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El congreso de Westfalia y sus consecuencias internacionales.

Antecedentes
. Dinastía de los Habsburgo
. Reforma Protestante
Cuestionamiento al aumento de los poderes temporales del papa y su injerencia en asuntos militares y políticos.
Lutero y sus 95 Tesis: Ruptura definitiva con Roma; doctrina del “sacerdocio universal”; independencia de iglesias
nacionales.
Protestantismo que da lugar a guerras religiosas.
. Contrarreforma
Concilio de Trento (1545 - ´62): Creación de nuevas “órdenes religiosas” (Compañía de Jesús); reorganización de la
Inquisición; renovación del Catecismo; publicación del Índice (catálogo de lecturas prohibidas a los católicos con el fin de
frenar la Reforma).
. Paz de Augsburgo (1555)
Se reconoció en Alemania la división entre católicos y luteranos de acuerdo con el credo adoptado por cada príncipe, y
se legitima la secularización de las propiedades eclesiásticas que habían pasado a formar parte de los territorios
luteranos en 1552.
. Reserva Eclesiástica complementaria: Manzana de la discordia de las disputas religiosas.
Se exige que si un gobernante de un territorio eclesiástico (príncipe-obispo) se convertía, perdería sus beneficios de
modo que sus súbditos pudiesen seguir siendo católicos mediante la elección de un nuevo beneficiado.
. Guerra de los Treinta Años (1618 – 1648)
Comienza siendo un conflicto religioso entre protestantes y católicos, que derivó en una lucha por la hegemonía
europea.

Dicho conflicto implicó:


¬ Problemas entre los Habsburgo y sus súbditos rebeldes entre 1618 y 1635.
¬ Un consagramiento de la dinastía reinante en Francia con ambas ramas de la Casa de Austria.
¬ Búsqueda francesa de “fronteras seguras”.
¬ Esfuerzos españoles por proteger sus posesiones al Norte de Italia.
¬ Una segunda fase del proceso de independencia holandés respecto a los Habsburgo españoles, entre 1621 y 1648.
¬ Una rivalidad latente entre Dinamarca y Suecia por el control del Báltico (SUND).

Éste conflicto tuvo cuatro etapas:


_ Fase Palatino-Bohemia (1618-´25)
_ Fase Danesa (1625-´29)
_ Fase Sueca (1630-´35)
_ Fase Francesa (1636-´48) Razón de Estado.

Nota: De todos esos antecedentes, lo más importante evidentemente es la Guerra de los Treinta Años, el resto es complementario
(principalmente Reformas y Augsburgo).
Finalidad y contenido de los Tratados

o Establecer la Paz Europea.


o Equilibrio.
o Reconocimiento de la existencia de diversas unidades políticas -Estados- sobre la base de los principios de
soberanía e igualdad.

^_ ^ El Congreso parte de la idea de una comunidad “internacional” integrada por Estados iguales y soberanos.

Importancia para las Relaciones Internacionales

➢ Consagración de conceptos como Razón de Estado y Equilibrio de Poder.


➢ Juramento religioso pierde validez, se consolida el principio Pacta Sunt Servanda –“lo pactado obliga”-.
➢ Debilitamiento del Papado, libertad confesional.
➢ Incremento de la influencia del “Principio dinástico”.
➢ Nuevo orden europeo basado en el Derecho Internacional Público.

El Sacro Imperio continúa con su anterior estatuto; un emperador alrededor de los 350 Estados, una Dieta dividida en
tres colegios:

1. Ius Territorialis (derecho territorial; soberanía)


2. Ius bellis et pacis (derecho decisorio sobre la guerra y la paz)
3. Ius reformandis (derecho de reforma religiosa)

Consecuencias
Debilitamiento y aislamiento del Sacro Imperio Romano-Germánico:

❖ Por los ajustes o compensaciones territoriales consagrados


. Independencia y garantía de neutralidad de y las Provincias Unidas de Holanda
. Francia obtiene derechos y posesiones imperiales en Alsacia (al este de Francia)
. obtiene el control sobre las desembocaduras de los ríos Oder, Weser y Elba; además de una serie de
territorios en el norte del Imperio (lo que le permite al rey de participar en la Dieta -asamblea de
deliberación- imperial)
❖ Mediante la concesión de una amplia autonomía a los príncipes alemanes y la facultad de adoptar la religión de
su preferencia (Ius reformandis)
❖ Mediante el engrandecimiento territorial de algunos estados protestantes alemanes (como los ducados de
Baviera y Brandemburgo)
❖ Mediante la limitación del poder de decisión, exclusiva del Emperador, a temas importantes.
Para el resto, se requería el consentimiento de la asamblea, formada por los electores y príncipes del Imperio
❖ Mediante la formación de un cordón de Estados tapón en su entorno:
. El Imperio Otomano en el sureste y el sur, que continuaba amenazando la integridad del Sacro Imperio en el
este.
. Polonia en el noreste, como un Estado esencialmente católico, rodeado de estados alemanes protestantes.
Por lo cual, no podía servir de punto de apoyo al Imperio.
. Suecia en el norte, que era uno de los garantes de la Paz de Westfalia, se consolida como potencia protestante
dispuesta a frenar al Imperio.
. Francia y los dos Estados tapón creados -Suiza y las Provincias Unidas de Holanda en el oeste. -

Datos complementarios

➢ Aparece una nueva gran potencia internacional: Suecia en el norte de Europa.


➢ Se resquebraja la autoridad papal en Europa, en la medida en que los feudos eclesiásticos fueron eliminados
y nacionalizados, y por el desmenuzamiento de la unidad religiosa con el ingreso de soberanos protestantes
a la comunidad internacional.
➢ Fin de la hegemonía española por la pérdida de Portugal -unido a España desde 1580- y de parte de los
Países Bajos españoles (actuales Bélgica, Holanda y Luxemburgo), que fueron declarados independientes -
Portugal y las Provincias Unidas de Holanda. –
➢ Comienzo de la hegemonía francesa apoyada en lo establecido en los Tratados de Westfalia (1648) y de los
Pirineos (1659) entre Francia y España, por los cuales Francia obtuvo nuevos territorios tanto en el norte
como en el sur, y en los Tratados del Norte, (Oliva y Copenhague -1660-), entre Suecia y Polonia, en los que
Francia participó como mediador y resultaron favorables a Suecia.

TRATADO DE UTRECHT
(Guerra de Sucesión Española)
Con este Tratado llegaba paz a Europa tras una guerra que abarcó los años 1701-1713.
Aunque se denomina como Tratado de Utrecht, tenemos que tener en cuenta que se trata más bien de una serie de
tratados realizados entre la ciudad holandesa de Utrecht y la ciudad alemana de Rastatt. Fue en ellos donde se decidió
el futuro de la monarquía española y el nuevo mapa político europeo. Por tanto, veremos un cambio en el Imperio
español, pues pasará de ser un Imperio europeo y atlántico, a ser atlántico solamente.

