Está en la página 1de 14

Catedral de Nuestra Señora de los Remedios - SAN CRISTÓBAL

DE LA LAGUNA (CANARIAS)

Descripción Se levanta en la Plaza


de Fray Albino. Tiene
su origen en la
primitiva parroquia de
Los Remedios del siglo
XVI, que sufrirá
numerosas reformas a
lo largo de los siglos. A
finales del XIX el
templo se convierte en
Catedral en 1.819,
cuando se instala en
La Laguna la nueva
Diócesis.
Don Antonio
Carrionero, obispo,
manda a construir en
1618 la torre del
templo de Nuestra
Señora de los
Remedios, actual
Catedral de La
Laguna.
Tras la segregación
del obispado de
Canarias la diócesis
Nivariense toma como
sede la Iglesia de los
Remedios, elevada por
tal motivo a la
categoría de Catedral
el 21 de diciembre de
1891.
Se construye la torre
derecha de la Catedral
en hormigón armado
en 1916.
Protección Bien: Catedral de
Nuestra Señora de los
Remedios C
Comunidad Autónoma:
C.A. Canarias
Provincia: Santa Cruz
de Tenerife
Municipio: La Laguna
Entidad local menor:
Tenerife
Categoría: Monumento
Código: (R.I.) - 51 -
0004949 - 00000
Registro: (R.I.)
REGISTRO BIC
INMUEBLES: Código
definitivo
Fecha de Incoación:
13-10-1982
Fecha de Declaración:
05-10-1983
Fecha Boletín
Incoación: 14-01-1983
Fecha Boletín
Declaración: 24-11-
1983
Disposición: REAL
DECRETO
Matiz: DECLARADOS
CC.AA. ANTES L/85
Hay una declaración
posterior de
desafectación parcial
de la bóveda, cúpula y
cabeza de pilares.
Comunidad Autónoma:
C.A. Canarias
Provincia: Santa Cruz
de Tenerife
Municipio: La Laguna
Categoría: Monumento
Código: ( A.R.I. - 51 -
0004949 - 00001
Registro: ( A.R.I.
Fecha de Incoación:
06-07-2006
Fecha de Declaración:
24-05-2007
Disposición:
DECRETO
Matiz: TRAMITADOS
6º A
Graffitti Solamente hemos
documentado uno solo
en la sala de
campanas, justificado
sin duda por la dureza
del material. Dice "4A"
sin que sepamos el
significado. Hay otro
más en la puerta del
reloj, que se
documenta en el
mismo, y que se
refiere al repintado de
la muestra o esfera.
Estado La Catedral se
anterior encontraba cerrada
por obras en 2007, en
un largo proceso de
restauración que
duraba varios años.
En el momento de la
documentación de las
campanas,
posiblemente
restauradas hacía
poco tiempo,
encontramos al menos
un conjunto de asas en
el suelo de la catedral,
quizás por serrarlas
durante las obras de
restauración, así como
trozos de yugos de
madera antiguos.
Los ejes antiguos
redondos se
sustituyeron por barras
cuadradas metálicas,
que no se ubican en
los antiguos cojinetes
de bronce sino que
reposan, sin otra
protección, sobre el
canal de piedra hecho
en ambos muros de
cada una de las
ventanas.
Estado Las obras de
actual restauración de la
Catedral se han
inaugurado el 25 de
enero de 2014
Palomas y Las aves han campado
otras plagas por sus anchas en la
sala de campanas,
cubriendo tanto las
campanas como las
instalaciones de una
espesa capa de
excrementos, que no
solamente impide o
dificulta la
documentación de las
campanas, sino que
acelera su
degradación, incluso
del bronce, un material
muy resistente al paso
del tiempo.
Campanas CALVETE (1991)
recogiendo datos de la
propia Catedral,
aunque sin citar las
fuentes, indica que las
campanas son cinco,
con la principal o de
Clase posiblemente de
1700, otra de 1893, La
Esquila de 1808, La
Chueca fabricada por
los Hijos de Marcos y
Maria Antonia de
Esteban Puig de 1914.
La realidad no coincide
con estos nombres,
puesto que hay ocho
campanas y no cinco,
y casi ninguna coincide
en la edad detectada
en los bronces.
Por una parte hay una
campana de los
Hermanos HÉMONY,
los más famosos
fundidores de
campanas de carillón
de Europa, que sin
duda corresponde a la
llamada de Clase, y
que está fechada en
1649. Se da la
peculiaridad que es la
única campana
documentada de estos
fundidores en todas las
Catedrales de España.
Hay además tres
campanas de un
fundidor posiblemente
francés, llamado Louis
HARDOUIN, que funde
entre 1776 y 1777, y
no en 1771 como
habitualmente se dice
en la documentación
de la Catedral. Como
curiosidad diremos que
hay una carta del
ministro Louis
HARDOUIN TARBÉ en
1791, contando al
Presidente de la
Asamblea Nacional,
nacida de la
Revolución Francesa,
el estado actual de la
fabricación de
monedas de bronce
con las campanas que
se están refundiendo
en toda Francia. No
parece casual esta
relación homónima,
entre dos personas del
mismo nombre que
funden campanas, uno
para su construcción y
el otro para su
destrucción.
De las otras cuatro, la
menor es de un
fundidor catalán poco
habitual, Esteve (o
Esteban) PUIG, de
1914 y otras dos de
Carlos MARCO y
RAGEL probablemente
catalán también, de
1893. La otra campana
pequeña, de 1707,
carece de nombre de
fundidor.
En consecuencia,
actualmente, no
podemos asignar
aquellos nombres
