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Profesora: Estudiantes:
Arcia Julieth Ángel Heredia 14.455.031
Néstor Marcano 19.966.781
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GARANTÍAS REALES: LA HIPOTECA, BIENES SUCEPTIBLES Y
PROCEDIMEINTOD E EJECUCIÓN
Consideraciones previas.
La hipoteca.
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unos inmuebles conforme el ordenamiento jurídico venezolano– que no dejan de estar
en posesión del deudor, pero concede al acreedor el derecho de perseguir el bien
gravado en poder de quien se halle, para someterlo a subasta en caso que el deudor no
cubra la obligación principal, con el propósito de hacerse pagar el crédito con el
producto del remate, de preferencia a los otros acreedores.
Clasificación de la hipoteca.
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1. Hipoteca Legal: resulta directamente de la Ley, sin intervención de las
partes. El artículo 1.885 del Código Civil Venezolano establece tres casos
en los que procede la hipoteca legal.
a. En relación con el ordinal primero del artículo en cuestión, goza de
hipoteca legal, todo el que haya enajenado un inmueble que sea
susceptible de ser hipotecado, cuando esta enajenación se haya
efectuado a título oneroso. La hipoteca legal tiene como
fundamento, garantizar el cumplimiento de las obligaciones
provenientes del acto de enajenación.
b. El ordinal segundo se da en tres supuestos:
i. Supuesto de una sucesión: cuando se refiere a los
coherederos.
ii. Supuesto de una sociedad: cuando se refiere a los socios.
iii. Supuesto de una comunidad: cuando se refiere a los
comuneros.
c. La hipoteca legal establecida en el ordinal tercero está concedida a
favor de los menores y entredichos, sobre los bienes del tutor.
2. Hipoteca Judicial: está fundamentada en una sentencia ejecutoriada, sobre
la cual ya no cabe recurso de ninguna especie, con la finalidad de asegurarle
al ganancioso del juicio las resultas del mismo. Se llama judicial porque
surge de una sentencia definitivamente firme y ejecutoriada. Requiere para
su procedencia:
a. Que la sentencia que le da nacimiento sea definitivamente firme y
ejecutoriada.
b. Que la sentencia esté referida a los siguientes supuestos:
i. Pagar una cantidad determinada de dinero que ha de ser
cierta y líquida.
ii. Entrega de cosas muebles, determinadas o no como cuerpos
ciertos.
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iii. Cualquier otra obligación de hacer o no hacer, que pueda
convertirse en una cantidad líquida a pagar.
iv. Que el que haya obtenido a su favor la sentencia firme,
señale ante el tribunal los bienes sobre los cuales pretenda
constituir hipoteca.
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Tratamiento en el Código Civil Venezolano.
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En primer lugar “excluye” a los bienes muebles, aun cuando están regulados
excepcionalmente algunos muebles en la Ley de Hipotecas Mobiliaria y Prenda sin
Desplazamiento de Posesión, del año 1973; en segundo lugar, establece como
hipotecable el derecho real de goce regulado por el mismo código como usufructo
(Libro Segundo, Título III, artículos 582 al 623 del Código Civil Venezolano); y en
tercer lugar, como la enfiteusis es un contrato mediante el cual [el concedente]
concede un fundo [al enfiteuta] con la obligación de mejorarlo y de pagar un canon o
pensión anual expresado en dinero o en especies (Libro Tercero, Título VII, artículos
1.565 al 1.578 del Código Civil Venezolano) establece “derechos respecto al bien
enfitéutico”, tanto del sujeto concedente, quien da el fundo en enfiteusis, titular del
derecho real y es propietario de la cosa; como para el sujeto enfiteuta, quien tiene el
derecho o dominio sobre el inmueble, la posibilidad de disponer del bien en todo su
sentido; los cuales y de manera separadas son susceptibles de hipoteca, tema que
desarrollaremos en apartados siguientes.
