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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Bicentenaria de Aragua


Vicerrectorado Académico
Decanato de Ciencias Jurídica y Políticas
CREATEC- Charallave

BIENES SUSCEPTIBLES DE HIPOTECA EN LA LEGISLACIÓN


VENEZOLANA Y EL PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN

Profesora: Estudiantes:
Arcia Julieth Ángel Heredia 14.455.031
Néstor Marcano 19.966.781

Charallave, julio 2019


INTRODUCCIÓN

Las relaciones jurídicas que derivan en obligaciones y garantías reales ameritan


ser estudiadas con meridiana precisión, toda vez que en el curso del derecho positivo
adjetivo se exponen multiplicidad de escenarios procesales en saneamiento no sólo de
los derechos de acreedor, sino en protección del patrimonio del deudor, es por ello
que la hipoteca se representa en las normas jurídicas que la desarrollan procesalmente
hablando como especial, teniendo como fundamento para uno y supletorio para el
otra, el Código de Procedimiento Civil Venezolano.

Para desarrollar estudios sobre la hipoteca como derecho real a favor de


acreedor, en garantía de un crédito a favor de éste, con bienes propiedad del deudor es
necesario identificar los bienes que son susceptibles de constituir hipoteca en la
relación jurídica de acreencias económicas. El ordenamiento jurídico venezolano está
colmado de teoría, jurisprudencia y normas claras respecto a la hipoteca inmobiliaria,
no así con relación a la hipoteca mobiliaria, para la que existe un límite casi
imperceptible de los bienes muebles que pueden ser objeto de un contrato de
hipoteca, ya que se interpone, por ejemplo la Ley de Ventas con Reserva de Dominio
que excluye del rango de acción hipotecable a un gran número de bienes muebles,
entre ellos los vehículos automotores de uso particular, que representan un gran
número de contratos de venta a crédito o a término que son garantizados con la
reserva de dominio.

Otro aspecto importante a destacar es la hipoteca sobre bienes incorporales y no


tangibles que tienen como objeto un bien inmueble, que a la luz de la jurisprudencia y
fundamentalmente la ley son bienes inmuebles; ejemplo de ello el derecho de
usufructo que tiene como objeto un bien inmueble del cual se poseen derechos que
son susceptibles de concursar en un contrato de hipoteca. Es entonces, como de esta
manera presentamos el siguiente trabajo monográfico.

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GARANTÍAS REALES: LA HIPOTECA, BIENES SUCEPTIBLES Y
PROCEDIMEINTOD E EJECUCIÓN

Consideraciones previas.

La hipoteca.

Para desarrollar estudios sobre la hipoteca como institución jurídica de


garantías civiles reales es preciso referirnos a los privilegios, regulados en el Libro
Tercero, título XXI, entre los artículos 1.863 y 1.876 del Código Civil Venezolano,
vigente. La base fundamental en toda obligación legal y válidamente adquirida es que
todo deudor está obligado personalmente cumplir con sus bienes habidos y por haber,
lo cual hace constituir como prenda común de sus acreedores los bienes de que
dispones tal deudor, teniendo sobre los mismos igual derecho si no hubiera causa
legítima de preferencia, es decir, privilegios o hipoteca (artículo 1.863 y 1.864 CCV).

En la relación jurídica que derivan en obligaciones con garantías civiles reales,


conforme al Código Civil Venezolano en el artículo 1.865, surge la eventual
presencia de una tercero denominado asegurador, que tiene la misión de responder
por el bien dañado o deteriorado; es decir, que el legítimo dueño traslada el potencial
riesgo de daño o deterioro a un tercero que responderá en caso que suceda una u otra
condición sobre el bien. Al respecto de su participación en la relación jurídica que
deriva en obligaciones con garantías reales, el Código Civil Venezolano establece en
el artículo 1.865 que cuando el bien [visto desde el asegurador] o cosa [entre acreedor
y deudor] que se halle sometido a privilegio o hipoteca sufra deterioro o pérdida, los
eventuales aseguradores están afectados al pago del crédito privilegiado o hipotecado,
según su graduación o preferencia, a no ser que dicho asegurador haya reparado o
restituido el bien o la cosa objeto de privilegio o hipoteca. Sobre este aspecto el
referido Código establece otros aspectos que no serían objeto del presente trabajo,
pero que ameritarían estudio a los fines de identificar el alcance de las afectaciones
que para el asegurador tienen el privilegio o la hipoteca.
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Hasta este punto del desarrollo normativo establecido en el Código Civil
Venezolano respecto al privilegio, no se haya contradicciones sustantivas con la
hipoteca, ambas son contratos de garantías reales y tienen como propósito poner los
bienes del deudor como medio para hacer cumplir la obligación de manera accesoria
en la medida que no cumpla con la obligación principal.

La hipoteca, segúnal Código Civil Venezolano, la define en el artículo 1.877


como “un derecho real constituido sobre los bienes del deudor o de un tercero, en
beneficio de un acreedor, para asegurar sobre estos bienes el cumplimiento de una
obligación”. Siendo que se trata de una garantía real, Gorrondona, A. (2011) en
sentido restringido lo define como aquellas garantías que confieren al acreedor el
derecho de ejecutar una cosa –ius distrahendi– con derecho de cobrarse
preferentemente de su precio –jorelationis– e independiente de quien posea la cosa.
La garantía real confiere así al acreedor derechos reales en cosa ajena y versa sobre el
valor de cambio, distinguiéndose de los reales de goce que versan sobre el valor de
uso del bien.

La hipoteca deriva de la institución denominada pignus, en virtud del cual se


daban cosas muebles o inmuebles como garantía de un crédito a decir de Pérez, A.
(1986), quien además refiere que originalmente el pignus llevaba consigo la
desposesión del deudor, es decir, la cosa estaba en custodia y resguardo en manos de
un tercereo, del acreedor o del mismo deudor con limitaciones expresa de uso, por lo
que no se distinguían la prenda propiamente dicha y la hipoteca, siendo que en la
actualidad es una característica que desigualan a ambas instituciones ya que en la
hipoteca no existe desposesión del deudor.

A modo de síntesis, nos apoyaremos en la definición que Pérez hace sobre la


hipoteca, ya que abarca las dimensiones que nuestro Código Civil Venezolano
expone a lo largo de todo su articulado. En este sentido, se define como la garantía
real accesoria e indivisible constituida sobre inmuebles –excepcionalmente sobre

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unos inmuebles conforme el ordenamiento jurídico venezolano– que no dejan de estar
en posesión del deudor, pero concede al acreedor el derecho de perseguir el bien
gravado en poder de quien se halle, para someterlo a subasta en caso que el deudor no
cubra la obligación principal, con el propósito de hacerse pagar el crédito con el
producto del remate, de preferencia a los otros acreedores.

Conforme la definición anterior, la hipoteca se caracteriza por:

a. Ser un derecho real: otorga al titular la persecución y la preferencia


mediante una actio in rem [acción de reembolso].
b. Ser un derecho real accesorio: solo puede existir a manera de garantía de
un derecho principal: el de crédito.
c. Ser una garantía indivisible: conforme al principio tota in totum et tota
in qualibet parte conforme el cual se establece, que la hipoteca se
extiende no sólo al todo sino también a una parte del bien gravado.
d. Recae sobre inmuebles: siempre que se posean en propiedad o en
usufructo.
e. El deudor conserva en posesión el bien hipotecado.
f. Nace un acto jurídico solemne: cuando se hayan cumplido los requisitos
de autenticidad y publicidad exigidos por ley, con el cual se constituye
la misma.

