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Realidad de un triste sueño

Todo comenzó a principios de febrero cuando por primera vez llego a mis oídos la
palabra COVID-19 esta palabra era nueva y muy rara para mí pero después de
escuchar lo que significaba y todo lo que era me causo temor y desconcierto, en
mi familia quedamos todos impactados por esta pequeña palabra que era pequeña
al pronunciarse, pero era esta palabra la que llevaba a describir el nuevo virus que
abatía este momento al mundo entero y que hasta ahora nadie había podido
combatir. En ese momento que escuchamos en las noticias internacionales sobre
dicho virus y que ya se había convertido en una pandemia, no pensamos que
llegaría a nuestro continente y mucho menos a nuestros lugares de habitación en
ese momento creímos que solo sería una noticia de momento y que al otro día
dirían que ya todo termino y que nunca llego a nuestro país.
Pero no fue así con el pasar de los días las noticias no hablaban más que del
COVID-19 que está muriendo mucha gente, que era muy fácil contagiarse y que
era mortal…todo esto nos causaba nostalgia y temor por estar en incertidumbre de
que si llegaría a nuestro territorio y que si notros estaríamos afectados por este
virus tan fuerte. Pero equivocados estábamos en pensar que no llegaría a nuestro
país pues al mes siguiente escuchamos anunciar a los rectores de la institución
que el día 15 de marzo los niños ya no asistirían a clases por decreto de la
secretaria de educación pero de mi parte creí que esto solo sería ´por una o dos
semanas que luego todo pasaría y volvería a la normalidad, pero eso no fue así
después de este decreto vino el del Presidente y su decreto fue que Colombia
entraría en cuarentena y que deberían acogerse a medidas estrictas para evitar
que el virus se propague por que a Colombia había llegado el primer caso y que
ya habían varia personas que estaban contagiados y debíamos seguir la
cuarentena para poder protegernos del virus y este no se esparza. Así que todo
comenzó con cerrar restaurantes, centros comerciales y varios sitios que no eran
dispensables para nuestro diario vivir todos comenzaron a tomar las medidas de
prevención ante este virus, pensé que con estas medidas esto acabaría rápido y
todo volvería a la normalidad, pero esto no fue así con el pasar de los días eran
más los contagiados eran más los muertos y el virus cada día estaba más cerca
de nuestra ciudad. Todos los días miraba las noticias esperando buenas pero no
era así al contrario eran más los contagiados, después de la primera cuarentena
vino la segunda que venía con las mis más condiciones y más estrictas que la
anterior y después de esto nuestra preocupación fue mayor porque mi madre
había quedado sin trabajo al cerrar el restaurante donde ella laboraba, así que ya
no tendríamos la ayuda económica de su parte, al igual que de mi parte tampoco
podría seguir haciendo mi trabajo como estilista y no podría ayudar con los gasto a
mi padre, aunque él no vive con nosotros él nos ayuda con los gastos, al igual que
mi hermano que por el momento se encontraba de permiso del servicio militar así
que por ese momento no nos preocupábamos mucho por la parte económica.
Pero lo que si nos tenía muy preocupados es que el virus ya estaba llegando a la
frontera de Colombia con Ecuador y nuestra ciudad es la más cercana de esta, en
nuestra casa empezamos a comprar tapabocas, alcohol y gel antibacterial, al igual
que bañarnos las manos a cada rato, no salíamos de casa y mucho menos hablar
con otras persona, lo peor de todo es que cada día aumentaban los casos y un día
escuchamos que el virus ya había entrado a nuestro municipio Nariño en la ciudad
de Ipiales y desde el primer informe después las cosas comenzaron a ponerse
más difíciles e incluso no pasaron muchos días cuando llego el primer contagio a
nuestra ciudad de Pasto, mi familia y yo estábamos muy preocupados y con la
incertidumbre de que si nosotros seriamos los siguientes o que si alguien de mi
familia se iba a contagiar con este virus, y yo siempre me hago una pregunta