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Artículo 2. (…) En ningún caso el vendedor de bienes susceptibles de ser
adquiridos conforme a la Ley de Ventas con Reserva de Dominio, puede
exigir la constitución de hipoteca o prenda sin desplazamiento de
posesión para garantizar el pago parcial o total del precio de la venta,
siendo nula toda convención que contraríe esta prohibición.
Todo bien que conforme a la Ley de Venta con Reserva de Dominio pueda ser
enajenado, queda excluido de la posibilidad jurídica de hipoteca mobiliaria, entre los
que tenemos vehículos automotores de uso particular que son vendidos a crédito. En
este sentido, la Ley de Hipoteca Mobiliaria establece con mediana claridad los bienes
muebles que son de posible acción hipotecaria, según los artículos 1, 2, 21 y 51:
Aquí observamos que cuando sean regulados por la Ley de Venta con Reserva
de Dominio, están excluidos de la posibilidad jurídica de hipoteca mobiliaria, como
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ejemplo la venta a crédito de vehículo automotor de uso particular. Se distingue el
tipo de uso conforme se infiere del artículo 21 precedente de la citada ley, en el que
destaca en el numeral 2 con la conjunción “y” que la cualidad de que sean para
transporte de pasajero [servicio público de trasladar personas de un lugar de origen a
otro destino a cambio de un precio] lo separa de ser objeto de venta con reserva de
dominio.
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5. Las máquinas, herramientas, aperos, útiles y demás instrumentos
de las explotaciones agrícolas, pecuarias y forestales.
6. Las máquinas y demás bienes muebles que, no reuniendo los
requisitos exigidos por el artículo 42 de esta Ley y no formando
parte de una explotación agrícola, pecuaria o forestal, sean
susceptibles, sin embargo, de suficiente identificación por razón
de sus propias características, tales como marca, modelo,
número de fábrica u otras semejantes.
7. Las mercaderías, productos elaborados y materias primas
almacenadas.
Por su naturaleza (artículo 527 del Código Civil Venezolano), son bienes
inmuebles:
Por su destinación (artículo 528 y 529 del Código Civil Venezolano), son
bienes inmuebles:
Las cosas que el propietario del suelo ha puesto en él para su uso, cultivo y
beneficio, tales como:
o Los animales destinados a su labranza;
o Los instrumentos rurales;
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o Las simientes;
o Los forrajes y abonos;
o Las prensas, calderas, alambiques, cubas y toneles;
o Los viveros de animales.
Todos los objetos muebles que el propietario ha destinado a un terreno o
edificio para que permanezcan en él constantemente, o que no se puedan
separar sin romperse o deteriorarse o sin romper o deteriorar la parte del
terreno o edificio a que estén sujetos. Ejemplo, ductos de agua, cercas o
alambrados perimetrales.
Por el objeto a que se refiere (artículo 530 del Código Civil Venezolano), son
bienes inmuebles:
Los derechos del propietario y los del enfiteuta sobre los predios sujetos a
enfiteusis;
Los derechos de usufructo y de uso sobre las cosas inmuebles y también el de
habitación;
Las servidumbres prediales y la hipoteca;
Las acciones que tiendan a reivindicar inmuebles o a reclamar derechos que se
refieran a los mismos.
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Con relación a los derechos de usufructo, tenemos que es un derecho real de
usar y gozar temporalmente de las cosas cuya propiedad pertenece a otro, del mismo
modo que lo haría el propietario, que nace de la voluntad de las partes o por ley y se
verifica mediante norma jurídica o contrato erga omnes. El derecho de uso del
inmuebles y de la habitación destaca el Código Civil Venezolano que quien tenga el
uso de un fundo toma de él los frutos que “basten” a sus necesidades y la de su
familia, y el de habitación se ejerce habitando el inmueble con su familia aunque
aumente, ambos derechos se verifican mediante norma jurídica o contrato erga omnes
y se pierden del mismo modo que el usufructo y para ejercerse el derecho de uso y de
habitación debe constituirse caución previa y formal inventario de los muebles, y
descripción del estado de los inmuebles, como en el caso de usufructo; pudiendo
eventualmente la autoridad judicial, dispensar de la obligación de la caución según las
circunstancias.
