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Técnico profesional

ADAPTACIÓN A LA MONTAÑA
La actividad en montaña produce un rápido desgaste, en especial en individuos
carentes de preparación física y en aquellos que no estén aclimatados. Nadie debe subir
a una montaña sin un buen entrenamiento pues podría sufrir extravíos, accidentes,
congelamientos, edema, etc. Los expertos en general coinciden que para alturas
menores a los 4000 metros los conocimientos y condiciones físicas para quienes operen
en montaña deben ser considerables, pero para más altura el nivel de aptitudes tiene
que ser excepcional.

Pero una vez lograda la aptitud, se obtiene la necesaria confianza para enfrentar
cualquier inconveniente. A medida que se asciende a una montaña el frío es más y más
intenso; se calcula que la temperatura desciende 1,6 º C cada 300 metros, y arriba de los
1500 m. de noche se forma hielo. El aire en zonas altas es mucho más tenue y seco.
Ello significa que esta atmósfera ligera no absorbe el calor del sol como en el llano y por
lo tanto, deja pasar libremente los rayos ultravioletas (aún con neblina), que provocan
quemaduras y ampollas. Para prevenir estas lesiones y a falta de cremas, se puede tiznar
la piel expuesta con corcho quemado. Por otra parte, los vientos secos que se originan en
las alturas deshidratan la piel y la dejan sin defensa frente a la acción del sol, por ello es
necesario beber agua aunque no lo desee. En los ventisqueros o en las horas de frío
intenso, sujétese (puede ser con alfileres) la capucha del abrigo, un pañuelo a modo de
máscara que deje ver sólo los lentes o antiparras. De esa forma se protegerá la piel de la
brisa helada y de las quemaduras solares. Resumiendo: a mayor altitud se tendrá menor
oxígeno, menor presión atmosférica, menor temperatura, menor resguardo contra los
vientos, menor humedad y menor protección contra rayos solares.

El sniper en montaña
En terreno montañoso, el movimiento de tropas es lento y tedioso. A nivel patrulla y
después de un primer contacto con el enemigo, los efectivos de dispersan y es el
momento para que los francotiradores actúen y si cuentan con fusiles 12,70 mm podrán
lograr algún éxito. Para ello deberán estar entrenados para determinar rápidamente
distancias y calibrar el alza. Saber que las alturas en las montañas y las temperaturas que
fluctúan, hacen que disparar a largas distancias sea difícil, especialmente cuando el
blanco se mueve. Según la experiencia, los francotiradores son clave para este tipo de
combate en montaña, pero hay que tener paciencia pues en el 95% de los días no se ve
nada. Al igual que en otras áreas geográficas dos “sniper” forman un excelente equipo
físico-moral y también es lo indicado en montaña, pero según el clima y la altura, sólo
podrán desempeñarse por un tiempo limitado. Por ello estarán bien equipados, porque el
frío y la fatiga harán que sus reacciones sean torpes y tardías. Si no cuenta con suficiente
agua se deshidratarán y todo ello los desgastará prematuramente. Si es verano su
mimetismo estará basado en el color de la tela de arpillera, pero en zonas nevadas su
vestimenta será completamente blanca, antiviento e impermeable, el calzado si no es
blanco debe envolverse con género de ese color.

“Los uniformes blancos de invierno, con salpicaduras de manchas negras, se


distinguen con el movimiento de la persona”.

Al igual que cualquier cazador deberá identificar los ruidos, su dirección y distancia,
como cerrojos que se cierran, piedras que caen, etc. Para moverse en el interior de un
bosque, las precauciones serán mayores por el ruido que hacen las ramas al ser pisadas.
Se avanzará lentamente mirando donde se va a poner el pie y nunca deberá correr dentro
de un bosque. En terreno abierto (montaña desértica), caminará agazapado evitando
proyectar su sombra y las crestas que pueden evidenciar la silueta. Ese movimiento no
debe durar más de 5 segundos y en presencia del blanco tendrá que arrastrarse hasta
poder hacer puntería. De noche en terrenos nevados y con algo de luna, habrá suficiente
claridad para observar siluetas que se mueven. A menos que sea muy hábil con los
esquíes no se recomienda su empleo, pues cuando se golpean hacen ruido. Son
preferibles las raquetas para nieve. Salvo circunstancias excepcionales, de noche no se
debe caminar; los sonidos se perciben a más distancia y el sigilo tendrá que ser aún
mayor, ídem con las posibilidades de extraviarse. El “sniper” en montaña puede
alcanzar una gran eficacia cuando su fusil posea una mira térmica que detecte seres
vivos de sangre caliente y vehículos con el motor encendido, sea en la niebla o en la
noche más oscura. Son de uso militar y se puede hacer puntería a blancos muy lejanos,
pero es una “herramienta” que también puede ser usada en su contra. Evite las terrazas y
las crestas aunque tenga buena visibilidad. Siempre es preferible elegir un lugar
incómodo y algo más bajo donde nadie se imagine que pueda estar. Tener un campo
visual muy amplio, significa que también será más visible, por ello es mejor disponer un
campo de tiro reducido, pero procurando ser invisible en los 360º”.
“Algunos tiradores para tener una visión óptima cometen el error de posicionarse en
zonas muy elevadas, a veces en la cresta de una montaña, donde precisamente lo
buscarán los binoculares”.
En ocasiones podrá ver importantes movimientos que podrá informar a su comando con
un transmisor liviano. Para el tiro en montaña más que en otra ocasión, se tendrá en
cuenta la distancia y la deriva del viento. Lo aceptable para un fusil “sniper” 5,56 mm.
es que se haga puntería en blancos de hasta 500 metros. Con un 7,62 mm. lo normal es
alcanzar los 800 metros, pero en calibre 12,7 mm. se puede duplicar esto último, lo que
es muy útil en esa zona. El silenciador en el fusil suele ser necesario, pero algunos no
lo usan pues le restaría precisión cuando se apunta a un objetivo alejado. Por otra parte
el proyectil al abandonar el arma, choca con el aire y produce una detonación que es
imposible de amortiguar. Entonces el estampido se propaga por varios segundos,
retumbando de montaña en montaña y transmitiéndose a largas distancias. Ese fenómeno
imposibilita descubrir al tirador pero nunca producirá un segundo disparo sin haber
cambiado de posición.

Sobre entrenamiento en frío extremo, ver Revista Tiempo GNA Nº 17 y 43


Fuente: Manual de Supervivencia. Edición digital
https://www.youtube.com/watch?v=k95GixdlgL0
https://www.youtube.com/watch?v=sebvsJ4un8Y

Espuela

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