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Jack Kornfield:

Estabilidad interior ante lo impermanente

¿Qué vemos cuando miramos nuestra


mente? Cambio constante. La mente no
entrenada es como un volante que da vueltas
a pensamientos, emociones, imágenes,
historias, gustos, aversiones y reacciones a
todo esto. Hay un movimiento incesante,
lleno de planes, ideas y recuerdos. Ver esta
corriente de diálogo interno previamente
inconsciente es una de las primeras ideas en la práctica de la
meditación. Se llama “ver la cascada”, experimentar la naturaleza
evanescente de la mente. Sus constantes cambios son como el clima:
hoy llueve, esta noche puede nevar, antes salía el sol. Es húmedo en
primavera, y luego aparece el calor del verano. En otoño surgen los
vientos y se van las hojas, en invierno se forma el hielo. Somos así:
somos parte de la naturaleza.

La meditación de atención plena no está dirigida a crear y mantener


algún estado especial; es aprender a mantener nuestra atención en el
momento presente, encontrando una relación sabia y compasiva con
este cambio orgánico de cuerpo, corazón y mente que somos. Entonces
podemos encarnar esta conciencia amorosa en cada estación. Para que
la mente se vuelva estable, asentada en el momento presente en medio
de tanto cambio, es necesario desarrollar un grado de estabilidad; eso
se llama concentración. La concentración es el arte de calmar y
mantener nuestra atención, como la llama de una vela en un lugar sin
viento. A medida que nos entrenamos para ser conscientes de la
respiración y del cuerpo, podemos ver más claramente y estar más
profundamente presentes. Experimentamos una unidad de nuestro
cuerpo, espíritu y mente. Vivir de esta manera es maravilloso.

Para estabilizar y enfocar la mente se necesita amabilidad y paciencia.


Entrenar la mente en meditación es como entrenar a un cachorro.
Dejamos al cachorro y le decimos: “Siéntate. Quédate quieto”. ¿Qué
hace? Se levanta y corre por ahí. “Quédate quieto”. Se da la vuelta de
nuevo. Veinte veces, “Quédate quieto”. Después de un rato, lentamente,
el cachorro se queda quieto. A través de la práctica, con suavidad y
gradualmente podemos calmarnos y aprender cómo estar más
plenamente donde estamos. Pero recuerda, este acercamiento del
corazón y la mente a lo que hacemos se desarrolla lentamente. Al
principio podemos desanimarnos. Después de intentarlo durante algunos
días, quizás estabilicemos la mente el 10 por ciento del tiempo, y el 90
por ciento vaguemos con el pensamiento. Entonces podríamos juzgarnos
fácilmente como un fracaso. Sin embargo, si miramos bien, nos
daremos cuenta de que cuando comenzamos a meditar, estuvimos
presentes solo el dos por ciento de las veces, ¡y ahora estamos
presentes cinco veces más! Cinco veces más presentes para tocar la
tierra, para sentir la brisa, para mirar a los ojos a los demás, para estar
despiertos a nuestros sentidos. Esto no es una pequeña mejora.

El desarrollo de la concentración constante viene a través del cultivo de


la paz interior. A medida que nuestra habilidad meditativa crece,
aprendemos que la mente no se concentra mediante la tensión y la
lucha, sino mediante el dejar de lado la ansiedad sobre el pasado y el
futuro, relajándonos en el presente. Esto es un proceso natural. A través
de nuestra atención constante y cuidadosa, una y otra vez, la calidad de
nuestra atención comienza a crecer, y la mente se asienta suavemente
en el momento presente.

© 2018 – Jack Kornfield*

Fuente: jackkornfield.com (Traducción al español: Virginia Gawel)


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* Jack Kornfield (n. 1945) es psicólogo y autor de libros referidos a la


Psicología budista, nacido en Estados Unidos. Después de graduarse del
Dartmouth College en Estudios Asiáticos en 1967, Kornfield se unió al Cuerpo
de Paz y fue enviado a Tailandia. Allí se convirtió en monje bajo el reconocido
maestro Ajahn Chah. Kornfield regresó a los Estados Unidos en 1972 y, en
1974 participó en la sesión de fundación de la Universidad Budista Naropa. De
las asociaciones de este período surgió la Sociedad de Meditación Insight,
cofundada en 1975 con Sharon Salzberg y Joseph Goldstein en Barre,
Massachusetts. En 1987, cofundó el Centro Spirit Rock en Woodacre,
California. Kornfield ha capacitado a muchos de los maestros de Vipassana en
América, y ha organizado y dirigido reuniones para maestros budistas junto
con el Dalai Lama a nivel mundial. Formado con un doctorado en psicología
clínica del Instituto Saybrook, Kornfield ha escrito extensamente, consistiendo
su obra en un puente entre la psicología oriental y la occidental.

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