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Artículo 29: El derecho de exploración y de explotación que se deriva de
la concesión es un derecho real inmueble. El concesionario podrá
enajenar dicho derecho, gravarlo, arrendarlo, sub-arrendarlo, traspasarlo
o celebrar sobre el mismo sub-contrataciones para la explotación,
mediante permiso previo otorgado por el Ministerio de Energía y Minas,
siempre y cuando demuestre efectivamente que la negociación cuya
autorización se solicita, se hará exclusivamente para el eficiente
desarrollo del proyecto de explotación, previamente aprobado este
Ministerio dentro de los lapsos autorizados para la ejecución del mismo.
(Subrayado nuestro)
Las acreencias hipotecarias [deuda que alguien tiene a su favor y que están
garantizadas con hipoteca] pueden ser hipotecadas conforme lo establece el artículo
1.882 del Código Civil Venezolano, lo que significa que son bienes inmuebles en la
medida que las hipotecas tengan por objeto bienes inmuebles.
A diferencia de los bienes inmuebles en los que las acreencias hipotecarias son
susceptibles de hipoteca, la norma en comento, establece que no son susceptibles de
hipoteca el derecho de hipoteca mobiliaria; incluyendo en la lista de excepciones
mobiliarias susceptibles de ser hipotecados los siguientes bienes muebles:
La referida norma jurídica establece que las garantías sobre naves, serán objeto
de una Ley especial, que en nuestro caso se regulan en la Ley de Comercio Marítimo,
el cual establece en el artículo 130 que los buques [construidos o en construcción]
pueden ser objeto de hipoteca naval, siempre que se encuentren inscritos en el
Registro Naval Venezolano, y se constituye mediante su inscripción en el Registro
Naval Venezolano, el cual no podrá ser oponible a terceros hasta que no se haya
practicado dicha inscripción, siendo necesaria la inscripción de los actos y contratos
en cuya virtud se modifiquen o extingan.
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Ejecución de la Hipoteca.
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Disposiciones Procesales según el Código de Procediendo Civil Venezolano.
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Ahora bien, la norma prevé escenarios que denominamos alternancias en los
que las partes procesales pueden verse encaminados en la búsqueda de la verdad y en
defensa de sus intereses o, para el caso del Juez, cumplimiento de sus funciones y
autos para mejor proveer. En este sentido, pasamos a explicar que la norma procesal
civil establece que la hipoteca se ejecuta para pagar una cantidad en dinero [moneda
de curso legal en Venezuela] respecto de la obligación del deudor a favor del
acreedor; es entonces que nacida la obligación de pagar y cancelar la obligación en
cabeza del deudor hipotecario y con ella la obligación accesoria de ejecución sobre el
inmueble hipotecado, tenemos que:
1º. El acreedor:
a. Presentará al Tribunal competente el documento registrado constitutivo de
la misma.
b. Indicará el monto del crédito con los accesorios que estén garantizados por
ella.
c. Indicará el tercero poseedor de la finca hipotecada, si tal fuere el caso.
d. Presentará copia certificada expedida por el Registrador correspondiente
de los gravámenes y enajenaciones de que hubiere podido ser objeto la
finca hipotecada con posterioridad al establecimiento de la hipoteca cuya
ejecución se solicita.
2º. El Juez:
a. Podrá excluir de la solicitud de ejecución los accesorios que no estuvieren
expresamente cubiertos con la hipoteca.
b. Examinará cuidadosamente si están llenos los extremos siguientes:
i. Si el documento constitutivo de la hipoteca está registrado en la
jurisdicción donde esté situado el inmueble.
ii. Si las obligaciones que ella garantiza son líquidas de plazo
vencido, y no ha transcurrido el lapso de la prescripción.
iii. Si las obligaciones no se encuentran sujetas a condiciones u otras
modalidades.
