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Masters of Sex y La Sexología (Artículo) Autor Helena Boadas
Masters of Sex y La Sexología (Artículo) Autor Helena Boadas
ANTONIO ESTEVE Nº 35
Helena Boadas
Lo que podría parecer una excusa más para presentar otra serie controvertida y polémica de alto voltaje
sexual, resulta ser uno de los mejores reflejos en pantalla del método científico. Basada en la biografía
que escribió Thomas Maier sobre William Masters y Virginia Johnson, la pareja que convulsionó el mundo
académico en los años 1950 y 1960 con sus estudios sobre la respuesta sexual humana, esta serie se
estrenó en 2013 en el canal por cable Showtime (Dexter, Homeland) y ha conseguido labrarse un historial
de rigor y fidelidad gracias, en parte, a la química de sus dos actores protagonistas: Michael Sheen y
Lizzy Caplan.
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toria de la sexualidad en la época. Pero de mo- –no tiene nada que ver con la belleza– que tienen
mento volvamos al doctor Masters, que intenta algunas mujeres que no se sabe muy bien por
empezar a estudiar la respuesta sexual humana. qué se han ido alejando de la vida y del placer. La
A lo largo de la historia de la medicina ha habido ayudante del doctor Masters tiene que ser una
diferentes territorios prohibidos. Parece como si mujer especial. Sabe que ninguna doctora acep-
la humanidad necesitara reservar una parte del taría el puesto, porque supondría un peligro para
cuerpo para lo misterioso, lo desconocido, casi su reputación y su carrera profesional. Y aquí es
lo mágico. En esta parte, donde cabe lo impre- cuando aparece Virginia como por arte de magia
decible, metemos todo aquello que no sabemos en su despacho, desplegando toda su sensuali-
o no queremos explicar bien. Primero fue el cere- dad. Hablan del puesto de trabajo, hablan de sus
bro; luego, el corazón. En los Estados Unidos de ex maridos, hablan de sexo. «Antes de irse, díga-
los años cincuenta, le toca al sexo. (Permítanme me, ¿por qué una mujer fingiría un orgasmo?».
que abra un paréntesis: recientemente leí en un «Para que él llegue rápidamente al clímax y así la
artículo sobre la migraña, del neurólogo Arturo mujer pueda seguir haciendo lo que más le ape-
Goicoechea, que este territorio mágico vuelve a tezca». Virginia tiene la experiencia, la amplitud
ser el cerebro. El sexo, por descontado, ya no lo de mente y la franqueza que el doctor Masters
es, pero ¿el cerebro?, ¿territorio mágico? Pues necesita. Así empieza su colaboración −aunque
parece que sí, parece que nos va muy bien poder Virginia no tenga prácticamente estudios univer-
afirmar cosas como que «solo utilizamos un 10% sitarios ni el más mínimo conocimiento de fisio-
de nuestra capacidad cerebral» o «prácticamen- logía–, que se alargará hasta la década de 1990,
te no sabemos nada del cerebro», porque deja- casi hasta el final de las vidas de ambos.
mos espacio para lo desconocido, lo inexplicable ¿Qué metodologías utiliza el estudio científico?
