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Hay pocas pruebas documentales de la naturaleza de los juegos. Parece que siguieron
el formato estándar de los juegos romanos: venationes (juegos con animales) en la
sesión de la mañana, seguida de las ejecuciones de criminales alrededor del
mediodía y una sesión de tarde reservada para las munera (combates de gladiadores)
y la recreación de batallas famosas. Los juegos con animales, en los que
participaron criaturas de todos los puntos del Imperio romano, incluían la caza de
animales exóticos y peleas entre diferentes especies. Los animales también
desempeñaron un papel en algunas noxii (ejecuciones) que fueron organizadas como
reconstrucciones de mitos y acontecimientos históricos. Las naumaquias (combates
navales) formaban parte de los espectáculos, pero si éstas tenían lugar en el
propio anfiteatro o en un lago construido expresamente por César Augusto es un tema
de debate entre los historiadores.
Solo han llegado hasta nuestros días los relatos de tres autores contemporáneos o,
al menos, cercanos a las fechas de los acontecimientos. Los trabajos de Suetonio y
Dion Casio se centran en los grandes acontecimientos, mientras que Marco Valerio
Marcial proporciona algunos fragmentos de información sobre juegos puntuales y el
único registro detallado de un combate de gladiadores en la arena que ha llegado
hasta nuestros días: la lucha entre Vero y Prisco.
Índice
1 Antes de los juegos
1.1 Construcción del Coliseo
1.2 Mandato de Tito
2 Fuentes
3 Venationes
4 Ejecuciones
5 Combates, caza y carreras
6 Vero y Prisco
7 Eventos posteriores
8 Notas
9 Referencias
10 Bibliografía
Antes de los juegos
Construcción del Coliseo
Artículo principal: Coliseo de Roma
La construcción del Coliseo comenzó bajo el mando de Vespasiano en un área que se
encontraba en la vaguada de un valle entre las colinas de Celio, Esquilino y
Palatino. El lugar había sido devastado por el Gran incendio de Roma del año 64,
durante la época de gobierno del emperador Nerón, y más tarde había sido
reurbanizado para dedicarlo al placer personal del emperador con la construcción de
un enorme lago artificial, la Domus Aurea, y una colosal estatua de él mismo.1
Vespasiano comenzó su propia remodelación del lugar entre los años 70 y 72,
posiblemente financiada con los tesoros conseguidos después de la victoria romana
en la primera guerra judeo-romana, en el año 70. Se drenó el lago y el lugar fue
designado para el emplazamiento del Coliseo. Reclamando la tierra de la que Nerón
se apropió para su anfiteatro, Vespasiano consiguió dos objetivos: por un lado
realizaba un gesto muy popular y por otro colocaba un símbolo de su poder en el
corazón de la ciudad.2 Más tarde se construyeron una escuela de gladiadores y otros
edificios auxiliares dentro de las antiguas tierras de la Domus Aurea, la mayor
parte de la cual había sido derribada.3
Mandato de Tito
Artículo principal: Tito
En el momento en que el Coliseo había sido ya finalizado, el corto reinado de Tito
ya había hecho frente a varios desastres en un breve espacio de tiempo: en el plazo
de tan solo dos meses desde la muerte de Vespasiano, el monte Vesubio había entrado
en erupción, destruyendo Pompeya, Herculano, Estabia y Oplontis; un incendio había
asolado la ciudad de Roma durante tres días y tres noches, causando daños
sustanciales y destruyendo el Templo de Júpiter, que había sido restaurado
recientemente por Vespasiano; y había habido un brote de plaga que, se decía, era
el peor que la ciudad había vivido.4 Para celebrar la finalización del Coliseo y
las termas, y probablemente en una tentativa de calmar tanto al público romano como
a los dioses, Tito llevó a cabo unos juegos que duraron más de cien días.5
Fuentes
Han sobrevivido pocos documentos que hagan referencia a los juegos inaugurales del
Coliseo. De éstos, los escritos contemporáneos y casi coetáneos se centran sobre
todo en los detalles principales y en los eventos acaecidos durante los primeros
