Había una vez, dos hermanas que se querían mucho. Una
mayor y una menor, siempre jugaban juntas, vivían cerca de la playa; y casi todo el tiempo se la pasaban jugando en la orilla; recolectando conchitas, caracoles, galletas de mar; haciendo castillos de arena o corriendo cerca de las olas. Hermana mayor, traía puesto siempre un hermoso vestido rojo, y hermana menor, un lindo vestido azul. Ambas tenían juguetes que usaban en la arena, en el agua y otros que jugaban aventándolos al cielo. Hermana mayor, siempre cuidaba de hermana menor, era su responsabilidad, pero hermana menor, era muy inquieta y juguetona, siempre le gustaba meterse en la playa, a veces solo mojaba sus piecitos, un día mientras jugaban con la arena su mama llamada Paola las llamo para almorzar y en ese momento les dijo que se tenían que mudar de casa eso las puso muy tristes, al día siguen vinieron los señores de la mudanza y se empezaron a llevar todo en la tarde al llegar a la casa las niñas todas deprimidas se quedaron sin ayudar como su mama veía que estaban tristes las mando al parque para que se distrajeran, en el parque se pusieron a hablar las hermanas y de repente llego un niña un poco mayor llamada Carla y les dijo si podía jugar con ellas y las hermanas aceptaron de inmediato, pasaron varias horas y su mama de las niñas las llamo para cenar antes de que Carla también se estaba yendo. Pasaron los meses y se fueron haciendo mas amigas con Carla hasta que un día Carla les dijo para ir a la playa y las hermanas se emocionaron mucho y rápidamente fueron a decirle a su mama y su mama les dijo que ya pero que fueran con cuidado, ahora cada 3 meses van con Carla a la playa.