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Dioses mitos y criaturas de la mitología persa.

Hola a todos, después de mucho tiempo me he vuelto a animar con los temas de mitología y
siguiendo con la saga de temas de diferentes mitologías he decidido que la mitología persa
merecía un hueco en esta saga. Voy a dividir este tema en lo que serán dos partes: la primera
centrada en los dioses de la mitología para conocerlos un poco y entender algunas referencias
que se hagan en la segunda parte que será fundamentalmente de criaturas mitológicas de esta
antigua civilización. Es cierto que la teoría en si puede resultar un poco pesada ya que son
cosas muy complicadas al menos para mí pero lo que me gusta principalmente de estos temas
son las fotos para ver como eran sus representaciones en las mentes de las personas. Sin más
dilación comenzamos y decir que al final del post encontraréis enlaces a las otras partes de la
saga.

DIOSES

AHURA-MAZDA U ORMUZ

Cuando llegó el momento en que debían nacer los hermanos gemelos, Zurvan le prometió a su
primogénito que habría de gobernar el mundo. Ahura Mazda, a quien se le otrogó el don de
conocer el futuro, le dijo esto a su hermano. Entonces Ahriman, con el propósito de salir
primero, mintió diciéndole a su padre: "Soy Ahura Mazda, tu hijo". Pero Zurvan no se dejó
engañar y respondió: Mi hijo es luz y aroma, pero tu eres oscuridad y hedor...entonces Zurvan
comenzó a llorar. Ahura Mazda que por fusión de ambos nombres se redujo a Ormuz, es el
gran dios de los persas, él es el sabio cuyo conocimiento no posee límites: creo el sol, la luna y
las estrellas. Dió el ser a la Buena Mente, que opera dentro del hombre y de toda la creación.
Darío II tenía particular devoción por él. Le llamaba "el más grande de los dioses". Ormuz creó
seis dioses: el primero, autor de la benevolencia, el segundo de la verdad, el tercero de la
justicia, de las riquezas, del placer que acompaña las buenas acciones, etc.

La religión de Ahura-Mazda era la religión de los reyes no la del pueblo, el pueblo adoraba a los
cuatro elementos: luz, agua, tierra y viento.

Dioses, mitos y criaturas de la mitología persa.

AHRIMÁNA

Ahrimána, también llamado Angra Mainya (Agra, Manyú), que significa "Espíritu destructivo" o
"espíritu de las tinieblas y del mal", creó a los demonios lanzando un ataque contra Ahura
Mazda, quien consigue no obstante, rechazarle hasta la oscuridad diciéndole: "Ni nuestros
pensamientos, ni nuestras enseñanzas, ni nuestros planes, ni nuestras creencias, ni nuestras
palabras, ni nuestras almas, están de acuerdo". Pero Ahirman renovó su ataque y travesó el
cielo en forma de fuego abrasador y con él trajo el hambre y la enfermedad, el dolor, el deseo
y la muerte. Luego Ahura Mazda puso un límite al tiempo, atrapando a Ahirman dentro de la
creación. Ahriman trató de escapar de la creación, pero no pudo. Por esa razón, permanecerá
haciendo el mal hasta el final de los tiempos. Ahirmán es la personificación de la duda de
Zurvan, su padre, y corrompe el mundo para crear el pecado y el mal. Corrompe todo lo que
toca y se regocija por ello. Ahrimán era temido por todos los Devas, especialmente por su
semblante siniestro. Era representado por una criatura humanoide y negra, portaba una
armadura completa, y de sus hombros salian serpientes vivas que envenenaban todo aquel
que procuraba ser recto (puro).

El culto a Arimán esta prohibido en todas las tierras civilizadas, y en Persia se persigue sin
piedad a sus adoradores. Sin embargo los ogros y los humanos que le adoran mantienen
altares escondidos en muchos lugares, incluída la propia ciudad de Roma. Algunas tribus orcas
le rinden tributo, pudiendo formar hasta templos mayores. Su principal fortaleza del culto es la
ciudad de Hara Galada situada entre las inexpugnables montañas del Cáucaso.

