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de las ideas
en Occidente
Notas para una comprensión
de la cultura occidental
Breve historia de las ideas en Occidente. Notas para una comprensión de la cultura occidental
ISBN: 978-607-9050-18-4
Los textos que incluyen esta obra son responsabilidad del autor correspondiente y no
necesariamente reflejan la opinión de la Universidad Anáhuac México Sur.
INTRODUCCIÓN
Capítulo Primero
GRECIA ANTIGUA
Capítulo segundo
Roma CLÁSICA
5
6 ÍNDICE
Capítulo tercero
El Cristianismo MEDIEVAL
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
A quienes son raíz de la memoria
que me hace ser el que soy:
Sophía Camila,
María Fernanda y
Claudia Marcela
Introducción
9
10 INTRODUCCIÓN
con la via moderna en el siglo XIV europeo, y nace, para bien o para
mal, bajo la influencia decisiva del llamado nominalium princeps,
de Guillermo de Ockham. Esto significa que el pensamiento se
conduce por dos márgenes: la estabilidad del pensamiento clásico
y la dinamicidad del pensamiento moderno y contemporáneo. Y
dado que todo pensamiento emerge de la cultura que le precede,
estudiar el pensamiento implica estudiar sus márgenes culturales.
Desde este punto de vista, es necesario y también conveniente
poner la atención en dos grandes horizontes de la historia del pen-
samiento: el clásico y el moderno. El pensamiento clásico es el que
acompaña la historia de occidente desde Grecia y Roma, hasta el
inicio de la modernidad (siglos XIV y XV), pasando por el naci-
miento y desarrollo del cristianismo. El pensamiento moderno y
contemporáneo se erige sobre ideales distintos y dentro de marcos
referenciales que tienen una distancia conceptual importante. Por
eso, nuestro centro de atención y estudio será el pensamiento clá-
sico, porque el pensamiento occidental tiene sus márgenes identi-
tarios en el pensamiento desarrollado por Grecia antigua y Roma
clásica, así como por las guías que fue desarrollando el cristianis-
mo en su circunstancia particular como el ancla de pensamiento
de la historia durante más de quince siglos.
Lo primero que debemos enunciar es que la visión clásica de
la cultura y del pensamiento es muy diferente a la concepción ac-
tual. En la perspectiva clásica, la cultura tiene un carácter norma-
tivo; y era lo opuesto a la barbarie. Se trataba de adquirir y de
asimilar los gustos, las habilidades, los ideales, las virtudes y las
ideas impuestas por un buen medio familiar y por un currículo de
artes liberales. Se insistía en los valores, no en los hechos. Esta
cultura no podía presentarse sino como universal. Sus clásicos
eran obras inmortales de arte, su filosofía era la filosofía perenne,
sus leyes y sus estructuras constituían el depósito de la sabiduría
y la prudencia de la humanidad. La educación clásica consistía en
imitar modelos, en emular caracteres ideales, en verdades eternas
y leyes universalmente válidas. Trataba de producir, no el simple
especialista, sino el homo universalis capaz de poner mano a cual-
quier cosa, y hacerlo brillantemente.
De esto deriva una consecuencia: debemos acercarnos al pen-
samiento clásico sabiendo que las circunstancias modifican la ma-
nera en que admitimos y formamos nuestras ideas, pero debemos
estar profundamente convencidos de que las circunstancias tienen
12 INTRODUCCIÓN
Estos son, pues, los ejes centrales que se proponen aquí para el
estudio de la Historia de las ideas en occidente clásico: Grecia y
Roma, y el cristianismo medieval, la revisión de sus alcances y su
influencia para la comprensión de la posición del hombre contem-
poráneo. Sabemos que, a unos ojos más especializados, algunas
ideas quedan pendientes de desarrollo y hasta de inclusión, pero
quisimos limitarnos a proponer una visión general de las ideas
que han conformado la riqueza de nuestra cultura occidental.
Este trabajo es fundamentalmente una aventura intelectual. En
la conformación del aparato crítico, intentamos acudir siempre a
las fuentes del pensamiento, a los autores más sobresalientes y a
sus obras más importantes. Igualmente, nos apoyamos en las que
consideramos buenas referencias del estudio del pensamiento clá-
sico. Finalmente, introdujimos cada tema con una serie de notas
de pensadores contemporáneos relevantes, para mostrar la impor-
tancia que éstos reconocen respecto de aquéllos. Con ello preten-
demos una aproximación seria al pensamiento clásico, nada más,
pero nada menos.
Capítulo Primero
GRECIA ANTIGUA
La cultura griega es, sin duda, una de las fuentes más impor-
tantes para la comprensión del pensamiento occidental; los mar-
cos constitutivos de las formas jurídicas, políticas, lingüísticas,
literarias, filosóficas, científicas, artísticas y sociales de occidente
tienen la impronta de la Grecia clásica.
Grecia se distinguió de las culturas de su tiempo por la consti-
tución de un esquema de formación que integró formas de pensa-
miento, con el fin de realizar en el hombre el ideal de humanidad
que reflejaban sus estructuras. Ello se expresa en una pretensión
15
16 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
La Historia:
la memoria y la identidad
El referente último del discurso de la historia es la acción social en
su capacidad para producir un vínculo social e identidades. […] La
atención prestada a los fenómenos de escala ha reforzado esta pri-
macía otorgada al actuar en el doble plano de los comportamientos
y de las representaciones. […] El historiador no tiene enfrente sólo
muertos para los que construye una tumba escritutaria; no se es-
fuerza sólo en resucitar a vivientes de otro tiempo que ya no son
pero que fueron; intenta re-presentar acciones y pasiones.
Ricoeur, P.
