capacidad para oír en algún lugar del aparato auditivo. La discapacidad auditiva la podemos entender como la falta, disminución o pérdida de la capacidad para oír en algún lugar del aparato auditivo y no se aprecia porque carece de características física que la evidencien. Sus causas pueden ser congénita, hereditaria o genética, siendo ésta, la más importante y poco previsible; también se adquiere por problemas de partos anormales, causa fetal o materna; por otitis media y meningitis bacteriana, que producen un deterioro paulatino de la audición o por ruidos de alta intensidad. Desde luego, quienes viven con esta condición enfrentan graves problemas para desenvolverse en la sociedad, porque es difícil detectar una fuente sonora, identificar un sonido, seguir una conversación y sobre todo comprender. La discapacidad auditiva tiene efectos importantes en las etapas tempranas de la vida de una niña o un niño porque afecta su pensamiento, habla, lenguaje, conducta, desarrollo social y emocional, así como su desempeño escolar y laboral. Por ello, es importante que como sociedad estemos atentos para detectar en etapas tempranas de la vida de un menor, si escucha o no, porque de lo contrario no podrá desarrollar un lenguaje que le permita comunicarse con quienes le rodean. ¿Qué es la Discapacidad Motriz? Constituye una alteración de la capacidad del movimiento que afecta, en distinto nivel, las funciones de desplazamiento, manipulación o respiración. Ocurre cuando hay alteración en músculos, huesos o articulaciones, o bien cuando hay daño en el cerebro que afecta el área motriz y que le impide a la persona moverse de forma adecuada o realizar movimientos finos con precisión. La discapacidad motriz se clasifica en los siguientes trastornos: 1. Trastornos físicos periféricos: afectan huesos, articulaciones, extremidades y músculos. Se presentan desde el nacimiento, o bien, son consecuencias de enfermedades en la infancia. Algunos accidentes o lesiones en la espalda dañan la médula espinal e interrumpen la comunicación de las extremidades (brazos y piernas) hacia el cerebro y viceversa. 2. Trastornos neurológicos: significan el daño originado en el área del cerebro (corteza motora cerebral) encargada de procesar y enviar la información de movimiento al resto del cuerpo. Origina dificultades en el movimiento, y en el uso, sensaciones y control de ciertas partes del cuerpo. Los más comunes son la parálisis cerebral, los traumatismos craneoencefálicos y los tumores localizados en el cerebro. EJEMPLOS: Parálisis cerebral (PC) Se caracteriza por las alteraciones del tono muscular, la postura y la movilidad en el niño, debido a una lesión encefálica en la etapa prenatal o durante la infancia. La sintomatología puede ser muy diferente. Hay niños con PC cuyas dificultades motrices son leves y otros que padecen síntomas asociados como movimientos involuntarios repetitivos, problemas auditivos o del lenguaje. Según la extensión y localización de la afectación podemos distinguir: monoplejía, hemiplejía, paraplejia o tetraplejia. Existe la falsa creencia de asociar la PC con bajo desarrollo intelectual. Sin embargo, hay casos de PC donde las facultades intelectuales del niño no están afectadas. Además, el hecho de que la lesión sea crónica tampoco significa que no pueda realizar progresos en sus funciones motoras. Espina bífida Es una anomalía congénita de la columna vertebral que provoca una parálisis por debajo de la lesión, falta de sensibilidad y/o una malformación en algún miembro inferior. En algunos casos el niño padece hidrocefalia: un factor de riesgo para sufrir discapacidad intelectual. Si no es así o está controlada, no afectará en gran medida a su desarrollo cognitivo y aprendizaje. Miopatía o distrofia muscular progresiva Esta discapacidad motora se caracteriza por la pérdida de fuerza por una degeneración muscular progresiva a lo largo de los primeros años de vida del niño. Ataxia Este término engloba a las dificultades del niño para mantener el equilibrio, la postura y el control del movimiento voluntario por una disfunción, principalmente, en el cerebelo. Derivados de traumatismos craneoencefálicos También pueden generar lesiones del encéfalo que derivan en problemas motores, emocionales o dificultades en el lenguaje y la memoria. A veces las habilidades afectadas pueden recuperarse por completo, en otros casos —dada la gravedad del traumatismo— las secuelas son permanentes.