Antecedentes del tratado de Utrecht

El 1 de noviembre de 1700, fallecía el monarca Carlos II de España dejando un trono sin descendencia, generando una
disputa por la línea sucesoria en España entre dos candidatos:

• Felipe de Anjou (nieto de Luis XIV).

• El archiduque Carlos de Austria.

En el testamento aparecía Felipe designado como heredero al trono español, pero el temor de Europa a una alianza
entre España y Francia era demasiado para el resto de los países, por lo que se conformó un bando entre Inglaterra,
Holanda, el Sacro Imperio, Portugal y Saboya para evitar dicha elección. De esta manera comenzaba en Europa la guerra
de sucesión española.

Introducción a la guerra

Durante los siglos XVI y XVII gobernaron en España, los monarcas de la Casa de Habsburgo (austriacos). El último de
estos fue Carlos II, quien murió sin dejar descendencia; aun así, antes de morir cedió los derechos del trono a su sobrino
Felipe, el Duque de Anjou, un nieto del Rey Luis XIV -Borbón-, el poderoso Rey Sol de Francia.

El reinado de un borbón en España rompía el equilibrio geopolítico en Europa. Potencias como Inglaterra, Portugal y
Austria no se resignaban a que Francia tuviese tanta influencia sobre España, y alentaron al archiduque Carlos de
Habsburgo para tomar el poder.
La guerra estalló en 1702 y tuvo varios frentes.
Francia utilizó todos sus recursos para mantener a Felipe V en el trono español.

Después de una década de guerra, la Corona Británica se mostró dispuesta a terminar una guerra que la agotaba
económicamente, y que causaba gran descontento en su población dada la elevación de impuestos que padecía, por ello
firmó en 1711, junto a Francia, los preliminares de paz, en los que reconocía a Felipe V como Rey de España. El
agotamiento de los bandos en conflicto aceleró la firma de la paz definitiva en el mencionado Tratado de Utrecht de
1713.

Acuerdos que generó el Tratado

Inglaterra conserva Menorca y Gibraltar, ocupadas durante la guerra (cedidas por España); Nueva Escocia, la Bahía de
Hudson y Terranova (cedidas por Francia); también la isla de Saint Kitts en el Caribe, el Derecho de Asiento de negros (un
monopolio de treinta años sobre el tráfico de esclavos negros con la América española) y el Navío de Permiso
(concedidos por España).
Portugal obtiene la devolución de la Colonia del Sacramento (Uruguay), ocupada por España durante la guerra.

Austria obtiene los Países Bajos españoles, Milán, Nápoles y la Isla de Cerdeña (cedidos por España). El Archiduque
Carlos de Austria, ahora emperador, renuncia a cualquier reclamación del trono español.

Felipe V obtiene el reconocimiento como Rey de España por parte de todos los países firmantes, en tanto que renuncia
a cualquier derecho de reclamo al trono francés; además, España conserva sus posesiones americanas y asiáticas.

La potencia más beneficiada con este Tratado fue Inglaterra que, además de sus ganancias territoriales, obtuvo
grandes ventajas económicas que le permitieron romper el monopolio comercial de España con sus colonias.
Por otra parte, pudo contener las ambiciones territoriales y dinásticas de los borbones franceses.
A mediados del siglo XVIII, Inglaterra tenía 13 colonias en Norteamérica: Massachusetts, Nueva Hampshire, Rhode
Island, Connecticut, Nueva York, Pensilvania, Nueva Jersey, Delaware, Maryland, Virginia, Carolina del Norte, Carolina
del Sur y Georgia. Pero desde 1764, Londres empezó a presionar a las mismas con mayores impuestos y gravámenes, lo
que desencadenó -entre otros factores- la Guerra de Independencia de Estados Unidos, que tuvo como su máximo líder
a George Washington.

Antecedentes:

Inglaterra había quedado debilitada por la Guerra de los 7 años (1756-1763) que la enfrentó contra Francia y España.
Para salir de la crisis, en 1764 el rey Jorge III implantó el “Sugar Act” (Impuesto al azúcar) y en 1765, el “Stamp Act”
(impuesto al timbre).
Además, en 1773 le otorgó el Monopolio del té a la Compañía inglesa de Indias Orientales. Estas medidas provocaron la
protesta de los colonos de América del Norte (“Boston Tea Party”).

Principales hechos:

En 1774, los colonos se reunieron en el Primer Congreso de Filadelfia. Decidieron mantenerse fieles al Rey,
pero cerraron el comercio con Inglaterra.
El 19 abril de 1775, fueron derrotados por los ingleses en la batalla de Lexington y Concord.

En mayo de 1775, se reunieron en el Segundo Congreso de Filadelfia. Aquí se decidió la guerra contra Inglaterra y se
nombró a George Washington como jefe del ejército patriota.
El 4 de julio de 1776 se firmó la Declaración de Independencia de EE.UU.

El 7 de octubre 1777, los colonos ganaron la batalla de Saratoga y el 19 de octubre de 1781, triunfaron en la decisiva
batalla de Yorktown. El 3 de setiembre de 1783, con la firma de la Paz de Versalles, Inglaterra reconoció la
Independencia de EE.UU.
La Revolución Francesa supuso el mayor cambio político-social que se produjo en Europa a fines del siglo XVIII. La
importancia de esta revolución ideológica trascendió el ámbito nacional francés y sirvió de modelo, de motor de
cambio, en muchos países europeos que vivían oprimidos bajo el yugo de las monarquías de corte absolutista.

La importancia de la Revolución Francesa es vital para comprender la evolución social y política de Europa hasta la
fecha. Es más, hoy en día no podríamos hablar de Estado de Derecho sin los cambios acaecidos en el sistema político y
social de aquellos días.

¿Cuál fue el germen de la Revolución Francesa?


Responder a tal pregunta no es sencillo, pues no hubo una única razón, más bien se sucedieron una serie de factores de
diversa índole (sociales, religiosos, políticos y económicos) que consiguieron que un pueblo acostumbrado a la sumisión
y a las viejas tradiciones feudales, recuperase el sentimiento de individualidad y se alce en armas contra un poder que
no les representaba.

Durante el reinado de Luis XIV (1643-1715), Francia estaba regida por una monarquía de tipo absolutista que tan sólo
regía para una nobleza pomposa y anquilosada -lujosa/extravagante y estancada/paralítica- que acaparaba todo el
poder político y religioso de la nación.
Esta situación se genera como consecuencia directa del antiguo sistema feudal, en el que el monarca se apoyaba en la
nobleza para conquistar y mantener sus territorios mediante el uso de las armas (fuerza).

