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   Ingeniería del Diseño 
Tomado de: Boccardo, R. (2011); Un modelo de la creatividad desde la perspectiva del
paradigma de la complejidad, una visión sistémica de la creatividad; Universidad Politécnica de
Cataluña; Barcelona; Tesis Doctoral; pp 82-87

Teoría General de Sistemas 
La teoría general de sistemas surge para complementar la visión tradicional de la ciencia que

…ante cualquier sujeto, suceso o circunstancia se actúa en tres etapas sucesivas:

a) Se separa el todo en las partes que lo constituyen.

b) Se estudia el comportamiento de cada parte.

c) Se vuelven a ensamblar todas las partes, que aisladamente ya se han entendido, tratando de
comprender el conjunto (Cos Castillo, 1999: 18-19).

Esta manera de enfocar los problemas da resultado “mientras los eventos observados se
dejaban descomponer en cadenas causales aisladas, o sea, relaciones entre dos o pocas
variables” (Bertalanffy, 1992: 138). La ciencia evolucionó y progresó notablemente con este
enfoque tradicional,

… el progreso alcanzado por estas ciencias se debe, en gran parte, a lo que generalmente se
denomina el enfoque reduccionista, en el cual se estudia un fenómeno complejo a través del
análisis de sus elementos o partes componentes (Johansen, 2004: 17).

Sin embargo, “existen fenómenos que sólo pueden ser explicados tomando en cuenta el todo
que los comprende y del que forman parte a través de su interacción” (Johansen, 2004: 17). En
la búsqueda de un marco referencial que permita el estudio de las partes y el todo que
conforman, surge el concepto de sistema, definido como un conjunto de partes y objetos que
interactúan (Johansen, 2004: 54), o bien como las “relaciones entre objetos o elementos y entre
sus propiedades” (Cos Castillo, 1999: 20), desde esta perspectiva, “el dictum aristotélico, el todo
es más que la suma de las partes, es una definición, aún válida, del problema sistémico
fundamental” (Bertalanffy, 1992: 137), lo que quiere decir que las propiedades y modos de
acción de este “todo” no pueden ser explicadas por la suma de las propiedades o los modos de
acción correspondientes a cada uno de los componentes considerados individualmente.

Es al biólogo Ludwig von Bertalanffy al que se le atribuye la denominación de “teoría general de


sistemas”, llamada a convertirse en un mecanismo de integración entre las ciencias (Cathalifaud
& Osorio, 1998).

Los principios básicos de los sistemas, descritos por la teoría general de sistemas son la sinergia
y la recursividad. Se entiende

 
 

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…que un sistema posee sinergia cuando el examen de una o alguna de sus partes (incluso a
cada una de sus partes) en forma aislada, no puede explicar o predecir la conducta del todo (…)
Esto nos lleva a la conclusión que, para poder explicarnos la conducta global de ese objeto, es
necesario analizar y estudiar todas sus partes y, si logramos establecer las relaciones existentes
entre ellas, podremos predecir la conducta de ese objeto (Johansen, 2004: 35-43).

Es decir, “el comportamiento de cada parte depende del estado de todas las otras, pues todas
se encuentran en una estructura que las interconecta” (Martínez Miguélez, 2001: 89). Y es en
esta interconexión entre las partes donde emergen las características que hacen de un sistema
un todo que significa más que la suma de las partes que lo conforman. Por ejemplo, es posible
acumular todas y cada una de las piezas que conforman un automóvil, pero sólo se podrá tener
un automóvil cuando estas piezas estén dispuestas adecuadamente permitiendo las
interacciones adecuadas entre ellas para conformar el vehículo, de lo contrario se dispone de
un conglomerado de piezas.

La recursividad se entiende por el hecho “…de que un objeto sinergético, un sistema, esté
compuesto de partes con características tales que son a su vez objetos sinergéticos (sistemas)”
(Johansen, 2004: 44). De esta forma se pueden establecer cadenas de sistemas igualmente
interrelacionados bajo la base de este principio, desde lo más pequeño hasta lo más grande,
desde lo más simple hasta lo más complejo. “Observaremos fácilmente que, a medida que
avanzamos de un subsistema a un sistema y a un supersistema (el que a su vez es subsistema
de otro sistema), vamos pasando de estados de organización relativamente simples a estados
de organización más avanzados y completos” (Johansen, 2004: 58). El sistema automóvil está
conformado a su vez por otros sistemas, como el sistema eléctrico, la suspensión, la
transmisión, el sistema de frenos, etc. Así mismo, el automóvil como sistema es un componente
interrelacionado con el sistema de movilidad, de carácter más general.

Entre las propiedades de los sistemas figuran las siguientes:

1. Las características y el comportamiento de cada elemento de un sistema afectan a las


características y el comportamiento de todo el conjunto.
2. La manera en que cada elemento del sistema afecta al conjunto depende, al menos, de las
características y el comportamiento de otro elemento del conjunto. (Los elementos son
interdependientes.)
3. Si se subdividen de cualquier modo los elementos de un sistema, cada subsistema
mantendrá las dos propiedades anteriores en relación al sistema. (Un sistema no puede
dividirse en subsistemas independientes.; Cos Castillo, 1999: 21).

Continuando con el ejemplo anterior del automóvil, cada parte cumple una función en el sistema,
y el comportamiento de cada una de ellas y del sistema como una totalidad, dependerá del
estado de cada una en particular, por ejemplo, una falla en la batería impedirá el arranque del
 

 
 

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motor, que a su vez no podrá proporcionar la energía necesaria para su recarga eléctrica, es
decir, las partes que conforman el todo se encuentran íntimamente relacionadas, afectando el
funcionamiento particular en conjunto del sistema y sus partes.

