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1 1. DESACUERDOS Y ENFRENTAMIENTOS
POLÍTICOS (1810-1828)
Carlos S. A. Segreti
Los PRINCIPIOS BÁSICOS los confines del Virreinato del Río de la Pla
ta. Y, por supuesto, moviéndose en un mar
LA TOMA DEL PODER de confusiones, de situaciones problemáticas
en su definición, propias de la época de cri
La confirmación oficial de las noticias sis, también están quienes quieren mantener
que anunciaban la disolución de la Iunta Su la situación existente. A pesar de lo limitado
prema de España e Indias se esperaba con del escenario, las soluciones, meditadas o
verdadera ansiedad y se tiene en Buenos Ai impuestas bajo la vigencia de la coyuntura,
res el 17 de mayo de 1810. Ella pone en mo son varias. De todos esos grupos —más me
vimiento a quienes, desde hace tiempo y a la nos consolidados, unos; sin conformación
sombra de la crisis del gobierno colonial, só externa, otros- interesa el que tiene por fin
lo esperan el momento oportuno para ac la independencia republicana, que es el que
tuar. Pero no todos tienen por meta el mis habrá de imponerse y triunfar definitiva
mo objetivo ni los une igual o parecido pro mente. La complejidad del cuadro se agudi
cedimiento. Unos sentirían colmados sus de za cuando se piensa en la vasta extensión te
seos si lograsen, dentro del Imperio Hispa rritorial desigualmente poblada por comu
noindiano, una modernización del vínculo nidades entretenidas en hallar solución a los
colonial y una mejora en la administración respectivos problemas locales y poco acos
local. Pero otros piensan —para tomar sólo tumbradas a visualizar los generales que, en
las posiciones extremas- en una nítida rup oportunidades, parecieran no existir o que
tura con España y con el Rey también. La son de difícil determinación. Hacer Patria
mayoría de la población acompaña a éstos; será tarea insoslayable de la Revolución en
unos, por haberlo meditado y los más, por marcha.
sentimiento inconsciente pero explicable del A partir de aquella fecha antes señalada,
lazo afectivo y magnético que los une a la todo entra en ebullición en Buenos Aires, sin
madre tierra. Esto es, a lo que en la época se que esta verdad importe afirmar participación
llama patria. Claro que en éstos de lo que se activa mayoritaria por la muy sencilla razón
trata es de crear una Patria omnicomprensi de que esto se conseguirá con el paso del tiem
va que alcance, en todas direcciones, hasta po. La Revolución también lleva implícita esta 349
LA DIMENSIÓN PoLmcA
tarea que habrá de chocar con la herencia re siempre imaginados o esperados. Y en medio
cibida, con la falta cierta de educación cívica y del cúmulo de tareas —porque es necesario
con los intereses particulares que se sentirán atender a la organización política, reestruc
lesionados. turar lo social y reacomodar lo económico
Dos son los ámbitos que los grupos esco según lo vaya posibilitando la variable co
gerán como respectivos escenarios de acción yuntura inmediata y la estructura recibida—,
para prevalecer en el poder, pero sin que deba hacer frente a una desgastante guerra que
entenderse que existe idea de exclusividad; el consume las contadas disponibilidades que
grupo revolucionario se desempeñará en am debieran ser empleadas en la solución de
bos. Uno es el cabildo abierto; otro, la plaza. aquellos problemas. Todo esto habrá de su
En aquél se desenvuelven las ideas reacciona ministrar materia para la persistencia y mo
rias, las reformistas y las revolucionarias; en la dificación de las facciones y para la aparición
plaza sólo tienen cabida las últimas, como la de otras nuevas.
que se impone el 25 de mayo de 1810 al lograr El hecho de que los sucesivos gobiemos de
que se acepte la lista de los integrantes de la la Revolución no declaren la Independencia
nueva junta de gobierno o Primera Iunta Pa hasta el 9 de julio de 1816 crea una situación
tria. Todo parece indicar que esos nombres muy particular: ninguna medida —se entiende
importan una transacción entre las distintas de las de entidad- es tomada con carácter de
facciones revolucionarias, pero también re finitivo; todo es provisorio menos la guerra
presentan a las actividades más importantes contra el godo. Así aparece lo que se puede de
de la sociedad (abogados, militares, burócra nominar el período del provisoriato. Y como el
tas, comerciantes, clero); de todos modos, la peso de las grandes monarquías europeas jue
marcha de la Revolución producirá una espe ga su papel de contención en cuanto a procla
cie de polarización que, es necesario advertir mar la forma republicana de gobierno, la de
lo, no será absoluta. /
nominada máscara de la monarquía hace su
obligada aparición desde antes de la instala
LOS PROBLEMAS POR RESOLVER ción de la Iunta —en plena conspiración hasta
1820-. Lo cierto es que ni lo uno ni la otra
Instalada la Iunta en el poder, son varios -provisoriato y máscara de la monarquía- im
los problemas de grave resolución a que tie piden que en la realidad de los hechos se bus
ne que hacer frente. Unos hacen al orden in que definir problemas que son preocupación
terior; otros, al externo, hecho que significa generalizada y que dan nacimiento a alianzas
que es el gobierno de un Estado soberano in como a lacerantes enfrentamientos. Tanto que
dependiente aunque haya jurado por sobera algtmas veces cuesta percibir con claridad la
no a Fernando VII y no declare la Indepen causa común que entrelaza las esperanzas de
dencia de España y de aquél. Existen algunos la mayoría en un destino común.
que son de resolución más o menos próxi Si bien se mira, los problemas a resolver
ma; otros que se prolongarán en el tiempo serán, en buena medida, los de siempre en to
más de lo que hubiera sido de desear. Pero da sociedad política y, por cierto, los propios
350 también se presentarán otros nuevos no de los tiempos fundacionales.
DESACUERDOS Y ENFRENTAMIENTOS POLÍ'l'lCOS (1810-182 8)
historia señalan muy nítidamente la significa esta personalidad se afirmará más cuando ca
ción política de cada uno; por ellos hubo de da porteño crea -y no sin motivos- que su ciu
sacuerdos y enfrentamientos. Bien se puede dad se ha transformado en el antemural de
afirmar que el drama argentino está presente América por el rechazo del atacante inglés en
en cada denominación usada. 1806-1807. El éxito de las armas le confiere a
Buenos Aires -y, por lo tanto, a sus habitantes
PROVINCIANOS Y PORTEÑOS la sensación de una seguridad en sí misma sin
posibilidad de discusión; casi se podría decir
Para fines del siglo XVIII, la rivalidad entre que se siente superior a la misma metrópoli
provincianos y porteños es una realidad con que no fue capaz de arbitrar las oportunas me
historia. Comenzó a fines del siglo XVI como didas de seguridad y que la obligó a irnprovi
una manifestación más de las características sarlas. Y si -irnprovisación de por medio- ha
que afirman a una ciudad frente a otra dentro bía logrado concretar tal hazaña, qué no podrá
de, preferentemente, cada una de las grandes realizar mediante una acción previamente me
divisiones de entonces; esto es, de las goberna ditada. Así se autodimensiona el porteño por
ciones. Pero con el crecimiento de Buenos Ai sobre los demás. Y esto con la consiguiente ca
res y del Litoral frente al Interior, que se mani racterística: que la calificada autodimensión la
fiesta especialmente desde el último tercio del extiende a todo cuanto es posible imaginar. La
siglo XVIII, la rivalidad entre provincianos y asimilación interior de tal convencimiento lo
porteños se define sin que desaparezca la de lleva a adoptar posiciones y posturas -incons
los provincianos entre sí, agudizada por la ins cientes en buena parte, lo que da la medida de
tauración del ordenamiento intendencia]. In hasta dónde las ha internalizado- que provo
dudablemente, la política metropolitana para can reacciones condignas. Esta actitud en as
esta región del Imperio Hispanoindiano favo censo hace que, al promediar la tercera década
rece el crecimiento antes anotado y, en espe del siglo XIX, un notorio hijo de Buenos Aires
cial, el de Buenos Aires; la política metropoli pueda reconocer públicamente —aunque como
tana, sin duda ningtma, pero también las pre político exagere la realidad a la medida de su
ferencias de las potencias adversarias de Espa ocasional conveniencia- que el porteño es re
ña por los géneros y frutos que ofrece Buenos chazado en las provincias de manera tal que
Aires, en especial los metales preciosos que, “para transitar [por ellas] tenía uno que negar
aunque no los produce, tienen salida por su su patria y no iba con seguridad si no lo hacía
puerto. La importancia de éste es de tal inten o, cuando menos, había que guardar silencio a
sidad como para que su nombre se imponga al los epítetos degradantes con que se les trataba”.
de la ciudad. Además, las guerras internacio Si es posible discutir que Buenos Aires sea
nales que irnpedirán el paso de los “retornos" a -por lo menos con exclusividad- la iniciadora
España permitirán su inversión en Buenos Ai de la marcha hacia la toma del poder, no cabe
res, con positivas consecuencias para el habi duda que le corresponde su efectivización con
tante de la ciudad que, así, adquiere —cons éxito el 25 de mayo de 1810. Pero tampoco se
ciente e inconscientemente, según su naturale puede poner en duda que, al dar ese paso, no
za y condición— una personalidad particular. Y haya pensado en que sería acompañada por
DESACUERDOS Y ENFRENTAMIENTOS POLÍTICOS (1810-1828)
los pueblos que componen hasta ese momen los inconvenientes que deben sortearse y que,
to el Virreinato del Río de la Plata. Si inmedia necesariamente, dificultan la adopción de me
tamente se preocupa por destacar expedicio didas urgentes. Para peor, si cada pueblo está
nes militares no es para que marchen contra representado por un diputado, Buenos Aires
aquellos sino contra las autoridades godas. Es lo es por la Primera Iunta in totum. La mejor.
to no quiere desconocer, bajo ningún concep prueba de que cada diputado y la Primera
to, alguna reacción de sentido opuesto susten Iunta asesoran los asuntos de la respectiva ju
tada en la oposición entre provincianos y por risdicción está dada por el hecho siguiente: só
teños. Por otra parte, la extensión territorial lo los integrantes de ésta eligen al remplazan
por abarcar conspira de manera especial con te del secretario Moreno. El lamentable pri
tra una respuesta uniforme, por mucho que se mer golpe de Estado —de abril de 1811- tiene
aspire que así sea. como objetivo provocar cambios dentro del
No es posible, por razones de espacio, seno de la Primera Iunta -se separa a los
marcar con detalle el camino por donde se miembros que no responden a Saavedra- pe
deslizan -sordamente en oportunidades, con ro bajo ningún concepto a diputados de los
énfasis en otras, pero siempre permanentes en pueblos que forman la Iunta Grande y que
sus altibajos a través del tiempo- las diferen han demostrado su disconformidad con el
cias entre provincianos y porteños. El gobier presidente de ésta que lo es, como se sabe,
no de la Primera Iunta es visto como una también de aquélla. Es que el pueblo de Bue
oportunidad esperanzada, por lo que aquella nos Aires -al que se lo usa como telón de fon
realidad se presenta como desvaída; sin em do en las infaustas jornadas de abril- carece de
bargo, no puede decirse que suceda lo mismo facultades y de jurisdicción para producir mo
en su última etapa. En efecto, la discusión in dificaciones en la representación de las ciuda
troducida casi de improviso sobre si los dipu des. Es ésta una motivación formal ya que no
tados de los pueblos (ciudades) deben incor de convencimiento que, sin embargo, en la
porarse al gobierno —no a la Primera Iunta- o oportunidad importa afirmar la idea de respe
aguardar a que se haga presente la mayoría de to por las jurisdicciones. A esta altura, el go
los que faltan para inaugurar el congreso, real bierno nacional tiene más de una prueba de la
za el consabido problema. Es bien conocido reacción de los pueblos entre sí y de todos
que el triunfo pertenece a quienes sostienen lo contra Buenos Aires.
primero; los representantes de los pueblos se Dichas reacciones, si bien en la mayoría de
rán —a partir del 19 de diciembre, fecha de in los casos no adquieren gravedad, se procuran
corporación al gobierno- responsables de la paliar con el decreto del lO de febrero de 1811,
conducción nacional integrando ese órgano que establece juntas principales y subordina
híbrido que se llama Iunta Grande. Cada di das; aquéllas en las capitales de intendencias o
putado asesora en los asuntos de su jurisdic provincias, éstas en las subdelegaciones o te
ción que después se resuelven en conjunto por nencias. La Iunta Grande se reserva el nom
mayoría de votos. Como existen diferencias bramiento de los respectivos presidentes en
entre los pueblos subordinados y las respecti unas y otras. En las principales, los vocales
vas capitales de intendencia, son de imaginar electos por la respectiva ciudad son cuatro; en 353
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las subordinadas, dos. Presidente y vocales tie propia voluntad a aquellas jurisdicciones aho
nen el poder in solídum en la jurisdicción. El ra sometidas al dominio sarraceno. Entonces
decreto procura satisfacer el deseo de gobier procurar un tratado con Paraguay y otro con
no local por parte de las jurisdicciones sin lo el virrey Elío son actos claudicantes de la Iun
grarlo, pues el presidente es de designación ta Grande. Y si a todo ello se agrega el odio de
por la Junta Grande y, además, depende de és satado por ésta con sus persecuciones a los
ta por las instrucciones que le imparte. Por el “morenistas” después del golpe de Estado de
distinto origen de los presidentes y vocales, se abril, se comprenderá que Buenos Aires se
autoriza a que las jurisdicciones se pronuncien proponga la desaparición del “saavedrismo” y
si están de acuerdo con aquéllos cuando no del “gobierno de los provincianos”. Como
son naturales de ellas; los conflictos que sur reacción, la dimensión porteña renacerá con
gen a raíz de la medida obligan a la Junta más fuerza en las jornadas de septiembre de
Grande a dejarla de lado casi inmediatamente. 1811 que rematarán en el surgimiento del Pri
Gobierno local, no gobierno propio o autóno mer Triunvirato. Cintas azul-celestes y blancas
mo, porque la subordinación del orden inten distinguen a sus partidarios.
dencia] sigue vigente. Pero si Iujuy —como ju Si no se acepta que el Triunvirato es la ma
risdicción subordinada- continúa sufriendo nifestación exteriorizada del sentimiento por
“el yugo” de Salta, la capital de la intendencia, teño, no se comprenderán varias de sus medí
Buenos Aires experimenta esa misma sensa das que parecen dictadas adrede para herir al
ción con respecto a la Junta Grande. De aquí provinciano. Compárese aquella actitud pru
que el sentir porteño no se demore en calificar dente del nefasto golpe de abril para respetar a
—injustamente- al gobierno de la Iunta Gran los representantes del Interior con la disposi
de, como gobierno de los provincianos. Para ción triunviral que se arbitra para la composi
peor, Saavedra es provinciano y perteneciente ción de la asamblea que debe elegir al triunvi
a una jurisdicción que, después de la derrota ro entrante, integrada por el cabildo de Buenos
patriota de Huaqui (20 de junio de 1811), Aires, por cien -que después se disminuyen a
queda bajo dominio godo. Entonces el “heri treinta y tres- representantes por Buenos Aires
do” sentimiento porteño -por tal lo tiene, se y un representante por cada jurisdicción pero
puede suponer, cada habitante de Buenos Ai que debe vivir o estar de paso en la capital. Pe
res— empieza a preparar su revancha. ro esto, en todo caso, no es lo peor. Lo que en
Aunque no sea directamente responsable verdad más sensibiliza al Interior es la disolu
de todo, sobre la Junta Grande recaen, con ción de la Iunta Grande -que a partir del 23 de
ajuste casi cronométrico, la derrota en Para septiembre se denomina Junta Conservadora y
guay y su inmediata revolución propia, la in sin la participación de la Primera Junta que de
vasión lusitana a la Banda Oriental -voces in saparece en la jornada- y la posterior resolu
teresadas dejan correr que es propósito de ción de que los diputados de los pueblos vuel
Saavedra entregar el país a la princesa Carlota van a sus jurisdicciones. El fastidio de las juris
Joaquina, lo que equivale decir al odiado Por dicciones tiene, además, una causa fundada: el
tugal-, la derrota en el Norte y la respuesta de diputado en Buenos Aires le había costado a
354 la Iunta Grande, por la que deja librada a su cada una de ellas la suma de 8 pesos diarios en
DESACUERDOS Y ENFRENTAMIENTOS POLÍTICOS (1810-1828)
concepto de viáticos y no todas pudieron sol Triunvirato para nombrar al frente de las ju
ventarlos sin problemas. Entonces, a la mayo risdiciones a porteños con exclusividad, con lo
ría de los provincianos nada ni nadie podrá que da a entender, en primera instancia, que
convencerla de la voluntad de imperio absolu sólo el hijo de Buenos Aires le inspira confian
to de todo porteño. Así tiene explicación que za y, en última, que sólo éste es patriota. Al di
todo el proceso de ahí en más pueda ofrecer rector supremo Gervasio Antonio Posadas se
como una de sus aristas la diferencia -o rivali debe el intento de una prudente reacción en
dad en muchos casos- entre provincianos y contra de realidades como la recién citada al
porteños sin que necesariamente sea su causa disponer, el 13 de abril de 1814, que en los car
determinante. Lo que interesa hacer notar es gos por llenar en las jurisdicciones se tengan
su continuidad, su presencia indiscutida, ya en cuenta a los hijos del lugar; de todos mo
que no la intensidad con que obra en los dis dos, la medida no rige para todos los casos -y
tintos procesos. Es la presencia de esa diferen se explica: no comprende a los cargos de pri
cia entre provincianos y porteños la que _subya mera jerarquía cuando lo exijan “la seguridad
ce en la división de poderes que establece el y el orden interior del Estado”-. La irnportan
Reglamento Orgánico —redactado por el deán cia de la medida para las jurisdicciones —sobre
Gregorio Funes con la colaboración del doctor todo para las de menos recursos- se compren
Juan Ignacio Gorriti—, del 22 de octubre de de, por ejemplo, al conocer el reclamo de Ca
181 l, que el Triunvirato habrá de rechazar am tamarca para conservar para sus hijos los con
parándose en el cabildo de Buenos Aires. ¿Por tados cargos rentados con fondos nacionales.
qué no somete el análisis de aquel documento De esa manera se explica que, cuando el
a los cabildos de todas las jurisdicciones? ¿Aca Triunvirato eleva la divisa que caracteriza a
so no es tal actitud la que debe corresponder? sus partidarios a la categoría de escarapela na
Pero tiempos de revolución son los que se vi cional, se la rechace en el Interior, nada más
ven. A los provincianos —la Junta Conservado que por venir del representante del porteñis
ra- les es reservado el ejercicio del poder legis mo —porque así se lo tiene-. En todo caso, só
lativo y el control sobre el ejecutivo; a éste -ór lo la aceptan los partidarios de aquél que inte
gano en manos porteñas- le queda cumplir las gran el círculo gobernante en cada jurisdic
disposiciones que aquélla dicte y las contadas ción y sus allegados. Por algo Juan Martín de
que le confiere el Estatuto como propias. La di Pueyrredón —que irá desde el Norte a Buenos
visión de poderes aparece así como reaseguro Aires a incorporarse al gobierno como rem
del Interior frente al avance de Buenos Aires; plazante de Paso- aconsejará que no se com
muy lejos de los principios que informan el plique más la situación con el uso de la escara
nacimiento de la institución en Europa y Esta pela. Esto constituye simplemente otro ejem
dos Unidos. La acción del Triunvirato ofrece plo de la realidad anotada. Hasta Belgrano de
ejemplos nítidos para el estudio de tan intere ja escapar su sentimiento de hijo de Buenos
sante problema. Aires cuando escribe: “confieso a usted que
Una medida que no pasa desapercibida detesto al [Alto] Perú y todo lo que no es Bue
bajo ningún concepto es la desaparición de las nos Aires y sus alrededores”.
juntas provinciales y subordinadas que sirve al Es claro que hay gobernantes que tienen la 355
LA DIMENSIÓN POLITICA
adopción de medidas que, desde un punto de la Jïáqu ¡t ¿gw-Egg Iummóydu‘? Jrinmm ¡rima "mw PJ ¡anver
¡ofbrla jnnícigywm a' una rrflmmluifahmnttrflínmmk III unir!!!»
vista de los pueblos, parecen inspiradas en un ¿j (¡pantano ¡(«ibm m ¡un h Ínüyvnünáa 3d hi1. jimmba m ¡n dm)’
exclusivo voluntarismo porteño y, por supues la Htkmfimám
Mi: la: flrynanunk: Mu human; unan m JnLhn-‘nra. rm
to, no siempre es así.
níbal m Cbgmmtqcnaal, ¡»mambo al ¿rm qu} yniik al Unirv m. m d
Son pues innegables las diferencias y en unix ¡”m la plurnÑfl ¡(la Pnruw qui Irprmnhmv. jnclralrmnalu _
frentamientos entre provincíanos y porteños cm, ¡tu Jam y mmm han M su», tajante-n que‘ ¡ya nue/na»
‘NN: kdammw Inlrmncmmlr ¡{la fu: 3: lnqïnn qu; ó ndunlnïhmi
que, para 1810, reconocen una antigüedad de 1mm Í MNÜÍHH: Wim: Pravmria: rumyn la vinfmh ¡mula la;
significación. Aquellos no mostraron dema 19.5.» .' wmgauayaa, ncIymHPc-nhaatfífirmlktpvfiñq
siada predisposición a comprender las venta ¡iiumrtrhrl al) muela k una Más» ¡ión Í ¡Iüyaiïatüdflg-filïvñ
sïytbm, JIII Suenwvajj Jlhúyflr: hide» m klxclvj kg
jas que otorga una privilegiada posición en el ‘¡mb pan “f! 10h!!! qu‘ añ: lafivfidt.
concierto nacional; éstos, en la mayoría de los 47mm ¿cúmulo .‘. .:.'-..'.. rírrmnhnáu. Toni; m3: mkflu
casos, esgrirniendo excusas para mejor apro
vecharla en su beneficio. Sin embargo, el país
se hará a pesar de esas diferencias y divergen Copia de la primera página del Acta de declaración de la
Independencia. firmada por el diputado secretario Iosé
cias y ello significa que la vocación por la ac
Mariano Serrano el 9 de julio de l8l6. Archivo General de
ción en común será siempre más fuerte. la Nación. Buenos Aires.
