Firstlife (Everlife 1) - Gena Showalter

GENA SHOWALTER FIRSTLIFE
1
TRADUCCIÓN
Pat M
CORRECCIÓN
Sandra Dee
MAQUETA
Klaus
LECTURA FINAL
Klaus
EPUB
Mara
2
DEDICATORIA
A Dios y a Su amado Hijo, por la inspiración (Lucas 10:

2, Marcos 3:24) y su amor sin límites (Juan 3:16).
A Pennye Edwards, por ser uno de los grandes amores

de mi vida.
A Wendy Higgins, por la lectura beta y los comentarios

impresionantes.
A Katie McGarry, por el correo electrónico perfecto en el

momento perfecto.
A Roxanne St. Claire, mi hermana, mi amiga, mi amor,

por el aliento y el apoyo.
A Jill Monroe, el mejor amigo que una chica pude tener,

para casi todo. Haces mi vida mejor. (PD: escondí tu nombre
en el medio para asegurarme de que tendrías que buscarlo
porque soy la mejor amiga nerd, jajaja).
Para Kresley Cole, P.C. y Kristin Cast y Sarah Maas, por

ser la gente más divertida del planeta.
A Mike y Vicki Tolbert, Shane Tolbert, Shonna Hurt y

Michelle Quine, por aguantarme. Dios realmente te bendijo
cuando te regaló.
Bueno. Él me bendijo cuando Él me regaló.
Para Max, Riley y Victoria, por ser así. Os amo siempre

y para siempre.
3
Para Deirde Knight, mi agente, por creer en esta serie

tanto como yo.
A Lauren Smulski, por la lectura y comentarios

sorprendentes.
A Natashya Wilson, mi editora, por ver un diamante en

el trozo de carbón que originalmente le envié. Su guía ha sido
invaluable, y su amor por el libro / serie es un verdadero
tesoro. Me ayudaste de tantas maneras que necesitaría escribir
un nuevo libro solo para enumerarlas todas. Siempre has
trabajado duro para mí y siempre me ofreciste las mejores
sugerencias, pero esta vez te superaste. ¡Gracias!
4
Nota Del Traductor:
Para entender el libro es necesario explicar que hay dos

facciones en el mundo de los espíritus, los troikans y los
myriads. Son luz y oscuridad respectivamente. Cuando un
humano muere, según se haya adscrito a una u otra facción,
va después de su primera vida, a la vida eterna dentro de la
facción que haya elegido. Los nofirmados son los no adscritos
a ninguna facción que cuando mueren van al reino de muchos
fines, lo más parecido al infierno cristiano. Los TL y ML son los
consejeros de cada reino que tratan de ganar almas para una
u otra facción.
5
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos,

era la era de la sabiduría, era la era de la locura, era la época
de la creencia, era la época de la incredulidad, era la estación
de la Luz, era la estación de la Oscuridad, era la primavera de
la esperanza, era el invierno de la desesperación.
-CHARLES DICKENS, UN CUENTO DE DOS CIUDADES
6
De: A_P_5 / 23.43.2
Para: L_N_3 / 19.1.1
Asunto: Tenley Lockwood
Tiiioooo. Un aviso habría estado bien. ¿Estás loco?
Si no pudiste leer mi dossier, Nanne, me complace informarte sobre lo más

destacado sobre mí. Soy un Obrero bien entrenado y muy condecorado. Victoria
bien podría ser mi segundo nombre. Lo que no soy: una niñera. Ver a Tenley
Lockwood es una pérdida de mis muchos talentos.
Ah, ¿y olvidé mencionar que está loca?
Con el debido respeto, prefiero pescar mis órganos internos con un perchero
que quedarme aquí. Voy a solicitar oficialmente un traslado.
¡La luz trae la visión!
Archer Prince
7
De: L_N_3 / 19.1.1 A
Para: A_P_5 / 23.43.2
Asunto: oficialmente denegado
Sr. Prince,
No soy tu tiiiooo. Soy tu superior. Solo te dirigirás a mí por mi rango adecuado:

General. O el siempre apropiado Señor.
Fuiste seleccionado para esta misión por dos razones muy importantes. Eres
joven y (obviamente) inmaduro. Ofensa intencionada. Nuestros trabajadores
más antiguos tuvieron problemas para relacionarse con la señorita Lockwood,
pero tú deberías encajar perfectamente.
En ese sentido, continúe cuidando a la señorita Lockwood, o voy a pescar tus

órganos por ti.
Además, espero informes diarios. No exagero cuando digo que convencerla de

hacer un pacto con nuestro reino es esencial.
General Levi Nanne
8
De: A_P_5 / 23.43.2
Para: L_N_3 / 19.1.1
Asunto: Apestas (y soy MUY maduro)
Estimado señor,
Un obrero está por debajo de su rango de pago, pero ¿no es usted uno de esos
mayores que fallaron con la chica? Solo lo pregunto. (Y vete preparando para el
momento en el que tenga éxito y te lo restriegue por la cara).
De todas formas. Soy un buen robot pequeño, señor, así que por supuesto que
haré lo que me pida. Señor. Aquí está la cosa, señor. Si tengo que mirar /
escuchar desde el exterior un minuto más, voy a blanquear mis córneas y
clavaré un lápiz en mis oídos.
Quiero mi caparazón1 y quiero ir DENTRO de la choza.
Señor.
Además, aquí está el primer informe según lo exigido. Quiero decir, tan
dulcemente solicitado. Señor. Durante la versión de la clase de escritura
creativa de la institución, tu preciosa, tuvo que escribir un poema para expresar
sus sentimientos sobre la vida. Incluyo una copia para su lectura. Le desafío a
que NO salte de un puente después de leerlo. Señor.
1
Archer es un espíritu y quiere una caparazón o cuerpo que le dé forma.
9
La tumba es el fin
Y nunca lo aceptaré
He sido liberada de las cadenas que me atan. Lo sé
—La muerte ha perdido su victoria—
Es una mentira, porque no hay mayor verdad que esto:
—La vida no tiene esperanza—
Tengo que decir que no creo que Darkside McDowner encaje en Troika. Lo sé,
lo sé. Amamos a los no amables. Defendemos a los débiles. No necesito una
conferencia. Solo dígame qué es lo que la hace tan esencial.
Tu humilde servidor,
Archer
10
De: L_N_3 / 19.1.1 A
Para: A_P_5 / 23.43.2
Asunto: Poema, entre otras cosas
No fallé con ella, mascota, despejé el camino para ti. Hay una diferencia
¿Quieres tener éxito? Apréndetelo.
Espere un caparazón a las 0800. Simplemente no espere el suyo. Seleccioné

uno de GenPop. Y antes de responder con su estilo típico y vulgar de la población
general? ¿Estás bromeando (pausa dramática para el efecto), señor? …cuide sus
dedos de la molestia de escribir. No estoy enviando lo que quieres. Estoy
enviando lo que necesitas. Puedes agradecérmelo más tarde.
Además, en lo que respecta al poema. La señorita Lockwood entiende que hay

dos lados en cada historia. ¿Por qué no lo haces tú? Hazte un favor y lee el
poema de nuevo. Esta vez, comience desde abajo y siga subiendo.
Y, Sr. Prince, el hecho de que tenga que decirle lo que es tan especial acerca de
esta chica significa que necesito programarle un martillo neumático de
emergencia para el cerebro. Hágase un favor a sí mismo y preste atención a las
perlas que estoy a punto de tirar. Luz. Conducto. Pérdida... oscuridad.
Ah, y aquí hay una buena: imbécil. Nuevamente, ofensa intencionada.
11
De: A_P_5 / 23.43.2
Para: L_N_3 / 19.1.1
Asunto: Cuatro cosas
1) Sir Tiiiooo. No quiero señalar su evidente falta de inteligencia, pero Tenley

Lockwood no puede ser un Conducto. Debido a su edad avanzada, ha olvidado
claramente que los Conductos son criados por padres troikanos. Ellos son los
más leales entre nosotros, de principio a fin.
2) Y está bien, está bien. Leí el poema de abajo hacia arriba, así que entiendo
su teoría de “los dos lados”. Eso no significa que el poema sea bueno. No rima.
3) El caparazón llegó, y honestamente creo que te odio. Soy pura agresión

masculina, ¿y esperas que pase por una chica? Como si alguien fuera tan tonto
como para creer en semejante farsa.
4) Myriad envió a Killian. Lo he visto merodeando en las sombras, mirando a la

chica. ¿Permiso para matar?
12
De: L_N_3 / 19.1.1 A
Para: A_P_5 / 23.43.2
Asunto: Permiso Admi ... ¡Denegado! (Admítelo. Tu corazón de niña pequeña se

saltó un latido).
Conoces nuestras leyes tan bien como yo. ¿Y cuál es el núcleo de nuestro
segundo decreto más importante? Las vendettas personales deben dejarse de
lado por el bien de la gente. Tú eres parte de la gente.
Haz tu trabajo. Nada más importa.
13
De: K_F_5 / 23.53.6
Para: P_B_4 / 65.1.18
Asunto: Mi nueva tarea
Caliente y loco, como a mí me gusta. Considere a Tenley Lockwood empaquetada

y etiquetada.
El poder iguala lo correcto
Killian Flynn
14
De: P_B_4 / 65.1.18
Para: K_F_5 / 23.53.6
Asunto: ¡Muestre cierto respeto!
Hablarás de la chica con deferencia, o no hablarás de ella en absoluto.
Ya estoy cerca de apartarte de esta asignación, Sr. Flynn. De hecho, no tengo

idea de por qué permití que los generales me convencieran de que puedes hacer
lo que nadie más ha logrado hacer. Eres demasiado joven y tus métodos para el
éxito siempre han sido inapropiados. ¡Pero no esta vez! Persuade a la niña para
que haga un pacto con nosotros, pero mantenga sus pantalones con la
cremallera mientras lo hace. Y no falle. La necesitamos.
El poder iguala lo correcto
Madame Pearl Bennett
15
De: K_F_5 / 23.53.6
Para: P_B_4 / 65.1.18
Asunto: ¿Fallo? ¿No en esta vida? <-Mira lo que he hecho ahí.
Nunca antes se ha preocupado por mis métodos, solo por el resultado final.
¿Qué ha cambiado? ¿Qué tiene de importante esta chica? Si tiene información
interna, hágame un favor y comparta con el resto de la clase.
Y para que lo sepa, no necesitamos a nadie. Nunca hemos sido más fuertes y
superamos en número a los troikans dos a uno. Además, esta chica es
básicamente un… eso. Cuando ella muera, será una pieza más en nuestra
rueda. Pero no se preocupe por su linda cabecita. La haré firmar a mi manera.
Siempre lo hago.
Por otra parte, Troika envió a Archer. Voy a cortarle las extremidades y lo
golpearé hasta la segunda muerte con ellas.
16
De: P_B_4 / 65.1.18
Para: K_F_5 / 23.53.6
Asunto: ¡NO!
Controla tu temperamento hasta que hayas hecho firmar a la chica. Después,

usaré mi par más alto de tacones para inmovilizar a Archer y podrás despellejar
su piel para usar como abrigo, si eso es lo que deseas. ¿Lo he dejado claro? No
se involucre. ¡Aún no!
Y la niña es mucho más que un…eso… o un engranaje. ¡Todos lo son! Pero esta
chica... un día, ella será tu jefa. Ella será a la vez nuestra jefa. Si fuera tú,
tendría cuidado de cómo tratarla.
17
De: K_F_5 / 23.53.6
Para: P_B_4 / 65.1.18
Asunto: Lo siento, pero tú NO eres yo
¿Qué eres? Demasiado mona. Imagínenme haciendo una mueca de vergüenza

cuando digo: realmente no me importa su permiso. Considere mi último
mensaje como un FYI.
Y sabes mejor que la mayoría que trato a mis jefes de la misma manera que
trato a los demás. Si no te gusta, señora, puedes reasignarme por completo. Yo
no tengo nada que perder. Supongo que tú tienes mucho.
18
De: P_B_4 / 65.1.18
Para: K_F_5 / 23.53.6
Asunto: ¿Nada que perder?
¿Qué tal algo para ganar? Firma a la chica, y te daré lo que siempre has querido.
El nombre de tu madre y dónde encontrarla.
19
Aunque el final esté cerca
Me han dicho que la historia está escrita por los supervivientes, pero sé
que eso no siempre es cierto.
Mi nombre es Tenley Lockwood y muy pronto estaré muerta.
Esta es mi historia, pero mi fin es solo el comienzo.
20
Capítulo Uno
Estás mejor siendo un NoFirmado que como esclavo de la ley de

Troikan.
Myriad
Me encerraron en el Asilo Prynne, donde la felicidad llega

con la muerte, durante trescientos setenta y ocho días. (O
nueve mil setenta y dos horas.) Conozco la franja de tiempo
exacta, no porque viera salir el sol y establecerse en el cielo,
sino porque marco mis paredes con sangre cada vez que las
luces del ala de las chicas buenas que se vuelven malvadas se
encienden.
No hay ventanas en el edificio. Al menos, ninguna que

haya encontrado. Y nunca me han permitido salir. Ninguno de
los reclusos puede. Para ser honesta, ni siquiera sé en qué país
estamos, o si estamos enterrados bajo tierra. Antes de ser
volada, conducida, enviada o dejada caer aquí, estábamos muy
sedadas. Sin embargo, donde sea que estemos, es frío hasta
los huesos más allá de las paredes.
Todos los días, horas, segundos, nuestro aire se

calienta.
21
He escuchado a amigos y enemigos preguntar al

personal por detalles, pero la respuesta siempre ha sido la
misma. Las respuestas deben ser ganadas.
No, gracias. Para mí, el precio, o sea, la cooperación, es

simplemente demasiado alta.
Con un respingo, me levanto de la cama y me dirijo al

rincón más alejado de mi celda. Cada paso es una agonía. Mi
espalda me odia, pero los músculos están demasiado doloridos
para ir a la huelga. Ayer por la noche, fui azotada solo por si
acaso.
Me detengo frente a mi orgullo y alegría. Mi calendario.

Un nuevo día significa una nueva marca.
No tengo tiza, ni bolígrafo ni rotulador, así que dirijo la

punta del dedo índice sobre una piedra dentada que sobresale
del suelo, cortando la carne y extrayendo un pozo de sangre.
Odio la picadura, pero si soy sincera, me encantará la

cicatriz que deja atrás. Mis cicatrices me dan algo para contar.
El contar es mi pasión y la numerología es mi adicción

favorita. Tal vez porque cada aliento que tomamos es otro tic
en nuestro reloj, poniéndonos un paso más cerca de la
muerte... y de un nuevo comienzo. Tal vez porque mi nombre
es Tenley…
Ten2 para mis amigos.
Ten, una representación de la finalización.
Tenemos diez dedos en las manos y diez dedos en los

pies. Diez es el comienzo estándar para cualquier cuenta
regresiva.
2
Ten, diminutivo de Tenley es diez en inglés.
22
Nací el décimo día del décimo mes a las 10:10 a.m. Y

está bien. Todo bien. Tal vez estoy obsesionada con los
números porque siempre cuentan una historia y a diferencia
de las personas, nunca mienten.
Aquí está mi historia en pocas palabras:
Diecisiete años, la cantidad de años que he existido. En

mi caso, vivido es una palabra demasiado fuerte.
Uno: el número de chicos con los que he salido.
Dos: la cantidad de amigos que hice y perdí desde mi

encarcelamiento.
Dos: la cantidad de vidas que viviré. La cantidad de vidas

que todos viviremos. Nuestra primera vida, luego nuestra vida
eterna.
Dos: la cantidad de opciones que tengo para mí futuro

eterno.
(1) Haz lo que mis padres ordenen o (2) sufrirás.
He elegido sufrir.
Uso la sangre para crear otra marca en las piedras.

Satisfecha, me dirijo al “baño”. No hay puertas para
proporcionar siquiera un mínimo de privacidad, solo una
pequeña cabina de ducha abierta al lado de un inodoro. Por
nuestra seguridad, nos dicen. Para la diversión de los demás,
sospecho. Todas las celdas están monitorizadas 24 horas al
día, 7 días a la semana, lo que significa que, en cualquier
momento dado durante un día determinado, se permite e
incluso se anima al personal a ver la transmisión de la cámara
en vivo.
Al Dr. Vans, el jefe del manicomio, le gusta burlarse de

nosotros. Lo veo y lo sé todo.
23
Una buena parte de los maestros nos regañan. ¡Pierdes

el tiempo!
Los celadores nos menosprecian. Has cogido un poco de

peso, ¿no es así?
La mayoría de los guardias nos miran. Provienen de todo

el mundo, y aunque su lenguaje varía, su sentimiento es
siempre el mismo. Lo estás suplicando y un día te lo daré.
Solo algunas de las muchas ventajas ofrecidas en

Prynne.
No todos son horribles, lo admito. Un pequeño grupo

incluso se esfuerza por evitar que los demás lleguen demasiado
lejos. Pero no es ningún secreto que a cada miembro del
personal se le paga para que odiemos nuestra estancia, para
hacernos querer irnos más que nada.
Porque, cuanto más queremos irnos, más

probabilidades tenemos de hacer lo que nuestros padres nos
hayan enviado aquí a hacer.
Mi amiga Marlowe se atrevió a empeñar las joyas de su

madre para comprar comestibles y necesitaba ayuda con su
cleptomanía. Mi amiga Clay, una drogadicta, necesitaba
limpiarse.
La institución les falló a ambas. Hace unos meses,

Marlowe se suicidó y Clay... No sé qué le pasó. Planeó una
huida y no he tenido noticias suyas desde entonces.
Las echo de menos a las dos. Cada. Simple. Día.
Le supliqué a Clay que no se arriesgara a una evasión.

Traté de irme una vez y tuve ayuda. Mi novio, James, un
guardia alto en el tótem, dispuso que se apagaran las cámaras,
que se desbloquearan ciertas puertas y que otros guardias
durmieran en el trabajo. Aun así, probé sin éxito.
24
Por su esfuerzo, James recibió un disparo en la cabeza.

Mientras yo miraba.
Lágrimas calientes caen de mis ojos y gotean por mis

mejillas mientras me quito lentamente mi mono. Cada
movimiento viene con otro estallido de agonía. Cuando
finalmente estoy desnuda, paso bajo un tímido chorro de agua.
La modestia fue sacada de mí hace mucho tiempo,
literalmente, pero me lavo tan rápido como puedo. Nos dan una
pequeña ración de agua por día. Si se nos acaba, se nos acaba.
Muy mal muy triste. ¿Algo que nunca nos dieron? Cuchillas.
Mantengo suaves las piernas y las axilas con los hilos que he
sacado de los viejos uniformes. Ya me siento como un animal;
no hay razón para parecerse a uno, también.
No es que una apariencia bien arreglada importe. Si bien

se nos permite socializar con el sexo opuesto durante las
comidas, prefiero sacar mi corazón de mi pecho con una
cuchara oxidada que tener una cita de nuevo. Sí, las
recompensas son tremendas, pero los riesgos son más.
Cuando todo se derrumbe, y lo hará, me destrozaré en un
millón de pedazos. Tendré que reconstruirme. De nuevo.
Debería haberme resistido a las atenciones de James,

pero había estado en un punto bajo, desesperada por cualquier
muestra de afecto. Había arriesgado su trabajo cada vez que
había desactivado las cámaras para colarse dentro de mi
habitación. Se coló tantas veces que, de hecho, su memoria
todavía vive aquí. Todas las noches cuando me levanto en mi
cama de dos plazas, me viene a la mente la forma en que me
hizo burlar de mi timidez inicial. De la forma en que me
limpiaba las heridas cada vez que estaba herida. Por la forma
en que me sostuvo en sus brazos, ofreciéndome consuelo y
besos. Él había querido hacer más. Yo no. Aquí no. No con una
audiencia potencial.
Olvida el pasado. Concéntrate en el presente. Vale.
25
Apago el agua y me seco con una toalla lo mejor que

puedo. Entro en un mono limpio, el mono amarillo nieve, pero
solo logro llevar el material a mi cintura, mis brazos se rehúsan
a funcionar correctamente, los músculos de mis hombros se
rinden.
¿Qué voy a hacer? No puedo salir de mi celda así.
La puerta se abre de repente con un chasquido

silencioso. Mi sangre se vuelve fría como el hielo cuando dos
guardias marchan dentro de mi celda, una chica que se agita
entre ellos.
Jadeo, mi sorpresa dándome la fuerza que necesito para

levantar mis manos y cubrir mis pechos.
No, no soy modesta, pero este es un tipo especial de

humillación.
Los guardias liberan a la chica y la empujan en mi

dirección. ¿Lo primero que noté de ella? Tiene un cabello rosa
irregular recortado.
— Nueva compañera de cuarto —, me dice uno de ellos.

Cuando nota mi estado parcial de desnudez, sonríe. — Bien,
bien. ¿Qué tenemos aquí?
Su acento ruso es tan denso como siempre, una de las

muchas razones por las que me refiero a él como Camarada
Douche. Aunque me arden las mejillas, busco un tono de
confianza.
—Lo que tenemos aquí es una niña menor de edad que,

una vez liberada, se asegurará de que te pudras en la cárcel.
Su sonrisa solo se ensancha cuando da un paso hacia

mí. La chica de pelo rosa lo patea en el estómago,
sorprendiéndome.
26
Él se enfoca en ella, levantando su mano para dar un

golpe. —¡Suka!
Perra en ruso. Una palabra que me han lanzado a mí

también.
Ella sonríe y le hace un gesto con los dedos, la señal

universal para vamos.
El otro guardia agarra al camarada Douche por el brazo

y lo arrastra hacia el pasillo. Ambos hombres me fruncen el
ceño cuando la puerta se cierra.
Sin perder un latido, la chica me saluda con la mano,

pareciendo... casi trivial. Parpadeo confusa. ¿Ella es feliz en
lugar de tener miedo? ¿De verdad?
— Hola, —dice, y detecto un ligero acento británico—.

Soy Bow, tu nueva mejor amiga.
Está loca. Lo sé. —No estoy en el mercado para una

nueva amiga. —Esperaba quedarme sola. No me gusta dormir
frente a otra persona, pero tengo que robar siestas para
funcionar. Mi última compañera de habitación me dijo que
daba vueltas y más vueltas, gritaba por la tortura que había
soportado o cantaba una canción de números que mi tía me
enseñó de niña.
Se caen diez lágrimas y llamo a.… novecientos árboles,

pero solo uno es para mí. Ocho…
Oh no. No me estoy perdiendo en mi cabeza ahora

mismo.
— Oye, —Bow acecha hacia mí, su paso largo y fuerte.

De cerca, puedo ver que los ojos son del color de los centavos
recién pulidos. Son extraños pero cautivadores, humeantes
con una intensidad que debería ser demasiado para contener—
. Deja que te ayude.
27
Por costumbre, salgo de su alcance cuando ella trata de

alcanzarme. Pero... ¡cero! Mi palabra favorita para maldecir de
cuatro letras. No creo que pueda terminar de vestirme sin ella.
Ella ahueca sus pechos imitándome con una sonrisa

radiante. —Los pechos son increíbles, ¿no? Bolsas de diversión
literales. No sé por qué vosotras las chicas siempre os estáis
quejando.
—¿No querrás decir nosotras, las chicas?
Sus manos se caen de sus bolsas de diversión. —Tía. No

tiene nada de malo disfrutar el equipo y obtener algunos de
mis propios productos y servicios. Seriamente. Estoy tan
caliente que incluso quiero un pedazo de mí.
¿Caliente? Discutible. ¿Bizarra, narcisista y pervertida?

Incuestionablemente. Ella es la trifecta3. En otras palabras,
apuesto el bote a que probablemente va a ser asesinada esta
ronda. Hurra.
—Preferiría no hablar sobre tus productos y servicios,

gracias. —Lentamente giré, colocándola a mi espalda. Esto es
una rareza para mí. Un punto bajo, un momento de total
desesperación. Si intenta darme un golpe o huir, o agarrarme
y apuñalarme, cualquier cosa sucia, me aseguraré de que se
arrepienta.
Ella inhala bruscamente, y asumo que está estudiando

la gran cantidad de hematomas que estoy luciendo.
—En algún momento de hoy. —respondo, horrorizada

por la debilidad percibida.
3
es una apuesta en la que la persona que apuesta, pronostica los primeros tres finalistas en una carrera
en el orden correcto.
28
Ella gentilmente me pasa los brazos por las mangas. —

Espero que estés preparada para la vida eterna. Otra paliza
como esta podría matarte.
Dudoso. El Dr. Vans tiene la cosa de la tortura clavada.

Él sabe cuándo está a punto de empujar un cuerpo demasiado
lejos. —Créeme. La muerte no es lo peor que me puede pasar.
—Por supuesto que no es así. Si no has hecho los planes

correctos para Lo Interminable, desearás dejar de existir.
Lo Interminable, donde se encuentran Myriad y Troika,

los dos reinos en el poder en la otra vida... también conocido
como Vida Eterna. Donde se dice que comienza la vida “real”.
Con los años, el mundo se ha dividido en dos facciones.

Aquellos que apoyan a Myriad, y aquellos que apoyan a Troika.
Nadie nunca los apoya a ambos. ¿Cómo podrían? Los reinos
son fundamentalmente opuestos… ¡sobre todo!
Myriad se jacta de la autonomía... felicidad...

indulgencia. Para ellos, la primera vida es simplemente un
peldaño en la vida eterna, todo sucede por una razón
predestinada y cuando experimentamos la muerte en segundo
lugar en la vida eterna, nuestro espíritu regresa a la tierra, la
tierra de la cosecha, para fusionarse con otro flamante
espíritu.
Están dispuestos a negociar los términos del pacto para

ganarse a un ser humano.
Troika, por otro lado, es conocida por su estructura...

estudio constante... conformidad absoluta. Para ellos, la
primera vida importa tanto como la vida eterna, el destino es
un mito y cuando experimentamos la segunda muerte,
entramos en el descanso, nunca más seremos vistos por
humanos o por espíritu.
29
Los troikanos se niegan a negociar los términos del

pacto, ofreciendo los mismos beneficios a todos en todas partes
sin excepción. Las mismas leyes, también. Para ellos, lo que
está bien es lo correcto y lo que está mal está mal, para uno y
para todos. Todos en igualdad de condiciones.
Si un reino dice que el cielo no tiene nubes, el otro dirá

que se está gestando una tormenta. Han estado en guerra
durante siglos, la destrucción del otro es el objetivo final.
Es por eso por lo que luchan tan duro para ganar almas.
También es por eso por lo que elegir el lado correcto es tan
importante. Algún día, alguien va a perder.
Aquí en la Tierra, los partidarios de Myriad y Troika no

están segregados... exactamente. Intentan coexistir, pero está
en una armonía imperfecta y siempre hay un zumbido
subyacente de tensión.
A veces se desatan disturbios y el gobierno se ve obligado

a ejecutar la ley marcial para evitar una pelea sin cuartel.
Algunas personas raras, como yo, no tienen idea de qué

lado respaldar. Vemos los méritos de ambos conjuntos de
creencias. También vemos desventajas.
Nos llaman los No-Firmados.
Para nosotros, hay rumores de un tercer reino espiritual,

el lugar donde terminaremos después de la segunda muerte.
Mis padres solían contarme historias de terror, historias
susurradas en la oscuridad de la noche. El Reino de los
Muchos Fines, donde las pesadillas cobran vida.
A menudo me he preguntado... ¿Es El Reino de los

Muchos Fines un lugar inventado para asustar a los niños?
—¿Y tú? —pregunta Bow mientras cierra mi mono—.

¿Tienen planes para el Interminable, quiero decir?
30
—No estoy hablando de la Vida Eterna contigo.
Sus rasgos se contraen con desilusión. — ¿Por qué no?
—Estaré aquí otros trescientos cincuenta y dos días.
3 + 5 + 2 = 10
—¿Y?
Y ella se irá más temprano que tarde. Reconozco su tipo.

Extremadamente optimista hasta que algo sale mal. Después
de su primera paliza, se desmoronará y hará lo que quieran
sus padres, garantizado.
—Olvida la próxima vida. ¿Qué hay de esta? Dime por

qué estás aquí. —Me desplazo hacia nuestra ilustre celda con
una inclinación de mi barbilla.
—Mi tutor me envió. —Se dirige hacia la segunda cama

doble y se sienta y no hay nada de agraciado o femenino en
ella—. Me dijo que fuera una luz.
Ugh. ¿Qué he oído? Conformidad absoluta. —Has

firmado con Troika, entonces. —No es una pregunta.
Su guiño contiene un hilo de orgullo. —Lo hice.
Vamos a chocar tan duro. —¿Qué es la luz,

exactamente? —¿Con qué me va a golpear?
—Lo que sea necesario para ayudar a alguien a

encontrar una salida a la oscuridad.
Oscuridad. —Quieres decir Myriad.
Ella ignora mi tono seco. —Lo que significa un problema,

cualquier problema.
31
Bueno, tengo muchos de ellos… aunque me digo a mí

misma que esta situación es fertilizante y algo bueno debe
crecer a partir de eso.
—¿Por qué estás aquí? —me pregunta.
—Me niego a hacer un pacto con Myriad. —Pacto, el

equivalente a firmar un contrato en sangre.
A veces, en un intento por convencerme de que firme mis

derechos, me miman. ¿No es lindo? Esto es lo que te espera en
Myriad. La mayoría de las veces soy torturada. Este es solo el
comienzo de lo que vas a soportar en muchos fines. No saber
lo que me espera es lo peor.
—Se supone que Prynne no está afiliada con ninguno de

los dos dominios, —dice con el ceño fruncido.
—Así es. —¿De qué otro modo el Dr. Vans podría

convencer a un niño para que firme con Myriad y otro para que
firme con Troika? Lo que hace. Todo el tiempo.
Ella se encuentra con mi mirada un poco sorprendida,

muy esperanzada. —¿Quieres hacer un pacto con Troika?
—Ni siquiera un poco. —Cuando sus hombros caen,

agrego—. No me gusta decírtelo, pero tu guardián apesta. Él o
¿ella?… te condenó al infierno. ¡Para nada! Nadie aquí aceptará
tu luz. —No confíes en nadie. Cuestiónalo todo.
—Quizás no, pero haré la oferta igualmente. Ayer, hoy y

mañana, mis acciones importan.
En eso, estoy de acuerdo con ella. Incluso daré un paso

más. Las acciones más destructivas o constructivas comienzan
con un solo pensamiento. Y en última instancia, una sola
acción puede decidir la dirección de nuestras vidas. Y nuestras
muertes.
32
Elegiré mi camino. Yo sola. Mi elección no afectará

ningún futuro eterno, sino el mío propio.
Abre la boca para decir algo más, pero niego con la

cabeza. Asunto cerrado.
Ella salta y camina por la habitación, estudiando cada

rincón y grieta, finalmente se detiene para mirar mi calendario.
—¿En serio? ¿Estás usando un bolígrafo digital? No es de
extrañar que todo el mundo te llame chiflada. Eres la chiflada
más grande de toda la choza.
Si ella acaba de llegar aquí. ¿Cómo sabe cómo me

llaman? —Todo el mundo me llama Nutter4 por el tamaño de
mis bolas de chica. Por eso y porque tiendo a restregar a mis
oponentes en el suelo como la mantequilla de cacahuete.
Se lo piensa por un momento, frunciendo el ceño. —Si

tus pelotas de dama son tan grandes, ¿por qué no te llaman
cerezas peludas? ¿O albóndigas peludas? —Se toca la
barbilla—. Bueno, bah. Porque ninguno de los dos nombres
describe tu temperamento explosivo. ¡Oh! Lo sé. ¡Te llamaré
Banco de esperma! Cubre las bolas y las explosiones.
Resoplo con una sonrisa. Ella es valiente, así que,

estrella de oro por eso. En un lugar como este, la falta de miedo
es rara y preciosa. Por supuesto, si me amenaza de la manera
más leve, no dudaré en terminar con ella. La supervivencia
primero, nada más lo segundo.
—Si alguien me llama Banco de Esperma, mi

temperamento va a explotar por todos lados, —le digo—.
Mientras tanto, me aseguraré de llamarte Hacha. La
herramienta utilizada para cortar tu cabello, supongo.
4
Es parecido a butter, mantequilla, y también significa chiflado/a.
33
Ella ahueca los extremos desiguales de su estilo. —

Utilicé un cuchillo de cocina, muchas gracias. Estoy segura de
que el corte resalta adecuadamente mi belleza.
Tengo que admirar su positividad.
Mi reloj interno explota de repente, la conversación es

olvidada.
—¡Desayuno!
Ella suspira. —Hora de comer. Hurra.
—Nuestra celda se abrirá en tres... dos... uno.
Las puertas dobles se abren.
—Tenemos treinta segundos para salir de la habitación

—le explico—. Si la puerta se cierra mientras aún estamos
dentro, nos perderemos la comida —. La comida apesta, nada
más que gachas, pero esas gachas tienen suficientes vitaminas
para mantenernos algo saludables. Y realmente, cualquier
cosa es mejor que morir de hambre.
—Así que somos como perros en una jaula, sacados solo

a horas programadas para no meternos con algo importante o
morder los muebles. Increíble.
Juntas nos lanzamos al pasillo. Nuestras compañeras de

bloque hacen lo mismo. En total, somos doce.
Doce: el número de meses de un año, miembros en un

jurado y las horas en la esfera de un reloj.
Por un momento, nos medimos los unos a los otros.

¿Alguien va a desatar la furia hoy?
Cuando nadie hace un gesto lascivo o violento… hey,

este podría ser un buen día - nos dirigimos a la salida al final
del pasillo.
34
Jane, una de las reclusas mayores, murmura para sí

misma y se detiene para golpearse la frente contra la pared. La
piel se divide en la línea del cabello y la sangre corre por su
mejilla. Todos los demás siguen caminando con la cabeza
gacha y los brazos envueltos alrededor del torso, como para
proteger los órganos vitales o… evitar que una avalancha de
dolor y sufrimiento se derramen.
Marcho con determinación junto a Bow, por primera vez

notando que emana una fragante mezcla de flores silvestres y
gotas de limón. Me gusta, pero sé que no durará. Nuestra agua
huele a productos químicos y el jabón que recibimos huele a
grasa.
Un silbido agudo atraviesa el aire, haciéndome temblar.

—Bueno, bueno, —dice una voz detrás de mí—. Acabo de
perder una apuesta que había supuesto que era algo seguro.
—Como Becky. —alguien más llama y estallan risitas.
No tengo que mirar por encima del hombro para

identificar al primer orador. Sloan “no me odies porque soy
hermosa, ódiame porque planeo asesinarte” Aubuchon. Ella es
la presa favorita del Dr. Vans, a pesar de que ha tratado de
matarlo, oh, una docena de veces.
Por las cosas que escuché decir al buen doctor, ella está
aquí porque o (a) no puede controlar su temperamento o (b) se
niega a casarse con el viejo tío que salvará el patrimonio de sus
abuelos. Siempre me he inclinado por A. Los matrimonios
arreglados todavía ocurren, pero no a menudo.
—Tenley no ha matado a su nueva compañera de cuarto

a primera vista, ya lo veis. —Continúa con su ridículamente
adorable acento sureño, incluso mientras se burla—. Lo que
significa que la novata no fue comida… al menos no
literalmente.
35
Encantador.
Algunos boos suenan, pero también un par de aplausos.
Bow se gira y sonríe a la chica. —¿Qué has perdido?

¿Algunos puntos más del test de inteligencia?
Casi suspiro, porque puedo adivinar lo que vendrá

después.
Una Sloan volcánica se adelanta para agarrar a Bow por

el cuello de su mono, forzándola a detenerse.
Sí. Eso.
Me detengo, también, sin saber cómo procederé. He visto

esta canción y baile antes, once veces, para ser exactos, y mis
reacciones siempre son diferentes. He fingido ser ciega y sorda,
pero también he dado un puñetazo mientras gritaba
obscenidades.
Sloan y yo vivimos por diferentes filosofías. Mientras yo

arremeto solo cuando me provocan (por lo general), ella ataca
a los recién llegados en la primera oportunidad para evitar
desafíos más tarde.
La vida apesta. Nos hemos adaptado.
—Bendito sea tu corazón. —Sloan suelta a Bow para

plantar sus manos en sus caderas. Alta, rubia y guapa como
una modelo, es la chica que todos los demás desean. Hasta
que abre la boca y su belleza exterior ya no puede compensar
a su perra interior—. No eres lo suficientemente inteligente
como para darte cuenta de que dirijo este espectáculo de
mierda. Mantendrás la mirada baja y la lengua tranquila... o
perderás ambas cosas.
Bow me da una mirada divertida. —Oye, ¿cómo llamas

a una rubia con solo medio cerebro? ¡Dotada!
36
¿Realmente estoy atrapada en medio de esto? —¿Has

olvidado que eres rubia? ¡Y Troikan! Perdona y sigue adelante.
—Entonces, —dice Bow, tocando su barbilla— ¿Estás

sugiriendo que le sople en la oreja para hacerle una
transferencia de datos?
—¡Eso es! Di adiós a tu lengua. —Sloan empuja a Bow

con la fuerza suficiente para hacer que la chica tropiece.
Antes de que ella pueda hacer otra cosa, reacciono sin

pensar, abofeteando su brazo. —Manos fuera. —Supongo que
voy a protestar hoy. Lo cual podría hacer más daño que bien.
Al igual que el resto de nosotros, Bow tiene que aprender a
defenderse.
No hay otra forma de sobrevivir.
La mirada entrecerrada de Sloan se concentra en mí. —

¿Qué vas a hacer, Nutter? ¿Huh?
—¿De verdad quieres saberlo? —Pregunto suavemente.

Ser la chica loca en un lugar lleno de chicas locas ciertamente
tiene sus ventajas. Nadie es capaz de anticipar mi próximo
movimiento—. Lo que digo, lo haré. No hay devolución.
Ya nos habíamos enganchado antes, Sloan y yo, y no fue

bonito. Olvídate de arañazos y tirones de pelo, la quintaesencia
de las peleas de gatas. Nos golpeamos, pataleamos y nos
peleamos como animales.
Ambos tenemos las cicatrices.
No le tengo miedo al dolor físico. Ya no.
Me golpea la sorpresa cuando mi compañera de cuarto

dice: —Amiga. ¿Tienes alguna idea de lo gracioso que es esto?
Sloane la Quejica tiene un bocado de número dos mientras
habla con Tenley.
37
Otra ronda de abucheos y aplausos suenan.
Sloan se olvida de mí, enseñando los dientes frunciendo

el ceño. —Tal vez no te quite la lengua y los ojos... todavía.
Quiero que veas lo que te hago y suplicar por misericordia que
no te daré.
—¡Suficiente! —Una voz áspera retumba desde los

altavoces superiores—. Conocéis las reglas, chicas. No hay
vagancia en los pasillos. Id a la cafetería o id al poste de
flagelación. Vuestra elección.
Miro a Sloan, que está mirando a Bow, quien le está

sonriendo a Sloan.
Sloan enseña sus dientes y me dice: —Sabes que tu

novio no era el único capaz de pagar a los guardias para que
apagaran las cámaras, ¿verdad? Si yo fuera tú, comenzaría a
dormir con un ojo abierto. —Con eso, gira sobre sus talones y
sale volando. O lo intenta.
La agarro del brazo deteniéndola y la miro a la cara.

Mantengo la voz baja cuando digo —Te cuelas en mi habitación
y te filetearé como un pez. Nadie prestará atención a tus gritos.
¿Lo sabes verdad?
Gritas, grito, todos gritamos. A nadie le importa. El

himno no oficial del asilo.
Sloan se libera y se aleja.
Le dirigí a Bow una sonrisa sin humor. —Bienvenida a

Prynne.
38
Capítulo Dos
Póngase cómodo. Nuestras leyes son las mismas ayer, hoy y siempre.
Troica
Bow se ríe, lo que no entiendo. Mi temperamento es un

oso que acaba de ser golpeado con un palo. No me gustan las
amenazas. Y especialmente no me gusta esperar para
enfrentar las amenazas. Sin embargo, a ella le hace gracia.
—Vamos, —murmuro, arrastrándola por el pasillo a

pesar de mi incomodidad física.
Hay varias puertas, cada una pintada de verde vómito.

Las paredes son de color gris oscuro y los suelos son de color
marrón calzoncillo. Esto es un hecho. La semana pasada, un
guardia amenazó a un hombre nuevo con la castración y se
desató el infierno... al igual que sus entrañas.
—Gracias por defenderme. —Bow me choca el hombro

solo para mascullar una disculpa cuando me estremezco—. Sí,
yo podría haberla tumbado, no hay problema, pero todavía te
pones en peligro.
—No me lo agradezcas. Solo mantén la cabeza girada y

tus insultos al mínimo. No quiero limpiar tus restos.
Su sonrisa se resbala un poco. —No disfruté

arremetiendo contra ella. Sloan tiene un equipaje bastante
39
grande. Pero su maldad general desencadenó mi perra interior.

¡Ni siquiera sabía que tenía una perra interior! Pero sí, está
bien, debería haber manejado la situación de manera diferente.
—¿Cómo sabes sobre su equipaje?
—Uh, tal vez me equivoque. Quiero decir, ¿quién no tiene

equipaje, ¿verdad? —Cierto. Todos llegamos con un par de
bolsos de mano.
Pasamos por los espacios comunes, donde nuestras

clases generalmente se llevan a cabo.
No hay escapatoria de la escuela secundaria, incluso

aquí. Hay lujosos sofás de cuero y tres círculos de sillas
diferentes, lo cual tiene sentido. (1) Pensamiento, (2) palabra y
(3) escritura, la suma total de la capacidad humana.
A la vuelta de la esquina y a través de un amplio

conjunto de puertas dobles está la cafetería.
Una habitación descolorida y utilitaria con un mar de

mesas y bancos atornillados. Los reclusos ya están sentados,
comiendo de las bandejas.
Mientras Bow y yo tomamos nuestro lugar al final de la

línea de buffet, reduzco mi enfoque a lo esencial. El número de
presos en la sala: cien mujeres frente a noventa y siete
hombres. Es desigual. No me gusta la desigualdad. Las escalas
siempre deben estar equilibradas.
Hay veinte guardias, diez hombres, diez mujeres, un

“buen tipo” por cada diez “malos”. A pesar de que fuera de estas
paredes hay un trabajador de Troika y Myriad por cada cien
humanos, no hay trabajadores aquí.
40
—¿Estás haciendo cálculos5? —pregunta Bow—. Te ves

como si estuvieras haciendo cálculos. Bueno, aquí hay una
ecuación que creo que te gustará. Hay aproximadamente dos
mil millones de personas en el mundo y veinte millones de
obreros. Con ese tipo de probabilidades, nunca me deberían
haber asignado estar en tu habitación.
—¿Estás insinuando que la vida es un juego de suma

cero? ¿Tú ganas yo pierdo? —resopla ella—. Básicamente
ganaste la lotería, y lo sabes.
—O bien, tu tutor pagó extra para emparejarte con un

No-firmado, preferiblemente uno con un fondo Myriad. —Lo
que es realmente contraproducente para el objetivo del Dr.
Vans en mi caso. ¿Pero cuando el hombre alguna vez se ha
resistido a una bonificación?
—¡Oye, mírate! Bonita e inteligente.
— Y hambrienta, —refunfuño.
A medida que avanzamos hacia el frente de la línea, se

producen múltiples conversaciones a nuestro alrededor.
—… demasiado. Yo lo llamaría pasta.
—… ¿Acaso la escondiste? ¡Dime!
—… no permitas a escoria Myriad cerca de mí.
¿Cuántos de estos niños son pro-Myriad? ¿Cuántos son

pro-Troika? ¿Cuántos son no firmantes?
Bow claramente no ha recibido la nota. Hablar sobre

Vida Eterna está prohibido. Bueno, solo el uno con el otro. La
forma del Dr. Vans de evitar disturbios dentro de estas
paredes, supongo.
5
Mathing en el original, el arte de o la ciencia de hacer matemáticas. Se podría traducir como hacer
cábalas, cálculos, etc.
41
Deduje que Sloan es No-Firmado, lo cual no era

exactamente difícil de hacer, considerando que dijo “Prefiero
ser una reina en Muchos Fines que un dron en los reinos” en
innumerables ocasiones.
De acuerdo, no innumerables. Veintitrés.
—Vamos a pasar mucho tiempo juntas, —me dice Bow—

. Vamos a llegar a conocernos mejor.
—No, gracias.
Ella insiste. —¿Cómo te introdujiste en los reinos?
—De la manera habitual. —Como las escuelas públicas

no pueden apoyarse en una u otra dirección, solo en las
escuelas privadas, los padres sesgados les cuentan historias a
los niños. Además, las diferentes instalaciones ofrecen
recorridos virtuales, pero, según quién los esté ejecutando, los
recorridos siempre están sesgados.
Mi tía Lina es la loca hermana gemela de mi padre que,

según me han dicho, padece de un trastorno polifuncional, lo
que significa que el espíritu más viejo (supuestamente)
fusionado con el de ella es lo suficientemente fuerte como para
controlar su cuerpo. Cuando no está actuando como una niña
de 10 años que habla en tiempo pasado, trabaja para A Look
Beyon, una compañía de viajes propiedad de Myriad.
He visto castillos besados por la noche rebosantes de

jardines de orquídeas. Patrones urbanos bulliciosos con
rascacielos de piedra y metal entremezclados con clubes
nocturnos y spas, todo conectado por elegantes puentes de
plata y túneles iluminados por lámparas de hierro forjado en
forma de dragón. Vibrantes playas de arena blanca con una
vista de rubí, zafiro y coral esmeralda a la luz de la luna.
Un toque de alta tecnología rematado con el encanto del

viejo mundo.
42
Hay algo para cada uno, le gusta decir a la tía Lina en

sus días sanos. ¿En sus días dementes? La luz sangró en la
oscuridad y la oscuridad murió... Yo no quiero morir.
Por otro lado, la versión de Troika de Myriad es

aterradora. La oscuridad impregna. Oscuridad tan espesa que
rezuma sobre tu piel como aceite de motor. Hay campo tras
campo de árboles muertos, las extremidades retorcidas, la
corteza goteando de color carmesí, sangrando. Cualquier
pájaro capaz de sobrevivir a la falta de luz solar llora en lugar
de chillar. La ciudad está abarrotada, todos apretados como
encurtidos en un tarro, y las playas se asemejan a cajas de
arena de tamaño natural.
La versión de Troika de Myriad no es mejor. Desierto

apocalíptico chamuscado por un sol implacable.
Cuando era niña, estaba desesperada por evitar Troika...

hasta que escuché la descripción de obreros Troikan: la luz del
sol moteada cayendo sobre intrincados jardines, flores
silvestres y arco iris. Una metrópolis próspera, fantástica y
futurista, con fincas palaciegas y edificios de cristal y cromo
en una variedad de formas y tamaños.
—Quizás quieras dejar de mencionar los reinos. —

finalmente le digo—. Te castigarán.
Ella deja escapar un suspiro. —Bien. Hablaré de otra

cosa. Algo fascinante. Como la comida. Estoy bastante segura
de que va a tener el mismo aspecto que antes.
No está equivocada. —Si quieres un cambio de menú,

los errores en nuestra habitación siempre son una opción.
Nota al margen. Las arañas saben a camarones y las
cucarachas saben a pollo grasoso.
43
—Está bien, ahora quiero amordazarte y abrazarte al

mismo tiempo. —Piensa por un momento, lanza un suspiro de
ensueño—. Tal vez debería colarme por el postre.
—Buena suerte con eso. —Otros lo han intentado. Otros

han fallado—. Serás atrapada y…
—Castigada. Sí, sí. Lo sé.
Ambas recibimos una bandeja. Mientras buscamos una

mesa, un grupo de muchachos le da una vuelta a Bow. Risas
disimuladas abundan.
Me pongo rígida, pero Bow les guiña el ojo mientras

reclamamos la mesa vacía a su derecha. —Creo que oí que los
guardias dicen que su nombre es Bow, —dice uno de ellos, sin
tratar de hablar en voz baja.
—Le pega… al contrario que su uniforme. Gorda Bow

chalada, —murmura otro, provocando la risa directa de sus
amigos.
Bow los ignora y agita sus gachas como si no le

importara. Es bajita y de huesos grandes, un poco vulgar, pero
es una persona con sentimientos.
Me encuentro a mí misma diciendo. —La integridad

importa más que el tamaño, Dreg. —Un nombre despectivo
para alguien que ninguno de los dos quiere.
Él me lanza un beso. —¿Por qué no te sientas en mi

regazo, Nutter? Te mostraré lo importante que soy.
Las insinuaciones siempre están en el menú de Prynne

y generalmente los paso por alto. Hoy, mis dedos se tensan
alrededor de mi cuchara. No nos dan tenedores ni cuchillos,
nunca. No es que importe. Puedo hacer cosas malas, malas
con una cuchara.
44
Lo miro y le digo: —¿Te gusta tener lengua? —Él saca la

suya y me la enseña.
No quiero pelear con él, estoy demasiado dolorida, pero

lo haré. Si pierdo, pierdo, pero al menos dejaré una impresión.
Bow palmea mi mano. —Olvídate de él, Banco de

esperma. Todavía no entiende que el exterior es un caparazón
para todos nosotros. Mi belleza está en el interior, donde nunca
se desvanece.
Ella no puede ser así de agradable. Simplemente no

puede ser.
Los chicos vuelven a la conversación, susurrando entre

ellos, pretendiendo que lo que casi sucedió, casi no sucedió. —
Además, —agrega Bow—, ni siquiera está cerca de mi tipo.
—¿Cuál es?
Ella mueve sus cejas. —Hembra.
Ah. Lo tengo.
Caemos en el silencio. Sigo siendo consciente de las

personas que nos rodean, siempre en alerta, mientras limpio
mi bandeja. Tengo que permanecer lo más fuerte posible. Bow
simplemente elige la comida. Un día no muy lejano, el hambre
se llevará lo mejor de ella y estará agradecida por las gachas.
Uno de los muchachos está tratando de agarrar un

bocado de la bandeja de su amigo mientras estamos parados.
—Toca mi comida y muere. —El gruñido del amigo es

pura amenaza.
—Ey. Puedes coger la mía, —dice Bow.
El chico la mira con el ceño fruncido. —Ocúpate de tus

propios asuntos, vaca.
45
No confíes en nadie. Cuestiónalo todo.
Ella se encoge de hombros, no afectada. —Tú te lo

pierdes.
No estoy segura de dónde ponerla en mis archivos

mentales. ¿Demasiado bueno para ser verdad? ¿El trato es
real? ¿Vale la pena la imitación? ¿O quiere ser descartada?
Cuando salimos de la cafetería, me envían a los comunes

para la terapia matutina de la mente, tengo que empezar bien
el día, me burlo mentalmente, y Bow es enviada al gimnasio
para la terapia matutina del cuerpo.
Sloan empuja a otra chica fuera del camino para

reclamar la silla a mi lado. —Tienes que poner a tu compañera
de habitación con una correa más corta.
¿Vamos a pretender que no nos amenazamos el uno al

otro? Bien.
—No soy su guardiana, —le digo. Sus acciones, sus

consecuencias.
—No seas estúpida, —dice Sloan—. En este lugar, tu

compañera de cuarto debe ser tu mejor amiga. Ella es la que
va a cuidar tu espalda cuando la tuya esté magullada. —Con
una sonrisa, me presiona el hombro y me saca un silbido—.
Como ahora.
Aparté su brazo, lo cual solo empeora mi dolor. —No

necesito tu consejo. —No confíes en nadie...
—Obviamente lo haces. La cosa es que Vans se irá esta

noche. Dos guardias han decidido que no hay mejor momento
para tomar represalias en tu contra por asfixiar a su amigo.
Me pongo rígida. El incidente de asfixia ocurrió hace

cuatro meses, y el recuerdo todavía me atormenta. El guardia
46
en cuestión se coló en mi habitación. Pensó que debería

ganarme su buena voluntad. Yo pensé diferente.
Se fue en una bolsa para cadáveres.
No disfruté matándolo, ni siquiera en defensa propia,

pero tampoco sentí más que algunas punzadas de
remordimiento. He soportado demasiadas palizas, o tal vez he
sido testigo de demasiados asesinatos. Niños matando a otros
niños. Guardias matando niños. Vans matando a James.
Estamos desensibilizándonos rápido. Aquí, es la supervivencia
del más apto.
Me imagino a Myriad y estoy de acuerdo en algo. Lo

correcto puede ser igualitario.
—Gracias por la advertencia, —le digo, mi estómago

comienza a agitarse. No estoy lista para otra batalla. No una
de esta magnitud. No soy suficientemente fuerte.
No importa. Tengo que encontrar una manera.
Ella me frunce el ceño. —No lo hice por ti. Mientras más

preparada estés, mejores serán tus probabilidades de matar a
dos hombres más de Vans.
Niña sedienta de sangre. Como siempre. —También

mejores serán mis posibilidades de pasar otros treinta días en
el pozo, dándote la oportunidad de atacar a Bow sin mi
interferencia, eh. —El hoyo es un agujero helado en el sótano
donde la única fuente de agua es un grifo oxidado y un cubo
es el único mueble.
—Oye. Es un pequeño precio a pagar.
—Por supuesto que piensas así. Nunca has pasado un

tiempo allí abajo.
—¡No por falta de intentos!
47
No puedo discutir con eso. A menudo me he preguntado

por qué es singular con Vans. ¿Está durmiendo con él?
He escuchado rumores sobre niñas que ganan

privilegios especiales con sus cuerpos. También he oído que
las niñas son amenazadas con castigos más duros si se niegan.
Incluso el pensamiento me llena de rabia.
De vez en cuando, un guardia me ha hecho una

proposición. Dije no, a toda máquina, todo el tiempo. Nunca
he tenido relaciones sexuales y mi primera vez no será una
maldita transacción comercial. En mi vida anterior, algunos de
mis amigos a menudo lo hacían en un golpear y dejar, y no me
llevó mucho tiempo darme cuenta de que la mayoría gruñía de
desilusión mientras que unos pocos soltaban suspiros
pensativos.
La pérdida de mi virginidad es un recuerdo que voy a

llevar a mi Segunda Vida y de pronto, seré una de los que
suspirarán soñadores.
—¿Te acuestas con el jefe? —le pregunto.
El color florece en sus mejillas. ¿Deshonra? ¿Vergüenza?

¿Ambos? Ella salta y gruñe hacia mí. —¡Oh, vete a Muchos
Fines, mierdosa!
—¿Y dejar estas lujosas habitaciones? Nah. —Sale

volando y elige un nuevo asiento.
Permanezco en el borde de la calma a través de la

terapia... mis diferentes clases... el almuerzo... y finalmente la
cena. Nadie me golpea, pero todos los guardias son demasiado
amables. Sonríen cada vez que paso. Me preguntan si necesito
ayuda con algo.
Esa noche, después de que Bow y yo estamos encerradas

en nuestra celda, sin luces, me apresuro a cubrir la cámara
con una sábana, por si acaso, y recojo mi alijo de cuchillos
48
hechos con cucharas y cepillos de dientes, escondidos detrás

de una piedra en la pared.
Nadie me dice que quite la hoja, un letrero en sí mismo.

Los guardias no quieren que nadie registre lo que va a pasar,
y pueden culparme por la falta de alimento, incluso reclamar
que me hice daño en un intento de incriminarlos. No es que se
metieran en problemas por lastimarme.
— ¿Qué está pasando? —exige Bow.
Yo le explico la situación. Ella mueve una mano por el

aire, despreocupada. —No los necesitarás, —dice—. Tengo
esto. Puedes sentarte y simplemente disfrutar del espectáculo.
—Lo que sea.
Me muevo hacia un lado de la puerta, tomando una

posición de centinela. Con un suspiro, Bow hace lo mismo.
Las horas pasan pero yo permanezco en el sitio. He

hecho esta clase de vigilia antes, durante los disturbios del
reino que ocurrieron en mi patio delantero.
Mi padre es senador en la Casa de Myriad, responsable

de garantizar que se promulguen leyes favorables a Myriad y
que las leyes amigas de Troika no lo sean.
A veces, cuando surgía un problema candente -como el

deseo de Myriad de reemplazar al gobierno humano- los
manifestantes de Troikan se congregaban en nuestro césped,
arrojaban comida podrida a nuestras puertas y ventanas y
gritaban hostilidades. Solo tenía que esperar a que terminara.
El estrés es el mayor obstáculo. Mis miembros tiemblan.

Mi estómago se tuerce.
El sudor gotea por mi espina dorsal. Al menos no estoy

encogida.
49
Nunca me encogeré de nuevo.
—¿Estás segura de que vendrán esta noche? —pregunta

Bow, tan desanimada como siempre.
—Sí. No. No lo sé. —Sloan podría haberme mentido. Su

versión de venganza, supongo. Aunque mantenernos agotados
esta noche, así que somos inútiles mañana, no es exactamente
su Modus Operandi. A ella le gusta usar sus propias cuchillas.
Finalmente, las puertas se abren. Estoy tensa, lista para

atacar. Cuatro hombres con máscaras negras entran en la
habitación.
Ellos saben dónde nos estamos escondiendo. Los dos

hombres al frente balancean sus brazos para entregar un golpe
brutal. Uno para cada una de nosotras.
Estoy más lenta de lo normal, así que no puedo

agacharme a tiempo. Tomo un puñetazo al centro del mi torso,
mi corazón se salta un latido... luego otro... antes de saltar a
un ritmo demasiado rápido. Bow se las arregla para agacharse,
coger a su hombre por el brazo y, usando su codo como un
martillo, romper su radio. Mientras él aúlla de dolor, ella patea
su pierna, clavando a mi hombre en el torso, haciéndolo
doblarse.
Actúo rápido, golpeando mi rodilla contra su nariz. Él

cae cuando otro tipo se lanza sobre mí, derribándome. En el
momento del impacto, la agonía me consume. Apenas puedo
respirar, mis pulmones se aplanan, las estrellas parpadean
detrás de mis párpados.
¡Levántate! Tengo que ganar esto.
Lo intento, sin éxito. Mientras tanto, escucho un crujido

de ropa, el crujido de otros huesos rompiéndose... otro aullido
de dolor. Sonidos arrastrados. Un gruñido femenino.
50
Una sombra cae sobre mí. Extiendo las manos para

evitar... —Está bien, —dice Bow—. Sólo soy yo.
Aliviada, me desplomo contra el suelo frío y duro.
—Los hombres están listos para el recuento ahora en el

pasillo.
Bien, eso está bien. Supongo que ella tenía esto, después
de todo.
¿Tal vez puedo confiar en ella un poco?
No. Debo resistir el impulso. A pesar de lo que dijo Sloan,

a pesar de las acciones de Bow, nada bueno puede provenir de
una alianza. Somos demasiado diferentes y con el apoyo de
Bow a Troika, se volverá contra mí lo suficientemente pronto.
—Supongo que estamos empatadas, —logro decir. Se la

devolví con Sloan y ella a mí con los guardias. Obtuve el mejor
final del trato, pero ese no es problema mío.
—Guau. Eres un Nutter difícil de descifrar. Y eso no es

un cumplido.
—Solía ser amable, —le digo. Mi versión de una disculpa,

supongo—. Era incluso tímida.
No extraño a la chica que solía ser; es una extraña de

muchas maneras. Estaba asustada y débil.
Con una fuerza que me desconcierta, Bow me levanta y

me lleva a la cama. Me tiende suavemente sobre el colchón,
diciendo —Lo que necesitas es…
—No digas luz
—Bien. Una distracción de tus problemas. ¿Quieres

fingir un poco? —Hay una nota burlona en su tono—. Sería
una sesión de lástima, nada más. Puedes ser mujer, pero aún
51
no eres mi tipo. Tú también eres demasiado pomposa. ¡Oh! ¡Lo

sé! Puedo enseñarte mejores usos para tu...
—Cierra el pico. Levántate, —digo, tratando de no reír.

Reír solo empeorará el daño.
—¿Es eso un suave no?
—Un duro no. Actualmente tengo una relación.
Ella arquea una ceja. —¿Tienes novio?
—No, —Te echo mucho de menos, James—. Estoy

saliendo conmigo misma.
Bow resopla. —¿Quieres mi consejo? Rompe con ella. No

es buena para ti.
—¡Oye!
—Bueno, es verdad. En este momento, sus prioridades

están seriamente dañadas.
Los próximos seis días son sorprendentemente buenos.

Bueno, tan bueno como se puede esperar en un lugar tan vil
como Prynne.
Los cuatro guardias fueron eliminados de la manada. El

Dr. Vans dice que simplemente se levantaron y
desaparecieron, pero eso no puede ser cierto. Él nunca castiga
a sus hombres. Creo que los bastardos se están recuperando
en la sala médica. Simplemente no sé por qué Bow y yo no
hemos sido castigadas.
52
Quiero decir, hemos sido alimentadas tres veces cada

día, no hemos sido expulsadas de ninguna de nuestras clases
y Sloan no nos ha atacado.
Son pequeñas cosas.
¿Mi mayor queja? La mayoría de las conversaciones de

Bow comienzan con — Si firmas con Troika, tú…
Descubre el verdadero significado de la alegría.
Conozca la paz por primera vez.
Tendrás acceso a los mejores asesores del mundo.
Haz amigos que siempre te darán la espalda.
Elige uno. Elíjelos todo. Dame un respiro. Pero mal por

ella, Myriad hace las mismas promesas.
Coloco mi marca de sangre más nueva en el calendario

y me enderezo con facilidad. Mi espalda está en recuperación,
mi rango de movimiento es casi normal.
—Dime algo, —dice Bow mientras se ata las botas. Estoy

sorprendida de que esté lúcida. Se pasó toda la noche
amenazando la pared. Vete. Voy a matarte. ¿Oh sí? Bueno,
definitivamente puedo herirte— ¿Te has encontrado con un
nuevo ML últimamente? ¿Un chico? Tal vez así... guapo. —Ella
se queja, como si la palabra tuviera mal sabor—. Tal vez te hizo
a un lado en secreto.
ML- Obrero Myriad. —No. ¿Por qué?
Levanta el hombro con un encogimiento falsamente

casual. —Conozco el MO de Myriad. Cuando una adolescente
se niega a cumplir sus órdenes, le envían a un chico que creen
que le gustará. Una que se supone que debe acelerar su motor.
53
—Mi motor está en modo inactivo, ¿recuerdas? Quizás

permanentemente. —Después de James... No. Simplemente
no.
—Oye. No digas que no te lo advertí.
Mis padres nunca estarían de acuerdo con...
Oh, ¿a quién estoy engañando? Ellos también lo harían.
—Espero que sea mejor que la alternativa. —Se pone de

pie, estira los brazos sobre su cabeza y arquea la espalda—. Si
Myriad alguna vez te considera una causa perdida, hay
muchas posibilidades de que envíen a alguien para que te
mate.
Lo mismo con Troika. Siempre ha habido rumores sobre

obreros que envenenan a los no firmados para evitar un
compromiso con el otro reino. —Uno, no estoy cerca de la
firma, punto. Y dos, si muero aquí, el Dr. Vans no recibirá una
bonificación.
¿A favor? El bastardo codicioso tomaría una bala para

salvarme. ¿En contra? Es solo cuestión de tiempo antes de que
aumente mi tortura al siguiente nivel.
No importa lo que se me haga en el futuro, me resistiré.

Debo hacerlo. Seré liberada cuando cumpla dieciocho años.
Aunque mis padres firmaron con Myriad antes de mi
concepción, había una cláusula especial para el nacimiento de
un niño.
Cuando llegué, sus contratos tuvieron que ser

renegociados. Ahora sus beneficios dependen de mi decisión.
Un incentivo para plantearme el camino “correcto”.
Si no he firmado con Myriad cuando sea una adulta

legal, mis padres perderán todo lo que aman más de lo que
nunca me quisieron. Dinero, prestigio, casas, coches, barcos.
54
Por no mencionar las cosas que les prometieron en la Vida

Eterna.
Bow suspira. —Otro día, otro desayuno. O una comida

que pretende ser el desayuno.
Una sensación de fatalidad me alcanza, una sombra que

no puedo sacudir. Lo malo está por venir Lo malo siempre
viene. Pero dado que han transcurrido seis días sin incidente,
el mal llegará pronto.
Sonando resignada, dice: —Nuestra celda se abrirá en…
—Tres, dos, uno. —termino.
Las puertas se abren, y corremos hacia la sala.
Sloan me ve y me aparta del camino. Sé que está

contenta de que cuatro guardias hayan desaparecido, pero
también está molesta por algo, claramente, y está atacando.
La miro y encuentro hematomas del tamaño de un dedo

alrededor de su cuello. Alguien trató de estrangularla. He
estado allí, he pasado por eso.
Si le demuestro un ápice de simpatía, ella tratará de

golpearme la garganta. Le lanzo un beso.
— Vamos, —le digo a Bow.
Nos dirigimos a la cafetería, donde cuento a los

ocupantes por hábito. Mi mirada se posa en un chico que
nunca antes había visto y ¡oh, guau! Bueno. Él. Es.
Maravilloso. No es que me importe una cara bonita. Bonito,
pero puede esconder un monstruo.
Pero no estoy exagerando cuando digo que es un

anuncio viviente para cada fantasía de chico soñado que todas
las chicas del universo han tenido alguna vez.
55
Él tiene cabello oscuro que cuelga sobre una frente

severa. No puedo distinguir el color de sus ojos, pero al igual
que con Bow, puedo sentir su intensidad porque están
atrapados en mí. Su nariz es recta, perfecta, y sus labios
suaves y rosados. Su mandíbula es fuerte y espolvoreada con
la sombra de una barba.
Se inclina hacia atrás y cubre sus brazos tatuados y

musculosos sobre la parte superior de las sillas que lo
flanquean y sonríe, una lenta revelación de perfectos dientes
blancos.
En momentos como este extraño a Clay más de lo

normal. ¡Él era…es! muy bueno juzgando el carácter. Puede
echar un vistazo a un nuevo preso o guardia y decirme si tienen
un corazón de oro o uno tan arrugado como una ciruela. Le
llamamos el heartalyst6.
¿Dónde estás, Clay?
—Hijo de un troll-Myriad! —gruñe Bow, dando un paso

hacia adelante, a punto de salirse de la fila— ¡Cómo se atreve
a mostrar su fea cara!
Agarro su muñeca con fuerza para mantenerla en su

lugar.
— No te preocupes, —dice resoplando—. No romperé las

reglas y lo asesinaré. ¡Solo lo presentaré a mis puños,
repetidamente!
Cuando ella sigue luchando, me siento frente a ella,

forzándola a concentrarse en mí. —Cálmate. Ahora. O serás
arrastrada fuera de aquí pateando y gritando.
Ella trata de mirar al chico por encima del hombro.
6
Como el lector de corazones.
56
—Mi TL una vez dijo que el odio es como beber un vial

de veneno y esperar que lastime a la otra persona, —le digo, y
finalmente se calma—. No estás lastimando al tipo, solo a ti
misma.
—Pero... pero... está justificado, —dice con un gemido.
—Así como todos los demás, estoy segura. —Mientras la

miro, la curiosidad me llena— ¿Cómo lo conociste? ¿Qué te
hizo?
Se pone rígida, alejándose. —Nos hemos cruzado una o

dos veces. Él es el mal Myriad puro, confía en mí.
—No puede ser tan malo. Estoy segura…
Con un rápido movimiento, ella está frente a mí otra vez,

sosteniendo mi camisa, aferrándose a mí, sus ojos de cobre
implorándome que la entienda. —Es peor que malo. —
Mantente alejada de él. ¿Vale? ¿Sí?
Me atrevo a echar otro vistazo al -puro mal Myriad-.

Ahora se enfoca en Bow, mirándola de arriba abajo como si
fuera un depredador y finalmente fuera la hora de la comida.
Él sonríe de nuevo, incluso más lentamente, mucho más
perversamente y se pasa la lengua por los dientes, como si ya
pudiera saborearla... y solo quisiera más.
Pierdo la habilidad de respirar.
—Muévete, —la reclusa de detrás de Bow ordena,

dándole un empujón.
Salto y lanzo a la chica una mueca que rivaliza con la de

Sloan, silenciosamente prometiendo violencia. Sólo cuando
ella se está mirando los pies, doy un paso adelante y acepto mi
bandeja de un pringado con pelo grasiento y un bigote aún más
grasiento. Estoy bastante segura de que el Dr. Van a propósito
contrata a la escoria de la tierra para asustarnos.
57
Bow acepta su bandeja y me conduce a través de la

cafetería, tan lejos del nuevo chico como sea posible. Dejo que
se salga con la suya por una sola razón: esa estúpida
curiosidad. En el camino pasamos a Sloan, quien simplemente
no puede resistir la oportunidad de sacar su pierna para
disparar a Bow. Pero Bow es un monstruo de la naturaleza.
Ella salta sobre el obstáculo y patea hacia atrás, enganchando
el tobillo de Sloan entre sus pies y arrancando a la chica de su
silla.
Cuando Sloan cae, su codo golpea su bandeja. La

comida se derrama sobre su cabeza, y mientras grita, el resto
de la cafetería se queda en silencio. Finalmente, una risa corta
el shock y es como una campana de inicio. El resto de la
habitación explota en graznidos de risa.
Bow no sonríe por su triunfo; frunce el ceño. ¿Una vez

más deseando haber manejado las cosas de manera diferente?
—Lo siento. —dice por encima de su hombro.
Qué enigma es. Inteligente, con instintos de protegerse

a sí misma a cualquier precio. Pero también tiene una
profunda necesidad de calmar a los demás.
Cuando encontramos una mesa, me mira

intencionadamente. —Escucha. Las cosas son diferentes
ahora, cosas que no entenderías. Tienes que confiar en mí, y
tienes que mantenerme cerca a partir de ahora. No importa el
qué. ¿Vale? ¿De acuerdo? Velaré por tu seguridad. Si me dejas.
—No puedes ver por mi seguridad. —Nadie puede—. Hay

demasiadas amenazas.
—Amiga. Ya he demostrado lo contrario, ¿y aun así

dudas de mí?
58
—Y… —continúo como si ella no hubiera hablado—. No

quiero que lo intentes. Quiero decir eso. Solo te meterás en
problemas.
—Ten…
—No. Sin argumentos. —Puede que esté confundida

acerca de mi futuro, pero no estoy confundida acerca de mi
presente. Nunca pondré mi bienestar en manos de otra
persona. Una vez confié en mis padres. Ellos me enviaron aquí.
Confié en James. Desde su muerte, tuve una terrible sensación
de pérdida. Confiaba en Marlowe, que había sido pro-Troika,
pero al final, estaba tan desesperada por salir del manicomio y
entrar en el reino, que se ahorcó. Ella también abandonó a
Clay, que la amaba.
Ahora no sé si ella está realmente en Troika o Muchos

Fines, si es real.
El suicidio está expresamente prohibido por ambos

reinos e incluso puede anular e invalidar un contrato.
Confié en Clay, también. Logró mantenerse limpio y

sobrio hasta la muerte de Marlowe. Después, cayó en una
espiral, haciendo no sé qué por comprar drogas “felices” de una
enfermera.
Su mente yendo y viniendo, me pidió que escapara con

él. Dijo que había pagado a los guardias para que hicieran lo
que habían hecho por James. Ya había perdido a mi novio y no
podía soportar la idea de perder a otra amigo, así que lo
rechacé y le supliqué que me diera tiempo para descubrir una
forma mejor.
Al día siguiente, él se había ido.
Eso fue hace tres meses. ¿Dónde está? ¿Libre? ¿O fue

atrapado? ¿Está en algún lugar dentro de estas horribles
murallas?
59
A veces creo que escucho gritos saliendo del suelo de

cemento.
—Ese chico... él es Myriadian, ¿sabes? —murmura Bow.
Pronuncia Myriadian con la misma inflexión que podría

usar con el cáncer.
¿Lo odia solo porque firmó con el otro reino? — ¿Alguna

vez has oído hablar de HART?
— ¿Humanos contra la agitación del reino? Sí. Les gusta

protestar contra la guerra entre los reinos frente a la Casa de
Myriad, la Casa de la Troika y la casa Blanca.
—Correcto. —De mi clase de Historia de los Mundos, sé

que su objetivo final es un tratado entre los reinos y la Tierra
de la Cosecha. También sé que los primeros miembros se
juntaron poco después de que los reinos se revelaran a sí
mismos... otra vez. Aparentemente, los reinos hicieron todo el
“Hola, estamos aquí y somos reales” algunas veces a través de
las edades, pero los humanos, siendo humanos, idealizamos la
verdad.
A Myriad se le ha llamado todo, desde Valhala hasta el

Monte Olimpo, mientras que la Troika alguna vez fue conocida
como el Paraíso. Luego, alrededor del año 1500, ambos reinos
comenzaron a insertarse en la existencia humana cotidiana,
sacándonos de las edades oscuras.
— ¿Por qué? —pregunta Bow, con tono cauteloso.
—Bueno, me pregunto por qué los miembros de los

reinos no han aceptado un tratado de paz. O, ya sabes, solo
llevarlo a cabo. Me pregunto por qué odias a un chico solo
porque es diferente. O porque te hirió por alguna misteriosa
razón. Vosotros los Troikanos afirman que todo se trata de
perdón, ¿verdad?
60
—Perdonar a alguien no es lo mismo que dejarlo echar

mierdas sobre mí. Amiga. ¿Alguna vez has escuchado la
promesa de lealtad de Myriad? No descansaremos hasta que la
Troika no sea más que ceniza en el viento de la eternidad.
Además, la campaña HART es ridícula. La luz y la oscuridad
no pueden coexistir. Una casa dividida no se puede soportar.
—Empuja su bandeja hacia el centro de la mesa, como si
hubiera perdido el apetito—. Seríamos una bestia de dos
cabezas, y nos consumiríamos a nosotros mismos.
Hablando de consumo, ha comido tan poco desde su

llegada que estoy empezando a preocuparme por su salud.
—Distráeme, —dice ella.
—Come, —respondo.
—No. Distráeme, —repite.
—¿Quieres que cante y baile para ti? —pregunto

secamente.
—¡Sí!
—De ninguna manera, no, ni hablar. No está pasando.
—Bien. —Ella suspira con desilusión—. Solo... no sé,

háblame. Cuéntame algo sobre tu vida antes del manicomio.
No quiero compartir detalles sobre mí, pero tampoco

quiero que se muera de hambre, y ahora está claro que
necesita motivación. —Contaré una cosa o dos, pero solo si
comes todo lo de tu bandeja.
—¿Estás bromeando? Está asqueroso y...
—Créeme, necesitas las vitaminas.
—Bien. —Con una mueca, devuelve la bandeja a su

lugar correcto—. Ahora habla.
61
¿Por dónde empezar? Parece una eternidad desde que he

revelado incluso un pequeño detalle sobre mi historia. —Asistí
a una escuela privada avalada por Myriad.
Espera que diga algo más. No lo hago. Le da a su bandeja

otro empujón.
Le frunzo el ceño. —¿Qué quieres saber?
—¿Qué hay de tus estudios?
—¿Además de los cursos habituales? —Fácil—. El

funcionamiento interno del reino.
Esas clases fueron enseñadas por Mensajeros, personas

responsables de difundir la palabra sobre el reino que amaban.
En general, me había fascinado la vida cotidiana de los

espíritus. A diferencia de nosotros, no tienen necesidad de
dormir. Comen solo una comida al día, una sola pieza de maná.
Una oblea parecida a un panal. Cualquier persona menor de
dieciocho años asiste a la escuela para aprender más sobre su
reino y sus líderes. A los niños también se les enseñan las
habilidades que necesitarán para cualquier trabajo que algún
día les sea asignado.
Todas las personas mayores de dieciocho años trabajan

sin cesar hasta su finalización, incluso si la tarea lleva años.
Como policías encubiertos.
Bow se traga un bocado de gachas y hace muecas. —

¿Qué hay de tus amigos?
—Estaban protegidos como yo. —La respuesta me deja

sin vacilar, como si ya estuviera acostumbrada a compartir—.
Podíamos salir juntos, pero solo con un padre u Obrero a la
vista. No debíamos ponernos al volante de un automóvil o
incluso en un automóvil con otra persona que no fuera la
persona a la que se pagó para llevarnos. —Al principio, lo
62
acepté. Pensé: Mis padres me aman, me quieren protegida.

Luego vino el resentimiento. Mis padres simplemente me
necesitan viva, costara lo que costase.
El día de mi decimosexto cumpleaños, después de

negarme a firmar con Myriad, robé las llaves del automóvil de
mi madre. Nunca había conducido antes, pero el piloto
automático lo hizo sin esfuerzo. Estaba eufórica y nunca me
había divertido tanto.
Pero ese tipo de diversión nunca dura, ¿verdad?
Al día siguiente, terminé en el manicomio, asustada,

aturdida y confundida.
—¿Troika elige a los humanos de la misma manera que

Myriad? —pregunto.
—Bastante. Los Headhunters7 monitorean personas en

la tierra, en busca de un cierto rasgo.
Headhunter, una subdivisión de los Líderes. —¿Qué

rasgo?
—Voluntad.
—¿Voluntad? —¿Qué significa eso?
— De todos modos, —continúa—. Los trabajadores son

enviados para proteger a los elegidos y luego, cuando los
humanos alcanzan la Era de la Rendición de Cuentas,
negocian los términos del pacto y guían a los humanos a través
del resto de Primera Vida. Sin embargo, con nosotros, los
convenios se anulan si se coacciona al firmante. Con Myriad,
un firmante forzado debe ir a la corte para obtener la libertad.
7
Los cazadores de talentos.
63
—¿Corte? ¿Hay una salida? —Las noticias me dan

esperanza.
—Sí, pero demasiados pierden el caso, ya que la corte

insiste en que tanto Troikanos como Myriadians asistan. El
firmante a menudo se quiebra durante el interrogatorio.
Bueno, un poco de esperanza.
—Ahora conozco a la Ten de antes de Prynne. —Bow

agita su cuchara hacia mí—. Cuéntame sobre la Ten de
después de Prynne. ¿Qué vas a hacer cuando seas libre?
¿Revelar quién quiero ser, en lugar de quién solía ser?

Eso es más difícil. —Tú primero.
—Como si no lo pudieras adivinar. —Continuaré

difundiendo la luz, y seré la mejor Trabajadora de Troikan y la
más sexy de la historia para siempre.
He luchado para elegir un equipo durante más de un

año. Aquí está ella, inquebrantable en su creencia. Voy a fingir
que no me estoy retorciendo de envidia. —¿Cómo sabes que
serás un Obrero? Hay otros cuatro trabajos en Vida Eterna con
múltiples sub posiciones debajo de cada uno.
—Lo he sabido aquí… —golpea con el puño sobre su

corazón— …toda mi vida.
—¿Y la sensación nunca ha vacilado? —¿Ni una vez?
—¿Por qué lo haría? Mi posición en la vida y la muerte

es parte de lo que soy.
La envidia que no siento realmente me impulsa a decir:

—O el destino ha decidido por ti.
Ella se burla, diciendo: —¡No me hagas comenzar con lo

del destino! El destino es una excusa, una forma de eliminar
64
la culpa y, por lo tanto, la culpa por la mala toma de decisiones.

La libre elección decide el resultado de tu vida, no el destino.
La chica tiene un buen punto.
—¿Por qué no te has marcado? —Se supone que los que

hacen un pacto con Troika se tatúan una estrella de tres
puntas en la parte superior de cada mano, aunque no todos lo
hacen. Aquellos que hacen el pacto con Myriad se supone que
se deben tatuar líneas dentadas entrelazadas en sus muñecas.
De nuevo, no es que todos lo hagan. Se supone que es una
señal externa de un compromiso interno.
—Oh, no. —Niega con la cabeza—. Respondí a tu

pregunta. Es tu turno de responder la mía. ¿Qué vas a hacer
después del manicomio?
Me muerdo el labio inferior mientras mi mente gira.

Nunca he expresado mi deseo en voz alta, he mantenido el
secreto cerca de mi corazón. —Mis abuelos me dejaron un
fideicomiso. —Uno que mis padres no pueden tocar. Mis
abuelos eran Troikan, así fue como se crio mi madre. Cuando
conoció a mi padre, ella decidió que Myriad era el lugar para
ella—. A los dieciocho años, seré libre. Podré permitirme una
casa en la playa. —Una con cero vecinos que me obliguen a
pensar en problemas que no puedo resolver—. Voy a.…
surfear.
Nunca me lo habían permitido, solo podía ver a otras

personas desde la seguridad de mi habitación. Cada vez que
pedí hacer algo remotamente “peligroso”, me dijeron que tenía
que esperar hasta que llegué a la Era de la Responsabilidad y
firme con Myriad.
Ahora ansío la emoción. El viento en mi cara, agua sobre

mi piel. Por alguna razón, cuando la felicidad zumba en mis
venas, mi mirada se dirige hacia. El nuevo chico.
65
Me está mirando otra vez.
Cada uno de mis puntos de pulso salta. Sin saber qué

más hacer, asentí con la cabeza en reconocimiento.
—Espera. ¿Le estás echando miraditas? —exige Bow.
¿Qué? —¡No!
De alguna manera él escucha nuestra conversación

sobre la charla que nos rodea y nos dice: —Sí. —Luego me
guiña un ojo.
Lo miro antes de mirar a Bow. Podría haber compartido

cositas de mi vida con ella, pero eso no significa que ella me
conozca o que tenga el derecho de castigarme. —¿Me quieres
como tu enemiga, Bow?
Su mandíbula cae. —No. Por supuesto no.
No digo nada más, mi punto hecho. Me levanto y me

alejo de ella... hacia el chico nuevo.
Él me sonríe, pero es malvado, como si supiera un

secreto que yo no conozco y me pone nerviosa.
Cuando lo paso, cojo una página del libro de Bow,

engancho mi pie alrededor de la pata de su silla y tiro. La silla
se derrumba y se lo lleva consigo.
Su risa de sorpresa me sigue fuera de la cafetería.
66
Capítulo Tres
No se supone que sea, solo se es.
-Myriad-
Hay una fila en el pasillo. Mientras ocupo mi lugar en la

cola, Bow se apresura detrás de mí, disculpándose. La ignoro.
Como de costumbre, algunos niños son enviados al gimnasio
para “perder algunos kilos” y algunos son enviados a los
comunes para “perder un poco de locura”. En cualquier caso,
el tiempo se considera un precalentamiento.
También como siempre, me envían a los comunes.
Un guardia se enfurece con Bow y la empuja hacia el

gimnasio. Por primera vez, ella lo esquiva e intenta seguirme.
Recuerdo su advertencia. Tienes que mantenerme cerca

a partir de ahora.
¿Está tan preocupada por el chico nuevo?
El guardia -lo llamo coronel Ano- la agarra. En el

momento del contacto, ella se gira, levantando el brazo que la
sostiene y también acunándolo contra su pecho mientras gira
su muñeca, colocando su palma debajo de su barbilla. Ella usa
67
su otra mano para agarrarse a la parte carnosa de su palma.

Luego retrocede, girando su muñeca.
Él cae, golpeando el suelo con un ruido sordo, su brazo

ahora posicionado detrás de su espalda.
La chica tiene incluso más habilidades de las que yo

creía. Estoy impresionada.
—Me estoy quedando con mi compañera de cuarto hoy.

Acostúmbrate a la idea. —Deja caer el brazo de Ano y se coloca
en la parte posterior de la cabeza para tumbarlo. Su nariz
golpea el suelo y gime de dolor. ¿El problema? Él tiene un
amigo al que he llamado Ben Dover. Ben se pone en acción,
agarrando a Bow por el pelo y tirando de él. Ella se queja
cuando cae hacia atrás.
—Las chicas gorditas no llegan a pasar la mañana

charlando sobre sus problemas. —Él le escupe cuando
aterriza—. La cinta de correr es tu mejor amiga.
—Bueno, mi puño es tu peor enemigo. —Le da una

patada y se la clava entre las piernas—. Y mi pie. Sí,
probablemente debería haber mencionado mi pie.
Él pierde el aliento cuando cae de rodillas.
Ella se sienta y echa hacia atrás el codo, planeando

claramente noquear sus dientes. El chico nuevo pasa
corriendo junto a ella antes de que pueda actuar, y se queda
quieta, como si su mente se hubiera tomado la molestia de
tomarse un descanso para fumar. ¿Le hizo algo? Para cuando
a ella se le reinician todos los sistemas, el guardia se ha
tragado las bolas que perforó en su garganta y volvió a entrar
en el juego. Él esquiva fácilmente su próximo golpe y lanza uno
propio, haciéndole estallar en la mandíbula.
Suena un fuerte crujido.
68
Cuando Bow se bloquea, otros presos se apartan del

camino. Incluyéndome a mí.
Quiero ayudarla y lo haré cuando realmente pueda

hacer algo bueno. Cuando sepa cuándo golpear y cuándo
esperar. O herir.
Otros dos guardias y una enfermera, una mujer a la que

cariñosamente me refiero como la enfermera Ratched, entran
en la refriega.
La enfermera Ratched saca una jeringa del bolsillo de su

bata de laboratorio. —Un cóctel especial para una chica
especial. —Bow es sujetada y pinchada en el cuello. Todo su
cuerpo comienza a temblar, pero permanece consciente. La
mayoría de los otros niños se desmayan cuando son drogados.
La culpa me llena. ¿Podría haber hecho algo?
Ella habría hecho algo por mí.
—Se acabó. —La enfermera Ratched, otra rusa, me mira

como si yo fuera la culpable—. Muévete! ¡Ahora!
Sin otra opción. Bueno, no hay otra opción inteligente.

Me dirijo a los comunes junto con los demás. Estoy temblando
mientras me siento en mi círculo asignado en el fondo de la
habitación, donde las sillas sin cojines han sido clavadas.
Chico nuevo empuja a alguien para ponerse a mi lado.

Ese alguien, un chico llamado Hank, protesta hasta que Chico
nuevo le da un fuerte golpe en la garganta. Mientras Hank
jadea por aire, Chico nuevo me regala esa lenta sonrisa de
depredador.
Lo huelo: humo de turba y brezo. Exótico, con un toque

de almizcle, y juro que es como si acabara de ser transportada
a las Islas Británicas después de una tormenta.
69
Sus ojos... son tan brillantes como el sol que no he visto

en más de un año y del tono de oro más hipnótico con manchas
de azul cristalino. En uno, hay cinco manchas. En el otro, tres.
Cinco. El número de nuestros sentidos Vista, oído, tacto,

gusto y olor. Tres. Una trinidad Tenemos un espíritu, alma y
cuerpo.
En una octava, la quinta y tercera notas crean la base

básica de todos los acordes. Qué apropiado. Esos ojos de
alguna manera han hecho que mi sangre cante. O simplemente
estoy desnutrida y nerviosa, y mi cerebro está sobre
estimulado.
Sí. Eso.
Así de cerca, casi puedo contar las pestañas individuales

de Chico nuevo. Son largas, puntiagudas y de color negro
azabache... y lo estoy mirando fijamente, me doy cuenta.
—No fue muy buena idea hacer eso. —digo.
—¿Y derribar mi silla sí lo fue? —Su voz es baja y ronca,

con un ligero toque irlandés, y es casi tan humeante como su
aroma—. Hagamos las presentaciones para que mi corazón se
calme por fin. Soy Killian. Y eres increíblemente bella.
Antes de que termine de entregar la presentación

(claramente) practicada, ya estoy construyendo muros. —Creo
que quieres decir que tengo actitud.
—Definitivamente no. Pero ahora estoy seguro de que

eres irresistible.
—Creo que te refieres a inadecuada.
—O adorable.
Oh mierda. ¿Estamos coqueteando? —Lo que sea.

Suficiente.
70
Las comisuras de sus labios se contraen. —¿Estás

jugando duro para conseguirme, muchacha? Nunca me había
pasado antes, así que necesito una aclaración.
—No estoy jugando nada. Y soy imposible de conseguir.
Se frota las manos con algo parecido a regocijo. —Bien

entonces. Desafío aceptado.
Abro mi boca para protestar, pero mi mirada aterriza en

sus muñecas. Marcas Myriad. Son las más hermosas que he
visto en mi vida, los enlaces están sesgados en vez de
redondeados, creando ojos lánguidos. Y de cerca, los tatuajes
en sus antebrazos parecen ser Tecnicolor. Son espectaculares,
pero hay demasiados para contar sin un estudio más intenso.
Quiero hacer un estudio más intenso.
Y.… hay algo extraño en las imágenes. Algo más que

simple estética. ¿La disposición, tal vez? Hay líneas a través
del cráneo con lágrimas de sangre. Más líneas a través de la
luna agrietada y desmoronada, con piezas que caen en las
estrellas. ¿Están contando una historia? ¿Cómo los
jeroglíficos?
—¿Te gustan los tatuajes, muchacha? Bueno, estoy feliz

de ofrecerte una revelación privada más tarde. —Mis mejillas
brillan con el calor. Agacho la cabeza para ocultar la reacción.
No suelo tatuarme, no. Aunque tengo uno yo misma.

Una pequeña versión del planeta Tierra en la parte posterior
de mi cuello. Tenía quince años cuando lo conseguí, saliendo
con mis amigos en mi primer acto real de rebelión, pero no
estoy segura de por qué pensé que un globo era una expresión
perfecta de mis emociones turbulentas, y algo de lo que nunca
me arrepentiré.
— Todavía estás mirando, —dice.
71
Yo rechino los dientes. —¿De dónde eres? —Al igual que

el personal, los reclusos provienen de todo el mundo. Soy
oriunda de Los Ángeles, donde reside la Casa de Myriad, donde
mi padre ejerce una gran cantidad de poder. Las leyes que
ayuda a impulsar afectan tanto a los humanos como a los
espíritus.
Mi madre es una artista muy solicitada. Sus pinturas de

Myriad siempre se venden en una subasta.
A veces me pregunto qué les han dicho a sus amigos

sobre mi ausencia. ¿Internado? ¿Rehabilitación? ¿O la verdad?
—¿De dónde quieres que sea? —Killian escupió.
La irritación chispea. —¿Por qué estás aquí? —Siempre

les pregunto a los recién llegados, a pesar de que rara vez
recibo una respuesta. Bow, Marlowe y Clay son las
excepciones.
Él se encoge de hombros. —¿Creerías que vi algo que

quería y decidí entrar y obtenerlo?
Mi rubor vuelve y lamento la limpieza de mi piel. Sin

mencionar mi incapacidad para ocultar incluso la más mínima
reacción. Por encima de todo, lamento su efecto sobre mí. —
Déjame adivinar. ¿Querías la cocina de cinco estrellas? ¿Los
latigazos frecuentes? ¿El personal voyerista?
Con despreocupación, él cuelga su brazo sobre el

respaldo de mi silla. —Tal vez fue tu amiga. ¿Cómo se llama a
sí misma en estos días?
Su extraño fraseo me arroja. —Su nombre es Bow, si eso

es lo que quieres decir.
—Bow, —Se ríe, bajo e íntimo—. Un arquero usa un arco

y una flecha. Qué lindo.
72
De nuevo, estoy echada. —¿Cuál es el acuerdo entre

vosotros dos?
—Es una perra y no se puede confiar en ella. Pero no te

preocupes. —Se inclina lo suficiente para rozar la punta de su
nariz contra mi oreja—. Yo te protegeré.
Me alejo, cortando el contacto.
—¿Me tienes miedo? Estoy decepcionado. —Killian se

burla de mí— ¿Dónde está el petardo que una vez asfixió a un
guardia con su propio cinturón?
No tengo que preguntarme cómo obtuvo su información.