días. El poeta Marcial ofrece la descripción más completa y la única descripción
verdaderamente contemporánea en su obra De Spectaculis (Sobre los espectáculos),
una serie algo aduladora de epigramas que detallan individualmente los
acontecimientos de los juegos como una ilustración del poder y la benevolencia de
Tito. La mayor parte del trabajo está centrado en la acción de elogiar a Tito, y ha
habido dificultades con la autentificación, la datación y la traducción de varias
partes, pero Marcial da detalles de acontecimientos no cubiertos por otras fuentes,
así como único registro completo de un combate de gladiadores en la arena que ha
llegado hasta nosotros.6
Venationes
Las venationes o peleas de animales fueron parte central de los juegos y
normalmente se llevaban a cabo por la mañana. Dion Casio dice que en el curso de
los juegos inaugurales «animales, tanto adiestrados como salvajes, perecieron hasta
alcanzar la cifra de nueve mil; y las mujeres (de ninguna prominencia, no obstante)
tomaron parte en estas muertes».9 Eutropio, escritor de la segunda mitad del siglo
IV, afirma que 5.000 animales murieron durante los Juegos.10
Dion y Marcial hacen referencia a algunos de los animales que se utilizaron. Dion
habla de la caza de grullas y otra en la que aparecieron cuatro elefantes,9 y
Marcial menciona elefantes, leones, leopardos, por lo menos un tigre, liebres,
cerdos,n. 1 toros, osos, jabalíes, un rinoceronte, un búfalo y un bisonte. Pudieron
haber sido utilizados otros animales exóticos que no se mencionan en las fuentes.
Por ejemplo, era habitual utilizar avestruces, dromedarios y cocodrilos en juegos
cotidianos.11 Es poco probable que se utilizaran jirafas, ya que el único caso
registrado en el que aparece ese animal es cuando Julio César llevó una jirafa a
Roma en el año 46 a. C. No volvería a registrarse un nuevo caso en Europa hasta el
de la jirafa de Medici, en 1486.12 Aunque los hipopótamos están documentados por
primera vez en Roma en el año 58 a. C.,11 y fueron tan impresionantes que se
detallan en los Juegos de César Augusto y Cómodo,13 no hay mención de estos
animales en los Juegos de Tito.
[...] los leones de César son conquistados por su presa y la liebre juega segura en
las inmensas mandíbulas.18
Los rinocerontes también resultaron ser animales difíciles de manejar. Uno de ellos
comenzó desfilando de la arena, pero se enfureció y atacó un toro para divertimento
de la muchedumbre.19 Más tarde, cuando se suponía que debía luchar, el animal ya se
había calmado. Se suponía que debía enfrentarse contra hombres armados con lanzas y
una multitud de diversos animales, pero el rinoceronte tuvo que ser aguijoneado por
«temblorosos entrenadores» hasta que el animal se decidió a contraatacar y
enfrentarse a los luchadores:n. 3
Mientras que los entrenadores del rinoceronte pudieron haber estado temblando de
miedo pensando en cuál sería su destino si su animal finalmente no obedecía y no
ofrecía el espectáculo al público, y mientras que otro entrenador era atacado por
su león,25 otros consiguieron mayores éxitos. Un entrenador consiguió que su
tigresa fuese capaz, por un lado, de acercarse para lamer su mano, y por otro, de
atacar y descuartizar a un león en pedazos, lo que Marcial describe como «una
nobleza que no se había conocido nunca antes».26 También aparece que la muchedumbre
estalló en júbilo cuando un toro (quizás montado por un bestiarius) fue alzado en
el aire en la arena, si bien Marcial nos ofrece pocas pistas acerca de la
naturaleza de este espectáculo en particular.27
Ejecuciones
Las ejecuciones eran un evento común en los juegos. Estas se llevaban a cabo
alrededor del mediodía como un intermedio entre las venationes de las sesiones de
la mañana y los combates de gladiadores que se llevaban a cabo por la tarde. Aunque
las ejecuciones fueran vistas como un símbolo del poder de Roma, las clases más
altas normalmente aprovechaban este momento para dejar el anfiteatro para comer.
