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Alfredo Eidelsztein Formalizaciones Matematizadas en Psicoanalisis 2 PDF Free
Alfredo Eidelsztein Formalizaciones Matematizadas en Psicoanalisis 2 PDF Free
a b
eso no es usar letras, eso es hacer tablas, columnas, cuadros sinópticos... eso
no es álgebra. Ya no se usan más las letras de Lacan. Fui a un congreso de
psicoanalistas lacanianos, que ellos mismos se llaman a sí mismos
“Lacanoamericanos”, había casi 1000 -como le gusta a Miller- y 300 trabajos
más o menos, 5 salas simultáneas en 4 jornadas de trabajo, desde las 8 hasta
las 20, y yo iba de aula en aula a comprobar este fenómeno, no había
pizarrones pero había rotafolios, y nunca se había usado ninguna hoja de
rotafolios en ninguna sala de ninguna jornada. Con lo cual, me parece que hay
un fenómeno que se podría diagnosticar con todo el nivel de inseguridad que
esto tiene, quizás justo hace un año ha vuelto a utilizarse con furor el álgebra
lacaniana y yo no me enteré, estos diagnósticos son muy conjeturales, sobre
todo cuando es de cosas tan recientes. Pero me parece que ahí podríamos
inscribir en el pizarrón estas dos propiedades: el álgebra de Lacan es una
característica fundamental de su enseñanza, especialmente como método de
su enseñanza, él utilizó las formalizaciones matematizadas con furor hasta el
final de su vida, pero a los 10 ó 15 años de su muerte entró en desuso, a mi
entender prácticamente ya no lo utiliza nadie.
Les propongo el siguiente diagnóstico coyuntural: a mi me parece que el
famoso “Escándalo Sokal” – Bricmont y Sokal publicaron en una revista de
Ciencias Sociales, un artículo con boludeces matemáticas, ellos son dos
importantísimos físicos reconocidos con premios internacionales grossos, uno
norteamericano y el otro canadiense, que escribieron un artículo para una
revista de ciencias sociales con boludeces matemáticas, o sea, no 2+2=4, no
en el sentido de boludez de obviedades matemáticas, sino de errores
matemáticos. Por ejemplo, que el sujeto de la modernidad es como 2+2=5; y
llenaron 20 páginas de boludeces matemáticas, el teorema de Goedel mal
utilizado, el teorema de Fernat resuelto con cualquier boludez del mayo
francés, etc., etc., lo presentaron en una revista con referato, se los aceptaron,
y no sólo que se los aceptaron sino que además resultó tan maravilloso que
sacaron un número especial de la revista para publicarlo. Una vez que salió
publicado, ellos sacaron un artículo en otra revista diciendo que habían
publicado una boludez. Y que habían publicado toda una boludez para
demostrar que en ciencias sociales, muchísimos autores ponían boludez
matemática para obtener posiciones privilegiadas pero que en realidad las
matemáticas no tenían nada que ver con las ciencias sociales, y menos que
menos como la utilizaban... y ahí ponían a una serie de autores. Esto lo
denunciaron en un artículo, pero luego publicaron un libro que se llamó
Imposturas intelectuales, salió primero en francés y luego en español. Es del
año ’97, el libro. O sea, hace 9 años. Y a mí me parece que efectivamente,
Bricmont y Sokal convencieron a la gente con su argumento. Cuando digo “la
gente” me refiero especialmente a los psicoanalistas lacanianos, que dijeron
“sí, es verdad, siempre tuvimos esa sensación: lo que hace Lacan con las
matemáticas es boludez matemática, pero no tiene nada que ver con nuestro
metier”.
Ahora, a la caída abrupta de la utilización de herramientas matemáticas o
matematizadas entre los psicoanalistas lacanianos, yo –quizás algunos de
ustedes también, quizás la mayoría no, no sé, son diagnósticos muy hipotéticos
y que yo mismo no estoy muy seguro de su validez- a mí me parece que eso
produjo un corrimiento en nuestra modalidad de publicar, de transmitir y de
enseñar; y este corrimiento para mí estuvo marcado por que al desplazamiento
del lugar central que tenían las formalizaciones matematizadas en la
enseñanza de Lacan vino otra cosa, y esa otra cosa es la poesía.
La modalidad que vino al lugar de las formalizaciones matematizadas es la
poesía. Como siempre, Miller es el que lo dice más claro, como nadie, es el
autor más claro de todos nosotros. El mejor libro de Miller, para conocer a
Miller, es Lo real y el sentido, es maravilloso. Le dejé una copia nueva a
Mariana porque el mío está todo rayado, insultado, entonces me compré otro y
se lo di a ella sin los insultos, está limpio para fotocopiarlo. Desde la página 73
en adelante, se llama “La última enseñanza de Lacan”, y en el punto 4, que es
el último punto de este artículo, es maravilloso, se llama “De la lógica a la
poesía”, son algunas clases del curso del Miller 2000-2001, mi impresión es
que –como siempre- Miller tiene razón. No me queda tan claro si tiene razón
como yo, en el sentido de que él diagnostica algo que pasó. No hace falta que
yo les diga que la lógica moderna es una lógica matematizada, eso lo saben,
no? La lógica con la que nosotros operamos, la que se enseña en el colegio,
es lógica matemática o matematizada. Entonces, de la lógica a la poesía, yo
no sé si Miller tiene razón en el sentido en el que lo propongo yo, como
diagnóstico de lo que sucedió, o si es la primera bola que se echó a rodar y
después todo el mundo... en ese congreso que les contaba de los
lacanoamericanos, fui a una mesa que tenía un trabajo de un psicoanalista
tucumano que se llamaba “Si se calla el psicoanalista” (en alusión a la canción
“Si se calla el cantor”), y vinculaba al poeta con el psicoanalista. El trabajo era
lo que se imaginan... eso, y la gente aplaudía parada, había como 200
personas, la gente, los otros psicoanalistas lacanianos presentes ahí, lo
aplaudían con un entusiasmo notable y más de uno de pie. El trabajo decía
que el poeta trabaja con lo inefable y el psicoanalista también... suerte que no
puso la viola. Parecía como en la película “Analízame” cuando al psicoanalista
de dicen que tiene que ir a la reunión de mafiosos y “guitarrear” y él dice que
eso es lo que hace habitualmente. Decía que el psicoanalista trabaja con lo
inefable, con la palabra, que corta, que hace escansiones, etc.
Hay una salvedad a la desaparición del uso de la herramienta matematizada,
en algunos grupos de psicoanalistas lacanianos en el mundo, y es que siguen
utilizando nudos: es lo único que yo veo que se sigue utilizando de todas las
herramientas matematizadas de Lacan. Pero desconfío de eso, porque me
parece que los que utilizan nudos –muchos de ellos- los utilizan porque es “lo
último” de Lacan, y “lo último” de Lacan, es posta-posta. Miller –como
siempre- en la página 73 de Lo real y el sentido, está la clase del seminario de
Miller que se llama “La última enseñanza de Lacan”, el punto 4 de la parte II de
esa clase es lo que les citaba antes y se titula “De la lógica a la poesía” 1, y la
parte I se llama “Ruptura y continuidad”2 y allí Miller dice:
1
En “Lo real y el sentido” de J.-A. Miller, pág. 100
2
En “Lo real y el sentido” de J.-A. Miller, pág. 73
Es fuerte. Está en Pastout Lacan, en francés. Y “El fenómeno lacaniano” que
es la otra conferencia, está en Uno por Uno, N° 46. La pregunta aquí es un
poquito distinta3:
“¿Existe alguna relación entre lo que usted dice, sus escritos, y lo que ha
escrito Freud?
-hay 9 días de diferencia entre una entrevista y la otra- En ésta, que es 9 días
después, Lacan responde4:
No quiere decir y no lo quiere decir. Pero vean que Lacan dice –cuando tenía
74 años, es bastante “último”, más último es post-mortem... ya a los 80 tenía
dos años de demencia multiinfártica... o sea a los 78, y esto lo dijo a los 74... es
la última parte del último Lacan... y dice que el retorno a Freud es el retorno al
primer Freud, a la primera tópica.
Entonces, Lacan dice que Freud llegó a entificar, y es por eso que hay que
quedarse con la primera tópica freudiana. Y no sé si ustedes saben cómo
estaba el psicoanálisis postfreudiano en el año ’53... ¿cómo estaba? Volcado
totalmente a la segunda tópica. ¿Qué se había entificado en la segunda
tópica? Melanie Klein... ¿qué se había entitificado? La pulsión. Uno nace con
mucha pulsión de muerte, menor cantidad de pulsión de vida, esa pulsión de
muerte es vivida autodestructivamente –que es una frase de Freud- y uno la
tiene que expulsar afuera, y por expulsarla afuera uno siente que ha atacado al
objeto, y eso retorna retaliativamente sobre el yo, lo que produce la posición
esquizo-paranoide. Eso es Melanie Klein en su sentido más literal. Con lo
cual, Lacan encuentra que Freud había entificado al psicoanálisis, Freud llegó a
entificarlo. Y por eso había que volver a la primera tópica.
Entiendan ustedes que no habría motivos entonces para que nosotros no nos
podamos encontrar en la misma circunstancia.
3
En “Uno por Uno” N° 46, pág. 24
4
Idem, pág. 25
Comentario: ¿qué quiere decir entificar?
uno podría decir que es metafórico, yo siempre que discuto con un milleriano –
o sea, un lacaniano, porque ese es el problema, si los postfreudianos son
freudianos o kleinianos, o annafreudianos o winnicotianos...
“He tomado esta expresión de la primera obra de Bergson, el Ensayo sobre los
datos inmediatos de la conciencia. Lo he hecho reflexivamente...”
o sea, no precipitadamente.
En la pág. 103, es para leer todos los párrafos, una maravilla, nunca leí algo
tan maravilloso:
“Saber y real.
Lo que Lacan mostró simplemente es que todo eso no se aguanta sin una
tercera demostración que introduce un nuevo realismo. Este realismo supone
que más allá de la estructura hay un real de datos inmediatos, un real sin lugar
donde intentar encarnarlo, que no se define como materia de estructura, como
“carne de cañón” como habitualmente se dice.
Ordenar un real fuera de sentido condujo a Lacan a una nueva
fenomenología...”
Quiere decir que hay un real, este real se manifiesta en los fenómenos, y lo que
Lacan hizo –aunque parezca mentira, Miller mismo lo dice- es toda una forma
de posicionarnos a los analistas para estar en condiciones de acceder a esos
fenómenos sin el concepto, ya que el concepto es una elucubración de saber.
O sea, que es una producción que se hace por sobre, por encima y a posteriori
de la manifestación de ese real en los fenómenos.
Hay una segunda ruptura de Lacan –Miller propone tres, hay muchas dudas
sobre la tercera, la tercera ruptura que Miller designó “disolución” en la serie,
hay muchas dudas aún en el mismo mundillo parisino, porque hay muchas
denuncias de que Lacan ya no estaba bien de salud mental en esa época, y
que muchas de las cosas firmadas por Lacan eran sobre cosas escritas por
otros, etc. Hay muchas denuncias de ese periodo, la salud de Lacan estaba
fuertemente alterada, no sé si conocen las anécdotas clínicas: los pacientes
se iban solos porque Lacan se quedaba colgado, o se iba del consultorio y
dejaba al paciente solo, o hacía pasar a alguien mientras estaba otro paciente
acostado en el diván, entonces el paciente que entraba no sabía qué hacer... si
acostarse con el otro paciente como en la cama matrimonial, y el que ya estaba
pensaba que era un acto de Lacan y tenía que irse y el otro acostarse; o Lacan
se iba y dejaba pacientes sin atender en la sala de espera... está todo
publicado, estas historias están publicadas por esas mismas personas, etc.
Con lo cual, sobre la tercera ruptura hay dudas. Pero la segunda es
indiscutible y es la que aparece en la lógica del Seminario 11, conocen la
historia: Lacan iba a dictar un seminario 11 que era sobre los nombres del
padre, del cual dictó una única clase, no es como dice Miller “el seminario
inexistente”, dictó una clase de ese seminario, luego la interrumpió, él dice que
(...)
---cambio de cassette---
(...)que quería decir lo que dijo en ese única clase, y después viene la
interrupción y apareció lo que fue designado como Seminario 11 y que fue el
primer seminario publicado bajo esta forma. Ustedes saben que hasta el
seminario 11 no hubo seminarios de Lacan publicados bajo esta forma, la
forma anterior eran resúmenes, los famosos resúmenes de los seminarios 5 y
6, después por primera vez aparece esta forma, que es una forma que propone
Miller, que participó por primera vez del seminario de Lacan cuando tenía 18
años, y que al final del seminario le propone de publicarlo, Lacan le dice “si
fuera tan fácil, ¿cómo se le ocurre que se podría publicar?” Y Miller le contestó
“tal cual”. A Lacan le pareció una idea brillante, y lo publicaron. Nadie se había
animado, no es que a nadie se le había ocurrido publicarlo tal cual, nadie se
había animado a que semejante locura fuera puesta sobre papel y publicada.
Finalmente se hizo así y están los establecimientos...
A.E.: Lacan estaba vivo y corrigió lo que estableció Miller, el asunto es la idea.
Siempre que se desgraba, el que desgraba establece, o el que corrige la
desgrabación establece. Lo que estamos diciendo es el sistema de
publicación, que es un sistema que se le ocurrió a Miller, que ya venía –habrán
visto- lleno de ideas, y de ideas muy prósperas, que fue publicar el seminario
de la desgrabación. Al final de este seminario están los agradecimientos de
Lacan, Lacan estaba vivo, no hay problema, los títulos, todo fue aceptado y
reconocido por Lacan.
Recordemos entonces que para Miller, la inspiración fundamental de Lacan es
hacer del psicoanálisis una fenomenología, ¿por qué? Porque se trata de un
nuevo realismo. ¿Entienden qué quiere decir nuevo realismo? ¿Por qué
“nuevo realismo”? Porque se trata de lo real pero en una nueva concepción de
lo real, se trata de pescar a lo real tal como lo real se manifiesta, esa es la
propuesta de Miller, y me parece que gran cantidad de psicoanalistas
lacanianos efectivamente trabajan así. Una vez en un pequeño grupo de
psicoanalistas invitamos a un psicoanalista de la EOL a comentar un caso que
habíamos discutido, se lo presentamos y el vino a comentarlo y dijo: un caso
se arma así, se establece un punto de real y con ese punto de real, en torno a
ese punto se arma un caso. ¿Se dan cuenta de cuál es el problema? ¿Cómo
sabemos qué es un punto de real? El problema es cómo sabemos qué es un
punto de real. Porque la fenomenología –que implica un nuevo realismo-
significa ¿qué? No operar con el concepto. Fenomenología, Husserl,
diccionario de filosofía: la fenomenología implica un método y un modo de ver,
recordarán la έποχή (epojé), es depuración de todo psicologismo, el método es
depuración de todo psicologismo; y reconsiderar todos los contenidos de
conciencia. ¿Cómo se reconsideran todos los contenidos de conciencia? Con
la epojé, y la epojé significa una puesta entre paréntesis, y describirlo en su
esencia. A eso Husserl lo llama positivismo absoluto. ¿Cómo se podría
describir este positivismo absoluto? Se coloca antes de toda creencia y de
todo juicio para explorar, simplemente lo dado. Todo lo que se supone antes,
se lo pone entre paréntesis. ¿Qué es lo que se supone antes? Inclusive todos
los conceptos, y uno se conecta directamente con lo dado. Y eso dado se
llama el mundo de los fenómenos. El problema que nosotros tenemos –me
parece a mí, y espero que todavía lo tengamos- es qué es real. Ese nuevo
realismo ¿cómo se establece? Ustedes me podrían decir: “lo real es lo
imposible”. Pero ese es el “concepto” de real. Pero si es una fenomenología,
si es la esencia, uno –siempre es uno, el psiconalista- estaría en posición tal de
directamente conectarse con lo real. Esto es más viejo que la ruda-macho para
conseguir novio... ¿ustedes saben cómo un psicoanalista se conecta
directamente con lo real sin el concepto? ¿Cómo? Porque se analizó...
Porque la posición analítica se obtiene por análisis. Si yo les hubiese repartido
una hojita a cada uno al comienzo y les hubiese puesto un multiple choice con
la pregunta ¿de dónde salen los analistas? Y les hubiese puesto como
opciones: de un repollo, de tener a una mamá o una tía psicóloga (como todos
hoy en día), de estudiar, de analizarse, algunas de las anteriores, ninguna de
las anteriores. ¿No hubiéramos tenido un máximo de cruces en la opción “de
analizarse”? ¿Por qué? ¿Por qué un psicoanalista sale del análisis? Por esto:
porque el análisis –desde Freud para acá, desde Freud, pero no Freud, porque
Freud nunca creyó que era necesario que los analistas se analizaran para
practicar el análisis, para él era fundamental estudiar al inconsciente, no
analizarse. Cuando él murió se estableció que era fundamental analizarse, y
es una norma indiscutible para todo psicoanalista que un psicoanalista sale de
un análisis. Aclaremos un poco para que no haya confusiones: un analista
pero no como última fase de paciente a analizante y de analizante a analista en
el pase. Porque ese analista –el producto de un pase- no es practicante.
Estamos hablando de los practicantes. ¿Cómo alguien puede conectarse con
lo real directamente? ¿Quién puede ser el fenomenólogo de lo real? El
analista practicante. ¿Y cómo un analista practicante logra eso? Porque él se
ha analizado. ¿Entienden lo que quiere decir que se haya analizado? Que él
ha experimentado en sí, lo real. Es para morirse...
Un paciente esquizofrénico que yo trataba tenía un detector Giger para la
libido. ¿Saben cuál era? El pene. Se le paraba, y según hacia donde se le
paraba, él iba. De verdad. Una vez lo engancharon en la mitad del Río de La
Plata, porque una ex-novia desde Montevideo le estaba transmitiendo... era un
telépata-receptor, y él había interpretado que le estaba transmitiendo desde
Montevideo, y lo agarraron en la mitad del río. ¿Cuál es el detector Giger del
goce? ¿Cuál es el detector Giger de lo real? Que uno lo haya experimentado.
¿Y dónde se experimenta ese real? En análisis. ¿Estamos en este punto? Si
tienen alguna falla lógica muy grosera que hayan detectado, intervengan ahora
–si es de detalle perdónenmela para la próxima.
Fíjense lo que dice Lacan en la segunda ruptura, que es cuando lo tachan de la
lista de didactas de la IPA, Lacan dice que es porque iba a hablar de los
nombres del padre, los argumentos por los cuales se lo echa de la IPA son la
sesión corta –ese era el menos importante. El argumento principal por el cual
se lo echa a Lacan de la lista de didactas era que él dictaba seminarios,
analizaba y supervisaba a las mismas personas, y lo que los psicoanalistas de
la IPA no toleraban –y muchos de ustedes tampoco- es esa concentración:
que un analista supervise, analice y dicte seminario al mismo analizante.
¿Saben por qué? Por Tótem y tabú. Una vez muerto Freud, no puede venir
nadie al lugar de Freud. ¿Cómo se garantiza que nadie venga al lugar de
Freud? Pacto fraterno. El pacto fraterno es que ninguno las tendrá a todas.
Entonces: uno analiza, otro supervisa y otro dicta el seminario; que a nosotros
se nos convirtió en lo más obvio y en lo más “sano”... o acaso se dice que lo
“más sano” o “lo mejor” es que no sea con el mismo, que no es bueno que el
mismo analista analice al marido y a la esposa. ¿Por qué? ¿Por qué no es
bueno? ¿Por qué no es bueno que uno se analice y supervise con el mismo
analista? ¿Dónde leyeron ustedes papers doctrinales que justifiquen eso? Y
todos lo sostuvimos por décadas, ¿por qué se sostuvo por décadas? Por el
pacto fraterno, ¿por qué? Para que nadie venga al lugar de Freud. Y Anna
Freud, Melanie Klein y Winnicot, ¿qué fueron? Continuadores. Continuar a
Freud, sí. Lo que no se puede es retornar a la posición de Freud y querer ser
como Freud. Es por eso que Lacan ataca este problema, se dan cuenta cómo,
no? No hay un nombre del padre, puede haber varios nombres del padre, yo
soy freudiano, sean ustedes lacanianos, si quieren. Esa maniobra es muy
interesante porque ahí Lacan funda la Escuela Freudiana. Hasta ese
momento, todas las instituciones psicoanalíticas eran como la APA, “asociación
psicoanalítica de Argentina, de Buenos Aires, de Rosario”. Asociación
Psicoanalítica de Londres. Sin nombre, pero ahí el sin nombre era para
garantizarse el nombre de Freud. ¿Se entiende la lógica? Lacan hace una
maniobra increíble, porque pareciera ser superfreudiano, pero no, él dice de
poner los nombres “yo pongo el de Freud, si quiere poner Lacan...” Para atacar
ese problema de Tótem y tabú.
Entonces: tenemos fenomenología, tenemos un nuevo realismo y tenemos ese
real que es goce. Fíjense en la primera clase de Lacan del Seminario 11 que
fue designada “Excomunión” y da un poco su versión de los hechos de su
tachadura, de su expulsión de la lista de didactas. En la segunda clase, que se
llama “El inconsciente freudiano y el nuestro” –saben que Lacan utilizaba el
plural mayestático, con lo cual es “el inconsciente freudiano y el mío”, está el
inconsciente según Freud y el inconsciente según Lacan- después de la
introducción en la que lee Le Fou d’Elsa, de Aragon, ese poema del comienzo,
que es en honor de lo que él había querido hablar, después viene el apartado
15, y ahí Lacan dice así:
Fíjense a contradicción del propio Lacan, no? Sus escritos de antes son
obsoletos... cuando él propone un retorno a Freud.
5
Pág. 26 de la edición en castellano del Seminario 11, Paidós.
“Sé que algunos de ustedes se inician en mi enseñanza. Lo hacen mediante
escritos y obsoletos. Quisiera que sepan que una de las coordenadas
indispensables para apreciar el sentido de esta primera enseñanza ha de
encontrarse en lo siguiente: desde donde están situados no pueden imaginar
qué grado de desdén, o simplemente de desconocimiento para con su
instrumento pueden llegar a tener los analistas. Sepan que, durante años,
dediqué todos mis esfuerzos a revalorizar ante ellos este instrumento, la
palabra, para devolverle su dignidad, y lograr que no fuese siempre, para ellos,
algo de antemano desvalorizado que los obligase a poner los ojos más allá,
para encontrarle su garante.”
Comentario: pero eso del contacto directo con el goce, me remite a algo así
como el goce místico...
“Así fue como, al menos por un tiempo, se me pudo tomar por alguien
obsesionado por no sé qué filosofía del lenguaje, heideggeriana incluso,
cuando sólo se trataba de una referencia propedéutica.
...Y hablar en esta sede tampoco hará que hable como filósofo.”
que es lo que Miller propone como la esencia de Lacan. Miller al decir que
Lacan es un fenomenólogo, una nueva fenomenología, en contacto directo con
un nuevo realismo; lo que está diciendo Miller es que se trata del rechazo del
concepto. Fíjense que es exactamente el mismo diagnóstico que Lacan
propone para el estado de situación del psicoanálisis después de que a él se lo
echó de la lista de didactas de la IPA.
... intentaré hoy introducirlos a los conceptos freudianos principales –aislé los
cuatro que cumplen estrictamente esta función.”
Con lo cual, observen que Lacan intentó hasta “Los nombres del padre” un
trabajo, y es que los psicoanalistas vuelvan a darle valor a su instrumento.
¿Cuál es su instrumento? La palabra y el hablar. Lo acaban de echar, no sé si
ustedes saben que Lacan hizo todo lo posible para que no lo echaran, por
ejemplo, algunos discípulos de Lacan hacían reuniones secretas con pacientes
de Lacan para pedirles a esos pacientes que mintieran cuando fuesen
entrevistados por la inquisición de la IPA, para que dijeran que Lacan no hacía
sesiones cortas y que no supervisaba y analizaba a las mismas personas, o
sea, que Lacan le pidió a algunas personas que les pidieran a sus pacientes
que mintieran, con lo cual les advierto que Lacan para nada se hizo echar, al
menos –como diría mi mamá- concientemente. Una vez que lo echan, Lacan
decide no dictar “Los nombres del padre”, ese seminario quedaría sin dictarse,
lo que es medianamente falso porque hay mucha información en los seminarios
posteriores sobre lo que él iba a decir y dice que eso era lo que iba a decir, hay
cuatro o cinco lugares en donde Lacan explícitamente dice lo que iba a decir en
ese seminario, y él hace un cálculo, que es un diagnóstico de la situación del
psicoanálisis, de lo que fue su gestión de 11 años hasta ese momento, en 1953
cuando funda la nueva sociedad, simbólico, imaginario y real, palabra plena y
palabra vacía, significante, Otro, sujeto, estructura; todo ese movimiento, y
cuando lo echan hace un establecimiento de situación, un diagnóstico de
situación y dice que esto se cura por diagnosticar correctamente el problema.
Y dice que él se equivocó, que no es que los psicoanalistas rechazan su
instrumento: es que los psicoanalistas rechazan el concepto. Hay un rechazo
del concepto y por eso el seminario que hay que dictar es un seminario sobre
conceptos, no importa cuáles son esos cuatro –aunque realmente, la lista de
estos cuatro hace escandalizar a más de uno, especialmente a mí: no puedo
entender que no esté deseo. Entiendo las dos duplas, entiendo a estos cuatro,
entiendo que sean dos duplas, su orden y su presentación, pero no entiendo
cómo Lacan en su lectura de Freud no haya incluido al deseo. Pero observen
que Lacan dice que para restablecer al psicoanálisis en una posición, para que
no caiga en un idealismo, hace falta volver al concepto. Miller y los lacanianos
dicen que es lo contrario: que lo que Lacan propone –en el último Lacan- es
que hay que hacer un rechazo del concepto y que hay que conectarse
directamente con ese nuevo realismo que es el goce.
No lo voy a tratar como tema, pero les doy una pista por si alguno lo quiere
revisar: a mí me parece que acá hay un eco de una discusión nunca del todo
desarrollada, pero por la gente “del palo”, los que piensan este problema,
siempre presente; y es una oposición planteada por Nietzsche, que es la
oposición entre lo apolíneo y lo dionisíaco. No voy a entrar en eso, es muy
amplio, se puede leer claramente, de hecho en internet se pueden bajar gratis
un artículo magnífico de Nietzsche que se llama “La visión dionisíaca del
mundo” firmada verano de 1870, está publicada por Alianza, pero está en la
página Nietzsche en castellano, que es para bajarse de todo.
A mí me parece que lo que está francamente en discusión es la oposición entre
lo apolíneo y lo dionisíaco, y mi impresión es que en psicoanálisis lacaniano se
pasó de lo apolíneo a lo dionisíaco. Es muy complejo, ni siquiera se crean que
Apolo y Dionisio son tan contrarios como uno podría creer para armar una
oposición. Nietzsche se puede leer y es muy interesante, y a mí me parece
que lo que está en juego es esa oposición, que a mí en lo personal, me excede.
Sin embargo, es voy a proponer una lectura de este problema, del problema en
que nos encontramos: mi impresión es que en psicoanálisis se ha pasado de
lo apolíneo a lo dionisíaco, que se ha pasado de la formalización matematizada
al goce, pero ¿por qué? Se los propongo entender así: supongamos así, es
una suposición metodológica, supongamos que el psicoanálisis es una
respuesta contraria a cierto movimiento de la cultura, a lo que Freud llama
“malestar en la cultura”. Supongan que la cultura, produce cierto malestar y
ese malestar tiene esta orientación, en una burda representación espacial:
Podría ser que el psicoanálisis, si quisiera operar con esto, tuviese esta
dirección, sí? Podría tratarse quizás, de que hay una tendencia muy fuerte en
esta dirección y que el psicoanálisis, cada vez que intentase dar una respuesta
contraria, se viese llevado en la otra dirección.
1ª. Tópica.
2da. tópica
1er. Lacan
Ultimo lacan
Lo que les propongo es una maniobra absolutamente delirante y es intentar
diagnosticar esto. Intentar diagnosticar qué sería esto, que hizo pasar de la
primera a la segunda tópica, que hizo pasar del primero al segundo Lacan, el
de las formalizaciones matematizadas al supuestamente uno del goce.
¿Se entiende la idea?
A este movimiento les propongo caracterizarlo por 4 items, todos ellos –a mí
entender- profundamente articulados entre sí, o sea, son 4 elementos, pero no
es tan claro que sean 4 elementos que tengan una plena independencia uno
del otro. Para mí son:
1) el individualismo moderno –lo llamo así en honor a Hegel que fue el primero
que lo diagnosticó; ¿qué quiere decir individualismo moderno? Que se
confunde sujeto con individuo. Y les advierto que es propio de Occidente y de
los últimos siglos, esa confusión. O sea, que antes se operaba con una
concepción de sujeto –si ustedes quieren pueden traducir “sujeto” por “asunto
humano”, más aún, si quieren traducir sujeto por asunto humano particular, o
sea, asunto humano con características y propiedades particulares, aquello que
podría recibir nombre y apellido; eso, en nuestra cultura, o sea en Occidente,
hasta hace unos cientos de años, no era confundido con un individuo. Me
podrán decir ¿y qué otra cosa puede ser lo humano particular si no es un
individuo? Un individuo podría ser así, como si fuese una esfera, y la sociedad
humana, un conjunto de esferas.
Individuo Sociedad
De hecho muchos son los que suponen que la vida social es algo así como una
mesa de billar donde cada uno golpea con el otro, y que el encuentro con el
otro es algo de esa índole. Esta podría ser una forma de entenderlo. Pero
también podríamos poner a las personas así, por ejemplo, y suponer que son
los entrecruzamientos entre personas lo que producen el sujeto.
Hermano muerto
(sujeto dividido)
S hermana
padre
Es cierto que en nuestra clínica solemos designar como sujeto al que nos
consulta, pero podría ser que el asunto que en psicoanálisis tuviésemos que
tratar en relación a esta persona que nos consulta, como sujeto, no coincida
con la persona, y que sí coincida con una serie de relaciones. Es bastante
razonable que sea así, porque si el asunto humano fuese la persona misma,
qué mejor para tramitar los problemas que tiene la persona misma en la bolsa
de papas chocándose con las otras papas, que la autoayuda. La autoayuda es
la mejor forma de resolver uno los problemas que tiene, no? Pero ¿para qué
un otro, psicoanalista? ¿Por qué no la autoayuda? ¿Por qué después del
psicoanálisis vino la autoayuda? Quizás porque esta tendencia sigue
imperando e imponiéndose cada vez más. Vieron lo que pasó en las librerías,
no? Adelante, los libros de autoayuda, al fondo por ahí perdidos, los libros de
psicoanálisis. ¿Por qué? Y, podríamos decir que porque el psicoanálisis está
desapareciendo, pero por qué los libros de autoayuda están primeros, en todos
los aeropuertos, lo primero que hay colgado en los kiosquitos son los libros de
autoayuda de Bucay. ¿Por qué? Porque lo mejor para un sujeto entendido
como individuo es la autoayuda. Hasta en muchas culturas hoy día, no
occidentales –como en Occidente hace cientos de años- el sujeto era
entendido como sistema de relaciones. Y tanto era así que si una persona
realizaba un acto, por ejemplo, S asesinaba a alguien, todo el mundo
consideraba que el acto más justo para atacar el problema del asesinato que S
hizo a X, asesinato que después de cometido, S murió, a todo el mundo le
parecía lo más justo atacar a los miembros de la familia de S. ¿Vieron la
película “Gladiador”? Cuando a él casi lo matan y se salva de casualidad,
¿vieron que sale corriendo? Sale corriendo a buscar a la mujer y al hijo, ¿para
qué? Porque estaba seguro de que iban a matarlo a él como su mujer y su
hijo, porque ellos eran él, es el mismo él. El asunto, para muchas culturas, por
ejemplo, para la muralla china todas las familias tenían que entregar un
trabajador. Si ese trabajador moría, la familia debía uno, porque ahí el sujeto,
la entidad era la familia, la familia no podía decir que ya había dado uno, la
familia era uno. Cada familia tenía que proveer porque la unidad era la familia.
Ayer discutíamos con un grupo de colegas que en Atenas la unidad era la polis,
y cada uno de los ciudadanos era polis, el asunto era polis, no había diferencia.
A nosotros se nos hizo obvio que el sujeto humano es cada hombre: los
derechos del hombre y del ciudadano, cada hombre es el sujeto humano. Con
lo cual, el primer punto que yo les propongo destacar de nuestra cultura, que
marca este movimiento, es el individualismo moderno. ¿Dónde nace? Nace
con el Cristianismo, porque Cristo fue el primero que supuso que la salvación
de cada uno de los creyentes era la puesta en relación del alma de cada uno
de los creyentes con Dios. ¿Vieron la masa organizada de “Psicología de las
masas...” de Freud? Eso es Cristo. Al primero que se le ocurrió que todos,
individualmente, se pongan en relación a Uno, esto en nuestra cultura adviene
al movimiento propio de lo que se conoce como Cristo. No estoy diciendo que
sea la persona, Jesús, es el movimiento histórico. En esa sociedad, había otra
solución, en ese mismo momento, y que era la de los Profetas. Para los
Profetas, el asunto judío era que si los judíos no rectificaban, todos los judíos
se iban a salvar o no se iban a salvar en el futuro, pero el asunto era el pueblo.
No importaba si cada uno pecaba o no pecaba: todo el pueblo junto se salvaba
o no se salvaba. En nuestra cultura, a partir de Cristo, se empieza a establecer
un movimiento, que es el movimiento individualista, que cada vez más fue
incrementándose en una forma imparable.
El segundo punto, lo vamos a llamar el nihilismo europeo, por el título del libro
de Nietzsche. ¿Qué es el nihilismo europeo? Es como verdaderamente hay
que entender el “Dios ha muerto”. La famosa frase, lean de Heidegger “El
nihilismo europeo de Nietzsche”, es magnífico, es un artículo de Heidegger
donde explica qué quiere decir Nietzsche con “Dios ha muerto”. “Dios ha
muerto”, para mí, no quiere decir que no haya más nadie que crea en Dios,
porque hay mucha gente que cree en Dios –mi impresión es que cada vez son
más los que creen en Dios- ¿cuál es el verdadero problema que diagnostica
Nietzsche? Que lo que ha caído es la oposición de este mundo y el otro
mundo. ¿Qué problema trae la desaparición del otro mundo? Es que en el otro
mundo, era donde se iba a hacer el Juicio Final. Observen que ya ahí mismo
hay una diferencia. Para los Profetas de la época de Cristo, el Juicio Final era
al final de los tiempos, para todo el pueblo hebreo. Desde Cristo, el Juicio Final
es de cada uno. Es claro que a Cristo le era imperioso que fuese de cada uno,
porque cada uno en el Juicio Final iba a ser evaluado en función de si sí o si no
tuvo fe en Cristo, obvio. No quedó otra lógica. Cuando el Mesías fue el Hijo de
Dios , no el Profeta que decía “Cuando venga el Mesías” sino que uno dijo “yo
soy el Mesías y soy el hijo de Dios” –que en verdad es una idea notable, ser el
hijo de Dios- podría haber sido vicario... ¿para qué ser el hijo? Para resolver
ese problema hubo que hacer después la Santísima Trinidad. Es muy difícil,
porque es hijo y Dios a la vez, si no fuera a la vez Dios, no se le podría exigir la
fe. Tenía que ser Dios a la vez. Bueno, el Juicio Final a partir de Cristo es
para cada uno. De eso también hay modulaciones, porque el Juicio Final en la
época del siglo III o IV también era al final de los tiempos. A partir del
Medioevo empezó a ser al final de la vida, se anticipó; y ahí es donde se
relacionó con la muerte. Hubo un momento en que el Juicio Final se articuló al
momento de la muerte, y aunque les parezca mentira, sólo a partir de ese
momento en nuestra cultura es angustioso morirse. Antes del Juicio Final –uno
es sometido a un juicio en el Juicio Final- por eso empezó a ser antes; en las
representaciones anteriores del hecho mortal, estaba toda la familia, los chicos
jugando, gente cocinando y la persona se estaba muriendo, o sea, no era
angustioso ese momento ni tampoco tan solemne. Pero sí se asoció a la
muerte corporal. El nihilismo moderno significa entonces que, al haber caído el
otro mundo, no hay dónde valorar los actos. No hay dónde establecer... por
ejemplo: si alguien fue muy injusto en este mundo, antes se podía pensar que
sería castigado en el otro mundo, irá al infierno. “Dios ha muerto” significa que
nos hemos quedado sin paraíso y sin infierno. Al quedarnos sin paraíso y sin
infierno, no hay forma de valorar los actos. Eso, ¿cómo se manifestó a nivel
cultural? Con el sin-sentido. Nada tiene sentido. Porque nada tiene sentido en
sí mismo. Sin el otro tribunal, se nos empezó a hacer obligatorio que las cosas
tengan sentido en sí mismas –a nadie se le había ocurrido que las cosas tenían
sentido en sí mismas- tenían sentido en el tribunal, San Pedro, que decía si
ibas para acá o para allá: había otra instancia que daba sentido, nada tenía
sentido en sí mismo, con lo cual, hemos caído en el sin-sentido. Lo que ha
aparecido en nuestra cultura a partir de la caída del otro escenario, es que sin
el otro escenario nos hemos quedado sin sentido.
“En el primer caso, punto clave, es que uno se siente inclinado a aceptar cierto
horror de lo real...
que es lo que dicen los lacanianos, que hay horror por lo real, y es por eso que
el lacaniano en su silencio y en su corte, enfrenta al sujeto directamente con lo
real.
Se ha dicho muchas veces que la barbarie del siglo XX se debía a que los
actores, revolucionarios o fascistas, aceptaban el horror en nombre de la
promesa, en nombre de los porvenires que cantan: estoy convencido, a la
inversa, de que lo que fascinó a los militantes fue lo real de ese siglo, hay de
hecho una exaltación de lo real hasta en su horror.”
Es notable, que lo que nosotros decimos como psicoanalistas lacanianos sea
un fenómeno del siglo. Está bien, yo no sé si Badiou se analizó, y si se analizó
bien, con un lacaniano, entonces quizás lo dice porque él tiene horror a lo
real... no sé, pero eso es como Freud, que si él tenía razón estaba bien, pero si
no tenía razón, estaba bien igual! El juego psicoanalítico es muy duro en eso.
Pero si diéramos cierta credibilidad a este diagnóstico –el libro es muy
sostenible y razonable- él dice, al contrario de los lacanianos, que de lo que se
trata en el siglo XX es de una fascinación por lo real. Con lo cual, tenemos:
individualismo moderno, del sujeto interindividual al individuo; el nihilismo
europeo, la vida no tiene ningún sentido; disolución de la función de autoridad,
no hay Otro; y fascinación por lo real...¿a qué lleva todo esto, individualismo
moderno, nihilismo europeo, disolución de la función de autoridad personal y
fascinación por lo real? A la hiper-valorización del cuerpo. Nuestra cultura se
caracteriza en su momento actual por una hiper-valorización del cuerpo.
A mí me parece que cuando Lacan dice que Freud, en su segundo momento,
entifica, es cuando adviene toda la lógica de la pulsión, considerándose a la
pulsión como lo más importante de lo que se tramita en la clínica psicoanalítica.
A mí me parece que Freud entifica, ¿por qué? porque es arrastrado por este
movimiento. ¿En qué sentido? En que lo más importante es el cuerpo.
Diagnóstico: ¿dónde puede estar planteado este problema? O sea, ¿por qué
en nuestra cultura que impuso el individualismo moderno (Hegel), el nihilismo
europeo (Nietzsche), la disolución de la función de autoridad personal (Dumont)
y la fascinación por lo real (Badiou); produce la hiper-valorización del cuerpo?
El psicoanálisis, para mí, en la segunda parte de la enseñanza de Freud, cae
en la hiper-valorización del cuerpo y la desconfianza en la palabra.
En la segunda parte de la enseñanza de Lacan pasa exactamente lo mismo.
En los post-freudianos y en los post-lacanianos más acentuado aún.
¿Por qué? Porque me parece que nosotros estamos... –y esto es un delirio
que se me ocurrió, se los cuento y hagan lo que quieran con eso- mi impresión
es que porque la religiosidad que impera en Occidente, o sea, la verdadera
religión de Occidente es el Cristianismo, que saben que es una frase de Lacan,
que la verdadera religión de Occidente es el Cristianismo. Aunque en la
“Proposición...”, en la versión oral Lacan dijo que la religión de los judíos debe
quedar por fuera de la sociedad de analistas. El problema que tenemos aquí
no es ese sino la religión cristiana. ¿Por qué? Porque el cristianismo como
religión es una religión... Cristo tiene a la divinidad, al dios, al padre ¿bajo qué
forma, cómo se sostiene al dios, al padre? Con la pasión propia. O sea, es la
pasión de Cristo lo que sostiene... ¿leyeron los Evangelios? Lean al menos
uno. Dios es omnipotente, y saben lo que dice Cristo en la cruz: “Eloi, Eloi,
lama sabactani”, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado”. Dénle a
leer el Evangelio a un chico de 6 años y les va a decir que es todo
contradictorio. Porque ¿qué quiere decir Cristo cuando dice que Dios lo
abandonó y se lamenta? Lo abandonó ¿a qué? A morir como un perro en la
cruz. ¿Saben qué es la pasión de Cristo? Es desde el momento en que se
establece que va a morir en la cruz, que le colocan la corona de espinas...
“La comida para el vientre y el vientre para la comida. Mas lo uno y lo otro
destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación sino para el Señor. Y
el Señor es para el cuerpo.”
Ese es el núcleo secreto de nuestra religión, la religión de todos nosotros.
Lacan sostiene que aún los judíos y árabes occidentales, aunque crean en la
religión judía o en Mahoma, igualmente el modelo de religión es la cristiana.
Por el problema del goce. Y observen que “el cuerpo es para el Señor y el
Señor para el cuerpo”, o sea, que Dios está destinado a manifestarse
corporalmente para nosotros, es por eso que para nosotros se difundió tanto la
cuestión del milagro, y es por eso que para nosotros se confundieron las
posesas con las histéricas. Porque una manifestación de nuestra religiosidad
es la conversión, porque Dios se manifiesta en el cuerpo. Porque el cuerpo es
la modalidad de garantizar a la divinidad en nuestra cultura. Me parece que
siempre nos va a pasar, porque nuestra cultura todavía no ha pegado una
vuelta, me parece que esta tendencia consiste cada vez más, de hacernos
creer que la subjetividad es corporal, pulsional o de goce, pero ¿por qué?
porque es la forma fundamental no develar la castración sino de ocultar la
verdadera castración que para Lacan es la castración del Otro, no la propia. Al
revés, nada mejor que la castración propia para velar la castración del Otro.
Con lo cual, les propongo pensar que la formalización podría ser una
herramienta que nosotros trabajemos para operar con conceptos en
psicoanálisis, y una herramienta que nos permitiría trabajar en sentido contrario
a esta tendencia. Porque la formalización nunca consistiría en un cuerpo
tridimensional material. Ahí el argumento sería por la lógica, no por la vivencia.
Hasta les propongo pensar si no es una enorme desventaja que nosotros
acentuemos tanto para la clínica psicoanalítica la idea de experiencia. Cuando
decimos “la experiencia del análisis” ¿entienden por qué hay que desconfiar?
Porque puede ser empujado el argumento a que por la vía de la experiencia, se
convierte en una modalidad moderna del misticismo, de la mística. Mística
quiere decir ver en forma directa. Eran todas aquellas experiencias secretas,
en lugares privados, eran ritos de iniciación, donde había un contacto directo
con la divinidad, y ¿cómo es que era directo? Por la vía de la experiencia
corporal. Es por eso que se drogaban y consumían alucinógenos, etc.
Para nosotros, lo que era una cierta parte de los ritos paganos, quizás se ah
convertido en el eje de nuestra posición religiosa y es que para sostener “x”,
haya que vivirlo, haya que padecerlo. Para mí es muy peligroso que nosotros
digamos que para producir analistas la gente se tenga que analizar. Porque es
lo mismo que se dice –qué casualidad- respecto de la dirección de los grupos
de autoayuda, nada mejor para dirigir un grupo de alcohólicos que un ex-
alcohólico. Porque hizo la experiencia.
¿Quién mejor para dirigir un análisis? Un analista, porque hizo la experiencia.
Pero ¿por qué la verdad provendría por la experiencia corporal? ¿Por qué
habría que haberse chupado litros de alcohol para entender cuál es el
problema del alcoholismo? En nuestra cultura se ha hecho obvio. Para
nuestra sociedad, casi todo se convierte en consumo adictivo: comer –hay
epidemia de obesidad en Occidente-, dejar de comer –anorexia-, fumar, beber.
¿Qué no se ha desarrollado en Occidente como una adicción corporal? Porque
para nosotros la subjetividad misma es cuerpo.
Según el diagnóstico de Lacan esto es una forma de velar la castración y no de
manifestación de lo real. Les propongo que el recurso al concepto
matematizado sea una forma de ir en contra de esta tendencia. Hay que
demostrarlo. De hecho, los que critican la formalización matemática dicen lo
contrario. Ritvo dice que el uso de matemática en psicoanálisis está imbuido
del ideal de Leibniz de la matesis universalis, o sea, de conseguir un lenguaje
que sea capaz de explicar todo. Ahí Ritvo cree que la castración está velada
en nuestra cultura bajo la forma de saberlo todo. Y que hay que impedir
saberlo todo para que se manifieste lo inefable. Pero ahí hizo un diagnóstico.
Habría que ver si en nuestra cultura la castración está velada bajo la forma de
saberlo todo (Ritvo) o, como dice Lacan, que la falta se presenta
fundamentalmente en nuestra cultura como deseo de saber. Quizás en el
saber está justo lo contrario, donde se manifiesta la falta, por eso al final del
análisis se produce para Lacan deseo de saber.
Mientras que quizás la forma fundamental de velar la castración sea por la vía
de sensaciones corporales. Y que por eso siempre va a ganar cualquiera que
proponga argumentos que apunten hacia la verdad manifestada como un goce
bajo la lógica de un sujeto entendido como un cuerpo.
Bueno, hasta aquí es a presentación. Les propongo no seguir por esta vía, no
seguir argumentando en general si la formalizaciones matematizadas o el goce,
si la poesía o la formalizaciones matematizadas, sino empezar a operar
concretamente con cada una de las formalizaciones matematizadas
desarrolladas por Lacan y empezar a ver si nos aproximan a cierta versión de
los conceptos y la clínica psicoanalítica y a qué forma de conceptos y de clínica
psicoanalítica nos aproximan y cuál sería la aproximación por la vía del goce.
Así que para la próxima vamos a empezar a trabajar La Carta Robada, sólo la
parte la matematizada, las cuatro páginas de + -; 1,2,3; alfa, beta, gama, delta y
ceros y unos. Eso es lo que vamos a trabajar desde la próxima.
6
Por problemas técnicos, no se grabaron los primeros segundos de apertura de esta clase.
Observen un ejemplo, a ver cómo vemos este problema: recibo una publicidad
por internet, de una actividad que se llama “Psicoanálisis con niños y
adolescentes”, subtítulo: “La pulsión y sus enlaces”. Es de una afamada
institución psicoanalítica, y las docentes del curso son afamadas psicoanalistas
de nuestro medio. Ponen una cita de Lacan que comienza con puntos
suspensivos y termina con punto de final de párrafo. La cita dice así:
“...basta haber analizado niños, para conocer ese elemento que confiere peso
clínico a cada uno de los casos con que tratamos. Ese elemento es la pulsión.”
Jacques Lacan.
“...basta haber analizado niños, para conocer ese elemento –ese elemento
único- que confiere peso clínico –dicho así, es todo el peso clínico- a cada uno
de los casos con que tratamos. Ese elemento es la pulsión.”
“...basta haber analizado niños, para conocer ese elemento que confiere peso
clínico a cada uno de los casos con que tratamos. Ese elemento es la pulsión.”
-o sea, que la cita, hasta ahí, es sic, literal. Pero sigue, porque no era punto y
aparte, interrumpieron un punto y seguido. Miren cómo sigue:
“¿Real o verdadero? Todo sucede a este nivel tentativo, como si los dos
términos fueran sinónimos. Lo horroroso es que no lo son por todas partes. Lo
verdadero es lo que se cree tal, la fe, incluso la fe religiosa, he ahí lo
verdadero. No tiene nada que ver con lo real. El psicoanálisis, es preciso
decirlo, gira en el mismo círculo...
el de la fe religiosa, eh?
Hay que leerlo dos veces para tomar las categorías, pero observen ustedes
cuál es para un historiador -de los de suma actualidad, que presenta el
problema de la historiografía moderna del tiempo presente- el problema de que
la estructura que tiene el presente, lógicamente hablando, no es más que la de
un presente que se disuelve en el pasado y en el futuro, y otro presente que se
disuelve en el pasado de ese pasado y en el futuro de ese futuro. Me parece
que es muy próximo a cierta manera de trabajar y conceptualizar el tiempo en
psicoanálisis... salvo que no se suponga que trabajamos con un nuevo
realismo, ni que trabajamos con una dimensión de goce, ni que trabajamos por
fuera de la historia. De hecho les propongo, es el tema que David Szyniak va
a trabajar cuando llegue el momento de su exposición, que es el nudo
borromeo; me parece que una de las grandes desventajas del nudo borromeo
es que parece que puede dar cuenta de la cosa en tiempo presente. O sea,
me parece que vela una posible lectura tensada en la historia. Parecería que
dice de la cosa tal como la cosa se manifiesta, sin requerir la dimensión
temporal.
Les leo una cita sumamente interesante del libro de Paul Ricoeur Freud: una
interpretación de la cultura, se los recomiendo, de los que yo conozco es uno
de los estudios más detallados, más serios, más cuidadosos que se han hecho
de la obra de Freud. De hecho, Ricoeur tradujo todos los textos del alemán al
francés, directamente él, para hacer ese libro. Ya va en su 13ª. edición.
Lo primero que les quería proponer es que todo el libro, como interpretación de
la cultura, o sea, tomando a Freud como una de las versiones para interpretar
la cultura, que es el propósito del trabajo de Ricoeur; todo el libro está
destinado a proponer que el psicoanálisis es una anti-fenomenología. Todo el
libro, pero el último capitulo, que son 100 páginas, directamente es el título del
capítulo, más aún en todo el libro, Ricoeur trabaja la idea de que el
psicoanálisis es una epojé invertida. Interesantísimo. Creo que tranquilamente
se podría hacer un Ricoeur contra Miller. Porque son dos autores que han
publicado justo en sentido contrario. Leen el mismo fenómeno, pero en sentido
contrario, si bien uno sobre Freud y el otro sobre Lacan, pero podríamos decir
que ambos trabajan sobre el psicoanálisis, entonces podríamos trabajar si el
psicoanálisis es una fenomenología o una anti-fenomenología.
El otro gran tema del libro de Ricoeur que me parece importantísimo es que él
propone es que toda la obra de Freud está escindida, desde su comienzo hasta
su final, en dos grandes carriles, que Ricoeur los llama la hermenéutica y la
energética. Para la hermenéutica, solamente dice que Freud se caracteriza
por haber hecho la introducción en la interpretación de los fenómenos humanos
que termina en una interpretación de la cultura, en lo que Ricoeur llama “el
sentido del sentido”. Eso sería la hermenéutica, que el psicoanálisis trabaja el
sentido del sentido. Por ejemplo, con el otro sentido que tendría el sentido del
síntoma; el otro sentido que tendría el sentido de la neurosis; el otro sentido
que tendría el sentido del sueño. Pero que por otro lado, lo que caracteriza a
toda la producción freudiana es una energética, y el problema que se plantea
Ricoeur es el de si son articulables, si es posible articular una hermenéutica y
una energética. Es francamente interesantísimo. De hecho, me parece que
eso podría ser algo así como el subtítulo de este curso, leído a partir de mi
propuesta de la vez pasada, o sea, desde el ’53 hasta el ’80 lo que caracteriza
la enseñanza de Lacan es el instrumento matematizado; pero hay en el
psicoanálisis lacaniano un abandono radical del instrumento matematizado.
¿Cuál puede ser el problema? El problema puede ser este: que haya un
choque entre dos modalidades fundamentales de entender el psicoanálisis.
Que quizás no sean compatibles, aunque a nosotros nos encantaría que fueran
compatibles: un poco y un poco, 50 y 50, un poco de hermenéutica y un poco
de energética. Pero quizás no, quizás no sea posible articular -en una única
posición psicoanalítica- hermenéutica y energética.
A.E.: sí, está ese, está el árabe, el chino y Pascal, son los cuatro autores que
se asignan a este triángulo.
Lacan va a llamar a esto, máquina. Hoy vamos a trabajar eso, si esto puede ser
considerado máquina:
Triángulo de Pascal:
0 1
1 1 1
2 1 2 1
3 1 3 3 1
4 1 4 6 4 1
5 1 5 10 10 5 1
Estoy por publicar un curso en internet que se llama “Los nombres del padre” y
en la última clase de ese curso que era de posgrado, critiqué el artículo de J.-A.
Miller “El Seminario inexistente”. Y se lo di a la persona que me hace el editing,
la corrección de los textos, y le pregunté especialmente qué le parecía la última
clase, y esta persona, que se dedica a la edición de libros de psicoanálisis, me
dijo: “me parece que criticás mucho a Miller”. Tengo la impresión de que es
muy difícil argumentar en psicoanálisis, en realidad me parece que en todas las
ciencias sociales –si es que existen- me parece que es muy difícil de
argumentar, porque como no tenemos un contraste material que sea de base
de nuestra argumentación, me parece que no hay otra forma de argumentar
que no sea en oposición a otra argumentación. Me parece que todas las
disciplinas que se caracterizan por este conjunto tan difícil de armar de ciencias
del hombre, ciencias de la cultura, ciencias conjeturales, como propuso
llamarlas Lacan... a mí me gusta llamarlas ciencias de la interpretación; en
todas estas disciplinas mi impresión es que no hay forma de sostener el
argumento, de apoyarlo -en el sentido en el que Lacan propone leer lo
anaclítico de Freud, es decir, apoyado en contra. Se leyó lo anaclítico en Freud
como apoyado sobre o apoyado encima, pero hay otra forma de pensar lo
apoyado y es apoyado contra, como si dos personas se apoyaran una contra la
otra. Y por otra parte, mi impresión es que quizás Lacan no tuvo necesidad de
criticar tanto a los psicoanalistas post-freudianos por la desviación post-
freudiana, sino que quizás haya sido la forma de argumentar, quizás los criticó
porque es la forma de argumentar en psicoanálisis. Porque si no, lo otro sería
poder sostener que existe una fenomenología. Nosotros tenemos que hacer
así: él dice que e síntoma es así, pero podría ser asá. ¿Por qué? Porque no
sabemos qué es el síntoma. Salvo que haya algo que sea “el síntoma”. Pero
si hay algo que es el síntoma, tenemos fenomenología y tenemos un realismo,
y me parece que tenemos la desventaja de que toda la teoría psicoanalítica se
nos cae para el otro lado.
Obviamente, sabrán que toda esta introducción fue porque lo voy a criticar a
Miller. Tengo un buscador, un CD maravilloso de Freud y otro de Lacan, son
herramientas de trabajo maravillosas, se los recomiendo, son muy buenos.
Por ejemplo, se puede buscar una palabra, está todo dividido en clases de
seminarios o en capítulos de escritos, salvo que sea un escrito muy cortito que
aparece como si fuera una clase. Están todas las conferencias, artículos
inéditos, seminarios, todo. Busqué “energía”, y el CD es tan bueno que te
permite ordenar la serie de los hallazgos, de año, de menor a mayor, de mayor
a menor, y también por la cantidad de apariciones de menor a mayor; o sea,
puede ordenar de mayor a menor aparición. Aparecieron tres clases del
Seminario 2 con 19, 14 y 13 apariciones; después apareció la cuarta pregunta
de Radiofonía y Televisión con 10 apariciones, y luego otras con 3, 2 y 1
apariciones. Está claro, no? Que el tema de esas tres clases del Seminario 2
es la energía. En realidad son dos clases del Seminario 2 y la conferencia que
está en ese Seminario. Son la clase 6, “Freud, Hegel y la máquina”; la 9,
“Juego de escrituras” y la conferencia “Psicoanálisis y cibernética”.
Habrán visto que Miller pone titulitos arriba de cada clase... en ninguno puso
“energía”.
Me desvío un poco: ¿les presenté la vez pasada el libro de Harold Bloom? Se
llama Jesús y Yahvé, los nombres divinos, es un libro maravilloso, que pone a
Harold Bloom en una posición en Occidente iningualable, quizás George
Steiner sea alguien que tenga ese nivel de lectura. Bloom asume la posición
de crítico literiario, o sea, analiza y critica textos. No le interesa si afecta o no
afecta a la gente. Es el libro más valiente que leí en los últimos veinte años.
Es americano, y no sé cómo se animó a decir lo que dice de los americanos,
debe ser porque calculó que no lo iban a leer, porque es increíble el
diagnóstico de la religiosidad de los americanos hoy en día a través de los
mormones, es interesantísimo. Una de las cosas que explica es que una de las
más grandes maniobras realizadas por el Cristianismo fue haber hecho del
Tanakh –en el schule lo escribíamos en hebreo, que transliterado se escribe
así: tanaj- es una sigla que significa cómo se agrupan los libros que el
Cristianismo transformó en Antiguo Testamento. Harold Bloom dice que una
de las maniobras más maravillosas y perniciosas que hizo el Cristianismo fue
convertir al Tanaj en Antiguo Testamento. Ahora yo lo llamo Tanaj, porque
después de lo que dice Bloom, me di cuenta de que tampoco corresponde
llamarlo La Biblia.
Les cito un poco de cada clase para que vean la posición de Lacan respecto de
la energía. Seminario 2, Clase 6 del 12-09-55, “Freud, Hegel y la máquina”.
Recuerden que todas estas clases del Seminario 2 están en torno del análisis
de Más allá del principio del placer. Y es claro que el principio del placer, en lo
que podría ser llamada una pirámide aristotélica, el principio del placer para
Aristóteles –entendido como Soberano Bien- se consideraba como aquello que
regía en última instancia a todo el movimiento humano. Todo lo que hacemos,
es en búsqueda del placer. Cuando Freud escribe Más allá del principio del
placer, a mí me parece que hay que leerlo a la luz de Más allá del bien y del
mal de Nietzsche, no está queriendo decir –así como Nietzsche con la voluntad
de poder- que tenemos bien y tenemos mal y que la voluntad de poder está
más allá. Lo que Nietzsche propone es que para su momento histórico, la
voluntad de poder está más allá del bien y del mal en el sentido de que lo de
arriba determina a lo de abajo, como Lacan escribe significante y significado.
Me parece que en Más allá del principio del placer, Freud no escribe el más allá
a un costado... sino arriba de todo. Es decir, la pulsión de muerte pasa a ser el
determinante último de toda conducta humana, el motivo último explicativo de
todos nuestros actos, etc. ¿Correcto? Entonces, lo que Lacan está trabajando
aquí, y es por eso que se trata del problema de la energía, lo que está
trabajando es la pulsión de muerte desde la perspectiva de Más allá del
principio del placer, y estamos trabajando cuál es en psicoanálisis el principio
explicativo último. El principio último no es el Soberano Bien, no buscamos
nuestro bien, porque lo que rige nuestras acciones es la pulsión de muerte.
Estamos discutiendo eso, ¿de acuerdo? Es importante que nosotros
trabajemos estas clases del Seminario 2 en el contexto de la polémica en la
que inscribo a este curso, pero además no pierdan de vista que La Carta
Robada, que es la máxima matematización desarrollada por Lacan y que él
decidió que fuera el primer escrito de los Escritos, o sea, que la obertura...
vieron que la obertura en una música no es necesariamente lo que se toca
primero, sino que la obertura es aquello que toma cierto conjunto de compases
que tiende a ser como una presentación de la obra en general. La obertura de
esta recopilación es La Carta Robada, y La Carta Robada es interesante para
discutir el último Lacan. No sé si alguna vez revisaron el índice de los Escritos
de Lacan... el índice de los Escritos está ordenado por grupos. Esos grupos
no son por fecha, o sea, Lacan no pone primero lo primero ni segundo lo
segundo, es decir, Lacan no pone al último Lacan como último Lacan, o sea
eso no es una maniobra lacaniana en el único libro que Lacan publica además
de sus tesis de doctorado. Lacan escribe como segundo la introducción y
primero escribe la obertura. En la obertura esta La Carta Robada. En La Carta
Robada, tenemos el texto del ’56, la introducción, un texto del ’66 y el texto del
’56. ¿No es un monstruo? O sea, que está atacada la secuencia 1, 2, 3, 4, 5
doblemente. Porque no es que solamente no respeta la secuencia... sería
interesante que alguna vez hiciéramos el trabajo de ver por qué Lacan agrupó
los trabajos así y por qué les pone el título que les pone a ese agrupamiento,
que lo hace mediante un escrito que redacta en 1966, Del sujeto por fin
cuestionado, etc. con lo cual, observen que La Carta Robada está en este
seminario, y lo que estamos trabajando es justamente cómo entender el motor
último de las acciones al menos en el sentido del motor último de las acciones
comprendidas en la neurosis, y cómo es que nosotros somos capaces de
intervenir sobre eso y modificarlo, que también la forma de concebir la
modificación es muy peculiar... por ejemplo: Lacan es uno de los pocos
autores que introduce fuertemente la noción de que eso tiene cura. La
dirección de la cura y los principios de su poder. Es uno de los primeros
autores en psicoanálisis que se anima a introducir la noción de cura. Siendo
que ahora, el psicoanálisis lacaniano nos propone que hay que amigarse con el
malestar, no se lo puede curar. Vean entonces que hasta esas mismas
concepciones varían muchísimo, entre los años y entre los autores, entre
Lacan y los lacanianos, por ejemplo.
“Algunos quizá conserven cierta huella mnémica del punto en que los dejé al
final de nuestra última reunión,...
“Algunos quizá conserven cierta huella mnémica del punto en que los dejé al
final de nuestra última reunión, a saber, la Wiederholungszwang, que
traduciremos como compulsión de repetición más bien que por automatismo de
repetición.
De hecho, hay ahí un trabajo para hacer, que podemos enfocarlo ahí ¿por qué
se repite? Y podríamos poner por un lado: porque hay una compulsión a
repetir, sería una pulsión que empuja a repetir; o porque hay cierto automático
que funciona y repite. Las dos son expresiones de Freud: automatismo de
repetición y compulsión de repetición, las dos son expresiones de Freud, y
Freud dice que prefiere compulsión. Ahora hay que ver si es lo mismo decir
que es la pulsión lo que hace repetir, o que existe algo así como una máquina
que automáticamente produce circuitos en forma de bucle.
Dice Lacan:
Escuchen esto:
“...El instinto de muerte...
No crean que Lacan siempre trabajó con pulsión, al principio trabajaba con
instinto, toda la comunidad analítica trabajaba con instinto, recién después
pasa a trabajar con pulsión. Escuchen:
----cambio de cassette----
O sea, el cuerpo funciona como un reloj. Es una vieja metáfora la del cuerpo
entendido como una máquina, pero no pierdan de vista que una de las
primeras máquinas que simbolizan lo que para nosotros es máquina hoy, es el
reloj. El primer reloj más o menos decente es de 1650 y pico.
“La energía –lo hice notar la vez pasada- es una noción que no pudo aparecer
sino a partir del momento en que hay máquina”.
“Si sabemos revelar el sentido de este mito energético, veremos aparecer algo
que desde el origen y sin que se lo comprenda, estaba implicado en la
metáfora del cuerpo humano como máquina.
Con lo cual, un problema que podemos llegar a tener es que quizás se nos hizo
obligatorio un mito energético porque trabajamos con un individuo. Quizás en
una lógica interhumana, ya no sea tan necesario apoyarnos en un mito
energético. De hecho, me parece que no nos apoyamos tanto...
7
Seminario 2, pág. 120 (Paidós)
“...En efecto, se trata siempre de un esquema del campo analítico. Al
comienzo, Freud lo llama aparato psíquico,...
“Como filósofos, deben ustedes saber que el ser y el objeto no son en absoluto
la misma cosa. Desde el punto de vista científico, al ser, desde luego, no
podemos aprehenderlo, ya que no es de orden científico. Pero el psicoanálisis
constituye sin embargo, una experiencia que muestra, por así decir, su punto
de fuga. Subraya que el hombre no es un objeto, sino un ser realizándose,
algo metafísico.”
8
Seminario 2, pág. 163 (Paidós)
“Después de haber considerado este fundamento de la exactitud de las
ciencias exactas, es decir, el instrumento, quizá podemos preguntar alguna otra
cosa, a saber: ¿qué son estos lugares? Dicho de otro modo, interesémonos
por los lugares en cuanto vacíos.
Por habernos planteado esta pregunta comenzó a nacer, correlativamente al
nacimiento de las ciencias exactas, un cálculo que se ha comprendido más mal
que bien, el cálculo de probabilidades aparece por vez primera bajo una forma
auténticamente científica, con el tratado de Pascal sobre el triángulo aritmético,
en 1654, y se presenta como el cálculo no del azar sino de las probabilidades,
del encuentro en sí mismo.”
“Todo lo que hasta entonces había sido ciencia de los números pasa a ser
ciencia combinatoria.”9
9
Seminario 2, pág. 443 (Paidós)
10
Idem, pág. 444
Este es un circuito que está cortado (con la puerta abierta), y si se cierra la
puerta, se abre. Cuando se cierra la puerta, se abre el circuito. Esto quiere
decir que si la puerta se abre, la energía no pasa, el estímulo no pasa, el
mensaje no pasa. Entonces cuando se abre, se cierra; y cuando se cierra, se
abre. Les advierto que me parece que es muy importante no olvidarse que es
esta concepción de puerta cuando en “Posición del inconsciente” Lacan trabaja
al inconsciente como el “ábrete Sésamo” y hace un trabajo muy fuerte sobre la
puerta, y ahí es donde dice que el inconsciente cuando se abre, se cierra y
cuando se cierra, se abre. Todo puede estar queriendo decir no se trata de la
secuencia temporal lineal, como se entendió... siempre en esta facultad se
entendió que “cuando el inconsciente se abre, se cierra”, cuando se les enseña
eso a los alumnos se les dice “claro, cuando el inconsciente se abre, se cierra;
porque cuando el inconsciente se abre viene el lapsus, y después se cierra
cuando uno dice que no era eso lo que quería decir, ahí se cerró”, como si
fuera una bolsa donde se guardan cosas, el guardia se distrajo, salió algo y
luego se cerró.
Pero no tiene nada que ver con la secuencia temporal lineal. Cuando el
inconsciente se abre, es cuando se cierra el bucle S1, S2. Eso es lo que está
trabajando Lacan, y dice que el símbolo más importante a trabajar es la puerta.
Me parece que es una advertencia muy interesante, porque para cualquier
psicoanalista lacaniano la puerta es real, no es un símbolo. Y lo argumentaría
así: si vos vas caminando y te das un cocazo contra la puerta y te queda un
moretón, evidentemente... la puerta es real.
Un trabajo muy importante que vamos a poder hacer con La Carta Robada es
que vamos a inscribir en la cadena significante simbólico, imaginario y real. Al
inscribir en la cadena significante simbólico, imaginario y real, vamos a
deshacer la posible lectura que hace que lo imaginario sean imágenes, lo real
sean objetos y que lo simbólico sean significantes. Vamos a trabajar en una
misma cadena significante pero en el sentido en que propone este historiador
que les cité, o sea, en los estratos del tiempo, vamos a trabajar en esa
dirección pero justamente pensando que “puerta” perfectamente podría ser un
símbolo, y Lacan propone que es el símbolo fundamental.
f(S) 1
s
O sea, para que haya objeto a hace falta que haya orden simbólico. No hay
falta sin orden simbólico, con lo cual esa es la lógica mínima que siempre
deberíamos tomar en cuenta para la privación: no hay privación sin que se
suponga la existencia de un orden simbólico funcionando antes. No sé si a
ustedes el Seminario 16 les resulta satisfactorio, o sea, no es el primer Lacan,
no se olviden que privación, frustración y castración es del Seminario 4, acá
estamos en el 16... Entonces, para que haya falta, tiene que estar instituido un
orden simbólico. Ahora veamos qué hace falta para que podamos decir que
esté instituido un orden simbólico.
Y pone el número 1.
11
traducido directamente de la versión del Seminario 16 establecido en francés.
“Seguramente el 1 no es simple, y todo el progreso ha consistido en darse
cuenta de que él funciona como 1 numérico, o sea, que él engendra una
infinidad de sucesores a condición de que haya el 0. Así, para obtener la
ejemplificación de lo simbólico por los sistemas actualmente mejor
establecidos. Este conteo, a cualquier nivel de la estructura que nosotros lo
coloquemos en lo simbólico, tiene sus efectos en lo imaginario, que nosotros
hemos evocado todo el tiempo, como ese orden por lo cual lo real del
organismo, es decir, un real totalmente situado, se completa de un Umwelt.
de un mundo circundante.
“Lo que se ordena en mi discurso, es decir, y es para lo que serviría poner esta
fórmula a prueba, es que el conteo tiene como efecto hacer aparecer en el nivel
de lo imaginario lo que se llama objeto a.
es por el conteo que a nivel de lo imaginario, o sea, a nivel del cuerpo, es que
aparece algo de la índole de la falta como objeto a. El tema de esta clase del
Seminario 16 es el narcisismo, cómo entender el narcisismo.