¿lograremos sobrevivir a esto? Mi madre siempre está preocupada por nosotros y
casi ni duerme por ponerse a pensar en todo esto, es duro pensar que alguien de
nuestra familia puede morir con esta enfermedad a la cual nadie está exento y
más que todo uno de sus tres hijos o mi hija que es una hija más para ella eso nos
tiene atemorizadas siempre ese porvenir que a diario es más severo y más
peligroso para todos, estaba por terminar la segunda cuarentena pero nosotros
supusimos que el presidente alargaría más los días de quedarse en casa, pero
aparte del virus también me preocupaba el año escolar de mi hermana y mi hija
porque hasta ahora no teníamos ninguna noticia de la institución, pero luego de
unos días escuchamos el comunicado de la institución que pedía que los padres
de familia se acerquen a las instalaciones de la institución para recoger unas guías
para realizarlas en casa y así poder seguir con las actividades que se propusieren
los profesores para el año escolar, yo creía que esto de hacer guías y estudiar con
los hijos sería fácil…pero no fue así, fue duro y complicado sentarse con los niños
y tener la suficiente paciencia y sabiduría para poder ayudar a los niños a realizar
y entender las diferentes temáticas propuestas, pero gracias a los profesores que
estuvieron allí para orientarnos y poder entregar y realizar las tareas con
puntualidad y los niños aprendan algo nuevo para su educación, fue duro pero
logramos entregar todo a tiempo, eso fue con mi niña de 5 años, pero para mi
hermana fue mucho más duro porque ella está cursando el últimos grado para ser
bachiller ella tiene que trasnocharse, estudiar mucho y hacer todo con mucho
esmero para poder culminar sus estudios. Pero a pesar de todo ella ha logrado
entregar sus trabajos a tiempo. Después de un mes de trabajo con las dos niñas
pudimos terminar las guías y entregar a los profesores, pero después de todo esto
estaba lo de seguir esperando lo que pasaría con nosotros después de que se
acabe esta otra cuarentena, la casa ya nos estaba aburriendo sin poder salir y no
poder trabajar, el desespero ya se estaba empezando a sentir y no solo en nuestra
familia, si no en varias que decían que ya se estaba comenzando a sentir el
desabastecimiento porque ya casi no había dinero para comprar la comida y
además en los supermercados y tiendas está muy caro todo. Nostros estábamos
asusta dadas por esto y por la incertidumbre de saber qué rumbo tomaría esta
cuarentena porque ya estamos 4 meses y aún siguen aumentando los infectados y
los muertos, el virus cada día está más cerca de nuestro Corregimiento ,es mayor
el temor de mi madre ahora que mi hermano ha tenido que marcharse a seguir
prestando su servicio militar y mi padre a seguir viajando, en casa ya solo
quedamos mi madre, mi hermana, mi hija y yo y estamos a la incertidumbre de
cuál será el nuevo amanecer de nuestra familia y el del mundo entero, cuando
alguien debe salir a ser las compras algún lado salimos con temor de que si nos
acercamos a alguien que de pronto tiene el virus o si tocamos algún lugar que este
el virus….esta pandemia es muy fuerte es una gran batalla por ganar, no sabemos
cuándo será su final o si será primero el nuestro antes de ver la cura para el
COVID-19 ese temor es el que nos condena a diario, al igual que el llegar a
pensar que nosotros podemos ser portadores del virus y que podríamos infectar a
nuestra familia y ¿por ello les causemos el dolor y hasta la muerte? Tengo miedo
del porvenir de mi familia y muchísimo más por el de mi hija desearía poder saber
que mi hija está exenta de todo esto, pero la realidad es otra muy dura y triste, lo
que espero es que Dios nos ayude y nos favorezca de todo lo que está pasando
en nuestro mundo.

DIOS QUIERA QUE PRONTO ENCUENTREN LA CURA Y TODO VUELVA A


SER COMO ANTES, BUENO NO COMO ANTES PORQUE ESTO DEJARA
SECUELAS, PERO PODREMOS VOLVER A VIVIR SIN TEMO DE SALIR,
SALUDAR Y PODREMOS VOLVER A CONVIVIR CON NUESTROS AMIGOS Y
CONOCIDOS.

#quédate en casa
Autora: Paola Andrade

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