Congreso de Tucumán aunque ya tasladado a del gobierno nacional en los primeros años se
Buenos Aires— se puede decir que corona to advierte, sin duda, en materias de recaudación
das las aspiraciones de los unitarios de la dé de fondos, de inversiones que se consideran
cada. Únicamente nada tienen que hacer con nacionales -algunas de éstas se pueden discu
ella Corrientes, Entre Ríos —en verdad, no tir-, de guerra, de control de los enemigos, de
existe aún como provincia- y Santa Fe. El ele relaciones exteriores, de comercio exterior,
mento que complica la intelección del proble nombramientos en los cargos principales de
ma es el centralismo porteño, del que después las distintas jurisdicciones; aun dentro de és
se hablará porque no es sólo atributo de la for tas, muchas realizaciones quedan en la esfera
ma de Estado unitario. de las autoridades subordinadas a menos que,
La forma de Estado unitario tiene general por ser el ejercicio de alguna de ellas capaz de
aceptación en el Interior, con la única excepción afectar la armonía interior, requiera la inter
de Córdoba. Y la explicación de aquella mani vención de aquélla. Así, pues, cabe sostener
festación no es complicada con sólo pensar que que no todo es puro gobierno nacional; mu
el Estado unitario provee de seguridad a las te chos asuntos siguen en mano de los goberna
nencias con respecto a sus respectivas capitales dores intendentes -o tenientes gobernadores—,
de intendencias y a éstas y a aquéllas frente al tal como lo prescribe la Real Ordenanza de In
peligro militar que representa el ejército godo. tendentes cuya vigencia se prolongará en el
Quizá corresponda decir que si la guerra diaria, tiempo aunque con algunas modificaciones
la que no tiene otro objeto que la defensa del según las necesidades de la Revolución. En
restringido paraje local, puede llevarse a cabo otras palabras, el Estado unitario en esta pri
con los recursos propios -vestimenta, caballo, mera década no se insinúa en todo momento
lanza y aun alimento esencial—, la pensada en como negando desarrollos sectoriales si es que
más vasta escala es imposible emprenderla sin pueden lograrse por el propio esfuerzo y el
un ejército respaldado en el Estado. particular ahorro; es decir, que los gobiernos
Por otra parte —y esto es de fundamental del Estado unitario para nada coartan el de
importancia—, el Estado unitario -como here senvolvimiento de los localismos existentes,
dero del sistema intendencial- no agobia con que siempre se manifiestan vigorosamente.
las facultades de sus gobiernos nacionales a Tal como se presenta el problema del Esta
gobernaciones y tenencias. Nada más claro al do unitario aquí, es un error denominar al es
respecto que la simple enumeración de los te tallido general de 1815 como revolución fede
mas tratados en la correspondencia con las ral; en verdad nada tiene de esto sino de una
gobernaciones y nada más errado que ciertas reacción frente a una dictadura y gobierno
afirmacionesque se hacen sobre los gobiernos centralistas. Pero el centralismo es una forma
de este tipo de Estado. La administración na de administración que poco tiene que hacer
cional se manifiesta en determinados asuntos. con la forma de Estado como es la unitaria.
Preferentemente en el manejo del producido Aquel estallido, si un propósito tiene es res
de las recaudaciones, la guerra y la diplomacia tablecer el Estado unitario; de lo contrario, se
que, desde ya, se las reserva exclusivamente rá difícil explicar el general deseo de llegar
para sí. Se puede decir, entonces, que la acción cuanto antes a la reorganización general -que 357
LA DIMENSIÓN POLITICA
tensión del ideario artiguista a la Mesopota sario acostumbrarse a observar que Buenos
mia y Santa Fe -que importó la destrucción Aires acude -y acudirá- a las formas federales
territorial de la intendencia de Buenos Aires, -preferentemente a la confederación- para
con todo lo que ello desarrolla de resentirnien mantener incólume sus privilegios, que nada
to y aun de odio para ésta- no implica aceptar tienen de caprichosos en tanto derivan de su
su liderazgo incondicional. El puerto de Mon particular posición en el concierto argentino y
tevideo —en poder revolucionario desde el 20 de la acumulación histórica. Es claro que ante
de junio de 1814- podía servir como sucedá tanta manifestación pública de fe federal y an
neo del de Buenos Aires para circunstancias te tanto elogio al caudillo oriental, éste queda
especiales, mas no en forma permanente. Las convencido, detiene el avance y repasa el Para
relaciones de intereses de Corrientes, Entre ná. No bien Alvarez Thomas -nombrado di
Ríos y Santa Fe están anudadas con Buenos rector sustituto- se afirma en el poder, lo pri
Aires y no con Montevideo; he aquí porqué mero que hace es destacar la invasión militar a
aquellas zonas van a aceptar a Artigas en tan Santa Fe para reíncorporarla al seno de la in
to les ayude a sacudir el “yugo” de la capital de tendencia, porque a Artigas o a su ideario, en
intendencia, pero nunca para reemplazarlo todo caso, podía tolerárseles que cruzasen el
por el de Montevideo; esto es, por Artigas. río Uruguay pero jamás el Paraná.
Porque, es claro, el federalismo de ellas es tam Tanta es la obsesionante resistencia que
bién un federalismo a la defensiva; a la defen desata Artigas en Buenos Aires que el sucesor
siva de Buenos Aires. Artigas, entonces, es de Alvarez Thomas -el director González Bal
buscado como eficaz aliado ya que no como carce— no titubea en solicitar a los portugue
jefe. En otras palabras, que dichas zonas son ses del Brasil que muevan sus tropas sobre la
parte integrante de la región litoral y en ésta, Banda Oriental y ayuden a acabar con aquél.
en todo caso, no tiene cabida como elemento Pero esta resolución de González Balcarce
preponderante la Banda Oriental. —por más injustificada e inexplicable que se
Ante la amenaza que para Buenos Aires re pueda tener, dada la conocida agresividad lu
presenta la descontada invasión de Artigas, es sitana— no se debe tergiversar afirmando que
necesario adoptar rápidamente una medida pidió la “invasión”. Lo que hace González Bal
que lo contenga. Así tiene explicación el pro carce es solicitar que fuerzas lusitanas entren
nunciamiento de Fontezuelas, el 3 de abril de a la Banda Oriental como “auxiliares o alia
1815, por obra de la avanzada militar destaca das” de las fuerzas nacionales, que es algo to
da para enfrentar la arremetida de aquél. Alva talmente distinto a aquella forzada afirma
rez Thomas, el jefe militar protagonista del he ción. De todos modos, de este irresponsable
cho, triunfa en toda la línea al intirnar al direc pedido resultará la invasion lusitana a la Ban
tor Alvear a que abandone el poder. La revolu da Oriental en la segunda mitad de 1816, que
ción porteña, que culmina el día 17 y que pro a comienzos del año siguiente se apodera
tagoniza el pueblo, se viste con ropaje federal también de Montevideo.
nada más que para evitar la invasión que des Si en la Banda Oriental, en el Litoral y en
cuenta de efectos devastadores y terribles para Buenos Aires las formas confederales tienen
la provincia. Porque a partir de ahora es nece preferencia, en Córdoba, en esta primera dé
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
cada revolucionaria, se echan las bases que esta elección constituye la independencia de
darán respaldo al Estado federal. Este Estado, Córdoba, por eso se la comunica al director
cuando pueda plasmarse en la realidad, esta Alvear. En oficio a Artigas, de la misma fecha,
rá compuesto por provincias autónomas; la se lo reconoce como “protector de la libertad”
soberanía exterior sólo será atributo de aquél; de Córdoba, pero nada más. Córdoba se man
el Estado federal -nacional—, por una parte y, tiene, entonces, dentro del ordenamiento tra
por otra, las provincias, organizarán sus go dicional; todo lo que ha hecho es darse su “go
biernos que actuarán coordinada y concu bernador intendente” y hace bien en proceder
rrentemente, según corresponda. Esta concu con prudencia, pues Alvear aún está al frente
rrencia y las reservas que hagan las provincias del Directorio. Además, Díaz bien sabe que
son los elementos que sirven para caracteri San Martín observa, desde Mendoza, atenta
zar el tipo de Estado federal de que se trata, mente su proceder.
con lo que se quiere decir que no existe un Conocidos en Córdoba el pronunciamien
único tipo. En la década siguiente, el federa to de Fontezuelas y la carta de Artigas al cabil
lismo de Córdoba quedará plasmado en do do, del 8 de abril, en la que le dice que la juris
cumentos indubitables y que permiten su dicción debe decidir “de su suerte para dar el
acabada comprensión. lleno a mis determinaciones y grandes deseos”,
La independencia de Córdoba en 1815 ilu dicho cuerpo y los “apoderados del pueblo”
mina mejor la anterior afirmación de que declaran la independencia el 16 de abril, según
Santa Fe y la Mesopotamia se sirven del idea dicen “bajo los auspicios y protección del ge
rio artiguista pero que no están de acuerdo en neral de los Orientales que se constituye en ga
elevar al caudillo oriental a la categoría de jefe rante de su libertad”. ¿De quién se declara la
indiscutido. Los federales cordobeses están independencia? La respuesta es de fundamen
atentos a los acontecimientos del este, pues tal importancia para la cabal comprensión del
bien saben que según sea su curso podrán lan proceso. Bajo ningún concepto se la declara
zarse a la toma del poder local. Piensan —y del Estado o de la Nación o de las Provincias
piensan bien- que la acción de Artigas posibi Unidas del Río de la Plata sino, simplemente,
litará la realización de sus aspiraciones y, por del directorio que es una cosa muy distinta. Y
lo tanto, nada mejor que buscar su alianza. Es este mismo alcance tienen las independencias
to sin desconocer la existencia de federales que en este año —y aún en el siguiente, como
cordobeses que se muestran sus dilectos segui ocurre en La Rioja- declaran otras jurisdiccio
dores, pero son los menos. Artigas poca ayuda nes. El 17 de abril, Córdoba se transforma de
militar puede ofrecer, por lo que se limita, des provincia del ordeniintendencial en provincia
de Santa Fe, a escribir al gobernador intenden federal al resolver que el gobernador Díaz ten
te de Córdoba y al cabildo exhortándolos a ga, dentro de la jurisdicción, las mismas facul
que la dejen en libertad para que pueda expre tades que tiene el director supremo en el or
sarse sin inconveniente alguno. Así tiene lugar den nacional.
el 29 de marzo un cabildo abierto donde resul ¿Integra Córdoba el mundo artiguista? La
ta elegido por mayoría como gobernador el fe respuesta es concluyentemente negativa. Esto
360 deral Iosé Iavier Díaz. Bajo ningún concepto no quiere decir que la estrategia política no
DESACUERDOS Y ENFRENTAMIENTOS POLÍTICOS (1810-1828)
lleve a la provincia a aceptar la invitación del res dentro del concierto argentino y la acu
caudillo oriental a enviar su representación al mulación de los acontecimientos a través del
Congreso de Oriente. Las instrucciones que tiempo —sobre todo a partir del último tercio
lleva el diputado le prescriben remover las de siglo XVIII- le confieren la característica
causas que impiden la reunión del congreso señalada, que el devenir habrá de fortificar.
general en Tucumán, poner fin a las diferen Así se acrecientan los privilegios de Buenos
cias existentes entre el gobierno nacional y Ar Aires en tal medida que terminan por parecer
tigas y acordar con éste las bases sobre las que a todo porteño —consciente o inconsciente
se producirá el reconocimiento a la autoridad mente- un don al que no puede renunciar.
nacional —director titular y sustituto- y Esta Nada más que por esto -como síntesis, claro
tuto de 1815. Así es evidente que Córdoba es- habrá de luchar, de ser necesario, para
asistirá a una reunión dentro de las Provincias mantenerlo. En este sentido, el recortado pa
Unidas y no fuera de ellas para dar solución a pel de Buenos Aires dentro de la Argentina se
los problemas internos que obstaculizan la parece bastante al de Castilla dentro de la his
obra común. Pero la prueba cabal y conclu toria de España. Por esto, cualquiera sea la
yente de que la provincia tiene a Artigas como forma de Estado —unitaria o federal—, el cen
el hombre que, por su acción, puede posibili tralismo se mantendrá impoluto, con las mis
tar la realización del proyecto cordobés, pero mas tendencias aunque con características
que no pasa de ser un aliado —a pesar de las acordes a la forma de Estado del momento.
declaraciones que pueden hacer pensar lo Confederación de estados, Estado federal o
contrario-, está en las instrucciones secretas Estado unitario no podrán obviar la situación
que lleva el diputado al Congreso de Oriente: de privilegio que da vigor y permanencia al
en caso de diferencias insuperables entre el centralismo porteño. Pero lo curioso, en cier
gobierno nacional —o, si se quiere, Buenos Ai ta medida, es que no sólo Buenos Aires adole
res— y Artigas, deberá pronunciarse indubita ce de él; también lo muestran todas las capita
blemente por aquél. Es que Córdoba está pre les de intendencia con respecto a sus pueblos
parando la fórmula federal argentina que subordinados. Esto hace que las subdelega
enunciará a comienzos de la década siguiente. ciones, como reacción, busquen protección
No se puede perder de vista que si Díaz hubie en las autoridades de mayor jerarquía que re
se sido artiguista, el congreso general jamás se siden en Buenos Aires dentro de los últimos
hubiera podido reunir en Tucumán. La posi tiempos de la época colonial —ordenamiento
ción de Córdoba es la que posibilitó esta solu intendencial de por medio- y en el gobierno
ción de tanta importancia. nacional a partir de la Revolución. Y como en
la primera década revolucionaria el gobierno
EL CENTRALISMO nacional lo es de un Estado unitario, se expli
ca que los distritos inferiores sean sus fervo
Quedó expresado que el centralismo no es rosos partidarios. Claro está que dicha adhe
una forma de Estado sino una forma de ad sión no tiene lugar dentro de la intendencia
ministración y, por lo tanto, propia del go de Buenos Aires, porque aquí las subdelega
bierno. La posición particular de Buenos Ai ciones dependen de ésta; la reacción debe ma 361
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
en manos lusitanas-, que desea sacudír el esta cuales habían hecho eclosión en la década an
do de subordinación, aparece como goberna terior, y a un cambio de naturaleza. En primer
dor de Entre Ríos y consigue que Sarratea, en lugar, la separación de las jurisdicciones me
forma secreta y oral, le prometa auxiliarlo con nores de las gobernaciones intendencias; estos
los medios para abatir al caudilo oriental. movimientos se producen en primer lugar co
Cuando Artigas se entera del Pacto del Pilar mo mecanismos de defensa ante las antiguas
habla de la traición de Ramírez; es que Artigas cabeceras. Así, San Juan y San Luis se separan
nunca entendió lo que significan los anudados de Mendoza, La Rioja lo hace de Córdoba, y
intereses del Litoral y Buenos Aires y segura Santiago del Estero, de Tucumán. Catamarca
mente nunca se detuvo a pensar que, por lo deberá esperar hasta agosto del año siguiente;
menos, tenían lugar desde comienzos del siglo cuando una parte de sus habitantes se dirigen
XVII cuando se creó la gobernación. En un ro a Bustos para que los auxilie a separarse de Tu
sario de derrotas, Ramírez habrá de vencerlo cumán, el gobernador les responde que, ni en
hasta que, en septiembre, consiga obligarlo a la época de los Incas, se han visto tantas tribus
ganar el Paraguay, de donde nunca regresará. sueltas. Iujuy, a su vez, tendrá que aguardar
En su artículo 1°, el Pacto afirma que el hasta fines de 1834 para separarse de Salta.
“voto de la Nación” se ha pronunciado “en fa Ahora bien, tan importante como este proce
vor de la federación que de hecho admiten”. so es el de la transformación de todos los dis
¿Qué se quiere decir con esta fórmula? Desde tritos en provincias del orden federal. ¿A qué
ya, con ella para nada se hace alusión a la for otro recurso pueden acudir en una indigencia
ma de Estado federal que el país adoptará en de medios, generalizada en la mayor parte?
1853, sino más bien a las formas confederales Por obvias razones, ninguna de ellas adopta la
sui generis. Es que Buenos Aires necesita resta forma federal en su organización interna, ni
ñar las heridas en su cuerpo social para, una siquiera la descentralización de su gobierno;
vez solucionadas y en condiciones de dirigir el algunas ni experimentan la necesidad de dic
proceso, encabezarlo sin duda alguna. Enton tar su reglamento o constitución.
ces dispondrá de todo para hacerlo. El poder ejecutivo es la institución mejor
perfilada; la legislatura también aparece, aun
LA ASPIRACIÓN GENERAL que su funcionamiento no siempre sea el de
desear. El poder judicial es el de organización
Quedó dicha la protección que presta a to más primitiva. Lo cierto es que, a casi todas las
dos la organización nacional; desaparecida és provincias, la vida independiente les cuesta
ta, las jurisdicciones quedan libradas a su pro grandes sacrificios que no pueden llenar debí
pia suerte y a sus contados recursos. Al recon damente. Por eso, nada tiene de extraordina
centrarse Buenos Aires sobre sí, las jurisdic rio que se desee la reorganización general y
ciones deben inclinarse a lo que equivocada que, desde algunas provincias, se lancen ini
mente se denomina “anarquía” o “federalis ciativas concretas al respecto.
mo”. Paralelamente, las jurisdicciones sufren No debe despreciarse este clamor general
un proceso de desintegración interna; proceso -explícita o implícitamente manifestado
que responde a viejas fuerzas, algunas de las porque no mucho después sabrá ser aprove 365
LA DIMENSION POLÍTICA
chado. Pero será un error creer que las provin Aires —por boca y mano de Rivadavia, que se
cias aguardan en paz la llegada de esta época. ha incorporado al gobierno como ministro
Lamentablemente, algunas se enfrentan en rechaza la asistencia al congreso convocado
cruentas luchas: Santa Fe con Buenos Aires; por Bustos. El hombre público, en este caso,
Salta y Santiago del Estero contra Tucumán. no cumple otro papel que el de fiel intérprete
Bustos, que desde la segunda mitad del año de de la voluntad mayoritaria de la provincia. Es
1820 retoma con empeño su plan, destaca me que Buenos Aires no puede permitir que la
diadores al Litoral y al Norte con cierto buen reorganización se haga fuera de su influencia;
resultado permanente, allá más que acá. además, la organización del país propiciada
Buenos Aires habrá de comenzar por con por Córdoba —que será la que se adopte en
tradecir esas voces generales de reorganiza 1853- no es la que mejor cree convenir a las
ción apenas desaparecen los peligros que para circunstancias. Y como en la negativa no quie
ella significaban Ramírez y el general chileno re aparecer sola, consigue la adhesión a su po
José Miguel Carrera. Si Buenos Aires y Santa lítica de Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, for
Fe —sobre todo aquélla- firman el Pacto de Be mulada en el Pacto del Cuadrilátero a fines de
negas, bajo la mediación de la provincia medi enero de 1822. La región del Litoral y Buenos
terránea, y donde se prometió la asistencia de Aires, con la continuidad ‘que es de imaginar,
ambas provincias al Congreso de Córdoba, es se impone sin mayor problema. Por cierto, el
por pura conveniencia coyuntura] para am dinero porteño irá en ayuda —bajo distintos
bas. En primer lugar, las desconfianzas de medios- a aquellas tres provincias.
Buenos Aires hacia López quedan patentiza- / Así se explica que varios observadores
das en la muy cuidada dosificación de la entre —equivocándose en la apreciación- no titubeen
ga de armas para enfrentar a Ramírez y Carre en afirmar que Rivadavia (primus inter pares
ra; en segundo lugar, la promesa de asistir al en la administración porteña) sea federal. No
Congreso de Córdoba es nada más que de bo lo es ni el ministro ni la provincia —lo que no
ca para fuera. Por último, conviene saber que significa negar que no haya sostenedores de esa
si Rosas aparece asegurando la paz mediante causa—; lo que ocurre es que Buenos Aires ne
la entrega a Santa Fe de 25.000 cabezas de ga cesita aislarse momentáneamente del concier
nado, es sólo porque no puede trascender al to nacional para restañar heridas, poner en
público que la entrega la haría la provincia de movimiento su economía y ordenar su marcha
Buenos Aires, ya que es de calcular la reacción política para ganar otra vez la delantera y regir
que produciría el herido sentimiento porteño. el proceso ansiado de reorganización general.