Clasificación de la hipoteca.

Desarrollar una clasificación o tipología de un fenómeno dependerá de los


criterios que el autor destaque o defina. Respecto a una tipología de la hipoteca, la
doctrina presenta una diversidad amplia y que cada una se ajusta a los preceptos
establecidos por el investigador, por lo que en este caso vamos a referirnos a la
clasificación establecida en el Código Civil Venezolano, en virtud de la naturaleza del
presente trabajo monográfico. Así el asunto, tenemos que la hipoteca puede ser:

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1. Hipoteca Legal: resulta directamente de la Ley, sin intervención de las
partes. El artículo 1.885 del Código Civil Venezolano establece tres casos
en los que procede la hipoteca legal.
a. En relación con el ordinal primero del artículo en cuestión, goza de
hipoteca legal, todo el que haya enajenado un inmueble que sea
susceptible de ser hipotecado, cuando esta enajenación se haya
efectuado a título oneroso. La hipoteca legal tiene como
fundamento, garantizar el cumplimiento de las obligaciones
provenientes del acto de enajenación.
b. El ordinal segundo se da en tres supuestos:
i. Supuesto de una sucesión: cuando se refiere a los
coherederos.
ii. Supuesto de una sociedad: cuando se refiere a los socios.
iii. Supuesto de una comunidad: cuando se refiere a los
comuneros.
c. La hipoteca legal establecida en el ordinal tercero está concedida a
favor de los menores y entredichos, sobre los bienes del tutor.
2. Hipoteca Judicial: está fundamentada en una sentencia ejecutoriada, sobre
la cual ya no cabe recurso de ninguna especie, con la finalidad de asegurarle
al ganancioso del juicio las resultas del mismo. Se llama judicial porque
surge de una sentencia definitivamente firme y ejecutoriada. Requiere para
su procedencia:
a. Que la sentencia que le da nacimiento sea definitivamente firme y
ejecutoriada.
b. Que la sentencia esté referida a los siguientes supuestos:
i. Pagar una cantidad determinada de dinero que ha de ser
cierta y líquida.
ii. Entrega de cosas muebles, determinadas o no como cuerpos
ciertos.

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iii. Cualquier otra obligación de hacer o no hacer, que pueda
convertirse en una cantidad líquida a pagar.
iv. Que el que haya obtenido a su favor la sentencia firme,
señale ante el tribunal los bienes sobre los cuales pretenda
constituir hipoteca.

El deudor, ejercicio del derecho que le acuerda la Ley, puede intervenir en


ese acto, para oponerse a la constitución de la hipoteca, cuando él considere,
que el caso no está comprendido dentro de los supuestos que señala la Ley;
para exigir que se reduzca la hipoteca, cuando se pretende gravar bienes que
exceden del doble de la cantidad debida o para pedir que se traslade el
gravamen hipotecado a otros bienes determinados y suficientes, designados
por el mismo deudor. La hipoteca judicial es procedente, tanto cuando la
sentencia definitivamente firme y ejecutoriada es dictada por tribunales
Civiles, como Mercantiles, así como de 1° o 2° Instancia. Producen
hipoteca judicial, no solamente las sentencias, sino también los actos que
tengan fuerza de tal, como ocurre en los casos de conciliación,
convenimiento y transacción. La hipoteca judicial no procede: en los casos
de herencia yacente; en los casos de herencia aceptada bajo beneficio de
inventario; en los casos de sentencias arbitrales o en los casos de sentencias
dictadas por tribunales extranjeros.

3. Hipoteca Convencional: es aquella que tiene su origen en la manifestación


de voluntad de las partes y se forma en virtud de un contrato, cubriendo los
requisitos de solemnidad y publicidad mediante escritura pública. Se define
como un contrato mediante el cual el deudor o constituyente, afecta en
beneficio de su acreedor, un inmueble o un derecho real inmobiliario para
garantizar el crédito de este, conforme establecen los artículos 1.890 al
1.894 del Código Civil Venezolano.

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Tratamiento en el Código Civil Venezolano.

El desarrollo normativo de la hipoteca en el Código Civil Venezolano, salvo lo


establecido en la Ley de Hipotecas Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de
Posesión del año 1973, lo podemos ubicar en la estructura del Código en Libro
Tercero: de las maneras de adquirir y transmitir la propiedad y demás derechos, en el
Título XXI: de los privilegios e hipotecas, del Capítulo II: de las hipotecas:

1. Sección I: la hipoteca legal.


2. Sección II: la hipoteca judicial.
3. Sección III: la hipoteca convencional.
4. Sección IV: de la graduación entre las hipotecas.
5. Sección V: de los efectos de la hipoteca con relación a
terceros poseedores.
6. Sección IV: De la Extinción de las Hipotecas

Se desprende de la estructuración del Código Civil Venezolano que la hipoteca


es ubicada como una forma no convencional de transmitir la propiedad [de bienes y
derechos] y que deriva de un derecho accesorio, en la medida que entre el deudor y el
acreedor no se satisfacen las condiciones principales, fundamentalmente a causa del
primero. No obstante, la norma objeto de estudio destaca de manera taxativa que sólo
son susceptibles de hipoteca, según al artículo 1.881, los siguientes:

1. Los bienes inmuebles, así como sus accesorios reputados como


inmuebles.
2. El usufructo de esos mismos bienes y sus accesorios, con excepción del
usufructo legal de los ascendientes.
3. Los derechos del concedente y del enfiteuta sobre los bienes
enfitéuticos.

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En primer lugar “excluye” a los bienes muebles, aun cuando están regulados
excepcionalmente algunos muebles en la Ley de Hipotecas Mobiliaria y Prenda sin
Desplazamiento de Posesión, del año 1973; en segundo lugar, establece como
hipotecable el derecho real de goce regulado por el mismo código como usufructo
(Libro Segundo, Título III, artículos 582 al 623 del Código Civil Venezolano); y en
tercer lugar, como la enfiteusis es un contrato mediante el cual [el concedente]
concede un fundo [al enfiteuta] con la obligación de mejorarlo y de pagar un canon o
pensión anual expresado en dinero o en especies (Libro Tercero, Título VII, artículos
1.565 al 1.578 del Código Civil Venezolano) establece “derechos respecto al bien
enfitéutico”, tanto del sujeto concedente, quien da el fundo en enfiteusis, titular del
derecho real y es propietario de la cosa; como para el sujeto enfiteuta, quien tiene el
derecho o dominio sobre el inmueble, la posibilidad de disponer del bien en todo su
sentido; los cuales y de manera separadas son susceptibles de hipoteca, tema que
desarrollaremos en apartados siguientes.

Ordenamiento jurídico especial sobre la institución de la hipoteca.

