Está en la página 1de 13

Nociones generales del hecho

Un hecho jurídico es el comportamiento de una persona o acto de la naturaleza


que tiene consecuencias jurídicas en un determinado territorio, es decir, una
persona al realizar un comportamiento puede estar realizando un hecho jurídico
sin tener conocimiento de ello, o puede estar realizándolo a sabiendas de que su
comportamiento tendrá consecuencias jurídicas.

El hecho jurídico puede estar propiciado por comportamiento de la persona, el cual


se subdivide en primer lugar, voluntario se hace queriendo por parte del individuo,
aunque puede desconocer las consecuencias jurídicas. En segundo el
Involuntario; se realiza por una acción o comportamiento del individuo que no ha
sido voluntario. Tercer lugar el hecho natural; esto se refiere a actos de la
naturaleza que tienen consecuencias jurídicas, como desastres naturales que
arrasan propiedades y hacen que nazca una obligación jurídica, por ejemplo, entre
asegurado y aseguradora. Hechos que no han sido propiciados ni por la
naturaleza ni por el comportamiento humano porque no había manera de prevenir.

Estos hechos jurídicos revisten ciertas características:

o Comportamientos que producen efectos jurídicos.

o Las consecuencias del hecho jurídico es creación, modificación,


transferencia, transmisión o extinción de un derecho

o Puede intervenir una o dos personas.

o Si el hecho jurídico es realizado solo por una persona se conoce a esta


persona por el autor.

o Pueden ser unilaterales y bilaterales.


o Pueden ser humanos o naturales.

o Si son humanos pueden ser voluntarios o involuntarios.

o Pueden ser actos jurídicos o no jurídicos.

En las características ya ante nombradas, hay que tener en cuenta las principales
diferencias entre hecho y acto jurídico, se pueden observar a continuación que el
hecho jurídico tiene como consecuencia jurídica pero que no tienen como
elemento principal la voluntad humana de consigue consecuencias jurídicas; y el
acto jurídico, es aquella acción que tiene consecuencia jurídica pero que tienen
como elemento principal la voluntad humana, se quiere conseguir consecuencias
jurídicas.

La formación y el enjuiciamiento jurídico del hecho

Las normas jurídicas deben ser “aplicadas” a sucesos fácticos, a un hecho


acaecido; y esto sólo es posible en cuanto el hecho acaecido es enunciado. Lo
que en el supuesto de hecho de un juicio aparece como hecho, es el hecho en
cuanto enunciado. Lo acaecido tiene que ser mencionado con este fin, y lo
mencionado tiene que ser puesto en un cierto orden. El hecho en cuanto
enunciado efectúa siempre una selección de la inabarcable profusión, del
constante fluir del acontecer fáctico; el que enjuicia encuentra ya esta selección en
punto a la posible relevancia jurídica de los hechos particulares. El hecho en
cuanto al enunciado no está, por tanto, dado de antemano al que enjuicia, sino
que tiene que ser primero formado por él, por un lado, atendiendo a los hechos
que ha llegado a conocer, por otro lado, atendiendo a su posible significación
jurídica. La actividad de los juristas no empieza, de ordinario, en el enjuiciamiento
jurídico del hecho que se le presenta terminado, sino ya en la formación del hecho
accesible a su enjuiciamiento jurídico.
En la formación de la premisa menor del silogismo de determinación de la
consecuencia jurídica, se distingue tres elementos, a saber:

o La representación del concreto caso de vida, del hecho;

o La constatación de que este hecho ha sucedido efectivamente así.

o La apreciación del hecho como un hecho que presenta las notas distintivas
de la ley, es decir, del antecedente de la premisa mayor del supuesto de
hecho legal.

La representación, que el que enjuicia se hace del hecho acaecido, tiene que ser
articulada por él para poderla comparar con las notas distintivas del supuesto de
hecho legal; y el hecho acaecido tiene que ser por el enunciado en un lenguaje
que sea conforme al de la ley.

La apreciación del hecho como un hecho tal que responde o no responde a las
notas distintivas del supuesto de hecho legal no sigue sólo temporalmente a la
formación del hecho como enunciado, sino que la acompaña; puesto que la
formación del hecho, como queda dicho, resulta ya atendiendo a la posible
significación de los hechos particulares. Queda la constatación, que ha de
separarse de esto, de que “este hecho ha sucedido así efectivamente”, de qué
el hecho en cuanto enunciado reproduce acertadamente el hecho acaecido, los
sucesos fácticos.

