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Formas de violencia contra las

adolescencias
Cuando hablamos de formas de violencia contra las adolescencias, siguiendo la
Observación General N.º 13 del Comité de los Derechos de la Infancia (en
adelante OG13), entendemos que se trata de todas aquellas violencias que
puedan sufrir a manos adultas, a manos de otras niñas, niños y adolescentes, o
incluso aquélla que por encontrarse en contextos que no les protegen de
manera adecuada, les llevan a autolesionarse.
Se retoma lo contenido en la OG13, porque dicha observación desarrolla lo
mandatado por la Convención sobre los Derechos del Niño en su artículo 19, en
el que se indica que...

1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas,


administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño
contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato
negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras
el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante
legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.

2. Esas medidas de protección deberían comprender, según corresponda,


procedimientos eficaces para el establecimiento de programas sociales
con objeto de proporcionar la asistencia necesaria al niño y a quienes
cuidan de él, así como para otras formas de prevención y para la
identificación, notificación, remisión a una institución, investigación,
tratamiento y observación ulterior de los casos antes descritos de malos
tratos al niño y, según corresponda, la intervención judicial.

Por lo anterior, a la hora de crear políticas públicas, diseñar y ejecutar programas o


interactuar de manera directa con las y los adolescentes, resulta útil revisar las distintas
formas de violencia que pueden existir contra las adolescencias. A continuación,
aparecen algunas de las formas de violencia contenidas en la Observación General N.º
13:
Descuido o trato negligente
El contexto adulto descuida a las adolescencias cuando no atiende las
necesidades físicas y psicológicas de las y los adolescentes, aunque cuenta con
los recursos necesarios para hacerlo. Por ejemplo, una familia que olvida las
consultas médicas de su hijo diabético, aunque cuenta con recurso económico
para pagar las consultas.

Es importante no confundir trato negligente con pobreza o falta de acceso a


recursos básicos. Por ejemplo, una familia de escasos recursos que no llega a
consulta médica especializada de su hijo diabético porque vive en una
comunidad rural alejada, no cuenta con recurso económico para el traslado ni
existe esa atención médica en su comunidad, no está siendo negligente, sino
que vive violencia estructural.

Entendida como aquélla en la que se produce un daño en la satisfacción de


necesidades humanas básicas como resultado de políticas económicas que
conllevan el injusto reparto de la riqueza. Es la estructura social misma la que
coloca a algunas personas en condiciones de vulnerabilidad y falta de acceso a
recursos.

Violencia mental
Es también conocida como maltrato o violencia psicológica y/o emocional. Se
vincula con las prácticas que perjudican el desarrollo de un autoconcepto sano,
y que someten a las y los adolescentes a situaciones atemorizantes, humillantes,
de aislamiento, discriminatorias, entre otras.

Por ejemplo, personas cuidadoras que insultan y descalifican a las y los


adolescentes, que les impiden convivir con grupos de pares, que amenazan,
chantajean o manipulan a sus hijas e hijos.

Violencia física y castigos corporales


Toda acción que atenta contra la integridad física de las y los adolescentes.
Incluye todo castigo en el que se utilice la fuerza física y que tenga por objeto
causar dolor o malestar, que puede ser leve; por ejemplo, pellizcos, bofetadas,
empujones, etc.
Abuso y explotación sexual
Prácticas cometidas por otra persona en las que se ve comprometido el
desarrollo psicosexual del o la adolescente. Quien ejerce violencia sexual puede
valerse del uso de la fuerza o de amenazas, coerción, manipulación e
intimidación. Implica cualquier práctica en la que una persona utilice a
adolescentes como objetos para la propia satisfacción sexual, así como prácticas
en las que se les obliga a realizar actividades sexuales como la prostitución,
pornografía, entre otras.

Violencia entre pares


Se trata de la violencia física, emocional o sexual que es ejercida por un o una
adolescente, contra otra/o. Para comprender este tipo de violencia es necesario
tener en cuenta que cuando un/una adolescente ejerce violencia, no ha
accedido a herramientas para la resolución pacífica de conflictos y/o replica las
violencias que ha atestiguado o vivido; por ejemplo, situaciones de acoso
escolar, rivalidad entre pandillas, acoso sexual, acoso cibernético, distribución de
fotografías íntimas.

Autolesiones
Todas aquellas conductas en las que las y los adolescentes se generan un daño
o ponen en riesgo su integridad. Suelen recurrir a estas prácticas cuando
afrontan situaciones que les provocan altos niveles de angustia, porque no
cuentan con herramientas para atenuar o manejar dicha emoción aflictiva.
Incluyen trastornos alimentarios, abuso de sustancias, lesiones autoinfligidas
(cortes y quemaduras en la piel), pensamiento suicida, intentos de suicidio y
suicidio.

Violencia en los medios de comunicación


Está relacionada con los contenidos estereotipados que los medios de
comunicación difunden, donde suelen retratar a las y los adolescentes como
violentos, delincuentes, haraganes, etc.

También puede implicar la vulneración de derecho a la intimidad mediante la


divulgación de información personal.

Violencia a través de tecnologías de la información y las


comunicaciones (TIC)
Se trata de cualquier violencia vivida por las adolescencias que se vincule con el
uso de tecnologías; por ejemplo, la grabación o producción de materiales
pornográficos y/o discriminatorios que atenten contra la dignidad y el
desarrollo psicosexual de las y los adolescentes, la exposición a información
inadecuada, contenidos agresivos, pornográficos, engañosos, que pueden ser
perjudiciales para su desarrollo.
Las y los adolescentes pueden ser objeto de intimidación, acoso, difamación o
captación para explotación sexual o pornografía mediante estas tecnologías.

Violaciones de los derechos de la adolescencia en las instituciones


Las instituciones del Estado ejercen violencia contra las y los adolescentes
cuando no garantizan su protección y por lo tanto caen en actos de negligencia,
cuando no cuentan con atención especializada para adolescencias o cuando
realizan acciones o procedimientos nocivos.

Por ejemplo, falta de oferta de servicios de salud especializada en adolescentes,


detenciones de adolescentes en situación de migración en estaciones
migratorias, sometimiento de adolescentes a intervenciones no especializadas
en las que son tratadas/os como personas adultas, entre otras.

Torturas y tratos inhumanos o degradantes


Este tipo de violencia suele ser ejercida por la policía y otros agentes del orden
público, personal de hogares de residencia y otras instituciones, que tienen
autoridad sobre las y los adolescentes. Se trata de todo acto de violencia que
obliga a confesar, castiga u obliga a realizar actividades contra su voluntad, que
no ha sido resultado de un proceso de justicia y sentenciado por un juez o
jueza.

Prácticas perjudiciales
Se trata de conductas que atentan contra la integridad física o emocional de las
y los adolescentes, que son justificadas o aceptadas por creencias y/o prácticas
culturales específicas; es decir, aunque se trata de conductas violentas contra las
adolescentes, no se perciben como tales, porque el contexto cultural las
considera apropiadas.