ANAHITA

Anahita o Anaitis en griego, diosa del agua , de la guerra y personificación del planeta Venus y
cuyo nombre significa "sin mancha", lo que indica su función como La Virgen María para los
cristianos. Era una divinidad adorada por los lidios, los armenios y los persas, que parece
corresponder entre los primeros a Diana, y entre los otros a Venus. Nada importante se
emprendía que no fuese bajo sus auspicios. Se celebraban en su templo las asambleas más
importantes y le estaban consagradas las jóvenes más hermosas, que abandonaban su honor a
los que iban a ofrecerle sacrificios. En su fiesta se reunían los hombres y las mujeres y bebían
hasta embriagarse. Anahita viaja en un carro tirado por los caballos llamados: viento, nubes,
lluvia y granizo.

ARGENK

Célebre gigante que construyó en las montañas de Caf, en el Cáucaso, un túnel o galería
magnífica, donde se guardaban magníficos tesoros en forma de piedras preciosas y estatuas de
oro representando a los primeros ancestrales monarcas orientales con fantásticas figuras que
se adoraban bajo formas extraordinarias: los unos tenían muchas cabezas y muchos brazos; los
ojos estaban con cabezas de elefante, de búfalo, de jabalí, etc. Argenk, ayudado de otros
gigantes, mató a Siamec, hijo de Caiumarat, sabiendo eludir después las persecuciones del
padre de su víctima.

ASMOUG

Nombre de un demonio que, según la tradición de los magos, o discípulos de Zoroastro, es uno
de los principales emisarios de Arimán: Sus funciones son sembrar discordias entre las familias;
promover pleitos entre los vecinos y guerras entre los pueblos

AZER

Padre del fundador de la religión de los gauros o güebros. Según ellos eran franco de origen y
escultor de profesión. Luego que llegó a Babilonia, se casó con una mujer del país llamada
Dogdon; visitada esta mujer por un ángel que Dios le envió, se llenó de una luz celeste y quedó
embarazada. Los astrólogos conocieron, por la inspección de los astros, que el hijo que daría a
luz sería un profeta y daría a luz a una nueva secta. Advirtiendo de ello a Neubrout que
entonces reinaba, mandó este príncipe que se diese muerte a todas las mujeres que se
hallasen en cinta dentro su imperio. Se ejecutó la orden, pero no pudo descubrirse el
embarazo de la madre del futuro profeta, de modo que ella se salvó, y al niño que nació
afortunadamente se le dio el nombre de Ibrahim-Zer-Ateucht.

Después de su nacimiento aparecieron nuevos peligros. Avisado el rey, le hizo traer a su


presencia y, tirando del sable, quiso matarle por sus propias manos; pero apenas iba a
descargar el golpe se le secó repentinamente el brazo. Entonces mandó encender una gran
hoguera e hizo arrojar en ella al niño, que quedó como si descansase en un lecho de rosas. Se
le prepararon otras varias muertes, pero se liberó de ellas por un enjambre de mosquitos que
inundaron todo el reino y de los cuales introduciéndose uno dentro de la oreja del rey le
enfureció y le ocasionó la muerte, Cha-Clo-chtés, sucesor suyo, quiso también usar mil
crueldades contra el niño, pero quedó tan pasmado de los milagros que le vio operar, que le
adoró, como lo hacía ya el pueblo. Después de varios prodigios, el profeta desapareció
trasladándose al cielo, según dicen unos, en cuerpo y alma y según otros, encontró cerca de
Bagdad un féretro de hierro, y habiéndose metido en él fue transportado por los ángeles.
Después que lbrahim-Zer-Ateucht se halló en posesión de la gloria del paraíso, envió Dios por
su conducto siete libros que contenían la verdadera religión, luego otros siete, de la
explicación de los sueños, y finalmente siete de medicina.
Dueño Alejandro del Oriente, mandó quemar los siete primeros porque no había persona que
entendiese su lenguaje y guardó los catorce restantes para su uso particular. Habiendo
acaecido la muerte de este príncipe, algunos doctores gauros restablecieron, según se lo
permitió su memoria, los libros que se habían perdido y compusieron, según se dice, uno
grande que los gauros de hoy día conservan aun, pero que no pueden entender, y del cual
tampoco conocen los caracteres, diferentes el Arabe, el persa y el índico. Este tejido de fábulas
tiene mucha relación con las que los griegos propagaron de Zerdurst o Zoroastro: y este
Ibrahim-Zer-Ateucht parece ser el mismo personaje. También: El Angel del fuego elemental y
de todo lo que se hace con el fuego, según los güebros.