Aquí, el tren de chismes nunca para de correr. Estoy segura de
que escuchó sobre mi castigo, también.
—No te tengo miedo. Simplemente no me gusta que me

toquen sin haber otorgado primero permiso. —Me encuentro
con su mirada fija, un claro desafío—. Y si quieres conocer al
petardo, puedo arreglarlo. Está un poco molesta porque
llamaste perra a su compañera de cuarto.
Acepta el nuevo desafío con entusiasmo. —Sí por favor.

Con una cereza encima de mí.
Se está riendo de mí, ¿no? Incluso está lo

suficientemente relajado como para girar un mechón de mi
cabello alrededor de su dedo, los hilos negros contrastan con
el bronce de su piel.
Le doy la mano. —¿Eres positivo? Ella es despiadada.
—Estás solo abriendo mi apetito, muchacha.
No solo se ríe, sino que se burla. Hace que mi siguiente

acción sea más fácil. —No lo olvides. Suplicaste por esto. —Le
golpeo en la garganta, un jab rápido que le hace jadear y no
73
puede detener. Revancha por Hank. La acción debería parar...

sea lo que sea.
Le sonrío. —Para que lo sepas, incluso un animal en una

jaula puede contraatacar.
Se recupera rápidamente y, conmocionado, devuelve mi

sonrisa con una propia. Su diversión parece genuina y me
atrevo a creerlo, teñida de un poco de respeto.
Abre la boca para responder, pero Sloan se desliza en el

asiento vacío junto a él y acaricia su pecho. El no parece
disfrutar de la conexión, pero tampoco la termina. —Hola, oso
azucarado. —Le da un guiño patentado que no lleva bragas,
pero también parece falso—. Pensé que podría ahorrarte el
problema de preguntar por ahí sobre mí. Soy Sloan Aubuchon.
Su atención nunca me abandona. —No, gracias,

muchacha. Solo estoy interesado en Ten.
Su acento es más denso ahora, pura seducción, pero las

dulces palabras son en realidad una amenaza. Lo siento. Muy
mal por él, estoy lejos de acobardarme. No tiene idea de los
horrores que he soportado. No soy una flor marchita. Ya no.
—¿Diez besos de mi parte? —pregunta.
—Para ti, —le digo—, soy Tenley. —¿Qué hay en un

nombre? Solo todo. Los apodos permiten una intimidad que no
quiero compartir con él.
—O puedes llamarla Nutter, —dice Sloan, servicial como

siempre—. Todos los demás lo hacen.
Su mirada se arrastra sobre mí. —¿Por el tamaño de tus

bolas o por tu sabor a nuez?
Con los dientes apretados, digo: —¿Necesitas otra

invitación al petardo?
74
Está sonriendo cuando el Dr. Vans entra en la

habitación.
La tranquilidad desciende sobre el círculo ya que el

hombre más odiado en el manicomio se sienta en la única silla
acolchada. Su mirada estrecha encuentra a Sloan y palmea el
asiento vacío junto a él. El que siempre está reservado para
ella.
Ella levanta la barbilla y permanece en su sitio.
No me gusta la forma en que la está mirando. Me inclino

en su línea de visión, reclamando su atención con mi mirada.
Pasa la lengua por sus dientes antes de apartar la mirada de
mí.
Es un hombre alto y delgado de unos treinta años. Su

corto cabello castaño está siempre meticulosamente diseñado,
su ropa impecablemente hecha a medida debajo de su bata de
laboratorio.
—¿Estás protegiendo a tu enemigo? —Me pregunta

Killian—. Muchacha, te estás volviendo más interesante por
segundos.
—Quieres decir que me estoy crispando, —murmuro.
—Más fascinante.
Peligroso, es rápido.
—Está bien, todos. Tenemos un nuevo miembro en la

familia. Por favor, levántese y dígale al grupo tres datos sobre
usted, Sr… —El Dr. Vans mira su libreta—. Flynn.
Killian se levanta sin dudarlo. —Escuché que es mejor

imaginar a tu público en ropa interior. —Me guiña un ojo—.
Buena elección. —Mientras los otros niños se ríen, agrega—,
disfruto de largas caminatas en la playa, nadar en el océano y
75
surfear. Solía tener una debilidad por las rubias, pero tengo la
sensación de que una parte de mi vida ha terminado.
¿Navega? ¿En serio?
¿Cuáles son las probabilidades?
Una morena al otro lado del círculo abanica su rostro.

Los signos de Sloan, llámame. Vans lo nota y frunce el ceño
hacia ella.
—Además, —agrega Killian—. Soy un chico de Myriad de

principio a fin. Si me das una hora, te convenceré de que firmes
en los primeros cinco minutos y podemos pasar el resto de
nuestro tiempo celebrando tu decisión.
Le doy un pulgar hacia abajo.
Hank levanta su mano y con desafío en sus ojos, dice: —

Acepto. ¿Tu habitación o la mía?
—Como si pudieras manejarme, chico —Killian se

sienta.
—Me gusta su entusiasmo, Sr. Flynn. Tal vez la Sra.

Lockwood necesita pasar tiempo de calidad contigo. —Vans
hace una anotación en su libro—. Sí. Ya estoy convencido de
la idea. Haré los arreglos.
Me muerdo la lengua para detener un grito de negación.

Por supuesto, Vans quiere emparejarme con un leal Myriad.
¿Cómo les gustaría a Killian, a mis padres o incluso a

Bow si activamente intentara convencerlos de unirse al mundo
de los NoFirmados?
Tamborileo mis dedos contra mi barbilla. —Creo que el

tiempo de calidad con el Sr. Flynn es exactamente lo que
necesito... para finalmente empujarme en la dirección de
Troika. —Killian resopla, como si supiera que estoy mintiendo.
76
Vans frunce los labios, pero no responde directamente.

—Está bien, todos. Estoy aquí para escuchar cualquier
problema que hayáis tenido. Habladme. Ayúdame a ayudaros
a hacer que vuestra estancia aquí sea más agradable.
Más agradable para él. ¿Para nosotros? Más agonizante.
Mientras diferentes niños enumeran sus quejas, cosas

que he escuchado miles de veces antes, me distraigo con la
canción infantil que nunca está lejos de mi mente.
Se caen diez lágrimas y llamo... a novecientos árboles,

pero solo uno es para mí. Ocho veces, ocho veces, ocho vuelan,
lo que sea que hagas, no te quedes seco.
—…no me gusta que todavía estés vivo, Vanniekins. —

Sloan pasa la yema del dedo por cada mejilla, imitando las
lágrimas—. Déjame remediar el problema?
Yyyy como de costumbre, él sigue adelante sin

castigarla.
Siete mujeres bailando, ignoran sus dulces romances.

Seis…
— Arañas en mi habitación —, estalla una chica, como

si no pudiera contener las palabras un segundo más. Ella se
estremece de repulsión.
El Dr. Vans hace una anotación.
Oh cariño. No tienes idea de lo que has hecho. La

próxima vez que sea castigada, encontrará miles de arañas de
holograma en su habitación. Su mente pensará que son reales,
y ella voluntariamente quitará la piel de su cuerpo para
eliminar las criaturas.
—Tienes que enviar a alguien para eliminarlos, —

agrega—. No puedo ir otra noche…
77
—Cállate, —respondo. Cruel para ser amable—.

Pretender tener miedo a las arañas es…
—No estoy fingiendo.
¡Tonta! No lo entiende.
Más temprano que tarde, lo hará. Recordará este

momento y llorará.
El Dr. Vans se enfoca en mí, sus ojos oscuros se

entrecierran. —Señorita Lockwood, parece ansiosa por hablar.
¿Tiene alguna queja sobre su tratamiento?
Pretendo que mi dedo medio sea un tubo de lápiz labial

y aplique una primera y segunda capa. Nunca ofreceré
voluntariamente municiones para usar contra mí. Él lo sabe.
Aun así, dice: —Te daré cinco segundos para expresar

tu mayor queja. Continúa callada y me veré obligado a
penalizarte.
Finalmente. La espada que siento en mi cuello cada

segundo de cada día se reducirá, y experimentaré la siguiente
ronda de tortura.
Me convierto en el único foco de cada persona en la sala,

pero mantengo mis ojos en Vans.
—Uno, —dice.
—Creo que voy a vomitar cada vez que te miro la cara.

—¿Cómo es eso?
—Solo se atenderá a una queja legítima, señorita

Lockwood.
—Excelente. Estaba hablando en serio.
—Dos. Tres.
78
—A ella le gustaría que los guardias mantengan sus

manos alejadas, —dice Killian. ¿Para llamar la atención de mí?
— Sé que lo haría. Soy más que un pedazo de carne.
Yo como que admiro sus bolas. ¡Figuradamente! ¡Solo

figuradamente!
—¿Señorita Lockwood? —Pregunta Vans.
Levanto mi barbilla en una imitación de Sloan. Negarlo

es una de mis indulgencias favoritas. Mi esperanza es que, al
final de su vida, cuando yazca en su lecho de enfermo,
ahogándose con su propio vómito, una niña puede soñar, él
mire hacia atrás y lamente el hecho de que yo soy su mayor
fracaso.
—Cuatro, cinco, —digo con una sonrisa.
Sloan sacude la cabeza hacia mí, todos bendicen tu

estúpido corazón. Quizás debería haber jugado conmigo. Todo
lo que tenía que hacer era quejarme de algo que odiaba, o
mentir sobre algo que odio, pero la verdad es demasiado
importante para mí. Odio las mentiras casi tanto como odio a
Vans. Lo peor de lo peor es mentir. No los emularé, ni siquiera
para salvarme de una carga de dolor.
Algunos presos se ríen. Esto enfurece a Vans, quien se

pone en pie de un salto. Le hace un gesto a Ben Dover y al
coronel Ano con una inclinación de su barbilla. —Cogedla.
Killian salta y se para frente a mí, sorprendiéndome. Me

frunce el ceño por encima del hombro, como si estuviera en
estado de shock también, luego frunce el ceño hacia los
guardias. —Ella se queda. No he terminado de hablar con ella.
Él, un extraño, ¿está... protegiéndome? Y lo está

haciendo incluso después de que me negué a proteger a Bow.
Manera de sacudir mi mundo.
79
Me levanto y le doy un empujoncito a su silla. —No te

preocupes por mí, —le susurro. No quiero que se lastime en mi
nombre—. Preocúpate por ti mismo.
Él mira con enojo, pero se queda en silencio mientras el

coronel Ano toma mi brazo izquierdo y Ben Dover toma mi
derecho. Me llevan a mi habitación. Bow ya está allí y todavía
está drogada, pero ahora está en su cama, sus muñecas y
tobillos encadenados a los postes con puños que brillan más
que una lámpara. Encadenada.
Vans entra a la habitación detrás de mí. Se me revuelve

el estómago, como si estuviera tratando de hacer mantequilla
a partir de la bilis, pero me trago las súplicas de misericordia.
Este hombre no tiene ninguna.
Me mantienen inmóvil mientras camina delante de mí.

—Ten, Ten, Ten, —dice y suspira pesadamente—. Siempre la
niña problemática. ¿Por qué me obligas a hacerte daño?
—Tu elección. Tus acciones. No intentes echarme la

culpa a mí.
—Esta no es la forma en que me gusta tratar a mis

pacientes, pero estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario
para salvarte del Reino de muchos fines... o una eternidad
como esclava troikana.
—No estás firmado. —Debe ser así—. He escuchado que

les dices a otros niños que harás cualquier cosa para salvarlos
de la eternidad como un dron Myriad, una de las innumerables
almas que sobre-pueblan un reino moribundo.
Él se encoge de hombros. —Lo que es correcto para uno

no es lo correcto para otro.
¡No! Tiene una respuesta para todo y aunque suena

bien, me estremezco como si rascara sus uñas sobre una
80
pizarra. Tiene que haber un derecho absoluto o no hay un

absoluto error.
Este lugar está mal.
Este hombre está equivocado. Él confunde y se distrae

sin lamentarse, se preocupa más por un beneficio monetario
que por la salud a largo plazo de los niños bajo su “cuidado”.
Troika me diría que lo perdonara.
Myriad probablemente me diría que atacara sin piedad.

Ese. Me gusta eso. Golpea antes de que pueda golpearme.
Con un rugido, me lanzo contra él. Los guardias me

mantienen en su lugar, apretando mis hombros tan
bruscamente que las articulaciones casi salen de su lugar.
Lanzas de dolor a me atraviesan, y por un momento, veo
estrellas. No me importa. Lucho con todas mis fuerzas,
desesperada por alcanzar mi objetivo.
—¿Obtuviste tu título en Psicología con descuento? —Le

lanzo—. Solo haces la mitad de la diferencia e incluso entonces
es mala.
¡Golpe directo! Un músculo se flexiona en su mandíbula.
Otros dos guardias entran a la habitación. D-bag y

Titball. Qué triste. No camarada Douche hoy.
—A tiempo, —dice Vans, regodeándose ahora.
Ambos hombres llevan un balde de agua y un trapo. Se

detienen frente a mi pared cubierta de sangre y sumergen los
trapos en el agua…
Entendiendo, y jadeo de horror. No, mi calendario no,

cualquier cosa menos mi calendario. Esos números han sido
la única constante en mi vida. Mi único amigo. No puedo
perder a otro amigo.
81
—Discúlpate por insultarme. De rodillas, —dice Vans—.

Pensaré en olvidar tu comportamiento hoy.
Yo realmente lo considero Mis números... no son solo

mis amigos, sino mi única distracción de los horrores del
manicomio. Mi única esperanza real. A través de ellos puedo
ver la luz al final del túnel. Mi próximo cumpleaños... y mi
último escape.
Pero. Siempre hay un, pero conmigo, ¿no? No podré vivir

conmigo misma si le doy a este hombre, esta parodia de un ser
humano, lo que él quiere. Porque, si lo hago, la luz al final del
túnel ya no será tan brillante.
Bloqueo mis rodillas, permaneciendo en mis pies. —Muy

bien. —Asiente, casi anticipando.
Los guardias comienzan a lavar las líneas y mi horror se

renueva y se redobla.
No estoy lista para decir adiós. —Detente. Por favor.

¡Tienes que parar! —Pateo mis piernas, pero estoy fuera de
combate— ¡No tienes derecho a destruir mi propiedad!
Continúan lavando y mi dolor emocional es peor que

cualquier dolor físico que haya sufrido. La carne sana. El alma
puede pudrirse.
—Si no quiere perder nada más que valores, señorita

Lockwood, debe abandonar Prynne. Es así. Todo lo que tienes
que hacer es firmar con Myriad, —dice Vans, y los guardias
hacen una pausa—. Nada ha sido más fácil.
Una gota carmesí de agua gotea por la pared. Una

sangrienta lágrima. Mi hermoso calendario se está muriendo,
y con una sola palabra tengo el poder de guardar lo que queda
de eso ¿Cómo puedo simplemente decir la palabra?
Decir que sí. Sí, sí, sí.
82
¿Ves? No es difícil
La palabra burbujea... —No, —termino diciendo—. No,

no firmaré. —¿Qué pasa conmigo?
Vans vibra de rabia, pero rápidamente logra calmarse.

—Sé que eso no es lo que planeaba decir, señorita Lockwood.
Última oportunidad. Firma con Myriad.
Luz de luna... castillos... y un día, un regreso a la Tierra

de la Cosecha, fusionada con otra alma... viviendo mi destino...
Puede ser igual de correcto.
La luz del sol... flores silvestres... una eternidad de

descanso después de cumplir con mis deberes del pacto... mis
propios errores...
La luz trae la visión.
En este momento, preferiría saber la verdad: ¿quién

tiene razón y quién está equivocado?
Prefiero no arruinar mi futuro. Como he aprendido, la

decisión equivocada puede llevar a un camino con más golpes
y depresiones de las que estoy equipada para manejar. Puede
costar mucho más de lo que estoy dispuesta a pagar.
—No lo haré, —grité entre los dientes apretados. No

puedo permitir que un dolor momentáneo eclipse una decisión
eterna. Los sentimientos son fugaces, no importa cuán
terribles parezcan; nunca duran, siempre cambian. Un pacto
es para siempre.
Vans me maldice. D-bag y Titball regresan al trabajo. Me

quedo quieta y en silencio, viendo como cada línea preciosa
desaparece.
Cuando no queda nada, el grupo se va, aunque Vans

hace una pausa en la puerta para decir: —Quiero ser su
83
abogado, señorita Lockwood, y sin embargo usted insiste en

convertirme en su enemigo.
—Insistes. —Mis ojos se llenan de lágrimas. Parpadeo,

negándome a darle a este hombre la satisfacción de saber que
me rompió—. Simplemente te obligo.
Toca con los dedos el marco de la puerta, la única

indicación de que su irritación no se ha desvanecido. —Tal vez
algún día Myriad decidirá que no te quieren, después de todo.
Algo así como cuando tus padres decidieron que no te querían,
¿verdad?
Un dolor agudo casi divide mi pecho. Vans sabe cómo

herir para obtener el máximo daño. —¿Alguna vez la tortura
ha funcionado contigo? —pregunto, pero ya sé la respuesta. He
notado el cambio rápido. La mayoría de los niños se quedan
solo un mes o dos.
—Con frecuencia.
—Los derechos pueden ser igualitarios, ¿eh?
Mi burla hace que toque más rápido. —Una decisión

puede cambiar sus circunstancias, señorita Lockwood. Solo
una.
Le sonrío demasiado dulcemente. —Una bala puede

cambiar la tuya.
La sonrisa que me da es igual de dulce. —Hasta este

punto, he sido fácil contigo. Sigue empujando y verás lo peor
que puedo hacer. —Metió la mano en el bolsillo y arrojó lo que
parecía ser un botón negro hacia mí. Un botón que golpea el
suelo porque ni siquiera intento atraparlo—. Casi lo olvido.
Esto es de tu madre.
¿Por qué me daría un botón?
84
Él finalmente se va, encerrándome dentro de la

habitación.
Mis lágrimas anhelan liberarse y mis rodillas tardan en

doblarse, pero mantengo mi actitud dura como las uñas. Las
cámaras...
Con una mano temblorosa, levanto el botón. Un destello

escrito, me doy cuenta. Una forma de enviar un mensaje
grabado. Ahora estoy aún más confundida. ¿Qué quiere
decirme la madre que me abandonó, que no me visitó durante
siete meses?
Haciendo caso omiso de una oleada de ansiedad, tengo

que saber, ahora, ahora, ¡ahora! Me guardo el dispositivo en
mi bolsillo y me tropiezo con Bow para comprobar que los
grilletes no tengan cerraduras. No encuentro ninguno. Bueno.
Puedo liberarla, pero oh, va a doler.
Qué es un poco más de dolor, ¿verdad?
La parte exterior de ambas esposas está caliente y siseo

cuando presiono el botón de liberación de cada uno, siete
ampollas decoran mis dedos y mis palmas.
El resplandor del metal disminuye, las agujas en el

interior de cada dispositivo se desprenden del hueso y salen de
su piel.
Clink, clink. Las esposas se caen, pero ella no se

despierta. Me alegro. No estoy de humor para tratar con ella.
Con una maldición, me vuelvo hacia mi colchón chillón

y miro al techo. La vida apesta.
Un grito apagado de repente retumba desde el suelo y

me sobresalto. No es Clay, no es Clay, no es Clay. Ella está a
salvo. Lo logró.
85
¿Lo haré yo?
El destello escrito prácticamente está quemando un

agujero en mi bolsillo, mi afán sobrepasándome. Retiro el
dispositivo y presiono mi pulgar en la parte superior. Tan
pronto como mi impresión se registra, la voz de mi madre llena
la celda.
—Hola, Ten. Apuesto a que nunca esperabas saber de

mí, ¿eh? —Mi corazón golpea contra mis costillas y mi intestino
se aprieta.
—Sé que no he ido a verte nunca, pero hay una muy

buena razón para eso. Un hermoso secreto. Uno que me
enseñó a ser madre otra vez. Lo siento, dulce niña. Lo siento
por todo y te amo, realmente lo siento. Tu padre también te
ama, pero tiene miedo de perder su trabajo y... bueno. Ese no
es tu problema pronto iremos a visitarte, y espero que te
llevemos con nosotros cuando nos vayamos.
La esperanza estalla, solo para morir una muerte rápida.

Este es un truco. Tiene que serlo.
Un bebé llora en el fondo. Mi madre dice: —Shh, Shh, —

como si hubiera un ser humano con ella en lugar de un
televisor y frunzo el ceño. A nadie menor de dieciocho años
además de mí se le ha permitido entrar a la casa. La regla de
mi madre.
Y lo entiendo. Ella prefiere no mirar lo que no se le

permite tener: otro niño. Ella quiere uno tan fervientemente
como yo quiero un hermano, alguien que me ame
incondicionalmente, solo porque soy yo, no por lo que puedo
hacer. Pero, hace mucho tiempo, los reinos hicieron un trato
con los gobiernos humanos. Para evitar la sobrepoblación en
Segunda Vida, donde los espíritus pueden vivir durante siglos,
incluso milenios, hay un límite de un niño por familia durante
86
la Primera Vida. A cambio, los reinos comparten su tecnología

avanzada, como este destello escrito.
Mi madre se aclara la garganta. —Me tengo que ir,

cariño. Sé que te jodí, pero voy a darle una vida mejor a mi
hijo. Tienes mi palabra.
¿Por qué la vacilación antes de niño?
Lanzo el dispositivo a través de la habitación. Ella no me

ama. No puede. Y no hay forma de que mi padre me quiera.
¿Estás segura de eso?
Un recuerdo toma el centro del escenario en mi mente.

Mi padre me lleva sobre sus hombros mientras estiro mis
brazos sobre mi cabeza, haciendo mi mejor esfuerzo para
capturar una estrella en el cielo.
—Casi lo tengo, —dice riendo.
Mi madre aplaude y me dice: —Puedes hacerlo, dulce

niña.
Muy bien, tal vez me amaron una vez. La emoción se ha

marchitado. Como mi corazón.
Un gemido escapa de Bow. Un segundo después, ella

aparece balanceándose, jadeando por respirar. Su mirada está
lejos de estar desorientada ya que encuentra la mía.
—¿Estás bien?
¿Su primer pensamiento es de mi bienestar? Aunque no

hice nada mientras los guardias la golpeaban. Mi culpa regresa
—Estoy bien. ¿Y tú?
—Bien, no gracias a Killian.
Recuerdo la forma en que pasó de ella. —¿Qué hizo?
87
—No importa. —Ella juega con el borde de su manta—.

Vans tiene razón, sabes. Al menos sobre esto. Una decisión
puede cambiar tus circunstancias.
—Lo sé, pero… —Espera— ¿Cómo sabes lo que dijo?
—El cuerpo, quiero decir, mi cuerpo, podría haber sido

drogado, pero todavía estaba al tanto.
¿Cómo se las arregló? Me han drogado antes, y estaba

fuera de combate.
—Firma con Troika, Ten. —Esos ojos de cobre me

imploran—. Nunca te arrepentirás.
—Pruébalo. Dame una garantía.
—¿Mi palabra no es lo suficientemente buena?
No. —¿Por qué me quieres, de todos modos? ¿Por qué

me quieren ellos?
Ella inhala profundamente, exhala bruscamente. —

¿Alguna vez has oído hablar de un conducto?
—Sí. Alguien o algo usado como medio para enviar algo

de un lugar o persona a otra.
—Bien. Y en Troika, un conducto es el tipo más alto de

General, solo superado por el Rey. Los conductos son raros y
preciosos, potentes tanto aquí como allá. Absorben la luz solar
de la Tierra, que es más que calor e iluminación y dirigen los
rayos hacia el reino. Hay rumores sobre ti, —dice, solo para
callarse.
—¿Rumores sugiriendo que soy un conducto? —

¿Alguien raro y precioso? ¿Poderoso? Me río de lo absurdo—.
Incorrecto.
—¿Cómo lo sabes?
88
—Mejor aún, ¿Cómo lo saben ellos?
—Como tú, no tengo todas las respuestas. —Suspira—.

Olvidémonos de lo del Conducto. Hay mucho sobre ti para
admirar. Cuando peleas, vas a las bolas contra la pared.
Cuando crees en algo, como tu derecho a elegir no puedes ser
sacudida. Eres muy terca. Y ya sea que lo admitas o no, nunca
estarás bien con la forma de vida de Myriad, la fuerte
aceptación de los débiles.
—No puedes saber…
—Puedo. Porque eso es lo que está sucediendo aquí, y lo

odias.
—No todos los seguidores de Myriad son así. —James

nunca tomó sin preguntar—. Al igual que no todos los Troikan
son indulgentes.
Ella se pellizca el puente de la nariz en un alarde de

fatiga. —Sí. Ahí está eso. Intento recordarme que todos han
sufrido daños y nadie es perfecto. Excepto yo.
Al menos ella no trató de negar los problemas. —Ambos

reinos necesitan un cambio de imagen de la personalidad. —Y
la idea de hacer la diferencia en uno... me intriga.
—Un cambio de imagen de cualquier tipo requiere las

herramientas adecuadas, cariño. Y talento.
—¿Estás diciendo que actualmente carezco de

herramientas y de talento?
—Oh Dios. Ya me entiendes. —Compartimos una

sonrisa.
Pero su diversión no dura mucho. —Firma con nosotros,

Ten, y serás uno de los míos. Te sacaré de aquí.
—¿Uno de los tuyos?
89
—Mi amiga. Un miembro de mi equipo. Mi familia. Esos

que protejo, cueste lo que cueste.
Me río, aunque, en el fondo, la necesidad de pertenecer

a alguien me atormenta.
Ser atendido y, finalmente, amado de verdad... ser el

primero y no el último. —Créeme. No soy alguien que quieres
en tu familia. Soy malas noticias. Todo lo que toco se convierte
en óxido. Y seamos realistas. Ni siquiera puedes protegerte. No
aquí, no todo el tiempo.
—¿Esto? —dice, haciendo un gesto para sí misma, luego

la habitación que nos rodea— ¿Qué ves? Ni siquiera está cerca
de la realidad. Deja de confiar en tus ojos y comienza a
escuchar tu corazón. Ve más de lo que siempre harás.
—Corazón... ¿cómo en las emociones? —Troika

generalmente está más preocupada por la ley.
—Corazón, como en espíritu. El verdadero tú.
Solo es eso. ¿Quién soy? ¿Ten? ¿O fusionada con alguien

más?
Mi madre una vez especuló sobre mí otra mitad. Con la

forma en que actúa Myriad, dijo, debe ser alguien poderoso.
¿Cómo sabes que estoy fusionada? Recuerdo haber

preguntado.
Todos están fusionados con alguien, dulce niña. Es una

forma de dar a los que firmaron originalmente con Troika una
segunda oportunidad... una forma de darles a quienes
firmaron con Myriad la oportunidad de ganar más almas.
Antes de todo esto, era pro-Myriad todo el tiempo. Los

cuentos de hadas que tejió sobre una tierra encantada donde
la luz del día nunca se inmiscuye y la bola real nunca se
90
detiene, donde los castillos a la luz de las velas son viviendas

estándar y casarse con un príncipe es una posibilidad muy
real, me cautivó.
¿El sucio y pequeño secreto que me ocultó? Una parte

de mí siempre ha sido Troika.
¿El reino está empobrecido? ¿La luz del sol siempre

brilla? ¿Los hogares son básicamente cajas de cartón? ¿O es el
sol brillante y glorioso, que ofrece una calidez reconfortante?
¿El dulce aroma de las flores silvestres satura el aire?
Mi ex TL me dijo que el engaño es la mejor arma de

Myriad. El lobo hambriento escondido bajo la piel de un
cordero. No he tenido noticias suyas desde mi
encarcelamiento.
Para consternación de mis padres, es ilegal evitar que

un Obrero hable con un candidato potencial si dicho candidato
está dispuesto. No importa el reino del Obrero.
En su mayoría, había ignorado mi TL, no quería causar

problemas en casa... hasta que una amiga admitió que había
firmado con Troika. En un momento de sorprendente claridad,
me di cuenta de que, para todos los efectos, éramos enemigos.
Se esperaría que la excluyera de mi vida. Incluso que la odiara.
Quería saber por qué. Así que me arriesgué al castigo

por fin, yendo a un centro Troikan, donde los seres humanos
que necesitaban ayuda podían solicitar una reunión con un
TL.
Antes de separarnos, el TL asignado a mí me hizo una

pregunta que crujió a través de una capa exterior dura que no
sabía que había erigido.
¿Estás viviendo el sueño de tus padres... o el tuyo?
91
Entonces me burlé de él, pero esa noche y después de

todas, me pregunté... ¿Por qué creo lo que creo? ¿Qué es
verdad y qué es mentira? ¿Qué es real? ¿Qué me hace correcta
y tantos otros equivocados? ¿Qué pasa si estoy equivocada?
El astuto bastardo había plantado semillas de duda en

la rica tierra de mi cerebro, y cuanto más buscaba respuestas,
más se regaron las semillas... más fuertes crecieron. Ahora las
hojas son tan gruesas que no puedo ver más allá de ellas.
Si estoy fusionada, no soy yo. Soy parte de alguien más.

O varias personas más. Pero si soy yo, soy el único responsable
de mis problemas. ¿Quién quiere joderse así?
¿Pero lo que más me pregunto? ¿Tengo un destino

establecido o puedo cambiarlo? En otras palabras... ¿puedo
estropearlo peor?
92
Capítulo Cuatro
Lo que no es, siempre es lo que se supone que es.
-Troika-
Lo miro. En el almuerzo y la cena de ese día, miro a

Killian. Cuando habla con las chicas, parece completamente
absorto en la conversación, como si cada palabra que se
hablara fuera un secreto que él tuviera que saber. Y las chicas
se lo comen. Las hace sentir especiales, puedo decirlo. Se
arreglan por él. Pero esas chicas... no son especiales para él.
Puedo decir eso, también.
Es muy consciente del mundo que lo rodea, su mano

nunca está lejos de su bolsillo, como si tuviera un arma
escondida dentro. Como si esperara ser emboscado en
cualquier momento. Como si quisiera ser emboscado.
Cada vez que la niña mira hacia otro lado, lo que no

sucede a menudo, su mirada me encuentra. Me guiña un ojo.
Él sabe que lo estoy mirando y quiere que yo sepa que él lo
sabe.
Su confianza le presta un aura de poder y, por favor,

alguien por favor ayúdeme, lo admiro.
93
Más tarde esa misma noche, Vans hace lo que prometió

y organiza mi “cita” con Killian. El doctor está mejorando su
juego.
Primero, la enfermera Ratched entrega un vestido a mi

celda. Un vestido rosa. Rosado. Con volantes y encaje. Hice
una mueca. Seré la princesa más bonita del asilo.
Sus palabras de despedida son a la vez una amenaza

(para mí) y un triunfo (para ella). — Puedes usarlo... o puedes
ir desnuda. Tu elección.
Una neblina roja desciende sobre mi visión. Una elección

que no es realmente una elección es una violación de mis
derechos.
¿Qué derechos?
—Wow, —dice Bow, mirándome después de haberme

cambiado—. Una sesión de besos no sería una lástima hoy.
—Um. ¿Gracias? —Aliso mis manos sobre la tela

ultrasuave—. Me siento ridícula.
—¿Cuál es el motivo?
Mientras explico la sesión de terapia de hoy, sus ojos se

estrechan.
—Hijo de un Myriad troll, —murmura. Ella está tendida

sobre su cama—. Me pregunto cuánto tuvo que pagar el señor
Flynn por ese privilegio.
Abrí mis brazos de par en par. —¿Porque quererme es

completamente inviable?
Ella cierra los ojos mientras niega con la cabeza. —Lo

siento. Lo siento. Eres caliente. Eres increíble y sé que él ansía
probarte. ¿Quién no? Pero es un pedazo de escoria y siempre
tiene motivos ocultos.
94
Una disculpa gruñona, pero una disculpa, no obstante.
—Estás perdonada. Supongo. —Quiero decir, incluso me

pregunto por qué Killian ha vuelto su mirada depredadora
hacia mí—. Cuéntame tu historia con el tipo.
Ella gruñe bajo en su garganta. —Apesta. Esto es todo

lo que necesitas saber.
Esta chica ha abierto repetidamente mis secretos con

una palanca. No puede mantener los suyos. —¿No quieres
ayudarme a construir defensas adicionales contra él?
—¿Están tus defensas actuales en peligro de

desmoronarse?
No absolutamente no. Pero... —¿De verdad quieres

correr el riesgo? Hay algo acerca de él...
Ella me señala con el dedo. —¿Es eso una falta de aliento

lo que oigo en tu tono, Lockwood?
—¿Qué? ¡No! ¿Yo? ¿Jadeante? ¡Nunca! Soy tan dura

como el acero.
Ella golpea su colchón, los resortes chirrían. — Quieres

detalles, está bien. Apuñaló a su mejor amigo por la espalda
¡dos veces! Es egoísta y cruel. Usa a las chicas para obtener lo
que quiere y luego las descarta.
—¿Eres una de las chicas que usó y descartó? —

pregunto suavemente.
—¡No! ¡Bruta! Nunca he estado esperando sus bollos. —

Ella se estremece—. Es solo que... él dormirá contigo y te
dejará con el corazón roto entre los escombros en los que se
convertirá tu vida.
95
Bow, que obviamente está predispuesta, probablemente

haya visto una versión distorsionada de la verdad. Ella nunca
ha visto el corazón de Killian.
O tal vez estoy poniendo excusas para el tipo.
—Si bajar y ponerse caliente es su objetivo principal, soy

la última chica a la que debe apuntar. —Poseía el sentido
común y los medios para detener a James cada vez que sus
manos vagaban por mis hombros y lo amaba. Y a diferencia de
Killian, James me miró como si me adorara. Él sonreía
conmigo, no a mí. Susurraba cosas hermosas en mi oído...
Adorable.
Tan suave.
Tan perfecto.
Había estado tan hipnotizada como estaba nerviosa.
—Nunca diré que sí, —agregué.
—Últimas palabras famosas. Si te sientes tentada,

recuerda que Killian es egoísta en la cama, —dice Bow, tan
suavemente como si estuviéramos discutiendo nuestro tipo de
donuts favoritos—. Oh. Y escuché que la tiene pequeña. Como
un micropene de pequeño.
Pongo los ojos en blanco. —¿Puedes decirme algo sobre

él que no tenga nada que ver con el sexo?
—De acuerdo. Para empezar, piensa que se ha metido en

esto porque te enamorarás de él y harás lo que sea para pasar
la eternidad con él.
—¿Por qué le importa tanto? Él es humano. Si firmo con

Myriad para estar con él, ningún chico va a tener en cuenta mi
decisión, porque tampoco tienen una garantía-, no será
recompensado.
96
Ella se pone de pie y se acerca para acariciarme la

mejilla. —Guau. Eres como una chica súper ingenua.
En el fondo de mi mente, noto la temperatura de su piel.

Al igual que James, ella es demasiado fría, como si fuera
incapaz de absorber el calor.
Trata de calentarme, solía decir James.
—Entonces... ¿Killian será recompensado? —pregunto.
—Bueno sí. Todo lo que hacemos tiene una

consecuencia. Bueno o malo. En Primera Vida y Segunda Vida.
—Ella inclina la cabeza y me estudia con más atención—
¿Quién es tu ML?
—Siempre he tenido dos a la vez. Muchos han venido y

se han ido, pero uno siempre ha permanecido igual. Madame
Pearl Bennett. —Una rubia impecable con una cálida sonrisa.
El disgusto oscurece las facciones de Bow. —Madame es

el título para un Líder, que está un paso por encima de un
Obrero.
—Sí. —Un hecho que le había señalado a Madame

Bennett tan pronto como supe sobre las diferentes posiciones.
Ella sonrió dulcemente y dijo: Tú, mi belleza, eres especial.
Quiero supervisar tu caso yo misma.
Pregunté qué me hacía tan especial y su sonrisa solo

había crecido. Me recuerdas a alguien que amaba y me
gustaba, harías grandes cosas para nuestro reino.
La había adorado. Antes. Ella fue quien les dijo a mis

padres que me enviaran a Prynne. Los escuché hablar. Al
principio, mi padre se resistió la idea. Cuando Madame le
prometió que la experiencia me endurecería, me ayudaría a
convertirme en la persona que debía ser, y me sacaría de mi
97
irritante negativa adolescente a firmar con Myriad, finalmente

cedió. Entonces él convenció a mi madre.
— Bueno, —dice Bow, y no puedo decir qué emoción está

proyectando. Solo sé que es negativa—. Debes ser tan
importante para Myriad como lo eres para Troika. Nadie que
yo conozca ha tenido nunca dos ML.
Yo tampoco. Pero... —Myriad no tiene conductos.
—No, tienen Abrogados. Aquellos que extinguen la luz.

Las personas más poderosas en su reino. —Ella me mira—. Si
firmas con Myriad, no solo negarás al Conducto de Troika, sino
que también drenarás los conductos que tenemos.
Me froto la parte de atrás de mi cuello. —¿Qué pasaría

entonces?
—Troika se sumergiría en la oscuridad junto a Myriad.

Es lo que el otro reino siempre ha querido. Es por lo que
siempre hemos peleado. —Bow se muerde el labio inferior—
¿Estás segura de que puedes resistir los... encantos de Killian?
—Definitivamente. —Sus ojos hacen que mi sangre

cante...— Posiblemente. Con suerte. —Su boca y sus
insinuaciones descaradas hacen que mi sangre hierva...—
Definitivamente.
Ella exhala un fuerte suspiro. —¿Tienes alguna

experiencia con el sexo opuesto?
—He tenido novio, —le digo, de repente a la defensiva.
—¿Aquí? ¿Era humano?
—Por supuesto.
—¿Cómo lo sabes? —pregunta.
98
—¿Cómo no lo voy a saber? Me permitieron tocarlo. —

Todos los trabajadores llegan a la Tierra con una caparazón,
una caparazón externa humanoide que de alguna manera hace
que un espíritu sea tangible para el mundo físico.
A pesar de esa tangibilidad, tenemos prohibido tocar las

caparazón por algún motivo. ¡Sin que me digan por qué!
Ella se cruza de brazos. —¿Cómo era él? ¿Este novio?
—Su nombre era James. Lo conocí mi primera semana.

Me trajo comida cuando estaba muerta de hambre y me salvó
cada vez que me golpeaban. —¿El verdadero milagro? En la
tranquilidad de la noche, me hacía reír— ¿Por qué la
curiosidad sobre él?
—Bah. Soy una entrometida, ya lo sabes. ¿Era un

Nofirmado?
—No. En secreto, era partidario de Myriad: — Vans lo

habría despedido si lo hubiera sabido, —pero rara vez hablaba
de asuntos del reino conmigo. Me vio no como un potencial
para cualquier reino.
—Ah. —Hace una mueca mientras asiente—. Estaba

haciendo una gran estafa.
—¿Disculpa? ¿Qué significa eso?
—La gran estafa requiere más planificación y

preparación. Una ventana más larga de interacción con un
objetivo, así como un período de tiempo más largo para
ejecutar el objetivo principal: firmarte.
La cólera al rojo vivo chispea. —No todos están

obsesionados con la eternidad.
—Sí, pero ¿el tipo que afirmaba amarte no querría que

estuvieras con él para siempre? Y una vez mencionaste las
99
bonificaciones... Apuesto a que tanto el personal como los

reclusos las recibirán.
Ella... ella... ¡Oh! ¡Ella me está fastidiando!
—¿Qué más te gustó de él?
—Que te jodan. Ya he terminado con este tema.
Hace un movimiento con su mano, toda la reina desea

que continúes. —¿Era del personal o recluso?
—Personal. Y vivió para mí, luego murió por mí. —

Aparentemente no he terminado con el tema. Mi barbilla
tiembla, mi tono defensivo resuena en mis oídos. —Fue
asesinado cuando ayudó en mi intento de fuga.
Han pasado nueve meses desde que el Dr. Vans le

disparó en el pecho.
Un bebé pasa nueve meses en el útero de su madre. La

frase “en la novena nube” significa ser feliz o eufórico.
Soy todo menos feliz. Tal vez debería firmar con Myriad.
Veré a James otra vez.
Parte de mí esperaba que me visitara al menos una vez.

A pesar de que los reinos afirman que los seres queridos
pueden dañar una causa mucho peor que la de un extraño,
existen leyes para prevenir las interacciones posteriores a la
muerte.
—Viste sus acciones, —dice Bow—. Pero no su corazón.
¿Habla en serio? —Las acciones revelan el corazón.
—No siempre. El engaño tiene que ver con la percepción.
Bueno. Ya está. —Se acabó este tema. —Lo digo en serio

esta vez.
100
—Por supuesto que sí. —Con un gruñido poco femenino,

cae sobre la almohada—. Eres una corredora.
Las palabras son como un golpe en el estómago. —Soy

una luchadora.
—¡Ja! Los luchadores toman una posición.
Me tiro en mi cama y miro hacia el techo, deseando

haber vivido antes de que existieran los reinos. No es que haya
habido tal momento. Hay y siempre ha habido un único rey. Él
creó tanto a Myriad como a Troika, un reino para dar a cada
uno de sus hijos. Luego creó la Tierra de la Cosecha y los
humanos. Sujetos para habitar en los reinos, después de que
eligieron un reino. Por supuesto, un hermano pronto conspiró
para destruir al otro, esperando gobernar ambos reinos y una
guerra encendida.
¿Adivinas quién dice qué hermano tiene la culpa?
Muchos fines (supuestamente) se crearon para

delincuentes, pero finalmente se convirtieron en el hogar de los
No Firmados.
—Tenley Lockwood. Se espera que estés en el campo

común. —La voz fuertemente acentuada de la mujer se
derrama repentinamente desde los altavoces colocados
estratégicamente en nuestro techo. Luego, la puerta se abre.
Bueno, cero. El tiempo ha llegado.
Me doy una charla de ánimo: una cara bonita no te

influenciará, y las palabras bonitas no te afectarán. Te
mantendrás distanciada. Ningún chico vale las penurias que
lo acompañan, no aquí.
—Ten cuidado. —La ira de Bow se agota, y la

preocupación toma su lugar— ¿Tienes bragas de acero? Si es
así, póntelos ahora.
101
Resoplo y corro al pasillo, donde encuentro a Killian

esperándome. Sus ojos no están en mí, sino en Bow, y están
crujiendo de furia. Sus manos están cerradas en puños, listas
para pelear.
Bow permanece en su lugar, mirando hacia atrás a

través de sus párpados rasgados, pero sus manos no están
cerradas y no intenta escabullirse y asesinarlo, así que lo
considero una gran mejora.
Como yo, Killian ha sido relevado de su mono. Viste una

camiseta negra y un par de jeans y ambos se ajustan a la
perfección. Quiero decir, wow. Si él era bello antes, ahora es
exquisito. Es un chico- un hombre -, sin igual.
—¿Qué edad tienes? —le pregunto.
—Diecinueve. —Cuando su mirada azul-dorada

finalmente me encuentra, me da una mirada de tiempo y
sonríe—. Por una vez, me alegro por mi falta de años.
Entonces, ¿puede anotar sin meterse en un lío

importante? —Eres un adulto legal.
—Y tú no.
Lo sé. Los opuestos se atraen.
—Quiero decir, nadie puede obligarte a hacer algo que

no quieras hacer. ¿Por qué estás aquí? —Le pregunté antes,
pero él solo me dio de comer un puñado de tonterías—. Si
quieres sobrevivir a la noche con todas tus partes intactas,
responde honestamente.
Su sonrisa regresa mientras se mete las manos en los

bolsillos y alza los hombros encogiéndose de hombros.
¡Irritante! —Sé un niño grande y usa tus palabras.
102
—Tal vez Vans me está pagando para engañarte. Eso es

lo que estás pensando, ¿verdad?
¡Sí! ¿Y si James fue pagado para hacer lo mismo? Augh!

¡Bow! Ella está en mi cabeza.
Killian me ofrece su mano tatuada. —Por cierto, siempre

debes usar rosa, muchacha.
Mi estúpido corazón tartamudea y mi estúpida mano

tiembla mientras enlazo nuestros dedos. Su piel es tan fría
como la de Bow y James. Eso es raro, ¿verdad? ¿O soy la
extraña?
—No debería tener que mencionar esto, pero oye, ¿por

qué dejar pasar la oportunidad? esta no es una cita real.
—¿No te gusta la etiqueta? Bueno. Le pondremos otro

nombre. ¿Qué hay de fiesta de pijamas para dos?
Casi me río. Casi. —No estoy usando pantalones.
—¿Calzoncillos?
—Creo que prefiero el término comando.
—Comando, lo es. Y mírame, dispuesto a ceder.

Realmente soy el tipo perfecto.
Me río esta vez. Es un descarado.
Me lleva por el pasillo, a los comunes, pero no a los

comunes que estoy acostumbrada a ver.
Un rincón de la habitación se ha transformado. Hay una

pequeña mesa iluminada por velas con dos sillas acolchadas
una al lado de la otra. Los platos de comida ocupan cada
centímetro de la mesa. Incluso hay una botella de vino y un
pastel de chocolate.
103
¡Pastel! ¿Es esto el cielo?
Killian no me lleva a la mesa. No, él me lleva hacia la

izquierda, donde hay una vista virtual sobre la pared. Una que
nunca he visto antes. Una playa iluminada por la luz de la luna
tan realista que casi puedo oler la sal y la arena.
—Vas a ir a por todas, desde el principio, —murmuro.

Las olas bailan sobre la orilla, dejando atrás espuma de encaje.
¡Pinchazos de luz se arrastran hacia las tortugas que brillan
en la oscuridad! Yo gimo de placer—. Son tan hermosas.
—¿No te encantaría sostener una?
Y y y y mi deleite se desvanece. —¿De verdad crees que

me manipularán tan fácilmente?
—Dices manipular. Yo digo recompensar. Amas el agua.

No intentes negarlo.
Me pongo rígida. O escuchaba a escondidas, lo cual no

es probable, lo habría notado cerca, o las cámaras y micrófonos
de Vans recogieron lo que le dije a Bow, y la información se le
dio a Killian.
La correa de mi temperamento comienza a

desmoronarse. Necesitando distancia, camino hasta la
siguiente pared. La gente ha montado un campamento
alrededor de un pozo de fuego crepitante, gente que está
hablando y riendo, disfrutando de Vida Eterna.
En la próxima pared, un grupo diferente está jugando

un juego que parece una mezcla de voleibol y fútbol. ¿Tackle
folleyball?
—Esto, —dice Killian, tocando el fogón—, es lo que te

espera en Myriad.
104
—A menos que Troika tenga razón, y esto, —digo,

tocando la red—, sea solo un espejismo.
Cuando no responde, me dirijo a él. Su mirada está fija

en el pozo. No, no es el pozo, me doy cuenta, sino las personas
que lo rodean. ¿Es eso un anhelo que detecto de él? ¿Tal vez
incluso un toque de envidia?
—Antes mencionaste el surf, —digo— ¿Quién te enseñó?
Un músculo palpita bajo su ojo. —Yo me enseñé.
Definitivamente he tropezado con un tema delicado. —

¿Qué hay de tus amigos? ¿Tus padres?
—¿Qué hay de tus amigos y familiares?
Oh no. No estamos jugando ese juego. —Responderé a

tu pregunta si respondes la mía.
Varios segundos pasan en silencio. Finalmente dice: —

Mi padre nunca me quiso y mi madre... —Aprieta los labios y
niega con la cabeza—. Pensé que podría, me di cuenta de que
no puedo. No haré preguntas personales y no harás preguntas
personales. ¿Trato? —Él toma mi mano y me lleva a una silla.
—Trato. —Me siento sin protestar y como mi corazón

está ansioso por él, pobre muchacho, ¡su padre nunca lo quiso!
Me recuerdo a mí misma un hecho muy importante: Killian no
es mi amigo; él es cebo.
Debo permanecer separada.
Mi boca se llena de agua, los aromas son más fuertes. —

Comamos.
Él reclama su propia silla y coloca su servilleta sobre su

regazo. — Las señoras primero.
105
—Probablemente lamentarás eso. —Lleno mi plato y un

cuenco con todo tipo de golosinas que no he tenido en más de
un año. ¡Una rebanada de pastel de chocolate, - prioridades! –
Un cucharón lleno de pollo, una rebanada de pastel de
chocolate, una cucharada de ñame, rebanada de pastel de
chocolate, dos cucharadas de puré de patatas, una rebanada
de pastel de chocolate, una bola de judías verdes mantecosas,
una rebanada de pastel de chocolate.
—¿Vas a guardar pastel para mí?
—No, en realidad, no lo haré. Es mío. —Señalo mi

cuchara en su dirección—. No lo tocas.
Él levanta sus manos, con las palmas hacia afuera. —

¿Cuánto tiempo has sido una adicta al chocolate?
—Desde mi nacimiento. La lucha es real. —Regrese mi

atención a mi tarea. Ahora. ¿Dónde estaba? Oh sí. Diez uvas,
una rebanada de pastel de chocolate, diez fresas, una tajada
de pastel de chocolate y, finalmente, para darle a esta comida
una patada saludable, una cucharada de ensalada de pasta.
¿El problema? Tengo un número impar de rebanadas de

pastel.
Continúo y tomo la porción final para igualar las cosas.
—No hay forma de que puedas comerte todo eso. —Me

sirve una copa de vino—. Eres muy pequeña.
—Comeré cada migaja. Y me gustaría beber agua, por

favor.
—Bueno, me gustaría que tu vestido se incendiara

espontáneamente, pero no siempre obtenemos lo que
queremos, ¿verdad?
106
¡Cero! O tal vez esta vez debería usar a Vans como mi

palabra favorita de maldición de cuatro letras. La mente de una
dirección de Killian me va a causar una combustión
espontánea.
¿El plan es emborracharme? ¿Hazme vulnerable a la

sugerencia?
—Soy menor de edad. —Dieciocho, la edad legal para

todo hoy en día no puede llegar aquí lo suficientemente
rápido—. Si bebo alcohol, estaría violando la ley.
—Lo siento, muchacha, pero eso suena como tu

problema.
Entonces es vino o nada. Lo que sea. Voy a sorber. No

me voy a emborrachar.
Él hace tsk-tsk. — No te veas tan triste y fatal. Dos o

más vasos de vino al día pueden reducir severamente el riesgo
de que te de una mierda.
Bonito. Acepto el vaso y pruebo por primera vez algo

alcohólico.
Mmm. El vino es sabroso. Notas de frambuesa y nuez,

dulce, pero a tierra. —Para que lo sepas, no voy a discutir sobre
Vida Eterna contigo.
—¿Qué estás dispuesta a discutir? Sabes que, no

importa. Probablemente sugieras las muchas formas de
asesinarme. —Empuja su comida alrededor de su plato antes
de fijarme con una mirada láser— ¿Qué pasaría si dijera que
tu lealtad a Myriad es una cuestión de vida o muerte?
¿Discutirías de los reinos entonces?
—Sí, pero solo para decir que estás siendo ridículo,

tratando de darme un buen argumento para que me sienta
107
importante y creer que una chica miserable puede hacer una

gran diferencia.
El mango de su cuchara se dobla. —¿Una chica

miserable? Prueba con una chica obstinada. Tu continuo
rechazo está causando todo tipo de... —Una vez más, aprieta
los labios—. Myriad obviamente te necesita. Están teniendo un
montón de problemas por ti.
Capté otro indicio de anhelo y de envidia. ¿Piensa que

nadie lo necesita, nadie se molestará por él?
Yo suspiro. Estoy leyendo demasiado en sus
expresiones, ¿verdad? Viendo lo que yo
quiero ver. O incluso un reflejo de mis propias
emociones.
—¿Qué tal si nos sentamos en silencio? —pregunto.
Una voz se derrama por el intercomunicador. —

Continuaréis la conversación sobre los reinos. —El Dr. Vans,
recordándome dónde estoy, con quién estoy y el nefasto
propósito de la noche.
Mis dedos se tensan en mi cuchara con tanta fuerza que

temo que mis nudillos se salgan de mi piel. Por supuesto, Vans
está escuchando cada una de nuestras palabras, observando
todos nuestros movimientos.
—¿Lo sabías? —Pregunto, mirando a Killian.
—No, —dice, con los dientes apretados—.

Definitivamente no es parte de mi plan.
Bueno, bueno. Una admisión absoluta de que hay un

plan.
Con la intención de ignorar a los dos hombres, balanceo

un brazo alrededor de mi plato, protegiendo el contenido, y con
el tenedor apilo una mordida tras otra. Primero, las rebanadas
108
de pastel desaparecen... seguidas rápidamente por, bueno,

todo lo demás. Cuando termino, gimo con satisfacción. Y
arrepentimiento. Lamento en gran medida. Probablemente
debería haber guardado algo para Bow.
Mientras me limpio la boca con mi servilleta, Killian se

ríe. —¿Qué? —Exijo.
—¿Ahora eres una dama?
Me palmeo el estómago. —¿Qué? Mi reloj

gastrointestinal estaba funcionando. Yo quería un bebé de
comida.
—Lo bueno es que me guardé pastel en los bolsillos.
Una sonrisa me tira de las comisuras de los labios y no

puedo evitarlo. No me gusta este chico, pero maldita sea, es
ingenioso.
Entonces recuerdo a Vans y el impulso de sonreír

disminuye.
Jadeo cuando Killian arroja un plato a la cámara

cubierta por una jaula en la esquina. Un plato que golpetea
contra el suelo sin romperse. La jaula no se rompe tampoco.
Aun así, la acción nos hace sentir mejor y compartimos una
mirada de comprensión.
—¿Qué hacemos ahora? —Pregunto.
—Podría quitarme la camisa y hacer flexiones,

impresionándote con mi fuerza masculina.
Creo que está bromeando, pero aún estoy tentada.

¿Míralo ondular y sudar? Sí por favor. Me obligo a decir: —No,
gracias. —Se me ocurre una idea, y lo hago—. Quiero hablar
sobre tus padres. —Está aquí para atraer. No puedo permitir
109
que disfrute de la experiencia, ¿verdad? — Y me apegaré a

nuestras reglas. No estoy haciendo preguntas. Estoy exigiendo.
Él mueve su lengua sobre un incisivo. —Elige un tema

diferente. De lo contrario, estarás aburrida.
—Quieres decir adorada.
Él resopla, incluso se relaja. Luego suspira, su mirada

parece perforar mi alma. —Mi madre murió antes de que
tuviera la oportunidad de conocerla, pero mi nacimiento fue
registrado. He visto el video tantas veces que he memorizado
cada detalle. Al final, ella acarició mi mejilla y me dijo que
nunca me olvidaría. Ahora me pregunto...
Un bulto crece en mi garganta. Ahora se pregunta, ¿qué?

¿Si ella está fusionada? ¿Si ella lo recuerda?
Extiendo la mano y acaricio su mano. —Lo siento por tu

dolor. —Él busca en mis ojos, ¿para qué? — Creo que te
refieres a eso.
—Sí.
Nos callamos de nuevo, pero esta vez, la conciencia cruje

entre nosotros. Cruje sobre mi piel, haciéndome sentir un
hormigueo.
—Si no vais a hablar de los reinos, vais a hacer un

ejercicio de construcción de confianza. —La voz insistente de
Vans nos hace estremecer—. Ten, ponte frente a Killian y
déjate caer hacia atrás. Killian, atrápala antes de que caiga.
Tienes que estar bromeando.
Killian levanta la mandíbula, pero se pone de pie. —Si

no estuviera ansioso por poner mis manos sobre ti, cazaría al
bastardo y lo estrangularía con sus propios intestinos.
110
Mi cerebro se concentra en un pensamiento: Killian

pronto tendrá sus manos sobre mí.
Vacié el vaso antes de ponerme de pie. ¿Qué? Estoy

sedienta. Una niebla se derrama por mi cerebro y una voz dulce
susurra, su altura es una muy buena cosa, no hay nada que
temer y tal vez deberías aferrarte a su camisa. Para el
equilibrio.
¡No! ¡Yo llamo lo llamo juego sucio!
La niebla es claramente una puta en abundancia, y

decido darle una lección dando un paso atrás... en mi silla.
Oops! Mi trasero golpea con demasiada fuerza y me
estremezco.
Killian me pone de pie. —No saldrás de esto, muchacha.

—Él me aleja de la mesa. Mientras se mueve detrás de mí, o,
mejor dicho, intenta moverse detrás de mí, me vuelvo con él.
No lo quiero a mi espalda.
Él tiene que conocer el problema, pero en lugar de

castigarme, me distrae. —¿Qué tipo de castigo te dieron esta
mañana? Me lo he preguntado todo el día.
Sus ojos azul con oro chisporrotean con una cantidad

impactante de ira. Ira en mi nombre.
Tiene una vena protectora, ¿no?
Finalmente me doy la vuelta. No me doy tiempo para

pensar en mis acciones. Aquí va nada. Yo... me apoyo... de
vuelta. Mi estómago salta en mi garganta y honestamente
espero tocar el suelo.
Él me atrapa y sonríe. —¿Bien?
111
Estoy muy aliviada, me encuentro diciendo: —Tenía un

calendario en mi pared. —RIP, calendario dulce—. Vans lo ha
lavado.
Killian frunce el ceño mientras me ayuda a enderezarme.

—¿Gritaste por un calendario?
—Bueno, era un buen calendario, —digo, a la defensiva.
—Tomó nota. —Gira un dedo, silenciosamente

diciéndome que me dé la vuelta— ¿Qué más se te ha hecho
durante tu estancia?
—Casi todo lo que puedas imaginar... Latigazos, golpes.

Incluso me han frito con una picana de ganado. —Me giro con
más facilidad esta vez—. Ah, y no nos olvidemos de la vez que
me tiraron al agua en una tabla. ¡Muy divertido!
¡Cállate! el sentido común grita Estoy compartiendo

demasiado cuando es hora de ser una cripta.
Oh, ¿a quién le importa? Este es un día maravilloso, ¡y

amo absolutamente a todos! — El Dr. ¿Vans te ha abordado
con agua? —Pregunta Killian, su voz es tan baja, tan sedosa,
estoy casi hipnotizada por eso.
—Sí. Pero aquí hay una mejor pregunta. ¿Estás listo

para mí?
—¿Alguien puede estar listo para ti, muchacha? Pero no

te preocupes No dejaré que te lastimes. Tienes mi palabra.
Contengo la respiración mientras caigo... caigo...
Killian me atrapa de nuevo. Esta vez, él me da vueltas,

para que estemos cara a cara. —¿Quieres que mate a Vans por
ti?
Tal vez. Me acerco, con la intención de revelar la

información más importante en la historia del universo: sus
112
pestañas son bonitas y me gustaría medirlas. ¿A quién estoy

engañando? Ya sé cuánto miden. Pulgadas perfectas, pero
digo, — Hay un estanque en mi cerebro y una hermosa niebla
está bailando sobre el agua.
Killian me mira como si fuera el mejor regalo de

cumpleaños. Espera. Planeaba decirle algo... —Pestañas.
— Estás borracha, —dice.
— Cómo te atreves. Probablemente esté borracha. —

Extendí la mano y tracé una yema del dedo alrededor de cada
uno de sus ojos. Pestañas suaves.
Frunciendo el ceño, él agarra mi muñeca y pone mi

mano a mi lado. —¿Por qué no peleaste hoy?
Lucha de nuevo... ¿contraatacar? ¡Oh! Furgonetas. —No

hay mucho que pueda hacer. Apuesto a que nunca has estado
en el extremo receptor de un ataque. Eres tan grande.
—Oh, he estado en el extremo receptor de un ataque. —

Su ira regresa en un instante—. También volví y le pagué mil
veces a la persona responsable.
Estoy temblando. ¿Por qué estoy temblando? —No uno

por misericordia, ¿eh?
—A los vencedores se los adora, a los fracasados se les

aborrece.
Tantas veces como he fallado en escapar del asilo y

salvarme de más dolor, bueno, debe pensar lo peor de mí. —
Voy a estar irrespetuosamente en desacuerdo contigo. Si la
victoria se logra de la manera equivocada, en realidad no es
una victoria.
113
Él arquea una ceja y se burla, —Tu opinión es muy

iluminada. —Uf. ¿Sueno como un Troikan? Bow debe estar
frotándose conmigo—. Tu turno, —digo—. Gira de vuelta.
—¿De verdad crees que puedes atraparme?
—Soy más fuerte de lo que parezco.
—Y, sin embargo, todavía no estoy tranquilo. —Giro mi

dedo.
Él gira lentamente a regañadientes. —Por cierto, la

victoria es la victoria. Termina en la parte superior, no en la
parte inferior.
—¿Además de qué? ¿La pila de desamor y sufrimiento

que dejas en tu estela?
Abre la boca, la cierra con un chasquido y cae.
Lo atrapo, pero es pesado, más pesado de lo que

esperaba. Él sigue cayendo, llevándome con él. Llegamos al
suelo y él se ríe, entonces me río. Permanecemos en el suelo
en una maraña de extremidades.
—Empiezo a pensar, —digo—. Que el poder iguala la

razón, debería significar que los fuertes tienen la tarea de
proteger a los débiles, porque los fuertes no siempre son
fuertes y los débiles no siempre son débiles. Todos tropiezan.
Y un día, cuando tropieces, y lo harás, necesitarás a alguien
que te ayude a levantarte. ¿Habrá alguien ansioso por hacerlo,
o habrá una fila de personas esperando patearte mientras
estás abajo?
Su diversión hace un acto de desaparición.

Abracadabra... ¡se ha ido! Él me mira. —He terminado con este
tema.
114
Las palabras me son arrojadas. Las mismas palabras

que le he echado a Bow cada vez que tiene un nervio; Sé que
lo he contactado, ya sea que esté dispuesto a admitirlo o no.
—Bien, voy a romper mi propia regla y discutir sobre los

reinos. —Me extiendo por el suelo, más cómoda con él de lo
que debería. Y no puedo culpar al alcohol. ¡Juego estúpido!
Killian me atrapó cuando pudo haberme dejado caer— ¿Qué te
hizo estar del lado de Myriad?
Él se apoya en los codos, mirándome con cautela. —Hay

muchas razones para hacer una lista en una sola noche.
—Dame los mejores momentos, entonces. —Cuando

niega con la cabeza, le digo— ¿Los mejores diez? ¿Los dos
primeros?
—¿Por qué molestarse? Mis razones no afectarán tu

decisión.
—¿Así que? Dime de todos modos. Tengo curiosidad. —

Lo que no se dice: acerca de ti.
Su mirada se calienta, como si escuchara lo que yo no

dije. —Uno. Estoy más a gusto en la oscuridad. Dos, Troika
afirma que la fusión del alma es una mentira, pero sé que es
real.
La emoción convierte el vino que he ingerido en

champaña, o lo que creo que es champaña, en una bebida
potente que de pronto burbujea y efervescente en mis venas.
—¿Tienes pruebas concretas? A pesar de que nadie, ni otros
espíritus han visto que esto suceda y, a partir de lo que tengo
entendido, la única forma en que las personas en Myriad saben
quién se ha fusionado con quien, es a través de cálculos
aproximados, haciendo coincidir las muertes en los reinos con
los nacimientos aquí.
115
—No tengo que ver para creer. A veces me empujan en

dos direcciones diferentes.
Espero a que diga más. No lo hace y mi entusiasmo se

esfuma.
Pisando con cuidado, recordando a su madre, digo, —A

menudo me empujan en dos direcciones diferentes, pero eso
no significa necesariamente que estoy fusionada. Significa que
estoy dividida, el potencial para el bien y el mal corre por mi
corazón.
Él me frunce el ceño. —Alguien que se niegue a ver la

verdad aceptará la mentira.
Bien. Eso es un poco profundo para un chico que se

presentó como una puta superficial. Además, es cierto. —
Alguien que acepta la mentira nunca verá la verdad.
—Tengo que estar fusionado. Mi madre tiene que estar

fusionada. —Su acento es más grueso—. Esa es la verdad.
Pobre chico, pienso de nuevo. Él se aferra a su esperanza

con todo lo que tiene. —Espero que tengas razón, —le digo y lo
digo en serio.
Él empuja mi cadera con su pie. —La mitad de las cosas

que salen de tu boca me dan ganas de golpear una pared y la
otra mitad me dan ganas de besarte... y solo a veces para
callarte.
Me tambaleo. ¿Quiere besarme? —Supongo que no te

gusta que alguien te arruine la cabeza.
—¿Es eso lo que estás haciendo?
—No intencionalmente. Tal vez. —Sus bonitas pestañas

arrojan sombras sobre sus mejillas, pero el destello de la luz
116
de las velas que se derrama de la mesa continuamente

persigue la oscuridad con vigas de oro.
Él podría ser un chico de poster para ambos reinos. En

un momento está rodeado de oscuridad, al siguiente se libera
de la oscuridad. Radiante.
Me lamo los labios y pregunto: —¿Alguna vez has estado

enamorado?
Él me da una mirada extraña. —¿Por qué quieres

saberlo?
—Simple curiosidad.
—No hay nada como la simple curiosidad. O me estás

analizando, o estás interesada en mí.
—Analizando, —me apresuro. Sí. Seguramente eso.
—Muy bien. La respuesta es sí, pero no, no te daré

ningún otro detalle. ¿A menos que estés dispuesta a
comerciar? Mi historia de vida por su acuerdo de firmar con
Myriad.
¡Cero! Estoy más que curiosa, pero su precio es

demasiado alto. —Tienes que decírmelo sin ataduras. Estamos
en una cita, ¿verdad?
—No. Estamos en un combate a muerte.
Verdad. —Entonces háblame de la chica, o sacaré tus

ojos con mi cuchara.
—Estoy bastante seguro de que te comiste tu cuchara.
Una declaración que no puedo refutar, teniendo en

cuenta que no veo el utensilio en ninguna parte.
117
Bueno. Eso es. El vino y los ejercicios de confianza me

hacen estúpida. Vamos a poner fin a esto.
Me pongo de pie, balanceándome un poco. Quiero decir,

estoy segura de que hemos desperdiciado nuestro tiempo
mutuo. Nos estamos separando. Pero él me mira, esas largas
pestañas me provocan y lo que termino diciendo es: —
Probablemente deberías afeitarte las pestañas. Me están
distrayendo. Buenas noches.
—Siéntese, señorita Lockwood —ordena el Dr. Vans—.

La cita no ha terminado.
Killian chasquea los dientes hacia la cámara antes de

levantarse. Me mira, con los párpados entrecerrados, los labios
rosados y húmedos; solo pasa la lengua por ellos. —Podría
hacerte sentir bien, Ten. Después de que estés sobria. —Y su
voz... su voz ya está en la cama, desnudo y esperándome.
No quiero un chico desnudo en la cama, esperándome.

¿Yo?
¡Oh! ¡Oh! Y su olor. El humo de turba y el brezo se

envuelve a mi alrededor, un humo delicioso que se une a la
niebla en mi cabeza.
—¿Quieres sentirte bien... no? —Él prácticamente

ronronea.
Intento no temblar. Tiemblo mucho El encantador está

de vuelta y él se ha encendido.
¿Encendido? Mala elección de frase. ¿Qué está mal

conmigo?
—Puedo sentirme bien, —le digo y dejo de respirar. Por

favor dime que no solo pronuncié esas palabras— ¿Cuánto
tiempo me harás sentir bien?
118
—¿Importa? Bueno es bueno.
Una respuesta que es más reveladora de lo que

probablemente se da cuenta. Golpeará y correrá y me dejarán
enfrentar otro rechazo. —Importa, porque yo importo. —¡A mí!
— Terminarás conmigo en el momento en que firme con
Myriad. Bueno, voy a contarte un secreto y debes guardarlo. —
Me llevo las manos a la boca y susurro gritando: — Puede que
nunca firme con uno de los reinos. —Toma eso, Vans.
Las facciones de Killian se vuelven ceñudas. —¿Por qué

te harías eso a ti misma? Muchos fines solo ofrece dolor y
sufrimiento.
—Muchos fines pueden no ser reales. —Lo aparto, pero

él es fuerte y retrocede solo porque él lo elige—. Solo quiero la
libertad de hacer mi propia elección sin interferencia. Eso es
todo.
—Tienes libertad. Tienes libertad ahora mismo. Tuviste

libertad ayer y el día antes y el día anterior a eso. No importa
dónde estés o qué estés haciendo, tienes libertad de elección.
Tienes tanto miedo de tomar la decisión equivocada, en
realidad estás estancada.
Ahora estoy asombrada. Él, el malvado encantador, lo

clavó. Tengo el poder de tomar una decisión en cualquier
momento... en cualquier momento, pero no lo he hecho,
porque dejé que mis dudas se convirtieran en arena movediza
a mis pies.
Necesito alejarme antes de arrojarme sobre él y

abrazarlo, me acerco a él. —Voy a pensar en lo que dijiste...
mañana. O tal vez el día después. Estoy con resaca.
Él me sigue, extiende la mano y separa las puntas de mi

cabello entre sus dedos. —No quiero que te vayas.
119
— Muy mal, —le digo, ahora retrocediendo ante él—.

Este combate a muerte terminó oficialmente. —Tristemente, no
gané. Pero tampoco él. Hemos llegado a un empate.
—Srta. Lockwood, —dice el Dr. Vans.
Me doy la vuelta contra la cámara, continuando por el

pasillo, en dirección a mi celda.
120
Capítulo Cinco
Tus errores no te definen, solo las emociones que sientes.

-Myriad-
No es una gran sorpresa cuando, durante los próximos

tres días, Bow y yo estamos encerradas dentro de nuestra
celda. Es mi culpa, y lo sé. (1) No firmé con Myriad durante mi
cita con Killian y (2) Insulté a Vans.
La inanición es claramente mi castigo. Bow es un daño

colateral y no hay nada que pueda hacer para ayudarla. Cada
mañana, el conocimiento me agita de nuevo.
El cuarto día, suena un golpe en nuestra puerta poco

después de que las otras chicas salgan a desayunar. Mientras
me arrastro, curiosa, el golpe vuelve a aparecer, más fuerte y
más fuerte. A través del cristal en el centro de la puerta veo la
bonita cara de Sloan.
Ella presiona un pedazo de papel contra el vidrio.

Disfrutando eh. Señala hacia abajo antes de agacharse fuera
de la vista.
Frunciendo el ceño, miro al suelo y observo, hipnotizada,

cómo una delgada barra de proteína se desliza bajo la grieta.
¡Comida! Mi boca seca como el desierto de repente gotea y mis
121
manos tiemblan cuando recojo el premio. Entonces el regalo

ha tocado el hormigón sucio. Y qué. La verdadera hambre no
es un giro en el estómago acompañado de una queja
embarazosa. La verdadera hambre te hace sentir como si las
navajas de afeitar te atravesaran el intestino. Hay una
sensación hueca que no puedes ignorar, tu cuerpo cada vez
más frío y más débil por minutos. Más débil en un tiempo y
lugar donde solo los fuertes sobreviven.
El poder iguala a lo correcto. Pero como le dije a Killian,

no debería ser así.
El hambre incluso ha hecho que Bow alucine más

vívidamente. Antes, hablaba con la pared. Últimamente, ella
gruñe al aire, diciendo cosas como: — No puedes venir donde
no estás invitado, Vete! y No estás recibiendo esto, polla.
Para cuando me enderezo, prácticamente llorando con

alivio, vigilando las cámaras, Sloan se ha ido.
Admito que estoy tentada de atesorar cada mordisco,

pero ya tengo suficientes culpas. No necesito agregar codiciosa
y egoísta a la mezcla. Estoy temblando al dividir la barra y
arrojar la mitad a Bow.
Su boca forma una pequeña O. Está acostada en su

cama, con las sábanas dobladas a sus pies. —¿Estás
compartiendo conmigo?
—Dices eso como si me hubiera quejado de que has

estado usando la mitad de nuestro aire. —Metí la barra en mi
boca, mis ojos se cerraron en éxtasis mientras masticaba y
tragaba. Oh wow. Oh sí. Le debo mucho a Killian. Mi hambre
se alimentaba de mi esperanza, cada día se volvía más
deprimente que la anterior. En este momento, podría cantar y
bailar a través de la celda como una maldita princesa de
Disney.
122
Creo que también le debo a Sloan. Arriesgó ser castigada

por ayudarme. Espera. ¿Por qué arriesgó ser castigada? ¿Y por
qué Killian la envió, de todas las personas? ¿Son los dos
amigos ahora? ¿Más que amigos?
Mis manos se curvan, mis uñas clavándose en mis

palmas.
—Has estado bebiendo el agua de la ducha. —Bow

todavía suena sorprendida.
—También tú. —Si Vans apaga nuestras tuberías, y

tengo la sensación de que será su próximo movimiento, nos
veremos reducidos a beber del inodoro.
—Estás consumiéndote mientras tengo recursos sin

explotar. —Pasa una mano sobre su vientre redondeado antes
de tirar su ración hacia mí—. Aquí. No tengo hambre.
¿Cómo puede?
Lo que sea. No voy a discutir con ella. Yo devoro la

ofrenda.
Ella ancla sus manos detrás de su cabeza y me mira. —

Sé que tus padres quieren que firmes con Myriad, pero ¿por
qué te envían a un lugar como este para hacer el trabajo?
—Mi padre está desesperado. Él ama su trabajo y el

dinero que gana, el poder que tiene.
Si firmo con Myriad, tal vez pueda hacer que cambien su

lema / consigna / lo que sea. Yo iría con... No sé... ¡Compartir
es cuidar! La idea me hace sonreír.
—¿De verdad pensó que pagarle a alguien para que te

pegara hasta la sumisión era la solución perfecta? —Ella
resopla— ¿Te conoció?
123
Subo mis hombros. —El miedo hace que la gente sea

estúpida.
—Por supuesto. El miedo destruye la esperanza siempre

es la respuesta.
Me gusta eso. —Cuando era niña, mi madre solía decir

algo similar. Ella creció con sus padres eran de Troikan.
Bow se anima. —¿Qué hizo que firmara con Myriad?
—Mi padre, en su mayoría. Oh. Y la rigidez de la ley de

Troikan. Ella se quejaba mucho.
—Bueno, no creas en la exageración. Ninguna

civilización puede prosperar sin reglas de conducta y todas las
nuestras pertenecen a una de tres categorías. Rey, reino y yo.
Pero todo se reduce a esto. Trata a los demás como quieres que
te traten, no guardes rencor.
Un tri-nivel de reglas... que tiene sentido. Troika

significa un grupo de tres personas que trabajan juntas,
especialmente en una capacidad administrativa o gerencial. Mi
mente obsesionada con los números hace la conexión y me da
un poco de emoción.
—En una palabra, —digo—, amor incondicional.
—La base de todas las cosas buenas. —Vergonzosas,

agrega—. Como habrás notado, a veces tengo un poquito de
problemas con el resentimiento.
—Sí, pero aparte de eso, pensé que Troika era anti-

emoción.
—Nadie está contra la emoción. —Cruza los brazos sobre

el pecho—. Los sentimientos importan, pero pueden cambiar
en un abrir y cerrar de ojos, convirtiéndolos en una guía poco
confiable.
124
Por el intercomunicador la voz habitual anuncia: —

Tenley Lockwood. Tus padres te están esperando en la oficina
del Dr. Vans.
Me tenso con nerviosismo, tal vez incluso un poco de

ansiedad. ¿Mi madre realmente cumplió su promesa?
Mi padre me ha visitado una vez cada dos meses.

Cuando le pregunté por mi madre, él dijo: —Actualmente
estamos separados, viviendo separados. Ella decidió que la
reclusión es mejor que la familia.
Ella lo dejó... y a mí.
Bow se pone de pie. —Si en algún momento decides que

Troika es el lugar para ti, verbaliza tu lealtad. Eso es todo lo
que tienes que hacer. Tu palabra es tu vínculo.
Correcto. Troika ofrece los mismos términos para todos.

Parte de la cosa “sin excepciones”.
—El reino te proporcionará atención médica, educación,

terapia cuando sea necesaria, asistencia financiera e incluso
servicios de protección si lo solicitas, —agrega.
Creo que prefiero el MO de Myriad. Ofrecen diferentes

paquetes y bonos. Si quieres más grande y mejor, tienes que
trabajar para ello. Pero mayor riesgo, mayor recompensa.
Ella me da una palmadita en el hombro. —No te

preocupes. Estaré contigo en espíritu. —Hay un hilo de
diversión en su voz. Un hilo que no entiendo.
Lo que sea. El terror reemplaza mi ansiedad, mi sangre

se transforma en combustible cuando me acerco a la puerta.
Todo lo que necesito es una cerilla y me prenderé fuego y
arderé. La cerradura se desengancha, la abertura del bloque
de metal, lo que me permite entrar al pasillo.
125
Nadie me está esperando. Sabiendo que estoy siendo

observada en un panel de monitores, me dirijo a la izquierda,
serpenteo alrededor de una esquina, puenteo los espacios
comunes vacíos y entro en la atestada cafetería, donde el olor
a agua sucia me hace la boca agua. Realmente, la barra de
proteína fue solo un aperitivo.
Cuando veo a Sloan, le doy las gracias, pero rápidamente

aparta la vista.
Busco a Killian, encontrándolo fácilmente cuando él se

para. Nuestras miradas se fusionan. Él es más grande de lo
que recuerdo. Como, realmente grande. Cargado con músculo
grande. El tipo de músculo que se encuentra en un gimnasio
solo después de años de entrenamiento.
Mi corazón se mueve a un ritmo más rápido y un

hormigueo recorre mi cuerpo. Me estremezco. Por un
momento, quiero correr hacia él. Me estoy cayendo en un pozo
de desesperación... confusión... oscuridad y debido al ejercicio
de confianza, sé que me atrapará. Resisto el impulso.
Su mirada astuta evalúa la situación como si ya hubiera

considerado tres formas de destruir a todos los presentes. Su
protector de armario sale a jugar. En la boca, gracias.
Él frunce el ceño y asiente con la cabeza.
—Vamos, vamos, —los comandos de la enfermera

Ratched de la puerta bloquean a los “pacientes” de las oficinas.
Tan pronto como la alcanzo, ella gira sobre sus talones

y presiona su dedo índice en el cuadro de identificación.
Después de un escaneo rápido, desliza su tarjeta por el costado
y marca un código. La puerta se abre y se abre camino.
Mi entorno cambia en un instante, como si hubiera

atravesado un portal invisible en un cuento de hadas. De frío
e impersonal a cálido y acogedor. Las paredes son de un
126
vibrante color azul celeste en lugar de un botiquín gris. Seis

retratos cuelgan en todas partes, tres a cada lado de mí. Cada
una lleva una rosa de diferentes colores, destinada a agregar
un toque de belleza a un infierno de buena fe. Un gran
candelabro de hierro forjado se retuerce en forma de dragón.
La boca de la criatura está abierta, sus dientes son
monstruosos, pero arroja mirlos en lugar de fuego, la bandada
de metales se extiende hacia la puerta al final del pasillo, donde
la enfermera Ratched se detiene y me sonríe fríamente.
Ella es alta y de huesos grandes, con el pelo rojo rizado

enmarcando una cara que está llena de cicatrices de acné.
Durante el año pasado, tuve mucho tiempo para observarla en
su hábitat natural y me di cuenta de que usa su trabajo como
una forma de obtener lo que nunca ha conseguido fuera de
estas paredes. Poder.
Myriad debe ser su sueño húmedo.
—Adelante, —dice ella—. Lucha contra tu futuro como

siempre lo haces. Insulta. al Dr. Vans y tus padres con esa
lengua de víbora.
—Lo haré, gracias. —Pase lo que pase, voy a sobrevivir.

Mis padres me necesitan con vida.
¿Qué tan triste es eso? Lo mejor que puedo decir sobre

las personas que me crearon es que necesitan que siga
respirando.
La chica que solía ser se habría convertido en una bola

y sollozó. La chica que soy levanta su mentón y presiona.
—Después, —agrega—, tenemos un plan extra especial

para ti.
La última vez, fui atada y golpeada con nudillos de

bronce. Extra especial, me asusta.
127
Ignoro el miedo, como siempre, sabiendo que solo

ayudará a su sensación de empoderamiento.
—Muy dulce de tu parte. —Al igual que Sloan, trazo las

yemas de los dedos por mis mejillas—. Lágrimas de alegría.
Ella acaricia mi mejilla con un poco de fuerza. —Disfrute

de la reunión, señorita Lockwood. Tengo la sensación de que
no disfrutarás de nada durante mucho tiempo por venir. —Con
eso, toca a la puerta y se aleja.
Quiero vomitar.
La puerta de la oficina de Vans se abre y los dedos fríos

de terror se arrastran por mi espina dorsal.
Puedo hacer esto. Lo que sea “esto” es mi recuerdo de

los tres hechos más importantes de la vida.
(1) Primera Vida, bueno o malo, es fugaz, incluso si

vivimos cien años. Los números nunca mienten. Cien años no
es nada en comparación con miles de años en la vida eterna.
Entonces, ¿unas pocas horas... días... semanas de dolor? No
significa nada. Porque…
(2) el dolor es temporal, tal como dijo Bow. No me seguirá

al otro lado.
Y (3) lo que sucede después de la muerte será para

siempre, haciendo que la vida después de la muerte sea mucho
más importante que cualquier cosa que ocurra aquí y ahora.
Aun así, rompo a sudar mientras entro en la espaciosa oficina,
donde todo está adornado y exagerado. Un techo arqueado con
una araña de lágrima de cristal cuelga sobre un escritorio del
mismo tamaño que la mesa de conferencias. Las paredes están
hechas de piedra clara y madera oscura, los dos enmarcan
múltiples estantes y una chimenea de mármol con patas
talladas para parecer leones. Leones con collares dorados
alrededor del cuello, con la cabeza inclinada.
128
Los chismes dicen que hay una puerta al mundo exterior

escondida en algún lugar de esta sala.
Vans ya está sentado en la mesa de conferencias, junto

a mis padres. Sí, mi madre está aquí. Me invade una punzada
de nostalgia. Nostalgia, junto con el pesar y la tristeza. El
doloroso diluvio casi me ahoga.
Lágrimas gordas corren por las mejillas de mi madre

cuando se encuentra con mi mirada. Ella ha ganado al menos
veinte libras desde la última vez que la vi, sin embargo, solía
saltar cuando ganaba más de una onza. Las prioridades
cambian.
Corté una risa amarga.
Mientras la miro, en silencio, un sollozo la abandona.

Cuando era una niña pequeña y alguien me decía una palabra
poco amable, ella susurraba: No tienes enemigos, cariño,
tienes pre fans.
—Ten… — ella comienza.
—Tenley, —corrijo, mi tono es gélido—. Solo mis amigos

me llaman Ten.
—Sí, sí, por supuesto. —Su barbilla tiembla mientras

lucha por controlarla. Reacciones—. Entiendo.
La lastimé. Bueno. Ella me lastimó.
La pena ha estropeado unos rasgos que son

sorprendentemente similares a las mías. Las dos tenemos la
piel pálida con algunas pecas y ojos casi demasiado grandes
para nuestras caras, aunque las de ella son de un marrón
chocolate intenso. Nuestros pómulos son altos y agudos,
nuestras narices pequeñas pero atrevidas, nuestros labios en
forma de corazón. Ella tiene una mata de pelo castaño hasta
los hombros hasta el cuello ingeniosamente cortada, mientras
129
que mi último corte provino de un cuchillo de carnicero

cortesía de la enfermera Ratched.
—¿Estás aquí para llevarme a casa? —Pregunto.
Ella mira sus manos y niega con la cabeza.
—No a menos que estés lista para firmar el contrato o,

—dice el Senador Lockwood. Él se sienta rígidamente en su
silla, sus facciones tensas mientras me mira.
Está envejecido. Hay nuevas arrugas en el ceño

alrededor de los ojos y la boca, y su otrora piel aceitunada es
cetrina. Su cabello, tan negro que brilla en azul a la luz -un
atributo que heredé de él- ahora está salpicado de gris. Sus
ojos desiguales, uno verde, uno azul -otro atributo que heredé-
me miran con determinación.
A pesar de sus deficiencias, sigue siendo un hombre

guapo. Las mujeres en todas partes siempre se han arrojado
sobre él. Chicas, también. Mis amigas se reían de él detrás de
sus manos. Tan sexy.
En la mesa, solo una silla está vacía, y está en el lado

opuesto de las otras. Su forma de decir que soy una unidad,
estás sola.
Me siento con toda la dignidad que puedo reunir.
—Tenley. —El senador tira del cuello de su camisa—. Es

agradable verte.
—Ojalá pudiera decir lo mismo.
Su estremecimiento es leve, pero me doy cuenta.

¿Alguna vez se preguntó si tomó la decisión correcta al
enviarme aquí?
130
Vans empuja una tablet digital hacia mí, poniendo mi

brisa forzada a la vergüenza. — ¿Estás lista para firmar con
Myriad?
—No. Ahora, si hemos terminado aquí... —Me levanto.
—Basta, —continúa como si no hubiera hablado—, o me

veré obligado a castigar a Killian por llevar comida
furtivamente a tu celda.
Yo jadeo. Las cámaras, o él y Killian planearon esto,

pensando que me sentiría tan culpable por el chico que me
atrapó cuando me caí, el chico que me daba de comer cuando
tenía hambre, que finalmente me rendiría. —¿No mencionas a
Sloan? —Rechino los dientes.
—Quién es… —mi mamá comienza.
El senador niega con la cabeza. —No necesitamos los

detalles. —Corrección: no quiere los detalles.
Me acomodo en la silla y cruzo los brazos. —¿Quieres

que firme, senador? Convénceme.
Su próximo estremecimiento es más notable. Siempre

odia cuando uso su título. Alza la mano para darle otro tirón a
su collar, pero se da cuenta. —Lo he intentado. Mira dónde
hemos terminado.
—¿Nosotros? —¡Eso es bueno!
Mi padre deja escapar un fuerte suspiro. —No tienes

idea de lo que es crecer en la pobreza, el hijo de un no Firmado.
No tengo nada. Ni siquiera amigos. Myriad cambió todo. Se lo
debo. Se lo debes a ellos.
Recuerdo la noche en que escuché a mis padres discutir

sobre mis abuelos, los padres de mi mamá, los leales a
Troikan.
131
—Simplemente quieren pasar tiempo con su nieta, —dijo

mi madre—. No podemos arriesgarnos, —respondió mi padre—
. Llenarán la cabeza de Ten con tonterías, la forma en que una
vez llenaron la tuya.
—No lo harán. Solo quieren hacer recuerdos con ella.
—No seas ingenua, Grace. Todos tienen una agenda.
—Te equivocas. ¡Y cínico! Son personas maravillosas.
—Si son tan maravillosos, ¿por qué rechazaste todo lo

que te enseñaron?
— Por estar contigo, —había susurrado.
Miro a mi madre. Ella todavía está llorando. ¿Alguna vez

desearía haberse alineado con sus padres en lugar de con mi
padre?
—Myriad se ocupará de ti, —dice, mostrando su

desesperación—. Nos cuidarán a todos.
Está equivocado, una voz me susurra al oído. Detecto un

ligero acento inglés e inmediatamente pienso en Bow. Solo que
la voz le pertenece a un chico. Serás usada y tirada como
basura.
Muevo la cabeza hacia la izquierda, hacia la derecha y

luego hacia atrás. Nadie está cerca de mí.
—¿Estás bien? —Mi madre se acerca a la mesa para

estrechar mi mano.
Retrocedo, evitando el contacto. Un simple toque será

más de lo que mi frágil estado mental puede manejar.
Ella presiona sus labios en una delgada línea.
132
—Piensa, —dice Vans—. Una vez que aceptes, ya no

habrá más dolor. —No más dificultades.
—¿Y Killian? —Exijo.
—Será indultado.
¡Cero! El Dr. Vans me conoce bien. Si existe la

posibilidad de que Killian sea víctima de sus manipulaciones,
no puedo permitir que sea lastimado.
La trepidación recorre la longitud de mi columna

vertebral. ¿De verdad estoy considerando hacer esto? —Dame
un minuto.
Mi padre asiente con entusiasmo. —Sí, Sí. Por supuesto.
Giro mi silla y miro hacia la puerta.
Sé que esta vida presente es aclamada como un simple

ensayo general. Una prueba, algunos dicen. Un tipo de
escuela, otros creen. De cualquier manera, si firmo con Myriad,
podría vivir por primera vez.
Estoy lista para vivir
Mis padres creen que Myriad es la elección correcta. Por

mucho que me molesten, admiro su confianza. Y todavía los
amo. Están tan preocupados por su futuro como yo por el mío.
—Si firmaras con Troika, —dice Vans—, estarías en el

lado opuesto de la guerra. Un día, es posible que incluso se te
encargara matar a sus padres.
Me molesta la pareja, pero nunca podría matarlos.

Incluso temporalmente.
Doy la vuelta nuevamente, finalmente lista para hacerlo.

