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El Canto Primal Integrativo (Primal Singing Integrative™ ) consiste en ser capaces de conectar con
nuestras emociones a través de la voz, romper las barreras de los miedos y corazas que no nos dejan
expresarnos como somos y nos aíslan de nuestro ser auténtico.
Al mismo tiempo esta práctica tiene la facultad de facilitar en la persona que lo practica la
integración de emociones que a menudo pueden ser difíciles de expresar o encontrarse poco
accesibles a la consciencia. Ejercitándonos de manera no verbal y progresiva es posible crear una vía
de acceso que ponga en contacto al cantante primal con aspectos muy íntimos de su persona en un
entorno seguro.
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Desde pequeño sentía la necesidad de hacer un canto que era diferente a lo que comúnmente se
escuchaba. Dicho canto hacía que me sintiera más en contacto conmigo mismo e integrado en la
naturaleza. Sabía perfectamente que a los demás les sonaba raro, extraño, pero yo sentía que me
liberaba de tensiones en el pecho y en la garganta, y me desahogaba la respiración. También
percibía que se abría un espacio de divertimento, de alegría, de sosiego y euforizante. Sabía que no
cantaba ni decía nada en concreto y, al mismo tiempo, lo podía expresar todo. Las emociones y los
sentimientos salían con ese canto y, al final, me quedaba en un estado de relajación, de paz, con la
sensación de acercamiento al eje de mi conciencia.
A lo largo de los años he experimentado la evolución de ese canto, permitiendo que el cuerpo físico
sintonizara con él y entrara en vibración. A veces surge una especie de jadeo y de sonidos
inarticulados que me liberan de las tensiones musculares, serenando mi mente. Como el cuerpo se
abandona y suelta todo aquello que le estorba, se produce una liberación física y mental,
acompañada de una sensación de serenidad inhabitual.
Fue en el año 1990, cuando por primera vez conocí a un psicólogo que hacía canto interno, era el
francés Michel Katzeff, autor de Psicología de los Chacras. Había estado en Norteamérica con un
grupo de indios recibiendo la transmisión del canto interno. Me senté en el suelo frente a él, me
tendió sus manos para que las estrechara y me invitó a cantar, yo dejé salir mi propio canto interno
ayudado por él. Esa fue mi primera experiencia de canto interno inducida por otra persona.
Trabajo con pacientes.
Cuando en 1995 me atreví a emplear la técnica de lo que yo empecé a llamar Canto y Diálogo Primal
con algunos de mis pacientes, me di cuenta que era una herramienta poderosa, gracias a la cual,
podíamos entrar en las emociones y en el Inconsciente y expandir la conciencia. Los movimientos
energéticos que se producían facilitaban la descarga de las tensiones, rompiendo las barreras de las
defensas, lo que facilitaba el proceso del paciente de hablar de sí mismo.
Por otro lado, se eliminaban energías negativas en los planos físico, psicológico, emocional y sutil.
Descubrí que era una herramienta sencilla y, a la vez, profunda, que facilitaba el proceso
psicoterapéutico.
No es necesario tener un buen oído musical ni unas cuerdas vocales especiales. Cualquier persona
puede hacerlo, tan sólo tiene que romper la inhibición que le produce el miedo, la vergüenza y la
desvalorización; la negatividad y programas tóxicos de la infancia y adolescencia que inhibieron
nuestra capacidad natural de cantar “tú no sabes cantar”, “no tienes voz”, “lo haces muy mal”,
“cállate”, “desentonas”, así docenas de programas intoxicantes.
Podemos experimentar con distintas posiciones de abertura de la boca y los labios, puntos de
articulación de los sonidos, con sonidos graves y agudos, sonidos de animales, etc. El cuerpo puede
sintonizar con el sonido y moverse con él.
Se canta sin forzar la emisión del sonido, permitiendo que éste fluya y se expanda, llegando a la
sensación de que “ello canta”, “ello fluye”, uno es cantado. El río del canto lleva al unísono la
respiración, la voz, el cuerpo y la conciencia.
Los sonidos cantan nuestra historia personal mediante la intensidad, el tono, el timbre y la clave;
poniendo voz a las experiencias y movilizando su energía transformadora. Para ello nos damos
permiso para que emerja en nuestra conciencia algún contenido de nuestra historia biográfica o
señales que descienden en cada instante. Ese contenido que emerge se vivirá como positivo o
negativo, expansivo o constrictivo y al cantarlo, podrá se puede vivenciar aquella experiencia como
si se estuviera viviendo en el presente, asimilándola y aceptándola, logrando disminuir la carga
psicoemocional del inconsciente. Curiosamente, hay un predominio muy elevado de las experiencias
positivas sobre las negativas. El Canto Primal nos desvela el diamante que va en cada uno de
nosotros, reluciendo en sus múltiples facetas. Así, la luz emerge por sobre la oscuridad
Toda persona puede hacer Canto o Diálogo Primal de su experiencia vital, dejando salir el sonido,
que “cante” en el presente esa experiencia del pasado, de este modo, la experiencia original sé ira
trasformando, así como el canto. A lo largo de la experiencia emergerán sentimientos, emociones y
contenidos psicológicos que transformaran el Canto Primal.