Para realizar este análisis metodológico es, sin embargo, necesario considerar
separadamente cada una de las fases de este proceso en si coherente. De esto
no puede deducirse que estas fases pudieran separarse siempre al realizar, la
aplicación de la norma, lo que es, asimismo, un proceso de concretización de la
norma. En este capítulo nos ocuparemos sólo de la formación del hecho definitivo
y de su apreciación jurídica. En el hecho en cuanto enunciado podrían recogerse
sólo, como hemos dicho, aquellos hechos y sucesos que se basan en lo
efectivamente acaecido.

En el enjuiciamiento jurídico del hecho se desarrolla el hecho en cuanto


acontecimiento y en cuanto enunciado; la selección de las normas jurídicas
puestas como base de la formación del hecho; los enjuiciamientos requeridos los
cuales se subdividen en juicios basados en la percepción, juicios basados en la
interpretación de la conducta humana, otros juicios proporcionados por la
experiencia social; Juicios de valor, el margen de libre enjuiciamiento del juez, la
interpretación de las declaraciones jurídico-negociales, entre otros factores.

La selección de las normas

La selección de las normas jurídicas, son determinantes del enjuiciamiento


jurídico, y con ello de la formación del hecho definitivo, sucede, primeramente, de
modo que el enjuicia partiendo del hecho bruto, prueba en cierto modo una tras
otra las normas que le son posiblemente aplicables. Para poder apreciar
exhaustivamente el hecho bajo este punto de vista, precisará quizá de nuevos
hechos hasta entonces dejados sin observar, a fin de completar con ellos el hecho
definitivo. Bierling expresa que,

“Experimentar llevado a cabo más o menos metódicamente, del que


se vale, consciente o inconscientemente, la praxis”

Sin embargo, un probar y experimentar sin elección, dada la gran cantidad de


normas jurídicas de que consta el orden jurídico, sería una empresa muy poco
prometedora. El que enjuicia estaría desprovisto para ello de toda garantía de
haber encontrado todas las normas jurídicas que han de entrar en consideración.

Este proceso de selección de las normas jurídicas aplicables no es siempre,


evidentemente; tan simple como en el caso del ejemplo, casos, que parecen
simplemente ser conformes a la vida, pueden ser vistos bajo aspectos jurídicos
totalmente diferentes; por ejemplo, bajo un aspecto jurídico-obligacional, otro
jurídico-familiar y otro jurídico-real.

Los enjuiciamientos requeridos

Al enjuiciar un hecho, con miras a si incide en el supuesto de hecho de una de las


normas jurídicas que posiblemente le son aplicables, se exigen del que enjuicia, a
lo cual se presta poca atención juicios de muy diferente índole. Aun quien se
aferra a ver una subsunción; en el sentido del procedimiento lógico silogístico en la
subordinación de un determinado hecho al supuesto de hecho de una norma,
tiene, sin embargo, que conceder, que tal subsunción presupone ciertos juicios
simples, es decir, no proporcionados a su vez por silogismo, el cual afirman que
esta o aquella nota distintiva, mencionada en el supuesto de hecho de la norma,
está presente aquí.

En verdad, el peso decisivo de la aplicación de la ley no reside en la subsunción


concluyente, sino en el enjuiciamiento que le precede de los elementos
particulares del hecho como tal, que corresponden a las notas distintivas
mencionadas en el supuesto de hecho. De este núcleo central de la aplicación del
Derecho; el enjuiciamiento requerido del hecho, vamos a ocuparnos ahora, a cuyo
fin no tendremos recelo en repetir, en conexión con esto, lo ya parcialmente dicho.

Distinción de la cuestión de hecho y la de derecho

El Juez que tiene ante sí la pregunta de si un hecho que se le expone ha ocurrido


efectivamente así, no ha percibido, por regla general, él mismo los hechos, sino
que tiene que conformarse con las percepciones de otros; es posible ciertamente
que él haga posteriormente por sí mismo una inspección ocular de determinados
objetos pertinentes al hecho, el documento sobre cuya interpretación discuten las
partes, el lugar del accidente, restos de una cosa destruida. No obstante, todo
jurista sabe cuándo se expresan inseguras declaraciones de los testigos,
deficiencias de percepción, de interpretación y de recuerdo, imprecisión de la
expresión, con frecuencia también toma de partido, más o menos consciente, de
los testigos hecha total exclusión de las declaraciones falsas conscientes,
menoscaban su valor. El juez puede, para lograr una imagen adecuada de lo
sucedido, no seguir sin más la declaración de un testigo o simplemente de un
participante directo en la contienda, sino que tiene que enjuiciar la credibilidad de
estas declaraciones.