Tal es así que el emperador Claudio llegó a ser criticado por algunos autores por
no hacerlo,28 lo cual induce a pensar que es poco probable que Tito hubiese
permanecido observando esta parte del espectáculo. Las ejecuciones de desertores,
prisioneros de guerra, y criminales de clases inferiores se realizaban normalmente
mediante crucifixiones o damnatio ad bestias, en el cual los condenados se
enfrentaban a animales salvajes. Publio Cornelio Escipión Emiliano fue el primero
en ejecutar a criminales de este modo en 146 a. C., año en el que condenó a los
desertores de su ejército a la muerte ante fieras salvajes.29 Estas ejecuciones a
menudo se organizaban de manera que recreasen alguna escena trágica de la historia
o de la mitología, en la que el criminal tenía el papel de la víctima que moría a
manos de bestias salvajes. Marcial registra una ejecución, una versión de
Laureolus, de Cayo Valerio Catulo, en el cual un bandido es ejecutado mediante el
método de la crucifixión. Para los Juegos se adaptó una versión de la leyenda de
Prometeo, cuyo hígado era devorado por un águila a diario. Los elementos de la
crucifixión de Catulo permanecieron intactos, pero el águila de la leyenda de
Prometeo fue sustituida por un oso:30
«Al igual que Prometeo, atado en las rocas de Escitia, alimentó con su hígado
potente al águila puntual a su cita, así Lauréolo, colgado realmente en una cruz,
presentó sus entrañas desnudas al oso de Caledonia. Sus músculos lacerados
palpitaban en sus miembros sangrantes, y en todo su cuerpo no había cuerpo por
ninguna parte. Por fin recibió el castigo que merecía: el culpable había cruelmente
clavado un cuchillo en el cuello de su padre o en el de su dueño; o en su locura
había robado el oro sagrado de los templos; o te había aplicado a ti, Roma, las
teas incendiarias. El criminal había superado las atrocidades referidas por la
antigua leyenda, y por ello lo que para él era una obra fue una ejecución.»31
Otra de las ejecuciones se escenificó como un cruel giro en la historia de Orfeo,
que supuestamente encantaba a las plantas y a las flores con su música tras haber
perdido a Eurídice. En la versión que se presentó al público en los juegos
inaugurales, los árboles y los animales eran encantados al igual que en la
historia, excepto por un oso que no respondió al encantamiento y acabó con el
prisionero. Es probable que se planease la escena como una fase previa, antes de
que el oso fuese soltado para acabar con el criminal que era obligado a hacer de
Orfeo, y al que posiblemente habían sujetado previamente para impedir su huida.32
Las reinterpretaciones irónicas de los mitos pudieron haber sido algo popular:33
además del fracaso de Orfeo al encantar a las bestias, Marcial también menciona a
un "Dédalo" que fue hecho pedazos por otro oso a la vez que se mofa de él diciendo
«cómo habrías querido tener tus plumas ahora», así como a un condenado representado
como Hércules, al que se le obligó a impregnarse de una sustancia inflamable, y
posteriormente prenderse fuego, quemándolo en el proceso, de la misma manera que
como ocurre en el mito.34
Marcial también sugiere la violación de una mujer por un toro, en lo que supondría
la recreación del mito de Pasífae.35 Al parecer, Nerón había ofrecido un
entretenimiento similar en el que utilizaron a un actor disfrazado de toro para
realizar el acto sexual,36 aunque en este caso Marcial asegura que el evento
llevado a cabo en los juegos originales era auténtico.