En La memoria, la historia y el olvido,
FCE, México, 2008, p. 497
19 Ibid., I, 22, 4.
20 Ibid., I, 23, 6.
21 Polibio, Historias, I, 4, 1.
22 Ibid., I, 4, 3.
23 Ibid., I, 13, 8.
LA MEDICINA: LOS MÁRGENES DEL QUEHACER CIENTÍFICO 21
24 Cf. Robert, F., La religión griega, Ediciones Cruz O. S. A., México, 1991,
pp. 47-49.
22 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
2000, p. 3.
26 Hipócrates, Sobre la ciencia médica, 3-4.
27 Cf. Ibid., 7-8.
28 Ibid., 11-13.
LA MEDICINA: LOS MÁRGENES DEL QUEHACER CIENTÍFICO 23
29 Ibid., 13-14.
30 Idem, El pronóstico, 25. También 1-2 y 17.
31 Idem, Sobre la dieta, 2; También 6.
32 Estas características son explicitadas de buen modo en: Agazzi, E., Filoso-
La Democracia:
el horizonte de la política
La democracia ha sido, pues, frecuentemente concebida, teórica y
prácticamente, como la superación de todo ordenamiento de funcio-
nes públicas. La democracia ática, por ejemplo, puede ser interpre-
tada como un intento de esta dirección. En la posición
predominante de la asamblea del pueblo, el Consejo de los 500
como órgano ejecutivo, el procedimiento de sorteo para la distribu-
ción de las tareas públicas en los ciudadanos, y la breve duración
de los cargos, para tan sólo mencionar unos pocos elementos de
esta protoforma de la democracia europea, se vuelve visible el es-
fuerzo por transformar toda dominación de los funcionarios en el
autogobierno de los ciudadanos.
Graf Kielmannsegg, P.,
“La cuadratura del círculo. Reflexiones sobre el carácter
de la democracia representativa”, en: Höffe, O.–Isensee, J.,
Panorama de la Filosofía Política.Contribuciones alemanas,
Konrad Adenauer Stiftung, Tubinga/Bonn, 2002, p. 147.
ra a aquél que ocuparía tal función. Por otra parte, los tribunales
eran también constituidos por sorteo, y los juicios se desarrollaban
por la habilidad del argumento, más que de la prueba: “Eran los
propios interesados quienes tenían que intervenir ante sus conciu-
dadanos, convertidos ahora en jueces”.35 Esto permitió el importan-
te desarrollo de la oratoria con fines judiciales y políticos, además
del consecuente perfeccionamiento del sistema jurídico y, por tan-
to, de la sociedad.
En este contexto, resulta emblemática la figura de Demóstenes
(384 a. C.), quien, para muchos, entre ellos Cicerón, fue el mejor
de los oradores griegos. En sus escritos se muestra el mismo im-
pulso que la cultura griega incorporó a Occidente: la búsqueda de
la verdad por el ejercicio de la racionalidad, con validez y objeti-
vidad.36 Por otra parte, nos muestra la importancia que tenía la
libertad, como horizonte de la vida pública, pues hasta los escla-
vos gozaban de la libertad de pensamiento,37 el papel central de la
ley,38 y la conciencia de responsabilidad sobre la toma de una de-
cisión que tiene consecuencias para la comunidad.39 Con esto se
añade un horizonte ético de la vida política: el bien común,40 lo
que permite el reclamo de un mal ejercicio de la función pública al
servicio de la sociedad,41 como impunidad y la corrupción.42
Todo esto implica también una comprensión de la ciudad cen-
trada en referentes conceptuales que se hicieron valores confor-
madores de una consciencia de identidad colectiva como sociedad:
libertad, independencia y algo muy cercano a lo que conocemos
contemporáneamente como soberanía.43 Igualmente, existía la
consideración de una seguridad personal expresada en derechos
individuales,44 además de una construcción jurídica de protección
de los mismos.
35 Ibid.
36 Cf. Demóstenes, Contra Filipo, tercer discurso, 2.
37 Cf. Ibid., 3.
38 Cf. Ibid., 5.
39 Cf. Ibid., 15-16.
40 Cf. Ibid., 28-29.
41 Cf. Ibid., 35
42 Cf. Ibid., 37-40.
43 Cf. Ibid., 36.
44 Cf. Ibid., 44.
26 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
La Tragedia:
una comprensión del hombre
Esta es la esfera de la belleza, en la que los griegos veían sus imá-
genes reflejadas como en un espejo, los Olímpicos. Sirviéndose de
este espejismo de belleza luchó la voluntad helénica contra el talen-
to para el sufrimiento y para la sabiduría del sufrimiento, que es
un talento correlativo del artístico. […] aquí se ofrece a nuestras
miradas la sublime y alabadísima obra de arte de la tragedia ática
y del ditirambo dramático como meta común de ambos instintos,
cuyo misterioso enlace matrimonial se ha enaltecido, tras prolonga-
da lucha anterior, en tal hijo – que es a la vez Antígona y Casandra.
Nietzsche, F.
El nacimiento de la tragedia o Grecia y el pesimismo,
Alianza, Madrid, 19847, pp. 55 y 58.
La Lengua griega:
gramática, lógica y retórica
(El pensamiento sofista)
Die Grenzen meiner Sprache bedeuten die Grenzen meiner Welt
(Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo)
Wittgenstein, L.
Tractatus lógico-philosophicus, 5.9.
61 Ibid.
62 Ibid.
63 Ibid., p. 198.
64 Ibid.
LA LENGUA GRIEGA: GRAMÁTICA, LÓGICA Y RETÓRICA (EL PENSAMIENTO SOFISTA) 31
de los espíritus, áspero y suave (῾ ᾽), las tildes, (` ´ ῀), y las indica-
ciones de pronunciación de vocales largas (ᾱ). Evidentemente no
podemos saber cuál es la pronunciación precisa con la que hablaba,
por ejemplo, Aristóteles, porque la geografía también tiene un papel
importante en la fonética. Pero sí tenemos una buena aproxima-
ción a la pronunciación de las palabras que tenían los griegos del
siglo IV a. C. Esto manifiesta que el griego tiene una estabilidad
muy fuerte, que alcanza una cierta atemporalidad.