Para decir que sí. Quiero decir, ¿por qué no?
133
Cuando abro la boca, sin embargo, no sale ningún

sonido. Después de todo lo que he soportado-hambre física,
debilidad y depravación, agotamiento mental y trauma,
trastorno emocional-mi decisión se reduce a sus necesidades
sobre las mías.
—Lo siento, —le susurro—. No puedo. Aún no.
Mi padre cierra los ojos, encorvando los hombros. Una

posición de derrota.
Es conocido entre sus compañeros por su fuerza

indomable y su falta de voluntad para echarse atrás. —Solo
quiero lo mejor para ti. ¿Por qué no puedes ver eso?
—Tal vez porque generalmente hay sangre en mis ojos,

—respondo, impasible ante su inusual despliegue de emoción.
Y vaya, ¿cuándo me volví tan fría e insensible? Oh, lo sé. El día
que llegué a Prynne.
Sus fosas nasales brillan. Él mira a Vans, descargando

una escopeta llena de furia. —Esto es tu culpa. Nos prometiste
resultados.
El doctor se pone una máscara impasible. —He pedido

reiteradamente que lleve mis esfuerzos al siguiente nivel. Te
negaste.
¿Qué? ¿Mi padre realmente evitó ciertas torturas?
—Incluso te aconsejé contra los masajes y otros

privilegios.
¡Qué!
—Di la palabra, y la lastimaré de maneras que ni

siquiera puedes imaginar, sin romperla, por supuesto.
Agarro mi estómago revuelto.
134
— No —, dice mi madre, sacudiendo la cabeza. —

Absolutamente no.
—No la mataré, —les asegura Vans—. Ella no será

violada. —Pero un aumento en el dolor es la única opción que
nos queda. Todo lo que necesito es tu permiso para proceder.
Mi padre se pellizca el puente de la nariz.
Tiemblo en mi asiento. Di no, papá. Di no.
— Sí, —grazna, y tengo que morderme la lengua para

evitar gritar—. No quiero continuar de esta manera, pero no
me has dejado otra opción. Algún día incluso podrías
agradecérmelo.
Yo no... no puedo...
Parpadeo rápidamente, luchando contra las lágrimas. —

Se supone que los padres protegen a sus pequeñas chicas.
—Eso es lo que trato de hacer, —grita—. Estoy tratando

de proteger tu futuro.
Palabras correctas. Solo que son una mentira. Él está

protegiendo su futuro. El mío está destrozado, al igual que mi
corazón.
—Estará satisfecho con los resultados, Senador

Lockwood. —Vans levanta su famoso bloc digital—. Te enviaré
fotos que documentan el procedimiento.
Firma con Troika. La voz golpea mi conciencia otra vez,

tan distinta que no puedo pasarla como mi imaginación. Jura
lealtad ahora mismo y te sacaré de aquí. Nadie te lastimará.
—¿Quién eres? —Exijo.
Vans me frunce el ceño. —¿Alguien le está hablando,

Srta. Lockwood?
135
Mis padres comparten una mirada de shock. Bueno, el

senador está conmocionado. Mi madre está casi...
esperanzada.
—¿Hay un Obrero en la habitación? —Mi padre mira

alrededor.
¿Un obrero? ¡Pero espera! Un recuerdo chispea. A los

obreros a veces se les permite visitar a un ser humano en forma
de espíritu.
Por favor, dice la voz. Termina esta parodia antes de que

comience.
—¿Nadie más lo escucha?
Un coro de “No” suena, cada negación individual teñida

con una emoción diferente. Irritación, alivio y confusión.
Así que. Un TL está aquí para ayudarme. Y todo lo que

tengo que hacer es entregar mi eternidad. Al Dr. Vans le digo:
—¿Qué estamos esperando? —Doy una palmada, como si
estuviera abrumada por la emoción—. Detenengamos la charla
innecesaria y que empiece la fiesta.
136
Capítulo Seis
Lo que sabes y lo que sientes importa, pero lo que haces importa más.
-Troika-
Hay días en que una boca inteligente te mete en

problemas y deseas poder viajar atrás en el tiempo para pegar
tus estúpidos labios. Para mí, este es uno de esos días.
¿Lo triste? Incluso si hubiera permanecido en silencio

durante la reunión, habría terminado en este lugar.
Mis padres son escoltados fuera de la oficina de Vans.

En la entrada, mi madre se detiene para mirarme. Sus mejillas
están manchadas con lágrimas, varias gotas atrapadas en sus
pestañas.
Mantente fuerte, murmura.
Ayúdame, respondo. No soy demasiado orgullosa o tonta

para preguntar mientras tengo la oportunidad.
Con los ojos en blanco, ella agacha la cabeza y se va.

Mientras su sollozo flota a través de la quietud de la
habitación, mi corazón se desmorona. Mi única oportunidad
de ayuda sin ataduras se ha ido.
Camarada Douche y Titball entran a la habitación. Sin

decir una palabra, agarran mis brazos y me arrastran hacia el
pasillo. No ofrezco ninguna protesta. Veo a mis padres
137
deslizándose por la puerta en la dirección opuesta. ¿Se dirigen

a un buen hotel? ¿Van a parar para un deliciosos brunch?
Me llevan a una habitación pequeña y estéril sin

muebles. Dos cadenas cuelgan del techo y ambas tienen
grilletes en los extremos ... lo suficientemente grandes para
mis muñecas. Puedo lidiar con cualquier cosa excepto
cadenas.
Finalmente comienzo mi lucha por la libertad, pero

apenas importa. Estoy desnutrida y débil, y soy sometida
fácilmente, mis muñecas pronto encajadas. La parte exterior
de las cadenas comienza a brillar a medida que pequeñas
agujas se extienden desde el interior, perforando la piel y el
hueso en cuestión de segundos. Yo siseo. El dolor es
sustancial, pero nada que no haya soportado antes. El
problema es la angustia mental.
¡Atrapada! ¡No hay salida!
Los guardias tensan las cadenas y me levantan. Mis

hombros gritan en protesta, la presión es cada vez más
agonizante. Finalmente, todo lo que puedo hacer es respirar...
dentro... fuera... dentro...
El Camarada Douche susurra, su acento más grueso de

lo habitual, — Necesitas un hombre fuerte para tomarte de la
mano. Vengo por ti esta noche y lo probamos, ¿sí?
Ahora quiero vomitar de nuevo.
Vans descarta su bata de laboratorio y se arremanga,

mostrando un mosaico de cicatrices de uno de los intentos de
Sloan de matarlo. La máscara impasible, incluso afable, que se
había puesto para el beneficio de mis padres se deshace,
revelando el monstruo que he llegado a despreciar.
—Sabes, —dice mientras los guardias salen de la

habitación. Douche se detiene para darme un beso—. Siempre
138
he admirado tu espíritu, Sra. Lockwood. Es una pena que

tenga que dañarlo.
No puedo darle el placer. Consíguelo. Mantente fuerte.

—Adelante. Haz lo peor.
El sentido común grita, ¿Qué? ¡Retire eso!
—Lo mejor de ti nunca ha sido más que una cosquilla,

—agregué. El sentido común y yo somos actualmente enemigos
acérrimos.
La ira parpadea en las profundidades de sus ojos, y sé

que su orgullo inflado se ha lastimado.
Mi satisfacción es mínima, teniendo en cuenta las

circunstancias.
La enfermera Ratched arrastra una gran bandeja de

plata dentro de la habitación y la puerta se cierra detrás de
ella, sellándonos a los tres dentro.
Mantén la calma. Piensa. Evade, evade, evade. —No

tienes que hacer esto. Dijiste que no hay otras opciones, pero
eso no es cierto. Puedes darme el tiempo que pedí.
—El tiempo se está acabando. —Él sonríe—. No, vamos

a hacer esto. El dinero compra la felicidad, y cualquiera que
diga lo contrario está mintiendo. Quiero mi dinero.
—¿No tienes miedo de lo que te espera en la Vida Eterna?
Él levanta los hombros en un encogimiento de hombros.

—Nunca me ha importado el mañana. Solo hoy.
—¿Es por eso por lo que estás sin firmar?
—En parte. Los beneficios de Troika no valen mi tiempo,

y Myriad no me ha ofrecido lo suficiente.
139
—Entonces, ¿quieres esperar un mejor trato, pero se

supone que debo aceptar los restos arrojados en mi camino?
—Sí. Exactamente. —Él inclina su cabeza en mi

dirección—. Como dijo tu padre, un día le agradecerás por esto.
Un día incluso me lo agradecerás.
¡Nunca! —Estás mintiendo o engañado.
—Creo que la palabra que estás buscando es correcta.

Estuve dónde estás, Srta. Lockwood. Mi padre dirigía esta
institución, y su padre antes que él. Todo lo que te he hecho
se me ha hecho. Y mírame ahora. Soy fuerte, irrompible.
Déjame en cualquier situación, guerra, hambre, peste, y puedo
sobrevivir.
—Vivir no debería ser sinónimo de supervivencia.
Él se pone un par de guantes. —Tienes mi permiso para

gritar tan fuerte como quieras. Estas paredes están
insonorizadas.
Me trago el nudo creciendo en mi garganta. No habrá

más estancamiento, entonces.
—Tienes mi permiso para gritar, —le digo. Mirando más

allá del dolor en mis hombros, arqueo mi espalda para darle
impulso y naturalmente me muevo hacia adelante, pateando
mis piernas tan alto como puedan y clavando al buen doctor
en la mandíbula. Su cabeza se inclina hacia un lado, la sangre
se escapa por la esquina de su boca.
Él gruñe. Sus ojos se entrecierran mientras lame el

carmesí de sus labios. —Te arrepentirás. —Las palabras están
llenas de promesas... y anticipación.
Levanto la barbilla con toda la dignidad que puedo

reunir. —Solo lamento tu nacimiento.
140
Él me da una bofetada en la mejilla, y el sabor del cobre

gotea sobre mi lengua.
Estamos nariz con nariz un momento después, su

aliento caliente abanicando mi labio partido, quemándome. —
Di otra palabra. Yo te reto. Tus padres me han dado permiso
para hacer lo que yo quiera. Los escuchaste. Incluso puedo
cortarte la lengua, si así lo deseo.
Él es lo suficientemente cruel como para hacerlo.
Le miro con furia, pero no digo una palabra más.
Triunfante, se aleja de mí y asiente con la cabeza a la

enfermera Ratched.
Levanta una jeringa y golpea su vientre, solo para

congelarse mientras la habitación -todo el edificio- comienza a
temblar. Las paredes retumban y el polvo vuela por el aire
como plumas. Tanto Vans como Ratched tropiezan y caen, y si
no fuera por mis cadenas, también me habría caído. La
sacudida se detiene tan repentinamente como comenzó y la
pareja se pone de pie. —Los reinos deben luchar cerca, —dice
la enfermera Ratched, desempolvando sus pantalones.
Ella probablemente tenga razón. Cuando Troika y

Myriad participan en la batalla, la violencia se extiende a la
Tierra de la Cosecha a través de terremotos, tornados,
tsunamis y durante el peor de los enfrentamientos, asteroides.
La enfermera Ratched desliza la aguja hacia abajo y se

acerca a mí, sus ojos oscuros brillan. —Adrenalina y otras
cosas para mejorar tu experiencia.
Lucho contra mis ataduras, tratando una vez más de

ignorar el dolor que me atraviesa, pero ya soy lenta y con mi
rango de movimiento limitado, no pasa mucho tiempo antes de
que ella pueda meter la aguja profundamente en mi brazo. Una
aguda picadura se registra, mínima para todo lo demás,
141
seguida de un baño de frío... luego calor, un calor tan horrible.

Gotas de sudor sobre mi frente y labio superior, encendiendo
un fuego dentro de mí. Cuando las llamas llegan a mi corazón,
el órgano estalla en un galope furioso, golpeando tan fuerte
contra mis costillas que estoy segura de que se romperán.
Solo momentáneamente, me recuerdo a mí misma. No

hay ayuda.
Vans agita una gruesa jeringa de metal frente a mi cara.

—Has oído hablar del veneno que los reinos usan para matar
humanos, estoy seguro. Esta pequeña mezcla es una variación
de ella. Baiser de la mort, se llama. El beso de la muerte.
Querrás morir, pero no lo harás.
El miedo se apodera de mí, suplica, suplica, pero aún

consigo sonreír. —¿El gran y malo doctor teme ensuciarse las
manos? ¿No crees que eres lo suficientemente fuerte? — Si él
quiere tomar mi lengua, está bien. Hazlo. Solo me mete en
problemas—. Eres un poco perra, ¿verdad? Es por eso por lo
que usas veneno.
—Sostenla. —dice bruscamente.
Mientras la enfermera Ratched me acuna contra su

cuerpo, efectivamente enjaulándome la cabeza y los brazos, me
pega en el cuello.
Estoy tensa, esperando una reacción inmediata. La

inyección duele, pero he experimentado algo peor. Me relajo;
Incluso le ofrezco a la pareja otra sonrisa. —Aw. Parece que
estás destinado a otro fracaso.
No ofrece ninguna reacción, pero sabe lo que yo no. He

hablado demasiado pronto. Mi sangre comienza a hervir, cada
célula de mi cuerpo se convierte en una llama, mis venas cerca
de la desintegración total.
142
Mi piel burbujea y se derrite como el queso en una pizza.

Seguramente. —Esto es solo el comienzo, —se regodea.
Abro la boca para responder, pero grito. De repente,

siento mil pinchazos afilados como navajas en mis venas, mi
cabeza, como si los insectos se arrastraran a través de mí, sus
patas con punta de daga tocan, golpean, golpean donde no
pertenecen. Mis músculos se anudan. Creo que mis huesos se
rompen. La presión se acumula en mis sienes, y cuando se
vuelve demasiado, el líquido caliente se escapa de mis ojos,
oídos y nariz.
Estoy sangrando y me estoy muriendo. Tengo que estar

muriendo. Nadie puede sobrevivir a esto.
Momentáneo... solo un punto luminoso en un radar.

Pero un solo latido del corazón bien podría ser de cien años.
No me importa. Detenlo. Tienes que hacer que pare.
Haré lo que él quiera. Firmaré con Myriad.
Para, para, para.
Si cambio de opinión sobre mi futuro más adelante,

puedo ir a la corte. Bow mencionó la posibilidad de que los
coaccionaran. Sí, Sí. Demasiados pierden, ella había dicho,
pero estoy dispuesta a correr el riesgo.
¡Detenlo!
—Yo... —Mi mente se rompe, desconectada de mí,

disociada de la realidad, un recuerdo que se convierte en mi
nueva verdad. Tengo siete años. Mi padre está en casa, pero va
de un lado a otro en su oficina, preocupado por el dinero.
¿Cómo vamos a pagar esto, Grace? Estamos intervenidos.
Mi madre está pintando en su estudio, preparándose

para vender una de sus piezas más temprano que tarde,
143
dejándome al cuidado de la tía Lina. Ella ha venido de visita.

Estamos solas en mi habitación y ella está dando vueltas. Es
Loony Lina hoy, la personalidad que es ciega. Ciega y, sin
embargo, de alguna manera logra evitar tropezar con mis
muebles.
—Lamento que el veneno te haya lastimado tanto, —dice

con voz de niña, a pesar de que tiene veintisiete años, como mi
padre—. Pero me alegra que el doctor haya muerto.
—¿Veneno? —Pregunto, confundida— ¿Doctor?
—¡Has escapado!
Loony Lina siempre dice cosas locas.
Ahora estoy desconcertada. ¿Hace diez años ella

mencionó el veneno y que escapé? Pero... pero... en ese
entonces, no podía haber sabido que esto sucedería. ¿Verdad?
Vans pellizca mi barbilla con sus dedos, sacándome de

mis pensamientos, forzándome a enfrentarlo. No puedo
enfocar, mi visión está demasiado nublada.
—Sabes qué decir para detener el dolor.
Detente... detente... sí, eso es exactamente lo que quiero.

¡Hare cualquier cosa! Respiré jadeando por mi boca mientras
trato de decirle… ¿Qué?
El sueño de mis padres... ¿o el mío?
— No, —logro croar.
La rabia contorsiona sus características. Chasquea los

dedos en dirección a la enfermera Ratched. —Dale otra
inyección.
¿Otro? No, no, no. Lucho por contener mis gemidos de

protesta.
144
— ¿La matarás? —Pregunta la enfermera Ratched—. Eso

es lo que va a suceder después.
—¡Dale otra inyección!
¡No! Bow, intento gritar. Ella dijo que me rescataría. Ella

me lo prometió. Yo solo... ¿Qué tengo que hacer? Di la palabra,
¿qué palabra? ¿Troika?
La enfermera Ratched se apresura a la bandeja y

después de hurgar entre los utensilios esparcidos por la parte
superior, vuelve a mi lado. Otra picadura. Otro lavado de frío
seguido de intenso calor. Las terribles sensaciones en mi
cabeza aumentan un millón de grados y lanzo un escalofriante
grito que brota de las profundidades de mi alma.
Una y otra vez Vans me dice que firme con Myriad, y una
y otra vez encuentro la fuerza para negarlo. Mi sueño...
sueño... Él me pincha y me pincha. Él me golpea con el puño
cerrado, me da un revés con la palma de la mano abierta. Me
corta los brazos y las piernas con un bisturí, pero a pesar de
todo... sueña, sueña, sueña... Resisto.
Finalmente él tiene dos opciones. Detenerse, o verme

morir. —Déjala caer. —Su disgusto es claro.
La enfermera Ratched agrega holgura a las cadenas

hasta que mis pies tocan el suelo. Mis piernas son de la
consistencia de la gelatina y no puedo sostenerme. Cedo, mi
cabeza cayendo hacia adelante, mi barbilla presionando en mi
esternón mientras mis brazos continúan soportando la mayor
parte de mi peso. Luego se quitan los grilletes y me cuelgo,
noqueando el poco aire que logré recoger en mis pulmones.
Vans tiene razón acerca de una cosa. Realmente,

realmente quiero morir.
—La has dañado. —Una voz demasiado familiar corta el

silencio.
145
Una voz masculina con un ligero toque irlandés.
¿Killian está aquí?
Mi alivio es ilimitado. ¡Un salvador! Ni siquiera me

importa ser una damisela en apuros.
No puedo levantar la cabeza, pero encuentro la fuerza

para abrir los ojos. Una cascada de sangre obstruye mi visión
Todo lo que veo son dos sombras cara a cara. —Esta es un área
restringida, —dice Vans—. Sal. Ahora.
—Desafortunadamente para usted, no es el que tira de

mis hilos, —dice Killian— ¿Sabes quién eres? El bastardo que
usó mis acciones contra la chica. Oh sí, me enteré de eso.
Una tercera sombra aparece. —Tus servicios no son

necesarios, Killian —¡La voz de Bow! Ella ha venido por mí,
también—. Puedes irte. Lo tengo controlado.
Un gruñido amenazador de Killian. —No iré a ningún

lado sin Ten.
—Te la llevarás por encima de mi cadáver.
—De acuerdo. Pero primero voy a deshacerme de la

basura.
—Ahora espera solo un… —comienza Vans.
—No lo mates —dice Bow. Ambos guardan silencio.
Diferentes sonidos golpean mi conciencia. Rozando la

ropa. El silbido del aire.
Glu-glú. Un chasquido fuerte. Un golpe más fuerte. Un

susurro.
146
—Las cosas van a ir mejor ahora, muchacha. —Un suave

roce de dedos recorre mi cabello mientras el aroma de Killian
llena mi nariz.
Mi llanto apenas se escucha.
—Quítale las sucias manos de encima, —exige Bow.
—¿Por qué no me haces una demostración pequeña

Bow?
Más ropas crujientes. Cuando cesa, escucho jadeando.

—Vans debería estar encerrado, —grita Bow.
—¿Realmente crees que se merecía una segunda

oportunidad? —pregunta Killian— ¿O tu reino está hablando
por ti?
—Estoy de acuerdo con mi reino. No mereces una

segunda oportunidad y sin embargo vives.
—Nunca he pedido una segunda oportunidad. Soy lo que

soy. Me gusta lo que soy. En este caso, soy el vencedor.
Bow suelta una respiración frustrada. —Necesitamos

permiso de Ten o alguien en su línea familiar para intervenir
en su nombre, más de lo que ya tenemos. Hasta entonces,
nuestras manos están atadas.
—Tus manos están atadas. Su madre dio su propio

permiso ML para proteger a la niña de un daño mortal. Permiso
que me ha sido pasado a mí. Solo protegí a Ten del daño
mortal. Lo cual continuaré haciendo fuera de estos muros.
—No puedes escapar con ella.
—Puedo. Tus leyes no son mías. Deberías haberla

convencido de que se fuera hace días.
147
—¿Quieres un Nofirmado por ahí? Ella habría muerto

más temprano que tarde.
Huff. —Para mí, el nivel de peligro no importa, —replica

Killian.
Una maldición de Bow, luego una maldición de Killian.

Los dos se callan. Oí... ¿escribiendo?
Bow gruñe y camina hacia mí. Escucho salpicar. Ella se

agacha para hacer... algo. Su mano se está moviendo. ¿Ella
está escribiendo? ¿En qué?
—¿Qué estás haciendo? —Exige Killian.
—Su abuela ha pedido que despeje un camino de escape.

La niña elegirá si ella se queda o se va.
Está delirando. Mi abuela está muerta. Mis dos abuelas

están muertas, de hecho. Una está en Troika y la otra está en
Myriad.
—Demasiado para mantener un No firmado dentro de

estas paredes, ¿eh? —El tono seco de Killian parece absorber
cualquier humedad en el aire. —¿Adivina qué? Mis nuevas
órdenes acaban de llegar. Se supone que debo detenerte,
mantener tus garras fuera. No obedeceré.
—Gracias…
—No me lo agradezcas, Archer. No la dejaré irse contigo

tampoco. —¿Archer?
—Ella se irá conmigo, —continúa Killian—. Si te pones

en mi camino, bueno, felizmente te mato.
—Puedes probar.
Pasos. Murmuros. Discusiones. Entonces nada.
148
No estoy segura de cuánto tiempo pasa. Entro y salgo de

la conciencia, pero finalmente... finalmente puedo moverme.
Mis dedos se contraen. Giro mi hombro. Levanto mi brazo, me
limpio los ojos para despejar mi visión y…
Salto hacia atrás.
A unos metros de mí, Vans está de espaldas, inmóvil,

con sus ojos opacos mirando a la nada. Su boca está abierta,
carmesí seco en las comisuras de sus labios. ¿Está muerto?
Debe estarlo. Está yaciendo en un charco de sangre. Una de
sus manos ha sido arrancada y está acurrucada junto a mi
tobillo, como un perrito.
¿Killian hizo esto?
Si te metes en mi camino, bueno, felizmente te mato.
Me puse de pie, con diferentes partes de mí amenazando

con rebelarse.
Killian y Bow se han ido. Ellos me salvaron... ¿y luego

me dejaron atrás?
Busca una vía de escape...
Frunciendo el ceño, tropiezo con la puerta abierta y miro

hacia el pasillo. Dos guardias yacen inmóviles en el piso.
¿Bow lo está haciendo? ¿O Killian?
¿Importa? No hay mejor momento para escapar. ¡Vete,

ve!
Corro por la habitación. ¿El problema? Mi apuro es en

realidad en cámara lenta. Estoy más débil de lo que pensaba,
operando en vacío. Me las arreglo para ponerme la bata de
laboratorio que Vans dejó caer y, a pesar del dolor que me
recorre, meto los brazos dentro de los agujeros adecuados. La
tarjeta del doctor está unida a la solapa. Perfecto. Me meto el
149
bisturí en el bolsillo, hago una mueca mientras levanto la

mano cortada: el número 830543 está escrito en la parte
superior. ¿Un mensaje de Bow?
Un número compuesto. Un número primo. Los factores

principales son: 7, 59, 2011 Mi cerebro quiere diseccionar cada
uno de los números individuales, pero no hay tiempo. Dejé caer
la mano al lado del bisturí y golpeé los pies lo mejor que pude,
dirigiéndome a la oficina de Vans.
La cantidad de obstáculos en mi camino: dos, como

mínimo. La enfermera Ratched estará cerca, por si acaso Vans
la necesita.
Me tropiezo, aterrizando con un fuerte ruido sordo,

perdiendo el aliento. Miro por encima de mi hombro y descubro
a la enfermera Ratched desplomada contra la pared, con el
cuello en un ángulo extraño.
Ooo-kay. Un obstáculo. El candado en la puerta de la

oficina.
En la distancia, resuena una estampida de pies, los

vítores de los reclusos, el ruido sordo de los muebles. Una
alarma salta a la vida.
Lo mejor de mí no es lo suficientemente bueno; Tengo

que hacerlo mejor. Me levanto y me pongo en movimiento,
cojeando en lugar de correr.
—¡Ten! ¡Ten!
La voz viene de detrás de mí. Me giro. Sloan está

golpeando en la puerta que separa el ala de los prisioneros de
las oficinas. Sus rasgos están ardiendo con una combinación
de excitación y tensión, sus dedos se enroscaron alrededor del
alambre con tanta fuerza, sus nudillos se blanquearon. Detrás
de ella, varios chicos están derrotando al coronel Anus y a Ben
Dover en pulpa y polvo. Los puños están volando. Los pies
150
están pateando. Las uñas están rastrillando y los dientes

muerden. Los guardias luchan... al principio.
—¡Trae tu trasero aquí! —Sloan exige.
Las niñas responsables de golpear y matar a Anus y Ben

aparecen a su lado, la sangre manchada en sus caras,
cubriéndose las manos.
¿Intento rescatar, a pesar de mi debilidad? ¿O huyo

mientras pueda?
Como si no supiera la respuesta. Necesitaba ayuda y

Killian y Bow dieron un paso al frente. Estos niños me
necesitan. Tengo que hacer mi parte.
—¿Has visto a Killian o Bow? —pregunto, cojeando.
—No. —Sloan mira detrás de ella— ¡Deprisa!
Presioné la mano cortada contra la almohadilla de

identificación, deslizo la tarjeta por el costado, pero... la puerta
permanece cerrada, exactamente como me temía, ya que la
pantalla pide un código. ¿Qué debería hacer?
Frustrada, golpeo la mano contra el bloc. Mi mirada se

ve atraída por el número. ¡El número! ¿Podría ser el código?
Con un dedo tembloroso, golpeo en el teclado. ¡Éxito! La
cerradura se desengancha y los niños pueden pasar por su
lado más allá de mí.
Devuelvo la mano cortada a su lugar y me muevo por el

pasillo. —¡Idiota! —grita Sloan—. Estás yendo por el camino
equivocado.
—Tengo que encontrar a Killian y Bow, —llamo. No

puedo dejarlos aquí para despejarme el camino, poniéndome
en peligro aún más, cuando mi camino ya no necesite ser
despejado.
151
Niños, niños, están en todas partes, peleando contra los

guardias y las ordenanzas con la misma furia; están ganando,
pero no hay señales de mis ayudantes. Paso por encima de un
cuerpo inmóvil y ensangrentado: el Camarada Douche tiene un
bastón embutido en la garganta.
Alguien me golpea desde atrás, empujado por alguien

más. Me tropiezo y toco a otra persona más. Un preso. Su
mirada es salvaje mientras gira, su puño ya está amartillado y
cargado para emitir un castigo. Una descarga de adrenalina
me afloja las extremidades doloridas y me agacho, evitando el
contacto y luego me precipito.
Busco cada celda abierta, cada corredor. Todavía no hay

señal. ¡Cero! ¿Tal vez ya se fueron?
Valoro la sala de los chicos sin suerte y vuelvo a la

puerta. La multitud se ha reducido considerablemente, pero
D-bag y Titball han tomado posiciones en ambos lados. Ambos
hombres empuñan una porra, golpeando a cualquiera que
entre en el rango de ataque. Es decir, tres niñas y dos niños
desesperados por la libertad. Tan desesperados,
continuamente se arrojan a los guardias a pesar de que sus
cuerpos ya están ensangrentados y maltratados, su energía
casi agotada.
El temor me inunda y me detengo. Nuevos obstáculos en

mi camino: dos. Un par. El número atómico de helio. Una vez
más, mi número de opciones. ¿Pelea o vuela? Mi temblor se
magnifica. Quiero salir y no dejaré a los niños atrás; Tengo que
pelear.
Respiro profundamente... fuera... cuadro mis hombros,

hago balance. D-bag está sosteniendo a uno de los muchachos
en el suelo con una mano y golpeándolo con la otra.
Titball ha inmovilizado a los demás en la esquina, pero

tiene los ojos clavados en mí.
152
Mátalo.
La voz de Killian susurra en mi mente. Una alucinación,

lo sé. ¿Y por qué no? Soy Nutter.
Desármalo y sigue adelante.
Ahora escucho la voz incorpórea de la oficina de Vans.
Mi mente regresa a cada mirada lasciva, empuje,

puñetazo y batalla. Cada vez que fui arrastrada por los
pasillos. Mi calendario. Las cadenas y el veneno de hoy.
Obstáculo. ¡Lo mataré! Mis muñecas y hombros gritan

en protesta mientras corro hacia adelante. En el camino,
agarro el bisturí que robé de Vans. En un segundo estoy
girando para evitar ser agarrada por Titball, al siguiente lo
apuñalo en el cuello. Tajo, tajo, tajo.
Él cae al suelo, su cuerpo se mueve nerviosamente.

Espero satisfacción. En cambio, quiero llorar.
Estoy jadeando cuando los internos se alejan de D-bag

y de mí, mirándome como si hubiera hecho algo horrible y
sorprendente, como si fuera tan malo como nuestro enemigo.
—Quedaos aquí o seguidme. —Saco la mano cortada y

la llave—. Vuestra elección.
153
Capítulo Siete
El miedo te mantiene vivo. El miedo te recuerda que estás vivo.
-Myriad-
Alarmas sonando.
Sangre empapando mis manos.
Niños balbuceando a mis costados.
Problemas amontonándose uno tras otro.
Debido a que trabajé con las cerraduras, soy la última

en atravesar la puerta secreta que está escondida detrás de la
chimenea en la oficina de Vans. Corro por un largo y estrecho
pasillo, las paredes y el suelo son de hormigón. Paso por otra
puerta abierta y entro... en un infierno de hielo. ¡Cero! La fina
bata de laboratorio e incluso el uniforme más delgado ofrecen
poca protección contra el duro paisaje de invierno que ahora
me rodea. Estoy en una montaña Hay nieve a mis pies, en los
árboles y bailando en el viento.
Un fuerte estruendo de repente ataca mis oídos. Cuando

un rayo atraviesa el cielo, la tierra debajo de mí vibra. ¿Los
reinos siguen luchando?
154
Mis ojos se rasgan por el frío, las lágrimas

instantáneamente se congelan. Con solo un aliento, mi nariz,
garganta y pulmones se queman como si hubieran sido
quemados por ácido.
La carne de gallina se levanta de mi cabeza a mis pies y

me estremezco. Los niños a los que ignoré y con los que luché,
me gustaron y me desagradaron, corren en todas direcciones,
pero no corren rápido. La hipotermia ya está estableciendo un
campamento, su sangre se está convirtiendo en lodo.
¿Cuánto tiempo podemos sobrevivir aquí? Unas horas...

¿tal vez un día entero si somos duros?
No somos duros. Yo sobre todo. Lo que sea. Tengo que

probar. No puedo regresar. Avanzo hacia adelante.
¡Bum! El ruido no proviene del cielo, sino del suelo. A

unas pocas yardas de distancia, un preso-simplemente-
explota, pedazos de... de... humanos volando en todas
direcciones. Intento avanzar, pero el suelo es demasiado
resbaladizo. Resbalo mientras trago bilis, y esos trozos y piezas
se desploman por todo el suelo.
Gritos de miedo estallan. El caos reina.
¿Otra batalla entre los reinos, o tal vez las minas

terrestres? Que yo sepa, una batalla en el reino nunca ha
hecho pedazos a una persona en mil pedazos. —Quedaos
quietos, —les grito, pero nadie me oye. Tenemos que tomarnos
un minuto, resolver esto, buscar otras bombas.
Escaneo el área y logro encontrar el sitio de ignición. El

humo se curva hacia un cielo que se incendia con un sol
inclinándose. Oh... mi... ¡Luz del día! Por un momento, me
olvido de dónde estoy, olvido el horror de lo que acaba de
suceder y las pruebas que he soportado. Los colores-oro, rosa,
azul-son fascinantes.
155
¿Troika es así?
El calor me recorre, se filtra a través de mi piel y baila

sobre mis huesos, pareciendo fortalecerme. Pinchazos de oro y
azul puntean el cielo.
¿Estrellas tan brillantes que puedes verlas durante el

día? Extiendo mi brazo, mostrando mi dedo a través de un
brillante rayo de luz. Las motas de polvo giran en el aire, dando
saltos mortales fuera de su alcance.
Cuando veo la sangre en mi mano, vuelvo a enfocarme.

El asilo.
Escapar. Bombas.
—¡Guardias! —Alguien grita.
Y ahora estamos siendo cazados. Maravilloso. Me lanzo

hacia delante, examinando constantemente el suelo en busca
de cualquier señal de otra bomba. Paso una sandalia
carbonizada con un pie amputado todavía atado y una
mordaza.
Hay uno, cinco, diez, dieciocho niños delante de mí,

corriendo, corriendo. Otros ocho se han detenido para
recuperar el aliento y descubrir el curso de acción más seguro.
Malas noticias, pandilla. Ambas opciones apestan. Podemos
continuar, aunque no tengamos la ropa y las provisiones
adecuadas, o podemos permitir que los guardias nos
devuelvan al nido de avispas.
¿Estoy siendo perseguida? Miro por encima de mi

hombro, mis ojos dando vueltas con sorpresa, mi mandíbula
cayendo. La institución es masiva, alta y extensa, con trece
pisos hechos completamente de piedra gris, la parte delantera
de la estructura sobresaliendo de la ladera de la montaña, el
resto escondido en lo profundo de la pared rocosa.
156
Hay más en el lugar de lo que nunca me había dado

cuenta. Ninguno de los guardias se ha centrado en mí, al
menos. Movimiento en la esquina de mi ojo. Es eso…
¡Sí! ¡Bow! Ella corre hacia mí, una mochila rebota sobre
su hombro. No es lenta como las demás, sino rápida y segura.
Grito su nombre. Nuestras miradas se conectan.
¡Bum!
Hay un cambio sísmico cuando una ráfaga de aire

caliente y blanco me arroja hacia atrás. Por un momento, estoy
cálida, y es agradable. Hasta que aterrizo y mis pulmones se
vacían. Cuando puedo respirar, el aire está cargado de humo.
Toso como lluvia de escombros. No tengo que hacer un estudio
en profundidad para saber que otro niño solo mordió el polvo.
No seas Bow. Por favor, no seas Bow.
Ella limpia el humo y se acerca a mi lado, me agarra del

brazo sin aminorar la velocidad y me tira de los pies.
¡Gracias al Primer Rey! —Cuidado, —le digo mientras

nos adelantamos.
—Cuidado con no ser atrapada. —Ella corre más

rápido— ¡Venga!
Vuelvo a explorar el terreno en busca de algo fuera de

lugar. Una piedra, una rama congelada. El brillo del metal...
allí. —Bomba, —le grito, sacudiéndola alrededor.
—Gracias, —murmura.
¡Paso, paso, paso... piedra... rama... metal! Un patrón.

Un ritmo numérico que mi mente capta instintivamente. Un
paso, dos, tres, piedra. Un paso, dos, tres, cuatro, cinco, rama.
Un paso, dos, tres, cuatro, metal. No están colocados en línea
recta, por supuesto, sino escalonados. Lo cual también
157
presenta un patrón. Izquierda, izquierda, derecha. Derecha,

derecha, izquierda.
Bombeo mis brazos más rápido, tomando la iniciativa,

saltando sobre la próxima bomba y arrastrando a Bow
conmigo. Cuando llegamos a la parte inferior de la pendiente,
en dirección a un bosque densamente poblado, dejo de buscar
explosivos y empiezo a rezar para poder tropezar
accidentalmente con uno. Un cuerpo quemado es un cuerpo
caliente y ahora el frío se siente como mil agujas pinchando mi
piel. Los escalofríos comienzan a atormentarme, uno tras otro,
apenas una pausa entre ellos. Mis dientes castañean. El moco
gotea de mi nariz y, como mis lágrimas, se congela.
—¿Qué hay en el paquete? —¿Demasiada esperanza

para una lámpara de calor que funciona con batería?
En este punto, no diría que no a las cadenas.
—Lo necesario. —es todo lo que dice. La temperatura no

la ha afectado en lo más mínimo. No está temblando. Sus
dientes no están castañeteando. Sus ojos y nariz están libres
de lágrimas y mocos, y no hay ningún atisbo de azul en sus
labios. ¿Cómo es eso posible?
Llegamos a un banco de rocas altas y delgadas. En el

centro, dos se apoyan uno contra el otro, formando una V
invertida, creando una entrada. Hay un ambiente de entrar en
tu propio peligro. ¿Dónde estamos?
Libero a Bow y disminuyo la velocidad. —Tengo que

tomar... un minuto para descansar. No estoy segura...
cuánto... más lejos...
—No. No podemos parar, —dice ella—. Cuando salí del

manicomio, todos los guardias del interior se preparaban para
venir a buscarnos. ¡Y había muchos de ellos! Un ejército entero
estaba entrenando en los niveles subterráneos.
158
¿Un ejército completo para eludir? ¡Cero!
No podemos arriesgarnos a la captura. Extraigo una

reserva de fuerza que no sabía que poseía y en la que me
agarro, tropezando con las rocas. Los carámbanos se extienden
como espadas y cortan mi cara, pero no importa. Incluso la
sensación de pincharse con la aguja se está desvaneciendo, mi
piel adormecida.
—¿Sabes... dónde...? —Mi pie se engancha en una rama

caída y caigo, aterrizando en la nieve y con la tierra de cara.
Bow me ayuda a ponerme de pie, y me doy cuenta de que la
“rama” es en realidad una pierna. Una pierna humana.
Hank, el niño al que Killian le dio un puñetazo en su

primer día en el manicomio, está tendido sobre su espalda.
Está inmóvil, con los ojos vidriosos con un brillo de hielo. Su
piel es del color del cielo de la mañana que me he perdido tanto,
y hay cristales que sobresalen de la punta de su nariz.
Bow se agacha para colocar su mano sobre su corazón,

no para sentir un latido, no lo creo, sino para... ¿llorar una
vida perdida? —La luz trae la visión, —le susurra—. Qué Vida
Eterna te recompense por tus bondades durante tu Primera
Vida.
Sus palabras me humillan. La vida es preciosa para ella

y, sin embargo, hace quince minutos, terminé una.
Mi culpa regresa.
Su mirada rebosa de tristeza cuando se encuentra con

la mía. —Él está en la vida eterna ahora. Vamos a mantenerte
fuera de esto. —Ella se endereza y me atrae más hacia el
bosque.
¿A dónde se fue Hank? ¿Troika? ¿Myríad? ¿Muchos

fines?
159
Bow dobla una esquina. Parece tener un destino en

mente y me alegro.
Mis pensamientos se vuelven más turbios al segundo y

mis párpados pesados. La fatiga se asienta en mis huesos.
—Sigue así. —ordena—. Somos un equipo de dos

hombres. Haz tu parte.
Verdad. Mi parte. Pero cada paso agrega otra libra a mis

pies hasta que son demasiado pesados para moverlos y todo lo
que quiero hacer es... —Siesta, —digo. Al menos, creo que lo
digo. Ya no puedo sentir mis labios.
—¡No! No te duermas. —Gira su brazo alrededor de mis

hombros para sostenerme. Espero que el calor de su cuerpo,
aunque sea tan pequeño como sea, me caliente, pero... no. Solo
hay frío, frío y más frío—. Solo un poco más lejos.
Mi cabeza se inclina hacia adelante, mi barbilla golpea

mi esternón. Doy otro paso, luego otro, contando a medida que
avanzo. Uno, dos, tres... todo el camino hasta ciento catorce,
antes de que empiece a caer... caer...
—¡No! —grita—. Sal de ahí, Ten. Mantente despierta.
Lo siento, trato de decir. Hay una explosión de negro

dentro de mi cabeza y se apagan las luces para mí.
La tierra tiembla, me despierta con una sacudida. Me

pongo de pie y grito —¡Cuatro!
160
El sonido de mi voz me sobresalta. También lo hace el

número. ¿Cuatro? El número de direcciones al que puedo ir.
Norte, este, sur y oeste. Cuatro elementos. Tierra, agua, fuego
y viento.
Y en mi canción: cinco veces cuatro veces tres y ahí es

donde estará.
Una gota de sudor gotea por mi sien. ¿Estoy sudando?

Lo último que recuerdo es que me estaba transformando en
una piruleta. Limpio mi frente, la acción desencadena un
efecto dominó, que termina con un terrible dolor en las sienes.
Haciendo muecas, examino mi entorno. No estoy segura

de lo que espero ver. Solo sé lo que esto no es: una cueva más
pequeña que mi celda en la institución. Frente a mí, un fuego
arde, arrojando rayos dorados de luz sobre las paredes rocosas
que están salpicadas con... ¿sangre seca? ¿Pintura? La
mochila de Bow descansa a mis pies.
—¿Bow? —Mi voz hace eco, pero no hay saludo de

regreso.
Se fue, claramente, pero no se llevó la mochila con ella.

¿Por qué? ¿Dónde podría haberse ido? ¿Cuánto tiempo ha
pasado desde que me desmayé?
Toda la cueva tiembla nuevamente mientras excavo

dentro del paquete. ¿Otra batalla entre los reinos que tiene
lugar cerca? “Lo necesario” consiste en un bloc de notas digital,
un collar con el símbolo de la Troika, una camiseta sin mangas
y un par de pantalones cortos de mezclilla, un par de botas de
combate demasiado grandes para mis pies, seis latas de alitas
de búfalo tomadas del salón del personal y una botella de
vodka.
¡La mayor parte inútil!
161
¿Pero realmente puedo enfadarme? Esas latas... Estoy

tan hambrienta, absolutamente muerta de hambre.
Abro y devoro el contenido de una. Solo una y solo para

la fuerza. Resisto la tentación de comer las otras cinco. ¡Tan
malditamente buenas! Bow también necesita alimento. Dang8,
¿dónde está?
Enciendo la tablet esperando encontrar una nota o algo

para señalarme en la dirección correcta. No me decepciona. En
una caligrafía fuerte y audaz, veo: Ten,
eres una traviesa fisgona. Sabía que no podrías resistirte

a echar un vistazo. Bien por ti. El conocimiento compensa.
Come, escribe el poema más deprimente del mundo, cuenta
rocas o lo que sea que quiera hacer, pero quédate en la cueva.
Si hay otros reclusos por ahí, los encontraré y los llevaré a
“casa”. No te preocupes. ¡Tengo a Troika de mi parte!
En lugar de firmar su nombre, dibujó una imagen de un

hombre sosteniendo un arco y una flecha. Un arquero.
Su nombre es Bow, una vez le dije a Killian.
Bow, respondió. Un arquero usa un arco y una flecha.

Qué lindo.
Y luego, cuando yací en el piso de la cámara de tortura

de Vans, Killian y Bow habían discutido y Killian la había
llamado. Archer.
Niego con la cabeza para desalojar los recuerdos

confusos. ¿Podrá Bow encontrar y salvar a cualquiera de los
otros reclusos sin ayuda? Bueno, ayuda humana. Quizás, pero
8
Usado para expresar asombro o enojo.
162
no es probable. No solo debe enfrentar los elementos y los

guardias, debe convencer a los niños y ganarse su confianza.
Así que. Sí. Tengo un poema para ella.
Estoy sola.
Nunca voy a creer que me cuidas.
La verdad es que
Tener fe en ti es una tontería, no lo creo
Mi bienestar es tu primera prioridad, lo sé
Nos protegeremos la una a la otra. Es tonto. Creo que

me quedo sola
Es el curso de acción más inteligente al estar contigo
Es la forma más rápida de caminar a Primera Muerte:

no, huir de ti
No será fácil, pero estoy dispuesta a hacerlo Y sé que
Estamos mejor juntas
Es una mentira. Porque estoy segura de esto: estoy sola.
Dos lados. La lectura, y la lectura. Lo negativo y lo

positivo
Por una vez, me estoy inclinando por lo positivo. Bow me

necesita. Siempre hay fuerza en los números.
Utilizo el bisturí para cortar la sudadera en varias tiras

de tela, luego envuelvo las tiras alrededor de mis pies y cambio
mis sandalias de reglamento por las botas. Devuelvo el bisturí
a mi bolsillo, luego vuelvo a verificar para asegurarme de que
está allí. Como mi única arma, no tiene precio.
163
Bueno. Todo bien. Empujo con las piernas temblorosas,

la sangre sale corriendo de mi cabeza, con vértigos, incluso
mareada. Me tambaleo mientras camino hacia la apertura de
la cueva. Antes de que ella se fuera, Bow colocó una colgadura
de hojas y ramitas para sellar mi interior e hizo un muy buen
trabajo; Tengo que luchar para liberarme.
La luz del sol de la mañana me saluda, y oh, guau, es

preciosa, pero significa que dormí toda la noche. Una primera
vez desde mi encarcelamiento.
Desafortunadamente, el aire es tan frío que nada de

hielo se derritió del terreno, y mis músculos protestan al
instante, anudándose. Al menos no hay guardias alrededor ni
huellas con botas en la nieve.
—¡Bow! —Grito. Si atraigo la atención no deseada,

atraigo la atención no deseada.
Cuanto más rápido la encuentre, mejor. —¡Bow!
La quietud misteriosa se burla de mí, rota solo por el

ocasional silbido del viento. —¡Bow! —Mientras avanzo, una
tormenta estalla en mi pecho. Los truenos del latido de mi
corazón, seguido de un aguacero de ácido, escaldando todo a
su paso. ¿Qué pasa si algo le sucedió? Estoy seguro de que los
guardias no son nuestras únicas preocupaciones. Cualquier
recluso sobreviviente podría haberla tendido una emboscada,
pensando en saquear sus pertenencias. O peor. Un animal
podría haberla mutilado.
Una ramita se rompe. Me pongo rígida. —¿Bow? —Esta

vez, su nombre es poco más que un susurro.
Una brutalidad de hombre se separa del follaje, junto

con dos de sus amigos. Son Grande, el más grande y el más
que grande y están cubiertos de mugre. Puedo pasar por alto
164
la mugre. Cada hombre tiene algo que quiero

desesperadamente: un abrigo.
Espero que hablen inglés. Espero que sean amistosos,

pero no cuento con eso.
Aun así, intento un trueque. —¿Tenéis hambre? Estoy

dispuesta a cambiar una lata de pollo por un abrigo. —Más
que justo.
El que está en el medio se chupa los labios, y apostaría

a que no se trata solo de comer pollo.
Los instintos de auto preservación gritan, ¡Corre!
Estoy a punto de hacer eso cuando una violenta ráfaga

de viento casi me deja sin aire. Peor, o mejor, el saco del más
grande se abre y veo un poco de cabello rosa corto. ¡Bow! Ella
está apretada contra su pecho fornido, inmóvil, y mi corazón
se estremece de miedo.
A juzgar por la mirada lasciva que los hombres lanzan

en mi dirección, puedo adivinar lo que quieren de dos chicas
solas y no es una conversación ingeniosa. Sé que las
posibilidades de derrotarlos son malas. Tres brutos contra una
astuta peleona. Al menos seiscientas libras de músculo contra
ciento cinco libras de mí.
— ¿La lastimaste? —Mis palabras son fuertes.
Sonrisas más grandes, revelando dientes torcidos y

amarillentos. —Capturamos a los que escaparon para el
médico. —Su acento es denso y ruso—. Volvemos al asilo...
pero no antes de que nos divirtamos.
Ahora la puerta oculta de Vans tiene mucho sentido.
—Vamos muy bien, niña. —Grande—. Nos divertimos

contigo también.
165
—No hay daño. —Más grande—. A menos que te portes

mal.
No hay daño, mi culo. Libero el bisturí del bolsillo,

ocultando el destello de metal detrás de mi brazo. Mis dientes
castañean y la piel de gallina vuelve a mi piel. —Contraoferta.
Dejas caer a la chica y te vas, y no te haré daño.
Una carcajada de más grande y de grande cuando los

ojos de Big se iluminan de alegría. A él le gusta un desafío.
Célebre.
Grande se mueve hacia mí y me doy cuenta de que no

soy la única que esconde un arma.
Hay una daga de aspecto perverso en su mano, pero me

mantengo firme... espera...
No hay otra manera de salvar a Bow.
Cuanto más se acerca a mí, más crece su emoción.

Literalmente.
Él se balancea hacia mí, apuntando hacia mi hombro. Si

su golpe aterriza, no será un golpe mortal, pero me hará gritar.
¡Ahora! Me agacho, evitando el impacto y golpeo mi

bisturí profundamente en su arteria femoral. Puede que no
recuerde todo de mi clase de anatomía humana, pero recuerdo
que el mordisco más pequeño a la femoral puede ser fatal.
Él brama de dolor, la sangre brota de su pierna.

Mientras se arrodilla, trato de alejarme, pero él logra enredar
sus dedos en mi cabello y tirarme de espaldas.
Sus amigos se acercan a nosotros. Levanta su mano

libre, la de la daga, deteniéndolas. Entonces él me da una
sonrisa fría... y me golpea.
166
Esta vez habla en serio y está loco. ¿Su objetivo? Mi

corazón.
De repente veo los méritos de la forma de pensar de

Troika: ser guiado por las emociones puede hacer más daño
que bien.
Levanto mi brazo para bloquear el golpe y la cuchilla se

desliza por mi muñeca, saliendo por el otro lado. El dolor me
consume en un destello brutal, las estrellas brillan detrás de
mis ojos, mareos abrumando mi mente. Lucho para
permanecer consciente. Si me desmayo, muero.
El color en las mejillas de Big se está agotando

rápidamente. Se tambalea hacia adelante y hacia atrás, cerca
de desmayarse, también. Pero primero, él envuelve sus dedos
alrededor de mi cuello y aprieta. ¡No! Balanceo el bisturí en su
garganta, pero él aleja mi brazo, casi desencajando mi hombro
ya magullado.
¡Venga! Cuando me estremezco y forcejeo contra su

agarre, él solo aprieta su agarre.
Las estrellas detrás de mis ojos son reemplazadas por

telarañas de negro. Esto no puede ser. Esto no puede ser el
final. Aquí un segundo, poof, se fue al siguiente. No sobreviví
a la tortura de Vans solo para ser estrangulada en una
montaña.
—¿Quieres mi ayuda, muchacha?
Reconozco esa voz de grava y humo, ese acento irlandés

seductor.
Killian está aquí! En un instante, la alegría consume mi

miedo. —¿Muchacha?
No puedo hablar, solo puedo asentir.
167
Es suficiente. Él dice: —Querrás dejarla ir, muchacho.

Considera esta tu única oportunidad de alejarte. Después de
esto, ni siquiera estarás gateando.
Puedo distinguir su silueta. Él es alto, pero no es tan

alto como los brutos. Con tres contra uno, podría lastimarse
seriamente. ¡O peor! No quiero que se lastime.
—Vete antes de que sea demasiado tarde, chico —, dice

uno de los brutos.
—Respuesta incorrecta.
De repente soy libre, Big es arrancado de mí. Jadeando

por respirar, me pongo de pie, lista para defenderme de Big
antes de que sea capaz de inmovilizarme de nuevo, pero lo
encuentro en el suelo, con los ojos cerrados, un charco de
sangre formándose a su alrededor.
Killian se centra en los brutos restantes. Lo que sea que

le haya hecho a Big asusta mucho a los otros dos.
Los dos más grandes se inclinan al suelo. —Ella es tuya.

—Toma, toma.
Un pequeño jadeo sale de la chica. Ella parpadea y abre

los ojos mientras lucha por sentarse. Un segundo... dos... ella
no tiene éxito, como si su cuerpo se hubiera convertido en
piedra.
—Mal funcionamiento, —se las arregla para salir.
Más grande y más grande levantan sus manos, con las

palmas hacia afuera, y dan un paso atrás.
Corro hacia adelante, pero Killian se me adelanta para

llegar al lado de Bow. Él levanta su brazo, su propia daga brilla
a la luz del sol y se encuentra con mi mirada enojada. —Estos
hombres son No firmados lo que los convierte en tus hermanos
168
¿Es esto realmente lo que quieres para tu vida? ¿Quieres pasar

la eternidad con ellos? —Espero que arroje el arma a los
brutos, pero dice—: Muéstrale quién eres en realidad, Archer,
—antes de golpear la hoja profundamente, profundamente en
el pecho de Bow.
169
De: A_P_5 / 23.43
Para: L_N_3 / 19.1.1
Asunto: Ten, Ten, Ten
Bow está frita. La caparazón inferior no funcionó, permitiendo

que el no firmado me dominara y que Killian me apuñalara.
Hablando del peor espíritu de Vida Eterna, Killian ya tiene a la

chica para él solo, y esa es la buena noticia. Ella está intrigada
con él, al igual que…, no importa. Puedo verlo en sus ojos y sé
que cualquier intento de mantenerlos separados solo hará que
la intriga sea más fuerte. ¿Cómo te gustaría que proceda? ¿Qué
me han autorizado a hacer?
Archer Prince
170
De: L_N_3 / 19.1.1
A: A_P_5 / 23.43.2
Asunto: Tu capacidad de perdonar es humillante
Tienes que soltar tu enojo con el Sr. Flynn. La señorita

Lockwood tenía razón. Te lastima. Y si no tienes cuidado, un
día herirá inocentes.
Te enviaré otra caparazón. Tan generoso como soy, incluso

enviaré uno de tu colección personal.
Y sí, tienes razón. ¡Finalmente! Tratar de mantener a la

señorita Lockwood lejos del Sr. Flynn hará más daño que bien,
pero trate de recordar que el Sr. Flynn es su peor enemigo. Él
destruirá su intriga por su cuenta. Después de todo, empujan
a la gente, y las acciones del Sr. Flynn hablarán por él. Deja
que los tuyos hablen por ti.
Su abuela ha hablado con los generales y, como Ten ha

admitido que necesita ayuda, tiene permiso para ayudarla por
todos los medios necesarios, a menos que, por supuesto, la
171
niña lo despida. Desafortunadamente, todavía no podemos

quedarnos donde no somos bienvenidos.
Además, mira tus seis... o más bien, tus diez.
General Levi Nanne
172
De: A_P_5 / 23.43.2 Para: L_N_3 / 19.1.1
Asunto: ¿Cada momento debe ser un momento de enseñanza?
Es molesto.
De todas formas. Estoy llegando a Ten, lo sé. Y, sin embargo,

todavía se está ahogando en un mar de dudas, reacia a confiar
en sus propios instintos. Si ella no agarra la balsa salvavidas
que le lancé, la vamos a perder.
Me ha gustado. No quiero perderla.
173
De: L_N_3 / 19.1.1
A: A_P_5 / 23.43.2
Asunto: Prepárate para otro momento de enseñanza
Recuerdo el día en que nació Miss Lockwood y el alboroto que

causó en los reinos. Ella absorbía y liberaba tanta luz que
nuestros monitores estaban cegados. Tú también recuerdas el
día; simplemente no se les dijo por qué una luz tan brillante
atravesaba nuestro reino. Los Myriadians afirman que brilló
tan intensamente porque estaba fusionada con uno de sus
generales. Aunque también dicen amar la oscuridad, quieren
nuestra luz. Ellos siempre la quieren.
Y lo sé, lo sé. La señorita Lockwood no está exactamente

brillando en este momento. La oscuridad la envuelve. Pero no
nos damos por vencidos, Sr. Prince. Nunca. Y aunque tenemos
permiso de los generales para hacer lo que se necesita hacer,
el testamento de la señorita Lockwood es lo primero. Lo que
ella acepta de ti, da. Lo que ella rechaza, inténtalo de otra
174
manera. Si ella no agarra tu balsa salvavidas, tírale una

cuerda. Si ella no agarra tu cuerda, échale una rama.
175
Desde: A_P_5 / 23.43.2 Hasta: L_N_3 / 19.1.1
Asunto: Realmente espero...
No ser tan irritante para Ten.
176
Capítulo Ocho
El miedo es el enemigo a tu espalda con un cuchillo en la garganta.
-Troika-
Estoy aturdida por la conmoción tanto como el frío.

Killian, el chico que me salvó de Vans y posibles violadores,
acaba de apuñalar a Bow en el corazón.
¡Killian acaba de apuñalar a Bow en el corazón!
La rabia asoma a través de mi entumecimiento. El dolor

lo arrasa. Un golpe. Una vida, ¿ya se fue?
Después de que todos los asesinados por Killian en el

manicomio, debería haberlo visto venir.
Escupe en Bow antes de volverse hacia los gigantes.
Mientras me tiro encima de la niña, esperando

protegerla de más daños, no puede ser demasiado tarde,
simplemente no puede, esperando que haya alguna manera de
salvarla, demasiado tarde, ya es demasiado tarde, los hombres
de la montaña se dan cuenta Killian acaba de renunciar a su
única arma.
177
—Estúpido muchacho. —Todos sonríen con sus

hambrientas sonrisas, sin miedo a las repercusiones.
—Ven, intenta derribarme, —dice Killian con una

sonrisa propia—. Bienvenidos a vuestra Primera muerte con
los brazos abiertos.
Atacan con un brutal choque de puños. Un error. Un

pop, pop, pop suena cuando Killian rompe sus huesos. Se ríe
mientras golpea, corta, golpea una y otra vez, va por la nariz,
la garganta y, mientras los hombres aúllan de dolor, los
riñones y las entrañas. Él me recuerda a un oso jugando con
su comida.
Cuando Big abandona la refriega para concentrarse en

mí, ¿planea pasarme a buscar y correr? -Killian deja de reír,
deja de jugar y le lanza un golpe mortal. Una patada tan
poderosa en un lado de la cabeza del hombre se hunde y su
globo ocular aparece.
El horror me agarra y el miedo se come los restos.
Me sacudo con tanta fuerza que probablemente parezca

que estoy teniendo un ataque. Killian ha revelado su verdadera
naturaleza. Es una serpiente de corazón negro y va a ganar
esta batalla... va a dirigir su atención hacia mí. ¿Qué pasará
entonces?
No debería esperar para averiguarlo, pero no puedo

obligarme a abandonar a Bow, aunque ella ya no esté.
Con un grito de guerra, Big se zambulle en Killian. Los

dos caen al suelo y ruedan hacia mí. Me revuelvo para evitar
un pie en la cara, viendo como el hombre de la montaña pierde
el control, alimentado por la ira y la adrenalina mientras golpea
con los puños a Killian como un martillo neumático en lo alto.
La bilis me quema la garganta.
178
Killian no muestra signos de ser tocado. ¡O incluso dolor!

Él no trata de proteger su rostro del siguiente golpe... o el
siguiente y el siguiente... mientras agarra al hombre por el
cuello. Siento que tomo los golpes por él, todo mi cuerpo se
sacude. Se arroja a lo más profundo de los árboles,
asegurándose de que ya no esté al alcance del hombre y mi
corazón palpita con la misma medida de alivio y pánico.
Un amable gesto de un asesino.
Me estremezco al alisar mechones de pelo de la frente de

Bow. ¿Qué…?
La confusión me abofetea, eclipsando todo lo demás. He

visto la muerte y esto no es todo. Tiene los ojos abiertos, pero
no tiene iris, ni pupilas, ni siquiera tiene córneas. Las cuencas
están vacías.
Mi corazón deja de latir y comienza a galopar mientras

paso las yemas de los dedos sobre una cuenca y luego la otra.
En realidad, no están vacíos, pero están cubiertos por una
película tan clara y suave como el cristal. Me inclino para mirar
más allá de la película.
Dentro de su cabeza no veo sangre, tejido o cerebro.
No entiendo.
La miro con más cuidado. En el momento de la muerte,

la vejiga y los intestinos de todos se liberan. Es solo un hecho
de la vida. Una humillación final, supongo.
El último que te jodan de la muerte. Pero su mono no

está mojado o manchado entre sus piernas.
¿Está viva?
La esperanza se enciende, aunque sé que el pensamiento

es imposible. Esas cuencas ...
179
Dirijo mi atención a la hoja que sobresale de su pecho.

No hay movimiento que indique que está respirando. Yyyyy ni
una mota de sangre decolora su mono alrededor de la cuchilla.
Hay un punto húmedo, pero está cubierto por... ¿polvo de
diamante?
¿Qué está pasando?
Mi mente está dando vueltas, pero no llego a ninguna

parte y rápidamente le arranco el cuello, rasgándole hasta la
parte superior del ombligo. La hoja está enterrada hasta la
empuñadura en su corazón, pero todavía no hay una gota de
sangre. Hay más polvo de diamante líquido.
No sé qué pensar... o qué hacer. Estoy demasiado

empañada por el dolor, la fatiga y la incertidumbre para dar
sentido a cualquier cosa.
Un gruñido atrapa mi atención. Un chasquido. Otro

aullido de dolor.
Me concentro en la batalla que todavía está furiosa y

trago un gemido. Los chicos están de regreso en el claro, y Big
está haciendo su mejor estrella de oro para asestar un golpe
en cualquier lugar del cuerpo de Killian. Pero Killian es
demasiado rápido, es como comparar un carro tirado por un
caballo con un auto de carreras, agachándose y golpeando con
un ritmo hipnótico. Su habilidad es magistral y la parte de mi
cerebro enamorada de los números se sienta y lo nota, incluso
suspira soñadoramente.
Golpe, golpe, patada. Golpe, golpe, patada. ¡Golpe,

golpe-wow! Él usa cada parte de su cuerpo para infligir el daño
máximo. Él es un arma letal.
Me estremezco al verlo ejecutar un cabezazo perfecto.

Mientras su oponente gira, se sumerge en el tipo, sus dientes
se rasgan en una tierna garganta... y él es hermoso, tan
180
terriblemente hermoso mientras lo hace. Mientras Big aúlla,

rompe el fornido brazo del tipo y, con un golpe de codo bien
colocado, rompe la nariz ya rota del hombre.
El Más grande gotea, pero aún no está fuera de combate.

Él gruñe y se arrastra hacia Killian. — Te…mataré…
Se me seca la boca, “levántate, ¡haz algo!” Pero Killian se

ríe con su risa escalofriante sin humor. —No lo harás. Si
quieres que termine rápido contigo, me darás tu abrigo antes
de que tenga que ensuciarlo más. De lo contrario, tu dolor solo
empeorará.
Mientras habla, la tierra tiembla. Su mirada se desliza

hacia mí. ¿Para asegurarse de que estoy bien o de que estoy
mirando? ¿Está presumiendo o teme que corra?
Corre... sí, probablemente debería correr. Ha

demostrado ser homicida, indigno de confianza y simplemente
loco.
Pura maldad. Bow intentó advertirme.
Si me quedo, vamos a luchar. Definitivamente

verbalmente, tal vez físicamente. ¿Y el resultado final? Perderé
contra él. Tengo que matar a un león antes de que puedas
matar a un dragón. Él es mucho más experimentado en
combate. Mi conocimiento se limita a peleas y guardias de la
cafetería que no aceptaban un no por respuesta.
Por el momento, sin embargo, nada de eso importa. Me

quedo quieta, a pesar del peligro. Tengo preguntas,
muchísimas preguntas y él podría tener respuestas.
Como precaución, utilizo la poca fuerza que me queda

para aflojar la cuchilla del torso de Bow. Una cuchilla con cero
gotas de carmesí. Estoy estupefacta de nuevo. Sus heridas se
abren, pero no hay músculo o hueso debajo de su piel salvaje,
pero... ¿electrodos pulsátiles?
181
La confusión me bombardea, mi mente girando de

nuevo. Yo no... ¿Cómo ... por qué?
—Solo quiero a la chica. —Big golpea a Killian y maldice

en ruso cuando falla.
—Sí, lo sé. —Killian le da un puñetazo en la mandíbula

al hombre, haciendo que gire mientras escupía sangre y
dientes—. El problema es que nunca me ha gustado compartir
mis juguetes.
¿Entonces soy un juguete ahora?
Olvida la confusión. Hola, rabia. Cortaré primero y haré

mis preguntas más tarde.
El más grande se pone de pie, preparándose para lanzar

otro ataque, pero ya he tenido suficiente. El tiempo de juego
ha terminado. Todavía estoy débil y todavía estoy temblando,
pero mi objetivo es simple. Entrar y salir sin que ninguno de
los dos lo note, hasta que sea demasiado tarde.
Corro en la refriega. O más bien, trato de correr hacia la

refriega. El frío gélido ha convertido mi sangre en lodo,
ralentizando mis movimientos, y no ayuda que las lesiones que
Vans infringió sobre mí estén hinchadas, mi piel estirada sobre
la cada herida.
Grande nota mi enfoque y pivota hacia mí. Demasiado

sigilo. Mientras levanto la hoja, con la intención de ir por su
garganta ya herida, demasiado tarde para dar marcha atrás
ahora, él desliza su brazo para darme la vuelta. Me agacho,
pero no soy lo suficientemente rápida y termino recibiendo el
golpe a un lado de mi cabeza.
El dolor explota dentro de mi cráneo mientras caigo.

Afortunadamente, una oleada de adrenalina inunda mis venas
cuando chocó contra el suelo. Determinada, giro hacia él,
alcanzando para apuñalarlo. La espada se hunde en su
182
costado, la sangre sale a borbotones. Él aúlla y me intenta

alcanzar.
Killian patea su brazo fuera del camino y clava una daga

en su ojo. El siguiente aullido de Big es una burla del primero.
Luego se calla.
Colapso en el suelo, sin aliento. Se acabó. La batalla ha

terminado. Para uno de ellos, al menos.
Una sombra cae sobre mí. Me pongo rígida, mi mirada

recorriendo el rostro manchado de sangre de Killian. Salpicado
de sangre, a pesar de que no veo lesiones reales en él. Aún más
extraño, él es mucho más hermoso que antes, porque su suave
apariencia se ha eliminado. Su encanto y seducción son
reemplazados por una determinación salvaje.
Por alguna razón, el miedo me abandona. Lo que tenga

que suceder, sucederá. Voy a tratar con ello.
He tratado con cosas peores.
Sus manos con puños a los costados. —Lo tenía todo

bajo control, muchacha.
—Sí, bueno, te estaba costando demasiado tiempo.
—¿Te quejas? Te salvé la vida.
—¿Por qué me la salvaste? ¿Para matarme por ti mismo,

de la forma en que mataste a Bow?
—Bow se retrasó en recibirla. —Le da una patada a la

chica en el estómago y sonríe con satisfacción—. A ti no voy a
lastimarte. —¿Por qué lo haría? Ahora soy dueño de tu alma.
¿No es esa la regla de salvar vidas?
Y ahora el encantador está de vuelta. —Estás con

Myriad. Eres anti-reglas.
183
—Por ti, haré una excepción.
—Qué dulce. Pero no. Pase duro.
—Es posible que desees reconsiderarlo. Hay cortes y

hematomas en toda tu cara, y hay un bulto en tu mandíbula.
Tú, Tenley Lockwood, eres actualmente horrible. Asustarás a
todos los demás rescatadores potenciales.
—Un riesgo que estoy dispuesta a asumir.
—Demasiado malo. —Extiende una mano para

ayudarme a levantarme, la misma mano que clavó una espada
en el pecho de Bow. Como un cangrejo camino hacia atrás,
pero él suspira y me sigue—. Voy a ayudarte, muchacha y eso
es todo.
¡Cero! Con cada pulgada que gano, mi muñeca

sangrante grita de nuevo. Finalmente me detengo. No tengo
otra opción, mi cuerpo se niega a cooperar. Moverme no me
hizo bien, de todos modos. —Soy un desastre. ¿Cómo estás
tan... bien?
Él se ríe. —Estoy bien, ¿verdad?
No voy a responder a eso. —No tienes cortes, hematomas

o bultos. —Su pelo corto y oscuro está ligeramente desgreñado.
Las manchas azules en esos ojos de oro fundido brillan con
diferentes grados de amenaza a pesar de su diversión. —Solo
trece rayas de sangre.
En el pasado antiguo, trece pasos conducían a la horca.

La soga del verdugo tenía trece nudos. A los trece años, los
niños se consideran adolescentes.
184
No es de extrañar que el número trece sea odiado en todo

el mundo. Si hubiera trece meses en un año, el decimotercero
probablemente se llamaría Helluary9.
—Contando, ¿verdad? —Killian se agacha frente a mí, su

determinación solo crece—. He notado tu afinidad por los
números. Un poco obsesivo, muy lindo.
—He notado tu afinidad por el asesinato a sangre fría. —

No me va a distraer ni a ganarme. Respuestas seguidas por
una vía de escape. Ese es mi plan y me estoy apegando a eso.
Él no está en lo más mínimo avergonzado. —Apenas. Los

montañeros eran de defensa propia, por lo que no cuentan.
Archer Bow todavía está vivo.
La falta de sangre... el líquido brillante... esas cuencas

claras... los electrodos debajo de su piel...
—Imposible, —digo, pero hay un temblor en mi voz.
—Créeme. Lo verás de nuevo.
—¿Él? ¿Estás tratando de decirme que Bow era... era un

tipo llamado Archer?
—No estoy tratando de decirte nada, muchacha.

Simplemente estoy declarando hechos. —A pesar de que
parece improbable, sin embargo, creo... creo que hay algo de
verdad en lo que dice.
Bow no es Bow... y tal vez Bow no está muerta. —¿Cómo

la veré a él o ella, otra vez? ¿En el Interminable? ¿Y por qué lo
apuñalaste?
Muéstrale quién eres realmente...
9
Infernario.
185
—Por mil razones diferentes. —Se encoge de hombros—

. En la parte superior de la lista, sabía que se sentiría bien.
La irritación es como un toro con cuernos, carnero,

espolón, embistiendo mi fachada tranquila. —A los vencedores
se los adora y se aborrecen los fracasos, ¿verdad?
Él ignora mi tono seco y asiente. —Exactamente.
— Mientras tanto, no tienes idea de lo equivocado que

estás. Los vencedores pueden ser odiados. —El toro con
cuernos comienza a embestirlo, creo.
Él dice, —Tu precioso Bow es mi enemigo.
—No. Ella es…
—Un Obrero Troikan.
La declaración hace eco entre nosotros. —Imp…

imposible. ¿Verdad? —La toqué, y ella nunca protestó. Nunca
me acusó de cometer un crimen.
—Piensa, muchacha. ¿Por qué existiría la ley sino para

ocultar a aquellos que desean pasar como humanos? Cuando
está encubierto, una caparazón puede tocar a quien desee. Hay
que combinarse ¿no lo sabes?
La frescura de la piel de Bow... al igual que la frescura

de la piel de James... y la frescura de Killian.
Me lamo los labios —¿Eres un Obrero de Myriad? —No,

no. Él no puede ser. Él no es una caparazón.
Las caparazones no pueden tener relaciones sexuales

con humanos. ¿Pueden? Y, sin embargo, se jacta de sus
conquistas.
Él me mira con atención mientras dice, —¿Qué piensas?
186
—¿Lo eres? —Insisto, bordeando la desesperación

ahora.
—Qué. Estás. Pensando?
—¡Dímelo!
Él extiende su mano. —Simplemente tócame. Entonces

me lo dices.
Niego violentamente con la cabeza. ¿Tocarlo? De

ninguna manera, no cómo. Nunca más.
Él sonríe sin humor. —Me gustas, muchacha. No

debería, pero hay algo sobre ti. Eres inteligente y me haces
pensar. Ahora usa tu cerebro y resuelve esto, porque los dos
sabemos que no vas a creer nada de lo que te diga.
Mi mano vuela hacia mi corazón y lo frota. ¿Qué sabía

más allá de cualquier duda? — Amas a Myriad. Tuviste la
oportunidad de darme una visita virtual como ninguna otra. El
Dr. Vans te pagó para firmarme pero lo mataste.
—Oh, sí, ciertamente lo maté, —dice—. Con gusto. Pero

él no me estaba pagando. No tenía nada que yo apreciara.
Fácil de decir, difícil de probar. —¿Cómo sabías su

mentalidad si no estuvieras trabajando para él?
—Conecté todo el edificio y escuché cada una de sus

conversaciones. Tan pronto como toque en tu sesión de tortura
final, comencé a buscarte. Pensó que estaba bien lastimarte,
usar mis acciones en tu contra. Le enseñé el error de sus
maneras.
Una violenta ráfaga de viento sopla entre nosotros, tan

fuerte que me hace resbalar en la base de un árbol. El aire
explota de mis pulmones, mis moretones gritan en señal de
protesta.
187
Mi mirada se ve más allá de Killian. No tengo idea de qué

decirle. ¿Es o no es él?
Me pongo de pie. Mis dientes castañean mientras me

tropiezo con él y me acuclillo junto a Big. Es el más pequeño
de los tres y, aún mejor, su ropa ha sufrido la menor cantidad
de daño, a pesar de los mejores esfuerzos de Killian. Solo hay
unas gotas de sangre en su abrigo. Lo remuevo con dedos
temblorosos. Mis heridas protestan cuando paso los brazos por
los agujeros y me cubro la cabeza con la capucha.
—¿Robar ropa de un cadáver? —Killian parece

impresionado—. Eso es bastante duro, ¿verdad?
—Planeaste hacerlo.
—Sí, pero en realidad soy duro de corazón. —Su acento ha

cambiado. No, no ha cambiado, en realidad no, pero cuanto
más atentamente escucho, más detecto los acentos de
diferentes partes del mundo.
Las ramas se rompen, aunque ninguno de nosotros se

movió. ¿Hay alguien ahí afuera? ¿Uno de los niños de la
institución? ¿Uno de los guardias? ¿Otro hombre de la
montaña? Me estremezco, me balanceo. ¡Y cero! Los mareos
están llamando a la puerta de mi mente.
Lo hago lo mejor que puedo para enfocarme cuando una

gran sombra se desliza sobre las hojas, moviéndose
lentamente, una mera pulgada a la vez. Nudosos dedos de
terror se arrastran por mi espina dorsal. No estoy segura de
cuánta pelea me queda.
—Killian, —susurro—. Alguien viene.
Su ceño fruncido es oscuro, una promesa de violencia.

—Lo sé. Dile que se mantenga alejado de nosotros.
—¿Él? ¿Quién hay ahí fuera? ¿Un recluso?
188
—Dile que no se lo quiere aquí.
¿Un guardia? —Las palabras no servirán de nada.

Tenemos que...
—En este caso, las palabras son todo lo que necesitas.
Todo lo que necesito. ¿No a él? Aunque no lo entiendo,

levanto el cuchillo que usó en Bow. —Estamos armados. No te
acerques más.
—Puedes hacerlo mejor que eso, muchacha. Dile que no

quieres saber nada de él.
¿Por qué? Algo sobre esta situación está mal, lo siento

en mis huesos congelados, así que no digo nada más.
—Muy bien. Trabajaré con lo que tengo. —Killian me

coge la muñeca y me arrastra—. Vamos a llevarte a un lugar
seguro.
La sombra nos sigue, pero mantiene la misma distancia,

como si él no se acercara o no pudiera acercarse.
Por el camino, Killian lanza mi hoja con un solo golpe de

su brazo. —No necesitarás esto.
Mi hombro vibra de dolor y lloro mientras me alejo de él.
El ruido lo hace estremecerse. —Lo siento, —

refunfuña—. No quise lastimarte.
No ofrezco ninguna respuesta. Todavía tengo el bisturí,

pero no lo uso cuando se da vuelta, me levanta y me acuna
contra su pecho, con sus brazos fuertes, bandas intratables a
mi alrededor. Incluso me río contra él, sorprendentemente
dócil. Estoy vacía. No tengo nada más. Lucharé mañana.
Se dirige hacia... mi cueva, me doy cuenta. ¿Él sabe

dónde pasé la noche? El fuego es bajo, pero sigue crepitando.
189
Me deja y aviva las llamas con troncos escondidos en las

sombras. Cuando las llamas son lo suficientemente altas, el
calor flotando en el aire, me saca del abrigo.
—¿Qué estás haciendo? ¡Oye! ¡Devuélvelo! Es mío. Lo

robé justo fuera de la ley.
—Voy a atender tus heridas. No podrías pagarme lo

suficiente como para usar el abrigo. Tengo estándares.
Entonces, ¿por qué estaba tratando de no ensuciarlo

durante la pelea? ¿Por mí? La idea me lanza en espiral.
Y agrega —Sugiero que profundices y encuentres el tuyo.

—La burla en su tono...
Como si estuviéramos jugando un juego. ¡Suficiente de

sus juegos! Me hacen perder el equilibrio y...
Me hacen perder el equilibrio. Bueno, no me extraña que

él juegue.
Me quedo quieta. Si él es un ML, no me hará daño. Hará

lo que dijo y cuidará de mis heridas. Porque yo soy la que tiene
poder en nuestra relación. Soy la que tiene algo que quiere: la
clave de mi futuro.
Se instala frente a mí y clama mi muñeca con tanta

fuerza como su agarre. Al igual que Bow, como todas las veces
anteriores, no irradia calor de él.
—¿Tienes miedo de mí? —Pregunta, y ahora hay un

matiz en su tono.
¿De verdad le importa la respuesta? —Lo tenía. Ahora

no lo tengo muy claro.
—¿Crees que me aprovecharé de ti?
190
—Tal vez. No te conozco Realmente no. Espera. Tacha

eso. Sé que eres un asesino.
—¿Todavía insistes en unas cuantas muertes? —Su

expresión es gentil cuando se encuentra con mi mirada—.
Nunca te lastimaré. No otra vez. ¿De acuerdo?
Me muerdo mi labio inferior. —¿Eres un obrero de

Myriad? —pregunto de nuevo.
—Si lo fuera, ¿crees que los poderes podrían permitirme

admitirlo antes de que te hubieras dado cuenta?
Tal vez. Tal vez no. —Si lo eres, debes saber que no
puedo dejarme hechizar o atemorizar para que haga mi
elección. Mi lealtad tiene que ser ganada.
—¿Estás segura de que no te pueden encantar? —Se

lleva mi mano a la boca y besa mis nudillos, haciéndome
estremecer— ¿O es mi encanto lo que te asusta?
—¿No? —Ugh. Solo Ugh. ¿Una pregunta? ¿De Verdad?
Él sonríe cuando me suelta y saca un delgado paño

negro de su bolsillo trasero. Cuando desenrolla el material, veo
jeringas, un carrete de hilo resplandeciente como cadenas,
toallitas limpiadoras, tubos delgados de ungüentos y vendas.
Recuerdo el vodka en la mochila y, aunque me gustaría

beber para llegar al olvido, decido no darme el gusto.
Demasiado vívidamente recuerdo mi intento de zumbar vino
para acariciar las pestañas de este tipo.
Además, la calidez del fuego está ayudando a aclarar mis

pensamientos y las respuestas que no quiero enfrentar están
comenzando a cristalizar, golpeando contra lo que queda de la
incredulidad. Puede que no quiera aceptar la verdad, pero debo
hacerlo.
191
Bow sin ojos... sin sangre... los electrodos... el nombre

Archer... mis dudas se desvanecen una por una hasta que me
queda la única verdad desnuda.
Ella… él… es un TL. Vino a Prynne para reclutarme. Se

hizo amiga mía, me espió e intentó manipularme.
Fui demasiado tonta para verlo.
Y luego estaba James, cuyo cuerpo era tan frio como el

de Bow y Killian. ¿Era él, es él, un ML? ¿Me engañó
intencionalmente?
La gran estafa … Una flecha de incertidumbre me deja

sangrando. Realmente lo amaba, pero eso no significa que
realmente me amara.
La incertidumbre se expande, creando una herida fresca

en mi corazón. Me contó historias sobre su infancia, cómo
jugaba a escondidas con sus osos de peluche, fingiendo que
eran hermanos y hermanas, y yo me había relacionado. Le
acaricié el pecho mientras admitía que ser guardia en Prynne
era simplemente un peldaño para convertirse en detective.
Sollocé por él después de que le dispararan. Permanecí

despierta noche tras noche, dando vueltas y vueltas,
culpándome por lo que le sucedió. Había deseado tanto
escapar, comenzar una vida con él. Una vida real.
Todavía le lloro.
Killian me coge las mejillas y me obliga a enfrentarlo. Él

frunce el ceño. — ¿Qué ha causado este malestar?
Le digo la verdad. ¿Por qué no? — James.
Un músculo palpita bajo su ojo, como si estuviera

enojado. —El novio.
192
—Sí. —Y oh, cero. Mis ojos están ardiendo, mi pecho se

contrae y mis sienes palpitan. Mi mundo entero se ha vuelto
patas arriba y mi mente está a punto de romperse. Me
apresuro a cambiar el tema antes de que se descomponga—.
¿Había otros niños por ahí?
—Un puñado. —No ofrece nada más mientras levanta

las herramientas que necesita de la tela.
—¿Cuántos estaban vivos?
—Menos que un puñado. —Otros fueron capturados por

montañeros—. Aplica un gel transparente sobre mi herida.
Una repentina marea de náuseas casi me dobla. Respiro

pasando el dolor, diciendo: —¿Qué les sucederá?
—No lo sé. Ellos no son mi problema.
—Bueno, tampoco soy tu problema. —Un plan toma

forma. Salva a los prisioneros capturados por los montañeros,
lidia con mis heridas más tarde. El tiempo es la esencia.
Pero ¿no es así siempre?
Cuando trato de levantarme, Killian me detiene.
—No vas a ninguna parte. Eres mi problema. —Su

mirada se encuentra con la mía y se mantiene cerrada, el aire
entre nosotros se espesa—. Sabes por qué. Dilo.
—Yo... sé por qué. —Finalmente vocalizo la admisión—.

Tú... eres mi ML.
Una cascada de alivio acompaña las palabras. Y la

verdad te hará libre.
—Lo soy. —Él refleja el alivio de nuevo en mí—. Hay

muchos tipos diferentes de Obreros. Mi subdivisión no es
confesar nuestros orígenes a menos y hasta que el ser humano
193
lo descubra, permitiéndonos entrar y salir de la vida a

voluntad, haciendo que nuestra misión sea menos complicada.
Mis mejillas se calientan mientras pregunto, —

¿Realmente tienes sexo con tus humanos?
Él me da una media sonrisa. —Las caparazóns sienten.

He experimentado cada sensación humana, excepto el
sangrado. Solo he tenido una hemorragia.
—¿La hemorragia no es un sangrado?
—No es para espíritus. —Él pasa el pulgar por el pulso

en mi muñeca. Un pulso que solo late más rápido—. Déjame
mostrarte más de mi reino. Responderé cualquier otra
pregunta que tengas y verás cuán perfectamente encajas.
Comprenderás lo importante que eres para nuestra causa.
—Puedo adivinar qué tan importante piensas que soy.

¿Le sueno tan amargo como me digo a mí misma? —Troika me
considera un Conducto, lo que significa que Myriad me
considera un Abrógate.
—No lo vi al principio. Pensé que eras solo otro dron del

ejército. Pero eres mucho más, muchacha, y te necesitamos.
Dirigirás una legión de Líderes y Obreros, planearás ataques
estratégicos y dirigirás a tu ejército personal hacia la batalla.
—Entonces, un trabajo fácil.
Su siguiente sonrisa es megavatio.
—Tal vez mi primer acto como Abrógate sea garantizar

que te azoten públicamente.
Se encoge de hombros. —No sería la primera vez.
La admisión desechable en realidad... me entristece.
194
—Si Troika te gana, su luz se intensificará e invadirá

nuestro reino. Ha sucedido antes. Solo una vez, pero perdimos
millones. Nuestros espíritus no pueden sobrevivir en la luz, al
igual que los suyos no pueden sobrevivir en la oscuridad.
¿El destino de la guerra depende de mi decisión? No,

absolutamente no. La presión... es demasiada. —Te he visto en
la luz y Archer en la oscuridad.
—No. Has visto mi caparazón a la luz y su caparazón en

la oscuridad.
Presión... creciendo... —No estoy interesada en otra

charla o respuestas. —No ahora. Estoy en medio de un tira y
afloja, la soga alrededor de mi cuello, y cada respuesta que me
da me quita un poco más. — Hay mucho que hacer. Tan pronto
como me haya remendado, iré detrás de los otros presos.
—Ya veremos. —Killian limpia el gel que había aplicado

con una toallita húmeda, y pica, pero solo al principio. Debe
haber algún tipo de agente anestésico empapado en la tela.
Él selecciona una jeringa, y cuando su dedo hace

contacto con la barriga, el líquido en su interior comienza a
burbujear. Líquido burbujeante que inyecta profundamente en
la herida. Se desvanece todo atisbo de adormecimiento, la
espuma se eleva desde el centro y se derrama por los lados.
Siseo.
—¿Te rompería el corazón descubrir que San James es

un obrero? —pregunta mientras trabaja— ¿Que lo enviaron
para convencerte de que firmes con Myriad?
Mi mente... amenazando con volver a derrumbarse... —

Me amaba, me amaba.
—¿Estás segura? ¿Apostarías tu vida en ese hecho?
195
—Sí, —empiezo a decir, solo para dudar. ¡Cero! No puedo

pasar por alto la evidencia simplemente porque no me gusta.
—¿Lo hizo? —Pregunto suavemente— ¿Él?
—Dímelo tú.
Nada de esta mierda de nuevo. Necesito la verdad,

incluso si me rompe. Al menos podré recuperarme. —Admito
que es un Obrero, está bien. Ahora dímelo. ¿Era simplemente
una misión para él?
Él me mira con el calor creciendo en sus ojos y es como

si una fiebre repentinamente me alcanzara. —Recuerda, la
verdad duele por un momento. Las mentiras duelen para
siempre. —Su voz es tan suave como la mía—. Sí, eras
simplemente una misión para él. Lo siento.
Le creo. Le creo porque no tiene motivos para mentir y

todas las razones para ocultar una verdad tan perjudicial.
James me usó. Me engañó. Esos momentos de consuelo

robados, tan valiosos para mí, eran tanto una herramienta de
manipulación como la tortura de Vans. ¿Pero la peor parte?
Vans, un vil mercenario, fue honesto acerca de sus
intenciones, mientras que James, que profesó amarme, solo
me engañó.
Cómo se debió haber reído de mí, la tonta ciega y

desesperada.
—Lo siento, —repite Killian—. James usa un guion. Un

método de engaño para obtener lo que quiere.
Una larga estafa.
Mi sueño de feliz para siempre con él, uno que no sabía

que se quedaría en mi corazón a pesar de su supuesta
desaparición, muere mil muertes violentas.
196
Por una vez, una muerte realmente es el final.
No te rompas. —También tienes un guion, —digo sin

ninguna emoción.
—Nunca mentí a mis asignaciones. Y tenía un guion. Te

mostraré una parte de Myriad que sabía que te encantaría, te
impresionaría con historias de mi fortaleza. Mi guion
funcionaba tan bien como el suyo. —Killian teje el carrete de
hilo brillante a través de mis hilos de piel que están tan
calientes como las cadenas, cauterizando la herida después de
unir mi carne—. Ahora estoy haciendo algo nuevo. Estoy
improvisando.
Gotas de sudor sobre mi frente y otro silbido se me

escapa. —Eso tampoco va a funcionar para ti.
—También veremos sobre eso. —Me da una pequeña

sonrisa que insinúa una gran cantidad de secretos. El pasado
que solo había comenzado a compartir—. Tu umbral del dolor
me sorprende. Pensé que gritarías.
—¿Por qué iba a gritar? El dolor físico nunca se

comparará con la angustia mental.
La diversión se desvanece. —Lo siento, —dice

nuevamente—. Solo deberías ser mimada.
¿Está coqueteando conmigo? ¿Aquí ahora? ¿O

simplemente está improvisando?
—Solo detente, ¿de acuerdo? A diferencia de tus otros

objetivos, me doy cuenta de la inconstancia de la atracción
humana. —Puede que me conduzcan muchas de mis
emociones, pero no la lujuria. Nunca. Lujuria.
—El cuerpo no siempre anhela lo que es bueno para él.

Es por eso por lo que la atracción nunca será suficiente para
197
mí. Es por eso por lo que tiene que haber más. Amor. Devoción.
Determinación. Cosas que no puedes ofrecerme.
—¿Cómo sabes lo que puedo ofrecerte? Y solo piensas

que puedes vencer la lujuria. Si alguna vez hubieras
experimentado un verdadero placer físico, te darías cuenta de
lo ridícula que pareces.
Mi temperamento, algo salvaje, se libera de su jaula. —

¡Hey! No tienes idea de lo que he experimentado. Nunca lo
sabrás. —Soplo y resoplo en un esfuerzo por calmarme—. La
lujuria nunca será más importante que el compromiso. El
compromiso aumenta las probabilidades de una relación
exitosa a mi favor.
Todavía él se burla. —¿Crees que las relaciones pueden

sobrevivir siglos? Hay muchas delicias sabrosas por ahí...
muchas bellezas para ser probadas.
—La belleza se desvanece. —Bow dijo una vez que era

simplemente una capa externa. Corazón y respeto, esos duran
para siempre—. El carácter dura para siempre.
Una de sus cejas se eleva. —¿Estás diciéndome

cortésmente que te gusta mi exterior pero no mi interior?
—¿Fui educada? Bueno, un punto para mí. Aunque

fuera inintencionadamente cuenta para algo, ¿verdad?
Él se ríe suavemente cuando termina los puntos.

