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COVID-19 y los desafíos bioéticos de la emergencia sanitaria parte 2:


Discernimiento de dilemas bioéticos del covitario

Preprint · August 2020


DOI: 10.13140/RG.2.2.14276.45449

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Víctor Manuel Enriquez-Estrada


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COVID-19 y los desafíos bioéticos de la emergencia sanitaria parte 2:
Discernimiento de dilemas bioéticos del covitario
Realizado por:
Víctor Manuel Enriquez Estrada
Ciudad de México. Agosto 2020.

Introducción
Ante la pandemia, los hospitales en México se han convertido. Algunos hospitales han derivado
a ser centros de concentración exclusiva de pacientes con COVID y otros en hospitales híbridos
(hospital COVID y pacientes de tercer nivel sin COVID); en los centros COVID, se contrataron
médicos exclusivamente para funciones del covitario, pero en los híbridos los médicos de
diferentes áreas han tenido que incluirse en las actividades del área COVID, este cambio de
circunstancias laborales y existenciales en la población de salud, junto con la permanencia del
virus y el esparcimiento del contagio a lo largo de más de siete meses, han desencadenado
emociones y comportamientos en el personal que ninguna otra catástrofe había generado con
anterioridad en la historia médica previa, esto por su alcance a nivel global, el desconocimiento
de los efectos del virus en la salud y la ausencia de una vacuna y tratamiento efectivo; se
considera que el nivel actual de desgaste psicobiológico en el personal de salud y de primera
línea constituye un fenómeno psico-social sin precedente, son varios los cuestionamientos
éticos que se han producido en diversas partes del mundo, instancias como la OMS, la CDC y
diversos hospitales como el John Hopkins, han documentado a través de medios masivos de
difusión como Los Angeles Times, los discernimientos bioéticos y la dificultad de establecer
posturas complacientes para toda la población: el triage de pacientes, criterios de intubación,
extubación, medidas paliativas, entre otros.

En el presente escrito realizamos el método de discernimiento de los dilemas éticos


presentados y relevantes en el covitario, poniendo especial énfasis en las dificultades éticas
ante las cuales se enfrenta el personal de salud actual conforme a las circunstancias
particulares del covitario, junto con las emociones, pensamientos y comportamientos que
produce la infección por COVID de manera indirecta a través de las relaciones dinámico-socio-
laborales del hospital. El método de discernimiento ético nos permitirá conocer más acerca del
ser humano, su comportamiento ante la pandemia, el ser médico y su proceder ante la
pandemia.
Caso 1. Dr. X
Dr. X, médico masculino de 55 años, con 20 años de servicio en sala de urgencias en institución
pública, sin enfermedades metabólicas crónicas, consumo de alcohol y cigarro ocasionalmente
de manera social, su problema de salud más reciente es el sobre-peso y aumento en
triglicéridos, los cuales ha iniciado tratamiento con dieta, sin obtener resultados satisfactorios;
casado, padre de dos hijos el mayor en la universidad y el menor en la preparatoria,
considerado como una persona que se dedica a su trabajo, sujeto de carácter afable, sin
mayores complicaciones cotidianas que la realización de su horario de trabajo en el día a día,
sin presentar ausentismos laborales ni retardos previamente.
Es posterior al inicio de la pandemia y las medidas de aislamiento en México (inicios de marzo
2020) que el Dr. X, al ver el ejemplo de sus colegas de utilizar la prestación de quince días de
aislamiento, también decide tomar sus quince días permitidos por lo que deja de acudir al
hospital, los primeros días se encuentra sin problemas, inicia con la lectura de noticias acerca
del COVID, las cuales desde una perspectiva crítica que siempre lo ha caracterizado, no se
permite así mismo le saturen de información, convive con su familia e inclusive realiza ligera
actividad física con su hijo, recuerda que hace años los domingos eran familiares y jugaban
futbol en los parques. Es en su segunda semana de aislamiento en donde escucha por primera
vez el termino infodemia, sabe que la saturación de información es un riesgo para cualquier
persona incluyendo a los médicos, por lo que decide mantener distancia entre los informes
nacionales e internacionales del avance del virus, aunque a mediados de la semana recibe
noticias de un colega de urgencias que se encuentra enfermo por COVID, en estado delicado,
de manera coincidente el colega mencionado es hombre, tiene una edad similar al Dr. X,
además de presentar síndrome metabólico y aunque antes de los quince días que ha estado
en aislamiento no había tenido contacto con él, desconoce cuántas personas con las que si
había tenido contacto en la unidad de urgencias podrían estar contagiadas.
El Dr. X decide en ese momento comunicarse con compañeros y colegas y regresa a
“informarse” de lo que acontece en cuanto a la pandemia, la situación ante algunas
perspectivas será más larga de lo previsto, pero se menciona en algunos medios informativos
que la curva pronto llegara a su pico, por lo que decide que lo correcto es tomar sus vacaciones
de manera adelantada y de esta forma evitar exponerse a sí mismo y a su familia, por lo que
tramita un periodo de diez hábiles a cuenta de su último periodo vacacional anual.
Es en esta tercera semana, cuando el Dr. X se entera que su colega ha fallecido, por
complicaciones de COVID y al parecer hay otros casos de compañeros de su servicio que
también se han contagiado, la ansiedad y el miedo a que el pudiera estar infectado, o el ser un
“portador asintomático” le llevan a aislarse de su familia y a pasar gran parte de su tiempo
consumiendo información acerca de la pandemia, la cual se pasa repasando, hasta disminuir
su sueño diario a 5 horas, su familia está en aislamiento y se encuentra preocupada por el
estado del Dr. X porque no deja de hablar de su miedo a contagiarse, los días pasan y es el
momento en que tiene que reintegrarse a sus labores, en un esfuerzo final el Dr. X aplicó para
ausentarse por enfermedad, no siendo candidato, se tiene que presentar el lunes a laborar, por
lo que decide no acudir, acumular cuatro faltas y ser dado de baja de la institución.

