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El Bolígrafo
John Loud en 1888 fue el primero que tuvo la idea de la bolita giratoria en la
punta del bolígrafo que de ahí su nombre se acota a “Boli”. Comenzó siendo una
idea aplicada a su negocio: poder diseñar fácilmente patrones sobre el cuero con el
que trabajaba. Sin embargo, el uso de este prehistórico bolígrafo no llegó al mundo
de la escritura sobre papel: goteaba y dejaba manchas. Posteriormente, el croata
Edward Penkala, el mismo que inventó las bolsas de agua caliente, inventó la
pluma estilográfica de tinta sólida, e introdujo novedades en la lapicera, la llamó
“lápiz automático”.
Nos encontramos en los primeros años del 1900, en menos de una década,
aparecen dos nuevas patentes del bolígrafo, la del señor Baum y la del señor
Riesburg. Pero ninguna de sus invenciones llegó a resaltar, pues sus bolígrafos
dejaban un trazo desigual en la escritura.
Este último desarrolló, bajo la marca BIC, un bolígrafo de bajo costo que contribuyó
enormemente a la popularización del invento. Bich fue quien llevaría al bolígrafo al
centro de su revolución: la revolución Bic. El nombre de la marca proviene de su
propio apellido, sin embargo fue un asesor personal el que aconsejó al señor
Marcel cambiar el nombre de su marca, debido al desafortunado parecido que tenía
con la palabra inglesa “bitch”.
En el año 1951, Marcel Bich lanzó su primero modelo sobre la licencia de los
hermanos Biró. Como precisaba de un nombre para su producto, el empresario
adoptó su propio apellido con una sutil diferencia y creo el “BIC Cristal”; además,
resolvió algunas fallas implícitas en el diseño de los Biró, dando inicio a una
producción en masa de muy bajo costo.
Para controlar mejor el flujo, Bich invirtió en tecnología suiza para conseguir
una esfera que le permitiera a la tinta fluir libremente. También alteró la viscosidad
de la tinta para evitar las fugas y el resecado. En este mismo tiempo surgió el
enigmático agujero que se encuentra al lateral de todos los bolígrafos de BIC.
El económico lápiz es probablemente el más popular de la era moderna, pues
desde su fabricación se han vendido alrededor de 100 mil millones de ejemplares.
Según la FAQ en el sitio de BIC, cerca del 90% de todas las plumas
producidas en la actualidad cuentan con este recurso para evitar los derrames.
Pero BIC también tiene otro agujero enigmático en su haber: en el año 1991, a la
pluma también se integró un agujero en la tapa, cuya finalidad no era la de
aumentar o mejorar el rendimiento del producto, sino la seguridad de sus usuarios.
Las tapas poseen un agujero en la punta en cumplimiento de una norma de
seguridad internacional que pretende evitar el riesgo de que los niños (y también los
adultos desprevenidos que las mastican) se sofoquen con la pieza, ya que este
agujero permite el paso de aire en caso de que sean ingeridas.
Todos los días, miles de bolígrafos BIC son vendidos en todo el mundo. Son
un completo éxito, por decir lo menos, por lo que no es de extrañar que
encontremos estas útiles herramientas de escritura a donde quiera que vayamos.
Bibliografía
https://es.wikipedia.org/wiki/Ladislao_Biro
https://es.wikipedia.org/wiki/Bol%C3%ADgrafo
http://www.iso.org/iso/home/store/catalogue_ics/catalogue_detail_ics.htm?
csnumber=56728
https://www.iso.org/obp/ui/#iso:std:iso:11540:ed-2:v1:en
https://todosomosunopi.wordpress.com/2011/06/23/a-lo-echo-desecho/
http://tecnonacional.blogspot.com/2012/09/analisis-del-boligrafo-bic-
cristal.html
http://marcianosmx.com/para-que-sirve-pequeno-agujero-boligrafo-bic/
http://www.unjubilado.info/2015/07/03/agujero-en-el-tapon-de-un-boli-bic/