Por ejemplo, ritos iniciáticos, alimentación forzada, pruebas de virginidad,


matrimonio forzado, delitos de honor, represalias o venganzas entre grupos,
acusaciones de brujería o exorcismos, entre otros usos y costumbres que
atenten contra el desarrollo psicosexual de las adolescencias.
Especial vulnerabilidad de las
adolescencias
Existen prejuicios por los cuales se tiende a no percibir a las adolescencias como
población especialmente vulnerable, en razón de su edad y etapa de desarrollo.
Frecuentemente se piensa que la población infantil es más vulnerable que la población
adolescente, por su menor edad y por contar con menos experiencias y habilidades.

También se tiende a pensar que las y los adolescentes son menos vulnerables que la
población infantil, porque han adquirido más información y experiencia en su etapa de
desarrollo, y por lo tanto pueden pensar y decidir como si fueran personas adultas. Estos
mitos o prejuicios sobre las adolescencias pueden impedir la detección de situaciones de
violencias contra las adolescencias o incluso obstaculizar el acceso de esta población a
la protección y restitución de sus derechos.

En realidad, las y los adolescentes se encuentran en situaciones de alta vulnerabilidad, y


ésta se sostiene por una combinación entre las características propias de su etapa de
desarrollo y la estructura social que les excluye y estigmatiza. Retomando algunos de
los conceptos revisados (Piaget, 1967; Papatia Olds, Feldman 2010), es posible decir
que

 Los cambios hormonales, con presencia de dopamina y oxitocina en el cerebro,


impulsan a las y los adolescentes a buscar situaciones en las que sientan placer,
aventuras, situaciones y personas nuevas.
 La falta de juicio crítico, por la inmadurez de la corteza prefrontal, no les permite
tomar consciencia de los riesgos ni considerar las consecuencias de sus decisiones a
mediano y largo plazo, ser empáticas/os, ni tomar decisiones sin la interferencia de sus
emociones.
 La necesidad imperiosa de pertenecer a grupos de pares, les impulsa a sobrevalorar la
aceptación, a cualquier costo, en algún grupo de pares, sin lograr percibir si se trata de
contextos en los que su integridad o estabilidad emocional puede estar en riesgo.

En el siguiente recurso podrá encontrar mayor información respecto a aspectos sobre la


vulnerabilidad de las adolescencias:

Las y los adolescentes suelen tomar decisiones sin ser totalmente conscientes de los riesgos
que implican, y por lo tanto están expuestas/os a muchos más peligros.

Situaciones que desde el razonamiento adulto son evidentemente peligrosas, pueden no ser
percibidas como tales por el cerebro de las y los adolescentes.

Lo anterior puede traducirse en situaciones de captación por redes de trata, delincuencia


organizada pandillas, exposición a situaciones de riesgos, como consumo de alcohol, drogas
prácticas sexuales de riesgo, relaciones de noviazgo en las que existe violencia, entre otras.

Como puede darse cuenta, los adolescentes necesitan que, tanto el Estado, las familias, y en
general, las personas adultas, les garanticen el acceso a contextos y situaciones en las que
ejerzan sus derechos y sean protegidas/os por su entorno, contexto y características de
desarrollo y bienestar.
Adolescentes que repiten conductas violentas vividas
en su entorno
Hay ocasiones en las que las y los adolescentes son receptoras/es de violencias en
sus entornos, y también repiten las conductas violentas que observan y viven.

Cuando estemos ante una o un adolescente que está ejerciendo violencia,


debemos pensar que está reproduciendo la violencia que vivió en el pasado en
algún otro contexto.

Las experiencias de violencia previas, en las que adolescentes fueron víctimas o


receptoras/es de la misma, se van convirtiendo en el referente para solucionar los
conflictos, para establecer relaciones, para construir el propio autoconcepto y la
concepción del mundo.

Se vuelve la manera en la que la o el adolescente aprende a lidiar con las


dificultades y resolver los problemas. En este sentido, las y los adolescentes que
ejercen violencias deben ser vistas/os también como receptoras/es de violencia.

Causas y consecuencias de la violencia contra las


adolescencias

Causas de la violencia
Una de las principales causas de las violencias contra las adolescencias es que en
las sociedades existen prácticas y actitudes culturales generalizadas que toleran la
violencia en general. Entre las principales causas de las violencias, Unicef (2011:
233) señala que se encuentran las siguientes:

La falta de conocimientos, datos y comprensión sobre la violencia contra las


adolescencias y sus causas fundamentales.

Las respuestas más centradas en los síntomas y las consecuencias que en las
causas.

*Por ejemplo, cuando se busca que las y los adolescentes cambien las conductas
violentas que ejercen contra otras personas, sin considerar que han vivido o atestiguado
también conductas violentas. Ninguna intervención o política pública será útil si sólo
busca que las y los adolescentes abandonen conductas violentas que repiten, sin abarcar
también las situaciones que les colocan en contextos en los que viven violencias y en las
que no tienen acceso a protección efectiva ni a experiencias en las que aprendan
maneras no violentas de afrontar dificultades.

Las estrategias más fragmentadas que integradas.

Otra de las causas fundamentales de la violencias contra las adolescencias, según


la estrategia INSPIRE1, es la tolerancia social de la victimización de las niñas y
las adolescentes mujeres, así como la legitimación de las conductas violentas
ejercidas por hombres, adolescentes varones y niños, como formas “adecuadas”
de mostrar fortaleza.
Esta causa de violencias contra las adolescencias está sostenida en estereotipos
de género, que colocan a las niñas y adolescentes mujeres en situación de
especial vulnerabilidad, porque se percibe la victimización de ellas como algo
normal, y la agresión de los hombres y adolescentes varones como conductas
esperadas y justificadas social y culturalmente.
Suele además culparse a las mujeres por la violencia, provocando vergüenza,
culpa y dificultades para denunciar las situaciones de violencia.

1 Estaherramienta consta de siete estrategias para poner fin a la violencia contra las niñas y los niños, y ha sido
desarrollada por diversos organismos internacionales, como OMS, Unicef, USAID, OPS, entre otros. Se retomará
más ampliamente en el módulo 3.

Según la OG13 (2011: 233), las y los adolescentes que han sufrido violencia son
más propensas/os a actuar de manera violenta, desde su infancia y hasta su vida
adulta. Es así que la disminución de la violencia en una generación disminuirá la
violencia en la siguiente.
Otras causas de las violencias contra las y los adolescentes que puede identificar,
suceden a nivel estructural.

La falta de progreso social.

Bajos niveles de vida.

Dificultad para acceder a derechos básicos, como la


Otras causas libertad, la justicia y la paz.

Las concepciones tutelares que no reconocen a las y los


adolescentes como sujetos de derechos.

