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1.11.

Propiedades atómicas y variaciones periódicas: carga nuclear

efectiva, radio atómico, radio iónico, energía de ionización, afinidad

electrónica, electronegatividad.

Carga nuclear efectiva

La carga nuclear efectiva es la carga positiva neta experimentada por un

electrón en un átomo polielectrónico. El término "efectiva" se usa porque el

efecto pantalla de los electrones más cercanos al núcleo evita que los

electrones en orbitales superiores experimenten la carga nuclear completa. Es

posible determinar la fuerza de la carga nuclear observando el número de

oxidación del átomo. En un átomo con un electrón, el electrón experimenta toda

la carga del núcleo positivo. En este caso, la carga nuclear efectiva puede ser

calculada usando la ley de Coulomb. Sin embargo, en un átomo con muchos

electrones, los electrones externos son, simultáneamente, atraídos al núcleo

debido a su carga positiva, y repelidos por los electrones cargados

negativamente. La carga nuclear efectiva en un electrón de este tipo de átomo

está dada por la siguiente ecuación:

Z eff =Z−S

Donde: Z eff : Carga nuclear efectiva, también suele ser representado como “Z”.

Z: Es el número atómico, y define tanto el número de protones en el núcleo

como el total de electrones de un átomo.


S: Es la constante de pantalla, depende del número de electrones entre el

núcleo y el electrón considerado, y también en qué tipo de orbital se encuentran

los electrones que restan carga nuclear. No contribuyen los electrones

exteriores al nivel energético considerado, pero sí el resto de los vecinos del

mismo nivel. S puede determinarse mediante la aplicación sistemática de varios

conjuntos de reglas, el método más simple es conocido como las reglas de

Slater (en honor a John C. Slater).

La idea de la carga nuclear efectiva es muy útil para entender cómo se

modifican a lo largo de la tabla periódica, los alcances de los orbitales atómicos,

las variaciones de las energías de ionización, afinidades electrónicas y la

electronegatividad, en general, para entender las propiedades periódicas.

Radio atómico

El radio atómico representa la distancia que existe entre el núcleo y la capa de

valencia (la más externa) y tiene que ver con la cantidad de electrones que posee.

Por medio del radio atómico es posible determinar el tamaño del átomo, el tamaño

de los átomos, por otra parte, incide sobre los cambios de estado, la densidad y

otras propiedades, como ser el punto de fusión y el de ebullición.

Dependiendo del tipo de elemento existen diferentes técnicas para determinar el

tamaño del átomo, como la difracción de neutrones, de electrones o de rayos X.


En cualquier caso, no es una propiedad fácil de medir ya que depende, entre otras

cosas, de la especie química en la que se encuentre el elemento en cuestión.

La fuerza de atracción que ejerce el núcleo en los electrones determina el radio

atómico. A medida que la carga efectiva se incrementa, el enlace entre el núcleo y

los átomos se hace más fuerte y, por lo tanto, el radio atómico se hace más

pequeña. En sentido inverso, cuando la carga disminuye, el radio atómico

aumenta.

En los grupos, el radio atómico aumenta con el número atómico, es decir hacia

abajo.

En los periodos disminuye al aumentar Z, hacia la derecha, debido a la atracción

que ejerce el núcleo sobre los electrones de los orbitales más externos,

disminuyendo así la distancia núcleo-electrón.

Es posible distinguir entre radio atómico covalente (cuando los núcleos se

encuentran a una distancia es equivalente al resultado de sumar sus radios

covalentes) y metálico (cuando el radio atómico representa la mitad del segmento

que puede trazarse entre cada núcleo en cristales metálicos). A pesar de dicha

clasificación, el primer caso es el que se usa con mayor frecuencia.

Radio iónico

El radio iónico es, al igual que el radio atómico, la distancia entre el centro del

núcleo del átomo y el electrón estable más alejado del mismo, pero haciendo

referencia no al átomo, sino al ion.


Se suele medir en picómetros (1 pm=10 12)m o Angstroms (1 Å=1010 m).

En el caso de cationes, la ausencia de uno o varios electrones disminuye la

fuerza eléctrica de repulsión mutua entre los electrones restantes, provocando el

acercamiento de los mismos entre sí y al núcleo positivo del átomo del que

resulta un radio iónico menor que el atómico.