Discernimiento ético caso 1


1. ¿Cuál es el hecho?
1.1 Antecedentes
Médico ante la pandemia, desencadena un probable trastorno de ansiedad por COVID,
el miedo a entrar en el área COVID es tan fuerte que decide acumular faltas para ser dado
de baja de la institución, fundamentándose en el evitar exponer su vida y la de su familia.
1.2 Circunstancias (factores externos e internos de influencia)
Ante la contingencia del COVID, se crea un espacio específico llamado área COVID o
“covitario”, en la cual médicos de diferentes ramas tienen que participar, en las labores
asistenciales que requieren este subgrupo de pacientes emergente.
Se desconoce la vacuna, la cura y los alcances a nivel de mortalidad de la infección por
COVID.
1.3 Actores principales
Dr. X.
Familia del Dr. X.
Institución de salud.
1.4 Actores secundarios
Compañero del Dr. X, fallecido por COVID.
2. Descripción e identificación de los problemas éticos
2.1 Identificación del tipo de problema ético
Objeción de conciencia.
2.2 Analizando y aplicando el discernimiento
2.2.1. ¿Cuál es el bien que se busca?
Conservar la vida, mediante la práctica de un derecho subjetivo.
2.2.2 ¿Quiénes son los beneficiarios del bien?
El Dr. X y su familia.
2.3.3 Analizar el bien según las posturas éticas básicas
2.3.3.1 Decisión basada en el consecuencialismo individualista/utilitarismo
La postura utilitarista moderna es una frágil combinación de una posición epicúrea,
tendiente al goce personal pero al mismo tiempo busca ser anti-individualista, en la cual
las acciones tendrán un valor agregado conforme a las demandas sociales; en este
rubro la decisión del Dr. X está guiada por un estado mental que se ha presentado como
efecto de la pandemia en la psique individual y su interacción social, el miedo a contagiar
a los familiares versus el miedo a perecer como persona, como el Dr. X, se encuentran
muchos otros doctores y diferentes personas del área de la salud, ante esta situación el
utilitarismo propone una alternativa el “bienestar”, en casos en donde se encuentra en
riesgo la vida propia, el mantenimiento de la vida por sí misma es el bienestar final, en
esta situación se acerca su decisión más al hedonismo clásico el cual
fundamentalmente se basaba en el individualismo y la evitación del sufrimiento, la
decisión del Dr. X busca un pragmatismo clásico.
A manera de balanza desde un nivel social la decisión de no acudir a realizar una labor
asignada en el covitario dentro de una postura utilitarista tiene diversas perspectivas,
por una parte el bienestar de una gran mayoría efectivamente segregaría a los médicos
no capacitados para realizar sus funciones adecuadamente en el covitario, esto por
cualquier circunstancia (en este caso la ansiedad al COVID) eximiendo al Dr. X de su
baja definitiva institucional por ausentismo, lo cual en este momento no se ha tipificado,
es en esta línea que se hace evidente la carencia del beneficio en el médico de no
considerarse apto para su labor, es entonces que dentro del pragmatismo filosófico y la
orientación hacia lo bueno como útil, casos de médicos incapaces de cumplir su función
serían considerados “no virtuosos, no útiles, ni buenos”, cabe destacar en este
momento que no existe la instancia ni los mecanismos capaces de realizar la evaluación
del médico o personal apto y no apto ante el COVID y la ansiedad que provoca.
Las opciones posibles en este caso dentro de la perspectiva utilitarista clásica con un
enfoque individualista, sustentan la decisión del Dr. X, aunque por otra parte en su futuro
mediato y a largo plazo surge la interrogante de como procurará su sustento y el de su
familia. Otrora el consecuencialismo moderno, marcaria a las personas como el Dr. X
como no útiles y por tanto sin virtudes.
2.3.3.2 Decisión basada en el deber/deontológica
De manera inicial al utilizar esta perspectiva, la prioridad siempre es al deber ser, por lo
que la decisión del Dr. X, contradice el imperativo categórico del deber médico y de la
virtud de beneficencia de la medicina, podría considerarse en una aproximación
superficial como un comportamiento no virtuoso, incluso amoral, sin embargo la
deontología no es simplista, su intención filosófica es verterse hacia el proceso del
quehacer humano y su virtud intrínseca, por lo que desde esta visión y las interrogantes
que desarrolla el Dr. X en su condición de ser humano finito y lo que lo constituye de
una manera más amplia que su ámbito laboral (como una persona, cabeza de familia) y
finalmente el miedo compartido por todos los seres humanos del final de la existencia,
aparecen interrogantes apremiantes en su psique, las cuales aunque no son capaces de
disminuir la carga del deber y su deontología médica, producen en el Dr. X reflexiones
desde una visión catastrófica y personalísima, en la cual el exponerse al covitario es en
una palabra “muerte”, ante esta visión su resolución es precisa, no existe un deber
mayor que la conservación de la propia vida.
2.3.3.3 Decisión desde una perspectiva aretológica
La virtud como la orientación de cualquier comportamiento y acción, la realización
humana es el fin último, entonces de acuerdo a la pregunta inicial: ¿el Dr. X logró evitar
el mal?
Al tomar la visión aretológica centrándonos en la psique del Dr. X, un médico con un
juramento, pero sin embargo un humano ante el escenario de la muerte y el desamparo
de su familia o en escenarios psicológicos probables peores, como sería el provocar de
la muerte de algún miembro de su familia al contagiarlos por COVID, la respuesta se
hace sencilla, la decisión del Dr. X es virtuosa, el mal se ha evitado.
El Dr. X al utilizar el valor de la libertad decide tomar la vida propia como elemento más
preciado y es el bien quien impulsa su conducta, no hay necesidad económica que
sobrepase el dejar a los suyos y su vida propia en la “primera línea” el juramento que
ha realizado es vacuo en esta invectiva vital, cualquier telos que no sea su familia y el
cuidado de su vida para el Dr. X no es importante. Por otra parte, si es que el Dr. X, aún
con la ansiedad que presenta, está capacitado para participar en el covitario, la decisión
aretológica se hace parcial, en la cual no cumple con la virtud de la responsabilidad que
le indica su profesión.
2.3.4 ¿Qué decisiones tienen que tomarse?
Ingresar al covitario versus perder su trabajo y todas las implicaciones consecuentes de
este comportamiento.
2.3.5 ¿Quién es el responsable de tomarlas?
El Dr. X.
2.3.6 ¿Qué prefiere el personaje principal?
Decide no acudir al covitario y acumular faltas para ser dado de baja.
2.3.7 ¿Qué prefiere la familia del personaje principal?
Siguen al Dr. X., ante su decisión.
3. Análisis de resultados
3.1 Soluciones
Por último, la interrogante es fundamental, un médico con ansiedad por COVID, ¿está
capacitado para realizar una atención adecuada a los pacientes?, la solución podría
haber sido, establecer en primer lugar el diagnóstico en el médico de ansiedad por
COVID, en segundo lugar iniciar el tratamiento adecuado y por último observar la
pertinencia de su restablecimiento en sus labores, lo cual como se verá en las
recomendaciones tiene un fundamento constitucional.
3.2 Otras interrogantes
En este caso se permite realizar más interrogantes:
¿Debería el Dr. X sacrificarse así mismo, en cuanto a sus propios sentimientos y
miedos?
La ansiedad por el COVID, se ha documentado como el sentir de la persona ante una
muerte inminente, que es lo que experimenta el Dr. X, no existe un deber, ni una virtud
que le pida a un ser humano sacrificar su vida.
¿Debería sacrificar a su familia?
Otro miedo documentado ante el COVID es la ansiedad excesiva de contagiar a los
familiares y desde una visión catastrófica por el estado ansioso extremo, la imagen
simbólica es el sacrificio de la familia, lo que se experimenta de manera vivida, hay una
expectación aprensiva permanente de ser “portador asintomático” y estar contagiando
a los que le rodean, de igual forma no existe una virtud, ni un deber que le ponga en la
balanza de la vida y la muerte a la familia de un ser humano.
¿Sacrificar el trabajo por vivir?
En la idiosincrasia mexicana se suele decir que la persona no morirá de hambre y
siempre la vida y la familia serán estimados de manera más valiosa que cualquier otra
circunstancia, la virtud y el imperativo categórico máximo tropicalizado sería “vivir”, no
hay bien mayor.