Por otro lado, concepciones tutelares sobre la adolescencia, en donde las y los
adolescentes no son reconocidos/as como sujetos de derecho, también dan origen
a prácticas en las que se sustentan violencias contra las adolescencias.
Hablaremos más sobre el enfoque tutelar y el enfoque de derechos un poco más
adelante.

Consecuencias de la violencia

Empecemos por decir que “la violencia pone en grave peligro la supervivencia de
las y los adolescentes y su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social
(Unicef, 2011, pág. 233)”.

Las consecuencias pueden tener impactos en diversos niveles, que incluyen lo


físico, lo cognitivo, lo emocional, el desarrollo, el comportamiento y lo
relacional.
Áreas de afectación y consecuencias
Física Relacional
Retraso en el desarrollo físico y la Deterioro de las relaciones personales,
aparición posterior de enfermedades exclusión escolar y conflictos con la
pulmonares, cardíacas, hepáticas y de Ley.
infecciones de transmisión sexual. Aumenta el riesgo de que la o el
Cognitiva adolescente sea objeto de una
Problemas de rendimiento en la victimización posterior y acumule
escuela y en el trabajo. experiencias violentas, e incluso tenga
un comportamiento violento en el seno
de la pareja en etapas posteriores de la
vida.
Desarrollo y comportamiento Mental
Ausentismo escolar y comportamiento Ansiedad y trastornos depresivos,
agresivo, antisocial y destructivo hacia alucinaciones, trastornos de la
sí y hacia las/os demás. memoria o intentos de suicidio.
Emocional
Sensaciones de rechazo y abandono, trastornos afectivos, trauma, temores,
ansiedad, inseguridad y destrucción de la autoestima.

Hasta ahora hemos mencionado las consecuencias de las violencias en las


adolescencias, a nivel del individuo, pero…

¿Cuáles son las consecuencias de las violencias contra las adolescencias a un


nivel más amplio?

En el siguiente esquema encontrará las consecuencias de las violencias contra las


adolescencias, desde el impacto social.
Las consecuencias de impacto social abarcan, por ejemplo, costos económicos y
humanos vinculados a la atención médica derivada de las violencias contra las
adolescencias, a modalidades alternativas de cuidado para las y los adolescentes
en situaciones de especial vulnerabilidad, a servicios sociales que ofrecen
recursos para las y los adolescentes y sus familias, costos derivados de la
interrupción temporal o permanente de la educación, afectaciones a proyectos de
vida, y pérdidas de productividad a la vida futura, entre otras.

Encontramos también costos asociados al sistema de justicia en cuanto a delitos


cometidos por y contra las y los adolescentes que han sufrido actos de violencia.
Respecto al tejido social, las consecuencias se vinculan con afectaciones al
desarrollo de ciudadanas/os sociales y responsables que participen activamente
en la comunidad local y en la sociedad en general.2
Como ha podido observar, todas estas consecuencias dañan profundamente a las
adolescencias y a su pleno desarrollo y bienestar. Conocer las causas y las
consecuencias de esas violencias nos permite considerar que, como sociedad, nos
queda mucho trabajo por hacer para atender y eliminar la violencia contra las
adolescencias; no obstante, un cambio de mirada es posible en la atención de este
tipo de violencias.

Elementos necesarios a considerar para


la atención de la violencia contra las
adolescencias

A la hora de diseñar políticas públicas e intervenciones relacionadas con la protección y


restitución de derechos de las y los adolescentes, es importante tener en cuenta los
elementos que aparecen a continuación:

a) Un enfoque basado en los derechos de las y los adolescentes.

Para reconocer las condiciones de violencia que viven las y los adolescentes e
identificar acciones específicas para prevenirla y erradicarla, no basta con considerar
solamente la vulneración del derecho a la vida, supervivencia y desarrollo; es necesario,
siguiendo los principios generales de la CDN, considerar también:

De qué manera se generan espacios para erradicar la discriminación contra las y los
adolescentes.

 Qué se entiende y cómo se garantiza el derecho a ser escuchada/o y a participar.


 Cómo se comprende, define y garantiza su interés superior en diversos ámbitos.

b) Un enfoque que incluya las dimensiones de género de la violencia contra las


adolescencias.
Al considerar los factores que colocan a las y los adolescentes en situaciones de violencias es
imprescindible considerar las dimensiones de género. Existen distintos factores de riesgo y
formas de discriminación que se asocian con estereotipos basados en el género culturalmente
construidos y reproducidos, desequilibrios de poder y desigualdades en los que se desarrollan
las y los adolescentes. En este sentido, es necesario:

c) Un enfoque que considere el papel central de las familias en las estrategias de


cuidado y protección de las adolescencias.

Describimos a continuación los tres enfoques mencionados, que pueden ser útiles al
diseñar o aplicar estrategias y políticas públicas asociadas a la protección y
restitución de derechos de las adolescencias que viven violencias:

La concepción de familia que se considera en este documento no está relacionada con aquello
que se considera una “familia tradicional”, sino que se refiere al grupo de personas adultas que
atienden las necesidades físicas y psicosociales de niñas, niños y adolescentes; ejercen una
disciplina positiva y no violenta, ofrecen un vínculo sólido al y a la adolescente, para que
cuente con al menos una persona adulta presente y confiable, así como relaciones de apoyo
con los/as compañeros/as y las demás personas. Por ejemplo, familias uniparentales, familias
en las que colabora la familia extensa, familias homoparentales o lesbomaternales, familias de
acogida, entre otras.

Es posible considerar los siguientes aspectos a la hora de propiciar que las familias tengan un
papel central en las estrategias de cuidado y protección de las adolescencias:

 Fortalecer la vida familiar, apoyo a las familias y asistencia a las familias en dificultad,
como actividades prioritarias de protección de las y los adolescentes.
 Intervenir en las familias en las que las y los adolescentes estén expuestos/as a actos
de violencia cometidos por familiares, equilibrando el derecho a la menor separación
de la familia con el derecho a la protección.

 Asegurar la existencia e implementación de programas destinados a adolescentes y sus


familias para garantizar prácticas óptimas de crianza positiva, incluyendo métodos
positivos de crianza, información sobre determinados riesgos y sobre maneras de
escuchar a las y los adolescentes y tener en cuenta sus opiniones; por ejemplo,
asociaciones y clubes juveniles, asesoramiento a jóvenes y familias con problemas.

 Propiciar grupos comunitarios de ayuda mutua, asesoramiento a cuidadores con


problemas de empleo, vivienda o crianza, programas terapéuticos, entre otros.
¿Cómo considerar el
enfoque de derechos de las
adolescencias?

Tener en cuenta al o la adolescente como titular de derechos, y a las


personas adultas como quienes están obligadas a crear las condiciones
para que accedan al ejercicio de sus derechos.

Revisar si se está propiciando la participación efectiva de las y los


adolescentes en toda decisión o intervención que les afecte.