De esta manera, la posterior conducta de Ro
sas en el tema encuentra su explicación co La REORGANIZACION GENERAL
aceptable, mientras no pueden restaurar su tan extraviados que, entonces y más adelante,
economía como no sea gravando el comercio piensen que Buenos Aires debe transformarse
interprovincial mas no incentivando la pro en una especie de ciudad hanseática.
ducción, mientras en algunas de ellas comien El gran acierto de Rivadavia consiste en
zan a aparecer significativas medidas que res pensar que a la reorganización debe llegarse
tringen la actividad comercial a los hijos del luego de una obra cuidadosa que borre en las
lugar, mientras en otras la adulteración y fal provincias la mala imagen que Buenos Aires se
sificación de la moneda se presenta como el ha ganado con su conducta. Existe particular
síntoma más evidente de la inestabilidad por interés en que se tenga confianza, como que se
la que atraviesa su economía, la única que debe decir a quienes están al frente de las pro
muestra indicios evidentes de haber superado vincias que no habrá de prescindirse ellos; con
el mal momento es la provincia de Buenos Ai ello, caudillos y familias gobernantes pueden
res. Por cierto, en aquéllas el panorama no ad permanecer tranquilos. Y ésta no es una tarea
quiere el mismo grado de padecimientos; que pueda llevarse a cabo de un día para otro
Córdoba, Mendoza y Salta alcanzan un nivel ni que pueda estar confiada a cualquiera. Por
mejor. otra parte, el gobiemo de Buenos Aires cuen
Indudablemente, la recuperación de Bue ta con algimos puntos a favor del plan que
nos Aires no se puede ignorar. Organiza su go quiere poner en marcha: indudablemente
bierno, al que da estabilidad; sanea su econo ejerce de hecho desde 1820 la representación
mía y los recursos le alcanzan para realizar de todas las provincias frente al extranjero y
una obra pública que no pasa desapercibida y las provincias han tenido suficiente tiempo
que puede ofrecer como ejemplo. El ministro hasta 1823 para experimentar que la vida en
de Gobierno y Relaciones Exteriores —Bernar aislamiento no las favorece para nada. Rivada
dino Rivadavia- asistido por el de Hacienda via invita a las provincias a reunir un congre
-Manuel Iosé García-, realiza una obra de go so general mediante diputados cuyo número
bierno que se destaca. El gobemador Martín estará en proporción a la población de cada
Rodríguez y el ministro de Guerra —general una de ellas. ¡Y todas aceptan, a pesar de que
Francisco Fernández de la Cruz- están total el sistema es propio de una organización fede
mente dedicados al problema de la guerra con ral! Si primero pensó que una misión no hace
el indígena y a ganar tierras fértiles mediante falta en el Litoral, por el vínculo establecido
la ampliación de la frontera interna. por el Pacto del Cuadrilátero, después, al deci
Esa posición relativamente desahogada dirse a invitar también a Paraguay, la cree ne
que consigue Buenos Aires impulsa a Rivada cesaria. Otro de los puntos que las provincias
via —como al grupo dirigente- a pensar en la aceptan —excepto tres- es que el congreso ge
reorganización nacional. Porque una cosa es neral se reúna en Buenos Aires.
realmente cierta: que Buenos Aires se crea en Todo marcha a las mil maravillas —lo que
inmejorables condiciones en el concierto ar no quiere negar que no existan dificultades y
gentino, que se tenga -y es cierto- por la pro algunas de irnportancia— cuando, de pronto,
vincia primera, no quiere decir que desee ante la posibilidad de la guerra contra el Bra
prescindir de sus hermanas. Por cierto, no fal sil por el problema de la Banda Oriental y por
LA DIMENSIÓN POLITICA
la situación europea, debe acelerarse la mar instituciones; dicha Constitución no será obli
cha. Reunir el congreso general cuando las di gatoria ni quedará establecida hasta que no
ferencias y resentirnientos no habían sido su haya sido aprobada por las provincias. El artí
perados, necesariamente debe generar conse culo 7° establece que hasta la elección del titu
cuencias negativas. Como quiera que sea, el lar del Poder Ejecutivo Nacional, éste queda
Congreso General inaugura sus sesiones en provisoriamente encomendado al titular del
Buenos Aires, el 16 de diciembre de 1824. ejecutivo de Buenos Aires, con las facultades
de desempeñar lo pertinente a relaciones exte
EL CONGRESO GENERAL CONSTITUYENÏIE riores, nombramiento y recepción de minis
tros extranjeros; celebrar tratados que no po
Un moderado optimismo se refleja en el drá ratificar sin la autorización previa del
semblante de todos los diputados; en unos Congreso; comunicar las resoluciones que és
más, en otros menos. Pero lo que no falta en te dicte a las provincias y elevar proyectos al
ninguno es la conciencia de la gran responsa cuerpo para la mejor expedición de los nego
bilidad que les aguarda. ¿Están todos capacita cios del Estado. Es, pues, una ley que no avan
dos para llevar la obra a buen fin? Aún más: za demasiado sobre la situación preexistente.
¿todos tienen la preparación suficiente para El gobernador de Buenos ‘Aires es el general
solucionar los problemas que se les habrán de Juan Gregorio de Las Heras, quien se desem
presentar? Lamentablemente, no es posible peñará en el encargo con eficacia. Pero si la ley
dar una respuesta satisfactoria que involucre a es prudente con respecto a las provincias, ten
todos los diputados. En varios es posible seña- / drá efectos no deseados al posibilitar, por
lar que cuanto les interesa son las preocupa ejemplo, la pérdida del Alto Perú.
ciones lugareñas por sobre las generales o que No corresponde a esta síntesis detenerse
en ellos pesa demasiado el pasado. en todas las medidas arbitradas por el Congre
El primer problema que concita la aten so, pero no se puede prescindir de algimas, co
ción es la necesidad de dotar al país de una or mo la ley de creación del Ejército Nacional, en
ganización general aunque sea precaria. Des mayo de 1825. Si algo pone de manifiesto de
pués de mucho discutir, se dicta la Ley Funda manera evidente su cuidadosa discusión en el
mental, el 23 de enero de 1825. La ley organi seno del cuerpo, es cómo afloran las descon
za una especie de confederación de estados fianzas hacia el gobierno nacional —por muy
que, por la prudencia de sus términos, será precario que sea- al quedar a cargo de dicha
acatada por todos y merece ser conocida en fuerza; es indudable que, de pronto, vuelven a
sus puntos principales. En primer lugar, por la mente de las provincias y de sus represen
ella, las Provincias Unidas del Río de la Plata tantes los malos recuerdos despertados por el
renuevan el pacto de 1810; se declara constitu Ejército del Norte en su última etapa. Pero lo
yente al Congreso, aunque también podrá dic cierto es que no se puede prescindir del Ejér
tar leyes que hagan a la integridad, seguridad, cito Nacional porque la situación con el Brasil
defensa y prosperidad nacionales; hasta la san se pone cada vez más tirante. Triunfante la ex
ción de la Constitución Nacional, las provin pedición del jefe oriental Juan Antonio de La
368 cias se regirán interinamente por sus propias valleja y sus Treinta y Tres Orientales, en agos
DESACUERDOS Y ENFRENTAMIENTOS POLÍTICOS (18 10-1828)
sino que debía adecuarse a la realidad del país, cular; pero que la rechacen las provincias que
según lo expresó. Por otra parte, que no hubie se habían pasado clamando contra aquélla
ra estado en las provincias no quiere decir que -sobre todo, por las consecuencias que su po
no conociese a sus hombres y las posibilidades der tenía sobre ellas de negativo que, además,
que cada una ofrecía como lo demostró en más siempre tuvieron por injusto- no parece cohe
de una oportunidad. Sarmiento -valga la com rente y da a entender que se está en medio de
paración, salvada toda la distancia existente una crisis; esto es, de una indefinición.
no había recorrido la pampa y la describió ma Poco interesan las demás leyes dictadas
gistralmente en el Facundo. por el Congreso y los decretos del poder ejecu
El otro juicio es el de Vicente Fidel López, tivo —que, por otra parte, salvo en lo que hace
cuando al capítulo IX del tomo IX de su His a guerra y relaciones exteriores, se centran
toria de la República Argentina lo titula “Aven preferentemente en Buenos Aires, como dan
tura presidencial de don Bernardino Rivada do a entender lo reducido del ámbito nacional
via”. No sólo no da razón del calificativo sino en la realidad presidencial- porque las provin
que ni siquiera se ocupa de la Presidencia más cias no hacen caso de ellas.
allá de la ley capital de la República y de la de La reacción contra la Presidencia la inicia
saparición de las autoridades de la provincia Córdoba, que comienza por desconocer una a
de Buenos Aires. una las leyes nacionales, para coronar con la
Existe en el Congreso un proyecto encar provincial del 3 de octubre de 1826, por la que
petado, presentado por el presidente Las He se separa del pacto general de asociación, au
ras, que tiene por fin la consolidación de la toriza al ejecutivo a convocar las tropas que
deuda pública, la consiguiente hipoteca de las crea necesarias y a ponerse en comunicación
tierras públicas en las provincias y de la que con los generales Sucre y Bolívar. En un gesto
resulta prohibida su enajenación. Con Rivada que no debe obviarse, la ley establece que la
via en la presidencia, el cuerpo entiende que provincia continúa ofreciendo su cooperación
puede tratarlo. Por cierto, sancionada la ley, en la guerra contra el Brasil y a la seguridad,
habrá de levantar quejas en las provincias, me defensa, integridad e independencia del terri
nos porque la ley afecta bienes de éstas que torio de la Nación; por último, asegura que so
porque lesiona los intereses de los particulares brellevará gustosa cuantos sacrificios deman
propietarios. Elevado por el presidente Riva den las necesidades de la Patria y la felicidad
davia, el proyecto de ley que declara a Buenos pública del Estado.
Aires y a una parte del territorio de la provin Muy difícil resulta, en verdad, precisar si la
cia capital de la República y nacionales los es mayoría de las provincias está por el Estado
tablecimientos existentes dentro de ella, resul unitario, por el Estado federal o por la confe
ta aprobado el 4 de marzo. La capital queda deración de estados. Esto por dos sencillas
bajo la exclusiva dirección del Congreso y del razones. Una primera es de muy fácil com
presidente. Que en Buenos Aires se haya desa prensión: no todas las provincias gozan de es
tado una gran polémica —sobre todo cuando, tabilidad interna; por lo tanto, una consulta
con lo que queda de la provincia, se proyecta que hoy tiene un resultado, mañana puede
la creación de otras dos-, nada tiene de parti arrojar otro. Además, ¿es efectivamente la opi
LA DIMENSION PoLmcA
nión del pueblo o de las autoridades? En Cór no lo había sido la de 1819- recibe un general
doba, una legislatura se pronuncia por una rechazo. A este elemento verdaderamente alar
forma y la siguiente, por otra. La otra razón es mante se suma otro no menos desalentador,
que la opinión de los diputados no necesaria cual es la reaparición de Lamadrid en Tucu
mente refleja la de sus poderdantes. Córdoba mán -que recibe armas que el Presidente le en
es nuevamente ejemplo de la afirmación. vía, convencido de que ésa puede ser la solu
Cuando el Congreso consultó sobre la ción—. Iuan Facundo Quiroga marcha en su
forma de Estado, las respuestas que llegan, sin búsqueda y lo vence en El Tala (27 de octubre),
poner de manifiesto mucho apuro, arrojan el dejándolo por muerto, y pasa a reorganizar las
siguiente resultado: por la Federación, Entre situaciones en Tucumán y Catamarca para re
Ríos, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, San Juan gresar a asegurar Cuyo. Pero como no le ha lle
y Santiago del Estero; por la Unitaria, La Rio gado la hora, el tucumano, apoyado por el go
ja —la tierra de Facundo—, Tucumán, Salta, Iu bernador de Salta, logra retomar la situación
juy, Banda Oriental y Buenos Aires —no se lo en Tucumán. Otra vez Quiroga va en su bús
hace público-; por lo que resuelva el Congre queda para derrotarlo en El Rincón (6 de ju
so, Corrientes, San Luis, Catamarca, Misiones lio), campaña del caudillo riojano que cuenta
y Tarija. Pero estos pronunciamientos, por las con el decidido apoyo de Bustos y que termi
razones expuestas, sólo se pueden tomar co nará por convencer a aquél de que el Norte es
mo un indicio; lo contrario significa conce un buen mercado de colocación para los pro
der ala consulta un rigor que no podía tener. ductos riojanos. Bien puede preguntarse si, en
La mejor prueba es que el Congreso sanciona tal situación, el país existe y, lo que es más im
a fines de 1826 una Constitución Nacional portante, a quién atribuir la responsabilidad.
que establece la República consolidada en El 1° de abril, las provincias cuyanas firman
unidad de régimen. Y a propósito de la forma el Pacto de Huanacache que sirve de estímulo a
unitaria, conviene repetir aquí el juicio certe Bustos para lanzarse una vez más a la obra de la
ro del doctor Enrique M. Barba: que dicha reorganización general. Con tal motivo, circula
Constitucion Nacional no es tan unitaria. No un pacto entre las provincias —con excepción de
lo es porque, en verdad, no lo es el país mis Catamarca, Tucumán, Salta y Buenos Aires—,
mo; para esto sólo es necesario tener presen invitándolas a la formación de una liga ofensi
te lo afirmado antes y lo dicho sobre las facul va-defensiva para luchar contra todo enemigo
tades del gobierno de dicho Estado. Es que, interno (la Presidencia) y externo, a reunir un
por otra parte, la confusión en los términos congreso cuyo único objeto sea constituir al
se presenta en un momento dado como alar país bajo la forma federal —según se entiende en
mante y es, precisamente, cuando la politiza Córdoba—; el primer lugar de reunión de los di
ción alcanza un punto máximo. Como el putados será Santa Fe y aquí se pondrán de
nombre del país tiene una gran significación, acuerdo sobre cuál será la sede definitiva; cual
según quedó afirmado, de acuerdo al texto quier lugar puede ser elegido, menos Buenos
constitucional recibirá —y no por nada- el de Aires. No explicar la razón de esta exigencia a
República Argentina. esta altura parece obvio, pues ya se sabe a qué
372 La Constitución Nacional de 1826 -como obedeceycon lo que es necesario pensar que,
DESACUERDOS Y ENFRENTAMIENTOS POLÍTICOS (1810-1828)
empeñe todos sus esfuerzos para poner fin a la ¿Qué Estado podría erigirse sobre tales bases?
guerra civil. Elegido Dorrego gobernador, El lugar de reunión se había acordado que
Córdoba ratifica su ley del 20 de julio e insiste fuese Santa Fe; la diputación de Córdoba es la
para que Bustos invite a las provincias a reu primera en arribar y aquí ve transcurrir inútil
nirse en congreso general. Es la clara respues mente el tiempo.
ta al deseo de Dorrego de reunir una conven Es indudable que el enfrentamiento Bus
ción por las razones expuestas. tos-Dorrego tiene bastante que ver; además, se
Para imponer su idea, el gobemador de ignora si los diputados van a reunirse en con
Buenos Aires despacha una serie de misiones a vención o en congreso. Es que lo que se está
las provincias, convenciéndolas de que abando jugando también es la presidencia provisoria a
nen el plan de Bustos y sigan el suyo. Para esto la que aquellos aspiran, por cierto. En un mo
les solicita que se pronuncien por la conven mento dado, Dorrego teme por su éxito y
ción y que deleguen en él el manejo de las rela piensa que el congreso o convención debe abs
ciones exteriores y los negocios de paz y guerra. tenerse de tratar tal tema.
La verdad es que un éxito más que relativo lo El 1° de mayo de 1828, los diputados que
acompañó: Santiago del Estero, Entre Ríos, La están en Santa Fe —que no son todos- comien
Rioja, Catamarca, Banda Oriental y Misiones se zan una serie de reuniones informales y, el 29,
pronuncian por la convención —las tres prirne deciden dar comienzo a las sesiones prepara
ras se habían antes comprometido con Bustos a torias. Todo esto con la oposición de la dipu
reunir un congreso—; San Iuan, Santa Fe y San tación cordobesa, que se ha abstenido de asis
Luis, a lo que determine la mayoría —con Bus tir a ellas. Así están las cosas y así habrán de se
tos habían acordado antes la concurrencia al guir. Pero, firmada la paz con el Brasil el 28 de
congreso—; Corrientes, Mendoza y, por cierto, agosto, urge que el cuerpo se reúna para auto
Córdoba, al congreso —a pesar de que su envia rizar a Dorrego a ratificarla. El 25 de septiem
do para firmar un tratado con Dorrego, halaga bre, el cuerpo se instala —por cierto, sin la pre
do y envuelto por éste, comprometa la presen sencia cordobesa, ni la catamarqueña, punta
cia de la provincia a la convención—. na, correntina y tucumana (Salta no aceptó la
En las discusiones habidas en la legislatu invitación a enviar diputados)— y autoriza a
ra de Buenos Aires para suministrar las ins Dorrego a ratificar la paz. Inmediatamente, el
trucciones a los diputados a la convención, no cuerpo entra en receso.
se duda que las provincias querían sobrepo El 30 de octubre, los diputados catamar
nerse a Buenos Aires por la tradicional rivali queños llegan a Santa Fe y como si se partiera
dad de provincianos y porteños —hecho que de la nada, la diputación cordobesa invita a los
no es posible admitir porque no están en un diputados a reunirse en congreso. Nada de in
mismo pie de igualdad- y que, en definitiva, definicion, nada deconvención nacional —co
el gobierno nacional -cualquiera fuese- ten mo insistentemente machaca Dorrego-; con
dría siempre que residir en Buenos Aires y, greso y nada más que congreso, como Córdoba
por lo tanto, no podrá eludir la influencia de lo propuso el año anterior. La invitación es re
la provincia. He aquí el más puro porteñis chazada de plano. ¿Qué otra cosa podía pasar?
mo, expresado con la convicción de siempre. El 4 de noviembre de 1828, el cuerpo reini
LA DIMENSIÓN POLITICA
cia sus sesiones. Es un organismo indefinido, monarquía, en la que creyeron muy pocos
porque no ha declarado si se instaló como con -una restringida elite, podría muy bien afir
vención o como congreso. Es que no podía marse- que jamás se atrevieron a dar pasos
pronunciarse en ninguno de esos sentidos: si lo precisos para hacerla realidad porque sabían,
hubiera hecho como convención, el disgusto sin duda, que contrariaba un sentimiento ge
de Bustos sería total; si por congreso, entonces neralizado. Y no se atrevieron a caminar con
el disgustado sería Dorrego. Por eso, en su mo paso firme —a pesar de que tenían a su favor
mento, adoptará el de Cuerpo Nacional. Nada la presión europea—, es conveniente insistir,
más impropio, como suele hacerse por la his porque tuvieron conciencia de que la senda
toriografía, siguiendo la conveniencia irnpues era equivocada desde el punto de vista de la
ta por Dorrego, que denominarlo Convención mayoría. Quedó sin resolver, en cambio, el
Nacional. Como quiera que sea, lo cierto -y problema muy importante de la forma de Es
dramático hasta el extremo- es que los federa tado, herencia dejada a la década siguiente,
les llevan más de un año predominando en el que no fue capaz de encararla con decisión
escenario nacional y no han podido entender porque el endeble país no tenía aún la prepa
se. Aprovechando esta situación, el 1° de d.i ración suficiente. La verdad es, que salvo el
ciembre de 1828, una intromisión militar en la muy breve lapso de la república rivadaviana
vida política inicia una nueva etapa. ' -para darle algún nombre- todo fue indefini
ción. Los tiempos que vendrán serán muy
/
duros y por sobre los enfrentamientos de co
De los problemas fundamentales, en la yimtura que tendrán lugar se podrá percibir
primera década revolucionaria se había podi la vigencia de fuerzas arraigadas que parecie
do superar la época del provisoriato median ron fortalecerse en las desinteligencias de las
te la Declaración de la Independencia y, a su dos décadas fenecidas.
término, se impuso la república por sobre la
ORIENTACIÓN BIBLIOGRÁFICA
que organizaron políticamente la Nación (fuen Para la Revolución de Mayo, entendida co
tes seleccionadas, coordinadas y anotadas en mo proceso que va de los antecedentes hasta
cumplimiento de la Ley N“ 11.857, por Emilio finalizar el año de 1810, RICARDO LEVENE, En
Ravignani), Buenos Aires, 1937-1937. La ter sayo histórico sobre la Revoución de Mayo y
cera obra de esta naturaleza que no se puede Mariano Moreno. Contribución al estudio de
omitir de mencionar es la que publicó el Sena los aspectos jurídico, político y económico de la
do de la Nación y que reúne en sus diecinueve Revolución de 1810, Buenos Aires, 1960. Del
tomos, documentos, memorias y autobiogra mismo autor, Las Provincias Unidas del Sud en
fías y reproducción de periódicos: SENADO DE 1811. (Consecuencias inmediatas de la Revolu
LA NACION ARGENTINA, Biblioteca de Mayo. Co vión de Mayo), Buenos Aires, 1941; el libro eS
lección de obras y documentos para la Historia importante, sobre todo, por el rico apéndice
Argentina, Buenos Aires, 1960-1968. La Aca donde se transcriben importantes documen
demia Nacional de la Historia reeditó algunos tos para conocer el estado del Interior. Una vi
periódicos de la época de la Revolución; cuan sión de conjunto del proceso revolucionario
do era IUNTA DE HISTORIA Y NUMISMATICA puede verse en TULIO HALPERIN DONGHI, Revo
AMERICANA, Gaceta de Buenos Aires, 1810 lución y guerra. Formación de una élite dirigen
1821. Reimpresión facsimilar, Buenos Aires, te en la Argntina criolla, Buenos Aires, 1972
1910-1915; con aquel nombre, la institución (hay varias ediciones posteriores). Tres mono
comenzó una publicación a la que puso fin grafías completísirnas de Iuan Cánter cubren
siendo ya ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA, el período 1811-1815, suministrando una se
El Argos de Buenos Aires, 1821 -1825, Buenos rie infinita de datos que la hacen de imposible
Aires, 1931-1942. Finalmente, para conocer prescindencia para distintos temas del lapso
los enfrentamientos bélicos resulta de utilidad: abarcado; JUAN CANTER, “El Año XII, las asam
ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA, Partes de bleas generales y la revolución del 8 de octu
batallas de las guerras civiles. (Introducción, re bre”, en ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA,
copilación y notas de Julio Arturo Benencia), to Historia de la Nación Argentina (desde los orí
mo I, 1814-1821; tomo II, 1822-1840 y tomo genes hasta la organiación definitiva en 1862),
III, 1840-1852, Buenos Aires, 1970-1973. Buenos Aires, 1940, vol. V, segunda Sección. En
En materia de libros, folletos y artículos, el el tomo siguiente, primera sección de la mis
material imprescindible es el Siguiente. Como ma obra, “La Asamblea General Costituyente”,
obras de base para adentrarse en la época, con y en este mismo tomo y sección, “La Revolu
una visión panorámica, resultan siempre de ción de abril de 1815 y la organización del
interés —aunque muchos de sus conceptos, nuevo Directorio”, Buenos Aires, 1944. Dos
afirmaciones y juicios estén superados-, BAR obras del doctor DIEGO LUIS MOLINARI estu
TOLOMÉ MITRE, Historia de Belgrano y de la In dian con originalidad el período 1812 a marzo
dependencia Argentina, Buenos Aires, 1858 de 1820; es la primera la titulada “El gobierno
(hay varias ediciones posteriores), y VICENTE de los pueblos”, en MUSEO MITRE, El Redactor
FIDEL LOPEZ, Historia de la República Argenti del Congreso Nacional, 1816, reimpresión fac
na, su origen, su revolución y su desarrollo polí similar, Buenos Aires, 1916, y la segunda, ¡Vi
tico, Buenos Aires, 1913. va Ramírezl, El despotismo en las Provincias de
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
378
12. LA HEGEMONÍA DE RosAs. ORDEN
Y ENFRENTAMIENTOS POLÍTICOS
(1829-1852)
' Este capitulo. comenzado a redactar por el profesor Segreti, ha sido continuado después de su fallecimiento por sus dis
cipulas. Ana Inés Ferreyra y Beatriz Moreyra. 379
LA DIMENSION POLÍTICA
pronto, en la proclama que dirige Lavalle al lítica del gobierno derrocado dependió, des
pueblo de Buenos Aires el 1° de diciembre de sus primeros pasos, de la dirección que
apela a los “porteños" para decirles que es ne quisieron darle “los enemigos más encarniza
cesario hacer feliz “a nuestra querida patria" y dos de la provincia de Buenos Aires”, señalan
ésta no es otra que Buenos Aires. Y una vez do de esta manera el papel subordinado a
elegido gobernador, en otra proclama de la que se relegó la provincia. Es decir, muy cla
misma fecha dirigida a iguales destinatarios, ro se advierte el halago a.l espíritu porteño de
les pide que lo ayuden a consumar la obra de siempre y que sigue vigente con particular lo
la regeneración de la provincia. Pero lo más zanía. No advertir esto o no tomarlo en cuen
explícito en cuanto a su finalidad es el “Mani ta para la explicación de cuanto aconteció,
fiesto” que firma el gobernador provisorio el 5 sucede y ocurrirá es castrar burdamente la
de diciembre y de cuyo comentario no se pue pertinente explicación histórica.