El rey pagaba la lealtad de sus nobles otorgándoles las tierras que habían conquistado en su nombre, a fin de que las
administrasen y protegiesen. Al hacer esto el rey perdía cada vez más poder y se veía más supeditado -
subordinado/dependiente- al poder nobiliario, pues los títulos eran de carácter hereditario. Así, con el paso de los siglos
tanto en Francia como en el resto de Europa la nobleza acaparó todas las instituciones tanto del Estado como de la
Iglesia.

La situación se agravó en tiempos del Luis XVI por el sobrecoste del mantenimiento de un ejército profesional en
Norteamérica, para defender los intereses franceses frente al avance inglés, y pese a ello el lujo y la “grandeza” de la
corte francesa, continuó menoscabando unas arcas (de dinero) ya empobrecidas.

A lo anterior debemos sumar varios años de malas cosechas que hicieron descender de forma drástica la producción
agrícola y ganadera, creando una situación de pobreza y hambruna en el reino.

Toma de la Bastilla
La solución de la corte a tal situación de crisis fue la menos acertada de todas. Antes de eliminar los privilegios
nobiliarios, se decidió gravar con nuevos impuestos a un pueblo que de por sí ya no tenía qué llevarse a la boca.
La hambruna cayó sobre los campos y ciudades de Francia, y la mortandad se incrementó entre las clases más pobres a
ritmo acelerado, mientras los nobles seguían presionando a un campesinado que no podía dar más de sí.

En medio de este panorama, la nueva clase que se había originado en los últimos tiempos de la Edad Media, la
burguesía, comenzaba a darse cuenta que sólo una sublevación -rebelión- de las clases bajas podría ayudarles a
derrocar a las altas esferas nobiliarias que atesoraban los puestos y cargos que ellos pretendían.

En 1789, ante las constantes protestas y revueltas se convocó a los Estados Generales para alcanzar una solución al
problema. Acudieron a las asambleas deliberantes representantes todas las clases sociales existentes: la nobleza, el
clero y la burguesía, pero no pudo lograrse solución alguna ya que los votos de la nobleza y del clero eran privilegiados,
y por lo tanto siempre se tomaban las decisiones que a estos más les convenía.

El alzamiento popular con la Toma de la Bastilla.

La controversia por tal injusticia se solucionó con un nuevo sistema de conteo más equitativo, y el tercer estamento
pudo tomar el control de la situación, constituyéndose en Asamblea Nacional. Sin embargo, aquello ya no tendría
importancia pues el campesinado, harto de los juegos políticos de la nobleza y la burguesía mientras sus hijos morían de
hambre, se dirigió el 14 de Julio de 1789 hacia el símbolo de la corrupción del estado absolutista, la “Bastilla”.

La Toma de la Bastilla marcó el inicio de la revolución, una revolución que la burguesía supo manipular con maestría en
su propio beneficio, siendo el campesinado quien derramó su sangre por la causa…

Las consecuencias de la Revolución Francesa, el cambio de mentalidad.


Las consecuencias de aquella pugna ideológica contra los modelos tradicionales desembocaron en la destrucción del ya
caducado sistema feudal y de la monarquía absolutista, pero la reestructuración de los cimientos políticos no acabó ahí.
Se redactó y difundió la Declaración de los Derechos del Hombre y los Ciudadanos al mismo tiempo que la Iglesia y el
Estado se disgregaban el uno del otro (Constitución de un Estado aconfesional).

La burguesía, la nueva clase media que pugnaba por los privilegios de la nobleza, acabó por expulsarla de los antiguos
cargos públicos que acaparaban, ampliando aún más su influencia en la política y eliminando los privilegios gratuitos de
los que disfrutaba todo noble por derecho de nacimiento.

En el ámbito ideológico, la razón recupera terreno frente al misticismo, y se redescubren y desarrollan las antiguas ideas
democráticas; al tiempo que se expanden los movimientos de corte nacionalista que desembocarán
con el tiempo en el movimiento descolonizador.
IMPERIO NAPOLEÓNICO
Imperio Napoleónico se denomina al período histórico de Francia, durante la cual Napoleón Bonaparte ejerció como
emperador. Se destaca en la historia europea, por haber sido un período de guerras y anexiones, y por lo que significó (y
significa al día de hoy) Napoleón Bonaparte.

Antecedentes

La Revolución Francesa no había podido satisfacer del todo las necesidades de la población, y el gobierno era considerado
corrupto. En ese esquema, Napoleón Bonaparte, que gozaba de gran prestigio por su éxito como militar, lidera un golpe
de Estado conocido como Golpe del 18 de brumario, destituyendo al Directorio y estableciendo el gobierno de los
Cónsules.

Protagonistas

El protagonismo de este período de la historia recae sin duda en Napoleón Bonaparte, que había sido un exitoso general
de la República, hasta el momento en que destituye al Directorio Ejecutivo. De más está decir, que Francia queda relegada
en un segundo plano por el simple hecho de que era dirigida por este señor, y es pertinente hacer referencia a él.
Causas de la generación del “Imperio Napoleónico”

Luego del golpe de 1799, Napoleón constituye el Gobierno de los Cónsules; y se las ingenia para ser nombrado Cónsul
vitalicio; y durante su primer período como tal, logra incrementar aún más su ya importante apoyo popular.
Aunque ya disponía de amplios poderes, la oportunidad era propicia para aumentar aún más sus privilegios -ambicioso el
loco-.

Desarrollo de los acontecimientos

En 1804 se convoca a un plebiscito, y Napoleón se corona emperador el 2 de diciembre de dicho año.


Bonaparte gestiona una política interna que genera crecimiento económico, y le gana más simpatías. El Imperio inicia
también una época de invasiones y anexiones, impulsada también por la rivalidad que existía con Inglaterra.
La política de anexiones del Imperio, que se manifestaba en invasiones, tuvo repercusiones más allá de Europa. Una de
ellas fue la desestabilización de España, lo que favoreció a los movimientos independentistas de Hispanoamérica.
Pero con el tiempo, el Imperio comenzó a agotarse. El gobierno de Napoleón no tardó en dar muestras de intolerancia,
además del problema que significaban las continuas guerras, tanto en dinero como en vidas. Frecuentes eran las
deserciones de jóvenes en edad militar que se negaban a participar en las campañas de expansión.
La desastrosa invasión de 1812 contra Rusia terminó de derrumbar el prestigio del Emperador. Napoleón tuvo que
renunciar al trono en 1815, y se exilió en Elba, una pequeña isla frente a la costa de Italia.
Los problemas que rápidamente tuvo la Monarquía que le sucedió, hicieron pensar a Napoleón que podría volver a ser
emperador, pero no duró más de cien días en el trono. Perdió en la Batalla de Waterloo (contra británicos, holandeses y
alemanes), teniendo que abdicar definitivamente. He aquí, el fin del Imperio.