Considerar si se tienen en cuenta las características particulares, caso por


caso.

Razonar sobre la consideración de la integralidad de derechos de las y los


adolescentes que podrían estar siendo vulneradas/os o que se requiere
proteger.

Tener en cuenta el principio de autonomía progresiva, es decir, que se


considere la etapa de desarrollo y características específicas de la o el
adolescente.
¿Cómo considerar el derecho a la vida, a la
supervivencia y al desarrollo de las y los adolescentes en
la máxima medida posible?
 Asegurar que ningún adolescente sea privado/a de
la vida.
 Tomar todas las medidas posibles para disminuir la
mortalidad adolescente; aumentar la esperanza de
vida; en especial, medidas para eliminar la
malnutrición y las epidemias.
 Diseñar medidas especiales para disminuir el riesgo
de captación de adolescentes en pandillas y/o
actividades del crimen organizado, redes de trata,
explotación sexual, etc.
En principio, implica reconocer
 Proteger a las adolescencias contra malos tratos y
que “todo individuo tiene derecho
cualquier forma de violencia de las ya mencionadas,
a la vida, la libertad, la seguridad
de su persona”, de acuerdo al ya sean ejercidas por familiares, pares o
artículo 3 de la Declaración instituciones privadas o del Estado.
Universal de Derechos Humanos;  Considerar intervenciones específicas dirigidas a
para ello, se requiere: detectar conductas suicidas, incluyendo
autolesiones, pensamientos e intentos suicidas.
 Registrar, documentar y atender de manera
especializada los embarazos adolescentes y brindar
información sobre prevención del embarazo y salud
reproductiva.
 Considerar acciones para proteger los derechos de
adolescentes en situación de migración,
especialmente quienes sean separadas/os de sus
Existen situaciones asociadas a violencias contra las adolescencias que requieren un
enfoque altamente especializado, es decir, que para garantizar el derecho a la vida,
libertad y seguridad, las personas adultas a cargo de diseñar intervenciones y políticas
públicas deben conocer aspectos particulares de las situaciones que amenazan la vida,
supervivencia y desarrollo de las y los adolescentes. Un ejemplo de ello es la realidad
que viven las y los adolescentes captadas/os en redes de trata con fines de explotación
sexual.

¿Cómo considerar el principio de no discriminación


contra las adolescencias?
Considerar el principio de no discriminación implica tener en cuenta que existen
muchos contextos en los que las y los adolescentes pueden no acceder de manera
efectiva a medidas que garanticen el ejercicio de sus derechos, en razón de la etapa
de desarrollo en la que se encuentran o de alguna condición específica propia del
contexto en el que se desarrollan. Para apegar acciones o estrategias al principio de
no discriminación, será necesario, como mínimo:

Asegurar que las estrategias no hagan exclusiones por formas de vestir que las y los
adolescentes escogen, que responden a la reestructuración de su identidad.

Considerar el momento evolutivo para encuadrar de manera congruente respuestas,


conductas o prácticas de las y los adolescentes, para que no sean leídas como desafío,
agresividad, oposicionistas, mala conducta o incluso como cuadros psicopatológicos, cuando
en realidad son lo esperado ante la inmadurez del sistema nervioso y los desafíos evolutivos
que enfrentan.

Asegurar la inclusión y el respeto a la diversidad de orientaciones sexuales, preferencias


sexuales, identidades o expresiones de género entre las y los adolescentes.

Tener en cuenta especialmente el enfoque de género, es decir, considerar las situaciones


específicas en las que niñas y adolescentes mujeres podrían estar viviendo situaciones de
exclusión, violencias específicas o dificultades para acceder al ejercicio de sus derechos,
basadas en estereotipos o normas de género sostenidas cultural y socialmente.

Construir acciones y estrategias proactivas para detectar y asegurar el acceso de las y los
adolescentes a servicios especializados cuando sus derechos están en riesgo, o son vulnerados.
Es frecuente que las instituciones asuman que una persona adolescente se acercará a solicitar
el servicio como lo haría una persona adulta, cuando lo apropiado es que se construyan
estrategias para detectar y propiciar el acceso de las adolescencias a los espacios de
protección y restitución de derechos, en donde puedan ser sujetos activos del ejercicio de sus
derechos.

Detectar prejuicios acerca de la posibilidad de decidir de las y los adolescentes, como sustento
para criminalizarles o negar el acceso a la protección. Por ejemplo, pensar que un adolescente
en conflicto con la ley delinque “porque lo decide”, porque “sabe bien lo que hace”, o que un
adolescente en situación de migración decide viajar porque lo motiva la vida fácil, porque “no
quiere trabajar” en su lugar de origen, etc.

Garantizar la accesibilidad para adolescentes con discapacidad y el acceso a la justicia para


adolescentes cuya lengua materna no es el español.

¿Cómo considerar el derecho a la participación?


 Para considerar el derecho a la participación de las y los adolescentes, las personas
adultas deben crear el contexto adecuado para que ejerzan sus derechos,
considerando lo siguiente:
 Tener en cuenta edad y grado de madurez del o la adolescente.
 Ofrecer información a la o al adolescente, de acuerdo a su grado de madurez, sobre
cualquier situación que le afecte.
 Ofrecer medidas de auxilio o rescate emocional si se encuentra en una situación de
temor o angustia.
 Permitir y facilitar que el o la adolescente se cree una opinión propia sobre la situación
que está viviendo.
 Ofrecer espacios para que puedan expresar libremente sus opiniones, sin limitaciones,
presiones ni coerciones.
 Asegurar que las personas adultas que interactúan o entrevistan a adolescentes
cuenten con las herramientas para hacerlo de manera adecuada a su nivel de
desarrollo.
 Valorar la participación adolescente según el contexto, el caso particular y el grado de
madurez.

Lo anterior implica que el derecho a la participación no se garantiza solamente preguntando a


la o el adolescente qué opina, o haciendo un interrogatorio, sino creando el contexto
adecuado para que pueda participar y tomar en cuenta su opinión.
Salud mental del
adolescente
Datos y cifras
 Una de cada seis personas tiene entre 10 y 19 años de edad.
 Los trastornos mentales representan el 16% de la carga mundial de
enfermedades y lesiones en las personas de edades comprendidas entre
10 y 19 años.
 La mitad de los trastornos mentales comienzan a los 14 años o antes,
pero en la mayoría de los casos no se detectan ni se tratan (1).
 La depresión es una de las principales causas de enfermedad y
discapacidad entre adolescentes a nivel mundial.
 El suicidio es la tercera causa de muerte para los jóvenes de edades
comprendidas entre los 15 y los 19 años.
 No abordar los trastornos mentales de los adolescentes tiene
consecuencias que se extienden hasta la edad adulta, y que afectan tanto
a la salud física como a la mental y limitan las oportunidades de llevar
una vida adulta satisfactoria.

