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Testimonio personal – Covid 19

“La cuarentena nos demostró lo valioso que puede ser nuestra

libertad y valorar a nuestra familia más que nunca”

Hola, mi nombre es Isamar Gisela, soy estudiante de la facultad de trabajo

social, actualmente me encuentro estudiando de manera virtual.

Desde que escuchamos en las noticias que estaríamos 15 días en casa, nos

preocupamos mucho ya que no estaba previsto y nunca antes había pasado

algo similar, no que yo recuerde, todo paso tan rápido, los viajes se

restringieron, ya no había transporte, no se podía salir de casa, todo era tan

alarmante que el ver y escuchar las noticias a diario con lo que pasaba en todo

el Perú y el mundo causaba una gran tristeza y mucho miedo al saber que

todos estábamos en riesgo de contraer la enfermedad, y muchos eran más

vulnerables a este enemigo que si bien ya lo estábamos viendo días anteriores

como daba en otros países y hoy le tocaba a nuestro país, para ello el gobierno

al igual que los demás, tomaron la decisión de ponernos en cuarentena

nacional debido a la pandemia que azotaba a muchos países.

Durante las dos primeras semanas tuvimos los víveres y lo indispensable para

estar en casa, al escuchar que serían dos semanas más de cuarentena, en

casa tuvimos que hacer una lista de lo que necesitamos para hacer las

compras, entre todos de la casa, luego designamos a dos personas para que

vayan al mercado, me acuerdo que las designadas fuimos mi hermana Diana y

yo, así que nos pusimos unas mochilas grandes, tomamos la lista y salimos a

las 8 de la mañana, tuvimos que caminar mucho hasta el mercado del Tambo,
llegamos tan cansadas pero igual tuvimos que continuar, al tener todas las

compras hechas, nos dimos cuenta que el peso era demasiado porque no

pudimos levantarlo, tuvimos que buscar un taxi, ya que no había combis, pero

el señor que nos llevó nos pidió un precio elevado, por tan solo unas cuadras,

ente tanta desesperación accedimos, luego mi hermana y yo tuvimos que

llamar a mis hermanas y mi cuñado para que nos alcancen y nos ayuden,

recuerdo que ni bien llegamos a casa de frente a la ducha, todos, uno por uno,

salir un poco más frescos y desinfectados por supuesto. Al despertar la

mañana siguiente teníamos todo el cuerpo adolorido, como si hubiéramos

batallado tanto y somos los sobrevivientes. Sé que este día no lo olvidare

nunca, el calor intenso, el cansancio, la mascarilla y como la gente en el

mercado solo podía llevar un par de cosas porque no permitían más, los

precios elevados y las verduras que antes comprábamos, buscando el mejor, el

más grande o el que tiene menos precio, ahora se compraban sin preguntar. Y

ni qué decir del gel o alcohol antibacterial, los primeros 15 días se agotaron,

era lo que más compraba la gente sin importar que uno lo necesitaba más que

el otro.

En casa la situación estaba difícil, si bien al principio de cuarentena nos

quedamos tranquilos, el tiempo lo teníamos de sobra, no teníamos que

preocuparnos por levantar temprano o preparar de madrugada el desayuno

para salir a la universidad, podíamos prepararlo con calma, sin embargo los

días transcurrían y la situación en el país era lamentable, algunas personas

que sus trabajos estaban relacionados a servicios básicos tuvieron que laborar

los días de cuarentena, y mi papá que trabaja en el sector de agua y

saneamiento, tuvo que salir a diario, cada vez que llegaba después del trabajo
tenía que separar su ropa en una tina, ducharse, la rutina familiar, era esperarlo

con ropa limpia, toalla y desinfectar sus zapatos antes de que entre a casa,

siempre agradecidos con que llegue a casa sano y salvo, siempre rogándole a

Dios que cuide y proteja a mi papá.

Así día tras día pasaban y hasta ahora la situación no parece ser muy

alentadora, los casos en nuestra región están en aumento. Quien iba a pensar

que la cuarentena de unos días serían solo el principio de una larga

cuarentena, pasando mes a mes, volviendo tan estresantes nuestra estadía en

casa. Es ahora es cuando valoro todo lo libre que pude ser, salir de la

universidad y llegar a casa tan cansada o pasar algunas horas al lado de mis

amigos, levantarse temprano con quejas para no llegar tarde a nuestra primera

clase, ahora podemos hacer nuestras clases hasta sin peinarnos o si se nos

hizo tarde después de hacer los trabajos, solo nos conectamos y ya estamos

puntuales en clase. Nuestra vida cambio muchísimo, hay cosas que aún

añoramos, la lección es que frente a la adversidad, tristeza y desesperación

todos tomemos conciencia de la tan difícil situación que pasamos en esta

pandemia, gran parte de la solución está en ser responsables y protegernos

para que las víctimas no sean los más vulnerables de casa.

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