Anterior al Código Civil Venezolano del año 1982, se promulga la Ley de


Hipotecas Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de Posesión en el año 1973, el
cual mantiene vigencia hasta la actualidad. La referida Ley regula de manera
excepcional la hipoteca sobre bienes muebles “sin desposesión del deudor” que
fueran excluido del Código Civil Venezolano en el artículo 1.881. Identificar los
bienes muebles que son susceptibles de hipoteca conforme a la Ley de Hipotecas
Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de Posesión, en adelante Ley de Hipoteca
Mobiliaria, requiere analizar con cuidado los límites y preceptos establecidos al
respecto, pues, en el contexto aparece la Ley Sobre Ventas con Reserva de Dominio
del año 1955, que excluye los bienes muebles que regulados por ella no pueden ser
objeto de hipoteca mobiliaria, conforme lo establece el artículo 2 de la Ley de
Hipoteca Mobiliaria, en los siguientes términos:

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Artículo 2. (…) En ningún caso el vendedor de bienes susceptibles de ser
adquiridos conforme a la Ley de Ventas con Reserva de Dominio, puede
exigir la constitución de hipoteca o prenda sin desplazamiento de
posesión para garantizar el pago parcial o total del precio de la venta,
siendo nula toda convención que contraríe esta prohibición.

Todo bien que conforme a la Ley de Venta con Reserva de Dominio pueda ser
enajenado, queda excluido de la posibilidad jurídica de hipoteca mobiliaria, entre los
que tenemos vehículos automotores de uso particular que son vendidos a crédito. En
este sentido, la Ley de Hipoteca Mobiliaria establece con mediana claridad los bienes
muebles que son de posible acción hipotecaria, según los artículos 1, 2, 21 y 51:

Artículo 1. Podrá constituirse hipoteca mobiliaria y prenda sin


desplazamiento de posesión sobre los bienes enajenables susceptibles de
ejecución que específicamente se señalan en esta Ley.

Cuando tales bienes pertenecieren en copropiedad a varias personas o en


usufructo y en nuda propiedad a personas distintas, sólo podrán
hipotecarse o pignorarse en su totalidad mediante el consentimiento de
todos los copropietarios o el común acuerdo del usufructuario y el nudo
propietario.

Se establece la condición fundamental que sean bienes enajenables susceptibles


de ejecución, para que puedan ser aptos de hipoteca mobiliaria conforme esta Ley.

Artículo 2. No podrán constituirse hipoteca mobiliaria ni prenda sin


desplazamiento de posesión sobre bienes que ya estuvieren hipotecados,
pignorados, embargados o cuyo precio de adquisición no se halle
íntegramente satisfecho excepto, en este último caso, cuando la hipoteca
o la prenda se constituyan en garantía de pago del precio adecuado o de
una parte del mismo.

En ningún caso el vendedor de bienes susceptibles de ser adquiridos


conforme a la Ley de Ventas con Reserva de Dominio, puede exigir la
constitución de hipoteca o prenda sin desplazamiento de posesión para
garantizar el pago parcial o total del precio de la venta, siendo nula toda
convención que contraríe esta prohibición.

Aquí observamos que cuando sean regulados por la Ley de Venta con Reserva
de Dominio, están excluidos de la posibilidad jurídica de hipoteca mobiliaria, como
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ejemplo la venta a crédito de vehículo automotor de uso particular. Se distingue el
tipo de uso conforme se infiere del artículo 21 precedente de la citada ley, en el que
destaca en el numeral 2 con la conjunción “y” que la cualidad de que sean para
transporte de pasajero [servicio público de trasladar personas de un lugar de origen a
otro destino a cambio de un precio] lo separa de ser objeto de venta con reserva de
dominio.

Artículo 21. Sólo podrán ser objeto de hipoteca:

1. Los establecimientos mercantiles o fondos de comercio.


2. Las motocicletas, automóviles y camionetas de pasajeros,
autocares, autobuses, vehículos de carga, vehículos especiales y
otros aparatos aptos para circular. Podrán también hipotecarse
las locomotoras y vagones de ferrocarril.
3. Las aeronaves.
4. La maquinaria industrial.
5. El derecho de autor sobre las obras de ingenio y la propiedad
industrial.

No son susceptibles de hipoteca el derecho de hipoteca mobiliaria ni los


bienes especificados en el artículo 51 de esta Ley.

El artículo 21 de la citada Ley, además de especificar el tipo de uso de pasajero


y limitarse a las aeronaves como bienes con posibilidad de hipoteca, excluye de
manera taxativa que no pueden ser hipotecados conforme esta ley los bienes muebles
descritos en el artículo 51 ut supra y que las garantías sobre naves serán objeto de
una Ley especial, que conforma parte del derecho marítimo en el artículo 130 de la
Ley de Comercio Marítimo del año 2006.

Artículo 51. Podrá constituirse prenda sin desplazamiento de posesión


sobre los siguientes bienes:

1. Los frutos pendientes y las cosechas esperadas.


2. Los frutos o productos ya cosechados o separados del suelo.
3. Los animales de cualquier especie, así como sus crías y
productos derivados.
4. Los productos forestales cortados o por cortar.

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5. Las máquinas, herramientas, aperos, útiles y demás instrumentos
de las explotaciones agrícolas, pecuarias y forestales.
6. Las máquinas y demás bienes muebles que, no reuniendo los
requisitos exigidos por el artículo 42 de esta Ley y no formando
parte de una explotación agrícola, pecuaria o forestal, sean
susceptibles, sin embargo, de suficiente identificación por razón
de sus propias características, tales como marca, modelo,
número de fábrica u otras semejantes.
7. Las mercaderías, productos elaborados y materias primas
almacenadas.

Parágrafo Primero: También podrá constituirse prenda sin


desplazamiento u objetos de valor artístico, científico o histórico, como
cuadros, tapices, esculturas, armas, muebles, porcelanas, libros o
similares. Tales objetos, asimismo, serán susceptibles de gravamen
pignoraticio aunque no formen parte de una colección.

Parágrafo Segundo: No podrá constituirse prenda sin desplazamiento


sobre los bienes señalados en el artículo 21 de esta Ley ni sobre aquellos
que, incorporados a un inmueble, hayan sido incluidos, legal o
contractualmente, en la hipoteca sobre éste constituida.

Bienes susceptibles de hipoteca.

En el desarrollo preliminar del presente trabajo monográfico observamos


aspectos conceptuales y preceptos jurídicos que permiten visualizar a grandes rasgos
los bienes inmuebles o muebles que pueden ser hipotecados a los fines de constituir
derecho real de garantía y de valor de cambio como accesorio a la obligación
principal a favor del acreedor.

Para mejor presentación lo vamos a clasificar en dos: 1) Hipoteca inmobiliaria,


de usufructo y derechos derivados de la enfiteusis, y 2) Hipoteca mobiliaria, que
deriva en hipoteca de bienes no susceptibles de venta con reserva de dominio y la
Hipoteca naval.

Hipoteca inmobiliaria, de usufructo y derechos derivados de la enfiteusis se


halla regulada por el Código Civil Venezolano, como se refirió en apartados
anteriores, en el Título XXI del Libre Tercero desde los artículos 1.877 hasta 1.912,
12
en este sentido, el Capítulo I, II y III del Título I del Libro Segundo en los artículos
525 hasta el 545 del Código Civil Venezolano desarrollan lo concerniente a los bienes
muebles, inmuebles y su relación con la persona a la que pertenece. Así, son bienes
muebles por naturaleza los que pueden cambiar de lugar por sí mismo o movidos por
una fuerza exterior (artículo 532 del Código Civil Venezolano), en cambio los bienes
inmuebles son determinados por su naturaleza, por su destinación o por el objeto a
que se refieren.