Introducción
La adolescencia (10 a 19 años) es una etapa única y formativa. Los múltiples
cambios físicos, emocionales y sociales que se dan en este periodo, incluida la
exposición a la pobreza, el abuso o la violencia, pueden hacer que los
adolescentes sean vulnerables a problemas de salud mental. Promover el
bienestar psicológico de los adolescentes y protegerlos de experiencias
adversas y factores de riesgo que puedan afectar a su capacidad para
desarrollar todo su potencial es esencial tanto para su bienestar durante la
adolescencia como para su salud física y mental en la edad adulta.

Determinantes de la salud mental


La adolescencia es un periodo crucial para el desarrollo y el mantenimiento de
hábitos sociales y emocionales importantes para el bienestar mental, tales
como adoptar pautas de sueño saludables; hacer ejercicio con regularidad;
desarrollar habilidades para mantener relaciones interpersonales, hacer frente
a situaciones difíciles y resolver problemas; y aprender a gestionar las
emociones. También es importante contar con un entorno favorable en la
familia, la escuela y la comunidad en general. En todo el mundo, se estima que
entre el 10% y el 20% de los adolescentes experimentan trastornos mentales,
pero estos no se diagnostican ni se tratan adecuadamente (1).

Los factores que determinan la salud mental del adolescente en cada momento
son múltiples. Cuantos más sean los factores de riesgo a los que están
expuestos los adolescentes, mayores serán los efectos que puedan tener para
su salud mental. Algunos factores que pueden contribuir al estrés durante la
adolescencia son el deseo de una mayor autonomía, la presión para amoldarse
a los compañeros, la exploración de la identidad sexual y un mayor acceso y
uso de la tecnología. La influencia de los medios de comunicación y la
imposición de normas de género pueden exacerbar la discrepancia entre la
realidad que vive el adolescente y sus percepciones o aspiraciones de cara al
futuro. Otros determinantes importantes de la salud mental de los adolescentes
son la calidad de su vida doméstica y las relaciones con sus compañeros. La
violencia (en particular los malos tratos y la intimidación) y los problemas
socioeconómicos constituyen riesgos reconocidos para la salud mental. Los
niños y los adolescentes son especialmente vulnerables a la violencia sexual,
que tiene claros efectos perjudiciales sobre la salud mental.

Algunos adolescentes corren mayor riesgo de padecer trastornos de salud


mental a causa de sus condiciones de vida o de situaciones de estigmatización,
discriminación, exclusión, o falta de acceso a servicios y apoyo de calidad.
Entre ellos se encuentran los adolescentes que viven en lugares donde hay
inestabilidad o se presta ayuda humanitaria; los que padecen enfermedades
crónicas, trastornos del espectro autista, discapacidad intelectual u otras
afecciones neurológicas; las embarazadas y los padres adolescentes o en
matrimonios precoces y/o forzados; los huérfanos y los que forman parte de
minorías de perfil étnico o sexual, o de otros grupos discriminados.

Por otra parte, los adolescentes con problemas de salud mental son
particularmente vulnerables a la exclusión social, la discriminación, la
estigmatización (que afecta a la disposición para buscar ayuda), las dificultades
educativas, los comportamientos de riesgo, la mala salud física y las
violaciones de los derechos humanos.

Trastornos emocionales
Los trastornos emocionales surgen habitualmente durante la adolescencia.
Además de la depresión o la ansiedad, los adolescentes con trastornos
emocionales también pueden experimentar reacciones excesivas de
irritabilidad, frustración o enojo. Es posible que se superpongan los síntomas
de más de un trastorno emocional, y que se den cambios rápidos e
inesperados de estado de ánimo y arrebatos emocionales. Los adolescentes
más jóvenes también pueden desarrollar síntomas físicos relacionados con su
situación emocional, como dolor de estómago, dolor de cabeza o náuseas.

A nivel mundial, la depresión es la cuarta causa principal de enfermedad y


discapacidad entre los adolescentes de edades comprendidas entre los 15 y
los 19 años, y la decimoquinta entre los de edades comprendidas entre los 10 y
los 14. La ansiedad es la novena causa principal entre los adolescentes de 15
a 19 años, y la sexta para los de 10 a 14. Los trastornos emocionales pueden
afectar profundamente al rendimiento académico y la asistencia escolar. El
retraimiento social puede exacerbar el aislamiento y la soledad. En el peor de
los casos, la depresión puede conducir al suicidio.

Trastornos del comportamiento infantil


Los trastornos del comportamiento infantil son la segunda causa principal de la
carga de morbilidad entre los adolescentes de edades comprendidas entre los
10 y los 14 años, y la undécima entre los de edades comprendidas entre los 15
y los 19. Cabe incluir entre ellos el trastorno por déficit de atención con
hiperactividad (que se caracteriza por la dificultad para prestar atención, el
exceso de actividad y el desprecio por las consecuencias de las propias
acciones, en un grado no apropiado para la edad de la persona) y los
trastornos de la conducta (que presentan síntomas como los comportamientos
destructivos o desafiantes). Los trastornos del comportamiento infantil pueden
afectar a la educación de los adolescentes y llevar a comportamientos
delictivos.

Trastornos alimentarios
Los trastornos alimentarios aparecen habitualmente durante la adolescencia y
el principio de la edad adulta. Son más comunes entre las mujeres que entre
los hombres. Afecciones como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el
trastorno por atracones compulsivos se caracterizan por la adopción de
comportamientos alimentarios perjudiciales, como la restricción de calorías o el
atracón compulsivo. Los trastornos alimentarios son perjudiciales para la salud
y, a menudo, coexisten con la depresión, la ansiedad y/o el abuso de
sustancias.

Psicosis
Los trastornos que incluyen síntomas de psicosis emergen más comúnmente a
finales de la adolescencia o principios de la edad adulta. Los síntomas de la
psicosis pueden incluir alucinaciones o delirios. Tales experiencias pueden
afectar gravemente a la capacidad del adolescente para participar en la vida
diaria y la educación, y en muchos casos llevan a situaciones de
estigmatización o a violaciones de los derechos humanos.

Suicidio y autolesiones
Se estima que 62 000 adolescentes murieron en 2016 como consecuencia de
autolesiones. El suicidio es la tercera causa de muerte entre los adolescentes
de mayor edad (15 a 19 años). Cerca del 90% de los adolescentes del mundo
viven en países de ingresos bajos o medianos, y más del 90% de los suicidios
de adolescentes tienen lugar entre los que viven en esos países. Los factores
de riesgo para el suicidio son muy variados, e incluyen el uso nocivo del
alcohol, los abusos durante la niñez, la estigmatización de la búsqueda de
ayuda, los obstáculos para recibir atención y el acceso a medios para llevarlo a
cabo. La información recibida a través de los medios digitales sobre
comportamientos suicidas es una preocupación emergente para este grupo de
edad.