En efecto, hasta el siglo V a. C. no se conoce una lengua con el
nivel de sistematicidad de la griega, constituida por normas para
la correcta escritura, el buen uso del léxico y el dominio de las
funciones gramaticales: “los tres grandes ámbitos que regulan una
lengua”.65 Con estas dimensiones, el griego aportó un alto nivel de
precisión y de finesa al lenguaje. Esta riqueza lingüística implicó
de modo necesario una riqueza intelectual, pues la complejidad
de la lengua permitió el desarrollo de la lógica, como la manera de
ordenar los pensamientos. El mismo Aristóteles nos da cuenta de
ello: “Así, pues, lo que hay en el sonido son símbolos de las afec-
ciones que hay en el alma, y la escritura es símbolo de lo que hay
en el sonido.”66 Por tanto, nos atrevemos a decir que la lógica es la
gramática del pensamiento, y la gramática es la lógica del lengua-
je, es decir, la precisión lingüística es coadyuvante de la precisión
intelectual. En efecto, si admitimos con Aristóteles que el lenguaje
es el vehículo de acceso al pensamiento, el análisis proposicional
corresponde a un verdadero análisis conceptual. Por eso, la co-
rrección lingüística implica una corrección en el pensamiento. De
ahí que la lógica desempeñe un papel fundamental en el desarro-
llo del pensamiento. En este sentido, es innegable el valor de los
estudios de lógica que dejó Aristóteles y que constituyen el punto
de partida para el estudio de la lógica actual.
En efecto, en los textos aristotélicos que versan sobre la lógica
del pensamiento podemos notar el interés por establecer los már-
genes de corrección formal del mismo. Partiendo de un análisis de
los actos del pensamiento —simple aprehensión, juicio y razona-
miento—, y de los signos que les corresponden —palabra, propo-
sición y argumento—, Aristóteles nos ofrece esquemas que pueden
arte retórico deben ser los políticos y los participantes del sistema judicial, pues
ellos son los que tienen como fin persuadir. Cf. Aristóteles, Retórica, 1354b, 1-35.
70 Beuchot, M., op. cit., p. 12.
LA FILOSOFÍA: UNA BÚSQUEDA DE FUNDAMENTACIÓN DEL CONOCIMIENTO 33
Sócrates
—Nos hemos desviado. ¿Por dónde íbamos?
—Ya no lo sé. Creo que hablábamos de los filósofos y de la
historia de la filosofía.
—Ya me acuerdo, Guitton, los filósofos no pueden vivir sin
meditar sobre las grandes obras de su tradición.
—Claro está, Sócrates, pero no es la cuestión. Se trata de sa-
ber si la filosofía es ante todo la exégesis de su propia tradi-
ción. Yo digo que está muerta en el momento en que actúa
así. La filosofía es una reflexión viva sobre los temas exterio-
res a ella: la política, la religión, las ciencias, la moral, la eco-
nomía, la existencia, etc. Los hombres se hacen preguntas y
tienen necesidad de responderlas. Ninguna ciencia particu-
lar puede responderlas. Entonces nace una reflexión y una
disciplina en la confluencia de estas preguntas: es la filosofía
viva.
—¿Y los viejos filósofos?
—Les releemos para que nos den ideas y les regalemos ideas
que nunca han tenido pero que nosotros no habríamos teni-
do sin ellos. Un gran filósofo es esto: un tipo estupendo que
tiene el genio de hacernos tener genio, y que se lo ha hecho
tener a todas las generaciones posteriores. Pero por sí misma
la tradición es algo tonto como un mechero sin gas. No pro-
duce más que comentadores y ratones de biblioteca.
Guitton, J.
Mi testamento filosófico,
Encuentro, Madrid, 1998, p. 123.
73 Ibid., 31c-d.
74 Es la idea central y rectora de la Apología, que Platón escribe para resal-
tar la figura moral de su maestro.
75 Cf. Ibid., 21a-23b.
36 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
Platón
afectiva del hombre es muy conocido el pasaje en que expone la alegoría del
“Andrógino” (Cf. Platón, Banquete, 189d-191e); sin embargo, no debemos dejar
de resaltar el discurso de Platón que, en boca de Sócrates, expone las enseñanzas
de Diótima para comprender la esencia de Eros (Cf. Ibid., 201d y ss).
LA FILOSOFÍA: UNA BÚSQUEDA DE FUNDAMENTACIÓN DEL CONOCIMIENTO 39
Aristóteles
This condition for “scientia” [Aristotle’s texts], which seems
strange to modern ears, has important implications for the process
of acquisition of “scientia” within a certain field.
Jenkins, J.
Knowledge and Faith in Thomas Aquinas,
Cambridge University Press, Cambridge, 1997, p. 4.
87 Las referencias biográficas de Aristóteles son bien conocidas: hijo del mé-
88 En Atenas se conoció mejor la obra de Platón, misma que influyó con
que distingue tipos de movimiento teniendo como criterio el distinto nivel de per-
manencia de un sustrato. A partir de este análisis, que toma el movimiento local
como el más evidente, concluye la necesidad de considerar dos principios confor-
madores de la realidad “física”: materia y forma, no evidentes, pero fundamenta-
les en el conocimiento de lo material (pensamiento del que surge el nombre que
toma la doctrina aristotélica de explicación del mundo material: hilemorfismo).