Es importante “dejarse” cantar y dejarse fluir, porque esto significa romper defensas y entrar en el
río subterráneo y en lo profundo de uno mismo, experimentando la libertad de expresión.
Efectos psicoterapéuticos
El Canto Primal es un instrumento poderoso para desbloquear nudos energéticos. Nos permite
traspasar nuestra historia personal, liberándonos de los conflictos psicológicos, de las emociones
malsanas, posibilitándonos la entrada en el océano de la expansión de la conciencia, saliendo de
nuestro punto de encaje ordinario, para entrar en un nivel de comprensión mayor de la existencia.
Canto o Dialogo. La experiencia que ponemos en acción tiene efectos diferentes cuando la cantamos
o dialogamos mediante lo primal o cuando la expresamos con un lenguaje conceptual. Al cantar o
dialogar una experiencia desde lo primal, nos separamos de lo conceptual, para acercarnos más a lo
intuitivo. Este Canto Primal surge de lo profundo, la consciencia observa el flujo del río de los
sonidos, las emociones y experiencias más allá de lo mental.
El Canto Primal puede llevarnos a un estado de catarsis de las emociones, momentos muy
importantes del proceso psicoterapéutico a los cuales hay que abrirse sin temor, pues son muy
liberadores. El psicólogo o el psicoterapeuta, deberá manejar esos estados convenientemente. Ante
todo, acompañará al paciente dándole confianza, comprendiendo los estados por los que atraviesa
e, incluso, cantando con él el sufrimiento y la alegría por los que pasa. Cantar los aspectos negativos,
la neurosis de uno mismo, es abrir una vieja herida, para liberarnos de las cargas negativas y
ascender a estados expandidos de la consciencia.
Podemos cantar todo tipo de sentimientos y de emociones: alegría, euforia, rabia, odio, agresividad,
etc., para trasformarlas.
También podemos cantar los elementos de la naturaleza: viento, fuego, aire, agua, mar, árboles,
montañas, sonido y canto de los animales, ya que dentro de nosotros están las cualidades de todos
los animales, aunque alguna de ellas predomine más que otra.
He decidido sacar a la luz mediante artículos, talleres, conferencias y recitales este canto, por
considerarlo de gran utilidad para todos. Comprender su dimensión terapéutica es abrirse a una
forma natural y ancestral de curación.
Este tipo de trabajo del Canto Primal puede incorporarse a muchos y diversos enfoques
psicoterapéuticos, especialmente en aquellos que trabajan con el cuerpo, las emociones y los
bloqueos energéticos.
Desde el punto de vista de la Biogestalt este canto permite que el cuerpo vibre mediante el sonido y
la respiración y la persona conecta con sus emociones, induciendo una vibración energética
generalizada por todo el cuerpo. Esto hace que la persona entre en un estado de catarsis y tome
mayor consciencia de ciertos aspectos de su historia personal y se relaje profundamente.
Desde la Gestalt podemos trabajar mediante varios ejercicios el “Aquí y el Ahora” gracias a este
canto; por ejemplo, el ejercicio de la famosa “silla fría, silla caliente”, en donde el paciente entabla
un diálogo consigo mismo al cambiar de posición en las sillas.
Existen otros muchos ejercicios, como cantar el nombre de uno del grupo de formas diferentes,
cantar una palabra que con persistencia se nos presenta en primer plano de la consciencia, cantar en
grupo uno de los nombres de los participantes, o cantar al mismo tiempo el nombre de todos.
El canto se puede plasmar sobre papel mediante la pintura, en donde se proyectan imágenes,
sensaciones y emociones que el Canto Primal ha evocado.
Por otro lado, el Canto Primal es, en sí mismo, un modo de meditación natural.
Exploración de la neurosis
Empleo del Canto Primal desde la “silla caliente y la silla fría” (Gestalt)
Si permitimos que el canto “se haga” más que hacerlo, facilitará la apertura de la voz
Posicionamiento de la voz
Cantar a los centros del ser humano: intelectual, emocional, corporal, institual y danzar los chakras