Esto es tanto más difícil para él, cuanto que él, las más de las veces, no conoce
los testigos, la impresión externa engaña con frecuencia, no se manifiesta de
inmediato una idea preconcebida quizá existente, el testigo se expresa quizá
torpemente, está amedrentado. La dificultad de conocer cómo fue realmente, será
todavía mayor cuando ningún testigo puede informar por propia percepción sobre
un determinado suceso. El medio, con cuya ayuda el juez intentará entonces
conseguir una imagen acertada de los sucesos, es la conclusión obtenida de los
denominados indicios

En la mayoría de los casos, el juez se conforma con un alto grado de probabilidad


para obtener de ello la convicción de que fue así y no de otro modo; probar algo,
en el lenguaje del derecho procesal, quiere decir:

“Crear en el tribunal la convicción acerca; de la exactitud de una


alegación de hechos”

El juez, que, según el Derecho procesal actual, ha de apreciar libremente las


pruebas, tiene ciertamente que formar su convicción en conciencia, con exclusión
de todas las fuentes que sabe son deficientes. Sin embargo, a la comprobación
de lo que realmente ha ocurrido se ponen límites, no sólo debido a las limitaciones
de la facultad cognoscitiva humana sino también, por mucho que esto pueda en
principio parecer sorprendente a algunos, por parte del derecho procesal.
Interpretación de las leyes

La interpretación de la ley, es la operación que consiste en establecer algún


sentido de las normas jurídicas que forman el derecho legislado; esto se trate de
un tipo de interpretación jurídica; no tiene nada mas la finalidad de dar a conocer
simplemente el pensamiento que expresan las palabras contenidas en la fórmala
legislativa; sino que, en la interpretación jurídica, el conocimiento del precepto es
únicamente el primer momento de este particular proceso interpretativo. Al
interpretar la ley hay que aplicar los siguientes pasos:

o El signo representativo
o La aprehensión de su contenido lógico-gramatical
o La compresión o intelección de la norma jurídico allí contenida
o Con la finalidad de aplicar la norma abstracta al caso concreto

Este proceso complejo es distinto a cualquier otro proceso interpretativo, no es


realizar íntegramente si el resultado a que se llega a través del mismo, no se
inserta en el ordenamiento jurídico del que forma parte el proceso interpretado.

Sin embargo, hay que reconocer que, en la jerarquía axiológica, el derecho aspira
cumplir con la exigencia de la justicia, pero es necesario tener en cuenta valores
funcionales como la certeza y seguridad, que se trata de lograr mediante el tipo
jurídico de ordenación de la conducta; el derecho es un medio espacial de realizar
estos valores y establecer de modo cierto, y asegurar de manera efectiva. El
derecho es seguridad en aquello que se considere justo; ahora bien, certeza y
seguridad son los valores funcionales que todo Derecho realiza por su mera
existencia, sea cual fuere su contenido.
La misión de la interpretación

El objeto de una ciencia, materia o disciplina es aquello de lo que se ocupa o


sobre lo que recae. Así, dado que la interpretación se ocupa o recae sobre el
derecho, resulta obvio que es el derecho el objeto de la interpretación. El derecho
que es objeto de la interpretación, a su vez, puede provenir bien de una norma
jurídica, de la costumbre o de los principios generales del derecho; en cualquiera
de estos casos la labor interpretativa estará presente. La ley consiste en una
norma abstracta para los actos humanos y desde el momento en que se hace
necesario aplicarla a los casos más concretos surge la necesidad de interpretarla.

La interpretación será muchas veces muy sencilla porque la ley es clara y puede
ser fácilmente entendida por cualquier persona, pero en otras ocasiones la
inteligencia de la ley requiere conocimientos técnicos de derecho y aún de otras
ciencias. No siempre se puede imputar a falta de claridad del legislador la
dificultad de la interpretación de la ley, hay materias que son complejas, como
compleja es la vida misma y la ley tiene por fuerza que reflejar esa complicación,
además con el paso del tiempo, puede volverse obscuro lo que originalmente fue
claro.

Interpretación subjetiva y objetiva

La interpretación subjetiva considera que el sentido genuino o verdadero de la


norma es aquel que inspiró al autor de la ley; en consecuencia, sostienen que la
meta de la interpretación es el descubrimiento de la significación o sentido que dio
a la ley la voluntad histórico-psicológica del legislador. El significado literal, va hay
ir dependiente de la competencia lingüística y de la intuición lingüística de cada
uno, así que termina siendo un poco subjetiva; a lo que Guastini declara,
“No admite que se pueda atribuir un significado distinto a una determinada
disposición.”

