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Manual medicina Táctica

seguridad y salud en el trabajo (Corporación Universitaria Minuto de Dios)

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MANUAL DE
MEDICINA TÁCTICA
CAPITULO COLOMBIA
Manejo integral del paciente
de trauma en combate

Sargento Primero (RA) Héctor Guillermo Bernal Malpica

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Este manual es el resultado de la investigación, compilación


de una serie de documentos, artículos de diversas fuentes
consultadas.

Traducción y adaptación
Sargento Primero (RA) Héctor Guillermo Bernal Malpica
División de Instrucción y Entrenamiento
Fundación Enfermeros Militares

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DEDICATORIA

Dedicado a aquellos hombres que en un largo atardecer,


con los últimos rayos del sol de los venados,
lucharon con valor y arrojo
derramando gotas de sudor y sangre en el
campo de combate de la inmensa llanura…
Hombres que lo entregaron todo, incluidas sus propias vidas.
Hombres con anhelos, sueños, e ilusiones
de ver a una Colombia en paz.

Hombres que portaron orgullosos el uniforme militar,


hijos dignos de la madre patria colombiana.
Soldados aguerridos e intrépidos llaneros,
murieron con la satisfacción del deber cumplido.
Hoy conocidos como los Héroes de Arauca.

A todos ellos, que el Dios de los


ejércitos los tenga en su gloria.
Y a los que a un siguen luchando, que
Dios los proteja y los ilumine,
que los guíe por el camino de la conquista
en búsqueda de la paz para sus regiones y familias
Amén,
III

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Héctor Guillermo
rmo Bernal Malpica
Sargento Segundo Enfermero de Combate

Puerto Toledo, Meta, septiembre de 2003

Después de intensos combates durante varios meses en


el departamento del Meta, y de haber visto caer en acción
a varios de mis hombres y de asistir a los heridos y enfer-
mos durante dos años, hago esta dedicatoria a mis vale-
rosos e intrépidos soldados de la Compañía B Búfalo, del
Batallón de Combate Terrestre n.o 7, Héroes de Arauca.
Gracias a ellos salí con vida y empecé a escribir los capí-
tulos de este manual, con el fin de mejorar la asistencia
médica al trauma en combate.

IV

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EL AUTOR

El Sargento Primero Héctor Guillermo Bernal Malpica, Suboficial


de Sanidad del Ejército Nacional de Colombia, ingresó al
Ejército el 14 de diciembre de 1995. Se graduó como Enfermero
de Combate en marzo de 1999. Durante más de 16 años per-
maneció en unidades de orden público asistiendo a heridos y
enfermos en diferentes zonas de conflicto armado en Colombia.
Durante su carrera militar dedicó gran tiempo a la capaci-
tación de enfermeros de combate, al trabajo comunitario y a
la investigación. El 9 de mayo de 2003 fue herido en acción;
desde ese entonces vio la necesidad de estructurar los progra-
mas de entrenamiento y fue así como en el año 2005 publicó
su primer trabajo llamado Manual del enfermero de combate.
Ulteriormente realizó un trabajo sobre el trauma causado por
minas antipersonal en el año 2010; participó en la misión de
ayuda humanitaria para asistir a las víctimas del terremoto
de Haití en el mismo año. En el año 2012 creó la Fundación
Enfermeros Militares, con sede en Bogotá, con el fin de con-
tinuar con los programas de capacitación. Luego publicó su
segundo manual de medicina táctica, Cuidado táctico de
heridos en combate, y a finales de 2012 creó el capítulo de
Medicina Táctica Colombia.

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En cuanto a sus reconocimientos más importantes se des-


tacan la Distinción al Mérito de la Presidencia de la República
de Colombia; la Medalla al Mérito del Hospital Militar Central;
la Medalla al Mérito “José Fernández Madrid” - Servicios
Distinguidos en Sanidad.
Ha participado como con-
ferencista a nivel nacional e
internacional en diferentes
congresos y seminarios.
En la actualidad se des-
empeña como director de
la Fundación Enfermeros
Militares y vicepresidente
del Comité Latinoamericano
de Medicina Táctica.

VI

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COLABORADORES

Sargento Viceprimero Édison Cortés Cabezas


Suboficial de Sanidad, Ejército Nacional de Colombia
Instructor Enfermeros de Combate

Soldado Profesional Alberto Cristancho


Enfermero de Combate
Instructor, Enfermeros de Combate

Soldado Profesional Raúl Estupiñán


Enfermero de Combate
Instructor, Enfermeros de Combate

Mercy Liliana Viasus Poveda


Licenciada en Química
Universidad Pedagógica Nacional

John Steve Vanegas Canchón


Estudiante de Ingeniería Mecatrónica
Universidad ECCI

VII

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Maritza Enciso Ceballos


Estudiante de Derecho
Universidad Cooperativa de Colombia

Agradecimientos

Comité Latinoamericano de Medicina Táctica


Cuerpo Internacional de Emergencias - CIEM Colombia
Ejército Nacional de Colombia
Hospital Militar Central

División de Instrucción y Entrenamiento


Fundación Enfermeros Militares
Solo para uso institucional

VIII

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CONTENIDO

Introducción

CAPÍTULO 1.
ASISTENCIA AL TRAUMA EN COMBATE
Bajas y heridas
La atención de heridos en un
ámbito hostil y violento
La seguridad siempre en primer lugar
Acciones básicas
Triaje básico
Secuencia de actuación en el triaje básico
¿Qué consigue el triaje?
Tres causas más comunes de muerte
prevenible en la escena
Conclusiones de importancia clínica
Planeamiento sanitario previo a la intervención

IX

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Fases de tratamiento

CAPÍTULO 2.
CUIDADO TÁCTICO BAJO FUEGO
Cuidados bajo fuego
Acciones defensivas
Manejo de la vía aérea
Control de la hemorragia
Heridas de extremidades
Heridas de no extremidades
Transporte de heridos
Inmovilización de la columna cervical

CAPÍTULO 3.
ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO
Plan de manejo básico
Control de la hemorragia
Cuidados para combatientes hostiles heridos
Reanimación cardiopulmonar (RCP)
Alteración del estado mental
¿Por qué utilizar el torniquete?
¿Cómo utilizar un torniquete?
Desaciertos al utilizar un torniquete
Torniquete de aplicación en combate
Partes del torniquete
Aplicación del torniquete en extremidad superior

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PRELIMINARES

Aplicación del torniquete en extremidad inferior


Retirada del torniquete
Estudios realizados sobre la
utilización de torniquetes
Reviviendo un protector de la vida: el torniquete
Manejo de la vía aérea
Neumotórax a tensión
Acceso vascular
Circulación
Acceso intravenoso
Ácido tranexámico (ATX)
Reanimación con líquidos
Prevención de la hipotermia
Trauma penetrante en el ojo
Monitorización
Analgesia
Antibióticos
Quemaduras
Trauma ocular penetrante

CAPÍTULO 4.
CUIDADOS EN EVACUACIÓN TÁCTICA
Terminologías de evacuación
Planificación de evacuación aérea
Petición estándar de TACEVAC de nueve líneas
Técnicas de restricción de movilización espinal

XI

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Posibles opciones de manejo de la vía aérea


Reanimación con líquidos
Prevención de la hipotermia
Medidas adicionales

CAPÍTULO 5.
ATENCIÓN A VÍCTIMAS POR MINAS
ANTIPERSONALES Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS
¿Qué es una mina antipersonal (MAP)?
¿Qué es una mina antitanque (AT)?
Consecuencias sociales de las minas terrestres
Campañas contra las minas
¿Cuáles son las señales que advierten sobre
la presencia de minas antipersonales?
¿Qué hacer en caso de encontrarse
frente a una mina antipersonal o un
artefacto explosivo abandonado?
¿Cómo protegerse de las minas antipersonal y
de los artefactos explosivos abandonados?
¿Qué hacer si ocurren desastres
naturales en una zona minada?
¿Qué medidas debe tomar si se
traslada a un lugar desconocido?
Pasos a seguir en caso de un accidente
con minas antipersonales o artefactos
explosivos abandonados
Patrones de lesión
Efecto de una explosión en el ser humano

XII

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PRELIMINARES

Manejo del paciente


Manejo y valoración del CABCDE
Manejo y amputación traumática
Empalamientos
Maniobras de soporte vital
avanzado traumatológico
Artefactos explosivos no detonados
dentro del cuerpo

CAPÍTULO 6.
DISPOSITIVO INTRAÓSEO
Vía intraósea
Infusión de medicación intraósea
Anatomía del acceso intraóseo
Dispositivos intraóseos
Punción intraósea
Cuidados del catéter

CAPÍTULO 7.
LISTADO DE COMPETENCIAS PROGRAMA DE
ENTRENAMIENTO, DOTACIÓN Y EQUIPO
Tabla de competencias
Entrenamiento
Equipo básico de entrenamiento
Equipo básico del combatiente
La ventaja del torniquete GEN 7
Kit individual de control de hemorragias

XIII

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Botiquín tipo OMT


Botiquín tipo OMT-1
Botiquín tipo OMT-2
Botiquín tipo OMT-3
Equipamiento de protección del combatiente

Referencias/recursos

XIV

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INTRODUCCIÓN

La historia de la humanidad está (tristemente) marcada por


muchísimas guerras en el mundo entero. La medicina siem-
pre ha tenido un papel importante en el desarrollo de técni-
cas y nuevas formas para salvar una vida. Se repasa cómo, a
lo largo del tiempo, las tecnologías se han ido modernizando.
Así mismo, se reconocen verdaderas atrocidades de antaño en
diferentes partes del mundo y cómo comprender la vida de un
enfermero de combate en tiempos remotos.
Se describen una serie de procedimientos que con el tiempo
se han venido perfeccionando y evolucionando en la medicina
militar por la misma necesidad de salvarle la vida a una persona
en escenarios agrestes y hostiles, que a su vez han permitido el
desarrollo de nuevas técnicas de rescate, de control de hemo-
rragias, manejo de la vía aérea, entre otros procedimientos.
Por otro lado, se evidencian las experiencias vividas por
enfermeros y médicos de combate en el momento de prestar
la asistencia médica a los heridos en diferentes situaciones.
Finalmente, se da importancia al perfeccionamiento y la cali-
dad de los procedimientos que llevados a cabo en el momento
y tiempo adecuado mitigan un índice alto de mortalidad en la
sociedad.

XV

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

En general, el Manual ofrece un temario extenso que le per-


mite al lector avanzar en la aplicación de procedimientos de cui-
dado prehospitalario administrado a un herido en un ambiente
táctico y la realización de intervenciones en situaciones de emer-
gencia con un único objetivo de salvar y priorizar la vida.
Los objetivos principales del manual son:
 Caracterizar la evolución de la medicina militar en tiempos
de guerra en diferentes partes del mundo.
 Brindar y desarrollar nociones básicas de cuidado asisten-
cial en pacientes bajo fuego y en campo, traslado y extrac-
ción rápida de heridos en escenarios hostiles y agrestes.
 Identificar las acciones que deben realizarse en situaciones
de emergencia.

XVI

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CAPÍTULO 1

ASISTENCIA AL TRAUMA
EN COMBATE

█ ASISTENCIA AL TRAUMA EN COMBATE

La asistencia al trauma en combate (TCCC) es el cuidado pre-


hospitalario administrado a un herido en un ambiente táctico,
de combate. Los principios del TCCC son fundamentalmente
diferentes de aquellos del cuidado en trauma civil tradicional,
en el que la mayoría de los proveedores médicos y enferme-
ros se entrenan. Estas diferencias se basan en patrones y tipos
de heridas que se producen en combate y en las condiciones
tácticas que el personal médico enfrenta en combate. Las sin-
gulares heridas de combate y condiciones tácticas hacen difí-
cil determinar qué intervención realizar y en qué momento.
Además de preocuparse de la condición médica del herido,
el personal respondedor médico debe preocuparse también
de la situación táctica a la cual se enfrenta mientras se propor-
cionan cuidados al herido en combate. Una intervención médi-
camente correcta realizada en un momento incorrecto puede
conducir a mayor cantidad de bajas. Puesto de otra manera,
buena medicina puede ser mala táctica, que puede llevar a que
el rescatador y la baja resulten muertos. Para navegar exitosa-
mente estos aspectos, los proveedores deben tener destrezas

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

y entrenamiento orientados al cuidado de trauma en combate,


opuesto al cuidado del trauma civil.
El principio básico del cuidado táctico de los heridos en
combate consiste en proporcionar la mejor asistencia médica
posible combinada con buenas tácticas.

Bajas y heridas

En el campo de batalla, el período prehospitalario es el tiempo


más importante en el cuidado de cualquier baja en combate.
En guerras previas, un 90% de las muertes ocurrió antes de que
el herido llegase a un establecimiento de tratamiento médico,
lo que enfatiza en la importancia primordial del tratamiento de
las bajas en combate en el punto de lesión, antes de la evacua-
ción del herido y su llegada al establecimiento de tratamiento.
Más aún, los heridos en combate pueden sufrir lesiones
potencialmente devastadoras que no son observadas en el
ambiente civil. La mayoría de las bajas en combate son resul-
tado de lesiones penetrantes, a diferencia del trauma contuso
que se observa en el ambiente civil. Las bajas en combate tam-
bién pueden sufrir traumas masivos, complejos, tales como la
amputación traumática de extremidades. Además de las dife-
rencias médicas entre el trauma civil y de combate, otros facto-
res que afectan el cuidado de heridos en combate son:
 Puede presentarse fuego hostil, que impide el tratamiento
del herido.
 El equipamiento médico está limitado a aquel transportado
por el personal de la misión.
 Las consideraciones tácticas pueden dictar que el completar
la misión tome precedencia sobre el cuidado de los heridos.
 El tiempo hasta la evacuación es altamente variable (de
minutos a horas o días).
 La evacuación rápida puede no ser posible debido a la
situación táctica.

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1 | ASISTENCIA AL TRAUMA EN COMBATE

La atención de heridos en un ámbito hostil y violento

Las condiciones desfavorables de una situación táctica pueden


exponer la seguridad de los pacientes y del personal sanitario
y, en consecuencia, dar lugar a condiciones de trabajo inferio-
res a las óptimas. La peligrosidad de las rutas de evacuación
puede comprometer el traslado y causar demoras prolonga-
das. Es importante garantizar la seguridad de los pacientes y
del personal sanitario seleccionando zonas adecuadas para el
emplazamiento de los puestos de primeros auxilios.

La seguridad siempre en primer lugar

Como ya se mencionó, una de las características que definen


un conflicto armado es el alto grado de peligrosidad que se
afronta; es una situación que entraña mayor peligro que el
asociado con una catástrofe natural o un accidente industrial.
Agrava la situación el deseo de los combatientes de continuar
el combate y de infligir daños, después de haber causado el
daño inicial, y la creciente falta de voluntad de muchos com-
batientes de reconocer y observar las normas aplicables en los
conflictos armados. Los socorristas se encuentran expuestos al
inminente peligro y riesgos; incluso, son blanco deliberado de
ataques en emboscadas o tiroteos.
Con demasiada frecuencia, inmediatamente después de
la explosión o el lanzamiento de una bomba, hay numerosos
socorristas que se dirigen rápidamente hacia el lugar y, unos
minutos más tarde, estalla una segunda bomba que pro-
voca una cantidad mucho mayor de víctimas que la primera.
Además, el espacio donde efectúan sus labores puede estar
limitado por una enardecida y nerviosa multitud de transeúntes
y por los amigos, parientes y allegados de las víctimas, quienes
pueden amenazar a los socorristas.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

█ ACCIONES BÁSICAS

En este caso, son válidos los principios básicos del despliegue


de primeros auxilios, pero, al mismo tiempo, es imperativo
garantizar la seguridad y la protección.

Prevención de nuevas lesiones: alejar


a las víctimas del peligro

Una persona herida corre más riesgos de sufrir nuevas heridas,


incluso de ser muerta, sobre todo si perdió la capacidad de
adoptar medidas de autoprotección, como ponerse a cubierto
de tiroteos o bombardeos. Por tanto, la prevención de nuevas
lesiones implica alejar a las víctimas del lugar donde fueron
heridas y colocar a los pacientes y al personal sanitario en el
lugar más seguro posible, según lo permitan las circunstancias.
Además, los heridos lúcidos y ambulatorios deben ser sepa-
rados de los otros, por motivos de gestión de la seguridad in
situ y del triaje.

Prevención del agravamiento de la lesión:


poner a las víctimas a cubierto

Poner a las víctimas a resguardo en un refugio da cierta protec-


ción contra el riesgo de nuevas lesiones en una situación de
combate y además protege de los elementos. La exposición
a factores ambientales como el sol, el calor, el frío o la lluvia
conspira contra el bienestar y la estabilización de los heridos.
Además, siempre es más fácil y eficaz administrar cuidados
médicos cuando se trabaja en un entorno material más cómodo.

Gran número de heridos en relación


con los principios de triaje

Mucho se ha escrito acerca de las masacres en las principales


guerras del siglo XX y de la importancia del triaje para el trata-
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1 | ASISTENCIA AL TRAUMA EN COMBATE

miento de miles de heridos como resultado de una sola bata-


lla. Estos conceptos siguen siendo pertinentes en los conflictos
armados actuales. Se debe seguir la lógica de hacer lo mejor
posible por la mayoría, en lugar de hacer todo lo posible por
todos. Esto exige que el cirujano modifique radicalmente su
enfoque profesional.
Las decisiones relacionadas con el triaje se encuentran entre
las más difíciles de toda la práctica médica y, en ciertos casos,
generan dilemas éticos. Otra veces, también es posible que
aparezcan incompatibilidades entre los criterios médicos y las
necesidades tácticas militares, y estas discrepancias deben ser
conciliadas de alguna manera. Las personas encargadas del
triaje deben estar preparadas para aceptar estos compromisos
necesarios manteniendo su integridad profesional médica.

█ TRIAJE BÁSICO

 Objetivo: reducir la confusión inicial con el despeje de la


escena, para discriminar a las víctimas graves de las que no
lo son y establecer así un orden de prioridad para el rescate
y traslado al puesto sanitario avanzado (área de socorro).
 Lugar: punto de impacto (área de salvamento).
 Situaciones de aplicación: cuando se prevea una demora
significativa en el rescate o traslado al área de socorro, o en
contextos donde los primeros intervinientes sean personal
no sanitario.
 Responsables: los primeros intervinientes, habitualmente
personal no sanitario (bomberos, rescatadores, cuerpos
y fuerzas de seguridad del estado, técnicos de transporte
sanitario).
 Herramienta: triaje básico,

Clasifica a las víctimas en cuatro categorías según la gravedad


y asigna una prioridad de rescate de acuerdo con las condicio-
nes de los pacientes:

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 Rojo (máxima prioridad)


 Amarillo (requiere atención inmediata)
 Verde (no precisa atención inmediata)
 Negro (paciente muerto)

La identificación de las víctimas se realizará con tarjetas de


colores, cintas adhesivas, rotuladores o simplemente ubicán-
dolas en áreas señalizadas con cada color (lonas, banderas,
entre otros) o en áreas separadas en función de los medios dis-
ponibles. La filiación se pospondrá a la fase ulterior, durante el
triaje de estabilización.