Lo que escribe Miller en esta clase que acaba de salir en francés, es esto:
1
¬
r (S) 1
(I) el objeto a
i (a)
que me parece que sigue mucho mejor al texto de Lacan. Estoy convencido de
que Miller... lo que pasa es que todavía no descubrí qué va a pasar dentro de 5
años con esto, porque no hay nada que Miller haga de estas cosas que no las
haga para decir dentro de 5 años, que Lacan las dijo.
Entonces, Lacan propone que podríamos concebir una relación entre real e
imaginario, que hasta produzca cierta relación del cuerpo con el mundo
circundante. Recuerden que para Lacan desde el Seminario 1, la relación del
cuerpo animal con el medio circundante es la de la proyección de la imagen
corporal al medio, cuando Lacan habla de los dos narcisismos. Pero Lacan
dice que habría que –para considerar el narcisismo humano- incorporar el
orden simbólico. Y al orden simbólico, Lacan lo caracteriza por el 1. Es porque
el orden simbólico opera, que hay objeto a. Pero el orden simbólico queda
representado por el 1. Entiendan que no estoy haciendo una aplicación de
matemáticas al psicoanálisis.
D.S.: en el orden.
E.L.: me parece que la confusión viene porque no contamos 0,1,2; sino entre
llaves el vacío...
A.E.: pero Frege no trabaja con teoría de conjuntos...
A.E.: no, son dos argumentos distintos. Uno es la teoría de conjuntos, y otro
es los fundamentos de la aritmética de Frege. En los fundamentos de
aritmética de Frege, Frege no trabaja con la teoría de conjuntos. Son dos
argumentos: Frege y Cantor.
¿Qué idea estoy proponiendo leer? Que quizás Lacan trabajó con algo distinto
a el cuerpo como fundamento, como sustancia gozante. Quizás haya otro
Lacan. No digo que la expresión “sustancia gozante” no se encuentre en el
buscador. Igualmente, si aparece en el buscador, no sabemos si la puso Lacan
o la puso Miller. Porque siempre... traduttore-tradittore, no es que esté
criticando a Miller, siempre el que establece un texto, establece un texto, de
hecho hasta que Miller no estableció el texto no teníamos los seminarios... Si
tenemos los seminarios es gracias a que Miller los estableció. Pero estableció.
Entonces, “sustancia gozante” tal vez lo haya dicho Lacan como no, tal vez
haya dicho “sus, ansia, goz y ante”, no sé, justo Lacan, que tiene 700
neologismos! Habrá que leer el contexto y discutir bien la problemática.
Entonces, puede tratarse de que en la base de nuestra clínica esté la sustancia
gozante. ¿Quieren que les diga algo? Es lo más fácil de entender. Todos
nuestros pacientes hoy vienen con esa idea: de que algo proviene del cuerpo y
que eso que les proviene del cuerpo los está atareando en demasía. Y es por
eso que siempre se preguntan si tienen que ir del psicólogo o tomar una
pastilla. Porque si proviene del cuerpo podría atacarse directamente en el
cuerpo. Esta versión reina en nuestra cultura. Hoy la competencia del
psicoanalista no es el pobre psiquiatra sino el neurocientífico, que está diciendo
que todo provienen de las neuronas. Y todo libro de neurociencias parte del
“Proyecto de psicología para neurólogos” de Freud. Todos parten de Freud,
les encanta partir de Freud y dicen que los psicoanalistas se desviaron, porque
Freud ya sabía que todo lo que sucede proviene del cerebro. ¿Viene del
cerebro? Todo lo que nos viene, en condición particular, singular si quieren
exagerar, ¿nos viene del cerebro? ¿viene del cuerpo?
Podría ser que viniese de lugares vacíos asustanciales, solamente
conceptualmente existentes.
----cambio de cassette----
y han logrado que los gorilas hablen medianamente, ninguno pasó del uso de
20 palabras. Jamás ningún gorila, chimpancé u orangután logró usar más de 20
palabras. Usaron palabras, pero jamás lograron sumar ni restar. Jamás han
podido operar con el número. Habrá que ver si nosotros no deberíamos torcer
nuestra forma típica de entender al orden simbólico como un sistema de
lenguaje –y entendido lenguaje como una batería de palabras- cuando quizás
podría ser que el núcleo más simbólico de lo simbólico sea el número, no la
palabra. Con lo cual la introducción de lo matemático en psicoanálisis esté
referido a cierta forma de concebir al orden simbólico. De hecho, el elemento
en el sentido de aquello indivisible, como diría Lacan en Instancia de la letra...
“el elemento diferencial último” del orden simbólico no es la letra sino el rasgo
unario, que Lacan saca entre gallos y medianoches de Psicología de las masas
y análisis del yo, de esa parte imposible de entender que es esa incorporación
de un rasgo paterno, por cada uno de nosotros, antes de la primera relación de
objeto con la madre. Es ese punto super-conflictivo de Freud e incomprensible
en la misma lógica freudiana.
Ahora, otro libro, este es de una loca, es distinto. Se llama Marija Gimbutas, El
lenguaje de la diosa, es un delirio. Esta mujer se dedicó toda la vida a estudiar
la historia de la Europa central pre-indoeuropea. O sea, antes de la entrada de
las lenguas indoeuropeas, que ella supone que provienen desde la India hacia
Europa. Y trabajó los yacimientos arqueológicos más antiguos que se localizan
en Europa. De hecho les pasé una fotocopia de la página 19 donde está la
representación de ese supuesto hueso que vió Lacan en el museo. Es un
grabado sobre costilla de reno, yacimiento de Cromagnon, datado hace 30.000,
es de lo más antiguo que hay, de verdad. Observen que es una figura
antropomorfa. Ven que en la panza tiene emes, “m”. Bueno, vayan a la página
13 donde están los sellos. 6200 antes de Cristo, se han encontrado cientos.
Las figuras están de base y de perfil para que se vea que son sellos de verdad,
destinados a sellar. A diferencia de lo que podrían ser moneditas de cerámica.
Vean que tienen distintos tipos de dibujos. En la introducción, dice:
A.E.: sí, de ahí los grande saltos: hay 1, 2, múltiple; 1,2,3, y múltiple; 1,2,3,4, y
múltiple. O sea, casi todos los sistemas antiquísimos de numeración tienen
este rango. Pero observen que jamás puede existir y es especialmente
importante que no lo perdamos de vista, que el origen de lo que nosotros
concebimos como orden simbólico es el número. Segundo: que el número, más
que ninguna otra letra, requiere de otro elemento para existir como tal.
Para terminar: observen que finalmente, en la escritura de Lacan,
efectivamente no existe significante si no es en relación a otro significante.
Pero observen que para Lacan es indistinto cuáles son los significantes en
juego. Es por eso que es importantísimo que no pierdan de vista que no es un
par ordenado. “S1, S2” no es un par ordenado. Justamente, porque nosotros
somos capaces de establecer que son dos significantes distintos, que “mi padre
es mi padre”, o “mi padre no es mi padre”. El avaro que mete la mano en la
zanja para sacar una monedita de 1 centavo, dice “un centavo es un centavo”.
Es una frase plena de sentido para nosotros . ¿Y cómo puede ser que sea una
frase plena de sentido? Porque son el mismo elemento colocado en 2 lugares,
que son lugares vacíos. Lo que caracteriza al significante es esta función. Y
hasta puede ser el mismo significante, pero nosotros concibiendo dos lugares
vacíos y numerados, ya es otro significante.
S1 S2 no es un par ordenado.
Más aún: puede operar como significante un gesto. Un apretón de manos, una
lágrima. ¿Por qué puede ser significante un llanto? Una caricia en la espalda.
Porque podría significar “me perdonó”. ¿Cómo puede ser? Porque vino al
lugar vacío ( 2) llamado por lo que ocupó el primer lugar vacío ( 1)
que fue “¿qué pasará en nuestro próximo encuentro, después de todo lo que
nos insultamos?” Si me da la palmadita en la espalda, es porque me perdonó.
Es lo que está en juego en la fórmula:
f(S) 1
s
Hoy voy a trabajar ya con La Carta Robada, pero quería anticipar otra
perspectiva del mismo problema: de las relaciones entre la matemáticas y lo
que nosotros consideramos orden simbólico a partir de Lacan. Y les diría que
si podríamos considerar que el primer argumento –el de la vez pasada- fue al
nivel de la estructura; éste podría ser cómo la estructura se articula con la
historia, o sea, sería la perspectiva más histórica. Por ejemplo: desde el
comienzo mismo de la enseñanza de Lacan, 1953 al menos, si Uds. revisan las
preguntas del público en todos los primeros seminarios –hasta el 11 inclusive-
van a ver que la pregunta más recurrente es ¿qué es lo real?. No hay
prácticamente preguntas acerca de qué es lo simbólico o qué es lo imaginario.
Mi impresión es que cuando nosotros tenemos esa inquietud, me parece que
siempre conviene identificarse un poco con aquello que uno va a comentar,
suponiendo que uno también podría tener esa misma pregunta: pero entonces,
¿qué es lo real? Mi impresión es que la trascendencia de la pregunta por lo
real incluye también –no voy a trabajar sobre ello- pero incluye también
inexorablemente la pregunta por lo verdadero. O sea, hay un valor para
nosotros de lo real que es lo verdadero. Lo que les podría decir en cualquier
discusión mediante un: “pero es real”. O podría decirlo también así: “pero es
así”.
Se acordarán los que leyeron Subversión del sujeto... que después de la célula
elemental del grafo –Grafo 1- Lacan dice que el círculo que se arma de s(A) a
A, ese círculo nos impone el problema de la cuadratura del círculo, de la
cuadratura de ese círculo, y agrega que como el orden simbólico es
incompleto, la cuadratura es imposible. Justo es el ejemplo que trabajan estos
autores: la cuadratura del círculo.
“Se proclama que la cuadratura del círculo es imposible. Pero ¿qué significa
imposible en matemática? El primer buque de vapor que cruzó el Atlántico
llevaba entre su cargamento un libro que demostraba que era imposible que un
buque de vapor pudiese cruzar algo menos que el Atlántico. La mayor parte de
los sabios de hace dos generaciones “demostraron” que sería imposible
inventar una máquina voladora más pesada que el aire. El filósofo francés
Auguste Comte demostró que sería siempre imposible para la mente humana
demostrar la constitución química de las estrellas. Sin embargo, poco tiempo
después de hecha esta afirmación, se aplicó el espectroscopio para analizar la
luz proveniente de las estrellas y hoy sabemos más acerca de su composición
química, incluyendo las pertenecientes a las nebulosas más distantes, que lo
que sabemos del contenido de nuestro botiquín. Como ilustración, diremos que
el helio fue descubierto en el Sol antes de ser descubierto en la Tierra.
Las proposiciones acerca de la imposibilidad en matemática son de un carácter
completamente distinto. Un problema en matemática que no puede ser
resuelto en los siglos venideros no siempre es imposible. Imposible en
matemática significa: teóricamente imposible. Y no tiene nada que ver con el
estado actual de nuestros conocimientos. Imposible en matemática caracteriza
la tentativa de demostrar que 7 veces 6 es 43 (a pesar de que las personas que
no están fuertes en aritmética logran a menudo lo imposible). Con las reglas
de la aritmética, 7 veces 6 es 42, así como de acuerdo con las reglas del
ajedrez, un peón debe efectuar por lo menos 5 movimientos antes de que
pueda ser convertido en reina. Donde falta una prueba teórica de que un
problema no puede ser resuelto, es legítimo intentar una solución, no importa
cuan improbable sea la esperanza de buen éxito. Durante siglos, la
construcción de un polígono regular de 17 lados fue correctamente considerada
difícil pero falsamente considerada imposible, por cuanto Gauss, a los 19 años
de edad en 1796, logró hallar una construcción elemental. Por otra parte,
muchos problemas famosos tales como el último teorema de Fermat, han
desafiado toda solución hasta la fecha, a pesar de heroicas investigaciones.
Para determinar si tenemos derecho a decir que la cuadratura del círculo, la
trisección del ángulo, la duplicación del cubo, son imposibles, debemos
encontrar demostraciones lógicas que impliquen un razonamiento puramente
matemático. Una vez que se han aducido dichas pruebas, continuar buscando
una solución equivale a cazar un bípedo de tres pies.”
Dos citas de las varias que hay de las definiciones de Lacan de lo real como lo
imposible –no como lo biológico, ni lo corporal, ni el goce. Se las leo.
Seminario 11, clase 13, que es la clase de desmontaje de la pulsión que vengo
citando. Y la clase 2 del 22-11-73 del Seminario 21, el de los incautos yerran.
La del Seminario 11:
Está bien claro que estamos en un terreno teórico, no? Categoría, fundamento
y concepciones.
Este es un buen consejo para los lacanianos. Andar con mucha prudencia con
todo lo que se presente en forma negativa. La castración, la falta, la ausencia,
la carencia, la hiancia...
“Quisiera simplemente sugerirles que la mejor manera de abordar estas
nociones es no tomarlas por el lado de la negación. Este método nos llevaría
aquí a la pregunta acerca de lo posible, y lo imposible no es forzosamente su
contrario, o sino entonces, como lo opuesto a lo posible es con toda certeza lo
real, tendremos que definir lo real como lo imposible.
“El lenguaje está hecho así: es algo que, por mucho que extremen ustedes su
cifrado, nunca llegará a soltar lo que tiene que ver con el sentido. Porque él
está allí en el lugar del sentido. Porque él está allí en ese lugar. Y lo que hace
que la relación sexual no pueda escribirse es justamente ese agujero allí, que
tapa todo el lenguaje como tal, el acceso del ser hablante a algo que se
presenta efectivamente como un cierto punto que toca lo real. Allí en ese
punto, se justifica que yo defina lo real como lo imposible. Porque allí
justamente no ocurre nunca, es la naturaleza del lenguaje, no ocurre nunca que
la relación sexual pueda inscribirse.
Con lo cual, vean ustedes que Lacan, aún contando con la fórmula de la
relación sexual como imposible, sigue definiendo a lo real como lo imposible, o
sea, nada que tenga que ver con nada de la índole de lo que pudiera ser la
satisfacción o la insatisfacción corporal. Un paso más: en la escisión de 1953
que hace Lacan con algunos pocos psicoanalistas viejos y muchos de los
jóvenes de la Sociedad Francesa de Psicoanálisis, en los documentos que se
publicaron, que fundamentalmente eran sobre la discusión de cómo establecer
un instituto para la formación de candidatos en psicoanálisis, se acuerdan que
el documento que publica Lacan lleva como acápite, arriba, una cita del
documento de su archienemigo que decía que la formación del analista tenía
que ser hecha fundamentalmente con ciencias biológicas, neurofisiología,
¿recuerdan eso? Nosotros hoy tenemos que sin dudas en el lacanismo, en
todas las corrientes, millerianas y anti-millerianas, se coincide en que lo real es
el goce y que el goce es el goce del cuerpo. Para colmo, este real que es el
goce del cuerpo, es Uno.
“Quería decirles que la lógica no puede definirse sino por ser la ciencia de lo
real. Lo molesto es que ella no habla, no parte sino de lo verdadero, pero no
comenzó así de inmediato
y para los que leyeron este seminario, recordarán que ahí Lacan empieza a
hablar de Aristóteles y del Organon, y el gran problema que significa para
Lacan que eso –el tratado de lógica aristotélica, que es el primer gran tratado
de lógica- haya sido llamado Organon. En la clase del 12-02-74 es la primera
vez que Lacan define a la lógica como ciencia de lo real, y les advierto que esa
es una definición de Lacan, no van a encontrar ustedes lógicos que definan a la
lógica como ciencia de lo real. En tal caso, la lógica es la ciencia del correcto
pensamiento, la forma de establecer las leyes del pensamiento, y
especialmente lógica es la ciencia que estudia las leyes del correcto
pensamiento cuando éste pensamiento intenta abordar la verdad. Esa es la
definición de lógica en todo tratado de lógica, pero “ciencia de lo real” es una
definición lacaniana. O sea, olvidarse de esto me parece que es un problema
para todos aquellos que suponen que lo real es el goce, y es el goce del cuerpo
que es Uno. En la clase siguiente, la del 19-02-74, Lacan dice:
o sea, que la ciencia puede operar con lo real como si fuese el inconsciente,
porque la ciencia no requiere de conciencia.
Lo que está diciendo Lacan es que los lógicos no tienen conciencia de lo que
hacen. Porque ellos mismos no dicen que la lógica sea la ciencia de lo real.
Eduardo L.: lo decía por la forclusión del sujeto que hace la ciencia...
A.E.: sabía que estabas hablando de eso, por eso te dije que no. Porque
sobre ese problema también hay dos versiones. En Lacan hay pluralidad de
versiones siempre, reconozcámoslo, la teoría lacaniana es un zafarrancho total,
cualquiera agarra cualquier página y desde ahí hace cualquier cosa; pero hay
una versión muy fuerte en donde Lacan dice que la ciencia forcluye la verdad.
Y hay otro párrafo en donde indirectamente dice que la ciencia forcluye al
sujeto. El problema con este segundo párrafo, que es el más famoso y el que
todo el mundo dice -que la ciencia focluye al sujeto- ¿sabés por qué todo el
mundo lo dice? Porque si la ciencia no se ocupa del sujeto, nosotros sí nos
ocupamos del sujeto, porque no somos la ciencia. Es como Boca-River. Lo
que Lacan dice -y desmiente esta versión- es que hay una teoría matemática
del sujeto, la de Von Neumann sobre la teoría de juegos y el comportamiento
económico. No está en castellano, se llama Theory of games and economic
behavior, de Von Neumann y Morgesten, 1944. Lacan cita esta teoría –la
teoría de juegos- la cita como veinte veces, en la cual hay una teoría científica
del sujeto. Lo que la teoría científica del sujeto –Von Neumann es el de la
bomba atómica, es un grosso, un científico alemán que se fue a EEUU, premio
Nobel, etc. Lo que sí requieren hacer Von Neumann y Morgesten en la teoría
científica del sujeto es excluir el problema de la verdad.
“He insistido en ello con pie de plomo. Es evidente que si la lógica es lo que
digo, la ciencia de lo real y no otra cosa, si justamente lo propio de la lógica
como ciencia de lo real es precisamente de la verdad sólo un lugar vacío, un
valor vacío,
Con lo cual, nos encontramos de vuelta con que esto 12 ya no es chino básico...
es chino básico y es un juego estúpido, si alguno de ustedes se levantase y me
dijese “es un juego estúpido”, yo les diría que tienen razón, en cierta
perspectiva es un juego estúpido, pero en cierta perspectiva de una lectura de
Lacan podría ser lo más accesible que tenemos para acceder a lo real, al
menos a este real definido como imposible, y cuya ciencia es la lógica, en el
sentido de ese momento que yo les marcaba la vez pasada con ese párrafo de
Lacan del pasaje del discurso de las ciencias exactas a ciencias de la
combinatoria, que ya significa operar con letras y con lugares vacíos.
Y de vuelta, les cito como la vez pasada otro párrafo, pero sobre Bull,
“Un lógico (...) dio un paso mucho tiempo después de Aristóteles, fue preciso
esperar a Bull para que en 1853 saliera la investigación sobre las leyes del
pensamiento...
El tema que les propongo como tema reprimido es el que Lacan trabaja y se
llama “las magnitudes negativas de Kant”. En la obra de Lacan está
aproximadamente 15 veces citado, en general no hay autor que haya trabajado
magnitudes negativas, les voy a leer una cita para que ustedes vean cómo se
empieza a armar aquí una problemática muy consistente.
En el Seminario 11, clase XIX, dice Lacan:
12
Se refiere a las series de La Carta Robada
“Será importante para continuación de mi discurso el año próximo mostrar
cómo la experiencia del análisis obliga a buscar una formalización en la que la
mediación entre ese infinito del sujeto y la finitud del deseo, sólo se opera por
la intervención de aquello que Kant, al entrar en la gravitación del pensamiento
llamado filosófico, introdujo con tanta lozanía con el nombre de magnitud
negativa.
Bueno, la última sobre este tema. Dice Lacan en el Seminario 13, clase 3:
“Uno se contenta con esta crítica y con esta referencia, pero yo pienso que falta
ahí algo. Si el número negativo, para atenernos a una de las aporías históricas
que ahora nos parece verdaderamente la más groseramente elemental, ¿quién
se atormenta a propósito de la existencia del número negativo? Y esta
tranquilidad en la que estamos a propósito del número negativo,
para ustedes es claro, no? “¿Como andás? Mal. ¿Cero? ¡Qué cero... –8!!!”
A nadie de nosotros nos rompe la cabeza ese –8...
Un poquito del goce, para que tengan: Seminario 17, clase III.
“En efecto, si el goce está prohibido, queda claro que si entra en juego no es
por un azar primitivo, por una eventualidad, un accidente
En efecto, si el goce está prohibido, queda claro que si entra en juego no es por
un azar primitivo, por una eventualidad, un accidente.
No se trata. El 17 está publicado por Miller, eh? Este es el texto que eligió
Miller.
Quiere decir que para Lacan, la teoría del goce implica la existencia y la
operación de una magnitud negativa, a la cual luego se le articula algo de la
índole del rasgo unario; y porque el rasgo unario se articula a una magnitud
negativa es que el rasgo unario cumple una función y empieza a repetirse. La
versión milleriana –que es la de todos, la de la Escuela Freudiana de Buenos
Aires, la de la Argentina, Convergencia, Lacanoamericanos, todos dicen lo
mismo y dicen que no-, es que el goce es S1 y es el rasgo unario en sí mismo.
Que eso es entrada de goce. Pero no es eso lo que Lacan dice en el
Seminario 17. Lacan dice que primero se debe concebir la operación de una
magnitud negativa, y por la operación de una magnitud negativa es que puede
asociársele a esa magnitud negativa una marca, esa marca empezar a
repetirse, esa repetición a ser contada, -es la segunda vez, es la tercera vez
que me pasa esto- en relación a una magnitud negativa.
Una realidad y su negación: hay y no hay. Después nos vamos a meter con el
“hay del Uno” o “hay de lo Uno”, que es otra que les encanta... vende como Kim
Basinger. Lacan lo dijo tres veces en toda su enseñanza, pero es...
¿No les salta la peluca con esto? Digo: la definición de Lacan de sujeto, una
es lo que un significante representa para otro significante, pero otra que
ustedes conocen ¿no es que la estructura del sujeto se articula a un +1 y a un
–1? La definición de sujeto de Lacan ¿no es la articulación de un +1 y un –1?
- 1 y –1 (articulados)
(-fi)
I(A) (S barrado)
1 0
Cuando comenta esto, dice que una forma de concebir la noción de sujeto con
la que él opera, es un +1 y un –1 articulados. Que para colmo es una
oposición real en términos de Kant.
¿Entienden lo que está diciendo acá? Que si hay 0 por la aplicación de una
magnitud negativa, si hay 0 no es el 0 por la oposición lógica. Este 0 lo que
indica es una contradicción. Es como si dijésemos que una puerta empuja 3
para un lado y otra empuja 3 para el otro. El ejemplo de Kant es si un barco
empuja por hora 3 nudos hacia el norte y el viento empuja 3 nudos hacia el sur:
el barco no se va a mover. +3-3=0
Pero es un estado de conflicto. Me parece que definir al sujeto en una
oposición real con la estructura de conflicto, me parece que es más cercano
Kant a Lacan que Miller.
¿cuál es el dato de real del que partimos? Es decir, en este caso, nada.
13
décimocuarta edición en español, 1988. Siglo XXI
O sea, vamos a tratar de demostrar que el automatismo proviene del
funcionamiento de esta máquina. Máquina entendida como el triángulo de
Pascal, no como el reloj ni la máquina a vapor. Recuerdan el trabajo que
hicimos la vez pasada, por eso yo me explayo tanto en introducir nociones
intermedias, porque si no, se salta a Lacan y no se entiende de qué está
hablando. Entonces vamos a tomar a esto como máquina, máquina causal del
repetición.
Eduardo L.: son las dos cosas, porque sin un cuerpo, la falta en ser no tiene
ningún sentido...
A.E.: ¿por qué lo decís? ¿qué certeza tenés para decir que si la falta en ser no
radica en un cuerpo no tienen ningún sentido? Es sentido común... Hoy este
sentido común reina: nada que le pase a alguien no le pasa si no proviene de
su cuerpo. En alguna medida –te dirá el neurocientífico- no digo todo, pero
algo en alguna neurona tiene que pasar si a esa persona le pasa algo.
E.L.: el lenguaje parasitario del que habla Lacan, es el que parasita un cuerpo.
A.E.: pero ¿quién te dijo que el cuerpo social reposa en los cuerpos
biológicos?
E.L.: no hay cuerpo social sin una biología que lo sustente...
A.E.: es falso. ¿Por qué decís “que lo sustente”? ¿Por qué decís que el
lenguaje se sostiene en los cuerpos biológicos?
A.E.: pero ¿por qué lo decís? No entiendo de dónde sacás esa certeza...
A.E.: ¡pero no, nada que ver! Vos sos hablado permanentemente por el Otro y
ese ser hablado por el Otro hace caso omiso de tu cuerpo, te lo puede hacer
mierda sin siquiera pedirte permiso. Te puede hacer un agujero por acá,
sangrante, una colitis ulcerosa de aquellas, con medio intestino afuera, sin
siquiera pedirte permiso. ¡Y es el Otro! No tiene sustrato en vos, tiene sustrato
en el Otro.
A.E.: ¡Ah! Impacta. Pero ahora pasaste de sustrato a impacto... ¡Claro que
el lenguaje hace mierda los cuerpos! ¡Que levante la mano al que no le duela
la nuca! Claro, por supuesto. Que impacta sí, pero no lo dijiste así, vos lo
dijiste en el sentido de que viene de ahí. No, no viene de ahí: golpea ahí.
A.E.: el cuerpo no es condición de existencia. No, no. ¿Por qué dirías que el
cuerpo es condición de existencia? ¿Por qué podrías decir que el cuerpo es
condición de existencia?
A.E.: ¡yo puedo estar ausente y ustedes estar totalmente determinados por
Alfredo Eidelsztein!
E.L.: la iniciativa viene del Otro, pero impacta y mueve algo que está en el
cuerpo.
“En el comienzo en el que Dios creó el cielo y la tierra, y la tierra estaba vana y
vacía, y las sombras sobre la faz del abismo, y el soplo de Dios cubría la faz de
las aguas, Dios creó la luz y vio que la luz era buena.”
¿Qué creó Dios al comienzo? La luz. Y ustedes tenían hasta recién que Dios
tengo mis delirios, pero eso me parece un delirio de ustedes... suponer que
A.E.: ¿y de dónde viene? ¡No voy a dejar que me engrupan, eh! Sí, me entra
por un lado y me sale por el otro, está perfecto, pero ¿de dónde me quieren
mamá? Si fueras adoptada y tu mamá nunca tuvo, y ese hijo que no tuvo fuera
tu desgracia que te hace una vida melancólica, porque tu mamá nunca pudo
E.L.: no, bueno, es el tema del origen del lenguaje, no tiene sentido.
A.E.: ah!, bueno, pero si no tiene sentido, listo. Díganme algo... No sé por
adicta y drogadicta, porque se cree que todo viene del cuerpo. Entonces,
¿cómo vas a operar con el malestar si éste viene del cuerpo? Cocaína,
joda suponer que todo proviene del cuerpo, porque nos estamos convirtiendo
en sujetos que creen que todo proviene del cuerpo y no hacemos otra cosa
más que operar con el cuerpo!!! ¿Por qué la belleza hoy sólo implica botox,
¡Manzano se operó el culo, se puso culo de plástico! ¿Por qué se puso culo de
plástico? ¡Es increíble! Porque está convencido como vos y como yo, que la
moderno. Ahora David me va a decir cuando volvamos “¿y qué problema hay
con que todo venga del cuerpo?” Es que hace sufrir corporalmente a lo
David S.: pero es proferida en general por seres que tienen un cuerpo.
A.E.: no, no, es falso. Es falso. Falso, falso. Una mujer que se opera 14
veces y encima tiene la mala suerte de que queda mal, y es fea, y se opera
todo el tiempo, y es fea, y es fea, y es fea... Esa fealdad... ¿de dónde viene?
Por ejemplo, hagamos role playing. Yo te consulto a vos. ¿Por qué surgió la
“Mi vida es una mierda, soy una basura, mi vida no tiene sentido, usted es mi
¿De dónde viene mi condición de mierda? ¿De dónde viene? Y que va a hacer
A.E.: ¿qué tiene que ver que vino a hablar? ¿Y cuando vos te mandás una
A.E.: no, no vino no, pero ¡el mensaje estuvo! Es como Freud con Dora,
este curso... No, no, tenemos que discutirlo, si no aclaramos este punto...
Escuchen lo que dijo David: “no hay sin la existencia corporal”. Y recién me
decían que sí cuando leía que es de donde no era que eso viene. Es lo
contrario, eh?
A.E.: las chicas, por favor, dense vuelta... Que no hay sin la existencia
corporal?
D.S.: no...
A.E.: ¿no?
D.S.: es mítico...
A.E.: ¿mítico? ¿Vos sabés la cantidad de personas que murieron por Yahvé?
No me vengan a joder...
Comentario: por Yavhé, Mahoma, los ideales...
A.E.: ¿te gusta más Cristo? Cristo, a ver... ¿Cristo estuvo en el cuerpo de
ese muchacho al que lo colgaron a los 33? ¿O es un producto creado por los
A.E.: aaah, entonces no hace falta el cuerpo de Cristo para que haya Cristo...
A.E.: y ese alguien que lo inventó, ¿están seguros de que sea una persona?
Comentarios inaudibles
A.E.: no. Yo digo que eso habla solo. Lo que estoy diciendo es que eso habla,
que produce efectos terribles sobre el cuerpo, con una lógica estricta, sólo de lo
de aquello de donde proviene. Por ejemplo, una sesión: “lo que dijimos la vez
pasada me hizo tomar otra perspectiva total mi vida y ahora se me para”. Uno
piensa “por fin”, después de 14 años... Pero resulta que es seguro que eso no
se dijo la vez pasada... revisás tus notas de la sesión y no se dijo eso, pero...
ese fenómeno, es que somos los únicos que tenemos la obligación de pensar
que hay mensajes que son dichos desde ningún cuerpo 3D. Hay que tachar
3D, no es que “está también ahí”, no, no, no viene de ahí. Los fenómenos
A.E.: pero... ¿y si tienen sesión los lunes y los viernes y al tipo se le paró el
Comentario: inaudible.
venga del cuerpo. Harold Bloom –y no cualquiera- dice que en EEUU, Dios
está adentro del cuerpo de cada yankee. Todo se incorporó en nuestra cultura.
Pero no en todas las culturas. Hay culturas que no tienen yo, en las que no
hace falta decir “yo”, porque eso habla. Que viene del cuerpo es nuestro
E.L.: yo te quiero aclarar que yo no digo que venga del cuerpo. Lo que yo digo
nos parasita, que nos habita, que nos toma, que es una dimensión que
inserta en un árbol...
E.L.: pero tiene que ver, si es lo humano por excelencia, es lo que nos
pared?
D.S.: ¿dónde es la colitis ulcerosa?
Comentarios inaudibles
A.E.: en Lingüística, la teoría del mensaje está polarizada, ¿cuáles son los dos
tenemos función sujeto, el mensaje ¿de donde sale? Del Otro. Y el Otro, ¿es
A.E.: sí, pero el Otro no es una persona. Supongan que yo doy una
que me dice... (inaudible). Y puede ser que sea cierto, que mi Otro me diga
que soy un mal docente, que mejor me tenga que dedicar a escribir y no a dar
clase, o que siga con el taxi y chau. Este Otro, ¿quién les dice a ustedes que
acá.
Sujeto
a’ A
El sujeto con el que nosotros trabajamos está en este lugar irreal entre nuestro
paciente, que podría ser Dora, la Sra. K, el Sr. K. Dora, como sujeto, no es la
analizante, pero hay sujeto igual. Porque el sujeto no tiene nada que ver con el
cuerpo. Puede ser que un sujeto se manifieste en el agujero del culo de una
persona, y uno le podría decir “¿por qué no escucha eso? ¿Escuchar qué? Lo
que dice su agujero en el culo, sí, eso dice algo. Tal vez se le vaya si usted
hoy las huestes lacanianas sostienen justo lo más contrario a eso: que un
análisis es un acontecimiento del cuerpo, que es algo singular, que es goce del
Uno y que ese goce del Uno proviene del cuerpo y que el orden simbólico no
Para mí eso es lo que dice la sociedad. ¿Y por qué me preocupa lo que diga la
produce mucho sufrimiento. Por ejemplo, hay un autor –David Morris - que
tiene un libro que se llama La cultura del dolor, que tipifica al Occidente
por el dolor crónico. Más aún: dice que en Occidente existe algo así como una
sociales aparece un nuevo apartado “Clínica del dolor”. Pero ¿acaso a mi bobe
¡Miren el punto al que vamos a llegar! Que para lograr cierta paz corporal –
porque creemos que el problema es corporal- nos van a tener que planchar.
A.E.: en ese punto yo no los sigo. Que la nuestra sea una cultura del dolor no
Den vuelta las carteras, a ver cuántas pastillas aparecen. Porque nos duele.
Nos duele mucho, nos duele mucho el cuerpo. O es el dolor de existir, que
seguimos a Miller en esta lectura de Lacan –que está en Lacan, pero yo les
traje otra lectura que también está en Lacan- si lo seguimos, vamos a terminar
para mí es falso pensar que si yo soy tonto, vos sos fea, vos sos mala, vos
llegaste tarde, etc., esas cosas no tienen nada que ver con las neuronas de mi
cerebro. Y habría que ver si tiene que ver con alguna neurona de algún
hoy los chicos adoptados se desesperan por encontrar a sus padres biológicos,
no? Y la pregunta es ¿cómo nos pudo dar? ¿Ustedes creen que la adopción
de qué útero venís. El italiano este que dejó embarazada a una mujer de 63
años... o sea, cuando el chico empiece la primaria ella va a tener 70. ¿Por qué
embarazada a una mujer de 63... ¿Por qué lloran tanto las mujeres inférti les,
en vez de ir corriendo a agarrarse un niño del Norte, que están tirados como si
fueran mazorcas de maíz? ¿Por qué tiene que ser del cuerpo?
Mariano: pero ¿por qué ciertas sustancias calman ese dolor si ese dolor no es
A.E.: vos me decís que los antidepresivos, quitan o anulan los efectos propios
no lo verifico. No conozco un depresivo que por tomar 100, 150, 200 gramos
A.E.: sí, o se les seca la boca. Pero yo no veo que se les vaya la tristeza de
de existir. Sí conozco gente que de manera muy entusiasta prueba por mucho
tiempo ese recurso, pero son como los tipos que van desesperados a
acostarse con una puta, y después terminan mucho más deprimidos de lo que
entraron. Hay mucha gente que va a la búsqueda de esa promesa, pero hay
que ver qué dicen después. Habría que preguntarle a un adicto, esos que
que la verdad es que te vas a sentir un poco mejor. Los psiquiatras de dicen
remedio. ¿Por qué se plancha? ¿Por qué pasamos de Valium 0,50 a Valium
verdadero problema.
E.L.: pero parece que se estabiliza el organismo con una cierta medida, y de
A.E.: pero quizás no era de ahí. ¿Por qué, de qué se estabiliza? Empiezan a
que se llama “Energizer”, parece una pila. Ahora, si vos ves una película de un
mañana?
Comentario: la arenga.
A.E.: claro, la arenga -salvo los generales argentinos que vendían los
qué? Para hacerles más fuertes los cuerpos, para que peleen con más
bravura, para que salgan a cortar cabezas. Y muchas arengas dieron vuelta
las batallas. ¿Dónde está la fuerza del cuerpo? ¿Qué dice Freud? Que los
que los ejércitos que ganan, en iguales condiciones de salud. ¿Qué les pasa a
todas las heridas... de los que ganan se curan todos. Esto lo decía Freud en
1888.
E.L.: yo no digo...
tiene tu cuerpo?
cuerpo para que ni haya contacto visual, que ustedes hagan tanto hincapié en
el cuerpo...
Comentario inaudible
----cambio de cinta----
y termina acá...
cuerpo, en un organismo.
se disuelve todo.
Daniel L.: exactamente, pero cuando tenés ese R3, ahí es cuando decís,
bueno...
tridimensional.
D.L.: (inaudible) ...en estas imposibilidades, en esto que está trabajando solo,
A.E.: o no, o solamente en algo como que si das un examen, siendo el que
más estudió, se sacaste menos nota que tus otros compañeros que estudiaron
menos.
A.E.: no, no es intuitivo. Lo más intuitivo es que viene del cuerpo, que hace
falta un cuerpo y que requiere del cuerpo y somos un cuerpo. Lo más intuitivo
está en ese punto, estamos discutiendo quizás uno de los núcleos de mayor
increíble que haya que discutir con tanta severidad este argumento en
no eran psicoanalistas.
A.E.: Freud, sí, en Freud sí, es la tripa carnal. Para Freud la pulsión es lo que
más descarnado. En Miller peor: el goce es más instinto que en Klein. Para
mí, Miller es ultra-kleiniano. Me parece que hay otra posibilidad, que sólo se
esto escribe el agujero corporal”, entonces sí, si es el agujero corporal sí, si las
tiene que circunscribir para determinar si hubo gol o no, pero no puede encerrar
cilindro y lo pongo en una bañadera de agua celeste, al agujero ¿de quién es?
¿es interno o es externo? ¿qué quiere decir que el agujero sea del cuerpo? Es
A.E.: pero el único agujero que nos interesa a los psicoanalistas es el que no
esa gran duda es la que yo creo que está caracterizando a este momento del
psicoanálisis, porque no hemos discutido bien la energética freudiana. Para
Freud se trata de una máquina que se mueve por un cuerpo que tiene sus
necesidades y las tramita, y esas necesidades son sexuales –el delirio sexual
son sólo un porcentaje. Que tengan problemas sexuales es una cosa, pero
origen sexual? Es un delirio freudiano. Para colmo, para Freud es algo muy
vinculado a los ovarios y los testículos... Me parece que en Lacan –con todo
este intento- se está buscando otra versión, porque esta versión está
trabajamos es que hace falta un cilindro para que haya agujero. Eso es para el
cuerpo, pero nosotros no tenemos nada que ver con ese cilindro. Nosotros
tomamos del agujero aquello que no tiene nada que ver con el cilindro.
psicoanálisis según Freud? Sí. La APA, a mí, no me dejó entrar por ser
los del APA? Sí. ¿Y no dijo Freud que los legos podían ejercer el
psicoanálisis? Sí. ¿Por qué ellos exigían que fueran médicos? Porque creen –
igual que ustedes- que se trata del cilindro. Si no, ¿para qué ser médico?
Todos los institutos de psicoanálisis del mundo exigían que fueran médicos, no
era un delirio argentino. Tenían que ser médicos. ¿Por qué no filósofos o
lacaniana, el goce de lo real, signos del goce... son todos millerianos. Miller es
un político, pero ¿por qué convenció a millones? Porque es lo que dice nuestra
idealismo, tiene que venir del cuerpo. Es falso. Hay una versión que se puede
armar y una clínica que se puede sostener que rechaza esa versión y se arman
en la contraria. El único problema que tengo es que el único que lo dice soy
discuto todos los años con toda la gente que puedo y no pasa nada. Todo el
Ahora, ¿para qué das vuelta a un paciente y lo acostás para que no te mire a
vos? ¿Para qué, además del ritual? ¿Para qué es el diván? Todo el verso de lo
escópico... ¿para qué es? Para disolver las presencias corporales, para
has dicho tú o que lo he dicho yo: eso fue dicho. Pero sin embargo estamos
hubiese dos? La que dice que se trata de un goce corporal, o la otra que dice
que se origina en una magnitud negativa que luego se articula –magnitud
negativa requiere un lenguaje previo- que luego se articula al rasgo unario, que
luego repite. ¿Cuál será de las dos la mejor versión? Yo no lo puedo saber.
Yo tengo mis pacientes, tengo mis lecturas, no lo puedo saber. Pero no estoy
convencido de que la mejor sea la primera, que es la que reina. La del goce
Uno que proviene de lo real del cuerpo. ¿Qué imposible en el cuerpo? ¿Qué
hacer venir del cuerpo? Eso está en Lacan también: hay un Lacan que
Alfredo Eidelsztein: hoy voy a ocupar una parte de la reunión para terminar
de argumentar en torno a lo que se convirtió en una discusión de la vez
pasada. Sobre la reunión pasada, dos cuestiones antes de retomar el
argumento: la primera es que me parece que hay bastante poca práctica –al
menos en mi experiencia en el ámbito de la facultad de psicología y las
reuniones entre psicoanalistas- me parece que hay bastante práctica de
discutir pero en el sentido de seguir discutiendo, o sea, es muy frecuente que
en una reunión sobre un caso clínico donde un analista que propone que se
trata de una psicosis y otro propone que se trata de una neurosis, y
habitualmente –me parece- termina quedando en que bueno, en que no se
puede saber, que hay mucho de la opinión de cada uno, que alguno tomó unos
elementos y otro tomó tales otros, etc. Es muy bien visto en el ámbito
psicoanalítico –porque me parece que es equivalente a madurez- la posición
de “bueno, tú opinas a, yo opino b” como un signo de madurez. Lacan se
divierte mucho tomando los términos y sacándolos de contexto, y entonces dice
“genital”. Saben que el amor genital en las corrientes post-freudianas pre-
lacanianas es el amor que concede al otro lo que hiciese falta para que el otro
también encuentre su satisfacción, esa es la característica del amor genital: un
amor maduro, donde cada uno defiende su parte pero también se presta a que
el otro encuentre lo suyo. Pero mi impresión es que muchas veces, en ese
gesto de cortesía, lo que en realidad se hace es esterilizar la discusión, porque
me parece que lo más interesante de la discusión es seguirla; y no decir
“bueno, uno opina a, otro opina b...” sino seguirla, porque es muy difícil que un
caso sea de neurosis y de psicosis... salvo –también hay soluciones para eso-
que haya un núcleo psicótico en un caso de neurosis –que fue la solución
kleiniana, porque para Klein había núcleos psicóticos y neuróticos en todo el
mundo- pero salvo eso, me parece que es muy importante que nos habituemos
a la discusión que signifique la tensión del argumento y que cada uno se quede
trabajando en la cuestión no solamente de repensar el argumento del otro –que
suele ser lo más difícil- sino en ver si efectivamente terminó de decir lo que
quería decir, si utilizó los mejores ejemplos para dar cuenta de lo que quería
decir, y ver si no se puede sobre eso dar una segunda vuelta –de hecho,
cualquiera que tenga algún recorrido sobre los argumentos topológicos de
Lacan, sabrá que para Lacan la interpretación psicoanalítica -a la altura en que
él empieza a teorizar topológicamente la interpretación como corte, la
interpretación analítica se caracteriza por su falta de efectividad, o sea, que uno
le interpreta al paciente en función del síntoma, pero el síntoma no corta, no
termina, sigue. Y el problema del corte topológico en psicoanálisis es,
efectivamente, cómo algo corta. Y para Lacan, la forma de concebir el corte
topológico, que es útil para pensar la intervención del analista, es el corte que
implica la doble vuelta. No una simple vuelta: es la doble vuelta la que produce
el corte, y me parece que es un argumento muy general, muy de otra disciplina,
pero que nosotros podríamos pensar si efectivamente una interpretación que
por toda la revisión del material que hemos vuelto a hacer, si no produjo su
efecto, si necesariamente se tiene que establecer por ello que la interpretación
fue incorrecta. Quizás lo que falta es la segunda vuelta a esa interpretación.
Es muy interesante pensar en modelos espaciales la cuestión de la segunda
vuelta.
Hoy les traje otro argumento que me parece muy contundente para la discusión
que tuvimos la vez pasada. Me sorprendí, buscando nuevos materiales para
desarrollar ese argumento, al encontrarme con todo un mundo que ahora les
voy a transmitir lo más rápidamente posible. Pero antes de eso les digo que
me parece importante continuar, no por obcecación sino para ver si podemos
hacer más próspera la discusión, no para llegar a un acuerdo necesariamente,
pero al menos para que cada una de las posiciones haya logrado su mejor
forma de expresión, que no necesariamente tiene que ser la primera. De
hecho, observen ustedes que si les parece medianamente coherente una
lógica de la segunda vuelta, de un segundo recorrido, eso podría poner en tela
de juicio la sesión ultra-breve, que trabaja siempre con un tiempo de la índole
de a-b, a-b y corte; muy en la lógica del instante, y que es casi una intervención
de la índole del latiguillo, muy automática.
El argumento que les quería traer para dar mayor cuenta –lo voy a decir de
manera más completa- mi impresión es que el “no es sin el cuerpo”... después
de la charla de la última reunión de este curso, fui a dar una conferencia a un
centro de salud y me sacaron a las patadas. Una de las primeras personas
que saltó enojadísima, recontra-enojadísima, me gritó en la cara “¡pero no es
sin el cuerpo!”. Yo les dije: “no saben lo que me pasó, tuve una reunión de
trabajo hace tres días...” y les cayó re-mal.
“No es sin el cuerpo”: dos cuestiones. Quisiera discutir sobre esto: ¿para todo
vale el “no es sin el cuerpo”? ¿Para todo, vamos siempre a inscribir “no es sin
el cuerpo”? Y segundo: ¿qué política, qué posición ética hay que asumir en
torno al problema del cuerpo en psicoanálisis? Porque mediante una frase tan
neutra, tan linda, tan lacaniana –le dije a esa persona que esa era una frase
lacaniana, y se ofendió de una manera... el “no es sin” es lógica lacaniana-
entonces, una frase tan linda y lacaniana como “no es sin el cuerpo”, es una
frase que para nosotros nos orienta ¿hacia ella o en contra de ella? En
psicoanálisis, al psicoanalista hoy, ¿cómo le conviene localizarse en torno al
malestar en la cultura? ¿A favor de la posición “no es sin el cuerpo”? Por
ejemplo, una persona de ese centro de salud me dijo: “Te voy a dar un
ejemplo: hoy, en este mismo centro de salud, un paciente se levantó de la silla
y me dijo ¿te puedo dar un beso? Y yo le dije que sí. Y me dio un beso.”
No dijo dónde... y agregó: “...y eso es la transferencia.” Ahora, si yo le digo a
mi analista “ayer pensé en vos y pensé en darte un beso” ¿no es
transferencia? ¿Es menos transferencia? ¿Es transferencia de otra índole?
¿Por qué sería más importante en psicoanálisis dar un beso que decir “dar un
beso”?
Lo que yo creí que sería muy oportuno que nosotros discutamos era la teoría
matemática de conjuntos, para discutir entre nosotros conjuntos y elementos.
Un poquito de historia, ahora la conozco muy bien –me di cuenta de que la
conocía mal- me metí de lleno y me encontré con un mundo que no sabía que
existía. Un poco de historia, los nombres son: Cantor, Frege y Dedekin. Tres
famosos matemáticos, de Dedekin deben conocer menos porque no es tan
conocido como los otros dos, pero si son buenos lectores de Lacan lo deberán
conocer porque Lacan lo cita mucho. Todo esto se desarrolla en el último
cuarto del Siglo XIX y primer cuarto del Siglo XX. ¿Por qué pensé en teoría
matemática de conjuntos? Porque en teoría matemática de conjuntos que se
desarrolla en exactamente los mismos años en que se cocina el psicoanálisis,
de 1880 a 1915, no solamente es una teoría a partir de la cual se intentó
refundar toda la argumentación matemática como estructura de argumentación,
toda la justificación matemática, justificarla en términos de teoría matemática
de conjuntos -y que hoy se enseña en todos los colegios y es de difusión
general- sino que además de la simultaneidad de trabajo que hace Freud en
torno al inconsciente, es que empieza a producirse un trabajo en una ciencia
como la ciencia matemática –en torno a la cual pocos seríamos los que
estamos dispuestos a poner en tela de juicio que sea ciencia, no sé por qué
pero hay un prejuicio que dice que todo lo que sea matemático es científico,
eso es un prejuicio, pero es un prejuicio que tenemos- donde se opera con
objetos que no son materiales. O sea, no pierdan de vista que a partir de ahí,
también la argumentación en física empezó a ser con base en teoría
matemática de conjuntos; y que entonces tanto en física como en matemática –
que son las dos disciplinas que consideramos científicas casi automáticamente-
se empieza a trabajar con objetos que son inmateriales. Tanto el conjunto
como el elemento... primero recuerden hechos muy significativos de la teoría
de conjuntos –además de su enorme difusión- es que ni “conjunto”, ni
“elemento”, ni “pertenencia” tienen una buena definición, carecen de definición,
no hay definición matemática para conjunto, elemento y pertenencia. De
hecho, se los consideran elementos lo suficientemente intuitivos que no la
requieren. Pero no pierdan de vista que estas ciencias se fundan sin poder
definir matemáticamente la base misma de la argumentación matemática. Pero
observen que lo que caracteriza fundamentalmente y fue una revolución en la
ciencia occidental –justamente en la época del surgimiento de los inventos y/o
descubrimientos freudianos- es que empieza a ser considerado que se pueda
operar con objetos que son absolutamente inmateriales.
“Dichos autores quieren decir que pueden hacer lo que dicen. Frente a esta
frase se halla otra que repite una y otra vez en los trabajos matemáticos
‘existe’, por ejemplo, alguno dice: ‘existe un número mayor que 2’ o ‘existe un
número menor que y mayor que n-2’. El uso de tal fraseología tiene lugar sin
duda en el credo que Kroeneker consideró insostenible...
Ahora les voy a contar quién es Kroeneker, que consideró a eso un “credo”
insostenible.
...a no ser, como es natural, que la existencia sea demostrada por una
construcción. La existencia no está probada para los conjuntos, como ha sido
definida antes, que aparecen en la teoría de Cantor.”
La polémica es entre formalistas y constructivistas. Si quieren investigar el
tema, hay matemáticos constructivistas –que los nombres más famosos son
Kroeneker y Henri Poincaré- y del lado de los formalistas estarían Frege,
Cantor y Dedekin, tres matemáticos muy famosos pero que a los tres les fue
muy, muy mal: nunca consiguieron titularidades de cátedra, siempre fueron
muy rechazados, siempre se dijo que por tanto rechazo a la teoría de Cantor
éste terminó internado en un psiquiátrico varias veces, terminó psicótico.
A.E.: sí, está bien. Los militares argentinos de la dictadura fueron super-
ignorantes, porque la crítica que se le hace a la teoría de conjuntos es que es
teológica, con lo cual debería haber sido aceptada e impuesta... pero como les
parecía algo nuevo...
A.E.: claro, como asociación ilícita. Bueno, para muchos matemáticos los
conjuntos son asociaciones ilícitas.
Tenemos entonces la matemática constructivista y la matemática formalista.
Hay un libro que Andrea Leiro recomendó el año pasado, se llama Conjuntos e
infinitos, es muy bueno. De Ana Carolina Sartorio, de Eudeba. Muy bueno. Lo
trabaja todo en relación y en función del lenguaje cotidiano. Un trabajo muy
interesante y no es para matemáticos, o sea, se puede leer. Pág. 24:
Siempre hago la misma prueba, hoy es muy fácil: cuando quiero ver cómo se
utiliza por parte de los colegas lacanianos un término, pongo en internet el
término y agarro el primero que viene. “Hay del Uno” es un sintagma que
Lacan utilizó sólo cuatro veces, pero impactó en el ambiente de una manera
soberana, seguramente todos han escuchado el “hay del Uno”. Bueno, el
primero título que apareció en internet es de la revista Acheronta N° 16,
espacio cibernético Psiconet, y el artículo se llama Shoah: nombrar lo imposible
(para una lógica de lo incurable), de Gregorio Bachrach y Juana Lichtensztajn.
Y empieza así:
“Uno, acontecimiento y verdad.
Mientras no sucede nada sino lo que es conforme a las reglas de un estado de
cosas, puede haber conocimientos, saber acumulado, pero no puede haber
verdad. Para que ésta aparezca, es necesario que un acontecimiento rompa
con lo anterior e inaugure un tiempo nuevo. Lo que se necesita es hacer
intervenir una nominación singular que agregue un significante de más a los
que estaban hasta ese momento en juego. Este suplemento es aquello que no
es nombrable ni representable con los recursos que repiten la opacidad de toda
estructura. Se lo puede pensar como una apertura a lo que no se podía
esperar ni reconocer por adelantado. Sería el acontecimiento como lo
extranjero mismo. La apertura al mismo conmueve los cimientos de nuestra
identidad, dado que ese porvenir que no se capta, cae y se apodera de
nosotros. El tiempo se disloca, está fuera de sí porque “hay” el acontecimiento.
Se da el “hay” cuando se hace una experiencia de lo Otro. En el sentido de
hay algo en vez de nada, que en términos de Lacan es “hay del Uno”.
Esto, lo que quiere decir es que hay acontecimiento. Habría una forma del
mismo que podría ser el retorno de lo peor. Es el que viene bajo el nombre de
compulsión a la repetición intrincada a la pulsión de muerte.
Esto es ya más oscuro, no se sabe de qué está hablando Teresa Ferrer. Pero
bueno, es una cita de un artículo muy extenso. Repito:
“Siguiendo un poco la terminología de la ciencia-ficción, -ni a Lacan ni a Miller
les hubiera gustado, ésta es peor que yo- para las comunidades cada uno de
nosotros somos unidades, -para algunas comunidades, en tal caso- pero en
esa zona franca de asunción del padre primordial, hay un acceso al Uno, que
en su plural, en cada individuo –o sea, 1, 1, 1, 1- testimonia del “hay del Uno”.”
Lo que quería plantearles de este artículo de Teresa Ferrer es “testimonia” del
“hay del Uno”. ¿Entienden lo que quiere decir el “testimonia”? Lo que ya está
mencionado en el artículo anterior, y es que no se deduce. Es patente, es un
acontecimiento, es un genocidio.
Y Rosalba Saidel, Del humus al cogito humano. Seminario del Campo
Freudiano de Barcelona. Es un trabajo milleriano. En su punto 4 dice:
Del - [-fi] al [fi mayúscula], hay del Uno, pero del Uno que falta.
Después están los usos de Lacan sobre el “hay del Uno”. Seminario 9, “La
identificación”.
“Esto es para introducirnos en lo que hace a la esencia del significante, del que
no por nada ilustraré lo mejor de su forma más simple, que es lo que
designamos desde hace algún tiempo como el Einsiger Zug. El Einsiger Zug
que es lo que da a esta función su valor, su acto y su pertenencia, es lo que
para disipar lo que podría quedar aquí de confusión,
necesita que introduzca para traducirlo mejor y de más cerca, este término que
no es un neologismo, que obtiene en la denominada teoría de conjuntos, el
término ‘unario’ en lugar del término ‘único’.
Quiere decir que Lacan designa al Einsiger Zug del alemán de Freud, como
rasgo unario. Porque para Lacan el uno es un uno que proviene de la teoría de
conjuntos. O sea, del conjunto que nosotros llamamos “unitario”, me parece
que acá hay que hacer la salvedad de que en francés se lo llama “conjunto
unario” y nosotros “conjunto unitario”, al conjunto de un solo elemento.
Seminario 18, clase 7. Acá ya estamos más tranquilos porque el dígito del
seminario ya aumentó bastante.
“Ya que indiqué eso brevemente en el panteón y es, a saber, que alrededor del
‘hay del Uno’ hay dos etapas: el Parménides, y después hizo falta llegar a la
teoría de conjuntos. Para que la cuestión de un tal saber que toma la verdad
como simple función y que está lejos de conformarse con eso, que implica un
real, no tiene nada que ver con la verdad de lo que es en matemáticas.
Aunque sin embargo, hay que pensar que la matemática podría prescindir de
toda pregunta acerca de eso puesto que solo mucho más tarde, por intermedio
de una interrogación lógica, le hace dar un paso a esta pregunta que resulta
básica para la verdad, y saber cómo y por qué hay del Uno. Me disculparán, no
soy el único.
Hay del Uno, alrededor de este uno gira la cuestión de la existencia.
Se acuerdan que les dije que la polémica en torno a la teoría de conjuntos, que
no está universalmente aceptada en la teoría matemática occidental moderna,
es que los conjuntos y sus elementos –especialmente los conjuntos- son
existencias, o sea, seres inmateriales.
“Hay del Uno, y alrededor de este Uno gira la cuestión de la existencia. Ya hice
algunas observaciones sobre eso, a saber, que la existencia jamás fue
abordada como tal antes de cierta época y que llevó mucho tiempo extraerla de
la esencia. Hablé del hecho de que no hubiera en griego algo propiamente de
uso corriente que quisiera decir “existir”, no porque ignorara existiri, existarnai,
sino más bien porque contaba con que ningún filósofo lo usó nunca.
“Sin embargo es ahí donde empieza algo que puede interesarnos. De lo que
se trata es de saber lo que existe. No existe más que de lo Uno. Con lo que se
apura alrededor nuestro, me veo pues obligado a apurarme, la teoría de
conjuntos es la interrogación de por qué hay del Uno.
¿Ven lo que Lacan pone como ilusorio? El artículo que yo les leí del “hay del
Uno” que dice Lacan, que dice que es el “hay del Uno” de Lacan, que cada uno
de nosotros somos uno. Lacan dice que no, que cada uno de nosotros es uno,
eso es viejo, es una ilusión y no tiene nada que ver con el problema de la
existencia. El problema de la existencia es un problema moderno, es un
problema del Siglo XIX en adelante y es el problema de cómo se puede
justificar lógicamente la existencia de “hay de lo Uno”. Y no pierdan de vista
que para justificar lógicamente la existencia de “hay del Uno” hizo falta la teoría
matemática de conjuntos, de hecho –y termino con esto- conseguí –y estoy
contentísimo- Lacan cita a... Lacan es un chanta, es una mala persona, es
confuso a propósito, se puede decir lo que quieran. Pero nunca me he
encontrado, cuando doy el segundo paso sobre un tema científico, de ir a
buscarlo en Lacan y encontrarme con que Lacan no lo había dado. Cuando me
pongo a investigar y descubro algo maravilloso y pienso que en Lacan no está,
voy a buscarlo en Lacan y está. Y el problema de que no se aceptaba la teoría
matemática de conjuntos en matemática, en Lacan está. Lacan cita un libro
que es “Cantor se equivoca”, el autor es G. Metrius, un griego. En internet
figura como libro raro. Me lo acabo de comprar. Si lo recibo y lo llego a leer
para la próxima, se los comento.
O sea, que Lacan no solamente tiene el “hay del Uno” con la teoría de
conjuntos, sino que conoce perfectamente en el Seminario 18, cuando
desarrolla el “hay del Uno”, que es como se funda la existencia, que la mitad de
los matemáticos no aceptan tales existencia. Y no se enojen conmigo, pero
ustedes tampoco lo aceptan. Ustedes tampoco aceptan que en psicoanálisis,
nos tengamos con vincular a entes que carezcan de ser material. Que haya
algo que sea sin el cuerpo. Pero no sé quién tiene razón, no tengo menor idea
de si ustedes tienen razón o yo tengo razón, ¿cómo saberlo?
¿Quiénes tienen razón, los matemáticos constructivistas o los formalistas,
cómo saberlo? ¿Cómo saberlo yo, que no sé nada de matemáticas? Pero al
menos no pierdan de vista dos cosas: lo que ustedes sostenían con tanta
seguridad, en nuestra cultura está puesto en tela de juicio, o sea, hay muchas
corrientes -tanto en ciencia como en filosofía-, que sí argumentan que existen
entes no materiales, o sea, que hay objetos sin cuerpo. Yo no los quise
empujar la vez pasada, porque me pareció trampa, pero lo que hubiera podido
bajar como un Joker en un juego de cartas y cortarles, como si ustedes
hubiesen levantado el pozo en la Canasta y yo les hubiera cortado y se
tragaban todos los puntos en contra, hubiese sido el objeto a. ¿Y el objeto a,
que ni siquiera tiene imagen especular? ¿Conocen algún objeto que no sea sin
el cuerpo, que carezca de imagen especular? Coincidimos que para Lacan la
definición más estructural de objeto a es que no tiene imagen especular, que es
la propiedad topológica del objeto a. ¿Cómo podría haber un objeto material
que no tuviese imagen especular? Pero digo, observen que Lacan, aún
cuando sostiene el “hay del Uno” habilita la existencia, conoce que la teoría de
Cantor está muy rechazada y puesta en tela de juicio, no sólo por todas las
paradojas, sino fundamentalmente por la forma de argumentar, o sea, que no
se cree que exista un objeto respecto del cual solamente (inaudible) pueda dar
un formalismo. ¿Se dan cuenta qué vinculado que está al problema con el que
nos tenemos que vincular?
A.E.: que para Saussure hay batería antes de que haya significante. O sea, si
yo te digo “ppprrrddddppp” vos dirías “en ese momento Alfredo hizo un ruido”,
no sería una palabra. Para que sea significante, tiene que haber un lugar vacío
donde vos puedas ubicar esa frecuencia sonora e identificarla como
significante. La prueba que podemos hacer para pensar este problema es
cuando te hablan en una lengua extrajera. Uno siempre pide que sea más
despacio, que hablen más despacio. ¿Por qué? Porque uno calcula que si
fuese más despacio, uno podría identificar los cortes entre palabras, por
ejemplo. Y si uno pudiese identificar los cortes entre palabras podría trabajar
con unidades. Lo que pasa es que con es “más despacio” es que yo no tengo
forma de localizar en esa lengua, lo que del sonido es significante. ¿Se
entiende el problema? Es por eso que es muy importante distinguir entre
fonemas y significantes. De hecho, los fonemas para Saussure, también son
un conjunto estable. Por ejemplo, el fonema con el que empieza el apellido de
Schreber, ese fonema en castellano no está y en alemán sí. Muchos
hispanohablantes tienen dificultad para pronunciar “Schreber”. Por ejemplo,
Mazzuca dice “Esgreber”. Es un fonema que no tenemos. O por ejemplo, la
erre para los franceses o ingleses. ¿Por qué los franceses e ingleses
pronuncian mal algunos fonemas regularmente? Porque no tienen ese fonema.
Con lo cual, el fonema, tampoco es puro ruido, sino que es un conjunto mínimo
–28, 30, 40- de ruidos identificables y reconocibles. Tan fuertemente son
reconocibles, que aún lo reconocés con otro ruido, es lo que pasa cuando
Menem pronuncia “La Yioja”, uno entiende que es La Rioja, y no lo pronunció
con el mismo ruido que lo pronunciamos nosotros. Son casos muy
interesantes para darse cuenta del problema de entender que Einsiger Zug sea
el significante primero, que el “hay del Uno” sea el acontecimiento de lo
inesperado... Porque ni siquiera puede haber inesperado antes de lo esperado.
Si alguno de ustedes van con el auto por la avenida y escuchan los bombos...
ya saben que es un piquete. Pero si viene un extranjero y escucha los mismos
bombos... ¿qué dice? Empieza a inquietarse por unos ruidos que no sabe de
qué son ni por qué. ¿Entienden que hasta el acontecimiento, para que sea
acontecimiento de la índole de lo novedoso tiene que inscribirse en un sistema
de diferencias? ¿Ven el problema de lo que se nos quiere vender? Que hay
algo que viene de lo mortal, de lo mortífero, del cuerpo, que es algo de lo Uno.
Pero no se podría identificar a lo Uno en sí mismo. No se puede identificar a lo
Uno sin un sistema anterior. Lo mismo pasa con el significante y lo mismo
pasa con el fenómeno.
Podría ser que nosotros tengamos que aceptar que haya existencias, es decir,
cosas, objetos, entes, que existan tan solo por ser dichos. Lo dejo planteado
como problema.
E.L.: no.
A.E.: por eso, porque ella no trabaja con la noción de estructura. Yo trabajo
con la noción de estructura, con lo cual, para mí no hay discusión sobre el
origen.
A.E.: ah, entonces puede ser que sea estructuralista... ¿vieron como es esto,
no? Son como los discursos políticos, empiezan “por el bien de país...” y
después te la mandan a guardar.
Pero si se trabaja con la noción de estructura hay que aceptar tres pérdidas: la
pérdida del destino, del centro y del origen. Si uno no trabaja con la noción de
estructura entonces sí puede trabajar con hacia dónde vamos –lo teleológico-
de dónde venimos –el origen- y qué está en el centro.
Con la noción de estructura –para eso creo que lo mejor es Derrida, que lo dice
bien claramente, Lacan nunca lo terminó de decir tan claramente- si uno
pregunta ¿pero qué es primero, el hombre o el lenguaje? Yo te diría que es
imposible de contestar desde mi base teórica. Mi base teórica se caracteriza
por un déficit terrible: no puede dar cuenta del origen, no puede dar cuenta de
lo que está en el centro y no puede dar cuenta de hacia dónde se va.
Igualmente, para mí esa frase es una frase carente de sentido, porque decir
que hay hombre antes del lenguaje... no sé qué sería.
A.E.: claro, pero ¿qué significa “hombre” antes del lenguaje? No sé qué es.
Es como un orangután...
Pablo Muñoz: Diana Rabinovich más bien lo dijo con un gesto o una actitud
de chiste acerca de que los hombres a partir de la detumecencia tienen que
empezar a hablar para justificar lo que pasó. Era algo de ese orden...
Pablo M.: te quería preguntar, cuando vos hablás de existencia, de existir por
fuera. No lo tengo exactamente claro, pero si mal no recuerdo, en el Seminario
22, Lacan habla del inconsciente como lo que existe por fuera de lo simbólico.
(inaudible) Y me preguntaba si la existencia no supone la referencia a lo que
está fuera de lo que existe. (inaudible) ¿Cómo pensar que el inconsciente
existe por fuera del cuerpo? (inaudible)
P.M.: en el caso del inconsciente dice que ex-siste a lo simbólico. Cuando vos
decís que existe fuera del cuerpo, independientemente del cuerpo, me
preguntaba si no había relación entre el inconsciente y el cuerpo en la medida
en que el inconsciente existe por fuera de (inaudible)
A.E.: pero si para vos existe por fuera del cuerpo, me parece que ahí tenemos
un punto de comunión enorme. Me parece que el problema que tenemos es
que para muchos, el inconsciente está dentro del cuerpo, y para otros –la
enorme minoría- el inconsciente está afuera de cada uno. No solamente del
cuerpo, sino fuera de todo lo que sea uno para uno. Y es por eso que para mí
se hace lógico el otro credo que nosotros sostenemos –pero creo que es por
conveniencia económica- y es que no hay autoanálisis. ¿Por qué no hay
autoanálisis? Freud hizo autoanálisis, eso es un problema. Lacan no hizo
ninguno. ¿Sabían que Freud analizó durante 7 años, 6 veces por semana a
Anna Freud?
Comentario: ¿a la hija?
A.E.: no, por supuesto que no. Podrá tener algo que vos evalúes como un
lapsus, o soñará, todos soñamos... y ¿quién está en análisis? Qué se yo. El
inconsciente es del psicoanálisis. Estamos siempre intentando hablar dentro de
la perspectiva del inconsciente del psicoanálisis: aquel que implica una
dimensión de conflicto, un acto pendiente y una intervención posible que
habilite un acto verdadero que cambie la posición de nuestras vidas en relación
a otras personas. Eso.
E.L.: pero por fuera del dispositivo analítico, el inconsciente está,... (inaudible)
A.E.: pero no tiene ningún valor. Salvo que alguien vuelva a la sesión y lo
diga. Por ejemplo, vos podés volver a tu sesión y decir: “el otro día me fui
pensando...”. Otro ejemplo: un amigo que estaba borracho, me dice en una
reunión que había tenido el “sueño fundamental de su vida”... pero que no se lo
acordaba, se lo había olvidado. ¿Eso es inconsciente? Para mí, en función de
cómo yo trabajo en mi consultorio, no. Si yo ahora cometo un lapsus y alguno
de ustedes me lo interpreta, a mí no me significa nada. Yo nunca interpreto a
nadie que tenga un lapsus casual, en la calle, nunca. No interpreto a amigos,
ni a familiares. Si alguno de ustedes se ríe de mis lapsus, verán que yo sigo
adelante. Porque a mí, eso, por fuera del dispositivo son extrapolaciones
inmedidas. Me parece que el inconsciente tiene un estatuto operativo...
E.L.: eso sí, pero el sujeto del inconsciente existe fuera de la sesión.
A.E.: tiene que haber dos instancias para que generen un espacio en el cual
se aloje lo que llamamos inconsciente. Si no están esas dos instancias, y ese
espacio no es inmaterial, no. Pero eso es para mí, como yo lo pienso. Por
ejemplo, si un paciente me dice: “Yo creo que no, pero ella me dijo que sí”, yo
intervengo de la siguiente manera: ¿y por qué creés que ella te dijo que sí?
Porque para mí, el inconsciente está “entre”. Porque es más importante lo que
dice ella que lo que diga él. ¿Y por qué creés que ella te dijo eso? “¡Y yo qué
sé!”. No, no, pensémoslo, pensemos por qué ella te habrá dicho que sí. Es
muy importante.
E.L.: pero por ejemplo, si una paciente se está por recibir, tiene que dar su
último examen y antes de ir, en la ducha, se quiebra una pierna... ¿qué pasó
ahí?
A.E.: sí, sí, yo te entiendo, pero no veo por qué lo tendríamos que argumentar
así. Entonces, cualquier accidente...