tradicionales de
Esquila o Chueca, a
ninguna de las
campanas existentes,
sin otra información.
No parece improbable,
dada la existencia de
una espadaña vacía, y
de unas matracas, que
al menos una de las
campanas pequeñas
estuviese ubicada en
esa espadaña, para
dar señales a los
campaneros desde el
interior del templo,
mientras que en ese
vano estuviese
ubicada la matraca,
probablemente donde
se encuentran los
cojinetes de hierro.
Toques En los últimos años
actuales de tenemos noticias de
campanas varios toques
manuales realizados
con motivo del
centenario de la
Catedral o de la
reapertura de la
misma, interpretados
por dos o tres
personas. Para el
toque manual todas las
campanas cuentan con
un ingenioso sistema
que disminuye en gran
manera el esfuerzo de
tocarlas: todos los
badajos están unidos
al muro de la izquierda
del correspondiente
vano mediante una
cadena, más o menos
larga, que deja el
mazo a unos
centímetros del
bronce. Una soga de
material plástico llega
hasta la tarima central
elevada de madera,
desde donde se toca, y
en un caso une dos
campanas de modo
que se tocan al
unísono con una sola
mano.
Toques Los toques deben
propuestos cubrir las necesidades
de campanas litúrgicas de la
Catedral. No obstante
parece recomendable
la formación de un
grupo de campaneros,
que se encargue de
los toques manuales
para los eventos
festivos del ciclo anual,
así para los toques de
difuntos, y otras
ocasiones
extraordinarias.
Actuaciones En tiempos recientes
se procedió a la
sustitución de los
yugos históricos de las
campanas por otros
nuevos, de madera. La
antigua ubicación,
mediante los ejes
originales
redondeados
reposando en sendos
cojinetes de bronce, ha
sido sustituida por ejes
cuadrados, dejados
caer sin fijar en los
canales laterales que
permitían llevar la
campana a su sitio.
Desconocemos la
empresa que ha
realizado tales
trabajos.
Posiblemente se
reubicaron las
campanas pequeñas,
subiendo al menos una
de la espadaña de
señales a la propia
sala, ubicando el
hueco de las matracas.
Actuaciones En caso de
urgentes funcionamiento del
reloj, debe sustituirse
el mazo de la campana
de las horas (o "del
Relox") de modo que
tenga su tamaño
adecuado y percuta en
la parte más gruesa
exterior del labio, ya
que en este momento
podría romperla por su
incorrecta posición.
Propuestas En la medida de lo
posible las campanas
deben seguir tocando
manualmente. En caso
contrario la
mecanización,
mediante electromazos
externos, debería
limitarse a las
campanas de señales
diarios y de domingos,
probablemente un par,
ubicando estos
mecanismos a la
derecha, de modo que
no interfieran en nada
el preferente toque
manual. En este caso
deberá contarse con
un interruptor que
desconecte los
aparatos mientras los
campaneros estén
tocando, para evitar un
doble toque de la
campana al mismo
tiempo que podría ser
fatal para su
conservación.
El mayor problema
actual reside en la
suciedad acumulada
en las campanas y en
la propia sala. Dado el
carácter estático de las
mismas, y ya que han
sido retranqueadas
levemente, por efectos
de la obra reciente de
sustitución de los
yugos, se recomienda
cubrir todos los vanos
con una reja metálica,
preferentemente de
acero inoxidable, de
color mate, para evitar
la entrada de aves,
retranqueando las
campanas, al menos
las mayores, de modo
que no toquen con la
malla. A pesar de la
mayor inversión,
parece recomendable
el uso de material
metálico, y no de las
nuevas mallas
antiaves, de material
elástico, que dicen
durar diez o quince
años, con el
consiguiente gasto y
esfuerzo estructural
para su mantenimiento
y reposición.
Las campanas deben
ser limpiadas por fuera
de la extensa capa de
excrementos que las
cubre y que afecta de
modo inmediato a su
sonoridad, y a medio
plazo a su
conservación por la
corrosión. También
deben ser limpiadas
por dentro, para
mejorar la acústica, y
fijadas de manera
fehaciente al muro:
originalmente estaba
cada una ubicada en
sendos cojinetes de
bronce que impedían
el desplazamiento,
cosa que no ocurre
ahora con los ejes
cuadrados. Este
momento de limpieza,
incluso en la misma
torre, debe ser
aprovechado para
completar o verificar la
documentación de sus
inscripciones y
decoraciones, ahora
tan limitada por la
suciedad que las
cubre.
Autores
 CALVETE HERNÁNDEZ, Pascual
(1991)
 ÁLVARO MUÑOZ, Mari Carmen;
LLOP i BAYO, Francesc (05-09-2007)
Matraca La matraca se encuentra desmontada
y depositada en el interior del templo,
al pie de la puerta de acceso a las
torres. En en forma de cruz con caja
de resonancia cerrada, y se encuentra
parcialmente rota. Es evidente que
estaba en uno de los vanos de la
torre, vano que ocuparía la antigua
campana de señales desplazada a la
torre desde su espadaña original.
 