de prescindir para evitar toda equivocación. Reunido Dorrego a Rosas es, para éste,
En primer lugar, hace el elogio de la posi más un factor de perturbación que de apoyo
ción reconocida a que llevaron a la provincia a la resistencia que está procurando armar; el
de Buenos Aires los gobiernos que se sucedie 9 de diciembre aquél es derrotado en la bata
ron a partir del de Martín Rodríguez; por lo lla de Navarro. Mientras ‘Rosas se dirige a
tanto, el estado de postración al que la arrojó Santa Fe para buscar el apoyo de López y del
el gobierno derrocado es la causa que legiti inoperante Cuerpo Nacional, Dorrego es to
ma la revolución. Por lo demás, el texto de/l mado preso —inesperadamente para él- y el
mensaje es la mejor prueba de que el senti jefe militar lo envía detenido a Buenos Aires.
miento porteño había sido herido por la ad Como Liniers en 1810, el gobernador de
ministración de Dorrego, de aquí que se afir puesto no debe Hegar a la gran ciudad -lugar
me con interesada exageración -porque Do en que le sobran adictos y, por lo tanto, capa
rrego nunca dejó de ser porteño- que el teso ces de provocar una seria alteración- por lo
ro de la provincia se empleó a cada momen que, quienes acompañan a Lavalle en la revo
to para enviar dinero metálico a los goberna lución -Salvador María del Carril, Juan Cruz
dores de las provincias. No se le perdona a Varela- aconsejan a éste que lo fusile y así lo
Juan Bautista Bustos que hubiera circulado hace el general, aunque asumiendo la res
un proyecto de pacto convocando a congreso ponsabilidad del gravísimo acto como pro
con la precisa condición de que no se reunie pio. El 13, Dorrego es fusilado en Navarro y
ra en Buenos Aires. Pero, además, el gobierno ello despertará una reacción de consecuen
derrocado violó todo derecho y se rodeó pú cias imprevisibles. Muerte injusta que no ser
blicamente “de la hez del pueblo”. Esto, ade virá —ni mucho menos- para restañar las he
más de acusarlo de especulaciones y ganan ridas que, según afirmación de los autores de
cias ilícitas que se han hecho con el tesoro la revolución, había provocado aquél en el al
provincial. La proclama de los jefes militares ma porteña. Y como todo es presentado de
a sus compatriotas, del 6 de diciembre, tam esa manera, el fusilamiento encuentra su
bién deja ver iguales sentimientos; así, por mejor justificación en las apariencias de una
380 ejemplo, en un párrafo se habla de que la po ficticia realidad.
LA HEGEMONIA DE ROSAS
en jefe de las fuerzas protectoras de los dere acepta tratar con el segundo únicamente co
chos de los pueblos”. El 25 se le autoriza a reu mo gobernador de Santa Fe, ya que nada le in
nir fondos sobre el crédito de la Nación para teresa del gobernador de Córdoba contra el
agrupar y mantener el ejército. Al promediar que se dirigirá en pocos días más el general
el mes -y después de mucho discutir sus tér Paz. López consulta al Cuerpo Nacional que
minos-, el Cuerpo Nacional dirige un “Mani sostiene que Lavalle debe entenderse con él,
fiesto” a los pueblos, de texto verdaderamente una manera en la que se piensa para que lo re
inocuo que ni siquiera es firmado por sus in conozca. Mas he aquí que el jefe porteño debe
tegrantes por ser pocos quienes lo componen. regresar a Buenos Aires, noticia recibida como
Si existe algo que confiere a la “soberanía” una buena nueva por López que, ahora, se dis
cierta inoperancia son las interminables dis pone a invadir Buenos Aires. Es, en verdad, a
cusiones que se producen en su seno. partir de este momento cuando más se advier
De ahora en más el Cuerpo Nacional co te que ya nada importante hace prácticamen
mienza a transitar el camino de su evidente te el Cuerpo Nacional y que cada vez cuenta
fracaso. Los pueblos no colaboran en la medi con menos aceptación. Facundo Quiroga po
da de lo esperado y nunca les faltan razones co caso hace de la “soberanía” al decidir su ac
para esgrirnir oportunamente; esto, además de ción en apoyo de Bustos yen contra del gene
como queda dicho, de no estar todos repre ral Paz, pues no lo consulta para nada. Un as
sentados (Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, / pecto curioso —que más adelante hará escuela
Tucumán, Salta), aunque lo esté Misiones. Pa con Rosas- es que en su seno por primera vez
ra peor, en marzo Lavalle invade Santa Fe, se se usa el calificativo “unitario” -en verdad se
intenta un golpe porteño sobre Entre Ríos y la afirma que la administración correntina del
escuadrilla de Buenos Aires domina el río Pa gobernador Cabral “daba una idea de unitaris
rana; de aquí que López se vea obligado a re mo ”- para denostar al adversario sin que así
plegarse. Los acontecimientos que se suceden lo sea, por cierto.
en Buenos Aires imponen, a su vez, al general La situación del Cuerpo Nacional es com
porteño también el repliegue. Ahora López prometida: Paz derrota a Bustos y se hace del
—que tiene como segundo a Rosas- avanzará gobierno de Córdoba y López se repliega en
sobre la rica provincia. Santa Fe. Es, pues, un momento difícil. Sólo
Aquel avance de Lavalle sobre Santa Fe re así se explica que se crea que el general Paz
percute negativamente sobre el Cuerpo Nacio puede llegar a la paz con Quiroga, que aquél
nal: comienza a meditarse sobre a dónde tras no coopera con Lavalle y que mantiene a Cór
ladarse para salvarse de caer en poder del in doba dentro del mundo de las provincias en él
vasor. Así se resuelve que sea Paraná, mas ocu representada; de aquí que ofrezca su media
rre que las autoridades de la provincia nada ción por escrito a aquellos generales próxi
quieren saber con que los diputados Mansilla mos a enfrentarse. Y para aumentar la preo
y Leiva pisen Entre Ríos, sobre todo el segun cupación, el 25 de mayo, López renuncia a la
do. Mientras tanto, Lavalle y López inician tra jefatura del ejército nacional pues las provin
tativas en las que no creen, por lo que a nada cias no cooperan a su integración según la
382 llegarán, pues el primero, por ejemplo, sólo convocatoria que había lanzado el 28 de fe
LA HEGEMONÍA DE ROSAS
brero. En otras palabras, es evidente que las Aires. Pretensión inútil, claro es, como lo fue
llamadas provincias federales siguen sin en ra en 1820.
tenderse. Actitud suicida, demás está decirlo, y El 13 de agosto, como expresión evidente
sobre todo porque no todas pertenecen a ese de la exasperante situación por la que atravie
ideario. El Cuerpo Nacional rechaza la renun sa, el Cuerpo Nacional se declara sin el carác
cia de López porque su aceptación importa la ter que asumiera el 20 de febrero. Por otra
disolución del ejército nacional y con éste la disposición del 14 se resuelve requerir a las
de la misma “soberanía”; razones que el go provincias representadas que expliquen su
bernador de Santa Fe acepta y la retira aunque voluntad con respecto a él en las presentes
la Patria esté luchando “con las agonías de la circunstancias y, luego que éste se haya expre
muerte”, según afirma; sin embargo, por el sado sobre dicha materia, entrará en receso
conducto de don Domingo Oro, le hace saber por cuatro meses, redactando previamente
que la desempeñará por dos meses más. Ló una circular donde quede explicada dicha
pez decide despachar dos comisiones: una al medida. Nadie ignora que esto último impor
país hermano del Uruguay, que ofreció su me ta, en verdad, una directa y abierta disolución;
diación para tratar con Lavalle, y otra a Cór es que, como alguien se atreve a afirmar en la
doba, que son aprobadas por el Cuerpo Na discusión, es mucho el odio de algunas pro
cional cuando llega la noticia que Quiroga fue vincias hacia el Cuerpo Nacional. Las provin
derrotado en La Tablada por Paz. Aquél, poco cias deben dirigir a sus diputados la respuesta
antes, con las fuerzas de La Rioja, Catamarca a la circular.
y San Luis se puso a las órdenes de López, que El 31 de agosto, como aún se discute el tex
lo nombra general del segundo cuerpo del to de la circular, Seguí mociona para que se
ejército; su influencia, además de las provin suspenda su envío por el estado crítico del país
cias citadas, se extiende por Catamarca, a lo y los males que resultarían del aislamiento e
que cabe agregar que tiene también prédica incomunicación en que quedarán las provin
en el oeste de la propia campaña cordobesa. cias durante el receso. El optimismo del dipu
Al conocimiento de la derrota de Quiroga se tado se debe a que se incorporará el diputado
suma la de que Rosas y Lavalle llegaron a la por Corrientes y ello permitirá contar con los
paz en el Convenio de Cañuelas, por lo que recursos de esta provincia. Los empates son
López eleva su renuncia nuevamente el 25 de tres y dan idea de las diferencias; el presidente
julio, que le es aceptada el 3 de agosto. López se pronuncia por la moción de Leiva, mas to
cree ingenuamente que, ahora, desprendido do es inútil porque el Cuerpo Nacional ya se
de todo cargo nacional, el general Paz se aven desmorona. Llueven sobre la “soberanía” los
drá a tratar con él. Y para tener más peso, as pedidos de licencia de los diputados: Mansilla,
pira a respaldarse en el Cuerpo Nacional; por Baldomero García, Oro, Benítez, Benito Gar
eso piensa que las provincias que no están re cía, Corvalán. A la última sesión —el 14 de oc
presentadas en él deben nombrar su diputa tubre— sólo asisten cuatro diputados. Pasados
ción. En otras palabras, aspira a ser figura na los cuatro meses del receso aprobado, nadie se
cional en el Interior y el Litoral, ya que se da presenta; por lo que Leiva, depositario del ar
cuenta que nada tiene que hacer en Buenos chivo del Cuerpo Nacional, lo entrega. 383
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
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conviene a su aspiración. Entonces, si aceptó a i‘i,Í’
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pronunciándose por la realización de eleccio Í
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reorganización general del país con base en Tablada. A Bustos no le queda otro camino
Córdoba. En la posta de Los Desmochados, que dirigir ‘sus pasos a Santa Fe, desde donde
conversan Lavalle y Paz a comienzos del mes organizará movimientos en la campaña en
de abril; desde allí éste se pone en marcha ha contra de Paz. Allí fallecerá al año siguiente. El
cia Córdoba y —como recordará en sus Memo 26 de agosto, la legislatura elige al general ven
rias- a partir de entonces sólo le preocupa el cedor gobernador titular de Córdoba. Dos
éxito de esta campaña. problemas perturban al gobierno de Paz: por
A su paso por la campaña cordobesa, el un lado, la constante crisis económica en que
general Paz puede advertir que, en realidad, le se debate la provincia y, por otro, el perma
es adversa. Ante el avance, Bustos se repliega a nente estado de alzamiento en la campaña,
la Capilla de Pedernera y deja libre el paso a que la indiada coadyuva asediando las pobla
Córdoba, en la que Paz entra el 12 de abril. Un ciones limítrofes a las fronteras y en más de
hecho parece importante señalar y es que Paz una oportunidad, en cooperación con los mo
trabajará con federales pero también con uni vimientos montoneros.
tarios; es decir que aplica una política similar El 25 de febrero de 1830, Paz vuelve a ven
a la seguida por Bustos cuando se hizo cargo cer a Quiroga en Oncativo. Y a partir de esta
del poder en Córdoba. Luego de varias trata circunstancia es obvio que ‘el general cordobés
tivas destinadas al fracaso, porque ni Paz ni cambia de actitud hacia sus vecinos. Porque
Bustos proceden con sinceridad, aquél vence a hasta el momento y cuando aún le restaba
éste el 29 de abril en San Roque. Antes de es afianzarse en su provincia, sobre todo en los
te hecho de armas, Bustos -que está excedido departamentos del oeste donde Quiroga tiene
en el tiempo de su gobernación- delega el reconocida prédica, había intentado un acer
mando provisorio de la provincia en manos camiento con López, con quien intercambio
del invasor. comisionados en el curso de 1829. Desde julio
Bustos acude al socorro que le pueda pres a octubre, Joaquín de la Torre y Iosé María Be
tar Iuan Facundo Quiroga, que lidera el blo doya representaron a Córdoba ante el gobier
que hegemónico de mayor peso en el Interior, no de Santa Fe y, por su parte, Iosé Amenábar
conformado por las provincias de Cuyo. Sabe y Domingo de Oro a Santa Fe ante el de Cór
que el riojano no aceptará pacíficamente la doba; estos últimos tenían el doble objetivo de
pérdida de Córdoba en manos de un hombre procurar la incorporación de aquella provin
como Paz, que no parece estar dispuesto a cia -y de sus aliadas Tucumán y Salta- al
compartir jurisdicciones con nadie. Por lo Cuerpo Nacional y de mediar en el conflicto
tanto, el enfrentamiento entre ambos será des con Quiroga. Es el momento en que Córdoba
de el comienzo inevitable y, finalmente, de esa procura penetrar en el Litoral captando a San
guerra surgirá un bloque capaz de ordenar ba ta Fe y, por su parte, López precisa del Interior
jo su signo a todo el Interior. tanto para oponerse a los porteños —con quie
Efectivamente, Iuan Facundo Quiroga, nes está disgustado porque lo han dejado de
con fuerzas de La Rioja, Catamarca y San Luis, lado en los acuerdos de Cañuelas y Barracas
invade Córdoba. Los días 22 y 23 de junio, Paz como para rescatar al desfalleciente Cuerpo
388 derrota a ambos adversarios en la batalla de La Nacional de Santa Fe. Precisamente, en cono
LA HEGEMONÍA DE ROSAS
cimiento de las necesidades de su vecino, en sión que había mandado a Santa Fe con el
mayo de 1829, Paz había dado instrucciones a aparente fin de mediar en el conflicto porteño.
Domingo Mendilaharzú para que, si fuera ne No obstante, no es mucho lo que consigue con
cesario, prometiera a López que Córdoba en el Litoral; con Buenos Aires, porque llega tar
viaría representantes al Cuerpo Nacional con de para mediar en el conflicto que ya se había
tal que le asegurara su neutralidad ante el in definido en Barracas y sólo consigue en octu
minente enfrentamiento con Quiroga. Prome bre firmar un tratado muy general de amistad.
sa que llegado el momento no cumple, escu Pero ambas provincias conocen que la amistad
dándose en el pronunciamiento negativo de la acordada no es sincera, a tal punto que en no
legislatura cordobesa. Las demás provincias viembre Buenos Aires prohíbe la exportación
tampoco contestan la convocatoria de Santa de armas al Interior. Los representantes Pedro
Fe, dejando supeditadas sus decisiones finales Cavia y Iuan Iosé Cernadas que envía a Cór
a la actitud de Córdoba. doba, hacia finales de 1829, bajo la aparente
Como Paz necesita armonizar con todos, intención de mediar en el conflicto que la pro
también solicita a Felipe Ibarra —con quien vincia mantiene con Quiroga, no tienen otro
guarda una vieja amistad forjada en los años fin que medir las fuerzas de uno y otro bando.
en que compartieron las vicisitudes del Ejérci Y cuando Quiroga es derrotado, olvidando su
to Auxiliar del Norte- su neutralidad frente al papel de mediadores, le ofrecen asilo y lo con
conflicto con Quiroga y que se acerque a Esta ducen a Buenos Aires.
nislao López y al Cuerpo Nacional enviando Tampoco consiguió mucho con Santa Fe,
un diputado, quien deberá dar seguridades so con la que apenas logró un tratado amistoso
bre las buenas intenciones que guarda Paz. para mejorar la comunicación entre ambas
Ibarra acata la sugerencia y designa a Elías Ga por la ruta del Quebracho Herrado y para una
listeo. Pocos gobernadores existen más segu acción conjunta contra los indios. Y mientras
ros dentro de su provincia que Felipe Ibarra, las comisiones se suceden, Quiroga había sido
pero también pocos más inseguros fuera de abandonado a su suerte por los hombres del
ella. Su poder no va más allá de los límites de Litoral; solo frente a la habilidad y estrategia
la provincia y por esa misma falta de peso en de Paz, sus fuerzas parecían no contar.
el concierto provincial es que debe empeñarse Si bien López estuvo tentado por la amis
por conservar el equilibrio con sus vecinos y tad con Paz en 1829, después de Oncativo te
de ahí también su postura tan proclive a mu me por el peso que el cordobés adquiere en el
dar de alianzas. El peligro es casi permanente Interior, una zona en la que también él está in
y viene de las fronteras con Tucumán, Salta y teresado por extender su injerencia. La nueva
Catamarca, cuyos gobiernos lo acusan de que relación de fuerzas pone en desequilibrio a su
tolera y fomenta la acción de las montoneras incuestionable liderazgo federal, por eso pre
en sus provincias. También el peligro viene de fiere inclinarse por Buenos Aires y entenderse
la frontera con Córdoba, y menos aún puede con Rosas. Es indudable que los resquemores,
ignorar el respetable poder de Quiroga. basados más en las ambiciones personales e
La política de buen vecino de Paz llega intereses locales que en las ideas contrapues
hasta Buenos Aires, a donde extiende la mi tas, entorpecieron un entendimiento durade 389
LA DIMENSION POLÍTICA
ro entre los hombres de las “provincias”, pero cayendo bajo la órbita de su política, habiendo
no cabe duda que, para Santa Fe, la asistencia realizado previamente cambios en la adminis
financiera y los auxilios militares de Buenos tración de la mayor parte de ellas. Algunos, in
Aires, que se suceden casi regularmente desde ducidos por la presión de las armas de sus alia
Benegas, terminaron por inclinar la balanza a dos —como en el caso de Santiago del Estero
su favor en más de una ocasión. Pero más allá y otros, por las de sus lugartenientes —como en
del conflicto entre jurisdicciones locales, tam los casos de Mendoza, San Iuan y La Rioja—,
poco Buenos Aires está dispuesto a permitir el con la excepción de Salta y Tucumán que lo
surgimiento de un bloque sólido en el Interior apoyaron desde un primer momento.
que incluya, a la vez, un liderazgo federal. La política de" no compromiso de Ibarra lo
Paz también abre relaciones diplomáticas había colocado en un difícil equilibrio, a lo
con Bolivia, Chile y Uruguay. En agosto de 1829 que, sin dudas, se agrega una más que defi
ofrece al gobiemo chileno intercambio de re ciente situación económica de la provincia
presentantes diplomáticos, busca encontrar en que no le permite instrumentar una adecuada
Chile las armas y el empréstito que no obtuvo defensa. Conocedores de la situación, tucuma
en Buenos Aires, sin mayor éxito. Recién en ju nos y salteños se lanzan a derrocar a Ibarra,
lio de 1830, firma una Convención Provisional alentados por la actitud peli-misiva de Paz. De
por la que se afirman las relaciones de amistad modo que, en mayo de 1830, Ibarra es remo
entre ambos gobiemos y como aún no están vido del cargo y debe refugiarse en Santa Fe,
nombradas las autoridades definitivas de la Re no sin antes acusar al gobernador cordobés de
pública, tiene el carácter de provisional, por lo fomentar la invasión. Bajo la presión de las
tanto; sólo tendrá vigencia hasta que se insta provincias del norte, la legislatura santiagüeña
len. Esto revela no sólo un prudente manejo de elige gobernador provisorio a Manuel Alcorta
las relaciones exteriores sino la intención ex quien, el 3 junio del mismo año, pone a la pro
presa de no separarse del resto de las Provincias vincia bajo la protección de Paz. Pero como
Unidas. Chile, por su parte, ofrece su media Alcorta no desea permanecer en el cargo, dele
ción pacífica ante la situación de inminente ga el mando en el coronel Deheza, un oficial
guerra civil. Córdoba acepta inmediatamente, del ejército de Paz. En tanto, en Catamarca es
pero Buenos Aires, en setiembre de 1830, adu talla una revolución y el gobierno cordobés
ce que en las circunstancias no es aplicable di ofrece de mediador a Vicente Agüero con la
cho ofrecimiento, actitud que es seguida por los aparente misión de interceder en el conflicto,
demás gobiemos del Litoral. pero con instrucciones secretas de presionar
sobre la legislatura catamarqueña para que eli
EL PAIS DIVIDIDO EN nos BLOQUES: LAS LIGAS ja a un sirnpatizante del orden cordobés. Bajo
DEL INTERIOR Y DEL LITORAL estas circunstancias, en mayo de 1830, Miguel
Díaz de la Peña es el nuevo gobernador de Ca
El triunfo sobre Quiroga permite a Paz ex tamarca y, al poco tiempo, envía un represen
tender su influencia no sólo por Cuyo -la zo tante ante el gobierno de Córdoba.
na de mayor influencia del riojano- sino por Mendoza, San Iuan y San Luis fueron el
390 el resto de las provincias del Interior, que van apoyo fundamental de Quiroga, por lo que,
LA HEGEMONÍA DE ROSAS
tras su derrota, sufren inmediatas consecuen alianzas en ambos bloques. El primero que lo
cias. Los simpatizantes de Paz fomentan revo logra es Paz; desde mediados de 1830 está en
luciones en cada una de ellas con el objeto de condiciones de concretar el aglutinamiento de
deponer a sus gobiernos. El ejército de Paz pe las fuerzas del Interior. Surgen entonces los
netra en Mendoza con el aparente objetivo de tratados del 5 de julio y 31 de agosto de 1830.
poner orden, pero la presencia de dichas tro El primero de ellos, conocido con el nombre
pas apresura la decisión de la legislatura men de Liga del Interior, se firma entre las provin
docina que termina por elegir a Videla del cias de Catamarca, Córdoba, San Luis, Men
Castillo, oficial del regimiento invasor. A San doza y La Rioja.