y lo inesperable; en definitiva, la magia. Y cierro En general, el estudio de casos, las encuestas,
paréntesis.) Decíamos que en esos Estados Uni- la observación directa y el método experimen-
dos de la época el territorio prohibido es el sexo: tal. Así como Alfred Kinsey utilizó las encuestas,
no existe, no puede casi mencionarse. El doctor Masters y Johnson utilizan la observación direc-
Masters se ve obligado a trabajar con prostitutas ta. Y no lo tienen fácil. Porque no es lo mismo ob-
porque no tiene otra opción; en la segunda esce- servar el proceso de digestión de alguien que se
na de la serie lo vemos encerrado en un armario ha comido una manzana, por poner un ejemplo,
espiando a una prostituta con un cliente, midien- que observar cómo responde ese mismo suje-
do su respuesta sexual cronómetro en mano. to ante la estimulación sexual. En la serie vemos
Trabajar con prostitutas supone muchos proble- cómo su estudio organiza un gran revuelo en el
mas logísticos, dejando a un lado el hecho de hospital universitario. Todos saben que en aquel
que una relación sexual entre prostituta y cliente despacho pasa algo interesante, pero nadie sabe
no es representativa de las relaciones sexuales exactamente qué. Incluso podemos ver a un mé-
en general. La mayoría de ellas, además, están dico joven y atractivo auscultando la pared con
afectadas de congestión pélvica crónica, cosa un fonendoscopio. Aquí, en este territorio difícil,
que también desvía los resultados. Finalmente, es donde el doctor Masters y Virginia Johnson
después de insistir mucho, el doctor consigue descubren que sus caracteres, sus habilidades
convencer a Willard Allen, su jefe de departa- y sus formas de ser se complementan forman-
mento en la Universidad de Washington, de que do un equipo de trabajo inmejorable. Todos los
incluya su estudio en la universidad. Allen le ad- aspectos del carácter de Virginia que hemos
vierte de que puede ser un suicidio profesional, enumerado antes se suman a los de Masters:
pero el proyecto sigue adelante. este es obsesivo, exigente, riguroso, meticuloso,
El doctor Masters necesita una ayudante y su poco amigo de las relaciones sociales, de po-
secretaria no tiene el perfil adecuado. La vemos cas palabras y muy serio, aunque no podemos
en el primer episodio, vestida con un traje de cha- olvidar su fino sentido del humor. Estas formas
queta verde y con ese aspecto difícil de explicar de ser de Masters y Johnson están muy bien re-
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de preconcepciones o ideas falsas que tene- últimas obras. Pese a todo esto, sin embargo, el
mos en la cabeza en torno a la sexualidad. Así mérito de haberlo incluido con gran acierto en las
como en la época de Masters y Johnson estas fases de excitación sexual es de Kaplan.
ideas falsas nacían generalmente de la falta de En los hombres generalmente la excitación
información, a nosotros nos ha tocado lo contra- es más rápida pero el tiempo de meseta es más
rio: tenemos muchísima información sexual y los corto y además, caen en picado. En las muje-
problemas vienen de no entenderla o no digerirla res, la excitación es más lenta y mantenida pero
bien. La pornografía es un lujo si se utiliza bien: tienen la capacidad de alargar la meseta y los
puede animar nuestra vida sexual en un solo clic. orgasmos. En ellas, además, el descenso es gra-
El riesgo es hacerse una idea equivocada de la dual (Fig. 1).
sexualidad, y esto pasa, y mucho, porque los Todos estos datos fueron muy importantes
modelos de la pornografía, aunque nos excite para comprender profundamente la respuesta
verlos, generalmente están muy alejados de la sexual humana y, sobre todo, para poder tratar
sexualidad real. las posibles disfunciones. Y digo «sobre todo»
Pero volvamos al orgasmo. Además de la porque la aportación más importante de Masters
respuesta física, se produce también una gran y Johnson a la historia de la sexología fue, sin lu-
respuesta emocional. Se incrementa el vínculo gar a dudas, su terapia sexual. De hecho, la ma-
con la pareja a través de la liberación de determi- yoría de las terapias sexuales eficaces que hoy
nadas hormonas y de la unión que siempre sig- se utilizan se han creado continuando el trabajo
nifica un placer compartido. Esta gran descarga pionero de Masters y Johnson. Sus ideas funda-
emocional puede experimentarse en forma de mentales todavía son cien por cien vigentes y su
llanto, gritos e incluso de risa; cada uno de no- propuesta sigue siendo muy efectiva, aunque se
sotros lo expresa a su manera. Tanto hombres va adaptando a las necesidades del momento y
como mujeres pueden experimentar más de un a nuevas aportaciones e innovaciones.
orgasmo en cada relación sexual. El hombre, si Es importante aclarar que las disfunciones
ha eyaculado, necesita lo que se denomina pe- sexuales, objeto de la terapia propuesta por
riodo refractario (un tiempo de descanso antes de Masters y Johnson, son sólo una pequeña parte
poderse volver a excitar). Las mujeres, afortuna- de un amplio espectro de posibles problemas
das, no lo necesitamos nunca y podemos tener relacionados con el sexo. La lista sería larguísi-
un orgasmo detrás de otro. Una vez superado el ma y podemos hablar de patrones de compor-
orgasmo (o los orgasmos), poco a poco se res- tamiento problemático (exhibicionismo, pedofi-
tablece la actividad física y psíquica normal: es lia, agresividad sexual, comportamiento sexual
la fase de resolución. Las constantes vitales re- compulsivo, conductas de riesgo, etc.), proble-
cuperan su tono y se produce una sensación de mas de identidad de género, síndromes relacio-
relax y bienestar general. nados con la violencia y la victimización (debidos
Masters y Johnson definieron estas cuatro fa- al abuso sexual en la niñez, al acoso sexual o la
ses −excitación, meseta, orgasmo y resolución–, violencia sexual, fobias sexuales, etc.), síndro-
pero en realidad faltaba una, la primera y esen- mes relacionados con la reproducción (debido
cial: el deseo. Sin deseo, la respuesta sexual no a la esterilidad, embarazos no deseados, abor-
puede empezar. Lo añadió a la lista la sexóloga tos, etc.) e infecciones de transmisión sexual,
Hellen Kaplan en 1979, aunque en realidad Mas- entre muchos otros problemas y condiciones.