Secuencia de actuación en el triaje básico

1.º ¿La víctima puede caminar? El rescatador debe indicar a las


víctimas en voz alta ¡Todo el que pueda caminar, que me siga!,
guiándolos así hasta un lugar previamente establecido. Estas
víctimas se mantendrán en observación y se les asignará el
color verde, pendientes de una evaluación ulterior para detec-
tar posibles casos no ilesos.

2.º Si no puede caminar, ¿habla sin dificultad y obedece órde-


nes sencillas? Si cumple ambas premisas, se clasificará con
color amarillo.

3.º ¿Respira? ¿Tiene signos de circulación? Si hay dudas, se


realizará una apertura manual de la vía aérea y se valorará con
el método ver, oír, sentir. Se buscarán signos indirectos de cir-
culación como movimientos, tos, entre otros.
 Primer triaje: la clasificación en función de la necesidad de
tratamiento médico inmediato.
 Segundo triaje: establecer el orden de evacuación, así como
el destino de cada herido:
• Si respira, presenta movimientos o hay dudas, se clasifi-
cará con color rojo; y si estuviese inconsciente, se colo-
cará en posición lateral de seguridad.
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1 | ASISTENCIA AL TRAUMA EN COMBATE

• Si no respira después de la apertura de la vía aérea ni pre-


senta otros signos vitales, se clasificará con color negro,
indicativo de víctima fallecida y, por tanto, no prioritaria.

4.º Tapone las hemorragias: sea cual sea la clasificación de las


víctimas, controle las hemorragias que parezcan importantes
(Figura 1).


¿Puede caminar? Verde
Recuerde taponar las hemorragias

No

¿Habla sin dificultad y Sí las dos


Amarillo
obedece órdenes sencillas?

No

Sí Rojo
¿Respira?
(¿Signos de circulación?)
No Negro

Figura 1. Secuencia de actuación en el triaje básico.

█ MÉTODO STAR MILITAR

El método STAR militar es un sistema simple, que no requiere


conocimientos facultativos, para rescatadores, policías, bom-
beros, técnicos sanitarios, entre otros.
Usa parámetros clínicos fáciles de obtener e interpretar,
como el código de colores del semáforo: rojo, amarillo, verde
y negro. El personal no facultativo implicado en la emergencia
no puede calcular a ojo ni tiene una varita mágica para conocer
el alcance. Para eso, es necesario hacer formación específica y
escuchar al paciente, si es que este habla (Figuras 2 y 3).

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Puede caminar aunque tenga lesiones


No respira después de moverle la cabeza
Respira, pero está inconsciente
Respira, pero más de 30/min
No tiene pulso radial
Tiene pulso radial, pero el relleno
capilar es mayor de 2 s: controle las
Verde

Negro

hemorragias accesibles
Rojo

Inconsciente
Consciente, pero no obedece
órdenes sencillas
Cualquier otro caso y
circunstancia
Amarillo

Figura 2. Tarjeta de triaje.

Figura 3. Pulsera de triaje.

¿Qué consigue el triaje?

Que el personal facultativo dedique sus primeros y principales


esfuerzos a salvar la vida de las víctimas más críticas.

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1 | ASISTENCIA AL TRAUMA EN COMBATE

Que las primeras y mejores ambulancias sean para el tras-


lado de los que más urgencia tienen en llegar a un hospital.

█ DOCUMENTACIÓN

Por cada víctima, diligencie de forma completa la ficha médica


de campo, por ambas caras, con letra legible y describiendo
de manera resumida las lesiones del paciente y el tratamiento
realizado en campo (Figuras 4 y 5).

FICHA MÉDICA DE CAMPO

Medicina Táctica Colombia

Fecha: Hora:
Datos de la persona a evacuar
Nombre: Edad:
Unidad a la que pertenece:
C.C. o código: Sexo: M____ F_____
Datos de la evacuación
Evacuado por:
Tierra Hora de evacuación
Mar Hora de evacuación
Aire Hora de evacuación
Otro ¿Cuál?
Nombre del remitente:
Especialidad del remitente: MD___ Enf.___ Aux. Enf.___ Enf. Mil.___
Firma del remitente:
Datos de la evacuación
Fallecido - No atender
Atención inmediata
Atención urgente
Atención no urgente
Llene por ambas caras los espacios en blanco con una X

Figura 4. Ficha médica de campo. Cara posterior. Cortesía de: SP Héctor


Guillermo Bernal Malpica.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Lesión
Herida por arma de fuego
Cortopunzante

Aplastamiento

Fractura

Hemorragia

Amputación

Cuerpo extraño

Quemadura

Marque con una X en el sitio Cara anterior Cara posterior


Enfermedades generales
Deshidratación Paludismo
Diarrea Picadura de serpiente
Golpe de calor Otros
¿Cuál?:
Estado de conciencia
Consciente Inconsciente
Actividades o tratamiento
Líquidos Reanimación
Analgésicos Extracción de cuerpo
Vendas extraño
Inmovilización Torniquete hora:
Otro: ¿Cuál?:

Figura 5. Ficha médica de campo. Cara anterior. Cortesía de: SP Héctor Gui-
llermo Bernal Malpica.

█ CAUSAS MÁS COMUNES DE MUERTE


PREVENIBLE EN LA ESCENA

Estas son las tres causas más comunes de muerte prevenible


en la escena:
 Hemorragias de heridas en extremidades
 Neumotórax a tensión

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1 | ASISTENCIA AL TRAUMA EN COMBATE

 Problemas en la vía aérea (Figura 6).

Obstrucción de la vía
aérea

6%

33%
Neumotórax a
tensión

60% Hemorragias en
extremidades

Figura 6. Tres causas más comunes de muerte prevenible en la escena. Cor-


tesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Muchas de estas muertes tempranas podrían evitarse, si


se prestan rápidamente los primeros auxilios necesarios
sobre el terreno.

La implementación temprana de medidas adecuadas de pri-


meros auxilios puede disminuir el riesgo de complicaciones
infecciosas y de otro tipo en el contexto de un conflicto armado,
en el cual las heridas están sucias y contaminadas desde el
momento en que se producen. Los cuidados insuficientes en
una fase temprana aumentan la morbilidad (septicemia, disca-
pacidad) y la mortalidad.

█ CONCLUSIONES DE IMPORTANCIA CLÍNICA

El análisis previo y otras extrapolaciones permiten extraer las


siguientes conclusiones:
 Las heridas de la cabeza y el torso son las lesiones más leta-
les y son responsables de la mayor parte de las muertes.
La gran mayoría de los sobrevivientes sufrió lesiones de los

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

miembros, que representan la mayor parte del volumen de


trabajo quirúrgico y de la tasa de morbilidad.
 A pesar de que la cabeza representa tan solo el 9% de la
superficie expuesta del cuerpo, las lesiones de esta región
anatómica son responsables de un porcentaje despropor-
cionado (25%) de todas las heridas de guerra. La tasa de
letalidad asociada con las heridas penetrantes del cráneo
es de aproximadamente un 75%, y estas lesiones son res-
ponsables de apenas algo menos del 50% de todas las
muertes (muertos en combate más muertos por heridas).
La tasa de supervivencia de los heridos en la cabeza es de
aproximadamente un 8%.
 La muerte provocada por heridas de la cabeza se debe a
una lesión cerebral fatal o a la asfixia en un paciente coma-
toso con probabilidades de sobrevivir a la lesión original.
 La muerte por traumatismos craneales cerrados es relativa-
mente mayor en un contexto civil que durante un conflicto
armado.
 La hemorragia exsanguinante incontrolable es responsable
de aproximadamente otro 50% de las muertes. La mayoría
de estos pacientes (80%) presenta heridas centrales del
tórax o del abdomen, que deben ser tratadas en un centro
quirúrgico.
 La tasa de letalidad asociada con las heridas del tórax se
aproxima al 70%.
 El 20% restante de las muertes por hemorragia se deben a
heridas de los vasos sanguíneos periféricos (la mitad en el
cuello y la otra mitad en los miembros). Por tanto, la hemo-
rragia de las extremidades es responsable de casi el 10% de
la mortalidad total.
 La tasa de mortalidad por choque hemorrágico es mayor
durante un conflicto armado que en un contexto civil.
 Desde una perspectiva médica, las muertes inmediatas son
sumamente difíciles de evitar e invariablemente se registra
un porcentaje obligatorio de muertos en combate, aunque
la calidad de la asistencia médica sea óptima.
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1 | ASISTENCIA AL TRAUMA EN COMBATE

Conclusiones relacionadas con la mejoría del pronóstico del


paciente:
 Algunas muertes inmediatas y tempranas pueden preve-
nirse mediante el uso de equipos de protección personal
que cubran el torso.
 Muchas muertes tempranas pueden prevenirse adoptando
las siguientes medidas sencillas:
• El control de la hemorragia de los miembros
• La eliminación de la obstrucción de las vías aéreas
• La descompresión de un neumotórax a tensión
 Algunas muertes tempranas por hemorragia (especial-
mente del abdomen) pueden prevenirse mediante el tras-
lado rápido a un centro quirúrgico.

Factores influyentes en el cuidado del herido en combate:


 Fuego hostil
 Oscuridad
 Ambientes extremos:
• Montañas
• Desiertos
• Ciudades o barrios hostiles
 Equipamiento médico limitado
 Tiempos de evacuación prolongados
 Misión de la unidad.

Los objetivos del primer respondiente en acción comprenden:


 Preservar la vida mediante el mantenimiento de las funcio-
nes vitales
 Intervenir de forma segura y sin riesgos
 Prevenir las complicaciones y la discapacidad
 Aliviar el sufrimiento y dar apoyo psicológico y moral
 Promover la recuperación
 Garantizar la entrega, en las debidas condiciones, de los
heridos y los enfermos a profesionales sanitarios, siempre
que sea necesario.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

El primer respondiente en la escena deberá conocer y manejar:


 Planeamiento sanitario previo a la intervención
 Evaluar y tratar las heridas de guerra
 Manejar las hemorragias
 Manejar al paciente quemado
 Efectuar las maniobras de rescate bajo fuego
 Conocer y efectuar las técnicas de transporte e inmoviliza-
ción en segundo nivel (escena segura).

█ PLANEAMIENTO SANITARIO PREVIO


A LA INTERVENCIÓN

 Evaluación de peligros extras


 Explosiones
 Contacto previo con el hospital más cercano
 Rutas de acceso al hospital más cercano
 Rutas alternativas de evacuación de heridos
 Ubicación para el aterrizaje del helicóptero sanitario en la
escena
 Apoyo médico local
 Nivel de respuesta
 Condiciones climáticas.

Objetivos del programa

El programa presenta un sistema para el manejo del trauma en


combate que considera los aspectos discutidos anteriormente.
Un principio guía importante del programa es la ejecución de la
intervención correcta, en el momento correcto, en el continuo
del cuidado en terreno. Con este fin, el programa se estructura
para alcanzar tres objetivos importantes:
 Tratar al herido
 Prevenir heridos adicionales
 Completar la misión.

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1 | ASISTENCIA AL TRAUMA EN COMBATE

█ FASES DE TRATAMIENTO

Al pensar sobre el manejo de heridos en combate, es útil divi-


dir los cuidados en tres fases distintas, cada una con sus pro-
pias características y limitaciones.

Cuidados bajo fuego

Es el tratamiento efectuado en el lugar de la lesión mientras el


enfermero y el herido están bajo fuego efectivo hostil. El riesgo
de lesiones adicionales por fuego hostil en cualquier momento
es extremadamente alto, tanto para el herido como para el
enfermero. La disponibilidad de equipo médico está limitada
a aquel transportado por el enfermero y el herido.

Cuidados en terreno táctico

Es el tratamiento efectuado por el enfermero una vez que él y el


herido ya no están bajo fuego efectivo hostil. También se aplica
a situaciones en las que la lesión ha ocurrido en una misión,
pero no ha habido fuego hostil. La disponibilidad del equipo
médico aún está limitada a aquel transportado al terreno por
personal de la misión. El tiempo hasta la evacuación puede
variar de minutos a horas.

Cuidados en evacuación táctica

Es el tratamiento efectuado una vez que el herido ha sido reco-


gido por una aeronave, vehículo o bote. Durante esta fase de
manejo de heridos, debería haber disponibilidad de personal y
equipo adicional que haya sido preembarcado en estos medios.

Los capítulos y secciones de esta cartilla


presentarán una discusión de cada fase del
programa, así como instrucciones para los
procedimientos que requieran.
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CAPÍTULO 2

CUIDADO TÁCTICO
BAJO FUEGO

█ CUIDADOS BAJO FUEGO

Los cuidados bajo fuego son el tratamiento brindado por el


rescatador en el lugar de la lesión mientras este y el herido aún
están bajo fuego efectivo hostil. El riesgo de lesiones adicio-
nales en cualquier momento es extremadamente alto para el
herido y el rescatador. Las consideraciones principales durante
esta fase de tratamiento son las siguientes (plan de manejo
básico para atención bajo fuego):
 Devolver el fuego y ponerse a cubierto
 Indicarle al herido que siga involucrado en el combate, si es
adecuado
 Indicarle al herido que se ponga a cubierto y sea él mismo
quien inicie el tratamiento
 Evitar que el herido sufra lesiones adicionales
 Si el rescatador o los heridos se encuentran en un vehículo
o en un edificio en llamas, deberán ser rescatados para
ponerlos a cubierto, haciendo lo necesario para detener el
proceso de la combustión
 Generalmente es mejor retrasar el manejo de la vía aérea
hasta la fase de cuidado táctico de campo

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

 Detener las hemorragias que pongan en peligro la vida,


siempre y cuando sea tácticamente posible:
• Utilice un torniquete (preferentemente CAT, SOFTT,
SOFTT W o similar) en las extremidades para detener
las hemorragias donde sea anatómicamente posible su
colocación.
• Coloque el torniquete directamente sobre el uniforme
lo más proximal al punto de hemorragia. Si el sitio de
la hemorragia no puede localizarse adecuadamente,
coloque el torniquete lo más arriba y apretado posible y
ponga al herido a cubierto.

█ ARRASTRE DE LA VÍCTIMA

Los métodos de arrastre son muy útiles, sobre todo cuando sea
necesario desplazar a una víctima pesada o corpulenta (el soco-
rrista tendría dificultades para cargar por sí solo a la víctima), o
bien, en lugares angostos, de poca altura o de difícil acceso.
Existen distintas maneras de arrastrar a una víctima: por las axi-
las, por los pies, con una manta o atando las muñecas de la víc-
tima con un pañuelo, las cuales van sobre el cuello del rescatador,
mientras este se desliza a gatas y a horcajadas (Figuras 1 a 8).
El tratamiento de heridos durante cuidados bajo fuego se
ve complicado por varios factores tácticos. Primero, el equipo
médico disponible para tratamiento se limita a aquel transpor-
tado por los soldados individualmente y por los rescatadores.
Segundo, el personal de la unidad estará comprometido con
fuerzas hostiles y, especialmente en enfrentamientos de uni-
dades pequeñas, no estará disponible para ayudar en el tra-
tamiento y la evacuación de los heridos. Tercero, la situación
táctica impide al enfermero o proveedor médico efectuar un
examen detallado o un tratamiento definitivo de los heridos.
Además, estas situaciones a menudo se producen durante las
operaciones nocturnas, lo que resulta en severas limitaciones
visuales mientras se trata al herido.

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2 | CUIDADO TÁCTICO BAJO FUEGO

Figura 1. Técnica de arrastre al cuello a gatas. Con las muñecas de la víctima


atadas con un pañuelo, las cuales van sobre el cuello del rescatador, este
último se desliza a gatas y a horcajadas.

Figura 2. En brazos: es un método muy práctico para mover personas no ex-


cesivamente pesadas (según la corpulencia del socorrista), que no presenten
lesiones serias que le impidan la marcha.
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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Figura 3. Sobre la espalda o a


cuestas. Tiene las mismas indica-
ciones que el método anterior;
sin embargo, no es necesaria la
potencia de brazos, ya que el
peso de la víctima se transmite,
en parte, al tronco del socorrista.
Entrelazando las manos es más
fácil cargar con el peso de la
víctima.

Figura 4. Asiento sobre manos. Se


puede improvisar un asiento para
trasladar a un accidentado uniendo
las manos de dos socorristas.

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2 | CUIDADO TÁCTICO BAJO FUEGO

Figura 5. Arrastre con una persona. Agarre a través del chaleco táctico.

Figura 6. Arrastre con dos personas. Agarre a través del chaleco táctico.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Figura 7. Arrastre con dos personas utilizando la cinta de arrastre.

█ ACCIONES DEFENSIVAS

La mejor medicina en el campo de batalla es la superioridad de


fuego. El éxito rápido de la misión de combate es la prioridad
inmediata y la mejor manera de prevenir el riesgo de lesión
para otro personal o lesiones adicionales para los heridos. El
personal médico porta armamento menor para defenderse a
sí mismo y a los heridos en el terreno.
El poder de fuego adicional del personal médico puede ser
esencial en la obtención de superioridad de fuego. Inicialmente
el personal médico puede necesitar ayudar respondiendo el
fuego antes de detenerse a atender al herido. Adicionalmente
los heridos que han sufrido lesiones sin riesgo vital y aún son
capaces de participar en el combate deben continuar respon-
diendo el fuego en la medida de su capacidad.
Apenas al rescatador le sea indicado o sea capaz, su primer
objetivo principal será evitar que el herido sufra lesiones adi-
cionales. Los soldados heridos que estén incapacitados para
seguir participando en el enfrentamiento deberán tenderse
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2 | CUIDADO TÁCTICO BAJO FUEGO

Figura 8. Arrastre con cinta de arrastre por una persona. Cortesía de: SP
Héctor Guillermo Bernal Malpica.

sobre el suelo y permanecer inmóviles si no hay disponibilidad


de terreno cubierto o trasladarse lo más rápidamente posible
si lo hay. El enfermero podrá ser capaz de dirigir al soldado
herido para proporcionarse autocuidado.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Manejo de la vía aérea

No efectúe ningún manejo inmediato de la vía aérea durante


la fase de cuidados bajo fuego. Las lesiones de vía aérea típi-
camente desempeñan un rol mínimo en las bajas de combate
y constituyen solo el 1%-2% de las bajas, principalmente por
lesiones maxilofaciales. La preocupación principal es trasladar
al herido a cubierto lo más rápidamente posible. El tiempo, el
equipo y el posicionamiento requeridos para el manejo de una
vía aérea comprometida exponen al herido y al rescatador a
mayor riesgo. Los rescatadores deben diferir el manejo de la
vía aérea hasta la fase de cuidados en terreno táctico, cuando
el herido y ellos están a salvo del fuego hostil.