Juan, Paz envía al comandante Albarracín con Es conveniente advertir aquí que gran par
idéntico objetivo de poner orden y el gobierno te de la historiografía, sin un análisis detenido
que resulta electo en esas condiciones es, ob de dicho tratado, lo ha denominado equivoca
viamente, partidario del régimen cordobés. En damente pacto unitario. Calificación por de
San Luis, la transición será menos trágica que más inexacta pues en su articulado no se en
en Mendoza pero por ello no menos firme y cuentra un solo elemento que pueda identifi
en La Rioja, sólo una aventura de conquista de carse como unitario. Por el contrario, se trata
otro de los oficiales del ejército de Córdoba, el de una alianza ofensiva-defensiva entre las
coronel Gregorio Aráoz de Lamadrid, quien al cinco provincias mencionadas bajo condicio
poco tiempo de haber entrado en la provincia nes de perfecta igualdad jurídica y donde la
se hace elegir gobernador y, como consecuen etapa militar pasa a segundo plano ante el
cia de ello, La Rioja también termina por en planteo político de fondo. Es más, el tratado
viar diputado a Córdoba. no se inclina por ningún sistema en particular
Estas circunstancias aumentan los resque y, por el contrario, obliga a las partes contra
mores hacia el poder de Paz y precipitan la de tantes a “recibir la constitución que diere el
cisión de las provincias del Litoral de inclinar Congreso nacional, siguiendo en todo la vo
se por Buenos Aires. Pedro Ferré inicia las ges luntad y el sistema que prevalezca en el con
tiones conducentes a una unión más estrecha greso de las provincias que se reúna”. En el
entre las provincias del Litoral desde comien tiempo que media entre el 5 de julio y el 31 de
zos de 1830, en San Nicolás de los Arroyos. Paz agosto, en que se crea el Supremo Poder Mili
envía a un federal reconocido, Manuel de Isa tar, se fueron adhiriendo a la Liga las demás
sa, a Santa Fe y Corrientes para tratar de intro provincias interiores; esto es, Santiago del Es
ducir una cuña entre las provincias del Litoral tero, Tucumán, Salta y San Iuan.
ofreciendo garantías de paz pero, a la vez, exi Si en el Interior se ha llegado a un acuer
giendo que Buenos Aires revoque el decreto de do, en el Litoral, por el contrario, cada día
prohibición de exportación de armas. Pero nuevas dificultades alejan la posibilidad de
Rosas declara que las garantías de Paz no son concretarlo. Paz, que conoce muy bien aque
suficientes y que no revocará la medida en tal llos desencuentros, aprovecha para tentar una
sentido. vez más a López haciendo jugar las noticias
Es evidente que la paz es sólo un juego de que el propio Buenos Aires ha difundido sobre
estrategias para ganar tiempo y concretar las las intenciones de los gabinetes europeos y el 391
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
rales y a que por medio de un congreso fede como con Rosas, porque lo habían dejado solo
rativo se arregle la administración general del en la lucha con Paz. Pero Rosas supo suavizar
país bajo el sistema federal, su comercio inte lo ocurrido y terminó también por convencer
rior y exterior, su navegación, el cobro y distri lo, a tal punto que lo puso al frente de la divi
bución de las rentas generales”. sión Auxiliar de los Andes.
Este último compromiso que Buenos Aires Mientras se miden las fuerzas de un bando
asume como signataria, sólo se explica ante la y el otro, un suceso fortuito apresura el desen
imperiosa necesidad de concretar una alianza lace del conflicto. El 10 de mayo de 1831,
para hacer frente a un Interior que cada día se mientras Estanislao López, consciente de la
muestra más aglutinado, no sólo porque ha habilidad estratégica de Paz, trata de evitar la
centralizado sus fuerzas sino porque, además, batalla decisiva, accidentalmente una partida
ha creado un sistema para su abastecimiento de su ejército bolea el caballo del general cor
por medio de la denominada Compañía Pro dobés en las proximidades de El Tío. La Liga
veedora del Ejército. La tensión entre los dos del Interior recibe con esto un rudo golpe, ca
bloques ha Hegado a su punto máximo. De si decisivo, porque el general que lo reempla
nuevo la guerra civil aparece en el horizonte za, Gregorio Aráoz de la Lamadrid, no tiene
de un país que parece no poder encontrar el las singulares condicionesilmilitares del jefe
camino apropiado para vivir unido pero que cordobés. Pronto se ve obligado a retirarse y
tampoco puede hacerlo dividido, por eso per López, sin mayores inconvenientes, entra en
siste una y otra vez. Córdoba. Lamadrid busca refugio en las pro
vincias del norte, pero en Tucumán lo vence
UN INESPERADO TRIUNFO DEL LITORAL Quiroga en noviembre de 1831, en la Ciuda
SOBRE EL INTERIOR dela. Con esto, prácticamente, concluye la ac
ción del bloque del Interior. Las provincias del
La guerra civil se enciende nuevamente en Interior saldrán del lance con un serio deterio
1831 en tres puntos, en el norte, oeste y Litoral, ro, no sólo en lo político sino en lo económi
entre la frontera entre Santa Fe y Córdoba y en co y financiero.
Entre Ríos. Durante todo el año 1830, Buenos Las provincias del norte, aliadas desde la
Aires se empeñó en pertrechar un considerable primera hora al proyecto de Paz, son las que
ejército que inmediatamente movilizó hacia la más van a sufrir la derrota. El 2 de diciembre
frontera con Santa Fe. A esta provincia tam de 1831, Quiroga impone a Salta un tratado
bién abasteció de todo lo necesario para la gue por el cual no sólo debe pagar inderrmización
rra; hasta el propio Felipe Ibarra, refugiado en de guerra sino, además, facilitar la colocación
Santa Fe desde que fuera desplazado de su go de los caldos cuyanos en el mercado del norte.
biemo, fue provisto de las armas necesarias pa El triunfo extiende la influencia del riojano en
ra intentar recuperar el mando de su provin la región, a tal punto que, bajo la presión de las
cia. Otro tanto ocurrió con Quiroga, cuyas armas, en enero de 1832 la legislatura tucuma
fuerzas habían sido diezmadas en Oncativo y, na elige gobernador a Alejandro Heredia, otro
al respecto, se deben recordar los resentimien hombre del Ejército Auxiliar del Norte. Esta
394 tos que guardaba el riojano tanto con López decisión resultará demasiado cara, no sólo pa
LA HEGEMONÍA DE ROSAS
ra la provincia sino para todo el norte, al que Constitución Nacional habrán de terminarse
arrastrará tras su aventura del Protectorado. todos sus padecimientos y desigualdades.
Pero no sólo Quiroga extiende su influen Creen en ella porque alientan la esperanza de
cia con el fracaso de Paz. El involuntario retiro que si en su texto escrito terminan las causas
del jefe cordobés deja vacante una zona estra de sus males también desaparecerán en la rea
tégica en el centro del país, codiciada por la lidad. Sólo se oponen los hombres que se en
mayor parte de los hombres que participan del cuentran al frente de la administración de
escenario político del momento. López es uno Buenos Aires y lo hacen en aras del más crudo
de ellos; para imponerse a Buenos Aires nece provincialismo porque temen que con la carta
sita ampliar su órbita de influencia, por eso no constitucional no puedan garantizar su hege
descansará hasta lograr colocar en el gobierno monía. Por ello sostienen que antes de convo
de Córdoba a un hombre de su confianza. El 5 car a congreso constituyente, cada provincia
de agosto de 1831, la legislatura cordobesa eli debía organizarse interiormente y luego recién
ge gobemador a Iosé Vicente Reynafé y con buscar la federación con las demás mediante
ello deja atrás a Quiroga, que se habíaimovili el sistema de pactos y alianzas que garanticen
zado con las mismas intenciones. Esta circuns la unión de las provincias.
tancia puso a su disposición la llave de las co
municaciones con el Interior, a lo que luego se LA CONFORMACIÓN DE UN PODER. PRIMER
Cintillos federales, con leyendas contrarias a los “salvajes unitarios". Complejo Museográfico "Enrique Udaondo”. Luján.
imagen del régimen, uniformada tras una ro nadie deja de reconocer, por el momento,
misma forma y color. sus condiciones para gobernar. Hacia 1832,
Este decreto de la divisa punzó se comple también algunos federales doctrinarios lo vi
menta con otra medida, emitida en noviem sualizan como una figura de síntesis. No obs
bre del año anterior, tendiente a homogenei tante, a Rosas no le atrae gobernar en las con
zar internamente al régimen. Por medio de un diciones que ha resuelto la Sala, por eso recha
decreto se exigía, para acceder a cualquier em za en dos oportunidades el ofrecimiento y
pleo público, poseer la calidad de “buen fede presenta su renuncia en forma indeclinable,
ral”. Con ello, el régimen fijó modelos forma en diciembre de 1832.
dores que otorgaban la calidad de “federal ne Pero no sólo las facultades extraordinarias
to” o “buen federal” al que apoyaba la causa y agitaron el ambiente político durante el pri
el modelo opuesto para el que no acordaba mer gobierno de Rosas, sino que la férrea dis
con el sistema, el que era diferenciado con la posición de los caudillos del Interior de orga
calidad de “salvaje unitario”. Obviamente, es nizar el país, puso otra nota de clara discordia._
tas calidades nada tenían que ver con el aspec
to doctrinario de ambas corrientes de pensa LA COMISION REPRESENTAHVA
con respecto al régimen rosista. De este modo, Si bien la Comisión Representativa se ins
todos los opositores a Rosas o a cualquiera de” tala en febrero de 1831, no es mucho lo que se
sus aliados, fueron calificados genéricamente puede pretender de ella hasta que no finalice
como unitarios. la guerra. Es entonces cuando López cree que
Hacia finales de 1832, Rosas ha tratado es el momento oportuno para exigir a Rosas el
por todos los medios de convencer a sus ami cumplimiento de lo pactado en enero de 183 l.
gos sobre la conveniencia de las facultades ex Pero en realidad, con una economía acotada a
traordinarias hasta que, finalmente, apremia una estrecha franja de territorio próJdmo al
do por el tiempo, las devuelve. En el mensaje Paraná, condicionada por la clausura fluvial y
de devolución, argumenta que se ve en la obli dependiente de la asistencia porteña, su poder
gación de advertir a la Sala sobre los peligros es más aparente que real.
que siguen amenazando a la provincia. Los di Entre los años 1831 y 1832, el resto de las
putados opositores Diego Alcorta y Argerich provincias va adhiriendo al tratado del 4 de
contestan que la única forma de asegurar a la enero de 1831. Con esto queda sellado el pac
provincia consiste en darle una constitución y to de la Confederación Argentina con catego
Felipe Senillosa agrega que el proyecto traba el ría nacional. Si bien este paso ha sido relativa
orden representativo. Finalmente, el 15 de no mente fácil, quedan aún por resolver cuestio
viembre de 1832, el proyecto es rechazado. No nes de muy difícil solución, entre ellas, el ca
obstante, en los primeros días de diciembre, la rácter y alcance de las atribuciones de la Co
legislatura porteña vuelve a elegir gobernador misión Representativa que debe funcionar en
a Rosas pero sin facultades extraordinarias. La Santa Fe y la convocatoria a un congreso gene
diferencia con Rosas pasa por el sistema per ral federativo. Tanto una como otra cuestión
398 sonal que pretende imponer a su gobierno pe encerraban el complejo problema del poder
LA HEGEMONÍA DE ROSAS
nacional. Hasta entonces las provincias se ha ciones de cuantos han firmado el pacto. El
bían limitado a proveer a los más urgentes primero en reaccionar es Rosas que, enterado
problemas, delegando el manejo de las rela de la invitación, desautoriza al diputado por
ciones exteriores en el gobierno de Buenos Ai teño, Ramón Olavarrieta y le ordena que se
res y esto no es un principio federal sino más retire. El 28 de marzo escribe a López tratan
bien de centralismo. do de convencerlo de que la invitación for
No obstante que se le ha reconocido el ma mulada significa un avance de atribuciones
nejo de las relaciones exteriores, el gobierno incompatible con el tratado y que la Comi
de Buenos Aires no puede estar satisfecho por sión Representativa sólo debió existir el tiem
que tiene sobre sí la permanente asechanza de po que duró la guerra, disolviéndose después.
la Comisión Representativa. De ahí que el go Le aclara que la Comisión “está usando una
bernador Rosas se empeñe constantemente en facultad que no tenía y fuera del tiempo seña
disminuir el carácter de la Comisión, conside lado por los gobiernos contratantes a su dura
rándola como una simple reunión diplomáti ción, pretende seguir existiendo y obrando en
ca de reducidas facultades. Por eso, el4 de oc nombre de ellos”.
tubre de 1831, escribe a Quiroga diciéndole Con la misma urgencia, el 24 de abril, Ló
que, una vez lograda la paz en las provincias, pez le responde indignado que la Comisión ha
debe cesar la Comisión Representativa, pues obrado en uso de sus atribuciones y que nin
cree que si la provincia de Buenos Aires se en gún gobierno de la liga “ha podido ni puede
carga de las Relaciones Exteriores se tendrá solicitar la disolución de la Comisión Repre
provista la primera necesidad general. La per sentativa sin infringir el tratado mismo [...]
manencia de dicha Comisión significa dar pues no habría cosa más risible que la Comi
motivos para que las provincias exijan la orga sión hubiera dicho a los gobiemos del Inte
nización del país, aunque éstas sean un con rior: vengan señores a federarse con nosotros
junto de provincias soberanas e independien [...] pero vengan en la inteligencia que en el
tes, unidas sólo por la representación de rela momento que firmemos esta nota, nos vamos
ciones exteriores. a disolver”.
Planteada la lucha entre quienes quieren Cierto es que por el artículo 15 del Pacto
la organización del país y Buenos Aires, que es Federal, la Comisión Representativa debía
la única en oponerse, el sitio de discusión en funcionar mientras no se estableciera la paz
tre las partes es el seno mismo de la Comi pública entre las provincias. Pero ese carácter
sión. En la sesión del 22 de febrero de 1832, el provisional se completaba con la atribución 5°
representante de Corrientes, Manuel Leiva que señalaba el artículo 16, que la facultaba
propone que se dé cumplimiento a la cláusu para invitar a las demás provincias a reunirse
la 5° del artículo 16 del citado tratado del 4 de en congreso federativo. Lo cierto es que cada
enero de 1831. Aprobada la moción de Leiva, una de las tendencias, que ya se habían puesto
la Comisión se dirige a las provincias recor de manifiesto en las sesiones preliminares del
dándoles la cláusula que se refería a la reu pacto, defendería la interpretación de los ar
nión del congreso general federativo. Éste es tículos que más favoreciera a sus objetivos. Por
el detonante que revela las verdaderas inten otro lado, en el inválido cuerpo de la Comi 399
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
sión, sólo seis de las trece provincias de aquel una vez más, los resquemores y las rivalidades
momento estaban representadas. Pero más locales trabaron la unión del Interior.
allá de la representatividad, era el problema de Rosas explota inteligentemente la ocasión
la organización nacional lo que separaba en que se le presenta y protesta airadamente ante
tonces a federales porteños y a confederales, de todos los gobiernos del ataque inferido a Bue
federales del Litoral e Interior. Se advertirá, nos Aires. El 17 de mayo, comunica a López su
entonces, que el problema del poder nacional inquebrantable decisión de retirar su diputa
significaba una lucha interregional, en la cual do. Apartada Buenos Aires de la Comisión Re
los intereses políticos y económicos de Buenos presentativa, a mediados de julio de 1832, ésta
Aires eran de tanta fuerza que por sí solos po celebra su última reunión y se disuelve.
dían oponerse triunfalmente a las aspiraciones Los sucesos de 1831 y 1832, que induda
del Interior. blemente significan un triunfo para Buenos
En medio de la disputa entablada, un su Aires, darán una peculiar estructura al país en
ceso da pie a Buenos Aires para que insista en las dos décadas posteriores, caracterizada por
sus reclamos. El 9 y el 20 de marzo de 1832, los la existencia de una Confederación, más teóri
representantes de Corrientes y de Córdoba, ca que real, nucleada en torno a la provincia
Leiva y Marín, se dirigen a Tadeo Acuña, hom más fuerte y dirigida por la,» mano férrea de
bre fuerte de Catamarca, y a Orihuela, de La Rosas.
Rioja. En dichas comunicaciones la invitación
a participar de la Comisión Representativa y
las noticias sobre congreso general no son si HACIA LA HEGEMONÍA DE RosAs
no las excusas para difundir la actitud reticen
te de Buenos Aires y avivar, en hombres califi EL GOBIERNO DE BALcARcE, LA CAMPAÑA
cados del Interior, el espíritu antiporteño. Lei AL DESIERTO Y LA DIVISIÓN DEL PARTIDO
te goza de buen prestigio como militar por su por su evidente falta de interés. De acuerdo a
destacado papel tanto en la guerra de la inde la planificación inicial, Rosas debía comandar
pendencia como en las guerras civiles. La in el ala izquierda; José Ruiz Huidobro, la cen
fluencia del gobernante saliente se refleja en la tral, y Félix Aldao, la derecha. Sólo pudo cum
composición de su gabinete, formado por plirse acabadamente la que correspondía a
hombres de origen rosista como Victorio Gar Buenos Aires, la única que dispuso de los re
cía de Zúñiga en Gobierno, Manuel Maza en cursos necesarios para llevar adelante la em
Justicia y Relaciones Exteriores y Iosé María presa. No obstante haber logrado alcanzar la
Rojas y Patrón en Hacienda —quien al poco isla Choele-Choel en el río Negro, el objetivo
tiempo renunciará, y será reemplazado por principal de la campaña ha sido asegurar me
García de Zúñiga- y por último, en el Minis diante una expedición militar, la pacífica po
terio de Guerra, su primo, Enrique Martínez, sesión de las tierras ganadas al indio en la dé
un hombre que se había mostrado muy sensi cada anterior. Esta campaña contribuyó a am
ble a la autoridad de Rosas en la gestión pasa pliar la base de apoyo de Rosas porque le su
da. Toda esta influencia del gobernador salien mó un sector de propietarios que, si bien no
te en los nuevos cuadros administrativos hace habían estado antes de su parte, se habían fa
de Balcarce una ficción de gobernador. vorecido de la expedición, que aseguró de ma
Pero contrariamente a lo que todos imagi nera definitiva sus tierras. El 25 de mayo de
nan, el ministro Martínez, cuya base política 1834, a orillas del Napostá, Rosas despidió a
se reparte entre la oficialidad federal y un gru sus tropas. La campaña al desierto concluyó
po próximo al dorreguismo, será la piedra del con un éxito rotundo que obligó tanto al go
escándalo. Martínez comienza por retacearle bernador como a la Sala a reconocer sus méri
el apoyo a Rosas que, como comandante de tos. En consecuencia, se otorgaron medallas y
campaña, resulta ahora su subordinado. premios a los jefes que habían intervenido en
A pesar de los inconvenientes, en otoño de la expedición y a Rosas se le concedió la isla
1833, Rosas inició la marcha de su expedición Choele-Choel, que luego cambió por 60 le
al desierto, largamente planeada desde tiempo guas cuadradas de terrenos de pastoreo.
antes de su alejamiento del gobiemo. Los ob Si el cambio producido en la dirección de
jetivos eran claros: robustecer su prestigio en la provincia hacia 1832 significó, a breve pla
la campaña, adquirir tierras, extender la gana zo, modificaciones serias en la política interna,
dería y disponer de un ejército considerable. también lo será en las relaciones con las demás
La expedición había sido concebida como un provincias. Al parecer, a Balcarce le falta la ha
esfuerzo conjunto de las provincias afectadas bilidad política que le sobra a su predecesor y
por el accionar de los indios e inclusive hasta las provincias aprovechan para tratar de igual
el propio Chile se había comprometido en la a igual con Buenos Aires. Esta cuestión se ma
empresa pero luego sus conflictos internos se nifiesta claramente en la discusión acerca del
lo impidieron. Tampoco Facundo Quiroga derecho de Buenos Aires a juzgar en asuntos
que había sido nombrado jefe de las fuerzas nacionales y con respecto a las ideas de orga
combinadas, pudo hacerse cargo de la direc nizar constitucionalmente el país. En relación
ción, un poco por su enfermedad y otro poco a la primera, tanto para el episodio de Lecocq, 401
LA DIMENSIÓN POLITICA
agente de Fructuoso Rivera detenido en Entre ces en el viejo partido federal. La cismática re
Ríos acusado de intentar un movimiento se pudia el absolutismo y el gobierno personal; la
paratista, como en el de Toribio Salvadores, apostólica, en cambio, sigue dogmáticamente
cuya correspondencia a emigrados fue inter las indicaciones del “Restaurador de las leyes”.
ceptada por el gobierno de Tucumán, Buenos Las dos listas presentadas están encabezadas
Aires termina reconociendo, por boca de su por Rosas y ambas incluyen a Gregorio Tagle.