Conductas de riesgo
Muchos comportamientos de riesgo para la salud, como el uso dañino de
sustancias o las prácticas sexuales de riesgo, comienzan durante la
adolescencia. Los comportamientos de riesgo pueden responder a una
estrategia inútil para hacer frente a la mala salud mental, y además tener
efectos muy negativos sobre el bienestar mental y físico del adolescente.

En todo el mundo, la prevalencia de los episodios de ingesta masiva de


bebidas alcohólicas entre los adolescentes de 15 a 19 años fue del 13,6% en
2016; el riesgo más elevado correspondió a los hombres.

El uso de tabaco y cannabis son preocupaciones adicionales. El cannabis es la


droga más consumida entre los jóvenes, en 2018 aproximadamente el 4,7% de los
jóvenes de 15 a 16 años la habián consumida al menos una vez. Muchos fumadores
adultos consumieron su primer cigarrillo antes de los 18 años.

La comisión de actos violentos es una conducta de riesgo que puede aumentar


las probabilidades de que la persona tenga un bajo rendimiento educativo,
sufra lesiones, participe en delitos o muera. La violencia interpersonal fue
clasificada en 2016 como la segunda causa de muerte entre los adolescentes
de mayor edad.
Promoción y prevención
Las intervenciones de promoción de la salud mental de los adolescentes van
orientadas a fortalecer su capacidad para regular sus emociones, potenciar las
alternativas a los comportamientos de riesgo, desarrollar la resiliencia ante
situaciones difíciles o adversidades, y promover entornos sociales y redes
sociales favorables. 

Estos programas requieren un enfoque que abarque múltiples niveles y varias


plataformas de difusión —por ejemplo, los medios digitales, los entornos de
atención médica o social, las escuelas o la comunidad—, así como diversas
estrategias para llegar a los adolescentes, en especial a los más vulnerables.

Detección y tratamiento tempranos


Es crucial abordar las necesidades de los adolescentes que padecen trastornos
de salud mental definidos. En el caso de los adolescentes es clave evitar la
institucionalización y la medicalización excesiva, priorizar los enfoques no
farmacológicos y respetar los derechos de los niños recogidos en la
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y otros
instrumentos de derechos humanos. El Programa de acción para superar las
brechas en salud mental ofrece orientaciones basadas en pruebas científicas
para ayudar a personas no especialistas en la materia a detectar mejor los
trastornos mentales prioritarios y brindar apoyo a las personas que los padecen
en entornos con pocos recursos.

Respuesta de la OMS
La OMS trabaja para desarrollar estrategias, programas y herramientas
dirigidos a ayudar a los gobiernos a dar respuesta a las necesidades de salud
de los adolescentes. Cabe destacar los siguientes recursos

 Aceleración mundial de las medidas para promover la salud de los adolescentes (Guía
AA-HA!): Orientación para la aplicación en los países
 Plan de acción sobre salud mental 2013-2020
 Programa de acción para superar las brechas en salud mental (mhGAP)

En el contexto de las emergencias, la OMS ha desarrollado herramientas para


diversos fines, entre ellos:

 la evaluación
 los primeros auxilios psicológicos
 el manejo clínico de los trastornos mentales
 la recuperación del sistema de salud mental
Todas ellas abordan problemas relacionados con los jóvenes.

En general, la familia de Ana carece de un enfoque que considera su papel como central
en las estrategias de cuidado y protección de las y los adolescentes.
Elija una;

Verdadero 

Falso

Retroalimentación
Para que se considere como una familia bajo este enfoque es necesario que sus miembros
atiendan las necesidades físicas y psicosociales de las y los adolescentes, ejerzan una
disciplina positiva y no violenta y ofrezcan un vínculo sólido a la persona adolescente, para
que cuente con al menos una persona adulta presente y confiable, así como relaciones de
apoyo con las/os compañeras/os y las demás personas. En el caso de Ana esto no
sucede; por ello, su familia carece de este enfoque.

Las medidas de disciplina ejercidas por la maestra de Ana son ejemplos de torturas y
tratos inhumanos o degradantes.
Elija una;

Verdadero 

Falso
Retroalimentación
Podemos darnos cuenta de que en la escuela hay prácticas que son ejemplos de torturas y
tratos inhumanos o degradantes, como estar parada al rayo del sol como castigo. Pueden
llegar a pasar inadvertidos como ejercicios de violencias; socialmente pueden llegar a
estar legitimados. Hay que tener cuidado de no minimizar ni normalizar estas prácticas que
resultan perjudiciales para las personas.

Los problemas entre Ana y su hermano, y entre ella y sus compañeras/os de escuela son
cosas normales a su edad, ya que así se llevan las/os hermanas/os, y en la escuela se
suele molestar a quienes son castigados/as.
Elija una;

Verdadero

Falso 

Retroalimentación
La violencia entre pares suele ser frecuentemente normalizada y minimizada en nuestra
sociedad; además, también se normaliza y justifica la violencia entre hermanos/as y más si
se trata de los hombres hacia las mujeres. Para comprender este tipo de violencia es
necesario tener en cuenta que cuando un o una adolescente ejerce violencia, no ha
accedido a herramientas para la resolución pacífica de conflictos y/o se replican las
violencias que han atestiguado o vivido.

En la historia de Ana podemos ver que las personas adultas consideran su derecho a la
participación ante las situaciones que vive.
Elija una;

Verdadero

Falso 

Retroalimentación
Para considerar el derecho a la participación de las y los adolescentes, las personas
adultas deben crear el contexto adecuado para que ejerzan sus derechos, incluido su
derecho a ser escuchadas/os y tomados/as en cuenta. En este relato vemos que en varias
ocasiones Ana intenta hablar y opinar sobre lo que ha sucedido y las personas adultas no
le permiten expresarse, no consideran su punto de vista y, por ende, no es considerada
sujeto de derechos.

Además de la especial vulnerabilidad por situaciones relacionadas por la edad y el


contexto social de Ana, se suma ser mujer.
Elija una;

Verdadero 

Falso
Retroalimentación
Entre las causas de las violencias contra las adolescencias están la falta de progreso
social, bajos niveles de vida, dificultad para acceder a derechos básicos, como la libertad,
la justicia y la paz. Se suman las concepciones tutelares que no reconocen a las y los
adolescentes como sujetos de derechos y los estereotipos de género que colocan a las
niñas y adolescentes mujeres en situación de especial vulnerabilidad, porque se percibe la
victimización de ellas como algo normal, y la agresión de los hombres y adolescentes
varones como conductas esperadas y justificadas social y culturalmente. En esta historia
vemos que Ana asume ciertas situaciones como “normales” o que “le tocan” por ser mujer;
vive cosas como ser llamada una “vieja chismosa” u orillada a sentir vergüenza por no
comportarse como “señorita”.