3.3 Recomendaciones
La pandemia ha evidenciado un problema conocido altamente desestimado y por tanto
no abordado, lo que sería la salud mental del personal de sanitario, en la actualidad es
una necesidad imperiosa el establecimiento de los mecanismos que protejan al personal
de salud ante la crisis presente.
A nivel constitucional en el artículo 24, establece la normatividad de la objeción de
conciencia, el cual dice que toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones
éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado.
Junto con el artículo 10 Bis de la ley general de salud, el personal médico y de enfermería
que forme parte del Sistema Nacional de Salud, podrán ejercer la objeción de conciencia
y excusarse de participar en la prestación de servicios que establece la Ley General de
Salud.
Finalmente, en la ley general del trabajo: la institución sanitaria debe dar al personal de
salud todo lo necesario: equipo, material, etc., instrumental para protegerse y evitar los
contagios. La recomendación final es permitir la instrumentalización de estos derechos
y la psicoeducación de los mismos en el personal de salud.

Caso 2. Dr. H
Médico residente de la especialidad de N en primer año, de 27 años de edad, sin enfermedades
conocidas, consumo de alcohol y cigarro ocasional, con sobrepeso, soltero, sin otros
antecedentes, posterior al inicio de las medidas de aislamiento social y de hibridación de
hospitales para la atención de pacientes COVID, el Dr. H en su día a día realiza de manera
superficial las medidas de protección y aislamiento, no se encuentra especialmente
preocupado por la situación del COVID, por otra parte ante la contingencia y el cambio de las
actividades asistenciales en la programación académica de las residencias médicas, el Dr. H
ha pensado en que debería renunciar a su residencia y dedicarse a trabajar, no está seguro de
si fue la mejor opción el continuar con una especialidad y ante la situación de la pandemia
preferiría por momentos estar trabajando, sus inseguridades previas a su entrada a la
residencia conforme a su proyecto de vida, se alimentan de la incertidumbre que genera en
toda la población la pandemia.
Se mantiene con estas dudas con respecto a que decisión tomar en cuanto a su futuro, es
posteriormente en la segunda semana de mayo que recibe la convocatoria de participar como
voluntario en el área COVID de su hospital, hasta antes de esta convocatoria eran
principalmente los residentes de medicina interna y terapia intensiva los que acudían al
covitario, esta nueva convocatoria invita a todas las demás especialidades, lo que llama su
atención por diversas causas, entre ellas le interesan los beneficios de la convocatoria si
participará como voluntario, en la cual recibirá además de una mención de “héroe COVID”, un
periodo vacacional extra, calificación de diez en el año y finalmente un bono de 20% extra en
su sueldo, sabe que los beneficios son relativamente simbólicos más que materiales, sin
embargo se encuentra en una postura en la cual sabe que si renunciara a la residencia de
todas maneras encontraría solamente trabajo en el covitario y perdería el título de especialista,
si se volviera voluntario, podría continuar con la residencia, mejorar su calificación, sin realizar
exámenes, además de obtener un margen de tiempo para pensar que es lo mejor que puede
hacer con su futuro.
Por otra parte, una parte de sí mismo esta indecisa ante la convocatoria porque sabe que no
ha tomado las medidas precautorias adecuadas ante la contingencia (uso irregular de cubre-
bocas, asiste a reuniones sociales, entre otras), ninguna persona que conoce se ha enfermado
recientemente, ni tiene síntomas así que finalmente se decide a participar y envía su solicitud.
Es integrado en la última semana del mes de mayo al área COVID, el área le parece
impactante, el trabajo es fuerte y requiere medidas altas de auto-cuidado y protección por el
riesgo de contagio, además que el trabajo asistencial es fundamentalmente de apoyo a
paciente crítico lo cual considera no está relacionado con su formación como especialista de
N.
Después de tres días de integrarse al área COVID, inicia con preocupaciones, acerca de si se
ha cuidado lo suficiente, su sentimiento de futilidad acerca de su labor en el covitario es cada
vez más fuerte, además se ha levantado en la mañana del tercer día con una tos ligera, cefalea
y dolor de garganta ligero, acude con el encargado de su rotación, quien le envía a estudios de
imagenología los cuales presentan datos de probable infección, se le indica realización de
prueba para descartar COVID y aislamiento.
En la espera de la realización de la prueba de COVID, surgen diversas reflexiones en el Dr. H,
la principal incertidumbre que tiene, es que de ser positivo en la prueba, realmente sería difícil
se hubiera contagiado en el covitario, llevaba poco tiempo y utilizó las medidas de protección
de manera adecuada, probablemente se había infectado la semana anterior en alguna reunión
social, no podía dejar de preguntarse así mismo, se encontrará infectado por COVID, a lo cual
obsesivamente se pregunta porque a él, aunque sabe que no se cuidó adecuadamente en las
semanas previas a su ingreso al covitario y además piensa que en caso de salir negativo,
debería de continuar acudiendo al área COVID o en caso que dejara de acudir, debería de
renunciar a las prestaciones de la convocatoria.
Discernimiento ético caso 2
1. ¿Cuál es el hecho?
