre la posibilidad de fundar
axiomáticamente la geometría a fundar axiomáticamente la aritmética. Hubo
un problema duro ahí, ¿cuál fue el problema duro? Cómo se justificaba la
sucesión de los números. El 3 es fácil, es 2+1; el 2 es fácil, es 1+1. Si ustedes
buscan “dos” en el diccionario de la Real Academia Española, dice “uno más
uno”. El problema, es que en esta misma lógica ¿quién se atrevería a ir a
buscar “uno” en el diccionario de la Real Academia Española? ¿De dónde
viene el 1? ¿Entienden el problema? Lo que nunca se llegó a fundar
axiomáticamente –esto quiere decir en una lógica de postulados mínimos y de
máxima potencia explicativa sin contradicción- de dónde surge la serie de
números naturales, para colmo no pierdan de vista esta paradoja: se llama la
serie de números “naturales”, que no fuimos capaces de explicar –y no porque
hayan faltado genios matemáticos desde Euclides hasta Frege- porque fue un
problema muy arduo. ¿Cuál fue el problema? Es que no existe la posibilidad
de fundar la serie de los números naturales si no se postula que se arranca de
0. El problema es que si se arranca de 0, se cuenta así: 0, 1, 2, 3, o sea que
3 es 4. Que es un tema que vamos a trabajar, porque habrán visto que Lacan
eligió para la serie de La Carta Robada los símbolos de +-, luego eligió
números 1, 2, 3 –podría haber elegido letras, a, b,c, él no suma ni resta- y
luego eligió letras. Bueno, nosotros vamos a trabajar justamente por qué para
la lógica de 2 eligió símbolos, para la lógica de 3 eligió números y para el orden
de 4 eligió letras. Es decir, que antes de las letras presenta los números, en la
lógica de 3, y recordarán que en La Carta Robada Lacan lo trabaja a partir de
esa frase tan impactante que es “el número 2 se regocija de ser impar”, y
efectivamente es impar, porque en la cuenta de 0, 1, 2, el 2 queda en posición
tercera. Pero no pierdan de vista que para eso hay que trabajar con lugares
vacíos, que es esta lógica. Hasta que no se pudo empezar a trabajar con
lugares vacíos –y dio bastante trabajo porque de 1650 pasamos a 1880 con
Frege- vean qué trabajo dio poder trabajar con el lugar vacío, pero es un lugar
que se cuenta.

E.L.: ese lugar vacío es el conjunto vacío. El 1 es en realidad el vacío entre


llaves.

A.E.: sí, sí, lo vamos a argumentar. Vamos a trabajar a Frege, vamos a


trabajar los fundamentos de la aritmética, unas 5 páginas, para trabajar bien
esa lógica, o sea, desde la perspectiva de la teoría de conjuntos podríamos
decir es la posibilidad de trabajar con un conjunto vacío. Que para colmo, es
un subconjunto de todo conjunto y que se escribe (Fi mayúscula).

E.L.: y es lo que caracteriza al sujeto...

A.E.: para el sujeto Lacan utiliza siempre fórmulas matematizadas pero de


variado tenor, por ejemplo, cuando lo representa como –1, pero también como
+1. Habría que ver si el sujeto en psicoanálisis es –1 y +1.
Igualmente, vean que ese 0 que hace falta –les leí la cita de Lacan donde lo
dice- no pierdan de vista que lo que estamos diciendo es que primero
contamos al 0. El gesto de contar al 0 ya implica que el 0 vale 1. Esa es la
función del rasgo unario. ¿Entienden la idea? Es muy difícil de explicar.

David Szyniak: el 0 vale 1 en el orden.

A.E.: no importa que valga 1 en el orden, porque ya es 1.

D.S.: en el orden.

A.E.: no sé por qué le agregás “en el orden”... No hay 0, 1 y 2 fuera del


orden... son conceptos. Los números no son cosas en sí ni tienen sustrato
ontológico, siempre son un orden. De hecho, la aritmética misma puede...

Elisa Bellman: son conceptos que subsumen objetos, excepto el 0 que es el


único que no subsume ningún objeto.

A.E.: ¡ah! Claro. No se olviden de que Frege es el autor de la conceptografía,


o sea, él logró esto porque fue el primero que tuvo claro que el concepto no
subsume objetos. Y justamente 0 es el concepto bajo el cual no cae ningún
objeto. Esto es Frege, ya lo vamos a trabajar.

E.L.: me parece que la confusión viene porque no contamos 0,1,2; sino entre
llaves el vacío...
A.E.: pero Frege no trabaja con teoría de conjuntos...

E.L.: no, claro, pero...

A.E.: son dos argumentos distintos. El asunto en Frege es el concepto sobre


el cual no cae ningún objeto, con lo cual, observen que estamos en la lógica
de...

E.L.: es el conjunto vacío.

A.E.: no, son dos argumentos distintos. Uno es la teoría de conjuntos, y otro
es los fundamentos de la aritmética de Frege. En los fundamentos de
aritmética de Frege, Frege no trabaja con la teoría de conjuntos. Son dos
argumentos: Frege y Cantor.
¿Qué idea estoy proponiendo leer? Que quizás Lacan trabajó con algo distinto
a el cuerpo como fundamento, como sustancia gozante. Quizás haya otro
Lacan. No digo que la expresión “sustancia gozante” no se encuentre en el
buscador. Igualmente, si aparece en el buscador, no sabemos si la puso Lacan
o la puso Miller. Porque siempre... traduttore-tradittore, no es que esté
criticando a Miller, siempre el que establece un texto, establece un texto, de
hecho hasta que Miller no estableció el texto no teníamos los seminarios... Si
tenemos los seminarios es gracias a que Miller los estableció. Pero estableció.
Entonces, “sustancia gozante” tal vez lo haya dicho Lacan como no, tal vez
haya dicho “sus, ansia, goz y ante”, no sé, justo Lacan, que tiene 700
neologismos! Habrá que leer el contexto y discutir bien la problemática.
Entonces, puede tratarse de que en la base de nuestra clínica esté la sustancia
gozante. ¿Quieren que les diga algo? Es lo más fácil de entender. Todos
nuestros pacientes hoy vienen con esa idea: de que algo proviene del cuerpo y
que eso que les proviene del cuerpo los está atareando en demasía. Y es por
eso que siempre se preguntan si tienen que ir del psicólogo o tomar una
pastilla. Porque si proviene del cuerpo podría atacarse directamente en el
cuerpo. Esta versión reina en nuestra cultura. Hoy la competencia del
psicoanalista no es el pobre psiquiatra sino el neurocientífico, que está diciendo
que todo provienen de las neuronas. Y todo libro de neurociencias parte del
“Proyecto de psicología para neurólogos” de Freud. Todos parten de Freud,
les encanta partir de Freud y dicen que los psicoanalistas se desviaron, porque
Freud ya sabía que todo lo que sucede proviene del cerebro. ¿Viene del
cerebro? Todo lo que nos viene, en condición particular, singular si quieren
exagerar, ¿nos viene del cerebro? ¿viene del cuerpo?
Podría ser que viniese de lugares vacíos asustanciales, solamente
conceptualmente existentes.

Lo que les proponía es que el orden simbólico se caracteriza por el número. De


hecho, muchas histéricas se han ido a vivir con gorilas, 20 años con gorilas...

----cambio de cassette----
y han logrado que los gorilas hablen medianamente, ninguno pasó del uso de
20 palabras. Jamás ningún gorila, chimpancé u orangután logró usar más de 20
palabras. Usaron palabras, pero jamás lograron sumar ni restar. Jamás han
podido operar con el número. Habrá que ver si nosotros no deberíamos torcer
nuestra forma típica de entender al orden simbólico como un sistema de
lenguaje –y entendido lenguaje como una batería de palabras- cuando quizás
podría ser que el núcleo más simbólico de lo simbólico sea el número, no la
palabra. Con lo cual la introducción de lo matemático en psicoanálisis esté
referido a cierta forma de concebir al orden simbólico. De hecho, el elemento
en el sentido de aquello indivisible, como diría Lacan en Instancia de la letra...
“el elemento diferencial último” del orden simbólico no es la letra sino el rasgo
unario, que Lacan saca entre gallos y medianoches de Psicología de las masas
y análisis del yo, de esa parte imposible de entender que es esa incorporación
de un rasgo paterno, por cada uno de nosotros, antes de la primera relación de
objeto con la madre. Es ese punto super-conflictivo de Freud e incomprensible
en la misma lógica freudiana.

Entonces, tenemos que la esencia de lo simbólico es el número. Y de hecho,


no pierdan de vista que en La Carta Robada la aparición de la ley, de la ley de
exclusión, aparece con el orden de números, con 1, 2, 3. Con lo cual, ya
tenemos el problema de que quizás la ley misma del orden simbólico es una
función del número. Y me parece que tenemos que hacer un trabajo todos
nosotros para darnos cuenta de que la estopa de lo que está hecho el número
no es una estopa ni distinta ni degradada de la estopa de la cual está hecha la
letra o la palabra. Quizás al revés: quizás sean más estrictamente simbólicos
el número y la cuenta, que la palabra y la poesía. Al menos hay argumentos de
Lacan para pensarlo.

Ahora, un problema gravísimo. Georges Ifrah, es considerado hoy día como


quien ha producido la obra más contundente sobre la historia de las cifras, de
los números. Está publicado por Alianza, se llama Historia universal de los
números, es un libro maravilloso. Cito a Ifrah:

“Esta historia ha comenzado hace mucho tiempo. No se sabe dónde. El


hombre, aún incapaz de concebir los números en sí mismos, no sabe aún
contar. Pero sin embargo es capaz de concebir la unidad, el par y la
multiplicidad.”

O sea, en el origen de lo que nosotros conocemos como hombre -no


conocemos el pasaje de animal a hombre- pero si hay hombre, ya tiene el uno,
el par y la multiplicidad. No hay hombre sin 1, 2 y muchos. Está muy bien
argumentado por este autor que es una eminencia.

Ahora, otro libro, este es de una loca, es distinto. Se llama Marija Gimbutas, El
lenguaje de la diosa, es un delirio. Esta mujer se dedicó toda la vida a estudiar
la historia de la Europa central pre-indoeuropea. O sea, antes de la entrada de
las lenguas indoeuropeas, que ella supone que provienen desde la India hacia
Europa. Y trabajó los yacimientos arqueológicos más antiguos que se localizan
en Europa. De hecho les pasé una fotocopia de la página 19 donde está la
representación de ese supuesto hueso que vió Lacan en el museo. Es un
grabado sobre costilla de reno, yacimiento de Cromagnon, datado hace 30.000,
es de lo más antiguo que hay, de verdad. Observen que es una figura
antropomorfa. Ven que en la panza tiene emes, “m”. Bueno, vayan a la página
13 donde están los sellos. 6200 antes de Cristo, se han encontrado cientos.
Las figuras están de base y de perfil para que se vea que son sellos de verdad,
destinados a sellar. A diferencia de lo que podrían ser moneditas de cerámica.
Vean que tienen distintos tipos de dibujos. En la introducción, dice:

“Ningún símbolo puede ser tratado aisladamente”

El problema verdadero con el que nos encontramos, es que me parece que


Lacan o no argumentó bien, o se equivoca. Porque el elemento, en el sentido
del elemento diferencial último para un orden simbólico, no pueden ser palotes.
Tienen que ser palotes y uves (v). Si vieron estatuillas, vean la presencia de
las uves (v) pero no sólo uves, sino también otro tipo de rayitas. Aquí hay casi
como un alfabeto, son todos los símbolos que descubrió esta mujer en los
yacimientos. De hecho, vean que no hay palotes. Son los descubrimientos
más antiguos de escritura humana, y no hay palotes. Con lo cual, lo que
tenemos es que en el origen mismo de todo lo que pueda ser concebido como
orden simbólico, si ustedes quisieran verificar que efectivamente sea un orden
simbólico, tienen que verificar la existencia del número. Y si verifican la
existencia del número, para que efectivamente opere como número, tienen que
tener 1, 2 y muchos.
Lo que les propongo es que el número es la esencia del orden simbólico, lo
más simbólico de lo simbólico. Sería un buen instrumento propedéutico decir
“más que la palabra”. Con lo cual, imposible que nosotros no tengamos
incluida en la teoría su función. Segundo, el problema es que el número –más
que ningún otro elemento del orden simbólico- no puede existir aislado. Con lo
cual, al menos siempre hace falta un símbolo para la unidad, un símbolo para
la paridad y un símbolo para la multiplicidad. Me parece que Lacan pesca muy
bien que el orden simbólico se caracteriza por el número 1. Pero lo que no
terminó de decir –y me parece que es gravísimo, porque funda “un Uno”- digo,
todos los errores de los grandes maestros como Freud y Lacan es que fundan
escuela. Y de cada error argumentativo de estos autores surge una escuela.
Si no se lee esto correctamente, puede fundar “un Uno”. ¿Se los digo en
moderno? “Hay del Uno”, “Hay de lo Uno”. Pero cuando decimos eso, ¿qué
estamos queriendo decir? ¿Del uno que tiene identidad consigo mismo? No,
eso no hay. Todo orden simbólico se caracteriza por la función del 1, pero no
existe “el 1-Uno” como tal, que no sea en el sistema “uno, dos, muchos”. No
hay sistema más primitivo de numeración que “uno, dos, muchos”. Eso es lo
que les cité de Historia universal de los números.
Pero no hay orden simbólico que pueda existir sin “uno, dos y muchos”. Con lo
cual, verdaderamente, cuando pasemos a La Carta Robada, y trabajemos
primero series de + y -, vamos a ver que justamente donde aparece el orden,
va a ser la aparición del número, pero el número siempre nos va a exigir al
menos tres. Y este “al menos tres” es de lo que estoy hablando (1,2, muchos).
Es increíble esta coincidencia. Obviamente estos elementos no estaban en la
época de Lacan. Fíjense que Gimbutas es delirante, porque ella de estos
símbolos, las uves, las emes (que ella llama “mu”), deduce la existencia de un
lenguaje que llamó el lenguaje de la diosa –quizás emparentado con la diosa
blanca de Robert Grave- aquellas suposiciones de que antes de la existencia
de dioses patriarcales –y les advierto que el Indoeuropeo es profundamente
patriarcal, todas las lenguas derivadas del indoeuropeo son lenguas cuyos
sistemas de convivencia, intercambio y prohibición del incesto se basan en la
figura del padre, o sea, es la mujer que en el intercambio exogámico tiene que
ir a vivir con el clan del hombre- ella dice que antes del indoeuropeo el sistema
era maternal, que existía una diosa por encima de todo –que podría ser la
diosa blanca de Robert Grave, no sé si lo leyeron, está muy pobremente
argumentado- pero ella dice que para colmo, esta diosa blanca y las culturas
europeas pre-indoeuropeo, eran pacíficas, porque la guerra de conquista
vinieron asociadas, con lo cual es como un feminismo, es como un origen de la
cultura europea feminista y pacífico. Y lo quiere demostrar con uves,
chevrones y micas y así es insostenible.
Pero lo que yo les quería mostrar es que aún en los yacimientos más antiguos,
lo que es un yacimiento antiguo, implica la existencia de signos de pluralidad,
aún sin números, sin representación gráfica de números ni letras. Apenas
empieza la representación gráfica, ya es múltiple.

E.L.: me hacías acordar cuando decías el uno, el par y lo múltiple a (inaudible)


un poema que dice “del uno se hizo el dos, del dos se hizo el tres y del tres
(inaudible)”

A.E.: sí, de ahí los grande saltos: hay 1, 2, múltiple; 1,2,3, y múltiple; 1,2,3,4, y
múltiple. O sea, casi todos los sistemas antiquísimos de numeración tienen
este rango. Pero observen que jamás puede existir y es especialmente
importante que no lo perdamos de vista, que el origen de lo que nosotros
concebimos como orden simbólico es el número. Segundo: que el número, más
que ninguna otra letra, requiere de otro elemento para existir como tal.
Para terminar: observen que finalmente, en la escritura de Lacan,
efectivamente no existe significante si no es en relación a otro significante.
Pero observen que para Lacan es indistinto cuáles son los significantes en
juego. Es por eso que es importantísimo que no pierdan de vista que no es un
par ordenado. “S1, S2” no es un par ordenado. Justamente, porque nosotros
somos capaces de establecer que son dos significantes distintos, que “mi padre
es mi padre”, o “mi padre no es mi padre”. El avaro que mete la mano en la
zanja para sacar una monedita de 1 centavo, dice “un centavo es un centavo”.
Es una frase plena de sentido para nosotros . ¿Y cómo puede ser que sea una
frase plena de sentido? Porque son el mismo elemento colocado en 2 lugares,
que son lugares vacíos. Lo que caracteriza al significante es esta función. Y
hasta puede ser el mismo significante, pero nosotros concibiendo dos lugares
vacíos y numerados, ya es otro significante.

S1 S2 no es un par ordenado.

son dos lugares vacíos numerados.


1 2

Más aún: puede operar como significante un gesto. Un apretón de manos, una
lágrima. ¿Por qué puede ser significante un llanto? Una caricia en la espalda.
Porque podría significar “me perdonó”. ¿Cómo puede ser? Porque vino al
lugar vacío ( 2) llamado por lo que ocupó el primer lugar vacío ( 1)
que fue “¿qué pasará en nuestro próximo encuentro, después de todo lo que
nos insultamos?” Si me da la palmadita en la espalda, es porque me perdonó.
Es lo que está en juego en la fórmula:

f(S) 1
s

Es función del significante elevar a la categoría de 1 elemento en la producción


de significado. Pero ¿cuál es esa función significante? Es ese lugar vacío,
ordenado numéricamente.
Quiere decir que lo esencial del orden simbólico es: al menos 2 lugares vacíos,
numerados.
Dejamos acá.
La próxima vamos a trabajar la serie de los +-, no vamos a trabajar nada del
cuento, pero tengan en cuenta que la escena del cuento de Poe para Lacan se
ordena como 2 cuaternarios, y que en el cuaternario, donde hay 4 personajes,
un personaje es la carta. Nosotros vamos a trabajar directamente: + - ; 1,2,3;
y αβγδ.
Les propongo designar al orden de 2 elementos, “símbolos”; al orden de 3
elementos, “números”; y al orden de 4 elementos, “letras”. Que es como Lacan
lo trabaja, pero no lo dice. No dice “presten atención, que para 4 escribo
letras”. Lo primero que vamos trabajar es intentar descubrir por qué conviene
designar así a estos tres órdenes.
Hasta la próxima.-

Versión no corregida por el autor.


Desgrabación: Mariana Gomila.
Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 3 – 05-05-06

Alfredo Eidelsztein: la vez pasada presenté el primer argumento para


justificar el trabajo con herramientas matemáticas en psicoanálisis, y la vía por
la cual lo presenté fue tratar de dar cuenta de que al menos en la construcción
de orden simbólico en Lacan, es esencial la participación del número.
O sea: que en el orden simbólico de Lacan –que para nosotros es un conjunto,
batería o tesoro de significantes, en todo caso de palabras y/o de significantes-,
es esencial la participación del número.

Hoy voy a trabajar ya con La Carta Robada, pero quería anticipar otra
perspectiva del mismo problema: de las relaciones entre la matemáticas y lo
que nosotros consideramos orden simbólico a partir de Lacan. Y les diría que
si podríamos considerar que el primer argumento –el de la vez pasada- fue al
nivel de la estructura; éste podría ser cómo la estructura se articula con la
historia, o sea, sería la perspectiva más histórica. Por ejemplo: desde el
comienzo mismo de la enseñanza de Lacan, 1953 al menos, si Uds. revisan las
preguntas del público en todos los primeros seminarios –hasta el 11 inclusive-
van a ver que la pregunta más recurrente es ¿qué es lo real?. No hay
prácticamente preguntas acerca de qué es lo simbólico o qué es lo imaginario.
Mi impresión es que cuando nosotros tenemos esa inquietud, me parece que
siempre conviene identificarse un poco con aquello que uno va a comentar,
suponiendo que uno también podría tener esa misma pregunta: pero entonces,
¿qué es lo real? Mi impresión es que la trascendencia de la pregunta por lo
real incluye también –no voy a trabajar sobre ello- pero incluye también
inexorablemente la pregunta por lo verdadero. O sea, hay un valor para
nosotros de lo real que es lo verdadero. Lo que les podría decir en cualquier
discusión mediante un: “pero es real”. O podría decirlo también así: “pero es
así”.

Mi impresión es que en psicoanálisis -y me imagino que la de Uds. también- es


que indudablemente desde los últimos años –y me parece que a consecuencia
de no haber terminado de asumir una posición clara respecto a la energética
freudiana- mi impresión es que al menos desde 1981 y a partir mismo del
fallecimiento de Lacan, se impuso una versión de lo real que lo equipara a lo
biológico. Podríamos llamarlo “biología lacaniana”, podríamos llamarlo “el
hueso de lo real”, podríamos llamarlo “los signos del goce”, podríamos llamarlo
“lo real como acontecimiento del cuerpo”.
Ahora bien: no es la única forma en la cual podríamos concebir a lo real. Ni
siquiera queda tan claro que sea la forma más regular o más fuerte en la cual
Lacan concibe y define a su registro de lo real. Hay una dimensión que me
parece que es muy importante trabajar, que es la dimensión de lo real como lo
imposible. Para ello, primero les quería proponer una pequeña lectura de un
texto de matemática que es Matemáticas e imaginación de Kasner y Newmann,
es un libro de matemática muy antiguo, es de la década del ’50, de divulgación,
o sea para un público como nosotros, y ya con el mismo título –matemáticas e
imaginación- se ve que la intención de los autores –Kasner y Newmann- es que
sea un libro ameno, ellos más de una vez dicen en el libro que hay que evitar
confundir el rigor de la ciencia con el rigor mortis. Así que me parece que es un
buen texto, y además me parece que tiene la virtud de ser un libro elegido por
Borges para leer matemáticas, está seleccionado en la biblioteca personal de
Jorge Luis Borges, y es un libro de matemática que Borges recomienda leer.
Para los que les gusta leer Borges es un libro interesante porque muchos de
los cuentos de Borges se corresponden –cada cuento- con un capítulo de este
libro. Borges prácticamente escribió sobre cada capítulo de este libro –
Matemáticas e imaginación- un cuento. Yo les voy a leer dos párrafos de las
páginas 75 y 76. Dice así:

“Se proclama que la cuadratura del círculo es imposible.

Se acordarán los que leyeron Subversión del sujeto... que después de la célula
elemental del grafo –Grafo 1- Lacan dice que el círculo que se arma de s(A) a
A, ese círculo nos impone el problema de la cuadratura del círculo, de la
cuadratura de ese círculo, y agrega que como el orden simbólico es
incompleto, la cuadratura es imposible. Justo es el ejemplo que trabajan estos
autores: la cuadratura del círculo.

“Se proclama que la cuadratura del círculo es imposible.

El problema matemático que está en juego es el siguiente: cómo hacer


equivaler la superficie de un círculo a la superficie de un cuadrado. Ya que si
logramos una forma de hacerlo pasar -luego con π (pi) se lo pudo lograr, pero
se demoró mucho en lograr π -, si se lo pudiese hacer se podrían mensurar
superficies circulares, con lo cual, el problema es de muchísima importancia
económica, si uno quisiera vender un círculo de tela, ¿cuánto de tela se está
entregando en ese círculo? La forma en que se planteó el problema era la
cuadratura de ese círculo. ¿Cómo hacer para convertirlo en un cuadrado,
medir los lados y obtener así la superficie? Hasta que no se contó con π, ese
cálculo fue imposible.

“Se proclama que la cuadratura del círculo es imposible. Pero ¿qué significa
imposible en matemática? El primer buque de vapor que cruzó el Atlántico
llevaba entre su cargamento un libro que demostraba que era imposible que un
buque de vapor pudiese cruzar algo menos que el Atlántico. La mayor parte de
los sabios de hace dos generaciones “demostraron” que sería imposible
inventar una máquina voladora más pesada que el aire. El filósofo francés
Auguste Comte demostró que sería siempre imposible para la mente humana
demostrar la constitución química de las estrellas. Sin embargo, poco tiempo
después de hecha esta afirmación, se aplicó el espectroscopio para analizar la
luz proveniente de las estrellas y hoy sabemos más acerca de su composición
química, incluyendo las pertenecientes a las nebulosas más distantes, que lo
que sabemos del contenido de nuestro botiquín. Como ilustración, diremos que
el helio fue descubierto en el Sol antes de ser descubierto en la Tierra.
Las proposiciones acerca de la imposibilidad en matemática son de un carácter
completamente distinto. Un problema en matemática que no puede ser
resuelto en los siglos venideros no siempre es imposible. Imposible en
matemática significa: teóricamente imposible. Y no tiene nada que ver con el
estado actual de nuestros conocimientos. Imposible en matemática caracteriza
la tentativa de demostrar que 7 veces 6 es 43 (a pesar de que las personas que
no están fuertes en aritmética logran a menudo lo imposible). Con las reglas
de la aritmética, 7 veces 6 es 42, así como de acuerdo con las reglas del
ajedrez, un peón debe efectuar por lo menos 5 movimientos antes de que
pueda ser convertido en reina. Donde falta una prueba teórica de que un
problema no puede ser resuelto, es legítimo intentar una solución, no importa
cuan improbable sea la esperanza de buen éxito. Durante siglos, la
construcción de un polígono regular de 17 lados fue correctamente considerada
difícil pero falsamente considerada imposible, por cuanto Gauss, a los 19 años
de edad en 1796, logró hallar una construcción elemental. Por otra parte,
muchos problemas famosos tales como el último teorema de Fermat, han
desafiado toda solución hasta la fecha, a pesar de heroicas investigaciones.
Para determinar si tenemos derecho a decir que la cuadratura del círculo, la
trisección del ángulo, la duplicación del cubo, son imposibles, debemos
encontrar demostraciones lógicas que impliquen un razonamiento puramente
matemático. Una vez que se han aducido dichas pruebas, continuar buscando
una solución equivale a cazar un bípedo de tres pies.”

Con lo cual, nosotros podríamos elegir entre la tendencia que reina en


psicoanálisis, de sostener que lo real-verdadero (recuerden la publicidad que
les leí sobre ese curso de psicoanálisis de niños, donde lo pulsional era el
último recurso de apoyo, de sostén de la práctica analítica con niños, me
parece que se hacía uso no sólo de la noción de real sino de verdad, de la
verdad última). Nosotros podríamos sostener la verdad con el cuerpo, con el
cuerpo biológico, o podríamos sostenerla matemáticamente. ¿Cuál será la
posición de Lacan?
La obra de Freud es bien compleja. En Lo real y el sentido, el último librito que
salió de J.-A. Miller, ahí dice algo que está en avanzada de algo que yo les
propuse el año pasado sobre Lacan. Él dice que Lacan se caracteriza por
tener una enseñanza –lo mismo que les propuse el año pasado- pero Miller
muy correctamente agrega que decir que tiene una enseñanza, implica decir en
el caso de Lacan que no tiene una teoría. No hay una teoría lacaniana, hay
una pluralidad de teorías. Y seguramente todos nosotros estaremos marcados
por ese problema que es la pluralidad de teorías. Alguno de ustedes debe
trabajar con el objeto a, algún otro debe trabajar con los cuatro discursos, otro
debe trabajar con la metáfora paterna, pero otro trabaja con alienación y
separación, uno debe trabajar con el el Nombre-del-Padre, otro debe trabajar
con los nombres-del-padre, uno debe trabajar con RSI... no existe posibilidad
de trabajar con todos esos recursos simultáneamente, porque no participan de
una teoría sino de una enseñanza. Y si uno empieza a revisar la enseñanza de
Lacan a partir de esta lógica, lo que él intenta enseñar es en qué radica lo que
hace un analista, no lo que es la teoría psicoanalítica. Con lo cual, hay una
pluralidad de teorías lacanianas -de teorías lacanianas: no de lecturas sobre
Lacan- sino de producciones de Lacan. De hecho, de un autor que tiene en su
haber 800 neologismos es difícil suponer que su obra pueda constituir una
teoría. A pesar de lo cual, me parece que es posible intentar lecturas.
Les voy a proponer una lectura de lo real que me parece que es muy útil para
armar al menos una oposición que no nos deje todo el tiempo tan a la merced
de todos aquellos que dicen que lo real en psicoanálisis es el goce, la pulsión,
el cuerpo. Hay otra versión en Lacan sobre lo real, que es una versión que nos
interesa muchísimo y que es lo real como lo imposible. Recién vimos que
imposible verdaderamente sólo se logra teóricamente, no hay forma de
demostrar algo a nivel del mundo físico en sí mismo como imposible. Los
ejemplos que dieron estos autores son muy intuitivamente adecuados, ¿cómo
va a volar algo que sea metálico? Bueno, los aviones vuelan. Con lo cual,
demostrar con la misma intuición en lo real, de que hay algo imposible en lo
real, tan sólo es el límite del conocimiento que esa persona tenga sobre lo
físico en un momento dado. Lo real solamente se puede sostener
matemáticamente. No pierdan de vista el último ejemplo de cierre, que es un
bípedo de tres patas. Si yo les hubiera dado ese ejemplo, no sé si ustedes
hubiesen aceptado que es un ejemplo matemático, o si lo hubiesen tomado
como un ejemplo lingüístico. Como no estaba escrito en una fórmula (x=-1.y),
quizás hubieran creído que era un ejemplo lingüístico, y quizás sea un ejemplo
lingüístico pero en el sentido lingüístico que yo les decía la vez pasada: donde
el número participa esencialmente en nuestra concepción de lo simbólico. Un
bípedo (un ser de dos patas) que tenga tres patas.

Dos citas de las varias que hay de las definiciones de Lacan de lo real como lo
imposible –no como lo biológico, ni lo corporal, ni el goce. Se las leo.
Seminario 11, clase 13, que es la clase de desmontaje de la pulsión que vengo
citando. Y la clase 2 del 22-11-73 del Seminario 21, el de los incautos yerran.
La del Seminario 11:

“La satisfacción es paradójica. Cuando se le presta atención uno repara en


que allí entra en juego algo nuevo, la categoría de lo imposible.

No es la vivencia de lo imposible, es la categoría de lo imposible. No digo


quién tiene razón, si Miller o Lacan, digo: veamos bien qué dice Lacan en este
párrafo, al menos.

“Esta categoría, para los fundamentos de las concepciones freudianas...

Está bien claro que estamos en un terreno teórico, no? Categoría, fundamento
y concepciones.

“...es absolutamente radical. El camino del sujeto, y aquí pronuncio el único


término en relación al cual puede situarse la satisfacción, pasa entre dos
murallas de lo imposible.

“A la función de lo imposible, hay que abordarla con prudencia, como toda


función que se presenta en forma negativa.

Este es un buen consejo para los lacanianos. Andar con mucha prudencia con
todo lo que se presente en forma negativa. La castración, la falta, la ausencia,
la carencia, la hiancia...
“Quisiera simplemente sugerirles que la mejor manera de abordar estas
nociones es no tomarlas por el lado de la negación. Este método nos llevaría
aquí a la pregunta acerca de lo posible, y lo imposible no es forzosamente su
contrario, o sino entonces, como lo opuesto a lo posible es con toda certeza lo
real, tendremos que definir lo real como lo imposible.

Definir lo real como lo imposible. Y les advierto que en el cuerpo humano no


hay nada que sea imposible. De hecho, si miran aunque sea páginas
pornográficas por internet habrán visto que ya hay bípedos de tres patas...

Seminario 21, clase 2.

“El lenguaje está hecho así: es algo que, por mucho que extremen ustedes su
cifrado, nunca llegará a soltar lo que tiene que ver con el sentido. Porque él
está allí en el lugar del sentido. Porque él está allí en ese lugar. Y lo que hace
que la relación sexual no pueda escribirse es justamente ese agujero allí, que
tapa todo el lenguaje como tal, el acceso del ser hablante a algo que se
presenta efectivamente como un cierto punto que toca lo real. Allí en ese
punto, se justifica que yo defina lo real como lo imposible. Porque allí
justamente no ocurre nunca, es la naturaleza del lenguaje, no ocurre nunca que
la relación sexual pueda inscribirse.

Con lo cual, vean ustedes que Lacan, aún contando con la fórmula de la
relación sexual como imposible, sigue definiendo a lo real como lo imposible, o
sea, nada que tenga que ver con nada de la índole de lo que pudiera ser la
satisfacción o la insatisfacción corporal. Un paso más: en la escisión de 1953
que hace Lacan con algunos pocos psicoanalistas viejos y muchos de los
jóvenes de la Sociedad Francesa de Psicoanálisis, en los documentos que se
publicaron, que fundamentalmente eran sobre la discusión de cómo establecer
un instituto para la formación de candidatos en psicoanálisis, se acuerdan que
el documento que publica Lacan lleva como acápite, arriba, una cita del
documento de su archienemigo que decía que la formación del analista tenía
que ser hecha fundamentalmente con ciencias biológicas, neurofisiología,
¿recuerdan eso? Nosotros hoy tenemos que sin dudas en el lacanismo, en
todas las corrientes, millerianas y anti-millerianas, se coincide en que lo real es
el goce y que el goce es el goce del cuerpo. Para colmo, este real que es el
goce del cuerpo, es Uno.

Vimos que en matemática hay una forma de concebir lo imposible como


específicamente matemático, y de hecho habría que desconfiar de suponer lo
imposible a nivel de lo real en el sentido de lo físico. Y por otra parte, que
Lacan define a lo real como lo imposible. Un paso más: ¿y cuál es la ciencia
de lo imposible? La lógica. Lacan define a la lógica como ciencia de lo
imposible. Fundamentalmente esto lo hace en 4 clases del Seminario 21, les
leo unas citas cortitas para ablandarles el oído. Clase del 12-02-74:

“Quería decirles que la lógica no puede definirse sino por ser la ciencia de lo
real. Lo molesto es que ella no habla, no parte sino de lo verdadero, pero no
comenzó así de inmediato
y para los que leyeron este seminario, recordarán que ahí Lacan empieza a
hablar de Aristóteles y del Organon, y el gran problema que significa para
Lacan que eso –el tratado de lógica aristotélica, que es el primer gran tratado
de lógica- haya sido llamado Organon. En la clase del 12-02-74 es la primera
vez que Lacan define a la lógica como ciencia de lo real, y les advierto que esa
es una definición de Lacan, no van a encontrar ustedes lógicos que definan a la
lógica como ciencia de lo real. En tal caso, la lógica es la ciencia del correcto
pensamiento, la forma de establecer las leyes del pensamiento, y
especialmente lógica es la ciencia que estudia las leyes del correcto
pensamiento cuando éste pensamiento intenta abordar la verdad. Esa es la
definición de lógica en todo tratado de lógica, pero “ciencia de lo real” es una
definición lacaniana. O sea, olvidarse de esto me parece que es un problema
para todos aquellos que suponen que lo real es el goce, y es el goce del cuerpo
que es Uno. En la clase siguiente, la del 19-02-74, Lacan dice:

“Si dije que la lógica es la ciencia de lo real...

como lo fundó la semana anterior

“...esto tiene evidentemente una relación my estrecha con lo siguiente: que la


ciencia puede ser sin conciencia...

o sea, que la ciencia puede operar con lo real como si fuese el inconsciente,
porque la ciencia no requiere de conciencia.

“... porque justamente eso no se dice: que la lógica es la ciencia de lo real.”

Lo que está diciendo Lacan es que los lógicos no tienen conciencia de lo que
hacen. Porque ellos mismos no dicen que la lógica sea la ciencia de lo real.

“Que no se diga es un signo al menos de que no se lo toma por verdadero. Lo


curioso es que a falta de decirlo, uno no está harto de decir cualquier cosa que
valga sobre la lógica.”

Varias clases después, 09-04-74...

Eduardo Liljequist: o sea, la ciencia sería sin sujeto...

A.E.: no. Porque para nosotros, conciencia y sujeto no son equivalentes. La


noción de sujeto de Lacan...

Eduardo L.: lo decía por la forclusión del sujeto que hace la ciencia...

A.E.: sabía que estabas hablando de eso, por eso te dije que no. Porque
sobre ese problema también hay dos versiones. En Lacan hay pluralidad de
versiones siempre, reconozcámoslo, la teoría lacaniana es un zafarrancho total,
cualquiera agarra cualquier página y desde ahí hace cualquier cosa; pero hay
una versión muy fuerte en donde Lacan dice que la ciencia forcluye la verdad.
Y hay otro párrafo en donde indirectamente dice que la ciencia forcluye al
sujeto. El problema con este segundo párrafo, que es el más famoso y el que
todo el mundo dice -que la ciencia focluye al sujeto- ¿sabés por qué todo el
mundo lo dice? Porque si la ciencia no se ocupa del sujeto, nosotros sí nos
ocupamos del sujeto, porque no somos la ciencia. Es como Boca-River. Lo
que Lacan dice -y desmiente esta versión- es que hay una teoría matemática
del sujeto, la de Von Neumann sobre la teoría de juegos y el comportamiento
económico. No está en castellano, se llama Theory of games and economic
behavior, de Von Neumann y Morgesten, 1944. Lacan cita esta teoría –la
teoría de juegos- la cita como veinte veces, en la cual hay una teoría científica
del sujeto. Lo que la teoría científica del sujeto –Von Neumann es el de la
bomba atómica, es un grosso, un científico alemán que se fue a EEUU, premio
Nobel, etc. Lo que sí requieren hacer Von Neumann y Morgesten en la teoría
científica del sujeto es excluir el problema de la verdad.

E.L.: sería que la ciencia forcluye al objeto a.

A.E.: si lo llamásemos “la verdad”, no veo la ganancia de llamarlo “objeto” al


objeto a... Me parece que no convendría llamar “objeto a” a la verdad, porque
de ser así, habría que llamarla “a”.
¿Conocen el chiste de Rudy, no? Si en un psicoanálisis lacaniano lleva más o
menos 10 ó 15 años establecer el objeto a, ¿cuántos años lleva el objeto b?
Es un chiste de hace 20 años, nos cargan desde hace décadas. Se tendría
que llamar “a” nada más, como en matemática “x”. ¿Por qué Lacan lo llama
“objeto” a? Porque me parece que justamente tiene que haber cierto valor de
objeto, y que me parece que la verdad no requiere ese borde objetal. Por eso
me parece que no convendría equiparar objeto a y verdad.
Sigo con la lógica como la ciencia de lo real:

“He insistido en ello con pie de plomo. Es evidente que si la lógica es lo que
digo, la ciencia de lo real y no otra cosa, si justamente lo propio de la lógica
como ciencia de lo real es precisamente de la verdad sólo un lugar vacío, un
valor vacío,

recuerdan lo que les decía la vez pasada sobre la máquina y el triángulo de


Pascal, no?

“...es decir, exactamente nada de nada, algo en lo que simplemente pueden


inscribir que “no-V” es F, es decir, falso, o sea, una manera de tratar la verdad
que no tiene ningún tipo de relación con aquello que llamamos comúnmente
verdad. Esta ciencia de lo real, la lógica...

¿ven que no es una biología lacaniana? Si nosotros quisiéramos trabajar


desde esta perspectiva la teoría de lo real, habría que escribir la lógica
lacaniana y no la biología lacaniana. No sería el hueso de lo real sino las
tablas de verdad de lo real. No sería acontecimiento del cuerpo sino
acontecimiento de la letra. Es otro registro.

“Esta ciencia de lo real, la lógica, se ha abierto, no pudo abrirse sino en el


momento en que se pudo vaciar bastante de su sentido a las palabras para
sustituirles letras pura y simplemente, la letra es en cierto modo inherente a ese
pasaje a lo real.

Con lo cual, nos encontramos de vuelta con que esto 12 ya no es chino básico...
es chino básico y es un juego estúpido, si alguno de ustedes se levantase y me
dijese “es un juego estúpido”, yo les diría que tienen razón, en cierta
perspectiva es un juego estúpido, pero en cierta perspectiva de una lectura de
Lacan podría ser lo más accesible que tenemos para acceder a lo real, al
menos a este real definido como imposible, y cuya ciencia es la lógica, en el
sentido de ese momento que yo les marcaba la vez pasada con ese párrafo de
Lacan del pasaje del discurso de las ciencias exactas a ciencias de la
combinatoria, que ya significa operar con letras y con lugares vacíos.

Y de vuelta, les cito como la vez pasada otro párrafo, pero sobre Bull,

“..un lógico, pues sostengo que la lógica es la ciencia de lo real...

esta es la clase del 14-05-74, la siguiente,

“Un lógico (...) dio un paso mucho tiempo después de Aristóteles, fue preciso
esperar a Bull para que en 1853 saliera la investigación sobre las leyes del
pensamiento...

¿cuál es el pasaje aquí? El pasaje a la letra. El pasaje de Aristóteles a Bull es


la incorporación en lógica de un álgebra, o sea, una operatoria de pura letra
carente totalmente de sentido.

Si hasta aquí vamos, yo quisiera ahora trabajar un tema para terminar de


presentar este problema, que es el problema relacionado a lo que Lacan dejó
entrever recién entre uno de los párrafos que les cité, que es el valor de operar
con elementos que en sí son negativos. No sé por qué... Les voy a ser muy
sincero: si yo encuentro 80 citas de Lacan del tema que busco para preparar la
clase y 79 apuntan a lo que yo quiero decir, tiendo a convencerme de que
tengo razón. Pero la que me contradice, suelo dejarla y dar testimonio de ella.
A mí me parece notable que en todo este trabajo, por ejemplo, de 1981 a 2002
de Miller, estén todos estos problemas salteados. Porque me parece que un
caso como Miller, que es un alumno de Lacan desde los 18 años en el
Seminario 11, en donde solamente se da uno de los dos argumentos, me
parece que se trampea. O sea, me parece que se reprime, no citando de
Lacan aquello que no va con esta teoría de lo real como el goce del cuerpo
biológico o pulsional.

El tema que les propongo como tema reprimido es el que Lacan trabaja y se
llama “las magnitudes negativas de Kant”. En la obra de Lacan está
aproximadamente 15 veces citado, en general no hay autor que haya trabajado
magnitudes negativas, les voy a leer una cita para que ustedes vean cómo se
empieza a armar aquí una problemática muy consistente.
En el Seminario 11, clase XIX, dice Lacan:

12
Se refiere a las series de La Carta Robada
“Será importante para continuación de mi discurso el año próximo mostrar
cómo la experiencia del análisis obliga a buscar una formalización en la que la
mediación entre ese infinito del sujeto y la finitud del deseo, sólo se opera por
la intervención de aquello que Kant, al entrar en la gravitación del pensamiento
llamado filosófico, introdujo con tanta lozanía con el nombre de magnitud
negativa.

Evidentemente, en los Opúsculos de filosofía natural hay uno que se llama


Magnitudes negativas en filosofía, es del año 1763.
Salteo un párrafo y sigue diciendo:

“Por consiguiente, tenemos designar a la magnitud negativa uno de los


soportes del complejo llamado de castración, es decir, la incidencia negativa en
la que interviene en él el objeto falo. Esto no pasa de ser una pre-indicación,
pero útil a mi entender.

Bueno, la última sobre este tema. Dice Lacan en el Seminario 13, clase 3:

“Uno se contenta con esta crítica y con esta referencia, pero yo pienso que falta
ahí algo. Si el número negativo, para atenernos a una de las aporías históricas
que ahora nos parece verdaderamente la más groseramente elemental, ¿quién
se atormenta a propósito de la existencia del número negativo? Y esta
tranquilidad en la que estamos a propósito del número negativo,

para ustedes es claro, no? “¿Como andás? Mal. ¿Cero? ¡Qué cero... –8!!!”
A nadie de nosotros nos rompe la cabeza ese –8...

“Y esta tranquilidad en la que estamos a propósito del número negativo,


además de que, por otra parte, no recubre nada bueno, es de todos modos sin
embargo muy útil para no plantearse preguntas inútiles. Esta tranquilidad del
número negativo no data de más de un siglo. Aun, hablaba muy recientemente
con un matemático muy erudito que conoce admirablemente su historia, aún en
tiempos de Descartes, el número negativo, esta magnitud por debajo de cero,
los atormentaba.

Este es el elemento histórico, o sea: hasta Descartes no había una forma en la


cual poder concebir –sin atormentar a matemáticos en la posición y en un nivel
de Descartes- la existencia de los números negativos. No sé si ustedes saben
que los números imaginarios se llaman imaginarios porque sus descubridores
tuvieron miedo de que los mataran, los llamaron “imaginarios” para que no
hubiese problemas... lean la historia de los números, es muy interesante.
Ahora para nosotros es obvio que existen magnitudes negativas, ¿es correcto?
Ahora, en el primer párrafo del Seminario 11, Lacan articuló castración con
magnitud negativa. Los llevé de la mano... ¿se dieron cuenta a dónde
llegaron? Se los digo directamente: ¿podría haber concepción y clínica de la
castración, si no hubiera pasado a la cultura la idea de magnitud negativa?
¿Se entiende lo que digo? Si la forma de entender a la castración es como una
magnitud negativa, si la forma de entender al falo es como una magnitud
negativa, si (inaudible) hace una teoría que compran miles y miles –de
argentinos, pero bueno...- es así, si compran, y hay una clínica en la cual con
esto se opera, es porque esto ha pasado al sentido común. ¿Se podría haber
construido una teoría de la castración y hacer una clínica que incida en el
sentido común de los pacientes que atendemos, si no hubiese pasado a la
cultura la magnitud negativa? De hecho, habrán visto que tampoco podríamos
trabajar con imposible, si no se hubiese fundado una noción matemática de
imposibilidad.

Un poquito del goce, para que tengan: Seminario 17, clase III.

“En efecto, si el goce está prohibido, queda claro que si entra en juego no es
por un azar primitivo, por una eventualidad, un accidente

es lo contrario de lo que dice Miller, no? Acontecimiento del cuerpo... Es lo


contrario de lo que dice Miller. No digo que si Miller viniera acá... no puede
venir acá porque tiene prohibido salir de Francia, sabían? Tiene prohibido salir
de Francia, porque debe impuestos, por eso no vino al último congreso. Es
así... allá en Francia no es como acá, que podés evadir impuestos.

En efecto, si el goce está prohibido, queda claro que si entra en juego no es por
un azar primitivo, por una eventualidad, un accidente.

no es por un acontecimiento del cuerpo. Para Miller, el ejemplo más puro de la


enseñanza de Lacan de la entrada del goce es el knocking, el “toc-toc” en la
puerta, cuando estaba durmiendo en el hotel antes de dar la conferencia y
golpean la puerta, Miller dice “es eso”. Lacan dice que no. En el Seminario 17,
es un número grande, ya están los cuatro discursos, dice que no.

“El ser vivo que funciona normalmente ronronea en el placer. Si el goce es


reconocible, si es ratificado recibir la sanción del rasgo unario y la repetición
que lo instituye desde ese instante como marca, si esto se produce, sólo puede
originarse en una muy débil desviación en el sentido del goce. Estas
desviaciones, después de todo, nunca serán extremas, incluso en las prácticas
a las que me referí hace un momento. No se trata de una irrupción, una
transgresión en un campo prohibido por el rodaje de los aparatos vitales
reguladores.

No se trata. El 17 está publicado por Miller, eh? Este es el texto que eligió
Miller.

“De hecho, el goce sólo se caracteriza, sólo se indica en este efecto de


entropía, en esta mengua. Por eso lo introduje en un principio con el término
Mehrlust, plus de gozar. Precisamente porque se capta en la dimensión de la
pérdida –algo tiene que compensar, digamos, lo que de entrada es un número
negativo- ese no sé qué que golpea, que resuena en las paredes de la
campana, produce goce y goce a repetir.”

Quiere decir que para Lacan, la teoría del goce implica la existencia y la
operación de una magnitud negativa, a la cual luego se le articula algo de la
índole del rasgo unario; y porque el rasgo unario se articula a una magnitud
negativa es que el rasgo unario cumple una función y empieza a repetirse. La
versión milleriana –que es la de todos, la de la Escuela Freudiana de Buenos
Aires, la de la Argentina, Convergencia, Lacanoamericanos, todos dicen lo
mismo y dicen que no-, es que el goce es S1 y es el rasgo unario en sí mismo.
Que eso es entrada de goce. Pero no es eso lo que Lacan dice en el
Seminario 17. Lacan dice que primero se debe concebir la operación de una
magnitud negativa, y por la operación de una magnitud negativa es que puede
asociársele a esa magnitud negativa una marca, esa marca empezar a
repetirse, esa repetición a ser contada, -es la segunda vez, es la tercera vez
que me pasa esto- en relación a una magnitud negativa.

El Opúsculo... de Kant es muy fácilmente legible, claro, es claro como escribe


pero sus citas son confusas. Si uno lee la Crítica de la razón pura, es fácil el
texto pero no se entiende qué es lo que quiere decir, es lo que todo el mundo
dice. Él mismo se da cuenta y por eso luego escribe los Prolegómenos. En el
Opúsculo también nos encontramos con ese problema, yo les voy a leer algo
no del Opúsculo sino del tipo que hace la presentación, para que escuchen una
diferencia desde Kant, pero para abreviar tiempos, leo solamente de esta
edición de Alianza, Immanuel Kant, Opúsculo de filosofía natural, la
introducción de Atilano Domínguez, pág. 21. Escúchenla, porque es
increíblemente articulable a lo que Lacan propone como lo real como lo
imposible, la lógica como la ciencia de lo real, y lo real vinculado al
funcionamiento de una magnitud negativa. Se los leo:

“La magnitud negativa, comienza diciendo Kant, es una expresión matemática


que alude a los números positivos y negativos en tanto precedidos por los
signos + y -.

Nosotros vamos a empezar con presencia y ausencia, no?

“Estos signos no indican una realidad y su negación, puesto que la negación


matemática es el 0.

Empiecen a escucharlo, es interesantísimo.

“La magnitud negativa, comienza diciendo Kant, es una expresión matemática


que alude a los números positivos y negativos en tanto precedidos por los
signos + y -. Estos signos no indican una realidad y su negación, puesto que la
negación matemática es el 0.

Una realidad y su negación: hay y no hay. Después nos vamos a meter con el
“hay del Uno” o “hay de lo Uno”, que es otra que les encanta... vende como Kim
Basinger. Lacan lo dijo tres veces en toda su enseñanza, pero es...

“Indica más bien la oposición entre dos cantidades o magnitudes ambas


positivas, de acuerdo con la regla de que las cantidades con el mismo signo se
suman y las de signo contrario se restan. Traducido al lenguaje filosófico,
significa que esa oposición es real y no lógica.
O sea, que Kant propone que hay oposiciones reales y oposiciones lógicas.
Las oposiciones lógicas son entre algo que hay y su oposición que es el 0. Y
una oposición real que es entre magnitudes positivas y magnitudes negativas.

“Traducido al lenguaje filosófico, significa que esa oposición es real y no lógica.


Es contrariedad y no contradicción, privación y no negación.

Lacan fue el que introdujo frustración, privación y castración, no? Y la privación


es de lo real. ¿Escucharon a algún psicoanalista, de todos los que trabajaron
frustración, privación y castración, que trabajara privación desde Kant y las
magnitudes negativas? ¿No es probable que Lacan lo haya sacado de ahí? Si
él indicó que lo leyó, él mismo nos manda a leer. Hace trampa con lo que lee,
pero dice que lo lee.

“La oposición o negación lógica es la afirmación y negación de una misma


cosa, es decir, una contradicción o pura negación, y por tanto algo imposible o
impensable, nihil negativum. La oposición real es la posición efectiva de dos
propiedades o predicados contrarios en un mismo sujeto.”

¿No les salta la peluca con esto? Digo: la definición de Lacan de sujeto, una
es lo que un significante representa para otro significante, pero otra que
ustedes conocen ¿no es que la estructura del sujeto se articula a un +1 y a un
–1? La definición de sujeto de Lacan ¿no es la articulación de un +1 y un –1?

- 1 y –1 (articulados)
(-fi)

I(A) (S barrado)

1 0

Cuando comenta esto, dice que una forma de concebir la noción de sujeto con
la que él opera, es un +1 y un –1 articulados. Que para colmo es una
oposición real en términos de Kant.

“La oposición real es la posición efectiva de dos propiedades o predicados


contrarios en un mismo sujeto. Su resultado es negativo ó 0, pero un 0 sólo
relativo. En realidad es un conflicto o equilibrio entre dos fundamentos,
principios o fuerzas reales, nihil privativum.

¿Entienden lo que está diciendo acá? Que si hay 0 por la aplicación de una
magnitud negativa, si hay 0 no es el 0 por la oposición lógica. Este 0 lo que
indica es una contradicción. Es como si dijésemos que una puerta empuja 3
para un lado y otra empuja 3 para el otro. El ejemplo de Kant es si un barco
empuja por hora 3 nudos hacia el norte y el viento empuja 3 nudos hacia el sur:
el barco no se va a mover. +3-3=0
Pero es un estado de conflicto. Me parece que definir al sujeto en una
oposición real con la estructura de conflicto, me parece que es más cercano
Kant a Lacan que Miller.

Si no hay preguntas o cuestiones, pasamos directamente a La Carta Robada.


Vamos a trabajar La Carta Robada con el interés de resolver todos los cálculos
que Lacan cifró en su escritura y los dedujo, al menos todos los que yo y
alguno de ustedes que me ayude seamos capaces de resolver, y la finalidad
con la que lo vamos a hacer son las siguientes tres citas de La Carta Robada,
pág. 3613 en castellano:

1) “El programa que se traza para nosotros es entonces saber cómo un


leguaje formal determina al sujeto.

Entonces nosotros vamos a trabajar la determinación de un sujeto, no se


olviden que en francés “sujeto” es tema o asunto. Muchas veces Lacan
comenzaba su seminario diciendo “el sujeto de hoy será... (y no decía
“Roberto”), decía la angustia. “El sujeto de hoy será la angustia”. Es indudable
que el uso más frecuente de sujeto es como asunto, tema, materia. Lo que nos
va a proponer Lacan entonces es ver cómo el sujeto entendido como asunto,
puede ser descripto como determinado por un lenguaje absolutamente
formalizado, esto quiere decir: pasado a álgebra, es decir, que las palabras son
transcriptas en letras, y en la medida en que son transcriptas como letras
pierden todo valor de significado.
Recordarán que la pregunta que había planteado la vez pasada era ¿qué
mueve? Y si necesariamente teníamos que pensar que se trataba de la
máquina a vapor del cuerpo la que movía al sujeto.

La segunda, en la página siguiente:

2) “Pero no pretendemos, con nuestras α,β,γ,δ, extraer de lo real más de lo


que hemos supuesto en su dato, es decir en este caso nada, sino
únicamente demostrar que le aportan una sintaxis ya sólo con transformar
este real en azar.

¿cuál es el dato de real del que partimos? Es decir, en este caso, nada.

Partimos de nada. Y sigo con el último párrafo que me parece el más

importante de las 3 citas:

3) “Sobre lo cual adelantaremos que no de otra circunstancia provienen los


efectos de repetición que Freud llama automatismo.

13
décimocuarta edición en español, 1988. Siglo XXI
O sea, vamos a tratar de demostrar que el automatismo proviene del
funcionamiento de esta máquina. Máquina entendida como el triángulo de
Pascal, no como el reloj ni la máquina a vapor. Recuerdan el trabajo que
hicimos la vez pasada, por eso yo me explayo tanto en introducir nociones
intermedias, porque si no, se salta a Lacan y no se entiende de qué está
hablando. Entonces vamos a tomar a esto como máquina, máquina causal del
repetición.

“Pero nuestras α,β,γ,δ, no son si no las recuerda un sujeto, se nos objetará. Es


eso precisamente lo que queda en tela de juicio bajo nuestra pluma: más que
de nada de lo real, que se piensa deber suponer en ello, es justamente de lo
que no era de donde lo que se repite procede.

La insistencia de la repetición no requiere de una persona, de alguien que


recuerde. Vean que hay dos formas de entender fundamentalmente –lo que
yo entiendo hoy- a la teoría de Lacan: aquella que la entiende originada de un
goce como producto de la actividad de un cuerpo; o aquella otra que parte de
concebir que nuestro asunto –el asunto psicoanalítico- proviene de donde no
es. Con lo cual, la discusión es si el asunto proviene de lo que es –entiendan
que estamos hablando del ser- o si proviene de la falta en ser. Es como la gran
polémica. Nosotros vamos a trabajar esto porque tiene muchas virtudes para
poder pensar que efectivamente hay una máquina que produce automáticos de
funcionamiento que no requieren de nadie.

Eduardo L.: son las dos cosas, porque sin un cuerpo, la falta en ser no tiene

ningún sentido...

A.E.: ¿por qué lo decís? ¿qué certeza tenés para decir que si la falta en ser no
radica en un cuerpo no tienen ningún sentido? Es sentido común... Hoy este
sentido común reina: nada que le pase a alguien no le pasa si no proviene de
su cuerpo. En alguna medida –te dirá el neurocientífico- no digo todo, pero
algo en alguna neurona tiene que pasar si a esa persona le pasa algo.

E.L.: el lenguaje parasitario del que habla Lacan, es el que parasita un cuerpo.

A.E.: ¿y si el cuerpo es el cuerpo social?

E.L.: pero está sostenido en un cuerpo humano de carne y hueso...

A.E.: ¿quién te dijo? ¿El cuerpo social...?

E.L.: como una estructura desprendida...

A.E.: pero ¿quién te dijo que el cuerpo social reposa en los cuerpos
biológicos?
E.L.: no hay cuerpo social sin una biología que lo sustente...
A.E.: es falso. ¿Por qué decís “que lo sustente”? ¿Por qué decís que el
lenguaje se sostiene en los cuerpos biológicos?

E.L.: no digo eso. Digo que si estamos hablando de lenguaje, en una


dimensión estrictamente humana, inherente al ser hablante...

A.L.: Lacan lo llama “hablanteser”... no es lo mismo poner el ser primero que


ponerlo después, eh? Nosotros lo traducimos por “ser hablante”, pero te queda
el ser primero... ¿un ser que habla o un habla que hace ser?

E.L.: no estoy hablando de que prime lo biológico...

A.E.: no, pero estás hablando del sustrato...

E.L.: no podemos prescindir de un cuerpo biológico...

A.E.: pero ¿por qué lo decís? No entiendo de dónde sacás esa certeza...

E.L.: porque yo no existiría si no tuviera un cuerpo...

A.E.: ¡pero no, nada que ver! Vos sos hablado permanentemente por el Otro y
ese ser hablado por el Otro hace caso omiso de tu cuerpo, te lo puede hacer
mierda sin siquiera pedirte permiso. Te puede hacer un agujero por acá,
sangrante, una colitis ulcerosa de aquellas, con medio intestino afuera, sin
siquiera pedirte permiso. ¡Y es el Otro! No tiene sustrato en vos, tiene sustrato
en el Otro.

E.L.: de acuerdo, pero que impacta en una biología mía!

A.E.: ¡Ah! Impacta. Pero ahora pasaste de sustrato a impacto... ¡Claro que
el lenguaje hace mierda los cuerpos! ¡Que levante la mano al que no le duela
la nuca! Claro, por supuesto. Que impacta sí, pero no lo dijiste así, vos lo
dijiste en el sentido de que viene de ahí. No, no viene de ahí: golpea ahí.

David Szyniak: el cuerpo es condición de existencia.

A.E.: el cuerpo no es condición de existencia. No, no. ¿Por qué dirías que el
cuerpo es condición de existencia? ¿Por qué podrías decir que el cuerpo es
condición de existencia?

David S.: si Alfredo Eidelsztein no tuviera un cuerpo y una biología no estaría


sentado ahí...

A.E.: ¡yo puedo estar ausente y ustedes estar totalmente determinados por
Alfredo Eidelsztein!

E.L.: pero alguna vez estuviste en algún lado, entonces.


A.E.: no, pero vamos a seguir, vamos a seguir, ¡porque ahora reculaste!
Ahora volviste para atrás. ¿Impacta o sostiene? Vos, David, ¿qué querías
decir? Como condición de existencia. Yo digo que la pelotita impacta en la
pared pero es tirada por la paleta. La paleta le pega a la pelotita y la pelotita
rebota en la pared. La pared es el cuerpo y la paleta es el Otro. Ustedes ¿qué
dicen? ¿Eso, o al revés? ¿Qué mueve?

E.L.: la iniciativa viene del Otro, pero impacta y mueve algo que está en el
cuerpo.

A.E.: mueve al cuerpo. Sí, esa es mi teoría: mueve al cuerpo, no es el cuerpo


lo que mueve. No hace falta cuerpo para que haya orden simbólico, es
mentira. No lo iba a leer, pero lo leo, es hermoso. Por lo que discutimos la vez
pasada, Mirian Dios me acercó un artículo que es hermoso, que yo había
traído...

E.L.: disculpame, pero esto remite al origen del lenguaje.

A.E.: a eso voy. Yo trabajo para re-hebraizar la Biblia. Henri Meschonnic, es


un tipo de 80 años que está convencido desde hace 50 de lo que yo descubrí la
semana pasada y se lo presenté a ustedes y que es que hay una maniobra de
adulteración hecha a partir de los Evangelios que convirtió al Tanaj en primero
La Biblia y luego en el Antiguo Testamento, que es la muerte definitiva de ese
texto. Para Harold Bloom, los primeros libros del Tanaj, corresponden a lo que
él llama el escritor “J”. Les advierto para los que estén interesados en estos
temas, que Harold Bloom pone en serie a Freud con el escritor J. El escritor J,
Cristo, algunos autores del Evangelio... y después lo pone a Freud.
Bueno, Meschonnic dice que hay que volver a puntuar la Biblia, porque se ha
perdido la forma de puntuación correcta de la Biblia. Aclaremos algo: el
escritor J está muerto, no? Hace tiempo... mínimo entre 2500 y 2600 años,
porque se supone que fue escrito en el Siglo VII antes de “nuestra era”... o
como dicen algunos “antes de la era común”, que es la cristiana. Miren cómo
dice él que es el Antiguo Testamento, Génesis, los primeros 5 versículos,
escuchen, lo traduzco directamente del francés:

“En el comienzo en el que Dios creó el cielo y la tierra, y la tierra estaba vana y
vacía, y las sombras sobre la faz del abismo, y el soplo de Dios cubría la faz de
las aguas, Dios creó la luz y vio que la luz era buena.”

¿Qué creó Dios al comienzo? La luz. Y ustedes tenían hasta recién que Dios

había creado el cielo y la tierra. El escritor J se murió hace 2500 años. Y

acaba de surgir su verdad, la verdad de lo que él escribió. ¿Dónde estaba esa

verdad? ¿Es condición de la existencia del mensaje del escritor J su cuerpo

biológico? ¿Dónde estaba? ¿Estaba en Henri Meschonnic? ¿Dios creó

primero el cielo y la tierra o la luz? ¿Estaba en Henri Meschonnic que primero


creó la luz? ¿Dónde estaba esa versión? ¿Están seguros de que estaba en un

cuerpo biológico? La verdad es que esa versión me parece desopilante. Yo

tengo mis delirios, pero eso me parece un delirio de ustedes... suponer que

estaba en un cuerpo. ¿Que ese mensaje estaba o estuvo en un cuerpo?

¿Que el escritor J tenía adentro de él, de su cuerpo, su mensaje?

Comentario: en todo caso, el mensaje trascendió al cuerpo.

A.E.: ¿y de dónde viene? ¡No voy a dejar que me engrupan, eh! Sí, me entra

por un lado y me sale por el otro, está perfecto, pero ¿de dónde me quieren

decir que viene? ¿De la tripa carnal?

Comentario: no, en todo caso en algún momento algo se encarna en J...

A.E.: ¿y en el nonato que causó tu desgracia, porque fue la tristeza de tu

mamá? Si fueras adoptada y tu mamá nunca tuvo, y ese hijo que no tuvo fuera

tu desgracia que te hace una vida melancólica, porque tu mamá nunca pudo

quedar embarazada y vos sos medio morochita y tu mamá la verdad es que

prefería una rubiecita... ¿y ese nonato que te atormenta la vida y que un

análisis de 30 años quizás no te lo quita? ¿qué cuerpo necesitó?

Comentario: tiene una existencia discursiva...


A.E.: discursiva, claro. Absolutamente. Pero entonces ¿por qué necesitan

decir siempre que al menos algo del cuerpo...?

E.L.: es que el tema del origen siempre te lleva al mito...

A.E.: bueno, quitá los orígenes, dame otro ejemplo.

E.L.: no, bueno, es el tema del origen del lenguaje, no tiene sentido.

A.E.: ah!, bueno, pero si no tiene sentido, listo. Díganme algo... No sé por

qué se ríen, a mí me parece muy serio. Vivimos en una cultura caracterizada

por el dolor corporal a niveles insólitos. Vivimos en una cultura totalmente

adicta y drogadicta, porque se cree que todo viene del cuerpo. Entonces,

¿cómo vas a operar con el malestar si éste viene del cuerpo? Cocaína,

marihuana, LSD, crack, etc, y seguiremos y seguiremos. Somos una sociedad

compulsiva a límites insospechados. Vieron cuando uno dice “¡basta con la

fábrica! ¡Vaya al country a jugar al golf!” Seis de la mañana, primera cancha,

ya ni almuerza con la familia porque al loco ahora le dio por el golf... No es

joda suponer que todo proviene del cuerpo, porque nos estamos convirtiendo

en sujetos que creen que todo proviene del cuerpo y no hacemos otra cosa

más que operar con el cuerpo!!! ¿Por qué la belleza hoy sólo implica botox,

tetas del plástico, culo de plástico? ¡Hasta Manzano se operó el culo!

¡Manzano se operó el culo, se puso culo de plástico! ¿Por qué se puso culo de
plástico? ¡Es increíble! Porque está convencido como vos y como yo, que la

belleza de un sujeto pasa por su belleza corporal, y estamos todos

desesperados por la belleza corporal, en Occidente. ¿Por qué? Porque la

belleza se sostiene en el cuerpo, todo viene del cuerpo. Eso es un prejuicio

moderno. Ahora David me va a decir cuando volvamos “¿y qué problema hay

con que todo venga del cuerpo?” Es que hace sufrir corporalmente a lo

chancho. Hace sufrir a lo chancho. Están todos los psicoanalistas diciendo

“¡Che, cuánta psicosomática, cuánta psicosomática!” Sí, claro, estamos

explotados de psicosomática, ¿por qué? Porque estamos persuadidos de que

viene del cuerpo. Y vamos a seguir sufriendo con el cuerpo. El psicoanálisis

está destinado a ir en sentido contrario, y decir que viene de la palabra. No

viene del cuerpo. Y la palabra no se apoya en un cuerpo, no hace falta ni

siquiera el aire que sale de mi boca para la palabra. No viniendo ya alcanza

para decirte que me hinchaste los quinotos...

David S.: pero es proferida en general por seres que tienen un cuerpo.

A.E.: no, no, es falso. Es falso. Falso, falso. Una mujer que se opera 14

veces y encima tiene la mala suerte de que queda mal, y es fea, y se opera

todo el tiempo, y es fea, y es fea, y es fea... Esa fealdad... ¿de dónde viene?

De la mamá y del papá.

Por ejemplo, hagamos role playing. Yo te consulto a vos. ¿Por qué surgió la

terapia yoica, la terapia de reforzamiento yoico? ¿Por qué? Porque los

pacientes estaban hechos una piltrafa, destruidos, llegaban al analista


destruidos. No son tarados los de la Psicología del Yo, son tan tarados como

nosotros, en tal caso. Entonces, yo voy a verte y me presento diciendo:

“Mi vida es una mierda, soy una basura, mi vida no tiene sentido, usted es mi

última chance, pienso en matarme, soy una mierda...”, un paciente melancólico.

¿De dónde viene mi condición de mierda? ¿De dónde viene? Y que va a hacer

que me mate, que me hizo infeliz a mí, a mi esposa, a mis hijos...

E.L.: del discurso

A.E.: y entonces ¿por qué decís que hace falta un cuerpo?

Comentario: pero vino a hablar.

A.E.: ¿qué tiene que ver que vino a hablar? ¿Y cuando vos te mandás una

cagada como analista y tu paciente te lo dice no viniendo?

Comentario: está bien, no vino.

A.E.: no, no vino no, pero ¡el mensaje estuvo! Es como Freud con Dora,

cuando creyó que la convenció de que quería al Sr. K...

D. S.: no hay sin existencia corporal...


A.E.: ¿no hay sin existencia corporal? Entonces no vale la pena que sigamos

este curso... No, no, tenemos que discutirlo, si no aclaramos este punto...

Escuchen lo que dijo David: “no hay sin la existencia corporal”. Y recién me

decían que sí cuando leía que es de donde no era que eso viene. Es lo

contrario, eh?

D.S.: yo no dije que viniera del cuerpo, no, no.

A.E.: las chicas, por favor, dense vuelta... Que no hay sin la existencia

corporal sí lo dijiste... ¡y lo dijiste seguro! Por ejemplo, Yahvé ¿tiene existencia

corporal?

D.S.: no...

A.E.: ¿no?

D.S.: es mítico...

A.E.: ¿mítico? ¿Vos sabés la cantidad de personas que murieron por Yahvé?

No me vengan a joder...
Comentario: por Yavhé, Mahoma, los ideales...

A.E.: ¿te gusta más Cristo? Cristo, a ver... ¿Cristo estuvo en el cuerpo de

ese muchacho al que lo colgaron a los 33? ¿O es un producto creado por los

Evangelios posteriores, un siglo y medio después?

Comentario: alguien lo inventó...

A.E.: aaah, entonces no hace falta el cuerpo de Cristo para que haya Cristo...

D.S.: pero alguien que lo inventó tenía cuerpo...

A.E.: y ese alguien que lo inventó, ¿están seguros de que sea una persona?

D.S.: ni es necesario que sea una persona...

A.E.: pero entonces, ¡recién acababas de decir lo contrario!

Comentarios inaudibles

D.S.: (inaudible) el hablanteser...


A.E.: ¿qué querés decir con el hablanteser?

D.S.: lo que vos decís....

A.E.: no. Yo digo que eso habla solo. Lo que estoy diciendo es que eso habla,

que produce efectos terribles sobre el cuerpo, con una lógica estricta, sólo de lo

que no es viene el mensaje. No hace falta el sustrato corporal. Lo que estoy

tratando de proponerles pensar es... me da un poco de hipomanía, disculpen

la exaltación, pero es algo de mucho interés para mí. Lo que yo quiero

proponer es que hay en Lacan –no en Freud, en Lacan- un argumento que es

exclusivo de Lacan, que me parece muy interesante oponer a la concepción

que reina y es que lo que atañe a lo que opera en psicoanálisis no proviene de

ningún cuerpo. No es esencialmente del cuerpo de donde proviene, no, no, no

viene de ninguno, es de lo que no es, donde el verbo ser no se aplica al lugar

de aquello de donde proviene. Por ejemplo, una sesión: “lo que dijimos la vez

pasada me hizo tomar otra perspectiva total mi vida y ahora se me para”. Uno

piensa “por fin”, después de 14 años... Pero resulta que es seguro que eso no

se dijo la vez pasada... revisás tus notas de la sesión y no se dijo eso, pero...

se le paró, algo pasó. Se avivó, el falo es el símbolo de la vida. ¿Quién lo dijo?

¿O se dijo solo? Lo que yo estoy trabajando es que lo exclusivamente único

que se trabaja en psicoanálisis, que es el único discurso que se caracteriza por

ese fenómeno, es que somos los únicos que tenemos la obligación de pensar

que hay mensajes que son dichos desde ningún cuerpo 3D. Hay que tachar
3D, no es que “está también ahí”, no, no, no viene de ahí. Los fenómenos

sociales todos requieren de eso, “la gente está muy cabrera”...

Comentario: pero sí proviene de un encuentro....

A.E.: ¿un encuentro? Un encuentro ¿de qué con qué?

Comentario: del analista y el analizante.

A.E.: pero... ¿y si tienen sesión los lunes y los viernes y al tipo se le paró el

miércoles? ¿Qué encuentro es el del miércoles?

Comentario: inaudible.

A.E.. ese no es el problema. El problema que yo estoy discutiendo con

ustedes es el sustento tridimensional, que en Occidente... miren qué difícil es

discutirlo, en Occidente es obvio y necesario, e imprescindible que lo que viene

venga del cuerpo. Harold Bloom –y no cualquiera- dice que en EEUU, Dios

está adentro del cuerpo de cada yankee. Todo se incorporó en nuestra cultura.

Pero no en todas las culturas. Hay culturas que no tienen yo, en las que no

hace falta decir “yo”, porque eso habla. Que viene del cuerpo es nuestro

prejuicio. El psicoanálisis opera, atañe, enraiza con lo que no proviene del


cuerpo. La energética freudiana impide pensarlo. El goce de Lacan, que parte

de magnitudes negativas, permite pensarlo. El goce de Miller, no.

E.L.: yo te quiero aclarar que yo no digo que venga del cuerpo. Lo que yo digo

es que si el lenguaje es esa dimensión parasitaria de la que habla Lacan, que

nos parasita, que nos habita, que nos toma, que es una dimensión que

diferencia la sujeto humano, esa categoría no se inserta en una piedra, no se

inserta en un árbol...

A.E.: tampoco en un cuerpo.

E.L.: pero tiene que ver, si es lo humano por excelencia, es lo que nos

compete a los humanos, que tenemos esta estructura corporal.

A.E.: no. Eso es un prejuicio.

Comentario: el sujeto sin cuerpo sería un espíritu, estaríamos hablando de

espíritus... estaríamos hablando de idealismos...

A.E.: es idealismo si te olvidás de la colitis ulcerosa... De vuelta, ¿la paleta o la

pared?
D.S.: ¿dónde es la colitis ulcerosa?

A.E.: del culo, ¿de dónde va a ser?

D.S.: y el culo es una parte de qué?

A.E.: estás boludeando, David.

D.S.: no, no te estoy boludeando.

A.E.: no se origina en el cuerpo, viene del Otro, ¿qué me decís?

D.S.: encarna en un cuerpo.

A.E.: que encarne en un cuerpo no significa más que traba ahí...

Comentarios inaudibles

A.E.: en Lingüística, la teoría del mensaje está polarizada, ¿cuáles son los dos

polos? El emisor y el receptor. ¿Qué es el emisor? Quien emite el mensaje,

que lo recibe el receptor, lo decodifica, a través del canal, etc.


Si Lacan dijo algo, dijo que aquello que tiene que ver con la práctica analítica,

no tiene ni la función emisor ni la función receptor. Lacan dice que si nosotros

tenemos función sujeto, el mensaje ¿de donde sale? Del Otro. Y el Otro, ¿es

el que recibió el mensaje?

Comentario: llega en forma invertida.

A.E.: sí, pero el Otro no es una persona. Supongan que yo doy una

conferencia y no viene nadie, porque nadie se anotó. Yo me sentiría mal si no

tuviese ningún alumno... ¿por qué? Porque recibiría el mensaje. Pero si

ninguno se anotó, ¿de quién recibí el mensaje? El mensaje dice “como

docente, un perro, macho, no va”. ¿De quién recibí el mensaje? De mi Otro,

que me dice... (inaudible). Y puede ser que sea cierto, que mi Otro me diga

que soy un mal docente, que mejor me tenga que dedicar a escribir y no a dar

clase, o que siga con el taxi y chau. Este Otro, ¿quién les dice a ustedes que

tiene un cuerpo? No tiene un cuerpo. Es imperioso que lo pensemos sin

cuerpo. Para Lacan es:

S a Cuando presenta esto dice “el

sujeto trazado en las cuatro

esquinas”. El sujeto está acá, acá y

acá.

Sujeto
a’ A

El sujeto con el que nosotros trabajamos está en este lugar irreal entre nuestro

paciente, que podría ser Dora, la Sra. K, el Sr. K. Dora, como sujeto, no es la

Srta. Dora, Dora es la persona, la chabona; el analista es Freud. Dora como

persona, como chabona, se llama “analizante”. Cuando Lacan logró la

categoría de analizante, que no fue un parto fácil, no anuló la categoría de

sujeto. Sujeto no coincide con analizante. Si no vino la persona, no tenés

analizante, pero hay sujeto igual. Porque el sujeto no tiene nada que ver con el

cuerpo. Puede ser que un sujeto se manifieste en el agujero del culo de una

persona, y uno le podría decir “¿por qué no escucha eso? ¿Escuchar qué? Lo

que dice su agujero en el culo, sí, eso dice algo. Tal vez se le vaya si usted

piensa que ese agujero le está diciendo algo a usted.”

Eso habla. Habla lógicamente, consistentemente, insistentemente sin ser

tridimensional. Ese es el mensaje más subversivo que propuso Lacan. Pero

hoy las huestes lacanianas sostienen justo lo más contrario a eso: que un

análisis es un acontecimiento del cuerpo, que es algo singular, que es goce del

Uno y que ese goce del Uno proviene del cuerpo y que el orden simbólico no

es capaz de albergar toda esa exigencia de trabajo que impone el cuerpo, y lo

que no pudo entrar es la singularidad de ese goce, y el análisis te hace convivir

con la singularidad de ese goce que proviene de tu cuerpo y que el orden

simbólico no fue capaz de aclimatar.

Para mí eso es lo que dice la sociedad. ¿Y por qué me preocupa lo que diga la

sociedad? Porque me vinculo al sufrimiento humano, verifico que esa versión

produce mucho sufrimiento. Por ejemplo, hay un autor –David Morris - que
tiene un libro que se llama La cultura del dolor, que tipifica al Occidente

moderno desde el siglo XX en adelante, como una cultura que se caracteriza

por el dolor crónico. Más aún: dice que en Occidente existe algo así como una

epidemia –pandemia- de dolor crónico. Por eso en las cartillas de obras

sociales aparece un nuevo apartado “Clínica del dolor”. Pero ¿acaso a mi bobe

no le dolía? Sí, se pasó 30 años en cama de cómo le dolía, decía “ustedes

disfruten que a mí me duele”...

¿Saben qué especialidad se dedica a clínica del dolor? Los anestesistas.

¡Miren el punto al que vamos a llegar! Que para lograr cierta paz corporal –

porque creemos que el problema es corporal- nos van a tener que planchar.

Eso ¿de dónde proviene?

Comentario: del negocio de los medicamentos.

A.E.: no. Los medicamentos no te hacen doler, los medicamentos vienen a

responder a una demanda. Responden de una demanda, ¿cuál demanda?

Comentario: crean la demanda...

Comentario: originan la demanda.

A.E.: en ese punto yo no los sigo. Que la nuestra sea una cultura del dolor no

creo que sea un negocio de los laboratorios. Los laboratorios hacen un


negocio de la cultura del dolor. En eso soy más freudiano que ustedes: me

parece que la cultura produce una dimensión de sufrimiento, y los laboratorios -

como el psicoanálisis- no prenden en la India, no prenden en la China, no

prenden en los países árabes. Ahí los laboratorios no prenden. Porque es un

problema de Occidente. Occidente es una cultura del dolor, vivimos sufriendo.

Den vuelta las carteras, a ver cuántas pastillas aparecen. Porque nos duele.

Nos duele mucho, nos duele mucho el cuerpo. O es el dolor de existir, que

nosotros creemos que es corporal, porque creemos que la subjetividad en su

esencia y fundamento es corporal. Pero hay otra forma de verlo, a mí me

parece que el psicoanálisis en esto se juega el todo por el todo, porque ya la

discusión no es con la psiquiatría, ahora están las neurociencias. Porque si lo

seguimos a Miller en esta lectura de Lacan –que está en Lacan, pero yo les

traje otra lectura que también está en Lacan- si lo seguimos, vamos a terminar

reconociendo que es verdad lo que dicen los neurólogos, que siempre al

menos algún sector de neuronas son la base de nuestro pensamiento. Pero

para mí es falso pensar que si yo soy tonto, vos sos fea, vos sos mala, vos

llegaste tarde, etc., esas cosas no tienen nada que ver con las neuronas de mi

cerebro. Y habría que ver si tiene que ver con alguna neurona de algún

cerebro, porque quizás tampoco lo pensó mi mamá ni lo pensó mi papá, sino

que es el producto de una combinatoria de varias instancias en la cual ninguna

de ellas es corporal. Por ejemplo, la adopción: es evidente para ustedes que

hoy los chicos adoptados se desesperan por encontrar a sus padres biológicos,

no? Y la pregunta es ¿cómo nos pudo dar? ¿Ustedes creen que la adopción

es nueva? La adopción es antigua como la cultura misma. Más aún: frater, el

verdadero hermano, era el adoptivo, el que compartía el nombre del padre, el


que era parte de la fratria. El que salía del mismo útero, se llamaba adelfo, y

no le importaba a nadie de qué útero venías. Pero hoy, lo más importante es

de qué útero venís. El italiano este que dejó embarazada a una mujer de 63

años... o sea, cuando el chico empiece la primaria ella va a tener 70. ¿Por qué

no adoptó? ¿Saben lo que le deben haber cobrado, no? No es fácil dejar

embarazada a una mujer de 63... ¿Por qué lloran tanto las mujeres inférti les,

en vez de ir corriendo a agarrarse un niño del Norte, que están tirados como si

fueran mazorcas de maíz? ¿Por qué tiene que ser del cuerpo?

Mariano: pero ¿por qué ciertas sustancias calman ese dolor si ese dolor no es

corporal, si ese dolor no viene del cuerpo? ¿Tienen un efecto sugestivo?

A.E.: vos me decís que los antidepresivos, quitan o anulan los efectos propios

de la depresión en la persona que toma los antidepresivos... ¿sería eso? Yo

no lo verifico. No conozco un depresivo que por tomar 100, 150, 200 gramos

de antidepresivos por día, esté menos depresivo.

Comentario: no, a lo sumo se levantan de la cama.

A.E.: sí, o se les seca la boca. Pero yo no veo que se les vaya la tristeza de

existir. No conozco ninguno que por un medicamento se le haya ido la tristeza

de existir. Sí conozco gente que de manera muy entusiasta prueba por mucho

tiempo ese recurso, pero son como los tipos que van desesperados a
acostarse con una puta, y después terminan mucho más deprimidos de lo que

entraron. Hay mucha gente que va a la búsqueda de esa promesa, pero hay

que ver qué dicen después. Habría que preguntarle a un adicto, esos que

están destruidos, totalmente destruidos, cómo evalúa los 10 u 8 años de droga

a full. Si yo te dijese que esto es antidepresivo, sí, vas a sugestionarte y decir

que la verdad es que te vas a sentir un poco mejor. Los psiquiatras de dicen

que el efecto dura 4 meses, después te va a planchar... si no hace una

psicoterapia. ¿Por qué te va a planchar, qué se acabó? El efecto sugestivo del

remedio. ¿Por qué se plancha? ¿Por qué pasamos de Valium 0,50 a Valium

1, y a Valium 1,50? ¿Se acuerdan? Llegamos a Valium 10. ¿Por qué?

¿Porque los laboratorios negocian con eso? Como es corporal y

medicamentosa la salud, entonces probamos con 1,50... con 2,50. ¿Conocen

a alguna persona que tome psicofármacos que no esté sumida en la tendencia

del aumento? Me parece que esa es la discusión moderna, ese es el

verdadero problema.

E.L.: pero parece que se estabiliza el organismo con una cierta medida, y de

ahí en más quedó estabilizado un escalón y se va subiendo...

A.E.: pero quizás no era de ahí. ¿Por qué, de qué se estabiliza? Empiezan a

haber otros fenómenos... por ejemplo: vas a un boliche y tomás energizante,

que se llama “Energizer”, parece una pila. Ahora, si vos ves una película de un

director de cine estúpido, como el de Gladiador, sobre la guerra en el imperio


romano, el general de la tropa, antes de luchar ¿qué hacía a las cinco de la

mañana?

Comentario: la arenga.

A.E.: claro, la arenga -salvo los generales argentinos que vendían los

chocolates. Los generales le hablan a las tropas, hacen la arenga. ¿Para

qué? Para hacerles más fuertes los cuerpos, para que peleen con más

bravura, para que salgan a cortar cabezas. Y muchas arengas dieron vuelta

las batallas. ¿Dónde está la fuerza del cuerpo? ¿Qué dice Freud? Que los

ejércitos que pierden se enferman de tuberculosis e infecciones 10 veces más

que los ejércitos que ganan, en iguales condiciones de salud. ¿Qué les pasa a

esos cuerpos? Infecciones, tuberculosis. A los que pierden se les infectan

todas las heridas... de los que ganan se curan todos. Esto lo decía Freud en

1888.

E.L.: Alfredo, la arenga se depositó en una masa de cuerpos...

A.E.: estás loco, vos.

E.L.: ¿y en qué se sostiene la lanza, el yelmo...?

A.E.: es la palabra la que da la fuerza.


E.L.: pero necesita una estructura para avanzar y clavarle la lanza...

A.E.: ¿por qué llamás estructura al cuerpo?

E.L.: ¿tenemos cuerpo o no tenemos cuerpo?

A.E.: pará, vos ¿tenés un cuerpo?

E.L.: yo creo que sí...

A.E.: listo, ya está. (inaudible) Tenés un cuerpo, ya está.

E.L.: yo no digo...

A.E.: ah, no te gustó. Porque no sos un cuerpo. Tenés un cuerpo, ¿quién

tiene tu cuerpo?

E.L.: soy una falta en ser corporal...


A.E.: ¿corporal? Yo no veo por qué un psicoanalista debería sostener con

tanta firmeza tu posición. Que lo sostenga un psiquiatra, un cirujano, un

médico, sí. Pero un psicoanalista, cuya técnica es la palabra... que acuesta el

cuerpo para que ni haya contacto visual, que ustedes hagan tanto hincapié en

el cuerpo...

Comentario inaudible

----cambio de cinta----

A.E.: ni siquiera en un cuerpo biológico, porque es un brazo que empieza acá

y termina acá...

E.L.: no es el cuerpo biológico, es una superficie, pero está sostenido en un

cuerpo, en un organismo.

A.E.: no. Es tu imagen. Está sostenido en una palabra. Cambiale la palabra y

se disuelve todo.

Daniel Leizerowich: a mí me parece que el problema acá es cómo pasar de

R2 a R3, es este efecto psicosomático que es la úlcera, de dónde proviene,


aparentemente uno puede suponer que de esta legalidad de las letritas

(inaudible) tiene una eficacia en R3.

A.E.: a veces en R3, a veces sigue todo en R2

Daniel L.: exactamente, pero cuando tenés ese R3, ahí es cuando decís,

bueno...

E.L.: ¿se entiende qué quiere decir R2 y R3? R2 es la superficie, y R3 es lo

tridimensional.

D.L.: (inaudible) ...en estas imposibilidades, en esto que está trabajando solo,

en esta maquinita que inventó Lacan y que en un momento empieza a producir

efectos (inaudible) en algo como en una lesión en tu cuerpo. (inaudible)

A.E.: o no, o solamente en algo como que si das un examen, siendo el que

más estudió, se sacaste menos nota que tus otros compañeros que estudiaron

menos.

D.L.: a mí se me hace muy difícil pensar en este tipo de relación de causación.

A.E.: sí, claro, es lo más difícil, por eso nadie lo cree.


D.L.: no es intuitivo.

A.E.: no, no es intuitivo. Lo más intuitivo es que viene del cuerpo, que hace

falta un cuerpo y que requiere del cuerpo y somos un cuerpo. Lo más intuitivo

está en ese punto, estamos discutiendo quizás uno de los núcleos de mayor

consistencia intuitiva para nuestra cultura.

Haydeé Montesano: pero para tiempos de la biopolítica... (inaudible)

A.E.: sí, obviamente, podríamos haber trabajado biopolítica, Foucault,

Agamben y nos sobraría también para justificarlo. Pero a mí me parece

increíble que haya que discutir con tanta severidad este argumento en

psicoanálisis. Porque después decimos que somos la técnica de la palabra,

que la palabra cura...

Comentario: pero esa intuición fue forjada culturalmente...

A.E.: claro. De supuestos culturales, que a su vez ¿de dónde salieron? De

otros supuestos culturales. Cuerpo tridimensional no vas a tener nunca ahí.


Adriana Guglielmelli: fue el punto más difícil de sostener en la defensa de tu

tesis de doctorado, (inaudible) la creación ex-nihilo...

A.E.: sí, claro, pero no eran psicoanalistas. Había un matemático y un filósofo,

no eran psicoanalistas.

A.G.: sí, pero había una psicoanalista en el jurado y te preguntó cómo

pensabas la pulsión y el cuerpo...

A.E.: sí, pero en la fórmula de la pulsión... ¿dónde está el cuerpo? ¿Dónde

escribimos el cuerpo en esta fórmula ( ), (S barrado rombo D)?

E.L.: cuando decís que Freud...

A.E.: Freud, sí, en Freud sí, es la tripa carnal. Para Freud la pulsión es lo que

el cuerpo le exige a la mente. En Freud, sí. De acá a la China, es el problema

de la energética freudiana. Klein lo llevó al colmo, en Klein tenemos el instinto

más descarnado. En Miller peor: el goce es más instinto que en Klein. Para

mí, Miller es ultra-kleiniano. Me parece que hay otra posibilidad, que sólo se

encuentra en Lacan, y la diferencia más absoluta en Lacan no la toma nadie.

Si la fórmula ( ), (S barrado rombo D), es la pulsión... ¿qué del cuerpo ahí?


Llegó la hora de que lo discutamos. Si alguno se anima y dijera “ah, no, pero

esto escribe el agujero corporal”, entonces sí, si es el agujero corporal sí, si las

cosas vienen de un agujero, entonces sí, no hay problema. De un agujero, sí.

David S.: ¡pero es un agujero corporal!

A.E.: sí, David, pero hacés trampa. Lo voy a explicar topológicamente.

Supongamos un cesto de básquet. El cesto de básquet tiene una característica

que es que circunscribe un agujero, pero no encierra un espacio, obvio, porque

tiene que circunscribir para determinar si hubo gol o no, pero no puede encerrar

espacio porque si no, no entraría ni saldría una pelota. Ahora pensémoslo

como un cilindro, un cilindro de plástico, y me pregunto por su agujero, el cual

podría atravesarlo con un hilo. El agujero: ¿es del cilindro? Si yo tomo al

cilindro y lo pongo en una bañadera de agua celeste, al agujero ¿de quién es?

¿es interno o es externo? ¿qué quiere decir que el agujero sea del cuerpo? Es

una forma de intuir. ¿Entienden lo que estoy diciendo? Topológicamente, si

uno corta el toro...

Comentario: pero si no hay cilindro, no hay agujero.

A.E.: pero el único agujero que nos interesa a los psicoanalistas es el que no

requiere de cilindro. Es el único que nos interesa a los psicoanalistas. Bueno,

esa gran duda es la que yo creo que está caracterizando a este momento del
psicoanálisis, porque no hemos discutido bien la energética freudiana. Para

Freud se trata de una máquina que se mueve por un cuerpo que tiene sus

necesidades y las tramita, y esas necesidades son sexuales –el delirio sexual

freudiano- es ridículo. De mis pacientes, los que tienen problemas sexuales

son sólo un porcentaje. Que tengan problemas sexuales es una cosa, pero

que la causa sea sexual... El problema de los pacientes de ustedes, ¿es de

origen sexual? Es un delirio freudiano. Para colmo, para Freud es algo muy

vinculado a los ovarios y los testículos... Me parece que en Lacan –con todo

este intento- se está buscando otra versión, porque esta versión está

totalmente extraviada, perdida, porque el marco general intuitivo con el que

trabajamos es que hace falta un cilindro para que haya agujero. Eso es para el

cuerpo, pero nosotros no tenemos nada que ver con ese cilindro. Nosotros

tomamos del agujero aquello que no tiene nada que ver con el cilindro.

Porque del cilindro se encargan otros.

Una pregunta, a ver qué me contestan: ¿pueden los legos ejercer el

psicoanálisis según Freud? Sí. La APA, a mí, no me dejó entrar por ser

psicólogo, porque era obligatorio ser médico. Yo me recibí en el ’80 y recién en

el ’84 empezaron a aceptar psicólogos en APA. ¿Son chupamedias de Freud

los del APA? Sí. ¿Y no dijo Freud que los legos podían ejercer el

psicoanálisis? Sí. ¿Por qué ellos exigían que fueran médicos? Porque creen –

igual que ustedes- que se trata del cilindro. Si no, ¿para qué ser médico?

Todos los institutos de psicoanálisis del mundo exigían que fueran médicos, no

era un delirio argentino. Tenían que ser médicos. ¿Por qué no filósofos o

matemáticos, historiadores o lingüistas? ¿Qué mandaba a estudiar Freud, en

el Universitas Literarum de siempre? Todo aquello que la facultad de medicina


no te da. Pero ustedes dicen que no, que es con el cuerpo. Están en la misma

posición que APA. ¿Por qué médicos? ¿Cómo te lo explicás? Si no eras

médico, no entrabas a APA. Lacan se fue de la Sociedad Francesa de

Psicoanálisis porque exigían que el entrenamiento fuera en neurobiología

considerada como la única ciencia que sustenta lo que nosotros decimos...!

eso pone Lacan en la cita que él discute. Y después tenemos biología

lacaniana, el goce de lo real, signos del goce... son todos millerianos. Miller es

un político, pero ¿por qué convenció a millones? Porque es lo que dice nuestra

cultura, nuestra sociedad, que la subjetividad proviene del cuerpo, la base

material para que la subjetividad con la que opera el psicoanálisis no sea un

idealismo, tiene que venir del cuerpo. Es falso. Hay una versión que se puede

armar y una clínica que se puede sostener que rechaza esa versión y se arman

en la contraria. El único problema que tengo es que el único que lo dice soy

yo. Es un problema, porque el sentido común siempre me opera en contra. Lo

discuto todos los años con toda la gente que puedo y no pasa nada. Todo el

mundo está convencido que viene del cuerpo.

Ahora, ¿para qué das vuelta a un paciente y lo acostás para que no te mire a

vos? ¿Para qué, además del ritual? ¿Para qué es el diván? Todo el verso de lo

escópico... ¿para qué es? Para disolver las presencias corporales, para

disolver la idea de que se trata de un cuerpo, para disolver la idea de que lo

has dicho tú o que lo he dicho yo: eso fue dicho. Pero sin embargo estamos

todos convencidos de que la subjetividad proviene de un cuerpo. ¿Por qué

será? En psicoanálisis, ¿es la mejor versión? Para el síntoma, para operar

curativa y terapéuticamente sobre un síntoma, ¿cuál es la mejor versión, si

hubiese dos? La que dice que se trata de un goce corporal, o la otra que dice
que se origina en una magnitud negativa que luego se articula –magnitud

negativa requiere un lenguaje previo- que luego se articula al rasgo unario, que

luego repite. ¿Cuál será de las dos la mejor versión? Yo no lo puedo saber.

Yo tengo mis pacientes, tengo mis lecturas, no lo puedo saber. Pero no estoy

convencido de que la mejor sea la primera, que es la que reina. La del goce

Uno que proviene de lo real del cuerpo. ¿Qué imposible en el cuerpo? ¿Qué

lógica como ciencia de lo real, como imposible y magnitud negativa queremos

hacer venir del cuerpo? Eso está en Lacan también: hay un Lacan que

sostiene lo que les digo.

No sé cómo seguimos, si voy a ocupar toda la próxima clase con La Carta

Robada, u otra más.-

Versión no corregida por el autor.

Desgrabación: Mariana Gomila.


Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 4 – 19-05-06

Alfredo Eidelsztein: hoy voy a ocupar una parte de la reunión para terminar
de argumentar en torno a lo que se convirtió en una discusión de la vez
pasada. Sobre la reunión pasada, dos cuestiones antes de retomar el
argumento: la primera es que me parece que hay bastante poca práctica –al
menos en mi experiencia en el ámbito de la facultad de psicología y las
reuniones entre psicoanalistas- me parece que hay bastante práctica de
discutir pero en el sentido de seguir discutiendo, o sea, es muy frecuente que
en una reunión sobre un caso clínico donde un analista que propone que se
trata de una psicosis y otro propone que se trata de una neurosis, y
habitualmente –me parece- termina quedando en que bueno, en que no se
puede saber, que hay mucho de la opinión de cada uno, que alguno tomó unos
elementos y otro tomó tales otros, etc. Es muy bien visto en el ámbito
psicoanalítico –porque me parece que es equivalente a madurez- la posición
de “bueno, tú opinas a, yo opino b” como un signo de madurez. Lacan se
divierte mucho tomando los términos y sacándolos de contexto, y entonces dice
“genital”. Saben que el amor genital en las corrientes post-freudianas pre-
lacanianas es el amor que concede al otro lo que hiciese falta para que el otro
también encuentre su satisfacción, esa es la característica del amor genital: un
amor maduro, donde cada uno defiende su parte pero también se presta a que
el otro encuentre lo suyo. Pero mi impresión es que muchas veces, en ese
gesto de cortesía, lo que en realidad se hace es esterilizar la discusión, porque
me parece que lo más interesante de la discusión es seguirla; y no decir
“bueno, uno opina a, otro opina b...” sino seguirla, porque es muy difícil que un
caso sea de neurosis y de psicosis... salvo –también hay soluciones para eso-
que haya un núcleo psicótico en un caso de neurosis –que fue la solución
kleiniana, porque para Klein había núcleos psicóticos y neuróticos en todo el
mundo- pero salvo eso, me parece que es muy importante que nos habituemos
a la discusión que signifique la tensión del argumento y que cada uno se quede
trabajando en la cuestión no solamente de repensar el argumento del otro –que
suele ser lo más difícil- sino en ver si efectivamente terminó de decir lo que
quería decir, si utilizó los mejores ejemplos para dar cuenta de lo que quería
decir, y ver si no se puede sobre eso dar una segunda vuelta –de hecho,
cualquiera que tenga algún recorrido sobre los argumentos topológicos de
Lacan, sabrá que para Lacan la interpretación psicoanalítica -a la altura en que
él empieza a teorizar topológicamente la interpretación como corte, la
interpretación analítica se caracteriza por su falta de efectividad, o sea, que uno
le interpreta al paciente en función del síntoma, pero el síntoma no corta, no
termina, sigue. Y el problema del corte topológico en psicoanálisis es,
efectivamente, cómo algo corta. Y para Lacan, la forma de concebir el corte
topológico, que es útil para pensar la intervención del analista, es el corte que
implica la doble vuelta. No una simple vuelta: es la doble vuelta la que produce
el corte, y me parece que es un argumento muy general, muy de otra disciplina,
pero que nosotros podríamos pensar si efectivamente una interpretación que
por toda la revisión del material que hemos vuelto a hacer, si no produjo su
efecto, si necesariamente se tiene que establecer por ello que la interpretación
fue incorrecta. Quizás lo que falta es la segunda vuelta a esa interpretación.
Es muy interesante pensar en modelos espaciales la cuestión de la segunda
vuelta.

Hoy les traje otro argumento que me parece muy contundente para la discusión
que tuvimos la vez pasada. Me sorprendí, buscando nuevos materiales para
desarrollar ese argumento, al encontrarme con todo un mundo que ahora les
voy a transmitir lo más rápidamente posible. Pero antes de eso les digo que
me parece importante continuar, no por obcecación sino para ver si podemos
hacer más próspera la discusión, no para llegar a un acuerdo necesariamente,
pero al menos para que cada una de las posiciones haya logrado su mejor
forma de expresión, que no necesariamente tiene que ser la primera. De
hecho, observen ustedes que si les parece medianamente coherente una
lógica de la segunda vuelta, de un segundo recorrido, eso podría poner en tela
de juicio la sesión ultra-breve, que trabaja siempre con un tiempo de la índole
de a-b, a-b y corte; muy en la lógica del instante, y que es casi una intervención
de la índole del latiguillo, muy automática.

El argumento que les quería traer para dar mayor cuenta –lo voy a decir de
manera más completa- mi impresión es que el “no es sin el cuerpo”... después
de la charla de la última reunión de este curso, fui a dar una conferencia a un
centro de salud y me sacaron a las patadas. Una de las primeras personas
que saltó enojadísima, recontra-enojadísima, me gritó en la cara “¡pero no es
sin el cuerpo!”. Yo les dije: “no saben lo que me pasó, tuve una reunión de
trabajo hace tres días...” y les cayó re-mal.
“No es sin el cuerpo”: dos cuestiones. Quisiera discutir sobre esto: ¿para todo
vale el “no es sin el cuerpo”? ¿Para todo, vamos siempre a inscribir “no es sin
el cuerpo”? Y segundo: ¿qué política, qué posición ética hay que asumir en
torno al problema del cuerpo en psicoanálisis? Porque mediante una frase tan
neutra, tan linda, tan lacaniana –le dije a esa persona que esa era una frase
lacaniana, y se ofendió de una manera... el “no es sin” es lógica lacaniana-
entonces, una frase tan linda y lacaniana como “no es sin el cuerpo”, es una
frase que para nosotros nos orienta ¿hacia ella o en contra de ella? En
psicoanálisis, al psicoanalista hoy, ¿cómo le conviene localizarse en torno al
malestar en la cultura? ¿A favor de la posición “no es sin el cuerpo”? Por
ejemplo, una persona de ese centro de salud me dijo: “Te voy a dar un
ejemplo: hoy, en este mismo centro de salud, un paciente se levantó de la silla
y me dijo ¿te puedo dar un beso? Y yo le dije que sí. Y me dio un beso.”
No dijo dónde... y agregó: “...y eso es la transferencia.” Ahora, si yo le digo a
mi analista “ayer pensé en vos y pensé en darte un beso” ¿no es
transferencia? ¿Es menos transferencia? ¿Es transferencia de otra índole?
¿Por qué sería más importante en psicoanálisis dar un beso que decir “dar un
beso”?

Lo que yo creí que sería muy oportuno que nosotros discutamos era la teoría
matemática de conjuntos, para discutir entre nosotros conjuntos y elementos.
Un poquito de historia, ahora la conozco muy bien –me di cuenta de que la
conocía mal- me metí de lleno y me encontré con un mundo que no sabía que
existía. Un poco de historia, los nombres son: Cantor, Frege y Dedekin. Tres
famosos matemáticos, de Dedekin deben conocer menos porque no es tan
conocido como los otros dos, pero si son buenos lectores de Lacan lo deberán
conocer porque Lacan lo cita mucho. Todo esto se desarrolla en el último
cuarto del Siglo XIX y primer cuarto del Siglo XX. ¿Por qué pensé en teoría
matemática de conjuntos? Porque en teoría matemática de conjuntos que se
desarrolla en exactamente los mismos años en que se cocina el psicoanálisis,
de 1880 a 1915, no solamente es una teoría a partir de la cual se intentó
refundar toda la argumentación matemática como estructura de argumentación,
toda la justificación matemática, justificarla en términos de teoría matemática
de conjuntos -y que hoy se enseña en todos los colegios y es de difusión
general- sino que además de la simultaneidad de trabajo que hace Freud en
torno al inconsciente, es que empieza a producirse un trabajo en una ciencia
como la ciencia matemática –en torno a la cual pocos seríamos los que
estamos dispuestos a poner en tela de juicio que sea ciencia, no sé por qué
pero hay un prejuicio que dice que todo lo que sea matemático es científico,
eso es un prejuicio, pero es un prejuicio que tenemos- donde se opera con
objetos que no son materiales. O sea, no pierdan de vista que a partir de ahí,
también la argumentación en física empezó a ser con base en teoría
matemática de conjuntos; y que entonces tanto en física como en matemática –
que son las dos disciplinas que consideramos científicas casi automáticamente-
se empieza a trabajar con objetos que son inmateriales. Tanto el conjunto
como el elemento... primero recuerden hechos muy significativos de la teoría
de conjuntos –además de su enorme difusión- es que ni “conjunto”, ni
“elemento”, ni “pertenencia” tienen una buena definición, carecen de definición,
no hay definición matemática para conjunto, elemento y pertenencia. De
hecho, se los consideran elementos lo suficientemente intuitivos que no la
requieren. Pero no pierdan de vista que estas ciencias se fundan sin poder
definir matemáticamente la base misma de la argumentación matemática. Pero
observen que lo que caracteriza fundamentalmente y fue una revolución en la
ciencia occidental –justamente en la época del surgimiento de los inventos y/o
descubrimientos freudianos- es que empieza a ser considerado que se pueda
operar con objetos que son absolutamente inmateriales.

Ahora, investigando el tema, siempre me había quedado muy confuso el tema


de qué era el cardinal de un conjunto, porque siempre en el colegio te dicen
que no es el número de elementos, pero siempre era el número de elementos:
si el conjunto tenía 5 elementos, el cardinal era 5 pero no porque sea el número
de elementos... nunca entendí cómo era. Investigando para ver si los
matemáticos aceptaban que conjunto y elemento eran objetos inmateriales,
descubrí que existe una enorme polémica en el seno de las matemáticas. Y
que se podría decir que las matemáticas están divididas en dos, como nosotros
–y no por el sujeto dividido- sino como nosotros el viernes pasado.

“Dichos autores quieren decir que pueden hacer lo que dicen. Frente a esta
frase se halla otra que repite una y otra vez en los trabajos matemáticos
‘existe’, por ejemplo, alguno dice: ‘existe un número mayor que 2’ o ‘existe un
número menor que y mayor que n-2’. El uso de tal fraseología tiene lugar sin
duda en el credo que Kroeneker consideró insostenible...

Ahora les voy a contar quién es Kroeneker, que consideró a eso un “credo”
insostenible.
...a no ser, como es natural, que la existencia sea demostrada por una
construcción. La existencia no está probada para los conjuntos, como ha sido
definida antes, que aparecen en la teoría de Cantor.”
La polémica es entre formalistas y constructivistas. Si quieren investigar el
tema, hay matemáticos constructivistas –que los nombres más famosos son
Kroeneker y Henri Poincaré- y del lado de los formalistas estarían Frege,
Cantor y Dedekin, tres matemáticos muy famosos pero que a los tres les fue
muy, muy mal: nunca consiguieron titularidades de cátedra, siempre fueron
muy rechazados, siempre se dijo que por tanto rechazo a la teoría de Cantor
éste terminó internado en un psiquiátrico varias veces, terminó psicótico.

¿Cuál es el problema? Que en matemática –como nos sucedió a nosotros el


viernes pasado también- hay dos posiciones. ¿Eso se lo habían enseñado a
ustedes en la primaria o la secundaria, de que hay matemáticos que no
aceptan la teoría de conjuntos? Se enseña como que la teoría de conjuntos
“es”. Pero es una pena que enseñen así, porque en el secundario se podrían
enseñar tantas cosas interesantes para que los chicos no se aburran... no
entiendo por qué los profesores siempre eligen la vía más estúpida y más
aburrida para discutir. Ya que la teoría de conjuntos podría ser presentada a
los chicos en la escuela bajo la pregunta de si existen o no existen los
conjuntos.

Comentario: en mi época estaba prohibida...

A.E.: sí, está bien. Los militares argentinos de la dictadura fueron super-
ignorantes, porque la crítica que se le hace a la teoría de conjuntos es que es
teológica, con lo cual debería haber sido aceptada e impuesta... pero como les
parecía algo nuevo...

David Szyniak: porque refiere a grupo, conjunto, masa...

A.E.: ah, era por el significante.

Comentario: asociación ilícita...

A.E.: claro, como asociación ilícita. Bueno, para muchos matemáticos los
conjuntos son asociaciones ilícitas.
Tenemos entonces la matemática constructivista y la matemática formalista.
Hay un libro que Andrea Leiro recomendó el año pasado, se llama Conjuntos e
infinitos, es muy bueno. De Ana Carolina Sartorio, de Eudeba. Muy bueno. Lo
trabaja todo en relación y en función del lenguaje cotidiano. Un trabajo muy
interesante y no es para matemáticos, o sea, se puede leer. Pág. 24:

“La cuestión de si es necesario comprometerse con la existencia de entidades


abstractas como los conjuntos, o si es posible reinterpretar nuestro discurso sin
apelar a ellos, es muy complicada y discutida. Por un lado, el compromiso con
entidades abstractas no espacio-temporales, tiene dificultades obvias, sobre
todo para ciertas posiciones filosóficas empiristas o naturalistas. Nos es difícil
dar cuenta del conocimiento de entidades que no se encuentren ni en el
espacio ni en el tiempo.”

A mí me parece que es esa la discusión que en psicoanálisis todavía está


pendiente. O sea, si para nosotros el inconsciente, por ejemplo... Para Lacan
no es un conjunto y les voy a explicar por qué. Lacan trabaja mucho la teoría
matemática de conjuntos, pero no acepta que simbólico, imaginario y real sea
considerado como un conjunto de tres elementos, respecto de los cuales cada
uno de esos elementos a su vez sería un subconjunto de un conjunto de
elementos. ¿Por qué? Porque los conjuntos no son órdenes. O sea, la forma
en que los elementos participan de un conjunto, no es la de estar ordenados
entre sí. Y como los significantes son elementos covariantes, los significantes
sí están ordenados entre ellos, es decir que el orden simbólico no puede ser un
conjunto, ¿se entiende? Es por eso –y esta es una discusión que tengo con
algunos psicoanalistas- que S1, S2 para Lacan no es un par ordenado, que es
el único estatuto en teoría de conjuntos donde los elementos están ordenados
y es cuando se llama “par ordenado”. Porque Lacan rechaza que sean
conjuntos el orden simbólico, lo real y lo imaginario como los tres. O sea, el
nudo borromeo no tiene estructura de conjunto, porque los elementos de un
conjunto, la única característica que tienen entre sí es que pertenecen al
conjunto y no tienen ninguna otra relación.

Nosotros, ¿qué posición tendremos? ¿Somos constructivistas o formalistas? O


sea, el inconsciente ¿es una entidad inmaterial sin registro espacio-temporal?
¿O es una entidad que se corresponde de una u otra manera a una dimensión
espacio-temporal, a un ente material? Me parece que es una discusión
demorada entre nosotros. Saben que Frege, Dedekin y Cantor no solamente
fueron autores que produjeron en la misma época que Freud, sino que
produjeron en la misma lengua, en alemán. O sea, son los mismos años en la
misma lengua, que se vienen pensando –aquí permítamne a mí- las mismas
cosas. O sea, si se puede pensar en matemática la existencia de un objeto
inmaterial, y si se puede pensar en psicología humana –acuérdense que la
psicología se venía desarrollando como psicología científica en los hechos de
estudio de laboratorio- y si lo inconsciente en psicología –lo que sería
psicoanálisis- que sería verdaderamente la única forma de darle estatuto
metafísico. También podríamos haber discutido la vez pasada en esos
términos: si se acepta que no es sin el cuerpo, no me queda tan claro que sea
metafísico, o sea, más allá de la barrera de la física, que trabaja con entes
materiales.

Siempre hago la misma prueba, hoy es muy fácil: cuando quiero ver cómo se
utiliza por parte de los colegas lacanianos un término, pongo en internet el
término y agarro el primero que viene. “Hay del Uno” es un sintagma que
Lacan utilizó sólo cuatro veces, pero impactó en el ambiente de una manera
soberana, seguramente todos han escuchado el “hay del Uno”. Bueno, el
primero título que apareció en internet es de la revista Acheronta N° 16,
espacio cibernético Psiconet, y el artículo se llama Shoah: nombrar lo imposible
(para una lógica de lo incurable), de Gregorio Bachrach y Juana Lichtensztajn.
Y empieza así:
“Uno, acontecimiento y verdad.
Mientras no sucede nada sino lo que es conforme a las reglas de un estado de
cosas, puede haber conocimientos, saber acumulado, pero no puede haber
verdad. Para que ésta aparezca, es necesario que un acontecimiento rompa
con lo anterior e inaugure un tiempo nuevo. Lo que se necesita es hacer
intervenir una nominación singular que agregue un significante de más a los
que estaban hasta ese momento en juego. Este suplemento es aquello que no
es nombrable ni representable con los recursos que repiten la opacidad de toda
estructura. Se lo puede pensar como una apertura a lo que no se podía
esperar ni reconocer por adelantado. Sería el acontecimiento como lo
extranjero mismo. La apertura al mismo conmueve los cimientos de nuestra
identidad, dado que ese porvenir que no se capta, cae y se apodera de
nosotros. El tiempo se disloca, está fuera de sí porque “hay” el acontecimiento.
Se da el “hay” cuando se hace una experiencia de lo Otro. En el sentido de
hay algo en vez de nada, que en términos de Lacan es “hay del Uno”.

Entienden lo que es, no? El acontecimiento pensado como un caso único, lo


que llama en literatura “apax”, cuando sucede algo totalmente imprevisto y es
único, que sería no sé qué, porque no queda tan claro, sería el holocausto, el
genocidio nazi, y entonces dicen que esto se articula a lo que en la enseñanza
de Lacan es el “hay del Uno”. Ellos dicen que cuando Lacan dice “hay del Uno”,
esto quiere decir “hay acontecimiento”, o sea, sucede algo absolutamente
imprevisto, pero más que imprevisto, absolutamente imposible de ser
nombrado con los términos en que se venían nombrando todas las cosas que
existían hasta ese fenómeno.

Esto, lo que quiere decir es que hay acontecimiento. Habría una forma del
mismo que podría ser el retorno de lo peor. Es el que viene bajo el nombre de
compulsión a la repetición intrincada a la pulsión de muerte.

O sea, ya no es cualquier acontecimiento –y es por eso que me parece que


ellos lo usan- porque tiene que ver con la pulsión de muerte. Y como en la
Shoah, si consideran al genocidio de judíos, locos, comunistas, homosexuales,
gitanos –débiles mentales no, porque la iglesia alemana y las organizaciones
humanistas se opusieron, débiles mentales no, todos los demás sí.
Para estos autores entonces se trata del acontecimiento, que siempre se
vincula a lo peor y a la muerte, y esto es lo que en Lacan se llama “hay del
Uno”.
Después hay un artículo de Miller –está siempre en todo. Acá hay otro: El
porqué de la guerra. Cosas del desierto. De vuelta se utilizó para lo mismo. Es
de Teresa Ferrer, Valencia, 18 de septiembre de 1999.

“Siguiendo un poco la terminología de la ciencia-ficción, para las comunidades


cada uno de nosotros somos unidades, pero en esa zona franca de asunción
del padre primordial, hay un acceso al Uno, que en su plural, en cada individuo
testimonia del “hay del Uno”.”

Esto es ya más oscuro, no se sabe de qué está hablando Teresa Ferrer. Pero
bueno, es una cita de un artículo muy extenso. Repito:
“Siguiendo un poco la terminología de la ciencia-ficción, -ni a Lacan ni a Miller
les hubiera gustado, ésta es peor que yo- para las comunidades cada uno de
nosotros somos unidades, -para algunas comunidades, en tal caso- pero en
esa zona franca de asunción del padre primordial, hay un acceso al Uno, que
en su plural, en cada individuo –o sea, 1, 1, 1, 1- testimonia del “hay del Uno”.”
Lo que quería plantearles de este artículo de Teresa Ferrer es “testimonia” del
“hay del Uno”. ¿Entienden lo que quiere decir el “testimonia”? Lo que ya está
mencionado en el artículo anterior, y es que no se deduce. Es patente, es un
acontecimiento, es un genocidio.
Y Rosalba Saidel, Del humus al cogito humano. Seminario del Campo
Freudiano de Barcelona. Es un trabajo milleriano. En su punto 4 dice:

Del - [-fi] al [fi mayúscula], hay del Uno, pero del Uno que falta.

Acá sorprende porque está usado absolutamente al revés. En el primer caso


era un Uno que se presentaba tan patente como un holocausto, y acá es de la
índole de un Uno que falta.

Después están los usos de Lacan sobre el “hay del Uno”. Seminario 9, “La
identificación”.

“Esto es para introducirnos en lo que hace a la esencia del significante, del que
no por nada ilustraré lo mejor de su forma más simple, que es lo que
designamos desde hace algún tiempo como el Einsiger Zug. El Einsiger Zug
que es lo que da a esta función su valor, su acto y su pertenencia, es lo que
para disipar lo que podría quedar aquí de confusión,

hay que aprovechar una vez que Lacan va a despejar confusión...

necesita que introduzca para traducirlo mejor y de más cerca, este término que
no es un neologismo, que obtiene en la denominada teoría de conjuntos, el
término ‘unario’ en lugar del término ‘único’.

Quiere decir que Lacan designa al Einsiger Zug del alemán de Freud, como
rasgo unario. Porque para Lacan el uno es un uno que proviene de la teoría de
conjuntos. O sea, del conjunto que nosotros llamamos “unitario”, me parece
que acá hay que hacer la salvedad de que en francés se lo llama “conjunto
unario” y nosotros “conjunto unitario”, al conjunto de un solo elemento.

Seminario 18, clase 7. Acá ya estamos más tranquilos porque el dígito del
seminario ya aumentó bastante.

“Ya que indiqué eso brevemente en el panteón y es, a saber, que alrededor del
‘hay del Uno’ hay dos etapas: el Parménides, y después hizo falta llegar a la
teoría de conjuntos. Para que la cuestión de un tal saber que toma la verdad
como simple función y que está lejos de conformarse con eso, que implica un
real, no tiene nada que ver con la verdad de lo que es en matemáticas.
Aunque sin embargo, hay que pensar que la matemática podría prescindir de
toda pregunta acerca de eso puesto que solo mucho más tarde, por intermedio
de una interrogación lógica, le hace dar un paso a esta pregunta que resulta
básica para la verdad, y saber cómo y por qué hay del Uno. Me disculparán, no
soy el único.
Hay del Uno, alrededor de este uno gira la cuestión de la existencia.

Se acuerdan que les dije que la polémica en torno a la teoría de conjuntos, que
no está universalmente aceptada en la teoría matemática occidental moderna,
es que los conjuntos y sus elementos –especialmente los conjuntos- son
existencias, o sea, seres inmateriales.

“Hay del Uno, y alrededor de este Uno gira la cuestión de la existencia. Ya hice
algunas observaciones sobre eso, a saber, que la existencia jamás fue
abordada como tal antes de cierta época y que llevó mucho tiempo extraerla de
la esencia. Hablé del hecho de que no hubiera en griego algo propiamente de
uso corriente que quisiera decir “existir”, no porque ignorara existiri, existarnai,
sino más bien porque contaba con que ningún filósofo lo usó nunca.

Lacan dice que no había existencia en la Grecia Antigua no porque no hubiese


palabras con un significado parecido sino porque no se usó en ninguna
filosofía, en Grecia.

“Sin embargo es ahí donde empieza algo que puede interesarnos. De lo que
se trata es de saber lo que existe. No existe más que de lo Uno. Con lo que se
apura alrededor nuestro, me veo pues obligado a apurarme, la teoría de
conjuntos es la interrogación de por qué hay del Uno.

¿Ven que proviene de la teoría de conjuntos? No proviene del acontecimiento,


ni de la pulsión de muerte, ni del goce, ni del cuerpo. Para Lacan, el “hay del
Uno”, que arranca en Lacan con la investigación del rasgo unario, que ya al
designarlo “rasgo unario” lo emparentó con la teoría matemática de conjuntos,
porque para Lacan el rasgo unario es el conjunto de un solo elemento, ahora lo
que está planteando con el “hay del Uno” es que nuestra época es una época
que cuenta con una idea, con un concepto, con un problema nuevo que es el
problema de la existencia. Si no lo ven, busquen en el diccionario cuál es la
época correspondiente a una filosofía que se desarrolló y que se la conoce
como el “Existencialismo”. ¿Qué época es la época del desarrollo del
Existencialismo? Kierkegaard, etc. Es la nuestra. O sea, nuestro problema es
la existencia. Y antes no pudo ser pensada la existencia, ¿por qué? Porque
no pudo plantearse la existencia como recién se la logró plantear a partir de la
teoría matemática de conjuntos, postulando el “hay del Uno”.

De lo que se trata es de saber lo que existe. No existe más que de lo Uno.


Con lo que se apura alrededor nuestro, me veo pues obligado a apurarme, la
teoría de conjuntos es la interrogación de por qué hay del Uno. Lo Uno no está
en cada vuelta de la esquina, aunque no lo imaginen, incluida esta certidumbre
totalmente ilusoria, e ilusoria desde hace mucho tiempo, (inaudible) que soy
Uno también ustedes”

¿Ven lo que Lacan pone como ilusorio? El artículo que yo les leí del “hay del
Uno” que dice Lacan, que dice que es el “hay del Uno” de Lacan, que cada uno
de nosotros somos uno. Lacan dice que no, que cada uno de nosotros es uno,
eso es viejo, es una ilusión y no tiene nada que ver con el problema de la
existencia. El problema de la existencia es un problema moderno, es un
problema del Siglo XIX en adelante y es el problema de cómo se puede
justificar lógicamente la existencia de “hay de lo Uno”. Y no pierdan de vista
que para justificar lógicamente la existencia de “hay del Uno” hizo falta la teoría
matemática de conjuntos, de hecho –y termino con esto- conseguí –y estoy
contentísimo- Lacan cita a... Lacan es un chanta, es una mala persona, es
confuso a propósito, se puede decir lo que quieran. Pero nunca me he
encontrado, cuando doy el segundo paso sobre un tema científico, de ir a
buscarlo en Lacan y encontrarme con que Lacan no lo había dado. Cuando me
pongo a investigar y descubro algo maravilloso y pienso que en Lacan no está,
voy a buscarlo en Lacan y está. Y el problema de que no se aceptaba la teoría
matemática de conjuntos en matemática, en Lacan está. Lacan cita un libro
que es “Cantor se equivoca”, el autor es G. Metrius, un griego. En internet
figura como libro raro. Me lo acabo de comprar. Si lo recibo y lo llego a leer
para la próxima, se los comento.
O sea, que Lacan no solamente tiene el “hay del Uno” con la teoría de
conjuntos, sino que conoce perfectamente en el Seminario 18, cuando
desarrolla el “hay del Uno”, que es como se funda la existencia, que la mitad de
los matemáticos no aceptan tales existencia. Y no se enojen conmigo, pero
ustedes tampoco lo aceptan. Ustedes tampoco aceptan que en psicoanálisis,
nos tengamos con vincular a entes que carezcan de ser material. Que haya
algo que sea sin el cuerpo. Pero no sé quién tiene razón, no tengo menor idea
de si ustedes tienen razón o yo tengo razón, ¿cómo saberlo?
¿Quiénes tienen razón, los matemáticos constructivistas o los formalistas,
cómo saberlo? ¿Cómo saberlo yo, que no sé nada de matemáticas? Pero al
menos no pierdan de vista dos cosas: lo que ustedes sostenían con tanta
seguridad, en nuestra cultura está puesto en tela de juicio, o sea, hay muchas
corrientes -tanto en ciencia como en filosofía-, que sí argumentan que existen
entes no materiales, o sea, que hay objetos sin cuerpo. Yo no los quise
empujar la vez pasada, porque me pareció trampa, pero lo que hubiera podido
bajar como un Joker en un juego de cartas y cortarles, como si ustedes
hubiesen levantado el pozo en la Canasta y yo les hubiera cortado y se
tragaban todos los puntos en contra, hubiese sido el objeto a. ¿Y el objeto a,
que ni siquiera tiene imagen especular? ¿Conocen algún objeto que no sea sin
el cuerpo, que carezca de imagen especular? Coincidimos que para Lacan la
definición más estructural de objeto a es que no tiene imagen especular, que es
la propiedad topológica del objeto a. ¿Cómo podría haber un objeto material
que no tuviese imagen especular? Pero digo, observen que Lacan, aún
cuando sostiene el “hay del Uno” habilita la existencia, conoce que la teoría de
Cantor está muy rechazada y puesta en tela de juicio, no sólo por todas las
paradojas, sino fundamentalmente por la forma de argumentar, o sea, que no
se cree que exista un objeto respecto del cual solamente (inaudible) pueda dar
un formalismo. ¿Se dan cuenta qué vinculado que está al problema con el que
nos tenemos que vincular?

