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7 – El acento
1 El acento
Los elementos suprasegmentales son:
• Según la fonética: variaciones de intensidad, tono, cualidad de voz y ritmo, que se producen
durante la realización de un enunciado y que caracterizan la secuencia de segmentos o parte
de ella
• Según la fonología: la sílaba, el acento y la entonación.
El acento sería entonces el mayor grado de prominencia con el que se pronuncia una sílaba
determinada. Así, determina si una sílaba es fuerte o tónica o si es débil o átona.
Las palabras a su vez puede ser acentuadas o tónicas (cuando tienen acento léxico) e inacentuadas o
átonas. Las átonas se agrupan con las tónicas para formar un grupo acentual: la casa [la’kasa].
Varios grupos acentuales forman un grupo fónico (la casa de mis padres) que a su vez pueden
formar unidades melódicas (la casa de mis padres / está a la orilla del río).
El grupo fónico más habitual en español comprende ocho sílabas lo que coincide con el metro más
común en español, el octosílabo.
A nivel de la palabra, se encuentra el acento léxico. El acento primario es el acento léxico [‘]
propiamente dicho, y los secundarios son el resto de prominencias menores [,].
• Las lenguas silábicas producen la sensación perceptiva de que la unidad rítmica es la sílaba.
• Las lenguas acentuales producen la sensación perceptiva de que la unidad rítmica es el
acento.
• En español las vocales en posición átona mantienen su duración propia, lo que contribuye a
la sensación perceptiva de isocronía silábica. De ello se suele deducir que es una lengua de
carácter silábico.
1.1 Características fonológicas del acento
La determinación del acento exige la comparación de dos o más puntos de la cadena sonora, y su
entidad consiste en ese fenómeno de contraposición en tono, intensidad y duración.
Ventana de las tres sílabas: en español el acento solo puede recaer en una de las tres últimas
sílabas.
Métrica: estudios que establecen principios en los que se fundamenta la asignación del acento en las
lenguas
Pie métrico: constituyente prosódico que incluye un elemento fuerte y un elemento débil.
En español, en general, son las variaciones de tono las que constituyen el parámetro acústico más
importante para la percepción del acento en una palabra aislada (aunque en algunas zonas de
Argentina es la duración).
En el caso de un grupo fónico o unidad melódica, hay una serie de restricciones impuestas por la
entonación del enunciado. Por ejemplo, en “María habla bien” no se puede introducir un ascenso
tonal en bien en el interior de un declive melódico. Pasa algo parecido en palabras con muchas
sílabas o en adverbios terminados en –mente. En estos casos, el parámetro más importante es la
duración.
Localidad
Como hemos estudiado, las vocales tónicas tienen mayor duración, tono e intensidad que las
átonas.
Locales
1.5. ¿Qué valores de duración, intensidad y F0 has obtenido en este caso? ¿Qué vocal
muestra los valores más altos en cada caso?
1.6. ¿Los resultados son equivalentes a los obtenidos en las mediciones anteriores?
¿Coinciden los resultados con los del caso anterior? ¿Qué explicación podemos dar a este
hecho?
No coinciden con los anteriores. En este caso observamos que la a tónica se distingue por un
aumento de la duración y no del tono o de la intensidad. Esto es debido a que la palabra
locales se encuentra al final de un grupo fónico y se ve afectado por la propia entonación del
grupo. No se puede realizar un aumento de tono e intensidad en el interior de un declive
melódico, así que se realiza un aumento de la duración.
Acento secundario, ejemplo: “bienvenido”: “bien” se pronuncia con una elevación tonal menor que
“ni”. “ve” y “do” son inacentuadas y su nivel tonal es más bajo que las otras dos. Pag. 369.
2 Palabras acentuadas
La distinción entre acentuadas e inacentuadas está determinada en parte por su categoría
gramatical.
Son acentuadas los elementos nominales, los verbos y la mayoría de los adverbios. Casi todas ellas
pueden constituir un enunciado sin ir acompañado de otras palabras, mientras que las inacentuadas
no pueden.
3 Palabras no acentuadas
Son monosílabos en su mayor parte (más del 90%) y nunca superan las tres sílabas. Se identifican
fundamentalmente con elementos de carácter gramatical: artículos, pronombres personales,
posesivos, determinantes, etc.
A pesar de eso, algunas voces pueden articularse con acento en determinados contextos. A veces le
acompaña un cambio de categoría gramatical:
• Pues
o Conector distensivo: “Espera, pues, y escucha”
o Conjunción causal: “…, pues mi llanto no es…”
• Mientras
o Conjunción temporal: “… mientras voy a hablar con él”
o Adverbio de tiempo: “Al párroco, mientras,…”
De forma inversa, ciertas palabras acentuadas pierden su acento por razones de entonación o por
hallarse en agrupaciones que se acercan a la naturaleza de palabras compuestas. Es el caso de las
fórmulas invocativas, aisladas por pausas y constituidas por dos palabras: en ese caso la primera
pierde su acento: “…, tesoro mío,…” o “Buen Cid, pasad,…”
Las voces que designan un título cargo o dignidad (don, fray, señora) cuando preceden a un nombre
(don Arturo) son inacentuadas, aunque muchas pueden ser tónicas en otros contextos: “¡Señora!”
Un sustantivo o adjetivo acentuados pueden usarse como inacentuadas cuando preceden a otro
elemento como proclíticos: “buen amigo”.
El perfil melódico es descendente, por lo que la prominencia textual está marcada por un aumento
de la duración, y no por una inflexión tonal ascendente.