Criaturas

Angra Mainyu

El gran demonio Angra Mainyu vive en la oscuridad del Norte, hogar de todos los demonios, y
es capaz de metamorfosearse en un lagarto, una serpiente o un joven. Encubierto de esta
forma, lucha contra todo lo bueno e intenta atraer a todos, incluso al mismo Zoroastro, hasta
su mundo de oscuridad, mentiras y engaños. En su continua batalla contra el Bien, es apoyado
por una serie de espíritus maléficos. Los más importantes de ellos son Aesma, genio maléfico
de la furia y la maldad, y Azi-Dahaka, monstruo de tres cabezas, seis ojos y tres fauces, cuyo
cuerpo está cubierto de lagartos y escorpiones.

Aesma

Un demonio que probablemente sea el mismo que Asmodeo.

Azi-Dahaka
En el Avesta, Azi-Dahaka es descrito como: …el de las tres fauces, las tres cabezas, los seis ojos,
aquel que tiene mil sentidos, el más poderoso, diabólico Drug, aquel demonio funesto para el
mundo, el Drug más poderoso creado por Angra Mainyu contra el mundo material, para
destruir el reino de los buenos principios.

Azi-Sruvara.

Otro temible dragón era Azi-Sruvara, que devoraba camellos, caballos y hombres..

El Simurg con el joven Rustam.

Otra criatura mitológica que aparece a lo largo de todo el Shahnama o Libro de los Reyes, es el
Simurg. El Simurg, rey de los pájaros es amigo y protector de Rustam, uno de los principales
héroes mitológicos persas. Vive en la cima del macizo de Elbrz y crió al padre de Rustam, Zal.

Senmurv

Entre las criaturas fabulosas se encuentra el Senmurv, un ser mítico que goza de gran
preeminencia. Se sienta en lo más alto del Árbol de Todas las Semillas, y al batir sus alas
esparce esas semillas que , posteriormente son transportadas por la lluvia y el viento y así
distribuidas por toda la Tierra.

Ghoul (**Esta criatura también aparece en la mitología de los pueblos norteamericanos**)

Un gul (también gol, en inglés ghoul y en árabe; ghūl demonio, plural ghilan) es un demonio
necrófago que, según el folklore árabe, habita en lugares inhóspitos o deshabitados y
frecuenta los cementerios. Están clasificados como monstruos no muertos. Los gules profanan
las tumbas y se alimentan de los cadáveres, pero también secuestran niños para devorarlos. La
mención literaria más antigua que menciona a los guilan es Las mil y una noches. Existe
también una variante femenina, llamada ghouleh, traducida a veces como algola.
Descripción

Los Guls están clasificados como monstruos no muertos. Los gules profanan las tumbas y se
alimentan de los cadáveres.

El gul puede cambiar de forma, asumiendo la de una hiena u otro animal del desierto.
Generalmente, intenta desorientar a los viajeros inexpertos que cruzan el desierto, llevándoles
a la muerte. La criatura también caza niños pequeños, bebe sangre, roba monedas y come
carne de cadáveres.

Los puede haber artificiales y naturales, los primeros son generados por trozos de cadaveres y
magia oscura a travez de un ritual efectuado por un Nigromante y los segundos emergen del
infierno.

El gul puede cambiar de forma, asumiendo la de una hiena u otro animal del desierto.
Generalmente, intenta desorientar a los viajeros inexpertos que cruzan el desierto, llevándoles
a la muerte. La criatura también caza niños pequeños, bebe sangre, roba monedas y come
carne de cadáveres.

Karkadann

El karkadann (de Kargadan, en persa: «Señor del desierto») era una criatura mitológica que
habitaba en los llanos cubiertos de hierba de Persia y la India. La palabra kargadan también se
utiliza para referirse al rinoceronte en Persia y Arabia.

Las descripciones del karkadann se pueden encontrar en el arte del norte de la India. Al igual
que un Unicornio se le puede someter ante la presencia de una virgen y se muestra feroz hacia
otros animales. Originalmente estaba basado en el rinoceronte indio y su primera descripción
apareció entre los siglos X y XI. Se convirtió en un animal mitológico a través de la obra de
escritores posteriores como «un sombrío ancestro del rinoceronte dotado de cualidades
extrañas, como un cuerno con cualidades medicinales.»