1.1 Antecedentes
El Dr. H, entra al covitario, tempranamente a su ingreso presenta síntomas inespecíficos
compatibles con un cuadro de COVID, se envía a aislamiento y se le indica la realización
de la prueba confirmatoria de COVID; sin embargo, el decide no realizarse el estudio, se
mantiene en aislamiento, se siente bien físicamente, sin embargo no regresa al área
COVID y no renunciar a los beneficios de ingresar al área COVID.
1.2 Circunstancias (factores externos e internos de influencia)
Dr. H, de la especialidad N, el cual participa como voluntario en el covitario.
Presencia de síntomas ante la exposición de pacientes con COVID.
1.3 Actores principales
Dr. H.
Convocatoria de participar en área COVID.
2. Descripción e identificación de los problemas éticos
2.1 Identificación del tipo de problema ético
Objeción de conciencia.
Buena y mala práctica.
2.2 Analizando y aplicando el discernimiento
2.2.1. ¿Cuál es el bien que se busca?
Conservar la vida y mantener los beneficios de la convocatoria mediante la práctica de
un derecho subjetivo, no realizarse la prueba confirmatoria de COVID.
2.2.2 ¿Quiénes son los beneficiarios del bien?
El Dr. H.
2.3.3 Analizar el bien según las posturas éticas básicas
2.3.3.1 Decisión basada en el consecuencialismo individualista/utilitarismo
En la postura utilitarista se conoce que los criterios de la moralidad y del buen proceder,
se basan en variables cuantitativas, es decir en todo caso es mejor un mayor bien para
la sociedad y la persona; el Dr. H se encuentra en una invectiva clara ante el riesgo de
contagio o de tener la infección de una manera sub-sintomática, es entonces que al
buscar la postura del mayor confort, su decisión a nivel pragmático es buscar su
bienestar al realizar el aislamiento, no continuar acudiendo al área COVID y de manera
consecuente aunque no como primera intención logra un bien social al evitar una mayor
difusión del virus.
Utilizando la virtud del consecuencialismo la que considera virtuoso aquel que realiza el
cálculo de la oportunidad con mayor utilidad, la decisión del Dr. H, impresiona correcta
en sí misma además pareciera tener un componente de virtud, sin embargo su virtud es
fáctica porque la decisión del Dr. H no es voluntaria, de manera contraria es impulsada
por miedos e inseguridades, este comportamiento no es exclusivo del Dr. H, el miedo y
la inseguridad constituyen tierra fértil en la generación actual de médicos tanto de
pregrado, como de posgrado para la individualidad y el egoísmo reactivo, en la
búsqueda del confort, los ejemplos son múltiples, residentes con COVID facticio,
médicos en formación que no quieren ver pacientes, entre otras circunstancias aún más
penosas y críticas, se pretende paliar la incertidumbre de tener la infección, el miedo a
ser un “apestado” incluso con el uso de la mitomanía; en el caso del Dr. H al no realizarse
la prueba lo inserta en un espacio indefinido en donde al evitar continuar acudiendo al
área COVID, por una posición más individualista que social, logra un bien mayor aunque
no voluntariamente, el Dr. H como muchos otros médicos en formación toma acciones
que son un producto del desgaste social y de una desestimación de la labor del médico,
sus alcances reales, inseguridades y la prueba final de su vocación ante un sistema de
salud insuficiente y un profesionalismo carente de responsabilidad social, el dilema
sigue radicando en una visión utilitarista del médico, como una herramienta más de un
proceso estatal, en el cual si se inserta un médico con todas estas incertidumbres, no
solo es inútil en gran medida, sino que además no cuenta con los elementos formativos
para solventar los dilemas que la pandemia está produciendo, estos médicos con
estados emocionales extremos, miedos exacerbados, trastornos por compasión y
desgaste emocional prematuro, pueden tener errores en el manejo de su propio cuidado
de salud, junto con miedo a tratar al paciente con COVID que finalmente producirán un
peor desempeño en su labor futura como profesionales de salud.

2.3.7.2 Decisión desde el punto de vista deontológico


Al utilizar la perspectiva del imperativo categórico esta demuestra la completa
contradicción al deber y a la virtud de la posición del Dr. H, su primer deber es la
realización de la prueba confirmatoria del virus, la cual evita a toda costa, su segundo
deber es el renunciar a los beneficios del “voluntariado” no efectuado, de los cuales no
se desprende.
Las limitaciones de la perspectiva deontológica es que puede convertirse en una
situación déspota o legalista, en la cual el miedo ante el COVID, no es considerado como
una situación que le permita a cualquier persona faltar a su telos médico, se podría
reflexionar si efectivamente está faltando al deber el Dr. H o es simplemente que su
estado emocional exacerbado, sus deficiencias de carácter y formativas no le permiten
tomar la decisión adecuada conforme a su deber, además efectivamente con su decisión
el Dr. H, queda atrapado en una situación legal, su obligación ha sido firmada, pero acaso
alguien tomaría el lugar del Dr. H, o se podría discutir de su decisión de evitar cumplir
un contrato por el hecho de tener miedo y simplemente cuidarse así mismo, como el Dr.
H son incontables los médicos con un juramento repetido de manera automática y
mecánica, que ante la realidad absoluta del miedo a la muerte no encuentran la respuesta
en ninguno de sus libros memorizados, exámenes, ni en el portar una “bata blanca”.