Control de hemorragia

La primera causa de muerte prevenible en el campo de batalla


es la hemorragia por heridas compresibles. Por tanto, las prin-
cipales intervenciones médicas durante la fase de cuidados
bajo fuego están dirigidas a la detención lo más rápidamente
posible de cualquier sangrado de riesgo vital.
Las lesiones de una arteria u otro vaso mayor pueden resul-
tar rápidamente en choque hemorrágico y exanguinación.
Un herido se puede exanguinar antes de que llegue la ayuda
médica, por lo que el control definitivo de la hemorragia de
riesgo vital en el campo de batalla no puede sino sobreenfa-
tizarse. En Vietnam, el sangrado de una herida de extremidad
fue la causa de muerte en más de 2500 heridos que no habían
sufrido ninguna otra lesión.

Heridas de extremidades

El uso rápido y temporal de un torniquete es el manejo reco-


mendado para toda hemorragia de extremidad de riesgo vital
(Figura 9).

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2 | CUIDADO TÁCTICO BAJO FUEGO

Figura 9. Autoaplicación del CAT. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal


Malpica.

Como se aprecia en la imagen, pase el extremo libre de la


banda autoadherente a través de ambos ojales de la hebilla
adaptadora de fricción. Nota: durante la autoaplicación del
CAT en una herida en extremidad superior o inferior en la fase
bajo fuego, el torniquete se coloca sobre el uniforme lo más
proximal posible.
Los apósitos de combate estándar y la presión directa pue-
den no funcionar confiablemente para controlar la hemorragia
de una extremidad. Mientras el entrenamiento ATLS tradicional
desincentiva el uso de torniquetes, estos son apropiados en el
ambiente de combate táctico.
Los beneficios del torniquete sobre otros métodos de con-
trol de hemorragia incluyen:
 La presión directa y la compresión son difíciles de realizar y
mantener en ambientes de combate y resultan en retrasos
en la llegada a cubierto del rescatador y del herido.
 La exposición del rescatador al fuego hostil.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

 Existen pocas complicaciones por el uso del torniquete. El


daño isquémico es raro si el torniquete se mantiene en su
lugar por menos de dos horas.
 Durante la fase de cuidados bajo fuego, el herido y el res-
catador permanecen en grave peligro por fuego hostil. Si
se observa que el herido presenta sangrado en una extre-
midad, el proveedor de cuidados deberá aplicar un torni-
quete en la extremidad lesionada, sobre el uniforme, en
la parte alta de la extremidad, y trasladarse a sí mismo y al
herido a cubierto lo antes posible.

Heridas de no extremidades

Estas lesiones son difíciles de tratar en la fase de cuidados bajo


fuego. Intente producir presión directa sobre estas heridas
mientras traslada rápidamente al herido a cubierto. Una vez
allí, un agente hemostático es apropiado para estas lesiones.

Transporte de heridos

El transporte del herido es, a menudo, el aspecto más problemá-


tico del cuidado táctico de heridos en combate (CTHC). En la fase
de cuidados bajo fuego, el transporte se ve complicado por la
limitación en equipo y personal disponible y el riesgo de mayor
lesión debido al fuego hostil. El retirar al herido del terreno de
fuego lo más rápidamente posible es la prioridad de transporte
durante esta fase de cuidados. No intente salvar el equipo de un
herido a no ser que contenga artículos críticos para la misión. Sin
embargo, si es del todo posible, lleve el armamento y munición
del herido. El enemigo podría usarlos en su contra.

Inmovilización de la columna cervical

Aunque el estándar de cuidado civil consiste en inmovilizar


la columna cervical antes de movilizar al paciente con lesio-
nes que puedan haber producido daño espinal, esta práctica
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2 | CUIDADO TÁCTICO BAJO FUEGO

generalmente no es apropiada en el ambiente de combate. En


Vietnam, los estudios que examinaron el valor de la inmoviliza-
ción espinal en lesiones penetrantes de cuello demostraron que
solo un 1,4% de los heridos con lesiones penetrantes de cuello
se habría beneficiado con la inmovilización de la columna espi-
nal. Se comprobó también que el tiempo requerido para lograr
la inmovilización espinal era de 5,5 minutos, aún en manos de
rescatador experimentados. Además, el equipo necesario para
este procedimiento (tabla espinal larga) generalmente no está
disponible en el lugar donde se produce la herida. Por tanto,
los peligros del fuego hostil para ambos, herido y rescatador,
sobrepasan el beneficio potencial de la inmovilización de la
espina cervical. Sin embargo, para heridos con trauma con-
tuso significativo, es apropiada la inmovilización de la espina
cervical en la fase de cuidados bajo fuego. Las lesiones de
paracaidismo, el fast-rope, las caídas de más de 15 pies (4572
metros) y otro tipo de trauma que produzca dolor cervical o
inconsciencia deberían ser tratados con inmovilización espinal,
a menos que el peligro de fuego hostil constituya un riesgo
mayor a juicio del enfermero de combate.

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CAPÍTULO 3

ASISTENCIA TÁCTICA
DE CAMPO

Los cuidados en terreno táctico son el tratamiento brindado al


herido una vez que este y el rescatador ya no están bajo fuego
efectivo hostil. Este término también se aplica a situaciones en
que la lesión ha ocurrido en una misión, pero no ha habido
fuego hostil.

█ PLAN DE MANEJO BÁSICO

Los pasos del plan de manejo básico son:


 Desarme inmediatamente a cualquier herido que tenga el
nivel de consciencia alterado.
 Manejo de la vía aérea:
• Herido inconsciente sin obstrucción de la vía aérea:
■ Maniobra de elevación del mentón o pulsión mandibular
■ Vía aérea nasofaríngea
■ Coloque al herido en posición lateral de seguridad
• Herido con obstrucción de la vía aérea o con un compro-
miso inminente en la misma:
■ Maniobra de elevación del mentón o pulsión mandibular
■ Vía aérea nasofaríngea

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

■ Permita que el herido consciente adopte la posición


que mejor proteja su vía aérea, incluida la de sentado
■ Coloque al herido inconsciente en posición lateral de
seguridad
■ Si las medidas descritas no tienen éxito:
÷ Realice una cricotiroidotomía quirúrgica (con lido-
caína, si está consciente).

Los cuidados médicos durante esta fase están orientados a


una evaluación y tratamiento del herido más en profundidad,
que se enfoca en aquellas condiciones que no se manejaron
durante la fase de cuidados bajo fuego.
Aunque el herido y el rescatador están ahora en una situación
algo menos peligrosa, aún no es el ambiente para una verda-
dera evaluación rápida del trauma y tratamiento. La evaluación
y el tratamiento todavía están supeditados a la situación táctica.
En algunos casos, los cuidados tácticos en terreno consistirán
en un rápido tratamiento de las heridas ante la expectativa de
reenfrentamiento con fuerzas hostiles en cualquier momento.
En tales casos, es crítica la necesidad de evitar la ejecución
de evaluación y tratamiento no esenciales. En cambio, puede
darse atención una vez que la misión haya alcanzado un punto
de evacuación acordado, sin persecución y en espera de la
evacuación. En estas circunstancias, puede haber gran can-
tidad de tiempo para brindar todo el tratamiento factible de
realizar en terreno. Sin embargo, dado que el tiempo hasta la
evacuación puede variar mucho, los proveedores médicos y
enfermeros de combate deben preocuparse de racionar los
insumos y equipos en el evento de tiempos de espera de eva-
cuación prolongados.

█ CUIDADOS PARA COMBATIENTES HOSTILES HERIDOS

 Las reglas de enfrentamiento dictarán el proceso de atención.


 Desarme inmediatamente, incluido el armamento secunda-
rio y los artefactos explosivos.
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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

 Retenga y proporcione seguridad.


 Recuerde que cada herido hostil representa una amenaza
potencial tanto para el asistente como para la unidad y se
tomarán las medidas apropiadas.
 Ellos todavía querrán matarle.

Reanimación cardiopulmonar (RCP)

En bajas con lesiones contusas o penetrantes que sean encon-


tradas sin pulso, ventilación u otro signo de vida, la reanimación
cardiopulmonar (RCP) en el campo de batalla generalmente
no tendrá éxito y no debiera intentarse. Los intentos de reani-
mación de pacientes de trauma en paro cardiorrespiratorio
han demostrado ser inútiles aún en ambientes urbanos, donde
las víctimas están en la proximidad de centros de trauma. En
el campo de batalla, el costo de realizar una RCP en bajas con
lesiones que son inevitablemente fatales resultará en pérdida
de vidas, dado que se restan cuidados a las bajas con lesiones
menos severas. Además, estos intentos exponen a los rescata-
dores a peligros adicionales por fuego hostil. Previo a la eva-
cuación, los rescatadores solo debieran considerar la RCP en
casos de trastornos no traumáticos, tales como hipotermia, casi
ahogamiento o electrocución y paro cardíaco.

Alteración del estado mental

Desarme inmediatamente a cualquier herido con alteración


del estado mental, incluido el armamento secundario y los
artefactos explosivos. Un combatiente armado con alteración
del estado mental es un riesgo significativo para sí mismo y
para aquellos en su unidad. Las cuatro causas principales de
alteraciones del estado mental son el traumatismo craneoen-
cefálico (TEC), el dolor, el choque y la medicación analgésica
(por ejemplo, la morfina).

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Circulación

 Realice una valoración del herido para detectar hemorra-


gias no reconocidas y controlar todas las fuentes de san-
grado. Si no se ha hecho aún, use un torniquete para el
control de una hemorragia masiva de riesgo vital, que sea
anatómicamente viable, con la aplicación del mismo o para
cualquier amputación traumática. Aplíquelo directamente
sobre la piel a 5-7 cm por encima de la lesión.
 Para una hemorragia en la que no pueda aplicarse un torni-
quete o como complemento a la eliminación del torniquete
(si el tiempo de evacuación se estima superior a 2 horas), use
Combat Gauze como el agente hemostático de elección.
También pueden emplearse el Celox Gauze y el ChitoGauze,
si el Combat Gauze no está disponible. El agente hemostá-
tico debe ser aplicado con al menos 3 minutos de presión
directa. Antes de aflojar cualquier torniquete en un herido
que ha sido reanimado de un choque hemorrágico, asegú-
rese de que exista una respuesta positiva a los esfuerzos de
reanimación (por ejemplo, características del pulso perifé-
rico y nivel de conciencia normales en ausencia de lesión
cerebral traumática). Si el lugar de sangrado es adecuado
para la colocación de un torniquete de unión de miembros,
colóquelo inmediatamente si este se encuentre preparado
para su uso. Emplee agentes hemostáticos junto con pre-
sión directa si no se dispone de un torniquete de unión de
miembros o mientras se está preparando dicho torniquete
para su uso.
 Reevalúe la colocación del torniquete. Exponga la herida y
determine si el torniquete es necesario. Si lo es, reemplace
el torniquete que está colocado sobre el uniforme por otro
aplicado directamente sobre la piel a unos 5-7 centímetros
de la lesión. Si el torniquete no es necesario, use otras técni-
cas para controlar la hemorragia.

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

 Cuando el tiempo y la situación táctica lo permitan, debe


valorarse el pulso distal. Si el pulso distal todavía está pre-
sente, considere una compresión adicional del torniquete o
el uso de otro torniquete, uno al lado del otro y proximal al
primero, para eliminar el pulso distal.

█ ¿POR QUÉ UTILIZAR EL TORNIQUETE?

Los torniquetes son la mejor opción para el control temporal de


las hemorragias de riesgo vital en las extremidades durante la
asistencia bajo fuego. Un herido puede desangrase antes de
que reciba cualquier ayuda médica, por lo que la importancia de
lograr un rápido y definitivo control de la hemorragia de riesgo
vital sobre el terreno no debe tomarse a la ligera. Por tanto, cada
enfermero debe estar entrenado en el uso del torniquete.
 El daño a la extremidad es raro si el torniquete está colo-
cado menos de dos horas.
 A menudo los torniquetes son mantenidos en el lugar
durante varias horas en los procedimientos quirúrgicos.
 En presencia de una hemorragia masiva en una extremidad,
es preferible aceptar el riesgo menor de daño al miembro
que tener a un herido desangrándose hasta morir.
 Cuando un torniquete puede aplicarse, es la primera opción
para el control de una hemorragia en el cuidado táctico
bajo fuego.
 Aplique sin demora, si está indicado.
 Tanto la víctima como el enfermero están en grave peligro
durante la aplicación de un torniquete en esta fase –no use
torniquetes para las heridas con hemorragia de menor
importancia.
 La decisión sobre el riesgo relativo de sufrir más lesiones en
comparación con la de morir desangrado debe ser hecha
por la persona que preste la asistencia (Figura 1).

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Figura 1. Amputación traumática de extremidades inferiores causadas por


artefacto explosivo de uso artesanal. Se utilizan torniquetes y vendajes para
el control efectivo de la hemorragia.

█ ¿CÓMO UTILIZAR UN TORNIQUETE?

Procedimiento

 Coloque sin demora un torniquete en las hemorragias de


riesgo vital.
 Aplique el torniquete sin quitar el uniforme; asegúrese de
que está claramente proximal al sitio del sangrado.
 Aplique de unos 5 a 7 cm arriba de la herida.
 Ajústelo hasta que la hemorragia se detenga por completo.
 Es posible que necesite un segundo torniquete aplicado
justo por encima del primero para controlar el sangrado.
 Verifique la desaparición del pulso distal.
 Apunte la hora de colocación.

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

█ DESACIERTOS AL UTILIZAR UN TORNIQUETE

 No use un torniquete cuando se debería.


 Use un torniquete cuando no se debería.
 Coloque un torniquete demasiado próximo al punto de
sangrado.
 Coloque un torniquete directamente por encima de la rodi-
lla o del codo.
 No coloque un torniquete directamente sobre una funda o
una bolsa de carga que contenga objetos voluminosos.
 No quite un torniquete cuando sea posible.
 Quite un torniquete cuando no se debería.
 No apriete el torniquete lo suficiente.
 El pulso distal debería eliminarse.

█ TORNIQUETE DE APLICACIÓN EN COMBATE (FIGURA 2)

Figura 2. Torniquete de aplicación en combate. Equipo necesario: combat


application tourniquet (CAT). Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

█ PARTES DEL TORNIQUETE (Figura 3)


Tira

Lazo Hebilla Cinta de


velcro

Varilla Clip

Figura 3. Partes del torniquete. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Aplicación del torniquete en extremidad superior:


1. Ponga la extremidad herida a través del círculo de la banda.
Posicione el torniquete aproximadamente a 5-7 cm sobre el
sitio de la herida (Figura 4).
2. Pase el extremo libre de la banda autoadherente a través de
ambos ojales de la hebilla adaptadora de fricción (Figura
5). Nota: durante la autoaplicación del CAT en una herida
en extremidad superior, difiera la pasada de la banda a tra-
vés de ambos ojales de la hebilla adaptadora de fricción.
3. Tire firmemente la banda autoadherente y asegúrela fiján-
dola sobre sí misma (Figura 6).

Aplicación del torniquete en extremidad inferior:


1. Ponga la extremidad herida a través del círculo de la banda.
Posicione el torniquete aproximadamente a 5-7 cm sobre el
sitio de la herida (Figura 7).
2. Gire la vara hasta que el sangrado rojo brillante se haya
detenido (Figura 8).
3. Asegure la vara en su lugar bajo el gancho del clip (Figura
9).

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

4. Adhiera la banda sobre la vara y continúe alrededor de la


extremidad lo más allá que pueda llegar (esto se aplica a la
colocación en un brazo; en una pierna ancha, la longitud de
la banda podría no alcanzar para pasar sobre la vara).

Figura 4. Aplicación del torniquete en brazo. Cortesía de: SP Héctor Guiller-


mo Bernal Malpica.

Figura 5. Aplicación del torniquete en brazo. Cortesía de: SP Héctor Guiller-


mo Bernal Malpica.

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Figura 6. Aplicación del torniquete en brazo. Cortesía de: SP Héctor Guiller-


mo Bernal Malpica.

Figura 7. Aplicación del torniquete en extremidad inferior. Cortesía de: SP


Héctor Guillermo Bernal Malpica.

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

Figura 8. Aplicación del torniquete en extremidad inferior. Cortesía de: SP


Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Figura 9. Aplicación del torniquete en extremidad inferior. Cortesía de: SP


Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Si la situación táctica lo permite, evalúe el pulso distal. Si este aún


está presente, aplique un segundo torniquete al lado y proximal
al primero. Ajuste este torniquete y revalúe dicho pulso.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

█ RETIRADA DEL TORNIQUETE

Cuando el traslado es retrasado y el torniquete lleva más de 1


hora aplicado, deben tomarse medidas con el fin de proteger
la extremidad aplicando el principio de salvar vidas y también
de salvar extremidades. Para esto, podemos hacer uso de las
gasas hemostáticas, de los aplicadores CELOX® y del vendaje
israelí siguiendo las indicaciones de uso tal y como se descri-
ben a continuación (recuerde que el dejar un torniquete apli-
cado más de 2 horas puede producir isquemia y, como conse-
cuencia, la extremidad puede ser amputada):
 Aplique el agente hemostático en la herida según el modo
de empleo (Figura 10).
 Cubra con un vendaje compresivo.
 Afloje lentamente el torniquete dejándolo en el lugar.
 Observe si hay sangrado.
 Vigile el sangrado que hay bajo del vendaje compresivo.
 Si la hemorragia persiste, ajuste el torniquete nuevamente.
 Descubra la herida e identifique la fuente principal de san-
grado (Figura 11).
 Tome una gasa hemostática y empiece a empaquetar la
herida expuesta (Figura 12).
 Realice de 3 a 4 minutos de presión directa sobre la herida
(Figura 13).
 Tome un vendaje de emergencia y realice un vendaje de
presión (Figura 14).
 Asegure la venda (Figura 15).
 Libere de forma gradual el torniquete y observe si se pro-
duce sangrado; si no se produce, mantenga liberado el tor-
niquete para proteger la extremidad (Figura 15).