Eduardo Liljequist: vos recién decías de un objeto material que no tenga


imagen especular. El significante tiene materialidad.
A.E.: el significante no, el fonema tiene materialidad. El significante no. La
parte material del significante es el fonema, lo que puede quedar registrado en
el grabador. Pero el significante no.

E.L.: porque puedo inventar un neologismo que no tenga imagen especular


ninguna...

A.E.: pero el significante no es un objeto material.

E.L.: pero la materialidad del significante como la letra...

A.E.: pero vos no dijiste la letra, dijiste el significante... La letra es la estructura


esencialmente localizada del significante, pero ya no es el significante. Si vos
al significante lo localizás dentro de una cadena significante, habría que ver si
no cambió ya. Por ejemplo, dentro de una cadena significante, ya puede
significar. El significante en tanto tal no significa nada, pero pasado a letra sí
significa. Si yo te insultara y vos me respondieras con una trompada, es
porque esa palabra para vos significó, en el insulto, con lo cual no funcionó
como significante. Si yo te mando al diablo... difícilmente vos me dirías “¿en
qué sentido?”, porque ahí está localizado en una escena que habilita que el
significante funcione como letra, pero ahí ya está transformado el significante.
Fijate que hasta Lacan utiliza la palabra esencia, la estructura esencialmente
localizada del significante. Podemos decir así: cambia la esencia. Y por otra
parte, en teoría lingüística, el significante no es considerado material, en todo
caso lo que puede ser considerado material sería el registro sonoro, que saben
que para Saussure entre significante y registro sonoro hay una diferencia
fundamental.

E.L.: dice que el significante es la huella mnémica...

A.E.: sí, pero era irreconocible.

E.L.: nunca me quedó muy claro eso en Saussure...

A.E.: que para Saussure hay batería antes de que haya significante. O sea, si
yo te digo “ppprrrddddppp” vos dirías “en ese momento Alfredo hizo un ruido”,
no sería una palabra. Para que sea significante, tiene que haber un lugar vacío
donde vos puedas ubicar esa frecuencia sonora e identificarla como
significante. La prueba que podemos hacer para pensar este problema es
cuando te hablan en una lengua extrajera. Uno siempre pide que sea más
despacio, que hablen más despacio. ¿Por qué? Porque uno calcula que si
fuese más despacio, uno podría identificar los cortes entre palabras, por
ejemplo. Y si uno pudiese identificar los cortes entre palabras podría trabajar
con unidades. Lo que pasa es que con es “más despacio” es que yo no tengo
forma de localizar en esa lengua, lo que del sonido es significante. ¿Se
entiende el problema? Es por eso que es muy importante distinguir entre
fonemas y significantes. De hecho, los fonemas para Saussure, también son
un conjunto estable. Por ejemplo, el fonema con el que empieza el apellido de
Schreber, ese fonema en castellano no está y en alemán sí. Muchos
hispanohablantes tienen dificultad para pronunciar “Schreber”. Por ejemplo,
Mazzuca dice “Esgreber”. Es un fonema que no tenemos. O por ejemplo, la
erre para los franceses o ingleses. ¿Por qué los franceses e ingleses
pronuncian mal algunos fonemas regularmente? Porque no tienen ese fonema.
Con lo cual, el fonema, tampoco es puro ruido, sino que es un conjunto mínimo
–28, 30, 40- de ruidos identificables y reconocibles. Tan fuertemente son
reconocibles, que aún lo reconocés con otro ruido, es lo que pasa cuando
Menem pronuncia “La Yioja”, uno entiende que es La Rioja, y no lo pronunció
con el mismo ruido que lo pronunciamos nosotros. Son casos muy
interesantes para darse cuenta del problema de entender que Einsiger Zug sea
el significante primero, que el “hay del Uno” sea el acontecimiento de lo
inesperado... Porque ni siquiera puede haber inesperado antes de lo esperado.
Si alguno de ustedes van con el auto por la avenida y escuchan los bombos...
ya saben que es un piquete. Pero si viene un extranjero y escucha los mismos
bombos... ¿qué dice? Empieza a inquietarse por unos ruidos que no sabe de
qué son ni por qué. ¿Entienden que hasta el acontecimiento, para que sea
acontecimiento de la índole de lo novedoso tiene que inscribirse en un sistema
de diferencias? ¿Ven el problema de lo que se nos quiere vender? Que hay
algo que viene de lo mortal, de lo mortífero, del cuerpo, que es algo de lo Uno.
Pero no se podría identificar a lo Uno en sí mismo. No se puede identificar a lo
Uno sin un sistema anterior. Lo mismo pasa con el significante y lo mismo
pasa con el fenómeno.

El problema es la existencia. O sea, si nosotros aceptamos y si consideramos


que sea necesario trabajar en psicoanálisis con objetos que sean pura y
exclusivamente existentes. Lo dejo como pregunta, o sea, para los cuales se
aplique un “sí, es sin el cuerpo biológico tridimensional”, el que tiene volumen.
Lo que me parece que podría llegar a ser necesario si uno aceptase que el
inconsciente es el discurso del Otro. Si el inconsciente es el discurso del Otro,
entonces puede ser que no esté en el cuerpo. Si el inconsciente es el discurso
del Otro, una acepción de esa frase podría ser que no esté adentro mío. No es
lindo psicoanalíticamente hablado “adentro de mi cuerpo”, “en mi aparato
psíquico”. ¿Dónde tienen ustedes el aparato psíquico? Es una grosería, pero
bueno... ¿dónde lo tienen? No me vengan con que lo tienen en el agujero, no
me hagan chistes lacanianos. Lo tienen donde Freud lo puso: adentro del
cerebro. Lo que Freud dijo es que ninguna parte del aparato psíquico coincide
uno a uno con ninguna parte del sistema nervioso central, no hay
correspondencia biunívoca entre el inconsciente y la corteza, pero sí que está
dentro del cerebro. Lo que les propongo es que podría ser que con Lacan sea
necesario pensar que ni el inconsciente, ni el objeto a, ni la pulsión existan
dentro del cuerpo. Podrían existir por fuera del cuerpo. Pero si existen por
fuera del cuerpo, pueden ser existencias. O sea, pueden tener el mismo
estatuto material que un conjunto. ¿Cuál es la validez de la existencia de un
conjunto? Decirlo. El conjunto A, formado por los siguientes elementos: esa
puerta, ese caño blanco y esa columna. Ya existe, con solo haberlo dicho.
Aunque yo hubiese agregado “esa puerta, esa columna y mi hada madrina”.
Como ustedes saben, las hadas madrinas no existen, a pesar de eso, el
conjunto que acabo de armar sí existe -y aunque ustedes no lo quieran
aceptar- entre esos elementos. Porque la existencia de un conjunto es
meramente discursiva.
---cambio de cinta---

Podría ser que nosotros tengamos que aceptar que haya existencias, es decir,
cosas, objetos, entes, que existan tan solo por ser dichos. Lo dejo planteado
como problema.

Comentario: ¿eso tiene que ver con la nominación?

A.E.: de alguna manera sí y de alguna manera no. ¿Por?

E.L.: lleva al problema de quién está primero, si el cuerpo o el lenguaje. El


otro día decía Diana Rabinovich que en la clase 4 de Ou pire aparece una frase
que dice “el hombre empieza a hablar gracias a la detumecencia”

A.E.: no recuerdo haberlo leído en Lacan, no me suena. Siempre conviene ir


a chequear... a ver el contexto de la frase, qué se dijo antes. Lo voy a
chequear.

E.L.: así dijo Diana Rabinovich, que está en la clase 4 de Ou pire.

A.E.: sin conocerla, te diría así: Diana Rabinovich no acepta la noción de


estructura. Yo no la conozco, pero si dijo eso es porque no acepta la noción
de estructura. Porque operar con la noción de estructura significa renunciar
explícitamente a cualquier posibilidad de hablar del origen.

E.L.: ella citaba esa frase del seminario de Lacan.

A.E.: ¿y lo criticó a Lacan?

E.L.: no.

A.E.: por eso, porque ella no trabaja con la noción de estructura. Yo trabajo
con la noción de estructura, con lo cual, para mí no hay discusión sobre el
origen.

E.L.: acá me dicen que lo puso con un signo de pregunta...

A.E.: ah, entonces puede ser que sea estructuralista... ¿vieron como es esto,
no? Son como los discursos políticos, empiezan “por el bien de país...” y
después te la mandan a guardar.
Pero si se trabaja con la noción de estructura hay que aceptar tres pérdidas: la
pérdida del destino, del centro y del origen. Si uno no trabaja con la noción de
estructura entonces sí puede trabajar con hacia dónde vamos –lo teleológico-
de dónde venimos –el origen- y qué está en el centro.
Con la noción de estructura –para eso creo que lo mejor es Derrida, que lo dice
bien claramente, Lacan nunca lo terminó de decir tan claramente- si uno
pregunta ¿pero qué es primero, el hombre o el lenguaje? Yo te diría que es
imposible de contestar desde mi base teórica. Mi base teórica se caracteriza
por un déficit terrible: no puede dar cuenta del origen, no puede dar cuenta de
lo que está en el centro y no puede dar cuenta de hacia dónde se va.
Igualmente, para mí esa frase es una frase carente de sentido, porque decir
que hay hombre antes del lenguaje... no sé qué sería.

E.L.: se refiere a la cuestión mítica del origen del lenguaje...

A.E.: claro, pero ¿qué significa “hombre” antes del lenguaje? No sé qué es.
Es como un orangután...

Pablo Muñoz: Diana Rabinovich más bien lo dijo con un gesto o una actitud
de chiste acerca de que los hombres a partir de la detumecencia tienen que
empezar a hablar para justificar lo que pasó. Era algo de ese orden...

A.E.: aaahhh! Algunos hacemos distinto, empezamos antes. No solamente a


las chicas les duele la cabeza, eh? Muchas veces cuando tenés miedo de que
no funcione... te borrás y chau!

Pablo M.: te quería preguntar, cuando vos hablás de existencia, de existir por
fuera. No lo tengo exactamente claro, pero si mal no recuerdo, en el Seminario
22, Lacan habla del inconsciente como lo que existe por fuera de lo simbólico.
(inaudible) Y me preguntaba si la existencia no supone la referencia a lo que
está fuera de lo que existe. (inaudible) ¿Cómo pensar que el inconsciente
existe por fuera del cuerpo? (inaudible)

A.E.: a mí me confunde, porque me pareció que dijiste que la existencia es


existir por fuera de la existencia. La existencia es “por fuera de”... por fuera
¿de qué?

P.M.: en el caso del inconsciente dice que ex-siste a lo simbólico. Cuando vos
decís que existe fuera del cuerpo, independientemente del cuerpo, me
preguntaba si no había relación entre el inconsciente y el cuerpo en la medida
en que el inconsciente existe por fuera de (inaudible)

A.E.: pero si para vos existe por fuera del cuerpo, me parece que ahí tenemos
un punto de comunión enorme. Me parece que el problema que tenemos es
que para muchos, el inconsciente está dentro del cuerpo, y para otros –la
enorme minoría- el inconsciente está afuera de cada uno. No solamente del
cuerpo, sino fuera de todo lo que sea uno para uno. Y es por eso que para mí
se hace lógico el otro credo que nosotros sostenemos –pero creo que es por
conveniencia económica- y es que no hay autoanálisis. ¿Por qué no hay
autoanálisis? Freud hizo autoanálisis, eso es un problema. Lacan no hizo
ninguno. ¿Sabían que Freud analizó durante 7 años, 6 veces por semana a
Anna Freud?

Comentario: ¿a la hija?

A.E.: sí, a la hija, a la que familiarmente llamaba “Anna Antígona”. A los 14


años ella participaba de las reuniones de los miércoles. Y después recibió el
anillo, uno de los siete anillos. ¿Por qué hace falta un analista? A mí me
parece que hace falta un analista –lógicamente- porque hace falta fundar un
espacio “inter” entre dos instancias, y es espacio “inter” es absolutamente
inmaterial. El inconsciente solamente existe entre analizante y analista. Decir
que el inconsciente existe por fuera de lo simbólico es una petición filosófica
que yo no sé qué quiere decir. Son esas frases filosóficas de Lacan que a mí
me complican muchísimo, yo no sé qué quiere decir esa frase.

Comentario: el hombre de la esquina, ¿no tiene inconsciente?

A.E.: no, por supuesto que no. Podrá tener algo que vos evalúes como un
lapsus, o soñará, todos soñamos... y ¿quién está en análisis? Qué se yo. El
inconsciente es del psicoanálisis. Estamos siempre intentando hablar dentro de
la perspectiva del inconsciente del psicoanálisis: aquel que implica una
dimensión de conflicto, un acto pendiente y una intervención posible que
habilite un acto verdadero que cambie la posición de nuestras vidas en relación
a otras personas. Eso.

E.L.: pero por fuera del dispositivo analítico, el inconsciente está,... (inaudible)

A.E.: pero no tiene ningún valor. Salvo que alguien vuelva a la sesión y lo
diga. Por ejemplo, vos podés volver a tu sesión y decir: “el otro día me fui
pensando...”. Otro ejemplo: un amigo que estaba borracho, me dice en una
reunión que había tenido el “sueño fundamental de su vida”... pero que no se lo
acordaba, se lo había olvidado. ¿Eso es inconsciente? Para mí, en función de
cómo yo trabajo en mi consultorio, no. Si yo ahora cometo un lapsus y alguno
de ustedes me lo interpreta, a mí no me significa nada. Yo nunca interpreto a
nadie que tenga un lapsus casual, en la calle, nunca. No interpreto a amigos,
ni a familiares. Si alguno de ustedes se ríe de mis lapsus, verán que yo sigo
adelante. Porque a mí, eso, por fuera del dispositivo son extrapolaciones
inmedidas. Me parece que el inconsciente tiene un estatuto operativo...

E.L.: eso sí, pero el sujeto del inconsciente existe fuera de la sesión.

A.E.: tiene que haber dos instancias para que generen un espacio en el cual
se aloje lo que llamamos inconsciente. Si no están esas dos instancias, y ese
espacio no es inmaterial, no. Pero eso es para mí, como yo lo pienso. Por
ejemplo, si un paciente me dice: “Yo creo que no, pero ella me dijo que sí”, yo
intervengo de la siguiente manera: ¿y por qué creés que ella te dijo que sí?
Porque para mí, el inconsciente está “entre”. Porque es más importante lo que
dice ella que lo que diga él. ¿Y por qué creés que ella te dijo eso? “¡Y yo qué
sé!”. No, no, pensémoslo, pensemos por qué ella te habrá dicho que sí. Es
muy importante.

E.L.: pero por ejemplo, si una paciente se está por recibir, tiene que dar su
último examen y antes de ir, en la ducha, se quiebra una pierna... ¿qué pasó
ahí?

A.E.: nada hasta que no lo hablen ustedes en sesión, lo interpreten y lo hagan


existir. Nada. Se cayó y se quebró la gamba en la bañera, pobre.
E.L.: (inaudible) ... pero ¿no hay sujeto del inconsciente, cuando se cayó, ahí?

A.L.: no veo por qué habría que suponerlo.

E.L.: le pasó una hora antes de ir a rendir...!

A.E.: sí, sí, yo te entiendo, pero no veo por qué lo tendríamos que argumentar
así. Entonces, cualquier accidente...

David S.: es un tema muy interesante...

A.E.: sí, es muy interesante, pero muy interesante ¿cómo?

D.S.: hay dos concepciones de inconsciente en juego.

A.E.: claro, totalmente. Para mí, el inconsciente con el Uno en el sentido de


individuo –que es el de Freud-, para mí es un invento de Freud. El
inconsciente inter de Lacan, ése me resulta operable clínicamente. Con el de
Freud, hay que estar luego con proyecciones e introyecciones –porque
después hubo que emparchar el sistema freudiano, Melanie Klein emparchó el
sistema, con proyección introyectiva, introyección proyectiva, etc. ¿por qué
hizo falta todo eso, adentro de quién está? Me parece que...

Comentario: inaudible

A.E.: bueno, en Lacan están los dos, depende de qué citas se tomen. En
Freud no están los dos, en Freud como argumento está solamente que es
interno al cuerpo. Pero es cierto que Heidegger vino después, es cierto que
Freud no conocía nada de matemática y no podía pensar ninguno de estos
problemas, aunque ya estaba la teoría matemática desarrollada, pero Freud
tenía una formación matemática muy pobre o no le dio importancia alguna.

Elisa Bellman: si uno no sostiene lo que vos planteás se hace difícil ubicar la
cuestión de la transferencia, si se piensa que el inconsciente está también en la
situación de la bañadera, ahí se complica para pensar la transferencia.

A.E.: por ejemplo, ¿vieron esos momentos del análisis en que el paciente les
dice “no sé si le conté alguna vez...”? Uno ya sabe lo que es, pero le decís “no,
no me contó...”, entonces el paciente te dice: “una vez, justo antes de
recibirme, me caí en la bañadera”, 14 años antes, esto le ocurrió hace 14 años.
Eso que pasó lo cuenta en sesión 14 años después. Puede ser, no? Bueno,
¿cuándo es inconsciente? Qué lío, no? ¿Ven qué lío? Podría ser que algún
loco dijera que es inconsciente tan sólo cuando se lo cuente al analista, y el
analista lo escuche y sobre eso se pueda decir algo tal que revele algo de la
dimensión de la verdad que estaba en juego. Si no, es una caída. De vuelta:
no digo que yo tenga razón, sólo extremo una posición para que hagamos dos
argumentos –la otra tiene un aval intuitivo muy fuerte- pero yo no conozco el
inconsciente, no sé quién tiene razón. Trabajo de una manera, y al igual que
todos ustedes, estoy contento con los efectos clínicos que produzco. No
conozco ningún psicoanalista que no esté contento con los efectos clínicos que
produce, bueno, yo también. Pero ¿quién sabe qué son esos efectos y por
qué son? Tenemos teorías, teorías y teorías. Lo que quiero establecer con
esto, es que hay otra. Sobre la teoría que reina, hay posibilidad de construir
otra. Y teniendo las dos, podríamos ver cuál se adecua más a ciertos
problemas clínicos. Por ejemplo: “no puedo levantarme de la cama, no tengo
fuerzas para levantarme de la cama”. ¿Es astenia o depresión? Si es astenia
no nos interesa, tiene que ir al médico. Si es del cuerpo, tiene que ir al médico,
tiene que comer más carne, no sé, digo cualquier cosa. Pero si es depresión,
eso que la gente dice “no tengo fuerzas”, es de otra índole, es otro tipo de
problema. Es discursivo, quizás.

Bueno, pasemos a las series de La Carta Robada.


Es muy interesante no olvidarse que este es un trabajo que Lacan realiza en el
Seminario 2, cuando está comentando el texto de Freud Más allá del principio
del placer y está queriendo trabajar compulsión a la repetición y/o automatismo
de repetición, o sea, podríamos decir que es el mismo tema que el del artículo
sobre la Shoah, la pulsión de muerte. Es el mismo tema. Lacan está
desarrollando esto para dar cuenta del automatismo de repetición. Segundo, y
muy importante, estoy leyendo la introducción de La Carta Robada:

“El automatismo de repetición, (Wiederholungszwang) –aunque su noción se


presenta en la obra aquí enjuiciada como destinada a responder a ciertas
paradojas de la clínica, tales como los sueños de la neurosis traumática o la
reacción terapéutica negativa- no podría concebirse como un añadido, aun
cuando fuese para coronarlo, al edificio doctrinal.

no es un añadido.

“Es su descubrimiento inaugural lo que Freud reafirma en él:

es una lectura que es sólo de Lacan, vieron? No es que hay primer Freud,
segundo Freud, no. Es que el segundo es el primero. Lo vuelvo a leer 14.

“El automatismo de repetición, (Wiederholungszwang) –aunque su noción se


presenta en la obra aquí enjuiciada como destinada a responder a ciertas
paradojas de la clínica, tales como los sueños de la neurosis traumática o la
reacción terapéutica negativa- no podría concebirse como un añadido, aun
cuando fuese para coronarlo, al edificio doctrinal.
Es su descubrimiento inaugural lo que Freud reafirma en él: a saber la
concepción de memoria que implica su ‘inconsciente’.”

Entonces para Lacan, la compulsión a la repetición y/o el automatismo de


repetición (veremos qué hacemos con este problema) es volver al origen
fundacional del primer descubrimiento freudiano. ¿Cuál? La noción de memoria
que está en juego en el inconsciente. Vean entonces que hay dos
posibilidades: una posibilidad es pensar a la repetición que está en juego en la
clínica, desde Más allá del principio del placer, como lo que vuelve a lo igual de
la pulsión. Pero otra cosa podría ser que fuera entendida como la memoria que

14
Escritos 1, pág. 39, Siglo XXI (1985)
para Freud está en juego en el inconsciente. Son dos lecturas muy distintas.
Para decirlo en lacanés, en la primera lectura podría considerarse como lo real
y en la segunda lectura considerarse como lo simbólico. O sea, que Lacan
propone que en Más allá del principio del placer hay que leerlo así. Se
acuerdan que en Lacan son 2 clases del Seminario 2, en las cuales hay errores
en el álgebra, el seminario está bien publicado, es Lacan el que tiene errores
que luego los corrige en los Escritos. Cuando Lacan lo reescribe, lo pone como
Obertura de los Escritos, año 1966. Así que uno podría decir, bueno, en el ’53-
’54 Lacan está con la primacía de lo simbólico, es el segundo Lacan –el primer
Lacan es el de lo imaginario- y desde el Seminario 11 es real. Pero esto Lacan
sostiene esto y lo pone en 1966 como introducción –para todos nosotros- para
leer sus Escritos.

Tercero, para la cita de Diana Rabinovich:

“...el orden del símbolo no puede ya concebirse como constituido por el hombre
sino como constituyéndolo.

Son pequeñas citas de párrafos. Este es el párrafo donde Lacan articula


Kierkegaard y Freud en la teoría de la repetición, o sea, lo que está en juego
aquí es la teoría de la repetición, y lo que repite para Lacan hay que ponerlo en
la lógica del orden simbólico; no de la compulsión de repetición entendida como
repetición de lo mismo, de lo real.

“El hombre literalmente consagra su tiempo a desplegar la alternativa


estructural en que la presencia y la ausencia toman una de la otra su llamado.
Es en el momento de su conjunción esencial, y por decirlo así en el punto cero
del deseo, donde el objeto humano cae bajo el efecto de la captura, que,
anulando su propiedad natural, lo somete desde ese momento a las
condiciones del símbolo.”

Lo leo de vuelta:

“El hombre literalmente consagra su tiempo a desplegar la alternativa


estructural en que la presencia y la ausencia toman una de la otra su llamado.

Nosotros vamos a connotar presencia y ausencia con dos símbolos, + -, y


vamos a llamar al orden dual “símbolos”; al orden de tres “números” y al orden
de cuatro “letras”. Hay una lógica de llamar así a cada uno de los órdenes.

Orden de 2: símbolos
Orden de 3: números
Orden de 4: letras

Podría ser interesante hacer consecuencias clínicas de esto, entienden? Que


cualquier elemento que ustedes tengan trabajando, si la lógica estructural no es
cuaternaria, no pueden considerarlo letra. Por ejemplo, en la psicosis. O sea,
al significante esencialmente localizado Lacan lo designa “letra”. Lo que les
estoy proponiendo como idea es que solamente allí... De hecho, yo en la tabla
podría haber puesto letras griegas en lugar de símbolos, en lugar de números
letras arábigas, y en lugar de letras griegas, dibujitos. De hecho, de estos dos
(+ -) nadie dice que son dos. 1, 2, 3, ¿en sí, son tres? No, son cuatro.
¿Entienden? No hay nada en la esencia de los elementos que obligara a
Lacan para escribir tres poner los números 1, 2, 3; podría haber escrito a, b, c.
Y para escribir el orden de cuatro podría haber elegido 1, 2, 3, 4. Es una
elección de Lacan. ¿Por qué eligió letras para cuatro, números para tres y + -
para dos? Lo que les propongo es que hay una relación entre llamarlo letra y
que sea un orden de cuatro. Ahora voy a tratar de establecer las
características de los tres órdenes para justificar estas lógicas.

Les planteo cuál es el problema que podría estar presentándosenos en el


borde del decir: en psicoanálisis, la cantidad siempre ha sido un problema. De
hecho, hay una noción energética apta para albergar en sí la energía del
aparato que es la libido, pero que es una noción que como tal no es apta para
ser mensurada. No hay cómo concebir + - libido. No hay concepto alguno,
entiende? Freud dice que la madre libidiniza el cuerpo del niño. El término
“libido” no permite decir en cuánta cantidad. Para nosotros hay un problema
muy serio en psicoanálisis y es el problema de la cantidad. Si alguien dijese
“yo sufro mucho, muchísimo, sufro más ahora que antes, o menos ahora que
antes”. Ese más y ese menos, ¿cómo pensarlos? Si en el análisis no tenemos
instrumentos válidos para pensar el problema de la cantidad. Pero no pierdan
de vista que acá yo estoy hablando de un orden de dos elementos, de un orden
de tres elementos y un orden de cuatro elementos. Dos, tres y cuatro, que son
la cantidad de elementos, ¿ven que no son conjuntos? Porque si fuesen
conjuntos, no tendrían por qué ser distintos en función de la cantidad. En un
conjunto de dos elementos y un conjunto de tres elementos, no porque sean
tres hay relaciones entre sí de tal manera que ellos cambien en función de
cómo cada uno de ellos estaban en el conjunto de dos. ¿Me siguen?
Si yo tengo un conjunto A constituido por los elementos 1 y 2, y tengo el
conjunto B, constituido por los elementos 1, 2 y 3.

A B

1 2
1 2 3

Uno podría decir que este 1 (del conjunto A) es el mismo 1 que éste (del
conjunto B) y que el 2 del A es el mismo 2 que el del B. De hecho, si me
preguntara por las relaciones que guardan entre los dos conjuntos, podría decir
que A es subconjunto de B, sería un subjconjunto escricto, que es cuando
todos los elementos de uno están en el otro pero no viceversa. Lo que estoy
diciendo es que en la estructura, si los elementos son dos, podríamos llamarlos
“símbolos”. Si los elementos son tres, ya no son los mismos. Por el hecho de
ser tres, ellos cambian, y conviene llamarlos “números”. Y si son cuatro,
conviene designarlos “letra”. Lo que yo les decía era que podíamos hacer al
revés, podríamos decir que la cantidad de elementos que caracteriza a la
estructura, es lo que habilita la función. Por ejemplo: que si la estructura no
operara con cuatro elementos, entonces no habría letra. Para Freud, el
complejo de Edipo es tripartito. Para Lacan, la metáfora paterna o el complejo
de Edipo completo es cuatripartito. Madre, padre, niño y muerte al principio,
madre, padre, niño y falo más adelante. Es la corrección que Lacan propone al
sistema freudiano: pasarlo de tres a cuatro. Y habría que ver si no tiene
estricta razón Lacan, me parece que sí. Con el sistema de tres no hay forma
de pensar la psicosis. En el sistema de tres de Freud, no hay forma de pensar
la psicosis, porque para pensarla hace falta un cuarto elemento para que nos
dé qué relación a ese cuarto elemento tienen padre y madre, para saber si
alguno de ellos va a funcionar como Otro. Para decirlo en términos de nuestra
disputa: si para un caso particular, padre y madre –ambos- no son sin el
cuerpo, está garantizado que es un caso de psicosis. Porque hay y sólo hay
Nombre-del-Padre en el caso en que es sin el cuerpo. Si cualquiera de los dos
–padre o madre- hace coincidir la función Nombre-del-Padre con la carne, es
psicosis. Y fíjense que Lacan lo escribe así:

Nombre-del-Padre
Deseo de la madre

Pero los lacanianos no, los lacanianos lo escriben sin guiones. Pero Lacan sí,
siempre. Cuando se escribe con guiones es porque los elementos están
unificados, Nombre-del-Padre son 3 y 1, son 3 que hacen 1. Son 3 elementos
y 1 que es el sintagma, todo junto, que es de otra índole.
Pero Deseo de la madre nunca se escribe con guiones. Porque lo que
diferencia al nivel estructural es con qué cantidad de elementos opera la
estructura, para ver qué cantidad de diferencias pueden escribirse. Con padre,
madre y niño, no se puede escribir la diferencia que está en juego en la
psicosis.

“El hombre literalmente consagra su tiempo a desplegar la alternativa


estructural en que la presencia y la ausencia toman una de la otra su llamado.

Vamos a trabajar eso ahora. Primero, el historial freudiano, la anécdota


freudiana del fort-da y la voy a presentar como a mí me parece que debe ser
presentada y es bajo la perspectiva de que por carecer Freud de una teoría
como esta, Freud comete un error. Vayamos al caso: es un niño medio lento,
el nieto de Freud, muy buen chico, se dejaba criar muy bien, que no se ponía a
llorar cuando la madre se iba, y que se caracterizaba por tener un juego un
poco molesto y era que todos los juguetes que tenía dentro de la cuna, los
tiraba lejos diciendo “ooooooo”. En ese estado, el juego no se entiende. El niño
jugaba a eso. Recuerden que para Freud es más allá del principio del placer.
Freud lo da como ejemplo del más allá del principio del placer.
¿Cómo fue la experiencia? El juego del niño, en lo que el juego tiene de
repetido, era tirar los chiches fuera de la cunita y decir “ooooo”. En ese estado
de situación, Freud confiesa –aunque no saca las conclusiones de ello- que él
no entendía para nada de qué se trataba. Sólo una vez él vio lo que Freud
llama el “juego completo” pero que no era el juego repetido del niño. ¿Cuál
era el juego completo? Era un caso en el que el niño, que era bastante
chiquito, logró cierta maniobra un poco más compleja, que era tirar un carrito
atado con un piolín por fuera de la cuna, manteniendo el piolín agarrado con la
otra mano, o sea, lo tiraba y lo recuperaba. Y ese juego de tirar y recuperar, el
niño lo acompañaba con “ooooooo”, “aaaaaa”. Entonces Freud dice que ahora
sí se entiende: “oooooooo” es “fort”, se fue, no está; y “aaaaaaaa” es “da” (que
está presente en el Dasein de Heidegger, que quiere decir estar presente, ahí.
Entonces: no está, se fue y está. Ese es el juego completo, que para Freud no
trae ningún problema. No es ningún argumento para más allá del principio del
placer. ¿Cuál es el argumento para el más allá del principio del placer? Que el
niño no jugaba al fort-da, el niño jugaba sólo al fort. El niño sólo repetía el tirar.
Entonces Freud produce un salto de esos que venden y dice: los chiches
representan a la madre. ¿Cómo puede ser que un niño juegue a que
justamente el objeto –la madre- se va? Porque el nene jugaba a tirar los
chiches, y a producir “ooooooo”. Que el niño jugara solamente a esto, para
Freud es más allá del principio del placer. Si el niño repitiera el juego entero,
para Freud sería teoría psicoanalítica del juego: el niño reproduce activamente
lo que sufre pasivamente. Se va y vuelve. Pero hay un juego que para Freud
es increíble y que necesariamente es displacentero.

Ahora escuchen cómo lo dice Lacan:

“El hombre literalmente consagra su tiempo a desplegar la alternativa


estructural en que la presencia y la ausencia...

presencia y ausencia, está hablando de fort y da, no?

... toman una de la otra su llamado.

O sea, que lo que esto (fort) llama, dice, o quiere decir ¿de dónde lo obtiene o
lo toma? De “da”. Lo que Lacan dice es que “fort”no vale por “fort”, que en un
sistema dual -si es que existiese- y si ese sistema dual fuese simbólico en el
sentido del símbolo del hombre –no en el sentido del símbolo de la abeja, el
delfín o la ballena, no en ese sentido- Lacan dice que lo que “fort” quiere decir
lo obtiene de “da”. ¿Y cómo es que lo obtiene? Como “no-da”. Es una forma
de escribir negación en lógica: fort = - da
Entonces, lo que cada elemento es, el ser del elemento en la categoría de lo
simbólico, tampoco lo obtiene de sí mismo. Vean que aquí también nos
encontramos con el problema de la existencia. Y es que el ser de “fort” lo
obtiene de “da”. Tanto es así, digo, esta teoría delirante podría sostenerse,
porque Freud no entendió qué quería decir “oooooo” hasta que vio el juego
completo, con “aaaaaaa”, entonces ahí dijo “ah, ahora entiendo”. “ooooooo” es
fort y “aaaaaaaa” es da. Hasta que no apareció la dupla, “oooooooo” no pudo
decir lo que quería decir.

Entonces, el ser de fort lo recibe de da, y si uno a nivel significante se


preguntara... supongan un texto cualquiera de cualquiera de sus pacientes.
Un texto cualquiera está compuesto de palabras. Pero ustedes pueden hacer
de esas palabras, de alguna de ellas, significante. Hacer significante es
preguntarse qué quiere decir. “Yo me siento un papanata”, dice un paciente.
“Papanata” ¿qué quiere decir? Como ustedes son psicoanalistas, en general
no van a buscarla en el diccionario, y si la fueran a buscar y la encuentran,
saben que no podrían utilizar eso para interpretar. ¿Cómo hacen para
interpretar? “Vengo a verlo porque me siento un papanata”. Bueno, por qué no
me explica un poco qué quiere decir papanata. Con lo cual, significante es
tomar un término y abrir una pregunta a la búsqueda de otro término que
resignificándolo sea capaz de decirlos lo que esto quería decir pero no lo podía
decir por sí mismo. ¿Están de acuerdo?
Si el ser de fort proviene del da, y ustedes lo aceptan, ¿cuál es la mejor forma
de contar con la presencia de la madre? ¿No es operar con su ausencia? A
mí me parece que el juego del nieto de Freud no es más allá del principio del
placer, es puro principio del placer. En el sentido de Lacan, si nosotros
aceptamos que cada uno de los términos obtiene del otro lo que es capaz de
decir. Vamos a hacer un poco de psicología: piensen en una pareja, una
pareja de ustedes, si no la tienen la imaginan. ¿Nunca se encontraron con la
siguiente circunstancia: que cuando pensaron que se podían separar de esa
persona, mejor se llevaron? Digo, cuando uno intenta rechazar todo el tiempo
la posibilidad de la separación, o sea, cuando uno quiere sostener el vínculo,
vía el “da”, vía la presencia, como esas películas como Portero de noche en la
que se encierra al ser amado por celos, eso ¿aumenta o disminuye los celos?
Lo aumenta. Cuando uno tiene una pareja, la mejor forma de llevarse
pacíficamente con esa pareja ¿no es contar con que uno la puede perder?
¿Uno no se tranquiliza muchísimo en ese vínculo, cuando piensa que ese
vínculo puede cortarse?
Me parece que no terminamos de darnos cuenta en el historial freudiano de
que Lacan lo critica. Porque lo que Lacan está proponiendo es que en un
sistema simbólico, lo que un término quiere decir lo obtiene necesariamente del
otro. En un sistema de dos se ve claramente. Le propongo llamar “símbolo” a
esto, porque no sé si conocen que símbolo es una palabra que proviene de
simbolaion, y simbolaion era como esas medallas de la media naranja, era una
moneda que tenía una marca que se hacía en el momento y se partía, como
una marca de pacto. Alojar a un visitante es uno de los actos que mejor
marcan la ética de una persona. Vean en el Antiguo Testamento el valor que
tiene lo que se hace con el visitante, es fundamental. Uno de los peores
crímenes es atacar al visitante. Ahora, el simbolaion era una medalla que se
partía en forma peculiar –no como las que se venden ahora que son todas
iguales y pierde el sentido- e indicaba el pacto establecido. Tan fuerte era el
pacto establecido que se heredaba. Si venía una persona que no era la que
había pactado con vos y traía esa medalla y coincidía con la mitad que tenías
vos –que te la había dejado tu padre- el pacto se sostenía, porque una hacía
correspondencia con la otra. Entonces llamamos a esto símbolo porque
justamente los símbolos nacieron como dos. La pregunta es ¿podría haber
símbolo como uno? Yo hice todo el lío que hice las últimas dos reuniones con
el “hay del Uno”, para evitar que alguno ahora se anime a decir frescamente
“sí, hay del Uno, en la última enseñanza de Lacan que nos enseña J.A.M. se
sostiene el “hay del Uno””
Pero es el “hay del Uno” de la teoría de conjuntos. El “hay del Uno” de la
teoría de conjuntos es que es un conjunto que tiene un elemento. Que si uno
hace el cardinal de ese elemento... el cardinal de un conjunto es 2 n , así se
calcula el cardinal de un conjunto. Es el número de subjconjuntos del conjunto,
que incluye el conjunto vacío. Entonces si tenemos el conjunto de un
elemento, el cardinal también es 2 n El problema se presenta con el conjunto
universal, {U} ¿cómo sería el cardinal? 2 u?
Es una de las paradojas de teoría de conjuntos.

“La simple connotación por (+) y (-) de una serie que juegue sobre la sola
alternativa fundamental de la presencia de la ausencia permite demostrar cómo
las más estrictas determinaciones simbólicas se acomodan a una sucesión de
tiradas cuya realidad se reparte estrictamente ‘al azar’

un pequeño ejercicio sobre eso para que veamos alguno de los problemas.
Saben que “azar” viene de “azahar”, ¿se acuerdan del Ludo-Matic? Había un
dado que tenía una flor en uno de los lados, el azahar, que indicaba una de las
seis caras del dado.
Supongan que yo esté trabajando con dos signos – ( - -) y que esté trabajando
con algo cuyas chances sean dos. Por ejemplo, la tirada de una moneda, que
yo establezco “cara o ceca”, como + y – para ir anotando los registros. Lo
primero que no hay que olvidarse es que ya en esa misma experiencia, lo que
yo voy a empezar a producir como un trabajo al azar no implica el registro de la
mera ocurrencia de lo que al nivel de un real -ingenuamente planteado- nos
pueda presentar. Voy a lo siguiente: si agarramos una moneda y la tiramos al
aire... yo cuando era chico jugaba y la moneda caía al piso, pero podía ser que
se cayera a la alcantarilla o que cayera de canto entre dos adoquines. ¿Qué
pasaba ahí? ¿Qué pasaba si caía de canto? “No vale, va de vuelta”. ¿Cómo
“va de vuelta”, si es un resultado que apareció? Con lo cual, observen que
cuando se dice que es un cálculo probabilístico, no pierdan de vista que ya hay
un sistema operando antes, que solamente admite como válidos algunos
resultados, otros no. Es un problema de la teoría ingenua del acontecimiento,
porque es el sistema mismo el que permite decir que un acontecimiento tenga
el valor de acontecimiento único. Es el sistema el que establece cómo son
leídos los acontecimientos mismos, los sucesos. Hay sucesos que no se
cuentan. Establecido esto, que ustedes no registran lo real, sino que ya ese
real ya está atravesado por el problema de lo simbólico, y es lo simbólico lo que
dice que solamente dos resultados van a aceptarse; si uno se pregunta –y esto
es clave, porque Lacan dice que es la pregunta lo que registra la entrada del
sujeto en lo real, o sea, no hay para nosotros relación sujeto-real si no hay
pregunta- y la pregunta en este caso es ¿qué chances tengo de obtener un (+)
o un (-)? Si yo tengo una tirada, las chances son del 50%. Si yo me pregunto
qué chances tengo de obtener dos caras consecutivas, observen que he
duplicado los casos y ya estoy ejerciendo la memoria, solamente con
preguntarme, las chances han bajado a la mitad. Vean que esta pérdida es
una pérdida que yo la veo provenir de lo real, pero es una pérdida a causa de
mi maniobra sobre lo real. No es el real puro el que introduce pérdida.

+ ++ +++
- +- ++ -
-- +--
50% -+ +-+
pérdida 25% ---
--+
- ++
-+-
12,5%

Si yo me pregunto qué chances tengo de tener tres + consecutivos, es 1/8 y se


me vuelve a reducir a la mitad. O sea, observen que ni bien empiezo a ejercer
yo una función de la índole de una función subjetiva tal como introducir una
pregunta en lo real, por el mero hecho de haber introducido una pregunta en lo
real, se produce una merma en lo real. Pero estas mermas que nosotros
tenemos registradas en lo real -las chances se reducen a la mitad- es a
consecuencia de que yo estoy aplicando estrictamente algo de un orden
simbólico, no sólo porque esto ya es simbólico –ya se los expliqué, la moneda
que se cae de canto o se va por la alcantarilla no vale, va de vuelta- no es lo
real lo que estoy registrando, lo que estoy registrando son aquellos sucesos de
lo real que mi orden simbólico me permite inscribir. De hecho, podría haber
entre nosotros acontecimientos que no son registrados hoy como
acontecimientos. Por ejemplo: “Las cuatro estaciones” de Vivaldi, en época de
Vivaldi fueron un fracaso total, y el tipo murió en el fracaso total. Luego se
convirtieron en cuatro músicas maravillosas. Pero ese “acontecimiento
musical” sucedió 50 años después de que esa música fuera escuchada por la
gente. ¿Cuándo sucede el acontecimiento? ¿Ven el problema de la Shoah?
¿Es un acontecimiento de lo real que el orden simbólico no es capaz de digerir,
es pulsión de muerte, es un genocidio? Yo no estoy tan convencido. Pudo
haber sucedido en el siglo IV antes de Cristo un genocidio de magnitudes
similares –el intento de pasar por las armas a una población entera- y quizás
no se lo leyó como una shoah ni como nada significativo. ¿Entienden? Pudo
haberse leído como que un ejército ganó a otro, un pueblo tomó una ciudad, los
mató a todos y chau. Sodoma y Gomorra, ¿fue un acontecimiento? No
depende del hecho real en sí mismo, no depende de la cantidad de muertos.
¿Entienden que es una ingenuidad decir que la Shoah fue un acontecimiento,
en sí, porque escapa al orden simbólico? Escapa al orden simbólico en la
medida en que el orden simbólico dice cuáles son los elementos que van a ser
considerados normales y cuáles son los elementos que se van a considerar
anormales. No es un hecho de fenómenos en sí.

Párrafo siguiente:

“Basta en efecto simbolizar en la diacronía de una serie tal los grupos de tres
que se concluyen a cada tirada definiéndolos sincrónicamente por ejemplo por
la simetría d la constancia (+++,---) anotada con (1) o de la alternancia (+-+, -+-
) anotada con (3), reservando la notación (2) a la disimetría revelada por el
impar bajo la forma del grupo de dos signos semejantes indiferentemente
precedidos o seguidos del signo contrario (+--, -++, ++-, --+),

Aquí hay un problema que yo quiero acentuar muchísimo:

“Basta en efecto simbolizar en la diacronía de una serie tal los grupos de tres
que se concluyen a cada tirada definiéndolos sincrónicamente...
Acá entra a jugar el problema de la diacronía y de la sincronía. No sé si
ustedes conocen que Lacan siempre que trabajó –salvo en el Seminario 1 y 2
que no lo distingue- siempre Lacan distinguió sincronía de simultaneidad. El
asunto es saber qué quiere decir con esa distinción. Si ustedes buscan en el
diccionario, una búsqueda rápida, lo dan como sinónimos. En griego, sin es
con. El problema es que sincronía es un neologismo, diacronía y sincronía
tienen un valor neológico para Saussure. O sea, simultáneos son dos sucesos
sucedidos en el mismo momento de la secuencia temporal, cronológicamente
coincidentes, a la misma hora, de tal mes, de tal año, eso es simultáneo, que
coinciden en el tiempo. Sincrónico tiene una definición lingüística, que es:
conjunto de los hechos lingüísticos considerados como formando un sistema en
un momento determinado de la evolución de una lengua. O sea, sincrónico
implica algo que es exclusivamente aplicable al problema de las lenguas, que
es: conjunto –acá no en el sentido matemático- de los hechos lingüísticos
tomados como formando un sistema en un momento determinado.
El problema es que siempre a los sujetos humanos, al menos en nuestra
cultura, lo diacrónico nos resulta mucho más evidente que lo sincrónico.
Se los leo de una cita de Lacan:

Comentario inaudible.

A.E.: simultaneidad es para fenómenos en relación al tiempo cronológico. La


sincronía es exclusivamente para la lingüística, no se lo puede aplicar a
fenómenos. O sea, no se puede decir que Perón y el gobierno nazi alemán
fueron sincrónicos. Porque es solo para hechos lingüísticos. En el diccionario
se superpone mucho el significado de sincronía y simultaneidad. En una
acepción, ambos términos son sinónimos. Pero hay una acepción para
sincronía y diacronía que depende del surgimiento de la lingüística moderna
saussuriana. De hecho, diacronía es un neologismo saussuriano.
¿Qué es la sincronía? Conjunto de hechos lingüísticos considerados como
formando sistema en un momento determinado de la evolución de una lengua.
Que tiene que ver con el tiempo, sí, tiene que ver. Pero sincronía no significa
que reina y rey son dos palabras que aparecieron simultáneamente a fines del
siglo IX de nuestra era. Eso sería simultáneo. La aparición de dos palabras el
mismo día, el mismo mes, en dos textos distintos, sería simultánea. Sincrónico
es que en determinado momento se considera a la lengua como un sistema.
Por eso yo decía que a la lengua no le conviene la lógica del conjunto. Porque
el conjunto no considera a los elementos que participan del conjunto como
participando de un sistema. O sea, lo que se considera es que si hiciésemos
un corte en cualquier momento determinado, si nosotros suponemos que el
español hace sistema, esa perspectiva del español es sincrónica. No importa
qué día, qué año, qué siglo, sino que en un momento determinado –ese
momento es x- que no se correlaciona con ningún otro momento simultáneo a
ese, sino que si hacés un corte temporal -uno solo- el suponer que la lengua
hace sistema, es un corte sincrónico. Ahora, suponer que haya un sistema, es
lo más oscuro del lenguaje. Lo más evidente del lenguaje es: primero un
término, después otro término, luego otro, y luego otro. Lo más difícil de
suponer es que esto se verifica, que forme parte de un sistema, el sistema
siempre está oculto. La secuencia es intuitivamente verificable, es muy fácil
decir un término, luego otro y luego otro. Eso es muy fácil decir, parece obvio y
evidente. Ahora, que todos los términos de la lengua constituyen un sistema,
que actúan todos ellos entre sí, todo el tiempo, es lo más oscuro. Miren cómo
lo dice Lacan en Subversión del sujeto:

“Pero la estructura sincrónica está más escondida y es lleva la que nos lleva al
origen...

¿escucharon que es la que está más escondida? Viene la estructura diacrónica


y luego la sincrónica. Para Saussure están las dos, pero Lacan presenta algo
que es muy clínico y es decir que la sincrónica está más escondida. Es más
escondida para quien habla y para quien escucha.

Comentario inaudible

A.E.: lo que estoy diciendo es que el elemento que estoy acentuando, participa
de un sistema. Que el español es como un reloj, para trabajar con las
metáforas del comienzo de estas reuniones. El español es un aparato que
funciona. Y que cada parte tiene un lugar específico dentro del aparato y que
sin esa parte el aparato no funcionaría. Hoy, satisfacción e insatisfacción, no
los entenderíamos como los entendemos ni los viviríamos como los vivimos, si
no tuviésemos el término pasión connotado con la pasión de Cristo en nuestra
cultura judeocristiana. O sea, lo que placer y displacer quieren decir, lo pueden
llegar a decir porque participan de un sistema donde no es evidente pero están
articuladas y determinadas mutuamente por el término pasión. Antes de la
entrada de la pasión de Cristo al orden simbólico, satisfacción e insatisfacción
tenían otra connotación. Por ejemplo, la satisfacción no era pecaminosa.
Pavada de diferencia. Nadie hubiese ido al analista antes de Cristo, por
masturbarse. Porque tocársela era lo más normal del mundo. Pero a partir de
la pasión de Cristo, obtener satisfacción del cuerpo por fuera del sistema de
producción de almas cristianas, es un pecado. ¿Por qué tanta culpa con la
masturbación? La masturbación despierta culpa en nuestra cultura. Es muy
notable y muy evidente cómo funciona la masturbación en la esquizofrenia.
Los esquizofrénicos se masturban en mitad de una asamblea, delante de
todos. Esa ausencia de pudor es muy notable. Porque para nosotros, la
satisfacción personal autoprocurada está muy mal vista. ¿Por qué está mal
vista? Porque la satisfacción participa de un sistema y ese sistema para
nosotros es lo menos evidente. Lo más evidente es que después de decir “la”,
digo “vaca”, porque si después de “la”, digo “toro”, no va. Ahí la legalidad se
impone, pero que haya un sistema es lo más oscuro.

Vamos a trabajar el sistema que escribió Lacan. Lacan propone hacer una
maniobra que significa tomar sincrónicamente tres elementos sucesivos.
¿Entienden lo que eso quiere decir? Hacer de tres elementos aparecidos uno
luego del otro, un sistema. Y a este sistema: (+--) lo va a llamar 2.
Les intercalé un renglón15 para mayor claridad del sistema, y el sistema que
estamos utilizando ahora es dual, ¿por qué? Porque este sistema se clasifica
así, miren: este sistema, que se llama 1, es una simetría constante, y es
cuando los tres términos son iguales. Hay otro caso que también es simetría,

15
el renglón con D y S
que es cuando es capicúa (los signos de los extremos son iguales) y se llama
3. Son dos casos de capicúa: el que se llama 1 es cuando el término
intermedio es igual que el de los extremos, entonces tanto el caso 1 como el
caso 3, son casos de S, simetría. Si pusiésemos en la mitad de estos tríos un
espejo, obtendríamos los mismos resultados. Entonces tenemos dos casos de
simetría, capicúa constante (1) y capicúa no constante (3). Otra cosa más:
vamos a tener una convención de escritura y es que al trío de elementos le
vamos a poner el nombre que le corresponde debajo del tercer elemento.
Este trío: + - -, no es capicúa, entonces es un caso de disimetría (D) y lo
vamos a llamar 2. Entonces, ¿cómo tomamos los tríos? Vamos avanzando
hacia la derecha, abandonamos el primer elemento de la izquierda y
agregamos uno hacia la derecha. Es exhaustivo. Y hago todos los tríos que
soy capaz de hacer. ¿Cómo? Abandono el primero y tomo el segundo, el
segundo trío, si dejo el primer + e incorporo el siguiente + me queda (--+) ¿es
capicúa? No, es una disimetría (D) de vuelta (en la segunda tabla, marcado en
verde flúo).

Sistema 2 Sistema 1 Sistema 3


Disimetría Simetría constante Simetría no constante

... + - - + + - - - + - - - + + - - + - - - - - ...
... 2 3 2 2 2 2 2 1 2 3 2 1 2 2 2 2 2 3 2 1 1 1 ...
... D S D D D D D S D S D S D D D D D S D S S S ...

Armo nuevos tríos (avanzando de a uno hacia la derecha)

... + - - + + - - - + - - - + + - - + - - - - - ...
... 2 3 2 2 2 2 2 1 2 3 2 1 2 2 2 2 2 3 2 1 1 1 ...
... D S D D D D D S D S D S D D D D D S D S S S ...

¿Ven cómo procedo? Corriendo de a uno para mantener los tríos. A cada trío
lo considero sincrónicamente. Como participando de un sistema para el cual la
emergencia de los sucesos en distintos momentos no me altera la calidad del
sistema. ¿Entienden? Yo digo una palabra hoy y digo una palabra mañana.
El hecho de que yo la diga mañana, no significa que esa palabra no constituya
sincrónicamente un sistema con la que dije ayer. Pero ese sistema sincrónico
no es simultáneo: porque los dos términos fueron pronunciados en días
distintos. Esto es muy interesante para pensar el material que aparece en las
sesiones, si se les puede aplicar –sí o no- una lógica sistemática a elementos
aparecidos. No es un elemento nuevo advenido después, no es un
acontecimiento. Es como si estuviesen presentando los engranajes de un reloj
mecánico, pieza por pieza, uno, otro, otro, pero a pesar de que vayan
apareciendo uno por uno, todo funciona constituyendo sincrónicamente un
sistema, una máquina.
Vayamos al primer caso de 1 (ver primera tabla, resaltado en fucsia), es una
simetría constante, es decir que arriba del 1 tengo que tener tres elementos
iguales hacia la izquierda. Es (---). El caso siguiente, si yo abandono este – y
tomo el + de la derecha, (ver segunda tabla, resaltado en rojo), ahora ya no es
capicúa, porque es (--+) entonces se llama 2. ¿Estamos hasta aquí?
Siguiente paso: dejo este – y tomo el siguiente -, estoy con este trío ahora (-+-)
entonces es un 3 porque el término del medio es distinto del de los extremos
(que son iguales) pero a pesar de ser un 3, también se llama simetría, es
simetría no constante. No pierdan de vista que estamos encabalgando
sistemas de 2 y de 3 elementos simultáneamente, o sea, trabajamos con 1,2, y
3 y con D y S.

La cantidad de casos: la cantidad de casos que puede haber de simetrías son


dos constantes y dos no constantes. La cantidad de disimetrías son cuatro.

(+++),(---) = Simetría constante (1)


(+-+),(-+-) = Simetría no constante (3)

(++-),(+--),(--+),(-++) = Disimetrías (impar, odd) (2)

En el texto de La Carta Robada, para esta disimetría, Lacan la va a llamar


impar y el término que va a utilizar es un equivalente a “odd” en inglés. Que
lamentablemente el francés no tiene un equivalente a odd, que es impar, raro,
asimétrico, sorprendente.
Es decir, que los casos que nosotros vamos a trabajar como sorprendentes,
son los casos de disimetría. O sea, cuando los términos ni comienzan ni
terminan iguales.

“Basta en efecto simbolizar en la diacronía de una serie tal los grupos de tres
que se concluyen a cada tirada definiéndolos sincrónicamente por ejemplo por
la simetría de la constancia (+++,---) anotada con (1) o de la alternancia (+-+, -
+-) anotada con (3), reservando la notación (2) a la disimetría revelada por el
impar bajo la forma del grupo de dos signos semejantes indiferentemente
precedidos o seguidos del signo contrario (+--, -++, ++-, --+), para que
aparezcan, en la nueva serie constituida por estas notaciones, posibilidades e
imposibilidades de sucesión que la red siguiente resume al mismo tiempo que
manifiesta la simetría concéntrica de que la tríada está preñada-

Para que aparezcan basta con haber pasado de este sistema a este sistema,
para anotar los resultados de un sistema en otro sistema (de +- a DS), basta
que yo pase a escribir los resultados de un sistema en otro sistema, para que
empiecen a aparecer posibilidades e imposibilidades de sucesión que la red
siguiente resume. O sea, que Lacan está proponiendo que la posibilidad y la
imposibilidad es introducida en lo real, en este caso por la transcripción de un
sistema dual en un sistema triádico.

No sé por qué Lacan llama “red” a esto que es un grafo orientado:


2 (par)

1 3

2 (impar)

Entonces Lacan dice así, en la siguiente red. Si nosotros partimos de un 1, o


sea es partir del siguiente trío (+++), el signo siguiente será o un + o un -, y los
nuevos tríos formados serán o (+++), que es un 1; o (++-) que es un 2.

+1
+++
1 - 2

Volcado en el grafo (red) quiere decir que partiendo del 1 sólo se puede ir o a
un 2 o al 1. Si estoy en el 2 (par) sólo puedo ir al 3, al otro 2 (impar).
Pero si estoy en el 1, no puedo ir al 3. ¿Vamos a verlo?

+++-+
2 3
1

Es imposible pasar directamente de un trío 1 a un trío 3, porque


necesariamente, de un trío 1 pasaré a otro 1 ó a un 2.

+++ imposible +-+


1 3

para pasar de 1 a 3, tengo que pasar necesariamente por 2: ++-

En un sistema de tres elementos empiezan a aparecer posibilidades e


imposibilidades.
---Fin de la grabación---
Versión no corregida por el autor.
Desgrabación: Mariana Gomila.
Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 5 – 02-06-06

Alfredo Eidelsztein: quiero avisarles que el 30 de junio (no la próxima sino la


siguiente) va a tomar el espacio de la reunión María Inés Sallairet, quien va a
presentar el desarrollo del punto 3 del programa, bajo el título de “Los
esquemas freudianos”.
El tema de la reunión de hoy será la continuación del desarrollo punto por
punto de todas estas formalizaciones que Lacan presenta en La Carta Robada,
y lo voy a hacer bajo el título de “lo real no es el cuerpo” o, para recoger en lo
que podría ser el título de esta reunión lo que venimos trabajando y discutiendo
bastante entre nosotros en los últimos encuentros: hay real sin cuerpo.
Y justamente, una de las dimensiones donde Lacan lo desarrolla con mayor
pureza, o sea, sin la entrada en absoluto de la dimensión del cuerpo biológico
tridimensional, es en estos desarrollos de La Carta Robada.
Algunos datos de contexto: el primero es este libro, que me imagino que
muchos de ustedes ya deben conocer, porque está saliendo una nueva edición
de publicaciones de Lacan, la colección se llama “Cómo hacer para enseñar”, y
que yo sepa ya hay dos libros que han salido. Éste se llama Jacques Lacan
Des Noms-du-Père16 y está firmado Emile Lacan, es muy simpático, porque se
ve que Lacan –como Freud- también al menos en alguna época de su vida hizo
alguna maniobra con su nombre.
Ahora, la pregunta es: este libro, ¿por qué se llama Des Noms-du-Père? La
colección es dirigida por Jacques-Alain Miller Es increíble que se llame así,
porque el contenido del libro son dos materiales de Lacan: la primera y única
clase del seminario sobre Los nombres del padre, que tiene una extensión de
cuarenta páginas; y la conferencia “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”, que
tiene una extensión de sesenta páginas. La conferencia “Lo simbólico, lo
imaginario y lo real” es la primera comunicación científica –Lacan la llama así,
científica- de la nueva sociedad producida por la escisión de 1953, en la
Sociedad Psicoanalítica de París. Ahora, ¿por qué este libro no se llama “Lo
simbólico, lo imaginario y lo real, y Los nombres del padre”? ¿Por qué lleva por
título solamente el segundo texto? Uno podría decir: “bueno, porque los
nombres del padre es muy importante por la suspensión del dictado del
seminario, y la idea de que haya nombres del padre...”. Pero ¿alguno de
ustedes consideraría que en la enseñanza de Lacan lo imaginario y lo real sean
menos importantes? Más aún: hay un hecho sorprendente y es que la
conferencia, la comunicación científica, “Lo simbólico, lo imaginario y lo real” es
una conferencia de 1953 que quedó inédita en francés hasta el año 2005. ¡52
años! ¿No les llama la atención que “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”, una
conferencia desgrabada –no es que el material no se conseguía o estuviera
perdido- no, es la primera comunicación de la Sociedad y estaba en los
archivos de la Sociedad... ¿no les llama la atención que durante 52 años no
haya sido publicada en francés? Y que yo sepa todavía no hay traducción de
este libro al español...

Comentario: sí ya está traducido y publicado.

16
Edición en castellano: Lacan, J. (2005) De los nombres del padre, Buenos Aires: Paidós.
A.E.: ah, ¿y en qué año salió? ¿2005? O sea, también en español tiene 52
años de demora... ¿no les llama la atención? Es como si La interpretación de
los sueños se hubiera publicado en 1953... ¿no les llama la atención? A mí
me llama poderosamente la atención. Ahora, me parece que estas cosas
tienen intención, tienen una clara intención: me parece que es un intento de
dejar medianamente reprimido lo simbólico, lo imaginario y lo real. Si uno ve la
tapa del libro en la vidriera, y si le interesa los nombres del padre lo compra, si
no, no. ¿Cómo poder saber lo que contiene el libro si el título sólo menciona
una parte?
No sé si alguno leyó esta conferencia de Lacan, -“Lo simbólico, lo imaginario y
lo real”- que circulaba bajo el formato de fotocopias. A mí me parece que hay
dos motivos por los cuales se reprimió esta conferencia de Lacan y para mí
tienen que ver con dos párrafos de esta conferencia: uno donde Lacan dice:

“No puede ser de otra manera, ya que si el psicoanálisis es humanamente


válido, no puede ser sino circular, y un análisis puede realizar el ciclo muchas
veces.”17

¿se acuerdan que Lacan hace un recorrido de letras, rS – rI – iI – iS...?


Con todo el recorrido de un análisis, que así como empieza se termina. Lacan
dice que un análisis es hacer varias veces el ciclo.

Y el otro párrafo que está reprimido es en la página siguiente, y es cuando


Lacan dice:

“Esto parte de la idea de que todo lo real es racional e inversamente”. 18

Saben que es una frase del prólogo de Hegel de los Principios de la Filosofía
del Derecho, donde dice que lo que es racional es real y lo que es real es
racional.
En la Conferencia de Caracas, en 1980, cuando Lacan estaba muy enfermo,
con un cáncer muy avanzado y muchos problemas neurológicos, él mismo
sabía que no tenía cuerda para mucho más- recordarán que él allí, en esa
conferencia –que se la llamó “seminario”, pero que fue una conferencia- dijo
que Freud nos había dejado sus tres y que él nos dejaba sus tres: simbólico,
imaginario y real.
Me parece que, justamente, hay una maniobra sobre simbólico, imaginario y
real, porque lo que establece es... Ustedes saben que Lacan tenía un
seminario en su casa, en su consultorio, dos años antes de 1953, donde
trabajó Lobos y Dora, con un pequeño grupo de estudio. Luego se funda la
Sociedad y empieza Lacan a designar a su seminario 3 –que es el primero que
dicta desde la disolución y la fundación de la nueva Sociedad- lo dicta
designándolo como “seminario 1”. No sólo está el problema de si el Seminario
de los nombres del padre debiera ser ubicado como 11 o no, sino que además
17
Párrafo traducido directamente de la edición francesa. En la edición castellana de Paidós:
pág. 49 al pie.
18
Párrafo traducido directamente de la edición francesa. En la edición castellana de Paidós:
pág. 51, primer párrafo.
Lacan cuenta como primero al tercero de sus seminarios. Hay dos seminarios
anteriores al Seminario 1. Pero si Lacan ubica en 1953 el comienzo de su
enseñanza –que me parece que tanto Función y campo... como el “Discurso de
Roma”, que no son lo mismo aunque durante muchos años se los sostuvo
como sinónimos, se creía que lo que Lacan dijo en Roma (el discurso) era
Función y campo... y no es así, ahora ya está publicado el “Discurso de Roma”
que es lo que Lacan dijo en Roma y no es lo mismo que lo que está publicado
como Función y campo...; pero si Lacan produjo el ”Discurso de Roma”, que lo
preanuncia en “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”; es porque me parece que
Lacan en el año 1953 está marcando el comienzo de su enseñanza.
Recordarán que en el ’57 escribió esa sigla que solamente a Tomás Segovia le
dijo lo que quería decir, y era “Lamentablemente comencé muy tarde”.
Y efectivamente, para un intelectual, los 53 años no es el mejor momento para
empezar. Me parece que este texto, “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”, que
quedó 52 años reprimido, ahora es publicado solapadamente, reprimidamente,
porque lo que Lacan consideró primero, en 1953, es la producción de
simbólico, imaginario y real; y en 1980, en lo que fue llamado el Seminario de
Caracas, Lacan dijo que lo que él nos dejaba era simbólico, imaginario y real,
siendo que Freud dejó otros tres. ¿Ven que produce un círculo? Porque si el
punto de arranque de Lacan fue S,I,R, 30 años después vuelve al mismo punto.
¿Entienden cuál es el problema? Que esto ataca la lógica de que el “último
Lacan” sea un punto de arribo superador de todo lo anterior.
Más aún: en esta conferencia de Lacan, lo que se afirma es que el análisis
tampoco progresa linealmente, ya que hay que producir varios ciclos.

El segundo comentario es sobre un libro de cuya existencia me enteré muy


tardíamente, de P. Lacue-Labart y Jean-Luc Nancy, autores que trabajé mucho
el año pasado, discípulos de Derrida, muy vinculados a Lacan. Este libro se
llama El Mito Nazi, y lo que ellos proponen aquí es entender el nazismo no
como una degeneración patológica en Occidente, sino como el desarrollo de
una tendencia propia de Occidente; no todo Occidente es el nazismo, pero el
nazismo expresó cierta cuestión de Occidente en su punto más desarrollado.
¿Cuál es ese punto de Occidente que estos dos filósofos –muy estudiosos del
problema- plantean? Ellos dicen que fundamentalmente el nazismo se
caracterizó por un mito, y recomiendan leer El Mito del Siglo XX de Alfred
Rosenberg, libro que voy a recibir la semana próxima y si llego a tiempo haré
algún comentario la reunión que viene. Lo que dice Rosenberg es que no se
trata de retomar el mito de Odin, no. El libro no se consigue en castellano. Es
el sustrato ideológico del nazismo, junto con Mi lucha de Hitler. Rosenberg fue
colgado en Nuremberg, porque dirigió campos de concentración y exterminio,
no fue sólo teórico, también practicó, y por ello fue condenado.
Lo que plantea Rosenberg es que en Occidente hace falta un mito, no importa
cuál, hace falta producir un mito y dice que el nazismo es el mito del Siglo XX.
Pero no importa el contenido sino que hace falta un mito. Un mito ¿para qué?
Y es muy interesante para nosotros: para fundar la identidad. Dado que en
Occidente, por el desarrollo de nuestra cultura, se ha perdido la identidad, lo
que significó el nazismo es la búsqueda de la identidad. No son fáciles de leer,
porque son filósofos, pero se pueden leer. Lo que ellos aclaran bien es que no
se trata de tal identidad, como por ejemplo la identidad varonil o la identidad
femenina, o la identidad del pueblo superior o de la raza aria; sino que se trata
de la identidad. O sea, que es requerido un mito para que se pueda fundar una
identidad. Para que se pueda fundar que algo es idéntico a algo.
¿Cuál fue la forma nazi de lograr la identidad? El mito nazi funda la identidad
en el cuerpo. Había ya una tendencia que podría haber sido entendida como
nacional-socialista (en tanto adjetivo) en Alemania, que fue un intento de
proyecto de “Alemania sobre todo”, que fue el proyecto de hacer de Alemania
algo que estuviera por encima de todo. Hubo un proyecto anterior al nazi y que
fue el intento de hacerlo con la lengua alemana. Hacer de la lengua alemana la
lengua más sublime, la lengua de las ciencias, la lengua de la filosofía.
En el mito nazi -que se funda en un punto de identidad- esa identidad es la
sangre, el cuerpo. Entonces, lo que proponen estos autores es que se produjo
en el nazismo la sustitución del alma por la sangre. Y los ejemplos que dan
son las expresiones, por ejemplo, saben que los nazis designaban a los judíos
como “cucaracha, rata”, animales de mala prensa. Pero ellos eligen otra
expresión muy usada en los campos que es “infección”. “Lleven a la cámara de
gas a esta infección”. ¿Ven cómo se ha desplazado todo hacia un real del
cuerpo biológico?
Y un paso más, muy interesante para pensar el momento actual del
psicoanálisis. Dicen que el complemento de este mito de la identidad fundada
en el cuerpo biológico -la sangre, la pureza racial, la raza- los complementos
son la poesía y la música. Si quieren, Holderling y Wagner. ¿Por qué? Porque
para el nazismo, esto era hecho contra el logos, contra la racionalidad. O sea,
el nazismo es anti-filosófico por excelencia, y jamás se aceptó que el nazismo
se apoyara sobre bases ideativas. No son las ideas, no es un cuerpo de ideas
lo que sostiene el nazismo. El nazismo es la expresión de identidad de un
pueblo superior, cuya identidad radica en la sangre. Y lo que acompaña al
proyecto es la música y la poesía. Quizás nos explique a nosotros por qué
tanta importancia de la música y la poesía. Una pregunta muy dura de Primo
Levi era cómo podía ser que durante el día asesinaran y cremaran cadáveres
en los campos, y a la noche fueran a escuchar Wagner. Porque no hay nada
más articulado al exterminio nazi que ir a escuchar Wagner a la noche: porque
no es un problema de ideas, es un problema de cuerpos. Y si hay infección,
hay que destruir la infección. Es fuerte, es un argumento muy interesante.

Al final del libro –que es una conferencia de treinta páginas- Nancy y Lacue-
Labart hicieron un pequeño agregado explicando por qué no tomaron como eje
de explicación del nazismo al antisemitismo. Porque acá el antisemitismo está
como una consecuencia de un movimiento, no como el origen explicativo del
movimiento. Esta conferencia ellos la dieron en una reunión científica para
entender el fenómeno del nazismo, convocada por un grupo de rabinos, y no
cayó muy bien que no se hiciese eje en el antisemitismo, y que quedara como
un elemento ejemplificador del movimiento.

Mariano: de todas maneras, ¿no hay una interpretación de la música de


Wagner como eminentemente nazi? (inaudible) un texto de Nietszche
(inaudible) sobre la vida de Wagner...

A.E.: sí, sí. Lo que digo es veamos dónde se cocinó una corriente muy fuerte,
anti-racional, que se sostenía en “no es sin el cuerpo”. Digo: no somos
nosotros, no somos los primeros, se nota que lo que estamos discutiendo aquí
entre nosotros, humildemente, a puertas cerradas, es algo que es propio a
cierta problemática de Occidente, ellos retoman –como les había propuesto a
ustedes- la oposición entre lo dionisíaco y lo apolíneo. Entre el goce y la
racionalidad. Que es una discusión occidental. Cuando se dice “no todo es
simbólico, el límite de lo simbólico, no todo se puede decir, etc.”, cuando se
acentúa tanto eso, no se crean que es lacanismo. Es un movimiento
ideológico característico de una de las grandes posiciones que tipifican al
Occidente de los últimos 200 años. No perdamos de vista que estamos
metiéndonos en una discusión mayor, que nosotros creemos que es interna al
psicoanálisis –si el inconsciente o el goce- pero es una discusión mayor que
atraviesa todo el problema de Occidente.

Un paso más: preparé una lista, a ver cómo la escuchan. Dice así:

 Anorexia (que hay desde Freud, pero me refiero a la epidemia de anorexia


de hace 8 ó 10 años)
 Bulimia
 Tatuajes
 Piercing
 Adicciones (alcohol, cigarrillo, drogas)
 Operaciones estéticas
 Pandemia de obesidad (hay una pandemia de obesidad en niños)
 Pandemia de dolor crónico (que inaugura la clínica del dolor)
 Uso de medicamentos -psicofármacos y analgésicos- en constante aumento
(tanto por personas como por cantidad de medicamentos, como por
volumen de la dosis)
 Racismo, nazismo (sangre en lugar del lenguaje, o raza en lugar del alma)

¿Conocen el desarrollo del movimiento nazi norteamericano, no? ¿Saben que


hay ahora un grupo nazi norteamericano recorriendo la frontera? Son
autogestivos, para matar chicanos. ¿Sabían? Son grupos muy numerosos que
tienen al Estado como enemigo. No sé si saben que estos grupos se llaman
“supremacistas”, por la supremacía de la raza aria y que están asociados a la
Sociedad del Rifle.

 Valor y preponderancia del padre o el hijo biológico sobre el adoptivo (hoy


más que nunca, el padre biológico tiene más valor que el adoptivo)

Otra cosa más que quería comentarles en la misma serie: los grupos de
gordos anónimos, alcohólicos anónimos, narcóticos anónimos. ¿Quiénes los
dirigen? Ex-alcohólicos, ex-gordos. ¿por qué no psicoanalistas? Porque ellos
ya tuvieron la experiencia corporal de haberlo atravesado. Con lo cual, lo que
quería presentarles era una mínima serie hecha a las apuradas, que muestra
que no solamente la oposición de razón-cuerpo o raza-alma, o sangre-
lenguaje, caracteriza a movimientos tales como el suprematismo yanqui, sino
que además están incidiendo de manera muy notable en el padecer con cual
que nosotros nos vinculamos, o sea, la ideología que reina en Occidente de “no
es sin el cuerpo” hace que lo que podría haber sido vivido hace 30 años -como
oferta de la sociedad- como tristeza, hoy sea vivido como ataque de pánico.
Porque para la misma persona, su tristeza no tiene todo el estatuto que justifica
como signo, señal y significante de su padecer hacia los otros si no toma su
cuerpo. Si yo llamara a mi jefe para decirle que no voy a trabajar porque estoy
triste... me mata. Pero si le dijera que estoy totalmente contracturado, no
habría problema, estaría justificado. ¿No?
El “no es sin el cuerpo” le da una dimensión a la cosa que empieza a tener para
todos nosotros el estatuto de convicción.

Algo más: el concepto se designa por una palabra. Hay un punto de contacto
que Freud estableció entre la ciencia y la psicosis, que Lacan retoma, que es
que muchas veces, para dar cuenta de un descubrimiento en una ciencia, el
científico no tiene en el stock de palabras una mediante la cual escribir esa
diferencia y por eso es muy común en la psicosis y en la ciencia el hallazgo de
neologismos. Por ejemplo “psicoanálisis”. Freud inventó algo que no existía
antes y decidió inventar una palabra nueva. El problema es que no hubiera
utilizado una palabra nueva para inconsciente. Eso nos dejó una hipoteca
enorme. Pero como Freud le da a la palabra “inconsciente” en alemán, el valor
de concepto, eso quiere decir que en su uso en la teoría freudiana, todos nos
vemos obligados a suspender sus significados establecidos en la lengua. O
sea, si uno quiere saber qué valor tiene el concepto freudiano de inconsciente,
no puede ir al diccionario alemán a buscar las acepciones que tiene
“inconsciente” en alemán; porque el tomarlo por concepto indica –esa es la
posición científica- que no deben tomarse en cuenta los significados. Porque
una palabra vale como concepto cuando ha roto todos los nexos a los
significados que tiene en la lengua. No es así con el significante en la práctica
analítica. Con el significante en la práctica analítica, lo que nosotros decimos
es que la palabra pierde sus valores de diccionario, pero ganan valor por su
posición en la cadena significante. En la ciencia, cada concepto vale por el
sistema de relaciones que mantiene con los otros conceptos de la ciencia. Es
por eso que Lacan da un seminario sobre los cuatro conceptos. O sea, no se
podría dar un seminario sobre un concepto, es contradictorio, porque un
concepto sólo existe como tal en el sistema de relaciones con otros términos
considerados de la misma manera, o sea, como conceptos.
De lo que estoy hablando es de conceptografía. Lacan tomó clases de
conceptografía. Y de hecho el libro de Frege se traduce como “La
conceptografía”.
Esa es la posición científica que se debe tener respecto de un concepto. Por
ejemplo, si para ustedes lo que está sucediendo en la Universidad de Buenos
Aires es grave, cuando estudien gravedad tendrán que hacer caso omiso de
esa acepción de grave. Es evidente: cuando estudiamos gravedad en Física
implica que dejemos de lado esa acepción. Pero no siempre es evidente que lo
podamos hacer. Eso no significa que asumamos siempre esa posición
científica. Eso no significa que no se nos cuelen dentro del concepto los
significados que las palabras –tomadas como concepto- tienen en la lengua
natural de la que fueron tomadas.
Hice un parangón con el diccionario de la Real Academia Española y el de
María Moliner, y el Grand Robert y el diccionario enciclopédico en francés
sobre qué significan “simbólico, imaginario y real”. Para las tres palabras, la
primera acepción –tanto en español como en francés- es la misma. Me parece
que conviene que las escuchemos.
Imaginario: que sólo existe en la imaginación. En francés es lo mismo.
Simbólico: representación sensorialmente perceptible de una realidad en virtud
de rasgos que se asocian con ésta por una convención socialmente aceptada.
En francés: que siendo real, no tiene eficacia o valor en sí, sino que es el signo
de otra cosa (es el valor de convención que está en español).

Real: que tiene existencia verdadera y efectiva. En francés: que existe


efectivamente.

O sea, se dan cuenta que si no hacemos un trabajo conceptual, aunque


nosotros trabajemos conociendo que Lacan se encontró con el nudo borromeo
y se enamoró a primera vista y de ahí no lo soltó más en los últimos diez años
de su enseñanza; si no hacemos un trabajo conceptual, inexorablemente lo real
va a ser lo más importante, porque es lo que tiene existencia verdadera y
efectiva. Nuestros pacientes vienen sabiendo que en algo ellos mismos se
engañan. “Yo sé que tengo que dejar de hacer esto, pero no puedo dejar de
hacerlo”. Si nosotros no hacemos un trabajo conceptual, vamos a terminar
creyendo que inexorablemente la práctica analítica es una práctica de lo real.
Porque ¿quién quisiera trabajar en algo que fuese imaginario, que sólo
existiese en la imaginación? Si el neurótico así se engaña a sí mismo, que se
cree que es el preferido de la mamá. Todos vamos a querer trabajar en la
dimensión de lo real. ¿Se entiende lo que digo? Que por más que Lacan
proponga a nivel conceptual que simbólico, imaginario y real son tres registros
que cobran su legalidad por la relación que cada uno de ellos tiene con los
otros dos, para nosotros hay una tendencia sobre la cual hay que operar
constantemente, y es evitar que se nos conviertan en términos de la lengua y
suponer que lo real sea lo más importante, porque es lo único verdadero.

¿Alguno tuvo problemas en la resolución de cómo opera la serie de los + y los


–, y cómo los + y los – en series sincrónicas de tres elementos fueron
agrupados por un sistema de números, 1, 2, 3; que nos permitían el
advenimiento del conteo, el advenimiento de la ley y de la memoria como
esencialmente articulados entre sí? Y recuerdan que mi pregunta era que si ya
habíamos logrado obtener del mero registro azaroso de la tirada de una
moneda –como podría ser la práctica de la asociación libre en psicoanálisis-
con un sistema de tres elementos -1, 2 y 3- ya podíamos obtener conteo,
memoria y ley, ¿para qué hacía falta meternos en la complejidad de un sistema
de cuatro? Vamos a trabajar eso hoy.

“Así desde la primera composición consigo mismo del símbolo primordial –e


indicaremos que no la hemos propuesto como tal arbitrariamente-, una
estructura, aun permaneciendo todavía totalmente transparente a sus datos,
hace aparecer el nexo esencial de la memoria con la ley.”19

19
Lacan, J. (1988): “El Seminario sobre ‘La carta robada’”, en Escritos 1, pág. 42, Buenos
Aires: Siglo XXI
O sea, lo que hay que tomar en cuenta aquí es que Lacan dice que la relación
entre memoria, ley y conteo, en la cadena significante trabajada como 1, 2, 3;
tiene la característica de ser transparente.

“Pero vamos a ver a la vez cómo se opacifica la determinación simbólica al


mismo tiempo que se revela la naturaleza del significante , con sólo recombinar
los elementos de nuestra sintaxis, saltando un término para aplicar a ese
binario una relación cuadrática.”20

Se acuerdan que recién habíamos dicho que la operatoria de 1, 2, 3, es


transparente a sus datos, podríamos decir que en ese caso sí es aplicable una
fenomenología. Pero cuando entramos en alfa, beta, gama y delta, un sistema
cuatripartito, observen lo que sucede:

Pero vamos a ver a la vez cómo se opacifica la determinación simbólica –o


sea, si bien tenemos como con el sistema de tres, conteo, memoria y ley, no
tenemos inconsciente, porque las determinaciones son transparentes. Hace
falta un sistema de cuatro para que esa transparencia pase a opacidad. Me
parece muy interesante de pensar en relación a la estructura del discurso que
nosotros podríamos oponer en nuestra clínica, entre neurosis y psicosis.
Porque lo que muchos analistas dicen es que lo que aparece reprimido en la
neurosis, aparece tal cual en la psicosis. Quizás no se trate de eso y sí se trate
de que en la psicosis no opera una estructura cuatripartita, ya que la función de
la estructura cuatripartita es la opacificación. Ahora bien, si opera la estructura
cuatripartita se pasa de símbolo a significante. ¿Escucharon? Leo los dos
párrafos de vuelta:

“Así desde la primera composición consigo mismo del símbolo primordial (...)
una estructura, aun permaneciendo todavía totalmente transparente a sus
datos, hace aparecer el nexo esencial de la memoria con la ley”

Habla de símbolo primordial. En el párrafo siguiente dice:

“Pero vamos a ver a la vez cómo se opacifica la determinación simbólica al


mismo tiempo que se revela la naturaleza del significante,...”

Quiere decir que el significante, para Lacan, es la opacificación de la


determinación simbólica que ya impide todo acceso fenomenológico, porque lo
que aparece, ya aparece opacado; y hace falta una estructura de cuatro
elementos para que aparezca opacado.
Bueno, vamos a verlo funcionar:

Lacan va a proponer la siguiente clasificación cuatripartita. Es tomar


sincrónicamente tres elementos de la cadena, ya transcriptas a números, en 1,
2, 3; pero los números van a ser considerados según si pertenecen a
disimetrías (D) o a simetrías (S).
Entonces, alfa será la letra griega que designe tríos de tres elementos en los
cuales el elemento intermedio sea indiferente. Se acuerdan que cuando

20
Ibidem., pág. 42
clasificábamos + y – era importante si el del medio era igual o no al de los
extremos, porque era la diferencia entre 1 y 3; eran casos de capicúa, siendo el
1 capicúa constante y el 3 capicúa no constante. En este caso, el término del
medio es indistinto, y alfa designará todos casos de simetría en primer lugar y
simetría en tercer lugar, es decir, que serán casos de 1 _ 1; 1 _ 3; 3 _ 1 y 3 _ 3.
(dos casos verdes en la tabla)

β δ γ α α

... + - - + + - - - + - - - + + - - + - - - - - ...
... 2 3 2 2 2 2 2 1 2 3 2 1 2 2 2 2 2 3 2 1 1 1 ...
... D S D D D D D S D S D S D D D D D S D S S S ...
... β α γ β γ γ γ δ γ α γ α γ β γ γ γ δ γ α δ α ...
... ( 1 0 ( 0 0 0 ) 0 1 0 1 0 ( 0 0 0 ) 0 1 ) 1 ...

α = S{[(S)(_)(S)]} [1_1],[1_3],[3_1],[3_3]

γ = S{[(D)(_)(D)]} [2_2]

β = D{[(S)(_)(D)]} [1_2],[3_2]

δ = D{[(D)(_)(S)]} [2_1],[2_3]

Entonces, gama serán los casos de tríos que tienen un 2 en un extremo y un 2


en el otro, sin importar el del medio, son casos de D en cada extremo (en
amarillo en la tabla).
Después tenemos beta que es un caso de S y uno de D, o sea, 1_2 y 3_2,
(fucsia en la tabla) y delta sería la inversa (celeste en la tabla). En este caso, como
verán, empieza a importar el orden: si está primero la simetría (S) se llamará
beta y si está primero la disimetría (D) se llamará delta. No sólo importa que no
sean capicúa sino que también importa el orden en el que se presenten los
términos dentro del trío no capicúa, para que establezcamos la forma de
escribir las letras.

No pierdan de vista que nosotros a D y S podemos seguir aplicándolos a su


vez. Porque vean que lo que estoy indicando con paréntesis es que se trata de
tres términos. Con los corchetes indico el trío considerado sincrónico y que voy
a designar alfa. Pero les quisiera proponer una escritura así, con llaves (azules)
para que no pierdan de vista que es un capicúa a su vez, o sea que es una S a
su vez. Gama es también una simetría (S) a su vez, porque es D y D.
Y beta y delta son disimetrías (D) a su vez (agrupadas en llaves azules).
Por eso no escribí el orden alfa, beta, gama y delta sino que las alterné en
función de si son simetrías (alfa, gama) o disimetrías (beta y delta) a su vez.

Una pregunta que había quedado planteada por mí la vez pasada era qué
relación había entre la ley, y lo posible y lo imposible. Lo vamos a trabajar con
esto. Entonces ¿quedó claro lo de las letras griegas? Cualquier letra griega
que tomemos, por ejemplo delta, es el nombre de un trío, porque tiene una D
en un extremo y una S en el otro; D y S en los extremos se llama delta. ¿Ven
cómo se procede? (en celeste en la tabla). Puede darse el caso de D en un
extremo y D en el otro, y se tratará entonces de una simetría de disimetrías y
ese caso se llamará gama (amarillo en tabla).

Siguiendo el texto de Lacan, salteo la explicación de esto que acabamos de


hacer, y dice:

“Vamos a comprobar que, aunque esta convención restaura una estricta


igualdad de probabilidades combinatorias entre cuatro símbolos, α,β,γ,δ,...

se acuerdan de que antes teníamos el doble de chances de que apareciera el 2


a que aparecieran el 1 y el 3.

...(contrariamente a la ambigüedad clasificatoria que hacía equivaler a las


probabilidades combinatorias de las otras dos las del símbolo (2) de la
convención precedente), la sintaxis nueva que ha de regir la sucesión de las
α,β,γ,δ determina posibilidades de distribución absolutamente disimétricas
entre α y γ por una parte, β y δ por otra.

Entonces, lo que Lacan dice es que si bien aquí se vuelve a producir que cada
una de estas tenga un cuarto de probabilidades, en la prosecución de la
cadena se va a ver que el destino de éstas (α y γ)es absolutamente distinto
que el destino de estas (β y δ).

“Una vez reconocido en efecto que uno cualquiera de estos términos puede
suceder inmediatamente a cualquiera de los otros, y puede igualmente
alcanzarse en el 4to. tiempo contado a partir de uno de ellos,...

Lacan dice que cualquiera de estos términos (α,β,γ,δ ) puede seguir a


cualquiera de los otros, en la convención precedente no era posible, porque 1 y
3 no podían estar seguidos. Pero en este caso sí, cualquier combinación de a
dos de estas cuatro letras, sí. Es por eso que decimos que si nos interesamos
por una, es indistinto cuál sea la siguiente, pero sí nos interesará la tercera
porque es la que está determinada por la existencia del trío del que participa.

“Vamos a comprobar que, aunque esta convención restaura una estricta


igualdad de probabilidades combinatorias (...) la sintaxis nueva que ha de regir
la sucesión de las α,β,γ,δ determina posibilidades de distribución
absolutamente disimétricas entre α y γ por una parte, β y δ por otra.”

Vamos a trabajarlo, pero vieron que dice que esta sintaxis determina
posibilidades e imposibilidades. Vean que en esta lógica, la de La Carta
Robada de 1966-1955 -no sabemos bien cómo decirlo-, lo simbólico determina
lo posible y lo imposible: es la sintaxis de α,β,γ,δ lo que determina lo
posible y lo imposible. Nosotros creemos que lo posible y lo imposible son
categorías de lo real y que las categorías de lo simbólico son lo prohibido y lo
permitido.
Pero Lacan nos está diciendo que es la ley propia de una sintaxis hecha sobre
la base de una clasificación lo que establece lo que es posible y lo que es
imposible. Es interesante para pensarlo en la clínica. Piensen un caso de deja
vu. Si uno padece un deja vu, es un fenómeno muy peculiar: porque no es la
repetición, no es “Uy, qué casualidad, justo una tarde lluviosa de otoño veo un
Fiat 600 descapotable”. “Ya una vez me pasó que en una tarde lluviosa de
otoño ví un Fiat 600 descapotable.” Lo que sucede en el deja vu, no es que se
esté repitiendo la escena que uno ya vivió, sino que uno está viendo la misma
escena. Lo increíble del deja vu no es que algo se repita, sino que algo se
repita en su tiempo, no en este tiempo. ¿Correcto? Con lo cual,
indudablemente se trata de un fenómeno alucinatorio. ¿Cuál es la diferencia
entre ese fenómeno alucinatorio que es el deja vu, y la alucinación en la
esquizofrenia?

Eduardo L.: ¿que una es simbólica y la otra es real?

A.E.: si vos quisieras denominar “simbólico” al deja vu, entonces no sentirías


que es real. Lo que yo digo es que lo más terrible del deja vu es que uno
siente que es real... lo mismo que el esquizofrénico.

Comentario: uno sospecha que no puede ser...

A.E.: ¿sólo sospecha?

Comentario: lo leés...

A.E.: ¿lo leés en función de qué? ¿cuál es la categoría que estás usando para
leer?

Comentario: el saber sobre el deja vu.

A.E.: y si le pasara a un colectivero, analfabeto, al que vos le decís “deja vu” y


él te dice “no, no vive por acá, acá no hay ningún Deyavú”. No sabe lo que es.
¿Cómo operan, tomados y atrapados por ese fenómeno tan increíble? Lo que
ustedes hacen –y el colectivero también- es decirse “es imposible”. Y siguen
distraídamente. Dicen “es imposible que yo esté otra vez en el tiempo pasado”.
Y diciéndose a sí mismos que es imposible, siguen. ¿Qué se dicen a sí
mismos? “Estaré cansado...” o “voy a dejar la marihuana”. Y le damos una
explicación, pero primero fundamos un punto de imposible.

---cambio de cinta---

...ahora, ese punto de imposibilidad, ¿es real, proviene de lo real? No, es la


inscripción de la metáfora paterna la que lo provee, y es la forclusión del
Nombre-del-Padre lo que no lo provee. Con lo cual, lo que le sucede al
esquizofrénico es que no tiene inscripto lo imposible. Observen que el
significante de la ley en el Otro, la ley simbólica es lo que determina lo posible y
lo imposible de lo que pueda suceder. No hace imposible que vivamos,
suframos, nos angustiemos por un deja vu: lo que nos permite hacer es
categorizarlo como imposible. Mientras que el esquizofrénico no cuenta con la
categoría de lo imposible. No hay posible o imposible si no opera el orden
simbólico. Ustedes me podrán decir “¿cómo que no? Es imposible, si sigue
rigiendo la ley de la gravedad tal como la conocemos funcionando, que una
piedra por sí sola levite, es imposible.” No. Porque ese texto solamente se
habilita por nuestro conocimiento físico del mundo y porque tenemos la
categoría de lo imposible. Les advierto que para otros pueblos en otras
condiciones, no es imposible: son los dioses, son los dioses que hacen fuerza
para que las cosas vayan para abajo, y si alguna cosa va para arriba,
imprevistamente, se calcula que algún dios habrá hecho alguna maniobra.
Observen que la categoría de lo imposible es una categoría de lo simbólico. Y
es lo que nos habilita a lo posible y lo imposible. Lo posible y lo imposible no
son categorías de lo real, sino que las suponemos como categorías en lo real
por un efecto de lo simbólico.
Recuerden que la vez pasada decíamos que si empezábamos por un 1,
pasando por una serie impar de 2 (el 2 de arriba) era imposible que luego de un
2 viniera de vuelta un 1, ya que solo podría aparecer un 3 u otro 2. Esa es la
categoría de lo imposible, no hay otra categoría de lo imposible. Sin la
categoría de lo imposible introducida en lo real por lo simbólico, como si
dijésemos que “real” es la naturaleza, el mundo estudiado por la Física, no hay
nada que sea imposible. Uno podría decir ¿cómo que no? Que una vaca vuele
es imposible. No. Que una vaca vuele es imposible tan sólo por el planteo que
uno se hace por aquello que designe “vaca” y aquello que designe “imposible”.
De hecho, no es tan imposible el hecho de que vuele una vaca... en la película
Twister (que es malísima, no se las recomiendo) las vacas pasan volando.
Pueden volar las vacas. ¿Entienden lo que estoy diciendo?

David S.: es poco probable...

A.E.: no importa eso, lo probable no tiene nada que ver con lo posible o lo
imposible. Los psicóticos no zafan porque algo sea poco probable. Y las
psicólogas cuando le plantean a los psicóticos lo poco probable, también
fracasan. Cuando la psicóloga le dice al esquizofrénico: “¿vos creés, ciruja,
que a vos te va a perseguir toda la CIA? Es muy poco probable.” Esa
intervención fracasa, no resuelve nada. Porque el problema ahí no es lo
probable o lo poco probable, sino la categoría de lo imposible. Si ustedes
estuviesen en la esquina, acá, ahora, alguno de ustedes que no vino al curso
porque se quedó en la esquina al ver pasar una vaca volando. Si no tiene la
categoría de lo imposible, podría haberse suicidado. Si uno tiene la categoría
de lo imposible, podría haber seguido caminando diciendo “es imposible”. Pero
observen que no es imposible, ya que vientos mayores a 150 km por hora
hacen volar a las vacas, coches y casas enteras. Cuando uno dice que es
imposible que una vaca vuele, lo que se está haciendo es dar un contexto
simbólico a elementos que son en sí mismo simbólicos, y se está proponiendo
mediante imposibles la relación que guardan entre ellos.
Lo advierto porque me parece que con posible e imposible se trabaja mucho en
la lógica modal de Lacan, y a veces se cree que por utilizar las palabras posible
o imposible se están leyendo categorías de lo real. No son propias ni
específicas de la categoría de lo real. Pueden ser lo real, en función de lo
simbólico, si no está en función de lo simbólico, no. No hay en sí -en lo real
como mundo físico- nada imposible.

Sigo con el texto:


“Una vez reconocido en efecto que uno cualquiera de estos términos puede
suceder inmediatamente a cualquiera de los otros,

esto es evidente, no? Es evidente que acá hay una alfa después de una beta,
una gama después de una beta, una gama después de una delta, etc. Ven que
uno a uno, son todos posibles. Es muy interesante. Si ustedes por ejemplo le
propusieran a un paciente neurótico que está en tratamiento, que tenga
suficiente filiación obsesiva –o sea, que tiende a contradecirlos a ustedes en
todo lo que le dicen- supongan que ustedes le estén proponiendo una sanción
al padre, al padre que ha violado a la hermana, que lo ha estafado a él toda la
vida en los negocios, que ha fajado a la madre cuando volvía alcoholizado de
las juergas, que ha dejado embarazadas a varias chicas del mismo barrio; pero
a quien nadie dice nada. Supongan que ustedes le propongan la siguiente
intervención: “Lo que sucede es que a veces hay cosas que son imposibles de
decir, en ciertos contextos, es imposible decir ciertas cosas.” ¿Podría ser una
frase? Pero un obsesivo podría decirles que no existe nada que sea imposible
de decir. ¿Qué sería lo imposible de decir? Si hubiera algún lacaniano
presente estaría tentado de decir “Todo no se puede decir”, al que le
contestaría: “Mirá: ‘todo’, ya te lo dije”. “Ya te dije todo”. ¿Nunca les pasó que
alguien diga “ya te lo dije todo, ¿qué más querés que te diga?” Se puede decir
todo, claro que se puede decir todo. A veces uno no se dio cuenta de que ya le
había sido dicho todo y siguió en algo que después produjo la catástrofe.
Y esto, en esta forma de escribir -α,β,γ,δ- está presente, porque luego de
un término puede venir cualquier otro. Si en una serie de tres, 1 y 3 no podían
venir uno detrás del otro, ahí sí, uno podría decir que es imposible que venga 3
después de 1, pero ahí el símbolo funciona transparentemente.
Lo que estamos trabajando ahora es una condición en la cual el símbolo se
convierte en significante, lo que significa que opera en forma opaca, ya no es
más transparente. Nosotros en la clínica de neurosis de transferencia,
trabajamos en una clínica opaca. Es importante pensar el problema de lo
opaco, porque hay muchas expresiones de colegas que publican artículos
donde dicen “la pulsión a flor de piel, el goce a flor de piel, el inconsciente a flor
de piel”, luego de la frase de Miller se empezó a usar mucho en el lacanismo la
expresión “a cielo abierto”, “la pulsión a cielo abierto, el goce a cielo abierto, el
Edipo a cielo abierto...” No hay problema con que sea Edipo a cielo abierto...
pero si fuese así, no es Edipo, porque es tripartito... El Edipo, que es
cuatripartito, ya no puede estar a cielo abierto. Si viniera un muchacho y dijera
“yo quiero acostarme con mi mamá y matar a mi papá”, eso no es Edipo a cielo
abierto, es otra cosa. Y es bastante raro que alguien diga eso. En treinta años
sólo tuve un paciente que dijera tal cosa, es muy poco frecuente, sin embargo
nosotros decimos que es la estructura fundamental en las neurosis de
transferencia. Lo que pasa es que opera opacamente. Y esa operatoria
opaca, inscripta en la cadena, se inscribe en esta lógica como que siempre
después de un término podría venir cualquier otro, no hay nada que sea
imposible de decir. El obsesivo podría decir “sí, se puede decir: ‘mi padre es
un canalla’”. Pero podríamos preguntarle: “usted ¿lo ha dicho? ¿alguien se lo
ha dicho? ¿su madre, alguien?”. “No, hasta ahora...” No se podía decir. ¿Era
prohibido o imposible? Ahí hay un punto en el que esta serie (α,β,γ,δ),
trabajada así, permiten pensar –al menos como lo piensa Lacan en este
escrito...
Elisa Bellman: lo posible, es efecto de la opacidad o es al revés? O es la
opacidad que hace efecto de posible?

A.E.: vamos a hacer toda la serie de vuelta. + y -, ¿puede suceder, por tirada
de una moneda, correctamente fabricada, un millón de – consecutivos? Sí, acá
no hay nada imposible. En un orden simbólico dual, nada es imposible. De
hecho, lo que nosotros hemos estudiado, siguiendo a Lévi-Strauss, es que no
existen órdenes simbólicos duales, ese es el verdadero problema. Si no, uno
diría que habría orden simbólico sin categoría de lo imposible. Entonces, en el
orden dual, no hay nada imposible, sin olvidar que + y – ya es un límite que el
orden simbólico le impone a lo real: la moneda de canto no queda inscripta.
Después tenemos 1,2 y 3: aquí ya hay conteo, memoria –como rememoración
simbólica- y ley. Y acá ya sí está lo imposible: un 3 no puede seguir a un 1 y
un 1 no puede seguir a un 3. Lo que Lacan está diciendo es que en α,β,γ,δ,
sigue operando la imposibilidad pero en forma opaca. ¿Cómo la cuenta?
Teóricamente, por el pasaje de símbolos a significantes. O sea, nada en
nuestra clínica será un significante en el sentido de Lacan –tal como Lacan lo
plantea en este texto- si no está caracterizado por la pérdida de la
transparencia. Para decirlo en términos de nuestra tradición: es el rechazo
más directo al simbolismo freudiano. Si paraguas, zapato de punta o colita de
cabello simbolizan al pene, al falo, si es así, entonces eso no es significante,
porque falta la opacificación de la función significante. Y es que aquí hay un
imposible, pero a nivel simbólico. Significante hay que empezar a usarlo
cuando su función es opaca, o sea, que hay que hacer un trabajo analítico para
establecerlo. La vía para hacer el trabajo analítico, para pasar de palabra a
significante, es someterlo a una pregunta: pero eso, ¿qué quiere decir? O sea,
por ejemplo: “vengo a verlo porque fracasé”. Primero: pónganse frente a la
palabra “fracasé”, les aclaro que no se trata de una persona de 90 años,
cuadripléjica con alzheimer y metástasis, no era el caso. ¿Qué quiere decir
“fracasé”? Y no es una persona que venga del gran país del norte, donde sí
tienen a la figura del looser, el fracasado. ¿Qué quiere decir que alguien diga
fracasé? ¿Que ya cerró la cuenta? ¿Qué quiere decir? “fracasé” es una
palabra, que es parte de la demanda de este paciente cuando viene a la
consulta. Si yo le dijese: “la verdad es que no entiendo, por lo que usted me
ha contado no veo que haya fracasado... ¿qué querrá decir que usted fracasó?”
Eso es un intento –para nada demostrado eficaz- de pasar de la palabra a
significante, porque es suponer que hay algo opaco en juego en esa palabra,
que es lo que le da estatuto de significante. O sea, significante, en esta lógica,
es cualquier palabra respecto de la cual uno deja en suspenso su significado
de diccionario, para preguntarse qué quiere decir en el contexto discursivo en
el que apareció para ese caso.

Mariano: te hago una pregunta, en la psicosis vos dijiste que no operaba la


imposibilidad, pero ¿no es la opacidad lo que no opera?
A.E.: las dos cosas. Todas las características que incluye, incorpora, el
sistema cuatripartito, cuando nosotros decimos que el cuarto elemento no
opera, -madre, padre, niño, falo- la forclusión del Nombre-del-Padre es que el
cuarto término no opera, queda reducido a tres.

Mariano: pero lo que introduce imposibilidad es el tercer término, la lógica de


tres ya produce imposibilidad.

A.E.: claro.

Eduardo L.: ¿no es eso de que en la psicosis el inconsciente está a cielo


abierto?

A.E.: para mí es una frase contradictoria, porque no es inconsciente lo que


está a cielo abierto...

Mariano: pero si el psicótico está en la lógica de tres, ahí sí hay


imposibilidades.

A.E.: claro. Pero vayamos a un punto de la clínica. Por ejemplo, en una


clínica donde los pacientes psicóticos estén mirando el Mundial. Si uno le
preguntase a un esquizofrénico: ¿salimos campeones? Te contesta:
“¡Imposible!” Con un grupo dirigido por Pekerman... es imposible que Argentina
salga campeón. ¿Es imposible que un psicótico use la palabra “imposible”?
No es eso a lo que me refiero. Lo que estoy diciendo es que cuando al
psicótico lo toma una alucinación, no tiene para operar frente a la alucinación
con la categoría de lo imposible. No es que no tenga la palabra imposible o
que no piense que haya imposibilidades, te puede decir perfectamente que es
imposible que vos le dés 10.000 pesos.

Mariano: entonces, ¿qué es esa imposibilidad que juega en la lógica de tres?


¿de qué imposibilidad se trata?

A.E.: de la que está en juego en la alucinación. La que está en juego en la


alucinación o en el deja vu, un desarreglo del orden simbólico completo.
El deja vu es un desorden del orden simbólico completo, pierde su función de
orden, entonces pasa eso: estás en el 2005 en el año 2003. ¿Podrían estar en
el año 2005 en el 2003, así dicho, sin comas? No, es imposible, no diríamos
que está prohibido.

Comentario: pero vos dijiste que había imposibles en la lógica de tres, en el


símbolo...

A.E.: claro, pero ya funciona por fuera de la estructura de cuatro. O sea, no


puede dar cuenta del desarreglo de toda la estructura. Esta imposibilidad, la de
la estructura de tres, esta categoría de imposibilidad no es la misma que la de
la estructura de cuatro. No estoy diciendo que en la psicosis no esté la palabra
“imposible”. Ejemplo de un paciente: “Argentina será la primera potencia
mundial y es imposible que lo eviten, aquellos que me persiguen porque yo
tengo la fórmula...” Era imposible para él que Argentina no llegara a ser la
primera potencia mundial. Con lo que no puede operar es cuando uno le dice:
¿pero usted cree que a usted, que no ha presentado la fórmula en ningún lado,
que no ha hecho investigaciones, cree que la CIA lo va a venir a perseguir? En
el punto de la alucinación o del delirio es donde no opera lo imposible.

E.L.: sería un equivalente a eso que se dice que el psicótico está dentro del
lenguaje pero fuera de discurso... porque no opera lo imposible.

A.E.: no sé. Porque me parece que el “fuera de discurso” de Lacan...

E.L.: no opera la significación fálica...

A.E.: por eso, no sé. Yo no hablo de significaciones compartidas, sino que


propongo que la no inscripción del objeto a, la no inscripción de lo imposible, es
lo mismo que decir la forclusión del Nombre-del-Padre. Vayamos un paso para
atrás: un psicótico varón, ¿se puede enamorar de una mujer? Sí. ¿Puede ser
su novio? Sí. ¿Puede tener sexo con ella adecuada y satisfactoriamente? Sí.
¿Se pueden casar, y tener hijos? Sí. ¿Puede tener un hijo psicótico o uno no
psicótico? Sí. No hay nada que un psicótico no pueda hacer de la vida
compartida y común. Lo que nosotros llamamos “fallo psicótico”, el fallo, es en
el punto en donde a él le falla el sistema, es ahí donde no puede operar.
Cuando al psicótico se le presenten estructuras cuaternarias, no podrá
responder a ellas. Si un psicótico se enfrenta a estructuras cuaternarias, no
podrá responder a ellas. Ahora, ¿dónde se le presentará? Quizás uno se
casó, dejó embarazada a la novia, tuvo el hijo, pero se desencadena cuando lo
convocan a la colimba. Porque el llamado a la colimba, para ese
esquizofrénico –para otros quizás no- ahí fue evocada la estructura cuatripartita
y no tuvo cómo operar.

Viviana Dujovne: perdón, Alfredo, ¿y la creencia religiosa?

A.E.: bueno, ahí Lacan hace un trabajo que dice que lo toma de Freud. Y es
el rescate del término Unglauven, tal como está planteado en el Seminario 11,
y que es la increencia. Un punto, corrámonos un poco: vieron que tenemos un
Papa nazi. Fue a Auschwitz a decir que los alemanes fueron víctimas, ¡hay que
tener el tupé de ir a Auschwitz y decir que los alemanes fueron víctimas!,
siendo él alemán. ¿Puede haber un Papa esquizofrénico? Si hay un Papa
nazi... ¿podría haber un Papa paranoico? ¿Una hermanita de caridad
esquizofrénica? Creen en Dios. De vuelta: no hay nada que el psicótico no
pueda hacer de la vida cotidiana, o sea, creen en Dios. Lo que nosotros
trabajamos como el problema de la creencia –que Lacan llama increencia, y lo
deja más articulado a la paranoia, pero generalicémoslo para las psicosis- es
que para Lacan lo que es increencia de la psicosis es respecto a las
existencias que le atañen al sujeto en su conflicto. ¿Hay esquizofrénicos que
sean Hijos de Dios? Esquizofrénicos-cristo... ¡está lleno! Es una de las figuras
más típicas que puede tomar al esquizofrénico varón en nuestra cultura, ser el
cristo, el salvador, el hijo del Padre, de Dios. Schreber, ¿era psicótico? ¿Están
seguros? Yo no tengo dudas de que haya sido una psicosis. ¿Creía en Dios?
¡Cómo no iba a creer en Dios si Dios lo molestaba! El asunto es estudiar la
estructura de ese Dios. Se acuerdan que le ocupaba el baño cuando Schreber
lo quería usar. Era una de las cosas que más le molestaba a Schreber, que
Dios le ocupara el baño cuando él necesitaba ir. Con lo cual, Schreber creía en
Dios. Ahora, yo les pregunto: si Dios ocupara el baño cada vez que uno
quisiese ir, ese baño, que está detrás de esta puerta, al estar ocupado, ese
“estar ocupado” quiere decir ¿tri o bidimensionalmente?
Es tridimensionalmente. Si fuera bidimensionalmente no habría problema: si
estuviera la laminilla de Lacan sobre el inodoro lo podemos usar igual,
tranquilos. Lo bidimensional pasa. Si ustedes taparan el inodoro con la
laminilla de Lacan -la del mito del Seminario 11- pasaría. Hay que pensar en
esas cosas, porque Lacan dice que la laminilla angustia mucho pero no asfixia,
porque es bidimensional, es una superficie. Entonces digo, el Dios que
ocupaba el baño y obligaba a Schreber a pensar sin descanso, ése, ¿es bi o
tridimensional? Es tridimensional, porque interviene en lo real de la vida
cotidiana. Con lo cual, creen en Dios, pero Dios no es una existencia.
Recuerdan que les proponía que existente es aquello que es y no es a la vez.
O sea, si muere un niño en el barrio, una vecina podría decir que Dios se lo
llevó a su lado como un angelito. Lo podría decir y todas las otras vecinas
dirían que sí. Pero otra cosa es que una vecina diga que vió cuando Dios lo
agarró y se lo llevó. Ahí dirían que no. ¿Qué quiere decir que “viste” cuando
se lo llevó? ¿qué lo agarró con sus brazos y se fue...? Al Moyano derecho.
Con lo cual, hay que ver qué queremos decir con creencia. Si es que alguien
diga “creo en Dios”, o si es a la estructura que tiene Dios. Es lo mismo que lo
que está en juego en el inconsciente, es lo mismo que está en juego para el
sujeto del inconsciente: es una existencia. Por eso la posición del analista
respecto a la posibilidad de la existencia del inconsciente en alguien que lo
consulta, es una suposición. Del saber que se desplegará en ese caso, con el
trabajo con esa persona, en ese saber, yo supongo un sujeto: esa es la
posición analítica. Quiere decir que ese saber está orientado por un deseo.
Que ese saber no es un saber inerte: tiene un sentido. El sujeto supuesto
saber para Lacan tiene dos valores: la suposición de saber de alguien que va a
consultar al analista, que supone que el analista sabe lo que no puede saber, si
no se lo contaste ¿cómo lo podría saber? es una suposición imaginaria de
saber; y la posición analítica, que es que respecto del texto que se vaya
produciendo, nosotros trabajamos con la suposición de sujeto, o sea, hay un
sujeto de deseo que no es la persona, aclarémoslo, habitualmente la persona
cuando viene a análisis es porque no quiere lo que se desea, no? Entonces no
se le podría decir “usted quiere”, se entiende? Eso quiere, el ello. Bueno,
nosotros respecto del ello tenemos una relación que es de suposición. Alguien
me podría decir: pero vos ¿creés o no en el inconsciente? Yo contestaría: si
creo en el sentido de que funcione para mí como un Dios para el creyente,
entonces no. Si me preguntaran si supongo la existencia de una entidad
inmaterial que aporte sentido en la vida de esa persona, entonces sí. Hay que
distinguir entonces la existencia, la mera creencia religiosa y hasta la fe. Son
tres categorías que habría que oponerlas, porque si no queda muy confuso lo
que dice Lacan, y queda especialmente confuso porque Lacan plantea el
Unglauven para el paranoico. Paranoico es el que cree, el que cree que lo
persiguen, no? Es increíble que Lacan diga que es el paranoico, al que la
mujer le dice ¿pero cómo vas a creer eso, cómo vas a creer que te enveneno la
sopa? Justamente, la patología del paranoico es que cree en lo que no debería
ser creído. A pesar de eso, Lacan propone que lo que falla es la existencia.
Para decirlo más light: quizás lo que el psicótico testimonia es animadversión.
Pero la animadversión toma estatuto de real: es veneno en la sopa, no es una
existencia. El “no me mira con buenos ojos” es real, no es una mala actitud
hacia mí. Para estas lógicas, que están en Lacan, es muy importante la
discusión de si puede ser sin el cuerpo o no. No era simplemente una
discusión de principios, si era milleriano o anti-milleriano, no. Está todo el
problema investido de ese argumento lógico.
Sigamos:

“Una vez reconocido en efecto que uno cualquiera de estos términos puede
suceder inmediatamente a cualquiera de los otros, y puede igualmente
alcanzarse en el 4to. tiempo contado a partir de uno de ellos,...

Ven que dice “tiempo”, entonces, primera cuestión: que el sistema cuatripartito
también aparece el tiempo. En el sistema de tres había conteo pero no había
tiempo humano. Recién con el sistema de cuatro hay tiempo humano: 1er.
tiempo, 2do. tiempo, 3er. tiempo. Con “tiempo humano” me refiero a que sólo
en un sistema cuatripartito hay anticipación y retroacción. O sea, la red 1-3 no
puede recorrerse hacia atrás, va siempre para adelante. Pero eso que va
siempre para adelante no es el tiempo humano. Otro problema con Miller y el
último Lacan. Porque si nosotros aceptáramos que la obra de Lacan sea lineal,
entonces tendría razón Miller. Pero si fuera lineal, el problema que se nos
produce es que la obra de Lacan no podría ser leída con el concepto de tiempo
de Jacques Lacan. Porque el concepto de tiempo de Jacques Lacan es el de
un tiempo circular, de anticipación y retroacción.

Entonces, en el primer tiempo una letra puede ser seguida en el segundo


tiempo por cualquier otra. Lacan dice que en el cuarto también, pero no así en
el tercero.

“Una vez reconocido en efecto que uno cualquiera de estos términos puede
suceder inmediatamente a cualquiera de los otros, y puede igualmente
alcanzarse en el 4to. tiempo –cualquiera de ellos- contado a partir de uno de
ellos, resulta contrariamente que el tiempo tercero, dicho de otra manera el
tiempo constituyente del binario,...

¿entienden por qué el tiempo tercero es el constituyente del binario? Porque


nosotros trabajamos con tríos de dos términos. El tercero es el que constituye
este binario. Es muchísima información condensada en estos párrafos.

binario

α _ _ _ S _ S
1° 2° 3° 4° 1° 2° 3° constituyente del binario

Nosotros trabajábamos con + -, son dos lugares. 1, 2,3 son tres símbolos y
trabajábamos tres términos de +-; ahora trabajamos α,β,γ,δ, y ya pasamos
a trabajar en la cadena, sincrónicamente con cuatro términos. Entonces Lacan
dice que partiendo de uno de ellos, el segundo será indiferente y el cuarto
también, no así el término tercero, que es el constitutivo del binario.
Por ejemplo, les pregunto: si nosotros tenemos alfa en el primero, quiere decir
que hay la designación de un trío. ¿Qué trío es alfa? S _S

El tercero, ¿por qué no será indiferente? Porque todas las letras griegas que
podrían venir aquí (al 3° tiempo) ¿podrían ser alfa, beta, gama o delta?:

α sí
β sí
γ no
α = (S)(_)(S)
S _ S δ no
γ = (D)(_)(D)
α _ _ _ β = (S)(_)(D)
1° 2° 3° 4° δ = (D)(_)(S)

Si tuviésemos alfa en el tercer término, a ese tercer término le correspondería


una S, y si en el primer tiempo teníamos S, entonces alfa sí puede estar en el
tercero. ¿Por qué? Porque alfa designa a un trío que comienza en S y termina
en S. Como el primer tiempo es alfa y designa a un trío que termina en S,
entonces coincide con que haya otra alfa en el tercer tiempo, volviendo a armar
un trío alfa: comienza en S y termina en S.
Beta ¿podría ir? Beta designa una D en el tercero y una S en el primero, por lo
tanto también podría ir. Estamos tomando dos tríos superpuestos 21.
Gama: no, porque tendría que ir D en el primero y D en el tercero, pero como
tenemos S en el primero, entonces gama no podría ir.
Delta: tampoco. Porque necesitaría una D en el primero (y tenemos una S).
¿Correcto?
Bueno, así se escribe el repartitorio:

α , δ α , β
Repartitorio A Δ: α,β,γ,δ
γ , β γ , δ
1er. tiempo 2do. tiempo 3er. tiempo

Estando alfa en el primer tiempo, en el segundo puede venir cualquier otra


letra. Pero en el tercer tiempo, estando alfa en el primero, ¿cuáles habíamos
dicho que podían ir? Alfa o beta. Es decir que escribiremos arriba todas
aquellas letras que podrían ser terceras estando alfa como primera, de este
trío. Estamos trabajando con cinco términos consecutivos de la cadena.
Y escribo debajo de la barra, gama y delta, que son los que no pueden ir con
alfa. Vayamos a delta en el primer lugar. Delta designa a un trío que se

21
Como los dos tríos de alfas marcados en verde en la tabla de página 9: el tercer término del
primer trío coincide con el primer término del segundo trío.
caracteriza por terminar en S, igual que alfa. Porque alfa también es un trío
que se caracteriza por terminar en S. O sea, alfa y delta están en la misma
posición, al tener como posibles a alfa y beta en la tercera posición, y gama y
delta como imposibles en la tercera posición.

¿Se entiende el alcance clínico de esto? Supongan que ustedes llegaran a la


conclusión de que tendría estatuto válido de interpretación que el padre de esa
persona que los consulta es un canalla. ¿De dónde sacaron esa conclusión?
De todo lo que les contó la persona, de todas las porquerías grosas que contó
esa persona sobre su padre. Ahora, si ustedes le tuvieran que decir a la
persona que el padre es un canalla, ¿por qué se lo tendrían que decir? Porque
ella no lo dice. Porque si lo dijera y ustedes se lo dicen, quedan como tontos.
El tema es que la persona no lo puede decir respecto de su padre. Entonces,
lo que les propongo es que la persona, referenciada a un discurso, cree que
todo lo puede decir. Y de hecho, les contó a ustedes todos los argumentos
necesarios para concluir que el padre es un canalla. Pero no lo concluye. La
lógica de lo que podríamos plantear para tomar de aquí, es que lo que no se
visualiza –porque ya está opaco- es que hay una determinación en la cadena
que escapa a la lógica de una cosa, luego otra, luego otra; y es que, a partir de
determinados elementos, hay cosas que sí se pueden decir y hay cosas que no
se pueden decir. Pero sólo se lo ve si se extrae la lógica que vincula a los
elementos, no aparece por la mera secuencia. ¿Se entiende ahora el alcance
clínico? La asociación libre no sirve para nada. No es la asociación libre lo
que cura. Nosotros no deberíamos hacer intervenciones para que la persona
siguiera hablando. ¿Para qué queremos que siga hablando? ¿Cuál es el valor
de que siga hablando? ¡Ninguno! Pero hay muchos lacanianos que sostienen
que el valor de la intervención analítica es que la persona siga hablando,
porque se supone que con la mera secuencia ya se habilitaría la vía del deseo,
porque el deseo es metonímico y camina como montado sobre la cadena,
mientras la cadena siga... ¡es ridículo! No haría falta análisis si fuera así, no
haría falta analizar, ¡y menos que menos haría falta un analista! “¿Qué tal,
Pérez, cómo anda? Todo bien. ¿Siguió hablando? Sí. Ah, bueno.” ¡Como el
psiquiatra! ¿Cómo anda? ¿Bien? Bueno, siga así y lo veo en un mes. No hay
nada acá. Es la lógica que determina, lo que pasa es que es una lógica que
está opacificada. Plantear que después de un término puede venir cualquier
otro haría parecer que no hubiera legalidad en la cadena. Eso es el
significante. El significante, fenomenológicamente, pareciera no tener ninguna
legalidad que determinara lo posible y lo imposible de decir. Pero si uno
empieza a analizar cuál es la estructura lógica de los elementos que participan,
ahí sí se empieza a establecer una legalidad y es esa legalidad la que da
cuenta de los términos.

Entonces, teníamos que delta también designaba un trío que terminaba en S, y


gama y beta son tríos que terminan en D, entonces estando delta en el primer
tiempo, sólo pueden aparecer alfas y betas en el tercer tiempo.
Debajo, si tenemos gama y beta en el primer tiempo, que designan tríos que
terminan en D, entonces en el tercer término sólo podrán aparecer letras
griegas que designen tríos que empiecen con D. Quiere decir que si hay beta
en primera, en tercera sólo podrían haber gamas o deltas.
El repartitorio se construye a partir de esta clasificación, no es que Lacan lo
haya sacado de un libro de matemáticas.

Entonces, si está beta en primera, ¿hay anticipación significante? Sí, porque


ya sabemos que luego puede venir cualquier cosa (a la segunda posición) pero
al tercer tiempo solamente podrán venir todos aquellos términos que tengan la
propiedad de ser tríos que comiencen con D.
También hay retroacción: si yo tengo cualquiera de estas cuatro letras griegas
en posición tercera, lo inmediatamente anterior puede ser cualquier cosa, pero
¿obtendré de beta una determinación anterior? Sí, porque si está beta en
tercera y beta designa S_D, en primera solamente podrá haber tríos que
terminen con S. Si está beta en tercera, en primera sólo podrá haber alfa o
delta. Con lo cual observen que recién ahora somos capaces de trabajar con
tiempo humano, que es anticipación y retroacción. Pero es un tiempo en el que
para ver que la lógica de la anticipación y de la retroacción opera, hay que
calcular que hay una lógica que está funcionando en forma opaca. Hay que
establecer cuál es la lógica en curso, que no es fenomenológicamente captable
porque siempre está taponada al parecer que no hubieran posibilidades ni
imposibilidades. Si uno va a pedirle aumento al jefe, puede que resulte claro
que uno no pudo decírselo. Pero si se va a hablar con un amigo, después de
dos horas de charla, quizás no resulte tan evidente que había cosas que uno
necesitaba decirle y no se las pudo decir, porque dio la impresión de que en la
conversación, cada uno podía decir cualquier cosa. Esa es una forma de
concebir la cadena: un término, luego otro, luego otro. ¿Qué límite hay si
consideramos a la cadena así, en forma dual? Ninguno. O sea, no por nada
se demoró tanto en comprender la existencia de una entidad como el
inconsciente. Porque jamás se supuso que había imposibilidad de decir.
¿Cómo va a haber imposibilidad de decir? Es que no está directamente
presentado como elemento simbólico, ya empieza a funcionar como
significante en forma opaca. Y esto se establece en función de la posibilidad
de armar una lógica en la cual cada uno de los términos sea definido en función
de una clasificación lógica.