Las críticas y comentarios que les hacen a Ana y a su amiga cuando están castigadas,
respetan el principio de no discriminación.
Elija una;

Verdadero

Falso 

Retroalimentación
El principio de no discriminación implica tener en cuenta que existen muchos contextos en
los que las y los adolescentes pueden no tener asegurados sus derechos, en razón de
alguna condición específica propia de su contexto, por lo que es necesario considerar las
situaciones específicas en las que niñas y adolescentes mujeres podrían estar viviendo
violencia o dificultades para acceder al ejercicio de sus derechos, basadas en estereotipos
o normas de género sostenidas cultural y socialmente.

Lo que sucede en Ana, como los problemas de conducta en la escuela, su mal humor, baja
autoestima y pensamientos autodestructivos, son consecuencias de las violencias que ha
vivido.
Elija una;

Verdadero 

Falso

Retroalimentación
Las violencias contra las adolescencias tienen consecuencias en distintas y diversas áreas
de la persona, tanto física, cognitiva, emocional, mental y relacionalmente; por eso no es
raro que Ana presente signos en distintos niveles.

Cuando Ana le pide un suéter que necesita a su mamá y ésta se lo niega está ejerciendo
negligencia y omisión.
Elija una;

Verdadero 
Falso

Retroalimentación
Respuesta incorrecta. Intente nuevamente.

El actuar de Ana al tomar el suéter de la caja de objetos perdidos es completamente


incomprensible; no hay manera de entender que una adolescente pueda cometer ese tipo
de actos sin pensarlo.
Elija una;

Verdadero

Falso 

Retroalimentación
La conducta de Ana puede ser entendida desde la etapa de desarrollo propia de las
adolescencias, en donde la maduración del sistema nervioso no se ha logrado en su
totalidad. Esto quiere decir que la falta de juicio crítico por la inmadurez de la corteza
prefrontal no le permite tomar consciencia de los riesgos ni considerar las consecuencias
de sus decisiones a mediano y largo plazo, ser empática, ni tomar decisiones sin la
interferencia de sus emociones.

Texto de la pregunta
La manera en la que la mamá le habla a Ana es justificada.
Elija una;

Verdadero

Falso 

Retroalimentación
La manera en la que se dirige la mamá hacia Ana no es justificada; se trata de
manifestaciones de violencia mental o psicológica, al ignorarla cuando intenta explicar o
dar su opinión, así como la denigración y humillación en sus palabras y los gritos; violencia
física mediante jaloneos y golpes, además, no se observa una postura de la madre que
reconozca a su hija como sujeto de derechos.
La Observación General N.o 13 del Comité de los Derechos de la Infancia describe a las
formas de violencias contra las adolescencias como…
Seleccione una:

a. El uso de la fuerza o de amenazas, coerción, manipulación e intimidación que hacen


sus padres o cuidadores.

b. Las conductas en las que las y los adolescentes se generan un daño o ponen en riesgo
su integridad.

c. Toda acción o castigo causado por alguna autoridad en el que se utilice la fuerza física y
que tenga por objeto causar dolor o malestar, que puede ser leve.
d. Todas aquellas violencias que puedan sufrir a manos adultas, a manos de otras niñas,
niños y adolescentes, o incluso aquélla que por encontrarse en contextos que no les

protegen de manera adecuada, les lleva a autolesionarse. 

Las formas de violencias que señala la OG13, de manera integral abarcan toda forma de
perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación,
incluido el abuso sexual, mientras la niña, niño o adolescente se encuentre bajo la custodia
de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su
cargo, y no sólo al uso de la fuerza o coerción, ni al daño que las adolescencias puedan
autoinfligirse.

Retroalimentación
Su respuesta es correcta.

Pregunta 2
Correcta

Puntúa 1.00 sobre 1.00

Quitar señalización (bandera)

Texto de la pregunta
A la hora de atender o prevenir las violencias contra las adolescencias, el enfoque de
derechos garantiza que…
Seleccione una:

a. Las personas adultas decidan qué necesitan las y los adolescentes.

b. No se tome en cuenta la etapa de desarrollo en la que se encuentran las y los


adolescentes.

c. No se escuche la opinión de las y los adolescentes porque ello podría ponerles en
riesgo.

d. Se abandone toda visión que las/os perciba como objetos de protección, para

considerarlas/os sujetos de derechos. 

El desafío de construir intervenciones y políticas públicas apegadas al enfoque de


derechos de las y los adolescentes consiste en abandonar toda visión que las/os perciba
como objetos de protección, para considerarlas/os sujetos de derechos. Esto implica que
las personas adultas se constituyan en garantes de derechos y construyan los contextos
necesarios para que las y los adolescentes accedan al ejercicio de sus derechos.

Retroalimentación
Su respuesta es correcta.
Pregunta 3
Correcta

Puntúa 1.00 sobre 1.00

Quitar señalización (bandera)

Texto de la pregunta
Uno de los derechos que es necesario considerar al diseñar acciones y estrategias para la
protección de las adolescencias es el derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo
en la máxima medida posible. Dicho derecho implica…
Seleccione una:

a. No considerar los derechos de adolescentes en situación de migración, porque proteger


esos derechos les corresponde a sus países de origen.

b. Proteger a las adolescencias contra malos tratos y cualquier forma de violencia de las
ya mencionadas, ya sean ejercidas por familiares, pares o instituciones privadas o del

Estado. 

Para apegar acciones y estrategias al derecho a la vida, supervivencia y desarrollo de las y


los adolescentes en la máxima medida de lo posible se sugieren las siguientes acciones:
Asegurar que ningún adolescente sea privado de la vida; tomar todas las medidas posibles
para disminuir la mortalidad adolescente; aumentar la esperanza de vida, en especial
medidas para eliminar la malnutrición y las epidemias; diseñar medidas especiales para
disminuir el riesgo de captación de adolescentes en pandillas y/o actividades del crimen
organizado, redes de trata, explotación sexual, etc., considerar intervenciones específicas
dirigidas a detectar conductas suicidas, incluyendo autolesiones, pensamientos e intentos
suicidas; registrar, documentar y atender de manera especializada los embarazos
adolescentes y brindar información sobre prevención del embarazo y salud reproductiva;
considerar acciones para proteger los derechos de adolescentes en situación de
migración, especialmente quienes sean separadas/os de sus familias o se encuentren no
acompañadas/os.

c. Priorizar qué población de adolescentes tiene derecho a no ser privada de la vida.

d. Considerar que para preservar la vida, si un o una adolescente presenta conductas


suicidas no está implicado su derecho a la vida, sino su derecho a la salud.

Retroalimentación
Su respuesta es correcta.