Por su naturaleza (artículo 527 del Código Civil Venezolano), son bienes
inmuebles:

 Los terrenos, las minas, los edificios, toda construcción adherida de


modo permanente a la tierra que sea parte de un edificio;
 Los árboles mientras no hayan sido derribados;
 Los frutos de la tierra y de los árboles, mientras no hayan sido
cosechados o separados del suelo;
 Los hatos, rebaños, piaras y, cualquier otro conjunto de animales de
cría, mansos o bravíos, mientras no sean separados de sus pastos o
criaderos;
 Las lagunas, estanques, manantiales, aljibes y toda agua corriente;
 Los acueductos, canales o acequias que conducen el agua a un edificio o
terreno y forman parte del edificio o terreno a que las aguas se destinan.

Por su destinación (artículo 528 y 529 del Código Civil Venezolano), son
bienes inmuebles:

 Las cosas que el propietario del suelo ha puesto en él para su uso, cultivo y
beneficio, tales como:
o Los animales destinados a su labranza;
o Los instrumentos rurales;

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o Las simientes;
o Los forrajes y abonos;
o Las prensas, calderas, alambiques, cubas y toneles;
o Los viveros de animales.
 Todos los objetos muebles que el propietario ha destinado a un terreno o
edificio para que permanezcan en él constantemente, o que no se puedan
separar sin romperse o deteriorarse o sin romper o deteriorar la parte del
terreno o edificio a que estén sujetos. Ejemplo, ductos de agua, cercas o
alambrados perimetrales.

Por el objeto a que se refiere (artículo 530 del Código Civil Venezolano), son
bienes inmuebles:

 Los derechos del propietario y los del enfiteuta sobre los predios sujetos a
enfiteusis;
 Los derechos de usufructo y de uso sobre las cosas inmuebles y también el de
habitación;
 Las servidumbres prediales y la hipoteca;
 Las acciones que tiendan a reivindicar inmuebles o a reclamar derechos que se
refieran a los mismos.

El Código Civil Venezolano es claro al designar los tipos de bienes inmuebles y


que por ende son susceptibles de ser hipotecados. No obstante vale destacar, a modo
de precisión, el caso del usufructo, derechos de uso y de habitación; la servidumbre
predial y la hipoteca misma, y el caso de las acciones que tiendan a reivindicar
inmuebles y a reclamar derechos que se refieran a los mismos inmuebles, en virtud de
que precedentemente habríamos explicado los derechos del concedente y del
enfiteuta.

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Con relación a los derechos de usufructo, tenemos que es un derecho real de
usar y gozar temporalmente de las cosas cuya propiedad pertenece a otro, del mismo
modo que lo haría el propietario, que nace de la voluntad de las partes o por ley y se
verifica mediante norma jurídica o contrato erga omnes. El derecho de uso del
inmuebles y de la habitación destaca el Código Civil Venezolano que quien tenga el
uso de un fundo toma de él los frutos que “basten” a sus necesidades y la de su
familia, y el de habitación se ejerce habitando el inmueble con su familia aunque
aumente, ambos derechos se verifican mediante norma jurídica o contrato erga omnes
y se pierden del mismo modo que el usufructo y para ejercerse el derecho de uso y de
habitación debe constituirse caución previa y formal inventario de los muebles, y
descripción del estado de los inmuebles, como en el caso de usufructo; pudiendo
eventualmente la autoridad judicial, dispensar de la obligación de la caución según las
circunstancias.

Óscar E. Ochoa G. (2008), refiere que en la categoría de bienes inmuebles se


hallan los derechos incorporales, no materiales, cuyos objetos son inmuebles por su
naturaleza, y se trata de aquellos derechos reales de los cuales “un tercero” puede ser
titular de derecho sobre una cosa ajena –jus in re aliena– con son el usufructo sobre
un bien inmueble, derecho de uso y de habitación, servidumbre, enfiteusis, hipoteca,
derecho de concesionario de una mina, este último regulado por el artículo 24 y 29
del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Minas del año 1999, en los
siguientes términos:

Artículo 24: La concesión minera es el acto del Ejecutivo Nacional,


mediante el cual se otorgan derechos e imponen obligaciones a los
particulares para el aprovechamiento de recursos minerales existentes en
el territorio nacional.

La concesión minera confiere a su titular el derecho exclusivo a la


exploración y explotación de las sustancias minerales otorgadas que se
encuentren dentro del ámbito espacial concedido. (Subrayado nuestro)

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Artículo 29: El derecho de exploración y de explotación que se deriva de
la concesión es un derecho real inmueble. El concesionario podrá
enajenar dicho derecho, gravarlo, arrendarlo, sub-arrendarlo, traspasarlo
o celebrar sobre el mismo sub-contrataciones para la explotación,
mediante permiso previo otorgado por el Ministerio de Energía y Minas,
siempre y cuando demuestre efectivamente que la negociación cuya
autorización se solicita, se hará exclusivamente para el eficiente
desarrollo del proyecto de explotación, previamente aprobado este
Ministerio dentro de los lapsos autorizados para la ejecución del mismo.
(Subrayado nuestro)

Parágrafo Primero. En caso de arrendamiento de una concesión cuyos


titulares sean Corporaciones Regionales de Desarrollo, exentas del pago
de impuestos, los arrendatarios tendrán la obligación de pagar los
impuestos establecidos en esta Ley, salvo que el arrendamiento se lleve a
cabo con otros entes de carácter público, también exentos del pago de
impuestos.

Parágrafo Segundo. Los traspasos deberán ser presentados para su


protocolización por ante la Oficina Subalterna, de registro de la
Circunscripción de ubicación de la concesión.

Al respecto de las acciones que tiendan a reivindicar inmuebles o a reclamar


derechos que se refieran a los mismos, los autores exponen que las acciones judiciales
relativas a un inmueble son consideradas como bienes inmuebles. Así, las acciones
reivindicatorias o petitoria sobre un bien inmueble no da lugar a dudas que ya se trata
de una acción destinada a reintegrar un inmueble al patrimonio del demandante.
Deben añadirse a esta categoría otras acciones que tienen como objeto regresar un
inmueble al patrimonio del demandante, como lo son la acción de nulidad de un
contrato de venta de un bien inmueble o la acción por resolución de un contrato de
venta de un bien inmueble por falta de pago del precio por parte del comprador.

Las acciones posesorias sobre inmuebles destinadas a la protección de la


posesión de inmuebles, abstracción hecha de su propiedad, como son los interdictos
de amparo, de despojo o restitutorio sobre bienes inmuebles, de obra nueva o de obra
vieja (artículo 782 del Código Civil Venezolano), y las acciones confesorias que están
dirigidas al reconocimiento o al ejercicio de un derecho de servidumbre, usufructo o
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uso. Los derechos de créditos que tienen por objeto bienes inmuebles, denominados
acreencias inmobiliarias, son bienes inmuebles por el objeto a que se refieren, aun
cuando no se precise en el artículo 530 del Código Civil Venezolano.

