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Cuando se Trata del Trabajo, hay que Asegurar que nos Paguen lo que Valemos

Cuando nos valoramos en cero, nos sentimos mal. Hace 15 años, cuando Alan Clark seguía
vivo y era el único Diputado de Parlamento entretenido de Gran Bretaña, lo llamé y le
pregunté si lo podía entrevistar. 

Él dijo que estaría encantando de hacerlo, pero que esperaba que le pagara por su
tiempo. ¿Cómo?, pregunté, asombrada. El Financial Times nunca consideraría tal cosa. En
ese caso, me respondió, “no puedo hacerlo”. Saltwood Castle, su hogar familiar medieval
necesitaba un techo nuevo y no había manera de que trabajara sin remuneración. 

En ese momento, consideré que esta respuesta ponía en evidencia el solipsismo y la


avaricia de Clark. Pero ahora he cambiado de parecer. El hecho de que me pidiera dinero
era tan razonable que no había necesidad de que invocara el techo agujereado. Estaba
vendiendo su tiempo y sus opiniones y tenía el mismo derecho de facturar por ellos como
alguien que vendiera jabón en polvo. 

No estoy sugiriendo que todos los que sean entrevistados por esta publicación
deberían de facturar inmediatamente. Es tal el honor de ser mencionado en el FT, que no
se requiere pago alguno. En realidad estoy hablando de todas las cosas que muchos hacen
con cada vez más frecuencia sin ser remunerados, haciendo caso omiso de la curva de
oferta de trabajo que enuncia que cuando no se ofrece un salario, no se debería de
suministrar una labor. 
Existen, claramente, los pasantes que trabajan con afán sin salario. Este sistema
explota y discrimina a aquellos que no tienen padres ricos y es muy a menudo ilegal; pero
aun así, tiene cierto sentido desde el punto de vista de los pasantes - ellos obtienen
experiencia y tal vez algunas puertas abiertas. Me mistifica más la explosión del trabajo no
remunerado realizado por profesionales con mucha experiencia y empleos satisfactorios,
que insisten en llenar su tiempo extra con trabajo extra por el cual no se les paga un
centavo. 
Crean blogs y "tweets" sin recompensa monetaria. Forman parte de paneles, asisten a
conferencias, dan consejos y hasta escriben libros - todo sin recibir un centavo. Pero, ¿por
qué?

Siguiendo a Clark como mi modelo, he comenzado a negar todas estas peticiones.


¿Quisiera dar una conferencia a los estudiantes en Oxford? No gracias. ¿Quisiera formar
parte de un panel sobre la gerencia corporativa? No quisiera. ¿Quisiera escribir un blog
para el Huffington Post? Claro que no. 

Cuando respondo a todas estas invitaciones, explico que no apruebo de trabajar sin
remuneración e invariablemente recibo la misma respuesta que hace tantos años le di a
Alan Clark. Sé que están pensando que soy avariciosa y egoísta, mientras se apuran por
encontrar a otra persona que acceda a lo que están pidiendo. 
Sólo puedo pensar en tres situaciones en las que tiene sentido que un profesional
trabaje sin remuneración.

La primera es cuando se trata de una causa noble. Pero entonces se trata de ser
voluntario y el punto es que no te paguen.

La segunda es cuando el trabajo es realmente fascinante o es algo que siempre has


querido hacer y que no harías de otra manera. Recientemente me pidieron que diera una
charla en un teatro en el West End, y como está claro que nunca seré actriz, tomé mi única
oportunidad de estar en escena en St Martin's Lane. 

La tercera razón es que es buena publicidad. Ésta es la razón por la que la mayoría de
las personas trabajan sin remuneración - piensan que les ayudará a vender libros o dar a
conocer sus marcas, o tal vez sea bueno para crear contactos. Puedo entender que si
quieres darte a conocer y te invitan a Oprah, entonces debes hacerlo. O si te quieren
entrevistar en el FT - vale oro, como ya dije. Pero mucho de lo que hacen las personas para
vender sus libros o venderse a si mismos no tiene buenos resultados. En esta época de
"grandes datos", debería ser posible calcular con precisión qué funciona y qué no. La
mayoría de los blogueros en HuffPo parecen no hacer muchos comentarios, así que uno no
puede ver cómo pudieran vender muchos libros. 

Hay una razón más por la cual muchos aceptan trabajar sin remuneración: porque se
sienten bien de estar en demanda. Pero esto es irracional, porque al valorarse en cero,
deberían de sentirse bastante mal. 

Si todos siguiéramos el ejemplo de Clark y rehusáramos la mayoría del trabajo no


remunerado, yo predigo que esto incrementaría el PBI "ajustado por felicidad." Existirían
muchos menos eventos inútiles, lo cual significa que todos podrían tomarse una copa con
los amigos o ir a ver a sus hijos en vez de pasar la noche en un evento dedicado a la
gerencia corporativa. Además, mejoraría la calidad de la producción. El dinero no es
perfecto, pero es la mejor manera que tenemos de medir el esfuerzo. Si le estás pagando a
alguien por hacer algo y no lo hace bien, entonces puedes pedirle que lo haga mejor. 

Y finalmente significaría que esas organizaciones anticuadas que todavía le pagan a


sus empleados un salario por su labor obtendrían más por su dinero, ya que muchos
dejarían el pluriempleo y se dedicarían al trabajo remunerado. 

Fuente: elcronista.com  a través de Financial Times  Por: Lucy Kellaway

Publicado por contadoreseninteraccion en 05:51

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Etiquetas: Psicología laboral

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