ters y Johnson ya habían hablado de ello. Preci- Algunos de estos trastornos pueden tratarse
samente defienden un concepto de sexualidad con terapia, aunque no todos; siempre hay que
basado en la relación de pareja, en la comunica- buscar al profesional adecuado para cada caso
ción, alejado del puro ejercicio mecánico que a y muchas veces se requiere un abordaje inter-
veces pueden ser las relaciones sexuales, y que disciplinario.
incluye el deseo. Así, sin haberlo incluido en su Dejaremos de lado todo este espectro de pro-
lista, lo leemos entre líneas sobre todo en sus blemas diversos relacionadas con el sexo y nos
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Mujeres Hombres
Incompetencia eyaculatoria
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Tabla 2.
falta de erección puede disfrutarse de la vida se- falta de erección se considera un problema de
xual. Desde la sexología entendemos que cada la relación de pareja: quizás el hombre se siente
pareja es un mundo y simplemente estamos aquí presionado, tiene miedo a fracasar y a perder a
para ayudar a que la gente tenga una sexualidad su pareja, o cualquier otra cosa con origen en el
feliz. Sobre todo, para que nadie sufra a causa ámbito relacional (una vez descartados, eviden-
de su vida sexual. Muchas veces las consultas temente, los problemas médicos). Este cambio
se solucionan con una conversación de una hora de enfoque supuso una revolución en el trata-
en la que se desmonta alguna falsa creencia. A miento de las disfunciones sexuales.
veces es así de fácil. El hecho de que su terapia no presente ni ras-
Hasta Masters y Johnson, los problemas tro de dogmatismos ni de arrogancia es un punto
sexuales se enmarcaban dentro de la medicina clave de su efectividad. Porque la terapia sexual
o la psiquiatría; o sea, se achacaban a proble- tiene un peligro: ¿qué es una sexualidad normal,
mas puramente fisiológicos o a trastornos de la o natural, o sana? ¿Quién lo establece? ¿Es po-
salud mental. Los primeros se intentaban resol- sible que los criterios científicos se mezclen con
ver con tratamientos médicos, y los segundos se los culturales? ¿Es posible que el terapeuta se
trataban básicamente a través del psicoanálisis, mueva, sin saberlo, por su moral?
con resultados muy poco efectivos. Lo que ha- Por ejemplo, vamos a fijarnos en la masturba-
cen Masters y Johnson es dar a las dificultades ción a lo largo de la historia. El gran médico grie-
sexuales una dimensión humana y sobre todo go Galeno, en la antigua Roma, recomendó a los
relacional. Entienden que un problema sexual terapeutas que masturbaran a sus pacientes fe-
es un problema de la pareja, no de la persona. meninas para ayudarlas a recuperar su salud. Sin
Y es así como los tratan: el objeto de la terapia es embargo, en el siglo xviii, el médico suizo Samuel
la relación de pareja. Por poner un ejemplo: hasta Tissot, para otras cosas brillante, tenía claro que
el momento, en un hombre con problemas para la masturbación causaba enfermedades muy
conseguir una erección se buscaban causas fí- graves. En el siglo xix, a muchas mujeres se les
sicas dentro de la medicina, o bien era tratado practicaba una ablación del clítoris (sí, en Europa
con psicoanálisis para descubrir el origen de su y en América hasta hace cuatro días) para elimi-
impotencia. A partir de Masters y Johnson, esta nar el hábito de la masturbación. A principios del
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siglo xx, Wilhelm Reich defendía el onanismo para del marco de la medicina y la psiquiatría, es evi-
ayudar a recobrar la función sexual natural. Pare- dente que no llegaron solos hasta aquí. Previa-
ce bastante chocante también que, siguiendo las mente hubo varios investigadores que empeza-
recomendaciones de Galeno, algunos de sus co- ron a sentar las bases de lo que sería la sexología
legas psicoanalíticos en Viena masturbaran a sus moderna. Quizás el más importante fue Alfred C.