Elisa B.: disculpame Alfredo, pero quería preguntarte sobre la opacidad...

A.E.: nada de beta dice en sí, que para atrás tuvo que haber alfa o delta.
Porque parecería que su aparición fuera absolutamente azarosa. Ya que el
término anterior y el posterior pudo ser cualquiera. Nunca se olviden de que
estamos trabajando con cuatro lugares. El segundo y el cuarto son indistintos.
Habíamos dicho que era como Lacan trabajaba Más allá del principio del
placer, y habíamos dicho que era como se trabajaba el problema del azar.
¿Por qué has dicho esa palabra?, le podríamos decir a un paciente. Y el
paciente podría decir “por nada”. Y vos podrías suponer que hay una legalidad
por la cual esa palabra apareció. Y él decirte “ah, no, es porque antes pensé
en lo cansado que estaba, tuve un lapsus, a usted qué le parece, me
equivoqué, lo que pasa es que estoy muy cansado”. Siempre hay respecto de
la cadena significante la posibilidad de desmentir que haya una determinación
allí. ¿Por qué es posible desmentir la determinación en juego? Porque es
opaca, no es transparente. No aparece que haya elementos que son
imposibles y elementos que son prácticamente obligados. Podría ser que con
un paciente ustedes dijeran: “Y... con esta estructura familiar, no es casual que
usted haya elegido una mujer así”

----cambio de cinta----

... ¿cómo puede ser que haya sucedido? La persona es tonta, come clavos?
No, es que no sabía de la legalidad que estaba en juego, y él pensó que era la
primera chica que pasó. Sacó a cuatro chicas a bailar, las cuatro le dijeron que
no, la quinta le dijo que sí y se casó con esa. ¿Fue casualidad? ¿Fue absoluta
casualidad? ¿O pudo haber alguna determinación operando? Si hubo
determinación operando, esa determinación necesariamente fue opaca. Y para
que advenga, necesitamos una cierta extensión de la cadena en la que se
verifiquen tanto las anticipaciones como las retroacciones. Esto también
complica bastante la lógica de un cierre S1-S2 y una sesión ultra-corta: porque
hasta que no se despliega la cadena, no se pueden ver cuáles son o cuáles
podrían ser las determinaciones operantes que determinan tanto las
anticipaciones como las retroacciones. Ahora, observen que recién aquí
tenemos primer tiempo, segundo tiempo y tercer tiempo. Quiere decir que
aunque en el sistema de tres se contaba, recién en el sistema cuatripartito hay
tiempo humano, porque el tiempo humano es en el bucle de la anticipación y la
retroacción.

Quisiera trabajar simbólico, imaginario y real en la cadena significante. La


próxima vez –que va a ser la última de esta serie- trabajaremos lo que en La
Carta Robada se llama la cadena L, que son paréntesis, 0 y 1.
Salteo varios párrafos que es donde están las tablas Omega y Omicron, y ahí
Lacan dice:

“La propiedad (o la insuficiencia) de la construcción de la red de los α,β,γ,δ


consiste en sugerir cómo se componen en tres pisos lo real, lo imaginario y lo
simbólico, aunque sólo pueda jugar así intrínsecamente lo simbólico como
representante de los dos primeros asideros”.

Observen que Lacan va a proponer que la lectura que se haga de la cadena


significante, hay una lectura que se habilita a partir del sistema cuatripartito y
que es localizar en la cadena significante, simbólico, imaginario y real. Y lo va
a considerar en tres niveles. Y después pone las tablas. Algunos detalles para
ir orientándonos: ¿saben qué quiere decir en griego omega y omicron? O
grande y o chica, para nosotros podría cierta connotación de A y a, como cierta
connotación de lo simbólico (O) y lo imaginario (o). Podríamos decir que hay
cadenas que se podrían presentar como manifiestamente legalizadas según lo
imaginario, y cadenas orientadas o regidas por lo simbólico. No hace falta
aclararlo pero lo aclaro: vamos a trabajar con simbólico, imaginario y real, sin
que lo imaginario sean imágenes o narcisismos, ni que lo real sean cuerpos.
Vamos a trabajarlo todo como si fueran legalidades propias e internas a la
cadena significante, sin objetos materiales ni imágenes narcisísticas.
Entonces, lo que podríamos pensar que la tabla omicron podría estar regida
por lo imaginario y la Omicron por lo simbólico. Son tablas de cuatro
elementos: δααβ y βγγδ, según las flechas que le puso Lacan. O sea
estamos trabajando con un sistema que considera sincrónicos al menos cuatro
elementos consecutivos de la cadena. Estamos trabajando con ese sistema
mínimo. De nuevo nos encontramos con un orden simbólico de cuatro
elementos, considerados sincrónicamente –que no es lo mismo que
simultáneamente. ¿Entienden la importancia clínica de que no sea simultáneo?
Porque ustedes pueden poner como elemento constitutivo de la interpretación
algo que el paciente dijo en esta sesión y algo que dijo dos años atrás. Porque
ese “dos años atrás” no tiene valor, porque lo consideramos sincrónicamente
con lo que dijo ahora, si no, no se podría trabajar. Porque si ustedes proponen
¿y eso, qué querrá decir? Y cortan la sesión, es porque dejan abierta una
operatoria que implica la siguiente lógica: lo que aparezca entres sesión y
sesión –podría ser un sueño que respondiera a esa pregunta- o un material de
la próxima sesión, o de subsiguientes, van a estar comprendidos en un sistema
sincrónico con este elemento. ¿Pero qué querrá decir x? X ahí es S1. Nos
hará falta el término constitutivo del binario, S2. Pero S1 y S2 van a ser
considerados sincrónicos, no simultáneos. Y para que sean tomados como
sincrónicos, eso solamente es posible de ser leído en cadena de muchos más
elementos. Yo les puse el ejemplo de “fracasé”, pero es evidente que eso no
fue lo único que dijo esa persona, ni siquiera en la primera entrevista.
Tampoco lo dijo tan claramente, habló de muchas cosas. Para obtener entre
ese montón de cosas dónde poner el entre paréntesis que haga de una palabra
o de un conjunto de palabras un S1, hace falta un contexto. Pero a su vez, ese
contexto que determina a S1 no dice nada más que habilitar la apuesta de
hacer de ese elemento o conjunto de elementos S1. Si ustedes dicen “a mí me
parece que su problema es el fracaso”, en una intervención analítica, no
pierdan de vista que no han dicho nada. No han dicho nada. Porque en
realidad lo que hay que hacer es una operación analítica, hay que analizar la
cadena significante de tal manera que se entienda qué quiere decir “fracaso”.
Es una buena intervención, porque ya es indicarle al paciente de ese texto se
tomará tal elemento. Pero no hay que perder de vista que hasta que no se
haga el bucle anticipación-retroacción, de ese término no calculemos que
tendremos posibilidad terapéutica o curativa alguna. Si ni siquiera sabemos lo
que quiere decir, no sabemos por qué fracasó. Hay muchas personas a las
que le va peor y no dicen que fracasaron. No dicen “fracasé” las personas a
las que les va mal... las más pobres de la sociedad. Algunos dirán fracasé,
¿qué quiere decir?

Entonces, la tabla omicron: ¿ven que tiene cuatro elementos? Comprendidos


por delta-beta, y beta-delta, o sea, un par y su inverso. ¿Y ven que beta-delta
participan de este par (el segundo)? Yo las puse así a
propósito: α = (S)(_)(S)
γ = (D)(_)(D)
Primer par
β = (S)(_)(D)
Segundo par
δ = (D)(_)(S)

Tabla O: I δ α α β γ γ δ lo posible
I a
Imposible de escribir en γ R α
los lugares intermedios.
Lo que no cesa de no
escribirse. β δ S δ β

Posibles de escribir en un solo lugar intermedio, dependiendo del trío que se tome.

Y la Tabla omega tiene los pares alfa-gama, gama-alfa (primer par del cuadrito en
pág. anterior).

Tabla Ω: α δ δ γ β β α
S A
δ β

α γ γ α

Son indicaciones que yo les propongo agregar porque no están en el texto de


Lacan y si no, no se entiende. O sea, estas tablas están armadas ¿según qué?
Según el primero y el cuarto elemento. Una está armada con el primero y
cuarto elemento de aquellos elementos que en sí mismos (delta-beta y beta-
delta) son disimétricos, designan tríos que no son capicúa. Y la otra designa
tríos que son capicúa.
No sé qué les parece, pero daría la impresión de que estuviese mal, porque
estaríamos diciendo que fuese imaginario aquello que es disimétrico. Y como
nosotros trabajamos con que en lo simbólico no hay identidad, preferiríamos
que omega fuera armada así.
¿Se entiende lo que estamos diciendo? Dos cadenas significantes, una
armada con una legalidad imaginaria, y la otra ordenada con una legalidad
simbólica. Con lo cual, imaginario y simbólico no son significantes por un lado
e imágenes por el otro, no. Imaginario y simbólico son legalidades de la
cadena. Es una propuesta muy interesante de Lacan. Uno podría estar
escuchando al paciente recostado en el diván, sin verle la cara, y poder
establecer a pesar de eso que lo que está reinando en la cadena en juego en el
discurso es del orden imaginario, aunque no haya cuestiones vinculadas a la
imagen.
Vamos a ver cómo está escrita esta tabla, para saber qué quiso decir Lacan
con que en estos tres pisos, estarían lo simbólico, imaginario y real. (Ver tabla
omicron).
Si nosotros tenemos delta en primera, es D_S, ¿correcto?
Alfa respecto de delta –delta en primera, alfa en tercera- ¿puede alfa venir
acá? Sí. (flecha verde de delta a alfa en tabla omicron). Recuerden que si bien
estamos tomando cuatro elementos, la línea de determinación es de tríos. Con
lo cual, lo que vamos a trabajar es del primer lugar al tercer lugar, y del tercero
al primero de ese tercero (flecha roja de beta a alfa en tabla omicron), o sea, que
estamos trabajando los términos intermedios.
Si yo tengo delta en primera, alfa es un término que por estar delta en primera,
puede estar alfa en tercera. Si tengo beta en tercera, alfa en primera puede ir
(del segundo trío, formado por alfa, alfa, beta).
En la segunda sección de cuatro términos de esta cadena, si tengo beta en
primera, ¿puede ir gama en tercera? Sí. (flecha verde de beta a gama en tabla
omicron) Pero si tengo delta en tercera, ¿puede ir gama en primera? También.
(flecha roja de delta a gama en tabla omicron).
Con lo cual, Lacan ha escrito una cadena de deltas y betas de tal manera que
escribió arriba lo que puede ir, lo que es posible de escribir.
Ahora, si está delta en primera, gama ¿puede ir en tercera? No. Y si está beta
en tercera, gama ¿puede ir en primera? No. Es decir que gama es el término
que no puede ir a ninguno de los dos lugares intermedios del primer segmento
de cuatro de la cadena de arriba. O sea, gama es el término que no puede ir
ni a segundo ni a tercer lugar, siendo el tercer lugar el que se establece desde
el primero, y el segundo el primero que se establece desde el cuarto.

Vamos con beta: desde delta, beta podría ir al segundo lugar? Sí. Beta en
tercera, ¿permite a beta en primera? No, quiere decir que beta puede ir al
segundo lugar partiendo de delta, pero no puede ir al primero si hay una beta
en el tercer lugar. Y delta, estando delta en primera, podría ir otra delta en
tercer lugar? No. Pero estando beta en tercero, sí podría ir al primero.
Es decir, que gama está prohibido en ambos lugares, beta está prohibido en
uno de los dos lugares intermedios pero podría ir al otro, y delta lo mismo: está
prohibido en un lugar intermedio pero no en el otro.

Lacan escribió entonces una cadena significante en la cual tal como está
armada, todo podría ser, no hay imposibilidad ni determinación legal
evidentemente planteada en este nivel (el primero). En el segundo nivel
escribió lo que no entra de ninguna manera, y en el tercer nivel escribió lo que
no entra en una posición pero sí en la otra, y a la inversa. De ser así, si Lacan
dice que escribió los tres registros, entonces podríamos decir que este es el
registro imaginario (cadena de arriba, primer nivel), este es el real (segundo
nivel) y este es el simbólico (tercer nivel). (en letras rojas en tabla omicron).
Se los digo en lacanés: el segundo nivel es lo que no cesa de no escribirse.

Entonces, será imaginario cuando la determinación simbólica y real en la


cadena no se manifiesten. Que es lo que podría pasar perfectamente con una
persona que padece muchísimo, pero viene a consultar porque la mujer lo
obliga, y ustedes después de veinte sesiones –y ya hartos- le dicen: “No, mire,
no siga viniendo... si usted viene porque su mujer lo manda, usted hace seis
meses que viene y dice que no le pasa nada, que está todo bien...” O sea, no
se puede estar hablando todo el tiempo de tal manera que la determinaciones
simbólicas o imaginarias no aparezcan en lo que uno dice. Es la mujer la que
al verlo tan mal le dice que tiene que ir al analista. El tipo va, pero porque la
mujer lo mandó, pero puede estar hablando todo el tiempo de tal manera que
las determinaciones propias de su decir queden eludidas de su decir –y no
porque no las haya, sino porque es una cadena armada imaginariamente.
De esa cadena, se podría trabajar entonces que hay un nivel de lo imposible,
que no se puede decir de ninguna manera, para esa cadena significante
armada de esa manera. No es el “no se puede decir” de la tontera de la índole
de que el infinito nunca se podría decir, no. No es el “todo no se puede decir”
por el problema del infinito potencial o actual. No es esa la dimensión de real
que Lacan está planteando aquí.
La virtud de esto, es que lo que se plantea como real no deja de estar inscripto
en términos simbólicos. O sea, lo que dice Lacan aquí:

“La propiedad (o la insuficiencia) de la construcción de la red de los α,β,γ,δ


consiste en sugerir cómo se componen en tres pisos lo real, lo imaginario y lo
simbólico, aunque sólo pueda jugar así intrínsecamente lo simbólico como
representante de los dos primeros asideros”.

No niego la posibilidad de plantear que para determinado caso, cierta


manifestación del cuerpo opere para ese caso como lo real. Tampoco habría
que olvidar que la manifestación en el cuerpo de un texto de un paciente
perfectamente podría ir también para lo imaginario. O sea, el problema con la
nariz, puede ser real o imaginario. ¿Cómo saberlo? “Vengo a verlo por la
nariz”. Ahora, es en tanto que “nariz” como término entra en la cadena, que
puede llegar a operar como lo real. No es la nariz real. ¿Se entiende lo que
estoy diciendo? No niego que una cierta dimensión del cuerpo entre.
Ahora, vean que la diferencia entre lo real y lo simbólico no es de distinta
estopa o materialidad. Primero: vean que Lacan a los tres niveles los inscribe
como lo simbólico, los inscribe con términos simbólicos. Lo deduce del
funcionamiento de la estricta cadena significante –no trabaja ni con imágenes
ni objetos- y por otra parte, para inscribir los tres registros se utiliza material
simbólico. ¿Entienden lo que esto puede significar en la clínica, no?
Que nosotros “hablamos” de lo real. Porque no hay otra forma de introducir lo
real más que hablando de lo real.
Digo, para salir del atolladero de si el único acceso a lo real de la clínica sea el
silencio y el corte de sesión. O “intervenciones en lo real”, regalar un cuadro.
Hay un artículo, el canónico sobre intervenciones en lo real, que es un analista
que regala un cuadro con una letra china. Y propone que el regalo del cuadro
es real. No sabemos si nada lo indica en sí mismo si salimos de la convicción
de que real sea tridimensional. Porque quizás, el regalo del cuadro no fue una
intervención en lo real, quizás quedó perfectamente inscripto: se lo sabrá con
posterioridad. Pudo quedar inscripto como algo imaginario, o como algo
simbólico. No sabemos si quedó como lo que no cesaba de no escribirse, o
como lo que estaba prohibido en algunos lugares pero en otros no. Eso sería
"cuadro” como término.

La próxima reunión vamos a analizar cadenas con secuencias de beta-delta y


secuencias de alfa-gama. Estudien eso: ¿qué sucede cuando las alfa y las
gama empiezan a reproducirse? O cuando las delta y las beta empiezan a
reproducirse. Van a ver que hay funcionamientos distintos. Nos será
imperioso trabajar eso para pasar luego al sistema totalmente binario:
paréntesis, 0 y 1. ¿Hay preguntas?

E.L.: estos tres tiempos, ¿se pueden vincular con los tres tiempos lógicos?

A.E.: no sé. Yo no los trabajé así, no probé si se articulaba. Me parece que


está planteado en otra lógica. Nosotros decimos que no hay neurosis infantil
en la psicosis. ¿Eso equivale a que no haya recuerdos de la infancia en la
psicosis? Muchas veces sí, muchas veces no. Lo que caracteriza al recuerdo
infantil en la psicosis, si es que nosotros lo concebimos como ausencia de
neurosis infantil, es que no está atrapado en esta lógica del tiempo. O sea, eso
que quedó inscripto como primer tiempo, no será posible de ser tramitado como
tercer tiempo. Yo lo entiendo en esa lógica, que el tiempo en psicoanálisis
aparece en sistemas de este nivel de registro –con cuatro elementos- y en la
circularidad del bucle, que es: un término intermedio que opacifica, y los
extremos de determinación y determinación mutua: así como el primero
determina al tercero del trío, el tercero determina al primero. Y no tiene menos
valor, porque muchos pacientes vienen y dicen “bueno, pero si esta fue mi
infancia... entonces ya está, ya estoy arruinado”. Y uno podría plantearle que
no, que quizás lo fue en ese primer tiempo... pero si uno trabaja con el trauma y
lo real, que se acostumbre y se deje de joder. Pero si lo trabajamos con
tiempo humano, le podríamos plantear que se puede hacer algo con ese
tiempo, pero tenemos que comprenderlo en la lógica de que hay elementos que
parecen que son de otro tiempo, pero que son sincrónicos con la lógica de
éste. Es por eso que les proponía diferenciar sincrónico de simultáneo. No
son cronológicamente equiparables, pero son simultáneos en el sentido de que
constituyen un sistema. Algo que pueda ser tomado como un trauma de la
infancia, quizás lo más traumático que tenga sea que aún no pudo participar de
un trío que sea capaz de leerlo. Hay un montón de cosas que se pueden hacer
con las catástrofes sucedidas a uno en la infancia.
Quizás lo más traumático sea suponer que no haya nada que se pueda hacer,
como si fuese un elemento que tiene un valor en sí.
Hay mucho que se puede hacer con la orfandad. No es cierto que con eso no
se pueda operar, porque no es cierto que eso sea en sí. Participa de un
sistema: el problema es que ese sistema no se ve.
Ahora, respecto de ese sistema que no se ve, hay autores que dicen que no
existe, que es una ilusión neurótica suponer la existencia de ese sistema.
Que todo el inconsciente es una suposición neurótica que intenta volver a que
lo simbólico recubra lo real. Lo real es aquello que lo simbólico no puede
recubrir. Pero en realidad, en esta forma de plantear el problema –en Lacan
están todas las formas, no es esta ni la mejor ni la última, es la que yo elijo
porque creo que conviene, no tiene ningún otro valor- observen que aquí lo real
es tan sólo lo que en esta cadena no puede entrar de ninguna manera. Es tan
sólo lo que en una cadena, que tiene la virtud de hacer de los tres registros
algo absolutamente operable en la dimensión de la experiencia de palabra del
análisis.
Pero observen que la reelaboración del duelo traumático por el fallecimiento
accidental del padre, no tiene que ver con mandar al paciente al cementerio,
como hacen muchos lacanianos. Porque es real-real. Les parece que lo más
razonable es introducir alguna otra dimensión de real que se articule a eso.
Puede ir al cementerio, pero no sabemos nada, porque no sabemos el valor
que tiene la articulación. Pero si va al cementerio y luego dice lo que pensó en
el cementerio... podría haber pensado que su padre no fue su padre y que su
padre fue su tío. “Mi padre era un borracho que nunca se ocupó de mí, el que
se ocupaba de mí era mi tío”. ¿Y dónde estaba el trauma? Era un falso
trauma. La intervención en lo real es un imaginario. Es creer que porque
alguien se desplaza en el espacio tridimensional ese es el real con el que
estamos trabajando. Es un real, pero yo quiero presentarles esta otra
dimensión de lo real en Lacan que es la más olvidada, en una tendencia en la
que se está desconfiando mucho del valor de la palabra en análisis.
Me parece que el único valor que el análisis tiene en Occidente, es que es el
último recurso en cierta filiación con la ciencia, que recupera el valor de la
palabra.

Seguimos la próxima con la cadena L.-

Versión no corregida por el autor.


Desgrabación: Mariana Gomila
Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 6 – 16-06-06

Alfredo Eidesztein: la vez pasada les había citado la conferencia de Lacan


“Lo Simbólico, lo imaginario y lo real”, de la cual ahora voy a tomar dos párrafos
para hacerles una propuesta que quizás sea marginal al plan de trabajo que
venimos llevando tan ajustadamente, porque es de destacar que estamos ya
en la sexta reunión de un trabajo medianamente intenso –me parece- sobre
dos o tres páginas de Lacan, o sea, es un trabajo bien peculiar. Pero quizás
saliendo al margen o inscribiendo dentro de una política más vasta, quisiera
proponerles lo siguiente:
Primero, el estatuto con el que Lacan trabaja –propone- simbólico, imaginario y
real.

“De suerte que ensayaría esta noche, simplemente, de decir algunas palabras
sobre lo que quiere decir la confrontación de estos tres registros, muy distintos,
que son los registros esenciales de la realidad humana y que se llaman lo
simbólico, lo imaginario y lo real.”22

Bueno, el primer problema que tenemos aquí –Lacan no lo sostiene


sistemáticamente, pero sí lo dice otras veces más, además de esta- y es que
son los registros esenciales de la realidad humana. Algunas veces,
seguramente por el público y el intercambio con la gente, los propone como
circunscriptos a la experiencia analítica. Aquí no, aquí no los propone
circunscriptos, aquí puede considerarse equiparado a las dos tópicas
freudianas, que Freud tampoco las circunscribió a la experiencia analítica.
Pero al no quedar circunscriptas a la experiencia analítica, casi tendrían –si
muchos problemas- el estatuto de “filosóficos”. O sea, sería casi como
responder por lo humano del ser humano. Diríamos que lo humano del ser
humano se caracteriza por distinguirse en tres registros: lo simbólico, lo
imaginario y lo real.

El problema de esta posición es en primer lugar la controversia: por qué


podríamos sostener esto así, o sea, habría que abrir una discusión de por qué
se podría sostener que lo humano debería ser concebido de esta manera y
dividido en estos tres registros. Esa sería una discusión realmente muy vasta.
No sé si ustedes han investigado un poco, en vuestra formación, de dónde
provienen simbólico, imaginario y real. Hay varios artículos publicados, en
donde se ha buscado específicamente de dónde Lacan obtuvo simbólico,
imaginario y real, y todos han claudicado en el intento de hallar fuentes. O sea,
hoy la investigación sigue en cero, o sea, no se conocen la fuente de lo
simbólico, lo imaginario y lo real. Lo que yo –en lo personal- encontré como
más próximo a esta tripartición de lo humano, es en La Docta Ignorancia de
Nicolás de Cusa, pero claro, fíjense que sería un salto prácticamente al vacío,
porque La Docta Ignorancia sabrán ustedes que es muy citada por los autores

22
En la versión castellana: (2005) Jacques Lacan, De los nombres del padre, pág. 15. Buenos
Aires: Paidós.
lacanianos pero me da la impresión de que es muy poco leída. Ahora hay una
edición en dos volúmenes, bilingüe, accesible económicamente. Es
sumamente interesante. Apenas surge la perspectiva en el Renacimiento,
apenas surgen Leonardo Da Vinci, Durero, Alberti, trabajan todos con
anamorfosis. Ese es un movimiento de las mismas semanas. Nicolás de Cusa
es 1400 más o menos, apenas surge la formalización matemática propia a la
ciencia moderna, ya surge La Docta Ignorancia, o sea, la imposibilidad de
saberlo todo. La imposibilidad de saberlo todo como producto de un intento de
conocimiento científico, no es una posición filosófica. Lacan cita mucho a
Nicolás de Cusa, más de lo que parece. Está citado por Lacan en el Seminario
1, con lo cual, mi hipótesis es que sobre lo simbólico, lo imaginario y lo real
Lacan pudo tomar mucho de allí. El Dios de los cristianos es un Dios que
merece una explicación que justifique su existencia; pero no es el caso del Dios
de los judíos antiguos, ya que creer en Dios era evitar la pregunta por su
existencia, esa es la fe judía, que se llama emuná. La creencia cristiana es
poder responder afirmativamente la pregunta por la existencia de Dios. Y es
así que hay argumentos de la existencia de Dios. Un que produjo mucho
impacto es el Proslogion de San Anselmo, cuyo argumento fundamental es que
Dios es lo máximo. Nicolás de Cusa no sólo trabaja a Dios como lo máximo
sino como lo máximo y lo mínimo, considerados matemáticamente. O sea, lo
infinitamente máximo –les recomiendo leer La Docta Ignorancia, para que no
crean que el “no todo” es tan lacaniano de la última época... es de 1450 el “no
todo es posible de ser sabido”, lo dijo un obispo en 1450, lo publicó, y es uno
de los libros más famosos de cualquier biblioteca de 200 ó 300 libros, en
cualquier selección de libros famosos está ese. O sea, el “no todo puede ser
sabido” no es ni tan lacaniano, ni tan moderno, ni tan post-teorema de Gödel.
El argumento de Nicolás de Cusa es que Dios sería lo máximo y lo mínimo,
infinitamente máximo y lo infinitamente mínimo, o sea, lo trabaja
matemáticamente. Y lo sorprendente es que, ¿recuerdan lo que cité de Cantor,
Frege y Dedekin, con el infinito actual? Donde el argumento más sorprendente
para el sentido común es que el infinito actual –tal como lo trabajan esos
autores, fin del siglo XIX y comienzos del XX- es que cualquier parte de lo que
constituye el infinito, es infinito también. Por ejemplo, cualquier segmento de
recta de la recta infinita, tiene infinita cantidad de puntos también.

Elisa Bellman: vos decís que Lacan tomó lo simbólico, lo imaginario y lo real
de Nicolás de Cusa...

A.E.: es que en Nicolás de Cusa están lo simbólico, lo imaginario y lo real,


están los tres términos, es increíble. Y Lacan lo cita en el Seminario 1 y
muchas veces después, pero nunca dice que lo tome de ahí, al menos que yo
sepa, jamás encontré que Lacan vinculara lo simbólico, lo imaginario y lo real
con La Docta Ignorancia.
Es interesante, porque vean que el argumento que se utiliza para justificar no
sólo la existencia de Dios, porque Nicolás de Cusa trabaja directamente con la
Santísima Trinidad, o sea, lo que él justifica es la Trinidad, hay un capítulo para
Dios Padre, un capítulo para el Hijo y uno para el Espíritu Santo. Que podrían
ser considerados así: Dios Padre sería lo infinitamente máximo, su
encarnación en un ser humano sería lo infinitamente mínimo –pero son infinitos
iguales en el argumento- y el Espíritu Santo, la relación, que lo llama relación o
amor.

Entonces, el problema no sería solamente que Lacan lo tomara de ahí, que


sería una fuente muy complicada de articular, sino que sería una cosmovisión.
Nuestro problema de trabajar así, simbólico, imaginario y real, es que daría el
estatuto de cosmovisión, con lo cual Lacan habilitaría explicar el ataque a las
Torres Gemelas con lsimbólico, imaginario y real, como hizo Eric Laurent en
Virtualia. O sea, sería un argumento –con el cual uno podría estar de acuerdo
o no, como lo trabaja Eric Laurent, y hasta en que lo haya trabajado- basado
estrictamente según los lineamientos postulados por Lacan para simbólico,
imaginario y real, ya que responderían a los registros esenciales de la realidad
humana. Con lo cual, toda la realidad humana podría ser explicada en cierta
reducción con estos tres registros.

Ahora, si nosotros los tomamos así, habría que leer como segundo, y es el
motivo por el cual yo creo que aquí23 no dice simbólico, imaginario y real, yo
creo que aquí no dice simbólico, imaginario y real, porque para colmo Lacan
escribe lo simbólico, lo imaginario y lo real, y no como les gusta a muchos
lacanianos que es RSI. Real, simbólico, imaginario; que para muchos
lacanianos es la adecuada medida de la trascendencia. Lo más trascendente
es lo real, después queda lo simbólico más o menos, y lo imaginario es la
taradez máxima que no sirve para nada. RSI, que Lacan lo trabaja como la
herejía psicoanalítica. Pero en esta conferencia trabaja simbólico, imaginario
y real, y hay un párrafo que dice:

“¿Qué es lo que es puesto en juego en un análisis? ¿Es la relación real del


sujeto, a saber, reconocer su realidad según una cierta forma y según ciertas
medidas? ¿Es ello con lo que nos tenemos que ver en un análisis?
Ciertamente no. Es incontestablemente otra cosa.”24

Vean que Lacan dice que el psicoanálisis no tiene que ver con lo real. ¿Qué es
lo que está puesto en juego en un análisis? ¿La relación real del sujeto? No.
Es otra cosa.
Bueno, les quería hacer una propuesta, muy grosera –demasiado grosera- pero
si lo simbólico, lo imaginario y lo real, son tres registros esenciales de la
realidad humana, yo les propondría si justamente esta polémica que puede
plantearse respecto a qué es –en un psicoanálisis- lo que fundamentalmente es
puesto en juego, el funcionamiento considerado como rector del movimiento,
aquello que caracteriza al movimiento, la pregunta mía es: ¿no podría ser que
el psicoanálisis se escriba en la hegemonía de lo simbólico, lo imaginario como
la hegemonía en la psicología y lo real en la neurología y la psiquiatría?

S I R

23
En el título del libro “Jacques Lacan, los Nombres del Padre”, (2005) Buenos Aires: Paidós,
que contiene la conferencia “Lo simbólico, lo imaginario y lo real“.
24
En la versión castellana de Paidós, pág. 17.
Ψα Psicología Neurología
Psiquiatría.

Digo, que justamente el acentuar el valor de lo real, o sea, decir “es lo real lo
que determina la posición de un sujeto”, justamente ¿no podría ser para
nosotros... ven que escribí tres dimensiones de prácticas que se vinculan
bastante entre sí, ya que desde ciertas perspectivas muy generales, podría
decirse que son tres prácticas referidas a la enfermedad mental, al problema de
la salud mental, del síntoma neurótico o psicótico. La propuesta que les hago
es si no podríamos decir, si son los tres registros, que es en función a cómo
nos pongamos que se caracteriza nuestra práctica? Acentuar lo real, que en
última instancia se trata de lo real ¿no es la posición de las neurociencias? La
posición de la psicología ¿no es la que se caracteriza por lo imaginario, en el
sentido de lo común y lo general? “Me parece muy raro que una chica de 27
años aún no haya debutado”. Si una psicoanalista dijera eso, ese “me parece
muy raro” es porque está trabajando con cierta estadística que vincula a
grandes poblaciones, habrá que ver igual si esa psicoanalista conoce esa
estadística, me parece más bien que lo debe decir en relación a cuando ella
debutó o a cuando ella creía que debía haber debutado. Quizás la hermana de
esa psicoanalista debutó a los 18 y la psicoanalista a los 32, y siempre se sintió
una tarada por no haber debutado cuando debutó la hermana... entonces por
eso le parece raro que la paciente teniendo 27 todavía no hubiera debutado.
Pero vean que es una consideración que no hace hincapié en la condición
particular del sujeto sino que hace hincapié en condiciones de generalidad y
normalidad según censos y estadísticas. Esa podría ser la posición de la
psicología.
Y el psicoanálisis podría ser esa práctica que fundamentalmente hace hincapié
en la palabra. Mencionar toda la experiencia en función de la palabra.
Me parece que es una propuesta que se anuda bien a lo que estamos
trabajando, porque justamente les voy a proponer, voy a seguir proponiéndoles
en función de La Carta Robada, texto de Lacan del Seminario 2-Obertura de
los Escritos,1966, único libro publicado por Lacan, donde simbólico, imaginario
y real quedan como subsecuentes a cierta relaciones internas específicas de la
cadena significante, donde lo simbólico, lo imaginario y lo real van a ser
relaciones internas entre los términos de la cadena significante.

Voy a partir ahora del comentario de una página de La Carta Robada en los
Escritos, que es la 42 en español y 49 en francés. Primero, una corrección, ya
que hay un problema en la traducción. En la página 44 de la versión
castellana, después de las tablas Omega y omicron, es un párrafo que les debe
sonar ya que es muy impactante, que dice:

“La subjetividad en su origen no es de ningún modo incumbencia de lo real,


sino de una sintaxis que engendra en ella la marca significante.”

Este “en ella” no hay modo de articularlo con nada. Es un error de traducción.
Está hablando del origen de la subjetividad. La subjetividad tiene su ori gen en
la sintaxis, que engendra en ella...

Comentario: en la subjetividad...
Comentario: ¿en la sintaxis?

A.E.: no, porque se engendraría en la subjetividad el origen de la


subjetividad... es un error de traducción. En francés dice: “la subjetividad en
su origen no tiene ninguna relación con lo real”, rapport, no sé por qué pusieron
incumbencia. “...sino una sintaxis...” y en francés Lacan escribe “qu’y”. Esa “y”
no se traduce, pero en todo caso si lo quisieran traducir, sería “ahí”, no “en
ella”.

Eduardo Liljequist: es un indicador de un espacio anterior que está


(inaudible)

A.E.: entonces: “la subjetividad en su origen no tienen ninguna relación con lo


real, sino una sintaxis que engendra allí –en lo real...

Eduardo L.: en la subjetividad.

A.E.: no, en lo real. Porque no puede decir que la sintaxis engendra


subjetividad en la subjetividad.

E.L.: pero no está repetido subjetividad...

A.E.: la marca significante, ¿dónde engendra subjetividad con la introducción


de la sintaxis? En lo real, no en la subjetividad. Ese “ahí”, es en lo real.
Bueno, hagan como quieran, a mí me parece que hay una diferencia de
traducción y es que ese “y” (en francés) no es “en ella”.

E.L.: ese “ella” no queda suelto, no hay un error de traducción. Indica un


lugar...

A.E.: a mí me parece que sí, que el “y” no es “en ella” y que tenés razón,
indica un lugar, una precedencia.

E.L.: pero... (inaudible)

A.E.: bueno, pero vos qué querrías decir?

E.L.: que dijiste al comienzo que eso quedaba suelto y no tenía traducción.

A.L.: no, no dije eso. Lo que digo es que un profesor de francés tiende a decir
que cuando hay que traducir al español ese “y”, habitualmente conviene no
tomarlo en cuenta. Pero si hubiese que traducirlo, aquí, habría que establecer
a qué se refiere. Con “ella”, el traductor pone una vuelta muy complicada y que
es que la subjetividad surge de la subjetividad. Pero si pusiera un “ahí”
entonces tendría la virtud de referirse a lo real. Entonces, sea como sea, aquí
habrá que asumir una posición –traduttore, tradittore- lo que estoy trabajando
con ustedes hace seis reuniones es que la subjetividad no proviene de lo real.
Si quieren un parrafito de Lacan de la página siguiente, dos páginas más,
donde está el esquema L, dos párrafos hacia arriba, dice:
“Es precisamente la cuestión a la que Freud regresa una vez más en Más allá
del principio del placer...

Se acuerdan que dijimos que lo más sorprendente era que La Carta Robada
fuera el comentario en el Seminario 2 de Más allá del principio del placer,
donde podría haber sido que muchos psicoanalistas hubieran empezado a
argumentar que la subjetividad tenía su origen en las pulsiones, siendo las
pulsiones esa exigencia del trabajo a la que el cuerpo somete a lo psíquico.
Con lo cual, es muy importante ver si la subjetividad proviene de lo real o si la
subjetividad es un efecto de la sintaxis en lo real.

“Es precisamente la cuestión a la que Freud regresa una vez más en Más allá
del principio del placer, y para señalar que la insistencia en que hemos
encontrado el carácter esencial de los fenómenos del automatismo de repetición
no le parece poder encontrar otra motivación sino prevital y transbiológica.”25

¿Escucharon? prevital y transbiológica, siendo vital y biológico dos nombres


perfectos de un real. El real de lo vital lo o el real biológico.
Me parece que esta forma de argumentar de Lacan trae muchos problemas, o
sea: decir que su interpretación de Freud sea lo que dijo Freud. Me parece
que esa forma de argumentar es muy compleja, porque luego uno va a leer a
Freud y encuentra otra cosa, y al encontrar otra cosa, uno cree que esa otra
cosa es lo que Lacan dice, porque Lacan dice que él dice lo que dice Freud. A
veces dice lo mismo que dice Freud y otras veces dice cosas muy distintas,
otras veces lo contradice o propone otro tipo de solución.
Pero observen que para Lacan, dicho por Lacan como si lo hubiese dicho
Freud –pero al menos lo dice Lacan- el automatismo de repetición proviene en
todo caso de una realidad que es pre-vital, o sea, aun antes del nacimiento de
alguien, antes del nacimiento de nadie ya está armada la cadena que insistirá.
O sea, efectivamente: dada esta historia de tus abuelos, interpretada y vuelta a
poner en circulación por tus padres... el automatismo ya está desplegado para
que se aplique en tu vida. Eso es prevital y es transbiológico, o sea, está del
otro lado de lo biológico, no proviene de la exigencia de trabajo, no proviene del
instinto, no proviene de la pulsión. Con lo cual, me parece importante que si
leemos este párrafo para ayudarnos a leer el anterior, me parece que decir que
la subjetividad, al menos en el contexto de La Carta Robada –ya sé que Lacan
dice muchas cosas, yo estoy de acuerdo con Jacques-Alain Miller en que no
hay una teoría lacaniana, quizás haya un pluralidad de teorías y uno la vaya
armando según lo párrafos que tome y los párrafos que reprima- según una de
las teorías que se pueden desprender de Lacan, el automatismo de repetición y
la compulsión de repetición provienen de un efecto de la sintaxis en lo real.

Formulo la pregunta: ¿qué posibilidades hay de que aparezca cara tres veces
consecutivas en el lanzamiento de la moneda, correctamente fabricada? Las
posibilidades que surjan no provendrán de lo real. Si ustedes respondiesen
1/8, 1 de cada 8 series de tres será la que estás buscando, ese 1/8 no proviene

25
“Seminario sobre ‘La Carta Robada’”, en Escritos 1, pág. 46 (2da. reimpr., 1988) Siglo XXI
de lo real. Se puede contestar que es 1/8, porque la pregunta ha introducido
en el mero lanzamiento puro de una moneda, una sintaxis, que al haber
introducido esa sintaxis, permite obtener –aparentemente del lanzamiento de
una moneda- esa respuesta.
Retomo el párrafo que estaba después del repartitorio:

“Que el nexo aquí manifestado es nada menos que la formalización más simple
del intercambio es algo que nos confirma su interés antropológico. Nos
contentaremos con indicar en este nivel su valor constituyente para una
subjetividad primordial, cuya noción situaremos más abajo.” 26

Lacan por primera vez propone entonces el advenimiento de una subjetividad


primordial a partir del repartitorio. Antes del repartitorio entonces, no están los
elementos mínimos para postular en términos de Lacan lo que él considera una
subjetividad primordial. Los elementos que yo había destacado a nuestra
consideración para establecerlo eran: que operábamos con cuatro elementos,
y que al operar con cuatro elementos aparecía la dimensión del tiempo
humano, tiempo que se caracteriza por la anticipación y la retroacción.
Entonces, para el advenimiento de una subjetividad primordial hace falta el
establecimiento de cuatro elementos. Me parece que podría ser para nosotros
una buena indicación clínica. Si ustedes quisieran presentar un caso, siendo
coherentes con este postulado de Lacan, tendrían que al menos establecer
cuatro elementos. Con lo cual, no podríamos tener un caso si no contáramos
con esos cuatro elementos. En el esquema Lambda, los cuatro elementos
podrían ser: S, a, a’, A. Según el grafo del deseo, podría ser: s(A), A, ( D) [S
barrado rombo D ] y S( ) [S de A barrado]. Si ustedes quisieran presentar un caso, lo
mínimo requerido según esta lógica es poder dar cuenta de cuatro elementos y
que esos cuatro elementos participen de una estructura. Es por eso que no
nos sirve para esta lógica operar de la noción matemática de conjunto, porque
el conjunto no establece para nada la relación que guardan entre sí los
elementos salvo el que pertenezcan al mismo conjunto, en cambio el grafo o de
esquema, establecen relaciones. Por ejemplo, en la tópica freudiana, el
preconsciente es lo que distingue y hace barrera a lo conciente y lo
inconsciente. Esa forma de escribir la primera tópica freudiana es relacional,
no sería el mismo sistema si escribiésemos: Icc, Cc, Precc. en ese orden ya
no es Freud, porque con esa secuencia ya no responde a la lógica con la que
funciona el aparato freudiano. En este sistema, la estructura cuatripartita nos
obliga a escribir en un sistema así:

26
“Seminario sobre ‘La Carta Robada’”, en Escritos 1, pág. 43 (2da. reimpr., 1988) Siglo XXI
Cuya lógica, para Lacan es el Grupo de Klein, o sea, no conjunto ni estructura
sino la teoría matemática de grupo. Este sería un grupo cuatripartito, un grupo
de cuatro elementos.
Mariano: esto es para la neurosis. ¿Y para la psicosis?

A.E.: para la psicosis, lo que nosotros decimos es que esto no opera. O no lo


podríamos plantear en la misma lógica. Para empezar, no tendríamos estatuto
de tiempo, porque desde el tercer tiempo no se podría resignificar el primero.
Por ejemplo en una alucinación o un delirio. Aunque muchas veces lo
intentamos hacer con el psicótico, de decirle si está seguro que lo escuchó,
¿no se lo habrá imaginado? Que eso es lo que hace el neurótico: cuando se
acuerda de algo de su familia enseguida aclara que no está seguro, que tal vez
sea algo que él se imaginó. Efectivamente, en la psicosis no tendríamos esta
estructura del tiempo, es por eso que se puede afirmar con Lacan que no hay
neurosis infantil en la psicosis, no porque no haya recuerdos infantiles sino
porque no son capaces de ser resignificados, porque no funcionan estos tres
tiempos.

Ahora viene lo del tiempo:

“El nexo, teniendo en cuenta su orientación, es en efecto recíproco, dicho de


otra manera, no es reversible, pero es retroactivo.”

En el repartitorio. Es muy importante que nosotros lo trabajemos. Lacan dice


que el nexo entre α,δ y α,β, teniendo en cuenta su orientación, es recíproco, es
decir que hay una dimensión del nexo que va de un lado hacia el otro y
viceversa, pero no es reversible.

nexo entre (no reversible, pero retroactivo)


α , δ α , β
Repartitorio AΔ: α,β,γ,δ
γ , β γ , δ
1er. tiempo 2do. tiempo 3er. tiempo

es la misma lógica que se expresa en la relación amo-esclavo: no hay amo sin


esclavo ni esclavo sin amo, pero no es lo mismo lo que el amo le aporta al
esclavo –la vida- que lo que el esclavo le aporta al amo –el producto de su
trabajo.

A E

Es muy importante para que lo pensemos. Porque muchas veces nos


encontramos con duplas de esta índole, por ejemplo: parejas amorosas, a
veces pretendemos que -para que la pareja conserve cierta armonía- que el
vínculo sea reversible y eso es ridículo. Porque si estas letras fueran para
designar partenaire, podría ser que se trate de una relación armónica y
satisfactoria siendo que A ama a E, mientras que E no ama a A. A pesar de
ello podría ser perfectamente armónico, puesto que podría ser que lo que le
suceda a E –como a muchas mujeres- sea que ama que A lo ame. Pero no
ama a A. O sea, ama el amor que se les tiene. Y las parejas funcionan
perfectamente bien. Por eso es tan importante cuando Lacan establece
amante y amado, hay parejas muy bien constituidas entre un amante y un
amado. Nosotros como tenemos una pregnancia muy fuerte de lo imaginario
reversible -ahora lo vamos a trabajar- solemos creer que la relación funciona
bien cuando A y E son recíprocos.

“Así, si se fija el término del 4to. tiempo, el del 2do. no será indiferente.”27

Recuerden que les había planteado que cada vez que pasamos a trabajar con
una estructura constituida con mayor cantidad de elementos, 4 elementos en
α,β,γ,δ; también somos capaces de leer en cuatro términos consecutivos
de la cadena. Entonces Lacan dice que establecido el cuarto, el segundo no
será indiferente. O sea, observen que según el repartitorio, a partir del primero
el segundo puede ser indiferente porque después del primero puede venir
cualquier otro término, pero si avanzamos, a partir del cuarto ya se puede
establecer que el segundo no fue indiferente, ¿ven la retroacción?

Cadena de cuatro términos

Tabla O: δ α α β

Si un paciente viene y dice: “Yo hoy quería hablar de tal cosa”, sigue hablando
y al rato se da cuenta de que está hablando de otra cosa, y dice: “Uy, qué raro,
le dije que quería hablar de mi hermana y terminé hablando de mi hermano,
¿por qué será que estoy hablando de mi hermano?” Y efectivamente al querer
hablar de la hermana pudo pasar a hablar del hermano, pero no puede
explicarse por qué. Ahora, la explicación a ese por qué, vendrá desde el cuarto
término (β), porque el cuarto término (β) es el tercero para el segundo (α)
considerado como primero.
En la lógica del repartitorio, hay un nexo que va del primero al tercero y del
tercero al primero; pero observen que no es el mismo porque no son las
mismas duplas28, en uno es α,δ y en el otro es α,β, nosotros hubiéramos
querido que fuera alfa-delta y beta-gama, pero no es así: están cruzados. No
están armados en espejo.

27
“Seminario sobre ‘La Carta Robada’”, en Escritos 1, pág. 43 (2da. reimpr., 1988) Siglo XXI
28
Ver repartitorio en la pág. 8 de esta clase.
Con esta lógica entonces podemos decir que a partir de un término puede venir
cualquier otro: “Uy, qué raro, quería hablar de mi hermana y hablé de mi
hermano, no sé por qué”. Pero se puede saber por qué si uno hace continuar
la cadena significante desde el cuarto, retroactivamente, se puede establecer la
lógica de éste.
A mí me parece que en la obra teórica de Lacan y también en su práctica
clínica –ya hay casi 10 libros publicados de casos de Lacan, no publicados por
él pero sí por sus pacientes que testimoniaron de su análisis- me parece que
en 1966 hay un gran quiebre. Porque esta lógica nos hace ir muy en contra de
la sesión corta, no? Imaginemos a un lacaniano: un lacaniano de pura cepa,
cuando escucha “yo quería hablar de mi hermana y terminé hablando de mi
hermano”, le corta la sesión. No sé por qué pero le corta la sesión. Pero vean
que ahí justamente lo que se indicaría es que habría que seguir, porque hasta
que no aparezca el cuarto término, no tendremos las determinaciones
suficientes como para entender por qué. Entiendan que este es un verdadero
problema para el tipo de clínica fundamentalmente de Lacan de 1966, porque
esto va en contra de la sesión corta. ¿Por qué va en contra de la sesión corta?
Porque nos obliga a darnos cuenta de que hay que desplegar la cadena.
Lacan citaba a los pacientes por hora, y tenía en la sala de espera a 10 ó 15
personas, y cada vez que salía, llamaba a cualquiera: “A ver, ¡usted!”. Una
vez sucedió que le dijo “¡Usted!” a un tipo, y el tipo dijo “¿Quién, yo?” y Lacan
respondió “Bueno, dejamos acá.” ¿Les sorprende que sea una intervención
de Lacan? A mí, no. Pero no sé qué quiere decir, porque en realidad no sé
qué pasó, y no sé cómo Lacan pudo saber qué pasó. Porque ustedes me
podrán decir que Lacan conocía muy bien al paciente, era un paciente que
dudaba... obvio, si no, ¿qué dato íbamos a poner? Pero si era un paciente que
dudaba, cuando dice ¿quién, yo?, ustedes ¿están seguros de que dudó?
¿cómo saben que el paciente ahí dudó? Si no, estaríamos suponiendo que el
significante en tanto tal significa algo. No podemos llegar a saberlo, ni siquiera
él mismo puede llegar a saberlo. Y en realidad no fue una duda, fue un
recuerdo, un automatismo de repetición que le tomó porque Lacan le hizo
recordar a ese profesor de literatura que llama así a los alumnos, motivo por el
cual él se peleó tanto con la literatura que terminó no siendo escritor. Ven que
podría no tener nada que ver con la duda, sino con la interpretación del deseo.
¿Cómo saberlo? Digo, la sesión corta –que es la sesión propuesta por Lacan-
que nosotros preferimos llamarla “de tiempo variable”, cuando en realidad lo
que Lacan proponía era sesión de tiempo variable lo más corta posible. Pero
observen que en esta lógica no es tan razonable proponer que habría que tener
hasta prisa por cortar; porque teniendo prisa por cortar, no se puede saber por
qué se ha cortado en determinado momento, porque los elementos no
establecen su valor recíproco en series tan cortas. Después de un término
podría venir cualquier otro: “Pase”, “¿Quién, yo?”, y quedarnos en el segundo
término. Otra cosa sería hacerlo pasar y preguntarle, o quizás hasta él mismo
podría decir: “No sé por qué dije “quién, yo”, si yo estaba esperando que usted
me llamara, era evidente que tenía que pasar yo, no sé por qué lo dije, porque
yo nunca dudo ni vacilo... ¿por qué habrá sido?” ¿Cuál es la respuesta? Siga
hablando. Porque si no sigue hablando, no se establece el valor de los
elementos, y estaríamos interviniendo sin las condiciones mínimas de una
subjetividad posible de ser establecida por el psicoanálisis. Si no estamos
trabajando con eso, entonces habría preguntarse muy bien con qué se está
trabajando... tal vez se esté trabajando con psicología: “Está mal dudar, es de
tontos dudar, es mucho mejor ser decidido”. La verdad es que yo no sé ¿es
mejor ser decidido que dudar? ¿Está mal dudar? ¿Tiene algo de malo dudar?
Podría ser que en algunos pacientes se establezca la duda como síntoma, en
algunos. Pero cortar de esa manera, es sancionar la duda. Y si se sanciona
el dudar, es porque para el analista dudar significa algo. Y no se puede saber
qué significa verdaderamente.

“Puede demostrarse que de fijarse el 1ro. y el 4to. término de una serie,

δ,β y β,δ [en la tabla omicron] y aquí es α,γ y γ,α [en la tabla Omega], se acuerdan
que les había propuesto distinguir alfa-gama por un lado y beta-delta por el
otro, porque alfa-gama designaban tríos simétricos a su vez, y beta-delta tríos
disimétricos a su vez.

α = S{[(S)(_)(S)]}
γ = S{[(D)(_)(D)]}

β = D{[(S)(_)(D)]}
δ = D{[(D)(_)(S)]}

Así que tenemos unas tablas organizadas de una manera, y estamos


estableciéndolas en función del primero y el cuarto término. Nosotros tenemos
primero y cuarto, supongamos que en una sesión se trabajó delta, y se produce
una interrupción del tratamiento. Y el paciente reaparece después de cierto
tiempo y el material con el que aparece es beta. ¿Qué ha sucedido entre delta
y beta? Tenemos un término, desconocemos los dos siguientes y tenemos el
cuarto:

O: δ __ __ β

Esto es muy difícil de soportar, porque habitualmente los psicoanalistas


preferimos creer que trabajamos mal antes de soportar esto. ¿Recuerdan esa
sesión en la que Freud estaba contento porque había logrado al fin
convencerla? A la siguiente, Dora le dice en forma indirecta... porque ya había
decidido no venir más.
Bueno, supongan que ustedes produjeron una interpretación magnífica, pero a
la siguiente sesión el paciente no viene. Ahí empiezan a pensar que se
equivocaron, que creyeron haber hecho una interpretación maravillosa, pero
resultó ser un desastre porque a la vez siguiente el paciente no vino. Pero la
tercera vez el paciente aparece. Pero no se puede decir que ustedes dijeron
un error y que la ausencia del paciente fue un acting. El problema es que ni
siquiera eso se puede saber, porque lo pudo haber atropellado un colectivo, se
pudo haber enfermado y no fue un acting.
Pero sí conocemos el cuarto término. Entonces Lacan plantea que si tenemos
una cadena de cuatro términos, de la cual no conocemos los intermedios.
Entonces con el repartitorio se opera así: a partir del primero, podemos
establecer los dos que sí pueden ir al tercer lugar y los dos que no pueden ir al
tercer lugar.

Cadena de cuatro términos

O: δ __ __ β (cadena ordenada imaginariamente)

sí α α
δ β sí

no γ γ no
β δ

Si tenemos delta en primera, en tercera pueden ir alfa o beta, pero no pueden ir


gama o beta. Desde beta, lo mismo hacia el otro lado, podemos decir que beta
en tercera (beta sería el tercer término de un trío cuyo primer lugar
desconocemos) permite escribir alfa y delta en lo que sería para ese trío el
primer lugar (que tiene a beta como tercero), pero que en la cadena de cuatro
(que empieza en delta) correspondería al segundo término desconocido, y no
podrían ir gama o beta.

Yo les había dado la pista de que Omega y omicron podrían equivaler a lo que
en francés podrían ser A y a. Con lo cual, Omega podría ser S, simbólico; y
omicron, a, lo imaginario. Podríamos tomar de las letras elegidas por Lacan
una pista. Fíjense que si esta fuera la cadena ordenada imaginariamente (tabla
omicron), ¿qué términos eligió Lacan para escribir en los lugares intermedios?
¿los que están arriba o los que están abajo? Los que están arriba, ya que
escribió alfa y alfa. Son los términos permitidos. O sea, a la cadena imaginaria
Lacan la completa con los términos que según los extremos, están permitidos.
Veamos qué sucede con la tabla Omega:
Si está alfa en primera, delta no podría ir. Con lo cual observen que la tabla
imaginaria (omicron) es una cadena significante, donde se han rellenado los
lugares intermedios con aquellas términos que sí pueden ir, que están
permitidos. Mientras que la tabla ordenada por lo simbólico (Omega) está
rellenada con los términos que no se pueden poner.

Ω: α δ δ γ
S
prohibidos
Podría ser la diferencia en la posición de alguien que ha hecho entrada en
análisis, de aquel que no haya hecho entrada en análisis. “¿Qué tal su vida?”,
“Todo bien, me va muy bien, bien en mi matrimonio, bien con los chicos, bien
en el trabajo, todo muy satisfactorio”. Y tiene psoriasis en todo el cuerpo, pero
él está bárbaro... “¿Por qué viene?”, “Me mandó el dermatólogo”, “¿Cómo
anda su vida?”, “Todo bien, perfecto”. Uno cuenta hasta tres y pide que se le
den más detalles, y continúa diciendo que está todo bárbaro –salvo la
psoriasis- pero todo bien. Ese sería un caso en el que se puede rellenar la
cadena significante con todo lo que pueda ir. Pero también se podría poner
como relleno en los términos de la cadena significante aquello que no va.
“Vengo a verlo porque lo que no va en mi vida es esto, esto y aquello”.

Observen que las lógicas que Lacan propone designar como cadenas
ordenadas simbólicamente, o cadenas ordenadas imaginariamente, es según
las relaciones internas que los elementos guardan entre sí. O sea, no tiene
que ver lo simbólico con las palabras ni lo imaginario con las imágenes. No
tiene que ver lo simbólico con las relaciones entre significantes y lo imaginario
con las relaciones entre los cuerpos. No siempre Lacan dice esto, también
dice que lo simbólico son los significantes, que lo imaginario es el cuerpo y que
lo real es el goce. Pero también dice esto otro.

Elisa B.: una pregunta. En la línea imaginaria, vos decís que Lacan elige alfa
y alfa...

A.E.: estamos trabajando con dos cosas. Las líneas imaginario, simbólico y
real es una cuestión. Ahora estamos comparando dos cadenas.

E.B.: en la cadena omicron, que figuren alfa y alfa en 2° y 3° lugar, ¿es


arbitrario? ¿no podrían ir delta ni beta? ¿Lo hace Lacan arbitrariamente o hay
una razón que me estoy perdiendo?

A.E.: sea lo que fuere, si delta estuviese acá, estaríamos diciendo que tendría
otro destino acá. Mejor veamos primero qué es gama.

Cadena δ-β, imaginaria

Tabla O: I δ α α β γ γ δ
a
γ R α
posición intermedia
par excluido β δ S δ β

δ β par inverso, permitido, idéntico a la cadena δ-β


Si tenemos gama en esta posición intermedia, quiere decir que gama no puede
ir al 3° lugar estando delta en el primero, ni puede ir al 3° lugar arrancando en
sentido inverso desde beta. Eso es una convención de escritura. Estando
delta en primer lugar, no puede ir otra delta al tercer lugar, pero sí una beta. Si
arrancamos desde beta en el sentido inverso, no puede ir otra beta al 3er. lugar
pero sí una delta.
Otra pista para pensar por qué esta cadena podría ser imaginaria, les doy la
clave de por qué es la imaginaria: el par beta-delta es el par excluido de la
cadena delta-beta. El inverso a beta-delta es el permitido (delta-beta).
Entonces el permitido (delta-beta) qué relación guarda con la cadena que
estamos trabajando? La cadena es delta-beta, entonces la relación que guarda
es la de ser idéntico. Entonces, esta es la cadena imaginaria, porque lo
idéntico está permitido.

Observen el caso de la tabla Omega:

Cadena α-γ, simbólica

Tabla Ω: α δ δ γ β β α
S, A
δ β

α γ γ α

par idéntico, excluido, no permitido.

Habíamos dicho que era la cadena simbólica, y la cadena acá es alfa-gama.


Pero vean que el par excluido, el idéntico, es el que no está permitido. En la
cadena simbólica, lo idéntico no está permitido.
O sea, hay varias pistas que habilitan tomar como válido a Omega y omicron tal
como les proponía, en tanto simbólico e imaginario. En la cadena ordenada
imaginariamente, lo idéntico va, pero en la ordenada simbólicamente, no.

Volviendo al texto, en la página 44 dice:

“Esto podría figurar un rudimento del recorrido subjetivo,

De vuelta, recuerdan que antes habíamos dicho “subjetividad primordial”, esto


podría establecer un rudimento de recorrido subjetivo, ¿ven el recorrido?
Serían todas estas flechas en las tablas de referencia:

Tabla O: δ α α β γ γ δ
Tabla beta-delta
Tabla delta-beta Determinación simbólica opacificada por el ste.
Una flecha marca la taba delta-beta, otra beta-delta. Y las otras indican que
siempre el efecto significante está opacificado, ya que siempre después de un
término parece que pudiera venir cualquier otro. Recuerden que habíamos
dicho que en el pasaje de un orden de tres a un orden de cuatro, la
determinación simbólica se había opacificado, y al haberse opacificado,
empezaba a funcionar el significante. O sea, el signficante sólo opera como tal
opacificado. Es muy interesante para todas las referencias a los desarrollos “a
cielo abierto”. El significante, por definición, no puede operar a cielo abierto.
Tiene que estar opacificado. Por ejemplo: decir que he soñado y que en ese
sueño se me ha revelado la clave de lo que venía trabajando... da para
desconfiar. Ya que si eso no está opacificado ni requiere un trabajo de
interpretación, entonces habría que desconfiar, porque eso no es significante.
Los que trabajan en clínicas psiquiátricas, ¿han visto la perspicacia social de
los pacientes esquizofrénicos más graves? Empiezan a repetir, por ejemplo:
“el enfermero Hernández no viene más, el enfermero Hernández no viene
más...” y al enfermero lo acaban de echar, y uno se pregunta cómo este
paciente que hace cuatro años que no se baña, que casi no come, que vive
colgado de la palmera, que no habla con nadie... ¿él se vino a dar cuenta? Sí,
porque lo que caracteriza a la posición es que no está opacificado. Es lo
notable de esa posición, es muy evidente en la clínica. Para nosotros, si opera
la estructura cuatripartita, esto opera opacificado.
De hecho, me parece que también es una gran polémica respecto al desarrollo
de la clínica actual en torno al estatuto de lo que consideramos específico de
nuestra clínica, porque quienes trabajan con el concepto de goce, trabajan con
que el goce se manifiesta ahí donde está, o sea, Freud vió el goce desconocido
para el Hombre de las Ratas, con lo cual ahí habría goce no opacificado. Pero
si ha entrado lo no opacificado, entonces ya no responde a esta lógica.
Siempre de lo que se trata en psicoanálisis implica algo así como la Docta
Ignorancia: siempre hay que desconfiar de lo que parece como más evidente,
porque siempre hay una dimensión que está opacada y hay que hacer siempre
un trabajo para poder interpretar.

Continuamos:

“Esto podría figurar un rudimento del recorrido subjetivo, mostrando que se


funda en la actualidad que tiene en su presente el futuro anterior. Que en el
intervalo entre ese pasado que es ya y lo que proyecta se abra un agujero que
constituye cierto caput mortuum del significante (que aquí se tasa en tres cuartos
de las combinaciones posibles en las que tiene cómo colocarse),26 es cosa que
basta para suspenderlo a alguna ausencia, para obligarle a repetir su
contorno.”29

Aquí, en la polémica de la posible lectura de la preeminencia de lo real o la


preeminencia de lo simbólico, o la preeminencia de la palabra y el significante
versus la preeminencia del goce; algo así como la preeminencia de lo simbólico

29
“Seminario sobre ‘La Carta Robada’”, en Escritos 1, pág. 44 (2da. reimpr., 1988) Siglo XXI.
La nota 26 que figura en este párrafo, es una nota de Lacan a pie de página.
y la historia versus la preeminencia del cuerpo; este párrafo es muy importante
para una de esas dos posiciones. Lo vuelvo a leer.
“Esto podría figurar un rudimento del recorrido subjetivo, mostrando que se
funda en la actualidad que tiene en su presente el futuro anterior. Que en el
intervalo entre ese pasado que es ya y lo que proyecta se abra un agujero que
constituye cierto caput mortuum del significante (que aquí se tasa en tres cuartos
de las combinaciones posibles en las que tiene cómo colocarse),26 es cosa que
basta para suspenderlo a alguna ausencia, para obligarle a repetir su
contorno.”

Lacan trabaja con ese tiempo verbal propio del francés es el futuro anterior, y
que aquí responde a estas lógicas de anticipación y retroacción, o sea, una
dimensión fundamental del opacamiento significante, es que el psicoanalista no
puede operar en lo actual: hay que hacer de cualquier hecho actual, algo que
sea pasado, para que advenga un presente que establezca las relaciones de
determinación. Es por eso que vale el “siga hablando”, nosotros no buscamos
que los pacientes hablen, la gente habla, el hablar no cura, ni siquiera hace
bien hablar, hablar se habla, puede hacer bien o puede hacer mal. Lo que
nosotros buscamos es que se desarrolle la cadena significante, y a veces, para
que se desarrolle la cadena significante, hacen falta intervenciones del analista.
Una vez supervisé un caso de diez u once años de análisis y la persona que
supervisaba presentó el caso y cuando termina de presentarlo, después de
cuarenta minutos, le pregunto ¿y el padre? Y me responde “Ah, nunca habló
del padre”. O sea, quizás nunca lleguemos a encontrar el cuarto término que
determine porque si nunca se habló del padre... me parece que en ese caso el
analista tenía una posición bien lacaniana en esto de tomar al significante a la
letra, no teniendo que el analista introducir nada de lo suyo, pero me parece
que al menos uno podría decir que el padre estaba...

Comentario: presente por su ausencia.

A.E.: o excesivamente presente... ¡once años de análisis sin haber hablado del
padre! Y el analista tan tranquilo... “nunca habló de eso”. Observen que eso
es suponer que el inconsciente es una galera. Y que hay que esperar que la
paloma salga de la galera, porque ya se la puso antes. Y esa es una práctica
esencialmente individualista, como una persona mirando a través del
microscopio y lo que veía era lo que surgía de los cristales, no se podía
introducir nada para no contaminar el experimento... ¡Jamás se le preguntó por
el padre! No se trata de que “siga hablando”, se trata de establecer la cadena
significante donde se restablezcan los nexos lógicos, y a veces para que
aparezca esa cadena hay que intervenir. ¿Y su padre? ¡Qué raro que usted
nunca haya hablado de su padre...! “Es que yo a mi padre lo odio”. ¡Ahhh!
¿Por qué no me cuenta?

“Esto podría figurar un rudimento del recorrido subjetivo, mostrando que se


funda en la actualidad que tiene en su presente el futuro anterior.

Otro problema de esta lógica –la de que para poder interpretar una dimensión
del presente haya que convertirlo en pasado para que reciba las
determinaciones del futuro- es que es un tiempo muy loco. Quiere decir que
solamente después sabremos lo que esto quiere decir. No es la historia, es la
estructura del tiempo para el psicoanálisis. Nosotros los psicoanalistas
tenemos que tener mucho cuidado cuando hacemos del psicoanálisis una
cosmovisión, porque son muy estúpidas nuestras intervenciones al interpretar
hechos actuales, los psicoanalistas no sirven para interpretar hechos actuales.
Supongan cualquier hecho: un asesino serial, las Torres Gemelas, la estafa de
algún psicoanalista, etc. Todo lo que diga un analista sobre estas cuestiones
es pura pavada, desde la perspectiva de pretender hacer de eso una lectura
psicoanalítica. Es psicología pura. Porque para poder leer desde el
psicoanálisis, tendría que avanzar la cadena, y tendríamos que contar tanto las
anticipaciones como las retroacciones para establecer el sistema cuatripartito
que nos va a permitir leer.

“... Que en el intervalo entre ese pasado que es ya y lo que proyecta se abra un
agujero...

o sea, lo que estamos trabajando es que se abra un agujero,

...que constituye cierto caput mortuum del significante (que aquí se tasa en tres
cuartos de las combinaciones posibles en las que tiene cómo colocarse),26 es
cosa que basta para suspenderlo a alguna ausencia, para obligarle a repetir su
contorno.”

Y después viene el párrafo del comienzo que decía:

“La subjetividad en su origen no es de ningún modo incumbencia de lo real,...”

con lo cual, lo primero que deberíamos establecer es que si hay un agujero que
nos compete, en torno a la posición psicoanalítica en relación a la subjetividad,
ese agujero no proviene de lo real. Proviene de la cadena significante.
Lacan lo va a llamar el caput mortuum del significante. Caput mortuum,
literalmente es “cabeza muerta”, me parece que ya como metáfora es
interesante para que lo tomemos respecto a el valor y el estatuto de
inconsciente, hacer consciente lo inconsciente, hacer insight, esto es cabeza
muerta. Pero a su vez es un término tomado de la alquimia. Hasta hoy yo
tenía entendido que el caput mortuum era el resto, o sea, la materia calcinada
que queda en el fondo del caldero luego de la operación del alquimista. La
alquimia es una práctica que como modalidad de práctica podría llegar a ser
interesante para que el psicoanalista reflexione en ella, porque la pureza del
experimento implicaba la pureza del alma del alquimista. O sea, que el alma
del alquimista participaba en los resultados del experimento. Es muy
interesante para pensarlo. Luego la ciencia tuvo que recorrer el pasar por la
química y llegar a Heisenberg para de vuelta empezar a contemplar cómo es
que el experimentador participa del experimento que estudia, ya que para
estudiarlo debe modificarlo, el principio de indeterminación.
Pero ahora, buscando en internet encontré páginas alquímicas, o sea, hay
gente que hace alquimia en la actualidad. Hay texto de alquimias, muy
interesante. Y si uno revisa, está el valor de resto, residuo, o sea, objeto a. El
objeto a como resto. Pero también todo lo contrario, les doy un ejemplo:
Caput mortuum: literalmente, cabeza muerta. El famoso caput mortuum tiene

numerosas acepciones. Tan pronto se llama así a la materia calcinada como a

la tierra purificada, incluso a la tierra sagrada.

Con lo cual, nosotros podríamos suponer que en ese agujero de la cadena significante lo que se va a localizar es el
objeto a, y que se va a localizar con las dos acepciones que le provee Lacan: la dimensión de resto y también como
objeto del deseo, lo más valioso. Tendrá tanto a dimensión de resto como la de lo más valioso.

x y z a caput mortuum del significante a resto y


objeto del deseo

Entonces, lo que Lacan propone que por el funcionamiento de la cadena significante, llegada al estatuto de operar con
una estructura mínima de cuatro elementos, que se aplica a una cadena mínima de al menos cuatro elementos
tomados en su sincronía y no en su simultaneidad, a partir de allí se puede establecer -en función de esa cadena- lo
que es el objeto a. Ya que esa cadena opera produciendo un agujero, y en el agujero se va a localizar el objeto a en
sus dos dimensiones, la dimensión de resto y la dimensión de lo más valioso, tierra santa.

Y entre paréntesis Lacan dice:

“... (que aquí se tasa en tres cuartos de las combinaciones posibles en las que tiene cómo colocarse), 26....”

Vamos a trabajarlo. ¿Qué estamos trabajando? Estamos trabajando que por la mera existencia de un orden
cuatripartito con su lógica, y aplicada esa lógica a una cadena significante, se producirá siempre, necesariamente, un
resto. Ese resto propio a la cadena significante, escuchen cómo lo dice Lacan:

“...es cosa que basta para suspenderlo a alguna ausencia, para obligarle a
repetir su contorno.”

O sea, la cadena significante produce un agujero que Lacan va a llamar caput


mortuum, o sea, sin cabeza, es decir que esto no puede planearse, no puede
evitarse, etc. Nadie puede evitar que se desee, alguien podrá no querer lo que
se desea, pero no se podrá evitar si la estructura es cuatripartita y la cadena se
desplegó hasta establecer la condición de ese deseo. Es muy importante, por
los casos cada vez más frecuentes en nuestra sociedad de gente que viene a
consultar sin deseo... “no deseo nada”, nosotros podemos estar tranquilos y
pensar que si es un caso cuatripartito –donde la lógica cuaternaria opera- es
imposible que no haya deseo, porque hay objeto a, como efecto del caput
mortuum, no implica la posición de nadie. Esa persona podría llegar, resuelta
su posición neurótica e interpretado el objeto a –el deseo y su interpretación-
decidir que no quiere. Una persona puede no querer lo que se desea. Pero no
puede suceder, dados estos elementos mínimos, que no haya deseo.
Entonces, lo que Lacan dice que el objeto a, para esta cadena significante con
esta lógica, se tasa. Y que se tasa en las ¾ partes. Luego hay una nota a pie
de página –la número 26- donde aclara que sin tomar el orden, son 7/16.

Elisa B.: ¿cómo está usado el “se tasa”?

A.E.: me da la impresión de que, al tratarse de lo que se pierde, está usado


como en los impuestos, la tasación fiscal, lo que “hay que pagar por”, en el
sentido de resto, pero también es el objeto del deseo.

E.B.: también es lo que vale, un inmueble se tasa.

A.E.: pero indica lo que se paga.

E.B.: si llamás a una inmobiliaria y pedís que tasen tu casa...

A.E.: no en ese sentido. Es la tasación fiscal sobre lo que te fijan un impuesto,


es decir, tendrás que pagar 100 de inmobiliario. Estamos haciendo referencia
aquí a lo que se pierde. O sea, todo alquimista que haga su experimento, se
encontrará con caput mortuum, siempre necesariamente quedará algo
quemado, siempre quedará algo calcinado en el fondo, un resto. Es
ineliminable el resto, o sea, hay una pérdida. Pero me parece que Lacan –él
no lo aclaró en ningún lado, es una lectura que hago- además de decir que se
tasa en las ¾ partes, que luego dice –a pie de página- que sin tomar el orden
de las letras es 7/16. Nunca pude resolver este 7/16, siempre llegué a 9/16, no
veo cómo resolverlo.
Entonces, un lacaniano diría que siempre que se hable en condiciones
estructurales mínimas, habrá algo que quede inefable, y sería ilusión neurótica
que desapareciera ese inefable. Porque en el lacanismo hay mucho de
freudismo, entonces en el lacanismo aún se trabaja mucho con la idea de que
el neurótico es un narcisista que no acepta la castración. Toda la teoría del
goce de los lacanianos no es nada más que un refrito freudiano, donde se
considera que la gente es narcisista y que no acepta la castración. De hecho
es la práctica analítica más antigua: en APA, antes del lacanismo en
Argentina, el analista siempre le decía al paciente “todo no se puede”. El “todo
no se puede” es más viejo que la ruda. De hecho, ya lo decía Nicolás de Cusa
en 1450, publicó un libro bastante interesante donde decía que ni siquiera se
puede saber todo.
Ahora, en ese punto, el lacaniano se detendría, porque “no se puede”. Porque
no habría que evitar que se manifestara que lo que no se puede, no se puede.
El límite, el corte, la castración. Pero Lacan no procede así. Porque Lacan
podría haber dicho “siempre habrá caput mortuum”. Pero luego Lacan
propone, simultáneamente, hacer una operatoria, seguir operando con ello, que
es que Lacan dice que se tasa en ¾ partes o 7/16.

Eduardo L.: (inaudible) sería el caput mortuum?


A.E.: no, esta es la tasación.

Eduardo L.: ¿y 7/16?


A.E.: abajo a pie de página, Lacan dice que hay otra forma de calcularlo –y ahora lo vamos a hacer en el pizarrón- y
es que sin tomar el cuenta el orden de las letras, se reduce el caput mortuum. O sea, si Lacan dice que alfa-beta y
beta-alfa están prohibidos, si uno no toma el orden de las letras, se trataría del mismo par. Si es el mismo par,
entonces son menos los pares prohibidos.

E.L.: son cálculos probabilísticos.

A.E.: sí, claro, por supuesto. Entonces, nosotros podríamos haber llegado a lo que tendría que haber sido el límite.
Llegamos al agujero, llegamos a lo inefable, y un lacaniano debería quedarse ahí, justamente para establecerlo. ¿Por
qué tanta práctica del silencio? ¿Por qué tanto silencio y corte? ¿Por qué el analista lacaniano no debe decir nada?
¿Por qué se tiende a eso? ¿Por qué se enseña que la práctica lacaniana es silencio y corte? Se la enseña por una
razón, una razón bien lógica, y es que habida la pérdida, como la gente no quiere perder –el narcisismo rechaza la
castración- entonces el analista debe sancionar ahí que lo que se pierde, se pierde y no se recupera, hay pérdida.
La gente cuando termina de... no sé cómo se diría, “amigarse” dicen los lacanianos... cuando llegan a amigarse con la
pérdida, ya son analistas. Es más o menos así, no?

Lacan dice que hay algo más que se puede hacer, y en este caso el hacerlo significa establecer esto. Vamos a hacerlo
juntos. Estamos trabajando el caput mortuum. O sea que, todas las parejas de términos intermedios –2° y 3°- en una
cadena de cuatro, que no pueden escribirse por la legalidad del repartitorio. Vamos a escribir las 16 parejas:

αα γα
αβ γβ
αγ γγ
αδ γδ

βα δα
ββ δβ
βγ δγ
βδ δδ

Estas serían las 16 parejas que se podrían escribir. Si tomamos por ejemplo la tabla omicron para c alcular el caput
mortuum. Si nosotros tenemos delta en primera, en tercera no pueden ir ni delta ni gama. Habrá que tachar entonces
todas las parejas que terminen en delta o gama.
Si tenemos beta en tercera, no podrán ir los que empiecen con gama o con beta. Habrá que tacharlos también. Nos
quedan como posibles cuatro casos de 16, entonces lo que se perdió es ¾.

αα γα
αβ γβ
αγ γγ
αδ γδ
βα δα
ββ δβ
βγ δγ
βδ δδ

Nosotros no solamente hemos establecido que algo se pierde, sino que además podemos decir qué es lo que está
perdido para ese caso y qué es lo que queda como posible para ese caso. Como si nosotros hubiéramos dicho qué es
ese resto ineliminable, como residuo o pérdida, pero también qué es la otra cara, que es lo que sí es posible para ese
caso. Vean que aquí con decir “castración” no alcanza. También hay que hablar del valor creativo y del objeto del
deseo para cada caso. O sea, tasarlo en ¾ partes, cosa que está muy cercano a la lógica del título del Seminario 6, “El
deseo y su interpretación”, podríamos decir que esto es un rudimento de interpretación del deseo. Seguramente, ¾
partes para ese caso no serán accesibles, pero 4 sí son posibles. Entonces no es la resignación silenciosa frente a la
pérdida, al “todo no se puede”. Que todo no se puede se lo sabe desde siempre, todo el mundo lo sabe, hasta los
psicóticos lo saben.
Aquí de lo que se trata es de que, establecido el agujero asociado a una ausencia, implica que se empiece a girar en
torno a él –y me parece que es bastante evidente que se trata de la lógica de la pulsión.
Vean que estamos trabajando la lógica de la pulsión, el automatismo de repetición y la insistencia de una búsqueda, sin
que hayamos puesto a trabajar nada de la índole de la pulsión como exigencia de trabajo del cuerpo al aparato
psíquico y sin poner a trabajar ninguna dimensión de goce del cuerpo.
No digo que sea lo último de Lacan ni lo mejor de Lacan: lo que intento establecer es que esto en Lacan está. Y me
parece que está en un lugar privilegiado de su enseñanza: en la Obertura a sus Escritos.

Lacan agrega, en la cita a pie de página N° 26 en castellano:

“Si no se tiene en cuenta el orden de las letras, este caput mortuum no es sino de 7/16.” 30

O sea, a más legalidad simbólica, mayor es la pérdida. Cuanto menor es la restricción simbólica, menor es la pérdida.
El asunto es que Lacan dice que si destachamos las parejas que son iguales pero están tachadas sólo por el orden
inverso, en vez de ser 12 de 16, pasarían a ser 7 de 16. Probé de hacerlo pero no pude llegar a 7/16, me da 9/16. Tal
vez puede que se trate de un error de tipeo en los Escritos.

Elisa B.: no entendí a qué se refería en la nota al pie de Lacan con el “orden de las letras”.

A.E.: por ejemplo: alfa-beta y beta-alfa, si se tiene en cuenta el orden son dos pares distintos, si no se tiene en
cuenta el orden, se trata del mismo par de letras. Es la diferencia entre par ordenado y conjunto. El conjunto, alfa-beta
es igual al conjunto beta-alfa, pero si fueran pares ordenados, no.
Lacan dice que si no se toma en cuenta el orden de las letras en los pares, obviamente, los pares restringidos serán
menos.

Entonces:

“La propiedad (o la insuficiencia) de la construcción de la red de los α,β,γ,δ, consiste en sugerir cómo se componen
en tres pisos lo real, lo imaginario y lo simbólico, aunque sólo pueda jugar así intrínsecamente lo simbólico como
representante de los dos primeros asideros.”31

En francés dice “asiento” en vez de asidero, que se puede traducir también como lecho, lecho sedimentario. Este
párrafo ya lo habíamos comentado la vez pasada, pero quería acentuar -para cerrar la reunión de hoy- un segundo

30
“Seminario sobre ‘La Carta Robada’”, en Escritos 1, pág. 44 (2da. reimpr., 1988) Siglo XXI.
31
“Seminario sobre ‘La Carta Robada’”, en Escritos 1, pág. 44 (2da. reimpr., 1988) Siglo XXI.
aspecto de esta frase. Y es que Lacan dice que perfectamente los tres registros pueden ser localizados en una tabla
así, considerando entonces que esta sería la dimensión de lo imaginario, con la lógica de que cualquier término podría
ser dicho a continuación de cualquier otro, o sea, que la determinación significante no es observable, como si uno
dijera “no, siempre hay caput mortuum” y otro dijese “no, es mentira, siempre se puede decir todo”, que sería la lógica
de omicron, que habíamos trabajado antes.

Tabla Ω: I α δ δ γ β β α

R δ β

S α γ γ α

I: cualquier término puede ser dicho luego de cualquier otro


R: lo que no cesa de no escribirse
S: lo prohibido

No pierdan de vista que real y simbólico están concebidos bajo la misma lógica:
se pierde la distinción entre prohibido e imposible. Para nosotros, tiende a ser
razonable decir para lo real, lo imposible. Y decir para lo simbólico, lo
prohibido. Pero en la lógica de esta cadena, se pierde esa distinción. Salvo
que, para lo simbólico la prohibición estaría asociada al lugar, y para lo real
sería con independencia del lugar, es lo que no podría escribirse de ninguna
manera. Pero ese “no poder” es porque está prohibido. Si uno dijera “no,
porque es imposible”, recuerden los ejemplos que dimos: la categoría de lo
imposible es un efecto de lo simbólico en lo real. De hecho, en la psicosis falta
esa categoría. En lo real, no hay nada que sea imposible en sí mismo. Es por
nuestra pregunta por lo real: ¿es posible que salga cara un millón de veces
consecutivas? Sí, es posible. O sea, uno cree que está referenciándose a la
res extensa, pero en realidad si de lo real proviene una respuesta no es más
que la obtención de una respuesta por una pregunta que uno ha introducido en
lo real, pero no es de lo real en sí. La diferencia entre real y simbólico no es la
diferencia entre prohibido e imposible, porque prohibido e imposible son dos
caras de la misma moneda. No hay diferencia –para nuestro acceso a lo
humano- que distinga entre uno y otro. Recuerdan el ejemplo que les propuse
del deja vu en la neurosis. El deja vu no tiene estatuto –para el sujeto que lo
padece- de alucinatorio porque uno le aplica la categoría de lo imposible. Para
Lacan el deja vu es una vacilación del orden simbólico. En la psicosis, dada la
misma vacilación del orden simbólico, carece el sujeto de la categoría de lo
imposible –categoría que es introducida por la metáfora paterna, y es
interesante pensar que sería lo mismo decir que se extrae el objeto a. La
extracción del objeto a podría ser otro nombre para designar la introducción de
lo imposible.

Establecido esto, o sea que para Lacan real no se trata del cuerpo, no se trata
del objeto, no se trata del goce corporal; sino de ciertas legalidades internas
propias del desenvolvimiento de una cadena y su lógica, lo que Lacan dice es:
“... aunque sólo pueda jugar así intrínsecamente lo simbólico como
representante de los dos primeros asideros.”

Lacan está diciendo que para inscribir lo imaginario, se hace uso de lo


simbólico, y para inscribir lo real, en la cadena significante, se hace también
uso de lo simbólico.
Se podría decir, y es por eso que yo les hice la propuesta inicial de:

S I R

Ψα Psicología Neurociencias
Psiquiatría.

Me parece que con el advenimiento de las neurociencias, la psiquiatría tiene


cada vez menos clínica, y los psiquiatras se sostienen más de lo simbólico,
ahora es muy común que los psiquiatras digan que con la medicación sola no
alcanza y que también hace falta un tratamiento psicológico. Eso, hace 25
años, los psiquiatras no lo decían. No lo decían porque ellos eran los únicos
que no daban medicación. Ahora, la medicación es tan buena y tiene tan
pocos efectos colaterales, que la da cualquier médico.
Les había propuesto asociar respecto de los tres registros, que la posición
analítica tenía que ver con el lugar que se le da a lo simbólico. Y observen que
Lacan está diciendo que para el psicoanálisis –no creo que tenga que ser
cosmovisión, es para el psicoanálisis, aunque Lacan no lo dice- es lo simbólico
donde se alojan lo imaginario, lo simbólico y lo real.
O sea, que para nosotros, un dolor insoportable tendría que ser tramitado
mediante un “hábleme de ello”, porque para nosotros ese dolor no va a
aparecer si no es asentado sobre la cadena significante. Para otras prácticas,
un dolor insoportable podría ser tomado como tal. Más aún, bajo nuestra
lógica, “un dolor insoportable” ni siquiera sabríamos qué es. Ya que hubo tres
veces en las que le sucedió eso, y analizando las tres veces resultó que una no
era de la misma índole que las otras dos, esa vez no fue un dolor insoportable,
y ahí aparece todo el análisis posible.
O sea, observen que para Lacan, si los tres registros son los registros
esenciales de la realidad humana, no hay que perder de vista –me gustaría
agregar- que para el psicoanálisis, es lo simbólico aquello que aloja a lo real y a
lo imaginario. No pierdan de vista que hay otras formas de decirlo, y la más
común es la que hace de lo real aquello que está más allá de lo simbólico, y se
escribiría así:

S R

castración
el límite de lo simbólico, la castración, entonces tendríamos que hay un más
allá de lo simbólico. A los lacanianos les encanta decir “como dijo Freud, más
allá del principio del placer”, cuando en realidad el trabajo de Lacan más
sistemático sobre el Más allá del principio del placer es La Carta Robada. El
trabajo más sistemático de Lacan sobre el más allá del principio del placer, la
compulsión de repetición y el automatismo de repetición es La Carta Robada,
donde Lacan está diciendo otra cosa. Lacan está diciendo –aunque no dice
que sea exclusivo para el psicoanálisis- que la única modalidad de existencia
que tiene para nosotros lo real, es alojado en la cadena significante. En la
cadena significante sería lo que no cesa de no poder ser dicho, que nosotros
tasamos en las ¾ partes de las combinaciones posibles. Queda totalmente
revalorizada la experiencia de la palabra. En esta lectura, que sé que es una,
pero es una lectura lacaniana, está en Lacan...

Elisa B.: con esto lo real perdería ese valor mítico...

A.E.: por supuesto. Badiou, en su libro El Siglo, dice que lo que caracteriza al
Siglo XX es lo que él llama –que me parece una frase extraordinaria- “la pasión
por lo real”. Acá lo real queda acotado a un efecto de lo simbólico, alojado en
lo simbólico y tramitado por lo simbólico.
Desde esta perspectiva, ¿se dan cuenta de que “intervenciones en lo real”
sería hablar y escuchar? Que no es darle un cuadro a nadie ni mandar a nadie
a visitar la tumba del padre. No digo que no haya que decirle a alguien que
vaya a ver la tumba del padre al cementerio -aunque ya pasó de moda eso de
que los analistas mandaban a la gente a hacer cosas, se ve que se dieron
cuenta de que no servía para nada- sino que hay intervenciones en lo real que
no significa tocar a nadie, ni hacer nada, que no es besar, que no es pegarle a
nadie, etc. En el libro de Jean-Guy Godin32, Jacques Lacan, calle de Lille N° 5,
ahí Godin cuenta que Lacan le da patadas a una paciente mientras dice que
así hay que tratar a las histéricas, la caga a patadas en el culo en la sala de
espera delante de todos los otros pacientes. Sobre eso, Allouch dice que se
trata de intervenciones en lo real, porque supone que el culo de una mujer es lo
real. Pero podría ser que el culo de una mujer, en cierta perspectiva, no sea lo
real. Podría ser que no tuviera nada que ver con lo real. Y que haya
intervenciones en lo real, pero en este caso sería trabajar con delta.

Para la próxima, hay que estudiar qué sucede con las beta y las delta, que es
distinto de lo que sucede con alfa y gama. O sea, que alfa y gama pueden
venir seguidas en una pluralidad ininterrumpida, o sea, pueden darse varias
alfas seguidas, pero no puede escribirse tres betas consecutivas antes de que
aparezca una delta. Hay que estudiar ese problema para terminar este
recorrido, que lo retomaríamos en un mes, ya que en la próxima reunión María
Inés Sarraillet dará su clase.-

Versión no corregida por el autor.


Desgrabación: Mariana Gomila

32
(1994) Ediciones de la flor.
Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 7 – “Los esquemas freudianos” por María Inés Sarrailet - 30-06-06

María Inés Sarraillet: la pregunta es acerca de la posibilidad de pensar, en la


obra de Freud, en cierras herramientas que él ha utilizado para la transmisión
de la teoría que se desprende de su clínica, la posibilidad de pensar cierta
dimensión de formalización en la teoría de Freud en función de que, salvo
Lacan, al menos yo no he encontrado demasiados precedentes en la historia
del psicoanálisis de psicoanalistas que hayan trabajado formalizando, en un
sentido muy general, como un pasaje de las proposiciones teóricas a letras.
El pasaje de proposiciones teóricas a letras, digo, como una exigencia de la
ciencia moderna. Entonces en función de pensar la posibilidad de cierta
formalización en Freud, el trabajo sobre los esquemas y diagramas me parece
un trabajo interesante para poder sostener este interrogante, porque hay
pasaje a letras en Freud en sus esquemas, es decir, hay abreviaturas, letras.
Les reparto una fotocopia con los esquemas.

Yo encontraba entonces en los esquemas de Freud, letras, flechas que


conectan –a veces direccionadas, a veces solo líneas- a partir de lo cual se
puede deducir cierta índole de relaciones entre lo que representan las letras y
lo que representan las conexiones. Desde luego que la dirección de esta
interrogación apunta a poder inferir qué concepción del inconsciente se puede
deducir del trabajo sobre los esquemas freudianos.

La definición de esquema, en la traducción castellana, en las obras de Freud,


cuando Freud habla de sus dibujos, él los llama esquemas o diagramas; y
fíjense que en el diccionario, esquema tiene la siguiente acepción:
“Representación gráfica o simbólica de cosas materiales o inmateriales”, otra es
esquema como resumen, “resumen de un escrito, discurso, teoría, atendiendo sólo a
sus líneas o caracteres más significativos”.
Y de diagrama, una de las acepciones es: “dibujo geométrico que sirve para
demostrar una proposición, resolver un problema o representar de una manera gráfica la
ley de (inaudible) de un fenómeno.” O “dibujo en el que se muestran las relaciones de
las diferentes partes de un conjunto o sistema”, esta última me parece que encuadra
bastante bien con el sentido que le da Freud a sus esquemas.

Con respecto a un contrapunto que se podría llegar a hacer entre Lacan y


Freud, si bien no cabe duda de que Lacan trabaja con formalización como
pasaje a letras, y en todo caso en Freud la pregunta queda sostenida, se
podría contestar por sí o por no en el sentido de pensar estos esquemas como
cierta medida de formalización, en Lacan sí tenemos el trabajo con letras en la
medida en que trabaja con disciplinas como lingüística, óptica, topología,
antropología estructural de Lévi-Strauss, lógica formal. Y en Freud es más
problemático, porque estos esquemas, estas gráficas ¿tienen algún tipo de
correlación con alguna disciplina científica a la que Freud se refiera como
apoyo para sostener sus concepciones? A mí me parece que en algunos casos
sí, y quería trabajar con ustedes –podemos discutir- hasta qué punto sí... o no.
A mí me parece que los esquemas, (inaudible) lo que engloba como la primera
tópica, incluyendo los dibujos que aparecen en el Proyecto: el diagrama del
caso Emma y el de la red neuronal. Estos se derivan de una apoyatura que
toma Freud en doctrinas científicas que sirven como modelo, y esto es lo que
me interesaba profundizar.

Caso Emma

Red Neuronal

Bueno, sabemos que a esta altura la dirección de la cura para Freud apunta a
hacer conciente lo inconsciente, a llegar las lagunas del recuerdo, etc. La
concepción de aparato psíquico que se corresponde con esta clínica estaría
plasmada en alguno de estos esquemas, como puede ser por ejemplo en el
Proyecto el de la red neuronal, o como en los otros esquemas conocidos o
subsumidos bajo el nombre de Esquema del Peine, que son los que aparecen
en La Interpretación de los sueños, capítulo VII y otra versión que es el de la
Carta 52.

Hay un epistemólogo muy conocido que es Klimovsky, muy serio, que ha


trabajado durante años con la gente de la A.P.A., tratando de proponer al
psicoanálisis como ciencia y de dar consistencia a las proposiciones teóricas
del psicoanálisis a partir de principios epistemológicos. Y encontré que él
sostiene que esta primera tópica freudiana supone la apoyatura de Freud en
otras disciplinas científicas que le sirven de modelo. Lo que plantea Klimovsky
es muy interesante, porque lo que él dice es que para la primera tópica, lo que
Freud hace es tomar como modelo desde ya a la neurología, la neurofisiología
del Proyecto, y también la electrodinámica y la hidrodinámica. Ahora, ¿qué se
entiende por modelo? Para Klimovsky, modelo es: una disciplina científica
cuyas hipótesis ya están probadas, que sirven como referencia para una
disciplina en ciernes, que se está construyendo –que es lo que pasó con la
teoría psicoanalítica- de manera tal que se extrapolan hipótesis de la disciplina
de referencia –la neurología, la electrodinámica- en el marco de lo que es el
contexto de un descubrimiento. O sea, hipótesis probadas en otras disciplinas,
se verifica si se pueden probar en la disciplina nueva, la información obtenida
en estas hipótesis que se verifican sigue siendo hipotética, en ese contexto se
constata si las hipótesis se validan o no, pero todas aquellas otras hipótesis de
la disciplina que sirve como modelo, las que no están probadas, esas se dejan
caer, no se pasan automáticamente a la nueva disciplina que se está
construyendo. La clave es la analogía y el isomorfismo entre la disciplina que
sirve de modelo y la nueva. En este caso es la electrodinámica, porque Freud
habla de ciertas cantidades Qn, que circulan a través de las inervaciones. El
punto es no caer en un reduccionismo, es decir, no considerar a esas cargas
Qn de las que habla Freud en el Proyecto como electroquímicas. Porque ahí sí
dejaría de ser un modelo y ser reduciría la doctrina nueva a la disciplina de
base. Entonces, en el contexto de la primera tópica, para mí hay el
entrecruzamiento del modelo neurológico, un modelo fisiológico...

Comentario: inaudible

M.I.S.: tal cual, exactamente. La ley de Fechner que es psicobiólogo, está


tomada tal cual en el Proyecto. Les decía entonces, el entrecruzamiento entre
lo neurológico y lo electrodinámico, es todo el problema de considerar luego,
más adelante, la libido y la carga libidinal como energética, que es lo que
trabajó Alfredo clases atrás. Y esto que vos decís es tal cual, porque
Klimovsky, en relación a este problema se pronuncia a favor de esta
posibilidad: él considera que Freud es monista ontológico pero dualista
metodológico. Esto quiere decir que –en la lectura de Klimovsky- en la obra de
Freud se sostiene siempre la posibilidad abierta de que se puedan reducir las
hipótesis de la teoría psicoanalítica a hipótesis de la neurofisiología, se
mantiene abierta siempre esa posibilidad, como la contraria, es decir, Freud es
dualista metodológico, deja abierta las dos posiciones y no toma posición él,
pero dice Klimovsky que es monista ontológico, o sea, que en su convicción
Freud es materialista. Materialista en términos de organicismo. Entonces él
dice que si llegara el día en que se pudiera llegar a probar que las hipótesis
freudianas son compatibles con las hipótesis del funcionamiento del cerebro, el
psicoanálisis va a ser parte de la neurología. Según Klimovsky, están abiertas
las dos posiciones, a partir de la posición que toma Freud como científico, pero
más allá de su posición científica que es la del dualismo, en su convicción
íntima diríamos que es monista. Y hay herramientas como para probarlo.
A mí me pareció muy importante esta distinción. Entendemos entonces que
estas disciplinas tomadas como modelo por Freud, sostienen el isomorfismo
entre las leyes de la disciplina modelo y las hipótesis de la teoría psicoanalítica.
Nosotros estamos acostumbrados a decir que se trata de metáforas, la
metáfora neurológica, o la metáfora electroquímica. Y es la misma discusión
que se encuentra, por ejemplo, con la apoyatura lacaniana en la topología. Hay
autores que sostienen que Lacan hace un uso de la topología como ilustración
metafórica de las articulaciones teóricas. Y hay otros que dicen que las
estructuras topológicas equivalen a la estructuración del hablanteser, es decir,
el espacio concerniente al parletre es el espacio topológico, habría
equivalencia. Es la misma discusión, o al menos es similar. Si las estructuras
de la topología son artilugios, imaginarizaciones de las que se vale Lacan en su
enseñanza con un propósito didáctico de hacer más accesibles a la intuición
sus formulaciones teóricas, o si la estructura del sujeto es topológica. Hay
autores, por ejemplo Joël Dor, que dicen que Lacan no tenía un plan que
pasara por la formalización matemática, que la formalización matemática era
una herramienta más, él dice que solo quería favorecer la imaginarización de
las propiedades de un objeto con incursiones topológicas, que la topología
sirve para hacerlo accesible a nuestro imaginario.
En cambio Miller y Nasio no, ellos sostienen que para Lacan la estructura del
hablanteser es topológica, y no una equivalencia. Esta es una posición que
toma Lacan, yo lo encontré en “Reseñas de enseñanza”, las reseñas del
Seminario 13, en donde dice que no es una metáfora. Si no, caemos en la
perspectiva de considerar que la topología es un modelo entre otros, cuyos
objetos tienen ciertas leyes que son isomórficas con las leyes de estructuración
del sujeto. Y la otra posición es que ellas son las leyes de la estructura del
sujeto, las leyes topológicas. ¿Se entiende cuál sería la discusión?

Daniel Leizerowich: (inaudible)... que podría haber otro modelo teórico con
otras leyes que explicarían de manera más acabada... (inaudible)

M.I.S.: a mí me parece que sí, que si lo tomáramos como un modelo, un


artificio o una herramienta didáctica que hace más fácil el abordaje intuitivo de
la teoría, entonces podría ser reemplazado por otro artificio.

Comentario: inaudible

M.I.S.: sí, no deja de apuntar a los fines didácticos, por ejemplo: Freud
cuando trabaja con el esquema del peine invertido, que cuando se refiere al
registro de inscripción de las huellas mnémicas, a los polos perceptivo y motor
del aparato, dice que este esquema representa al aparato psíquico, y que
vamos a suponer que este aparato psíquico tiene alguna vinculación con el
cerebro aunque no haya correlación punto por punto con el cerebro. Se trata
de una localidad al modo del lugar en el que se ubican las imágenes en el
microscopio –telescopio o aparato fotográfico- en donde el lugar de la imagen
es virtual e ideal y no coincide con la materialidad de la lente. Dice que es una
representación auxiliar que usa para dar cuenta de cuál es la idea que empieza
a sostener del aparato psíquico en relación a cuál sería su lugar, la localidad
psíquica la entiendo como localidad virtual y en ese lugar ubicaría por ejemplo
los registros mnemónicos, etc. Ese sería un modelo didáctico. El analógico
sería partir del arco reflejo, que es la primera figura:
Esquema del arco reflejo

Este esquema no es el aparato psíquico, es el arco reflejo, percepción y


motricidad, la excitación nerviosa produce determinada respuesta motriz.
El microscopio sería un modelo didáctico. El modelo didáctico todavía es más
intuitivo, se reducirían las formulaciones rigurosas de la teoría a expresiones
familiares. En el modelo propiamente dicho no, se conserva la rigurosidad de
las formas.

Antes del esquema del peine, yendo cronológicamente por la obra de Freud
nos encontramos con el de las neuronas en red (Proyecto), y también está el
esquema del caso Emma. Se acuerdan que en el Proyecto hay tres sistemas
neuronales, el sistema Φ, el Ψ y el Ω, en el sistema Ψ compuesto por las
neuronas receptivas, el funcionamiento del recuerdo queda a cargo de este
sistema; el Ω tiene que ver con la percepción de la conciencia como cualidad,
y el Φ es el arco reflejo. Entonces la percepción y la conciencia quedan de un
lado del sistema neuronal y la memoria del otro lado. A este sistema o red
neuronal lo llama “yo” (Ich), (inaudible) el sistema Ψ a partir del cual se inhiben
los procesos primarios, las neuronas colaterales están sobreinvestidas e
impiden que grandes magnitudes de Qn invistan un recuerdo hostil, por
ejemplo. Es lo que trabaja como vivencia de dolor, en paralelo con vivencia de
satisfacción. Preanuncia toda la teoría de la defensa, de la represión, pero
aquí son neuronas.

Jean-Michel Vappereau, que es topólogo, no tiene problemas en considerar a


este esquema (red neuronal) como un grafo, ya que tiene aristas, vértices y
está orientado, tiene dirección. Creo que lo mismo se podría decir –solo que ya
contiene escenas- del esquema del caso Emma, pero ya salimos del campo de
las neuronas. Recordarán que en el caso Emma el síntoma era que no podía
entrar sola en una tienda, el recuerdo asociado es estar en una tienda y haber
salido huyendo ante la risa de los empleados, que pensó que se reían de su
vestido, uno de ellos le había gustado. La escena 2 que queda reprimida es a
la edad de 8 años, cuando el pastelero la manosea en una tienda, ella también
había salido corriendo. Estableciendo las conexiones entre las dos escenas se
orientan las flechas. En el medio está la pubertad, el despertar sexual.
Cuando Vappereau considera a este esquema como grafo, especifica que es
arborescente, abierto. En términos topológicos sería un grafo no conexo,
porque no hace circuito cerrado, no tiene continuidad. Es abierto y
bidimensional. A mí me parece que interpretar que es un grafo, es una
apuesta a encontrar una vía de formalización en Freud. Lo que pasa es que el
problema es que estamos diciendo que es un grafo y no un gráfico en el
sentido de representación auxiliar. Se acuerdan que Freud siempre aclaraba
que sus dibujos son imperfectos, que no hay que fiarse de ellos, que están mal
hechos, etc. Si se tratara de expresiones formales no podrían ser entonces
representaciones auxiliares. Para que pueda ser un grafo propiamente dicho
habría que despejar la ley de la relación, tal como lo trabajó Alfredo con el grafo
de La Carta Robada, por qué la flecha indica que de un 1 se va a un 2 y no al
otro 2, etc. Cuál es la ley que trasunta la orientación de la flecha se despeja
del análisis de la cadena, no? Son dos formas de escritura: la cadena y el
grafo. Pero son dos formas de escritura de una misma estructura. Las dos
posibilidades es entender que se trata de un gráfico, o de un grafo con
estructura arbórea, que sería la lectura de Vappereau.
De todas maneras, lo interesante es que en Freud nos encontramos –en esta
época, de la clínica de hacer consciente lo inconsciente- con muchas
expresiones acerca de la intercorrelación entre las Vorstellung, el ordenamiento
de los recuerdos, la relación entre recuerdos reprimidos y manifiestos, el
ordenamiento de las escenas. Muchas expresiones que aluden a la estructura
arborescente, de la red de relación entre las representaciones, por ejemplo, en
“La etiología de la histeria”, dice:

“Mi experiencia clínica me permite contestar ya estas interrogaciones. Cuando


partimos de un caso que ofrece varios síntomas, llegamos por medio del
análisis desde cada uno de ellos a una serie de sucesos cuyos recuerdos se
hallan asociativamente enlazados. Las diversas concatenaciones asociativas
siguen al principio cursos retrógrados e independientes, pero como ya antes
indicamos presentan múltiples ramificaciones, partiendo de una escena
alcanzamos simultáneamente dos o tres recuerdos, de los cuales una escena,
dos o tres recuerdos; de los cuales surgen a su vez concatenaciones laterales
entre esos recuerdos transversales, cuyos distintos elementos pueden también
hallarse enlazados asociativamente con elementos de la cadena principal. Y se
forma así de este modo una familia cuyos miembros hubiesen contraído
también enlaces entres sí.”

Bueno, habla de un árbol como árbol genealógico, donde las relaciones entre
las escenas que van apareciendo en la rememoración analítica, donde la
concatenación asociativa toma la forma de un árbol genealógico e incestuoso,
digo yo, porque hay cruces verticales y transversales.
Recuerdan en “Psicoterapia de la histeria” cuando hablaba de la triple
estratificación del material, donde dice que las asociaciones del paciente
pueden seguir un orden cronológico lineal, en función de la cronología, los
recuerdos, estamos en la rememoración de lo olvidado (inaudible)
...concéntrico, que según las capas de resistencia, alrededor del núcleo
patógeno, va tejiendo una red. O el ordenamiento que proporcionan los hilos
lógicos, y dice que de eso se debe encargar el analista, debe tomar a su cargo
con sus interpretaciones e intervenciones, que es el zig-zag de los movimientos
del caballo del ajedrez.

Comentario: en algún momento habla de la legalidad de esos (inaudible)

M.I.S.: sí, en función de la represión.

Comentario: digo, que esta forma arbórea, tiene una legalidad...


M.I.S.: sí, la legalidad sería cómo opera la defensa. En este caso, el ejemplo,
fijate en el esquema de Emma: los círculos en negrita es lo conciente, los
blancos son lo que está reprimido, son recuerdos reprimidos que hacen al
núcleo patógeno, al recuerdo del trauma.

Mauro Vallejo: me parece que en ese esquema hay uno de los círculos que
está mal, figura como reprimido cuando no debiera, me parece.

M.I.S.: puede ser, después nos fijamos. Hasta ahí me parece que es la
legalidad que da cuenta de...

Comentario: te preguntaba por lo que habías dicho de La Carta Robada donde


sí había cierta legalidad que se repite, que dice cuándo puede algo aparecer y
cuando no, acá no estaría estructurado eso.

M.I.S.: en el gráfico, salvo por la representación de los puntos... no es


matemática.

Comentario: no puede ir cualquier cosa tampoco...

M.I.S.: hay una legalidad, no puede ir cualquier cosa, pero no es una legalidad
matemática como la que se desprende del desarrollo de La Carta Robada.

Comentario: inaudible

M.I.S.: no, porque “risa”, por ejemplo, es una repetición... “vestido” también

Mauro V.: hay una legalidad que tiene que ver con la memoria y la
representación (inaudible) ... condensación y desplazamiento (inaudible)

M.I.S.: esta sería como una primera versión del esquema del aparato psíquico,
la segunda es la del peine invertido, y ahí tenemos las tres figuras que
aparecen en el capítulo VII de La Interpretación de los sueños, el modelo del
arco reflejo33, que no es el aparato psíquico, recién en el segundo esquema
empieza a escribirse el aparato psíquico con las huellas mnémicas, los rastros
mnemónicos:

Aparato psíquico
(esquema del peine)

33
Ver esquema en pág. 4 de esta clase
y luego la versión final donde ya escribe inconsciente y preconciente:

Aparato psíquico versión final (figura 3)

El arco reflejo funciona en función de la transmisión de la excitación nerviosa,


la inervación de la excitación o la energía, dice Freud en esa época. En la
segunda versión del esquema, el del peine, ya a parece el problema de la
conservación de los recuerdos. La oposición que ya estaba presentada en el
Proyecto, entre percepción y memoria, por eso las huellas mnémicas se
escriben entre P, polo perceptivo, y M, polo motor.
Se acuerdan que en el Proyecto estaban las neuronas receptivas, las que eran
capaces de la conservación de los recuerdos y las perceptivas. Pero fíjense
qué pasa en la figura 3, que representaría acabadamente al aparato psíquico.
Aparece el preconciente, las huellas mnémicas en el inconsciente, que sería el
tipo de registro de las huellas mnémicas; aparece el preconciente y el polo
motor queda como expulsado fuera del esquema, y aparece un problema que
es muy discutido por muchos comentadores y que Lacan dedica gran parte de
su Seminario 2 y es que se oponen percepción y conciencia en los dos
extremos del aparato. En el Proyecto, percepción y conciencia formaban parte
de un mismo sistema neuronal y después en la 2da. tópica están juntos,
percepción y conciencia (P-Cc).
Este problema entonces queda planteado, y en el Seminario está la solución de
Valabrega que dice que hay que cerrar el esquema, hay que cerrarlo en un
círculo, si no, se pierde la consistencia lógica del desarrollo de Freud, al
cerrarlo, se unen P con Precc.

Otro problema es que es un esquema que representa la secuencia temporal del


funcionamiento del aparato, no espacial. Es temporal, es decir, viene la
excitación nerviosa, pasa, sigue de largo... aparece cierta inscripción –en la
Carta 52- a nivel los rastros mnemónicos perceptivos, es otra versión la de la
Carta 52, pero hay lógicas parecidas, ahí lo trabaja con retraducciones y
registros de inscripción, donde habría ya una articulación lógica. Percepción,
signos perceptivos que fijan los recuerdos a partir de asociaciones por
simultaneidad. El inconsciente por relaciones causales, con articulación lógica,
el inconsciente con asociación de imágenes verbales. Y aquí se conserva el
problema de la percepción de un lado y lo motor por el otro. Y ahí habla de
neuronas, en el texto que está debajo del esquema de la carta que le manda a
Fliess, habla de neuronas, o sea se correspondería cada una de estas letras
con un sistema neuronal.

Bueno, repasando un poco entonces está el problema de la contradicción


lógica entre percepción y conciencia, el problema de si efectivamente termina
habilitando que se asocie el esquema del peine con el modelo didáctico del
aparato óptico, o se trata de neuronas más cercano al Proyecto. Y por otro
lado, lo que representa es la secuencia temporal. Incluso en la Carta 52, el
desarrollo del funcionamiento del aparato serían los distintos estadios de la
vida.

Les decía que estaba la solución de Valabrega pero para el problema puntual
del esquema del peine, que lo cierra, pero si se cierra en un círculo se pierde la
especificidad del polo perceptivo y el polo motriz.
Y también, me estaba olvidando de decirles, que al explicar la regresión, tal
como opera en el sueño, la regresión tópica, se contradice una hipótesis de la
disciplina que sirve de modelo que es la del arco reflejo: no hay posibilidad de
ir del polo motriz al polo perceptivo en el arco reflejo. Por eso estaría
distorsionando el contexto referencial que sirve de modelo para el desarrollo
del esquema. Son todos problemas que presenta esta esquematización del
aparato psíquico.

Les traje fotocopias del esquema de Vappereau34, que es un intento de resolver


un aspecto de este tema, también con una propuesta topológica. El esquema
está en Estofa, y lo que hace es transformar el esquema de la Carta 52, que es
este:

Esquema de la Carta 52

Vappereau lo transforma y lo llama “Grafo de las líneas del schema de la Carta


52”35. Cambia las líneas por puntos y los puntos por líneas y les da orientación.
Es una transformación que hace él del esquema de la Carta 52 de Freud. Y en
cuanto a la orientación, él se pregunta por qué van todas las flechas de
izquierda a derecha menos la que va de I a A que va de derecha a izquierda. Y
él dice que esa orientación está dada porque él trabaja este grafo con el
esquema Z de Lacan,

34
No se dispone de imagen del esquema de Vappereau para instertarla aquí, es la que figura
en la pág. 22 de Estofa, como Schema F, Fig. 2 (tenemos fotocopias).
35
En la misma pág. de Estofa.
Grafo de las líneas del schema de la carta 52:

P Ps Ics Pcs Cs
x x x x
M I A S i m

todo a partir de una indicación de Lacan del Seminario 2, donde la solución que
da Lacan es desde el esquema Z

-----cambio de cinta-----

... y conciencia, trabajando el problema con la introducción al narcisismo, es


decir, con el esquema Z, ubica la instancia percepción-conciencia en el centro
de la relación entre el yo y el a’, entonces Vappereau superpone, fabrica e
inventa el schema F (de Freud), la orientación de las flechas del grafo de las
líneas se las da el esquema Z de Lacan. Él primero toma el grafo de las líneas,
que surge del esquema de la Carta 52, del cual transforma los puntos en líneas
y las líneas en puntos. Le da la orientación, luego toma ese esquema de las
líneas y las pliega como una acordeón y lo superpone al esquema Z y al
esquema R de “Cuestión preliminar”. Entonces, queda ubicado de manera tal
que el esquema cierra, porque si toman el esquema R de “Cuestión
preliminar”... es un esquema cerrado. Y así queda tal como dice Lacan que
percepción y conciencia son dos bordes de la realidad. Y en el centro de la
relación de la tensión entre a y a’, como lo indica Lacan en el Seminario 2. Lo
que ocurre es que se está superponiendo la letra de Lacan con la de Freud.
En este caso, a partir de una propuesta de esquematización del aparato
psíquico que es abierta, él la cierra. ¿Por qué? Porque él dice que de esta
manera se resuelve el problema del evolucionismo y del genetismo freudiano.
Porque en esta teorización del aparato psíquico la repetición es pensable en
este sentido, unidireccionalmente. Vappereau dice que de esta manera –claro,
esto después lo tiene que trabajar en función del plano proyectivo que es
complicadísimo para poder localizar el axioma fantasmático- y para poder dar
cuenta de la fijeza de la repetición en función de la regulación que proporciona
el axioma fantasmático . Entonces en este caso (esquema Carta 52) sería algo
así como una repetición indefinida e interminable, y en este otro caso (schema
F) se podría articular –dice Vappereau- historia y estructura.

Retomando el esquema del peine, para mí hay una cuestión –que la trabaja
muy bien Derrida en “Freud y la escena de la escritura”- y es que con este
esquema del aparato psíquico es muy difícil no pensar que hay un texto
original. Porque si pensamos a estos registros (Carta 52) como sistemas de
transcripciones o traducciones, si se traduce siempre hay una versión original,
si no, ¿qué traduce uno? ¿qué es lo primero que se empezó a traducir, aunque
después sigamos traduciendo de un idioma a otro? Entonces, la versión
original por ejemplo podría ser, el trabajo sobre el Hombre de los Lobos, que es
de 1918, el intento de Freud de que el paciente... porque ahí todavía está esto
de hacer conciente lo inconsciente, por más que ya esté la idea de otra tópica y
otro funcionamiento del aparato psíquico, la reacción terapéutica negativa, la
resistencia, etc. En el Hombre de los Lobos, por ejemplo, hay una insistencia y
un esfuerzo de Freud en que se recuerde esa escena que él reconstruyó y que
está en la base de toda la sintomatología del paciente, y que el paciente nunca
pudo rememorar, terminó reconociendo que tal vez habría pasado, pero por
insistencia de Freud.
Para mí la escena primaria del Hombre de los Lobos tiene el estatuto allí de
una versión original de algo que efectivamente se percibió. Porque por más
que Freud discuta, y de que de lugar a la posibilidad de que ese hecho
traumático posiblemente no haya acontecido efectivamente, me da la
sensación de que su posición es la de que sí, la de que necesariamente hay
que suponer que eso sucedió, y que en todo caso la salvedad que hace es que
si no sucedió, sucedió al menos en la prehistoria de la humanidad. Algo así
como que las escenas infantiles se terminan acomodan a una suerte de
esquema con el que nacemos, que es producto de la herencia filogenética, que
a la manera de engramas, están grabadas las experiencias históricas de la
humanidad que consisten en el asesinato del padre de la horda primitiva, la
prohibición del acceso a todas las mujeres, la nueva versión del Edipo que se
desprende de Tótem y Tabú. Entonces, habría una versión original en Freud,
que puede ser por ejemplo, en el Hombre de los lobos el hecho traumático es
una escena efectivamente percibida; que después la trabaja en función de que
esa versión original adquiere sentido a posteriori, por la anticipación y
retroacción de las dos escenas, eso está en Freud, pero no deja de estar la
pregnancia de una única versión en el origen de los síntomas, es esa versión
reprimida a la que hay que acceder.
Como esa escena está interpretada en Freud como (inaudible) y concierne la
pérdida de un objeto, tematizada como la pérdida de la madre para el varón, la
prohibición del acceso al goce de todas las mujeres desde el mito del padre de
la horda, es la pérdida de objeto, la pérdida y el re-hallazgo del objeto.
Entonces esta graficación del aparato psíquico tiene a favorecer
interpretaciones, pero la repetición –en el sentido de objeto perdido, castración-
nunca se vuelve a encontrar, entonces el esquema representa un inconsciente
que implica articulación entre rastros mnemónicos, siguiendo la línea
unidireccional y unidimensional. Acá no se ve bien la unidimensionalidad, pero
no cambiaría la lógica del esquema (del peine) si lo achatamos. Por eso
Vappereau toma este otro (Carta 52) que ya está achatado.
Entonces la dirección de la cura apuntaría a rememorar lo olvidado, y eso
olvidado siempre tiene que ver con una escena que marca la pérdida de un
objeto.

Comentario: inaudible.

M.I.S.: sí, en función de algo así como la asunción de la castración, me parece


que eso está en “Análisis terminable o interminable” como problema clínico de
Freud, porque se trata de la roca viva. Y los pacientes declinan en ese punto.
La respuesta que da Freud es que eso es reacción terapéutica negativa,
necesidad de castigo, el hombre que no quiere ser castrado por su papá –que
sería el analista- y la versión femenina que es envidia del pene y la desilusión
porque el analista no le da el falo. Eso planteado en términos transferenciales,
ahora, planteado en términos metapsicológicos, la otra interpretación que
Freud da es la roca viva: existe algo que obedece a la pulsión de muerte –la
reacción terapéutica negativa, por eso los análisis son interminables, se repite y
no se deja de repetir.

Vappereau dice que la repetición obedece a la estructura fantasmática,


entonces propone y produce esta vuelta, donde transforma el esquema de la
Carta 52 y una nueva versión del esquema L de Lacan.
El riego con el equema de Vappereau es que se superponen dos lógicas
distintas.

Otra manera de encontrar la idea de una versión original en Freud es en el


Proyecto, la vivencia de satisfacción, recuerdan cómo el movimiento, la moción
que busca investir la huella mnémica de la vivencia de satisfacción, y a medida
en que aparece otra vez la pujanza de la necesidad, y se reinviste la huella
mnémica anterior. La excitación corporal conectada con que se satisfizo la
necesidad. Una huella mnémica, otra huella mnémica, y la moción es el deseo.
Ahí tenemos entonces deseo en función de que hay una pérdida inicial de
satisfacción, porque como es necesaria la acción específica y esto no culmina
en la satisfacción plena, se relanza el aparato y continúa esa pujanza entre
huellas mnémicas, siempre en función de un pensamiento que apunta al
desplazamiento de las cargas, que si lo tuviésemos que representar
gráficamente no cierra, es abierto, como los esquemas del Proyecto y del
peine. Sólo que los del Proyecto son bidimensionales y el del peine es
unidimensional.

Es claro que es absolutamente compatible esta concepción de inconsciente


con la que se deriva de ciertas lecturas del pensamiento de Lacan, muy
ajustadas –porque en Lacan eso está- del deseo como metonímico. Como si
se pudiera superponer el esquema de la Carta 52 a una cadena significante
unidimensional, S1, S2. De hecho, en el Seminario 2 de Lacan en la
representación del esquema del peine, Lacan pone S, entonces es algo
parecido a lo que hace Vappereau con la Carta 52, superpone significantes aun
donde dice que (inaudible).
Lo que tiene de problemático es que estas huellas mnémicas -no queda claro
en Freud- si son mnémicas o son neurológicas. Porque Freud vacila entre si
es una localización virtual e ideal, o que es una huella neurológica.

Comentario: aunque todavía no se pueda probar.

M.I.S.: aunque todavía no se pueda probar. Que es la teoría del Proyeto. Dice
que a partir de la diferencia entre facilitaciones se produce una escritura en la
neurona (dice en la neurona, eh?), en la materialidad de la neurona, en lo
tridimensional de la neurona.
Mauro V.: (inaudible) el tema con estos esquemas de Freud es que dan muy
poca cuenta de lo que dijo. El esquema del peine es muy poco en relación a lo
que él teorizó.

M.I.S.: es la aclaración que hace siempre, de que son representaciones


auxiliares, insuficientes, sí, claro. Por eso me parece problemático transformar
sus esquemas en grafos. Porque un grafo tiene que representar la estructura.
Es verdad: el grafo de La Carta Robada dice lo mismo que dice la cadena que
desarrolla Lacan. Si uno lo sabe leer, encuentra lo mismo que él encuentra.
Como vos bien decís, no es lo que pasa si uno lee toda “La Interpretación de
los sueños”.

Mauro V.: (inaudible) el esquema da cuenta de la energética en Freud.

M.I.S.: me parece que sí. Y dice que son irreductibles en el sentido de que
son también incompatibles?

M.V.: dice que Freud no puede reducirse ni a una semántica pura, ni a una
energética pura. (inaudible)

Comentarios inaudibles

M.I.S.: siguiendo con Klimovsky, él dice que en lo que hace a la segunda


tópica freudiana, no tiene un modelo, no se puede encontrar un modelo, que
sería algo así como una creación, un acto creativo de Freud. El primer
esquema es el que aparece en la “Conferencia 31”, el esquema del huevo, y el
otro es el de “El yo y el ello”. Yo no estoy tan segura que se pueda sostener
que no hay modelo, pero sí que está plagado de metáforas biológicas.

Conf.31 El yo y el ello

las descripciones que acompañan a estos dos textos están llenas de metáforas
biológicas. Esta segunda tópica la enmarcamos dentro de este fracaso
freudiano, donde las resistencias se oponen al hacer conciente lo inconsciente,
entonces se aboca a todo el trabajo sobre las resistencias, la reacción
terapéutica negativa, la pulsión de muerte. Y por ejemplo: el yo, se acuerdan
que dice –en “El yo y el ello”- que es una proyección de la superficie del
cuerpo. Tiene su origen en sensaciones corporales, su analogía anatómica –
son términos de Freud- es el homúnculo del encéfalo, como ese hombrecito
cabeza abajo, se acuerdan? Es una analogía anatómica. En la “Conferencia
31” al yo lo define como órgano sensorial del aparato receptivo, especie de
lente que ve para afuera y para adentro, comparable –vean la analogía- al
estrato cortical con que se rodea una ampolla de sustancia viva. Y en el
esquema de “El yo y el ello” donde no escribe al superyó, sin embargo hace
como una orejita, una saliente, es el casquete auditivo. Que se ubica en un
solo lado, según la anatomía del cerebro, por eso lo pone de un solo lado. Está
llovido de referencias al cerebro. En la definición del ello, tan famosa, de la
“Conferencia 31” es que es una caldera llena de excitaciones borboteantes,
volvemos a la vieja imagen de la olla a presión. Las excitaciones vienen de lo
somático, acá no hay metáfora, dice que está abierto a lo somático –y no sé si
es por casualidad- pero en el esquema de la conferencia, está abierto abajo.
Posee un extremo abierto a lo somático, ahí es lo somático, no es algo
análogo. Y dice:

“Allí acoge las necesidades pulsionales que


hallan su expresión psíquica”
Hay muchísimas críticas de Lacan a estos esquemas, aprovecha mucho este
esquema para criticar la segunda tópica. Por ejemplo, en el Seminario 2 dice:

“Para atenerse a un esquema que puede ofrecer mil interpretaciones, me


refiero al esquema del huevo, que desempeñó en el análisis todo un papel tan
hipnótico y donde se ve una especie de lenteja, punto germinativo

-se refiere a la protuberancia de arriba.

