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Scripta Nova.
Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788]
Nº 94 (105), 1 de agosto de 2001
El culto a las Santas Nunilo y Alodia, emigró desde su tierra natal, Adahuesca en
Aragón, a Navarra, y de allí a Andalucía. Paralelamente, la propiedad de sus
reliquias acompañó la difusión de su devoción. Un segundo movimiento
migratorio en el siglo XX, ha llevado a diferentes ciudades, Madrid, Valencia,
Murcia y Cornellà (Barcelona) a comunidades, cuya devoción a las Santas era
parte central de su patrimonio identitario, a reformularse el nuevo entorno para
reproducir en él los signos de su memoria colectiva.
The cult and ritual to the aragonese saints Nunilo and Alodia migrated in early
Middle Ages to Navarra and later on, to Andalusia (S.XV). In a parallel way,
their relics followed the diffussion of this devotion. A second movement of
migration leaded some andalusian groups, in the XX th century, to several big
capitals far from their villages: Madrid, Valencia, Murcia and Barcelona. These
groups developped their ancient rituals and devotion to the Saints as a central
part of their heritage and at the same time, they reformulated the new
environment in order to fit the new landscapes with their common memory.
Key words: sacred space antropology / Cornellà / feast / ritual and immigration
Emigración y Fiesta
Toda la gama de estrategias que se ponen en marcha para hacer posible la fiesta,
nos hace ver la importancia relativa de los emigrados en la celebración, que llega
incluso a cambiar las fechas de la misma para tener todos los roles del
ceremonial festivo con la presencia de los desplazados, en los núcleos donde la
emigración ha cruzado la frontera del despoblamiento.
Esto no quiere decir que el grupo que reproduce una actividad sagrada en un
nuevo entorno, apropiándose de él, ya sea dándole nuevos nombres, ya buscando
un parecido formal con su itinerario de origen, no vea la diferencia de
situaciones y de interrelaciones con nuevos elementos a los que hay que
domesticar, o simplemente asumir. Verbalmente o a través de sus actuaciones, el
grupo se muestra consciente de esta nueva situación, que tratará o no de
reconducir, ya que también el grupo celebrante ha cambiado respecto a su
situación de origen, de modo que algunas innovaciones se van aceptando como
naturales, cuando en realidad se está operando ya un sincretismo dinámico. La
comparación con la evolución en el lugar de origen se irá incorporando a su
universo simbólico, a veces viendo las diferencias como secundarias, creyendo
que se mantiene la unidad en lo que se considera esencial y los actantes todavía
se consideran intercambiables. Otras veces, se acepta la diferencia como parte de
la nueva identidad que se va adquiriendo, dando lugar a la competividad, a
discursos sobre la autenticidad y la heterodoxia.
Los cuerpos de las santas, fueron sepultados en una sima, de la que fueron
sustraídos por un vecino del monasterio de Leyre en Navarra, hasta donde había
llegado la fama del martirio de las santas. Este vecino, llamado Auriato, había
tenido una locución, en la que se le revelaba el lugar exacto donde encontrar los
cuerpos santos. Clandestinamente trasladó los cuerpos hasta el monasterio de
Leyre.
Con este primer viaje empieza un itinerario migratorio en el culto a las santas,
con el que voy a proponer una doble mirada basada en el paralelismo entre la
migración de las reliquias por una parte, y la de los propios fieles, por otra. En
ambos itinerarios podremos comprobar como las primeras configuraciones del
mito siguen presentes a pesar de los cambios de entorno, al tiempo que se van
encarnando en las nuevas realidades que ocupan, tejiendo nuevas historias y
recreando el mito de origen para hacerlo más próximo y exclusivo.
Sin embargo, Adahuesca, el pueblo natal de las santas no tenía ninguna reliquia y
desde la segunda mitad del s.XVII intentó una y otra vez que se les devolviera
alguna parte de los cuerpos, que habían adquirido tanta fama en aquel siglo. El
monasterio del Salvador de Leyre siempre se negó a ello, hasta que el abad
Roberto de Ulzurrun, en 1671 cayó enfermo de una grave enfermedad que se
consideró como un castigo a su negativa a devolver parte de las reliquias a
Adahuesca. Hizo pues una promesa si curaba de la enfermedad y una vez
sanado, cumplió su promesa el 1 de setiembre de 1672, con una procesión en la
que todos los pueblos por donde pasaban se unían a la celebración, y en el
monasterio cisterciense de Casbas, se operó la curación de una monja paralítica
al ser tocada con las reliquias.