Las acreencias son normalmente consideradas como bienes muebles


incorporales, no obstante, de manera excepcional, un crédito es considerado bien
inmueble incorporal cuando su objeto es un bien inmueble, como en el caso de la
venta de un bien inmueble a término o venta a plazo cuya tradición se efectuó
mediante otorgamiento del documento ante la Oficina Subalterna de Registro Público,
pero la entrega física no la ha efectuado el vendedor.

Las acreencias hipotecarias [deuda que alguien tiene a su favor y que están
garantizadas con hipoteca] pueden ser hipotecadas conforme lo establece el artículo
1.882 del Código Civil Venezolano, lo que significa que son bienes inmuebles en la
medida que las hipotecas tengan por objeto bienes inmuebles.

La hipoteca mobiliaria, que deriva en hipotecas sobre bienes no


susceptibles de venta con reserva de dominio y la hipoteca naval se hallan
reguladas por la Ley de Hipotecas Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de
Posesión de año 1973 y la Ley de Comercio Marítimo del año 2006. Son bienes
muebles hipotecables, según la Ley de Hipotecas Mobiliaria y Prenda sin
Desplazamiento de Posesión, en adelante Ley de Hipoteca Inmobiliaria, los que a
continuación se describen:

Según el artículo 1 de la Ley ut supra, los bienes enajenables susceptibles de


ejecución que se especifiquen en ella; no obstante, cuando dichos bienes
pertenecieren en copropiedad a varias personas o en usufructo y en nuda propiedad
[es aquel derecho de una persona sobre una cosa en la que su relación con ella es de
ser sola y únicamente propietario] a personas distintas, sólo podrán hipotecarse o
pignorarse [dar o dejar en prenda] en su totalidad mediante el consentimiento de
todos los copropietarios o el común acuerdo del usufructuario y el nudo propietario.
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Sin embargo, no pueden constituirse hipoteca mobiliaria ni prenda sin
desplazamiento de posesión sobre bienes:

1º. Que ya estuvieren hipotecados,


2º. Pignorados,
3º. Embargados o
4º. Cuyo precio de adquisición no se halle íntegramente satisfecho excepto.

En este último caso, cuando la hipoteca o la prenda se constituyan en garantía


de pago del precio adecuado o de una parte del mismo. También están excluidos de
constituir en hipoteca los bienes susceptibles de ser adquiridos conforme a la Ley de
Ventas con Reserva de Dominio, por lo que en ningún caso puede exigirse como
garantía real, siendo nula toda convención que contraríe esta disposición.

Es importante destacar que se mantiene el principio de ser una garantía


indivisible, ya que la hipoteca mobiliaria afecta, directa e indirectamente, los bienes
sobre que se impone, cualquiera que sea su poseedor, al cumplimiento de la
obligación u obligaciones para cuya seguridad fue constituida. Al respecto se
establece que sólo podrán ser objeto de hipoteca:

1º. Los establecimientos mercantiles o fondos de comercio.


2º. Las motocicletas, automóviles y camionetas de pasajeros, autocares,
autobuses, vehículos de carga, vehículos especiales y otros aparatos aptos
para circular tales como tractores, palas mecánicas, mototraillas y similares.
3º. Las locomotoras y vagones de ferrocarril.
4º. La maquinaria de construcción, industrial o de transporte susceptible de
traslado.
5º. Las aeronaves.
6º. La maquinaria industrial.
7º. El derecho de autor sobre las obras de ingenio y la propiedad industrial.
8º. Las maquinarias, herramientas, útiles o instrumentos instalados y destinados
18
a una actividad industrial.
9º. El Derecho de Autor y de la Propiedad Industrial.

A diferencia de los bienes inmuebles en los que las acreencias hipotecarias son
susceptibles de hipoteca, la norma en comento, establece que no son susceptibles de
hipoteca el derecho de hipoteca mobiliaria; incluyendo en la lista de excepciones
mobiliarias susceptibles de ser hipotecados los siguientes bienes muebles:

1º. Los frutos pendientes y las cosechas esperadas.


2º. Los frutos o productos ya cosechados o separados del suelo.
3º. Los animales de cualquier especie, así como sus crías y productos
derivados.
4º. Los productos forestales cortados o por cortar.
5º. Las máquinas, herramientas, aperos, útiles y demás instrumentos de las
explotaciones agrícolas, pecuarias y forestales.
6º. Las máquinas y demás bienes muebles que puedan separarse sin causar
grave daño material al inmueble o a ella misma y no forman parte de una
explotación agrícola, pecuaria o forestal, sean susceptibles, sin embargo, de
suficiente identificación por razón de sus propias características, tales como
marca, modelo, número de fábrica u otras semejantes.
7º. Las mercaderías, productos elaborados y materias primas almacenadas.

La referida norma jurídica establece que las garantías sobre naves, serán objeto
de una Ley especial, que en nuestro caso se regulan en la Ley de Comercio Marítimo,
el cual establece en el artículo 130 que los buques [construidos o en construcción]
pueden ser objeto de hipoteca naval, siempre que se encuentren inscritos en el
Registro Naval Venezolano, y se constituye mediante su inscripción en el Registro
Naval Venezolano, el cual no podrá ser oponible a terceros hasta que no se haya
practicado dicha inscripción, siendo necesaria la inscripción de los actos y contratos
en cuya virtud se modifiquen o extingan.

19
Ejecución de la Hipoteca.

De acuerdo con Cabanellas G. (1993), el concepto de ejecución de un derecho,


tiene su alcance en la siguiente definición:

Efectuación, realización cumplimiento; acción o efecto de ejecutar o


poner por obra alguna cosa. Efectividad o cumplimiento de una sentencia
o fallo de juez o tribunal competente; como cuando se toman los bienes
del deudor moroso para satisfacer a los acreedores mediante dicha orden
judicial. (…) Exigencia o reclamación de una deuda por vía ejecutiva.
(…) De Sentencia: El acto de llevar a efecto lo dispuesto por un juez o
tribunal en el fallo que resuelve una cuestión o litigio. (Subrayado y
supresión nuestra)

De donde se desprende que a los efectos de la hipoteca inmobiliaria o


mobiliaria, nos referimos al proceso judicial que se sigue por vía de la norma adjetiva
para hacer con el producto de la subasta y el remate se pague la deuda en favor del
acreedor. Así, como ya hemos referido, según sea bien inmueble o mueble la cosa
hipotecada, es que se define el procedimiento a seguir para ejecutar el derecho de
hipoteca o la acreencia hipotecaria a falta de cumplimiento del deudor de la
obligación principal.

Las normas adjetivas para cada caso son:

A. Código de Procedimiento Civil Venezolano: ejecución de la hipoteca


inmobiliaria, de usufructo y derechos derivados de la enfiteusis y la
Hipoteca Naval. [Libro Cuarto, Parte Primera, Título II de los Juicios
Ejecutivos, Capítulo IV de la Ejecución de la Hipoteca, en los artículos 660
hasta el 665].
B. Disposiciones Procesales en Materia de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin
Desplazamiento de Posesión: [Título IV, artículos 67 hasta el 73 de la Ley
de Hipotecas Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de Posesión, con
supletoriedad del Código de Procedimiento Civil].

