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Los manipuladores cotidianos son esas personas que pasan por nuestra vida

imponiéndonos su visión del mundo y su forma de hacer y sentir. Esos individuos que se
aprovechan de una relación estrecha y afectuosa para satisfacer sus necesidades, sin
importarle en absoluto los sentimientos de la otra persona.

La libertad interior, es lo más valioso que poseemos, es la eficacia que poseemos en la


tarea de dirigir nuestra propia vida, hacernos responsables de ella y no dejarnos dominar por
el egoísmo de otros. Por lo tanto, tendremos que estar alerta para rechazar  cualquier
intento de arrebatarnos el derecho de ser nosotros mismos.

Si alguien te aprecia debe quererte por lo que eres y no por lo que la otra persona quieres
que seas, sin violar tu identidad personal,  sin actuar, pensar o hablar como otro desee,
porque dejarás de ser libre y estarás expuesto a la manipulación

Qué es la Manipulación Psicológica.

Se refiere a un amplio rango de tácticas psicológicas que una persona ejerce sobre otra con
el fin  de controlar su libertad, su conducta, sus sentimientos y sus pensamientos llegando
así a desestabilizar a la persona con el objetivo de que esté al servicio de sus propias
necesidades a través del control de  su propio  comportamiento, emociones o decisiones. Es
decir, la manipulación psicológica es el control mental que ejerce una persona sobre otra
persona o grupo, utilizando técnicas de persuasión o sugestión mental mediante un
comportamiento egoísta o malintencionado por parte del manipulador, que en casos
extremos, puede incluso llegar al lavado de cerebro o aquellas conductas que conducen al
suicidio.

¿Dónde puede darse la manipulación?

La manipulación puede darse en cualquier tipo de relación interpersonal. Puede darse en el


plano profesional, conyugal, familiar, relaciones de amistad, medios de comunicación, etc.

La familia constituye un área de manipulación muy típica: la pareja, los hijos,  los padres,
parientes políticos.

Otra área típica donde nos podemos sentir avasallados, manipulados o controlados es el
trabajo.

¿Cómo es un manipulador?

Un manipulador es un egoísta.  Es toda persona que usa a los demás para alcanzar sus
deseos. Es un lobo con piel de cordero, que emplea  el miedo, la obligación y el sentimiento
de culpa para lograr que hagas lo que el quiere en vez de lo que tú deseas. A través de
estos instrumentos que utilizan: el miedo, la obligación y la culpa, las personas
manipuladoras, nos pueden generar un temor que nos impide confrontarlos, nos hacen
sentir obligados a ceder y culpables si no lo hacemos. Ven a los demás como marionetas en
sus manos y, cuando las personas no responden a los hilos invisibles que ellos mueven,
pasan a las amenazas.

El manipulador es alguien que quiere obtener algo a toda costa y que hace todo posible para
alcanzar su meta. Sin embargo,  las formas que utiliza  pueden hacer que parezca que en
ningún momento hace nada malo, sino que simplemente quiere obtener lo mejor del  otro.
Sus modos son ingenios muy eficaces que ejercen control y poder sobre lo ajeno. Es
complicado tomar conciencia de lo que está ocurriendo  realmente  pero inconscientemente
hacen que uno se venga abajo y que ceda ante la manipulación .El resultado es que la
persona se descubre a si misma haciendo cosas que  no quiere hacer, solo por agradar a
otra persona; estos sentimientos nos demuestran que lo que está pasando de verdad es que
estamos renunciando a nuestros principios y valores y que estamos satisfaciendo los
principios y valores de otra persona, dejando los nuestros a un lado.

¿Cómo va evolucionando la manipulación?

En un principio podemos encontrarnos la manipulación como algo sutil, a veces incluso


imperceptible, basado en el deseo de salirse con la suya a propia costa y en la inseguridad
de la persona que la lleva a la práctica.

