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Entre hipocampos
y neurogénesis
¿Por eso le cuesta tanto
aprender a mi hijo?
Entre hipocampos y neurogénesis
¿por eso le cuesta tanto aprender a mi hijo?
Departamento de Psicología
Universidade da Coruña
FERNÁNDEZ GARCÍA, ROSA MARÍA
ENTRE HIPOCAMPOS Y NEUROGÉNESIS
¿Por qué le cuesta tanto aprender a mi hijo?
ISBN: 978-84-941620-1-5
D.L.: B-18883-2013
No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni el registro en un
sistema informático, ni la transmisión bajo cualquier forma o a través de cualquier
medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación o por otros méto-
dos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.
Prólogo����������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������9
¡Dichoso hipocampo!�������������������������������������������������������������������������������������������������������������������� 35
Anexos���������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������77
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Prólogo
Cada vez que coincido con una madre y un bebé de pocos meses en la
sala de espera del pediatra o en algún otro sitio, no puedo evitar observar
durante un buen rato el comportamiento de ambos.
Recuerdo como si fuese hoy, la primera vez que cogí a mi hija en brazos.
Había cumplido el día anterior un año. Estábamos en un orfanato africano,
en medio del Congo, y su cara era la más seria que yo podía haberme ima-
ginado. La cogí con miedo entre mis brazos e instintivamente, y sin saber
muy bien por qué, empecé a repetir las conductas vistas a mi madre. No
fue intencionado, simplemente, aprendido.
De forma suave la mecía entre mis brazos, al mismo tiempo que le su-
surraba al oído una canción (que yo no sabía ni que recordaba) y le daba
suaves golpecitos en la espalda. Al cabo de unos minutos alguien me
llamó, y paré. Ella, al ver que cesaba aquello, se sorprendió, volvió a pegar
su oído a mi boca, se acercó todo lo que pudo a mí, y con su manita cogió
la mía y empezó a darse suaves golpes ella misma. Estaba claro lo que
estaba pasando. Se dejaba hacer, como cualquier bebé. Se sentía a gusto.
Y necesitaba imperiosamente ese arrullo materno. Lo necesitaba. Y ahora
que sabía lo que era, a su manera, lo pedía. Todo esto transcurrió sin que
mediase por su parte ni media sonrisa, ni medio sonido.
10
meses, sobre todo durante el primer año de vida de un recién nacido, el
contacto madre-hijo es fundamental para su desarrollo físico, psicológico
y neurológico. Los últimos trabajos científicos así lo demuestran.
Durante el primer año de vida del niño, y sobre todo, durante las primeras
horas después del parto, el olor, el tacto, la suavidad, las caricias de una
madre, son tan importantes como el alimento.
3 Genetic identification of C fibres that detect massage-like stroking of hairy skin in vivo. S.
Vrontou , A.M. Wong y otros (2013): Nature 493, 669-673. http://www.nature.com/nature/
journal/v493/n7434/full/nature11810.html
Evidentemente NO.
Hay miles de circunstancias que varían de una persona a otra: va a depen-
der del tipo, intensidad y duración del maltrato, si el niño ha vivido con
una familia de acogida competente o en una institución, si hubo desnu-
trición pre y/o postnatal y durante cuánto tiempo; dependerá obviamente
del tipo de cuidados pre y postnatales; guerra, violencia, la duración de
estas circunstancias, edad del niño, su personalidad, la genética y la salud
del niño; la presencia o no de un cuidador cercano, si ha estado atendido
o si nunca se le ha cogido en brazos; si la figura materna ha desaparecido
cuando el bebé tenía uno, dos, tres o cinco meses, la edad a la que fue
adoptado … y un sin fin de acontecimientos, muchos de ellos incontrola-
bles; desconocidos para los padres adoptivos.