20
Disposiciones Procesales según el Código de Procediendo Civil Venezolano.

El procedimiento especial para la ejecución de hipoteca inmobiliaria, de


usufructo y derechos derivados de la enfiteusis, la establece el Código de
Procedimiento Civil; así como la hipoteca naval que por mandato expreso de Ley de
Comercio Marítimo del año 2006 establece, en el artículo 148, que el procedimiento
de ejecución de hipoteca se regirá por las normas pertinentes establecidas en el
Código de Procedimiento Civil; el cual representamos en el siguiente diagrama:

21
Ahora bien, la norma prevé escenarios que denominamos alternancias en los
que las partes procesales pueden verse encaminados en la búsqueda de la verdad y en
defensa de sus intereses o, para el caso del Juez, cumplimiento de sus funciones y
autos para mejor proveer. En este sentido, pasamos a explicar que la norma procesal
civil establece que la hipoteca se ejecuta para pagar una cantidad en dinero [moneda
de curso legal en Venezuela] respecto de la obligación del deudor a favor del
acreedor; es entonces que nacida la obligación de pagar y cancelar la obligación en
cabeza del deudor hipotecario y con ella la obligación accesoria de ejecución sobre el
inmueble hipotecado, tenemos que:

1º. El acreedor:
a. Presentará al Tribunal competente el documento registrado constitutivo de
la misma.
b. Indicará el monto del crédito con los accesorios que estén garantizados por
ella.
c. Indicará el tercero poseedor de la finca hipotecada, si tal fuere el caso.
d. Presentará copia certificada expedida por el Registrador correspondiente
de los gravámenes y enajenaciones de que hubiere podido ser objeto la
finca hipotecada con posterioridad al establecimiento de la hipoteca cuya
ejecución se solicita.
2º. El Juez:
a. Podrá excluir de la solicitud de ejecución los accesorios que no estuvieren
expresamente cubiertos con la hipoteca.
b. Examinará cuidadosamente si están llenos los extremos siguientes:
i. Si el documento constitutivo de la hipoteca está registrado en la
jurisdicción donde esté situado el inmueble.
ii. Si las obligaciones que ella garantiza son líquidas de plazo
vencido, y no ha transcurrido el lapso de la prescripción.
iii. Si las obligaciones no se encuentran sujetas a condiciones u otras
modalidades.
22
c. Si el Juez encuentra llenos los extremos legales antes exigidos decretará
inmediatamente la prohibición de enajenar y gravar el inmueble
hipotecado.
d. Lo notificará inmediatamente al Registrador del lugar donde esté situado
el inmueble o los inmuebles, [caso excepcional Buques construidos o en
construcción] para que no protocolice ningún documento en que de alguna
manera se pretenda enajenarlos o gravarlos, insertando en su oficio los
datos sobre situación y linderos que constaren en la petición.
e. Acordará la intimación del deudor y del tercero poseedor para que paguen
dentro de tres días, apercibidos de ejecución.
f. Si de los recaudos presentados al Juez destaca la existencia de un tercero
poseedor y el solicitante no lo hubiere indicado, el Juez procederá de
oficio a intimarlo.
3º. El acreedor [eventualmente el deudor hipotecario]:
a. Podrá apelar el auto del Juez donde se excluya la ejecución determinadas
partidas o no acordándolas.
4º. El Juez, si al 4° dial hábil de intimado el deudor no acredita haber pagado:
a. Procederá al decretar el embargo del inmueble [caso excepcional Buques
construidos o en construcción] si al cuarto día el deudor o el tercero no
acreditan haber pagado la obligación a favor del acreedor.
b. Se trasladará al sitio donde esté situada la cosa objeto del embargo y
procederá a notificar al ejecutado o a cualquier otra persona que se
encuentre en el sitio de la misión del Tribunal.
c. Declarará consumada la desposesión jurídica del ejecutado y entregará la
cosa por inventario al Depositario que nombrará, previamente, levantando
un acta que contenga la descripción de las cosas embargadas y las demás
circunstancias del acto.
5º. El deudor hipotecario o tercero, dentro de los 8 días siguientes a la intimación
más el término de la distancia, suspendiendo el procedimiento de embargo

23
decretado por el Juez, puede:
a. Hacer oposición al pago a que se les intima, por los motivos siguientes:
i. La falsedad del documento registrado presentado con la solicitud
de ejecución.
ii. El pago de la obligación cuya ejecución se solicita, siempre que se
consigne junto con el escrito de oposición la prueba escrita del
pago.
iii. La compensación de suma líquida y exigible, a cuyo efecto se
consignará junto con el escrito de oposición la prueba escrita
correspondiente.
iv. La prórroga de la obligación cuyo incumplimiento se exige, a cuyo
efecto se consignará con el escrito de oposición la prueba escrita
de la prórroga.
v. Por disconformidad con el saldo establecido por el acreedor en la
solicitud de ejecución, siempre que se consigne con el escrito de
oposición la prueba escrita en que ella se fundamente.
vi. Cualquiera otra causa de extinción de la hipoteca, de las
establecidas en los artículos l.907 y l.908 del Código Civil
Venezolano.
b. Alegar “cuestiones previas”:
i. Falta de jurisdicción del juez.
ii. La ilegitimidad de la persona del actor.
iii. Ilegitimidad de la persona enviada como representante del
demandado.
iv. Falta de caución y fianza necesaria para proceder al juicio de
embargo.
v. Defecto de forma de la demanda.
vi. La existencia de una condición o plazo pendiente.
vii. La existencia de una condición prejudicial que deba resolverse en

24
un proceso distinto.
viii. La cosa juzgada.
ix. La caducidad de la acción establecida en la ley.
x. La prohibición de la ley de admitir la acción propuesta.
6º. El Juez:
a. Examinará cuidadosamente los instrumentos que se le presenten en la
oposición.
b. Si la oposición llena los extremos exigidos anteriores, declarará el
procedimiento abierto a pruebas, y la sustanciación continuará por los
trámites del procedimiento ordinario hasta que deba sacarse a remate el
inmueble hipotecado.
c. Si declarada sin lugar la oposición, se procederá al remate del inmueble
previa a la publicación de un cartel fijando el día y la hora para efectuarlo.
7º. El acreedor:
a. Tiene derecho a que el remate se lleve a cabo y se haga efectivo con su
precio el pago de su acreencia, sin esperar la sentencia definitiva en la
oposición, siempre que dé caución para responder de lo que en definitiva
se declare en favor del deudor o del tercero, en los siguientes términos:
i. Fianza principal y solidaria de empresas de seguro, instituciones
bancarias o establecimientos mercantiles de reconocida solvencia.
ii. Hipoteca de primer grado sobre bienes cuyo justiprecio conste en
los autos.
iii. Prenda sobre bienes o valores.
iv. La consignación de una suma de dinero hasta por la cantidad que
señale el Juez.
8º. El Juez:
a. Responde si la caución que haya aceptado resultare después insuficiente.
b. Dictará sentencia “con lugar” o “sin lugar” la solicitud de ejecución de
hipoteca interpuesta por el acreedor.