Suavemente envuelve mi muñeca en una venda. —Ahí. Todo
listo.
Odio decirlo, pero se debe gratitud. —Gracias.
—Oh, muchacha. No me des las gracias todavía. —

Sonríe de nuevo, esta vez de seducción—. Una vez que hayas
sanado, iré detrás de ti con todo lo que tengo.
198
Una advertencia. Un reto. Mi corazón realiza una serie

de vueltas dentro de mi pecho. —Te olvidas… —le digo— …de
que te he visto en acción. No eres rival para mí.
Su sonrisa solo se ensancha. —¿Es eso así?
—Eso es así. Prepárate para experimentar tu primera

derrota, Killian.
199
Capítulo Nueve
El final siempre justificará los medios.
-Myriad-
Llevo mi muñeca herida a mi pecho, poniendo fin a todo

contacto con el tipo que ha demostrado ser una cornucopia de
contradicciones. Amable pero cruel. Afable pero mordaz.
Preocupado pero indiferente. Para alguien que vive en un reino
donde las emociones son prácticamente doradas, parece que
no sabe cómo manejar las suyas. Y tal vez ese sea el punto:
liberar sus emociones los purga.
Pero purgar siempre te deja vacío. Vacío, puedes ser

llenado.
Yo expulso un aliento. ¿Alguna vez detendré este tirón

de guerra?
Killian me estudia, su expresión es ilegible cuando dice,

—¿Qué te hace pensar que perderte sería mi primera derrota?
Pudo haber sido capaz de enmascarar su expresión, pero

no puede ocultar los hilos de amargura en su voz y estoy
intrigada. —¿Qué… o a quién… perdiste antes que a mí?
200
Un segundo se desliza en otro, la tensión chispeando

entre nosotros. Tensión... y una conciencia innegable. Es como
si estuviera viendo su alma y a pesar de lo que dije antes, hay
belleza dentro de él. Es un niño con heridas tan fuertes como
las mías y sueños igual de vividos.
—En este momento. —finalmente dice—. Estoy

empezando a perder la paciencia. Sabes que Myriad es perfecta
para ti y sin embargo, te resistes a hacer un pacto. Sabes que
encajas con nosotros. Sabes que será más feliz con nosotros.
Luz de luna... luz del sol. Venganza... perdón.

Fusionada... solitaria.
Él está equivocado. ¿Cómo puedo saberlo?
Me levanto, balanceándome cuando me tiemblan las

rodillas. —Voy a encontrar a los otros presos y…
—No, muchacha, vas a dormir. —Un cierto comando—.

El medicamento…
—Hazme un favor y no estés aquí cuando regrese, —

interrumpo. Cuando avanzo, una ola de negro me recorre. Me
caigo. Que…
—… se va a activar cualquier segundo, —termina

mientras sus fuertes brazos me atrapan. Me baja al suelo y ya
no sé nada más.
Jadeando, abro los ojos y me pongo de pie. Un collage de

recuerdos se apresura a la vez. Mi escape. La pelea con los
gigantes. Mi rescatador, que está sentado frente a mí, el fuego
crepitando entre nosotros, volutas de humo que se encrespan
201
en el techo de la cueva. Las paredes están temblando, pero

pronto se detienen. ¿Otra batalla del reino?
Killian no parece darse cuenta. Se siente cómodo en la

oscuridad, un fantasma en profundidades familiares.
Una luz azul emana de su muñeca, pero con un solo

toque de sus dedos, la luz muere.
—Tu... eso... —tartamudeo.
Descarta mi desconcierto con un gesto de su mano. —

La bella durmiente se despierta por fin.
La irritación florece. —Antes me llamaste horrible.

Básicamente una bestia.
—Antes eras horrible. Una absoluta bestia. Ahora el

medicamento ha golpeado fuerte.
La medicina... —¿Cuánto tiempo estuve fuera? —

Pregunto con picardía.
—Aproximadamente seis horas.
Hay seis puntos en la Estrella de David. Seis, el número

atómico para el carbono. Un paquete de seis cervezas, lo que
podría usar en este momento.
—Aquí hay una pregunta mejor, —dice— ¿Te sientes tan

bien como te ves?
Yo... me siento bien, me doy cuenta. La herida en mi

muñeca no es más que una costra larga y delgada, sin los
puntos de sutura. ¿Disuelto? Los nudos en mis músculos se
han aflojado, y cuando acaricio con cuidado mi mandíbula,
noto que la hinchazón está baja.
—No voy a decir gracias, —murmuro. Él me ayudó para

su beneficio, no el mío—. No otra vez.
202
—¿Prefieres agradecerme con hechos? Bueno, acepto.
Le doy un saludo bizqueando. ¿Le basta con esa acción?
Él se ríe abiertamente, el sonido de su risa oxidado. —

Nunca he entendido el insulto de mostrar tu dedo medio. Soy
el número uno en tu libro, Odio eso? —Mientras habla, se
estira, saca el bisturí del bolsillo y se da la vuelta, tirando el
metal por la cueva.
Jadeo con sorpresa y confusión. Luego veo el bisturí

incrustado en la garganta de un intruso. Un gruñido de dolor
resuena cuando el hombre enmascarado se cae a la cara.
Killian salta a sus pies. —Quédate aquí, muchacha.

Quiero que estés protegida todo el tiempo. Conociéndote, sin
embargo, decidirás correr. Si es así, todo lo que tienes que
hacer es mantenerte viva. Te encontraré.
Mi corazón golpea contra mis costillas mientras vuela a

través de la salida.
Corro hacia el lado del hombre herido para arrancarle la

máscara, y un escalofrío me recorre. Él es un guardia de
Prynne. Trabajó allí cuatro meses, seis días y ocho horas,
durante los cuales soporté dieciséis meneos de cejas,
veintisiete sonrisas lascivas y tres invitaciones a la fiesta en
sus pantalones. Si “se la chupaba”, dijo que me daría una
barra de chocolate.
Una barra de caramelo. Como si eso fuera todo lo que

valgo. El recuerdo aún hace hervir mi sangre.
Él me mira, frenético, una ráfaga de borboteo carmesí

sale de las comisuras de su boca.
Tú no conoces su corazón, Él es capaz de cambiar, todos

lo somos. Dale una segunda oportunidad, diría Archer
probablemente.
203
Córtale la polla y métesela en la boca, diría Killian

definitivamente. Él puede comerse su propia barra de
chocolate.
—Te ayudare. Por el chocolate. —Mi enfado está

hablando por mí, más poderoso que mi capacidad de
perdonar—. No tienes ninguna? Aw, lástima. —Para cuando le
he quitado su máscara de equipo de invierno, gafas, abrigo
aislante, guantes y medias calientes... todo menos la bufanda
empapada de sangre está muerta.
No me siento culpable. ¡Yo no!
Excepto maldita sea, lo hago. Él nunca me mostró un

poco de compasión... y yo actué como él.
Me visto lo más rápido posible antes de meter el abrigo

del gigante en la mochila, esperando compartir mi generosidad
con otros reclusos. A la mierda la orden de Killian de quedarme
aquí. Los niños como yo están siendo cazados. Estoy haciendo
lo que originalmente planeé y encontraré tantos reclusos como
pueda. Nos abriremos camino... en otro lugar. En algún lugar
lejos del manicomio. Lejos de nuestros padres. Lejos de los
Obreros que nos usan sin pensar.
Saco el bisturí de la garganta del guardia y limpio el

metal con el final de su bufanda, una bufanda que tiro al fuego
después de devolver el bisturí a mi bolsillo. Un arma nunca ha
sido más importante.
Anclo la mochila sobre mis hombros, pulí mentalmente

las nueces por las que soy tan infame, y salí de la cueva. La
noche ha llegado con fuerza, la luna protegida por el alto dosel
de árboles nevados. Mi entorno no es más que fatalidad y
oscuridad... hasta que las gafas se encienden
automáticamente e iluminan el mundo que me rodea. Un
sistema de escaneo computerizado incluso identifica las
huellas de Killian. Genial para mí, pero malo para los niños
204
que los guardias están persiguiendo. Me dirijo en la dirección

opuesta, y he aquí, el resto del engranaje funciona de
maravilla, manteniéndome caliente.
¿El problema? Cuanto más me alejo, más me bombardea

un mar de pensamientos oscuros, luego tan alto que me
sorprende que no esté rodeado por una multitud de personas.
O... tal vez estoy rodeado. Por gente que no puedo ver,
Mensajeros. Sin caparazóns, son espíritus y por lo tanto, son
invisibles para mí.
Escuché que a veces se envían mensajeros alrededor de

casas y edificios para impedir que los miembros de un reino
rival entren.
Supongo que también se pueden usar para mantener los

riesgos de volar dentro de las cuevas. Regresa, vuelve, dice
uno. No estás segura aquí. Morirás. Vas a morir, morir, morir.
Date la vuelta, antes de que sea demasiado tarde. ¡Regresa! ¡Te
estás quedando sin tiempo!
Las palabras provocan miedo, y como estoy

aprendiendo, el miedo es la mayor arma de Myriad. Mi corazón
se acelera hacia una línea de meta inexistente. El fuego quema
el centro de mi pecho mientras el hielo congela la sangre en
mis venas. Comienzo a jadear, el sudor surgiendo en la parte
posterior de mi cuello.
Casi es demasiado tarde... ¡vuelve!
La tierra tiembla y los susurros se detienen de repente.

Dejo escapar un suspiro de alivio y sigo hacia adelante. No voy
a morir, y no voy a consentir que el miedo, dándole poder sobre
mí, dirija mis acciones.
Lo que haga será mi elección, no la elección de mis

emociones. Un punto a favor de Troika.
205
Y aunque las probabilidades no están actualmente a mi

favor, no estoy indefensa. Tengo mi ingenio.
Trepando montaña abajo, cuento mis pasos. Uno, cinco,

diez... veinte... cincuenta... cien. Cien por ciento, la cantidad
total. Cien grados, la temperatura de ebullición del agua pura
a nivel del mar. La suma de los primeros diez números
impares. (1 + 3 + 5 + 7 + 9 + 11 + 13 + 15 + 17 + 19 = 100)
Cualquier miedo persistente finalmente se agota, mis

reacciones físicas vuelven a la normalidad. Bien, eso está bien.
Retomo el ritmo, yendo otros doscientos pasos. Doscientos -
bicentenario. La palabra latina para este número, ducenti,
también significa —para el hombre principal—. Los
numerólogos afirman que este número en particular significa
insuficiencia.
La tierra tiembla de nuevo, más fuerte que antes,

desequilibrándome. Me desplomo sobre mi trasero, el dolor
vibra a través de mí. ¡Dang! ¿Cuántas batallas enfrentarán los
reinos hoy?
Me tambaleo y sigo contando. Doscientos cincuenta...

doscientos setenta y cinco... trescientos, un número triangular
y la suma de un par de primos gemelos: 149 + 151. Una
puntuación perfecta en los bolos. El número de espartanos
famosos por luchar contra un ejército de doscientos mil persas.
En el paso trescientos ochenta y uno, me enrollo a través

de una maraña de árboles. El suelo es resbaladizo, pero mis
botas tienen un grueso marco de goma con clavos metálicos en
las suelas, lo que me ayuda a mantenerme estable.
En el paso cuatrocientos seis, un anillo agudo explota

en mi cabeza, haciéndome temblar. Me detengo y froto la tela
que cubre mis orejas. El anillo se desvanece, y oigo...
206
—…Otro, señor. —Una voz desconocida—. Ya está

muerto.
Jadeando, giro para ver quién ha venido detrás de mí,

pero estoy sola. Ni siquiera hay movimiento para indicar que
alguien se está escondiendo en los árboles.
—Llévalo de regreso a las instalaciones, —ordena otra

voz—. Sus padres deberán ser notificados.
Caigo en la cuenta. Las voces se derraman desde

altavoces conectados a los lados de la máscara. Ahora estoy
conectado a Prynne Radio.
—No hay señales de la niña, —dice otra voz.
La mujer. ¿Yo? Seguramente no. Hay otros aquí.
—No te preocupes por ella. Si la ves, te vas. Sin dañarla.
—Pero, señor…
—Sin argumentos. La orden vino desde arriba. Solo...

encuentra a los otros y enmudece. Nuestras frecuencias han
sido comprometidas.
Reanudo el ritmo y me empujo a través de un revoltijo

de miembros retorcidos. Más adelante, veo un bulto que brilla
en la oscuridad. Uno que reconozco. El uniforme de Prynne.
Un ¡preso! Tiene que serlo. El alivio me da la fuerza que
necesito para correr... correr. Cuando estoy lo suficientemente
cerca, me pongo de rodillas y resbala sobre el hielo. Alcanzo a
un chico.
Está acostado de lado. Con un suave empujón, lo giro.
Sus vidriosos ojos miran a lo lejos. El hielo brilla en su

pelo, y en su nariz, boca y mentón. El resto de él está teñido
de azul.
207
Puedo pasar por alto mi pánico ya que me aferro a la

esperanza. Esto no significa que esté muerto.
Con mis dientes, me arranco el guante. Me siento con

ganas, pero...
Mi esperanza se marchita. Está muerto. Su espíritu ya

ha avanzado. ¿Está él en Myriad? ¿O Troika? ¿O era un no
firmado como yo?
¿Está en el Reino de muchos fines?
Un crujido de hielo suena detrás de mí, pero no tengo

tiempo para investigar. O prepararme para un ataque. Algo-
alguien-colisiona en mi espalda, golpeándome en la cara. En el
impacto, un trozo de hielo me corta la mejilla y mis pulmones
se aplanan. Lucho por respirar, no puedo atrapar aire, las
estrellas parpadean detrás de mis ojos.
La ira me envuelve. ¡No más abuso! Con un rugido, meto

mi codo en su torso. Un rugido de dolor resuena a través de la
noche, el pesado peso se levanta de mí en un abrir y cerrar de
ojos. Me giro y pateo, clavando al culpable en el mentón.
Él cae, aterrizando en su trasero, y lo miro. ¡Un guardia!

Estamos usando la misma máscara, abrigo y botas. Pero...
¿por qué un guardia atacaría a otro?
—Gran error, —digo apretando los dientes.
—¿Ten? —Se arranca la máscara, revelando el cabello

oscuro y un rostro manchado de sangre que reconozco. Un
compañero interno. Clayton Anders Clay! La alegría no diluida
me trae lágrimas a los ojos.
Él se pone de pie, muy vivo.
—Clay. —Salto y arranco mi propia máscara, el frío

mordiendo mi piel y congelando las lágrimas. Mis dientes
208
castañean—. Estás aquí. Estás conmigo. —Cerramos la

distancia y nos abrazamos con completo abandono—. Estoy
tan feliz de verte.
—Ídem, chica número. Te he extrañado todos los días.

El pensar en ti me mantuvo en pie. —Su agarre sobre mí se
tensa— ¿Por qué seis temen a siete?
Me río. ¡Este chico! Siempre ha amado bromear conmigo.

—¿Por qué más? Porque siete ocho nueve.
Él entierra su cabeza contra mi hombro. Incluso a través

de mi abrigo siento algo cálido y húmedo. ¿Lágrimas propias?
—Esperaba que escaparas. A veces escuchaba gritos...
— Sí. —Un temblor lo golpea y se filtra en mí—. Sí. Me

escapé Lo hice. Salí fuera del manicomio, pero la última vez no
estaba preparada para el frío. Un grupo de rusos me atrapó.
Hicieron... Las cosas que...
—Lo sé. Lo sé. —Me lo puedo imaginar. Le acaricio el

pelo—. Se acabó, ya está. Estás a salvo ahora.
Su próximo temblor es más fuerte. —A la mañana

siguiente, me llevaron de vuelta con Vans. Me encerraron en
una instalación subterránea donde los guardias entrenan.
Retrocedo y me pongo los guantes sobre las manos. —

¿Cómo te liberaste ayer?
—Una chica de pelo rosa vino y abrió mi puerta.
Bow. Se lo debo a ella. O a él. ¡Lo que sea! —¿Has

encontrado a otros internos aquí?
Su voz es baja y está llena de innumerables

arrepentimientos cuando responde: —Nadie vivo. ¿y tú?
—Lo mismo. Tiene que haber más que podamos hacer.

No aceptaré el fracaso.
209
Un gemido flota sobre el viento, y me dirijo hacia el

sonido. —¿Escuchaste eso?
Otro gemido, más suave pero no menos agonizante.
— Sí. —Se ajusta la máscara a la cara—. Vamos. —dice

y corre hacia adelante.
Me pongo mi máscara también y aunque odio dejar al

chico muerto a la intemperie, sigo a Clay. Cuida a los vivos y
deja que los muertos cuiden a los muertos. El sonido nos lleva
a un pequeño claro rodeado de prósperas plantas de hoja
perenne, pero no hay señales del uniforme de Prynne.
Me arriesgo y llamo: —Soy Tenley Lockwood. Sé que

alguien está aquí, pero estoy teniendo problemas para
encontrarte. No quiero hacerte daño. Yo solo…
Un montón de rocas se resquebrajan y una mano

temblorosa y sin guantes se extiende. —¡Aquí! —Le grito a
Clay, desesperada mientras corro. Excavo a través de las
piedras para descubrir…
Sloan. Su cara parcialmente congelada está teñida de

azul, pero tiene pulso. Débil, pero ahí está. No está temblando
y sé que es una mala, mala señal.
Clay cae a mi lado y me ayuda a sacarla del resto de los

escombros.
Mi desesperación se intensifica cuando agarro el abrigo

de mi mochila y lo envuelvo alrededor de sus hombros, luego
me quito los guantes una vez más para meter sus manos. —
¿Sabes cómo iniciar un fuero?
—No, pero incluso si lo hiciera, los guardias…
—Si nos encuentran, lucharemos contra ellos, pero

tenemos que darle calor ahora —La cueva está demasiado
210
lejos. Ella no sobrevivirá a la caminata cuesta arriba, y no estoy

segura de que seamos lo suficientemente fuertes para hacerlo.
—Está bien. Bueno. Lo haré lo mejor que pueda.
—¡Cero! Necesitamos ayuda, —murmuro.
Si decirle a Archer que se mantuviera alejado realmente

lo obligaba a mantenerse alejado, ¿quizás convocarlo lo
obligaría a aparecer?
Una chica tiene que intentarlo.
—Archer, —llamo—. Bow. Cualquiera que sea tu

nombre, te estoy pidiendo ayuda. —Recuerdo lo que le grité a
la sombra ante las órdenes de Killian, las restricciones que
puse en su lugar, y agregué—: Si me puedes oír, puedes
acercarste ahora.
—Oh, puedo oírte. —Crujidos de hielo en la distancia.
Me pongo de pie, apretando el bisturí y lista para la

acción. Por si acaso.
Clay se mueve a mi lado, sosteniendo una piedra, igual

de preparado. Recuerdo sus retiros, lo inestable que era. Ahora
se ve limpio y sobrio.
Un tipo al que no reconozco pasea en el claro, ambas

manos levantadas con las palmas hacia afuera. Un signo de
rendición. Su cabello es del color del oro hilado y es
increíblemente guapo. Tiene el tipo de cara que verías en una
revista.
El hombre más sexy del mundo.
Él es el santo para el pecador de Killian.
211
Al igual que Killian, no tiene abrigo. Lleva una camiseta

que abraza el corte masivo de su bíceps. También como Killian,
es alto y gloriosamente musculoso.
—Quédate dónde estás, —le ordena Clay—. No quiero

hacerte daño, pero lo haré.
—¿Por qué me harías daño? Ten pidió mi ayuda. —El

recién llegado da un paso más, aterrizando en un rayo de
luna—. Aquí estoy.
—Oíste que ella llamó a Archer, podrías haber decidido

fingir que eres él para aprovecharte de ella.
Su mirada se fija en la mía, sus ojos extraños pero

cautivadores, del color del cobre, ardiendo con una intensidad
que debería ser demasiado para que cualquier persona lo
contenga. Son los ojos de Bow.
—Soy Archer.
Detecto un ligero acento inglés, la misma voz que una

vez susurró en mi cabeza y la vuelvo a sentir. Killian me dijo
que volvería a ver Bow: Bow, como hombre llamado Archer.
Bueno, lo estoy viendo.
—¿Qué eres? —Quiero escuchárselo decir.
El sonríe. —Sabes lo que soy...Banco de esperma.
Retrocedo.
—Bueno, no sé quién eres. ¿Por qué estás hablando de

un banco de esperma? —Clay se gira hacia mí— ¿Y qué quieres
decir con qué es él?
—Eres un TL, —le digo a Archer—. Mi TL, para ser

exactos.
212
Su asentimiento provoca alivio y resignación de

inmediato. — Y vas a tener que confiar en mí, al menos por un
tiempo, si quieres que Sloan viva. Puedo calentarla y
esconderla de los guardias que se aproximan.
Estoy tan aliviada como resuelta, pero también estoy

enojada de nuevo.
¿Cómo se atreve a pretender ser una chica, invadiendo

mi privacidad? ¿Cómo se atreve a pretender ser mi amiga?
No confío en él, ya no. Es tan malo como Killian, solo

quiere una cosa. Pero le doy un asentimiento de todos modos.
Por el momento, él es la mejor y única posibilidad de
supervivencia de Sloan.
No necesita más estímulo y comienza a moverse. Clay y

yo nos quedamos en el sitio mirando cómo Archer se agacha,
extiende sus manos y toca sus dedos sobre la palma de la
mano de Sloan. Una luz azul brillante brota de su carne, como
la que vi en Killian, y mi mandíbula cae.
—¿Cómo eres realmente? —regunto.
—Exactamente así. —Él baila con sus dedos a través de

la luz, como si estuviera escribiendo. Creo... creo que está
escribiendo. Se levanta, se aleja unos metros y repite el
proceso, agachándose y escribiendo. Lo hace cuatro veces en
total, hasta que forma un cuadrado con nosotros en el centro.
—¿Qué está pasando? —pregunta Clay, su incredulidad

tan feroz como la mía— ¿Cómo estás brillando?
—Una de las ventajas del trabajo. Siempre estoy

enganchado a la Red. ¿Red?
Él avanza hasta que está dentro del cuadrado con

nosotros y luego vuelve a la luz azul una vez más. La luz
desaparece, solo para reaparecer en las cuatro esquinas que
213
creó. Las vigas se disparan, salen, sobre y debajo de nosotros,

formando muros y rodeándonos de calor, un calor tan
delicioso. Y las paredes son tan malditamente hermosas,
brillando con polvo de diamante. Casi puedo convencerme de
que el cielo ha caído sobre nosotros y las estrellas brillan.
Extiendo la mano temblorosa y meto las yemas de los

dedos sobre la pared. Y eso es exactamente lo que es. Una
pared de aire con una consistencia gelatinosa. Marca
registrada pendiente, pienso secamente. Puedo bromear o
sollozar. ¿Cómo es posible esto?
Las ondas se extienden de una pared a la otra,

cautivándome. —¿Cómo estamos escondidos?
—Nosotros vemos la luz. —Archer se agacha junto a

Sloan y le mide el pulso—. Otros ven el reflejo del bosque.
—¿Y si chocan con nosotros?
—No lo harán. En el momento en que se activó la luz,

llegaron los Mensajeros de Troikans. No puedes verlos, pero
están ahí.
—¿Basado en el miedo? —Pregunto, aún resentido por

mi encuentro con los Mensajeros Myriad.
Él me mira, ¿con quién crees que estás tratando,

humano insignificante? —Basado en la distracción.
—Mensajeros. —Clay se frota la parte posterior del

cuello—. Ese es el trabajo que mi ML y TL dijeron que tendría
en Vida Eterna.
—¿Has firmado con uno de los reinos? —Me entra el

pánico al pensarlo. ¿Qué pasa si terminamos en lados
diferentes?
214
—Aún no. Pero he tenido mucho tiempo para pensar, y

me estoy inclinando hacia Troika. Mi familia es Troikan y me
gustaría pasar la eternidad con ellos.
—Pero... pensé que odiabas a tu familia por enviarte a

Prynne.
Él mira a sus pies. —Me odiaba a mí mismo. Y por

horrible que haya sido mi experiencia en Prynne, no me
arrepiento de haber venido aquí. Estoy sobrio. Te conocí a ti...
y a Marlowe.
Marlowe, quien podría o no estar en Troika ahora

mismo.
—Después de ayudar a Sloan, puedo darte un recorrido

por el reino. —Archer saca una daga de una funda en el tobillo
y se corta la muñeca. Sostiene la herida sobre los labios de
Sloan.
—Espera. ¿Qué estás...? —No está haciendo lo de

vampiros, al menos. Líquido brillante se filtra en lugar de
sangre.
—Le estoy dando sangre vital, —dice—. Se va a curar.
A medida que gotita tras gotita se cuela en su boca, no

reacciona. Pero Archer parece satisfecho cuando se repara su
herida. La repara justo delante de mis ojos, la carne
volviéndose a unir. Nunca he visto algo así.
Baja el brazo y le sonríe a Clay. —Estás listo para el tour.
Las palabras son para Clay, pero el tour es para mí

beneficio, estoy segura. Mi enojo con Archer no ha disminuido,
a pesar de sus trucos geniales y actualmente no quiero tener
nada que ver con su reino.
215
Escribe en su brazo otra vez y unos segundos más tarde,

las imágenes comienzan a jugar sobre las paredes. Al igual que
Killian, él me muestra una playa. Solo está empapada por el
sol, revelando la claridad cristalina del agua del color del arco
iris. Cuando veo surfistas montando olas... ¡y ballenas! Cierro
los ojos, apretando cada músculo de mi cuerpo. Está usando
la información que recopiló contra mí.
Información que no debería tener.
¿A nadie puedo gustarle solo porque soy yo? ¿Siempre

seré una mercancía para ganar en lugar de una persona para
amar?
216
Capítulo Diez
La hierba no es más verde en el otro lado. La hierba es más

verde cuando la riegas.
-Troika-
Una gota de sudor gotea entre mis omóplatos y me lo

quito todo menos mi uniforme para usarlo como cojín, creando
un lugar acogedor para descansar al lado de Sloan. Todavía
está inconsciente, pero me alegra notar que el color rosado se
está filtrando en sus mejillas. La sangre de vida de Archer
funcionó.
Supongo que no es un completo idiota.
Clay se desnuda de forma similar después del tour, se

sienta a mi lado y se concentra en el TL. —Me negué a hablar
con mi TL durante años. Una forma de castigar a mis padres,
creo. Quizás a mí mismo. Me he arrepentido de la decisión
desde hace un tiempo.
—Si me aceptas, seré feliz de ser tu TL por delegación.
—¿Puedes hacer eso?
—Ya lo solicité y he obtenido el permiso.
217
—Te aceptaré, gracias. —Clay mira sus manos

retorciéndose—. Un pacto me fue ofrecido hace años. Mis
padres me dijeron que la oferta fue revocada. He hecho
demasiado...
—No, —dice Archer—. No. Se hace una oferta para cada

niño y una vez hecha, permanece activa hasta La Primera
Muerte.
Con expresión agonizante, Clay susurra, —Pero... tú no

sabes las cosas que he hecho.
—No necesito saberlo. Nada de lo que has hecho puede

compararse con las cosas que hice, y, sin embargo, cuando
estaba listo, fui recibido con los brazos abiertos.
Hola, intriga. ¿Qué hizo Archer? Es tan cercano a

cumplir las normas que no puedo imaginarlo deliberadamente
rompiendo una regla.
—Es solo que... quiero compensar mis errores antes de

comprometerme. —Clay se pasa una mano por el pelo—.
Quiero ser digno.
—¿Por qué? —Archer se acerca, le da una palmada en el

hombro, claramente sorprendiéndolo con el toque prohibido—
. No es necesario y nunca se sabe cuanto más tiempo te queda
en la Tierra de la Cosecha.
La comprensión de repente me golpea. La cosecha es un

término agrícola, y aquí, Troika y Myriad cosechan almas. Por
el momento, no estoy seguro si me siento insultada o halagada.
—Soy joven. Finalmente estoy limpio. Tengo tiempo, —

dice Clay.
Los hombros de Archer se encorvan muy levemente. Es

como un niño al que le han negado su postre favorito. —Ten
cuidado. Nadie sabe el día o la hora.
218
Dos guardias de Prynne se acercan a nuestro cuadrado

bien iluminado. Justo antes de que lleguen a nosotros, sin
embargo, se desvían hacia la izquierda, como si en el fondo, en
lo profundo, supieran evitar lo que sus ojos no pueden ver.
Mensajeros en acción. No puedo verlos tampoco, pero

puedo ver el resultado.
¡Sorpresa! Hay más en el mundo –los mundos- de lo que

alguna vez pensé posible.
—Limpio. —Clay bosteza y se estira.
El bostezo es contagioso A pesar de mi descanso

anterior, estoy operando con nada más que los vapores de una
oleada de adrenalina que ya se ha estrellado y quemado. La
medicina que Killian usó en mí se está acabando, mi dolor
regresa. También estoy hambrienta, de mal humor y débil.
—Estás cansada. Los dos. —Archer me mira

directamente a los ojos—. Te mantendré a salvo. Duerme por
una vez. No luches contra eso.
Otro recordatorio de que sabe más acerca de mí de lo

que debería. —Deberías haberme dicho que eras un tipo antes
de que me duchara frente a ti, —le respondo.
Sin inmutarse, dice, —Estás de buen humor. ¿Es ese

momento del mes para ti también? ¿Nuestros ciclos finalmente
se sincronizaron?
Oh, son palabras de guerra.
Bostecé de nuevo, mi mandíbula se quebró. Bien vale.

Mañana tendremos una batalla dialéctica. —¿Qué hay de
Killian? No se detendrá ante nada para encontrarme. —Ante la
simple mención del nombre del chico, mi sangre se calienta y
cruje como el fuego, haciéndome estremecer. ¡Tonta!—. O para
evitar que firme contigo.
219
—¿Killian? —Clay pregunta.
Hay un destello de resentimiento en los ojos de cobre de

Archer. —El epítome del mal Myriad. Y tampoco puede vernos.
Bueno. Eso es bueno. Por supuesto.
La mirada de Archer se estrecha sobre mí. —¿Has

aceptado tu importancia? ¿Te has dado cuenta de que eres la
última gota de agua que hace que la copa se desborde?
Presión... Me alejo de él sin decir una palabra.
Clay me tira un beso antes de volver a enfocarse en

Archer. —¿Qué edad tienes, Sr…
—Llámame Archer. Y tengo diecinueve.
—¿Cuánto tiempo has estado con Troika?
—Fui criado en un reino.
En un reino. El extraño fraseo me llama la atención, pero

lo dejo ir. Estoy demasiado cansada para emparejar mi ingenio
con él y además de eso, no quiero que su atención vuelva a mí.
—Siempre he sabido la edad de la gente en Infinito. —

Clay frunce el ceño—. Pero ningún Obrero que haya visto
alguna vez parece mayor de treinta.
—A diferencia de los cuerpos físicos, los espíritus son

eternos y nunca se descomponen, —dice Archer—. Alcanzan
un cierto umbral, la Era de la Perfección, y se congelan.
Como nuestra Era de responsabilidad, solo que mejor.
Mis párpados se vuelven pesados y finalmente renuncio

a la batalla, tumbándome al otro lado de Sloan. Me voy a echar
una siesta. Mis circunstancias han cambiado, sí, pero mi
mentalidad no. No importa cuánto confío en Clay y, está bien,
220
de acuerdo, en este sentido, confío en Archer, también, pero

solo puedo confiar en mí misma.
Mis luces mentales se apagan...
Y se vuelve a encender…
Una aguja me pincha en el cuello y el dolor me recorre.

Vans se ríe en mi cara. Intento patearlo, pero las cadenas de
mis muñecas limitan mi rango de movimiento.
—Ten. Ten!
Manos sobre mis hombros, sacudiéndome.
—Despierta. ¡Ahora!
¡Peligro! ¡Bajo ataque!
Mis párpados se abren y me levanto, balanceando mi

brazo.
Sloan, evita un golpe en la mejilla. —Guau. No eres una

persona de mañanas, ¿verdad?
Estoy jadeando, mi corazón es un martillo neumático en

mi pecho. Escaneo mi entorno, el cuadrado brillante. Archer
se encuentra en el extremo más alejado, con los brazos
colgando a los lados. Sloan se sienta a mi derecha, de frente a
mí. Clay se sienta a mi izquierda, con las rodillas pegadas al
pecho y los ojos cerrados. Ningún enemigo acecha cerca. Nadie
está intentando dañarme.
Calma. Estable. La tortura... solo era un recuerdo.
Sloan, a pesar de sus burlas, está pálida y temblorosa,

pero al menos está viva.
—¿Qué pasa? —Busco mi bisturí.
221
—Estabas gritando en tu sueño. ¿Qué es esto? —Hace

un gesto hacia las paredes brillantes, luego señala a Archer—
¿Quién es él?
Cierto. Se perdió las presentaciones de ayer. —Ese es

Archer.
—Estupendo. Maravilloso. Pero ese poco de información

no me dice nada. ¿Qué es el?
Al mirarlo por segunda vez, noto detalles que antes

extrañaba. Está tan quieto como la muerte, sin pestañear, y
las cuencas de sus ojos claras como el cristal. Así que… Su
espíritu ya no está dentro de la caparazón. ¿Él puede dejarlo a
voluntad?
¿A dónde fue?
Hay varias prendas de vestir diseminadas alrededor de

sus pies calzados con botas y está claro que derribó a todo un
contingente de guardias mientras dormíamos.
Comienzo con el hecho más importante. —Está de

nuestro lado.
—Vaya. Está buenísimo, —dice Sloan en un susurro.

¿Esperando que él la oiga y le responda? Entonces renuncia a
toda pretensión de timidez y hace manitas. Ñam, ñam. Dale
algo de azúcar al bebé.
Pongo los ojos en blanco. —Lo conoces mejor como Bow.

La chica a la que hiciste tropezar en el desayuno.
Ella parpadea con asombro. —Mientes.
—Ah, y es un TL.
Ahora hace una mueca. —Acaba de perder algunos miles

de puntos por… tenerme. Yo diría que ambos reinos pueden
222
rellenar sus valores donde el sol no brilla, pero Myriad estaría

feliz de cumplir y Troika no se ofendería.
Su cansancio hace que mi hastío parezca un conejito

bebé esponjoso.
Ella niega con la cabeza, como si desalojara las

telarañas. —Creo que estoy en shock. El Sr. Bow Archer es una
rebanada jugosa de ternera.
Mientras Clay se agita, exploro el bosque fuera del

rectángulo. Demasiado para dormir un minuto o dos.
Obviamente, entré en coma durante horas. El sol está alto en
el cielo y gloriosamente brillante. Los árboles todavía están
cubiertos de hielo reluciente, pero no hay señales de guardias.
—¿Y bien? —Sloan se sacude el polvo de las palmas de

las manos— ¿Cuál es el plan de juego?
Llama mi atención. Tiene razón. Necesitamos un plan de

juego. —El mío es simple. Desayunar. Deshacerme de Archer,
evita a Killian. Estoy cansada de que me presionen. Oh, y
escapar de la montaña sin recibir un disparo. Sobrevivir hasta
que tenga dieciocho. Tal vez incluso iré a la universidad y
estudiaré para ser contable.
¡Pensamiento pornográfico¡
Tiemblo con un estallido repentino de emoción. Tal vez

para entonces ya habré descubierto mi vida eterna.
¿Cómo eligen los otros? Lo que parece una gran idea en

un momento puede convertirse en una pesadilla más adelante.
Lo sé. He visto fotos de la nueva permanente de mi madre
adolescente: Hola, frizz. La siesta que tuve que tomar en la
hamaca hace unos años: hola quemaduras de sol severas y
posible melanoma. El tatuaje que me hice a los quince... Hola,
planeta Tierra, nunca podré lavarme del todo. Y ninguna de
223
esas cosas significa nada en el gran esquema de las cosas. Esto

sí lo hace.
—Suena bien. Estoy contigo. —Se frota las sienes—. Y

antes de que mi cerebro explote, supongo que debería decirte...
¿gracias? Has salvado a esta preciosura. —Agita una mano
para indicar las curvas de su cuerpo.
—No te salvé. Él lo hizo. —Le indico a Archer con una

inclinación de mi barbilla.
—Oh, gracias a Dios. Prefiero oler a pedo todo el tiempo

que estar en deuda contigo por un solo minuto.
Yo resoplo. —¿Qué te hace pensar que no hueles a

pedos?
Frunciendo el ceño, ella levanta su brazo, huele su axila.

Me río a carcajadas y me empuja con un tirón.
—No huelo, —dice ella.
Un boom, boom, boom suena, como si los fuegos

artificiales estuvieran explotando en el cielo. La tierra tiembla
y Sloan jadea. Normalmente, podemos pasar meses sin ningún
tipo de señal de violencia de los reinos. Lo que sucedió en los
últimos días, bueno, no es un buen augurio para nosotros,
¿verdad?
Las cosas se están intensificando allá arriba. Y de todos

modos, ¿dónde están los campos de batalla en realidad? Los
espíritus unidos a Myriad no pueden ingresar a Troika, y
viceversa.
Clay se levanta y se estira. —Me voy a excusar de esta

conversación en particular. —Camina hacia Archer, tentativo,
y mira por encima del hombro, con el ceño fruncido por la
confusión— ¿Que está mal con él?
224
—Además de verse lo suficientemente bien como para

comérselo? —Sloan se une a él en la caparazón y extiende la
mano, solo para soltar su brazo justo antes del contacto, la
regla de no tocar inculcada—. Nadie parece estar en casa.
—Aquellos en Vida Eterna pueden entrar y salir de la

caparazón a voluntad, —digo. Lo que explica por qué Archer
maldijo a Killian en nuestra celda. No pude ver al seductor
irlandés, pero él pudo.
También explica por qué escuché sus voces en

momentos extraños. Estaban tratando de ayudarme... y
manipularme.
Mis manos se curvan en pequeñas bolas apretadas.
—Estás en lo correcto. Podemos y lo hacemos. A

menudo. —La voz de Archer suena—. Tan fácil como deslizar
una mano de un guante.
Sloan chilla y tropieza hacia atrás.
Clay sonríe. —En este momento estoy sufriendo una

gran envidia por la caparazón.
Archer le tiende una mano a Sloan, pero ella niega con

la cabeza, inflexible. Con un encogimiento de hombros, él la
rodea, su mirada de cobre del otro mundo aterriza sobre mí. —
Encontré una ciudad al sur. Si nos vamos ahora, podemos
llegar antes del anochecer.
—No voy a ir a ninguna parte por el momento. —Tal vez

no lo abandone de inmediato. Tal vez lo use de la manera en
que él me usó, deje que me lleve a donde quiero ir—. Tengo que
comer. —Mi estómago retumba. Rebusco a través de la mochila
y le doy a Clay y Sloan una lata de comida. Archer se niega,
recordándome la vez que rechazó la barra de proteína—. No
necesitas comer, ¿verdad?
225
—Solo maná.
—Pero te comiste la basura del manicomio. —Incluso

mencionó que parecía lo mismo al entrar que al salir—. A
veces.
—La caparazón tiene un compartimento que me permite

ingerir y expulsar a voluntad y...
—Me interesa lo que dices, realmente. —No puedo

apartar la mirada de mi lata de pollo—. Pero en realidad no
estoy oyendo nada de lo que dices. ¡Comida!
Levanto la tapa, Clay y Sloan siguen el movimiento, y el

aroma de la salsa picante y el queso azul flota en la brisa. Mi
boca se hace agua.
Como salvajes, nos metemos trozo tras trozo en la boca.
Me obligo a disminuir la velocidad a medida que me

acerco al fondo de la lata, pero no ayuda. Pronto la lata está
vacía. Bueno, cero. Un gramo de proteína por bocado,
veintitrés bocados. ¿Suficiente combustible para pasar el día?
Lo descubriremos.
Clay se frota el estómago, tiene salsa picante manchada

en toda su cara. — La mejor comida que he tenido nunca.
—Eso es triste, —dice Archer.
—¿Podemos irnos ahora? —dice Sloan, y parece

aburrida—. Tenemos un Obrero del que deshacernos y una
montaña por descender. —Ella golpea con sus pestañas a
Archer, más decidida que tímida—. Oops. Ahora hemos
perdido el elemento sorpresa. ¿Qué debemos hacer?
Clay niega con la cabeza. —Necesitamos a Archer. No

sobreviviremos sin él.
226
Archer me mira, con acusación en sus ojos. —

¿Planeabas dejarme?
—Sí. —Y no me sentiré culpable al respecto—. He

cambiado de opinión. Ahora. Necesito un momento de
privacidad. —Mi vejiga exige atención seria. Me pongo de pie
sobre unas piernas sorprendentemente firmes y digo con la
cabeza alta—. Si me disculpáis.
—Una vez que salgas de nuestro cuadrado de

tranquilidad, el frío chocará contigo —Archer se agacha y
arroja mi abrigo en mi dirección—. Me vestiría primero, si fuera
tú.
Es verdad. Me pongo el abrigo, los guantes, la máscara

y las gafas. Todavía llevo puestas las botas, pero las cambio
por una par que se adapta mejor y que está esparcida a los
pies de Archer.
—Aquí. —Él saca un collar de debajo de su camisa y lo

pasa sobre su cabeza. Un pequeño vial cuelga al final. Acorta
la distancia entre nosotros y me extiende el vial—. Maná
licuado.
Teniendo en cuenta lo que acabo de comer en el

desayuno, mi aliento de la mañana tiene que estar en DEFCON
Cinco. Aparto mi rostro de él antes de decir: —¿Me estás dando
comida espiritual?
—Sí. Bébelo Si te atreves.
El desafío es inconfundible. —Déjame adivinar. Lo

beberé y me enamoraré de ti o terminaré con una diarrea
explosiva. Un castigo por querer darte las botas malolientes.
—Deberías conocerme mejor ahora.
¿Detecto... desagrado? Y dang, me siento culpable por

esto y por todo el asunto del abandono.
227
Agarro el vial antes de que pueda convencerme de

sacarlo, saco el corcho y dreno el contenido. El líquido es cálido
y dulce, como la miel derretida pero no tan espeso, y a medida
que pasa a través de mí, me siento abrazada de adentro hacia
afuera. Mis venas comienzan a hormiguear, como si mi sangre
estuviera burbujeando.
—¿Qué me está pasando? —exijo.
—Estoy seguro de que notaste que olía bien mientras

vivía en el manicomio.
El Maná no solo nutre, sino que limpia. —Y es adictivo.

¡Más! ¡Dame!
—Esta variedad particular de maná se encuentra solo en

Troika, —agrega, y yo lo miro. Manipulada de nuevo—. Ve. Haz
tus cosas. —Me da un pequeño empujón y termino fuera del
rectángulo.
La pared de aire gelatinosa parece estar mojado y, sin

embargo, emerjo completamente seca del otro lado. Y en
cuestión de segundos, estoy al borde de la congelación.
Camino penosamente detrás de un árbol y me ocupo de mis
asuntos. Mientras estoy abrochando mis pantalones, mi
trasero escocido por las frías maromas del viento, oigo un
chasquido de ramitas. Mi corazón se detiene. Me quedo quieta.
¡Peligro!
Un olor familiar me llega a la nariz. Turba de humo y

brezo... pura seducción. ¿Killian? ¿Cerca?
Mi corazón vuelve a funcionar, latiendo fuerte y rápido.

¿Me ha visto haciendo pis? Mis mejillas arden.
Para él, no soy más que un alma para ser ganada, me

recuerdo. Un alma en una larga fila de almas. Un número.
228
Oh, qué ironía.
Odia la derrota casi tanto como odia a Archer. No

importa cuán dulce pueda ser a veces, mi mejor interés nunca
será su principal preocupación.
Vuelvo corriendo al cuadrado, solo para darme cuenta

de que no puedo ver el cuadrado. ¡Cero!
¿Qué se supone que…
Archer aparece a unos metros delante de mí, con mi

mochila colgada del hombro. Sloan y Clay dan un paso al
frente, de repente, flanqueando sus costados. Los ex reclusos
están vestidos con ropa de invierno, pero Archer no se ha
cambiado la camiseta y los jeans. Sus bellas facciones se
tuercen en un ceño fruncido, las estrellas marcadas en las
palmas de sus manos brillan intensamente en azul.
—Killian, —decimos al unísono.
—¿Quieres que te acompañe ahora? De esta manera. —

Archer se pone en marcha, y hacemos nuestro mejor esfuerzo
para permanecer cerca de sus talones.
—¿Killian... el chico nuevo? —Pregunta Sloan, ya con

dificultad—. ¿Por qué estamos huyendo de él? ¡Es más caliente
que Bocher! Eso es Bow + Archer, en caso de que tu
insignificante cerebro no esté a la altura del mío.
—Trabaja para Myriad, —le explico. Aunque todavía no

estoy resollando, cada paso es más difícil que el anterior, mis
muslos ardiendo y esforzándose.
—¿Sabes lo que acabo de escuchar? —pregunta—. Es

joven, colgado y tonto. ¡Mi tipo!
—Tus estándares necesitan trabajarse, —le digo, y está

bien, sí, ahora estoy resollando.
229
—No puedo mejorar la perfección, pero ¡ay, ay, ay,

ampollas! No estoy segura de cuanto más puedo aguantar.
Archer me sonríe por encima del hombro. —¿Por qué no

recitas un poema y distraes a Sloan de su total falta de
resistencia? —Algo edificante por una vez.
—Y asegúrate de que rima. Los mejores poemas siempre

riman.
¿Habla en serio? —Un poema viene. —Me aclaro mi

garganta ardiente, como si fuera a decir algo profundo—.
Apestas de muchas maneras, pero al menos nuestra
asociación paga. Nos mantuviste calientes y lejos del enjambre,
y tienes una forma realmente agradable. Pero eres un gran
dolor en el culo, y eso no es solo una broma, es una bofetada
de verdad de una dulce niña.
Se atraganta con su lengua. —Eso no fue alentador.
—Entonces no debes haber estado escuchando. Ya me

siento mejor. —Sloan se agarra a su corazón como si estuviera
teniendo un ataque—. El único problema es que creo que me
estoy muriendo.
Archer la mira y luego a Clay, y frunce el ceño. —¿Clay?
—Cuando lleguemos a la ciudad, o donde sea que

estemos yendo, —Clay anuncia sin ningún atisbo de
frivolidad—. Voy a firmar con Troika. No esperare más. Tenías
razón.
Tropiezo con mi propio pie, apenas logrando

mantenerme en pie. —¿Porque el apuro? Ayer dijiste que tenías
tiempo y… —¡No! ¡Cierra el pico! Su futuro es suyo No tengo
derecho a presionarlo de la manera en que otros me
presionaron.
230
Es solo que... en el fondo quiero que espere hasta que

tome una decisión, quiero que escoja el reino que escojo yo.
Soy tan mala como mis padres.
—Pensé en ello toda la noche. —continúa—. Y luego

sucedió esto. Estamos huyendo de nuevo. Ninguno de nosotros
sabe cuándo vendrá el fin. Y no importa cuántos errores haya
cometido, quiero estar listo para el mío.
Su seguridad hace una burla de mi incertidumbre.
—Hagámoslo ahora. —Archer nos lleva a una pequeña

cueva—. No hay necesidad de esperar hasta que lleguemos a
la ciudad.
Durante varios latidos, nadie dice una palabra. Estamos

demasiado ocupados jadeando. Y con náuseas. El pollo
enlatado ha desafiado mi estómago a una disputa de sangre.
Archer escribe en su brazo, una suave luz azul irradia

de su carne. La pared de aire gelatinoso cae del techo rocoso
superior de la entrada, finalmente golpea el suelo helado y nos
sella adentro. —¿Estás listo?
Clay asiente. — ¿Que necesito hacer?
—Ofrece una simple promesa de lealtad. Nada más,

nada menos.
—Pero recuerda, —digo mientras me agarro de lado—.

Esa simple promesa es permanente. No habrá marcha atrás.
—Presionándolo de nuevo. ¡Detente!
—No seas idiota. —La bruma flota frente a la cara de

Sloan mientras continúa trabajando por cada respiración—.
Los reinos solo quieren obreros, abejas y soldados para su
guerra.
231
—¿Eso realmente importa? Tiene que elegir un reino. Su

única otra opción es Muchos Finales. —Me estremezco,
sabiendo que ya no puedo negar su existencia.
Algo que había hecho porque no había querido aceptar

la posibilidad de que terminara allí. —El reino de Prynne, Asilo
de Vida Eterna, nada más que castigo y dolor. Es solo que...
no quiero terminar como tu enemiga, Clay.
Él tira de un mechón de mi cabello. —No lo harás.

Jamás.
—Ambos están exagerando. Muchos fines no pueden ser

tan malo como afirman los obreros, —dice Sloan— ¿Un castigo
eterno simplemente por elegir no firmar con Myriad o Troika?
Y una mierda!
Archer la mira con lástima. —Una promesa a Troika crea

un vínculo con el reino. Lo mismo con Myriad. Un enlace que
otorga entrada al reino. Los No Firmados no tienen ningún
vínculo, por lo que sus espíritus solo tienen un lugar adonde
ir. Muchos fines.
He escuchado esto antes, pero por primera vez me

pregunto... —¿Los hijos de los No Firmados son enviados a
Muchos Fines?
—No. Los niños están de alguna manera unidos tanto a

Troika como a Myriad. A menudo me han asignado la tarea de
sentarme con un niño moribundo para poder estar allí en el
momento de la muerte, capaz de acompañar al espíritu a
Troika. En la edad de responsabilidad a menudo, los vínculos
se rompen y el espíritu puede elegirnos a nosotros o a Myriad,
como un ser humano.
Sloan se inclina y agita su mano como si tuviera más

que decir, pero está tan falta de aliento que ya no tiene ganas
de preocuparse.
232
Me apoyo contra la pared rocosa helada, feliz por Clay,

triste por mí. —Apoyaré tu decisión, —le digo—. Cualquiera
que sea.
Archer lo golpea en el hombro otra vez. —Toda Troika se

convertirá en tu familia. Cuando necesites nuestra ayuda, solo
tiene que solicitarla. Y cuando ingreses a Vida Eterna, serás
entrenado en la posición más adecuada para ti. Mensajero,
creo que dijiste.
Clay está con la boca abierta salivando. Y luego lo hace.

Pronunció los votos que todos los niños son enseñados por al
menos uno de los Obreros: el voto que decidirá para siempre
el curso de su vida. —Con mi corazón, mente y cuerpo, creo
que Troika es el reino para mí. Prometo mi Primera Vida.
Prometo mi Vida Eterna. Todo lo que soy es de Troika, y Troika
es mía.
—Y y está hecho, —dice Archer con una gran sonrisa.
Así. Simplemente. Un futuro ahora trazado para

siempre.
Espero luces brillantes, o vítores para hacer eco desde

algún lugar secreto.
Alguna cosa. ¡Cualquier cosa! Pero nada pasa.
Archer coge a Clay por la nuca y lo acerca para darle un

abrazo y los dos se dan palmaditas en la espalda.
—Bienvenido a la familia, amigo mío, —dice Archer.
—Gracias. —Hay lágrimas en los ojos de Clay mientras

le sonríe al Obrero y casi me derribo.
Esto. Esto es lo que estaba esperando. El momento es

tan... trascendental. No había conocido el peso pesado que
Clay solía llevar sobre sus hombros hasta este momento,
233
porque se ha ido, el peso se ha ido. Su cabeza está más alta,

sus hombros ya no están encorvados, sino cuadrados y
orgullosos. La satisfacción irradia de él, como si hubiera
perdido años de fatiga.
Quiero eso. Lo quiero tanto.
—En Troika, —dice Archer—. Serás recompensado por

tus actos en esta vida. No digo que tus actos afecten los
beneficios que recibes mientras estás aquí, solo que los
sacrificios que hagas por nosotros nunca serán olvidados.
—¿Qué tipo de recompensas? —Sloan se frota las

manos, de repente intrigada— ¿Hablamos de joyas? ¿Efectivo?
¿Oro?
El aroma del brezo flota en el viento, y al unísono, Archer

y yo nos ponemos rígidos. Oh... ¡cero! —Estoy presionando el
botón de pausa en esta conversación. Tenemos que irnos.
—Ella tiene razón. —Archer deshabilita la pared de aire

gelatinoso.
Lo seguimos de vuelta al frío helado. Corremos,

corremos y corremos, la luz del sol brilla sobre el hielo a
nuestros pies. Mi jadeo vuelve, solo que es mil veces peor, la
quemadura en mis pulmones pronto compite con la de mis
muslos.
—Cambié de opinión... necesito otro descanso.
Una luz sale de la muñeca de Archer. No baja la

velocidad mientras sus dedos bailan, teclean, escriben. Más
adelante, un rayo azul se dispara desde el cielo y se estrella
contra el suelo, dejando algo atrás cuando se desvanece.
Archer agarra algo cuando pasa corriendo. —Aquí. —Nos

lanza a cada uno una cuerda—. Haz nudos alrededor de tu
cintura. Los vas a necesitar.
234
No hago preguntas. Mientras corro, hago lo que me

ordena.
Un nuevo ruido estalla detrás de nosotros: un aullido de

ira. ¿Un grito de guerra?
Algo oscuro pasa zumbando a mi lado y golpea a Archer.

El Obrero es arrojado al lado de la montaña con tanta fuerza
que hay una vibración a mis pies. Cuando aterriza en una
maraña de puñetazos y patadas, vislumbro cabello oscuro y
un brazo envuelto en intrincados tatuajes.
Killian nos ha encontrado.
Me deslizo hasta detenerme, agarro a Clay y Sloan

mientras hacen lo mismo.
Juntos nos paramos o juntos caemos.
—Voy a matarte. —Killian lanza un golpe viscoso, un

golpe en la nariz de Archer—. No tenías derecho a...
—¡Tenía todo el derecho! —Archer se agacha, evitando la

próxima ronda de furia. Lanza tres golpes al lado de Killian—.
Ella no te quiere.
—Ella no sabe lo que quiere. —Ella, es decir, yo. Mi

estómago se tuerce.
—No dejaré que la lastimes como lastimaste a Dior, —

dice Archer con los dientes apretados.
¿Dior?
—Cuando terminé con tu cariñito, —dice Killian, su tono

no es más que seda y calor y sin embargo, recojo la nota
subyacente de su ira—, me suplicaba por más.
Esa furia... sobre una chica... Killian está haciendo todo

lo posible para ocultar sus sentimientos, pero está fallando.
235
Amaba a Dior, ¿no? ¡Desorden mental!
La feroz lucha continúa, los muchachos golpeando rocas

y hielo tan afilados como la navaja. Me estremezco cuando se
arranca la carne de ambas caparazóns, cada pieza hecha
jirones brillando con polvo de diamante. Sangre vital, lo llamó
Archer.
—No esperemos para coronar al ganador. —Sloan tira de

mi brazo.
—No puedo irme. Tengo que ayudar a Archer. —Clay ya

está avanzando.
—¡Es familia!
No entiendo el vínculo que siente tan rápido. —Clay…
¡Bum!
La explosión resuena desde el cielo y nuevamente, suena

como si se hubieran desatado fuegos artificiales. Una batalla
está sucediendo allí al mismo tiempo que una está sucediendo
aquí. Tal vez... ¿los amigos de Archer están sido derrotados con
los de Killian? ¿Así es como funciona?
—Espera. —Aprieto mi agarre en la muñeca de Clay para

mantenerlo en su lugar. Si nos ponemos en medio de dos
animales salvajes que intentan matarse unos a otros, no nos
iremos. Nos estaremos arrastrando. Y eso es si tenemos suerte.
Y, y…
¿Las vibraciones en mis pies se vuelven más fuertes?
—¿Cuántas veces nos sentamos al margen y no hicimos

nada cuando otros reclusos nos necesitaban? —Los ojos de
Clay me imploran—. No me puedo sentar más en el banquillo.
—Se aparta de mi agarre cuando Sloan me da otro tirón.
236
El tirón de fuerzas contrarias me envía a caer. No es mi

intención, pero la llevo al suelo conmigo. El impacto es
discordante, e incluso quizás me da un poco de sentido. Clay
tiene razón. No más sentarnos al margen. Si puedo ayudar a
Archer y Killian, tengo que ayudarlos, antes de que se envíen
a la Segunda Muerte.
Mientras estoy parada, otro fuerte estampido hace eco

desde arriba. Miro hacia arriba y me doy cuenta de que este no
vino del cielo sino de la montaña, anunciando el comienzo de
una avalancha. El cielo no es más que nieve, hielo y roca, y cae
directamente hacia nosotros.
237
Capítulo Once
Sin un final, no puedes tener un nuevo comienzo.
-Myriad-
La vida se trata de números.
Hoy esos números son los segundos que tenemos para

alcanzar la seguridad. Las toneladas a punto de estrellarse
contra nosotros. Los pies / yardas / millas que estamos a
punto de caer, incapaces de detenernos.
—Vamos —Agarro el extremo de la cuerda de Sloan y

corro tan rápido como puedo. Ella no está preparada y tengo
que arrastrarla detrás de mí. Cuando llego a Clay, agarro su
cuerda y lo arrastro también. Todavía no estamos conectados,
pero trato de remediarlo mientras corro; Estoy temblando
demasiado. —¡Archer! Killian! ¡Vamos!
Los números nunca mienten, y el centro de una masa

como esta siempre es más pesado, por lo que es donde la
avalancha se moverá más rápido y golpeará con más fuerza. Si
podemos alejarnos lo suficiente, quizás podamos, tal vez, evitar
ser enterrados.
238
Levanto la mirada. ¡Cero! No vamos a llegar lo

suficientemente lejos a un lado.
No hay árboles cerca para actuar como un ancla para

nuestras cuerdas. No es que tengamos tiempo para atarnos a
los troncos. ¿Qué deberíamos hacer ahora? ¿Brazadas?
El rugido de la nieve se hace más fuerte hasta que

juraría que un tren de carga está escondido debajo de los
copos. Sí. Brazadas. Recuerdo un libro que leí y grité: —Si te
arrastra, comienza a nadar cuesta arriba tan pronto como
puedas —. Mientras más tiempo estemos enterrados, más
difícil será el movimiento. —No te detengas hasta que…
¡Impacto!
Soy arrojada hacia abajo, hacia abajo, hacia abajo, por

lo que parecen ser diez mil libras de nieve. Agarro las cuerdas
con todas mis fuerzas mientras me revuelco como la ropa en
una secadora. El sentido común me dice que mantenga una
mano en frente de mi cara, podría necesitar cavar un túnel
para respirar, mientras mantengo la otra levantada sobre mi
cabeza para ayudar con la desorientación. Pero tengo una
opción, siempre una elección. Ayudarme o ayudar a mis
amigos manteniendo mi agarre en sus cuerdas.
Mantengo mi agarre.
Cuando finalmente me detengo, nieve y escombros se

amontonan encima de mí. Intento atrapar aliento, pero no hay
suficiente oxígeno. Desesperada, tratando de no entrar en
pánico, me golpeo con las piernas, me muevo... arriba...
¿Voy por el camino correcto?
¿Importa? Si estoy enterrada debajo de un pie o más, no

llegaré a la cima por mi cuenta. Eso es solo un hecho.
239
Lo que parece una eternidad después, ¡sí! Rompo la

superficie y absorbo todo el aire que puedan manejar mis
pulmones. Estoy frenética mientras miro el mar de blanco, sin
ver ninguna señal de los demás. —¡Clay! Sloan! —Sin
respuesta —¡Archer! ¡Killian! —Nuevamente, sin respuesta.
Tomo una cuerda, luego la otra, y me doy cuenta de que

los dos están en la parte superior de la nieve, ambos mirando
en la misma dirección. Utilizo todo lo posible para abrirme paso
a través del resto del diluvio...
—¡Ten! —Llama Clay, más allá de frenético—. Ayúdame.

Tienes que ayudarme.
Me pongo de pie y sigo el sonido de su voz... patinando

hasta detenerme cuando llego al borde de un acantilado. Las
madejas de nieve y roca caen... y siguen cayendo.
—¡Ten! —Se aferra a un árbol que ha sido derribado por

el borde, las raíces son lo único que lo mantiene en su lugar.
—Te tengo. —Excavo sobre mis talones e intento

levantarlo con la cuerda—. No te preocupes.
—Ten, Ten…
Un gemido a mi derecha. Giro la cabeza y veo a Sloan, y

casi pierdo el desayuno. Está colgando sobre el mismo
acantilado, y al igual que Clay, tiene los nudillos blancos de
agarrarse a la rama del árbol con toda la fuerza que posee.
—Por favoooorrrr. Ayúdame.
Mi pánico regresa con venganza. No podré sacarlos al

mismo tiempo. Simplemente son demasiado pesados. Tengo
que elegir uno y rezar para que el otro aguante un poco más.
Otra opción odiada. Un sollozo se aloja en mi garganta,

constriñendo mi vía aérea. Amo a Clay. Nos reímos juntos y
240
lloramos juntos. Él es amable, honesto y, como acaba de

demostrar hoy, dispuesto a ayudar cuando sea necesario.
Puedo imaginarlo en mi casa junto al mar, surfeando a mi lado.
Sloan, por otro lado, ha sido una espina en mi costado

por poco más de un año. Ella es un dolor en todo el sentido de
la palabra. Es irritante y combativa y no me puedo imaginar
alguna vez confiando en ella a mis espaldas.
Pero Clay ahora sabe a dónde irá cuando muera. Sloan

terminará en Muchos fines.
—Lo siento mucho, Clay. Te llevaré después, ¿está bien?

Solo aguanta. ¡Espera! —Solté su cuerda, me odié a mí misma
y cogí la de Sloan con ambas manos. Mientras me resbalan los
pies, miro a mi alrededor, a todos lados menos a Clay. No hay
rocas ni árboles enraizados a su alcance, lo que significa que
no puedo anclarme. Bueno. Todo bien. No puedo ser ayudada.
—Ten, —llora.
—Suelta la rama, —le grito—. Por favor.
—No, no…
—¡Hazlo! No puedo levantarte si estás agarrando el

árbol. —Un árbol que se tambalea— ¡Sloan! Te tengo, te lo
prometo. ¡Déjate ir!
—No puedo, —dice mientras llora.
—Debes. Ayúdame a ayudarte. —Ella solo llora más

fuerte.
La rabia se une a mi diluvio de emociones. —A la cuenta

de tres, me voy a ayudar a Clay. Uno. Dos.
Se suelta, dándome la mayor parte de su peso. Mis pies

se deslizan más cerca del borde, dejándome incapaz de
241
mantener el equilibrio. Choco contra mi trasero y me deslizo

más rápido. Un grito de terror se escapa de ella.
Vamos, vamos. Entierro mis botas tan profundamente

en la nieve y el hielo como puedo, logrando detener mi impulso
y tirar con todas mis fuerzas. Gano una pulgada... luego otra...
no puede pesar más de ciento veinte libras, pero mis hombros
se queman y tiemblan como si estuvieran arrastrando un par
de toneladas. Músculos que no sabía que tenía sufren
espasmos.
El instinto de supervivencia exige que la libere y me

salve, pero sigo tirando... tirando...
Solo un poco más lejos...
Tan cerca de ayudar a Clay...
Cuando las puntas de sus manos llegaron al borde del

acantilado, grité: —Agárrate al borde y trepa.
Tan pronto como su agarre es constante, levanta una

pierna. Unos segundos más tarde, una eternidad, la parte
superior de su cuerpo asoma por la superficie.
—¡Aprisa! Por favor. —La niebla baila delante de mi cara

mientras jadeo y hay lágrimas en mis ojos. Miro a Clay
mientras la nieve cae sobre el borde del acantilado. Está
tratando desesperadamente de abrirse camino a lo largo del
tronco del árbol, un tronco de árbol que se tambalea un poco
más con cada una de sus acciones.
—Ten. —El pánico de Clay es peor que el mío—. Por

favor.
—Sloan, —suplico— ¡Venga!
Sus brazos tiemblan y se esfuerzan mientras araña el

resto del camino, finalmente a salvo. ¡Gracias al Primer Rey!
242
Libero su cuerda y alcanzo la de Clay, el movimiento envía otro

montículo de nieve por el borde. Está lo suficientemente cerca
ahora que lo golpea en la cara... y es lo suficientemente fuerte
como para soltarlo de su agarre.
—¡No! —Me sumerjo, mi brazo extendido. Lo atraparé,

tengo que atraparlo, pero algo se engancha en mis tobillos,
impidiéndome ir por el borde cuando encuentro aire, solo
aire— ¡Clay!
Grita mientras cae... cae... y el sonido me destroza por

dentro, pero es mejor que el terrible silencio que viene después.
No, no, no, no. Él no, no puede ser, pero lo veo. Aterrizó en otra
meseta y está inmóvil, una piscina carmesí creciendo alrededor
de su cuerpo extrañamente contorsionado.
El horror me abruma. Acabo de encontrarlo, ¿y ahora se

ha ido?
Sloan me detiene. —No podemos quedarnos aquí. No es

seguro. —Me rodea con su brazo, obligándome a ponerme de
pie— ¡Muévete conmigo!
¿Ahora tiene prisa? Lucho para permanecer en el lugar.

No puedo dejar a Clay. Yo solo... no puedo.
Desde el momento en que perdió el control de la rama

hasta el momento en que golpeó la parte inferior de la
montaña, aproximadamente ocho segundos. Si hubiera tenido
dos más, si hubiera soltado a Sloan un poco antes, podría
haberle cogido la mano.
Dos. Segundos. Eso es todo lo que necesitaba. Ella me

da una bofetada en la cara.
—¡Ten!
243
Pruebo el olor a cobre de la sangre, pero no me importa.

Él está allí abajo. Mi amigo está allí abajo. Se merece algo
mucho mejor.
—Escúchame. —Ella me agarra de los hombros y me

sacude—. Te arrastraré pateando y gritando si es necesario,
pero nos vamos. Me salvaste la vida. Ahora estoy salvando la
tuya.
La salvé, pero no salvé a Clay. No hay nada que pueda

hacer para traerlo de vuelta. Pero sus palabras tienen el efecto
deseado. Finalmente, le permito que me guíe. Muerta no soy
buena para Clay.
—Vamos a estar bien, —dice entre dientes—. Después

de lo que hiciste por mí, soy básicamente tu puta de por vida.
Te sacaré de aquí incluso si tengo que dormir con un grupo de
chicos sensuales para hacerlo. Lo sé, lo sé. Soy muy altruista.
Mientras voy dando tumbos, pierdo la noción del tiempo.

Sé que descendemos la montaña. Sé que Archer se une a
nosotros cuando nos detenemos a descansar, pero no Killian.
Archer explica que estamos ocultos del ML, pero no respondo.
No me importa. Sé que nos detenemos por segunda vez para
que Sloan y yo podamos comer, pero no sé dónde estamos ni
qué me meto en el estómago.
—¿Va a estar bien? —pregunta Sloan.
—Es fuerte, —responde Archer.
¿Fuerte? ¿Yo? No lo soy. Soy el eslabón débil. Dejé que

mi amigo muriera, pero no soy la única a quien culpar.
Llamas de ira chispean, derritiendo parte del

entumecimiento.
—No salvaste a Clay. —Negué con la cabeza, parpadeé y

me encontré con la mirada de cobre de Archer de frente.
244
Derritiéndose...— Prometiste estar allí para él, ser su familia,

su hermano, para ayudarlo cuando te necesitara. Bueno, ¡él te
necesitaba!
Archer se estremece. Su caparazón está dañado, pero

nada como antes, la carne, o lo que sea, una vez más en el
proceso de volver a unirse. —Puedo hacer muchas cosas, Ten,
pero no puedo estar en todas partes a la vez y no puedo anular
el libre albedrío.
Derritiéndose... ¡se ha ido! —¿Estás diciendo que Clay

eligió morir? Te lo aseguro, no lo hizo. Me suplicó que lo
salvara. —Me suplicó y le fallé. Mis lágrimas regresan, mi
mentón tiembla.
—Te lo suplicó, pero no me lo pidió.
Estoy a punto de golpearlo cuando agrega: —Estoy

diciendo que esto es mi culpa, no es culpa de mi reino. Me
dijeron que Killian se acercaba y que no debía comprometerme.
Desobedecí y mi nuevo hermano murió por eso. Estoy diciendo
que elegí atacar a mi enemigo en lugar de pedir refuerzos, un
hecho que me atormentará por el resto de mis días. Un error
que nunca volveré a hacer. Estoy diciendo que tenías dos
opciones, e hiciste lo correcto.
—Dejé que mi amigo muriera, —le dije lentamente,

suavemente—. Eso nunca será lo correcto.
—No tiene ningún dolor. Él está feliz, preparándose para

su regreso al hogar.
Intento imaginarme a Clay sonriendo. Solo lo veo

acostado en un charco de su propia sangre.
—Me habría encontrado en Muchos fines, —dice Sloan,

envolviendo sus brazos alrededor de su cintura— ¿Alguna vez
…lo has visitado?
245
Estamos sentados dentro de otro cuadrado de cuatro por

cuatro, pero no me consuela el calor. Merezco el frío.
—No. Lo intenté, —le dice Archer—. Escuchamos los

gritos de las personas adentro, e incluso hemos intentado
seguir espíritus a través del velo, pero siempre estamos
bloqueados.
Sloan se estremece y tal vez incluso reconsidera su

postura de no-reino. —Si hay una manera de entrar, —digo,
mi tono ahora vaciado—. Hay una manera para que otros
entren.
—Puedes pensar eso sí. —Se pone de pie, levanta su

mano, la estrella en su palma brillando intensamente. Teclea
dentro de la luz y dice—: Vamos. Tenemos que atravesar cuatro
millas más.
Las paredes a nuestro alrededor se desvanecen, y el frío

entra.
Permanecemos en silencio mientras caminamos y me

alegro. Mi mente está revuelta. Al igual que Sloan, soy uno de
los No Firmados. Si muero en este momento, terminaré en
Muchos fines, lo más probable es que cambie una existencia
tortuosa por otra. Pero…
Quizás sea mejor que la alternativa.
Archer no pudo rescatar a Clay. Strike uno, Troika.
Las acciones de Killian llevaron a la avalancha que puso

a Clay en peligro en primer lugar. Strike uno, Myriad.
Mis padres. Ya está todo dicho. Strike dos, Myriad.
Reglas que evitan que los TL salven una vida humana

sin que se les pregunte. Golpe dos, Troika.
246
Llegamos a la pequeña ciudad que Archer mencionó

unas dos horas después del atardecer. Los calentadores
montados en la parte superior de los postes plateados se
alinean en las calles e iluminan nuestro camino con un suave
resplandor rojo. La luz dorada brilla desde una multitud de
edificios en forma de caja tallados en el lado de la montaña.
Cada edificio está conectado a través de algún tipo de túnel.
No hay ventanas, no tienen personalidad.
Archer se detiene cuando la luz de su mano se enciende.

Se mueve a una esquina sombreada para escribir.
—¿Qué estás haciendo? —exijo.
—Respondiendo a un mensaje de mi líder.
Puede crear una barrera de aire gelatinoso...

comunicarse entre la Tierra y un reino. ¿Qué más puede hacer
el dispositivo?
—Tengo que hacerle entender...
La frustración de Archer es clara, y de repente me alegra

que el teléfono móvil implantado detrás de mi oreja se
desactivara el día que llegué a Prynne. Vans esperaba hacerme
sentir aislada. Atrapada. Fue un error por su parte. Si no me
pueden rastrear, no pueden contactarme ni ordenarme.
—Mientras estás perdiendo nuestro tiempo, —dice

Sloan, moviendo sus pestañas hacia él— ¿Serías tan amable
de decirnos dónde estamos?
—En los Urales. —Su velocidad de escritura aumenta,

sus dedos golpean las teclas invisibles.
Los Urales. Una cordillera que atraviesa el oeste de

Rusia. Mi mente vuelve a una de mis primeras lecciones de
historia. Hace casi un siglo, la nieve cubría las montañas, pero
a diferencia de todos los años anteriores, el diluvio no se
247
derritió con el cambio de estación. El clima empeoró,

convirtiéndose en árboles tan duros y la vida salvaje pronto
murió. Los reinos finalmente intervinieron y plantaron un
follaje sostenible.
—Esta ciudad es como cualquier otra. Hay una mezcla

de leales a Troika y a Myriad, así como No Firmados. Hace unas
semanas, hubo un disturbio entre los tres y las tensiones
siguen siendo altas. —La luz se desvanece y Archer deja caer
su brazo a un lado. Sus hombros caen mientras gira y mete
una bolsa de monedas en la mano—. Estoy seguro de que el
asilo también tiene gente viviendo aquí para vigilar a los
ciudadanos y en caso de que los reclusos escapen y vivan lo
suficiente para llegar hasta aquí.
Maravilloso. —Necesitamos armas. De las Buenas.
—Y las tendrás. Al final de la calle hay un alojamiento

con cama y desayuno. Conozco al dueño. Él tendrá todo lo que
necesites... Te llevará a donde quieras ir.
—¿Es digno de confianza? —pregunta Sloan.
—Lo es…
—Vale. Puedes irte ahora, —le digo. He terminado con

él, con todo esto.
Él abre la boca solo para cerrarla. No puede anular el

libre albedrío. Parte de la ley de “amar a las personas
incondicionalmente” estoy segura.
—Las despedidas son tristes, —dice Sloan, arrastrando

las yemas de los dedos por sus mejillas en su movimiento
característico—. Vamos a terminar con esto antes de comenzar
a anhelar un helado y empezar a zampar en las calles.
248
Me encuentro con la mirada de Archer, los iris cobrizos

atormentados e inquietantes. —Estaremos bien por nuestra
cuenta.
—¿De verdad?
Me aseguraré de eso. —Vete.
—Tengo un minuto o dos de margen antes de que me

obliguen a obedecer. —Me ofrece una sonrisa triste—. Sin mí,
Killian podrá encontrarte. Y lo hará. Él viene por ti.
—Puedo manejarlo. —Es la verdad. Tiene que ser la

verdad— ¿Quién es la chica Dior? —No estoy segura de por qué
dejo caer la pregunta. En realidad, lo hago. Killian viene por mí
y quiero toda la información que pueda obtener. La
información es poder.
Una ligera vacilación antes de que Archer diga: —

Invítame de vuelta y podría decírtelo.
—Oh no. No puedes jugar la carta de la intriga. Me lo

debes.
—Justo como tú me lo debes a mí.
¡Cómo se atreve! —No te debo nada…
—Te estás mintiendo a ti misma o me estás mintiendo.

¿Qué es? —No me da la oportunidad de responder. Coloca su
mano derecha sobre su corazón y la izquierda sobre la derecha,
y un segundo después, desaparece.
249
De: P_B_4 / 65.1.18
Para: K_F_5 / 23.53.6
Asunto: DIARIAMENTE significa DIARIAMENTE
No solo mataste a Vans antes de que termináramos con el

expediente, ahora has perdido varios informes, Sr. Flynn. La
señorita Lockwood es importante para mí, para todos nosotros.
Dime cómo progresas con ella AHORA. Después de su pelea
con Archer, los generales están debatiendo su reasignación,
entre otras cosas.
Estoy debatiendo si olvidar o no la identidad de la persona

fusionada con tu madre.
Madame Pearl Bennett.
250
De: K_F_5 / 23.53.6
Para: P_B_4 / 65.1.18
Asunto: Amenázame y te arruinaré
¿Quieres reasignarme? Por favor. He estado en el campo desde

que tenía quince años. Eso es cuatro años, en caso de que
tenga problemas con las matemáticas. En esos pocos años, he
embolsado más Primera Vida que Obreros que han trabajado
durante siglos. Los generales me necesitan y lo saben. Nadie
más llegará a esta chica. Nadie más debería intentarlo. Lo
hacen, y los mataré primero, y haré preguntas después. Ella
es mía.
Es diferente de cualquiera con quien haya tratado y necesito

más tiempo para entenderla.
Además, si intenta usar a mi madre nuevamente contra mí,

haré lo que prometí en la línea de asunto.
Killian Flynn
251
Desde: P_B_4 / 65.1.18
Para: K_F_5 / 23.53.6
Asunto: ¿QUIÉN eres?
Usualmente haces comentarios sarcásticos, pero rara vez te

enojas. Y NUNCA te ha importado que hayamos permitido que
otro Obrero eche un vistazo a tu asignación. Siempre lo has
visto como un desafío personal, una forma de demostrar su
superioridad.
¿Te estás enamorando de la chica?
Eso tiene sentido, supongo. El general con el que está

fusionada es mi hija, Killian. Amaste a Ashley una vez.
¿Recuerdas? Porque yo lo hago. Nunca lo he olvidado
Trabaja más para firmar a Ten. Por favor. Cuanto más tiempo
permanezca sin firmar, más tiempo tendrá Troika para
ganarla. No podemos permitirle que se ponga del lado del
enemigo. Simplemente no podemos.
252
La mataré yo misma antes de permitir que eso suceda.

Entonces mataré a tu madre.
Yo también hago promesas en lugar de amenazas.
253
De: K_F_5 / 23.53.6
Para: P_B_4 / 65.1.18
Asunto: Su perra interior se está mostrando
¿Lo que recuerdo? Nueve generales murieron en una sola

batalla. Sí, tu hija estaba entre ellos, pero era como una
hermana para mí. Nada más. Ella no es la que está fusionada
con Ten Lockwood. Lo sabría; lo sentiría. Y no lo siento.
Y Ten firmará. Ahora déjame en paz y déjame trabajar.
254
Capítulo Doce
Su primera vida establece el escenario para su segunda vida.
-Troika-
Conduzco a través de la ciudad de montaña, pegada a

las sombras, Sloan sobre mis talones. Soy una chica en una
misión. (1) Evitar la detección. (2) Adquirir refugio. (3)
Reagruparse.
Para cuando llegamos al alojamiento de cama y

desayuno, situado en lo que parece una planta de energía
nuclear en miniatura, me palpitan los pies y me duele la
espalda. Mientras que los otros edificios son en forma de caja
con tres niveles y piedra desmoronada, este es alto y redondo,
como una torre de refrigeramiento, con vapor que sopla desde
la parte superior.
En el interior, el calor con aroma a lavanda me envuelve

y marco el número uno de mi lista. Los murales cubren las
paredes, un jardín de verano aquí, un prado de primavera allí.
La alfombra tiene un impresionante tono verde, hecho para
parecerse a la hierba más suave. Hay personas trabajando en
una pequeña cocina que ofrece té y galletas gratis.
255
Sloan se abre camino y agarra una de las galletas. Ella

se la mete toda en la boca... y la escupe. —Oh, asqueroso. —
Esto es lo peor que he tenido en mi boca.
—Entonces debes ser una Myriadian, —dice la mujer

que está a su lado y, a juzgar por la burla de su tono, apostaría
a que ella es la chef—. No sabrían nada bueno si las muerdes.
—Actualmente estoy sin firmar.
La mujer se aleja de Sloan como si la niña tuviera una

enfermedad contagiosa. —Una indicación clara de que tienes
mal gusto. Mi galleta está llena de nutrientes.
—Odio decírtelo, pero la nutrición es solo otra palabra

para decir heces.
Les dejo a las dos con su discusión y me acerco a la

anciana que maneja el mostrador. Cuando solicito hablar con
el propietario, ella me da un tsk-tsk.
—¿Quieres un pedazo de él? No trates de negarlo. Las

chicas simplemente no pueden mantener sus manos alejadas
de sus productos y servicios. —La alegría brilla en sus bonitos
ojos oscuros, haciéndola parecer un poco más joven que sus
dos millones de años, sin importar cuánto tiempo haya vivido.
Con sus hombros encorvados y su piel muy arrugada, no estoy
segura de haber conocido a un humano mayor—. El Señor
Brando merece ser tratado con respeto, lo entiendes no?
—Seré respetuosa, lo prometo. Estoy... —Bajo la voz,

susurrando—, me envió Archer. —No hay necesidad de usar
mi propio nombre—. Me gustaría una habitación. —Entre
otras cosas.
Ella no pide ninguna otra información, pero extiende su

mano desgastada en demanda silenciosa de dinero. Ofrezco
una de las monedas que el Obrero me dio. Una geoda de
amatista, cortada al tamaño de un cuarto. Los reflejos de color
256
morado oscuro brillan en la luz y hay una corona grabada en

el centro. Esto vino de Troika y vale más que la mayoría de lo
que gana la gente en un año.
—¿Es eso... lo es? Somos ricas, —dice Sloan, viniendo a

mi lado. Ella mira a la anciana—. Esa moneda también cubre
la cena, también. Un banquete para dos reinas. Y ropa.
Definitivamente necesitamos ropa.
Otro tsk-tsk. —Conseguirás lo que obtienes y te gustará,

lo harás. —Al menos lo conseguiremos y podré marcar el
número dos en mi lista—. Por la mañana. —agrega la mujer—
. Es posible que el propietario te visite o no. —Sonríe con otra
gran dosis de alegría—. Estoy segura de que él te verá de
cualquier manera.
Diez lágrimas caen y yo llamo. Nueve cientos de árboles,

pero solo uno es para mí. Ocho veces, ocho veces, ocho vuelan,
lo que sea que hagas, no te quedes seco. Siete mujeres
bailando, ignoran sus dulces romances. Seis segundos para
esconderte, arriba, arriba, y sobrevivirás. Cinco veces cuatro
por tres, y ahí es donde estará. Dos salvaré, seré valiente,
valiente, valiente. Al que adoro, regresaré.
Mientras doy vueltas y me giro, incapaz de dormir, la

canción de Loony Lina suena en mi cabeza. Una rima tonta
que recitamos mientras nos cogemos de la mano y giramos en
un círculo. Tan pronto como pronuncié: —Aquel a quien adoro,
regresaré por él —, nos desplomamos en el suelo y soltamos
una risita. Pero las risitas de Loony Lina siempre se habían
convertido en sollozos.
257
Lamento que tengas que morir, especialmente de forma

tan horrible, diría. Te extrañaré.
Siempre había hablado en tiempo pasado sobre eventos

que nunca habían sucedido.
Loony Lina. Mucho mayor que yo, pero no más sabia.
No estoy muerta, le diría. Estoy aquí contigo.
Cuando cumplí trece años, mi papá dejó de dejarla venir.

Dejó de hablar de ella por completo, de hecho, fue como si ya
no existiera. Y cada vez que preguntaba sobre ella, el tema
cambiaba abruptamente.
Otra conversación se eleva a la vanguardia de mi mente.
No te convertiste en contable, tonta. El sueño perdido

que nunca debería haber sido un sueño, había dicho. Muy
triste.
En ese momento, convertirme en contable ni siquiera

estaba en mi radar. —¿En qué me convierto? —Le pregunté.
—¡En alguien!
¿Alguien... como un Conductor o un Abrógate?
Finalmente, la luz del sol de la mañana empuja a través

de la ventana. Dejo de tratar de dormitar y relajarme,
restregándome una mano sobre los ojos. Un nuevo día. Una
nueva prueba a enfrentar.
Frunzo el ceño cuando noto la nota digital brillando

sobre la mesita de noche.
Ten,
En caso de que alguna vez quieras estrangular a Archer.
Tuyo, Killian
258
Se coló en la habitación y no lo pude detectar.
Muevo mi mano a través de la luz y las palabras

desaparecen. Dos puños de cuero para la muñeca descansan
en la mesita de noche, cada uno con un pequeño gancho de
metal en el centro. Cuando tiro los ganchos, un cable se
extiende, formando un... garrote.
¡Cero! Las pulseras son perfectas para mí.

Absolutamente perfecto. Le debo... como a Archer, quien me
salvó del frío. Admito la verdad por fin, aunque no me gusta.
Anclo las bellezas de cuero en su lugar y paseo por la

habitación, un jardín paradisiaco al igual que el vestíbulo.
Retratos de rosas cuelgan en las paredes. Las flores silvestres
se cosen en el edredón y los lirios se tejen en toda la alfombra
verde esmeralda.
En el baño, me ducho, me seco el cabello y me cepillo los

dientes. En lugar de poner mi cuerpo limpio en ropa sucia, me
pongo una de las túnicas que encuentro en el armario. Para
cuando termino, Sloan está despierta.
—Odio las mañanas, —murmura—. Y por la tarde. Y por

las noches.
Mientras se ducha, pido el desayuno y dándole otra

oportunidad, ropa nueva. Todo llega una hora y media más
tarde, pero Sloan todavía no ha salido del baño.
Llamo a la puerta. —¿Estás bien allí?
—Bien, bien, —dice ella. La puerta se abre. Como yo, ella

está usando una bata. Está tensa, sus mejillas pálidas, pero
se ilumina cuando espía el desayuno— ¡Comida!
La comida consiste en huevos, tocino, tortitas, galletas y

salsa, todo directamente de una lata y absolutamente
259
delicioso. En mi vida anterior, hubiera preferido morirme de

hambre.
En mi vida anterior, era estúpida.
Cuando no queda nada, me froto el vientre lleno. —

¿Cómo te sientes?
—Al igual que mi reloj, está a punto de cero, ¿sabes? —

Ella tira del botón de oro de una camisa amarilla con rayas
azules a lo largo de las mangas y medias azules brillantes
decoradas con lirios. —Vans no dejará de buscarme.
Ella no lo sabe. —Vans está muerto.
Sus ojos se abren con esperanza y desilusión. —¿Estás

segura? ¿Cómo lo sabes?
—Vi su cuerpo. Y usé su mano cortada para abrir la

puerta y liberarte.
—¿Quién tuvo los honores? —Su voz es tensa.
—Killian. —Mis movimientos son bruscos, me visto con

un atuendo muy similar al de ella. Una camisa rosa que tiene
flores verdes cosidas a lo largo de las mangas y medias verdes
con rayas rosas. El material es liviano pero elástico, moldeando
mi cuerpo como una segunda piel.
—Quería que Vans muriera, pero quería ser yo quien lo

matara, —dice y pisa fuerte—. No es justo.
—Si la vida fuera justa, Clay estaría vivo.
Palidece y se aleja. —Así que. ¿Cuál es el plan?
—Reunirse con el dueño del hotel, ya sea que quiera o

no, armarse y encontrar una forma de salir de la montaña.
—Sí, pero ¿a dónde?
260
—Lo más lejos posible de la institución y nuestras

familias. Necesito esconderme hasta cumplir dieciocho años y
estoy segura de que tú también lo harás. Después de eso,
compraré una casa en la playa.
Ella piensa por un momento y asiente. —Apúntame para

eso.
—¿Alguna vez has surfeado?
—No, y nunca lo haré. Voy a tomar el sol y animarte

mientras bebo margaritas. Luego, después de cumplir
dieciocho años, iré a casa a Savannah y…
Toc, Toc.
Comparto una mirada preocupada con Sloan antes de

palmear el bisturí al que me las arreglé para agarrarme y
dirigirme hacia un lado del marco. —¿Sí? —Respondo. Hay
una mirilla y le echo un vistazo rápido.
¿Un pequeño chico?
—¿Has visto a mi mamá? —Está temblando y parece que

va a estallar en lágrimas en cualquier momento.
—Tienes que estar bromeando, —murmura Sloan.
Abro la puerta y encuentro al niño (probablemente de

tres o cuatro años) sosteniendo un osito de peluche en su
pecho. Es la cosa más linda que he visto en mi vida, incluso
cuando se limpia la nariz mocosa en la manga de la camisa.
Su cabello oscuro y rizado se asemeja a una fregona, y sus ojos
son grandes, un poco más oscuros que su piel. Son ojos
familiares. ¿Dónde los he visto?
—No hemos salido de nuestra habitación, niño. —Sloan

se acerca y se agacha para encontrarse cara a cara—. No
tenemos idea de dónde está tu madre.
261
Él tiene hipo. —Pero, pero…
—Podemos ayudarte a encontrarla, —agrego con apuro.
Su expresión cambia en un instante, de sombría a

alegre. Irrumpe en nuestra habitación, diciendo: —Chicas. Me
estoy volviendo tan bueno en esto.
Mi frente se arruga confusa.
Él se ríe. —¿No puedes decir que tengo un caparazón?

Deberíais estar avergonzadas. ¿Bien? No te quedes parada allí.
Cierra la puerta, —dice tirando el oso de peluche al suelo para
usarlo como taburete. Se posa en el borde de la cama.
—¿Tienes un caparazón? —Dice Sloan y cierra la

puerta—. Bueno. Eso es. Me siento como un pollo con la
cabeza cortada. Cabreada como el infierno y un poco perdida.
La realidad me inunda. Esos ojos... pertenecen a la

anciana que atendía el mostrador anoche.
Me muevo delante de la mujer-niño, como sea, con mi

cara de “yo vivo en una casa de Loscos”. —¿Quién eres tú?
—El que va a salvar tu culo flaco. Archer dijo que

vosotras estáis buscando una forma de salir de la montaña. —
Un tono tan burlón es raro viniendo de una cara tan adorable.
—Conoces a Archer. —Una declaración, no una

pregunta.
—Por supuesto. —Él patea sus piernas, una tras otra—

. Soy Steven y soy el dueño de este lugar.
—¿Te pertenece? —Sloan se lleva una mano a la frente.

—¿Cuántos años tienes? ¿De verdad?
—Tengo diecisiete años. —Su pecho se hincha de

orgullo—. Un adulto de diecisiete años.
262
Este pequeño y lindo niño mocoso tiene mi edad. Creo

que necesito evitar el mundo de hoy. No hay manera de que
pueda verlo como un adulto. Mi mente está revuelta de nuevo.
—No solo me toca un punk de diecisiete años, —

murmura Sloan—. Sino además un experimentado de
diecisiete. —Agrega moviendo sus cejas.
Intento no vomitar en mi boca. —¿Estás con Troika?
—Ding, ding, ding, —dice Steven—. Aunque estoy

actualmente en sabático.
Lo miro fijamente. —¿Lo que significa…?
—Pude o no haberme metido en problemas por vender

sangre vital en el mercado negro. —Se pule las uñas en la
camisa—. Podría o no haberlo llamado SDP. Sabor de placer.
—¿Y tú estás planeando ayudarnos por la bondad de tu

pequeño y dulce corazón? —Sloan podría haber usado un tono
azucarado, pero mira al chico como si algo oliera mal—. Solo
después nos daremos cuenta de que esperas que le
entreguemos los derechos de nuestra vida eterna, ¿verdad?
—¿No estabas escuchando, rubita? ¿O está obstruyendo

tus oídos el aire en tu cabeza? No estoy de servicio, así que no
estoy firmando a nadie. Todo lo que espero de ti es un trabajo
manual. —Mueve las cejas.
¡Uf! Vomito en mi boca. También le tiro un calcetín sucio.
Sonríe. —Bien. Mi ayuda no tiene nada que ver contigo.