Dentro del grupo de niños adoptados podremos encontrar, por tanto, niños
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con problemas cognitivos y psicológicos serios, debido a su pasado. Pero
también niños con un buen rendimiento escolar y una excelente adapta-
ción; niños, por supuesto, brillantes y otros que no lo son tanto. Son de-
masiadas variables en la ecuación para poder tenerlas todas controladas:
nutrición, genética y ambiente; duración, intensidad y tipo de maltrato,
personalidad… y un larguísimo etc.
¿POR QUÉ ME BASO EN ARTíCULOS CIENTíFICOS?. ¡CON LO DIFÍCIL QUE ES
LEERLOS!
No hace mucho tiempo mis hijos para cenar me pedían arroz. Uno lo que-
ría amarillo (que decía que le gustaba más), el otro lo quería blanco y el
tercero, por hacérmelo un poco más complicado, lo quería marrón. Todo
ello a la hora de cenar.
Bien. Al principio, no lo dudé. ¡Qué más daba! ¡Si todo era arroz blanco!
solo tenía que cambiar el colorante. Aquello no cambiaba el sabor del
arroz, yo lo sabía, porque era el mismo arroz, cocido en la misma olla, al
mismo tiempo, y solo separado al final con el fin de añadir el colorante ar-
tificial. Pero ellos estaban convencidos de las virtudes de los tres arroces.
Su sabor, su olor, su textura… Nada los podía convencer de lo contrario.
Así seguimos un par de veces más, hasta que ya cansada, mi vena salió a
relucir.
Ante la incredulidad del padre, puse los tres platos de arroz en la mesa, uno
blanco, otro amarillo y el tercero marrón. Y les dije:
Bien. Aparte de estas locuras que solo ocurren en mi casa, una publica-
ción en una buena revista científica (lo que se denomina con un índice de
impacto alto) nos asegura que la investigación es seria, está bien hecha, ha
sido revisada por varios expertos independientes antes de ser publicada
(no uno, sino al menos tres). Acredita que el grupo que lo ha llevado a
cabo tiene prestigio y trabaja bien. Todo ello da credibilidad a los datos
aportados. Y evita confundir arroces de diferentes colores.
Quiero presentar estos datos como los resultados de las mejores y más
novedosas investigaciones sobre NEUROPSICOLOGIA DEL ESTRÉS. ¿Qué
dice la ciencia? ¿Por qué mi hijo no aprende? ¿Por qué mi hijo tiene pro-
blemas de aprendizaje si a priori es como los demás? ¿Por qué ha tardado
tanto en leer? ¿Por qué se le olvida las tablas de multiplicar de un día
para otro?. Si su inteligencia no está aparentemente afectada, ¿por qué
sus esfuerzos no se ven recompensados?.
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Las primeras horas de un recién nacido
Al nacer, el bebé tiende a estar en estado de alerta, con sus sentidos ac-
tivos. Nacer es un viaje complicado porque, para ver la luz, el bebé no
solo tiene que atravesar un canal estrecho y lleno de escollos, sino que
también debe adaptarse rápidamente a un medio que poco tiene que ver
con el ambiente intrauterino.
1 http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/03/08/noticias/1362765683.html
El ser humano tiene una ventaja evolutiva frente a otras especies, y es que
nacemos con un cerebro inmaduro, no terminado. Nuestro cerebro, cuando
nacemos, es maleable, modificable… La experiencia lo moldea y le permite
aprender. Éste fenómeno se conoce como PLASTICIDAD CEREBRAL y aun-
que parezca una desventaja, es lo que nos hace inteligentes; los seres más
inteligentes de nuestro planeta. La plasticidad cerebral es máxima los tres
primeros años de vida del niño, siendo el primer año crucial.
Pero lo que nos hace más inteligentes, también nos hace más vulnera-
bles. Un cerebro inmaduro es vulnerable. Y un cerebro vulnerable bajo
condiciones de estrés, maltrato, desnutrición y/o abandono, se puede ver
gravemente alterado.