El único relato que se extiende en los acontecimientos específicos del tercer día
es el de Dion Casio, que afirma lo siguiente:
... hubo una batalla naval entre tres mil hombres, seguida por una batalla de
infantería. Los «atenienses» conquistaron a los «siracusanos» (estos eran los
nombres usados por los combatientes), haciendo un desembarco en el islote y
asaltando y capturando una muralla que había sido construida alrededor del
monumento.9
Esto podría sugerir de nuevo que el anfiteatro fue inundado, puesto el monumento al
que hace referencia podría ser un altar dedicado a Diana, a Plutón o a Júpiter
Latiaris que podría haber estado ubicado en el centro de la arena.42 Sin embargo,
Plinio el Viejo menciona un puente que conectaba con el lago de Augusto, sugiriendo
que podría haber habido una isla también ahí.43
Vero y Prisco
Artículo principal: Vero y Prisco
Mientras que Prisco y Vero alargaban el enfrentamiento, y por largo tiempo la lucha
fue igualada en ambos lados, altos y repetidos gritos reclamaban la libertad para
los hombres; pero César siguió su propia ley; era la ley de luchar con el escudo
hasta que un dedo se alzase: hizo lo que le estaba permitido, a menudo dio comidas
y regalos. Pero se llegó al final con la misma igualdad: iguales al luchar, iguales
al ceder. César envió espadas de madera a ambos y palmas a ambos: por tanto, el
coraje y la habilidad recibieron su premio. Esto no tuvo lugar ante ningún príncipe
salvo tú, César: cuando dos lucharon, ambos fueron victoriosos.44
Como de costumbre, el tono del epigrama es adulador a la figura del emperador, pero
ofrece más detalles que cualquier otro relato sobre los juegos. Parece implicar que
el empate era algo fuera de lo común en el marco de los combates de gladiadores a
este nivel, pero que en este caso Tito cedió a los deseos de la multitud,
declarando el combate igual y regalando a los dos combatientes su libertad (con la
presentación tradicional de la espada de madera). La forma tradicional de rendición
en los combates de gladiadores consistía en que el gladiador que abandonaba el
combate levantaba un dedo (ad digitum), siendo posible que en este caso ambos
hombres levantasen sus dedos a la vez. En cualquier caso, Marcial enfatiza en el
texto la decisión final de Tito, quien de forma igualitaria y generosa manumite a
los dos favoritos del público.45 Su comentario acerca de que el hecho solo había
ocurrido durante el reinado de Tito probablemente alude a la declaración de ambos
contendientes como victoriosos, puesto que existen evidencias de que no eran del
todo inusuales los combates en los que no salía ningún gladiador victorioso
(existía un empate), o en los que ambos contendientes salían vivos: el
entrenamiento y mantenimiento de los gladiadores era caro y, por ello, no se les
sacrificaba a la ligera.46
Eventos posteriores
Algunos de los comentarios que Suetonio realiza acerca del reinado de Tito
mencionan los baños y los eventos del anfiteatro.37 Dado que Tito murió no mucho
después del final de los juegos inaugurales del Coliseo, es probable que esos
hechos tuvieran lugar durante los días de la inauguración. Suetonio dice que Tito
prometió durante un día ceder al público sus preferencias, y permitir que la
multitud decidiese el destino de los gladiadores que competían en la arena. Tito
admiraba a los Thraex, o gladiadores tracios,n. 4 y si bien discutió
apasionadamente con el público sobre el particular, no dejó que sus preferencias
invalidaran su promesa.
Hizo que algunos soplones y sus jefes fueran azotados y tuviesen que desfilar por
la arena. Algunos fueron vendidos como esclavos en subasta, y otros fueron
exiliados «a las islas más prohibidas».37 Suetonio también comenta que Tito invitó
a algunos senadores a los que había perdonado por haber conspirado contra él a
sentarse con él en alguno de los días de los juegos y a que inspeccionasen las
espadas de los gladiadores,37 afirmación que se refuerza en cierto modo por las
afirmaciones de Dion Casio acerca de que no se condenó a muerte a ningún senador
romano durante su reinado.48
Durante el último de los días que duraron los juegos inaugurales, Tito lloró
delante del público del Coliseo. Según Dion Casio, Tito murió al día siguiente,
después de haber dedicado oficialmente el anfiteatro y los baños.49 Suetonio dice
que partió hacia los territorios sabinos después de los juegos, pero que sufrió un
colapso y murió en la primera posta.37
Notas
En el epigrama 14 (12), Marcial dice que a una cerda embarazada se le sacaron las
tripas y un lechón vivo surgió de estas.
En el epigrama 33, Marcial repite su afirmación de que los animales obedecen al
emperador. Cuando una liebre está siendo perseguida por sabuesos, se arrodilla
delante del emperador y no es atacada por los perros que le perseguían. Marcial
dice que ella y los perros pueden sentir la aureola que desprende el poder del
César. Desafortunadamente, la fecha de este epigrama es dudosa, por lo que "César"
podría referirse a Tito o a Domiciano.17
La mención "de un doble cuerno" confirma que el rinoceronte pertenecía a la rama
africana, pudiendo ser un rinoceronte blanco o un rinoceronte negro.
Los gladiadores eran descritos por el equipamiento que llevaban, y no por su
nacionalidad. Por lo tanto, los "gladiadores tracios" que Tito admiraba no tenían
por qué provenir de Tracia. Los gladiadores tracios eran gladiadores que portaban
escudos redondos y dagas curvas.
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