—Él baja y se dirige al armario, a un panel oculto con un
minibar. Nos ofrece una botella de vodka y cuando lo
rechazamos, de dónde venimos, las chicas sobrias sobreviven,
él drena el contenido—. Le debo un favor a Archer. Él lo llamó
así.
263
¿Confiar en este pequeño extraño o no confiar? Una

elección. No una que me guste, pero lo haré por mi propia
voluntad.
—Tengo un coche enfrente listo para llevaros a nuestra

versión de un aeropuerto, donde un avión se está preparando
para volar por Estados Unidos. A donde queráis ir. Ah, y hay
un arma para cada una debajo de la tabla del suelo.
Confiar, decido. Por una vez tomaré el camino fácil. —

Gracias.
—Sí, sí. Mi trabajo ahora está oficialmente hecho.
Sloan no está tan convencida. —Tal vez te recoja y te

lleve con nosotras. Serás nuestro escudo, por si acaso has
puesto trampas.
—Adelante. ¿Te gustaría una vista previa de lo que

sucederá cuando me lleves fuera de la posada? —Arroja la
botella vacía a la papelera, desechada, luego se lanza para
recoger el oso de peluche. Se encuentra con la mirada de Sloan,
su labio inferior girando hacia abajo en un puchero. Lágrimas
bien en sus ojos—. Traté de detenerla, oficial, pero ella tocó mi
lugar privado.
—Por qué tu pequeño… —Sloan se lanza hacia adelante,

pero la sostengo de la muñeca, deteniéndola.
Steven, con los ojos secos, ríe mientras camina hacia la

puerta. Tiene que estirarse de puntillas para alcanzar el pomo
de la puerta. Entra al pasillo y hace una pausa para mirar por
encima del hombro. —Archer te visitó mientras dormías. Se
cobró un favor y me pidió que te ayudara. De lo contrario, os
habría dejado valeros por vosotras mismas. —Con eso, se va
dando saltos.
Archer no podía ayudarme directamente, por lo que me

estaba ayudando de forma remota.
264
¡Cero! No quiero que me guste. No después de todo lo

que sucedió. Pero lo hago. Es un buen tipo y tal vez... tal vez
realmente se preocupa por mí, no solo por mi decisión. O tal
vez estoy engañada. ¿Cómo voy a saberlo?
Sloan y yo recogemos nuestras escasas pertenencias,

nos ponemos nuestros abrigos nuevos y nos dirigimos hacia
afuera. El aire es tan frío como recuerdo, a pesar de los
brillantes rayos de luz y calor que se derraman del sol, pero
con cada ráfaga de viento, nuestra ropa en realidad se calienta.
Escaneo las aceras de los alrededores en busca de Archer...
Killian. No hay señales de ninguno de los dos chicos.
Archer no puede acercarse a mí hasta que lo invite a

volver. Killian puede aparecer en cualquier momento.
Como prometieron, un sedán negro espera en la acera.

A medida que avanzamos, la puerta de atrás se abre sin ayuda
externa. Dudo solo un momento antes de deslizarme sobre los
asientos de cuero acolchado.
La división que nos bloquea del conductor está

sombreada, ocultando nuestras identidades. Y la suya. Un
hecho que me pone nerviosa, pero no digo nada, simplemente
permanezco en alerta. Llegar al aeropuerto, llegar a los Estados
Unidos.
Avanzamos, giramos y giramos a lo largo de un camino

delgado y traicionero que no ofrece ninguna barandilla para
evitar una caída en picado sobre el lado de la montaña. Hay
carteles publicados en el camino.
¡La luz trae la visión! ¡El poder iguala a la razón!
¡Te llamamos HART! ¡Humanos contra la agitación del

reino!
¡No creas las mentiras! ¡Los reinos son simplemente una

forma de controlarte! Sloan aparta la mirada de la ventana y
265
suspira. —Qué vas a hacer ¿Después de comprar tu casa en la

playa y aprender a surfear?
—Rellenarme con Twinkies y Ding Dong y finalmente

descubrir mi futuro eterno. —Y será fácil... tal vez. No habrá
nadie para presionarme.
Ella me da un doble pulgar hacia abajo. —Voy a casarme

con el primer pretendiente inadecuado que pueda encontrar.
—Extiende los brazos y echa la cabeza hacia atrás, riendo—.
La abuelita será taaaan contenta.
—¿Realmente intentó forzarte a casarte con un viejo tío

solo para salvar su patrimonio?
—Oh, sí, seguramente que lo hizo —La ira y la amargura

tuercen su expresión. —Un día, voy a quemar el estado
ancestral. Pero no quiero hablar de mi venganza.
¿Teme que intentaré hacerla cambiar de opinión? —No

hay problema. Me estabas aburriendo, de todos modos.
Ella resopla. Luego se mueve nerviosamente en su

asiento y se frota las manos sobre los muslos. —Así
que...Quería esperar hasta tener la cabeza cubierta con los
detalles antes de hablar sobre esto, pero, bueno, estoy
demasiado ansiosa. Tengo nuevos trabajadores. Mi TL es
Deacon y mi ML es Elena. Ella me visitó antes de mi ducha y
luego en realidad llamé a mi TL. Solo dije que me gustaría
hablar con alguien de Troika, y él apareció.
Me pongo en alerta máxima —¿Y?
—Myriad me ofreció una casa de mi propio diseño,

cualquier coche que desee y una bonificación de cien mil
dólares depositada directamente en mi cuenta bancaria. Para
mi vida eterna, me voy a entrenar como obrero.
Mi corazón revolotea. —¿Aceptaste?
266
—No, pero por primera vez en mi vida, en realidad estoy

pensando en eso. No estoy segura de que Muchos Finales sea
tan malo como hemos escuchado, pero si hay una posibilidad
remota, bueno, necesito un nuevo plan para Vida Eterna.
—¿Qué te ofreció el tipo Deacon?
—Lo mismo que Archer le ofreció a Clay. Familia, ayuda

siempre que se solicite, ya sabes el resto.
—¿Estás interesada en eso?
—¿Estás bromeando? Odio a mi familia. ¿Por qué me

apunto voluntariamente a otra? Pero, niña, Deacon está de
moda, así que por supuesto dije que lo pensaría. Estoy
considerando permitirle que defienda su caso... en la cama.
Pongo los ojos en blanco. —Eres tan mala como Killian.
Cuando el automóvil se detiene, miro por la ventana y

veo una hilera de cuevas: ¿el aeropuerto? ¿En serio? En una
de las cuevas, puedo distinguir la nariz de un avión, las alas
retraídas para encajar dentro del pequeño agujero.
—Creo que tenemos talento para ir de mal en peor, —

murmura Sloan.
—Estoy de acuerdo.
Más adelante, hay un tramo largo de hielo plano. Lo más

probable es que sea la pista. Parece perfectamente seguro.
La puerta se abre, pero esta vez es cortesía de un

hombre, el conductor.
—Hola, Ten. —Killian me sonríe, lenta y

perversamente—. Qué bueno verte de nuevo.
267
Las mariposas bailan en mi estómago una fracción de

segundo antes de que la ira las corte, destrozando sus alas. Lo
miro con ira.
—Tus acciones llevaron a la muerte de mi amigo.
Su sonrisa se desvanece. —Clay está en Vida Eterna

ahora. Deberíamos estar felices por él.
¿Feliz? ¿Feliz?—Tu pequeño lema favorito: los

victoriosos son adorados y los fracasados son aborrecidas, es
basura. Podrías haber ganado tu escaramuza con Archer, pero
perdiste mi respeto.
Una máscara ilegible cae sobre sus rasgos. —Dije que

debería ser, Ten, no que yo sea así. No he podido olvidar tus
palabras. Si la victoria se logra de la manera equivocada, no es
realmente una victoria en absoluto. No quería que tu amigo
muriera. Especialmente no de esa manera.
—Y sin embargo, tú ayudaste a matarlo.
Su mirada se levanta, mirando al otro lado de la

montaña. —Un día, lo verás de nuevo.
—Eso no niega la pérdida que siento ahora. Su primera

vida importaba. ¡A mí! ¡A él! Tenía esperanzas y sueños. —Me
trago un sollozo.
Si finalmente elijo a Myriad, Clay se convertirá en mi

enemigo a pesar de su reclamo de lo contrario y odio la idea.
Pero la guerra es la guerra.
—La Primera vida es importante. —Repito.
—Escuchad, escuchad. —llama Sloan—. Estoy deseosa

de tener la piel arrugada, canas y sobre todo de usar pañales.
—Tal vez sí importa, —dice, actuando como si ella no

hablara, su atención fija en mí—, pero todavía no es el final.
268
Cuando vives tanto como nosotros, la pérdida es inevitable.

Tienes que aprender a dejarlo ir.
¡Nunca! —Vale la pena aferrarse a algunas cosas, sin

importar el costo. Si no tienes nada que perder, bueno, te tengo
lástima.
Él me frunce el ceño. —Nunca me tengas pena.
Le lanzo un beso. —El orgullo es una debilidad —Su

ceño fruncido se profundiza cuando me ofrece su mano.
La tomo, preguntando con los dientes apretados, —

¿Cómo supiste lo del coche? —Él permanece directamente
frente a mí, manteniendo la luz del sol fuera de mis ojos.
—Steven me debe un favor. Me lo cobré.
Su acento es más fuerte que de costumbre, su voz más

ronca. —¿Un Troikan le debe a un Myriadian un favor? ¿Cómo
ocurrió eso?
—Con gran habilidad. —La máscara se cae y él me mira

con algo parecido a la desesperación. —Espío y espero. Cuando
las circunstancias parecen sin esperanza, ofrezco esperanza...
por un precio. Me deben miles de deudas.
Un trato con el diablo. Pero... una parte de mí sospecha

que está intentando, una vez más, impresionarme con su
fuerza, volviendo a los viejos hábitos. Puede ser algo muy
entrañable, y me ablanda cuando quiero tanto mantenerme
fortalecida contra él.
Su mirada se hunde en mi muñeca y prácticamente

vibra de felicidad. —Te gusta tu regalo.
Yo suspiro. —Sí. —No soy una de esas chicas que no

pueden aceptar un regalo—. Gracias.
269
Sloan se desliza detrás de mí y dice: —Tal vez no me viste

ni me escuchaste guapo. ¡Sorpresa! ¡Aquí estoy! Me encantaría
ponerme al día. —Se mueve a mi alrededor para vincular su
brazo con el suyo y alejarlo de mí.
Él lo permite, frunciéndome el ceño sobre su hombro,

como si no estuviera seguro de cómo proceder.
De nuevo, es entrañable.
—Hemos sido tan vulnerables por nuestra cuenta, —

continúa—. Estamos tan débiles y aquí estás, una gran
rebanada de pastel de ternera, listo para salvar el día. —
Cuando alcanzan la pared de la cueva, donde la nariz del avión
se asoma, ella lo empuja con toda su fuerza y presiona un
cepillo de dientes contra su carótida—. O no. Míralo. Conozco
a los de tú tipo. Dulce cuando las cosas van por tu camino,
pero más malo que una pantera mojada cuando no lo son—.
El azúcar ha abandonado su tono por completo, dejando solo
la ira. —Prefiero morir que permitirte lastimar a Ten.
Expresado de otro modo. Prefiero matarte que permitirte
lastimar a Ten.
—¿Es así? —En un movimiento rápido, él coge su

muñeca y la gira para que su espalda presione contra su pecho
y su mejilla contra la pared helada y rocosa—. Déjame decirte
lo que prefiero hacer.
—No le hagas daño, —grito corriendo.
La deja ir en un instante, levantando sus manos, con las

palmas hacia afuera y mi alivio es palpable.
Una Sloan con el ceño fruncido se gira, apuntando con

el mango hacia él una vez más.
—No. —digo, moviéndome entre ellos—. Guarda el arma,

Sloan. Él no está aquí para hacerme daño.
270
Él me empuja detrás de él, protegiéndome del mango.

Como si ella me hubiera lastimado. Aún no. El gesto de
protección es…enloquecedor…entrañable.
¡Estoy tan harta de la palabra!
—Basta, los dos. Por favor. —Espero hasta que ambos

asienten con la cabeza antes de dejarlos a sus propios cosas y
entrar a la cueva.
Hay alguien revisando algo debajo del avión.
—Hola, —llamo, una sensación de inquietud

deslizándose sobre mí. No estoy segura por qué. Me recuerda
el miedo que experimenté cuando hui de Killian y, sin embargo,
no tengo miedo. Solo precaución.
¿Hay mensajeros de Troika aquí, intentando guiarme?
—Creí haber escuchado voces allí afuera. —Un hombre

desconocido cierra la escotilla y se acerca para saludarme. Es
alto, con canas y piel marcada—. Debes ser mi carga más
nueva.
—Sí. —Extiendo la mano por una razón y solo por una,

y no es para ser amistosa. Nos estremecemos y llego a la
conclusión de que es humano en lugar de un caparazón, su
piel callosa y cálida. También es un No firmado, sus manos y
muñecas sin marcas.
Pero... mi inquietud solo se hace más fuerte. Lo ignoro,

decidida a dejar este lugar.
—¿Hacia dónde nos dirigimos? —Pregunta Killian, su

voz carente de emoción—. Tengo suficiente combustible para
llevarte a donde quieras ir.
271
—Hawái —digo, tomando una decisión en una fracción

de segundo. Estaré lejos de Los Ángeles y de mis padres, pero
cerca del agua.
—Está arreglado entonces, —dice el piloto—. Vamos,

subid y despegaremos.
272
Capítulo Trece
La realidad existe dentro del alcance de tus sentidos. Si lo sientes, es

real.
-Myriad-
Estamos en el aire quince minutos después. El avión es

pequeño y el vuelo es accidentado y estoy poniendo de
manifiesto una certeza que no quiero enfrentar: me dan miedo
las alturas. Bueno, tengo miedo de caer.
La forma en que Clay cayó... Me estremezco.
—¿Tienes frío? —pregunta Killian. Está sentado en el

asiento al mi lado, jugando con las puntas de mi cabello— ¿O
estás asustada?
—Púdrete, —murmuro. ¿Por qué no puedo ser como

Sloan? Ella es tan feliz como un jefe en el asiento del copiloto.
El miedo obstaculiza, nunca ayuda. Mira más allá.
—Puedo distraerte, —dice—. O podemos sentarnos en

silencio.
—Escojo silencio.
273
—Muy bien.
Fiel a su palabra, no dice nada durante horas. A pesar

de mi molestia, logro tomar una siesta durante varias horas
más. Pero, después de despertarme, transcurre otra hora
mientras cambio incómodamente y visualizo las muchas
formas de morir en un avión, finalmente admito que el trato de
mantenerme fría y alejada solo me duele a mí misma.
Me rindo, diciendo: —Ganaste. Haz algo para

distraerme.
Su risa es cálida, no la cosa fría que espero. —¿Baila,

mono, baila?
—Bueno. Ya sabes.
—¿Qué tal si negociamos los términos de tu contrato?
¿Por qué no? Tengo curiosidad y estoy muy desesperada.

—De acuerdo. Dime qué es exactamente lo que Myriad está
dispuesta a ofrecerme.
Él se queda quieto. —¿Vas en serio?
Me trago un bufido. —Sí. Lo digo en serio.
Como si temiera cambiar de opinión, se apresura a decir:

—Tu contrato dura hasta tu segunda muerte. Nos
aseguraremos de que su Primera Vida esté llena de fama y
riquezas que superen con creces cualquier cosa que hayan
logrado tus padres, y en tu Vida Eterna, se te otorgará un lugar
de honor dentro del palacio, así como cualquier otro hogar que
desees. Si lo quieres, lo puedes obtener incluso si está
ocupado. Nunca te faltará nada. Tendrás sirvientes y solo
responderás a nuestro Rey.
274
—No deseo fama ni riqueza. —Ya he experimentado el

alto costo de cada una de ellas—. Y no quiero robar la casa de
alguien.
Creo que lo he sorprendido de nuevo. Él me mira con

curiosidad. —Pide un deseo entonces. Tus deseos son órdenes
para mí.
De ninguna manera le contaré sobre la casa de la playa.

Quiero comprarlo con mi herencia y no deberle nada a nadie.
—¿Qué tal un trabajo?
—Como Abrógate, necesitarás entrenar para otras

posiciones. Mensajero. Obrero. Explorador. Líder. Cuanto más
sepas sobre cada uno, serás una mejor Abrógate.
—Pero... ¿cómo sabes que soy un Abrógate?
—Para empezar, estás fusionada con un General.
Deja caer la noticia como si supiera que estoy arrullada

de emoción. La cosa es que ni siquiera estoy un poco
sorprendida. Debería haber supuesto que siempre se trataba
del espíritu con el que supuestamente estoy fusionada, no de
mí.
—Nuevamente te pregunto cómo lo sabes, más allá de

cualquier duda.
Una pequeña pausa. —Nosotros... no lo sabemos. Solo

podemos adivinarlo, pero todos nuestros generales fueron
aniquilados de inmediato y su segunda muerte coincidió con
tu nacimiento.
—Sí, bueno, estoy segura de que mi nacimiento coincide

con muchas segundas muertes.
275
—Sí, pero tu espíritu brillaba a través de tu piel. —Eso

solo sucede cuando el alma está fusionada con una de las
posiciones más poderosas.
—O, como creen los troikans, el alma es un Conducto.

—Al menos, supongo. Él asiente formalmente.
—Los Abrogados son generales y los generales son

decisivos, ¿no? Ellos hacen planes de batalla. Dirigen a las
masas. No están desgarrados por una decisión importante.
Como yo.
—No sabes lo que son los generales. Nunca has hablado

con uno. —Hace una pausa— ¿Te gustaría? Puedo arreglar
una reunión.
Otra vez la curiosidad me gana. —Sí. Vale. Pero solo si

respondes una pregunta más para mí.
—Cualquier cosa.
Lamo mis labios, un pequeño temblor se mueve a través

de mí. —¿Te gusto o solo soy un trabajo para ti?
Él forcejea por una respuesta, finalmente se establece,

—Las dos cosas no son mutuamente excluyentes.
No, no lo son. —¿Realmente te gusto?
—Sí… me gustas —dice y frunce el ceño, como si la

admisión fuera dolorosa. Tal vez lo sea.
Los amigos tienen el poder de lastimarte de maneras en

que los enemigos nunca pueden hacerlo.
Maldice de repente y lanza una mirada sobre su hombro

al asiento de atrás. —Suficiente! Déjanos.
Mis ojos se abren. —¿Alguien está aquí?
276
Me mira de nuevo, su expresión es pétrea. —No.
Juegos de palabras. —¿Quién había aquí?
—Uno de mis Flankers. —Desliza su lengua sobre un

incisivo—. Antes de que preguntes, los Flankers son una
subdivisión de los obreros. Me siguen para contar mis
hazañas.
Uno, no tenía idea de que tuviera cola. Y dos, ¿alguien

realmente escribe sus hazañas? ¿Al igual qué, un caballero de
los viejos tiempos con un trovador?
Me río de él, no puedo evitarlo y pronto se ríe de mí.
Cuando golpeamos un bache particularmente

desagradable, jadeo. Me pasa un brazo por los hombros y lo
dejo, sin ofrecer ninguna protesta. Incluso me apoyo en su
contra por mi propia voluntad, descansando mi cabeza en el
hueco de su cuello, donde el aroma del humo de turba y el
brezo me tranquiliza.
—¿Por qué no tomas otra siesta? —Dice—. Me gusta

escuchar tus conversaciones unilaterales.
¿Me escucha hablando en sueños? ¡Estupendo! —¿Qué

he dicho?
—Las lágrimas de Ten caen...
—No. Diez lágrimas caen. El número diez.
—No. Tú claramente dijiste las lágrimas de Ten. Tu

nombre.
¿Lo hice? —Sí, bueno, pierdes brillo líquido cuando te

lesionas.
—¿Brillo? Cómo te atreves. Mi hombría se ofende.
277
—Tu hombría sobrevivirá.
Él me acaricia el hombro, casi como si me estuviera

acunando. —Un espíritu no funciona como un cuerpo. Si bien
tenemos músculo y hueso, solo nos sustenta sangre vital y
cuando la perdemos, tenemos una hemorragia de poder.
Intento no reaccionar ante su toque... sí, lo intento. —

Entonces, cuando pierdes toda tu sangre vital...
—Experimentamos la segunda muerte.
—Entonces puedes morir, incluso dentro del caparazón.
—Sí. He perdido muchos amigos de esa manera.
Las noticias... no son bienvenidas. ¿Qué pasa después?

¿Fusión o la Muerte? Otra turbulencia de aire nos hace
tambalear y me entra frío por dentro.
Él intenta otra distracción. —Deberías dejar a Sloan.

Siempre pondrá sus necesidades por encima de las tuyas
necesidades.
—Las acciones de otra persona nunca decidirán las

mías. —Una faceta de mi libre elección. Una que abrazar de
todo corazón.
La luz azul parpadea en sus muñecas y maldice.
—¿Un mensaje? —pregunto.
—Sí.
—¿No vas a responder?
—No. Es de Madame.
—Madame... ¿qué?
278
—Madame Dolor de culo. —Sus dientes están apretados,

su tono lleno de disgusto—. Es mi líder.
—No te gusta trabajar para una mujer, ¿eh?
—No me gusta, punto.
—¿Qué hizo…
—Oh no. No estoy hablando de mi pasado sucio con ella.

Aún tengo que tratar con ella.
Ah. Madame Bennett.
La luz destella por segunda vez y él se da una palmada

en la muñeca. —Quiere otro informe de progreso.
Otro. ¿Cuántas de nuestras interacciones ha compartido

con ella? —Información revelada. Me alejaré de ti cuando
aterricemos.
—¿Yo? ¿Qué he hecho?
—Lo que sabes tú, lo sabe Myriad, y lo que sabe Myriad,

lo saben mis padres.
—A tus padres no les han dicho lo de tu huída... todavía.
Eso es algo, al menos. —¿Por qué el indulto?
—Prynne solo ha informado a los padres de los difuntos

y le pedí a Myriad que guardara silencio acerca de ti. Tus
padres... me molestan. Tu madre está ocultando algo y tu
padre es un idiota adúltero.
El shock y el horror casi me ahogan. —¿Está engañando

a mi madre?
Killian se queda quieto. —¿No lo sabías?
279
Niego con la cabeza cuando el avión golpea otra

desagradable bolsa de al morro del avión hundiéndose. Mis
órganos internos se marchitan y por un momento, mi mente
da vueltas y vueltas en un carrusel.
Él aprieta su abrazo sobre mis hombros. —La

turbulencia es natural, muchacha. No vamos a estrellarnos.
—¡No uses la palabra E!
Su risa es tan hermosa como el resto de él. —Creo que

todos en los reinos te han escuchado. Pero no te preocupes.
Soy el gran hombre fuerte y varonil y mantendré segura a mi
pequeña niña débil.
—Idiota, —murmuro, pero comienzo a relajarme contra

él. No pensaré en la infidelidad de mi padre y en el trabajo
mental que debe estar haciendo sobre mi madre.
Killian se inclina, su boca se cierne sobre mi oreja. Creo

que me va a besar el lóbulo, pero susurra: —Haznos un favor
y firme con Myriad.
Mi corazón martillea mientras levanto mi cabeza. —

Killian…
Nuestras miradas se conectan, el aire entre nosotros se

calienta, chisporrotea. Él presiona su frente contra la mía y me
acaricia la nuca, su pulgar acariciando, dentro de mi cabello y
hacia abajo, debajo del cuello de mi camisa.
—No solo te deseo —dice—. Te quiero.
—No entiendo la diferencia, —le digo con sinceridad.

Aun así, su admisión me hace estremecer.
—Del primero puedo alejarme fácilmente. Del segundo...

me haces sentir…me haces sentir…
280
Las palabras no son bonitas, pero están raídas. Su tono

no es dulce, sino crudo.
Estoy casi deshecha. ¿Está siendo real? ¿O es solo otra

estafa para ganarme?
El avión se sacude de nuevo, pero al principio, realmente

no me importa. Ya no. Cuando continúa, volviéndose cada vez
más violento, me estoy volviendo loca. Me estoy preocupando
mucho. El contenedor que está sobre nosotros se abre y mi
mochila se derrama mientras la nariz del avión se hunde en
un ángulo más agudo. Si no fuera por nuestros cinturones de
seguridad, nos habríamos lanzado hacia adelante.
Esto no es normal.
Estoy a punto de entrar en pánico cuando el piloto se

baja de la cabina, con una bolsa colgada de los hombros. Se
mueve rápidamente, evitando nuestras miradas.
Killian me suelta y le dice al hombre: —¿Qué estás

haciendo?
El piloto abre la manija de la puerta lateral y me golpea

un golpe frío de viento y una fuerte patada de shock. Mi cabello
golpea mis mejillas mientras... ¡Salta!
—¡Ayuda! ¡Ayuda! Killian, Ten. ¡Me golpeó! —La voz

ahogada de Sloan corta el brutal bramido de la corriente de
aire— ¡Se ha ido!
Sí. Se ha ido. Él, nuestro único medio de aterrizaje. El

shock choca con el pánico y mi cerebro casi se apaga. Me
enfoco en Killian. —¿Qué debemos hacer?
—Quédate aquí. —Él tira de su cinturón de seguridad,

su expresión sombría. —Y firma con Myriad. Verbaliza tu
acuerdo con los términos que te presenté. No arriesgues tu
vida eterna, Ten. Por favor. Si no puedo aterrizar el avión... —
281
Niega con la cabeza, como si no estuviera dispuesto a

considerar la posibilidad. —Por favor—. repite.
Me recuerdo a mí misma que ya no soy una damisela en

apuros. Puedo pensar a través de esto. ¿Lo que no puedo
hacer? Basar mi decisión en el miedo. Porque aunque podría
ser libre de hacer mi elección en este momento, nunca estaré
libre de las consecuencias de esa elección. Y creo que preferiría
terminar en Muchos fines que en Troika, en guerra con Killian,
o en Myriad, peleando contra Archer y Clay.
—¿S…sabes cómo pilotar un avión? —Grito sobre la

borrasca.
Él sigue con cara sombría. —Como obrero, he entrenado

para todo tipo de situaciones.
Tomaré eso como un no.
Su hebilla finalmente cede, pero el avión ha tomado otra

inmersión y se zambulle. Se golpea contra la pared que divide
el frente de atrás. Una pared que agarra, tirando de sí mismo
por el borde; una tarea hercúlea teniendo en cuenta la fuerza
del viento en la tormenta.
Desaparece de la vista y unos segundos más tarde,

Sloan se asoma por detrás de la pared. ¡Chica tonta! ¡Va a ser
absorbida!
Me inclino y extiendo mis brazos. —¡Agárrate de los

ganchos de los brazaletes! —Tan pronto como tiene un agarre
firme, tiro mientras patea la pared. En medio de aire, su cuerpo
comienza a inclinarse hacia la puerta abierta. Tironeo con
todas mis fuerzas, usando una reserva de fuerza que no sabía
que poseía.
Se agarra del asiento vacante de Killian. Temblando, se

abrocha el cinturón. Está pálida, sus mejillas manchadas con
lágrimas secas.
282
Con los ojos atormentados, pregunta: —¿Crees que

vamos a morir? Di no y te creeré. Tú nunca mientes.
Me encuentro con su mirada y permanezco en silencio.
Ella cubre su boca con una mano inestable. —

Deberíamos elegir un reino, cualquiera de los reinos Muchos
fines...
—Sí, —le digo—. Elije. —Sin saber qué más hacer, pero
recordando las últimas palabras de Archer a Clay, le susurro—
: Archer. Te estoy pidiendo ayuda. Por favor.
No hay luz brillante y él no aparece mágicamente.
Sloan debe haber leído mis labios. Un temblor la mece

contra mí. —¿Dónde está? Ten, ¿dónde está?
Su pánico está encendiendo el mío, pero logro

controlarlo. —No tenemos que verlo para saber que está aquí.
—He aprendido de la manera difícil.
—¿Qué pasa si solo tiene permitido ayudar a los

troikans?
—Somos adeptos potenciales. Nosotros contamos. —

Deberíamos.
—Quiero verlo. Necesito verlo.
Yo... no, me doy cuenta, sorprendida. Yo confío en él. A

pesar de todo, o tal vez por todo, sé que está haciendo todo lo
que está a su alcance para salvarnos. La verdadera pregunta
es: ¿será suficiente?
El avión continúa cayendo en picado. Mi pulso apunta

más y más rápido, como si me hubieran inyectado mil viales
de baiser de la mort.
283
Miro por la ventana y no veo señales de nubes, solo

tierra. Verde. Exuberante. Bonita. Vamos a estrellarnos. No
habrá forma de detenerlo. En cualquier momento...
—Prepárate para el impacto, —le digo a Sloan.
—Ten. —Las lágrimas caen por sus mejillas— ¿Has

escogido?
Largos mechones de su pálido cabello golpean sus

mejillas mientras niego con la cabeza.
Algunas personas dicen que toda tu vida pasa dentro de

tu cabeza justo antes del final. La mía no. No tengo una
epifanía increíble con todas las respuestas. Solo sé que no
estoy lista para morir y que no permitiré, no puedo permitir,
que el coraje me falle. Hoy lucho para vivir y vivir para luchar.
No voy a morir.
Pongo a Sloan contra mí y me envuelvo a su alrededor,

y me doy cuenta de…
No. ¡Dang, él no!
Killian lucha por regresar a nosotras. Las manchas

azules en sus ojos están completamente eclipsadas por la
oscuridad de sus pupilas.
—Vete, —le grito—. Vete ahora. —No lo dejaré morir

dentro de su caparazón—. Vete. ¡Vete!
No lo hace, usando su libre albedrio de la misma manera

que Archer lo hizo.
—Firma con Myriad. Por favor. —Se arroja sobre

nosotras…
¡Boom!
284
Me inclino hacia adelante y hacia atrás casi al mismo

tiempo, la fuerza es tan poderosa que me sorprende que no me
parta en dos. El metal rechina y cruje, los sonidos son un
asalto para mis oídos. El fuego baila a través del vientre del
avión cuando ambos motores explotan. Mi adrenalina es tan
alta que no debería sentir una pizca de calor o la mordida del
cinturón o el golpe de mi cuerpo en el asiento frente a mí
cuando el avión se compacta, pero el dolor... me consume en
un instante, me traga…
Abro la boca para gritar pidiendo ayuda, pero termino

tragando un trago de agua. ¿Agua? ¿Nos estrellamos en un
océano?
Pensamiento loco: ahora puedo surfear.
Me río histéricamente mientras el mareo me invade. La

oscuridad pisándome los talones….
Llego a la conclusión de que estoy flotando... no, estoy

cayendo, abajo, abajo... ruido sordo.
Acostada sobre mi espalda, abro mis ojos y descubro que

estoy en medio de una jungla bañada por la luna, árboles
nudosos y un espeso follaje a mi alrededor. La única luz
proviene de miles de luciérnagas, muchas de los cuales están
zumbando a mi alrededor.
¡Ay! Algunas aterrizan en mi brazo, quemándome. No

son luciérnagas, después de todo. ¿Creo que son... brasas
vivientes? Agito mis manos para espantarlas y encontrar
ampollas en su lugar.
285
El aire es seco, al rojo vivo y me hace sudar. Gritos,

tantos gritos, flotan en la brisa. Están llenos de dolor,
agonizantes, una historia tan cierta como los números; esto es
sufrimiento en su forma más pura. Las serpientes, sus lenguas
bífidas silbando hacia mí, se deslizan a lo largo de ramas que
se estiran, se extienden en mi dirección. Los bichos asquerosos
resaltan algún tipo de criaturas parecidas a monos y me miran
desde entre las hojas que parecen dientes afilados como
navajas.
¿Dónde estoy? Esto no se parece a ningún lugar en el

que haya estado alguna vez. —¿Sloan? —La llamo por su
nombre mientras me pongo de pie. —¿Killian? Archer? No hay
respuesta.
Los monos saltan al suelo a unos metros de mí y me doy

cuenta no son monos, después de todo. Tienen la mitad inferior
de una araña gigante, que es una pesadilla propia. Ocho patas,
cada una peluda y forrada con agudos cuernos de marfil.
Doy un paso atrás. Ellos me siguen
Esto no es parte de la Tierra de la Cosecha, ¿o sí?
¿Podría ser esto Muchos Fines?
Por una vez, una respuesta es fácil. No. Esto no es

Muchos Fines. No estoy muerta; Estoy muy viva.
¡Boom!
La tierra tiembla tanto que me caigo. Las arañas - mono

se lanzan detrás del follaje, muchos de los tallos se están
escondiendo como si fueran conchas de tortuga. Me vuelvo
para ver un hongo de nubes gruesas y horriblemente oscuras
hacia el cielo, y cuando alcanza las nubes amarillentas, se
inclina como una cascada y llueve hacia abajo, hacia abajo,
sobre las copas de los árboles, donde se rompe en un millón
de pedazos, esas piezas lanzándose en todas direcciones, el
286
humo transformándose en pájaros grandes y negros con

cuerpos esqueléticos, picos puntiagudos y garras metálicas.
Las serpientes son agarradas con esas garras. Los

monos se enganchan con esos picos. Trago un grito y corro,
contando mis pasos y girándome. Ocho pasos, giro a la
derecha. Once pasos, giro a la izquierda. No estoy segura de
cómo llegué aquí, ni de cómo me iré, pero necesito saber cómo
regresar al lugar de donde llegué. En caso de que sea la clave
para ir a casa... a casa... ¿Dónde está mi hogar?
Veintitrés pasos, otro a la derecha. Algunos parches de

aire son relucientes, como cortinas, pero no me siento diferente
cuando los traspaso, así que no estoy segura de lo que hacen.
Seis pinchazos agudos me golpean en la espalda

mientras barro el aire. Grito y lloro, el pánico amenaza con
alcanzarme. Los insectos asquerosos se estrellan contra mí,
dejando ampollas detrás.
¿Qué debería hacer? ¡Qué debería hacer!
¡Lucha!
Vale. Busco mi bisturí… ¡Cero! Vine con la ropa en mi

espalda, pero no con mi arma. De acuerdo, está bien. Agarro
una rama a medida que paso y el impulso me permite rasgar
la punta así como la piel de mi palma.
La cual no sangra, noto, pero gotea un líquido espeso y

reluciente.
Sangre vital.
Estoy muerta. Y esto... esto es Muchos Fines.
El conocimiento rasga a través de mí, destrozando mis

entrañas. Me tambaleo, el impacto de mi nueva realidad es
demasiado para procesar. Esto significa... No, no, no. Mi
287
Primera Vida ha terminado y he entrado oficialmente en la Vida

Eterna.
No puedo... No... necesito...
¡Recomponte!
La locura no está ayudando. Mi fuerza se está drenando

– hemorrágica - y debo actuar rápidamente. Puedo
preocuparme y lamentarme siempre que sea libre.
Me giro lo mejor que puedo, miro una cara que no es

más que un pico espinoso y hueso deshuesado y giro mi brazo,
clavando la rama en el costado de la criatura. Suena un
graznido, mientras un líquido negro y tibio brota sobre mi
mano, ardiendo como ácido. Esas garras se abren, al menos, y
se deslizan fuera de mi espalda. Estoy goteando.
Cuando chocó contra un parche de copas de árboles

retorcidos, pierdo el aliento y paso rápidamente de rama en
rama ... finalmente aterrizo en el suelo con un ruido sordo. Una
roca me ha abierto el costado, robando el poco oxígeno que
logré absorber.
Aunque el mareo ha vuelto con fuerza, puedo sentarme

y hacer un inventario de mi nueva ubicación. Arrugo la frente.
Nada es diferente. Los mismos árboles nudosos, las mismas
plantas dentadas que ahora se arrastran hacia mí, es como si
correr y girar a un lado y a otro y volar a más o menos
trescientos pies me devolviera a donde comencé.
Un gemido se me escapa mientras estoy de pie. Una

bandada de pájaros huesudos grazna por encima.
Siguiendo con mis cálculos de trescientos pies,

retrocedo. Los insectos zumban a mi alrededor, las abejas
parecidas a lagartos, las moscas con dientes de sable y paso a
través de incontables parches de aire resplandecientes. La
288
colocación de los árboles y la caída de las ramas siguen siendo

los mismos.
Ve a algún lado, pero no vayas a ninguna parte.
Mis oídos se contraen cuando un grito agudo atraviesa

el aire, uno que es más ruidoso que todos los demás. Uno que
está más cerca de mí. ¿Hay alguien más aquí?
—¿Sloan? —Llamo. La culpa me abofetea. ¿La traje

aquí?
Un crujido de ramas de árboles. Un peso duro me golpea

desde atrás, empujándome boca abajo. Jadeo, pero cuando
miro a mi alrededor, no hay nada ni nadie allí. Más sonidos
crujientes. Otro golpe, golpe, como si me hubieran dado un
puñetazo. Respiro y escupo suciedad y agua brota de mi boca.
Me obligo a ponerme de lado cuando toso, mi garganta

está cubierta de ácido, mis pulmones en llamas.
—Eso es. Esa es la manera. —Las manos duras

continúan dando palmaditas en mi espalda y yo expulso otro
chorro de agua. El negro se desvanece de mi visión, revelando
una playa rocosa, un gran cuerpo de agua con metal y
escombros, humo que se eleva desde la parte superior,
curvándose hacia una gran cantidad de rascacielos. —Estás
vivas. Estás viva ahora.
¿Lo estoy? ¿Morí y volví a la vida?
Nuevamente, mi conmoción es casi demasiado para

procesar. Esta vez no puedo detener mi enloquecimiento.
Estaba muerta. Estaba muerta y estaba en muchos fines.
Muchos fines es real. Un lugar real. Un horrible y espantoso
lugar.
No quiero volver Nunca. —Sloan. —Logro croar.
289
Las manos se alisan suavemente sobre mi espalda,

ofreciendo comodidad ahora. —Está viva. —La voz de Archer
se registra.
¡Vino! ¡Sloan sobrevivió!
—Moriste —dice, tan inestable como yo—, pero has

vuelto. —Has vuelto y estás bien.
Lágrimas de alivio me queman los ojos. Estoy bien, estoy

bien. Las palabras resuenan en mi mente, pero no estoy segura
de creerlas. Y oh, no, no, no, ¿se me salieron los intestinos?
Bajo la mirada, esperando lo peor. Estoy empapada con agua
de mar... o de un lago?.. pero estoy limpia. Mi espíritu debe
haber permanecido conectado a mi cuerpo, a pesar de la
distancia entre los dos.
—Mi amigo Deacon está atendiendo a Sloan, —dice

Archer.
—¿Killian? —pregunto.
Una pausa. Una pausa que agarra mi corazón y lo

aprieta. Entonces… —Su caparazón está tostado y su espíritu
no está en el área.
Casi lo agarro, casi lo sacudo. —Dime que su espíritu

sobrevivió.
—Yo... no puedo. Si se desconectó del caparazón antes

del impacto, hay esperanza.
¿Se desconectó?
Trago un sollozo. El chico que una vez consideró Primera

Vida como una molestia hizo lo que pudo por salvar la mía. Se
quedó conmigo cada segundo, manteniendo sus fuertes brazos
alrededor de mí.
290
Él no quería que terminara en muchos fines. Y podría

haber perdido su Segunda Vida por eso.
291
Capítulo Catorce
Si puedes verlo o sentirlo, puedes cambiarlo.
-Troika-
No estoy lista para moverme ni para estar de pie, pero

Archer dice —Tenemos que irnos antes de que lleguen las
autoridades, —así que hago las dos cosas. Con el movimiento,
los cortes que he aguantado se hunden más profundamente en
los músculos y mis huesos vibran. Mis miembros están
anegados.
Pesan dos toneladas, al menos.
—El avión estaba en llamas cuando se estrelló contra el

agua, —dice Archer—. Si no te hubiéramos amortiguado,
habrías muerto.
—Gracias —Las palabras no son lo suficientemente

buenas, pero son todo lo que tengo. Aprieto los dientes
mientras el dolor me recorre— ¿Dónde estamos? —¿El piloto
se había desviado del rumbo?
—Costa este. Nueva York. —Me lleva hacia Sloan, que

está sentada dentro de un círculo de rocas, con las rodillas
pegadas al pecho mientras el agua le cubre los pies. Hay un
corte en su frente y vetas obscenas de sangre en cada una de
292
sus mejillas. Su mirada se enfoca arriba, donde los rayos de

luz del arco iris bailan por el cielo. O las auroras boreales se
han movido o hay otra batalla en el reino.
—El piloto me dijo que lo sentía, pero le habían ofrecido

lo único que siempre había querido. —Su mentón tiembla—.
No lo entendí en ese momento. Me golpeó, y cuando abrí los
ojos, se había ido y estábamos... estábamos...
—Lo sé. —De buena gana, a propósito, firmó nuestras

sentencias de muerte. ¿Pero por qué?— ¿Quién nos querría
muertas antes de que hubiéramos firmado nuestro futuro?
—Myriad, —dice Archer—. Están cansados de esperar

que tomes una decisión y no quieren arriesgar un pacto con
Troika.
No. —No lo creo. Killian luchó para salvarnos—. Él está

vivo. Tiene que estar vivo.
—Sí, y estoy seguro de que será castigado por ello. Ha

sido diferente contigo, yendo en contra de las órdenes, incluso
matando a Vans.
Sacudida hasta los huesos, miro hacia el cielo y grito: —

Si Killian está herido, lo haré, nunca firmare con Myriad.
Hay un silbido de viento y me rasga los nervios. Pero no

hay ninguna voz. Ninguna erupción de luces que deletreen,
Está a salvo.
Un tipo realmente alto y musculoso, ¿Deacon ?, se

acerca a nosotros. Sus rasgos son ásperos; son los de un
guerrero que vivió en el campo de batalla y bailó con la sangre
de sus enemigos. Su cabello es corto y oscuro, pero sus ojos
son del color del verano, verdes y exuberantes de vida, el encaje
perfecto para su piel de ébano. Su nariz es demasiado larga y
su boca un poco delgada, pero ambos trabajan para él y
funcionan bien. Nunca estará en la portada de una revista,
293
pero estoy dispuesto a apostar que es la estrella de muchas

fantasías.
Ayuda a Sloan a ponerse de pie y la cubre con una

chaqueta sobre los hombros, hablando con Archer en un
idioma que nunca había escuchado antes. Un hermoso
lenguaje que sale de su lengua.
Archer responde en el mismo idioma.
—Ven, —finalmente me dice.
—Qué… —comienzo.
Él ya sabe lo que voy a preguntar. —El lenguaje Troikan.

De esa forma, si algún espíritu de Myriad acecha cerca, no
entenderán lo que estamos diciendo.
Nos empujan a una camioneta que ha conseguido. La

parte posterior está vacía, perfecta para tumbarse.
El conductor se presenta, es Deacon. A medida que gira

en las esquinas un poco demasiado rápido, Archer hace todo
lo posible para curar nuestras heridas. No tiene el toque más
delicado y el viaje accidentado solo empeora su ayuda poco
elegante. Me estremezco cuando ata el vendaje alrededor de mi
brazo un poco demasiado apretado.
¡Boom!
La camioneta traquetea y tanto Sloan como yo jadeamos.
—Una batalla entre los reinos, —confirma Archer—. Los

hombres de mi jefe están impidiendo que los hombres de
Madame Bennett se acerquen a ti.
No me extraña que las batallas parezcan seguirme.

Están en el área. —¿Qué hay de Killian?
—Nadie ha informado haberlo visto.
294
El miedo y la desilusión se combinan, amenazando con

aplastarme. —¿Por qué no nos das tu sangre vital? —Así es
como sanó a Sloan de su congelación.
—Perdimos demasiada abriéndonos camino hacia ti

antes del accidente y aún más mientras te sacamos del agua.
Ahora que he tenido una hemorragia, lo entiendo.
—Si perdemos más, —dice—. Seremos inútiles durante

días —. Dado que tus lesiones no son potencialmente mortales,
no voy a debilitarme más. Me necesitas fuerte.
—Lo entiendo, —digo, y lo hago.
Caemos en el silencio. Sloan está temblando, así que la

acerco más a mí. Debería estar tan traumatizada como ella,
pero a pesar de todo, de alguna manera estoy tranquila.
Bueno, tranquila. Y cansada, las vibraciones del camino
haciendo todo lo posible para atraerme a dormir. Lucho para
permanecer despierta. Una parte de mí sospecha que abriré los
ojos y descubriré que estoy de regreso en Muchos Finales.
—Muy bien, amigos. —La voz de Deacon resuena a

través de la camioneta cuando el vehículo se detiene
abruptamente—. Hemos llegado.
Me siento con cautela y salgo con la ayuda de Archer.

Deacon se sube a la parte trasera, se acerca a Sloan y la saca.
Estamos en el medio de la nada, nada más que hierba verde y
montañas durante kilómetros. Es bonito, pero no es mi idea de
un escondite bien resguardado donde podamos recuperarnos
en paz.
Resquicio de esperanza: no me estoy congelando.
—Por esto. —Archer da un paso adelante y desaparece.
295
Cierto. Aire gelatinoso. Con un suspiro, lo sigo y de

repente estoy parada frente a un sueño hecho realidad: una
cabaña de troncos de dos pisos con luces parpadeantes
colgadas alrededor del techo. Los campos de lavanda perfuman
el aire. Los frondosos árboles verdes tienen verdaderas
colmenas colgando de las ramas. Alrededor de la cabaña hay
zanjas con fresas silvestres desbordadas por los lados y mi
boca se hace agua.
Esto es un hogar. Donde los padres cariñosos se sientan

en el porche, balanceándose en sillas hechas a mano mientras
miran a sus hijos correr y jugar.
Archer toma la delantera, pero se detiene con la mano

en el pomo de la puerta y mira por encima de su hombro hacia
mí. —Esta es una casa segura Troikan. Nadie de Myriad podrá
atravesar las fronteras.
Es decir, Killian. —¿Qué mantiene alejados a los

Myriadians?
—Las vigas están infundidas de luz. Un Myriadians los

toca y arde. De mala manera.
—Pero las carcasas no se queman con la luz. —Solo los

espíritus, según Killian.
Deacon se ríe como si dijera algo gracioso. ¿Lo hago? Hay

tanto que no sé sobre los reinos.
—Esta es una luz especial, —dice Archer con una mirada

dirigida a su amigo—. Los caparazones Myriad se desintegran
en segundos. —Entra a la casa, terminado con la conversación.
Me quedo donde estoy, mirando más allá de la pared

buscando cualquier señal de Killian.
296
—Tenemos casas seguras en todo el mundo. No son

opulentas, pero deberían tener todo lo que necesitas. Deacon
se acerca y pone a Sloan de pie. —Entra, niña.
—Mientras este lugar tenga agua caliente y una bañera

—, dice ella, caminando hacia adelante, —esto puede ser un
matadero por lo que a mí respecta.
Cuando ella está en el porche, le digo a Deacon: —¿Traes

humanos aquí a menudo?
—Solo los que han sido marcados por la muerte. De

nada, por cierto.
—Tan alto y poderoso. Troika es igual de probable

sospechoso.
—Esa no es la forma en la que funcionamos. —Deacon

me mira y agrega—: Mucha gente se ha metido en serios
problemas por ti, pero te dejarán ir si eso es lo que quieres.
—¿Aunque sea un Conducto? —Supuestamente. Más

que nunca, no me siento como una de las personas más
poderosas del planeta.
—Aunque lo seas. Moriremos para preservar tu derecho

a elegir. Si tu elección te destruye, nos destruye, pues que así
sea. Y lo hará. Destruirnos a los dos, quiero decir. Hemos
perdido dos conductos en los últimos quinientos años. Solo
tenemos otros dos. Incluso si uno de ellos es asesinado, no
tendremos luz suficiente para mantener a nuestra gente por
más de unas décadas.
Presión…
Él suspira. —Espero que valga la pena todo lo que

estamos haciendo por ti.
297
—Te ahorraré la molestia de preguntártelo. No lo valgo.

—Estoy indecisa y casi cambio de bando tan a menudo como
cambio de ropa interior.
Teniendo en cuenta el susto que acabo de tener,

probablemente tenga que cambiarme otra vez.
—¿Con esa actitud? —dice—. No. No vales la pena.
—¿Preferirías que hiciera la canción y el baile

narcisistas? Soy tan increíble y maravillosa. —Me ahueco el
pelo y bateo mis pestañas hacia él—. Por supuesto que valgo
la pena.
Pone los ojos en blanco. —Tienes tus momentos, pero

preferiría que te vieras a ti misma como lo hace Archer.
—¿Y cómo es eso? —Tal vez yo también lo haría.
—Cuando le fuiste asignada por primera vez, te vio como

una niña rica y mimada, un poco demasiado loca. Mamá y
papá son malos conmigo, boo-hoo. Toda esta tortura, wah-
wah.
—Que os jodan a los dos. El dolor es dolor, y si nunca te

han azotado o golpeado o te han inyectado veneno, tu opinión
al respecto no significa nada.
—Me alegro, porque no tendrías que haber pasado por

nada de eso. Podrías haber firmado con nosotros...
—Podría haberlo hecho, sí, pero no lo hice porque no sé

dónde encajo. No sé a dónde pertenezco.
—Lo sabes. Todo el mundo lo sabe. Todos lo saben

siempre. En el fondo, donde importa. Pero ellos quieren algo
más, una oferta aparentemente mejor, tal vez, por lo que se
expresan en la duda y la confusión: la oscuridad de la mente.
298
Entonces, finalmente, la duda y la confusión se transforman

en certidumbre de que te equivocaste para empezar.
—No. —Niego con la cabeza.
—He vivido más tiempo que tú. He visto más. Lo sé, y tú

también lo sabes. Simplemente no quieres enfrentarte a la
verdad.
—¿Y si la verdad es Myriad?
—Para ti, es Myriad.
Me burlo de él. —¿No vas a intentar cambiar mi opinión?
—Nunca discuto la verdad. Ya sabes tu respuesta, haz

crecer un par de bolas y acéptalo. Deja de perder nuestro
tiempo. Ahora, ¿vas a dejar que termine de contarte mi
historia? —pregunta.
Muevo mi mano en asentimiento.
—Después de la institución, Archer me dijo que hay algo

en ti... una fuerza interior que muy pocas personas poseen.
Una bondad no tocada por el mal que te rodea. Una
generosidad de espíritu que te permite poner la seguridad de
los demás por encima de la tuya. Y espero que tenga razón,
porque se corrió la voz hoy. Por la participación de Archer en
la prematura muerte de tu amigo, experimentará el
intercambio.
Utilizo mi tiempo en la casa de seguridad para

recuperarme de mis heridas y planificar mi próximo
movimiento.
299
Myriad me quiere muerta y sin la ayuda de Troika, no

puedo esconderme de ellos. Solo soy humana. Pero entonces,
no quiero esconderme del reino, y no quiero confiar en uno
sobre el otro. Quiero ver a Killian, agradecerle, tal vez abrazarlo
y darle una bofetada por arriesgar su vida.
No ha habido señales de él, ni rumores sobre su vida ni

su muerte.
Me niego por completo a considerar que murió y ahora

está fusionado con un recién nacido, que tiene una nueva
Primera Vida ligada a otra persona. Él está afuera. ¿Qué está
haciendo?
Extraño al imbécil.
Al amanecer del séptimo día, me doy cuenta de que solo

tengo una opción viable. Es simple, pero podría funcionar.
Pediré lo único que quería desde que comenzó esta farsa:
tiempo para pensar sin interferencias. Prometo expresar mi
decisión el día antes de mi cumpleaños número dieciocho. Por
supuesto, cuanto más nos acerquemos a la fecha, más peligro
enfrentaré, los reinos temen mi deserción. Pero un hecho
permanece: cualquier tiempo que gane, es más del que tengo
actualmente.
Significará decir adiós a Killian y Archer, haciendo trizas

mi corazón cuando pierda a los mejores amigos que he tenido
para siempre, pero solo será por un tiempo. Al menos para uno
de ellos.
Con un suspiro, presiono la punta de un cuchillo de

carne en mi dedo, una gota de sangre fluyendo. Una gota que
limpio en la pared junto a mi cama, dejando una mancha de
color carmesí detrás.
Mi nuevo calendario La luz del sol fluye a través de la

ventana de mi dormitorio, destacando los números.
300
—¿No sabes cómo relajarte?
La voz de Archer llena mi habitación y lentamente giro

para enfrentarlo. Está parado en la entrada, con los brazos
cruzados.
—No. Como si no supieras cómo compartir detalles

importantes con tus amigos. —Estoy molesta con él. Se niega
a decirme nada sobre el Intercambio.
—Bien. Será malo. Sangre por sangre. Se cometió un

crimen y se debe imponer un castigo. Esa es la ley, incluso
para Myriad, aunque lo negarían. Cada ser humano es
precioso, no tiene precio y pagaré un precio que refleje eso.
¿Feliz ahora?
Ni siquiera cerca. Tal vez el shock metió algo de sentido

común en mí, porque ya no quiero que lo penalicen. Ya ha
sufrido suficiente. —¿Qué hay de la piedad?
—Créeme. En esto, me muestran gran misericordia.

Debería estar muerto, como el que ayudé a matar, y aun así,
vivo.
—Pero…
—Esto es justicia, Ten. No puedes elegir las partes que

te gustan e ignorar el resto. Eso abre la puerta a la parcialidad.
Tiene razón. No es que yo lo admita. —¿Por qué estás

aquí?
—Por dos razones. La primera, para preguntarte si

quieres reactivar tu teléfono móvil. Te tendré que dormir, pero
no llevará más de unos minutos.
—No, gracias. —Todavía no quiero que mis padres o

Prynne puedan llamar o rastrearme.
—Ahora la segunda. Voy a enseñarte cómo pelear.
301
¿Qué pasa con estos chicos con caparazón y su falta de

respeto por mis habilidades? —Sé cómo pelear. —Levanto el
cuchillo de carnicero— ¿Quieres una demostración?
El asiente. —Sí. Pero permíteme enmendar mi

declaración. Voy a enseñarte cómo pelear... y ganar.
—Sé cómo…
—Ganar siempre, —agrega.
Lo suficientemente justo. Podría usar la práctica antes

de dejarlo. Envaino el cuchillo en mi cintura. —¿Qué va a
costarme esta lección? —Vamos a sacar lo esencial del camino.
—Solo un poema. Algo alegre por una vez.
Arqueo una ceja. —¿Tiene que rimar?
—Por supuesto. Los buenos poemas siempre riman.
Él y Loony Lina se adorarían el uno al otro. —Vale. Aquí

va. —Me aclaro la garganta—. Tú, el hombre, me enseñará
cómo pelear. Yo, una niña pequeña con poca fuerza. Pero lo
que no sabes sobre esta muchacha es que está súper decidida
a patearte el culo.
Él suelta una carcajada y me llama con los dedos. —Ven

entonces. El peaje ha sido pagado en su totalidad.
Aparto mis pies de mis zapatillas de casa favoritas, un

lujo que no he experimentado en más de un año. Es curioso
cómo solía dar tales cosas por sentado. Conozco una gran
riqueza y he conocido grandes pérdidas. He tenido gustos de
felicidad y tristeza en ambos estados.
Las emociones nunca discriminan.
Tomo un par de botas de combate y lo sigo abajo. He

memorizado el diseño de la casa para asegurarme de que
302
pueda encontrar el camino a cualquier habitación con los ojos

vendados. Nunca se sabe cuándo algo así será necesario.
Hay cuatro dormitorios en el piso de arriba, cada uno

con su propio baño. Sloan ha pasado la mayor parte de su
tiempo en la cama y Deacon ha dedicado la mayor parte de su
visión a sus heridas y persuadirla para que coma.
—Volverías a elegir Troika hoy, incluso si te dieran la

oportunidad de cambiar de opinión? —le digo— ¿No?
—Me gustaría. Amo mi reino. Amo a mi familia. Amo mi

trabajo.
¿Killian diría lo mismo?
Killian. ¿Dónde estás?
Caminamos a través de la amplia sala de estar

amueblada con un sofá de cuero de gran tamaño, dos sillones
reclinables y una chimenea ardiente. Archer desliza una gran
bolsa negra de una mesa de café hecha de troncos. Gira a la
izquierda y el olor a beicon y huevos casi me atrae en la
dirección opuesta. Si tuviera que ir a la derecha, entraría en la
cocina, un paraíso de piedra gris, mármol veteado de rosa y
gabinetes de roble, rústico pero opulento. Deacon debe estar
cocinando el desayuno.
—Más tarde, —anuncia Archer, sintiendo la dirección de

mis pensamientos.
Gimo como un bebé mimado.
Él acecha afuera y a unos pocos metros de la casa, deja

caer la bolsa. Sus piernas están encerradas en pantalones de
cuero que revelan cada flexión de sus músculos mientras se
agacha para desenterrar un arma, dos puñales y una cosa que
no puedo identificar.
303
Realmente me gusta este chico. Es más seguro

emocionalmente que Killian, pero luego, creo que tiene un
mejor sistema de apoyo. Él no me necesita, pero estoy bastante
segura de que podría usarme, y no solo por su reino. Después
de la manera en que manejó a esos muchachos en Prynne, los
que lo llamaron por sus nombres, puedo adivinar cuánto
quiere sacar la luz de Troikan a los necesitados. E incluso a
los Myriadians. Él simplemente no ha encontrado una manera
de hacerlo. Necesita un puente.
Levanta la vista, se da cuenta de que lo estoy mirando y

sonríe lentamente, sus ojos de cobre se iluminan con diversión.
—Por favor, no me digas que quieres un pedazo de mí.
—¡Bruto! Ciertamente no lo hago.
—Bueno. ¿Qué hay de Killian? ¿Quieres un pedazo de

él? —Yo... creo que sí, pero también creo que Archer no está
listo para escuchar la respuesta.
Él mueve un dedo hacia mí. —No voy a advertirte sobre

él. No de nuevo.
Adivina mi expresión que me delató. —Gracias. Yo

aprecio…
—Pero voy a contarte sobre mi enemistad con él. Él…
Estoy a punto de decirle que se derrame ahora, ahora,

cuando un tornado rueda sobre la parte superior de la cúpula.
Estoy boquiabierta. Los postes de la cerca y otros restos se
arremolinan dentro de un vórtice de viento que no puedo
sentir.
—Solo un F-2. —dice Archer—. Hay una batalla entre los

reinos, pero no ha llegado a ser crítico.
—¿Sobre qué es la batalla esta vez?
304
—Myriad te quiere fuera de nuestra casa segura.
El hecho de que yo soy la causa es un peso alrededor de

mis tobillos, que me hunde cada vez más profundamente en
un mar de culpa. Pronto me ahogaré. Odio la idea de que
personas inocentes sean lastimadas por mi culpa.
Tomo la decisión de salir de la casa segura esta noche.
Le enviaré un mensaje a Madame sobre mis intenciones

y le dejaré una nota a Archer. No puedo arriesgarme a que
intenten detenerme.
—Bien. Cuéntame sobre tu enemistad con Killian, —

digo. Él aprieta su mandíbula—. Había una chica.
Ha dado en el clavo. —¿Dior? —Pregunto, recordando el

nombre que los dos se escupieron el uno al otro.
—Sí. Ambos fuimos asignados a ella. La amaba. Cuando

se reía, tenía un hoyuelo aquí. —Toca su mejilla. —Soñaba con
ser médica, con atender a cualquier persona de cualquier reino
que no pudiera pagar la atención médica
Vacilante le pregunto: —¿La apartó lejos de ti?
Su cabeceo es recortado. —Luego la engañó para que

firmara con Myriad.
Casi no puedo respirar, mi pecho está muy apretado,

pero me las arreglo para decir: —Él estaba haciendo su trabajo,
lo que pensaba que era lo correcto.
Las fosas nasales de Archer se abren. —Por lo general,

los Obreros Myriad ganan más por lograr que los humanos
acepten la menor cantidad posible, pero él se aseguró de que
recibiera el peor trato posible solo para fastidiarme, añadiendo
letra pequeña que no entendía.
305
—Así que no consiguió una casa elegante o un coche ¿Y

qué? Hay más en la vida.
—No lo entiendes. Ella está en la escuela de medicina en

este momento, pero incluso entonces, si salva la vida de un leal
Troikan, gana un castigo en Primera Vida y en Vida Eterna. No
hay nada que pueda hacer para ayudarla.
Lo que Killian hizo... sí, era malo. No hay forma de evitar

ese hecho. Pero él no es el mismo Killian. Primera Vida no
significaba nada para él en aquel entonces. Ahora está
aprendiendo a valorar la vida humana. ¿Por qué más se
pondría en peligro para salvarme?
—¿Puedes sacarla de su contrato? —Pregunto. —¿Qué

hay de la corte?
—Le supliqué que exigiera un día en el tribunal, pero

tiene demasiado miedo de la corte. De las repercusiones de
perder.
—Me gustaría conocerla —De alguna manera me

gustaría ayudarla.
—Lo arreglaré —Se endereza, agita una mano sobre las

armas—. Ahora. ¿Por dónde te gustaría comenzar?
—No sé son qué la mitad de esas cosas.
—Esto es un Oxi —Levanta una de las armas—. Con un

solo estallido, causa que los caparazones se descompongan.
¿Y si fallo y me golpeo? —No, gracias.
—Este, el Ciervo, dispara dardos que cuando están

incrustados en un caparazón, atrapan el espíritu dentro de él
y detienen la movilidad. Esto es un escudo con maquinillas de
afeitar giratorias en los bordes.
306
—¿Qué pasa con la espada de fuego? —He oído que es el

arma espiritual definitiva.
—Yo puedo empuñar una espada de fuego. Tú no —

Charlatán.
—Así que. De regreso a tus elecciones También hay una

daga, una…
—Eso. Una daga. —Iré con lo que conozco. Por ahora.
—Muy bien. —Desliza una de las dagas—. Lección uno.
Parpadeo y algo frío y afilado me aprieta el cuello, Archer

está directamente frente a mí. —Cómo…
—La distracción mata con tanta seguridad como esta

hoja —dice—. Concéntrate.
Ahora le sonrío dulcemente. —La frialdad mata con

tanta seguridad como este cuchillo. —Utilizo la punta de mi
arma para darle un toquecito a sus bayas.
Él suelta una carcajada. —Touché. ¿O, debería decir

testículos? —Camina hacia atrás unos pocos pasos y dice—.
Hagámoslo de nuevo. Esta vez, cuando levante la espada,
bloquea con tu brazo derecho y apuñálame con el izquierda.
—Realmente te apuñalo o solo…
Pero él está frente a mí un segundo después, la hoja en

mi cuello.
Resopla con desilusión. —Otra vez.
Pasamos las próximas horas entrenando. No es gentil,

pero tampoco es excesivamente rudo. Me muestra los puntos
más vulnerables de un ser humano, así como los de un
caparazón y luego viene hacia mí con la daga, con los puños,
con patadas bien apuntadas. Mi cuerpo aún sanando me duele
307
y tiembla, pero no dejo que me frene. Me gusta esto. Necesito

esto. Y Archer es bueno para explicar cómo es capaz de
derribarme y cómo puedo evitar que vuelva a suceder.
Cuando decidimos dejar de practicar por el día, estoy

sudorosa y temblorosa. Me desplomo en el suelo, dejando que
el cálido sol acaricie mi piel expuesta. Y tengo mucha piel
expuesta. Por primera vez en más de un año, llevo una
camiseta sin mangas y pantalones cortos.
Camina a mi lado, su sombra me cubre. —He pedido a

nuestros Vigilantes que descubran quién ordenó el accidente
aéreo, pero no encontraron la respuesta.
Vigilantes. No es necesario preguntar qué implica ese

trabajo. —No recuerdo a los Vigilantes en la lista de trabajos
de Vida Eterna.
—Están bajo la subdivisión de los Scout.
Hay mucho que aprender. Tanto para seguir en camino.
Abro la boca para responder, pero un movimiento a mi

izquierda atrapa mi atención, me giro y jadeo.
Killian está vivo, ¡y está fuera del aire gelatinoso!
Capítulo Quince
308
Sin nosotros, no tienes nada.
-Myriad-
Corro. Archer grita mi nombre, su tono exasperado pero

no enojado. Si Killian está aquí, significa una de dos cosas. Los
Troikans perdieron la batalla en el cielo o mi TL permitió que
mi ML se acercara. ¿Si tuviera que adivinar? Archer pidió una
solicitud.
Creo, espero, que me vea como algo más que una

conquista. Bueno, una posible conquista. Espero que me vea
como una amiga.
—Eres un dolor en el culo, —grita—. Lo sabes, ¿verdad?
Oh, sí. Me ve como una amiga.
Estoy sonriendo mientras paso por el aire gelatinoso.

Una ducha de calor. Una caricia de seda. Entonces estoy
parada en la penumbra de la oscuridad, gruesas nubes grises
colgando en un cielo de ónice, árboles derribados por el
tornado anterior. Las langostas cantan y los grillos pían. Una
rana croa. Un soplo de viento agita las ramas de los árboles
haciendo que las hojas bailen.
La anticipación se desata dentro de mí, pero Killian ya

se ha ido. Giro de un lado a otro, sin encontrar ningún signo
de él. ¡Dang! ¿Dónde está? Sé que no podía verme a través del
aire gelatinoso, pero seguro que no se iría.
—Bien. Mira quién finalmente decidió aparecer.
Hago otro giro y me encuentro frente a una chica negra

y bajita. Lo que le falta en estatura lo compensa en curvas, y
su cara... ¡guau! Se ve como una muñeca viviente con grandes
ojos marrones con unas pestañas enormes, labios en forma de
309
corazón que incluso ahora se tensan con un gruñido y le

redondean las mejillas.
—Tengo que decir, —agrega después de escanearme de

arriba abajo—, que esperaba que tuvieras una tercera teta o
algo así.
Un niño camina junto a ella. Él es el más alto de los dos,

pero no mucho, y musculoso. Es asiático y hermoso, su pelo
oscuro teñido de rojo en los extremos del estilo de un mohawk.
Me da el mismo escaneo arriba y abajo. —Debes estar

llevando tus gafas de celosa, E, porque puedo ver totalmente
su atractivo.
—Ahora sería un buen momento para las

presentaciones, —digo. Ambos niños tienen marcas de Myriad
en sus muñecas. ¿Están aquí para terminar el accidente del
avión?
—¿O? —pregunta la chica con una risa tintineante.
Creo que es un caparazón pero necesito tocarla para

estar segura. —O te demuestro que el camino hacia el corazón
de una persona es a través de sus costillas.
Ella le sonríe al chico. —¡Guau! Voy a usar esa amenaza

la próxima vez que nos enfrentemos a Ts.
—Ten. —Killian entra en mi línea de visión y mi corazón

da un brinco—. Estás aquí.
La chica tiene una reacción similar, creo. Sus rasgos se

suavizan y la subida y caída de su pecho se acelera.
Dagas con punta de ácido raspan mis entrañas. ¿Están

los dos involucrados románticamente?
310
La mirada de Killian permanece fija en mí, intensa y

ardiente. —Ten, me gustaría que conozcas a Charles, a mi
Flankers y a Elena.
Elena. —Eres el Obrero de Sloan.
—También soy tu peor...
—Suficiente. —Killian toma mi mano, el aroma del humo

de turba y el brezo deleitan mis sentidos. Soy como un adicto
que acaba de obtener una dosis. Él me dirige a una tienda
palaciega—. No nos molestéis. —dice por encima de su
hombro.
Las paredes están hechas de pañuelos en tonos de joyas,

y hay mantas de piel sintética y almohadas de felpa esparcidas
por el suelo. Un pequeño círculo de piedras del tamaño de un
puño descansa en el centro, la luz brilla de cada una
iluminando toda la tienda. Una gran bañera de madera
consume la esquina más a la izquierda, el vapor sale del agua.
—¿Es esto una casa segura de los Myriadian? —

pregunto.
—Simplemente un campamento temporal. Los

Troikanos pueden entrar, si eligieran eso estúpidamente.
—La amenaza para Archer se nota, —dije secamente.

Ahora, es hora de llegar a la razón principal por la que estoy
aquí. Pongo mis manos en mis caderas y lo miro—. Gracias por
quedarte conmigo en el avión.
Él se encoge de hombros casualmente. —Soy tan

valiente como fuerte.
—No gracias a quedarte en el avión —agregué picada—

¿Y realmente te felicitas a ti mismo?
—Yo sí. Porque tú nunca lo haces.
311
La acusación me hace pestañear. Y reír. No debería

reírme en medio de una discusión tan grave. —¿Te metiste en
problemas por quedarte conmigo?
Se da vuelta, bloqueando mi lectura de sus emociones.

¿Lo que no puede ocultar? La rigidez de su postura. —No
quiero hablar de esto.
—Muy mal. Lo hiciste. ¿Tuviste problemas? Debería

conocerme lo suficiente como para saber que nunca me
rendiré.
—Sí, —sisea—. Sí.
La culpa me rodea el cuello como una boa. —¿Qué te

hicieron?
—Eso no te lo diré.
Salto delante de él, pero se lanza fuera de mi alcance,

solo para volver aprisa. —Tienes moretones recientes, —dice,
endureciendo la voz— ¿ Por qué tienes nuevos moretones?
¿Él no contestará mis preguntas, pero espera que yo

responda las suyas? Lo siento, pero esa no es la forma en que
juego. —¿Por qué no discutimos el accidente... y la
participación de tu reino?
Sus labios se fruncen, haciéndome saber que no está

contento con mi paso lateral. —Si Myriad es responsable, nadie
ha tomado crédito oficial. ¿Qué te hace estar tan segura de que
Troika no tiene la culpa?
Solo lo sé. —¿Cómo puede una chica ser el factor

decisivo en la guerra? ¿Cómo puede una chica decidir el
ganador?
Una pausa tensa. —¿Qué tal si pretendemos que solo

hay el aquí y el ahora? —Él hace un gesto hacia una bandeja
312
colocada frente a una almohada—. Te compré un pastel de

chocolate.
—¿Pastel?¡Dámelo! —Sí, soy así de fácil.
Me apresuré, solo para detenerme cuando agrega —

Elena se lo comió mientras yo estaba afuera. Así que tienes
fruta.
¡Esa perra va a ser cortada! —Ella está en un caparazón.

No necesita, ni siquiera le gusta la comida humana.
—Los caparazones pueden saborear las cosas, al igual

que pueden sentir.
Caparazones estúpidos. Me siento junto a la bandeja y

sumerjo una fresa en el tazón de crema.
Mientras mastico, estoy bastante segura de que tengo

un boca-orgasmo. Archer me ha estado alimentando bien,
filetes, marisco, panceta, pero ha descuidado mi gusto por lo
dulce.
Killian se sienta frente a mí, se inclina hacia adelante y

limpia suavemente un poco de crema de la esquina de mi labio.
Un poco que él lame, haciendo algo abajo en mi estómago. Mi
corazón, el traicionero órgano, suena fuera de control. Mi
sangre se calienta y el hormigueo que solo él puede provocar,
regresa.
Estoy temblando mientras selecciono otra fruta. Entre

un segundo y otro, modifico mi plan: hablar con Killian aquí y
ahora. —He venido a agradecerte por salvarme, gritarte por
salvarme... y decirte adiós.
Killian se queda quieto.
—Estoy pidiendo trescientos cuarenta y tres días. Sola.
313
343 = 7 x 7 x 7 Siete días de la semana. Siete enanos.

Siete a menudo se considera un número santo.
—Utilizaré el tiempo para descubrir mi futuro, —digo.
—No —Hace un movimiento de cabeza—. Absolutamente

no. Incluso un día es demasiado largo. Debes tomar una
decisión, Ten, y debes hacerlo ahora. No más espera. Es por
eso que estoy aquí antes de que mi espíritu…
Antes de que su espíritu... ¿qué? ¿Tenga tiempo de

curarse de un castigo?
—Killian, —digo, la boa invisible apretando de nuevo.
—Alguien te quiere muerta. Dejar que descubras tu

futuro cuando solo hay un cincuenta por ciento de
probabilidades de que tomes la decisión correcta ya no está en
la agenda.
—Ese es un riesgo que estoy dispuesta a tomar.
—Bueno, yo no ─ Grita las palabras, su temperamento

ahora completamente ocupado.
Parpadeo sorprendida. Suele tener una sofisticación

tranquila y una seducción perversa. Toma una respiración
profunda y lentamente la libera. —Déjame darte otra gira. Tu
regalo para mí por arriesgar mi vida para salvar la tuya. Te
relajarás y disfrutarás y haré algo.
Esto es una manipulación Una de sus mejores

habilidades. Pero a diferencia de antes, cuando nos conocimos,
no se trata de inscribirme simplemente para ganar. Él se
preocupa por mí, un hecho que ambos conocemos.
—Vale.
—Gracias. —Él sonríe mientras se pone de pie, se acerca

y se tumba a mi lado. Él me hace ponerme de espaldas a él.
314
Mi corazón se acelera mientras apoyo mi cabeza en su

hombro. Me rodea con su brazo, sus dedos en el borde de mi
camiseta y se me corta el aliento en la garganta. Solo he estado
así con James, y la diferencia entre los dos chicos me
sorprende. En cuanto al cuerpo, James era delgado. Killian es
todo músculo. Me siento rodeada... protegida.
De repente, la luz se dispara desde el dispositivo en su

muñeca y se forma una imagen en el techo de la tienda. Un
rascacielos apunta hacia un cielo oscurecido por la noche.
Piedra, cromo y vidrio con luces multicolores que brillan desde
cada piso.
—Aquí es donde vivo, —dice—. La torre de Muchos

Trabajos. —Un Abrógate debe entrenar para cada posición, por
lo que durante el tiempo que entrenas como Obrero, vivirás
aquí también.
El video se acerca a una ventana específica, y veo un

grupo de chicas sentadas alrededor de una mesa, comiendo
obleas doradas, animadas mientras hablan. En otra ventana,
un padre frota los nudillos contra la cabeza de una niña
pequeña. Ella se ríe y lo aparta.
Una punzada de nostalgia me sorprende. Solía tener

padres que se burlaban de mí, y los extraño tanto.
—Trabajamos duro, —dice Killian—. Jugamos más duro.

Todos los que ves en la torre están fuera de servicio. Han
terminado un caso o están de vacaciones. —El video se dirige
al área exterior del edificio, donde las lámparas iluminadas con
velas iluminan una hermosa acera de mármol. Los trajes que
usa la gente van desde primigenios, hasta mega punk rock.
¿Algunas de esas personas están caminando mientras otras
están... flotando?
No, no están flotando sino montados encima de

aerodeslizadores elegantes y brillantes. Cerca de allí, alguien
315
está montado sobre la espalda de un león tan grande como un

caballo.
—Eso es genial, —le digo.
—Mejor que genial y lo sabes.
Dentro de otro edificio, una fiesta ruge. La música

resuena y la gente tropieza y se chocan entre ellos. Una
doncella victoriana cuelga de una jaula. Un niño gótico escala
la cadena que cuelga del fondo, levanta la cerradura de la
puerta y se desliza dentro.
Ella lo recompensa con un beso, como si acabara de

ganar un premio.
—Podríamos divertirnos mucho en una fiesta como esta,

—dice Killian en voz baja.
—Ciertamente podríamos. —La clase de fiesta con la que

soñaba cada vez que mis padres exigían que me quedara en
casa para no poner en peligro mi vida en el mundo grande y
malo—. Sin embargo, si soy sincera contigo, nada de lo que he
visto ha cambiado mi opinión. Todavía quiero tiempo.
—No te rindas conmigo. La gira no ha terminado todavía.
La cámara corre calle abajo y finalmente se precipita

dentro de otra torre. Hay varias columnas, cada una hecha de
una joya diferente.
Esmeraldas. Rubíes. Zafiros. Diamantes. La cascada.

Una cascada interior, como si la torre presionara contra la
ladera de una montaña, tiene una sirena de marfil encaramada
en la parte superior, con un caparazón volcado que vierte... no
agua. ¿Oro líquido? Los muros están pintadas con diferentes
murales - querubines en las nubes, guerreros en la batalla, un
majestuoso dragón volando - Los sofás tienen estampados
florales. Cada estructura de las sillas está talladas para
316
parecerse a un animal diferente. El suelo brilla como un mar

de perlas pulidas.
Las mismas perlas forman los bordes del hogar, que es

del tamaño de mi dormitorio anterior. Encima cuelga un
retrato del hombre más hermoso que he visto en mi vida. Los
rizos dorados rodean las características perfectas que no
pueden ser reales. Sus ojos son azules vibrantes y tan claros
como un océano en los trópicos. Una corona descansa sobre
su cabeza.
Hay un retrato más pequeño a la derecha de él. Uno de

una mujer con cabello de un tono más oscuro de oro y ojos de
cobre bruñido. Sonríe como si supiera un secreto que yo no
conozco, más misterioso que el que guarda la Mona Lisa.
A la izquierda del retrato más grande hay uno... cinco...

diez... veinte… retratos de aproximadamente cuatro por
cuatro, tan pequeños que no puedo distinguir las caras desde
esta distancia.
—Nuestros Rey y Reina, —dice Killian con asombro

inconfundible—. El Rey... se parece de alguna manera...
—A Archer. Sí. —La amargura ha desplazado su

asombro—. Archer es uno de sus muchos hijos. Una de sus
mayores desilusiones.
Espera. Para. Vuelve. —¿El padre de Archer es el Rey de

Myriad?
—Un privilegio que Archer nunca apreció.
¡Guau! ¡Desorden mental!
Jadeo cuando un pequeño dragón alado aterriza en el

hombro del Rey. —El retrato…
317
—No es un retrato sino un tipo de holograma. Como las

televisiones que los humanos miran.
¡Casi! El video se acerca a la siguiente habitación, un

comedor tan elaborado como los demás. El Rey se sienta a la
cabeza de una larga mesa cuadrada, vestido con lo que parece
ser un atuendo militar formal. Hecho a medida, con medallas
clavadas a lo largo de la amplia extensión de sus hombros. A
los lados de la mesa hay nueve niños; la mayoría parece ser
menor de dieciséis. Dos de los niños gemelos no pueden tener
más de trece años.
—Conoce a nuestros generales. No estaban listos para

ascender a sus roles, pero después de que sus mentores fueron
asesinados, no tenían otra opción.
Nueve niños... y yo seré el décimo. El ciclo completo. El

comienzo de la cuenta atrás.
¿Coincidencia? ¿Destino?
—Un día, estarás sentada en esta misma mesa.
Escucho asombro otra vez... Escucho envidia. ¿Cuándo

–si- llega ese día… ¿Oiré resentimiento y amargura?
El Rey se levanta y camina a lo largo de los lados de la

mesa, dándole palmaditas a cada niño en el hombro. —Haces
a tú reino, a tu Rey, orgulloso. Juntos no hay nada que no
podamos hacer. No hay altura que no podamos alcanzar.
Ningún reino que no podamos conquistar.
Los niños golpean sus cubiertos contra la mesa de

acuerdo. Clank, clank.
—Él nos ama, —dice Killian—. Solo quiere lo mejor para

nosotros.
—Y tú lo amas. Estoy segura de eso.
318
Él no trata de negarlo. —Archer se hizo amigo mío

cuando éramos muy pequeños, y me invitó al palacio real en
múltiples ocasiones. A pesar de la apretada agenda del Rey,
siempre tuvo tiempo para mí mientras estuve allí.
Una pieza del rompecabezas hace clic en su lugar.

Archer rechazó al hombre que Killian claramente desearía que
fuera su propio padre.
¿Qué llevó a Archer a renunciar a sus padres y su reino?

¿Y a Killian, su amigo?
¿Cómo de devastado estaba Killian cuando Archer se

fue?
—Me sorprende que él, el hijo del Rey haya, elegido

Troika cuando alcanzó la Era de la Responsabilidad, —digo
antes de comenzar a llorar.
—Créeme. Todos lo estábamos.
Las palabras suenan como si hubieran sido empujadas

a través de millas y millas de vidrios rotos.
Tomo la conversación en una nueva dirección. —¿Por

qué tienes acento, pero el Rey no?
—Pasé mucho tiempo con el director del Centro de

Aprendizaje. Lo que llamarías un orfanato. —Su pulgar roza
mi ombligo, haciéndome estremecer—. James también creció
en el orfanato. —Su tono es vacilante y sé que está haciendo
todo lo posible para medir mi reacción.
Ya no me duelen los recuerdos de James, pero... —

Muéstramelo. —Esta es una oportunidad que no puedo dejar
pasar. Una oportunidad para el cierre.
319
—Sabía que debería haber mantenido la boca cerrada.

—gruñe Killian mientras la cámara sale—. La curiosidad se ha
apoderado de mí.
Bajamos por una calle oscura, finalmente nos

detenemos en un pub... entramos por la puerta. Las paredes
oscuras con paneles de madera están iluminadas por rocas
resplandecientes que se hicieron para parecerse a las lámparas
de gas. Un suelo de vidrio ofrece una vista de múltiples
dormitorios... camas... y las parejas retorciéndose en ellas.
Estoy a punto de mirar hacia otro lado -realmente-cuando veo
a James. James guapo, sentado en una mesa con otros dos
chicos. Los tres están tomando algo frío y riendo a carcajadas.
—Sus tetas eran... —Uno de los chicos besa los dedos

pellizcados, como si elogiara el sabor de los espaguetis.
Los otros dos tipos, incluido James, asienten de

acuerdo.
—Sé que ella firmó, —dice mi ex novio—, pero de todos

modos puedo arreglar una reunión con ella.
El tercer tipo le da una palmada en el brazo. —Deja algo

para el resto de nosotros. Todavía estoy enojado porque me
robaste a mi rubia.
—¿Qué puedo decir? A ella le gustan grandes.
Bueno. —He terminado, —respondo y la visión se

desvanece.
Mil emociones diferentes golpean a través de mí. ¿Los

primeros candidatos?
Humillación, una chica tan estúpida, cayendo por sus

actos. Incredulidad, tan desesperada por afecto que me negué
a ver la verdad. Decepción: la gente apesta. Furia- dejo que un
imbécil mentiroso de dos caras me abrace.
320
Mi gusto por los chicos está seriamente jodido.
—Lo siento —El tono de Killian es crudo con ira y

arrepentimiento—. Lo mataré en breve.
—No te molestes. Prefiero que James sea el autor de su

propia destrucción. —Me giro de lado—. Archer me habló de
Dior.
Él se pone rígido mientras gira hacia su lado. Nuestras

miradas se encuentran. Estamos muy cerca. Si fuera humano,
sentiría la calidez de su aliento en mi piel.
—¿La robaste para herir a Archer, ganar su alma, o

porque sentías algo por ella?
La resignación oscurece sus rasgos. —Lo hice para

herirlo y ganar su alma. Golpéame y contraataco el doble de
duro. Pero... —Extiende su mano, alisa un mechón de pelo
lejos de mi mejilla antes de acostarse nuevamente—. La reviso
de vez en cuando. Ella solía reír. Ya no sonríe.
Vaya red tan enredada han tejido estos chicos. —Tiene

que haber algo que puedas hacer para ayudarla. No en nombre
de Archer, sino de ella. Es parte de tu familia.
Se pasa la lengua por los dientes. —Podrías hacer de su

libertad una condición de tu contrato.
Otra manipulación. Una tan altanera que estoy

realmente sorprendida de que lo intente.
—Vale. El tiempo del abrazo ha terminado. No voy a

cambiar mi plan. —Él agarra mi muñeca para detenerme. —
Ten…
Uso uno de los movimientos de Archer, balanceando mi

brazo libre, golpeando mi puño en la mandíbula de Killian.
Cuando su cabeza se aleja del impacto, golpeo una segunda
321
vez, donde el caparazón es más vulnerable: el pequeño panel

de control detrás de la oreja, marcado solo por el tatuaje de un
cuadrado.
Se queda quieto y sé que tengo un minuto, tal vez dos,

antes de que pueda moverse nuevamente. —Interrumpir la
conexión, —lo llamó Archer.
Me levanto y Killian solo puede rastrearme con su

mirada. —Esto realmente es un adiós, —le digo levantando la
barbilla.
—Sin miedo muchacha. —Su mano sale disparada y se

agarra a mi pantorrilla, tirando de mis pies. Caigo hacia atrás,
aterrizando sobre un montón de almohadas. Él se cierne sobre
mí un segundo después—. Firma con Myriad.
—Iré a muchos fines. ¡Y quítate de encima!
—¡Firma!
—Que te jodan. —Lo empujo y me pongo de pie bajo mi

propio riesgo.
Antes de que esté a mitad de camino, él engancha su pie

detrás de mis tobillos y me empuja hacia abajo. —Si no vas a
hacer lo inteligente y firmar, debes aprender a protegerte.
—Archer me enseñó…
—No me importa. Él no es el mejor. Lo soy yo. —Killian

mueve una mano sobre mi forma tumbada, todo… aquí está la
prueba—. Lección uno. Siempre golpea a tu oponente mientras
ella-o él-está abajo.
Lo miro con furia. —Archer dijo exactamente lo

contrario. Se supone que debo ayudar a mi enemigo y
posiblemente ganar un amigo de por vida.
322
—Eso es lo perfecto para hacer. Si quieres ser apuñalado

en la espalda más tarde. —Tal vez. Tal vez no. Pensé lo mismo
mientras vivía en el manicomio.
Pero mira a Sloan. En la reunión uno, luchamos.

Tratamos de matarnos la una a la otra. Ahora nos protegemos
la una a la otra.
Killian me ofrece una mano.
Dudo. —Dejaré que me enseñes algunos trucos, pero eso

es todo. Después, me voy.
—Muy bien. Sígueme.
¡Chico obstinado y frustrante! Extiendo la mano como

para tomar la mano ofrecida solo para patear su pierna.
Él se cae y yo salto sobre él, mis rodillas inmovilizando

sus hombros, pero él es astuto y más ágil de lo que esperaba.
Balancea sus piernas hacia arriba y debajo de mis brazos,
empujándome hacia mi espalda. Cuando cruza sus tobillos por
encima de mi cabeza, sus pantorrillas presionando contra mi
cara, estoy efectivamente enjaulada. Él puede sofocarme, pero
opta por doblar las rodillas a los lados y sentarse.
En el momento en que tengo un poco de libertad, me

siento también. Él está a horcajadas sobre mi cintura, lo que
significa que mantiene la ventaja.
Es hora de mejorar mi juego. —Killian. —Le sonrío,

pasando mis manos lentamente por su pecho.
Él cierra sus ojos por un momento. —Esto no va a

terminar bien para mí, ¿verdad? —Dice con un tono seco.
—No. No. —Cierro mis manos en su nuca y uso todo mi

peso para caer hacia atrás, llevándolo conmigo, moviendo mis
323
caderas hacia la mitad para rodarlo, colocando mi cuerpo

sobre el suyo.
De repente, unos dedos me agarran el pelo y me

empujan hacia atrás. Mientras caigo, vislumbro pelo negro y
rasgos furiosos. Cuando aterrizo, Elena tiene un arma
apuntando a mi pecho.
Con un rugido, Killian se lanza hacia ella, golpeándose

contra ella y tirándola al suelo a mi lado. El arma se dispara,
pero él tiene un firme agarre de su muñeca, asegurando que la
bala se rasga a través del techo de la tienda en lugar de mi
carne.
Él arranca el arma de su agarre, se levanta. —No tocas

a la chica. Nunca.
—Ella te estaba atacando. —Elena se pone de pie—.

Podría hacerle daño a tu caparazón.
—Lo cual suena como un problema mío. Ella es mía. Mía

para tratar con ella. No es tuya. Nunca.
Ella levanta la barbilla. —Ella puede ser tuya, pero tú

eres mío.
Killian la mira por un largo rato antes de reírse. Una risa

aterradora. Luego se calla y eso es aún más aterrador. —No lo
soy. Y ahora te lo demostraré.
Levanta el arma y…
¡Boom!
324
325
Capítulo Dieciséis
Con nosotros, todo es posible.
-Troika-
Elena se derrumba, la bala la golpea entre los ojos. La

sangre no huele ni se escapa de la herida, y para el momento
en que golpea el suelo, se autodestruye, nada más que ceniza
flotando hacia arriba, a través del nuevo panel lunar en la
tienda.
—¿Cómo pudiste...? —comienzo.
—No está muerta. Simplemente desmantelé el

caparazón, la golpeé en un lugar que no daña el espíritu en su
interior. Es una medida de seguridad para los tiempos en que
un Obrero no tiene la fuerza para abandonar el caparazón,
pero debe hacerlo. —Con apenas una pausa, me coge las
mejillas y agrega— ¿Estás bien?
—Estoy bien. —Y lo estoy. El asesinato a sangre fría de

un caparazón no es realmente un gran problema en el esquema
de las cosas—. Supongo que ella obtuvo lo que se merecía por
comerse mi pastel, ¿eh?
326
—El pastel. ¿Esa es tu principal preocupación? No creo

que alguna vez te entienda. —Vacía la cámara del arma, arroja
el arma a un lado y camina en círculos a mi alrededor. Un lento
merodeo. Es un depredador que descubrió su próxima comida.
—Podrías haber muerto esta noche. Elena podría haber
apretado el gatillo. A este ritmo, morirás, y pronto. La muerte
claramente te acecha. ¿Cuántas señales necesitas? Elige a
Myriad, Ten. Ahora.
—Lo que necesito es tiempo.
—Tuviste tiempo. No te sirve de nada.
¡Dang! —¿Alguna vez te arrepientes de tu decisión de

quedarte con Myriad?
Se detiene frente a mí, diciendo: —Solo una vez. Cuando

perdí a Archer. —Pellizca mi barbilla y la levanta, obligando a
que mi atención permanezca en él.
—¿Qué quieres, Ten? ¿Qué puede darte Myriad? ¿Un

propósito? ¿Un lugar para llamar hogar? ¿Venganza contra tus
padres?
—Puedo tener cada una de esas cosas en esta vida, por

mi cuenta.
—Así que. Quieres lo que no puedes encontrar aquí. —

Me suelta—. Quieres una garantía.
—¡Sí! No quiero arrepentirme de mi decisión para

siempre. —Presión...
—Nadie puede darte una garantía.
—¡Lo sé! —Creciendo… —Aquí, al menos, puedo decirme

a mí misma que lo que sucede es temporal. En Vida Eterna, no
puedo hacer eso. Es permanente.
—Hasta la segunda muerte.
327
—Bueno, creo que es mucho, mucho más difícil matar a

un espíritu que a un humano.
—Tal vez me maten si no puedo hacerte firmar.
Presión... explotando. Otra manipulación. La última que

toleraré.
Con un chillido, le doy un golpe. Él se agacha y mi brazo

se desliza por el aire. Pero ya estoy retrocediendo mi otro brazo,
balanceándolo. Esta vez, hago contacto. Mis nudillos se clavan
en su pómulo. El dolor sube por mi brazo y se acumula en mi
hombro mientras limpia la sangre vital de la comisura de su
boca.
—Mírate, cediendo a tus emociones como sugiere

Myriad, —se burla— ¿No se siente bien?
—Me sentí bien, —le grité—. Ahora estoy atascada con

una mano rota. —¡Y culpa! Siempre me he quejado del
temperamento de Vans, y hoy he actuado como él. La culpa es
lo peor, ¡tanto un enemigo como el miedo!
Killian es gentil mientras agarra mi muñeca y estudia mi

mano palpitante. —Los huesos no están rotos, solo
magullados.
Acerco mi brazo a mi costado, mi ira no se apacigua. —

¿Te matarán si elijo Troika?
Él suspira. —No. Pero el hecho de que pertenezcas a

Myriad no ha cambiado. Está destinado a ser.
Destinado a suceder. Destinado a suceder.
Las palabras reverberan en mi mente y me quedo quieta.