Cuando se introduce directamente en el interior de la herida y


se aplica presión, los gránulos CELOX cargados positivamente
se cruzan con las células de los glóbulos rojos cargados nega-
tivamente, formando así un pseudocoágulo adherente que

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bloquea el flujo de sangre. Este coágulo se fija bien al tejido


húmedo y bloquea la zona del sangrado (Figura 17).

Figura 10. Aplicación de gasa hemostática. Cortesía de: SP Héctor Guillermo


Bernal Malpica.

Figura 11. Aplicación de la gasa hemostática. Cortesía de: SP Héctor Guiller-


mo Bernal Malpica.

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Figura 12. Aplicación de la gasa hemostática. Cortesía de: SP Héctor Guiller-


mo Bernal Malpica.

Figura 13. Técnica de presión directa. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Ber-
nal Malpica.

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Figura 14. Vendaje de presión. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Figura 15. Aseguramiento del vendaje. Cortesía de: SP Héctor Guillermo


Bernal Malpica.

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Figura 16. Liberación del torniquete de forma gradual, para que el retorno
no sea brusco. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Figura 17. CELOX con aplicador.

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Modo de empleo:
 Coja un sobre de CELOX-A (Figura 18).
 Rasgue el sobre por la marca (Figura 19).
 Extraiga el aplicador (Figura 19).
 Retire el tapón de protección del aplicador (Figura 20).
 Inserte el émbolo en el aplicador (Figura 21).
 Retire la pieza de protección azul del aplicador (Figura 22).
 Inserte el aplicador en la herida lo más posible (Figura 23).
 Empuje lentamente el émbolo. Una vez introducido el pro-
ducto, extraiga el aplicador con cuidado (Figura 24).
 Cubra la herida con una gasa y presione con firmeza durante
5 minutos (Figura 25).
 Si el sangrado persiste (Figura 26).

Figura 18. CELOX con aplicador. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal
Malpica.

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Figura 19. CELOX con aplicador. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal
Malpica.

Figura 20. CELOX con aplicador. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal
Malpica.

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Figura 21. CELOX con aplicador. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal
Malpica.

Figura 22. CELOX con aplicador. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal
Malpica.

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Figura 23. CELOX con aplicador. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal
Malpica.

Figura 24. CELOX con aplicador. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal
Malpica.

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Figura 25. CELOX con aplicador. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal
Malpica.

Figura 26. Técnica de vendaje de presión. Cortesía de: SP Héctor Guillermo


Bernal Malpica.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Si la hemorragia continúa:
 Utilice un segundo aplicador.
 Presione durante 5 minutos más.
 Fije con una venda para mantener la presión sobre la herida.
 Una vez controlada la hemorragia:
• Busque atención médica
• Enseñe el embalaje del CELOX al médico
• Deseche el producto que haya sobrado después de la
aplicación
 Si al liberar el torniquete se observa hemorragia abundante,
ajuste nuevamente el torniquete y reporte la situación al
médico de su unidad.

El aplicador CELOX-A es un granulado coagulante para tratar


heridas profundas y hemorragias medianas/severas. Este apli-
cador fue diseñado por SAM Medical y hace posible aplicar el
CELOX en lo profundo de la herida y llegar directamente a la
fuente del sangrado. Este mismo posee, como otra de sus cua-
lidades, el hecho de que no genera temperatura, algo común
en otro tipo de agentes hemostáticos.
Cada aplicador tiene 6 g de CELOX granulado fabricado a
base de chitosán, un polisacárido altamente depurado y extraído
del esqueleto del camarón marino. Simplemente inserte el
granulado en lo profundo de la herida con el aplicador provisto,
coloque un vendaje común y aplique presión sobre la herida
hasta que este agente pare completamente el sangrado.
Este agente hemostático es tan poderoso, que actúa en cual-
quier condición climática. Utilizado actualmente en Irak por los
marines estadounidenses para detener hemorragias severas,
conjuntamente con el ya conocido QuikClot, también agente
hemostático, este nuevo producto es una excelente opción
para rescatistas y socorristas en situaciones donde un san-
grado severo debe ser detenido por completo.

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Conclusión

Si bien la utilización del torniquete no carece de riesgo, una


correcta capacitación y entrenamiento en el uso del mismo
reduciría el riesgo a un nivel mínimo, siendo este más que
aceptable para ser evaluada su utilización en el terreno.
No utilice torniquetes improvisados por:
 Pérdida de tiempo para conseguir los materiales adecua-
dos para su fabricación.
 Utilización de material que no cumple con la función de
detener la hemorragia.
 Incrementa el riesgo de muerte y pérdida de extremidades
(Figuras 27 a 29).

Figura 27. Torniquetes improvisados versus torniquetes CAT certificados.

█ ESTUDIOS REALIZADOS SOBRE LA


UTILIZACIÓN DE TORNIQUETES

Antecedentes

El origen del torniquete fue consecuencia de la necesidad de


control de la hemorragia durante las amputaciones quirúrgicas
realizadas por los cirujanos en el campo de batalla, y su uso se
conoce ya desde la antigua Roma. A Ambroise Paré (aproxi-

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Figura 28. Torniquetes improvisados no funcionales. Cortesía de: SP Héctor


Guillermo Bernal Malpica.

madamente 1510-1590) se le atribuye la autoría del término


torniquete y también la primera recomendación para el uso
quirúrgico de este instrumento. Además, Paré llevó a cabo
la primera modificación conocida del torniquete: colocó un
tornillo sobre el vaso principal de una extremidad y lo apretó
mediante el incremento de la tensión sobre una correa circun-
ferencial. Aproximadamente en el siglo XVII, William Fabry y
Etienne Morel utilizaron un torno con giro sobre un palo con
el objetivo de apretar aún más una banda de constricción.
Muchos de los diseños modernos incluyen un dispositivo de
torno para facilitar el ajuste de la tensión.
A mediados del siglo XIX, Lister y Esmarch utilizaron torni-
quetes para introducir la cirugía sin sangre. Los avances tec-

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Figura 29. Torniquetes CAT certificados 100% efectivos. Cortesía de: SP


Héctor Guillermo Bernal Malpica.

nológicos hicieron que Cushing abandonara los diseños ori-


ginales del torniquete e introdujera, en 1904, un torniquete
neumático. Este modelo de torniquete se podía aplicar y retirar
con mayor facilidad y permitía la aplicación de una presión más
uniforme sobre el miembro, en comparación con los modelos
anteriores. A mediados del siglo XX, el uso de torniquete se
convirtió en una medida rutinaria en la cirugía sobre las extre-
midades para la obtención de campos quirúrgicos sin sangre.
Una revisión de los traumatismos de las extremidades civiles
entre 1994 y 1999 ha señalado que el 86% de los pacientes
que murieron de una exanguinante aislada lesión penetrante
en la extremidad tenía señales de vida en el lugar, aunque sin
pulso perceptible o presión arterial a su llegada al hospital.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Ningún paciente del estudio tenía un torniquete prehospi-


talario colocados por personal de servicios de emergencias
médicas (SEM). Varios factores explican la renuencia del per-
sonal de SEM para usar torniquetes. Estos factores incluyen las
complicaciones percibidas de la lesión del nervio, la formación
de coágulo de vena profunda y la noción de que la isquemia
del miembro podría aumentar el riesgo de futura amputación.
Desde la publicación de estos informes iniciales, el uso civil de
torniquetes está siendo aceptado como estándar de atención,
sobre todo debido a los datos derivados de la experiencia mili-
tar reciente en Irak y Afganistán.
La sexta edición del PHTLS respalda el uso de torniquetes
si el sangrado externo no puede ser controlado por la presión
directa. También señala que la elevación de la extremidad y
la compresión en un punto proximal de presión sobre la zona
lesionada no son métodos de control de la hemorragia com-
probados y no reciben la aprobación PHTLS. La sexta edición
del aval al uso del torniquete se basa en varios estudios publi-
cados que demuestran pequeños beneficios, así como en las
primeras pruebas que surgen en el momento del conflicto en
Irak. Desde la publicación de la sexta edición, ha aparecido un
dato adicional significativo en la literatura quirúrgica del trauma
para apoyar el uso de torniquetes. Vamos a revisar estos nue-
vos estudios, en un esfuerzo por mantener a los proveedores
de PHTLS al tanto de las últimas publicaciones sobre este tema.

Revisión de la literatura

El primer gran estudio de revisión retrospectiva del uso del


torniquete por los militares de EE.UU. en Irak fue publicado en
el Journal of Trauma por Beckley y colaboradores. Los autores
revisaron su experiencia durante el 2004 en Irak, relativamente
temprano en el conflicto y cuando el uso del torniquete aún no
era generalizado. El estudio incluyó 67 pacientes que ya tenían
torniquetes prehospitalarios y otros 98 pacientes con trauma-
tismo severo de los miembros y que no tenían torniquete. El
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promedio de tiempo de torniquete fue de 70 minutos (rango


5-210 minutos). Aunque en el estudio inicial no se demostró
un beneficio en la supervivencia relacionado con el uso del
torniquete, los autores encontraron que entre los pacientes
con lesiones más graves (escala de severidad de la lesión [ISS]
>15) el torniquete prehospitalaria mejoró significativamente el
control de la hemorragia. No se observaron efectos adversos
tempranos por el uso del torniquete entre los sobrevivientes.
Los autores analizaron los retos que enfrentan los proveedores
en el entorno de combate y concluyeron que la documenta-
ción sobre el control de la hemorragia con éxito, el tiempo de
aplicación del torniquete y los signos vitales a menudo son
insuficientes. Además, debido a que la base de datos integral
de trauma militar todavía estaba en fase de desarrollo, los
registros hospitalarios generalmente eran subóptimos. Este
estudio es significativo porque demostró que los torniquetes
en el campo de batalla pueden ser aplicados por personal
prehospitalario sin efectos secundarios significativos. Los crí-
ticos señalan la naturaleza retrospectiva del estudio, así como
la dificultad admitida del autor en la recopilación de datos a
principios de la guerra. Como los métodos de recopilación de
datos mejorarán en los próximos años, la investigación futura
podría ampliar este primer estudio.
Los siguientes dos artículos son de la base de datos pros-
pectiva de trauma recogida por los militares de EE.UU. en Irak.
Los datos de los artículos provienen de un solo hospital de
combate en Bagdad, los cuales fueron recogidos en un lapso
de 7 meses hasta el 2006. Durante este tiempo, 2838 pacientes
fueron ingresados por traumatismo mayor de los miembros;
de estos, el 8% tenía 428 torniquetes colocados en 309 miem-
bros. Algunos pacientes presentaban múltiples extremidades
lesionadas, mientras que otros tenían un torniquete adicional
colocado en la misma extremidad, si el primer torniquete no
controlaba adecuadamente la hemorragia. El promedio de
tiempo de torniquete fue de 1,3 horas.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

El primer artículo de esta base de datos prospectiva fue


publicado en el Journal of Trauma. En cuanto a las complica-
ciones asociadas, 4 pacientes tuvieron diagnóstico de parálisis
de los nervios a nivel del torniquete; en 3 de estos hubo mejo-
ría en la evaluación a 1 día. Solo 1 paciente presentó persis-
tencia leve de la parálisis del nervio a los 6 días. Un total de 7
pacientes tuvo prurito, ampollas, abrasiones o contusiones en
el área directamente debajo del torniquete. En 10 pacientes
hubo reporte de coágulos, aunque los cirujanos indicaron que
eran secundarios a la lesión en sí y no al torniquete. Ningún
paciente desarrolló embolia pulmonar. No hubo una asocia-
ción aparente entre el tiempo de torniquete y el desarrollo de
coágulos, de parálisis de los nervios, de dolor o de necrosis.
Se llevaron a cabo 9 fasciotomías, aunque todas eran profi-
lácticas para prevenir el síndrome compartimental. Tampoco
se reportaron casos de síndrome compartimental con el uso
del torniquete. La mayoría de los torniquetes fue posicio-
nada correctamente (97%). La tasa de complicaciones de este
estudio se compara favorablemente con la de otros estudios
previos de fecha tan lejana como la Segunda Guerra Mundial.
Todos demuestran una asociación poco significativa entre la
morbilidad y la colocación del torniquete.
El segundo artículo, publicado en Annals of Surgery, repre-
senta los primeros datos recogidos prospectivamente para
demostrar el beneficio en la supervivencia con el uso del torni-
quete. Los autores indicaron que aunque los 5 pacientes cum-
plían con los criterios de elegibilidad para la colocación prehos-
pitalaria del torniquete, dicha colocación no se llevó a cabo por
varias razones. Los 5 pacientes, que estaban vivos en el campo,
murieron desangrados en presencia de sus compañeros de
armas; llegaron al hospital 10-15 minutos más tarde sin sig-
nos vitales. Los autores concluyeron que estas muertes habían
podido evitarse con el uso de un torniquete prehospitalario.
También señalan que el tiempo es crítico para la colocación del
mismo. El paciente debe tener un torniquete en su lugar antes

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

de la aparición del choque. Los pacientes con un torniquete


colocado, en ausencia de choque, tuvieron una tasa de super-
vivencia del 90% en comparación con una tasa de superviven-
cia del 10% en aquellos que usaron un torniquete después del
desarrollo del choque. El tiempo medio de colocación después
de la lesión fue de 10 minutos, la cual debe realizarse antes de
la liberación del vehículo y el traslado al hospital.
El último estudio de opinión es una continuación de los dos
trabajos anteriores del mismo hospital de apoyo de combate
en Irak. Los autores llevaron a cabo este estudio para deter-
minar si los datos iniciales que apoyan el uso de torniquetes
prehospitalarios podían replicarse en un mayor número de
pacientes. El estudio incluyó un total de 499 pacientes, con 862
torniquetes aplicados en 651 miembros. Se observó una mayor
supervivencia significativa en los pacientes que tenían un torni-
quete prehospitalario, antes de la aparición de choque (96 %
frente al 4%). Por otra parte, también se observó un beneficio
de supervivencia con la aplicación prehospitalaria frente a la
aplicación hospitalaria (89% versus 78%). Las complicaciones
asociadas con la colocación de torniquete, tales como parálisis
de los nervios, fueron extremadamente bajas en este estudio
(<1,5%). Los autores concluyeron que la aplicación temprana
del torniquete, antes de la aparición del choque, salva vidas
con pocas o sin complicaciones asociadas.

█ OTROS ESTUDIOS REALIZADOS

Más de 2500 muertes ocurrieron en Vietnam secundarias a


hemorragias por lesiones en las extremidades. En cuanto a
los factores que hubiesen podido modificar la sobrevida (82
muertos; 15 potencialmente rescatables), están:
 Vendaje hemostático/presión directa
 Torniquetes
 CASEVAC más rápida
 Vía aérea quirúrgica

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 Toracotomía por punción


 Antibióticos en el campo de batalla.

Muertes en Irak - 2007

En Irak, se reportaron más de 165 casos con trauma severo de


extremidades, 67 de estos con torniquetes prehospitalarios:
cero (O) muertos. Los otros 98 casos no tenían torniquete, con
reporte de 7 muertos. De estas 7 muertes, 4 eran prevenibles si
se hubiese colocado adecuadamente un torniquete.
En el Hospital de Bagdad, durante el 2006, los torniquetes sal-
varon vidas en el campo de batalla. Hubo una mejor superviven-
cia cuando la aplicación de torniquetes se llevó a cabo antes de
que las víctimas entraran en choque. Un total de 31 vidas fueron
salvadas en este estudio con la aplicación prehospitalaria.
El Hospital de Apoyo de Combate en Bagdad, en 232
pacientes, aplicó 309 torniquetes en las extremidades. De los
torniquetes aplicados, el CAT fue el mejor. No hubo amputa-
ciones causadas por el uso del torniquete. Aproximadamente
el 3% de los pacientes presentó parálisis transitoria del nervio.
En cuanto a la atención prehospitalaria en el campo táctico,
se estima que entre 1000-2000 vidas han sido salvadas en la
guerra hasta la fecha por torniquetes (datos proporcionados
por el Ejército de EE.UU.).

Atentado en la maratón de Boston -


15 de abril de 2013 - 14:50

Los funcionarios del Departamento de Policía de Boston infor-


maron que murieron 3 personas, entre ellas un niño de 8 años
de edad. Un total de 183 personas resultaron heridas, 14 de las
cuales sufrieron la amputación de alguna extremidad (Figuras
30 y 31).

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Figura 30. Atentado en la maratón de Boston. 15 de abril de 2013, alrededor


de las 14:50. Uso del torniquete.

Figura 31. Atentado en la maratón de Boston. 15 de abril de 2013, alrededor


de las 14:50. Uso del torniquete.