95 Εστιν ἐπιστήμη τις ᾓ θεορεῖ τὁ ὂν ᾗ ὃν (existe una ciencia que conoce espe-
La educación
En efecto, en Grecia la educación llegó a conformarse siguien-
do un esquema de desarrollo en períodos correspondientes a la
edad de los ciudadanos. Se les enseñaba la gramática, el dominio
de su lengua, y el desarrollo del pensamiento, tomando como ejes
las líneas postuladas por los pensadores más importantes de su
tiempo, en el conocimiento de la Historia, de la Literatura y de la
Filosofía. También se educaba en el dominio del cuerpo, por me-
dio de la práctica de ejercicios gimnásticos. Más adelante, y de
manera abierta, se instruía en Retórica y en el ejercicio de la Polí-
tica. Esto permitió un amplio desarrollo de un esquema educativo
sólido: existía la figura del maestro100 (didaskalio), y se habilitaron
97 Cf.
Ibid., 1005b, 20.
98 Cf.
Ibid., 1011b, 20.
99 Debemos considerar las referencias históricas que nos propone el histo-
riador griego Polibio, en lo que respecta a las conocidas “Guerras Púnicas”, se-
gún las cuales, el ejército romano toma la ciudad de Corinto en el año 146 a. C.,
estableciendo a las polis griegas como provincias romanas.
100 El Maestro (didaskalio) fue muy importante; llegó incluso a constituirse
como una figura de honor y de estima muy elevada, conjuntamente con las figu-
OTROS MÁRGENES CULTURALES DE LA GRECIA ANTIGUA 43
El arte
La religión
pp. 135-211.
102 Esta noción aparece formulada en el pensamiento pitagórico, según el
una “proporción áurea”, como el eje central de una visión estética del mundo.
Los estudios de Leonardo y de Fibonacci son ejemplos claros de esta concepción.
44 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
La geometría
La Humanitas y la Historia:
un proyecto de educación
4 Ibid., I, 5.
5 Fontan, A., Introducción general, en: Tito Livio, Ab urbe condita, Gredos,
Madrid, 2000, p. IX.
6 Quintiliano, Institutio oratoria, VI, 1.
50 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
La República y el Derecho
(Cicerón–Séneca)
El núcleo de la doctrina estoica […] es la idea de que todos los seres
humanos tienen la misma dignidad en virtud de su capacidad inte-
rior de esfuerzo y elección morales, y de que todos los seres huma-
nos, quienesquiera que sean y dondequiera que estén, han de ser
respetados por igual.
Nussbaum, M.
Libertad de conciencia, Tusquets, México, 2010, p. 55.
9 Ibid., 6, 4.
10 Cf. Ibid., 8, 2 y 6-7; 10, 6-7; 15, 6-8.
52 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
17 “Quod ratione utitur id mehus est quam id quod ratione non utitur; nihil autem
mundo mehus ; ratione igitur mundus utitur.” Ciceron, De natura deorum, III, IX, 22.
18 “Est enim mundus quasi communis deorum atque hominum domus, aut urbs
utrorumque ; soli enim ratione utentes iure ac lege vivunt”. Ibid., II, LXII, 154. Austin
Stickney. Ginn & Co.
19 “Quorum igitur causa quis dixerit efFectum esse mundum? Eorum scilicet ani-
mantium quae ratione utuntur; hi sunt di et homines, quibus profecto nihil est melius,
ratio est enim quae praestet omnibus. […] Faciliusque intellegetur a dis inmortalibus
hominibus esse provisum si erit tota hominis fabricatio perspecta omnisque humanae
naturae figura atque perfectio.” Ibid., II, LIV, 133.
20 Cf. Ciceron, De República, III, 33.
54 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
lidad de igualdad entre los hombres. Así, todos los hombres son
iguales porque comparten la misma naturaleza.21
La idea estoica de igualdad se apegaba muy bien a la construc-
ción de un esquema social que desarrollaba esta intuición, en ape-
go a un ideal de libertad, y es el germen en que se sostiene la idea
romana de República. En efecto, según Cicerón,
[…] La cosa pública (res pública) es lo que pertenece al pueblo; pero
pueblo no es todo conjunto de hombres reunidos de cualquiera ma-
nera, sino el conjunto de una multitud asociada por un mismo dere-
cho, que sirve a todos por igual.22
quoquo modo congregatus, sed coetus multitudinis iuris consensu et utilitatis commu-
nione sociatus” Ciceron, De Republica, I, 39. El paréntesis es nuestro.
LA REPÚBLICA Y EL DERECHO (CICERÓN–SÉNECA) 55
23 “Rerum deinde divinarum habita cura; et quia quaedam publica sacra per ipsos
reges factitata erant, necubi rerum desiderium esset, regem sacrificolum creant. Id sacer-
dotium pontifici subiecere, ne additus nomini honos aliquid libertati, cuius tunc prima
erat cura, officeret. At nescio ad nimis undique eam minimisque rebus muniendo modum
excesserint.”, Tito Livio, Ab urbe condita, II, 2, 1-2.
24 En efecto, Tito Livio nos comenta que el Decenvirato (integrado por diez
hombres con autoridad para impartir justicia —algunos de los cuales fueron ante-
riormente cónsules) fue constituido con la finalidad de impartir justicia de modo
más prudente: “Decimo die ius populo singuli reddebant. Eo die penes praefectum iuris
fasces duodecim erant” (Cada diez días administraba justicia uno de ellos. Ese día
el prefecto [que tenía la justicia a su cargo] llevaba las doce fases). Ibid, III, 33, 8.
56 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
tionem aduocaverunt et, quod bonum fastum felixque rei publicae ipsis liberisque eorum
esset, ire et legere leges propositas iussere; se, […] omnibus, summis infimisque, iura
aequasse; plus pollere multorum ingenia consiliaque” (En medio de una expectación
pusieron para el conocimiento público diez tablas, convocaron a una asamblea, y
deseando que fuera para bien, prosperidad y felicidad de la república, de ellos
mismos y de sus hijos, invitaron [al pueblo] a leer las leyes que se presentaban;
que ellos, habían equiparado los derechos de todos, de los grandes y de los pe-
queños, pues más valía el consejo y el ingenio de muchos). Ibid, III, 34, 2-3.
