Está en la página 1de 2

A propósito de Henry (Amnesia)

Henry Turner (Harrison Ford) es un abogado de éxito, tan despiadado como


inteligente. Es un triunfador, apreciado por sus colegas y temido por sus rivales. Lo
tiene todo, un matrimonio modelo, una hija que pronto ingresará en un colegio de
élite y un piso en lo mejor de Nueva York.

Pero accidentalmente un día se ve envuelto en un atraco y recibe un tiro en la


cabeza y otro en el pecho. Milagrosamente sobrevive, pero queda en un estado casi
vegetativo. Ha perdido la memoria, no sabe hablar y no puede caminar.

De la noche a la mañana todo cambia radicalmente y Henry es ahora un ser


indefenso. Afortunadamente para él, recibe los cuidados médicos oportunos.
Una logopeda le enseña a hablar otra vez y Bradley (Bill Nunn), un
entusiasta fisioterapeuta, le ayuda enormemente en la recuperación física.

Lo que no recupera nunca es la memoria, pero ya se puede valer por sí mismo,


abandonar el entorno seguro y conocido de la clínica y volver con su familia. Le
cuesta mucho dejar a su amigo Bradley para volver con su mujer y su hija, unas
desconocidas, pero poco a poco se va acostumbrando y va aprendiendo a
conocerlas y a quererlas. Se vuelve a enamorar de Sarah (Annette Bening), su
mujer y se convierte en el padre, que nunca fue, de su hija Rachel (Mikki Allen).

También se incorpora al trabajo en el bufete, pero como no se acuerda de nada sus


compañeros no saben cómo tratarle. Algunos se comportan como si fuese
un retrasado mental y hasta sus mejores amigos sienten lástima de él. Pero Henry
no es nada tonto y estudiando sus anteriores casos se da cuenta de que no le gusta
la persona que era antes, así que decide cambiar.

Quizás por eso en Argentina le pusieron el título de "Una segunda oportunidad". No


me gusta que cambien los títulos a las películas, a veces las nuevas elecciones son
incomprensibles, pero en este caso reconozco que tiene sentido.

Bajo el punto de vista psicológico, hemos de reconocer que en la película se emplea


la patología de Henry de una manera bastante efectista para sentar las bases del
argumento. Ya hemos comentado aquí algunas veces que el cine tiene preferencia
por distintas afecciones psicológicas y la amnesia es una de las más socorridas (ver
la entrada relativa a Memento), sobre todo la retrógrada, aquella que hace que el
sujeto no recuerde su vida anterior a partir de un momento dado.

Este sería el caso de Henry, que según el DSM IV (Manual diagnóstico y estadístico
de los trastornos mentales) padecería un trastorno amnésico debido al traumatismo
causado, no por la bala que le afectó al lóbulo frontal derecho, sino por
la anoxia cerebral que originó el paro cardiaco debido al otro disparo. Ello además
ha causado otros trastornos motores y de la comunicación. Pero de todo esto se
recupera rápidamente gracias al esfuerzo de su fisioterapeuta y de la logopeda, que
no sé por qué, le enseña a hablar pero no a leer.
Así que, después de una sorprendente recuperación de la movilidad y del lenguaje,
lo que sigue marcando la existencia de Henry después de ser dado de alta es la
persistente amnesia que padece. Curiosamente, según los manuales que podemos
consultar y los casos conocidos, la amnesia retrógrada no suele abarcar toda la vida
del sujeto, sino el incidente que la provocó y un periodo de tiempo anterior a él,
que será tanto más grande cuanto más intensa sea la afección, pero que nunca
abarca la totalidad de su existencia, cosa que el cine no suele reflejar porque así
consigue mayor dramatismo.

En estos casos también se suele producir una recuperación que va en sentido


inverso. Los acontecimientos más antiguos, que están registrados con mayor fuerza
en la memoria, se recuperan antes que los más recientes, pero poco a poco y en
este sentido inverso, la memoria se va normalizando, cosa que no ocurre con
Henry, probablemente por causas meramente argumentales.

También podría gustarte