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Licenciatura En Filosofía
Yessica Andrea Calderón Pérez
Cod: 1010111581
Introducción
Con frecuencia el arte denota una actividad que expresa técnicas fotográficas,
pictóricas, esculturales, cinematográficas, visuales que trascienden las experiencias
del público resultando atractivas, gustosas, bellas, llamativas y creativas. El artista
plasma dentro de su propio trabajo aquello que resulta ser una inspiración para él
desde la estética visual de un lugar, un tiempo, un personaje, una afirmación que
crea para el espectador, cada pincelada calcula el espacio, el color, la dimensión,
forma y presentación de todo lo que compone su arte. Sin embargo, allí donde
reposa la imagen, inmovil o plana, yace una experiencia narrativa que comprende
relatos visuales no hablados que esperan expresar historias, sentimientos, afectos,
que el artista construye por mucho de manera implícita, coqueta o deseosa de que
su apreciador descubra. El presente escrito tiene como fin develar los encuentros
narrativos que surgen entre el artista y el arte desde el relato de la composición
visual y cómo ella de manera poética demuestran rasgos de identitarios, colectivos y
posiblemente afectivos que hay entre una obra visual y la condición humana
enseñando ejercicios narrativos desde el el arte y la filosofía.
Las imágenes artísticas han sido empleadas a lo largo de la historia con finalidades
diversas: desde la propiciadora en la Prehistoria hasta la meramente estética (el arte
por el arte) buscada en la Edad Contemporánea. Hubo un tiempo, incluso, en el que
habrán de asumir la responsabilidad de ser los instrumentos transmisores del
conocimiento, especialmente útiles en aquellas épocas en las que la mayoría de la
población no sabía leer, cumpliendo de esta manera la función de narraciones
visuales de historias que invitan a pensar
Conclusiones.
Hoy día, aunque parezca que todos estos modos de expresión quedan muy lejos
desde el arte como símbolo de la historia narrativa, continúa vigente esta forma de
comunicación mediante escenas secuenciadas. Sin entrar ya en la más obvia como
son los planos que el cine pone en movimiento, encontramos que este mismo
sistema aún se sigue empleando en nuestra sociedad, bien con una finalidad
ilustrativa, de advertencia, e incluso humorística que invita a detener al espectador e
imaginar los mundos posibles desde su condición humana.
Referencias.
Gombrich. E. (1950). Introducción . En Historia Del Arte (pp 1- 15). New York:
Phaidon.