fiscal Agrelo, la soberanía de cada provincia La lista oficialista pertenece a la primera ten
para entender en causas nacionales. En rela dencia y es la que logra la mayor cantidad de
ción a la segimda, cuando en 1833 Bolivia re votos, hecho que provoca la virulenta reacción
chaza la delegación argentina, los gobernado del sector rosista o de los apostólicos. El artífi
res de Santa Fe y de Entre Ríos aprovechan pa ce de esta elección es el ministro de Guerra, el
ra escribir a Balcarce y reclamar sobre la nece general Martínez, quien no trepida en utilizar
sidad de organizar constitucionalmente el país todos los métodos para persuadir a los votan
como único medio para que no vuelvan a ocu tes. Pero si esta elección ha sido violenta más
rrir episodios como el sucedido. En ambas lo serán las complementarias del 16 de junio.
ocasiones, Balcarce contesta poniendo de re En ellas, Encarnación Ezcurra actúa del lado
lieve la complacencia del gobierno de Buenos rosista, movilizando a los futuros mazorque
Aires por los deseos expresados de organizar ros Cuitiño y Parra y a varios militares. Esta
constitucionalmente el país. Su respuesta es vez, la balanza se inclina para el lado rosista.
sincera y no expresa otra cosa que el pensa Pero la elección adquiere tal cariz que debe ser
miento del grupo que en esos momentos con suspendida por el gobernador Balcarce. Este
trola la situación política de Buenos Aires. acto agudiza aún más las tensiones, cuya vio
En otro orden de cosas, cabe destacar dos lenta resolución culmina en la denominada
elementos caracterizados de la facción que “Revolución de los Restauradores”.
responde a Rosas: la mazorca y la guerra pro La crisis se traslada al seno del ministerio,
pagandística. La primera, integrada por secto donde se ven compelidos a renunciar los mi
res populares, cumple un papel específico co nistros rosistas, García de Zúñiga y Manuel
mo grupo de choque para amedrentar a los Vicente Maza, que son reemplazados por José
opositores; su máxima inspiradora es la espo Franciso de Ugarteche y Gregorio Tagle. Este
sa de Rosas, doña Encarnación Ezcurra, quien último propugna un acuerdo entre ambas fac
dirige durante la ausencia de su marido al sec ciones, posición a la que adhieren los rosistas
tor más virulento de sus partidarios. La segun Tomás Guido, Lucio Mansilla, García de Zúñi
da procura catalogar a enemigos y amigos a ga e incluso los Anchorena. En realidad, los
través de una hábil propaganda. únicos que no acuerdan con esta solución son
El 28 de abril de 1833, tienen lugar en Bue Encarnación Ezcurra y el propio ministro
nos Aires las elecciones de representantes para Martínez. Pero la disputa se agrava con una
renovar la legislatura provincial. En dicha oca agresiva campaña propagandística llevada a
sión, el partido federal presenta dos listas, pro cabo por los periódicos, que se amparan en las
ducto de las dos tendencias en pugna que se recientes medidas liberales dispuestas por el
402 van perfilando, aunque ambas tienen sus raí gobierno, que van desde una relativa libertad
LA HEGEMONIA DE ROSAS
de prensa hasta la suspensión del uso obliga ción de los federales doctrinarios, quienes ju
torio de la divisa punzó. Cuando la polémica garon su última carta impidiendo que triunfa
desatada en la prensa setorna insoportable, el ra el candidato de la fracción apostólica, Ma
gobierno decide intervenir enjuiciando en pri nuel Guillermo Pinto.
mer lugar al periódico El Restaurador de las Si bien Rosas públicamente muestra su
Leyes. Esta situación es aprovechada por los aceptación al gobierno, privadamente lo hos
rosistas, quienes empapelan la ciudad hacien tiliza debido a la política de conciliación hacia
do pasar este episodio como un enjuiciamien las facciones en que Viamonte se empeña des
to ala persona de Rosas. El ll de octubre, tras de un comienzo. En consecuencia, su gobier
un fallido intento de iniciar el proceso previs no se ve hostilizado por un creciente clima de
to al periódico, se produce un tumulto en la violencia por parte de los rosistas, a cuyo fren
Plaza de la Victoria. El movimiento provoca te se halla la esposa de Rosas, quien con sus
graves enfrentamientos y pone en crisis a todo parientes y amigos ha formado la Sociedad Pa
el gobierno de Balcarce. Durante varios días se triótica y Restauradora que provoca la emigra
suceden negociaciones y enfrentamientos, ción de federales doctrinarios o liberales hacia
mientras en la ciudad comienzan a faltar las Uruguay y el Interior. Tras ser baleadas sus ca
provisiones y los alzados aumentan en su nú sas, salen de Buenos Aires con diferentes rum
mero. Sin el apoyo militar de la campaña, el 30 bos, Tomás de Iriarte, Félix Olazábal, Ugarte
de octubre, Martínez renuncia, seguido por che, Balcarce, Martínez. No obstante, la fac
Ugarteche. Pocos días más tarde, el 3 de no ción liberal del partido federal tarda algím
viembre de 1833, convencido de su soledad, tiempo en ser eliminada definitivamente y el
Balcarce también presenta su dimisión, no sin 19 de diciembre de 1833, juega la última carta
antes asegurar en puestos claves a algunos en su lucha contra el poder absoluto. Los
allegados. miembros de la Comisión de Negocios Cons
titucionales presentan a la Sala un proyecto de
GOBIERNOS DE VIAMONTE Y MAZA Constitución en la que se limitan las atribu
ciones del Poder Ejecutivo, se garantizan las li
El mismo día 3, la Sala eligió gobernador bertades individuales y la división de poderes,
al general Juan Iosé Viamonte quien nombra además de fijar un término de tres años para
ministro de Gobierno y Hacienda a Manuel el desempeño del gobernador, quien no puede
García y a Tomás Guido en Relaciones Exte ser reelegido sino al cabo de seis años. Pero el
riores. Pero la elección de la Sala no conformó proyecto no logra ser sancionado.
a Rosas y Encarnación Ezcurra es la primera Hacia fines de 1833, el ambiente político
en advertírlo, cuando le escribió diciéndole de Buenos Aires está más que enrarecido. Ru
que Viamonte “no es amigo, ni jamás podrá mores de complot unitario, supuestamente
serlo; así es que a mi ver, sólo hemos ganado preparado por los emigrados, llegan cada vez
en quitar una porción de malvados para poner con más detalles desde Europa. Esto exaspera
a otros menos malos”. En realidad, esta oposi a los rosistas que creen ver en cada acto del go
ción obedecía a que Viamonte había sido elec bierno de Viamonte un retorno a la época de
to con el voto de los representantes de la frac los unitarios. Para colmo, el 28 de abril de 403
LA DIMENSIÓN POLITICA
1834, retorna a Buenos Aires Bernardino Ri guarda una actitud pragmática frente a la polí
vadavia, lo que motiva más hechos de violen tica de Rosas. Hacia 1834, Heredia ya es una fi
cia de parte de los sectores duros del rosismo. gura hegemónica en el norte y sus intereses cho
A tal punto llegan los desórdenes, que el mi can con los de Pablo Latorre, gobemador de
nistro García -que había integrado su gabine Salta. Las tensiones entre ambos van en aumen
te y, en alguna medida, había sido responsable to, agravadas por las mutuas acusaciones de
de su caída- firma la orden de su expulsión. A connivencia con los unitarios que tratan de ane
diferencia de esta particular acción de García, xar territorios a Bolivia. Heredia solicita un me
Facundo Quiroga, su antiguo opositor, se diador a Buenos Aires mientras trabaja para lo
ofrece como garante de su persona. grar la renuncia de Latorre y moviliza sus fuer
Pero ni Viamonte ni los actos desacertados zas hacia Salta. En esta última, la situación se
de su ministro García pueden contener los ex complica a mediados de año, cuando Jujuy pro
cesos de los “restauradores” y desde ese mo voca un alzamiento que concluye, el 18 de no
mento hasta comienzos de junio de 1834, el viembre, en su independencia; constituyéndose.
gobierno no será más que una ficción de tal. a partir de ese momento en provincia autóno
Por último, el 5 de aquel mes, el gobernador ma. Tras la revuelta, en un confuso episodio
Viamonte renuncia. El camino de Rosas hacia asesinan a Latorre, el 30 de diciembre de 1834.
el poder está expedito. En Buenos Aires, las desavenencias entre
En esa situación, la legislatura decide ele x los gobernadores del norte y la casi seguridad
gir gobernador a Rosas, aunque sin otorgarle de un próximo enfrentamiento entre ambos
facultades extraordinarias, lo que motiva otras mandatarios federales, deciden al gobemador
sucesivas renuncias de su parte. Se busca sin interino, doctor Maza, a enviar al general Qui
éxito elegir a otras figuras, por lo que debe roga en misión mediadora. Obviamente, esta
asumir interinamente el presidente de la Sala, decisión de Maza cuenta con la previa acepta
Manuel Maza. Rosas prepara pacientemente ción de Rosas, lo mismo ocurre con las ins
su vuelta al gobierno en las condiciones que él trucciones que recibe antes de partir que, si
exige, pero la suave transición se ve apresura bien llevan la firma del gobernador, fueron ela
da por la conflictiva situación en las provin boradas en una reunión conjunta, el 18 de di
cias del norte. ciembre. Al día siguiente, Quiroga parte y Ro
sas lo alcanza en San Antonio de Areco y con
CONFLICTOS EN EL INTERIOR DEL PAIS. ferencian en la hacienda de Mauricio Figueroa.
ASESINATO DE QUIROGA La presencia del riojano en el norte no se
busca sin fundamento; como se sabe, Quiroga
Mientras en Buenos Aires todo parece enca había reorganizado aquella región luego de
minarse, en el noroeste del país la agitación po Ciudadela, y en definitiva, tanto Heredia como
lítica pone al descubierto el profundo disenso Latorre alcanzaron las respectivas gobernació
entre los gobiemos de la región. Desde enero de nes con su asentimiento. Quiroga acepta la mi
1832, Alejandro Heredia está al frente de la pro sión convencido de que podrá restablecer el en
vincia de Tucumán. Su adhesión al Pacto Fede tendimiento entre ambos gobiernos y que la
ral no ha sido espontánea y, por el contrario, paz beneficiará a todos. Conoce muy bien lo
LA HEGEMONÍA DE ROSAS
que piensan los hombres del norte y sabe que, CONSOLIDACIÓN Y CRISIS DE UN PODER
sean unitarios, federales o confederales, todos
están urgidos por la organización constitucio ROSAS ACCEDE POR SEGUNDA vEz
nal del país. Porque conoce esto, pide a Rosas AL GOBIERNO DE LA PROVINCIA
que le escriba la carta del 20 de diciembre don DE BUENOS AIRES
de le sintetiza lo conversado en la hacienda de
Figueroa, que no es otra cosa que la posición de Los conflictos politicos que precedieron la
Rosas frente al problema de la organización del elección de Rosas habían aumentado su con
país. Por lo tanto, la carta no es —como se ha senso y creado la necesidad de su retorno. La
sostenido- para que Quiroga fije conceptos o le Sala, sin oposición e interpretando la opinión
sirva de ayuda-memoria. La carta debe servirle generalizada, lo elige con la suma del poder pú
al riojano para que los hombres del norte no se blico. Pero es tal el cúmulo de poderes que con
engañen acerca de lo que piensa el grupo diri centra en su persona, que antes de aceptar, con
gente porteño, encabezado por Rosas. Y éste no sidera necesario que una consulta popular a los
es otra cosa que la expresión de un descarnado habitantes de Buenos Aires ratifique la ley que
porteñismo que los hombre del Interior ya ha se los otorga. Aunque el número de votantes no
bían conocido en varias oportunidades. es muy amplio, por los votos emitidos se puede
Lo que Rosas solicita a Quiroga, en esta decir que el plebiscito lo favorece unánirne
ocasión, es que utilice su influencia para di mente. El 13 de abril de 1835, Rosas retoma el
fundir en el Interior la opinión sobre la incon gobiemo de la província de Buenos Aires con
veniencia de sancionar una constitución un poder redimensionado. La solemnidad de la
mientras no se aplaquen las luchas y las pro ceremonia de asunción, que sorprende a sim
vincias no tengan una organización apropia patizantes y opositores, adelanta el resultado de
da. Pero cuando Quiroga llega a Santiago del su gestión. Dentro de un peculiar marco “repu
Estero, se entera de la sangrienta resolución blicano”, más formal que real y en ejercicio de
del conflicto, por lo que se debe limitar a me un poder que concentra en su persona a todos
diar entre Heredia y las nuevas autoridades los demás, Rosas se ocupa de darle a su sistema
salteñas. Pero a su regreso, el 16 de febrero de un alcance nacional. En aras de este objetivo, en
1835, es asesinado en Barranca Yaco, provincia el segundo período de gobierno extiende su in
de Córdoba, por una partida que respondía, fluencia hacia las demás provincias. Si bien es
aparentemente, al gobernador Reynafé, aliado cierto que su poder real va más allá del que le
de Estanislao López. otorgan las normas, no es menos cierto que su
La muerte de Quiroga es aprovechada há poder formal es legalizado, porque ha sido
bilmente por Rosas para demostrar las condi otorgado por las instituciones y legitimado por
ciones especiales de inseguridad que vive el el consenso de gran parte de la ciudadanía.
país. Precisamente, por esa falta de paz — entre La proclama que lee a su ascenso proyecta
otras cosas- obtiene el gobierno de la provin una imagen anticipada de lo que vendrá; pro
cia de Buenos Aires en las condiciones que de mete persecución y muerte al impío, al sacri
sea. El 6 de marzo de 1835, la Sala lo nombra lego, al ladrón y al “traidor”. La “restauración
gobernador de la provincia por cinco años. del orden” exige unanimidad de opiniones y 405
LA DIMENSIÓN l’0l,l"l'l(Ï.‘\
Sello que se aplicaba en documentos publicos y expedientes judiciales de distintos puntos del país.
guerra a los opositores. Por eso vuelve a sus la necesidad de su uso. En julio de 1835, al go
pender las libertades que el breve gobierno de bernador Pedro Molina de Mendoza y a Ale
Balcarce alcanzó a garantizar y retoma la obli jandro Heredia, en julio de 1837, les reco
gación del uso de divisa punzó, de la calidad mienda que es de absoluta necesidad que en
de federal decidido para ejercer los cargos pú sus oficios y proclamas y en todos los actos
blicos y de ciertos controles sociales como la oficiales suene siempre la Federación con co
papeleta del conchabo y la licencia para circular lor. Representado a través de incripciones y de
por el territorio provincial. Retorna al control símbolos de uso obligatorio, el régimen rosis
sobre la prensa y las comunicaciones y agrega, ta logra imponer su presencia tanto en el espa
desde el 22 de mayo de 1835, la obligación de cio público como en el privado.
encabezar los documentos oficiales y la co Estas estrategias de poder utilizadas por el
rrespondencia particular con el lema Viva la gobernante porteño, para presionar sobre al
santa federación, a lo que luego se suma Mue gunos mandatarios provinciales poco dóciles
ran los salvajes unitarios. Estas disposiciones y decidirlos por una “identidad de miras”, son
son muy pronto legitimadas por un acata también esgrimidas por ciertos jefes provin
miento general en la provincia de Buenos Ai ciales, algo inseguros en su provincia, para os
res y en las demás provincias, que con ellas de tentar una identidad política con Rosas, con la
muestran su unanimidad de miras con el régi que fortalecen sus posiciones locales. De tal
men de Rosas. Y cuando esto no sucede por la manera que quien se oponga a su gestión lo
reticencia de algún gobernador díscolo, el En hace también con el propio Rosas. Esta identi
cargado de las Relaciones Exteriores, en uso de dad, más utílitaria que ideológica, explica en
406 mayores atribuciones, se encarga de sugerirle gran medida el cambio de discurso y de repre
LA HEGEMONÍA DE ROSAS
período. Pero, más allá de la ficción que po presión. No obstante, el fusilamiento de Ca
dían encerrar las renuncias y las reiteradas mila O'Gorman y de su enamorado, el sacer
designaciones por parte de la legislatura, na dote Ladislao Gutiérrez, en agosto de 1848,
die dudaba que entre tanta complicación, el volvió a recordar la dureza del régimen. Aun
único indicado para gobernar seguía siendo que éste, en un principio, no había puesto
Rosas. mayor atención en el caso, los emigrados
Para endurecer más el clima de terror, se aprovecharon la oportunidad de despresti
produjeron dos sucesos, el atentado contra el giar a Rosas acusándolo de permitir, y aún
Restaurador, conocido como la “máquina in fomentar, ciertos excesos en la sociedad, con
fernal”, y las supuestas sospechas contra los virtiendo el caso en una cuestión política que
jesuitas. El primero, descubierto el 28 de abril desembocó en el final ya señalado.
de 1841, sirvió a los “fieles” de Rosas para es
grimir la necesidad de crear un gobierno he
reditario, señalando como posible sucesora a DEL ENcARao DE LAs RELACIONES
la hija del gobernador. En el segundo, pesó la EXTERIORES A IA MAGISTRATURA NACIONAL
de unitario por tener como ministro a Do Encargado de las Relaciones Exteriores no
mingo de Oro. Rosas utiliza primero la per queda reducida a la función de juzgar, tam
suasión epistolar y recién cuando ésta fracasa, bién dicta normas de naturaleza sustancial.
decide movilizarse con las armas a comienzos En algunas oportunidades crea figuras delic
de 1836; pero para ese tiempo, Yanzón es de tivas sobre las cuales dicta condena, como en
puesto tras un intento fallido de invadir La febrero de 1837, cuando por medio de un de
Rioja. creto se cierra la comunicación entre los ha
Las funciones nacionales del gobierno de bitantes de la Confederación y los de Perú y
Buenos Aires se incrementaron con la delega Bolivia; en dicha ocasión se prescribe que el
ción de las provincias para juzgar a los acusa infractor será castigado como “reo de la pa
dos de crímenes políticos contra la Nación. tria” por traición al Estado. Otro tanto ocurre
Se trataba de un rudimentario derecho fede en 1842, con las comunicaciones entre la
ral y sus orígenes se remontaban hasta 1830, Confederación y la Banda Oriental, con simi
cuando Tucumán reclamó al gobierno de lares condenas para los infractores. Esto sig
Buenos Aires que enviase a Córdoba al gene nifica que al gobernador de Buenos Aires se
ral Quiroga, para que fuese juzgado ante un le ha agregado, de hecho, la función de justi
tribunal nacional. Otro tanto ocurrió con cia federal. ‘z
Paz, cuando Santa Fe, que se hizo cargo de su a Desde aquel simple encargo de los años
prisión, consideró que debía ser remitido a 1831 y 1832 hasta fines de 1835, ha logrado
Buenos Aires, para que fuese tratado como trabajosamente reunir ciertas funciones na
un problema nacional. Pero Buenos Aires, cionales que no exceden en mucho a las dí
hasta 1835, se negó a recibirlo porque temía plomáticas. Pero de ahí en adelante, la institu
que el prestigio de Paz, ganado en la guerra ción adquiere de hecho un incremento tal de
con el Brasil, pudiese servir para agitar los facultades, que la transforman en una magis
ánimos de la oposición, que aún era fuerte en tratura federal con poderes externos e inter
Buenos Aires. Otra fue la opinión en 1835, nos que exceden las atribuciones que la doc
cuando Rosas había eliminado a la oposi trina constitucional suele otorgar a un poder
ción. En cambio, la mayoría de las provincias ejecutivo. A las funciones ya señaladas se van
sostenían que correspondía al gobierno de agregando el derecho de resolver sobre las
Buenos Aires juzgar este tipo de delitos, no cuestiones de límites provinciales, el ejercicio
sólo por estar encargado de las relaciones ex del Patronato Nacional, el derecho de dar in
teriores, sino porque aquéllas lo habían auto dulto, el de control sobre el tráfico fluvial por
rizado especialmente. los ríos Paraná y Uruguay, la concesión de
Fortalecida la autoridad de Rosas en el se _permisos de ingreso al país y la jefatura de los
gundo gobierno, no sólo acepta que las auto ejércitos federales de todo el país. Y como una
ridades de Buenos Aires ejerzan la función de forma de legitimar esta verdadera magistratu
juzgar a los responsables del asesinato del ge ra federal, algunos jefes provinciales identifi
neral Quiroga, sino que busca con interés la cados con su régimen, comienzan a denomi
delegación de facultades para aplicar una narlo [efe Supremo del Estado o Iefe Ilustre de
410 sanción. Pero la actividad del encargado del Ia República.