Comentario: inaudible
A.E.: bueno, en Lacan están los dos, depende de qué citas se tomen. En
Freud no están los dos, en Freud como argumento está solamente que es
interno al cuerpo. Pero es cierto que Heidegger vino después, es cierto que
Freud no conocía nada de matemática y no podía pensar ninguno de estos
problemas, aunque ya estaba la teoría matemática desarrollada, pero Freud
tenía una formación matemática muy pobre o no le dio importancia alguna.
Elisa Bellman: si uno no sostiene lo que vos planteás se hace difícil ubicar la
cuestión de la transferencia, si se piensa que el inconsciente está también en la
situación de la bañadera, ahí se complica para pensar la transferencia.
A.E.: por ejemplo, ¿vieron esos momentos del análisis en que el paciente les
dice “no sé si le conté alguna vez...”? Uno ya sabe lo que es, pero le decís “no,
no me contó...”, entonces el paciente te dice: “una vez, justo antes de
recibirme, me caí en la bañadera”, 14 años antes, esto le ocurrió hace 14 años.
Eso que pasó lo cuenta en sesión 14 años después. Puede ser, no? Bueno,
¿cuándo es inconsciente? Qué lío, no? ¿Ven qué lío? Podría ser que algún
loco dijera que es inconsciente tan sólo cuando se lo cuente al analista, y el
analista lo escuche y sobre eso se pueda decir algo tal que revele algo de la
dimensión de la verdad que estaba en juego. Si no, es una caída. De vuelta:
no digo que yo tenga razón, sólo extremo una posición para que hagamos dos
argumentos –la otra tiene un aval intuitivo muy fuerte- pero yo no conozco el
inconsciente, no sé quién tiene razón. Trabajo de una manera, y al igual que
todos ustedes, estoy contento con los efectos clínicos que produzco. No
conozco ningún psicoanalista que no esté contento con los efectos clínicos que
produce, bueno, yo también. Pero ¿quién sabe qué son esos efectos y por
qué son? Tenemos teorías, teorías y teorías. Lo que quiero establecer con
esto, es que hay otra. Sobre la teoría que reina, hay posibilidad de construir
otra. Y teniendo las dos, podríamos ver cuál se adecua más a ciertos
problemas clínicos. Por ejemplo: “no puedo levantarme de la cama, no tengo
fuerzas para levantarme de la cama”. ¿Es astenia o depresión? Si es astenia
no nos interesa, tiene que ir al médico. Si es del cuerpo, tiene que ir al médico,
tiene que comer más carne, no sé, digo cualquier cosa. Pero si es depresión,
eso que la gente dice “no tengo fuerzas”, es de otra índole, es otro tipo de
problema. Es discursivo, quizás.
no es un añadido.
es una lectura que es sólo de Lacan, vieron? No es que hay primer Freud,
segundo Freud, no. Es que el segundo es el primero. Lo vuelvo a leer 14.
14
Escritos 1, pág. 39, Siglo XXI (1985)
para Freud está en juego en el inconsciente. Son dos lecturas muy distintas.
Para decirlo en lacanés, en la primera lectura podría considerarse como lo real
y en la segunda lectura considerarse como lo simbólico. O sea, que Lacan
propone que en Más allá del principio del placer hay que leerlo así. Se
acuerdan que en Lacan son 2 clases del Seminario 2, en las cuales hay errores
en el álgebra, el seminario está bien publicado, es Lacan el que tiene errores
que luego los corrige en los Escritos. Cuando Lacan lo reescribe, lo pone como
Obertura de los Escritos, año 1966. Así que uno podría decir, bueno, en el ’53-
’54 Lacan está con la primacía de lo simbólico, es el segundo Lacan –el primer
Lacan es el de lo imaginario- y desde el Seminario 11 es real. Pero esto Lacan
sostiene esto y lo pone en 1966 como introducción –para todos nosotros- para
leer sus Escritos.
“...el orden del símbolo no puede ya concebirse como constituido por el hombre
sino como constituyéndolo.
Lo leo de vuelta:
Orden de 2: símbolos
Orden de 3: números
Orden de 4: letras
A B
1 2
1 2 3
Uno podría decir que este 1 (del conjunto A) es el mismo 1 que éste (del
conjunto B) y que el 2 del A es el mismo 2 que el del B. De hecho, si me
preguntara por las relaciones que guardan entre los dos conjuntos, podría decir
que A es subconjunto de B, sería un subjconjunto escricto, que es cuando
todos los elementos de uno están en el otro pero no viceversa. Lo que estoy
diciendo es que en la estructura, si los elementos son dos, podríamos llamarlos
“símbolos”. Si los elementos son tres, ya no son los mismos. Por el hecho de
ser tres, ellos cambian, y conviene llamarlos “números”. Y si son cuatro,
conviene designarlos “letra”. Lo que yo les decía era que podíamos hacer al
revés, podríamos decir que la cantidad de elementos que caracteriza a la
estructura, es lo que habilita la función. Por ejemplo: que si la estructura no
operara con cuatro elementos, entonces no habría letra. Para Freud, el
complejo de Edipo es tripartito. Para Lacan, la metáfora paterna o el complejo
de Edipo completo es cuatripartito. Madre, padre, niño y muerte al principio,
madre, padre, niño y falo más adelante. Es la corrección que Lacan propone al
sistema freudiano: pasarlo de tres a cuatro. Y habría que ver si no tiene
estricta razón Lacan, me parece que sí. Con el sistema de tres no hay forma
de pensar la psicosis. En el sistema de tres de Freud, no hay forma de pensar
la psicosis, porque para pensarla hace falta un cuarto elemento para que nos
dé qué relación a ese cuarto elemento tienen padre y madre, para saber si
alguno de ellos va a funcionar como Otro. Para decirlo en términos de nuestra
disputa: si para un caso particular, padre y madre –ambos- no son sin el
cuerpo, está garantizado que es un caso de psicosis. Porque hay y sólo hay
Nombre-del-Padre en el caso en que es sin el cuerpo. Si cualquiera de los dos
–padre o madre- hace coincidir la función Nombre-del-Padre con la carne, es
psicosis. Y fíjense que Lacan lo escribe así:
Nombre-del-Padre
Deseo de la madre
Pero los lacanianos no, los lacanianos lo escriben sin guiones. Pero Lacan sí,
siempre. Cuando se escribe con guiones es porque los elementos están
unificados, Nombre-del-Padre son 3 y 1, son 3 que hacen 1. Son 3 elementos
y 1 que es el sintagma, todo junto, que es de otra índole.
Pero Deseo de la madre nunca se escribe con guiones. Porque lo que
diferencia al nivel estructural es con qué cantidad de elementos opera la
estructura, para ver qué cantidad de diferencias pueden escribirse. Con padre,
madre y niño, no se puede escribir la diferencia que está en juego en la
psicosis.
O sea, que lo que esto (fort) llama, dice, o quiere decir ¿de dónde lo obtiene o
lo toma? De “da”. Lo que Lacan dice es que “fort”no vale por “fort”, que en un
sistema dual -si es que existiese- y si ese sistema dual fuese simbólico en el
sentido del símbolo del hombre –no en el sentido del símbolo de la abeja, el
delfín o la ballena, no en ese sentido- Lacan dice que lo que “fort” quiere decir
lo obtiene de “da”. ¿Y cómo es que lo obtiene? Como “no-da”. Es una forma
de escribir negación en lógica: fort = - da
Entonces, lo que cada elemento es, el ser del elemento en la categoría de lo
simbólico, tampoco lo obtiene de sí mismo. Vean que aquí también nos
encontramos con el problema de la existencia. Y es que el ser de “fort” lo
obtiene de “da”. Tanto es así, digo, esta teoría delirante podría sostenerse,
porque Freud no entendió qué quería decir “oooooo” hasta que vio el juego
completo, con “aaaaaaa”, entonces ahí dijo “ah, ahora entiendo”. “ooooooo” es
fort y “aaaaaaaa” es da. Hasta que no apareció la dupla, “oooooooo” no pudo
decir lo que quería decir.
“La simple connotación por (+) y (-) de una serie que juegue sobre la sola
alternativa fundamental de la presencia de la ausencia permite demostrar cómo
las más estrictas determinaciones simbólicas se acomodan a una sucesión de
tiradas cuya realidad se reparte estrictamente ‘al azar’
un pequeño ejercicio sobre eso para que veamos alguno de los problemas.
Saben que “azar” viene de “azahar”, ¿se acuerdan del Ludo-Matic? Había un
dado que tenía una flor en uno de los lados, el azahar, que indicaba una de las
seis caras del dado.
Supongan que yo esté trabajando con dos signos – ( - -) y que esté trabajando
con algo cuyas chances sean dos. Por ejemplo, la tirada de una moneda, que
yo establezco “cara o ceca”, como + y – para ir anotando los registros. Lo
primero que no hay que olvidarse es que ya en esa misma experiencia, lo que
yo voy a empezar a producir como un trabajo al azar no implica el registro de la
mera ocurrencia de lo que al nivel de un real -ingenuamente planteado- nos
pueda presentar. Voy a lo siguiente: si agarramos una moneda y la tiramos al
aire... yo cuando era chico jugaba y la moneda caía al piso, pero podía ser que
se cayera a la alcantarilla o que cayera de canto entre dos adoquines. ¿Qué
pasaba ahí? ¿Qué pasaba si caía de canto? “No vale, va de vuelta”. ¿Cómo
“va de vuelta”, si es un resultado que apareció? Con lo cual, observen que
cuando se dice que es un cálculo probabilístico, no pierdan de vista que ya hay
un sistema operando antes, que solamente admite como válidos algunos
resultados, otros no. Es un problema de la teoría ingenua del acontecimiento,
porque es el sistema mismo el que permite decir que un acontecimiento tenga
el valor de acontecimiento único. Es el sistema el que establece cómo son
leídos los acontecimientos mismos, los sucesos. Hay sucesos que no se
cuentan. Establecido esto, que ustedes no registran lo real, sino que ya ese
real ya está atravesado por el problema de lo simbólico, y es lo simbólico lo que
dice que solamente dos resultados van a aceptarse; si uno se pregunta –y esto
es clave, porque Lacan dice que es la pregunta lo que registra la entrada del
sujeto en lo real, o sea, no hay para nosotros relación sujeto-real si no hay
pregunta- y la pregunta en este caso es ¿qué chances tengo de obtener un (+)
o un (-)? Si yo tengo una tirada, las chances son del 50%. Si yo me pregunto
qué chances tengo de obtener dos caras consecutivas, observen que he
duplicado los casos y ya estoy ejerciendo la memoria, solamente con
preguntarme, las chances han bajado a la mitad. Vean que esta pérdida es
una pérdida que yo la veo provenir de lo real, pero es una pérdida a causa de
mi maniobra sobre lo real. No es el real puro el que introduce pérdida.
+ ++ +++
- +- ++ -
-- +--
50% -+ +-+
pérdida 25% ---
--+
- ++
-+-
12,5%
Párrafo siguiente:
“Basta en efecto simbolizar en la diacronía de una serie tal los grupos de tres
que se concluyen a cada tirada definiéndolos sincrónicamente por ejemplo por
la simetría d la constancia (+++,---) anotada con (1) o de la alternancia (+-+, -+-
) anotada con (3), reservando la notación (2) a la disimetría revelada por el
impar bajo la forma del grupo de dos signos semejantes indiferentemente
precedidos o seguidos del signo contrario (+--, -++, ++-, --+),
“Basta en efecto simbolizar en la diacronía de una serie tal los grupos de tres
que se concluyen a cada tirada definiéndolos sincrónicamente...
Acá entra a jugar el problema de la diacronía y de la sincronía. No sé si
ustedes conocen que Lacan siempre que trabajó –salvo en el Seminario 1 y 2
que no lo distingue- siempre Lacan distinguió sincronía de simultaneidad. El
asunto es saber qué quiere decir con esa distinción. Si ustedes buscan en el
diccionario, una búsqueda rápida, lo dan como sinónimos. En griego, sin es
con. El problema es que sincronía es un neologismo, diacronía y sincronía
tienen un valor neológico para Saussure. O sea, simultáneos son dos sucesos
sucedidos en el mismo momento de la secuencia temporal, cronológicamente
coincidentes, a la misma hora, de tal mes, de tal año, eso es simultáneo, que
coinciden en el tiempo. Sincrónico tiene una definición lingüística, que es:
conjunto de los hechos lingüísticos considerados como formando un sistema en
un momento determinado de la evolución de una lengua. O sea, sincrónico
implica algo que es exclusivamente aplicable al problema de las lenguas, que
es: conjunto –acá no en el sentido matemático- de los hechos lingüísticos
tomados como formando un sistema en un momento determinado.
El problema es que siempre a los sujetos humanos, al menos en nuestra
cultura, lo diacrónico nos resulta mucho más evidente que lo sincrónico.
Se los leo de una cita de Lacan:
Comentario inaudible.
“Pero la estructura sincrónica está más escondida y es lleva la que nos lleva al
origen...
Comentario inaudible
A.E.: lo que estoy diciendo es que el elemento que estoy acentuando, participa
de un sistema. Que el español es como un reloj, para trabajar con las
metáforas del comienzo de estas reuniones. El español es un aparato que
funciona. Y que cada parte tiene un lugar específico dentro del aparato y que
sin esa parte el aparato no funcionaría. Hoy, satisfacción e insatisfacción, no
los entenderíamos como los entendemos ni los viviríamos como los vivimos, si
no tuviésemos el término pasión connotado con la pasión de Cristo en nuestra
cultura judeocristiana. O sea, lo que placer y displacer quieren decir, lo pueden
llegar a decir porque participan de un sistema donde no es evidente pero están
articuladas y determinadas mutuamente por el término pasión. Antes de la
entrada de la pasión de Cristo al orden simbólico, satisfacción e insatisfacción
tenían otra connotación. Por ejemplo, la satisfacción no era pecaminosa.
Pavada de diferencia. Nadie hubiese ido al analista antes de Cristo, por
masturbarse. Porque tocársela era lo más normal del mundo. Pero a partir de
la pasión de Cristo, obtener satisfacción del cuerpo por fuera del sistema de
producción de almas cristianas, es un pecado. ¿Por qué tanta culpa con la
masturbación? La masturbación despierta culpa en nuestra cultura. Es muy
notable y muy evidente cómo funciona la masturbación en la esquizofrenia.
Los esquizofrénicos se masturban en mitad de una asamblea, delante de
todos. Esa ausencia de pudor es muy notable. Porque para nosotros, la
satisfacción personal autoprocurada está muy mal vista. ¿Por qué está mal
vista? Porque la satisfacción participa de un sistema y ese sistema para
nosotros es lo menos evidente. Lo más evidente es que después de decir “la”,
digo “vaca”, porque si después de “la”, digo “toro”, no va. Ahí la legalidad se
impone, pero que haya un sistema es lo más oscuro.
Vamos a trabajar el sistema que escribió Lacan. Lacan propone hacer una
maniobra que significa tomar sincrónicamente tres elementos sucesivos.
¿Entienden lo que eso quiere decir? Hacer de tres elementos aparecidos uno
luego del otro, un sistema. Y a este sistema: (+--) lo va a llamar 2.
Les intercalé un renglón15 para mayor claridad del sistema, y el sistema que
estamos utilizando ahora es dual, ¿por qué? Porque este sistema se clasifica
así, miren: este sistema, que se llama 1, es una simetría constante, y es
cuando los tres términos son iguales. Hay otro caso que también es simetría,
15
el renglón con D y S
que es cuando es capicúa (los signos de los extremos son iguales) y se llama
3. Son dos casos de capicúa: el que se llama 1 es cuando el término
intermedio es igual que el de los extremos, entonces tanto el caso 1 como el
caso 3, son casos de S, simetría. Si pusiésemos en la mitad de estos tríos un
espejo, obtendríamos los mismos resultados. Entonces tenemos dos casos de
simetría, capicúa constante (1) y capicúa no constante (3). Otra cosa más:
vamos a tener una convención de escritura y es que al trío de elementos le
vamos a poner el nombre que le corresponde debajo del tercer elemento.
Este trío: + - -, no es capicúa, entonces es un caso de disimetría (D) y lo
vamos a llamar 2. Entonces, ¿cómo tomamos los tríos? Vamos avanzando
hacia la derecha, abandonamos el primer elemento de la izquierda y
agregamos uno hacia la derecha. Es exhaustivo. Y hago todos los tríos que
soy capaz de hacer. ¿Cómo? Abandono el primero y tomo el segundo, el
segundo trío, si dejo el primer + e incorporo el siguiente + me queda (--+) ¿es
capicúa? No, es una disimetría (D) de vuelta (en la segunda tabla, marcado en
verde flúo).
... + - - + + - - - + - - - + + - - + - - - - - ...
... 2 3 2 2 2 2 2 1 2 3 2 1 2 2 2 2 2 3 2 1 1 1 ...
... D S D D D D D S D S D S D D D D D S D S S S ...
... + - - + + - - - + - - - + + - - + - - - - - ...
... 2 3 2 2 2 2 2 1 2 3 2 1 2 2 2 2 2 3 2 1 1 1 ...
... D S D D D D D S D S D S D D D D D S D S S S ...
¿Ven cómo procedo? Corriendo de a uno para mantener los tríos. A cada trío
lo considero sincrónicamente. Como participando de un sistema para el cual la
emergencia de los sucesos en distintos momentos no me altera la calidad del
sistema. ¿Entienden? Yo digo una palabra hoy y digo una palabra mañana.
El hecho de que yo la diga mañana, no significa que esa palabra no constituya
sincrónicamente un sistema con la que dije ayer. Pero ese sistema sincrónico
no es simultáneo: porque los dos términos fueron pronunciados en días
distintos. Esto es muy interesante para pensar el material que aparece en las
sesiones, si se les puede aplicar –sí o no- una lógica sistemática a elementos
aparecidos. No es un elemento nuevo advenido después, no es un
acontecimiento. Es como si estuviesen presentando los engranajes de un reloj
mecánico, pieza por pieza, uno, otro, otro, pero a pesar de que vayan
apareciendo uno por uno, todo funciona constituyendo sincrónicamente un
sistema, una máquina.
Vayamos al primer caso de 1 (ver primera tabla, resaltado en fucsia), es una
simetría constante, es decir que arriba del 1 tengo que tener tres elementos
iguales hacia la izquierda. Es (---). El caso siguiente, si yo abandono este – y
tomo el + de la derecha, (ver segunda tabla, resaltado en rojo), ahora ya no es
capicúa, porque es (--+) entonces se llama 2. ¿Estamos hasta aquí?
Siguiente paso: dejo este – y tomo el siguiente -, estoy con este trío ahora (-+-)
entonces es un 3 porque el término del medio es distinto del de los extremos
(que son iguales) pero a pesar de ser un 3, también se llama simetría, es
simetría no constante. No pierdan de vista que estamos encabalgando
sistemas de 2 y de 3 elementos simultáneamente, o sea, trabajamos con 1,2, y
3 y con D y S.
“Basta en efecto simbolizar en la diacronía de una serie tal los grupos de tres
que se concluyen a cada tirada definiéndolos sincrónicamente por ejemplo por
la simetría de la constancia (+++,---) anotada con (1) o de la alternancia (+-+, -
+-) anotada con (3), reservando la notación (2) a la disimetría revelada por el
impar bajo la forma del grupo de dos signos semejantes indiferentemente
precedidos o seguidos del signo contrario (+--, -++, ++-, --+), para que
aparezcan, en la nueva serie constituida por estas notaciones, posibilidades e
imposibilidades de sucesión que la red siguiente resume al mismo tiempo que
manifiesta la simetría concéntrica de que la tríada está preñada-
Para que aparezcan basta con haber pasado de este sistema a este sistema,
para anotar los resultados de un sistema en otro sistema (de +- a DS), basta
que yo pase a escribir los resultados de un sistema en otro sistema, para que
empiecen a aparecer posibilidades e imposibilidades de sucesión que la red
siguiente resume. O sea, que Lacan está proponiendo que la posibilidad y la
imposibilidad es introducida en lo real, en este caso por la transcripción de un
sistema dual en un sistema triádico.
1 3
2 (impar)
+1
+++
1 - 2
Volcado en el grafo (red) quiere decir que partiendo del 1 sólo se puede ir o a
un 2 o al 1. Si estoy en el 2 (par) sólo puedo ir al 3, al otro 2 (impar).
Pero si estoy en el 1, no puedo ir al 3. ¿Vamos a verlo?
+++-+
2 3
1
16
Edición en castellano: Lacan, J. (2005) De los nombres del padre, Buenos Aires: Paidós.
A.E.: ah, ¿y en qué año salió? ¿2005? O sea, también en español tiene 52
años de demora... ¿no les llama la atención? Es como si La interpretación de
los sueños se hubiera publicado en 1953... ¿no les llama la atención? A mí
me llama poderosamente la atención. Ahora, me parece que estas cosas
tienen intención, tienen una clara intención: me parece que es un intento de
dejar medianamente reprimido lo simbólico, lo imaginario y lo real. Si uno ve la
tapa del libro en la vidriera, y si le interesa los nombres del padre lo compra, si
no, no. ¿Cómo poder saber lo que contiene el libro si el título sólo menciona
una parte?
No sé si alguno leyó esta conferencia de Lacan, -“Lo simbólico, lo imaginario y
lo real”- que circulaba bajo el formato de fotocopias. A mí me parece que hay
dos motivos por los cuales se reprimió esta conferencia de Lacan y para mí
tienen que ver con dos párrafos de esta conferencia: uno donde Lacan dice:
Saben que es una frase del prólogo de Hegel de los Principios de la Filosofía
del Derecho, donde dice que lo que es racional es real y lo que es real es
racional.
En la Conferencia de Caracas, en 1980, cuando Lacan estaba muy enfermo,
con un cáncer muy avanzado y muchos problemas neurológicos, él mismo
sabía que no tenía cuerda para mucho más- recordarán que él allí, en esa
conferencia –que se la llamó “seminario”, pero que fue una conferencia- dijo
que Freud nos había dejado sus tres y que él nos dejaba sus tres: simbólico,
imaginario y real.
Me parece que, justamente, hay una maniobra sobre simbólico, imaginario y
real, porque lo que establece es... Ustedes saben que Lacan tenía un
seminario en su casa, en su consultorio, dos años antes de 1953, donde
trabajó Lobos y Dora, con un pequeño grupo de estudio. Luego se funda la
Sociedad y empieza Lacan a designar a su seminario 3 –que es el primero que
dicta desde la disolución y la fundación de la nueva Sociedad- lo dicta
designándolo como “seminario 1”. No sólo está el problema de si el Seminario
de los nombres del padre debiera ser ubicado como 11 o no, sino que además
17
Párrafo traducido directamente de la edición francesa. En la edición castellana de Paidós:
pág. 49 al pie.
18
Párrafo traducido directamente de la edición francesa. En la edición castellana de Paidós:
pág. 51, primer párrafo.
Lacan cuenta como primero al tercero de sus seminarios. Hay dos seminarios
anteriores al Seminario 1. Pero si Lacan ubica en 1953 el comienzo de su
enseñanza –que me parece que tanto Función y campo... como el “Discurso de
Roma”, que no son lo mismo aunque durante muchos años se los sostuvo
como sinónimos, se creía que lo que Lacan dijo en Roma (el discurso) era
Función y campo... y no es así, ahora ya está publicado el “Discurso de Roma”
que es lo que Lacan dijo en Roma y no es lo mismo que lo que está publicado
como Función y campo...; pero si Lacan produjo el ”Discurso de Roma”, que lo
preanuncia en “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”; es porque me parece que
Lacan en el año 1953 está marcando el comienzo de su enseñanza.
Recordarán que en el ’57 escribió esa sigla que solamente a Tomás Segovia le
dijo lo que quería decir, y era “Lamentablemente comencé muy tarde”.
Y efectivamente, para un intelectual, los 53 años no es el mejor momento para
empezar. Me parece que este texto, “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”, que
quedó 52 años reprimido, ahora es publicado solapadamente, reprimidamente,
porque lo que Lacan consideró primero, en 1953, es la producción de
simbólico, imaginario y real; y en 1980, en lo que fue llamado el Seminario de
Caracas, Lacan dijo que lo que él nos dejaba era simbólico, imaginario y real,
siendo que Freud dejó otros tres. ¿Ven que produce un círculo? Porque si el
punto de arranque de Lacan fue S,I,R, 30 años después vuelve al mismo punto.
¿Entienden cuál es el problema? Que esto ataca la lógica de que el “último
Lacan” sea un punto de arribo superador de todo lo anterior.
Más aún: en esta conferencia de Lacan, lo que se afirma es que el análisis
tampoco progresa linealmente, ya que hay que producir varios ciclos.
Al final del libro –que es una conferencia de treinta páginas- Nancy y Lacue-
Labart hicieron un pequeño agregado explicando por qué no tomaron como eje
de explicación del nazismo al antisemitismo. Porque acá el antisemitismo está
como una consecuencia de un movimiento, no como el origen explicativo del
movimiento. Esta conferencia ellos la dieron en una reunión científica para
entender el fenómeno del nazismo, convocada por un grupo de rabinos, y no
cayó muy bien que no se hiciese eje en el antisemitismo, y que quedara como
un elemento ejemplificador del movimiento.
A.E.: sí, sí. Lo que digo es veamos dónde se cocinó una corriente muy fuerte,
anti-racional, que se sostenía en “no es sin el cuerpo”. Digo: no somos
nosotros, no somos los primeros, se nota que lo que estamos discutiendo aquí
entre nosotros, humildemente, a puertas cerradas, es algo que es propio a
cierta problemática de Occidente, ellos retoman –como les había propuesto a
ustedes- la oposición entre lo dionisíaco y lo apolíneo. Entre el goce y la
racionalidad. Que es una discusión occidental. Cuando se dice “no todo es
simbólico, el límite de lo simbólico, no todo se puede decir, etc.”, cuando se
acentúa tanto eso, no se crean que es lacanismo. Es un movimiento
ideológico característico de una de las grandes posiciones que tipifican al
Occidente de los últimos 200 años. No perdamos de vista que estamos
metiéndonos en una discusión mayor, que nosotros creemos que es interna al
psicoanálisis –si el inconsciente o el goce- pero es una discusión mayor que
atraviesa todo el problema de Occidente.
Un paso más: preparé una lista, a ver cómo la escuchan. Dice así:
Otra cosa más que quería comentarles en la misma serie: los grupos de
gordos anónimos, alcohólicos anónimos, narcóticos anónimos. ¿Quiénes los
dirigen? Ex-alcohólicos, ex-gordos. ¿por qué no psicoanalistas? Porque ellos
ya tuvieron la experiencia corporal de haberlo atravesado. Con lo cual, lo que
quería presentarles era una mínima serie hecha a las apuradas, que muestra
que no solamente la oposición de razón-cuerpo o raza-alma, o sangre-
lenguaje, caracteriza a movimientos tales como el suprematismo yanqui, sino
que además están incidiendo de manera muy notable en el padecer con cual
que nosotros nos vinculamos, o sea, la ideología que reina en Occidente de “no
es sin el cuerpo” hace que lo que podría haber sido vivido hace 30 años -como
oferta de la sociedad- como tristeza, hoy sea vivido como ataque de pánico.
Porque para la misma persona, su tristeza no tiene todo el estatuto que justifica
como signo, señal y significante de su padecer hacia los otros si no toma su
cuerpo. Si yo llamara a mi jefe para decirle que no voy a trabajar porque estoy
triste... me mata. Pero si le dijera que estoy totalmente contracturado, no
habría problema, estaría justificado. ¿No?
El “no es sin el cuerpo” le da una dimensión a la cosa que empieza a tener para
todos nosotros el estatuto de convicción.
Algo más: el concepto se designa por una palabra. Hay un punto de contacto
que Freud estableció entre la ciencia y la psicosis, que Lacan retoma, que es
que muchas veces, para dar cuenta de un descubrimiento en una ciencia, el
científico no tiene en el stock de palabras una mediante la cual escribir esa
diferencia y por eso es muy común en la psicosis y en la ciencia el hallazgo de
neologismos. Por ejemplo “psicoanálisis”. Freud inventó algo que no existía
antes y decidió inventar una palabra nueva. El problema es que no hubiera
utilizado una palabra nueva para inconsciente. Eso nos dejó una hipoteca
enorme. Pero como Freud le da a la palabra “inconsciente” en alemán, el valor
de concepto, eso quiere decir que en su uso en la teoría freudiana, todos nos
vemos obligados a suspender sus significados establecidos en la lengua. O
sea, si uno quiere saber qué valor tiene el concepto freudiano de inconsciente,
no puede ir al diccionario alemán a buscar las acepciones que tiene
“inconsciente” en alemán; porque el tomarlo por concepto indica –esa es la
posición científica- que no deben tomarse en cuenta los significados. Porque
una palabra vale como concepto cuando ha roto todos los nexos a los
significados que tiene en la lengua. No es así con el significante en la práctica
analítica. Con el significante en la práctica analítica, lo que nosotros decimos
es que la palabra pierde sus valores de diccionario, pero ganan valor por su
posición en la cadena significante. En la ciencia, cada concepto vale por el
sistema de relaciones que mantiene con los otros conceptos de la ciencia. Es
por eso que Lacan da un seminario sobre los cuatro conceptos. O sea, no se
podría dar un seminario sobre un concepto, es contradictorio, porque un
concepto sólo existe como tal en el sistema de relaciones con otros términos
considerados de la misma manera, o sea, como conceptos.
De lo que estoy hablando es de conceptografía. Lacan tomó clases de
conceptografía. Y de hecho el libro de Frege se traduce como “La
conceptografía”.
Esa es la posición científica que se debe tener respecto de un concepto. Por
ejemplo, si para ustedes lo que está sucediendo en la Universidad de Buenos
Aires es grave, cuando estudien gravedad tendrán que hacer caso omiso de
esa acepción de grave. Es evidente: cuando estudiamos gravedad en Física
implica que dejemos de lado esa acepción. Pero no siempre es evidente que lo
podamos hacer. Eso no significa que asumamos siempre esa posición
científica. Eso no significa que no se nos cuelen dentro del concepto los
significados que las palabras –tomadas como concepto- tienen en la lengua
natural de la que fueron tomadas.
Hice un parangón con el diccionario de la Real Academia Española y el de
María Moliner, y el Grand Robert y el diccionario enciclopédico en francés
sobre qué significan “simbólico, imaginario y real”. Para las tres palabras, la
primera acepción –tanto en español como en francés- es la misma. Me parece
que conviene que las escuchemos.
Imaginario: que sólo existe en la imaginación. En francés es lo mismo.
Simbólico: representación sensorialmente perceptible de una realidad en virtud
de rasgos que se asocian con ésta por una convención socialmente aceptada.
En francés: que siendo real, no tiene eficacia o valor en sí, sino que es el signo
de otra cosa (es el valor de convención que está en español).
19
Lacan, J. (1988): “El Seminario sobre ‘La carta robada’”, en Escritos 1, pág. 42, Buenos
Aires: Siglo XXI
O sea, lo que hay que tomar en cuenta aquí es que Lacan dice que la relación
entre memoria, ley y conteo, en la cadena significante trabajada como 1, 2, 3;
tiene la característica de ser transparente.
“Así desde la primera composición consigo mismo del símbolo primordial (...)
una estructura, aun permaneciendo todavía totalmente transparente a sus
datos, hace aparecer el nexo esencial de la memoria con la ley”
20
Ibidem., pág. 42
clasificábamos + y – era importante si el del medio era igual o no al de los
extremos, porque era la diferencia entre 1 y 3; eran casos de capicúa, siendo el
1 capicúa constante y el 3 capicúa no constante. En este caso, el término del
medio es indistinto, y alfa designará todos casos de simetría en primer lugar y
simetría en tercer lugar, es decir, que serán casos de 1 _ 1; 1 _ 3; 3 _ 1 y 3 _ 3.
(dos casos verdes en la tabla)
β δ γ α α
... + - - + + - - - + - - - + + - - + - - - - - ...
... 2 3 2 2 2 2 2 1 2 3 2 1 2 2 2 2 2 3 2 1 1 1 ...
... D S D D D D D S D S D S D D D D D S D S S S ...
... β α γ β γ γ γ δ γ α γ α γ β γ γ γ δ γ α δ α ...
... ( 1 0 ( 0 0 0 ) 0 1 0 1 0 ( 0 0 0 ) 0 1 ) 1 ...
α = S{[(S)(_)(S)]} [1_1],[1_3],[3_1],[3_3]
γ = S{[(D)(_)(D)]} [2_2]
β = D{[(S)(_)(D)]} [1_2],[3_2]
δ = D{[(D)(_)(S)]} [2_1],[2_3]
Una pregunta que había quedado planteada por mí la vez pasada era qué
relación había entre la ley, y lo posible y lo imposible. Lo vamos a trabajar con
esto. Entonces ¿quedó claro lo de las letras griegas? Cualquier letra griega
que tomemos, por ejemplo delta, es el nombre de un trío, porque tiene una D
en un extremo y una S en el otro; D y S en los extremos se llama delta. ¿Ven
cómo se procede? (en celeste en la tabla). Puede darse el caso de D en un
extremo y D en el otro, y se tratará entonces de una simetría de disimetrías y
ese caso se llamará gama (amarillo en tabla).
Entonces, lo que Lacan dice es que si bien aquí se vuelve a producir que cada
una de estas tenga un cuarto de probabilidades, en la prosecución de la
cadena se va a ver que el destino de éstas (α y γ)es absolutamente distinto
que el destino de estas (β y δ).
“Una vez reconocido en efecto que uno cualquiera de estos términos puede
suceder inmediatamente a cualquiera de los otros, y puede igualmente
alcanzarse en el 4to. tiempo contado a partir de uno de ellos,...
Vamos a trabajarlo, pero vieron que dice que esta sintaxis determina
posibilidades e imposibilidades. Vean que en esta lógica, la de La Carta
Robada de 1966-1955 -no sabemos bien cómo decirlo-, lo simbólico determina
lo posible y lo imposible: es la sintaxis de α,β,γ,δ lo que determina lo
posible y lo imposible. Nosotros creemos que lo posible y lo imposible son
categorías de lo real y que las categorías de lo simbólico son lo prohibido y lo
permitido.
Pero Lacan nos está diciendo que es la ley propia de una sintaxis hecha sobre
la base de una clasificación lo que establece lo que es posible y lo que es
imposible. Es interesante para pensarlo en la clínica. Piensen un caso de deja
vu. Si uno padece un deja vu, es un fenómeno muy peculiar: porque no es la
repetición, no es “Uy, qué casualidad, justo una tarde lluviosa de otoño veo un
Fiat 600 descapotable”. “Ya una vez me pasó que en una tarde lluviosa de
otoño ví un Fiat 600 descapotable.” Lo que sucede en el deja vu, no es que se
esté repitiendo la escena que uno ya vivió, sino que uno está viendo la misma
escena. Lo increíble del deja vu no es que algo se repita, sino que algo se
repita en su tiempo, no en este tiempo. ¿Correcto? Con lo cual,
indudablemente se trata de un fenómeno alucinatorio. ¿Cuál es la diferencia
entre ese fenómeno alucinatorio que es el deja vu, y la alucinación en la
esquizofrenia?
Comentario: lo leés...
A.E.: ¿lo leés en función de qué? ¿cuál es la categoría que estás usando para
leer?
---cambio de cinta---
A.E.: no importa eso, lo probable no tiene nada que ver con lo posible o lo
imposible. Los psicóticos no zafan porque algo sea poco probable. Y las
psicólogas cuando le plantean a los psicóticos lo poco probable, también
fracasan. Cuando la psicóloga le dice al esquizofrénico: “¿vos creés, ciruja,
que a vos te va a perseguir toda la CIA? Es muy poco probable.” Esa
intervención fracasa, no resuelve nada. Porque el problema ahí no es lo
probable o lo poco probable, sino la categoría de lo imposible. Si ustedes
estuviesen en la esquina, acá, ahora, alguno de ustedes que no vino al curso
porque se quedó en la esquina al ver pasar una vaca volando. Si no tiene la
categoría de lo imposible, podría haberse suicidado. Si uno tiene la categoría
de lo imposible, podría haber seguido caminando diciendo “es imposible”. Pero
observen que no es imposible, ya que vientos mayores a 150 km por hora
hacen volar a las vacas, coches y casas enteras. Cuando uno dice que es
imposible que una vaca vuele, lo que se está haciendo es dar un contexto
simbólico a elementos que son en sí mismo simbólicos, y se está proponiendo
mediante imposibles la relación que guardan entre ellos.
Lo advierto porque me parece que con posible e imposible se trabaja mucho en
la lógica modal de Lacan, y a veces se cree que por utilizar las palabras posible
o imposible se están leyendo categorías de lo real. No son propias ni
específicas de la categoría de lo real. Pueden ser lo real, en función de lo
simbólico, si no está en función de lo simbólico, no. No hay en sí -en lo real
como mundo físico- nada imposible.
esto es evidente, no? Es evidente que acá hay una alfa después de una beta,
una gama después de una beta, una gama después de una delta, etc. Ven que
uno a uno, son todos posibles. Es muy interesante. Si ustedes por ejemplo le
propusieran a un paciente neurótico que está en tratamiento, que tenga
suficiente filiación obsesiva –o sea, que tiende a contradecirlos a ustedes en
todo lo que le dicen- supongan que ustedes le estén proponiendo una sanción
al padre, al padre que ha violado a la hermana, que lo ha estafado a él toda la
vida en los negocios, que ha fajado a la madre cuando volvía alcoholizado de
las juergas, que ha dejado embarazadas a varias chicas del mismo barrio; pero
a quien nadie dice nada. Supongan que ustedes le propongan la siguiente
intervención: “Lo que sucede es que a veces hay cosas que son imposibles de
decir, en ciertos contextos, es imposible decir ciertas cosas.” ¿Podría ser una
frase? Pero un obsesivo podría decirles que no existe nada que sea imposible
de decir. ¿Qué sería lo imposible de decir? Si hubiera algún lacaniano
presente estaría tentado de decir “Todo no se puede decir”, al que le
contestaría: “Mirá: ‘todo’, ya te lo dije”. “Ya te dije todo”. ¿Nunca les pasó que
alguien diga “ya te lo dije todo, ¿qué más querés que te diga?” Se puede decir
todo, claro que se puede decir todo. A veces uno no se dio cuenta de que ya le
había sido dicho todo y siguió en algo que después produjo la catástrofe.
Y esto, en esta forma de escribir -α,β,γ,δ- está presente, porque luego de
un término puede venir cualquier otro. Si en una serie de tres, 1 y 3 no podían
venir uno detrás del otro, ahí sí, uno podría decir que es imposible que venga 3
después de 1, pero ahí el símbolo funciona transparentemente.
Lo que estamos trabajando ahora es una condición en la cual el símbolo se
convierte en significante, lo que significa que opera en forma opaca, ya no es
más transparente. Nosotros en la clínica de neurosis de transferencia,
trabajamos en una clínica opaca. Es importante pensar el problema de lo
opaco, porque hay muchas expresiones de colegas que publican artículos
donde dicen “la pulsión a flor de piel, el goce a flor de piel, el inconsciente a flor
de piel”, luego de la frase de Miller se empezó a usar mucho en el lacanismo la
expresión “a cielo abierto”, “la pulsión a cielo abierto, el goce a cielo abierto, el
Edipo a cielo abierto...” No hay problema con que sea Edipo a cielo abierto...
pero si fuese así, no es Edipo, porque es tripartito... El Edipo, que es
cuatripartito, ya no puede estar a cielo abierto. Si viniera un muchacho y dijera
“yo quiero acostarme con mi mamá y matar a mi papá”, eso no es Edipo a cielo
abierto, es otra cosa. Y es bastante raro que alguien diga eso. En treinta años
sólo tuve un paciente que dijera tal cosa, es muy poco frecuente, sin embargo
nosotros decimos que es la estructura fundamental en las neurosis de
transferencia. Lo que pasa es que opera opacamente. Y esa operatoria
opaca, inscripta en la cadena, se inscribe en esta lógica como que siempre
después de un término podría venir cualquier otro, no hay nada que sea
imposible de decir. El obsesivo podría decir “sí, se puede decir: ‘mi padre es
un canalla’”. Pero podríamos preguntarle: “usted ¿lo ha dicho? ¿alguien se lo
ha dicho? ¿su madre, alguien?”. “No, hasta ahora...” No se podía decir. ¿Era
prohibido o imposible? Ahí hay un punto en el que esta serie (α,β,γ,δ),
trabajada así, permiten pensar –al menos como lo piensa Lacan en este
escrito...
Elisa Bellman: lo posible, es efecto de la opacidad o es al revés? O es la
opacidad que hace efecto de posible?
A.E.: vamos a hacer toda la serie de vuelta. + y -, ¿puede suceder, por tirada
de una moneda, correctamente fabricada, un millón de – consecutivos? Sí, acá
no hay nada imposible. En un orden simbólico dual, nada es imposible. De
hecho, lo que nosotros hemos estudiado, siguiendo a Lévi-Strauss, es que no
existen órdenes simbólicos duales, ese es el verdadero problema. Si no, uno
diría que habría orden simbólico sin categoría de lo imposible. Entonces, en el
orden dual, no hay nada imposible, sin olvidar que + y – ya es un límite que el
orden simbólico le impone a lo real: la moneda de canto no queda inscripta.
Después tenemos 1,2 y 3: aquí ya hay conteo, memoria –como rememoración
simbólica- y ley. Y acá ya sí está lo imposible: un 3 no puede seguir a un 1 y
un 1 no puede seguir a un 3. Lo que Lacan está diciendo es que en α,β,γ,δ,
sigue operando la imposibilidad pero en forma opaca. ¿Cómo la cuenta?
Teóricamente, por el pasaje de símbolos a significantes. O sea, nada en
nuestra clínica será un significante en el sentido de Lacan –tal como Lacan lo
plantea en este texto- si no está caracterizado por la pérdida de la
transparencia. Para decirlo en términos de nuestra tradición: es el rechazo
más directo al simbolismo freudiano. Si paraguas, zapato de punta o colita de
cabello simbolizan al pene, al falo, si es así, entonces eso no es significante,
porque falta la opacificación de la función significante. Y es que aquí hay un
imposible, pero a nivel simbólico. Significante hay que empezar a usarlo
cuando su función es opaca, o sea, que hay que hacer un trabajo analítico para
establecerlo. La vía para hacer el trabajo analítico, para pasar de palabra a
significante, es someterlo a una pregunta: pero eso, ¿qué quiere decir? O sea,
por ejemplo: “vengo a verlo porque fracasé”. Primero: pónganse frente a la
palabra “fracasé”, les aclaro que no se trata de una persona de 90 años,
cuadripléjica con alzheimer y metástasis, no era el caso. ¿Qué quiere decir
“fracasé”? Y no es una persona que venga del gran país del norte, donde sí
tienen a la figura del looser, el fracasado. ¿Qué quiere decir que alguien diga
fracasé? ¿Que ya cerró la cuenta? ¿Qué quiere decir? “fracasé” es una
palabra, que es parte de la demanda de este paciente cuando viene a la
consulta. Si yo le dijese: “la verdad es que no entiendo, por lo que usted me
ha contado no veo que haya fracasado... ¿qué querrá decir que usted fracasó?”
Eso es un intento –para nada demostrado eficaz- de pasar de la palabra a
significante, porque es suponer que hay algo opaco en juego en esa palabra,
que es lo que le da estatuto de significante. O sea, significante, en esta lógica,
es cualquier palabra respecto de la cual uno deja en suspenso su significado
de diccionario, para preguntarse qué quiere decir en el contexto discursivo en
el que apareció para ese caso.
A.E.: claro.
E.L.: sería un equivalente a eso que se dice que el psicótico está dentro del
lenguaje pero fuera de discurso... porque no opera lo imposible.
A.E.: bueno, ahí Lacan hace un trabajo que dice que lo toma de Freud. Y es
el rescate del término Unglauven, tal como está planteado en el Seminario 11,
y que es la increencia. Un punto, corrámonos un poco: vieron que tenemos un
Papa nazi. Fue a Auschwitz a decir que los alemanes fueron víctimas, ¡hay que
tener el tupé de ir a Auschwitz y decir que los alemanes fueron víctimas!,
siendo él alemán. ¿Puede haber un Papa esquizofrénico? Si hay un Papa
nazi... ¿podría haber un Papa paranoico? ¿Una hermanita de caridad
esquizofrénica? Creen en Dios. De vuelta: no hay nada que el psicótico no
pueda hacer de la vida cotidiana, o sea, creen en Dios. Lo que nosotros
trabajamos como el problema de la creencia –que Lacan llama increencia, y lo
deja más articulado a la paranoia, pero generalicémoslo para las psicosis- es
que para Lacan lo que es increencia de la psicosis es respecto a las
existencias que le atañen al sujeto en su conflicto. ¿Hay esquizofrénicos que
sean Hijos de Dios? Esquizofrénicos-cristo... ¡está lleno! Es una de las figuras
más típicas que puede tomar al esquizofrénico varón en nuestra cultura, ser el
cristo, el salvador, el hijo del Padre, de Dios. Schreber, ¿era psicótico? ¿Están
seguros? Yo no tengo dudas de que haya sido una psicosis. ¿Creía en Dios?
¡Cómo no iba a creer en Dios si Dios lo molestaba! El asunto es estudiar la
estructura de ese Dios. Se acuerdan que le ocupaba el baño cuando Schreber
lo quería usar. Era una de las cosas que más le molestaba a Schreber, que
Dios le ocupara el baño cuando él necesitaba ir. Con lo cual, Schreber creía en
Dios. Ahora, yo les pregunto: si Dios ocupara el baño cada vez que uno
quisiese ir, ese baño, que está detrás de esta puerta, al estar ocupado, ese
“estar ocupado” quiere decir ¿tri o bidimensionalmente?
Es tridimensionalmente. Si fuera bidimensionalmente no habría problema: si
estuviera la laminilla de Lacan sobre el inodoro lo podemos usar igual,
tranquilos. Lo bidimensional pasa. Si ustedes taparan el inodoro con la
laminilla de Lacan -la del mito del Seminario 11- pasaría. Hay que pensar en
esas cosas, porque Lacan dice que la laminilla angustia mucho pero no asfixia,
porque es bidimensional, es una superficie. Entonces digo, el Dios que
ocupaba el baño y obligaba a Schreber a pensar sin descanso, ése, ¿es bi o
tridimensional? Es tridimensional, porque interviene en lo real de la vida
cotidiana. Con lo cual, creen en Dios, pero Dios no es una existencia.
Recuerdan que les proponía que existente es aquello que es y no es a la vez.
O sea, si muere un niño en el barrio, una vecina podría decir que Dios se lo
llevó a su lado como un angelito. Lo podría decir y todas las otras vecinas
dirían que sí. Pero otra cosa es que una vecina diga que vió cuando Dios lo
agarró y se lo llevó. Ahí dirían que no. ¿Qué quiere decir que “viste” cuando
se lo llevó? ¿qué lo agarró con sus brazos y se fue...? Al Moyano derecho.
Con lo cual, hay que ver qué queremos decir con creencia. Si es que alguien
diga “creo en Dios”, o si es a la estructura que tiene Dios. Es lo mismo que lo
que está en juego en el inconsciente, es lo mismo que está en juego para el
sujeto del inconsciente: es una existencia. Por eso la posición del analista
respecto a la posibilidad de la existencia del inconsciente en alguien que lo
consulta, es una suposición. Del saber que se desplegará en ese caso, con el
trabajo con esa persona, en ese saber, yo supongo un sujeto: esa es la
posición analítica. Quiere decir que ese saber está orientado por un deseo.
Que ese saber no es un saber inerte: tiene un sentido. El sujeto supuesto
saber para Lacan tiene dos valores: la suposición de saber de alguien que va a
consultar al analista, que supone que el analista sabe lo que no puede saber, si
no se lo contaste ¿cómo lo podría saber? es una suposición imaginaria de
saber; y la posición analítica, que es que respecto del texto que se vaya
produciendo, nosotros trabajamos con la suposición de sujeto, o sea, hay un
sujeto de deseo que no es la persona, aclarémoslo, habitualmente la persona
cuando viene a análisis es porque no quiere lo que se desea, no? Entonces no
se le podría decir “usted quiere”, se entiende? Eso quiere, el ello. Bueno,
nosotros respecto del ello tenemos una relación que es de suposición. Alguien
me podría decir: pero vos ¿creés o no en el inconsciente? Yo contestaría: si
creo en el sentido de que funcione para mí como un Dios para el creyente,
entonces no. Si me preguntaran si supongo la existencia de una entidad
inmaterial que aporte sentido en la vida de esa persona, entonces sí. Hay que
distinguir entonces la existencia, la mera creencia religiosa y hasta la fe. Son
tres categorías que habría que oponerlas, porque si no queda muy confuso lo
que dice Lacan, y queda especialmente confuso porque Lacan plantea el
Unglauven para el paranoico. Paranoico es el que cree, el que cree que lo
persiguen, no? Es increíble que Lacan diga que es el paranoico, al que la
mujer le dice ¿pero cómo vas a creer eso, cómo vas a creer que te enveneno la
sopa? Justamente, la patología del paranoico es que cree en lo que no debería
ser creído. A pesar de eso, Lacan propone que lo que falla es la existencia.
Para decirlo más light: quizás lo que el psicótico testimonia es animadversión.
Pero la animadversión toma estatuto de real: es veneno en la sopa, no es una
existencia. El “no me mira con buenos ojos” es real, no es una mala actitud
hacia mí. Para estas lógicas, que están en Lacan, es muy importante la
discusión de si puede ser sin el cuerpo o no. No era simplemente una
discusión de principios, si era milleriano o anti-milleriano, no. Está todo el
problema investido de ese argumento lógico.
Sigamos:
“Una vez reconocido en efecto que uno cualquiera de estos términos puede
suceder inmediatamente a cualquiera de los otros, y puede igualmente
alcanzarse en el 4to. tiempo contado a partir de uno de ellos,...
Ven que dice “tiempo”, entonces, primera cuestión: que el sistema cuatripartito
también aparece el tiempo. En el sistema de tres había conteo pero no había
tiempo humano. Recién con el sistema de cuatro hay tiempo humano: 1er.
tiempo, 2do. tiempo, 3er. tiempo. Con “tiempo humano” me refiero a que sólo
en un sistema cuatripartito hay anticipación y retroacción. O sea, la red 1-3 no
puede recorrerse hacia atrás, va siempre para adelante. Pero eso que va
siempre para adelante no es el tiempo humano. Otro problema con Miller y el
último Lacan. Porque si nosotros aceptáramos que la obra de Lacan sea lineal,
entonces tendría razón Miller. Pero si fuera lineal, el problema que se nos
produce es que la obra de Lacan no podría ser leída con el concepto de tiempo
de Jacques Lacan. Porque el concepto de tiempo de Jacques Lacan es el de
un tiempo circular, de anticipación y retroacción.
“Una vez reconocido en efecto que uno cualquiera de estos términos puede
suceder inmediatamente a cualquiera de los otros, y puede igualmente
alcanzarse en el 4to. tiempo –cualquiera de ellos- contado a partir de uno de
ellos, resulta contrariamente que el tiempo tercero, dicho de otra manera el
tiempo constituyente del binario,...
binario
α _ _ _ S _ S
1° 2° 3° 4° 1° 2° 3° constituyente del binario
Nosotros trabajábamos con + -, son dos lugares. 1, 2,3 son tres símbolos y
trabajábamos tres términos de +-; ahora trabajamos α,β,γ,δ, y ya pasamos
a trabajar en la cadena, sincrónicamente con cuatro términos. Entonces Lacan
dice que partiendo de uno de ellos, el segundo será indiferente y el cuarto
también, no así el término tercero, que es el constitutivo del binario.
Por ejemplo, les pregunto: si nosotros tenemos alfa en el primero, quiere decir
que hay la designación de un trío. ¿Qué trío es alfa? S _S
El tercero, ¿por qué no será indiferente? Porque todas las letras griegas que
podrían venir aquí (al 3° tiempo) ¿podrían ser alfa, beta, gama o delta?:
α sí
β sí
γ no
α = (S)(_)(S)
S _ S δ no
γ = (D)(_)(D)
α _ _ _ β = (S)(_)(D)
1° 2° 3° 4° δ = (D)(_)(S)
α , δ α , β
Repartitorio A Δ: α,β,γ,δ
γ , β γ , δ
1er. tiempo 2do. tiempo 3er. tiempo
21
Como los dos tríos de alfas marcados en verde en la tabla de página 9: el tercer término del
primer trío coincide con el primer término del segundo trío.
caracteriza por terminar en S, igual que alfa. Porque alfa también es un trío
que se caracteriza por terminar en S. O sea, alfa y delta están en la misma
posición, al tener como posibles a alfa y beta en la tercera posición, y gama y
delta como imposibles en la tercera posición.
A.E.: nada de beta dice en sí, que para atrás tuvo que haber alfa o delta.
Porque parecería que su aparición fuera absolutamente azarosa. Ya que el
término anterior y el posterior pudo ser cualquiera. Nunca se olviden de que
estamos trabajando con cuatro lugares. El segundo y el cuarto son indistintos.
Habíamos dicho que era como Lacan trabajaba Más allá del principio del
placer, y habíamos dicho que era como se trabajaba el problema del azar.
¿Por qué has dicho esa palabra?, le podríamos decir a un paciente. Y el
paciente podría decir “por nada”. Y vos podrías suponer que hay una legalidad
por la cual esa palabra apareció. Y él decirte “ah, no, es porque antes pensé
en lo cansado que estaba, tuve un lapsus, a usted qué le parece, me
equivoqué, lo que pasa es que estoy muy cansado”. Siempre hay respecto de
la cadena significante la posibilidad de desmentir que haya una determinación
allí. ¿Por qué es posible desmentir la determinación en juego? Porque es
opaca, no es transparente. No aparece que haya elementos que son
imposibles y elementos que son prácticamente obligados. Podría ser que con
un paciente ustedes dijeran: “Y... con esta estructura familiar, no es casual que
usted haya elegido una mujer así”
----cambio de cinta----
... ¿cómo puede ser que haya sucedido? La persona es tonta, come clavos?
No, es que no sabía de la legalidad que estaba en juego, y él pensó que era la
primera chica que pasó. Sacó a cuatro chicas a bailar, las cuatro le dijeron que
no, la quinta le dijo que sí y se casó con esa. ¿Fue casualidad? ¿Fue absoluta
casualidad? ¿O pudo haber alguna determinación operando? Si hubo
determinación operando, esa determinación necesariamente fue opaca. Y para
que advenga, necesitamos una cierta extensión de la cadena en la que se
verifiquen tanto las anticipaciones como las retroacciones. Esto también
complica bastante la lógica de un cierre S1-S2 y una sesión ultra-corta: porque
hasta que no se despliega la cadena, no se pueden ver cuáles son o cuáles
podrían ser las determinaciones operantes que determinan tanto las
anticipaciones como las retroacciones. Ahora, observen que recién aquí
tenemos primer tiempo, segundo tiempo y tercer tiempo. Quiere decir que
aunque en el sistema de tres se contaba, recién en el sistema cuatripartito hay
tiempo humano, porque el tiempo humano es en el bucle de la anticipación y la
retroacción.
Tabla O: I δ α α β γ γ δ lo posible
I a
Imposible de escribir en γ R α
los lugares intermedios.
Lo que no cesa de no
escribirse. β δ S δ β
Posibles de escribir en un solo lugar intermedio, dependiendo del trío que se tome.
Y la Tabla omega tiene los pares alfa-gama, gama-alfa (primer par del cuadrito en
pág. anterior).
Tabla Ω: α δ δ γ β β α
S A
δ β
α γ γ α
Vamos con beta: desde delta, beta podría ir al segundo lugar? Sí. Beta en
tercera, ¿permite a beta en primera? No, quiere decir que beta puede ir al
segundo lugar partiendo de delta, pero no puede ir al primero si hay una beta
en el tercer lugar. Y delta, estando delta en primera, podría ir otra delta en
tercer lugar? No. Pero estando beta en tercero, sí podría ir al primero.
Es decir, que gama está prohibido en ambos lugares, beta está prohibido en
uno de los dos lugares intermedios pero podría ir al otro, y delta lo mismo: está
prohibido en un lugar intermedio pero no en el otro.
Lacan escribió entonces una cadena significante en la cual tal como está
armada, todo podría ser, no hay imposibilidad ni determinación legal
evidentemente planteada en este nivel (el primero). En el segundo nivel
escribió lo que no entra de ninguna manera, y en el tercer nivel escribió lo que
no entra en una posición pero sí en la otra, y a la inversa. De ser así, si Lacan
dice que escribió los tres registros, entonces podríamos decir que este es el
registro imaginario (cadena de arriba, primer nivel), este es el real (segundo
nivel) y este es el simbólico (tercer nivel). (en letras rojas en tabla omicron).
Se los digo en lacanés: el segundo nivel es lo que no cesa de no escribirse.
E.L.: estos tres tiempos, ¿se pueden vincular con los tres tiempos lógicos?
“De suerte que ensayaría esta noche, simplemente, de decir algunas palabras
sobre lo que quiere decir la confrontación de estos tres registros, muy distintos,
que son los registros esenciales de la realidad humana y que se llaman lo
simbólico, lo imaginario y lo real.”22
22
En la versión castellana: (2005) Jacques Lacan, De los nombres del padre, pág. 15. Buenos
Aires: Paidós.
lacanianos pero me da la impresión de que es muy poco leída. Ahora hay una
edición en dos volúmenes, bilingüe, accesible económicamente. Es
sumamente interesante. Apenas surge la perspectiva en el Renacimiento,
apenas surgen Leonardo Da Vinci, Durero, Alberti, trabajan todos con
anamorfosis. Ese es un movimiento de las mismas semanas. Nicolás de Cusa
es 1400 más o menos, apenas surge la formalización matemática propia a la
ciencia moderna, ya surge La Docta Ignorancia, o sea, la imposibilidad de
saberlo todo. La imposibilidad de saberlo todo como producto de un intento de
conocimiento científico, no es una posición filosófica. Lacan cita mucho a
Nicolás de Cusa, más de lo que parece. Está citado por Lacan en el Seminario
1, con lo cual, mi hipótesis es que sobre lo simbólico, lo imaginario y lo real
Lacan pudo tomar mucho de allí. El Dios de los cristianos es un Dios que
merece una explicación que justifique su existencia; pero no es el caso del Dios
de los judíos antiguos, ya que creer en Dios era evitar la pregunta por su
existencia, esa es la fe judía, que se llama emuná. La creencia cristiana es
poder responder afirmativamente la pregunta por la existencia de Dios. Y es
así que hay argumentos de la existencia de Dios. Un que produjo mucho
impacto es el Proslogion de San Anselmo, cuyo argumento fundamental es que
Dios es lo máximo. Nicolás de Cusa no sólo trabaja a Dios como lo máximo
sino como lo máximo y lo mínimo, considerados matemáticamente. O sea, lo
infinitamente máximo –les recomiendo leer La Docta Ignorancia, para que no
crean que el “no todo” es tan lacaniano de la última época... es de 1450 el “no
todo es posible de ser sabido”, lo dijo un obispo en 1450, lo publicó, y es uno
de los libros más famosos de cualquier biblioteca de 200 ó 300 libros, en
cualquier selección de libros famosos está ese. O sea, el “no todo puede ser
sabido” no es ni tan lacaniano, ni tan moderno, ni tan post-teorema de Gödel.
El argumento de Nicolás de Cusa es que Dios sería lo máximo y lo mínimo,
infinitamente máximo y lo infinitamente mínimo, o sea, lo trabaja
matemáticamente. Y lo sorprendente es que, ¿recuerdan lo que cité de Cantor,
Frege y Dedekin, con el infinito actual? Donde el argumento más sorprendente
para el sentido común es que el infinito actual –tal como lo trabajan esos
autores, fin del siglo XIX y comienzos del XX- es que cualquier parte de lo que
constituye el infinito, es infinito también. Por ejemplo, cualquier segmento de
recta de la recta infinita, tiene infinita cantidad de puntos también.
Elisa Bellman: vos decís que Lacan tomó lo simbólico, lo imaginario y lo real
de Nicolás de Cusa...
Ahora, si nosotros los tomamos así, habría que leer como segundo, y es el
motivo por el cual yo creo que aquí23 no dice simbólico, imaginario y real, yo
creo que aquí no dice simbólico, imaginario y real, porque para colmo Lacan
escribe lo simbólico, lo imaginario y lo real, y no como les gusta a muchos
lacanianos que es RSI. Real, simbólico, imaginario; que para muchos
lacanianos es la adecuada medida de la trascendencia. Lo más trascendente
es lo real, después queda lo simbólico más o menos, y lo imaginario es la
taradez máxima que no sirve para nada. RSI, que Lacan lo trabaja como la
herejía psicoanalítica. Pero en esta conferencia trabaja simbólico, imaginario
y real, y hay un párrafo que dice:
Vean que Lacan dice que el psicoanálisis no tiene que ver con lo real. ¿Qué es
lo que está puesto en juego en un análisis? ¿La relación real del sujeto? No.
Es otra cosa.
Bueno, les quería hacer una propuesta, muy grosera –demasiado grosera- pero
si lo simbólico, lo imaginario y lo real, son tres registros esenciales de la
realidad humana, yo les propondría si justamente esta polémica que puede
plantearse respecto a qué es –en un psicoanálisis- lo que fundamentalmente es
puesto en juego, el funcionamiento considerado como rector del movimiento,
aquello que caracteriza al movimiento, la pregunta mía es: ¿no podría ser que
el psicoanálisis se escriba en la hegemonía de lo simbólico, lo imaginario como
la hegemonía en la psicología y lo real en la neurología y la psiquiatría?
S I R
23
En el título del libro “Jacques Lacan, los Nombres del Padre”, (2005) Buenos Aires: Paidós,
que contiene la conferencia “Lo simbólico, lo imaginario y lo real“.
24
En la versión castellana de Paidós, pág. 17.
Ψα Psicología Neurología
Psiquiatría.
Digo, que justamente el acentuar el valor de lo real, o sea, decir “es lo real lo
que determina la posición de un sujeto”, justamente ¿no podría ser para
nosotros... ven que escribí tres dimensiones de prácticas que se vinculan
bastante entre sí, ya que desde ciertas perspectivas muy generales, podría
decirse que son tres prácticas referidas a la enfermedad mental, al problema de
la salud mental, del síntoma neurótico o psicótico. La propuesta que les hago
es si no podríamos decir, si son los tres registros, que es en función a cómo
nos pongamos que se caracteriza nuestra práctica? Acentuar lo real, que en
última instancia se trata de lo real ¿no es la posición de las neurociencias? La
posición de la psicología ¿no es la que se caracteriza por lo imaginario, en el
sentido de lo común y lo general? “Me parece muy raro que una chica de 27
años aún no haya debutado”. Si una psicoanalista dijera eso, ese “me parece
muy raro” es porque está trabajando con cierta estadística que vincula a
grandes poblaciones, habrá que ver igual si esa psicoanalista conoce esa
estadística, me parece más bien que lo debe decir en relación a cuando ella
debutó o a cuando ella creía que debía haber debutado. Quizás la hermana de
esa psicoanalista debutó a los 18 y la psicoanalista a los 32, y siempre se sintió
una tarada por no haber debutado cuando debutó la hermana... entonces por
eso le parece raro que la paciente teniendo 27 todavía no hubiera debutado.
Pero vean que es una consideración que no hace hincapié en la condición
particular del sujeto sino que hace hincapié en condiciones de generalidad y
normalidad según censos y estadísticas. Esa podría ser la posición de la
psicología.
Y el psicoanálisis podría ser esa práctica que fundamentalmente hace hincapié
en la palabra. Mencionar toda la experiencia en función de la palabra.
Me parece que es una propuesta que se anuda bien a lo que estamos
trabajando, porque justamente les voy a proponer, voy a seguir proponiéndoles
en función de La Carta Robada, texto de Lacan del Seminario 2-Obertura de
los Escritos,1966, único libro publicado por Lacan, donde simbólico, imaginario
y real quedan como subsecuentes a cierta relaciones internas específicas de la
cadena significante, donde lo simbólico, lo imaginario y lo real van a ser
relaciones internas entre los términos de la cadena significante.
Voy a partir ahora del comentario de una página de La Carta Robada en los
Escritos, que es la 42 en español y 49 en francés. Primero, una corrección, ya
que hay un problema en la traducción. En la página 44 de la versión
castellana, después de las tablas Omega y omicron, es un párrafo que les debe
sonar ya que es muy impactante, que dice:
Este “en ella” no hay modo de articularlo con nada. Es un error de traducción.
Está hablando del origen de la subjetividad. La subjetividad tiene su ori gen en
la sintaxis, que engendra en ella...
Comentario: en la subjetividad...
Comentario: ¿en la sintaxis?
A.E.: a mí me parece que sí, que el “y” no es “en ella” y que tenés razón,
indica un lugar, una precedencia.
E.L.: que dijiste al comienzo que eso quedaba suelto y no tenía traducción.
A.L.: no, no dije eso. Lo que digo es que un profesor de francés tiende a decir
que cuando hay que traducir al español ese “y”, habitualmente conviene no
tomarlo en cuenta. Pero si hubiese que traducirlo, aquí, habría que establecer
a qué se refiere. Con “ella”, el traductor pone una vuelta muy complicada y que
es que la subjetividad surge de la subjetividad. Pero si pusiera un “ahí”
entonces tendría la virtud de referirse a lo real. Entonces, sea como sea, aquí
habrá que asumir una posición –traduttore, tradittore- lo que estoy trabajando
con ustedes hace seis reuniones es que la subjetividad no proviene de lo real.
Si quieren un parrafito de Lacan de la página siguiente, dos páginas más,
donde está el esquema L, dos párrafos hacia arriba, dice:
“Es precisamente la cuestión a la que Freud regresa una vez más en Más allá
del principio del placer...
Se acuerdan que dijimos que lo más sorprendente era que La Carta Robada
fuera el comentario en el Seminario 2 de Más allá del principio del placer,
donde podría haber sido que muchos psicoanalistas hubieran empezado a
argumentar que la subjetividad tenía su origen en las pulsiones, siendo las
pulsiones esa exigencia del trabajo a la que el cuerpo somete a lo psíquico.
Con lo cual, es muy importante ver si la subjetividad proviene de lo real o si la
subjetividad es un efecto de la sintaxis en lo real.
“Es precisamente la cuestión a la que Freud regresa una vez más en Más allá
del principio del placer, y para señalar que la insistencia en que hemos
encontrado el carácter esencial de los fenómenos del automatismo de repetición
no le parece poder encontrar otra motivación sino prevital y transbiológica.”25
Formulo la pregunta: ¿qué posibilidades hay de que aparezca cara tres veces
consecutivas en el lanzamiento de la moneda, correctamente fabricada? Las
posibilidades que surjan no provendrán de lo real. Si ustedes respondiesen
1/8, 1 de cada 8 series de tres será la que estás buscando, ese 1/8 no proviene
25
“Seminario sobre ‘La Carta Robada’”, en Escritos 1, pág. 46 (2da. reimpr., 1988) Siglo XXI
de lo real. Se puede contestar que es 1/8, porque la pregunta ha introducido
en el mero lanzamiento puro de una moneda, una sintaxis, que al haber
introducido esa sintaxis, permite obtener –aparentemente del lanzamiento de
una moneda- esa respuesta.
Retomo el párrafo que estaba después del repartitorio:
“Que el nexo aquí manifestado es nada menos que la formalización más simple
del intercambio es algo que nos confirma su interés antropológico. Nos
contentaremos con indicar en este nivel su valor constituyente para una
subjetividad primordial, cuya noción situaremos más abajo.” 26
26
“Seminario sobre ‘La Carta Robada’”, en Escritos 1, pág. 43 (2da. reimpr., 1988) Siglo XXI
Cuya lógica, para Lacan es el Grupo de Klein, o sea, no conjunto ni estructura
sino la teoría matemática de grupo. Este sería un grupo cuatripartito, un grupo
de cuatro elementos.
Mariano: esto es para la neurosis. ¿Y para la psicosis?
A E
“Así, si se fija el término del 4to. tiempo, el del 2do. no será indiferente.”27
Recuerden que les había planteado que cada vez que pasamos a trabajar con
una estructura constituida con mayor cantidad de elementos, 4 elementos en
α,β,γ,δ; también somos capaces de leer en cuatro términos consecutivos
de la cadena. Entonces Lacan dice que establecido el cuarto, el segundo no
será indiferente. O sea, observen que según el repartitorio, a partir del primero
el segundo puede ser indiferente porque después del primero puede venir
cualquier otro término, pero si avanzamos, a partir del cuarto ya se puede
establecer que el segundo no fue indiferente, ¿ven la retroacción?
Tabla O: δ α α β
Si un paciente viene y dice: “Yo hoy quería hablar de tal cosa”, sigue hablando
y al rato se da cuenta de que está hablando de otra cosa, y dice: “Uy, qué raro,
le dije que quería hablar de mi hermana y terminé hablando de mi hermano,
¿por qué será que estoy hablando de mi hermano?” Y efectivamente al querer
hablar de la hermana pudo pasar a hablar del hermano, pero no puede
explicarse por qué. Ahora, la explicación a ese por qué, vendrá desde el cuarto
término (β), porque el cuarto término (β) es el tercero para el segundo (α)
considerado como primero.
En la lógica del repartitorio, hay un nexo que va del primero al tercero y del
tercero al primero; pero observen que no es el mismo porque no son las
mismas duplas28, en uno es α,δ y en el otro es α,β, nosotros hubiéramos
querido que fuera alfa-delta y beta-gama, pero no es así: están cruzados. No
están armados en espejo.
27
“Seminario sobre ‘La Carta Robada’”, en Escritos 1, pág. 43 (2da. reimpr., 1988) Siglo XXI
28
Ver repartitorio en la pág. 8 de esta clase.