Cuando la manipulación es insuficiente se recurre al chantaje emocional: Hacer sentir


miedo, culpa o vergüenza, y ejercer un grado variable de poder sobre esa persona. Si el
chantaje tampoco funciona, empieza a plantearse la posibilidad de emplear la agresión física

¿Qué hace un manipulador para controlar a su víctima?

El investigador Braiker identificó distintas maneras en que los manipuladores


controlan a sus víctimas:

Reforzamiento positivo: alabanza, encanto superficial, simpatía superficial


(lágrimas de cocodrilo), disculpas excesivas, ofrecer dinero, ofrecer aprobación,
regalos, atención, expresiones faciales como sonrisa o risa forzada y reconocimiento
público.

Refuerzo negativo: implica eliminar una situación negativa como recompensa.


Ejemplo: no tendrás que hacer tu tarea si me permites hacerte esto.

Refuerzo intermitente: el refuerzo intermitente puede crear un clima de temor y


duda. Se crea dando a veces reforzadores positivos y otras no. El reforzamiento
positivo intermitente puede alentar a la víctima a persistir. Por ejemplo, en los juegos
el jugador gana dinero de vez en cuando pero en general lo pierde.

Castigo: incluye molestar, gritar, mostrar silencios, la intimidación, amenazas,


insultos, el chantaje emocional, culpar, mal humor, llanto…

Características de personalidad de un manipulador.

Las personas manipuladoras, suelen ser sumamente inseguras, a pesar de que tratan de
demostrar todo lo contrario. Sus temores al cambio, a la pérdida, al rechazo o al desgaste
del poder, son encubiertos por actitudes egoístas y dominantes.

La inseguridad del manipulador hace que emplee técnicas para resolver sus problemas
basadas en la agresividad activa o pasiva. Este individuo tiene un importante déficit de
habilidades sociales, especialmente en el plano de la conducta asertiva, que le lleva a
emplear primero medios sutiles para conseguir que los demás hagan lo que él quiere, y
después cada vez más agresivos pudiendo llegar hasta la violencia.

Les falta confianza en ellos mismos. Aparentan una autoestima de la que carecen. Se
sienten incómodos en todo tipo de relaciones, así que proyectan en los otros esa
inseguridad y la compensan intentando hacer ver que sólo ellos son los que tienen la
verdad.

Tienen baja tolerancia a  la frustración. Cada vez que la persona manipuladora experimenta
situaciones de riesgo o que ponen en cuestionamiento su poder, se dispara su potencial
manipulador.

Muestran intolerancia, crítica destructiva e incluso agresividad física y verbal cuando su


posición parece verse amenazada.

Tienen un deseo casi compulsivo de enterarse de todo para que la situación no se les
escape de su control.

Sienten miedo ante la evaluación social. Necesitan dar una buena imagen. La inseguridad
les lleva a ser muy temerosos en sus relaciones sociales. Aunque aparenten todo lo
contrario, tienen un miedo atroz a la evaluación y se ponen nerviosísimos cuando se
encuentran en un medio social amplio y puede ser descubierto su carácter manipulador.
Características de la persona manipulada.

No exite un perfil de personalidad propio de las personas fácilmente manipulables, pero sí


dos tipos de rasgos que lo propician: por evitación o pasivo-dependientes. Quienes tengan
rasgos que se aproximen deben cuidarse de ser manipulados.

El evitador (de coflictos, de enfrentamientos de opiniones, por ejemplo):

1. Tiene un intenso sentimiento de incompetencia personal.

2. Dependen de la aprobación de los demás.

3. Son hipersensibles a las críticas.

4. Les duele terriblemente el rechazo.

 El pasivo-dependiente

1. Tiene necesidad excesiva de ser cuidado.

2. No sabe lo que desea o necesita.

3. No está en contacto con su mundo interno.

4. Teme al abandono, a la separación, a la soledad.

5. Tiene dificultad para expresar desacuerdo por miedo a perder el apoyo o aprobación.

6. Presenta comportamientos sumisos.

7. Es inseguro de sí mismo, pesimista, tiende a minimizar sus valores.

 8. Prefieren adaptarse a los demás, aunque esto signifique ponerse en sus manos y perder
autonomía.

¿Cómo nos sentimos cuando estamos siendo manipulados?