Una de las primeras descripciones del karkadann proviene del erudito persa Abū Ray; ān al-
Bīrūnī (Al-Biruni, 973-1048). Este erudito lo describió como un animal con «la constitución de
un búfalo; piel negra y escamosa; papada; pezuñas con tres uñas amarillas; su cola no es muy
larga; los ojos están muy bajos, más bajos que los de cualquier otro animal; en la punta de su
nariz hay un cuerno que se dobla hacia arriba.». Un fragmento de Al Biruni conservado en la
obra de otro autor añade algunas características más: «el cuerno es cónico, doblado hacia
atrás apuntando a la cabeza, más largo que un palmo; las orejas del animal sobresalen a los
lados de su cabeza, como las de un burro; y su labio superior tiene forma de dedo, como la
protuberancia al final de la trompa del elefante.» Como se ve en estas dos descripciones está
claro que el rinoceronte indio fue la base para este animal, pero la confusión entre el
rinoceronte y el Unicornio empezó a forjarse desde que los persas usaban la misma palabra,
karkadann, tanto para el rinoceronte como para el mítico equino, y esta confusión queda
patente en las ilustraciones de la criatura.

Después de Al-Biruni otros eruditos persas tomaron su descripción y crearon cada vez
versiones más extravagantes de la bestia debido a la falta de información de primera mano y la
dificultad de la lectura e interpretación del árabe antiguo. El cambio más importante del
karkadann lo sufrió su cuerno. Mientras Al-Biruni lo describió corto y curvo, los escritores
posteriores lo definieron como un cuerno largo y recto, y lo situaron en la frente del animal, en
lugar de la punta de su nariz.

El médico persa Zakariya al-Qazwini es uno de los escritores que a finales del siglo XIII
relacionó el cuerno del karkadann con pócimas y ungüentos en su 'Ajā'ib al-makhlūqāt wa
gharā'ib al-mawjūdāt'. Este autor enumeró algunos de sus efectos beneficiosos: Sostener el
cuerno aliviaba el estreñimiento, podía curar la epilepsia y la cojera. Autores posteriores
también afirmaban que su cuerno podría servir como antídoto de cualquier veneno.

En el siglo XIV, Ibn Battuta, en sus viajes, nombró al rinoceronte que vio en la Inda como
karkadann, y lo describió como una feroz bestia que echaba de su territorio animales tan
grandes como el elefante. Esta es la historia que se cuenta en Las mil y una noches en El
segundo viaje de Simbad el marino.

Elmer Suhr denominó al karkadann como «la versión persa del unicornio». Este nombre
aparece también en bestiarios europeos medievales, como los del Escorial y París, donde el
nombre karkadann aparece al pie de ilustraciones de unicornios.

Mantícora

La mantícora es una criatura mitológica, un tipo de quimera con cabeza humana


(frecuentemente con cuernos), el cuerpo rojo (en ocasiones de un león), y la cola de un dragón
o escorpión, capaz de disparar espinas venenosas para incapacitar o matar a sus presas.
Dependiendo del relato mitológico, su tamaño varía desde el de un león hasta el de un caballo,
y su descripción puede incluir o no la presencia de alas y coraza.

Algunos relatos muestran a la mantícora como un animal muy inteligente capaz de tender
trampas y emboscadas a los hombres, por cuya carne tienen preferencia, aunque otros las
tachan de simples animales salvajes. También hay distinciones en cuanto a su tamaño, siendo
descrito en ocasiones como del tamaño de un león y en otras de la altura de un caballo. Son
territoriales y viven en manada (entre 3 y 12 miembros) y pueden llegar a aliarse con otras
bestias para obtener protección, además de emparejarse de por vida.

La mantícora tienen su origen en la mitología persa, y su nombre significa 'devoradora de


personas'. Aparentemente, la mantícora entró a la mitología griega a través de Ctesias, un
médico griego en la corte del rey Artajerjes II en el siglo IV a.e.c., en su obra Indika ('Historia de
la India'), desaparecida en la antigüedad. Aunque algunos estudiosos como Pausanias dudaban
de la descripción original de Ctesias y atribuían el origen de la mantícora a una descripción
exagerada de tigres indios, Plinio el Viejo consideró esta criatura auténtica y la incluyó en su
influyente Naturalis Historia (c. 77). Posteriormente,Claudio Eliano también introdujo a la
mantícora en su obra De Natura Animalium (IV; 21), obra utilizada como base para la mayoría
de bestiarios europeos durante la Edad Media

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