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All content following this page was uploaded by Víctor Manuel Enriquez-Estrada on 30 September 2020.
Introducción
Ante la pandemia, los hospitales en México se han convertido. Algunos hospitales han derivado
a ser centros de concentración exclusiva de pacientes con COVID y otros en hospitales híbridos
(hospital COVID y pacientes de tercer nivel sin COVID); en los centros COVID, se contrataron
médicos exclusivamente para funciones del covitario, pero en los híbridos los médicos de
diferentes áreas han tenido que incluirse en las actividades del área COVID, este cambio de
circunstancias laborales y existenciales en la población de salud, junto con la permanencia del
virus y el esparcimiento del contagio a lo largo de más de siete meses, han desencadenado
emociones y comportamientos en el personal que ninguna otra catástrofe había generado con
anterioridad en la historia médica previa, esto por su alcance a nivel global, el desconocimiento
de los efectos del virus en la salud y la ausencia de una vacuna y tratamiento efectivo; se
considera que el nivel actual de desgaste psicobiológico en el personal de salud y de primera
línea constituye un fenómeno psico-social sin precedente, son varios los cuestionamientos
éticos que se han producido en diversas partes del mundo, instancias como la OMS, la CDC y
diversos hospitales como el John Hopkins, han documentado a través de medios masivos de
difusión como Los Angeles Times, los discernimientos bioéticos y la dificultad de establecer
posturas complacientes para toda la población: el triage de pacientes, criterios de intubación,
extubación, medidas paliativas, entre otros.
3.3 Recomendaciones
La pandemia ha evidenciado un problema conocido altamente desestimado y por tanto
no abordado, lo que sería la salud mental del personal de sanitario, en la actualidad es
una necesidad imperiosa el establecimiento de los mecanismos que protejan al personal
de salud ante la crisis presente.
A nivel constitucional en el artículo 24, establece la normatividad de la objeción de
conciencia, el cual dice que toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones
éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado.
Junto con el artículo 10 Bis de la ley general de salud, el personal médico y de enfermería
que forme parte del Sistema Nacional de Salud, podrán ejercer la objeción de conciencia
y excusarse de participar en la prestación de servicios que establece la Ley General de
Salud.
Finalmente, en la ley general del trabajo: la institución sanitaria debe dar al personal de
salud todo lo necesario: equipo, material, etc., instrumental para protegerse y evitar los
contagios. La recomendación final es permitir la instrumentalización de estos derechos
y la psicoeducación de los mismos en el personal de salud.
Caso 2. Dr. H
Médico residente de la especialidad de N en primer año, de 27 años de edad, sin enfermedades
conocidas, consumo de alcohol y cigarro ocasional, con sobrepeso, soltero, sin otros
antecedentes, posterior al inicio de las medidas de aislamiento social y de hibridación de
hospitales para la atención de pacientes COVID, el Dr. H en su día a día realiza de manera
superficial las medidas de protección y aislamiento, no se encuentra especialmente
preocupado por la situación del COVID, por otra parte ante la contingencia y el cambio de las
actividades asistenciales en la programación académica de las residencias médicas, el Dr. H
ha pensado en que debería renunciar a su residencia y dedicarse a trabajar, no está seguro de
si fue la mejor opción el continuar con una especialidad y ante la situación de la pandemia
preferiría por momentos estar trabajando, sus inseguridades previas a su entrada a la
residencia conforme a su proyecto de vida, se alimentan de la incertidumbre que genera en
toda la población la pandemia.
Se mantiene con estas dudas con respecto a que decisión tomar en cuanto a su futuro, es
posteriormente en la segunda semana de mayo que recibe la convocatoria de participar como
voluntario en el área COVID de su hospital, hasta antes de esta convocatoria eran
principalmente los residentes de medicina interna y terapia intensiva los que acudían al
covitario, esta nueva convocatoria invita a todas las demás especialidades, lo que llama su
atención por diversas causas, entre ellas le interesan los beneficios de la convocatoria si
participará como voluntario, en la cual recibirá además de una mención de “héroe COVID”, un
periodo vacacional extra, calificación de diez en el año y finalmente un bono de 20% extra en
su sueldo, sabe que los beneficios son relativamente simbólicos más que materiales, sin
embargo se encuentra en una postura en la cual sabe que si renunciara a la residencia de
todas maneras encontraría solamente trabajo en el covitario y perdería el título de especialista,
si se volviera voluntario, podría continuar con la residencia, mejorar su calificación, sin realizar
exámenes, además de obtener un margen de tiempo para pensar que es lo mejor que puede
hacer con su futuro.