En su conjunto, estos principios y propiedades básicas establecen la importancia del estudio del
todo interrelacionado con las partes y viceversa, de esta manera, el acercamiento va en ambos
sentidos, del todo hacia las partes y de las partes hacia el todo.

La teoría general de sistemas, propuesta por Bertalanffy, “es un corte horizontal que pasa a
través de todos los diferentes campos del saber humano, para explicar y predecir la conducta
de la realidad” (Johansen, 2004: 14), y proporciona una base epistemológica adecuada para
una mejor comprensión de los fenómenos físicos, biológicos, sociales, culturales… que se
deseen estudiar.

Es posible, y así lo reseña la bibliografía especializada en el tema, clasificar los sistemas de


acuerdo con su existencia en reales y abstractos. Los primeros comprenden “entidades
percibidas o deducidas de la observación, cuya existencia es independiente del observador”
(Johansen, 2004: 151), los sistemas abstractos son sistemas conceptuales conformados por
símbolos que tienen correspondencia con la realidad. En relación con el origen, es posible
clasificar los sistemas en naturales o artificiales. Y en relación con el ambiente o grado de
aislamiento, los sistemas pueden ser cerrados o abiertos de acuerdo con el tipo de intercambio
de materia y energía establecidas con el ambiente que los rodea (Cathalifaud & Osorio, 1998).
Un sistema cerrado es por definición un sistema aislado que no intercambia con el ambiente
exterior a él, por el contrario, un sistema abierto es “aquel sistema que interactúa con su medio,
importando energía, transformando de alguna manera esa energía y finalmente exportando la
energía convertida” (Johansen, 2004: 69-70).

La noción de sistema abierto permite considerar un cierto número de sistemas físicos, entre
ellos los sistemas vivientes, cuya existencia y estructura dependen de un intercambio de masa
y energía, de organización e información con el exterior (Morin, 2001: 43). Todo organismo vivo,
como sistema abierto,

…se mantiene en continua incorporación y eliminación de materia, constituyendo y demoliendo


componentes, sin alcanzar, mientras la vida dure, un estado de equilibrio químico y
termodinámico, sino manteniéndose en un estado llamado uniforme (steady) que difiere de
aquél (Bertalanffy, 1991: 39).

Entre las principales características que presentan los sistemas abiertos se encuentran las
siguientes:

 
 

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 Sinergia o totalidad: los sistemas tienen una identidad propia, como totalidades, dada por
su organización, que no puede reducirse a las propiedades o características de sus
componentes.
 Interrelaciones: las relaciones existentes en los sistemas abiertos ocurren entre sus propios
elementos y el ambiente, comprenden intercambios de energía, materia e información.
 Equifinidad: esta característica se refiere a la capacidad de lograr un mismo fin,
independientemente del camino o del punto de partida.
 Diferenciación: los sistemas abiertos están formados, originalmente, por partes que
potencialmente pueden asumir múltiples funciones. Durante el desarrollo surge, a partir de
la interacción dinámica de los componentes, un cierto orden que impone restricciones y
especializaciones a estas partes del sistema.
 Neguentropía: según la segunda ley de la termodinámica, los sistemas físicos tienden al
equilibrio referido por un nivel máximo de entropía, los sistemas vivos, en cambio, tienden
a conservar su organización en un estado de alta improbabilidad, gracias a su capacidad
de intercambiar energía o importar entropía negativa.
 Crecimiento o finalidad: los sistemas abiertos se caracterizan por transformarse a través de
sus intercambios con el entorno al importar y exportar sustancias, información y energía,
así, el sistema rompe y reconstruye su estructura y sus elementos, pero su organización se
mantiene constante (Moreno, 2002b: 27; Bertalanffy, 1991: 39).

Se puede establecer que los sistemas abiertos poseen los siguientes elementos: corrientes de
entrada, procesos de conversión, corrientes de salida y la comunicación de realimentación que
modifica las instrucciones previas, estableciendo el diagrama básico del sistema, Fig. 1.

Una célula, por ejemplo, que constituye la unidad morfológica, fisiológica y reproductiva de las
plantas y animales, funciona de manera autorregulada; tiene su propio metabolismo; es capaz
de dividirse o autorreproducirse; reacciona a los estímulos externos, intercambia con el exterior
toda suerte de sustancias de una manera selectiva y establece intercambios de información con
las demás células; de esta manera, funciona en coordinación con las demás células del
organismo y puede lograr adaptaciones y mutaciones como respuesta a los estímulos e
informaciones que le llegan, cambios que se entienden como propiedades emergentes de la
célula (Moreno, 2002b: 26).

 
 

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Procesos de conversión
Corrientes  Corrientes 
de entrada de salida

Comunicación de realimentación

Fig 1 Esquema general de los sistemas (elaboración propia)

Bibliografía 
Bertalanffy, L. (1992). Perspectivas en la teoría general de sistemas. Madrid: Alianza. 

Cathalifaud, M. & Osorio, F. (1998). “Introducción a los conceptos básicos de la teoría general de 
sistemas”, en Cinta de Moebio, Revista Electrónica de Epistemología de Ciencias Sociales (3). 

Cos Castillo, M. D. (1999). Teoría general del proyecto. Madrid: Síntesis S.A. 

Johansen, O. (2004). Introducción a la teoría general de sistemas. México: Limusa S.A. 

Martínez Miguélez, M. (2001). Comportamiento humano. México: Trillas. 

Moreno, (2002b). “Tres teorías que dieron origen al pensamiento complejo: sistémica, cibernética 
e información”, en M. A. Velilla, Manual de iniciación pedagógica al pensamiento complejo. 
Bogotá: Corporación para el Desarrollo Complexus, pp. 25‐37. 

Morin, E. (2001). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Gedisa. 

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