Está en la página 1de 2

Introducción: uno de los objetivos de la geriatría, es mejorar la calidad de vida del

paciente. Así, cuando un anciano está hospitalizado, la actuación del equipo


interdisciplinar debe ser lo mas precoz posible para evitar las complicaciones que
rápidamente se instauran en una persona encamada.
Condicionantes previos a la valoración funcional: la actuación del terapeuta ocupacional a
la hora de tratar a pacientes encamados irá dirigida a potenciar su funcionalidad, por lo
que deberá conocer previamente una serie de datos, recogidos de la valoración geriátrica,
que serán fundamentales para la posterior valoración y tratamiento funcional. Es de vital
importancia el conocimiento de patologías asociadas.
Valoraciones de las actividades básicas de la vida diaria: antes de iniciar su intervención, el
terapeuta ocupacional, como cualquier otro profesional del equipo interdisciplinar,
valorara exhaustivamente las capacidades e incapacidades que presenta el paciente para
la ejecución de las actividades de la vida diaria (AVD). Mediante las citadas escalas se
evaluará:

 La capacidad funcional de la realización de las AVD básicas e instrumentales


 La capacidad funcional de realización de AVD básicas en el momento de ingreso.
Entre las escalas de valoración de las AVD básicas, las de mayor difusión son el índice de
Katz y el índice de Barthel.
Tratamiento de las actividades básicas de la vida diaria: a partir del resultado obtenido, el
tratamiento se basará en un programa de actividades especificas dentro de cada área con
el objetivo de lograr la movilización progresiva del paciente. El fin ultimo es conseguir su
independencia. Durante el entrenamiento de las actividades, se estimulará al paciente a
que se mueva por si mismo de una forma gradual y progresiva.
Movilidad en la cama: la primera actividad que el terapeuta ocupacional enseñará a llevar
a cabo al paciente será la movilidad en la cama. Con el paciente acostado en decúbito
supino se le enseñara a girarse adoptando las posturas de decúbito lateral izquierdo y
derecho. Si el paciente encuentra alguna dificultad, el terapeuta ocupacional acompañara
el giro situando una mano detrás de su escapula y la otra en su cadera. Para enseñar al
paciente a moverse lateralmente, o lo que es lo mismo, hacia al lado de la cama, se le
indicara que eleve la cadera por medio de una flexión de rodillas, al tiempo que apoya
firmemente las plantas de ambos pies sobre la cama. Para ayudar al desplazamiento del
tronco, el terapeuta ocupacional colocará un brazo por debajo del hombro y el otro por
debajo de la cintura del paciente, y con ambos lo trasladará hacia el lado deseado. Para
desplazarse hacia

arriba de la cama, el paciente flexionará las rodillas y apoyará los pies sobre la cama para
elevar la cadera, al mismo tiempo, apoyará los codos y se impulsará.
Fase de sedestación: la fase de sedestación se iniciará precoz e inmediatamente después
de los ejercicios de movilidad en la cama. Es básico que esta fase se desarrolle
correctamente y con la mayor prontitud para prevenir las complicaciones propias del
encamamiento.
Actividades de la vida diaria elementales: una vez sentado, el paciente comenzara a
realizar las AVD mas elementales, las cuales le obligarán a implicar a sus extremidades
superiores. Es fundamental que el paciente realice por sí mismo la actividad de higiene de
la cara y las manos, así como la autoalimentación, dado que son actividades que requieren
poco esfuerzo y ayudan a iniciar el camino hacia la independencia.
Fase de bipedestación: desde un principio este implicará aa sus extremidades inferiores,
aunque necesite la ayuda de una o dos personas y/o algún tipo de producto de apoyo
como, por ejemplo, un plato giratorio. A partir de aquí se pueden iniciar los episodios de
bipedestación.
Fase de deambulación: a partir que el paciente consigue mantener una postura apropiada
y un aceptable equilibrio en bipedestación, se podrá iniciar la deambulación, también de
forma progresiva. Al igual que las otras actividades, la deambulación iniciara precozmente.
Actividades de la vida diaria de higiene y vestido: para la realización de las actividades de
higiene y vestido se requiere una mayor movilidad y capacidad cognitiva. Se realizarán
según evolucione el paciente y paralela y correlativamente a los ejercicios concernientes a
la sedestación y bipedestación.
Calzado: desde el momento en que en el paciente abandona la cama es muy importante el
tipo de calzado que debe utilizar, tanto para iniciar las trasferencias como para las fases
de bipedestación y posterior deambulación. Es corriente observar en la practica cotidiana
como la mayoría de los pacientes utilizan un calzado inapropiado. Para proporcionar al
enfermo una buena base de sustentación y como prevención de posibles caídas, es
aconsejable utilizar zapatillas o zapatos bien ajustados que recojan todo el pie, con tacón
ancho de 1,52 cm de altura y suela antideslizante.

También podría gustarte