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¿QUÉ ES UN PODER?

Cuando le otorgamos poder a una persona para que realice cualquier actividad
a nombre de nosotros, estamos celebrando un contrato de mandato, y se
entiende por contrato de mandato aquel mediante el cual una persona
encomienda la realización de uno o más negocios a otra persona la cual se
debe hacer cargo de ellos, pero por cuenta y riesgo de quien encomienda la
realización de los negocios.

PODER GENERAL

El poder que ser otorga a un tercero para que nos represente o actúe en
nombre de nosotros, puede ser general o especial, dependiendo del alcance de
los asuntos encargados.

El poder general se conoce también como amplio y suficiente, de manera que


el apoderado queda facultado para representar a su poderdante en cualquier
negocio, o para hacer cualquier negocio.
El poder general por ser amplio y prácticamente indefinido, supone un riesgo
para el poderdante porque el apoderado está facultado para hacer
prácticamente lo que desee, incluso sin el consentimiento del poderdante, o
hasta contra su voluntad.
¿CÓMO SE OTORGA EL PODER GENERAL?
El artículo 74 del código general del proceso, señala que para los efectos
regulados por dicho código el poder general se debe otorgar mediante
escritura pública, y además que:
«Los poderes generales para toda clase de procesos solo podrán conferirse por
escritura pública. El poder especial para uno o varios procesos podrá
conferirse por documento privado. En los poderes especiales los asuntos
deberán estar determinados y claramente identificados.»

Aunque para los demás casos la ley no obligue que el poder sea otorgado
mediante escritura pública, o que sea autenticado, lo recomendable es que sea
ante notario, y de hecho así lo exigen muchas entidades públicas o particulares
Un notario no otorgará una escritura de compraventa si el apoderado de una de
las apartes no allega un poder autenticado.
Para evitar los fraudes el poder debe siempre estar autenticado ante notario
público.
FUNCIONES DEL PODER GENERAL Así, un poder general permite al
apoderado vender, comprar, hipotecar, arrendar, renunciar, transigir, en fin,
tomar cualquier decisión respecto a los negocios del poderdante.

RECOMENDACIONES AL OTORGAR UN PODER.


Cuando se otorga un poder a un tercero, se hace porque se le tiene confianza a
ese tercero, pero en todo caso no hay garantía de que el apoderado cumpla
debidamente con su encargo, o que no se extralimite o lo utilice para defraudar
la buena fe de quien le confirió el poder.
Por ello, lo recomendable es que el poder sea especial, y además esté limitado
en el tiempo. De esta manera en el poder se deja claro qué es lo que le está
permitido hacer el apoderado, y hasta cuándo, situación que debe prever quien
otorga el poder.
Si los negocios son demasiados, incluso se puede pensar en otorgar poder a
distintas personas, una para cada asunto o grupo de asuntos, limitando el
impacto que pueda tener si algún apoderado no hace bien su trabajo.

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