Por otra parte, una parte de sí mismo esta indecisa ante la convocatoria porque sabe que no
ha tomado las medidas precautorias adecuadas ante la contingencia (uso irregular de cubre-
bocas, asiste a reuniones sociales, entre otras), ninguna persona que conoce se ha enfermado
recientemente, ni tiene síntomas así que finalmente se decide a participar y envía su solicitud.
Es integrado en la última semana del mes de mayo al área COVID, el área le parece
impactante, el trabajo es fuerte y requiere medidas altas de auto-cuidado y protección por el
riesgo de contagio, además que el trabajo asistencial es fundamentalmente de apoyo a
paciente crítico lo cual considera no está relacionado con su formación como especialista de
N.
Después de tres días de integrarse al área COVID, inicia con preocupaciones, acerca de si se
ha cuidado lo suficiente, su sentimiento de futilidad acerca de su labor en el covitario es cada
vez más fuerte, además se ha levantado en la mañana del tercer día con una tos ligera, cefalea
y dolor de garganta ligero, acude con el encargado de su rotación, quien le envía a estudios de
imagenología los cuales presentan datos de probable infección, se le indica realización de
prueba para descartar COVID y aislamiento.
En la espera de la realización de la prueba de COVID, surgen diversas reflexiones en el Dr. H,
la principal incertidumbre que tiene, es que de ser positivo en la prueba, realmente sería difícil
se hubiera contagiado en el covitario, llevaba poco tiempo y utilizó las medidas de protección
de manera adecuada, probablemente se había infectado la semana anterior en alguna reunión
social, no podía dejar de preguntarse así mismo, se encontrará infectado por COVID, a lo cual
obsesivamente se pregunta porque a él, aunque sabe que no se cuidó adecuadamente en las
semanas previas a su ingreso al covitario y además piensa que en caso de salir negativo,
debería de continuar acudiendo al área COVID o en caso que dejara de acudir, debería de
renunciar a las prestaciones de la convocatoria.
Discernimiento ético caso 2
1. ¿Cuál es el hecho?
1.1 Antecedentes
El Dr. H, entra al covitario, tempranamente a su ingreso presenta síntomas inespecíficos
compatibles con un cuadro de COVID, se envía a aislamiento y se le indica la realización
de la prueba confirmatoria de COVID; sin embargo, el decide no realizarse el estudio, se
mantiene en aislamiento, se siente bien físicamente, sin embargo no regresa al área
COVID y no renunciar a los beneficios de ingresar al área COVID.
1.2 Circunstancias (factores externos e internos de influencia)
Dr. H, de la especialidad N, el cual participa como voluntario en el covitario.
Presencia de síntomas ante la exposición de pacientes con COVID.
1.3 Actores principales
Dr. H.
Convocatoria de participar en área COVID.
2. Descripción e identificación de los problemas éticos
2.1 Identificación del tipo de problema ético
Objeción de conciencia.
Buena y mala práctica.
2.2 Analizando y aplicando el discernimiento
2.2.1. ¿Cuál es el bien que se busca?
Conservar la vida y mantener los beneficios de la convocatoria mediante la práctica de
un derecho subjetivo, no realizarse la prueba confirmatoria de COVID.
2.2.2 ¿Quiénes son los beneficiarios del bien?
El Dr. H.
2.3.3 Analizar el bien según las posturas éticas básicas
2.3.3.1 Decisión basada en el consecuencialismo individualista/utilitarismo
En la postura utilitarista se conoce que los criterios de la moralidad y del buen proceder,
se basan en variables cuantitativas, es decir en todo caso es mejor un mayor bien para
la sociedad y la persona; el Dr. H se encuentra en una invectiva clara ante el riesgo de
contagio o de tener la infección de una manera sub-sintomática, es entonces que al
buscar la postura del mayor confort, su decisión a nivel pragmático es buscar su
bienestar al realizar el aislamiento, no continuar acudiendo al área COVID y de manera
consecuente aunque no como primera intención logra un bien social al evitar una mayor
difusión del virus.