Cuando somos manipulados, experimentamos una serie de emociones muy negativas.


Podemos  sentimos :  Avergonzado; Herido; Culpable; Enfadado; Débil;  Deprimido
;Frustrado; Ignorado; Triste; Impotente; Autocompasivo; Desvalido; Agitado; Asustado;
Resentido; Víctima
¿Se puede enfermar a causa de un manipulador?

Se puede enfermar. Ya que el manipulador llega a cosificar a su víctima, esta persona


pierde su voluntad y empieza a sentir y pensar en función del manipulador. Cuando caes en
esta trampa y no puedes salir, corres el riesgo de enfermar, ya que la víctima se transforma
en una marioneta a merced del poder del manipulador, lo cual es un factor estresante muy
poderoso y fuerte.

Por eso es muy importante que estemos atentos que esto no es un juego, sino una cuestión
de salud mental y emocional. Algunos  trastornos que son causados por manipulación:

Disminución de Autoestima;  Depresión; Insomnio; Trastornos digestivos ;Contracturas


musculares; Neurodermatitis ;Trastornos Sexuales ; Cardiopatias. Taquicardias; Gastritis por
estrés; Enfermedades inflamatorias intestinales

¿Cómo podemos reconocer a un manipulador?

Existen señales de alarma ante la presencia de un manipulador. Por ejemplo cuando


observamos que una persona:

Jamás reconoce sus errores. No admite críticas de ningún tipo.

Carece de empatía. No tienen en cuenta las necesidades, demandas y deseos de los otros
aunque proclamen lo contrario.

Es muy permisiva consigo misma y muy intolerante con los demás. Ellos creen que las
reglas están para que las cumplan los otros.

Sus demandas son imperativas.

Es muy eficaz en lograr sus fines a costa de otras personas.

Critica constantemente a todos y a todo de manera sutil o abierta.

Es egocéntrico/a.

Es generalmente impredecible. Nunca se sabe qué es lo que le enfada y cómo actuará en


consecuencia.

Puede ser muy celosa/o y controlador/a.

Tiende a acusar a la persona vulnerable de sus defectos o errores.

Algunos utilizan la seducción en forma de halagos o regalos otros seducen a través de una
imagen de seguridad o protección.
Culpan constantemente a los demás. Suelen sembrar cizaña.

¿Cómo puedo detectar si estoy siendo manipulado?

El detectar al manipulador es el  primer paso para recuperar  la libertad y no vivir con


ansiedad y angustia.

Lo primero que hay que hacer para saber si estás siendo manipulado es:

Parándote a pensar qué es lo que se estás sintiendo en presencia de esa persona. Si


sientes culpa, miedo, inseguridad, asco, vergüenza, probablemente es que estás siendo
manipulada/o.

Otra forma de saberlo es preguntándote si lo que estás haciendo en ese preciso momento
es lo que quieres hacer, si esto no es así es que te estás saltando tus principios por alguien.
Detecta quien es ese alguien y ahí tendrás a tu manipulador.

Cuando observas que esta persona se comunica contigo de una forma imprecisa para no
sentirse atrapado ni descubierto y está demostrando siempre su autoridad y su poder.

Cuando te das cuenta de que no tiene en cuenta tus derechos, ni tus necesidades ni tus
deseos, sino que impone sutilmente los suyos

 ¿Se puede sobrevivir a la convivencia con un manipulador?