pacientes, mujeres, en las sesiones terapéuticas. Kinsey, el primer investigador que habló en tér-
Actualmente, este tipo de terapia está prohibida minos científicos de los hábitos sexuales. Esto,
por los códigos éticos. Con todos estos ejemplos que se dice rápido, fue un acto casi revolucio-
quiero decir que, muchas veces, lo que los mé- nario. Realizó encuestas a miles de hombres y
dicos o terapeutas llaman natural es, en realidad, mujeres, con centenares de preguntas en cada
un valor tapado por un supuesto conocimiento encuesta. Los entrevistadores estaban muy bien
científico. Es muy difícil −quizás imposible– es- seleccionados, incluso se sabían las preguntas
tablecer qué es una «sexualidad natural» según de memoria, y los cuestionarios estaban muy
criterios científicos, y casi siempre habrá criterios bien hechos, por lo que la investigación tuvo ple-
ideológicos, morales o culturales en juego. na validez. Sus resultados sacaron a la luz há-
Hay un ejemplo de las conexiones entre cien- bitos que supuestamente no existían; por ejem-
cia y moral que me parece sensacional. Sucedió plo, se vio que los encuentros sexuales fuera del
en 1973 y fue el éxito más grande de la medicina, matrimonio eran frecuentes, que la masturbación
casi un milagro: se curaron millones de personas era muy habitual y que muchas personas tenían
de golpe, en una tarde. ¿Cómo? Simplemente, experiencias homosexuales ocasionales. Uno de
decidieron eliminar la homosexualidad del Diag- los éxitos de Kinsey fue crear una escala de clasi-
nostic and Statistical Manual of Mental Disorders ficación del grado de heterosexualidad-homose-
(DSM), un manual diagnóstico y estadístico de los xualidad. Este hecho fue revolucionario, porque
trastornos mentales. Las versiones se van actua- hasta el momento se clasificaba a la población
lizando cada varios años, y aunque ha sido muy en homosexuales o heterosexuales, y la investi-
criticado porque medicaliza conductas que qui- gación de Kinsey demostró que esta división no
zás no deberían medicalizarse, como fue la ho- es posible: la orientación sexual es un continuum
mosexualidad en su momento, es el manual que que va desde la heterosexualidad pura hasta la
en la actualidad utilizan psiquiatras y psicólogos. homosexualidad pura. Todos y cada uno de no-
Hoy la homosexualidad ya no es una perversión, sotros nos situamos en algún punto de este con-
pero lo era. ¿Quién nos puede asegurar que lo tinuum. La escala Kinsey (Fig. 2) todavía se usa
que ahora entendemos como perversiones (o pa- en algunos cuestionarios de sexualidad, y toda
rafilias, que es como se denominan actualmente la información de sus encuestas, publicadas en
las antiguas perversiones) dentro de unos años dos libros, son muy valiosas.
no se incluirán en la conducta sexual natural? De- Después de Masters y Johnson, y sobre todo
penderá de la combinación de ciencia, cultura y a partir de la revolución sexual, la sexualidad se
moral del momento. En realidad, se trata simple- ha normalizado y los estudios se han converti-
mente de un conflicto entre individuo y sociedad. do en algo habitual (Informe anual de Durex, En-
Al terapeuta sexual se le suponen la formación, la cuesta de salud y hábitos sexuales del Instituto
información y el sentido común para encontrar el Nacional de Estadística, estudios de la Federa-
punto justo, el mejor equilibrio que sea posible. ción Española de Sociedades de Sexología...).
Masters y Johnson inauguraron una terapia Quizás el último estudio que supuso un cambio
sexual que se esfuerza por dejar a un lado los social fue el de Shere Hite, publicado en los años
prejuicios morales para ver a la pareja tal como es setenta, que parte de los estudios de Masters y
y entender cada problema sexual dentro de sus Johnson y de Kinsey. Hite realizó miles de cues-
circunstancias, con toneladas de sentido común. tionarios sobre actitudes y conductas sexuales
Pero aunque Masters y Johnson fueron los en hombres y mujeres. Al Informe Hite se le criti-
que consiguieron sacar las disfunciones sexuales ca la falta de rigor estadístico y de tratamiento de
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