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Disposiciones Procesales la Ley de Hipotecas Mobiliaria y Prenda sin
Desplazamiento de Posesión

De esta manera se describe el procedimiento especial para la ejecución de la


hipoteca mobiliaria, conforme los establece la Ley de Hipoteca Mobiliaria, y que en
el curso regular del proceso representamos en el siguiente diagrama.

Como fue resaltado en párrafos precedentes y a tenor de lo establecido en la


Ley de Hipoteca Mobiliaria en el artículo 67, los procedimientos previstos en la
legislación nacional, las ejecuciones hipotecaria y pignoraticia se regirán por los que
se establecen en la ley ut supra, y que al respecto dicta normas generales al
procedimiento de ejecución de hipoteca mobiliaria y prenda sin desplazamiento de
posesión.

26
A. Las medidas preventivas o ejecutivas decretadas sobre los bienes
hipotecados por reclamación de terceros en el proceso de ejecución de
hipoteca conforme la Ley de Hipoteca Mobiliaria, no afectará la
garantía real pero si dará por vencida la obligación garantizada para ese
tercero que reclama.
B. El hipotecante [deudor hipotecario o demandado] al conocer de la
medida dictada [preventiva o ejecutiva] en proceso judicial alterno
sobre el mismo bien objeto de ejecución hipotecaria conforme la Ley de
Hipoteca Mobiliaria, deberá poner en conocimiento al Juez del proceso
continuo para que éste notifique al acreedor hipotecario de la medida
decretada, con el riesgo de incurrir en las penas establecidas en el
artículo 462 del Código Penal vigente, por el delito de estafa y otros
fraudes en detrimento de una administración pública de una entidad
autónoma en que tenga interés el Estado.

Normas Relativas a la Ejecución de Hipoteca Mobiliaria.

A. En caso que se haya fijado elección del domicilio para resolver


judicialmente, conocerá el Juez con jurisdicción en lo mercantil,
competente en razón de la cuantía, en el lugar donde se haya registrado
el documento constitutivo del gravamen.
B. Si fueren varios los bienes hipotecados y se hubiere inscrito el
documento de constitución de hipoteca en diversos Registros, conocerá
del procedimiento el juez competente en cualquiera de las
circunscripciones a las cuales pertenezcan dichos Registros.
C. El procedimiento para la ejecución de la hipoteca mobiliaria regulado en
la Ley de Hipoteca Mobiliaria no se suspenderá por muerte, quiebra,
concurso o incapacidad del deudor, del hipotecante o del tercer
poseedor, ni por incidentes promovidos por cualquiera de ellos o por
otra persona que se presentare como interesada.
27
D. Sólo puede suspender el procedimiento de ejecución de hipoteca
mobiliaria regulado por la Ley de Hipoteca mobiliaria:
a. Si se introduce certificación del Registro que acredite el
cumplimiento de la obligación hipotecaria.
b. Si se propusiere demanda de tercería, que deberá ir acompañada del
instrumento público, autenticado o reconocido de propiedad de los
bienes de fecha cierta anterior a la del instrumento de constitución
de hipoteca.
c. Cuando se acredite estar instaurado juicio penal, con anterioridad a
la fecha de admisión de la demanda hipotecaria, por falsedad del
título en cuya virtud se inició el procedimiento. La suspensión
durará hasta la conclusión del juicio criminal.
d. Si se demostrare, en cualquier momento anterior a la adjudicación,
con la certificación registral correspondiente, que los bienes estaban
gravados con una hipoteca mobiliaria o inmobiliaria con
anterioridad a la constitución de la que da lugar al procedimiento.
E. Las decisiones dictadas en el procedimiento especial de ejecución regulado
en la Ley de Hipoteca Mobiliaria no causarán cosa juzgada material, y el
deudor, el hipotecante y el tercer poseedor tendrán derecho a ocurrir a la vía
ordinaria en reclamación de los derechos que les correspondan; dentro del
lapso de tres meses desde la conclusión del procedimiento especial de
ejecución.
F. El procedimiento para la ejecución de la hipoteca mobiliaria no será
acumulable a juicio alguno. Todas las apelaciones que en el mismo sean
procedentes de acuerdo a esta Ley y al Código de Procedimiento Civil se
admitirán en un solo efecto

El procedimiento de ejecución hipotecaria, conforme a la Ley de Hipoteca


Mobiliaria, se desenvolverá de acuerdo a las siguientes reglas:

28
1º. El acreedor:
a. Interpone demanda conforme los requisitos exigidos por el Código de
Procedimiento Civil.
b. Acompañará la demanda con:
i. Los documentos acreditativos del carácter con que se presente
[actor, beneficiario, representante].
ii. El título o títulos que fundamenten su derecho de crédito.
iii. Certificación registral justificativa de la inscripción y
subsistencia del derecho de hipoteca mobiliaria, expedido
centro de los 15 días consecutivos antes de presentar la
demanda.
2º. El Juez: admitida la demanda.
a. Acuerda intimar [mediante cartel fijado en el local del tribunal y
medio impreso local de mayor circulación] al deudor, al hipotecante
no deudor y al tercer poseedor en su caso para que paguen dentro de
los ocho días siguientes a la notificación.
b. Ordena el secuestro de los bienes hipotecados y su entrega en
“depósito” al acreedor o la persona que éste señale.
c. Si son varios acreedores demandantes cualquiera puede solicitar en
beneficio común el bien en calidad de “depósito” o el Juez acuerda
según su prudente arbitrio a uno de ellos.
d. Si el demandado es un tercero poseedor de la cosa gravada, la
notificación de la intimación se entenderá hecha en la fecha que tenga
materialmente hecho el secuestro.
3º. El Juez, transcurrido 8 días desde la última diligencia hecha para notificar la
intimación sin que se realice el pago o se acredite haberlo hecho:
a. Ordenará, a instancia del acreedor, del deudor, del hipotecante o del
tercer poseedor, la subasta de los bienes hipotecados

29
b. Anunciará la fecha del remate con al menos ocho días de antelación
mediante cartel en el domicilio del intimado, en lugar público y en
diario de los de mayor circulación en la localidad sede del Tribunal.
c. El cartel debe expresarse de manera concisa los nombres y apellidos
del actor y del demandado, la descripción de los bienes objeto de
remate y el lugar en que se hallaren, precio que servirá de base para la
subasta, que será precisamente el pactado en el instrumento de
constitución de la hipoteca, y el lugar, día y hora en que se practicará
el remate
d. Oirá solicitud hecha por alguna de las partes que no esté de acuerdo
con el valor dado a los bienes hipotecados a efectos del remate, que la
presente con antelación a la fijación de cartel, para que nombre un
perito que fije en tres audiencias el precio de los bienes, que será la
nueva base del remate.
e. Procederá igualmente a designar un perito en caso que el documento
de constitución de la hipoteca no se hubiere pactado la base del
remate.

