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Flores negras para la iglesia

Algunas veces es bueno pensar en un maldito, en Charles Pierre


Baudelaire, nacido el 9 de abril de 1821 y fallecido el 31 de agosto de
1867. Pensando en este afamado y maldito poeta y en particular en una
de sus obras más controvertidas: “las flores del mal” cuyos poemas
fueron considerados “ofensas a la moral pública y las buenas
costumbres” por lo cual fue procesado.

Ante tales acusaciones Baudelaire respondió:

“Todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian las palabras


inmoralidad, moralidad en el arte y demás tonterías me recuerdan a
Louise Villedieu, una puta de a cinco francos, que una vez me acompañó
al Louvre donde ella nunca había estado y empezó a sonrojarse y a
taparse la cara. Tirándome a cada momento de la manga, me
preguntaba ante las estatuas y cuadros inmortales cómo podían
exhibirse públicamente semejantes indecencias”
Mientras estaba pensando en éste, se me ocurrió pensar en ésta, en “la
iglesia” (católica o protestante en este caso aplica para las dos), pues se me
antoja en extremo parecida a aquella puta que acompañó a Baudelaire al
Louvre que era una lugar donde nunca había estado. Pero en este caso el
Louvre es el mundo entero, la miseria humana, la pobreza, el hambre y la
caótica sociedad en la que vivimos en la que al parecer la iglesia nunca ha
estado o tal vez nunca ha querido estar.

La iglesia está aterrorizada y preocupada por las inmoralidades, por el sexo sin
condón, por la virginidad de los adolescentes y por el ano de los hombres.
Situaciones ante las que se rasga las vestiduras en un acto circense ridículo y
sin autoridad moral, pues si se trata de hablar de putas de cinco francos la
iglesia es la más grande de todas, prueba de ello es aquel episodio del año 320
d.c cuando la iglesia vendió sus principios a Constantino lo que la convirtió en
la iglesia oficial y al mismo tiempo convertiría en todos su templos en
muladares malolientes. En el caso de la iglesia protestante solo es necesario
recordar aquel episodio en el que la iglesia Luterana en Alemania se acogió y
aprobó el régimen Führer lo que nos muestra que los gritos de la iglesia por la
“inmoralidad” actual son una pantomima bochornosa e inconsecuente.

A pesar de lo anterior, puede decirse que la iglesia ha cumplido bien o mal un


papel en la sociedad como ente vertebrador de la misma, lo que no puede
soslayarse de ningún modo, pero valdría la pena pensar en una iglesia cuyas
acciones y preocupaciones están enfocadas en la dignidad humana, en el valor
de la vida, en el oprimido, en el desvalido etc. pues estos también son asuntos
morales que a mi parecer son mucho más relevantes y que necesitan por parte
de la iglesia intervenciones serias y responsables para lograr construir
dinámicas religiosas dignificantes y liberadoras para el ser humano.

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