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c. Si el Juez encuentra llenos los extremos legales antes exigidos decretará
inmediatamente la prohibición de enajenar y gravar el inmueble
hipotecado.
d. Lo notificará inmediatamente al Registrador del lugar donde esté situado
el inmueble o los inmuebles, [caso excepcional Buques construidos o en
construcción] para que no protocolice ningún documento en que de alguna
manera se pretenda enajenarlos o gravarlos, insertando en su oficio los
datos sobre situación y linderos que constaren en la petición.
e. Acordará la intimación del deudor y del tercero poseedor para que paguen
dentro de tres días, apercibidos de ejecución.
f. Si de los recaudos presentados al Juez destaca la existencia de un tercero
poseedor y el solicitante no lo hubiere indicado, el Juez procederá de
oficio a intimarlo.
3º. El acreedor [eventualmente el deudor hipotecario]:
a. Podrá apelar el auto del Juez donde se excluya la ejecución determinadas
partidas o no acordándolas.
4º. El Juez, si al 4° dial hábil de intimado el deudor no acredita haber pagado:
a. Procederá al decretar el embargo del inmueble [caso excepcional Buques
construidos o en construcción] si al cuarto día el deudor o el tercero no
acreditan haber pagado la obligación a favor del acreedor.
b. Se trasladará al sitio donde esté situada la cosa objeto del embargo y
procederá a notificar al ejecutado o a cualquier otra persona que se
encuentre en el sitio de la misión del Tribunal.
c. Declarará consumada la desposesión jurídica del ejecutado y entregará la
cosa por inventario al Depositario que nombrará, previamente, levantando
un acta que contenga la descripción de las cosas embargadas y las demás
circunstancias del acto.
5º. El deudor hipotecario o tercero, dentro de los 8 días siguientes a la intimación
más el término de la distancia, suspendiendo el procedimiento de embargo
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decretado por el Juez, puede:
a. Hacer oposición al pago a que se les intima, por los motivos siguientes:
i. La falsedad del documento registrado presentado con la solicitud
de ejecución.
ii. El pago de la obligación cuya ejecución se solicita, siempre que se
consigne junto con el escrito de oposición la prueba escrita del
pago.
iii. La compensación de suma líquida y exigible, a cuyo efecto se
consignará junto con el escrito de oposición la prueba escrita
correspondiente.
iv. La prórroga de la obligación cuyo incumplimiento se exige, a cuyo
efecto se consignará con el escrito de oposición la prueba escrita
de la prórroga.
v. Por disconformidad con el saldo establecido por el acreedor en la
solicitud de ejecución, siempre que se consigne con el escrito de
oposición la prueba escrita en que ella se fundamente.
vi. Cualquiera otra causa de extinción de la hipoteca, de las
establecidas en los artículos l.907 y l.908 del Código Civil
Venezolano.
b. Alegar “cuestiones previas”:
i. Falta de jurisdicción del juez.
ii. La ilegitimidad de la persona del actor.
iii. Ilegitimidad de la persona enviada como representante del
demandado.
iv. Falta de caución y fianza necesaria para proceder al juicio de
embargo.
v. Defecto de forma de la demanda.
vi. La existencia de una condición o plazo pendiente.
vii. La existencia de una condición prejudicial que deba resolverse en
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un proceso distinto.
viii. La cosa juzgada.
ix. La caducidad de la acción establecida en la ley.
x. La prohibición de la ley de admitir la acción propuesta.
6º. El Juez:
a. Examinará cuidadosamente los instrumentos que se le presenten en la
oposición.
b. Si la oposición llena los extremos exigidos anteriores, declarará el
procedimiento abierto a pruebas, y la sustanciación continuará por los
trámites del procedimiento ordinario hasta que deba sacarse a remate el
inmueble hipotecado.
c. Si declarada sin lugar la oposición, se procederá al remate del inmueble
previa a la publicación de un cartel fijando el día y la hora para efectuarlo.