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–– Anormalidades en el desarrollo cerebral por alteracio-
nes de la poda neural
–– Retrasos en el proceso de mielinización
–– La alteración de la mielina a su vez enlentece la comu-
nicación entre neuronas
–– Y por último, pero no menos importante, inhibe la neu-
rogénesis, es decir, inhibe la formación de nuevas neu-
ronas.
Pero no todo es negativo, el cerebro sigue siendo plástico (maleable, que
no de plástico) durante décadas. Tenemos regiones cerebrales que no ma-
duran hasta pasada la pubertad, lo que indica que sigue existiendo neu-
rogénesis.
De todas las especies de mamíferos (es decir, las más evolucionadas) los
bebés humanos son los que nacen más inmaduros y necesitan que sus pa-
dres se ocupen de ellos durante un periodo de tiempo mucho mas largo.
Si los padres no tienen las capacidades necesarias, solo el cuidado por
otros animales de la manada, de la tribu, o de la familia en el caso del ser
humano, puede evitar el deterioro del bebé o incluso su muerte.
Este es el precio que la especie humana tuvo que pagar cuando el proceso
evolutivo permitió el desarrollo de la corteza cerebral, esa parte del cere-
bro que no tienen otros animales y que es responsable del salto cualita-
tivo que comprende el pensamiento simbólico, es decir, el razonamiento.
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vínculo afectivo (¡qué no son todos!) y es importante detectarlo a tiempo
y ayudar al niño. Dejarse de etiquetas y encasillamientos y ponernos a
trabajar con el niño las necesidades específicas que tenga.
Recuerdo como si fuese hoy como mis hijos con tres años, se metieron
en la boca los lápices y las pinturas de colores que yo, ingenuamente, les
había dado pensando que podríamos divertirnos un rato pintando. Eran
los primeros días y ellos se los llevaron a la boca pensando que era cara-
melos. Enseguida me los devolvieron con extrañeza como diciendo, ¡mira
lo que nos da! ¡qué señora más rara, que no sabe ni darnos caramelos
ricos!….¡. No sabían lo que era un periódico, ni unos zapatos, ni una cama,
ni un baño… mucho menos lo que eran los días, las horas, o los meses. Sí
sabían, sin embargo, lo que eran las guerras y las bombas. Cada vez que
oían un ruido fuerte (por ejemplo el tubo de escape de la moto del vecino
que tan alegremente sigue encendiendo todos los domingos) en un tris,
daban un salto y se escondían debajo de la mesa. Las cuidadoras les ha-
bían enseñado a esconderse en caso de bombardeo. Recuerdo la primera
vez que ocurrió esto en mi casa. Cómo en un segundo, al darme la vuelta,
mis hijos habían desaparecido todos de la mesa. Yo había identificado
perfectamente el ruido del tubo de escape de la moto, pero ellos lo habían
confundido con el sonido de las bombas. No entendí en ese momento lo
que estaba ocurriendo.
¿POR QUÉ A NUESTROS HIJOS LES CUESTA TANTO APRENDER A LEER, O LAS
TABLAS DE MULTIPLICAR?
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pero su sistema nervioso falla en la recuperación de los datos. No en el
almacenamiento, sino en la recuperación.
Una de las consecuencias del abandono físico y emocional que han su-
frido nuestros niños en sus primeros meses/años de vida, es el retraso
o inmadurez en el desarrollo, alterando fundamentalmente el sistema
nervioso2. Algo evidente que se nos olvida con mucha facilidad es que
la pobreza extrema y, en consecuencia, una desnutrición severa durante
el embarazo y/o los primeros años de vida de un niño, pueden afectar el
desarrollo del cerebro.
Esta es una de las razones por la cuales los niños que han pasado los
primeros años de su vida en una institución pueden tener problemas es-
colares y/o sociales. Puesto que en los periodos óptimos de crecimiento
cerebral, cuando las ventanas de aprendizaje están abiertas, no recibieron
la estimulación adecuada. Pasado este momento óptimo sabemos que el
esfuerzo será mayor.