2.3.7.3 Decisión desde el punto de vista aretológico


Es en esta la única visión en donde el Dr. H, busca trascender en varios sentidos, es
probablemente en la única tradición que su expresión ética y de virtud es consumada,
en un primer momento intenta trascender su deber al presentarse como voluntario en el
covitario, lo cual en sí mismo es virtuoso, en el segundo momento se adapta al miedo
del cual es presa y continúa viviendo conforme a su sentido, en su supervivencia, busca
el punto medio ante las dos circunstancias tratando de realizar su propio fin.
Su error probablemente es el ser demasiado humano al igual que un Ícaro moderno al
intentar buscar la virtud, el sol en el heroísmo se permea de temeridad y sin lograr
encontrar el punto medio de la fortaleza cae en las profundidades de la cobardía
finalmente; desde la aretología el buscar la virtud por sí mismo es virtuoso, el perecer
en esta búsqueda le da un toque trágico, sin embargo, la intención de practicar lo
virtuoso en esta tradición es por sí misma una manifestación de la virtud.

2.3.8 ¿Qué decisiones tienen que tomarse?


Mantenerse en aislamiento y la obtención de la prueba confirmatoria de COVID.
Continuar o dejar de acudir al covitario y prescindir u ostentar los beneficios de la
convocatoria.
2.3.9 ¿Quién es el responsable de tomarlas?
Dr. H.
2.3.10 ¿Qué prefiere el sujeto?
Se decide no obtener la prueba confirmatoria, dejar de acudir al covitario y no dar parte
de esta decisión.
3. Análisis de resultados
3.1 Soluciones
Nos encontramos ante un acto de objeción de conciencia y un comportamiento de la
autonomía de la persona, sin embargo, la dificultad de mantener una posición clara ante
la probabilidad del contagio, ya sea fuera o dentro del covitario, hacen pensar al sujeto
del dilema, de la posibilidad de mantener los beneficios de la convocatoria, podría ser
algo similar a acudir a una guerra y sin participar por algún factor externo, se recibiera
una medalla, la solución en este caso de mayor virtud, sería dar parte de no acudir al
covitario, independientemente si se realizará la prueba.
3.2 Conclusiones
En síntesis, para el Dr. H, la opción era solo una, perecer ante el miedo, la línea entre el
deber, el ser útil y la virtud es tenue, cuando la propia vida se encuentra en medio, la
formación médica está basada en el aprendizaje de algoritmos, no en el desarrollo de un
discernimiento ético, no es de esperarse que se tomará una decisión que no fuera útil,
cuando la mente se ha dedicado a aprender procesos útiles sobre el cuerpo humano,
como si fuera un objeto instrumentalizado, la sistematización de la enseñanza médica
dentro de bases deshumanizantes solo produce confusión en el quehacer médico e
incertidumbre entre lo que es proceder correctamente.

3.3 Recomendaciones
Ante la pandemia los médicos se encuentran ante reflexiones interesantes conforme a
sus obligaciones, derechos y responsabilidades, se hace necesario el establecimiento
de espacios específicos para médicos del tipo grupos balin, en los cuales se puedan
expresar estas dificultades, aclarar las posturas, proporcionar guía y apoyo en este tipo
de circunstancias, aunque son “nuevas” demuestran nuevamente la carencia de lugares
de expresión y de apoyo psicoemocional para el personal médico.

Caso 3. Los doctores P


En este caso se trata de un grupo de médicos residentes de la misma especialidad Q, son
residentes de los últimos dos años de cuatro para completar su formación como especialistas,
los doctores P, son cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, ninguno es mayor de 30 años
sin antecedentes relevantes, personas de carácter sumiso, neutrales ante su formación,
conformistas de manera fundamental y anímica, la actitud que permea en ellos, es acabar la
residencia y trabajar en su consultorio, para algunos de ellos la residencia consiste un espacio
en el cual se puede “conocer gente”, se encuentran con ánimo negativo ante la pandemia y el
cambio en las dinámicas laborales que habían estado realizando, se han suspendido las
rotaciones en otros hospitales lo que consideraban la parte más atractiva de su formación; son
enviados a trabajar de manera asistencial en el hospital hibrido que constituye su sede, afuera
del área COVID, lo que es considerada el área administrativa del covitario, en donde se dedican
principalmente a realizar trabajo asistencial que permite facilitar la labor de los médicos dentro
del covitario, no se encuentran de acuerdo con tener que realizar ese tipo de trabajo, pero
tampoco quieren ser voluntarios del covitario, se mantienen quejándose a nivel de redes
sociales en sus grupos exclusivos de médicos porque no son capaces de admitir públicamente
que no desean participar en la parte “heroica” que la sociedad les exige por su profesión y su
momento formativo, la neutralidad, apatía y mediocridad de carácter que permeaba en ellos
ante los cambios de ritmo asistencial se ha tornado en coraje y auto-conmiseración por el giro
inesperado de las circunstancias provocado por la pandemia.
En el hospital hibrido, al igual que en toda la república de México los insumos hospitalarios son
limitados en cuanto a cubre-bocas n95, guantes y uniformes quirúrgicos, siendo principalmente
otorgados al personal que ingresa a los pisos de pacientes COVID; los residentes inician con
preocupaciones acerca de la situación global, el riesgo de contagio y finalmente el golpe de
realidad que están viviendo ante la pandemia y sus nuevas obligaciones en el área
administrativa del covitario, tienen miedo de contagiarse, su formación tomo un camino
inesperado y peligroso, se quejan de la dificultad de conseguir material para su protección de
manera adecuada, están intranquilos, con miedo y se preguntan que pueden hacer.
Sus preocupaciones les llevan a tomar la decisión de acudir al área de repartición de insumos
y decir que entrarán al área COVID para recibir el equipo correspondiente, sin entrar al
covitario, como es solamente su interés el cubre-bocas, empiezan a acumular el resto del
equipo en la residencia, llegando a juntar 11 equipos de los cuales solo utilizaron los
cubrebocas n95, afortunadamente esto no afecta al personal del covitario porque existe en este
momento abasto suficiente de uniformes. Algunos de los doctores P, reflexionan si su proceder
ha sido correcto, no pueden evitar preguntarse a sí mismos en caso que se acabaran los
uniformes quienes atenderían a los pacientes que se encuentran adentro de esa área.