Celebrado en el lugar, día y hora señalado la venta de los bienes hipotecados


mediante subasta pública:

4º. El Acreedor:
a. Podrá intervenir como postor en todo el remate sin que requiera
depositar suma alguna; que para los demás postores corresponde
depositar 10% de la base del remate para tomar parte de la subasta.
b. Podrá solicitar, dentro de los tres días siguientes, la adjudicación de
los bienes gravados por dicha suma, en caso que en el primer acto no
se formule propuesta que alcance la suma fijada como base.
5º. El Juez, si el acreedor no hace uso de la facultad otorgada durante y después
de la subasta:
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a. Procederá a realizar, a petición del acreedor, del deudor, del
hipotecante o del tercer poseedor un segundo remate en el que se
tomará por base la mitad de la fijada para el primer remate y que será
anunciado de la manera precedentemente establecida.
b. Si en el segundo remate no hubiese postura que cubra la base, podrán
celebrarse nuevos remates, con base libre, tantas veces como lo
solicitaren las partes interesadas en los mismos.
6º. El rematador [nuevo propietario o el acreedor adjudicado]:
a. Deberá consignar dentro de los tres días siguientes a aquél en que haya
tenido lugar la adjudicación, la diferencia entre el precio y la suma
depositada para tomar parte en el remate.
b. Si el rematador fuese el propio acreedor hipotecario, este consignará
tan sólo la parte en que el precio exceda a su crédito, intereses
asegurados con la hipoteca y cantidad prudencialmente fijada para
costas y gastos.
7º. El Juez:
a. Declarará sin efecto el remate efectuado y, a solicitud de parte,
procederá a celebrar nueva subasta, si en el lapso establecido para que
el rematador o acreedor adjudicado consigne la diferencia indicada no
lo hicieran. El depósito constituido por el rematador no validado
servirá para las costas y gastos judiciales en subastas posteriores, del
crédito, intereses y costas procesales.
b. Si el rematador fuese el mismo acreedor y no consignare, dentro del
plazo señalado, la diferencia que le corresponde, el dueño de los
bienes hipotecados podrá actuar para su cobro como si contra aquél
hubiere sentencia ejecutoriada al respecto.
c. Dictara de oficio auto en el que ordena la cancelación de la hipoteca
mobiliaria, una vez practicado el remate o la adjudicación y
consignado.

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d. Destinará al pago del crédito, intereses, gastos y costas, y el exceso, si
lo hubiere, se entregará a quien corresponda con el precio del remate.
8º. El Acreedor:
a. Conservará su derecho contra el deudor por lo que restare si el precio
del remate no fuese suficiente para cancelar el importe del crédito.

Como podemos observar, el procedimiento presenta similitudes con el


procedimiento de ejecución hipotecaria inmobiliaria, no obstante las variaciones que
se expresan están más referidos al contexto del nacimiento de la Ley que regula dicho
procedimiento, al tipo de bien que es objeto de hipoteca y por ello encontramos
particularidades como el “secuestro” que tiene su homólogo en la ejecución de
hipoteca inmobiliaria en el “embargo”. Así, se busca derecho del acreedor mediante
las flexibilidades en el proceso de subasta del bien mueble hipotecado, al punto que el
mismo acreedor puede participar como postor y solicitar la adjudicación del mismo,
esto, entre otros aspectos, por el riesgo de deterioro del bien objeto de la subasta ya
que se constituye la hipoteca sin deposición del dueño, lo que quiere decir que por
negligencia o uso el bien pierde valor de retorno o recuperación que pudiera hacer
imposible cubrir el crédito que el deudor tenga con el acreedor.

32
CONCLUSIONES

Los bienes objeto de hipoteca en el ordenamiento jurídico venezolano se


clasifican fundamentalmente en dos: inmuebles y muebles. Destacamos en primer
lugar los bienes inmuebles ya que se han cubierto suficientemente con la doctrina, la
ley y la jurisprudencia. Solo basta observar como la Ley de Minas del año 1999
establece claramente que el derecho de exploración y de explotación que se deriva de
la concesión es un derecho real inmueble, por lo que el concesionario podrá enajenar
dicho derecho o gravarlo; así, el Código Civil Venezolano destaca que el derecho de
usufructo y los derechos de concedente del bien usufrutuado son aptos para que concursen en
un contrato hipotecario.

Los bienes muebles, excluidos en el Código Civil Venezolano como aptos para ser
hipotecados son regulados por la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de
Posesión del año 1973, quien a su vez se ve invadida para reducir el universo de bienes
muebles hipotecables, por la Ley de Venta con Reserva de Dominio del año 1995 y por la
Ley de Comercio Marítimo del año 2006, que desarrollan en el caso de la primera los bienes
muebles que serán excluidos de la posibilidad de ser hipotecados, y en el caso de la segunda,
que sin ser contemplados en la Ley de Hipoteca Mobiliaria, establece que los buques
construidos o en construcción pueden ser hipotecables.

El asunto procedimental entraña un interesante desarrollo. Los bienes inmuebles [todos


los definidos en el Código Civil Venezolano del año 1982] los derechos de usufructo y
derechos derivados de la enfiteusis, considerados todos bienes inmuebles, cuando son objeto
de un contrato de hipoteca, son adjetivamente contemplados y resueltos por vía del Código de
Procedimiento Civil, pero además una categoría de bienes muebles, como lo son los buques
construidos y en construcción, la Ley de Comercio Marítimo del año 2006 establece que
seguirán el procedimiento establecido en el Código ut supra. Para el caso de los demás bienes
muebles, que no estén regulados por la Ley de Venta con Reserva de Domino del año 1955 y
que sean objeto de hipoteca mobiliaria, su ejecución seguirá el procedimiento especial de la
Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de Posesión del año 1973.

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REFERENCIAS CONSULTADAS

 Óscar E. Ochoa G. (2008). Bienes y derechos reales: derecho civil.


Universidad Católica Andrés Bello. Caracas, Venezuela.
 Pérez Vives, A. (1984). Garantías civiles. Editorial Temis. Bogotá,
Colombia.
 Gorrondona, J. (2011). Contratos y Garantías. Derecho Civil II.
Universidad Católica Andrés Bello. Caracas, Venezuela.
 Decreto N° 295 con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Minas. (1999) Gaceta
Oficial de la República de Venezuela No. 5.382 extraordinario. 28 de
septiembre de 1999.
 Decreto N° 1.506 con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Comercio Marítimo.
(2006) Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N°
38.351. 5 de enero de 2006.
 Ley de Venta con Reserva de Dominio. (1955) Gaceta Oficial de la
República de Venezuela N° 452. 21 de abril de 1955.
 Ley de Hipotecas Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de Posesión.
(1973). Gaceta Oficial de la República de Venezuela N° 1.575
Extraordinario. 4 de abril de 1973.
 Código Penal. (2005) Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela N° 5.768 Extraordinario. 13 de abril de 2005.
 Código Penal. (1964) Gaceta Oficial de la República de Venezuela N° 915
Extraordinario. 30 de junio de 1964.
 Código Civil de Venezuela. (1982). Gaceta de la República de Venezuela
N° 2.990 Extraordinario. 26 de junio de 1982.
 Código de Procedimiento Civil. (1990) Gaceta Oficial de la República de
Venezuela N° 4.209 Extraordinaria. 18 de septiembre de 1990.
 Cabanellas, G. (1993). Diccionario Jurídico Elemental. Editorial Heliasta
S.R.L. Caracas, Venezuela
 Vallejo, M. (2016). ¿En qué consiste una Venta con reserva de dominio?
blog.handbook.es Disponible en: https://blog.handbook.es/venta-con-reserva-
de-dominio-en-venezuela/, consultado 2019, julio22.

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