7º. El acreedor:
a. Tiene derecho a que el remate se lleve a cabo y se haga efectivo con su
precio el pago de su acreencia, sin esperar la sentencia definitiva en la
oposición, siempre que dé caución para responder de lo que en definitiva
se declare en favor del deudor o del tercero, en los siguientes términos:
i. Fianza principal y solidaria de empresas de seguro, instituciones
bancarias o establecimientos mercantiles de reconocida solvencia.
ii. Hipoteca de primer grado sobre bienes cuyo justiprecio conste en
los autos.
iii. Prenda sobre bienes o valores.
iv. La consignación de una suma de dinero hasta por la cantidad que
señale el Juez.
8º. El Juez:
a. Responde si la caución que haya aceptado resultare después insuficiente.
b. Dictará sentencia “con lugar” o “sin lugar” la solicitud de ejecución de
hipoteca interpuesta por el acreedor.
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Disposiciones Procesales la Ley de Hipotecas Mobiliaria y Prenda sin
Desplazamiento de Posesión
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A. Las medidas preventivas o ejecutivas decretadas sobre los bienes
hipotecados por reclamación de terceros en el proceso de ejecución de
hipoteca conforme la Ley de Hipoteca Mobiliaria, no afectará la
garantía real pero si dará por vencida la obligación garantizada para ese
tercero que reclama.
B. El hipotecante [deudor hipotecario o demandado] al conocer de la
medida dictada [preventiva o ejecutiva] en proceso judicial alterno
sobre el mismo bien objeto de ejecución hipotecaria conforme la Ley de
Hipoteca Mobiliaria, deberá poner en conocimiento al Juez del proceso
continuo para que éste notifique al acreedor hipotecario de la medida
decretada, con el riesgo de incurrir en las penas establecidas en el
artículo 462 del Código Penal vigente, por el delito de estafa y otros
fraudes en detrimento de una administración pública de una entidad
autónoma en que tenga interés el Estado.
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1º. El acreedor:
a. Interpone demanda conforme los requisitos exigidos por el Código de
Procedimiento Civil.
b. Acompañará la demanda con:
i. Los documentos acreditativos del carácter con que se presente
[actor, beneficiario, representante].
ii. El título o títulos que fundamenten su derecho de crédito.
iii. Certificación registral justificativa de la inscripción y
subsistencia del derecho de hipoteca mobiliaria, expedido
centro de los 15 días consecutivos antes de presentar la
demanda.
2º. El Juez: admitida la demanda.
a. Acuerda intimar [mediante cartel fijado en el local del tribunal y
medio impreso local de mayor circulación] al deudor, al hipotecante
no deudor y al tercer poseedor en su caso para que paguen dentro de
los ocho días siguientes a la notificación.
b. Ordena el secuestro de los bienes hipotecados y su entrega en
“depósito” al acreedor o la persona que éste señale.
c. Si son varios acreedores demandantes cualquiera puede solicitar en
beneficio común el bien en calidad de “depósito” o el Juez acuerda
según su prudente arbitrio a uno de ellos.
d. Si el demandado es un tercero poseedor de la cosa gravada, la
notificación de la intimación se entenderá hecha en la fecha que tenga
materialmente hecho el secuestro.