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El apoyo maternal en la primera
infancia predice un mayor volumen del
hipocampo
Uno de los primeros estudios que cayó en mis manos (me refiero a
investigaciones sobre adopción, no a libros de divulgación) fue éste: El
apoyo materno en la primera infancia predice un mayor volumen del
hipocampo en la edad escolar1. Resumiendo dicho trabajo podríamos
decir que el amor maternal protege y favorece el desarrollo cerebral del
recién nacido.
Dirigido por Joan Luby, los autores sostienen que las estructuras cere-
brales no solo están determinadas por la biología sino también por los
vínculos afectivos que se establecen en la primera infancia.
1 Luby JL, Barch DM, Belden A, et al. Maternal support in early child-
hood predicts larger hippocampal volumes at school age. Proc Natl
Acad Sci U S A. 109[8], 2854-9. 2012.
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Lo inverso también es cierto: El
maltrato produce un menor volumen
del hipocampo en la edad adulta
Una vez recuperada de la sorpresa por las conclusiones del estudio ante-
rior, me dediqué a buscar otros estudios relacionados. Si como dice Luby …
el apoyo maternal en la primera infancia predice un mayor volumen del hipo-
campo … lo contrario, ¿sería también cierto ?. ¿El maltrato durante los pri-
meros años de vida del niño produciría un menor volumen del hipocampo
en la edad adulta?. Y si fuese así, ¿qué consecuencias tendría poseer un
menor hipocampo?¿Todos los niños que fueron abandonados durante los
primeros días/meses de sus vidas, estarían afectados?. ¿Y a todo esto, para
qué sirve el hipocampo?
Y aquí se puede leer el estudio1. Aunque es una triste realidad, hay que
recordar que el maltrato infantil es la principal causa evitable de enferme-
dades mentales graves, tales como depresión, esquizofrenia y desórdenes
de diferente naturaleza. También se asocia con el aumento de la probabi-
lidad de tener que recurrir a fármacos antipsicóticos y estabilizadores del
estado de ánimo. Y el hipocampo tiene bastante que ver con estos efectos.
2 Teicher MH, Anderson CM, Polcari A. Childhood maltreatment is associated with reduced
volume in the hippocampal subfields CA3, dentate gyrus, and subiculum. Proc Natl Acad Sci
U S A. 109[9], 563-72. 2012.
3 Teicher MH, Tomoda A, Andersen SL. Neurobiological consequences of early stress and
childhood maltreatment: are results from human and animal studies comparable? Ann N Y
Acad Sci 1071, 313-23. 2006.
4 Andersen SL, Teicher MH. Delayed effects of early stress on hippocampal development.
Neuropsychopharmacology 29[11], 1988-93. 2004.
5 Teicher MH, Andersen SL, Polcari A, Anderson CM, Navalta CP, Kim DM. The neurobio-
logical consequences of early stress and childhood maltreatment. Neurosci Biobehav Rev
27[1-2], 33-44. 2003.
6 Teicher MH, Andersen SL, Polcari A, Anderson CM, Navalta CP. Developmental neurobiol-
ogy of childhood stress and trauma. Psychiatr Clin North Am 25[2], 397-426. 2002.
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- Son inmaduras en el momento del nacimiento. Es decir, maduran funda-
mentalmente durante los primeros años de vida (algunos incluso tardan
varias décadas, como los prefrontales, que no madurarán hasta terminada
la pubertad)
No lo sé mamá
……….
Silencio…
Silencio…
Céntrate por favor, ¿ si los Reyes Magos te traen cero juguetes y papa Noel
cero juguetes….
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Nuestros hijos han aprendido a hablar con un lenguaje coloquial pero les
falta mucha fluidez, mucho vocabulario, no entienden la ironía ni los do-
bles sentidos (ojo! que pensamos con palabras. El ser humano piensa con
palabras, no con imágenes). Además han aprendido muchas otras cosas
con prisas y pillado todo por los pelos. A eso le añadimos que, según las
comunidades, tienen que estudiar hasta tres idiomas al mismo tiempo. El
resultado es que a mayor exigencia, mayor incapacidad. El niño empieza
entonces a necesitar tener el álbum completo, porque sino las explicacio-
nes fallan.