...parte organizada de la masa del ello por donde es aprehendida la relación


con la realidad.”

Esto que Lacan dice es lo que dice Freud, porque en esta protuberancia habría
que ubicar al disco germinal, que es esa protuberancia que hay en los huevos a
partir de la cual se produce la fecundación y es de ahí de donde surge el
embrión. Entonces, el punto P, tenemos primero el ello y el yo surge de una
diferenciación del ello, igual que el superyó, se trata de un ello que a partir de P
que es el disco germinal, copula con la realidad, el mundo exterior, y surge el
yo. Es la imagen de Freud. Lacan ironiza mucho con esto porque dice que
habría una suerte de ilusión de adaptación a la realidad, por el juicio muy
arraigado en la teoría del conocimiento que sería algo así como la aprehensión
del objeto por el sujeto, a partir de una representación que lo representa, y esta
cópula se sostendría en la ilusión de una preconcepción de la unión sexual.

Lacan también critica fuertemente la tridimensionalidad de este esquema, a


este esquema él opone sus redes, las cuales no perderían sus relaciones
aunque fueran abolladas, deformadas topológicamente. El esquema del huevo
es claramente tridimensional. Lacan no solo critica este esquema al comienzo
de su enseñanza sino también en los últimos seminarios. Y fundamentalmente
aparece toda un fuerte cuestionamiento al lenguaje biologicista del Proyecto y
El yo y el ello, y la diferencia neta entre exterior e interior, donde el aparato
psíquico formaría parte de un individuum, que ser relacionaría con la realidad
externa a partir de la lentejuela, una protuberancia de su yo; y donde la noción
de inconsciente se atribuye a una persona, a un sujeto individual, que para
colmo se conjuga con representaciones de lo pulsional en el ello, en términos
de contenidos que salen del cuerpo y hallan expresión psíquica, y en donde
este ello queda representando lo impersonal del aparato psíquico, y lo que
atañe a lo individual sería el yo, pero con esta salvedad, que a mí me parece
que si bien tiene razón Klimovsky cuando dice que no se encuentra en la
segunda tópica una disciplina científica que sirva como modelo, la
impersonalidad del ello termina sustantificándose como una fuerza, por el
contexto filosófico del pensamiento de la época. O sea, lo que sí encontramos
son concepciones ideológicas o filosóficas que en la época le proporcionaron a
Freud la idea de una fuerza supraindividual. Porque tenemos el inconsciente
dentro de un individuo, el yo que es un desprendimiento personal del ello, y el
ello concebido al modo de una fuerza supraindividual. Freud no lo dice así,
pero dice que lo llama “ello” aludiendo a una ocurrencia de Groddeck.
Groddeck era un médico al que le gustaba mucho la filosofía, y con quien
Freud se carteaba, y que escribió “El libro del ello”. El ello era un poder
abstracto, ignoto e ingobernable, que regía la vida en general y lleva a la
muerte.

Comentario inaudible

M.I.S.: y parece ser que Groddeck, no tenía ningún problema con cierto
misticismo que había en su teoría, él decía que sí, que se trataba de un
misticismo. Para hacer un contrapunto con lo que sería el lenguaje científico,
que nos da un contexto para interpretar la letra freudiana en sus esbozos de
formalización, y las concepciones del mundo, las concepciones filosóficas con
las que pudo estar en contacto Freud y que influyeron en su pensamiento;
donde en un punto se conectan la energética con cierta energía que se postula
desde la filosofía de Groddeck o de Schopenhauer –que trabajó Alfredo el año
pasado, donde la voluntad es una fuerza supraindividual, que luego se
transforma en voluntad individual, pero también lleva a la muerte, a la
desintegración.
Entonces tenemos energética en el Proyecto, y el ello como caldera de
pulsiones que recibe el mismo nombre que este poder ingobernable que lleva a
la destrucción. Con el agregado de que el ello freudiano hay restos de antiguas
existencias de la prehistoria de la humanidad, como identificaciones con
aquellos ancestros que padecieron tal o cual cosa.
Entonces tenemos un aparato psíquico cerrado, que lo representa el diagrama
que sería algo así como una esfera deformada, dentro del individuo, que si bien
es una localidad ideal, está plagado de metáforas biológicas. El yo que
establece el contacto del ello con la realidad, y el ello que es una especie de
concentración de antiguas individualidades. O sea, que esta impersonalidad
del ello freudiano es muy particular, porque radica primero en la confluencia de
identificaciones prehistóricas...

Mariana Gomila: casi como los arquetipos junguianos...


M.I.S.: claro! que nos viene como herencia filogenética. Y lo que mueve al
aparato termina siendo algo así como una impersonalidad muy semejante a la
que atribuyen filósofos de la época a esta fuerza ingobernable que termina en
una destrucción. Me parece que es una idea que está enraizada en el modelo
pulsional de Freud.

Y lo último que les quería comentar es que Lacan todo el tiempo está criticando
y contraponiendo a la energética freudiana la propuesta de que la
impersonalidad del ello tiene que ver con la estructura del lenguaje, entonces
ahí aparece su famoso “ello habla”, que barre con todo este problema de la
estructura tridimensional del aparato psíquico, de una concepción de la pulsión
de muerte emparentada con filosofías pesimistas, y él sostiene que no sólo se
puede considerar que “ello habla” sino que el silencio pulsional no radica en
una fuerza que lleva a la destrucción sino en que el “ello calla”. O sea, que
estaría destacando el ello habla y el silencio que también dice, y la articulación
entre la estructura significante y el esqueleto de la gramática, la gramática de la
pulsión.

Esto no lo iba a desarrollar pero se los quería traer para proponerles lo


siguiente: la propuesta lacaniana entonces me parece que tiende a
circunscribir la impersonalidad del ello freudiano a “ello habla” en tanto el
inconsciente está estructurado como un lenguaje. Si el inconsciente lacaniano
está planteado en términos de unidimensionalidad al estilo de la cadena
significante, al estilo de la representación del enlace de las huellas
mnemónicas en Freud, en función de que la dirección de la cura apuntaría en
todo caso a algo así como a asumir la falta de objeto, a la puesta en juego de la
castración, a que esto se reduplica en transferencia, es una versión, otra es
amigarse con el goce. Si para Lacan el inconsciente tiene estructura de
lenguaje, es porque él entiende, trabajando con Saussure y Jakobson, y es
incorporando no solo una cadena lineal sino la segunda cadena, la noción
cuatripartita del inconsciente, donde el deseo como más allá de la demanda es
más allá de la cadena, es el enlace en bucle entre una cadena y otra, que sería
algo así como la ubicación de las dos escenas freudianas. Pero no en
términos de la representación abierta, sino cerrada: cuatro puntos y dos
cadenas. Si esa es la estructura del lenguaje y es una estructura
bidimensional, y si que se habilite el entre líneas como interpretación, ese acto
correspondiente al surgimiento del inconsciente como efecto, entonces a la vez
podemos decir que es topológico,. Es un problema que les quiero plantear y
que es que la estructura del lenguaje es topológica. O sea, que la estructura
del inconsciente en tanto estructurado como un lenguaje, es topológica.
Y no que Lacan hace uso de la topología como modelo. Me parece que eso es
lo que Alfredo está trabajando con el análisis de La Carta Robada.
Bueno, hasta aquí.

Versión no corregida por la autora.


Desgrabación: Mariana Gomila.
Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 8 – 14-07-06

Alfredo Eidelsztein: ... me parece que en el título Escritos, en plural, indica


claramente que Lacan no escribió un libro. Cuando publica los Escritos en el
’66, recopila un conjunto de artículos –una recopilación muy misteriosa, para mí
es increíble que no esté simbólico, imaginario y real, ahí Lacan tenía 65 años,
estaba en sus cabales, no había nada de demencia, Miller tenía 22 años- y
Lacan publica ese conjunto de escritos con una característica: les da una
ordenación –es muy interesante investigar cómo los ordena- hace 4 ó 5
agrupamientos, con título, poniéndoles un pequeño agregado de 1966, por
ejemplo, uno de los artículos famosos de Lacan de esos agregados es Del
sujeto por fin cuestionado. Uno de esos agregados del ’66, es “Paréntesis de los
paréntesis”, que está intercalado en La Carta Robada –toda la estructura del
Seminario sobre La Carta Robada es de intercalaciones.
Antes de venir para acá conversábamos con David Szyniak acerca del lugar
privilegiado que Lacan le da a elaboraciones tales como el Seminario sobre La
Carta Robada, Lacan propone que sea la entrada a sus Escritos, y no
corresponde ni al comienzo ni a ningún momento especial de su enseñanza,
tiene partes entrecortadas de varios momentos. Y lo que nos llamaba la
atención era que nadie trabajase sobre esto, o sea, la ausencia notable de
trabajo sobre esto. Es evidente que lo que yo estoy haciendo acá con ustedes
como preámbulo es para aplacar la vergüenza que me da de sacar semejante
monstruo y pegarlo en el pizarrón, porque yo también me siento como por fuera
del campo psicoanalítico; y es muy raro, porque mi impresión es que Lacan le
dio un lugar central. En Buenos Aires, para los psicoanalistas, para el “campo
psi”, Lacan es como Dios, y siendo que Dios le dio un lugar central a esto,
¿cómo puede ser que los devotos no le presten la más mínima atención?
O sea, hay algo que a mí siempre me resulta sumamente misterioso –David me
decía que es muy difícil y hay que dedicarle mucho tiempo, pero hay mucha
gente dentro del lacanismo estudiando muchísimo, hay un porcentaje de los
lacanianos que estudia mucho, ¿y por qué no se encaran nunca estas cosas?
¿Cómo puede ser que haya seminarios anuales, durante muchos años
seguidos, sobre Joyce, congresos internacionales sobre Joyce, libros sobre
Joyce, asociaciones psicoanalíticas enteras abocadas al estudio exclusivo de
Joyce, incluso hay un grupo en Argentina que está estudiando inglés antiguo...
para ver qué de las cosas que no se entienden de la escritura de Joyce se
pueden resolver conociendo un poco de inglés antiguo...? Le decía a David
que si uno no tiene un paciente parecido a Joyce, ¿para qué te puede servir
estudiar tanto Joyce? ¿Acaso el psicoanálisis tiene algo que ver con lo que hizo
Joyce? ¿Agregaremos para ser psicoanalistas lo que trabajó Joyce, o será
Joyce como caso clínico? No sé cómo lo pensarán ustedes, pero ¿cómo es
posible que nadie le preste atención a esto? Me podrán decir que Lacan es un
autor al que no se le presta atención... pero no, tiene miles de creyentes
devotos que van a misa, se persignan, repiten sus frases... me hacen acordar
al programa de Alfredo Casero ¿se acuerdan de Peperino Pómoro? ¿Cuántos
Peperinos Pómoro hay en el lacanismo? ¡El lacanismo está lleno de Peperinos
Pómoro!
¿Por qué sucede? ¿Será algo reprimido? ¿Será algo extemporáneo de Lacan?
Porque alguien también podría decir que eso no es psicoanálisis, que nosotros
tomamos de Lacan sólo lo que es psicoanálisis, y hay cosas de Lacan que no
son psicoanálisis. Sin embargo, considero que se han tomado cosas de Lacan
que me parece absolutamente increíble que alguien suponga que puedan tener
que ver con el psicoanálisis, por ejemplo, el maltrato a los pacientes. ¿Cómo se
puede suponer que el maltrato sistemático de Lacan a sus pacientes tuviese
algo que ver con la doctrina psicoanalítica? No sé si Lacan odiaba a los
neuróticos... puede ser, mucha gente dice que Lacan amaba a los psicóticos
pero odiaba a los neuróticos, y si uno lee sobre los últimos quince años de la
clínica de Lacan van a ver que es exactamente la clínica de los lacanianos:
maltrato, desprecio, falta de educación, no contestar a las preguntas, no
contestar a los llamados, la indiferencia... ¿qué tiene que ver todo eso con el
psicoanálisis? ¡Nada! El maltrato hacia la gente no tiene nada que ver con el
psicoanálisis. La mala educación, la soberbia: eso no es psicoanálisis. Pero
se lo copió exactamente. Para mí hay un misterio en todo esto y esto no
resuelve el psicoanálisis, ni siquiera un capítulo del psicoanálisis. Pero el
Seminario de las formaciones del inconsciente, tampoco. Hoy todo el mundo
trabaja el seminario de las formaciones del inconsciente, hoy todo el mundo se
sabe de memoria los tres tiempos del Edipo, el palito en la boca del cocodrilo...
¿Por qué todo el mundo sabe lo del palito en la boca del cocodrilo? ¡Es una
estupidez supina! ¿Pensar a la subjetividad humana con la metáfora del palito
en la boca del cocodrilo? Sin que siquiera tenga un piolincito del cual tirar...
Y hay otras herramientas que –no sé cómo lo piensan ustedes- pero me parece
que, colateralmente, hace a lo que estamos trabajando este año, algo así como
preguntarnos metalingüísticamente por qué estas cosas de Lacan quedan
siempre sin ser trabajadas, no se las trabaja jamás. Por ejemplo, topología.
Si ustedes quitan los nudos, entonces la banda de Moebius, el cross-cap y la
botella de Klein no son más que la última parte de alguna frase que algún
lacaniano termina con puntos suspensivos. Hay muchos lacanianos que dicen
“bueno, eso se resuelve con mpslphtfsr...” pero no dicen cómo. ¿Por qué
nadie –nadie- trabaja la topología de Lacan, excepto los nudos? ¿Seremos 5
los autores que en 50 años de lacanismo habremos trabajado la topología de
Lacan? En Buenos Aires, ¿cuántos seminarios se han dictado sobre Botella de
Klein, completos? Y Lacan tiene desde “Función y campo...”, en toda su
enseñanza referencias y trabajos de clases enteras ¿por qué eso no se
trabaja? ¿Alguno se lo ha preguntado?

Comentario: (...) creo que dejar de lado la formalización implica una


transmisión religiosa del psicoanálisis (...)

A.E.: puede ser, pero igualmente habría que pensar qué religión. Porque por
ejemplo: la Santísima Trinidad es un misterio, y podríamos decir la Santísima
Trinidad como la Botella de Klein. Pero hay tratados interesantísimos y
muchos, en la religión cristiana, para explicar el misterio de la Santísima
Trinidad. Con lo cual, se trataría de algunas religiones, porque la religión
cristiana es mucho más racional que la religiosidad lacaniana. ¿Será por eso
que Lacan dijo que la religión de los judíos debía quedar por fuera de la
sociedad de analistas? Porque la religiosidad judía sí carece de todo tipo de
formalización. De hecho, el pueblo judío en el momento del establecimiento del
Tanaj, la Biblia o el Antiguo Testamento, carecía prácticamente de todo
desarrollo matemático, astronómico y de cualquier ciencia exacta, era un
pueblo bruto, bruto como el arado. Después terminó siendo algo así como “el
pueblo del libro” y hubo varios premios Nobel, y muchos judíos en
universidades, pero bueno, que haya muchos judíos en universidades y
suponer que la religión judía hace a la racionalidad... tendría uno que suponer
que la religión judía hace a la usura, porque también está lleno de judíos
usureros... me parece que derivar de la religión judía la usura... hay momentos
históricos que lo explican mucho mejor. Si quieren entender la usura, estaría
muy bueno leer a Claudel, porque recordarán el valor que tenía la tierra para
Sygne de Coufontaine, es muy importante el valor que tiene la tierra en ciertas
dimensiones de la cultura, y los judíos tenían prohibido en cierto momento del
fin de medioevo y comienzos de la edad moderna, comprar y vender tierras,
con lo cual las únicas funciones que les quedaban para comerciar era el
manejar dinero, o sea, la usura es una consecuencia de cierto movimiento.
Entonces, la supuesta religiosidad sería la religiosidad judía. Que sería
interesante de pensar, porque habrán visto que hay entre los lacanianos mucho
afecto por la Cábala, dicen que en la Cábala se lee la letra, que la letra se lee
de muchas formas, y hay varias formas de leer, etc., eso a los lacanianos les
encanta y la verdad es que no sé por qué, y de hecho me parece que Lacan
nunca negoció, en el sentido de que hay interpretaciones que son correctas y
hay interpretaciones que son incorrectas: hay interpretaciones del analista que
apuntan a la resolución del síntoma y a la dirección de la cura; y hay
interpretaciones del analista que son un desastre, que neurotizan más al
paciente o están en la lógica del acting-out. Con lo cual, que haya muchas
formas de leer es algo que no debiera interesarnos tanto, más bien nosotros
deberíamos encontrar la forma correcta de leer un caso. Pero quizás el tema
pase por la religión judía... Cuando yo entré a la facultad de psicología, la
definición de psicoanalista era: médico judío que sentía asco por la sangre.
Era muy llamativo que se pusiera ahí “judío”. De hecho, recordarán que Freud
tenía mucha preocupación por que el psicoanálisis no fuese una ciencia judía.
Cuando lo invita a Jung... si se trataba de que no fuera judía; Jung venía
bárbaro porque era nazi militante, antisemita, etc. Freud tenía miedo de que el
psicoanálisis fuera una ciencia judía. Y quizás sea una ciencia judía.

David Szyniak: más que con la Cábala me parece que la cuestión del
“comentario del comentario” y de que cualquier interpretación fuera válida tiene
más que ver con la Midrash. Hay una tradición judía que a partir del Siglo XI –o
un poco antes- lee el Antiguo Testamento escribiendo al lado, como nosotros
escribimos en los márgenes del libro, es una tradición que se llama Midrash, y
hay una suerte de recopilación pero que no está completamente ordenada,
pero que lo que está escrito a los costados vale tanto como el escrito original,
son interpretaciones que a su vez se incorporan en la próxima, es una
interpretación de la interpretación, de la interpretación...

A.E.: un texto canónico en hebreo tiene Tanaj y varios comentarios a los


costados, o sea, hay un texto y dos comentarios, y el texto sagrado es todo, los
comentarios no son citas al pie, en cierta tradición...
Comentario: lo que vos decías de que originalmente los judíos eran brutos,
creo que el trabajo que se produce después es en relación a poner en cuestión
algo que es una bajada de línea, digamos.

A.E.: claro, pero no hay que olvidarse que no se trata del sujeto de la ciencia.
O sea, hay que ver qué valor le damos nosotros a la puesta en relación que
Lacan hace del psicoanálisis y la ciencia, considerando que solamente pudo
haber psicoanálisis en una sociedad en donde se haya establecido y difundido
la ciencia de manera tal que haya podido connotar la subjetividad –si
pudiéramos hablar así- y decir “sujeto de la ciencia”. Porque solamente donde
haya sujeto de la ciencia es que podrá haber psicoanálisis. Con lo cual, frente
a esa disyuntiva, uno tendría que decir: pero si es en la sociedad de la
subjetividad científica... ¿será con la religión antigua? ¿Entienden el problema,
no? Porque nos podríamos preguntar por qué el psicoanálisis no podría
avanzar como una religión. Porque eso va en choque con lo que acabamos de
decir, porque entonces tendríamos que operar con una subjetividad que no se
caracterizara por la posición religiosa sino por la científica, que es lo que Lacan
designó “sujeto de la ciencia”.

Comentario: me parece que los psicoanalistas durante mucho tiempo no han


tomado el estatuto científico del psicoanálisis...

Comentario: es que no es una ciencia... al menos según la definición de


ciencia tradicional: verificabilidad, (...)

Comentario: en relación al comentario que se hizo sobre la religiosidad, me


parece que va más del lado de la creencia, la creencia no en el sentido
religioso sino en el de poder sostener algo sin fundamentarlo. Tal vez por pura
fe en el sentido de la religión judía... la fe no cuestionada. Pero tal vez pueda
ser en el sentido imaginario, como lo que decías de la psicología, (...) Es una
cuestión también de cómo se lo ha enseñado, habría que preguntarse acerca
de la transmisión en la facultad. Se le hizo un reportaje a Jorge Lafort acerca
de su relación con Oscar Massotta, de qué podía contar de cómo era Massotta,
etc. y fue interesantísimo lo que comentó acerca de la rigurosidad y la
inteligencia que le imprimió Massotta a las primeras lecturas sobre Lacan en
Argentina, y yo no sé cuánto se conservó de eso...

A.E.: a mí me parece que el movimiento tendió, en el largo plazo, a ir en


sentido contrario, más hacia la literatura, poesía...

C.: sí, exactamente.

Comentario: lo que decías vos, de la lógica del poema...

A.E.: me parece que sí, que es hubo una tendencia. Pero tendríamos que
pensarlo, porque me parece que no es necesariamente lo que Lacan propuso,
y segurísimo no es lo que Freud propuso. Ahora, respecto a si el psicoanálisis
es o no es ciencia, me da la impresión de que ya está bastante claro que la
epistemología no es una ciencia exacta, o sea, la epistemología –ella- no es
una ciencia exacta, con lo cual, lo que la epistemología diga acerca de qué es
ciencia, habría que tomarlo con el mismo nivel de credibilidad que se toma a lo
que dice la antropología sobre la ciencia, porque la epistemología misma no es
una ciencia exacta, no es una ciencia matematizada. Y me da la impresión de
que hasta en el momento actual, pasó ya el furor de que íbamos a lograr una
definición cabal de ciencia que se mantuviera estable y que fuera aceptada por
todos los autores. Hay un libro muy interesante acerca de esta polémica, y es
¿Qué es esa cosa llamada ciencia? en el cual van a ver que cada uno de los
criterios en cada uno de los sistemas de lo que se consideró “ciencia”, es
discutido internamente por cada sistema y se llegan a incongruencias e
inconsistencias lógicas garrafales. Con lo cual podríamos decir que no es tan
claro qué es ciencia, especialmente no para el psicoanálisis sino para todo lo
que no sea física, matemática y biología. No es tan claro, pero no siendo claro,
no siendo preciso, igualmente uno puede decirle al paciente: “x es a causa de
y”. Y el paciente podría decir, “¿por qué?”. A lo que uno podría contestar
“porque yo se lo digo”, o podría contestar “porque es así”, o podría contestar:
“porque si Ud. toma en cuenta, a, b, c, y pone en relación las consecuencias
que tuvieron a, b y c, que son 1, 2 y 3, y si Ud. observa cómo quedó Ud.
después de 1, 2, 3, evidentemente a, b y c no son buenas interpretaciones para
su deseo, porque evidentemente Ud. está deprimido y melancolizado”. Con lo
cual, hay un argumento de razón, al estilo de la racionalidad que busca la
ciencia moderna occidental. Con lo cual me parece que tendríamos que
pensar no es si el psicoanálisis es o no es ciencia -la otra vez fui a un panel
donde estaban Isidoro Vegh, Norberto Ferreira, las principales lanzas del
lacanismo no-milleriano de la Argentina, Harari, eran 5. Se mataron, no sé
cómo hicieron pero se mataron. La mitad estaba a favor de que no era ciencia
y la otra mitad sí. Me parece que esa discusión también está agotada, la de si
es o no es ciencia.

Comentario: desde el punto de vista de las ciencias duras, física,


matemática...

A.E.: pero ni siquiera es tan claro en ese terreno.

Comentario: ...no es ciencia, porque no responde...

A.E.: sí, está bien, pero vos decís que no es ciencia porque estás confiando en
tu fórmula de lo que es ciencia.

Comentario: (...) somos todos aristotélicos todo el tiempo.

A.E.: sí, claro, el imaginario humano es no-científico.

C.: (...) en realidad hemos obviado la demostración...

A.E.: a ver, esperen. Fíjense el fin de análisis que se le ocurrió a Lacan, que
fue un fracaso total y garrafal. Se llama “pase”. ¿No es acaso un dispositivo
de demostración? A le tiene que contar a B por qué ese análisis terminó. Y B
tiene que convencer a C de que ese análisis terminó. Porque A con B, Lacan
dice que no sirve, no sirve de a dos, porque puede haber sugestión, presión,
hipnotismo... tiene que haber un argumento. Un argumento que B le pueda
decir a C. Si no, ¿qué podría decirle B a C si no fuese un argumento?
Pero habrán visto cómo terminó el pase: si A era paciente de Miller... pasaba.
Y todo explotó cuando un paciente de Miller no pasó, porque en lugar de
Elizondo estaba Colette Soler, el paciente no pasó y se repudrió todo. Porque
¿cómo no iba a pasar un discípulo del Gran Rabino? Era imposible que no
pasara el Gran Discípulo del Gran Rabino... Pero el argumento de Lacan para
pensar el fin de análisis era de demostración racional: había que persuadir
mediante un argumento con coherencia interna. ¿Por qué eso de Lacan nunca
entró en el lacanismo? Me parece que el de Lacan fue un fracaso patético, el
peor tipo de fracaso: cuando todos son lacanianos, pero el ser lacaniano no
significa haber levantado ninguna de las propuestas más radicales, más
novedosas de Lacan, que resolvían un montón de problemas que dejó Freud.
El fracaso de Lacan es terrible. Quizás sigamos con esto en algún momento,
más adelante.

Las clases a cargo de los docentes invitados serán: el 11 de agosto, Andrea


Leiro; el 8 de septiembre, David Szyniak; el 20 de octubre Haydeé Montesano y
falta combinar con Jimmy Kuffer su exposición sobre el Teorema de Gödel.

Ahora vamos a trabajar lo que Lacan llamó “Paréntesis de los paréntesis”, de


1966. Hay un único problema de traducción. No sé si se fijaron, el “Paréntesis
de los paréntesis” de 1966 está escrito en forma de versículos, es el segundo
escrito de Lacan que tiene versículos, en párrafos muy breves. Es un estilo de
escritura absolutamente especial. Página 48 de los Escritos en castellano. Más
aún, les voy a proponer en mi condición de ex-alumno de ciencias judaicas con
jardín de infantes, primaria y secundaria completas, numerar los versículos.
Les propongo numerarlos para poder citarlos. Son 24 versículos.
Lacan en 1966 dice que no puede creer que nadie haya retomado esto, en el
’66 estamos a la altura del Seminario XIII, XIV, y Lacan lo había trabajado en el
Seminario 2... tenía muchos discípulos, y Lacan abre esta sección diciendo que
está perplejo de que nadie lo hubiera retomado... Y hoy, cuarenta años
después, la situación está exactamente igual. Podríamos decir que Lacan
seguiría perplejo: este tema no lo toma nadie, no lo cita nadie. ¿Alguna vez
encontraron citado alguno de estos versículos? Somos un montón y todos
leemos bastante... Seguramente el “hay del Uno” lo escucharon, y ni siquiera
saben de qué texto es. No sé por qué ocurre.

Se llama “Paréntesis de los paréntesis”. Hay muchos trabajos que se pueden


hacer sobre esto, que Lacan ni siquiera indica. Por ejemplo, uno es, si ven los
paréntesis en la tabla36: éste y éste son paréntesis que encierran paréntesis
[celestes en la tabla, en posiciones 1 y 21 de la fila #]. Entonces, Lacan distingue el
paréntesis redoblado de toda la cadena significante que empieza aquí
(recuerden que yo solo había agregado la cadena de S y D para la coherencia
lógica) y separa el paréntesis redoblado –al que va a llamar “comillas”- de lo
que está por fuera de ese paréntesis redoblado. Para Lacan el paréntesis

36
Agregué una fila “#” a la tabla, para indicar los números de celda y orientarse mejor en las
referencias. Por razones de espacio, la tabla está en la página siguiente. (M.G.)
redoblado será el campo del sujeto, y lo que queda por fuera será el campo del
Otro.
Una de las cosas que Lacan hace y no comenta en ningún lado es que la
diferencias que se inscriben en campo del Otro (por fuera del paréntesis
redoblado) van a ser por trabajo sobre los 1 (unos), y en el campo del sujeto
(dentro del paréntesis redoblado) el trabajo que va a hacer es sobre los 0
(ceros), eso él no lo dice en ningún lado. En el campo del sujeto (paréntesis
redoblado) va a hacer distinciones entre 0 (ceros) y en el campo del Otro (fuera
del paréntesis redoblado), distinciones entre 1 (unos); siendo que en ambos
campos hay 0 y 1. O sea, hay mucho para trabajar. Lacan dejó muchas pistas
suponiendo que se lo iba a retomar, pero que yo sepa nunca nadie lo retomó.
En Argentina hay un único libro de Jorge Bekerman, y un par de cositas más.
Nada más.

Con “Paréntesis de los paréntesis”, lo primero que vamos a trabajar es


escansión. Me gustaría decir “la noción de escansión”, pero para mí es
polémico si en Lacan hay una noción de escansión. Supongamos que
supiésemos lo que es un concepto –nadie tiene la menor idea de qué es un
concepto pero supongamos que sí. Lo que estoy queriendo decir es que, sin
ser concepto, si Lacan hace con “escansión” algo más que el uso de un término
de la lengua o si tiene un uso estabilizado para ese término. Si fuese concepto,
tendría que ser desprendido de los usos habituales de la lengua y obtener un
significado, un valor, que tan solo lo reciba por los otros conceptos del sistema
de conceptos. No digo que “escansión” sea un concepto, seguro que no lo es,
pero lo que sí les propongo es ver si no es una noción, algo intermedio. De
hecho, no se si saben que muchos artículos de Lacan, el primer gran desarrollo
del lacanismo en Argentina fueron publicados en una revista que se llamaba
Escansión, que tiene 3 números, porque luego los editores se pelearon y no se
publicó más. Pero observen que la palabra escansión tiene en la tradición
lacaniana algún lugar.

PARÉNTESIS REDOBLADO (O COMILLAS)


Entredós Interior de los Entre los paréntesis Interior de los Entredós
paréntesis interiores paréntesis
... + - - + + - - - + - - - + + - - + - - - -
... 2 3 2 2 2 2 2 1 2 3 2 1 2 2 2 2 2 3 2 1 1
... D S D D D D D S D S D S D D D D D S D S S
... β α γ β γ γ γ δ γ α γ α γ β γ γ γ δ γ α δ
... ( 1 0 ( 0 0 0 ) 0 1 0 1 0 ( 0 0 0 ) 0 1 )
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21
#
S U J E T O
0 alternancia 0 constante 0 alternancia 0 constante 0 alternancia
Par o nulo Ninguno o cualq. impares Ninguno o cualq. Par o nulo
a Es (pulsiones) a a’ Es (pulsiones) a’

FUERA DEL PARÉNTESIS


REDOBLADO (O COMILLAS)
- - - - - + - - + + ...
1 1 1 1 1 2 3 2 2 2 ...
S S S S S D S D D D ...
α α α α α β α γ β γ ...
1 1 1 1 1 ( 1 0 ( 0 ...
22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
#
O T R O (A)
1 Rasgo Unario Falso Cogito
Icc Yo psicológico
Interpretación Perversión pura y
simple

Les voy a proponer trabajar primero la estructura de la escansión para trabajar


una forma distinta de concebir la interpretación psicoanalítica. Les voy a
proponer trabajar la interpretación en la clínica psicoanalítica como escansión.
Y en ese sentido les voy a proponer una forma de concebir la interpretación -en
la clínica psicoanalítica lacaniana- como escansión, que haga corte, pero no en
el sentido de que el corte implique el “dejamos aquí”, porque eso sería la
idiotez lacaniana, que cree que es más lacaniana decir “dejamos aquí” lo más
pronto posible. Cuanto más rápido dicen “dejamos aquí”, más lacaniano...

Vamos a trabajar con Lacan para ver si eso –el “dejamos aquí”- es corte, y de
hecho habría que ver qué lógica tendría ese corte (el “dejamos aquí”) o si no
habría otra forma de pensarlo.

Trabajaremos primero betas y deltas. Observen tan solo esto: recuerdan que
alfas y gamas designaban tríos en los cuales el elemento intermedio era
indistinto y los extremos eran iguales. O sea, alfa y gama designaban tríos
simétricos, simétricos internos: alfas, simetría de simetría; y gama, simetría de
disismetrías. Alfa sería S_S y gama D_D ¿recuerdan? 37
Lo que va a funcionar como escansión son betas y deltas, o sea, las que
establecen tríos disimétricos.

¿Recuerdan el trabajo que hicimos con omega y omicron? Bueno, en el mismo


sentido vamos a trabajar que allí donde haya identidad especular –y resulta
evidente que hay identidad especular, si pusiéramos un espejo en medio del
trío simétrico, obtendríamos el mismo elemento- habrá una lógica imaginaria.
Y en beta y delta habrá lógica simbólica, porque lo que rige es la diferencia. En
el caso de beta, es S_D, y en el caso de delta es D_S. Entonces, ya les
advertí que el comienzo es problemático, porque si yo escribo beta aquí (al
comienzo de la cadena) es porque tendría que tener más elementos aquí (en
los puntos suspensivos iniciales, a la izquierda de la cadena), yo corté en un
punto. Entonces, tener beta aquí estaría bien, porque escribíamos el nombre
del trío mediante una letra griega colocándola debajo del tercer término del trío,
y aquí beta cae debajo de una D, y estaría bien [en fucsia en la tabla]. Sigue:

37
Ver Clase N° 5, pág. 9 y 19
alfa debajo de una S, también está bien [en verde en la tabla]; gama debajo de
una D [en amarillo en la tabla] y ya está completo.
Vean que aquí tenemos DSD y debajo una gama [corresponden a las posiciones 1,
2 y 3 de la fila # de la tabla] y está bien, tanto como aquí que hay DDD
[corresponde a las posiciones 3, 4 y 5 de la fila # en la tabla] y debajo otra gama y
también está bien, porque el término intermedio no interesa (puede ser tanto S
como D). Son sólo convenciones.

Demos un paso más: vamos a convertir las betas en el signo de apertura de


paréntesis [(], las alfas en 1, las gamas en 0 y las deltas en signo de cierre de
paréntesis [)]. Esta es la nueva convención que agregaremos a esta tabla.

¿Qué tienen de interesante las betas y las deltas, a diferencia de las alfas y las
gamas? Que nosotros podríamos tener por ejemplo este caso de estas cinco
alfas, que corresponden a siete 1, y a nueve (-) [en gris en la tabla], estas alfas
¿podrían seguir? Sí, porque podría haber sucedido que hubiesen seguido
saliendo (-) y entonces seguirían 1 y seguirían las alfas. En el caso de gama lo
mismo, acá hay tres gamas consecutivas: si hay tres gamas consecutivas
arriba habrá cinco 2, y arriba se acuerdan que habíamos dicho que los 2
avanzaban por pares, para distinguir en la red 1-3 los 2 de arriba y los 2 de
abajo [en rojo en la tabla]. Gama, en este caso, ¿podría haber seguido? Sí,
porque podrían haber seguido apareciendo aquí un (+) y entonces otra gama,
un (-) y otra gama, podría haber sucedido.

Veamos el caso de beta: beta era S_D, o sea, beta designa un trío de tres
elementos que comienza con una simetría (S) y termina con una disimetría (D).
Si comienza con una simetría podríamos poner un 1 y acá un 2. Y
supongamos que tenemos otro término indiferente que fuera otro 2. ¿Podría
suceder que hubiera otra beta consecutiva, en tanto S_D? Sí, porque se
puede poner una D aquí, este queda indistinto porque podría convertirse en S,
y poner 2, pero no más.

Obviamente delta funciona exactamente igual.


Con lo cual, hay una característica de las betas y las deltas y es que no pueden
ser más de dos en forma continua e ininterrumpida, y Lacan dice que hasta que
aparezca al menos una delta, vamos a verlo:
Supongan que tenemos dos betas, o sea S S D D, Lacan dice que no podrá
aparecer otra beta hasta que una delta se intercale. Como beta es el caso
S_D, entonces, lo que dice Lacan es que delta será la forma, en esta cadena,
que viene de D, sería delta la letra que estaría indicando que se ha introducido
una S. Por haberse introducido una S podría suceder que tuviéramos D y aquí
una nueva beta. Habiendo aparecido una delta, entonces puede aparecer una
nueva beta.
Nosotros escribimos solo con la convención orientada de una manera, pero
podríamos hacerla siempre inversa, por ejemplo: esta línea se verifica en la
legalidad que propone Lacan siempre y cuando partas de un 1. Podríamos
hacerlo partiendo de un 3, pero hay que invertir todas las condiciones. Sería lo
mismo pero habría que producir la inversa.
Entonces, estamos diciendo que articulando las betas a paréntesis, no se
puede tener más de dos paréntesis consecutivos hasta que parezca uno que
cierre. Que serían este caso y este caso, en paréntesis redoblados. Lacan
propone designar a esto “escansión”.

...(...(...)...)...

Comentario: ¿tendrían que aparecer dos deltas para que pueda aparecer una
beta?

A.E.: no, con aparecer una delta ya podría aparecer otra beta más, que sería
este caso. O sea, se pueden seguir produciendo paréntesis. En este caso yo
estoy hablando del paréntesis redoblado, pero el paréntesis redoblado podría
ser un paréntesis dentro de otro paréntesis, o varios paréntesis dentro de un
paréntesis. En nuestro caso tenemos dos paréntesis interiores. Pero la lógica
es la misma. Nosotros vamos a trabajar con el caso más sencillo de paréntesis
redoblados, sólo con un paréntesis.

Entonces, les proponía que así es como Lacan propone entender la escansión.
En el lacanismo ya pasó de moda, ya no se habla más de escansión, pero
tendría que concebirse como la maniobra específica de intervención del
analista. O sea, en la cadena significante, haber producido una intervención
que sí o sí sea analítica, pero que tendría que poder demostrar que esta
estructura se verifica.

Primero les leo la lista rápida de definiciones de paréntesis:

a) una oración o frase intercalada que interrumpe la sintaxis. Podríamos decir


que es como una formación del inconsciente, más de una vez ustedes como
analistas le habrán preguntado a un paciente ¿y por qué intercaló ese
comentario?
b) “Poner entre paréntesis” también significa la acción de dejar de lado, olvidar
cierta parte del discurso. En Freud podría ser llamado represión.
c) Los signos tipográficos que lo indican, que son en número par, pero que se
consideran uno. Esto es en realidad un paréntesis: () Es lo que hace una
unidad. Podríamos decir que hoy discutiríamos de alguna manera qué
consideramos unidad en psicoanálisis.
d) La acción mediante la cual se interrumpe un discurso, propio o ajeno,
interrumpir algo durante cierto tiempo. Y las expresiones “abrir un paréntesis” o
“cerrar un paréntesis” significan interrumpir algo por cierto tiempo así como el
cese de una interrupción.

Me parece que ya pensar en paréntesis –no solo en su valor algebraico- es


muy interesante en el análisis. Si uno está pensando en una forma de concebir
la práctica analítica como maniobras sólo sobre el material significante. Son
maniobras sólo discursivas. De hecho, no pierdan de vista que “analizar”,
Freud mismo dice que él lo toma de la metáfora química, que significa separar
los elementos constitutivos de un conjunto indiferenciado de elementos. Me
parece que tendríamos que revisar si a nosotros nos convendría operar con
una metáfora tomada de la biología o la química, o si no nos convendría mejor
con Lacan ir buscando formas de concebir nuestra práctica que tuviesen más
que ver con la experiencia de palabra o práctica de discurso. El asunto es
cómo separar en elementos. Lacan propone poner entre paréntesis, en vez de
analizar, poner entre paréntesis.

---Cambio de cinta---

(...)
En la conferencia “Psicoanálisis y cibernética”, del Seminario 2, Lacan utiliza
“escansión” con estas tres acepciones: primero la equipara con una jugada,
así cada jugada dentro del juego o partida, implica una escansión homologable
con lo que queda entre paréntesis. Habría que pensar bien en ese caso qué
sería una jugada. Por ejemplo: ¿un movimiento en ajedrez es una jugada? ¿O
se debe tener en cuenta la respuesta del contrincante también? No sé si
alguno de ustedes sabe jugar bien al ajedrez, o son como yo, sólo movedores
de fichas. El ajedrez es un juego de cálculo de estrategia, y cada movida está
calculada de todas las movidas posibles del contrincante, cuál sería la más
conveniente para el contrincante y cuál sería la más conveniente para uno.
Pero entonces, una es jugada.

Comentario: perdón, ¿“escansión” es un neologismo de Lacan?

A.E.: no, es una palabra francesa. En el diccionario francés significa analizar


un verso según sus elementos métricos, o sea una definición que tiene la virtud
de ser totalmente discursiva. Es analizar pero no como proponía Freud –como
sustancias químicas- recuerden que Freud analizaba de verdad, trabajaba con
microscopio, con tejidos, ponía y sacaba cosas. Mientras que Lacan propone
trabajar con escansión, que es analizar un verso según sus elementos métricos
y según leyes específicas. Por ejemplo, analizar un verso podría ser bajo la
forma de puntuar, subrayar o acentuar partes de un texto.
Yo tendría que ser mucho más tramposo de lo que soy, tendría que haber
empezado así: para Lacan escansión es cortar la sesión, ¿no? Tendría que
haber entrado por ahí, porque no es eso. No es cortar la sesión. Tenemos la
práctica de Lacan de los últimos 15 años de su vida en los que no hizo más
que echar a las patadas a sus decenas de pacientes de la sala de espera. Eso
está, es un hecho, está escrito en decenas de libros: echar a las patadas, a
algunos sin haberlos atendido, de su consultorio. Eso es lo que ese hombre
(Lacan) hacía. Alguna vez vamos a tener que hacer algo con lo que ese
hombre hacía... pero no creo que yo llegue a verlo –ni mis bisnietos- porque
aún no hemos revisado siquiera lo que hizo Freud. Todavía no hemos
revisado si la dirección de la cura que siguió Freud con sus pacientes no fue un
desastre, aunque él siempre publicó fracasos. Por ejemplo, en el caso Dora,
preguntarle en la primera entrevista “¿Qué tienes que ver tú con aquello de que
te quejas?” ¿No fue un desastre total que hizo que la cosa abortase en cinco
reuniones? ¿No fue una barrabasada total? Ya sé que los lacanianos están
convencidos de que fue maravilloso, porque le metió la responsabilidad
subjetiva, apenas la recibió enseguida la cacheteó... le dio a la histérica para
que tenga. Y según Lacan, ¿quién ganó la partida? ¿Quién se fue con la
sonrisa de la Gioconda, diciendo “no entendiste nada”? Con lo cual, si todavía
no hemos revisado qué hizo Freud con Dora... para revisar la clínica de Lacan
faltan 500 años, o quizás no se haga nunca. Pero una cosa es lo que hizo ese
hombre, y otra cosa es lo que dejó como legado de elaboración teórica para el
psicoanálisis.

Escansión es, entonces: puntuar, subrayar o acentuar partes de un texto.


Ahora, ¿cómo ganaríamos nosotros -trabajando así- para saber qué es parte
de un texto? Voy a contarles el chiste que cuento todos los años: un hombre
le dice a su amigo “Me separé” y el amigo le contesta “¡Por fin, era una basura,
te engañó con todo el mundo!” y el hombre le aclara: “No, me separé de mi
socio...” ¿Cuándo uno sabe que ha cortado bien? El lacaniano, con la prisa
propia del corte urgente, en la sesión de tres minutos, el paciente le dice “Me
separé” y el analista lacaniano sanciona “Bien, lo felicito, dejamos acá”. El
analista creía que el paciente tenía que separarse... y el paciente le dijo “me
separé” y el analista le entendió y le cortó. Pero ¿cómo saber qué es un
elemento del discurso? El fonema lo tenemos, es de la lingüística. Un
significante... ya no lo tenemos, eh? Significante ya no sabemos lo que es. Por
ejemplo, “Signorelli” ¿es uno o son dos? “Boticelli” ¿es uno, son dos o tres
significantes? Ya no sabemos qué es significante, pero digo, el segmento que
nosotros tenemos que separar para puntuar y acentuar de manera tal de
producir un efecto sobre ese discurso ¿cómo trabajarlo? Les voy a proponer,
siguiendo a Lacan, que es con la teoría de la escansión.

Me parece que para nosotros escansión es poner un punto, una buena


escansión es poner un punto. En castellano, escansión tiene una acepción
más, que es “escandir el vino”, y que en francés no está. Es cortarlo, y la Real
Academia no dice más que eso, no sé bien a qué se refiere.

Un cita de Lacan para introducirnos en el problema, una cita que voy a


aprovechar para trabajar otra cuestión, y es que al establecer la escansión, lo
que uno va a tratar de establecer es -en la legalidad propia y autónoma de la
cadena significante- establecer allí lo que son sus partes, y qué relación
guardan entre sí. Eso es lo que nosotros trabajaríamos. Pero también, si uno
acata plenamente la idea de que es la misma cadena significante la que
produce efectos, recordarán que decíamos “la cadena recordará, el rango par o
impar del número 2 para saber si después de un 1 puede venir un 3 o puede
venir un 1”, esto es una manera de pensar muy radical y es que la cadena
significante piensa sola, algo así como un Ello que no sea carnal como en
Freud, sino que sea de puro pensamiento. De existir algo así como un Ello en
la instancia de la segunda tópica –que Lacan prefiere llamar “Eso”- de existir,
estaríamos diciendo entonces que Eso piensa solo. Eso, eso que se dijo, se
piensa. Y de hecho es interesante que trabajemos con la oposición que se
podría armar entre si siempre que hay pensamiento, “no es sin el cuerpo”,
como tan fervorosamente me decían ustedes. Podríamos retomar esa
polémica y preguntarnos si siempre que se piensa no sea sin el cuerpo. De
hecho, observen que a-a’ –reconocen las letras, no?- S, A, son los términos del
esquema Lambda, entonces, Lacan está diciendo que en la alternancia de
estos 0 (ceros) se está dando lo especular. Y fíjense que no serían ya dos
cuerpos –el del uno y el del semejante- sino que también sería sin siquiera un
cuerpo, ya que sería esta legalidad sola. Lacan propone –y es él quien
desarrolla el Estadio del Espejo- que lo especular se establece cuando en la
cadena significante se produce un funcionamiento así (tramo de paréntesis
redoblado de la cadena L). Esa es la contra, total... como se piensa que el
Estadio del Espejo es una tontería y lo imaginario es como Racing, que no le
gana a nadie... Pero también va a decir que están las pulsiones acá, con lo
cual, no solamente que el Estadio del Espejo y lo especular serán un tramo de
la cadena significante, interpretada en ciertas dimensiones; sino que las
pulsiones también, y lo que estaríamos trabajando es que el pensamiento
también estaría sostenido en la cadena significante. Como si se pudiese decir
“eso piensa”. Por ejemplo, y esto es muy interesante para los lacanianos
aferrados a la idea del significante tomado “al pie de la letra”, y para eso, no sé
por qué –tal vez haya que trabajar la distinción que hace Isidoro Vegh en su
último libro, entre “a la letra” y “literal”, yo recién lo estoy empezando a leer, y
me llama la atención que en un libro dedicado a la letra, no esté esto que
estamos trabajando, ¡y es Isidoro Vegh!. Esto, ¿se puede pensar solo? Las
cosas ¿se piensan solas? Por ejemplo, piénsense ustedes un ratito, y piensen
“bueno”, “bueno”, “bueno”, “muy bueno”... ¿qué viene después? “buenudo” ¿no
vendría acaso “buenudo”? Ahora, si ustedes llegan a ese punto, ¿lo han
pensado ustedes? “Es que yo soy muy bueno, muy bueno, muy bueno...” Si
un paciente les dice eso, y ustedes le dicen “¿Bueno o medio buenudo?” Y el
paciente les dice “¡Ah, y sí, yo lo pensé...!” ¿De dónde se obtiene eso? ¿De
dónde sale eso? De dónde sale, es como el conejo de la galera. Conviene
pensar si está buena la pregunta acerca de dónde sale, porque Lacan decía
“Nunca se olviden que si se saca un conejo de la galera es porque se lo puso
antes”. Observen que en la otra lógica –en la freudiana- estaríamos más bien
sacando ¿qué? Si el paciente les dice “¡Uy, sí, sí, claro, tiene razón con lo que
me dijo, eso de bueno-buenudo, me sorprendió!”. ¿Qué dirían, en lógica
freudiana? Levantamiento de la represión y retorno de algo reprimido, con lo
cual estarían sacando lo que se puso vía la represión. Vamos a trabajar para
ver si con esta lógica, la represión se sostiene o si ya no. Tal vez tendríamos
que dejar caer la teoría de la represión. La teoría de la represión es
problemática, yo no sé cómo se puede hacer para no terminar argumentando
siempre: a) que se reprime bajo la forma de “usted reprime”, y b) que cuando
uno dice “usted reprime”, evidentemente está queriendo decir “usted
voluntariamente reprimió”. O sea, ¿cómo poder sostener la represión sin que
sea una actividad voluntaria? Que encima se la piensa como voluntaria porque
se reprime lo displacentero. Y como nadie –ni aun los neuróticos- es tan tonto,
si algo le molesta... reprime. Pero si ponemos a trabajar que le molesta... ¡es
ultra-voluntario!. ¿Se entiende la paradoja? La paradoja es que con Freud
estamos saliendo del campo del inconsciente. Ahora, para quedarnos dentro
del campo del inconsciente, estamos extremando –con Lacan- para otro lado.
Y directamente estamos sosteniendo que ni las pulsiones, ni el pensamiento ni
el Estadio del Espejo requieren de un cuerpo: es la mera cadena significante.

Les leo una cita de Lacan del Seminario 11, el de los cuatro conceptos, de la
clase que fue llamada “El inconsciente freudiano y el nuestro”. Llegó la hora de
que alguien diga que ahí Lacan dijo públicamente que el inconsciente freudiano
no coincide con el inconsciente de Lacan, ya llegó la hora de que alguien se
anime a decirlo. El problema es que si se lo dice, ¿qué hacés después con
Marx-Lenin-Mao? Especialmente Mao. O sea, si el inconsciente de Lacan no
es el inconsciente de Freud, ya no se puede poner más Freud-Lacan. No sé si
les comenté que estoy buscando nombres con guiones, por ejemplo, Marx-
Lenin-Mao; Freud-Lacan-Miller. Son los únicos casos que encontré. El otro día
encontré una página de internet que se llama Freud-Lacan, con un guión. ¿Por
qué no ponen Freud y Lacan? O Freud con Lacan, o Freud y después Lacan...
¿por qué con guión? Porque Nombre-del-Padre, Lacan lo escribe con guiones.
Deseo de la Madre, lo escribe también con mayúscula, pero son cuatro
términos, sin guiones. Con guiones se está indicando una idea y es la de
unificación, se está queriendo decir “hacen uno”. Bueno, en esta clase del
Seminario 11, que es el primer seminario que se publica textual de Lacan, bajo
propuesta de Miller, después de que Lacan fue tachado de la lista de didactas,
la primera clase se llama “La excomunión”, que es una maniobra de la religión
judía. La segunda clase se llama “El inconsciente freudiano y el nuestro”.
Lacan habla en plural mayestático, cuando dice “nosotros venimos
sosteniendo”, se refiere a él. Él habla en la primera persona del plural, es una
forma discursiva. Entonces en esa clase, Lacan dice:

“La discontinuidad es, pues, la forma esencial en que se nos aparece en primer
lugar el inconsciente como fenómeno –la discontinuidad en la que algo se
manifiesta como vacilación.”38

Entonces, para Lacan el inconsciente es discontinuidad, o sea, efectivamente


para establecerlo habrá que establecer qué es un corte. Pero observen que no
es cualquier corte o un mero corte, por ejemplo: un paciente que acababa de
empezar su tratamiento conmigo, me decía “Yo quisiera quedarme en silencio,
pero tengo miedo de quedarme en silencio, porque si me quedo en silencio
tengo miedo de que me cortes la sesión”, o sea, el paciente ya conocía la
idiotez lacaniana, la tenía re-clara. Entonces, por ejemplo, un silencio ¿es una
discontinuidad de la estructura de la cadena? No, para nada, nada lo indica,
porque si no, habría que hablar siempre rapidito y seguidito. De hecho,
muchísimos pacientes harán eso con los analistas que atienden rápido y
cortito. ¿Acaso no creen que los pacientes de los analistas que atienden tres
minutos, no hablan rapidito, o eligen el tema antes –y cómo lo van a decir- para
poder decirlo rápido y cortito?

Bueno, Lacan dice entonces que el problema es establecer qué es una


discontinuidad, porque el inconsciente –como fenómeno- sólo se manifiesta
como discontinuidad, y además dice que es una discontinuidad donde algo
vacila. Sin esa vacilación, la mera interrupción fenoménica no indica
discontinuidad ni inconsciente, por ejemplo, el corte de una sesión. O sea, el
mero “dejamos aquí” no significa para nada haberse aproximado en lo m ás
mínimo al inconsciente, al menos en esta definición fenoménica del
inconsciente.

38
Lacan, J. (1984) El Seminario Libro 11, pág. 33. Buenos Aires: Paidós.
“Verán que, con más radicalidad, hay que situar el inconsciente en la dimensión
de una sincronía...”39

para nosotros el inconsciente siempre fue diacrónico. Los lacanianos dicen


que el inconsciente se abre y se cierra... eso es diacronía pura. ¿Dónde
estaría la sincronía ahí? ¿Se cierra después de que se abre, o no? Ese
“después” ¿no es diacrónico? Vean que hay problemas. Lacan dice que el
inconsciente es fundamentalmente sincrónico. Ya lo trabajamos, pero se los
recuerdo porque hay cosas que se olvidan: sincrónico no quiere decir
simultáneo, o sea, no es lo que ocurre en el mismo instante del tiempo
cronológico. Sincrónico implica, a partir de la lingüística de Saussure, que para
considerar un sistema, todas sus partes se consideran como operando
conjuntamente. Eso es sincronía en Sassure. De hecho es un término cuya
primera entrada en el diccionario es la de Sassure.

¿Qué es lo que borra? Lacan se pregunta qué borra: el significante en cuanto


tal. Si nosotros dijéramos ¿qué reprime? Responderíamos el yo. Lacan dice
¿qué borra? El significante como tal.

“Aquí volvemos a encontrar la estructura basal que hace posible, de manera


operativa, que algo se encargue de la función de tachar, de rayar, otra cosa.”40

Algo tacha a otra cosa, ¿qué es eso que tacha? Lacan lo define como el
significante. Escuchen esto, que no entiendo por qué ningún lacaniano
comenta, no entiendo por qué:

“Nivel éste más primordial,

“primordial”... palabra que en psicoanálisis ¡se vende como pan caliente!

“Nivel éste más primordial, estructuralmente, que la represión de la que


hablaremos más tarde.”41

Yo podría tirarme de la ventana, porque alguno de ustedes podría decirme


“¡Claro! ¡La represión originaria!” A los lacanianos les encanta la represión
originaria, creo que más que a Freud. Lacan está diciendo aquí que hay algo
que es más primordial que la represión. Y es que el significante, tacha, borra,
otra cosa. Entiendan que con “otra cosa” está queriendo decir no al propio
significante, no es que el significante tache a otro significante. El significante
borra, tacha, otra cosa.

“Pues bien, a este elemento operatorio del borramiento, Freud, desde el


comienzo, lo designa con la función de la censura.
Es la censura a tijeretazos, la censura rusa o...

39
Cf. pág. 34
40
Cf. pág. 34
41
Cf. pág. 34
Esta es la maniobra jodida de Lacan, que una vez que lo mete a Freud, lo hace
quedar bien de vuelta. Está criticando la represión de Freud pero después dice
“es lo que dijo Freud, la censura”. Pero para Freud, la censura es totalmente
secundaria respecto de la represión, no es lo primordial.

Es la censura a tijeretazos, la censura rusa (...) Ciertamente, podemos


preguntarnos sobre el efecto que cobra esta palabra debido a esta censura
propiamente material, lo cual es un problema distinto. Pero en todo caso, sobre
este punto recae, de la manera más eficiente, el dinamismo del inconsciente.” 42

Quiere decir que para Lacan, en función de esta cita del Seminario 11, el
dinamismo del inconsciente es que algo se borra. Y la función activa en el
borramiento, es el propio significante, ninguna función que pudiera ser
adscripta a características, propiedades o funciones de la persona o de su
cuerpo.

Comentario: ¿sería la pizarra mágica, el block maravilloso, este borramiento


del sujeto del inconsciente?

A.E.: sólo si aceptase la existencia de una pizarra mágica que escribiese y


borrase sola. Porque la pizarra mágica es inerte. O sea, si comprás una
pizarra mágica nueva y la dejás 15 años en un placard, seguirá inmaculada
como vos la dejaste. Tendría que ser una pizarra mágica inconcebible por
Freud, porque tendría que ser una pizarra que escribiese y borrase a su vez,
sola o automáticamente. Esto parece muy lejano, pero no se olviden que
algunos problemas del psicoanálisis se habla de automatismo de repetición. No
se olviden de que ese problema también lo tenemos, o sea, que hay cosas que
parecen automáticas... bueno, tal vez lo sean. Quizás sean automáticas: algo
que en sí produce efectos –en sí mismo, o sea, que no haya el concurso de
una persona. Si en una obra de teatro un personaje le dice al otro: “Si tu tercer
socio también te roba... vos sos un imbécil, Roberto”, ¿a ustedes les
sorprendería mucho? Digan la verdad... es un imbécil. Ahora, ese “imbécil”
¿quién lo concluye? Porque parece que lo dijera esta persona. Pero y si la
otra le dijera “Sí, ya lo pensé”, ¿cómo? ¿Justo antes de que se lo haya dicho ya
lo había pensado? ¿Es sorprendente que los dos hayan pensado lo m ismo,
respecto de esa escena? ¿Por qué? No hablo del efecto Zeigarnik, no digo
eso, digo que hay un genio de la lengua.

Comentario inaudible

A.E.: no, no, porque lo que vos hacés es un efecto de armonía. Efectivamente
hay armonías, por ejemplo, no sé si alguna vez lo pensaron: si ven películas
de Walt Disney, hay música de amor, música de alegría, música de tristeza,
música de angustia, y música de depresión ¿no? Hoy podríamos decir “es que
ya sabemos” que hay músicas así, entonces ya producen el efecto porque
sabemos que es así. Pero supongan que fuera la primera vez, en la primera
película de Walt Disney donde se introdujo esta forma: ¿es inconcebible que
haya cierta modalidad de música que produzca cierto efecto sobre nosotros? A

42
Cf. pág. 34
mí no me resulta inconcebible. Y no por nada esos perritos de morondanga,
los que son así de chiquitos, pegan esos ladridos agudos a través de la reja y
nos dan más de un susto... y ¡son del tamaño de una cucaracha! Pero ¿cantó
como un ruiseñor? No, ladró como si fuera un doberman. ¿Y por qué gritó
como si fuera un doberman? Porque el instinto no es tonto, hay una
adaptación de esa especie al medio, que gritando en esa sonoridad, produce
en los depredadores un efecto. Por ejemplo, cuando se le paran los pelos al
gato ¿eso produce efectos o no? Habrán visto cómo reculan los perros frente
al gato que se apresta para la batalla. Hasta el perro más bravo da primero un
paso para atrás frente al gato, ¿por qué? Porque el gato en ese momento
parece un leopardo. Esas armonías, musicales o de imágenes, las
encontramos perfectamente en el mundo animal. Lo que estoy trabajando, en
cambio, es algo que está inexorablemente ausente en el mundo animal. Y es
que las cosas se piensen y que haya cosas que se concluyen solas. Que en
cierta época, ciertas prácticas sexuales sean perversas indudablemente,
mientras que en otras épocas no.

Comentario inaudible

A.E.: ¿por qué pensás que no es necesario introducir la dimensión del


sentido?

Comentario: (...) al escribir, borra, queda lo borrado. Y me parece que


cuando vos introducís el automatismo, ya no importa lo borrado, importa sólo el
acto de borramiento que produce la introducción del significante...

A.E.: ¿y por qué decís que ya no importa lo borrado?

C.: no, digo, porque está puesto el acento en el automatismo del borramiento.

A.E.: claro. Pero yo no había querido introducir nada de la índole del valor,
que fuera valioso lo borrado o que fuera valioso lo que permaneció.
Lo digo de una manera más llana: ¿cómo hacen ustedes para interpretar?
Vayamos a los casos interesantes, es decir, cuando la embocan, que son los
menos, uno está boqueando todo el día y hasta que pega una... ¿cómo la
pegan? ¿Cómo la embocan? Hay dos formas de explicarlo: una es la
genialidad, que es lo que dicen los lacanianos sobre Freud y Lacan, que fueron
dos grandes clínicos. Habrán oído que se dice que Freud y Lacan fueron dos
grandes clínicos... para mí fueron dos perros ladrando. Clínicamente
hablando, Freud y Lacan eran dos perros. Estoy seguro de que Melanie Klein
era mucho mejor clínica que ellos, de eso estoy convencido. Lo que se sabe de
los casos de ellos dos, son catástrofes totales. Entonces, una manera de
explicarlo es por la genialidad, por la suposición de un sexto sentido que
tendrían algunas personas, dotadas, que les podría permitir interpretar.
Pero nosotros, los comunes, que no tenemos un sexto sentido, ¿cómo
hacemos para interpretar? No todas las cosas que le decimos al paciente sino
justo esa que produjo un efecto. Digo, ésa -sin que nosotros tuviéramos idea
de qué era- y que produjo efectos sin que nosotros tuviéramos idea de que
ocurriría porque no sabíamos que todos esos textos estuvieran en esa
persona... ¡Se dice solo! El buen analista es el que se deja llevar en el sentido
de que la cadena sí quiere decir. El asunto es cómo sería ese “dejarse llevar”
porque también se lo podría confundir con el “Ommmm”, ni atención flotante, ni
estar en las nubes, etc. Entre estar en las nubes y atención flotante, nunca me
quedó claro cuál sería la diferencia, la única diferencia es que quienes la
practican se analizaron... como se analizaron ya están seguros... ¿Ustedes
conocen a alguna persona que se note claramente en su vida que se analizó?
¿Que sea una persona distinta? Yo no conozco a nadie. ¿Ustedes conocen a
alguien? Conozco a algunos, en especial hombres, que han hecho el pase y
que están más locos que un plumero. Mucho más locos que antes. De esos
idiotas conozco a unos cuantos. Pero ¿gente que sea distinta porque se
analizó? No.

¿Cómo se interpreta? Mi impresión es que es con esta lógica, la de la cadena


significante. Freud pensaba que había cosas dentro de las personas, y ¿cómo
concebía que había que interpretarlas? Él ya sabía lo que eran: deseos
incestuosos con la madre, fantasía cloacal del parto, coito perverso. O sea,
Freud ya sabía lo que había... ¡y si ya sabés lo que hay adentro...!

Comentario: esto era lo que te decía que se suprime con esta lógica, el
suponer saber qué es lo borrado.

A.E.: ¡ah! Ahora entiendo. En ese sentido sí. Con lo que no estaba de
acuerdo de lo que vos decías era porque podía dar a entender que todo esto
pudiera ser sin sentido, que es otra vertiente que se sostiene a lo loco, la
clínica del sin-sentido... ¡es una jauría que viene al galope!

C.: no, no, nada que ver.

A.E.: que es el nihilismo moderno, todo el mundo cree que no hay sentido. De
Nietzsche para acá ¿a quién le va a sorprender que no haya sentido, que la
vida no tenga sentido? Ahora, el asunto es cómo hacer para no melancolizar
más a nuestros pacientes. De hecho, el asunto es cómo conseguir analistas
que no estén melancolizados. Para mí hay un efecto melancolizante del
psicoanálisis que es pavoroso, y es por esta práctica del sin-sentido. Porque
esta cadena sí opera con un sentido, pero con el sentido de ésta cadena, que
uno no lo puede conocer y el analizante tampoco. Porque no es que él
reprimió lo que no le gustaba... Para operar con la clínica del sin-sentido se
sostiene que el deseo angustia. ¿Por qué el paciente no hace lo que desea?
Porque el deseo angustia. Siempre lo decimos: “lo que pasa es que usted no
se anima a hacer su elección o su apuesta...” Que es otra idiotez que también
implica un saber: ya sabemos que todos desean, que todos desean por igual y
que se angustian por desear. ¿Por qué se borra? Se dice: “porque angustia”

Comentario: en todo caso, con eso que sabemos habría que ser bastante
elíptico, por lo menos, frente a esas cosas que sabemos, en el mejor de los
casos...

A.E.: es en el mejor de los casos para cobrar promedio anual per cápita más
honorarios... o sea, se te irían más tarde los pacientes, los retuviste al menos
tres años.
Comentario: digo, no ser tan directo...

A.E.: claro, pero se dice que no hay que ser tan directo, me parece, para que
los pacientes no se vayan rápido.

Comentario: no lo decía con ese criterio, Alfredo.

A.E.: ¿y con qué criterio? ¿por qué decir las cosas elípticamente?

Comentario: por esto que decías hoy, si le endilgás al paciente la


responsabilidad subjetiva a la primera sesión, a la segunda no viene más.

A.E.: claro, y si se la endilgás elípticamente, deja de venir a la décima sesión.


No sé, yo les cuento de mi clínica, no sé si ustedes tienen una clínica muy
distinta, si se analizaron con un análisis muy distinto... a mi me parece que
estamos hablando de la clínica todo el tiempo. ¿Cómo se interpreta si uno no
sabe? ¿En qué sentido, nos convendría la docta ignorancia? Me parece que
nos convendría para saber cómo opera la estructura, per se, y ver cómo esa
estructura per se puede estar operando en la cadena significante
autónomamente, sin asumir responsabilidades subjetivas, ni pensar que lo que
pasa es que los neuróticos arrugan, la angustia, etc.

Vamos a trabajar esta estructura. Uno puede decir que para toda estructura de
paréntesis, que el signo de apertura de paréntesis está en relación con el signo
de cierre de paréntesis. Observen qué interesante es el trabajo que hace
Lacan, porque para hablar con cierta tranquilidad tendríamos que hacer así:

Fíjense cómo hemos duplicado ya las comillas. Que podría ser así: yo tomo
textualmente lo que usted dijo –y uno repite la frase del paciente. Hay un doble
comillado ahí, ¿no? El comillado que usa el paciente de un texto, y uno al
citarlo hay que tomar el comillado, tomamos que eso es una unidad, un
elemento, y siendo así observen que para nosotros este paréntesis cierra a
este ¿están de acuerdo?

...(...(...)...)...

Ahora, si son beta, beta, delta, van a ver que se puede escribir de otra manera.
Beta era S_D, y delta era D_S

+ + + + - - -
1 1 2 2 1
1er. t. 2do. t. 3er. t.
[S S (D] D S)
β β δ
1er. t. 2do. t. 3er. t.
Quiere decir que acá tenemos, primero, segundo, tercero. Estos son los tres
elementos constitutivos del binario, y con la delta tenemos cuarto y quinto. Son
5 elementos que son tomados en cuenta. Pero visto desde la perspectiva de la
delta, tenemos tercero, segundo, primero. ¿Están de acuerdo? Con lo cual, la
relación que hay entre esta beta y esta delta es que coinciden en que el tercer
elemento que cierra el binario, el tercer elemento constitutivo del binario de la
primera es el mismo elemento constitutivo del binario de la segunda. Digo,
delta en este caso, es el término que cierra al trío que constituye al binario que
llamamos beta. Pero delta también es el primer elemento de este trío que
cierra el binario que llamamos delta.

elemento compartido por β y δ


1 2 3
S S D D S
β β δ
1 2 3

Con lo cual, beta y delta comparten un elemento. Está articulado lógicamente.


Si los escribimos, tenemos que decir que la primer beta está conectada con la
primer delta, y que la segunda beta con la segunda delta, ¿ven el ocho interi or?
Quiere decir que escansión es producir ese ocho interior.

...(β...(β...)δ...)δ...

Eso es producir la escansión. Nosotros tenemos una versión de la escansión


que es poner punto final, que de hecho es cierto, yo mi primer análisis lo hice
con un psicoanalista de APA, 9 años, las sesiones más o menos duraban entre
45 y 50’ y si yo quería seguir hablando o se producía un silencio, mi analista
hacía un gesto de “terminó el tiempo”. Pero no todos los analistas kleinianos
de esa época atendían estrictamente 45 ó 50’ por reloj. Por ejemplo, si yo
hubiera estado llorando y rasgándome la ropa, no creo –al menos ese analista
que yo conocí- que me hubiera dicho con cara de póker que terminó el tiempo,
dejamos aquí. Y si yo hubiese permanecido los 50’ en silencio, durante 4
sesiones, ¿no podría haber sido que a la quinta me hubiera mandado a pasear
a los diez minutos? ¿Sí? Con lo cual, todos los analistas en algún momento
terminan la sesión, si entendemos por corte de la sesión el poner un punto
final. Escansión en el sentido de Lacan, concebido como las comillas dobles o
el doble paréntesis, establece la estructura de sujeto. O sea, lo que adviene es
el sujeto, produciendo un nexo de esta índole, donde hay al menos dos
elementos de disparidad, que sería beta y beta, articulados a dos elementos de
disparidad que cierran con ellos, delta y delta.
O sea: “No puedo estudiar”. Bueno, muy bien, cuénteme algo del estudio.
Terminó el secundario y tuvo que anotarse en la facultad y ya no fue más. No
encontraba carrera que le gustase, o empezaba, daba el primer parcial y no iba
más, etc. ¿Podríamos tomarlo como primera disparidad? ¿Sí o no? Ni siquiera
les dije que la demanda de análisis fuera la primera disparidad. Demandar
análisis, “no puedo estudiar”. Cuénteme. Y el tipo dice que a la mitad de la
carrera tuvo una primera disparidad. ¿Y? ¿Cómo siguen? Si pasaron tres
horas y están aburridísimos y se quieren ir a sus casas, le pueden decir
“dejamos acá”, no digo que el corte de sesión tenga que ver con el acto
analítico, el 90% de los cortes tienen que ver con otras cosas (está el otro
paciente esperando, o tienen que ir al baño, etc.). Pero cuando hay un corte
de la índole de un acto analítico, ¿qué dice Lacan? Que tiene que aparecer al
menos otra disparidad más. Que en este caso uno ¿qué buscaría? Y podría
buscar algo... o podría haber encontrado diciendo “No era un problema de
estudio, pero ahora que usted me pregunta, al jardín de infantes yo no quería ir,
me llevaban a la fuerza”. Anotan la segunda disparidad. Van a tener
advenimiento del sujeto cuando puedan articular estas dos disparidades con
otras dos disparidades. ¿De qué índole será esa articulación? Primero, una
con una. Por ejemplo: ¿qué estaba pasando en su casa, en su vida, cuando
usted comenzó la facultad? Porque mientras fue al secundario venía bien,
¿no? Entonces, lo primero que uno busca es la que se articula con esa
disparidad en forma de par. ¿Cuál podría ser? “Mis padres se separaron
cuando terminé 5to. año.”

---cambio de cinta---

(...) ... ambos son ejemplos de separación. “Su problema de estudio tiene que
ver con las separaciones”. No se trata de que uno sea un genio o de que uno
no sepa nada, sino de que trabajando con cierta lógica, y articulando de
determinada manera las disparidades, o sea, las cosas que no van en la
cadena, no cualquier cosa. Hay pacientes que relatan cualquier pavada y uno
no lo puede creer. Y el paciente podría argumentar que está asociando
libremente y diciendo lo primero que se le ocurre. Hay mucha pavada que está
garantizada. No se trata de la atención flotante, no: hay que ir a la búsqueda
de las disparidades. Y luego hay que hacer un trabajo lógico, que tampoco es
ciencia exacta del Instituto Balseiro. Sino tratar de establecer qué se vincula
con qué, pero observen que se trata de que se vincula. Qué se vinculó con
qué, y poder deducir de eso una lógica. Lacan propone que esta es la
modalidad de escansión para la clínica psicoanalítica, o sea, esta es la
estructura con la cual nosotros, mediante un álgebra, podríamos escribir qué
sería una unidad en la experiencia analítica. Esto es lo primero unitario que
tenemos. Vean que no haber querido ir al Jardín porque angustiaba separarse
de la madre, o haber perdido toda posibilidad de estudiar a partir de la
separación de los padres, o sea, ni no ir al Jardín ni tener dificultades para la
facultad son en sí algo que se suma 1. ¿Ven que lo primero que suma 1 es lo
que tiene estructura de ocho interior? Esto se produce en análisis, y se
produce en análisis buscándolo y estableciéndolo. Es por eso que la atención
flotante es impracticable para nosotros. Y es impracticable porque para la
atención flotante uno ya tendría que estar advertido de lo que va a venir. Uno
puede entonces trabajar esperando que aparezca lo que ya sabe lo que va a
venir (y mientras puede dormirse escuchando al paciente) o, por el contrario,
puede trabajar en la cadena significante suponiendo que hay una lógica interna
a la cadena, a la propia cadena y que son procedimientos de lectura sobre ella
los que permitirían producir efectos clínicos. Otra cosa distinta sería la
“sabionda lacaniana” y como Lacan dijo “deseo de saber”... pero no saben por
qué. Porque Lacan dijo que no hay pulsión epistemofílica, pero dijo que había
deseo de saber. Nosotros lo tomamos como si fuera lo mismo. ¿Es lo mismo,
o habrá que tomar en cuenta la diferencia? Y quizás el deseo de saber de
Lacan no sea ganas de saber. Por ejemplo, por nada se podría garantizar que
un estudioso tenga habilitado el deseo de saber. Pero como Lacan dijo “deseo
de saber”, la “lacanianada” que no respetara la lógica de la cadena sería: “Y
claro, evidentemente a usted estudiar lo angustia”. Por el deseo de saber,
porque el deseo angustia. Pero ahí no se está trabajando con la lógica de la
estructura. Son los famosos “Evidentemente, a usted... tal cosa lo angustia”.
Pero si se tratara de trabajar ya no sería tan claro. El lacaniano no diría tan
convencido “Evidentemente, a usted lo angustia trabajar”, porque Lacan no
habló de deseo de trabajar. Ustedes se ríen, pero no sé por qué se ríen.

Hay una lógica que se puede desprender del funcionamiento de la cadena


significante, no poniendo en ella ninguna dimensión personal, psicológica o -
como decimos en la modernidad- subjetiva, pero para eso debemos conocer la
legalidad interna y cómo son las disparidades que podríamos encontrar. O
sea, nosotros carecemos de conocimiento sobre el caso, pero sí podemos
tener un tipo de conocimiento que no fuera psicología, sería un conocimiento
sobre la estructura. Y nosotros acá estaríamos haciendo clínica psicoanalítica,
en la clínica psicoanalítica. No estamos haciendo teoría, es clínica, porque es
teoría sobre cómo se interviene. Esto es un corte. Recuerden que Lacan
decía que en una superficie sólo se podía hacer un corte verdadero si se daba
una doble vuelta ¿recuerdan? Es esto. El verdadero corte se produce cuando
uno logra establecer el ocho interior. Puede llevar una sesión o te puede llevar
5 años de análisis. Con lo cual observen que el tiempo y la duración de la
sesión es absolutamente independiente del corte. Esto es un corte. Yo pienso,
creo, en este momento de mi posición como analista, que todo análisis es dos
o tres veces de esto. Con un corte de estos se entra a análisis, con otro se
resuelve lo que en Lacan se llama interpretación del deseo, y con el tercero se
disuelve la experiencia, o sea, se corta por el vínculo con el analista. Con un
ocho interior se produce la entrada con analista, que no es equiparable a la
entrada con nadie más. Pero tampoco tiene características en sí ¿cuándo uno
está en análisis con un analista? ¿Cuándo hay entrada en análisis? ¿Cuando
aparecen formaciones del inconsciente, los sueños? A mí me parece que sólo
hay entrada en análisis cuando operó el corte verdadero. Cuando los dos
partenaires han entrado en una posición tal y una relación tal que, respecto de
la cadena significante, habiliten a que eso piensa y piensa con una lógica. Y
esa lógica está más allá de la posición de cada uno. Eso es entrada en
análisis. Habitualmente se lo piensa sólo del lado del paciente.

Comentario: claro, qué le pasa a uno como analista...

A.E.: es que cada vez, el analista debe verificarse en docta ignorancia en cada
caso. Digámoslo así: tiene que producirse como entrada en análisis el
testimonio de que ambos se sorprendieron de lo que eso pensó. Si no, ¿cómo
tendríamos prueba de que eso pensó autónomamente, si no hubiera sorpresa
de ambos partenaires? O sea, la interpretación correcta, es aquella que tiene
esta estructura, y si quieren el acompañamiento psicológico, debería haber
sorpresa en ambos partenaires. “Lo que dijiste el otro día me rompió la
cabeza, me cambió todo, es otra cosa”, “¿Sí? ¿Qué le dije? No recuerdo
haberle dicho nada...”, “¿Cómo que no? Me dijiste esto, esto y esto.” “¿Yo te
dije eso?” Ahí hay entrada en análisis, cuando los dos –se los digo en
lacaniano- han pagado con su persona. Cuando las dos personas cayeron.
Ya uno no es capaz de garantizar que es él el que piensa lo que se piensa, ni
el otro es capaz de garantizar que es él el que dijo lo que se dijo. Esa es la
entrada en análisis que produce el sujeto. Hará falta otro corte para que se
produzca el diagnóstico del objeto a, por eso a mí no me gusta una clínica sin-
sentido, porque es esto lo que le da sentido a la vida. Y luego el problema es
la salida del análisis, el famoso problema del fin de análisis, donde haría falta
otra vuelta en la cual ambos vuelvan a caer: el analista que cae de una
posición de lector habilitado y del otro lado no sabemos bien cómo decirlo,
porque el pasaje de neurótico a sano no lo sostuvo ni Freud. Los freudianos sí,
pero Freud no. Eso de pasar de la miseria neurótica a la miseria común... ¡eso
todo el mundo lo arregla! Del lado del analista es muy fácil decirlo, cae de su
lugar de lector habilitado, no es más un lector habilitado para ese texto. ¿Y del
lado del analizante? Lacan propuso que pase a analista, pero no se ha
verificado, que no se lo ha podido trabajar. Todavía no sabemos cuál es la
estructura del tercer ocho interior.

En la próxima tendremos que establecer sujeto, Otro, por qué así, vamos a
tener que establecer a minúscula, a’, las pulsiones, la interpretación, el
inconsciente, el rasgo unario, el falso cogito, y todo lo demás.
Si alguno leyó “Paréntesis de los paréntesis”, hay un problema previo y es que,
tal como lo dice Lacan no queda claro qué cosa va en qué lugar. Lo primero
que vamos a trabajar es qué es “en el dobladillo”, qué es “entre los paréntesis
interiores”, qué es “en el interior de los paréntesis”, qué es “fuera de los
paréntesis”. Hay que establecer primero cuáles son esos lugares.
Luego veríamos qué funciones Lacan localiza allí, y luego haríamos el trabajo
de establecer por qué, por qué en un sector de la cadena se podría hablar del
Ello pulsional. Observen que hay un montón de conceptos fundamentales en
psicoanálisis desarrollados. Acá Lacan plantea el falso cogito y plantea una
cuestión interesantísima que es la perversión pura y simple.

Comentario inaudible.

A.E.: Lacan no hace esta tabla. Lacan redobló la apuesta: volvió a tomar el
guante, volvió a cifrar el psicoanálisis (inaudible) y volvió a provocar a los
psicoanalistas a leer. Y fue como en la obra de teatro “El desierto de los
tártaros!... o “Esperando a Godot”. Esas son las dos obras que para mí mejor
reflejan la posición de la espera. Con Lacan pasó lo mismo, 40 años y nada...
Yo no encontré esta tabla en ningún lado, no la pude cotejar con ningún colega.
En la próxima vamos a ver cómo cortamos en sectores, según la propuesta de
Lacan, qué funciones van en esos sectores, y qué podríamos decir, en nuestro
intento de ser psicoanalistas, de esas localizaciones y funciones en estos
sectores de la cadena.
Numeren los versículos del escrito, para poder citarlos.-

Versión no corregida por el autor.


Desgrabación: Mariana Gomila.
Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 9 – 28-07-06

Alfredo Eidelsztein: hoy vamos a trabajar “Paréntesis de los paréntesis”,


versículo por versículo. No se trata de un texto muy extenso, son dos páginas,
entre esta clase y la próxima lo tendremos trabajado.
La vez pasada les había planteado que no sólo tendríamos que hacer el trabajo
de establecer en esta formalización que hace Lacan de la cadena significante,
los conceptos psicoanalíticos en esta serie e intentar justificar esa localización,
sin que a su vez tendríamos que hacer un pequeño trabajo –hay que hacerlo, a
veces no es tan claro- de cómo se parte en esta serie para ver cómo se llaman
los lugares en los cuales Lacan localiza las funciones que están en juego.
Entonces, comienzo con la lectura del texto, voy a proponerles dos
correcciones a la traducción. Lacan dice:

“Colocaremos aquí nuestra perplejidad de que ninguna de las personas que se


abocaron a la ordenación a que se prestaba nuestra cadena hay pensado en
escribir bajo forma de peréntesis la estructura que sin embargo habíamos
enunciado claramente.”43

Habría otra cuestión que podría estar en juego en esta sorpresa de Lacan y es
que Lacan -con tres semanas de diferencia- desarrolló el Seminario sobre La
Carta Robada y el Esquema Lambda. Y lo que es notable es que hasta el ’66
nadie había articulado a La Carta Robada al Esquema Lambda, que es el
trabajo que Lacan termina haciendo aquí, bajo la forma de lo que él designa
Cadena L. Así que podríamos decir que quizás la perplejidad tenga que ser
duplicada. Porque es muy habitual en los lectores de Lacan el acentuar el
factor diacrónico, o sea, “primer Lacan”, “segundo Lacan”, “tercer Lacan”.
Ahora, me da la impresión de que la acentuación tan fuerte de lo diacrónico a
veces hace perder de vista un trabajo que es muy necesario, y es el trabajo
sincrónico –si uno quisiera vincularse fuertemente a la obra de Lacan. O sea,
qué está produciendo Lacan respecto del sistema de conceptos y de
propuestas, simultáneamente. Y me parece que eso se nota claramente en
este caso, ¿cómo puede ser que a nadie se le haya ocurrido trabajar el
Esquema Lambda y La Carta Robada?

Hay otras circunstancias muy interesantes, yo tengo pesquisada otra que es


muy fuerte y es la diferencia entre el Seminario 5 y el escrito “De una cuestión
preliminar...”. En el Seminario 5, las clases sobre la Metáfora Paterna, I y II,
coinciden en semanas con la redacción de Lacan de “De una cuestión
preliminar...” En el Seminario trabaja los tres tiempos del Edipo y las
características de cada uno de esos tiempos, y en el escrito produce la
Metáfora Paterna y dice que la Metáfora Paterna opera desde el origen, no
permitiendo ninguna posibilidad de primero, segundo o tercer tiempo: opera o
no opera y desde el origen mismo. Con lo cual, son dos lógicas absolutamente
antagónicas, que están producidas en las mismas semanas. Es notable la

43
Lacan, J. (1988): Escritos 1, pág. 48 (versículo 1), Buenos Aires: Siglo XXI
demora que hay en el trabajo de cómo puede ser que Lacan haya dicho cosas
tan disímiles sobre el mismo tema en la misma semana.

En la diacronía uno puede poner a trabajar factores muy imaginarizables, como


por ejemplo, la evolución. Decir que Lacan ha evolucionado... que se ha
encontrado con tales autores o ha entrado en discusión con tales otros... O ha
levantado los efectos que produjo diez años antes entonces rectifica su teoría
por los efectos producidos tanto en la clínica como en la formación de
analistas... Pero, ¿cómo explicar que Lacan produzca dos cosas
absolutamente disímiles con lógicas –a mi entender- contradictorias, la misma
semana, dirigiéndose al mismo público? Me parece que hasta se podría
deducir de ahí cierta cuestión estratégica. Que lo que él escribe trabaja con
cierta lógica que implicará ciertas consecuencias, pero lo que le comunica a su
público... no sé si ustedes saben que Lacan tuvo bastantes problemas con su
público. Cuando Lacan corta con la primer Sociedad y funda la segunda, tenía
53 años, y tener 53 años era mucha edad. Observen el pie de página de
cierre de “Instancia de la letra...”, donde dice “lamentablemente empecé
demasiado tarde” y eso fue en el ’57. De hecho, cuando él da la conferencia
que se conoce como “Discurso de Roma”, que no coincide con el texto de
“Función y campo...”, no es lo mismo, “Discurso de Roma” es un texto y
“Función y campo...” es otro –ahí habría otro trabajo para hacer, la diferencia
entre estos dos textos- el público que participó en Roma, en el Discurso de
Roma, hay versiones que circulan de que fueron 10 y todos llevados por Lacan.
O sea, que si Lacan no hubiera llevado sus 10, no habría ido nadie. Con lo
cual, vean que Lacan no siendo joven y siendo un intelectual muy productivo,
había propuesto un paradigma nuevo para el psicoanálisis, había fundado una
nueva Sociedad, etc., carecía de público. Carecía absolutamente de público,
con lo cual, creo que no habría sido un tema insignificante para él su cálculo de
cómo hacer para que se lo escuchara. Conocerán el lamento de Lacan de que
jamás ningún psiquiatra de la clínica lo fue a escuchar en sus presentaciones
de enfermos. Era un lamento muy sostenido por Lacan. Con lo cual, me da la
impresión de que ahí había un factor para trabajar, pero sea como fuese, me
parece que como hay una claudicación tan fuerte en la perspectiva estructural,
todos los trabajos que sean de la índole de lo sincrónico, están muy debilitados.
Se tiende a trabajar mucho la diacronía porque se dice, por ejemplo: el goce,
aparece en el Seminario 7, se termina en el 20, es muy importante el 17... ese
tipo de argumento se escucha mucho. Pero lo que no se hace es pensar que si
goce aparece en el 7, ¿qué sucede con todos los demás conceptos? Porque si
trabajamos con la perspectiva estructural, si hace falta la incorporación de un
concepto nuevo, eso está aceptado, pero no perdamos de vista que todos los
otros se modifican. Por ejemplo, entrado el concepto de goce ¿qué sucede
con el de pulsión? ¿Queda igual o ya significa otra cosa? Porque Lacan, hasta
tener goce, trabajaba con pulsión. Una vez que tiene goce, pulsión ¿queda
igual o se modifica? Debería estar modificado, pero me parece que tenemos
una demora muy grande en este trabajo. Me parece que Lacan está hablando
de esto en el ’66.

El versículo 2:

“Un paréntesis que encierra uno o varios otros paréntesis o sea ( () ) o


( () () ... () ), tal es lo que equivale a la repartición más arriba analizada de las β
y de las δ, donde es fácil ver que el paréntesis redoblado es fundamental.”

Nosotros ya trabajamos la diferencia entre beta y delta, y alfa y gama, vimos


que de alfa y gama se podían producir series ininterrumpidas, pero de beta y
delta no era así, recuerdan que eran tríos de disimetrías y que como tales sólo
podía haber dos consecutivas, y no podía haber una tercera beta –en este
caso- si no aparecía antes una delta y viceversa. O sea, beta y delta implican
una dimensión donde –en la misma cadena, para decirlo en los términos de 1,
2 y 3- la cadena recuerda cuántas beta ya aparecieron, para ver si es posible o
imposible que aparezca una tercera, si no aparece antes una delta. O sea, lo
que nosotros trabajamos en psicoanálisis en nuestra clínica, que son las
determinaciones. Nosotros siempre trabajamos en nuestra clínica las
determinaciones, porque lo que estamos tratando de hacer es operar sobre el
síntoma y el primer término para nosotros, para operar sobre el síntoma, es
saber qué lo determina, cuáles son las condiciones que determinan al síntoma.
Y el síntoma como tal se caracteriza por su repetición. Entonces, lo que
nosotros estudiamos en la cadena significante es ver en qué contexto
significante adviene el síntoma, en qué contexto repite y en qué contexto no
repite. O sea, trabajamos como si fuese la lógica de las beta y las delta.

Un paso más, versículo 3:

“Lo llamaremos comillas”

Con el mismo grupo de profesores invitados ya presentamos el plan de curso


de doctorado para el año que viene, que todavía no está aprobado, y que se
llama “Del psicoanálisis como discurso”, y vamos a trabajar ahí
fundamentalmente el Seminario 17 y un poco el 16 y el 18. En el 18 aparece el
discurso como lazo social, y en el 16 aparece el saber como goce del Otro, que
es la primera vez que aparece, necesario para trabajar el Seminario 17 que es
el de los cuatro discursos. Sabrán que el análisis de discurso ha tomado en
ciencias sociales y humanas una preponderancia notable en los últimos años.
Tanto es así que se podría decir que lo que era la lingüística en la época del
estructuralismo, es el análisis de discurso a ahora. Lo que pasa es que ahora
no sé qué poner... me falta un término:

Lingüística estructuralismo (‘60/’70)


relevo
Analisis de discurso ahora (¿) paradigma

no sé qué poner en lugar del estructuralismo, pero sea como fuere, esta
ecuación opera, y es muy interesante que nosotros verifiquemos que esto
opera, porque en Lacan es muy fuerte la propuesta de que la lingüística es la
ciencia líder del estructuralismo, que es una propuesta bastante subversiva.
Ahora, para todo el mundo es obvio que en todas las ciencias humanas y
sociales, el análisis de discurso participa fundamentalmente en todas ellas.
Con lo cual, este paso propuesto por Lacan estaba dado, salvo que tenemos
esta diferencia, o sea la diferencia –tendremos que estudiar- entre lingüística y
análisis de discurso. La diferencia es obvia, pero digo, qué implicará para el
campo de las ciencias humanas. Pero carecemos del paradigma que podría
venir acá (al lugar del estructuralismo). Mi impresión es que justamente lo que
caracteriza a nuestra época es que carecemos de paradigma. La virtud de esta
época (‘60/’70) es que había un fuerte paradigma, muy controversial pero
compartido. Ahora carecemos de paradigma. Si leen trabajos sobre análisis
de discurso, van a ver que se destaca en todos ellos la falta de coincidencias
mínimas. Lo más característico de los trabajos sobre análisis de discurso es
que falta el conjunto de coincidencias mínimas. Es decir, que habrá tantas
teorías como autores tengan. Que todos participan del análisis de discurso,
pero es muy difícil definir qué es análisis de discurso, hay 28 versiones. Y cada
una de esas 28 van a ver que estará precedida por el nombre de un autor y un
año. Ya estoy investigando análisis de discurso, y justamente hay varios
manuales, diccionarios, tengo este diccionario que es de Charaudeau y
Maingueneau, de Amorrortu. Es excelente, y tiene una característica: odian a
Lacan. Lo odian tanto que lo han tachado de todas partes. Y está increíble y
llamativamente ausente. Por ejemplo, dice que el análisis de discurso
comenzó en 1954 con la expresión “análisis de discurso” que utilizó tal, no me
acuerdo quién. Y no ponen que Lacan, en una clase del Seminario 2, propone
que en psicoanálisis hay que pasar de análisis del yo a análisis de discurso,
Lacan ya en el ’54 tiene la propuesta de análisis de discurso. Es notable.
Y Miller designó esa clase del seminario así: del análisis del yo al análisis del
discurso.

No recuerdo si les comenté que yo nunca entendía por qué Jean-Claude Milner
sostenía que Lacan dejó de ser estructuralista a partir del Seminario 17 con los
cuatro discursos. En este diccionario está explicado por qué, porque está
explicado el relevo. Que el lugar que antes ocupaba el estructuralismo, ahora
lo ocupa el análisis del discurso. O sea, que cualquiera que pase a análisis del
discurso –superficialmente hablando- deja de ser estructuralista. Eso es lo que
hace Milner, dice que Lacan se pasó al análisis del discurso, el psicoanálisis
pasa a ser un discurso, entonces Lacan no es más estructuralista. El respeto
que yo tengo por Milner es enorme, estudio mucho sus textos, en la medida en
que lo voy entendiendo, porque es un autor complicado, muy erudito, es una
personalidad para nosotros en psicoanálisis aunque no sea analista. Ahora, yo
tendría que decir que Milner no leyó el Seminario 17. Es seguro que no leyó ni
la primera página, porque Lacan en la primera página dice que él va a pasar a
considerar al psicoanálisis como un discurso, justamente para articular la
experiencia analítica a la estructura. Es increíble, Lacan lo dice en la primera
página. Con lo cual, en Lacan no hay relevo del estructuralismo, en Lacan el
pasaje a análisis de discurso es una rearticulación de la experiencia analítica a
la estructura. Y se puede observar porque directamente propone al
psicoanálisis como discurso en una estructura de cuatro discursos. En el
seminario 16 está planteado el psicoanálisis como discurso, pero no está
dentro de la estructura de cuatro discursos, por eso el Seminario 17 es tan
importante.
Todo esto es para contarles que este diccionarios da para leerlo íntegro, lo
armaron en forma de diccionario porque no había otra manera, al no haber
coincidencia absoluta, no hay coincidencia en nada, entonces hay que hacer
entradas. ¿Saben cómo las hicieron? Llamaron a veinte personalidades del
discurso y les preguntaron cuáles serían los términos que ellos considerarían
que deberían estar en un diccionario de análisis de discurso. Y pusieron lo que
esta gente dijo, o sea, ni siquiera se sabe cuáles son los conceptos
fundamentales del análisis de discurso. Solo hay que aceptar la opinión de
veinte prestigiosos autores.

Un artículo del diccionario se llama “Comillas”. Y Lacan en el ’66 dijo “lo


llamaremos comillas”... Hay otra historia en relación a la cuestión del relevo del
estructuralismo por el análisis de discurso y es en relación al pasaje de lo
francés al mundo, como si el estructuralismo del la década del ’60 y el ’70
hubiera sido un fenómeno intelectual francés, y la verdad es que sí, se lo puede
considerar así, ya que los principales autores de todas las disciplinas que
hicieron lazo con el estructuralismo fueron franceses. Pero si e revisa este
pasaje de lo francés al mundo –con yankees, ingleses, el pragmatismo, etc.-
van a ver que es un pasaje muy relativo. Por ejemplo, no me queda claro
cuando hablan de este pasaje, dónde ponen a M. Foucault.

Les leo dos o tres renglones del diccionario sobre comillas:

“Marca tipográfica que enmarca secuencias verbales para indicar que


corresponden a la autonimia o a la modalización autonímica.”

Bueno, es un diccionario, ya sabrán que hay que ir a buscar autonimia, pues


hay un artículo que se llama autonimia. Pero no tenemos tanto tiempo para
eso. ¿Conocen la oposición entre uso y mención? Una cosa es usar un
término y otra cosa es mencionarlo. “París es la capital de Francia”, “París es
una palabra de cinco letras”. En el primer caso se tiende a tipificar “París”
como un término usado, y en el segundo caso como un término mencionado.
Muchas veces para indicar su mención, se entrecomilla el término. Es una
forma de plantear lo autonímico, pero a nosotros en tanto psicoanalistas nos
interesa muchísimo que sean las comillas lo que da lo autonímico, al menos
para pensar el problema de si cuando uno habla de sí, está hablando de sí. Es
decir: dónde, en la cadena significante, está representado el sujeto. Por
ejemplo, ¿en la primera persona del singular, en el shifter? ¿en el yo? Lacan
dice que no. Y muchos lacanianos se equivocan, porque como en francés hay
dos términos –Je y moi- creen que uno sí y el otro no, que uno sería el yo y el
otro sería el sujeto. Lacan dice que ni Je ni moi. En todo caso, dice, si hubiese
en francés algún término que indicara al sujeto sería el ne expletivo, que son
aquellas frases que incluyen un ne que no se traduce en forma negativa. Por
ejemplo: Je crains qu’il ne vienne, podría creerse que dice “temo que él no
venga”, pero para decir eso en francés habría que decir Je crains qu’il ne
vienne pas, donde lo fuertemente negativo es el pas. Cuando yo digo: Je
crains qu’il ne vienne, es “yo temo que venga”, y ese “ne” se utiliza para
frases en las cuales se afirma algo. Yo temo, estoy afirmando que temo, no
que no temo. Entonces, dice Lacan que si hubiese una pizca del sujeto del
inconsciente en el francés sería en los casos en los que en una frase
afirmativa, es necesario en el buen uso del francés, incluir una partícula
negativa, como si fuese una contradicción.
Retomo la cita:

“Marca tipográfica que enmarca secuencias verbales para indicar que


corresponden a la autonimia o a la modalización autonímica.
Lo que indican las comillas es una especie de carencia, de vacío, que es
preciso llenar interpretativamente. -¡fíjense la definición de comillas!- Al poner
las palabras entre comillas, el enunciador se contenta en efecto en llamar la
atención del receptor sobre eso de que está empleando precisamente esos
vocablos que él pone entre comillas, los subraya, delegando en el receptor el
cuidado de comprender por qué solicita así su atención, por qué abre así una
grieta en su propio discurso.”

Francamente, es maravilloso. ¿Quieren más?

“Los dos valores de las comillas –autonímico y modalizador- según (inaudible),


pueden ser resumidos en un significado fundamental, el de los signos de
alienación.”

O sea, todo lo que esté comprendido entre comillas puede ser designado
signos de alienación. Me parece maravilloso.

“La Interpretación de las comillas: a diferencia de las que corresponden al


empleo autonímico, las comillas de modalización autonímica no son
obligatorias. El enunciador le indica al lector que su uso no coincide consigo
mismo, pero no da la razón.”

Me parece entonces que decir que el entrecomillado en la cadena significante


indica al sujeto del inconsciente, es maravilloso. Y lo notable en Lacan es que
lo propone en el ’66 y todos estos trabajos comienzan en el ’70. Fíjense la
anticipación, por la posición que Lacan tiene como psicoanalista en relación a
la cadena significante, cómo anticipa desarrollos que son (inaudible).

Entonces, continuamos con Lacan:

“Lo llamaremos comillas.


Él es el que destinamos a recubrir la estructura del sujeto (S de nuestro
esquema L)...

O sea, todo lo que sea el entrecomillado, será lo que recubre en el Esquema


Lambda a lo que designa la letra S del sujeto.

..., por cuanto implica un redoblamiento o más bien esa especie de división que
comprende una función de dobladillo (o forro).”

Acá está mal traducido. La palabra en francés es doublure, no es dobladillo.


Esta palabra en francés tiene dos acepciones: una es forro, y no es lo mismo
el forro que el dobladillo. El forro de un sobretodo es otro sobretodo más,
hecho de seda o tela liviana, pero es otra prenda completa. El dobladillo es la
terminación de los bordes de la prenda. Y la otra acepción, que es increíble
que aquí no esté, es la del actor que opera como doble. El doble. Y ponen
como ejemplo el doble del cine. Que para nosotros tiene articulación con lo ya
trabajado en psicoanálisis sobre el doble. La angustia frente al doble, Otto
Rank. Freud trabajó mucho el libro de Otto Rank sobre el doble.
Entonces la traducción no es “dobladillo o forro”, sino “forro o doble”.
Ahora sí tenemos que ir despacio:

“Hemos colocado ya en ese doble [dice dobladillo, pero es un error de


traducción] la alternancia directa o inversa de las αγαγ..., bajo la condición de
que el número de sus signos sea par o nulo.”

En este doble no quiere decir que sea en todo el paréntesis redoblado, sino
que hay que buscar dónde, porque las alfa y gama no están todas aquí, Lacan
dice que en el doble colocó alfa gama, de forma tal que su número sea nulo o
par. Los ubicaríamos entonces aquí [en amarillo en la tabla]:

PARÉNTESIS REDOBLADO (O COMILLAS)


Entredós Interior de los Entre los paréntesis Interior de los Entredós
paréntesis interiores paréntesis
... + - - + + - - - + - - - + + - - + - - - -
... 2 3 2 2 2 2 2 1 2 3 2 1 2 2 2 2 2 3 2 1 1
... D S D D D D D S D S D S D D D D D S D S S
... β α γ β γ γ γ δ γ α γ α γ β γ γ γ δ γ α δ
L ( 1 0 ( 0 0 0 ) 0 1 0 1 0 ( 0 0 0 ) 0 1 )
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21
#
S U J E T O
0 alternancia 0 constante 0 alternancia 0 constante 0 alternancia
Par o nulo Ninguno o cualq. impares Ninguno o cualq. Par o nulo
a Es (pulsiones) a a’ Es (pulsiones) a’

FUERA DEL PARÉNTESIS


REDOBLADO (O COMILLAS)
- - - - - + - - + + ...
1 1 1 1 1 2 3 2 2 2 ...
S S S S S D S D D D ...
α α α α α β α γ β γ ...
1 1 1 1 1 ( 1 0 ( 0 L
22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
#
O T R O (A)
1 Rasgo Unario Falso Cogito
Icc Yo psicológico
Interpretación Perversión pura y
simple

Les propongo que el lugar del doble es este –aunque Lacan no lo dice-, que
luego en el versículo 15 los va a llamar entredós:

( αγ ( ) __ ( ) γα )
entredos
En el versículo 15 dice:

“Falta definir el privilegio de esta alternancia propia del entredós de las comillas
(01 pares), o sea evidentemente del estatuto de a y a’ en sí mismos.”

Quiere decir que los llama “en el doble” o “en el entredós”, y en la parte de
arriba de la tabla coloqué los nombres de las secciones de la cadena
significante, y abajo fui colocando cuáles son las diferencias que Lacan está
estableciendo entre sus elementos, su número, y cuáles eran las funciones o
conceptos que Lacan trabajó en el esquema Lambda articulado a la cadena
significante. Entonces, mi primer propuesta es que lo que Lacan llama “en el
doble” es lo mismo que lo que llama “en el entredós” y se refiere a este lugar, a
lo que queda entre el par de paréntesis redoblado y cada uno de los paréntesis
interiores. Esto es el versículo 5.

Versículo 6:

“Entre los paréntesis interiores, una alternancia γαγα..., y en número de signos


nulo o impar.”

( __ ( ) __ ( ) __ )

entre los paréntesis interiores

Quiere decir que entre los paréntesis interiores va alfa gama de tal manera que
su número sea impar o nulo [en verde en la tabla].

Versículo 7:

“En cambio, en el interior de los paréntesis, tantas gama como se quiera a


partir de ninguna.”

Con lo cual, les propongo que el interior de los paréntesis sea este lugar [en
fucsia en la tabla]:

( __ ( __ ) __ ( __ ) __ )

interior de los paréntesis

y van tantas gamas como entre 0 y cualquier cantidad.

Versículo 8:
“Fuera de las comillas, encontramos por el contrario una sucesión cualquiera
de α, la cual incluye ninguno , uno o varios paréntesis atiborrados de αγαγ...α en
número de signos nulo o impar.”
Entonces , por fuera de las comillas (o del paréntesis redoblado) tantas alfa en
un número absolutamente indeterminado y paréntesis atiborrados de alfagama
alfa en número de signos nulo o impar. [en gris en la tabla] Y habría que seguir
escribiendo para poder cerrar el paréntesis pero yo corté la tabla acá (en la
posición 31 de la fila #) [los paréntesis que habría que poder cerrar si continuara la tabla
son los de posición 27 y 30 en la fila #]
Llamamos a esta sección “fuera del paréntesis redoblado”.

Recuerdan que yo les había dicho que había un trabajo muy fuerte que Lacan
hace entre 0 y 1, 0 (ceros) por un lado y 1(unos) por el otro, en el paréntesis
redoblado y fuera del paréntesis redoblado van a ver que si uno sigue
trabajando, lo que aparece también es una oposición muy fuerte entre Ello e
inconsciente. El Ello va a quedar de un lado y el inconsciente del otro, que
como siempre en Lacan no es tan fácil distinguir cuál es la lógica que le
corresponde al Ello y cuál la que le corresponde al inconsciente, así que me
parece importante de aprovechar esta circunstancia.

Ahora Lacan nos va a proponer una convención suplementaria, y esa


convención suplementaria será escribir con más claridad beta y delta y
directamente pasarla a paréntesis. Ya funcionaban como paréntesis, pero
directamente propone escribirlo como paréntesis, y propone la convención de
que las alfas sean escritas 1 y las gamas 0. Y eso va a producir la cadena L.
A partir de esta nueva convención Lacan va a empezar a trabajar la diferencia
que hay en los 0 (ceros) según la posición que ocupen y en los 1 (unos) según
la posición que ocupen de un lado y del otro respectivamente.
Lacan dice entonces en el versículo 9:

“Sustituyendo las α y las γ por unos y ceros, podremos escribir la cadena


llamada L bajo una forma que nos parece más ‘hablante’.”

Como es paréntesis redoblado, se darán cuenta de que estamos todo el tiempo


como dice muy bien el diccionario de análisis de discurso, que cuando las
cosas están entre paréntesis se produce un vacío en la cadena que uno no
sabe cómo llenarlo y es que hay que interpretar, con lo cual, me parece que en
este caso más claramente que en otros Lacan lleva a interpretar, porque está
hablando todo el tiempo de que esto debe ser interpretado.
Pero aquí, lo que Lacan dice es que la cadena L, que significa la articulación de
La Carta Robada al Esquema Lambda, Lacan dice que es más hablante. No
hay que olvidarse que “hablante” está entre comillas. Siempre que leemos a
Lacan sabemos que tenemos que interpretar, como no entendemos nunca
nada, es evidente que hay que interpretar. Pero especialmente si pone un
término entre comillas o en bastardillas. Las dos formas de utilizar la autonimia
es las comillas o la bastardilla. Muchos autores usan bastardillas y
entrecomillado. Cada vez que Lacan escribe algo en bastardilla sabemos que
“éramos pocos y parió mi abuela”, o sea, no se entiende nada y hay que
interpretar pero encima dice ¡guarda con lo que se va a interpretar! Poner
entre comillas significa: esto no lo digo en el sentido en que parece que lo
digo, lo digo en un sentido que no digo cuál es.

Ahora, no pierdan de vista que para Lacan, “más hablante” es más formalizado,
pasado casi exclusivamente a términos matemáticos: ceros, unos y paréntesis.
Para Lacan la cadena L es más hablante, para los lacanianos no. Para los
lacanianos es la experiencia de la palabra, la escansión es el silencio –o echar
al paciente del consultorio- todo lo que pueda ser fenoménicamente
considerado como experiencia de palabra, que cualquier observador externo
también consideraría experiencia de palabra.

En este contexto, al menos en este escrito de Lacan, que es un escrito muy


peculiar, porque Lacan dice que para entrar a sus Escritos, que es el único libro
que escribió –el único- la entrada necesaria para cualquiera que me quiera leer
es La Carta Robada. Ahí dice que recién ahora (transformada en cadena L)
esta cadena se ha hecho hablante. Y se hace hablante porque se le agrega
una convención matematizada más, que es pasar de letras a números. Ya
teníamos números (1, 2 y 3) pero es recién con el pasaje de letras griegas de
vuelta a números cuando Lacan dice que la cadena se vuelve más hablante.
Es claro que es “más hablante” podría querer decir, en una situación muy
forzada, que dice más. “Más hablante” puede querer decir que dice más. Y
quizás diga más porque en el pasaje de letras a números se pueda leer más.
Quizás algo sea más hablante porque en cierto contexto se lo tramita de tal
manera que se pueda leer más en eso.

Haydeé Montesano: y además, más hablante también implicaría el abandono


de la boca en sentido biológico.

A.E.: totalmente, boca, cuerpo, sonido, fonemas... No crean que soy tan
animal de no darme cuenta cómo los forcé a una discusión casi despiadada
con el “sin el cuerpo”. Yo me doy cuenta cómo forcé a un límite. Pero gracias
a Dios que todavía quedamos unos pocos después de semejante batalla.
Acá, observen que directamente no quedó nada del cuerpo, ni la boca
hablante, ni la sede de las pulsiones, ni siquiera la presencia corporal. Y
observen que el Otro es una parte de la cadena, no es el analista. El Otro ni
siquiera es el analista, es una parte de la cadena. O sea, no es que ya no está
la boca hablante... ni el cuerpo presente del paciente que hace falta que esté
para que haya texto... Entiendan en este diccionario la dificultad que hay para
los propios autores –que son especialistas- en definir texto y para articular la
diferencia entre texto y discurso. No crean que compran la que compramos
nosotros de que discurso es hablado y texto es escrito... para nada. Es
bastante complejo en el nivel de discusión que se tiene ahora, establecer qué
es discurso y qué es texto, y la diferencia palabra hablada-palabra escrita no
resuelve nada. Así que no crean que acentuamos tanto la condición de la
palabra hablada. Quizás tendríamos que disminuirla, en el sentido de la
enseñanza de Lacan, por ejemplo en el sentido de suponer que el inconsciente
es una instancia de la letra, y no la caldera borboteante de energías
pulsionales. Quizás sea una instancia donde haya una operatoria de letras y
que quizás esa operatoria de letras se haga legible si uno le agregara una
convención más.
Es muy interesante este pasaje de que algo sea más legible si uno le agregara
una convención, porque suele ser contrario al espíritu que se aplica para
muchas lecturas, pero especialmente para la escucha y la lectura en
psicoanálisis, ya que en muchos casos se supone que el contacto directo con
la experiencia de palabra es la mejor posición del analista, como si el consejo
de Freud de tomar cada caso como un caso nuevo, significase que el analista
debería estar en posición de tabula rasa (disculpen la metáfora fuera de uso).
Como si el buen analista, el mejor, efectivamente fuese el que no sabe nada.
Habría que ver en qué contexto nosotros aplicamos ese “no sabe nada”,
porque fíjense que las cosas se hacen legibles si uno les aplica una
convención, o sea, es con nuestro aparato conceptual que un texto puede ser
legible de tal manera de encontrar en ese texto lo que pueda funcionar como
las pulsiones, el sujeto, el Otro. Quizás en los textos, o en los discursos, no
esté inconsciente, sujeto, Otro, pulsiones, salvo que el lector aplique una
convención en plus al texto, y es a partir de la convención que las cosas
aparecen. No hay pulsiones en las personas, sino que a partir de una cierta
maniobra que implica explícitamente el agregado de convenciones –que
siempre van a implicar cierto artificio, ¿qué las garantiza? No sé cómo se han
aguantado hasta ahora sin preguntarme por qué, por qué alfa es 1. O ¿por qué
número nulo o impar, por qué? No sé cómo hacen para no preguntar por qué
todo el tiempo. Yo me pregunto por qué todo el tiempo, tengo algunas
respuestas, otras me faltan. Pero evidentemente lleva a preguntar por qué, me
parece que esa la posición, el analista no es que no debe aplicar convenciones
al texto o al discurso al que está enfrentado como practicante. Lo que nunca
debería olvidarse es la pregunta de por qué aplica esas convenciones y no
otras. Pero es con una convención que se agrega. En general todos los que
acentúan mucho en el psicoanálisis la dimensión de práctica analítica, o de
experiencia analítica, están en la contraria, por ejemplo: tienden a decir que no
se puede explicar lo que es un psicoanálisis a alguien si esa persona no se
analiza, porque tenés que hacer la experiencia. En la Facultad de Psicología,
en todas las materias clínicas o psicoanalíticas, se les tiende a hacer creer que
los alumnos van a terminar de entender de qué cuernos se habla el día que se
analicen, cosa que me parece una chanchada de cuarta categoría, porque el
paso siguiente es repartirles tarjetas... ¡Eso tendría que tener censura
institucional! ¿Cómo no se va a poder explicar el psicoanálisis si uno no se
analiza? ¿Entonces tenés que comprar todo el producto? O sea, para entender
para qué te serviría la licuadora, primero tenés que comprártela... ¡te quieren
vender la licuadora sea como fuere! ¡Es patético, y es lo que se hace en todas
las aulas de esta facultad y de todas las facultades de psicología donde se
enseña psicoanálisis! Y es que no se termina de establecer qué es, y es por
eso que los analistas sostienen que un analista sale de un análisis. ¿Cómo se
hace un analista? En un análisis. ¿Por qué? Porque atraviesa la experiencia.
¿Es atravesar la experiencia lo que te hace analista? ¿O es aplicar unas
convenciones que hay que estudiar y que son racionalmente planteables y
comunicables? Y no me digan “no todo”, porque claro, nada es comunicable
en su totalidad, ni en matemática todo es comunicable. Hay unos cuantos
problemas de los cuales los matemáticos dicen “mi impresión es que este
teorema tendría solución en topología algebraica pero es una intuición que
tengo”. En muchos problemas de alta matemática se habla de intuición, de
que intuyen que tendría que ir por ahí... o sea, no saben cómo decirlo. No se
crean que nosotros inventamos el que no todo se puede decir, en todas las
disciplinas se sabe clarísimo que no todo se puede decir. Pero sí hay cosas
que hay que decirlas. Me parece que lo que está diciendo Lacan es que para
que la cadena sea hablante, hay que aplicarle convenciones, que no hay otra
forma. Y las convenciones para nosotros son los conceptos. Si no aplicamos
un concepto a un texto o discurso, no hay pulsión. Pulsión es el producto de
una lectura hecha sobre un discurso o un texto al cual se le han aplicado
determinadas convenciones. No existe nada que sea pulsión.

Verónica Barghini: en “Apertura de la sección clínica” Lacan dice que Freud


nunca fue más feliz que con un texto y que lo mejor que hizo fue e caso
Schreber, porque ahí se encontró con un texto (...)

A.E.: me parece que sí, que lo que nosotros consideramos lo más débil de los
casos de Freud, como podría ser Schreber, podría en realidad ser un caso
paradigmático de lo que es el trabajo de un analista. Donde está olvidado
plenamente el cuerpo del paciente y el cuerpo del analista.
Y no me olvido de que en el Seminario 11 Lacan habló de la presencia del
analista... pero habrá que ver si eso apunta a lo que hace al trabajo analítico o
si es lo que hace obstáculo al trabajo.

---cambio de cinta---

¿Cómo se va a olvidar Lacan de la presencia nuestra? No se olvidó de que


estamos ahí. Pero ¿será eso? Porque luego de ese párrafo hay otro al que
nadie le de bola, y está todo el mundo dale con la presencia del analista... Ya
les conté lo que me pasó en una institución donde fui a dar una conferencia y
terminaron echándome a patadas... una analista –hablando de esto- me dice:
“Recién, recién, un paciente me dice ¿te puedo dar un beso? Y yo le dije que sí
y me dio el beso, acaso ¿eso no es transferencia?” ¡Miren qué tarada! Hace
falta explicarle que si le hubiese dicho solamente “pensé en darte un beso”,
también es transferencia. No es más transferencia porque le humedeció un
poco el cachete... más aún, puede que con eso haya menos transferencia en el
sentido analítico. Pero ¿ven cómo se acentúa el valor del beso o del apretón
de manos? ¿Por qué? Porque es el cuerpo, la presencia corporal y... como no
es sin el cuerpo... como la cosa no es sin el cuerpo, entonces es mejor si es
con el cuerpo... porque si no está el cuerpo puede ser que no esté la cosa...
“Usted tiene que venir, porque si no viene...” Si no viene ¿qué? La cosa puede
seguir su curso igual.

Entonces tenemos lo que Lacan designa cadena L, que es el versículo 10. Los
versículos 11 y 12 dicen:

“’Hablante’ en el sentido de que una lectura de ella quedará facilitada al precio


de una convención suplementaria, que la hace concordar con el esquema L.

“Esta convención consiste en dar a los 0 entre paréntesis el valor de tiempo


silencioso, mientras que se deja un valor de escansión a los 0 de las
alternancias, convención justificada por el hecho de que más abajo se verá que
no son homogéneos.”
Entonces, a los 0 que son constantes [en la tabla corresponden a los 0 en posición
5, 6 y 7 de la fila #], se los considerará el silencio de la pulsión, y tenemos estos
0 (ceros), todos ceros que para colmo podrían ser en una cantidad indiferente,
podrían ser en su número par o impar en una cantidad cualquiera, mientras que
los ceros de la alternancia [en la tabla corresponden a los 0 ubicados en la posición 9,
11 y 13 de la fila #] tienen que ser necesariamente impares, abre con cero y
cierra con cero, es decir que su número importa, se cuenta.
Tenemos entonces que adentro de un paréntesis, en los paréntesis, tenemos 0
(ceros) y es por la convención elegida por Lacan, podría haber elegido la
convención contraria y poner 1 ahí, pero elige poner 0, es Lacan el que dice
que alfa será 1 y gama será 0, podría haber sido al revés. Recuerden que
estamos trabajando entre comillas, o sea, no sabemos qué estamos diciendo
todo el tiempo, hay que interpretar. Les propongo que no por nada Lacan puso
un 0... por la propensión que tenemos a pensar de que 0 es nada. Ahora, si
ponés una cantidad de 0, indiferente en su cantidad, que no nos importa si es
0, 1, una cantidad par o impar, quiere decir que tampoco el número nos
interesa, es decir, ponemos 0 que es nada, en un número indiferente, dentro de
un paréntesis. Lacan a esto lo llamará “el silencio de la pulsión”.

( __ ( 0 ) __ ( ) __ )

el silencio de la pulsión

Versículo 13:

“El entrecomillado puede representar entonces la estructura del S (Es) de


nuestro esquema L,

Es en alemán es Ello, en el Esquema Lambda en francés Lacan escribe:

(Es) S

Esto es una simplificación del esquema L, que tiene muchos elementos más
que ahora no escribo. Pero eso que escribió en el extremo izquierdo fue
siempre muy confuso, porque escribió la S de sujeto y el Es que es el Ello
freudiano, que para nosotros no es tan común. Nosotros tendemos a pensar –
de brutos que somos- que del lado del Otro va el inconsciente y más o menos
meteríamos el Ello también ahí... ¿dónde lo pondrían si no? Con lo cual, es
muy confuso que Lacan ponga al Ello del lado del sujeto. Recuerden que el
esquema Lambda es el esquema que Lacan produce para concebir la
experiencia analítica, a la experiencia de palabra, tal como ella se da en la
sesión de análisis.

Eduardo Liljequist: pero ¿no será por un anticipo de aquello de “donde ello
era el sujeto debe advenir”?

A.E.: no es anticipo porque ya está dicho en Freud, seguro que está eso en
juego, seguro, el asunto es cómo. Qué querrá decir ese “advenir” o “por
advenir”. Habrá que ver, pero seguro es eso. El problema es que no hay que
olvidarse que ya hay un acto de lectura terrible por parte de Lacan y es que
sustituyó en la fórmula de Freud al yo por el sujeto, y hay un quiebre total de la
lógica freudiana con la lacaniana.

Wo Es war soll Ich werden

Esto es totalmente voluntarista, porque es una maniobra del yo, el yo debe


conquistar en su lucha aquellos aspectos indomesticables del Ello. En la
página de la EOL, en la revista electrónica de la EOL, Virtualia, salieron dos
entrevistas semi-inéditas de Freud. Del ‘26-‘27 y del ’33. Son excelentes. Es
clarísimo que para Freud el conflicto es la adaptación del individuo contra la
cultura. Lean las entrevistas y van a ver que el malestar en la cultura es contra
la cultura. Y es contra la cultura porque uno está lleno de mociones pulsionales.
La función del yo es poder domeñar a las fuerzas indomeñables que operan en
el Ello para lograr una adaptación medianamente armónica –nunca del todo-
con la sociedad. Recordarán que Freud hablaba del rodeo, etc. Esa es la
versión freudiana. Cuál será la versión lacaniana, si Lacan pone ahí el sujeto,
que para colmo no es una inversión de términos freudianos, porque el concepto
de sujeto no está en Freud. Podríamos decir que esta frase en Freud es un
equívoco o una contradicción, en términos de Lacan, y sólo se resuelve
sustituyendo yo por sujeto que es un concepto nuevo introducido en
psicoanálisis. O sea, si no se agrega un concepto nuevo, la frase es totalmente
contradictoria. Que me parece que es otro trabajo pendiente, que es trabajar
las oposiciones Freud-Lacan. Habitualmente no se hacen, en el lacanismo, las
distinciones entre Freud y Lacan. Una fundamental es por qué le hizo falta a
Lacan la introducción del concepto de sujeto. El concepto de sujeto no está en
Freud, la palabra sujeto sí, pero no el concepto. Cuál habrá sido la necesidad
de Lacan de introducirlo, es decir, qué paradojas se resuelven para Lacan vía
la introducción del concepto Sujeto, que en términos freudianos no se
resuelven. Por ejemplo, ésta de la que venimos hablando. Porque en el
sentido de Lacan, este sujeto seguro no es voluntarista. En el sentido de los
lacanianos sí, porque para los lacanianos se trata de un sujeto, de 35 años, etc.
Para Lacan el sujeto no tiene edad ni género, no hay sujeto femenino, sujeto
masculino, sujeto joven o sujeto niño... no hay sujeto niño. Cuando hablo con
psicoanalistas de niños, al final terminan diciéndome –cuando ya no me
aguantan más- “¿Acaso me vas a decir que es lo mismo un sujeto adulto que
un sujeto niño?”. Habría que decirle que sí, porque no hay sujeto adulto, sujeto
niño o sujeto geronte... el sujeto no tiene edad, no tiene sexo, no tiene posición
social, no hay sujeto proletario...
Entonces con sujeto se resuelve el problema de la voluntad, porque no se trata
de nadie. Pero ¿qué quiere decir la frase? Hacia dónde hay que orientar la
clínica, ¿qué es lo que hay que hacer? ¿Cuándo se podría decir que hay un
trabajo realizado en la clínica psicoanalítica?

Retomo la cita:

““El
entrecomillado puede representar entonces la estructura del S (Es) de
nuestro esquema L,

Siendo el Es el Ello, pero recuerden que también Lacan propuso el Ça, que
tiene la virtud de despersonalizar más, porque queda como Eso.

““Elentrecomillado puede representar entonces la estructura del S (Es) de


nuestro esquema L, simbolizando al sujeto que se supone completado con el
Es freudiano,...

en francés no dice “completado con”, sino que dice “completado del”, o sea, no
“con” dice “del”. Lo cual cambia el sentido, porque si ponés “con” se refiere a
una cosa que le falta algo y lo completás con el Ello. En la versión española se
leería que el Ello es un tapón que colmaría el agujero del sujeto, pero es un
error del traductor, porque en francés se lee: “el sujeto completado del Ello
freudiano”, no “con el Ello freudiano”.