El reloj de la Catedral de La Laguna


(I)
por Carlos García
La catedral de La Laguna, primero capilla y luego iglesia parroquial titulada “ Nuestra Señora de
los Remedios”, fue mandada construir por el Adelantado Fernández de Lugo bajo la autoridad
eclesiástica del obispo Fernando de Arce, por lo que el Cabildo, el 26 de Marzo de 1515, tomó
la decisión de edificarla sobre los mismos solares que ocupó la primigenia ermita, levantada
con el nombre de Santa María, bajo la advocación a la “Expectación del parto de la Virgen”  y
existente con probabilidad antes de 1511, al lado de los corrales de la incipiente villa lagunera.

Se tomaron las disposiciones oportunas para que la nueva construcción parroquial englobara,
dentro de su capilla mayor, la vieja ermita, dejando dispuesto que el terreno de los solares
colindantes se dejaran libres con el fin de  acondicionar una plaza alrededor. Esta primera
fabricación de la iglesia, realizada por el portugués Miguel Alonso y por Juan Valenciano,
canteros de profesión, finalizó en 1517, fecha en la que se contrató los oficios de los
carpinteros Luis Barba y Antón López quienes, con la madera de un solo pino, según afirma la
tradición, realizaron el techo del edificio. En 1521 una iglesia de una sola nave, de tipología
canaria, con 80 pies de largo y 48 de ancho se abría al culto, rodeada de zonas no construidas,
consideradas públicas, en forma de solares libres, conocidos como corrales.

Años después, en la visita de 1588 del


ingeniero Torriani a Tenerife, encuentra una ciudad con casas y calles bien conformadas y la
iglesia de Los Remedios, con el callejón de las Monjas por su cabecera, y otros callejones en
sus lados cuyos espacios serán usados para el crecimiento posterior de las naves laterales e
incluso con las futuras Casas Capitulares. El resto del espacio que circundaba la parroquia,
todos ellos de tierra, conformaron el lugar como punto de reunión de los vecinos utilizándose,
incluso, como lugar de pregones públicos o para la colocación de una fuente de agua para
abasto ciudadano, idea que no llegó nunca a realizarse a pesar de las disposiciones recogidas
en las Ordenanzas de la isla de Tenerife.