Recordemos que para colmo, nuestro sistema educativo coloca a los niños
en los cursos que les corresponde según su fecha de nacimiento, que a
su vez, es desconocida en muchos casos, y que ha sido asignada (a veces
por los cuidadores del orfanato, otras por el juez, otras por los padres
adoptivos) basándonos en su altura, en su físico, o estimando el tiempo
que lleva en el orfanato. Es decir, a ojo. Por tanto, nuestros hijos están en
ese curso, por su estatura, ni siquiera por su edad (y mucho menos por su
edad evolutiva).
En mi opinión, además, los niños conforme van creciendo van siendo cada
día más conscientes de la realidad. De su realidad. Y si no se dan cuenta,
en seguida alguien se lo hará notar. No es fácil ser diferente. No es fácil
ser negro cuando tu madre es blanca. No solo eres adoptado, sino que
también lo llevas tatuado en tu piel para que todo el mundo se entere, y
gente que quizás ni te conozca se sienta obligada a mirarte y a hacerte
algún comentario más o menos jocoso, más o menos acertado.
Sus cabezas ya no están en las letras, o en los números, sino que empiezan
las preguntas, las dudas, los miedos. Cada vez es más difícil estar a lo que
estás. Hay otras muchas cosas más importantes y más complejas en sus
cabezas que necesitan al menos, una explicación.
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Otras estructuras cerebrales también
pueden estar dañadas en niños: la
amígdala.
1 Amygdala, hippocampal and corpus callosum size following severe early institutional
deprivation: The English and Romanian Adoptees Study Pilot, Mehta MA, Golembo NI, No-
sarti C, y otros J Child Psychol Psychiatry. 2009;50(8):943-51.http://onlinelibrary.wiley.com/
doi/10.1111/j.1469-7610.2009.02084.x/abstract;jsessionid=E5A6D847EF6334718934E-
0B41323644C.d04t03
A menudo descubrimos que hay hechos que nos han hecho sentir tris-
tes, felices o enfadados que recordamos con más claridad. Esto se debe
también a la amígdala. Entre los episodios que tienen que ver con los
sentimientos, recordamos especialmente los asociados con el miedo o la
angustia. Es la amígdala la que ordena que se recuerden este tipo de epi-
sodios para evitar que se repitan. Al activarse la amígdala por un suceso
angustioso, le dice al hipocampo y al resto del cerebro: ¡ R E C U E R DA
É S TO!, ¡ E S I M P O RTA N T E!. Si la amígdala no se activa, entonces
el cerebro supone que no es importante y es menos probable que lo al-
macene como recuerdo.
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Imaginemos una situación concreta de peligro.
Para eso la corteza prefrontal medial tendrá que valorar cosas del tipo:
Y todo ello ocurrirá tan rápido que es probable que solo puedas pensar en
lo que ha ocurrido una vez que la situación amenazante ya haya pasado.
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dañinos. Por seguir con el ejemplo anterior, su amígdala y su corteza pre-
frontal medial reaccionan de igual manera ante un león que apareciese en
una pantalla de cine en 3D que ante otro real, en la sabana. Para nuestros
hijos estar lejos de sus padres, en el aula, con otros alumnos y un profesor
poco empático, puede ser lo más parecido a un león en la sabana.
3 Mehta MA, Golembo NI, Nosarti C, et al. Amygdala, hippocampal and corpus callosum size
following severe early institutional deprivation: the English and Romanian Adoptees study
pilot. J Child Psychol Psychiatry 50[8], 943-51. 2009
4 Tottenham N, Hare TA, Quinn BT, et al. Prolonged institutional rearing is associated with
atypically large amygdala volume and difficulties in emotion regulation. Dev Sci 13[1], 46-
61. 2010. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2817950/
Por tanto, se ha observado que los malos tratos durante la infancia redu-
cen la calidad de vida relacionada con la salud física y mental8.