LA HEGEMONIA DE ROSAS
Las PROVINCIAS DEL INTERIOR hermano Felipe Heredia. Otro tanto ocurre en
Y LAS REACCIONES CONTRA EL CENTRALISMO Iujuy, donde el tucumano logra colocar al coro
PORTEÑO nel Pablo Alemán. Desde 1836, lentamente, He
redia va extendiendo su “Protectorado” prirne
Si bien Rosas pudo transformar sin mayo ro, por Salta y Iujuy y luego, por Catamarca. Y
res inconvenientes el Encargo de las Relacio aunque el papel del “Protector” se limita a ga
nes Exteriores en una magistratura nacional, rantizar la paz de cada provincia, los ministros
no tuvo el mismo correlato con respecto a que asisten a los gobemadores de las provincias
otros aspectos sustanciales de su sistema. Una integrantes son curiosamente tucumanos; esta
serie de sucesivos planteamientos en torno a la circunstancia aumenta las desconfianzas que,
necesidad de organizar el país y al modo de desde hace tiempo, Rosas alienta del díscolo
concebir la unión bajo esa particular forma caudillo norteño. Pero el “Protectorado” no va
que se denominaba “Confederación”, puso en a durar más de dos años y esto será una de las
peligro al régimen en varias oportunidades. causas de debilidad intrínseca de la futura Coa
Una parte importante de los hombres de las lición del Norte.
provincias percibían al sistema impuesto por Heredia insiste ante Rosas en declarar la
Rosas como una nueva manifestación del cen guerra al mariscal Andrés de Santa Cruz, jefe
tralismo porteño y lo cuestionaron con una de la Confederación Peruano-boliviana, indu
serie de sublevaciones. Algunas de éstas se cido por una serie de motivos bastante com
transformaron en rebeliones generalizadas co plejos. Necesita precipitar el desenlace para
mo la de 1840, y otras buscaron la alianza con fortificar su imagen dentro del Protectorado y
potencias extranjeras que pusieron en riesgo a Rosas no le resultan ajenas tales especulacio
la soberanía general y provocaron profundas nes. No obstante, es indudable que la cuestión
crisis económicas con sendos bloqueos al de la recuperación de Tarija y la Puna, recla
puerto de Buenos Aires, mantenido afanosa mada por Salta y retenida por Bolivia, consti
mente por el régimen como único contacto tuye uno de los detonantes. Por otra parte, los
con el extranjero. distritos del norte argentino están ligados eco
nómicamente a Bolivia desde siempre, pero
Las provincias del none. Santa Cruz comienza a instrumentar una serie
Del “Protectorado” a la Coalición de trabas a la importación de artículos de ul
del Norte tramar vía Salta o Jujuy. A lo que se suma la
sospecha bastante probada de que Santa Cruz
El norte sigue convulsionado tras el trágico continúa brindando ayuda militar a los unita
fin del comisionado Quiroga; hecho que facili rios, como ya lo ha hecho en años anteriores.
ta el afianzamiento hegemónico del gobema Por otra parte, la misma creación de aquella
dor de Tucumán en la región. Sin fuerzas para Confederación rompe el equilibrio alcanzado
irnpedirlo, Felipe Ibarra observa inquieto cómo después de la independencia y esto afecta por
Heredia coloca en el gobiemo de Salta a sus pa igual a Chile y a la Confederación Argentina.
rientes; primero, a Fernández Cornejo —sospe Por lo mismo, Chile declara la guerra a Santa
chado de unitario- y más tarde, a su propio Cruz y busca la alianza con Rosas. 411
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
Heredia cuenta con que la guerra se va a por el “Protector” y, a su vez, La Rioja se com
resolver rápidamente, que el mayor peso va a promete a hacerle reintegrar a Catamarca los
caer sobre Chile y que Rosas va a contribuir departamentos que Tucumán ha anexado. El
efectivamente. Pero nada de ello ocurre; Rosas 14 de noviembre, Catamarca se separa del
delega la responsabilidad de la guerra sobre las protectorado. Dos días antes, tras haber sido
provincias de Tucumán, Salta y Jujuy, y desig reelecto en su provincia por un nuevo período
na a Heredia comandante en jefe del ejército. y mientras se marchaba a su estancia La Arca
Las demás provincias demuestran falta de dia, Alejandro Heredia es asesinado en Lules
cooperación y, además, se presentan graves por una partida de Gavino Robles.
problemas dentro del Protectorado. Frente a Desaparecido Heredia, Ibarra cree que ha
las desinteligencias internas de Catamarca, llegado su momento para sentar hegemonía
Heredia no titubea en incorporar a Tucumán en el norte. Por eso trata de presionar sobre la
los departamentos catamarqueños de Santa legislatura tucumana advirtiendo que está li
María, Belén y Tinogasta. A su vez, los choya gado con La Rioja y Catamarca. Luego de su-
nos santiagüeños invaden territorio tucuma cesivos intentos, la Sala tucumana elige a Ber
no. Todo esto demora y distrae al ejército de nabé Piedrabuena, que cuenta con la simpatía
Heredia que, finalmente, tiene un resultado de Ibarra. En tanto, Felipe Heredia es depues
desfavorable en el frente de guerra y las tropas ‘to en Salta, tras una prolongada crisis provo
bolivianas ocupan la Quebrada. La guerra en cada, en gran parte, por el levantamiento de
el norte argentino termina en abril de 1838, los departamentos de la frontera. En esta su
cuando Santa Cruz declara finalizada la cam blevación está presente el desagrado por la
paña por la dispersión de las tropas argenti guerra contra Santa Cruz que, por otra parte,
nas. A su vez, en enero de 1839, Chile vence en ha sido común a todo el norte. El conflicto bé
Yungay a las tropas bolivianas y, finalmente, lico resulta irnpopular debido —entre otras ra
se disuelve la Confederación Peruano-boli zones- a las consecuencias económicas y los
viana. Rosas festeja la victoria como propia y mayores esfuerzos recayeron sobre los depar
determina que se rinda honores a los “valero tamentos de la frontera, dedicados a la gana
sos federales” que han liberado a Bolivia del dería. Los daños ocasionados crearon un pro
dictador. fundo resentimiento contra los Heredia. Fi
Luego del resultado adverso en la guerra, nalmente, la crisis política en Salta termina
Heredia queda desprestigiado y los goberna con la elección, el 10 de diciembre de 1838, de
dores de La Rioja y de Santiago del Estero, To Juan Manuel Solá quien cuenta con el inme
más Brizuela e Ibarra, aprovechan para arre diato reconocimiento de Tucumán y Santiago
meter contra su hegemonía en el norte. Como del Estero. No ocurre lo mismo con Córdoba,
Cubas, gobernador de Catamarca, tiene moti que se mantiene a la espera de lo que decida
vos para estar disgustado con el “Protector”, Buenos Aires; pero Rosas nunca los reconoce
también se suma a aquéllos. La Rioja y Cata rá porque desconfía de ambos y así se lo hace
marca firman el 10 de noviembre de 1838 un saber a Ibarra. Tampoco siente simpatías por
convenio por el cual forman una alianza ofen los gobernadores de Catamarca y La Rioja, es
412 siva-defensiva para el caso de ser invadidas to es, hacia Cubas y Brizuela.
LA HEGEMONÍA DE ROSAS
En Jujuy, los nuevos administradores, Pablo 1836 porque Rosas rechazó su proyecto de na
Alemán y Mariano Iturbe, son simpatizantes cionalización de la moneda riojana. Y no pu
del régimen rosista. Pero más allá de las simpa do haber sido de otra manera, porque el pro
tías o antipatías, la situación entre los goberna yecto del riojano escondía la finalidad de la
dores del norte y Rosas se complica hacia fines reorganización constitucional que, precisa
de 1838, por causas de la Confederación Perua mente, el porteño rechaza con tanta habilidad.
no-boliviana y las gestiones de paz procuradas Ese sentimiento antiporteñista, que tiene
por Santa Cruz y por su sucesor, el general Ve múltiples expresiones según los intereses de
lazco. Como Rosas no se ocupa de la situación, cada región, impulsa a las provincias del nor
Solá e Ibarra le escriben solicitándole su inter te lideradas por Solá y Piedrabuena a que pro
vención ya que corresponde al Encargado de las curen concretar un pacto interprovincial que
Relaciones Exteriores ocuparse del problema. garantice la seguridad de las partes contratan
Pero nada responde aquél, ocupado desde mar tes y proteja el orden interior hasta que pueda
zo con el bloqueo al puerto de Buenos Aires llegar la organización nacional.
por parte de Francia, y a esa desatención se su Pero si el sentimiento antiporteño —o si se
ma un real sentimiento antiporteño en la re prefiere, anticentralista- es común a todas las
gión, que toma la forma de antirrosismo. Las provincias del norte, los problemas locales po
provincias están cansadas de tanta desatención nen profundas notas de discordia entre ellas y
por parte de quien tiene obligaciones y medios dificultan el acuerdo que comienza a discutir
para hacerlo. Por estos momentos, Cubas y Bri se el 25 de noviembre de 1839. Salta no termi
zuela ya están dispuestos a no ser más instru na de asimilar la independencia de Iujuy y, en
mentos delos porteños, más aún cuando Velaz consecuencia, el gobernador Iturbe demuestra
co ofrece devolver los territorios de la Puna, renuencia hacia el tratado, lo que significa que
Iruya y Santa Victoria, firmar la paz por separa prefiere inclinarse por Rosas; este hecho le
do y restablecer el comercio. Este comercio es costará el cargo poco tiempo después. A su
vital para Salta y Iujuy porque de allí obtiene el vez, Piedrabuena, de Tucumán, no puede en
metálico que luego emplea para pagar las im tenderse con Ibarra que termina por decidirse
portaciones de ultramar ingresadas por los por el jefe de la Confederación Argentina.
puertos de Buenos Aires y Valparaíso; por esta Otro problema, al parecer insalvable, es cómo
razón, tanto los particulares como el Estado es se integran los recursos materiales. Finalmen
tán ansiosos por reabrir las relaciones. Pero Ro te, Tucumán con Salta constituyen en febrero
sas recién dispone el cese de la incomunicación de 1840 el acuerdo sobre las bases de lo con
con Bolivia en octubre de 1839. versado el año anterior. Ambas provincias se
Tanto Salta como Tucumán aceptan fir comprometen a retirar a Rosas el Encargo de
mar la paz por separado, conscientes de la vio los Negocios Generales y de las Relaciones Ex
lación al pacto de 1831 que esto significa y ex teriores y cuando se anuncie su nueva reelec
tienden la invitación a Ibarra, que no acepta y ción, se levantarán contra Rosas, tras invadir
le pasa la comunicación a Rosas. También Bri Santiago del Estero y Córdoba. Se constituye
zuela, en La Rioja, guarda sentimientos anti así la Coalición del Norte, a la que adhieren las
porteños desde tiempo atrás, agravados desde provincias de Catamarca, La Rioja y Iujuy. 413
LA DIMENSIÓN POLITICA
En toda esta acción de conspiración, in como Cayetano y Francisco Lozano y Gaspar
dudablemente cumplen un papel importante Bravo. La rebelión derroca a Manuel López,
los jóvenes de la Nueva Generación. En Tucu disuelve la Sala legislativa y elige gobernador
mán, los amigos de Iuan Bautista Alberdi y provisorio al presidente de la Sala, Francisco
Félix Frías, entre los que se destaca Marco Alvarez. Pero en los primeros días de diciem
Avellaneda, ocupan posiciones espectables en bre, entran a la provincia las tropas de Bue
la legislatura y en la administración. En La nos Aires al mando del general Manuel Oribe
Rioja no encuentran inconveniente para acer y Angel Pacheco con los refuerzos que envía
carse al “Zarco” Brizuela y en Córdoba se ins Rosas y reponen a López en el gobierno pro
tala Vicente Fidel López y funda, a comienzos vincial. La presencia del ejército de Oribe
de 1840, una filial de la Ioven Generación Ar produjo en la provincia desolación y serios
gentina junto a un grupo de conocidas figuras perjuicios económicos, tanto para las finan
del ambiente político cordobés, como los re zas públicas cordobesas como para la econo
presentantes Enrique Rodríguez, Paulino Paz, mía provincial. Además, la derrota de los re
Ramón Ferreyra y Francisco Álvarez, que van volucionarios de octubre significa exilios y
a tener activa participación en la revolución confiscacíones para los comprometidos en el
de octubre. movimiento aunque, también los sublevados
Pese a su endeble base económica y mili procedieron en forma similar cuando depu
tar y a la desinteligencia entre sus jefes, la sieron al gobierno de Manuel López. La se
Coalición pudo extenderse por el Interior a mejanza se repite con respecto a los símbolos
excepción de Cuyo que, bajo la influencia de y lemas que identifican a cada grupos con
Félix Aldao, permanece fiel a Rosas y, entre tendiente; como ocurre en el resto de las pro
noviembre de 1840 y enero de 1841, los adic vincias, unos y otros son totalizadores y ex
tos a la Coalición son fácilmente reducidos. cluyentes. Viva la Santa Federación, mueran
Solá invade Santiago del Estero sin obtener los salvajes unitarios, para el régimen identifi
mayores logros, pero Lamadrid contiene en cado con la unanimidad de miras que exige
La Rioja el avance de Aldao y de allí pasa a Rosas; Libertad, Constitución o Muerte, para
Córdoba donde estalla, el lO de octubre de los que se oponen a él.
1840, una revolución. El fin del conflicto con Francia en octu
Bajo el lema Libertad y Constitución, se bre de 1840 y la retirada de Lavalle permiten
subleva el regimiento de Cívicos, encabezado a Rosas dirigir sobre el Interior la mayor par
por su comandante Agustín Gigena, al que se te de su poderío militar y sellan la suerte de la
suman los integrantes de la filial de la Joven Coalición del Norte. Entre 1841 y 1842, las
Generación y numerosas figuras políticas, al fuerzas porteñas al mando del general Ma
gunas de las cuales forman parte del gobier nuel Oribe realizan una metódica conquista
no de Manuel López, como Iosé Norberto de del Interior. El fracaso de la Coalición del
Allende, prestigioso profesional y funciona norte marca el fin del Interior como región
rio del régimen depuesto, lo mismo que capaz de elaborar propuestas autónomas; a
Francisco y Mariano González, reconocidos partir de ese momento y hasta la segunda mi
414 docentes universitarios, varios comerciantes tad del siglo XIX, sólo actuará en un plano
LA HEGEMONIA DE ROSAS
cia, presenta al ministro Felipe Arana un Oroño en Coronda, que formaba parte de un
apunte confidencial sobre las bases de la solu movimiento más amplio de reacción contra
ción del conflicto para que lo resuelva el go el centralismo porteño. En este movimiento,
bierno de Buenos Aires. Pero la noticia de la Cullen tiene una parte considerable de res
muerte de López, el 15 de junio de 1838, inte ponsabilidad puesto que ha conseguido la
rrumpe las gestiones de Cullen. El fin sorpren adhesión de su protector Ibarra; de Cubas, de
de a López cuando parece estar resuelto a irn Catamarca y Brizuela, de La Rioja. Esta liga se
ponerse en la cuestión del bloqueo. Con mu forma a la par que Corrientes se alía con
cha fortuna, una vez más, Rosas se ha librado Francia y el gobierno oriental de Rivera. Co
de una figura de gran prestigio que puede mo la reacción tiene por objetivo terminar
oponerse a su sistema. El vacío de poder que con el régimen de Rosas, deben combatir
provoca la muerte de López genera un clima también a sus aliados. De modo que pene
de inestabilidad que favorece la consolidación tran por el este, en febrero de 1839, a territo
de la hegemonía porteña. Si López resulta una rio cordobés en combinación con Pedro No
figura incuestionable dentro del federalismo, lasco Rodríguez, que lo hace por el norte. La
los demás actores políticos son más vulnera sublevación fracasa porque el gobernador
bles. De modo que quienes intenten seguir su López derrota a los sublevqdos en marzo de
senda podrán ser cuestionados por el gober 1339, en Las Cañas, y casi simultáneamente
nador de Buenos Aires, esto es, sindicados co son derrotados los correntinos. En conse
mo salvajes unitarios. cuencia, Rosas presiona sobre Ibarra para
La legislatura santafesina elige en su reem que entregue a Cullen. Luego de algunos titu
plazo a Cullen, quien, conocedor de la situa beos pero demasiado comprometido, el go
ción en que ha quedado luego de su frustrada bernador santiaguaño termina por entregar
misión en Buenos Aires, de inmediato procu lo. De camino a Buenos Aires, Cullen es fusi
ra una alianza con el gobernador de Corrien lado por orden del gobernador porteño, en
tes, Berón de Astrada. Rosas, continuando con junio. El fracaso decide a Ibarra a cambiar de
su vieja estrategia, empieza por no reconocer alianzas y, de ahí en más, se ocupará por ma
lo y tampoco lo hace Echagüe, de Entre Ríos. nifestar su acuerdo con Rosas.
En tanto, al amparo de ambos gobiernos, Juan El saldo de los sucesos en Santa Fe no es
Pablo López, hermano de Estanislao, invade otro que la consagración de la injerencia rosis
Santa Fe. Cullen, sospechado de “unitario”, re ta en detrimento de su autonomía y, en el con
nuncia y la legislatura elige a Galisteo en su texto regional, la pérdida de su preponderan
reemplazo. Pero Rosas tampoco lo reconoce, y cia en el Litoral, que a partir de esta etapa, pa
la Sala santafesina continúa eligiendo hasta sa a Entre Ríos, convertida primero con Echa
que se decide por Juan Pablo López que, por el güe y luego con Urquiza, en la principal aliada
momento, aún presenta todas las garantías pa de Buenos Aires en el Litoral. En Santa Fe, la
ra Rosas. adhesión a la “unanimidad” con Rosas que os
Cullen huye de Santa Fe y se refugia en tenta el gobernador Juan Pablo López, trae
Santiago del Estero. Poco tiempo después, es aparejados los embargos, las persecuciones y
416 abortada la asonada del coronel Santiago las deportaciones y sus habitantes se ven obli
LA HEGEMONÍA DE ROSAS
gados a demostrar su “decisión por la santa “unanimidad e identidad de miras” con Rosas
causa federal”, exhibiendo el cintillo —o los hasta el final, pero se conduce con cierta mo
moños- punzó, los lemas excluyentes en los deración que lo diferencia de su aliado. Si bien
documentos oficiales y privados y los emplea Rosario es el puerto a donde acude una buena
dos públicos, el luto por la muerte de la “he parte del comercio interior, la citada unanimi
roína de la federación”, Encarnación Ezcurra, dad obliga a Echagüe, en 1847, a decretar el
esposa de Rosas. Pero tras todos estos inconve cierre de los puertos de la provincia con el de
nientes, retornan las remesas de dinero desde Montevideo y cualquier otro del Estado Orien
Buenos Aires, aunque hacia finales del año tal. Por eso, no resulta extraño que Rosario, en
1841, en coincidencia con la inclinación del 1851, sea el primer punto de la provincia que
gobernador López a concretar una alianza con adhiere al pronunciamiento de Urquiza.
Pedro Ferré y el general Paz, las partidas co
mienzan a espaciarse nuevamente hasta que El conflicto con Berón deAstrada
son suspendidas. En noviembre de 1841, se
concreta la alianza con un tratado cuyaibase es Como se ha visto, luego de la muerte de
la unión contra el “tirano” Rosas y su objeto la Estanislao López en 1838, Corrientes queda
paz, la libertad y la organización de la Repú sola para soportar la reacción porteña. El go
blica por el voto de los pueblos; en consecuen bernador correntino, Berón de Astrada busca
cia, Santa Fe retira a Buenos Aires el manejo la alianza de Rivera y de Francia y, en febrero
de las relaciones exteriores. Pero las desave de 1839, se pronuncia contra Rosas. Retoma
nencias entre Paz, Ferré y Rivera frustran las posiciones que no son nuevas para Corrientes,
veleidades contestatarias de Iuan Pablo López, como son el reclamo por los perjuicios econó
quien sucumbe ante el aplastante peso de los micos que produce la aduana de Buenos Aires
ejércitos de Oribe y Echagüe, en abril de 1842. al comercio correntino, la exigencia de la libre
López se refugia en Corrientes y, en 1845, in navegación de los ríos, la habilitación de los
tenta la reconquista de Santa Fe desde el Cha puertos interiores al comercio de ultramar y la
co, en una acción planeada por el general Paz, organización definitiva del país por la sanción
frustrada por la impericia del santafesino. de una constitución. El encargado de reprimir
Echagüe es el nuevo gobernador de Santa el levantamiento correntino es Pascual Echa
Fe y con él, las partidas de dinero porteño re güe, quien vence a Berón de Astrada, el 31 de
tornan hasta 1852. A pesar de ello, la economía marzo de 1839, en la batalla de Pago Largo. El
provincial sigue en bancarrota, agotadas sus gobernador correntino muere en la fallida
posibilidades a una escasa franja de territorio, empresa y Echagüe penetra en Corrientes,
al cierre de su río al comercio directo con el ex donde establece un gobierno adicto a Rosas.
tranjero y asolada permanentemente por inva
siones indígenas que incursionan por sus tie Alzamiento en Buenos Aires
rras. Esta falta de perspectivas económicas ex
plica, en cierta medida, la actitud política asu Desde fines de 1838, crecen en la capital
mida por algunos de sus gobernantes. Echagüe los cuestionamientos al autoritarismo de Ro
gobierna con la suma del porder público y en sas. En virtud de ello, miembros de la Asocia 417
LA DIMENSION POLITICA
ción de Mayo deciden un alzamiento militar Chascomús y Tuyú, encabezados por el ma
en la ciudad, encabezado por el teniente coro yor Pedro Castelli y el comandante Manuel
nel de milicias Ramón Maza y en el que están Rico, se levantan contra el gobernador de
comprometidos algunos jóvenes oficiales e Buenos Aires. Las desinteligencias con Lava
importantes jefes militares. La conspiración lle, que en vez de entrar por la campaña bo
está lista para junio de 1839, pero una denun naerense invade Entre Ríos, y el temor a ser
cia permite a Rosas arrestar a los cabecillas: el descubiertos obligan a precipitar el movi
coronel Maza, Albarracín, Tejedor. Este hecho miento, que estalla en Dolores el 29 de octu
causa una desproporcionada reacción popu bre de 1839. Se le agregan fuerzas milicianas
lar, agitada convenientemente por miembros provenientes de Chascomús, Monte Grande
de la Sociedad Patriótica y Restauradora que y Magdalena. Pero, en realidad, son ejércitos
denuncian la existencia de una supuesta cons improvisados de peones capitaneados por los
piración para asesinar a Rosas, inspirada por hacendados y por ello son fácilmente domi
el padre del coronel Maza, el presidente de la nados por los regimientos de la frontera, me
Sala legislativa, doctor Manuel Vicente Maza. jor equipados y disciplinados. Luego de la
A fines de junio, este último es asesinado en batalla de Chascomús, el 7 de noviembre, la
su despacho por los mazorqueros y su hijo, rebelión queda prácticamente dominada.
fusilado. El régimen aprovecha para mante Castelli es muerto, pero Rico logra huir con
ner la movilización de los sectores populares, un grupo importante de rebeldes y se refugia
lo que demuestra que el imaginario político en la Banda Oriental, donde se suman a la
de este grupo social está centrado en la glori campaña de Lavalle. Las propiedades de los
ficación de la persona de Rosas, cuestión rebeldes son confiscadas y distribuidas como
esencial para mantener y aun ampliar su ca premio entre los federales que reprimieron la
risma. No obstante, el hecho de que la mayor rebelión.
parte de los que intervienen en esas reaccio Estos problemas muestran la profundidad
nes proviene de las filas federales deja entre de la crisis que afecta el predominio rosista
ver las profundas contradicciones que se per por estos años; no obstante, el gobierno de
filan en ese bloque. Rosas hábilmente los transforma en proble
mas nacionales. Las reacciones contra Rosas
La rebelión en el sur bonaerense pasan a ser sublevaciones “contra la patria” y
sus ejecutores condenados como “traidores a
Cuatro meses después de los sucesos en la la Nación". Por el contrario, hay premios para
capital, se produce un levantamiento en la quienes permanecen “fieles a la patria”. Una
campaña bonaerense, precisamente, en el só ley de la legislatura de Buenos Aires, del 9 de
lido feudo rosista que es el sur ganadero. noviembre de 1839, declara “que el motín de
Aprovechando el descontento que la política Dolores y Monsalvo es un crirnem de alta
de tierras de Rosas provoca entre los hacen traición” y acuerda una recompensa a los fun
dados sureños y las expectativas generadas cionarios públicos que permanecieron “fieles
por las noticias de la pronta invasión de La a la patria”.