Utilizando la virtud del consecuencialismo la que considera virtuoso aquel que realiza el
cálculo de la oportunidad con mayor utilidad, la decisión del Dr. H, impresiona correcta
en sí misma además pareciera tener un componente de virtud, sin embargo su virtud es
fáctica porque la decisión del Dr. H no es voluntaria, de manera contraria es impulsada
por miedos e inseguridades, este comportamiento no es exclusivo del Dr. H, el miedo y
la inseguridad constituyen tierra fértil en la generación actual de médicos tanto de
pregrado, como de posgrado para la individualidad y el egoísmo reactivo, en la
búsqueda del confort, los ejemplos son múltiples, residentes con COVID facticio,
médicos en formación que no quieren ver pacientes, entre otras circunstancias aún más
penosas y críticas, se pretende paliar la incertidumbre de tener la infección, el miedo a
ser un “apestado” incluso con el uso de la mitomanía; en el caso del Dr. H al no realizarse
la prueba lo inserta en un espacio indefinido en donde al evitar continuar acudiendo al
área COVID, por una posición más individualista que social, logra un bien mayor aunque
no voluntariamente, el Dr. H como muchos otros médicos en formación toma acciones
que son un producto del desgaste social y de una desestimación de la labor del médico,
sus alcances reales, inseguridades y la prueba final de su vocación ante un sistema de
salud insuficiente y un profesionalismo carente de responsabilidad social, el dilema
sigue radicando en una visión utilitarista del médico, como una herramienta más de un
proceso estatal, en el cual si se inserta un médico con todas estas incertidumbres, no
solo es inútil en gran medida, sino que además no cuenta con los elementos formativos
para solventar los dilemas que la pandemia está produciendo, estos médicos con
estados emocionales extremos, miedos exacerbados, trastornos por compasión y
desgaste emocional prematuro, pueden tener errores en el manejo de su propio cuidado
de salud, junto con miedo a tratar al paciente con COVID que finalmente producirán un
peor desempeño en su labor futura como profesionales de salud.
3.3 Recomendaciones
Ante la pandemia los médicos se encuentran ante reflexiones interesantes conforme a
sus obligaciones, derechos y responsabilidades, se hace necesario el establecimiento
de espacios específicos para médicos del tipo grupos balin, en los cuales se puedan
expresar estas dificultades, aclarar las posturas, proporcionar guía y apoyo en este tipo
de circunstancias, aunque son “nuevas” demuestran nuevamente la carencia de lugares
de expresión y de apoyo psicoemocional para el personal médico.
3.2 Conclusiones
Al buscar su realización de continuar con su preparación como médicos residentes,
pierden el verdadero sentido de la virtud que se encuentra en la vocación, el miedo
nuevamente, en esta ocasión de manera gregaria los lleva a realizar una conducta sin
virtud, agravando principalmente la fidelidad a la verdad.
3.3 Recomendaciones
Se ha ido mencionando en los casos precedentes, la protección que existe a nivel de
leyes para el personal de salud, sin embargo al no tener la información, el espacio en el
cual aclarar sus preocupaciones, los médicos toman decisiones conforme lo que
consideran correcto, sin embargo caen en rechazar la fidelidad a la verdad,
circunstancias como estas de igual manera son prevenibles con el establecimiento de
espacios de pares como los grupos balin, en los cuales los médicos pueden expresar
sus inquietudes y buscar soluciones comunes.
Caso 4. Paciente I
Paciente “I” femenino de 59 años de edad, con obesidad mórbida, diabetes e hipertensión quien
presenta en la segunda semana de mayo síntomas compatibles con cuadro respiratorio por
COVID, decide no avisar a sus familiares hasta dos días después de estos síntomas, por lo
que es llevada al área COVID siendo ingresada por cumplir con criterios de enfermedad grave.
Al ingresar firma un consentimiento en el cual se niega a recibir intubación en caso de
ameritarlo.