Acontecimientos posteriores

Napoleón intentó abdicar en favor de su hijo, pero éste no pudo ascender al trono. Los ingleses exiliaron a Bonaparte a
Santa Elena, una isla en medio del Atlántico, a cientos de kilómetros frente a la costa de África. Allí moriría en 1821.
Muchas ideas de la Revolución Francesa se dispersaron por Europa gracias a la influencia del Imperio Napoleónico.

¿Cómo el Congreso de Viena influyó en la reordenación del mapa político de Europa tras la caída del Imperio
Napoleónico?

El Congreso de Viena fue una conferencia iniciada en el año 1814, la cual buscó restablecer el orden que las
monarquías europeas habían perdido con el expansionismo del Imperio Napoleónico. Gracias a ello, el mapa político
europeo sufrió grandes transformaciones siendo un antecedente de los movimientos revolucionarios del siglo XIX.

CARACTERÍSTICAS
El objetivo del Congreso de Viena fue restaurar el poder y la legitimidad de las monarquías que habían sido derrotadas
por el ejército napoleónico. Para ello, se reorganizó el mapa europeo y se firmó una alianza que buscó proteger el orden
perdido, perpetuando el equilibrio y estabilidad entre las naciones europeas. Esta conferencia es característica del
período conocido como Restauración, que fue experimentado por los países que perdieron el poder monárquico tras el
avance de Napoleón.

El Congreso de Viena fue presidido por el canciller austríaco Von Metternich y contó con la participación de los países
vencedores, entre los que se cuentan, Prusia, Reino Unido, Rusia y Austria. El ministro representante de
Francia, Talleyrand, logró que incluyeran la participación francesa en esta conferencia para el año 1818.

Hubo tres principios que guiaron la política del Congreso de Viena. En primer lugar, la idea de legitimidad de las
monarquías como gobiernos de derecho divino; en segundo lugar, la solidaridad entre los países integrantes para poder
repeler cualquier intento revolucionario que pretendiera derrumbar las monarquías y; por último, el equilibrio que debía
existir entre las cinco potencias participantes, evitando el afán expansionista, característico del Imperio Napoleónico.

Se organizó la Santa Alianza, cuya misión fue la de mantener el orden y la paz europea. Fue conformada por ejércitos
monárquicos y buscó asegurar el poder real a toda costa, incluso se barajó la posibilidad de intervenir los movimientos
revolucionarios independentistas en América, sin embargo, esto no prosperó, sobre todo por la intención inglesa de
mantener un comercio activo con las repúblicas americanas.

Como respuesta a estas pretensiones surge la polémica Doctrina Monroe, en donde el presidente
norteamericano James Monroe, estableció una política exterior que buscaba evitar la intervención europea en territorios
americanos.

CONSECUENCIAS TERRITORIALES
Entre las medidas que se tomaron, se contemplaron compensaciones territoriales y restauraciones de los territorios
que las monarquías habían perdido.

• Se conformó la Confederación Germánica, que incluyó 39 estados, entre ellos Austria y Prusia.
En tanto que a Prusia se le anexionó Westfalia, Sajonia, Polonia y otras provincias del Rin; a Austria se le
anexionó la región de los Balcanes.
• Rusia obtuvo Finlandia, Besarabia y algunos territorios pertenecientes a Polonia.

• Bélgica se integró y conformó el Reino de los Países Bajos.

• Inglaterra se quedó con la isla de Malta, la Colonia del Cabo y Ceilán, asegurándose el control de las rutas
marítimas.

• Suecia incorporó a Noruega en sus territorios.

• El Imperio Otomano conservó el control sobre los pueblos de Europa Suroriental.

Por otra parte, España y Portugal no tuvieron compensaciones territoriales, pero si consiguieron la restauración de las
antiguas monarquías absolutistas.

MEDIDAS POLÍTICAS
El Congreso de Viena también contempló una serie de medidas políticas que apuntaron al éxito de los objetivos. Entre
dichos objetivos destacan:

• Un reglamento que regulaba las actividades diplomáticas en Europa.

• La libertad de navegación en los ríos Rin y Mosa.

• La abolición de la trata de esclavos.

• La mejora de las condiciones de vida de los judíos.

CONSECUENCIAS
Las medidas tomadas en el Congreso de Viena transformaron el mapa político europeo. Esto derivó en fuertes
tensiones con las organizaciones liberales que iban adquiriendo cada vez mayor fuerza en Europa.
La separación de estados que compartían una cultura en común o la fusión entre otros que no lo hacían, provocó
conflictos que exaltarían aún más el incipiente

El gran éxito del Congreso fue lograr la paz y estabilidad en Europa por casi cien años, sin embargo, el precio por ello fue
la pérdida de los derechos y libertades obtenidas con la Revolución Francesa.
Paz y estabilidad/seguridad, a cambio de derechos y libertades…

Causas
Se desarrollaron debido a la conjunción de ciertos factores políticos y económico-sociales. Entre los políticos destacan el
Liberalismo y el Nacionalismo.

El Liberalismo es la doctrina política y económica que se impuso tras la caída del Antiguo Régimen. Ideológicamente, el
pensamiento liberal se inspiraba en las ideas de los filósofos de la Ilustración del siglo XVIII, defendía la supremacía de la
Razón y de la Naturaleza, y se caracterizaba por su tolerancia y respeto a las ideas ajenas.
En términos económicos, el liberalismo defiende la libre iniciativa y el librecambismo, sin intervención del Estado
(laissez faire, laissez passer) “dejar hacer, dejar pasar.”

Particularmente unido al Liberalismo, el Nacionalismo fue otra de las causas ideológicas de las revoluciones que se
enfrentaron a la Europa de la Restauración. Se trata de una doctrina surgida a comienzos del siglo XIX, cuyo origen se
remonta a la Revolución Francesa y al Imperio Napoleónico. Los nacionalistas defendían el derecho de los pueblos a
ejercer el poder soberano sobre el territorio en que viven; es decir, la soberanía nacional frente al derecho dinástico de
los monarcas absolutos.

Tuvieron mayor relevancia y trascendencia que las de 1820. En ellas se entremezclaron reivindicaciones de
carácter nacionalista (Bélgica, Polonia, Italia y Alemania) con intereses de grupos minoritarios burgueses y obreros.

El epicentro de estos movimientos, al igual que en 1789, fue Francia.

Carlos X de Borbón (sucesor de Luis XVIII), había restablecido el absolutismo monárquico. Tras las revueltas de 1830 se
vio obligado a abdicar en la figura de Luis Felipe de Orleans (1830-1848) quien instauró un régimen
político liberal de signo doctrinario (moderado) con sufragio censitario -claaaaaaaaro…-.

Gran parte de estas insurrecciones estuvieron auspiciadas por minorías agrupadas en asociaciones secretas, con
conexiones internacionales de fuerte presencia en la oficialidad del ejército. Su objetivo era realizar una "revolución
universal contra la tiranía". De entre esas asociaciones destacaron la de los masones y sus herederos más activos, los
carbonarios.