█ REVIVIENDO UN PROTECTOR DE
LA VIDA: EL TORNIQUETE

Ya en campañas de Alejandro Magno, los torniquetes eran ele-


mentos básicos en tiempos de guerra, que se utilizaban para

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

detener la hemorragia de los soldados heridos. Sin embargo,


después de la Segunda Guerra Mundial, se convertirían en un
último recurso para el personal de emergencia militar y civil,
cuando los expertos médicos atribuyeron las amputaciones
frecuentes a la detención prolongada de la circulación.
El transporte era tan precario en esos días, que los heridos
tardaban días en recibir la atención médica adecuada –dema-
siado tiempo para que un torniquete permanezca en su lugar.
Inicialmente el tratamiento fue peor que la enfermedad, como ase-
guró el Dr. Lenworth M. Jacobs, director del Consenso de Hartford,
un grupo de expertos en medicina de emergencia que ha estu-
diado la forma de responder más eficazmente a las víctimas.
Ahora los organismos policiales de EE.UU., en respuesta a
un aumento en los tiroteos masivos en la última década y de
acuerdo con las nuevas directrices del gobierno federal, han
puesto un nuevo interés en la formación y el equipamiento de
los agentes para el tratamiento de heridas graves al revivir el
uso de los torniquetes. La policía del estado de Virginia, junto
con los departamentos policiales en Dallas, Filadelfia y otras
ciudades importantes, ha distribuido torniquetes y vendajes
especiales entre los oficiales durante los últimos meses, como
parte del procedimiento policial tradicional.
El resurgimiento del torniquete se debe principalmente a las
lecciones aprendidas en Afganistán e Irak. Solo el 2% de los
soldados que se encontraban en estos países y que tenían una
hemorragia grave murió en comparación con el 7% que murió
en Vietnam, en parte porque los torniquetes estaban en uso
generalizado y los heridos fueron trasladados rápidamente
para recibir atención.
El año pasado, los médicos de trauma civiles se dieron
cuenta de que el personal de emergencia en gran parte del
país podía transportar a los heridos a un centro de trauma en
menos de 30 minutos, siguiendo así el ejemplo de los militares.
El éxito de la respuesta médica rápida a los atentados en la
maratón de Boston, donde los espectadores utilizaron su ropa
como torniquetes, reforzaron sus esfuerzos.
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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

Cuando comenzamos a prestar atención a la forma de res-


ponder a este tipo de incidentes, quedó claro que cuanto más
pronto pueda detenerse la hemorragia, mayor será la probabi-
lidad de reducir el número de víctimas mortales, indicó John
Cohen, estudiante de último año y funcionario de contraterro-
rismo del Departamento de Seguridad Nacional, miembro de
un comité nombrado por el presidente Obama para estudiar
la violencia armada después del tiroteo masivo en Newton,
Connecticut. Lo que hace una diferencia significativa en la
detención de la hemorragia son los torniquetes y otras vendas.
Como parte de un esfuerzo más amplio para alentar al público
a ayudar a las víctimas a tratar, el comité ha estado desarrollando
planes para poner torniquetes en los lugares públicos, como
centros comerciales y escuelas, y para capacitar a los maestros
y otras personas sobre cómo usarlos. En septiembre, los miem-
bros del comité también dieron a conocer nuevas recomenda-
ciones para los servicios de emergencia después de estudiar los
atentados de Boston y otros ataques. En cuanto a sus ideas, los
paramédicos que usan chalecos antibalas deben estar prepa-
rados para entrar en las zonas calientes donde todavía puede
haber hombres armados o bombas sin explotar.
Junto con el fomento en la policía, que a menudo es el pri-
mer personal de emergencias en arribar a la escena, estamos
tratando también de encontrar la manera de llegar al público
entrenado y educado para que puedan ayudar, porque gene-
ralmente es el más cercano a las víctimas, afirma Cohen.
En junio, el Consenso de Hartford informó que el con-
trol de la hemorragia fue uno de los factores más importan-
tes para salvar vidas después de ocurridas las bajas masivas.
Aproximadamente 4 meses después, la Asociación de Jefes
de Policías de Ciudades Grandes, un grupo de comisarios de
policía de las 63 más grandes ciudades urbanas de la nación,
aprobó por unanimidad las directrices para equipar a los agen-
tes de policía con torniquetes.
Los torniquetes modernos se asemejan a un cinturón con una
abrazadera grande y una varilla metálica, conocida como un moli-
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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

nete, utilizada para apretar el torniquete alrededor del miembro


lesionado. Los oficiales pueden llevarlos en el cinturón o mante-
nerlos en los kits de primeros auxilios en sus vehículos. Para buena
parte de ellos, todo esto es algo así como un cambio cultural.
Hasta hace poco había un sesgo anecdótico por el cual el tor-
niquete no se usaba en la fase prehospitalaria de tratamiento;
sin embargo, dicho sesgo no se basa en ningún estudio, aclara
el Dr. William Fabbri, jefe del Programa de Apoyo Médico de
Emergencia del FBI.
Charles H. Ramsey, el comisionado de la policía de Filadelfia,
explica que cuando empezó la aplicación de la ley, teníamos
directivas que indicaban que no se moviera a la víctima cuando
esta era encontrada en la escena; debía esperarse al personal de
rescate. Dicho personal siempre tarda en llegar a la escena, de
tal manera que la persona pierde una gran cantidad de sangre.
El traslado rápido sigue siendo un problema en el trata-
miento de una persona cuyo sangrado ha sido detenido. El
comisionado Ramsey, al respecto, indica que sus oficiales ya
fueron instruidos para llevar directamente al hospital a las víc-
timas que fueron tratadas con torniquetes, si el personal de
emergencia no ha llegado a la escena.
Estas tácticas han suscitado preocupación entre algunos fun-
cionarios policiales, que cuestionan el hecho que sus oficiales
deben capturar a los criminales con la responsabilidad adicio-
nal de tratar a las víctimas. Perseguir y atrapar a los malos es
parte de lo que hacemos, aclara el comisionado Ramsey, pero
no hay nada más importante que salvar una vida.
Aunque el uso generalizado de torniquetes ha alentado a
algunos expertos médicos, estos creen que aún queda mucho
por hacer.
Al respecto, el Dr. Jacobs señala que cuando comenzaron a
poner 15 000 desfibriladores en lugares públicos hace ya 15 o
20 años, no existía el concepto de que los ataques terroristas
masivos algún día podrían ser más comunes. Por tanto, no hay
razón para que un torniquete de 15 dólares no pueda estar al
lado del desfibrilador.
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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

En estudios realizados se ha demostrado que la primera


causa de muerte en los campos de combate es el inadecuado
control de las hemorragias. ¿Cuánto tiempo tarda en morir
desangrada una persona por un corte completo de la vena y
la arteria femoral? La mayoría de los humanos con tal lesión se
desangrarían en aproximadamente 2 a 4 minutos.

█ MANEJO DE LA VÍA AÉREA

En la fase de cuidados en terreno táctico, dirija el manejo ini-


cial a la evaluación y el tratamiento de la vía aérea del herido,
una vez que todos los problemas de hemorragia hayan sido
atendidos. La intervención debería realizarse desde el proce-
dimiento menos invasivos al más invasivo. No intente ninguna
intervención sobre la vía aérea si el herido está consciente y
ventila bien por sí mismo. Permita que el herido asuma la posi-
ción más cómoda que mejor proteja su vía aérea, incluida la
posición sentado-recto.

Herido inconsciente sin obstrucción de la vía aérea

Si el herido está inconsciente, la causa más probable es cho-


que hemorrágico o TCE. En cualquiera de estos casos, debe
mantenerse una vía aérea adecuada. Si el herido inconsciente
no presenta signos de obstrucción de la vía aérea, primero se
debería abrir la vía aérea con las maniobras de elevación del
mentón o de protrusión de la mandíbula. Al igual que en la fase
de cuidados bajo fuego, generalmente no se requiere inmovi-
lización de la columna, excepto en la instancia de trauma con-
tuso significativo.

Trauma maxilofacial

Los heridos con lesiones faciales graves a menudo pueden pro-


teger su propia vía aérea sentándose e incorporándose hacia
delante (Figuras 32, 33 y 34). ¡Permítales que lo hagan si pueden!
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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Figura 32. Trauma facial por artefactos explosivos. Cortesía de: SP Héctor
Guillermo Bernal Malpica.

Figura 33. Trauma facial


por artefactos explosivos.
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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

Figura 34. Trauma facial arma de fuego.

Si hay presencia de ventilación espontánea sin dificultad ven-


tilatoria, una vía aérea adecuada en el paciente inconsciente
se mantiene mejor con una cánula nasofaríngea. Se prefiere
la cánula nasofaríngea sobre la orofaríngea debido a que es
mejor tolerada si el herido recobra la conciencia y es menos
probable que se desplace durante el transporte del herido.
Después de insertar la cánula nasofaríngea, ponga al herido
en posición de recuperación para mantener la vía aérea abierta
y prevenir la aspiración de sangre, mucosidad o vómitos.

Tratamiento

 Si el paciente está inconsciente y no respira.


 Maniobra de elevación del mentón.
 Maneje la vía aérea nasofaríngea.
 Asegure la sonda con esparadrapo.
 Coloque al herido en posición de seguridad.
 Si la vía aérea nasofaríngea no está funcionando.
 Revise los síntomas de obstrucción.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Para determinar el tamaño, se mide desde la punta de la


nariz hasta el pabellón auditivo externo. Para su colocación,
se utilizará el orificio nasal con hiperextensión de la cabeza.
Previamente debe lubricarse la cánula con un lubricante hidro-
soluble y, de ser posible, anestésico (Figuras 35 y 36).

Figura 35. Manejo de la vía aérea con cánula nasofaríngea.

Figura 36. Posición lateral de recuperación.

Precauciones

 Nunca fuerce la cánula nasofaríngea dentro de la fosa nasal


del herido.
 Si hay resistencia, saque la cánula e intente la inserción en
el otro orificio nasal.

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

 El primer intento de inserción de una cánula nasofaríngea


debería ser en el orificio nasal derecho (de esta forma, el
bisel evita el daño a los cornetes).
 De lo contrario, intente en el izquierdo.
 En este caso dirija el bisel hacia el tabique e introduzca hasta
pasar el nivel de los cornetes y realice un giro de 180 grados.
 No use la cánula nasofaríngea si hay presencia de líquido
claro (cefalorraquídeo) saliendo de los oídos o la nariz. Esto
puede indicar una fractura de la base del cráneo.

Obstrucción de la vía aérea actual o inminente

En caso de heridos con obstrucción de la vía aérea actual o inmi-


nente, la intervención inicial es nuevamente la apertura de la vía
aérea con maniobras de elevación del mentón o protrusión de
la mandíbula. Cualquiera de estas maniobras es seguida por
la inserción de una cánula nasofaríngea. Sin embargo, si hay
desarrollo o persistencia de una obstrucción de la vía aérea
a pesar del uso de la cánula nasofaríngea, se requiere una vía
aérea más definitiva. En algunos heridos, una vía aérea más
definitiva puede consistir en un dispositivo supraglótico, como
un combitubo o un tubo laríngeo (LT King). Estas vías aéreas
no son bien toleradas, a no ser que el herido esté totalmente
inconsciente. Estos dispositivos son de fácil inserción y capa-
ces de mantener una vía aérea permeable de mejor forma que
una cánula nasofaríngea. No obstante, a menudo puede estar
indicada una cricotiroidotomía quirúrgica.

█ MASCARILLA LARÍNGEA

La mascarilla laríngea es una cánula intermedia entre una


cánula orofaríngea y un tubo endotraqueal (TET), que se coloca
a ciegas. Su uso se considera cuando se requiere el estableci-
miento urgente de una vía respiratoria permeable y no es posi-
ble la intubación endotraqueal (Figura 37).

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Conector
Tubo de
155 mm
drenaje
Protector
de mordida

Tubo aéreo
Lengüeta de
fijación Tubo de
drenaje

Manguito
Aletas
Punta del
epiglóticas
manguito
reforzada

Figura 37. Partes de la mascarilla laríngea.

Materiales

Guantes, fuente de oxígeno, bolsa de ventilación con reservo-


rio y mascarillas de distintos tamaños, fonendoscopio, lubri-
cante, tijeras, venda, aspirador y sondas de aspiración estériles
de distintos calibres.

Técnica

Revise la cánula para detectar posibles fugas de aire al inflar


y desinflar el manguito y lubríquela por la cara opuesta a la
salida de aire.
Con la cabeza del paciente en hiperextensión (salvo que sos-
peche traumatismo, situación en la que se colocará en posición
neutra), oriente la mascarilla de manera que su orificio quede
dirigido hacia la lengua.
Coloque el dedo índice de la mano dominante en la super-
ficie proximal de la mascarilla (en la unión de esta con el tubo).
Proceda a la inserción en la boca ejerciendo una presión ligera
sobre el paladar duro. Avance la mascarilla suavemente hasta

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

que encuentre resistencia. Infle el manguito una vez que la


punta de la mascarilla esté asentada en el esfínter esofágico
superior.
Ausculte los pulmones para confirmar la correcta colocación
y fije la mascarilla con venda como un TET (Figura 38).

Figura 38. Técnica para la inserción de la mascarilla laríngea. Posicionamien-


to correcto de la cabeza del paciente en hiperextensión.

Sujete con firmeza la pieza de mordida integrada y coloque


el dispositivo con la salida del manguito hacia la barbilla del
paciente (Paciente en posición de olfateo) (Figura 39).

Figura 39. Técnica para la correcta posición de la mascarilla laríngea.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Como guía para el posicionamiento correcto, la pieza de


mordida integrada tiene una línea negra horizontal que indica
dónde deben situarse los dientes del paciente. Sin embargo,
vale la pena aclarar que esta medida no es válida para tamaños
pediátricos (Figuras 40 a 43).

Figura 40. Técnica de posicionamiento correcto de la mascarilla laríngea.


Introduzca suavemente la punta de la mascarilla hacia el paladar duro del
paciente y deslice el dispositivo hacia atrás y abajo, a lo largo del paladar
duro suave y firmemente hasta sentir una resistencia. Una vez logre esto, ve-
rifique que la punta de i-gel quede en la apertura esofágica superior y que el
manguito quede contra la estructura laríngea.

Figura 41. Técnica de posicionamiento correcto de la mascarilla laríngea.


Efectúe el llenado y verifique y fije.

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

1 2

3 4 5

Figura 42. Técnica de inserción del TET.

Figura 43. Téc-


nica de inserción
del TET.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

A tener en cuenta

Puede proceder a la intubación traqueal (con un tubo de


tamaño adecuado) a través de la mascarilla laríngea tipo
Fastrach. El manguito no proporciona un sello hermético, por
lo que es posible que haya broncoaspiración.
La ventilación con presiones altas puede producir fuga de
aire significativa alrededor del manguito. Por tanto, está contra-
indicada en pacientes con reflejo nauseoso conservado.
La mascarilla laríngea i-gel (Intersugical Ltd., Wokingham,
Berkshire, UK) es un dispositivo supraglótico con vía gástrica,
desechable y libre de látex (Figura 44).

Figura 44. Mascarilla i-gel.

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

Está hecha de un elastómero termoplástico suave, con tex-


tura de gel. Es transparente y su diseño tiene forma de espejo
de las estructuras faríngeas, laríngeas y periglóticas, lo que
permite un sellado adecuado en la vía aérea sin necesidad de
manguito de inflado. De esta manera se evita el desplazamiento
o el trauma que podría ocasionar el mismo en las estructuras
vecinas (Figura 45).

Figura 45. Mascarilla i-gel.

En cuanto a las partes de la mascarilla i-gel, están:


1. Manguito suave, no inflable: permite el sellado adecuado
de la entrada a la laringe, siendo menos traumática que las
mascarillas laríngeas con manguitos inflables.
2. Canal gástrico: permite el paso de la sonda nasogástrica
(SNG) para poder vaciar el contenido gástrico y eliminar
los restos de gas en el estómago por la ventilación. La i-gel
tamaño 1 no tiene canal gástrico. Para el resto de tamaños,
las sondas adecuadas son las siguientes:

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• i-gel 1,5 SNG de 10 FG


• i-gel 2,2,5, 3 y 4 SNG de 12 FG
• i-gel 5 SNG de 14 FG
3. Soporte epiglótico: previene la caída de la epiglotis y evita
la obstrucción de la vía aérea. Además previene el movi-
miento del dispositivo hacia arriba o el movimiento del
extremo distal de la entrada al esófago.
4. Estabilizador de la cavidad oral: está diseñado con una cur-
vatura natural que hace el dispositivo propenso a seguir la
curvatura propia de la orofaringe. Tiene una forma ensan-
chada y cóncava que elimina el potencial de rotación y
reduce el riesgo de malposición.
5. Conector de 15 m m: proporciona numerosas funciones, a
saber:
• Conexión estándar para el sistema anestésico
• Pieza de mordida integrada: lo proporciona la parte dis-
tal del conector, que discurre dentro de la parte central
del estabilizador de la cavidad oral.
• Como guía para el posicionamiento correcto; la pieza
de mordida integrada está marcada con una línea negra
horizontal que indica dónde deben situarse los dientes
del paciente. Esto no es válido para tamaños pediátricos
(Figura 46).

Técnica de inserción

La mascarilla I-gel se presenta en un recipiente que asegura su


flexión óptima antes de la inserción y además vale como base
de lubricación. Para proceder a la inserción, una vez separado
el dispositivo de su recipiente:
 Aplique lubricante de base hídrica en la superficie interior
lisa.
 Sujete con firmeza por la pieza de mordida integrada y colo-
que el dispositivo con la salida del manguito de i-gel hacia
la barbilla del paciente (paciente en posición de olfateo).

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

 Introduzca suavemente la punta de i-gel hacia el paladar


duro del paciente y deslice el dispositivo hacia atrás y abajo
a lo largo del paladar duro suave y firmemente hasta sentir
una resistencia. La punta de i-gel debe estar en la apertura
esofágica superior y el manguito debe quedar contra la
estructura laríngea. Los incisivos deben estar a la altura de
la pieza de mordida integrada.
 Sujete con esparadrapo de maxilar a maxilar.
 Coloque la SNG de tamaño adecuado.

Ventajas

 No necesita inflado, por lo que puede reducirse el tiempo


de inserción.
 Fácil de colocar.
 Evita la insuflación gástrica.
 Menor dolor de garganta después de su utilización.

Conector de
15 mm
Parte proximal
del canal gástrico

Pieza de mordida
Estabilizador de la
integrada
cavidad oral

Soporte epiglótico

Manguito no inflable

Parte distal del


canal gástrico

Figura 46. Mascarilla i-gel.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

█ CRICOTIROIDOTOMÍA

La obstrucción significativa de la vía aérea en el ambiente de


combate es probablemente el resultado de heridas penetran-
tes en la cara o el cuello, en las que la sangre o la distorsión de
la anatomía impiden una buena visualización de las cuerdas
vocales. Este escenario hace que la intubación endotraqueal
sea muy difícil, si no imposible.
En estos casos, la cricotiroidotomía quirúrgica es preferible a
la intubación endotraqueal. Este procedimiento ha sido repor-
tado seguro y efectivo en víctimas de trauma y, en las manos
de un rescatador que no intuba en forma regular, debería ser
el paso siguiente cuando otros dispositivos de vía aérea no son
efectivos.
Más aún, la cricotiroidotomía puede ser realizada con anes-
tesia local con lidocaína en un herido que esté consciente. La
mayoría de las muertes por vía aérea prevenibles se produce
por trauma penetrante de cara y cuello, en que la distorsión de
la anatomía y el sangrado significativo hacen que las interven-
ciones sobre la vía aérea sean muy difíciles.

Equipo necesario

 Kit de cricotiroidotomía quirúrgica comercial (en caso de no


tener disponibilidad de este kit, un kit improvisado debería
incluir):
• Instrumental cortante (por ejemplo, bisturí #10 o #15)
• Pinza mosquito
• Tubo endotraqueal n.o 6 o tubo de cricotiroidotomía qui-
rúrgica n.o 6
• Guantes, gasa 4 x 4, tela adhesiva, antiséptico (povidona
yodada)
• Anestésico local y jeringa para inyectar el anestésico

Nota: los sets de cricotiroidotomía deberían ser preparados


previo a la misión. Todas las piezas esenciales deberían ser pre-
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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

paradas antes del despliegue y empacadas en una bolsa ziploc.


Corte el TET justo por encima del tubo de inflado del manguito
para que el TET no quede protruyendo 15 cm fuera del cuello
del herido (solo en el caso de un TET cuyo tubo de inflado del
manguito no llegue hasta el conector) (Figuras 47 y 48).