26 “fons omnis publici privatique est iuris.” Ibid, III, 34, 6.
27 Cf. ibid, IV, 1, 1 y ss.
28 “Aliam deinde consularem lege de provocatione, unicum praesidium libertatis,
decemvirali potestate eversam, non restituut modo, sed etiam in posterum muniunt sancien-
do novam legem, ne quis ullum magistratum sine provocationem crearet.” Ibid, III, 55, 4.
29 “Hagan esta consideración: ustedes, en los demás asuntos, estiman que la
libertad de palabra debe ser tan igualitaria para todos los que habitan en la ciudad
LA REPÚBLICA Y EL DERECHO (CICERÓN–SÉNECA) 57
los pasos del sistema jurídico romano hacia la libertad y, por lo mis-
mo, hacia la igualdad por el mejor ejercicio del derecho común.
El paso definitivo fue, sin duda, la divulgación del derecho
civil (ius civile). En medio de conflictos, un edil plebeyo, Gneo Fla-
vio, hace públicos los preceptos del derecho, resguardados hasta
entonces por el colegio de pontífices, y con ello comienza propia-
mente la instauración del derecho civil.30 Así, la interpretatio, que
fuera función de la jurisprudencia pontificia —a través de la cual
los iurisprudentes pontificios leían los preceptos de derecho y seña-
laban sus alcances— ahora comenzaba a realizarse por iurispruden-
tes civiles, no pontificios. De entre éstos, el más conocido fue Sexto
Elio Pato Cato, a quien mencionan Tito Livio y Cicerón de modo
muy destacado.31 La instauración del ius civile fue muy importan-
te, pues salvaguardaba la libertad y la igualdad entre los ciudada-
nos romanos. Un estado de igualdad garantizaba la libertad de
acción y de pensamiento, condiciones fundamentales de la Demo-
cracia, forma privilegiada de la República romana. Así lo hace ma-
nifiesto Cicerón:
¿quién dirá que hay cosa del pueblo (república), cuando todos están
oprimidos por la crueldad de uno solo y no hay la sujeción a un mis-
mo derecho ni la unidad social del grupo, que es el pueblo? […] Así,
pues, allí donde hay un tirano, hay que reconocer que no existe una
república defectuosa, como decía ayer, sino que, como ahora la ra-
zón obliga a decir, no existe república alguna.32
que, hasta a los extranjeros y a los esclavos han hecho partícipes de ella, y pueden
verse entre ustedes muchos criados que dicen lo que quieren con mayor libertad
que quienes son ciudadanos en algunas de las demás ciudades.” Demóstenes, Con-
tra Filipo, III, 3. (tr. A. López Eire y J. Manuel Colubi Falcó).
30 “Ceterum, id quod haud discrepat, contumacia adversus contemnentes humili-
tatem suam nobiles certavit, civile ius, repositum in penetralibus pontificum, evolgavit
fastosque, circa fórum in albo proposuit, et quando lege agi posset sciretur.” Tito Livio,
Ab urbe condita, IX, 46, 5.
31 Cf. Tito Livio, Ab urbe condita, XXXVI, 21, 6-11; Ciceron, De Republica,
III, 33.
32 “Ergo illam rem populi, id est rem publicam, quis diceret tum dum crudelitate
unius oppressi essent universi, neque esset unum vinculum iuris nee consensus ac socie-
tas coetus, quod est populus? […] ergo ubi tyrannus est, ibi non vitiosam, ut heri dice-
bam, sed, ut nunc ratio cogit, dicendum est plane nullam esse rem publicam.” Ciceron,
De Republica, III, 43.
58 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
33 Cf.
Digesto, I, 2, 2, 5; I, 2, 7; I, 2, 35.
34 Cf.
Ibid., III, 31, 43.
35 Esta idea parece inspirar la conformación de una teoría política en la
República, como la de la Roma clásica. Cf. Mota Rodríguez, A., Sentido de “laico”
y “laicidad” en la Francia del siglo XIX: una reflexión filológico-filosófica, en: Reflectio,
2(2012), pp. 28-33.
36 Para algunos filólogos, el vocabulario del idioma español conserva su raíz
latina en un 90%. Cf. Blánquez, A., Prólogo, en: Idem, Diccionario manual latino-espa-
ñol, Ramón Sopena, Barcelona, 1958, p. 3. Su importancia la notamos también en
que la conformación de los márgenes lingüísticos de la taxonomía, establecidos por
60 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
pp. 44.65.
38 En el libro III de De oratore, Cicerón explica el origen del lenguaje figura-
44 “Dios te envíe a sus ángeles, para que te custodien en todos tus caminos.
homini, non homo, quom qualis sit non novit.” Plauto, Asinaria, 495, que será repetida
por Th. Hobbes para enfatizar el egoísmo como condición natural del hombre.
UNA LECTURA CRÍTICA DEL PENSAMIENTO CLÁSICO 65
antigua en la Roma clásica, como los apunta Demóstenes y como los mismos
romanos insisten en recordar. Cf. Cicerón, De República, III, 3, 6.