Discernimiento ético caso 3


1. ¿Cuál es el hecho?
1.1 Antecedentes
Las preocupaciones ante el COVID de los doctores P, les llevan a tomar la decisión de
acudir al área de repartición de insumos y decir que entrarán al área COVID para recibir
el equipo correspondiente, sin entrar al covitario, como es solamente su interés el cubre-
bocas, empiezan a acumular el resto del equipo en la residencia, llegando a juntar 11
equipos de los cuales solo utilizaron los cubrebocas n95, afortunadamente esto no
afecta al personal del covitario porque existe en este momento abasto suficiente de
uniformes.
1.2 Circunstancias (factores externos e internos de influencia)
Contingencia COVID, interacción con casos probables de COVID.
Desabasto de insumos.
1.3 Actores principales
Doctores P.
Institución de salud.
2. Descripción e identificación de los problemas éticos
2.1 Identificación de tipos de problemas éticos
Derecho, deber de independencia e imparcialidad.
Responsabilidad social.
Principio de colaboración.
Buena y mala práctica.
2.2 Analizando y aplicando el discernimiento
2.2.1. ¿Cuál es el bien que se busca?
Cumplir con la responsabilidad social, colaborar con compañeros y el derecho a la
autoprotección.
2.3.2 ¿Quiénes son los beneficiarios del bien?
Los doctores P y los pacientes.
2.3.3 ¿Quién es el personaje principal?
Doctores P.
2.3.5 ¿Cuáles son las circunstancias?
Desabasto de insumos, preocupación de los doctores P, ante el contagio, obtención de
insumos, con la falsificación de funciones
2.3.6 Analizar el bien según las posturas éticas básicas
2.3.6.1 Decisión basada en el consecuencialismo individualista/utilitarismo
La postura de los doctores P, es la de asumir una valoración del riesgo-beneficio,
teniendo en cuenta su necesidad de obtener insumos para poder realizar su trabajo, por
otra parte el buscar la forma de obtenerla mediante la utilización de funciones que no
les corresponden para lograr conseguir los insumos es una medida de tipo
maquiavélico, orientada por el cálculo racional óptimo de la oportunidad útil, aunque el
desabasto del material para las personas que ingresen en el covitario sea una
consecuencia de esta acción, cumple con su propósito, se maximizo la utilidad para el
grupo de doctores P, la virtud utilitarista está presente, en un mundo pandémico en
donde la versión de vida es “el fin justifica los medios”, se encuentran adaptados,
probablemente las tendencias caracteropaticas latentes de los médicos pudieron
expresarse gracias a la oportunidad y el factor común compartido que produce el miedo.

2.3.6.2 Decisión desde el punto de vista deontológico


El imperativo categórico de cumplir con la ley o lo establecido se encuentra vulnerado
de manera absoluta en el proceder de los doctores, justificantes o atenuantes del
comportamiento serían sus miedos y sus desconocimientos, el no saber que podrían
pedir al ser personal exclusivamente los cubrebocas que necesitaban sin tener que
tomar funciones que no realizarían y desperdiciar uniformes destinados a otro personal,
el desconocimiento de la vida útil del cubrebocas (15 días en promedio) o inclusive el
saber que existe personal del covitario que ha decidido comprar su propio equipo, para
cumplir con el deber, son elementos que destacan la falta a la deontología de los
médicos P. Además, en algunos de los médicos P, surge la interrogante si su proceder
ha sido adecuado, inclusive si su deber sería entregar el material o en dado caso
denunciarse a sí mismos, no lo hacen, finalmente su postura es egoísta sin humildad
médica, acercándose a lo ilegal, la pregunta sería ¿los médicos P actuarían de la misma
forma en otras circunstancias fuera de la pandemia, que harían otros médicos en su
lugar? la jerarquía moral y su telos es hacia la conservación de su propia vida, la falta
de fortaleza puede llevar a faltar al deber en cualquier momento.

2.3.6.3 Decisión desde el punto de vista aretológico


Los doctores P, al buscar la conservación de la vida y el sentido gregario del ser
humano, se unifican en una conducta que busca la libertad y la autonomía ante el riesgo
de la infección, sin embargo el medio es la utilización de funciones que no les
corresponden, su comportamiento rebasa la libertad y toca el libertinaje, en un momento
en el que todo el personal pidiera equipo del covitario para obtener los cubrebocas y
acumular el resto del mismo solo puede producir el abasto de equipos disminuiría de
manera “desconocida” y los recursos no serían justificables.

2.3.7 ¿Qué decisiones tienen que tomarse?


Se requieren insumos para la protección.
Se decide la obtención de los insumos de manera “fraudulenta”.
2.3.8 ¿Quién es el responsable de tomarlas?
Los doctores P
3. Análisis de resultados
3.1 Soluciones
La solución más adecuada podría haber sido establecer mediante las instancias
correspondientes la requisición de los insumos, el desconocimiento de los propios
derechos y la presión por el cumplimiento del trabajo, junto con el miedo ante el COVID,
es un terreno fértil para las decisiones equivocadas.

3.2 Conclusiones
Al buscar su realización de continuar con su preparación como médicos residentes,
pierden el verdadero sentido de la virtud que se encuentra en la vocación, el miedo
nuevamente, en esta ocasión de manera gregaria los lleva a realizar una conducta sin
virtud, agravando principalmente la fidelidad a la verdad.