Figura 47. Kits de cricotiroidotomía quirúrgica comerciales.

Cartílago
tiroides

Membrana Mentón
cricotiroidea

DTM
Laringe

Cartílago Tiroides
cricoides

Figura 48. Vía aérea quirúrgica (Cricotiroidotomía).

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Procedimiento

 Hiperextienda el cuello del herido:


• Coloque al herido en posición supina.
• Coloque una frazada o poncho enrollado bajo el cuello
del herido o entre las escápulas, de tal forma que la vía
aérea quede alineada.
• Precaución: no hiperextienda el cuello del herido si hay
sospecha de una lesión cervical.
 Póngase guantes médicos, disponibles en el kit de primeros
auxilios individual del paciente.
 Ubique la membrana cricotiroidea (Figura 49):
• Ponga un dedo de la mano menos diestra sobre el car-
tílago tiroides (manzana de Adán o nuez) y deslice el
dedo hacia abajo hasta el cartílago cricoides.
• Palpe buscando la hendidura en forma de “V” del cartí-
lago tiroides.
• Deslice el dedo índice hacia abajo dentro de la depre-
sión entre los cartílagos, tiroides y cricoides.
 Prepare el sitio de incisión:
• Administre anestesia local en el sitio de incisión, si el
herido está consciente.
• Prepare la piel sobre la membrana con alcohol o povi-
dona yodada.
 Con instrumental cortante en la mano diestra, haga una inci-
sión vertical de 4 cm a través de la piel, en la línea media, a
la altura de la membrana cricotiroidea:
• Precaución: no corte la membrana cricotiroidea con esta
incisión.
 Relocalice la membrana cricotiroidea por tacto y visual-
mente.
 Estabilice la laringe con una mano y haga una incisión hori-
zontal única penetrante de 1 a ½ cm a través del tejido elás-
tico de la membrana cricotiroidea:
• Nota: podría escucharse un soplido de aire a través de
la apertura.
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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

 Dilate la abertura con una pinza mosquito o con el mango


del bisturí. Enganche la membrana cricotiroidea con un
hook traqueal comercial (separador en forma de gancho) o
con la aguja de un catéter EV 18G previamente doblada en
la punta.
 Sostenga el cartílago cricoides y estabilícelo.
 Inserte el TET (o el tubo de cricotiroidotomía) a través de
la apertura y hacia los pulmones. Avance el TET solo 5 cm
dentro de la tráquea para evitar la intubación del bronquio
principal derecho. El tubo de cricotiroidotomía se inserta
completo hasta su base. Infle el manguito para prevenir la
aspiración.
 Asegure el tubo en forma circunferencial alrededor del cue-
llo del paciente para prevenir la extubación accidental. Esto
se puede hacer con tira de tela adhesiva enrollada sobre sí
misma o tubería plástica de línea EV. Haga un nudo sobre el
TET y luego rodee el cuello. Algunos kit comerciales traen
incluido dispositivos específicos.
 Evalúe el intercambio de aire y la ubicación del tubo:
• Intercambio de aire: escuche y sienta el paso de aire a
través del tubo; observe la aparición de empañamiento
en el tubo.
• Ubicación del tubo: los ruidos pulmonares bilaterales y
la subida y bajada del tórax bilateral confirman la ubica-
ción apropiada del tubo.
• Los ruidos pulmonares unilaterales y la subida y bajada
unilateral del tórax indican la intubación del bronquio
principal derecho. Retire el TET 2,5 a 5 cm y reconfirme
la ubicación.
• La salida de aire por la boca del herido indica que el
tubo fue dirigido hacia la boca. Retire el tubo, reinsértelo
y revalúe el intercambio de aire y la ubicación.
• Cualquier otro problema indica que el tubo no está
correctamente ubicado. Retírelo, reinsértelo y revalúe el
intercambio de aire.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

 Una vez que el tubo está correctamente ubicado, comience


la ventilación de rescate si es necesario y tácticamente apro-
piado:
• Conecte el tubo a un resucitador manual y ventile al
herido a una frecuencia de 20 ventilaciones por minuto
(con O2, 10 por minuto).
• Si no hay disponibilidad de resucitador manual, comience
reanimación boca a tubo a 20 ventilaciones por minuto.
 Aplique un apósito estéril. Use cualquiera de los siguientes
métodos:
• Doble en “V” un apósito de gasa de 4 x 4 y colóquelo
bajo el borde del TET para prevenir la irritación. Asegure
con tela.
• Corte dos apósitos de gasa de 4 x 4 a la mitad y colóque-
los en lados opuestos del tubo. Asegure con tela.
Incisión de la piel aquí

Cartílago
tiroides
Membrana
cricotiroidea
Cartílago
cricoides

Figura 49. Anatomía de la membrana cricotiroidea.

Intubación

La intubación endotraqueal es la técnica de vía aérea preferida


en escenarios de trauma civil, pero este procedimiento puede
ser prohibitivamente difícil en el ambiente táctico. Muchos
enfermeros de combate nunca han intubado a una persona
viva; su experiencia es solo con maniquíes en ambiente contro-
lado y a lo más infrecuente. La técnica de intubación estándar
requiere el uso de luz blanca que es tácticamente comprome-
tedora. También, las intubaciones esofágicas son más proba-

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

bles en el intubador no experimentado y mucho más difíciles


de detectar en el ambiente táctico. Finalmente, la mayoría de
las obstrucciones de la vía aérea en el campo de batalla son
producto de heridas penetrantes de cara y cuello, en las que la
cricotiroidotomía es el procedimiento de elección.

█ VENTILACIÓN

El siguiente aspecto de la fase de cuidados en terreno táctico


es el tratamiento de cualquier problema ventilatorio, especí-
ficamente del desarrollo de un neumotórax abierto o de un
neumotórax a tensión.

Heridas penetrantes de tórax

Los defectos traumáticos en la pared torácica del herido pue-


den producir un neumotórax abierto. Todas las heridas toráci-
cas deberían ser tratadas como tal (Figura 50).

Figura 50. Herida penetrante de tórax. Cortesía de: SP Héctor Guillermo


Bernal Malpica.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Cubra la herida durante la exhalación con un apósito oclu-


sivo; hay disponibilidad de numerosos materiales diferentes
para este uso. Además, hoy en día existe disponibilidad de
múltiples sellos de tórax de marca comercial, muchos de los
cuales tienen propiedades adhesivas.
El apósito debe ser sellado por sus cuatro lados. El herido
luego debe ser colocado en posición sentado, si es factible, y
monitorizado para detectar el desarrollo de un neumotórax a
tensión, que debería tratarse como se describe más adelante
(Figura 51).

Figura 51. Parche oclusivo. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Procedimiento

Tome un parche oclusivo y cubra la herida durante la exha-


lación, verifique la calidad de la respiración y la asimetría del
tórax, mantenga la monitorización del herido y observe cual-
quier cambio en la respiración (Figura 52).

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

Figura 52. Parche de oclusión improvisado por tres lados para el tratamiento
de las heridas penetrantes de tórax. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal
Malpica.

Neumotórax a tensión

Asuma que cualquier dificultad ventilatoria severa y progresiva


en el campo de batalla que sea producto de trauma torácico
penetrante unilateral representa un neumotórax a tensión. No se
confíe en los signos típicos como sonidos pulmonares, desvia-
ción de la tráquea e hiperresonancia a la percusión para el diag-
nóstico en este escenario, ya que estos signos pueden no estar
siempre presentes. Aún si estos signos están presentes, pueden
ser difíciles de detectar en el campo de batalla (Figura 53).

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Se produce por un mecanismo de válvula unilateral, producto del


trauma, que permite la entrada de aire al espacio pleural, pero no
la salida, lo que incrementa la presión positiva intrapleural hasta
que el pulmón colapsa

Curso natural Pulmón colapsado


Desplazamiento del mediastino
Neumotórax
Disminución del retorno venoso

Desviación del
Disminución del gasto cardíaco mediastino

Choque obstructivo Vena Corazón


cava

Figura 53. Neumotórax a tensión.

Trate el neumotórax a tensión en la fase de cuidados en terreno


táctico a través de una descompresión con un catéter de 14 G
de 8 cm de largo. Un herido con trauma torácico penetrante
generalmente tendrá algún grado de hemotórax o neumotórax
como resultado de su herida primaria (Figuras 54, 55 y 56).
El neumotórax a tensión o acumulación de aire a alta pre-
sión en el espacio interpleural comprime los vasos sanguíneos
intratorácicos, lo que promueve la hipoxemia y el colapso de la
actividad cardiovascular.
La falla de un intento de descompresión con catéter (DC)
podría tener complicaciones que incrementen el riesgo vital
de un herido. Estas complicaciones han sido observadas por
el Comité de Tactical Combat Casualty Care (TCCC; manejo de
pacientes en situaciones tácticas de combate [CoTCCC]) y ha
desarrollado recomendaciones al respecto (Figuras 57).

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

Figura 54. Neumotórax a tensión: técnica de descompresión con aguja.

Segundo
espacio
intercostal

Línea media-
clavicular

Figura 55. Descompresión del neumotórax a tensión; nuevas directrices.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Figura 56. Descompresión del neumotórax a tensión: nuevas directrices.

Borde lateral del


pectoral mayor

Base de la axila

Borde anterior del


dorsal ancho

Línea inferior de la tetilla


(5.o espacio intercostal)

Figura 57. Descompresión del neumotórax a tensión: nuevas directrices.

Lugar de la descompresión con catéter


Las directrices actuales de TCCC especifican el lugar para la
realización de este procedimiento, en el segundo espacio
intercostal (EIC)a lo largo de la línea media clavicular (LMC). A

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

pesar de esto, varios estudios han demostrado que, en la prác-


tica, los médicos con frecuencia desplazan la punción hacia la
línea media, lo que pone en riesgo los órganos internos.
Para reducir el riesgo de complicaciones se ha sugerido una
punción alternativa en el cuarto o quinto EIC, a lo largo de la
línea axilar anterior (LAA). Mediante la punción lateral, es menos
probable que los órganos internos se puedan perforar, ya que
estos se encuentran medialmente dentro de la cavidad torácica.
En un herido puede ser más fácil encontrar un lugar más
lateral para la DC. La LAA se encuentra aproximadamente en la
cara lateral del músculo pectoral mayor, por lo que este lugar
es fácil de identificar en terreno o en una evacuación táctica
(TAC EVAC). Una ubicación lateral puede ser más rápida y más
segura, dada la configuración del chaleco antibalas y por la
capacidad de volver a evaluar el estado del neumotórax a ten-
sión (Figura 58).

Figura 58. Descompresión del neumotórax a tensión: nuevas directrices.

Dimensiones del catéter


La longitud del catéter sigue siendo un componente muy
variable en la ejecución exitosa de este procedimiento. En la
literatura, la longitud del catéter varía de 4 a 8cm. Múltiples

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

estudios aconsejan que un catéter de 5 cm de largo puede ser


demasiado corto para llegar de manera confiable al espacio
pleural, ya sea en el segundo EIC o entre el cuarto o quinto EIC
LAA, y no es adecuado para un uso óptimo en una descompre-
sión con catéter. Por tanto, el Comité de TCCC recomienda la
utilización de una bránula DE 14 G de 8 cm.

Figura 59. Descompresión del neumotórax a tensión: nuevas directrices.

Complicaciones de la descompresión con catéter


Múltiples estudios demuestran la dificultad en la identificación
del lugar apropiado para la inserción del catéter utilizando un
abordaje anterior. Debido a su proximidad, en el segundo EIC,
a lo largo de la LMC, se han observado lesiones arteriales como
una complicación de este procedimiento. Un reporte de caso
ha señalado laceración de la arteria subclavia en un intento de
DC. Otros informes de casos destacan el desarrollo de hemo-
neumotórax siguientes a DC.
Las posibles explicaciones para el fracaso de la DC para ali-
viar un neumotórax a tensión son:
 Técnica inadecuada (por falta de entrenamiento)
 Longitud de la aguja
 Torcimiento del catéter
 Masa muscular del afectado.

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

El entorno táctico complica aún más el uso de la técnica, ya


que el exponer el área adecuada para la inserción representa
un gran desafío, producto de la necesidad de remover el
equipo de protección personal del soldado (chaleco antibalas)
que cubre todo el pecho. Cabe considerar que la remoción
de estas capas protectoras pone a la víctima en situación de
mayor riesgo al quedar expuesta. Utilizando la ubicación late-
ral, de mayor facilidad para su identificación, puede resultar
bastante más rápido que al usar la ubicación anterior.

Conclusión
Actualmente la DC es recomendada en los siguientes niveles
de habilidad y entrenamiento:
 Combat Life Saber (CLS) / Primeros auxilios en combate
 Combat Medic (CM) / Primeros auxilios avanzados
 Combat Paramedic (CPM) / Paramédico

Dos guías principales de práctica, PHTLS y SOF TTP (técnicas


y procedimientos tácticos de las operaciones de fuerzas espe-
ciales) recomiendan como sitio alternativo, aceptable para la
descompresión del neumotórax a tensión, el cuarto o quinto
espacio intercostal, a nivel de la LAA.

Recomendaciones
La Junta del Comité TCCC ha recomendado al Departamento
de Defensa de los Estados Unidos incorporar el siguiente texto:

Un sitio alternativo aceptable es el 4.º o 5.º EIC a nivel de


la línea axilar anterior

Esto permite su incorporación en las guías de TCCC en su fase


de Cuidados tácticos y Evacuación táctica (Figuras 60, 61 y 62).
Las anteriores recomendaciones fueron aprobadas por
unanimidad por la Junta para la Salud de la Defensa (Estados
Unidos).

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Línea mediaclavicular

Segundo
espacio
intercostal

Figura 60. Sitio de inserción de la aguja para el procedimiento de descom-


presión. Cortesía de MEDRILLS (www.medrills.com).

Detenga la inserción de la aguja


y avance el catéter más allá de la
aguja

Retire la aguja y deje el catéter en


el lugar

Figura 61. Sitio de inserción de la aguja para el procedimiento de descom-


presión.

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

Figura 62. Sitio de inserción de la aguja para el procedimiento de descom-


presión.

Ubique el segundo espacio intercostal: línea medioclavicu-


lar el hemitórax afectado; inserte rápidamente una aguja para
descomprimir (Figura 63).

Figura 63. Descompresión de neumotórax con un catéter de 14 G de 8 cm


de largo.
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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

El trauma adicional producto de una toracotomía por punción


no empeorará su condición si no tuviese un neumotórax a ten-
sión. Descomprima al herido con la aguja y el catéter, y retire la
aguja y deje el catéter (teflón) insertado hasta el conector.
El enfermero de combate debe monitorizar al herido des-
pués del procedimiento para asegurar que el catéter no se
haya obstruido o desplazado y que los síntomas ventilatorios
no hayan reaparecido.
Si estos síntomas reaparecen o el catéter está obstruido o
desplazado, lave el catéter o realice una segunda toracostomía
por punción adyacente a la primera.
No se recomienda la colocación de tubos de tórax durante
esta fase de tratamiento, dado que no son necesarios para el
tratamiento inicial de un neumotórax a tensión, son técnica-
mente más difíciles y toman más tiempo en colocar, y es m más
probable que produzcan lesión tisular adicional e infección
subsecuente.

█ ACCESO VASCULAR

 Obtenga un acceso EV en este punto durante la fase de cui-


dados en terreno táctico.
 Mientras el entrenamiento en ATLS enseña que deben colo-
car catéteres EV de gran calibre (14G o 16 G), en el escena-
rio táctico se prefiere el uso de un solo catéter EV de 18 G.
 El catéter 18 G es adecuado para la administración rápida
de líquidos de reanimación y fármacos, es más fácil de
insertar y se ahorran insumos del morral del enfermero de
combate (Figura 64).
 No debe iniciarse una EV en una extremidad que pueda
tener una herida significativa proximal al sitio de inserción EV.
 Si el herido requiere reanimación con líquidos y no se puede
obtener un acceso EV, se recomienda el acceso intraóseo
(IO) esternal. Un sistema de administración de fluidos IO.

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

Figura 64. Canalización de emergencias. Seleccione una vena permeable


para ser más efectivo con el procedimiento; no se puede perder tiempo.
Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Circulación

Realice una valoración de la víctima para detectar hemorragias


no reconocidas y controle todas las fuentes de sangrado. Si no
se ha hecho aún, utilice un torniquete (preferentemente CAT,
SOFTT, SOFTT W o similar) para el control de la hemorragia
que ponga en riesgo la vida y donde sea anatómicamente
viable la aplicación del mismo o para cualquier amputación
traumática. Aplíquelo directamente sobre la piel a 5-7 cm por
encima de la lesión. Si el sangrado no está controlado con el
primer torniquete, coloque un segundo torniquete al lado al
primer torniquete.
Para una hemorragia en la cual no se puede aplicar un tor-
niquete o como complemento a la eliminación del torniquete
(si el tiempo de evacuación se estima superior a 2 horas), uti-
lice Combat Gauze como el agente hemostático de elección.
También puede usar de la misma manera el Celox Gauze o
el ChitoGauze. El agente hemostático debe aplicarse con al
menos 3 minutos de presión directa. Si el lugar de sangrado

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

es adecuado para poner un torniquete de unión de miembros


(CRoC, SAMJT, JETT), colóquelo inmediatamente. No retrase
la colocación del torniquete de unión una vez que este se
encuentre preparado para su uso. Emplee agentes hemostáti-
cos junto con presión directa si no se dispone de un torniquete
de unión o mientras se está preparando el torniquete de unión
para su uso (Figuras 65 y 66).

Figura 65. Aplicación de gasa hemostática. Cortesía de: SP Héctor Guillermo


Bernal Malpica.

Creado para cubrir heridas en extremidades en la región del


muslo/ingle, donde los torniquetes no pueden colocarse o son
menos eficaces. En estos casos, se requiere un equipo como
el JETT para detener la hemorragia y salvar la vida de una víc-
tima que de otro modo se desangraría en cuestión de minutos.
Trauma penetrante, lesiones por onda expansiva y amputación
son ejemplos de lesiones que pueden requerir el uso de este
dispositivo (Figura 67).

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

Figura 66. La herramienta de tratamiento de emergencia (JETT) incluye dos


dispositivos de presión en una sola herramienta, lo que permite la oclusión
simultánea del flujo de sangre hacia ambas extremidades inferiores (bilate-
rales) fáciles de aplicar.