..., el sujeto de la sesión psicoanalítica por ejemplo. El Es aparece allí


entonces bajo la forma que le da Freud, en cuanto se lo distingue del
inconsciente...

Está bueno esto, porque habría que distinguir si se trata de una evolución en la
investigación freudiana, donde el inconsciente terminó siendo una parte del
Ello, el pasaje de primera a segunda tópica, la inscripción de esas
elaboraciones de Freud y la incorporación del término de Groddeck; o será que
con Lacan ya opera la sincronía y entonces se trata de dos conceptos distintos,
tomados sincrónicamente para designar dos cosas distintas. A mí me parece
que en Lacan se lee de esta segunda manera.

“El Es aparece allí entonces bajo la forma que le da Freud, en cuanto se lo


distingue del inconsciente, a saber: logísticamente desunido y subjetivamente
silencioso (silencio de las pulsiones).

Ahora vamos a trabajar el silencio de las pulsiones. La llamé varias veces a


Andrea Leiro para ver si ella sabía dónde Freud hablaba de “silencio de las
pulsiones”... en la cátedra de Psicoanálisis Freud en esta Facultad, hay una
unidad del programa que se llama “El silencio de las pulsiones”, pero ¿dónde
Freud dice “el silencio de las pulsiones”? En ningún lado. Lo que sí dice Freud
es que las pulsiones de muerte en el Ello son mudas. Pero son las de muerte
en el Ello, no dice que las pulsiones sean silenciosas. ¿Por qué voy a
molestarlos con el tema de las pulsiones silenciosas? Porque está buenísimo
para el goce del cuerpo... eso no habla... ¿entonces? Entonces se siente...
¿dónde se siente? Pero Freud no habla de silencio de las pulsiones. Veamos
un poco qué quiere decir Lacan cuando se refiere al silencio de las pulsiones.
Porque “silencio de las pulsiones” no está en Freud pero sí en Lacan.
Primero teníamos: “logísticamente desunido y subjetivamente silencioso” . Lo
de logísticamente desunido eso sí lo podríamos encontrar en Freud, en la
“Conferencia 31”, en la descomposición de la personalidad psíquica, se los leo:
“No esperen que, acerca del ello, vaya a comunicarles mucho de nuevo
excepto el nombre. Es la parte oscura, inaccesible, de nuestra personalidad; lo
poco que sabemos de ella lo hemos averiguado mediante el estudio del trabajo
del sueño y de la formación de los síntomas neuróticos, y lo mejor tiene
carácter negativo, solo se puede describir por oposición respecto del yo.”44

No es chiste...el ello se opone al yo, la oposición del ello es con el yo, quizás
ganásemos muchísimo poniendo ello o inconsciente ¿ven que Lacan cambia el
sistema de oposiciones? Quizás sea una ganancia. Pero en el sistema de
oposiciones de Freud es el ello contra el yo.

“Nos aproximamos al ello con comparaciones, lo llamaremos un caos, una


caldera llena de excitaciones borboteantes.”45

La verdad es que Freud era imaginativo... sería como el caldero de una bruja.
Es un caos, no habría lógica alguna operando allí. Y después Freud agrega
que desde las pulsiones se llena con energía, pero no tiene ninguna
organización. O sea, el problema no es Miller y el goce, el problema es el valor
energético corporal que Freud dejó inscripto en la pulsión y dejó incorporado
como núcleo del movimiento de la práctica analítica. El problema es Freud, no
Miller. Después cada uno va tomando de distintos autores una línea según su
propia posición personal. Pero está en Freud el problema de la energía, de lo
borboteante... Entonces el ello es un caos que no tiene ninguna organización y
después aclara Freud que las leyes del pensamiento no operan en el ello.
Lo que quería agregar para que no lo pierdan de vista es que Freud dice:

“En el ello no hay nada que pueda equipararse a la negación [Lacan no


coincide tanto con esto], y aun se percibe con sorpresa la excepción al
enunciado del filósofo [Kant] según el cual el espacio y el tiempo son formas
necesarias de nuestros actos anímicos.”46

O sea, la estética trascendental kantiana. Lo que les quería señalar es que la


objeción de Freud a la inoperancia de la estética trascendental kantiana en el
ello, es sólo respecto al tiempo, no dice nada del espacio. Eso es muy
interesante.

“Dentro del ello no se encuentra nada que corresponda a la representación del


tiempo, ningún reconocimiento de un decurso temporal...”

No dice nada del espacio, y quizás allí haya una pista de por qué tal vez sea
necesario un desarrollo de qué espacio le corresponde al ello. Y quizás por
eso alguna reflexión topológica esté bienvenida, porque se nota que Freud dijo

44
Freud, S. (1997): “Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis”, 31° Conferencia. En
Obras Completas, Tomo XXII, pág. 68. Buenos Aires: Amorrortu.
45
Cf. pág. 68
46
Cf. pág. 69
que n opera la estética trascendental, que tiempo y espacio no son a priori para
toda la actividad humana -en el ello no son a priori- y que evidentemente el
tiempo... etc. pero ¡no dice nada del espacio! No tiene el argumento, y se le
escapa que no lo tiene, porque ni siquiera dice que no sabe qué decir respecto
del espacio.

Y en “El yo y el ello”; capítulo IV y V, que son “Las dos clases de pulsione” y


“Los vasallajes del yo”, dice que las pulsiones son mudas.

“De continuo hacemos la experiencia de que las mociones pulsionales que


podemos estudiar se revelan como retoños del Eros. Si no fuera por las
consideraciones desarrolladas en Más allá del principio del placer y, últimamente,
por las contribuciones sádicas al Eros, nos resultaría difícil mantener la
intuición básica dualista.”47

Otra cuestión: nosotros tenemos aquí un sistema de oposiciones, pero habría


que preguntarse si para Lacan la oposición entre pulsiones de vida y pulsiones
de muerte se sostiene. Yo diría que no se sostiene, esa dualidad en Lacan
cae. No me parece que haya nada más distinto de Freud que Lacan. Por eso
insistí tanto con el asunto de Freud-Lacan-Miller. El guión –al menos entre
Freud y Lacan- es inconcebible. No coinciden en una. No hay nada de Freud
que Lacan haya tomado tal cual o sin introducir profundas transformaciones.
Por ejemplo, me parece que esta oposición dual no está en Lacan. En Lacan
no hay trabajo clínico en la perspetiva de pulsión de vida o pulsión de muerte.

Eduardo L.: me quedé pensando en el tema del espacio y el tiempo. ¿No


será que el espacio del ello es el cuerpo?

A.E.: no sé. A mí me llama mucho la atención que Freud diga que no operan
en el ello espacio y tiempo, que hable del tiempo pero no diga nada del
espacio. Ante lapsus así, yo lo interpreto... interpreto la ausencia. Quizás para
Freud era tan obvio que el espacio era el cuerpo que ni siquiera le hizo falta
decirlo... podría ser. Pero ya sería una interpretación mucho más jugada,
porque no tenemos asociaciones de lapsus. El asunto es si es un lapsus, si
falta algo, y podría ser una respuesta, para mí sí. Para mí es indudable que
para Freud se trata de lo que viene del cuerpo. “Se trata” en el sentido de
tratamiento analítico. Para Freud, lo que trata un analista es lo que viene del
cuerpo, del individuo-paciente. Freud creía que el asunto venía del cuerpo.

“Ahora bien, puesto que nos vemos precisados a mantenerla, se nos impone la
impresión de que las pulsiones de muerte son, en lo esencial, mudas, y casi
todo el alboroto de la vida parte del Eros.”48

En el capítulo V, “Los vasallajes del yo”, dice:

47
Freud, S. (1997): “El yo y el ello” Cap. IV. En Obras Completas, Tomo XIX, pág. 47. Buenos
Aires: Amorrortu
48
Cf., pág. 47
“El ello, a quien nos vemos reconducidos al final, no tiene medio alguno para
testimoniar amor u odio al yo.”49

Si uno lee los párrafos de Lacan, aislados, no se entiende nada. Si uno lee los
párrafos de Freud aislados... es un delirio total. El ello no tiene medio alguno
para testimoniar amor u odio al yo... ha personificado las instancias, se aman,
se odian... que pelean entre sí dentro del aparato psíquico... ¡Y después
decimos que Melanie Klein estaba loca! ¿Y esto? ¿Entienden que en el ello
las pulsiones se odian o se aman? Se odian o se aman... las pulsiones entre
sí... me parece bastante delirante.

“Ello no puede decir lo que ello quiere; no hay consumado ninguna voluntad
unitaria. Eros y pulsión de muerte luchan en el ello;...”

Saben que Freud nunca habló de “Tánatos”. Es Eros y pulsión de muerte, no


está Tánatos en Freud. Jamás Freud dijo Tánatos, como tampoco dijo jamás
“el silencio de la pulsión”... ¡estamos llenos de verso! El estado general de la
situación del psicoanálisis es como cuando creíamos que ganábamos la guerra
de las Malvinas. Así estamos, tenemos un delirio en la cabeza, ya no sabemos
quién dijo qué cosa. Por ejemplo, jamás habló Freud de Tánatos. Es Eros y
pulsión de muerte que luchan en el ello.

“...dijimos ya con qué medios cada una de estas pulsiones se defiende de la


otra. Podríamos figurarlo como si el ello estuviera bajo el impoerio de las
mudas pero poderosas pulsiones de muerte,”50

Estas son las dos veces que Freud habla de las pulsiones de muerte que son
mudas en el ello. Eso es Freud. No sé por qué lo dice, no sé por qué son
mudas. El problema ahí es si nos estamos preguntando si es por una
convención que agregamos o si es por una ontología. ¿Entienden? O sea, si
tenemos las pulsiones que tenemos –porque la naturaleza hizo que
evolucionáramos así, o Dios quiso que fuese así- sólo tenemos que decir que
“son”, no tenemos que decir por qué son así. Si estamos hablando de cosas
que son –ontología- cosas que tienen un ser, uno no tiene por qué dar cuenta
de por qué son como son. Es decir, ¿por qué el naranjo se distingue del
manzano? Es una pregunta tonta. Me parece que Freud está describiendo
entes que no son existentes. Y es por eso que no explica por qué. ¿Por qué la
pulsión de muerte es muda en el ello? No sé por qué ni entiendo por qué. No
entiendo cuáles son los argumentos que Freud aplica –después de 30 años de
leerlo.

Ahora vamos a ver qué quiere decir Lacan con silencio de las pulsiones.
Porque silencio de las pulsiones es de Lacan, no de Freud. Una cosa más:
para Freud, sólo las pulsiones de muerte son mudas, las de vida no. Es decir
que la mudez no caracteriza a la actividad pulsional. Para Freud la actividad
pulsional erótica –Eros- es parlanchina y revoltosa –así lo dice él. Ahora, es
Lacan quien se refiere al silencio de las pulsiones, con lo cual para él se pierde

49
Cf. Cap. V, pág. 59
50
Cf., cap. V, pág. 59.
la distinción entre pulsión de vida y de muerte -de hecho, no recuerdo que
Lacan haya hecho hincapié nunca en la distinción entre pulsión de vida y
pulsión de muerte- y por otra parte, lo que preguntaría es qué quiere decir que
las pulsiones sean silenciosas. Vamos a trabajar tres textos: “Observación
sobre el informe de Daniel Lagache...”,1958-1960, “Subversión del sujeto...”
1960-1966 y la “Conferencia de Caracas” de 1980. Todos los textos de Lacan
de 1980 están denunciados como escritos por Miller, porque Lacan ya tenía tan
avanzada su demencia multi-infártica... yo no sé. Las denuncias son públicas,
pero yo no me doy cuenta de quién lo escribió, si Lacan o Miller. Mi impresión
es que el texto de la conferencia de Caracas, lo escribió Lacan. Pero les
cuento lo que circula en las calles, que todas las cartas, el acta de disolución,
fue escrito por Miller. Son todos rumores, es lo que se comenta, no hay
pruebas. Pero frente a los chimentos, a falta de pruebas, uno tiene que tomar
una posición ética. La falta de pruebas exige una toma de posición ética y
moral. Entonces, mi posición es que la Conferencia de Caracas la escribió
Lacan.
En “Observaciones al informe de Daniel Lagache...”, el capítulo II se llama
“¿Dónde ello?” y dice Lacan:

“La tercera consideración se desprende de los aforismos en cuya medi aluz


termina el estudio sobre El “yo” y el “ello” (Das Ich und das Es), surgiendo bajo
el término del silencio que las pulsiones de muerte harían reinar en el Ello.”51

Ahí tenemos a Lacan un poco serio y un poco chanta... reconoció que son las
pulsiones de muerte, pero dice “silencio” y no que son mudas, y no es lo
mismo. No sé cuánto alemán sabía Lacan, nosotros tenemos una traducción
muy seria que es la de Amorrortu, y no creo que hayan traducido dos veces
“mudas” si decía “silencio”. Me parece que es un lapsus de memoria de Lacan.
Pero sí reconoce que son las pulsiones de muerte. Sigue diciendo Lacan:

“Toda tentativa de referir a una diferenciación cualquiera, en el organismo, de


las necesidades primarias, una estructura así descrita no puede sino multiplicar
sus discordancias aparentes acrecentando cada vez más su peso. A esto es
por cierto a lo que Daniel Lagache no ha podido escapar en esa vía.”52

¿Entendieron? Si apoyamos lo pulsional en el organismo, únicamente


aumentaríamos las contradicciones. ¿Entienden por qué? Porque apoyadas
en el organismo, ¿por qué unas serían hablantes y otras serían mudas? No sé
si saben que hay cuestiones del cuerpo que se llaman mudas y hablantes, hay
cánceres mudos, por ejemplo el de páncreas. Hay cánceres que duelen desde
el primer día, son los mejores, porque se puede consultar y controlar. Con los
mudos, para cuando uno consulta, ya no hay solución. Con lo cual, hay
muchas cuestiones del cuerpo que son mudas. Lo que Lacan dice es que si
las pulsiones de muerte se apoyan en el organismo, se gana en contradicción,
¿por qué algunas pulsiones del organismo hablarían y otras no? Y agrega:

51
Lacan, J. (1997): “Observaciones al informe de Daniel Lagache: “Psicoanálisis y estructura
de la personalidad”, Capítulo II. En Escritos 2, pág. 637. Buenos Aires: Siglo XXI.
52
Cf. pág. 637 y 638
“En cuanto a nosotros [se refiere a él] nos parece que las dificultades mismas
con que aquí tropieza cada uno nos confirman en la imposibilidad en que se
está de prescindir de la función del significante.”53
O sea, esto no se resuelve y las contradicciones aumentan si uno no apoya la
mudez de las pulsiones de muerte en la función del significante. Al contrario de
lo que dicen los lacanianos, que la pulsión de muerte, lo pulsional, sería
contrario al significante, aquello que el significante no puede capturar quedaría
del lado de lo pulsional.

“Tómese el significante con toda simpleza por la punta de materialidad


irreductible que implica la estructura en cuanto que es la suya, evóquesele bajo
la forma de una lotería,...”

Y Lacan va a decir que el funcionamiento de esa caldera burbujeante de Freud,


hay que pensarla no apoyada en el organismo sino en el significante. Y que
hay que sustituir la metáfora del caldero por la metáfora de la lotería. ¿Qué
vamos a trabajar? Vamos a trabajar que están caóticamente adentro.
¿Entienden por qué el ejemplo? Porque hay un caos de elementos adentro.

“... y aparecerá la evidencia de que no hay nada en el mundo salvo el


significante que pueda sostener una coexistencia –que el desorden constituye
(en la sincronía)- de elementos en los que subsiste el orden más indestructible
al desplegarse (en la diacronía)...”

O sea, solamente en el significante puede decirse que en la sincronía haya


desorden. Recordarán que habíamos trabajado que lo sincrónico era el
conjunto de los elementos en el Otro, en la batería significante. Lacan dice que
sólo el significante permite concebir que en lo sincrónico no haya orden –cuál
significante es más importante que otro, qué significante es enemigo de otro,
no hay ese tipo de relaciones- con lo cual hay un desorden total. Pero apenas
uno los va diciendo, hay un orden estricto. Como en la lotería, a medida que
van saliendo, si se canta ¡Línea! es porque coincidió la serie que salió con la
serie del cartón. Es inapelable el orden en la medida en que aparece la
diacronía. Y es inexistente en la medida en que están puestos en la sincronía.
¿Recuerdan el dibujito, no? Hay que transformar el esquema del huevo
freudiano en un bolillero de lotería:

53
Cf. pág. 638
Ustedes se ríen, pero es lo que dice Lacan, que la única forma en que esto
puede entenderse es con la lógica del significante. En la lógica del significante,
la única metáfora posible, del huevo del individuo de “El yo y el ello”, es la
lotería, donde está lo sincrónico desordenado, hecho un caos, pero apenas es
dicho, adviene un orden que es inapelable.
E.L.: pero juega el azar, en qué número sale primero, es contingente...

A.E.: hay que ver. Porque una vez que sale uno, digamos S1, y una vez que
sale otro y vos lo leés con una convención como S2, ya se disolvió el azar. O
sea, en un estado parece que están al azar. Pero en la medida en que
aparecen, ya no están más al azar, si no, no haríamos asociar libremente a los
pacientes... pareciera que está todo mezclado y confundido, pero le decimos
“usted empiece”, porque cuando empiece, se va a desplegar una lógica. Pero
eso no es porque rija lo pulsional en lo orgánico, sino porque esto tiene que ser
cambiado de registro, hay que pasarlo de lo orgánico al registro significante.
Pasándolo al registro significante, es la lotería.

“Es pues ciertamente hacia el sostén del significante hacia donde nos dirigen
las proposiciones de Freud, y desde la primera. ¿Será necesario subrayar que
los retornos en que se enmaraña la segunda [tópica] marcan por los puntos de
referencia siempre gramaticales que Freud da a sus recurrencias que se trata
efectivamente de un orden de discurso?”54

Estas son las maniobras de Lacan que yo no admito. Cuando Lacan dice que
las diferencias que él introduce en psicoanálisis, están en Freud. Eso es lo que
tanto nos confundió a nosotros, porque Lacan termina diciendo siempre que ya
estaba en Freud. Hay que ver si estaba en Freud.

“La imagen confusa del Ello como “depósito de las pulsiones”, que le repele tan
justamente por el asentimiento que recibe de un organicismo grosero, se
endereza en efecto gracias al sentido que recibe en nuestra perspectiva.
Pensemos en el buzón...

Ahora hay que transformar el huevo en un buzón:

“...en la cavidad interior de algún ídolo baálico, pensemos en la bocca di leone


que, por combinarlos, recibía en Venecia su función temible.”

54
Cf. pág. 638
En “Referencias de Lacan” 19, se consiguen referencias a la bocca di leone,
hay una calle que se llama Di Leone, en Venecia, que es donde estaban las
bocca di leone, que eran como buzones pero que en vez de dar al interior de
una cajita, daban al interior de una sala. Y ahí se tiraban las denuncias
anónimas para que el tribunal que funcionaba dentro de la sala, condenase a
los injuriados. Les leo la referencia sobre la bocca di leone:

“La bocca di leone es el nombre que se ha dado a los “buzones” donde se


depositaban las denuncias secretas, anónimas, en el palacio ducal de
Venecia”.

Habrá que acentuar este “anónimas”...

“La lámina de color corresponde a la boca de león que desemboca en la sala


de la (...) donde estaba el (...) jefe de los esbirros, y aguardaban los
condenados. Esta sala en la práctica era la parte interna de la boca del león,
en ella caían y se recogían las misivas.”

Es muy interesante, porque no era que las denuncias caían en una cajita, sino
en una sala donde había gente debatiendo el destino de los condenados. ¿Se
acuerdan que hablamos de las pulsiones de vida y de muerte que luchaban, se
atacaban, se amaban u odiaban? La metáfora que utiliza Lacan pertenece a
un momento cultural muy especial que es bocca di leone.
Retomo la cita de Lacan:

“Pensemos en el buzón, en la cavidad interior de algún ídolo baálico,


pensemos en la bocca di leone que, por combinarlos, recibía en Venecia su
función temible. Un depósito, sí, si se quiere, eso es el Ello, e incluso una
reserva, pero lo que allí se produce, de rogatoria o de denunciación misivas,
viene de fuera,...”

Lo que hay en el Ello viene de afuera. Esto es “Observaciones sobre el informe


de Daniel Lagache...”, lo leímos miles de veces. Cuando ustedes sostenían el
“no es sin el cuerpo”, vean que con Lacan hay que quebrar ese principio. No
digo que Lacan tenga razón, no sé cómo son las cosas, lo que digo es que si
uno es lacaniano tiene que pensar que las reservas pulsionales de Freud se
convierten en la bocca di leone. Es claro que si entraste en la bocca di leone
está todo mal, pero también es claro que si algo entró ahí –y hay disputa ahí-
es porque vino de afuera. O sea, no hay nada adentro si no vino de afuera.

“..., y si se amontona allí es para dormir. Y aquí se disipa la opacidad del texto
que enuncia del Ello que el silencio reina en él: en que no se trata de una
metáfora, sino de una antítesis que ha de proseguirse en la relación del sujeto
con el significante, que nos es expresamente designada como la pulsión de
muerte.”

¿Entendieron por qué ahí reina el silencio? Freud dice la mudez, Lacan dice el
silencio, no sé qué hacer con eso. Lacan dice que si son mudas es porque
son dejadas ahí, o sea, son cosas que vienen de afuera y que adentro
duermen. Como duermen adentro, están en silencio, porque duermen.
Apenas uno las convoca y las saca y las pone a hablar, ya no son más
mudas... y son de palabra. En todo caso son palabras que metafóricamente
han entrado, decir que han entrado en la bocca di leone es parcial, porque
supongamos el ágora griega: ¿no podríamos pensar también en que hubiera
denuncias por misivas, a través de una bocca di leone, que atrás tuviera una
fuente, y que las misivas cayesen en la fuente pero que del otro lado hubiese
un ágora? ¿Tiene que ser un recinto cerrado? Lo que Lacan dice es que se
atraviesa un agujero, una misiva atraviesa un agujero y es anónima, y es muda
mientras que duerma adentro. Más aún, durmiendo adentro, es caótica y a-
lógica. Ahora, en la medida en que vaya saliendo, será S1, S2...

Comentario: (...) y empieza a hablar.

A.E.: ¡y cómo! Te puede costar la vida, puede ser de muerte. Esto es en


“Observaciones al informe de Daniel Lagache...”, donde es contundente la
posición de Lacan respecto de la pulsión. Cuando Lacan dice en el Seminario
7 que el goce es la satisfacción de la pulsión, ¡ojo con creer que está diciendo
que sea la satisfacción de la pulsión de Freud! Porque fíjense lo que dice en
“Observaciones al informe de Daniel Lagache...” sobre lo que es pulsión para
él. El problema es que Lacan siempre hizo un gesto de distinción de Freud
super-creativo, super-novedoso en psicoanálisis, pero también lo anula al decir
siempre “es lo que dijo Freud”. Me parece que ahí hay una complicación
terrible.

Voy a saltear “Subversión del sujeto...” porque allí ya es demasiado


contundente, léanlo ustedes solos. Pero léanlo ahora, en caliente. Porque en
caliente, quizás alguno reciba un impacto que deje una huella. No sé.
Vayamos a la Conferencia de Caracas de 1980, les leo:

“Aquí está, mis tres no son los suyos. Mis tres son lo simbólico, lo real y lo
imaginario...

O sea, estamos diciendo que la pulsión está en la cadena L, y está ahí por una
convención que le agregamos. Y esa convención agregada permite establecer
que hay cosas que no hablan, y que esas cosas que no hablan carecen de
lógica. En la cadena significante, todo lo que aún no haya empezado a hablar,
que esté como entre paréntesis, como si alguien dijese en el consultorio: “pero
yo no quiero hablar de mi padre todavía, le pediría que dejemos a mi padre
para más adelante”, queda entre paréntesis y no sabemos qué lógica tiene,
porque ahí para el analista es un momento difícil, porque si uno respetara esa
demanda –que muchas veces hay que respetar porque si no puede producir un
acting- el asunto es que al respetarla no queda claro si uno debiera preguntar
por qué o no. Porque si se le pregunta por qué, ya no queda claro si se está
respetando esa demanda. Al preguntarle dos veces por qué, ya habló. Con lo
cual, tal vez haya que decir que está bien, que no se va a hablar de eso y
renunciar a saber por qué.

Comentario: pero seguro aparecerá más adelante.


A.E.: sí, nosotros concedemos porque suponemos que aparecerá más
adelante. Pero si no aparece, ahí tenemos una responsabilidad ética. Ya les
conté el ejemplo de una supervisión de un caso de doce años de análisis, y al
preguntarle yo por el padre la analista dice “ah, no, del padre nunca habló”.
Doce años de análisis y la analista no sabe nada del padre porque el paciente
nunca habló del padre. Y la analista no le preguntó nunca por el padre para no
introducir algo de ella... como hay que tomar el significante al pie de la letra...
yo no sé qué quiso decir Lacan con eso. Y la analista estaba esperando que
salga de boca del paciente. Pero alguien ¿no puede estar presente por su
ausencia? ¿No es super-elocuente que de algo no se hable? ¿No es muy
elocuente que una persona no te hable de esos diez años de su vida, de su
estancia en Europa, o de cuando estuvo casado? A mí me parece muy
elocuente. Por eso les digo que tiene mucho que ver qué lógica uno aplica
para atender.

Comentario: porque que no hable también dice...

A.E.: claro, pero para eso tiene que empezar a salir. Y en la medida en que
empiece a salir, tendrá una lógica. Esa lógica que tendrá, para nosotros se
llama “sujeto supuesto saber”. Lacan tiene dos usos para sujeto supuesto
saber: uno es la imaginarización que el neurótico tiene de la posición de su
analista, que su analista sabe de sí, que es imposible porque uno no le contó,
con lo cual es totalmente imaginario. La otra dimensión del sujeto supuesto
saber es la posición del analista, y es que nosotros suponemos, respecto del
saber en juego en un análisis, que hay un sujeto operante, y es por eso que
confiamos en que va a salir. Es como si dijésemos que eso va a querer ser
dicho. Esa es la suposición de sujeto, eso quiere decir sujeto supuesto saber
como posición del analista, sujeto hipokéimenon, supuesto abajo.
Los cuatro discursos sólo se entienden a partir del discurso del amo. Todo
comienzo de análisis empieza así:

S1 S2
Discurso del amo
a

Esto es lo que insiste [S1], y lo que insiste remite a un saber [S2]. La posición
del analista es que esto que insiste [S1] supone un sujeto [ , S barrado ], a este
sujeto Lacan lo llama en griego ύποκείμενον (hipokéimenon), que quiere decir
“puesto abajo” y también “supuesto”, como lo presupuesto pero puesto abajo.
Eso ¿qué quiere decir? Como si el material estuviese animado, como si
tuviese un deseo. Y la posición del analista es que nosotros esperamos –
razonablemente, no doce años.

Seguimos con la conferencia de Caracas:


“Mis tres son lo simbólico, lo real y lo imaginario. Me vi llevado a situarlos
como una topología, la del nudo llamado borromeo. El nudo borromeo pone en
evidencia la función del “al menos tres”, anuda a los otros dos desanudados...

por ejemplo, si quieren armar una relación Freud-Lacan, observen que Freud
es profundamente dualista, y Lacan trabaja siempre con al menos tres. Y
cuando uno lo ve a Lacan pensar bien el al menos tres, termina diciendo
siempre que en realidad se trata de al menos cuatro. Lo del “al menos tres” en
Lacan es vacilante. Termina diciendo que en realidad la estructura mínima
para el psicoanálisis es cuatro. Y Freud es dualista, a Freud le alcanza con
dos. Para Lacan es necesario el “al menos cuatro”.

“...anuda a los otros dos desanudados. Eso les di yo a los míos, se los di para
que supieran orientarse en la práctica, pero ¿se orientan mejor que con la
tópica legada por Freud a los suyos? Hay que decirlo: lo que Freud dibujó con
su tópica llamada segunda, adolece de cierta torpeza. Me imagino que era para
darse a entender dentro de los límites de su época...

Lacan no tenía bien analizado el padre, es evidente. No quiere reconocer que


sea un límite de Freud. Dice que son los límites de la época de Freud. Eso me
parece que atacó mucho en la enseñanza de Lacan, que él tuviera una relación
con Freud como padre. Sabrán que a Miller en París lo llaman “el yerno”. Y
Miller escribió sobre eso un artículo donde reconoce que él es “el yerno”, pero
que al menos él se animó, en cambio Lacan siempre estuvo enamorado y
cortejando a Anna Freud y nunca se animó a decírselo. Eso lo escribió Miller,
está publicado. Está el testimonio del yerno que dice que Lacan estuvo muy
enamorado de la hija de Freud... no sé, Lacan la llamaba “la Srta. Anna
Freud”, la jodía... pero está esto que dice Miller.

“...pero no podríamos más bien aprovechar lo que allí figura la aproximación de


mi nudo, consideremos el saco fofo que se produce como vínculo del ello en su
artículo que debe decirse “Das Ich und das Es”, el saco al parecer, es el
continente de las pulsiones. ¡Qué idea tan disparatada la de bosquejar eso así!
–dice Lacan de Freud- Sólo se explica por considerar a las pulsiones como
bolitas, que han de ser expulsadas por los orificios del cuerpo una vez
ingeridas.”

Ya esto es superador de Freud. Porque para Freud, uno nace con las bolitas
adentro. Observen que el problema es que para Freud –para colmo- se nace
con las bolitas ya adentro, y su proceso de teorización de cómo entraron es
ridículo, que después de tantas veces de haber sido reprimido en la historia de
la humanidad, terminó incorporándose a la especie porque la ontogenia copia a
la filogenia... una explicación absolutamente inválida bajo cualquier tipo de idea
evolucionista, biológica. Entonces, todo el problema es cómo es que están las
bolitas adentro. Porque si no tuviéramos el problema de cómo es que están
adentro la pulsión de vida y la pulsión de muerte, es porque son propias a la
sustancia viva, pero si son propias a la sustancia viva, estarían también en una
tortuga. Y no hay forma de justificar que no estén en la tortuga. ¿Se entiende
el problema?
“Sobre esto se abrocha un ego, donde parece preparado el punteado de
columnas por contar...

Es el esquema del huevo freudiano de “El yo y el ello”:

¿Ven de vuelta la función de la cuenta? O sea, el desorden interior, y me


parece que la función ahí sería contar. Y en el caso de contar habría que ver,
si es 2, 3, 4, dos duplas de 2, ¿cuánto es el número de elementos para dar
cuenta de la estructura? Hay que contarlas y ver cuántas son.

“Sobre esto se abrocha un ego, donde parece preparado el punteado de


columnas por contar, pero esto no lo deja a uno menos enredado, pues el
mismo se cubre de un extraño ojo perceptivo, donde para muchos se lee
también la marca germinal de un embrión sobre el vitelo.”

Ese es el problema, que siempre esto deja muy propensa una lectura
biologicista-organicista.

“Aún no es todo. La caja registradora de algún aparato a la Marey, está aquí


de complemento, lo cual dice mucho en cuanto a la dificultad de referencia a lo
real.”

¿Saben qué es un aparato a la Marey? Son los primeros aparatos que se


hicieron para hacer fotos en secuencia, eran dispositivos para sacar fotos
secuenciales. Entonces Lacan habla de una caja registradora donde se
registran, se cuentan, escenas. ¿Se entiende lo que está planteando Lacan
con la dificultad de referencia a lo real? Dice que si esto es discontinuo, y arma
como columnas, y este es el ojo que mira al mundo, ¿cómo pasamos de lo
continuo del mundo a lo discontinuo de las fotos una por una? ¿Ven el
problema? Si bien podemos decir que no le damos importancia a lo que Freud
ubicó dentro del esquema como puntitos y decimos que no son columnas, es la
lectura de Lacan, Lacan dice que son elementos discretos, y esos elementos
discretos en su pluralidad, si son incorporados ¿cómo es que son incorporados
discretamente, si en la realidad las cosas se manifiestan –al menos en lo visual
escópico- continuamente? Lo que está diciendo Lacan es que está el
significante cortando en el medio. No hay cosas discretas. ¿Recuerdan la
masa amorfa de pensamientos y la masa amorfa de sonidos de Saussure? Lo
de las aguas superiores y las aguas inferiores...

...donde cada uno de estos sería el signo lingüístico, estos cortes discretos, la
discreción, ¿dónde aparece? ¿cómo aparecen estos elementos discretos?
Porque si esto es un ojo que mira a la realidad, reina la fenomenología de lo
continuo...

¿cómo es que tenemos elementos discretos? ¿Cómo es que tenemos un


recuerdo? El recuerdo de la escena primaria del coito a tergo... ¿se vió
biológicamente? ¿Se ve así, biológicamente? ¿O es un relato con estructura
significante y de elementos discretos y articulados –férreamente articulados?
Todo eso se deduce de una lógica. El paciente nunca lo recordó, fue una
construcción freudiana. Pero ¿cómo se arma esa lógica estricta que produce la
escena primaria, y el concepto de escena primaria, cómo es que son discretos
y han sido articulados por lo que alguien ve? Los pajaritos, ¿ven como
nosotros? ¿Y los elefantes? ¿Ven discretamente? ¿O verán grandes
composiciones guestálticas respecto a las cuales responden instintivamente?
¿Se entiende el problema? Si adentro hay elementos discretos, y obviamente
que hay elementos discretos, puesto que el paciente contará el trauma, o el
recuerdo infantil, pero ¿cómo es que hay adentro recuerdos infantiles a través
del ojo, si el ojo no aporta recuerdos infantiles? ¿Entienden que tiene que estar
la legalidad del significante funcionando antes en su aportación de lo discreto?
Uno, otro, otro, otro. Rasgo unario en Lacan es el concepto para indicar que el
significante introduce la discontinuidad en el mundo. En el mundo no hay
discontinuidades como tales, la discontinuidad es introducida por el significante.
¿Cómo se llama, según Lacan, la función del significante que introduce la
discontinuidad? No la diferencia opositiva de significados, sino la
discontinuidad. Se llama “rasgo unario” y hace que opere la posibilidad de
cuenta, porque establece qué es contable: 1, 2, 3, 4. ¿Cómo sé que algo es 1?
Si alguien nos pidiese de contar todos los elementos que hay en una mesa,
¿cómo se sabe qué es 1 cosa? Esto es 1 libro, pero ¿cómo sabemos que es 1
libro? Un indio bororo que en su vida vio una hoja de papel y ni se imagina que
pueden ser cosidas y pegadas de manera tal de formar un libro... ¿vería 1
libro? ¿Qué es lo que se ve?
Entonces, Lacan dice que si hay discontinuidades adentro, eso no puede ser
biológico, porque si fuera biológico, habría continuidades, entonces no habría
bolitas adentro... ni elementos diferenciales.

“Dos barran sombrean en su juntura la relación de este conjunto barroco con el


propio saco de bolitas, y ya está designado lo reprimido. La cosa deja perplejo.

Es Lacan el que lo dice...

“Digamos que no es lo mejor que hizo Freud. Podemos incluso confesar que
no favorece la pertinencia del pensamiento que pretende producir. ¡Qué
contraste con la definición que Freud da de las pulsiones como vinculada a los
orificios del cuerpo! Una fórmula luminosa impone otra figuración que esta
botella.

¿Recuerdan que en Freud está la metáfora de la botella? Las neuronas de la


conciencia tienen que ser neuronas pasaderas, no deben quedar
permanentemente alteradas, ya que si quedasen permanentemente alteradas
se produciría una alteración de todas ellas tal que taparía la entrada. Las
neuronas que guardan recuerdos tienen que estar adentro del saco.

Barrera

Entrada neuronas pasaderas

Memoria

cuerpo

Y las que están a la entrada del saco, tienen que ser pasaderas, tienen que ser
neuronas que se alteren pero cuya alteración no quede constante. No puede
haber memoria a la entrada. Entonces esto es para Freud una botella con
entrada, lo que pasa es que es una botella que para Freud tiene entrada en lo
corporal (el ello) y tiene entrada desde el mundo externo, pero para el mundo
externo hay barrera de protección, entonces lo externo siempre puede ser
disminuido por uno. De lo que viene de adentro, como no hay barrera
antiestímulo, siempre el impulso interior será más fuerte que el exterior. Con lo
cual es una botella a la cual entran cosas por abajo y por arriba.

“¡Qué contraste con la definición que Freud da de las pulsiones como vinculada
a los orificios del cuerpo! Una fórmula luminosa impone otra figuración que
esta botella, cualquiera fuera su tapón. ¿No será más bien, como ha ocurrido
decirlo, botella de Klein, sin adentro ni afuera? O aún sencillamente, ¿por qué
no el toro?

Supongan que tienen un toro S y supongan que otro toro A tiene un abrazo con
el primero, de esta índole:

S A

El toro A, ¿pasa por el interior de S? Sí y no. Porque este agujero puede


considerárselo interior o no al toro. ¿Esto es un toro para ustedes?

Sí, sólo que lo están viendo de costado, y con las líneas punteadas se señala
aquello que no son capaces de ver. Si yo sumerjo este toro en agua celeste,
el cilindro interior, ¿se llenará de agua celeste? Sí. Entonces, ¿es interior o
exterior al toro? Exterior, pero recién no sabían decirme con precisión si A
pasaba o no por el interior de S.
Lo que Lacan estaría proponiendo sería una botella de Klein, que sería más o
menos así:

Botella de Klein
Donde habría que considerar dos puntos de imposibles, sería una botella que
se atraviesa a sí misma, un botella de cuyo culo sale un trayecto que vuelve a
entrar por el cuello y vuelve a conectar por la boca. Lo que es imposible es el
punto de conexión, porque una superficie corta a la otra y simultáneamente, la
otra corta a la primera, eso es imposible de producirlo en lo real. No puede
haber un objeto que corte a otro, que atraviese a otro en el mismo punto del
espacio donde el segundo atraviesa el primero. Eso solo se puede trabajar con
superficies. ¿Ven cómo es necesario una topología? En la concepción que
hace Lacan de la pulsión, los modelos tridimensionales apoyados en cierta
imaginería del cuerpo humano, no son útiles. Porque hay que pensar en algo
que está adentro pero puesto por afuera. Y que solamente existirá en la
medida en que salga, entonces “adentro” ¿qué quiere decir? ¿qué quiere decir
que esté adentro, si es palabra del Otro? ¿Qué quiere decir que esté adentro
tuyo lo que dijo tu mamá? ¿Conviene decir que está “adentro”? ¿Es la mejor
representación espacial?

Entonces, piensen igualmente que se trata de superficies, el toro y la botella de


Klein son superficies. Y la superficie es bidimensional. A lo bidimensional lo
podemos pensar así: en el mar, si estamos arriba de un bote, y nos tiramos al
agua, no atravesamos la atmósfera –no nos tiramos de altura- ni atravesamos
la masa de agua –porque no es una pileta. A pesar de eso, atravesaríamos
una superficie ¿cuál? La superficie de separación entre el agua y el aire. Esa
superficie de separación ¿qué espesor tiene? Ninguno. Es bidimensional. Por
eso la superficie no es una hoja de papel. El toro y la botella de Klein son
superficies bidimensionales, y es por eso que este punto -imposible en lo real-
es capaz de producirse. Dos superficies, ¿pueden atravesarse
simultáneamente en el mismo punto? Sí, porque no tienen una tercera
dimensión. No hay ningún objeto 3D que sea una superficie. Esta topología,
que es topología antigua, y opera con superficies. Hemos requerido con Lacan
hacer el pasaje a una concepción del espacio que opera con objetos que son
absolutamente imposibles de ser hallados en el mundo tridimensional.
¿Ven entonces no solo que es sin el cuerpo, sino que hasta las metáforas y
todas las disciplinas a las cuales Lacan recurre desde “Función y campo...”
hasta 1980 van en contra de toda intuición espacial tridimensional?
¿Entienden que Lacan está tratando de luchar en contra de todo aquello que se
cree que necesariamente es con el cuerpo? Se trata todo de lógicas
bidimensionales.
Esto (tabla de la cadena significante) no tiene profundidad, son todas
transcripciones a las cuales se arriba, de una a la otra, al ir agregando una
convención, pero cualquiera de ellas carece de profundidad. Por eso no
aceptamos una psicología de las profundidades.

“Me contento con apuntar que el silencio atribuido al Eso, como tal supone la
palabrería.
Yo les propongo algo, a ver qué piensan como diagnóstico: la mayor parte de
ustedes leyó el Seminario de Caracas, es el super último Lacan, está publicado
hace mucho, se consigue, es breve. Lo conocen. ¿No creen que toda la lógica
de Lacan que vaya en contra de la corporificación freudiana de las funciones
subjetivas, ha sido reprimida en el lacanismo, que es lo que tiende a olvidarse?
Que no hacemos hincapié en lo que de Lacan se opone a Freud. Todos
prefieren la versión del goce, que el goce es del cuerpo, que el goce hace Uno,
que el cuerpo es Uno. El cuerpo es uno, ¿bidimensional o
tridimensionalmente? Porque Lacan lo prone como bidimensional, como un
toro. Es una superficie, cerrada pero agujereada.
Me parece que lo más subversivo y antifreudiano de Lacan es conocido por
todos nosotros, está en todos los textos, pero es lo que tendemos a reprimir y n
por difícil, ya que es igual de difícil que todos los párrafos de Lacan. Pero los
párrafos con los que nos quedamos son aquellos que van más en el sentido de
Freud, de hacer hincapié en que lo más importante es el cuerpo y viene del
cuerpo. Pero Lacan no dice necesariamente eso, dice necesariamente lo
contrario.

“Me contento con apuntar que el silencio atribuido al Eso, como tal supone la
palabrería...

¿Cuántos lacanianos citan este renglón de Lacan? Nunca, nunca es citado,


porque contradice nuestra intuición. ¿Qué intuición? De que el Eso freudiano
viene del cuerpo y es el silencio de las pulsiones, y es lo que no habla, lo que
no tiene palabra, y es lo que la palabra no puede captar... ¡es el instinto!
¿Se ve el problema?

“...supone la palabrería que la oreja está esperando, la del “deseo


indestructible” que ha de traducirse en ella, desconcertante la figura freudiana
al oscilar así del propio campo a lo simbólico que ausculta.

La oreja, que ausculta a lo simbólico. Insólita es la caída de Freud. Lo


sostiene a Freud tras haberlo criticado ininterrumpidamente en cinco párrafos.
En el que se considera –según Miller- el último seminario de Lacan. Miller lo
llamó el “seminario” de Caracas... ¿Por qué no lo llamó conferencia de
Caracas? Miller le dio el estatuto de seminario, de última enseñanza. Lo critica
a Freud todo el tiempo, y lo critica justamente en lo pulsional.

“Con todo llamo a atención que este enmarañamiento no haya impedido a


Freud volver después a las indicaciones más notables sobre las prácticas del
análisis, en especial, sus construcciones.

Vuelve a salvar a Freud, con la izquierda lo critica y con la derecha lo salva.


Dice Lacan, a los 80 años, con un cáncer de colon diagnosticado como mortal
si no se operaba y Lacan decidió no operarse, con lo cual estaba enfermo
mortalmente, tal como pasó, se pregunta:

“¿Debo darme aliento recordando que a mi edad Freud aún no había muerto?”

¿Qué quiere decir Lacan con esto? Dejamos acá.


La próxima seguiremos desde donde dejé, en el versículo 14.-

Versión no corregida por el autor. Desgrabación: Mariana Gomila .


Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 10 – “Formalizaciones lógicas y topológicas del Seminario de La
Identificación” por Andrea Leiro- 11-08-06

Andrea Leiro: titulé la clase que voy a dar como “Formalizaciones lógicas y
topológicas del Seminario de La Identificación”. Tomé una idea que había leído
y me había parecido interesante de cómo concebir el Seminario de La
Identificación, lo tomé de un texto de Safouan, donde dice que así como Freud
fundó su metapsicología en varios textos que se pueden ir recortando, en
Lacan uno podría pensar que su metapsicología podría ubicarse en ese
seminario. Y si tuviera que pensar cuáles son los soportes de la
metapsicología de Lacan, diría fundamentalmente dos: uno es la topología y el
otro es el despejar, distinguir la función del rasgo unario, con el valor que le va
a dar de letra.

Lo que voy a intentar hacer entonces es recortar algunas referencias –que son
muy abundantes- a la lógica y a la topología, que me han permitido hacer algún
recorrido. Ese recorrido va a tener que ver fundamentalmente con la
constitución del sujeto, tal como lo trabaja en este seminario.
Primero, para ubicarnos un poco, se trata de un seminario que tiene muchas
referencias, a veces es un poco denso de seguir, con desarrollos complicados,
pero para ubicarnos recordarán que en las primeras clases Lacan comienza a
formalizar el rasgo unario en relación a pensar que la identificación es la
identificación del sujeto al significante.
Entonces, partiendo de cómo concebir al significante, como una pura
diferencia, cuestiones que ya venía trabajando en otros seminarios,
definiéndolo por ser lo que los otros no son- va a despejar el rasgo unario para
tomarlo como unidad diferencial, para destacar este carácter distintivo que
tiene cualquier significante por ser uno. No voy a desarrollar mucho esto, pero
recordarán luego cómo vincula esta cuestión a la letra, a los desarrollos sobre
el nombre propio, con toda la discusión que entraña esto de si el nombre propio
es tal por ser un sonido que se distingue de otros o, si es tal por situarse como
marca distintiva, que me parece que es lo que finalmente Lacan recorta, o sea,
ubicar la relación del nombre propio a la escritura y que en todo caso su
estructura sonora se debe a la importancia que tiene como marca.

El otro sesgo por el que luego va a transitar el seminario es vincular el rasgo


unario a la función de la cuenta. Y en esa cuenta va a aparecer el sujeto, y es
esa la cuestión que voy a tomar: la relación de la cuenta y la función del (–1).
Por otro lado, hay otra referencia que toma y es la más matemática –que yo
dejé de lado- y es toda la relación que empieza a hacer sobre el cogito,
respecto del “pienso, luego soy”; donde Lacan plantea una serie iterativa, no sé
si la recuerdan, donde dice que el “pienso, luego soy” podría escribirse así:

Pienso
Soy Pienso
Soy i=
Y luego de todo un desarrollo que hace en las primeras clases del seminario
vincula el “pienso” al 1, al rasgo y el “soy”, por situarse respecto del “pienso”
como “no soy”, lo ubica respecto del número imaginario i, que es la raíz
cuadrada de (-1), entonces coloca:

1 pienso

+ 1

a esto después le va sumando otra serie para dar cuenta de la repetición.

Hay toda una cuestión que es muy interesante para trabajar –yo no la voy a
tomar- en relación a que esta serie iterativa que se produce acá, para Lacan es
una serie convergente, que él va a distinguir de una serie periódica que es la
que más voy a tomar yo respecto de las operaciones de privación, frustración y
castración y cómo eso se va repitiendo. Es una referencia nada más.

Por otro lado, a partir del rasgo unario, del situar al rasgo unario en su valor
diferencial, esto le va a permitir a Lacan ubicar la función del (-1), y en esta
función del (-1) Lacan va a poder situar la constitución del sujeto y el lugar de la
función del sujeto. Entonces la idea es trabajar esta constitución del sujeto a
raíz de la nueva lectura que hace en este seminario de las operaciones de
privación, frustración y castración.

La privación, recordarán que ya en el Seminario 4 Lacan la define como la


introducción de una falta en lo real, a pesar de que efectivamente en lo real
nada falta, es a través de lo simbólico que se cava un agujero en o real y que
se produce esta falta. En el seminario de La Identificación, esta falta que se
introducirá, será el sujeto como (-1). Es decir, va a hacer todo un esfuerzo por
ubicar al sujeto como falta, para situar este ser de falta del sujeto. Entonces,
para situar al sujeto como falta va a trabajar ciertas cuestiones que va a tomar
de Kant, fundamentalmente lo que llama el ens privativum, y va a relacionar la
función del (-1) con el ens privativum. Y dice que lo toma en rigor del verdad de
la experiencia del inconsciente. Si pensamos que la dimensión del
inconsciente es la de la enunciación, en el inconsciente no se trata de lo
prohibido o de lo dicho que no, sino de lo no dicho.
Entonces, para poder trabajar esta relación del sujeto a la falta, va a examinar
la noción de clase, para poder situar la relación del sujeto a la privación. Yo no
trabajé la diferencia entre clase y conjunto, está esbozada en el Seminario,
pero yo no voy a tomar esta cuestión.
Esta noción de clase es muy interesante, porque Lacan en principio se va a
basar en nociones de la lógica clásica. Pero en lógica clásica, los conceptos
de unidad y totalidad siempre aparecen ligados con una especie de lazo de
inclusión, podríamos decir. La totalidad es la totalidad de las unidades, y a
veces uno puede pensar la unidad como la unidad de un todo. Esto es
justamente lo que Lacan va a criticar, porque va a tratar de situar la función de
1 no como el 1 que arma el todo –como una especie de unificación- sino más
bien para situar la función del (-1).

La otra novedad que va a introducir Lacan es la de incluir en la lógica de clases


la función de la negación.

Lo que se me ocurrió es que repasemos brevemente la cuestión del cuadrado


de las oposiciones de Aristóteles y las relaciones que hay entre ellas para
poder ubicarnos.

Físicamente, este Cuadrado de las Oposiciones de Aristóteles se basa en una


serie de juicios que se van vinculando unos con otros. Vamos a escribir
primero las proposiciones en castellano y luego en latín, para no confundirnos.

Juicios contrarios
Universal afirmativa A E Universal Negativa
Todos los hombres mienten Ningún hombre miente
Todo S es P Ningún S es P
Omnis Homo Mendax contradicción

Nullus Homo Mendax


(Omnis Homo non mendax)

Particular afirmativa I O Particular Negativa


Algunos hombres mienten Algunos hombres no mienten
Non Omnis Homo non mendax Juicios subcontrarios Non Omnis Homo mendax
(No existe ningún hombre que
no mienta) no todo

En la proposición Universal afirmativa, ponemos el ejemplo del seminario que


es “Todos los hombres mienten”. Para la Universal negativa, sería “todos los
hombres no mienten” pero la manera más simple de decirlo es “Ningún hombre
miente”. La particular afirmativa será “Algunos hombres mienten”, y la
particular negativa es “Algunos hombres no mienten”.
Estas clases a su vez, pueden entrar en relaciones entre sí.
Veamos qué quiere decir cada una de ellas. La universal afirmativa da cuenta
de una relación, es una aserción sobre una relación de inclusión de dos clases,
en este caso, la clase de los hombres y la clase de los mentirosos. Es una
inclusión completa, o sea, toda la clase de los hombres está incluida en la clase
de los mentirosos. Por eso se habla de una inclusión universal.
La universal negativa funciona como una clase de exclusión, y eso es
interesante para recortar para ver cómo Lacan va a fundar el lugar del sujeto,
porque la universal negativa podríamos decir que niega universalmente que la
clase de los hombres se incluya en la clase de los mentirosos. Es una
exclusión universal, queda totalmente excluida.
La particular afirmativa, afirma que algunos miembros de la clase de los
hombres pertenecen a la clase de los mentirosos, o sea, no afirma ni niega
universalmente esto de “todos los hombres”. Hay una interpretación que se da
en lógica que se llama interpretación mínima o literal, que es que la clase de
los hombres y la clase de los mentirosos tienen alguno o algunos elementos
que coinciden, esa sería la idea.
Finalmente, la particular negativa funciona como la particular afirmativa pero
negada. No afirma que algunos de la clase de los hombres estén incluidos en
la clase de los mentirosos.

Ahora bien, estos juicios pueden entrar en relaciones que son muy
interesantes. A y E se llaman juicios contrarios, e I y O se llaman sub-
contrarios. La relación que se establece entre A y E es que ambos pueden ser
falsos a la vez pero no verdaderos a la vez. En los subcontrarios, ocurre
exactamente lo contrario: I y O pueden no pueden ser ambos falsos a la vez,
pero sí ambos verdaderos a la vez. ¿Cuál será la relación entre A y O? Es
una relación de contradicción, la misma que hay entre I y E. En este caso, los
juicios contradictorios implican que no pueden ser ambos verdaderos a la vez,
si uno es verdadero, el otro es falso y a la inversa. En este caso se verifica,
porque el que es verdadero es que “algunos hombres no mienten”, siendo que
“todos los hombres mienten” es falso. Lo mismo con I y E.
Hay otra relación –que no voy a tomar- que es la de subalternación entre A e I
y entre E y O.

Lacan va a complicar esto, yo intenté ubicarlo en la versión francesa del


seminario, porque la versión castellana no se entiende, están mal puestos los
términos de las proposiciones, con lo cual se dificulta mucho la lectura. Esto
está trabajado en la clase del 17 de enero del ’62. Y lo escribe en latín, con lo
cual complica las cosas pero se puede ir siguiendo igual. Si lo escribimos en
latín hay unas pequeñas diferencias en el modo de enunciar las proposiciones.
“Todos los hombres mienten” es “Omnis Homo mendax”.
La universal negativa es “Nullus Homo Mendax”
Me parece interesante en el seminario en francés cómo empieza a jugar la
cuestión de la negación. Lacan empieza a hacer un juego de estas
proposiciones en relación al tema de la negación, hay dos o tres clases en las
cuales hace un repaso de todas las negaciones, del “ne” expletivo, del “ne”
discordancial, hay toda una discusión en torno a eso que no vamos a tomar.
Pero ¿cómo sería la negación, en la universal negativa? “Omnis homo non
mendax” o sea, sería “Todos los hombres no mienten”, esta sería la
enunciación de “Ningún hombre miente”.
Acá hay una diferencia que hay que establecer en el seminario, cómo ubica la
particular negativa: la particular negativa va a introducir una categoría que es
muy aprovechable para los últimos seminarios de Lacan, y es negar el
universal, entonces va a poner “Non Omnis Homo mendax”, y es muy
interesante porque el “Non omnis” vendría a ser el “no todo”, entonces lo que
se niega es el universal. Vean que va cambiando la enunciación. ¿Cómo
traducimos esta? “No todos los hombres mienten”, ¿qué quiere decir esto? Si
no todos los hombres mienten, entonces algunos mienten y otros no, quiere
decir que “algunos hombres no mienten”. Lo interesante de esta cuestión es
que introduce la negación a la cuantificación y aparece en ese punto la función
de la negación. La novedad es introducir el “no todo” como categoría de lo
particular. La máxima dificultad está en armar la particular afirmativa, en la
particular afirmativa hay que negar todo, y como son juicios subcontrarios nos
podemos ayudar de la particular negativa para armarla, entonces si teníamos
en O: “Non Omnis Homo mendax”, en I habría que escribir “Non Omnis Homo
non mendax”. En el seminario, que no está establecido, dice que el segundo
“non” está tachado por Lacan y luego vuelto a escribir, que se embrolló.
Lógicamente, tendría que ir ese segundo “non” (el que está antes de
“mendax”). Entonces, vean que respecto de esta cuestión vuelve a aparecer
la función de lo particular, y esto se podría traducir, o una manera de leerlo
sería “No existe ningún hombre que no mienta”.

Elisa Bellman: pero así se te universaliza...

A.L.: sí, ya sé, a pesar de que efectivamente aquí aparece la negación del
universal. Bueno, es que tal vez si no existe ninguno, se podría leer allí que si
no existe ninguno que no mienta, tal vez algunos mienten. Si no existe ninguno
que no mienta, algunos mienten.

Comentario inaudible

A.L.: sí, es ese punto en donde se podría invertir esta cuestión y poner “No
todos no mienten”, bueno, estos son agregados que va haciendo Lacan. Hay
que pensar que no es la cuestión de cómo funciona en la lógica clásica, por
eso yo decía que en lógica clásica se trata de todos-alguno y las relaciones
entre algunos y las relaciones entre todos; pero en este caso, esto es una
propuesta de Lacan, en esta cuestión de la negación de los cuantificadores.
Simplemente quería traerlo como una introducción que hace en este seminario
de algo que se puede retomar en seminarios posteriores como para poder
hacer esta lectura, pero estoy de acuerdo con que se universaliza.

Ahora vamos a darle una vuelta a esto y pasar al cuadrángulo de Pierce.


¿Para qué hacer todo este desarrollo? Lo que Lacan va a intentar es situar
todo esto en relación a la constitución del sujeto. Entonces, aprovechando la
cuestión del trazo del rasgo unario, va a rotar el cuadrángulo y va a ubicar
cómo pensarlo en relación a la constitución del sujeto. Va a trazar en cada
cuadrante alguna particularidad. Vamos a numerarlos: en 1 y en 3 va a poner
trazos verticales, en 2 va a haber ausencia de rasgo y en 4 y 3 trazos oblicuos.
Y va a aplicar estas categorías que vimos en Aristóteles en las relaciones que
se establecen entre los cuadrantes. En el seminario en castellano están
invertidas las letras, no respetan el orden, está mal.
Si tomamos lo que decía el cuadrángulo que habíamos desarrollado, “A” diría
“Todos los trazos son verticales”, porque en la intersección de los cuadrantes 1
y 2, no habiendo trazo en 2, eso no es obstáculo a pensar que si hubiera trazo
sería vertical. Por lo tanto, la proposición universal se verifica en los
cuadrantes 1 y 2.
“E” sería la negación: “Ningún trazo es vertical”, y esto se verifica en los
cuadrantes 2 y 4, porque efectivamente ni en 2 ni en 4 encontramos trazos
verticales.
Y por supuesto en las particulares encontraremos cómo las clases se incluyen
una en la otra. En “I” serían “algunos trazos son verticales”, que se verifica en
1 y en 3. Y “O” sería “algunos trazos no son verticales”, que se verifica en 3 y
en 4. ¿De acuerdo?

A
ausencia de rasgo
1 -1
-(-1)
1 2

I E

3 4

¿Para qué nos sirve todo esto? Al principio habíamos plantado que lo que
intentaba Lacan era fundar de otro modo la unidad. O sea, no ubicarlo ni en
relación a la totalidad, ni como el uno del todo. Entonces, lo que Lacan toma
de todo esto es cómo la unidad va a permitir fundar el universal, pero desde
otra perspectiva de cómo lo pensamos habitualmente. Y va a fundar el
universal en relación a este cuadrante, donde la función del ningún, de la
negación del universal afirmativo, a partir de ahí va a poder situar la formación
de la clase, ahora vamos a verlo.

La cuestión fuerte que introduce Lacan es que el verdadero fundamento de una


clase no es definirla por su extensión o por su intensión, sino que se define por
la exclusión de un rasgo, esa es la manera como se define una clase.
Entonces, el ejemplo que da en el seminario es en relación a los mamíferos.
Dice ¿cómo se funda la clase de los mamíferos? Fíjense cómo va a hacer jugar
la función de la exclusión, él dice: la clase de los mamíferos va a ser lo que se
excluye de los vertebrados por el rasgo unario “mama”. Nosotros en general
tendemos a pensarlo al revés, es la mama la que arma la clase. Pero Lacan
dice que no, que primero hay que fundar la ausencia de rasgo, o sea, el primer
movimiento es situar la falta del rasgo. Esa falta de rasgo, Lacan la va a anotar
como (-1).
En el caso de los trazos, ¿dónde se fundaría el “todo trazo es vertical”? No en
sí mismo en el cuadrante 1, sino que es por el cuadrante 2, esto es, por la
ausencia de trazo que se va a fundar el cuadrante 1.
La ausencia de trazo la escribiríamos así (-1), ese sería el primer movimiento
lógico, esto es: falta el trazo. Y es a partir de ahí que podemos decir que todos
los trazos son verticales. En “todos los trazos son verticales” ¿qué es lo que
pasa? Falta la falta de trazo: –(-1).
Lacan dice así:

“El sujeto no labra la clase de los mamíferos en la totalidad asumida de la


mama materna...

en el sentido de la unidad que totaliza

“... es porque separa la mama que puede identificar la ausencia de mama.”

Entonces, hay en primer lugar ausencia de mama, puede faltar en la clase de


los vertebrados. Y luego se dice, en un segundo movimiento, no puede ser que
la mama falte, y eso constituye la clase de los mamíferos. Primero se identifica
la falta, la ausencia de rasgo, y luego se constituye la totalidad, a partir de una
negación: -(-1) = 1
Cuando decíamos que la universal negativa implicaba una exclusión, Lacan
toma esa exclusión y a partir de allí arma la totalidad.

----cambio de cinta----

¿Dónde va a ubicar Lacan al sujeto? En este lugar de ausencia de trazo, el


sujeto se constituye como (-1). Luego podrá advenir en relación al trazo, pero
el sujeto se ubica en relación al (-1). Entonces es en ese punto por qué
vincula la privación –que tiene que ver con este punto de (-1)- a la constitución
del sujeto, y además por que Lacan dice en algún lugar del seminario que el
sujeto está excluido en relación a este cuadrante.
A partir de aquí Lacan intenta ubicar la cuestión del (-1) a partir de la cuenta, y
antes de introducir la cuestión del toro, hay varios pasajes del seminario donde
va a decir que el sujeto es algo así como un error de cuenta. Y que sólo
cuando hay sujeto puede haber error de cuenta. Casualmente, el error de
cuenta es el deseo. Hay un ejemplo en el seminario de un hombre que no sé
si fue el descubridor de la Antártida o hizo una expedición a la Antártida, que
siempre se equivocaban en la cuenta de cuántos eran en el barco, siempre
contaban o uno en más o uno en menos, e incluso decían “y el faltante...
¿dónde está?” Siempre sobraba o faltaba uno. Y es interesante porque Lacan
dice que en ese error de cuenta, aparece el sujeto, en ese uno en más o uno
en menos.
Para palpar mejor este error de cuenta, Lacan va a introducir el toro, para
poder explicar cómo el sujeto -si bien es ausencia de trazo- cómo el sujeto va a
estar incluido luego en la repetición de las vueltas y el automatismo del
significante, y cómo hay una vuelta que no se cuenta. En el Informe de Roma
ya Lacan había situado que el sujeto se constituye en relación al anillo, y ahí ya
está el soporte del toro, podríamos decir.
El toro es una superficie que se engendra por la revolución de una
circunferencia alrededor de un eje, y eso crea una superficie cerrada que es el
toro. Respecto del toro va a decir que hay en principio dos cortes que nos
interesan, o dos lazos, que Lacan llama lazos irreductibles, son lazos que no se
pueden reducir a un punto, a diferencia de los lazos triviales que sí se pueden
reducir a un punto. Estos lazos irreductibles son dos, uno es el que pasaría a
través del agujero central del toro; y el otro que va alrededor del agujero
central. Al que pasa a través del agujero central, lo llama “círculo pleno o
lleno”. Y el que está en torno al vacío del círculo central, se llama “círculo
vacío”.

círculo pleno círculo vacío

Una vez definidos los círculos vacío y pleno, podríamos decir que el toro es una
figura que resulta de la rotación de un círculo pleno alrededor de un círculo
vacío, y lo que resulta es una estructura agujereada. Cuando se producen las
rotaciones del círculo pleno alrededor del círculo vacío, en forma de bobinado,
llegará un punto en que –como la serpiente que se muerde la cola- se llegaría
nuevamente al inicio, en esas revoluciones, armaríamos un toro. Las vueltas
encerrarían el agujero central. Lacan va a vincular este bobinado a la
repetición significante, al automatismo de repetición, a cómo se repite el rasgo
unario, y la cuestión muy conocida, que la vamos a vincular a lo que estuvimos
trabajando de la privación; es que en estas vueltas repetitivas, que Lacan las
va a vincular a la demanda, al carácter circular de la demanda, el sujeto contó
una vuelta en menos o una vuelta en más. Porque siempre que se dan todas
estas vueltas repetitivas de la demanda va a haber una vuelta en más o una
vuelta en menos, que es la vuelta no contada, que es la vuelta de la vuelta, o
sea, una vuelta alrededor del agujero central del toro, la vuelta que se ha dado
como un círculo vacío. En esa vuelta que está eludida en la cuenta, dice Lacan
que ahí nuevamente aparece la función del (-1), por lo tanto aparece en ese
error alguna función del sujeto.
Esa vuelta no contada, si bien habíamos dicho que las vueltas repetitivas, esos
bucles que se dan alrededor de la demanda van encerrando algo que no se
cuenta, a esa vuelta no contada Lacan le va a dar distintas caracterizaciones.
En algunas clases del seminario va a vincular el círculo vacío con el deseo,
también lo va a vincular con el objeto a, que todavía en este seminario lo
caracteriza como el objeto metonímico, el objeto de la metonimia, ese objeto
que se propone al deseo. Recién hablábamos con Alfredo de lo mal traducido
que está este seminario, porque dice en la versión castellana que es el objeto
que se “opone” al deseo, en realidad es que se propone. Y dice que ese objeto
que se propone al deseo estaría representado en ese círculo que no se cuenta.

Lacan va a proponer una tercera forma de trazar un círculo en el toro, y lo llama


el tercer círculo. Este tercer círculo, Lacan dice que es muy interesante porque
satisface la función de los otros dos. Es un círculo que pasa alrededor y a
través del agujero central, sería algo así:

D+d

Este círculo extraño que Lacan escribe, no explica demasiado, yo me


preguntaba si no se podía pensar en alguna cuestión respecto de la
interpretación como para pensar este modo de corte, porque efectivamente él
dice que este corte es diferente respecto de los otros dos cortes que se pueden
hacer en el toro.
Uno de los cortes es en el sentido del círculo pleno y nos quedaría un cilindro, y
el otro corte es en el sentido del círculo vacío y ya nos quedaría un rectángulo:

Que si hubiese una continuidad o una vecindad respecto de los bordes, se


podría rearmar el toro. Pero con el tercer corte (D+d), lo que queda son dos
cortes, en un corte hacés dos, quedaría así:

Se dan dos vueltas cuando cortás una. Esta cuestión de dar dos vueltas en
una, Lacan lo escribe “D + d”, o sea, demanda y deseo.

Elisa B.: ¿vos probaste de hacerlo?

A.L.: sí, pero mis toros eran tan deficitarios que quedó horrible, pero sí quedan
los dos cortes escritos.
Alfredo Eidelsztein: habría que decirlo así: cuántos cortes son necesarios
para escribir dos en la superficie del toro. Con el primer corte que trazaste, el
toro se convierte en cilindro pero no queda dividido en dos. Aún sumándole el
otro corte, tampoco, porque se obtiene directamente la superficie del
rectángulo. Con lo cual, ahí tendríamos dos cortes, que tienen la virtud de
superponerse uno con el otro dos veces, porque si lo trazás en el toro se nota
que se superponen dos veces, sin embargo el toro no se separa en dos, cosa
que es muy difícil para la intuición. Pero con el tercer corte, sí se separa en
dos, lo que está en juego es que se separe en dos, que con el tercer corte sí lo
tenés. Se separa en dos superficies. El toro es una superficie, produciendo el
primer corte, sigue siendo una superficie, con el segundo corte, sigue aún
siendo una superficie. Solamente se produce un cambio estructural de la
superficie si se aplica este otro tipo de corte, porque a uno de los cortes se lo
podría llamar D y al otro d...

E.B.: es un solo corte que atraviesa los dos agujeros.

A.E.: el otro agujero se llama el alma del toro.

Comentarios inaudibles.

A.E.: trazándolo así, con la diagonal, queda claro que atraviesa los dos
trayectos, el de D y el de d.

D+d
D

A.L.: no lo desarrolla en el seminario, pero este corte se podría pensar en la


línea de la interpretación.

A.E.: absolutamente, sin lugar a dudas. El corte “lacanioso” de la sesión


nunca puede ser el corte concebido por Lacan como el que corta, afecta y
cambia a la estructura, de la neurosis, porque el corte tiene que implicar dos
vueltas, en una forma peculiar de vincularse las dos vueltas, que es de
sumatoria.

A.L.: o sea, no es sin la repetición, pero cambia la superficie.

A.E.: claro. Si la clínica lacaniana es tan ineficiente como es, me parece que
es ineficiente porque produce cortes de la índole de lo que en topología se
llama la generatriz. Y con cortes de esa índole, lo único que vas a producir es
trabajar con cilindros, pero nunca vas a producir un corte que separe en dos a
la superficie y deje un resto que sería el objeto resto.
Eduardo L.: se confunde corte con cortadura...

A.E.: claro.

A.L.: bueno, sigamos. En relación a esta cuestión de las vueltas de la


demanda, en relación al toro, Lacan propone respecto de esta vuelta no
contada, esa vuelta contada en menos, ubicar allí al sujeto como (–1).
¿Cuándo se trata de que efectivamente se ha dado la vuelta de la vuelta?
Nuevamente encontramos la función del (-1), esa que habíamos situado en
relación a cómo el (-1) arma el universal, para Lacan la excepción no confirma
la regla sino al contrario, la excepción funda la regla, la constituye. Y lo que
dice es que si pensamos la operación de privación, es esta vuelta no contada.
Y lo que construye en este seminario es que el sujeto surge de la privación y
coincide en el inicio con la privación de la cosa.
¿Cuál es la relación entre la privación y la frustración? Lacan dice que es
necesario otro paso que suceda a la privación. Lo que dice es que lo que va a
introducir la frustración es la función del Otro. Dice en principio que pensar
esta cuestión del 1, esa vuelta única –con “vuelta única” se refiere al círculo
pleno- dice que aunque el soporte de este 1 sea el palote, etc., proviene de una
existencia de un universo de discurso, o sea, da cuenta del lugar del Otro.
Dice que es a través de la frustración que el sujeto va a encontrar su propia
ubicación en la estructura. Entonces, a través de este bobinado del toro se ha
podido despejar la función del objeto metonímico, del objeto del deseo.
Entonces, a través de la frustración vamos a ver cómo ese objeto se constituye
en su relación entre el deseo y la demanda. Voy a tomar un ejemplo que
Lacan lo ha trabajado en muchas ocasiones y es el de San Agustín y del
hermano pálido frente a la visión de su hermanito siendo amamantado. Dice
Lacan que la escena sería entonces la de un niño que nunca había tomado en
consideración al seno materno, al ver la imagen de su hermanito siendo
amamantado, aparece una palidez mortal. Lacan indica que no hay que tomar
esta palidez como una cuestión celosa, como una cuestión de transitivismo
donde piense que el hermanito, en tanto semejante, le está sacando algo que
es de él; sino que más bien que la imagen del semejante es la imagen del
sujeto, y que esa pregnancia de la imagen es muy interesante para pensar la
relación a lo imaginario que tiene la frustración, pensada justamente como
baño imaginario. Entonces dice que él interpretaría más bien esa palidez del
niño como una iluminación de algo nuevo que es el deseo. Esto es, lo dice así:

“El deseo del objeto en tanto resuelve en el fundamento mismo del sujeto que
lo (inaudible) mucho más allá de su constitución como satisfecho o no,
amenazando lo más íntimo de su ser y revelando su falta fundamental,
poniendo a la luz la metonimia y la pérdida que ella condiciona.”

El toma este ejemplo para situar cómo se constituye el objeto del deseo,
todavía en este seminario trabajado como objeto metonímico, pero es
interesante porque Lacan siempre ha vinculado la dimensión de pérdida que
conlleva la metonimia y en ese punto la ubicación del objeto a como objeto
metonímico es solidario de este problema.
Entonces, lo que dice Lacan es que la frustración, además de situar este tema,
va a permitir ubicar los tropiezos ingenuos –dice- los intercambios ingenuos
que se producen entre deseo y demanda. Y dice que justamente este
intercambio ingenuo entre deseo y demanda es lo que genera las trampas en
las que cae el neurótico. ¿Cuál es la trampa fundamental? Hacer pasar por la
demanda lo que es el objeto del deseo, esa es la trampa neurótica, y lo que va
a constituir el fantasma del neurótico (más desarrollado en el Seminario 10).
Entonces va a decir que lo que intenta obtener del Otro no es la satisfacción
de su demanda sino la satisfacción de su deseo. ¿Qué pediría entonces el
neurótico pediría al Otro? Pediría el objeto de su deseo, que si vemos esta
articulación de las vueltas, veremos que es justamente lo que escapa a la
demanda, lo que no puede demandarse.

---cambio de cinta---

(...) la relación de dependencia del sujeto al Otro es una dependencia dada por
la demanda, porque el neurótico intentará satisfacer por la conformación de su
deseo, la demanda del Otro. Esta posición de intentar satisfacer la demanda
del Otro por la conformación del deseo neurótico, es una manera que Lacan
tiene en este seminario de leer el Superyó que descubrió Freud. Entonces va a
decir que justamente los impasses neuróticos son los impasses del deseo, esto
es, los puntos en el que el deseo necesita que se sancione una demanda
respecto de ese deseo. Y siempre recuerda esta indicación de qué querrá
decir el no convalidar la demanda, qué sería esto de abstenerse, rehusarse
respecto de la demanda, el no responder a la demanda, etc.; bueno, será que
como analistas nos rehusemos a esa posición que muchas veces la neurosis
ofrece, que le demandemos desear congruentemente, podríamos decir.

Entonces aquí aparece esta construcción, muy conocida por todos, que es la
de los dos toros abrazados. De lo que se trata es de cierta coincidencia que se
puede dar entre dos toros.

1 2

Otro

sujeto

Tenemos entonces el toro 1 y el toro 2. En esta especie de anillado entre un


toro y el otro se produce, dice Lacan, cierta coincidencia. El círculo pleno del
toro 2 (que es el círculo de la demanda), coincide con el círculo vacío del toro
1, aunque no se vea, hay una coincidencia entre esos dos círculos. El círculo
pleno de uno coincide con el círculo vacío del otro y a la inversa. Si tomamos la
propuesta de Lacan y vinculamos al círculo pleno con la demanda y al círculo
vacío con el deseo, esto querrá decir que en esta articulación de ambos toros,
en uno aparecería la demanda y en ese punto demanda se vincularía al deseo
y estaría directamente ubicada en relación al deseo y en el otro toro a la
inversa. Si a estos toros los ubicamos como la relación del sujeto al Otro, nos
permitiría mostrar cuál es la relación entre el sujeto y el Otro en estas trampas
que estuvimos ubicando respecto de la demanda y el deseo. Esto es: cómo
allí donde se trata del vacío del deseo, el sujeto a lo mejor coloca allí una
demanda del Otro, en esta cuestión de la dependencia del sujeto a la
demanda. Y cómo en el lugar de vacío del deseo del Otro, allí el sujeto coloca
la demanda y a la inversa, esta sustitución entre deseo y demanda. Esto va a
llevar a Lacan a decir en “Subversión del sujeto...” que el sujeto sustituye la
falta del Otro por la demanda, que eso da la constitución del fantasma
neurótico.

A esta maniobra, Lacan la nombra de dos maneras: dice que hay una
inversión, o una interversión de estos dos toros. Y ahí, en esta interversión de
los dos toros es donde Lacan dice que se produce ese nudo, ese intercambio
ingenuo entre el deseo y la demanda. Es muy interesante, porque este
modelo de los dos toros abrazados da cuenta de la falta de armonía que existe
entre la demanda y el objeto y viceversa, cómo no hay una armonía ideal entre
la demanda y el objeto. Y nunca podría haberla, porque causalmente el objeto
como objeto del deseo da cuenta de la imposibilidad del Otro de responder a la
demanda, por lo cual, nunca podría haber tal armonía.
Lacan va a hacer otro modelo, más difícil todavía, para tratar de situar como no
hay ninguna común medida entre ambos. Yo lo voy a situar y voy a comentar
sólo unas cosas muy simples, está bastante confuso en la versión en
castellano, en francés está más entendible.

D+d

φ
a

intersección ∩
Podemos trazar este círculo tan particular que habíamos hecho, el D+d, de un
lado y del otro. Y en el medio quedaría el vacío central. En principio, esta
manera de dibujar al toro y hacer estos dos círculos le van a servir a Lacan
para dar cuenta de la relación de dos demandas. Va a mostrar la relación
entre una demanda y una contrademanda, entre la demanda del sujeto y la
demanda de Otro, y la relación al deseo. Dice que esto podría ser lo que yo
demando, lo que tú demandas, y hasta podríamos empezar a jugar con un
pequeño “vel”: “o lo que yo demando, o lo que tu demandas”, inclusive
podríamos ubicar aquí una intersección.
El deseo, dice Lacan, se constituye como aquello que en la intersección de dos
demandas, no se puede decir. Y dice que en relación a esta cuestión él va a
situar dos puntos que se recortan, dos dimensiones que se pueden situar en
estos círculos que recortamos aquí. El primero va como de esta distancia que
está en el centro del vacío central y que se ubica en una especie de
intersección entre estos dos círculos de la demanda, Lacan incluso dibuja una
especie de tangente que no entiendo muy bien de dónde la saca, no encontré
una referencia de dónde la extrae. El otro punto se recortaría de esta tangente.
Acá el pone el objeto a, y lo coloca allí como indicando lo que no da medida
entre ambos deseos, el del sujeto y el del Otro. Y por otro lado, imaginen que
trazamos un radio, y en esta distancia del radio de este círculo va a ubicar “φ”,
para situar que φ va a ser una relación entre el deseo y la demanda.
Y es a partir de aquí que Lacan va a trabajar la última operación que es la
castración.

Dice que en realidad, el nacimiento del sujeto surge de una pregunta para la
cual en el Otro no hay respuesta, que la respuesta sería un “nada, seguro” que
aparecería en el Otro. Luego dice que una vez que se constituye el objeto del
deseo, a partir del más allá de la demanda, es donde va aparecer lo que está
traducido como “nada quizás” y es muy interesante como aparece en francés
que sería algo así como “nada puede ser” pero en el sentido más positivo,
como que “nada”, el objeto, se puede constituir. ¿Cómo va a partir las
consideraciones del deseo a partir de la castración? A partir de un anticipo de
lo que va a trabajar en el Seminario de La angustia, que es definir la angustia
como al sensación del deseo del Otro. Se ve que alguien le tiró la onda de que
ya Kierkegaard había dicho algo así a lo que Lacan responde “¡Ah! No lo
sabía...”, y efectivamente da la referencia de Kierkegaard de que el deseo del
Otro es por ejemplo la sensación de la jovencita cuando por primera vez se
siente deseada. Efectivamente, esta cuestión de la angustia como sensación
del deseo del Otro, dice que hay que vincularla con que el deseo es el deseo
del Otro. ¿Y cómo lo ubica? Si el deseo es el deseo del Otro, es cierto que
pareciera que esos deseos fueran idénticos. Dice que está bien, que a pesar
de la identidad entre esos dos deseos, no hay medida común entre ellos. No
hay una común medida entre ambos deseos. Entonces dice que no puede
haber ningún acuerdo, ningún contrato en el plano del deseo, porque en todo
caso en esa especie de identificación de que el deseo del hombre es el deseo
del Otro, el único soporte posible para la realización del deseo son las
marionetas del fantasma, o sea, el que puede atrapar algo de esa “x”
desconocida que es el deseo, es el fantasma. Y plantea al símbolo del deseo
como raíz cuadrada de (-1). Si mi deseo es raíz cuadrada de (-1) y el deseo
del Otro también lo es, si las multiplicamos –en esto que el deseo del hombre
es el deseo del Otro- ¿qué obtenemos? Queda (-1), o sea, sigue quedando la
falta.

x = -1

Si no hay común medida entre ambos deseos, lo que queda es que haya un
medium –lo llama así- entre la demanda y el deseo, y este medium es el falo.
Efectivamente, recuerda que el falo es un significante del deseo sexual del
Otro, y dice que si bien no conozco el deseo del Otro –y eso angustia- pero
conozco el instrumento, el falo, y me he podido identificar con el falo, dice
Lacan. El problema que problema que produce esta identificación con el falo
es que el efecto que produce es que se reduce el deseo a la demanda, que es
esta cuestión de todas las vueltas que aparecen respecto del falo, como algo
que puede o no demandarse al Otro, como algo que se integra en el circuito de
la demanda entre el sujeto y el Otro.
Justamente, si el falo aparece como ese medium apaciguador, exactamente lo
contrario sería la angustia de castración. La angustia de castración da cuenta
de la ruptura de esa identificación con el falo y ese punto donde el deseo es
irreductible a la demanda.

Entonces lo que Lacan va a decir que es muy interesante, porque el análisis no


tiene que estar centrado en el falo. En las cosas que vengo leyendo
últimamente de Lacan, cada vez me encuentro más con una crítica que hace
Lacan siempre que puede a la idea de fin de análisis como punto de tope en la
angustia de castración o en la roca viva de la castración. Dice que si el análisis
no logra en su terminación salir del círculo de la demanda, es porque
efectivamente no ha logrado atravesar esa roca viva de la castración que
aparece como esta renuencia a la actitud pasiva en el hombre o la envidia del
pene en la mujer. ¿Y esto qué significa? Seguir sostenido en ese medium que
es el falo, esta prevalencia dada por el sujeto al falo.

Bueno, yo voy a detener mi exposición aquí así nos queda un tiempo para que
conversemos, si les parece.

Alfredo Eidelsztein: a partir de la última parte de tu exposición, hay una


crítica de Lacan al fin de análisis concebido por Freud. Pero en ese mismo
sentido, quizás se podría extender, porque como en nuestro medio no impera
un trabajo crítico de distinciones entre Freud y Lacan, sino más bien que hay
un intento constante de ponerlos en continuidad, podríamos pensar que la
dirección de la cura más típica que se escucha en los ambientes lacanianos
que es la de llegar al sin-sentido, podría también estar objetada desde esta
perspectiva, o sea, porque si el sin-sentido es el nombre lacaniano de la
castración freudiana, a partir de tu argumento habría al menos una salvedad
para hacer. O sea, no se trata de llegar a la pura falta. Eso sería más bien
algo de la índole de una maniobra neurótica.

Andrea L.: sí, obviamente pensado desde otro contexto, pero sí, claro. En
estos desarrollos de Lacan de este seminario y también del seminario de La
Angustia, pero efectivamente, también esta cuestión del falo, de ser aquello
que aparece como falta, que allí donde se (inaudible), falta; el hacer un análisis
en torno a este punto y además no saca al sujeto de ese circuito, si tomamos lo
de antes, no cambia la superficie, no hace un cambio de superficie, eso es lo
interesante. Y en el Seminario de La Angustia también, lo critica
absolutamente, porque además ahí ya empieza a hacer cierto pivote de cuál es
la relación al falo y a empezar a abrir una relación de los sexos al falo que no
es la lógica fálica que trabajaba en los primeros seminarios. Justamente dice
que la mujer en relación al falo es la que tiene menos problemas, todo al revés
de Freud, que el hombre es el que tiene que dar más rodeos respecto al falo y
al deseo...

Alfredo E.: porque a partir de eso, que acabamos de coincidir en el sentido de


que para Lacan “a” no es “-φ”, y de hecho lo más sorprendente de todo es que
para Lacan “a” no es negativizable, no se puede escribir (-a), en la lógica de su
álgebra y aprovecho el punto al que llegamos para poner en tela de juicio algo
que afirmaste, quizás no sea tan cierto que en el Seminario IX el objeto sea
metonímico. Porque si el objeto fuera metonímico, no podría ser alcanzado
jamás, siempre sería ese resto que se escabulle y entonces sí sería algo de la
índole de un (-). Pero me parece que habría otra forma de pensarlo, no digo
que no esté la contradicción en Lacan, digo que me parece que está la
contradicción, que no sería solo metonímico, me parece que también afirma en
este seminario que hay otra lógica a poner en juego en el fin de análisis,
implicado el objeto a, que no signifique la coincidencia con la falta, la
castración, la nada, el vacío.

Andrea L.: me parece que hay como toda una elaboración que va haciendo en
torno al objeto en el seminario, creo que ese punto yo no lo tomé y son las
últimas clases, donde trabaja el cross-cap sí hay otra conceptualización del
objeto a. Y en el Seminario X también es esta otra concepción del objeto a
como falta que es no es del orden del (-φ), esa me parece que es la vuelta que
da en el seminario de La Angustia, incluso la cuestión de cómo termina el
seminario de La identificación, cuando dice que el año que viene seguiremos
con la angustia, como cierra el seminario, no sé si lo recuerdan, dice así:

“Hasta tanto no hayamos reconocido que este objeto de la castración es el


objeto mismo por el que nos situamos en el campo de la ciencia, quiero decir
que es el objeto de nuestra ciencia como el número y el tamaño pueden ser el
objeto de la matemática, la dialéctica del análisis, no sólo su dialéctica sino su
práctica, su relación misma y hasta la estructura de su comunidad,
permanecerán en suspenso.”

Me parece muy interesante, y yo creo que eso es lo que termina de dar una
vuelta. Además fijate cómo lo vincula: cómo se practica, la estructura de
comunidad entre analistas, que tiene que ver con cómo se concibe ese objeto.

Alfredo E.: porque de ser así, también hay otra vuelta que se puede dar,
trayendo material de la misma época pero de otro lugar, porque es cierto que
Lacan sostiene que el deseo no es articulable, eso quedó claro en tu
exposición. Pero también es claro que simultáneamente está articulado.
Entonces podríamos pensar que la relación demanda-deseo, que hay una
relación, o sea, hago una objeción a lo que planteaste, que no lo dijiste pero lo
diste a entender: que el abrazo de los dos toros coincide con la neurosis. Me
parece que se podría plantear la pregunta de si el abrazo de los dos toros no
podría ser otra cosa que la neurosis, y me tiembla un poco la voz de decir “la
normalidad”, aunque Freud y Lacan lo decían frecuentemente, pero como para
acercarnos al problema del fin de análisis, del resultado del fin de análisis.
Porque muchos entienden que el resultado del fin de análisis es la separación
de los dos toros, que se nace alienado y que hay que separarse. Y en realidad,
lo que podríamos pensar es que la maniobra neurótica es hacer coincidir el
objeto de la demanda del Otro a la condición particular del deseo en uno. Pero
que estructuralmente siempre el deseo no es articulable pero está articulado a
la demanda del Otro, que es lo que permite establecer la validez de la
interpretación que uno haga del deseo. O sea, se podría decir que esta
interpretación que he hecho de mi deseo en los últimos diez años, reconozco
que es falsa, estoy melancolizado, estoy deprimido, hace cinco años que no
quiero salir de la cama, evidentemente no era eso. Y uno podría decir que sí,
que hay una interpretación falsa del deseo y hay una interpretación verdadera
del deseo. La interpretación correcta, me parece, a diferencia de cómo se lo
suele pensar, no tiene que ver con el deseo del Otro, o sea: la relación al
psicoanálisis por parte de Freud, de su deseo, no tiene que ver con que la
mamá de Freud deseaba el psicoanálisis. “El deseo del hombre es el deseo
del Otro” indica que uno nunca es dueño de su propio deseo, pero no que uno
desea lo que el otro deseó.

Andrea L.: que uno es otro cuando desea.

Alfredo E.: sí, por un lado, pero también que el deseo de uno puede ser
interpretado correcta o incorrectamente porque el deseo tiene marcas. Es
marcado, tiene marcas. Y esas marcas son la demanda del Otro, no del deseo
del Otro. No hay ninguna relación entre el tipo y contenido del deseo del hijo
con el tipo y contenido del deseo de los padres, no hay ninguna relación. Pero
es inobjetable hay marcas que caracterizan al deseo de cada uno de nosotros y
la demanda de nuestros padres. Eso no es neurótico. Lo que es neurótico es
sustituir el objeto que suponemos que iría a satisfacer la demanda de nuestros
padres, como objeto de nuestro deseo, eso es neurótico.

Andrea L.: estoy totalmente de acuerdo con lo que vos decís que el abrazo de
los dos toros da cuenta de la estructura, y si en algo ilustra a la neurosis es
precisamente en ese punto, el de la sustitución, donde la demanda opera el
lugar indebido del objeto. Pero sí efectivamente da cuenta de la estructura.

Eduardo L.: ¿podrías repetir un poco el asunto de la multiplicación de las dos


raíces?

Andrea L.: sí, Lacan le da distintas vueltas a la cuestión de las raíces, en este
seminario lo que dice es que el deseo y el deseo del Otro, funcionan como un
producto, si se multiplican las raíces quedaría así:

x = -1
( )2= -1

E.L.: pero te puede dar 1 también.

Andrea L.: pero él trabaja la multiplicación de ambas raíces, por eso despeja
que queda (-1) como ese punto de falta irreductible. Lo que pasa es que
después, el juego del (+1) o del (-1) es del error de cuenta. Se parte del (-1) y
después vos podés contar una vuelta en más o una vuelta en menos.
Elisa Bellmann: te quería preguntar, y en relación a esta difernecia entre la
neurosis y la normalidad, esa la tensión entre los radios del último esquema
que hiciste, de φ y a, ¿da pie como para esto que estableciste como párrafo
final? Yo no recuerdo cómo lo plantea en el seminario...

Andrea L.: no, la diferencia entre φ y a la trabaja en una clase que es anterior
al desarrollo del cross-cap, te doy la referencia, está en la clase 15 del 28-03-
62. Es como ensayar distintos cortes que se podrían hacer en el toro.

Elisa B.: porque la tangente me parece que es del círculo cuyo radio es a.
Porque esa tangente es la del círculo central que comparten los dos toros, y el
radio que ubicaste como φ, es el corte de un toro.

Andrea L.: sí, claro del otro lado podés ubicar otro radio. No recuerdo bien
como estaba en el seminario, pero me parece que el agujero central quedaba
en el medio de la lúnula. Pero hay que chequearlo, a mí me parece que no.

Elisa B.: porque el a es algo entre el sujeto y el Otro, pero no φ. Y me parece


que una de las operaciones subjetivas que trabaja en el seminario de La
Identificación es que verdaderamente el objeto no es el falo (...)

Andrea L.: sí.

Alfredo E.: yo siempre llevo agua para mi molino... observen que si Lacan
intenta establecer la diferencia entre φ y a, como posibles modalidades
confundidas de el objeto que se desea porque falta, son distintas modalidades,
observen que la que Lacan destaca como salida de la neurosis es aquella que
es sin el cuerpo. Porque φ es siempre en relación al cuerpo. Y no por nada se
escribe sobre el cuerpo del toro, mientras que el objeto a que es operable y da
un acto posible, es en el agujero del toro. Con lo cual observen que se acentúa
en este esquema, que hace falta concebir alguna modalidad de falta y de acto
posible que sea sin el cuerpo biológico tridimensional.

Elisa B.: y no se puede ir más allá del análisis terminable o interminable si no


se propone eso primero.

Alfredo E.: claro, y podríamos decir que Lacan sale de los análisis
interminables con su propuesta, pero habría que ver si existe realmente una
clínica del análisis finito, hay muchas dudas, él mismo dijo que el pase había
fracasado, hay muchas dudas, pero quizás justamente el pasaje que propone
Lacan es salir del fin de análisis como angustia de castración vinculada al falo y
al cuerpo, para ir a otra modalidad de falta y de acto posible, y para eso se ve
obligado a crear el objeto a, que requiere de una espacialidad que no es
tridimensional.

Andrea L.: bueno, hay dos referencias que yo recuerdo en este seminario,
una en la que trabaja esta cuestión del -φ, su vinculación a la ley, y habla de la
libra de carne. Y en el seminario de La Angustia, la detumecencia, cómo ubica
ahí la caída del falo, es muy interesante.

Alfredo E.: podríamos aprovechar y hacer una lectura de Freud, que a mí me


parece que todavía está pendiente, y ver los límites de la clínica freudiana,
como si pudiéramos decir que el límite de la clínica freudiana es la angustia de
castración, podríamos decir que la clínica freudiana nunca sale de la neurosis.
No digo que sea cierto, estamos probando primeras oportunidades de pensar
este problema, y quizás justamente lo que Lacan intentó concebir con el objeto
a es otra forma de concebir el fin de análisis.

Andrea L.: también está esta lógica que arma Lacan respecto del fin de
análisis donde dice que el neurótico se aferra a la castración, y a qué fines le
sirve, etc. (inaudible)

Alfredo E.: y si los psicoanalistas adoramos tanto la castración, quizás tenga


que ver con nuestra condición neurótica. Quizás los psicoanalistas seamos tan
nihilistas, porque fundamentalmente provenimos del campo de los neuróticos, y
nada nos resulta más v erdadero que la falta y la castración. Nos resulta lo
más natural, lo más obvio, lo más evidente. No podría haber sido de otra
manera, los analistas no habrían salido del campo de los perversos, pero
podríamos preguntarnos si no seremos tan fanáticos de la falta y de la
castración por ser neuróticos, porque nuestra versión es muy neurótica. Lo
difícil es concebir si hay otra. O sea, si existe algo que sea fuera de la neurosis.
Decir que sí, es decir que hay fin de análisis y pase, lo que está en duda.

Comentario: ¿cuál sería el argumento para que Lacan parta del rasgo unario
–que es por donde comienza este seminario- y termine en el cross-cap? Si
habría alguna posibilidad, porque en tu decir me parece que fuiste de un lugar
al otro, pero si habría alguna síntesis de por qué...

Andrea L.: bueno, en realidad al cross-cap no llegué... Mirá, a mi me pareció


muy interesante esta cuestión que encontré en Safouan, que me pareció muy
clara, de pensar en la metapsicología de Lacan, que por supuesto es una
extrapolación de esa cuestión tópica, dinámica y económica de Freud, y
expresar otras cuestiones: la letra y la topología, me parece brillante esa idea.

Cometnario: en este caso el rasgo unario sería el que establecería esa cadena,
la otra cadena y a su vez permite esta operación.

Andrea L.: claro, y me parece que el cross-cap permite dar una relación del
sujeto al objeto, a donde arriba el seminario, y me parece que no alcanza con
dar cuetna de la constitución del sujeto en relación al rasgo, al soporte del
rasgo, sino que tamibén hay que dar cuenta de la relación del sujeto al objeto y
creo que es a eso a lo que quiere llegar con el cross-cap.

Elisa B.: también puede querer decir que no alcanzan el cuadrángulo de


Aristóteles y de Peirce para dar cuenta del objeto...

Andrea L.: para tomar lo que vos decís, él parte de la privación, parte de dos
faltas, con el toro puede empezar a conceptualizar una, que es el sujeto como
(-1), pero la falta de objeto la tiene que empezar a vincular con otra cosa.

Alfredo E.: igualmente, son mundos muy distintos, plantear la posibilidad de


concebir un campo del rasgo unario, siendo 2 como condición de 1, en el
cuadrángulo de Peirce; que decir como dice Freud, que el movimiento se inicia
con la incorporación del niño de un rasgo único del padre; que me parece que
los analistas tienden a tomarlo en continuidad, como si Lacan hubiera tomado
exactamente eso de Freud, y me parece que Lacan está diciendo
explícitamente lo contrario.

Andrea L.: sí, lo dice explícitamente, dice que él podría haber partido de la
identificación primaria de Freud, y dice que no sabría cómo fundar lógicamente
ese rasgo que se incorpora. Sin embargo dice que tomó el segundo tipo de
identificación del rasgo unario...

Alfredo E.: si hay un campo, cuya lógica es que la universal se constituye por
la exclusión, y a partir de ahí se concibe el rasgo unario; otra cosa es que
cuando el niño nace traga –para colmo traga- ¡es monstruoso ese “traga”!

Andrea L.: hay otra cuestión de este seminario que yo no tomé y es cuando
vincúla el cuadrángulo de Pierce con el padre y Dios, entonces él toma en el
cuadrante 1, sería esta cuestión de que “Todo padre es Dios”, y entonces dice
que “Todo padre es Dios” se genera a partir de la exclusión, de que “ningún
padre es Dios”, y que en todo caso, para tomar esta cuestión de la
incorporación, él dice que en todo caso, vincular “todo padre es Dios” es
segundo, es un conjunto que se arma segundo respecto de la exclusión de un
rasgo. Con lo cual, esto que sería la identificación primaria en Freud, nunca
podríamos pensarlo como primaria con esta lógica.

Alfredo E.: como no se hizo la discusión sobre Freud, a mí me parece que


uno de los lugares más difíciles para pensar a Freud es la incorporación de un
rasgo del padre, previo a toda relación de objeto con la madre; son las páginas
más inconcebibles del psicoanálisis, no hay cómo digerirlas, es indigerible,
pero me parece que en Lacan –sin discutir Freud, si uno entra a Lacan
distraído- rasgo unario + S1 + pensar alienación es primero que separación, ya
estamos de nuevo en la misma vuelta. Se perdió todo el desarrollo de Lacan
que intentó ser contrario al desarrollo freudiano. O sea, de vuelta, en el
lacanismo, hay una línea, hay un comienzo, que se puede tomar como rasgo
unario, S1 o alienación, justamente, como se supone que se trata de la
incorporación del rasgo del Otro, por eso después hay que separarse, si no
terminás siendo otro.

Eduardo L.: a mí me quedó muy claro lo que dijiste la vez pasada que el
rasgo unario es lo que discretiza ese continuo, y que estaría en continuidad con
lo que dice en el Seminario 10 (inaudible)

A.E.: claro, que se pueden leer todos en una historia evolutiva, que comienza
por... y que justamente con la teoría del goce –tampoco nunca analizada-
puede ser que ese rasgo unario que se incorpora, se pone en relación con un
punto de goce y ya estamos de vuelta de donde partimos...
En la próxima clase que me toque exponer a mí, voy a trabajar el texto de Kant
sobre las magnitudes negativas. Porque me parece que a ese punto, muchos
de nosotros no hemos llegado, es decir, si (-1) es una negatividad ontológica o
una positividad ontológica. Lo voy a comentar porque es muy interesante ver
si magnitud negativa es una negatividad o una positividad.-

Versión no corregida por la autora. Desgrabación: Mariana Gomila.


Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 11 – 25-08-06

Alfredo Eidelsztein: en nuestra próxima reunión -que es el 8 de septiembre-


la clase será dictada por David Szyniak, sobre el nudo borromeo. O sea, todos
los docentes del curso hemos ido eligiendo una formalización de las más
importantes que Lacan propuso a lo largo de su enseñanza. Como es una
única reunión, intentará hacer una presentación más o menos acabada del
problema. Lamentablemente no voy a poder participar, porque estaré de viaje,
y para no extendernos demasiado en la duración del curso les pedí a los
profesores invitados que expusieran cuando yo viajaba.

Hoy vamos a trabajar lo último que preparé sobre La Carta Robada, no es


siquiera toda la formalización de La Carta Robada, dejé por fuera lo que es la
parte de grafo, porque nos hubiese llevado dos o tres reuniones más y me
parecía impropio. Hoy vamos a trabajar con los últimos versículos de
paréntesis de los paréntesis. Según mi marca, llegamos hasta el versículo 13
que es el silencio de las pulsiones, y hoy retomaríamos a partir de allí. El
material no es mucho, así que quizás voy a hacer una presentación que deje
algunos minutos al final para que podamos intercambiar sobre esta primera
parte de mis exposiciones sobre La Carta Robada.

Antes de eso, les quería avisar de la aparición de algunos libros que son muy
interesantes, que no tienen mucha difusión, son ediciones muy pequeñas. El
primero que les recomiendo fervientemente es un libro de Jean-Luc Nancy, La
desconstrucción del cristianismo, que a mí me lo hizo llegar David, es una muy
pequeña edición argentina de 500 ejemplares, editorial La Cebra. Es una
conferencia donde hay un montón de temas importantísimos, entre ellos el
trabajo sobre el sin-sentido. O sea, Nancy propone que Occidente es cristiano,
que decir “cristianismo” es en cierta medida sinónimo de Occidente, primera
cuestión, que ya es muy interesante. Y otra cuestión a mi entender muy
interesante para los psicoanalistas es tratar de establecer cómo el sentido de la
religión cristiana es el sin-sentido. No es que la religión cristiana no tenga
sentido, sino que ¿cuál es el sentido de la religión cristiana? Es el sin-sentido.
Es muy interesante trabajarlo, porque muchos psicoanalistas que trabajan
fervientemente con el sin-sentido quieren hacernos creer que el sentido es
religioso, y que la posición psicoanalítica –que sería más allá de lo religioso- es
el sin-sentido. Es una conferencia sobre Occidente, aquí harían falta 5 ó 6
seminarios anuales y 500 u 800 páginas de argumentación, pero sea como
fuere, las ideas planteadas son importantísimas.
Otra idea que me resultó interesantísima es que trabaja el concepto de
“desconstrucción”, que lo toma de Heidegger, en el sentido de Derrida, aunque
él no dice que es en el sentido de Derrida, y les advierto que es concepto de
desmontaje que usa Lacan para el desmontaje de la pulsión en el Seminario
11, en alemán, ese “desmontaje” que Lacan utiliza –tomado de Heidegger,
lástima que no nos lo dijo, para ahorrarnos algunos extravíos- en el alemán de
Heidegger es “destrucción”. El desmontaje de la pulsión es destrucción en
alemán, es muy interesante.
Y me parece que también hay toda una corriente psicoanalítica que sostiene
que la filosofía de Lacan es Heidegger. Por ejemplo, ahora están haciendo
publicidad de un curso con la foto de Freud, la de Lacan y la de Heidegger. Yo
me quiero matar... si se puede hacer una serie Freud, Lacan, Heidegger...! ¡Me
dedico a otra cosa! Si llegamos a que el psicoanálisis se entronca con una
filosofía nazi, me parece que el problema es complicado. Creo que hay mucho
en Lacan de la filosofía de Spinoza. Mucho más de lo que se supone. Y
aparecieron dos materiales muy importantes, uno es Las cartas del mal, de
Spinoza, que es la correspondencia Spinoza-Blijenbergh, sumamente
interesante, con un comentario de Deleuze. Es de editorial Caja Negra. Es
francamente un orgullo y una maravilla que en Argentina tengamos a nuestro
alcance estos materiales. Simultáneamente apareció un libro que es increíble,
que se llama Anónimo clandestino del Siglo XVIII. Su subtítulo es “Tratado de
los tres impostores, Moisés, Jesucristo y Mahoma”. Es interesante. Toda la
primera parte es la biografía de Spinoza. Es increíble, no sé siquiera por qué
es así. Debajo del subtítulo sigue así: “la vida y el espíritu del Señor Benois de
Spinoza”, está puesto el nombre como si fuese en francés. El artículo de
Deleuze sobre las cartas es muy interesante, y el artículo que está al comienzo
también, por ejemplo me enteré de que Spinoza pensaba su filosofía en
español, y que la tuvo que traducir al holandés y al latín. Benedicto de Spinoza
es d’Espinosa. O sea, produjo en español, en una de las cartas a Blijenbergh
dice que lamentablemente no le puede escribir en su lengua materna... era un
filósofo español... miren qué sorpresa.

¿Alguna pregunta sobre lo que ya trabajamos hasta el versículo 13? David


dice que soy un exagerado por llamar a estos versículos... pero versículos no
es religioso, es estilística. Y hay que ver por qué Lacan en este escrito, es el
único escrito de todos sus escritos que está escrito en párrafos de uno, dos o
tres renglones. Me parece que “Paréntesis de los paréntesis” es el escrito
específico de escansión en psicoanálisis. Cómo se corta, cómo se puntúa en
psicoanálisis.

¿Se enteraron de que salió la Carta Magna del Psicoanálisis? Hasta tiene
preámbulo. Pero no dice “Nos, los representantes de los psicoanalistas del
mundo...”, dice “Eric Laurent”. O sea, la escribió un tipo, Eric Laurent. Está en
internet, si entran a la página de la AMP se la pueden bajar.

Comentario: ¿se llama así, “Carta Magna”?

A.E.: sí, es increíble. Se llama Carta Magna del Psicoanálisis. ¡Después


dicen que yo exagero! ¡Tiene preámbulo y puntos! Léanlo, es increíble. Ahí
dice que el psicoanalista puntúa lo que el sujeto dice. Pero no dice qué es
puntuar. ¿Qué es puntuar? ¿Cómo se puntúa? Igualmente, para mí la
pregunta no es esa, porque como somos clínicos y tenemos una práctica, como
hay muchísimo sufrimiento de muchísima gente en nuestras manos, la
verdadera pregunta es cómo se puntúa correctamente. Hay que discutir mucho
nuestra teoría de puntuación. Eso que a nosotros los psicoanalistas nos
encanta, de que puntuamos así y no sabemos por qué, ¿vieron que los
lacanianos más pipí-cucú de los hospitales, dicen “bueno, yo le corté ahí pero
no sé por qué” y quedan todos contentísimos? Todo el mundo contentísimo, el
que lo dice, el supervisor, el jefe del servicio, todos contentos con no decir por
qué. Yo también, la mayoría de las intervenciones que hago como analista las
hago sin saber por qué, pero después es mi obligación estudiar por qué la hice
y qué efectos produjo. ¿Qué quiere decir “no sé por qué lo dije”? Hay que
estudiar después por qué uno lo dijo y qué efectos produjo. Con lo cual, el
analista puntúa, pero ¿cómo se puntúa, cómo se escande el decir del análisis?
Por ejemplo, yo estoy en desacuerdo con la Carta Magna del Psicoanálisis en
todos sus puntos. No estoy de acuerdo con ninguno de sus renglones ni
ninguna de sus palabras. Por ejemplo, no estoy de acuerdo con que el
psicoanalista puntúa lo que el psicoanalizante dice. El analista puntúa lo que
los dos dicen, ésa es la diferencia. El analista debe puntuar sobre lo que los
dos dicen. Si no, ¿qué es, dos manantiales, son eructos del inconsciente?
Pero, ¿de ambas partes son eructos del inconsciente? El analista, ¿también
eructa? Si es poeta, sí. Si hace poesía sí. Si ustedes le preguntan a un poeta
¿por qué escribió al árbol y a la pradera así? Un verdadero poeta, el que está
canchero dice “¡ay, no sé, ustedes dirán...” no da cuenta de por qué poetiza lo
que poetiza, y con el psicoanálisis ahora todos quieren ser poetas... ¡en la
práctica! No es que quieren escribir a la noche cuando les da insomnio...
quieren hacer poesía mientras son analistas. Quizás esté muy bueno para un
poeta que no diga por qué poetiza en la forma en que lo hace, o sea, que no
explique el sentido de la poetización, pero para un analista, no sé, mi impresión
es que no.

Entonces retomo desde donde dejamos. Llamamos a esto “silencio de las


pulsiones”, a lo que está de este lado (del lado del sujeto en la tabla de la clase
anterior). ¿Por qué lo llamamos “silencio de las pulsiones”? Lacan dio dos
características, y lo llamamos “ello”. Y puso al ello de este lado (a la izquierda
de la tabla) y lo llamó así porque dijo “logísticamente disjunto y subjetivamente
silencioso”. Creo que eso hay que trabajarlo. O sea, se llamará “ello” (Lacan
propuso “eso”), observen a qué: a un material que se presenta en la cadena
significante con el mismo estatuto de materialidad que el resto. O sea, la
estofa material que caracteriza a estos elementos, es todo de la misma índole.
No sé cómo lo llamarán ustedes, lo pueden llamar significante, o lo pueden
llamar palabra, letra, símbolo, como ustedes quieran. En cualquier designación
–yo no estoy de acuerdo con todas- podríamos discutir cómo llamar a esto, me
parece que evidentemente llegamos al momento de poder decir que es letra,
esto es verdaderamente letra en psicoanálisis, pero sea como sea, lo que les
quiero proponer que es letra, es esto: (, 1, 0 y ). Todo es de la misma índole,
de la misma estofa. Es letra el paréntesis que abre, el que cierra, el 0 y el 1.
Cuando se trata de “subjetivamente silencioso”... una vez Indart dio un ejemplo
del goce pulsional haciendo un “mmmmm” con la boca cerrada. Creo que de lo
que trataba de dar cuenta es de un ruido corporal. No se trata de eso, no es
que en este caso para Lacan el ello tenga que ver con ninguna dimensión
propia al cuerpo, sino que se trata de aquello que en lo que se dice –en lo que
se dice- es subjetivamente silencioso. Esto quiere decir que no hay ninguna
instancia que sobre eso que se dice, diga: “¡Ah, mire, me sorprendo de eso que
se dice!” ¿Se entiende qué quiere decir “subjetivamente silencioso”? Es algo
que se dice, pero que no se advierte que se dice. Además, ¿cómo se escribe
que no se advierte que se dice? En este caso por el entre paréntesis.
Comentario: perdón, ¿quién no advierte?

A.E.: nadie.

Comentario: nadie...

A.E.: claro, porque si lo advierte el analista ya está, ya está advertido. Nadie


lo advierte. Por ejemplo, uno podría decir: ¿se ha dado cuenta de que siempre
que hablamos de su abuela usted termina contando algo del trabajo que no
tiene que ver con su abuela? El analista se lo dice en el momento en que se
da cuenta. Es decir que el analista no lo había advertido antes. Sucedió varias
veces y a la quinta vez algo sucedió que el analista lo advirtió y lo dice. En el
momento en que el analista lo dice, lo advierte el analizante también. Es decir,
los dos se sorprenden de que ello haya estado siendo dicho sin que nadie
advirtiera que estaba siendo dicho... ¿qué? ¿qué era lo que era dicho? Todavía
no se sabe, aquello que se puede desprender de la supuesta conexión entre
hablar de la abuela y hablar del problema en el trabajo. Hasta que no se
empiece a hablar de eso, seguirá “logísticamente desunido”. ¿Entienden qué
quiere decir “subjetivamente silencioso y logísticamente desunido”?
Logísticamente desunido es que no se ha entramado lógicamente con el resto
del material, o sea, en “Subversión del sujeto...”, Lacan pone una lógica así
para trabajar pulsión y dice que pulsión es un decir que tanto más habla en la
misma medida en que el sujeto menos cree hablar en eso que se dice. Acá
estamos de vuelta en lo mismo: es algo que se dice, en lo que se dice, que no
se advierte que se dice. Y al no advertir que es dicho eso en lo que se dice, no
es posible de ser articulado. Esa es la definición de ello para Lacan. Me parece
importante, es una definición absolutamente olvidada, no trabajada,
desautorizada y descartada de entre todas las que Lacan propuso. Se tiende a
preferir toda otra serie de citas de Lacan para hablar de esto, pero además me
parece que tiene una virtud, porque es una forma de definirlo muy netamente
distinguible del inconsciente. En Freud, como está el problema de la evolución
de la primera a la segunda tópica, que en Freud es una evolución en su teoría,
no queda clara la articulación teórica, porque no son conceptos que estén
presentados uno en relación al otro, es como decir que uno deriva en el otro,
con lo cual la articulación lógica queda muy dificultosa.
En Lacan, Lacan ya teoriza teniendo ambos conceptos. Y no los subsume ni
los hace a uno derivar del otro, los toma tajantemente separados y articulados.
El ello pasa a ser aquello que en lo que se dice, nadie advierte que se dice y
justamente por eso queda lógicamente desarticulado, con lo cual, ahora la
maniobra ya no sería hacer consciente lo inconsciente, sino a tratar de
establecer qué es lo que se dice, en aquello que se dice y no se advierte –la
pista ahí es que no se advierte- para articularlo lógicamente. Observen que así
dicho, no hay nada que de esto reste. Porque la versión lacaniana que más
reina sobre esto, es que es aquello que viene de lo real del cuerpo y no puede
ser pasado totalmente a lo simbólico, porque lo simbólico no es capaz de
absorber todo lo que viene del cuerpo, siempre queda un hueso.
¿Vieron la propaganda de la nena que ve al perro gordotón comiéndose un
hueso gigante, esos de cuero? Y le pregunta al padre: “Papi, ¿los perros
saben que nosotros tenemos huesos adentro?”
Esto ha sido confundido con el hueso, y ha sido estatuido como el hueso de lo
real. ¿Por qué? Porque se quiere hacer creer que hay algo que viene del
cuerpo, y les advierto que en este caso es en un momento muy tipificable de la
ideología occidental, porque es el cuerpo propio, hasta no hace mucho lo que
se podía manifestar en el cuerpo era la presencia de Cristo, o sea, el cristiano
siente en su cuerpo la manifestación de Cristo. En este estado actual, lo que
nosotros creemos que tenemos como manifestación de aquello del cuerpo que
no puede pasar a la palabra, es lo más propio de nosotros mismos, como si
fuese un núcleo de individualismo. Ese núcleo de individualismo estaría en el
cuerpo. Y ese núcleo de individualismo estaría en el cuerpo como sustancia
gozante. Esa es toda una vertiente explicativa que es soberana hoy.
¿Saben que en la Carta Magna ya no está más el goce? Me parece que se
podría decir: “Muerto el rey, viva el rey”, o sea, una vez que Miller quedó
descartado y subió Laurent, Laurent tiene que asumir como un nuevo rey, y
para asumir como nuevo rey, tiene que haber algo nuevo en el reinado.
Entonces surge con la Carta Magna, que descarta el goce, no está la palabra
“goce”. Si la bajan de internet, como documento de Word, pongan la palabra
“goce” en “Buscar” y van a ver que no la van a encontrar. No hay más goce.
Ustedes podrán decir ¡la felicidad de Alfredo! ¡el goce de Alfredo! No, porque si
no se critica, no sirve para nada. Quedó reprimido, que es mucho peor. Sin
una verdadera crítica al concepto de goce, y no porque se fue Miller y llegó
Laurent no se habla más del goce, ya que no por no hablar más del goce va a
dejar de imperar la teoría del goce. Puede operar de la peor forma, de la
manera más sintomática.

Entonces observen cómo es definido aquí el ello, y vamos a tratar de


establecer una profunda diferencia con el inconsciente.

Elisa Bellmann: perdón Alfredo, pero en el párrafo 13 dice algo que me


confunde. En la segunda oración, la leo:

“El Es aparece allí entonces bajo la forma que le da Freud, en cuanto que no se
distingue del inconsciente...”

A.E.: es “que lo distingue”, y no “que no se distingue”.

Elisa B.: en mi edición está mal, dice “que no se distingue”

A.E.: entonces tenés una edición anterior. ¿Qué edición es? Pasame el dato
así advierto de que hay otro error, yo voy juntando los errores de los Escritos.
Dame edición, página y renglón.

Elisa B.: es la cuarta edición, de 1978, pág. 56, a mitad de la hoja.

A.E.: les advierto que hay un problema con los Escritos, y es que hay una
segunda edición francesa donde Lacan se corrige a sí mismo, y en la revisión
de los Escritos en español no se tomaron en cuenta las correcciones que hizo
Lacan a la segunda edición de sus Escritos. Por ejemplo, en el teorema de
Stokes, está totalmente cambiada la cita a pie de página. Yo me di cuenta
porque me volví a comprar los Escritos en francés. Y en la versión que se
reedita en español algunas cosas corrigieron y otras no.
Yo ahora estoy trabajando con la siguiente idea en la cabeza, si tuviese que
escribir un libro sincero, lo llamaría “El fracaso de Lacan”. ¿Cuál fue el fracaso
del Lacan? Que quiso producir un nuevo psicoanálisis, pero algo falló en su
forma de producirlo, que quedó el psicoanálisis de antes. Volvimos al statu quo
ante. ¿Y cuál fue la falla de Lacan? Está presente en este párrafo: que todo lo
que él propone como distinto de Freud, dice que Freud lo dice. ¿Vieron que yo
dije que en Freud era difícil distinguir entre ello e inconsciente? Pero Lacan
dice que no, que Freud lo distinguió y lo distinguió así . ¡Pero es él el que lo
distinguió así, no Freud!

Elisa B.: ¿y vos qué hipótesis tenés sobre el fracaso de Lacan? ¿por qué te
parece que pasa eso?

A.E.: ¿por qué sucedió eso? A mí me parece que por el mismo problema que
tuvo Freud, por el mal análisis de Lacan. Muchos dicen que es un problema de
marketing, que para buscarse público Lacan dijo que lo decía Freud. Hay un
vaivén. Si uno lee a Lacan antes del ’53, es súper, súper crítico de Freud. En
el trabajo sobre “La Familia”, destroza al Edipo. Y en el Seminario 5 habla de
los tres tiempos del Edipo... en el artículo “La Familia” destrozó al Edipo sin
misericordia. Y en el Seminario 5, en el año ’58, él tiene 57, 58 años... o sea,
hay un vaivén, de una fuerte crítica a Freud, luego un pasaje a decir “lo que yo
digo, que parece ser distinto de Freud, es en realidad lo que Freud dice en el
fondo, la correcta lectura de lo que quiso decir, cuál es la cosa freudiana, etc.”

Elisa B.: ¿ y vos asimilás más la crítica a lo escrito que a lo oral?

A.E.: se me disolvió esa diferencia. Yo antes trabajaba con la diferencia que


propone Milner, que es la de los scripta. Que hay un valor que tienen los
Escritos de Lacan, que son los scripta, los escritos, las conferencias que él
publicó, de todo lo que es seminarios y enseñanza oral de Lacan. Hoy se me
disolvió. Es notable la diferencia, hay una que es la que siempre cito porque es
la que me parece más fulgurante, y es que en “De una cuestión preliminar...”
trabaja que la metáfora paterna es desde el origen, y es o no es tal como es
desde el origen. En la misma semana, está dictando para los psicoanalistas el
Seminario 5 y habla de los tres tiempos del Edipo, el palito en la boca del
cocodrilo, toda la idiotez que les dice a los psicoanalistas en el seminario... es
una estafa, una estafa. Porque lo que está escribiendo y publica... ¡es otro
autor! Es otra lógica, otra propuesta. No sé.
Los nombres del padre, Lacan dice que lo echaron porque iba a dictar Los
nombres del padre. Y con Los nombres del padre, lo que Lacan quería que se
escribiese era “Freud, Lacan, etc.” Cuando Lacan dice “sean ustedes
lacanianos si quieren, yo soy freudiano”, así lo dice, me da la impresión de que
habría que decirle “Pero, ¿y por qué usted es freudiano? ¿en qué coincide
usted con Freud?” Me parece que no coincide en un solo concepto. Ni uno, ni
un solo concepto de Freud quedó igual en la enseñanza de Lacan. Todos
fueron subvertidos profundamente. No sé por qué se dice freudiano. No sé.
Porque si entramos en la perspectiva de falta de análisis... ¡qué se yo! Yo no
fui analista de él… el analista de Lacan dice que fue una estafa, que no hizo
análisis. Son todos chismes, dimes y diretes.
A mí me parece que no se animó a dar el último paso. Que fue decir clara y
explícitamente: “Me distingo de Freud. Hay un psicoanálisis freudiano y hay un
psicoanálisis totalmente distinto –aunque siga siendo psicoanálisis- que es el
que yo propongo.” Nunca lo terminó de decir así. Hay frases en todos lados a
favor y en contra, en el Seminario de Caracas dice “Freud les dejó consciente,
preconsciente e inconsciente, yo les dejo simbólico, imaginario y real”; uno
podría decir que ahí sí se distinguen, en el Seminario 11 dice “el inconsciente
freudiano y el nuestro”...

Eduardo Liljequist: a tu criterio, ¿cuál es el valor de la obra de Lacan?

A.E.: a mí me parece que es el siguiente, primero, que lee toda la obra de


Freud con otra estructura, que la propuesta por Freud, es una postura
epistémica global. Y es esta: para Freud hay un comienzo, hay una evolución y
nada podría evitar que siguiera evolucionando. Para Freud hay un momento
inaugural, y a partir del momento inaugural –que es el origen- hay una
evolución. Toda la teoría de Freud es evolucionista. Todo evoluciona en
Freud. En Lacan, porque abreva en otra base epistémica, lo que se pueda
decir sobre algo tiene otra estructura, y es que cierra en bucle. Y a partir de
cerrarse en bucle, se puede decir qué encierra ese bucle, el objeto a podría
ser. O das Ding, ¿cuál es la Cosa Freudiana? En la línea evolutiva de Freud
no se puede establecer, vean que Freud mismo, al final de su vida, había dos
temas sobre los cuales el psicoanálisis no había investigado suficientemente:
el yo y la pulsión de muerte. Y ahí tienen a Anna Freud y Melanie Klein, son
continuadoras. Esta enseñanza tiene una estructura para ser continuada.

Yo – Anna Freud
evolución
Freud:
origen
PM – Melanie Klein

Como Lacan lee así a Freud (cerrando en bucle) lo que les propongo que hizo
es esto:

a
A cada concepto de Freud, lo transformó en otro concepto, todos y cada uno,
por ejemplo:

El yo es i(a) (imagen del otro)


El deseo es d(A) (deseo del Otro)
Lo oral es D al A (demanda al Otro)
Lo anal es D del A (demanda del Otro)
La pulsión es ( ) (S barrado rombo D)
La angustia es frente al d(A) (deseo del Otro) o frente a la falta del d( )
La castración en Freud es “No hay relación sexual” en Lacan

La maniobra que hace Lacan es que todos y cada uno de los conceptos de
Freud los lee con una clave, esa clave es la Otredad. O sea, pasó al
psicoanálisis de Freud, lo transformó en una lógica toda leída bajo la clave de
la Otredad. Por eso para mí es notablemente distinto Lacan de Miller, porque
Miller a la obra de Lacan la lee como yo, o sea, Miller dice que se puede decir
lo que dice Lacan. Lo que pasa es que lo lee utilizando la lógica evolutiva... es
increíble. Dice que el último Lacan es el más evolucionado.

O sea, Miller dice que esto puede hacerse en Lacan:

pero dice que es esto:

y lo que él propone es lo mismo, o sea, cada concepto de Lacan, Miller lo


transforma. No hicieron eso Anna Freud y Melanie Klein, porque ellas
propusieron más conceptos. Por ejemplo, los mecanismos de defensa del yo o
las posiciones o la reparación, la reparación es el concepto que más habría que
revisar en el kleinismo, porque la responsabilidad subjetiva de los lacanianos...
no es más que la reparación de los kleinianos. Es hacerse cargo de cada
cosa que uno haga y salir a repararla.