Bélgica

Logró independizarse de los Países Bajos (Holanda) a la que había sido unida en 1815 como “Estado Tapón”.
Formó un nuevo estado basado en una monarquía constitucional representada por Leopoldo I.

España

Pasó de un régimen político absolutista a un régimen liberal, iniciándose un período de guerras civiles entre liberales y
absolutistas (Guerras Carlistas).

Polonia, Alemania e Italia

En estos países las revoluciones no tuvieron éxito, fueron aplastadas por los regímenes absolutistas de Rusia, Prusia y
Austria. La mayoría de los liberales y nacionalistas polacos, italianos y alemanes hubieron de exiliarse a otros países,
fundamentalmente a Gran Bretaña y Francia.

La oleada revolucionaria de 1848 se inició -al igual que la de 1830- en Francia, y se extendió por gran parte
de Europa. Es conocida con el nombre de "primavera de los pueblos".

Sus causas fueron:


• La crisis económica desatada en Francia en 1847, como consecuencia de una serie de malas cosechas, en
especial la de patatas que constituían el alimento básico para las clases populares.
La crisis agraria influyó en los sectores industrial y financiero, llevando al paro a muchos obreros.

• La negación de derechos y libertades a importantes sectores de la sociedad francesa: la monarquía de Luis


Felipe de Orleans sólo satisfacía los intereses de la alta burguesía, por lo que, tanto la pequeña burguesía como
el proletariado quedaban política y económicamente desatendidos.

Hay que distinguir entre los sucesos de Francia y el resto de Europa:

Francia
En febrero la insurrección, protagonizada por sectores pequeño-burgueses, obreros y estudiantes forzó la abdicación
de Luis Felipe y la proclamación de la IIª República bajo un régimen de acusado matiz social que implementó las
siguientes medidas: sufragio universal masculino (frente al censitario), libertad de prensa, libertad de
asociación y derecho al trabajo.El gobierno provisional contó por primera vez con miembros socialistas (Louis Blanc) que
implantó la jornada laboral de 10 horas. Además, con el fin de mitigar el paro obrero (más de 100.000 desempleados
solo en el distrito de París) fueron creados los Talleres Nacionales, impulsados desde el Estado, si bien constituyeron un
fracaso y fueron clausurados tras pocos meses de funcionamiento.En junio la revolución se radicalizó y la pequeña
burguesía que había estado del lado de las clases obreras se alió con la alta burguesía. La lucha contra el absolutismo se
transformó en una lucha interclasista entre burgueses y obreros que se saldó con una fuerte represión (más de 1.500
ejecutados).

Tras la aprobación de la Constitución fue nombrado presidente de la República Luis Napoleón Bonaparte, sobrino de
Napoleón, quien en 1852 se proclamó emperador con el nombre de Napoleón III, dando al traste con la mayor parte de
las reivindicaciones revolucionarias e inaugurando el Segundo Imperio francés.

El resto de Europa
Imperio Austríaco
Se produjo la caída y huida de Metternich y el emperador Fernando I hubo de aceptar la formación de una Asamblea
Constituyente. Las reivindicaciones nacionalistas se unieron a las liberales, especialmente en Hungría y Chequia, que
lograron cierta autonomía dentro del Imperio.

Alemania
La revolución en Alemania también tuvo un marcado signo nacionalista. Federico Guillermo IV de Prusia hubo de aceptar
una Constitución de base censitaria.Italia
La revuelta estuvo cargada de significado nacionalista y sirvió -pese a su fracaso- de punto de partida en el proceso de
unificación.

En Nápoles; se implantó una monarquía constitucional que sustituyó al absolutismo; en los Estados Pontificios la
sublevación hizo huir al Papa y se constituyó una república; el reino de Lombardía-Véneto se sublevó contra los
austríacos, y en el reino del Piamonte se creó una monarquía constitucional que se convirtió en el motor de la unidad
italiana.

Balance de las revoluciones de 1848


Aunque las revoluciones de 1848 fracasaron, su experiencia influyó poderosamente en las ideologías obreras
del siglo XIX.
Socialmente

Los distintos grupos que se unieron en los inicios de la revolución, se alejaron luego al defender distintos objetivos:

• Una buena parte de la pequeña burguesía, temerosa de una revolución social, abandonó su alianza con el
proletariado y se unió a la gran burguesía, aunque a lo largo del siglo XIX, las diferencias entre ambas fueron
bien latentes y se materializaron en las luchas políticas entre moderados y radicales.

• El proletariado comenzó a adquirir conciencia de clase y, si bien actuó desorganizadamente, se constituyó como
un movimiento autónomo desgajado/despegado de los intereses burgueses.

• Los campesinos, una vez conseguida su liberación del régimen señorial, se condujeron de forma muy moderada
-perfil bajo- y su objetivo a futuro sería preservar las conquistas conseguidas.

Políticamente

A pesar de ese aparente fracaso, los hechos acontecidos en 1848 supusieron el inicio de una
progresiva democratización (sufragio universal), y la incorporación a la lucha política de la clase trabajadora.

La unificación
Origen
Como en Italia, el sentimiento nacionalista alemán surgió de las fuerzas económicas e intelectuales (historiadores,
poetas, músicos...)

Fichte y Herder
Fueron los teóricos más importantes de este movimiento.
Fichte: Manifestó la necesidad de crear un estado alemán unificado y un imperio único, antecedente del
Pangermanismo:

o Herencia histórica: definidora de la nación

o Predestinación metafísica y biológica de Alemania en el mundo

o Exaltación de la guerra como un hecho inevitable

Zollverein (zoll = aduana, verein = unión)


1834; Unión aduanera que genera la formación de un mercado único y la supresión de una multitud de fronteras.
Fue el primer paso hacia la unificación del país con la exclusión de: Hannover
Ciudades Hanseáticas

Austria
La Zollverein fue la primera victoria prusiana ya que en ella estaban implicados todos los estados alemanes en un
proyecto común, pero Austria quedó excluida.

List: Teórico de la unificación económica. Defendió:

o La necesidad de suprimir las fronteras interiores

o La imposición de tarifas protectoras como medio de fomentación del desarrollo industrial y afrontar la
competencia británica

Mejoras:

o Fomentó la industrialización

o Desarrollo de la red ferroviaria

o Consolidación de una nueva burguesía industrial

o Consolidación de los negocios

Todo esto, fomentó la unidad nacional alemana alrededor de Prusia.

El fracaso del Parlamento de Fráncfort

Durante la revolución de 1848 se crea el parlamento (asamblea formada por los representantes de los diferentes
estados alemanes escogidos por sufragio universal).

En marzo de 1848, se formó una constitución única para todo el país y se ofreció la corona de la nueva Alemania a
Federico Guillermo III, rey de Prusia.

Rápidamente, el parlamento se disolvió; lo que trajo consigo el fin de la vía democrática y parlamentaria hacía la
unificación.