Revalúe la colocación del o de los torniquetes. Exponga las


heridas y determine si los torniquetes son necesarios; de ser
así, reemplace los torniquetes que se encuentren sobre el uni-
forme colocándolo directamente sobre la piel a unos 5-7 centí-
metros de la lesión. Asegúrese de que el sangrado está contro-
lado. Cuando sea posible, valore el pulso distal. Si el sangrado
persiste o el pulso distal todavía está presente, considere
recolocar el torniquete, el uso de otro torniquete, al lado del
primero, para eliminar tanto el sangrado como el pulso distal.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Figura 67. Junctional Emergency Treatment Tool (JETT).

Tanto los torniquetes para extremidades como los de unión


deben reemplazarse por agentes hemostáticos o por vendajes
compresivos lo más pronto posible si se cumplen los siguien-
tes tres criterios:
 La víctima no está en choque.
 Es posible vigilar estrechamente la herida por si se produce
sangrado nuevamente.
 El torniquete no se está empleando para controlar el san-
grado de una amputación.

Si el sangrado puede controlarse por otros medios, deben rea-


lizarse todos los esfuerzos para remplazar los torniquetes en
menos de 2 horas. No retire un torniquete que lleve colocado
más de 6 horas, a menos que se pueda vigilar estrechamente
y se disponga de medios para realizar pruebas de laboratorio.
Exponga y marque claramente todos los torniquetes con el
horario de su aplicación. Utilice para esto un marcador indeleble.

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

█ ACCESO INTRAVENOSO

 Si la víctima amerita la colocación de líquidos parenterales


o se estima que los puede necesitar, inicie la colocación de
un catéter IV de calibre 18 G; preferentemente utilice un
tapón heparinizado.
 Si se requiere reanimación con líquidos parenterales y no se
consigue un acceso IV, use una vía IO.

█ ÁCIDO TRANEXÁMICO (ATX)

 Si se prevé que una víctima requerirá de una transfusión


sanguínea (por ejemplo, presenta choque hemorrágico,
una o más amputaciones importantes, trauma penetrante
en torso o evidencias de sangrado severo).
 Administre 1 g de ácido tranexámico (ATX) diluido en 100
mL de solución salina normal (SSN) o Ringer lactato lo más
pronto posible, pero no después de 3 horas de haberse
producido la lesión.
 Administre una segunda dosis de 1 g de ATX luego de la
reposición de líquidos con Hextend o con otro tipo de líquido.

█ REANIMACIÓN CON LÍQUIDOS

Dependiendo del protocolo local así como de las indicaciones


médicas:
 Los líquidos parenterales de elección para la reanimación
de víctimas que presentan choque hemorrágico, de mayor
a menor preferencia, son:
• Sangre completa
• Plasma, concentrado eritrocitario y plaquetas en una
proporción de 1:1:1
• Plasma y concentrado eritrocitario en una proporción de 1:1
• Plasma o concentrado eritrocitario aislado
• Hextend
• Cristaloides (Ringer lactato o Plasma-Lyte A).
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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

 Evalúe los signos de choque hemorrágico (nivel de cons-


ciencia alterado en ausencias TCE y/o pulsos periféricos
débiles o ausentes).
• Si no está en choque:
■ No son necesarios los líquidos IV inmediatamente.
■ Se pueden administrar líquidos por VO si la victima
está consciente y puede tragar.
• Si está en choque y hay hemoderivados disponibles bajo
un protocolo de administración aprobado:
■ Reanime con sangre completa o, si no está disponible,
■ Plasma, concentrado eritrocitario y plaquetas en una
proporción 1:1:1 o, si no están disponibles,
■ Plasma y concentrado eritrocitario en una proporción
1:1 o, si no están disponibles,
■ Plasma liofilizado reconstituido, plasma líquido, plasma
descongelado o Concentrado eritrocitario solos.
■ Reevalúe a las víctimas después de la administración
de cada unidad. Continúe con la reanimación hasta
que el pulso radial sea palpable, mejore el estado
mental o hasta que se alcance una presión arterial sis-
tólica (PAS) de 80-90 mm Hg.
• Si la víctima está en choque y no hay hemoderivados dis-
ponibles:
■ Reanime con Hextend o, si no está disponible,
■ Ringer lactato o Plasma Lyte-A.
■ Reevalúe a la víctima después de la administración de
un bolo de 500 mL IV.
■ Continúe con la reanimación hasta que se palpe el
pulso radial, mejore el estado mental o hasta que se
alcance una PAS de 80-90 mm Hg.
■ Interrumpa la administración de líquidos cuando uno o
más de los objetivos anteriores hayan sido alcanzados.
• En una víctima con el nivel de consciencia alterado en el
que haya sospecha de que esto es debido a un TCE y que
presente un pulso periférico débil o ausente, reanime

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

con la cantidad de líquidos necesarios para restablecer


y mantener un pulso radial normal. Si no se puede moni-
torizar la PA, mantenga la PAS en al menos 90 mm Hg.
• Reevalúe a la víctima frecuentemente para identificar
la reaparición del choque. Si vuelven a presentarse sig-
nos de choque, reevalúe todas las medidas de control
de hemorragias para comprobar que estas continúan
siendo efectivas y repita la reanimación con líquidos
como se recomendó anteriormente.

█ PREVENCIÓN DE LA HIPOTERMIA

 Minimice la exposición de la víctima a los elementos climá-


ticos. Mantenga al herido con su equipo de protección o
junto a él si es posible.
 Reemplace la ropa mojada por seca si es posible. Coloque a la
víctima sobre una superficie aislante lo más pronto que pueda.
 Si se cuenta con equipo de prevención de hipotermia, utilícelo.
 Si no se dispone del equipo, use mantas secas, poncho
liners, sacos de dormir, bolsas para cadáveres o cualquier
otra cosa que guarde el calor y mantenga al herido seco.
 Es recomendable también la administración de líquidos
parenterales calientes si se requiere fluidoterapia IV.

█ TRAUMA PENETRANTE EN EL OJO

Si se aprecia o hay sospecha de una lesión penetrante en el ojo:


 Realice una prueba (o test) rápida de la agudeza visual.
 Cubra el ojo con un parche rígido (no presione con una
gasa).
 Asegúrese de que se administra el comprimido de 400 mg
de moxifloxacina del paquete de medicamentos de com-
bate, si es posible, así como los antibióticos IV/IM, si no se
puede tomar el moxifloxacina oralmente.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

█ MONITORIZACIÓN

La pulsioximetría debe estar disponible como parte de la moni-


torización clínica. Todos los heridos con TCE moderado/severo
deben ser monitorizados con pulsioximetría. Las lecturas pue-
den ser erróneas en caso de choque o de hipotermia grave.

█ HERIDAS Y VALORACIÓN DE HERIDAS ADICIONALES

Por otra parte, inspeccione y cubra todas las heridas y valore


las heridas adicionales.

█ ANALGESIA

Tenga en cuenta que la analgesia en combate debe realizarse


generalmente empleando una de estas tres opciones:
 Opción 1: dolor de leve a moderado, si la victima puede
seguir combatiendo:
• Paquete de medicamentos de combate(PMC):
■ Paracetamol, comprimido bicapa de 650 mg, 2 por
VO cada 8 horas
■ Meloxicam, 15 mg VO una vez al día.
 Opción 2: dolor moderado a severo: la víctima no está en cho-
que o con dificultad respiratoria y la víctima no está en riesgo
significativo de sufrir cualquiera de las dos condiciones:
• Citrato de fentanilo transmucosa oral (CFOTM), 800 μg
transmucosa oral. Coloque el aplicador entre la encía y
la mejilla
• No mastique el aplicador.
 Opción 3: dolor moderado a severo: la víctima está en cho-
que hemorrágico o con dificultad respiratoria o La víctima
está en riesgo significativo de sufrir cualquiera de las dos
condiciones:
• Ketamina 50 mg IM o intranasal, o
• Ketamina 20 mg IV o IO lentamente

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

• Repita la dosis IM o intranasal cada 30 minutos, si es


necesario
• Repita la dosis IV o IO cada 20 minutos, si es necesario
• Puntos finales: controle el dolor o hasta el desarrollo
del nistagmo (movimiento rítmico ocular de atrás hacia
delante).

Notas sobre la analgesia

 Las víctimas deben de ser desarmadas antes de administrar


el CFOTM o la ketamina.
 Realice un examen del estado mental mediante el AVDI
antes de administrar opioides o ketamina.
 En todos los heridos en quienes se administren opioides o
ketamina vigile exhaustivamente la vía aérea, la respiración
y la circulación.
 Recomendaciones para la administración del CFOTM:
• Se recomienda asegurar el aplicador de fentanilo al
dedo del herido como medida de seguridad adicional o
utilizar un imperdible y una goma elástica (tensos) para
asegurar el aplicador al uniforme o al chaleco portapla-
cas del paciente.
• Revalúe en 15 minutos.
• Administre una segunda aplicación, en el otro carrillo, si
es necesario para controlar el dolor severo.
• Vigile la aparición de depresión respiratoria.
 La morfina IV es una alternativa al CFOTM si se ha obtenido
un acceso IV:
• Sulfato de morfina, 5 mg IV/IO.
• Revalúe en 10 minutos.
• Repita la dosis cada 10 minutos si es necesario para con-
trolar el dolor severo. Vigile la aparición de depresión
respiratoria.
 La naloxona debe estar disponible (0,4 mg IV o IM) cuando
se usan opioides.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

 Tanto la ketamina como el CFOTM poseen el potencial de


empeorar el TCE severo. El médico, paramédico de com-
bate o enfermero de combate deben de tenerlo en cuenta a
la hora de tomar la decisión sobre la analgesia; no obstante,
si la víctima es capaz de quejarse de dolor, entonces el TCE
no es lo suficientemente grave como para no usar la keta-
mina o el CFOTM.
 La lesión ocular no es contraindicación para el uso de la
ketamina. El riesgo de daño subsecuente al ojo por el uso
de la ketamina es bajo y maximizar la oportunidad de super-
vivencia del herido tiene prioridad si este está en choque o
si presenta dificultad respiratoria o está en riesgo de sufrir
cualquiera de ellas.
 La ketamina puede ser un complemento útil para reducir
la cantidad de opioides necesarios para proporcionar una
analgesia efectiva. Es seguro administrar ketamina en un
herido que ha recibido previamente morfina o CFOTM. Se
debe administrar ketamina IV durante 1 minuto.
 Si se aprecia una disminución de las respiraciones después
de usar opioides o ketamina, proporcione soporte ventilato-
rio con ventilaciones con dispositivo de mascarilla-válvula-
bolsa y/o mascarilla-boca.
 Ondansentrón, 4 mg en tableta de desintegración oral
(ODT)/IV/IO/IM, cada 8 horas si es necesario para las náuseas
o los vómitos. La dosis de 8 horas puede repetirse una vez a
los 15 minutos si las náuseas y el vómito no han mejorado.
No administre más de 8 mg en ningún intervalo de 8 horas.

█ FRACTURAS Y PULSO

En este punto, inmovilice las fracturas y revalúe los pulsos.

█ ANTIBIÓTICOS

Los antibióticos están recomendados para todas las heridas de


combate abiertas.
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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

 Si tolera la VO:
• Moxifloxacina, 400 mg VO, 1 al día
 Si no tolera la VO (choque, inconsciencia):
• Cefotetán, 2 g IV (bolo lento en 3-5 minutos) o IM cada
12 horas
• Ertapenem, 1 g IV/IM una vez al día.

█ QUEMADURAS

Las quemaduras faciales, especialmente aquellas que se pro-


ducen en espacios cerrados, pueden estar asociadas con lesio-
nes por inhalación. Valore de forma agresiva el estado de la vía
aérea y la saturación de oxígeno en este tipo de pacientes y
considere una vía aérea quirúrgica precoz cuando aparezcan
signos de dificultad respiratoria o de saturación de oxígeno.
Determine el área total de superficie corporal quemada
empleando la regla de los nueves.
Cubra el área quemada con compresas secas y estériles.
Para quemaduras extensas (de más de un 20%), considere pro-
teger al herido con una manta Blizzard o con un equipo de pre-
vención de hipotermia, tanto para cubrir las áreas quemadas,
como para prevenir la hipotermia.
Reanimación con líquidos (regla de los diez del USAISR): si
el total de la superficie corporal quemada es superior al 20%,
la reanimación con líquidos debe ser realizada tan pronto
como se haya colocado un acceso IV/IO. La reanimación debe
ser iniciada con Ringer lactato, SSN, o Hextend. Si se emplea
Hextend, no deben infundirse más de 1000 mL; la reanimación
continúa con Ringer lactato o SSN, si es necesario:
 En adultos, la cantidad inicial para la reanimación con
líquidos IV/IO se calcula como el porcentaje del área total
de superficie corporal quemada (%TSCQ)/10 mL/h entre
40-80 kg de peso. Por cada 10 kg por arriba de los 80 kg,
aumente la cantidad inicial con100 mL/h. Si hay también
choque hemorrágico, la reanimación tiene preferencia
sobre la reanimación del choque que por las quemaduras.
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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Administre líquidos IV/IO tal como describen las directrices


en el punto Reanimación con líquidos.

La analgesia debe administrarse acorde con la sección


Analgesia para tratar el dolor producido por las quemaduras.
La terapia antibiótica prehospitalaria no está indicada úni-
camente para las quemaduras, aunque los antibióticos deben
ser administrados acorde con la sección Antibióticos de las
directrices, si están indicados para prevenir las infecciones en
heridas penetrantes.
Todas las intervenciones médicas descritas en esta guía pue-
den ser llevadas a cabo en o a través de la piel con quemaduras.

█ COMUNICACIÓN

Comuníquese con el herido, si es posible, para alentar, tranqui-


lizar y explicarle el tratamiento.

█ REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR (RCP)

La reanimación en combate para víctimas de explosión o trau-


mas penetrantes que no tienen pulso, no respiran y no tienen
otros signos de vida no tendrá éxito y no debe intentarse. Sin
embargo, en los heridos con trauma en torso o politraumatiza-
dos que no presenten pulsos o respiraciones durante la aten-
ción en el campo táctico, deberá de realizarse la descompre-
sión torácica bilateral para asegurarse de que no presentan un
neumotórax a tensión antes de la interrupción del tratamiento.

█ DOCUMENTACIÓN DEL TRATAMIENTO

Documente las valoraciones clínicas, el o los tratamientos rea-


lizados así como los cambios en el estado de la víctima en la
ficha médica de combate. Envíe esta información con el herido
al siguiente nivel de asistencia.

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3 | ASISTENCIA TÁCTICA DE CAMPO

█ TRAUMA OCULAR PENETRANTE

El trauma ocular penetrante representa un problema para los


proveedores de cuidados en el campo de batalla. Estas lesio-
nes pueden complicarse sin el cuidado apropiado (Figura 68).

Cubierto después de la lesión No cubierto después de la lesión

Figura 68. Trauma ocular.

Si hay sospecha de una lesión ocular penetrante, realice en


terreno una prueba rápida de la agudeza visual del individuo.
Para hacerla no es necesario usar una carta para la medición
de la agudeza visual. Haga que el paciente lea cualquier mate-
rial impreso, que trate de determinar cuántos dedos usted está
levantando o determine si el paciente puede distinguir entre
luz y oscuridad.
Si la visión está afectada, aplique un parche ocular sobre el
ojo (no un vendaje compresivo). Evite ejercer cualquier pre-
sión sobre el ojo, ya que esto podría causar que los contenidos
internos de este sean empujados hacia fuera.
Si está disponible, administre al herido una tableta de moxi-
floxacina 400 mg para proveer cobertura antibiótica.
La protección ocular rígida para lesiones evidentes o sospe-
chadas en el ojo a menudo no se hace correctamente.
No hacer esto puede causar una pérdida permanente de la
visión. Use un parche rígido para cualquier lesión en el ojo o
alrededor del mismo (Figura 69).

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Figura 69. Parche ocular.

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CAPÍTULO 4

CUIDADOS EN
EVACUACIÓN TÁCTICA

█ TERMINOLOGÍA DE EVACUACIÓN

MEDEVAC

Empleado específicamente para la evacuación médica. Están


señalizados con el símbolo de la Cruz Roja (Figura 1).

Figura 1. MEDEVAC.
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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Los medios MEDEVAC no son beligerantes.

CASEVAC

Medios de evacuación de heridos no medicalizados médicos.


Pueden transportar una fuerza de acción rápida y proporcionar
apoyo aéreo cercano.

Tactical evacuation (TACEVAC)

Este término engloba a ambos medios de evacuación anterior-


mente descritos.

Planificación de la evacuación aérea


Las reglas de vuelo son muy diferentes dependiendo del tipo
de aeronave y de las unidades.
Asegúrese de que su plan de evacuación incluye la capacidad
de vuelo de la aeronave para realizar las misiones que realices.
Tenga en cuenta:
 Distancias y altitudes involucradas
 Día versus noche
 Capacidad de pasajeros
 Amenaza enemiga
 Equipo médico
 Personal médico
 Peligro de heladas.

Petición estándar de TACEVAC de nueve líneas


Línea 1: localización del herido/zona de aterrizaje de helicóp-
teros (helicopter landing zone [HLZ])
La posición puede darse en cuadrículas de coordenadas,
latitud y longitud o cualquier otro sistema que sea claramente
entendido por ambas partes. En las zonas hostiles, las coorde-
nadas de la HLZ deben codificarse para impedir que las fuer-
zas enemigas determinen la ubicación de la misma.

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4 | CUIDADOS EN EVACUACIÓN TÁCTICA

Línea 2: frecuencia de radio, indicativo y sufijo


La frecuencia de radio, el indicativo y sufijo de la unidad que
solicite MEDEVAC se retira; en situaciones hostiles, esto debe
ser codificado.

Línea 3: prioridad de evacuación


A = Urgente
B = Urgente/cirugía
C = Prioritario
D = Rutinario
E = Conveniente

Cada letra va precedida por el número de víctimas en cada


categoría. Por ejemplo, 3 ALFA, 2 BRAVO, 1 CHARLIE significa
que hay 3 heridos urgentes, 2 heridos con cirugía urgente y 1
herido prioritario para los que se solicita TACEVAC.

Línea 4: petición del equipo especial


Esta línea pide extracción especializada o equipamiento médico:
A = Ninguno
B = Elevación requerida
C = Equipo de extracción
D = Respirador requerido

Línea 5: número de camillas y pacientes ambulatorios


L = Heridos en camilla
A = Heridos ambulatorios

Cada categoría va precedida por el número de heridos. Por


ejemplo, 3 LIMA, 2 ALFA significa que hay 3 heridos en camilla
y 2 heridos ambulatorios para los que se solicita MEDEVAC.

