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La Postura de la Muerte

Peter J. Carroll

La cima de la excitación y la cima del silencio absoluto se encuentran en el mismo lugar


mágico y fisiológico. Sobre esta cima en la dimensión secreta del ser se posa el buitre del Yo. Las
variaciones sin fin del camino del silencio son todo lo que la postura de la muerte es. Lo que sigue
puede ser utilizado tanto en parte o en su totalidad.
De rodillas adoptando la posición Asana del Dragón, las
manos sobre los muslos, espalda erguida, el adepto mirará
fijamente la imagen de sus propios ojos en un espejo grande ante él,
a una distancia aproximada de 60 cm. Sería ideal que el templo esté
totalmente vacío y blanco. Uno se puede preparar previamente por
medio de la concentración en la respiración, utilizando mantras,
visualización de una cierta imagen, o por esfuerzo intenso del
pensamiento convergente (Abstracción por medio de algún tipo de
tarea mental exigente). Al mirar sus propios ojos el adepto detendrá
el pensamiento. Ni el más mínimo esfuerzo en el sentido habitual
de la palabra será de utilidad. Paciencia infinita será apenas
suficiente. Se debe dar atención permanente a la imagen del ojo
hasta que el proceso de pensamiento se dé por vencido. Cualquier
clase de distorsión de la imagen es síntoma de pensamiento y debe
ser evitada. El éxito es caracterizado por ciertos fenómenos que son
irrefutables. Puede haber una pérdida de imagen visual de la
perspectiva o del cuerpo. El cuerpo puede comenzar a sentirse extenso o microscópico. Estos
fenómenos son característicos de la privación sensorial. Son no el resultado deseado sino el
indicativo del comienzo de la pérdida de la creencia. Los ojos entonces se cerrarán y el vacío se
incorpora lo más completamente posible. Una cierta imagen se puede utilizar como receptáculo del
pensamiento si éste no puede ser anulado totalmente. En esta etapa el adepto puede comenzar a
practicar cualquier forma de magia. Las inspiraciones o los atavismos pueden ser disparados con la
ayuda de sigilos y la voluntad y percepción tienen acceso a las esquinas más recónditas del cosmos.
Si lo anterior es insuficiente para alcanzar la gnosis el mago se parará en puntas de pie, ojos
cerrados, con los brazos trabados detrás, el cuello estirado y espalda arqueada, esforzando el cuerpo
entero al límite. Se puede utilizar una pared para mantener el balance. La respiración profunda y
trabajosa a medida que la crucifixión continúa. Olvidándose de todo excepto de la tensión y el
esfuerzo se puede lograr el vacío tan pronto uno cae agotado, supino al piso.
Para exorcizar cualquier posible estado de aversión invocado por reflejo, el adepto puede
recurrir a la risa en este momento. Reflejando el sin sentido de cualquier cosa de la cual él se hace
consciente, ríe de todo sin motivo.
Así al mago puede serle concedida la gracia de ser elevado hacia la locura divina de la risa
del éxtasis.

[De The Magic of Thanateros, 1978.]

Traducido por Kaosmos

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