47 “Senatus PopulusQue Romae”
48 Debemos recordar aquí que, aunque el latín fue la lengua oficial, lingua
ra lege proficere. Primum enim sic ut omnia, spes quoque suas ambitioni donant. Deinde
cum ad vota properant, cruda adhuc studia in forum impellunt, et eloquentiam, qua nihil
UNA LECTURA CRÍTICA DEL PENSAMIENTO CLÁSICO 67
esse maius confitentur, pueris induunt adhuc nascentibus. Quod si paterentur laborum
gradus fieri, ut sapientiae praeceptis animos componerent, ut verba atroci stilo effoderent,
ut quod vellent imitari diti audirent, «ut persuaderent» sibi nihil esse magnificum quod
pueris placeret: iam illa grandis oratio haberet maiestatis suae pondus. Nunc pueri in
scholis ludunt, iuvenes ridentur in foro, et quod utroque turpius est, quod quisque
«puer» perperam didicit, in senectute confiteri non vult.” Petronio, Satiricón, IV, 1-5
53 “[…] Bella res est iste, qui te haec docet: mufrius, non magister. «Nos aliter»
didicimus. Dicebat enim magister: ‘Sunt vestra salva? Recta domum. Cave circumspi-
cias, cave maiorem maledicas’. At nunc mera mapalia: nemo dupondii evadit.” Ibid.,
LVIII, 13-14.
Capítulo Tercero
El Cristianismo MEDIEVAL
69
70 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
bir el letrero que señalaba la condición de Jesús en hebreo (lengua materna del
pueblo), griego (lengua más extendida), y latín (lengua oficial del Imperio), de
donde deriva el acrónimo “INRI”: Iesus Nazarenus Rex Iudeorum – Jesús Nazareno
Rey de los Judíos.
4 Es conocido que entre cristianos (esclavos y extranjeros), se generaron
“claves” de identificación, como la que muchos refieren al uso del acrónimo grie-
go “ΙΧΘΥΣ” (pez): Ὶησοῦς Χρἰστος Θἐοῦ Υῖος Σὦτηρ – Jesús/Cristo/Dios/ Hijo/
Salvador, para protegerse de las políticas de persecución.
ORÍGENES DEL CRISTIANISMO: UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICO-SOCIAL 71
El caso de Hipatia
8 Es en este mismo entorno en que acontece una famosa controversia entre
10 Cf. Gómez Espelosín, J., Introducción general, en: Estrabón, Geografía: li-
conjunto.
74 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
La riqueza intelectual
del cristianismo: la Patrística
Una teología es una mediación entre una determinada matriz cul-
tural y el significado y la función de una religión dentro de esa
matriz. […] Es el conjunto de significaciones y valores que infor-
man un determinado modo de vida.
Lonergan, B.
Método en Teología, Sígueme,
Salamanca, 1988, p. 9.
noce como “Padres apostólicos” a los encargados de difundir la fe, y como “Pa-
dres apologistas” a los dedicados a la defensa de la fe. De entre los asuntos más
polémicos en que se centró el esfuerzo de la reflexión, se encuentran: la creación,
la espiritualidad del alma, la providencia, la resurrección, la divinidad de Jesu-
cristo, la semejanza con Dios, el mal, entre muchos otros.
78 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
Esto explica que los Padres se hayan valido de las corrientes filo-
sóficas de su tiempo –que fueron parte de su itinerario intelectual–
como herramientas de desarrollo de un pensamiento cristiano. Las
fuentes principales fueron: Aristóteles, el Estoicismo, Platón, Filón
y Plotino.20 La filosofía tomó un papel relevante en las reflexiones
y escritos de los Padres.21 Pero no hicieron una mera repetición de
la filosofía, la transformaron; porque tenían la necesidad de esta-
blecer unas bases racionales en congruencia con una verdad ante-
19 Von Balthasar, H. U., Gloria. Una estética teológica, vol. II, Encuentro,
sus procesos lógicos. Lo citan Basilio, Sinesio, Isidoro de Sevilla (Éste escribió
una obra clásica para el conocimiento de la lengua latina: Etimologías). Había cier-
ta reticencia, pues algunos dicen de él ser el más citado por los herejes; el Estoi-
cismo influyó sobre todo en las reflexiones morales, son citados Séneca, Epicteto,
Cicerón y Varrón; algunos citan la doctrina del Logos de Filón, y usan su termi-
nología; Platón es el que tuvo mucha influencia y fue citado abundantemente, de
modo especial por Agustín de Hipona; el Neoplatonismo de Plotino dejó hondas
huellas en los primeros “Padres”, principalmente por su emanantismo.
21 No podemos dejar de mencionar el giro histórico que implicó para la
rior, la fe. Las ideas centrales de Dios como creador y el amor al prójimo
suponían un marco conceptual que la filosofía griega no tenía.22
Ello implicó que los Padres elaboraran un cierto eclecticismo que
permitía la síntesis de varias filosofías, pero generó creativamente
un nuevo pensamiento metafísico, antropológico, cosmológico, etc.,
con grandes similitudes, pero con agudas diferencias con respecto
al pensamiento filosófico griego.
En este escenario es que puede entenderse el pensamiento de
uno de los Padres de la Iglesia que fue muy importante en la cons-
trucción del pensamiento cristiano: Tito Flavio Celemente, o Cle-
mente de Alejandría. Nació hacia el 150, al parecer en Atenas.
Viajó a Italia, Siria y Palestina, buscando maestros célebres. Deci-
sivo fue su viaje a Alejandría. Se formó como asistente de su maes-
tro Panteno, de quien sería sucesor, en la escuela catequética de
Alejandría, hacia el año 200. A causa de la persecución de Setimio
Severo, Clemente abandonó Egipto y se refugió en Capadocia. Mu-
rió poco antes del 215 sin haber podido regresar a Egipto.23 Fue
también maestro de otro de los pensadores más influyentes en el
cristianismo posterior: Orígenes de Alejandría.24
Son tres las obras consideradas como las más importantes de
Clemente: su obra cumbre, Tapicerías, Strómateis o Strómata, por la
riqueza y variedad de contenido, sobre todo apologético; El Pro-
tréptico o invitación, corresponde a un género muy usado en toda
la tradición griega, a partir de Platón, hasta el tardío ambiente ro-
mano; y el Pedagodo, donde expone la tarea de educar a la huma-
nidad. Obras con la que intenta cumplir tres compromisos:
exhortar (Protréptico), educar (Pedagogo), enseñar (Strómata).