La obra de esta parroquia fue modificada frecuentemente con el transcurso de los años
conociéndose que, de una sola nave, pasó a disponer de tres en 1590, fecha en la que parece
haberse fabricado el primer campanario que dispuso del reloj del Cabildo que, por el peso de
las campanas se resquebrajó. El Obispo Corrionero, en 1618, mandó realizar una torre nueva
para la iglesia más en consonancia con la verdadera importancia de la parroquia, por no tener
donde colgar las campanas, que fue encargada al cantero Manuel Penedo quién derribó la
primera torre del reloj y construyó la nueva a la derecha de la entrada principal. Trabajaron en
su levantamiento Jorge de Silva y Diego Penedo quién la finalizó con cinco pisos de altura en
1656, siendo en su momento la más alta de las islas. Su duración se prolongó hasta 1691 en
que fue derribada y cambiada por otra nueva.

El callejón trasero de la capilla mayor de la iglesia fue mandado cerrar por el Cabildo en 1745 lo
que permitió crecer la capilla y la nave y, siete años mas tarde, en 1752, se construyó un nuevo
crucero y se abrieron las capillas laterales por medio de arcos, lo que transformó la edificación
en una iglesia de cinco naves. En la ultima fase como parroquia, 1795, fue cambiado el
primitivo coro que ocupaba el centro de la nave mayor, trasladando el altar del fondo de la
capilla al lado de las gradas, tras el que colocaron la sillería del nuevo coro. 

Pero antes de continuar con la evolución arquitectónica que tuvo el edificio hasta convertirse en
lo que hoy conocemos, diré que, en 1751 fue colocado otro reloj, costeado por el Cabildo, en la
torre que lo sustentaba. Es la historia que aquí nos ocupa sobre el reloj de la catedral de La
Laguna.

La importancia de las campanas.-

Dos parroquias de prestigio en un corto espacio de terreno, en una misma calle, a la vista una
de otra,  no podía sino traer problemas entre los feligreses de la ciudad lagunera. Problemas
muy antiguos, litigios y luchas de siglos de existencia que comienzan en  1521 cuando se
pleiteó la salida de la procesión del Corpus desde una u otra iglesia. Controversias entre
cofradías y beneficiados, incluso antes, por la reducción de una a favor de la contraria. Ánimos
exaltados en la defensa de la libertad e independencia de la jurisdicción del Cabildo en cuanto
al afán de no reconocer la autonomía de la primera iglesia, la de Santa María de la Concepción,
la Antigua, la Mayor; luchas por el asentamiento de la Catedral, tras la Bula de Pío VII, de 1818,
separando las cuatro islas occidentales del Obispado de Canarias y conformando la diócesis 
Nivariense , momento en que la parroquia de Los Remedios pasó a tener el rango catedralicio,
por la residencia del Sagrario Catedral; y tantas otras cosas.
La Villa de Arriba con la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción donde
habitaban los labradores, los artesanos, los trabajadores, el vulgo; la Villa de Abajo con la
iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, lugar de mayor abolengo social, de gentes nobles
de apellidos linajudos, gentes adineradas, la aristocracia. Terreno y condicionantes,
circunstancias propicias para la polémica, la disputa, las rencillas pueblerinas. Y en cada
iglesia, en cada torre, las campanas que tañían, que sonaban con sus ecos en toda la
población y que cada vecino identificaba con su entorno habitual.  La importancia de las
campanas, su tamaño, su peso y su sonoridad siempre fue motivo de orgullo y diferenciación
entre los pobladores.

Porque las campanas fueron siempre las voces


de los pueblos, la comunicación entre los vecinos y feligreses, anunciando las festividades,
informando sobre acontecimientos locales, refiriendo sucesos y dando noticias de peligros o
alarmas. En épocas muy antiguas las campanas se utilizaban para distintos fines. Así los
romanos, como nos informa Pascual Calvete en su “Historia de las Campanas”, anunciaban la
apertura del mercado y la hora de los baños; o para anunciar el ajusticiamiento de los
criminales o para informar sobre sucesos meteorológicos. Su uso en la iglesia de occidente
aparece sobre el siglo VII y parece derivar su nombre de la región italiana de la Campania, por
ser allí donde se fundían en bronce las más grandes y mejores por su calidad en el sonido.

Entre los años 604 y 606 se ordenó colocar campanas en todas las iglesias católicas para que
se tocaran en los oficios, misas y en las festividades religiosas. Al ir creciendo su uso fue
preciso construir torres mayores donde ubicarlas y para que su sonido se difundiera más y
mejor. Más modernamente, durante los Concilios celebrados en 1584 y posteriores se prohibió
que las campanas se destinaran a otros usos que no fueran los religiosos; pero ya en el siglo
XVI se dispensó de tales prohibiciones siendo de uso para el anuncio de catástrofes,
invasiones, fuego, mezclándose, desde entonces, los avisos religiosos con los civiles. 