Durante años, mi madre me dijo: hacemos que las cosas
sucedan. Entonces, un día ella llegó a casa y anunció que
328
estaba equivocada. Si está destinado a suceder, sucederá. Si

no es así, no lo hará.
Ella cambió de opinión, porque Myriad cambió su

postura. La verdad evoluciona, les gusta decir.
Incluso mi padre estuvo de acuerdo. Aprendemos a

medida que crecemos.
Si bien eso es cierto, ¿no deberían las leyes espirituales

arraigarse en una base firme e intransigente?
Luego, recuerdo lo que Archer una vez me dijo. Creyendo

en la idea de Myriad del destino le permite a la gente echar la
culpa de cada parodia, cada desastre y cada decisión a una
fuerza externa. Significa que, sin importar qué elección haga,
lo que se supone que sucederá, lo que finalmente significa que
mis elecciones son inconsecuentes.
Entonces... no, no creo en el destino. Ninguna fuerza

exterior está tirando de mis hilos. Pude haber nacido con un
propósito, un destino divino, pero mis decisiones, incluso mis
indecisiones, son mías. Mis acciones y la falta de acción son
mías. Porque, al final del día, las consecuencias son solo mías.
Deacon tenía razón. Tenía la respuesta todo el tiempo.

Simplemente no quería verlo, porque no quería tener que
tomar la decisión que supuestamente estaba luchando por
hacer.
Pero está bien. Todo ok. Estoy aprendiendo y me estoy

fortaleciendo. También estoy cambiando. ¿Qué nunca debería
cambiar? La verdad. La verdad debe seguir siendo la misma,
siempre y para siempre, una base estable a mis pies; de lo
contrario, una vez fue una mentira, una vez una mentira,
siempre una mentira, y no tengo nada concreto sobre lo que
apoyarme, solo arena que se hunde o seda fina que se desgarra
a la primera señal de presión.
329
Ese es otro punto a favor de Troika. Ellos nunca cambian

lo que creen. Lo que es correcto para uno es correcto para
todos.
¿Y los paquetes escalonados de Myriad? ¿Los que una

vez elogié? Una vida no debería ser más valiosa que otra.
¡Sorpresa! Me gusta Troika.
Me tambaleo. Me tambaleo mucho. He luchado para

llegar a este punto durante mucho tiempo y ahora estoy aquí,
y es maravilloso, pero... incluso en medio de mi revelación,
todavía no estoy lista para apretar el gatillo y hacer un pacto.
¿De verdad quiero guerra con la gente de Myriad?
Hay un ruido sordo fuera de la tienda. Que…
Killian me empuja detrás de él, nuevamente

bloqueándome de un posible ataque.
La entrada se inclina hacia un lado y Archer y Deacon

entran.
Bien. Aunque siento como si me hubieran golpeado por

dentro, salto para pararme entre los adversarios de siempre.
—Estoy bien, Archer. No necesito un rescate.
—No es por eso que estoy aquí.
Las manos de Killian se aprietan en puños. —No

deberías estar aquí en absoluto.
Archer se acerca a él y Killian hace lo mismo. Deacon

agarra a Archer y aprieto mi palma contra el pecho de Killian
para empujarlo hacia atrás.
—Todos... simplemente... mantened la calma.
330
La ira se desvanece de Archer mientras se concentra en

mí por completo. —Ha habido un nuevo desarrollo. Tu madre...
Lo siento, amor ...
—¿Amor? —Exige Killian.
—…pero ella está enferma, —termina Archer.
—¿Enferma? —Presioné mis manos contra mi

estómago— ¿Qué pasa con ella? —Pasa un momento antes de
que admita—. Baiser de la mort.
No, no, no, no, no. —¿Alguien la envenenó? ¿Quien?

¿Cómo?
—No sé.
Mi corazón explota dentro de mi pecho una y otra vez,

una bomba interminable capaz de destrucción insondable. Mi
madre está enferma. Ella está... se está muriendo. No me
debería importar la mujer que pagó un buen dinero para
encerrarme, para tener tortura tras tortura. En un año, me ha
visitado un total de tres veces, su trabajo más importante que
su única hija. Solo hacia el final parecía recordar mi existencia.
Y aún recuerdo a la mujer que se enjugó las lágrimas

cada vez que me despellejaba la rodilla cuando era niña, la
mujer que trenzó mi cabello me abrazó y me dijo que me amaba
más que el sol y las estrellas.
Tengo que verla. Que se joda mi búsqueda de tiempo y

soledad.
Mi mirada se fija en Archer. —Me voy dentro de una

hora. No trates de detenerme.
—¿Por qué querría detenerte? Voy contigo.
—Iré contigo, —dice Killian, su voz no es más que

fragmentos de metal y fuego.
331
Alguien está tratando de matarme y soy lo

suficientemente inteligente como para saber que puedo usar la
protección mientras estoy tan distraída. De ambos lados. —
Aquí está el trato, el único que ofreceré. Ambos prometen que
no lastimarán al otro y pueden irse conmigo.
—No, —dice Archer. Suculento, al grano.
—Diablos, no, —dice Killian. Pis y vinagre.
—De lo contrario, voy sola, —termino. Sí, soy lo

suficientemente inteligente como para saber que puedo usar la
protección, pero también soy lo suficientemente terca como
para prescindir de ella.
Archer frunce los labios. Killian maldice.
Sin perder tiempo, digo, —¿Cuánto tiempo nos llevará

llegar a Los Ángeles?
—Hasta que sepamos quién te quiere muerta, tendremos

que conducir. Sin aviones Sin transporte público, punto. —
Killian se estremece—. Podemos hacer el viaje de cuarenta y
dos horas en aproximadamente treinta y seis. Tal vez.
Seguro. —Tomaremos turnos para conducir. Y solo para

reiterarme, chicos no se insultan, atacan o lastiman durante
el viaje. Eso es todo lo que estoy pidiendo.
—Sí. Eso es todo. —Killian me mira.
—No estás preguntando. —Archer cruza sus brazos

sobre su pecho—. Estás mandando.
Lo miro hacia abajo. —NO me arrepiento de nada. Ahora.

Voy a la cabaña a recoger mis cosas y hablar con Sloan. Si los
dos están aquí cuando regrese, vivos e ilesos, despegaremos.
Salgo afuera para encontrar el sol saliendo, persiguiendo

la tormenta entrante. Me detengo para recuperar el aliento, por
332
una vez incapaz de perderme en las sombras vívidas de rosa y

oro pintadas sobre el cielo.
Un gemido atrae mi atención al suelo. Charles está

tirado en un montón de hojas, ramitas cubriendo su cabello.
Archer debe haberlo golpeado donde duele. Lo dejo a su
recuperación y me dirijo a la casa, feliz de que no se esté
gestando otro tornado.
Sloan me está esperando en el vestíbulo, paseando. Está

vestida con una camiseta negra, jeans negros y un par de botas
de combate, su cola de caballo crujiendo de un lado a otro.
—Oye, —digo.
Ella cierra la distancia y se me acerca para darme un

abrazo. —Escuché a Archer y Deacon hablando. Lo siento por
tu madre.
Al principio no estoy segura de cómo responder.

Lentamente, la rodeo con mis brazos y la abrazo. Tomando
consuelo, pero con suerte dándolo también. —Sí. Apesta.
—¿Vas a verla? —Asiento.
Ella suspira. —Aquí es donde nos separamos, entonces.
Abro la boca para protestar. ¡No! Nos quedamos juntas.

Pero la resignación se asienta y se instala rápidamente. Esto
tenía que suceder en algún momento. Sus decisiones son
suyas, y no intentaré hacer que ella haga lo que no quiere
hacer solo para que pueda mantener a mi amigo a mi lado.
—¿Te vas a casa o te quedas aquí? —pregunto.
—Rumbo a casa. Quería esperar hasta después de mi

cumpleaños, pero estoy demasiado impaciente. No os
sorprendáis cuando las emisoras de noticias abran con
historias sobre la casa de la familia Aubuchon que ardiendo
333
hasta los cimientos poco después de que regrese la hija

pródiga. Sin patrimonio, sin razón para casarse.
El dolor en su voz es crudo y desigual. —¿Cambiaste de

opinión sobre casarse con el primer chico inadecuado?
—Sí. —Atusa su cabello—. Nadie me merece.
Esa es mi chica. —Lo siento por tu familia, —le digo y lo

estoy realmente. Todos los niños deben sentirse invalorables.
Amados sin restricciones.
—Sé que lo entiendes.
—Sí. Era un boleto al dinero y la fama, nada más. —Le

doy otro abrazo—. Mantente a salvo, o seré marcada. Todavía
no sabemos quién intentó matarnos.
—Sin preocupaciones. Tendré un guardaespaldas.

Deacon estuvo de acuerdo en venir conmigo.
—Bien. —Odio pensar en ella sola allí afuera.
Un brillo emocionado brota de sus ojos. —Creo que le

daré el honor de ser mi amante caballeroso hasta que
lleguemos a Savannah.
Me ahogué en una risa. —¿Un amante caballeroso? ¿De

Verdad?
—¿Qué? No pensé que sería educado llamarlo mi show

pony.
Nos sonreímos la una a la otra, nos reímos realmente y

subo las escaleras. En mi habitación, me lavo los dientes, el
pelo y la ropa y los artículos de tocador que Archer me regaló
en una bolsa. Agarro el alijo de barras de proteína que he
estado escondiendo por si acaso, luego giro mi bisturí y
algunos cuchillos de cocina en las camisas para evitar el
tintineo.
334
Me dirijo hacia las escaleras, decidida. Para mi sorpresa,

y realmente, estoy sorprendida de que me sorprenda, Archer
me está esperando en la sala de estar.
Él frunce el ceño. —Es seguro decir que fuiste el objetivo

del accidente aéreo. Alguien te quiere muerta y planea usar a
tu madre para que te lleve a casa.
Sí. Probablemente tenga razón. —Alguien que me conoce

bien, porque no puedo no ir a verla.
—Ella va a morir. Ir con ella no cambiará...
—¡No va a morir! —Respiró hondo... dentro… fuera—. No

sabes el futuro. Sobreviví al baiser de la mort. Ella también
puede.
—Sobreviviste a una versión debilitada. Le dieron una

dosis completa.
Mi barbilla tiembla y niego con la cabeza. —No lo sabes.
—Lo hago. He estado en contacto con el TL de su amiga,

que se ha quedado para supervisar su progreso.
¿El TL de su amiga? Mi madre no tiene un amigo

Troikan.
Bueno, no que yo sepa. —Dile al TL que le dé sangre

vital.
—Ya la tiene. Muchas dosis de hecho. Pero la sangre

vital no es una panacea, Ten. Es un fortalecedor espiritual.
Una fuente de poder que puede acelerar el proceso de curación,
pero no puede reparar lo que está dañado sin posibilidad de
reparación.
Escucho sus palabras no pronunciadas: no tiene

remedio.
335
Me adelanto a Archer, golpeando mi hombro contra el

suyo. —¿Hablaremos todo el día o empezaremos a conducir?
—Salgo por la puerta antes de que él pueda responder.
Marcho por el patio. Fuera del perímetro de Troikan,

Killian está de pie junto a un SUV negro. Está usando gafas de
sol, ocultando sus ojos, la única característica real de que se
encuentra en un caparazón. Su cabello oscuro está revuelto
por el viento.
Me muevo a su alrededor para arrojar mi bolsa en el

asiento trasero del vehículo.
Él viene detrás de mí. Lo siento. No el calor de su cuerpo,

sino el de él. Todo él. Me giro, y está allí. Tan cerca estamos
juntos, dos mitades de un todo.
—Retrocede, —le digo con los dientes apretados—. Este

no es el momento de intentar una manipulación.
Sus labios se adelgazan en una línea recta. —Estoy

preocupado por ti. Quiero ofrecer... confort.
—No, quieres aprovechar una situación terrible. Ambos

sabemos que la comodidad no es tu timón de mando.
Él mueve su lengua sobre un incisivo. —Creo que lo es.

Por ti. —Estoy demasiado herida para jugar bien.
—No soy especial para ti, Killian.
—Lo eres.
—No lo soy. Lo dejaste muy claro hoy. —Lo miro

furiosa—. Hiciste todo lo que estaba en tu poder para
doblegarme a tu voluntad. Pero no soy parte general, ¿está
bien? Soy solo yo. Solo Ten. No creo en el destino, ni en la
Fusión y nunca lo haré.
336
Se queda en silencio por un largo tiempo, la tensión

vibrando de él. Finalmente dice: —Eres especial. Cuando me
miras, no me siento como si estuviera solo. Me haces pensar y
me haces mejor. —Su acento es más denso que nunca, un
músculo tic en su mandíbula.
Suspiro, expulsando mi enojo. —Killian…
—No. —Retrocede un paso, poniendo distancia entre

nosotros, odiada pero necesaria distancia—. Traté de
manipularte, sí, pero solo porque quiero lo mejor para ti.
Quiero que tu futuro se arregle. De verdad.
¡Cero! En mi estado de rabia, arremetí y lo herí. Lo

lastimé y estoy tan enfadada conmigo misma.
Se sube al volante y cierra la puerta, haciéndome

estremecer.
Archer aparece de repente, saliendo de la pared invisible.

No mira en mi dirección, sino que reclama el asiento del
pasajero delantero.
Con otro suspiro, tomo asiento del medio directamente

detrás de los guerreros que probablemente estén pensando en
todas las formas en que pueden asesinarse entre ellos. Una
palabra incorrecta podría hacerlos saltar.
Hierba y grava saltan de los neumáticos mientras Killian

acelera sobre el terreno sin asfaltar. Parece que no tiene
ningún concepto de seguridad cuando se escurre por las
esquinas y rebota sobre tocones y rocas, pero los muchachos
no están tratando de matarse entre ellos y nadie me lanza
maldiciones, así que lo considero una gran victoria.
Pronto los árboles son reemplazados por edificios, cada

uno más alto que el anterior.
Finalmente, mis párpados se vuelven pesados y bostezo.
337
Tengo que permanecer despierta. —¿Vamos a sentarnos

en silencio todo el viaje?
—Sí. —dicen al unísono. Entonces se gruñen el uno al

otro.
—Olvidad que he preguntado —Me paso las horas

contando. Coches. Árboles Edificios. Nubes. Cuando paramos
para cargar la batería del automóvil, - ya no se necesita
gasolina, gracias a los reinos, le pido dinero prestado a Archer
para pagar la electricidad.
—Espera yo iré, —dice.
—Quédate en el coche y asegúrate de que no se

manipule nada. Iré con ella. —Killian me pasa un brazo por la
cintura y me empuja hacia delante.
Archer lo ignora. —¿Qué quieres, Ten?
—Que no peleéis por esto.
Parece como si quisiera protestar, pero asiente con la

cabeza a Killian.
Me alejo y Killian se precipita hacia adelante para abrir

la puerta. —¿Eres mi guardaespaldas? —Pregunto mientras
me hace entrar.
—Sí. De nada.
Hay once personas adentro. Cuatro son chicas y lo

miran fijamente. Él finge no darse cuenta.
—Hay tres caparazones —Susurra las palabras

directamente en mi oído, haciéndome estremecer—. No me
gusta esto. De prisa.
—¿Cómo puedes saber quién es de un vistazo?
338
—Soy así de bueno.
Sí, sí.
Voy directamente a la barra de los caramelos y cojo cinco

de mis favoritos.
En mi camino hacia la máquina registradora, noto que

los periódicos digitales muestran los titulares de esta semana.
Por cinco dólares extra puedo subir las últimas historias
directamente a mi teléfono móvil. Bueno, si mi móvil estuviera
activado.
Psíquico arrestado ¡Nunca se vio venir!
Hombre secuestra a la ex novia. ¡Le exige que le planche!
Hombre muerto encontrado en el cementerio. ¡Pueblo

angustiado!
¿Legalizar la marihuana? Tema discutido por el Comité

Conjunto.
Luego, la imagen de mi padre aparece en la pantalla de

Realm Politics Today.
¡La amante del senador está embarazada! Nadie se

sorprende, teniendo en cuenta que su esposa, la famosa artista
Grace Lockwood, lo abandonó y prefirió vivir en reclusión
durante más de medio año. Esconderse con un amante, ¿tal
vez? La Dra. Dewayne Reynolds, que también está casada con
otra persona, fue vista en el lugar más de una vez. Pero hay
una buena posibilidad de que la Sra. Lockwood y la Dra.
Reynolds ya se hayan separado porque la Sra. Lockwood está
de vuelta con su esposo. Cuando se le preguntó sobre el amado
hijo del senador, ella no hizo ningún comentario.
Estoy completamente sorprendida. Ha pasado mucho

mientras yo no estaba. Mi padre no mentía cuando dijo que mi
339
madre vivía en reclusión. Él tampoco esperó a que ella

regresara. Tuvo una aventura y la mujer ahora está teniendo a
su bebé.
Pronto tendré el hermano o la hermana que siempre

quise pero nunca esperé.
Yo sonrío. Maldigo. Mi padre encontró una escapatoria

al control de la población ya que la ley está orientada a las
mujeres. Solo ellas están limitadas a un niño.
Mi padre podría haber encontrado una nueva moneda

de cambio para Myriad.
Pruebo sangre y me doy cuenta de que me estoy

mordiendo la lengua. Mi hermano no se usará de la manera en
que fui usada. Moriré primero.
—¿Lo sabías? —Le pregunto a Killian con más

mordacidad de la que pretendía— ¿Acerca del bebé de la
amante?
—Solo sabía lo de la aventura. —Su tono tiene tanta

mordacidad como el mío—. Solicité informes sobre sus
actividades y deben haber sido redactadas. Alguien guarda
secretos.
Sus palabras estimulan un recuerdo. Un destello escrito

por mi madre.
Sé que no he venido a verte por un tiempo, pero hay una

muy buena razón. Un hermoso secreto. Uno que me enseñó a
ser madre otra vez.
Mientras ella hablaba, un bebé estaba llorando. —Me

pregunto si la amante ya ha tenido a su bebé. —¿Se le
permitirá a mi madre reclamar responsabilidades por ello?
340
Killian coloca su mano sobre el papel digital, con los ojos

cerrados. ¿Está descargando la historia?
—No. —finalmente dice. —La amante solo está de siete

meses.
Abro la boca para decir más, pero el tipo que tengo

enfrente mira por encima de su hombro por un momento.
Nuestros ojos se encuentran antes de que él se gire y luego
vuelva a mirar, deteniéndose esta vez. Comienza a sonreír.
Killian se mueve frente a mí. —Querrás mantener tu

atención al frente —le dice al chico—. Cuanto antes mejor.
Para ti.
Las mejillas del chico se enrojecen y se da vuelta.
No estoy segura de si acabo de presenciar una muestra

de celos o el equivalente a un perro orinando en mi pierna.
Pero, de cualquier manera, estoy sonriendo cuando no debería
tener nada de qué sonreír.
Mi turno llega y pago con el fajo de dinero de Archer. El

cajero lo guarda todo en una bolsa y Killian, mi
guardaespaldas caballeroso, coge las bolsas. Acabo de girarme
para dirigirme hacia la puerta cuando un peso me golpea desde
atrás. Tengo un dolor agudo en la espalda y un dolor punzante
en la cadera cuando choco contra el mostrador.
Con un gruñido, Killian gira para alejar al culpable de

mí. —Ten cuidado.
—Lo siento, lo siento —Me tropecé—. Un adolescente

que parece que está sufriendo un resfriado se limpia la nariz
con un pañuelo de papel, un anillo demasiado grande para su
mano brillando en la luz... antes de estornudar sobre Killian.
El chico se disculpa nuevamente y se ve arrepentido. También
se ve miserable. Pobre tipo.
341
Killian se queda mirando su camisa sucia y sus muecas.
Resoplo mientras me arrastra hacia la salida. Entonces

recuerdo a mi hermano.
—¿Qué pasa? —pregunta Archer.
En lugar de mentir con la típica respuesta de niña, nada,

estoy bien, me instalo dentro del automóvil y desenvuelvo
enojada mi primera barra de chocolate. Si alguna vez una chica
necesita terapia de azúcar...
Solo estoy a la mitad cuando una niebla horrible llena

mi cabeza. Un terrible sonido estalla en mis oídos. El latido de
mi corazón... se deforma, reducido a nada más que un aleteo,
como si alguien hubiera penetrado y clavado el órgano en mi
caja torácica. El dolor se irradia desde mi hombro izquierdo
hasta la punta de mis dedos.
Demasiado joven para un ataque al corazón.
Unos murmullos entran en mi conciencia.
—… tu voz me da dolor de cabeza. Cállate. —Killian.
—¿Qué tal si te corto las orejas? —Archer.
No estoy segura de si Killian responde. El dolor en mi

hombro aumenta exponencialmente y jadeo. Cubos de sudor
me empapan y sin embargo, la sangre en mis venas se congela.
Abro mi boca para pedir ayuda, ¡por favor! Pero todo lo que
puedo producir es otro jadeo de asombro. Luego, siento que mi
corazón da la bienvenida a la muerte, revoloteando un
momento y parándose al siguiente. Mis pulmones se agarrotan
y de repente no puedo respirar, no puedo respirar, necesito
respirar.
La niebla en mi cabeza se hace más gruesa hasta que…
342
La niebla desaparece en un instante. Y también lo hace

el dolor. De repente, no tengo peso, y me estoy cayendo...
cayendo... de golpe.
343
Desde: A_P_5 / 23.43.2
Para: L_N_3 / 19.1.1
Asunto: ¿Y ahora qué?
Estoy con Ten y nos dirigimos a LA para ver a su madre

moribunda. Killian está con nosotros y la necesidad de atacar
ahora y disculparse más tarde es fuerte. Por favor avise.
344
De: L_N_3 / 19.1.1
Para: A_P_5 / 23.43.2
Asunto: Mi mejor consejo
No hagas nada que yo no haría.
General Levi Nanne
345
De: A_P_5 / 23.43.2
Para: L_N_3 / 19.1.1
Asunto: ¡Guau! ¡Gracias!
¿Son tus perlas de sabiduría realmente de plástico?
346
De: L_N_3 / 19.1.1
Para: A_P_5 / 23.43.2
Asunto: De acuerdo, ¿qué tal esto?
No solo proteges a la chica, llega a conocerla mejor. Me doy

cuenta de que te gusta mantener un poco de distancia con tus
tareas por lo que pasó con Dior, pero cuidar a alguien no te
debilita, hijo, te hace más fuerte. Amar es tener una razón para
luchar por algo mejor.
Además, los abuelos de la señorita Lockwood son vigilantes de

Troika y me han informado que en Myriad se habla de otro
atentado en la vida de la señorita Lockwood. No te vayas de su
lado.
347
Desde: A_P_5 / 23.43.2
Para: L_N_3 / 19.1.1
Asunto: En serio
Plástico corroído. Pero no la dejaré si es por mi elección. Tienes

mi palabra.
348
Desde: Desconocido
Para: A_P_5 / 23.43.2
Asunto: Hola
Ella ha muerto. Deberías haberla salvado. ¿Por qué no la

salvaste? Murió a las 10:17 el 12 de noviembre de este año.
Detalles adjuntos.
349
De: A_P_5 / 23.43.2
Para: Desconocido: ¿Quién eres?
¿Cómo accediste a mi rango e ID?
¿Y cómo podría ella, quienquiera que sea, haber muerto el 12

de noviembre a las 10:17 de este año? Esa fecha es a una
semana de distancia.
¿En cuanto a su archivo adjunto con —los detalles—? Es un

mapa rudamente dibujado de una casa de crack. Gracias, pero
no gracias.
350
Capítulo Diecisiete
La verdad evoluciona. Lo que es cierto hoy puede no ser cierto mañana.
-Myriad-
Ruedo sobre un terreno lleno de baches, el aire explota

de mis pulmones.
Una risa alegre asalta a mis oídos justo antes de que algo
duro golpee mi estómago. ¿Una bota? Entonces un pájaro
chilla y la risa se detiene. Pasos. Un hombre grita de dolor. Un
segundo después, muchos están gritando.
¡Levántate! ¡Levántate! ¡Peligro!
Abro los párpados, esperando ver a Killian y Archer con

hojas afiladas en las gargantas del otro. Por lo menos, debería
estar dentro del SUV, rodeado de caminos pavimentados,
árboles y edificios. En lugar de eso, veo la luz de la luna y las
luciérnagas ardientes, los árboles nudosos con hojas dentadas
que se cierran contra mí.
¿El reino de Muchos Fines?
No, no, no. No estoy muerta. No otra vez. No puede ser,

Pero lo estoy. Claramente.
351
Mi corazón, finalmente trabajando de nuevo, viaja en

pánico. No hay mono-esqueletos en el cielo, al menos. ¿Ya
capturaron a su presa? Inhalo profundamente, pero el denso
humo y las nubes negras me queman la garganta y me hacen
toser. Una tormenta se está gestando. En un lugar como este,
no creo que se trate de lluvia normal.
Ármate. Ahora. Mientras más, mejor.
Cierto. Busco en el suelo, encuentro una ramita caída.

En el momento en que la agarro, un aguijón agudo causa
espasmos en los músculos de mis dedos. Dejo caer la rama y
observo como tres gotas de sangre caen de mi palma.
Tres... una tríada. El más noble de todos los números.

El único número igual a la suma de los números debajo de él.
Troika.
El goteo es... ¿por heridas de punción? Agachándome,

estudio la corta y gruesa pieza de madera, solo entonces veo a
los pequeños insectos marrones arrastrándose por encima de
todo eso. Y…
Oh. Wow, wow. wow. El mareo casi me derriba. Mientras

lucho por permanecer de pie, un trueno retumba tan fuerte
que mis tímpanos se rompen. Gimiendo, estoy de pie. Otra vez
me tambaleo. Con un solo paso adelante, casi me caigo de cara
al suelo. Los bichos asquerosos estaban esperando cerca y
ahora golpean en masa, quemándome.
Agito mis brazos. Otro estallido de trueno hace que el

dolor explote a través de mi cráneo. Cubro mis oídos, pero
cuando suena la tercera grieta, me doy cuenta de que nada
puede amortiguar el poder del boom. Mi grito se une a los miles
de otros que aún suenan. Las lágrimas surcan mis mejillas
ampolladas.
Las lágrimas de Ten caen y yo llamo.
352
La canción de la infancia consume mi conciencia, la

distracción perfecta. Nueve cientos de árboles, pero solo uno
es para mí.
Algo duro golpea mi espalda, derribándome. Los insectos

ardientes se dispersan, pero apenas importa. ¡Los pájaros
esqueletos están de regreso y han venido a terminar el trabajo!
Golpeo mi codo hacia atrás y escucho un gruñido.
—Sostenla.
A través de mi dolor y mis heridas, la voz se amortigua,

pero estoy lo suficientemente lúcida como para saber que los
pájaros graznan y los humanos hablan. Tengo un humano en
la espalda y otro humano, el que habla, en algún lugar
cercano.
Dos contra uno.
Dos pares de manos se adhieren a mi muñeca con un

cierre apretado. Un grillete. Me muevo, empujando a quien sea
que esté a horcajadas sobre mí.
El chico a mi derecha dice: —Estamos tratando de

ayudarte, chica.
Tal vez él está diciendo la verdad, tal vez no. Recordando

lo que Archer y Killian me enseñaron, giro mis muñecas para
agarrarme de las manos que todavía me sostienen. Las utilizo
como palanca, tirando de las muñecas de los propietarios
mientras me elevo, al mismo tiempo pateando hacia atrás,
clavando a la otra persona, tres contra uno, en el torso.
Soy liberada por los dos mientras mis brazos tiemblan

por el esfuerzo y termino en cuclillas. Deslizo la rama cubierta
de insectos, ignoro las nuevas picaduras y se la tiro a la
persona: un tipo, de aproximadamente un metro ochenta de
altura, cabello castaño, desconocido y sucio, pero
definitivamente humano. Él atrapa la rama por instinto,
353
supongo, y gruñe cuando los insectos lo muerden. Con él, el

campo de juego ahora es par, al menos. Ambos hemos sido
mordidos. ¿Envenenados? El mareo...
Me enderezo y giro, mis manos formando un puño, mis

piernas separadas. Estoy lista. Son un hombre y una mujer.
El chico tiene el cabello rubio hasta los hombros. Por lo menos,
creo que es rubio. Está enmarañado con tierra y sangre, hojas
secas tejidas a través de las hebras. Es un hombre bajo,
aunque es más alto que yo, y es delgado, como si no hubiera
tenido una comida decente en eones.
La chica es más baja y limpia, con el cabello rubio

trenzado y la cara de un ángel, a pesar de las manchas de
suciedad que está luciendo. Cuando mi mirada se mueve hacia
ella, agacha la cabeza. Es tímida. Anotado.
—¡Idiota! —El chico más bajo me frunce el ceño—.

Estamos tratando de salvar tu estúpida vida.
Otro estallido de trueno casi me arrodilla, pero los tres

amigos se limitan a hacer una mueca.
—Cuando caiga la lluvia, no querrás estar aquí, —

continúa—. Tu piel se derretirá en tus huesos.
—Si me conocieras, —respondo con los dientes

apretados—, sabrías que no confío facilmente. Así que. ¿Cómo
sé que no eres tan malo como los animales y me has metido en
una trampa?
El olor de algo fétido flota en la brisa y me atraganto.

Esta es la muerte misma y se está acercando.
—Quédate aquí o síguenos, —dice—. La decisión es

tuya.
Siempre —¿Quién eres tú?
354
—¿Aquí afuera? Soy comida. —Se da vuelta y corre hacia

la espesura del bosque. Los otros dos lo siguen y no tengo que
pensar por mucho tiempo. Corro detrás de él, también,
imitando el patrón en zigzag mientras esquivan las
extremidades que muerden y los parches relucientes de aire.
El aroma de la muerte comienza a desvanecerse.
Nueve cientos de árboles, pero solo uno es para mí.
La canción comienza de nuevo, pero sacudo la cabeza

para aclarar las palabras. Ahora no.
¡Concéntrate!
Finalmente, el chico más bajo dice: —Mi nombre es

Brett.
—Kayla, —dice la niña.
El chico más alto es el siguiente. —Soy Reed.
—Soy Ten.
—¿Cómo has muerto? —pregunta Reed.
Me estremezco. —No lo sé. ¿Tú?
—¿Has oído hablar de HART? —Brett salta sobre una

roca—. Estábamos en una reunión, planeando un mitin por la
paz. Hubo una explosión, y nos despertamos aquí.
Reviso mi cerebro para informes de noticias, pero

aparece vacío. Debe haber sucedido mientras estaba encerrada
dentro de Prynne.
—¿Dónde estaba la base?
—LA.
355
—Mi antiguo suelo pisando fuerte. ¿Y realmente creísteis

que podríais hacer que los reinos dejaran de pelear y
comenzaran a abrazarse?
Kayla me lanza una mirada y no ve la roca frente a ella.

Tropieza. A diferencia de mí, ella cae sobre sus manos y
rodillas. Brett y Reed inmediatamente corren a su lado para
ayudarla a levantarse. Son como una máquina bien engrasada.
Claramente, han tenido que hacer esto antes.
Suena un graznido, ¡los pájaros esqueléticos! Y

automáticamente alcanzo mi bisturí. ¡Cero! ¿Cuándo voy a
aprender?
Ocho veces ocho veces ocho vuelan, lo que sea que

hagas, no te quedes seco.
Espera. Vuelan. Ellos. ¿Las aves?
La canción no puede referirse a este lugar... ¿o sí? Lina

no podría haber sabido que terminaría aquí. ¿No?
Siempre hablaba en tiempo pasado. Como si el futuro ya

hubiera pasado. Siempre supo que escaparía de Prynne.
Una de las criaturas aterriza justo en frente de mí y

resbalo hasta detenerme. Las alas hechas de hueso y metal se
estiran una y otra vez, derribando árboles. Los muchachos
sacan las armas: dagas de madera hechas de forma tosca.
Bien, eso está bien. Cuatro de nosotros contra uno de ellos.
Excelentes probabilidades.
Kayla se arrastra hasta la base de un árbol y se curva

en una bola, gimiendo.
Bueno. Tres contra uno. No hay malas probabilidades.

Pero incluso ahora, la lluvia que hace derretir la piel se está
acercando. Excepto... ¿queremos mojarnos? Ocho veces ocho
veces ocho vuelan, lo que sea que hagas, no te quedes seco.
356
No te quedes seco, Pero... si la lluvia nos derrite, no es

agua; es algún tipo de ácido.
Entonces la lluvia está afuera.
—Agua —digo—. Necesitamos agua. —Vale la pena

intentarlo.
—No. —Brett salta de un pie a otro, preparándose para

saltar—. El lago es más peligroso que las criaturas.
Los pies con garras permanecen incrustados en el suelo

mientras la criatura se lanza hacia adelante, estirando el
cuello... estirándose... su pico golpea a Brett, quien se zafa del
camino en el último segundo.
—Nunca regresa nadie del lago, —agrega Reed. Pero la

canción…
Probablemente no tenga sentido. Supéralo. Concéntrate.
No tengo armas. No puedo ayudar a los muchachos a

pelear, pero puedo actuar como cebo. —Oye —grito—. Aquí.
Ven a buscarme.
La criatura se enfoca en mí. Al menos, creo que sí. La

cabeza se balancea en mi dirección, pero las cuencas de los
ojos son claras.
Los chicos entienden mi intención y se sumergen en la

criatura mientras avanza hacia mí. Otro graznido es seguido
por otro estallido de trueno, este más fuerte que cualquiera de
los otros. Cálido líquido brota de mis oídos. Grito mientras
caigo…
—¡Ten!
Mis párpados se abren. Killian se cierne sobre mí, las

gafas de sol se han ido, las motas de oro en sus ojos brillantdo.
357
Palmeo mis oídos mientras la palpitación se desvanece. Yo no...

no puedo...
—Estás bien. Estoy aquí, estoy aquí.
Sí, sí, él es. Él está aquí y estoy viva. ¡Gracias al Único

Rey!
Escaneo el vehículo. Estamos inmóviles, tirados a un

lado de la carretera. —¿Dónde está Archer?
—No te preocupes. Regresará pronto... tuvo que hacer

un recado.
Aunque mis sinapsis no están disparando a plena

capacidad todavía, detecto el doble sentido. —¿Destruiste su
Caparazón?
Sus dientes brillan en una sonrisa que es en parte

deleite, en parte malevolencia. —Define destruido.
Entonces, sí.
—No lo golpeé, —agrega Killian—, simplemente le

enseñé mis puños realmente rápido.
Tendremos que abordar eso, pero no ahora. Ahora tengo

que volver. —El Reino de muchos fines —digo—. Hay niños allí.
Me necesitan. —Si no están muertos... muertos... muertos de
nuevo. No puedo regresar sin morir.
No quiero morir.
Me ahueca la mandíbula y no puedo apartar la mirada

de él. Está demasiado aliviado, demasiado desgarrador y dulce.
Actúa irremediablemente la mayor parte del tiempo, pero tiene
estos grandes momentos de compasión.
—¿Estabas en el Reino de muchos fines? —pregunta con

dulzura.
358
—Sí. Pero, ¿cómo morí? —La niebla en mi mente... el

dolor en mi pecho.
Oh... cero. ¡Comprobación intestinal!
No quiero que el último recuerdo que la gente tenga de

mí en esta vida sea ensuciar los pantalones.
Dirijo una discreta mirada hacia abajo. Todo claro. —

¿Cómo me trajiste de vuelta? —pregunto.
Killian me suelta para frotar su frente. —Fuiste

envenenada. Te examiné, encontré un sitio de punción. —
Desliza su mano debajo de mi espalda, tocando un punto
sensible—. Tu corazón se detuvo y vertí sangre vital por tu
garganta.
¿Envenenada mientras estaba viva? Imposible. —

¿Cuándo podría...? ¿Cómo? —Nadie sabe dónde estoy—.
¿Quién? —Sueno como una idiota, pero no me importa.
—¿Mi conjetura? El niño en la estación de carga. Se topó

contigo a propósito, debe haber tenido una aguja escondida
debajo de la piedra en el anillo que llevaba puesto.
Recuerdo el aguijón en mi espalda. Pero... pero... —¿Por

qué?
—Quien quiera que mueras podría haber tenido a

alguien esperando en cada estación de carga entre Nueva York
y Los Ángeles —Killian cierra los ojos, respira
profundamente—. Los reinos están definitivamente cansados
de esperar a que te decidas. No te darán más tiempo.
—Eso suena como un problema mío, Killian. Puedes

relajarte...
—¡No! No me relajaré. —Me estremece un poco en los

hombros—. Este es nuestro problema.
359
Nos miramos el uno al otro, en silencio, y me pregunto

si mi expresión es tan torturada como la suya.
Sé que los reinos son capaces de asesinar. No solo por el

accidente de avión y el veneno, sino también por los niños de
HART. Alguien temía su objetivo final lo suficiente como para
bombardearlos.
Me siento, luchando contra el mareo que me siguió fuera

del reino. Los coches pasan rápidamente por delante de
nuestro SUV. El sol está en proceso de ponerse, lo que significa
que dormí, y dormí una siesta un día más.
—Le estoy enviando un mensaje a Madame Bennett, —

dice, escribiendo en su brazo—. Diciéndole que estás muy
cerca de firmar con nosotros.
—Pero…
—Debería comprarte un poco de tiempo. Si los que te

quieren muerta son de Myriad. Si no, y se sabe esto, Troika
atacará nuevamente y atacará con más fuerza.
Estoy en desacuerdo. Un ataque furtivo no es el estilo de

Troika.
Los conoces muy bien ¿verdad?
No, pero conozco a Archer y a Deacon. Sé que sus leyes

significan algo para ellos. Sé lo preciosa que es la vida para
ellos. —No quiero que mientas por mí, Killian.
Él deja de escribir y baja su cabeza hacia la mía, el

aroma del humo de turba y brezo espeso entre nosotros,
embriagador y enloquecedor, haciéndome estremecer.
—No lo hago. Creo que firmarás con nosotros. ¿Por qué

no? Tendrás un lugar de honor, los ciudadanos te adorarán...
y tú serás uno de los míos.
360
Trago saliva.
—Si esto no te convence, espero que esto te convenza,

recuerda los horrores que te esperan en Muchos fines.
Como si alguna vez pudiera olvidarlo. —Estoy tirando los

dados sobre esto —Al menos por un poco más de tiempo. Si
realmente soy un factor decisivo de la guerra, respaldar a las
personas adecuadas…las con las que tendré que vivir… es más
importante que nunca.
—Tú haces que protegerte sea una tarea casi imposible,

muchacha.
—No me protejas, entonces. Puedo cuidar de mí misma.

Lo he estado haciendo durante mucho tiempo.
—No deberías tener que hacerlo. —Vuelve a acariciar

mis mejillas, su agarre más fuerte, sus pulgares acariciando—
. Es una forma triste de vivir y no quiero eso para ti.
Enrollo mis dedos alrededor de sus muñecas,

sosteniéndolo en su lugar. —¿Cómo sabes que es triste? Tienes
a Elena y Charles.
—Reportan directamente a Madame Bennett. Estoy solo

y lo he estado desde que Archer se fue.
Deslizo mis manos por sus brazos y le cubro las mejillas.

—Nos cuidaremos el uno al otro, entonces.
Mientras sostiene mi mirada, algo cambia en nuestra

relación. No sé qué. Nunca he experimentado algo como esto.
Pero siento el cambio profundo, en el fondo. Creo que él
también lo hace y lo empuja.
Retrocede, cortando el contacto. —Volvamos a la

carretera. El tiempo es nuestro enemigo.
361
En más de un sentido. —De acuerdo. —No estoy

preocupada por Archer. Sé que me encontrará. Siempre lo
hace.
Killian sale del coche, camina hacia mi puerta y con

movimientos bruscos, “me ayuda” y me lleva al asiento del
copiloto. Me abrocho el cinturón mientras toma su lugar detrás
del volante.
Nos sentamos en silencio... silencio que continúa

mientras pasamos junto a un grupo de manifestantes fuera de
una instalación de realidad virtual propiedad de Myriad.
Aunque hay al menos cincuenta personas y cada una lleva un
cartel, hay dos lemas. ¡Uno dice ¡Muchos están condenados!
¡El otro dice ¡tu poder no es correcto!
Sus esfuerzos se desperdician. No van a convencer a

nadie de que son una mejor opción de esta manera. Si yo fuera
parte de Troika...
¿Qué? Intentaría cambiar esto, definitivamente. ¿Pero

cómo? Nunca he sido parte de algo más grande que yo. Nunca
he sido parte de un equipo ni he puesto el bien de muchos por
encima del…bueno, del mío.
—¿Tienes hambre? —me pregunta Killian, haciendo

añicos la tranquilidad.
—Muerta de hambre, en realidad.
Sale de la autopista y gira un local de hamburguesas y

atraviesa la línea continua. Pide una hamburguesa y patatas
fritas y la chica que recoge su dinero jadea.
—Killian —Sus ojos se abren con una combinación de

conmoción, esperanza e ira—. Pensé que nunca te volvería a
ver.
Él se pone rígido, mira al frente.
362
—¿Cómo estás? —Ella me mira por un momento y luego

dirige su mirada hacia Killian— ¿Quién es la chica?
Finalmente, él se digna mirar en su dirección. —

¿Nuestra comida? —Oh, wow. Es frío.
El color se drena de su cara. Ella tiembla mientras le da

una bolsa con manchas de grasa en el fondo. Él la acepta y
conduce.
—Tu amabilidad me trajo lágrimas a los ojos, —le digo

secamente— ¿Es eso lo que me espera?
—Fui cruel para ser amable. —Sus dedos se aferran al

volante—. Y no sé lo que te espera. Estoy en un terreno nunca
antes explorado.
Para ocultar mi propio temblor, desenvuelvo la

hamburguesa. —Ella alguna vez fue tu objetivo, ¿verdad?
—Te refieres a la asignación. Y sí, lo fue.
—¿Sabía ella que eras un Obrero?
—No.
—Y aun así lograste firmarla.
—Soy así de bueno.
Su respuesta favorita. Me llevo una patata frita a la boca

y trago. —¿Utilizaste tu método probado y verdadero para
golpearla y dejarla?
—Sí, —dice con solo una ligera vacilación—. Me acosté

con ella. Pero a diferencia de tu precioso James, no le dije que
la amaba. Nunca le he prometido un para siempre.
363
Ay. —Pero haces que las chicas tengan esperanza para

siempre, a pesar de que sabes que no hay posibilidad de que
lo ofrezcas.
—El hecho de que no lo haya ofrecido no significa que

no lo haré alguna vez en el futuro. Le daré todo a la chica
adecuada.
Lucho contra una oleada de intenso anhelo. Me

encantaría ser la chica adecuada. Pero solo si él es el chico
adecuado para mí.
¿Lo soy yo? ¿Es él?
—¿Por qué Myriad quería a la señorita cajera tan mal

que te enviaron, un recurso precioso? ¿Por qué la dejaron en
una vida de trabajo pesado dentro de un restaurante de
comida rápida después de que ella firmó?
—No lo sé.
—Seguramente puedes adivinarlo. Has vivido en el reino

toda tu vida, has sido favorecido por el Rey. Conoces sus
formas incluso cuando se niegan a explicar sus razones.
Aprieta su mandíbula. —Troika le envió un Líder, en

lugar de un Obrero, diciéndonos que era singular para ellos.
Ella lo rechazó. Me abalancé y me aseguré de que el reino no
pudiera tenerla. Y no necesitas una Primera Vida excepcional
para hacer lo que necesitamos que hagas en Vida Eterna.
Este. Este es el chico que llegó a Prynne al principio. No

me gusta. —¿Qué necesitáis que haga?
—Que se una a nuestro ejército. Que luche por nosotros.

Que nos ayude a ganar la guerra. Pero lo que es más
importante, impedir hacer lo que Troika quería que hiciera
para ellos.
364
Qué frío. —No me pareció un soldado.
—Pero es una voz. Un susurro en el oído de otro puede

provocar otro susurro y otro susurro, hasta que el ruido sea
ensordecedor.
—Un juego de números, —digo, lamentando la ironía

una vez más— ¿Por qué a las personas como mi padre se les
da tanto?
—Algunas personas, la mayoría de las personas,

aceptan nuestra primera oferta. Pero otros, aquellos que
anhelan algo que nosotros tenemos, reciben un trato
preferencial. El contrato de tu padre llegó con muy pocos
beneficios. No fue hasta que naciste que le ofrecieron un nuevo
y mejor trato.
—Un trato que convirtió a una niña en una mercancía.

—Mi amargura se está manifestando.
—Eso me recuerda —dice. —que hace dieciocho años,

Madame tenía una hija, Ashley. Una chica que había sido
fusionada y renacida varias veces. Era el General más joven en
ese momento y siempre había querido un hermano. Yo era
irresistible, y por eso fui elegido. Pero ella murió poco después
y me devolvieron al Centro.
Mi corazón duele por él. ¿Cuánta pérdida ha conocido

este chico?
—Te sientes mal por mí otra vez, ¿no? —No hay malestar
en su tono, solo intriga.
—Bueno, eras solo un niño pequeño y estabas

abandonado. Ojalá hubieras tenido algo mejor.
Él se acerca, coge mi mano y la levanta hasta su boca.

Mientras besa mis nudillos, un calor hormigueante se derrite
sobre mí. —De todos modos, —dice después de aclararse la
365
garganta—. Recientemente he descubierto que Madame cree

que estás fusionada con Ashley.
Oh wow. El interés personal de Madame Bennett en mí

tiene aún más sentido. —Eso es un poco espeluznante. Quiero
decir, ¿cuántas veces me ha pasado?
—He dicho que ella cree que estás fusionada con Ashley.
Yo no. Estoy seguro de que estás unido a uno de los otros
generales asesinados.
—Entonces, ¿cuántos generales hay en un momento

dado?
—Diez10.
—¿Qué?
—Diez
—¿Qué? —Repito.
Pone los ojos en blanco. —Diez generales a la vez.
Ah. Resoplo.
—Ahora come, —dice—. Mantén tu fuerza.
—Claro... hermano.
Me fulmina con la mirada. —Eso no es gracioso.
—Lo es.
Él me fulmina con la mirada otra vez, pero un momento

después sus ojos se abren. Hay un destello de luz. Al girarme,
Killian grita. —Abróchate…
¡Boom!
10
Quiere decir Ten el nombre de la chica.
366
Me lanzan hacia él antes de que me arrojen en la otra

dirección, solo mi cinturón me mantiene en mi asiento. Mi
cráneo se estrella contra la ventana, rompiendo el cristal. El
dolor explota en mi cabeza cuando diferentes huesos se
rompen. Mi visión se apaga, mi mente entra en un océano de
pánico, las vibraciones del impacto causan ondas de miseria
mientras me vuelvo a dar vueltas una y otra vez hasta que
finalmente aterrizo de esa manera, básicamente colgando de
mi cinturón.
Despierta, Ten. ¡Ahora!
Las palabras gritan a través de mi dolorida cabeza, el

acento inglés me resulta familiar. ¿Archer ha vueslto?
Parpadeando, abro los ojos. Mi visión ya no es negra, pero
todavía está nublada... hasta que uso una mano temblorosa
para limpiar la sangre. Ninguna señal de Archer.
Coge la semiautomática de la guantera. Quita el seguro,

apunta y aprieta el gatillo.
Acento irlandés esta vez. —¿Killian? —Miro, pero él

tampoco está aquí. Sin embargo, pedazos de ceniza flotan a
través del automóvil.
¡Ten! ¡El arma!
La voz de Killian otra vez, aunque su caparazón se ha

ido. ¿Qué pasó con el coche?
¿Con él?
Una colisión, me doy cuenta al mirar fijamente mi puerta

arrugada. Tuvimos un accidente y él desmanteló su Caparazón
para sobrevivir y ayudarme.
Hay dos hombres fuera y ambos están armados. Coge el

arma, muchacha. Deja el coche. Ahí, eres el objetivo perfecto.
367
Peligro. Cierto. Lucho con mi cinturón, pero finalmente

logro abrirlo. Me derribo y choco contra el techo. Mi temblor se
intensifica cuando abro la guantera. Se cae una pistola y la
deslizo hacia arriba, con cuidado de mantener el cañón
apuntado a cualquier parte menos a mí. El aire fresco sopla a
través de la abertura donde solía estar la ventana y me
arrastro.
Tomar aliento parece imposible a medida que avanzo y

catalogo mi nuevo entorno: el vehículo ha sido arrojado fuera
de la carretera y dentro de un barranco. En la distancia, hay
una colina poblada con una espesa extensión de árboles. A lo
largo del camino, las luces de un automóvil apagan las
sombras.
¡Vete!
Una orden de Archer.
Mis piernas pesan mil libras a medida que acelero el

ritmo. La puerta de un coche se cierra de golpe, luego otra.
Sonidos de pasos.
¡Más rápido! Demanda Killian.
No quiero dejarte, pero debo hacerlo, dice Archer. Solo

por unos minutos. Regresaré a Troika para obtener un
Caparazón y volveré. Todo lo que tienes que hacer es
mantenerte viva. Killian…
No dejaré que se haga daño.
Ambos suenan agonizantes.
¿Los hombres que me están persiguiendo tienen

Caparazones? ¿O son humanos? ¿Realmente importa?
Sean lo que sean, esperan matarme. Y simplemente

podrían. Las probabilidades no están a mi favor. Estoy herida,
368
dejando un rastro de sangre, mientras ellos están ilesos. No

conozco el terreno. Podrían.
Correr no me servirá de nada. Podría incluso acelerar mi

muerte. Tengo que atacar ahora, mientras todavía estoy de pie.
Me detengo y me giro. Una oleada de mareo me recorre,

nada nuevo, céntrate, mientras me dejo caer sobre el
estómago. A tiempo. ¡Pop! ¡Pop! Disparos con un silenciador.
Me concentro en la dirección de dónde venían los hombres y
veo una sombra que se dirige directamente hacia mí. Apunto.
Un poco a la izquierda, muchacha. Killian. Todavía está

conmigo.
Me consuela saberlo mientras ajusto mi puntería.
¡Ahora!
Aprieto el gatillo.
El fuerte estruendo hace que mis oídos resuenen, y el

retroceso de la pistola hace que mis muñecas y hombros
vibren. La sombra se derrumba.
Buena chica.
Uno menos. Queda uno. Pero donde…
El martilleo de la pistola de otra persona me dice una

cosa: no tengo tiempo para disparar otra vez. Sin saber qué
hacer, me vuelvo hacia un lado lo más rápido que puedo. ¡Pop!
¡Pop! Un fuerte aguijón en mi costado me hace silbar.
Inhalando profundamente, apunto y aprieto el gatillo de

mi arma. Mi agresor sisea esta vez, pero simplemente tropieza
sin caer.
Cuando todavía está quieto, levanta su arma. Abro mi

boca para elegir un reino por fin, cualquiera de los dos. Eso es
369
todo. El final para mí, pero dos destellos de luz brillante

aparecen frente a mí y cuando se desvanecen, los cuerpos
están en su lugar, protegiéndome.
¡Pop! ¡Pop! ¡Pop!
Uno de esos cuerpos se sacude, como golpeado y echo

un vistazo a las rugosas facciones de Deacon.
Espera. Debería estar con Sloan.
—La chica está protegida. —Archer, el otro cuerpo,

golpea al tirador en el brazo y hace que la pistola salga volando.
Su próximo golpe es a la nariz del hombre. Mientras un
dolorido bramido atraviesa la noche, me muevo por el arma.
En el momento en que lo tengo, apunto ambas armas. Archer
tiene al hombre, un humano, a juzgar por la sangre que le cae
por la cara, en el suelo, con una bota presionada en el cuello.
Deacon me pasa una mano por la muñeca para

obligarme a bajar el brazo. —No.
—Ese no es nuestro camino, —dice Archer—. La muerte

no es la respuesta. Donde hay aliento, hay esperanza.
—Estoy de acuerdo en estar en desacuerdo. —Killian se

aleja de las sombras en un rayo de luz emitido por los faros del
automóvil. Debe haber regresado a Myriad para obtener un
nuevo Caparazón mientras Archer y Deacon desarmaban a los
tiradores.
—Hieren a la chica y no estoy de acuerdo con eso. Ellos

mueren.
Levanta el arma y dispara.
370
Capitulo Dieciocho
Sin presión, no habría diamantes. Sin pruebas y pruebas, no conocerías

tu propia fortaleza o debilidades.
-Troika-
Mi adrenalina se bloquea en un instante, dejándome

lidiar con cada nueva lesión que he sufrido. Dejo caer la pistola
cuando mis rodillas se doblan, mi peso repentinamente
demasiado para sostenerse. A diferencia de los chicos con
caparazón, solo soy humana.
Antes de tocar el suelo, Killian está allí, envolviéndome

con sus brazos y acunándome contra su pecho.
—Te tengo, —susurra.
Descanso mi cabeza en el hueco entre su cuello y su

hombro.
—Podríamos haber interrogado al tirador, —dice

bruscamente Archer—. Podría habernos dicho quién apunta a
Ten.
—Podría haber mentido, —responde Killian.
Archer da un paso hacia él, su cuerpo preparado para la

acción. —O tenías miedo de lo que dijera.
371
—No soy responsable de los atentados contra la vida de

Ten. —Cada palabra gotea con amenaza—. Yo nunca…
—No, pero tu reino lo es. No quieres que lo sepa, porque

no quieres que se alinee con Troika. Es mejor terminar en
Muchos fines, —dice Archer con una sonrisa burlona— ¿No es
así?
—No la quiero en muchos fines. Y cuántas veces tengo

que decir que Troika es tan probable que de un golpe de…
—¡No! Lo sabes, pero nunca lo admitirás, ni siquiera a ti

mismo. Y este es tu problema, Killian. Este siempre ha sido tu
problema. Quieres ganar de tal manera, que te has vuelto ciego
a la verdad. Y lo entiendo, lo hago. Mi padre nos dijo que los
vencedores son adorados y que los fracasados son aborrecidos,
y más que nada querías que alguien, alguien te amara —.
Archer grita tan fuerte que su voz retumba en los árboles. —
Bueno, te he adorado. Yo te amaba. Pero tú has cambiado y no
para mejor. Has convertido todo en una batalla. E incluso
entonces, lo entendí. Nunca tuviste una familia y la ansiaste,
ansiaste el amor incondicional. Pero ahora debes decidir qué
es más importante: tu orgullo o la vida de Ten. Porque en este
caso, ¡no puedes tener ambas cosas!
Nunca tuviste una familia... anhelabas respeto, amor.

Las palabras hacen eco en mi mente mientras Killian se pone
tan tenso que casi temo que se rompa como el vidrio.
—Suficiente, —murmuro—. Lo que está hecho, está

hecho y no puede deshacerse. —El mareo vuelve con fuerza y
gimo cuando mi estómago amenaza con rebelarse—. Solo
podemos avanzar desde aquí.
Silencio. Bien, eso está bien. —Deacon... ¿Sloan...? —

digo.
372
—Ella está bien. Me dijo que Mme dejaba, que no tenía

suficiente atractivo. —Escucho la ofensa en su tono.
Conozco a Sloan. Sé que encuentra al chico intrigante.

Tiene que haber más en la historia. —¿Ha reactivado su
teléfono móvil?
—No. Como tú, no quiere que lo rastreen.
—Le enviaré un mensaje en tu nombre.
Killian me roza la mejilla con la suya, algo de la tensión

se escapa de él. —Deja de preocuparte por ella y comienza a
recuperarte.
Hay una orden en su voz, pero también preocupación.

La preocupación me calienta, porque sé que no lo siente por
nadie. No a menudo —Seré un General ¿eh?
—Un general conduce y aprende. Eres de oro.
Archer se pasa una mano por la cara. —Tenemos una

casa segura a una hora de…
—No. —Killian le da un solo pero violento movimiento de

cabeza—. Me la llevo conmigo. Te veremos mañana, en la casa
de sus padres.
—No hay casa segura, —digo—. No hay tiempo. —Si mi

madre muere antes de que llegue...
—Te llevaré allí, —promete Killian—. Mañana.
—Puedo descansar en el coche mientras viaja…
Él presiona sus labios contra los míos, silenciándome, el

dulce sabor de la miel y el azúcar provocando mi lengua. Estoy
conmocionada, quiero más, necesito más, y soy incapaz de
evitar besarlo, rodando mi lengua contra la suya. Olvidé que
tenemos audiencia. Olvidé que estoy sufriendo y sangrando. El
373
mundo deja de existir. Mi cabeza nada... y nada, pero es

diferente del mareo, exponencialmente mejor.
El letargo se cuela por mis venas e invade mis

extremidades. —Killian… —Él levanta la cabeza—. Duerme
ahora. —Suena muy lejano.
—No, —murmuro. He dormido lo suficiente. Demasiado.

Pero soy incapaz de luchar contra la necesidad, ya que estoy
cada vez más cerca de un mar de nada.
—¿La drogaste? —Archer se queda sin aliento.
¿Lo hizo? Por el momento, la ira está más allá de mí.

Estoy cálida, deliciosamente cálida, dos bandas fuertes me
envuelven a medida que voy a la deriva... a la deriva ...
No estoy segura de cuánto tiempo pasa antes de

escuchar un suave susurro en mi oído. —¿Qué voy a hacer
contigo, Ten Lockwood? —La voz de Killian.
Continúo a la deriva sin ancla…
Un fuerte aguijón contra mi mejilla. ¿Una picadura de

insecto? Quiero pasar mis dedos sobre mi cara, pero mi brazo
se niega a cooperar. Otra picadura, está hundiéndose más
profundo, más allá de la piel. El cosquilleo estalla en mi
hombro como si las terminaciones nerviosas finalmente
volvieran a la vida.
—Despierta. —Una tercera picadura.
Esta vez, mis brazos funcionan correctamente y agarro

una muñeca. Mis párpados se abren y me encuentro cara a
cara con Elena. No pienso, simplemente actúo, levantando mi
mano libre y lanzando un golpe. Su nariz se rompe y ella gruñe.
No hay sangre. Vale. El caparazón. Sin daño duradero para
ella.
374
Cuando la suelto y me siento, ella se reajusta la nariz

con un siseo. Yo hago un balance. Estoy en otra carpa
palaciega, las telas que me rodean tienen un tono vibrante de
color púrpura. Las almohadas diseminadas son color de
cobalto. Hay una bañera, pero está vacía. En el centro, piedras
brillantes se apilan al lado de una bandeja de frutas a medio
comer y envoltorios de barra de dulce arrugados. Más
chocolate significa para mí... que esta chica obviamente ha
comido.
Haré lo que le dije durante nuestra primera reunión y le

revisaré las costillas. Yo….
No hago nada. No tocaría el chocolate de Killian con un

palo de diez pies. Es un soborno para mi perdón, nada más.
Pero... luego veo que una de las envolturas no está
completamente vacía y hago una inmersión. Bien, bien. Si bien
no tocaría el chocolate con un palo de diez metros, lo tocaré
con los dedos.
Me lleno la boca con esa divinidad y lo saboreo.
Me besó simplemente para drogarme. La ira se enciende.

No te he perdonado, Killian Flynn.
¡No te perdono!
—¿Dónde está Killian? —Pregunto.
—Fue llamado por asuntos Myriad —Ella me sonríe. —

Ahora mismo, estoy a cargo de tu cuidado.
El intento de Killian de cuidarme, como prometió,

aunque no esté aquí, no me ablandará. —Yo puedo cuidar de
mí misma.
—Eso dice todo el mundo alguna vez. Pero es solo orgullo

hablando, así que nunca escucho. El orgullo es una perra
desagradable.
375
—Así es la avaricia. Y la gula. —Le arqueo una ceja.
—En realidad, tiré las piezas afuera.
El despecho es una perra desagradable. —No te gusto,

—le digo—. Anota. El sentimiento es mutuo. Puedes irte ahora.
—Recibo órdenes solo de Killian, y aun así es dudoso —

. Se pasa el cabello por encima del hombro. —Me dijo que
cuidara de ti, así que te cuidaré. Supongo que eres un riesgo
de fuga.
No está equivocada.
Me quedo de pie, gruñendo mientras los músculos

adoloridos y los huesos magullados protestan. Exploro la
tienda de campaña, catalogando salidas, buscando armas, y
encuentro una pequeña habitación separada del resto de la
tienda por pañuelos rojos. Dentro hay un baño temporal:
inodoro portátil, trapos, un espejo, un cepillo de dientes y un
cepillo para el pelo, un recipiente con agua y un calendario que
se apoya contra el espejo.
Curioso, lo busco. Una luz azul aparece en el cristal. No

solo una luz sino palabras. Una nota de Killian.
Quédate y te permitiré castigarme. Vete, y yo te

castigaré. Atentamente, K.
PD: No estaba seguro de cuanto te gustaba del

calendario que Vans te quitó, pero quería que tuvieras uno
nuevo.
Nada de lo que hace o dice en este momento debería

agradarme, pero me estoy suavizando.
Este chico... oh, este chico. Es una contradicción

andante.
376
Aprieto el calendario contra mi pecho, luego me cepillo

los dientes y el pelo y uso el agua para lavarme.
—¿Has terminado? —Elena llama— ¿O estás estreñida?

—Agradable.
Escondo el cepillo de dientes en la cintura de mis

pantalones cortos y dejo la relativa privacidad del baño para
encontrarla sentada y afilando una daga con una piedra. Un
intento de intimidarme, estoy segura.
—Por cierto. —Ella no mira en mi dirección, solo sigue

frotando la piedra sobre la cuchilla—. Estás llenando la cabeza
de Killian con ideas tontas y necesitas parar.
—¿Ideas tontas?
—Sí. ¿Qué hay de esta chorrada? Primera Vida importa.

¡Oh! El siempre popular trabaja con tu enemigo, porque nunca
te apuñalará por la espalda. Y no olvidemos mi favorito. Ganar
no es todo. —El roce se detiene por un momento, solo para
volver a comenzar, más rápido. —Vas a ser un General terrible.
—Estoy de acuerdo. Esa es una de las innumerables

razones por las que no he presentado mi solicitud de empleo.
—Le sonrío burlonamente—. Myriad. ¿Consíguelo?
La mirada que me dirige es pura irritación.
Humor no apreciado. Apuntado. —Guau. Míranos. —Me

siento frente a ella, manteniendo las piedras brillantes entre
nosotros. Un amortiguador. Sonrío dulcemente—. Nos estamos
uniendo. Prácticamente como hermanas.
Sus movimientos se vuelven entrecortados. —Si Killian

no logra que firmes, podría ser dado de baja. Lo entiendes,
¿verdad?
Me pongo tensa. —Me dijo que no lo matarían.
377
—Mintió.
Él no haría eso... ¿o sí? ¿A menos que este sea un intento

de manipularme?
—Aunque no tenemos idea de quién arregló tu ejecución,

Killian apostó por ti, convenció a los generales e incluso al rey
de que valías cualquier riesgo. Solo necesitaba un poco más de
tiempo. Pero como luchó por tu vida, tu destino ahora decidirá
el suyo.
Un breve momento de mareo, la confesión me sacude. —

¿Cuando? ¿Cuándo fue todo esto decidido?
—Después del accidente del avión, justo antes del

accidente de coche.
Él me compró tiempo, con su vida. Y sin embargo,

alguien está tratando de matarme de todos modos.
Quiero sacudirlo. Y besarlo pero de verdad esta vez. Pero

sobre todo quiero sacudirlo. ¿Qué se supone que debo hacer
sobre mi futuro ahora? No puedo permitir que Killian sufra
daños por mi decisión.
—Tal vez os mate a los dos, —dice Elena, como si

estuviera hablando sola—. ÉL se fusionará con otra alma y
comenzará de nuevo, y tú sufrirás innumerables agonías en
Muchos fines hasta que mueras y comiences de nuevo
también.
Bueno. Ha ido demasiado lejos, amenazando a Killian.

Me inclino sobre las rocas …no queman …y golpeo la punta
del cepillo de dientes detrás de su oreja. Mientras su caparazón
se aquieta, reclamo su daga y salgo de la tienda, solo para
detenerme.
El sol está una vez más en proceso de ponerse, el cielo

resplandece de colores y enmarcando la casa de mis padres,
378
una mansión de tres pisos que se extiende sobre dos acres de

tierra. La casa tiene forma de caja, más alta en el centro, más
corta en los lados, con algunas paredes de vidrio y otras de
estuco blanco. Las flores de todos los colores florecen a lo largo
del borde, y los naranjos y los limoneros ofrecen olores y
sombras dulces. La hierba a mis pies es suave y verde, tan
afelpada como una alfombra.
Mi estómago se aprieta. Hogar pero... no mi hogar. Todo

es exactamente como lo recuerdo, mi ausencia pasó
completamente desapercibida. Yo no pertenezco aquí. Ya no.
Killian debe haber conducido toda la noche y algo más

para llegar hasta aquí.
Un rayo de luz brillante explota frente a mí y cuando se

desvanece, Killian está de pie allí. Está frunciendo el ceño, su
cabello oscuro descuidado. Hay suciedad en su ropa y
rasgaduras en su camisa, revelando la onda de músculo
debajo.
Es tan hermoso que casi duele mirarlo.
—Serpiente. —Le lanzo un puñetazo a la mandíbula y

aterriza. En el impacto, su cabeza se inclina hacia un lado.
Enmascara sus rasgos mientras me enfrenta. —El fin

justifica los medios. Estás en casa, como prometí.
—Bueno, espero que disfrutes el final, porque mi

confianza en ti está destruida. ¡Me engañaste!
—Por tu propio bien.
—¡Y ataste tu vida a la mía!
Sus ojos se entrecierran, sus pestañas se funden. —

Elena es una bocazas.
—La tuya debería haber sido más grande. Me mentiste.
379
Él levanta la barbilla. —Te dije la verdad al principio y

estaba claro que sentías que te estaba presionando más. Te
quité la presión.
Así que… el chico que elogiaba la victoria por encima de

todo se negó a usar su as en mi contra. Argh! Ahora estoy aún
más desgarrada.
—No quiero que te maten, —le dije, pisando fuerte mi

pie.
—Ya somos dos.
Archer y Deacon aparecen en haces de luz para

flanquear sus lados. Se da la vuelta, con dos pistolas en la
palma de la mano, cargadas y apuntando. Los Troikans
simplemente sonríen desafiantes, desafiándolo a disparar.
Los músculos de sus hombros se anudan con tensión,

pero al final, baja las armas.
Elena sale corriendo de la tienda. Cuando ve a Archer y

Deacon, sisea.
Ninguno de los dos le presta la menor atención.
—Tengo noticias, —me dice Archer, hay temor en su

tono. Todo lo demás está olvidado— ¿Mi madre...
—No. Sigue viva. Por ahora. —Sus ojos están sombríos—

. Pero, Ten... mientras estabas en el manicomio... cuando dejó
a tu padre y permaneció en reclusión, incluso negándose a ir
a verte... tuvo un bebé.
¿Qué? —No. —Niego con la cabeza—. La amante de mi

padre va a tener un bebé. No mi madre.
Un secreto…
Me enseñó cómo ser una madre otra vez...
380
Un bebé llorando...
—No dije que fuera a tener un bebé. —Archer me clava

con una mirada—. Tuvo un bebé. Estaba embarazada y dio a
luz a tu hermano en secreto hace poco más de un mes. Si
alguien lo hubiera sabido, se habría visto obligada a dar el niño
a una familia sin hijos.
Me muevo, mi mente intenta dar sentido a todo lo que

me arrojan. Tengo un hermano…
Las mujeres generalmente son esterilizadas un año

después de dar a luz a su primer hijo y único hijo. Es hora de
asegurar que el bebé sobreviva la infancia. Mi madre podría
haber sanado. Siempre hay casos raros...
¡Tengo un hermano!
—Tu padre se enteró esta mañana, —continúa Archer—

. Ha solicitado una reunión con su ML
—De ninguna manera. —Moriré antes de que mi

hermano sea utilizado. Me dirijo a la casa.
Archer agarra mi muñeca. —Iré por delante de ti. En

espíritu. Despejaré el camino.
—Deberías apresurarte.
Él asiente y un segundo después, su caparazón se queda

quieto.
Miro a Deacon. —No dejes que Killian entre a la casa.
—Muchacha…
Me vuelvo y lo miro, deseando que entienda. —Estoy

pateando a Archer tan pronto como llegue a mi madre. Tengo
que hacer esto por mi cuenta.
381
Silencio.
Cuando asiente con la cabeza, me voy. Soy un manojo

de nervios desnudos y expuestos mientras vuelo dentro de la
casa, subiendo las escaleras, más allá de las paredes
decoradas con las obras de arte de mi madre. Sus pinturas son
famosas en todo el mundo. Pero estas son pinturas de... ¿Mi?
Desacelero. Sí, soy yo. Mi cara ha reemplazado los cuadros
abstractos. Yo de bebé. Yo de preadolescente. Yo como
adolescente. Incluso fotos mías en el manicomio.
Ten. Aprisa.
La voz de Archer llena mi cabeza. Vale. Es invisible y lo

que sea que esté haciendo para distraer a las criadas está
funcionando. Se alejan de mí justo antes de que yo pase,
permitiéndome llegar a la habitación de mi madre sin
incidentes.
La puerta está cerrada, pero eso no tiene importancia

para Archer.
Pruéba ahora, dice.
Lo hago, el pomo de la puerta lo suficientemente caliente

como para quemar. Debe haber usado su luz y haber derretido
el seguro dentro de la cerradura.
Irrumpo dentro de la habitación. Hay un bulto de

tamaño humano en la cama, inmóvil, una cuna en lugar de la
mesita de noche y una mujer, no mi madre, en una mecedora
al lado. La mujer jadea cuando me ve, agarrando al bebé que
tiene apretado contra su pecho.
—Debes ser Ten, —dice sonando aliviada. Se levanta—.

Soy Maggie, y estoy muy feliz de que estés aquí —Su cabello es
completamente gris y sus facciones están muy alineadas, su
mandíbula compensada por la papada. Pero sus ojos... brillan
382
como esmeraldas recién pulidas. —Eres tan bonita como en los

cuadros.
No la conozco. No confío en ella. Doy un paso adelante,

casi desafiante.
—Soy una vieja amiga de tu abuela. Conocí a tu madre

cuando era una niña pequeña. —Sonríe tristemente y saca la
manta de la cara del bebé. Está durmiendo, sus ojos
cerrados— ¿Te gustaría conocer a tu hermano?
Mi estómago se aprieta, y por un momento, no puedo

recuperar el aliento. —¿Cuál es su nombre? —Susurro las
palabras. No quiero despertarlo.
—Jeremy Eleven Lockwood.
Casi sonrío. Once. En la tabla periódica, el grupo once

consta de los tres metales de acuñación: plata, cobre y oro.
Once es el primer dígito doble del mismo número. A menudo
se piensa que representa el equilibrio.
Jeremy Eleven es... no es bonito. Parches de pelo han

caído de su cuero cabelludo.
Sus mejillas están hundidas, sus labios hinchados y

teñidos de azul. Me tiembla la mano cuando extiendo la mano.
Arrastro la yema del dedo sobre la suavidad de sus nudillos y
él abre su puño para aferrarse débilmente a mi dedo.
Si el amor a primera vista es posible, ya estoy loca. —

¿Qué le pasal? —pregunto, todavía susurrando.
Lágrimas vienen a sus ojos. —Tu madre no sabía que

había sido envenenada hasta después de que lo hubiera
alimentado. Ella…
383
Debe estar devastada, probablemente esté carcomida

por la culpa. Pero ella no hizo esto. Un monstruo lo hizo.
Alguien que no le da ningún valor a la Primera Vida.
La bilis me quema la garganta y lucho por mantener la

compostura.
Un gemido se levanta de la cama. —¿Ten? —Mi nombre

no es más que un jadeo apenas audible.
Me encuentro con la mirada de mi madre y no hay forma

de detener mi jadeo de horror. Para mí, parece que nos
sentamos una frente a la otra en la oficina de Vans hace solo
unas horas. Estaba bien entonces, acaso un poco pálida. Se
veía normal. Ahora sus mejillas son huecas y sus ojos
hundidos. Su piel es cetrina y fina como el papel. Al igual que
Jeremy, sus labios están agrietados y teñidos de azul.
Como en trance, me deslizo a su lado y me hundo de

rodillas. Se mueve a paso de tortuga, pero al final logra estirar
la mano y agarrarla. Su agarre es sorprendentemente débil,
incluso considerando la forma en que se ve.
—Mi niña —, dice —No pudieron romperte. Estoy tan

feliz.
Un racimo de espinas brota en mi garganta. —Lo siento,

mamá. Lo siento por…
—No tienes nada de lo que disculparte… —Una tos

estalla en su cuerpo, la sangre sale de su boca.
—Shh. El pasado ha terminado. Ahorra tu fuerza. —Al

verla así... cualquier cólera que aún albergara se evapora,
dejando solo el amor que tengo por ella. Sufrí por las decisiones
que tomó, pero ella también. El arrepentimiento está grabado
en cada línea de su piel.
384
Una lágrima gotea por el rabillo del ojo. —Nunca debí

haberte... empujado... debería haberte dejado... elegir —. Toca
el lugar justo sobre su corazón. —Deja que Jeremy... elija.
Déjalo. Él es de tu padre... No sabía que podría... estar
embarazada otra vez. Creo que se alimentó... Sangre vital. Me
curó. Tenía una amante... por las dudas.
Ella salta de un punto a otro, pero soy capaz de

mantener el ritmo. Cuando Jeremy muera, su espíritu estará
en juego. No puedo dejar que mi papá elija por él.
—Archer. —grazno.
Me quedaré con él. Lo acompañaré a Troika, y cuando

alcance la Era de la Responsabilidad, le permitiré elegir sin
interferencia. Tienes mi palabra.
—¿Archer? —pregunta mamá.
—Un amigo, —le digo, y es la verdad absoluta—. Amigo...

bien... una chica tan buena... te amo... escriba.
No estoy seguro de que sepa lo que está diciendo.

Suavemente trazo mis dedos sobre su mejilla. —Descansa
ahora, ¿de acuerdo? Hablaremos cuando te despiertes. —Por
favor, que despierte.
Su mirada aterrada cae sobre Maggie. —Escriba.
—Se lo daré, Grace, —dice la anciana—. No te

preocupes.
La tranquilidad la calma y cierra los ojos. Observo su

pecho en busca de una reveladora subida y una caída de
aliento, conteniendo el mío hasta... sí. Ella no se ha ido.
Maggie coloca a Jeremy en la cuna y saca un pequeño

dispositivo negro de su bolsillo. Otro flash escrito. Me lo da y
presiono mi pulgar en el centro.
385
Su voz llena la habitación. —Mi queridísima Ten. Nunca

podré expresar mi pesar por todos los horrores que has
soportado. ¡Por mis errores! Porque permití que la amargura
endureciera mi corazón cuando Troika no pudo salvar a mis
padres. O eso pensé. Mi madre me visitó, ¿sabes? En un
Caparazón. Le dieron permiso y me explicó la verdad. La culpa
fue de ella. Creo que finalmente entiendo lo que me gritaste
tantas veces. Nuestras elecciones dirigen nuestro camino.
Parpadeo con lágrimas.
—Al verte en el manicomio, dulce niña, sabiendo lo que

planeaban hacerte, cuánto te lastimarían, estoy abrumada por
la tristeza. Lo único que debería haber hecho es amarte. Eres
una chica hermosa, por dentro y por fuera, y solo quiero lo
mejor para ti. Pero yo no fui la mejor madre. No te di la mejor
vida, a pesar del dinero y la fama, pero te daré el mejor futuro.
Las lágrimas caen en cascada por mis mejillas ahora,

ríos de remordimiento y dolor, dejando rayas calientes detrás.
—Lo he arreglado para sacarte de Prynne y traerte a

casa. Tu futuro. Tu vida eterna es tuya. Desearía... bueno, no
importa ahora. Cuídate. Cuida de Jeremy. Él es tu hermano,
dulce Ten. Él te va a necesitar. Tu padre lo ve como una
segunda oportunidad. Una oportunidad de cumplir las
condiciones de su contrato sin ti. Un pretexto. Debido al
control de la población, el contrato no te menciona
específicamente, simplemente menciona a un hijo suyo. Lo
siento mucho, dulce niña. Quiero que Jeremy viva. Quiero que
vivas. Mi oración es que tengas una Primera Vida larga, larga,
feliz y contenta, y en tu vida eterna estás libre de
remordimientos.
Me encorvo para contener un sollozo. ¿Sabe mi madre

que ella y Jeremy van a morir juntos? ¿Y pronto? ¿Está
tratando de decirme que mi padre ahora me quiere muerta?
386
¿Es él quien arregló el accidente aéreo? ¿El accidente

automovilístico? Debe ser él. Estoy sangrando por dentro
mientras meto el dispositivo en mi bolsillo.
Archer abre la puerta; está de vuelta en su Caparazón,

su expresión sombría. —Tu padre está aquí. Te vieron con la
cámara. Le están diciendo que tu presencia es…
—¡Ten! —La voz de mi padre resuena en las paredes.
387
Capitulo Diecinueve
El futuro nos pertenece.
-Myriad-
—¡Ten! —Grita mi padre—. Sé que estás aquí.
Mi madre está durmiendo tan profundamente que no se

mueve.
Maggie se precipita a la cuna y se acerca a Jeremy. —

Lamento abandonarte, pero no quiero que el senador se dé
cuenta del chico y se lo quite.
—Lo entiendo, —digo a pesar de que todo lo que hay

dentro de mí grita para mantener al niño cerca de mí.
—No te preocupes, querida. La guardería es el armario

de tu madre.
—No dejaré que te lastime, —dice Archer.
Como Troikan, no puede dañar a un humano sin castigo

y eso es lo que se necesita para sacarme de allí ileso.
Confía en él, una parte de mí llora. Encontrará una

manera.
388
No, lo siento. No voy a confiar en él, no en esto. —

Quédate en la guardería, —le digo—. Haz lo que prometiste
para mi hermano. —Tú y Killian me enseñasteis a luchar por
una razón. Ahora déjame pelear. Estaré bien—. Al menos
físicamente.
Mi padre tiene una forma de herir mi corazón. —¡Ten!
Archer parece que quiere discutir conmigo. Niego con la

cabeza. —Guardería. Ahora.
Frunce el ceño, pero como mi Obrero, no puede quedarse

donde no se lo quiere y hace lo que le pido. A tiempo. Mi padre
entra corriendo a la habitación y se detiene.
Él realmente me sonríe. —Estás aquí —Acorta la

distancia y me atrae para un abrazo de oso—. Finalmente lo
hiciste. Ten, estoy tan orgulloso de ti. Gracias. Gracias por
firmar con Myriad.
Frunciendo el ceño, me alejo de él. —¿Por qué crees que

he firmado con Myriad?
Él parpadea hacia mí. —Porque has sido liberada.
—No, he escapado.
Su frente se arruga con confusión, como si estuviera

hablando en un idioma extranjero. —Pero primero firmaste con
Myriad.
—No. Todavía estoy sin firmar.
Se pellizca el puente de la nariz. —¿Estás tratando de

lastimarme? ¿Es así?
Una bomba de ira detona: tengo toneladas de ira,

recolectadas durante el año pasado. —¿Te duele? Papá,
pagaste a la gente para torturarme. Y creo... creo que trataste
de matarme.
389
Sus mejillas se enrojecen. —Todo lo que hice, lo hice por

tu propio bien. —Me agarra por los hombros y me sacude—.
Te quería feliz en la vida eterna. Yo quería ser una familia.
—¡Podríamos haber sido una familia aquí, en esta vida!
Él continúa como si no dijera nada. —Pero no

cooperarías. No estabas arruinando tu vida, sino que estabas
arruinando la nuestra.
Es tan bueno como una confesión. Cada herida interna

que me ha dado alguna vez se abre de nuevo, y grito. —¿Has
envenenado a mamá?
—¡No! Nunca la lastimaría.
Realmente parece ofendido. —Pero puedes lastimarme,

¿verdad? —Algo que mi madre mencionó se asoma a través del
fango oscuro de mis pensamientos—. Sangre Vital. —Mercado
negro, apuesto. —La alimentaste con Sangre Vital y sanó sus
órganos reproductivos. Y por si eso no funcionara, conseguiste
una amante y conseguiste que quedara embarazada.
Sus ojos me suplican que entienda. —No lo entiendes.

Todos los días, Madame Bennett me presionaba.
Boo-hoo. —¡Sé algo sobre la presión!
—Así no. Todos los días me amenazaba y engatusaba.

Incluso me dio un recorrido por Muchos Fines, que es donde
terminaré si mi contrato es anulado.
¿Cómo podría darle un recorrido por Muchos fines

cuando los Myriadians no tienen forma de entrar? —Para
salvarte a ti mismo, estabas dispuesto a enviarme a Muchos
fines. —¿Cómo se ha convertido el hombre que me llevó sobre
sus hombros para poder alcanzar el cielo en algo así? —¡Eres
un cobarde!
390
Él niega con la cabeza mientras se aleja de mí. —No lo

entiendes, —repite—. Madame Bennett tenía razón. Prynne te
quitó tu debilidad y te dejó fortalecida. Serás un Abrógate
indomable y yo te ayudé a serlo. Yo jugué una parte. Debería
ser alabado, no castigado.
Él no escucha, elige enfocarse en cualquier cosa que no

sea el quid de la cuestión. —Si la felicidad depende de variables
externas, no puede durar. Las variables siempre cambian. La
verdadera felicidad tiene que venir desde adentro. Justo de
aquí. —Golpeo mi corazón con mi puño—. A veces tienes que
cavar para obtenerlo, y debes cavar profundo. Lo sé porque
logré vislumbrarlo incluso cuando estaba encerrada dentro de
una celda, espiada y golpeada.
—¡Suficiente! —Él acecha hacia la puerta, pero hace una

pausa para mirar por encima de su hombro—. Estás haciendo
que sea difícil amarte, Ten.
Mientras haya aliento, hay esperanza.
No estoy segura de que sea cierto. —Te mataré antes de

permitir que uses a mi hermano.
Los músculos entre sus hombros se encogen. —Voy a

perderlo todo. Lo entiendes, ¿verdad?
Lo rechazo y me dirijo a la cama para despertar a mi

madre. La sacaré a ella y a Jeremy de aquí. Mientras acaricio
suavemente su mejilla, la frialdad de su piel hace que mi
estómago se retuerza. Sus labios son más azules que antes...
labios que ahora se curvan en una sonrisa que no había visto
desde que era una niña pequeña. Muerta... no. No, no, no. —
Mamá. Mamá. —Le scudo los hombros. Sus ojos permanecen
cerrados, su cuerpo tan flojo como un fideo.
Miro a mi padre, pero ya se ha ido. —Maggie—, grito.
391
Ella sale del armario… cuarto de niños con Jeremy

cargado en sus brazos. Tiene los ojos enrojecidos, como si
hubiera estado llorando. Las líneas rosadas surcan sus
mejillas. Como yo, ella ha estado llorando. Archer está estoico.
—No responde, —le digo—. Tienes que ayudarme... —

¿Qué? ¿Realizar CPR? Baiser de la mort diezma el corazón,
reduciéndolo a restos hechos jirones. No hay nada para
resucitar.
Lágrimas gruesas llenan mis ojos. Mi barbilla tiembla.

Mi madre se ha ido. Ella se ha ido y no hay nada que pueda
hacer para traerla de vuelta.
En el manicomio, soñé con lastimarla, compartirle lo que

ella me dio. Pero aquí, ahora, solo quiero que esté sana y salva.
No tuve suficiente tiempo con ella. Haría cualquier cosa por
cinco minutos más. Solo cinco. Para sostener su mano, decirle
que la perdono. Para abrazarla y ser abrazada por ella.
Ahora ella está en Myriad. Afortunadamente feliz. Pero

no podré verla hasta que muera.
¿Estaremos del mismo lado o seremos enemigas?
Maggie se sienta en el borde de la cama. —Aguantó tanto

como pudo, esperando verte. —Se muerde el labio inferior
mientras la tensión se extiende entre nosotros—. Ten. —La
tristeza es como una lluvia en su voz—. Me temo que Jeremy
tampoco tiene mucho tiempo.
Mis manos tiemblan cuando extiendo la mano. Recojo el

fardo ligero en mis brazos y acuno al dulce niño en mi pecho.
Sus ojos están cerrados, sus pestañas oscuras son tan largas,
proyectan sombras sobre sus mejillas. Sus labios son más
azules que antes y está resollando. Escuché ese sonido antes.
El estertor de la muerte.
No, él no tiene mucho tiempo.
392
Voy a perder a mi madre y a mi hermano en el mismo

día.
Killian entra a la habitación. Él me ve con el bebé y su

semblante enojado se suaviza en un abrir y cerrar de ojos. La
compasión que proyecta casi me mata.
Mis lágrimas caen libremente mientras miro a Jeremy.

Una gota cae sobre su mejilla, y sus párpados se abren, su
mirada se encuentra con la mía por dos preciosos segundos.
Tiene mis ojos. Uno azul, uno verde. Me llevo su pequeña mano
a la boca para besar sus nudillos.
—Te amo, pequeño hombre. —Otra de mis lágrimas

aterriza en la esquina de su boca y si esto fuera un cuento de
hadas, esa lágrima nacida del verdadero amor, ofrecida
libremente, lo salvaría. Pero esta es la vida real y luego él
expulsa su último aliento, su cabeza colgando hacia un lado.
Sé que el tiempo es esencial. Una vez que el cuerpo físico

muere, el espíritu lo deja.
Killian lo alcanza, diciendo: —Me aseguraré de que

termine con su madre, muchacha.
Incluso con mi madre, se alentará enérgicamente a

Jeremy a permanecer en el reino cuando alcance la Era de la
Responsabilidad. Y en Troika, él todavía tendrá familia. A los
abuelos que nunca me permitieron conocer.
Y... quiero que Jeremy camine a la luz del sol, para sentir
el calor acariciando su piel.
Niego con la cabeza... y... y... hazlo, hazlo... y entrego a

mi hermanito a Archer, que ya no es tan estoico. También hay
lágrimas en sus ojos.
393
La máscara ilegible cae sobre Killian y sé que lo he

lastimado una vez más. Tengo que hacer lo mejor para mi
hermano.
—Él conocerá el amor, —dice Archer. Esto me está

matando—. Gracias.
Archer y Jeremy desaparecen en un rayo de luz, y todo

lo que puedo hacer es permanecer en su lugar, tratando de ver
más allá de mi dolor. Pero hay demasiado, y es demasiado
intenso, cada bomba de emoción que he almacenado en mi
corazón explota de repente.
Con un chillido desde lo más profundo de mi alma, me

lanzo al otro lado de la habitación. Mis manos están en el
tocador de mi madre. Tironeo con todas mis fuerzas y todo cae
al suelo. Las grietas de la madera y las chucherías que estaban
encima se rompen.
—¿Por qué herir a dos inocentes? —Exijo— ¿Por qué?

¿Quién haría esto?
Me dirijo a la mesita de noche y le doy una patada. Las

piernas se extienden en el aire, y yo las pateo también. Pateo y
pateo y pateo hasta que una de esas piernas se separa.
Jadeando, bajé para recogerlo. Podría vencer a mi padre con
eso. Podría darle el mismo dolor que pagó por haberme servido.
La venganza será mía por fin. Él se merecerá cada golpe.
Me digo que estos impulsos son temporales. Se

desvanecerán, al igual que mi furia. Me digo a mí misma que
soy una hipócrita. Castigué a Archer y Killian por ceder a su
odio, y sin embargo, aquí estoy, desesperada por hacer lo
mismo.
Me digo a mí misma todo eso, pero aquí, en este

momento, no importa. Mi hermano está muerto. Mi madre está
muerta, y mi padre es libre de formar una nueva familia con
394
su amante. Cuando nazca el bebé, ya no me necesitará viva.

Él dependerá de la laguna contractual para salvar su futuro
mientras destruye el mío. Estaré en riesgo una vez más.
—No, muchacha. —Killian arrebata la estaca de mi

agarre—. Nunca te lo perdonarás a ti misma.
Me dirijo a él y con otro chillido, golpeo mis puños contra

su pecho. —¿Quién haría esto? ¿Quién lastimaría a un bebé?
Él no trata de protegerse, y no intenta detenerme. Lo

golpeo con todas mis fuerzas, vertiendo mi furia y dolor en cada
golpe. Esto no es justo. La vida no es justa.
—Desearía tener las respuestas que buscas, —dice en

voz baja.
—Esto no debería ser así. ¿Me escuchas? Esto no debe

ser así. —Se supone que un niño no debe morir sin haber
vivido nunca. Se supone que una madre y su hijo no deben
estar separados en la vida eterna, y, sin embargo, mi madre
está en Myriad y mi hermano está en Troika.
—Lo sé, —dice, sorprendiéndome—. Esto fue hecho

deliberadamente.
Cuando lo último de mi fuerza me abandona, Killian me

abraza y me acerca. Entierro mi cara en el hueco de su cuello.
Lloro por todo lo que he perdido, todo lo que este niño ha
perdido.
—Este no es el final para ninguno de ellos, muchacha.

