Está en la página 1de 1

Soy India Pocabuy

Por: Vanessa Covilla

Soy India Pocabuy de las riveras de los ríos Cesar y Magdalena, nací en la ciudad imperio de la
cumbia, El Banco Magdalena. Era el año 1999 cuando vi la luz por primera vez en esta tierra; el 28
de marzo mi madre me cargaba en sus brazos en una tarde soleada de Domingo de Ramos.

Al crecer me deleitaba cuando me llevaban de viaje a Santa Marta, para disfrutar las delicias que
brinda la orilla del mar. Otras de mis debilidades es la buena mesa, jugos y refrescos especiales;
helados en la heladería elegantes, toda esa satisfacción me la proporcionaba mis padres, por eso
me gustaba viajar y compartir con él. En la adolescencia mi vida se opacó un poco por los estudios.
Que es lo que estoy en la actualidad realizando.

Mi cabello es largo, negro: liso y brillante como el azabache, mi piel color majagua, las cejas bien
arqueadas como arco de flechero, las orejas pequeñas parecidas a las de un ratón. Desde niña uso
anteojos para corregir el problema que padezco en el ojo izquierdo, pero mis ojos brillan como los
luceros del cielo, tengo una nariz respingada para recibir los vientos del Cesar, labios delgados
hechos solamente para sonreír, cantar y orar, los dientes son como perlas en mi boca. Tengo
mejillas sonrosadas, cuello corto para llevar la corbata, los brazos bien formados que Dios me
regaló, las manos delicadas con uñas arregladas, cuerpo esbelto, cadera ancha con ritmo
cadencioso especial para la cumbia, nalgas planas para sentarme, piernas torneadas con la que me
siento feliz y mis pies refinados que me permiten andar.

Soy una chica seria en toda la extensión de mi vida, desecho el desorden, me molesta la
incomprensión de las personas, me considero súper sensible, todo me molesta, no tengo la
capacidad para disimular los disgustos. Mis sentimientos están encontrados: muchas veces estoy
triste y otras veces estoy alegre, desearía hacer muchas cosas buenas. En los momentos de alegría
me gusta escuchar música, salir a pasear, ayudar al prójimo, jugar con los niños, practicar fútbol
los fines de semana; montar bicicleta. Saco mi espacio para ir a la iglesia y otras cosas más, una de
ellas es que me encanta ayudar a los enfermos, a los más necesitados y a arrullar a mi abuelita que
es muy anciana.

La expectativa de mi formación se debe al querer superarme día por día para realizar mis sueños;
pero como soñar no cuesta nada, soñaba con ser una artista en fotografía y en otras ramas del
arte. Pero descubrí que el motivo por la cual me llevó a estudiar Licenciatura en Pedagogía Infantil,
fue porque descubrí que tenía admiración por los niños; su modo de hablar, su modo de actuar,
pero muchos de ellos son vulnerables no podían asistir a la escuela por vivir en el campo. Esto me
motivó a querer ayudar a los niños, convencer a los padres para que sus hijos vayan al colegio,
lleguen a ser alguien en la vida y útil a la sociedad. Porque el estudio engrandece a las personas.

También podría gustarte