5 Lee V, Hoaken PN. Cognition, emotion, and neurobiological development: mediating the
relation between maltreatment and aggression. Child Maltreat 12[3], 281-98. 2007.
8 De Bellis MD. The psychobiology of neglect. Child Maltreat 10[2], 150-72. 2005.
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más vulnerables a sus consecuencias9.
Por tanto, según los autores, el maltrato durante la infancia temprana su-
pone en la mayoría de los casos una grave interrupción del desarrollo
normal del niño, ya que, además de los daños y lesiones que puede sufrir
debido al maltrato de tipo físico, éste se encuentra sometido a altos ni-
veles de estrés crónico que provocarán importantes secuelas anatómicas,
estructurales y funcionales en sus cerebros10.
Hay que evitar a toda costa que el microchip se agote (las células madre
del hipocampo) es decir, que no mueran todas las neuronas. De ahí la im-
portancia de la actividad intelectual. Desde el ama de casa al pensar cómo
cocina, hasta un agricultor sopesando qué fertilizante utilizar. Sabiendo
ahora que hay una importante neurogénesis en los primeros años de vida,
lo que posiblemente se podrá hacer en el futuro es, con neuroimagen, co-
nocer si esas migraciones masivas se están desarrollando acertadamente.
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físicamente retrasa por ejemplo la sintomatología del Alzheimer.
1 Makinodan M, Rosen KM, Ito S, Corfas G. A critical period for social experience-dependent
oligodendrocyte maturation and myelination. Science 337[6100], 1357-60. 2012
En la investigación, Corfas dejó en evidencia que los niños que han creci-
do en instituciones y que han sido tratados negligentemente, muestran al-
teraciones en los haces de materia blanca (axones con mielina) asociados
al córtex medial prefrontal (mPFC), un área muy concreta de los lóbulos
frontales. El aislamiento social y la negligencia, por tanto, cuando ocurre
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a una edad temprana crítica, se manifiesta posteriormente alterando la
función cognitiva del adulto.
Un cerebro con menos mielina hace que las neuronas trabajen a otro rit-
mo. En el ámbito escolar, esto se ve claramente reflejado. Mientras los
compañeros del aula compiten con un Ferrari (con el depósito lleno, por
supuesto), nuestros hijos compiten en la misma carrera, pero con un seis-
cientos. Las mismas reglas, la misma salida, la misma meta, pero diferen-
tes velocidades.
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¿Qué es la mielina? y ¿Cómo afecta la
falta de mielina al aprendizaje?
1 De Bellis MD. The psychobiology of neglect. Child Maltreat 10[2], 150-72. 2005.
2 Makinodan M, Rosen KM, Ito S, Corfas G. A critical period for social experience-dependent
oligodendrocyte maturation and myelination. Science 337[6100], 1357-60. 2012.
3 De Bellis MD, Van Dillen T. Childhood post-traumatic stress disorder: an overview. Child
Adolesc Psychiatr Clin N Am 14[4], 745-72, ix. 2005.
60
Es pieza clave en nuestro cerebro, y además está también implicada en la
memoria y en el aprendizaje.
El otro día una madre adoptiva, que dice no necesitar leer nada sobre
adopción porque su hija es feliz, me comentaba el caso de su cuñada, que
fíjate tú que mala suerte, (léase con tono irónico por favor) que adoptó un
grupo de cuatro hermanos y todos, los cuatro, eran hiperactivos y estaban
siendo medicados.
Bien. Y ahora la pregunta del millón. ... ¿Por qué hay tantos niños adop-
tados diagnosticados de TDAH? ¿No estaremos confundiendo síntomas?
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dimensiones “desproporcionadas”1.
Insistimos, o más bien nos insisten, en que nuestro niño es como los de-
más. Que no es diferente. Que la adopción ya pasó, como si hubiese sido
un acto puntual en la vida del niño. Y no es así. Es algo que forma parte
de sus vidas, y nunca dejará de serlo.