—Los verás de nuevo—. Todavía considera el hecho una
comodidad. Lanzo una risa casi histérica.
—Sí, pero ¿Quién será mi enemigo? ¿Mi hermano

Troikan o mi madre Myriad? —Tal vez debería haberle
entregado a Jeremy a Killian.
395
—¿Por qué no me dejaste llevar al niño a Myriad? —

pregunta—. Dividiste a madre e hijo.
Miro hacia arriba y noto que Maggie se ha ido... creo que

recuerdo a Killian empujándola por la puerta durante mi
exabrupto. —Por una vez, tomé una decisión en una fracción
de segundo basada únicamente en el instinto. Haz esto, no eso.
Luz contra oscuridad. —Correcto contra incorrecto.
Él considera mis palabras, suspira y besa mi cabeza. —

Me aseguré que tu padre... se durmiera antes de llegar a tu
habitación. Venga. Vamos a salir de aquí.
Golpeó a mi padre en la inconsciencia, ¿no? —Mi camino

comenzó aquí y me gustaría que terminara aquí. —La
determinación me da un aumento de fuerza—. Voy a tomar
una decisión. Hoy. —No estoy corriendo. Ya no. Estoy
encontrando mi presente y mi futuro de frente.
Él pasa sus pulgares sobre mis ojos, capturando las

lágrimas restantes. —Un buen General dirige un ejército. Un
gran general dirige a cada miembro individual. Hoy eres un
gran General.
—Tal vez, pero no es porque alguien más habita mi

cuerpo.
—¿Cómo lo sabes?
La misma pregunta que una vez le hice. —Algunas cosas

no las puedes explicar. Tú solo lo sabes. Aquí mismo. —Tomo
su mano y la coloco sobre mi corazón acelerado. —La verdad
es tan brillante que las sombras de la duda son ahuyentadas.
—¿Qué pasa con la prueba real?
—Soy una prueba viviente.
396
Él esta pensativo mientras entrelaza nuestros dedos y

me lleva al pasillo. —Si quieres quedarte, nos quedaremos,
pero no en esta habitación.
—Vayamos a mi habitación. —Señalo en línea recta, solo

para darme cuenta de que probablemente haya memorizado el
plano de la casa— ¿Hiciste daño a Deacon para llegar a mí?
—¿Estás bromeando? Quería pelear con él, pero me dijo

que hiciera lo que fuera necesario para protegerte y luego me
abrió la puerta.
Sorpresa, sorpresa. Troika y Myriad trabajan juntas.
Entramos en lo que una vez fue mi santuario, y todo está

tal como lo dejé. La cama extra grande tiene una gran
marquesina blanca. Cuando era una niña pequeña que soñaba
con vivir a la luz de la luna de Myriad y casarse con un apuesto
príncipe, mi padre usaba mis sábanas para convertirlo en un
castillo.
Mi mente se aleja del recuerdo. Demasiado doloroso

ahora mismo.
Salgo del lado de Killian para caminar, pasando por alto

la mesita de noche de cromo y vidrio para detenerme frente al
tocador, donde solía sentarme todas las mañanas antes de la
escuela para arreglarme el pelo y el maquillaje. Sobre la
chimenea de mármol cuelga un retrato de rosas blancas.
Mientras que algunas de las rosas se hacen hábilmente,
algunas claramente no se hacen tan hábilmente. Mi madre y
yo pintamos el retrato juntas. Nuestro primer y realmente
único proyecto dual. Mi barbilla tiembla. Tenía siete años en
ese momento.
Camino hacia la cama y me recuesto en el centro. Killian

separa las cortinas de las ventanas y mira afuera ¿buscando
397
problemas? Revisa la costura del panel y coloca un pequeño

dispositivo negro en la cerradura.
—¿Un destello-de escritura? —pregunto.
—Similar. Este crea ondas de sonido imperceptibles

para los humanos. Evitará que los espíritus entren a la casa y
te espíen, pero no los caparazones. Acorta la distancia y se
estira a mi lado, arrastrándome contra su cuerpo,
abrazándome, ofreciéndome consuelo.
No pasa mucho tiempo antes de que Archer aparezca en

un resplandor de luz. Él nos ve y como si fuera lo más natural
del mundo, se extiende al otro lado.
Killian se pone rígido, pero no protesta. Me alegro. Estoy

rodeada de pura agresión masculina y me gusta. Me consuela,
es lo que más he experimentado en mucho, mucho tiempo.
Estos chicos son mis amigos Les debo mucho. Es decir,
aunque desconfié de ellos, los lastimé, les critiqué y los insulté,
se han mantenido a mi lado, incluso dejando de lado sus
propias agendas.
—Jeremy está con el general Levi, un hombre a quien

respeto con cada onza de mi ser, —dice Archer—. Será
protegido y amado como si fuera el hijo de Levi. —De hecho,
Levi ya está enseñando a tu hermano un nuevo idioma.
¿Alguno de vosotros sabe lo que significa goo-goo y ga-ga?
Quiero reír. Quiero llorar. —Creo que significan que la

felicidad te espera. —Extiendo la mano, le aprieto la mano—.
Gracias.
Él aprieta también.
Killian gruñe bajo en su garganta, pero una vez más, no

protesta. Toma mi otra mano.
398
El nombre de Levi toca un acorde dentro de mí. —Mi TL,

antes de que me enviaran a Prynne, se llamaba Levi.
—Es el mismo, —dice Archer.
Bueno. Eso es bueno. No tenía idea de que Levi era un

general; nunca había anunciado su título, pero fue amable
conmigo.
¿Estás viviendo el sueño de tus padres... o el tuyo?
—¿Por qué elegiste abandonar Myriad cuando

alcanzaste la Era de la Responsabilidad? —Le pregunto a
Archer. Para mi beneficio, pero también por el de Killian. Sé
que está agonizando por eso—. Especialmente desde que tu
padre está allí... y el chico que una vez consideraste tu
hermano.
Killian no solo se pone rígido; se pone más rígido.
—Me estaba entrenando para ser un Obrero,

aprendiendo a ocupar un Caparazón y viajar a la Tierra de la
Cosecha. Un grupo de nosotros acompañó a nuestro
entrenador en una misión, no para firmar un alma, sino para
emboscar a un puñado de Troikanos. Hombres y mujeres que
ayudaban a los de Primera vida a plantar un jardín.
—Lo recuerdo —dice Killian, con voz tensa.
—Los matamos. —La voz de Archer se rompe—. Los

matamos, y una de las mujeres yacía moribunda, con una
hemorragia dentro de su caparazón, incapaz de abandonarla
porque la había inmovilizado con una flecha y ella me sonrió.
Sonrió, con sangre vital en sus dientes. Logró jadear, te
perdono. ¿Puedes imaginar? Me perdonó cuando de repente no
pude perdonarme a mí mismo. Yo fui el vencedor, que pronto
sería recompensado por mis obras, cuando debería haber sido
aborrecido y castigado. Sabía que no podía seguir así.
399
Pasos suenan fuera de mi puerta. Al unísono, nos

sentamos. Mi corazón palpita contra mis costillas mientras los
chicos desenvainan armas que no sabía que llevaban. O mi
padre se ha despertado... o mi potencial asesino está en
camino.
¡Crac!
Las bisagras del marco de la puerta salen volando en

fragmentos por todas direcciones. Tres hombres grandes y
fornidos que solo puedo suponer son caparazones se
apresuran dentro de la habitación, con las armas
desenfundadas.
—De rodillas, —grita uno de ellos—. Ahora.
Tanto Killian como Archer se ponen en pie de un salto,

bloqueándome desde la línea de fuego.
—Si quieres vivir, vete. —Killian cuadra sus hombros—.

Ahora.
No espera a que los hombres obedezcan y tampoco lo

hace Archer. Los dos martillean los gatillos de sus armas. No
hay explosión o pop, solo un suave zumbido como un dardo
incrustado en cada una de los caparazones.
Dardos... dardos...
Este, el Ciervo, dispara dardos que, cuando están

incrustados en un caparazón, atrapan el espíritu dentro y
desactivan la movilidad.
En un resplandor de luz, tres nuevos caparazones

aparecen en un lado de la habitación y tres más aparecen en
el otro. También están armados y estamos completamente
rodeados. Killian y Archer continúan disparando, pero no
pueden esquivar los dardos disparados sin convertirme en
objetivo.
400
Ambos reciben una ronda en el torso y caen de rodillas.
—Os mataré... por esto. —La voz de Killian es apenas

audible, pero escucho la amenaza en su tono.
—¡Deteneos! ¡Suficiente! —No queriendo que los chicos

estén aún más incapacitados, pongo mis manos en el aire y me
muevo frente a ellos.
—Ya la has oído. Basta. —Una mujer con un vestido rojo

ajustado y tacones asesinos entra en la habitación. Madame
Pearl Bennett.
Su expresión se suaviza cuando se encuentra con mi

mirada. —Hola, Ten. Te he echado de menos.
401
Capitulo Veinte
Haz tu mejor esfuerzo, no solo lo que es lo suficientemente bueno.
-Troika-
Pearl me envuelve en un abrazo que no tengo la

posibilidad de devolverle. Huele como recuerdo: una mezcla de
rosas y lilas. Cuando retrocede, me sonríe con cariño. —
¿Fuiste herida mientras los chicos fueron retenidos?
Hubo un tiempo en el que realmente me gustaba esta

mujer. Creo que incluso la amaba. Pero ella convenció a mi
padre para que me enviara a Prynne. Ella solicitó que se me
hicieran torturas inimaginables. ¿Y ahora quiere hablar como
si fuéramos amigas perdidas hace mucho tiempo?
Me quedo muda.
Ella se dirige a los caparazones. —Un Collarín para

Killian antes de que pueda causar más problemas.
—No te atrevas… —Killian se queda en silencio cuando

el Caparazón más cercano a él envuelve una banda brillante
alrededor de su cuello. Horror y rabia brillan en sus ojos.
402
—¡Detente! —Lo busco, desesperada por ayudarlo,

aunque no tengo ni idea de cómo ni de qué es el collar. Pero a
juzgar por su reacción, es malo. Muy malo.
—Mientras que un ser humano puede mandar a un

Obrero, no tienes autoridad sobre un Líder. —Pearl aprieta mi
muñeca, manteniéndome en su lugar con sorprendente
fuerza—. Sé que te has aficionado a Killian. Siempre lo
quisiste, pero ha sido un niño muy travieso y necesita ser
transportado a la perrera.
¿Perrera? ¿Y a qué se refiere ella, con que siempre le he

tenido cariño?
La respuesta se desliza en su lugar. Ashley. Ella piensa

que estoy fusionado con su hija.
—¡No te atrevas! —Los músculos en la cara y los

hombros de Killian se tensan mientras lucha por la libertad—
. No tienes derecho.
—Por favor, Pearl, —suplico, ahuecando mis manos—.

No le hagas daño. —Nunca le supliqué a Vans nada, pero
nunca había tenido nada que valiera la pena pedir.
—No lo haré. Si firmas con Myriad aquí mismo, ahora

mismo.
Mi mirada se dirige a Killian. Él ya sabe mi respuesta.

Su cabeza se inclina con la derrota.
—Yo... yo... no puedo. Lo siento tanto, Killian. —Tiene

que haber una mejor manera. Ceder a la manipulación del mal
ahora significa ceder más tarde.
—Lo siento, también. —Asiente con la cabeza a uno de

los caparazones.
403
Escribe en su muñeca, una luz azul brillando

intensamente. Luego coloca una mano sobre el hombro de
Killian. La cabeza de Killian se levanta y nuestras miradas se
cruzan por una fracción de segundo. Veo arrepentimiento,
tristeza y desafío. Yo lo siento, también.
Hay tanto que quiero decirle. Te considero mi familia.

Estoy agradecida por todo lo que has hecho por mí. Estábamos
aprendiendo el uno del otro, ¿no? Voy a ir a por ti.
Una explosión de luz nos golpea a los dos. Entre un

parpadeo y el siguiente, se ha ido y silbo con una combinación
de furia y preocupación.
—Ahora. Es hora de tratar contigo. El hijo pródigo, —

Pearl le dice a Archer—. El hecho de que admiro a tu padre es
la única razón por la que sobrevivirás este día.
—No lo lastimes. Por favor. —Le rogaré por él también.

Mis chicos.
Ella acaricia mi mejilla. —Escuché que tienes previsto

asistir a un intercambio. —Hace un gesto hacia una de los
caparazones—. Envíalo a casa para que finalmente pueda
recibirlo.
Mientras aprieta una pistola entre los ojos de Archer, él

dice: —Te quiero, Ten. Tú eres mi hermana del alma.
—No hagas esto, Pearl. Dijiste que viviría —grito, pero el

gatillo está apretado. ¡Pop! Archer estalla en cenizas.
—Liberamos su espíritu del Caparazón, —Pearl me

asegura—. Eso es todo.
La vía de escape. Vale.
Ella toma mi mano y me lleva a través de la casa.

Pasamos junto a mi padre, que está de pie junto a la puerta
404
principal. No me mira y aunque este hombre intentó matarme,

dos veces, su completo desprecio me vuelve a herir.
Una limusina está estacionada en el camino de entrada.

Un hombre con un traje nos está esperando. Abre la puerta de
atrás y me ayuda a entrar, y Pearl se desliza detrás de mí.
—Vamos a ir a un spa, como solíamos hacer cuando eras

una niña pequeña. ¿Recuerdas?
El spa. El día que mi madre y mi hermano murieron. El

día que colocó a Killian en una situación infernal. El día que
envió a Archer a enfrentar el juicio.
—Te odio. —le gruño.
Ella se estremece, como herida. —No me hablarás de esa

manera. ¿Lo entiendes? Soy tu superior Ten. —dice, su voz se
suaviza—. Soy tu madre.
—Mi madre está muerta. —Las palabras me dejan, y me

quedo quieta. Un pensamiento terrible me golpea y no puedo
escapar de eso— ¿La mataste? ¿Mataste a mi hermano?
Su mirada me implora escuchar, comprender —Yo soy

tú madre. Estás fusionada con mi Ashley. Lo sé. El momento
fue perfecto, una señal. Y brillabas tanto como solo los
generales…
—No soy solo un general. Soy un Abrógate —O más bien,

un conducto. El automóvil avanza, gira y gira a lo largo de las
carreteras—. Ocho generales Myriadian murieron el mismo día
que Ashley.
—Sí, pero todos los generales son… —Se detiene, se

aclara la garganta.
—Todos los generales son... ¿qué?
—No importa.
405
Oh, eso importa. La aprehensión irradia de ella, como si

revelara un secreto por el que debería haber muerto por
protegerse.
—Todo lo que necesitas saber es que eres mi Ashley. —

Mira al frente—. Y esa... esa mujer planeó sacarte de Prynne
para mantenerte alejada de mí para siempre. —El tono de
disgusto y enojo gotea—. Sí, la envenené. Algo que un día me
agradecerás. Tu hermano fue simplemente una desafortunada
víctima.
Respiro a través de mi ira. Sé lo que sucede cuando la

emoción tira de mis hilos. Caos. Destrucción. Lo cual es
innecesario. Como todo lo demás, la ira es temporal,
cambiante. Y si dejo que me controle, le permito tomar mis
decisiones por mí. En ese caso, podría ser tomado por Ashley
o por cualquier otra persona.
Pero no puedo simplemente sentarme aquí.
—Me recuerdas a mi padre. No ves el daño en lo que has

hecho. Permítame remediar eso. —Sin más advertencia que
esa, tiro el cable de mi brazalete y salto sobre su regazo. Con
algunas vueltas de mi brazo, tengo el cable alrededor de su
cuello, gracias, Killian.
Tironeo de mi brazo tan fuerte como puedo, cortando su

yugular. —Esto es todo lo que tu supuesto amor te dará.
Resistencia.
Estoy a punto de soltarla, mi punto hecho, cuando las

cuencas de sus ojos se despejan y el Caparazón se queda
quieto.
El automóvil se detiene abruptamente unos segundos

después y la puerta se abre. Una ceñuda Pearl se inclina y me
dispara con un dardo. A medida que los pulsos eléctricos
atraviesan mi cuerpo, haciendo que mis músculos se espacien,
406
dispara al inútil Caparazón, convirtiéndolo en ceniza, luego se

desliza en el asiento, me quita ambas pulseras y las arroja por
la ventana. Ella me busca otras armas, no encuentra ninguna
y se relaja en su asiento.
Los pulsos disminuyen en el momento en que ella saca

el dardo de mi cuello y me relajo.
—No quiero matarte, —dice—. Pero lo haré si debo

hacerlo. Tú y Ashley terminaréis en Muchos Fines, pero un día
regresarás a la Tierra de la Cosecha. Puedo encontrarte de
nuevo.
—¿Cómo? —Por lo que sé, una vez que un espíritu se

pierde en muchos fines, se pierde para siempre.
—Buscaré señales.
—¿Y las señales nunca están equivocadas?
Un ligero temblor la recorre antes de encogerse de

hombros.
Mi cabeza se inclina hacia un lado. —¿Tienes familia en

Troika?
—Sí.
—¿Estás en guerra con ellos?
—Lo hago —repite ella—. Los Troikans quieren destruir

todo lo que aprecio. Me miran a la cara y solo ven a un pagano
que han considerado indigno de su preciosa luz. Como si fuera
inferior.
—Hay algunos que desprecian la animosidad entre los

reinos. —Archer y Deacon defienden su hogar, pero también
aman a su enemigo. He visto destellos.
407
—¿Los defiendes? —Sus ojos se cierran sobre mí—. Si

continúas rechazando a Myriad, me veré obligada a matarte yo
misma. Y luego mataré a Killian. —Arquea una ceja, de repente
presumida—. Te preocupas por él. Justo como lo planeó.
Está tratando nuevamente de manipularme. Para

volverme contra el chico que he llegado a admirar. —No dejaré
que lo lastimes. De hecho, tienes tres segundos para soltarlo
de la perrera y del collar antes de que firme con Troika. Uno…
Sus ojos se estrechan. —No puedes...
—Dos...
Tiene que elegir. O busca una daga y termina conmigo

ahora, o cumple. No mentí. Voy a firmar con su enemigo.
—Será liberado, —se apresura.
—Ahora. Hoy.
Su asentimiento es forzado.
Caemos en el silencio y debería sentirme triunfante. En

realidad, estoy triste.
Miro por la ventana, tratando de descubrir hacia dónde

vamos. Conozco el área. Designado para los Myridians ricos y
estúpidos. Mi madre compra – compraba - en estas tiendas.
La limusina se detiene frente a un spa, como prometió.

No digo nada cuando me introducen en el calor del día. La
acera brilla como si estuviera hecha de cemento pintado de
mármol y las palmeras se balancean en una suave brisa con
aroma floral. Con altas columnas blancas y una escalera
reluciente que conduce a un amplio conjunto de puertas con
arcos, el edificio podría pasar por un castillo.
Pearl se queda a mi lado cuando entramos. Varios

miembros del personal dan un paso al frente, sonriendo
408
amistosos y ofreciendo una bebida de mi elección, desde

champán hasta whisky envejecido. Renuncio. Debo mantener
la cabeza despejada.
Ningún otro cliente ocupa el lobby. Adivino que Pearl

alquiló todo el lugar.
Hay una cascada escalonada como la que vi en Myriad,

con una sirena en la parte superior. Hay áreas de descanso
dispersas por todo con sofás de cuero y sillas de felpa. La
cabina del conserje está enmarcada por dos esculturas
descomunales, una de una mujer con una cola de dragón
envuelta alrededor de ella para ocultar sus pechos y el espacio
entre sus piernas, la otra de un hombre musculoso que
sostiene un globo terráqueo del mundo. Las paredes están
pintadas de un precioso tono dorado y el aire huele a lavanda
y lila.
—No pienses, —dice Pearl—. Solo disfruta.
Hasta que vea a Killian, tendré que seguirle la corriente,

así que asiento. Las chicas que me ofrecieron una bebida me
llevan a una habitación privada en la parte de atrás, con dos
mesas de masaje acolchadas, dos bañeras llenas de agua
humeante. Killian estaría encantado si estuviera aquí. La
música suave se reproduce en el fondo.
Tanto Pearl como yo somos desnudadas. Odio estar

desarmada y rodeada de extraños, pero mantengo la boca
cerrada. Odio que Pearl cambie de opinión sobre esperar y
atacarme en cualquier momento. Permanezco en alerta
máxima mientras soy bañada, encerada, engrasada y
masajeada. Y de alguna manera, es bueno. Después de correr
todo lo que he hecho, tantos accidentes como he sufrido, estoy
dolorida.
409
Pearl me mira expectante. Creo que cree que la

avalancha de recuerdos de Ashley me inundará, abriré mis
brazos y gritaré: —¡Mamá!
Lo siento. Nunca va a pasar.
Mis uñas están pintadas de rosa chicle. Mi cabello está

recortado y rizado, los lados hacia atrás. Maquillaje se aplica
en mi cara. Me dan un hermoso vestido de estilo griego, blanco
con pliegues que comienzan justo debajo de mis pechos y caen
al suelo. Las correas de espagueti revelan mi piel pálida desde
el cuello hasta los dedos.
—Tu favorito, —dice Pearl detrás de mí—. Mira.
De hecho, me giro frente al espejo de cuerpo entero y

jadeo.
—Eres impresionante. —Ella retuerce los dedos—. He

organizado una fiesta en tu honor. Del tipo que solías amar.
No estoy de humor para celebrar mi grandeza, pero no

ofrezco ninguna protesta cuando volvemos a la limusina.
Viajamos por los mismos caminos, volviendo por donde
vinimos, ¿vamos a ir a mi casa? ¿Dónde murieron mi madre y
mi hermano?
Oh sí. Lo hacemos.
Mantente fuerte.
Mientras la limusina estaciona en el camino de entrada,

miró fijamente a Pearl. —Ahora solo estás siendo
innecesariamente cruel. —Antes de que ella pueda negarlo,
exijo— ¿Sigue mi padre aquí?
—No. Lo he movido.
Eso es algo a mi favor, al menos. —¿Y Killian?
410
—Está adentro, esperándote —Ella me sonríe—. Tal vez

verás a alguien que extrañaste un poco más...
¿Qué está planeando ahora?
La respuesta se presenta cuando salgo del vehículo y

subo los escalones del porche. La puerta de entrada se abre y
James entra al porche. El hermoso James, que debe haber
estado esperándome. James, quien me protegió de Vans,
trayéndome comida extra y haciendo planes para escapar
conmigo.
James, que me mintió todos los días de nuestra relación.
Es alto, pero no tan alto como Killian, con cabello rubio

oscuro y grandes ojos marrones. Su traje negro como la noche
abraza cariñosamente su musculoso cuerpo, el color oscuro
hace que los azules y los verdes de su corbata destaquen. Azul
y verde, como mis ojos. Un gesto romántico? Vomito. Él es
anti-romántico.
Sonríe, como si estuviera feliz de verme.
—Estaba demasiado apegado a ti —dice Pearl, viniendo

a mi lado—. Así que lo saqué de tu caso.
¡Mentirosa! Él no se encariñó conmigo. No pudo hacer

su trabajo. —Mi error, —agrega.
—¿Qué te hace pensar que lo quiero? —Levanto el

dobladillo de mi vestido y escalo los escalones del porche.
—Tenley —James extiende su mano, esperando que yo

la acepte, probablemente se derrita—. Te he echado de menos.
—Su sonrisa comienza a desvanecerse mientras continúo
mirándolo fijamente—. Odié dejarte, pero no tenía otra opción.
411
—¿De Verdad? Dime. ¿Cómo se ven mis tetas en este

vestido? —Mientras me mira, le digo—. Disculpa. —Y paso por
su lado. Entro al vestíbulo.
La gente está en todas partes, pero hay suficiente

espacio libre para maniobrar en la sala de estar. La risa
abunda y los perfumes chocan. Arrugo la nariz mientras
exploro el mar de caras, buscando a Killian.
James se acerca a mi lado, me coge del brazo. —Ten, por

favor. Tienes que escucharme.
A ella le gustan grandes.
Salgo de su agarre. —No tengo que hacer nada.
—Sí, eras una tarea. Primero. Pero me enamoré de ti y...
—Nunca me amaste. Si lo hubieras hecho, me hubieras

dicho la verdad.
La irritación se enciende en sus ojos. Irritación que

rápidamente enmascara con un falso dolor. —Si te hubiera
dicho la verdad, te hubiera perdido.
—Me perdiste de todos modos. —Adoraba a este chico,

pero solo era un espejismo de él. Los suspiros femeninos
llaman mi atención hacia las escaleras. Killian se encuentra en
la parte superior.
Es hermoso. Nuestras miradas se encuentran, y oh, la

sangre en mis venas se calienta, chisporrotea y me derrite.
Está aquí. Está ileso.
Lentamente desciende por la escalera, cada mujer que

pasa detiene todo lo que hace para mirarlo. Algunas incluso
intentan llamar su atención. Algunas se acercan para tocarlo,
pero él se enfoca solo en mí.
—¿Él? —James gruñe hacia mí— ¿Lo quieres?
412
Me había olvidado de que estaba de pie a mi lado. Salgo

de su abrazo una vez más, mi corazón late, palpita, palpita. Al
igual que James, Killian lleva un traje: negro, a rayas y
perfectamente adaptado a su caparazón. Cuando está justo
frente a mí, su mirada acalorada me recorre y me hace
estremecer.
—Estás... —Su mirada lentamente vuelve a subir—. No

hay palabras lo suficientemente buenas.
—Gracias. —Aliso mi mano por los lados de mi vestido.

Decido no decirle sobre la amenaza de Pearl. No lo pondré en
una posición por la que tenga que luchar en mi nombre y tal
vez sea devuelto a la perrera—. Y tu... wow. Solo tres palabras
son lo suficientemente buenas. Delicioso hombre-comestible.
La calidez de su risa acaricia mi piel. —Ese es mi

cumplido favorito.
James hincha su pecho. —Killian.
Su diversión se desvanece al encontrarse con la mirada

del chico. —Vas a querer irte. Ahora.
James chisporrotea. Killian mueve su cabeza, eso es

todo, y James retrocede unos metros.
Una chica que nunca conocí se acerca y rodea con un

brazo la cintura de Killian.
Se pone rígido y la despide pero a ella no parece

importarle la reacción negativa, volviendo a apoyar su cabeza
en el hueco de su hombro.
Ella me mira. —¿Es ella tu sabor de la semana? Bueno,

lo apruebo. Esos ojos desiguales son sorprendentes, ¿verdad?
Él envuelve un brazo alrededor de mi cintura. —

Disculpa. —Mientras ella mira con asombro, él me aleja.
413
—¿Otra conquista tuya? —Pregunto.
—No hay ningún lugar en el mundo donde puedas ir y

no encuentres una. Te dije que era muy bueno en mi trabajo,
y lo dije en serio. Pero…
Estoy tambaleándome al borde de la anticipación

mientras espero sus palabras —¿Pero?
—No solo eres un trabajo —. Se detiene para ahuecar mi

mandíbula, mirar profundamente, profundamente en mis ojos.
—No me gustó que me separaran de ti hoy.
Mis rodillas se ponen peligrosamente débiles. —Podría

admitir que no me gustó que me separaran de ti.
Él me da la sonrisa lenta y malvada que primero dio a

conocer en el manicomio. —¿Podrías o no?
—Sí. —Me apoyo en él, lo respiro. Nunca obtendré

suficiente de su olor.
James se acerca de nuevo y se aclara la garganta.

¿Siempre fue tan molesto?
Sin apartar la mirada de mí, Killian lo agarra por la

corbata y lo sacude. —Vete. Lejos.
James le da una palmada en la mano como a una perra,

pero no sirve. —Tengo un regalo para ti, Ten.
—Tenley, —digo bruscamente—. Y puedes meterte tu

regalo…
Una sonriente Sloan se asoma por encima del hombro.

—En realidad, creo que querrás quedarte con este.
414
Capitulo Veintiuno
No hay una línea que no crucemos para hacer el trabajo.
-Myriad-
Empujo a James fuera del camino y echo mis brazos

alrededor de Sloan, tan feliz de verla que podría llorar. ¿A quién
estoy engañando? Estoy llorando.
—Gracias por arruinar mi maquillaje, —le digo.
—En cualquier momento. —Con una sonrisa, ella se

detiene y se gira. —Dime que nunca has visto algo más glorioso
y que lo dices en serio o te odiaré por siempre.
—Nunca he visto algo más laborioso. Ahí. ¿Lo he dicho

correctamente?
Ella me empuja pero todavía está sonriendo. Un vestido

escarlata adorna su cuerpo hasta las rodillas, donde el
material se enciende y revolotea con cada movimiento que
hace. Su pelo rubio está barrido a un lado de su nuca en un
elegante nudo de trenzas.
Agita un dedo desde la parte superior de mi cabeza hasta

el final de mis talones. —Incluso con la máscara de ojos corrida
415
eres un tamal caliente. Si me gustaran las chicas, le daría una

carrera a Killian por su dinero.
Yo resoplo. —Acabas de ganar un pedacito de mi

corazón.
—Como si no tuviera ya un cien por ciento.
—Me encantaría tener la oportunidad de... —comienza

James.
Killian lo golpea en la garganta, causando que la caja de

la voz del Caparazón colapse. De repente, todo lo que James
puede hacer es abrir y cerrar los labios, sin que surja ningún
sonido.
Palpo la mejilla de Killian. —Mi noche mejoró. Gracias.
Sonriendo ahora, se inclina para besar mi oreja. Susurra

—Quiero que elijas a Myriad, pero quiero que quieras elegir el
reino. No voy a presionarte y te lo demostraré. — Pasa sus
dedos a lo largo de mi brazo, causando que se ponga piel de
gallina. —Lleva a Sloan a tu habitación.
¿Qué? —No. No quiero dejarte, —le susurro.
—Voy a mantener a Pearl ocupada. Hay algo que debes

ver. —Me besa la mejilla y levanta la cabeza.
Mi corazón golpea contra mis costillas. ¿Necesito ver algo

bueno o algo malo?
—Ugh. Ya basta de basura amorosa, —dice Sloan.
Fuerzo una sonrisa mientras la miro. —¿Por qué no

vamos a mi habitación y nos alejamos de todo este ruido?
Podemos ponernos al día.
—Nutter, esa es la mejor oferta que he tenido en todo el

día. ¡Lo que está diciendo algo! —Ella enlaza su brazo con el
416
mío y agrega—. Ese tipo de allí quería y cito, enseñarme el

significado del éxtasis.
—Qué afortunada. —digo secamente. Me encuentro con

la mirada de Killian, silenciosamente diciéndole, quédate
cerca.
Su mirada dice: Nada me mantendrá alejado.
Vale. Es hora de concentrarse y descubrir lo que él

quiere que vea arriba. Llevo a Sloan fuera y le digo —¿Has
firmado con Myriad? —¿Por qué Pearl permitiría que viniera?
—No, señora. Cuando nos separamos, fuimos por la con

Deacon, pensando que lo primero que iba a hacer era destruir
a mi familia de una vez por todas.
—Correcto.
Ella se pone tensa y agrega: —Estaban tan arruinados

que no podían pagar mi estancia en Prynne, así que... hicieron
un trato con Vans. Mientras él me convencía de que me casara
con el hombre que ellos me habían elegido, podía tenerme en
cualquier momento que quisiera, siempre y cuando no me
dejara embarazada. Seguí pensando que mi futuro novio se
cansaría de esperarme y se casaría con otra persona, y así yo
sería finalmente liberada, pero nunca lo hizo.
Mi mano revolotea sobre mi corazón. —Oh, Sloan. Lo

siento. —Las palabras no son lo suficientemente buenas.
—Supongo que valgo la pena esperar, —dice, cada

palabra lo suficientemente aguda como para cortar.
—No tenía ni idea de por lo que estabas pasando. —Y

solo le había añadido problemas.
Cuando llegamos a la parte superior de las escaleras

dice —Nadie lo sabía, no de la manera en que yo quería. Lo
417
odiaba, odiaba las veces que él... me visitaba, y no creo que

hubiera podido vivir con la humillación si todos supieran lo
que estaba sucediendo.
—Lo siento. —digo de nuevo. Que existencia más

horrible
Agita las manos con un movimiento. —De todos modos,

despedí a mi ML Elena por su problema de actitud.
—¿Quieres decir que la despediste porque ella no hizo

todo lo que exigiste al segundo que se lo pediste?
—Exactamente. Me encanta que me conozcas tan bien

—Me mira—. De todas formas. Mi caso fue entregado a James.
Fue invitado aquí y me pidió que me uniera a él. Decidí que
destruir a mi familia podría esperar uno o dos días más para
poder ver a mi amiga.
Una amiga. Tengo otro amigo, una que hice por mi

cuenta. Una humana que comprende mi situación.
Hay una multitud de gente dando vueltas en el segundo

nivel, así que tenemos que abrirnos paso a empujones. Alguien
nos saluda. Otros sonríen. Solo seguimos caminando. Cuando
una pareja sale borracha de la habitación de mi madre, tengo
que tragarme una maldición... pero no puedo tragarme la
siguiente.
—De ninguna manera. Esto no está pasando. —Doy

unos pasos hacia delante… calma, calma, calma… y apenas
logro contenerme para no masticar sus caras—. Nadie entra en
esa habitación nunca. ¡Nunca! ¿Lo entendéis?
Sloan me agarra de los hombros y me tira hacia atrás.

—Los ataques de mal genio pueden esperar.
—Lo digo en serio. —Escaneo el resto de las caras a mi

alrededor—. Nadie entra en esa habitación.
418
La gente baja corriendo las escaleras. ¡Buen viaje!
Un guardia está apostado en la puerta de mi habitación.

Un tipo grande y fornido con mala cara. Pero abre la puerta
como si me conociera. Como si hubiera estado esperándome.
Sonrío y lo soporto. Por ahora. —Nadie va a las otras

habitaciones.
Él asiente. —Sus órdenes son deseos para mí.
Me gusta su disposición para complacer, pero también

lo odio. No soy quien él cree que soy.
Una vez dentro del dormitorio, cierro la puerta con una

patada dura y Sloan enciende la luz.
—Tómate un respiro, —dice ella— y cálmate.
Mis tacones tintinean contra el piso de madera mientras

camino hacia la cama. Me dejo caer al borde y suspiro. La
última vez que estuve aquí, Archer y Killian me acurrucaron.
Quiero estar acurrucada de nuevo.
—No tomes esto por el camino equivocado, pero... este

lugar es un poco estéril —dice Sloan con los labios fruncidos
por el disgusto.
—Un decorador lo seleccionó todo y se esperaba que lo

mantuviera limpio. —Una habitación debería ser un santuario,
pero la mía se convirtió en una jaula dorada a lo largo de los
años.
Hay una botella de champagne enfriándose en un cubo

de hielo. ¿Lo que Killian quería que yo viera?
Hago estallar el corcho de la botella y vierto el contenido

en la alfombra blanca al final de la cama. La última vez que
bebí alcohol, me volví estúpida. Bueno, más estúpida.
419
Sloan se ríe. —Ensucias las alfombras mientras yo

planeo incendiar una casa entera. ¿Cómo nos gustamos la una
a la otra?
Le sonrío. —Tal vez no deberíamos cavar demasiado

profundo.
—Eso es verdad. —Suspira, la diversión la deja sin

aliento—. Bueno entonces. Vayamos al grano. Necesito tu
consejo.
¿Por qué Killian me envió lejos? —Dispara.
—Bueno, me arrojé un poco a Deacon, y él me rechazó o

algo así.
—¿Algo así?
—Me dijo que nunca saldría con nadie fuera de su reino,

y que nadie en su reino haría lo que estoy planeando, la
quemazón, en caso de que necesite un recordatorio, así que lo
despedí. Luego apareció James y pensé, por muy malvado que
sea, tal vez haga que Deacon se ponga celoso y, ya sabes,
espolear al chico para que se ponga en movimiento. Y lo sé, lo
sé. Soy inmadura. Lo que sea.
—No escucho una pregunta.
—Bueno, ya sabes lo ansiosa que estoy de evitar Muchos

Finales.
—Lo hago. Y al haber estado allí dos veces, oficialmente

puedo darle al reino una calificación de una estrella.
—¡Qué! ¿Moriste? ¿Dos veces? ¿Por qué acabo de

enterarme de esto? —Ella se acerca y me da una palmada en
el brazo— ¿Cómo fue?
420
—Bueno, si tu peor pesadilla y la peste negra tuvieran

un bebé y ese bebé creciera para casarse con el hombre del
saco, y tuvieron un bebé, ese bebé sería muchos fines.
—Wow —Se deja caer a mi lado— ¿Quieres saber qué es

triste? Eso es solo un poco peor de lo que imaginaba.
—¿Qué estás esperando? —Pregunté— ¿Por qué no has

firmado?
Ella se mordisquea el labio inferior. —Myriad y Troika se

niegan a darme lo que realmente quiero.
—¿Qué es?
—El espíritu de Vans. Lo odio más de lo que amo a todo

lo demás.
En ese momento, ella me recuerda a un cable listo para

golpear a la primera persona lo suficientemente tonta como
para tocarla. —Troika no juega de esa manera y Myriad dice
que no pueden llegar a él, que murió como un Sin Firmar y
terminó en Muchos Fines —Puedo escuchar el odio en su voz;
es tan grueso que creo que debe estar asfixiándola. —Mi única
y verdadera opción es ir a Muchos Fines por mí misma.
No. No quiero eso para ella. —Aferrarse al pasado evita

que te agarres a un futuro mejor.
—No me importa. No sabes las cosas que hizo...
Extiendo la mano y cojo la suya. Sus temblores vibran

en mí.
Un golpe suena en la ventana. Comparto un ceño

fruncido con Sloan antes de caminar para investigar. Nada
parece fuera de lo común y, sin embargo, hay otro toque. Abro
el panel y me inclino.
421
Un chico que nunca he conocido está colgando del

borde, con los nudillos blancos en la cornisa.
—¿Quién eres? —Exijo.
Se encuentra con mi mirada y sonríe. —¿A que no lo

adivinas?
Tienes que estar bromeando. Los ojos de Deacon. —

¿Qué estás haciendo ahí fuera? Entra, entra.
—No importa si lo hago. —Patea una pierna por encima

de la repisa y se levanta el resto del camino. Arranca el
dispositivo que Killian unió al panel antes de cerrar la
ventana—. Intenté entrar primero como espíritu. Como puedes
adivinar, no funcionó.
Miro afuera. Hay hombres armados patrullando el patio

trasero y probablemente toda la propiedad. Para mantener a
los Troikans lejos de la fiesta, ¿o a mí dentro? Aparto las
cortinas blancas con un movimiento de mis muñecas.
—¿Quién demonios es… —Sloan contuvo el aliento—

¿Deacon?
—El único —Él muestra sus bíceps— ¿Qué piensas del

nuevo Caparazón?
—Es... raro. —Es calvo y ahora que tengo una vista

completa de él, me doy cuenta de que está mayormente
desnudo, su piel casi translúcida, lo que hace que se mezcle
con su entorno. Su basura está envuelta con un taparrabos,
haciéndolo lucir como...— ¡Esto es increíble! Eres un muñeco
Ken—. Me río.
—No lo soy. —Me mira—. Y deja de mirar mi paquete,

pervertida.
422
—¿Son todos los caparazones tan anatómicamente

incorrectos? —Pregunta Sloan, y está mirando fijamente su
paquete más que yo— ¿O es este el verdadero tú? ¿Deberíamos
llamarte Microman?
—Solo los caparazones de camuflaje son así, muchas

gracias. —Se pone realmente serio muy rápido—. Una vez al
mes hay una ceremonia para aquellos en Troika que merecen
un castigo. La ceremonia está por comenzar y me gustaría que
la veas.
Esto. Esto es por lo que Killian me envió aquí. Archer

está a punto de experimentar el intercambio. Quería que lo
viera, que le diera la espalda a Troika de una vez por todas.
Pero... eso no explica por qué Deacon quiere que lo vea.
—No te entiendo, —le digo— ¿Cuál es tu motivo para

mostrarme esto?
—Una vez expresaste curiosidad sobre el intercambio.

Ahora puedes verlo por ti misma. —Él se acerca hacia la cama
y se estira en el centro, y wow, es difícil rastrearlo; Lo controlo
solo porque su carne iridiscente se ondula como las olas en un
océano—. Ven. —dice.
Sloan extiende la mano y aprieta mi mano antes de

tomar el lugar a la izquierda de Deacon. Mis rodillas tiemblan
cuando cierro la distancia y me tiendo a su derecha. Teclea la
luz proyectada desde su mano y, al igual que cuando Killian
me dio un recorrido por Myriad, aparece una imagen en el
dosel sobre la cama. Una imagen que comienza a expandirse
hasta que toda la cama está rodeada por el jardín más
impresionante que jamás haya visto. Hay vides colgantes de
glicinas, madreselva y hiedra. Los árboles frutales están en
plena floración, ramas llenas de melocotones, naranjas y
limones.
423
—Por lo general, podemos usar cámaras para guiarte,

pero las cámaras están prohibidas en esta parte del reino.
Estoy vinculado a una amiga, —dice Deacon—. Estás viendo
Troika a través de sus ojos.
—¿Ella? —Sloan mueve una mano, como si no le

importara—. Claro. Vosotros os casáis y tenéis un millón de
bebés.
La amiga camina claramente, llevándonos más y más

profundo hacia el jardín.
Pasamos un arco, un parche de fresas silvestres y

moras, y navegamos por un laberinto de flores silvestres.
Alguien viene a nuestro lado, una chica de rostro sombrío con
pecas en la nariz y rizos rojos como los del fuego.
—No quiero llegar tarde, —dice ella—. Date prisa.
Despejamos el jardín y llegamos a un mar de personas.

Nadie parece tener más de treinta y cinco años. No hay un pelo
gris o arrugas a la vista.
—Son tan hermosos, —dice Sloan.
—Sí. Solo el cuerpo humano se descompone, —responde

Deacon.
—¿Por qué todos llevan bata? —En Myriad, la gente

usaba ropa de lo que supongo que era la era de su Primera
Vida. Pero aquí, casi todos están envueltos en una túnica
violeta con detalles dorados, elaborados y ornamentados,
absolutamente deslumbrantes. Los que no están en violeta
están cubiertos de rojo. Cuento uno, dos, tres... seis.
Definitivamente una minoría.
—Túnicas ceremoniales, —dice Deacon.
424
Más adelante hay un estrado y detrás del estrado un

palacio, las paredes resplandecientes como diamantes, los
adornos… alucinantes. Zafiros, rubíes, esmeraldas, topacios,
berilo, ónice y jaspe, cada uno puro e impecable. Tres personas
salen del palacio para detenerse en el centro del estrado.
También están vestidos con túnicas, pero a diferencia de los
demás, también usan coronas.
Un hombre alto y fuerte consume el medio. No puedo

distinguir sus rasgos.
Hay una luz detrás de él, un arco iris, como si lo llevara

sobre su espalda, como un arco y una flecha, y brilla tanto que
está parcialmente oscurecido.
El poder irradia de él. Tanto que puedo sentirlo a través

de la conexión que Deacon tiene con la chica. Hace que mi
sangre se hierva y mi piel se siente como si un relámpago
zumbara sobre la superficie.
—Mirad. El Primer Rey, —dice Deacon, su tono

reverente—. Creador de los reinos. Padre de Reyes.
A su izquierda hay una mujer con largo cabello trenzado

del color de la nieve recién caída. Sus rasgos son más
evidentes, pero casi me gustaría que no lo fueran. Su belleza
es abrumadora, abrumadora, y cuando la miro, estoy tentada
de acercarme más para tocarla.
Mira hacia otro lado, mira hacia otro lado. La tercera

persona, un hombre, es más joven que el Primer Rey. Sus
rasgos son más claros que los otros, pero le falta su belleza. De
hecho, él es casi simple. Pero sus ojos... oh, sus ojos. Son
llamativos, tan azules como el cielo de la mañana y cuando se
encuentra con mi mirada…Jadeo. Me está mirando
directamente, como si supiera que estoy mirando. Me sonríe
como bienvenida.
425
—El rey de Troika es el hijo primogénito del primer rey,

conocido aquí como el segundo rey, —dice Deacon con el
mismo tono reverente—. La mujer es la futura novia del
segundo rey.
El primer rey, el segundo rey y la prometida del segundo

rey. Troika, que significa tres. Los números siempre cuentan
una historia.
A pesar de las masas, no se oye una sola palabra. No se

escucha un susurro hasta que el segundo rey avanza. Hay
marcas en sus manos. Marcas que son más grandes que
cualquiera que he visto, profundas.
—Mi gente... mi corazón. Para que la justicia sirva a

todos por igual, siempre y para siempre, nunca puede haber
una excepción a la ley —Su voz es un trueno y cada palabra
hace que todas las células de mi cuerpo se quemen—. Si se
comete un crimen, un crimen debe ser castigado. —La voz del
segundo rey estalla, barriendo sobre la multitud, fuerte y
seguro—. Por cada palabra, cada acción, hay una opción.
Correcto e incorrecto. Vida y muerte. Bendición y maldición.
Hice mi elección hace mucho tiempo: mantener la ley intacta.
¿Quiénes de vosotros la ha transgredido?
La multitud se divide en filas de cuatro. Uno por uno,

hombres y mujeres se mueven al fondo del estrado. Escaneo...
¡allí! Archer ha tomado su lugar entre los que están en el
estrado, y entonces me doy cuenta de que los que están siendo
castigados son los que van de rojo. Sus cabezas están
inclinadas, sus manos unidas detrás de sus espaldas.
Cuento las túnicas rojas, treinta y tres en total y mi

estómago da otro giro.
Treinta y tres, el equivalente numérico de la palabra. —

Amén—. 1 + 13 + 5 + 14 = 33. Una columna vertebral humana
normal tiene treinta y tres vértebras cuando los huesos que
426
forman el cóccix se cuentan individualmente. El número

atómico del arsénico.
Un momento pasa. Nada sucede y nadie habla.
Luego, uno a uno, la gente con túnica roja comienza a

arrodillarse. Algunos gritan de dolor. Otros tiemblan. Todos
mantienen sus cabezas inclinadas.
—¿Qué está pasando? —Pregunto en un susurro.
—Están experimentando el dolor que experimentaron

aquellos a quienes dañaron.
El intercambio. De repente tengo la respuesta que tanto

deseaba. Archer está experimentando la muerte de Clay. En su
mente, él está colgando del tronco de un árbol, la nieve
golpeándole en la cara. Él me está esperando... está cayendo...
está estallando como un melón.
Mi pecho comienza a doler.
—A través de esto, aprendemos cómo nuestras acciones

afectan a los demás, —dice Deacon.
Odio la idea de experimentar algo como esto, de conocer

de primera mano el dolor que causé a alguien más. Pero... en
cierto modo, la experiencia es un regalo. El conocimiento es
poder. Y aquí... aquí es donde nace la compasión.
Cuando termina, los que están con túnica roja se

levantan. La familia real se une a ellos y habla en voz baja a
cada uno. Las manos están juntas. Abrazos son dados.
Las túnicas rojas regresan a la multitud, sus cabezas

aún inclinadas. Archer, sin embargo, se abre camino hacia la
amiga de Deacon y se encuentra con la mirada de la chica, se
encuentra con mi mirada. Su expresión proyecta tormento y
tristeza.
427
Esta es la primera vez que lo veo sin el Caparazón y noto

poca diferencia. El tono de su piel es más bronceado. Las
puntas de su cabello son como oro fundido. Sus pestañas son
más largas, su mandíbula un poco más cuadrada. Es
realmente muy hermoso.
Se dan la mano y de repente la visión cambia. Estoy

mirando a la amiga en lugar de a Archer. Una chica idéntica a
la pelirroja que conocimos antes.
—Gracias, —dice Archer.
Ella se pone de puntillas para besarle la mejilla. —Si me

necesitas, todo lo que tienes que hacer es llamarme.
Los dos se separan. Archer nos lleva de vuelta al jardín,

su paso rápido. El dolor no debe permanecer después del
intercambio. No dolor físico, de todos modos. Cuando despeja
el otro lado, aparece un vecindario, las casas un batiburrillo
de diseños; se ven como si pertenecieran a diferentes partes
del mundo. Una plantación del sur está al lado de un pueblo
español, que está al lado de una casa de campo inglesa.
Esperar frente a la plantación es... —¡Clay! —exclamo.
Le sonríe a Archer y se ve bien. Su cabello oscuro es un

desastre, sus ojos brillantes. Viste una camiseta blanca que se
ajusta a sus bíceps, que en realidad se ven más grandes.
Alguien ha estado trabajando como un demonio.
—Me pediste que estuviera aquí, —dice Clay—. Bueno,

aquí estoy.
Archer lo atrapa en un abrazo. —Lo siento. Lamento

mucho haber puesto una pelea antes que tu seguridad, que no
estuve allí para salvar tu vida.
Lágrimas llenan mis ojos.
428
Clay palmea su hombro mientras se retira. —Te lo dije,

hombre. Todo está perdonado.
Una pausa y creo que Archer realmente quiere

disculparse nuevamente. —¿Cómo estás llevando el
entrenamiento?
—Estoy aprendiendo a habitar un caparazón y luego

aprenderé a usar las armas. Solo he estado babeando sobre
esos Oxies desde mi llegada.
Archer le palmea el hombro. —La Luz Trae la visión

amigo.
Clay sonríe. —La Luz trae la visión.
Los dos se separan y un peso se levanta de mis hombros.

Clay es feliz. Tiene un futuro brillante por delante.
Archer se dirige hacia la plantación, pasando pilares

altísimos... un enorme conjunto de puertas ya abiertas. El
interior es un sueño hecho realidad.
Revestimiento de madera y moldura de friso detallada.

Alfombras vibrantes y arreglos de cristales suspendidos de
techos arqueados. Quiero estudiar todo con más detalle, pero
Archer no se centra en nada más que en el hombre parado al
pie de una escalera sinuosa.
Lo conozco. Levi. Mi antiguo TL. No hay un mechón de

cabello oscuro fuera de lugar y sus labios están levantados en
una sonrisa de bienvenida. Está vestido con un traje a medida.
Es apuesto, el epítome del encanto y la sofisticación.
Palmea a Archer en el hombro. —Hola, señorita

Lockwood. Señorita Aubuchon. —Las dos nos sorprendimos.
429
—Ten, —continúa, caminando hacia una mujer bonita

que sostiene un bebé—. Pensé que disfrutarías echando un
vistazo a nuestro bebé encantador.
¿Jeremy? Estoy temblando. —Sí. Por favor sí.
Levanta al bebé, oh... ¡oh! Jeremy se ve muy saludable.

Su piel es rosada y sus mejillas redondeadas. Agita sus brazos
y patea sus piernas, ¡y está sonriendo! No está envuelto en una
manta, tal vez no necesita estar en forma de espíritu, pero usa
un mono que dice ¡Enciende la luz!
—Está prosperando, —dice Levi—. Y ya es amado.

Nunca he visto tantas mujeres visitar mi casa.
Pongo mi mano sobre mi boca para silenciar mi llanto.

Esto. Esto es alegría
La luz en la casa parpadea y Levi frunce el ceño. Le

devuelve a Jeremy a la mujer. —Protégelo con tu vida —Entra
a otra habitación.
Archer lo sigue. —¿Que está pasando?
—Uno de nuestros conductos está en peligro.

Debemos…
La conexión con Archer, con Troika, se corta, cortando

sus palabras. —¡No! —Doy un grito ahogado— ¿Cómo puede
estar un conducto en peligro?
Toda la casa tiembla, una grieta aparece en la pared.

¿Soy yo la que está en peligro?
Cuando la sacudida se detiene, Deacon nos empuja

fuera de la cama. —Alguien viene.
Al saltar a nuestros pies, suena un golpe en el pasillo.

Entonces la puerta se abre de golpe y Killian entra a zancadas
430
dentro de la habitación. Hay un corte en su sien goteando

sangre vital.
—Tenemos que irnos, —me dice—. Ahora.
431
De: P_B_4 / 65.1.18
Para: K_F_5 / 23.53.6
Asunto: No es el movimiento más inteligente
¿Dónde llevaste a la chica, Killian? Tráela de vuelta o esto no

terminará bien para ti.
MPB
432
De: P_B_4 / 65.1.18
Para: K_F_5 / 23.53.6
Asunto: ¡Respóndeme!
Hemos capturado uno de los conductos de Troika. Cometió el

error de abandonar el reino.
Tráeme a la chica o mato al conducto... y a tu madre.
433
De: P_B_4 / 65.1.18
Paraa: K_F_5 / 23.53.6
Asunto: Demasiado tarde
El conducto está muerto. Tu madre es la siguiente.
434
Desde: P_B_4 / 65.1.18 Hasta: K_F_5 / 23.53.6
Asunto: Última oportunidad
La Troika está severamente debilitada. ¡Ahora es el momento

de atacar! Siempre has querido una oportunidad como esta.
Vuelve, y lo conseguirás. O puedo regresar a Myriad y rastrear
a la niña, lo cual HARÉ. Después, te asignaré a las Perreras
por una década, si no te mato directamente.
435
Capitulo Veintidós
Vemos quién serás.
-Troika-
Killian toma mi mano. Está temblando y murmurando

que Pearl es una perra. Mientras me saca del dormitorio, echo
un vistazo a Sloan, pero Deacon ya la empuja hacia la ventana.
—Salta, —dice Killian. Hay un borde oscuro en él. Uno

que nunca he visto antes.
Obedezco y termino en el otro lado de la valla de

protección. A juzgar por el bulto del tamaño de un puño en su
sien y el chorrito de sangre que corre por su mejilla, es humano
en vez de un Caparazón.
La noticia de mi anterior arrebato se debe haber

extendido, porque no han venido otros invitados.
—¿Qué estás haciendo Killian?
—Asegurándome de que sobrevivas esta noche.
Pasamos por la habitación de mi madre. Al final del

pasillo, se detiene para abrir la cerradura de la puerta de mi
padre. Nos apresuramos adentro. Bien. No todo el mundo ha
oído que tengo un arrebato. Tres personas en diferentes etapas
436
de desvestirse saltan de la cama cuando Killian enciende la

luz. Coge una pistola, apunta y dispara tres disparos
consecutivos. No hay boom, ni pop, solo un zumbido. Dardos,
me doy cuenta. Las tres personas colapsan.
Él me empuja al vestidor. Tira la ropa de uno de los

estantes, y yo pateo mis tacones altos. Si vamos a correr,
necesito poder correr. —Tu padre necesitaba una salida de la
casa si las protestas se volvían demasiado violentas. Debería
haber una cerradura…aquí.
Se abre una puerta que revela una oscura y húmeda

escalera. Entramos, la puerta se cierra detrás de nosotros
automáticamente. El olor a polvo me invade, me hace
cosquillas en la nariz y la garganta, y estornudo.
—No quiero meterte en problemas, Killian, —le digo.
—Es mi elección, Ten.
¡Cero! Está usando mis propias palabras en mi contra.

—¿Por qué estás eligiendo hacer esto?
—Te lo dije. Tomarás tu decisión sin presión.
No puedo detener mis próximas acciones y no tengo

deseos de intentarlo. Tan pronto como llegamos al fondo, tiro
mis brazos alrededor de su cintura, abrazándolo por detrás. —
Eres una persona maravillosa, Killian. Mejor de lo que nunca
has creído.
Se da la vuelta y se aferra a mí por un momento, solo un

momento. Un tesoro robado al tiempo. Luego se desconecta y,
como si nada hubiera pasado entre nosotros, continúa por el
pasillo. Cuando llegamos al final, introduce un código en el
bloqueo junto a la puerta. Las bisagras de la puerta crujen
cuando se abren hace afuera.
—¿Cómo sabías el código?
437
—Archer habló con Maggie, luego conmigo.
¿Los dos están trabajando juntos ahora? ¿Sin mi ayuda?
Killian me lleva a la bruma de la noche que se acerca,

las luces de seguridad que rodean la casa brillan desde
diferentes paredes. No es que importe. Es un experto en evadir
cada parche de iluminación. Y a los guardias de patrulla. Sin
incidentes, nos lleva a la carretera, donde nos espera un
Porsche plateado. Me sorprende cuando Elena sale y le arroja
las llaves a Killian.
Él pronuncia un —Gracias. —Apresurado antes de

ponerse detrás del volante—. Espero que valgas la pena. —Ella
me mira—. Él nunca se recuperará de esto. Y yo tampoco.
—Yo… Gracias. —No sé qué más decir, y sé que ella no

aceptará un abrazo improvisado. Subo al asiento del pasajero.
Los neumáticos chillan mientras Killian se aleja.
—Killian…
—Estaré bien. —Se acerca y coge mi mano. Todavía está

temblando. Nuestros dedos se unen, y no es mi intención, pero
me apego a él—. Siempre lo estoy.
—Hay una primera vez para todo. Y si…
—No. No podemos ir allí —No puede operar en estado de

miedo— ¿Tenemos un destino esta noche?
—Sí. La casa de tu tía.
Tía Lina. Loony Lina. —No la había visto en años—. Me

pregunto qué versión de ella encontraré hoy. —¿No será ese el
primer lugar en el que busque Pearl?
—Sí, —repite—, pero no te encontrará allí.
—No lo entiendo.
438
—No te preocupes. Ya lo verás. Pearl mencionó que te

seguía, lo que significa que tenía un rastreador puesto dentro
de ti. Debería haberlo sabido.
¿Un rastreador? —¿Cómo? —pregunto consternada—.

¿Dónde?
Él aprieta mi mano. —¿Sabes lo que pensé la primera

vez que te vi?
Hay un sentido de urgencia en su tono ahora, como si

tuviera una gran cantidad de cosas para decir, pero solo un
corto tiempo para hacerlo. —Déjame adivinar. Genial, está más
loca de lo que había oído.
Su risa es suave pero desigual. —Sí, ¿pero después de

eso?
—¿Después de que te golpeé en la garganta?
—Durante nuestra cita
—No —Pierdo el aliento—. Dime.
—Pensé en algo que Archer me dijo justo antes de

desertar a Troika. Algo en lo que no me había permitido pensar
hasta ese día. Acerca de un caballo...
—¡Oye!
Me sonríe. —Un caballo de guerra. Es un cumplido.
—Bueno, entonces, escuchemos el resto de este

supuesto cumplido.
—El día en que Archer eligió Troika, le dije que éramos

enemigos y que yo iría a por él. Le dije que su padre lo odiaría
por siempre y que haría una misión personal destruirlo. Su
respuesta me confundió, hasta hoy. Me dijo —El caballo de
guerra zumba ferozmente, regocijándose en su fuerza, y se
439
lanza a la carga. Se ríe del miedo, no le teme a nada; no se

asusta de la espada. La aljaba vibra contra su costado, junto
con la lanza. En una excitación frenética, devora el suelo; no
puede pararse cuando suena la trompeta. Al sonido de la
trompeta resuena, '¡Ajá!' Captura el olor de la batalla desde
lejos, el grito de los comandantes y el grito de batalla. —Killian
me aprieta la mano. Luego agregó—: Cuando peleas por lo que
sabes que es correcto, amigo mío, ya tienes la victoria. No hay
nada que temer.
Pongo mi mano libre sobre mi corazón, me muevo de una

manera que nunca hubiera esperado. Un caballo de guerra,
sin miedo a la batalla, en realidad anhelando, desafiando a sus
oponentes a luchar contra él, los esfuerzos de su enemigo solo
lo hacen reír, porque sabe que va a ganar. —Pensaste que era
valiente.
—Y amable. Y extraña.
—¡Oye!
—Me conmocionaste. Las cosas valoradas por las otras

asignaciones no significaban nada para ti. Las cosas que yo
valoraba no significaban nada. Solo cuando hablé de un
pasado que prefiero no recordar, te ablandaste hacia mí, como
si vieras algo en mí que nadie más haya visto.
Él me conmocionó también. Todavía me está

conmocionando. —¿Quieres saber qué pensé de ti cuando nos
conocimos?
—Por favor, Killian, bésame.
¡Ah! —Casi. Pensé que eras el chico más guapo que

había visto... y que sería mejor invertir en un cinturón de
castidad.
Él suelta una carcajada, aunque su buen humor no dura

mucho. Algo está pasando dentro de su cabeza.
440
—Quería saber más sobre ti y estaba secretamente

emocionada por nuestra cita. Estaba intrigada por todo sobre
ti, desde tu actitud arrogante hasta tus tatuajes. Hay un
patrón para los diseños.
—Sí, —dice, pero no ofrece más—. Algún día te contaré

sobre ellos.
El dispositivo en su brazo se enciende, pero agarra una

navaja de afeitar de la consola que hay entre nosotros, una que
no había notado antes, y pasa la hoja por su brazo, arrancando
la carne del Caparazón. Él gruñe. La luz se desvanece... muere
tan espesa, brillante que la sangre vital brota de la herida.
Peleando más allá de mi conmoción, coloco mi brazo

sobre la herida, aplicando presión.
Está arriesgándolo todo por mí.
—Ella amenazó a mi madre, —dice con fuerza.
—Oh, Killian. Lo siento. ¿Hay algo que puedas hacer

para detenerla? Espera. Déjame reformular. ¿Qué puedo
ayudarte a hacer para detenerla?
Me da una mirada cargada de sorpresa. —Necesito

entrar a los Anales. Un edificio fuertemente custodiado.
Cuando conozca la nueva identidad de mi madre, puedo
protegerla.
No creo que yo crea en la Fusión nunca más, pero no

tengo corazón para decirle que probablemente su madre ya se
haya ido para siempre.
Cuando la hemorragia se detiene, miro por la ventana.

Las palmeras pasan zumbando. El sol es una magnífica bola
de fuego que se establece en el horizonte. Cálidos rayos
dorados me acarician y absorben a través de mi piel.
441
Por segunda vez, se lleva mi mano a los labios, besa las

cicatrices de mis nudillos. Él me besó los nudillos una vez, pero
esta vez... esta vez hay algo especial en la acción y me siento
marcada en lo más profundo de mi alma.
—Querías saber más sobre mí, —dice, volviendo a

nuestra conversación—. Aquí está la verdad, a toda máquina.
—Te he presionado mucho porque no quiero que termines
como yo. Un fracasado.
Le frunzo el ceño. —¿Cuándo fracasaste?
—Una vez pensé que también estaba fusionado con un

general. Es por eso que se me permitió entrenar con Archer.
Es por eso que el Rey me visitaba.
El pavor me llena, pero yo digo, —¿Qué pasó?
—No pude completar la etapa final de entrenamiento. El

Rey estaba decepcionado, por supuesto y me dio una
asignación para redimirme. Me dieron el nombre de un
humano... alguien a quien se suponía que debía matar.
El terror se tiñe de horror —Asesinar a un inocente no

está bien, Killian. Tu reino necesita una reforma.
—Entonces únete a nosotros y refórmanos, Ten. Ese tipo

de cambio solo puede hacerse desde dentro.
Ugh. Tiene razón. ¿Pero qué hay de Troika? Ellos

también necesitan trabajar.
Y, wow. ¿Cuándo me convertí en Señorita sabelotodo,

como si mi camino fuera la mejor manera?
Suspiro. —Sigue.
—Me dieron el nombre de Dior Nichols
Oh... cero. —¿Lo sabe Archer?
442
—No. Él ya había desertado a Troika y era bien sabido

que ella era una de sus tareas. Por eso el Rey quería que la
matara, estoy seguro. Odiaba a Archer, pero vi la forma en que
miraba a la chica y no pude hacerlo. No pude enviarla a
Muchos Fines. La volví contra él e hice que firmara con Myriad,
y aunque tuve éxito, le fallé a mi Rey. Fui excluido de su
presencia y puesto bajo el liderazgo de la señora Pearl como
Obrero.
No es de extrañar que el fracaso en su trabajo sea tan

aborrecible para él. No es de extrañar que empuje y empuje
para ganar todas las tareas que se le encomienden. Busca
demostrar que es digno de amor y respeto.
Su motivo no excusa su método, pero no es el chico que

solía ser. —Has aprendido de los errores del pasado. Sabes lo
que es correcto y lo que está mal y estás tomando medidas
para compensarlo a través de tu trato conmigo.
La mirada que me lanza revela unos ojos destrozados.

Algo dentro de él se está rompiendo. —¿Cómo puedes decirme
esas cosas? —Su voz está llena de diferentes grados de dolor.
—Porque no hay condiciones para las cosas que siento

por ti.
Aparta el coche a un lado de la carretera. Actuando por

instinto, me desabrocho el cinturón y trepo por el salpicadero
para montarlo a horcajadas. Me mira con sorpresa y
esperanza, una esperanza que rompe el pequeño pedazo de mi
corazón que aún estaba intacto.
Froto mi nariz contra la suya. —¿La droga de dormir está

siempre en tu boca?
—Solo cuando rompo la cápsula con mis dientes.

Cápsula que aún no he reemplazado.
443
—Bien —Enmarco sus mejillas con mis manos y

presiono mis labios contra los suyos.
Abre inmediatamente la boca y enrolla su lengua contra

la mía. Noto el sabor del azúcar y un toque de canela, e
instantáneamente soy adicta. Quiero más... quiero devorarlo.
Empujamos y paramos, y gimo con una deliciosa

sensación tras otra que fluye a través de mí.
Es un beso digno de cada momento de confusión e

incertidumbre. Vale la pena cada noche sin dormir y cada día
atormentado. Un beso capaz de reiniciar miles de corazones
muertos. Un beso con el poder de calmar las heridas de raíz.
Me rodea con sus brazos, una mano se hunde bajo mi

camisa para acariciar mi espina dorsal, la otra se aplasta en
mi trasero para acercarme más.
No importa cuán cerca esté, no puedo acercarme lo

suficiente.
Jadeo su nombre. Le paso los dedos por el pelo. Suave y

sedoso, los mechones hacen que me hormigueen las manos.
Esos hormigueos encienden chispas y esas chispas nadan por
mis venas, calentando todo lo que encuentran, hasta que me
quemo por dentro.
—Te siento —, jadea. —Tu calor... es tan bueno.
Incapaz de permanecer quieta, me muevo en su contra,

realmente rechinando contra él. Se inclina hacia adelante,
presionando su pecho contra el mío, y mi espalda se arquea
hasta que accidentalmente golpeo el volante. La bocina da un
estallido corto pero fuerte.
Me río. Él se ríe. Entonces, el suelo debajo del automóvil

tiembla, y él se separa de mí. Sus manos tiemblan mientras
aparta el cabello de mis mejillas. Tiene los ojos vidriosos, las
444
pupilas tan dilatadas que sus iris dorados se eclipsan casi por
completo.
Cuando logra recuperar el aliento, dice —No tenemos

tiempo para esto. —Archer y sus amigos están peleando contra
Pearl, tratando de evitar que te rastree. Han perdido un
Conducto, la luz en su reino es peligrosamente tenue. Ahora
están doblemente decididos a salvarte y reclutarte.
Me sorprende de nuevo el conocimiento de que tanto

sucede en los mundos y los reinos, tanto que no puedo ver y
no me doy cuenta.
—Además, —agrega—, no quiero que nuestra primera

vez sea en un automóvil.
Estamos apretados y cualquiera puede acercarse a las

ventanas, atacarnos mientras estamos distraídos.
—Dado que nuestra primera vez será mi primera vez, —

digo, mis mejillas comienzan a arder—, estoy de acuerdo que
el automóvil no es la mejor opción.
Él presiona su frente contra la mía. —Simplemente estás

haciendo las cosas más difíciles para mí. Y lo digo en muchos
sentidos.
Suelto una carcajada, matando la ilusión de que soy

bueno sobre el tema, y regreso a mi asiento. La presión para
tomar una decisión nunca ha sido más fuerte. Salvaré a
Killian, o salvaré un reino. Pero estoy empezando a sospechar
que finalmente sé cuál es el camino correcto para mí.
445
Capitulo Veintitrés
Lucha por nosotros, y lucharemos por ti. Lucha contra nosotros y

perderás.
-Myriad-
Lina me está esperando en la puerta de su casa, un

pequeño, pero bien cuidado bungalow con persianas blancas y
adornos azules. Pintoresco y absolutamente perfecto. Cuando
era niña, a veces soñaba con vivir aquí. El tío Tim, su esposo,
nos permitió a Lina y a mí poner rulos en su cabello y pintar
sus uñas.
Por supuesto, el tío Tim eventualmente huyó con otra

mujer, divorciándose de Lina y sus maneras locas.
La luz del porche brilla sobre ella, iluminando el cabello

oscuro y una cara bonita envejecida por la preocupación. ¡Esta
es la tía Lina!
Killian aparca y me agarra la mano antes de que yo

pueda salir. —Te he conseguido un regalo—. Mete la mano en
la guantera y saca dos muñequeras de cuero. —Sé lo mucho
que amabas a tu par anterior.
446
—¡Killian! ¡Gracias! —Sonriendo, las abrazo antes de

encajarlos en su lugar—. Me encantan.
—Esa sonrisa... Juro que me perseguirá por la eternidad

—Suspira—. No voy a entrar contigo. Tengo que destruir el
auto.
No me gusta la idea de estar sin él, ni siquiera por un

segundo, pero asiento.
No hay tiempo que perder.
—Te echaré de menos, —dice, y hay algo en su tono. Una

emoción que nunca lo había escuchado usar antes— ¿Me
echarás de menos?
—Mucho. —Me inclino y presiono un beso duro y

exigente en sus labios, saboreándolo una vez más, dejándolo
que me pruebe—. Date prisa en volver.
Cuando retrocedo, su mano se mueve alrededor de mi

nuca para mantenerme cautiva. —Las cosas que siento por ti
también vienen sin condiciones.
Le brindo una sonrisa soñadora antes de apresurarme

afuera. El frescor de la noche me abraza mientras corro hacia
la mujer que he echado de menos más que el aire. Las lágrimas
me arden en la parte posterior de los ojos cuando se encuentra
a medio camino, arrojando a los brazos a mi alrededor.
—¡Ten! Estoy tan feliz de que estés bien. Sabía que algo
andaba mal cuando tu padre se negó a darme el nombre y la
dirección del internado al que supuestamente asistirías, pero
no tenía ni idea... no hasta que la chica, Elena, vino a verme.
Internado. ¿Eso es lo que le dijo a familiares y amigos?

—Estuve en prisión, tía Lina, pero ahora estoy bien. De hecho,
estoy un poco agradecida por la experiencia. —Soy más fuerte
447
y tengo las respuestas que siempre he deseado. La dirección.

Killian. Archer.
—Vamos. —Me arrastra hacia la casa, con uno de sus

brazos bloqueado sobre mis hombros—. Elena dijo que tienes
un rastreador dentro de ti. Necesito…
—Sí. Killian me lo dijo. Aunque no sé cómo es posible.
—Te lo explicaré cuando estemos en el cobertizo. —La

tía Lina me lleva más allá de la acogedora sala de estar con el
sofá con estampado floral, tapetes de encaje y figuritas de gato,
más allá de la cocina con linóleo amarillo y armarios
descascarados y pelados, luego en el patio trasero, donde un
cobertizo de madera consume la mitad del espacio.
Dentro de él, me detengo. Este es el sueño húmedo de

un asesino en serie. Las herramientas agudas y brillantes
cuelgan de las paredes. Hay una camilla con correas esperando
a un prisionero.
—¿Confías en mí? —pregunta ella.
—Sí, por supuesto. —Tal vez. Probablemente. ¡Cero!

Vaya manera de probar mis límites.
—He trabajado para Myriad durante veintidós años. He

escuchado cosas... visto cosas. Sé lo que estoy haciendo,
cariño. Acuéstese en la camilla. Por favor.
No me atrevo. —¿Te meterás en problemas por esto?
—Nah. ¿Quién puede probar que lo hice? De todos

modos, por algunas cosas vale la pena arriesgarse y tú,
querida, eres una de ellas.
Espero que lo valgas. ¿Cuántas veces he escuchado esas

palabras últimamente?
448
Intento recordar. Tres. Tres veces. No tantas como

hubiera imaginado.
Todavía. Mucha gente se ha metido en muchos

problemas y ¿qué he hecho a cambio?
Se me revuelve el estómago mientras hago lo que me

ordena.
—Esto es por tu propio bien. —Ella ata mis muñecas y

tobillos.
Yo no protesto. Considerando todo lo que Vans me hizo,

mi silencio es un gran pacto.
Ella se mueve por aquí y por allá, reuniendo todo lo que

necesita antes de venir a mi lado. —Una vez que el rastreador
haya sido eliminado, voy a llevarte a una casa segura.
Humano, no Myriadian y no Troikans.
—¿Salir? ¿Killian conoce la dirección?¿Sabe a dónde ir

si regresa y me he ido?
—Se lo dije. Bueno, se lo dije a la chica, a Elena.
Mejor que Elena no se olvide de decírselo. O me

traicionaría. Ugh. ¡Demasiada confianza en una chica que no
me gusta!
—Vale. El momento de verdad. —Con un movimiento de

muñeca, la tía Lina me coloca un espejo sobre la frente con un
vidrio de forma ovalada—. Es posible que desees cerrar los ojos
para esto.
—No, estoy bien.
—Está bien, entonces. —Se enciende una luz brillante,

y oh, wow, en un instante mis córneas se sienten como si
hubieran sido rociados con lejía.
449
Cierro los ojos. El calor me acaricia mientras corre sobre

cada pulgada de mí.
—Probemos esto de nuevo. —Esta vez, se detiene en mi

cadera izquierda, donde he estado ardiendo desde que Levi
compartió su luz conmigo—. Aha. ¡Te encontré!
El rastreador, supongo, y creo que realmente no tengo

que preguntarme quién o por qué o cómo. Cada vez que
actuaba, y algunas veces solo por diversión, Vans me inyectaba
sedantes. Ah, y no podemos olvidar el puñado de veces que me
golpeó inconsciente. Pearl debe haberle pagado.
Una sensación de traición y violación me abruma.
Oigo un gorgoteo y la figura de la tía Lina está

ungiéndose las manos con látex líquido. Una vez que se seca,
me pone mi vestido en la barbilla y levanta una jeringa llena
de líquido azul neón. —Esto te adormecerá para que pueda
hacer las incisiones necesarias.
—Si me anestesias, ¿por qué estoy atada?
—Este tipo de dispositivos causa una cierta... reacción

mental —Me frota con antiséptico. Un aguijón agudo se
desvanece lentamente mientras me inyecta—. Puedes abrir los
ojos ahora. La luz se dirige al sitio, no a tu cara.
Observo mientras coge un bisturí y me corta la cadera

con mano firme. Observo, sin ser tocada por el dolor, como sale
la sangre de mí. Me perdí la inserción, así que no hay manera
de que me pierda la extracción.
Ella rocía algo claro en la herida y el sangrado se detiene.

Con el cristal frente a ella, la luz iluminando mi cadera, coge
lo que parece ser un par de pinzas y desliza las puntas dentro
de mi herida. De nuevo, no hay dolor, pero sí siento presión.
450
Aunque su muñeca es estable, la herramienta se mueve.

Un ligero zumbido motorizado que llena mis oídos
—Prepárate, —dice ella—. Casi he conseguido…
Hace clic.
Los músculos de mi abdomen se aprietan, y me da un

calambre, pero no es nada que no pueda manejar.
El sonido del motor se intensifica cuando la tía Lina se

inclina para agarrar un par de tijeras quirúrgicas con su mano
libre. En el momento en que hace el primer corte, una fría
corriente me atraviesa. Una avalancha que gana velocidad y
potencia mientras se mueve, antes de finalmente detenerse
dentro de mi mente.
¿Por qué está quitando el rastreador? No quiero que se

elimine. Quiero mantenerlo por siempre y para siempre. —Tía
Lina. Tienes que parar.
—No puedo hacer eso, cariño. —Otro corte.
Tiro de mis ataduras. Cuando no logro ganar mi libertad,

arqueo mi espalda y giro hacia un lado, dispuesta a hacer
cualquier cosa para quitarme esas estúpidas tijeras. —Tienes
que parar. ¿Vale? ¿Ok? Necesito ser rastreada. Quiero serlo.
Es importante.
—Quiero que te estés quieta.
Solo lucho más fuerte.
Con expresión resignada, se sube a la mesa y se sienta

a horcajadas sobre mí, cavando las tijeras más
profundamente. Frenética, muevo mis caderas y aprieto mis
brazos. ¿Qué se necesita para hacerla entender? Moriré sin el
rastreador. Es parte de mí. Es la mejor parte. —Si haces esto,
te odiaré por siempre. Por favor. Solo para. Por favor.
451
—No, no me odiarás. En solo unos segundos, me

amarás. —El sudor gotea de su sien mientras ella empuja la
luz a su posición debajo de los ojos y corta, corta—. Solo uno
más para... Sip. ¡Lo tengo!
Levanta las tijeras para revelar una cápsula que palpita

con líquido rojo neón, cables que sobresalen de su vientre
como patas de araña.
—Eso es mío. Vuelve a ponerlo donde corresponde. —Mi

voz es un gruñido gutural ahora.
Parpadeo rápidamente mientras la niebla dentro de mi

mente se adelgaza. Espera. ¿Suplico que me ponga el
rastreador? —¡Me estás tomando el pelo!
—Una droga, —explica—. Lo llamamos Special K.
—¿K?
—K es para siempre —Se ríe como una colegiala, y tengo

que contener un gemido.
¿Qué tan cerca está Loony Lina de hacerse cargo?
Se baja de mí y deja caer la cápsula en una jarra de

sustancia viscosa negra espesa. —Todo bien. Es hora de irse.
—Mientras me desata, la temperatura de mi núcleo comienza
a subir, la avalancha de frío me abandona.
Después de que une mi carne y coloca un vendaje sobre

la herida, me ayuda a ponerme de pie. Mi vestido vuelve a su
lugar. Mueve la camilla a un lado al poner en marcha una
palanca vieja y oxidada, dejando al descubierto un suelo de
cemento con un desagüe. Solo que el desagüe es un dial que
encaja con sus dedos, girando hacia un lado y el otro,
causando que una de las grietas del cemento se expanda,
creando una abertura lo suficientemente grande para que
pueda moverse, mis pies balanceados en las escaleras.
452
Un perro ladra en la distancia. El sonido de cristales

rotos proporciona una terrible música de fondo.
—Voy a tomar una conjetura salvaje. Ellos están aquí.

—dice.
Me arroja una mochila y me caigo al soltar la escalera

para atraparla.
El aterrizaje duele, el aire brota de mis pulmones. Ella

baja, se detiene para alcanzar y volver a marcar. El cemento se
cierra, la oscuridad cae sobre nosotros.
Un rumor de ropa. Un roce contra mi hombro y sé que

está parada a mi lado.
—Vamos. —Su voz retumba en las paredes que no puedo

ver.
Ni siquiera puedo ver mi mano frente a mi cara. Goteo.

Goteo. Anclo la mochila en su lugar y extiendo mis brazos para
sentir mi camino hacia... donde sea.
Contacto. Frío, piedra dura. Bajo mis yemas de los

dedos, un resplandor suave llega a la vida repentina.
—Oh sí. Me olvidé de eso, —dice, moviéndose frente a

mí. —Oh, y tenemos que estar calladas. Pueden escucharnos.
—Entonces deja de hablar, —le susurro.
—Correcto. —Se pasa un dedo por los labios, fingiendo

cerrarlos.
Toco otro lugar en la pared y brota más luz. Estamos en

una habitación pequeña de cuatro por cuatro, vacía excepto
por el polvo y agua estancada. ¡Espera! Hay un hueco muerto
en la esquina derecha.
453
Ella lo enfoca, y me quedo justo sobre sus talones,

diferentes sonidos flotando hacia mí. Derribando muebles.
Herramientas que caen. Pasos. El cobertizo de mi tía está
siendo saqueado.
Por orden de Pearl, estoy segura.
Cuando salimos del otro lado del hueco muerto, busco

un arma en la mochila. Encuentro un teléfono, vendas, una
botella de agua, barras de proteína, una muda de ropa, un par
de zapatos de mi talla y un arma con una carga de munición,
¡sí! Me pongo la pistola en la cintura y me meto el cargador en
el bolsillo. El esfuerzo tira de mi nueva herida, una cálida
cascada de sangre goteando por mi pierna.
Hemos entrado en otro agujero negro. Presiono mi palma

contra la pared, con la esperanza de…sí. Un suave resplandor
me ahorra el curvarme en una bola y lloriquear. Esta vez no
estamos en una habitación, sino en un túnel angosto. Me
enderezo hasta la altura máxima y avanzo, aun siguiendo a mi
tía. Cuanto más terreno ganamos, más corto se pone el techo
y pronto ambas estamos encorvadas.
Ella se ríe de nuevo y yo gimo. No Loony Lina. Por favor,

por favor, no, Loony Lina. Ahora no.
Un chillido silencioso es la única advertencia que tengo

antes de que tres ratas se lancen en nuestra dirección.
Mientras agita las manos hacia las cosas, tengo que morderme
el puño para silenciar un grito cuando pasan por mi lado.
Entonces tengo que concentrarme en el control de la vejiga
mientras me pregunto de qué están huyendo.
No puedo parar. Tengo que seguir.
El túnel gira y gira durante millas, seguramente. El nivel

del agua se eleva a nuestros tobillos. Y apesta. Oh, cero, huele
mal. Me quejo cuando una rana muerta pasa a mi lado. ¿Hay
454
ahora diferentes cepas de bacterias y otros seres microscópicos

que se arrastran por toda mi piel?
Ojalá me hubiera quedado en ese cobertizo para luchar

hasta la muerte.
Si estoy chapoteando en el agua del inodoro usado,

podría suicidarme.
Finalmente, el agua se retira y el túnel se expande, lo

que nos permite estirarnos hasta nuestras alturas una vez
más. Cuando llegamos a un callejón sin salida, me río sin
humor.
Oh, ironía, puta desagradable. Has golpeado de nuevo.
¡Espera! Hay otro espacio para arrastrarse en la esquina.

Tía Lina se menea y otra vez estoy justo en su cola. Entramos
en otra habitación de cuatro por cuatro con escaleras que
conducen a un desagüe en el techo... y a otro desagüe. Ella
sube, sube... y busca otra cosa de desagüe.
Ella gira su muñeca hacia la derecha, la izquierda, luego

la derecha otra vez y el desagüe gira con ella. ¡Éxito! Se abre
un nuevo rastreo.
—¿Por qué tienes este pasaje? —Susurro— ¿Cómo?
—Siempre supe que lo necesitaríamos, —dice—. Sabía

dónde vivir, sabía cuándo y cómo cavar en los túneles que ya
existían. Recorren toda la ciudad. ¡Los Troikans los
construyeron hace siglos!
Entonces, ¿cómo ella, un leal Myriad, sabe de su

existencia?
Desaparece por encima. Subo la escalera. La tensión de

mis bíceps y mis pantorrillas queman mientras entro en un
baño, con tres personas dentro.
455
Busco el arma incluso mientras hago balance. Dos

hombres, una mujer. Uno de los hombres está dormido encima
de la mujer, que también está dormida. Ambos están cubiertos
de vómito seco. El tercer ocupante está desplomado contra la
pared y mirándome a través de los párpados rasgados. No
parece preocupado (o interesado) por nuestra repentina
aparición o mi arma. Hay jeringas vacías por todo el piso, y un
torniquete todavía está atado al brazo del observador. La baba
se escapa de las comisuras de su boca.
Sin dudas, esta es una casa de drogas. Envaino el arma

cuando la tía Lina gira el desagüe, asegurando que el cemento
se cierre y nadie pueda pasar.
—A cambiarse, —dice, y comienza a desnudarse. Hay

una pila de ropa esperándola.
Verdad. Llamaremos demasiado la atención con

nuestros trajes de fecal es el nuevo negro.
Lanzamos nuestras prendas manchadas a la basura y

nos vestimos con ropa limpia, la mía viene de la mochila. No
me preocupa mi público, cierto hombre baboso no nos
recordará, de todos modos, si nota que estamos aquí. Mientras
nos dirigimos a la puerta, noto números pintados en todas las
paredes, diferentes problemas matemáticos escritos una y otra
vez, cada uno equivale a diez. Esto no puede ser una
coincidencia
—Vamos. —Lina me arrastra hacia la puerta. Gira el

pomo y entramos en un pasillo. Las luces se apagan, el espacio
se atenúa, pero puedo ver a muchas personas sentadas o
tendidas. El humo flota en el aire, haciéndome cosquillas en la
nariz. Contengo la respiración tanto como puedo, prefiero
mantenerme sobria. Nadie nos ataca, al menos.
Apresuro mi paso, intranquilo, y encuentro la sala de

estar, la salida. Aquí hay más personas, algunos lúcidos, la
456
mayoría roncando. La tía Lina no se dirige a la puerta de

entrada, sino que recoge un pincel del suelo, arrojando
combustible sobre mi inquietud. Se mueve hacia la pared para
reseguir la punta del pincel a lo largo de uno de los problemas
matemáticos, que equivale a diez.
—Lina, —digo en voz baja.
—Moriste. —Su voz es más aguda, haciéndola sonar

como si tuviera alrededor de cinco años. ¡Dang! ¡Ahora no!—Yo
estaba triste.
Decidido, me acerco y le aprieto la muñeca. —Lina, —

digo tan suavemente como puedo—. Tenemos que irnos.
—Moriste. —Me mira, pero sus ojos no ven nada—.

Estaba triste.
—Estoy viva. Estoy aquí, y quiero dejar este lugar

contigo.
—Moriste, —repite, y no estoy segura de si ella está

hablando conmigo o con ella—. Te maté. Lo siento. —Entonces
introduce la punta de su pincel en mi yugular.
457
Capitulo Veinticuatro
Solo porque no puedas vernos, no significa que no estemos allí.
-Troika-
Al principio, estoy demasiado conmocionada para

reaccionar. Y creo que mi adrenalina es demasiado alta,
cualesquiera que sean las drogas que la tía Lina usó en mí
todavía me entumecen. Pero la sensación de “esto no puede
estar pasando, no siento nada” no dura mucho.
Mi cuello está de repente en llamas.
El dolor atraviesa mi cuerpo y me dobla las rodillas.

Loony Lina me lleva al suelo mientras jadeo y no puedo
atraparlo.
—Lo cantaste. ¿No te acuerdas? Lo cantaste y los

salvaste. —Mi mirada salvaje recorre la habitación. ¡Ayúdame!
Ella canta, —Las lágrimas de Ten caen, y yo llamo.

Nueve cientos de árboles, pero solo uno es para mí. Ocho veces
ocho veces ocho vuelan, lo que sea que hagas, no te quedes
seco. Siete mujeres bailando, ignoran sus dulces romances.
Seis segundos para esconderte, arriba, arriba, y sobrevivirás.
458
Cinco veces cuatro por tres, y ahí es donde estará. Dos salvaré,
seré valiente, valiente, valiente. Al que adoro, regresaré.
Mientras canta, me alisa el pelo de la cara, gentil, tan

gentil. Un contraste tal con el horror que acaba de visitarme.
Yo no... No puedo... No puedo hablar. No puedo respirar
Todavía sigue cantando. —Las lágrimas de Ten caen, y

yo llamo. Nueve cientos de árboles, pero solo uno es para mí.
De repente, me estoy cayendo... cayendo... aterrizando

con un ruido sordo en el suelo del bosque. El aire deja mis
pulmones en un estallido al rojo vivo, me marea, pero me
pongo de pie y, parpadeando rápidamente, escaneo mi entorno
más nuevo.
Bienvenida de nuevo al Reino de Muchos Fines.
Los árboles nudosos suspiran felizmente. Las plantas

dentadas sonríen, como si me miraran con tenedores y
cuchillos mentales. Los insectos de las brasas me pican y
aullo. Hoy el cielo no es tan oscuro, pero eso no es exactamente
algo bueno. Hay gruesas nubes amarillas en el cielo,
ondulando violentamente.
Estoy atascada esta vez, ¿verdad? Dos veces antes, mi

cuerpo ha muerto y mi espíritu ha llegado a este reino, pero
las dos veces, los chicos estaban aquí para salvarme. Hoy,
estoy sola.
Ahora me separaré para siempre de mi madre... para

siempre de mi hermano... para siempre de Killian y Archer.
Lágrimas de frustración se derraman por mis mejillas. Mi
mano tiembla mientras limpio las gotas y...
Las lágrimas de Ten caen, y yo llamo.
459
Las palabras me golpean como un rayo. La canción que

Loony Lina cantaba mientras moría.
Podría ser... No, no, seguramente no... pero tal vez...

¿sea una guía de supervivencia?
Tú la cantaste. ¿No te acuerdas? La cantaste y los

salvaste.
¿A ellos? ¿A los otros chicos?
Las lágrimas de Ten caen, y yo llamo.
—¿Hola? —Llamo— ¿Hay alguien ahí? —El silencio me

saluda. Tal vez estoy equivocada, pero...— ¿Hola? —Repito un
poco más fuerte.
A unos metros de distancia, los arbustos se juntan. Me

tenso, preguntándome si acabo de convocar lo peor de lo peor,
hasta que una niña grita: —¿Dónde estás?
—¡Por aquí! —La canción es un plan para nuestra

salvación. Debe serlo—. Sigue el sonido de mi voz.
Hablo, hablo y hablo de nada y finalmente ella sale de

las sombras. Reconozco su pálido moño trenzado —¡Kayla! —
y corro hacia adelante—. Detente, —grita, y yo obedezco de
inmediato—. Muévete a la derecha.
Lo hago, evitando una bolsa de aire reluciente. Un

parche que se mantiene vertical como una puerta casi
imperceptible. —Gracias.
En el momento en que la alcanzo, la activista que busca

la paz retira su mano para abofetearme. El golpe es débil,
porque ella es débil, pero todavía logra volver mi cabeza.
—Te he estado esperando, esperando a que regreses. —

Ella me mira—. Mi hermano fue capturado por tu culpa.
460
Bueno. Debería haberlo visto venir. Froto la esquina de

mi labio. —Lo siento. Traté de distraer a la bestia. Intenté
ayudaros, chicos.
—Bueno, no lo hiciste. —Se marchita, envolviendo sus

brazos alrededor de su cintura— ¿Cómo lograste escapar? Un
rayo de luz irradió de ti, y boom, te habías ido.
—Mi cuerpo fue reanimado. —Ahora. La charla tendrá

que esperar. Nueve cientos de árboles, pero solo uno es para
mí—. Estoy buscando un árbol especial. Uno eso no nos hará
daño.
—¿Cómo lo hiciste? No importa. Por aquí. —Se marcha

y yo la sigo, pegándome a sus talones, agachándome cuando
se agacha, saltando cuando salta. Los miembros nos alcanzan,
las plantas nos muerden, pero ninguno puede atraparnos.
—¿Cómo sabes a dónde vas? —Pregunto.
—La tierra es un laberinto lleno de cientos de puertas

invisibles que te llevan al lugar donde comenzaste... o a una
trampa. O aprendes a navegar o te conviertes en cebo para los
animales. No quieres ser un cebo. Tus gritos se unirán a todos
los demás a medida que tus órganos sean comidos... vuelvan
a crecer... y sean comidos de nuevo.
Muchos fines...
A medida que continuamos corriendo, recojo el patrón

en sus acciones. Siempre hay un patrón, nada por casualidad.
Ocho pasos, se agacha. Nueve pasos, salta. Diez pasos, vuelta.
Once pasos, vuelta. Doce pasos…
Es una cuenta atrás, me doy cuenta. Como si estuviera

ganando más tiempo cuanto más avanzo. Y si tuviera que
volverme y dirigirme en la dirección opuesta: doce pasos, me
agacho, once pasos, salto, diez pasos, vuelta, nueve pasos,
461
vuelta, ocho pasos me agacho, sería una cuenta regresiva. Se

acaba el tiempo.
¿Simbólico?
¡Boom!
La tierra tiembla, pero estoy acostumbrada y logro

mantenerme en pie. Los árboles y el follaje se encogen lejos de
nosotras, y en la distancia, la nube de champiñón se eleva.
—¡Date prisa! —Kayla jadea—. Las aves siempre saben

cuándo ha llegado carne fresca.
Los primeros hormigueos de terror surgen. Un paso,

cinco, ocho y giro. Una gran cantidad de graznidos atraviesa el
aire humeante.
—¿Cuánto más lejos? —Estoy resollando ahora.
—Casi... allí. —Ella está resollando peor.