Los toques de las campanas los realizan los  campaneros cuyo oficio fue de importancia en las
sociedades de antaño ya que debían entregar mucho tiempo al mismo, estando prácticamente
durante todo el día pendiente de repicar los diferentes toques que debían realizar además de
encargarse del mantenimiento del reloj de la torre. Estos toques anunciaban tres momentos
diferentes al día ofrecidos para la oración: por la mañana rememorando la Resurrección, al
mediodía en memoria de la Pasión y por la tarde, en recuerdo de la Encarnación. Durante la
Misa Mayor se toca, primero,  para convocar a los fieles a la misma y luego, en el momento de
la consagración, al elevar la hostia, se toca la campana más grande del campanario,
cumpliendo la norma de Gregorio IX, de 1240, para que los que no estén en la iglesia, oren y
pidan a Dios en reverencia y adoración. 

En las grandes efemérides y festividades que conmemoran los aniversarios de los Cristos,
Vírgenes y Santos las campanas suenan con alegría; mientras, en la Semana Santa no se
tocan hasta el momento de la Resurrección. Y existen toques diferentes como los de bendición,
los realizados  para las novenas, para las pascuas,  para las procesiones y para las
festividades, los de oración, ya enunciados para el alba o el angelus; y los toques tristes para
los funerales, a fuego, a rebato…Y existen toques de primera clase, segunda y tercera según
sea la técnica del repique y las campanas utilizadas.
En resumen, las campanas son instrumentos musicales que con sus voces metálicas anuncian
multitud de acontecimientos siendo su sonoridad lo más importante de sus elementos, mucho
más que el tamaño o el peso y que viene dada en función de la nobleza y aleación de sus
metales.

Las campanas de La Laguna y el litigio del reloj. 

Las de la Villa de Arriba, las de la Concepción, fueron primeras ya que en 1541 existían tres
campanas que fueron cambiadas y aumentadas con otras nuevas años después. En su
momento la campana mayor fue la más grande en la isla, pudiendo contener en su parte
cóncava hasta doce fanegadas de trigo y que, para subirla, se precisaron doce parejas de
bueyes debiendo perforarse todos los pisos en el centro para poder colocarla definitivamente
en la torre. Esta campana se trajo de Flandes y su sonido no se correspondía con su gran
tamaño por estar colocada, según se ha dicho, en el centro de la torre y no en sus huecos que
no eran capaces de albergar semejante mole.

Las de Los Remedios, las de la Villa de Abajo fueron consideradas por sus feligreses como de
mayor importancia que las otras; más grandes, mas pesadas; de veinte quintales la
llamada Santa María y San José,   fundida en Holanda de un cañón inservible que donó el
Ayuntamiento o Cabildo de la isla, y la Inglesa,  la menor, de quince quintales de peso y fundida
en Inglaterra, todas ellas consagradas un 11 de Diciembre de 1649 por el Arzobispo Francisco
Sánchez de Villanueva con asistencia de numeroso público.
Las campanas que en la actualidad tañen en la catedral lagunera se distinguen cada una por
su nombre. La principal, de clase, tiene la inscripción que dice” Santa María de los Remedios”
que según información de del Gremi de Campaners Valencians, la hizo traer don Gonzalo de
Castro, mayordomo de dicha iglesia, debiendo ser de 1700, aunque la fecha que tiene grabada
es ininteligible. Otra se nombra La Esquila, de 1808; la siguiente La Chueca en la que se lee
“me fecit Hijos Marcos”; en una más dice “reinaba Pontífice Máximo León XIII. Obispo D.
Raimundo Torrijos Gómez. Me fecit Carolus Marcus et Ragel. Anno 1893”; la última es la María
Antonia en la que pone “Deus meus et omnia. Año 1914. Construida por Esteban Puig. Gerona.
Año 1914”.

Esta situación de pique entre los habitantes laguneros trajo como consecuencia la aparición de
una copla, sin duda nacida de la mente de un vecino próximo a la Concepción, que recorrió las
calles y que se recitaba por las esquinas:

            Las campanas de arriba


                 son los clarines
                 con que cantan y bailan
                 los serafines.

            Las campanas de Abajo


                 son las calderas
                 donde calientan agua
                 las panaderas.

También podría gustarte