En cabio la interpretación objetiva considera que el destino de la interpretación


jurídica es la averiguación del sentido normativo inherente a las propias normas
legales, dado que las leyes, una vez promulgadas por el legislador, se desvinculan
de su voluntad creadora y adquieren una existencia y una operatividad
independientes del proceso legislador. Mario Alzamora Valdez afirma que,

“La ley no puede ser entendida de otro modo que como mandato que
es voluntad dirigida a regular las relaciones jurídicas, y que dicho
mandato proviene de la mente del legislador” 

Para ellos la interpretación de la ley es la averiguación de la voluntad real del


legislador y toda interpretación que no sea tal debe ser rechazada, ya que estaría
desvinculada dé la voluntad que manifiesta de su fuente.

Interpretación sistemática

La interpretación sistemática, es aquella interpretación que pretende obtener el


significado de una disposición a partir de su ubicación en el sistema; teniendo en
cuenta el contexto en que está ubicada. Antonio Piccato opina,

“Las normas jurídicas no pueden ser comprendidas fuera del contexto


al que pertenece”

En este sentido, un orden normativo mucha vez se va completando por otro


enunciado pertenecientes al mismo ordenamiento o a uno distinto; es decir, la
explicación de esta vinculación entre una norma y las demás del mismo
ordenamiento o entre una clausula y el resto del contrato, se encuentra en que las
primeras que forman parte de un todo, y no pueden tener un significado distinto de
las demás.

Interpretación extensiva

La interpretación extensiva se da cuando los términos de la ley expresan menos


de lo que el legislador quiso decir y se trata de averiguar cuáles son los
verdaderos alcances de su pensamiento, más que extensiva es esta interpretación
integrativa puesto que su objeto es referir la norma no a casos nuevos sino a
aquellos que contiene virtualmente, porque si así no fuera no sería interpretación
sino creación. Werner Goldschmidt dice

“Si resulta que la norma en su sentido lingüístico usual se queda a la


zaga de la voluntad auténtica de su autor, hay que ensancharla para
que llegue a alcanzar aquél”

La interpretación extensiva se da cuando los términos de la ley expresan menos


de lo que el legislador quiso decir y se trata de averiguar cuáles son los
verdaderos alcances de su pensamiento.

Interpretación restrictiva

Al contrario de lo que sucede en la interpretación extensiva, en la interpretación


restrictiva se restringe el alcance de la norma apartando de ella determinados
supuestos que se encontrarían incluidos de acuerdo con la redacción de su texto,
pero que se entiende que no fue voluntad del legislador comprenderlos dentro de
éste. Alberto Trabucchi lo explica del siguiente modo:

“La interpretación restrictiva se dará cuando la interpretación lógica


restrinja el significado propio de la expresión usada por la ley..”
Bibliografía

file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Dialnet-
LaSentenciaJudicialEntreLaRecreacionYLaSustitucion-257652.pdf

http://www.enciclopedia-juridica.com/d/enjuiciamiento/enjuiciamiento.htm

https://deconceptos.com/general/hecho

https://definicion.de/hecho/

https://vlex.es/vid/mecanismos-juridicos-seleccion-norma-642559065

https://www.clubensayos.com/Temas-Variados/LA-SELECCI%C3%93N-DE-LA-
NORMA-JUR%C3%8DDICA/913533.html

https://www.buenastareas.com/ensayos/La-Selecci%C3%B3n-De-La-Norma-Jur
%C3%ADdica/1951843.html

https://es.scribd.com/document/432923275/La-Seleccion-de-Las-Normas-Juridicas

https://www.monografias.com/docs/La-seleccion-de-la-norma-juridica-conforme-
PKHT67VP2A5
http://cienciadelajurisprudenciard.blogspot.com/2016/02/programa-jurisprudencia-
cientifica.html

https://www.oas.org/dil/esp/Ley_Enjuiciamiento_Criminal_14_setiembre_1882_Esp
ana.pdf

http://cienciadelajurisprudenciard.blogspot.com/2016/02/programa-jurisprudencia-
cientifica.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Interpretaci%C3%B3n_de_la_ley

http://servicio.bc.uc.edu.ve/derecho/revista/idc24/24-2.pdf

https://www.lexicon-canonicum.org/materias/introduccion-y-parte-
general/interpretacion-de-la-ley/

También podría gustarte