Creación del nuevo Estado mediante:


• Sufragio universal

• Formación del parlamento

• Unidad nacional

La unificación quedó en manos de Prusia. Gracias a:

o Industria

o Ejercito

o Estado bien organizado

Con lo anterior, consolidó su liderazgo dentro de la confederación.

En 1859 se crea el Nationalverein, una Sociedad para la Unidad Nacional.

En 1862, Otto Von Bismarck fue nombrado Canciller por Guillermo V de Prusia.

Otto, de carácter antidemocrático, creía que la unificación alemana:

o NO sería resultado de las decisiones de la mayoría.

o Se conseguiría por la fuerza gracias al “hierro y la sangre”.

o Se conseguiría por la imposición de la fuerza prusiana.

Pensaba que la guerra era el camino para conseguir la unificación... preparó tres guerras posteriormente:

o Dinamarca, 1864: se anexionó los Ducados de Schleswing y Holstein.

o Austria, 1866 (disolución de la Confederación Germánica y formación de la Confederación de Alemania


del norte con 23 estados alemanes).

o Francia, 1870 (acercamiento de los estados del sur a Prusia).

Este Canciller, proclamó en Versalles, la creación del II Reich alemán que tuvo como emperador a Guillermo I de
Alemania.

El nuevo estado tenía sus limitaciones:

o Integró por la fuerza a poblaciones danesas, polacas y francesas.

o No integró a Austria, la cual se encontraba poblada de alemanes.

Esas poblaciones:
. Primeramente, habían sido venecianas, fueron francesas y luego austriacas.
. Posteriormente, fueron independientes, luego francesas y más tarde austriacas.
. Las mencionadas, buscaron la independencia nuevamente; y en Venecia se proclamó la república.
. Las monarquías absolutas austriacas fueron rechazadas como muestra de su oposición (de los pueblos) a una
asamblea democrática de diputados.
. Frustración en la consecución/constitución de la Gran Alemania (un estado que englobará a todas las naciones
alemanas).

Colonialismo e Imperialismo fueron consecuencia del gran capitalismo. El desarrollo de la producción en masa requirió
de crecientes mercados y de fuentes de materias primas. Para obtenerlos, cada potencia industrial trató de asegurar la
posesión de territorio en calidad de colonias, especialmente en el África y en Asia.
A esto se lo cataloga como Colonialismo.

Se denomina Imperialismo a la actividad expansiva de las potencias que habían desarrollado una economía capitalista.
Tal expansión buscaba dominar políticamente nuevos territorios e instalar en ellos capitales de explotación.
Colonialismo e Imperialismo son dos facetas del mismo fenómeno.

Las causas del imperialismo y del capitalismo son variadas, pero la principal es la mencionada más arriba, es decir, la
necesidad de los países, en los cuales se había desarrollado el capitalismo industrial, de disponer de mercados seguros
para la enorme cantidad de bienes que producían y, a su vez, obtener el control de las fuentes de las materias primas
requeridas por la industria, al precio más bajo posible.
En tal sentido, el imperialismo y el colonialismo se explican, en último término, por razones económicas.
Sin embargo, también influían en él razones o causas de tipo político. En efecto, cada potencia industrial requería ser
fuerte militar y políticamente, con el fin de poder mantener el control sobre sus posesiones coloniales, siempre
codiciadas por las otras potencias.
La expansión colonial servía para fortalecer desde el punto de vista geopolítico a la potencia que la practicaba. En base a
esta lógica, durante la segunda mitad del siglo XIX no se podía ser potencia de primer orden sin practicar el colonialismo
y el imperialismo.
Otro de los factores que contribuyó a la expansión colonial e imperialista, aunque de manera muy secundaria, fue el
crecimiento demográfico que experimentó Europa a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Fue así como entre 1870 y
1914 la población del viejo continente paso desde los 300 a los 450 millones. Las clases sociales más modestas, que
experimentaban los problemas señalados más atrás, empezaron a emigrar buscando mejor fortuna en otros
continentes. Esta población, en algunos casos, servirá de punto de apoyo a la expansión colonial.

En el contexto del gran desarrollo económico, científico y tecnológico que experimentó Europa, especialmente durante
la segunda mitad del siglo XIX, se generó un considerable interés por impulsar exploraciones geográficas que
permitiesen “conocer aquellas partes del planeta que permanecían ignoradas” para el europeo. Fue así como se
organizaron innumerables sociedades científicas que impulsaron una serie de viajes de exploración. Las regiones más
visitadas correspondieron a Asia y, especialmente, a Africa, continente del que se conocían únicamente sus costas.
La gran importancia de las exploraciones geográficas citadas, así como también de otras de menor repercusión, radicó
en el hecho de que los exploradores prepararon el camino a las empresas comerciales, a los Estados y a los ejércitos de
los países europeos en proceso de expansión, los que de esta manera veían facilitada su labor de incorporar dichos
territorios como áreas de dominación colonial.

Como producto de la expansión colonial imperialista de los países europeos, se formaron una serie de imperios, algunos
de los cuales, como el británico, venían constituyéndose gradualmente desde hacía un par de siglos atrás.
De entre los más importantes podemos destacar los siguientes:
EL IMPERIO BRITÁNICO Fue el más grande de todos los existentes. Estaba compuesto de posesiones ubicadas en los
más diversos puntos del planeta. En el Asia contemplaba a la India, Afganistán y Birmania, a las que hay que agregar
Malaca y Singapur. Además, los ingleses poseían una serie de privilegios en algunos puertos chinos, como eran los casos
de Cantón, Hong-Kong y Shanghái, con los cuales realizaba un activo comercio.
En el Mediterráneo el Imperio Inglés contaba con una serie de posesiones cuya finalidad principal era servir como
enlace con sus dominios asiáticos, especialmente con la . Para tales fines se procedió a construir el canal de Suez,
inaugurado en 1869. Los puntos de apoyo con que los británicos contaban en el mediterráneo eran, el peñón de
Gibraltar y la isla de Malta. Desde esta última, a través del canal de Suez, era posible la comunicación con Edén, en la
península arábiga y desde allí con la .
Con el objeto de controlar el canal de Suez, los británicos se lanzaron a la conquista de Egipto, desplazando la influencia
francesa que allí era considerable. También se apoderaron de otros territorios con el objetivo de crear un corredor
norte-sur para realizar sus actividades, cosa que no lograron debido a que se lo impidieron otras potencias imperialistas.
En Oceanía el Imperio Británico poseía Nueva Zelanda, y una serie de archipiélagos. En Norteamérica controlaba Canadá;
el Caribe, Jamaica. En Sudamérica, la Guayana Inglesa y las Islas Malvinas.
De tal modo, el Imperio Inglés tenía el carácter universal.