Me parece que el aporte que hizo Lacan fue cambiar la base epistémica, ya las
cosas no evolucionan más, por eso acentúo yo tanto “Paréntesis de los
paréntesis”. Y por otro lado me parece que todos y cada uno de los conceptos
de Freud,... en Freud ¿por qué hay angustia? Porque algo que te viene de
adentro no puede manifestarse. En Freud todo es por algo que te viene de
adentro y por cómo respondés a lo que te viene de adentro, en función de lo
que está afuera –malestar en la cultura. O sea, la cultura no quiere que vos te
satisfagas. Entonces, para cada uno de nosotros, en Freud, el conflicto es qué
hacer con lo que te viene de adentro dado que estás viviendo en un afuera.
Todos los conceptos freudianos apuntan a eso, por ejemplo: icc-precc-cc, de
acá a la China que está adentro de uno, ¿o no? ¡No me engrupan, está
adentro!
-no les gusta La Carta Robada... ¡cómo me hacen hablar de otra cosa!-
Simbólico, imaginario y real, de acá a la China que es de afuera de cada uno,
pero podría estar adentro. O sea, a mí me parece que toda la teoría de Freud
es individualista, y Lacan la rectifica con la clave del Otro. Miller hace una
nueva rectificación y dice “no hay Otro”, y vuelve a poner todo adentro de
vuelta. Todo es goce del cuerpo, que es Uno. O sea, Freud es individualista,
Lacan introduce la clave del Otro, y Miller introduce la clave del Uno. Todos los
conceptos de Lacan van a ser releídos por Miller y los millerianos con la clave
del Uno –para mí todos los lacanianos son millerianos. Díganme ¿qué
lacaniano importante conocen que no trabaje con el “último Lacan”? El “último
Lacan” es un invento de Miller. ¿Qué lacaniano conocen que no trabaje con la
idea de que lo real es lo más importante de todo? Eso es un invento de Miller,
y es un invento temprano, yo creía que era a mediados del ’70, pero Mauro y
otra gente más ya me convencieron de que en Argentina eso ya es a fines de
los ’60. Miller ya tiene efectos sobre el público argentino a finales del ’60. O
sea, junto con la entrada de Lacan –yo no me había dado cuenta- junto con la
entrada de Lacan ya había artículos de Miller que ya retrabajan a Lacan todo
en clave del Uno.
La de Freud es la última psicología individualista, por eso es tan amada por los
neurocientíficos, porque mete toda la subjetividad como aparato psíquico,
adentro. A nadie se le había ocurrido semejante maniobra de interiorización,
por ejemplo: la culpa, la culpa quedó adentro totalmente, por el superyo.
Lacan lo pasa todo a clave del Otro, igualmente, el problema con esta clave del
Otro, les advierto, es cómo hacer para diferenciar la Otredad de Levinas. Y
Miller lee todo con la clave del Uno, siendo que Freud no trabaja con la clave
del Uno, Freud es dualista, ultra-dualista, nunca concibió ninguna lógica que no
fuera dualista, pero sin embargo es individualista, es dualista-individualista. La
superación de Miller es que rectifica a Freud y hace coincidir el individuo con el
Uno y disuelve el dualismo. En Miller no hay dualismo: no hay dos tipos de
pulsiones, no hay conflicto con la sociedad. Es el goce del Uno, que es del
cuerpo propio. No sé cómo todavía no se discutió bastante lo del cuerpo
propio. ¿Vieron a las mamás con los bebés, diciendo “de quién es ese pitito”?
¿Vieron? ¿De quién ese ese pitito? La mamá dice que es de ella... no sé. En
general, se observa que es mejor así, es mejor que la mamá diga que ese pitito
es de ella, y no que no le de ni cinco de bolilla al nene. Cuando la mamá dice
“este cuerpo es mío”, las cosas suelen andan en un borde bastante respetuoso
del horror de vivir. En muchos autores se verifica que las madres de autistas
ya empiezan a decir que ese cuerpo no es de ellas desde adentro. Muchos
psicoanalistas que trabajan autismo han encontrado coincidencias en los
decires de las madres de los autistas, en relación a que ese cuerpo no es
propio.

La clave es el medio, el medio por el cual Miller hace el pasaje del Otro al Uno,
ese medio es el goce. El vehículo para pasar del Otro al Uno es el goce. Yo
trabajé mucho el año pasado a Nietzsche, Bataille, Blanchot, Agamben, ,
Esposito, Nancy, Lacue-Labarthe. Son todos los autores del mismo mundo que
Miller, que están tratando de salir de esta encerrona terrible de Occidente: que
nosotros somos, cada uno, nada más que un cuerpo que goza. Porque ¿saben
lo que sucede? Terminamos siendo nada más que un cuerpo que goza y nos
morimos cada uno de dolor encerrados en nuestro loft. Somos cuerpos
sufrientes, cada uno en su loft. Efectivamente, esto es una posición ética
también. Esto implica una posición ética: ¿vamos a estar a favor de esto que
es una tendencia en Occidente, o en contra? Me parece que estas serían las
grandes claves. Me parece que con Anna Freud y Melanie Klein –estoy
hablando de cosas tan grandes que ustedes se darán cuenta de que lo que
digo son meras hipótesis, se los digo a ustedes en confianza- decía que con
Anna Freud y Klein no se presentaba este problema porque ellas no se
presentaban como reescritoras, eran continuadoras. Ahora, me parece que
Lacan sí reescribió a Freud explícitamente, pero no lo dijo, para mí nunca lo
terminó de decir –hasta el momento de su muerte- y me da la impresión de que
Miller también lo hace pero todavía más oculto, porque siempre dice que esto
es Lacan. Lo pueden leer en el libro Lo real y el sentido, en los artículos que se
llaman “La ex-sistencia” y “La última enseñanza de Lacan”, son cuatro clases
del Curso de Miller 2001-2002 que se llama “El lugar y el lazo”, en donde esto
que les digo ya está claro y manifiesto, y en el último renglón... primero dice
que el colmo de la sabiduría es la masturbación –yo conozco cada tarado que
se la pasa masturbándose- lo dice textual, y que como eso produjo para él
tanta luz, él espera estar a la altura de ese fulgor que él encontró en sí mismo,
en lo que dice, y el año que viene advenir como poeta –ya no más como
psicoanalista, con lo cual me parece que él ya había advertido acerca de su
renuncia. Me parece que él mismo llegó al fin. En este camino, él propone la
abolición del psicoanálisis. El psicoanálisis es una superstición y debe ser
abolido. Lo dice en Lo real y el sentido, Colección Diva, está en todas las
librerías.

Otra cosa que estoy pensando es que Lacan siempre dijo que Anna Freud fue
analista, que Melanie Klein fue analista, las criticó –como a otros muchos
autores- pero nunca dijo que no fueran analistas. Y siempre me pareció
bárbaro eso. Pero ahora estoy pensando en otro problema, me parece que me
puse viejo. Y como me puse viejo, me empieza a preocupar el futuro, como a
todos los viejos les pasa. Y me empecé a preocupar por el futuro del
psicoanálisis. Y empecé a pensar: está bien, M. Klein y A. Freud son
psicoanalistas de pleno derecho, pero el psicoanálisis en el mundo anglosajón
murió. Así que ojo con decir “esto es psicoanálisis”, porque el psicoanálisis
muere. Eso también lo empecé a pensar porque estoy trabajando con la
noción de discurso. O sea, no hay psicoanálisis si no hay un número suficiente
de gente que se vincule vía el psicoanálisis. Yo siempre rechacé de Freud que
la sublimación implicase reconocimiento social, que no es requerido por la
teoría del objeto a de Lacan, el objeto a es sin reconocimiento social del Otro.
En términos de la teoría lacaniana se dice que el objeto a no tiene imagen
especular, no hay especularidad. Eso siempre me hizo dudar y poner en tela
de juicio lo que yo siempre había estudiado en Freud sobre la sublimación, que
para Freud es con reconocimiento social. De hecho, si la gente no aplaude,
uno no sublimó. Porque si la gente aplaude, dice Freud, es porque uno le evitó
de hacer el trabajo con su propia pulsión, lo hizo uno y el otro lo disfruta. La
teoría del objeto a tiene la virtud de hacer salir el producto del trabajo de
análisis, por ejemplo, el reconocimiento del Otro, pero el producto del
reconocimiento del trabajo de un análisis, el reconocimiento del Otro, tenía que
ser pensado, si no, tenía que ser necesariamente sólo ideales. Habría que
producir sólo ideales. No es tan difícil, uno tiende a trabajar todo el tiempo con
los ideales, donde es más claro es en clínica con niños. En la clínica con niños
es clarísimo que la dirección de la cura no pueden ser los ideales, porque los
ideales que traen los padres para ese niño es que se deje de hinchar. Que no
moleste más. Y en realidad, para que deje de hacerse pis, hay que hacer más
explícito la molestia del niño. Es clarísimo. Para los que atiendan niños será
clarísimo lo que digo, y para los que no atiendan niños, les recomiendo que
atiendan un poco niños –aunque no les guste- y un poco de psicosis, porque
termina de armar bien el campo de la formación del analista. Con el caso de
niños queda muy claro cómo se disuelve el individualismo, se van a dar cuenta
de que el síntoma aparece acá pero el problema está en otro lado.

Entonces, el problema que hay es que para que exista un discurso, una
práctica tiene que ser practicada por un número suficiente de gente, con lo
cual, se podría decir, yo por ejemplo estuve en Estocolmo, y en Estocolmo no
hay psicoanálisis. Puede haber algún psiquiatra viejo, perdido por ahí, que
practica algo, pero después, nadie más. Con lo cual, me da la impresión de
que habría que pensar si estas corrientes no es que mataron al psicoanálisis,
sino que lo llevaron a un camino sin salida. Es por eso que en muchas
sociedades... vieron que el psicoanálisis nace en alemán, luego se produce en
inglés, luego pasa al francés, a mí parece que no terminamos de dar un paso
nosotros y convertirlo en español. No sé por qué no nos animamos a decir
“psicoanálisis argentino”. El psicoanálisis es argentino, ya está. No es otra
cosa que argentino, pero no nos animamos a producirlo, siempre tenemos que
citar a algún francés para sostenernos. No hay esbozo de un psicoanálisis
argentino, y eso es porque me parece que nosotros no nos animamos a
hacerlo. Porque como hecho de discurso es así. Entonces me parece que si
Miller llegó a la poesía, y si todos los psicoanalistas están pensando que la
letra en psicoanálisis es poética, eso puede llevar a la muerte del psicoanálisis.
Y de hecho, el psicoanálisis en alemán ha muerto –podrá haber tres
lacanianos, pero con tres lacanianos no es una verdadera oferta para una
sociedad- no hay psicoanálisis en Alemania. Podrán decir que hay algunos,
pero es lo mismo que decir que hay anarquistas en el mundo. Algún anarquista
habrá, algún romántico habrá... pero ya no Romanticismo. ¿Cuándo decir que
un discurso existe o no existe? ¿Qué número de gente tendría que haber?
¿Qué estadística nos diría que sí o que no? Yo se puede decir que no hay
psicoanálisis en alemán. Y que psicoanálisis en inglés, prácticamente,
tampoco. Si ustedes le preguntaran a un yanqui cómo se dice psicoanalista en
inglés, te dice shrink, pero si le preguntan qué quiere decir shrink, te dicen
“psiquiatra” ¡está totalmente disuelta la figura del psicoanalista! Es una mezcla
de psicólogo-psiquiatra, como en la película “Analízame”, que en realidad en
inglés es “Analiza esto”, fíjense cómo en español está más cerca de la
demanda de análisis.
Con lo cual, me parece que habría que revisar muy bien esto, porque si el
psicoanálisis sigue siendo una poética, puede ser que desaparezca también en
español. Me podrán decir “¿y qué? el mundo seguirá igual”. Por supuesto que
el mundo va a seguir igual, salvo que no siga. Si todos los psicoanalistas
lacanianos –que es un grupo numerosísimo- de los que más se sostienen de
un psicoanálisis no asociado a una psicología psicoanalítica del yo, terminan
siendo poetas –que es lo que todos quieren ser- podría ser que en diez o
quince años más ya no haya psicoanálisis. Mauro me contaba que en el
seminario de Miller, que habría quinientas personas, no había jóvenes, eran
todos viejos. Es una pista, eh? Cuando las cosas envejecen, cuando los
practicantes empiezan a envejecer... es una pista. Le preguntaba a David
cuánto creía que se vendería en París de los seminarios de Lacan y él me dijo
“poco, muy poco”. No se deben estar vendiendo los seminarios de Lacan en
París.

Comentario inaudible.

A.E.: pero podría ser que el tema fuera al revés. En vez de venirnos desde la
depresión y el ataque de pánico, o desde el ADD de los chicos, podría ser que
nos venga desde ahí, o que el problema vaya de nosotros hacia allí. Porque
¿cuál es la clínica del goce? ¿Qué se puede hacer? Ya se dice que no se
puede hacer nada ¿Cuál es la clínica de la pulsión? Yo les leí a ustedes
aquella publicidad de clínica de niños donde decía que el fundamento de la
clínica con niños es la pulsión. Yo no sé si el fundamento de la clínica con
niños es la pulsión o es el Otro, yo trabajo con que es el Otro. Pero no sé
cómo es. Pero ¿cómo se trabajaría la pulsión en un caso de niños? ¿Qué
puede hacer un psicoanalista con la pulsión? ¿Saben lo que decía Melanie
Klein que había que hacer con la pulsión?
Resignarse. Si naciste con mucha pulsión de muerte, fuiste –te decía Melanie
Klein. Y tenía razón, es cierto ¿qué se puede hacer? ¿Qué se puede hacer
con un punto de goce? Si un analista dice que lo que te pasa es un punto de
goce en el fantasma ¿qué hay para hacer? ¡Es como la humedad de
cimientos! No hay nada para hacer, salvo resignarse. Si es un punto que
queda por fuera de la red significante, no queda más por hacer o decir. Un
punto de goce en el fantasma... Es muy importante que no pierdan de vista que
en esa frase no es importante la palabra goce, sino el “un”, que sea “un” punto
de goce. Hay muchos lacanes, demasiados quizás, pero hay uno que es muy
interesante y es el que trabaja la elipse, Lacan dice que la revolución no es
copernicana, es de Kepler. ¿Por qué Lacan dice que es de Kepler? Porque
sustituye la órbita circular –no importa el geocentrismo o el heliocentrismo.
Lacan dice –aunque no claramente- que la verdadera subversión es la de
Kepler ¿por qué? Porque establece que las órbitas son elípticas. ¿Qué quiere
decir que sean elípticas? Que poseen dos focos y que no poseen centro. No
hay “un” centro. Se padece del “un” centro, toda la reconducción milleriana es
hacia el Uno.

x x

No entiendo por qué. Para la maniobra de Lacan yo tengo el porqué, tengo el


problema freudiano, por ejemplo el inconsciente, para Lacan el inconsciente es
el discurso del Otro –vean que está todo en clave del Otro, todos los conceptos
de Lacan son con el Otro- y entiendo en qué filosofía y en qué época esto se
constituye. Pero de dónde viene el movimiento milleriano –además de
recuperar a Freud- no sé. ¿Cuál es el aval filosófico? Todavía no entiendo de
dónde viene esta filosofía del Uno. Entiendan, no me estoy preocupando por
Miller, es un tipo estudiosísimo, inteligentísimo, para mí es el psicoanalista vivo
más importante del mundo, pero Miller en sí mismo no es nada importante, o
sea, es como Bucay, no me interesa la persona. Lo que me interesa de Miller
es por qué todos los psicoanalistas son millerianos. Eso es lo que me interesa
de Miller. No me interesa tanto el movimiento freudiano, no me interesa tanto
Freud, el asunto es cómo inventó una práctica nueva. El misterio está en
preguntarse cómo la inventó, cómo es que todo el mundo la tomó, cómo es que
hubo psicoanálisis. No es porque Freud tuvo esos sueños y escribió esos
libros, sino porque todo Occidente mordió ese anzuelo. Esa es nuestra buena
pregunta. Ahora, ¿de qué filosofía surge el Uno? ¿Es Plotino? ¿Por qué todos
los psicoanalistas creen en el Uno? Por ejemplo, en la sociedad de analistas a
la que yo pertenezco, invitamos a un psicoanalistas de la EOL, de los quince
más importantes, para que comentara un caso. Y él dijo así: un caso se arma
a partir de un punto de goce. O sea, que él lee un material y cuando encuentra
un punto de goce, a partir de ahí arma el caso. Es obvio que sí, cualquiera que
encuentre un punto que sea sí-mismo, cualquiera que encuentre un punto de
mismidad que uno encuentre de identidad consigo mismo, implica un mundo...
el problema es cómo trabajar, nosotros los psicoanalistas, en esta lógica donde
nada es en sí mismo.
Cuando uno se encuentra con esto: “(“ ¿es primero, es segundo? ¿Cómo leer
esta apertura de paréntesis? ¿es un paréntesis interior? Acá no hay nada que
sea identidad consigo mismo.
Ahora, la filosofía identitaria sobre la que se sostiene Miller, y de vuelta, yo a
Miller no hago otra cosa que respetarlo, lo estudio, lo leo, es el psicoanalista
después de Freud y de Lacan del cual yo más libros tengo en mi biblioteca,
debo tener como 18 ó 20 libros de Miller. De Anna Freud seguro que leí
muchísimo menos. Ahora, ¿por qué todos los analistas lacanianos sostienen
esto? ¿por qué todos los lacanianos trabajan con el último Lacan? Digo, si
trabajaran con el primero sería la misma estupidez. Lo que no entiendo es
cómo logran que haya algo que sea “eso”. A eso voy. No importa que sea lo
último, en realidad que sea lo último es como peor, porque es evolucionista, es
como creer que estamos en el mejor momento de la humanidad porque es el
último... Es tan estúpido como decir que era mejor la época de los griegos... no
hay parámetro. Pero digo, el nudo borromeo –que David va a trabajar en la
próxima- me parece que lo peor del nudo borromeo es que todo es lo que es.
En el nudo borromeo, los pocos psicoanalistas que conozco que lo usan (serán
tres, porque nadie más lo usa), también lo emplean de manera identitaria.
Ahora, ¿por qué el psicoanálisis ha pasado a esto? El psicoanálisis ¡que
siempre ha sido el reino de lo otro... el psicoanálisis, que es el reino del otro
sentido, ¿cómo es que se ha convertido en lo contrario? ¿Cuál será el
articulador? ¿Las fuentes filosóficas de Miller? No creo. Me parece que acá la
clave es cierta lectura de Heidegger. Yo no entiendo mucho a Heidegger, pero
para mí la clave es la búsqueda de la esencia, y es por eso que mordió en el
nazismo, porque le pareció que era un pueblo que estaba a la búsqueda de su
esencia, y para Heidegger hay una relación –yo no entiendo cuál- entre lo real
y la esencia. Me parece que se ha desplazado hacia eso: que el goce es
nuestra esencia. En el sentido de que es algo que es lo que es, y que es
capaz de ser reducido a un punto. El Uno es la clave.
Me parece que lo que Lacan aporta es el Otro, que en Freud está en la práctica
pero no en la teoría. Freud no inventó nada más que el psicoanalista, pero
inventó al psicoanalista, que es un interlocutor, eso lo inventó Freud y nunca se
lo podremos quitar. Freud no inventó el inconsciente, ni la pulsión, ni la
representación, ya están las fuentes, está todo claro de dónde sacó cada cosa,
está todo publicado, no hay nada oscuro en Freud. Lo que él inventó es el
psicoanalista, que antes de él no existía. El que pensó ese problema fue
Lacan, quien dijo que quizás el anterior psicoanalista haya sido Sócrates, miren
el salto que habría que pegar, 2300 años para atrás.
Me parece que de ahí hay un pasaje a la búsqueda de lo que ya no es más lo
Otro.
Ya no hay más inconsciente, el inconsciente ya no es más lo importante, ya no
hay Otro, el analista dejó de hablar, su intervención era “¡Váyase solo, chau,
fuera!”, silencio y corte, y el corte era entendido como una patada. Para mí, el
corte en realidad es aquello que interrumpe verdaderamente el síntoma, eso es
el corte. Pero el corte se entendió como una patada, “¡fuera!” y rápido, lo más
rápido posible, silencio y corte. Pero ¿por qué silencio y corte? Porque ya no
opera más la clave del inconsciente, no tengo nada para decirte. Si te lo dijese,
se estaría cometiendo ese delito tan grave que se dice en todos los hospitales:
“¡le estás enchufando sentido!” Que es casi como el Sida... ¿qué tiene de malo
el sentido? Hay que leer el libro de Nancy, porque quizás se trate de que
somos apasionadamente cristianos en esta locura del sin-sentido. ¿Por qué lo
real sería sin sentido? ¿Por qué? ¿Porque lo dijo Miller? Me parece que
quizás nos haga falta una lectura del efecto que pudo causar cierta
interpretación que Lacan hizo de Heidegger al psicoanálisis, que me parece
que Lacan lo hace sin crítica, del esencialismo que podría haber en Heidegger.
Me parece que la entrada de Heidegger al psicoanálisis produjo cierto valor
esencialista. Este valor esencialista si lo quieren ver, lo pueden ver en el valor
que adquiere la experiencia. ¿Por qué es tan importante la experiencia? Hay
un psicoanálisis heideggeriano, la fundación de Fernández Couto. ¿Por qué
tendría valor la experiencia? ¿Por qué hay que experimentar? ¿Por qué hay
que hacer la experiencia? ¿Por qué un analista tiene que haberse analizado
antes? Vieron que estamos todos convencidos de que un analista tiene que
hacer la experiencia del inconsciente, ¿es una experiencia? ¿el inconsciente es
una experiencia? Y si lo fuera ¿por qué sería valiosa para la formación del
analista? Por ejemplo, hoy hasta da vergüenza decir que uno no ha fumado
nunca marihuana. La lógica de la experiencia está muy bien trabajado en
Agamben, en el valor del turismo. ¿Por qué tanto turismo? Es la industria más
rica para muchos países. Porque está todo el mundo desesperado por ir a
hacer la experiencia del volcán, la experiencia de ir a Roma, etc. ¿por qué es
tan importante? ¿Por qué a un grupo de gordos lo dirige un ex-gordo? Porque
pasó por la experiencia. Es lo mismo que para ser analista haya que haberse
analizado.
Freud y Lacan jamás se analizaron. Anna Freud se analizó con el padre... y
Melanie Klein analizó a los hijos... ¿Saben lo que pasó con el análisis de Miller,
no? Terminó en un escándalo total donde se denunciaron mutuamente cosas
espantosas, analista y paciente, en público. Con lo cual habría que ver si
alguna vez Miller se analizó. La esposa de Miller, Judith Miller, supervisa
pacientes y declaró que ella nunca se analizó, que no veía por qué se tendría
que analizar. Y supervisaba pacientes. Los más famosos no se analizaron
nunca, así que no sé por qué tendríamos que analizarnos nosotros para ser
analistas. Freud nunca dijo que un analista para ser analista debía analizarse
primero, ni que había que estudiar psicología ni que había que ser médico. No
había que hacer nada. ¿Por qué habría que analizarse? ¿Por qué habría que
hacer la experiencia? ¿Alguno hizo reanálisis? Porque se pueden encontrar
con la sorpresa de que no sirvió para nada el análisis anterior, no sólo que no
se analizaron sino que empeoraron hasta el tuétano. Ahora, ese análisis que
los empeoró ¿sí les serviría para analizar? ¡Por favor! Si en tu actual análisis
revisaste que tu análisis anterior fue un desastre para tu vida –como se verifica
en tantos casos- ¿eso te va a habilitar a analizar? Es mentira. Es una mentira
de psicoanalistas, para que la gente se psicoanalice. Me parece que no
conviene mentir. Para lo único que hay que analizarse es para apostar a ver si
uno sufre menos de lo que está sufriendo por demás. Es para lo único. Para
ser analista, no. ¿Qué habría que hacer para ser analista? Y no sé, yo digo que
no hay que analizarse y que hay que estudiar, pero otros dicen que no hay que
estudiar y hay que analizarse... entonces nada... no sé.
En la Carta Magna del Psicoanálisis dice que el analista tiene que haber hecho
un análisis completo, aunque no lo crean, se define analista como quien hizo el
análisis completo, o sea, nuevamente analista es analizado. ¡Como en la IPA
de hace 50 años! En la Carta Magna dice que uno tiene que analizarse de las
cosas que le dijeron y le hicieron mal. Y esto se propone para que todas las
escuelas de la AMP lo adopten, para todo el psicoanálisis y todos los analistas.
Se instituyó en Comandatuba 2004.

E. L.: entonces si no hay que analizarse ni estudiar...

A.E.: no, yo digo que uno se hace analista estudiando. Estudiando los casos,
bibliografía.

E.L.: pero uno podría preguntar qué es lo que opera allí...

A.E.: y, no sé, si ves mi biblioteca hay de todo, yo ya no sé qué más estudiar.


Topología, filosofía, el Tratado de los tres impostores, de todo. Para mí, un
analista se hace estudiando. Aprender a leer, y lo que se puede transmitir es
cuáles son las funciones estructurales en juego en una lectura. Si después uno
se quiere analizar, será por otra cosa.

E.L.: ¿qué es lo que opera en un psicoanálisis si no es necesario analizarse?


Vos decís que hay que estudiar, pero ¿alcanza con eso?

A.E.: nada alcanza. Ya voy por 5000 libros. Yo creo que nada alcanza. Por
eso Lacan creía que lo que tenía que producir un verdadero análisis es deseo
de saber. No deseo de experimentar. Para los que están tan convencidos de
que hay que analizarse, Lacan lo que dice es que lo que se verifica en un
verdadero análisis es que al final queda habilitado el deseo de saber, no “ya
saber”. En el testimonio del pase todos quieren contar lo que aprendieron,
porque están haciendo la experiencia. Y Lacan dijo que no sirvió para nada.
Porque Lacan proponía que lo que había que determinar, vinculado a la falta
respecto del saber, y la falta fundamental respecto del saber es qué hay que
hacer para ser analista. No se puede saber. Yo te puedo contar mi vida, vos
me contás la tuya, ¿Y?
Analizarse no sirve para ser analista. No es necesario. Por ejemplo, Miller les
mandó a los psicoanalistas franceses, bien avanzado este sainete, a leer
Freud. Les mandó a leer Freud porque no lo habían leído. O sea, hay un
montón de psicoanalistas en el movimiento psicoanalítico que no había leído a
Freud. No sé si hace falta leer a Freud, lo que sí es interesante que
estudiemos es qué tipo de análisis produce un grupo de analistas formados sin
haber leído a Freud. Habría que juntarse con los casos, ver qué se publicó.
Lacan decía que le resultaba interesante esos lacanianos que no lo conocieron
a él. En esos apostaba él, porque lo leyeron. No porque se analizaban o
supervisaban con él, sino a los que lo leyeron, a esos apostaba Lacan. ¡Miren
lo que decía Lacan! Y a esos se los llama lacanoamericanos. Lacan dijo un
montón de cosas. Pero ni Freud ni Lacan dijeron que hacía falta analizarse.
Los seguidores todos dijeron que hacía falta analizarse, como condición
primera. Como argumento es vergonzoso, porque es como exigir que se
compre la aspiradora y luego sabrá para qué le sirve. Me parece un argumento
marketinero de cuarta. Y además no hay cómo justificarlo. ¿Por la sorpresa
que te da el encuentro con el inconsciente? No sé. Yo conozco un montón de
gente que ser sorprendió todo el tiempo y que terminó diciendo que eso no fue
análisis. ¿Qué es un análisis? ¿Cómo sabés que te estás analizando?
¿Porque vas del analista? ¿No saben ustedes que la mitad de la IPA se
analizaba por obligación, para ser analistas? ¿Creen que esa mitad que se
analizó para ser analistas, se analizó? Entonces, haberse analizado ¿los
habilita como analistas? ¡No se sostiene por ningún lado! Las personas son
seres humanos. Mienten, engañan, estafan, se autoengañan, hay ideales. Yo
no veo motivos para que haya que analizarse. Pero tampoco sé qué habría
que leer. Yo sigo leyendo, y cada día creo que lo estoy pescando... y se me va
de vuelta. Ahora, sí tengo posiciones.
Yo creo que en psicoanálisis, hoy, para atacar el problema de qué es lo
humano, se trata de apostar al dos, que no hay lo humano en el Uno. Pero los
psicoanalistas que yo conozco, la mayoría trabaja al revés, le dicen al paciente
“acá no vino a hablar de su hermana, este es su análisis, tiene que hablar de
usted, de sí mismo, yo lo escucho como un espejo neutro” –la neutralidad del
analista, que les cuento que en la Carta Magna de Laurent se sostiene la
neutralidad del analista, ¡volvemos a la neutralidad del analista!. Con lo cual,
vean que hay mucho psicoanálisis que es profundamente individualista.

E.L.: ¿qué hay del deseo del analista?

A.E.: por eso... más aún, ¿qué hay del inconsciente como discurso del Otro?
¿qué más podemos saber sobre esta mujer que lo que dice la hermana? Y que
lo que ella dice de lo que dice la hermana sobre ella. A mí me parece que eso
quedó corregido con Lacan. Por algún motivo, rápidamente, a 20 años de su
muerte, se disolvió completamente. Esto es un misterio. Lacan dijo que la
caída de lo que propuso Freud como subversión fue culpa de Freud, por la
forma que Freud le dio a la IPA, para continuar con su enseñanza. Quizás
podamos utilizar la misma lógica ¿cuál será la culpa de Lacan en la forma de
transmitir su enseñanza, para que en 20 años sea a la inversa? Lacan propuso
toda la lógica del Otro, y en 20 años se trabaja todo con la lógica del Uno.
¿Cuál será? Yo no estoy trabajando con ustedes eso, hoy se dio por las
preguntas, pero lo que yo estoy tratando de hacer en todos estos cursos, en
todas mis exposiciones, es tratar de mostrar a un Lacan que no es Uno.
Siempre trabajo para mostrar que hay otro Lacan. Está bien, está el Lacan del
Uno, de lo real y del goce, está bien, está ese Lacan. Pero lo que trato de
trabajar es que hay otro Lacan. Hay un Lacan que no es de lo real, hay un
Lacan que no es del goce, hay un Lacan que no es de la última enseñanza.
Entre paréntesis –pero quizás sea mi gusto, sea mi camino- a mí me parece
que si uno trabaja mucho topología, este error no se comete. Si uno trabaja
profundamente las referencias topológicas de Lacan, que están desde “Función
y campo...” hasta el último escrito, en todos está topología, bajo varias formas,
me parece que con topología no se cae en el Uno, no hay topología del Uno.
En topología no hay un punto, no hay un punto de goce. Si uno trabaja muy
bien la topología, y le todo el alcance clínico que puede llegar a tener, se
produce un Lacan que no es en clave de Uno. En topología no hay clave del
Uno. Y todos los analistas del goce, todos los analistas del Uno, no trabajan la
topología de Lacan. Es notable la poca producción que hay en topología de
Lacan, no? Además de los libros sobre nudos de Jean-Michel Vappereau,
¿cuántos libros hay? Muy poco. De nudo borromeo hay un poco más, pero
como es de la “última enseñanza” no me queda claro si hay más por ser
topología o por ser la “última enseñanza”. Pero la topología de Lacan no se
utiliza, y me parece que ahí hay una clave. Por ejemplo, con la topología de
Lacan se puede corregir que el aparato psíquico sea interno, porque en
topología hay otra forma de pensar lo interno y lo externo. La gran virtud de la
topología –y que no es para nada intuitivo- ... para algo que no es intuitivo,
¿qué será mejor? ¿estudiarlo con álgebra o analizarse? No sé. La
experiencia para nuestra cultura tiene una fuerte vertiente mística, intuitiva. El
valor de la experiencia es lo que te aporta intuitivamente. “Ahora sí lo sentí”.
Es como hablar del orgasmo, ¿qué es un orgasmo? “Y, no, hasta que no lo
sientas no vas a saber”. ¿Cómo saben que han tenido una experiencia
verdadera? ¿Quién sabe, por sí mismo, que ha tenido una experiencia
verdadera? ¿Cómo saber si se ha conocido realmente el dolor del duelo? ¿Fue
cuando murió mi abuelita? Pero después pasa algo peor y digo no, aquella vez
no fue... entonces, aquella vez, ¿fue experiencia? ¿dónde está el estatuto de
esa experiencia? ¿en sí misma? ¿O en su articulación con otra cosa? Y la
articulación ¿es experiencia? La articulación de dos experiencias, ¿es
experiencia? ¿Dónde está la verdad de la experiencia? Yo tengo mis dudas.
Tengo mis dudas de cuando un análisis va bien... ¿irá bien? Me he tragado
cada sapo... Los análisis que mejor iban, ¿no son los que suelen dejar de venir
luego del verano? Y dejan de venir. Y el que va tan mal ¿va tan mal? Por
ejemplo: una paciente que se viene quejando de no ser escuchada, de que el
análisis no sirve, etc. Le propongo interrumpir, que se tome un tiempo, y que
luego decida si sigue o no, o si cambia de analista. A los dos días me llama
diciendo que yo era un analista bárbaro y que quiere retomar... Yo hasta ese
momento había pensado que andaba todo mal y que había sido un desastre.
¿Dónde está la experiencia? ¿Fue bien o fue mal? ¿No les pasan estas cosas
a ustedes? Entonces, ¿cuál es la experiencia, cuál es el goce? ¿Hay goce sin
Otredad? El goce ¿es del Uno? Y si fuese del Uno... ¿qué sería? ¿De dónde
sacaron que el goce es Uno y es del propio cuerpo? Miller dice que es así. En
primer lugar, no sé cómo lo sabe. ¿Cómo lo sabe? ¿Dios se lo dijo? ¿Cómo lo
puede saber? ¿Tiene un tester de goce? Dénme un ejemplo de goce de
alguien. Miller dice que Lacan es fenomenólogo... bueno, ¿qué fenómeno le
corresponde al goce? Bueno, lo digo yo: sufrimiento. El sufrimiento, ¿es en
sí? Alguien podría decir “y yo que creía que era tan feliz, sin embargo...”. Un
paciente decía: “¡Ah! Ahora me acuerdo que en la primaria, mis compañeritos
siempre me decían que yo tenía cara de triste” La tristeza, el sufrimiento de él
¿dónde estaba? ¿En su cara? Yo tendría mis dudas, porque él cuando se
miraba en el espejo no la veía. Los amiguitos le dijeron. ¿Es uno? ¿O no
puede ser al revés, que uno empiece a sentirse triste porque los demás digan
que lo de uno merece ser triste? ¿Por qué el goce sería Uno? Me parece que
es una mentira. Que se podría estar mucho más tranquilo pensando que se
trata de dos. Ahora, por qué todo el mundo sostiene esto, no sé. Pero hay que
desconfiar de muchas cosas, por ejemplo, de la experiencia. Porque la
experiencia lleva al Uno. Hay que desconfiar de la pulsión de Freud, porque
lleva al Uno porque proviene del propio cuerpo. Entiendan que es todo un
sistema, un entramado en el que todo el mundo está convencido de que el
goce es Uno y proviene del cuerpo propio.

Bueno, dejemos aquí. En la próxima David va a trabajar el nudo borromeo. Y


en la siguiente yo voy a trabajar algo que ya trabajó Andrea, pero le voy a dar
otro cariz y es sobre la raíz cuadrada de –1, y lo voy a trabajar junto con el
artículo de Kant “Acerca de la función de las magnitudes negativas en filosofía”.

Versión desgrabada no corregida por el autor.


Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 12 – “Introducción al nudo borromeo” por David Szyniak 22-09-06

David Szyniak: la clase de hoy va a ser sobre una introducción al nudo


borromeo. Voy a hacer algunas aclaraciones antes de comenzar a hablar del
nudo. Como verán, estas láminas tienen que ver todas ellas con
representaciones de nudos, sacadas de libros de Lacan: de la edición en
francés de El Sinthome, y de la conferencia del año ’74 que es “La Tercera”.
El nudo borromeo es un gran enigma para la clínica psicoanalítica y un enigma
para la clínica lacaniana. Mi primera aproximación es decirles que como
psicoanalista no soy un defensor del nudo, o sea, no soy de los que
fervientemente defienden el nudo borromeo, el caso más claro es Milner y su
idea de que hay una tercera parte de la obra de Lacan que supera claramente
a las otras y que sería su culminación y que piensa a la temática del nudo
como superadora de los grafos y de los matemas. Se los presento porque me
parece que ese ha sido uno de los usos de nudo, el otro extremo, ya no una
psicoanalista sino una historiadora como Roudinesco, es quien plantea que
esta es la parte en la que Lacan ya se inclinaba más por la matemática,
pateaba a los pacientes y entonces era la parte en la que Lacan ya había
entrado en un cierto delirio -Roudinesco lo dice más o menos con estas
palabras en sus textos. Mi posición es más que nada de investigador en
psicoanálisis, y de clínico, entonces voy a intentar pensar con ustedes para qué
nos puede servir el nudo borromeo, para qué le sirvió a Lacan, voy a hacerme
algunas preguntas en voz alta, e intentar hacer un seguimiento de esas
preguntas junto con ustedes, buscando el cómo, el por qué, para qué, cuándo,
de esta escritura. Sabemos que hay diferentes formas de escribir la dirección
de la cura en la obra de Lacan. Así como no pienso que la última parte de la
obra de Freud sea mejor que la primera, creo que es bastante matizada, creo
que lo principal de la teoría freudiana tiene más que ver con la primera tópica y
con el descubrimiento, la invención del inconsciente. Pero bueno, acá estamos
sobre esta formalización, sobre esta manera de formalizar que es el nudo
borromeo, si pensamos un poco en una flecha del tiempo en la obra de Lacan,
podemos partir de 1972 que es cuando aparece el nudo borromeo, y 1980 es el
discurso de Lacan en Caracas, a los lacanoamericanos, donde vuelve a
aparecer el nudo borromeo y donde Lacan termina de aclarar que sus tres no
son los tres de Freud. Esto es en Caracas, casi el último texto de Lacan y
claramente colocado ahí como una diferenciación con Freud, aunque siempre
se trata de una diferenciación con un cierto reparo, tal vez la problemática del
reparo traiga consecuencias en la clínica. Y eso es lo que debemos trabajar, si
ese reparo de Lacan de “mis tres no son sus tres”, pero resulta que los tres ya
estaban en Freud... hacen que nos lleven a una cierta indeterminación en las
formas clínicas. Esto es lo que me propongo desarrollar con ustedes.
Recuerden que se va a tratar de una introducción y hablando de nudos y
trenzas, van a quedar seguramente muchos cabos sueltos. Pero es importante
poder ubicar e ir avanzando en la presentación del nudo paso a paso.

Otra de las cosas que pienso es que el nudo ha sido utilizado en la clínica
después de la muerte de Lacan, me parece que vale la pena pensar y trazar
algunas líneas de cuáles han sido los usos del nudo borromeo. O por lo menos
plantearse que ha habido usos del nudo borromeo. Trazada esta línea del
tiempo del ’72 al ’80, sólo para decirles que esta línea de pocos años, de tres
seminarios de Lacan que son “Lo no incautos yerran”, “RSI” y “El Sinthome”,
que son tres seminarios donde Lacan va a trabajar casi todo el tiempo, en
“L’insu...” y “Topología y tiempo” también, va a trabajar sobre temáticas
alrededor del nudo. Para darles una idea, les diría que en esos años hay 74
lugares en los cuales Lacan habla sobre el nudo borromeo. Para que ubiquen
como comparación, piensen que en toda la obra de Lacan él habla 77 veces
del toro y 52 de la banda de Möbius. Es un dato cuantitativo, pero nos permite
ubicar ante qué problemática nos estamos situando.
Cuando uno toma un concepto como éste, un elemento de la topología, una
estructura, es un elemento, más en la clínica psicoanalítica, uno utiliza un
concepto cuando está en el límite de cómo está escribiendo su propia práctica
clínica, ante las dificultades que encuentra. Entonces, podríamos preguntarnos
ante qué dificultades se encontraba Lacan para tomar el nudo borromeo, o
cuáles fueron los impasses que tiene la clínica lacaniana en ese momento,
percibidos por el propio Lacan y por su entorno, para tomar esta figura.
Nosotros estamos acostumbrados hoy en día –creo yo- a un psicoanálisis un
poco más aislado que lo que en la década del ’60 ó ’70 se podría pensar del
psicoanálisis francés, en conversaciones –terminada la discusión con el post-
freudismo- en discusión con lo que en ese momento eran las ciencias sociales
francesas. Nosotros en el campo psicoanalítico estamos más acostumbrados a
autorreferenciarnos, a movernos siempre en un mismo círculo, ya conocen esta
historia. Pero piensen que Lacan sale para la lingüística, la antropología, la
sociología y también para el campo de la matemática, o sea, que en el campo
de la matemática también está esta discusión, tanto es así que en el año ’72
(inaudible) hay un seminario que se da en la Escuela de Altos Estudios de
Ciencias Sociales en Francia, que digamos que es la escuela que ha abrazado
a todo lo que tiene que ver con las nuevas teorías de la historia, de la
sociología, nuevas teorías políticas de esa época y en adelante también, con
algunos altibajos, en la cual Lévi-Strauss es todavía profesor; para que vean
que había una discusión en la década del ’60 –y que pasa a la década del ‘70-
en cómo aplicar cuestiones matemáticas para las ciencias sociales. Y cuando
digo matemática no me refiero sólo a cuestiones estadísticas sino con
elementos de topología también. O sea que Lacan con esto y con el nudo
borromeo, él lo dice, pero bueno, vieron ustedes que luego la reificación –que
es un término viejo pero que tal vez nos pueda servir- convierte en otras cosas,
o sea, hubo una reificación y toma el nudo borromeo y dice que es un invento
de Lacan, y no, no es un invento de Lacan, el nudo borromeo está entre los
elementos de la matemática, y en un seminario de elementos de topología, con
un grupo de matemáticos, que da un matemático que se llama Guilbaud, no
hay mucho de él en internet, la relación la van a encontrar más con Barbut, que
está vivo y ha ganado algunos premios últimamente, en algunos textos de
Lacan dice “mi amigo Guilbaud”. Es a partir de este seminario, que se da junto
con otro de elementos del psicoanálisis, de la teoría lacaniana de psicoanálisis,
o sea, se daban en simultáneo. De estos elementos de topología que sirven
tanto para las ciencias sociales como para el psicoanálisis, Guilbaud presenta
el nudo borromeo, la anécdota de cómo lo presenta, ustedes saben, Lacan dice
que una persona encantadora –tengo la impresión de que es la hija- le
presenta el nudo borromeo, y el nudo borromeo va a ocupar en la teoría de
Jacques Lacan a partir del ’72 una parte muy importante. Es sorprendente, nos
obliga al menos a pensarlo y ver qué es esta escritura. Voy a tratar de trabajar
con ustedes algo de esa tensión, de las idas y vueltas, la tensión que aparece
en Lacan en cómo lo presenta, etc. Hoy nosotros decimos “RSI”, pero no es
así como él llega al nudo, el RSI va a ser en un punto de movimiento en Lacan,
lo mismo que el sinthome. A mí me interesa tratar de ubicar al nudo no como
una panacea sino quizás al contrario, para poder deconstruir cómo ha sido esta
enseñanza y poder trabajar algunas cuestiones de cómo ha llegado Lacan al
nudo. Entonces, una de esas presentaciones fue en el año ’72, Lacan estaba
trabajando lo que llama una tétrada. La tétrada es algo de elementos que no
se sostienen solos, que se tendrían que sostener entre ellos. La tétrada que
está trabajando Lacan en ese momento, en “El saber del psicoanalista”, año ’72
dice así: “Te pido que me rechaces lo que te ofrezco” y agrega “porque no es
eso”. Y dice que para esto nos sirve el nudo, para darnos cuenta del efecto de
significancia y que el efecto de significancia no puede darse por uno solo sino
que tiene que darse por tres. Dice por tres pero trabaja con cuatro, son las
cosas que van a ir viendo por el camino, trabaja con cuatro porque trabaja “te
pido que me rechaces lo que te ofrezco, porque no es eso”, ¿qué es el “eso”,
dice Lacan? El “eso” es el objeto a.
O sea, esta es la aparición, donde Lacan va a insistir mucho sobre esta
aparición, es una vez que aparece y lo va a volver a tomar un año después.
Una vez que aparece, y le sirve a Lacan para decir que nada se sostiene solo.
Nada se sostiene solo, está hablando sobre el saber del psicoanalista y el
saber hacer del psicoanalista. No está hablando de cualquier cosa en ese
momento. Pero como en otros textos u otros elementos de Lacan, podría ser
una aparición fugaz, desaparecer del universo de la obra de Lacan y no
aparecer más. Sin embargo, no es lo que sucede.
Voy a hacer una aclaración que todos saben, pero lo digo igual y en todo caso
luego podremos discutir: a lo largo de toda la obra de Lacan, él está luchando
contra el imaginario humano pero postfreudiano, está intentando romper con
ese imaginario que tiene que ver con la esfera, con lo esférico, con la intuición
espacial. Y el nudo es básicamente sobre una problemática que tiene que ver
con el espacio. Estamos hablando del nudo pero no hablamos de topología,
habría que dar dos rudimentos para pensar un poco qué es la topología a
diferencia de la geometría. Pero acuérdense que la primera parte de la obra de
Lacan es un virulento ataque a todo lo que tiene que ver con el imaginario
posfreudiano, con el imaginario esférico, con la redondez, con la idea de
centro, de origen.
Cosas de la topología que ustedes ya saben, que para Lacan sujeto del
inconsciente no es parte de la realidad psíquica sino que es la banda de
Möbius, es en esa perspectiva en donde aparece el nudo borromeo, no
aparece en otra. Otra perspectiva del campo de la topología es pensar al
sujeto y al Otro como dos toros anudados.
Salir de la intuición esférica es también salir de la lógica de la esfera. La lógica
de la esfera es un adentro y un afuera. La representación de una esfera en el
plano es un círculo. Pero también podrían decir que el nudo tiene círculos,
podemos discutirlo. “Redondeles de hilo o de cuerda” va a llamar Lacan.
Durante muchos siglos tuvimos la geometría euclidiana, que es una manera de
representar el mundo. O sea, a Lacan no se le escapa –pero no es solo un
tema lacaniano sino de las ciencias sociales en el siglo XX- que el espacio no
es una determinación natural. El espacio es una determinación simbólica.
Abro un paréntesis para recomendarles –no solamente un tema de la
determinación simbólica sino también algunas cuestiones del campo de las
ciencias sociales, no solo por la intuición espacial- una autora que me gustó
mucho y se las recomiendo, es Joan Copjec, tiene dos libros: uno es “El sexo y
la eutanasia de la razón”, en donde trabaja con las fórmulas lacanianas de la
sexuación, para trabajar las divergencias entre sustancialistas y constructivistas
sobre el tema del falo, una espacialidad del falo. Me pareció un hallazgo. Está
lejos del campo del psicoanálisis, está cerca del campo de la literatura y me
parece muy interesante pensar algunas cuestiones de cómo ella plantea leer
las fórmulas de la sexuación en Lacan. Es interesante porque en algún
momento Lacan va a trabajar cómo podemos escribir “no hay relación sexual”,
con el nudo borromeo. Ella no trabaja con el nudo pero trabaja con alguna
manera de pensar la sexuación de una manera interesante, que rompe con
como las pensamos en general. En este libro parte de la teoría kantiana para
pensar la intuición espacial, una crítica a la teoría kantiana. El otro libro es
“Imaginemos que la mujer no existe”, me parece que es una manera de
resolver algunas cuestiones con el supuesto de “imaginemos” y ver dónde nos
lleva. Como plus, tiene deliciosas maneras de leer a algunos autores de
películas fuera de Hollywood, básicamente del cine iraní. Es una delicia la
manera en que ella lee algunas cosas, eso como plus. Trabaja de una manera
preciosa el tema de la vergüenza, de lo que importa la vergüenza, de la
vergüenza en el campo del psicoanálisis. Se los recomiendo porque es aire
fresco en nuestra literatura que es tan repetitiva. Y nos va a ayudar a pensar
algunas cuestiones de la clínica.

La topología va más allá de lo simétrico, de la exactitud, y propone una manera


de pensar diferente, una manera de presentar el espacio diferente, al nudo hay
que pensarlo como una manera de hacerle agujeros al espacio, de ordenar
agujeros en el espacio. Ya van a ver que es un problema terrible, porque no es
tan claro qué es un agujero. Para nosotros en general es un orificio, pero eso
es un problema, porque entonces... en la dirección de la cura muchas veces
hay que agujerear, tapar, velar, pero el agujero no tiene que ver en topología
con esas cuestiones. Les decía entonces, ¿qué plantea la topología? Que un
triángulo es topológicamente igual a una circunferencia. Hay un chiste que
circula que dice que si a un topólogo le sirven el té en una rosquita o en una
taza no se podría dar cuenta... porque serían isomorfos. Ese sería el chiste
topológico, aunque no muy agraciado. Trabaja temas de aproximaciones, de
proximidad. Les recomiendo el libro de Alfredo sobre topología, porque allí
están las cuestiones necesarias para hablar del nudo borromeo.
Les anticipo dos cuestiones: si uno toma en nudo borromeo como lo plantea
Lacan en el segundo capítulo de “RSI”, tontamente, si lo tomamos tontamente,
vamos por un camino tonto, porque el nudo borromeo planteado ahí, el
achatamiento del nudo, él muchas veces dice que lo va a tomar de manera
tonta, en este caso tomarlo tontamente es un problema, porque quiere decir
que puede estar dibujado en algún lado los goces, y que uno puede sacar un
poco de aquí y poner un poco allá, y que el psicoanálisis y la clínica
psicoanalítica sería redistribuir los goces, que en el nudo parece fácil, saco de
acá y pongo de allá, pero es un problema serio en nuestra práctica. Porque si
seguimos la enseñanza de Lacan o lo que al menos nos sirve en la clínica,
sacar la lógica de la esfera por la puerta para que nos vuelva a entrar por la
ventana disfrazada de tres agarrados... no tiene mucho sentido. Hay que tener
cuidado con esas cuestiones.

El nudo borromeo es el escudo de armas de la familia Borromei. ¿Qué es este


escudo de armas? Es el escudo de la unión indisoluble de tres familia.
Corresponde a esta presentación del nudo, en la cual si cortamos uno de los
tres anillos, los otros dos se separarían. Esta es una de las cláusulas no
solamente del escudo de los Borromei, sino del anudamiento borromeo. Y
Lacan va a trabajar permanentemente la temática del anudamiento borromeo.
Fíjense que no se trata de un apilamiento, sino de un anudamiento. O sea,
hay algo de la alianza de esas tres familias que está presentada en el nudo y
que si una deshace esa alianza, las otras dos quedarían también fuera.

Entonces, salir de la intuición espacial es la permanente lucha de Lacan, el


planteo del nudo es el planteo de tres en uno, “te pido que rechaces lo que te
ofrezco porque no es eso”; y tiene una manera de escribir en ese calce de esos
tres, en ese “no es eso”, que es nuestro objeto a.
El nudo tiene definición matemática. Pero fíjense cómo lo plantea Lacan en el
año ’72, el “El saber del psicoanalista”. Dice ¿qué es una topología?:

“Una topología es algo que tiene una definición matemática. La topología es lo


que se aborda en primer lugar por relaciones no métricas, relaciones
deformables, propiamente hablando, es esa especie de círculos blandos que
constituyen mi “yo te demando que rechaces lo que te ofrezco”, cada uno es
una cosa cerrada, blanda, que se sostiene por estar encadenada a las otras,
nada se sostiene solo. Esta topología, por su inserción matemática está ligada
a relaciones de pura significancia, es decir, qué es en tanto que esos tres
términos son tres, que vemos que por la presencia del tercero se establece una
relación con los otros dos.”

Bueno, esto es lo que es el nudo borromeo. Vean que ahí lo que plantea –y
está bastante bien planteado- la idea es que no se puede sostener solo, que
hay algo de por qué sostiene los tres, pero todavía no aparece ahí nada de lo
que nosotros conocemos del nudo como RSI. No hay nada ahí que aparezca
como RSI, RSI va a ir apareciendo después, de diferentes formas.
Lo que Lacan nos va a decir con el tiempo es una idea de qué tipo de enlace se
da en el nudo.
Siguiendo las recomendaciones de Lacan, al nudo hay que hacerlo. Pareciera
una recomendación tonta, pero hay que hacerlo. Lacan se equivocaba mucho
al intentar hacer el nudo en las clases, pero decía que equivocarse, errar, era
eso, entonces se puede volver a escribir. Es muy interesante. Ahora, fíjense
en este nudo borromeo. Voy a pedir un voluntario para sostener el nudo.
La presentación habitual del nudo no es esta. Pero en esta presentación que
vemos acá, ¿se cumplirá eso de que si se suelta uno, se sueltan también los
otros? Vamos a hacerlo. ¿Cuál soltamos? ¿El rojo? Soltemos el rojo. Se
desarmó el nudo. Este es el anudamiento borromeo. Si sacamos cualquiera
de los otros también se desanuda. Esto es una forma, una manera de
mostración del nudo, si se lo puede poner en el espacio, uno de los problemas
que tenemos es el de la orientación, dónde va, de qué manera se presenta.

Elisa Bellmann: ¿por qué decías “si se lo puede poner en el espacio”? ¿Se l
puede poner en el espacio?

D. S.: ese es un problema... sí y no. El nudo es una manera de escritura. El


nudo podría no representarse con nada, son vectores en matemática. Vectores
y letras, no necesariamente tiene una presentación puesta en el plano. Lacan
lo trabaja puesto en el plano, pero (inaudible) éste es un nudo, un posible
nudo, hay otras muchas formas de posibles nudos. Esta podría ser una
escritura de nudo. Todavía ni hablamos de RSI.

Haydeé Montensano: también tendríamos que pensarlo como superficie


bidimensional.

D.S.: no está tan claro qué es. Habla de círculos blandos, que podríamos
pensarlos como aros de básquet, y serían superficies bidimensionales, pero no
está muy claro. Acá son tres redondeles, pero en “El sinthome” va a trabajar
que puede ser que uno de los tres redondeles sea un toro.

Alfredo Eidelsztein: hay un concepto que podríamos traer a colación y es el


de sumergibilidad. Las superficies topológicas son cualquier cosa considerada
topológicamente. Ahora, por ejemplo, la banda de Möbius o el toro, se los
podría plantear en sí como bidimensionales, en sí mismas. Y podríamos
preguntarnos si siendo bidimensionales se podrían o no sumergir en un
espacio tridimensional. O sea, una propiedad topológica pasa a ser la
sumergibilidad. Hay superficies topológicas que sí, la banda de Möbius y el
toro, y no son los objetos que nosotros hacemos, sino la superficie de
separación de esos objetos y el espacio tridimensional. Por ejemplo el cross-
cap es imposible de ser sumergido en el espacio tridimensional, o sea, que no
hay ningún modelo que podamos construir que sea capaz de alojar la
superficie. Con lo cual, la pregunta no es si es de tres o si es de dos, sino si el
modelo que uno está utilizando implica o no una superficie bidimensional y
sumergirla en el espacio tridimensional. Jean-Michel Vappereau trabaja con
dos conceptos: inmersión y sumergibilidad. Nunca pude entender la
diferencia. El nudo no es una superficie como la banda de Möbius y el toro.

D.S.: es más, lo que nosotros conocemos como nudo no es un nudo.


Nosotros hablamos de nudo, pero nudo es lo que hacemos con los cordones
de los zapatos. Pero lo que tenemos ahí no tiene esta forma. Y en
matemática, cuando se plantea un nudo, se dice que hay que pensar en un
nudo que ata. Pero entonces, esto ¿qué es? ¿Es o no es un nudo? Acá hay
un tema que es que si son tres redondeles blandos, el problema es que podría
ser que esos tres redondeles sean una sola cuerda que haga esos tres
agujeros. Lacan va a tratar de plantear, de diferenciar eso, porque justamente,
cuando va a tomar real, simbólico e imaginario, lo que le va a interesar es la
diferencia. ¿Cuál es la diferencia? Vieron que en el espacio no es tan claro...
de qué lado va uno o el otro, cómo se va a presentar, etc.
En el tema del nudo, es muy interesante, y no es que Lacan no lo sepa, Lacan
lo sabe, esto se llama cadena, es una cadena borromea que tiene un
anudamiento borromeo, Lacan lo sabe. Pero lo llama nudo, cuando no son
nudos. Si buscan en el buscador “nudo”, van a ver que Lacan habla muchas
veces de nudo, y me parece que esto se le plantea a Lacan como un problema,
que es como si “nudo” fuera un sobrenombre, como “Cacho”. Después Lacan
va a llamarlo “mi cadenudo”, cadena y nudo, pero en los primeros textos, desde
“Aún”, “Los nombres del padre” y “RSI”, siempre va a ser conocido como “el
nudo borromeo”, que es una nominación psicoanalítica, que la funda Lacan,
porque esto en matemática no es un nudo sino una cadena anudada
borromeicamente. Esto puede ser tomado como una anécdota pero me parece
que es algo más, porque habla de las problemáticas que trae de la
incorporación del nudo a la teoría. En este caso, estamos hablando de una
cadena de tres.

---Corte---

D.S.: (...) teníamos el problema de qué es un agujero. Para que vean que
Lacan no desconocía esto, hay una frase en “Aún” en donde Lacan dice

“¿Pero qué hacer con ese nudo borromeo? Yo les respondo que puede servir
para representarnos la metáfora tan difundida que expresa lo que distingue el
uso del lenguaje, precisamente la cadena.”

La cadena que viene de la tétrada que les había planteado y que es la manera
en que se presenta. Vean que ahí todavía no entramos con real, simbólico e
imaginario. Que ese también es un tema interesante, porque dónde, en qué
momento va a ubicar real, simbólico e imaginario? Simbólico, imaginario y real
nace en la fundación de la enseñanza de Lacan, “lo simbólico, lo imaginario y lo
real” no ha de ser lo mismo que plantea en RSI, tiene otro orden, a menos que
para nosotros el orden no tenga ninguna importancia. Es más, Lacan va a
trabajar la homofonía en francés entre RSI y herejía. Pero hay un pasaje que
vale la pena pensar, en veinte años, de SIR a RSI. Tal vez sea hilar muy fino,
pero no creo, porque tiene que ver con el lugar que ocupan alguna de las
dimensiones del hablanteser. Hay un pasaje, de SIR a RSI, al menos en esta
escritura. En la conferencia “Lo simbólico, lo imaginario y lo real” Lacan habla
mucho de las intervenciones del analista.
Con el nudo se le da una equivalencia al registro de lo imaginario, en una de
las clases Lacan va a decir que lo imaginario no es caca, para empezar a
trabajar esas equivalencias. Pero hay que ver qué quieren decir esas
equivalencias, a qué se refieren. Quisiera trabajar con ustedes algunas de
esas cuestiones o al menos dejarlas enunciadas.
Tres dimensiones, Lacan trabaja con un neologismo: dit-maison, la mansión
del decir. Ojo, porque ahí hay algo que es una perla espacial que es que las
tres dimensiones no son cualquier cosa, porque lo real ahí no es el cuerpo, son
las mansiones del decir, es muy interesante, Lacan nunca se desdice de eso.
Va a empezar a trabajar en “RSI”, este nudo que es una cadena, va a empezar
ubicando esa problemática, que es de qué está hablando, dice que está
hablando de la dimensión de los seres parlantes, de la dimensión del decir, o
del dicho. Y lo que ubica ahí es que tiene que ver con el decir. En el nudo
borromeo como trabajo y en la dirección de la cura, de lo que Lacan habla es
de las mansiones del decir y no de otra cosa. O sea, reincorpora la cuestión
discursiva. Después va a haber una clase específica en donde trabaja la
relación nudo borromeo y los cuatro discursos.

Y otra de las cuestiones que aparecen en “Aún” y que a nosotros nos sirve y es
interesante, es que Lacan empieza a trabajar la cuestión del escrito. El escrito
y la escritura. No es que no las venía trabajando antes, pero aquí será el
escrito y la escritura en el nudo borromeo. Y que es una manera de escribir,
una escritura, qué es lo que está escrito, o sea, empieza a trabajar lo que tiene
que ver con la práctica psicoanalítica: lo que está escrito y lo que leemos. No
hay escritura sin lectura. No hay escribir sin leer. Me parece que aparece ahí
una dimensión olvidada del nudo y que me parece interesante: primero la
mansión del decir, la mansión del dicho, ubica que se trata de la discursividad y
no de otra cosa. Y en esos seminarios Lacan va a empezar a plantear lo que
ya trabajó en la tétrada y es que los tres no se sostienen solos, y va a plantear
el tres en uno. Va a plantear el tres en uno.

En “La Tercera”, va a trabajar algo de la onomatopeya de la lengua, y va a


trabajar algo de los tres en uno, que el planteo es que real, simbólico e
imaginario serían los tres que hacen uno. Es interesante porque acá va a
plantear qué tipo de escritura es el nudo borromeo. ¿Qué escritura es? ¿Es
imaginaria, es un modelo? Y ahí se pone loco Lacan, con el tema del modelo,
porque si es un modelo, es un modelo para llegar a lo real. Les aseguro que se
pone muy vehemente con que esto no es un modelo, de ninguna manera es un
modelo, lo dice varias veces y también lo dice en Caracas. Cuando habla del
huevo podrido de Freud, de “El yo y el ello”, dice que de ninguna manera es un
modelo que nos lleve a lo real, pero como hace siempre, termina diciendo que
Freud ya lo tenía, ya tenía idea de esto, porque lo simbólico es el inconsciente,
lo imaginario el narcisismo... y lo real, lo real en Freud... y dice que pongamos
real donde diga energía, ¡y con eso nos mata directamente! Pero en “Los
nombres del padre”, dice que lo real en Freud se ubica en esos textos como
“Sueño y telepatía”, el ocultismo, la telepatía. Es lo real como lo desconocido,
dice que ahí está lo real en Freud. Están en el Tomo XIX de Amorrortu.

Eduardo Liljequist: lo real ahí como sinónimo de lo inabordable...

D.S.: bueno, siempre dice que no se puede llegar a lo real por la vía de la
representación, eso está muy dicho, en todos estos textos. Pero me llamó la
atención que Lacan preguntara por qué creeríamos que Freud se dedicó a esos
temas si fuesen tonterías... fue por que ahí se puede pescar algo de lo real
para Freud.

Comentarios inaudibles

D.S.: les decía que no es tan fácil homologar o llevar RSI al nudo borromeo,
que es una cadena. Si es una cadena, hay que pensarlo como dimensión, por
la importancia de ese juego que Lacan hace con ese neologismo (dit-maison),
entonces el nudo borromeo no anuda al decir que sería lo simbólico, al cuerpo
que sería lo real y a lo especular que sería el narcisismo. Sino que anuda algo
que tiene que ver con las dimensiones del decir. Me parecía que se acercaba
más a los planteos que Alfredo nos proponía para La Carta Robada. De cómo
encontrar lo imaginario y lo real en las dimensiones del decir.
Vean que esta manera de escribir el nudo, achatado, va a permitir algunas
otras cuestiones que me parece que Lacan toma y es decir que el imaginario
no es sólo imagen, que si en el primer texto del ’53 Lacan trabajó lo imaginario
como la imagen, como tributario de la imagen, en este otro texto va a trabajar
que no es solo imagen, no es especular. Ahora, esta forma de escritura, es
una manera de escribir, no es “la” escritura, es una manera de escribir el nudo
borromeo. El nudo borromeo tendría diferentes tipos de escritura y esta sería
una manera de escribirlo. Habría que pensar para qué nos sirve y para qué no.

Comentario: respecto de lo que decías del modelo, Lacan dice que el nudo no
es un modelo de la estructura sino que es la estructura misma. Es un poco
oscuro...

D.S.: sí, tal cual. Porque el tema es que si es la estructura misma, ¿esa es la
estructura? Es como volver a un empirismo peligroso, digamos. Esperemos
un poco, porque quiero trabajar algo de la escritura de la estructura, que es otro
de los temas que va a plantear. No es tan sencillo ubicar matemáticamente de
qué estamos hablando. Ese nudo que no es nudo sino cadena, ¿de qué
estamos hablando? ¿Del achatamiento y puesta en el plano? Qué problemas
tiene el achatamiento, a qué nos lleva, nos es muy difícil salir del imaginario.
Por eso Lacan insiste tanto en que el nudo no solo hay que estudiarlo sino que
hay que hacerlo. Hacerlo, desarmarlo, volverlo a hacer. Lacan pasa clases
enteras haciendo cadenas.

Eduardo L.: eso que dijiste recién me parece central, y es ¿qué anuda el
nudo? Si anuda dimensiones del decir, o anuda al cuerpo, a lo especular y el
decir?

D.S.: sí, sin duda. Y para ello trabaja cosas que a mí me parecen importantes,
porque cuando va a trabajar real, simbólico e imaginario se encuentra, antes,
con tres nociones que son: existencia, consistencia y agujero. Como tres
nociones diversas. No son temas sencillos. Lacan va a decir que el nudo no
es imaginario. Y va a hablar de un real al cuadrado. ¿Qué es lo real? Lo real
es el nudo RSI. Lo real no es lo real del nudo, sino que el nudo es lo real.
Ahora ¿por qué esa pasión por lo real? Ese es otro problema, trabajado por
Badiou en “El Siglo”. Acá, para Lacan lo real no es sólo la dimensión de lo real
del nudo, sino que el nudo mismo sería lo real. Hay una doble superposición
que es interesante, tanto que en algún momento dice que con esto tenemos la
posibilidad de ver lo real al cuadrado. Y en relación con esas tres nociones, la
existencia estaría en la dimensión de lo real, la consistencia en lo imaginario y
el agujero en lo simbólico. Ya está Lacan discutiendo de plano con los neo-
nietszcheanos sobre el agujero, la falta, la discusión de qué nos mueve, si la
falta, el deseo.
Algunos problemas: si agujero es un término de la estructura topológica, no es
lo que nosotros pesamos como agujero, orificio. En topología, un agujero es
parte de la estructura, no es lo que se hace. Si ponemos los tres registros en
el espacio, no hay cómo diferenciarlos, para eso hay que nominarlos. Si los
nomina, es una operación diferente, ya son cuatro, porque la nominación
también cuenta. Si nominamos, Lacan trabaja estas tres diferenciaciones,
existencia, consistencia y agujero. Que no es fácil saber a qué se refieren. Si
tomamos la cuarta clase del 21-01-75, es el lugar donde hace la equivalencia
de existencia con real, consistencia con imaginario y simbólico con agujero.
Lacan va a trabajar la manera en que uno podría aproximarse a esas tres
nociones. Para darles una idea, vamos a dibujarlo.
consistencia

agujero

existencia

Si esto fuera una hoja, la consistencia sería el borde, que rompe un poco con
nuestra idea de consistencia. Aquí sería el borde. Esto es para que no lo
confundamos con otro tipo de materialidad.

Estas otras dos láminas son de “La Tercera”, que es donde Lacan presenta en
una sola intervención, la utilidad del nudo borromeo. En “La Tercera” es la
forma casi más acabada de presentación del nudo borromeo, en el año ’74.
Que vean que lo presenta de tal manera que coloca vida en lo real, muerte en
lo simbólico y cuerpo en lo imaginario. Pero fíjense que lo divide de tal manera
que cuerpo no ocupa todo lo imaginario, la muerte no ocupa todo lo simbólico
ni la vida todo lo real.
En “La Tercera” trabaja qué sería lo real. Nos presenta qué es lo real, de
diferentes maneras. Diría que en un primer momento, la primera definición que
va a dar es que lo real es lo que no anda. También hay una cita de Lacan
donde dice que lo real es lo que no cesa de no escribirse, y es interesante
porque nos habla ahí de escritura, y recuerden que a partir del nudo borromeo
Lacan va a hablar todo el tiempo de escritura, de la escritura del nudo. Lacan
propone es que no hay una sola escritura del nudo. En el nudo borromeo que
hicimos con Haydeé, no podríamos ubicar en lo espacial al objeto a. Pero
Lacan trabaja otras formas en donde se podría ubicar al objeto a. ¿Qué quiere
decir con esto? Que con la escritura, la forma de escribir, nos va a permitir
ciertas operaciones (inaudible), pero lo importante ahí no es sólo la estructura
sino la escritura de la estructura, que no es de cualquier manera, pero no es
única. Esto abre un campo inmenso en la clínica psicoanalítica, si pensamos
que en la clínica lo que hacemos es escribir y leer.

Dos observaciones más sobre este problema, si no es un modelo, tiene que ver
con lo que va trabajar más adelante sobre la figuración y la mostración,
tomando a Wittgestein. Otra problemática que va a plantear más adelante es si
los tres anillos son tres toros. Si fuera así, cómo se corta, qué significa cortar,
qué signfica pegar, qué significa el empalme. Cómo se hace para hacer eso.
Son problemas que van apareciendo a partir del desplegamiento del nudo
borromeo. Son problemáticas que no todas van a ser resueltas, algunas
quedan en el camino. Lo importante es siempre el tema del anudamiento
borromeo. Por ejemplo, en esta lámina, supone que lo imaginario es un toro.
Y las dos rectas al infinito, y el tema de por qué acá un círculo vale tanto como
una recta al infinito

(pasa por abajo)


I

(pasa por arriba)

Lacan plantea que este nudo que cumple con las funciones del nudo –que no
recuerdo si se los dije- que es la manera de anudar, en este caso lo simbólico
anuda a lo real y a lo imaginario, pasa por arriba del de arriba y por abajo del
de abajo, que es la manera convencional de anudar.

[se ejemplifica la manera de anudar haciendo el nudo con cables]

Les decía el tema de cómo está planteando Lacan lo real, en “La Tercera”, pero
prefiero por lo avanzado de la hora abrir el espacio para preguntas.

Pablo Muñoz: tengo dos preguntas. Una en relación a la comparación de la


Conferencia del ’53 “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”; donde parecía que lo
simbólico se escribía primero porque parecía ser determinante, que tenía cierta
preponderancia en la obra de Lacan. No sé si estás proponiendo que en el
Seminario XXII, “RSI” lo que le da es una preponderancia a lo real. Con lo cual
se chocaría con lo que se dice de que ahí los registros se homogeinizan al
estar los tres sostenidos en el nudo. Yo no estoy de acuerdo con eso, porque al
introducir el 4to., siempre el 4to. redobla alguno de los 3 y se anularía la
homogeneidad. La otra es respecto de la formalización y la escritura, ¿por qué
Lacan tendría que recurrir a esta escritura o a esta formalización? No sé cómo
preguntarlo, ¿qué sería lo novedoso de esta escritura o esta formalización, en
qué podría ser superador? ¿por qué a Lacan le interesa tanto esta escritura? O
por qué sería superadora de otras escrituras.

Elisa B.: es sobre qué dificultad o qué impasse percibiría Lacan en su clínica
para necesitar focalizar en el nudo.

D.S.: yo no creo que sea una escritura superadora. Planteo que es una
escritura, no que sea superadora. No sabría decir por qué Lacan la toma.
Tiene mucho que ver con algo novedoso, tiene que ver con la nueva teoría de
cuerdas, problemáticas que hacen a toda la matemática moderna, tiene toda
esa cuestión. Creo que le permite demarcarse del lingüista y trabajar algo de
lingüistería, en esa primera presentación. Como si dijera que no hace falta
que nos quedemos con la tétrada, podemos representarlo con la matemática.
Me parece que le viene como anillo al dedo. Creo que había una deuda con lo
imaginario, no había dónde ponerlo, en algunas cuestiones que hay algo que
Lacan ubica como equivalente -aunque no es tan equivalente- de los tres
registros. Si Lacan sufre de lo que dice Badiou que es el fenómeno del siglo
XX, pasión por lo real, la verdad es que no lo sé. Lo que me sorprende del
nudo es que lo real sea dos veces real, que el nudo tenga el estatuto de
presentación real por un lado y por el otro que tenga el registro de lo real. Pero
¿por qué tendría que ser real? ¿qué tiene de beneficio ahí lo real? No sabría
qué decir. Una escritura del nudo me parece que le permite a Lacan presentar
de forma sintética alguna de sus nociones, y sus intersecciones, que no tendría
por qué ser el nudo borromeo, es una escritura del nudo que le permite
presentar al objeto a, el goce fálico, el goce del Otro, etc. que le permite una
grafía que haría más presentable las dificultades del estudio de su texto.
Ahora, me parece que es una escritura.

Eduardo L.: respecto de eso que decías de por qué esa duplicación de lo real,
lo real al cuadrado. ¿No será para enfatizar que no hay real sin simbólico ni
imaginario? Lo real no es sin lo imaginario y lo simbólico.

D.S.: él lo dice de todas las maneras posibles. Me parece que no es así en los
efectos de la clínica de nudos a 25 años de la muerte de Lacan... no así en los
efectos.

---corte---

D.S.: (...) cómo trabajamos con algo del error: me equivoqué al anudar, no se
anuda de esta manera, pasé por abajo y tenía que pasar por arriba. En el
Seminario del sinthome va a trabajar algo que no se anuda borromeicamente, y
entonces ¿cómo lo anudamos borromeicamente? Y ahí aparece el sinthome.
El tema me parece es ver para qué nos sirve esta escritura. Los usos, bueno,
algo de los efectos tendrá que ver con una forma de escritura, los efectos no
son tan inocentes, lo que ha pasado con la obra de Lacan, nuestra pasión por
lo real, que no se entiende muy bien qué es lo real, no se trata de tocar el
hueso del cuerpo de nadie, eso no está en Lacan. No está en Lacan esa
pasión gocística, al menos no lo leo así.

Eduardo L.: quizás esa pasión por lo real de Badiou se relaciona con el
desarrollo de la ciencia...

D.S.: sin duda, creo que la discusión es con la ciencia, aunque él escriba “El
triunfo de la religión”. La discusión es con la ciencia pero el triunfo es de la
religión, y el problema del triunfo de la religión me parece que no es por fuera
del psicoanálisis.

Alfredo E.: hay ciertas verdades que no terminan de poder ser dichas, están
empujando y no pueden ser dichas, y es que no nos animamos a decir que hay
dos reales. Aunque ninguno de nosotros tendría problema en decir que hay
varios simbólicos. Por ejemplo, un caso de reanálisis de una paciente, su
analista anterior le interpretó que lo que le pasaba a sus padres (que eran
extranjeros) era porque eran de otro orden simbólico. Y se quedaron
tranquilas con que había varios simbólicos. Pero ¿por qué no nos animamos a
decir que hay reales?

D.S.: Lacan dice eso, eh?


Alfredo E.: sí, pero nosotros no.

D.S.: Lacan dice que lo real no es universal.

A.E.: sí, pero nosotros no nos animamos a decirlo. Porque la pasión por lo
real, lo que acentúa es que sea uno.

Elisa B.: se podría aplicar la diferencia entre la dit-mansion, que hay


simbólico, imaginario y real, y otra es la dimensión real del nudo.

A.E.: o la dimensión real de RSI. Podemos empezar a modular real. Y quería


proponerles una bibliografía que explica por qué real es vida. Les recomiendo
leer “La voluntad de poder como conocimiento” de Heidegger, de 1936, que es
un comentario sobre la voluntad de poder de Nietzsche. Es muy difícil leer la
voluntad de poder. Y ahí se discute si el ser o lo real, para Nietzsche es la
vida. Heidegger intenta demostrar todo el tiempo que no, pero las citas que da
indican que sí. Está en www.heideggeriana.com.ar Se interrumpe por la
Segunda Guerra Mundial, que es la explosión del nazismo. Es interesante. Si
lo real para el ser humano es la vida, si la filosofía debe ser biológica, y justo
ahí explota la Segunda Guerra Mundial que pone sobre el tapete si el ser
humano es en función de su raza biológica. Ahí está discutido si la vida es lo
real. Que para nosotros se impone...

Eduardo L.: me quedé pensando en lo que decías de que todos podemos


afirmar que hay muchos simbólicos, pero nadie dice que haya más de un real.
Y si recién decíamos que lo real no es sin lo simbólico y lo imaginario, por lo
tanto hay muchas maneras de abordar lo real...

A.E.: pero un filósofo te diría “no, pero esa no es la esencia de lo real...”, un


filósofo como Heidegger –uno de los más importantes de la actualidad- te diría
que esa es la parte de conocimiento de lo real, pero el saber sobre lo real es
sobre la esencia de lo real, y ahí ¿sabés a dónde van todos? A la poesía.

D.S.: claro, es más, quien mejor define a lo real es Borges... con la poesía, lo
real no hace serie. Pero eso está dicho en Lacan, que no hay un real, en el
sentido de que no es universal.

A.E.: el nudo borromeo no es más importante que el grafo del deseo, pero
todo da la impresión de que sí. Como todo da la impresión de que sí, yo
quería proponer que intentemos digerir esa apariencia y que si hubiese
preguntas o intervenciones que quieran hacer, lo dejemos para el comienzo de
la próxima reunión. Yo voy a seguir con La Carta Robada. Pero podemos
continuar con esto al comienzo de la próxima, porque son cuestiones tan
presentes en nuestros análisis (...)

Versión desgrabada, no corregida por el autor.


Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 13 – 06-10-06

Alfredo Eidelsztein: estamos planteándonos con David hacer un trabajo que


es articular el nudo borromeo a la formalización de La Carta Robada, con la
siguiente idea: primero ustedes recordarán que habíamos planteado que se
podía escribir perfectamente –y que Lacan indicaba- los tres registros sobre la
cadena significante, que en el sentido en que lo está proponiendo David, habría
que establecerlo. O sea, lo real, en esto que es lo que siempre se puede decir,
ya que un término –en la lógica de α,β,γ,δ - siempre puede seguir a cualquier
otro, o sea, dentro del terreno de lo imaginario del decir, que puede ser definido
como que todo puede ser dicho, inclusive a pesar de los lacanianos, se puede
decir “todo”, es más se los digo: “todo”. En ese sentido, si uno empieza a
trabajar la legalidad que se puede desprender de la cadena, podría establecer
lo real y lo simbólico. Quiere decir que lo real, lo simbólico y lo imaginario
pasan a ser registros que se deducen a partir de un trabajo de lectura sobre la
cadena significante, si el trabajo de lectura busca establecer una lógica. Si
busca establecer concordancias poéticas, no. Si busca establecer
concordancias poéticas, va a conseguir juegos poéticos; pero si busca
establecer una lógica, sobre ese trabajo se puede establecer en el sentido de
Lacan, simbólico, imaginario y real.
Con lo cual, ya tenemos una aproximación de que simbólico, imaginario y real
son dimensiones que se pueden establecer sobre el decir, primera cuestión.
Lo segundo que les había planteado era que en la lógica de las beta y de las
delta, uno podría decir que todos los paréntesis redoblados, que este
paréntesis cierra con este y que este cierra con este, pero que en la lógica de
beta y delta, recuerden que les había propuesto que se podía escribir también
–totalmente justificado por beta y delta- el ocho interior. Donde se podría
escribir así: ¿ven el recorrido en ocho interior?

( ( ) )

β β δ δ

La idea que podría aportar, se acuerdan que la propuesta de David fue partir
del nudo borromeo por donde Lacan parte, que ya es un mundo, porque
habitualmente los lacanianos leen el nudo borromeo por donde Lacan llega, por
ese supuesto privilegio del punto de llegada que me parece que debe tener que
ver con el acabamiento hegeliano, que lo que está pendiente del ser en el
origen, se manifiesta en cierta dimensión de presencia constante en el
acabamiento. Con lo cual, lo que estaba y siempre estuvo, se presenta en su
acabamiento, y en ese sentido, por ejemplo Heidegger puede decir que toda la
metafísica occidental se acaba con Nietzsche, pero no en el sentido de que se
acaba porque se acabó –se terminó- sino porque logra su acabamiento al
terminar de realizar lo que estaba en el origen, pendiente de ser realizado pero
indicado. Esa es por ejemplo la posición de lectura de Heidegger respecto de
la metafísica occidental y Nietzsche, desde la idea de acabamiento.
Pero recuerden que David había trabajado una frase que él escribió así:

pero podría haberla escrito de otra manera, con coma y seguido, o con punto y
seguido, pero él lo escribió así.
El nudo borromeo en el sentido en que les decía recién, podría proponernos
una lógica –que yo sepa nadie la planteó- que a mí no se me había ocurrido
hasta que David me lo planteó a posteriori de la clase pasada, y es que siendo
que efectivamente hay una lógica que se puede desprender de cierre de la
cadena significante en forma de ocho interior, también podríamos pensar si
estas tres dimensiones como imaginario, real y simbólico, no podrían estar, no
podrían ser establecidas a partir de una lectura lógica de la cadena significante
como redondeles de cuerda. Y como redondeles de cuerda, indicar su
implicación recíproca no como pisos –como está indicado aquí- sino como
encadenamiento. Un encadenamiento del estilo por ejemplo, del nudo
borromeo. ¿Se entiende lo que estoy planteando?

Sería: a) se puede establecer según Lacan, simbólico, imaginario y real como


dimensiones del decir; b) hay una forma de leer la cadena significante que la
cierra en forma de bucle, en este caso sería un ocho interior; c) pero podría ser
un círculo, podría ser cerrada en forma de círculo.

El paso que nos estamos proponiendo investigar con David es, siguiendo la
aparición del nudo borromeo en la enseñanza de Lacan, como forma de leer
una frase, como si fuese la articulación de estas tres cuestiones. Los tres
registros en la cadena significante pero no así como pisos, sino como
redondeles de cuerda encadenados. Lo primero que habría que hacer es
probar si efectivamente hay articulaciones que podrían ser sostenidas en el
sentido del espíritu de lo que Lacan propone, o sea, si dentro del autor eso
puede ser dicho, Lacan no lo dijo y según lo que vimos con David no lo había
planteado nadie. La segunda cuestión es qué conveniencia tendría en la
clínica. La primer conveniencia que tendría en la clínica es que esto, los pisos,
nos guste o no nos guste, reproduce la profundidad.

I
R
S
El problema con la profundidad sería que caemos en el problema de la
psicología de las profundidades de siempre. Con lo cual, siempre una
presentación así tiene enormes desventajas. Porque es como si uno dijese
que esto es lo superficial y esto es lo más profundo, y si estamos en ese
argumento ya sonamos, pero es muy difícil no estarlo por cómo esto impacta
nuestra subjetividad y nuestra forma de leer occidental y moderna.
Con lo cual se ganaría muchísimo si uno pudiera plantear los tres registros
como propios de la cadena significante, que tiene la virtud de salir de la
suposición común –casi universal- entre los lacanianos y es que los tres
registros necesariamente son lo que Lacan dijo que son cuando los presenta
en el ’53: los registros esenciales de la experiencia, de la vida humana. Los
registros esenciales de la humanidad, con el problema que eso trae y es que
arma cosmovisión. Entonces podés hacer como Eric Laurent: explicar el
ataque a las Torres Gemelas con los tres registros. Que se puede hacer, pero
habría que ver si eso es una ventaja o una desventaja, si le conviene o no al
psicoanálisis, si alienta el trabajo en la clínica o no. No es que esté bien o mal,
hay que estudiarlo en función de la posición que uno asuma, y que arma
cosmovisión.

Pero esto otro no es cosmovisión: es establecer algo de la índole de una


cadena significante, y cómo los registros de Lacan permitirían establecer cortes
estables en la cadena significante. De hecho, no pierdan de vista que
increíblemente, Saussure genera la expresión, crea el sintagma “cadena
significante” y lo escribe así:
_ _ _ _ _ _ _ _

¿dónde está la cadena ahí? Con lo cual, lo que estamos trabajando con David
es ¿por qué no lo hacemos cadena y listo? Hagámoslo cadena, cadena
borromea, porque el nudo borromeo no es ningún nudo, es cadena.

La otra cuestión es que las dimensiones del espacio tienen todas la misma
estructura lógica, la cuarta dimensión tiene la misma estructura lógica que la
primera. O sea, si les preguntase a cualquiera que no tuviera conocimientos
matemáticos, qué es o qué se entiende con “cuarta dimensión”, ¿qué dirían?
Que no tienen la menor idea, que son cosas matemáticas. Pero no pierdan de
vista que la primera dimensión, es la misma idea matemática. O sea, que
tampoco sabemos lo que es, matemáticamente hablando, la primera
dimensión. Físicamente hablando, la estructura lógica de todas las
dimensiones es igual. La séptima es igual a la segunda. Que es, por ejemplo,
uno de los primeros trabajos para responder a este problema desde la
perspectiva de la matemática moderna, a principios del Siglo XX, es el trabajo
de Poincaré que Lacan recomienda y es por qué el espacio tiene tres
dimensiones. Es un trabajo matemático, y ahí Poincaré establece que la única
forma de establecer lógicamente cuándo uno tiene una dimensión, y es porque
una dimensión aloja un corte. Entonces, el punto carece de dimensiones
porque no se puede cortar, la línea tendría una única dimensión porque se le
puede aplicar sólo un tipo de corte, el plano tendría dos dimensiones porque se
pueden establecer dos tipos de corte. Con lo cual, para colmo, vean que
recuperamos algo que sabemos que tiene algo que ver –pero no sabemos por
qué tiene que ver- y es que la cadena significante en su operación clínica,
Lacan propone salir de cómo estaba hasta su época la lógica de la
interpretación, para pasar a entender interpretación como corte. Eso me
parece que no fue entendido, me parece que se entendió que Lacan dijo “basta
de interpretación porque la interpretación no sirve para nada, hay que cortar”.
Entonces los analistas empezaron a decir “bueno, dejamos aquí”. “Y le corté la
sesión”, de hecho me parece que es muy evidente que cortar la sesión en el
99% de los casos no es cortar nada. Y si por cortar la sesión algo se produce,
habitualmente es que el paciente no vuelva. Se corta el tratamiento. El corte
como interrupción, no sirve para nada. Con lo cual, lo que Lacan proponía es
que empezáramos a entender que la interpretación, para que vuelva a tener su
alcance eficaz en la clínica, debería ser pensada como corte. ¿Y eso qué
significaría? Podría, ahora, empezar a servirnos para pensar que un corte,
correctamente establecido, consistente con el material, establecería una
dimensión. Que los cortes podrían ser aquello que introduzca en el material,
simbólico, imaginario y real. Pero no que pre-existen porque son las categorías
del mundo, que propuso el filósofo Jacques Lacan. Existe el filósofo Jacques
Lacan, y propone las tres categorías para el mundo, pero no sé por qué
tendríamos que tomar eso cuando hay también otras cosas de Lacan, tenemos
que elegir.

Comentario: el corte en todo caso sería en esa posibilidad de armar las tres
dimensiones como enlace de la cadena y no como dimensiones de
profundidad, justamente donde el corte tendría que ver con interrumpir un
discurso que viene por el lado de lo imaginario para introducir...

A.E.: es que ya no se trataría de un discurso “que viene por el lado de lo


imaginario”, y cortar no sería “introducir algo de lo real”. Ya se nos cambia la
lógica. Cambia la lógica. Porque en la perspectiva de la cadena borromea,
sólo con el cierre de lo real, en cierto tipo de anudamiento, es posible que sea
dicho lo que hay de imaginario en esa cadena. No hay nada “que venga”. O
sea, ¿cómo hacemos nosotros? –dejemos un poco la teoría y vayamos a lo
que hacemos nosotros: una paciente habla de la cuñada, y que la odia a la
cuñada y habla todo el tiempo de la cuñada. Para nosotros, si la paciente
habla mucho de la cuñada, es imaginario, porque es la rivalidad a-a’, entonces
hay que cortarlo, y el lacaniano habitualmente le corta la sesión o le dice “¿de
vuelta con su cuñada?” o si está más sofisticado le dice “acá se trata de hablar
de usted”, lo cual es una idiotez de las peores pero se hacen. Con lo cual,
podríamos decir que hablar de la cuñada no necesariamente es imaginario.
Sólo podría ser que fuera de la índole de lo imaginario, si ya se pudo estabilizar
en la misma cadena, qué es simbólico y qué es real, o sea, dejaría de ser en sí.
Podría ser una apuesta, yo no digo que no, porque el analista por lo general
está como perro en cancha de bochas, yo también lo hago, probar para ver si
un primer cierre hipotético puede ser que la pelea con la cuñada no sea el
problema, por ejemplo, que tal vez el problema no haya sido entre Caín y Abel.
Yo pruebo ese tipo de ideas. Habitualmente propongo: ¿no será que Dios vio
con buenos ojos el sacrificio de Abel y con malos ojos el de Caín? Que para
colmo era el primogénito... que no es joda en la religión judía ser el
primogénito... con lo cual quizás el problema lo introdujo Dios. Entonces si
uno puede hacer así entonces sí, si uno puede apostar, sí, y se le puede decir
“pero quizás el problema no sea con hermano, sino en cómo usted y su
hermano fueron capturado en una lógica que implique otras dimensiones, por
ejemplo sus padres”. O “si usted se pelea tanto con su hermana, ¿por qué no
hablamos de cómo se llevaba su mamá con su hermana, o sea, con la tía de la
cual usted tanto habló?”, con lo cual, ahí se agrega otra dimensión, y es en la
medida en que uno pueda agregar dimensiones lógicas para entender aquello
de lo que se trata, como puede ser leído en la cadena, pero entonces no es
que “viene imaginario”, es que ya tienen que estar los registros en la cadena,
sólo que se tienen que articular y advienen a la mirada a partir de una lectura
que nosotros podemos llamar interpretación.

Ese trabajo de Poincaré que les mencionaba está en un libro que se llama
Ultimos pensamientos, inhallable, si quieren se los paso. No sólo Poincaré,
sino otros autores que he leído que tratan sobre dimensiones espaciales, por
ejemplo Ian Steward –que se los recomiendo muchísimo- escriben libros para
que los papás puedan ayudar a los chicos cuando les enseñan geometría no
euclidiana en el colegio. Él dice que topológicamente hablando, las dos
primeras dimensiones, son evidentes, pero la tercera no. Nunca lo entendí.
Si hay algo que es seguro, es que donde más seriamente se estudian las
dimensiones del espacio, que es en física y en matemática, seguro que la
intuición kantiana no opera. Eso es seguro: que no sabemos lo que es una
dimensión espacial, seguro que no lo sabemos por intuición, porque no tienen
que ver con la intuición.
Ahora vamos a trabajar este sector de la cadena significante, que para que nos
ordenemos con el texto es a partir del versículo 16 de “Paréntesis de los
paréntesis”. El tema fundamental, voy a trabajar los cuatro o cinco aspectos
que encontré referidos por Lacan en la cadena, en el fuera de paréntesis, fuera
del entrecomillado, y me parece que para el estado de discusión actual en
psicoanálisis, tal como soy capaz de establecerlo, el concepto sobre el cual
quiero hacer hincapié porque me parece el más importante es sobre “rasgo
unario”. Porque Lacan va a designar a estos 1, “rasgo unario”.

“Lo que queda afuera de las comillas representará el campo del Otro (A del
esquema L). Allí domina la repetición, bajo la especie del 1, rasgo unario, que
representa (complemento de la convención precedente) los tiempos marcados
de lo simbólico como tal.”55

De la convención precedente, se acuerdan que habíamos hecho ciertas


oposiciones, como ser:

Ello icc
0 1

a pesar de que hay 0 y 1 de ambos lados, que Lacan establece una convención
para escribir 0 de este lado y 1 del otro, la convención precedente es la de los

55
Lacan, J. (1988) Escritos 1, “El seminario sobre La Carta Robada”, Paréntesis de los
paréntesis. Pág. 49. Buenos Aires: Siglo XXI
0, recuerden los 0 mudos del silencio de las pulsiones. Pero a esto lo llama
rasgo unario [a los 1, fuera del paréntesis redoblado]. Me parece que para decirlo
por ejemplo en términos de Milner y El periplo estructural, una discusión de las
que hay en Occidente, sostenidas en el transcurso de la historia de Occidente,
que podrían ser planteadas como entre tres, entre cuatro o entre cinco, es la
oposición entre physei y thesei, o sea lo que es según naturaleza o lo que es
según convención, physis y thesis, lo que es según naturaleza o según
convención. A partir de Nietzsche, Marx y Freud, se termina de imponer una
versión de lo humano como biológico. A partir de estos tres autores,
fundamentalmente como hacedores de opinión en Occidente, se termina de
establecer que lo más propio y específicamente humano es lo biológico. ¿Por
qué? Si lo quieren en Marx, el mejor lugar donde lo pueden leer es en La
condición humana, de Hannah Arendt, un libro viejo, que está muy en boga
ahora. Que plantea cuál es según ella la condición humana, y el argumento es
distinguir entre labor, trabajo y acto. Y dice que lo humano solamente adviene
cuando hay acto, y aclara que acto para ella es discurso y palabra, o sea que
para nosotros es fuertemente importante. Y ahí hace una crítica extensísima y
clarísima, inobjetable, de Marx. Porque Marx, con su concepción de la
economía consolida la versión del hombre fundamentalmente entendido como
ente biológico, porque para Marx la clave de toda la economía es que el obrero
–para colmo miren cómo lo llama Marx: animal laborans, animal laborante-
produce una mercancía en una ecuación que no hay que perder de vista y que
es la cantidad de horas que producir esa mercancía le lleva, en función del
tiempo que le lleva producir además la cantidad de trabajo que le permita
alimentarse, a sí y a los suyos, y descansar. Esa es la clave de la economía
científica marxista donde verán que directamente el hombre es un animal, ahí
no hay diferencia. Y los marxistas, de ahí en más, consideran que la plusvalía
es el exceso que se queda el capitalista de la fuerza de trabajo –observen de
vuelta que es “fuerza” de trabajo, que fuerza es lo que también encontramos en
los animales. Si ustedes quieren, para pensar problemas del estilo de la
transferencia, habría que distinguir fuerza –la del animal-, poder –poder de
policía- y autoridad, por ejemplo como la que puede llegar a tener un analista
en transferencia. Pero fuerza nos queda del lado del animal, ¿no se dice
“fuerza bruta”, acaso? Entonces, observen que en Marx, toda la economía y la
revolución es concebida a partir del animal laborante. Y a partir de Hannah
Arendt hay que preservar la distinción entre laborante y trabajador.
En Freud, obviamente es indudable, lo mejor que encontré para leer es
Destinos personales de Remo Bodei, donde hace una crítica concreta, es
increíble el trabajo que hace, también hay un libro de divulgación que es un
libro de entrevistas y se llama El Dr. Freud y los nervios del alma, ya me parece
que está todo dicho, ya que a Freud es al primero que se le ocurrió que el alma
podía consistir en vínculos de nervios, la tripa, la pulsión. Destinos personales
es el tercero de otros dos que no están en español todavía, están en italiano.
Sigue viniendo mucho material de calidad de filósofos políticos italianos, se
nota que se armó una escuela ahí poderosísima. En Freud, indudablemente,
lo que Freud levanta como problema es el problema de la conciencia, o sea,
¿qué da unidad al ser humano? Freud en su correspondencia dice que lo
impactó y lo ayudó muchísimo el libro sobre inteligencia de Taine. Empieza a
advenir un problema que es que lo que se establece es que la conciencia no es
continua, es discontinua. Lo que nosotros hoy llamamos conciencia,
automáticamente despierta la idea de subconciente. Porque yo no tengo ahora
en mi conciencia todo lo que yo sé y conozco simultáneamente presente. Si no
hacemos un pequeño esfuerzo, no tenemos la tabla del 9 en la cabeza, hay
que empezar a hacerla, y viene. Entonces se empieza a establecer el
problema para pensar lo humano debido a que el yo-conciencia no puede dar
unidad porque no es constante. Empecemos por el “pienso, luego existo”.
Bueno, ¿y mientras no pienso? Se empieza a producir el problema de la
discontinuidad de la función pensamiento, de la función yo, de la función
conciencia. Y empiezan a aparecer autores que hablan del yo dividido, antes
de Freud y antes de Lacan. Más aún, empieza a haber autores que escriben
“Es denkt”, ello piensa. “Ello piensa” es anterior a Freud y a Groddeck. Ya
estaba instalado en la cultura que no puede ser que se siga sosteniendo que
soy yo el que piensa todo lo que vinculado a mí se piensa, porque mi yo es con
interrupciones temporales. Entonces empieza a aparecer el problema de la
voluntad. Lo que da continuidad es la voluntad. Y voluntad, es voluntad ¿de
qué índole? La voluntad de Schopenhauer, pero que no empieza con él,
Schopenhauer le da el cierre, ¿de qué índole es la voluntad, es voluntad de
qué? De vivir. Y por eso, voluntad de vivir también hay en plantas y animales.
Es el impulso de lo vital, y esto sí es continuo, salvo en casos patológicos como
el suicidio. Pero no hace falta que yo-conciencia-pensamiento cuide todo el
tiempo en mí la voluntad de vivir, porque siempre mis células funcionarán
vitalmente. ¿Y por qué mis células funcionan vitalmente? Porque ellas quieren
vivir. Y yo, como soy un conglomerado de células, también quiero vivir. ¿Se
entiende? La noción de voluntad es voluntad de vida. La vuelta la da
Nietzsche cuando propone la voluntad de poder, pero si ustedes leen
Nietzsche, van a ver que les va a quedar absolutamente biologizado el
argumento, es la gran polémica con Nietzsche, si sí o no, la base de todos sus
argumentos –que son bastante confusos y la voluntad de poder fue utilizada
póstumamente sacada de pedazos de cualquier lado, Heidegger propone
reorganizar su obra, etc.- pero más allá de la polémica, si leen la voluntad de
poder y sobre el nihilismo europeo y demás, van a ver que para Nietzsche es
muy evidente que esto es propio de la sustancia viva. Con lo cual, vean que
empieza a producirse en Occidente a partir del siglo XIX y fundamentalmente
del XX, una concepción de lo humano, de la condición humana, como
caracterizada por lo biológico. Pero que lleva obviamente a que si es lo
biológico lo que caracteriza a lo humano, ¿cómo podremos conseguir
diferencias entre los seres humanos? Biológicas, y ahí viene la raza y los
racismos modernos, la eugenesia, los genes. Y empezarán a surgir
movimientos –que ya los hubo pero nunca con la suma total del poder- que
empiezan a postular que hay hombres verdaderos hombres, por su condición
biológica, la raza. Y hay otros hombres, que no fundamentalmente por lo que
hicieron, sino que por su raza, no serán hombres, serán ratas o cucarachas. Y
empieza a surgir toda una literatura que da cuenta de que un tipo un día se
levante y sea cucaracha, La metamorfosis de Kafka, un tipo que había peleado
en la Primer Guerra por Alemania, que su padre fue un general prusiano, un
buen día se da cuenta de que deja de ser alemán, y hasta deja de ser hombre,
porque las diferencias entre los hombres pasan a ser por el cuerpo.

Pero es todo mi tema con el goce. Me parece que el tema del goce sigue en
esta línea, el goce sigue pensando a lo humano vía lo biológico. Que la cultura
va hacia ahí y que no se puede evitar, es obvio. Tuve una entrevista con
padres por un pacientito, los entrevisté unas cuantas veces, ellos se mataban
entre sí, hasta que el papá se enojó mucho con la mamá en la entrevista
conmigo, y le dijo “pero acaso eso (que le iba bien en el colegio) ¿no es bagaje
genético mío?” Y la madre no se escandalizó, porque ella también creía que
era genético. Y es el problema con las adopciones en la actualidad, por qué la
gente se desespera por tener hijos biológicos. Se hacen 162 implantes, in
vitro, congelan óvulos, etc. ¿Por qué no adoptan? Está bien que en Argentina
es difícil. Digo, me parece que hay una desesperación porque sea carne de mi
carne. ¿Por qué? Porque se quiere que sea hijo de uno. Y para hoy, “hijo de
uno”, por esta lógica hacia la cual corre Occidente, es “carne de mi carne”.
La dificultad de la adopción se puede ver desde otra perspectiva: piensen en la
desesperación del niño adoptado por ir a la búsqueda de la que fue su madre
biológica. Primero averigua si no es hijo de desaparecidos, si no es, empieza
la terrorífica pregunta de ¿y por qué ella me entregó? Y es una pregunta que
solamente se justifica con “carne de mi carne”. No solamente la estructura
lógica de la pregunta sino también lo que la motoriza. Uno podría decirle, pero
tu mamá, la adoptiva, ¿fue buena o mala madre para vos? No, fue buenísima.
¿Y vos te sentís plenamente hijo de ella? Sí, bárbaro, pero mi pregunta es... y
ahí insiste. ¿Por qué le interesa tanto esa pregunta? Porque para nosotros
todo corre mucho hacia el lado de la carne. Ese es un movimiento occidental
consolidado fundamentalmente por Marx, Freud, Nietzsche, son los autores
que todos citan para dar cuenta de cómo se consolida a nivel de la reflexión en
occidente el problema de lo biológico. Mi impresión es que hay que dar
discusión a qué lleva eso en la comunidad, en la sociedad, a qué lleva eso en
el vínculo entre las personas, por ejemplo, la desesperación por la cuestión
estética. ¿Recuerdan la película Brasil? En que la vieja esa no paraba de
hacerse cirugías. Es una película de hace 30 años que pescó muy bien la
cuestión. Porque la desesperación es que si lo humano está en el cuerpo, el
estado de lo humano es el estado del cuerpo, o sea mi belleza es la belleza de
mi cuerpo. Hacia eso corre nuestra cultura. La pregunta es: ¿el psicoanálisis
también debe correr hacia ese lado? Aunque nació con el movimiento de
Freud de los nervios del alma, de las pulsiones de las tripas, del manantial del
cuerpo, de la exigencia de trabajo que lo corporal el da a lo anímico, aunque el
psicoanálisis haya surgido según Freud de ese movimiento, nosotros
¿debemos seguir en ese movimiento? Ese es el problema que yo planteo
cuando critico el estatuto que actualmente tiene el goce en psicoanálisis
lacaniano. Porque me parece que es el nombre moderno en psicoanálisis de
ese estado de situación. Que no es fundamentalmente si physis o thesis, sino
que indudablemente para todo es physis. No se distingue más, lo fundamental
es el goce del cuerpo. Creo que hay que discutirlo, en el sentido
fundamentalmente de qué conviene para la posición del analista.

Ahora, teóricamente hablando, esto se anuda –aunque parezca mentira- al


rasgo unario. A mí me parece que uno de los problemas teóricos más grandes
del psicoanálisis radica acá, en el einsiger Zug de Freud, leído como rasgo
unario de Lacan. Así que lo que voy a proponer es leer de acá para allá, pero
acentuando fuertemente el estatuto, qué quiere decir “rasgo unario”. Por
ejemplo, que Lacan llame a esto [1] rasgo unario, tendría que ser la muerte –
aunque sea parcial- de los millerianos presentes, tendrían que quedar en
fading. Observen por qué: primero, porque es segundo. Y segundo, porque
es múltiple, no es uno el rasgo unario. No hice nada más que decirles que
observen que no pone rasgo unario al comienzo de la tabla. Un milleriano de
buena cepa hubiera dicho que Jacques-Alain tiene razón, y se hubiera fijado en
el primer 1 que aparece al comienzo de la tabla, porque empieza a partir de un
1. Pero quería poner en discusión justamente que para Lacan sin embargo, del
lado izquierdo, la convención que vale es la del 0. Y del lado derecho, no se
olviden que en alemán, francés y español se escribe de izquierda a derecha,
así que inexorablemente en nuestra convención de escritura iría primero lo que
está a la izquierda, especialmente si estamos revisando la cadena significante
planteada como escrita. Unas citas para introducir el problema. Del libro de
Jacques-Alain Miller, Recorrido de Lacan, el primer artículo que se llama
“Recorrido de Lacan”, que es la conferencia de Caracas, página 17.

“Lacan señala que el automatismo de repetición, en el sentido de Freud,


vehiculiza una huella imborrable, que el inconsciente está constituido por esta
huella de la cual el sujeto no logra desembarazarse.”

Para mí, esto es todo Miller, completo y junto. Lo sorprendente es la


coherencia discursiva de Miller y lo temprano que apareció. Yo dicté un curso
sobre Miller y estudié muchos libros de él y es exactamente la misma lógica
que plantea desde el ’78 hasta el 2004 que es hasta donde llegó mi lectura.
Escuchen:

“Lacan señala que el automatismo de repetición, en el sentido de Freud,


vehiculiza una huella imborrable...”

Vehiculiza una (1) huella imborrable.

“... que el inconsciente está constituido por esta huella...”

Entienden cómo es, no? Una huella, y el inconsciente constituido en torno a


esta huella, o sea, se arranca de Uno.

“... de la cual el sujeto no logra desembarazarse.”

Una pregunta –no lo sigue diciendo Miller, pero: no logra desembarazarse


¿antes del análisis o aún con el análisis? Si leen a Miller es aún con el análisis,
no logra desembarazarse. Ya que esto [ | ] es el sujeto, esta huella, nosotros
somos esto, somos una (1) huella. Porque Miller, leyendo a Lacan -van a ver
que esto es de Lacan- dice que cada uno de nosotros somos Uno. Para esto
hay que leer Plotino. Hay citas de Miller donde dice que hay que leer Plotino.
Si cada uno de nosotros somos Uno, la pregunta es cómo y a partir de qué
somos Uno. Y Miller contestaría: a partir de lo que dicen Freud y Lacan. Y es
que cada uno de nosotros comienza y es una huella. Que se caracteriza por
ser una huella imborrable.

En la página 14 de Los signos del goce, de J.-A. Miller, en el apartado “Una


ética del forzamiento”, Miller dice que su posición ética para leer a Lacan es
forzarlo. Forzarlo a decir lo que no concluyó de decir, es un tipo de lectura. De
hecho, es lo mismo que hizo Lacan con Freud: Lacan no dijo que Freud dijo A
y él dijo B. Forzó la letra de Freud para que Freud terminara diciendo lo que
decía Lacan. Es una ética del forzamiento, es una forma de leer que es
forzando al autor. Si leen Heidegger como Heidegger lee Nietzsche, van a ver
la misma ética del forzamiento.
Dice Miller:

“Podría haberlo llamado, para seguir en la línea de la extimidad, Unariedad.


Algunos de ustedes conocen lo unario, neologismo que sirvió a Lacan para dar
un valor distinto a einziger Zug, expresión que halló en Freud y que es un
hápax.”

Bueno, cita de Lacan del Seminario 9, clase IV, justo en la mitad de la clase
dice:

“esto es para introducirlos a lo que hace a la esencia del significante del que no
por nada ilustraré lo mejor de su forma más simple, que es lo que designamos
desde hace algún tiempo como el einziger Zug. El einziger Zug, que es lo que da
a esta función su valor, su acto y su pertinencia, es lo que para disipar lo que
podría quedar aquí de confusión, necesita que introduzca para traducirlo mejor
y de más cerca, este término que no es un neologismo56 y se emplea en la
denominada teoría de conjuntos, es el término unario.”

Es increíble. ¿Acaso Miller no leyó? No, lo que pasa es que lo fuerza. Lacan
dice que no es un neologismo, y que él traduce –para darle todo el estatuto al
einziger Zug en la clínica psicoanalítica- einziger Zug por rasgo unario. Les
advierto que no es un neologismo –está publicado- ya que está en el
diccionario. Lo más increíble es que Miller no se haya fijado en el diccionario
francés. Unaire. No es un neologismo, es de teoría de conjuntos. Pero
entiendan cuál es el problema de Miller: que Miller tiene que atacar que sea de
teoría de conjuntos porque la teoría de conjuntos no nace del Uno. Nunca,
nunca la lógica de teoría de conjuntos nace del 1. Con lo cual, Miller tiene que
atacar que sea de teoría de conjuntos y tiene que establecerlo,
consecuentemente con su posición, como neologismo. Y en el diccionario, si lo
buscan, advierte además que hay escrituras hechas en base a rasgos unarios
que no son de la teoría de conjuntos y que son este tipo de escritura, palotes:

56
el subrayado es de A.E.
Este me parece que es el problema de Lacan, es lo que contó David, el escudo
de la familia Borromei Lacan lo conoció casualmente, se lo encontró porque
alguien le contó que existía. Y a la vuelta de un viaje cuenta que fue a un
museo y vio un hueso en una vitrina con unas rayitas. Y dijo que eran las
rayitas que hace el cazador cada vez que caza una presa. Y evidentemente he
ahí el rasgo unario, dice en el Seminario 9. Me parece que estudió poco el
problema. Porque si lo hubiera estudiado más, se hubiese encontrado con
esto, que es lo que hace el preso en la cárcel, luego de 6 rayas, traza la raya 7
oblicua, que significa una semana. El palote que cruza, ¿es o no de la misma
índole de los que están verticales? Es un problema.

Un poco más de rasgo unario. Sigo con la cita de Miller.

“...neologismo que sirvió a Lacan para dar un valor distinto a einziger Zug,
expresión que halló en Freud y que es un hápax.”

Hápax. Dice el diccionario:

“Hápax legomenon: con este término (en griego) se designa todo rasgo
lingüístico que se documenta una sola vez.”

El problema es que en Freud, está cinco veces. Me podrán decir que lo sé


porque yo tengo el CD de Freud y Miller no lo tiene. ¡Pero no todo lo que uno
lee por primera vez garantiza que sea un hápax! ¿Entienden por qué lo
marco? Porque si dice que es un hápax, es esto mismo (la marca de la huella).
¿Ven por qué para él es importante? Porque así puede decir que no sólo
Lacan inventa un neologismo para dar cuenta de lo único más único, de la
índole de lo Uno más radical, sino que para colmo en Freud está una única vez.
Y les advierto que no, porque no sólo que en Freud está cinco veces, sino que
tres de esas cinco son en el mismo sentido que en “Psicología de las masas...”
con la identificación al padre.

Un poquito más, para que no crean que es sólo delirio mío, somos varios los
que deliramos parecido. En Los signos del goce, de Miller, página 38,
encontrarán el siguiente párrafo:

“No sé si esto les hace pensar en algo... El cariño que siento por los
neoplatónicos se debe al hecho de que gracias a su Uno tuvieron cierto número
de problemas que se relacionan con aquellos que Freud y Lacan –nuestro
Platón y nuestro Plotino- nos dejaron.”

¿Ustedes sabían que Freud y Lacan eran nuestro Platón y nuestro Plotino? Es
sorprendente. No sé si saben quién es Plotino. Hoy vamos a tener un poco de
Heráclito, un poco de Parménides. Un poquito de Plotino, porque me parece
que hay cuestiones que vamos a tener que discutir. Una cita más de Miller,
pág. 40 del mismo libro, en un apartado que se llama “Hacer Uno”:

“No obstante, y para ser más claros, debemos decir que, en realidad, sin lo Uno
no se puede pensar ni plantear ni operar con el sujeto en el psicoanálisis.”
Se dan cuenta cómo entonces la teoría del Uno, pero entendido como un solo y
único Uno, el hápax, esa huella imborrable en la cual consiste el inconsciente.
Busqué la cita pero no la encontré, pero hay en Freud un problema que
asemeja a esto. Y es que para Freud, cuando el niño recién nacido abre los
ojos, tiene una sensación y de esa sensación se produce una marca, una
huella en las neuronas. Luego viene otra sensación y produce otra, y luego
otra y otra. Y a partir de allí, se empiezan a producir asociaciones. Y Freud
dice que esas asociaciones se establecen por azar, la única lógica que hay es
el azar. ¿Cuál azar? El de haber experimentado primero una cosa y luego la
otra. O sea, el bebé está tomando la teta, siente que satisface su hambre y se
inscribe la vivencia de satisfacción. Tenemos la huella mnémica del hambre y
la huella mnémica de la leche, y todo junto es lo que Freud llama vivencia de
satisfacción. Pero si en ese momento se produce un portazo por el viento y un
sobresalto, entonces se produce la huella del sobresalto. El vínculo entre
hambre, alimento y sobresalto, es absolutamente casual para Freud. Estaba
buscando la cita porque efectivamente es el punto donde ciertos argumentos
de Freud se articulan, porque efectivamente se parte de un Uno y luego se va
produciendo la serie de asociaciones.

Conferencia “Teoría de los Goces”, septiembre del ’81, pág. 149, 150 y 151 del
libro Recorrido de Lacan de J.-A. Miller.

“El punto de partida, tratándose del goce, es el cuerpo.”

“El goce en sí mismo, en función de lo que de él alcanzamos a conocer, es una


perturbación de cuerpo, constituye en sí mismo una relación perturbada del
anaimal que habla con su propio cuerpo, no hay, al respecto, armonía del
goce.”

Vayan acentuando bien el “sí mismo”. Si hay algo que sea Uno, la virtud de
que sea Uno es que sea idéntico a sí mismo, o sea, que para que no lo sea,
tiene que haber Otro.

“Se nos obliga a tener relación con e Otro, lo cual indica de entrada que el goce
no es el goce del Otro, que puede, en primer término, ser el goce del Uno
mismo.

“...Lacan admite el goce como el único real de la práctica psicoanalítica,...”

“el goce es lo más real que tenemos en la experiencia analítica...”

y es del cuerpo. Y lo último, página 80 del libro Lo real y el sentido, apartado


“La última enseñanza de Lacan”:

“En todos los esquemas de los nudos que Lacan multiplica en su última
enseñanza, sin embargo, el goce del Otro permanece vacío. En oposición al
deseo, el goce es una categoría que se basa en lo Uno.”

Entonces observen que para mí es muy importante que trabajemos rasgo


unario, porque me parece que si uno quiere darle una discusión al lugar que
tiene hoy el goce en el psicoanálisis lacaniano, como dimensión del cuerpo
propio, el goce como una dimensión propia y específica del cuerpo propio -el
animal humano- lo que tenemos que trabajar teóricamente no es solamente
eso y asumir una posición ética en torno a eso, sino discutir muy bien la idea de
Uno en psicoanálisis. Porque el goce, tal como se nos propone es un goce
cuya esencia fundamental es ser Uno, y parecería que todo eso proviene del
rasgo unario.

Con otros psicoanalistas estamos estudiando mucho el problema del autismo, y


es muy frecuente que entre psicoanalistas lacanianos un argumento que se
utilice para pensar el autismo sea justamente una modalidad operatoria del
rasgo unario, o sea, cómo falla el significante y queda sólo el estatuto de lo
Uno, o sea, un autista sería alguien encerrado en sí mismo como Uno. Como
teoría del autismo me parece una porquería. Es como decir que el autista es
un caprichoso a la enésima potencia, que está absolutamente encaprichado
consigo mismo. ¿Será eso un autista? ¿O será necesario considerar al Otro
para tener lo mínimo explicativo de la teoría del autismo? Supongan que les
derivan un autista. ¿Sería una falla del sí mismo? ¿Es alguien encerrado en sí
mismo?

Pero el problema, como siempre, está en Lacan. Quiero presentarles entonces


el problema en Lacan. En la clase 1 del Seminario de La Angustia, que ya está
publicado en versión oficial en francés y español, en español, pág. 30 y 31,
clase 2 que se llama “La angustia, signo del deseo”, Lacan dice, y me parece
que todo depende de cómo se lean estos párrafos:

“...procediendo por la vía de ir a los textos sobre del afecto, acabamos de ver
que, respecto de lo que pensamos nosotros los analistas, no hay quién sea
claro. Hay ahí algo profundamente insatisfactorio y que constituye una
objeción suficiente. En efecto, es exigible al título que sea, que satisfagamos
cierto ideal de reducción simple. ¿Qué quiere decir esto? ¿Por qué? ¿Por qué
desde el tiempo en que se hace ciencia, ya que estas reflexiones se apoyan
sobre algo muy distinto, y el campo es mucho más vasto que el de nuestra
experiencia, por qué se exige la mayor simplicidad posible?”

Está claro que esto es la mayor simplicidad posible, no?:

¿hay algo más simple que esto?

“¿Por qué lo real sería simple? ¿Qué puede permitirnos suponerlo siquiera un
instante?”

ahí pareciera que va hacia “no”... parece que nos está llevando a que lo real
no es simple, a por qué tendría que ser simple. En la versión vieja del
seminario hay alguna diferencia de palabras, unas cuantas, pero no de sentido,
así que este es un problema en Lacan. Observen cómo sigue:

“¿Qué puede permitirnos suponerlo siquiera un instante? Pues bien, nada,


salvo ese initium subjetivo que enfaticé aquí durante toda la primera parte de
mi enseñanza el año pasado, o sea, que no hay aparición concebible de un
sujeto en tanto tal sino a partir de la introducción primera de un significante, y
del significante más simple, el que se llama rasgo unario.”

¡Entonces lo dice! Pero ¿se acuerdan de la cita que les leí de Lacan sobre
rasgo unario? ¡No dice eso!

Seminario 9, clase 4, 6-12-61, por la mitad de la clase:

“esto es para introducirlos a lo que hace a la esencia del significante del que no
por nada ilustraré lo mejor de su forma más simple, que es lo que designamos
desde hace algún tiempo como el einziger Zug. El einziger Zug, que es lo que da
a esta función su valor, su acto y su pertinencia, es lo que para disipar lo que
podría quedar aquí de confusión, necesita que introduzca para traducirlo mejor
y de más cerca, este término que no es un neologismo y se emplea en la
denominada teoría de conjuntos, es el término unario.”

O sea, no es un único significante. Es la esencia de la función de todo


significante. Así lo presenta en el Seminario 9. En el 10, no dice eso. En el 10
Lacan dice otra cosa. Se pregunta por qué lo real tendría que ser simple para
el psicoanálisis, y dice “nada”, salvo ese “initium” –supongo que querrá decir
inicio, pero no sé por qué lo pone en latín, no logro pescar a qué está haciendo
referencia-.

“¿Qué puede permitirnos suponerlo siquiera un instante? Pues bien, nada,


salvo ese initium subjetivo que enfaticé aquí durante toda la primera parte de
mi enseñanza el año pasado, o sea, que no hay aparición concebible de un
sujeto en tanto tal sino a partir de la introducción primera de un significante, y
del significante más simple, el que se llama rasgo unario.”

No era eso lo que estaba diciendo. Supongamos que tenemos varios tipos de
significantes. ¿Cuál va a decir Lacan que es el rasgo unario? Aquel de esos
significantes que sea el más simple. Está hablando de un tipo de significante,
no de una característica esencial de todos los significantes. Es una enorme
diferencia, y va a decir que el más simple de todos los significantes, es el inicio
del sujeto. Quiere decir que todo el sujeto comienza a partir de la posibilidad
de establecer un significante, que es el más simple. Pero ¿entienden por qué
puede ser el más simple, aquí? Porque como es el inicio, todavía no se
complejizó con la diferencia que va a tener con los otros. Es simple porque es
del inicio

Comentario: y podría ser cualquiera...

A.E.: es cualquiera. Con una característica esencial: que es el más simple de


todos. Y es el más simple de todos porque es el que se establece al inicio.
Pero antes no definió rasgo unario así. En el Seminario 9, dice que es la
propiedad elemental de todo significante, que es que permite contar 1, que todo
significante permite contar 1. Pero acá no está diciendo eso. Sigamos un poco
más porque se complejiza, Lacan después dice lo otro, van a ver. Sigo:

“El rasgo unario está antes que el sujeto...”

Y ahora viene una... que es para morirse...

“En el principio era el Verbo...”

lo que él mismo sostuvo, lo sostuvo para colmo en los primeros seminarios de


una manera muy paradójica, porque leyó verbo como palabra, pero verbo, si es
palabra en el Evangelio, no lo es en el sentido de la lingüística.

El rasgo unario está antes que el sujeto. En


el principio era el Verbo, significa que en
el principio era el rasgo unario.
Es fuerte, eh? No sé si conocen la polémica que hay en torno a “en el principio
era el Verbo”, está también que en el principio está la acción. Goethe y Marx
sostienen que en el principio era la acción, razón por la cual todos los marxistas
siguieron sosteniendo que siempre la práctica va encima de la teoría. Y es por
eso que ustedes me discuten a mí que es más importante analizarse que
estudiar para ser analista. En todo caso, si para ser analista hay que
analizarse, eso es marxista... o de Fausto.
Aquí dice:

“en el principio era el rasgo unario...”

y aquí vienen una inflexión. ¿Se acuerdan los que participaron del curso
“Lacan y Freud” o “Lacan o Freud”? Ahí yo les había propuesto que estaba de
acuerdo con Miller cuando Miller decía que no había una teoría de Lacan sino
que había una enseñanza. Ya no estoy más de acuerdo con Miller. Es muy
difícil moverse en psicoanálisis, es tener manteca bajo los pies. Miren lo que
sigue diciendo Lacan:

“...en el principio era el rasgo unario. Todo lo que es enseñable debe conservar
el estigma de este initium ultra simple. Es lo único capaz de justificar para
nosotros el ideal de simplicidad.”

¡Ah! Les leo el párrafo de vuelta. Parecía que estaba hablando de lo real, ¿por
qué lo real sería simple? Por nada, salvo porque para establecer el inicio de un
sujeto, hace falta establecer un inicio ultra simple, que es el rasgo unario,
entonces dice que en el comienzo no es la acción, en el comienzo no es el
verbo –la palabra- sino que en el comienzo es el rasgo unario. En el mismo
párrafo sigue diciendo:
“Todo lo que es enseñable debe conservar el estigma de este initium ultra
simple. Es lo único capaz de justificar para nosotros el ideal de simplicidad.”

Entonces, no está diciendo que las cosas sean así, sino que es para enseñarlo.
Por una enseñanza. ¿Entienden lo que quizás esté queriendo decir? Que
como nosotros somos tarados, él no puede decirlo de otra manera, porque
tiene que enseñarlo, y siempre que hay una enseñanza tiene que postularse un
inicio. Pero eso es un déficit de la enseñanza, no de las cosas. ¿Aceptan esta
salvedad? Vean cómo sigue:

“Simplex, singularidad del rasgo, eso es lo que nosotros hacemos entrar en lo


real, lo quiera lo real o no. Una cosa es segura que entra, y que ya ha entrado
ahí antes que nosotros. Por esa vía, todos los sujetos que dialogan
ciertamente por algunos siglos, tienen que arreglárselas como puedan con esta
condición, que precisamente entre ellos y lo real está el campo del significante.”

Ahí ya no sostiene más el rasgo. Ahí sostiene el campo del significante. Sigue
peor:

“...porque que fue con este aparato del rasgo unario...”

Entonces es un aparato, y si es algo que es un aparato es que no es Uno.


Nada que sea de la índole de lo ultra simple puede ser un aparato. Un aparato
tiene partes.

