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Principio de excepcionalidad
Las medidas de coerción no constituyen regla procesal, por el contrario,
son últimos recursos y como tal requieren de elementos de
convicción que la justifiquen. Son elementos de convicción todos
aquellos datos capaces de orientar y justificar una determinada
secuencia de razonamiento. Tales elementos deben advertir en grado
de alta probabilidad no sólo la comisión del hecho punible y su autoría
sino principalmente el riesgo para el ordinario desarrollo del proceso, de
modo que la restricción resulte justificada.
Principio de temporalidad
Son medidas anticipadas de carácter preventivo y preliminar, de modo
que no son conclusivas sino finitas en el tiempo. Pueden perder efecto
por cesación, revocatoria, variación o sentencia sobre el fondo.
Principio de variabilidad
Dado su carácter preventivo y asegurador las medidas pueden variar
en atención a cambios en las razones que la justificaron.
Vemos que el art. 311, inciso 1, otorga legitimidad activa tanto al fiscal
como al agraviado, mientras que el artículo 255, inciso 1, solamente al
fiscal y al actor civil.
Por otro lado el artículo 98 del nCPP se ocupa de la figura del actor civil y
se centra básicamente a determinar que el actor civil tendrá directa
incidencia en lo concerniente a la reparación civil. Por otro lado, el art.
104 señala cuáles son sus facultades. Expresamente establece lo
siguiente: «El actor civil, sin perjuicio de los derechos que se le reconocen
al agraviado, está facultado para: i) deducir nulidad de actuados, ii) ofrecer
medios de investigación y de prueba, iii) participar en los actos de
investigación y de prueba, iv) intervenir en el juicio oral, v) interponer los
recursos impugnatorios que la Ley prevé, vi) intervenir –cuando
corresponda– en el procedimiento para la imposición de medidas
limitativas de derechos, y vii) formular solicitudes en salvaguarda de su
derecho.
El Dr. Manuel Federico Loyola Florián, juez titular del Quinto Juzgado de
Investigación Preparatoria de Trujillo, expresa lo siguiente: «El pedido de
desalojo preventivo solo procede en la investigación preparatoria, de
modo que los parámetros temporales de oportunidad están definidos por
las disposiciones de formalización y conclusión de la preparatoria».[5]
Por otro lado, como toda medida coercitiva, esta tiene que estar
debidamente fundamentada. Si bien es cierto que por lógica entendemos
que no es necesario una acreditación fehaciente o compleja, el mismo
artículo 311, inciso 1, establece «que el derecho del agraviado esté
suficientemente acreditado». En otras palabras, si el delito de usurpación
afecta directamente la «posesión» (planteamiento con el que
discrepamos, pues consideramos que también afecta la propiedad), para
que proceda dicha medida el solicitante debe acreditar solamente dicha
posesión ya sea mediata o inmediata, ex ante.
El art. 312 del nCPP, respecto de las medidas anticipativas, establece que
el juez, excepcionalmente, a pedido de parte (agraviado), puede adoptar
medidas anticipadas destinadas a evitar la permanencia del delito o la
prolongación de sus efectos lesivos. Así, se estableció en el Acuerdo
Plenario núm. 7-2011/CJ-116 (VII Pleno Jurisdiccional de las Salas
Penales Permanentes y Transitoria) lo siguiente:
8. Conclusiones