Debemos recordar que aunque las áreas cerebrales afectadas son las mis-
mas, las bases fisiológicas no lo son. No se debería tratar a los niños que
han sufrido abandono y desamparo con la misma medicación, con el me-
tilfenidato. ¿Por qué? Pues porque no necesitan elevar la concentración de
dopamina, porque sus niveles son normales. Es más, al elevar la concen-
tración de dopamina, conseguimos un estado de alerta similar a la para-
1 Criado Alvarez JJ, Romo Barrientos C. [Variability and tendencies in the consumption of
methylphenidate in Spain. An estimation of the prevalence of attention deficit hyperactivity
disorder]. Rev Neurol 2003; 37(9), 806-10.
2 Rosa Fernández, Eduardo Pásaro, Elena Borrajo, Guillermo Pereira, Josep Cornellà i Ca-
nals(2013). Controversias en el tratamiento con metilfenidato en niños adoptados. AEPNYA.
En imprenta.
3 Ross RG. Psychotic and manic-like symptoms during stimulant treatment of attention
deficit hyperactivity disorder. Am J Psychiatry 2006; 163(7), 1149-52.
7 Tomas Vila M, Izquierdo Quevedo FJ, Cerdan Vera MT, Fernandez A, Artes Figueres M, Re-
vert Gomas M. [Visual hallucinations caused by methylphenidate]. An Pediatr (Barc). 2010;
72(3), 229-30.
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Entre hipocampos y neurogénesis 67
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El metilfenidato, el TDAH y la adopción
….. Rosa, tienes que llevar a tu hijo al médico y darle la pastilla para que pueda
trabajar en el colegio.
Esto ocurrió cuando mi hijo tenía cinco años. No tenía edad ni para tomar
la medicación ni para ser diagnosticado, pero la profesora de infantil ya
agotada, me invitaba a que le diese metilfenidato a mi hijo.
1 Josep Cornellà i Canals. Hablemos sobre aquello que parece TDAH y no es TDAH (Re-
flexiones a propósito de una conferencia del profesor Peter Hill). 11º Congreso Virtual de
Psiquiatría. Interpsiquis 2010
2 Josep Cornellà i Canals. Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad. Una
revisión crítica. An Pediatr Contin. 2010;8(6):299-307
70
más los científicos que defienden la existencia de un pseudo-autismo y un
pseudo-TDAH debido a la falta de vínculo afectivo durante los primeros
años de vida .
Ambos los recibí con dolor, no tanto por no aceptar las dificultades de mi
hijo que son muchas, como por la sensación de que el diagnóstico era
erróneo, estaba basado en una percepción sesgada de su realidad. Aquella
frase dicha por la supuesta especialista: “Olvídate de la adopción. Eso ya
pasó. Tu hijo no se acuerda de que es adoptado…” a mí me indicaba dos cosas
muy claras (bueno, más bien tres). UNA, no por el hecho de ser psicólogo
(por el hecho de estar licenciado) estás preparado. DOS, necesitaba una
segunda opinión de alguien que supiese de lo que estábamos hablando.
De maltrato, de abandono, de apego… Y TRES, esa mujer era daltónica, o
ciega, no lo sé, pero algo le pasaba en la vista. No veía que mi hijo era, y es,
lógicamente, negro, y yo blanca. No tiene ni idea de la cantidad de expli-
caciones genéticas que he tenido que dar ya, a estar alturas, a mis hijos. Ni
idea. Ni se lo imagina la pobre mujer. De hecho creo que mis hijos saben
más de genética que ella.
Por otro lado, la falta de una vinculación afectiva durante la primera etapa
de vida de un niño supone un grave trauma para el desarrollo de la per-
sonalidad, de su sistema nervioso, pudiendo provocar futuros problemas
de aprendizaje que se pueden confundir con un trastorno de la atención
con o sin hiperactividad.