Resulta muy interesante la vocación de Clemente por generar,
emulando el ideal riego de Paideia, una Paideia cristiana, que tiene
como marcos orientadores los principios fundamentales de la fe
en convivencia con la razón misma del hombre. El cristianismo es
una Paideia, porque según Clemente:
29 Ibid., I, 101, 2.
30 Ibid., II, 25.
31 Ibid., II, 42, 2.
32 Ibid., II, 3.
33 Ibid., II, 30.
34 Ibid., II, 108, 5; 115, 1-4.
35 Ibid., II, 114.
36 Ibid., II, 124, 2.
37 Ibid., II, 64, 2.
38 Clemente de Alejandría, Strómata, I, 28, 1.
LA RIQUEZA INTELECTUAL DEL CRISTIANISMO: LA PATRÍSTICA 83
Agustín de Hipona:
la construcción de un pensamiento
Agustín modeló durante siglos el pensamiento occidental.
Guitton, J.
Le temps et l’éternité chez Plotin et Saint Agustin, p. 396.
49 Idem, Confesiones, XI, 26, 33. Aquí refiere al mismo libro XI, cap. XX, 26:
“Pero lo que ahora es claro y manifiesto es que no existen los pretéritos ni los
futuros, ni se puede decir con propiedad que son tres los tiempos: pretérito, pre-
sente y futuro; sino que tal vez sería más propio decir que los tiempos son tres:
presente de las cosas pasadas, presente de las cosas presentes y presente de las
cosas futuras. Porque éstas son tres cosas que existen de algún modo en el alma,
y fuera de ella yo no veo que existan: presente de cosas pasadas (la memoria),
presente de cosas presentes (visión) y presente de cosas futuras (expectación).”
AGUSTÍN DE HIPONA: LA CONSTRUCCIÓN DE UN PENSAMIENTO 91
te igualdad entre el todo y la parte, y las tres son unidad: una vida,
una mente, una esencia.51
El monacato:
la conservación y reintegración
del pensamiento
En la época de los Padres y todavía en la Edad Media, la antigua
Iglesia presentaba la vida monástica como filosofía cristiana; pero a
nosotros, los hombres de hoy, nos faltan completamente los presu-
puestos para re-pensar esta idea. […] Tal forma de vida aparece
como una especialidad, como algo que “todavía existe” en la Iglesia
y que, sin duda, cada vez va quedando más al márgen, si bien no
puede negarse que en otros tiempos —probablemente por razones
culturales— ocupó con toda energía una posición más central.
Convertir un monasterio, especialmente un monasterio contempla-
tivo y cerrado, al que no tiene ningún acceso las gentes ordinarias,
en un centro es algo que casi nos parece absurdo.
Von Balthasar, H. U.
Ensayos teológicos,
Guadarrama, Madrid, 1964, p. 405.
56 Cf. Colombas, García M., El monacato primitivo, BAC, Madrid, 1998, pp.
38-39.
EL MONACATO: LA CONSERVACIÓN Y REINTEGRACIÓN DEL PENSAMIENTO 95
57 Ibid., p. 513.
96 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
61 Colombas, García M., El monacato primitivo, BAC, Madrid, 1998, pp. 362-363.
62 Cf. De la Torre, J. M., El Carisma cisterciense y bernardiano… pp. 24 y ss.
98 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
68 Ibid., p. 34.
69 Ibid., p. 35.
70 Nietzsche, F., Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie, III,
La Escolástica:
La gran síntesis del pensamiento
medieval
En las escuelas medievales, la teología se hizo metódica, fue fruto
de un trabajo de colaboración y presentó notables avances. Se em-
prendió la investigación y la clasificación, […] la interpretación
[…]. La teología sistemática buscó poner orden y coherencia en el
conjunto de materiales que se habían reunido de la Escritura y de
la Tradición. […] Las soluciones dadas a ese cúmulo infinito de
cuestiones debían ser coherentes entre sí. Se necesita, por consi-
guiente, una visión general sistemática; y para darle a dicha visión
una infraestructura, los teólogos acudieron a Aristóteles.
Lonergan, B.,
Método en Teología, Sígueme,
Salamanca, 1988, pp. 288-289.
que a su vez hay que entender partiendo del sustantivo σχολἠ o del verbo
σχολάζἐιν (τινί). Σχολἠ, por otra parte, en la mayoría de las obras de consulta se
traduce por ocio, tranquilidad, libertad de trabajo, y en sentido amplio también
por el ocio dedicado a las ciencias o disertación de un maestro. […] el σχολαστικός
no es sencillamente el ocioso o el hombre sin empleo, es decir, el individuo libre
sin obligación de un trabajo, sino aquél que tiene tiempo para poder dedicarse en
los ratos libres a una actividad muy concreta. […], la σχολἠ pasa a ser propia-
mente el organismo que los une [a los teóricos], σχολἠ o schola se emplea para
todo lo que forma parte de un trabajo de escuela: el lugar en que se encuentra, la
enseñanza (la disertación) que se da en ella y la tendencia intelectual que la defi-
ne. […] Además, σχολαστικός / scholasticus se refiere a la cualificación.
Σχολαστικός /scholasticus es, por lo tanto, también sencillamente el erudito, lite-
rato, sabio: eruditus, litteratus, sapiens.” Schmidinger, H., «Escolástica» y «neoes-
colástica»: historia de los conceptos, en: Coreth, E.—Neidl, W.—Pfligersdorffer,
G. (dirs.), Filosofía cristiana en el pensamiento católico de los siglos XIX y XX, Herder,
Barcelona, 1994, pp. 25-27.