418 valle, un grupo de hacendados de Dolores,
LA HEGEMONÍA DE Rosas
El sitio se prolongó por espacio de tres Echagüe por Urquiza. Hacia fines de la década
largos años, en que se redujo notablemente el de 1840, Urquiza es ya una figura fuerte en el
comercio exterior, los ingresos aduaneros y, Litoral. Rosas, ante esta hegemonía en ascen
en general, el comercio de todas las provin so, prohíbe la exportación a Entre Ríos de me
cias. No obstante, las naciones bloqueadoras tálico y pólvora, esta última imprescindible
no avanzaron con su invasión y por el contra para la explotación de las caleras de la Bajada
rio, la política de los gabinetes europeos en el del Paraná. Exige, además, un apartamiento
curso de 1846, tuvo una gran variación; triun comercial con Montevideo y Brasil, a pesar de
faron las tendencias de conciliación en cuya que ambos son necesarios para la prosperidad
virtud se realizaron diversas gestiones diplo ganadera de Entre Ríos y Corrientes. Con sólo
máticas a los efectos de lograr un arreglo pa esas circunstancias, sobran las razones en el
cífico sobre la base del libre comercio, la inde Litoral para oponerse a la política de Rosas.
pendencia de Uruguay y la seguridad de los Pero no sólo el frente interno es complica
extranjeros. do hacia mediados de siglo, sino también las
Gran Bretaña es la que primero levanta relaciones con los países vecinos. El problema
unilateralmente el bloqueo, en marzo de 1848, de la Banda Oriental lleva al rompimiento de
motivada por las diferencias de criterios con las relaciones entre la Confederación y el Bra
su aliada y por la presión de los comerciantes sil y, a comienzos de 1851, la guerra parece in
británicos residentes en Buenos Aires, a quie minente
nes afecta la inactividad del puerto. Pero re El 1° de mayo de 1851, el genera] Urquiza
cién el 24 de noviembre de 1849, gracias a la da a conocer un manifiesto en el que expresa
habilidad de Enrique Southern, el tratado que su provincia reasume el ejercicio de las fa
Southern-Arana pone fin a la intervención in cultades delegadas en Buenos Aires. De esta
glesa en el Río de la Plata, con evidente rédito forma se excluía de la federación rosista. Ade
político para la Confederación. más, declara que ha llegado el tiempo de poner
Con Francia, en cambio, recién el 31 de fin a las guerras civiles y que es necesario orga
agosto de 1850 se firma el tratado de paz, sin nizar el país constitucionalmente. Por último,
llenar por completo las pretensiones france extiende la invitación a las demás provincias.
sas. Los tratados son enviados a París pero, co Pero la única que sigue a Entre Ríos es Co
mo nuevamente se producen cambios políti rrientes. Por el contrario, las demás reiteran su
cos de consideración, se posterga su trata confianza en Rosas ante el inminente peligro
miento hasta 1851, en que la situación en el de guerra con Brasil. Las provincias de Entre
Plata cambia sustancialmente. Ríos y Corrientes carecen de los recursos para
mantener un ejército capaz de enfrentar a las
LA GRAN ALIANZA Y EL HN DEL RÉGIMEN tropas de Buenos Aires. Deben, por lo tanto,
ROSISTA contar con alguna adhesión de peso que les
otorgue las fuerzas necesarias. En este sentido,
A la muerte de Estanislao López, la hege la brasileña es esencial para cualquier reacción,
monía en el Litoral había pasado de Santa Fe a aunque deba resignar parte del control de las
Entre Ríos, en especial luego del reemplazo de operaciones militares. El gobierno de Monte 421
LA DIMENSION POLITICA
video, opuesto a Oribe, también forma parte ridad de Echagüe se derrumba; Rosario se
de la alianza que termina por concretarse el 29 pronuncia contra Rosas y, ya en territorio de
de mayo de 1851. Buenos Aires, San Nicolás se pliega al pronun
Nadie en el mundo federal daba mucho ciamiento. La defensa de la ciudad de Buenos
crédito a Urquiza; los más pensaban en su fra Aires es tardía y no hay mayor resistencia al
caso, en tanto que otros se apresuraban a con desembarco de los aliados.
denarlo con los epítetos que acostumbraba el Finalmente, el 3 de febrero de 1852, las
lenguaje rosista, “loco”, “traidor”,“salvaje uni tropas aliadas y las federales se enfrentan en
tario”. El propio Rosas no creía que Urquiza los campos de Caseros, con el resultado favo
representara una amenaza importante a tal rable para los primeros. Este encuentro pone
punto que no ordena ningún movimiento fin al régimen rosista, un particular experi
hasta mediados de noviembre. Confiaba en mento político liderado por Buenos Aires
que Pacheco lo podría detener sin problemas. que, bajo el discurso y las representaciones fe
Pero a fines de 1851, el Ejército Grande derales, impuso al país una nueva forma de
Aliado cruza el Paraná y en Santa Fe, la auto centralización.
ORIENTACIÓN BLBLIOGRÁFICA
Para el estudio del período 1829-1852 nen las comunicaciones oficiales y privadas,
existe una buena cantidad de reproducciones circulares y demás disposiciones y los pactos,
documentales, aunque bastante dispar y hasta tratados o alianzas que se realizaron en el pe
disconünua. En primer lugar, resulta irnpres ríodo. Los discursos de los gobernadores de
cindible la consulta de UNIVERSIDAD DE BUE dos provincias centrales en el período están
Nos AIRES. FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS. recopilados en ARCHIVO HISTÓRICO DE LA PRO
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTÓRICAS, VINCIA DE BuENos AIRES “RICARDO LEvENE”,
Documentos para la Historia Argentina, con Mensajes de los gobernadores de la provincia de
introducción de Emilo Ravignani, tomo XV: Buenos Aires, volúmenes I y II: 1822- 1849, sex
Relaciones interprovinciales. La Liga del Litoral ta serie, La Plata, 1976; CENTRO DE ESTUDIOS
(1829-1833), Buenos Aires, 1942; Asambleas HISTÓRICOS, Mensajes de los gobernadores de
Constituyentes Argentinas, seguidas de los tex Córdoba a Ia legislatura, advertencia de Carlos
tos constitucionales, legislativos y pactos inter S. A. Segreti, introducción y recopilación de
provinciales que organizaron políticamente la Ana Inés Ferreyra, tomo I: 1828-1847, serie
Nación, fuentes seleccionadas, coordinadas y documental N° II, Córdoba, 1980, y tomo II,
anotadas en cumplimiento de la Ley 11.857, 1850-1870, serie documental N° VI, Córdoba,
por Emilio Ravignani, Buenos Aires, 1937, y 1996.
Leyes y Decretos promulgados en la Provincia de En segtmdo lugar, existen trabajos que re
Buenos Aires desde 1810 a 1876, recopilados y copilan los documentos de los principales ac
concordados por Aurelio Prado y Rojas, to tores del período, algunos precedidos de exce
422 mos II, III, IV, Buenos Aires, 1877, que contie lentes elaboraciones explicativas; entre otros:
LA HEGEMONIA DE ROsAs
GREGORIO ARAoz DE LA MADRID, Memorias del metido citado, entre otras, ACADEMIA NACIO
general Gregorio Aráoz de La Madrid, volúme NAL DE LA HISTORIA, Historia de la Nación Ar
nes I y II, Buenos Aires, 1968; ENRIQUE BARBA, gentina (Desde los orígenes hasta la organiza
Correspondencia entre Rosas, Quiroga y López, ción definitiva en 1862), volumen VII, Buenos
Buenos Aires, 1975; del mismo autor, “La Aires, 1949; TULIO HALPERIN DONGHI (dir.),
campaña libertadora del general Lavalle Historia Argentina, Buenos Aires, 1972; NOEMI
(1838-1842)”, en ARCHIVO HISTORICO DE LA GOLMAN (dir.), Nueva Historia Argentina, to
PROVINCIA DE BUENOS AIRES “RICARDO LEVE mo 3: Revolución, República, Confederación
NE”, Documentos del Archivo, tomo XI, La Pla (1806-1852), Buenos Aires 1998. Con el mis
ta, 1944; ERNESTO H. CELESIA, Rosas. Aportes mo sentido de visión general, pero para las
para su estudio, tomos I y II, Buenos Aires, provincias: de Entre Rios, BEATRIZ BOSCH, His
1968; PEDRO FERRE, Memorias, Buenos Aires, toria de Entre Ríos, Buenos Aires, 1978; de La
1921; ANDRES FIGUEROA, Los papeles de Ibarra, Rioja, ARMANDO R. BAZAN, Historia de La Rio
Santiago del Estero, 1941; ARCHIVO HISTORICO ja, Buenos Aires, 1979; de Tucumán, CARLOS
DE SANTA FE, Papeles de Rosas 1821-1850, San PAEZ DE LA TORRE (h.), Historia de Tucumán,
ta Fe, 1928; IOSE MARIA PAZ, Memorias póstu Buenos Aires, 1987; de Santa Fe, MIGUEL AN
mas, Buenos Aires, 1957; MANUEL SOLA, La li GEL DE MARCO, MIGUEL DE MARCO (H), PATRI
ga del norte contra Rosas 1839-1840, Salta, CIA PASQUALI, PATRICIA TICA, Historia de Santa
1898. Fe, Rosario 1992, aportan una actualización
Por último, las reimpresiones de impor del papel santafesino en la historia nacional;
tantes períódicos de la época, Oficialistas u de Catamarca, ARMANDO R. BAZAN, Historia de
opositores, ofrecen la visión del papel que de Catamarca, Buenos Aires,l996.
sempeñó la prensa en la época. Entre otras, Como el período ha ejercido, y aún ejerce,
véanse las reimpresiones facsimilares realiza una particular atracción Sobre los estudiosos
das por la ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA, de la historia argentina, el resultado Se advier
La Moda. Gacetín semanal de música, de poe te en la existencia de una profusa bibliografía.
sía, de literatura de costumbres, Buenos Aires, De ahí que no resulta fácil realizar una apro
1938, y El Iniciador, de Montevideo, Buenos Ai piada selección definitiva. Quedan sin mencio
res, l94l; Archivo Americano y espiritu de la nar otros excelentes estudios, cuyo contenido
prensa del mundo, primera reimpresión del exceden los objetivos de esta orientación bi
texto español conforme a la edición original bliográfica. Aquí sólo se presenta la considera
de 1843-1851, con estudio preliminar de Igna da recomendable para una ulterior instancia
cio Weis, tomo I, Buenos Aires, 1946; ANTONIO de consulta. Desde la visión que Ravignani de
ZINNY, La Gaceta Mercantil de Buenos Aires, jó sobre Rosas, compilada en EMILIO RAvIGNA
1823-1852. Resumen de su contenido con rela NI, Rosas. Interpretación real y moderna, Bue
ción a la parte americana y con especialidad a la nos Aires, 1970, hasta trabajos que se ocupan
Historia Argentina, Buenos Aires, 1912, 3 to en forma central de la acción de Rosas en todo
mos. el período, muy completos y de consulta obli
Como obras de base para alcanzar una vi gada, como los de ENRIQUE BARBA, “El primer
i) (t
sión general del período, cumplen con el co gobierno de Rosas , Gobiemos de Balcarce,
c
423
LA DIMENSION POLITICA
Viamonte y Maza”; “Formación de la tiranía”; político, como el trabajo de IORGE MIERS, Or
“Las reacciones contra Rosas”, en ACADEMIA den y virtud. El discurso republicano en el orden
NACIONAL DE LA HISTORIA, Historia de la Nación rosista, Buenos Aires, 1995; de los aspectos
Argentina cit., volumen VII, Buenos Aires, simbólicos del poder y de los rituales públicos,
1949, que se complementan con los libros de como el estudio de ANA INES FERREYRA, “La re
este último autor, Cómo llegó Rosas al poder, presentación del poder en la época de la Con
Buenos Aires, 1972; Unitarismo, federalismo, federación, 1829-1835”, en VARIOS AUTORES,
rosismo, Buenos Aires,l982; y JULIO IRAZUSTA, Enrique M. Barba. In Memoriam. Estudios de
Vida política de Iuan Manuel de Rosas a través Historia, Buenos Aires, 1994; de las prácticas
de su correspondencia, Buenos Aires, 1975. Otra políticas, el artículo de RICARDO SALVATORE,
versión de este tipo de estudios, algo más sirn “Consolidación del régimen rosista (1835
plificado, es el trabajo de IOHN LYNCH, Iuan 1852)”, en GOLMAN (dir), op. cit. Para ahondar
Manuel de Rosas, Buenos Aires, 1985. Otro en el conocimiento del movimiento de 1829
análisis sobre la división del partido federal es en la campaña bonaerense, PILAR GONZALEZ
el de GABRIEL/ PUENTES, El gobierno de Balcar BERNALDO, “Levantamiento de 1829: el imagi
ce. División del partido federal (1832-1833), nario social y sus implicancias políticas en un
Buenos Aires, 1946. Para el tema de la oposi conflicto rural”, Anuario IEHS, N° 2, Tandil,
ción a la política de Rosas, MIRTA ZAIDA LOBA 1987. Resulta novedosa la reinterpretación
TO, La revolución de los restauradores, 1833, que CARLOS S. A SEGRETI ofrece de “La carta de
Buenos Aires, 1983, ofrece un tratamiento más la hacienda de Figueroa (estudio histórico-crí
amplio del tema. Desde el campo de la biogra tico)”, en Cuadernos del Centro de Estudios
fia histórica, PATRICIA PASQUALI, [uan Lavalle. Históricos, N° 26, Córdoba, 1996, sobre un
Un guerrero en tiempos de revolución y dictadu viejo problema que hasta el momento se creía
ra, Buenos Aires, 1996, aporta un estudio mi resuelto.
nucioso sobre la acción y el pensamiento de Para profundizar en el estudio del pensa
Lavalle, un protagonista de indudable peso. miento de la generación de 1837, DARDO PE
Para el estudio de la magistratura nacional REZ GUILHOU, “Pensamiento y proyecto políti
que se estructura en el período, un excelente co de la generación de 1837. La iniciación con
análisis en VICTOR TAU ANZOATEGUI, Forma Esteban Echeverría”, en VARIOS AUTORES, Anto
ción del Estado Federal Argentino (1820-1852). nio I. Pérez Amuchástegui. In Memoriam. La
El gobierno de Buenos Aires y los asuntos nacio Historia como cuestión, Buenos Aires, 1995,
nales, 2° edición, Buenos Aires, 1996. Para contribuye con renovado enfoque desde las
profimdizar en la relación de la política con el ideas políticas.
problema de la moneda, resulta central el es En relación a Santa Fe y Estanislao López,
tudio de CARLOS S. A. SEGRETI, Moneda y polí resultan básicos la consulta de los trabajos de
tica en la primera mitad del siglo XIX. Contri LEONCIO GIANELLO, Estanislao López, Santa Fe,
bución al estudio de la historia de la moneda ar 1955, y MANUEL M. CERVERA, Historia de Ia
gentina, Tucumán, 1975. ciudad y provincia de Santa Fe, 2° edición, to
Estudios más recientes ofrecen nuevos mo III, Santa Fe, 1982. Desde otro enfoque,
424 aportes provenientes del análisis del discurso orientado a la relación entre política y finan
LA HEGEMONIA DE RosAs
zas públicas, ]osE CARLOs CHIARAMONTE, GUI de la elite dirigente, los cambios en el sistema
LLERMO ERNESTO CUSSIANOVICH, SONIA TEDEs de alianzas y las manifestaciones en el diario
CHI DE BRUNET, “Finanzas públicas y política vivir de sociedad; de la misma autora, “Símbo
interprovinical: Santa Fe y su dependencia de los, lemas y poder político en la provincia de
Buenos Aires en tiempos de Estanislao López”, Córdoba (1845-1852)”, en América Latina
Boletín del Instituto de Historia Argentina y Contemporánea: Desafios e Perpectiva, Río de
Americana “Dr. Emilio Ravignani”, Tercera se Ianeiro, 1996, analiza las estrategias de poder
ríe, N° 8, Buenos Aires, 1993, págs. 77-117. del régimen prorrosista en Córdoba a partir
Dentro de esta línea, CHIARAMONTE analiza la de los aspectos simbólicos del poder y de los
situación en Entre Ríos y Corrientes en su ar rituales políticos. Véase también NORMA L. PA
tículo “Finanzas públicas de las provincias del voNI, Córdoba y el gobierno nacional. Una eta
Litoral, 1821-1841”, Anuario IEHS, N° l, Tan pa en el proceso fundacional del Estado argenti
d.il, 1986, y en su libro Mercaderes del Litoral, no 1852-1862, Córdoba, 1993, 2 tomos.
economía y sociedad de la provincia de Corrien Con respecto a las provincias del norte,
tes en la primera mitad del siglo XIX,‘ Buenos además de las obras generales señaladas, un
Aires, 1991. Para Entre Ríos, además del cita estudio básico de consulta es el de JUAN B.
do trabajo de Chiaramonte, un estudio más TERAN, Tucumán y el norte argentino (1820
clásico, que analiza con detenimiento la políti 1840), Buenos Aires, 1910; más recientes son
ca entrerriana a partir de la actuación de Ur los estudios de CARLOs PAEZ DE LA TORRE (H),
quiza, es el de BEATRIZ BOSCH, Urquiza y su “Formación de la Liga del Norte contra Rosas
tiempo, Buenos Aires, 1971. (del asesinato de Heredia a la firma del pacto
Para ampliar el estudio del período 1829 de 1840)”, en MUSEO DE LA CAsA DE LA INDE
1852 en la provincia de Córdoba, ANA INES FE PENDENCIA, Investigaciones, I, 3, Tucumán,
RREYRA y BEATRIZ MOREYRA, “El gobierno del 1986; del mismo autor, “Gobierno de Celedo
General Iosé María Paz en Córdoba y su ac nio Gutiérrez (1841-1852)”, en MUSEO DE LA
ción nacional, 1828-1831”, Cuadernos de la CAsA DE LA INDEPENDENCIA, Investigaciones, I,
Cátedra de Historia Argentina, Serie l, N° 11, 4, Tucumán, 1987. Para el problema con Boli
Córdoba 1974, ofrecen un análisis renovado via, TAYLOR PARKENSON F., Andrés de Santa
de la Liga provincial de 1830 -tradicional Cruz y la Confederación Peruano-Boliviana,
mente denominada unitaria- y el proyecto na 1835-1839, La PaZ,1984.
cional ejecutado por Paz. Para ahondar en el El tema de los caudillos es recurrente en
tema de la provisión del ejército de la Liga del la historia argentina, de manera que existe
Interior, BEATRIZ MOREYRA, “La compañía pro una más que abundante producción. Dentro
veedora del ejército nacional ( 1830-1831)”, en de los trabajos clásicos y desde una visión
ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA, Primer sarmientina, RAMON CARCANO, Iuan Facundo
Congreso de Historia Argentina y Regional, Quiroga, Buenos Aires, 1933. Este modelo de
Buenos Aires, 1973. Para el período que se interpretación es revisado, a partir de una
abre a partir de 1835, ANA INÉS FERREYRA, Elite posición reinvindicatoria, por DAVID PENA,
dirigente y vida cotidiana en Córdoba, 1835 [uan Facundo Quiroga, Buenos Aires, 1968; el
1852, Córdoba, 1994, estudia la conformación trabajo de BARBA, Correspondencia entre Ro 425
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
sas cit.; COMISIÓN DE HOMENAJE, Ángel Vicen XIX”, Desarrollo Económico, Vol. 26, N° 102,
te Peñaloza, Buenos Aires ,l969, y FELIX LU Buenos Aires, julio-septiembre 1986, propo
NA, Los caudillos, Buenos Aires, 1988. Con ne una reinterpretación global del caudillis
premisas diferentes, Tuuo HALPERN DONGHI, mo con el propósito de encontrar nuevas
“El surgimiento de los caudillos en el cuadro perspectivas de análisis.
de la sociedad rioplatense posrrevoluciona Dentro de esta última línea interpretativa,
ria”, Estudios de Historia Social, Año I, N°l, NOEMI GOLMAN, “Legalidad y legitimidad en el
Buenos Aires, Buenos Aires, 1965, analiza la caudillismo. Juan Facundo Quiroga y La Rioja
relación entre militarización y democratiza en el interior rioplatense(l8l0-l835)”, Boletín
ción que se encuentra en la base del ascenso del Instituto de Historia Argentina yAmericana
al poder de los caudillos. En tanto, RUBEN “Dr. Emilio Ravignani”, Buenos Aires, Tercera
ZORILLA, Extracción social de los caudillos, serie, N° 7, Buenos Aires, 1993; NOEMI GOL
1810-1870, Buenos Aires, 1972, estudia al MAN y RICARDO SALVAToRE (comp), caudillis
caudillismo desde la perspectiva de una pro mo rioplatense. Nuevas miradas a un viejo pro
blemática de clases. Con el caudillismo del blema, Buenos Aires, 1998, compilan los tra
Litoral como base de análisis, IosE C. CHIA bajos de varios autores que se ocupan del tema
RAMONTE, “Legalidad constitucional o caudi de los liderazgos políticos desde perspectivas
llismo: el problema del orden social en el asociadas al análisis del discurso, a los rituales
surgimiento de los Estados autónomos del li públicos, a las prácticas electorales y al proble
toral argentino en la primera mitad del siglo ma de la legalidad y legitimidad.
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