Pregunta 4
Correcta

Puntúa 1.00 sobre 1.00


Quitar señalización (bandera)

Texto de la pregunta
Una de las siguientes frases NO se apega al enfoque que considera el papel central de las
familias en las estrategias de cuidado y protección de las y los adolescentes. ¿Cuál es?
Seleccione una:

a. Las familias uniparentales pueden cumplir adecuadamente la crianza de las y los


adolescentes si apoyan y se mantienen cercanos a sus hijas e hijos.

b. Las familias homoparentales pueden cumplir adecuadamente la crianza de las y los


adolescentes si apoyan y se mantienen cercanos a sus hijas e hijos.

c. El único tipo de familia que resulta apropiado para el desarrollo adecuado de las y los

adolescentes es el tradicional. 

La concepción de familia que se considera desde el enfoque de derechos se refiere al


grupo de personas adultas que atienden las necesidades físicas y psicosociales de las y
los adolescentes, ejercen disciplina positiva y no violenta, ofrecen un vínculo sólido al
adolescente, no importa la estructura o tipo de familia que sea.

d. Las familias lesbomaternales pueden cumplir adecuadamente la crianza de las y los


adolescentes si apoyan y se mantienen cercanos a sus hijas e hijos.

Retroalimentación
Su respuesta es correcta.

Pregunta 5
Correcta

Puntúa 1.00 sobre 1.00

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Texto de la pregunta
Un o una adolescente que ha sido víctima de abuso sexual, que decide denunciar, pero no
es atendida en una fiscalía, la envían a otra y allí la desalientan a denunciar. ¿Qué
concepto describe mejor la situación que está viviendo?
Seleccione una:

a. Maltrato psicológico.
b. Maltrato emocional.

c. Maltrato físico.

d. Revictimización. 

Se trata de violencia ejercida por instituciones que deberían prestar apoyo y asistencia y
que suman efectos nocivos a la violencia vivida, al no actuar de manera protectora,
adecuada y eficaz.

Retroalimentación
Su respuesta es correcta.

Pregunta 6
Incorrecta

Puntúa 0.00 sobre 1.00

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Texto de la pregunta
El derecho a la participación de las y los adolescentes en cualquier procedimiento,
estrategia o intervención que le afecte implica que se realicen diversas acciones, en vez de
solamente “preguntarle qué opina”. Detecte cuál de las siguientes opciones NO es
apropiada para garantizar el derecho a la participación de las y los adolescentes:
Seleccione una:

a. Tener en cuenta edad y grado de madurez del o la adolescente y ofrecer información a

la o al adolescente de acuerdo a ello. 

Respuesta incorrecta. Repase nuevamente el tema.

b. Valorar la participación adolescente según el contexto, el caso particular y el grado de


madurez.

c. Entrevistar al o la adolescente antes de que se forme una opinión propia sobre la


situación que le afecte y sobre la que necesita que opine.

d. Ofrecer espacios para que puedan expresar libremente sus opiniones, sin limitaciones,
presiones ni coerciones, y asegurar que las personas adultas que les entrevistan cuenten
con las herramientas para hacerlo de manera adecuada.

Retroalimentación
Su respuesta es incorrecta.
Pregunta 7
Correcta

Puntúa 1.00 sobre 1.00

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Texto de la pregunta
Según la Observación General N.o 13 del Comité de los Derechos de la Infancia, la
violencia en los medios de comunicación se refiere a…
Seleccione una:

a. Las agresiones y asesinatos cometidos a periodistas y comunicadores/as y que generan


en las adolescencias el temor a la profesión.

b. Los programas televisivos que en horarios familiares incluyen violencia explícita y no


advierten sobre ello.

c. Cualquier violencia vivida por las adolescencias que se vincule con el uso de
tecnologías.

d. Los contenidos estereotipados que los medios de comunicación difunden, en donde

suelen retratar a las y los adolescentes como violentos, delincuentes, haraganes, etc. 

La OG13 define la violencia en los medios de comunicación como transmisión de


contenidos estereotipados que los medios de comunicación difunden, en donde suelen
retratar a las y los adolescentes como violentos, delincuentes, haraganes, etc. También
puede implicar la vulneración del derecho a la intimidad, mediante la divulgación de
información personal.

Retroalimentación
Su respuesta es correcta.

Pregunta 8
Correcta

Puntúa 1.00 sobre 1.00

Quitar señalización (bandera)

Texto de la pregunta
Las y los adolescentes se encuentran en situaciones de alta vulnerabilidad, que se
sostienen por…
Seleccione una:

a. Las amistades que les llevan a tomar riesgos.

b. Vivir en barrios peligrosos que les ponen en peligros diversos.

c. Una combinación entre las características propias de su etapa de desarrollo y la

estructura social que les excluye y estigmatiza. 

Las y los adolescentes se encuentran en situaciones de alta vulnerabilidad, por el hecho


de ser adolescentes. Estas situaciones se sostienen por una combinación entre las
características propias de su etapa de desarrollo y la estructura social que les excluye y
estigmatiza; por ello, las adolescencias necesitan que, tanto el Estado, las familias y, en
general, las personas adultas, les garanticen el acceso a contextos y situaciones en los
que ejerzan sus derechos y sean protegidos/as, de manera especial e integral, de los
riesgos a los que son expuestos/as por su entorno, contexto y características de
desarrollo; todo en aras de su óptimo desarrollo y bienestar.

d. La falta de apoyos institucionales y educativos que les orienten para salir de esas
situaciones de alta vulnerabilidad.

Retroalimentación
Su respuesta es correcta.

Pregunta 9
Correcta

Puntúa 1.00 sobre 1.00

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Texto de la pregunta
El impacto social de las violencias contra las adolescencias significa que éstas tienen
repercusiones en…
Seleccione una:

a. La neurofisiología de las y los adolescentes.

b. En el sistema de salud, de justicia, de desarrollo social, en el tejido social comunitario y

en el sistema educativo. 

Las violencias contra las adolescencias tienen un gran impacto social que afecta tanto a
los sistemas de salud, de justicia y educativo, así como al sistema de desarrollo social y al
tejido social comunitario; este impacto implica costos económicos y humanos, costos
derivados de la interrupción temporal o permanente de la educación, afectaciones a
proyectos de vida y pérdidas de productividad a la vida futura, costos asociados al sistema
de justicia, entre otros.

c. Las emociones de las y los adolescentes.

d. La capacidad cognitiva de las y los adolescentes.

Retroalimentación
Su respuesta es correcta.

Pregunta 10
Correcta

Puntúa 1.00 sobre 1.00

Quitar señalización (bandera)

Texto de la pregunta
Son formas y tipos de violencias contra las adolescencias que mejor describen las
contempladas en la OG13:
Seleccione una:

a. Negligencia, tratos degradantes y violencia física. 

La OG13 incluye 13 formas y tipos de violencias contra las adolescencias, entre las que se
encuentran, en términos generales, la negligencia, los tratos degradantes y la violencia
física.

b. Gritos, insultos y humillaciones.

c. Sobornos y gritos.

d. Sobornos, chantajes y manipulación.

Retroalimentación
Su respuesta es correcta.

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