Por supuesto. Lo  primero que hay que entender principalmente es que no va a cambiar.
Aquí es conveniente elaborar un duelo por no alcanzar una relación ideal con él. En función
de la gravedad de la manipulación será conveniente valorar la posibilidad de alejarse de esa
persona.  Si no es posible el alejamiento, hay que lograr decirle  "basta ya" y aunque sigas
bajo el radio de influencia del manipulador, cortarle el poder. Es decirle  “Te descubrí”,
“Hagas lo que hagas y digas lo que digas ya no me afecta”.

Afortunadamente, a día de hoy, los profesionales de la Psicología pueden ofrecer apoyo y


orientación a todo el que se encuentre atravesando por este desapacible proceso.

Métodos de autoprotección ante un manipulador

Si se detecta una conducta manipuladora, hay que ponerle los frenos.

Deja de explicar al manipulador los detalles de tu vida que pueda utilizar contra ti.

No respondas a sus requerimientos poco claros. Hazle concretar.

Niégate a ser su intermediario para controlar a otras personas.


Reacciona con prudencia a sus adulaciones, no te las creas del todo.

Aprende técnicas asertivas como, por ejemplo, el "banco de niebla", que te permite observar
la manipulación respondiendo con indiferencia.

Y si es tu pareja la que manipula, cómo detectarla?

No te mira cuando le hablas. Sigue con lo que estaba haciendo o símplemente mirando la
televisión. Te da la espalda y sigue caminando. Si le confrontas con su actitud, dice que eres
muy susceptible y que te estaba escuchando.

Te escucha pero no interviene, ni con palabras ni gestos. Te da la impresión de que estás


hablando solo. De repente te interrumpe para cambiar de tema.

Cuando comentas o le preguntas algo se va por las ramas. Puede que te haga creer que no
te sabes explicar, pero es más probable que se esté escaqueando porque no sabe la
respuesta.

Te pide algo en circunstancias imposibles, lo cual te hace sentir incapaz una vez más.

Utiliza un lenguaje opaco o demasiado técnico o simplemente no se puede descifrar, y,


hagas lo que hagas, nunca consigues dar en el clavo aparentemente, o al menos
contentarle con lo que le dices o haces.

¿Se puede prevenir la manipulación?

Existe una serie de requisitos emocionales que puedes entrenar a diario para prevenir la
manipulación y convertirte en una persona autónoma.

Escúchate a ti mismo. Presta atención a las señales de tu cuerpo, aunque no entiendas muy
bien qué significan, fíate de ellas. No te desautorices. Observa e interpreta. Aprende a
conocerte.

No des más crédito a las opiniones de los demás que a tus propias impresiones.

Entrénate en desobedecer. O, en todo caso, utiliza la obediencia crítica, no la obediencia


ciega o automática. Reflexiona y aprende a decir que no cuando sea necesario.

Aprende a vivir centrado en ti mismo. Deja de estar pendiente de las opiniones y


necesidades ajenas.

Fuera la culpa y autoexigencias de disponibilidad. Empieza a pensar que no eres egoísta o


una mala persona sólo porque no te "entregues" siempre al cien por cien.
Sé valiente. Para tolerar el vacío social, el abandono o la oposición del manipulador cuando
no respondas con una actitud sumisa.

Controla tus emociones. Aprende a contenerlas (sin descargarlas, reprimirlas ni inhibirlas),


mientras decides cómo utilizarlas.

Sé receptivo. Aprende a escuchar, abre los ojos. Comprende lo que hay más allá de las
palabras de la persona que te controla.

Sé asertivo. Practica los cuatro pasos básicos de una respuesta asertiva, que te permite
defender tus derechos sin agredir:

Observa y define claramente cómo te manipulan.

Expresa objetiva y honestamente lo que sientes o has sentido ante esa manipulación.

Responde por qué sientes o reaccionas así.

No pretendas cambiarle. Eres tú quien tendrás que cambiar tu modo de comunicación con el
manipulador.

Autora: Teresa Vallejo Laso

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