Con esta lógica entonces podemos decir que a partir de un término puede venir
cualquier otro: “Uy, qué raro, quería hablar de mi hermana y hablé de mi
hermano, no sé por qué”. Pero se puede saber por qué si uno hace continuar
la cadena significante desde el cuarto, retroactivamente, se puede establecer la
lógica de éste.
A mí me parece que en la obra teórica de Lacan y también en su práctica
clínica –ya hay casi 10 libros publicados de casos de Lacan, no publicados por
él pero sí por sus pacientes que testimoniaron de su análisis- me parece que
en 1966 hay un gran quiebre. Porque esta lógica nos hace ir muy en contra de
la sesión corta, no? Imaginemos a un lacaniano: un lacaniano de pura cepa,
cuando escucha “yo quería hablar de mi hermana y terminé hablando de mi
hermano”, le corta la sesión. No sé por qué pero le corta la sesión. Pero vean
que ahí justamente lo que se indicaría es que habría que seguir, porque hasta
que no aparezca el cuarto término, no tendremos las determinaciones
suficientes como para entender por qué. Entiendan que este es un verdadero
problema para el tipo de clínica fundamentalmente de Lacan de 1966, porque
esto va en contra de la sesión corta. ¿Por qué va en contra de la sesión corta?
Porque nos obliga a darnos cuenta de que hay que desplegar la cadena.
Lacan citaba a los pacientes por hora, y tenía en la sala de espera a 10 ó 15
personas, y cada vez que salía, llamaba a cualquiera: “A ver, ¡usted!”. Una
vez sucedió que le dijo “¡Usted!” a un tipo, y el tipo dijo “¿Quién, yo?” y Lacan
respondió “Bueno, dejamos acá.” ¿Les sorprende que sea una intervención
de Lacan? A mí, no. Pero no sé qué quiere decir, porque en realidad no sé
qué pasó, y no sé cómo Lacan pudo saber qué pasó. Porque ustedes me
podrán decir que Lacan conocía muy bien al paciente, era un paciente que
dudaba... obvio, si no, ¿qué dato íbamos a poner? Pero si era un paciente que
dudaba, cuando dice ¿quién, yo?, ustedes ¿están seguros de que dudó?
¿cómo saben que el paciente ahí dudó? Si no, estaríamos suponiendo que el
significante en tanto tal significa algo. No podemos llegar a saberlo, ni siquiera
él mismo puede llegar a saberlo. Y en realidad no fue una duda, fue un
recuerdo, un automatismo de repetición que le tomó porque Lacan le hizo
recordar a ese profesor de literatura que llama así a los alumnos, motivo por el
cual él se peleó tanto con la literatura que terminó no siendo escritor. Ven que
podría no tener nada que ver con la duda, sino con la interpretación del deseo.
¿Cómo saberlo? Digo, la sesión corta –que es la sesión propuesta por Lacan-
que nosotros preferimos llamarla “de tiempo variable”, cuando en realidad lo
que Lacan proponía era sesión de tiempo variable lo más corta posible. Pero
observen que en esta lógica no es tan razonable proponer que habría que tener
hasta prisa por cortar; porque teniendo prisa por cortar, no se puede saber por
qué se ha cortado en determinado momento, porque los elementos no
establecen su valor recíproco en series tan cortas. Después de un término
podría venir cualquier otro: “Pase”, “¿Quién, yo?”, y quedarnos en el segundo
término. Otra cosa sería hacerlo pasar y preguntarle, o quizás hasta él mismo
podría decir: “No sé por qué dije “quién, yo”, si yo estaba esperando que usted
me llamara, era evidente que tenía que pasar yo, no sé por qué lo dije, porque
yo nunca dudo ni vacilo... ¿por qué habrá sido?” ¿Cuál es la respuesta? Siga
hablando. Porque si no sigue hablando, no se establece el valor de los
elementos, y estaríamos interviniendo sin las condiciones mínimas de una
subjetividad posible de ser establecida por el psicoanálisis. Si no estamos
trabajando con eso, entonces habría preguntarse muy bien con qué se está
trabajando... tal vez se esté trabajando con psicología: “Está mal dudar, es de
tontos dudar, es mucho mejor ser decidido”. La verdad es que yo no sé ¿es
mejor ser decidido que dudar? ¿Está mal dudar? ¿Tiene algo de malo dudar?
Podría ser que en algunos pacientes se establezca la duda como síntoma, en
algunos. Pero cortar de esa manera, es sancionar la duda. Y si se sanciona
el dudar, es porque para el analista dudar significa algo. Y no se puede saber
qué significa verdaderamente.
δ,β y β,δ [en la tabla omicron] y aquí es α,γ y γ,α [en la tabla Omega], se acuerdan
que les había propuesto distinguir alfa-gama por un lado y beta-delta por el
otro, porque alfa-gama designaban tríos simétricos a su vez, y beta-delta tríos
disimétricos a su vez.
α = S{[(S)(_)(S)]}
γ = S{[(D)(_)(D)]}
β = D{[(S)(_)(D)]}
δ = D{[(D)(_)(S)]}
O: δ __ __ β
sí α α
δ β sí
no γ γ no
β δ
Yo les había dado la pista de que Omega y omicron podrían equivaler a lo que
en francés podrían ser A y a. Con lo cual, Omega podría ser S, simbólico; y
omicron, a, lo imaginario. Podríamos tomar de las letras elegidas por Lacan
una pista. Fíjense que si esta fuera la cadena ordenada imaginariamente (tabla
omicron), ¿qué términos eligió Lacan para escribir en los lugares intermedios?
¿los que están arriba o los que están abajo? Los que están arriba, ya que
escribió alfa y alfa. Son los términos permitidos. O sea, a la cadena imaginaria
Lacan la completa con los términos que según los extremos, están permitidos.
Veamos qué sucede con la tabla Omega:
Si está alfa en primera, delta no podría ir. Con lo cual observen que la tabla
imaginaria (omicron) es una cadena significante, donde se han rellenado los
lugares intermedios con aquellas términos que sí pueden ir, que están
permitidos. Mientras que la tabla ordenada por lo simbólico (Omega) está
rellenada con los términos que no se pueden poner.
Ω: α δ δ γ
S
prohibidos
Podría ser la diferencia en la posición de alguien que ha hecho entrada en
análisis, de aquel que no haya hecho entrada en análisis. “¿Qué tal su vida?”,
“Todo bien, me va muy bien, bien en mi matrimonio, bien con los chicos, bien
en el trabajo, todo muy satisfactorio”. Y tiene psoriasis en todo el cuerpo, pero
él está bárbaro... “¿Por qué viene?”, “Me mandó el dermatólogo”, “¿Cómo
anda su vida?”, “Todo bien, perfecto”. Uno cuenta hasta tres y pide que se le
den más detalles, y continúa diciendo que está todo bárbaro –salvo la
psoriasis- pero todo bien. Ese sería un caso en el que se puede rellenar la
cadena significante con todo lo que pueda ir. Pero también se podría poner
como relleno en los términos de la cadena significante aquello que no va.
“Vengo a verlo porque lo que no va en mi vida es esto, esto y aquello”.
Observen que las lógicas que Lacan propone designar como cadenas
ordenadas simbólicamente, o cadenas ordenadas imaginariamente, es según
las relaciones internas que los elementos guardan entre sí. O sea, no tiene
que ver lo simbólico con las palabras ni lo imaginario con las imágenes. No
tiene que ver lo simbólico con las relaciones entre significantes y lo imaginario
con las relaciones entre los cuerpos. No siempre Lacan dice esto, también
dice que lo simbólico son los significantes, que lo imaginario es el cuerpo y que
lo real es el goce. Pero también dice esto otro.
Elisa B.: una pregunta. En la línea imaginaria, vos decís que Lacan elige alfa
y alfa...
A.E.: estamos trabajando con dos cosas. Las líneas imaginario, simbólico y
real es una cuestión. Ahora estamos comparando dos cadenas.
A.E.: sea lo que fuere, si delta estuviese acá, estaríamos diciendo que tendría
otro destino acá. Mejor veamos primero qué es gama.
Tabla O: I δ α α β γ γ δ
a
γ R α
posición intermedia
par excluido β δ S δ β
Tabla Ω: α δ δ γ β β α
S, A
δ β
α γ γ α
Tabla O: δ α α β γ γ δ
Tabla beta-delta
Tabla delta-beta Determinación simbólica opacificada por el ste.
Una flecha marca la taba delta-beta, otra beta-delta. Y las otras indican que
siempre el efecto significante está opacificado, ya que siempre después de un
término parece que pudiera venir cualquier otro. Recuerden que habíamos
dicho que en el pasaje de un orden de tres a un orden de cuatro, la
determinación simbólica se había opacificado, y al haberse opacificado,
empezaba a funcionar el significante. O sea, el signficante sólo opera como tal
opacificado. Es muy interesante para todas las referencias a los desarrollos “a
cielo abierto”. El significante, por definición, no puede operar a cielo abierto.
Tiene que estar opacificado. Por ejemplo: decir que he soñado y que en ese
sueño se me ha revelado la clave de lo que venía trabajando... da para
desconfiar. Ya que si eso no está opacificado ni requiere un trabajo de
interpretación, entonces habría que desconfiar, porque eso no es significante.
Los que trabajan en clínicas psiquiátricas, ¿han visto la perspicacia social de
los pacientes esquizofrénicos más graves? Empiezan a repetir, por ejemplo:
“el enfermero Hernández no viene más, el enfermero Hernández no viene
más...” y al enfermero lo acaban de echar, y uno se pregunta cómo este
paciente que hace cuatro años que no se baña, que casi no come, que vive
colgado de la palmera, que no habla con nadie... ¿él se vino a dar cuenta? Sí,
porque lo que caracteriza a la posición es que no está opacificado. Es lo
notable de esa posición, es muy evidente en la clínica. Para nosotros, si opera
la estructura cuatripartita, esto opera opacificado.
De hecho, me parece que también es una gran polémica respecto al desarrollo
de la clínica actual en torno al estatuto de lo que consideramos específico de
nuestra clínica, porque quienes trabajan con el concepto de goce, trabajan con
que el goce se manifiesta ahí donde está, o sea, Freud vió el goce desconocido
para el Hombre de las Ratas, con lo cual ahí habría goce no opacificado. Pero
si ha entrado lo no opacificado, entonces ya no responde a esta lógica.
Siempre de lo que se trata en psicoanálisis implica algo así como la Docta
Ignorancia: siempre hay que desconfiar de lo que parece como más evidente,
porque siempre hay una dimensión que está opacada y hay que hacer siempre
un trabajo para poder interpretar.
Continuamos:
29
“Seminario sobre ‘La Carta Robada’”, en Escritos 1, pág. 44 (2da. reimpr., 1988) Siglo XXI.
La nota 26 que figura en este párrafo, es una nota de Lacan a pie de página.
y la historia versus la preeminencia del cuerpo; este párrafo es muy importante
para una de esas dos posiciones. Lo vuelvo a leer.
“Esto podría figurar un rudimento del recorrido subjetivo, mostrando que se
funda en la actualidad que tiene en su presente el futuro anterior. Que en el
intervalo entre ese pasado que es ya y lo que proyecta se abra un agujero que
constituye cierto caput mortuum del significante (que aquí se tasa en tres cuartos
de las combinaciones posibles en las que tiene cómo colocarse),26 es cosa que
basta para suspenderlo a alguna ausencia, para obligarle a repetir su
contorno.”
Lacan trabaja con ese tiempo verbal propio del francés es el futuro anterior, y
que aquí responde a estas lógicas de anticipación y retroacción, o sea, una
dimensión fundamental del opacamiento significante, es que el psicoanalista no
puede operar en lo actual: hay que hacer de cualquier hecho actual, algo que
sea pasado, para que advenga un presente que establezca las relaciones de
determinación. Es por eso que vale el “siga hablando”, nosotros no buscamos
que los pacientes hablen, la gente habla, el hablar no cura, ni siquiera hace
bien hablar, hablar se habla, puede hacer bien o puede hacer mal. Lo que
nosotros buscamos es que se desarrolle la cadena significante, y a veces, para
que se desarrolle la cadena significante, hacen falta intervenciones del analista.
Una vez supervisé un caso de diez u once años de análisis y la persona que
supervisaba presentó el caso y cuando termina de presentarlo, después de
cuarenta minutos, le pregunto ¿y el padre? Y me responde “Ah, nunca habló
del padre”. O sea, quizás nunca lleguemos a encontrar el cuarto término que
determine porque si nunca se habló del padre... me parece que en ese caso el
analista tenía una posición bien lacaniana en esto de tomar al significante a la
letra, no teniendo que el analista introducir nada de lo suyo, pero me parece
que al menos uno podría decir que el padre estaba...
A.E.: o excesivamente presente... ¡once años de análisis sin haber hablado del
padre! Y el analista tan tranquilo... “nunca habló de eso”. Observen que eso
es suponer que el inconsciente es una galera. Y que hay que esperar que la
paloma salga de la galera, porque ya se la puso antes. Y esa es una práctica
esencialmente individualista, como una persona mirando a través del
microscopio y lo que veía era lo que surgía de los cristales, no se podía
introducir nada para no contaminar el experimento... ¡Jamás se le preguntó por
el padre! No se trata de que “siga hablando”, se trata de establecer la cadena
significante donde se restablezcan los nexos lógicos, y a veces para que
aparezca esa cadena hay que intervenir. ¿Y su padre? ¡Qué raro que usted
nunca haya hablado de su padre...! “Es que yo a mi padre lo odio”. ¡Ahhh!
¿Por qué no me cuenta?
Otro problema de esta lógica –la de que para poder interpretar una dimensión
del presente haya que convertirlo en pasado para que reciba las
determinaciones del futuro- es que es un tiempo muy loco. Quiere decir que
solamente después sabremos lo que esto quiere decir. No es la historia, es la
estructura del tiempo para el psicoanálisis. Nosotros los psicoanalistas
tenemos que tener mucho cuidado cuando hacemos del psicoanálisis una
cosmovisión, porque son muy estúpidas nuestras intervenciones al interpretar
hechos actuales, los psicoanalistas no sirven para interpretar hechos actuales.
Supongan cualquier hecho: un asesino serial, las Torres Gemelas, la estafa de
algún psicoanalista, etc. Todo lo que diga un analista sobre estas cuestiones
es pura pavada, desde la perspectiva de pretender hacer de eso una lectura
psicoanalítica. Es psicología pura. Porque para poder leer desde el
psicoanálisis, tendría que avanzar la cadena, y tendríamos que contar tanto las
anticipaciones como las retroacciones para establecer el sistema cuatripartito
que nos va a permitir leer.
“... Que en el intervalo entre ese pasado que es ya y lo que proyecta se abra un
agujero...
...que constituye cierto caput mortuum del significante (que aquí se tasa en tres
cuartos de las combinaciones posibles en las que tiene cómo colocarse),26 es
cosa que basta para suspenderlo a alguna ausencia, para obligarle a repetir su
contorno.”
con lo cual, lo primero que deberíamos establecer es que si hay un agujero que
nos compete, en torno a la posición psicoanalítica en relación a la subjetividad,
ese agujero no proviene de lo real. Proviene de la cadena significante.
Lacan lo va a llamar el caput mortuum del significante. Caput mortuum,
literalmente es “cabeza muerta”, me parece que ya como metáfora es
interesante para que lo tomemos respecto a el valor y el estatuto de
inconsciente, hacer consciente lo inconsciente, hacer insight, esto es cabeza
muerta. Pero a su vez es un término tomado de la alquimia. Hasta hoy yo
tenía entendido que el caput mortuum era el resto, o sea, la materia calcinada
que queda en el fondo del caldero luego de la operación del alquimista. La
alquimia es una práctica que como modalidad de práctica podría llegar a ser
interesante para que el psicoanalista reflexione en ella, porque la pureza del
experimento implicaba la pureza del alma del alquimista. O sea, que el alma
del alquimista participaba en los resultados del experimento. Es muy
interesante para pensarlo. Luego la ciencia tuvo que recorrer el pasar por la
química y llegar a Heisenberg para de vuelta empezar a contemplar cómo es
que el experimentador participa del experimento que estudia, ya que para
estudiarlo debe modificarlo, el principio de indeterminación.
Pero ahora, buscando en internet encontré páginas alquímicas, o sea, hay
gente que hace alquimia en la actualidad. Hay texto de alquimias, muy
interesante. Y si uno revisa, está el valor de resto, residuo, o sea, objeto a. El
objeto a como resto. Pero también todo lo contrario, les doy un ejemplo:
Caput mortuum: literalmente, cabeza muerta. El famoso caput mortuum tiene
Con lo cual, nosotros podríamos suponer que en ese agujero de la cadena significante lo que se va a localizar es el
objeto a, y que se va a localizar con las dos acepciones que le provee Lacan: la dimensión de resto y también como
objeto del deseo, lo más valioso. Tendrá tanto a dimensión de resto como la de lo más valioso.
Entonces, lo que Lacan propone que por el funcionamiento de la cadena significante, llegada al estatuto de operar con
una estructura mínima de cuatro elementos, que se aplica a una cadena mínima de al menos cuatro elementos
tomados en su sincronía y no en su simultaneidad, a partir de allí se puede establecer -en función de esa cadena- lo
que es el objeto a. Ya que esa cadena opera produciendo un agujero, y en el agujero se va a localizar el objeto a en
sus dos dimensiones, la dimensión de resto y la dimensión de lo más valioso, tierra santa.
“... (que aquí se tasa en tres cuartos de las combinaciones posibles en las que tiene cómo colocarse), 26....”
Vamos a trabajarlo. ¿Qué estamos trabajando? Estamos trabajando que por la mera existencia de un orden
cuatripartito con su lógica, y aplicada esa lógica a una cadena significante, se producirá siempre, necesariamente, un
resto. Ese resto propio a la cadena significante, escuchen cómo lo dice Lacan:
“...es cosa que basta para suspenderlo a alguna ausencia, para obligarle a
repetir su contorno.”
A.E.: sí, claro, por supuesto. Entonces, nosotros podríamos haber llegado a lo que tendría que haber sido el límite.
Llegamos al agujero, llegamos a lo inefable, y un lacaniano debería quedarse ahí, justamente para establecerlo. ¿Por
qué tanta práctica del silencio? ¿Por qué tanto silencio y corte? ¿Por qué el analista lacaniano no debe decir nada?
¿Por qué se tiende a eso? ¿Por qué se enseña que la práctica lacaniana es silencio y corte? Se la enseña por una
razón, una razón bien lógica, y es que habida la pérdida, como la gente no quiere perder –el narcisismo rechaza la
castración- entonces el analista debe sancionar ahí que lo que se pierde, se pierde y no se recupera, hay pérdida.
La gente cuando termina de... no sé cómo se diría, “amigarse” dicen los lacanianos... cuando llegan a amigarse con la
pérdida, ya son analistas. Es más o menos así, no?
Lacan dice que hay algo más que se puede hacer, y en este caso el hacerlo significa establecer esto. Vamos a hacerlo
juntos. Estamos trabajando el caput mortuum. O sea que, todas las parejas de términos intermedios –2° y 3°- en una
cadena de cuatro, que no pueden escribirse por la legalidad del repartitorio. Vamos a escribir las 16 parejas:
αα γα
αβ γβ
αγ γγ
αδ γδ
βα δα
ββ δβ
βγ δγ
βδ δδ
Estas serían las 16 parejas que se podrían escribir. Si tomamos por ejemplo la tabla omicron para c alcular el caput
mortuum. Si nosotros tenemos delta en primera, en tercera no pueden ir ni delta ni gama. Habrá que tachar entonces
todas las parejas que terminen en delta o gama.
Si tenemos beta en tercera, no podrán ir los que empiecen con gama o con beta. Habrá que tacharlos también. Nos
quedan como posibles cuatro casos de 16, entonces lo que se perdió es ¾.
αα γα
αβ γβ
αγ γγ
αδ γδ
βα δα
ββ δβ
βγ δγ
βδ δδ
Nosotros no solamente hemos establecido que algo se pierde, sino que además podemos decir qué es lo que está
perdido para ese caso y qué es lo que queda como posible para ese caso. Como si nosotros hubiéramos dicho qué es
ese resto ineliminable, como residuo o pérdida, pero también qué es la otra cara, que es lo que sí es posible para ese
caso. Vean que aquí con decir “castración” no alcanza. También hay que hablar del valor creativo y del objeto del
deseo para cada caso. O sea, tasarlo en ¾ partes, cosa que está muy cercano a la lógica del título del Seminario 6, “El
deseo y su interpretación”, podríamos decir que esto es un rudimento de interpretación del deseo. Seguramente, ¾
partes para ese caso no serán accesibles, pero 4 sí son posibles. Entonces no es la resignación silenciosa frente a la
pérdida, al “todo no se puede”. Que todo no se puede se lo sabe desde siempre, todo el mundo lo sabe, hasta los
psicóticos lo saben.
Aquí de lo que se trata es de que, establecido el agujero asociado a una ausencia, implica que se empiece a girar en
torno a él –y me parece que es bastante evidente que se trata de la lógica de la pulsión.
Vean que estamos trabajando la lógica de la pulsión, el automatismo de repetición y la insistencia de una búsqueda, sin
que hayamos puesto a trabajar nada de la índole de la pulsión como exigencia de trabajo del cuerpo al aparato
psíquico y sin poner a trabajar ninguna dimensión de goce del cuerpo.
No digo que sea lo último de Lacan ni lo mejor de Lacan: lo que intento establecer es que esto en Lacan está. Y me
parece que está en un lugar privilegiado de su enseñanza: en la Obertura a sus Escritos.
“Si no se tiene en cuenta el orden de las letras, este caput mortuum no es sino de 7/16.” 30
O sea, a más legalidad simbólica, mayor es la pérdida. Cuanto menor es la restricción simbólica, menor es la pérdida.
El asunto es que Lacan dice que si destachamos las parejas que son iguales pero están tachadas sólo por el orden
inverso, en vez de ser 12 de 16, pasarían a ser 7 de 16. Probé de hacerlo pero no pude llegar a 7/16, me da 9/16. Tal
vez puede que se trate de un error de tipeo en los Escritos.
Elisa B.: no entendí a qué se refería en la nota al pie de Lacan con el “orden de las letras”.
A.E.: por ejemplo: alfa-beta y beta-alfa, si se tiene en cuenta el orden son dos pares distintos, si no se tiene en
cuenta el orden, se trata del mismo par de letras. Es la diferencia entre par ordenado y conjunto. El conjunto, alfa-beta
es igual al conjunto beta-alfa, pero si fueran pares ordenados, no.
Lacan dice que si no se toma en cuenta el orden de las letras en los pares, obviamente, los pares restringidos serán
menos.
Entonces:
“La propiedad (o la insuficiencia) de la construcción de la red de los α,β,γ,δ, consiste en sugerir cómo se componen
en tres pisos lo real, lo imaginario y lo simbólico, aunque sólo pueda jugar así intrínsecamente lo simbólico como
representante de los dos primeros asideros.”31
En francés dice “asiento” en vez de asidero, que se puede traducir también como lecho, lecho sedimentario. Este
párrafo ya lo habíamos comentado la vez pasada, pero quería acentuar -para cerrar la reunión de hoy- un segundo
30
“Seminario sobre ‘La Carta Robada’”, en Escritos 1, pág. 44 (2da. reimpr., 1988) Siglo XXI.
31
“Seminario sobre ‘La Carta Robada’”, en Escritos 1, pág. 44 (2da. reimpr., 1988) Siglo XXI.
aspecto de esta frase. Y es que Lacan dice que perfectamente los tres registros pueden ser localizados en una tabla
así, considerando entonces que esta sería la dimensión de lo imaginario, con la lógica de que cualquier término podría
ser dicho a continuación de cualquier otro, o sea, que la determinación significante no es observable, como si uno
dijera “no, siempre hay caput mortuum” y otro dijese “no, es mentira, siempre se puede decir todo”, que sería la lógica
de omicron, que habíamos trabajado antes.
Tabla Ω: I α δ δ γ β β α
R δ β
S α γ γ α
No pierdan de vista que real y simbólico están concebidos bajo la misma lógica:
se pierde la distinción entre prohibido e imposible. Para nosotros, tiende a ser
razonable decir para lo real, lo imposible. Y decir para lo simbólico, lo
prohibido. Pero en la lógica de esta cadena, se pierde esa distinción. Salvo
que, para lo simbólico la prohibición estaría asociada al lugar, y para lo real
sería con independencia del lugar, es lo que no podría escribirse de ninguna
manera. Pero ese “no poder” es porque está prohibido. Si uno dijera “no,
porque es imposible”, recuerden los ejemplos que dimos: la categoría de lo
imposible es un efecto de lo simbólico en lo real. De hecho, en la psicosis falta
esa categoría. En lo real, no hay nada que sea imposible en sí mismo. Es por
nuestra pregunta por lo real: ¿es posible que salga cara un millón de veces
consecutivas? Sí, es posible. O sea, uno cree que está referenciándose a la
res extensa, pero en realidad si de lo real proviene una respuesta no es más
que la obtención de una respuesta por una pregunta que uno ha introducido en
lo real, pero no es de lo real en sí. La diferencia entre real y simbólico no es la
diferencia entre prohibido e imposible, porque prohibido e imposible son dos
caras de la misma moneda. No hay diferencia –para nuestro acceso a lo
humano- que distinga entre uno y otro. Recuerdan el ejemplo que les propuse
del deja vu en la neurosis. El deja vu no tiene estatuto –para el sujeto que lo
padece- de alucinatorio porque uno le aplica la categoría de lo imposible. Para
Lacan el deja vu es una vacilación del orden simbólico. En la psicosis, dada la
misma vacilación del orden simbólico, carece el sujeto de la categoría de lo
imposible –categoría que es introducida por la metáfora paterna, y es
interesante pensar que sería lo mismo decir que se extrae el objeto a. La
extracción del objeto a podría ser otro nombre para designar la introducción de
lo imposible.
Establecido esto, o sea que para Lacan real no se trata del cuerpo, no se trata
del objeto, no se trata del goce corporal; sino de ciertas legalidades internas
propias del desenvolvimiento de una cadena y su lógica, lo que Lacan dice es:
“... aunque sólo pueda jugar así intrínsecamente lo simbólico como
representante de los dos primeros asideros.”
S I R
Ψα Psicología Neurociencias
Psiquiatría.
S R
castración
el límite de lo simbólico, la castración, entonces tendríamos que hay un más
allá de lo simbólico. A los lacanianos les encanta decir “como dijo Freud, más
allá del principio del placer”, cuando en realidad el trabajo de Lacan más
sistemático sobre el Más allá del principio del placer es La Carta Robada. El
trabajo más sistemático de Lacan sobre el más allá del principio del placer, la
compulsión de repetición y el automatismo de repetición es La Carta Robada,
donde Lacan está diciendo otra cosa. Lacan está diciendo –aunque no dice
que sea exclusivo para el psicoanálisis- que la única modalidad de existencia
que tiene para nosotros lo real, es alojado en la cadena significante. En la
cadena significante sería lo que no cesa de no poder ser dicho, que nosotros
tasamos en las ¾ partes de las combinaciones posibles. Queda totalmente
revalorizada la experiencia de la palabra. En esta lectura, que sé que es una,
pero es una lectura lacaniana, está en Lacan...
A.E.: por supuesto. Badiou, en su libro El Siglo, dice que lo que caracteriza al
Siglo XX es lo que él llama –que me parece una frase extraordinaria- “la pasión
por lo real”. Acá lo real queda acotado a un efecto de lo simbólico, alojado en
lo simbólico y tramitado por lo simbólico.
Desde esta perspectiva, ¿se dan cuenta de que “intervenciones en lo real”
sería hablar y escuchar? Que no es darle un cuadro a nadie ni mandar a nadie
a visitar la tumba del padre. No digo que no haya que decirle a alguien que
vaya a ver la tumba del padre al cementerio -aunque ya pasó de moda eso de
que los analistas mandaban a la gente a hacer cosas, se ve que se dieron
cuenta de que no servía para nada- sino que hay intervenciones en lo real que
no significa tocar a nadie, ni hacer nada, que no es besar, que no es pegarle a
nadie, etc. En el libro de Jean-Guy Godin32, Jacques Lacan, calle de Lille N° 5,
ahí Godin cuenta que Lacan le da patadas a una paciente mientras dice que
así hay que tratar a las histéricas, la caga a patadas en el culo en la sala de
espera delante de todos los otros pacientes. Sobre eso, Allouch dice que se
trata de intervenciones en lo real, porque supone que el culo de una mujer es lo
real. Pero podría ser que el culo de una mujer, en cierta perspectiva, no sea lo
real. Podría ser que no tuviera nada que ver con lo real. Y que haya
intervenciones en lo real, pero en este caso sería trabajar con delta.
Para la próxima, hay que estudiar qué sucede con las beta y las delta, que es
distinto de lo que sucede con alfa y gama. O sea, que alfa y gama pueden
venir seguidas en una pluralidad ininterrumpida, o sea, pueden darse varias
alfas seguidas, pero no puede escribirse tres betas consecutivas antes de que
aparezca una delta. Hay que estudiar ese problema para terminar este
recorrido, que lo retomaríamos en un mes, ya que en la próxima reunión María
Inés Sarraillet dará su clase.-
32
(1994) Ediciones de la flor.
Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis”
Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 7 – “Los esquemas freudianos” por María Inés Sarrailet - 30-06-06
Caso Emma
Red Neuronal
Bueno, sabemos que a esta altura la dirección de la cura para Freud apunta a
hacer conciente lo inconsciente, a llegar las lagunas del recuerdo, etc. La
concepción de aparato psíquico que se corresponde con esta clínica estaría
plasmada en alguno de estos esquemas, como puede ser por ejemplo en el
Proyecto el de la red neuronal, o como en los otros esquemas conocidos o
subsumidos bajo el nombre de Esquema del Peine, que son los que aparecen
en La Interpretación de los sueños, capítulo VII y otra versión que es el de la
Carta 52.
Comentario: inaudible
Daniel Leizerowich: (inaudible)... que podría haber otro modelo teórico con
otras leyes que explicarían de manera más acabada... (inaudible)
Comentario: inaudible
M.I.S.: sí, no deja de apuntar a los fines didácticos, por ejemplo: Freud
cuando trabaja con el esquema del peine invertido, que cuando se refiere al
registro de inscripción de las huellas mnémicas, a los polos perceptivo y motor
del aparato, dice que este esquema representa al aparato psíquico, y que
vamos a suponer que este aparato psíquico tiene alguna vinculación con el
cerebro aunque no haya correlación punto por punto con el cerebro. Se trata
de una localidad al modo del lugar en el que se ubican las imágenes en el
microscopio –telescopio o aparato fotográfico- en donde el lugar de la imagen
es virtual e ideal y no coincide con la materialidad de la lente. Dice que es una
representación auxiliar que usa para dar cuenta de cuál es la idea que empieza
a sostener del aparato psíquico en relación a cuál sería su lugar, la localidad
psíquica la entiendo como localidad virtual y en ese lugar ubicaría por ejemplo
los registros mnemónicos, etc. Ese sería un modelo didáctico. El analógico
sería partir del arco reflejo, que es la primera figura:
Esquema del arco reflejo
Antes del esquema del peine, yendo cronológicamente por la obra de Freud
nos encontramos con el de las neuronas en red (Proyecto), y también está el
esquema del caso Emma. Se acuerdan que en el Proyecto hay tres sistemas
neuronales, el sistema Φ, el Ψ y el Ω, en el sistema Ψ compuesto por las
neuronas receptivas, el funcionamiento del recuerdo queda a cargo de este
sistema; el Ω tiene que ver con la percepción de la conciencia como cualidad,
y el Φ es el arco reflejo. Entonces la percepción y la conciencia quedan de un
lado del sistema neuronal y la memoria del otro lado. A este sistema o red
neuronal lo llama “yo” (Ich), (inaudible) el sistema Ψ a partir del cual se inhiben
los procesos primarios, las neuronas colaterales están sobreinvestidas e
impiden que grandes magnitudes de Qn invistan un recuerdo hostil, por
ejemplo. Es lo que trabaja como vivencia de dolor, en paralelo con vivencia de
satisfacción. Preanuncia toda la teoría de la defensa, de la represión, pero
aquí son neuronas.
Bueno, habla de un árbol como árbol genealógico, donde las relaciones entre
las escenas que van apareciendo en la rememoración analítica, donde la
concatenación asociativa toma la forma de un árbol genealógico e incestuoso,
digo yo, porque hay cruces verticales y transversales.
Recuerdan en “Psicoterapia de la histeria” cuando hablaba de la triple
estratificación del material, donde dice que las asociaciones del paciente
pueden seguir un orden cronológico lineal, en función de la cronología, los
recuerdos, estamos en la rememoración de lo olvidado (inaudible)
...concéntrico, que según las capas de resistencia, alrededor del núcleo
patógeno, va tejiendo una red. O el ordenamiento que proporcionan los hilos
lógicos, y dice que de eso se debe encargar el analista, debe tomar a su cargo
con sus interpretaciones e intervenciones, que es el zig-zag de los movimientos
del caballo del ajedrez.
Mauro Vallejo: me parece que en ese esquema hay uno de los círculos que
está mal, figura como reprimido cuando no debiera, me parece.
M.I.S.: puede ser, después nos fijamos. Hasta ahí me parece que es la
legalidad que da cuenta de...
M.I.S.: hay una legalidad, no puede ir cualquier cosa, pero no es una legalidad
matemática como la que se desprende del desarrollo de La Carta Robada.
Comentario: inaudible
M.I.S.: no, porque “risa”, por ejemplo, es una repetición... “vestido” también
Mauro V.: hay una legalidad que tiene que ver con la memoria y la
representación (inaudible) ... condensación y desplazamiento (inaudible)
M.I.S.: esta sería como una primera versión del esquema del aparato psíquico,
la segunda es la del peine invertido, y ahí tenemos las tres figuras que
aparecen en el capítulo VII de La Interpretación de los sueños, el modelo del
arco reflejo33, que no es el aparato psíquico, recién en el segundo esquema
empieza a escribirse el aparato psíquico con las huellas mnémicas, los rastros
mnemónicos:
Aparato psíquico
(esquema del peine)
33
Ver esquema en pág. 4 de esta clase
y luego la versión final donde ya escribe inconsciente y preconciente:
Les decía que estaba la solución de Valabrega pero para el problema puntual
del esquema del peine, que lo cierra, pero si se cierra en un círculo se pierde la
especificidad del polo perceptivo y el polo motriz.
Y también, me estaba olvidando de decirles, que al explicar la regresión, tal
como opera en el sueño, la regresión tópica, se contradice una hipótesis de la
disciplina que sirve de modelo que es la del arco reflejo: no hay posibilidad de
ir del polo motriz al polo perceptivo en el arco reflejo. Por eso estaría
distorsionando el contexto referencial que sirve de modelo para el desarrollo
del esquema. Son todos problemas que presenta esta esquematización del
aparato psíquico.
Esquema de la Carta 52
34
No se dispone de imagen del esquema de Vappereau para instertarla aquí, es la que figura
en la pág. 22 de Estofa, como Schema F, Fig. 2 (tenemos fotocopias).
35
En la misma pág. de Estofa.
Grafo de las líneas del schema de la carta 52:
P Ps Ics Pcs Cs
x x x x
M I A S i m
todo a partir de una indicación de Lacan del Seminario 2, donde la solución que
da Lacan es desde el esquema Z
-----cambio de cinta-----
Retomando el esquema del peine, para mí hay una cuestión –que la trabaja
muy bien Derrida en “Freud y la escena de la escritura”- y es que con este
esquema del aparato psíquico es muy difícil no pensar que hay un texto
original. Porque si pensamos a estos registros (Carta 52) como sistemas de
transcripciones o traducciones, si se traduce siempre hay una versión original,
si no, ¿qué traduce uno? ¿qué es lo primero que se empezó a traducir, aunque
después sigamos traduciendo de un idioma a otro? Entonces, la versión
original por ejemplo podría ser, el trabajo sobre el Hombre de los Lobos, que es
de 1918, el intento de Freud de que el paciente... porque ahí todavía está esto
de hacer conciente lo inconsciente, por más que ya esté la idea de otra tópica y
otro funcionamiento del aparato psíquico, la reacción terapéutica negativa, la
resistencia, etc. En el Hombre de los Lobos, por ejemplo, hay una insistencia y
un esfuerzo de Freud en que se recuerde esa escena que él reconstruyó y que
está en la base de toda la sintomatología del paciente, y que el paciente nunca
pudo rememorar, terminó reconociendo que tal vez habría pasado, pero por
insistencia de Freud.
Para mí la escena primaria del Hombre de los Lobos tiene el estatuto allí de
una versión original de algo que efectivamente se percibió. Porque por más
que Freud discuta, y de que de lugar a la posibilidad de que ese hecho
traumático posiblemente no haya acontecido efectivamente, me da la
sensación de que su posición es la de que sí, la de que necesariamente hay
que suponer que eso sucedió, y que en todo caso la salvedad que hace es que
si no sucedió, sucedió al menos en la prehistoria de la humanidad. Algo así
como que las escenas infantiles se terminan acomodan a una suerte de
esquema con el que nacemos, que es producto de la herencia filogenética, que
a la manera de engramas, están grabadas las experiencias históricas de la
humanidad que consisten en el asesinato del padre de la horda primitiva, la
prohibición del acceso a todas las mujeres, la nueva versión del Edipo que se
desprende de Tótem y Tabú. Entonces, habría una versión original en Freud,
que puede ser por ejemplo, en el Hombre de los lobos el hecho traumático es
una escena efectivamente percibida; que después la trabaja en función de que
esa versión original adquiere sentido a posteriori, por la anticipación y
retroacción de las dos escenas, eso está en Freud, pero no deja de estar la
pregnancia de una única versión en el origen de los síntomas, es esa versión
reprimida a la que hay que acceder.
Como esa escena está interpretada en Freud como (inaudible) y concierne la
pérdida de un objeto, tematizada como la pérdida de la madre para el varón, la
prohibición del acceso al goce de todas las mujeres desde el mito del padre de
la horda, es la pérdida de objeto, la pérdida y el re-hallazgo del objeto.
Entonces esta graficación del aparato psíquico tiene a favorecer
interpretaciones, pero la repetición –en el sentido de objeto perdido, castración-
nunca se vuelve a encontrar, entonces el esquema representa un inconsciente
que implica articulación entre rastros mnemónicos, siguiendo la línea
unidireccional y unidimensional. Acá no se ve bien la unidimensionalidad, pero
no cambiaría la lógica del esquema (del peine) si lo achatamos. Por eso
Vappereau toma este otro (Carta 52) que ya está achatado.
Entonces la dirección de la cura apuntaría a rememorar lo olvidado, y eso
olvidado siempre tiene que ver con una escena que marca la pérdida de un
objeto.
Comentario: inaudible.
M.I.S.: aunque todavía no se pueda probar. Que es la teoría del Proyeto. Dice
que a partir de la diferencia entre facilitaciones se produce una escritura en la
neurona (dice en la neurona, eh?), en la materialidad de la neurona, en lo
tridimensional de la neurona.
Mauro V.: (inaudible) el tema con estos esquemas de Freud es que dan muy
poca cuenta de lo que dijo. El esquema del peine es muy poco en relación a lo
que él teorizó.
M.I.S.: me parece que sí. Y dice que son irreductibles en el sentido de que
son también incompatibles?
M.V.: dice que Freud no puede reducirse ni a una semántica pura, ni a una
energética pura. (inaudible)
Comentarios inaudibles
Conf.31 El yo y el ello
las descripciones que acompañan a estos dos textos están llenas de metáforas
biológicas. Esta segunda tópica la enmarcamos dentro de este fracaso
freudiano, donde las resistencias se oponen al hacer conciente lo inconsciente,
entonces se aboca a todo el trabajo sobre las resistencias, la reacción
terapéutica negativa, la pulsión de muerte. Y por ejemplo: el yo, se acuerdan
que dice –en “El yo y el ello”- que es una proyección de la superficie del
cuerpo. Tiene su origen en sensaciones corporales, su analogía anatómica –
son términos de Freud- es el homúnculo del encéfalo, como ese hombrecito
cabeza abajo, se acuerdan? Es una analogía anatómica. En la “Conferencia
31” al yo lo define como órgano sensorial del aparato receptivo, especie de
lente que ve para afuera y para adentro, comparable –vean la analogía- al
estrato cortical con que se rodea una ampolla de sustancia viva. Y en el
esquema de “El yo y el ello” donde no escribe al superyó, sin embargo hace
como una orejita, una saliente, es el casquete auditivo. Que se ubica en un
solo lado, según la anatomía del cerebro, por eso lo pone de un solo lado. Está
llovido de referencias al cerebro. En la definición del ello, tan famosa, de la
“Conferencia 31” es que es una caldera llena de excitaciones borboteantes,
volvemos a la vieja imagen de la olla a presión. Las excitaciones vienen de lo
somático, acá no hay metáfora, dice que está abierto a lo somático –y no sé si
es por casualidad- pero en el esquema de la conferencia, está abierto abajo.
Posee un extremo abierto a lo somático, ahí es lo somático, no es algo
análogo. Y dice:
Esto que Lacan dice es lo que dice Freud, porque en esta protuberancia habría
que ubicar al disco germinal, que es esa protuberancia que hay en los huevos a
partir de la cual se produce la fecundación y es de ahí de donde surge el
embrión. Entonces, el punto P, tenemos primero el ello y el yo surge de una
diferenciación del ello, igual que el superyó, se trata de un ello que a partir de P
que es el disco germinal, copula con la realidad, el mundo exterior, y surge el
yo. Es la imagen de Freud. Lacan ironiza mucho con esto porque dice que
habría una suerte de ilusión de adaptación a la realidad, por el juicio muy
arraigado en la teoría del conocimiento que sería algo así como la aprehensión
del objeto por el sujeto, a partir de una representación que lo representa, y esta
cópula se sostendría en la ilusión de una preconcepción de la unión sexual.
Comentario inaudible
M.I.S.: y parece ser que Groddeck, no tenía ningún problema con cierto
misticismo que había en su teoría, él decía que sí, que se trataba de un
misticismo. Para hacer un contrapunto con lo que sería el lenguaje científico,
que nos da un contexto para interpretar la letra freudiana en sus esbozos de
formalización, y las concepciones del mundo, las concepciones filosóficas con
las que pudo estar en contacto Freud y que influyeron en su pensamiento;
donde en un punto se conectan la energética con cierta energía que se postula
desde la filosofía de Groddeck o de Schopenhauer –que trabajó Alfredo el año
pasado, donde la voluntad es una fuerza supraindividual, que luego se
transforma en voluntad individual, pero también lleva a la muerte, a la
desintegración.
Entonces tenemos energética en el Proyecto, y el ello como caldera de
pulsiones que recibe el mismo nombre que este poder ingobernable que lleva a
la destrucción. Con el agregado de que el ello freudiano hay restos de antiguas
existencias de la prehistoria de la humanidad, como identificaciones con
aquellos ancestros que padecieron tal o cual cosa.
Entonces tenemos un aparato psíquico cerrado, que lo representa el diagrama
que sería algo así como una esfera deformada, dentro del individuo, que si bien
es una localidad ideal, está plagado de metáforas biológicas. El yo que
establece el contacto del ello con la realidad, y el ello que es una especie de
concentración de antiguas individualidades. O sea, que esta impersonalidad
del ello freudiano es muy particular, porque radica primero en la confluencia de
identificaciones prehistóricas...
Y lo último que les quería comentar es que Lacan todo el tiempo está criticando
y contraponiendo a la energética freudiana la propuesta de que la
impersonalidad del ello tiene que ver con la estructura del lenguaje, entonces
ahí aparece su famoso “ello habla”, que barre con todo este problema de la
estructura tridimensional del aparato psíquico, de una concepción de la pulsión
de muerte emparentada con filosofías pesimistas, y él sostiene que no sólo se
puede considerar que “ello habla” sino que el silencio pulsional no radica en
una fuerza que lleva a la destrucción sino en que el “ello calla”. O sea, que
estaría destacando el ello habla y el silencio que también dice, y la articulación
entre la estructura significante y el esqueleto de la gramática, la gramática de la
pulsión.
A.E.: puede ser, pero igualmente habría que pensar qué religión. Porque por
ejemplo: la Santísima Trinidad es un misterio, y podríamos decir la Santísima
Trinidad como la Botella de Klein. Pero hay tratados interesantísimos y
muchos, en la religión cristiana, para explicar el misterio de la Santísima
Trinidad. Con lo cual, se trataría de algunas religiones, porque la religión
cristiana es mucho más racional que la religiosidad lacaniana. ¿Será por eso
que Lacan dijo que la religión de los judíos debía quedar por fuera de la
sociedad de analistas? Porque la religiosidad judía sí carece de todo tipo de
formalización. De hecho, el pueblo judío en el momento del establecimiento del
Tanaj, la Biblia o el Antiguo Testamento, carecía prácticamente de todo
desarrollo matemático, astronómico y de cualquier ciencia exacta, era un
pueblo bruto, bruto como el arado. Después terminó siendo algo así como “el
pueblo del libro” y hubo varios premios Nobel, y muchos judíos en
universidades, pero bueno, que haya muchos judíos en universidades y
suponer que la religión judía hace a la racionalidad... tendría uno que suponer
que la religión judía hace a la usura, porque también está lleno de judíos
usureros... me parece que derivar de la religión judía la usura... hay momentos
históricos que lo explican mucho mejor. Si quieren entender la usura, estaría
muy bueno leer a Claudel, porque recordarán el valor que tenía la tierra para
Sygne de Coufontaine, es muy importante el valor que tiene la tierra en ciertas
dimensiones de la cultura, y los judíos tenían prohibido en cierto momento del
fin de medioevo y comienzos de la edad moderna, comprar y vender tierras,
con lo cual las únicas funciones que les quedaban para comerciar era el
manejar dinero, o sea, la usura es una consecuencia de cierto movimiento.
Entonces, la supuesta religiosidad sería la religiosidad judía. Que sería
interesante de pensar, porque habrán visto que hay entre los lacanianos mucho
afecto por la Cábala, dicen que en la Cábala se lee la letra, que la letra se lee
de muchas formas, y hay varias formas de leer, etc., eso a los lacanianos les
encanta y la verdad es que no sé por qué, y de hecho me parece que Lacan
nunca negoció, en el sentido de que hay interpretaciones que son correctas y
hay interpretaciones que son incorrectas: hay interpretaciones del analista que
apuntan a la resolución del síntoma y a la dirección de la cura; y hay
interpretaciones del analista que son un desastre, que neurotizan más al
paciente o están en la lógica del acting-out. Con lo cual, que haya muchas
formas de leer es algo que no debiera interesarnos tanto, más bien nosotros
deberíamos encontrar la forma correcta de leer un caso. Pero quizás el tema
pase por la religión judía... Cuando yo entré a la facultad de psicología, la
definición de psicoanalista era: médico judío que sentía asco por la sangre.
Era muy llamativo que se pusiera ahí “judío”. De hecho, recordarán que Freud
tenía mucha preocupación por que el psicoanálisis no fuese una ciencia judía.
Cuando lo invita a Jung... si se trataba de que no fuera judía; Jung venía
bárbaro porque era nazi militante, antisemita, etc. Freud tenía miedo de que el
psicoanálisis fuera una ciencia judía. Y quizás sea una ciencia judía.
David Szyniak: más que con la Cábala me parece que la cuestión del
“comentario del comentario” y de que cualquier interpretación fuera válida tiene
más que ver con la Midrash. Hay una tradición judía que a partir del Siglo XI –o
un poco antes- lee el Antiguo Testamento escribiendo al lado, como nosotros
escribimos en los márgenes del libro, es una tradición que se llama Midrash, y
hay una suerte de recopilación pero que no está completamente ordenada,
pero que lo que está escrito a los costados vale tanto como el escrito original,
son interpretaciones que a su vez se incorporan en la próxima, es una
interpretación de la interpretación, de la interpretación...
A.E.: claro, pero no hay que olvidarse que no se trata del sujeto de la ciencia.
O sea, hay que ver qué valor le damos nosotros a la puesta en relación que
Lacan hace del psicoanálisis y la ciencia, considerando que solamente pudo
haber psicoanálisis en una sociedad en donde se haya establecido y difundido
la ciencia de manera tal que haya podido connotar la subjetividad –si
pudiéramos hablar así- y decir “sujeto de la ciencia”. Porque solamente donde
haya sujeto de la ciencia es que podrá haber psicoanálisis. Con lo cual, frente
a esa disyuntiva, uno tendría que decir: pero si es en la sociedad de la
subjetividad científica... ¿será con la religión antigua? ¿Entienden el problema,
no? Porque nos podríamos preguntar por qué el psicoanálisis no podría
avanzar como una religión. Porque eso va en choque con lo que acabamos de
decir, porque entonces tendríamos que operar con una subjetividad que no se
caracterizara por la posición religiosa sino por la científica, que es lo que Lacan
designó “sujeto de la ciencia”.
A.E.: me parece que sí, que es hubo una tendencia. Pero tendríamos que
pensarlo, porque me parece que no es necesariamente lo que Lacan propuso,
y segurísimo no es lo que Freud propuso. Ahora, respecto a si el psicoanálisis
es o no es ciencia, me da la impresión de que ya está bastante claro que la
epistemología no es una ciencia exacta, o sea, la epistemología –ella- no es
una ciencia exacta, con lo cual, lo que la epistemología diga acerca de qué es
ciencia, habría que tomarlo con el mismo nivel de credibilidad que se toma a lo
que dice la antropología sobre la ciencia, porque la epistemología misma no es
una ciencia exacta, no es una ciencia matematizada. Y me da la impresión de
que hasta en el momento actual, pasó ya el furor de que íbamos a lograr una
definición cabal de ciencia que se mantuviera estable y que fuera aceptada por
todos los autores. Hay un libro muy interesante acerca de esta polémica, y es
¿Qué es esa cosa llamada ciencia? en el cual van a ver que cada uno de los
criterios en cada uno de los sistemas de lo que se consideró “ciencia”, es
discutido internamente por cada sistema y se llegan a incongruencias e
inconsistencias lógicas garrafales. Con lo cual podríamos decir que no es tan
claro qué es ciencia, especialmente no para el psicoanálisis sino para todo lo
que no sea física, matemática y biología. No es tan claro, pero no siendo claro,
no siendo preciso, igualmente uno puede decirle al paciente: “x es a causa de
y”. Y el paciente podría decir, “¿por qué?”. A lo que uno podría contestar
“porque yo se lo digo”, o podría contestar “porque es así”, o podría contestar:
“porque si Ud. toma en cuenta, a, b, c, y pone en relación las consecuencias
que tuvieron a, b y c, que son 1, 2 y 3, y si Ud. observa cómo quedó Ud.
después de 1, 2, 3, evidentemente a, b y c no son buenas interpretaciones para
su deseo, porque evidentemente Ud. está deprimido y melancolizado”. Con lo
cual, hay un argumento de razón, al estilo de la racionalidad que busca la
ciencia moderna occidental. Con lo cual me parece que tendríamos que
pensar no es si el psicoanálisis es o no es ciencia -la otra vez fui a un panel
donde estaban Isidoro Vegh, Norberto Ferreira, las principales lanzas del
lacanismo no-milleriano de la Argentina, Harari, eran 5. Se mataron, no sé
cómo hicieron pero se mataron. La mitad estaba a favor de que no era ciencia
y la otra mitad sí. Me parece que esa discusión también está agotada, la de si
es o no es ciencia.
A.E.: sí, está bien, pero vos decís que no es ciencia porque estás confiando en
tu fórmula de lo que es ciencia.
A.E.: a ver, esperen. Fíjense el fin de análisis que se le ocurrió a Lacan, que
fue un fracaso total y garrafal. Se llama “pase”. ¿No es acaso un dispositivo
de demostración? A le tiene que contar a B por qué ese análisis terminó. Y B
tiene que convencer a C de que ese análisis terminó. Porque A con B, Lacan
dice que no sirve, no sirve de a dos, porque puede haber sugestión, presión,
hipnotismo... tiene que haber un argumento. Un argumento que B le pueda
decir a C. Si no, ¿qué podría decirle B a C si no fuese un argumento?
Pero habrán visto cómo terminó el pase: si A era paciente de Miller... pasaba.
Y todo explotó cuando un paciente de Miller no pasó, porque en lugar de
Elizondo estaba Colette Soler, el paciente no pasó y se repudrió todo. Porque
¿cómo no iba a pasar un discípulo del Gran Rabino? Era imposible que no
pasara el Gran Discípulo del Gran Rabino... Pero el argumento de Lacan para
pensar el fin de análisis era de demostración racional: había que persuadir
mediante un argumento con coherencia interna. ¿Por qué eso de Lacan nunca
entró en el lacanismo? Me parece que el de Lacan fue un fracaso patético, el
peor tipo de fracaso: cuando todos son lacanianos, pero el ser lacaniano no
significa haber levantado ninguna de las propuestas más radicales, más
novedosas de Lacan, que resolvían un montón de problemas que dejó Freud.
El fracaso de Lacan es terrible. Quizás sigamos con esto en algún momento,
más adelante.
36
Agregué una fila “#” a la tabla, para indicar los números de celda y orientarse mejor en las
referencias. Por razones de espacio, la tabla está en la página siguiente. (M.G.)
redoblado será el campo del sujeto, y lo que queda por fuera será el campo del
Otro.
Una de las cosas que Lacan hace y no comenta en ningún lado es que la
diferencias que se inscriben en campo del Otro (por fuera del paréntesis
redoblado) van a ser por trabajo sobre los 1 (unos), y en el campo del sujeto
(dentro del paréntesis redoblado) el trabajo que va a hacer es sobre los 0
(ceros), eso él no lo dice en ningún lado. En el campo del sujeto (paréntesis
redoblado) va a hacer distinciones entre 0 (ceros) y en el campo del Otro (fuera
del paréntesis redoblado), distinciones entre 1 (unos); siendo que en ambos
campos hay 0 y 1. O sea, hay mucho para trabajar. Lacan dejó muchas pistas
suponiendo que se lo iba a retomar, pero que yo sepa nunca nadie lo retomó.
En Argentina hay un único libro de Jorge Bekerman, y un par de cositas más.
Nada más.
Vamos a trabajar con Lacan para ver si eso –el “dejamos aquí”- es corte, y de
hecho habría que ver qué lógica tendría ese corte (el “dejamos aquí”) o si no
habría otra forma de pensarlo.
Trabajaremos primero betas y deltas. Observen tan solo esto: recuerdan que
alfas y gamas designaban tríos en los cuales el elemento intermedio era
indistinto y los extremos eran iguales. O sea, alfa y gama designaban tríos
simétricos, simétricos internos: alfas, simetría de simetría; y gama, simetría de
disismetrías. Alfa sería S_S y gama D_D ¿recuerdan? 37
Lo que va a funcionar como escansión son betas y deltas, o sea, las que
establecen tríos disimétricos.
37
Ver Clase N° 5, pág. 9 y 19
alfa debajo de una S, también está bien [en verde en la tabla]; gama debajo de
una D [en amarillo en la tabla] y ya está completo.
Vean que aquí tenemos DSD y debajo una gama [corresponden a las posiciones 1,
2 y 3 de la fila # de la tabla] y está bien, tanto como aquí que hay DDD
[corresponde a las posiciones 3, 4 y 5 de la fila # en la tabla] y debajo otra gama y
también está bien, porque el término intermedio no interesa (puede ser tanto S
como D). Son sólo convenciones.
¿Qué tienen de interesante las betas y las deltas, a diferencia de las alfas y las
gamas? Que nosotros podríamos tener por ejemplo este caso de estas cinco
alfas, que corresponden a siete 1, y a nueve (-) [en gris en la tabla], estas alfas
¿podrían seguir? Sí, porque podría haber sucedido que hubiesen seguido
saliendo (-) y entonces seguirían 1 y seguirían las alfas. En el caso de gama lo
mismo, acá hay tres gamas consecutivas: si hay tres gamas consecutivas
arriba habrá cinco 2, y arriba se acuerdan que habíamos dicho que los 2
avanzaban por pares, para distinguir en la red 1-3 los 2 de arriba y los 2 de
abajo [en rojo en la tabla]. Gama, en este caso, ¿podría haber seguido? Sí,
porque podrían haber seguido apareciendo aquí un (+) y entonces otra gama,
un (-) y otra gama, podría haber sucedido.
Veamos el caso de beta: beta era S_D, o sea, beta designa un trío de tres
elementos que comienza con una simetría (S) y termina con una disimetría (D).
Si comienza con una simetría podríamos poner un 1 y acá un 2. Y
supongamos que tenemos otro término indiferente que fuera otro 2. ¿Podría
suceder que hubiera otra beta consecutiva, en tanto S_D? Sí, porque se
puede poner una D aquí, este queda indistinto porque podría convertirse en S,
y poner 2, pero no más.
...(...(...)...)...
Comentario: ¿tendrían que aparecer dos deltas para que pueda aparecer una
beta?
A.E.: no, con aparecer una delta ya podría aparecer otra beta más, que sería
este caso. O sea, se pueden seguir produciendo paréntesis. En este caso yo
estoy hablando del paréntesis redoblado, pero el paréntesis redoblado podría
ser un paréntesis dentro de otro paréntesis, o varios paréntesis dentro de un
paréntesis. En nuestro caso tenemos dos paréntesis interiores. Pero la lógica
es la misma. Nosotros vamos a trabajar con el caso más sencillo de paréntesis
redoblados, sólo con un paréntesis.
Entonces, les proponía que así es como Lacan propone entender la escansión.
En el lacanismo ya pasó de moda, ya no se habla más de escansión, pero
tendría que concebirse como la maniobra específica de intervención del
analista. O sea, en la cadena significante, haber producido una intervención
que sí o sí sea analítica, pero que tendría que poder demostrar que esta
estructura se verifica.
---Cambio de cinta---
(...)
En la conferencia “Psicoanálisis y cibernética”, del Seminario 2, Lacan utiliza
“escansión” con estas tres acepciones: primero la equipara con una jugada,
así cada jugada dentro del juego o partida, implica una escansión homologable
con lo que queda entre paréntesis. Habría que pensar bien en ese caso qué
sería una jugada. Por ejemplo: ¿un movimiento en ajedrez es una jugada? ¿O
se debe tener en cuenta la respuesta del contrincante también? No sé si
alguno de ustedes sabe jugar bien al ajedrez, o son como yo, sólo movedores
de fichas. El ajedrez es un juego de cálculo de estrategia, y cada movida está
calculada de todas las movidas posibles del contrincante, cuál sería la más
conveniente para el contrincante y cuál sería la más conveniente para uno.
Pero entonces, una es jugada.
Les leo una cita de Lacan del Seminario 11, el de los cuatro conceptos, de la
clase que fue llamada “El inconsciente freudiano y el nuestro”. Llegó la hora de
que alguien diga que ahí Lacan dijo públicamente que el inconsciente freudiano
no coincide con el inconsciente de Lacan, ya llegó la hora de que alguien se
anime a decirlo. El problema es que si se lo dice, ¿qué hacés después con
Marx-Lenin-Mao? Especialmente Mao. O sea, si el inconsciente de Lacan no
es el inconsciente de Freud, ya no se puede poner más Freud-Lacan. No sé si
les comenté que estoy buscando nombres con guiones, por ejemplo, Marx-
Lenin-Mao; Freud-Lacan-Miller. Son los únicos casos que encontré. El otro día
encontré una página de internet que se llama Freud-Lacan, con un guión. ¿Por
qué no ponen Freud y Lacan? O Freud con Lacan, o Freud y después Lacan...
¿por qué con guión? Porque Nombre-del-Padre, Lacan lo escribe con guiones.
Deseo de la Madre, lo escribe también con mayúscula, pero son cuatro
términos, sin guiones. Con guiones se está indicando una idea y es la de
unificación, se está queriendo decir “hacen uno”. Bueno, en esta clase del
Seminario 11, que es el primer seminario que se publica textual de Lacan, bajo
propuesta de Miller, después de que Lacan fue tachado de la lista de didactas,
la primera clase se llama “La excomunión”, que es una maniobra de la religión
judía. La segunda clase se llama “El inconsciente freudiano y el nuestro”.
Lacan habla en plural mayestático, cuando dice “nosotros venimos
sosteniendo”, se refiere a él. Él habla en la primera persona del plural, es una
forma discursiva. Entonces en esa clase, Lacan dice:
“La discontinuidad es, pues, la forma esencial en que se nos aparece en primer
lugar el inconsciente como fenómeno –la discontinuidad en la que algo se
manifiesta como vacilación.”38
38
Lacan, J. (1984) El Seminario Libro 11, pág. 33. Buenos Aires: Paidós.
“Verán que, con más radicalidad, hay que situar el inconsciente en la dimensión
de una sincronía...”39
Algo tacha a otra cosa, ¿qué es eso que tacha? Lacan lo define como el
significante. Escuchen esto, que no entiendo por qué ningún lacaniano
comenta, no entiendo por qué:
39
Cf. pág. 34
40
Cf. pág. 34
41
Cf. pág. 34
Esta es la maniobra jodida de Lacan, que una vez que lo mete a Freud, lo hace
quedar bien de vuelta. Está criticando la represión de Freud pero después dice
“es lo que dijo Freud, la censura”. Pero para Freud, la censura es totalmente
secundaria respecto de la represión, no es lo primordial.
Quiere decir que para Lacan, en función de esta cita del Seminario 11, el
dinamismo del inconsciente es que algo se borra. Y la función activa en el
borramiento, es el propio significante, ninguna función que pudiera ser
adscripta a características, propiedades o funciones de la persona o de su
cuerpo.
Comentario inaudible
A.E.: no, no, porque lo que vos hacés es un efecto de armonía. Efectivamente
hay armonías, por ejemplo, no sé si alguna vez lo pensaron: si ven películas
de Walt Disney, hay música de amor, música de alegría, música de tristeza,
música de angustia, y música de depresión ¿no? Hoy podríamos decir “es que
ya sabemos” que hay músicas así, entonces ya producen el efecto porque
sabemos que es así. Pero supongan que fuera la primera vez, en la primera
película de Walt Disney donde se introdujo esta forma: ¿es inconcebible que
haya cierta modalidad de música que produzca cierto efecto sobre nosotros? A
42
Cf. pág. 34
mí no me resulta inconcebible. Y no por nada esos perritos de morondanga,
los que son así de chiquitos, pegan esos ladridos agudos a través de la reja y
nos dan más de un susto... y ¡son del tamaño de una cucaracha! Pero ¿cantó
como un ruiseñor? No, ladró como si fuera un doberman. ¿Y por qué gritó
como si fuera un doberman? Porque el instinto no es tonto, hay una
adaptación de esa especie al medio, que gritando en esa sonoridad, produce
en los depredadores un efecto. Por ejemplo, cuando se le paran los pelos al
gato ¿eso produce efectos o no? Habrán visto cómo reculan los perros frente
al gato que se apresta para la batalla. Hasta el perro más bravo da primero un
paso para atrás frente al gato, ¿por qué? Porque el gato en ese momento
parece un leopardo. Esas armonías, musicales o de imágenes, las
encontramos perfectamente en el mundo animal. Lo que estoy trabajando, en
cambio, es algo que está inexorablemente ausente en el mundo animal. Y es
que las cosas se piensen y que haya cosas que se concluyen solas. Que en
cierta época, ciertas prácticas sexuales sean perversas indudablemente,
mientras que en otras épocas no.
Comentario inaudible
C.: no, digo, porque está puesto el acento en el automatismo del borramiento.
A.E.: claro. Pero yo no había querido introducir nada de la índole del valor,
que fuera valioso lo borrado o que fuera valioso lo que permaneció.
Lo digo de una manera más llana: ¿cómo hacen ustedes para interpretar?
Vayamos a los casos interesantes, es decir, cuando la embocan, que son los
menos, uno está boqueando todo el día y hasta que pega una... ¿cómo la
pegan? ¿Cómo la embocan? Hay dos formas de explicarlo: una es la
genialidad, que es lo que dicen los lacanianos sobre Freud y Lacan, que fueron
dos grandes clínicos. Habrán oído que se dice que Freud y Lacan fueron dos
grandes clínicos... para mí fueron dos perros ladrando. Clínicamente
hablando, Freud y Lacan eran dos perros. Estoy seguro de que Melanie Klein
era mucho mejor clínica que ellos, de eso estoy convencido. Lo que se sabe de
los casos de ellos dos, son catástrofes totales. Entonces, una manera de
explicarlo es por la genialidad, por la suposición de un sexto sentido que
tendrían algunas personas, dotadas, que les podría permitir interpretar.
Pero nosotros, los comunes, que no tenemos un sexto sentido, ¿cómo
hacemos para interpretar? No todas las cosas que le decimos al paciente sino
justo esa que produjo un efecto. Digo, ésa -sin que nosotros tuviéramos idea
de qué era- y que produjo efectos sin que nosotros tuviéramos idea de que
ocurriría porque no sabíamos que todos esos textos estuvieran en esa
persona... ¡Se dice solo! El buen analista es el que se deja llevar en el sentido
de que la cadena sí quiere decir. El asunto es cómo sería ese “dejarse llevar”
porque también se lo podría confundir con el “Ommmm”, ni atención flotante, ni
estar en las nubes, etc. Entre estar en las nubes y atención flotante, nunca me
quedó claro cuál sería la diferencia, la única diferencia es que quienes la
practican se analizaron... como se analizaron ya están seguros... ¿Ustedes
conocen a alguna persona que se note claramente en su vida que se analizó?
¿Que sea una persona distinta? Yo no conozco a nadie. ¿Ustedes conocen a
alguien? Conozco a algunos, en especial hombres, que han hecho el pase y
que están más locos que un plumero. Mucho más locos que antes. De esos
idiotas conozco a unos cuantos. Pero ¿gente que sea distinta porque se
analizó? No.
Comentario: esto era lo que te decía que se suprime con esta lógica, el
suponer saber qué es lo borrado.
A.E.: ¡ah! Ahora entiendo. En ese sentido sí. Con lo que no estaba de
acuerdo de lo que vos decías era porque podía dar a entender que todo esto
pudiera ser sin sentido, que es otra vertiente que se sostiene a lo loco, la
clínica del sin-sentido... ¡es una jauría que viene al galope!
A.E.: que es el nihilismo moderno, todo el mundo cree que no hay sentido. De
Nietzsche para acá ¿a quién le va a sorprender que no haya sentido, que la
vida no tenga sentido? Ahora, el asunto es cómo hacer para no melancolizar
más a nuestros pacientes. De hecho, el asunto es cómo conseguir analistas
que no estén melancolizados. Para mí hay un efecto melancolizante del
psicoanálisis que es pavoroso, y es por esta práctica del sin-sentido. Porque
esta cadena sí opera con un sentido, pero con el sentido de ésta cadena, que
uno no lo puede conocer y el analizante tampoco. Porque no es que él
reprimió lo que no le gustaba... Para operar con la clínica del sin-sentido se
sostiene que el deseo angustia. ¿Por qué el paciente no hace lo que desea?
Porque el deseo angustia. Siempre lo decimos: “lo que pasa es que usted no
se anima a hacer su elección o su apuesta...” Que es otra idiotez que también
implica un saber: ya sabemos que todos desean, que todos desean por igual y
que se angustian por desear. ¿Por qué se borra? Se dice: “porque angustia”
Comentario: en todo caso, con eso que sabemos habría que ser bastante
elíptico, por lo menos, frente a esas cosas que sabemos, en el mejor de los
casos...
A.E.: es en el mejor de los casos para cobrar promedio anual per cápita más
honorarios... o sea, se te irían más tarde los pacientes, los retuviste al menos
tres años.
Comentario: digo, no ser tan directo...
A.E.: claro, pero se dice que no hay que ser tan directo, me parece, para que
los pacientes no se vayan rápido.
A.E.: ¿y con qué criterio? ¿por qué decir las cosas elípticamente?
Vamos a trabajar esta estructura. Uno puede decir que para toda estructura de
paréntesis, que el signo de apertura de paréntesis está en relación con el signo
de cierre de paréntesis. Observen qué interesante es el trabajo que hace
Lacan, porque para hablar con cierta tranquilidad tendríamos que hacer así:
Fíjense cómo hemos duplicado ya las comillas. Que podría ser así: yo tomo
textualmente lo que usted dijo –y uno repite la frase del paciente. Hay un doble
comillado ahí, ¿no? El comillado que usa el paciente de un texto, y uno al
citarlo hay que tomar el comillado, tomamos que eso es una unidad, un
elemento, y siendo así observen que para nosotros este paréntesis cierra a
este ¿están de acuerdo?
...(...(...)...)...
Ahora, si son beta, beta, delta, van a ver que se puede escribir de otra manera.
Beta era S_D, y delta era D_S
+ + + + - - -
1 1 2 2 1
1er. t. 2do. t. 3er. t.
[S S (D] D S)
β β δ
1er. t. 2do. t. 3er. t.
Quiere decir que acá tenemos, primero, segundo, tercero. Estos son los tres
elementos constitutivos del binario, y con la delta tenemos cuarto y quinto. Son
5 elementos que son tomados en cuenta. Pero visto desde la perspectiva de la
delta, tenemos tercero, segundo, primero. ¿Están de acuerdo? Con lo cual, la
relación que hay entre esta beta y esta delta es que coinciden en que el tercer
elemento que cierra el binario, el tercer elemento constitutivo del binario de la
primera es el mismo elemento constitutivo del binario de la segunda. Digo,
delta en este caso, es el término que cierra al trío que constituye al binario que
llamamos beta. Pero delta también es el primer elemento de este trío que
cierra el binario que llamamos delta.