EL IMPERIO FRANCÉS Por su extensión e importancia, se constituyó como segundo imperio, después del inglés. Sus
posesiones se extendían también por diversos continentes.
En África las colonias francesas, en gran medida, se situaban en las costas mediterráneas, como era el caso de Argelia,
Túnez y Marruecos. Igual de importantes eran las posesiones ubicadas en la parte occidental y central del continente,
que incluían a Senegal, Costa de Marfil, Benín y Chad. A ello hay que agregar la isla de Madagascar.
A partir de Napoleón III, Francia comenzó a conquistar territorios en el sudeste asiático. Con el dominio de Annam,
Tomkin y Laos se constituyó la llamada Unión Indochina.
En Oceanía, Francia estableció su dominio sobre una serie de islas, entre las que destaca la de Nueva Caledonia.
En Norteamérica se mantuvo la posesión de ciertas islas en la costa oriental (este) de Canadá. A ellas deben agregarse
algunas colonias menores en el Caribe y en Sudamérica, tales como Haití y la Guyana Francesa.

EL IMPERIO RUSO A diferencia de los dos anteriores, el Imperialismo Ruso se caracterizó por su extensión en territorio
asiático, abarcando a todas aquellas regiones ubicadas al este de los Urales -montes que “dividen” Asia y Europa-. En tal
dirección, llegó a dominar hasta el Pacífico. Luego, tal dominio se extendió hasta el Turquestán Occidental y Pamir -
centro de Asia-.
Una de las constantes de la política de los Zares, era conseguir influencia en los Balcanes -mares adriático, jónico y egeo- y
obtener una salida hacia el mediterráneo. Sin embargo, ello no fue conseguido debido a que aquella región era también
una zona de interés para Austria y otras potencias.

EL IMPERIO BELGA: Abarcó esencialmente la cuenca del Congo, ubicada en el centro de Africa. El status de esta colonia
fue la de Estado Libre bajo la soberanía de la persona del rey belga, pero esto no era más que una ficción jurídica
puesto que el Congo era objeto de una intensa explotación económica. Antes de su muerte, el Rey Leopoldo II traspasó
la propiedad del Congo a manos del pueblo belga.

ALEMANIA E ITALIA: Imperios tardíos. Estas dos naciones entraron con demora en el proceso de expansión colonial
debido a que tuvieron que emplear sus esfuerzos en completar su unificación nacional, la cual, como se ha visto atrás,
culminó recién en 1870. Solo entonces estuvieron en condiciones de empezar su expansión territorial. Sin embargo,
cuando esto ocurrió, la mayor parte de los territorios extra continentales ya habían sido controlado por los imperios
más poderosos. Esto obligó tanto a Alemania como Italia, a efectuar una política exterior agresiva, ya que no podían
declararse satisfechas con el status internacional. Alemania consiguió ocupar territorios en Africa como Eritrea y parte
de la costa de Somalia; después, en 1911, logra arrebatar a los turcos Trípoli y Cirenaica.
Italia obtuvo algunos sectores del norte de Africa.

PORTUGAL Y ESPAÑA: Ambos países se constituyeron como potencias coloniales decadentes. Las posesiones que
lograron retener no eran producto de la expansión de sus economías, sino los restos de sus antiguos imperios
coloniales.
Portugal, pese a todo, consiguió mantener sus dominios sobre Angola y Mozambique, mientras que España perdía los
últimos restos de su imperio americano, Cuba y Puerto Rico, que pasaron a manos de los EE.UU., al igual que Guam y las
Filipinas, después de la guerra hispanoamericana de 1898. En Africa, España mantuvo escasísimas posiciones, entre
ellas, el Sahara Español.

ESTADOS UNIDOS: Sobre todo durante la segunda mitad del siglo XIX, los EE. UU. experimentaron un gran crecimiento
económico y un enorme desarrollo de sus industrias. Esto generó la base para su ulterior expansión, la que en primer
término se gestó dentro del propio continente en dirección al oeste, llegando hasta el Pacífico. Luego, en el norte, el
gobierno norteamericano compró al zar de Rusia el territorio de Alaska (1867). A fines del siglo los EE.UU., imponían su
influencia en el Caribe y Centro América.
Cuba, luego de la guerra hispanoamericana, quedo convertida en una virtual colonia estadounidense, lo mismo que
Puerto Rico y Filipinas. Luego, se dio la anexión de las islas de Hawái y la del Canal de Panamá. La vida económica y, en
cierto modo política de Centroamérica, quedó intervenida por los intereses económicos estadounidenses.

JAPÓN: Se confirmó (como Imperio) durante los últimos años del siglo XIX, luego que el país experimentara un rápido
proceso de industrialización. La esfera de expansión de Japón fue el Asia oriental. Después de una guerra con China, los
japoneses lograron controlar la isla de Formosa (1895). En 1905, después de vencer a Rusia, Japón pudo establecer su
protectorado sobre Corea, dominar Puerto Arturo y la parte sur de la isla de Sajalín.
Dentro de los imperios coloniales, no todas las posesiones tenían el mismo valor ni tampoco cumplían las mismas
funciones. Al menos se pueden señalar los siguientes tipos de colonias:
Colonias de posesión: eran aquellas que servían como puntos de apoyo, ya fuese en el aspecto militar o de las
comunicaciones, colaborando a los fines de la cohesión y la seguridad del respectivo imperio. Ejemplo típico de ello era
la isla de Malta y Edén dentro del imperio británico.
Colonias de Explotación: eran aquellas cuya finalidad consistía en proporcionar distintos tipos de recursos,
principalmente materias primas, a la metrópoli respectiva. Aquí solían instalarse las grandes empresas y explotar los
recursos económicos existentes, utilizando para ello la mano de obra indígena.
Colonias de poblamiento: cuyo rasgo típico consistía en que en ellas se establecía una importante cantidad de personas
proveniente de la metrópoli como habitantes permanentes (migración pura y dura).
Tales eran los casos de Canadá y Australia, por ejemplo.

El desarrollo del colonialismo y del imperialismo trajo consigo una serie de manifestaciones ideológicas típicas. Ellas
constituyeron una forma de justificación y, a la vez, una defensa de la actividad colonialista e imperialista.
Entre los rasgos más importantes de tales expresiones ideológicas sobresalen los siguientes:

➢ Un acentuado nacionalismo, que tendía a colocar a la propia nación por sobre las demás, exagerando sus
virtudes y proclamando la posesión de cierta misión universal.
➢ Una creencia sobre la superioridad del hombre frente a las poblaciones de color, la ideología colonialista
proclamaba la misión civilizadora que supuestamente le correspondía desempeñar al europeo, misión que
presuntamente debía realizarse a través de la constitución de los imperios coloniales.
➢ Un espíritu misionero y evangelizador.