En el caso de los aniones, el fenómeno es el contrario, el exceso de carga

eléctrica negativa obliga a los electrones a alejarse unos de otros para

restablecer el equilibrio de fuerzas eléctricas, de modo que el radio iónico es

mayor que el atómico.

Energía de ionización

Es la energía mínima que se requiere para quitar un electrón del nivel externo

de un átomo en estado gaseoso. Básicamente, cuanto mayor cantidad de

protones hay en el núcleo, es mayor la fuerza con la que éste atrae a los

electrones y se requiere de mayor energía para arrancarlos.

Así, la energía de ionización cambia en sentido contrario a la variación del radio

atómico, pues un átomo cuyo radio es menor tiene a los electrones de la última

capa más cercanos al núcleo, por lo tanto, más atraídos, requiriéndose más

energía para quitarlos.

Al suministrar suficiente energía a un átomo neutro, se consigue arrancarle un

electrón y obtener el correspondiente ion positivo o catión.


La energía de ionización, I, es la mínima energía necesaria para que un átomo

neutro de un elemento X , en estado gaseoso y en su estado electrónico

fundamental, ceda un electrón de su nivel externo y dé lugar a un ion

monopositivo X +¿ ¿, también en estado gaseoso y en su estado electrónico

fundamental.

−¿¿

X ( g ) + I → X +¿ (g )+1 e ¿

Afinidad electrónica

Es la capacidad de un átomo de aceptar uno o más electrones. Es un cambio de

energía que sucede cuando un átomo en estado gaseoso acepta un electrón en

forma de anión.

Un átomo puede aceptar un electrón y transformarse en un ion negativo o anión,

con el consiguiente intercambio de energía.

La afinidad electrónica, A, es la energía intercambiada en el proceso por el que

un átomo neutro X, en estado gaseoso y en su estado electrónico fundamental,

recibe un electrón y se transforma en un ion mononegativo X −¿¿, también en

estado gaseoso y en su estado electrónico fundamental.

−¿( g)¿

X ( g ) +1 e−¿→ X ¿

Este proceso puede ser endotérmico o exotérmico, dependiendo de que

requiera energía para llevarse a cabo o que la desprenda. El valor de la afinidad


electrónica informa de la tendencia a formar el anión; cuanta más energía se

desprenda en su proceso de formación, más fácilmente se constituirá el anión.

La afinidad electrónica de cualquier anión es positiva, es decir, los aniones no

presentan tendencia a aceptar electrones, lo que no significa que los aniones

con más de una carga negativa sean inestables; la estabilidad de un ion —

catión o anión— depende sobre todo de los enlaces químicos en los que

participa.

Electronegatividad

La energía de ionización mide la tendencia de un átomo a ceder electrones, y la

afinidad electrónica, la tendencia del átomo a aceptarlos. Estas dos tendencias

contrapuestas pueden combinarse en una sola magnitud que es la

electronegatividad.

La electronegatividad de un elemento se define como la tendencia relativa de sus

átomos para atraer los electrones de otros átomos con los que están enlazados.

En 1939 L. Pauling (1901-1994) estableció una escala arbitraria de

electronegatividades, asignando al átomo más electronegativo, el de flúor, el valor

4,0 y, a partir de él, el de todos los demás.


Como es habitual, los valores de la electronegatividad a lo largo de la Tabla

Periódica presentan una variación clara en los elementos representativos, que no

lo es tanto en los elementos de transición.

En general, en los períodos, la electronegatividad se incrementa al aumentar el

número atómico, mientras que, en los grupos, aumenta al disminuir el número

atómico.

Debes notar que los gases nobles carecen de valor de la electronegatividad, lo

que es lógico si consideramos que estos elementos se caracterizan por su mínima

tendencia a formar enlaces con los demás elementos.

Esta magnitud es muy útil cuando se trata de predecir el tipo de enlace que

formarán dos átomos: si la diferencia de electronegatividades es muy grande, el

enlace será iónico, mientras que, si es pequeño, será covalente, más o menos

polarizado, con arreglo a la diferencia de electronegatividad entre los átomos.

La electronegatividad aumenta hacia arriba y ala derecha en la tabla periódica.

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