3º. El Juez, transcurrido 8 días desde la última diligencia hecha para notificar la
intimación sin que se realice el pago o se acredite haberlo hecho:
a. Ordenará, a instancia del acreedor, del deudor, del hipotecante o del
tercer poseedor, la subasta de los bienes hipotecados
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b. Anunciará la fecha del remate con al menos ocho días de antelación
mediante cartel en el domicilio del intimado, en lugar público y en
diario de los de mayor circulación en la localidad sede del Tribunal.
c. El cartel debe expresarse de manera concisa los nombres y apellidos
del actor y del demandado, la descripción de los bienes objeto de
remate y el lugar en que se hallaren, precio que servirá de base para la
subasta, que será precisamente el pactado en el instrumento de
constitución de la hipoteca, y el lugar, día y hora en que se practicará
el remate
d. Oirá solicitud hecha por alguna de las partes que no esté de acuerdo
con el valor dado a los bienes hipotecados a efectos del remate, que la
presente con antelación a la fijación de cartel, para que nombre un
perito que fije en tres audiencias el precio de los bienes, que será la
nueva base del remate.
e. Procederá igualmente a designar un perito en caso que el documento
de constitución de la hipoteca no se hubiere pactado la base del
remate.
4º. El Acreedor:
a. Podrá intervenir como postor en todo el remate sin que requiera
depositar suma alguna; que para los demás postores corresponde
depositar 10% de la base del remate para tomar parte de la subasta.
b. Podrá solicitar, dentro de los tres días siguientes, la adjudicación de
los bienes gravados por dicha suma, en caso que en el primer acto no
se formule propuesta que alcance la suma fijada como base.
5º. El Juez, si el acreedor no hace uso de la facultad otorgada durante y después
de la subasta:
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a. Procederá a realizar, a petición del acreedor, del deudor, del
hipotecante o del tercer poseedor un segundo remate en el que se
tomará por base la mitad de la fijada para el primer remate y que será
anunciado de la manera precedentemente establecida.
b. Si en el segundo remate no hubiese postura que cubra la base, podrán
celebrarse nuevos remates, con base libre, tantas veces como lo
solicitaren las partes interesadas en los mismos.
6º. El rematador [nuevo propietario o el acreedor adjudicado]:
a. Deberá consignar dentro de los tres días siguientes a aquél en que haya
tenido lugar la adjudicación, la diferencia entre el precio y la suma
depositada para tomar parte en el remate.
b. Si el rematador fuese el propio acreedor hipotecario, este consignará
tan sólo la parte en que el precio exceda a su crédito, intereses
asegurados con la hipoteca y cantidad prudencialmente fijada para
costas y gastos.
7º. El Juez:
a. Declarará sin efecto el remate efectuado y, a solicitud de parte,
procederá a celebrar nueva subasta, si en el lapso establecido para que
el rematador o acreedor adjudicado consigne la diferencia indicada no
lo hicieran. El depósito constituido por el rematador no validado
servirá para las costas y gastos judiciales en subastas posteriores, del
crédito, intereses y costas procesales.
b. Si el rematador fuese el mismo acreedor y no consignare, dentro del
plazo señalado, la diferencia que le corresponde, el dueño de los
bienes hipotecados podrá actuar para su cobro como si contra aquél
hubiere sentencia ejecutoriada al respecto.
c. Dictara de oficio auto en el que ordena la cancelación de la hipoteca
mobiliaria, una vez practicado el remate o la adjudicación y
consignado.
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d. Destinará al pago del crédito, intereses, gastos y costas, y el exceso, si
lo hubiere, se entregará a quien corresponda con el precio del remate.
8º. El Acreedor:
a. Conservará su derecho contra el deudor por lo que restare si el precio
del remate no fuese suficiente para cancelar el importe del crédito.
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CONCLUSIONES
Los bienes muebles, excluidos en el Código Civil Venezolano como aptos para ser
hipotecados son regulados por la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de
Posesión del año 1973, quien a su vez se ve invadida para reducir el universo de bienes
muebles hipotecables, por la Ley de Venta con Reserva de Dominio del año 1995 y por la
Ley de Comercio Marítimo del año 2006, que desarrollan en el caso de la primera los bienes
muebles que serán excluidos de la posibilidad de ser hipotecados, y en el caso de la segunda,
que sin ser contemplados en la Ley de Hipoteca Mobiliaria, establece que los buques
construidos o en construcción pueden ser hipotecables.
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REFERENCIAS CONSULTADAS
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