La expansión colonialista e imperialista trajo consigo una serie de conflictos entre los diversos países europeos.
Ellos fueron particularmente graves en lo referente al reparto de Africa.
Con el propósito de establecer criterios comunes sobre estos temas, a fin de evitar choques y tensiones
internacionales que de las expansiones derivaban, el canciller alemán, Otto Von Bismarck, convocó en Berlín a
una conferencia en la cual se establecerían los principios básicos de ocupación del continente negro.
En el fondo, se trataba de fijar las reglas esenciales de su repartición.

La Conferencia estableció los siguientes acuerdos sobre los temas en discusión:


✓ Para reclamar la posesión de un determinado territorio, sería necesario que la potencia reclamante lo
ocupara efectivamente; ni los títulos teóricos ni los derechos históricos serían válidos sin ocupación
efectiva.
✓ La potencia que ocupara una extensión costera, tendría derecho a ocupar el territorio interior.
✓ Los ríos Congo, Níger y Zambeze -sur de África-, quedarían abiertos a la navegación internacional.
La Paz Armada (1870- 1914) Describe al período previo a la Primera Guerra Mundial -comprendido entre 1885 y 1914-.
Fue un momento de intensa carrera armamentista y alianzas militares entre varias naciones que se agruparon en dos
grupos denominados Triple alianza y, la Entente cordiale o Triple entente.

Significado de la Paz Armada

Cuando la Triple Alianza (Alemania, Austria e Italia) ampliaron su capacidad militar, la Entente Cordiale (Rusia,
Francia e Inglaterra) trató de imponerse y alcanzar a sus rivales en el ámbito militar. La industria de armas aumentaría
considerablemente en recursos y además, la producción de nuevas tecnologías para la guerra estaría en ascenso.
Por otra parte, casi todas de Naciones europeas adoptaron el servicio militar obligatorio, para así fomentar el
sentimiento nacionalista.
La persistencia de la tensión entre Estados, tanto para los conflictos internos como para las ambiciones imperiales,
llevaron a muchos Estados a designar gran parte de sus recursos en la inversión de la industria de armamentos y el
fomento del ejército. Esto dio lugar a un complejo sistema de alianzas en el cual las naciones estaban en conflicto, sin
estar en guerra.

Triple Alianza ("Potencias centrales"): Alemania, Austria


(posteriormente se anexa Hungría) y Italia.
Triple Entente Rusia, Francia e Inglaterra.

Causas de la Paz Armada

Después de la guerra franco-prusiana, ningún otro grave


conflicto turbaba la paz en la Europa central y occidental. Sin
embargo, se aglutinaban una serie de factores para que las
potencias europeas iniciaran una vertiginosa carrera
armamentista:

• Aparición de dos grandes -y nuevos- Estados: Alemania


(Unificación Alemana) e Italia (Unificación Italiana).
• Conflictos entre los estados europeos durante la expansión colonial.
• El sentimiento de “nacionalismo romántico” alentado principalmente por Alemania, que ensalzaba la idea de
que cada individuo pertenecía a una nación -"Nacionalismo exacerbado"-.
• La guerra económica en un ambiente liberal, principalmente por Alemania e Inglaterra.
• Un proselitismo -afán- pan-serbio en los Balcanes, y el conflicto entre Austria-Hungría y Rusia por la hegemonía
de los Balcanes, que siempre había sido un importante punto de conflicto por su diversidad, una mezcla de
pueblos, lenguas, religiones, etc. El imperio Austro-húngaro y el Imperio Ruso trataron de aumentar su influencia
en los Balcanes, aprovechándose de la debilidad del Imperio Turco.

Todo esto creó un ambiente belicista, que obligó a las potencias a incrementar sus ejércitos y buscar alianzas para
prevenir futuras agresiones. Así se constituyó la Triple Alianza (1882) y la Triple Entente (1907), las cuales tendrán su
participación activa en la Primera Guerra Mundial (1914).

La Primera Guerra Mundial fue el conflicto armado que estalló en el año 1914, entre las potencias de la Triple Alianza
(Alemania, Imperio Austro-Húngaro, Italia) y la Triple Entente (Inglaterra, Francia y Rusia).
Este segundo bloque fue reforzado por Italia desde 1915 (se dio vuelta la tortilla) y Estados Unidos desde 1917.

La ambición de las potencias imperialistas por controlar las mejores colonias y semicolonias del planeta.
Anhelaban poseer las ricas fuentes de materias primas y buenos mercados para vender sus manufacturas.

Antecedentes inmediatos
El 28 de junio de 1914 fue asesinado el Archiduque Francisco Fernando, heredero del Imperio Austro-Húngaro, cuando
visitaba Sarajevo. El crimen fue cometido por un grupo nacionalista serbio llamado "Mano Negra", enemigo del
expansionismo austriaco en los Balcanes. En represalia, Austria-Hungría le declaró la guerra a Serbia (28-07-1914).
Entonces, Rusia movilizó tropas para ayudar a Serbia, lo que provocó que Alemania le declare la guerra a Rusia (01-08-
1914) y su aliada Francia (03-08-1914). Cuando Alemania ingresó a Bélgica para invadir Francia, Inglaterra le declaró la
guerra (04-08-1914).

Batallas principales
Cuando Alemania invadió Francia, se inició la sanguinaria batalla de Marne (septiembre de 1914). Los franceses
contuvieron a los alemanes, pero estos evitaron replegarse, iniciándose así la cruenta “Guerra de las Trincheras”.
En 1916, los alemanes intentaron tomar la fortaleza de francesa de Verdún, pero también fracasaron. El mismo año,
ingleses y franceses lograron derrotar a los alemanes en la batalla de Somme. En el frente oriental, Alemania atacó a
Rusia y la derrotó en las batallas de Tannemberg y de los Lagos Masurianos. En 1917, los comunistas rusos derrocaron
al Zar Nicolás II y firmaron el tratado Brest-Litovsk restableciendo la paz con Alemania. El retiro de Rusia fue
compensado con la incorporación de Italia y Estados Unidos al bloque de la Entente. En marzo de 1918, Alemania lanzó
una ofensiva en el frente occidental, pero los anglo-franceses los vencieron en la Segunda Batalla de Marne, y con la
ayuda de las tropas estadounidenses hicieron retroceder a los germanos hasta obligarlos a firmar su rendición en el
Armisticio de Compiegne (11 de noviembre de 1918).

El Tratado de Versalles
Entre enero y junio de 1919 se reunieron los representantes de los países que participaron en la guerra. Las potencias
vencedoras impusieron duras condiciones a las naciones derrotadas. Por ejemplo, Alemania tuvo que ceder Alsacia y
Lorena a Francia, y el Imperio Austro-Húngaro se desintegró, dando origen a los estados de Hungría, Checoslovaquia y
Yugoslavia. Además, Alemania quedó obligada a pagar una millonaria indemnización a los vencedores, a limitar el
número de sus soldados y a no fabricar ni importar armamento. Otro acuerdo importante fue la fundación de la
Sociedad de Naciones, organismo internacional que debía garantizar una paz duradera.

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