Cinco días después de su internamiento la paciente entra en cuadro confusional, empeoran
parámetros ventilatorios, los médicos del covitario, debaten la validez del consentimiento de
negarse a la intubación, por el estado hipóxico de su ingreso y la asociación con la confusión
del estado mental de este cuadro.
El personal médico del covitario se preguntan si podrían tomar como válida la opinión de los
familiares para la realización de la intubación, no es posible localizar a los familiares en ese
momento, por lo que se realiza la intubación, la paciente continua estable pero con asistencia
ventilatoria, se da aviso a los familiares posteriormente, la reacción de los familiares es de
agradecimiento.
Discernimiento ético caso 4
1. ¿Cuál es el hecho?
1.1 Antecedentes
Paciente positivo a COVID con falla respiratoria que requiere de ventilación mecánica y
no acepta intubación.
1.2 Circunstancias (factores externos e internos de influencia)
Pandemia por COVID, pacientes que requieren intubación de un momento a otro
No existe vacuna, ni cura para la infección por COVID.
1.3 Actores principales
Paciente con COVID con falla respiratoria.
Personal médico.
Familiares del paciente.
2. Descripción e identificación de los problemas éticos
2.1 Identificación de tipos de problemas éticos
Rechazo terapéutico.
2.2 Analizando y aplicando el discernimiento
2.2.1. ¿Cuál es el bien que se busca?
Cumplir los fines de la medicina: curar, cuidar y acompañar.
2.2.2 ¿Quiénes son los beneficiarios del bien?
El personal de salud, familiares, institución.
2.2.3 ¿Quién es el personaje principal?
Paciente con falla respiratoria.
2.3.5 ¿Quiénes son los personajes?
Paciente con falla respiratoria.
Personal médico.
Familiares del paciente.
2.3.6 Analizar el bien según las posturas éticas básicas
2.3.6.1 Decisión basada en el consecuencialismo individualista/utilitarismo
En cuanto a este dilema bioético la postura de los doctores es el utilitarismo en una de
sus máximas expresiones, lo útil resuelve todo dilema ético, al encontrarse ante una
decisión de vida o muerte se decide la medida que prolongue la vida, aún en contra del
consentimiento del paciente.
A manera de apunte en este contexto, más allá de la decisión ética utilitarista, la reflexión
gira en torno a la validez de una decisión tomada de cambiar el consentimiento de un
paciente en un estado hipóxico o infeccioso, las vertientes son múltiples, se desconoce
a nivel agudo el potencial confusional del COVID, es conocido que infesta e inflama
regiones cerebrales diversas produciendo estados confusionales y delirantes, siendo
muchas veces indetectables por las diversas especialidades no involucradas con estas
entidades, es en estos casos que se ha documentado que en pacientes delirantes por
causas médicas diferentes al COVID presentan en ocasiones delirios egodistonicos o
panicogenicos, muchas veces con contenido delirante nacido de sus propios miedos
(alucinaciones visuales de personas que quisieran dañarlos, enemigos, es común el
delirio de persecución por sicarios), en este sentido en el covitario recientemente se han
detectado delirios de un alto nivel de sufrimiento asociados al simbolismo intrusivo que
produce la intubación, en la población mexicana fuera del covitario se ha difundido la
creencia errónea que la intubación es igual a fallecer y sufrir en el proceso, es ahora que
en los pacientes con estados hipóxicos delirantes esta situación de pánico a la
intubación y alucinaciones visuales zoomórficas de tipo tentaculotropicas, en la cual el
tubo ventilatorio representa tentáculos que invadirán el cuerpo, del tipo fantasía oriental
de shokushu zeme (violación por tentáculos) o de tipo vivido con visiones auto-
antropofagicas, cuando el procedimiento de la intubación se visualiza para el paciente
como si fueran sus propios miembros los que se estuviera introduciendo por la boca.
3.2 Conclusiones
En el covitario este es uno de tantos ejemplos similares, la reflexión que nace es ante
un virus incontrolable y una situación de crisis y catástrofe global, el médico ¿tendría
que regresar a ser paternalista, sería virtuoso el médico que buscará las últimas
consecuencias terapéuticas, más allá de su propia integridad, el médico moderno tendrá
que aplicar su propia justicia en el covitario?.