““...porque que fue con este aparato del rasgo unario como se constituyeron
como sujetos.”

Entonces, no es un comienzo ultra simple: hace falta un aparato del rasgo


unario. Pero fíjense cómo sigue en el párrafo siguiente:

“¿Cómo iba a sorprendernos reencontrar su marca en lo que es nuestro


campo, si nuestro campo es el del sujeto? A veces en un análisis hay algo que
es anterior a todo lo que podemos elaborar y comprender. Lo llamaré la
presencia del Otro, con mayúscula, no hay autoanálisis, ni siquiera cuando se
imagina que lo hay.”

Entonces Lacan dice que para que haya una enseñanza, para que haya un
maestro –y si hay maestro, hay alumno- tiene que postularse un comienzo ultra
simple, eso es para que haya enseñanza. Pero no es que Lacan diga que las
cosas son así. Lo que Lacan dice es que antes de que haya sujeto ya tenemos
la presencia del Otro, la presencia completa del campo del significante. ¿Se
entiende el problema? Hay una vacilación en el texto de Lacan donde parece
que por un lado dice que efectivamente por un lado dice que se parte del rasgo
unario como sostiene Miller, que todo sujeto se inicia en una marca, que Lacan
no dice que sea imborrable, eso lo agrega Miller, pero me parece razonable
que digamos que es borrable o que no es borrable, Lacan no dijo nada pero
Miller aporta –por su clínica o por su análisis, no sé- y fuerza a que esa marca
sea imborrable.
Ahora, Lacan dice que eso es necesario de ser postulado así tan sólo porque
hay enseñanza. Porque hay algo que no se puede transmitir en ninguna
enseñanza y es que antes de todo sujeto está el aparato del rasgo unario, el
campo del significante, la presencia completa del Otro.
Si me permiten, sigo un poco más:

“... A veces en un análisis hay algo que es anterior a todo lo que podemos
elaborar y comprender...”

me parece que también se podría decir “enseñar”

“.... Lo llamaré la presencia del Otro, con mayúscula, no hay autoanálisis, ni


siquiera cuando se imagina que lo hay. El Otro ya está allí. En esa vía, en
esta misma perspectiva se sitúa la indicación que ya les he dado en relación
con algo que va mucho más lejos, o sea, la angustia...”

No se olviden de que es el seminario de la angustia. Recuerden que para


Freud la angustia advenía como respuesta a la maniobra que el propio
individuo tenía respecto de sus pulsiones.

“... voy a empezar indicándoles a este respecto, cierta relación a la que hasta
ahora no he hecho más que darles una imagen. La última vez les recordé esta
imagen con el dibujo evocado una vez más por mi presencia, muy modesta y
llena de embarazo, frente a la mantis religiosa gigante. Pero ya les dije algo
más al precisar que eso está relacionado con el deseo del Otro. A ese Otro
con mayúscula, antes de saber qué significa, mi relación con su deseo cuando
estoy en la angustia, lo sitúa de entrada en A mayúscula, para acercarme a su
deseo retomaré la vía que ya he abierto, y es que he dicho ya que el deseo del
hombre es el deseo del Otro.”

¿Entienden la polarización que se arma? Por un lado tenemos que en todo


comienzo tenemos Otro con A mayúscula, y el Otro que se escribe así “Otro”,
va a este lugar, con lo cual podríamos definir madre, madre es cualquier Otro
que se ubique en el lugar de A.

Otro A xyz

Y que antes que cualquier sujeto, antes de todo sujeto, hay lugar del Otro (A) y
Otro que se ubica en ese lugar, con lo cual, el inicio de todo sujeto es imposible
de ser planteado, porque nosotros no podemos establecer, dado el lugar del A
y la existencia del Otro que encarna este lugar, dónde comienza el sujeto.
Hace 15 ó 20 lo trabajábamos con mucha más sencillez, cuando decíamos que
nomás con haber elegido el nombre, y aún el niño no había nacido –o sea, no
había ni cuerpo propio ni goce- ya había comenzado la condición subjetiva, en
aquello que estaba cifrando ese nombre o -más sutilmente- en lo que significó
en la economía de esa pareja el establecimiento de ese nombre, o sea, qué
guerra hubo o qué conflicto, o qué solución pacífica para la elección de ese
nombre. Lo que estoy queriendo decir es que si ese nombre fue puesto es
porque otro fue rechazado. Si un niño lleva el nombre del abuelo paterno –aun
antes de que hubiera embarazo alguno- ¿no está ya el problema de por qué no
el nombre del abuelo materno? ¿Por qué el nombre de un abuelo y no del otro?
¿Hay posibilidad de establecer un comienzo ultra simple, si no es por el
cuerpo? Ahora, si es por el cuerpo, ¿estamos seguros que lo que estamos
diciendo es absolutamente humano? Si proviene del cuerpo propio, si el goce
es Uno –porque proviene del cuerpo propio- y ahí, aunque no se dice, se
deduce que porque es Uno, el cuerpo propio es Uno. De hecho, piensen
mucho en “cuerpo” porque es la metáfora fundamental para decir cuando un
conglomerado se convierte en Uno. Después de la caída de las soberanías y
empezaron las democracias en Occidente, apenas empezaron las democracias
la metáfora más consistente para hablar de lo social era hablar del cuerpo de lo
social, porque cuerpo indica precisamente eso: lo que hace Uno.
Pero cuando nosotros trabajamos supuestamente con el texto de Lacan, si
fundamos que lo humano proviene del goce del cuerpo, ¿estamos seguros que
es lo humano? ¿O estaríamos diciendo como creo yo que dicen Freud, Marx,
Nietzsche y es que somos sustancia viva, y depende de con qué se encuentre
la sustancia viva se irá orientando entre humano o animal? Pero planteado así,
vean que se puede volver siempre a animal. Cuando se dice que alguien es un
animal, ¿qué se quiere decir? Que ha retrocedido en la escala hasta aquello
que está en la base de todos nosotros. Me parece que en este tipo de
argumento está gran parte del problema del psicoanálisis en general y es cómo
nos posicionamos nosotros respecto de lo humano. Ahora, el problema no es
sólo si lo consideramos un derivado de la sustancia viva, de la voluntad de vivir,
que por nuestra capacidad cerebral, como somos capaces de hablar nos
convertimos en animales hablantes –como dice Miller en el texto que cité-
¿nosotros somos animales hablantes? O lo humano, como por ejemplo la
negatividad hegeliana, surge por la tachadura de esto [naturaleza]? Es una
posición que hay que asumir. Pero en paralelo con esto, lo que nos permite
pensar es el problema del origen. No del origen animal o no animal de lo
humano. Si el origen de lo humano no es animal, entiendan que si adviene un
sujeto y antes hace falta Otro y A, eso significa que para la persona que ocupó
el lugar de A, se reproduce la cuestión para atrás:

Otro/A Otro/A S

Entonces, no hay origen. Si se ataca el origen animal, nos quedamos sin


origen, y en general eso no gusta. Es una forma de explicar las cuestiones que
implica la posibilidad del origen, y es por eso que en Hegel la lucha a muerte
por puro prestigio de la cual saldrán amo y esclavo, es mítica, porque no pudo
haber existido, eso lo trabaja muy bien Lacan en los seminarios 1 y 2.
Otro problema que tenemos es si el origen es Uno. Y ahí hace falta pensar en
Plotino, porque es el autor que propone que el ser es Uno y que luego por
procesión, a partir del Uno, se producen las diferencias. Nosotros deberíamos
pensar en un esquema problemático mínimo, las diferencias entre Heráclito,
Pitágoras y Parménides. Recordarán que Heráclito es el del cuentito del río,
pero no es como en el cuentito. No es que nadie se puede bañar dos veces en
el mismo río. No es eso. Lo que él propuso es que la mejor imagen del ser en
tanto que hace Uno es el río. Porque es una articulación de muchas partes que
se articulan de tal manera que producen la constitución de un Uno, siempre y
permanentemente distinto de sí mismo. Estamos en el 500 antes de Cristo,
aproximadamente, y la unidad es el complejo singular y coherente de todas las
cosas, pero siempre en movimiento, o sea, hay Uno pero no es idéntico a sí
mismo. El otro autor de la misma época pero de las corrientes presocráticas
itálicas –no jónicas- es Pitágoras, que es el de la dualidad, finito-infinito, par-
impar, etc. La característica fundamental es que para Pitágoras lo que funda la
dualidad es el vacío.

Vacío

Hay dos porque hay vacío. Para nosotros, el intervalo en la cadena


significante. O sea, sólo porque hay intervalo es que hay dos significantes,
porque se introduce ese corte en la cadena. Con lo cual, Pitágoras no sólo
plantea que el mundo es esencialmente dual, sino que para que exista, para
que pueda existir como dualidad, requiere de un vacío que funcione como
intervalar. 50 años más, pasamos al 450 antes de Cristo, ya con Parménides
tenemos el verdadero comienzo de la filosofía occidental, porque es el primero
que propone que la filosofía es deducción lógica, sin el concurso de los
sentidos, o sea, algo pre-cartesiano pero sorprendentemente pre-cartesiano,
sin el concurso de los sentidos él propone una deducción lógica y es que el ser
es y no puede no ser, y el no-ser no es y no se puede decir nada de él. Ya
tenemos una cuestión y es que si decimos que el ser “es”, en Parménides hay
una dificultad para distinguir la utilización del verbo ser en forma de
designación, “Carlos es pelado”, o en forma ontológica, es una diferencia que
no contaban en griego, no contaban con esa diferencia que es de donde surge
la filosofía como la conocemos nosotros que es como reflexión sobre el ser.
Pero no solamente que el ser es y el no-ser no es, sino que la primera
consecuencia de que el no-ser no es, y no se puede decir nada de él es que se
descarta totalmente toda función del vacío. Con lo cual, observen que
consecuentemente se hace Uno. Es cierto que el psicoanálisis no es una
filosofía, ni en el sentido antiguo, porque no indican una cosmovisión ni una
forma de vida. O sea, no hay nada que indique, de forma de vida, que habilite
o no habilite per se a ser analista, por ejemplo. Nosotros no tenemos una
filosofía en el sentido de cosmovisión que determine forma de vivir. ¿Qué
forma de vivir tendría que tener un analista? ¿Tendría que casarse? Y miren
que si seguimos se presentan problemas, eh? ¿Si es homosexual? Nadie lo va
a decir porque somos muy modernos, pero por adentro ¿no empiezan a pensar
en el Edipo, etc.? Pero no es así. Y como filosofía moderna, me parece que el
psicoanálisis no es una filosofía por varios motivos, primero porque es una
práctica, y si hay algo que caracteriza a la filosofía moderna es que no es una
práctica. El filósofo solamente estudia el problema, no propone ninguna vía,
porque si propone, entonces es filósofo y político, como Zizek, que es filósofo y
funcionario de su gobierno. Cuando vino Agamben el año pasado, le
preguntaban entonces qué había que hacer y el respondió que él no iba a
proponer jamás qué hacer, él sólo proponía cómo estudiaba el problema. Eso
es un filósofo. Es interesante, que es una reflexión que está limitada de toda
práctica.
Entonces, no tenemos una cosmovisión que nos determine qué es un analista,
para colmo nosotros practicamos –la filosofía no practica- y lo que seguro hace
del psicoanálisis que no sea una filosofía, es que nosotros practicamos caso
por caso. Si quisiésemos decir una filosofía caso por caso, ¿qué tendría es de
filosofía? El psicoanálisis no es una filosofía, pero la pregunta que hago es
¿tenemos o no que fundarnos en cierta filosofía? Por ejemplo, ¿adscribimos o
no adscribimos a filosofías que dicen que lo humano proviene de la continuidad
y transformaciones de lo animal; o de filosofías que proponen que lo humano
surge a contramano de lo animal, que lo humano surge con un acto negador,
donde lucha a muerte, ahí muerte indica justamente eso, la negación de todo lo
vivo? Otra cuestión: nosotros partimos de filosofías, debemos o no elegir
filosofías que partan de lo Uno, en el sentido de un comienzo bajo la forma de
una huella, o de que el rasgo aparece ya como segundo y bajo formas
múltiples? Supongan el caso de alguien que viene a consulta y plantea que
fue abusada por el abuelo desde los 2 meses hasta los 12 años y que eso le
dejó una marca, y dice “eso no se modifica, no?” ¿Qué piensan ustedes? ¿Se
modifica o no se modifica? ¿Qué le ofrecemos?

David Szyniak: pero esa pregunta de si se modifica o no, puede instalar la


posibilidad de que se arme una cadena...

A.E.: pero según cómo la contestes. Porque si decís que no...

D.S.: sí, pero instala la posibilidad de que se arme una cadena y no el Uno
original...

A.E.: por eso digo, me parece que arma posiciones clínicas. “Yo soy huérfano
de madre y padre y me crié en un orfanato, ¿estoy sonado, no?”. ¿Qué
contestan? Me parece que hay que contestar que no, al menos la posición
ética que yo asumo frente a esos argumentos, aunque no me pueda explicar
bien, yo tiendo a decir que no, ¿por qué? Puede salir de un orfanato alguien
que salió a robar, a drogarse y a los 15 años ya estaba muerto, tanto como
alguien que trabajó, se casó, formó una familia y es un buen padre. ¿Por qué
no? Si yo me los imagino, ya los hay. ¿Por qué no? Pero si estamos diciendo
que no, ¿qué sería una huella imborrable en el origen? ¿Algo del cuerpo?
Pero ¿qué del cuerpo?
Les propongo reconvertir nuestro diálogo: yo no estoy hablando de lo que se
puede o no se puede hacer. Si me preguntasen a mí si alguien –con la
problemática que sea- se puede curar en análisis, si me lo preguntan en serio,
la verdad es que no sé. Tengo muchas dudas en serio, de si algo puede ser
sustituido por otra forma. Pero digo ¿cuál es la posición que hay que asumir
como analista frente a eso? ¿Qué es lo que hay que ofertar como chance o
posibilidad? No sé a dónde vamos a llegar, si vamos a llegar a puerto, o en el
camino cuál será el puerto, no sé efectivamente dónde vamos a llegar, pero
¿cuál es la posición del analista? En el sentido de si algo puede tipificar
posición del analista en el sentido de nuestra clínica.

Comentarios inaudibles

A.E.: depende de la actitud que uno tenga. Si es del goce es Uno y es del
cuerpo, y hay una huella imborrable de la cual el sujeto nunca se va a
desembarazar, la dirección de la cura es amigarse con eso. Y miren que no
estoy diciendo esto porque lo saque de la galera sino que están sacados de
textos de colegas... y después te agregan el “sinthome” y ya no sabés qué
cuernos están queriendo decir... ¿qué será el sinthome? Pero digo,
“amigarse”... porque si es Uno, es del cuerpo, y en eso consiste él... ya está.
La dirección de la cura sería muy clara: de eso, de lo que le molesta,
terminaremos que sea lo menos posible. Es una dirección de la cura muy
precisa. Ahora, eso no habilita decir ¿por qué tendría que ser esto? ¿por qué
usted tiene que ser eso? ¿por qué usted tiene que ser una única cosa? “No,
porque desde mi infancia...” ¿Y qué tiene que ver? “Desde que me acuerdo
esto es así”. ¿Y? ¿Quién le dice que esto comenzó en el momento en que
designa “desde que me acuerdo”? ¿Y si esto tiene tres generaciones, y no es
más que el resultado de una máquina muy compleja, de un montón de
engranajes, que podríamos empezar a moverlos y a tocarlos, porque son tres
generaciones? Pero después tenemos muchos problemas. La virtud de Miller
es que tiene una enseñanza. Y Lacan dice que toda enseñanza se funda en
decirles a los alumnos que hay un comienzo ultra simple. Pero me parece que
eso da una posición en la clínica. ¿Y si no? Porque eso es si hay origen, pero
si no hay origen, entonces uno puede ir elevándose, pero ya no es el cuerpo
propio. Ahora, si no es el cuerpo propio, la pregunta es ¿qué hacemos con el
goce y la pulsión? ¿Hay que dejar caer a Freud? Uno podría decir que sí,
hasta incluso decir ¡abajo Freud! Pero ¿hay psicoanálisis si cae Freud?
¿Entienden el problema, no? ¿Hay psicoanálisis sin Freud? ¿Es concebible un
psicoanálisis sin el esfuerzo de trabajo que el cuerpo le impone a los psíquico,
o ya es otra cosa? Como Anna Freud, que hizo la psicología psicoanalítica del
yo.

Comentario: Freud es una huella única e imborrable...

A.E.: para el psicoanálisis. Es el padre, es el padre de la criatura. Por eso hoy


se sigue discutiendo de Freud. ¿Por qué los libros de los norteamericanos, de
los ingleses, de los franceses, siguen diciendo que Freud era un estafador, que
salía con la cuñada, que era un mentiroso, que los casos clínicos fueron
falseados –y es cierto? Los casos de Lacan también están falseados, Aimeé...
lo que conocemos tiene muy poco que ver con la señora esa, y es la tesis de
Lacan. Entonces el problema es que, lo que tenemos que discutir son todos
los lugares donde se funda la lógica de las grandes diferencias. A mí me
parece que en La Carta Robada, que también es de Lacan, habrá que revisar
qué quiere decir a partir de los Seminarios 16 y 17, al final de su enseñanza,
esa presencia recurrente y omnipresente del goce –habrá que ver, todavía no
está bien discutido ese problema- no sé si él está diciendo que seamos
animales hablantes...

êtreparlê = ser hablante o hablado, primero el ser y luego el habla

pero Lacan dice parlêtre ¿por qué dice parlêtre? ¿Qué quiere decir?

Comentario: el hablanteser.

A.E.: hablanteser, con lo cual tenemos que empezar a pensar otra modalidad
del ser, que ya no tenga que ver con el ser vinculado a como lo pensaron por
ejemplo Freud, Nietzsche, Marx, que está esencialmente vinculado a la función
corporal. Ustedes me dirán ¿por qué? Porque quizás Occidente, el Occidente
de los últimos 300 años, sea donde lo humano, por correr hacia el individuo,
necesariamente corre hacia el cuerpo, eso es nuestra cultura. ¿Qué se puede
hacer contra eso? Nada, porque estas cosas nadie las hace, nadie las impide,
nadie las crea, nadie las evita. Ahora, lo que pregunto es ¿cuál es la posición
que nosotros queremos darle al psicoanálisis en relación a esto? Podría ser en
el mismo sentido, si lo dicen en el mismo sentido, tendrá muchos adeptos.

Occidente Individuo – Uno


Cuerpo

Porque todo lo que se diga de izquierda a derecha va a resultar obvio y


evidente. O en sentido contrario. La posición ética del psicoanálisis, en
relación a lo subjetivo, ¿es ir en sentido del individuo, el Uno, el cuerpo; o es
hacia lo contrario? ¿Cuál es la posición típica que lo caracteriza? En Lacan, a
mí me parece que, con el párrafo que les señalé, hay una vacilación que no
queda muy claro de qué índole es: si es que él vacila entre dos formas de
concebir, o que dice de ambas series de cosas por funciones distintas. Quizás
él decía “todo sujeto se inicia por el rasgo unario” porque quería tener alumnos.
Y quizás calculó que hacía falta que tuviese muchos alumnos, para luego poder
decir “siempre primero está el Otro” –lo que es impensable- y que hubiese una
gilada sentada ahí que haga número... ¿entienden? Para que lo que él decía
existiese como discurso. A mí me parece que el psicoanálisis implica una
posición ética contraria ¿por qué? Porque me da la impresión de que nuestros
pacientes, se caracteriza por un sufrimiento. ¿Y cuál es nuestra clientela y cuál
el sufrimiento que la caracteriza? Me parece que nuestra clientela se
caracteriza por quejarse del movimiento hacia el individuo. Por ejemplo, las
primeras histéricas, cuando llegaron a Freud, ¿a quién venían de ver? A un
médico. ¿Por qué habían ido a ver a un médico? Porque les dolía el cuerpo.
¿Y el médico qué les dijo? Ya eran médicos modernos, “usted en el cuerpo no
tiene nada, vaya a ver a un doctor que se encarga de eso, el Dr. Freud”. O
sea, es gente que se queja de un dolor corporal –muy modernos- pero que en
el cuerpo no tienen nada. Lo van a ver a Freud. Dora, el más grande
malentendido de la historia del psicoanálisis. Lo va a ver a Freud, ¿y qué hace
Dora cuando lo va a ver a Freud? Se queja del Otro. Ahí comienza la muerte
del psicoanálisis, porque Freud dice “sí, sí, pero ¿qué culpa tiene usted en
aquello de lo que se queja?” O sea, Dora era una típica persona de estas, que
viene a hablar del Otro y cómo le duele a ella lo que el Otro hace, lo que el Otro
dice, lo que el Otro piensa. Con lo cual, me parece que nosotros tenemos justo
una posición que no es el malestar en la cultura. Nosotros tenemos una
clientela que justamente viene a quejarse de dolor –la palabra dolor es
maravillosa, en francés, en alemán y en español, y es que se utiliza la misma
para dolor corporal y dolor psíquico. Ahora, la expresión dolor psíquico en el
mundo lacaniano desapareció, porque todo es goce corporal. Pero yo no veo
justificada esa desaparición: a la tristeza ¿llamarla goce? Porque se la llama
goce... si un paciente viene triste y sigue triste después de dos años de análisis
lacaniano, ¿qué dice el analista lacaniano? “Es un goce”. Y no importa la
tercer palabra, goce, las que matan son “es” y “un”. Con esas dos ya nos
abrochan mal, no hay cómo salir del “es”. Pero justamente, me parece que la
posición analítica es “¿y eso por qué es?” Porque quizás no sea eso. ¿No
podría ser una alegría reprimida que retorna como tristeza, no puede ser? Ya
sé que no se imaginan la alegría, porque los analistas son todos pesimistas,
creen que la vida verdadera es una mierda. Pero ¿no podría ser una alegría?
¿No puede ser que una persona tenga alegría pero aparece como triste porque
por la depresión que tiene la madre no se anima a vivir su propia felicidad?
¿No podría ser un caso? Cuando ya se dice “es” y “un”, llamarlo Roberto o
llamarlo goce, da igual, no importa el nombre que le pongas, puede ser la
pulsión de muerte. El asunto es si nosotros nos basamos en una concepción
del sujeto donde haya un “es” y donde haya un “uno”. Me parece que en La
Carta Robada, el rasgo unario entra de tal manera que es maravilloso:
observen que está del lado del Otro, y vean que si se dice que el rasgo unario
es un uno a partir del cual se origina un inconsciente, ¿de quién? de Roberto –
no va a ser de la mamá de Roberto... Pero acá, el rasgo unario está en el
campo del Otro, que para colmo es el lugar desde donde viene la
interpretación. Observen la disparidad. Está múltiple, no es originante, es
secundario, y que para colmo está intercalado con algo que es muy interesante
y que es la perversión pura y simple. Es muy interesante de pensar esta
categoría. Lacan dice que este paréntesis (10101) es la perversión pura y
simple, y que la perversión pura y simple la propone en el sentido del Abate de
Choisy, y lo llama el falso cogito. Porque lo lee en las Memorias del Abate de
Choisy, como el cogito cartesiano y lo llama falso cogito, porque lo lee así:
“pienso cuando soy el que está vestido de mujer”, ese es el gusto del Abate de
Choisy, que mantenía relaciones sexuales con mujeres pero él se maquillaba y
se peinaba y se vestía de mujer, como había hecho siempre su madre con él,
que lo disfrazaba de nena. Pero observen que para Lacan, justamente, hay
“yo” de este lado (a-a’), que es imaginario pero es el verdadero yo, ¿cuál es el
verdadero yo? El de la relación yo-otro yo. ¿Y cuál es el falso cogito? Todas
las posiciones que se caracterizan por el “soy”. Para Lacan la perversión es
cuando el sujeto se localiza en a y se invierte la dirección del fantasma. Y es
perversión pura y simple –ni sádica ni masoquista- sin ninguna modalización,
todas las posiciones en que en la escena fantasmática la división cae en el
Otro y uno cae en la posición del objeto, que Lacan lo lee en a: “pienso cuando
soy”. Para concluir: es otra referencia al problema del ser. ¿Ven cómo
considera Lacan la función del ser en la cadena significante que representa al
sujeto? Cualquiera que se postule como ser, es perversión pura y simple, no
es verdadera posición de sujeto. Y puede ser: “pienso cuando soy el
huérfano”, “pienso cuando soy el violado”. No estamos poniendo en tela de
juicio el huérfano, el violado, el maltratado. No es que desvalorizamos todo el
trabajo en análisis sobre esas terribles historias, sino lo que pueda fundar del
“soy”. Ahora, paradójicamente, Lacan lo plantea como lo que está en el
campo del Otro, del mismo lado de donde está el rasgo unario. Y observen
que muchos autores –Miller especialmente y todos sus seguidores, la gran
mayoría- sostienen que justamente el rasgo unario es lo que fundamenta el ser
del sujeto, ser de goce. Con lo cual, me da la impresión de que este debería
ser uno de los textos fundamentales para tomar en cuenta en un diálogo que se
quisiese hacer, por ejemplo, Lacan vs. Miller, o Lacan vs. Lacan, o Lacan vs.
Freud, justamente por cómo se tramita acá la función de la pulsión, ¿se
acuerdan lo que era el silencio de las pulsiones, no? Nada más que términos
de la cadena. ¿Cómo plantea Lacan analizar, en los términos de la cadena
significante, lo que es el ser? Que no es nada más que una posición perversa.
Bueno, dejamos aquí.-

Versión no corregida por el autor.


Desgrabación: Mariana Gomila.
Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
“Críticas a la formalización matematizada en Psicoanálisis” por Haydeé Montesano
Clase N° 14 – 20-10-06

Haydeé Montesano: como ya había anticipado Alfredo, voy a tomar para hoy
lo que podríamos ubicar como las críticas a la formalización matematizada en
psicoanálisis. Me parece importante comentarles lo que fue produciendo esta
búsqueda para organizar una presentación que permitiera desplegar las
formulaciones críticas de modo coherente, transitable, propio de este ámbito.
Y la dificultad es que pareciera que más allá de las voces que se alzan
cuestionando la utilización de la formalización matematizada, de la articulación
de lo matemático al campo del psicoanálisis, digo, más allá de esas voces
resulta bastante difícil ubicar algún planteo o cuestionamiento que tengan cierto
orden, que estén sistematizados de alguna manera, como para poder ubicar
argumentos o cierto tipo de planteo que sitúe la razón de la crítica, y que por
otra parte, como todo planteo crítico, también debería contraofertar otra
posición o alternativa. Y me imagino cosas que para todos serán conocidas o
habituales, desde el decir por ejemplo que alguien no se siente cómodo
utilizando modelos matemáticos, o que es ajeno a su propia subjetividad, o aún
en aquellos casos donde se lo plantea como muy ajeno al campo de la
subjetividad, tampoco pareciera quedar fuertemente argumentado.
Sin embargo, a pesar de esto que les comento como un dato que me parece
que ya habla de la posible posición crítica, tal vez sea cierto, porque
matematizar siempre indica cierto orden, cierta condición de justificación, y tal
vez aquello que sencillamente se le opone no se ve obligado o convocado a
generar campos argumentativos. Pero sin embargo, a pesar de eso, sí fue
posible localizar al menos dos posiciones dentro del psicoanálisis, la de Juan
Bautista Ritvo, quien no sólo plantea su objeción a lo que él llama cierta
obsesión en Lacan por la matemática, que convengamos que de todo lo que es
capaz de proponer Ritvo, esto es lo menos sustentable. Pero sí tiene una
posición y un decir que les propongo trabajar en un rato, y también, desde ya,
esto nos va a permitir un intercambio.
La otra referencia que creo que es ineludible es la de Miller. Si bien Alfredo se
ha ocupado de citar, de leer, de hacer lugar a todo lo que podríamos ubicar en
a producción de Miller como el cuestionamiento, la discusión respecto de la
lógica, la matemática, donde claramente Miller la ubica en un momento de la
enseñanza de Lacan que no daría cuenta de ese último Lacan superador de lo
anterior, pero que me parece que es insoslayable, no sólo porque en este
momento seguimos entendiendo que es una de las figuras de mayor presencia,
y –entiendo yo- eficacia sobre el discurso del psicoanálisis en Buenos Aires
fundamentalmente, sino porque además es algo que él viene sosteniendo en
sus diferentes producciones, bajo diferentes formas, y además con el planteo
que ya conocemos todos, que es que en lugar de la lógica sería la poesía.
Tal vez por esta razón se me hizo casi imprescindible tener que recurrir a
autores que no son estrictamente psicoanalistas, que están ligados al campo
de la filosofía y la lingüística –al menos los que voy a citar- porque ya el hecho
de introducir un término como es “poesía”, que me parece que para poder
sostener la formulación de la crítica (que tampoco excluye un posicionamiento
crítico de quien sostiene la crítica) que no nos podríamos quedar en una
generalización respecto de lo que la poesía, como término en general puede
llevarnos a la vaguedad de no precisar de qué se habla cuando se plantea la
inclusión de lo poético. Entonces esto me llevó a rastrear en otros campos
discursivos, por ejemplo la filosofía, porque van a ver que la condición de lo
poético va a introducir necesariamente el problema de la ontología, y desde ya,
uno aquí podría empezar a puntualizar distintas preguntas, al menos para mí
esto exigiría interrogar la pertinencia o no de la pregunta por lo ontológico en el
campo del psicoanálisis, porque en definitiva, y esto creo que es fundamental,
más allá de estos recorridos por posiciones teóricas, en última instancia de lo
que se trata es de cómo se constituye una dirección clínica.
Estoy trayendo en alguna medida un campo discursivo –el filosófico- la
pregunta por el ser, la ontología, no quisiera, en ese sentido, que quedemos
suponiendo que el problema de la crítica rozaría estrictamente un debate
teórico, sino que necesariamente todo este recorrido está planteado, está
promovido para pensar si este debate en definitiva lo que estaría generando
como efecto más inmediato es una posición clínica que necesariamente marca
direcciones diferentes.
Por otra parte, para poder organizar este campo crítico, se me hace necesario
traer cierto ordenamiento, no algo demasiado minucioso pero sí cierto
ordenamiento de cómo podemos pensar cierta construcción del campo del
conocimiento, dicho así de la manera más tradicional respecto de la pregunta
por el conocimiento y su objeto, y en este sentido, voy a trabajar con una parte,
un capítulo de El periplo estructural de Jean-Claude Milner.
Los otros autores de la filosofía son Badiou y Agamben, y si bien el intento es
sostener este problema de lo poético, llegado el momento, en el terreno que
involucra a lo ontológico, también me pareció importante abrir una pequeña
mención a cierto asunto de lo literario –en parte porque me gusta, les confieso-
porque nos va a permitir señalar esta diferencia de lo que indica la inclusión de
lo poético respecto de la ontología a lo que tal vez puede significar la figura del
poeta en esa otra experiencia de palabra –distinta a la filosofía- que es la
poesía. Ya hice una breve mención a Agamben, después vamos a retomarlo.

Como les decía entonces, vamos a ordenarnos y les voy a proponer trabajar
con una parte del texto de Jean-Claude Milner, El periplo estructural, que tiene
como subtítulo “Figuras y paradigma”. ¿Qué quiere decir? Que él arma un
recorrido del mapa del estructuralismo a partir de sus figuras. No los menciona
como autores sino como estas figuras que van marcando, señalizando ese
periplo que realiza el estructuralismo, y arranca con Saussure, Benveniste,
Barthes, Jakobson y Lacan. Luego de este recorrido por las figuras lo que va a
situar es el paradigma. O sea, el paradigma del programa de investigación y lo
que se organiza, que para él también es a considerar y es el movimiento de
opinión. Voy a trabajar con algunos aspectos de esa parte del libro, la del
paradigma, porque por otro lado entiendo que hace a sostener las
argumentaciones respecto del uso de la formalización matematizada en
psicoanálisis, es lo que se viene desplegando en este curso, es lo que está
argumentando Alfredo, es lo que aparece con lo que hemos visto, ya sea con la
inclusión de la topología, de los modelos en Freud, del nudo, que fue la
anteúltima de las presentaciones; entonces, no voy a ubicar eso pero sí me
interesa proponerles una manera de empezar a abordar cierto campo de la
crítica, mejor dicho, de cierto ordenamiento en lo que Milner decía del campo
de la realidad a conocer, y esto arranca con los griegos. Algo mencionó
Alfredo la última vez. Esta manera de pensar ese campo de las realidades a
conocer para el mundo griego arrancaba con la physis por una parte y la thesis
por otro. Estos dos términos, Milner los presenta indistintamente como
polarizaciones o como dicotomías. Y a mí me parecía importante señalar que
no es lo mismo la consistencia de dos polos a la de una dicotomía. En el punto
donde la existencia de dos polos podría ser entendido como la constitución de
un campo de fuerzas, donde el polo negativo y el positivo no podría uno
prescindir del otro, no es algo que constituyera dicotomía. A diferencia de lo
dicotómico, donde el planteo de dos términos quedan en contradicción y en una
suerte de instancia superadora una de la otra, o de anulación una de la otra.
Digo esto porque me parece que no es menor, considerando que lo que va a
proponer Milner es que esta modalidad de estos dos términos recorre la historia
del debate sobre el conocimiento en Occidente. Pero que ha tenido diferentes
maneras de quedar planteada en el juego de los momentos históricos, de los
marcos de subjetividad, de los movimientos propios del conocimiento, la
aparición de la ciencia bajo términos diferenciales a la de los mismos griegos,
por lo tanto, creo que uno podría establecer que hay determinados momentos
en donde esto funciona en forma dicotómica y otros donde queda planteado
como dos polos respecto de un campo de fuerzas que sería el del
conocimiento. En physis, rápidamente no solo por Milner sino también por el
mismo Lacan que en el Seminario 17, ubica la naturaleza. Habría que tener en
cuenta que esta modalidad de la naturaleza ligada a este término griego physis,
es un tanto más abarcativo de lo que tal vez para nosotros remite, esa figura de
las ciencias naturales: botánica, zoología, anatomía, eso era el “mundo
natural”. Pero habrá que plantear que aquí lo que se agregaría, que después
con Badiou vamos a ver una lectura un poco más específica que él va a
realizar sobre esto, pero sí plantear que en este sentido la naturaleza queda
ligada a una condición de necesidad. Es aquello entonces que se verifica
como necesario, lo que necesariamente es bajo ciertas condiciones, presencias
o apariciones. Entendido como una categoría lógica, lo que necesariamente
es. Del lado de la thesis, claramente estaría aquello que se podría pensar
como una construcción, que creo que el término más frecuente al menos para
nosotros sería el de ubicar acá lo que sería del orden de la cultura en tanto
término bastante amplio que implique todo aquello que quede del lado de
producción de lo humano, y en este sentido, la condición para la thesis, para
esta construcción, está connotada como contingente, lo contingente en su
sentido más amplio: como lo que puede ser o puede no ser.

Physis Thesis

Naturaleza Construcción (cultura)


Necesidad Contingencia

Ustedes podrán ver que esto es una organización básica en todo sentido,
porque en el trabajo que hace Milner ubica una serie de complejidades y
asimismo aclara que no está incluyendo todas las complejidades posibles, no
es que vayamos a suponer que esto marca una linealidad a lo largo de la
historia, no es que estas dos modalidades marquen una linealidad o una
cuestión unívoca en el sentido de que por allí se ordene todo el debate del
conocimiento en Occidente de allí a la fecha, pero sí nos permite ubicar estos
campos que después nos van a dar algunas pautas para pensar desde dónde
se posiciona cierta articulación crítica, y también entender desde dónde se
posiciona la formalización matematizada.
Lo que sí me parece importante ubicar acá es que dice Milner que existen
distintos movimientos, quiasmas, cruces, ¿por qué? Porque si tuviera que
darles el típico ejemplo de la necesidad, ¿cuál sería? Que yo les diga que si yo
dejo este objeto –esta tapita- sin apoyar, necesariamente cae. Ahora, cuando
yo argumento las razones por las cuales esto sucede, voy a aludir a una ley
física, a la ley de gravedad, y el punto es hasta dónde entonces el campo del
conocimiento podría ser estrictamente bajo este orden o bajo aquel otro,
cuando lo que yo hago al producir o al generar una construcción teórica estoy
ubicando algo del orden de la construcción. Si bien no es que esté haciendo
un cruce o algo de una suplementación que encaje o que se ajuste, pero
empiezan a perder ciertos límites, ciertos bordes. Y probablemente un o de los
puntos más importantes a señalar en este desarrollo del debate en el campo
del conocimiento sea la aparición de la ciencia de Galileo, que como dato
crucial es esta inclusión de la formalización matematizada, que uno no podría
dejar de plantearla bajo el registro de la thesis, de lo que se construye, pero
que sin embargo pareciera que sigue situando algo del orden del objeto
“natural”, pero ya esta conmoción deja las cosas en otro orden.

Elisa Bellman: se podría decir que a partir de la ley de gravedad, ya no es


“natural” que la tapita caiga...

H.M.: es y no es. Porque no podríamos, y aquí es donde aparece el problema


que quería ubicar y es respecto de la “naturalidad” del objeto, o sea, la
condición misma para el objeto. Pero en alguna medida, claro, pone en un
terreno ya no de esta especificación puntual y de categorías inequívocas, lo
natural con la construcción. Porque la construcción teórica empieza a traer
problemas sobre la categorización del objeto. O sea, por eso digo que es algo
de una complejidad que excede este pobre esquemita. Pero sí me parece que
es fundamental que esta inclusión, esta aparición de la modalidad de la ciencia
de Galileo, y la aparición de la formalización matematizada, las fórmulas, es
algo que le permite a Milner empezar a registrar algo de lo que después es
tomado para la aparición de lo que conocemos como estructuralismo. Porque
para Milner, el estructuralismo sería una respuesta a esta composición
dicotómica o polarizada respecto del campo del conocimiento, porque lo que va
a producir es un cuestionamiento respecto ya no sólo del problema del objeto
en juego, como natural o como construcción, sino que empieza a intervenir el
problema de lo necesario y de lo contingente. Voy a hacer una mención antes
de ubicar esto y es respecto de la condición misma del estructuralismo y cómo
Milner la va a trabajar en dos sentidos, en dos planos: por un lado el programa
de investigación, aquello que podemos decir estrictamente su orden
académico, y por otra parte la corriente de opinión, la doxa, que no excluye a
los académicos. Pero es importante ver cómo la duración precisa del programa
de investigación del estructuralismo tiene un tiempo bastante acotado, en años,
sin embargo es la doxa la que lo sostiene por más tiempo. Me recordaba al
hecho sorprendente de cuando era chica y me enteré de que uno podía estar
viendo una estrella que hacía rato que ya no existía, sin embargo seguía
brillando. Si bien Milner también propone que ya para el año ’68 ya nada
quedaba del estructuralismo, y plantea que Lacan abandonaría el
estructuralismo a la altura del Seminario 17, bueno, para mí es una pregunta,
no me queda suficientemente claro que debamos considerarlo así, y en algún
punto creo que no es ajeno a la posición crítica sobre la formalización, que en
última instancia también se ponga en cuestión o en cuestionamiento la
condición estructuralista para el trabajo en psicoanálisis. No sólo el tema del
cuestionar el tema de la formalización matematizada sino si esto a veces no
puede llevar al punto de cuestionar también la modalidad, o sea, pensarlo en el
marco del estructuralismo.
Les decía que esta forma del estructuralismo vendría a dar un nuevo paso, una
respuesta posible a esta división, afectando, tomando el problema de la
necesidad y la contingencia, porque si vamos ubicando en ese primer
programa de la fonología estructural en la cual se basa Lévi-Strauss, lo que
empieza a situarse es que si bien estamos hablando de aquel objeto que sigue
siendo construido claramente, aquello que está del lado de la cultura, se
trataría entonces de ubicar aquellos elementos mínimos que permitan plantear
condición –y uno diría necesaria- para por ejemplo registrar humanidad. Como
si dijéramos que ahora la antropología estructural si va a poder aseverar
existencia humana respecto de determinado descubrimiento, va a ser a
condición de encontrar cierto elemento mínimo como necesariamente allí.
Vemos que esto articularía o pondría de otra forma, nuevamente, la condición
entre el objeto y su modalidad respecto de la contingencia o de lo necesario.
Dicho entonces esto, presentada esta suerte de esquema, agrego que el
programa estructuralista va a incluir como una de sus posturas es la de la
formalización matematizada. Como está ubicando elementos mínimos, está
planteando que es posible la utilización algebraica de las letras, que van a
permitir ordenar o poder escribir para cierta forma de lo transmisible algo que
en todo caso sí permita la particularidad. Inscribir en cada una de esas
fórmulas la particularidad. Es lo que habitualmente nosotros suponemos que
podríamos hacer respecto de la fórmula del fantasma, esa fórmula que nos
daría elementos mínimos de estructura, nos permitiría ubicar la particularidad,
no porque la tengamos prevista, en este sentido uno podría preguntarse si se
conserva algo del orden de lo contingente o no, pero se nos hace posible
generar una transmisión.

Vamos a ubicar entonces a Ritvo, ya para ir al primer psicoanalista que


cuestiona y no sé si decir que Ritvo cuestiona duramente la formalizaciones
matematizadas. Tal vez tiene una manera discursiva que es muy tajante, muy
drástico en muchos sentidos y argumenta desde su posición. Es claramente un
erudito, es una persona que tiene un recorrido y una cantidad de citas muy
variadas y muy amplias, yo voy a tomar del libro Del padre, políticas de su
genealogía, es un libro de diciembre del 2004, no es el último pero es bastante
reciente. Específicamente voy a hacer lugar a ciertos planteos que él hace en
el segundo de los artículos que forman este libro, que se llama “La ambigüedad
del padre”. Es evidente por el título que lo que está trabajando es el problema
del padre, y en este segundo punto del segundo artículo, va a arrancar con lo
que Lacan dice del Nombre-del-Padre. Porque a partir de esa mención al
Nombre-del-Padre como lo esencial a toda articulación al lenguaje humano,
citado por Lacan, trae como pregunta Ritvo el problema que se abre a partir de
la distinción entre lenguaje y habla. Aquello que según recorre Ritvo, con las
posibilidades de cada lengua para diferenciar o no el término “lenguaje” de
“habla”, y refiriéndose a Blanchot, que en francés –dice él- emplea el término
“lenguaje” para referirse indistintamente a lenguaje o habla, y señala que no es
la decisión que toma Lacan, y observen lo que va a decir:

“Esta indistinción revela mejor que nada el cuestionamiento de la separación


entre ambos órdenes. ¿Acaso el lenguaje concebido como orden combinatorio
no sustrae la violenta, traumática cópula de la palabra con el cuerpo, para
purificarla en el cielo calmo del discurso universitario?

...el atolladero que significa empezar a sostener esa hiancia entre lenguaje y
habla, porque pareciera que empieza a empujar la construcción, esa noción de
lenguaje, en esto que él dice “el cielo calmo del discurso universitario” porque
pareciera eludir y lo leo nuevamente: la violenta, traumática cópula de la
palabra con el cuerpo. Viejo tema, no está Alfredo pero nuevamente se nos
impone esta interrogación, creo que es parte esencial de lo que hace a las
posiciones críticas a la formalización matematizada. Por supuesto que aclara
Ritvo que Lacan separa ambos órdenes y ahí, dice, comienzan los problemas.
Si bien hace lugar a que también va a producir soluciones. Hasta los desliza
como ese momento, al final de su vida, donde aparece lalangue. O sea, para
Ritvo, esta sería una solución a ese atolladero. Pero para Ritvo, se ubica y se
sostiene ese punto de atolladero, ¿por qué? Vieron que alude al orden
combinatorio del lenguaje, claramente, después, para él todo empieza a
complicarse ya en Instancia de la letra..., cuando Lacan promueve esa división
de la partición del signo, cuestiona que esto empieza a introducir... que en
realidad está planteado como algo innecesario, como es la inclusión de lo
matemático, del cálculo, que para Ritvo es absolutamente ajeno el problema
del cálculo, ajeno a cualquier contenido, por lo tanto, ajeno al campo del
psicoanálisis; y además es un gran cuestionador diciendo que los
psicoanalistas hablamos de axiomas, de algoritmos y formalizaciones sin saber
demasiado lo que decimos. Y ubica entonces que ese cálculo, esa forma que
instala la formalización, fomenta una ilusión matematizante. Va a ser muy duro
con la obertura de los Escritos, El Seminario sobre La Carta Robada, para
Ritvo esa modalidad de pensar esas cadenas de Markov, -como se llaman
esas formas combinatorias que nosotros hemos trabajado con Alfredo, lo que
va derivando en el repartitorio- para Ritvo claramente eso empieza a implicar lo
que diagnostica en Lacan como diplopía. La diplopía es una afección ocular.
es ver doble un objeto. Es interesante porque Lacan utiliza ese término cuando
trabaja el mito individual del neurótico. Ritvo la retoma para sancionar en
Lacan esta diplopía, que sería como una doble construcción, que por un lado,
con la utilización del matema, de la formalización matematizada, de ese trabajo
con las cadenas de Markov y toda esa legalidad combinatoria que resulta ser
finita, dice él, lo que genera es una construcción que no hace posible pensar
ningún resto. O sea, es como una especie de condición cerrada, que no sitúa
resto, a diferencia de todos los otros desarrollos de Lacan donde no podríamos
obviar que es Lacan también el que inventa el objeto a, aquello que más allá de
las diferentes formas de pensarlo o de ubicarlo, obviamente ubica el problema
del resto. Para Ritvo, esa utilización de las matemáticas, constituiría una
obsesión personal de Lacan, que en definitiva lo único que hace es que Lacan
vaya intentando con diferentes modelos, formas matemáticas que él dice que
van llegando a su punto de fracaso, por eso Lacan las cambia, y que esto
genera –esta diplopía- esta condición donde, por un lado se habla de un orden
cerrado, donde todo sería exacto, que sería lo matematizable; y por otro lado
aquello que sí constituye el movimiento mismo de lo que es el campo del
psicoanálisis, que para él radica claramente en la retórica, para él es la retórica
aquello con lo que se trabaja en el psicoanálisis, y hay algún punto donde
pareciera que ese cuestionamiento, cuando elude la condición de lo
matemático como impropio, y proponiendo entonces que se trata del lenguaje,
del orden del lenguaje en su modalidad retórica, para nuestro trabajo, pareciera
que empuja hacia lo que podríamos llamar cierta “naturalidad” en el objeto en
juego, como si yo les dijera que no es posible trabajar con lo matemático,
porque el sujeto nada tiene de matemático, sí en todo caso es natural el
lenguaje para el hablanteser. Y vamos viendo cómo más allá de lo que
podríamos ubicar como el estructuralismo generando cierto cruce o articulación
de estos campos, cierta posición crítica empujaría a discutir la utilización o no
respecto de la “naturalidad” que le es propia al objeto en cuestión, en este
caso, al sujeto, a la subjetividad. Más allá de esta claridad con la que él hace
su cuestionamiento diciendo que lo que podríamos llamar como del orden de la
construcción, ese dispositivo, esa máquina del lenguaje, elude lo que para él es
crucial y es esta cópula de la palabra con el cuerpo.

David Szyniak: cuando se refiere a la cópula de la palabra con el cuerpo, se


refiere a la idea de que está el cuerpo y está la palabra y algo copula ahí?

H.M.: a mí me parece que sí, me parece que al contraponer esa idea funda un
orden de “naturalidad”, como si yo te dijera que esa copulación de la palabra y
el cuerpo funda cierta naturalidad del objeto en cuestión, que sería la
subjetividad. Porque antes, lo que contrapone es la operatoria, una operatoria
mecánica, que es esta modalidad combinatoria del lenguaje. Así lo entiendo
yo.

Elisa B.: ¿vos leés en Ritvo una operación inversa al estructuralismo?

H.M.: no sé si inversa al estructuralismo, porque no creo tampoco que cuando


él menciona el estructuralismo no pareciera cuestionar la noción de estructura,
habría que ver si esto sí derivaría en un cuestionamiento, porque me parece
que lo que hace es tomar posición respecto de esta modalidad de pensar el
orden del conocimiento

Comentario inaudible

H.M.: sí, me parece una lectura que nos permite pensar que hay algo de un
retomar alguno de estos terrenos, como si condición de necesidad en todo
caso, pero además involucrada con una naturalización en el objeto en juego.
Digo “objeto” porque lo llevo al plano del conocimiento.
Si bien no leo yo al menos en Ritvo ninguna toma de posición respecto de lo
poético. Para él el trabajo es de orden retórico, claramente para él esto es lo
que naturaliza nuestro lugar y que no lo hace ajeno.

En el caso de Miller, y ya creo que Alfredo avanzó y recorrió muchísimas citas


en los textos de Miller, pero yo voy a retomar Lo real y el sentido, en ese último
artículo que llevaría por nombre general “La última enseñanza de Lacan” y que
en el punto 4 que es “De la lógica a la poesía” quedaría claramente situado
este pasaje. Este libro es una recopilación de textos de distintos cursos de
Miller, que son: Donc (93-94), La fuga del sentido (94-95) y El lugar y el lazo
(00-01). Es un conjunto de diferentes textos de distintos años. Pero tomando
entonces “La última enseñanza de Lacan” que es del curso “El lugar y el lazo”
de 2000-2001. Ya hay un punto que Miller ubica que lo subtitula “Contingencia
de las estructuras”, o sea, hay otra vuelta posible a esta construcción, donde
empieza claramente a poner en interrogación la posibilidad de seguir
sosteniendo el dispositivo analítico en el proceso de un análisis en el marco del
estructuralismo. Esto de plantear la contingencia de las estructuras, me parece
que introduce una pregunta válida. El punto es que lo que él empieza a incluir
acá es algo del orden de la experiencia. Y jugando con esto de estructuras de
la experiencia, como que habría experiencias posibles de pensarse como
estructuras, habría que ver si claramente bajo el régimen de lo que podríamos
llamar estructuralismo, o estructura como un armado, una armazón. Lo más
fuerte de este texto, o al menos lo que a mí me permite empezar a abrir ese
otro rastreo que les comentaba, es del famoso párrafo final donde dice:

“Este año, frotando unas piedras contra otras, he conseguido, al menos para
mí, producir un pequeño resplandor, lo que puede permitirme esperar proseguir
el año próximo habitando el psicoanálisis como poeta.”

Ya venía anticipando que:

“...la última enseñanza de Lacan relativiza el primado de la lógica en


psicoanálisis, (...) para resolver por el contrario en los hechos las aporías
lógicas del psicoanálisis a partir de una práctica de la poesía que es también un
límite de la enseñanza.”

Pareciera, por lo que podríamos pensar respecto a la condición de lo poético


que hay un límite respecto de lo que es transmisible, la condición de aquello
que puede ser transmitido. Y cuando quise ubicar o empezar a entender qué
significa “poeta, poético”, me parece que estamos en riesgo de suponerlo del
orden de un género literario, y me parece que eso no decía nada, porque uno
podría pensar que el psicoanálisis muchas veces ha trabajado –y se trabaja-
con el género de la poesía, Lacan hace muchos trabajos y análisis de textos
poéticos, de posiciones del poeta respecto de una lógica significante, Lacan
trabaja mucho material de la poesía, pero como material, bajo lo que
podríamos ubicar como el establecimiento de cierta modalidad del género
poético, siempre me parece que estuvo presente en el psicoanálisis. Aún el
mismo Freud con su artículo “El poeta y los sueños diurnos” donde hay una
concepción de la poesía en todo caso como esto que para Freud es
equiparable a la fantasía neurótica, al juego del niño, pero tomada en esa
construcción de lo estético que hace posible que esto tenga su toque de
belleza, su posibilidad de ser escuchado, y que no suceda como le sucede al
neurótico con la evocación de su fantasía, que lo único que le genera es
rechazo o vergüenza. El poeta y lo poético como ese movimiento no hace más
que poner en escena contendido de fantasías pero bajo una ordenación
estética.
Quiere decir entonces que para entender lo poético bajo otra condición, tal vez,
como dice Agamben, como “experiencia de palabra” y ya no como tomada en
el problema del género, el rastreo nos lleva al campo de la filosofía. A lo que la
filosofía dice respecto de la poesía. En ese sentido, Agamben en varias
ocasiones trae el problema o la condición de lo poético, ya sea en “Estancias” o
en “El lenguaje y la muerte”, cuando él va a plantear que la experiencia de
palabra de la filosofía y la experiencia de palabra de la poesía, lo único que
muestran es esa especie de fragmentación respecto del objeto en juego, por
tanto la poesía puede acceder a él –o poseerlo- sin tener conciencia, sin poder
explicarlo; y la filosofía sería aquella experiencia de palabra que sin poder tener
el objeto, sin poder acceder a él, puede tratar de explicarlo. En este
corrimiento donde una lo encuentra pero no lo explica, la otra lo explica pero no
lo encuentra. Reservo un comentario para el final, porque en lo que él llama
las experiencias de palabra sólo menciona a la filosofía y la poesía, no el
psicoanálisis. Tal vez este sea un dato para pensar.
Sin embargo, buscando entre los filósofos amigos del psicoanálisis aparece
Badiou. Alain Badiou en el texto más conocido donde está sistematizada cierta
construcción de su pensamiento que es El ser y el acontecimiento, va a traer la
pregunta –en su meditación N° 11- que se llama “La naturaleza, ¿poema o
matema?” a partir entonces de esta meditación, me parecía interesante ver
cómo se iba a poder localizar respecto de la pregunta por el ser, la condición
de lo poético, establecida entonces en términos que ya no son tan
desajustados o imprecisos como en el género literario. Me interesa ubicar
algunos aspectos de la posición teórica de Badiou, como para poder seguir
cierto razonamiento que él trae. Por empezar, si bien es filósofo, Badiou
durante algún tiempo asistió a los seminarios de Lacan, hasta un determinado
momento del libro lo llama “el maestro”, si bien menciona aquella famosa
pregunta que le hace Miller en el Seminario 11, respecto de cuál es su
ontología, y Badiou dice que el maestro responde, y el maestro no sabemos si
es sólo para Miller o a él también lo involucra, le dedica también algún capítulo
en las diferencias que tiene con Lacan respecto de la concepción de sujeto, lo
real, etc. Pero probablemente uno de los puntos que más interesa rescatar es
que todo este libro está organizado a partir del discurso matemático, es una
decisión que toma Badiou y que queda claramente expresada en la tesis, que
me parece importante retener los términos que aquí involucra. Dice:

“La tesis que sostengo no declara en modo alguno que el ser es matemático,
es decir, compuesto de objetividades matemáticas. No es una tesis sobre el
mundo, sino sobre el discurso. Afirma que las matemáticas, en todo su devenir
histórico, enuncian lo que puede decirse del ser-en-tanto-ser. Lejos de
reducirse a tautologías (el ser es lo que es) o misterios, aproximación siempre
diferida a una Presencia, la ontología es una ciencia rica, compleja, inconclusa,
sometida a la dura coerción de una infidelidad, y es así que se comprueba que
con sólo organizar el discurso de aquello que se sustrae a toda presentación,
se puede tener por delante una tarea infinita y rigurosa.”

Algunos puntos de esta tesis. Por empezar ya empieza a proponer que para
transitar el problema de la ontología habrá que ubicar cómo se va a pensar la
noción de “ser”. Él dice que el discurso matemático le va a permitir
aproximarse al ser no entendiéndolo como una naturalidad matemática sino
que lo que va a hacer –y por eso lo despega de la Presencia- es de empezar a
ubicar que serán los modos de aparecer. Porque ya va a plantear en los
primeros capítulos que no podría ser concebido el ser como lo Uno, como eso
Uno que desliza a ser pensado como una Presencia en tanto entidad, que
estaría ahí como llenando cierto vacío, sino que se trataría de lo múltiple. Por
eso trabaja lo Uno y lo múltiple, en tanto lo múltiple como los modos de
aparecer del ser. Que sería la única posibilidad de acceso a la pregunta por el
ser, sus modos de aparecer. Él va a trabajar con la lógica de la teoría de
conjuntos, no de la intuitiva sino con toda una formalización que me excede,
hay momentos que no lo puedo seguir, pero sí me interesa situar lo que para él
entonces se hace posible especificar como una noción de pensar, de interrogar
el ser, que puede ser diferenciada en tanto Presencia, que por lo tanto adviene;
o aquello que se puede establecer discursivamente –por eso toma el discurso
matemático– en sus modos de aparecer, lo múltiple. Dice que en todo caso el
Uno sólo puede ser entendido por el “cuenta por uno”, el único registro, el único
dato de lo Uno sería lo que cuenta por 1, algo del orden de lo que opera y no
de lo que es. Cita en ese punto el fundamento que da Lacan a lo simbólico,
cuando dice “Hay lo Uno”. Para Badiou esa frase en Lacan sólo puede ser
sostenida si la establecemos como esa operación, la condición de lo que
cuenta por 1. Y observen que en este sentido, la condición de lo matemático
no empieza a definir al objeto, ya no es un problema de naturalidad del objeto,
sino que pasa a ser por ejemplo, un modo en el que se funda el orden
simbólico. Que es lo que planteaba Alfredo cuando trabajó y nos había
recomendado ese texto de la historia universal de la cifra, como él proponía
que tal vez lo simbólico más que fundarse en el orden del lenguaje, tuviera más
que ver con la noción de la cuenta. En este sentido, Badiou lee del mismo
modo el orden simbólico en Lacan, como la fundación en tanto es posible lo
que cuenta por 1. Ahora bien, Badiou ¿cómo trabaja el problema de la
presentación, de lo múltiple? Lo trabaja en cierto orden de la teoría de
conjuntos con lo que él enmarca como la “situación”, o sea él trabaja
situaciones, analiza, piensa situaciones. Esa situación funcionaría con una
legalidad que le es propia, esa legalidad es lo que permite ubicar qué
elementos pertenecen y si el elemento está incluido. O sea, algo que está
presentado en ese universo, en esa situación, está presentado y representado
por la legalidad, el ejemplo con el que él más trabaja es el del Estado, un
Estado sitúa este universo, esta situación que tiene una legalidad, un modo de
representar aquello que la forma o que la configura, y por eso para él una
singularidad es aquello que se presenta pero no se representa. Algo que está,
que pertenece pero que no queda incluido, no está representado. Da un
ejemplo que él dice que es muy pobre, pero es eficaz para ubicar esto, es
como si uno pensara en un Estado-nación donde hay una familia donde cada
hijo que nace lo anota, ese hijo que nace se presenta, y queda representado en
ese orden jurídico que lo ubica, lo nomina y lo hace parte. Dice, si esta misma
familia tiene otro hijo al cual no anota, es una singularidad. Como ejemplo es
muy mezquino, pero como para tener un registro rápido. ¿Se advierte que él
tiene que hacer este movimiento porque todo el tiempo lo que dice es que no
se trata de una Presencia que consista, que no es lo Uno sino lo que se
presenta? Y necesita esta condición de que lo múltiple para ser tal, respecto
del Uno, es en un orden de presentación y representación.
Y en la Meditación 11, donde va a abordar el problema de la naturaleza,
interrogándola como poema o como matema, retoma algo de lo que estábamos
viendo de Milner sobre le problema de la physis como lo natural, él desde esa
condición lo vuelve a trabajar, si bien empieza a darle una vuelta más en
función de lo que después va a traer, y es ligándolo al término alethéia, pero en
la forma en que Heidegger lo va a retomar para hablar de lo abierto, cuando
dice que es esta condición del desvelamiento, ligado a cierto orden de verdad,
la manera en que esta verdad se hace presente, se ubica como una no-
latencia, o sea algo que estando latente se hace no-latente en esta alethéia,
porque esta naturaleza, esta physis, tomaría en el origen del mundo griego, la
formulación de la presencia que sólo adviene de un modo auroral, en una
especie de cierto resplandor y ....

---corte---

...que es un aparecer, una eclosión del ser mismo, el advenir de su presencia.


Para él esta forma de la naturaleza, originaria de los griegos, es una naturaleza
que para nosotros ya no es posible entenderla como tal sino que nos queda
olvidada. Olvidada ¿en qué? Lo que produce el acontecimiento de la idea
platónica. Para Badiou entonces, se lee la irrupción, la condición de la idea
platónica como aquello que va a introducir un cambio, una diferencia en la
noción de naturaleza. Porque esta idea platónica es lo que va a traer el
problema de lo que aparece, la apariencia. Entonces ya estaría corriendo la
posibilidad del advenimiento de esa presencia en tanto tal, para introducir el
problema de la idea como aquello que suscita o genera solamente la
posibilidad de lo que aparece. Es como verán, en cierta vinculación a lo que
más o menos ubicamos respecto de esta condición del ser como Uno, múltiple.
Y esa naturaleza olvidada a partir del acontecimiento de la idea platónica, es lo
que lo lleva a Badiou a retomar esto que en realidad plantea Heidegger que es
esta condición del olvido, aquella naturaleza olvidada, velada; y que para
Heidegger se trataba de ir a recuperar lo natural, el Ser, por la vía poética, o
sea, el ser, la presencia en tanto no-velamiento. Heidegger cuestiona la vía
matemático-ideal que sustrae la presencia y promueve la evidencia, y dice
Heidegger que es la clausura metafísica, el primer paso del olvido. En alguna
medida pareciera que esta modalidad de traer la condición de lo poético como
asunto que toma la pregunta por el ser, produce también cierta noción o
registro de lo ontológico. Sería este recuperar, este poder desvelar aquella
naturaleza originaria, fundante, y olvidada en esta forma de la apariencia, del
aparecer matematico, matematizante.
En algún sentido, a mí me parece que nos remite a ciertos términos de ese
último párrafo de Miller, se los vuelvo a leer:

“...frotando unas piedras contra otras, he conseguido, al menos para mí,


producir un pequeño resplandor...”
casi esta evocación de lo que dice Badiou como el advenimiento auroral de la
Presencia, de lo que lleva a ubicar el encuentro con algo que pasa a tener una
consistencia, como aquello que puede ser entendido como lo Uno, como si
toda esa producción de lo múltiple como formas de aparición no fuera más que
un velamiento, un engaño de aquello que habría que ir a recuperar y que
además observemos que si bien está en juego un orden de experiencia de la
palabra como es la poesía, no es que se esté diciendo que la palabra pueda
llegar a contener ese decir, no estamos en el punto de lo que se transmite sino
de lo que se produce como experiencia. Digo, para marcar la diferencia, si no
uno podría decir que la poesía es este deslizamiento de un término a otro,
abriría sentidos, y sabemos también que uno de los puntos es esto, que no se
trataría de generar sentido sino del encuentro de eso que adviene en la
experiencia poética.

En relación a lo que puede ser este mapa que introduce el problema de lo


ontológico, de la pregunta por el ser, que les decía al principio que me parece
que esto nos plantearía si acaso aceptar la condición de lo poético bajo
términos que creo que pueden ser especificados o precisados no como la
vaguedad de la poesía, no exigiría también introducir la pregunta por el ser en
el terreno del psicoanálisis. Si bien me parece que en ese sentido, al menos lo
que sigo leyendo en Lacan es el punto de falta en ser, por ejemplo y no de
generar cierta consistencia en ese punto. Digo, más allá de que Miller plantea
que el “último Lacan” arma esta condición de la poesía, sí, en Televisión
también Lacan dice algo así como que espera ser poeta en el psicoanálisis,
pero no me parece que se pueda leer en este sentido, de la inclusión de esta
condición ontológica que sitúa al ser como esa presencia, como ese Uno que
adviene bajo una modalidad de experiencia no transmisible. Claramente este
es el contrario de poder plantear la formulación matematizada, o sea, la
posibilidad de una transmisión.
Y se abre también, siguiendo la línea de Heidegger y la producción de los
poetas, de los hombres que han producido poesía, Heidegger tenía esa gran
admiración por Hölderlin, para Heidegger Hölderlin era el poeta del poeta. Esto
quería decir que no es que lo planteara como el que mejor hacía poesía, el
mejor en el punto de que escribió los sonetos más bellos, no, no era esa la
condición, sino que especifica Heidegger que va a pensar y va a trabajar con
Hölderlin porque Hölderlin no responde a lo que podríamos llamar el patrón
común de los poetas, no es desde la generalidad, no es desde el rasgo que
Hölderlin podría ver cómo se repite en los distintos poetas, sino en aquello que
pareciera quedar sustraído. Y lo propone como el poeta que logra llegar a la
esencia del decir poético, y poder plantear ese encuentro con la presencia, con
el ser, y que además ha podido hacer esa transmisión al Pueblo. Y ahí
empieza también todo este tema del lugar, de la condición a un territorio, a la
lengua, a la nacionalidad. Me causó mucha gracia porque Ritvo en un
momento cuando habla de Heidegger y todo el tema de la lengua alemana y
demás, lo trata de “provinciano”, como una suerte de tipo que se ha permitido
ignorar la lengua inglesa de la que casi nada conocía, la lengua francesa que
apenas ubicaba, y realmente es notorio cómo al menos este Heidegger
hablando de Hölderlin ubica esta condición de provincias, va a hablar del poeta
en provincias, como esa cuestión de la tierra, lo territorial, el lugar, de la lengua
como la casa para el poeta, para el hombre; todo el tiempo en esta condición
del advenimiento de cierta experiencia de palabra, con algunos riesgos. No sé
si es conocido cuál es el final de Hölderlin. Hölderlin termina absolutamente
loco, habitando en una torre, ya ni siquiera respondiendo al nombre de
Hölderlin sino que se llamaba Sr. Scardanelli, recibía a algunos siempre y
cuando lo llamaran de esa forma, ya no respondía más a su apellido; y
Heidegger se interroga si acaso este final, esta locura, no era el precio que
debía pagar aquel que había podido evocar esta presencia, este advenimiento,
este encuentro, esta experiencia poética; pero que en definitiva vamos viendo
que lo deja solo en una torre, aislado, en posición de des-velar para su pueblo
cierta experiencia de palabra.

Eduardo L.: forcluido

H.M.: exactamente, ya encima con el problema del nombre y demás.

Elisa B.: ¿escribía aún, en la torre?

H.M.: sí, y aparece en una publicación que no recuerdo cómo se llama pero
que corresponde a este último periodo, ya totalmente loquillo. Dicen algunos
entendidos en poesía que justamente no son las mejores obras de Hölderlin.
Más bien siempre se trabajan las otras.
Lo que me llama la atención en un libro de Agamben es que cuando está
hablando de este problema del desencuentro entre la poesía y la filosofía,
menciona a Hölderlin –que parece que antes de enloquecer- él decía que la
poesía debería ser calculable para poder ser transmitida. Y me generó una
suerte de sonrisa, porque caramba, el “poeta del poeta” que se esté planteando
algo del orden de lo que se pueda transmitir, como modalidad, probablemente
para producir poesía, pero siempre todo lo poético queda del lado de lo que no
puede ser dicho o lo intransmisible. Para él era fundamental poder hacerlo,
pero no llegó, enloqueció, y Heidegger se pregunta si acaso ese no era el
precio... en un sentido bastante cuestionable, pero que también plantearía qué
significa esta soledad, porque Heidegger lo plantea en términos de soledad. La
soledad a la que queda condenado aquél que hace este tránsito.
Y esto me llevó a un libro que se llama El silencio de los poetas, de Sara
Cohen, que es psicoanalista, poeta, y traductora de poetas. En este libro se
ocupa de Pessoa, Pizarnik, Celan y Michaux, cuatro que no serán Hölderlin
pero... Es de editorial Biblos y del año 2002. Honestamente hablando, el libro
en sus articulaciones psicoanalíticas, a mí realmente me da escozor, porque
hay una suerte de deslizamientos a la aplicación de la teoría y demás, respecto
de la obra de estos poetas pero que todo el tiempo articula con la vida de estos
poetas, y me parece que el problema sería volver a suponer que la condición
para el poeta es atravesar esta condición de locura, casi como si una condición
llevara a la otra. Y tal vez, lo más fuerte, previo a trabajar ella con cada uno de
los poetas, es lo que va a citar de Deleuze respecto del poeta, se los leo
porque me parece que no tiene desperdicio, dice:

“Las obras maestras de la literatura forman siempre una suerte de lengua


extranjera en la lengua en la que fueron escritas. ¿Qué aire de locura? ¿Qué
soplo psicótico atraviesa de tal modo el lenguaje? Un gran escritor es siempre
como un extranjero en la lengua en que se expresa, aún si es su lengua natal.
En el límite toma sus fuerzas de una muda minoría desconocida que no le
pertenece sino a él, es un extranjero en su propia lengua, no mezcla otra
lengua con su lengua, labra en su lengua una lengua extranjera no
preexistente, hace gritar, hace tartamudear, balbucear, susurrar la lengua en sí
misma. ”

Lo que va ubicando Sara Cohen a partir de esto es esta producción que instala
el poeta como lengua extranjera, que no significa neologismo, no estamos
hablando de esto sino de esas huellas nuevas, inexistentes. Y me parece
claramente que en el campo de la creación artística es más que válido y
demás. El problema es si esto nos lleva a plantear si acaso la experiencia
poética en cierto punto termine generando una ruptura del lazo al Otro. Una
lengua extranjera, en estos términos, pareciera ser algo que ya no tiene o no
cuenta con la posibilidad de cierto orden de lo transmisible o de lazo. Porque
además queda empujado al trabajo con estos cuatro poetas. Me parece que es
muy fuerte marcar esta condición, pero habría que ver si el planteo de tomar lo
poético bajo ciertos términos no empuja a este registro de las cosas.

En este sentido a mí me encantaría cerrar esta cuestión con una pequeña


anécdota de Borges, que como siempre, decía sus cosas; como para
contraponerlo a esta idea de lo poético. Dicen que cuando viene un
matemático psicoanalista francés a Argentina, él pide visitar a Borges. Lo
había traído Germán García y parece que le consigue una cita con Borges.
Este hombre, muy gentilmente le pregunta a Borges en qué prefería que
hablaran, si en francés o en castellano. Entonces Borges le dice que en
francés, porque el francés es una lengua tan perfecta que no necesita
escritores, en cambio la lengua castellana, tan inestable, ha necesitado
producir poetas como Góngora, Quevedo o Cervantes.
Me parece que como manera de pensar lo que produce –en esta ironía de las
lenguas perfectas o estas lenguas inestables- la intervención de la palabra
poética, me parece que es de otro orden y no de esta extranjería que condena
a la ruptura de lazos o a esta modalidad de semejante experiencia.

Y volviendo al punto que yo les decía de Agamben y su planteo de las


experiencias de palabra, el asunto sería si tal vez el dispositivo analítico podría
ser categorizado como algo del orden de una experiencia, o si se trata de otro
orden de recorrido, de dispositivo, que por ejemplo la formalización
matematizada le garantizaría cierta condición de transmisibilidad y de no
necesidad de la producción de lo que podríamos llamar estas formas de la
singularidad. Y ahí vendría otro problema que lo dejo sólo anunciado y es que
la singularidad como efecto de esta extranjería, de estas experiencias,
pareciera que no son pertinentes a la noción de estructura. Habrán notado, al
menos para mí sí porque me parece una pregunta fuerte, cuando Alfredo dice
“lo que particulariza”, cuando uno dice “lo que particularizaría el deseo en X”,
que no va a ser lo mismo que en otro. ¿Por qué no llamarlo la singularidad del
deseo para fulano? Tal vez bajo cierta modalidad sea pertinente, pero habría
que ver si uno está trabajando con la noción de estructura, si es pertinente
decir la singularidad o lo que particulariza, o cómo se particulariza en. Esto
también introduce el problema de la singularidad, que uno diría que es evidente
respecto de esa experiencia, por ejemplo, de esa presencia, del advenimiento,
es de una singularidad tal que no puede ser transmitida, por lo tanto no podría
caber en una categorización de orden estructuralista.

Bueno, cerramos en este punto, al menos lo que yo quería traer. No sé si hay


preguntas, comentarios.

Elisa B.: esta propuesta final que leíste de Miller como poeta, iría en
simultáneo con la propuesta de la poesía como un corte...

H.M.: como el advenimiento de una presencia, de lo que hace advenir la


presencia...

Elisa B.: como un lenguaje sin lazo al Otro?

H.M.: en alguna medida me parece que ese momento auroral del advenimiento
no incluye al Otro, no está considerando al Otro bajo ningún tipo de formulación
o de lazo. Me parece que en este sentido se nos corre el problema de la
singularidad a esa forma. No porque yo diga que singular es igual a Uno, pero
sí, algo del orden de tal singularidad que no reconoce ningún punto posible de
lazo, de anclaje a algo del Otro. Insisto en que no es para decir “miren lo que
le pasó a esta gente”, no voy a decir que la poesía los volvió locos, pero me
parece que quienes teorizan sobre la producción de estos poetas, lo que están
señalando es esto. Me interesa eso, no establecer si la poesía los enloquece o
no, sino que quien está categorizando cierta forma en la experiencia de palabra
que es la poesía, que estando ese advenimiento, sitúa algo que es un empuje,
una construcción en la que no hay Otro bajo ninguna consideración, en este
sentido. No estoy planteando que la poesía es eso, por eso les venía a
proponer como en todo caso, dice Agamben, aquello que la poesía tiene, es la
filosofía la que viene a decir, pero sin tenerlo. Es el discurso filosófico sobre la
poesía. Es el punto en que radica la pregunta por el ser. No porque la poesía
como experiencia de palabra no haga esa búsqueda, de ese encuentro siempre
fallido, el probar todas las formas que se conocen de lo poético. Pero para no
entrar en esos detalles, por eso lo quería plantear en la construcción que
articula la pregunta por el ser. Y de lo que se trata es de esto. Y concluyo que
desde esa perspectiva del Otro no hay nada, no hace falta... si llegamos al
punto de lo ontológico donde no hay nada del orden de lo múltiple sino de lo
Uno, nos remite a este problema.

David S.: me parece que en la poesía, un punto particular es Pessoa con los
heterónimos (...) es interesante porque ahí vemos lo múltiple en el trabajo del
poeta. (...) hay algo del enlace en los heterónimos, sería un caso interesante
para tomarlo especialmente.

H.M.: claro, y en un punto yo tomo esto porque me gusta, me parece que nos
permite avanzar sobre eso, pero a veces como me gusta me lo censuro un
poco porque pienso que a los demás tal vez le aburre; pero es muy tentador
hacer este contraste entre el Hölderlin que termina solito con otro nombre –que
no es un heterónimo- en una torre, a este otro que produce sus heterónimos,
en Pessoa cada heterónimo tiene un estilo poético diferenciable del otro, y es
interesante que Pessoa siempre quiso escribir una novela y no le salía, no le
salía la novela. No podía con esa narrativa, con ese continuo...

Elisa B.: y Macedonio no le anda lejos... de prólogo en prólogo, sólo prólogo.

H.M.: pero lo interesante es que termina produciendo obra, que me parece que
tal vez... otra manera de trabajar la poesía, lo poético. Cuando Lacan trabaja
Joyce, Ritvo también lo cuestiona en cómo trabaja Joyce, pero en alguna
medida, ¿es trabajar el advenimiento de la presencia en la experiencia? O es
de alguna forma seguir sosteniendo cierta condición de la lógica significante,
aún para decir que el Finnegan’s Wake es esto que todos los psicoanalistas
tendríamos que leer porque es este equívoco del inconsciente, etc. Pero
insisto, me parece que en ningún momento se leería en Lacan este empuje al
advenimiento de la presencia, el advenimiento auroral. Al menos hasta donde
yo lo leo, lo entiendo, lo sigo.

Elisa B.: tal vez habría que plantear eso en oposición a la formalización
matematizada.

H.M.: es que me parece que respecto de esa construcción, lo que haría es


generar una condición de naturalidad que ubica en ese ser, en la condición del
ser, algo en sí mismo, algo que no ofrecería esta posibilidad de... se trata de lo
posible de decir pero no respecto de una presencia, porque volvemos al punto,
el psicoanálisis no trabaja con la noción de una ontología con un ser como
entidad, estamos transitando al menos así lo entiendo, más en función de la
falta en ser, que no signifique un empuje al nihilismo, a la condición de la nada,
si no en todo caso a que no habría algo que consista en sí mismo. Y me
parece que lo poético en ese punto empujaría a lo que es en sí mismo, a lo que
tendría un peso de naturalidad en ese sentido, de lo que es en sí mismo. Me
parece que en ese punto podríamos interrogar si es el goce lo que pasaría a
ocupar ese lugar singular para cada quien.

Eduardo L.: las modalidades de presentación, el ser del goce...

H.M.: exacto, pero que siempre alude a eso, que en última instancia hay que
recuperar el advenimiento de ese Uno, el Uno del cuerpo, etc. Me parece que
en ese sentido es algo que termina sustentando una posición crítica a la
formalización matematizada porque se sostiene en esto.

Elisa B.: porque se sustrae, porque queda presentado y no representado.

H.M.: la singularidad según la entiende Badiou sí, es algo que no necesita en


todo caso tener una forma de ser representado, transmisible, recuperable en la
posibilidad de una enseñanza. Miller lo dice, es el límite a una enseñanza.

David S.: me parece que es una discusión pre-objeto a. Para el psicoanálisis


es una discusión pre-objeto a, y no es como Lacan lo trabaja en la última
enseñanza. Es para trabajarlo en lo local del psicoanálisis, en lo local de la
clínica. (inaudible)
H.M.: sí. Y además en un punto, ahí donde decía Badiou que se introduce
este acontecimiento platónico, la idea y la matematización, Lacan dice que no
es un idealista y ubica el tema del objeto. Digo, allí donde la matematización
tampoco lo empujaría o lo deslizaría a un idealismo sin esta condición del
objeto. Como decía David, estamos planteando el problema respecto de una
práctica, de una clínica. Y es allí donde nos interesa que esto se ponga a
trabajar.
Bueno, muchas gracias.

Versión revisada y corregida por Haydeé Montesano.


Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 15 – 03-11-06

Alfredo Eidelsztein: faltarían 2 reuniones más. Dentro de dos viernes va a


dictar el profesor invitado Jimmy Kuffer una clase sobre el Teorema de Goedel
y psicoanálisis. Y la última clase la voy a dictar yo. Vuelvo a aclarar las
coordenadas de los trabajos escritos, para quienes estén interesados: no hay
ninguna norma, esa es la norma. Lo pueden presentar ahora o dentro de cinco
años –dentro de cinco años va a ser mucho más difícil estar conectados con la
cosa- si les surgen problemas, inhibiciones y lo quieren presentar dentro de
dos años, serán bien recibidos igual. Puede ser una hoja, o veinte hojas,
puede ser un caso clínico, un tema teórico, pueden mandar un borrador para
obtener una lectura mía y devolución y luego presentar un trabajo definitivo,
pueden mandarlo por partes, etc. No hay ninguna limitación. Hace 10 u 11
años que dicto posgrado, y la cantidad de trabajos presentados sobre alumnos
que terminaron con la cursada completa, es del 10% no más. Con lo cual se
nota que ahí hay una dificultad propia al dispositivo –yo no creo, porque es un
dispositivo super-standard- o más bien me parece que se debe a pasaje a
escribir que tenemos los psicoanalistas que estudiamos Lacan, a partir de que
estudiamos Lacan. Me parece que Lacan es un autor muy persecutorio, muy
inhibitorio para muchos –para otros no- con lo cual, intentemos mentar todos
los dispositivos que favorezcan la escritura.

Para hoy les había propuesto trabajar raíz cuadrada de –1 y magnitudes


negativas de Kant, pero no lo voy a hacer. Les tengo que pedir disculpas y les
tengo que aclarar cuál es el problema. Estamos inscriptos dentro de un
dispositivo de enseñanza universitaria. Aún en este nivel que es de posgrado y
doctorado, es enseñanza universitaria. Y aún en posdoctorado sigue siendo
enseñanza universitaria. ¿Qué es enseñanza universitaria? Consiste en dos
propiedades fundamentales: una, que hay una currícula, o sea, hay un plan de
estudios, o sea, alguien sabe lo que hay que enseñar y sabe lo que hay que
saber. Y segunda, en la enseñanza universitaria hay alguien que sabe –que es
el que enseña- y sabe que sabe, y hay alguien que no sabe y sabe que no
sabe, que es el alumno. A pesar de que intento la mayor seriedad en el
cumplimiento de todos los aspectos formales, de hecho debo ser uno de los
más obsesivos, vengo a horario, no falto, corrijo los trabajos rápido, presento
las notas, tengo las actas al día, etc. Pero me parece que en el límite donde
nos interesa el psicoanálisis. Con lo cual, creo que una pata hay que dejarla
vinculada al deseo, al deseo de saber, y eso nos exige de ambos lados ceder
en ambos puntos. Ceder en el punto en donde hay una currícula –no puede
haber una currícula... una cosa es la dirección de la cura, que alguna vez
quizás sea conveniente que discutamos en el mundo lacaniano qué es la
dirección de la cura. Sea lo que fuere, si implica algún cálculo posible, seguro
que no es en base a contenidos. Jamás ningún psicoanalista va a poder decir
que tal análisis va a progresar cuando el paciente sea capaz de decir “x” cosa,
cuando diga “x” cosa o cuando aparezca “x” material, porque no puede tener el
analista ese cálculo, debido al factor sorpresa que la dimensión de inconsciente
plantea. Con lo cual, nosotros nos manejamos con una dimensión de saber,
con algún cálculo posible, pero sin currícula. De hecho les advierto que el final
del análisis trae este problema, que no es posible de saber qué es lo que hay
que saber al final del análisis, si la clínica es caso por caso.

Así que voy a intentar trabajar eso la próxima vez, pero voy a intentar trabajar
francamente cómo hoy se me presenta nuestro programa como problema a mí.
Que me parece que lo que mejor podría hacer yo, sosteniéndome entre el
discurso universitario y algo de la índole del deseo, por ejemplo: preparando la
clase de magnitudes negativas, -1 y raíz cuadrada de –1, lo primero que hice
es lo que hago siempre y es sumergirme un poco en el texto de Lacan a ver
cómo está la cosa. Ya lo hice ochenta veces, pero vieron cómo es esto, cada
vez que uno se sumerge en el texto de Lacan... lo mismo decían los kleinianos
de Melanie Klein, decían que a la noche, mientras ellos dormían, ella cambiaba
los textos. Porque al leerlos al otro día eran distintos de lo que habían leído el
día anterior. Yo no he encontrado eso con Klein, pero con Lacan sí. Es un
autor que efectivamente cuando uno vuelve a leerlo encuentra otra cosa. Y lo
que encontré es que en la misma época, con la misma intensidad y en paralelo,
Lacan produce el –1 –toda la teoría psicoanalítica del –1- simultánea, articulada
y parejamente con rasgo unario. Lacan trabaja rasgo unario, como concepto
nuevo para el psicoanálisis, simultánea, articulada y en forma correspondiente
a –1. ¿Han escuchado esto en muchos trabajos? No. Se habla como si
fueran cosas independientes. Y me parece que cuando uno habla de rasgo
unario en Lacan, si se olvida que es un concepto que hace par con –1, puede
llegar a suponer cosas absolutamente disímiles. Por ejemplo, ¿han leído
muchos trabajos de lacanianos que digan cuando presentan rasgo unario, que
no hay rasgo unario sin –1? Y es así, no hay rasgo unario sin –1. Encontrado
con este problema, me encontré con el problema: y el problema no es la
formalización matematizada en Lacan o las formalizaciones matematizadas en
Lacan, sino el rechazo, el rechazo por parte de los psicoanalistas lacanianos de
las formalizaciones matematizadas en Lacan. Con lo cual, me encontré en las
siguientes circunstancias –estoy justificando el cambio de programa, para la
reunión de hoy- me encontré con la siguiente circunstancia: insisto, vuelvo,
después de 15 años ininterrumpidos de mi trabajo como analista, en cuanto a
mi vínculo con colegas, justificando por qué hay que trabajar la idea, para ver si
uno la acepta o no, no digo que haya que aceptarlo, digo que hay que trabajar
la idea de por qué Lacan introduce al psicoanálisis formalizaciones
matematizadas. ¿Tengo que insistir? Hice una cuenta, miren: ya tengo
publicados seis o siete libros, gracias a Dios todos se agotaron, muchos de
ellos se reeditaron y se están agotando sus reediciones también; vivo de la
profesión, vivo bien, me compré una computadora nueva, estoy pagando las
cuotas del coche, todo bien, ningún problema. Participo de dos sociedades de
analistas que tienen diez y ocho años cada una, como miembro activo desde el
momento de su fundación. Enseño en Chile desde hace diez años
ininterrumpidamente, en Costa Rica hace cinco, en México hace dos, a Brasil
fui dos veces. Hace doce que dicto cursos de posgrado, en los cuales debo
haber tenido un total de cuatrocientos o quinientos alumnos. Fui profesor
adjunto de dos prestigiosas cátedras de la Facultad de Psicología de la UBA,
donde tuve miles de alumnos. Bien, ahora: ¿saben a cuántos infecté de la
idea de la importancia de al menos plantearse la pregunta de por qué
formalizaciones matematizadas en psicoanálisis? Sobran los dedos de esta
mano. Son menos de cinco, si mi cuenta no me falla. Pero si me fallara, serían
seis. Con lo cual, me encontré en la circunstancia de: ¿voy a insistir? Tengo
los testículos de ónix de tanto insistir. ¿Ustedes le proponen a algún paciente
que insista? Cuando le dicen a la mujer golpeada por el marido, “¿usted le
dijo?”. Me imagino que alguna vez al menos habrán probado con el “¿usted le
dijo?”, espero que el goce no haya reemplazado del todo al “¿usted le dijo?”, y
si ella les dijese que hace quince años que se lo viene diciendo, ustedes ¿qué
le dicen? ¿Que se lo diga una vez más? ¿O dicen “Hay un problema”? Si en
quince años no la escuchó, hay un problema. Bueno, les propongo trabajar el
problema.

Por qué Lacan fracasó. En Escisión, Excomunión, Disolución, en la primera


página hay citas de Lacan. Y dice Lacan: “He triunfado”. Es un texto del ’76.
Para mí, Lacan ha fracasado completamente. El fracaso de Lacan es patético.
Hice la cuenta: ¿cuántos psicoanalistas lacanianos creen que hay en el
mundo? 1500 millerianos inscriptos, más 500 millerianos más son 2000.
Convergencia-Lacanoamericanos y afines son más o menos 1500, más
adherentes, 2000. Son 4000 ó 5000 psicoanalistas lacanianos, más-menos
2000. ¿Más o menos? ¿Cuántos hay de esos 5000, que trabajen regular,
constante y parejamente las formalizaciones matematizadas de Jacques
Lacan? Conté 3: Jean-Michel Vappereau, Jean XXLafont, y quien les habla,
Pedro Aníbal Mansilla. Tres, 3 de 5000. Ahora, otra cosa es cuántos
psicoanalistas lacanianos que enseñan Lacan dicen la palabra topología, o
matema. Todos, al menos porque citan a Lacan y en la cita aparece la palabra.
Todavían no se animan a tacharla. Si 6000 son psicoanalistas lacanianos, de
esos, 1000 transmiten, si sólo 3 trabajan regular y constantemente, digo, en su
clínica, en su trabajo de supervisión y en la transmisión; me parece que hay un
problema.

Salió un artículo maravilloso en la revista Imago Agenda, en octubre, en el


número aniversario, ennobleciendo el 40 aniversario de Imago Agenda aparece
un artículo que se llama Banda de Möebius, Requiescat in Pace, que quiere
decir “descansa en paz”. O sea, es alguien que, o mató a la banda de
Moebius, o se enteró de que ha muerto. Se trata de Carlos N. Mugrabi. Tiene
una página de internet que se llama www.doctormugrabi.com.ar. No pensaba
hablar de él, de hecho insulta a un amigo mío de manera increíble, dice que
Mario Tomei es débil mental, pero dice lo mismo de Soury y de Lacan. Dice
que todos los matemáticos de la historia de la matemática, desmienten, -
Verleulung- un razonamiento obvio. En su página dice algo espectacular,
miren:

“Sea en su espacio psíquico o respecto de otras cuestiones, deben


consultarme quienes padezcan de alguna dificultad.”

¡Es maravilloso! Sea en su espacio psíquico o respecto de otras cuestiones...


problemas impositivos, si el granizo te agarró el coche... a lo mejor es saca-
bollos. “Deben”, no “pueden”, “deben consultarme quienes padezcan alguna
dificultad”. Y este Carlos Mugrabi atiende: trastornos mentales debido a
enfermedad médica, esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, trastornos del
estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastornos psicosomáticos,
eyaculación precoz, frigidez... Esas son las patologías que atiende, pero
también atiende casos. Los casos que atiende son: adultos: control obsesivo,
dolor de cabeza, dificultad para salir del domicilio, fobia a los viajes, ideas
insistentes, drogadicción. El acceso directo a la consulta puede ayudar –dice-
a revertir estas compulsiones. Adolescencia: este sitio está concebido para
atender y resolver considerables dificultades que se presentan a los jóvenes
hasta los 35 años, edad hasta la cual consideramos que se extiende la
adolescencia. ¡Es divino! Carlos N. Mugrabi. Cnm@mugrabi.com.ar
No pensaba hablar de él ni contestarle, porque evidentemente es un panfletero
que está buscando escándalo, saldrá algún libro de él el mes que viene, obvio.
Seguro que sale un libro de él el mes próximo. Es director de una clínica
psiquiátrica, la Clínica Garibaldi, no tiene página en internet.
Cito a Mugrabi:

“Transcribo a Mario César Tomei en su libro Topología Elemental, página 22,


segundo párrafo, dice: la superficie debe poseer dos caras. Habría que rebautizar
a ese libro como “Topología (L)3-mental”. Es decir, cómo percibe el espacio
deseante, un sujeto tomado por la llamada debilidad mental.”

Es un insulto grave, Mario está afectadísimo, no sabe qué hacer, decidió no


contestarle. Pero hasta que no se metió Mario con los psicoanalistas, jamás le
había pasado... Este es médico-psiquiatra-psicoanalista, firma así. Dice:

“Una banda de Moebius-Listing se puede construir de la siguiente manera: se


parte de una superficie rectangular en cuatro esquinas, que elijo asignar a, b, c,
d. Stop. Ateniéndonos a la definición de superficie, el paso de la figura 1 a la 2
muestra lisa y llanamente algo que sin inhibiciones debemos entender como un
fiasco. A modo de síntesis, de todo lo que se ha escrito hasta la fecha por los
matemáticos...

o sea, Carlos N. Mugrabi, médico-psiquiatra-psicoanalista, director de la Clínica


Garibaldi, y que considera –todavía no ha demostrado- que la adolescencia es
hasta los 35 años... ha leído muchísimo: ¡ha leído todo lo que se ha escrito
hasta la fecha por los matemáticos!

“... se han salteado este craso error”.

Diagnosticó una falla de todo el discurso matemático.

Comentario: ¿es una ironía?

A.E.: no, no, dice que es una Verleulung, no es una ironía. Y trata a Mario
Tomei de débil mental. Sigo:

“Cargada la obra de Lacan, de operaciones absurdas de esta índole, ni qué


decir del llamado Soury...”

¿por qué dirá “del llamado” Soury? Si él es un “llamado” Mugrabi...


“Cargada la obra de Lacan, de operaciones absurdas de esta índole, ni qué
decir del llamado Soury, en la cual se cortan, dan vuelta, pegan, objetos que,
en tanto carentes de espesor por mínimo que fuese, no admiten este tipo de
manipulaciones. Es tan absurdo como si alguien, en su sano juicio, dijere por
ejemplo, me molesta una sombra entonces la corté al medio, la di vuelta y la
cosí con la otra mitad.”

La verdad, no es un autor de referencia para mí, imaginen por dónde me paso


a Mugrabi, pero hoy recibí un mail de un prestigioso psicoanalista lacaniano,
que tiene varios libros publicados y es docente de una de las escuelas de
psicoanálisis lacaniano más numerosas y más prestigiosas de la ciudad de
Buenos Aires; que me dice que escribe para ver si leí la nota de Imago Agenda
de un tal Mugrabi. Dice que le pareció un poco soberbio, pero muy interesante.
Un poco soberbio pero muy interesante... y que luego me va a comentar sus
observaciones sobre el mismo problema. ¿Muy interesante un tipo que ha
resuelto que toda la historia de las matemáticas y que todo lo escrito por los
matemáticos saltea un problema, un error?

Bueno, les propongo trabajar este problema, digo: cómo alguien, con una
barrabasada así... bueno, por ejemplo: Brickmont y Sokal, dos prestigiosos
científicos del mundo anglosajón, titulares de cátedra, ¡ah! me acordé de algo,
este Mugrabi tiene artículos publicados en una página que se llama psicomail, y
ahí se le pueden hacer consultas por mail. Me bajé uno de sus artículos, que
se llama “La tabla periódica de los discursos” y dice que de los cuatro
discursos, él va a hacer la tabla periódica, como Mendeleiev, y va a hacer
todos los otros discursos que faltan... Dice:

“Característico de las sociedades humanas es su incesante reaparición.”

O sea, también sabe mucho de antropología, no sólo resolvió la matemática


sino también la antropología... pero es lindo.

“La traducción antropológica de las estructuras lógicas y topológicas


subyacentes a la misma...”

y sigue con la topología! Es un chanta. Pero no hay problema con que él sea
un chanta, el problema es por un lado Letra Viva, que se mandaron una real
macana; y por otro que a un prestigioso docente lacaniano, famoso, conocido,
que ha publicado muchos libros, etc., le haya parecido bárbaro y maravilloso.
Ése es el problema, más que, de los 5000 lacanianos, 4997 no trabajan con la
topología. Hacen como Mugrabi, que hablan de la estructura topológica de la
sociedad humana... y luego salen con incesto, castración, etc. Usan la palabra
topología para que quede bien, nada más.

Les decía entonces que Soka y Brickmun, que son dos científicos muy
reconocidos mundialmente, tiene publicaciones muy interesantes sobre
problemas de su disciplina, jamás dijeron que la topología fuera ridícula, ni
siquiera el uso de Lacan es ridículo. Dicen que le encontraron algunos errores
nada más, y establecen cuáles son. Yo no sé decirles si son errores o no, no
sé tanto de matemática, es muy difícil. Y hasta en El libro negro del
psicoanálisis, tampoco critican eso. O sea, que se critique que la topología sea
algo ridículo o estúpido en sí mismo... Ahora, que los 4997 lacanianos, de los
5000 que somos, que no usan la topología para nada, ¿saben cuántas veces
entre 1953 y 1980, Lacan usa topología para resolver problemas en
psicoanálisis, tanto clínicos como teóricos? Más de 600 tengo marcadas yo. Y
Lacan no es como Burbaki, que era al menos 4 personas seguro, Lacan es uno
solo, y usó 600 veces... si de las 600 veces que él utiliza, no la utiliza nadie,
debe ser que la estupidez que dice Mugrabi es convincente, pero no por el
argumento. No creo que este psicoanalista que me mandó el mail hoy
realmente haya leído con detenimiento el artículo de Mugrabi... ¿Ustedes se
habrían animado a escribir algo así como “De todo lo que se ha escrito hasta la
fecha por los psicoanalistas...”? ¿Estarían seguros de poder escribir una
síntesis de todo lo escrito? ¿Quién tiene la biblioteca de todo lo escrito? Con lo
cual, mi amigo no leyó ese párrafo, dijo simplemente “qué interesante, por fin
alguien dijo que la topología es absurda y ridícula” pero no en sí misma, mi
amigo no tiene idea ni de las tablas de multiplicar, pero no le hace problema
porque cree que en psicoanálisis se trata de lo poético, así que está chocho de
que por fin alguien se animó a decir que la topología es una fantochada
absurda.

Por eso les decía que me parece que insistir con los problemas, insistir con que
vean que raíz cuadrada de –1 puede ser útil para esto, o para pensar lo otro...
me parece que hay que encarar el problema desde su perspectiva mayor, que
hoy es el fracaso de Lacan. Pero no el fracaso de Lacan en el sentido de que
no usamos su herramienta, sino que ni siquiera hemos planteado la pregunta
de por qué esa herramienta, cuál fue el problema con el que Lacan se encontró
y por qué creyó que esa era una solución. Yo no digo que sea la solución
correcta, no sé tanto de psicoanálisis, quizás otra sea mejor, quizás
efectivamente Lacan se equivocó por esto, aquello y lo otro, y sea una poesía
lo que corresponda hacer. Quizás el psicoanálisis sea una poesía. Puede ser,
¿cómo podría saberlo yo? No tengo la menor idea. Pero me parece que se lo
considera directamente absurdo y ridículo, sin siquiera analizar cuál es
problema y cuál es la índole de la solución que Lacan intentó para el problema,
la aceptemos o la rechacemos. Quisiera trabajar un poco con ustedes eso.

Les propongo trabajar así: me parece que el problema que nosotros tenemos,
que justifica el rechazo, previo a todo análisis del problema es el siguiente: me
parece que a nosotros, el sujeto dividido y la escisión de la personalidad
psíquica o del yo en el proceso defensivo nos resultan iguales. Les planteo
que el problema lo tenemos acá, con escisión y división. Nuestro problema es
éste: para nosotros es obvio que los dos autores –Freud y Lacan- trabajan en
su concepción fundamental de lo humano y lo subjetivo, que lo humano, lo
subjetivo es dividido. El problema es que en Freud esta división es interna, y
nunca nos hemos planteado si podemos seguir sosteniendo la igualdad del
lado de Lacan. Dos comentarios al margen: ¿les parece muy absurdo,
alejado, o fuera de temario que en formalizaciones matematizadas en
psicoanálisis yo dedique esta reunión a la utilización de la topología? Porque
en última instancia, es una utilización, una formalización matematizada, al
menos si aceptamos que un tipo de geometría participa de las matemáticas
junto con otros tipos de geometría, junto con aritmética. Si aceptamos que
matemática es geometría y aritmética, trabajar una geometría nos deja dentro
del paraguas de lo matematizado. Digo, ¿se dan cuenta de que aquí está el
problema del espacio? Y me parece que nuestro problema es que nosotros
trabajamos con la noción de sujeto también en Freud, ya nos olvidamos de que
Lacan tuvo que producir la noción de sujeto en psicoanálisis, y tal vez tuvo que
producirla porque la división freudiana articula bien con individuo, pero la
división en Lacan requiere sujeto. Y quizás tampoco hemos trabajado ese
problema, que lo consideramos automáticamente como sinónimos. En nuestro
decir son sinónimos, decimos “un sujeto, de 34 años, adolescente...” y está
todo perfecto. Me parece que llegó la hora de preguntarse si sujeto en Lacan,
como concepto, puede recibir un complemento al estilo “sujeto niño”, “sujeto
psicótico”, “sujeto mujer”, “sujeto hombre”, “sujeto adolescente”, “sujeto
geronte”, “sujeto senil”, “sujeto homosexual”... ¿puede sujeto recibir esos
complemento? Es una pregunta. Pero me parece que lo que nos mata es
suponer la equivalencia por la división.
¿Alguna vez leyeron algún artículo sobre la división en Freud y la división en
Lacan? Nosotros somos más humildes que Mugrabi y aún siendo 30 no
suponemos que hemos leído y sintetizado todo lo que se ha escrito en
psicoanálisis, pero ¿alguno de ustedes leyó algún artículo sobre esto? Hay
una demora respecto de este problema: cómo concibe Freud la división y
cómo concibe Lacan la división.

Vayamos a Freud. Siempre sostengo la misma práctica que es citar sólo textos
que calculo son de lectura masiva.

---cambio de lado

...para ir a los lugares donde los psicoanalistas más encontramos –y les quiero
proponer releer qué encontramos para ver si esa equivalencia [entre escisión y
división] efectivamente se produce. El yo y el ello, parte II:

“Tras esta aclaración de los vínculos entre percepción externa e interna, por un
lado, y el sistema-superficie P-Cc, podemos pasar a edificar nuestra
representación del yo. Lo vemos partir del sistema P, como de su núcleo,...

subrayen: interno, externo, sistema, superficie, núcleo.

“Enseguida veremos si esta concepción nos procurará beneficios en la


descripción y la compresión. Un in-dividuo esa ahora para nosotros un ello
psíquico, no conocido e inconsciente, sobre el cual, como una superficie, se
asienta el yo, desarrollado desde el sistema P como si fuera su núcleo.

de vuelta: in-dividuo y núcleo.

“Si tratamos de obtener una figuración gráfica, agregaremos que el yo no


envuelve al ello por completo, sino sólo en la extensión en que el sistema P
forma su superficie [la superficie del yo], como el disco germinal se asienta
sobre el huevo, por así decir. El yo no está separado tajantemente del ello:
confluye hacia abajo con el ello.”
Entonces, la representación que le corresponde, es:

Hay un gravísimo problema con las dos rayitas a la derecha del esquema
[correspondientes a “reprimido”]. Esas dos rayitas paralelas es el inconsciente,
por eso confluye el inconsciente con el ello. Les propongo que esas dos rayitas
debieran estar cerradas, no abiertas hacia fuera. Habría que revisar los
gráficos originales de Freud, porque esas dos rayitas (que aparecen abiertas
en el esquema) no son la puerta de entrada de nada. De hecho, si quieren, la
puerta de entrada está aquí, en el sistema P-Cc. Habrán visto que hay
estímulos externos e internos. Me parece que este esquema tendría que ser
completado así, aunque Freud no lo hace:

P-Cc
(barrera antiestímulo)

Mundo externo Icc (abierto)

ell

o
Cuerpo
(mundo externo)

Tendríamos el cuerpo y el mundo externo. El mundo externo estimula, pero


pero puede operar frente a eso una barrera antiestímulo. El cuerpo también
estimula, pero respecto del cuerpo no hay tal barrera antiestímulo, no se puede
escapar ni disminuir la intensidad del impulso que viene del cuerpo. Ahora,
pensemos que esta es una representación plana de una superficie
tridimensional con una estructura que Lacan llama en la Conferencia de
Caracas de saco fofo. O sea, es una superficie esferoide, es como una esfera.
Topológicamente hablando, una esfera y una superficie esferoide son
equivalentes:
Esta deformación de la superficie de la esfera es topológicamente equivalente
a ella. Podríamos llamarla superficie esferoide, es un saco que tiene
contenidos. Ese saco está dentro del cuerpo y tiene la misma estructura
espacial, es otro saco. Es una pelota de tenis adentro de una pelota de fútbol,
con un punto de contacto que sería el que está ubicado en el sistema P-Cc.
Ahora, para Freud hay introyección y proyección. Introyección es que cualquier
cosa que venga de afuera –y el cuerpo también opera como mundo externo
para el aparato psíquico. Ninguno me ha objetado que yo haya puesto al
aparato psíquico freudiano dentro del cuerpo de alguien. Porque lo que Freud
dice que el aparato psíquico –y ya que lo llame aparato es interesante, porque
puede ser equiparado a aparato digestivo, reproductor, etc.- lo que dice Freud
es que no coincide parte por parte con ninguna parte de ningún otro aparato, o
sea, que por ejemplo no se podría decir que el inconsciente sea el sistema
límbico y que la conciencia sea la corteza. No se puede hacer una
correspondencia parte a parte. Pero no pudiéndose hacer la correspondencia
parte a parte entre el aparato psíquico con cualquier otra parte de un aparato
anatómico, ¿alguno de ustedes objeta que el aparato psíquico esté adentro del
cuerpo?

Comentario: ¿para Freud?

A.E.: sí, para Freud, porque “aparato psíquico” es un concepto de Freud, no de


Lacan, Lacan jamás habló de aparato psíquico, Lacan habló de sujeto.
Entonces, el aparato psíquico es como una pelota, localizada dentro de otra
pelota y que tienen al menos un punto de contacto. El esquema que
acabamos de hacer es una representación plana de algo que es tridimensional.
Ahora, si nosotros representamos estructuralmente, tendríamos que decir que
las divisiones que tenemos aquí son permeables:

barrera permeable

Bolitas a contar (Lacan)

Barrera permeable entre ello


y yo (Freud) Escisión de la personalidad psíquica

Es muy difícil de entender cuando Lacan dice que las líneas punteadas
(verticales) del esquema del huevo son bolitas para contar. A mí me da la
impresión de que Freud está indicando lo que entra, y acá tenemos una barrera
permeable, hay contacto entre ello y yo. Con lo cual, la estructura espacial de
esto es que tenemos dos barreras permeables, y esa es la escisión de la
personalidad psíquica. O sea, un individuo psíquico, un ente psíquico, un Uno
psíquico, que se caracteriza por estar internamente dividido. Con lo cual, en
Freud, un individuo dividido no es contradictorio, no es una contradicción
flagrante de los términos, lo cual nos despeja un problema, porque si no el
párrafo sería ridículo, decir que el individuo está dividido. Lo que Freud dice es
que lo que podemos contar como un Uno psíquico, que no puede existir sin un
cuerpo –porque está dentro de un cuerpo- se caracteriza por tener una división
interna. Esta división interna en Freud se reduplica. Porque la tenemos tanto
por la escisión del aparato psíquico, en las instancias. Hay algo importante y
es que tiene núcleo, donde va a el yo. El núcleo está en el centro, en el yo,
entonces hay núcleo –que no está vacío- y lo que va al núcleo del individuo
psíquico es el yo. Pero también hay otras divisiones en Freud, por ejemplo: la
bisexualidad constitutiva, la división entre pulsiones femeninas y masculinas,
tendencias hetero y homosexuales, pulsiones de vida y de muerte. Cito de El
malestar en la cultura, capítulo IV:

“Agrego las siguientes puntualizaciones para apoyar la conjetura expresada en


el texto: también el ser humano es un animal de indudable disposición
bisexual.”

Anoten ya el problemita de “indudablemente un animal” y no creo que se refiera


a los autores que hemos estado comentando al comienzo de la reunión...

“El individuo corresponde a una fusión de dos mitades simétricas...

y luego viene la cita del mito del andrógino de Platón, ¿cuáles dos mitades? La
masculina y la femenina. Con lo cual tenemos un individuo psíquico también
dividido en masculino y femenino. Dice Freud que no es una prueba científica,
pero igual va a utilizar el mito del andrógino de El Banquete de Platón. Allí
Aristófanes relata que había tres tipos de seres humanos, hombres, mujeres y
andróginos, que avanzaban con cuatro pares de miembros girando, y que Zeus
los cortó por la mitad. Es un mito, y dice Freud “como se corta a la mitad un
membrillo”. Si se corta un membrillo por la mitad, las dos mitades que restan
del corte, ¿son superficies esferoides o no?

Si cortan una piedra por la mitad, las superficies resultantes ¿son equivalentes
a la primera, sí o no? Sí, porque por más que tenga la mitad de volumen,
tamaño y medidas, es equivalente.
Ahora, observen que si trabajamos con otro tipo de superficies, diríamos que
esta tiene un agujero donde iría el núcleo:

agujero
Saben que Freud rechazó a lo largo de su vida la expresión “esquizofrenia”. Y
propone en su lugar “parafrenia”. Al final de su vida reconoce el fracaso de su
propuesta, porque no ha sido tomado. Está en Introducción del narcisismo:

“También a la designación de esquizofrenia propuesta por Bleuler para ese


mismo grupo de formas, cabría objetarle que sólo sería utilizable si uno no
recuerda su significado literal...

¿Cuál es el significado literal de esquizofrenia? Mente escindida. Si uno


atiende esquizofrénicos, más allá del psicoanálisis se ve claramente que están
escindidos... ¿por qué a Freud no le gusta la designación de esquizofrenia?
Porque para Freud se aplicaría a todos, todos somos escrizofrénicos en el
sentido de “mente escindida”: la escisión de la personalidad psíquica, la
escisión del aparato anímico, la escisión del alma. Es una división de un
individuo, somos Uno, divididos internamente.

Verónica Barghini: en el artículo de Bleuler sobre esquizofrenia, él toma a


Freud y la mayoría de las cosas que toma para pensar la esquizofrenia están
basadas en La interpretación de los sueños (inaudible)

A.E.: claro, o sea, Bleuler se apoya en Freud en las descripciones más


estrictamente de apariencia, no psicoanalíticas, y dice que efectivamente es
con eso, con las descripciones de Freud, que se logró “esquizofrenia”. Y ahí
Freud vio su propio mensaje volver en forma invertida desde el Otro, porque es
como si hubiera dicho: “¿cómo? ¿mente escindida? No, eso es lo normal, es
nuestra estructura.” Sin embargo habría que ver, por testimonio, a cuál le
corresponde más la descripción esquizofrenia. Si uno escucha pacientes
esquizofrénicos, tiene una queja constante respecto de la división, lo que Freud
llama de un modo más pertinente, “lenguaje de órgano” donde los órganos
empiezan a hablar por su propia cuenta. Eso sí se ve en la esquizofrenia. Es
muy difícil que en un paciente neurótico eso advenga así. Con lo cual,
tenemos que en Freud, indudablemente –y por muchos motivos: pulsión de
vida y pulsión de muerte, masculino y femenino, y la división del aparato
psíquico- al hombre lo caracteriza una mente escindida. Estamos divididos
internamente.
Ahora, como seres sociales, y entiendan que estoy tratando de pensar que
“social” no es un adjetivo más que le va a “ser”, sino que podría ser la esencia
del ser. Si solamente hay hombre en sociedad, si pudiésemos pensar eso, el
problema que se nos plantea es que, si somos individuos, si somos esferas, el
vínculo con el resto se plantea como choque, no hay otra posibilidad de
vincularse personas entre sí más que chocando, como en una mesa de billar,
donde cada uno de nosotros testimonia permanentemente del encuentro con el
Otro –en Freud no falta la categoría del Otro- no estoy diciendo que no haya
Otro, sino que el Otro de Freud resta permanentemente externo al individuo, y
de él se podrán introyectar o sobre él se podrá proyectar. Melanie Klein pescó
muy bien este problema en la clínica, pero no llegó a resolverlo, porque no
puso en tela de juicio la consideración del espacio. Melanie Klein dijo que no
sólo era proyección e introyección, hay proyección introyectiva e introyección
proyectiva. Si hay proyección introyectiva e introyección proyectiva, que ya es
un intríngulis-chíngulis... ¿dónde está la cosa? Y ya nadie sabe dónde está la
cosa. Piensen en unos y piensen en otros. Si además uno sostiene que existe
el mecanismo de la proyección introyectiva y de la introyección proyectiva
¿dónde está la cosa?
Comentario inaudible

A.E.: sí, pero articulados de tal manera que uno ya no sabe dónde están las
heces explosivas. Melanie Klein pescó el problema clínico, uno ya no sabe
dónde está el problema, dónde está la falla que nosotros creemos que se
vincula muchísimo al síntoma. ¿En los padres o en nuestro paciente? ¿Dónde
está? ¿En ambos lugares? ¿Se originó en uno y luego apareció en otro? ¿O
insiste del lado del Otro? “Y ahora mi mamá tiene 80 años, ¿qué le voy a
decir?”. Todos los pacientes dicen lo mismo... “¿qué va a cambiar? ¿para qué
se lo voy a decir? Si ya tiene 80, ¿qué va a cambiar?”. Porque se consideran
una esfera. Porque si algo sale de mi boca y se lo meto a ella por donde sea,
oídos, etc. ¿Va a cambiar? Si está todo anquilosado, esclerotizado, ya es
vieja, la vieja no va a cambiar... pero lo que no se piensa es que por decírselo a
ella, nuestro vínculo va a cambiar y que si cambia nuestro vínculo, voy a
cambiar yo. No se trata de una mesa de pool con bolas chocándose, entonces
un viejo de 85 ya está atornillado a la mesa y por más que se lo choque no se
va a mover. “Ahora que yo tengo 50 y ella tiene 85, ¿me va a decir que me
quiere y eso va a cambiar el dolor de existir que tengo porque siempre supe
que ella me despreció?” ¿Entienden cómo se lo piensa? Se lo piensa como
relaciones de cosas entendidas con determinada configuración espacial.

Entonces, es por eso que para Freud la vida en sociedad se caracteriza por
dos formas: a) homo homini lupus, el hombre es el lobo del hombre, es una
frase que hizo famosa Hobbes, que fue el primero en teorizar fuertemente
cómo entender las relaciones sociales en los estados democráticos. Pero es
una frase de Plauto, un autor del siglo IV de nuestra era. ¿Saben cómo es la
frase completa? Es hermosa, no esa porquería occidental, judeocristiana y
moderna. “Locución latina de uso actual que significa que el hombre es el lobo
del hombre, tomada de Plauto, 254-184, de su libro Asinaria, Volumen II,
capítulo 4. Fue popularizada por Hobbes, filósofo inglés del Siglo XVIII, que
dice que el egoísmo es básico para el comportamiento humano.” La cita
completa de Plauto es:

“Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre cuando desconoce quién es


el otro”.

Es hermosísima. Lo que pasa que en el pasaje del 200 al 1700, ya no. ¡Es
increíble! ¡Por suerte está internet y uno puede enterarse!
Ahora, Freud, ¿cómo piensa al hombre? ¿cuáles son los dos estados
fundamentales de vida para Freud, del hombre? El individuo y la masa. “Le
Bon y su descripción del alma de las masas”, Psicología de las masas y
análisis del yo, capítulo II. Vean que estoy tomando esto de lugares que estoy
seguro que todos leyeron y hasta se los saben de memoria:

“Aclarémonos de nuevo el problema: Si la psicología, que explora las


disposiciones, mociones pulsionales, motivos, propósitos de un individuo hasta
llegar a sus acciones y a los vínculos que mantienen con sus allegados,
hubiera dado solución cabal a sus enigmas haciendo trasparentes todos estos
nexos, se encontraría de pronto frente a una nueva tarea que se erguiría,
irresuelta, frente a ella.”
o sea, la psicología ya resolvió todo, se los vuelvo a leer, el destino de una
psicología completa, dice Freud:

“Aclarémonos de nuevo el problema: Si la psicología, que explora las


disposiciones, mociones pulsionales, motivos, propósitos de un individuo hasta
llegar a sus acciones y a los vínculos que mantienen con sus allegados,
hubiera dado solución cabal a sus enigmas haciendo trasparentes todos estos
nexos, se encontraría de pronto frente a una nueva tarea que se erguiría,
irresuelta, frente a ella.”

O sea, una psicología se caracteriza por ser completa si puede explicar al


hombre, al individuo, en todas sus divisiones internas y sus acciones con los
otros. Y la otra ¿cuál es? Tendría que explicar el hecho sorprendente de que
ese individuo al que había llegado a comprender, siente, piensa y actúa de
manera diversa si está en una masa.
Saben que Le Bon, francés, 1890...

Eduardo L.: al comienzo de Psicología de las masas y análisis del yo, se


pregunta si toda psicología individual no debería ser una psicología social...

A.E.: sí, pero el tema es cómo entiende lo social. Lo entiende como una masa.
Que es el paradigma del problema que se presenta a fines del Siglo XIX y
principios del XX de la sociedad. Se está cocinando el fascismo italiano, el
nazismo alemán, se están cocinando efectivamente movimientos novedosos en
Occidente, que es la masa. Habrán visto la que se armó en Oaxaca... ¿cómo
pensamos nosotros esas cosas? Es que cuando se juntan 500, 600 ó 700
personas, uno sabe como empieza pero no se sabe cómo termina... que es
¿qué? La psicología de las masas, el problema de las masas. La cita a Le
Bon:

“(...). La masa psicológica es un ente provisional que consta de elementos


heterogéneos; estos se han unido entre sí durante un cierto lapso, tal como las
células del organismo forma, mediante su unión, un nuevo ser...”

O sea, observen primero que la forma de pensar el sistema social es con el


cuerpo: células del organismo. Se acuerdan que para Freud, pensaba el yo
con la metáfora de sustancia viva es la ameba, que emite seudópodos. ¿Qué
es una ameba? Un protozoo, o sea, un unicelular, que ni siquiera –a diferencia
del andrógino que tiene brazos o piernas- tiene miembros, son seudópodos que
emite y vuelven a su interior. Es lo mismo que la otra metáfora que Freud
usaba para el aparato psíquico como vejiga o vesícula. Es el problema de
Melanie Klein, porque para ella el interior del cuerpo es una vejiga o vesícula,
porque es freudiana y ella no resolvió el problema freudiano. Freud nunca dijo
que en el interior había líquido y que explotaban penes, eso lo dijo Klein, que
en eso es bastante más ajustada a la clínica... si uno escucha un poco a un
chico cuando hace “puujjj-crrrh-kkkjjjj” y aprieta la plasticola, es efectivamente
lo que se escucha con los chicos, como lo decía Klein. Ella está tomada en
una concepción de Freud, de que el interior es una vesícula.
Sigue diciendo Freud:

“Tomándonos la libertad de jalonar la exposición de Le Bon mediante nuestras


glosas, hagamos notar en este punto: si los individuos dentro de la masa están
ligados en una unidad, tiene que haber algo que los una, y este medio de unión
podría ser justamente lo característico de la masa. Empero, Le Bon no da
respuesta a esta cuestión; entra a considerar directamente la alteración del
individuo dentro de la masa,...”

vean que la consideración social en Freud es la de su época, y la pregunta es


por lo notable que es que un individuo se altera dentro de una masa. ¿Dónde
está lo notable? Para dar un ejemplo de lo que le preocupaba a Freud y a Le
Bon y a todos los tipos que iban a la peluquería, y lo que pasa con la masa,
¿cuál es el problema con la masa? Que se sabe como empieza pero no cómo
termina. ¿Cuál es el problema? ¿Que rompen a fierrazos un edificio? Que la
gente pierde la compostura, ese es el problema de la masa. Ese es el pasaje:
se pierde la compostura, la compostura que es propia del individuo. Con lo
cual, lo que se piensa es cómo se infecta el individuo en el funcionamiento de
aquello que preocupa a esta sociedad burguesa –dice Agamben que siempre
detrás de estas concepciones humanistas hay una posición política. ¿Cuál era
el problema político? El problema político es el surgimiento del proletariado.
Para que haya proletariado hace falta una moral muy estricta. Con el
campesinado no hay problema: paga la cuota o no paga la cuota, si no paga,
se le manda el ejército, se le quema todo y listo. Pero los obreros pueden
agarrar y meterte una piedra dentro de la máquina y no saber quién fue...
entonces ahí empezó el tema de la higiene en el capitalismo. Para que las
“bestias brutas” vayan limpias a la fábrica y no arruinen la mercadería con su
roña y sus trapos podridos. Por eso empezó el ideal de limpieza en Occidente.
¿Y madrugar? ¿Por qué madrugar es bueno? Ahora ya fue, porque con
internet se puede trabajar a cualquier hora. Pero antes, ¿por qué había que
madrugar? Por el turno de la fábrica, para que a las 6 ya estén todos bañaditos
y limpitos para empezar. Cuando se dice que los obreros de tal fábrica son
muy limpitos y pulcros, y que eso está muy bien... ¿por qué estaría bien? No
es por la salud que eso aporta, sino porque es un ideal. Y es un ideal porque
empieza a surgir el problema de los grandes conglomerados urbanos y cómo
manejarlos. ¿Cuál es el problema de cómo manejarlos? Evitar la revuelta.
Porque una revuelta de campesinos no es problema, hasta que los campesinos
se junten, con los burros en la planicie de 8000 km, no hay ningún problema.
Pero si tenés 8000 obreros que trabajan juntos en una única sede y que viven
todos juntos en un barrio, ahí se puede pudrir el rancho.
Con lo cual, para Freud, no solamente se trata de individuos, sino que lo social
solamente está pensado desde la perspectiva de la preocupación de su época,
y es la constitución de la masa.
Lo que estoy tratando de decirles es que estas reflexiones son previas a la
imposición de la idea de lo social. No había todavía una imposición de la idea
de cómo pensamos lo social. Que para nosotros, lo social no es la masa. ¿Es
la masa? Me podrán decir que es un caso, y no es lo que nosotros más
frecuentemente pensaríamos. De hecho, hay muchos antropólogos–la
antropología ha quedado disuelta de la faz de la tierra, ya no se sabe qué
estudian los antropólogos- que estudian cómo circula la gente, cómo circulan
en el subte, en el shopping, los no-lugares. ¿Dónde está lo social? A veces
está en ese lugar anónimo que llamamos lo no-social?
Si pensamos al ser humano como lo social, ¿nos conviene esta representación
individual? Me parece que estamos atrapados en una representación del
individuo propia de fines del siglo XIX. ¿Por qué hacía falta tanto basamento
en el principio individual en la sociedad moderna? ¿Por qué hace falta tanto
que seamos individuos? Porque el poder político se distribuye mediante el
voto. Y el voto se cuenta uno por uno. No importa si hay mucha bronca,
importa cómo vote cada uno y cómo se sume cada voto. Entonces se nos ha
producido la idea, que antes no importaba, de que cada uno vale uno. Pero
cada uno vale uno por un criterio político. Y contamos cada uno 1, por el voto.
Cuando se termine de instalar el mercado por sobre los estados nacionales, las
tendencias económicas indican que sí, no va importar más nada el uno. Van a
importar las ventas. Quizás dentro de 50 años ya no importe más el individuo.
Y ahí sí que me parece que no va a haber más psicoanálisis. Va a resultar
solamente el resultado económico de la empresa. Por ejemplo: los
manicomios. Antes era muy importante establecer la cordura o no de alguien,
porque es un elector. Y quien no era cuerdo, tenía que ser segregado para
quitarle los derechos de voto. En muchos lugares, los locos pierden el derecho
al voto. Ahora, si no importan más, entiendan que la desmanicomialización
puede ser una política de estado por desinterés. Todavía muchos
psicoanalistas creen que es por el argumento italiano de la década del ’60.
Ahora, los estados nacionales están chochos de vaciar los nosocomios, no
gastan un peso más y que los psicóticos vuelvan a sus casas con sus familias
o a la calle, ya no le interesa a nadie, es antigua la discusión. ¿Por qué?
Porque hoy lo que importa es si compran o no compran. Si compra un ipod, y
el tipo es esquizofrénico, ¿le interesa a Apple? No, lo vendió y lo vendió, qué le
interesa si el tipo tiene 8 y está re-loco. Como consumidor, la idea de individuo
responsable ya no interesa más. Con lo cual, nosotros estamos en una
psicología individualista que no puede dejar de ser biologicista. El psicoanálisis
de Freud es una psicología individualista que no puede dejar de tener sus
bases en el organismo biológico.
En la época de Lacan, ya pasó esta lógica, en el año ’53 tenemos el
estructuralismo y estamos pensando en cómo pensar lo social, y ¿hubo alguna
unificación de los ciudadanos de un estado nacional más fuerte que lo que
logró el partido nazi? 90% de los electores, afanaron en las urnas, en una
elección democrática.
Ahora, el problema que tenemos desde el ’50 para acá es cómo pensamos lo
social, cómo pensamos el vínculo entre las personas. Para pensar el vínculo
entre las personas, la esfera, dividida internamente ¿alcanza? Quizás no
alcanza ya, no alcanza para pensar el problema, especialmente el problema
planteado por la perspectiva estructural. Si toda sociedad tiene una estructura
que la rige y la normativiza, esa estructura ¿está adentro de cada uno? El
padre de la horda primitiva se cogía a todas las hijas y expulsaba a los hijos,
por miles de años. Y una vez los hijos hicieron un pacto y lo mataron y se
distribuyeron las mujeres. Eso, para Freud, ¿está en cada uno? Sí. ¿Cómo
está? Adentro. ¿Cómo lo tiene adentro, si nadie se lo metió? Por herencia
filogenética. O sea, está inscripto en su cuerpo.
Hoy, ¿nosotros pensamos así? La hegemonía del peronismo como doctrina
política –ya no hablamos de nazismo ni de fascismo porque hay muy poco,
entonces hay que hablar del único movimiento popular de esa índole que sigue
vigente desde el año ’40 hasta la fecha de una manera notable. Hoy en
Argentina, todos los candidatos, absolutamente todos, son peronistas.
Absolutamente todos, hasta los radicales... Todo es peronismo. El peronismo,
¿dónde está? ¿Lo tenemos por herencia filogenética? En el lenguaje, en el
orden simbólico. ¿Qué espacialidad vamos a agregar? Supongamos que
Mugrabi tiene razón, y que los últimos 150 años de la historia de la matemática
sean tirados por la borda y todos lo están llamando urgentemente por teléfono
y mandándole mails para que él explique cómo son las matemáticas modernas.
Porque ha caído todo... ¡estamos sin matemática y los matemáticos no se
dieron cuenta! Dice Mugrabi que es un caso de Verleulung. No importa. No
digo si es o no es válido en el discurso de las matemáticas sostener la
existencia de superficies como las topológicas, me parece que Mugrabi no se
enteró de que hay algo que se llama inmersión en el espacio tridimensional.
Supongamos que no existen, no importa. Pero el aparato psíquico de Freud,
¿existe? ¿Alguien lo vio? ¿Es algo ontológicamente planteable, o es un
conjunto de ideas, un andamio de conceptos, para pensar determinados
problemas en la clínica e intervenir clínicamente? No importa si la banda de
Moebius existe o no existe, la podemos llamar por ejemplo, “la superficie de
Lacan”. La superficie de Lacan, no importa si existe o no existe, es un modelo
teórico para pensar problemas.
Primero, observen que sería esto:

Es el yo y el ello, agujereado:

Se los leo en Lacan, ya que siempre le creen más a él que a todos los demás.
Aunque es mentira, porque Lacan fracasó de manera notable, de 1953 a 1980,
más de 600 veces con topología, ¡y nadie la usa y a todo el mundo le resulta
ridículo! El seminario de Caracas, último seminario dictado por Lacan, en
1980, poco antes de morir:

“Por eso creo adecuado decirles algunas palabras del debate que mantengo
con Freud, que no es de ayer. Aquí está: mis tres no son los suyos. Mis tres
son lo simbólico, lo real y lo imaginario. Me vi llevado a situarlos como una
topología, la del nudo llamado borromeo. El nudo borromeo pone en evidencia
la función del al menos tres, anuda a los otros dos desanudados. Eso les di yo
a los míos. Se los di para que supieran orientarse en la práctica.