...(β...(β...)δ...)δ...
---cambio de cinta---
(...) ... ambos son ejemplos de separación. “Su problema de estudio tiene que
ver con las separaciones”. No se trata de que uno sea un genio o de que uno
no sepa nada, sino de que trabajando con cierta lógica, y articulando de
determinada manera las disparidades, o sea, las cosas que no van en la
cadena, no cualquier cosa. Hay pacientes que relatan cualquier pavada y uno
no lo puede creer. Y el paciente podría argumentar que está asociando
libremente y diciendo lo primero que se le ocurre. Hay mucha pavada que está
garantizada. No se trata de la atención flotante, no: hay que ir a la búsqueda
de las disparidades. Y luego hay que hacer un trabajo lógico, que tampoco es
ciencia exacta del Instituto Balseiro. Sino tratar de establecer qué se vincula
con qué, pero observen que se trata de que se vincula. Qué se vinculó con
qué, y poder deducir de eso una lógica. Lacan propone que esta es la
modalidad de escansión para la clínica psicoanalítica, o sea, esta es la
estructura con la cual nosotros, mediante un álgebra, podríamos escribir qué
sería una unidad en la experiencia analítica. Esto es lo primero unitario que
tenemos. Vean que no haber querido ir al Jardín porque angustiaba separarse
de la madre, o haber perdido toda posibilidad de estudiar a partir de la
separación de los padres, o sea, ni no ir al Jardín ni tener dificultades para la
facultad son en sí algo que se suma 1. ¿Ven que lo primero que suma 1 es lo
que tiene estructura de ocho interior? Esto se produce en análisis, y se
produce en análisis buscándolo y estableciéndolo. Es por eso que la atención
flotante es impracticable para nosotros. Y es impracticable porque para la
atención flotante uno ya tendría que estar advertido de lo que va a venir. Uno
puede entonces trabajar esperando que aparezca lo que ya sabe lo que va a
venir (y mientras puede dormirse escuchando al paciente) o, por el contrario,
puede trabajar en la cadena significante suponiendo que hay una lógica interna
a la cadena, a la propia cadena y que son procedimientos de lectura sobre ella
los que permitirían producir efectos clínicos. Otra cosa distinta sería la
“sabionda lacaniana” y como Lacan dijo “deseo de saber”... pero no saben por
qué. Porque Lacan dijo que no hay pulsión epistemofílica, pero dijo que había
deseo de saber. Nosotros lo tomamos como si fuera lo mismo. ¿Es lo mismo,
o habrá que tomar en cuenta la diferencia? Y quizás el deseo de saber de
Lacan no sea ganas de saber. Por ejemplo, por nada se podría garantizar que
un estudioso tenga habilitado el deseo de saber. Pero como Lacan dijo “deseo
de saber”, la “lacanianada” que no respetara la lógica de la cadena sería: “Y
claro, evidentemente a usted estudiar lo angustia”. Por el deseo de saber,
porque el deseo angustia. Pero ahí no se está trabajando con la lógica de la
estructura. Son los famosos “Evidentemente, a usted... tal cosa lo angustia”.
Pero si se tratara de trabajar ya no sería tan claro. El lacaniano no diría tan
convencido “Evidentemente, a usted lo angustia trabajar”, porque Lacan no
habló de deseo de trabajar. Ustedes se ríen, pero no sé por qué se ríen.
A.E.: es que cada vez, el analista debe verificarse en docta ignorancia en cada
caso. Digámoslo así: tiene que producirse como entrada en análisis el
testimonio de que ambos se sorprendieron de lo que eso pensó. Si no, ¿cómo
tendríamos prueba de que eso pensó autónomamente, si no hubiera sorpresa
de ambos partenaires? O sea, la interpretación correcta, es aquella que tiene
esta estructura, y si quieren el acompañamiento psicológico, debería haber
sorpresa en ambos partenaires. “Lo que dijiste el otro día me rompió la
cabeza, me cambió todo, es otra cosa”, “¿Sí? ¿Qué le dije? No recuerdo
haberle dicho nada...”, “¿Cómo que no? Me dijiste esto, esto y esto.” “¿Yo te
dije eso?” Ahí hay entrada en análisis, cuando los dos –se los digo en
lacaniano- han pagado con su persona. Cuando las dos personas cayeron.
Ya uno no es capaz de garantizar que es él el que piensa lo que se piensa, ni
el otro es capaz de garantizar que es él el que dijo lo que se dijo. Esa es la
entrada en análisis que produce el sujeto. Hará falta otro corte para que se
produzca el diagnóstico del objeto a, por eso a mí no me gusta una clínica sin-
sentido, porque es esto lo que le da sentido a la vida. Y luego el problema es
la salida del análisis, el famoso problema del fin de análisis, donde haría falta
otra vuelta en la cual ambos vuelvan a caer: el analista que cae de una
posición de lector habilitado y del otro lado no sabemos bien cómo decirlo,
porque el pasaje de neurótico a sano no lo sostuvo ni Freud. Los freudianos sí,
pero Freud no. Eso de pasar de la miseria neurótica a la miseria común... ¡eso
todo el mundo lo arregla! Del lado del analista es muy fácil decirlo, cae de su
lugar de lector habilitado, no es más un lector habilitado para ese texto. ¿Y del
lado del analizante? Lacan propuso que pase a analista, pero no se ha
verificado, que no se lo ha podido trabajar. Todavía no sabemos cuál es la
estructura del tercer ocho interior.
En la próxima tendremos que establecer sujeto, Otro, por qué así, vamos a
tener que establecer a minúscula, a’, las pulsiones, la interpretación, el
inconsciente, el rasgo unario, el falso cogito, y todo lo demás.
Si alguno leyó “Paréntesis de los paréntesis”, hay un problema previo y es que,
tal como lo dice Lacan no queda claro qué cosa va en qué lugar. Lo primero
que vamos a trabajar es qué es “en el dobladillo”, qué es “entre los paréntesis
interiores”, qué es “en el interior de los paréntesis”, qué es “fuera de los
paréntesis”. Hay que establecer primero cuáles son esos lugares.
Luego veríamos qué funciones Lacan localiza allí, y luego haríamos el trabajo
de establecer por qué, por qué en un sector de la cadena se podría hablar del
Ello pulsional. Observen que hay un montón de conceptos fundamentales en
psicoanálisis desarrollados. Acá Lacan plantea el falso cogito y plantea una
cuestión interesantísima que es la perversión pura y simple.
Comentario inaudible.
A.E.: Lacan no hace esta tabla. Lacan redobló la apuesta: volvió a tomar el
guante, volvió a cifrar el psicoanálisis (inaudible) y volvió a provocar a los
psicoanalistas a leer. Y fue como en la obra de teatro “El desierto de los
tártaros!... o “Esperando a Godot”. Esas son las dos obras que para mí mejor
reflejan la posición de la espera. Con Lacan pasó lo mismo, 40 años y nada...
Yo no encontré esta tabla en ningún lado, no la pude cotejar con ningún colega.
En la próxima vamos a ver cómo cortamos en sectores, según la propuesta de
Lacan, qué funciones van en esos sectores, y qué podríamos decir, en nuestro
intento de ser psicoanalistas, de esas localizaciones y funciones en estos
sectores de la cadena.
Numeren los versículos del escrito, para poder citarlos.-
Habría otra cuestión que podría estar en juego en esta sorpresa de Lacan y es
que Lacan -con tres semanas de diferencia- desarrolló el Seminario sobre La
Carta Robada y el Esquema Lambda. Y lo que es notable es que hasta el ’66
nadie había articulado a La Carta Robada al Esquema Lambda, que es el
trabajo que Lacan termina haciendo aquí, bajo la forma de lo que él designa
Cadena L. Así que podríamos decir que quizás la perplejidad tenga que ser
duplicada. Porque es muy habitual en los lectores de Lacan el acentuar el
factor diacrónico, o sea, “primer Lacan”, “segundo Lacan”, “tercer Lacan”.
Ahora, me da la impresión de que la acentuación tan fuerte de lo diacrónico a
veces hace perder de vista un trabajo que es muy necesario, y es el trabajo
sincrónico –si uno quisiera vincularse fuertemente a la obra de Lacan. O sea,
qué está produciendo Lacan respecto del sistema de conceptos y de
propuestas, simultáneamente. Y me parece que eso se nota claramente en
este caso, ¿cómo puede ser que a nadie se le haya ocurrido trabajar el
Esquema Lambda y La Carta Robada?
43
Lacan, J. (1988): Escritos 1, pág. 48 (versículo 1), Buenos Aires: Siglo XXI
demora que hay en el trabajo de cómo puede ser que Lacan haya dicho cosas
tan disímiles sobre el mismo tema en la misma semana.
El versículo 2:
no sé qué poner en lugar del estructuralismo, pero sea como fuere, esta
ecuación opera, y es muy interesante que nosotros verifiquemos que esto
opera, porque en Lacan es muy fuerte la propuesta de que la lingüística es la
ciencia líder del estructuralismo, que es una propuesta bastante subversiva.
Ahora, para todo el mundo es obvio que en todas las ciencias humanas y
sociales, el análisis de discurso participa fundamentalmente en todas ellas.
Con lo cual, este paso propuesto por Lacan estaba dado, salvo que tenemos
esta diferencia, o sea la diferencia –tendremos que estudiar- entre lingüística y
análisis de discurso. La diferencia es obvia, pero digo, qué implicará para el
campo de las ciencias humanas. Pero carecemos del paradigma que podría
venir acá (al lugar del estructuralismo). Mi impresión es que justamente lo que
caracteriza a nuestra época es que carecemos de paradigma. La virtud de esta
época (‘60/’70) es que había un fuerte paradigma, muy controversial pero
compartido. Ahora carecemos de paradigma. Si leen trabajos sobre análisis
de discurso, van a ver que se destaca en todos ellos la falta de coincidencias
mínimas. Lo más característico de los trabajos sobre análisis de discurso es
que falta el conjunto de coincidencias mínimas. Es decir, que habrá tantas
teorías como autores tengan. Que todos participan del análisis de discurso,
pero es muy difícil definir qué es análisis de discurso, hay 28 versiones. Y cada
una de esas 28 van a ver que estará precedida por el nombre de un autor y un
año. Ya estoy investigando análisis de discurso, y justamente hay varios
manuales, diccionarios, tengo este diccionario que es de Charaudeau y
Maingueneau, de Amorrortu. Es excelente, y tiene una característica: odian a
Lacan. Lo odian tanto que lo han tachado de todas partes. Y está increíble y
llamativamente ausente. Por ejemplo, dice que el análisis de discurso
comenzó en 1954 con la expresión “análisis de discurso” que utilizó tal, no me
acuerdo quién. Y no ponen que Lacan, en una clase del Seminario 2, propone
que en psicoanálisis hay que pasar de análisis del yo a análisis de discurso,
Lacan ya en el ’54 tiene la propuesta de análisis de discurso. Es notable.
Y Miller designó esa clase del seminario así: del análisis del yo al análisis del
discurso.
No recuerdo si les comenté que yo nunca entendía por qué Jean-Claude Milner
sostenía que Lacan dejó de ser estructuralista a partir del Seminario 17 con los
cuatro discursos. En este diccionario está explicado por qué, porque está
explicado el relevo. Que el lugar que antes ocupaba el estructuralismo, ahora
lo ocupa el análisis del discurso. O sea, que cualquiera que pase a análisis del
discurso –superficialmente hablando- deja de ser estructuralista. Eso es lo que
hace Milner, dice que Lacan se pasó al análisis del discurso, el psicoanálisis
pasa a ser un discurso, entonces Lacan no es más estructuralista. El respeto
que yo tengo por Milner es enorme, estudio mucho sus textos, en la medida en
que lo voy entendiendo, porque es un autor complicado, muy erudito, es una
personalidad para nosotros en psicoanálisis aunque no sea analista. Ahora, yo
tendría que decir que Milner no leyó el Seminario 17. Es seguro que no leyó ni
la primera página, porque Lacan en la primera página dice que él va a pasar a
considerar al psicoanálisis como un discurso, justamente para articular la
experiencia analítica a la estructura. Es increíble, Lacan lo dice en la primera
página. Con lo cual, en Lacan no hay relevo del estructuralismo, en Lacan el
pasaje a análisis de discurso es una rearticulación de la experiencia analítica a
la estructura. Y se puede observar porque directamente propone al
psicoanálisis como discurso en una estructura de cuatro discursos. En el
seminario 16 está planteado el psicoanálisis como discurso, pero no está
dentro de la estructura de cuatro discursos, por eso el Seminario 17 es tan
importante.
Todo esto es para contarles que este diccionarios da para leerlo íntegro, lo
armaron en forma de diccionario porque no había otra manera, al no haber
coincidencia absoluta, no hay coincidencia en nada, entonces hay que hacer
entradas. ¿Saben cómo las hicieron? Llamaron a veinte personalidades del
discurso y les preguntaron cuáles serían los términos que ellos considerarían
que deberían estar en un diccionario de análisis de discurso. Y pusieron lo que
esta gente dijo, o sea, ni siquiera se sabe cuáles son los conceptos
fundamentales del análisis de discurso. Solo hay que aceptar la opinión de
veinte prestigiosos autores.
O sea, todo lo que esté comprendido entre comillas puede ser designado
signos de alienación. Me parece maravilloso.
..., por cuanto implica un redoblamiento o más bien esa especie de división que
comprende una función de dobladillo (o forro).”
En este doble no quiere decir que sea en todo el paréntesis redoblado, sino
que hay que buscar dónde, porque las alfa y gama no están todas aquí, Lacan
dice que en el doble colocó alfa gama, de forma tal que su número sea nulo o
par. Los ubicaríamos entonces aquí [en amarillo en la tabla]:
Les propongo que el lugar del doble es este –aunque Lacan no lo dice-, que
luego en el versículo 15 los va a llamar entredós:
( αγ ( ) __ ( ) γα )
entredos
En el versículo 15 dice:
“Falta definir el privilegio de esta alternancia propia del entredós de las comillas
(01 pares), o sea evidentemente del estatuto de a y a’ en sí mismos.”
Quiere decir que los llama “en el doble” o “en el entredós”, y en la parte de
arriba de la tabla coloqué los nombres de las secciones de la cadena
significante, y abajo fui colocando cuáles son las diferencias que Lacan está
estableciendo entre sus elementos, su número, y cuáles eran las funciones o
conceptos que Lacan trabajó en el esquema Lambda articulado a la cadena
significante. Entonces, mi primer propuesta es que lo que Lacan llama “en el
doble” es lo mismo que lo que llama “en el entredós” y se refiere a este lugar, a
lo que queda entre el par de paréntesis redoblado y cada uno de los paréntesis
interiores. Esto es el versículo 5.
Versículo 6:
( __ ( ) __ ( ) __ )
Quiere decir que entre los paréntesis interiores va alfa gama de tal manera que
su número sea impar o nulo [en verde en la tabla].
Versículo 7:
Con lo cual, les propongo que el interior de los paréntesis sea este lugar [en
fucsia en la tabla]:
( __ ( __ ) __ ( __ ) __ )
Versículo 8:
“Fuera de las comillas, encontramos por el contrario una sucesión cualquiera
de α, la cual incluye ninguno , uno o varios paréntesis atiborrados de αγαγ...α en
número de signos nulo o impar.”
Entonces , por fuera de las comillas (o del paréntesis redoblado) tantas alfa en
un número absolutamente indeterminado y paréntesis atiborrados de alfagama
alfa en número de signos nulo o impar. [en gris en la tabla] Y habría que seguir
escribiendo para poder cerrar el paréntesis pero yo corté la tabla acá (en la
posición 31 de la fila #) [los paréntesis que habría que poder cerrar si continuara la tabla
son los de posición 27 y 30 en la fila #]
Llamamos a esta sección “fuera del paréntesis redoblado”.
Recuerdan que yo les había dicho que había un trabajo muy fuerte que Lacan
hace entre 0 y 1, 0 (ceros) por un lado y 1(unos) por el otro, en el paréntesis
redoblado y fuera del paréntesis redoblado van a ver que si uno sigue
trabajando, lo que aparece también es una oposición muy fuerte entre Ello e
inconsciente. El Ello va a quedar de un lado y el inconsciente del otro, que
como siempre en Lacan no es tan fácil distinguir cuál es la lógica que le
corresponde al Ello y cuál la que le corresponde al inconsciente, así que me
parece importante de aprovechar esta circunstancia.
Ahora, no pierdan de vista que para Lacan, “más hablante” es más formalizado,
pasado casi exclusivamente a términos matemáticos: ceros, unos y paréntesis.
Para Lacan la cadena L es más hablante, para los lacanianos no. Para los
lacanianos es la experiencia de la palabra, la escansión es el silencio –o echar
al paciente del consultorio- todo lo que pueda ser fenoménicamente
considerado como experiencia de palabra, que cualquier observador externo
también consideraría experiencia de palabra.
A.E.: totalmente, boca, cuerpo, sonido, fonemas... No crean que soy tan
animal de no darme cuenta cómo los forcé a una discusión casi despiadada
con el “sin el cuerpo”. Yo me doy cuenta cómo forcé a un límite. Pero gracias
a Dios que todavía quedamos unos pocos después de semejante batalla.
Acá, observen que directamente no quedó nada del cuerpo, ni la boca
hablante, ni la sede de las pulsiones, ni siquiera la presencia corporal. Y
observen que el Otro es una parte de la cadena, no es el analista. El Otro ni
siquiera es el analista, es una parte de la cadena. O sea, no es que ya no está
la boca hablante... ni el cuerpo presente del paciente que hace falta que esté
para que haya texto... Entiendan en este diccionario la dificultad que hay para
los propios autores –que son especialistas- en definir texto y para articular la
diferencia entre texto y discurso. No crean que compran la que compramos
nosotros de que discurso es hablado y texto es escrito... para nada. Es
bastante complejo en el nivel de discusión que se tiene ahora, establecer qué
es discurso y qué es texto, y la diferencia palabra hablada-palabra escrita no
resuelve nada. Así que no crean que acentuamos tanto la condición de la
palabra hablada. Quizás tendríamos que disminuirla, en el sentido de la
enseñanza de Lacan, por ejemplo en el sentido de suponer que el inconsciente
es una instancia de la letra, y no la caldera borboteante de energías
pulsionales. Quizás sea una instancia donde haya una operatoria de letras y
que quizás esa operatoria de letras se haga legible si uno le agregara una
convención más.
Es muy interesante este pasaje de que algo sea más legible si uno le agregara
una convención, porque suele ser contrario al espíritu que se aplica para
muchas lecturas, pero especialmente para la escucha y la lectura en
psicoanálisis, ya que en muchos casos se supone que el contacto directo con
la experiencia de palabra es la mejor posición del analista, como si el consejo
de Freud de tomar cada caso como un caso nuevo, significase que el analista
debería estar en posición de tabula rasa (disculpen la metáfora fuera de uso).
Como si el buen analista, el mejor, efectivamente fuese el que no sabe nada.
Habría que ver en qué contexto nosotros aplicamos ese “no sabe nada”,
porque fíjense que las cosas se hacen legibles si uno les aplica una
convención, o sea, es con nuestro aparato conceptual que un texto puede ser
legible de tal manera de encontrar en ese texto lo que pueda funcionar como
las pulsiones, el sujeto, el Otro. Quizás en los textos, o en los discursos, no
esté inconsciente, sujeto, Otro, pulsiones, salvo que el lector aplique una
convención en plus al texto, y es a partir de la convención que las cosas
aparecen. No hay pulsiones en las personas, sino que a partir de una cierta
maniobra que implica explícitamente el agregado de convenciones –que
siempre van a implicar cierto artificio, ¿qué las garantiza? No sé cómo se han
aguantado hasta ahora sin preguntarme por qué, por qué alfa es 1. O ¿por qué
número nulo o impar, por qué? No sé cómo hacen para no preguntar por qué
todo el tiempo. Yo me pregunto por qué todo el tiempo, tengo algunas
respuestas, otras me faltan. Pero evidentemente lleva a preguntar por qué, me
parece que esa la posición, el analista no es que no debe aplicar convenciones
al texto o al discurso al que está enfrentado como practicante. Lo que nunca
debería olvidarse es la pregunta de por qué aplica esas convenciones y no
otras. Pero es con una convención que se agrega. En general todos los que
acentúan mucho en el psicoanálisis la dimensión de práctica analítica, o de
experiencia analítica, están en la contraria, por ejemplo: tienden a decir que no
se puede explicar lo que es un psicoanálisis a alguien si esa persona no se
analiza, porque tenés que hacer la experiencia. En la Facultad de Psicología,
en todas las materias clínicas o psicoanalíticas, se les tiende a hacer creer que
los alumnos van a terminar de entender de qué cuernos se habla el día que se
analicen, cosa que me parece una chanchada de cuarta categoría, porque el
paso siguiente es repartirles tarjetas... ¡Eso tendría que tener censura
institucional! ¿Cómo no se va a poder explicar el psicoanálisis si uno no se
analiza? ¿Entonces tenés que comprar todo el producto? O sea, para entender
para qué te serviría la licuadora, primero tenés que comprártela... ¡te quieren
vender la licuadora sea como fuere! ¡Es patético, y es lo que se hace en todas
las aulas de esta facultad y de todas las facultades de psicología donde se
enseña psicoanálisis! Y es que no se termina de establecer qué es, y es por
eso que los analistas sostienen que un analista sale de un análisis. ¿Cómo se
hace un analista? En un análisis. ¿Por qué? Porque atraviesa la experiencia.
¿Es atravesar la experiencia lo que te hace analista? ¿O es aplicar unas
convenciones que hay que estudiar y que son racionalmente planteables y
comunicables? Y no me digan “no todo”, porque claro, nada es comunicable
en su totalidad, ni en matemática todo es comunicable. Hay unos cuantos
problemas de los cuales los matemáticos dicen “mi impresión es que este
teorema tendría solución en topología algebraica pero es una intuición que
tengo”. En muchos problemas de alta matemática se habla de intuición, de
que intuyen que tendría que ir por ahí... o sea, no saben cómo decirlo. No se
crean que nosotros inventamos el que no todo se puede decir, en todas las
disciplinas se sabe clarísimo que no todo se puede decir. Pero sí hay cosas
que hay que decirlas. Me parece que lo que está diciendo Lacan es que para
que la cadena sea hablante, hay que aplicarle convenciones, que no hay otra
forma. Y las convenciones para nosotros son los conceptos. Si no aplicamos
un concepto a un texto o discurso, no hay pulsión. Pulsión es el producto de
una lectura hecha sobre un discurso o un texto al cual se le han aplicado
determinadas convenciones. No existe nada que sea pulsión.
A.E.: me parece que sí, que lo que nosotros consideramos lo más débil de los
casos de Freud, como podría ser Schreber, podría en realidad ser un caso
paradigmático de lo que es el trabajo de un analista. Donde está olvidado
plenamente el cuerpo del paciente y el cuerpo del analista.
Y no me olvido de que en el Seminario 11 Lacan habló de la presencia del
analista... pero habrá que ver si eso apunta a lo que hace al trabajo analítico o
si es lo que hace obstáculo al trabajo.
---cambio de cinta---
Entonces tenemos lo que Lacan designa cadena L, que es el versículo 10. Los
versículos 11 y 12 dicen:
( __ ( 0 ) __ ( ) __ )
el silencio de la pulsión
Versículo 13:
(Es) S
Esto es una simplificación del esquema L, que tiene muchos elementos más
que ahora no escribo. Pero eso que escribió en el extremo izquierdo fue
siempre muy confuso, porque escribió la S de sujeto y el Es que es el Ello
freudiano, que para nosotros no es tan común. Nosotros tendemos a pensar –
de brutos que somos- que del lado del Otro va el inconsciente y más o menos
meteríamos el Ello también ahí... ¿dónde lo pondrían si no? Con lo cual, es
muy confuso que Lacan ponga al Ello del lado del sujeto. Recuerden que el
esquema Lambda es el esquema que Lacan produce para concebir la
experiencia analítica, a la experiencia de palabra, tal como ella se da en la
sesión de análisis.
Eduardo Liljequist: pero ¿no será por un anticipo de aquello de “donde ello
era el sujeto debe advenir”?
A.E.: no es anticipo porque ya está dicho en Freud, seguro que está eso en
juego, seguro, el asunto es cómo. Qué querrá decir ese “advenir” o “por
advenir”. Habrá que ver, pero seguro es eso. El problema es que no hay que
olvidarse que ya hay un acto de lectura terrible por parte de Lacan y es que
sustituyó en la fórmula de Freud al yo por el sujeto, y hay un quiebre total de la
lógica freudiana con la lacaniana.
Retomo la cita:
““El
entrecomillado puede representar entonces la estructura del S (Es) de
nuestro esquema L,
Siendo el Es el Ello, pero recuerden que también Lacan propuso el Ça, que
tiene la virtud de despersonalizar más, porque queda como Eso.
en francés no dice “completado con”, sino que dice “completado del”, o sea, no
“con” dice “del”. Lo cual cambia el sentido, porque si ponés “con” se refiere a
una cosa que le falta algo y lo completás con el Ello. En la versión española se
leería que el Ello es un tapón que colmaría el agujero del sujeto, pero es un
error del traductor, porque en francés se lee: “el sujeto completado del Ello
freudiano”, no “con el Ello freudiano”.
Está bueno esto, porque habría que distinguir si se trata de una evolución en la
investigación freudiana, donde el inconsciente terminó siendo una parte del
Ello, el pasaje de primera a segunda tópica, la inscripción de esas
elaboraciones de Freud y la incorporación del término de Groddeck; o será que
con Lacan ya opera la sincronía y entonces se trata de dos conceptos distintos,
tomados sincrónicamente para designar dos cosas distintas. A mí me parece
que en Lacan se lee de esta segunda manera.
No es chiste...el ello se opone al yo, la oposición del ello es con el yo, quizás
ganásemos muchísimo poniendo ello o inconsciente ¿ven que Lacan cambia el
sistema de oposiciones? Quizás sea una ganancia. Pero en el sistema de
oposiciones de Freud es el ello contra el yo.
La verdad es que Freud era imaginativo... sería como el caldero de una bruja.
Es un caos, no habría lógica alguna operando allí. Y después Freud agrega
que desde las pulsiones se llena con energía, pero no tiene ninguna
organización. O sea, el problema no es Miller y el goce, el problema es el valor
energético corporal que Freud dejó inscripto en la pulsión y dejó incorporado
como núcleo del movimiento de la práctica analítica. El problema es Freud, no
Miller. Después cada uno va tomando de distintos autores una línea según su
propia posición personal. Pero está en Freud el problema de la energía, de lo
borboteante... Entonces el ello es un caos que no tiene ninguna organización y
después aclara Freud que las leyes del pensamiento no operan en el ello.
Lo que quería agregar para que no lo pierdan de vista es que Freud dice:
No dice nada del espacio, y quizás allí haya una pista de por qué tal vez sea
necesario un desarrollo de qué espacio le corresponde al ello. Y quizás por
eso alguna reflexión topológica esté bienvenida, porque se nota que Freud dijo
44
Freud, S. (1997): “Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis”, 31° Conferencia. En
Obras Completas, Tomo XXII, pág. 68. Buenos Aires: Amorrortu.
45
Cf. pág. 68
46
Cf. pág. 69
que n opera la estética trascendental, que tiempo y espacio no son a priori para
toda la actividad humana -en el ello no son a priori- y que evidentemente el
tiempo... etc. pero ¡no dice nada del espacio! No tiene el argumento, y se le
escapa que no lo tiene, porque ni siquiera dice que no sabe qué decir respecto
del espacio.
A.E.: no sé. A mí me llama mucho la atención que Freud diga que no operan
en el ello espacio y tiempo, que hable del tiempo pero no diga nada del
espacio. Ante lapsus así, yo lo interpreto... interpreto la ausencia. Quizás para
Freud era tan obvio que el espacio era el cuerpo que ni siquiera le hizo falta
decirlo... podría ser. Pero ya sería una interpretación mucho más jugada,
porque no tenemos asociaciones de lapsus. El asunto es si es un lapsus, si
falta algo, y podría ser una respuesta, para mí sí. Para mí es indudable que
para Freud se trata de lo que viene del cuerpo. “Se trata” en el sentido de
tratamiento analítico. Para Freud, lo que trata un analista es lo que viene del
cuerpo, del individuo-paciente. Freud creía que el asunto venía del cuerpo.
“Ahora bien, puesto que nos vemos precisados a mantenerla, se nos impone la
impresión de que las pulsiones de muerte son, en lo esencial, mudas, y casi
todo el alboroto de la vida parte del Eros.”48
47
Freud, S. (1997): “El yo y el ello” Cap. IV. En Obras Completas, Tomo XIX, pág. 47. Buenos
Aires: Amorrortu
48
Cf., pág. 47
“El ello, a quien nos vemos reconducidos al final, no tiene medio alguno para
testimoniar amor u odio al yo.”49
Si uno lee los párrafos de Lacan, aislados, no se entiende nada. Si uno lee los
párrafos de Freud aislados... es un delirio total. El ello no tiene medio alguno
para testimoniar amor u odio al yo... ha personificado las instancias, se aman,
se odian... que pelean entre sí dentro del aparato psíquico... ¡Y después
decimos que Melanie Klein estaba loca! ¿Y esto? ¿Entienden que en el ello
las pulsiones se odian o se aman? Se odian o se aman... las pulsiones entre
sí... me parece bastante delirante.
“Ello no puede decir lo que ello quiere; no hay consumado ninguna voluntad
unitaria. Eros y pulsión de muerte luchan en el ello;...”
Estas son las dos veces que Freud habla de las pulsiones de muerte que son
mudas en el ello. Eso es Freud. No sé por qué lo dice, no sé por qué son
mudas. El problema ahí es si nos estamos preguntando si es por una
convención que agregamos o si es por una ontología. ¿Entienden? O sea, si
tenemos las pulsiones que tenemos –porque la naturaleza hizo que
evolucionáramos así, o Dios quiso que fuese así- sólo tenemos que decir que
“son”, no tenemos que decir por qué son así. Si estamos hablando de cosas
que son –ontología- cosas que tienen un ser, uno no tiene por qué dar cuenta
de por qué son como son. Es decir, ¿por qué el naranjo se distingue del
manzano? Es una pregunta tonta. Me parece que Freud está describiendo
entes que no son existentes. Y es por eso que no explica por qué. ¿Por qué la
pulsión de muerte es muda en el ello? No sé por qué ni entiendo por qué. No
entiendo cuáles son los argumentos que Freud aplica –después de 30 años de
leerlo.
Ahora vamos a ver qué quiere decir Lacan con silencio de las pulsiones.
Porque silencio de las pulsiones es de Lacan, no de Freud. Una cosa más:
para Freud, sólo las pulsiones de muerte son mudas, las de vida no. Es decir
que la mudez no caracteriza a la actividad pulsional. Para Freud la actividad
pulsional erótica –Eros- es parlanchina y revoltosa –así lo dice él. Ahora, es
Lacan quien se refiere al silencio de las pulsiones, con lo cual para él se pierde
49
Cf. Cap. V, pág. 59
50
Cf., cap. V, pág. 59.
la distinción entre pulsión de vida y de muerte -de hecho, no recuerdo que
Lacan haya hecho hincapié nunca en la distinción entre pulsión de vida y
pulsión de muerte- y por otra parte, lo que preguntaría es qué quiere decir que
las pulsiones sean silenciosas. Vamos a trabajar tres textos: “Observación
sobre el informe de Daniel Lagache...”,1958-1960, “Subversión del sujeto...”
1960-1966 y la “Conferencia de Caracas” de 1980. Todos los textos de Lacan
de 1980 están denunciados como escritos por Miller, porque Lacan ya tenía tan
avanzada su demencia multi-infártica... yo no sé. Las denuncias son públicas,
pero yo no me doy cuenta de quién lo escribió, si Lacan o Miller. Mi impresión
es que el texto de la conferencia de Caracas, lo escribió Lacan. Pero les
cuento lo que circula en las calles, que todas las cartas, el acta de disolución,
fue escrito por Miller. Son todos rumores, es lo que se comenta, no hay
pruebas. Pero frente a los chimentos, a falta de pruebas, uno tiene que tomar
una posición ética. La falta de pruebas exige una toma de posición ética y
moral. Entonces, mi posición es que la Conferencia de Caracas la escribió
Lacan.
En “Observaciones al informe de Daniel Lagache...”, el capítulo II se llama
“¿Dónde ello?” y dice Lacan:
Ahí tenemos a Lacan un poco serio y un poco chanta... reconoció que son las
pulsiones de muerte, pero dice “silencio” y no que son mudas, y no es lo
mismo. No sé cuánto alemán sabía Lacan, nosotros tenemos una traducción
muy seria que es la de Amorrortu, y no creo que hayan traducido dos veces
“mudas” si decía “silencio”. Me parece que es un lapsus de memoria de Lacan.
Pero sí reconoce que son las pulsiones de muerte. Sigue diciendo Lacan:
51
Lacan, J. (1997): “Observaciones al informe de Daniel Lagache: “Psicoanálisis y estructura
de la personalidad”, Capítulo II. En Escritos 2, pág. 637. Buenos Aires: Siglo XXI.
52
Cf. pág. 637 y 638
“En cuanto a nosotros [se refiere a él] nos parece que las dificultades mismas
con que aquí tropieza cada uno nos confirman en la imposibilidad en que se
está de prescindir de la función del significante.”53
O sea, esto no se resuelve y las contradicciones aumentan si uno no apoya la
mudez de las pulsiones de muerte en la función del significante. Al contrario de
lo que dicen los lacanianos, que la pulsión de muerte, lo pulsional, sería
contrario al significante, aquello que el significante no puede capturar quedaría
del lado de lo pulsional.
53
Cf. pág. 638
Ustedes se ríen, pero es lo que dice Lacan, que la única forma en que esto
puede entenderse es con la lógica del significante. En la lógica del significante,
la única metáfora posible, del huevo del individuo de “El yo y el ello”, es la
lotería, donde está lo sincrónico desordenado, hecho un caos, pero apenas es
dicho, adviene un orden que es inapelable.
E.L.: pero juega el azar, en qué número sale primero, es contingente...
A.E.: hay que ver. Porque una vez que sale uno, digamos S1, y una vez que
sale otro y vos lo leés con una convención como S2, ya se disolvió el azar. O
sea, en un estado parece que están al azar. Pero en la medida en que
aparecen, ya no están más al azar, si no, no haríamos asociar libremente a los
pacientes... pareciera que está todo mezclado y confundido, pero le decimos
“usted empiece”, porque cuando empiece, se va a desplegar una lógica. Pero
eso no es porque rija lo pulsional en lo orgánico, sino porque esto tiene que ser
cambiado de registro, hay que pasarlo de lo orgánico al registro significante.
Pasándolo al registro significante, es la lotería.
“Es pues ciertamente hacia el sostén del significante hacia donde nos dirigen
las proposiciones de Freud, y desde la primera. ¿Será necesario subrayar que
los retornos en que se enmaraña la segunda [tópica] marcan por los puntos de
referencia siempre gramaticales que Freud da a sus recurrencias que se trata
efectivamente de un orden de discurso?”54
Estas son las maniobras de Lacan que yo no admito. Cuando Lacan dice que
las diferencias que él introduce en psicoanálisis, están en Freud. Eso es lo que
tanto nos confundió a nosotros, porque Lacan termina diciendo siempre que ya
estaba en Freud. Hay que ver si estaba en Freud.
“La imagen confusa del Ello como “depósito de las pulsiones”, que le repele tan
justamente por el asentimiento que recibe de un organicismo grosero, se
endereza en efecto gracias al sentido que recibe en nuestra perspectiva.
Pensemos en el buzón...
54
Cf. pág. 638
En “Referencias de Lacan” 19, se consiguen referencias a la bocca di leone,
hay una calle que se llama Di Leone, en Venecia, que es donde estaban las
bocca di leone, que eran como buzones pero que en vez de dar al interior de
una cajita, daban al interior de una sala. Y ahí se tiraban las denuncias
anónimas para que el tribunal que funcionaba dentro de la sala, condenase a
los injuriados. Les leo la referencia sobre la bocca di leone:
Es muy interesante, porque no era que las denuncias caían en una cajita, sino
en una sala donde había gente debatiendo el destino de los condenados. ¿Se
acuerdan que hablamos de las pulsiones de vida y de muerte que luchaban, se
atacaban, se amaban u odiaban? La metáfora que utiliza Lacan pertenece a
un momento cultural muy especial que es bocca di leone.
Retomo la cita de Lacan:
“..., y si se amontona allí es para dormir. Y aquí se disipa la opacidad del texto
que enuncia del Ello que el silencio reina en él: en que no se trata de una
metáfora, sino de una antítesis que ha de proseguirse en la relación del sujeto
con el significante, que nos es expresamente designada como la pulsión de
muerte.”
¿Entendieron por qué ahí reina el silencio? Freud dice la mudez, Lacan dice el
silencio, no sé qué hacer con eso. Lacan dice que si son mudas es porque
son dejadas ahí, o sea, son cosas que vienen de afuera y que adentro
duermen. Como duermen adentro, están en silencio, porque duermen.
Apenas uno las convoca y las saca y las pone a hablar, ya no son más
mudas... y son de palabra. En todo caso son palabras que metafóricamente
han entrado, decir que han entrado en la bocca di leone es parcial, porque
supongamos el ágora griega: ¿no podríamos pensar también en que hubiera
denuncias por misivas, a través de una bocca di leone, que atrás tuviera una
fuente, y que las misivas cayesen en la fuente pero que del otro lado hubiese
un ágora? ¿Tiene que ser un recinto cerrado? Lo que Lacan dice es que se
atraviesa un agujero, una misiva atraviesa un agujero y es anónima, y es muda
mientras que duerma adentro. Más aún, durmiendo adentro, es caótica y a-
lógica. Ahora, en la medida en que vaya saliendo, será S1, S2...
“Aquí está, mis tres no son los suyos. Mis tres son lo simbólico, lo real y lo
imaginario...
O sea, estamos diciendo que la pulsión está en la cadena L, y está ahí por una
convención que le agregamos. Y esa convención agregada permite establecer
que hay cosas que no hablan, y que esas cosas que no hablan carecen de
lógica. En la cadena significante, todo lo que aún no haya empezado a hablar,
que esté como entre paréntesis, como si alguien dijese en el consultorio: “pero
yo no quiero hablar de mi padre todavía, le pediría que dejemos a mi padre
para más adelante”, queda entre paréntesis y no sabemos qué lógica tiene,
porque ahí para el analista es un momento difícil, porque si uno respetara esa
demanda –que muchas veces hay que respetar porque si no puede producir un
acting- el asunto es que al respetarla no queda claro si uno debiera preguntar
por qué o no. Porque si se le pregunta por qué, ya no queda claro si se está
respetando esa demanda. Al preguntarle dos veces por qué, ya habló. Con lo
cual, tal vez haya que decir que está bien, que no se va a hablar de eso y
renunciar a saber por qué.
A.E.: claro, pero para eso tiene que empezar a salir. Y en la medida en que
empiece a salir, tendrá una lógica. Esa lógica que tendrá, para nosotros se
llama “sujeto supuesto saber”. Lacan tiene dos usos para sujeto supuesto
saber: uno es la imaginarización que el neurótico tiene de la posición de su
analista, que su analista sabe de sí, que es imposible porque uno no le contó,
con lo cual es totalmente imaginario. La otra dimensión del sujeto supuesto
saber es la posición del analista, y es que nosotros suponemos, respecto del
saber en juego en un análisis, que hay un sujeto operante, y es por eso que
confiamos en que va a salir. Es como si dijésemos que eso va a querer ser
dicho. Esa es la suposición de sujeto, eso quiere decir sujeto supuesto saber
como posición del analista, sujeto hipokéimenon, supuesto abajo.
Los cuatro discursos sólo se entienden a partir del discurso del amo. Todo
comienzo de análisis empieza así:
S1 S2
Discurso del amo
a
Esto es lo que insiste [S1], y lo que insiste remite a un saber [S2]. La posición
del analista es que esto que insiste [S1] supone un sujeto [ , S barrado ], a este
sujeto Lacan lo llama en griego ύποκείμενον (hipokéimenon), que quiere decir
“puesto abajo” y también “supuesto”, como lo presupuesto pero puesto abajo.
Eso ¿qué quiere decir? Como si el material estuviese animado, como si
tuviese un deseo. Y la posición del analista es que nosotros esperamos –
razonablemente, no doce años.
por ejemplo, si quieren armar una relación Freud-Lacan, observen que Freud
es profundamente dualista, y Lacan trabaja siempre con al menos tres. Y
cuando uno lo ve a Lacan pensar bien el al menos tres, termina diciendo
siempre que en realidad se trata de al menos cuatro. Lo del “al menos tres” en
Lacan es vacilante. Termina diciendo que en realidad la estructura mínima
para el psicoanálisis es cuatro. Y Freud es dualista, a Freud le alcanza con
dos. Para Lacan es necesario el “al menos cuatro”.
“...anuda a los otros dos desanudados. Eso les di yo a los míos, se los di para
que supieran orientarse en la práctica, pero ¿se orientan mejor que con la
tópica legada por Freud a los suyos? Hay que decirlo: lo que Freud dibujó con
su tópica llamada segunda, adolece de cierta torpeza. Me imagino que era para
darse a entender dentro de los límites de su época...
Ya esto es superador de Freud. Porque para Freud, uno nace con las bolitas
adentro. Observen que el problema es que para Freud –para colmo- se nace
con las bolitas ya adentro, y su proceso de teorización de cómo entraron es
ridículo, que después de tantas veces de haber sido reprimido en la historia de
la humanidad, terminó incorporándose a la especie porque la ontogenia copia a
la filogenia... una explicación absolutamente inválida bajo cualquier tipo de idea
evolucionista, biológica. Entonces, todo el problema es cómo es que están las
bolitas adentro. Porque si no tuviéramos el problema de cómo es que están
adentro la pulsión de vida y la pulsión de muerte, es porque son propias a la
sustancia viva, pero si son propias a la sustancia viva, estarían también en una
tortuga. Y no hay forma de justificar que no estén en la tortuga. ¿Se entiende
el problema?
“Sobre esto se abrocha un ego, donde parece preparado el punteado de
columnas por contar...
Ese es el problema, que siempre esto deja muy propensa una lectura
biologicista-organicista.
...donde cada uno de estos sería el signo lingüístico, estos cortes discretos, la
discreción, ¿dónde aparece? ¿cómo aparecen estos elementos discretos?
Porque si esto es un ojo que mira a la realidad, reina la fenomenología de lo
continuo...
“Digamos que no es lo mejor que hizo Freud. Podemos incluso confesar que
no favorece la pertinencia del pensamiento que pretende producir. ¡Qué
contraste con la definición que Freud da de las pulsiones como vinculada a los
orificios del cuerpo! Una fórmula luminosa impone otra figuración que esta
botella.
Barrera
Memoria
cuerpo
Y las que están a la entrada del saco, tienen que ser pasaderas, tienen que ser
neuronas que se alteren pero cuya alteración no quede constante. No puede
haber memoria a la entrada. Entonces esto es para Freud una botella con
entrada, lo que pasa es que es una botella que para Freud tiene entrada en lo
corporal (el ello) y tiene entrada desde el mundo externo, pero para el mundo
externo hay barrera de protección, entonces lo externo siempre puede ser
disminuido por uno. De lo que viene de adentro, como no hay barrera
antiestímulo, siempre el impulso interior será más fuerte que el exterior. Con lo
cual es una botella a la cual entran cosas por abajo y por arriba.
“¡Qué contraste con la definición que Freud da de las pulsiones como vinculada
a los orificios del cuerpo! Una fórmula luminosa impone otra figuración que
esta botella, cualquiera fuera su tapón. ¿No será más bien, como ha ocurrido
decirlo, botella de Klein, sin adentro ni afuera? O aún sencillamente, ¿por qué
no el toro?
Supongan que tienen un toro S y supongan que otro toro A tiene un abrazo con
el primero, de esta índole:
S A
Sí, sólo que lo están viendo de costado, y con las líneas punteadas se señala
aquello que no son capaces de ver. Si yo sumerjo este toro en agua celeste,
el cilindro interior, ¿se llenará de agua celeste? Sí. Entonces, ¿es interior o
exterior al toro? Exterior, pero recién no sabían decirme con precisión si A
pasaba o no por el interior de S.
Lo que Lacan estaría proponiendo sería una botella de Klein, que sería más o
menos así:
Botella de Klein
Donde habría que considerar dos puntos de imposibles, sería una botella que
se atraviesa a sí misma, un botella de cuyo culo sale un trayecto que vuelve a
entrar por el cuello y vuelve a conectar por la boca. Lo que es imposible es el
punto de conexión, porque una superficie corta a la otra y simultáneamente, la
otra corta a la primera, eso es imposible de producirlo en lo real. No puede
haber un objeto que corte a otro, que atraviese a otro en el mismo punto del
espacio donde el segundo atraviesa el primero. Eso solo se puede trabajar con
superficies. ¿Ven cómo es necesario una topología? En la concepción que
hace Lacan de la pulsión, los modelos tridimensionales apoyados en cierta
imaginería del cuerpo humano, no son útiles. Porque hay que pensar en algo
que está adentro pero puesto por afuera. Y que solamente existirá en la
medida en que salga, entonces “adentro” ¿qué quiere decir? ¿qué quiere decir
que esté adentro, si es palabra del Otro? ¿Qué quiere decir que esté adentro
tuyo lo que dijo tu mamá? ¿Conviene decir que está “adentro”? ¿Es la mejor
representación espacial?
“Me contento con apuntar que el silencio atribuido al Eso, como tal supone la
palabrería.
Yo les propongo algo, a ver qué piensan como diagnóstico: la mayor parte de
ustedes leyó el Seminario de Caracas, es el super último Lacan, está publicado
hace mucho, se consigue, es breve. Lo conocen. ¿No creen que toda la lógica
de Lacan que vaya en contra de la corporificación freudiana de las funciones
subjetivas, ha sido reprimida en el lacanismo, que es lo que tiende a olvidarse?
Que no hacemos hincapié en lo que de Lacan se opone a Freud. Todos
prefieren la versión del goce, que el goce es del cuerpo, que el goce hace Uno,
que el cuerpo es Uno. El cuerpo es uno, ¿bidimensional o
tridimensionalmente? Porque Lacan lo prone como bidimensional, como un
toro. Es una superficie, cerrada pero agujereada.
Me parece que lo más subversivo y antifreudiano de Lacan es conocido por
todos nosotros, está en todos los textos, pero es lo que tendemos a reprimir y n
por difícil, ya que es igual de difícil que todos los párrafos de Lacan. Pero los
párrafos con los que nos quedamos son aquellos que van más en el sentido de
Freud, de hacer hincapié en que lo más importante es el cuerpo y viene del
cuerpo. Pero Lacan no dice necesariamente eso, dice necesariamente lo
contrario.
“Me contento con apuntar que el silencio atribuido al Eso, como tal supone la
palabrería...
“¿Debo darme aliento recordando que a mi edad Freud aún no había muerto?”
Andrea Leiro: titulé la clase que voy a dar como “Formalizaciones lógicas y
topológicas del Seminario de La Identificación”. Tomé una idea que había leído
y me había parecido interesante de cómo concebir el Seminario de La
Identificación, lo tomé de un texto de Safouan, donde dice que así como Freud
fundó su metapsicología en varios textos que se pueden ir recortando, en
Lacan uno podría pensar que su metapsicología podría ubicarse en ese
seminario. Y si tuviera que pensar cuáles son los soportes de la
metapsicología de Lacan, diría fundamentalmente dos: uno es la topología y el
otro es el despejar, distinguir la función del rasgo unario, con el valor que le va
a dar de letra.
Lo que voy a intentar hacer entonces es recortar algunas referencias –que son
muy abundantes- a la lógica y a la topología, que me han permitido hacer algún
recorrido. Ese recorrido va a tener que ver fundamentalmente con la
constitución del sujeto, tal como lo trabaja en este seminario.
Primero, para ubicarnos un poco, se trata de un seminario que tiene muchas
referencias, a veces es un poco denso de seguir, con desarrollos complicados,
pero para ubicarnos recordarán que en las primeras clases Lacan comienza a
formalizar el rasgo unario en relación a pensar que la identificación es la
identificación del sujeto al significante.
Entonces, partiendo de cómo concebir al significante, como una pura
diferencia, cuestiones que ya venía trabajando en otros seminarios,
definiéndolo por ser lo que los otros no son- va a despejar el rasgo unario para
tomarlo como unidad diferencial, para destacar este carácter distintivo que
tiene cualquier significante por ser uno. No voy a desarrollar mucho esto, pero
recordarán luego cómo vincula esta cuestión a la letra, a los desarrollos sobre
el nombre propio, con toda la discusión que entraña esto de si el nombre propio
es tal por ser un sonido que se distingue de otros o, si es tal por situarse como
marca distintiva, que me parece que es lo que finalmente Lacan recorta, o sea,
ubicar la relación del nombre propio a la escritura y que en todo caso su
estructura sonora se debe a la importancia que tiene como marca.
Pienso
Soy Pienso
Soy i=
Y luego de todo un desarrollo que hace en las primeras clases del seminario
vincula el “pienso” al 1, al rasgo y el “soy”, por situarse respecto del “pienso”
como “no soy”, lo ubica respecto del número imaginario i, que es la raíz
cuadrada de (-1), entonces coloca:
1 pienso
+ 1
Hay toda una cuestión que es muy interesante para trabajar –yo no la voy a
tomar- en relación a que esta serie iterativa que se produce acá, para Lacan es
una serie convergente, que él va a distinguir de una serie periódica que es la
que más voy a tomar yo respecto de las operaciones de privación, frustración y
castración y cómo eso se va repitiendo. Es una referencia nada más.
Por otro lado, a partir del rasgo unario, del situar al rasgo unario en su valor
diferencial, esto le va a permitir a Lacan ubicar la función del (-1), y en esta
función del (-1) Lacan va a poder situar la constitución del sujeto y el lugar de la
función del sujeto. Entonces la idea es trabajar esta constitución del sujeto a
raíz de la nueva lectura que hace en este seminario de las operaciones de
privación, frustración y castración.
Juicios contrarios
Universal afirmativa A E Universal Negativa
Todos los hombres mienten Ningún hombre miente
Todo S es P Ningún S es P
Omnis Homo Mendax contradicción
Ahora bien, estos juicios pueden entrar en relaciones que son muy
interesantes. A y E se llaman juicios contrarios, e I y O se llaman sub-
contrarios. La relación que se establece entre A y E es que ambos pueden ser
falsos a la vez pero no verdaderos a la vez. En los subcontrarios, ocurre
exactamente lo contrario: I y O pueden no pueden ser ambos falsos a la vez,
pero sí ambos verdaderos a la vez. ¿Cuál será la relación entre A y O? Es
una relación de contradicción, la misma que hay entre I y E. En este caso, los
juicios contradictorios implican que no pueden ser ambos verdaderos a la vez,
si uno es verdadero, el otro es falso y a la inversa. En este caso se verifica,
porque el que es verdadero es que “algunos hombres no mienten”, siendo que
“todos los hombres mienten” es falso. Lo mismo con I y E.
Hay otra relación –que no voy a tomar- que es la de subalternación entre A e I
y entre E y O.
A.L.: sí, ya sé, a pesar de que efectivamente aquí aparece la negación del
universal. Bueno, es que tal vez si no existe ninguno, se podría leer allí que si
no existe ninguno que no mienta, tal vez algunos mienten. Si no existe ninguno
que no mienta, algunos mienten.
Comentario inaudible
A.L.: sí, es ese punto en donde se podría invertir esta cuestión y poner “No
todos no mienten”, bueno, estos son agregados que va haciendo Lacan. Hay
que pensar que no es la cuestión de cómo funciona en la lógica clásica, por
eso yo decía que en lógica clásica se trata de todos-alguno y las relaciones
entre algunos y las relaciones entre todos; pero en este caso, esto es una
propuesta de Lacan, en esta cuestión de la negación de los cuantificadores.
Simplemente quería traerlo como una introducción que hace en este seminario
de algo que se puede retomar en seminarios posteriores como para poder
hacer esta lectura, pero estoy de acuerdo con que se universaliza.
A
ausencia de rasgo
1 -1
-(-1)
1 2
I E
3 4
¿Para qué nos sirve todo esto? Al principio habíamos plantado que lo que
intentaba Lacan era fundar de otro modo la unidad. O sea, no ubicarlo ni en
relación a la totalidad, ni como el uno del todo. Entonces, lo que Lacan toma
de todo esto es cómo la unidad va a permitir fundar el universal, pero desde
otra perspectiva de cómo lo pensamos habitualmente. Y va a fundar el
universal en relación a este cuadrante, donde la función del ningún, de la
negación del universal afirmativo, a partir de ahí va a poder situar la formación
de la clase, ahora vamos a verlo.
----cambio de cinta----
Una vez definidos los círculos vacío y pleno, podríamos decir que el toro es una
figura que resulta de la rotación de un círculo pleno alrededor de un círculo
vacío, y lo que resulta es una estructura agujereada. Cuando se producen las
rotaciones del círculo pleno alrededor del círculo vacío, en forma de bobinado,
llegará un punto en que –como la serpiente que se muerde la cola- se llegaría
nuevamente al inicio, en esas revoluciones, armaríamos un toro. Las vueltas
encerrarían el agujero central. Lacan va a vincular este bobinado a la
repetición significante, al automatismo de repetición, a cómo se repite el rasgo
unario, y la cuestión muy conocida, que la vamos a vincular a lo que estuvimos
trabajando de la privación; es que en estas vueltas repetitivas, que Lacan las
va a vincular a la demanda, al carácter circular de la demanda, el sujeto contó
una vuelta en menos o una vuelta en más. Porque siempre que se dan todas
estas vueltas repetitivas de la demanda va a haber una vuelta en más o una
vuelta en menos, que es la vuelta no contada, que es la vuelta de la vuelta, o
sea, una vuelta alrededor del agujero central del toro, la vuelta que se ha dado
como un círculo vacío. En esa vuelta que está eludida en la cuenta, dice Lacan
que ahí nuevamente aparece la función del (-1), por lo tanto aparece en ese
error alguna función del sujeto.
Esa vuelta no contada, si bien habíamos dicho que las vueltas repetitivas, esos
bucles que se dan alrededor de la demanda van encerrando algo que no se
cuenta, a esa vuelta no contada Lacan le va a dar distintas caracterizaciones.
En algunas clases del seminario va a vincular el círculo vacío con el deseo,
también lo va a vincular con el objeto a, que todavía en este seminario lo
caracteriza como el objeto metonímico, el objeto de la metonimia, ese objeto
que se propone al deseo. Recién hablábamos con Alfredo de lo mal traducido
que está este seminario, porque dice en la versión castellana que es el objeto
que se “opone” al deseo, en realidad es que se propone. Y dice que ese objeto
que se propone al deseo estaría representado en ese círculo que no se cuenta.
D+d
Se dan dos vueltas cuando cortás una. Esta cuestión de dar dos vueltas en
una, Lacan lo escribe “D + d”, o sea, demanda y deseo.
A.L.: sí, pero mis toros eran tan deficitarios que quedó horrible, pero sí quedan
los dos cortes escritos.
Alfredo Eidelsztein: habría que decirlo así: cuántos cortes son necesarios
para escribir dos en la superficie del toro. Con el primer corte que trazaste, el
toro se convierte en cilindro pero no queda dividido en dos. Aún sumándole el
otro corte, tampoco, porque se obtiene directamente la superficie del
rectángulo. Con lo cual, ahí tendríamos dos cortes, que tienen la virtud de
superponerse uno con el otro dos veces, porque si lo trazás en el toro se nota
que se superponen dos veces, sin embargo el toro no se separa en dos, cosa
que es muy difícil para la intuición. Pero con el tercer corte, sí se separa en
dos, lo que está en juego es que se separe en dos, que con el tercer corte sí lo
tenés. Se separa en dos superficies. El toro es una superficie, produciendo el
primer corte, sigue siendo una superficie, con el segundo corte, sigue aún
siendo una superficie. Solamente se produce un cambio estructural de la
superficie si se aplica este otro tipo de corte, porque a uno de los cortes se lo
podría llamar D y al otro d...
Comentarios inaudibles.
A.E.: trazándolo así, con la diagonal, queda claro que atraviesa los dos
trayectos, el de D y el de d.
D+d
D
A.E.: claro. Si la clínica lacaniana es tan ineficiente como es, me parece que
es ineficiente porque produce cortes de la índole de lo que en topología se
llama la generatriz. Y con cortes de esa índole, lo único que vas a producir es
trabajar con cilindros, pero nunca vas a producir un corte que separe en dos a
la superficie y deje un resto que sería el objeto resto.
Eduardo L.: se confunde corte con cortadura...
A.E.: claro.
“El deseo del objeto en tanto resuelve en el fundamento mismo del sujeto que
lo (inaudible) mucho más allá de su constitución como satisfecho o no,
amenazando lo más íntimo de su ser y revelando su falta fundamental,
poniendo a la luz la metonimia y la pérdida que ella condiciona.”
El toma este ejemplo para situar cómo se constituye el objeto del deseo,
todavía en este seminario trabajado como objeto metonímico, pero es
interesante porque Lacan siempre ha vinculado la dimensión de pérdida que
conlleva la metonimia y en ese punto la ubicación del objeto a como objeto
metonímico es solidario de este problema.
Entonces, lo que dice Lacan es que la frustración, además de situar este tema,
va a permitir ubicar los tropiezos ingenuos –dice- los intercambios ingenuos
que se producen entre deseo y demanda. Y dice que justamente este
intercambio ingenuo entre deseo y demanda es lo que genera las trampas en
las que cae el neurótico. ¿Cuál es la trampa fundamental? Hacer pasar por la
demanda lo que es el objeto del deseo, esa es la trampa neurótica, y lo que va
a constituir el fantasma del neurótico (más desarrollado en el Seminario 10).
Entonces va a decir que lo que intenta obtener del Otro no es la satisfacción
de su demanda sino la satisfacción de su deseo. ¿Qué pediría entonces el
neurótico pediría al Otro? Pediría el objeto de su deseo, que si vemos esta
articulación de las vueltas, veremos que es justamente lo que escapa a la
demanda, lo que no puede demandarse.
---cambio de cinta---
(...) la relación de dependencia del sujeto al Otro es una dependencia dada por
la demanda, porque el neurótico intentará satisfacer por la conformación de su
deseo, la demanda del Otro. Esta posición de intentar satisfacer la demanda
del Otro por la conformación del deseo neurótico, es una manera que Lacan
tiene en este seminario de leer el Superyó que descubrió Freud. Entonces va a
decir que justamente los impasses neuróticos son los impasses del deseo, esto
es, los puntos en el que el deseo necesita que se sancione una demanda
respecto de ese deseo. Y siempre recuerda esta indicación de qué querrá
decir el no convalidar la demanda, qué sería esto de abstenerse, rehusarse
respecto de la demanda, el no responder a la demanda, etc.; bueno, será que
como analistas nos rehusemos a esa posición que muchas veces la neurosis
ofrece, que le demandemos desear congruentemente, podríamos decir.
Entonces aquí aparece esta construcción, muy conocida por todos, que es la
de los dos toros abrazados. De lo que se trata es de cierta coincidencia que se
puede dar entre dos toros.
1 2
Otro
sujeto
A esta maniobra, Lacan la nombra de dos maneras: dice que hay una
inversión, o una interversión de estos dos toros. Y ahí, en esta interversión de
los dos toros es donde Lacan dice que se produce ese nudo, ese intercambio
ingenuo entre el deseo y la demanda. Es muy interesante, porque este
modelo de los dos toros abrazados da cuenta de la falta de armonía que existe
entre la demanda y el objeto y viceversa, cómo no hay una armonía ideal entre
la demanda y el objeto. Y nunca podría haberla, porque causalmente el objeto
como objeto del deseo da cuenta de la imposibilidad del Otro de responder a la
demanda, por lo cual, nunca podría haber tal armonía.
Lacan va a hacer otro modelo, más difícil todavía, para tratar de situar como no
hay ninguna común medida entre ambos. Yo lo voy a situar y voy a comentar
sólo unas cosas muy simples, está bastante confuso en la versión en
castellano, en francés está más entendible.
D+d
φ
a
intersección ∩
Podemos trazar este círculo tan particular que habíamos hecho, el D+d, de un
lado y del otro. Y en el medio quedaría el vacío central. En principio, esta
manera de dibujar al toro y hacer estos dos círculos le van a servir a Lacan
para dar cuenta de la relación de dos demandas. Va a mostrar la relación
entre una demanda y una contrademanda, entre la demanda del sujeto y la
demanda de Otro, y la relación al deseo. Dice que esto podría ser lo que yo
demando, lo que tú demandas, y hasta podríamos empezar a jugar con un
pequeño “vel”: “o lo que yo demando, o lo que tu demandas”, inclusive
podríamos ubicar aquí una intersección.
El deseo, dice Lacan, se constituye como aquello que en la intersección de dos
demandas, no se puede decir. Y dice que en relación a esta cuestión él va a
situar dos puntos que se recortan, dos dimensiones que se pueden situar en
estos círculos que recortamos aquí. El primero va como de esta distancia que
está en el centro del vacío central y que se ubica en una especie de
intersección entre estos dos círculos de la demanda, Lacan incluso dibuja una
especie de tangente que no entiendo muy bien de dónde la saca, no encontré
una referencia de dónde la extrae. El otro punto se recortaría de esta tangente.
Acá el pone el objeto a, y lo coloca allí como indicando lo que no da medida
entre ambos deseos, el del sujeto y el del Otro. Y por otro lado, imaginen que
trazamos un radio, y en esta distancia del radio de este círculo va a ubicar “φ”,
para situar que φ va a ser una relación entre el deseo y la demanda.
Y es a partir de aquí que Lacan va a trabajar la última operación que es la
castración.
Dice que en realidad, el nacimiento del sujeto surge de una pregunta para la
cual en el Otro no hay respuesta, que la respuesta sería un “nada, seguro” que
aparecería en el Otro. Luego dice que una vez que se constituye el objeto del
deseo, a partir del más allá de la demanda, es donde va aparecer lo que está
traducido como “nada quizás” y es muy interesante como aparece en francés
que sería algo así como “nada puede ser” pero en el sentido más positivo,
como que “nada”, el objeto, se puede constituir. ¿Cómo va a partir las
consideraciones del deseo a partir de la castración? A partir de un anticipo de
lo que va a trabajar en el Seminario de La angustia, que es definir la angustia
como al sensación del deseo del Otro. Se ve que alguien le tiró la onda de que
ya Kierkegaard había dicho algo así a lo que Lacan responde “¡Ah! No lo
sabía...”, y efectivamente da la referencia de Kierkegaard de que el deseo del
Otro es por ejemplo la sensación de la jovencita cuando por primera vez se
siente deseada. Efectivamente, esta cuestión de la angustia como sensación
del deseo del Otro, dice que hay que vincularla con que el deseo es el deseo
del Otro. ¿Y cómo lo ubica? Si el deseo es el deseo del Otro, es cierto que
pareciera que esos deseos fueran idénticos. Dice que está bien, que a pesar
de la identidad entre esos dos deseos, no hay medida común entre ellos. No
hay una común medida entre ambos deseos. Entonces dice que no puede
haber ningún acuerdo, ningún contrato en el plano del deseo, porque en todo
caso en esa especie de identificación de que el deseo del hombre es el deseo
del Otro, el único soporte posible para la realización del deseo son las
marionetas del fantasma, o sea, el que puede atrapar algo de esa “x”
desconocida que es el deseo, es el fantasma. Y plantea al símbolo del deseo
como raíz cuadrada de (-1). Si mi deseo es raíz cuadrada de (-1) y el deseo
del Otro también lo es, si las multiplicamos –en esto que el deseo del hombre
es el deseo del Otro- ¿qué obtenemos? Queda (-1), o sea, sigue quedando la
falta.
x = -1
Si no hay común medida entre ambos deseos, lo que queda es que haya un
medium –lo llama así- entre la demanda y el deseo, y este medium es el falo.
Efectivamente, recuerda que el falo es un significante del deseo sexual del
Otro, y dice que si bien no conozco el deseo del Otro –y eso angustia- pero
conozco el instrumento, el falo, y me he podido identificar con el falo, dice
Lacan. El problema que problema que produce esta identificación con el falo
es que el efecto que produce es que se reduce el deseo a la demanda, que es
esta cuestión de todas las vueltas que aparecen respecto del falo, como algo
que puede o no demandarse al Otro, como algo que se integra en el circuito de
la demanda entre el sujeto y el Otro.
Justamente, si el falo aparece como ese medium apaciguador, exactamente lo
contrario sería la angustia de castración. La angustia de castración da cuenta
de la ruptura de esa identificación con el falo y ese punto donde el deseo es
irreductible a la demanda.
Bueno, yo voy a detener mi exposición aquí así nos queda un tiempo para que
conversemos, si les parece.
Andrea L.: sí, obviamente pensado desde otro contexto, pero sí, claro. En
estos desarrollos de Lacan de este seminario y también del seminario de La
Angustia, pero efectivamente, también esta cuestión del falo, de ser aquello
que aparece como falta, que allí donde se (inaudible), falta; el hacer un análisis
en torno a este punto y además no saca al sujeto de ese circuito, si tomamos lo
de antes, no cambia la superficie, no hace un cambio de superficie, eso es lo
interesante. Y en el Seminario de La Angustia también, lo critica
absolutamente, porque además ahí ya empieza a hacer cierto pivote de cuál es
la relación al falo y a empezar a abrir una relación de los sexos al falo que no
es la lógica fálica que trabajaba en los primeros seminarios. Justamente dice
que la mujer en relación al falo es la que tiene menos problemas, todo al revés
de Freud, que el hombre es el que tiene que dar más rodeos respecto al falo y
al deseo...
Andrea L.: me parece que hay como toda una elaboración que va haciendo en
torno al objeto en el seminario, creo que ese punto yo no lo tomé y son las
últimas clases, donde trabaja el cross-cap sí hay otra conceptualización del
objeto a. Y en el Seminario X también es esta otra concepción del objeto a
como falta que es no es del orden del (-φ), esa me parece que es la vuelta que
da en el seminario de La Angustia, incluso la cuestión de cómo termina el
seminario de La identificación, cuando dice que el año que viene seguiremos
con la angustia, como cierra el seminario, no sé si lo recuerdan, dice así:
Me parece muy interesante, y yo creo que eso es lo que termina de dar una
vuelta. Además fijate cómo lo vincula: cómo se practica, la estructura de
comunidad entre analistas, que tiene que ver con cómo se concibe ese objeto.
Alfredo E.: porque de ser así, también hay otra vuelta que se puede dar,
trayendo material de la misma época pero de otro lugar, porque es cierto que
Lacan sostiene que el deseo no es articulable, eso quedó claro en tu
exposición. Pero también es claro que simultáneamente está articulado.
Entonces podríamos pensar que la relación demanda-deseo, que hay una
relación, o sea, hago una objeción a lo que planteaste, que no lo dijiste pero lo
diste a entender: que el abrazo de los dos toros coincide con la neurosis. Me
parece que se podría plantear la pregunta de si el abrazo de los dos toros no
podría ser otra cosa que la neurosis, y me tiembla un poco la voz de decir “la
normalidad”, aunque Freud y Lacan lo decían frecuentemente, pero como para
acercarnos al problema del fin de análisis, del resultado del fin de análisis.
Porque muchos entienden que el resultado del fin de análisis es la separación
de los dos toros, que se nace alienado y que hay que separarse. Y en realidad,
lo que podríamos pensar es que la maniobra neurótica es hacer coincidir el
objeto de la demanda del Otro a la condición particular del deseo en uno. Pero
que estructuralmente siempre el deseo no es articulable pero está articulado a
la demanda del Otro, que es lo que permite establecer la validez de la
interpretación que uno haga del deseo. O sea, se podría decir que esta
interpretación que he hecho de mi deseo en los últimos diez años, reconozco
que es falsa, estoy melancolizado, estoy deprimido, hace cinco años que no
quiero salir de la cama, evidentemente no era eso. Y uno podría decir que sí,
que hay una interpretación falsa del deseo y hay una interpretación verdadera
del deseo. La interpretación correcta, me parece, a diferencia de cómo se lo
suele pensar, no tiene que ver con el deseo del Otro, o sea: la relación al
psicoanálisis por parte de Freud, de su deseo, no tiene que ver con que la
mamá de Freud deseaba el psicoanálisis. “El deseo del hombre es el deseo
del Otro” indica que uno nunca es dueño de su propio deseo, pero no que uno
desea lo que el otro deseó.
Alfredo E.: sí, por un lado, pero también que el deseo de uno puede ser
interpretado correcta o incorrectamente porque el deseo tiene marcas. Es
marcado, tiene marcas. Y esas marcas son la demanda del Otro, no del deseo
del Otro. No hay ninguna relación entre el tipo y contenido del deseo del hijo
con el tipo y contenido del deseo de los padres, no hay ninguna relación. Pero
es inobjetable hay marcas que caracterizan al deseo de cada uno de nosotros y
la demanda de nuestros padres. Eso no es neurótico. Lo que es neurótico es
sustituir el objeto que suponemos que iría a satisfacer la demanda de nuestros
padres, como objeto de nuestro deseo, eso es neurótico.
Andrea L.: estoy totalmente de acuerdo con lo que vos decís que el abrazo de
los dos toros da cuenta de la estructura, y si en algo ilustra a la neurosis es
precisamente en ese punto, el de la sustitución, donde la demanda opera el
lugar indebido del objeto. Pero sí efectivamente da cuenta de la estructura.