3.3 Recomendaciones
La sala de UCI en el covitario, el portar un equipo especial por 8 horas o más, el desgaste
laboral, junto con la incertidumbre del comportamiento del padecimiento (su alta
contagiosidad y mortalidad), producen un medio ambiente laboral de mayor estrés y en
el cual se han tomado decisiones diferentes al proceder protocolizado de la UCI, pre
pandemia, se hace importante la concientización del personal de la responsabilidad
bioética que estas circunstancias novedosas representan, evidenciándose nuevamente
una deficiencia formativa en los médicos en este caso la materia de bioética brilla por
su ausencia en pregrado y en posgrado.
Conclusiones finales
Los casos ante un análisis reflexivo desde una postura bioética se contraponen en diversos
momentos a lo que se consideraría correcto, un factor denominador común de estas acciones
es el miedo al virus, miedo a la muerte, miedo al sufrimiento, las perspectivas de discernimento
bioético permiten cierta amplitud de visión, se podría decir que de los diferentes casos
desarrollados y su visualización ante algunas posiciones bioéticas las decisiones pueden
tomadas pueden ser validas, cruciales y hasta cierto punto virtuosas, sin embargo ante un virus
sin cura y una situación de este carácter catastrófico que se ha prolongado durante más de
siete meses se puede preguntar que tanto los fundamentos éticos de otros momentos
históricos son aplicables ante personas que están actuando con un estado emocional que
nubla su proceder o que en casos particulares exalta comportamientos de tipo caracteropaticos
que normalmente no realizarían, es justo utilizar un lente que tiene una visión diferente y
definida para observar algo nunca antes vivido a esta magnitud por la humanidad, o es
necesario considerar nuevas posiciones bioéticas, será posible el buscar un cambio de
orientación de la acción capaz de dar cuenta de los comportamientos ante la catástrofe del
presente o a su vez en ¿qué medida podría considerarse más virtuoso en esta pandemia el
médico paternalista, pragmático y utilitario? o que ante la pérdida de parámetros de
comparación con la situación presente nos encontramos ante una formación de un nihilismo
de carácter progresivo que está permeando en el proceder médico.
La respuesta es posible que se encuentre en la formación de los médicos desde sus inicios,
en una profesión en donde se ha valorado en mayor medida el almacenamiento de datos a
nivel de memoria, la aplicación de instrumentalización del ser humano, sin empatía y la
disociación del sentir y el carácter en el proceder del día al día, junto con la sistematización de
la represión de los sentimientos, no es sorpresivo que las acciones ante estos dilemas sean
poco virtuosas y poco éticas.
Bibliografía:
1. Pellegrino ED, Thomasma DC. The virtues in medical practice. New York: Oxford
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2. Myriam M. Altamirano Bustamante, Alberto Lifshitz Guinzberg, Juan Pablo Rodríguez
Auad, Nelly F. Altamirano Bustamante, Sergio Islas Andrade. Virtudes en medicina.
Capítulo 7. Bioética. Editorial Iberoamericana. 2010.
3. Nelly F. Altamirano Bustamante, Alfredo Bobadilla Aguirre, Eréndira Altamirano
Bustamante,
4. Juan Garduño Espinosa, María Teresa Ávila Osorio, Onofre Muñoz Hernández, Rafael
García Pavon y Myriam M. Altamirano Bustamante. Cómo prepararnos para la
deliberación ética en la práctica clínica en pediatría. Bol Med Hosp Infant Mex. Vol. 67,
Mayo-Junio 2010.
5. Rafael García Pavón. Principales teorías y criterios éticos de decisión. Capítulo 5.
Bioética. Editorial Iberoamericana. 2010.
6. Eréndira Altamirano Bustamante, Myriam M. Altamirano Bustamante, Nelly Altamirano
Bustamante. Discernimiento dilemas éticos en la de práctica clínica. Capitulo 6.
Bioética. Editorial Iberoamericana. 2010.
7. http://www.ordenjuridico.gob.mx/Constitucion/articulos/24.pdf.