-no es una discusión teórica: esto orienta en la clínica.


“Pero ¿se orientan mejor que con la tópica legada por Freud a los suyos?

¿Ven que es o topología de Lacan o tópica freudiana? ¿Cuántos artículos de


lacanianos leyeron que digan que la topología de Lacan reemplaza a la tópica
freudiana? Ninguno. No se va escribir ese artículo, y no se va a escribir
porque está reprimido. Escuchen:

“Hay que decirlo: lo que Freud dibujó con su tópica, llamada segunda, adolece
de cierta torpeza. Me imagino que era para darse a entender dentro de los
límites de su época, pero ¿no podríamos más bien aprovechar lo que allí figura
la aproximación a mi nudo?

El nudo borromeo tiene tres redondeles de cuerda anudados de una forma


especial que Lacan estudia, entonces Lacan se pregunta si no garaníamos algo
si al saco fofo de El yo y el ello lo pasamos,

“... pero ¿no podríamos más bien aprovechar lo que allí figura la aproximación
a mi nudo? Considérese el saco fofo que se produce como vínculo del ello en
su artículo que debe decirse Das Ich und das Es. El saco, al parecer, es el
continente de las pulsiones. ¡Qué idea tan disparatada el bosquejar eso así!”

dice Lacan, de Freud. A ustedes que les encanta el último Lacan, que se
vende como pan caliente... este es el último del último, después murió.

“... El saco, al parecer, es el continente de las pulsiones. ¡Qué idea tan


disparatada el bosquejar eso así! Sólo se explica por considerar a las
pulsiones como bolitas, que han de ser expulsadas por los orificios del cuerpo
una vez ingeridas. Sobre esto se abrocha un ego, donde parece preparado el
punteado de columnas por contar.

Y Lacan en el seminario pone el dibujo.

“...pero esto no lo deja a uno menos enredado, pues el mismo (...) como
extraño ojo perceptivo, donde para muchos se lee también la marca germinal
de un embrión sobre el vitelo. Por último, dos barras sombrean con su juntura
la relación de este conjunto barroco con el propio saco de bolitas, y ya está
designado lo reprimido. La cosa deja perplejo...

dice Lacan de Freud, esto está totalmente reprimido. Esto está publicado, lo
publica Miller, está en Escisión, Disolución, Excomunión. Está publicado muy
tempranamente, debe tener ya más de 15 años de publicado. Está totalmente
reprimido. Para Lacan es disparatada la segunda tópica de Freud, pero está
reprimido, no se puede decir en psicoanálisis. Pero no se puede decir, me
parece, primero por la relación que postulamos Freud-Lacan. Pero además,
porque efectivamente no somos capaces de asimilar lo que Lacan propone,
porque seguimos todavía trabajando con una antropología de individuos donde
el vínculo es de masas. Termino con la cita:
“La cosa deja perplejo. Digamos que no es lo mejor que hizo Freud. Podemos
incluso confesar que no favorece la pertinencia del pensamiento que pretende
traducir.

Esto no favorece para el psicoanálisis.

“Qué contraste con la definición que da Freud de las pulsiones como


vinculadas a los orificios del cuerpo. Una fórmula luminosa que impone otra
figuración que esa botella, cualquiera sea su tapón. ¿No será más bien como
me ha ocurrido decirlo, botella de Klein, sin adentro ni afuera, o aún muy
sencillamente, por qué no el toro?

Entonces, lo que les propongo, de vuelta, es trabajar la zona erógena de Freud.


Primero, es falso –y ustedes saben que es falso- que para Freud la zona
erógena sea un agujero. Porque saben muy bien que para la pulsión de
dominio, la zona erógena es la musculatura; eso es Freud y lo saben muy bien.
Es decir que para Freud, algunas pulsiones tienen una zona erógena que es un
agujero del cuerpo. Pero pensemos bien qué es para Freud zona erógena
como agujero del cuerpo. Porque de vuelta está el problema: para Freud zona
erógena es la mucosa del borde de la zona erógena.

zona erógena para Freud zona erógena para Lacan


(mucosa del borde del agujero) (agujero mismo)

Lacan no lo termina de decir y hace muy mal en no decirlo: para Freud la zona
erógena es la mucosa del borde, la zona erógena oral para Freud es el borde
de los labios, que yo soy capaz de tocar. Para Lacan, es el agujero mismo,
imposible de ser tocado. ¿Ven la diferencia? Es cierto que para Freud hay
división, pero no es la división de Lacan. Y es cierto que Freud –a veces-
acentúa la función del agujero corporal, para trabajar la zona erógena de la
pulsión, pero lo que trabaja Freud es la mucosa, el tegumento, lo que es
excitable del cuerpo. Y para Lacan, se trata del agujero mismo.
El agujero mismo es la clave de lo que tenemos que pensar. Porque nosotros
podríamos pensar lo social, tal como tantos pensadores están hoy planteando
el problema de cómo entender en una sociedad individualista como la nuestra
el problema de lo social, como por ejemplo Esposito, que plantea que lo que
arma lo social en Occidente hoy es nada-en-común. Que bien puede ser que
como individuos no tengamos ya nada en común, o bien puede ser que lo que
tengamos en común sea nada, y aquí está el abrazo que demuestra que
justamente la comunión se da a través del agujero.
Pero si la comunión se da a través del agujero, lo que tenemos que hacer es
sustituir la superficie con la que concebimos lo humano: tiene que ser una
superficie agujereada. O lo que podría ser igual, una esfera con un asa. Una
esfera a la que se le agrega un asa es igual a un toro.

Esfera con asa Superficie con dos agujeros

El toro puede ser planteado como una esfera a la que se le agrega un asa. Las
superficies topológicas pueden ser pensadas como esferas a las que se le
agregan asas, se le puede agregar más de una. O podría ser una superficie
con dos agujeros. La virtud de representar a lo humano con superficies así, es
que responde al problema de si los psicoanalistas sostenemos una ética
individualista, o no. Uno, ¿tiene que arreglárselas solo, sí o no? El fin y el
destino del goce, ¿es autoerótico o no? ¿O el problema del goce ahí indica
otra cosa? O sea, se trata de la supuesta energética vinculada al individuo
entendido como una superficie cerrada con interior y exterior, o se trata de otra
forma de pensar? Argumentos medio chicaneros pero simpáticos: Lacan dice
¿cómo puede ser que el mundo esté adentro? Vieron que se llama Umwelt e
Innenwelt, mundo circundante y mundo interno, vieron que se dice “tiene un
rico mundo interno”, y la pregunta es cómo puede ser que el mundo esté
adentro. Es que quizás la categoría de interno y externo no sirvan para pensar
las relaciones sujeto-Otro. El Otro, está ¿afuera o adentro del sujeto? No son
categorías que se puedan aplicar. Quizás tengamos que pasar
necesariamente con Lacan a otro tipo de geometría que plantea otro tipo de
superficies espaciales, para resolver el problema. Pero para eso primero
tenemos que resolver cómo concebimos nosotros lo humano. Si para nosotros
lo humano se manifiesta por la vía de individuos y la suma de individuos, o si lo
humano se caracteriza por una comunidad –communitas- que hay que
plantearla desde el origen, donde nunca jamás nada humano aparecerá
caracterizado como Uno. Cuando decimos “no hay sujeto sin Otro”, ¿qué
estamos queriendo decir? ¿Qué siempre una persona tendrá otra en relación?
¿Estamos queriendo decir eso, o estamos queriendo decir otra cosa?
Lo que les propongo revisar esa otra forma.

Vamos a la división del sujeto de Jacques Lacan. Hay dos formas de leer, en
Lacan, la división del sujeto de Lacan. Una que aparece primero que es el
comienzo del Seminario 11. Y la segunda versión de la división del sujeto es
de final del Seminario 11 y de “Posición del Inconsciente”.
En el comienzo del Seminario 11, cuando Lacan comienza con el problema de
la alienación, dice que el sujeto nace alienado en el Otro. Y es como se trabaja
alienación en Occidente. Y entonces, tiene que separarse. ¿Por qué tendría
que separarse? Para advenir como individuo. Entonces, primero hay
alienación y luego separación. Piénsenlo muy bien, porque es exactamente lo
mismo que se dice de los estados nacionales. Nosotros ¿cómo nacimos?
Alienados, y luego libertad, autonomía, soberanía. Se propone lo mismo que
para los estados nacionales, pero porque es la política. Es nuestra forma de
pensar las relaciones entre nosotros, son los ideales sociales –pasados de
moda pero son los ideales sociales. Nosotros nacimos alienados a España y
luego nos independizamos, nos separamos y nos fundamos libres, autónomos
y soberanos. Eso también en cierta medida y complejiza bastante el asunto, es
la alienación en Marx. Porque hoy, profundamente, la base de nuestra
ideología es Marx. La ideología occidental es profundamente marxista. Les
recomiendo un libro de Hannah Arendt que se reeditó y ahora es best-seller, La
condición humana. Allí plantea claramente que la ideología marxista es fallida.
Pero que tiene tanto éxito porque fue ni más ni menos que el punto culminante
de la ideología de su época. ¿Vieron que se cree que Marx es lo contrario de
Smith y Ricardo? No, no, es la conclusión del proyecto de Smith y Ricardo, de
la manera más pura. Les recomiendo mucho ese libro porque ella además
trabaja: labor, trabajo y acto. Y dice que lo humano solamente adviene con el
acto. Muy interesante. El problema de este libro es que no está escrito con la
oscuridad heideggeriana, entonces parece tonto. Es un libro maravilloso, sólo
que como está escrito llanamente, no parece tan sabio como Heidegger.
Y les advierto otro problema más: en Marx y en Hegel, la teoría de la
alienación se articula con una teoría de la separación. O sea, que tanto Hegel
como Marx tienen alienación y separación. Por eso es muy difícil distinguirlo
de lo que propone Lacan, porque al ser los mismos términos, pareciera que
hablan de lo mismo, como nos pasó con sujeto dividido.

Para Lacan, alienación es nacer Otro de sí. Alio quiere decir Otro. Nacer otro
de sí, ¿de qué sí? De sí mismo. Y esto es así porque se nace entre dos
significantes. Para Lacan adviene sujeto no cuando nace una persona ni
cuando se le pone nombre a un bebé. El nacimiento de un sujeto se produce
por una dupla significante. A la dupla significante Lacan la va a llamar:

S1 S2
ser sentido

S1-ser, porque un significante aislado da la ilusión de proveer ser. Cualquier


cosa que se nomine aisladamente, parece que aporta ser, que describe y da
cuenta del ser. Por en la dupla, el ser se pierde. Porque esto no es, porque
para poder serlo, requiere de otro, y si requiere de otro ya no es. Entonces no-
ser. Y para que haya sentido en la frase, siempre es el segundo término el que
aporta el sentido. “Nos vamos a la mierda”. Ustedes me podrán decir ¿en
qué sentido? “Que nos vamos a Mar del Plata”. “¡Ahh! Yo pensé que te habrías
enterado de que el Banco Central está en rojo”. Porque ¿qué quiere decir “nos
vamos a la mierda”? Si no aparece el Otro significante, no va a advenir el
sentido de ese significante. Si no tenés lo que sigue, no adviene el sentido.
Con lo cual, el sentido, que es S2, solamente puede advenir en función del
término primero, con lo cual ya no hay ni ser ni sentido. Ni lo uno, ni lo otro.
A eso, Lacan lo llama el efecto letal.

S1 S2 Ni lo uno, ni lo otro: efecto letal del significante


ser sentido

Y es letal cuando aparece en dupla, es decir que siempre careceremos de


cualquier sí mismo. No tendremos ni ser ni sentido, que es lo que puede
probar la cadena significante. Pero como opera encadenadamente, no
tenemos ni ser ni sentido en sí mismo. ¿Se entiende qué quiere decir
alienación para Lacan? Que uno no nace con sí mismo, todo sujeto pierde el sí
mismo por nacer de la dupla significante. Ahora, de este nacimiento, que es
letal, mortal, se nace muerto, hay un efecto mortífero de cómo se nace como
sujeto; de esto hay una separación posible. Separación del efecto letal, no
separación del Otro. ¿Cuál es la separación del efecto letal? La entrada del
deseo del Otro, que rescata al sujeto del efecto letal, porque adviene como
objeto posible del deseo del Otro. Quiere decir que lo que salva de la
alienación es el encuentro con el Otro, es al revés de como lo dicen los
lacanianos. Los lacanianos dicen “este chico es psicótico porque se ha
quedado en la mitad del proceso, nació alienado al Otro y siguió alienado al
Otro, pobrecito, no se separó”, en una lógica evolutiva y un tiempo cronológico.
Primero se nace alienado y luego se separa.
Pero para Lacan, hay un efecto alienante de la estructura significante, y hay
una separación de ese efecto letal, mortífero, que es el encuentro con la
posibilidad de la condición de objeto y el deseo del Otro. ¿Cuál es la lógica
que se plantea aquí para Lacan? “¿Puedes perderme?” Pero el “puedes
perderme” es segundo, la entrada del Otro es segunda, y viene a rescatar. O
sea, por nacer en cultura, por nacer en sociedad, en estado de civilización, en
el mundo moderno, se nace sin ser y sin sentido. Ya ninguno de nosotros nace
ni con un ser ni con un sentido. Lo cual no quita que en otras culturas y en otro
tiempo, para nosotros pueda ser que sí. Hace 4000 años, un niño que nacía
como hijo del faraón, quizás nacía con un ser. Un niño apropiado de ciertos
valores místicos, podía nacer con un sentido. Hay nacimientos que tienen
sentido. ¿Cuál es el sentido del nacimiento de Jesús? Eso, el advenimiento de
un nuevo sentido. Es lo que se llama el “kerigma”. En el cristianismo, el
“kerigma” es que hay una nueva noticia. ¿Cuál es la nueva noticia? Que nació
el niño del Señor. ¿Y qué? No hay nada más para decir, es un sentido
totalmente articulado al sinsentido. Y justamente porque nuestro sentido está
atacado de ese sinsentido propio del cristianismo, hoy ya nadie nace con un
sentido. Por ejemplo: el hijo del príncipe heredero de Inglaterra, fue
encontrado borracho bailando con travestis en una discoteca. Es una noticia
de todos los días. Eso, ¿qué nos produce a nosotros? Nada, es la farándula.
Ya no son nadie. Un Papa, un príncipe, ya no son nadie. El primer ministro
turco no va a recibir al Papa porque está ocupado. ¿Qué está queriendo decir?
Que no es nadie para él. Para nosotros, hoy, en nuestra cultura, ¿hay alguien
que sea, en sí, algo? Supongan que esta señora es la hija de Perón, cosa que
desvirtuaría el mito de que Perón era estéril. Si la señora se candidateara a
presidente, ¿quién la votaría? Nadie.
---cambio de lado

(...) Perón puede ser que haya sido, pero quizás fue el último. Pero en nuestra
sociedad, ¿hay ser, o sentido, vinculado a alguien? No. ¿Cómo se rescata de
esa insignificancia absoluta en la que se vive en Occidente? Haber sido
queridos o amados por alguien. No es tan teórico ni colgado de la palmera lo
que propone Lacan: es un diagnóstico de cultura. Pero nosotros seguimos
trabajando con la masa y el individualismo freudiano.

Les planteo un problema, que para mí es un problema teórico: el caso por


caso. Es un principio irrenunciable de la práctica analítica. ¿No llevará
inmerso, incluido en sí, el individualismo? ¿No será una psicología ultra-
individualista, la nuestra? Ahora, si es una psicología ultra-individualista y es
coherente, ¿qué tendría que decir del ser humano? Caso por caso, llevado al
máximo: nada. ¿Qué sabemos nosotros del hombre? Nada. ¿Qué desea un
hombre? ¿Qué es ser hombre? Nada. Si nosotros lleváramos la lógica del
caso por caso, estrictamente hasta el final, ¿qué tendría que decir un
psicoanalista? “Yo no sé nada”. Y hacemos un poco esa estupidez, caso por
caso. Si alguien viene a consultar porque tiene insomnio, y les pregunta sobre
el insomnio, ¿qué le dicen? “Bueno, de su insomnio aún no sé nada, cuénteme
de su insomnio, cómo le apareció, etc.” Y si el paciente no es egresado de la
facultad de Psicología podría decirnos: “¿Cómo? ¿Usted no sabe nada sobre
insomnio?” Y habría que decirle que en general no, y en particular, para él,
tampoco. ¿Es así o no? Eso es bastante psicoanalítico. Si no fuera así, sería
como dice Mugrabi, que él sabe que alguien de 34 años es adolescente. Pero
y el caso de Mishima, que sabía cabal y perfectamente a los 7 años que es, fue
y será siempre homosexual, ¿es adolescente o ya tiene una sexualidad adulta
plena? Pero Mugrabi sabe que hasta los 35 años uno es adolescente. Eso es
psicología. Pero no una psicología de caso por caso. Nosotros tenemos una
psicología del caso por caso, por eso es psicoanálisis. ¿Qué sabemos del
caso? Nada, porque eso es cabalmente el caso por caso llevado al extremo.
Pero si nuestra forma de concebir lo humano es individualista -y no nada-en-
común- si es individualista, sea como fuere, lo particular de ese caso ¿dónde
se hallará? Lo más particular de ese caso, ¿dónde se encontrará? Adentro de
ese cuerpo. Y es por eso que siempre las teorías de la pulsión y de goce
prevalecen. Yo les diría así: habrán visto que la gente se quejaba mucho del
pansexualismo de Freud. ¿Conocieron psicoanalistas hace 20 años? Hace 15
años no había goce, hace 15 años era el objeto a, aunque Miller ya estaba con
el goce desde el ’78, pero no había prendido aún. Hace 15 años, para los
psicoanalistas en general, la sexualidad ¿era o no era lo más importante de la
persona? Sí. Con lo cual, lo de pansexualismo era verdad. La crítica a Freud
por el pansexualismo era verdad. Hoy, para ustedes, lo sexual ¿es algo tan
importante para los casos que atienden?

Guillermo Pietra: depende de lo que se entienda por sexual.


A.E.: vínculos. Hombre, mujer, genitalidad, satisfacción sexual, lo más amplio.

G. P.: entonces sos pre-freudiano.


A.E.: ¿en qué sentido?

G.P.: y, porque Freud lo que hizo fue ampliar el concepto de sexualidad.

A.E.: por eso, ampliado, el concepto freudiano, el ampliado. ¿Es


efectivamente el problema por el cual todos los pacientes consultan? ¿Hacen
tanto hincapié en la sexualidad? A una mujer de 50 años con insomnio, ¿la
mandan a que tenga sexo?

G.P.: no es un problema explícito pero siempre está de alguna manera...

A.E.: ¿por qué?

G.P.: porque el deseo es sexual...

A.E.: es sexual, ¿por qué? ¿Por qué el deseo tiene un carácter que es
sexual?

G.P.: porque lo dijo Freud.

A.E.: además de eso. Nosotros somos cuestionadores de textos de autores,


en general, pero nos manejamos bien tranquilos con lo que dijo Freud, con lo
que dijo Lacan. ¿No puede ser más vocacional que sexual, el deseo? En
muchos casos, habrán visto que yo siempre pongo el ejemplo de ¿y por qué la
ferretería de papá? Hoy hay mucha gente que requiere de ayuda vocacional.
Eso es nuevo. Desde hace 20 años hay gente que vive de ofertar orientación
vocacional. El deseo, hoy, ¿no habría que decir infantil, sexual, reprimido,
inconsciente, más vocacional? Porque quizás en la época de Freud no había
problemas vocacionales, porque muy poca gente accedía a las universidades y
porque las carreras eran cinco... hoy los chicos estudian carreras que los
padres ni saben lo que son, ni dónde se estudia ni para qué sirve. Toda esa
conflictiva vocacional, en la elección del deseo, en la realización de la condición
subjetiva por la vía de interpretar el objeto a, ¿no habría que agregar hoy,
vocacional? No se lo pregunta. ¿Por qué sostenemos tanto lo sexual? Mi
impresión es que porque trabajamos con el caso por caso, pero dentro de esto
está aún muy fuerte para nosotros una psicología individualista de base
orgánica. Y por eso el goce está en todos lados: recibí un mail sobre un curso
de anorexia que decía “el goce oral”. El goce va en todos lados. ¿Pero por
qué el goce? ¿Por qué todos los trabajos en todos los congresos de todos los
lacanianos...? ¿Saben que millerianismo como en la Argentina no hay en otros
lados, no? Estuve en Costa Rica, en México y en Chile, y no hay mucho
movimiento, hay más de Allouch que de Miller. Y muchos independientes.
Pero igual están con el goce. ¿Por qué? Porque el goce se nos hace muy
propio al individuo, muy propio a lo interno, y muy propio a individual. Ahora,
me parece que parte de la formalización de Lacan es rechazada porque rompe
con lo individual. Por ejemplo, muchos psicoanalistas lacanianos rechazan
“estructura clínica”. Les debo confesar dos cosas terribles que me pasaron:
después de reeditar El grafo del deseo, se me ocurrió poner en el CD “grafo del
deseo”, ¿saben cuántas veces dijo Lacan “grafo del deseo”? Ninguna. Me
quise morir. Ahora estoy por mandar a la editorial el segundo volumen de Las
estructuras clínicas... ¿saben cuántas veces Lacan dice “estructuras clínicas”?
¡Ninguna! Me quiero matar, ¡son inventos! No es que esté mal el concepto, es
que no se le puede poner de filiación lacaniana porque Lacan nunca lo dijo. En
tal caso habría que decir que quedó casi dicho, que estuvo por decir, pero no lo
dijo. Además de estos papelones personales míos, muchos psicoanalistas
rechazan “estructura clínica”, ¿por qué? Porque dicen que compara casos.
Que no corresponde decir que dos personas son histéricas, porque así se las
está comparando, y al compararlas se desvirtúa la lógica del caso por caso.
¿Es así o no? Tienen razón. Yo trabajo con la idea de estructura clínica, pero
hay que ver muy bien cómo se relaciona estructura clínica con una clínica
entendida como caso por caso. Pero con los cuatro goces no, a nadie le hace
obstáculo que haya goce fálico, que haya goce del Otro, goce de la abuela, con
el caso por caso. ¿Por qué? Porque se considera que el caso por caso está
en continuidad con el goce, porque es un individuo corporal, eso es para
nosotros un caso, que es la topología freudiana.
Es el estado de discusión de la antropología en la época de Freud, de hecho,
Remo Bodei, Roberto Esposito, Giorgio Agamben, todos reconocen que
psicología de masas marca un hito en la antropología occidental. Freud es
Freud y efectivamente produjo una cantidad de concepciones nuevas, pero las
produjo dentro de una problemática social, una forma de manifestarse lo
político y una cierta dimensión de discusión filosófica, por ejemplo: el Dasein y
la falta en ser, no estaban planteados en el entorno filosófico de la época de
Freud. No se puede pretender que alguien coloque el ser en el agujero si el
problema de la falta en ser no estaba planteado, no se puede decir que fue un
déficit freudiano, fue un déficit de la época.
Pero lo que les planteo es que me parece que el rechazo a la formalización de
Lacan implica un rechazo debido a que nosotros seguimos trabajando desde
una corriente fuertemente individualista. Confundimos sujeto con individuo. Y
lo confundimos porque son dichos igual: el individuo por Freud es dicho
dividido, y el sujeto de Lacan es dicho dividido. Hasta donde yo le leído de
Lacan, Lacan nunca nos advierte de que cuando él dice “sujeto dividido” no es
dividido en el mismo sentido de la división freudiana. Los tres de Lacan, lo
simbólico, lo imaginario y lo real, ¿a alguno se le ocurre que podrían ser
internos de alguien? Lo simbólico: ¿podría ser interno de alguien? Es ridículo.
Los tres de Lacan no pueden ser internos. Menos que menos si están
anudados en forma borromea. ¿Cómo va a haber algo corporal, borromeo?
Es ridículo. Pero eso no prevalece. Se toma simbólico, imaginario y real como
subsidiarios del goce, porque seguimos todavía muy vinculados a una práctica
que favorece que no pongamos en discusión el individuo. Porque es caso por
caso. Para prevenirnos de una psicología, trabajamos caso por caso. Eso está
perfecto, somos una psicología no psicológica. Psicología es la ciencia del
hombre, es saber sobre el hombre. El psicoanálisis hace la diferencia en el
punto donde no sabemos, al menos, de este caso. Caso por caso, cada caso
es tomado como nuevo por el psicoanalista, eso es un punto fundacional de la
diferencia que hace el análisis. Pero me parece que ha dejado escondido un
problema y es que eso favorece el seguir trabajando con que cada individuo es
una pelota distinta en la mesa de pool. Como si fuésemos seis mil millones de
diferencias individuales. Y al decir individuales, quizás no sea esa la diferencia
que tengamos que trabajar. Quizás la diferencia sobre la que tengamos que
trabajar sea qué tipo de vínculo al Otro. Lo que hay que trabajar es una clínica
caso por caso pero en transferencia. Si extremamos caso por caso, es decir,
que no sabemos nada, “en transferencia” ¿qué quiere decir? Que participamos
del caso, que nosotros curamos con el abrazo. ¿Quién dice lo que se dice en
un análisis? Si somos individualistas, todo lo dicho tiene que salir de la boca
del paciente. ¿Y por qué se hace tanto hincapié en de qué boca sale? Porque
creemos que el sujeto está adentro de la persona. Entonces, es significante
todas las palabras que salen de la boca del paciente. Pero la madre, que lo
odió y lo despreció siempre, ¿tuvo que habérselo dicho alguna vez? No.
¿Hace falta que, para que algo sea dicho, sea grabable sonoramente, por
haber salido de la boca de alguien o por haber estado en la mirada de alguien?
¿O puede ser por omisión? Y si es por omisión, ¿dónde se lee la omisión?
¿Dónde existe la omisión? ¿En quien la lee? Y sí, porque del otro lado es
omisión. Pero para nosotros es material lo que sale de la boca del paciente,
porque el caso es el individuo. Más aún, el analista no dice nada para no
infectar el caso. Ahora, el analista no dice nada porque siempre se pensó que
el analista era un espejo, hasta Lacan en el modelo óptico pensó que el
analista era un espejo. ¿Por qué el analista es un espejo, bien pulido? Porque
debe devolver, al paciente que lo consulta –sin deformación- las características
del individuo. Con lo cual, les planteo que me parece que toda la dificultad en
el pasaje a la formalización en Lacan, es que la formalización en Lacan
introduce la estructura. Y el problema es que la estructura no es articulable a
una psicología individualista. Sin perder de vista que así queda regalado el
goce del cuerpo.

Eduardo L.: pensaba, cuando planteabas eso tan interesante de la estructura


clínica y la clínica caso por caso, en cuáles son los invariantes. Cuáles son los
invariantes en la subjetividad.

A.E.: ¡claro! Ahí tenés dos cosas: esos invariantes, mentan, dicen, se
refieren, ¿a la persona? ¿Hay alguien que sea obsesivo? ¿Hay alguien que sea
histérico? Lacan dice que la histeria ¿es una propiedad de alguien? Una
histérica de 28 años que cree que el padre la tocó, pero no se acuerda bien,
¿eso es? ¿O es un discurso? Y si es un discurso, ya no hay más personas. Si
es un discurso, el caso, el sujeto, es entre psicoanalista y psicoanalizante. La
palabra ya no es de ninguno de los dos: ser analista es pagar con la propia
persona. Persona, ¿qué quiere decir? Máscara, porque suena a través de
ella. Pagar con la persona, quiere decir que uno dice sin decir. “Me cayó muy
mal lo que me dijiste la sesión pasada”, y uno se acuerda que en esa sesión
durmió... ¡no pudo haberle dicho nada! ¿Cómo hace un analista? Freud diría
“yo no le dije nada, esa es una proyección que usted está haciendo en mí, pero
dígalo, así analizamos lo que usted proyecta en mí.” Un analista lacaniano,
¿qué debería decir?: “¿Por qué le cayó mal, qué le dije?” Porque se lo dijiste.
Eso es ser analista, pagar con el lugar de enunciación. Que uno enuncie sin
decir, aún en ese caso. Pero ahí ya no hay individuo, ya el caso no es un
individuo, es el tipo de abrazo. Pero se podrá objetar que eso es una locura,
porque cada paciente que se analice con otro analista, eso producirá otro tipo
de abrazo... ¡es un desastre!, sí ese es el punto. ¿Cada paciente que se
analiza con otro analista, es otro caso? ¡Es cualquier cosa! Y...
Caso por caso pero en transferencia, porque si es sin transferencia es un
espejo que devuelve las características individuales. Clínica bajo transferencia,
Miller lo escribe así: C.S.T. es un artículo de él, muy bueno.
“En transferencia” quiere decir que ya no se sabe quién es quién. Que un caso
en análisis es cuando se disuelve el quién es quién. Ya no es que uno le
cuenta lo que le pasa y el otro le diagnostica sobre lo que el pasa. Con lo cual,
los invariantes, ¿de qué hablan? O hablan del individuo, o hablan del tipo de
abrazo habilitado por nuestra cultura. Quizás eso sea los cuatro discursos, que
nosotros sólo seamos capaces de diagnosticar discursos, vínculos. Recuerden
que en el Seminario 18, discurso es llamado lazo social. En el 16 dice que el
psicoanálisis es un discurso, en el 17 puso los cuatro discursos y en el 18
recién dice que el discurso es definido como lazo social. Quizás quiera decir
que en la clínica somos capaces de definir cuatro tipos de lazo social. Lacan,
con los cuatro discursos, ¿dirá que la sociedad se divide en cuatro tipos de
discuros? ¿O que la clínica analítica se divide en cuatro tipos de discurso?
Y quizás sólo seamos capaces de diagnosticar qué tipo de lazo es el que
hegemoniza un caso, sin que nadie sea dueño de hacer existir esa hegemonía
ni disolverla. Y les advierto que Lacan dice que son cuatro para la clínica
analítica. Porque en el mismo Seminario 17 dice “discurso freudian”, dice
“discurso capitalista”... jamás Lacan creyó que los discursos en el mundo –o en
Occidente- fueran cuatro. Sólo para la clínica analítica. Es más, para Lacan, la
dirección de la cura es un pasaje en forma circular, de un discurso al otro. Con
lo cual, quizás los invariantes sean del lazo. Pero para pensarlo así, hay que
dejar caer El yo y el ello, como un individuo dividido internamente. Con lo cual,
observen que la problemática es bien dura. Que yo sepa, Lacan no lo dijo así,
lo desarrolló desde el ’53 sin parar, pero nunca dijo “ojo que mi división no es la
misma que la de Freud”, porque la división de Freud es interna y la del Lacan
es imposible que sea interna. ¿Cómo lo simbólico, lo imaginario y lo real van a
ser internos? Ahora, si alguien nos propone el goce, y dice que el goce es del
cuerpo, y se lo va a comprar gozoso, porque ahí sí hay un punto de anclaje en
el individuo corporal freudiano. Incluso hasta se podrá decir que simbólico e
imaginario no son del individuo, pero el goce sí... entonces como somos
individualistas trataremos de establecer la propiedad particular del goce de
alguien. Pero no tiene que ver tanto con el goce, sino con cómo entendemos
caso por caso. El problema es cómo entendemos en psicoanálisis el caso por
caso. Si es que todas las personas son distintas, ese es un problema en
Occidente, siempre pongo el mismo ejemplo: ¿por qué en Israel, que son
todos judíos, cambian dos soldados israelíes por 600 guerrilleros árabes?
¿Cómo van a cambiar 2 por 600? El ataque de Israel al Líbano, ¿cuál fue el
motivo? El secuestro de 1 soldado. ¿Y por qué 1? ¿Qué es 1 para nosotros?
1 es todo. Porque esa diferencia particular, ese individuo, es irremplazable
para nosotros. Pero un podría decir que para la madre del árabe que se
suicida en el colectivo con una bomba, obviamente que ese hijo, Mustafá, es
irremplazable... sí, pero no es un valor en sí, ellos no cuentan de a uno como
nosotros. Nosotros somos terriblemente individualistas, para nosotros uno es
reemplazable por todo. ¿Cuánto pagaría un padre por un hijo secuestrado, de
su patrimonio? ¿cuánto debería pagar por el rescate del hijo? Más allá del
éxito de la operación del rescate, que no te lo maten igual, no digo esa parte.
¿Cuánto debería pagar de su patrimonio? ¿Todo? ¿Y si es el dueño de
Microsoft, que tiene 8.000.000 de dólares? ¡Ahh! Se quedaron callados, no me
dijeron “todo” otra vez. Todo. ¿Por qué? El general griego, si no soplaban los
vientos, ¿qué hacía? Agarraba a su hija y la sacrificaba a los dioses en el altar.
A su hija, que era la princesa. ¿Por qué? Porque la polis requería de eso. Un
sacrificio individual, era lo menos. No se contaba de a uno. Nosotros hemos
hecho una apuesta total al Uno, pero hay que ver si con esto no sostenemos el
caso por caso sin apoyarse en la transferencia. Creemos que “en
transferencia” es que el psicoanalista diagnostica cuál es el goce del paciente,
igual que el médico hace con su paciente... yo no veo ahí la transferencia.
Salvo que se entienda que transferencia sea la bolilla que el paciente le de al
psicoanalista, entonces es lo mismo que el médico, el maestro o el padre. Si
es sugestión... es una relación cualquiera. ¿Hay alguna diferencia especial,
psicoanalítica, de “en transferencia”? Sí, que es que el psicoanalista participa
del caso: “me miraste con muy malos ojos cuando entré”. ¿Cómo contesta un
analista? “¡Yo no la miré!” o “¿Por qué, cómo te miré?” Eso es en
transferencia, cuando uno cede hasta cómo mira, ya no sabe ni cómo mira, ni
cómo habla ni qué dice. Eso es “en transferencia”. Pero allí ya no hay más
caso como individuo. Me parece que todo el problema está ahí. Y la
formalización de Lacan es rechazada porque ataca el individualismo, que es lo
que vos planteabas con los invariantes. Ahora, se ataca los invariantes, pero
terminás con el goce. Porque la clínica de caso por caso, sin invariantes, no es
nada. Es nada, es hablar con una persona en la cola del banco. Es contarle a
alguien que uno no conoce, las cosas más increíbles. ¿Eso es? Porque el otro
no sabe nada. El psicoanalista, ¿no sabe nada? ¿no tiene que saber nada de
nada? Entonces el psicoanálisis es a la sanfasón. ¿Es a la sanfasón? Si es
así no sé para qué estamos acá.
Algo hay que saber. ¿De qué hay que saber? ¿Del goce del cuerpo del
individuo o de los invariantes estructurales? Los invariantes son
matematizados.
Les leo de Alain Badiou, “El estatuto filosófico del poema después de
Heidegger”, está en internet:

“El matema es aquí lo que, haciendo desaparecer al decidor, ausentando su


lugar de toda validación misteriosa, expone la argumentación a la prueba de su
autonomía, y entonces al examen crítico y/o dialógico de su pertinencia”.

Es espectacular. Badiou fue alumno de Lacan. Este artículo también permite


entender por qué los psicoanalistas lacanianos aman el poema. Lo leí por eso,
pero me encontré con que estaba matema.

---Final de la grabación

Versión desgrabada, no corregida por el autor.


Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Notas sobre la Clase N° 16 “Teorema de Goedel” por Jimmy Kuffer -– 17-11-06

Notas sobre la Clase N° 16


Mariana Gomila

Teorema de Goedel (TG), por Jimmy Kuffer

Matemática: disciplina deductiva, que implica que una propiedad puede ser
establecida como conclusión de una prueba lógica.
Uso del método axiomático en Geometría, implica aceptar sin pruebas
proposiciones como axiomas, y derivar según reglas las demás proposiciones
del sistema, que –deducidas del axioma- forman teoremas.
Un conjunto axiomático tiene reglas que establecen las concatenaciones de
proposiciones que luego serán teoremas.
No es posible admitir que toda proposición deriva del axioma: es lo que
demuestra el TG, o sea, que no es posible la axiomatización plena.
No se puede establecer la consistencia lógica interna de un sistema deductivo,
salvo que se utilice otro conjunto de axiomas más complejo.
Implica la problemática de la consistencia.
Quinto Postulado: por un punto exterior a una recta pasa sólo una paralela.
No parecía evidente. En el Siglo XIX, 3 autores demostraron la imposibilidad
de deducir el Quinto Postulado de los otros axiomas. Por lo tanto, hay
proposiciones aritméticas imposibles de demostrar.
Problema de la abstracción creciente de las matemáticas: un sistema formal,
¿es consistente? Sí, si se demuestra que no hay teoremas contradictorios
deducidos a partir de los axiomas del sistema.
¿Cómo demostrar la consistencia del modelo? Transfiriendo de un modelo a
otro, se verifica si es consistente.
Ejemplo de transferencia:

1) 2 miembros de K están contenidos en 1 solo miembro de L.


2) Ningún miembro de K se halla contenido en más de 2 miembros de L.
3) No todos los miembros de K se hallan en 1 único miembro de L.

L L

K K
L

Al verificarse en el sistema geométrico, es prueba de la consistencia del


sistema. Es una prueba de consistencia en apariencia concluyente.
Los modelos y sistemas deben ser finitos para poder comparar los modelos
entre sí.
Los sistemas no finitos presentan antinomias y paradojas.

B. Russell plantea que hay contradicciones dentro de la lógica elemental. ( Ej.:


El catálogo de todos los catálogos que no se incluye a sí mismo)
Ejemplo:

-Clases normales: no se contienen a sí mismas como miembros de la clase


(Ej.: la clase de todos los psicoanalistas, no es un psicoanalista a su vez, no se
incluye como miembro de la clase)

-Clases no-normales: se contienen a sí mismas como miembro de la clase. (Ej:


el conjunto de todas las cosas pensables, es una cosa pensable a su vez, por
lo tanto está incluido dentro de la clase).

Si N = la clase de todas las clases normales.

N, ¿es una clase normal? Si lo es, entonces es miembro de sí misma, porque


contiene a todas las clases normales; pero entonces, por eso mismo, debiera
ser no-normal, por definición.
Por lo tanto, N es normal sí y sólo si no es normal: es una proposición verdadera y
falsa a la vez. Lo que implica una antinomia, o sea, una afirmación y su
negación formal. Ambas son válidas. Entonces, ¿es consistente el sistema?

Volvamos al sistema formal:

Es necesaria la completa formalización de un sistema deductivo, para ver si les


trasladable a un sistema formal de otro orden. (Reducción del álgebra de la
lógica). La completa formalización implica la extracción de todo sentido de las
proposiciones y signos dentro del sistema, se trata de signos y/o lugares
vacíos. Es necesario construir un conjunto de reglas enunciadas con precisión,
acerca de cómo deben manejarse los signos.
Los postulados, axiomas y teoremas de un sistema formalizado, según ideas
de signos carentes de significado, combinados según reglas, hasta formar
conjuntos más amplios.
La formalización es la afirmación sobre cualquier objeto y su validez, se asienta
en la estructura y no en contenidos, y tiene la finalidad de revelar la estructura y
funciones de las relaciones lógicas entre proposiciones matemáticas.

Un sistema formal tiene que tener:

a) variables: P, Q, R
b) enlaces sentenciales: cómo se conjugan las variables entre sí: ~
c) reglas de formación: permiten construir sentencias aplicables a todo
razonamiento. (modus ponens, modus tollens)
d) signos de puntuación (,.;)
e) axiomas: articulaciones de enlaces de variables según reglas, dados por
válidos según demostración. Deben cumplir el requisito formal.

Validez no implica deducción.

Se utiliza otro sistema formal para dar cuenta de la consistencia de un sistema


formal.
Se pueden describir las configuraciones de un sistema formal y cuáles son sus
relaciones. Ej.: puedo decir que tal signo se repite, que tales hileras son más
largas que las otras, que se repite tal concordancia, etc. Se pueden decir, pero
no pertenecen al sistema formalizado. Se habla sobre el sistema formalizado
pero no son proposiciones propias al sistema formalizado. Se trata de
proposiciones metamatemáticas. Es un lenguaje que se formula acerca de las
matemáticas. Se trata de declaraciones sobre los signos y sus relaciones, y de
las consecuencias de dichas relaciones dentro del cálculo.

X=X expresión matemática

X es una variable expresión metamatemática

Cada lenguaje que hable a su vez sobre el lenguaje sería un meta-


metalenguaje, lo que implicaría una reducción al infinito, impracticable.

El TG es una proposición metamatemática.


Las proposiciones metamatemáticas no contienen signos y fórmulas de la
expresión matemática contenida en los sistemas. (El signo ya no es el mismo,
porque aquí es el nombre de las expresiones y no tienen alcance operatorio).
Eso es debido a una exigencia gramatical, y es que ninguna expresión tiene
que contener literalmente el objeto al cual se refiere: el cálculo no es lo mismo
que la descripción del cálculo.

Estructura formal del sistema formal:

Su descripción metamatematizada sería anotar sus signos, reglas, cómo se


derivan, etc. Todo sistema tiene reglas que permiten formar oraciones, que
son las “oraciones bien formadas”. En La Carta Robada: las oraciones + y –
son oraciones bien formadas.

Juego de los Caballeros y Bribones:


En una isla hay caballeros y hay bribones. Los caballeros dicen la verdad y los
bribones mienten. La única manera de diferenciarlos es por lo que cada uno
predica de sí mismo.
Si un bribón dijera “Yo soy un bribón”, esa proposición (“yo soy un bribón”), si
es verdadera, entonces el bribón no miente, y si no miente, no sería bribón –
por definición. Se trata por lo tanto de un enunciado formalmente indecidible,
es decir, no derivable de los axiomas.
Los enunciados formalmente indecidibles implican consistencia del sistema. La
consistencia se da cuando un axioma no permite que toda proposición se
deduzca de él.
Por ejemplo, la proposición “Soy un bribón” no es derivable del axioma, pero
es sin embargo acorde a las reglas del sistema.
El axioma no permite que una proposición y su contraria sean demostrables. O
sea, un bribón no puede decir la verdad y mentir a la vez.
Por lo tanto, el sistema es consistente e incompleto.

“Todo N° par (distinto de 2) es la suma de 2 primos”, no puede deducirse de los


axiomas por qué es así. Se trata entonces de una conjetura.
Por lo tanto, no todo teorema es tautológico. No todo teorema es siempre
válido. Por eso el sistema es consistente e incompleto.

El TG dice que es importante presentar una prueba metamatemática de la


consistencia de un sistema lo bastante comprensible para contener toda la
aritmética. También dice que cualquier sistema aritmético es esencialmente
incompleto. Dado cualquier conjunto consistente de axiomas, existen
proposiciones formulables, no derivadas de dicho conjunto.
Goedel produce un sistema de escritura y notación peculiar.

Paradoja richardiana (1905):

De distintos números, podemos definir distintas proposiciones definidas en


español. A cada definición le corresponderá un número que las ordenará
según la cantidad de letras que cada definición contenga, si hay dos que
coincidan en esa cantidad, se ordenarán por orden alfabético.
Por ejemplo, en la definición N° 15), “15” designa el lugar de la definición de un
cuadrado perfecto. “15” tiene la propiedad de ser richardiano, porque 15 no es
un cuadrado perfecto (no coincide con lo que se está definiendo).
En cambio “17”, no tiene la propiedad richardiana, porque 17 designa el lugar
de la definición de números primos, y 17 es un número primo, es decir, designa
el lugar de la definición que lo comprende a sí mismo.
La propiedad misma de ser richardiano, es una propiedad de los números
enteros... ¿y cuál es el lugar que dicha propiedad tiene en la serie? ¿Con qué
número la designamos? Con el número N:

N) Es richardiano.

Entonces, N, ¿es richardiano? Lo es –por definición- si carece de la propiedad


definidora cuyo lugar designa. “N es richardiano” es verdadera y falsa a la vez.
A esto se suma la dificultad de estar mezclando propiedades aritméticas
cardinales con ordinales (ser richardiano es una propiedad que corresponde a
lo ordinal). O sea, hay mezcla de dos clases de proposiciones en el mismo
sistema formal. Es una declaración metamatemática dentro del mismo sistema
formal.

El TG es una proposición metamatemática sobre un cálculo formalizado, que


puede ser representado por notación del mismo sistema formal, con la misma
estructura del sistema que pretende criticar o demostrar.
O sea, el sistema que vuelve sobre sí mismo y utiliza el mismo lenguaje.
¿Con qué elementos vamos a producir el análisis de la transferencia en
psicoanálisis? Freud no pudo producir el análisis de la transferencia.

Goedel ideó un método de representación...(...)


N° de Goedel.
El TG demuestra que los axiomas son incompletos. También que se puede
construir una fórmula aritmética correspondiente a una declaración
metamatemática. La fórmula G, no es demostrable.

N° G = la fórmula G no es demostrable

G es demostrable si y sólo si es demostrable también su negación formal.


Si ambas fueran derivables del cálculo, sería inconsistente.
G es indemostrable, pero verdadera y bien formada, porque corresponde con
una proposición aritmética que sigue las reglas del sistema. Es formalmente
indecidible.
Por lo tanto, el sistema aritmético es incompleto, no todas sus verdades se
deducen del sistema, por lo cual, es consistente.
¿Cómo construir una fórmula “A” que represente la proposición
metamatemática “La aritmética es consistente”?
Demostró que A G es demostrable y derivable de los axiomas del mismo
sistema. “A” sola, no es demostrable, por lo tanto, todo sistema formal es
incompleto por tener enunciados formalmente indecidibles.

El acto, para Lacan, no es un comportamiento. Implica una manipulación de la


trasferencia pero es absolutamente significante. (un significante que tiene que
estar muy cerca de significarse a sí mismo...)
No se trata de un enunciado sobre la transferencia (“Ud. repite conmigo
porque...”), dado que eso sería sentido y de los peores.
Ref.: El saber del psicoanalista, fórmulas de la sexuación como indecidibles.
Clase 23 del Seminario 11, referencia al Menón.
Función del número como estructura del saber.

Con la misma estructura del inconsciente se vuelve analizable la transferencia.


La función del número es aquello del lenguaje que nos permite designar lo real
(Seminario 20).-

Bibliografía:

“Teorema de Gödel” de Nagel y Newman


“Juegos por siempre misteriosos”, “La dama y el tigre” y “¿Como se llama este
libro?”, de Raymond Smullyan
“Las matemáticas como una de las bellas artes”, de Pablo Amster
Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 17 – 01-12-06

Alfredo Eidelsztein: esta es nuestra última reunión. Para el año próximo, el


proyecto de trabajo que presenté va a ser con una estructura distinta. También
tendrá profesores invitados, el tema será De la experiencia analítica a la
estructura del psicoanálisis como discurso. Y vamos a trabajar las dos
cuestiones: primero, la puesta en tela de juicio del valor del psicoanálisis como
experiencia, para cuestionar que sea una experiencia o que su valor
fundamental sea el de una experiencia; y luego vamos a trabajar también la
idea de discurso como la propone Lacan y vamos a tratar de trabajar los cuatro
discursos, para qué campo de aplicación fueron creados por Lacan –si para la
sociedad o para la experiencia analítica, que es la gran polémica- las
referencias son los Seminarios 16, 17 y 18. El 16 es donde surge la idea de
psicoanálisis como discurso, en el 17 donde surge la idea de cuatro discursos –
el psicoanálisis como un discurso dentro de cuatro discursos- y el 18 donde
surge la idea de discurso como lazo social. También vamos a aprovechar para
ver –es un tema de sumo interés para todos- cómo es la entrada del concepto
de goce, que es muy fuerte en esa época de la enseñanza de Lacan, y vamos
a intentar hacer una lectura del valor de ese concepto. Como ustedes saben,
el espíritu va a ser crítico, o sea, trataremos de diagnosticar cuáles son los
principales prejuicios en ese sentido, y trataremos de establecer si
efectivamente Lacan no hace más que contribuir a los prejuicios; o si propone
un concepto nuevo para indicar concepciones vinculadas a la práctica del
psicoanálisis que sean novedosas. La idea respecto del goce va a ser poner
en tela de juicio si el concepto de goce se refiere al goce. O sea, la idea más
banal –y que reina en el campo lacaniano- es que el goce indica el goce. La
propuesta para trabajar es que el concepto de goce no es creado por Lacan
para ponerle nombre al goce. Es decir, que Lacan no introduce el concepto de
goce para nominar al goce. Si es que hay goce corporal, no hay ningún
problema con eso, me parece que Lacan no se desayunó a la altura del
Seminario 17-18, cuando él tenía 68 años, de que había goce corporal... Nos
preguntaremos por qué la necesidad de introducir ese concepto con la fuerza y
la insistencia que tiene a esa altura de la enseñanza, y acotado al sistema del
curso, al temario, veremos si tiene alguna relación con el concepto de discurso.

Lo más novedoso será la modalidad de funcionamiento del curso del año


próximo. Van a ser cuatro viernes y sábado. Los segundos viernes y sábados
de los meses de abril, mayo, julio y agosto. Serán 2 clases los viernes a la
tarde y 2 clases el sábado a la mañana. Es un intento de favorecer a la gente
del interior y del extranjero que quieran participar del curso de doctorado. Y va
a significar otra modalidad de funcionamiento, en algún sentido será más
esfuerzo, porque hay que escuchar dos clases seguidas, y dos clases el
sábado a la mañana siguiente. El horario será: de 16 a 20 los viernes, y de 9
a 13 los sábados. Veremos cómo resulta.

Ya se habrán dado cuenta que desde hace varias reuniones decidí cambiar el
programa y la estrategia de este curso. Antes había pensado plantearles, junto
con los profesores invitados, las más importantes formalizaciones
matematizadas que Lacan había incorporado al psicoanálisis, y había previsto
un trabajo de desarrollo, interpretación y articulación de esas incorporaciones
que Lacan había hecho. Ya desde hace dos meses, llegué a un nuevo
diagnóstico del estado de situación de ese problema, y es que es inútil. Es
inútil seguir insistiendo con la presentación de los argumentos matematizados
de Lacan. Porque por más que uno tenga éxito en la transmisión, en el sentido
de que la gente diga “¡Ah! ¡Mirá vos! ¡Muy interesante! Entendí”, en general –y
yo hago este diagnóstico desde la rendija por la cual miro al mundo- mi
impresión es que no pasa de ahí, que la gente dice que es muy interesante,
pero siguen trabajando con el goce, lo real, etc. Los psicoanalistas leen
muchos libros, muy interesantes, el libro va a la biblioteca y todo sigue igual.
Porque no se incorpora lo que se lee. Con lo cual, he decidido trabajar en
estas últimas clases ese problema: por qué no se incorpora.

Hoy voy a trabajarlo desde la perspectiva que he decidido llamar el fracaso de


Lacan en su propuesta. Este último intento de trabajar con ustedes por qué la
formalización matematizada, que es el andarivel fundamental de la propuesta
lacaniana, habiendo miles de lacanianos, ninguno la toma en cuenta. Los
lacanianos que trabajamos con formalizaciones matematizadas somos como
los anarquistas: todavía puede haber alguno, pero el anarquismo como
movimiento está muerto definitivamente. Y me parece que ese es el estado de
situación de la formalización matematizada. El fracaso de Lacan en su
propuesta, es un fracaso significativo, porque hay miles y miles de lacanianos.
Si no fuese que hay miles y miles de lacanianos, no trabajaríamos ese fracaso.
Porque trabajar el fracaso de las ideas que no se imponen, es imposible. Es
dificilísimo trabajar por qué una idea se impone, pero es imposible trabajar por
qué una idea no se impone. No hay forma de trabajar un autor que haya
propuesto una psicología hace 120 años, distinta a la de Freud, y que nadie le
haya dado ninguna cabida. Preguntarse por qué fue así, es imposible, no hay
forma teórica de encarar ese problema. En el caso de Lacan me parece que sí
hay posibilidades porque hay miles y miles de lacanianos. Con lo cual, la
pregunta es cómo puede ser que haya miles de lacanianos –esa es mi
pregunta- y que no tomen el andarivel fundamental de su enseñanza. De
hecho me parece bastante paradójico decir “lacanianos”... ¿qué querrá decir
ser lacaniano?

Entonces, la propuesta para trabajar es entrarle de vuelta al problema, por otra


vertiente que me parece que nos puede iluminar de una manera interesante la
cuestión, y que sería la docta ignorancia. Empezaríamos a trabajar el
problema de la docta ignorancia. Les propongo como subtítulo para trabajar el
problema de la docta ignorancia: o de la posibilidad lógica de la práctica del
caso por caso. O sea, la cuestión es: si el psicoanálisis es una clínica del
caso por caso, cómo es posible practicar algo que reciba el nombre de
psicoanálisis, que se sostenga estrictamente en una clínica que es caso por
caso. La propuesta de arribo, hacia donde yo voy, es que la única solución
lógica es la formalización matematizada. No hay posibilidad lógica para una
clínica del caso por caso, si no es una formalización matematizada en la teoría.
Con posibilidad lógica no estoy diciendo que no exista una clínica del caso por
caso: todos los lacanianos dicen practicar eso y todos los lacanianos han
dejado caer –por espuria- la formalización matematizada. No estoy trabajando
ese problema. Lo que estoy trabajando es cómo se podría sostener
lógicamente que se practique una clínica del caso por caso, y ahí hay que
acentuar que sea una clínica. ¿Cómo puede ser que haya una clínica del caso
por caso? El problema que estoy planteando es cómo hacer –si se practica
estrictamente caso por caso- para que lo que cada uno de nosotros haga no
sea un puro a la sanfasón. “Me dijo a, le dije 1; me dijo b, le dije 2”. Mi “goce
de psicoanalista” es testimoniar en un ateneo –vieron cómo son- “y, no sé por
qué le dije lo que le dije...”, que parece bárbaro, re-analítico, alguno de la
Escuela Freudiana diría que eso es “decir de analista”, porque dice que no
sabe y creen que eso es la docta ignorancia.

Esa clínica existe, hay gente a la cual van pacientes y le dicen algo y ellos les
contestan –a eso que les dicen- cualquier cosa. Cualquier cosa, lo que se les
ocurre, cualquier cosa. Ahora, eso, ¿por qué tipificaría una clínica y no sería
cualquier cosa? ¿Cómo podríamos decir que dos de esos que dicen cualquier
cosa, practican la misma clínica? ¿Cómo se podría decir que haya
psicoanálisis? Salvo que psicoanálisis tenga hoy el estatuto de ser cualquier
cosa. Si el psicoanálisis ya fuese eso –hacer cualquier cosa, esto es, decir
cualquier cosa, y estoy hablando de “comunicación de inconsciente a
inconsciente”, hablo de cosas que se han trabajado mucho en psicoanálisis-
entonces habría que disolver todos los cursos y no publicar ningún libro.
Porque eso sería contrario a la formación necesaria. No tendríamos que
escuchar el caso de ningún colega, porque si lo escuchásemos, el peligro sería
que nosotros digamos a nuestro paciente algo parecido a lo que el colega le
dijo al suyo, y ya no sería la clínica del caso por caso. Habría que quemar
todas las bibliotecas. De hecho, es lo que hacen muchos de los psicoanalistas
que se llaman a sí mismo “clínicos”: juegan al tenis, miran partidos de tenis,
atienden pacientes y dicen que son muy clínicos. No saben lo que dijo Lacan
porque a ellos les interesa la clínica, y son un número muy importante de
psicoanalistas. Ahora, yo no entiendo qué quiere decir que sean
psicoanalistas. ¿Qué tipificaría su posición?

Elisa Bellman: una clínica del caso por caso, ¿no sería una paradoja, en el
sentido de lo que vimos la reunión pasada con Jimmy Kuffer? ¿No sería un
planteo paradójico?

A.E.: podría ser una paradoja, podría ser una contradicción en los términos o
podría requerir que los psicoanalistas aceptemos otra forma de concebir la
teoría y la práctica analítica. Yo apuesto a la tercera posibilidad. Me parece
que Lacan fue el primero que pensó el problema de cómo puede ser que haya
una lógica que de cuenta de una clínica del caso por caso. Observen que fue
el primero que se animó a inventar un dispositivo para poder inscribir los
resultados -y estudiarlos- de una clínica del caso por caso, que es el pase.
Que por primera vez en un fin de análisis que no se trabaja en función de los
ideales sociales o de grupo, sino que se piensa que los casos son uno por uno,
pero que cuando concluyen –si concluyen- pueda producirse un testimonio
sobre el cual se haga una elaboración de saber que sirva para la formación del
analista. ¿Cómo puede ser? En la clínica caso por caso, strictu sensu, no
tendríamos que escuchar ningún testimonio de pase, porque podría suceder
que nos contagiemos. Y que nosotros creamos que hicimos el pase, y que en
nuestro testimonio repitamos lo que dijo otro del cual leímos su testimonio de
pase por internet. De hecho, muchísimos analistas dicen que está pasando
eso con el pase. Que los testimonios de pase no son más que repeticiones de
lo que ya se considera que es el pase. De hecho, este problema está, no se
olviden que Lacan dijo que no servía para nada, que fracasó, y que muchos
están hoy desconfiando de que no sea una forma nueva de haber encriptado el
ideal. Con lo cual, vean que el problema sigue vigente.

La propuesta es la docta ignorancia. La salida de este problema, o es


contradicción, o es paradoja, o hay una solución que es docta ignorancia.
Lacan es –como siempre- quien introduce estos problemas al psicoanálisis, él
introdujo la docta ignorancia a una posición central en la posición del analista,
les traje una cita, que es como cierra “Variantes de la cura-tipo”, observen qué
texto es, porque si es la clínica del caso por caso, no puede haber curas-tipo.
No se pueden tipificar los fines de análisis... Ahora, ¿se puede o no se puede
mentar decir sobre el fin de análisis? ¿Cómo se podría decir sobre el fin de
análisis si las curas no son curas-tipo sino que son caso por caso? Si es caso
por caso, ¿cómo se puede decir que un análisis terminó? En la lógica estricta
de cómo se plantea el problema, no sería posible resolverlo. Diríamos que sí,
que él dice, pero ¿cómo podríamos evaluarlo de alguna manera? ¿Cómo
podríamos pensar el fin de análisis de alguna manera? Lacan en los últimos
tres renglones de “Variantes de la cura-tipo”, dice:

“Pues esta reserva dejará entonces de relegarse al rango de signo de su


profunda modestia,

me parece que la docta ignorancia es practicada por los lacanianos como


modestia. Es decir, “según mi parecer, hasta donde yo entiendo este
problema, es un problema muy difícil, no lo sé todo...”, es esto, se lo tomó
como modestia. Lacan dice que la modestia del analista no sirve, porque sea
como fuere refiere a su persona. La modestia del analista no sirve para
trabajar el problema de la falta en el Otro. Porque la modestia es un atributo
yoico.

“Pues esta reserva dejará entonces de relegarse al rango de signo de su


profunda modestia, sino que será reconocida como afirmación de la verdad de
que el análisis no puede encontrar su medida sino en las vías de una docta
ignorancia.”

del analista, la docta ignorancia del analista.


Ahora trabajemos un poco de La docta ignorancia, de Nicolás de Cusa, es un
libro cortito, fácil de leer, muy ameno, se los recomiendo. Es interesante,
porque es un cura del siglo XV, o sea, es un cura que produce su justificación
racional de la Trinidad con los argumentos del Renacimiento. O sea, con
matemática. Es una justificación matemática de la Trinidad. Podríamos decir
que es el gran antecedente de la apuesta de Pascal. De por qué un cálculo
matemático es lo que sostendría –según Pascal- por qué conviene apostar a
Dios. La apuesta de Pascal es que si en la mesa de la ruleta, está “existe Dios”
y “no existe Dios”, Pascal dice que puede demostrar matemáticamente que
conviene apostar a que “existe Dios”. Es una idea interesante, no es fe. Dice
que puede demostrar racionalmente que conviene apostar a la existencia de
Dios. Y La docta ignorancia puede ser el antecedente de la apuesta de Pascal,
que ustedes saben que Lacan hizo un trabajo muy extenso.

Cito La docta ignorancia de Nicolás de Cusa:

“Deseamos saber verdaderamente que somos ignorantes.

No sé si les suena... el deseo de saber del analista. ¿De dónde sacó Lacan al
deseo de saber? No tengan dudas que de Nicolás de Cusa. Escuchen esta
cita:

“Deseamos saber verdaderamente que somos ignorantes.

Es una buena pista para poder distinguir el deseo de saber y el estudioso.


Deseo de saber, ¿es un estudioso? Una persona que se pasa todo el día
estudiando, ¿es deseo de saber? Obviamente que no podría ser eso, porque
¿qué tendría que ver eso con el fin de análisis y la posición del analista?
Estudiosos hay en todas las disciplinas, los hay antes y después, no tiene nada
que ver con el fin de análisis. Estudiosos hubo y habrá siempre con
independencia del psicoanálisis.

“Deseamos saber verdaderamente que somos ignorantes. Si consiguiésemos


alcanzar esto plenamente, habríamos alcanzado la docta ignorancia. Al
hombre, por más extraño que sea, no le puede suceder nada mejor en el orden
del conocimiento, que el saberse doctísimo en la ignorancia, y tanto más
cuanto más ignorante se reconozca.

saberse doctísimo en la ignorancia. Vean que docta ignorancia es un punto de


arribo, es un ideal de formación. Es una cita maravillosa.
Les leo ahora un artículo de Enciclopedia sobre la docta ignorancia.

“La docta ignorancia consta de tres partes: la primera trata de Dios, el ser
máximo considerado absolutamente; la segunda trata del Universo, el ser
máximo considerado contraído en la pluralidad de las cosas; y la tercera en
Jesucristo, el ser máximo como contraído y absoluto a la vez. El título que el
propio autor considera novedoso, tiene una significación compleja. Por un lado
lo relaciona con Sócrates,

ni más ni menos, aquel que Lacan dijo que fue el primer analista. Sólo sé que
no se nada.

...en el convencimiento de que no puede el estudioso detenerse en un cúmulo


de afirmaciones de escuela...

esto está escrito para lacanianos, la Escuela Freudiana, la EOL...

Por un lado lo relaciona con Sócrates, en el convencimiento de que no puede el


estudioso detenerse en un cúmulo de afirmaciones de escuela, y que debe
seguir profundizando y esforzándose en la búsqueda de la verdad. También es
una teología negativa...

esto es interesantísimo. Saben que para Lacan hay mucho del argumento
cristiano sobre la existencia de Dios que se articula a la noción de inconsciente
en psicoanálisis. Lo que el hace a Lacan decir “Dios es inconsciente”, o sea,
no estamos desperdigados en el mundo de las ideas, estamos en el núcleo.

“También es una teología negativa. El reconocimiento de que el ser de Dios no


puede ser alcanzado por nuestro entendimiento.”

con lo cual, no pierdan de vista que docta ignorancia podría ser la transcripción
de S( ), [S de A barrado], el significante de una falta en el Otro. La falta en el Otro
podría corresponder con lo que no se sabe, pero ese significante es positivo:
es un saber sobre lo que no se sabe. No es puro no saber, no es no saber de
qué va a hablar un paciente, no es no saber la propiedad del caso: eso es
ignorancia nada más.

“A su vez, es un modo de conocer el camino de la ciencia, como un camino


infinito y de conjeturas.

Me parece que Lacan tomó muchísimo, muchísimo, de N. de Cusa. También


les advierto que en La docta ignorancia están simbólico, imaginario y real.
Muchos autores se preguntan de dónde tomó Lacan simbólico, imaginario y
real. Mi impresión es que los tomó de La docta ignorancia.

Entonces, lo que les propongo es que la clínica de caso por caso solamente se
puede sostener, como psicoanálisis, o sea que hay algo que se puede saber,
comunicar y transmitir sobre la clínica del caso por caso, o sea, que hay
psicoanálisis de la clínica del caso por caso, desde la posición de docta
ignorancia. Eso nos permite sostener que el psicoanálisis es distinto de toda
psicología. ¿Qué quiere decir para mí que el psicoanálisis sea distinto de toda
psicología? Que la psicología es la ciencia del hombre, y decir la ciencia del
hombre es decir que hombre es el objeto de estudio de esa ciencia. Vieron que
para mucha epistemología, especialmente la epistemología naïve de
comienzos del Siglo XX, una ciencia se define por su objeto. La psicología se
definiría por ser la ciencia cuyo objeto es el hombre. Ahora, no pierdan de vista
que ese objeto que es el hombre para la psicología, produce que la psicología
entonces sea un saber sobre el hombre. Eso significa que la psicología sabe lo
que es un hombre normal. Y este saber sobre el hombre normal, es un saber
sabido. O sea, el psicólogo sabe que sabe. Por ejemplo, Mugrabi sabe que un
adolescente es hasta los 35 años, y además sabe que lo sabe, o sea, lo podría
enseñar. Es muy interesante que podamos pensar que hay saberes, pero que
hay saberes sabidos y hay saberes no sabidos. Es interesante que
empecemos a pensar esa diferencia.

El psicoanálisis, es para Lacan sin lugar a dudas, como para Freud, una
ciencia. Para los lacanianos no, ya sé.
Comentario: esto del saber sabido y del saber no sabido, ¿tiene que ver
también con el significante del Otro barrado?

A.E.: por supuesto. El significante de la falta en el Otro es un término positivo.


No es silencio y corte, que es la única respuesta que te puede quedar para un
no-saber no sabido. Para un no-saber no sabido, o sea, si no sabés nada de
nada, no sabés siquiera lo que no sabés. Es lo que uno les aconseja a los
adolescentes que se presentan a dar examen sin saber nada, uno les dice
“aunque sea leé el programa”, para que al menos sepan qué es lo que no
saben... Eso es pura ignorancia.

Entonces, psicología es –por objeto- ciencia del hombre, pero para poder
operarlo, trabaja con el hombre normal, y es un saber sabido. La mayor parte
de los psicoanalistas que yo superviso, vienen en la posición de psicólogos,
porque siempre me dicen de sus casos: “me llamó mucho la atención...” Por
ejemplo, les llamó la atención que no debutara hasta los 25 años. ¿por qué les
llama la atención? ¿Quién debuta antes de los 25 años? El hombre normal. O
sea, cuando el psicoanalista dice “me llama la atención”, hay que ver si no le
llama la atención en tanto que psicólogo. Todos en Occidente somos un poco
psicólogos. De hecho, la psicología se difunde por diarios y revistas de difusión
popular, La Nación, Clarín, Gente, etc. Los autotests de las revistas que las
mujeres hacen en la playa para ver si son la mujer ideal, a través de los cuales
ya se empieza a saber cuáles son los considerandos que hay que tomar en
cuenta para saber, por ejemplo, si se es una mujer ideal.

Para Freud y para Lacan el psicoanálisis es ciencia. No voy a discutir con los
lacanianos para los cuales no es así. Para Freud y para Lacan sí, por eso
Lacan siempre critica la extraterritorialidad científica del psicoanalista, porque el
psicoanalista se cree que no es ciencia. Ahora, siendo ciencia, es ¿ciencia de
qué? Es muy interesante pensarlo, Lacan lo articula muy bien cuando tiene el
objeto a, porque apenas logra el objeto a, se podría pensar que como toda
ciencia se define por su objeto, el psicoanálisis ha logrado su objeto, el
psicoanálisis es la ciencia del objeto a... no. Lacan dice que no, que el
psicoanálisis tiene por objeto al inconsciente. ¿Y por qué tiene por objeto al
inconsciente y no al objeto a? Lacan dice que el objeto del psicoanálisis es el
inconsciente, y ahí viene la peculiaridad del psicoanálisis como ciencia, porque
el inconsciente es según Lacan, saber no sabido. La clave del problema es
cómo operar lógicamente, no con la ignorancia como les gusta a los lacanianos
y que no dicen ignorancia porque saben que está mal, dicen con lo no sabido,
el analista sabe operar con lo no sabido, que es poner al paciente recostado en
el diván y limarse las uñas. ¿Por qué limarse las uñas? Para lograr la atención
flotante. Se liman las uñas para distraerse con algo y no dormirse. Para no
prestar atención, porque si se presta atención se es psicólogo y no
psicoanalista... Es un problema serio el qué significa la famosa posición del
analista como atención flotante.

Si el psicoanálisis opera con un saber no sabido, esto quiere decir, si no es una


psicología, tenemos que aceptar que no sabemos lo que es un hombre, no
sabemos lo que es una mujer, no sabemos lo que es un niño, ni lo que es un
adolescente, no sabemos. Cuando el analista habla de un paciente y dice que
le pareció muy infantil, ¿cómo saben qué es lo infantil? Ahí están colocados
como psicólogos que saben lo que es un niño.
No sabemos qué es el amor, qué es el deseo, etc. En todo caso, no
aceptamos la existencia de signos del ser. Es un argumento más sutil de
decirlo: no aceptamos que haya signos del ser del hombre, signos del ser de la
mujer. Cuando una paciente se queja de que no puede conseguir novio y la
analista le pregunta “pero usted ¿va a bailar?”... eso es posición de psicólogo.
Porque se supone que se sabe dónde hay hombres y dónde se consiguen, es
un saber sabido. Para nosotros, no se acepta la existencia de signos del ser
del hombre, no hay nada que podamos decir que “es de hombre” o “es de
mujer”. Eso significa trabajar con significantes en la clínica. Trabajar con
significantes en la clínica es que no tenemos signos del ser. Por ejemplo: la
palabra deseo no significa deseo. Si alguien viene a la consulta con la
demanda de “yo no sé lo que deseo”, un psicoanalista no puede decir que se
trata de un problema de deseo. Porque no aceptamos que haya signos de la
cosa: la palabra deseo no indica deseo.

La producción teórica de Lacan, cuando propone docta ignorancia, no olviden


que Lacan no está produciendo la creación del psicoanálisis. Les voy a
confesar algo: la idea con la que me regocijo en las últimas semanas, que me
pareció una idea magnífica pero que nunca me animé a decirla hasta hoy, es
que Lacan no se animó a darle un nuevo nombre al psicoanálisis. Ese es todo
el problema. No lo decía porque es una idea muy difícil de argumentar. Ahora
me animo porque salió una entrevista a Jorge Aleman en El Sigma, y él lo dice.
Jorge Aleman dice muy correctamente, que Lacan no terminó de hacer lo que
tenía que hacer porque no se animó a cambiarle el nombre al psicoanálisis.
Pero no pierdan de vista que Lacan se incorpora al campo, cuando los
psicoanalistas ya existen, ya son de determinada manera y ya piensan de
determinada manera la cosa. Con lo cual, lo que Lacan se propone hacer –
según mi lectura- es lo que Derrida llama deconstrucción. Lo que Lacan hace
en psicoanálisis es producir una deconstrucción. Esto quiere decir que los
psicoanalistas ya saben lo que es y lo que Lacan tuvo que producir es la
deconstrucción de ese saber, que también podría ser llamado un vaciamiento.
Lacan tuvo que producir un vaciamiento, porque aunque parezca mentira,
Freud dejó una psicología. Lo que Freud dejó es una psicología, o sea, un
saber sabido sobre el hombre. Una psicología indudablemente distinta a todas
las otras psicologías. Una psicología absolutamente novedosa, aunque hay
muchos antecedentes de los argumentos freudianos en autores anteriores, ya
están descriptos esos antecedentes, pero es una psicología. Y lo que Lacan
produce es un vaciamiento. O sea, hay un saber sabido por los psicoanalistas,
que es el psicoanálisis, y Lacan tiene que producir un vaciamiento de ese saber
para introducir al psicoanálisis en la posición de docta ignorancia. Si ustedes
quieren pensar el problema del saber sabido, piensen que el analista que
terminó su formación se llama didacta. Y que el didacta, que era quien
producía analistas, daba el alta. No se olviden que era una clínica del alta. En
mi primer análisis, mi analista –que era de A.P.A.- me dio el alta. Pero para dar
el alta, habría que saber para todo caso el punto de arribo. Más aún, habría
que saberlo desde antes, porque hay que dirigir la cura al punto de arribo. Y es
muy interesante que se llamen “didactas”, porque efectivamente saben y saben
que saben.
Lo que les propongo entonces es que Lacan produce un vaciamiento del saber
psicoanalítico. Les voy a dar cuatro o cinco ejemplos de ese vaciamiento. En
ese sentido, también me podrán decir que Freud proponía trabajar una lógica
del caso por caso, porque Freud decía que al recibir cada caso, el analista
debía olvidar su saber. Para cada nuevo caso, Freud dice que el analista debe
olvidar lo que sabe, que es distinto que la docta ignorancia. Fíjense que la
posición del analista que termina la formación de Freud es de didacta. Y la
posición del analista que termina la formación de Lacan es deseo de saber. O
sea, alguien que sabe cada vez más sobre lo que no sabe. Son posiciones
muy disímiles.

Comentario: en el olvido, se supone que se sabe...

A.E.: Freud sabe, y el analista formado a la freudiana sabe, y sabe que sabe.
Es muy interesante que piensen en esto de que sabe que sabe, porque el
esclavo de Sócrates no sabe que sabe. ¿Recuerdan la mayéutica? Sócrates
decía “van a ver que él sabe, lo que pasa es que no sabe que sabe”. Entonces
se llamaba mayéutica al procedimiento de hacerle parir el saber que está en él,
pero él no sabe que sabe. Con lo cual, es muy interesante no saber, saber,
saber que se sabe. El psicoanalista freudiano sabe que sabe, si no ¿cómo va
a ser didacta? Tanto sabe que sabe, que enseña.

Elisa Bellmann: ahora, ¿cómo puede ser que el psicoanálisis hoy sea lo que
Sócrates decía al esclavo, hace 2500 años? ¿Estamos en el mismo punto?

A.E.: más o menos. Primero, nosotros decimos que nuestra tradición


epistémica surge del encuentro de la tradición judía con la tradición filosófica
griega, y no sé si se dieron cuenta de que Lacan siempre acentuó –es muy
raro, búsquenlo, porque es muy raro- que la base epistémica filosófica de
Freud es presocrática, Lacan lo dice tres o cuatro veces, por el Wo Es war soll
Ich werden, Lacan dice que eso es tal cual la indicación presocrática, el
conócete a ti mismo. O sea, Lacan dice que la fuente filosófica de Freud son
los presocráticos. Segundo: las corrientes más modernas de los historiadores
dicen que lo nuevo de una sociedad no es la idea que dejó el marxismo, de la
revolución y lo nuevo, sino que es la continuidad de un montón de elementos
anteriores más la incorporación de elementos nuevos, que trastoca al conjunto.
Pero lo nuevo no implica la desaparición de lo anterior. Por ejemplo, si en
nuestra sociedad impera el sujeto de la ciencia, eso no disuelve para nada el
misticismo precristiano en nuestra sociedad, la magia, por ejemplo. Siempre
doy el mismo ejemplo: si van con un tipo a 160 Km en la ruta, y el conductor
les dice “Che, mirá si ahora reventamos un neumático...”, ustedes como
acompañantes, ¿qué dicen? “¡Calláte!” ¿Por qué lo hacemos callar? Porque
tememos el efecto mágico de que decir “va a explotar una goma”, produzca
que la goma explote. Lo nuevo no significa la desaparición de lo anterior. Es
más estructuralista la forma de pensarse lo nuevo, lo nuevo implica cómo se
recomponen los elementos, pero a veces perduran durante miles de años. Por
ejemplo, nombre del padre es de la tradición indoeuropea, o sea, mínimo 4500
años para atrás, y todavía sigue reinando de alguna manera el nombre del
padre.
Tercero: a Sócrates lo mataron, y a los psicoanalistas todavía no... Cuarto:
nosotros cobramos, Sócrates no. Quinto: Freud quizás dijo lo mismo que
Sócrates, pero como lo dijo en otra época, produjo una práctica que Sócrates
no pudo producir. Sócrates no produjo una práctica, no hubo mayéuticos a
partir de Sócrates. Hubo filosofía post-socrática, pero no hubo mayéuticos, no
produjo una práctica. Me parece que hay continuidad en algunos aspectos –y
que es muy interesante estudiarla- pero compuesta en la actualidad por otros
elementos distintos.

Elisa B.: pero la práctica que se produjo ha traicionado la causa de esa


práctica, porque estás diciendo que Lacan fracasó, y que Freud terminó
produciendo una psicología...

A.E.: sí, sí, tal cual, por eso fue necesario un retorno a Freud, y quizás sea
necesario un retorno a Lacan. Porque quizás todo el problema sea cómo
concebir una ciencia de la docta ignorancia. Quizás todo el problema sea
cómo concebir un saber respecto a lo no sabido.

Les propongo que Lacan produce una deconstrucción del psicoanálisis, que
significa un vaciamiento del falso saber, y les doy algunos ejemplos: el deseo
para Freud. El deseo para Freud es conocido, es sexual, infantil, inconsciente
e incestuoso. Lo conocemos, es decir, ya sabemos cómo es. Para Lacan, el
deseo del hombre es el deseo del Otro. El problema es que a esta frase de
Lacan nunca se la entendió, o se la entendió como alienación y separación. O
sea, uno nace infectado del deseo de la mamá, pero para acceder a la
condición particular hay que sacarse de encima –separarse- el deseo de la
mamá y así uno encuentra el deseo propio, así se interpretó “el deseo del
hombre es el deseo del Otro”. Y por eso el fin del análisis es obtener un poco
de libertad, como dice Diana Rabinovich. Yo hace años estoy buscando esa
cita que Diana Rabinovich pone en su libro El deseo del psicoanalista. Ella lo
pone entre comillas y dice que lo dice Lacan, pero yo no encontré esa cita ni en
español, ni en francés. No digo que Diana no tenga razón, digo que el
entrecomillado que ella pone, no corresponde a Lacan, es una frase de Diana.
Pero ese “poco de libertad” ¿respecto de qué sería? De la alienación, para
obtener el individuo. Y ¿dónde está esta alienación? En que el deseo del
hombre es el deseo del Otro. Vendría a ser que yo tengo impregnado en mi
deseo el deseo del mi mamá y me lo tengo que sacar de encima para encontrar
mi deseo verdadero. Lacan no lo dice así, no es ese el sentido de Lacan. Les
leo el sentido de Lacan:

“Pero también añadiendo que el deseo del hombre es el deseo del Otro, donde
el “de” da la determinación llamada por los gramáticos subjetiva,...

o sea, es el genitivo subjetivo

...a saber, la de que es en cuanto Otro como desea...”

El deseo del hombre es el deseo del Otro, ¿qué quiere decir? ¿cómo desea el
hombre? Desea en cuanto Otro. ¿Ven que nunca se va a saber qué desea?
Lo que Lacan está queriendo decir es que no se puede decir “mi deseo es...”
Y esta cita sigue:

...lo que le da todo su alcance a la pasión humana.”

La cita es de “Subversión del sujeto...”, allí Lacan dice que es lo que le da todo
su alcance a la pasión humana, es fuertísimo.
Con lo cual, lo que tenemos es que para Freud sabemos cómo es el deseo, es
incestuoso, sexual, inconsciente y reprimido. Es así para todo caso, para toda
persona que venga a análisis, su deseo será de incesto con la madre. Y
sabemos que está reprimido, sabemos que le apareció en la infancia y más
aún, sabemos que fue reprimido en la infancia, ya sabemos todo.
Para Lacan es “el deseo del hombre es el deseo del Otro”, siempre es como
Otro que se desea, siempre hay una instancia de Otredad incorporada ahí, que
no se puede saber, no se puede decir “mi deseo...” y para colmo, ¿cómo se
escribe deseo para Lacan? “d”. ¿Cómo es el deseo de alguien, entonces?
Hay que leerlo. ¿Ven el vaciamiento que produjo Lacan? De “incestuoso,
reprimido, inconsciente e infantil” a “d”. Una pura letra, o sea, hay que leerlo.
Hay que leerlo en cada caso.

Otro ejemplo: la fantasía. Para Freud la fantasía es universal, para todo caso.
El coito, Freud ya sabe que para todo el mundo es sádico. El nacimiento es
cloacal, y la diferencia sexual es por castración. Freud sabe y le enseña a los
psicoanalistas cómo son las fantasías, y en este sentido ¿cómo se entiende
“universal”? Que son para todo el mundo. En África, en China, en la India.
Hace 5000 años en África... fantasías universales.
Para Lacan, ( a) [S barrado rombo a minúscula], que es para todo caso, vean que hay
un equivalente para el universal. Para todo caso –de intervalo, como lo llamo
yo, en la oposición clínica de intervalo y holofrase- para todo caso de intervalo,
el fantasma es ( a) [S barrado rombo a minúscula]. Donde S barrado es el momento
de un fading, rombo se lee “deseo de” y a minúscula se lee “cierta condición de
objeto”. Ahora, para un caso ¿qué es momento de un fading? Momento de un
desvanecimiento. ¿Es cuando se desmayó? Podría ser, pero también podría
ser cuando se puso colorado, o cuando tartamudeó, o cuando no fue, o cuando
se distrajo. ¿Cuándo es un momento de fading? Se establece por la lectura de
un caso, cómo se inscribió para ese caso, S barrado. ¿Y cómo se inscribe?
[S barrado] ¿ven que tenemos que pasar obligatoriamente al matema, a la
formalización matematizada, para escribir? Porque estamos queriendo,
mediante esa escritura, producir un vaciamiento. ¿Un vaciamiento de qué
índole? No decimos que no haya deseo, no decimos que no haya pulsión, que
no haya fantasma, que no haya yo. Aceptamos –les propongo- esas
instituciones de la clínica psicoanalítica, o sea, decimos en la clínica
psicoanalítica que los elementos a considerar son, por ejemplo, todos los
nodos y puntos de entrecruzamiento del grafo. Son esos, eso es en lo que
somos doctos. Conocemos la estructura. Ahora, ¿cómo opera esa estructura
para cada caso? No lo podemos saber. Con lo cual hay docta e ignorancia,
pero hasta Lacan, era un saber sabido. Por ejemplo, el yo en Freud, ¿cómo
es? Narcisista. O sea, “yo me amo”. Para Lacan, es m minúscula. Y esa
institución psicoanalítica, m, el yo, ¿qué es para cada caso? La identificación
con la imagen del semejante. Pero ¿tiene que ser la identificación al semejante
en como el semejante se ama? No, ahí está la cuestión. Se produce de vuelta
un vaciamiento, aceptando la institución yoica, o sea, aceptamos que haya
pulsión, fantasma, deseo; no es que no haya nada para escribir en el grafo, o
que no se pueda escribir nada en el grafo, sino que necesitamos escribirlo bajo
cierta forma, primero para operar en docta ignorancia, pero además por el
problema de que hay que producir en psicoanálisis un vaciamiento, porque
Lacan se entromete en la historia del movimiento psicoanalítico, y se entromete
en la historia del movimiento psicoanalítico, siendo que el movimiento
psicoanalítico es una psicología. Porque hay un saber sobre el hombre, que es
–para colmo- normal. El edipo normal es entre los 3 y 5 años. Si un
psicoanalista de la I.P.A. presenta un caso con el título “Acerca de un caso
edípico de un varón de 51 años”, ya está el caso inscripto, ya sabemos cuál es
el problema, que no terminó el edipo cuando había que terminarlo. El
sepultamiento del edipo es a los 5 años, ¿por qué? Porque el varoncito
empieza a tener erecciones y entonces para Freud en la medida en que
empieza el niño a tener erecciones, una mujer le dice “te lo vamos a cortar” –
habitualmente dice Freud que es una mujer, lo cual es increíblemente ridículo-
y ahí se produce por narcisismo el sepultamiento del edipo. No importa tanto el
contenido ridículo de esta psicología, porque al lado de otras es más digna,
Lacan dice que el único valor que él le da al psicoanálisis entendido como
“psicología de las profundidades”, es la enorme superficialidad de las otras
psicologías. Y tenía razón, las otras psicologías son mucho más ridículas que
esta. Pero en Freud se sabe lo que es normal: normal es que el niño desee a
la madre, pero un poco también al padre, pero que todo eso tiene que ceder
entre los 4 y 6 años. Para nosotros no existe ese saber. “Oral, anal, escópico
e invocante” de Lacan, ¿para qué edad son? Aceptamos esas instituciones:
para el objeto, los modos lógicos son anal, oral, escópico e invocante;
aceptamos esas diferencias, pero para cada caso ¿cómo son? Por ejemplo,
¿es como dicen los lacanianos? Cuando aparece la palabra “mirada”, el
supervisor dice “objeto a mirada, dejamos aquí”, ¡porque apareció la palabra
“mirada”! Ni siquiera si hubiese descripto “me enamoré por cómo ella me miró”,
ni siquiera ahí tendríamos al objeto a como mirada, porque no sabemos qué
estatuto darle a ese texto, “me enamoré por cómo ella me miró”. Porque
quizás en “cómo ella me miró” estaba, por ejemplo, algo de la índole de mi
imagen y quizás fue un fenómeno yoico y no tuviese nada que ver con el valor
del objeto mirada en el campo del Otro.
Y el significante de una falta en el Otro, S( ) [S de A mayúscula barrado], sin lugar a
dudas –esto no hay diferencias entre el freudismo y el lacanismo- como
contenido, es la castración de la madre. En Lacan, la inscripción de la falta en
el Otro no se puede establecer cómo es. No sabemos cómo es para cada
caso, sabemos que existe la institución “inscripción de la falta en el Otro”, pero
¿tiene que ver con el falicismo de la mamá? ¿No han visto pacientes
absolutamente esquizofrénicos, para los cuales no operó, y sin embargo dicen
“mi mamá la tiene cortada, mi mamá la tiene cortada”? Ya sé que un analista
de la I.P.A. diría “claro, lo dice cuando tendría que estar reprimido”. No
solamente saben lo que es sino que además saben cómo tendría que estar:
reprimido.
Entonces, ¿nada se sabe? ¿Nada se estudia o investiga? ¿Nada se transmite?
¿No hay nada para transmitir en psicoanálisis? ¿Cómo sostener la docta
ignorancia? En Freud, las fantasías, el edipo, las pulsiones, son universales, lo
que quiere decir que para toda persona que nos venga a consultar estará
movido por pulsiones de vida y de muerte –y si fuésemos kleinianos
aceptaríamos que siempre son más las de muerte que las de vida.

Vean lo que es pulsión para Lacan, la cita es de “Subversión del sujeto...”:

“Pero si nuestra gráfica completa nos permite situar a la pulsión como tesoro de
los significantes, su notación como ( ) [S barrado rombo D], mantiene su estructura
ligándola a la diacronía. Es lo que adviene de la demanda cuando el sujeto se
desvanece en ella.

Entonces, la pulsión es lo que adviene de la demanda cuando el sujeto se


desvanece en ella.

“Que la demanda se desaparece también, es cosa que se sobreentiende,

¿cuándo es que hay pulsión? Hay pulsión cuando respecto de la demanda, se


desvanece el sujeto y se desvanece la demanda también. Eso, en la
fenomenología de Miller ¿cuándo es? Se acuerdan cuando trabajábamos en
La Carta Robada los 0 (ceros) entre paréntesis... si uno no produce una
profunda lectura de la cadena, no puede advenir –y sólo lo hacen por
interpretación- cuáles son los elementos que estaban como ausentes. Pero
observen que para Lacan hay pulsión, pero lo que pulsión indica para Lacan es
cuando se desvanece el sujeto en la demanda y la demanda se desvanece
también. Ustedes podrán preguntar, pero ¿por qué Lacan lo llamó a eso
pulsión y no “roberto”? Porque si lo hubiera llamado “roberto” se sabría que no
habla de la pulsión de Freud. El problema es que Lacan calculó entrar al
psicoanálisis y rectificar la teoría desde adentro. Lacan se hizo psicoanalista,
entró al psicoanálisis y dijo “lo voy a cambiar desde adentro”. Y fue tomando
uno tras otro todos los conceptos de Freud y los reescribió en la perspectiva de
la docta ignorancia.

Elisa B.: (...) pensás que hubo una voluntad de Lacan en entrar al
psicoanálisis y cambiarlo, o es que no pudo hacer otra cosa por su estructura,
su propia posición (...)

A.E.: me parece que hay dos momentos sobre esto: Lacan hasta el ’53 y
Lacan a partir del ’53. Si leen los textos de Lacan hasta el ’53, por ejemplo, un
texto que a mí me resulta clave para responder a esto que preguntás, es “La
familia”. Si leen “La familia”, van a ver que la crítica rotunda y sistemática a la
antropología freudiana es total. No había retorno a Freud ni nada, vieron cómo
hacía Lacan “lo que dijo Freud es celeste pero en realidad quiso decir rosa...”
eso lo hace todo el tiempo, pero no antes del ’53, antes del ’53 no estaba ni
eso, era “esto no, esto no, esto no es así, el edipo no existe, el complejo de
castración es imposible, etc.”, eso fue hasta el ’53. Mi impresión es que a partir
del ’53, él ya decidió entrar al psicoanálisis y refundarlo desde adentro. Por
eso produce la escisión en la sociedad de analistas, se va con los jóvenes, es
como si fuese Moisés con los judíos en el desierto, se va con los jóvenes y dice
“vamos a refundar el psicoanálisis”, estoy convencido de que fue un cálculo
estratégico. Porque la posición crítica explícita, antes del ’53 era clarísima. Se
hace un poco oscura, porque durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial
–que es entre “La familia” y el ‘53- Lacan decidió no publicar –según dijo él,
como forma de resistencia- con lo cual hay un bache muy grande de
producción de Lacan. Pero hasta las referencias con las que Lacan trabajaba,
por ejemplo en “Acerca de la causalidad psíquica”, donde Lacan es un
pensador super-hegeliano y está articulando su saber de una manera muy
distinta del “Freud dijo”. Me parece que a partir del ’53 su apuesta fue desde
adentro del psicoanálisis, producir otro psicoanálisis. Me parece que no lo
logró, y que para colmo, por problemas personales de él, me parece que no se
animó, porque si no, ¿para qué tanta lucha para que no lo echen como didacta
de la IPA? ¿Saben que muchos representantes de Lacan se encontraban en
secreto con los pacientes de Lacan para que declararan ante la Comisión
Veedora que no se atendían en sesiones cortas? Eso está publicado por
Miller, está en el libro de la Roudinesco, está en todas partes. Lacan hizo
mucho para que no lo echaran de la IPA. Me parece que tuvo ese cálculo,
pero ¿aceptan que a veces la persona no quiere lo que el sujeto desea?
¿Trabajan ustedes con esa lógica? Que se puede calcular que el sujeto desea
y la persona no quiere. Me parece que Lacan quedó vacilando como persona.
Y que como persona no pudo salir del atrapamiento de la institución
psicoanalítica de ser didacta. Es increíble que Lacan no hubiera renunciado a
ser didacta y lo hayan tenido que echar. Me parece que está el movimiento de
vaciamiento, de deconstrucción del psicoanálisis, pero su persona no lo
acompañó. Si no lo hubiesen echado, creo que hubiese sido didacta hasta el
final de su vida. En eso acompaño a Jorge Aleman, que dijo que si Lacan se
hubiese animado, habría producido la nueva designación, que no es el
psicoanálisis de Freud. ¡Todavía hay lacanianos hablando del “psiquismo”!
¿Dónde iría “aparato psíquico” en Lacan? Pero si es psicoanálisis... seguimos
analizando lo psíquico, que es una designación de mediados del Siglo XIX y
sigue vigente para nosotros. Si leen artículos de lacanianos sobre autismo,
ahí lo van a encontrar, cuando la teoría no alcanza. Van a ver que todos
trabajan con aparato psíquico, que falló la barrera anti-estímulo, etc.

Lacan no terminó de producir el movimiento. La maniobra de decir “ustedes


creen que Freud dijo celeste pero en realidad lo que dijo fue rosa”, -y cuando
uno va a ver en Freud, dijo celeste- me parece que es una maniobra discursiva
muy compleja. Creo que convenía decir “Freud dijo esto, yo digo otra cosa”.
Cuando a los 80 años, ya con la demencia multi-infártica dijo “Freud les dejó
sus tres, yo les dejo mis tres”, ya fue tarde, porque los seguidores de Lacan
estaban convencidos de que él decía lo que decía Freud. Me parece que no
convenció de que él decía lo nuevo, convenció de que él decía correctamente
lo que había dicho Freud, y que los posfreudianos habían desviado. El tiro le
salió por la culata en esta maniobra de decir “lo que Freud quiso decir; lo que
Freud en realidad dijo; esto ya estaba en Freud, etc.” Esa forma de argumentar
responde a su intento de rectificar al psicoanálisis desde adentro. Y me da la
impresión de que eso, más el retorno a Freud bajo de la forma en que lo hizo –
ya que no fue un retorno crítico explícito sino un retorno crítico velado- hizo
creer a todos los seguidores de que era Freud, que era Freud a la letra, por eso
los lacanianos se dicen freudianos. Y consideran que hay continuidad Freud-
Lacan. Y parece que Lacan dijo que había continuidad, cuando en realidad es
absolutamente disímil la forma de posicionarse respecto al asunto
psicoanalítico en Freud y en Lacan.

Entonces les decía que, a fantasías universales, edipo universal y pulsiones


universales; Lacan propone trabajar con una lógica equivalente. O sea, que
para fantasía, edipo y pulsión universales (en todas las personas); Lacan
propone estructura y matema, que también son universales pero en el sentido
de la ley. Lacan toma ley de Hegel y de Kant: si la ley no opera para un caso,
no opera para ninguno, que es invertir la lógica del universal freudiano, porque
se trabaja al revés. El universal freudiano es psicología pura, porque es saber
cómo es toda la gente. Lo que pasa es que el psicoanalista cree que así es
toda la gente, profundamente, en la profundidad.
Con Lacan es otra lógica: nosotros conocemos la estructura, la validamos
como tal con la lógica de que lo universal es la ley. Y la ley en Lacan –tomado
de Hegel y Kant- es que si no vale para un caso, no vale para ninguno. Si las
diferencias de este sistema (por ejemplo, el grafo), yo puedo demostrar que
para un caso no sirve, eso pone en cuestión todo el sistema. Es muy
interesante pensar que si la ley no opera para un caso, entonces no opera para
ninguno. Pero a su vez, vean que es una forma distinta de pensar el universal.
Y ese universal, que nosotros planteamos no es de “toda la gente”. Porque
para la psicología, si un caso es distinto, ¿qué estaría diciendo? Que la
persona es anómala, es un psicótico, es un perverso, etc. Nosotros no
trabajamos así, nosotros trabajamos con un sistema mínimo de diferencias, ese
sistema mínimo de diferencias es mentado por nosotros como estructura. Y
cada elemento es planteado matemáticamente, o sea, como matema.
Les doy la definición de matema de Alain Badiou, en “El estatuto filosófico del
poema después de Heidegger”

“Es esencial ver que el apoyo de esta interrupción no puede ser más que del
orden del matema, si se entiende por ello la singularidades discursivas de la
matemática.

Es problemática esta definición de matema, es una, es buena, pero hay


problemas. Pero bueno, es Badiou, discípulo de Lacan.

“El razonamiento apagógico, es sin lugar a dudas la matriz más significativa de


una argumentación que sólo se sostiene por el imperativo de la consistencia, y
se revela incompatible con toda legitimación por el relato o por el estatuto
iniciado, sagrado, del tema de la enunciación.

El razonamiento apagógico es por reducción al absurdo.

“El matema es aquí lo que, haciendo desaparecer al Decidor, ausentando su


lugar de toda validación misteriosa, expone la argumentación a la prueba de su
autonomía, y entonces al examen crítico y/o dialógico de su pertinencia.
Está hablando sobre el problema de la verdad de Parménides. Si tenemos un
matema y presentamos un caso, el matema es que haciendo desaparecer al
decidor, o sea, no podemos decir “porque Freud lo dijo”. Vale decir que
matema no tiene nada que ver con la forma de argumentar de los analistas,
que es “Como dijo Freud, la posición del analista es atención flotante”, y es
atención flotante porque lo dijo Freud y por ningún otro motivo... eso no es
matema. Porque el matema requiere de la desaparición de todo decidor. Ese
es el valor del matema.
Cuando Badiou dice “validación misteriosa” se refiere a la validación que se
obtiene por una experiencia de misterios, o sea, de un iniciático. Es el caso de
los que dicen “Por mi experiencia, es una psicosis”. Eso es una validación
misteriosa, porque se basa en experiencias –vaya a saber cuáles. Los
elementos del material no alcanzan para justificarlo, pero por su experiencia,
alguien dice que se trata de una psicosis. Esa no es la validación del matema.
¿Cuál es la validación del matema?

“...expone la argumentación a la prueba de su autonomía,

o sea, la argumentación tiene que ser justificada por ella misma, no por la
experiencia misteriosa de alguien ni por el decidor. Recuerdan que en el
poema de Parménides la diosa le dice por qué puerta tiene que pasar, etc.

“...y entonces al examen crítico y/o dialógico de su pertinencia.

O sea, por el diálogo. La pertinencia de esta singularidad discursiva de la


matemática, y en este caso sería matemática solamente por la escritura.
¿Qué es “x”? “x” se lee “incógnita”. “n” ¿qué quiere decir? n veces...
Son unidades discursivas matematizadas, pura letra. Pero pura letra que cobra
su consistencia por el análisis racional, dialógico, de su consistencia interna,
donde queda abolida la función del decidor, de la autoridad, y la de toda
experiencia misteriosa.

Les quiero mostrar un ejemplo de la deconstrucción. Hace unos meses que


estoy pensando que lo que yo hago en psicoanálisis es una deconstrucción.
Pienso que lo que hago es deconstruir. Entonces, me puse a trabajar sobre
deconstrucción. Sabrán que viene de Heidegger, de “destrucción” de
Heidegger, que es una traducción casi casual de Derrida, que de traducción
casual se convirtió en concepto. Por ejemplo, una definición, es la del
diccionario de hermenéutica:

“No resulta pues extraño que a menudo se recurra a operaciones como la


desedimentación, el desmontaje o la desestructuración para explicar y/o
entender cómo incide la desconstrucción en las estructuras logofonocéntricas
del discurso tradicional de Occidente, en los entramados conceptuales de todo
gran constructo de pensamiento.

Yo tomo al psicoanálisis como un constructo de pensamiento, y me parece que


hay que producir –porque ya es una tradición discursiva, ya no alcanza con
decir “esto es así”, porque no convencés a nadie, hay que desconstruir lo que
está constituido y funcionando como tal. Desconstrucción no es destruir, eso
es la traducción interesante de “destrucción” en alemán de Heidegger.
Heidegger no produce la destrucción de la metafísica, hace un trabajo muy
vinculado a la etimología de la palabra, para ver cómo está armado y en qué
consiste cada elemento y cómo se relaciona con los otros. Cuando leí esto,
me encontré con “desmontaje”... ¡desmontaje de la pulsión! “Observación
sobre el informe de Daniel Lagache...” y Seminario 11.
En “Observación...” dice Lacan:

“Es pues ciertamente hacia el sostén del significante hacia donde nos dirigen
las proposiciones de Freud y desde la primera...

esto es pasar el antivirus infectado, esta es la cagada de Lacan, que dice que
lo que él dice, lo dice Freud.

“Es pues ciertamente hacia el sostén del significante hacia donde nos dirigen
las proposiciones de Freud y desde la primera...

Es falso, es una mentira, es una catástrofe: las representaciones-palabra, para


Freud, no podían ir al inconsciente. Es terrible. Para Freud, en el inconsciente
sólo puede haber representaciones-cosa, no pueden ir representaciones de
palabra al inconsciente, eso es esquizofrenia para Freud, cuando se mezclan
representaciones-palabra con representaciones-cosa. Pero esta es la forma
en que Lacan cree que puede vender “significante”, con el supuesto aval de
Freud. Y lo hizo, lo logró, lo vendió, pero lo vendió hipotecado.

“¿Será necesario subrayar que los retornos en que se enmaraña la segunda


[tópica] marcan que los puntos de referencia siempre gramaticales que Freud
da a sus recurrencias que se trata efectivamente de un orden de discurso?
A partir de aquí no dejará de impresionarnos la indiferencia combinatoria, que
se demuestra de hecho por el desmontaje de la pulsión...

Lacan propone ahí el desmontaje de la pulsión. Vean lo que dice en el


Seminario 11, clase 13:

“Diré que si a algo se parece la pulsión es a un montaje.


No es un montaje concebido dentro de una perspectiva finalista. Esta
perspectiva es la que se instaura en las teorías modernas del instinto, y allí la
presentificación de una imagen de montaje es cabalmente satisfactoria. (...)
El montaje de la pulsión es un montaje que se presenta primero como algo sin
ton ni son.

O sea, no puede tener finalidad, porque si fuese finalista, sería como el instinto.
Es muy interesante diferenciarlo del instinto, porque Lacan trabaja la diferencia
entre pulsión e instinto como un problema de saber. Para Lacan instinto es
conocimiento que no puede ser saber, y pulsión es saber que no puede llegar a
conocimiento. Es muy interesante esa diferencia.

“El montaje de la pulsión es un montaje que se presenta primero como algo sin
ton ni son –tiene el sentido que adquiere cuando se habla de montaje en un
collage surrealista.
Y ahora viene la descripción de la pulsión. Me pregunto cómo estas cosas
pueden pasar tan graciosamente y que los lacanianos no reparen en ello
jamás.
“Si reunimos las paradojas que acabamos de definir a propósito del Drang del
objeto, de la meta de la pulsión, creo que la imagen adecuada sería la de una
dínamo...

Dínamo es un aparatito para producir energía eléctrica a partir del movimiento,


o sea transforma energía cinética en energía eléctrica.

“...una dínamo enchufada a la toma de gas, de la que sale una pluma de pavo
real que le hace cosquillas al vientre de una hermosa mujer qu está allí prsente
para siempre en aras de la belleza del asunto. El asunto, por cierto, empieza a
ponerse interesante porque la pulsión, según Freud...

¡Miren si lo que acaba de decir podría ser para alguien “según Freud”! Vieron
el desajuste, no? Hay un agujero del cuerpo –como les encanta a los
lacanianos- pero el agujero del cuerpo, dice Lacan, es como una toma de gas
al cual se enchufa un dínamo... ¿ven lo impropio e inadecuado?

“... según Freud, define todas las formas con las que se puede invertirse un
mecanismo semejante.

Vean las inversiones de la pulsión.

“Ello no quiere decir que se vuelve del revés a la dínamo sino que se
desenrollan sus hilos –ellos se convierten en la pluma de pavo real, la toma de
gas pasa a la boca de la dama y del medio sale una rabadilla.”

Rabadilla es el rabito que le queda a los perros cuando les cortan la cola.
Observen la desconstrucción que ha hecho. Lacan dice “está bien, existe la
pulsión, y está bien, tiene cuatro elementos que efectivamente -como dice
Freud- se articulan, pero se articulan como un montaje surrealista”. Y la
pertinencia de todo ello sería un tubo de gas, la dínamo, la pluma del pavo real
y el vientre de una dama para la belleza del asunto. O sea, les planteo que
Lacan ha producido un vaciamiento del inconsciente y del saber del
psicoanalista, para que el psicoanálisis deje de ser una psicología. Para que
eso pueda ser hecho, hay que pasar al psicoanálisis a la lógica de la estructura
y del matema. Porque si no se da este pasaje, el psicoanálisis no sería nada.
Si vaciamos al psicoanálisis de toda la psicología, ¿qué queda? Nada. Y
entonces un psicoanalista sería cualquier chantapufi –que hay bastante de eso-
habrán visto que hay “médicos psiquiatras psicoanalistas”, ¿se puede ser eso?
¿se puede ser médico, psiquiatra y psicoanalista? Habría que pensarlo, me
parece que no. Porque la posición psicoanalítica es absolutamente radical de
cualquier saber sabido como lo son por ejemplo los de la medicina y la
psiquiatría. No por el contenido corporal, biologicista, etc., sino por la
estructura del saber. El problema aquí es el saber. Con la medicina también
se puede hacer una psicología, con la religión también. Con cualquier saber se
puede hacer una psicología. Para que se pueda hacer una psicología tiene
que haber un saber sabido sobre el hombre.
Si nosotros practicamos una clínica del caso por caso, del sujeto particular,
entonces debemos producir un vaciamiento del saber. Pero para que el
psicoanálisis no sea cualquier cosa, hay que producir el vaciamiento de saber
pero conservando una estructura de elementos diferenciales –propios de la
estructura de ese saber- pero que debe ser escrito como formalización
matemática, o sea, con un recurso de pura letra. Para que ese recurso de pura
letra indique, por ejemplo: el deseo es distinto que la pulsión. Es la pregunta
del millón de dólares, no? Decimos que aceptamos esta diferencia:

d ( )

no tienen contenido normal

pero decimos que ninguno de los términos tiene contenido normal. Carecen de
contenido, es una diferencia de pura letra, nosotros conservamos la diferencia,
son de pura letra, permiten una operatoria en la clínica, pero es una operatoria
de docta ignorancia: nosotros conocemos las diferencias, al menos las
postulamos, son nuestros supuestos, hasta el sujeto es supuesto, es una
suposición de estructura. Es el sistema de diferencias con el que trabajamos
hoy. De hecho para Lacan no es lo mismo el sistema de diferencias que él
propone en el esquema Lambda del Seminario 2, que del grafo del deseo del
Seminario 6, porque ahí ya entró el goce. Y al haber entrado el goce en el
Seminario 6, ya el sistema de diferencias del Seminario 2 nos resulta
insuficiente, porque hay una diferencia que no podemos escribir. O sea,
decimos que el deseo es distinto de pulsión, y a su vez es distinto de goce.

d ( ) j

Lo que no sabemos es qué es goce para un caso, qué es pulsión para un caso
y qué es deseo para un caso. Para que esta forma de elucubrar el saber
pueda ser sostenida, hace falta la formalización matematizada. Mi impresión
es que no se lo acepta, que es un fracaso, que no va ni para atrás ni para
adelante, porque aún no hemos discutido el valor de psicología que tiene el
psicoanálisis. No hemos discutido todavía que los psicoanalistas suponemos
que sabemos sobre el hombre. Uno podría decir, “bueno, algo sabemos sobre
el hombre” son estas diferencias... ¡No! porque estas diferencias no se aplican
al hombre, son diferencias de la estructura. Nosotros hablamos, mentamos
sobre la estructura, y decimos que la estructura tiene al menos cuatro
elementos y que esos cuatro elementos son de tal índole. Por ejemplo,
podríamos escribir para otro contexto, este sistema de diferencias mínimo:

S1 S2
S1 S2

La estructura del decir


Pero esto, es la estructura del decir, no del ser humano. Me parece que la
dificultad de este andarivel propuesto por Lacan no pasa porque sea difícil. No
se lo acepta ni se lo estudia porque no hemos aceptado la discusión de la
caída de la psicología. Nosotros todavía no hemos discutido que sabemos
sobre el hombre. De hecho, no sé si se habrán encontrado con este problema,
pero sus familiares, amigos, vecinos ¿no les hacen preguntas sobre el saber
del hombre? ¿No les preguntan si Hitler era psicótico? ¿Y qué tendríamos que
decir, siendo psicoanalistas?
Que la psicosis no es de la gente, es de la estructura.
En las cátedras de esta facultad, se decía así: “hay perversos, psicóticos, y
neuróticos, que somos todos nosotros” Con lo cual vean que es una
clasificación de la gente y eso es psicología: se sabe cómo es la gente, es de
tres tipos. Los psicóticos, los perversos y los neuróticos: eso es psicología
pura, aunque los términos sean psicoanalíticos. Porque perversión, neurosis y
psicosis –en todo caso- sobre lo que mentan es sobre las diferencias en la
clínica. Y las diferencias en la clínica, uno podría decir: “está bien, la
diferencia es de la clínica, o sea, cuando un tipo viene a la clínica, es perverso
o es psicótico, o es neurótico...” ¡Tampoco! Porque lo que nosotros
tipificamos es la transferencia. Son las relaciones transferenciales las que
tipificamos, no clasificamos a la gente. Pero me parece que no hemos
abandonado que tenemos un pseudosaber sobre la gente. Con lo cual no
aceptamos la formalización, porque se nos hace muy vacío, y se nos hace muy
vacío porque está destinado al vaciamiento. Pero no hemos discutido todavía
ese vaciamiento. Me parece que no renunciamos a la psicología psicoanalítica.
Bueno, todavía nos quedan unos minutos para discutir sobre esto u otras
cuestiones.

Elisa B.: me gustó que hayas usado el plural, el “nosotros”, porque tal como
yo te seguí, porque parece ser que nosotros aquí nos estamos constituyendo
en los distintos de aquellos que siendo psicoanalistas no hacen más que
psicología. Yo todo el tiempo pensaba, mientras te escuchaba, qué me pasa a
mí con esto. Esta inclusión, con el “nos”, el nosotros, me parece muy
interesante, porque además, a mi gusto, es la vía para interrogar esto. Te digo
esto porque pensándolo así, en nosotros, en cómo esto nos afecta o cómo
estamos nosotros afectados por esto, es que tal vez lo podamos cercar mejor...
o sea, iba a decir que no es necedad... pero creo que sí es necedad, es la
necedad que nos afecta a todos. Digo, si hubo un Sócrates, un Lacan, (...)

A.E.: sobre si es posible o no, yo les planteo lo siguiente: caído el escenario


trascendental, donde los hombres seremos evaluados en otro escenario, o sea,
la muerte de Dios, caído el escenario trascendental; me parece que en
Occidente estamos todos obligados a ser psicólogos. Antes, con el Juicio
Final, al final de los días, al final de la vida, una instancia Otra –aunque uno le
comprara al cura la absolución, no importa- había un escenario Otro, en otro
mundo, donde íbamos a ser evaluados. Y ahí se establecía lo que tiene que
ser establecido: en el escenario del Otro se establecía si uno había sido justo o
injusto. Habiendo caído la transcendencia de ese escenario Otro, me da la
impresión de que hemos caído todos en la pregunta de ¿y entonces qué?
Porque ya lo justo y lo injusto no se puede aplicar, porque si lo aplicamos
nosotros, no nos convence... El juicio a Sadam Hussein hecho por EEUU... o
la Suprema Corte de Argentina... si el juicio lo hacemos entre nosotros, ya no
es. A partir de ahí, lo que se produce es que somos todos psicólogos, y se
nos obliga –en Occidente- por cuestiones de orden simbólico, a establecer qué
es normal. Con lo cual, todos somos psicólogos todo el tiempo: “a mí no me
parece normal... etc.” Con lo cual, hacerse psicoanalista no es sólo
desprenderse de la tradición freudo-posfreudiana, sino que me parece que es
dejar el suelo occidental. Y ahí viene la pregunta de ¿es posible? Lacan dijo
que no. Lacan dijo: “el pase es imposible, el deseo de saber no existe...”
desde el ’73 en adelante Lacan dijo que no había deseo de saber, en la
Introducción a la edición alemana de los Escritos, y en dos o tres textos dijo
“esperen sentados por el deseo de saber, lo único que hay es amor al saber”.
Con lo cual, me parece que la pregunta es ¿puede haber psicoanalista?
¿Puede haber un sujeto occidental que salga de la posición de decir qué es
normal y qué no es normal? ¿Se puede no ser psicólogo en Occidente? Con
un niño, ¿cómo se crían a los niños? Yo no supe cómo hacer, pero si
supiéramos cómo hacerlo, sería criarlos bien, pero “bien” es “normal”, como se
debe. Me parece que no hay forma ahora de pensar a la mujer, al hombre, al
niño, a la familia, si no es psicológicamente. Somos todos psicólogos, estamos
obligados a pensar, a decir qué es un hombre. No se olviden que esta cultura
es la de la segregación, o sea, tan psicólogos estamos obligados a ser que
podemos decir “éste no”, “éste no es hombre”. Eso también hay que estudiarlo,
porque en tanto psicólogos, decimos este sí, este no. La segregación es
consecuencia de la psicología. Cuando los nazis segregaban a los judíos, no
decían como dicen los antisemitas ahora “ruso amarrete”, decían “cucaracha”.
Nuestra desesperación es decir qué es un hombre. Ese es el problema.

David Szyniak: salió ahora un libro que se llama Sobre la naturaleza humana,
y es un aporte a esta discusión, se trata de una discusión diacrónica de la
década del ’70, entre Chomsky y Foucault. Chomsky argumenta a favor de la
necesidad de tener una concepción de la naturaleza humana. Y Foucault lo
refuta. Es interesante.

A.E.: los filósofos políticos que están más abocados a este problema –
Agamben, Esposito, Nancy, etc.- están planteándose el problema de que ya
decir “hombre” infecta al antivirus. Porque ya supone un término identitario. Y
el problema de suponer un término identitario es que inmediatamente podés
decir no-hombre. Todos están pensando el mismo problema: cómo designar
al hombre. Y Esposito es el que dice que tal vez haya que pensar en la lógica
del “nada en común”. Pensando este problema, no sé si conocen la etimología
de hombre, hay dos, una verdadera y una falsa. La falsa es de homo, de igual,
esa es falsa. La verdadera es de humus, de tierra, terrícola, el que viene de la
tierra. Como Adán, que viene del barro. Y en mis delirios estuve pensando
que una salida al problema del hombre es decir “nosotros”. Me parece que la
única salida para una designación de lo humano que opere en docta
ignorancia, es decir “nosotros”, o sea, en tener que aceptar que para yo
decirme hombre, no me queda otra más que aceptar que todo otro es hombre
también. Me parece –antropológicamente hablando- es que habría que
sustituir la palabra hombre por “nosotros”.

Verónica Barghini: y que no sea de modestia.


A.E.: un nosotros que no sea de modestia, sí. Ni de plural mayestático, que
no es nada modesto, es como hablaba Lacan... “el inconsciente freudiano y el
nuestro”... es el de él.
Me da la impresión de que el problema más grave que tenemos es que
participamos de la cultura de las ciencias del hombre, o sea, somos de la
cultura de la que surgió la psicología. Con lo cual el psicoanálisis podría ser
pensado como en continuidad con este movimiento –psicología de la
superficie/psicología de las profundidades- con lo que armaríamos el todo. O si
el psicoanálisis debiera ir al contrario de la tendencia occidental, en contra de
toda psicología. Mucha de la discusión que yo tengo con los teóricos del goce,
es porque el goce arma una psicología.

Mónica Rodríguez: y me parece que justamente la transferencia rescata eso


del nosotros.

A.E.: una clínica del nosotros. Pero entonces, ¿el analista estaría dentro del
caso? Sí. Entonces ¿el caso sería distinto si la persona fuera a ver a otro
analista? Sí. Entonces ¿es una chantada...? Y... es lo que hay. Lo otro es
una psicología: que un técnico diga sobre alguien, que es el psicoanalista de
siempre. “He ahí un goce” es una psicología. Pero no por el contenido del
término “goce”, sino por un problema epistémico, o sea, cómo se opera con el
saber y cómo se posiciona uno con el saber.

Elisa B.: se me ocurre compararlo con Euclides y el Quinto Postulado, que


pese a haber formulado él el Quinto Postulado, hace 2000 años, se rigió dos
milenios por Euclides.

A.E.: la vez pasada, Jimmy Kuffer no lo dijo exactamente así, pero el Quinto
Postulado de Euclides se resolvió por la Solución de Lovachevsky. Y la
solución de Lovachevsky no pasó por decir que fue dificilísimo –durante 2300
años- encontrar una respuesta, sino por suponer que es imposible. Y a partir
de suponer la imposibilidad –que es inventar un real, un real que no tiene nada
que ver con la piedra ni con la pierna amputada- se funda un imposible que
habilita una nueva geometría. Nosotros podríamos obtener nuestra solución de
Lovachevsky, podríamos decirnos: toda psicología es imposible, es imposible
cualquier psicología que no sea segregación, porque toda psicología tiene por
finalidad establecer cuáles son los segregados de esta historia, o sea, a
quiénes se les dice “no”. Entonces podríamos trabajar sobre esta idea, como si
fuese la solución de Lovachevsky, la nuestra sería “es imposible toda
psicología”. Fundarnos en esa posición, que es una posición ética.
Lovachevsky no demostró la imposibilidad de demostrar el Quinto Postulado,
sino que dijo que si fuese imposible, sería posible lo contrario: que las
paralelas se cruzan en el infinito. Si es posible que las paralelas se crucen en
el infinito, se deriva de ahí toda una geometría. Pero no demostró la
imposibilidad: la supuso. Nosotros podríamos hacer la misma maniobra:
suponer imposible toda psicología que no sea segregativa. La típica frase “hay
que matarlos a todos”, es una frase producto del Occidente moderno, derivada
de la lógica de la segregación, o sea, decir quiénes sí y quiénes no. La
solución es la formalización y la matematización, porque estamos mentando
sobre la formalización y no sobre la gente. Estaríamos hablando sobre la
estructura y sobre las diferencias que estaríamos aceptando sobre la
estructura. Me parece que es la única chance de salvarnos de una psicología
que produce segregación. ¿Cuál es la máxima segregación que conocemos en
el campo psicoanalítico? La resistencia del paciente, que ahora se dice “no
quiere dejar de gozar”. Lacan propuso invertir la lógica y es que quien
interviene –el analista- lo está haciendo fallidamente, porque si no, el analista
está planteando criterios de segregación, que son los famosos criterios de
inanalizabilidad. Es un problema de lógica y no de actitudes. Son lógicas que
establecen determinantes de las cuales las personas somos víctimas.
Me parece que la apuesta de la formalización tendría esta virtud, y me parece
que estaría destinada a fracasar porque no estamos claudicando de la posición
de psicólogos.
Es cierto que claudicar de la posición de psicólogos habilita una práctica
bastante difícil: hay que estar todo el día en el consultorio sabiendo que uno no
sabe nada de ningún caso. Quizás sea impracticable, quizás los occidentales
no nos soportemos estar todo el día practicando una práctica respecto de la
cual –en tanto psicología- estamos todo el tiempo sin saber. Quizás no sea
practicable. Quizás sea un ideal. Quizás el psicoanálisis sea un ideal.

Quizás sea imposible o quizás sea un ideal, pero no es lo mismo que el ideal
esté orientado hacia un lado o hacia el otro. Si está orientado a que cada día
debiéramos saber más... más segregaremos. Según a qué lado se oriente, los
efectos clínicos serán muy distintos.-

Versión desgrabada, no corregida por el autor.

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