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Lectura desde el Renacimiento (Michel de Lectura en el presente

Montaigne)
En “Proemio al lector”, Montaigne De acuerdo con Barbero, en la actualidad
construye, desde la primera línea, una el aspecto álgido es el desciframiento del
intimidad con el lector. Una intimidad que conocimiento. ¿Qué es conocimiento y qué
ata al fin “privado y familar” que persigue, no en la sociedad de la información?
en tanto consagra su actividad creadora a sus Siguiendo a Barbero, ¿debe seguir
amigos y parientes con el único de fin de que identificándose el espacio de la cultura con
puedan hallar en él los contornos y atisbos de el de las letras y los libros? Está claro que
su alma. Montaigne se desprende de todo el soporte material, el libro, se desplaza
afán egocéntrico, situando a sus textos como dejando cabida a otras formas de acceder a
el reducto a través de los cuales se pinta a sí la información. Sin embargo, es imperativo
mismo. El padre del ensayo se erige, el papel que juega la lectura en cuanto al
entonces, como el contenido de su propio cómo se lee, el “nuevo modo de leer”. La
texto y advierte al lector que la lectura ha de lectura en la actualidad es una práctica
ser más que una actividad intelectual y multimodal. La imagen del Montaigne
académica, un ejercicio de inmersión en lor escribiendo en su castillo ha mutado por el
vericuetos del alma humana. del joven que redacta su diario en su
smartphone, o la del escritor que ahora
En “De los libros”, el filósofo francés asevera almacena sus avances en un documento de
que en sus textos no se hallará ciencia, pues Word. La misma manera en la que se habla
lo que hallare el lector en sus líneas, no será de lo que se lee ha mutado. Las redes
más que su fantasía, el esfuerzo por darse un sociales han hecho proliferar los
rostro en la medida que explora los disímiles encuentros entre autores y lectores, ni qué
elementos y aspectos de la existencia de lo decir de esto en tiempos pandémicos.
que son objeto sus ensayos.
Ahora bien, es necesario señalar que
Ahora bien, Montaigne llama la atención Montaigne, cual Borges, está haciendo un
sobre aspectos de suma relevancia para la ejercicio de lectura y escritura a la vez,
escritura. En primer momento, advierte que pues en la medida en que escribe relata lo
importa más la forma en que trata las cosas, que ha leído en los libros y en el mundo.
que el contenido mismo de lo que dice. No se puede escribir sin leer.
Asimismo, aborda una cuestión relevante
para los ensayos de carácter científico y del El ejercicio de Montaigne es subjetivo,
ensayo crítico que se exige en la educación preñado de ideas sopesadas y ensayadas
universitaria: las citas. Así, el ensayista que no bucan el nivel científico. Sin
francés subraya la necesidad de dejar hablar a embargo, refiere el uso de citas, el manejo
otros cuando su lenguaje es escaso o sus de un espectro de autoridades que le
razonamientos son débiles. En esa vía, permiten darle peso a sus razonamientos. Y
Montaigne privilegia calidad a cantidad en si bien el ensayo de Montaigne dista del
las citas que toma de otros, al igual que la que estamos acostumbrados a hacer en la
autoridad de los nombres que elige para academia, sí es verdad que la cuestión de
configurar sus textos. las citas y el uso de argumentos de
autoridad continúa siendo la constante en
Acto seguido, Montaigne esgrime una la producción intelectual.
cuestión que hace eco en los estudios de la
hermenética, como por ejemplo, Roland En la actualidad, las teorías literarias se
Barthes, en tanto que plantea un ejercicio de centran en el papel que el lector tiene en el
confundir comparaciones, argumentos y desentrañamiento de las significaciones
razones con las suyas. El objetivo, según él que el autor puso en juego en su obra. Es la
mismo, es el de poner una barrera entre el muerte del autor y el nacimiento del lector.
texto y los juicios que emiten los críticos. A La obra no está completa hasta que un
su vez, Montaigne se adelante a las intérprete, inmerso en una semiosos
discusiones suscitadas en lacultural, le dé sentido a lo expuesto. De
contemporaneidad sobre el dilema de original esta manera, el lector es un cazador furtivo
y copia, sobre pastiche, sobre reelaboración, que caza en tierras de distintos climas y
reinterpretación, adaptación… ecosistemas. La lectura se erige en una
práctica variopinta que reclama de un
El azar guía la pluma del ensayista francés, lector crítico que pueda quitarse el velo de
no la búsqueda de la ciencia, pues lo que lo aparente, de lo inmediato.
privilegia es la vida apacible. “En los libros
solo busco entretenimiento agradable”. De “No se puede obligar a nadie a ser feliz”,
ahí que Montaigne dibuje una postura decía Borges, y Montaigne condice, sin
Borgeana en torno a que la lectura es una de embargo, qué sucede, por ejemplo, con los
las formas de la felicidad. “Cuando un libro cánones, quienes indican una serie de
me aburre cojo otro” Dice no roerse las uñas textos que “se deben leer”. La pregunta
ni sumirse en las dificultades de la lectura. debería ser ¿por qué se deben leer? ¿De
Asimismo, privilegia la lectura de los qué manera? ¿Cómo nos hablan hoy? ¿Por
clásicos (Virgilio, Cátulo, Lucrecio y qué esos y no otros?
Horacio) por sobre los actuales, aunque Me permito decir que la escuela como
advierte que lo placen Boccaccio, Rabelais institución educativa y campo donde se
imparte y se transmite el saber; no ha
sabido enseñar el valor cultural y axial
entre otros,
que acarrea la lectura en la formación del
niño. Otorgándole en primera instancia un
espacio temporal propio. El gusto, el goce
de la lectura del que habla Barthes, y la
creatividad se eclipsa por el ejercicio
sistemático de tareas que sólo le dan
celeridad a la apatía temprana de los
jóvenes hacia esta actividad tan bella.
Entonces, los jóvenes deberán aprender a
leer no como una imposición, sino como
un gusto, un goce que permite
experimentar mundos diferentes a este al
cual hemos sido arrojados.
Montaigne adhiere a la necedidad de
volver a los clásicos, pues los modernos
carecen de inventiva o de calidad –al
menos ello es lo que se puede leer entre
líneas- . La ilíada, La Eneida, El Arte de
amar, La Divina Comedia, El Decamerón,
son textos en los que se ha puesto en juego
el corazón y el alma humana. Que a día de
hoy los sigamos leyendo dan a Montaigne
toda credibilidad y previsoriedad.

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