Andrea L.: sí, Lacan le da distintas vueltas a la cuestión de las raíces, en este
seminario lo que dice es que el deseo y el deseo del Otro, funcionan como un
producto, si se multiplican las raíces quedaría así:
x = -1
( )2= -1
Andrea L.: pero él trabaja la multiplicación de ambas raíces, por eso despeja
que queda (-1) como ese punto de falta irreductible. Lo que pasa es que
después, el juego del (+1) o del (-1) es del error de cuenta. Se parte del (-1) y
después vos podés contar una vuelta en más o una vuelta en menos.
Elisa Bellmann: te quería preguntar, y en relación a esta difernecia entre la
neurosis y la normalidad, esa la tensión entre los radios del último esquema
que hiciste, de φ y a, ¿da pie como para esto que estableciste como párrafo
final? Yo no recuerdo cómo lo plantea en el seminario...
Andrea L.: no, la diferencia entre φ y a la trabaja en una clase que es anterior
al desarrollo del cross-cap, te doy la referencia, está en la clase 15 del 28-03-
62. Es como ensayar distintos cortes que se podrían hacer en el toro.
Elisa B.: porque la tangente me parece que es del círculo cuyo radio es a.
Porque esa tangente es la del círculo central que comparten los dos toros, y el
radio que ubicaste como φ, es el corte de un toro.
Andrea L.: sí, claro del otro lado podés ubicar otro radio. No recuerdo bien
como estaba en el seminario, pero me parece que el agujero central quedaba
en el medio de la lúnula. Pero hay que chequearlo, a mí me parece que no.
Alfredo E.: yo siempre llevo agua para mi molino... observen que si Lacan
intenta establecer la diferencia entre φ y a, como posibles modalidades
confundidas de el objeto que se desea porque falta, son distintas modalidades,
observen que la que Lacan destaca como salida de la neurosis es aquella que
es sin el cuerpo. Porque φ es siempre en relación al cuerpo. Y no por nada se
escribe sobre el cuerpo del toro, mientras que el objeto a que es operable y da
un acto posible, es en el agujero del toro. Con lo cual observen que se acentúa
en este esquema, que hace falta concebir alguna modalidad de falta y de acto
posible que sea sin el cuerpo biológico tridimensional.
Alfredo E.: claro, y podríamos decir que Lacan sale de los análisis
interminables con su propuesta, pero habría que ver si existe realmente una
clínica del análisis finito, hay muchas dudas, él mismo dijo que el pase había
fracasado, hay muchas dudas, pero quizás justamente el pasaje que propone
Lacan es salir del fin de análisis como angustia de castración vinculada al falo y
al cuerpo, para ir a otra modalidad de falta y de acto posible, y para eso se ve
obligado a crear el objeto a, que requiere de una espacialidad que no es
tridimensional.
Andrea L.: bueno, hay dos referencias que yo recuerdo en este seminario,
una en la que trabaja esta cuestión del -φ, su vinculación a la ley, y habla de la
libra de carne. Y en el seminario de La Angustia, la detumecencia, cómo ubica
ahí la caída del falo, es muy interesante.
Andrea L.: también está esta lógica que arma Lacan respecto del fin de
análisis donde dice que el neurótico se aferra a la castración, y a qué fines le
sirve, etc. (inaudible)
Comentario: ¿cuál sería el argumento para que Lacan parta del rasgo unario
–que es por donde comienza este seminario- y termine en el cross-cap? Si
habría alguna posibilidad, porque en tu decir me parece que fuiste de un lugar
al otro, pero si habría alguna síntesis de por qué...
Cometnario: en este caso el rasgo unario sería el que establecería esa cadena,
la otra cadena y a su vez permite esta operación.
Andrea L.: claro, y me parece que el cross-cap permite dar una relación del
sujeto al objeto, a donde arriba el seminario, y me parece que no alcanza con
dar cuetna de la constitución del sujeto en relación al rasgo, al soporte del
rasgo, sino que tamibén hay que dar cuenta de la relación del sujeto al objeto y
creo que es a eso a lo que quiere llegar con el cross-cap.
Andrea L.: para tomar lo que vos decís, él parte de la privación, parte de dos
faltas, con el toro puede empezar a conceptualizar una, que es el sujeto como
(-1), pero la falta de objeto la tiene que empezar a vincular con otra cosa.
Andrea L.: sí, lo dice explícitamente, dice que él podría haber partido de la
identificación primaria de Freud, y dice que no sabría cómo fundar lógicamente
ese rasgo que se incorpora. Sin embargo dice que tomó el segundo tipo de
identificación del rasgo unario...
Alfredo E.: si hay un campo, cuya lógica es que la universal se constituye por
la exclusión, y a partir de ahí se concibe el rasgo unario; otra cosa es que
cuando el niño nace traga –para colmo traga- ¡es monstruoso ese “traga”!
Andrea L.: hay otra cuestión de este seminario que yo no tomé y es cuando
vincúla el cuadrángulo de Pierce con el padre y Dios, entonces él toma en el
cuadrante 1, sería esta cuestión de que “Todo padre es Dios”, y entonces dice
que “Todo padre es Dios” se genera a partir de la exclusión, de que “ningún
padre es Dios”, y que en todo caso, para tomar esta cuestión de la
incorporación, él dice que en todo caso, vincular “todo padre es Dios” es
segundo, es un conjunto que se arma segundo respecto de la exclusión de un
rasgo. Con lo cual, esto que sería la identificación primaria en Freud, nunca
podríamos pensarlo como primaria con esta lógica.
Eduardo L.: a mí me quedó muy claro lo que dijiste la vez pasada que el
rasgo unario es lo que discretiza ese continuo, y que estaría en continuidad con
lo que dice en el Seminario 10 (inaudible)
A.E.: claro, que se pueden leer todos en una historia evolutiva, que comienza
por... y que justamente con la teoría del goce –tampoco nunca analizada-
puede ser que ese rasgo unario que se incorpora, se pone en relación con un
punto de goce y ya estamos de vuelta de donde partimos...
En la próxima clase que me toque exponer a mí, voy a trabajar el texto de Kant
sobre las magnitudes negativas. Porque me parece que a ese punto, muchos
de nosotros no hemos llegado, es decir, si (-1) es una negatividad ontológica o
una positividad ontológica. Lo voy a comentar porque es muy interesante ver
si magnitud negativa es una negatividad o una positividad.-
Antes de eso, les quería avisar de la aparición de algunos libros que son muy
interesantes, que no tienen mucha difusión, son ediciones muy pequeñas. El
primero que les recomiendo fervientemente es un libro de Jean-Luc Nancy, La
desconstrucción del cristianismo, que a mí me lo hizo llegar David, es una muy
pequeña edición argentina de 500 ejemplares, editorial La Cebra. Es una
conferencia donde hay un montón de temas importantísimos, entre ellos el
trabajo sobre el sin-sentido. O sea, Nancy propone que Occidente es cristiano,
que decir “cristianismo” es en cierta medida sinónimo de Occidente, primera
cuestión, que ya es muy interesante. Y otra cuestión a mi entender muy
interesante para los psicoanalistas es tratar de establecer cómo el sentido de la
religión cristiana es el sin-sentido. No es que la religión cristiana no tenga
sentido, sino que ¿cuál es el sentido de la religión cristiana? Es el sin-sentido.
Es muy interesante trabajarlo, porque muchos psicoanalistas que trabajan
fervientemente con el sin-sentido quieren hacernos creer que el sentido es
religioso, y que la posición psicoanalítica –que sería más allá de lo religioso- es
el sin-sentido. Es una conferencia sobre Occidente, aquí harían falta 5 ó 6
seminarios anuales y 500 u 800 páginas de argumentación, pero sea como
fuere, las ideas planteadas son importantísimas.
Otra idea que me resultó interesantísima es que trabaja el concepto de
“desconstrucción”, que lo toma de Heidegger, en el sentido de Derrida, aunque
él no dice que es en el sentido de Derrida, y les advierto que es concepto de
desmontaje que usa Lacan para el desmontaje de la pulsión en el Seminario
11, en alemán, ese “desmontaje” que Lacan utiliza –tomado de Heidegger,
lástima que no nos lo dijo, para ahorrarnos algunos extravíos- en el alemán de
Heidegger es “destrucción”. El desmontaje de la pulsión es destrucción en
alemán, es muy interesante.
Y me parece que también hay toda una corriente psicoanalítica que sostiene
que la filosofía de Lacan es Heidegger. Por ejemplo, ahora están haciendo
publicidad de un curso con la foto de Freud, la de Lacan y la de Heidegger. Yo
me quiero matar... si se puede hacer una serie Freud, Lacan, Heidegger...! ¡Me
dedico a otra cosa! Si llegamos a que el psicoanálisis se entronca con una
filosofía nazi, me parece que el problema es complicado. Creo que hay mucho
en Lacan de la filosofía de Spinoza. Mucho más de lo que se supone. Y
aparecieron dos materiales muy importantes, uno es Las cartas del mal, de
Spinoza, que es la correspondencia Spinoza-Blijenbergh, sumamente
interesante, con un comentario de Deleuze. Es de editorial Caja Negra. Es
francamente un orgullo y una maravilla que en Argentina tengamos a nuestro
alcance estos materiales. Simultáneamente apareció un libro que es increíble,
que se llama Anónimo clandestino del Siglo XVIII. Su subtítulo es “Tratado de
los tres impostores, Moisés, Jesucristo y Mahoma”. Es interesante. Toda la
primera parte es la biografía de Spinoza. Es increíble, no sé siquiera por qué
es así. Debajo del subtítulo sigue así: “la vida y el espíritu del Señor Benois de
Spinoza”, está puesto el nombre como si fuese en francés. El artículo de
Deleuze sobre las cartas es muy interesante, y el artículo que está al comienzo
también, por ejemplo me enteré de que Spinoza pensaba su filosofía en
español, y que la tuvo que traducir al holandés y al latín. Benedicto de Spinoza
es d’Espinosa. O sea, produjo en español, en una de las cartas a Blijenbergh
dice que lamentablemente no le puede escribir en su lengua materna... era un
filósofo español... miren qué sorpresa.
¿Se enteraron de que salió la Carta Magna del Psicoanálisis? Hasta tiene
preámbulo. Pero no dice “Nos, los representantes de los psicoanalistas del
mundo...”, dice “Eric Laurent”. O sea, la escribió un tipo, Eric Laurent. Está en
internet, si entran a la página de la AMP se la pueden bajar.
A.E.: nadie.
Comentario: nadie...
“El Es aparece allí entonces bajo la forma que le da Freud, en cuanto que no se
distingue del inconsciente...”
A.E.: entonces tenés una edición anterior. ¿Qué edición es? Pasame el dato
así advierto de que hay otro error, yo voy juntando los errores de los Escritos.
Dame edición, página y renglón.
A.E.: les advierto que hay un problema con los Escritos, y es que hay una
segunda edición francesa donde Lacan se corrige a sí mismo, y en la revisión
de los Escritos en español no se tomaron en cuenta las correcciones que hizo
Lacan a la segunda edición de sus Escritos. Por ejemplo, en el teorema de
Stokes, está totalmente cambiada la cita a pie de página. Yo me di cuenta
porque me volví a comprar los Escritos en francés. Y en la versión que se
reedita en español algunas cosas corrigieron y otras no.
Yo ahora estoy trabajando con la siguiente idea en la cabeza, si tuviese que
escribir un libro sincero, lo llamaría “El fracaso de Lacan”. ¿Cuál fue el fracaso
del Lacan? Que quiso producir un nuevo psicoanálisis, pero algo falló en su
forma de producirlo, que quedó el psicoanálisis de antes. Volvimos al statu quo
ante. ¿Y cuál fue la falla de Lacan? Está presente en este párrafo: que todo lo
que él propone como distinto de Freud, dice que Freud lo dice. ¿Vieron que yo
dije que en Freud era difícil distinguir entre ello e inconsciente? Pero Lacan
dice que no, que Freud lo distinguió y lo distinguió así . ¡Pero es él el que lo
distinguió así, no Freud!
Elisa B.: ¿y vos qué hipótesis tenés sobre el fracaso de Lacan? ¿por qué te
parece que pasa eso?
A.E.: ¿por qué sucedió eso? A mí me parece que por el mismo problema que
tuvo Freud, por el mal análisis de Lacan. Muchos dicen que es un problema de
marketing, que para buscarse público Lacan dijo que lo decía Freud. Hay un
vaivén. Si uno lee a Lacan antes del ’53, es súper, súper crítico de Freud. En
el trabajo sobre “La Familia”, destroza al Edipo. Y en el Seminario 5 habla de
los tres tiempos del Edipo... en el artículo “La Familia” destrozó al Edipo sin
misericordia. Y en el Seminario 5, en el año ’58, él tiene 57, 58 años... o sea,
hay un vaivén, de una fuerte crítica a Freud, luego un pasaje a decir “lo que yo
digo, que parece ser distinto de Freud, es en realidad lo que Freud dice en el
fondo, la correcta lectura de lo que quiso decir, cuál es la cosa freudiana, etc.”
Yo – Anna Freud
evolución
Freud:
origen
PM – Melanie Klein
Como Lacan lee así a Freud (cerrando en bucle) lo que les propongo que hizo
es esto:
a
A cada concepto de Freud, lo transformó en otro concepto, todos y cada uno,
por ejemplo:
La maniobra que hace Lacan es que todos y cada uno de los conceptos de
Freud los lee con una clave, esa clave es la Otredad. O sea, pasó al
psicoanálisis de Freud, lo transformó en una lógica toda leída bajo la clave de
la Otredad. Por eso para mí es notablemente distinto Lacan de Miller, porque
Miller a la obra de Lacan la lee como yo, o sea, Miller dice que se puede decir
lo que dice Lacan. Lo que pasa es que lo lee utilizando la lógica evolutiva... es
increíble. Dice que el último Lacan es el más evolucionado.
Me parece que el aporte que hizo Lacan fue cambiar la base epistémica, ya las
cosas no evolucionan más, por eso acentúo yo tanto “Paréntesis de los
paréntesis”. Y por otro lado me parece que todos y cada uno de los conceptos
de Freud,... en Freud ¿por qué hay angustia? Porque algo que te viene de
adentro no puede manifestarse. En Freud todo es por algo que te viene de
adentro y por cómo respondés a lo que te viene de adentro, en función de lo
que está afuera –malestar en la cultura. O sea, la cultura no quiere que vos te
satisfagas. Entonces, para cada uno de nosotros, en Freud, el conflicto es qué
hacer con lo que te viene de adentro dado que estás viviendo en un afuera.
Todos los conceptos freudianos apuntan a eso, por ejemplo: icc-precc-cc, de
acá a la China que está adentro de uno, ¿o no? ¡No me engrupan, está
adentro!
-no les gusta La Carta Robada... ¡cómo me hacen hablar de otra cosa!-
Simbólico, imaginario y real, de acá a la China que es de afuera de cada uno,
pero podría estar adentro. O sea, a mí me parece que toda la teoría de Freud
es individualista, y Lacan la rectifica con la clave del Otro. Miller hace una
nueva rectificación y dice “no hay Otro”, y vuelve a poner todo adentro de
vuelta. Todo es goce del cuerpo, que es Uno. O sea, Freud es individualista,
Lacan introduce la clave del Otro, y Miller introduce la clave del Uno. Todos los
conceptos de Lacan van a ser releídos por Miller y los millerianos con la clave
del Uno –para mí todos los lacanianos son millerianos. Díganme ¿qué
lacaniano importante conocen que no trabaje con el “último Lacan”? El “último
Lacan” es un invento de Miller. ¿Qué lacaniano conocen que no trabaje con la
idea de que lo real es lo más importante de todo? Eso es un invento de Miller,
y es un invento temprano, yo creía que era a mediados del ’70, pero Mauro y
otra gente más ya me convencieron de que en Argentina eso ya es a fines de
los ’60. Miller ya tiene efectos sobre el público argentino a finales del ’60. O
sea, junto con la entrada de Lacan –yo no me había dado cuenta- junto con la
entrada de Lacan ya había artículos de Miller que ya retrabajan a Lacan todo
en clave del Uno.
La de Freud es la última psicología individualista, por eso es tan amada por los
neurocientíficos, porque mete toda la subjetividad como aparato psíquico,
adentro. A nadie se le había ocurrido semejante maniobra de interiorización,
por ejemplo: la culpa, la culpa quedó adentro totalmente, por el superyo.
Lacan lo pasa todo a clave del Otro, igualmente, el problema con esta clave del
Otro, les advierto, es cómo hacer para diferenciar la Otredad de Levinas. Y
Miller lee todo con la clave del Uno, siendo que Freud no trabaja con la clave
del Uno, Freud es dualista, ultra-dualista, nunca concibió ninguna lógica que no
fuera dualista, pero sin embargo es individualista, es dualista-individualista. La
superación de Miller es que rectifica a Freud y hace coincidir el individuo con el
Uno y disuelve el dualismo. En Miller no hay dualismo: no hay dos tipos de
pulsiones, no hay conflicto con la sociedad. Es el goce del Uno, que es del
cuerpo propio. No sé cómo todavía no se discutió bastante lo del cuerpo
propio. ¿Vieron a las mamás con los bebés, diciendo “de quién es ese pitito”?
¿Vieron? ¿De quién ese ese pitito? La mamá dice que es de ella... no sé. En
general, se observa que es mejor así, es mejor que la mamá diga que ese pitito
es de ella, y no que no le de ni cinco de bolilla al nene. Cuando la mamá dice
“este cuerpo es mío”, las cosas suelen andan en un borde bastante respetuoso
del horror de vivir. En muchos autores se verifica que las madres de autistas
ya empiezan a decir que ese cuerpo no es de ellas desde adentro. Muchos
psicoanalistas que trabajan autismo han encontrado coincidencias en los
decires de las madres de los autistas, en relación a que ese cuerpo no es
propio.
La clave es el medio, el medio por el cual Miller hace el pasaje del Otro al Uno,
ese medio es el goce. El vehículo para pasar del Otro al Uno es el goce. Yo
trabajé mucho el año pasado a Nietzsche, Bataille, Blanchot, Agamben, ,
Esposito, Nancy, Lacue-Labarthe. Son todos los autores del mismo mundo que
Miller, que están tratando de salir de esta encerrona terrible de Occidente: que
nosotros somos, cada uno, nada más que un cuerpo que goza. Porque ¿saben
lo que sucede? Terminamos siendo nada más que un cuerpo que goza y nos
morimos cada uno de dolor encerrados en nuestro loft. Somos cuerpos
sufrientes, cada uno en su loft. Efectivamente, esto es una posición ética
también. Esto implica una posición ética: ¿vamos a estar a favor de esto que
es una tendencia en Occidente, o en contra? Me parece que estas serían las
grandes claves. Me parece que con Anna Freud y Melanie Klein –estoy
hablando de cosas tan grandes que ustedes se darán cuenta de que lo que
digo son meras hipótesis, se los digo a ustedes en confianza- decía que con
Anna Freud y Klein no se presentaba este problema porque ellas no se
presentaban como reescritoras, eran continuadoras. Ahora, me parece que
Lacan sí reescribió a Freud explícitamente, pero no lo dijo, para mí nunca lo
terminó de decir –hasta el momento de su muerte- y me da la impresión de que
Miller también lo hace pero todavía más oculto, porque siempre dice que esto
es Lacan. Lo pueden leer en el libro Lo real y el sentido, en los artículos que se
llaman “La ex-sistencia” y “La última enseñanza de Lacan”, son cuatro clases
del Curso de Miller 2001-2002 que se llama “El lugar y el lazo”, en donde esto
que les digo ya está claro y manifiesto, y en el último renglón... primero dice
que el colmo de la sabiduría es la masturbación –yo conozco cada tarado que
se la pasa masturbándose- lo dice textual, y que como eso produjo para él
tanta luz, él espera estar a la altura de ese fulgor que él encontró en sí mismo,
en lo que dice, y el año que viene advenir como poeta –ya no más como
psicoanalista, con lo cual me parece que él ya había advertido acerca de su
renuncia. Me parece que él mismo llegó al fin. En este camino, él propone la
abolición del psicoanálisis. El psicoanálisis es una superstición y debe ser
abolido. Lo dice en Lo real y el sentido, Colección Diva, está en todas las
librerías.
Otra cosa que estoy pensando es que Lacan siempre dijo que Anna Freud fue
analista, que Melanie Klein fue analista, las criticó –como a otros muchos
autores- pero nunca dijo que no fueran analistas. Y siempre me pareció
bárbaro eso. Pero ahora estoy pensando en otro problema, me parece que me
puse viejo. Y como me puse viejo, me empieza a preocupar el futuro, como a
todos los viejos les pasa. Y me empecé a preocupar por el futuro del
psicoanálisis. Y empecé a pensar: está bien, M. Klein y A. Freud son
psicoanalistas de pleno derecho, pero el psicoanálisis en el mundo anglosajón
murió. Así que ojo con decir “esto es psicoanálisis”, porque el psicoanálisis
muere. Eso también lo empecé a pensar porque estoy trabajando con la
noción de discurso. O sea, no hay psicoanálisis si no hay un número suficiente
de gente que se vincule vía el psicoanálisis. Yo siempre rechacé de Freud que
la sublimación implicase reconocimiento social, que no es requerido por la
teoría del objeto a de Lacan, el objeto a es sin reconocimiento social del Otro.
En términos de la teoría lacaniana se dice que el objeto a no tiene imagen
especular, no hay especularidad. Eso siempre me hizo dudar y poner en tela
de juicio lo que yo siempre había estudiado en Freud sobre la sublimación, que
para Freud es con reconocimiento social. De hecho, si la gente no aplaude,
uno no sublimó. Porque si la gente aplaude, dice Freud, es porque uno le evitó
de hacer el trabajo con su propia pulsión, lo hizo uno y el otro lo disfruta. La
teoría del objeto a tiene la virtud de hacer salir el producto del trabajo de
análisis, por ejemplo, el reconocimiento del Otro, pero el producto del
reconocimiento del trabajo de un análisis, el reconocimiento del Otro, tenía que
ser pensado, si no, tenía que ser necesariamente sólo ideales. Habría que
producir sólo ideales. No es tan difícil, uno tiende a trabajar todo el tiempo con
los ideales, donde es más claro es en clínica con niños. En la clínica con niños
es clarísimo que la dirección de la cura no pueden ser los ideales, porque los
ideales que traen los padres para ese niño es que se deje de hinchar. Que no
moleste más. Y en realidad, para que deje de hacerse pis, hay que hacer más
explícito la molestia del niño. Es clarísimo. Para los que atiendan niños será
clarísimo lo que digo, y para los que no atiendan niños, les recomiendo que
atiendan un poco niños –aunque no les guste- y un poco de psicosis, porque
termina de armar bien el campo de la formación del analista. Con el caso de
niños queda muy claro cómo se disuelve el individualismo, se van a dar cuenta
de que el síntoma aparece acá pero el problema está en otro lado.
Entonces, el problema que hay es que para que exista un discurso, una
práctica tiene que ser practicada por un número suficiente de gente, con lo
cual, se podría decir, yo por ejemplo estuve en Estocolmo, y en Estocolmo no
hay psicoanálisis. Puede haber algún psiquiatra viejo, perdido por ahí, que
practica algo, pero después, nadie más. Con lo cual, me da la impresión de
que habría que pensar si estas corrientes no es que mataron al psicoanálisis,
sino que lo llevaron a un camino sin salida. Es por eso que en muchas
sociedades... vieron que el psicoanálisis nace en alemán, luego se produce en
inglés, luego pasa al francés, a mí parece que no terminamos de dar un paso
nosotros y convertirlo en español. No sé por qué no nos animamos a decir
“psicoanálisis argentino”. El psicoanálisis es argentino, ya está. No es otra
cosa que argentino, pero no nos animamos a producirlo, siempre tenemos que
citar a algún francés para sostenernos. No hay esbozo de un psicoanálisis
argentino, y eso es porque me parece que nosotros no nos animamos a
hacerlo. Porque como hecho de discurso es así. Entonces me parece que si
Miller llegó a la poesía, y si todos los psicoanalistas están pensando que la
letra en psicoanálisis es poética, eso puede llevar a la muerte del psicoanálisis.
Y de hecho, el psicoanálisis en alemán ha muerto –podrá haber tres
lacanianos, pero con tres lacanianos no es una verdadera oferta para una
sociedad- no hay psicoanálisis en Alemania. Podrán decir que hay algunos,
pero es lo mismo que decir que hay anarquistas en el mundo. Algún anarquista
habrá, algún romántico habrá... pero ya no Romanticismo. ¿Cuándo decir que
un discurso existe o no existe? ¿Qué número de gente tendría que haber?
¿Qué estadística nos diría que sí o que no? Yo se puede decir que no hay
psicoanálisis en alemán. Y que psicoanálisis en inglés, prácticamente,
tampoco. Si ustedes le preguntaran a un yanqui cómo se dice psicoanalista en
inglés, te dice shrink, pero si le preguntan qué quiere decir shrink, te dicen
“psiquiatra” ¡está totalmente disuelta la figura del psicoanalista! Es una mezcla
de psicólogo-psiquiatra, como en la película “Analízame”, que en realidad en
inglés es “Analiza esto”, fíjense cómo en español está más cerca de la
demanda de análisis.
Con lo cual, me parece que habría que revisar muy bien esto, porque si el
psicoanálisis sigue siendo una poética, puede ser que desaparezca también en
español. Me podrán decir “¿y qué? el mundo seguirá igual”. Por supuesto que
el mundo va a seguir igual, salvo que no siga. Si todos los psicoanalistas
lacanianos –que es un grupo numerosísimo- de los que más se sostienen de
un psicoanálisis no asociado a una psicología psicoanalítica del yo, terminan
siendo poetas –que es lo que todos quieren ser- podría ser que en diez o
quince años más ya no haya psicoanálisis. Mauro me contaba que en el
seminario de Miller, que habría quinientas personas, no había jóvenes, eran
todos viejos. Es una pista, eh? Cuando las cosas envejecen, cuando los
practicantes empiezan a envejecer... es una pista. Le preguntaba a David
cuánto creía que se vendería en París de los seminarios de Lacan y él me dijo
“poco, muy poco”. No se deben estar vendiendo los seminarios de Lacan en
París.
Comentario inaudible.
A.E.: pero podría ser que el tema fuera al revés. En vez de venirnos desde la
depresión y el ataque de pánico, o desde el ADD de los chicos, podría ser que
nos venga desde ahí, o que el problema vaya de nosotros hacia allí. Porque
¿cuál es la clínica del goce? ¿Qué se puede hacer? Ya se dice que no se
puede hacer nada ¿Cuál es la clínica de la pulsión? Yo les leí a ustedes
aquella publicidad de clínica de niños donde decía que el fundamento de la
clínica con niños es la pulsión. Yo no sé si el fundamento de la clínica con
niños es la pulsión o es el Otro, yo trabajo con que es el Otro. Pero no sé
cómo es. Pero ¿cómo se trabajaría la pulsión en un caso de niños? ¿Qué
puede hacer un psicoanalista con la pulsión? ¿Saben lo que decía Melanie
Klein que había que hacer con la pulsión?
Resignarse. Si naciste con mucha pulsión de muerte, fuiste –te decía Melanie
Klein. Y tenía razón, es cierto ¿qué se puede hacer? ¿Qué se puede hacer
con un punto de goce? Si un analista dice que lo que te pasa es un punto de
goce en el fantasma ¿qué hay para hacer? ¡Es como la humedad de
cimientos! No hay nada para hacer, salvo resignarse. Si es un punto que
queda por fuera de la red significante, no queda más por hacer o decir. Un
punto de goce en el fantasma... Es muy importante que no pierdan de vista que
en esa frase no es importante la palabra goce, sino el “un”, que sea “un” punto
de goce. Hay muchos lacanes, demasiados quizás, pero hay uno que es muy
interesante y es el que trabaja la elipse, Lacan dice que la revolución no es
copernicana, es de Kepler. ¿Por qué Lacan dice que es de Kepler? Porque
sustituye la órbita circular –no importa el geocentrismo o el heliocentrismo.
Lacan dice –aunque no claramente- que la verdadera subversión es la de
Kepler ¿por qué? Porque establece que las órbitas son elípticas. ¿Qué quiere
decir que sean elípticas? Que poseen dos focos y que no poseen centro. No
hay “un” centro. Se padece del “un” centro, toda la reconducción milleriana es
hacia el Uno.
x x
A.E.: no, yo digo que uno se hace analista estudiando. Estudiando los casos,
bibliografía.
A.E.: nada alcanza. Ya voy por 5000 libros. Yo creo que nada alcanza. Por
eso Lacan creía que lo que tenía que producir un verdadero análisis es deseo
de saber. No deseo de experimentar. Para los que están tan convencidos de
que hay que analizarse, Lacan lo que dice es que lo que se verifica en un
verdadero análisis es que al final queda habilitado el deseo de saber, no “ya
saber”. En el testimonio del pase todos quieren contar lo que aprendieron,
porque están haciendo la experiencia. Y Lacan dijo que no sirvió para nada.
Porque Lacan proponía que lo que había que determinar, vinculado a la falta
respecto del saber, y la falta fundamental respecto del saber es qué hay que
hacer para ser analista. No se puede saber. Yo te puedo contar mi vida, vos
me contás la tuya, ¿Y?
Analizarse no sirve para ser analista. No es necesario. Por ejemplo, Miller les
mandó a los psicoanalistas franceses, bien avanzado este sainete, a leer
Freud. Les mandó a leer Freud porque no lo habían leído. O sea, hay un
montón de psicoanalistas en el movimiento psicoanalítico que no había leído a
Freud. No sé si hace falta leer a Freud, lo que sí es interesante que
estudiemos es qué tipo de análisis produce un grupo de analistas formados sin
haber leído a Freud. Habría que juntarse con los casos, ver qué se publicó.
Lacan decía que le resultaba interesante esos lacanianos que no lo conocieron
a él. En esos apostaba él, porque lo leyeron. No porque se analizaban o
supervisaban con él, sino a los que lo leyeron, a esos apostaba Lacan. ¡Miren
lo que decía Lacan! Y a esos se los llama lacanoamericanos. Lacan dijo un
montón de cosas. Pero ni Freud ni Lacan dijeron que hacía falta analizarse.
Los seguidores todos dijeron que hacía falta analizarse, como condición
primera. Como argumento es vergonzoso, porque es como exigir que se
compre la aspiradora y luego sabrá para qué le sirve. Me parece un argumento
marketinero de cuarta. Y además no hay cómo justificarlo. ¿Por la sorpresa
que te da el encuentro con el inconsciente? No sé. Yo conozco un montón de
gente que ser sorprendió todo el tiempo y que terminó diciendo que eso no fue
análisis. ¿Qué es un análisis? ¿Cómo sabés que te estás analizando?
¿Porque vas del analista? ¿No saben ustedes que la mitad de la IPA se
analizaba por obligación, para ser analistas? ¿Creen que esa mitad que se
analizó para ser analistas, se analizó? Entonces, haberse analizado ¿los
habilita como analistas? ¡No se sostiene por ningún lado! Las personas son
seres humanos. Mienten, engañan, estafan, se autoengañan, hay ideales. Yo
no veo motivos para que haya que analizarse. Pero tampoco sé qué habría
que leer. Yo sigo leyendo, y cada día creo que lo estoy pescando... y se me va
de vuelta. Ahora, sí tengo posiciones.
Yo creo que en psicoanálisis, hoy, para atacar el problema de qué es lo
humano, se trata de apostar al dos, que no hay lo humano en el Uno. Pero los
psicoanalistas que yo conozco, la mayoría trabaja al revés, le dicen al paciente
“acá no vino a hablar de su hermana, este es su análisis, tiene que hablar de
usted, de sí mismo, yo lo escucho como un espejo neutro” –la neutralidad del
analista, que les cuento que en la Carta Magna de Laurent se sostiene la
neutralidad del analista, ¡volvemos a la neutralidad del analista!. Con lo cual,
vean que hay mucho psicoanálisis que es profundamente individualista.
A.E.: por eso... más aún, ¿qué hay del inconsciente como discurso del Otro?
¿qué más podemos saber sobre esta mujer que lo que dice la hermana? Y que
lo que ella dice de lo que dice la hermana sobre ella. A mí me parece que eso
quedó corregido con Lacan. Por algún motivo, rápidamente, a 20 años de su
muerte, se disolvió completamente. Esto es un misterio. Lacan dijo que la
caída de lo que propuso Freud como subversión fue culpa de Freud, por la
forma que Freud le dio a la IPA, para continuar con su enseñanza. Quizás
podamos utilizar la misma lógica ¿cuál será la culpa de Lacan en la forma de
transmitir su enseñanza, para que en 20 años sea a la inversa? Lacan propuso
toda la lógica del Otro, y en 20 años se trabaja todo con la lógica del Uno.
¿Cuál será? Yo no estoy trabajando con ustedes eso, hoy se dio por las
preguntas, pero lo que yo estoy tratando de hacer en todos estos cursos, en
todas mis exposiciones, es tratar de mostrar a un Lacan que no es Uno.
Siempre trabajo para mostrar que hay otro Lacan. Está bien, está el Lacan del
Uno, de lo real y del goce, está bien, está ese Lacan. Pero lo que trato de
trabajar es que hay otro Lacan. Hay un Lacan que no es de lo real, hay un
Lacan que no es del goce, hay un Lacan que no es de la última enseñanza.
Entre paréntesis –pero quizás sea mi gusto, sea mi camino- a mí me parece
que si uno trabaja mucho topología, este error no se comete. Si uno trabaja
profundamente las referencias topológicas de Lacan, que están desde “Función
y campo...” hasta el último escrito, en todos está topología, bajo varias formas,
me parece que con topología no se cae en el Uno, no hay topología del Uno.
En topología no hay un punto, no hay un punto de goce. Si uno trabaja muy
bien la topología, y le todo el alcance clínico que puede llegar a tener, se
produce un Lacan que no es en clave de Uno. En topología no hay clave del
Uno. Y todos los analistas del goce, todos los analistas del Uno, no trabajan la
topología de Lacan. Es notable la poca producción que hay en topología de
Lacan, no? Además de los libros sobre nudos de Jean-Michel Vappereau,
¿cuántos libros hay? Muy poco. De nudo borromeo hay un poco más, pero
como es de la “última enseñanza” no me queda claro si hay más por ser
topología o por ser la “última enseñanza”. Pero la topología de Lacan no se
utiliza, y me parece que ahí hay una clave. Por ejemplo, con la topología de
Lacan se puede corregir que el aparato psíquico sea interno, porque en
topología hay otra forma de pensar lo interno y lo externo. La gran virtud de la
topología –y que no es para nada intuitivo- ... para algo que no es intuitivo,
¿qué será mejor? ¿estudiarlo con álgebra o analizarse? No sé. La
experiencia para nuestra cultura tiene una fuerte vertiente mística, intuitiva. El
valor de la experiencia es lo que te aporta intuitivamente. “Ahora sí lo sentí”.
Es como hablar del orgasmo, ¿qué es un orgasmo? “Y, no, hasta que no lo
sientas no vas a saber”. ¿Cómo saben que han tenido una experiencia
verdadera? ¿Quién sabe, por sí mismo, que ha tenido una experiencia
verdadera? ¿Cómo saber si se ha conocido realmente el dolor del duelo? ¿Fue
cuando murió mi abuelita? Pero después pasa algo peor y digo no, aquella vez
no fue... entonces, aquella vez, ¿fue experiencia? ¿dónde está el estatuto de
esa experiencia? ¿en sí misma? ¿O en su articulación con otra cosa? Y la
articulación ¿es experiencia? La articulación de dos experiencias, ¿es
experiencia? ¿Dónde está la verdad de la experiencia? Yo tengo mis dudas.
Tengo mis dudas de cuando un análisis va bien... ¿irá bien? Me he tragado
cada sapo... Los análisis que mejor iban, ¿no son los que suelen dejar de venir
luego del verano? Y dejan de venir. Y el que va tan mal ¿va tan mal? Por
ejemplo: una paciente que se viene quejando de no ser escuchada, de que el
análisis no sirve, etc. Le propongo interrumpir, que se tome un tiempo, y que
luego decida si sigue o no, o si cambia de analista. A los dos días me llama
diciendo que yo era un analista bárbaro y que quiere retomar... Yo hasta ese
momento había pensado que andaba todo mal y que había sido un desastre.
¿Dónde está la experiencia? ¿Fue bien o fue mal? ¿No les pasan estas cosas
a ustedes? Entonces, ¿cuál es la experiencia, cuál es el goce? ¿Hay goce sin
Otredad? El goce ¿es del Uno? Y si fuese del Uno... ¿qué sería? ¿De dónde
sacaron que el goce es Uno y es del propio cuerpo? Miller dice que es así. En
primer lugar, no sé cómo lo sabe. ¿Cómo lo sabe? ¿Dios se lo dijo? ¿Cómo lo
puede saber? ¿Tiene un tester de goce? Dénme un ejemplo de goce de
alguien. Miller dice que Lacan es fenomenólogo... bueno, ¿qué fenómeno le
corresponde al goce? Bueno, lo digo yo: sufrimiento. El sufrimiento, ¿es en
sí? Alguien podría decir “y yo que creía que era tan feliz, sin embargo...”. Un
paciente decía: “¡Ah! Ahora me acuerdo que en la primaria, mis compañeritos
siempre me decían que yo tenía cara de triste” La tristeza, el sufrimiento de él
¿dónde estaba? ¿En su cara? Yo tendría mis dudas, porque él cuando se
miraba en el espejo no la veía. Los amiguitos le dijeron. ¿Es uno? ¿O no
puede ser al revés, que uno empiece a sentirse triste porque los demás digan
que lo de uno merece ser triste? ¿Por qué el goce sería Uno? Me parece que
es una mentira. Que se podría estar mucho más tranquilo pensando que se
trata de dos. Ahora, por qué todo el mundo sostiene esto, no sé. Pero hay que
desconfiar de muchas cosas, por ejemplo, de la experiencia. Porque la
experiencia lleva al Uno. Hay que desconfiar de la pulsión de Freud, porque
lleva al Uno porque proviene del propio cuerpo. Entiendan que es todo un
sistema, un entramado en el que todo el mundo está convencido de que el
goce es Uno y proviene del cuerpo propio.
Otra de las cosas que pienso es que el nudo ha sido utilizado en la clínica
después de la muerte de Lacan, me parece que vale la pena pensar y trazar
algunas líneas de cuáles han sido los usos del nudo borromeo. O por lo menos
plantearse que ha habido usos del nudo borromeo. Trazada esta línea del
tiempo del ’72 al ’80, sólo para decirles que esta línea de pocos años, de tres
seminarios de Lacan que son “Lo no incautos yerran”, “RSI” y “El Sinthome”,
que son tres seminarios donde Lacan va a trabajar casi todo el tiempo, en
“L’insu...” y “Topología y tiempo” también, va a trabajar sobre temáticas
alrededor del nudo. Para darles una idea, les diría que en esos años hay 74
lugares en los cuales Lacan habla sobre el nudo borromeo. Para que ubiquen
como comparación, piensen que en toda la obra de Lacan él habla 77 veces
del toro y 52 de la banda de Möbius. Es un dato cuantitativo, pero nos permite
ubicar ante qué problemática nos estamos situando.
Cuando uno toma un concepto como éste, un elemento de la topología, una
estructura, es un elemento, más en la clínica psicoanalítica, uno utiliza un
concepto cuando está en el límite de cómo está escribiendo su propia práctica
clínica, ante las dificultades que encuentra. Entonces, podríamos preguntarnos
ante qué dificultades se encontraba Lacan para tomar el nudo borromeo, o
cuáles fueron los impasses que tiene la clínica lacaniana en ese momento,
percibidos por el propio Lacan y por su entorno, para tomar esta figura.
Nosotros estamos acostumbrados hoy en día –creo yo- a un psicoanálisis un
poco más aislado que lo que en la década del ’60 ó ’70 se podría pensar del
psicoanálisis francés, en conversaciones –terminada la discusión con el post-
freudismo- en discusión con lo que en ese momento eran las ciencias sociales
francesas. Nosotros en el campo psicoanalítico estamos más acostumbrados a
autorreferenciarnos, a movernos siempre en un mismo círculo, ya conocen esta
historia. Pero piensen que Lacan sale para la lingüística, la antropología, la
sociología y también para el campo de la matemática, o sea, que en el campo
de la matemática también está esta discusión, tanto es así que en el año ’72
(inaudible) hay un seminario que se da en la Escuela de Altos Estudios de
Ciencias Sociales en Francia, que digamos que es la escuela que ha abrazado
a todo lo que tiene que ver con las nuevas teorías de la historia, de la
sociología, nuevas teorías políticas de esa época y en adelante también, con
algunos altibajos, en la cual Lévi-Strauss es todavía profesor; para que vean
que había una discusión en la década del ’60 –y que pasa a la década del ‘70-
en cómo aplicar cuestiones matemáticas para las ciencias sociales. Y cuando
digo matemática no me refiero sólo a cuestiones estadísticas sino con
elementos de topología también. O sea que Lacan con esto y con el nudo
borromeo, él lo dice, pero bueno, vieron ustedes que luego la reificación –que
es un término viejo pero que tal vez nos pueda servir- convierte en otras cosas,
o sea, hubo una reificación y toma el nudo borromeo y dice que es un invento
de Lacan, y no, no es un invento de Lacan, el nudo borromeo está entre los
elementos de la matemática, y en un seminario de elementos de topología, con
un grupo de matemáticos, que da un matemático que se llama Guilbaud, no
hay mucho de él en internet, la relación la van a encontrar más con Barbut, que
está vivo y ha ganado algunos premios últimamente, en algunos textos de
Lacan dice “mi amigo Guilbaud”. Es a partir de este seminario, que se da junto
con otro de elementos del psicoanálisis, de la teoría lacaniana de psicoanálisis,
o sea, se daban en simultáneo. De estos elementos de topología que sirven
tanto para las ciencias sociales como para el psicoanálisis, Guilbaud presenta
el nudo borromeo, la anécdota de cómo lo presenta, ustedes saben, Lacan dice
que una persona encantadora –tengo la impresión de que es la hija- le
presenta el nudo borromeo, y el nudo borromeo va a ocupar en la teoría de
Jacques Lacan a partir del ’72 una parte muy importante. Es sorprendente, nos
obliga al menos a pensarlo y ver qué es esta escritura. Voy a tratar de trabajar
con ustedes algo de esa tensión, de las idas y vueltas, la tensión que aparece
en Lacan en cómo lo presenta, etc. Hoy nosotros decimos “RSI”, pero no es
así como él llega al nudo, el RSI va a ser en un punto de movimiento en Lacan,
lo mismo que el sinthome. A mí me interesa tratar de ubicar al nudo no como
una panacea sino quizás al contrario, para poder deconstruir cómo ha sido esta
enseñanza y poder trabajar algunas cuestiones de cómo ha llegado Lacan al
nudo. Entonces, una de esas presentaciones fue en el año ’72, Lacan estaba
trabajando lo que llama una tétrada. La tétrada es algo de elementos que no
se sostienen solos, que se tendrían que sostener entre ellos. La tétrada que
está trabajando Lacan en ese momento, en “El saber del psicoanalista”, año ’72
dice así: “Te pido que me rechaces lo que te ofrezco” y agrega “porque no es
eso”. Y dice que para esto nos sirve el nudo, para darnos cuenta del efecto de
significancia y que el efecto de significancia no puede darse por uno solo sino
que tiene que darse por tres. Dice por tres pero trabaja con cuatro, son las
cosas que van a ir viendo por el camino, trabaja con cuatro porque trabaja “te
pido que me rechaces lo que te ofrezco, porque no es eso”, ¿qué es el “eso”,
dice Lacan? El “eso” es el objeto a.
O sea, esta es la aparición, donde Lacan va a insistir mucho sobre esta
aparición, es una vez que aparece y lo va a volver a tomar un año después.
Una vez que aparece, y le sirve a Lacan para decir que nada se sostiene solo.
Nada se sostiene solo, está hablando sobre el saber del psicoanalista y el
saber hacer del psicoanalista. No está hablando de cualquier cosa en ese
momento. Pero como en otros textos u otros elementos de Lacan, podría ser
una aparición fugaz, desaparecer del universo de la obra de Lacan y no
aparecer más. Sin embargo, no es lo que sucede.
Voy a hacer una aclaración que todos saben, pero lo digo igual y en todo caso
luego podremos discutir: a lo largo de toda la obra de Lacan, él está luchando
contra el imaginario humano pero postfreudiano, está intentando romper con
ese imaginario que tiene que ver con la esfera, con lo esférico, con la intuición
espacial. Y el nudo es básicamente sobre una problemática que tiene que ver
con el espacio. Estamos hablando del nudo pero no hablamos de topología,
habría que dar dos rudimentos para pensar un poco qué es la topología a
diferencia de la geometría. Pero acuérdense que la primera parte de la obra de
Lacan es un virulento ataque a todo lo que tiene que ver con el imaginario
posfreudiano, con el imaginario esférico, con la redondez, con la idea de
centro, de origen.
Cosas de la topología que ustedes ya saben, que para Lacan sujeto del
inconsciente no es parte de la realidad psíquica sino que es la banda de
Möbius, es en esa perspectiva en donde aparece el nudo borromeo, no
aparece en otra. Otra perspectiva del campo de la topología es pensar al
sujeto y al Otro como dos toros anudados.
Salir de la intuición esférica es también salir de la lógica de la esfera. La lógica
de la esfera es un adentro y un afuera. La representación de una esfera en el
plano es un círculo. Pero también podrían decir que el nudo tiene círculos,
podemos discutirlo. “Redondeles de hilo o de cuerda” va a llamar Lacan.
Durante muchos siglos tuvimos la geometría euclidiana, que es una manera de
representar el mundo. O sea, a Lacan no se le escapa –pero no es solo un
tema lacaniano sino de las ciencias sociales en el siglo XX- que el espacio no
es una determinación natural. El espacio es una determinación simbólica.
Abro un paréntesis para recomendarles –no solamente un tema de la
determinación simbólica sino también algunas cuestiones del campo de las
ciencias sociales, no solo por la intuición espacial- una autora que me gustó
mucho y se las recomiendo, es Joan Copjec, tiene dos libros: uno es “El sexo y
la eutanasia de la razón”, en donde trabaja con las fórmulas lacanianas de la
sexuación, para trabajar las divergencias entre sustancialistas y constructivistas
sobre el tema del falo, una espacialidad del falo. Me pareció un hallazgo. Está
lejos del campo del psicoanálisis, está cerca del campo de la literatura y me
parece muy interesante pensar algunas cuestiones de cómo ella plantea leer
las fórmulas de la sexuación en Lacan. Es interesante porque en algún
momento Lacan va a trabajar cómo podemos escribir “no hay relación sexual”,
con el nudo borromeo. Ella no trabaja con el nudo pero trabaja con alguna
manera de pensar la sexuación de una manera interesante, que rompe con
como las pensamos en general. En este libro parte de la teoría kantiana para
pensar la intuición espacial, una crítica a la teoría kantiana. El otro libro es
“Imaginemos que la mujer no existe”, me parece que es una manera de
resolver algunas cuestiones con el supuesto de “imaginemos” y ver dónde nos
lleva. Como plus, tiene deliciosas maneras de leer a algunos autores de
películas fuera de Hollywood, básicamente del cine iraní. Es una delicia la
manera en que ella lee algunas cosas, eso como plus. Trabaja de una manera
preciosa el tema de la vergüenza, de lo que importa la vergüenza, de la
vergüenza en el campo del psicoanálisis. Se los recomiendo porque es aire
fresco en nuestra literatura que es tan repetitiva. Y nos va a ayudar a pensar
algunas cuestiones de la clínica.
Bueno, esto es lo que es el nudo borromeo. Vean que ahí lo que plantea –y
está bastante bien planteado- la idea es que no se puede sostener solo, que
hay algo de por qué sostiene los tres, pero todavía no aparece ahí nada de lo
que nosotros conocemos del nudo como RSI. No hay nada ahí que aparezca
como RSI, RSI va a ir apareciendo después, de diferentes formas.
Lo que Lacan nos va a decir con el tiempo es una idea de qué tipo de enlace se
da en el nudo.
Siguiendo las recomendaciones de Lacan, al nudo hay que hacerlo. Pareciera
una recomendación tonta, pero hay que hacerlo. Lacan se equivocaba mucho
al intentar hacer el nudo en las clases, pero decía que equivocarse, errar, era
eso, entonces se puede volver a escribir. Es muy interesante. Ahora, fíjense
en este nudo borromeo. Voy a pedir un voluntario para sostener el nudo.
La presentación habitual del nudo no es esta. Pero en esta presentación que
vemos acá, ¿se cumplirá eso de que si se suelta uno, se sueltan también los
otros? Vamos a hacerlo. ¿Cuál soltamos? ¿El rojo? Soltemos el rojo. Se
desarmó el nudo. Este es el anudamiento borromeo. Si sacamos cualquiera
de los otros también se desanuda. Esto es una forma, una manera de
mostración del nudo, si se lo puede poner en el espacio, uno de los problemas
que tenemos es el de la orientación, dónde va, de qué manera se presenta.
Elisa Bellmann: ¿por qué decías “si se lo puede poner en el espacio”? ¿Se l
puede poner en el espacio?
D.S.: no está tan claro qué es. Habla de círculos blandos, que podríamos
pensarlos como aros de básquet, y serían superficies bidimensionales, pero no
está muy claro. Acá son tres redondeles, pero en “El sinthome” va a trabajar
que puede ser que uno de los tres redondeles sea un toro.
---Corte---
D.S.: (...) teníamos el problema de qué es un agujero. Para que vean que
Lacan no desconocía esto, hay una frase en “Aún” en donde Lacan dice
“¿Pero qué hacer con ese nudo borromeo? Yo les respondo que puede servir
para representarnos la metáfora tan difundida que expresa lo que distingue el
uso del lenguaje, precisamente la cadena.”
La cadena que viene de la tétrada que les había planteado y que es la manera
en que se presenta. Vean que ahí todavía no entramos con real, simbólico e
imaginario. Que ese también es un tema interesante, porque dónde, en qué
momento va a ubicar real, simbólico e imaginario? Simbólico, imaginario y real
nace en la fundación de la enseñanza de Lacan, “lo simbólico, lo imaginario y lo
real” no ha de ser lo mismo que plantea en RSI, tiene otro orden, a menos que
para nosotros el orden no tenga ninguna importancia. Es más, Lacan va a
trabajar la homofonía en francés entre RSI y herejía. Pero hay un pasaje que
vale la pena pensar, en veinte años, de SIR a RSI. Tal vez sea hilar muy fino,
pero no creo, porque tiene que ver con el lugar que ocupan alguna de las
dimensiones del hablanteser. Hay un pasaje, de SIR a RSI, al menos en esta
escritura. En la conferencia “Lo simbólico, lo imaginario y lo real” Lacan habla
mucho de las intervenciones del analista.
Con el nudo se le da una equivalencia al registro de lo imaginario, en una de
las clases Lacan va a decir que lo imaginario no es caca, para empezar a
trabajar esas equivalencias. Pero hay que ver qué quieren decir esas
equivalencias, a qué se refieren. Quisiera trabajar con ustedes algunas de
esas cuestiones o al menos dejarlas enunciadas.
Tres dimensiones, Lacan trabaja con un neologismo: dit-maison, la mansión
del decir. Ojo, porque ahí hay algo que es una perla espacial que es que las
tres dimensiones no son cualquier cosa, porque lo real ahí no es el cuerpo, son
las mansiones del decir, es muy interesante, Lacan nunca se desdice de eso.
Va a empezar a trabajar en “RSI”, este nudo que es una cadena, va a empezar
ubicando esa problemática, que es de qué está hablando, dice que está
hablando de la dimensión de los seres parlantes, de la dimensión del decir, o
del dicho. Y lo que ubica ahí es que tiene que ver con el decir. En el nudo
borromeo como trabajo y en la dirección de la cura, de lo que Lacan habla es
de las mansiones del decir y no de otra cosa. O sea, reincorpora la cuestión
discursiva. Después va a haber una clase específica en donde trabaja la
relación nudo borromeo y los cuatro discursos.
Y otra de las cuestiones que aparecen en “Aún” y que a nosotros nos sirve y es
interesante, es que Lacan empieza a trabajar la cuestión del escrito. El escrito
y la escritura. No es que no las venía trabajando antes, pero aquí será el
escrito y la escritura en el nudo borromeo. Y que es una manera de escribir,
una escritura, qué es lo que está escrito, o sea, empieza a trabajar lo que tiene
que ver con la práctica psicoanalítica: lo que está escrito y lo que leemos. No
hay escritura sin lectura. No hay escribir sin leer. Me parece que aparece ahí
una dimensión olvidada del nudo y que me parece interesante: primero la
mansión del decir, la mansión del dicho, ubica que se trata de la discursividad y
no de otra cosa. Y en esos seminarios Lacan va a empezar a plantear lo que
ya trabajó en la tétrada y es que los tres no se sostienen solos, y va a plantear
el tres en uno. Va a plantear el tres en uno.
D.S.: bueno, siempre dice que no se puede llegar a lo real por la vía de la
representación, eso está muy dicho, en todos estos textos. Pero me llamó la
atención que Lacan preguntara por qué creeríamos que Freud se dedicó a esos
temas si fuesen tonterías... fue por que ahí se puede pescar algo de lo real
para Freud.
Comentarios inaudibles
D.S.: les decía que no es tan fácil homologar o llevar RSI al nudo borromeo,
que es una cadena. Si es una cadena, hay que pensarlo como dimensión, por
la importancia de ese juego que Lacan hace con ese neologismo (dit-maison),
entonces el nudo borromeo no anuda al decir que sería lo simbólico, al cuerpo
que sería lo real y a lo especular que sería el narcisismo. Sino que anuda algo
que tiene que ver con las dimensiones del decir. Me parecía que se acercaba
más a los planteos que Alfredo nos proponía para La Carta Robada. De cómo
encontrar lo imaginario y lo real en las dimensiones del decir.
Vean que esta manera de escribir el nudo, achatado, va a permitir algunas
otras cuestiones que me parece que Lacan toma y es decir que el imaginario
no es sólo imagen, que si en el primer texto del ’53 Lacan trabajó lo imaginario
como la imagen, como tributario de la imagen, en este otro texto va a trabajar
que no es solo imagen, no es especular. Ahora, esta forma de escritura, es
una manera de escribir, no es “la” escritura, es una manera de escribir el nudo
borromeo. El nudo borromeo tendría diferentes tipos de escritura y esta sería
una manera de escribirlo. Habría que pensar para qué nos sirve y para qué no.
Comentario: respecto de lo que decías del modelo, Lacan dice que el nudo no
es un modelo de la estructura sino que es la estructura misma. Es un poco
oscuro...
D.S.: sí, tal cual. Porque el tema es que si es la estructura misma, ¿esa es la
estructura? Es como volver a un empirismo peligroso, digamos. Esperemos
un poco, porque quiero trabajar algo de la escritura de la estructura, que es otro
de los temas que va a plantear. No es tan sencillo ubicar matemáticamente de
qué estamos hablando. Ese nudo que no es nudo sino cadena, ¿de qué
estamos hablando? ¿Del achatamiento y puesta en el plano? Qué problemas
tiene el achatamiento, a qué nos lleva, nos es muy difícil salir del imaginario.
Por eso Lacan insiste tanto en que el nudo no solo hay que estudiarlo sino que
hay que hacerlo. Hacerlo, desarmarlo, volverlo a hacer. Lacan pasa clases
enteras haciendo cadenas.
Eduardo L.: eso que dijiste recién me parece central, y es ¿qué anuda el
nudo? Si anuda dimensiones del decir, o anuda al cuerpo, a lo especular y el
decir?
D.S.: sí, sin duda. Y para ello trabaja cosas que a mí me parecen importantes,
porque cuando va a trabajar real, simbólico e imaginario se encuentra, antes,
con tres nociones que son: existencia, consistencia y agujero. Como tres
nociones diversas. No son temas sencillos. Lacan va a decir que el nudo no
es imaginario. Y va a hablar de un real al cuadrado. ¿Qué es lo real? Lo real
es el nudo RSI. Lo real no es lo real del nudo, sino que el nudo es lo real.
Ahora ¿por qué esa pasión por lo real? Ese es otro problema, trabajado por
Badiou en “El Siglo”. Acá, para Lacan lo real no es sólo la dimensión de lo real
del nudo, sino que el nudo mismo sería lo real. Hay una doble superposición
que es interesante, tanto que en algún momento dice que con esto tenemos la
posibilidad de ver lo real al cuadrado. Y en relación con esas tres nociones, la
existencia estaría en la dimensión de lo real, la consistencia en lo imaginario y
el agujero en lo simbólico. Ya está Lacan discutiendo de plano con los neo-
nietszcheanos sobre el agujero, la falta, la discusión de qué nos mueve, si la
falta, el deseo.
Algunos problemas: si agujero es un término de la estructura topológica, no es
lo que nosotros pesamos como agujero, orificio. En topología, un agujero es
parte de la estructura, no es lo que se hace. Si ponemos los tres registros en
el espacio, no hay cómo diferenciarlos, para eso hay que nominarlos. Si los
nomina, es una operación diferente, ya son cuatro, porque la nominación
también cuenta. Si nominamos, Lacan trabaja estas tres diferenciaciones,
existencia, consistencia y agujero. Que no es fácil saber a qué se refieren. Si
tomamos la cuarta clase del 21-01-75, es el lugar donde hace la equivalencia
de existencia con real, consistencia con imaginario y simbólico con agujero.
Lacan va a trabajar la manera en que uno podría aproximarse a esas tres
nociones. Para darles una idea, vamos a dibujarlo.
consistencia
agujero
existencia
Si esto fuera una hoja, la consistencia sería el borde, que rompe un poco con
nuestra idea de consistencia. Aquí sería el borde. Esto es para que no lo
confundamos con otro tipo de materialidad.
Estas otras dos láminas son de “La Tercera”, que es donde Lacan presenta en
una sola intervención, la utilidad del nudo borromeo. En “La Tercera” es la
forma casi más acabada de presentación del nudo borromeo, en el año ’74.
Que vean que lo presenta de tal manera que coloca vida en lo real, muerte en
lo simbólico y cuerpo en lo imaginario. Pero fíjense que lo divide de tal manera
que cuerpo no ocupa todo lo imaginario, la muerte no ocupa todo lo simbólico
ni la vida todo lo real.
En “La Tercera” trabaja qué sería lo real. Nos presenta qué es lo real, de
diferentes maneras. Diría que en un primer momento, la primera definición que
va a dar es que lo real es lo que no anda. También hay una cita de Lacan
donde dice que lo real es lo que no cesa de no escribirse, y es interesante
porque nos habla ahí de escritura, y recuerden que a partir del nudo borromeo
Lacan va a hablar todo el tiempo de escritura, de la escritura del nudo. Lacan
propone es que no hay una sola escritura del nudo. En el nudo borromeo que
hicimos con Haydeé, no podríamos ubicar en lo espacial al objeto a. Pero
Lacan trabaja otras formas en donde se podría ubicar al objeto a. ¿Qué quiere
decir con esto? Que con la escritura, la forma de escribir, nos va a permitir
ciertas operaciones (inaudible), pero lo importante ahí no es sólo la estructura
sino la escritura de la estructura, que no es de cualquier manera, pero no es
única. Esto abre un campo inmenso en la clínica psicoanalítica, si pensamos
que en la clínica lo que hacemos es escribir y leer.
Dos observaciones más sobre este problema, si no es un modelo, tiene que ver
con lo que va trabajar más adelante sobre la figuración y la mostración,
tomando a Wittgestein. Otra problemática que va a plantear más adelante es si
los tres anillos son tres toros. Si fuera así, cómo se corta, qué significa cortar,
qué signfica pegar, qué significa el empalme. Cómo se hace para hacer eso.
Son problemas que van apareciendo a partir del desplegamiento del nudo
borromeo. Son problemáticas que no todas van a ser resueltas, algunas
quedan en el camino. Lo importante es siempre el tema del anudamiento
borromeo. Por ejemplo, en esta lámina, supone que lo imaginario es un toro.
Y las dos rectas al infinito, y el tema de por qué acá un círculo vale tanto como
una recta al infinito
Lacan plantea que este nudo que cumple con las funciones del nudo –que no
recuerdo si se los dije- que es la manera de anudar, en este caso lo simbólico
anuda a lo real y a lo imaginario, pasa por arriba del de arriba y por abajo del
de abajo, que es la manera convencional de anudar.
Les decía el tema de cómo está planteando Lacan lo real, en “La Tercera”, pero
prefiero por lo avanzado de la hora abrir el espacio para preguntas.
Elisa B.: es sobre qué dificultad o qué impasse percibiría Lacan en su clínica
para necesitar focalizar en el nudo.
D.S.: yo no creo que sea una escritura superadora. Planteo que es una
escritura, no que sea superadora. No sabría decir por qué Lacan la toma.
Tiene mucho que ver con algo novedoso, tiene que ver con la nueva teoría de
cuerdas, problemáticas que hacen a toda la matemática moderna, tiene toda
esa cuestión. Creo que le permite demarcarse del lingüista y trabajar algo de
lingüistería, en esa primera presentación. Como si dijera que no hace falta
que nos quedemos con la tétrada, podemos representarlo con la matemática.
Me parece que le viene como anillo al dedo. Creo que había una deuda con lo
imaginario, no había dónde ponerlo, en algunas cuestiones que hay algo que
Lacan ubica como equivalente -aunque no es tan equivalente- de los tres
registros. Si Lacan sufre de lo que dice Badiou que es el fenómeno del siglo
XX, pasión por lo real, la verdad es que no lo sé. Lo que me sorprende del
nudo es que lo real sea dos veces real, que el nudo tenga el estatuto de
presentación real por un lado y por el otro que tenga el registro de lo real. Pero
¿por qué tendría que ser real? ¿qué tiene de beneficio ahí lo real? No sabría
qué decir. Una escritura del nudo me parece que le permite a Lacan presentar
de forma sintética alguna de sus nociones, y sus intersecciones, que no tendría
por qué ser el nudo borromeo, es una escritura del nudo que le permite
presentar al objeto a, el goce fálico, el goce del Otro, etc. que le permite una
grafía que haría más presentable las dificultades del estudio de su texto.
Ahora, me parece que es una escritura.
Eduardo L.: respecto de eso que decías de por qué esa duplicación de lo real,
lo real al cuadrado. ¿No será para enfatizar que no hay real sin simbólico ni
imaginario? Lo real no es sin lo imaginario y lo simbólico.
D.S.: él lo dice de todas las maneras posibles. Me parece que no es así en los
efectos de la clínica de nudos a 25 años de la muerte de Lacan... no así en los
efectos.
---corte---
D.S.: (...) cómo trabajamos con algo del error: me equivoqué al anudar, no se
anuda de esta manera, pasé por abajo y tenía que pasar por arriba. En el
Seminario del sinthome va a trabajar algo que no se anuda borromeicamente, y
entonces ¿cómo lo anudamos borromeicamente? Y ahí aparece el sinthome.
El tema me parece es ver para qué nos sirve esta escritura. Los usos, bueno,
algo de los efectos tendrá que ver con una forma de escritura, los efectos no
son tan inocentes, lo que ha pasado con la obra de Lacan, nuestra pasión por
lo real, que no se entiende muy bien qué es lo real, no se trata de tocar el
hueso del cuerpo de nadie, eso no está en Lacan. No está en Lacan esa
pasión gocística, al menos no lo leo así.
Eduardo L.: quizás esa pasión por lo real de Badiou se relaciona con el
desarrollo de la ciencia...
D.S.: sin duda, creo que la discusión es con la ciencia, aunque él escriba “El
triunfo de la religión”. La discusión es con la ciencia pero el triunfo es de la
religión, y el problema del triunfo de la religión me parece que no es por fuera
del psicoanálisis.
Alfredo E.: hay ciertas verdades que no terminan de poder ser dichas, están
empujando y no pueden ser dichas, y es que no nos animamos a decir que hay
dos reales. Aunque ninguno de nosotros tendría problema en decir que hay
varios simbólicos. Por ejemplo, un caso de reanálisis de una paciente, su
analista anterior le interpretó que lo que le pasaba a sus padres (que eran
extranjeros) era porque eran de otro orden simbólico. Y se quedaron
tranquilas con que había varios simbólicos. Pero ¿por qué no nos animamos a
decir que hay reales?
A.E.: sí, pero nosotros no nos animamos a decirlo. Porque la pasión por lo
real, lo que acentúa es que sea uno.
D.S.: claro, es más, quien mejor define a lo real es Borges... con la poesía, lo
real no hace serie. Pero eso está dicho en Lacan, que no hay un real, en el
sentido de que no es universal.
A.E.: el nudo borromeo no es más importante que el grafo del deseo, pero
todo da la impresión de que sí. Como todo da la impresión de que sí, yo
quería proponer que intentemos digerir esa apariencia y que si hubiese
preguntas o intervenciones que quieran hacer, lo dejemos para el comienzo de
la próxima reunión. Yo voy a seguir con La Carta Robada. Pero podemos
continuar con esto al comienzo de la próxima, porque son cuestiones tan
presentes en nuestros análisis (...)
( ( ) )
β β δ δ
La idea que podría aportar, se acuerdan que la propuesta de David fue partir
del nudo borromeo por donde Lacan parte, que ya es un mundo, porque
habitualmente los lacanianos leen el nudo borromeo por donde Lacan llega, por
ese supuesto privilegio del punto de llegada que me parece que debe tener que
ver con el acabamiento hegeliano, que lo que está pendiente del ser en el
origen, se manifiesta en cierta dimensión de presencia constante en el
acabamiento. Con lo cual, lo que estaba y siempre estuvo, se presenta en su
acabamiento, y en ese sentido, por ejemplo Heidegger puede decir que toda la
metafísica occidental se acaba con Nietzsche, pero no en el sentido de que se
acaba porque se acabó –se terminó- sino porque logra su acabamiento al
terminar de realizar lo que estaba en el origen, pendiente de ser realizado pero
indicado. Esa es por ejemplo la posición de lectura de Heidegger respecto de
la metafísica occidental y Nietzsche, desde la idea de acabamiento.
Pero recuerden que David había trabajado una frase que él escribió así:
pero podría haberla escrito de otra manera, con coma y seguido, o con punto y
seguido, pero él lo escribió así.
El nudo borromeo en el sentido en que les decía recién, podría proponernos
una lógica –que yo sepa nadie la planteó- que a mí no se me había ocurrido
hasta que David me lo planteó a posteriori de la clase pasada, y es que siendo
que efectivamente hay una lógica que se puede desprender de cierre de la
cadena significante en forma de ocho interior, también podríamos pensar si
estas tres dimensiones como imaginario, real y simbólico, no podrían estar, no
podrían ser establecidas a partir de una lectura lógica de la cadena significante
como redondeles de cuerda. Y como redondeles de cuerda, indicar su
implicación recíproca no como pisos –como está indicado aquí- sino como
encadenamiento. Un encadenamiento del estilo por ejemplo, del nudo
borromeo. ¿Se entiende lo que estoy planteando?
El paso que nos estamos proponiendo investigar con David es, siguiendo la
aparición del nudo borromeo en la enseñanza de Lacan, como forma de leer
una frase, como si fuese la articulación de estas tres cuestiones. Los tres
registros en la cadena significante pero no así como pisos, sino como
redondeles de cuerda encadenados. Lo primero que habría que hacer es
probar si efectivamente hay articulaciones que podrían ser sostenidas en el
sentido del espíritu de lo que Lacan propone, o sea, si dentro del autor eso
puede ser dicho, Lacan no lo dijo y según lo que vimos con David no lo había
planteado nadie. La segunda cuestión es qué conveniencia tendría en la
clínica. La primer conveniencia que tendría en la clínica es que esto, los pisos,
nos guste o no nos guste, reproduce la profundidad.
I
R
S
El problema con la profundidad sería que caemos en el problema de la
psicología de las profundidades de siempre. Con lo cual, siempre una
presentación así tiene enormes desventajas. Porque es como si uno dijese
que esto es lo superficial y esto es lo más profundo, y si estamos en ese
argumento ya sonamos, pero es muy difícil no estarlo por cómo esto impacta
nuestra subjetividad y nuestra forma de leer occidental y moderna.
Con lo cual se ganaría muchísimo si uno pudiera plantear los tres registros
como propios de la cadena significante, que tiene la virtud de salir de la
suposición común –casi universal- entre los lacanianos y es que los tres
registros necesariamente son lo que Lacan dijo que son cuando los presenta
en el ’53: los registros esenciales de la experiencia, de la vida humana. Los
registros esenciales de la humanidad, con el problema que eso trae y es que
arma cosmovisión. Entonces podés hacer como Eric Laurent: explicar el
ataque a las Torres Gemelas con los tres registros. Que se puede hacer, pero
habría que ver si eso es una ventaja o una desventaja, si le conviene o no al
psicoanálisis, si alienta el trabajo en la clínica o no. No es que esté bien o mal,
hay que estudiarlo en función de la posición que uno asuma, y que arma
cosmovisión.
¿dónde está la cadena ahí? Con lo cual, lo que estamos trabajando con David
es ¿por qué no lo hacemos cadena y listo? Hagámoslo cadena, cadena
borromea, porque el nudo borromeo no es ningún nudo, es cadena.