LA ESCOLÁSTICA: LA GRAN SÍNTESIS DEL PENSAMIENTO MEDIEVAL 101
El renacimiento carolingio
Las universidades
74 Cf. Gilson, E., La filosofía en la Edad Media. Desde los orígenes patrísticos
hasta el fin del siglo XIV, Gredos, Madrid, 20072, pp. 175-195.
75 Cf. De la Torre, J. M., El Carisma cisterciense y bernardiano… pp. 3-18.
76 Cf. Gilson, E., La filosofía en la Edad Media…, pp. 294-297.
77 Cf. Crombie, A. C., Historia de la ciencia…, pp. 65-67.
104 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
Tomás de Aquino
Santo Tomás no es historiador, pero la comprensión de la
historia, que en lo profano y en el cristianismo es la admira-
ble riqueza de nuestro tiempo, encuentra su lugar en una
“doctrina sacra” de la que Santo Tomás nos ha proporciona-
do un ejemplar. […] Santo Tomás es uno de esos cristianos
de todos los tiempos, que para ser tales no deben estar des-
ligados de su tiempo, en una teología abstracta, sino situa-
dos en su tiempo; porque han sabido encontrar en él, como
nosotros hoy, las coordenadas sustanciales, gracias a las cua-
les el presente en que viven intensamente, recapitula el pasa-
do para una comprensión profética del futuro. Cristiano de
otro tiempo, desde luego, pero cuyo pensamiento, no intem-
poral sino preocupado de encontrar, hasta en las contingen-
cias de la historia sagrada, las “razones” de las cosas, hace
de él, verdaderamente, un cristiano de todos los tiempos, de
nuestro tiempo.
Chenu, M.–D.,
Epílogo, en: Mennsier, A.–I. (ed.),
Santo Tomás de Aquino. El hombre cristiano,
RIALP, Madrid, 1967, pp. 377-378.
tramos en: Weisheipl, J. A., Tomás de Aquino. Vida, obras y doctrina, EUNSA, Pam-
plona, 1994.
80 De Veritate, q. 1, a. 1, c.
81 S. Th., I, q. 3, a. 4.
82 S. Th., I, q. 10, a. 4.
83 Super Sent., lib. 1, d. 19, q. 5, a. 2; lib. 1, d. 35, q. 1, a. 4; también, Ramírez,
S., La analogía. Noción general y aplicaciones, edición bilingüe, (ed., tr., y notas de
Arturo Mota Rodríguez), Universidad Anáhuac México Sur, México, 2016.
LA ESCOLÁSTICA: LA GRAN SÍNTESIS DEL PENSAMIENTO MEDIEVAL 107
111-115.
92 Se le llamó “Doctor Angélico” porque desarrolló ampliamente un discur-
so que intenta mostrar una especulación acerca del ser del ángel, que forma par-
te del contenido de la fe cristiana. En buena medida retoma las reflexiones
proporcionadas ya por la figura del Pseudo-Dionisio, en sus obras De divinis no-
minibus y De jerarquía celeste; pero Tomás de Aquino enriquece estos pensamien-
tos con la metafísica aristotélica y neoplatónica que le caracterizan.
108 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
dido por el mismo Tomás de Aquino en S. Th. II-II, q. 58; y es un tema que me-
rece un estudio más profundo.
110 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
101 “Iniustae autem sunt leges dupliciter. Uno modo, per contrarietatem ad bonum
humanum, e contrario praedictis, vel ex fine, sicut cum aliquis praesidens leges imponit
onerosas subditis non pertinentes ad utilitatem comunem, sed magis ad propriam cupidi-
tatem vel gloriam; vel etiam ex auctore, sicut cum aliquis legem fert ultra sibi commis-
sam potestatem; vel etiam ex forma, puta cum inaequaliter onera multitudini
dispensantur, etiam si ordinentur ad bonum commune”. C.
102 “Et huiusmodi magis sunt violentiae quam leges”. C.
103 “Unde tales leges non obligant in foro conscientiae”. C.
104 “Unde tales leges non obligant in foro conscientiae, nisi forte propter vitandum
scandalum vel turbationem, propter quod etiam homo iuri suo debet cedere”. C.
LA ESCOLÁSTICA: LA GRAN SÍNTESIS DEL PENSAMIENTO MEDIEVAL 111
105 “Ad tertium dicendum quod ratio illa procedit de lege quae infert gravamen
iniustum subditis, ad quod etiam ordo potestates divinitus concensus no se extendit.
Unde nec in talibus homo obligatur ut obediat legi, si sine scandalo vel maiori detriment
resistere posit”. Ad 3.
106 “Scándalum” (escándalo) es una palabra latina que proviene de la palabra
sicut leges tyranorum inducentes ad idolatriam, vel ad quodcumque aliud quod sit contra
legem divinam. Et tales leges nullo modo licet observare”.
112 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
encrucijada entre el pensamiento medieval y la filosofía moderna (I), en: Estudios Filosó-
ficos, 51 (2002), pp. 223-226; IdemAbstracción e intuición en Guillermo de Ockham o la
encrucijada entre el pensamiento medieval y la filosofía moderna (II), en: Estudios Filo-
sóficos, 52 (2003), pp. 6-11.
110 Patricia Díaz reflexiona sobre los planteamientos matemáticos derivados
111 Cf. Beuchot, M., Introducción, en: Juan de Santo Tomás, Sobre la naturale-
3 Cf. Havelock, E., La musa aprende a escribir. Reflexiones sobre oralidad y es-
critura desde la Antigüedad hasta el presente, Paidós, México, 1996, pp. 61-71.
4 Garibay, A. M., “Introducción”, en: Aristófanes, Las once comedias, (tr.
8 Ibid.,
p. 17.
9 Ibid.,
p. 57.
10 Beuchot, M., La retórica como pragmática y hermenéutica, Anthropos, Bar-
defensor de los derechos humanos, Diana, México, 20052, pp. 110 y ss. En ello se
122 BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS EN OCCIDENTE
125
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