3.3 Recomendaciones
Se ha ido mencionando en los casos precedentes, la protección que existe a nivel de
leyes para el personal de salud, sin embargo al no tener la información, el espacio en el
cual aclarar sus preocupaciones, los médicos toman decisiones conforme lo que
consideran correcto, sin embargo caen en rechazar la fidelidad a la verdad,
circunstancias como estas de igual manera son prevenibles con el establecimiento de
espacios de pares como los grupos balin, en los cuales los médicos pueden expresar
sus inquietudes y buscar soluciones comunes.

Caso 4. Paciente I
Paciente “I” femenino de 59 años de edad, con obesidad mórbida, diabetes e hipertensión quien
presenta en la segunda semana de mayo síntomas compatibles con cuadro respiratorio por
COVID, decide no avisar a sus familiares hasta dos días después de estos síntomas, por lo
que es llevada al área COVID siendo ingresada por cumplir con criterios de enfermedad grave.
Al ingresar firma un consentimiento en el cual se niega a recibir intubación en caso de
ameritarlo.
Cinco días después de su internamiento la paciente entra en cuadro confusional, empeoran
parámetros ventilatorios, los médicos del covitario, debaten la validez del consentimiento de
negarse a la intubación, por el estado hipóxico de su ingreso y la asociación con la confusión
del estado mental de este cuadro.
El personal médico del covitario se preguntan si podrían tomar como válida la opinión de los
familiares para la realización de la intubación, no es posible localizar a los familiares en ese
momento, por lo que se realiza la intubación, la paciente continua estable pero con asistencia
ventilatoria, se da aviso a los familiares posteriormente, la reacción de los familiares es de
agradecimiento.
Discernimiento ético caso 4
1. ¿Cuál es el hecho?
1.1 Antecedentes
Paciente positivo a COVID con falla respiratoria que requiere de ventilación mecánica y
no acepta intubación.
1.2 Circunstancias (factores externos e internos de influencia)
Pandemia por COVID, pacientes que requieren intubación de un momento a otro
No existe vacuna, ni cura para la infección por COVID.
1.3 Actores principales
Paciente con COVID con falla respiratoria.
Personal médico.
Familiares del paciente.
2. Descripción e identificación de los problemas éticos
2.1 Identificación de tipos de problemas éticos
Rechazo terapéutico.
2.2 Analizando y aplicando el discernimiento
2.2.1. ¿Cuál es el bien que se busca?
Cumplir los fines de la medicina: curar, cuidar y acompañar.
2.2.2 ¿Quiénes son los beneficiarios del bien?
El personal de salud, familiares, institución.
2.2.3 ¿Quién es el personaje principal?
Paciente con falla respiratoria.
2.3.5 ¿Quiénes son los personajes?
Paciente con falla respiratoria.
Personal médico.
Familiares del paciente.
2.3.6 Analizar el bien según las posturas éticas básicas
2.3.6.1 Decisión basada en el consecuencialismo individualista/utilitarismo
En cuanto a este dilema bioético la postura de los doctores es el utilitarismo en una de
sus máximas expresiones, lo útil resuelve todo dilema ético, al encontrarse ante una
decisión de vida o muerte se decide la medida que prolongue la vida, aún en contra del
consentimiento del paciente.
A manera de apunte en este contexto, más allá de la decisión ética utilitarista, la reflexión
gira en torno a la validez de una decisión tomada de cambiar el consentimiento de un
paciente en un estado hipóxico o infeccioso, las vertientes son múltiples, se desconoce
a nivel agudo el potencial confusional del COVID, es conocido que infesta e inflama
regiones cerebrales diversas produciendo estados confusionales y delirantes, siendo
muchas veces indetectables por las diversas especialidades no involucradas con estas
entidades, es en estos casos que se ha documentado que en pacientes delirantes por
causas médicas diferentes al COVID presentan en ocasiones delirios egodistonicos o
panicogenicos, muchas veces con contenido delirante nacido de sus propios miedos
(alucinaciones visuales de personas que quisieran dañarlos, enemigos, es común el
delirio de persecución por sicarios), en este sentido en el covitario recientemente se han
detectado delirios de un alto nivel de sufrimiento asociados al simbolismo intrusivo que
produce la intubación, en la población mexicana fuera del covitario se ha difundido la
creencia errónea que la intubación es igual a fallecer y sufrir en el proceso, es ahora que
en los pacientes con estados hipóxicos delirantes esta situación de pánico a la
intubación y alucinaciones visuales zoomórficas de tipo tentaculotropicas, en la cual el
tubo ventilatorio representa tentáculos que invadirán el cuerpo, del tipo fantasía oriental
de shokushu zeme (violación por tentáculos) o de tipo vivido con visiones auto-
antropofagicas, cuando el procedimiento de la intubación se visualiza para el paciente
como si fueran sus propios miembros los que se estuviera introduciendo por la boca.

2.3.6.2 Decisión desde el punto de vista deontológico


Es complicada la visión deontológica en esta circunstancia, la ley indica el seguimiento
cabal del consentimiento y si la persona ha rechazado la intubación de antemano es el
imperativo la realización de este acto, por lo que a través de la virtud de la beneficencia
en el médico lo lleva a tomar decisiones paternalistas, en casos extremos del covitario,
es en donde el deber ser toca con su limitante más cercano el despotismo del narcicismo
médico de la conservación de la vida aún a costa de la propia voluntad del paciente, la
importancia de mantener la virtud del respeto a la dignidad del paciente versus la
dificultad de las presiones sociales y burocráticas, el bien del paciente como
encarnizamiento terapéutico.