La otra cuestión es que las dimensiones del espacio tienen todas la misma
estructura lógica, la cuarta dimensión tiene la misma estructura lógica que la
primera. O sea, si les preguntase a cualquiera que no tuviera conocimientos
matemáticos, qué es o qué se entiende con “cuarta dimensión”, ¿qué dirían?
Que no tienen la menor idea, que son cosas matemáticas. Pero no pierdan de
vista que la primera dimensión, es la misma idea matemática. O sea, que
tampoco sabemos lo que es, matemáticamente hablando, la primera
dimensión. Físicamente hablando, la estructura lógica de todas las
dimensiones es igual. La séptima es igual a la segunda. Que es, por ejemplo,
uno de los primeros trabajos para responder a este problema desde la
perspectiva de la matemática moderna, a principios del Siglo XX, es el trabajo
de Poincaré que Lacan recomienda y es por qué el espacio tiene tres
dimensiones. Es un trabajo matemático, y ahí Poincaré establece que la única
forma de establecer lógicamente cuándo uno tiene una dimensión, y es porque
una dimensión aloja un corte. Entonces, el punto carece de dimensiones
porque no se puede cortar, la línea tendría una única dimensión porque se le
puede aplicar sólo un tipo de corte, el plano tendría dos dimensiones porque se
pueden establecer dos tipos de corte. Con lo cual, para colmo, vean que
recuperamos algo que sabemos que tiene algo que ver –pero no sabemos por
qué tiene que ver- y es que la cadena significante en su operación clínica,
Lacan propone salir de cómo estaba hasta su época la lógica de la
interpretación, para pasar a entender interpretación como corte. Eso me
parece que no fue entendido, me parece que se entendió que Lacan dijo “basta
de interpretación porque la interpretación no sirve para nada, hay que cortar”.
Entonces los analistas empezaron a decir “bueno, dejamos aquí”. “Y le corté la
sesión”, de hecho me parece que es muy evidente que cortar la sesión en el
99% de los casos no es cortar nada. Y si por cortar la sesión algo se produce,
habitualmente es que el paciente no vuelva. Se corta el tratamiento. El corte
como interrupción, no sirve para nada. Con lo cual, lo que Lacan proponía es
que empezáramos a entender que la interpretación, para que vuelva a tener su
alcance eficaz en la clínica, debería ser pensada como corte. ¿Y eso qué
significaría? Podría, ahora, empezar a servirnos para pensar que un corte,
correctamente establecido, consistente con el material, establecería una
dimensión. Que los cortes podrían ser aquello que introduzca en el material,
simbólico, imaginario y real. Pero no que pre-existen porque son las categorías
del mundo, que propuso el filósofo Jacques Lacan. Existe el filósofo Jacques
Lacan, y propone las tres categorías para el mundo, pero no sé por qué
tendríamos que tomar eso cuando hay también otras cosas de Lacan, tenemos
que elegir.
Comentario: el corte en todo caso sería en esa posibilidad de armar las tres
dimensiones como enlace de la cadena y no como dimensiones de
profundidad, justamente donde el corte tendría que ver con interrumpir un
discurso que viene por el lado de lo imaginario para introducir...
Ese trabajo de Poincaré que les mencionaba está en un libro que se llama
Ultimos pensamientos, inhallable, si quieren se los paso. No sólo Poincaré,
sino otros autores que he leído que tratan sobre dimensiones espaciales, por
ejemplo Ian Steward –que se los recomiendo muchísimo- escriben libros para
que los papás puedan ayudar a los chicos cuando les enseñan geometría no
euclidiana en el colegio. Él dice que topológicamente hablando, las dos
primeras dimensiones, son evidentes, pero la tercera no. Nunca lo entendí.
Si hay algo que es seguro, es que donde más seriamente se estudian las
dimensiones del espacio, que es en física y en matemática, seguro que la
intuición kantiana no opera. Eso es seguro: que no sabemos lo que es una
dimensión espacial, seguro que no lo sabemos por intuición, porque no tienen
que ver con la intuición.
Ahora vamos a trabajar este sector de la cadena significante, que para que nos
ordenemos con el texto es a partir del versículo 16 de “Paréntesis de los
paréntesis”. El tema fundamental, voy a trabajar los cuatro o cinco aspectos
que encontré referidos por Lacan en la cadena, en el fuera de paréntesis, fuera
del entrecomillado, y me parece que para el estado de discusión actual en
psicoanálisis, tal como soy capaz de establecerlo, el concepto sobre el cual
quiero hacer hincapié porque me parece el más importante es sobre “rasgo
unario”. Porque Lacan va a designar a estos 1, “rasgo unario”.
“Lo que queda afuera de las comillas representará el campo del Otro (A del
esquema L). Allí domina la repetición, bajo la especie del 1, rasgo unario, que
representa (complemento de la convención precedente) los tiempos marcados
de lo simbólico como tal.”55
Ello icc
0 1
a pesar de que hay 0 y 1 de ambos lados, que Lacan establece una convención
para escribir 0 de este lado y 1 del otro, la convención precedente es la de los
55
Lacan, J. (1988) Escritos 1, “El seminario sobre La Carta Robada”, Paréntesis de los
paréntesis. Pág. 49. Buenos Aires: Siglo XXI
0, recuerden los 0 mudos del silencio de las pulsiones. Pero a esto lo llama
rasgo unario [a los 1, fuera del paréntesis redoblado]. Me parece que para decirlo
por ejemplo en términos de Milner y El periplo estructural, una discusión de las
que hay en Occidente, sostenidas en el transcurso de la historia de Occidente,
que podrían ser planteadas como entre tres, entre cuatro o entre cinco, es la
oposición entre physei y thesei, o sea lo que es según naturaleza o lo que es
según convención, physis y thesis, lo que es según naturaleza o según
convención. A partir de Nietzsche, Marx y Freud, se termina de imponer una
versión de lo humano como biológico. A partir de estos tres autores,
fundamentalmente como hacedores de opinión en Occidente, se termina de
establecer que lo más propio y específicamente humano es lo biológico. ¿Por
qué? Si lo quieren en Marx, el mejor lugar donde lo pueden leer es en La
condición humana, de Hannah Arendt, un libro viejo, que está muy en boga
ahora. Que plantea cuál es según ella la condición humana, y el argumento es
distinguir entre labor, trabajo y acto. Y dice que lo humano solamente adviene
cuando hay acto, y aclara que acto para ella es discurso y palabra, o sea que
para nosotros es fuertemente importante. Y ahí hace una crítica extensísima y
clarísima, inobjetable, de Marx. Porque Marx, con su concepción de la
economía consolida la versión del hombre fundamentalmente entendido como
ente biológico, porque para Marx la clave de toda la economía es que el obrero
–para colmo miren cómo lo llama Marx: animal laborans, animal laborante-
produce una mercancía en una ecuación que no hay que perder de vista y que
es la cantidad de horas que producir esa mercancía le lleva, en función del
tiempo que le lleva producir además la cantidad de trabajo que le permita
alimentarse, a sí y a los suyos, y descansar. Esa es la clave de la economía
científica marxista donde verán que directamente el hombre es un animal, ahí
no hay diferencia. Y los marxistas, de ahí en más, consideran que la plusvalía
es el exceso que se queda el capitalista de la fuerza de trabajo –observen de
vuelta que es “fuerza” de trabajo, que fuerza es lo que también encontramos en
los animales. Si ustedes quieren, para pensar problemas del estilo de la
transferencia, habría que distinguir fuerza –la del animal-, poder –poder de
policía- y autoridad, por ejemplo como la que puede llegar a tener un analista
en transferencia. Pero fuerza nos queda del lado del animal, ¿no se dice
“fuerza bruta”, acaso? Entonces, observen que en Marx, toda la economía y la
revolución es concebida a partir del animal laborante. Y a partir de Hannah
Arendt hay que preservar la distinción entre laborante y trabajador.
En Freud, obviamente es indudable, lo mejor que encontré para leer es
Destinos personales de Remo Bodei, donde hace una crítica concreta, es
increíble el trabajo que hace, también hay un libro de divulgación que es un
libro de entrevistas y se llama El Dr. Freud y los nervios del alma, ya me parece
que está todo dicho, ya que a Freud es al primero que se le ocurrió que el alma
podía consistir en vínculos de nervios, la tripa, la pulsión. Destinos personales
es el tercero de otros dos que no están en español todavía, están en italiano.
Sigue viniendo mucho material de calidad de filósofos políticos italianos, se
nota que se armó una escuela ahí poderosísima. En Freud, indudablemente,
lo que Freud levanta como problema es el problema de la conciencia, o sea,
¿qué da unidad al ser humano? Freud en su correspondencia dice que lo
impactó y lo ayudó muchísimo el libro sobre inteligencia de Taine. Empieza a
advenir un problema que es que lo que se establece es que la conciencia no es
continua, es discontinua. Lo que nosotros hoy llamamos conciencia,
automáticamente despierta la idea de subconciente. Porque yo no tengo ahora
en mi conciencia todo lo que yo sé y conozco simultáneamente presente. Si no
hacemos un pequeño esfuerzo, no tenemos la tabla del 9 en la cabeza, hay
que empezar a hacerla, y viene. Entonces se empieza a establecer el
problema para pensar lo humano debido a que el yo-conciencia no puede dar
unidad porque no es constante. Empecemos por el “pienso, luego existo”.
Bueno, ¿y mientras no pienso? Se empieza a producir el problema de la
discontinuidad de la función pensamiento, de la función yo, de la función
conciencia. Y empiezan a aparecer autores que hablan del yo dividido, antes
de Freud y antes de Lacan. Más aún, empieza a haber autores que escriben
“Es denkt”, ello piensa. “Ello piensa” es anterior a Freud y a Groddeck. Ya
estaba instalado en la cultura que no puede ser que se siga sosteniendo que
soy yo el que piensa todo lo que vinculado a mí se piensa, porque mi yo es con
interrupciones temporales. Entonces empieza a aparecer el problema de la
voluntad. Lo que da continuidad es la voluntad. Y voluntad, es voluntad ¿de
qué índole? La voluntad de Schopenhauer, pero que no empieza con él,
Schopenhauer le da el cierre, ¿de qué índole es la voluntad, es voluntad de
qué? De vivir. Y por eso, voluntad de vivir también hay en plantas y animales.
Es el impulso de lo vital, y esto sí es continuo, salvo en casos patológicos como
el suicidio. Pero no hace falta que yo-conciencia-pensamiento cuide todo el
tiempo en mí la voluntad de vivir, porque siempre mis células funcionarán
vitalmente. ¿Y por qué mis células funcionan vitalmente? Porque ellas quieren
vivir. Y yo, como soy un conglomerado de células, también quiero vivir. ¿Se
entiende? La noción de voluntad es voluntad de vida. La vuelta la da
Nietzsche cuando propone la voluntad de poder, pero si ustedes leen
Nietzsche, van a ver que les va a quedar absolutamente biologizado el
argumento, es la gran polémica con Nietzsche, si sí o no, la base de todos sus
argumentos –que son bastante confusos y la voluntad de poder fue utilizada
póstumamente sacada de pedazos de cualquier lado, Heidegger propone
reorganizar su obra, etc.- pero más allá de la polémica, si leen la voluntad de
poder y sobre el nihilismo europeo y demás, van a ver que para Nietzsche es
muy evidente que esto es propio de la sustancia viva. Con lo cual, vean que
empieza a producirse en Occidente a partir del siglo XIX y fundamentalmente
del XX, una concepción de lo humano, de la condición humana, como
caracterizada por lo biológico. Pero que lleva obviamente a que si es lo
biológico lo que caracteriza a lo humano, ¿cómo podremos conseguir
diferencias entre los seres humanos? Biológicas, y ahí viene la raza y los
racismos modernos, la eugenesia, los genes. Y empezarán a surgir
movimientos –que ya los hubo pero nunca con la suma total del poder- que
empiezan a postular que hay hombres verdaderos hombres, por su condición
biológica, la raza. Y hay otros hombres, que no fundamentalmente por lo que
hicieron, sino que por su raza, no serán hombres, serán ratas o cucarachas. Y
empieza a surgir toda una literatura que da cuenta de que un tipo un día se
levante y sea cucaracha, La metamorfosis de Kafka, un tipo que había peleado
en la Primer Guerra por Alemania, que su padre fue un general prusiano, un
buen día se da cuenta de que deja de ser alemán, y hasta deja de ser hombre,
porque las diferencias entre los hombres pasan a ser por el cuerpo.
Pero es todo mi tema con el goce. Me parece que el tema del goce sigue en
esta línea, el goce sigue pensando a lo humano vía lo biológico. Que la cultura
va hacia ahí y que no se puede evitar, es obvio. Tuve una entrevista con
padres por un pacientito, los entrevisté unas cuantas veces, ellos se mataban
entre sí, hasta que el papá se enojó mucho con la mamá en la entrevista
conmigo, y le dijo “pero acaso eso (que le iba bien en el colegio) ¿no es bagaje
genético mío?” Y la madre no se escandalizó, porque ella también creía que
era genético. Y es el problema con las adopciones en la actualidad, por qué la
gente se desespera por tener hijos biológicos. Se hacen 162 implantes, in
vitro, congelan óvulos, etc. ¿Por qué no adoptan? Está bien que en Argentina
es difícil. Digo, me parece que hay una desesperación porque sea carne de mi
carne. ¿Por qué? Porque se quiere que sea hijo de uno. Y para hoy, “hijo de
uno”, por esta lógica hacia la cual corre Occidente, es “carne de mi carne”.
La dificultad de la adopción se puede ver desde otra perspectiva: piensen en la
desesperación del niño adoptado por ir a la búsqueda de la que fue su madre
biológica. Primero averigua si no es hijo de desaparecidos, si no es, empieza
la terrorífica pregunta de ¿y por qué ella me entregó? Y es una pregunta que
solamente se justifica con “carne de mi carne”. No solamente la estructura
lógica de la pregunta sino también lo que la motoriza. Uno podría decirle, pero
tu mamá, la adoptiva, ¿fue buena o mala madre para vos? No, fue buenísima.
¿Y vos te sentís plenamente hijo de ella? Sí, bárbaro, pero mi pregunta es... y
ahí insiste. ¿Por qué le interesa tanto esa pregunta? Porque para nosotros
todo corre mucho hacia el lado de la carne. Ese es un movimiento occidental
consolidado fundamentalmente por Marx, Freud, Nietzsche, son los autores
que todos citan para dar cuenta de cómo se consolida a nivel de la reflexión en
occidente el problema de lo biológico. Mi impresión es que hay que dar
discusión a qué lleva eso en la comunidad, en la sociedad, a qué lleva eso en
el vínculo entre las personas, por ejemplo, la desesperación por la cuestión
estética. ¿Recuerdan la película Brasil? En que la vieja esa no paraba de
hacerse cirugías. Es una película de hace 30 años que pescó muy bien la
cuestión. Porque la desesperación es que si lo humano está en el cuerpo, el
estado de lo humano es el estado del cuerpo, o sea mi belleza es la belleza de
mi cuerpo. Hacia eso corre nuestra cultura. La pregunta es: ¿el psicoanálisis
también debe correr hacia ese lado? Aunque nació con el movimiento de
Freud de los nervios del alma, de las pulsiones de las tripas, del manantial del
cuerpo, de la exigencia de trabajo que lo corporal el da a lo anímico, aunque el
psicoanálisis haya surgido según Freud de ese movimiento, nosotros
¿debemos seguir en ese movimiento? Ese es el problema que yo planteo
cuando critico el estatuto que actualmente tiene el goce en psicoanálisis
lacaniano. Porque me parece que es el nombre moderno en psicoanálisis de
ese estado de situación. Que no es fundamentalmente si physis o thesis, sino
que indudablemente para todo es physis. No se distingue más, lo fundamental
es el goce del cuerpo. Creo que hay que discutirlo, en el sentido
fundamentalmente de qué conviene para la posición del analista.
Bueno, cita de Lacan del Seminario 9, clase IV, justo en la mitad de la clase
dice:
“esto es para introducirlos a lo que hace a la esencia del significante del que no
por nada ilustraré lo mejor de su forma más simple, que es lo que designamos
desde hace algún tiempo como el einziger Zug. El einziger Zug, que es lo que da
a esta función su valor, su acto y su pertinencia, es lo que para disipar lo que
podría quedar aquí de confusión, necesita que introduzca para traducirlo mejor
y de más cerca, este término que no es un neologismo56 y se emplea en la
denominada teoría de conjuntos, es el término unario.”
Es increíble. ¿Acaso Miller no leyó? No, lo que pasa es que lo fuerza. Lacan
dice que no es un neologismo, y que él traduce –para darle todo el estatuto al
einziger Zug en la clínica psicoanalítica- einziger Zug por rasgo unario. Les
advierto que no es un neologismo –está publicado- ya que está en el
diccionario. Lo más increíble es que Miller no se haya fijado en el diccionario
francés. Unaire. No es un neologismo, es de teoría de conjuntos. Pero
entiendan cuál es el problema de Miller: que Miller tiene que atacar que sea de
teoría de conjuntos porque la teoría de conjuntos no nace del Uno. Nunca,
nunca la lógica de teoría de conjuntos nace del 1. Con lo cual, Miller tiene que
atacar que sea de teoría de conjuntos y tiene que establecerlo,
consecuentemente con su posición, como neologismo. Y en el diccionario, si lo
buscan, advierte además que hay escrituras hechas en base a rasgos unarios
que no son de la teoría de conjuntos y que son este tipo de escritura, palotes:
56
el subrayado es de A.E.
Este me parece que es el problema de Lacan, es lo que contó David, el escudo
de la familia Borromei Lacan lo conoció casualmente, se lo encontró porque
alguien le contó que existía. Y a la vuelta de un viaje cuenta que fue a un
museo y vio un hueso en una vitrina con unas rayitas. Y dijo que eran las
rayitas que hace el cazador cada vez que caza una presa. Y evidentemente he
ahí el rasgo unario, dice en el Seminario 9. Me parece que estudió poco el
problema. Porque si lo hubiera estudiado más, se hubiese encontrado con
esto, que es lo que hace el preso en la cárcel, luego de 6 rayas, traza la raya 7
oblicua, que significa una semana. El palote que cruza, ¿es o no de la misma
índole de los que están verticales? Es un problema.
“...neologismo que sirvió a Lacan para dar un valor distinto a einziger Zug,
expresión que halló en Freud y que es un hápax.”
“Hápax legomenon: con este término (en griego) se designa todo rasgo
lingüístico que se documenta una sola vez.”
Un poquito más, para que no crean que es sólo delirio mío, somos varios los
que deliramos parecido. En Los signos del goce, de Miller, página 38,
encontrarán el siguiente párrafo:
“No sé si esto les hace pensar en algo... El cariño que siento por los
neoplatónicos se debe al hecho de que gracias a su Uno tuvieron cierto número
de problemas que se relacionan con aquellos que Freud y Lacan –nuestro
Platón y nuestro Plotino- nos dejaron.”
¿Ustedes sabían que Freud y Lacan eran nuestro Platón y nuestro Plotino? Es
sorprendente. No sé si saben quién es Plotino. Hoy vamos a tener un poco de
Heráclito, un poco de Parménides. Un poquito de Plotino, porque me parece
que hay cuestiones que vamos a tener que discutir. Una cita más de Miller,
pág. 40 del mismo libro, en un apartado que se llama “Hacer Uno”:
“No obstante, y para ser más claros, debemos decir que, en realidad, sin lo Uno
no se puede pensar ni plantear ni operar con el sujeto en el psicoanálisis.”
Se dan cuenta cómo entonces la teoría del Uno, pero entendido como un solo y
único Uno, el hápax, esa huella imborrable en la cual consiste el inconsciente.
Busqué la cita pero no la encontré, pero hay en Freud un problema que
asemeja a esto. Y es que para Freud, cuando el niño recién nacido abre los
ojos, tiene una sensación y de esa sensación se produce una marca, una
huella en las neuronas. Luego viene otra sensación y produce otra, y luego
otra y otra. Y a partir de allí, se empiezan a producir asociaciones. Y Freud
dice que esas asociaciones se establecen por azar, la única lógica que hay es
el azar. ¿Cuál azar? El de haber experimentado primero una cosa y luego la
otra. O sea, el bebé está tomando la teta, siente que satisface su hambre y se
inscribe la vivencia de satisfacción. Tenemos la huella mnémica del hambre y
la huella mnémica de la leche, y todo junto es lo que Freud llama vivencia de
satisfacción. Pero si en ese momento se produce un portazo por el viento y un
sobresalto, entonces se produce la huella del sobresalto. El vínculo entre
hambre, alimento y sobresalto, es absolutamente casual para Freud. Estaba
buscando la cita porque efectivamente es el punto donde ciertos argumentos
de Freud se articulan, porque efectivamente se parte de un Uno y luego se va
produciendo la serie de asociaciones.
Conferencia “Teoría de los Goces”, septiembre del ’81, pág. 149, 150 y 151 del
libro Recorrido de Lacan de J.-A. Miller.
Vayan acentuando bien el “sí mismo”. Si hay algo que sea Uno, la virtud de
que sea Uno es que sea idéntico a sí mismo, o sea, que para que no lo sea,
tiene que haber Otro.
“Se nos obliga a tener relación con e Otro, lo cual indica de entrada que el goce
no es el goce del Otro, que puede, en primer término, ser el goce del Uno
mismo.
“En todos los esquemas de los nudos que Lacan multiplica en su última
enseñanza, sin embargo, el goce del Otro permanece vacío. En oposición al
deseo, el goce es una categoría que se basa en lo Uno.”
“...procediendo por la vía de ir a los textos sobre del afecto, acabamos de ver
que, respecto de lo que pensamos nosotros los analistas, no hay quién sea
claro. Hay ahí algo profundamente insatisfactorio y que constituye una
objeción suficiente. En efecto, es exigible al título que sea, que satisfagamos
cierto ideal de reducción simple. ¿Qué quiere decir esto? ¿Por qué? ¿Por qué
desde el tiempo en que se hace ciencia, ya que estas reflexiones se apoyan
sobre algo muy distinto, y el campo es mucho más vasto que el de nuestra
experiencia, por qué se exige la mayor simplicidad posible?”
“¿Por qué lo real sería simple? ¿Qué puede permitirnos suponerlo siquiera un
instante?”
ahí pareciera que va hacia “no”... parece que nos está llevando a que lo real
no es simple, a por qué tendría que ser simple. En la versión vieja del
seminario hay alguna diferencia de palabras, unas cuantas, pero no de sentido,
así que este es un problema en Lacan. Observen cómo sigue:
¡Entonces lo dice! Pero ¿se acuerdan de la cita que les leí de Lacan sobre
rasgo unario? ¡No dice eso!
“esto es para introducirlos a lo que hace a la esencia del significante del que no
por nada ilustraré lo mejor de su forma más simple, que es lo que designamos
desde hace algún tiempo como el einziger Zug. El einziger Zug, que es lo que da
a esta función su valor, su acto y su pertinencia, es lo que para disipar lo que
podría quedar aquí de confusión, necesita que introduzca para traducirlo mejor
y de más cerca, este término que no es un neologismo y se emplea en la
denominada teoría de conjuntos, es el término unario.”
No era eso lo que estaba diciendo. Supongamos que tenemos varios tipos de
significantes. ¿Cuál va a decir Lacan que es el rasgo unario? Aquel de esos
significantes que sea el más simple. Está hablando de un tipo de significante,
no de una característica esencial de todos los significantes. Es una enorme
diferencia, y va a decir que el más simple de todos los significantes, es el inicio
del sujeto. Quiere decir que todo el sujeto comienza a partir de la posibilidad
de establecer un significante, que es el más simple. Pero ¿entienden por qué
puede ser el más simple, aquí? Porque como es el inicio, todavía no se
complejizó con la diferencia que va a tener con los otros. Es simple porque es
del inicio
y aquí vienen una inflexión. ¿Se acuerdan los que participaron del curso
“Lacan y Freud” o “Lacan o Freud”? Ahí yo les había propuesto que estaba de
acuerdo con Miller cuando Miller decía que no había una teoría de Lacan sino
que había una enseñanza. Ya no estoy más de acuerdo con Miller. Es muy
difícil moverse en psicoanálisis, es tener manteca bajo los pies. Miren lo que
sigue diciendo Lacan:
“...en el principio era el rasgo unario. Todo lo que es enseñable debe conservar
el estigma de este initium ultra simple. Es lo único capaz de justificar para
nosotros el ideal de simplicidad.”
¡Ah! Les leo el párrafo de vuelta. Parecía que estaba hablando de lo real, ¿por
qué lo real sería simple? Por nada, salvo porque para establecer el inicio de un
sujeto, hace falta establecer un inicio ultra simple, que es el rasgo unario,
entonces dice que en el comienzo no es la acción, en el comienzo no es el
verbo –la palabra- sino que en el comienzo es el rasgo unario. En el mismo
párrafo sigue diciendo:
“Todo lo que es enseñable debe conservar el estigma de este initium ultra
simple. Es lo único capaz de justificar para nosotros el ideal de simplicidad.”
Entonces, no está diciendo que las cosas sean así, sino que es para enseñarlo.
Por una enseñanza. ¿Entienden lo que quizás esté queriendo decir? Que
como nosotros somos tarados, él no puede decirlo de otra manera, porque
tiene que enseñarlo, y siempre que hay una enseñanza tiene que postularse un
inicio. Pero eso es un déficit de la enseñanza, no de las cosas. ¿Aceptan esta
salvedad? Vean cómo sigue:
Ahí ya no sostiene más el rasgo. Ahí sostiene el campo del significante. Sigue
peor:
““...porque que fue con este aparato del rasgo unario como se constituyeron
como sujetos.”
Entonces Lacan dice que para que haya una enseñanza, para que haya un
maestro –y si hay maestro, hay alumno- tiene que postularse un comienzo ultra
simple, eso es para que haya enseñanza. Pero no es que Lacan diga que las
cosas son así. Lo que Lacan dice es que antes de que haya sujeto ya tenemos
la presencia del Otro, la presencia completa del campo del significante. ¿Se
entiende el problema? Hay una vacilación en el texto de Lacan donde parece
que por un lado dice que efectivamente por un lado dice que se parte del rasgo
unario como sostiene Miller, que todo sujeto se inicia en una marca, que Lacan
no dice que sea imborrable, eso lo agrega Miller, pero me parece razonable
que digamos que es borrable o que no es borrable, Lacan no dijo nada pero
Miller aporta –por su clínica o por su análisis, no sé- y fuerza a que esa marca
sea imborrable.
Ahora, Lacan dice que eso es necesario de ser postulado así tan sólo porque
hay enseñanza. Porque hay algo que no se puede transmitir en ninguna
enseñanza y es que antes de todo sujeto está el aparato del rasgo unario, el
campo del significante, la presencia completa del Otro.
Si me permiten, sigo un poco más:
“... A veces en un análisis hay algo que es anterior a todo lo que podemos
elaborar y comprender...”
“... voy a empezar indicándoles a este respecto, cierta relación a la que hasta
ahora no he hecho más que darles una imagen. La última vez les recordé esta
imagen con el dibujo evocado una vez más por mi presencia, muy modesta y
llena de embarazo, frente a la mantis religiosa gigante. Pero ya les dije algo
más al precisar que eso está relacionado con el deseo del Otro. A ese Otro
con mayúscula, antes de saber qué significa, mi relación con su deseo cuando
estoy en la angustia, lo sitúa de entrada en A mayúscula, para acercarme a su
deseo retomaré la vía que ya he abierto, y es que he dicho ya que el deseo del
hombre es el deseo del Otro.”
Otro A xyz
Y que antes que cualquier sujeto, antes de todo sujeto, hay lugar del Otro (A) y
Otro que se ubica en ese lugar, con lo cual, el inicio de todo sujeto es imposible
de ser planteado, porque nosotros no podemos establecer, dado el lugar del A
y la existencia del Otro que encarna este lugar, dónde comienza el sujeto.
Hace 15 ó 20 lo trabajábamos con mucha más sencillez, cuando decíamos que
nomás con haber elegido el nombre, y aún el niño no había nacido –o sea, no
había ni cuerpo propio ni goce- ya había comenzado la condición subjetiva, en
aquello que estaba cifrando ese nombre o -más sutilmente- en lo que significó
en la economía de esa pareja el establecimiento de ese nombre, o sea, qué
guerra hubo o qué conflicto, o qué solución pacífica para la elección de ese
nombre. Lo que estoy queriendo decir es que si ese nombre fue puesto es
porque otro fue rechazado. Si un niño lleva el nombre del abuelo paterno –aun
antes de que hubiera embarazo alguno- ¿no está ya el problema de por qué no
el nombre del abuelo materno? ¿Por qué el nombre de un abuelo y no del otro?
¿Hay posibilidad de establecer un comienzo ultra simple, si no es por el
cuerpo? Ahora, si es por el cuerpo, ¿estamos seguros que lo que estamos
diciendo es absolutamente humano? Si proviene del cuerpo propio, si el goce
es Uno –porque proviene del cuerpo propio- y ahí, aunque no se dice, se
deduce que porque es Uno, el cuerpo propio es Uno. De hecho, piensen
mucho en “cuerpo” porque es la metáfora fundamental para decir cuando un
conglomerado se convierte en Uno. Después de la caída de las soberanías y
empezaron las democracias en Occidente, apenas empezaron las democracias
la metáfora más consistente para hablar de lo social era hablar del cuerpo de lo
social, porque cuerpo indica precisamente eso: lo que hace Uno.
Pero cuando nosotros trabajamos supuestamente con el texto de Lacan, si
fundamos que lo humano proviene del goce del cuerpo, ¿estamos seguros que
es lo humano? ¿O estaríamos diciendo como creo yo que dicen Freud, Marx,
Nietzsche y es que somos sustancia viva, y depende de con qué se encuentre
la sustancia viva se irá orientando entre humano o animal? Pero planteado así,
vean que se puede volver siempre a animal. Cuando se dice que alguien es un
animal, ¿qué se quiere decir? Que ha retrocedido en la escala hasta aquello
que está en la base de todos nosotros. Me parece que en este tipo de
argumento está gran parte del problema del psicoanálisis en general y es cómo
nos posicionamos nosotros respecto de lo humano. Ahora, el problema no es
sólo si lo consideramos un derivado de la sustancia viva, de la voluntad de vivir,
que por nuestra capacidad cerebral, como somos capaces de hablar nos
convertimos en animales hablantes –como dice Miller en el texto que cité-
¿nosotros somos animales hablantes? O lo humano, como por ejemplo la
negatividad hegeliana, surge por la tachadura de esto [naturaleza]? Es una
posición que hay que asumir. Pero en paralelo con esto, lo que nos permite
pensar es el problema del origen. No del origen animal o no animal de lo
humano. Si el origen de lo humano no es animal, entiendan que si adviene un
sujeto y antes hace falta Otro y A, eso significa que para la persona que ocupó
el lugar de A, se reproduce la cuestión para atrás:
Otro/A Otro/A S
Vacío
D.S.: sí, pero instala la posibilidad de que se arme una cadena y no el Uno
original...
A.E.: por eso digo, me parece que arma posiciones clínicas. “Yo soy huérfano
de madre y padre y me crié en un orfanato, ¿estoy sonado, no?”. ¿Qué
contestan? Me parece que hay que contestar que no, al menos la posición
ética que yo asumo frente a esos argumentos, aunque no me pueda explicar
bien, yo tiendo a decir que no, ¿por qué? Puede salir de un orfanato alguien
que salió a robar, a drogarse y a los 15 años ya estaba muerto, tanto como
alguien que trabajó, se casó, formó una familia y es un buen padre. ¿Por qué
no? Si yo me los imagino, ya los hay. ¿Por qué no? Pero si estamos diciendo
que no, ¿qué sería una huella imborrable en el origen? ¿Algo del cuerpo?
Pero ¿qué del cuerpo?
Les propongo reconvertir nuestro diálogo: yo no estoy hablando de lo que se
puede o no se puede hacer. Si me preguntasen a mí si alguien –con la
problemática que sea- se puede curar en análisis, si me lo preguntan en serio,
la verdad es que no sé. Tengo muchas dudas en serio, de si algo puede ser
sustituido por otra forma. Pero digo ¿cuál es la posición que hay que asumir
como analista frente a eso? ¿Qué es lo que hay que ofertar como chance o
posibilidad? No sé a dónde vamos a llegar, si vamos a llegar a puerto, o en el
camino cuál será el puerto, no sé efectivamente dónde vamos a llegar, pero
¿cuál es la posición del analista? En el sentido de si algo puede tipificar
posición del analista en el sentido de nuestra clínica.
Comentarios inaudibles
A.E.: depende de la actitud que uno tenga. Si es del goce es Uno y es del
cuerpo, y hay una huella imborrable de la cual el sujeto nunca se va a
desembarazar, la dirección de la cura es amigarse con eso. Y miren que no
estoy diciendo esto porque lo saque de la galera sino que están sacados de
textos de colegas... y después te agregan el “sinthome” y ya no sabés qué
cuernos están queriendo decir... ¿qué será el sinthome? Pero digo,
“amigarse”... porque si es Uno, es del cuerpo, y en eso consiste él... ya está.
La dirección de la cura sería muy clara: de eso, de lo que le molesta,
terminaremos que sea lo menos posible. Es una dirección de la cura muy
precisa. Ahora, eso no habilita decir ¿por qué tendría que ser esto? ¿por qué
usted tiene que ser eso? ¿por qué usted tiene que ser una única cosa? “No,
porque desde mi infancia...” ¿Y qué tiene que ver? “Desde que me acuerdo
esto es así”. ¿Y? ¿Quién le dice que esto comenzó en el momento en que
designa “desde que me acuerdo”? ¿Y si esto tiene tres generaciones, y no es
más que el resultado de una máquina muy compleja, de un montón de
engranajes, que podríamos empezar a moverlos y a tocarlos, porque son tres
generaciones? Pero después tenemos muchos problemas. La virtud de Miller
es que tiene una enseñanza. Y Lacan dice que toda enseñanza se funda en
decirles a los alumnos que hay un comienzo ultra simple. Pero me parece que
eso da una posición en la clínica. ¿Y si no? Porque eso es si hay origen, pero
si no hay origen, entonces uno puede ir elevándose, pero ya no es el cuerpo
propio. Ahora, si no es el cuerpo propio, la pregunta es ¿qué hacemos con el
goce y la pulsión? ¿Hay que dejar caer a Freud? Uno podría decir que sí,
hasta incluso decir ¡abajo Freud! Pero ¿hay psicoanálisis si cae Freud?
¿Entienden el problema, no? ¿Hay psicoanálisis sin Freud? ¿Es concebible un
psicoanálisis sin el esfuerzo de trabajo que el cuerpo le impone a los psíquico,
o ya es otra cosa? Como Anna Freud, que hizo la psicología psicoanalítica del
yo.
pero Lacan dice parlêtre ¿por qué dice parlêtre? ¿Qué quiere decir?
Comentario: el hablanteser.
A.E.: hablanteser, con lo cual tenemos que empezar a pensar otra modalidad
del ser, que ya no tenga que ver con el ser vinculado a como lo pensaron por
ejemplo Freud, Nietzsche, Marx, que está esencialmente vinculado a la función
corporal. Ustedes me dirán ¿por qué? Porque quizás Occidente, el Occidente
de los últimos 300 años, sea donde lo humano, por correr hacia el individuo,
necesariamente corre hacia el cuerpo, eso es nuestra cultura. ¿Qué se puede
hacer contra eso? Nada, porque estas cosas nadie las hace, nadie las impide,
nadie las crea, nadie las evita. Ahora, lo que pregunto es ¿cuál es la posición
que nosotros queremos darle al psicoanálisis en relación a esto? Podría ser en
el mismo sentido, si lo dicen en el mismo sentido, tendrá muchos adeptos.
Haydeé Montesano: como ya había anticipado Alfredo, voy a tomar para hoy
lo que podríamos ubicar como las críticas a la formalización matematizada en
psicoanálisis. Me parece importante comentarles lo que fue produciendo esta
búsqueda para organizar una presentación que permitiera desplegar las
formulaciones críticas de modo coherente, transitable, propio de este ámbito.
Y la dificultad es que pareciera que más allá de las voces que se alzan
cuestionando la utilización de la formalización matematizada, de la articulación
de lo matemático al campo del psicoanálisis, digo, más allá de esas voces
resulta bastante difícil ubicar algún planteo o cuestionamiento que tengan cierto
orden, que estén sistematizados de alguna manera, como para poder ubicar
argumentos o cierto tipo de planteo que sitúe la razón de la crítica, y que por
otra parte, como todo planteo crítico, también debería contraofertar otra
posición o alternativa. Y me imagino cosas que para todos serán conocidas o
habituales, desde el decir por ejemplo que alguien no se siente cómodo
utilizando modelos matemáticos, o que es ajeno a su propia subjetividad, o aún
en aquellos casos donde se lo plantea como muy ajeno al campo de la
subjetividad, tampoco pareciera quedar fuertemente argumentado.
Sin embargo, a pesar de esto que les comento como un dato que me parece
que ya habla de la posible posición crítica, tal vez sea cierto, porque
matematizar siempre indica cierto orden, cierta condición de justificación, y tal
vez aquello que sencillamente se le opone no se ve obligado o convocado a
generar campos argumentativos. Pero sin embargo, a pesar de eso, sí fue
posible localizar al menos dos posiciones dentro del psicoanálisis, la de Juan
Bautista Ritvo, quien no sólo plantea su objeción a lo que él llama cierta
obsesión en Lacan por la matemática, que convengamos que de todo lo que es
capaz de proponer Ritvo, esto es lo menos sustentable. Pero sí tiene una
posición y un decir que les propongo trabajar en un rato, y también, desde ya,
esto nos va a permitir un intercambio.
La otra referencia que creo que es ineludible es la de Miller. Si bien Alfredo se
ha ocupado de citar, de leer, de hacer lugar a todo lo que podríamos ubicar en
a producción de Miller como el cuestionamiento, la discusión respecto de la
lógica, la matemática, donde claramente Miller la ubica en un momento de la
enseñanza de Lacan que no daría cuenta de ese último Lacan superador de lo
anterior, pero que me parece que es insoslayable, no sólo porque en este
momento seguimos entendiendo que es una de las figuras de mayor presencia,
y –entiendo yo- eficacia sobre el discurso del psicoanálisis en Buenos Aires
fundamentalmente, sino porque además es algo que él viene sosteniendo en
sus diferentes producciones, bajo diferentes formas, y además con el planteo
que ya conocemos todos, que es que en lugar de la lógica sería la poesía.
Tal vez por esta razón se me hizo casi imprescindible tener que recurrir a
autores que no son estrictamente psicoanalistas, que están ligados al campo
de la filosofía y la lingüística –al menos los que voy a citar- porque ya el hecho
de introducir un término como es “poesía”, que me parece que para poder
sostener la formulación de la crítica (que tampoco excluye un posicionamiento
crítico de quien sostiene la crítica) que no nos podríamos quedar en una
generalización respecto de lo que la poesía, como término en general puede
llevarnos a la vaguedad de no precisar de qué se habla cuando se plantea la
inclusión de lo poético. Entonces esto me llevó a rastrear en otros campos
discursivos, por ejemplo la filosofía, porque van a ver que la condición de lo
poético va a introducir necesariamente el problema de la ontología, y desde ya,
uno aquí podría empezar a puntualizar distintas preguntas, al menos para mí
esto exigiría interrogar la pertinencia o no de la pregunta por lo ontológico en el
campo del psicoanálisis, porque en definitiva, y esto creo que es fundamental,
más allá de estos recorridos por posiciones teóricas, en última instancia de lo
que se trata es de cómo se constituye una dirección clínica.
Estoy trayendo en alguna medida un campo discursivo –el filosófico- la
pregunta por el ser, la ontología, no quisiera, en ese sentido, que quedemos
suponiendo que el problema de la crítica rozaría estrictamente un debate
teórico, sino que necesariamente todo este recorrido está planteado, está
promovido para pensar si este debate en definitiva lo que estaría generando
como efecto más inmediato es una posición clínica que necesariamente marca
direcciones diferentes.
Por otra parte, para poder organizar este campo crítico, se me hace necesario
traer cierto ordenamiento, no algo demasiado minucioso pero sí cierto
ordenamiento de cómo podemos pensar cierta construcción del campo del
conocimiento, dicho así de la manera más tradicional respecto de la pregunta
por el conocimiento y su objeto, y en este sentido, voy a trabajar con una parte,
un capítulo de El periplo estructural de Jean-Claude Milner.
Los otros autores de la filosofía son Badiou y Agamben, y si bien el intento es
sostener este problema de lo poético, llegado el momento, en el terreno que
involucra a lo ontológico, también me pareció importante abrir una pequeña
mención a cierto asunto de lo literario –en parte porque me gusta, les confieso-
porque nos va a permitir señalar esta diferencia de lo que indica la inclusión de
lo poético respecto de la ontología a lo que tal vez puede significar la figura del
poeta en esa otra experiencia de palabra –distinta a la filosofía- que es la
poesía. Ya hice una breve mención a Agamben, después vamos a retomarlo.
Como les decía entonces, vamos a ordenarnos y les voy a proponer trabajar
con una parte del texto de Jean-Claude Milner, El periplo estructural, que tiene
como subtítulo “Figuras y paradigma”. ¿Qué quiere decir? Que él arma un
recorrido del mapa del estructuralismo a partir de sus figuras. No los menciona
como autores sino como estas figuras que van marcando, señalizando ese
periplo que realiza el estructuralismo, y arranca con Saussure, Benveniste,
Barthes, Jakobson y Lacan. Luego de este recorrido por las figuras lo que va a
situar es el paradigma. O sea, el paradigma del programa de investigación y lo
que se organiza, que para él también es a considerar y es el movimiento de
opinión. Voy a trabajar con algunos aspectos de esa parte del libro, la del
paradigma, porque por otro lado entiendo que hace a sostener las
argumentaciones respecto del uso de la formalización matematizada en
psicoanálisis, es lo que se viene desplegando en este curso, es lo que está
argumentando Alfredo, es lo que aparece con lo que hemos visto, ya sea con la
inclusión de la topología, de los modelos en Freud, del nudo, que fue la
anteúltima de las presentaciones; entonces, no voy a ubicar eso pero sí me
interesa proponerles una manera de empezar a abordar cierto campo de la
crítica, mejor dicho, de cierto ordenamiento en lo que Milner decía del campo
de la realidad a conocer, y esto arranca con los griegos. Algo mencionó
Alfredo la última vez. Esta manera de pensar ese campo de las realidades a
conocer para el mundo griego arrancaba con la physis por una parte y la thesis
por otro. Estos dos términos, Milner los presenta indistintamente como
polarizaciones o como dicotomías. Y a mí me parecía importante señalar que
no es lo mismo la consistencia de dos polos a la de una dicotomía. En el punto
donde la existencia de dos polos podría ser entendido como la constitución de
un campo de fuerzas, donde el polo negativo y el positivo no podría uno
prescindir del otro, no es algo que constituyera dicotomía. A diferencia de lo
dicotómico, donde el planteo de dos términos quedan en contradicción y en una
suerte de instancia superadora una de la otra, o de anulación una de la otra.
Digo esto porque me parece que no es menor, considerando que lo que va a
proponer Milner es que esta modalidad de estos dos términos recorre la historia
del debate sobre el conocimiento en Occidente. Pero que ha tenido diferentes
maneras de quedar planteada en el juego de los momentos históricos, de los
marcos de subjetividad, de los movimientos propios del conocimiento, la
aparición de la ciencia bajo términos diferenciales a la de los mismos griegos,
por lo tanto, creo que uno podría establecer que hay determinados momentos
en donde esto funciona en forma dicotómica y otros donde queda planteado
como dos polos respecto de un campo de fuerzas que sería el del
conocimiento. En physis, rápidamente no solo por Milner sino también por el
mismo Lacan que en el Seminario 17, ubica la naturaleza. Habría que tener en
cuenta que esta modalidad de la naturaleza ligada a este término griego physis,
es un tanto más abarcativo de lo que tal vez para nosotros remite, esa figura de
las ciencias naturales: botánica, zoología, anatomía, eso era el “mundo
natural”. Pero habrá que plantear que aquí lo que se agregaría, que después
con Badiou vamos a ver una lectura un poco más específica que él va a
realizar sobre esto, pero sí plantear que en este sentido la naturaleza queda
ligada a una condición de necesidad. Es aquello entonces que se verifica
como necesario, lo que necesariamente es bajo ciertas condiciones, presencias
o apariciones. Entendido como una categoría lógica, lo que necesariamente
es. Del lado de la thesis, claramente estaría aquello que se podría pensar
como una construcción, que creo que el término más frecuente al menos para
nosotros sería el de ubicar acá lo que sería del orden de la cultura en tanto
término bastante amplio que implique todo aquello que quede del lado de
producción de lo humano, y en este sentido, la condición para la thesis, para
esta construcción, está connotada como contingente, lo contingente en su
sentido más amplio: como lo que puede ser o puede no ser.
Physis Thesis
Ustedes podrán ver que esto es una organización básica en todo sentido,
porque en el trabajo que hace Milner ubica una serie de complejidades y
asimismo aclara que no está incluyendo todas las complejidades posibles, no
es que vayamos a suponer que esto marca una linealidad a lo largo de la
historia, no es que estas dos modalidades marquen una linealidad o una
cuestión unívoca en el sentido de que por allí se ordene todo el debate del
conocimiento en Occidente de allí a la fecha, pero sí nos permite ubicar estos
campos que después nos van a dar algunas pautas para pensar desde dónde
se posiciona cierta articulación crítica, y también entender desde dónde se
posiciona la formalización matematizada.
Lo que sí me parece importante ubicar acá es que dice Milner que existen
distintos movimientos, quiasmas, cruces, ¿por qué? Porque si tuviera que
darles el típico ejemplo de la necesidad, ¿cuál sería? Que yo les diga que si yo
dejo este objeto –esta tapita- sin apoyar, necesariamente cae. Ahora, cuando
yo argumento las razones por las cuales esto sucede, voy a aludir a una ley
física, a la ley de gravedad, y el punto es hasta dónde entonces el campo del
conocimiento podría ser estrictamente bajo este orden o bajo aquel otro,
cuando lo que yo hago al producir o al generar una construcción teórica estoy
ubicando algo del orden de la construcción. Si bien no es que esté haciendo
un cruce o algo de una suplementación que encaje o que se ajuste, pero
empiezan a perder ciertos límites, ciertos bordes. Y probablemente un o de los
puntos más importantes a señalar en este desarrollo del debate en el campo
del conocimiento sea la aparición de la ciencia de Galileo, que como dato
crucial es esta inclusión de la formalización matematizada, que uno no podría
dejar de plantearla bajo el registro de la thesis, de lo que se construye, pero
que sin embargo pareciera que sigue situando algo del orden del objeto
“natural”, pero ya esta conmoción deja las cosas en otro orden.
...el atolladero que significa empezar a sostener esa hiancia entre lenguaje y
habla, porque pareciera que empieza a empujar la construcción, esa noción de
lenguaje, en esto que él dice “el cielo calmo del discurso universitario” porque
pareciera eludir y lo leo nuevamente: la violenta, traumática cópula de la
palabra con el cuerpo. Viejo tema, no está Alfredo pero nuevamente se nos
impone esta interrogación, creo que es parte esencial de lo que hace a las
posiciones críticas a la formalización matematizada. Por supuesto que aclara
Ritvo que Lacan separa ambos órdenes y ahí, dice, comienzan los problemas.
Si bien hace lugar a que también va a producir soluciones. Hasta los desliza
como ese momento, al final de su vida, donde aparece lalangue. O sea, para
Ritvo, esta sería una solución a ese atolladero. Pero para Ritvo, se ubica y se
sostiene ese punto de atolladero, ¿por qué? Vieron que alude al orden
combinatorio del lenguaje, claramente, después, para él todo empieza a
complicarse ya en Instancia de la letra..., cuando Lacan promueve esa división
de la partición del signo, cuestiona que esto empieza a introducir... que en
realidad está planteado como algo innecesario, como es la inclusión de lo
matemático, del cálculo, que para Ritvo es absolutamente ajeno el problema
del cálculo, ajeno a cualquier contenido, por lo tanto, ajeno al campo del
psicoanálisis; y además es un gran cuestionador diciendo que los
psicoanalistas hablamos de axiomas, de algoritmos y formalizaciones sin saber
demasiado lo que decimos. Y ubica entonces que ese cálculo, esa forma que
instala la formalización, fomenta una ilusión matematizante. Va a ser muy duro
con la obertura de los Escritos, El Seminario sobre La Carta Robada, para
Ritvo esa modalidad de pensar esas cadenas de Markov, -como se llaman
esas formas combinatorias que nosotros hemos trabajado con Alfredo, lo que
va derivando en el repartitorio- para Ritvo claramente eso empieza a implicar lo
que diagnostica en Lacan como diplopía. La diplopía es una afección ocular.
es ver doble un objeto. Es interesante porque Lacan utiliza ese término cuando
trabaja el mito individual del neurótico. Ritvo la retoma para sancionar en
Lacan esta diplopía, que sería como una doble construcción, que por un lado,
con la utilización del matema, de la formalización matematizada, de ese trabajo
con las cadenas de Markov y toda esa legalidad combinatoria que resulta ser
finita, dice él, lo que genera es una construcción que no hace posible pensar
ningún resto. O sea, es como una especie de condición cerrada, que no sitúa
resto, a diferencia de todos los otros desarrollos de Lacan donde no podríamos
obviar que es Lacan también el que inventa el objeto a, aquello que más allá de
las diferentes formas de pensarlo o de ubicarlo, obviamente ubica el problema
del resto. Para Ritvo, esa utilización de las matemáticas, constituiría una
obsesión personal de Lacan, que en definitiva lo único que hace es que Lacan
vaya intentando con diferentes modelos, formas matemáticas que él dice que
van llegando a su punto de fracaso, por eso Lacan las cambia, y que esto
genera –esta diplopía- esta condición donde, por un lado se habla de un orden
cerrado, donde todo sería exacto, que sería lo matematizable; y por otro lado
aquello que sí constituye el movimiento mismo de lo que es el campo del
psicoanálisis, que para él radica claramente en la retórica, para él es la retórica
aquello con lo que se trabaja en el psicoanálisis, y hay algún punto donde
pareciera que ese cuestionamiento, cuando elude la condición de lo
matemático como impropio, y proponiendo entonces que se trata del lenguaje,
del orden del lenguaje en su modalidad retórica, para nuestro trabajo, pareciera
que empuja hacia lo que podríamos llamar cierta “naturalidad” en el objeto en
juego, como si yo les dijera que no es posible trabajar con lo matemático,
porque el sujeto nada tiene de matemático, sí en todo caso es natural el
lenguaje para el hablanteser. Y vamos viendo cómo más allá de lo que
podríamos ubicar como el estructuralismo generando cierto cruce o articulación
de estos campos, cierta posición crítica empujaría a discutir la utilización o no
respecto de la “naturalidad” que le es propia al objeto en cuestión, en este
caso, al sujeto, a la subjetividad. Más allá de esta claridad con la que él hace
su cuestionamiento diciendo que lo que podríamos llamar como del orden de la
construcción, ese dispositivo, esa máquina del lenguaje, elude lo que para él es
crucial y es esta cópula de la palabra con el cuerpo.
H.M.: a mí me parece que sí, me parece que al contraponer esa idea funda un
orden de “naturalidad”, como si yo te dijera que esa copulación de la palabra y
el cuerpo funda cierta naturalidad del objeto en cuestión, que sería la
subjetividad. Porque antes, lo que contrapone es la operatoria, una operatoria
mecánica, que es esta modalidad combinatoria del lenguaje. Así lo entiendo
yo.
Comentario inaudible
H.M.: sí, me parece una lectura que nos permite pensar que hay algo de un
retomar alguno de estos terrenos, como si condición de necesidad en todo
caso, pero además involucrada con una naturalización en el objeto en juego.
Digo “objeto” porque lo llevo al plano del conocimiento.
Si bien no leo yo al menos en Ritvo ninguna toma de posición respecto de lo
poético. Para él el trabajo es de orden retórico, claramente para él esto es lo
que naturaliza nuestro lugar y que no lo hace ajeno.
“Este año, frotando unas piedras contra otras, he conseguido, al menos para
mí, producir un pequeño resplandor, lo que puede permitirme esperar proseguir
el año próximo habitando el psicoanálisis como poeta.”
“La tesis que sostengo no declara en modo alguno que el ser es matemático,
es decir, compuesto de objetividades matemáticas. No es una tesis sobre el
mundo, sino sobre el discurso. Afirma que las matemáticas, en todo su devenir
histórico, enuncian lo que puede decirse del ser-en-tanto-ser. Lejos de
reducirse a tautologías (el ser es lo que es) o misterios, aproximación siempre
diferida a una Presencia, la ontología es una ciencia rica, compleja, inconclusa,
sometida a la dura coerción de una infidelidad, y es así que se comprueba que
con sólo organizar el discurso de aquello que se sustrae a toda presentación,
se puede tener por delante una tarea infinita y rigurosa.”
Algunos puntos de esta tesis. Por empezar ya empieza a proponer que para
transitar el problema de la ontología habrá que ubicar cómo se va a pensar la
noción de “ser”. Él dice que el discurso matemático le va a permitir
aproximarse al ser no entendiéndolo como una naturalidad matemática sino
que lo que va a hacer –y por eso lo despega de la Presencia- es de empezar a
ubicar que serán los modos de aparecer. Porque ya va a plantear en los
primeros capítulos que no podría ser concebido el ser como lo Uno, como eso
Uno que desliza a ser pensado como una Presencia en tanto entidad, que
estaría ahí como llenando cierto vacío, sino que se trataría de lo múltiple. Por
eso trabaja lo Uno y lo múltiple, en tanto lo múltiple como los modos de
aparecer del ser. Que sería la única posibilidad de acceso a la pregunta por el
ser, sus modos de aparecer. Él va a trabajar con la lógica de la teoría de
conjuntos, no de la intuitiva sino con toda una formalización que me excede,
hay momentos que no lo puedo seguir, pero sí me interesa situar lo que para él
entonces se hace posible especificar como una noción de pensar, de interrogar
el ser, que puede ser diferenciada en tanto Presencia, que por lo tanto adviene;
o aquello que se puede establecer discursivamente –por eso toma el discurso
matemático– en sus modos de aparecer, lo múltiple. Dice que en todo caso el
Uno sólo puede ser entendido por el “cuenta por uno”, el único registro, el único
dato de lo Uno sería lo que cuenta por 1, algo del orden de lo que opera y no
de lo que es. Cita en ese punto el fundamento que da Lacan a lo simbólico,
cuando dice “Hay lo Uno”. Para Badiou esa frase en Lacan sólo puede ser
sostenida si la establecemos como esa operación, la condición de lo que
cuenta por 1. Y observen que en este sentido, la condición de lo matemático
no empieza a definir al objeto, ya no es un problema de naturalidad del objeto,
sino que pasa a ser por ejemplo, un modo en el que se funda el orden
simbólico. Que es lo que planteaba Alfredo cuando trabajó y nos había
recomendado ese texto de la historia universal de la cifra, como él proponía
que tal vez lo simbólico más que fundarse en el orden del lenguaje, tuviera más
que ver con la noción de la cuenta. En este sentido, Badiou lee del mismo
modo el orden simbólico en Lacan, como la fundación en tanto es posible lo
que cuenta por 1. Ahora bien, Badiou ¿cómo trabaja el problema de la
presentación, de lo múltiple? Lo trabaja en cierto orden de la teoría de
conjuntos con lo que él enmarca como la “situación”, o sea él trabaja
situaciones, analiza, piensa situaciones. Esa situación funcionaría con una
legalidad que le es propia, esa legalidad es lo que permite ubicar qué
elementos pertenecen y si el elemento está incluido. O sea, algo que está
presentado en ese universo, en esa situación, está presentado y representado
por la legalidad, el ejemplo con el que él más trabaja es el del Estado, un
Estado sitúa este universo, esta situación que tiene una legalidad, un modo de
representar aquello que la forma o que la configura, y por eso para él una
singularidad es aquello que se presenta pero no se representa. Algo que está,
que pertenece pero que no queda incluido, no está representado. Da un
ejemplo que él dice que es muy pobre, pero es eficaz para ubicar esto, es
como si uno pensara en un Estado-nación donde hay una familia donde cada
hijo que nace lo anota, ese hijo que nace se presenta, y queda representado en
ese orden jurídico que lo ubica, lo nomina y lo hace parte. Dice, si esta misma
familia tiene otro hijo al cual no anota, es una singularidad. Como ejemplo es
muy mezquino, pero como para tener un registro rápido. ¿Se advierte que él
tiene que hacer este movimiento porque todo el tiempo lo que dice es que no
se trata de una Presencia que consista, que no es lo Uno sino lo que se
presenta? Y necesita esta condición de que lo múltiple para ser tal, respecto
del Uno, es en un orden de presentación y representación.
Y en la Meditación 11, donde va a abordar el problema de la naturaleza,
interrogándola como poema o como matema, retoma algo de lo que estábamos
viendo de Milner sobre le problema de la physis como lo natural, él desde esa
condición lo vuelve a trabajar, si bien empieza a darle una vuelta más en
función de lo que después va a traer, y es ligándolo al término alethéia, pero en
la forma en que Heidegger lo va a retomar para hablar de lo abierto, cuando
dice que es esta condición del desvelamiento, ligado a cierto orden de verdad,
la manera en que esta verdad se hace presente, se ubica como una no-
latencia, o sea algo que estando latente se hace no-latente en esta alethéia,
porque esta naturaleza, esta physis, tomaría en el origen del mundo griego, la
formulación de la presencia que sólo adviene de un modo auroral, en una
especie de cierto resplandor y ....
---corte---
H.M.: sí, y aparece en una publicación que no recuerdo cómo se llama pero
que corresponde a este último periodo, ya totalmente loquillo. Dicen algunos
entendidos en poesía que justamente no son las mejores obras de Hölderlin.
Más bien siempre se trabajan las otras.
Lo que me llama la atención en un libro de Agamben es que cuando está
hablando de este problema del desencuentro entre la poesía y la filosofía,
menciona a Hölderlin –que parece que antes de enloquecer- él decía que la
poesía debería ser calculable para poder ser transmitida. Y me generó una
suerte de sonrisa, porque caramba, el “poeta del poeta” que se esté planteando
algo del orden de lo que se pueda transmitir, como modalidad, probablemente
para producir poesía, pero siempre todo lo poético queda del lado de lo que no
puede ser dicho o lo intransmisible. Para él era fundamental poder hacerlo,
pero no llegó, enloqueció, y Heidegger se pregunta si acaso ese no era el
precio... en un sentido bastante cuestionable, pero que también plantearía qué
significa esta soledad, porque Heidegger lo plantea en términos de soledad. La
soledad a la que queda condenado aquél que hace este tránsito.
Y esto me llevó a un libro que se llama El silencio de los poetas, de Sara
Cohen, que es psicoanalista, poeta, y traductora de poetas. En este libro se
ocupa de Pessoa, Pizarnik, Celan y Michaux, cuatro que no serán Hölderlin
pero... Es de editorial Biblos y del año 2002. Honestamente hablando, el libro
en sus articulaciones psicoanalíticas, a mí realmente me da escozor, porque
hay una suerte de deslizamientos a la aplicación de la teoría y demás, respecto
de la obra de estos poetas pero que todo el tiempo articula con la vida de estos
poetas, y me parece que el problema sería volver a suponer que la condición
para el poeta es atravesar esta condición de locura, casi como si una condición
llevara a la otra. Y tal vez, lo más fuerte, previo a trabajar ella con cada uno de
los poetas, es lo que va a citar de Deleuze respecto del poeta, se los leo
porque me parece que no tiene desperdicio, dice:
Lo que va ubicando Sara Cohen a partir de esto es esta producción que instala
el poeta como lengua extranjera, que no significa neologismo, no estamos
hablando de esto sino de esas huellas nuevas, inexistentes. Y me parece
claramente que en el campo de la creación artística es más que válido y
demás. El problema es si esto nos lleva a plantear si acaso la experiencia
poética en cierto punto termine generando una ruptura del lazo al Otro. Una
lengua extranjera, en estos términos, pareciera ser algo que ya no tiene o no
cuenta con la posibilidad de cierto orden de lo transmisible o de lazo. Porque
además queda empujado al trabajo con estos cuatro poetas. Me parece que es
muy fuerte marcar esta condición, pero habría que ver si el planteo de tomar lo
poético bajo ciertos términos no empuja a este registro de las cosas.
Elisa B.: esta propuesta final que leíste de Miller como poeta, iría en
simultáneo con la propuesta de la poesía como un corte...
H.M.: en alguna medida me parece que ese momento auroral del advenimiento
no incluye al Otro, no está considerando al Otro bajo ningún tipo de formulación
o de lazo. Me parece que en este sentido se nos corre el problema de la
singularidad a esa forma. No porque yo diga que singular es igual a Uno, pero
sí, algo del orden de tal singularidad que no reconoce ningún punto posible de
lazo, de anclaje a algo del Otro. Insisto en que no es para decir “miren lo que
le pasó a esta gente”, no voy a decir que la poesía los volvió locos, pero me
parece que quienes teorizan sobre la producción de estos poetas, lo que están
señalando es esto. Me interesa eso, no establecer si la poesía los enloquece o
no, sino que quien está categorizando cierta forma en la experiencia de palabra
que es la poesía, que estando ese advenimiento, sitúa algo que es un empuje,
una construcción en la que no hay Otro bajo ninguna consideración, en este
sentido. No estoy planteando que la poesía es eso, por eso les venía a
proponer como en todo caso, dice Agamben, aquello que la poesía tiene, es la
filosofía la que viene a decir, pero sin tenerlo. Es el discurso filosófico sobre la
poesía. Es el punto en que radica la pregunta por el ser. No porque la poesía
como experiencia de palabra no haga esa búsqueda, de ese encuentro siempre
fallido, el probar todas las formas que se conocen de lo poético. Pero para no
entrar en esos detalles, por eso lo quería plantear en la construcción que
articula la pregunta por el ser. Y de lo que se trata es de esto. Y concluyo que
desde esa perspectiva del Otro no hay nada, no hace falta... si llegamos al
punto de lo ontológico donde no hay nada del orden de lo múltiple sino de lo
Uno, nos remite a este problema.
David S.: me parece que en la poesía, un punto particular es Pessoa con los
heterónimos (...) es interesante porque ahí vemos lo múltiple en el trabajo del
poeta. (...) hay algo del enlace en los heterónimos, sería un caso interesante
para tomarlo especialmente.
H.M.: claro, y en un punto yo tomo esto porque me gusta, me parece que nos
permite avanzar sobre eso, pero a veces como me gusta me lo censuro un
poco porque pienso que a los demás tal vez le aburre; pero es muy tentador
hacer este contraste entre el Hölderlin que termina solito con otro nombre –que
no es un heterónimo- en una torre, a este otro que produce sus heterónimos,
en Pessoa cada heterónimo tiene un estilo poético diferenciable del otro, y es
interesante que Pessoa siempre quiso escribir una novela y no le salía, no le
salía la novela. No podía con esa narrativa, con ese continuo...
H.M.: pero lo interesante es que termina produciendo obra, que me parece que
tal vez... otra manera de trabajar la poesía, lo poético. Cuando Lacan trabaja
Joyce, Ritvo también lo cuestiona en cómo trabaja Joyce, pero en alguna
medida, ¿es trabajar el advenimiento de la presencia en la experiencia? O es
de alguna forma seguir sosteniendo cierta condición de la lógica significante,
aún para decir que el Finnegan’s Wake es esto que todos los psicoanalistas
tendríamos que leer porque es este equívoco del inconsciente, etc. Pero
insisto, me parece que en ningún momento se leería en Lacan este empuje al
advenimiento de la presencia, el advenimiento auroral. Al menos hasta donde
yo lo leo, lo entiendo, lo sigo.
Elisa B.: tal vez habría que plantear eso en oposición a la formalización
matematizada.
H.M.: exacto, pero que siempre alude a eso, que en última instancia hay que
recuperar el advenimiento de ese Uno, el Uno del cuerpo, etc. Me parece que
en ese sentido es algo que termina sustentando una posición crítica a la
formalización matematizada porque se sostiene en esto.
Así que voy a intentar trabajar eso la próxima vez, pero voy a intentar trabajar
francamente cómo hoy se me presenta nuestro programa como problema a mí.
Que me parece que lo que mejor podría hacer yo, sosteniéndome entre el
discurso universitario y algo de la índole del deseo, por ejemplo: preparando la
clase de magnitudes negativas, -1 y raíz cuadrada de –1, lo primero que hice
es lo que hago siempre y es sumergirme un poco en el texto de Lacan a ver
cómo está la cosa. Ya lo hice ochenta veces, pero vieron cómo es esto, cada
vez que uno se sumerge en el texto de Lacan... lo mismo decían los kleinianos
de Melanie Klein, decían que a la noche, mientras ellos dormían, ella cambiaba
los textos. Porque al leerlos al otro día eran distintos de lo que habían leído el
día anterior. Yo no he encontrado eso con Klein, pero con Lacan sí. Es un
autor que efectivamente cuando uno vuelve a leerlo encuentra otra cosa. Y lo
que encontré es que en la misma época, con la misma intensidad y en paralelo,
Lacan produce el –1 –toda la teoría psicoanalítica del –1- simultánea, articulada
y parejamente con rasgo unario. Lacan trabaja rasgo unario, como concepto
nuevo para el psicoanálisis, simultánea, articulada y en forma correspondiente
a –1. ¿Han escuchado esto en muchos trabajos? No. Se habla como si
fueran cosas independientes. Y me parece que cuando uno habla de rasgo
unario en Lacan, si se olvida que es un concepto que hace par con –1, puede
llegar a suponer cosas absolutamente disímiles. Por ejemplo, ¿han leído
muchos trabajos de lacanianos que digan cuando presentan rasgo unario, que
no hay rasgo unario sin –1? Y es así, no hay rasgo unario sin –1. Encontrado
con este problema, me encontré con el problema: y el problema no es la
formalización matematizada en Lacan o las formalizaciones matematizadas en
Lacan, sino el rechazo, el rechazo por parte de los psicoanalistas lacanianos de
las formalizaciones matematizadas en Lacan. Con lo cual, me encontré en las
siguientes circunstancias –estoy justificando el cambio de programa, para la
reunión de hoy- me encontré con la siguiente circunstancia: insisto, vuelvo,
después de 15 años ininterrumpidos de mi trabajo como analista, en cuanto a
mi vínculo con colegas, justificando por qué hay que trabajar la idea, para ver si
uno la acepta o no, no digo que haya que aceptarlo, digo que hay que trabajar
la idea de por qué Lacan introduce al psicoanálisis formalizaciones
matematizadas. ¿Tengo que insistir? Hice una cuenta, miren: ya tengo
publicados seis o siete libros, gracias a Dios todos se agotaron, muchos de
ellos se reeditaron y se están agotando sus reediciones también; vivo de la
profesión, vivo bien, me compré una computadora nueva, estoy pagando las
cuotas del coche, todo bien, ningún problema. Participo de dos sociedades de
analistas que tienen diez y ocho años cada una, como miembro activo desde el
momento de su fundación. Enseño en Chile desde hace diez años
ininterrumpidamente, en Costa Rica hace cinco, en México hace dos, a Brasil
fui dos veces. Hace doce que dicto cursos de posgrado, en los cuales debo
haber tenido un total de cuatrocientos o quinientos alumnos. Fui profesor
adjunto de dos prestigiosas cátedras de la Facultad de Psicología de la UBA,
donde tuve miles de alumnos. Bien, ahora: ¿saben a cuántos infecté de la
idea de la importancia de al menos plantearse la pregunta de por qué
formalizaciones matematizadas en psicoanálisis? Sobran los dedos de esta
mano. Son menos de cinco, si mi cuenta no me falla. Pero si me fallara, serían
seis. Con lo cual, me encontré en la circunstancia de: ¿voy a insistir? Tengo
los testículos de ónix de tanto insistir. ¿Ustedes le proponen a algún paciente
que insista? Cuando le dicen a la mujer golpeada por el marido, “¿usted le
dijo?”. Me imagino que alguna vez al menos habrán probado con el “¿usted le
dijo?”, espero que el goce no haya reemplazado del todo al “¿usted le dijo?”, y
si ella les dijese que hace quince años que se lo viene diciendo, ustedes ¿qué
le dicen? ¿Que se lo diga una vez más? ¿O dicen “Hay un problema”? Si en
quince años no la escuchó, hay un problema. Bueno, les propongo trabajar el
problema.
A.E.: no, no, dice que es una Verleulung, no es una ironía. Y trata a Mario
Tomei de débil mental. Sigo:
Bueno, les propongo trabajar este problema, digo: cómo alguien, con una
barrabasada así... bueno, por ejemplo: Brickmont y Sokal, dos prestigiosos
científicos del mundo anglosajón, titulares de cátedra, ¡ah! me acordé de algo,
este Mugrabi tiene artículos publicados en una página que se llama psicomail, y
ahí se le pueden hacer consultas por mail. Me bajé uno de sus artículos, que
se llama “La tabla periódica de los discursos” y dice que de los cuatro
discursos, él va a hacer la tabla periódica, como Mendeleiev, y va a hacer
todos los otros discursos que faltan... Dice:
y sigue con la topología! Es un chanta. Pero no hay problema con que él sea
un chanta, el problema es por un lado Letra Viva, que se mandaron una real
macana; y por otro que a un prestigioso docente lacaniano, famoso, conocido,
que ha publicado muchos libros, etc., le haya parecido bárbaro y maravilloso.
