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Ayúdame cuando se debilita mi fe

*Hebreos 11:1. *Introducción: La mayoría de los cristianos conocemos lo que dice este versículo, algunos lo sabemos
de memoria desde hace muchos años.

Entendemos que la verdadera fe consiste en la confianza, en la seguridad, en la convicción de lo que esperamos


como premio, como respuesta, como solución, a alguna situación de la vida, pero que aún no llega.

En esos momentos, aunque nuestra razón sigue sabiendo lo que significa la fe, la verdad es que la fe práctica se
debilita, tambalea, tirita, tiembla, sube y baja. Es allí donde debemos pedir al mismo Dios que nos ayude y fortalezca
nuestra fe.

*Marcos 9:20-27.
-Un padre de familia tiene una petición urgente (su hijo está atormentado por un demonio) y lo trae a Jesús con la
esperanza de que lo libere.
-La situación venía desde tiempo atrás, posiblemente años, sin embargo, el padre está creyendo en un milagro.
-Jesús hace una afirmación que debe llamarnos la atención: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible”.
Expliquemos la frase: Si a pesar de la espera sigues creyendo, recibirás una respuesta. Si tienes la capacidad de
mantener la fe en medio de las adversidades de larga duración, te llegará una buena respuesta.
-El hombre reaccionó a esa afirmación de Jesús, lo que evidencia una vez más su fe. En esa reacción hay dos partes:
Una afirmación (“creo”, sí señor tengo fe, sigo creyendo, mantengo la esperanza), pero también una petición
(“ayuda mi incredulidad”, Señor yo creo, pero también a veces dudo. Señor, fortalece mi fe, pues no siempre está
igual de fuerte. Ayúdame cuando se debilita mi fe).
-Obviamente, Dios ya había visto la fe persistente de este hombre y determinó que ese era el día del milagro. Él
recibió una respuesta.

*Ojo: NO estoy afirmando que nuestra incredulidad, podrá impedir el obrar de Dios en una situación. Eso sería
declarar que Dios no es todopoderoso. Él puede hacer cuanto quiera, sea que nosotros le creamos o no.
-Lo que sí estoy afirmando es Él se agrada de una fe constante, de una fe que perdura, de una fe persistente.
Recordemos lo que Jesús dijo: “al que cree todo le es posible”.

-Pero en lo que me quiero centrar es en la afirmación y posterior petición del padre de familia: “creo, ayuda mi
incredulidad”. Ayúdame a creer más, haz más fuerte mi fe.

*Lo anterior enseña varias cosas:

1) Que nuestra fe no mantiene en el mismo nivel.


2) Que debemos reconocerlo.
3) Que debemos hacer nuestro máximo esfuerzo por seguir creyendo a pesar de las circunstancias.
4) Que debemos sincerarnos con Dios en los momentos de debilitamiento de la fe y pedir que nos fortalezca.
-Él siempre nos fortalecerá, porque ha visto nuestro esfuerzo para seguir creyendo.

*Miremos… Lucas 22:31-34. Marcos 14:26-31.

-Jesús sabe que en ciertos momentos de la vida nuestra fe se va a debilitar.


-Esa no es la idea, debemos esforzarnos por permanecer en fe, pero si nos debilitamos pedimos la fortaleza al Señor.
-Ciertas situaciones fuertes harán que brote nuestra humanidad y dudaremos.
-Allí diremos como el padre de familia: Señor yo creo, pero – por si de pronto – ayuda mi incredulidad.

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