Uno de los pájaros se agacha, sus garras abiertas, listo

para agarrarse a Kayla. Mientras me tiro sobre ella, sacándola
del camino, las puntas de esas garras me raspan la espalda y
lloro. Cuando aterrizamos, avanzamos. Más adelante, hay un
hormiguero y un enjambre de chinches. Vamos a terminar en
uno u otro, porque esto está volviendo loco a muchos fines, y
no hay escapatoria para una oportunidad para el dolor. Y gana
el hormiguero.
Las pequeñas bestias tienen los ojos levantados, como

caimanes, pero tienen el vientre y el aguijón de un abejorro y
las patas de un grillo. Y si la baba que gotea de sus colmillos,
porque sí, podemos agregar vampiro a la mezcla, significa
cualquier cosa, Ten está en el menú de la cena.
462
Se concentran en mí en masa, arrastrándose sobre mí,

mordiéndome.
Gritando, me pego en la cara, en los brazos. Los gritos

de Kayla pronto se mezclan con los míos. Nos están comiendo
vivas y no podemos seguir así. Es demasiado, pero lo triste es
que no nos matará.
Una chinche se une a la fiesta, me pica, me quema, pero

también mata a algunas de las hormigas. Una idea me golpea
Es horrible. Me va a hacer daño. Pero me recuperaré. Tal vez.
Me arrojo al enjambre de chinches. Me pican

repetidamente y estoy bastante segura de que mi piel se está
derritiendo, pero las hormigas están muriendo también, así
que lo considero una victoria. Aunque mis ojos están tan
hinchados que me estoy acercando a la ceguera total, puedo
encontrar a Kayla a través de sus gritos y arrojarme sobre ella.
Nuestros miembros se enredan, los chinches asaltantes
también la atacan.
Cuando matan a la última de las hormigas, aprieto mi

agarre sobre Kayla y ruedo sobre la hierba, rocas que cortan
los músculos expuestos, pero también aplastan a los insectos
- brasas. En el momento en que todavía me pongo en pie, estoy
perdiendo tanta sangre vital, no estoy segura de tener la fuerza
para soportarlo.
—Casi... allí, —Kayla jadea. Sus ojos y labios están tan

hinchados como los míos, y hay pinchazos en toda su cara,
cuello y brazos. Ella logra subir a cuatro patas—. Así.
Los graznidos suenan desde el cielo. Los pájaros deben

estar rodeándonos. Somos presas fáciles.
Aprieto los dientes y me pongo a cuatro patas, también.

Los mareos casi me derriban a medida que avanzo,
463
quedándome detrás de ella solo con el contacto, mis dedos

rozando su pie cada vez que extiendo mi brazo.
Finalmente, benditamente, se detiene. —Come, —dice,

colocando algo en mi mano.
No me tomo el tiempo para estudiarlo, ¿por qué

intentarlo? Mis ojos todavía están demasiado hinchados para
ver más que sombras. ¿Acabo de meter el objeto -una hoja? -
en mi boca y masticar con la poca fuerza que me queda. En el
momento en que trago, sin embargo, esa “pequeña” fuerza se
multiplica.
Mi hinchazón disminuye y la piel comienza a crecer

sobre mis músculos.
Me doy cuenta de que estoy bajo un árbol de Wisteria.

El más grande que he visto, con un tronco del tamaño de una
maldita casa. Las flores son magníficas, algunas de color
violeta profundo, algunas de color rosa suave y algunas
blancas como la nieve, todas gruesas y exuberantes,
absolutamente perfectas, que cuelgan de las ramas como
racimos de uvas.
Me levanto y levanto a Kayla. El dulce aroma de la caña

de azúcar impregna todo aquí.
—Come, —repite, arrancando un puñado de pétalos y

metiéndoselos en la boca. Poco después de que ella trague, el
resto de los pinchazos se desvanecen de su piel.
Como un puñado de pétalos, el sabor es tan dulce como

el olor, algo que no había notado mientras sentía tanto dolor.
Trago saliva, y mi piel comienza a hormiguear, mi sangre a
calentarse. Así es como ella y los demás sobrevivieron tanto
tiempo, sin ninguna duda al respecto. Pero... ¿cómo está el
árbol aquí, en un lugar tan desolado?
464
—Las aves no se nos acercan cuando estamos a esta

sombra, —dice ella—. No sé por qué. Solo sé que este es el
centro del reino.
—¿Cuántos otros espíritus hay aquí?
—Miles. Millones. No estoy segura. Los pájaros los llevan

a las montañas. Si deseas saber cuántos otros están a salvo,
como nosotros, la respuesta fluctúa a medida que llegan los
recién llegados, pero en este momento solo hay otros dos. Reed
y un hombre que he visto en el bosque. Él huye de nosotros.
—¿Kayla? —Reed da un paso alrededor de una rama del

tamaño de un coche. Cuando su mirada me encuentra, se
estrecha—. Regresaste.
—Desafortunadamente. —Y ahora me gustaría

encontrar una salida.
Tú los salvaste.
¿Cómo?

—La última vez que estuve aquí, me dijiste que había un

lago, —le dije.
La sonrisa de Reed es fría mientras agita su mano en la

dirección de la que acaba de venir. —Está justo fuera de la
sombra, pero en el momento en que llegues a la orilla, los
pájaros descenderán.
—¿Incluso si salto? —No te quedes seco...
Su risa tiene un borde muy agudo. —No. Los pájaros no

te atraparán si saltas, pero algo más lo hará. Todos los que
alguna vez han tocado una gota de ese agua han sido
absorbidos en sus profundidades y salen en pedazos.
465
466
Capítulo Veinticinco
Si al principio no tienes éxito, mata a tu oponente.
-Myriad-
Me quedo al borde de la sombra, mis bolsillos llenos de

hojas del árbol, Kayla y Reed a mi lado. Los pájaros saben lo
que estoy planeando. Deben saberlo. Circulan sobre sus
cabezas, esperando para zambullirse, para atacar, en el
momento en que me mueva.
Kayla me da un abrazo. —¿Seguro que quieres hacer

esto?
Siete mujeres bailando, ignoran sus dulces romances. —

Hay una diferencia entre querer hacer algo y saber que tengo
que hacerlo.
—Bueno. ¿Por qué necesitas hacer esto? —exige Reed.
—Creo que es la salida. —Opto por la honestidad en

lugar de la evasión. Por mucho que no quiero darles falsas
esperanzas, quiero hacer que se animen. La esperanza
empodera. Es la razón por la que nos despertamos y la razón
por la que nos levantamos. La razón por la que seguimos
avanzando—. Si pudierais iros y elegir uno de los reinos…
467
—Sí. —dicen al unísono.
—¿Ya no estaríais interesado en la paz? —pregunto.
—La paz siempre será mi prioridad, pero sé que no

puedo lograrlo aquí. —dice Kayla.
No tengo corazón para decirle que nunca lo logrará.

Troika y Myriad nunca convocarán una tregua, y sus batallas
siempre se extenderán a la Tierra de la Cosecha.
Reed me frunce el ceño. —Dime que tienes un plan para

sobrevivir a lo que sea que haya en el agua.
—Lo hago. Voy a averiguarlo cuando llegue allí.
Se frota la parte posterior del cuello.
—¿Qué tengo que perder? ¿Mi vida? He estado allí, lo he

hecho. —Pero ¿qué pasa después? No creo en fusión, ya no.
Para nadie. Pero estoy en muchos fines. No creo que pueda
entrar al Descanso.
—No puedo creer que esté diciendo esto, —se queja

Reed—, pero iré contigo.
Kayla gime. —Sabía que insistirías.
—No tienes que... —comienza.
—No hay forma de que me quede si vas, —interrumpe—

. Ni lo sugieras.
Una pequeña burbuja de esperanza se expande en mi

pecho. Hay más en la chica de lo que me di cuenta.
Reed asiente. —Solo... prepárate para lo peor.
Odio la idea de arriesgar sus vidas y utilizo el término

vidas vagamente, pero si estoy en lo cierto y la canción es el
mapa de ruta hacia la libertad, esta es nuestra mejor opción.
468
—Estoy preparada. —dice Kayla—. Todos los días, estoy

preparada.
—Su fe en mí es humillante, muchachos. —Paso el

alambre de una muñequera a través de las presillas de los
vaqueros manchados de barro de Reed. Kayla no tiene presillas
para el cinturón, así que presiono su dedo a través del pequeño
gancho de metal—. Pase lo que pase, mantente agarrada a
esto.
Su asentimiento es reacio, pero bueno, un asentimiento

es un asentimiento.
—Oh, una palabra de advertencia. Puede que haya o no

siete mujeres en el agua, y si intentan ensoñaros, tenéis que
ignorarlas. —Los cojo de las manos mientras chisporrotean
confusos—. Bien entonces. ¡En sus marcas, listos, fuera!
Avanzamos, corriendo tan rápido como podemos. Los

pájaros descienden, bombardeando el cielo. Y eso ni siquiera
es lo peor. Las arañas mono surgen de las sombras del bosque,
usando sus poderosos brazos para galopar y aumentar su
velocidad. ¡Debería haber sabido que estarían allí afuera!
Lucha contra el pánico. Céntrate. En cualquier momento

ahora nos alcanzarán... casi allí... Salto a un lado, arrastrando
a Kayla conmigo para evitar otra entrada. Luego corro hacia la
orilla, forzando a Reed y Kayla a mantener el ritmo.
Terminamos dando tumbos, las mitades superiores de
nuestros cuerpos en el agua, nuestras piernas en el suelo.
Un gorila agarra el tobillo de Reed. Un pájaro hunde sus

afiladas garras en mi espalda mientras otro muerde la
pantorrilla de Kayla, extrayendo sangre vital. Le doy una
patada a mi atacante y giro para arrojar agua a los animales.
Las gotitas salpican sobre ellos, y como la Malvada Bruja del
Oeste, su carne chisporrotea. Somos liberados, lo que nos
permite profundizar en el agua, pero no hay tiempo para
469
alegrarse. No hay razón para disfrutar de una sensación de

alivio. En segundos, estamos atrapados en un vórtice giratorio,
viajando hacia abajo, hacia abajo, más y más profundo en el
agua.
Cuando trato de abrirme camino hacia la superficie,

trago demasiada agua y me atraganto. Continuamos girando,
dando vueltas y vueltas, el cable envolviendo la cintura de
Reed. ¡Cero! Mi plan para mantenernos juntos podría cortarlo
a la mitad.
Finalmente, el giro se detiene. Estoy mareada, pero al

menos puedo respirar de nuevo, el agua es succionada, incluso
desde mis pulmones. Estamos atrapados en el ojo de una gran
y terrible tormenta, suspendida dentro de una viga de aire
gelatinoso, creo.
Peces… cosas... nadan a nuestro alrededor; tienen la

cara y el torso de una mujer humana. La forma, de todos
modos. En lugar de piel, están cubiertos de escamas. Largos
mechones de cabello rosado flotan alrededor de cuerpos
parecidos a tiburones.
—Ven conmigo, —dice una. Mientras habla, se revelan

dos capas de dientes afilados como dagas, un trozo de carne
atrapado entre los dos al frente.
—No, no, ven conmigo, —dice otra.
Se ríen como niñas y continúan invitándonos.
Una tercera habla. —Seamos amigos. Todos podríais

tener un nuevo amigo. —Sí, sí, me encantaría ir con ellos, me
encantaría hacer un nuevo amigo.
Suena como la mejores idea de la historia. Reed y Kayla

deben estar de acuerdo conmigo, porque ya están remando
hacia adelante, buscando a las siete damas bailando.
470
Siete mujeres bailando, ignoran sus dulces romances.
La voz de Loony Lina llena mi cabeza, ahogando las risas

y la charla.
Niego con la cabeza para aclarar mis pensamientos y

concentrarme por completo en la tarea que tiene entre manos,
solo luego me doy cuenta de que las “damas” se están lamiendo
los dientes, preparándose para comerse a la primera persona
a su alcance.
¡Cero! Tiro de los cables, tirando de los niños a mi lado.

Se pelean conmigo, en realidad me patean, desesperados por
unirse a sus nuevas “amigas”.
En un esfuerzo por ahogar el dulce encantamiento,

canto la canción en voz alta.
Los niños pelean cada vez menos, las chicas - pescado

se vuelven cada vez más agitadas, gritan y maldicen, los largos
mechones de sus cabellos en realidad se erizan y crepitan con
rayos, como si hubieran metido las manos en un enchufe.
Cuando Reed y Kayla por fin las abandonan, la parte

inferior del aire gelatinoso desaparece, y nos dejan.
Abajo, abajo caemos a través de un túnel de oscuridad,

finalmente golpeando algo afilado. Rodamos sobre tierra y
rocas, los cables ahora envueltos alrededor de todos nosotros,
cortando ambos brazos hasta el hueso. Hemorragia, la fuerza
me drena a un ritmo acelerado. Tiemblo, mis miembros se
debilitan mientras me desenredo.
En mi bolsillo, solo queda una hoja; las otras deben

haber sido succionadas con el agua. Reed y Kayla, quienes
también llenaron sus bolsillos, también los tienen vacíos.
Rasgo la hoja en tres y cada uno come una sección.
471
Calor... mi piel se remienda... regresa un poco de fuerza,

pero no una recarga completa.
Me pongo de pie y Reed y Kayla luchan por ponerse a mi

lado.
—¿Dónde estamos? —Susurra. Hay un matiz de horror

en su voz, un matiz que siento yo misma.
—No lo sé.
La habitación está iluminada por antorchas de hueso,

llamas que crepitan al final de restos humanos. El suelo no es
roca y tierra como suponía, sino dientes arrancados y ...
¿arena para gatos? El olor del bicarbonato de sodio no
prevalece contra los cuerpos sucios.
Las paredes se elevan a nuestro alrededor, pero no están

hechas de piedra, madera o paneles de yeso. No, estas paredes
están hechas de jaulas. Demasiados para contar, unos
apilados sobre los otros. Dentro de cada jaula hay un solo
espíritu. ¿Los no firmados? ¿Aquellos capturados en el Reino
de muchos fines? Los ocupantes se contorsionan en diferentes
posiciones de dolor, gimiendo con diversos grados de tormento.
La risa de repente suena y no proviene de las jaulas.
¡Alguien viene!
—Seis segundos para esconderte, subir, subir, y

sobrevivirás, —ordeno suavemente—. Escalad. Ahora.
Escalamos las jaulas como si la tierra estuviera en

llamas, dispuestos a usar las barras superiores como
barandillas y usar las barras inferiores como escabeles. Las
personas enjauladas nos miran, pero les duele demasiado para
hablar. Esto me perseguirá por el resto de mi muerte.
472
Cuando tres hombres doblan la esquina, nos quedamos

quietos. Me sacudo, gotas de sudor gotean por mi sien. Los
hombres no se molestan en mirar a ningún lado sino a la fila
inferior de prisioneros. Prisioneros que están retrocediendo,
haciendo reír a los hombres.
Se detienen en la jaula de la extrema derecha, abren la

puerta y llegan adentro, arrastrando a un adolescente que
llora.
—Por favor, no, —suplica el chico—. Por favor.
—Ya lo sabes —Uno de los hombres sostiene la boca del

chico abierta—. No hablas con tus superiores.
Otro hombre palmea una daga, extiende la mano y corta

la lengua del niño.
La pura brutalidad del acto me hace respirar

profundamente. Mientras los hombres se llevan al niño, él
pelea lo mejor que puede, pero no le sirve de nada. Es
demasiado débil y ellos son demasiado fuertes.
Estoy demasiado débil para ayudar. Tres contra uno. O

tres contra tres si Reed y Kayla ayudan, pero quién sabe si lo
harán. Me digo a mí misma que seré capturada. Todos seremos
capturados. Estaremos encerrados y no seremos buenos para
nadie. Es una elección. Una elección inteligente. Puedo volver
por ellos. A por todo el mundo. Encontraré el camino a un lugar
seguro y puedo regresar armada al máximo. Tal vez.
Ojalá.
Pero recuerdo la época en que Bow-Archer luchó contra

los guardias dentro de Prynne.
No hice nada y la culpa me consumió.
Podría lamentar esto, pero…
473
Caigo, mi estómago flotando en mi garganta. Tomo el

cable en mi pulsera -Gracias, Killian, - al segundo en que
aterrizo en los hombros de uno de los guardias. Él gruñe.
Mientras caímos, envuelvo el cable alrededor de su cuello, pero
tan pronto como llegamos al suelo, me levanto, el cable queda
en su lugar, ahogándolo. Mis brazos están extendidos por
encima y los uso para empujar y darle una patada en la cara.
Una cara que es de color rojo brillante, casi azul.
Sus ojos se abultan mientras lucha por liberarse,

haciendo pequeños gorgoritos.
Otro guardia me patea el estómago. Las estrellas

explotan detrás de mis ojos y el dolor me atraviesa. Él no ayuda
a su amigo, incluso si son amigos, porque el movimiento
brusco de mi cuerpo solo aprieta el cable.
El Sr. Botas echa hacia atrás su pierna, preparándose

para lanzar otro golpe. Me preparo para tomarlo como una
chica. Mejor que un hombre. Reed aterriza sobre él y los dos
caen en una maraña de puñetazos.
El tercer guardia libera al chico sin lengua y corre. Si él

escapa, estamos jodidos. Volverá con otros.
A veces puedes ofrecerle a alguien una segunda

oportunidad. A veces no deberías.
Tiro de mis brazos con todas mis fuerzas. El cable

atraviesa la garganta del guardia por completo. De repente,
estoy libre de mi carga y corriendo tras el último hombre.
Kayla me gana con él. Lo derriba, gimiendo y aferrándose

a su espalda, incluso después del impacto. Él se acerca para
agarrarla por el pelo, pero me agarro a su muñeca antes de que
él pueda ponerse en contacto con ella.
La ira me quema mientras la desesperación me refresca.

Estoy cien por ciento en conflicto sobre mis próximas acciones.
474
Aun así, le doy un tirón, saco al hombre de debajo de ella y

pisoteo su cabeza hasta que queda tan flaco como fideos de
espagueti.
Estoy jadeando mientras me acerco a Kayla. —¿Estás

bien?
—Sí, —dice ella, pero no me mira a los ojos—. Creo que

sí.
Mantengo mi fachada tranquila mientras miro hacia

atrás, a Reed. Su oponente está inmóvil, también. Está
agachado junto al chico sin lengua, que está inmóvil. ¿Ha
tenido una hemorragia ya?
¡Todo esto por nada! Grita mi mente.
Levanto un mentón mental. Salvando mi conciencia,

vale la pena. Vale la pena todo esto.
Los prisioneros en las jaulas se animan y nos animan,

incluso cuando les digo shhhh.
—Si viene otro guardia, no tendré la oportunidad de

liberaros, —les digo, y finalmente se callan.
Trabajo en una cerradura durante un minuto, dos, la

agonía de los segundos, pero no hay ojo de la cerradura y no
puedo encontrar otra.
—Lo siento, —le digo. Tengo que llevar a Reed y Kayla a

un lugar seguro—. Volveré.
¿Próximo movimiento?
Cinco veces cuatro por tres, y ahí es donde él estará.
Yo hago las matemáticas Cinco veces cuatro es veinte y

veinte veces tres es sesenta.
475
Sesenta y ahí es donde estará. ¿Quién?
Como Lina creó la canción especialmente para mí, ella

habría sabido a qué pared terminaría subiendo cuando
llegaran los guardias. Habría conocido mis instintos. Y mis
instintos gritan por subir sesenta pisos de jaulas.
Odio mis instintos —Subid, —le digo, volviendo al lugar

que abandoné. Kayla gime, niega con la cabeza—. No creo que
pueda.
—No pienses, hazlo. —Un orador motivacional que no

soy—. Es la única manera.
—Puedes hacerlo, —le dice Reed, dándole un impulso—

. Vas a lograrlo.
Empezamos a subir... y subir... y Reed y yo tenemos que

llevar a Kayla varios pisos. Algunas veces, uno de los
prisioneros reúne la fuerza para agarrar a uno de nosotros y
suplicar ayuda. Una vez más, me llama la atención la
necesidad de hacer lo que pueda. Quiero hacer algo tan
desesperadamente que estoy llorando para cuando lleguemos
al trigésimo nivel. Solo a mitad de camino. Estas personas
están demacradas y están sucias. Están heridos y sin
esperanza. De vez en cuando paro para intentar desbloquear
algunos de los bloqueos, pero no puedo y elimina aún más de
mi fuerza.
Dos salvaré, seré valiente, valiente, valiente.
Cierto. Seguir el plan. Pon a Reed y Kayla a salvo,

regresa por los demás.
En el cuadragésimo vuelo, estoy temblando

incontrolablemente. Para el quincuagésimo, estoy lista para
darme por vencida. Me doy una charla de ánimo. Pasé por algo
peor, pero salí más fuerte del otro lado. Tan cerca del final de
la canción, hasta la victoria.
476
En el sexagésimo nivel, lo hice, ¡realmente lo hice! Mi

felicidad dura poco.
Me encuentro mirando a los ojos de Killian.
El horror me llena, pero también lo hace la euforia, y

jadeo su nombre. —¿Qué estás haciendo aquí?
Él agarra los barrotes, sus dedos sucios aparecen entre

los míos. Todavía tiene su caparazón, un collar dorado
brillante alrededor de su cuello, pero yo soy un espíritu. —
Moriste. ¿Cómo moriste? Maldita sea, Ten. Yo quería que
vivieras.
—No es mi culpa. Mi tía como que me asesinó. —¡Basta

de mí!— ¿Cómo que estás aquí? Tú…
—¿Cuándo firmaste con Myriad? —exige.
—No lo hice. Tú…
—Debiste hacerlo. Estás en la parte más externa del

reino. La perrera.
—No. ¡Y deja de interrumpirme! —La desesperación me

da un tono más agudo—. Estoy en el Reino de muchos fines,
igual que tú, y quiero saber cómo llegaste aquí.
—Esto es Myriad, muchacha.
¿Los dos están conectados a través del lago?
—¿Cómo puedo salir de aquí, Killian? Ayúdame a

ayudarte. Por favor.
Una mano femenina se dispara desde la jaula junto a la

suya y Elena dice: —Tú eres la culpable de esto.
¡Cero! No puedo irme sin ella, tampoco.
477
—Ella no tiene la culpa. —Más agitada por segundos,

Killian dice—: Tienes que irte, Ten. Sigue escalando. Solo
quedan veinte niveles para alcanzar y llegarás a la cima.
¿Solo veinte? Gimoteo. —No me iré sin ti. —¡Reed! Kayla!

Ayudadme a liberarlo.
Mientras trabajamos (sin éxito) en la cerradura, Killian

se pasa una mano por la cara. —El Reino de Muchos Fines
está conectado a Myriad. Escuché rumores, pero nunca los
creí. ¿Cómo he podido ser tan ciego? Pero tiene sentido, ¿no?
¿Por qué más diría Myriad que es mejor permanecer sin firmar
que firmar con Troika?
—Vamos a preocuparnos por eso más tarde. Por ahora,

cállate y ayúdame.
Él alcanza a través de los barrotes. —No. Necesitas irte…
—Ten. —Reed comienza a subir de nuevo—. No necesito

que me lo digan más de dos veces.
Los ojos dorados de Killian me suplican. —En la parte

superior, ve a la izquierda, a la izquierda, a la derecha, a la
izquierda, a la derecha y mata a cualquiera que se ponga en tu
camino. No lo dudes. Sigue esas instrucciones y llegarás a una
portada trémula. Cuando lo atraveséis, os llevará a la Tierra de
la Cosecha. Debido a que tus espíritus están desatados, no
estoy seguro de dónde terminarás.
Cualquier lugar es mejor que este, pero niego con

vehemencia. —Te dije que no me iré sin ti, y lo dije en serio.
Sin ti tampoco, Elena. —Me apresuro, un poco torpe ahora,
enrollo el alambre de mi brazalete alrededor de la cerradura de
metal y comienzo a cortar. Chispas vuelan.
—Saldremos de aquí lo suficientemente rápido. —Traza

con la yema del dedo sobre mis nudillos—. Siempre lo
hacemos. Necesitas irte.
478
—Estoy progresando por fin.
—No lo suficientemente rápido.
Me está destrozando por dentro. —Killian, no puedo…
—Puedes. Debes.
—A menos que seas capturada hoy, entonces no tienes

tiempo para esto, —interrumpe Elena—. Solo haz lo que él
dice.
Incluso cuando me estremezco, lo último de la canción

suena en mi cabeza. Dos debo salvar, seré valiente, valiente,
valiente. Regresaré por el que adoro.
Lina previó incluso esto. Ella sabía la difícil situación

que enfrentaría.
No hay otra manera, ¿verdad? —Vale. Está bien, —digo,

las palabras salen de mí—. Me iré. Odio esto, pero me iré. —
Desenrollo el cable mientras las lágrimas corren por mis
mejillas—. No creo en el sino, pero creo que creo en el destino.
—El camino ha sido puesto delante de mí, si tomo las
decisiones correctas—. Volveré por ti.
Él me mira como si quisiera agarrarme la nuca y

besarme. —Los generales ahora están de acuerdo con Pearl.
Estás mejor muerta que firmada con Troika. Pero si firmas con
Myriad, Ten, serás uno de nosotros. Estarás protegida. Y tú y
yo... podremos estar juntos.
Quiero eso. Quiero estar con él, no es un chico, es un

guerrero. No es alguien a quien pueda presionar y me alegro
por eso. Cuando él me mira, ve quién soy y no tiene miedo.
Porque estamos enlazados. Nos quemamos juntos…y solo
quiere calentarme más.
479
Caminaría por el infierno por mí. No tengo dudas sobre

eso. Y yo caminaría por el infierno por él. Pero no voy a firmar
con Myriad. ¿Esto? ¿Estas jaulas? Han sellado el trato.
Tengo que encontrar otra manera de estar con él.
—Regresaré por ti, —repito. Mientras me levanto, estoy

llorando, pero hago lo que necesito hacer. Sigo escalando, mi
determinación me da fuerza suficiente para empujar a Kayla
cada vez que se resbala.
Finalmente llegamos a la cima, y Reed, que nos está

esperando, nos lleva a una pasarela de piedra. Piedra por
arriba, al lado y debajo de nosotros. Cada piedra tallada en la
forma de un cráneo humano. Las cuencas vacías de los ojos
parecen seguirme cuando me tropiezo, tomando la iniciativa.
Izquierda, izquierda. Derecha. Mis rodillas tiemblan. En este
pasillo, los esqueletos cuelgan del techo, cada uno envuelto en
una túnica violeta.
¿Túnicas Troikanas?
Cuando giramos la siguiente a la izquierda, unos

símbolos extraños brillan en las paredes y una alarma vuelve
a la vida.
¡Cero! Nos han descubierto.
No pasa mucho tiempo antes de que una estampida de

pasos suene detrás de nosotros. Miro por encima del hombro
mientras los guardias se apresuran a doblar la esquina. Seis
de ellos.
—Id, id, —le digo a mis cargas—. Desviaré nuestra cola.
Kayla me alcanza. —¡No! Hacemos esto juntos.
—Reed, —digo, y él entiende.
480
La empuja hacia un lado, obligándola a mantener el

ritmo con él. Gira a la derecha siguiente, desapareciendo de mi
vista.
Me detengo y giro, de cara a los guardias mientras caen

hacia mí. Lucharé hasta mi segunda muerte si es necesario,
pero estos hombres no me pasarán.
Un segundo después, los guardias me alcanzan y...
481
Capitulo Veintiséis
Hoy vives, mañana morirás. Haz lo que hagas mientras tanto importa.
-Troika-
Me pongo de pie, mis párpados se abren de golpe. Archer

está de pie a mi lado, sosteniendo mi mano.
Alivio baña sus facciones mientras agarra mi mano

contra su pecho. —Estás, viva. Vas a estar bien.
—¿Dónde estoy? —Mi voz es un sonido borroso. Estoy

jadeando, mi piel húmeda. También estoy mareada y débil—.
¿Dónde está Kayla? ¿Reed?
Me obliga a recostarme en un montículo de almohadas.

—Comencemos contigo. Estás en una casa segura Troikan.
Otra casa segura... en un dormitorio que se convirtió en

una sala de traumatología improvisada. Diferentes máquinas
nos rodean, algunas de ellas suenan sintonizadas en mi
corazón. Los monitores están anclados a las paredes, los
números parpadean y hay los símbolos que nunca he visto.
—Kayla y Reed están en Troika, gracias a ti, —dice

Archer con una sonrisa brillante—. Los salvaste.
482
—No. —Niego con la cabeza—. Killian. Killian los salvó.

Pero... ¿cómo los encontraste?
—Atravesaron un velo en Myriad y sus espíritus

terminaron en la Tierra de la Cosecha. Estaban gritando por
ayuda, y un TL estaba cerca. Los dos juraron lealtad a Troika,
se formó el vínculo y TL pudo escoltarlos al reino.
Hay esperanza, entonces. Hay esperanza para los No

firmados, incluso después de que mueran.
¡Pueden ser salvados! Simplemente tienen que encontrar

la salida de Muchos Fines... de Myriad.
Me estremezco. —Killian necesita nuestra ayuda. Está

atrapado.
—No estás en condiciones...
—No me importa. Tengo que volver por él. Lo pusieron

en la perrera, Archer. Una jaula para perros. —Me trago un
lamento—. Tengo que volver.
—No le harás ningún bien a nadie hasta que hayas

recuperado tu fuerza. —Suelta mi mano el tiempo suficiente
para poner una silla al lado de mi cama—. Tu tía te mató.
—Sí. Lo recuerdo. —Y guau. Me duele la garganta. Alzo

la mano temblorosa y palmeo mi cuello. Hay un vendaje grueso
que cubre el agujero dejado por el extremo puntiagudo del
pincel. Cuando mi hombro se da por vencido, mi brazo cae
inútilmente sobre el colchón.
¡Cero! Archer tiene razón. No soy buena para Killian en

estas condiciones. Para navegar en el Reino de muchos fines,
para escalar esas jaulas y correr a través de Myriad, tengo que
estar en mi mejor momento. Estarán preparados la próxima
vez, esperándome y observándome.
483
Aun así, mi sentido de urgencia no se desvanece.
—Además, —dice—. Me debes un gran favor. Te salvé la

vida ¿Y adivina lo que quiero a cambio? Que te quedes en la
cama hasta que estés completamente recuperada.
Rata. Me pide demasiado. —¿Cómo me encontraste?
—Recibí un mensaje de alguien que sabía mi rango e

identificación. Este alguien mencionó 10:17 el 12 de noviembre
y una niña que muere en una casa de crack. Decidí verificar
las cosas y encontré tu cuerpo en un charco de sangre.
—¿Lina te envió un mensaje?
—Esa es mi suposición.
—Pero ¿cómo obtuvo tu rango e identificación? ¿Cómo

obtuvo el equipo que necesitaba?
—Esas son preguntas excelentes que ella se niega a

responder.
Bueno... tal vez ya sé las respuestas. Loony Lina no está

tan loca, después de todo. Noo está multi-fusionada sino
dotada. Ve el futuro. Sabía cómo navegar por los dos reinos. —
¿Dónde está ella ahora?
—Aquí. Encerrada en el dormitorio de al lado. No volverá

a lastimarte. —Ella me lastimó, sí, pero también contactó con
Archer para que él pudiera salvarme.
En este momento, no sé qué pensar de ella. —¿Cuánto

tiempo he estado fuera?
—Solo dos días.
¿Solamente? Son cuarenta y ocho horas que Killian y

Elena han pasado dentro de sus jaulas. Si no han sido
484
liberados. Parecían pensar que serían liberados más temprano

que tarde.
—¿Has tenido noticias de Killian? —Pregunto.
—No.
Entonces no ha sido liberado. Mi estómago se hunde.
—Levi vino aquí, —dice Archer—, compartió su sangre

vital contigo, es más fuerte que la mía y mantuvo tu cuerpo
vivo mientras tu espíritu estaba en Muchos Finales.
—Es Myriad. Archer, Muchos Finales está conectado a

Myriad.
Pasa dos dedos sobre la sombra de una barba dorada en

su mandíbula. —Lo sé. Reed me lo dijo. Toda Troika está
conmocionada y todo Myriad está negando la afirmación del
chico. El reino no quiere que sepamos que tienen acceso a los
espíritus de los No Firmados. Probablemente porque no
quieren que sepamos lo que le hacen a los espíritus de los No
Firmados.
Bueno, Killian sabe la verdad ahora. Él dejará las cosas

claras. Una vez que sea libre. Tengo que liberarlo. —Hay tantos
espíritus encerrados en jaulas... por no mencionar los espíritus
que se usan como comida viva para pájaros ¡Y peor!
—Lo sé también. Los chicos nos contaron todo por lo que

habían pasado.
—Tengo que ayudarlos. A todos ellos. Pero ahora que

estoy lejos de las Perreras y mi adrenalina va a fuego lento, la
tarea de repente me parece imposible. Como no firmaré con
Myriad, tendré que permanecer No Firmada para ingresar en
Muchos Finales nuevamente. Y la próxima vez, tendré más
gente para encontrar y liberar, aves monstruo y gorilas de
485
pesadilla para luchar. No abandonarán su alijo de dulces

humanos fácilmente.
Entonces la pregunta es: ¿Sigo adelante o firmo con

Troika?
Quiero hacerlo, así es como me estaba inclinando antes

de esto, pero si tomo esa ruta, es posible que no pueda
encontrar otro camino dentro de Muchos fines. Y aún no he
recibido una promesa muy necesaria de Archer. Una promesa
que no me puede dar.
Quiero que él salve a Killian de la ira de Myriad.
—Firma con Troika, Ten. —Archer debe estar leyendo

mis pensamientos en mi cara. Su mirada se vuelve
significativa—. Encontraremos una manera de salvar a los
espíritus en Muchos fines. Juntos.
—¿Podemos? La única forma en que sé hacer eso es

experimentar de nuevo la primera muerte y que me traigas de
vuelta. —¡El riesgo! Un día, mi cuerpo no se recuperará.
—Encontraremos otra manera.
Quiero confiar en él. Lo hago. No confiaba en él en

Prynne, y no confiaba en él cuando mi padre entró en mi
habitación como un torbellino, y, sin embargo, me ayudó.
—¿Vas a salvar a Killian de la ira de Myriad? Porque han

atado su vida a mi decisión Si firmo con Troika, él muere.
Archer cierra los ojos. —No puedo. No puedo entrar a

Myriad y allí es donde lo mantendrán.
—Entonces voy a permanecer Sin Firmar un poco más.
Ahora él me mira. —Solo porque no podamos ver la

solución no significa que no haya ninguna.
486
—Haces un buen punto, pero soy débil, y este no es el

momento de tomar una decisión que altere mi vida.
—No hay mejor momento —Pero suspira y,

misericordiosamente, cambia de tema— ¿Qué tal un poema de
celebración?
—Te gustaría que rimara, supongo.
—Solo porque merezco lo mejor.
¡Digo ah! —Si hay una cosa que sé, es esto. Cuando
estaba muerta, me extrañaron. Tú, Archer Prince, crees que
soy genial, mucho mejor que los números seis, siete, ocho.
¡Incluso nueve! Porque es hora, es hora, es hora de que
enfrentes los hechos -la vida sin mí seriamente carece. Y antes
de que te enojes y trates de negarlo, hay algo que
probablemente debería admitir. Supongo que te amo, a pesar
de que eres un dolor. Pero estoy bastante segura de que eso
significa... que estoy completamente loca.
En un esfuerzo por reconstruir mi resistencia, camino

por la cinta de correr durante diez minutos... veinte... Mientras
tanto, miro por la ventana. A los árboles balanceándose en una
brisa fuerte, al sol brillando sobre colinas ondulantes. Quiero
estar de pie en un cálido y dorado rayo de sol, lo anhelo. En
realidad, quiero besar a Killian en un cálido rayo dorado.
Tengo que dejar esta casa segura, y pronto.
Han pasado dos días desde que desperté por primera vez
en la cama, y aún no ha habido señales de Killian o Elena. Mi
nivel de frustración está cerca de la detonación.
487
—¡Cero! —Golpeo la consola, haciendo que la máquina

se acelere. Oops. Detonación lograda.
—Que mal genio. —Deacon entra al gimnasio, una

habitación incorporada en la parte trasera de la casa,
espaciosa pero atestada de equipos. Viste una camisa ceñida,
sus jeans rasgados y sus botas de combate cubiertas de barro.
Cruza los brazos sobre el monitor en la cinta.
—Sí. —Reduzco la velocidad, así que no voy a estar tan

alborotado durante nuestra conversación— ¿Cómo están
Kayla y Reed?
—Son buenos. Han entrado en entrenamiento para

convertirse en Obreros.
Ambos son advertidos sobre los peligros de permanecer

sin firmar, por lo que deben sobresalir en sus nuevos trabajos.
Por otra parte, hay idiotas como yo...
No puedo dejar de lado mi deseo de volver a Muchos

fines y salvar a los espíritus aún atrapados. No puedo dejar ir
a Killian.
—¿Quieres saber quién no lo está haciéndolo tan bien?

—Continúa—. Sloan. Ella está perdida. Ha sido así desde que
nos separamos después de la fiesta.
Oookay. La manera de detenerme en mi camino. Golpeo

el botón correcto y la banda de rodaje se ralentiza aún más...
se detiene... y la inclinación baja. Agarro mi toalla y la paso por
mi frente sudorosa. —¿Cómo hace Archer para encontrarme
siempre? Haz eso. Encuéntrala. —No me gusta que esté
desaparecida.
—Tú lo llamaste. Ella no me ha llamado.
Verdad. —Creo que planeaba ir a casa para finalmente

incendiar el patrimonio de su familia. ¿Has mirado allí?
488
Su cabeceo es recortado. —Primer lugar que revisé.
¡Cero!
¡Boom! ¡Boom! ¡Boom!
Al unísono, nos volvemos hacia la pared norte. La pared

que nos bloquea de Lina, Tía Lina o Loony Lina?
La he visto una sola vez desde que abandoné mi lecho

de enferma, pero ella ni siquiera se dio cuenta de que estaba
en la habitación, miró hacia atrás cuando la agarré por los
hombros y grité: —¿Por qué? ¿Cómo pudiste hacerme eso? —
Me fui insatisfecha y enojada.
—¿Quieres que la revise? —pregunta.
—No. Yo lo haré. Luego buscaremos a Sloan. Y a Killian,

—agrego en voz baja—. Juntos.
Él gruñe. No es un acuerdo, pero tampoco un rechazo.
Resignada, recorro el pasillo. Al final está la habitación

de Lina, la pared frente a mí ya no está hecha de yeso sino de
vidrio a prueba de balas. Increíble qué tipo de reparaciones y
cambios pueden hacer estos Obreros en un corto período de
tiempo.
Lina camina de un lado a otro, sus manos se retuercen

juntas. La han bañado: una trabajadora apareció ayer no solo
para darle de comer sino también para cepillarle, trenzarle el
pelo y cambiarla de ropa. Ahora lleva un bonito vestido rosa
con volantes.
Pongo mi mano en el panel de ID. Un láser brilla entre

mis dedos, cálido a mi piel. El candado de la puerta se abre,
489
seguido por la puerta misma. Entro, y Lina instantáneamente

se calma.
—No deberías haber confiado en ella, —dice.
Loony Lina. Aquí vamos de nuevo. Aunque sé que de

alguna manera ve el futuro, darle sentido a sus declaraciones
es casi imposible hasta después del hecho. —¿En quién no
debería haber confiado?
—En ella. Lamento que ella haya muerto.
Mi estómago se aprieta. —¿Quién murió, Lina?
—Moriste. Lloré. Él murió. Lloraste. Ella murió. Tantos

murieron. —Una lágrima resbala por su mejilla— ¿Por qué no
morí?
Tan enojada como estoy con ella, no me gusta verla

molesta. Y de alguna manera, me alegro de que los eventos se
hayan desarrollado de la manera en que lo hicieron. Si ella no
me hubiera matado, no habría liberado a Kayla y Reed. No
habría aprendido que Myriad y muchos fines están conectados.
No tendría ni idea de qué le pasó a Killian.
Un aliento cálido me roza la cara y parpadeo, solo

entonces me doy cuenta de que Lina está frente a mí. ¡Cero!
¡Concentrada!
—Lina, —digo—. Ayúdame a entender. Por favor. —Si es

suicida, debe entender su propia condición. Y debe ser horrible
vivir con toda esa muerte en su cabeza, saber lo que sucederá,
pero ser incapaz de evitar que los desastres sucedan. Por favor,
—repito.
Ella abre la boca, la cierra de golpe. —Tantos nombres.

Tantos desastres. Tantas muertes.
—¿Quién es el siguiente en morir?
490
Sus ojos no miran nada... o un futuro que todavía no

puedo ver. —La ejecución pública.
¡Finalmente! Estamos llegando a algún lado. Aunque

quiero sacudirla, me quedo quieta. No importa cuán
desesperado me sienta, no puedo arriesgarme a devolverla al
abismo de recuerdos que aún no han sucedido.
—El chico... el Obrero. La niña humana, —dice ella.
Mi sangre se enfría. Una ejecución pública. Un obrero y

una niña humana. Solo hay un trabajador masculino
desaparecido y solo una niña humana desaparecida —
¿Killian? Sloan? ¿Qué ocurre? ¿Qué pasa con ellos? —Si lo
supiera, podría salvarlos. ¡Tengo que salvarlos!
—La ejecución pública, —repite—. Madame... ella lo

mató. Él, el Obrero. Lloraste Lo siento.
No, no, no. —¿Dónde es-fue-la ejecución? —Apenas

puedo pronunciar las palabras.
—El camino... los pasos... te ves tan bonita con tu

vestido blanco.
¿El vestido blanco? ¿En el spa? ¿Está confundiendo dos

días diferentes en el mismo lugar?
Su mano se lanza y agarra la mía, sorprendiéndome. —

La guerra... está llegando. Goteo, goteo, luego viene la
inundación.
Tiempo presente. Esta es la primera vez que la escucho

usarla mientras está en este estado. ¿Por qué ahora? —¿Qué
guerra? ¿La que hay entre Troika y Myriad?
—No puedes detenerlo. Nadie puede. El dragón golpea.

El león ruge —Su agarre se aprieta sobre mí—. Lo que suceda
mañana lo cambia todo.
491
¿Mañana es la ejecución? La urgencia me impulsa

cuando beso su mejilla y murmuro, —Gracias. —Corro hacia
la puerta.
—Moriste, lloré, —dice ella.
Vuelve al pasado. ¿Porque ya no nos estamos tocando?
Me vuelvo y la encuentro caminando de nuevo,

retorciéndose las manos, sus ojos una vez más mirando a lo
lejos. Yo la ayudaré. De algún modo. Primero, sin embargo,
tengo que ayudar a Killian y Sloan.
—Deacon. —Llamo mientras cierro la puerta— ¡Archer!
Corro hacia la sala de estar, me dirijo al gimnasio, donde

hablé por última vez con Deacon, pero él se encuentra conmigo
en la cocina. —Creo que sé dónde está Sloan, o dónde estará y
estoy segura de que corre peligro.
En un destello de luz, Archer aparece junto a su amigo.

Está pálido, con los labios apretados.
—Pearl está planeando una ejecución pública, —digo.
Archer asiente. —La palabra ha sido enviada a toda

Troika. Killian y Sloan están programados para morir bien
temprano por la mañana.
—Myriad, por terrible que sea, nunca permitirá que

Pearl mate a un humano sin firmar en público, —dice
Deacon—. Es malo para sus intereses.
—Sloan, —responde Archer, su voz triste—. Firmó con

Myriad hace unas horas. Su espíritu ahora les pertenece.
Deacon cierra los ojos, con los hombros caídos.
492
Mi amiga firmó con mi enemigo. Y ellos son mi enemigo.

Están lastimando a los que amo, planeando hacer cosas
peores.
Me pellizco el puente de la nariz, sintiendo que soy

parcialmente culpable de la decisión de Sloan. Debería haber
pasado más tiempo con ella en la fiesta, deberíamos haber
discutido nuestro futuro con más detalle.
Pero realmente, ¿qué le habría hecho? Ella vio el

intercambio, lo mismo que yo. Sabía el gran valor que Troika
pone en toda vida.
Aún así. La amo y no voy a verla morir. —Reunid

vuestras tropas —le digo—. Vamos detrás de ellos.
No lo hacen, sino que se detienen para compartir una

mirada. —¿Qué? —Exijo.
—Sabes que Killian y Sloan pertenecen a Myriad —Hay

remordimiento en la voz de Archer y ese es un paso en la
dirección correcta, pero todavía apesta en este momento.
—Son personas, independientemente de su reino. Si no

los ayudas, no me ayudarás. Vale. Los salvaré por mi cuenta.
—Y estarás cayendo en una trampa, —dice Archer—. La

palabra de la ejecución fue enviada a nosotros simplemente
para sacarte de tu escondite. Ese es el Modus Operandi de
Pearl, como ha demostrado. Aquí, al menos, estás a salvo. Ella
no puede llegar a ti.
—No me importa.
Me dirijo a mi habitación para recoger las armas que he

elegido. Algunas dagas, un Oxi, un ciervo, dos cuchillos de
cocina. Hecho eso, me pongo mis brazaletes de cuero.
493
Cuando me giro, Deacon está apoyado contra el marco

de mi puerta. —Está bien, me has convencido. —Voy contigo.
Por Sloan, no por Killian.
Tomaré toda la ayuda que pueda obtener, si puedo

obtenerla. —¿Qué hay de Archer?
—Déjame decirte algo, chica. Troika tiene legiones de

ejércitos, pero cada uno de ellos está comprometido,
especialmente ahora que tenemos un solo Conducto. Estos
ejércitos están estacionados en todo tu mundo y el nuestro.
Luchan para proteger a una raza de personas que no los ven o
incluso piensan agradecerles. Tienen muy poco tiempo libre, si
es que tienen alguno. Trabajan incansablemente. Se lesionan
a menudo. No necesitan hacer nada más.
—Los felicito, —digo, aunque no sé por qué me está

diciendo todo esto— ¿Qué hay de Archer? —repito.
—Fue a pedirle al rey un ejército.
494
Capitulo Veintisiete
Tienes una Segunda Vida, pero no una segunda oportunidad. Elige

sabiamente.
-Myriad-
Esa noche, Deacon y yo nos dirigimos al spa para

establecer una tienda. Estamos a una milla de distancia
cuando llegamos a una barricada con Caparazones Myriad
patrullando. Retrocedemos con la intención de llegar al área
designada desde la otra dirección, solo para encontrar otro
obstáculo. Un intento de huir sería muy estúpido o realmente
inteligente.
La cosa es que, una vez que salimos del recuento,

salimos. Fin.
Finalmente, decidimos retroceder. Pearl lo ha planeado

todo, colocando a su gente en todas partes. En la parte
superior de los edificios. En cada entrada y salida de cada
carretera y edificio dentro de un radio de una milla. Ella habla
en serio sobre mi captura. O más bien, mi asesinato. Al
matarme y enviarme a Muchos fines, está segura de que Ashley
algún día tendrá otra oportunidad de ingresar a Myriad. Está
495
desesperada y esa desesperación será su perdición. No puedo

hundirme al mismo nivel.
Tengo que mantener la calma. Estar preparada.
Regresamos a la casa de seguridad para esperar a que

pase la noche, paseando, paseando... hasta que finalmente
amanece, la ejecución programada para comenzar en menos
de una hora. Tan pronto como veamos a Killian y Sloan,
Deacon me hará la cosa Scotty de volarme, transportándome
directamente a la escena del crimen. Él trata de convencerme
de no seguir esa ruta, pero estoy decidida. Incluso cuando me
dice que el cuerpo humano siempre tiene una mala reacción al
viajar de un punto a otro en un abrir y cerrar de ojos. Lo que
sea. Estoy dispuesta a arriesgarme por un poco de mareo.
Reporteros de todo el mundo están en la escena. Las

cámaras de video dominan todas las paredes de la sala de
estar, las proyecciones nos ofrecen una vista panorámica de
las festividades, y observamos cómo la calle se llena de un mar
de humanos que desean presenciar el horrible evento. Es como
si esto no fuera más que un juego.
Las ejecuciones públicas no se llevan a cabo con

frecuencia, pero se llevan a cabo y son legales.
Los reinos están autorizados a castigar a los firmantes

que violen los contratos como lo consideren oportuno. Debido
a que Segunda Vida es algo seguro, las muertes no se
consideran terriblemente graves.
He visto tres en mi vida y recuerdo a mis padres

arrojando palomitas de maíz en la pantalla.
Vamos, vamos. Ya estamos armados para el combate

más brutal: llevo la mitad de las armas que tenía en mi bolsa.
Todo lo que puedo sostener. Hay un tiempo para la paz y hay
un tiempo para la guerra.
496
Si amenazan a mis seres queridos, es la guerra. No hay

duda.
Deacon tuerce la boca con disgusto. —Todo el mundo

parece muy emocionado.
Tiene razón. No importa en qué dirección vaya la

cámara, abundan las sonrisas.
Alguien incluso trajo una pelota de playa para lanzarse

alrededor de la multitud.
¿Dónde está Archer? ¿Por qué no ha regresado?
Las aclamaciones estallan repentinamente junto con

silbidos y abucheos. Tensa, exploro las paredes, rodeando la
habitación hasta que encuentro la fuente de la alegría.
Finalmente, Killian y Sloan son arrastrados al “escenario”, la
meseta en la parte superior de los escalones de mármol frente
al spa.
Los estoy esperando, pero la visión todavía me horroriza.

Me tomo un momento para estudiar la escena.
El collar de oro todavía está envuelto alrededor del cuello

de Killian, atrapando su espíritu dentro del caparazón. Una
concha que ahora está completamente desollada, colgajos de
piel colgando de hilos. Es un espectáculo hermoso pero
morboso, cubierto de tanta sangre vital que parece como si
estuviera bañado en brillo. Su lengua... su lengua ha sido
cortada, lo sé porque está pegada a su camisa. Sus muñecas
están encadenadas a grilletes, incluso ahora están ancladas a
las columnas a su lado, sus tobillos atados a grilletes en el
suelo.
Su cuerpo forma una X. El número romano para diez. X

marca el lugar.
497
Uno de los ojos de Sloan está hinchado. Hay sangre

enmarañada en su cabello y apelmazada alrededor de su nariz
y boca. Lloró tanto y con tanta fuerza que tiene la cara
hinchada y las lágrimas le han dejado marcas en las mejillas.
Ella también está encadenada con cadenas para formar una X.
Una tercera persona es arrastrada a la meseta y jadeo.

La cabeza de mi padre está baja y aunque está ileso, tiene los
brazos atados a la espalda. Su cabello oscuro está arrugado y
las lágrimas le manchan las mejillas.
Está ubicado a unos metros de Pearl, que parece un

ángel. Lleva una túnica ceremonial como la de los Troikans,
aunque la suya es tan blanca como la nieve, su cabello pálido
cayendo hasta su cintura en perfectas ondas.
Justo en ese momento me sorprende una verdad tan real

que bien podría ser un relámpago: no hay mayor mal que el
que se encubre en virtud.
Pearl no pierde el tiempo. Levanta un arma, apunta y

aprieta el gatillo. El fuerte estruendo causa que la multitud
quede en silencio. El cuerpo de mi padre se sobresalta y se
derrumba. —Este hombre intentó burlar su contrato y tal
comportamiento nunca será tolerado.
Otro suspiro se me escapa y mis manos vuelan para

cubrir mi boca. Mi padre aterriza en el suelo y se queda boca
abajo, con los ojos abiertos, pero fuera de foco, un agujero del
tamaño de un cuarto de dólar goteando sangre entre sus ojos.
La náusea se revuelve en mi vientre y mis rodillas comienzan
a chocar. Está muerto. Mi padre está muerto. Simplemente así.
Las lágrimas comienzan a derramarse por mis mejillas.

Puede que no me haya gustado el hombre, y podría haber
intentado matarme, esto podría ser lo que se merece, pero la
niña pequeña que solía ser todavía lo amaba. Esa pequeña
niña siempre lo amará.
498
—Lo siento tanto, Ten. —Deacon me da una palmada

torpe en el hombro, como si no supiera cómo ofrecer
consuelo—. No tenía idea de que tuviesen a tu padre.
Mis manos caen a los lados y en puños. Mientras tanto,

la multitud vitorea como si hubiera dicho algo sorprendente.
Pearl mira a la cámara y sonríe. —Si firmas con Troika,

mueren.
Ella me está hablando directamente. Sabía que estaría

mirando, porque se había tomado grandes molestias para
correr la voz esta mañana.
Los vítores de la multitud se hacen más fuertes. Creo

que escucho algunos gritos de protesta.
Oh sí. Los oigo. Varias personas tienen carteles HART

que dicen —¿Y si eres el siguiente?¡Detén la locura!
Pearl levanta su mano en un intento de silencio y

finalmente se dirige a las masas. —Vengo a vosotros con pesar
en mi corazón —Su voz, ahora tranquilizadora, se desplaza por
la sala de estar—. El amor de Myriad por vosotros no tiene
límites y, como siempre, queremos lo mejor para vosotros. Sin
embargo, aquí estoy, admitiendo que os fallamos. Los dos
traidores a mi lado fueron bienvenidos a nuestro redil solo para
traicionarnos, traicionaros, e irse con Troika, el enemigo que
intenta destruirnos.
Un coro de “boo” entra en erupción.
Se pone la mano sobre el corazón. —Estos dos

intentaron lastimaros, a mi gente, a mi familia, y eso nunca
será tolerado. Siempre lucharé por vosotros. Lucharé por lo
que es correcto para vosotros, es decir, por lo mejor. Hoy, los
traidores enfrentarán mi ira. Sus intentos de dañar a aquellos
bajo mi protección terminarán.
499
Vítores de nuevo.
¡Tontos! ¿Cómo pueden no ver al villano que es?
¿A quién estoy engañando? Yo estuve engañada durante

años.
Ella mira directamente a la cámara, como si estuviera

mirando directamente a mi alma. —Vamos a proceder... a
menos que alguien desee formular una objeción.
—Vamos ahora, —le digo a Deacon—. No podemos

esperar a Archer por más tiempo.
Él no protesta, y estoy agradecida. —Todo lo que tienes

que hacer es sobrevivir, Ten. Ella no los lastimará mientras
estés respirando.
Por ese razonamiento, debería quedarme aquí. Pero

ambos sabemos que no es una opción. Si lo hago, Pearl
lastimará a Killian y Sloan.
—Sobreviviré, —juro. Lo que sea necesario.
Él me abraza, pero nada sucede. Arrugo la frente. —

¿Estás seguro de que esto funcionará?
—Por supuesto. Los caparazones fueron modelados en

cuerpos humanos. Estoy esperando que cierres los ojos.
Por favor. No me estoy perdiendo un momento de esto.

He estado en muchos fines; Puedo manejar cualquier cosa. —
¡Vamos!
La luz brillante y cegadora básicamente incinera mis

córneas. La base se desgarra debajo de mí y me arrojan como
una pelota de béisbol a través de un campo, el mundo a mi
alrededor no es más que un borrón. Estoy…
—Aquí. —dice Deacon.
500
Oigo jadeos de sorpresa, pero me toma un momento

enfocarme. Mi estómago se revuelve, estalla. Me encorvo y
vomito mis entrañas. Más jadeos, solo que estos están llenos
de disgusto. Hay un ruido de pasos mientras la gente se
apresura a alejarse de mí y de mi grosería.
Mientras me enderezo, limpiándome la boca con la

palma de mi mano, el mundo aparece a la vista. Deacon nos
aterrizó justo en frente de la meseta, solo un paso por debajo
de Pearl. Su Oxi ya está apuntado. Dispara.
Tres Caparazones Myriad corren desde las líneas

laterales para formar una pared frente a Pearl, la explosión
clava al tipo en el medio, el aire a su alrededor de repente
humeante. Intenta apartar el humo mientras sus camaradas
se alejan de él, dejándolo caer. Los mechones de su cabello
caen de su cabeza, y su piel comienza a envejecer rápidamente,
aparecen arrugas, se extienden, cavan más profundo.
El hombre a su derecha le dispara entre los ojos y el

Caparazón explota en cenizas.
Clic. Clic. Clic.
No tengo que mirar para saber que cada Caparazón en

la audiencia ahora apunta con un arma hacia mí. ¿Hay balas
en las cámaras o dardos? ¿Quiere matarme desde el principio,
o intentar una vez más convencerme de que Myriad es mejor
que Troika?
Mantengo mi atención en Killian. Él niega con la cabeza,

sus ojos dorados…esos hermosos ojos-suplicándome. Vete. No
hagas esto
Una parte de mí muere al ver a un chico tan fuerte tan

indefenso.
—Estoy aquí para negociar, —llamo y su cabeza cae

hacia adelante en señal de derrota.
501
Cuatro segundos pasan antes de que Pearl avance, su

barbilla alta. Cuatro tipos de sangre. Cuatro jinetes del
apocalipsis. Cuatro etapas en la Primera vida de los humanos:
concepción, nacimiento, vida y finalmente muerte.
Voy a entregarle su segunda muerte.
—Ha pasado el momento de negociar. —Asiente con la

cabeza a sus hombres—. Cogedla. —Cogedla, no matadla. Ella
confía en que tiene ventaja.
Mientras suenan mil explosiones, Deacon me saca en un

rayo de luz. Estoy cegada por un momento, y mi estómago se
rebela en cuanto aterrizamos…directamente detrás de Pearl.
Vomito en las botas de Deacon, no es que nadie lo note.

O lo oiga. Caparazones y humanos están demasiado ocupados
huyendo de las explosiones. Sin nosotros allí para recibir los
golpes, terminan disparándose unos a otros.
Deacon levanta el Oxi, el cañón apuntando a la parte

posterior de la cabeza de Pearl, pero ella no ganó el título de
Líder por sentarse detrás de un escritorio.
Ella lo nota y se agacha, girando, y saca un ciervo del

bolsillo de su bata.
Mientras dispara un tiro, Deacon me aparta del camino

y se desvanece, y el dardo se incrusta en el edificio detrás de
mí. No pierdo el tiempo, desenvaino una daga y lanzándola. La
punta se desliza a través de su muñeca, su versión del
músculo se aprieta y se afloja, obligándola a soltar el arma.
Un pop, pop suena a mi izquierda. Un agudo dolor

estalla en mi cuello, pulsos eléctricos me atraviesan,
haciéndome sacudir, dejándome inútil. Pearl sonríe mientras
saca la hoja de su muñeca, luego asiente con la cabeza en
agradecimiento al Caparazón que me apretó con dardos.
502
No puedo haber fallado tan fácilmente. Tan rápido.
Ella camina hacia mí, se pasea realmente, regodeándose

en cada paso. Está orgullosa de sí misma, incluso un poco
aturdida. Mi mirada escanea...a Deacon que está luchando
contra una multitud de soldados Myriad. Una fracción de
segundo después de que él desaparezca, desaparecen. Una
fracción de segundo después de que reaparece, reaparecen, la
batalla nunca se detiene. Alguien siempre está golpeando,
arrojando codos o rodillas.
—Ayuda. —logro jadear.
—Sí, ayudadle, —llama Pearl. Qué petulante suena—.

¿Nadie?
Deacon mira hacia mí y aparece detrás de Pearl un

segundo después, pero eso es lo que ella quería que hiciera:
sonsacando y conquistando. Ella se agacha cuando él se
balancea hacia ella y cuando gira, lo clava con un dardo.
Él cae, su cuerpo se mueve nerviosamente. No, no, no.

¡Por mi culpa!
No. Su culpa. Ella se pone de pie, dándome otra de esas

sonrisas petulantes, mi daga todavía en su mano. —Tenías
razón, sabes. No puedes estar fusionada con mi Ashley. Lo que
significa que estábamos equivocados acerca de los otros
generales. Tenemos que estar equivocados.
¿Otros generales? ¿Plural? —¿Equivocados sobre qué?
Ella me ignora, diciendo: —Se supone que debo traerte

si es posible. No creo que sea posible.
Los dardos envían impulsos eléctricos a través de cada

músculo de mi cuerpo. Es una agonía peor que cualquier cosa
que Vans alguna vez me haya hecho pasar. Antes de muchos
fines, me hubiera abrumado y podría haberlo aprovechado.
503
Mis pruebas fueron mis horas más oscuras, pero ahora

las usaré como base de mi triunfo.
Cuando Pearl levanta la daga, empujo el dolor. Mi

determinación no tiene parangón, el sol me acaricia, se filtra
en mí... ¿me fortalece? Me las arreglo para patear mi pierna,
sacando sus pies de debajo de ella. Ella cae, chocando
aterrizando en un escalón. El dolor empeora, pero mi
determinación crece con él, el sol sigue acariciándome,
calentándome desde adentro hacia afuera. Soy capaz de
levantar la mano y sacar el dardo de mi cuello.
Ella y yo nos levantamos al unísono, mirando hacia

afuera. Otro dardo-dos, tres, cuatro-se hunde en mi carne y
me pongo de rodillas. Pero solo por un segundo. Solo el tiempo
suficiente para sacar cada uno y levantarme nuevamente.
La sorpresa y el miedo se oscurecen en sus ojos. —No

deberías... Nadie debería... Cómo...
El sol me sigue acariciando mientras me inclino y

arranco los dardos de Deacon. Mantengo mis ojos en Pearl. —
Tu orgullo te arrastró aquí mientras mi determinación me
llevó. Soy una fuerza a tener en cuenta, y hoy es el día de tu
juicio final.
Alejándose de mí, grita: —¡Matadlos! Matad a Killian y a

Sloan.
Un momento de sorpresa. Ella cambia el guion y las

reglas del juego.
Yo era el objetivo final, pero como está en desventaja, a

pesar del ejército que la rodea, está decidida a atacarme de
todas las formas posibles.
Dirijo una mirada de pánico a Deacon, quien aún se está

recuperando. Se va un segundo después, reapareciendo frente
a Sloan mientras yo me zambullo a por Killian. Suenan
504
disparos cuando aparecen luces blancas cegadoras por toda la

meseta, a lo largo de la calle, incluso frente a Killian y Sloan.
¡Caparazones! ¡Un ejército de Troika!
Archer evita que los disparos golpeen a Killian. O más

bien, su espada lo hace. En una mano, sostiene una espada de
fuego azul-blanquecina hipnótica. Esa por la que le pregunté,
el mango realmente crece de su palma. En la otra mano,
sostiene un escudo, y con un movimiento cruzado de sus
brazos, quema los dardos y las balas, todo apartado de su
camino, o bloqueado.
Nada se le pasa. Él permanece ileso, Killian salvado de

la Segunda muerte.
Mi alivio no tiene límites. Tampoco mi irritación. —

Llegas tarde, —le digo a Archer.
Una leve sonrisa se burla de las comisuras de sus labios.

—En realidad, llegué justo a tiempo. —Pearl está ocupada
escribiendo la luz en su muñeca. ¿Mensajería por ayuda?
Me pongo de pie, sacudo la tierra y los guijarros de mis

palmas. —¿Estás lista para escuchar mi trato ahora? —No le
doy la oportunidad de responder—. Deja ir a Killian y Sloan y
vivirás. Lucha y morirás.
—¿Qué hay de mi trato? —Detrás de ella, otras luces se

estrellan contra el suelo, apareciendo nuevos caparazones
Myriad, cada uno con una lanza de aspecto crudo o un arco y
flechas. Supongo que los generales no quieren que eliminemos
a uno de sus líderes, a pesar de que está actuando en contra
de las órdenes. ¿O es ella? Podrían quererme muerta, también,
historias de Pearl que no es más que una mentira para la
gente—. Si luchamos, mueres.
Un instante más tarde, los proyectiles se sumergen en

los caparazones. Las armas arrasan. Las extremidades caen.
505
Solo se me permite vislumbrar la carnicería, un anillo de

guerreros Troikans que aparecen a mi alrededor. Cada uno
tiene una espada de llamas azul-blanca, cortando cualquier
proyectil que se dispare en nuestra dirección mientras un
enjambre de Caparazones Myriad nos rodea. No estoy firmada,
y, sin embargo, me están protegiendo como si fuera uno de los
suyos.
Uno de los soldados Troikan cae, su Caparazón plagado

de flechas. Otro guerrero se agacha, recoge a su amigo y se
desvanece en un haz de luz. Los otros tensan el círculo, y me
pregunto por qué el caparazón caído no fue destruido, el
espíritu interior liberado. Las flechas deben hacerlo imposible,
como el collar que usa Killian. ¡Sí! Eso es. Killian una vez me
contó una historia sobre una mujer Troikan a la que mató. Él
atrapó su espíritu dentro de un Caparazón. Ella murió de
hemorragia, sin poder escapar.
¿Cuántos van a morir hoy?
¿Killian está siendo tan feroz como yo? Probablemente

no. Él está en el otro equipo. Por otra parte, este ejército de
Troikans no está aquí solo por mí, sino por dos que deberían
ser sus enemigos.
Todavía. No puedo simplemente sentarme aquí, sin

hacer nada. Al no ver otro recurso, me arrastro entre las
piernas de mis protectores. Lo siento amigos. El caos reina a
mi alrededor, las espadas de fuego balanceándose, cuerpo tras
cuerpo cayendo, la ceniza flotando en la brisa. Lanzas y flechas
pasan rápidamente. Más cuerpos caen y cenizas. Gemidos y
gritos crean una banda sonora macabra. ¡Y eso es solo lo que
puedo ver y escuchar! Sin contar lo que está sucediendo con
los espíritus que nos rodean, invisible para los humanos.
Me apresuro lo más rápido que puedo, mi premio a la

vista. Un solo guerrero está protegiendo a Killian y en este
506
caso, uno es suficiente. Archer me deslumbra con su

habilidad. Nunca lo había visto así, un salvaje letal, un arma
por derecho propio y una belleza terrible para la vista. No se
encuentra con mi mirada, pero sé que sabe que estoy allí, con
cada movimiento bien colocado para evitar que la espada me
roce mientras acorto el resto de la distancia. Finalmente estoy
frente a Killian y… Ya estoy llorando. Estoy llorando tanto.
Está hecho un desastre, más de lo que me di cuenta.
Le cojo la cara y usa cantidades masivas de fuerza para

levantar sus ojos. Sus iris... el hermoso oro es más claro que
antes y se desvanece incluso ahora. No necesito que me digan
lo que está sucediendo. Se está muriendo dentro del
Caparazón.
—Te dije que vendría por ti. Te sacaré de aquí. —Tironeo

de su collar sin resultado. Presiono contra cada centímetro,
buscando un ábrete sésamo. No hay uno—. Vas a sanar. Voy
a curarte tan gentilmente que jurarás que he asistido a la
facultad de medicina.
Creo que él dice. —Vete, —pero es difícil de decir.
Mientras trabajo con los grilletes en sus tobillos, el calor

chamuscándome, le digo: —Quédate dónde estás. —Ten
Lockwood no está dejando a otro hombre atrás. Especialmente
al suyo.
Para cuando los puños se abren, mis manos están

cubiertas de ampollas. Me encuentro con su mirada, que es un
poco más brillante ahora y llena de determinación, bien, eso
está bien, antes de dirigir mi atención a sus manos.
—Date prisa. —Archer balancea la espada de un lado a

otro, quemando dardos antes de que puedan volar más allá de
él—. Los caparazones Myriad están llevando a los humanos a
la línea de fuego, usándolos como escudos.
507
Lo conozco. Él no puede “no quiere” dañar a un humano.
Trabajo tan rápido como puedo, frenética, y finalmente

las esposas de Killian se abren. Con otro gemido, se hunde
contra mí. Lo relajo en el suelo, coloco un suave beso en los
labios manchados de sangre y susurro: —Esta próxima parte
podría doler. Lo siento.
Sin saber qué más hacer, paso el grillete abierto por el

cuello, dejando que el calor externo ablandara el metal. Luego
paso el alambre por el puño de la muñeca y comienzo a tirar
con todas mis fuerzas. El cable era lo único que avanzaba con
las cerraduras Myriad, ¿por qué no también con el collar? Las
chispas vuelan, las virutas metálicas llueven. Killian hace una
mueca. Le está quemando, pero no se puede evitar. Sigo yendo
y finalmente el collar cae al suelo en pedazos, liberándolo de la
esclavitud.
—¡Ahora! Haz cenizas su Caparazón, —le digo a Archer.

¡Libera su espíritu!
Se gira para mirarme, la espada levantada y lista, pero

nunca da el golpe. Su cuerpo se sobresalta y sus ojos se abren
cuando tres flechas le atraviesan la espalda y asoman su
pecho.
508
Capitulo Veintiocho
Si no defiendes lo que es correcto, ¿quién lo hará?
-Troika-
Un grito de negación me divide los labios. Archer aún se

está sacudiendo, como si su espíritu estuviera luchando por
escapar del Caparazón, pero no puede.
Miro hacia arriba a la persona que le hizo esto. No una

persona, un monstruo.
Pearl me sonríe mientras baja su arco.
Ella hizo esto. Y lo pagará. —N… no. —dice Archer.
Una palabra, pero me doy cuenta de que estoy

permitiendo el odio de Pearl tire de mis hilos, permitiéndole
tirar de mis hilos. Ese es el camino de Myriad. No es mi
manera. Un camino que conduce a un final que no quiero.
Olvídala. Aprieto la mano de Archer. Él es más

importante. Lo protegeré de otro ataque, incluso a costa de mi
propia vida.
Pearl se echa hacia atrás y desliza una flecha de la bolsa

que ahora cuelga sobre su hombro, pero no tiene tiempo para
509
apuntar. Una espada de fuego separa su cabeza de su cuerpo,

matándola.
No siento nada. Ni siquiera alivio. Mientras su cabeza

baja por los escalones, su cuerpo se derrumba, revelando a un
Deacon jadeante detrás de ella.
—Archer necesita sangre vital, —le digo— ¡Ahora!
Él da un paso adelante, pero los soldados Myriad están

tan furiosos por la muerte de su Líder, que sueltan sus escudos
humanos para subir las escaleras y atacar a Deacon en masa.
Él los lleva al pie de la escalera, lejos de Archer.
¿Cómo se supone que voy a salvarlo?
Sloan está libre al otro lado de la meseta, al menos,

apoyada en una columna y llorando. Ella tampoco puede
ayudarme.
Me concentro en Archer y en las flechas, sacudiéndolo

accidentalmente, y el zumbido de un motor estalla. Él arquea
su espalda, gritando en agonía.
—No se pueden mover las flechas... cuchillas en la

punta... gotean veneno... cada vez que se tira.
¡La voz de Killian! Él rueda hacia su lado, frente a

nosotros. Había estado bebiendo sangre vital de uno de los
soldados caídos, su boca brillaba. Su lengua ya está creciendo,
su piel volviéndose a unir. —Necesita sangre vital.
—¡Lo sé! Pero nadie tiene de sobra y… —¡Espera! Yo

tengo sangre vital.
No soy solo un cuerpo. Soy un espíritu —Killian, ¿cómo

saco mi espíritu de mi cuerpo sin morir e ir a Muchos Fines?
—Tú no. —Su voz es más fuerte ahora—. No puedes.
510
—¡Pero debo! Si no comparto mi sangre vital con Archer,

morirá.
Killian inhala bruscamente, sus facciones torturadas. —

Te daré diez segundos, nada más. En el momento en que tu
espíritu abandone tu cuerpo, tu cuerpo morirá. No revivirá
hasta que regrese tu espíritu, y cuanto más tiempo estés
separado, menos posibilidades habrá de que tengas la fuerza
de aceptar tu espíritu cuando intentes regresar a menos que
estés inundada con Sangre vital, pero como puedes ver, es
escasa en este momento.
No entiendo cómo cree que puede darme diez segundos.

Entonces su caparazón se aquieta, los ojos se despejan. ¿Él se
fue? Pero…
Una mano invisible agarra mi corazón con fuerza. Me

adelanto, no, no mi cuerpo, me doy cuenta un segundo
después, es mi espíritu. De repente, estoy agachado ante
Killian. El verdadero Killian.
Sólo una fracción de segundo pasa cuando lo miro,

aunque parece una eternidad. Tan hermoso... La luz solar
apagada brilla sobre él, alejando las sombras oscuras tratando
desesperadamente de aferrarse a él, y mi respiración se
detiene. Su pelo es de seda negro azabache, los mechones lo
suficientemente largos como para colgar sobre su frente, el
marco perfecto para las características que han sido cinceladas
por un maestro. Sus cejas son tan negras y el grosor perfecto.
Sus ojos, esos ojos dorados con reflejos cristalinos, son pura
agresión masculina, intensa... perfecta. Su perfecta nariz hace
que la sombra de la barba sea perfecta. Su labio superior es
del mismo grosor que su labio inferior, los dos son un par
perfecto. Su piel es de un bronce perfecto, como si hubiera sido
pintada con pinceladas perfectas. Perfecto. Sí. Eso es lo que es.
La perfección hecha carne. O espíritu.
511
Las cicatrices se envuelven alrededor de su cuello como

una boa, pero hay tatuajes estratégicamente colocados para
enmascararlos. Más líneas y estrellas. Están en relieve,
aparentemente vivos. Lo alcanzo y veo que algunas partes de
mí están brillando. Los rayos están apagados, pero allí, como
si estuviera arrojando las mismas sombras que se aferran a
Killian.
—Uno, —dice. Se ha agarrado de mi hombro, pero

desliza su agarre a mi muñeca.
Él es el que me impide volver a Muchos Fines, ¿verdad?
—Dos.
¡Cero! La cuenta regresiva.
Me vuelvo hacia Archer, que está radiante, incluso a

través del caparazón, tan brillante que mis ojos se rasgan. Uno
por uno, arranco las flechas. Se desploma como un pez
destripado, demasiado débil para bramar de nuevo. Busco un
arma, me doy cuenta de que no podría tocar una de todas
formas. Me gusta. Soy espíritu en este momento, no tangible
para la Tierra de la Cosecha.
Me muerdo la muñeca, en realidad me desgarro la carne

como un perro con un hueso. —Seis, —dice Killian, su agarre
sobre mí se endurece.
—¡Solo un poco más! —Pongo mi muñeca sobre la boca

de Archer. Mi sangre vital se derrama dentro de él, se desliza
por su garganta mientras la fuerza se desvanece de mí. Miro
hacia arriba, a la batalla, y lo que veo me quita el aliento.
Veo caparazones y veo espíritus. Es la batalla entre los

espíritus la más brutal. Los espíritus no están solo en el suelo;
están en el aire, revoloteando mientras luchan. Espadas de
fuego azul contra espadas de fuego rojo. No tengo que
preguntarme quién es Troikan y quién es Myríad. Los troikans
512
parecen absorber la luz del sol mientras que una película

oscura cubre a los Myridians.
Estos hombres y mujeres... no son solo sol contra luna,

sino verdaderamente luz versus oscuridad. Traté de tener lo
mejor de ambos mundos, mientras hacía a los demás lo que
odiaba que otros me hicieran. Empujando mi propia agenda.
Yo quería la paz. Ellos no. Mi elección contra la de ellos,
cuando solo tenía la mitad de la historia. Incluso ahora me doy
cuenta de que hay tanto acerca de los reinos que no sé.
—Nueve.
—¡Espera! —digo—. Por favor. Solo un poco más. Él

necesita más...
—Diez —Killian es despiadado, tirándome hacia atrás y

básicamente metiendo mi espíritu en mi cuerpo, y estoy
demasiado débil para detenerlo.
Jadeo cuando el espíritu y el cuerpo se conectan, mi

primer pensamiento sobre Archer. Escaneo su Caparazón. A
pesar de mi sangre vital, su carne aún no se está reparando
sola.
—Archer, —digo, mi barbilla temblando.
—Ya está. Ya está.
¡No! Tiene que haber algo más que pueda hacer.

Simplemente tiene que haberlo.
—¡Deacon! —grito.
Archer jadea en un suspiro, parpadea y abre los ojos.

Ciegamente alcanza mi mano, y sus dedos se curvan
débilmente alrededor de los míos.
513
Nuestras miradas se encuentran y las lágrimas llenan

mis ojos, solo para golpear su mejilla. —El descanso, —dice y
me da una sonrisa que nunca olvidaré. Satisfecho.
Contenido. Ha vivido una buena vida. —Finalmente.
—No —, le digo con un fuerte movimiento de cabeza. —

Quédate aquí, quédate conmigo. Te necesito. Tienes mucho por
hacer.
—Estarás... bien sin mí. Cuídate... Deacon, Killian... y

tú ... no te olvides. La Ley.
—Deja de hablar como si dijéramos adiós. —Mis

lágrimas caen más rápido—. Deacon, —grito de nuevo,
examinando el campo de batalla, sin ver las caras que
reconozco— ¡Alguien! ¡Ayudad a Archer! Él necesita más
sangre vital.
La batalla continúa furiosamente. Ya no puedo ver la

furia entre los espíritus y me pregunto quién está ganando.
La sonrisa de Archer se desliza un poco, ahora triste y

ansiosa. —No mucho tiempo... dime un poema. Feliz. Que
rime.
Como mis entrañas están hechas trizas, cierro los ojos.

No lo va a lograr, ¿verdad? Mi sangre vital simplemente no es
lo suficientemente fuerte. Tal vez porque estoy No Firmada. Tal
vez porque todavía estoy recuperándome de mis propias
heridas. Tal vez por miles de otras razones. Puede que nunca
sepa la verdad, pero una cosa es repentinamente clara: su
muerte es por elección. La elección de Pearl por pelear
conmigo. Mi elección por salvar a Killian y Sloan.
Y ahora, Archer pagará el precio. Mis decisiones, mis

indecisiones, nunca me han afectado a mí sola, me dije con
confianza lo que parece haber sido hace una vida. Afectan a
514
todos los que amo, a todos en mi vida. Incluso aquellos que

algún día conoceré. Incluso aquellos que nunca conoceré.
Me burlé del orgullo de Pearl, pero mira dónde me trajo

el mío. Mira donde el mío trajo a mis amigos.
El conocimiento se filtra a través de mí, horrorizándome,

destruyéndome por completo, pero lucho más allá de la
abrumadora afluencia de arrepentimiento y tristeza. Por ahora.
Tengo que hacerlo. Archer me necesita. Este tipo maravilloso
necesita que sea fuerte por él, que lo ayude a descansar.
Después de todo lo que ha hecho por mí, puedo hacer esto por
él. Haré esto por él.
Lloraré mañana.
—Un poema. Uno solo para ti. —Aliso una mano

temblorosa sobre su frente, como una madre que calma a su
hijo antes de acostarse—. Año tras año odiaba mi vida. No
importa dónde mirara, solo veía conflictos. Oh, pobre de mí, no
tenía a nadie por quien vivir... hasta que llegaste y me
enseñaste a volar.
Sus pestañas se cierran, la tristeza desaparece de su

sonrisa, dejando solo felicidad. Tanta felicidad, a pesar de la
batalla que nos rodea.
Afortunadamente, los Troikans han ocupado puestos

alrededor del estrado, evitando que los soldados de Myriadian
se acerquen. —Más. Por favor.
Continúo. —Me salvaste de la peor clase de muerte,

como si respiraras en mi primer aliento. Tú, Archer Prince, oh,
cómo brillas. Ahora y siempre, siempre serás mío. Te echaré de
menos, querida Bow, por el corto tiempo que estemos
separados. Mi barbilla tiembla cuando digo: —Cuida este
regalo... porque te doy mi corazón. Eres amado, te amo.
Gracias a ti, he sido hecha de nuevo.
515
—Sí. —dice de nuevo, y la exhalación se va estrechando

mientras expira su último aliento.
Su cabeza se inclina hacia un lado, y su agarre sobre mí

se relaja. Imagino que su brillo brillante se desvanece por
completo.
Se va. Se ha ido.
Colapso en su pecho, sollozos que me atormentan. Se

merecía algo mucho mejor que esto.
—Ten, —grita Killian con horror en su voz.
Me enderezo y me giro hacia él. Está sentado, agachado

frente a mí.
—No, —llora, pero es demasiado tarde.
Algo cortante atraviesa su espalda, sale de su pecho,

entra en la mía y se rasga en mi espalda, inmovilizándonos. El
dolor es increíble y se propaga a través de cada célula de mi
cuerpo en segundos hasta que me consume por completo.
Ella te apuñala por la espalda, dijo Lina.
Esperaba que el ataque viniera de Pearl, pero ella está

muerta. Miro horrorizada y descubro a Sloan.
Las lágrimas brillan en sus pestañas. —Lo siento, —

llora—. Lo siento mucho, pero me ofrecieron algo que no pude
rechazar.
Lo único que ella quería era vengarse de Vans, a pesar

de su muerte.
O bien Pearl le mintió a ella o ella tuvo una manera de

llegar a Vans, algo que Killian y Archer no pudieron hacer.
516
—Lo odio más de lo que te amo. Lo siento, —repite con

un sollozo.
Una sensación de traición casi me ahoga.
—Ten. —Mientras Killian intenta separarse de la lanza,

el motor tararea, cortando hacia él, cortándome, goteando
veneno—. Lo siento. Yo… lo siento.
Con un rugido, se echa hacia atrás, liberándose de la

lanza. Cuando se endereza, repite —Lo siento, —luego se
agarra al eje y tira con todas sus fuerzas.
Grito cuando las cuchillas me cortan, cortan, me cortan.

Finalmente, sin embargo, la lanza me abandona.
Mientras la sangre corre por mi garganta y me ahoga,

logro girar la cabeza y mirar mientras Killian balancea la lanza.
Destellos de metal empapados en sangre salen del eje,
mientras atraviesa el estómago de Sloan. Sus ojos se abren y
sus rodillas colapsan.
Ella tampoco sobrevivirá el día.
Quiero odiarla, pero mientras un segundo se convierte

en otro, me doy cuenta de que estoy triste por ella. Sus
decisiones, como las mías, la trajeron aquí.
Killian se arrastra hacia mí. Estoy jadeando y

resollando. El estertor de la muerte. Esto es, ¿no? El fin. Voy a
morir. Voy a morir hoy. ¿Solo minutos... segundos? ... aguanta.
Una vez le conté la historia de mi vida en pocas palabras,

pero algunos de mis números han cambiado.
Diecisiete años, la cantidad de años que he vivido.

Existir ya no es una palabra lo suficientemente fuerte.
Dos, la cantidad de chicos a los que he adorado desde

mi escape de Prynne. Archer, la familia que anhelaba desde
517
hace tanto tiempo, y Killian, quien tomó un corazón destrozado

y volvió a armar las piezas.
Tres: la cantidad de amigos que he perdido en mi

búsqueda de la verdad. Una: la cantidad de vidas que me
quedan.
Tres: la cantidad de opciones restantes para mi futuro

eterno.
—Ten, no sobrevivirás a esto. —Hay un temblor en la voz

de Killian—. El veneno... también está en mi sistema. Mi
Sangre vital no te ayudará.
Baiser de la mort, el beso de la muerte, incluso ahora

corriendo a través de mí. Él enmarca mi cara con sus manos.
Está temblando.
—Vete, —me las arreglo—. Consigue... ayuda... para...

ti. ¡No mueras conmigo! Tengo una Segunda Vida. Él no tiene
una tercera.
—Estaba equivocado sobre tantas cosas —Él besa

suavemente mis labios—. El vencedor no siempre es adorado y
el fracasado no siempre es aborrecido. No firmé contigo... Perdí
... y me alegro por eso. Firma con Troika, Ten. Es donde
perteneces.
Otra inundación de lágrimas fluye por mis mejillas. Este

chico odia perder, y sin embargo me está dejando ir.
—Seremos... enemigos, —susurro, mi cuerpo se

entumece—. Serás... asesinado.
—Mejor eres mi enemigo y feliz que mi amigo y

miserable. Y no te preocupes por mí, muchacha. Pueden tratar
de matarme. Ya lo han inentado antes. Siempre salgo bien
parado.
518
No seré feliz mientras esté atrapado en Myriad, tal vez

puesto en la perrera para siempre. Pero no seré feliz en Myriad,
incluso con este chico a mi lado.
Solo una u otra opción. Sigo sin firmar y regreso a

Muchos Fines... donde puedo o no poder salvar a los espíritus
atrapados en su interior. Sin Archer, nunca habría revivido
después de la última visita.
Archer una vez me pidió que confiara en él. Dijo que

encontraríamos la manera de llegar a Muchos Fines, una
forma de salvar a los espíritus. Y si puedo entrar en Muchos
Fines puedo entrar a Myriad. Puedo salvar a Killian. Tal vez él
pueda ir a la corte.
Nuevo plan, nuevo objetivo.
Él presiona mi mano contra su pecho, donde la herida

de la lanza aún se abre, su hermosa Sangre de Vida hace que
su piel brille. Si no abandona el Caparazón pronto, podría
morir dentro de él. Pero lo conozco, y sé que no lo dejará, ni a
mí, hasta que haya tomado una decisión final.
Aprieto su mano con tanta fuerza que puedo reunir. —

Iré... por ti, Killian. De nuevo.
—Ten
Le sonrío. —Prometo mi vida a... — inhalo, sabiendo en

el fondo que es la última y cuando suelto el aire susurro—.
Troika.
519

Firstlife (Everlife 1) - Gena Showalter

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GENA SHOWALTER FIRSTLIFE

A Dios y a Su amado Hijo, por la inspiración (Lucas 10:

A Pennye Edwards, por ser uno de los grandes amores

A Wendy Higgins, por la lectura beta y los comentarios

A Katie McGarry, por el correo electrónico perfecto en el

A Roxanne St. Claire, mi hermana, mi amiga, mi amor,

A Jill Monroe, el mejor amigo que una chica pude tener,

Para Kresley Cole, P.C. y Kristin Cast y Sarah Maas, por

A Mike y Vicki Tolbert, Shane Tolbert, Shonna Hurt y

Bueno. Él me bendijo cuando Él me regaló.

Para Max, Riley y Victoria, por ser así. Os amo siempre

Para Deirde Knight, mi agente, por creer en esta serie

A Lauren Smulski, por la lectura y comentarios

A Natashya Wilson, mi editora, por ver un diamante en

Nota Del Traductor:

Para entender el libro es necesario explicar que hay dos

Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos,

-CHARLES DICKENS, UN CUENTO DE DOS CIUDADES

De: A_P_5 / 23.43.2

Para: L_N_3 / 19.1.1

Asunto: Tenley Lockwood

Tiiioooo. Un aviso habría estado bien. ¿Estás loco?

Si no pudiste leer mi dossier, Nanne, me complace informarte sobre lo más

Ah, ¿y olvidé mencionar que está loca?

¡La luz trae la visión!

De: L_N_3 / 19.1.1 A

Para: A_P_5 / 23.43.2

Asunto: oficialmente denegado

No soy tu tiiiooo. Soy tu superior. Solo te dirigirás a mí por mi rango adecuado:

En ese sentido, continúe cuidando a la señorita Lockwood, o voy a pescar tus

Además, espero informes diarios. No exagero cuando digo que convencerla de

¡La luz trae la visión!

General Levi Nanne

De: A_P_5 / 23.43.2

Para: L_N_3 / 19.1.1

Asunto: Apestas (y soy MUY maduro)

Quiero mi caparazón1 y quiero ir DENTRO de la choza.

He sido liberada de las cadenas que me atan. Lo sé

—La muerte ha perdido su victoria—

Es una mentira, porque no hay mayor verdad que esto:

—La vida no tiene esperanza—

De: L_N_3 / 19.1.1 A

Para: A_P_5 / 23.43.2

Asunto: Poema, entre otras cosas

Espere un caparazón a las 0800. Simplemente no espere el suyo. Seleccioné

Además, en lo que respecta al poema. La señorita Lockwood entiende que hay

Ah, y aquí hay una buena: imbécil. Nuevamente, ofensa intencionada.

De: A_P_5 / 23.43.2

Para: L_N_3 / 19.1.1

Asunto: Cuatro cosas

1) Sir Tiiiooo. No quiero señalar su evidente falta de inteligencia, pero Tenley

3) El caparazón llegó, y honestamente creo que te odio. Soy pura agresión

4) Myriad envió a Killian. Lo he visto merodeando en las sombras, mirando a la

De: L_N_3 / 19.1.1 A

Para: A_P_5 / 23.43.2

Asunto: Permiso Admi ... ¡Denegado! (Admítelo. Tu corazón de niña pequeña se

Haz tu trabajo. Nada más importa.

De: K_F_5 / 23.53.6

Para: P_B_4 / 65.1.18

Asunto: Mi nueva tarea

Caliente y loco, como a mí me gusta. Considere a Tenley Lockwood empaquetada

El poder iguala lo correcto

De: P_B_4 / 65.1.18

Para: K_F_5 / 23.53.6