Ése es el problema, más que, de los 5000 lacanianos, 4997 no trabajan con la
topología. Hacen como Mugrabi, que hablan de la estructura topológica de la
sociedad humana... y luego salen con incesto, castración, etc. Usan la palabra
topología para que quede bien, nada más.
Les decía entonces que Soka y Brickmun, que son dos científicos muy
reconocidos mundialmente, tiene publicaciones muy interesantes sobre
problemas de su disciplina, jamás dijeron que la topología fuera ridícula, ni
siquiera el uso de Lacan es ridículo. Dicen que le encontraron algunos errores
nada más, y establecen cuáles son. Yo no sé decirles si son errores o no, no
sé tanto de matemática, es muy difícil. Y hasta en El libro negro del
psicoanálisis, tampoco critican eso. O sea, que se critique que la topología sea
algo ridículo o estúpido en sí mismo... Ahora, que los 4997 lacanianos, de los
5000 que somos, que no usan la topología para nada, ¿saben cuántas veces
entre 1953 y 1980, Lacan usa topología para resolver problemas en
psicoanálisis, tanto clínicos como teóricos? Más de 600 tengo marcadas yo. Y
Lacan no es como Burbaki, que era al menos 4 personas seguro, Lacan es uno
solo, y usó 600 veces... si de las 600 veces que él utiliza, no la utiliza nadie,
debe ser que la estupidez que dice Mugrabi es convincente, pero no por el
argumento. No creo que este psicoanalista que me mandó el mail hoy
realmente haya leído con detenimiento el artículo de Mugrabi... ¿Ustedes se
habrían animado a escribir algo así como “De todo lo que se ha escrito hasta la
fecha por los psicoanalistas...”? ¿Estarían seguros de poder escribir una
síntesis de todo lo escrito? ¿Quién tiene la biblioteca de todo lo escrito? Con lo
cual, mi amigo no leyó ese párrafo, dijo simplemente “qué interesante, por fin
alguien dijo que la topología es absurda y ridícula” pero no en sí misma, mi
amigo no tiene idea ni de las tablas de multiplicar, pero no le hace problema
porque cree que en psicoanálisis se trata de lo poético, así que está chocho de
que por fin alguien se animó a decir que la topología es una fantochada
absurda.
Por eso les decía que me parece que insistir con los problemas, insistir con que
vean que raíz cuadrada de –1 puede ser útil para esto, o para pensar lo otro...
me parece que hay que encarar el problema desde su perspectiva mayor, que
hoy es el fracaso de Lacan. Pero no el fracaso de Lacan en el sentido de que
no usamos su herramienta, sino que ni siquiera hemos planteado la pregunta
de por qué esa herramienta, cuál fue el problema con el que Lacan se encontró
y por qué creyó que esa era una solución. Yo no digo que sea la solución
correcta, no sé tanto de psicoanálisis, quizás otra sea mejor, quizás
efectivamente Lacan se equivocó por esto, aquello y lo otro, y sea una poesía
lo que corresponda hacer. Quizás el psicoanálisis sea una poesía. Puede ser,
¿cómo podría saberlo yo? No tengo la menor idea. Pero me parece que se lo
considera directamente absurdo y ridículo, sin siquiera analizar cuál es
problema y cuál es la índole de la solución que Lacan intentó para el problema,
la aceptemos o la rechacemos. Quisiera trabajar un poco con ustedes eso.
Les propongo trabajar así: me parece que el problema que nosotros tenemos,
que justifica el rechazo, previo a todo análisis del problema es el siguiente: me
parece que a nosotros, el sujeto dividido y la escisión de la personalidad
psíquica o del yo en el proceso defensivo nos resultan iguales. Les planteo
que el problema lo tenemos acá, con escisión y división. Nuestro problema es
éste: para nosotros es obvio que los dos autores –Freud y Lacan- trabajan en
su concepción fundamental de lo humano y lo subjetivo, que lo humano, lo
subjetivo es dividido. El problema es que en Freud esta división es interna, y
nunca nos hemos planteado si podemos seguir sosteniendo la igualdad del
lado de Lacan. Dos comentarios al margen: ¿les parece muy absurdo,
alejado, o fuera de temario que en formalizaciones matematizadas en
psicoanálisis yo dedique esta reunión a la utilización de la topología? Porque
en última instancia, es una utilización, una formalización matematizada, al
menos si aceptamos que un tipo de geometría participa de las matemáticas
junto con otros tipos de geometría, junto con aritmética. Si aceptamos que
matemática es geometría y aritmética, trabajar una geometría nos deja dentro
del paraguas de lo matematizado. Digo, ¿se dan cuenta de que aquí está el
problema del espacio? Y me parece que nuestro problema es que nosotros
trabajamos con la noción de sujeto también en Freud, ya nos olvidamos de que
Lacan tuvo que producir la noción de sujeto en psicoanálisis, y tal vez tuvo que
producirla porque la división freudiana articula bien con individuo, pero la
división en Lacan requiere sujeto. Y quizás tampoco hemos trabajado ese
problema, que lo consideramos automáticamente como sinónimos. En nuestro
decir son sinónimos, decimos “un sujeto, de 34 años, adolescente...” y está
todo perfecto. Me parece que llegó la hora de preguntarse si sujeto en Lacan,
como concepto, puede recibir un complemento al estilo “sujeto niño”, “sujeto
psicótico”, “sujeto mujer”, “sujeto hombre”, “sujeto adolescente”, “sujeto
geronte”, “sujeto senil”, “sujeto homosexual”... ¿puede sujeto recibir esos
complemento? Es una pregunta. Pero me parece que lo que nos mata es
suponer la equivalencia por la división.
¿Alguna vez leyeron algún artículo sobre la división en Freud y la división en
Lacan? Nosotros somos más humildes que Mugrabi y aún siendo 30 no
suponemos que hemos leído y sintetizado todo lo que se ha escrito en
psicoanálisis, pero ¿alguno de ustedes leyó algún artículo sobre esto? Hay
una demora respecto de este problema: cómo concibe Freud la división y
cómo concibe Lacan la división.
Vayamos a Freud. Siempre sostengo la misma práctica que es citar sólo textos
que calculo son de lectura masiva.
---cambio de lado
...para ir a los lugares donde los psicoanalistas más encontramos –y les quiero
proponer releer qué encontramos para ver si esa equivalencia [entre escisión y
división] efectivamente se produce. El yo y el ello, parte II:
“Tras esta aclaración de los vínculos entre percepción externa e interna, por un
lado, y el sistema-superficie P-Cc, podemos pasar a edificar nuestra
representación del yo. Lo vemos partir del sistema P, como de su núcleo,...
Hay un gravísimo problema con las dos rayitas a la derecha del esquema
[correspondientes a “reprimido”]. Esas dos rayitas paralelas es el inconsciente,
por eso confluye el inconsciente con el ello. Les propongo que esas dos rayitas
debieran estar cerradas, no abiertas hacia fuera. Habría que revisar los
gráficos originales de Freud, porque esas dos rayitas (que aparecen abiertas
en el esquema) no son la puerta de entrada de nada. De hecho, si quieren, la
puerta de entrada está aquí, en el sistema P-Cc. Habrán visto que hay
estímulos externos e internos. Me parece que este esquema tendría que ser
completado así, aunque Freud no lo hace:
P-Cc
(barrera antiestímulo)
ell
o
Cuerpo
(mundo externo)
barrera permeable
Es muy difícil de entender cuando Lacan dice que las líneas punteadas
(verticales) del esquema del huevo son bolitas para contar. A mí me da la
impresión de que Freud está indicando lo que entra, y acá tenemos una barrera
permeable, hay contacto entre ello y yo. Con lo cual, la estructura espacial de
esto es que tenemos dos barreras permeables, y esa es la escisión de la
personalidad psíquica. O sea, un individuo psíquico, un ente psíquico, un Uno
psíquico, que se caracteriza por estar internamente dividido. Con lo cual, en
Freud, un individuo dividido no es contradictorio, no es una contradicción
flagrante de los términos, lo cual nos despeja un problema, porque si no el
párrafo sería ridículo, decir que el individuo está dividido. Lo que Freud dice es
que lo que podemos contar como un Uno psíquico, que no puede existir sin un
cuerpo –porque está dentro de un cuerpo- se caracteriza por tener una división
interna. Esta división interna en Freud se reduplica. Porque la tenemos tanto
por la escisión del aparato psíquico, en las instancias. Hay algo importante y
es que tiene núcleo, donde va a el yo. El núcleo está en el centro, en el yo,
entonces hay núcleo –que no está vacío- y lo que va al núcleo del individuo
psíquico es el yo. Pero también hay otras divisiones en Freud, por ejemplo: la
bisexualidad constitutiva, la división entre pulsiones femeninas y masculinas,
tendencias hetero y homosexuales, pulsiones de vida y de muerte. Cito de El
malestar en la cultura, capítulo IV:
y luego viene la cita del mito del andrógino de Platón, ¿cuáles dos mitades? La
masculina y la femenina. Con lo cual tenemos un individuo psíquico también
dividido en masculino y femenino. Dice Freud que no es una prueba científica,
pero igual va a utilizar el mito del andrógino de El Banquete de Platón. Allí
Aristófanes relata que había tres tipos de seres humanos, hombres, mujeres y
andróginos, que avanzaban con cuatro pares de miembros girando, y que Zeus
los cortó por la mitad. Es un mito, y dice Freud “como se corta a la mitad un
membrillo”. Si se corta un membrillo por la mitad, las dos mitades que restan
del corte, ¿son superficies esferoides o no?
Si cortan una piedra por la mitad, las superficies resultantes ¿son equivalentes
a la primera, sí o no? Sí, porque por más que tenga la mitad de volumen,
tamaño y medidas, es equivalente.
Ahora, observen que si trabajamos con otro tipo de superficies, diríamos que
esta tiene un agujero donde iría el núcleo:
agujero
Saben que Freud rechazó a lo largo de su vida la expresión “esquizofrenia”. Y
propone en su lugar “parafrenia”. Al final de su vida reconoce el fracaso de su
propuesta, porque no ha sido tomado. Está en Introducción del narcisismo:
A.E.: sí, pero articulados de tal manera que uno ya no sabe dónde están las
heces explosivas. Melanie Klein pescó el problema clínico, uno ya no sabe
dónde está el problema, dónde está la falla que nosotros creemos que se
vincula muchísimo al síntoma. ¿En los padres o en nuestro paciente? ¿Dónde
está? ¿En ambos lugares? ¿Se originó en uno y luego apareció en otro? ¿O
insiste del lado del Otro? “Y ahora mi mamá tiene 80 años, ¿qué le voy a
decir?”. Todos los pacientes dicen lo mismo... “¿qué va a cambiar? ¿para qué
se lo voy a decir? Si ya tiene 80, ¿qué va a cambiar?”. Porque se consideran
una esfera. Porque si algo sale de mi boca y se lo meto a ella por donde sea,
oídos, etc. ¿Va a cambiar? Si está todo anquilosado, esclerotizado, ya es
vieja, la vieja no va a cambiar... pero lo que no se piensa es que por decírselo a
ella, nuestro vínculo va a cambiar y que si cambia nuestro vínculo, voy a
cambiar yo. No se trata de una mesa de pool con bolas chocándose, entonces
un viejo de 85 ya está atornillado a la mesa y por más que se lo choque no se
va a mover. “Ahora que yo tengo 50 y ella tiene 85, ¿me va a decir que me
quiere y eso va a cambiar el dolor de existir que tengo porque siempre supe
que ella me despreció?” ¿Entienden cómo se lo piensa? Se lo piensa como
relaciones de cosas entendidas con determinada configuración espacial.
Entonces, es por eso que para Freud la vida en sociedad se caracteriza por
dos formas: a) homo homini lupus, el hombre es el lobo del hombre, es una
frase que hizo famosa Hobbes, que fue el primero en teorizar fuertemente
cómo entender las relaciones sociales en los estados democráticos. Pero es
una frase de Plauto, un autor del siglo IV de nuestra era. ¿Saben cómo es la
frase completa? Es hermosa, no esa porquería occidental, judeocristiana y
moderna. “Locución latina de uso actual que significa que el hombre es el lobo
del hombre, tomada de Plauto, 254-184, de su libro Asinaria, Volumen II,
capítulo 4. Fue popularizada por Hobbes, filósofo inglés del Siglo XVIII, que
dice que el egoísmo es básico para el comportamiento humano.” La cita
completa de Plauto es:
Es hermosísima. Lo que pasa que en el pasaje del 200 al 1700, ya no. ¡Es
increíble! ¡Por suerte está internet y uno puede enterarse!
Ahora, Freud, ¿cómo piensa al hombre? ¿cuáles son los dos estados
fundamentales de vida para Freud, del hombre? El individuo y la masa. “Le
Bon y su descripción del alma de las masas”, Psicología de las masas y
análisis del yo, capítulo II. Vean que estoy tomando esto de lugares que estoy
seguro que todos leyeron y hasta se los saben de memoria:
A.E.: sí, pero el tema es cómo entiende lo social. Lo entiende como una masa.
Que es el paradigma del problema que se presenta a fines del Siglo XIX y
principios del XX de la sociedad. Se está cocinando el fascismo italiano, el
nazismo alemán, se están cocinando efectivamente movimientos novedosos en
Occidente, que es la masa. Habrán visto la que se armó en Oaxaca... ¿cómo
pensamos nosotros esas cosas? Es que cuando se juntan 500, 600 ó 700
personas, uno sabe como empieza pero no se sabe cómo termina... que es
¿qué? La psicología de las masas, el problema de las masas. La cita a Le
Bon:
Es el yo y el ello, agujereado:
Se los leo en Lacan, ya que siempre le creen más a él que a todos los demás.
Aunque es mentira, porque Lacan fracasó de manera notable, de 1953 a 1980,
más de 600 veces con topología, ¡y nadie la usa y a todo el mundo le resulta
ridículo! El seminario de Caracas, último seminario dictado por Lacan, en
1980, poco antes de morir:
“Por eso creo adecuado decirles algunas palabras del debate que mantengo
con Freud, que no es de ayer. Aquí está: mis tres no son los suyos. Mis tres
son lo simbólico, lo real y lo imaginario. Me vi llevado a situarlos como una
topología, la del nudo llamado borromeo. El nudo borromeo pone en evidencia
la función del al menos tres, anuda a los otros dos desanudados. Eso les di yo
a los míos. Se los di para que supieran orientarse en la práctica.
“Hay que decirlo: lo que Freud dibujó con su tópica, llamada segunda, adolece
de cierta torpeza. Me imagino que era para darse a entender dentro de los
límites de su época, pero ¿no podríamos más bien aprovechar lo que allí figura
la aproximación a mi nudo?
“... pero ¿no podríamos más bien aprovechar lo que allí figura la aproximación
a mi nudo? Considérese el saco fofo que se produce como vínculo del ello en
su artículo que debe decirse Das Ich und das Es. El saco, al parecer, es el
continente de las pulsiones. ¡Qué idea tan disparatada el bosquejar eso así!”
dice Lacan, de Freud. A ustedes que les encanta el último Lacan, que se
vende como pan caliente... este es el último del último, después murió.
“...pero esto no lo deja a uno menos enredado, pues el mismo (...) como
extraño ojo perceptivo, donde para muchos se lee también la marca germinal
de un embrión sobre el vitelo. Por último, dos barras sombrean con su juntura
la relación de este conjunto barroco con el propio saco de bolitas, y ya está
designado lo reprimido. La cosa deja perplejo...
dice Lacan de Freud, esto está totalmente reprimido. Esto está publicado, lo
publica Miller, está en Escisión, Disolución, Excomunión. Está publicado muy
tempranamente, debe tener ya más de 15 años de publicado. Está totalmente
reprimido. Para Lacan es disparatada la segunda tópica de Freud, pero está
reprimido, no se puede decir en psicoanálisis. Pero no se puede decir, me
parece, primero por la relación que postulamos Freud-Lacan. Pero además,
porque efectivamente no somos capaces de asimilar lo que Lacan propone,
porque seguimos todavía trabajando con una antropología de individuos donde
el vínculo es de masas. Termino con la cita:
“La cosa deja perplejo. Digamos que no es lo mejor que hizo Freud. Podemos
incluso confesar que no favorece la pertinencia del pensamiento que pretende
traducir.
Lacan no lo termina de decir y hace muy mal en no decirlo: para Freud la zona
erógena es la mucosa del borde, la zona erógena oral para Freud es el borde
de los labios, que yo soy capaz de tocar. Para Lacan, es el agujero mismo,
imposible de ser tocado. ¿Ven la diferencia? Es cierto que para Freud hay
división, pero no es la división de Lacan. Y es cierto que Freud –a veces-
acentúa la función del agujero corporal, para trabajar la zona erógena de la
pulsión, pero lo que trabaja Freud es la mucosa, el tegumento, lo que es
excitable del cuerpo. Y para Lacan, se trata del agujero mismo.
El agujero mismo es la clave de lo que tenemos que pensar. Porque nosotros
podríamos pensar lo social, tal como tantos pensadores están hoy planteando
el problema de cómo entender en una sociedad individualista como la nuestra
el problema de lo social, como por ejemplo Esposito, que plantea que lo que
arma lo social en Occidente hoy es nada-en-común. Que bien puede ser que
como individuos no tengamos ya nada en común, o bien puede ser que lo que
tengamos en común sea nada, y aquí está el abrazo que demuestra que
justamente la comunión se da a través del agujero.
Pero si la comunión se da a través del agujero, lo que tenemos que hacer es
sustituir la superficie con la que concebimos lo humano: tiene que ser una
superficie agujereada. O lo que podría ser igual, una esfera con un asa. Una
esfera a la que se le agrega un asa es igual a un toro.
El toro puede ser planteado como una esfera a la que se le agrega un asa. Las
superficies topológicas pueden ser pensadas como esferas a las que se le
agregan asas, se le puede agregar más de una. O podría ser una superficie
con dos agujeros. La virtud de representar a lo humano con superficies así, es
que responde al problema de si los psicoanalistas sostenemos una ética
individualista, o no. Uno, ¿tiene que arreglárselas solo, sí o no? El fin y el
destino del goce, ¿es autoerótico o no? ¿O el problema del goce ahí indica
otra cosa? O sea, se trata de la supuesta energética vinculada al individuo
entendido como una superficie cerrada con interior y exterior, o se trata de otra
forma de pensar? Argumentos medio chicaneros pero simpáticos: Lacan dice
¿cómo puede ser que el mundo esté adentro? Vieron que se llama Umwelt e
Innenwelt, mundo circundante y mundo interno, vieron que se dice “tiene un
rico mundo interno”, y la pregunta es cómo puede ser que el mundo esté
adentro. Es que quizás la categoría de interno y externo no sirvan para pensar
las relaciones sujeto-Otro. El Otro, está ¿afuera o adentro del sujeto? No son
categorías que se puedan aplicar. Quizás tengamos que pasar
necesariamente con Lacan a otro tipo de geometría que plantea otro tipo de
superficies espaciales, para resolver el problema. Pero para eso primero
tenemos que resolver cómo concebimos nosotros lo humano. Si para nosotros
lo humano se manifiesta por la vía de individuos y la suma de individuos, o si lo
humano se caracteriza por una comunidad –communitas- que hay que
plantearla desde el origen, donde nunca jamás nada humano aparecerá
caracterizado como Uno. Cuando decimos “no hay sujeto sin Otro”, ¿qué
estamos queriendo decir? ¿Qué siempre una persona tendrá otra en relación?
¿Estamos queriendo decir eso, o estamos queriendo decir otra cosa?
Lo que les propongo revisar esa otra forma.
Vamos a la división del sujeto de Jacques Lacan. Hay dos formas de leer, en
Lacan, la división del sujeto de Lacan. Una que aparece primero que es el
comienzo del Seminario 11. Y la segunda versión de la división del sujeto es
de final del Seminario 11 y de “Posición del Inconsciente”.
En el comienzo del Seminario 11, cuando Lacan comienza con el problema de
la alienación, dice que el sujeto nace alienado en el Otro. Y es como se trabaja
alienación en Occidente. Y entonces, tiene que separarse. ¿Por qué tendría
que separarse? Para advenir como individuo. Entonces, primero hay
alienación y luego separación. Piénsenlo muy bien, porque es exactamente lo
mismo que se dice de los estados nacionales. Nosotros ¿cómo nacimos?
Alienados, y luego libertad, autonomía, soberanía. Se propone lo mismo que
para los estados nacionales, pero porque es la política. Es nuestra forma de
pensar las relaciones entre nosotros, son los ideales sociales –pasados de
moda pero son los ideales sociales. Nosotros nacimos alienados a España y
luego nos independizamos, nos separamos y nos fundamos libres, autónomos
y soberanos. Eso también en cierta medida y complejiza bastante el asunto, es
la alienación en Marx. Porque hoy, profundamente, la base de nuestra
ideología es Marx. La ideología occidental es profundamente marxista. Les
recomiendo un libro de Hannah Arendt que se reeditó y ahora es best-seller, La
condición humana. Allí plantea claramente que la ideología marxista es fallida.
Pero que tiene tanto éxito porque fue ni más ni menos que el punto culminante
de la ideología de su época. ¿Vieron que se cree que Marx es lo contrario de
Smith y Ricardo? No, no, es la conclusión del proyecto de Smith y Ricardo, de
la manera más pura. Les recomiendo mucho ese libro porque ella además
trabaja: labor, trabajo y acto. Y dice que lo humano solamente adviene con el
acto. Muy interesante. El problema de este libro es que no está escrito con la
oscuridad heideggeriana, entonces parece tonto. Es un libro maravilloso, sólo
que como está escrito llanamente, no parece tan sabio como Heidegger.
Y les advierto otro problema más: en Marx y en Hegel, la teoría de la
alienación se articula con una teoría de la separación. O sea, que tanto Hegel
como Marx tienen alienación y separación. Por eso es muy difícil distinguirlo
de lo que propone Lacan, porque al ser los mismos términos, pareciera que
hablan de lo mismo, como nos pasó con sujeto dividido.
Para Lacan, alienación es nacer Otro de sí. Alio quiere decir Otro. Nacer otro
de sí, ¿de qué sí? De sí mismo. Y esto es así porque se nace entre dos
significantes. Para Lacan adviene sujeto no cuando nace una persona ni
cuando se le pone nombre a un bebé. El nacimiento de un sujeto se produce
por una dupla significante. A la dupla significante Lacan la va a llamar:
S1 S2
ser sentido
(...) Perón puede ser que haya sido, pero quizás fue el último. Pero en nuestra
sociedad, ¿hay ser, o sentido, vinculado a alguien? No. ¿Cómo se rescata de
esa insignificancia absoluta en la que se vive en Occidente? Haber sido
queridos o amados por alguien. No es tan teórico ni colgado de la palmera lo
que propone Lacan: es un diagnóstico de cultura. Pero nosotros seguimos
trabajando con la masa y el individualismo freudiano.
A.E.: es sexual, ¿por qué? ¿Por qué el deseo tiene un carácter que es
sexual?
A.E.: ¡claro! Ahí tenés dos cosas: esos invariantes, mentan, dicen, se
refieren, ¿a la persona? ¿Hay alguien que sea obsesivo? ¿Hay alguien que sea
histérico? Lacan dice que la histeria ¿es una propiedad de alguien? Una
histérica de 28 años que cree que el padre la tocó, pero no se acuerda bien,
¿eso es? ¿O es un discurso? Y si es un discurso, ya no hay más personas. Si
es un discurso, el caso, el sujeto, es entre psicoanalista y psicoanalizante. La
palabra ya no es de ninguno de los dos: ser analista es pagar con la propia
persona. Persona, ¿qué quiere decir? Máscara, porque suena a través de
ella. Pagar con la persona, quiere decir que uno dice sin decir. “Me cayó muy
mal lo que me dijiste la sesión pasada”, y uno se acuerda que en esa sesión
durmió... ¡no pudo haberle dicho nada! ¿Cómo hace un analista? Freud diría
“yo no le dije nada, esa es una proyección que usted está haciendo en mí, pero
dígalo, así analizamos lo que usted proyecta en mí.” Un analista lacaniano,
¿qué debería decir?: “¿Por qué le cayó mal, qué le dije?” Porque se lo dijiste.
Eso es ser analista, pagar con el lugar de enunciación. Que uno enuncie sin
decir, aún en ese caso. Pero ahí ya no hay individuo, ya el caso no es un
individuo, es el tipo de abrazo. Pero se podrá objetar que eso es una locura,
porque cada paciente que se analice con otro analista, eso producirá otro tipo
de abrazo... ¡es un desastre!, sí ese es el punto. ¿Cada paciente que se
analiza con otro analista, es otro caso? ¡Es cualquier cosa! Y...
Caso por caso pero en transferencia, porque si es sin transferencia es un
espejo que devuelve las características individuales. Clínica bajo transferencia,
Miller lo escribe así: C.S.T. es un artículo de él, muy bueno.
“En transferencia” quiere decir que ya no se sabe quién es quién. Que un caso
en análisis es cuando se disuelve el quién es quién. Ya no es que uno le
cuenta lo que le pasa y el otro le diagnostica sobre lo que el pasa. Con lo cual,
los invariantes, ¿de qué hablan? O hablan del individuo, o hablan del tipo de
abrazo habilitado por nuestra cultura. Quizás eso sea los cuatro discursos, que
nosotros sólo seamos capaces de diagnosticar discursos, vínculos. Recuerden
que en el Seminario 18, discurso es llamado lazo social. En el 16 dice que el
psicoanálisis es un discurso, en el 17 puso los cuatro discursos y en el 18
recién dice que el discurso es definido como lazo social. Quizás quiera decir
que en la clínica somos capaces de definir cuatro tipos de lazo social. Lacan,
con los cuatro discursos, ¿dirá que la sociedad se divide en cuatro tipos de
discuros? ¿O que la clínica analítica se divide en cuatro tipos de discurso?
Y quizás sólo seamos capaces de diagnosticar qué tipo de lazo es el que
hegemoniza un caso, sin que nadie sea dueño de hacer existir esa hegemonía
ni disolverla. Y les advierto que Lacan dice que son cuatro para la clínica
analítica. Porque en el mismo Seminario 17 dice “discurso freudian”, dice
“discurso capitalista”... jamás Lacan creyó que los discursos en el mundo –o en
Occidente- fueran cuatro. Sólo para la clínica analítica. Es más, para Lacan, la
dirección de la cura es un pasaje en forma circular, de un discurso al otro. Con
lo cual, quizás los invariantes sean del lazo. Pero para pensarlo así, hay que
dejar caer El yo y el ello, como un individuo dividido internamente. Con lo cual,
observen que la problemática es bien dura. Que yo sepa, Lacan no lo dijo así,
lo desarrolló desde el ’53 sin parar, pero nunca dijo “ojo que mi división no es la
misma que la de Freud”, porque la división de Freud es interna y la del Lacan
es imposible que sea interna. ¿Cómo lo simbólico, lo imaginario y lo real van a
ser internos? Ahora, si alguien nos propone el goce, y dice que el goce es del
cuerpo, y se lo va a comprar gozoso, porque ahí sí hay un punto de anclaje en
el individuo corporal freudiano. Incluso hasta se podrá decir que simbólico e
imaginario no son del individuo, pero el goce sí... entonces como somos
individualistas trataremos de establecer la propiedad particular del goce de
alguien. Pero no tiene que ver tanto con el goce, sino con cómo entendemos
caso por caso. El problema es cómo entendemos en psicoanálisis el caso por
caso. Si es que todas las personas son distintas, ese es un problema en
Occidente, siempre pongo el mismo ejemplo: ¿por qué en Israel, que son
todos judíos, cambian dos soldados israelíes por 600 guerrilleros árabes?
¿Cómo van a cambiar 2 por 600? El ataque de Israel al Líbano, ¿cuál fue el
motivo? El secuestro de 1 soldado. ¿Y por qué 1? ¿Qué es 1 para nosotros?
1 es todo. Porque esa diferencia particular, ese individuo, es irremplazable
para nosotros. Pero un podría decir que para la madre del árabe que se
suicida en el colectivo con una bomba, obviamente que ese hijo, Mustafá, es
irremplazable... sí, pero no es un valor en sí, ellos no cuentan de a uno como
nosotros. Nosotros somos terriblemente individualistas, para nosotros uno es
reemplazable por todo. ¿Cuánto pagaría un padre por un hijo secuestrado, de
su patrimonio? ¿cuánto debería pagar por el rescate del hijo? Más allá del
éxito de la operación del rescate, que no te lo maten igual, no digo esa parte.
¿Cuánto debería pagar de su patrimonio? ¿Todo? ¿Y si es el dueño de
Microsoft, que tiene 8.000.000 de dólares? ¡Ahh! Se quedaron callados, no me
dijeron “todo” otra vez. Todo. ¿Por qué? El general griego, si no soplaban los
vientos, ¿qué hacía? Agarraba a su hija y la sacrificaba a los dioses en el altar.
A su hija, que era la princesa. ¿Por qué? Porque la polis requería de eso. Un
sacrificio individual, era lo menos. No se contaba de a uno. Nosotros hemos
hecho una apuesta total al Uno, pero hay que ver si con esto no sostenemos el
caso por caso sin apoyarse en la transferencia. Creemos que “en
transferencia” es que el psicoanalista diagnostica cuál es el goce del paciente,
igual que el médico hace con su paciente... yo no veo ahí la transferencia.
Salvo que se entienda que transferencia sea la bolilla que el paciente le de al
psicoanalista, entonces es lo mismo que el médico, el maestro o el padre. Si
es sugestión... es una relación cualquiera. ¿Hay alguna diferencia especial,
psicoanalítica, de “en transferencia”? Sí, que es que el psicoanalista participa
del caso: “me miraste con muy malos ojos cuando entré”. ¿Cómo contesta un
analista? “¡Yo no la miré!” o “¿Por qué, cómo te miré?” Eso es en
transferencia, cuando uno cede hasta cómo mira, ya no sabe ni cómo mira, ni
cómo habla ni qué dice. Eso es “en transferencia”. Pero allí ya no hay más
caso como individuo. Me parece que todo el problema está ahí. Y la
formalización de Lacan es rechazada porque ataca el individualismo, que es lo
que vos planteabas con los invariantes. Ahora, se ataca los invariantes, pero
terminás con el goce. Porque la clínica de caso por caso, sin invariantes, no es
nada. Es nada, es hablar con una persona en la cola del banco. Es contarle a
alguien que uno no conoce, las cosas más increíbles. ¿Eso es? Porque el otro
no sabe nada. El psicoanalista, ¿no sabe nada? ¿no tiene que saber nada de
nada? Entonces el psicoanálisis es a la sanfasón. ¿Es a la sanfasón? Si es
así no sé para qué estamos acá.
Algo hay que saber. ¿De qué hay que saber? ¿Del goce del cuerpo del
individuo o de los invariantes estructurales? Los invariantes son
matematizados.
Les leo de Alain Badiou, “El estatuto filosófico del poema después de
Heidegger”, está en internet:
---Final de la grabación
Matemática: disciplina deductiva, que implica que una propiedad puede ser
establecida como conclusión de una prueba lógica.
Uso del método axiomático en Geometría, implica aceptar sin pruebas
proposiciones como axiomas, y derivar según reglas las demás proposiciones
del sistema, que –deducidas del axioma- forman teoremas.
Un conjunto axiomático tiene reglas que establecen las concatenaciones de
proposiciones que luego serán teoremas.
No es posible admitir que toda proposición deriva del axioma: es lo que
demuestra el TG, o sea, que no es posible la axiomatización plena.
No se puede establecer la consistencia lógica interna de un sistema deductivo,
salvo que se utilice otro conjunto de axiomas más complejo.
Implica la problemática de la consistencia.
Quinto Postulado: por un punto exterior a una recta pasa sólo una paralela.
No parecía evidente. En el Siglo XIX, 3 autores demostraron la imposibilidad
de deducir el Quinto Postulado de los otros axiomas. Por lo tanto, hay
proposiciones aritméticas imposibles de demostrar.
Problema de la abstracción creciente de las matemáticas: un sistema formal,
¿es consistente? Sí, si se demuestra que no hay teoremas contradictorios
deducidos a partir de los axiomas del sistema.
¿Cómo demostrar la consistencia del modelo? Transfiriendo de un modelo a
otro, se verifica si es consistente.
Ejemplo de transferencia:
L L
K K
L
a) variables: P, Q, R
b) enlaces sentenciales: cómo se conjugan las variables entre sí: ~
c) reglas de formación: permiten construir sentencias aplicables a todo
razonamiento. (modus ponens, modus tollens)
d) signos de puntuación (,.;)
e) axiomas: articulaciones de enlaces de variables según reglas, dados por
válidos según demostración. Deben cumplir el requisito formal.
N) Es richardiano.
N° G = la fórmula G no es demostrable
Bibliografía:
Ya se habrán dado cuenta que desde hace varias reuniones decidí cambiar el
programa y la estrategia de este curso. Antes había pensado plantearles, junto
con los profesores invitados, las más importantes formalizaciones
matematizadas que Lacan había incorporado al psicoanálisis, y había previsto
un trabajo de desarrollo, interpretación y articulación de esas incorporaciones
que Lacan había hecho. Ya desde hace dos meses, llegué a un nuevo
diagnóstico del estado de situación de ese problema, y es que es inútil. Es
inútil seguir insistiendo con la presentación de los argumentos matematizados
de Lacan. Porque por más que uno tenga éxito en la transmisión, en el sentido
de que la gente diga “¡Ah! ¡Mirá vos! ¡Muy interesante! Entendí”, en general –y
yo hago este diagnóstico desde la rendija por la cual miro al mundo- mi
impresión es que no pasa de ahí, que la gente dice que es muy interesante,
pero siguen trabajando con el goce, lo real, etc. Los psicoanalistas leen
muchos libros, muy interesantes, el libro va a la biblioteca y todo sigue igual.
Porque no se incorpora lo que se lee. Con lo cual, he decidido trabajar en
estas últimas clases ese problema: por qué no se incorpora.
Esa clínica existe, hay gente a la cual van pacientes y le dicen algo y ellos les
contestan –a eso que les dicen- cualquier cosa. Cualquier cosa, lo que se les
ocurre, cualquier cosa. Ahora, eso, ¿por qué tipificaría una clínica y no sería
cualquier cosa? ¿Cómo podríamos decir que dos de esos que dicen cualquier
cosa, practican la misma clínica? ¿Cómo se podría decir que haya
psicoanálisis? Salvo que psicoanálisis tenga hoy el estatuto de ser cualquier
cosa. Si el psicoanálisis ya fuese eso –hacer cualquier cosa, esto es, decir
cualquier cosa, y estoy hablando de “comunicación de inconsciente a
inconsciente”, hablo de cosas que se han trabajado mucho en psicoanálisis-
entonces habría que disolver todos los cursos y no publicar ningún libro.
Porque eso sería contrario a la formación necesaria. No tendríamos que
escuchar el caso de ningún colega, porque si lo escuchásemos, el peligro sería
que nosotros digamos a nuestro paciente algo parecido a lo que el colega le
dijo al suyo, y ya no sería la clínica del caso por caso. Habría que quemar
todas las bibliotecas. De hecho, es lo que hacen muchos de los psicoanalistas
que se llaman a sí mismo “clínicos”: juegan al tenis, miran partidos de tenis,
atienden pacientes y dicen que son muy clínicos. No saben lo que dijo Lacan
porque a ellos les interesa la clínica, y son un número muy importante de
psicoanalistas. Ahora, yo no entiendo qué quiere decir que sean
psicoanalistas. ¿Qué tipificaría su posición?
Elisa Bellman: una clínica del caso por caso, ¿no sería una paradoja, en el
sentido de lo que vimos la reunión pasada con Jimmy Kuffer? ¿No sería un
planteo paradójico?
A.E.: podría ser una paradoja, podría ser una contradicción en los términos o
podría requerir que los psicoanalistas aceptemos otra forma de concebir la
teoría y la práctica analítica. Yo apuesto a la tercera posibilidad. Me parece
que Lacan fue el primero que pensó el problema de cómo puede ser que haya
una lógica que de cuenta de una clínica del caso por caso. Observen que fue
el primero que se animó a inventar un dispositivo para poder inscribir los
resultados -y estudiarlos- de una clínica del caso por caso, que es el pase.
Que por primera vez en un fin de análisis que no se trabaja en función de los
ideales sociales o de grupo, sino que se piensa que los casos son uno por uno,
pero que cuando concluyen –si concluyen- pueda producirse un testimonio
sobre el cual se haga una elaboración de saber que sirva para la formación del
analista. ¿Cómo puede ser? En la clínica caso por caso, strictu sensu, no
tendríamos que escuchar ningún testimonio de pase, porque podría suceder
que nos contagiemos. Y que nosotros creamos que hicimos el pase, y que en
nuestro testimonio repitamos lo que dijo otro del cual leímos su testimonio de
pase por internet. De hecho, muchísimos analistas dicen que está pasando
eso con el pase. Que los testimonios de pase no son más que repeticiones de
lo que ya se considera que es el pase. De hecho, este problema está, no se
olviden que Lacan dijo que no servía para nada, que fracasó, y que muchos
están hoy desconfiando de que no sea una forma nueva de haber encriptado el
ideal. Con lo cual, vean que el problema sigue vigente.
No sé si les suena... el deseo de saber del analista. ¿De dónde sacó Lacan al
deseo de saber? No tengan dudas que de Nicolás de Cusa. Escuchen esta
cita:
“La docta ignorancia consta de tres partes: la primera trata de Dios, el ser
máximo considerado absolutamente; la segunda trata del Universo, el ser
máximo considerado contraído en la pluralidad de las cosas; y la tercera en
Jesucristo, el ser máximo como contraído y absoluto a la vez. El título que el
propio autor considera novedoso, tiene una significación compleja. Por un lado
lo relaciona con Sócrates,
ni más ni menos, aquel que Lacan dijo que fue el primer analista. Sólo sé que
no se nada.
esto es interesantísimo. Saben que para Lacan hay mucho del argumento
cristiano sobre la existencia de Dios que se articula a la noción de inconsciente
en psicoanálisis. Lo que el hace a Lacan decir “Dios es inconsciente”, o sea,
no estamos desperdigados en el mundo de las ideas, estamos en el núcleo.
con lo cual, no pierdan de vista que docta ignorancia podría ser la transcripción
de S( ), [S de A barrado], el significante de una falta en el Otro. La falta en el Otro
podría corresponder con lo que no se sabe, pero ese significante es positivo:
es un saber sobre lo que no se sabe. No es puro no saber, no es no saber de
qué va a hablar un paciente, no es no saber la propiedad del caso: eso es
ignorancia nada más.
Entonces, lo que les propongo es que la clínica de caso por caso solamente se
puede sostener, como psicoanálisis, o sea que hay algo que se puede saber,
comunicar y transmitir sobre la clínica del caso por caso, o sea, que hay
psicoanálisis de la clínica del caso por caso, desde la posición de docta
ignorancia. Eso nos permite sostener que el psicoanálisis es distinto de toda
psicología. ¿Qué quiere decir para mí que el psicoanálisis sea distinto de toda
psicología? Que la psicología es la ciencia del hombre, y decir la ciencia del
hombre es decir que hombre es el objeto de estudio de esa ciencia. Vieron que
para mucha epistemología, especialmente la epistemología naïve de
comienzos del Siglo XX, una ciencia se define por su objeto. La psicología se
definiría por ser la ciencia cuyo objeto es el hombre. Ahora, no pierdan de vista
que ese objeto que es el hombre para la psicología, produce que la psicología
entonces sea un saber sobre el hombre. Eso significa que la psicología sabe lo
que es un hombre normal. Y este saber sobre el hombre normal, es un saber
sabido. O sea, el psicólogo sabe que sabe. Por ejemplo, Mugrabi sabe que un
adolescente es hasta los 35 años, y además sabe que lo sabe, o sea, lo podría
enseñar. Es muy interesante que podamos pensar que hay saberes, pero que
hay saberes sabidos y hay saberes no sabidos. Es interesante que
empecemos a pensar esa diferencia.
El psicoanálisis, es para Lacan sin lugar a dudas, como para Freud, una
ciencia. Para los lacanianos no, ya sé.
Comentario: esto del saber sabido y del saber no sabido, ¿tiene que ver
también con el significante del Otro barrado?
Entonces, psicología es –por objeto- ciencia del hombre, pero para poder
operarlo, trabaja con el hombre normal, y es un saber sabido. La mayor parte
de los psicoanalistas que yo superviso, vienen en la posición de psicólogos,
porque siempre me dicen de sus casos: “me llamó mucho la atención...” Por
ejemplo, les llamó la atención que no debutara hasta los 25 años. ¿por qué les
llama la atención? ¿Quién debuta antes de los 25 años? El hombre normal. O
sea, cuando el psicoanalista dice “me llama la atención”, hay que ver si no le
llama la atención en tanto que psicólogo. Todos en Occidente somos un poco
psicólogos. De hecho, la psicología se difunde por diarios y revistas de difusión
popular, La Nación, Clarín, Gente, etc. Los autotests de las revistas que las
mujeres hacen en la playa para ver si son la mujer ideal, a través de los cuales
ya se empieza a saber cuáles son los considerandos que hay que tomar en
cuenta para saber, por ejemplo, si se es una mujer ideal.
Para Freud y para Lacan el psicoanálisis es ciencia. No voy a discutir con los
lacanianos para los cuales no es así. Para Freud y para Lacan sí, por eso
Lacan siempre critica la extraterritorialidad científica del psicoanalista, porque el
psicoanalista se cree que no es ciencia. Ahora, siendo ciencia, es ¿ciencia de
qué? Es muy interesante pensarlo, Lacan lo articula muy bien cuando tiene el
objeto a, porque apenas logra el objeto a, se podría pensar que como toda
ciencia se define por su objeto, el psicoanálisis ha logrado su objeto, el
psicoanálisis es la ciencia del objeto a... no. Lacan dice que no, que el
psicoanálisis tiene por objeto al inconsciente. ¿Y por qué tiene por objeto al
inconsciente y no al objeto a? Lacan dice que el objeto del psicoanálisis es el
inconsciente, y ahí viene la peculiaridad del psicoanálisis como ciencia, porque
el inconsciente es según Lacan, saber no sabido. La clave del problema es
cómo operar lógicamente, no con la ignorancia como les gusta a los lacanianos
y que no dicen ignorancia porque saben que está mal, dicen con lo no sabido,
el analista sabe operar con lo no sabido, que es poner al paciente recostado en
el diván y limarse las uñas. ¿Por qué limarse las uñas? Para lograr la atención
flotante. Se liman las uñas para distraerse con algo y no dormirse. Para no
prestar atención, porque si se presta atención se es psicólogo y no
psicoanalista... Es un problema serio el qué significa la famosa posición del
analista como atención flotante.
A.E.: Freud sabe, y el analista formado a la freudiana sabe, y sabe que sabe.
Es muy interesante que piensen en esto de que sabe que sabe, porque el
esclavo de Sócrates no sabe que sabe. ¿Recuerdan la mayéutica? Sócrates
decía “van a ver que él sabe, lo que pasa es que no sabe que sabe”. Entonces
se llamaba mayéutica al procedimiento de hacerle parir el saber que está en él,
pero él no sabe que sabe. Con lo cual, es muy interesante no saber, saber,
saber que se sabe. El psicoanalista freudiano sabe que sabe, si no ¿cómo va
a ser didacta? Tanto sabe que sabe, que enseña.
Elisa Bellmann: ahora, ¿cómo puede ser que el psicoanálisis hoy sea lo que
Sócrates decía al esclavo, hace 2500 años? ¿Estamos en el mismo punto?
A.E.: sí, sí, tal cual, por eso fue necesario un retorno a Freud, y quizás sea
necesario un retorno a Lacan. Porque quizás todo el problema sea cómo
concebir una ciencia de la docta ignorancia. Quizás todo el problema sea
cómo concebir un saber respecto a lo no sabido.
Les propongo que Lacan produce una deconstrucción del psicoanálisis, que
significa un vaciamiento del falso saber, y les doy algunos ejemplos: el deseo
para Freud. El deseo para Freud es conocido, es sexual, infantil, inconsciente
e incestuoso. Lo conocemos, es decir, ya sabemos cómo es. Para Lacan, el
deseo del hombre es el deseo del Otro. El problema es que a esta frase de
Lacan nunca se la entendió, o se la entendió como alienación y separación. O
sea, uno nace infectado del deseo de la mamá, pero para acceder a la
condición particular hay que sacarse de encima –separarse- el deseo de la
mamá y así uno encuentra el deseo propio, así se interpretó “el deseo del
hombre es el deseo del Otro”. Y por eso el fin del análisis es obtener un poco
de libertad, como dice Diana Rabinovich. Yo hace años estoy buscando esa
cita que Diana Rabinovich pone en su libro El deseo del psicoanalista. Ella lo
pone entre comillas y dice que lo dice Lacan, pero yo no encontré esa cita ni en
español, ni en francés. No digo que Diana no tenga razón, digo que el
entrecomillado que ella pone, no corresponde a Lacan, es una frase de Diana.
Pero ese “poco de libertad” ¿respecto de qué sería? De la alienación, para
obtener el individuo. Y ¿dónde está esta alienación? En que el deseo del
hombre es el deseo del Otro. Vendría a ser que yo tengo impregnado en mi
deseo el deseo del mi mamá y me lo tengo que sacar de encima para encontrar
mi deseo verdadero. Lacan no lo dice así, no es ese el sentido de Lacan. Les
leo el sentido de Lacan:
“Pero también añadiendo que el deseo del hombre es el deseo del Otro, donde
el “de” da la determinación llamada por los gramáticos subjetiva,...
El deseo del hombre es el deseo del Otro, ¿qué quiere decir? ¿cómo desea el
hombre? Desea en cuanto Otro. ¿Ven que nunca se va a saber qué desea?
Lo que Lacan está queriendo decir es que no se puede decir “mi deseo es...”
Y esta cita sigue:
La cita es de “Subversión del sujeto...”, allí Lacan dice que es lo que le da todo
su alcance a la pasión humana, es fuertísimo.
Con lo cual, lo que tenemos es que para Freud sabemos cómo es el deseo, es
incestuoso, sexual, inconsciente y reprimido. Es así para todo caso, para toda
persona que venga a análisis, su deseo será de incesto con la madre. Y
sabemos que está reprimido, sabemos que le apareció en la infancia y más
aún, sabemos que fue reprimido en la infancia, ya sabemos todo.
Para Lacan es “el deseo del hombre es el deseo del Otro”, siempre es como
Otro que se desea, siempre hay una instancia de Otredad incorporada ahí, que
no se puede saber, no se puede decir “mi deseo...” y para colmo, ¿cómo se
escribe deseo para Lacan? “d”. ¿Cómo es el deseo de alguien, entonces?
Hay que leerlo. ¿Ven el vaciamiento que produjo Lacan? De “incestuoso,
reprimido, inconsciente e infantil” a “d”. Una pura letra, o sea, hay que leerlo.
Hay que leerlo en cada caso.
Otro ejemplo: la fantasía. Para Freud la fantasía es universal, para todo caso.
El coito, Freud ya sabe que para todo el mundo es sádico. El nacimiento es
cloacal, y la diferencia sexual es por castración. Freud sabe y le enseña a los
psicoanalistas cómo son las fantasías, y en este sentido ¿cómo se entiende
“universal”? Que son para todo el mundo. En África, en China, en la India.
Hace 5000 años en África... fantasías universales.
Para Lacan, ( a) [S barrado rombo a minúscula], que es para todo caso, vean que hay
un equivalente para el universal. Para todo caso –de intervalo, como lo llamo
yo, en la oposición clínica de intervalo y holofrase- para todo caso de intervalo,
el fantasma es ( a) [S barrado rombo a minúscula]. Donde S barrado es el momento
de un fading, rombo se lee “deseo de” y a minúscula se lee “cierta condición de
objeto”. Ahora, para un caso ¿qué es momento de un fading? Momento de un
desvanecimiento. ¿Es cuando se desmayó? Podría ser, pero también podría
ser cuando se puso colorado, o cuando tartamudeó, o cuando no fue, o cuando
se distrajo. ¿Cuándo es un momento de fading? Se establece por la lectura de
un caso, cómo se inscribió para ese caso, S barrado. ¿Y cómo se inscribe?
[S barrado] ¿ven que tenemos que pasar obligatoriamente al matema, a la
formalización matematizada, para escribir? Porque estamos queriendo,
mediante esa escritura, producir un vaciamiento. ¿Un vaciamiento de qué
índole? No decimos que no haya deseo, no decimos que no haya pulsión, que
no haya fantasma, que no haya yo. Aceptamos –les propongo- esas
instituciones de la clínica psicoanalítica, o sea, decimos en la clínica
psicoanalítica que los elementos a considerar son, por ejemplo, todos los
nodos y puntos de entrecruzamiento del grafo. Son esos, eso es en lo que
somos doctos. Conocemos la estructura. Ahora, ¿cómo opera esa estructura
para cada caso? No lo podemos saber. Con lo cual hay docta e ignorancia,
pero hasta Lacan, era un saber sabido. Por ejemplo, el yo en Freud, ¿cómo
es? Narcisista. O sea, “yo me amo”. Para Lacan, es m minúscula. Y esa
institución psicoanalítica, m, el yo, ¿qué es para cada caso? La identificación
con la imagen del semejante. Pero ¿tiene que ser la identificación al semejante
en como el semejante se ama? No, ahí está la cuestión. Se produce de vuelta
un vaciamiento, aceptando la institución yoica, o sea, aceptamos que haya
pulsión, fantasma, deseo; no es que no haya nada para escribir en el grafo, o
que no se pueda escribir nada en el grafo, sino que necesitamos escribirlo bajo
cierta forma, primero para operar en docta ignorancia, pero además por el
problema de que hay que producir en psicoanálisis un vaciamiento, porque
Lacan se entromete en la historia del movimiento psicoanalítico, y se entromete
en la historia del movimiento psicoanalítico, siendo que el movimiento
psicoanalítico es una psicología. Porque hay un saber sobre el hombre, que es
–para colmo- normal. El edipo normal es entre los 3 y 5 años. Si un
psicoanalista de la I.P.A. presenta un caso con el título “Acerca de un caso
edípico de un varón de 51 años”, ya está el caso inscripto, ya sabemos cuál es
el problema, que no terminó el edipo cuando había que terminarlo. El
sepultamiento del edipo es a los 5 años, ¿por qué? Porque el varoncito
empieza a tener erecciones y entonces para Freud en la medida en que
empieza el niño a tener erecciones, una mujer le dice “te lo vamos a cortar” –
habitualmente dice Freud que es una mujer, lo cual es increíblemente ridículo-
y ahí se produce por narcisismo el sepultamiento del edipo. No importa tanto el
contenido ridículo de esta psicología, porque al lado de otras es más digna,
Lacan dice que el único valor que él le da al psicoanálisis entendido como
“psicología de las profundidades”, es la enorme superficialidad de las otras
psicologías. Y tenía razón, las otras psicologías son mucho más ridículas que
esta. Pero en Freud se sabe lo que es normal: normal es que el niño desee a
la madre, pero un poco también al padre, pero que todo eso tiene que ceder
entre los 4 y 6 años. Para nosotros no existe ese saber. “Oral, anal, escópico
e invocante” de Lacan, ¿para qué edad son? Aceptamos esas instituciones:
para el objeto, los modos lógicos son anal, oral, escópico e invocante;
aceptamos esas diferencias, pero para cada caso ¿cómo son? Por ejemplo,
¿es como dicen los lacanianos? Cuando aparece la palabra “mirada”, el
supervisor dice “objeto a mirada, dejamos aquí”, ¡porque apareció la palabra
“mirada”! Ni siquiera si hubiese descripto “me enamoré por cómo ella me miró”,
ni siquiera ahí tendríamos al objeto a como mirada, porque no sabemos qué
estatuto darle a ese texto, “me enamoré por cómo ella me miró”. Porque
quizás en “cómo ella me miró” estaba, por ejemplo, algo de la índole de mi
imagen y quizás fue un fenómeno yoico y no tuviese nada que ver con el valor
del objeto mirada en el campo del Otro.
Y el significante de una falta en el Otro, S( ) [S de A mayúscula barrado], sin lugar a
dudas –esto no hay diferencias entre el freudismo y el lacanismo- como
contenido, es la castración de la madre. En Lacan, la inscripción de la falta en
el Otro no se puede establecer cómo es. No sabemos cómo es para cada
caso, sabemos que existe la institución “inscripción de la falta en el Otro”, pero
¿tiene que ver con el falicismo de la mamá? ¿No han visto pacientes
absolutamente esquizofrénicos, para los cuales no operó, y sin embargo dicen
“mi mamá la tiene cortada, mi mamá la tiene cortada”? Ya sé que un analista
de la I.P.A. diría “claro, lo dice cuando tendría que estar reprimido”. No
solamente saben lo que es sino que además saben cómo tendría que estar:
reprimido.
Entonces, ¿nada se sabe? ¿Nada se estudia o investiga? ¿Nada se transmite?
¿No hay nada para transmitir en psicoanálisis? ¿Cómo sostener la docta
ignorancia? En Freud, las fantasías, el edipo, las pulsiones, son universales, lo
que quiere decir que para toda persona que nos venga a consultar estará
movido por pulsiones de vida y de muerte –y si fuésemos kleinianos
aceptaríamos que siempre son más las de muerte que las de vida.
“Pero si nuestra gráfica completa nos permite situar a la pulsión como tesoro de
los significantes, su notación como ( ) [S barrado rombo D], mantiene su estructura
ligándola a la diacronía. Es lo que adviene de la demanda cuando el sujeto se
desvanece en ella.
Elisa B.: (...) pensás que hubo una voluntad de Lacan en entrar al
psicoanálisis y cambiarlo, o es que no pudo hacer otra cosa por su estructura,
su propia posición (...)
A.E.: me parece que hay dos momentos sobre esto: Lacan hasta el ’53 y
Lacan a partir del ’53. Si leen los textos de Lacan hasta el ’53, por ejemplo, un
texto que a mí me resulta clave para responder a esto que preguntás, es “La
familia”. Si leen “La familia”, van a ver que la crítica rotunda y sistemática a la
antropología freudiana es total. No había retorno a Freud ni nada, vieron cómo
hacía Lacan “lo que dijo Freud es celeste pero en realidad quiso decir rosa...”
eso lo hace todo el tiempo, pero no antes del ’53, antes del ’53 no estaba ni
eso, era “esto no, esto no, esto no es así, el edipo no existe, el complejo de
castración es imposible, etc.”, eso fue hasta el ’53. Mi impresión es que a partir
del ’53, él ya decidió entrar al psicoanálisis y refundarlo desde adentro. Por
eso produce la escisión en la sociedad de analistas, se va con los jóvenes, es
como si fuese Moisés con los judíos en el desierto, se va con los jóvenes y dice
“vamos a refundar el psicoanálisis”, estoy convencido de que fue un cálculo
estratégico. Porque la posición crítica explícita, antes del ’53 era clarísima. Se
hace un poco oscura, porque durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial
–que es entre “La familia” y el ‘53- Lacan decidió no publicar –según dijo él,
como forma de resistencia- con lo cual hay un bache muy grande de
producción de Lacan. Pero hasta las referencias con las que Lacan trabajaba,
por ejemplo en “Acerca de la causalidad psíquica”, donde Lacan es un
pensador super-hegeliano y está articulando su saber de una manera muy
distinta del “Freud dijo”. Me parece que a partir del ’53 su apuesta fue desde
adentro del psicoanálisis, producir otro psicoanálisis. Me parece que no lo
logró, y que para colmo, por problemas personales de él, me parece que no se
animó, porque si no, ¿para qué tanta lucha para que no lo echen como didacta
de la IPA? ¿Saben que muchos representantes de Lacan se encontraban en
secreto con los pacientes de Lacan para que declararan ante la Comisión
Veedora que no se atendían en sesiones cortas? Eso está publicado por
Miller, está en el libro de la Roudinesco, está en todas partes. Lacan hizo
mucho para que no lo echaran de la IPA. Me parece que tuvo ese cálculo,
pero ¿aceptan que a veces la persona no quiere lo que el sujeto desea?
¿Trabajan ustedes con esa lógica? Que se puede calcular que el sujeto desea
y la persona no quiere. Me parece que Lacan quedó vacilando como persona.
Y que como persona no pudo salir del atrapamiento de la institución
psicoanalítica de ser didacta. Es increíble que Lacan no hubiera renunciado a
ser didacta y lo hayan tenido que echar. Me parece que está el movimiento de
vaciamiento, de deconstrucción del psicoanálisis, pero su persona no lo
acompañó. Si no lo hubiesen echado, creo que hubiese sido didacta hasta el
final de su vida. En eso acompaño a Jorge Aleman, que dijo que si Lacan se
hubiese animado, habría producido la nueva designación, que no es el
psicoanálisis de Freud. ¡Todavía hay lacanianos hablando del “psiquismo”!
¿Dónde iría “aparato psíquico” en Lacan? Pero si es psicoanálisis... seguimos
analizando lo psíquico, que es una designación de mediados del Siglo XIX y
sigue vigente para nosotros. Si leen artículos de lacanianos sobre autismo,
ahí lo van a encontrar, cuando la teoría no alcanza. Van a ver que todos
trabajan con aparato psíquico, que falló la barrera anti-estímulo, etc.
“Es esencial ver que el apoyo de esta interrupción no puede ser más que del
orden del matema, si se entiende por ello la singularidades discursivas de la
matemática.
o sea, la argumentación tiene que ser justificada por ella misma, no por la
experiencia misteriosa de alguien ni por el decidor. Recuerdan que en el
poema de Parménides la diosa le dice por qué puerta tiene que pasar, etc.
“Es pues ciertamente hacia el sostén del significante hacia donde nos dirigen
las proposiciones de Freud y desde la primera...
esto es pasar el antivirus infectado, esta es la cagada de Lacan, que dice que
lo que él dice, lo dice Freud.
“Es pues ciertamente hacia el sostén del significante hacia donde nos dirigen
las proposiciones de Freud y desde la primera...
O sea, no puede tener finalidad, porque si fuese finalista, sería como el instinto.
Es muy interesante diferenciarlo del instinto, porque Lacan trabaja la diferencia
entre pulsión e instinto como un problema de saber. Para Lacan instinto es
conocimiento que no puede ser saber, y pulsión es saber que no puede llegar a
conocimiento. Es muy interesante esa diferencia.
“El montaje de la pulsión es un montaje que se presenta primero como algo sin
ton ni son –tiene el sentido que adquiere cuando se habla de montaje en un
collage surrealista.
Y ahora viene la descripción de la pulsión. Me pregunto cómo estas cosas
pueden pasar tan graciosamente y que los lacanianos no reparen en ello
jamás.
“Si reunimos las paradojas que acabamos de definir a propósito del Drang del
objeto, de la meta de la pulsión, creo que la imagen adecuada sería la de una
dínamo...
“...una dínamo enchufada a la toma de gas, de la que sale una pluma de pavo
real que le hace cosquillas al vientre de una hermosa mujer qu está allí prsente
para siempre en aras de la belleza del asunto. El asunto, por cierto, empieza a
ponerse interesante porque la pulsión, según Freud...
¡Miren si lo que acaba de decir podría ser para alguien “según Freud”! Vieron
el desajuste, no? Hay un agujero del cuerpo –como les encanta a los
lacanianos- pero el agujero del cuerpo, dice Lacan, es como una toma de gas
al cual se enchufa un dínamo... ¿ven lo impropio e inadecuado?
“... según Freud, define todas las formas con las que se puede invertirse un
mecanismo semejante.
“Ello no quiere decir que se vuelve del revés a la dínamo sino que se
desenrollan sus hilos –ellos se convierten en la pluma de pavo real, la toma de
gas pasa a la boca de la dama y del medio sale una rabadilla.”
Rabadilla es el rabito que le queda a los perros cuando les cortan la cola.
Observen la desconstrucción que ha hecho. Lacan dice “está bien, existe la
pulsión, y está bien, tiene cuatro elementos que efectivamente -como dice
Freud- se articulan, pero se articulan como un montaje surrealista”. Y la
pertinencia de todo ello sería un tubo de gas, la dínamo, la pluma del pavo real
y el vientre de una dama para la belleza del asunto. O sea, les planteo que
Lacan ha producido un vaciamiento del inconsciente y del saber del
psicoanalista, para que el psicoanálisis deje de ser una psicología. Para que
eso pueda ser hecho, hay que pasar al psicoanálisis a la lógica de la estructura
y del matema. Porque si no se da este pasaje, el psicoanálisis no sería nada.
Si vaciamos al psicoanálisis de toda la psicología, ¿qué queda? Nada. Y
entonces un psicoanalista sería cualquier chantapufi –que hay bastante de eso-
habrán visto que hay “médicos psiquiatras psicoanalistas”, ¿se puede ser eso?
¿se puede ser médico, psiquiatra y psicoanalista? Habría que pensarlo, me
parece que no. Porque la posición psicoanalítica es absolutamente radical de
cualquier saber sabido como lo son por ejemplo los de la medicina y la
psiquiatría. No por el contenido corporal, biologicista, etc., sino por la
estructura del saber. El problema aquí es el saber. Con la medicina también
se puede hacer una psicología, con la religión también. Con cualquier saber se
puede hacer una psicología. Para que se pueda hacer una psicología tiene
que haber un saber sabido sobre el hombre.
Si nosotros practicamos una clínica del caso por caso, del sujeto particular,
entonces debemos producir un vaciamiento del saber. Pero para que el
psicoanálisis no sea cualquier cosa, hay que producir el vaciamiento de saber
pero conservando una estructura de elementos diferenciales –propios de la
estructura de ese saber- pero que debe ser escrito como formalización
matemática, o sea, con un recurso de pura letra. Para que ese recurso de pura
letra indique, por ejemplo: el deseo es distinto que la pulsión. Es la pregunta
del millón de dólares, no? Decimos que aceptamos esta diferencia:
d ( )
pero decimos que ninguno de los términos tiene contenido normal. Carecen de
contenido, es una diferencia de pura letra, nosotros conservamos la diferencia,
son de pura letra, permiten una operatoria en la clínica, pero es una operatoria
de docta ignorancia: nosotros conocemos las diferencias, al menos las
postulamos, son nuestros supuestos, hasta el sujeto es supuesto, es una
suposición de estructura. Es el sistema de diferencias con el que trabajamos
hoy. De hecho para Lacan no es lo mismo el sistema de diferencias que él
propone en el esquema Lambda del Seminario 2, que del grafo del deseo del
Seminario 6, porque ahí ya entró el goce. Y al haber entrado el goce en el
Seminario 6, ya el sistema de diferencias del Seminario 2 nos resulta
insuficiente, porque hay una diferencia que no podemos escribir. O sea,
decimos que el deseo es distinto de pulsión, y a su vez es distinto de goce.
d ( ) j
Lo que no sabemos es qué es goce para un caso, qué es pulsión para un caso
y qué es deseo para un caso. Para que esta forma de elucubrar el saber
pueda ser sostenida, hace falta la formalización matematizada. Mi impresión
es que no se lo acepta, que es un fracaso, que no va ni para atrás ni para
adelante, porque aún no hemos discutido el valor de psicología que tiene el
psicoanálisis. No hemos discutido todavía que los psicoanalistas suponemos
que sabemos sobre el hombre. Uno podría decir, “bueno, algo sabemos sobre
el hombre” son estas diferencias... ¡No! porque estas diferencias no se aplican
al hombre, son diferencias de la estructura. Nosotros hablamos, mentamos
sobre la estructura, y decimos que la estructura tiene al menos cuatro
elementos y que esos cuatro elementos son de tal índole. Por ejemplo,
podríamos escribir para otro contexto, este sistema de diferencias mínimo:
S1 S2
S1 S2
Elisa B.: me gustó que hayas usado el plural, el “nosotros”, porque tal como
yo te seguí, porque parece ser que nosotros aquí nos estamos constituyendo
en los distintos de aquellos que siendo psicoanalistas no hacen más que
psicología. Yo todo el tiempo pensaba, mientras te escuchaba, qué me pasa a
mí con esto. Esta inclusión, con el “nos”, el nosotros, me parece muy
interesante, porque además, a mi gusto, es la vía para interrogar esto. Te digo
esto porque pensándolo así, en nosotros, en cómo esto nos afecta o cómo
estamos nosotros afectados por esto, es que tal vez lo podamos cercar mejor...
o sea, iba a decir que no es necedad... pero creo que sí es necedad, es la
necedad que nos afecta a todos. Digo, si hubo un Sócrates, un Lacan, (...)
David Szyniak: salió ahora un libro que se llama Sobre la naturaleza humana,
y es un aporte a esta discusión, se trata de una discusión diacrónica de la
década del ’70, entre Chomsky y Foucault. Chomsky argumenta a favor de la
necesidad de tener una concepción de la naturaleza humana. Y Foucault lo
refuta. Es interesante.
A.E.: los filósofos políticos que están más abocados a este problema –
Agamben, Esposito, Nancy, etc.- están planteándose el problema de que ya
decir “hombre” infecta al antivirus. Porque ya supone un término identitario. Y
el problema de suponer un término identitario es que inmediatamente podés
decir no-hombre. Todos están pensando el mismo problema: cómo designar
al hombre. Y Esposito es el que dice que tal vez haya que pensar en la lógica
del “nada en común”. Pensando este problema, no sé si conocen la etimología
de hombre, hay dos, una verdadera y una falsa. La falsa es de homo, de igual,
esa es falsa. La verdadera es de humus, de tierra, terrícola, el que viene de la
tierra. Como Adán, que viene del barro. Y en mis delirios estuve pensando
que una salida al problema del hombre es decir “nosotros”. Me parece que la
única salida para una designación de lo humano que opere en docta
ignorancia, es decir “nosotros”, o sea, en tener que aceptar que para yo
decirme hombre, no me queda otra más que aceptar que todo otro es hombre
también. Me parece –antropológicamente hablando- es que habría que
sustituir la palabra hombre por “nosotros”.
A.E.: una clínica del nosotros. Pero entonces, ¿el analista estaría dentro del
caso? Sí. Entonces ¿el caso sería distinto si la persona fuera a ver a otro
analista? Sí. Entonces ¿es una chantada...? Y... es lo que hay. Lo otro es
una psicología: que un técnico diga sobre alguien, que es el psicoanalista de
siempre. “He ahí un goce” es una psicología. Pero no por el contenido del
término “goce”, sino por un problema epistémico, o sea, cómo se opera con el
saber y cómo se posiciona uno con el saber.
A.E.: la vez pasada, Jimmy Kuffer no lo dijo exactamente así, pero el Quinto
Postulado de Euclides se resolvió por la Solución de Lovachevsky. Y la
solución de Lovachevsky no pasó por decir que fue dificilísimo –durante 2300
años- encontrar una respuesta, sino por suponer que es imposible. Y a partir
de suponer la imposibilidad –que es inventar un real, un real que no tiene nada
que ver con la piedra ni con la pierna amputada- se funda un imposible que
habilita una nueva geometría. Nosotros podríamos obtener nuestra solución de
Lovachevsky, podríamos decirnos: toda psicología es imposible, es imposible
cualquier psicología que no sea segregación, porque toda psicología tiene por
finalidad establecer cuáles son los segregados de esta historia, o sea, a
quiénes se les dice “no”. Entonces podríamos trabajar sobre esta idea, como si
fuese la solución de Lovachevsky, la nuestra sería “es imposible toda
psicología”. Fundarnos en esa posición, que es una posición ética.
Lovachevsky no demostró la imposibilidad de demostrar el Quinto Postulado,
sino que dijo que si fuese imposible, sería posible lo contrario: que las
paralelas se cruzan en el infinito. Si es posible que las paralelas se crucen en
el infinito, se deriva de ahí toda una geometría. Pero no demostró la
imposibilidad: la supuso. Nosotros podríamos hacer la misma maniobra:
suponer imposible toda psicología que no sea segregativa. La típica frase “hay
que matarlos a todos”, es una frase producto del Occidente moderno, derivada
de la lógica de la segregación, o sea, decir quiénes sí y quiénes no. La
solución es la formalización y la matematización, porque estamos mentando
sobre la formalización y no sobre la gente. Estaríamos hablando sobre la
estructura y sobre las diferencias que estaríamos aceptando sobre la
estructura. Me parece que es la única chance de salvarnos de una psicología
que produce segregación. ¿Cuál es la máxima segregación que conocemos en
el campo psicoanalítico? La resistencia del paciente, que ahora se dice “no
quiere dejar de gozar”. Lacan propuso invertir la lógica y es que quien
interviene –el analista- lo está haciendo fallidamente, porque si no, el analista
está planteando criterios de segregación, que son los famosos criterios de
inanalizabilidad. Es un problema de lógica y no de actitudes. Son lógicas que
establecen determinantes de las cuales las personas somos víctimas.
Me parece que la apuesta de la formalización tendría esta virtud, y me parece
que estaría destinada a fracasar porque no estamos claudicando de la posición
de psicólogos.
Es cierto que claudicar de la posición de psicólogos habilita una práctica
bastante difícil: hay que estar todo el día en el consultorio sabiendo que uno no
sabe nada de ningún caso. Quizás sea impracticable, quizás los occidentales
no nos soportemos estar todo el día practicando una práctica respecto de la
cual –en tanto psicología- estamos todo el tiempo sin saber. Quizás no sea
practicable. Quizás sea un ideal. Quizás el psicoanálisis sea un ideal.
Quizás sea imposible o quizás sea un ideal, pero no es lo mismo que el ideal
esté orientado hacia un lado o hacia el otro. Si está orientado a que cada día
debiéramos saber más... más segregaremos. Según a qué lado se oriente, los
efectos clínicos serán muy distintos.-