En La Rioja, una zona con gran difusión del culto a las santas, los eruditos
locales potenciaron la creencia popular del origen riojano de Santa Nunilo y
Santa Alodia, al interpretar el texto del Pasionario de Cardeña, uno de los textos
primeros que narran el martirio de las santas,de manera que identificaron Castro
Vigeti como Castroviejo y villa a Boscha como Bezares.
Lo importante aquí es el afán de todos los pueblos por hacerse suyo el origen de
los personajes sagrados que se constituyen en su verdadero mito, entendido éste
como historia sagrada. La aparición de los eruditos e historiadores no es más que
una conversión homologable, redimensionada, de sus aspiraciones locales.
Después de siglos de creerse los herederos de esta saga, de ver sus aspiraciones
confirmadas por los historiadores locales, finalmente, los grupos emigrantes de
estas zonas, se han comunicado entre sí, han conocido la existencia de otros
pueblos que también tenían su devoción a las Santas como patrimonio y poco a
poco se han ido simplificando las diversas tradiciones al visitarse entre ellos y
comprobar el camino que había seguido su tradición. Son pues, los emigrantes
los que, al participar de varias visiones del mundo han podido dar este paso. A
ellos les debemos esta nueva etapa.
Las actividades que llevan a cabo como cofradía representante del grupo, aparte
la preparación de las fiestas de las Santas, son, la misa por sus difuntos, en
noviembre, la preparación de un pesebre de grandes dimensiones, en el local, la
participación desde los inicios en la romería conjunta de cofradías de toda
Cataluña a Montserrat, y ultimamente, la celebración Día de Andalucía. Ello nos
muestra la evolución del grupo, por una parte, integrándose en las estructuras de
la sociedad receptora, con su participación en una romería al centro identitario
religioso de Cataluña, y por otra, con la disolución local en una identidad más
amplia, la andaluza, auspiciada por la renovación identitaria del llamado Estado
de las Autonomías, en clave política.
La fiesta del 22 de octubre consiste en una procesión con la peana de las Santas,
adornada con flores. La llevan hombres, aunque afirman que puede llevarla
quien quiera, por una promesa o devoción, sean hombres o mujeres. Primero
marchan los estandartes, luego el portante de las reliquias de las Santas, la peana
rodeada de mujeres con ramos de flores, fruto de promesas por gracias recibidas,
y detrás el sacerdote revestido con capa pluvial, junto con quienes van a relevar a
los portantes. Entre este grupo más cercano al centro del ritual y los fieles va la
banda de música, generalmente la de Sant Boi de Llobregat, porque sabe
interpretar el himno a las Santas. Durante el recorrido interpreta marchas,
pasodobles, alguna canción religiosa actual y sólo en los momentos más
importantes, a la entrada del templo o al final de la misa se toca el himno. El
inicio del recorrido lo marcan los Vivas! a las Santas. El momento es muy
emocionante. Después, el recorrido se centra en los alrededores de la iglesia,
habiéndose reducido en los últimos años. El retorno al templo es sin duda el
momento culminante, cuando se entona el Himno a las Santas, que son llevadas
al pie del altar mayor. La banda acompañará la misa a la que acuden también
devotos de Cornellà no descendientes de Huéscar o La Puebla. Después de la
misa, un cofrade da a besar las reliquias que han llegado a esta cofradía alejada
del centro devocional primero, y de las cuales se sienten muy orgullosos. El
himno a las Santas cierra la ceremonia junto con el Virolai, el himno religioso a
la Virgen de Montserrat, cosa que manifiesta hasta que punto la tradición de
Huéscar y La Puebla se ha integrado al nuevo entorno. Las imágenes son
llevadas a su lugar acostumbrado en el atrio y el grupo sigue la celebración en el
local parroquial, con un baile y merienda preparada por los propios cofrades.
Conclusiones
Así, de este modo vemos como la fiesta religiosa se refuerza con el carácter
lúdico de la romería, obedeciendo a una tendencia general, tanto en inmigrantes
como en otros colectivos autóctonos, de desplazar la identidad hacia la fiesta.
Bibliografía.
ALCANTUD, José Antonio. Las Santas de Huéscar. Territorio y sñimbolo religioso. Granada:
1989.
CARAYOL GOR, Rafael. Santas Mártires del Monte: Alodía y Nunilón. Baza: 1991.
MORAL, Tomás.Santas Nunilo y Alodia. Historia, culto, arte. Monasterio de Leyre: 1990.
ROSILLO, J. Celebración y culto a las santas Nunilón y Alodía en la Puebla de Don Fadrique y en
Huéscar. in Reencuentro histórico Navarra y Puebla de Don Fadrique. Granada: Caja de Ahorros
de Granada, 1987.
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