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Si el metilfenidato aumenta la disponibilidad de dopamina en la hendidu-
ra sináptica, y si partimos de unos niveles del neurotransmisor normales,
no disminuidos, podríamos suponer, tras la medicación con metilfenidato,
unos NIVELES EXCESIVOS DE DOPAMINA disponible, siendo ésta la
base fisiopatológica de las alucinaciones visuales y táctiles. Ello explicaría
que sujetos con niveles normales de dopamina, y tratados con metilfeni-
dato puedan sufrir síntomas psicóticos provocados por un aumento en los
niveles de dopamina.
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Anexos
Maternal support in early childhood predicts larger hippocampal volumes at school age, de
Luby JL , Barch DM , Belden A y otros en Proc Natl Acad Sci U S A. 2012 Feb 21;109(8):2854-9.
3. Otras estructuras cerebrales también pueden estar dañadas en niños que han
sufrido deprivación temprana por una institucionalización larga: la amígdala, el
hipocampo y el cuerpo calloso son las tres estructuras cerebrales más vulnerables en
un recién nacido.
Amygdala, hippocampal and corpus callosum size following severe early institutional
deprivation: The English and Romanian Adoptees Study Pilot, de Mehta MA, Golembo
NI, Nosarti C, y otros en J Child Psychol Psychiatry. 2009 Aug;50(8):943-51. http://onlineli-
brary.wiley.com/doi/10.1111/j.1469-7610.2009.02084.x/abstract;jsessionid=E5A6D847E-
F6334718934E0B41323644C.d04t03
Prolonged institutional rearing is associated with atypically larger amygdala volume and
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2817950/
http://www.elfarodigital.es/ceuta/sanidad/92919-las-celulas-se-comunican-y-debemos-sa-
ber-que-se-dicen-.html
Impaired adult myelination in the prefrontal cortex of socially isolated mice. Liu J, Dietz K,
DeLoyht JM, y otros en Nat Neurosci. 2012;15(12):1621-3. doi: 10.1038/nn.3263.
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http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2486416/
Plasticity in gray and white: neuroimaging changes in brain structure during learning de R.J
Zatorre, R.D. Fields & H. Johansen-Berg en Nature Neuroscience 2012; 15(4): 528-36.
http://www.nature.com/neuro/journal/v15/n4/full/nn.3045.html
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7. Otros estudios relacionados que pueden ser muy interesantes:
Associations between early life adversity and executive function in children adopted inter-
nationally from orphanages de CE. Hostinar, SA. Stellern, C Schaefer y otros en Proc Natl Acad
Sci U S A. 2012 16; 109(Supplement_2): 17208–17212 http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/
articles/PMC3477377/
Reversing the effects of early deprivation after infancy: giving children families may not be
enough de MR. Gunnar en Front Neurosci. 2010; 4: 170. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/
articles/PMC2998051/
Genetic identification of C fibres that detect massage-like stroking of hairy skin in vivo de S
V. rontou, A. Wong, K. Rau y otros en Nature 2013; 493, 669–673 http://www.nature.com/
nature/journal/v493/n7434/full/nature11810.html
Early experience alters brain function and structure de H. Als, F.H. Duffy, G.B. McAnulty, M.J.
Rivkin, S.Vajapeyam, R.V. Mulkern, S.K. Warfield, P.S. Huppi, S.C. Butler, N. Conneman, C.Fischer
and E.C. Eichenwald en Pediatrics 2004;113;846
http://pediatrics.aappublications.org/content/113/4/846.full.html
Child abuse and neglect and the brain--a review de Glaser D. en Child Psychol Psychiatry 2000
; Jan;41(1):97-116.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=Child%20abuse%20and%20neglect%20
and%20the%20brain--a%20review.
http://spaoyex.es/sites/default/files/voxpaed20.1pags36-40.pdf
Cómo influye el abandono en el cerebro del recién nacido: periodos críticos de mielinización
de Rosa Mª Fernández García y Joselyn Francis Cortés Cortés,
http://www.thefamilywatch.org/ridspf/RIDSPF41.pdf
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