2.3.6.3 Decisión desde la perspectiva aretológica


A partir de la postura de las virtudes el ser humano es único e irrepetible, la búsqueda
de la conservación de la vida por sobre todas las otras circunstancias existenciales, es
la virtud fundamental, la vocación del médico es la conservación de la vida en un
principio, es claro que la balanza decisional en primera instancia se inclinó ante esta
circunstancia, es en todo sentido una virtud, o tiene tintes de encarnizamiento,
narcicismo, intereses político-administrativos (de control de tasa de mortalidad), las
interrogantes son múltiples, ¿qué paso en la mente de los médicos? en el covitario se
busca mantener la vida, el hacer todo por los pacientes es el devenir cotidiano, algunos
médicos han reportado en momentos de alta tensión síntomas disociativos en donde
pueden ver por momentos a sus familiares en vez de observar a los pacientes,
sentimientos de tristeza ante la muerte constante y sistemática del covitario, trastornos
compasivos, desgaste persistente, el médico es simplemente un humano más, no lo
suficientemente preparado para la vida y la muerte que ante una situación de esta
magnitud, se reconfigura en un automatismo de maximizar las opciones terapéuticas,
perdiendo la visión amplia del interés del paciente incluso de su consentimiento.

2.3.7 ¿Qué decisiones tienen que tomarse?


Intubación ante el rechazo de la intervención, por parte del personal médico.
2.3.8 ¿Quién es el responsable de tomarlas?
Personal médico.
2.3.9 ¿Qué prefiere el paciente?
Rechazo terapéutico, no ser intubado.
2.3.10 ¿Qué prefiere el equipo de salud?
Conservar la vida.
3. Análisis de resultados
3.1 Soluciones
Dilema complejo de decisiones influidas por factores psicoemocionales, se han
evidenciado casos de trastorno de compasión en el personal médico del COVID,
llegando a niveles tan altos como disociaciones e ilusiones en las cuales ven a sus
familiares por momentos en los pacientes, recobrando segundos después la
orientación, sin embargo, la experiencia es altamente ansiogenica, en este caso ante la
muerte inminente del paciente, el personal de manera proactiva realiza la intervención
de intubación, la solución correcta aunque difícil, hubiera sido en todo caso respetar el
rechazo terapéutico del paciente.

3.2 Conclusiones
En el covitario este es uno de tantos ejemplos similares, la reflexión que nace es ante
un virus incontrolable y una situación de crisis y catástrofe global, el médico ¿tendría
que regresar a ser paternalista, sería virtuoso el médico que buscará las últimas
consecuencias terapéuticas, más allá de su propia integridad, el médico moderno tendrá
que aplicar su propia justicia en el covitario?.
3.3 Recomendaciones
La sala de UCI en el covitario, el portar un equipo especial por 8 horas o más, el desgaste
laboral, junto con la incertidumbre del comportamiento del padecimiento (su alta
contagiosidad y mortalidad), producen un medio ambiente laboral de mayor estrés y en
el cual se han tomado decisiones diferentes al proceder protocolizado de la UCI, pre
pandemia, se hace importante la concientización del personal de la responsabilidad
bioética que estas circunstancias novedosas representan, evidenciándose nuevamente
una deficiencia formativa en los médicos en este caso la materia de bioética brilla por
su ausencia en pregrado y en posgrado.

Conclusiones finales
Los casos ante un análisis reflexivo desde una postura bioética se contraponen en diversos
momentos a lo que se consideraría correcto, un factor denominador común de estas acciones
es el miedo al virus, miedo a la muerte, miedo al sufrimiento, las perspectivas de discernimento
bioético permiten cierta amplitud de visión, se podría decir que de los diferentes casos
desarrollados y su visualización ante algunas posiciones bioéticas las decisiones pueden
tomadas pueden ser validas, cruciales y hasta cierto punto virtuosas, sin embargo ante un virus
sin cura y una situación de este carácter catastrófico que se ha prolongado durante más de
siete meses se puede preguntar que tanto los fundamentos éticos de otros momentos
históricos son aplicables ante personas que están actuando con un estado emocional que
nubla su proceder o que en casos particulares exalta comportamientos de tipo caracteropaticos
que normalmente no realizarían, es justo utilizar un lente que tiene una visión diferente y
definida para observar algo nunca antes vivido a esta magnitud por la humanidad, o es
necesario considerar nuevas posiciones bioéticas, será posible el buscar un cambio de
orientación de la acción capaz de dar cuenta de los comportamientos ante la catástrofe del
presente o a su vez en ¿qué medida podría considerarse más virtuoso en esta pandemia el
médico paternalista, pragmático y utilitario? o que ante la pérdida de parámetros de
comparación con la situación presente nos encontramos ante una formación de un nihilismo
de carácter progresivo que está permeando en el proceder médico.
La respuesta es posible que se encuentre en la formación de los médicos desde sus inicios,
en una profesión en donde se ha valorado en mayor medida el almacenamiento de datos a
nivel de memoria, la aplicación de instrumentalización del ser humano, sin empatía y la
disociación del sentir y el carácter en el proceder del día al día, junto con la sistematización de
la represión de los sentimientos, no es sorpresivo que las acciones ante estos dilemas sean
poco virtuosas y poco éticas.

Bibliografía:
1. Pellegrino ED, Thomasma DC. The virtues in medical practice. New York: Oxford
University Press; 1993.
2. Myriam M. Altamirano Bustamante, Alberto Lifshitz Guinzberg, Juan Pablo Rodríguez
Auad, Nelly F. Altamirano Bustamante, Sergio Islas Andrade. Virtudes en medicina.
Capítulo 7. Bioética. Editorial Iberoamericana. 2010.
3. Nelly F. Altamirano Bustamante, Alfredo Bobadilla Aguirre, Eréndira Altamirano
Bustamante,
4. Juan Garduño Espinosa, María Teresa Ávila Osorio, Onofre Muñoz Hernández, Rafael
García Pavon y Myriam M. Altamirano Bustamante. Cómo prepararnos para la
deliberación ética en la práctica clínica en pediatría. Bol Med Hosp Infant Mex. Vol. 67,
Mayo-Junio 2010.
5. Rafael García Pavón. Principales teorías y criterios éticos de decisión. Capítulo 5.
Bioética. Editorial Iberoamericana. 2010.
6. Eréndira Altamirano Bustamante, Myriam M. Altamirano Bustamante, Nelly Altamirano
Bustamante. Discernimiento dilemas éticos en la de práctica clínica. Capitulo 6.
Bioética. Editorial Iberoamericana. 2010.
7. http://www.ordenjuridico.gob.mx/Constitucion/articulos/24.pdf.

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