Línea 6: seguridad en el punto de evacuación


Esto indica el nivel de enfrentamiento hostil en la zona:
N = Sin enfriamiento
P = Posibilidad de tropas
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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

E = Tropas enemigas en la zona


X = HLZ caliente, se necesita escolta armada

Línea 7: señalización del punto de evacuación


A = Paneles de colores (panel VS-17)
B = Señales pirotécnicas
C = Humo
D = No hay designado
E = Otros medios de designación

Línea 8: nacionalidades de las víctimas y estado de combate


A = Militar estadounidense
B = Civil estadounidense
C = Militar no estadounidense
D = Civil no estadounidense
E = Prisionero de guerra enemigo

Línea 9: NBQ/características del terreno


N = Nuclear
B = Biológico
C = Químico

Describir las características del terreno que puedan ayudar


a la tripulación a localizar la HLZ desde el aire o que puedan
afectar a su aproximación, como árboles, cables eléctricos o
inclinación del terreno.

Técnicas de restricción de movilización espinal


Use técnicas de restricción de movilización espinal, como las
definidas más adelante, en heridos cuyo mecanismo de lesión
haya incluido trauma contuso si:
 Están inconscientes.
 Están conscientes y tienen sensibilidad en la línea media
cervical o dolor en la línea media de la espalda.

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4 | CUIDADOS EN EVACUACIÓN TÁCTICA

 Están conscientes, pero demuestran lesión neurológica tal


como incapacidad para mover sus brazos y/o piernas, défi-
cits sensitivos o parestesias.
• En estos heridos, después de la evaluación y ejecución
de las intervenciones de salvamento que sean necesa-
rias, asegure el chaleco antiesquirlas individual en su
lugar para proteger la columna torácica.
• La columna cervical puede ser protegida usando un dis-
positivo de estabilización cervical en conjunto al chaleco
antiesquirlas individual o mediante un primer respon-
dedor adicional que sostenga la cabeza del herido para
mantener la alineación con la espalda.
• Adicionalmente a estas medidas, si hay disponibilidad,
se debería utilizar una tabla espinal larga o corta.

Comunicación
El combate es una experiencia aterradora. El ser herido, espe-
cialmente si es de gravedad, puede generar ansiedad y temor
inmensos. El enfrentar al paciente en forma tranquilizadora es
terapéuticamente benéfico. La comunicación es tan importante
en el cuidado en combate como lo es en el establecimiento de
tratamiento.
Verifique que al herido se le explique el plan de cuidados.

Documentación-registro
La documentación en el campo de batalla de lesiones y cuida-
dos brindados en el área prehospitalaria es extremadamente
insuficiente. Hay una tremenda necesidad de documentación
de evaluaciones clínicas, tratamientos brindados y cambios en
el estado del herido, y en el envío de esa información con el
herido al siguiente nivel de cuidados.

Manejo de la vía aérea


El manejo de la vía aérea durante la fase de evacuación tác-
tica sigue los mismos principios que en la fase de cuidados en
terreno táctico, con el uso de posicionamiento y una cánula
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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

nasofaríngea como opciones de manejo inicial. Sin embargo,


el manejo de una vía aérea difícil es extremadamente difícil
durante la evacuación táctica.
Ahora es el momento apropiado, si el equipo y la experien-
cia del proveedor están disponibles, de obtener una vía aérea
más definitiva si la condición del herido lo requiere.
En cuanto a las posibles opciones de manejo de la vía aérea,
están:

Cricotiroidotomía: como en la fase de cuidados en terreno


táctico, la cricotiroidotomía todavía es una opción apropiada
cuando la cánula nasofaríngea no es efectiva. Este es todavía el
procedimiento de elección para heridas penetrantes de cara o
cuello, en las que la sangre y la distorsión de la anatomía impi-
den la buena visualización de las cuerdas vocales.

Ventilación: durante la fase de evacuación táctica, el manejo de


la ventilación del paciente es la continuación de las intervenciones
hechas durante la fase de cuidados en terreno táctico. Continúe
el tratamiento de heridas penetrantes torácicas mediante apósito
oclusivo y monitorice por posible desarrollo de un neumotórax a
tensión. Trate el neumotórax a tensión mediante descompresión
con aguja. En esta fase de cuidados, sin embargo, puede ser posi-
ble considerar intervenciones adicionales.

Tubo de tórax: en heridos con neumotórax a tensión que no


demuestran mejoría con la descompresión con aguja, el provee-
dor debería considerar la inserción de un tubo de tórax. También
se debería considerar el tubo de tórax en heridos cuando se
anticipa que el tiempo de evacuación será largo, aun cuando la
aguja de descompresión inicial haya sido exitosa.

Oxígeno: el oxígeno puede haber sido traído en el medio de


evacuación y ahora estar disponible. La mayoría de los heridos
en combate no requiere oxígeno, pero debiera ser utilizado en

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4 | CUIDADOS EN EVACUACIÓN TÁCTICA

heridos gravemente lesionados, especialmente en las siguien-


tes circunstancias:
 Baja saturación de oxígeno en la pulsioximetría
 Lesiones asociadas con disminución de la oxigenación
 Heridos inconscientes
 Heridos con trauma craneoencefálico (TEC)
 Heridos en choque
 Heridos en altitud.

Reanimación con líquidos


En la fase de evacuación táctica pueden hacerse varias mejoras
en la reanimación con líquidos. El equipo de monitorización
traído en el medio de evacuación podrá dar una mejor com-
prensión del estado hemodinámico de un herido y puede diri-
gir los esfuerzos de reanimación.
Continúe la reanimación de heridos con TEC para mantener
una presión arterial sistólica (PAS) de al menos 90 mm Hg.
Si está indicado y disponible, debe administrarse concen-
trado de glóbulos rojos en los heridos que sufren de pérdida
de sangre.
Estas células sanguíneas restaurarán la capacidad de trans-
porte de oxígeno.
La reanimación de heridos en choque puede continuar con
el uso de Hextend (aunque no exceda los 1000 mL por herido).
Finalmente, se puede usar Ringer lactato para tratar la des-
hidratación.

Prevención de la hipotermia
Los heridos en combate están en alto riesgo de hipotermia,
que se define como una temperatura corporal central por
debajo de los 35 °C (95 °F). La hipotermia puede producirse
independientemente de la temperatura ambiental. La pér-
dida de sangre típicamente asociada con el trauma de com-
bate produce vasoconstricción periférica, la que contribuye al
desarrollo de hipotermia. Además, mientras más tiempo esté
expuesto el herido al medio ambiente durante el tratamiento y
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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

la evacuación, especialmente en condiciones húmedas, mayor


será la probabilidad de que se desarrolle hipotermia. Esto es
más cierto durante la evacuación en ala rotatoria.
La hipotermia, la acidosis y la coagulopatía constituyen la
tríada letal en los pacientes de trauma. La asociación entre coa-
gulopatía hipotérmica y alta mortalidad ha sido bien descrita.
La hipotermia causa la inhibición de proteínas de la coagula-
ción, exacerbando así el problema del sangrado. La necesidad
de prevenir la hipotermia se enfatiza por el hecho de que hasta
el 10% de los heridos llega al establecimiento de tratamiento
nivel III exhibiendo algún grado de hipotermia.
Durante la fase de cuidados en terreo táctico, el rescatador
debe primero minimizar la exposición del herido a los elemen-
tos. Si es posible, mantenga puesta toda la ropa de protección.
Sin embargo, si es del todo posible, reemplace cualquier ropa
mojada. Use cualquier método disponible para mantener tibio
al herido, tales como manta térmica, frazadas secas, poncho y
sacos de dormir.

Monitorización
 El medio de evacuación puede contener dispositivos adi-
cionales para la monitorización de los pacientes.
 Puede haber disponibilidad de sistemas electrónicos capa-
ces de monitorizar presión arterial, frecuencia cardíaca, pul-
sioximetría y CO2 espiratorio final, que deben ser utilizados.
 Esto es especialmente necesario en evacuación en helicóp-
tero, que dificulta o impide la capacidad de monitorizar al
herido en forma clínica.

Medidas adicionales
Todos los aspectos de cuidados durante la fase de evacuación tác-
tica son idénticos a los de la fase de cuidados en terreno táctico:
 La hemorragia debe ser controlada usando torniquetes, si
es necesario. Sin embargo, los torniquetes deberían ser sol-
tados, si es posible, una vez el sangrado haya sido contro-

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4 | CUIDADOS EN EVACUACIÓN TÁCTICA

lado por otros medios y el herido haya sido reanimado por


choque hemorrágico.
 Mantenga el acceso vascular con al menos una vía endo-
venosa (EV) de 18 G o un dispositivo intraóseo (IO), si es
necesario.
 Administre analgesia y antibióticos como se indicó anterior-
mente durante la fase de cuidados en terreno táctico.
 Continúe la documentación de los cuidados y envíe esta
información con el paciente al siguiente nivel de atención.

Cuidados TACEVAC para combatientes hostiles heridos


Los principios de asistencia son los mismos para todos los
combatientes heridos. Deben tomarse todas las medidas de
seguridad por parte de la tripulación:
 Las reglas de enfrentamiento dictarán el proceso de eva-
cuación.
 Verifique que el combatiente esté completamente desarmado,
incluidos armamento secundario y artefactos explosivos.
 Retenga y proporcione seguridad.
 Recuerde que cada herido hostil representa una amenaza
potencial tanto para el asistente como para la tripulación, y
que deberán tomarse las medidas apropiadas de seguridad.
 Ellos todavía querrán matarle.

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CAPÍTULO 5

LESIONES CAUSADAS POR MINAS


ANTIPERSONALES (MAP), MUNICIONES
SIN EXPLOTAR (MUSE) Y ARTEFACTOS
EXPLOSIVOS IMPROVISADOS (AEI)

Recuerde que las heridas causadas por minas antipersonal


(MAP) pueden definirse como las más complejas y dramáticas
de todas las heridas de guerra. Son heridas sucias y contami-
nadas que comprometen varios miembros y órganos a la vez.
Las ondas explosivas entierran pedazos de metal y plástico en
el cuerpo de la víctima.
Durante los últimos años, el terrorismo ha adquirido un nivel
de importancia en el contexto mundial, por ser el principal
modo de actuar de las organizaciones que buscan desestabili-
zar o presionar un Estado. Es así como, en su afán de producir
pánico entre la población civil, los terroristas, especialmente
en Colombia, han optado por utilizar los artefactos explosivos
improvisados (AEI) como arma de terror.

█ PUNTOS CLAVE DE APRENDIZAJE

 El término mina terrestre se refiere a un arma explosiva;


puede ser antipersonal (AP) o antitanque (AT).
 Se le llama MUSE a la munición sin estallar que se compone
de artefactos como: bombas, proyectiles, granadas, morte-
ros y balas.

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 Datos recogidos en los países donde el Comité Internacional


de la Cruz Roja (CICR) realiza programas de concientización
sobre el peligro de las minas han revelado que del 20% al
30% del total de las víctimas de las minas y MUSE son niños,
niñas y adolescentes.
 Las minas no solo amenazan un territorio, sino también la
vida y la integridad de las personas, el normal desarrollo
de la agricultura, la minería, la educación y la organización
social y trae graves consecuencias en el orden ambiental.
 El derecho a la vida, a la seguridad, a la circulación y movi-
lización segura dentro del territorio nacional, el derecho al
trabajo son todos afectados, originando consecuencias gra-
ves para las personas y comunidades.
 Además de los costos sociales, las minas terrestres impo-
nen un enorme costo personal para aquellas personas que
sobreviven a su explosión.
 La mayoría de los campos minados están sin marcar y se
vuelven indistinguibles del lugar que los rodea.

█ CONCEPTOS BÁSICOS

Las minas terrestres son armas explosivas que explotan ante la pre-
sencia, proximidad o contacto de una persona, animal o vehículo.

¿Qué es una mina antipersonal?

Una mina antipersonal (AP) tiene la capacidad de incapacitar,


herir y/o matar a una o más personas. Se activan al pisarlas.
Generalmente son enterradas en zonas de conflicto o de mayor
población con el fin de causar daño a la misma. Comúnmente
se les llama también minas quiebra patas; sin embargo, este
nombre fue abolido porque se creó la imagen que solo daña-
ban las piernas y generaba una idea de una mina inteligente
que solo dirigía el daño hacia ellas. Lo cierto es que el grave
efecto que causa un arma de estas no tiene límites, pues afecta
no solo corporal y mentalmente a las personas que la pisan
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5 | LESIONES CAUSADAS POR MINAS ANTIPERSONALES (MAP), MUNICIONES SIN EXPLOTAR


(MUSE) Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS IMPROVISADOS (AEI)

o manipulan, sino a las otras que las rodean. Las minas son
difíciles de ver; pueden estar en sitios abandonados, enterra-
das, disfrazadas o escondidas en el pasto o la hierba, en los
árboles o bajo el agua. Es importante tener presente que estas
minas poseen diferentes formas de presentación y no tiene
que ver únicamente con la imagen de una granada. Pueden
estar escondidas en tarros, juguetes, cajas, ollas o en cualquier
cosa inofensiva como un zapato, una cajetilla de cigarrillos o
entre una bolsa o costal. Sus diferentes formas, colores y tama-
ños hacen que sean atractivas para los niños e incluso para
los adultos, provocando así la curiosidad y manipulación de
las mismas y, por tanto, su muy segura explosión, que produce
mutilación, invalidez, trauma o muerte de la persona o animal
que hace contacto con ella.

¿Qué es una mina antitanque?

Las minas antitanque (AT) son minas diseñadas para detonar


por la presencia o proximidad de un vehículo y no de una per-
sona. Están provistas de un dispositivo antimanipulación.

¿Qué es la munición sin estallar?

Se le llama MUSE a la munición sin estallar que se compone


de artefactos como bombas, proyectiles, granadas, morteros y
balas. Es posible que hayan sido disparadas, dejado caer, lan-
zadas o proyectadas, pero no han explotado debido a alguna
imperfección en su diseño o por cualquier otro motivo, lo que
no significa que no vayan a explotar en algún momento.

█ LAS MINAS Y LA MUSE EN EL CONTEXTO


DE LA CRISIS HUMANITARIA

Algunos países de Asia y África como Camboya, Argelia,


Afganistán, Mozambique y Kenia son conocidos por tener un
gran número de minas sembradas en su territorio.
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En Latinoamérica, Colombia ha presentado un crecimiento


del uso de las minas y MUSE, constituyéndose así en uno de los
países del continente más afectados por la presencia de estas.
Según un informe de septiembre del 2002 del Observatorio de
Minas Antipersonales del Programa Presidencial de Derechos
Humanos y Aplicación al Derecho Internacional Humanitario, el
38% del territorio está afectado por este problema (se calcula
que existen alrededor de 100 000 minas antipersonales dis-
persas en 422 municipios), lo que hace de Colombia el único
país del continente donde se siguen sembrando.

█ SITUACIÓN DE VÍCTIMAS - COLOMBIA 1990-2014

En el período 1990-2014 se registraron un total de 10 751 vícti-


mas por MAP y MUSE. De estas, el 39% (4145) eran civiles y el 61%
(6606), miembros de la fuerza pública. Entre enero y mayo de 2014,
se registraron un total de 127 víctimas, 25 civiles y 102 militares.
Del total de víctimas reportadas en el período 1990-2014, el
80% (8572) resultó herido y el 20% (2179) murió. De los 4145
afectados civiles, 3351 (81%) resultaron heridos y 794 (19%)
murieron. De los 6606 miembros de la fuerza pública afecta-
dos, 5221 (79%) quedaron heridos y 1385 (21%) fallecieron.
Entre enero y mayo 2014, 5 civiles y 85 miembros de la fuerza
pública quedaron heridos; 20 civiles quedaron heridos y 17
miembros de la fuerza pública murieron.

Víctimas de MAP y MUSE por departamentos y municipios

 De los 32 departamentos del país, 31 y el Distrito Capital


presentaron algún tipo de evento con minas antipersonales.
Igualmente, en el 65% de los municipios del país se registró
algún evento.
 Los 5 departamentos con mayor número de víctimas entre
1990 y mayo de 2014 son: Antioquia, 2372 (22%); Meta,
1095 (10%); Caquetá, 876 (8%); Norte de Santander, 764
(7%); y Nariño, 748 (7%).
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5 | LESIONES CAUSADAS POR MINAS ANTIPERSONALES (MAP), MUNICIONES SIN EXPLOTAR


(MUSE) Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS IMPROVISADOS (AEI)

 Los 5 municipios con mayor número de víctimas entre 1990 y


mayo de 2014 son: Vistahermosa, Meta (359); Tame, Arauca
(331); San Vicente del Caguán, Caquetá (252); Puerto Rico,
Meta (234); e Ituango, Antioquia (225).

Frecuencia anual de eventos por departamento

 Entre 1990 y mayo de 2014 fue reportado un total de 29


048 eventos con MAP y MUSE. De estos, 6250 fueron acci-
dentes y 22 798 incidentes. Entre enero y mayo de 2014
fueron registrados 102 accidentes y 988 incidentes.
 El 98% de los accidentes y el 98% de los incidentes ocurrie-
ron en el área rural.
 Los 5 departamentos con mayor frecuencia de eventos en el
período de 1990-2014 fueron: Antioquia (18%), Meta (14%),
Caquetá (8%), Arauca (6%) y Bolívar (5%).
 Los 5 departamentos con mayor frecuencia de incidentes
en el período de 1990-2014 fueron: Antioquia (16%), Meta
(15%), Caquetá (8%), Arauca y Bolívar (6%, respectivamente).
 Los 5 departamentos con mayor frecuencia de accidentes
en el período de 1990-2014 fueron: Antioquia (24%), Meta
(10%), Caquetá (9%), Nariño y Norte de Santander (7%, res-
pectivamente).

El uso de las minas no está relacionado únicamente con ejér-


citos irregulares o por fuera de la ley; también son utilizadas
indistintamente por unos y otros con el argumento de su
defensa contra ejércitos contrarios.
Pese a la firma de la Convención de Ottawa, los grupos irre-
gulares construyen cercos minados para la defensa de sus ins-
talaciones militares fijas y en ocasiones para la protección de
infraestructuras eléctricas y de comunicaciones. Se espera que
estos campos estén debidamente señalizados y mapeados.
Los grupos armados al margen de la ley recurren cada vez
más en esta práctica, lo que constituye una amenaza para la

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

población civil, puesto que no utilizan ninguna señalización y,


por tanto, no pueden identificarse.
Los niños en este contexto corren un riesgo mayor, ya que
no solo pueden ser víctimas de la explosión de una mina, sino
que también pueden ser utilizados para la siembra o el tras-
lado de estos artefactos sin tener la conciencia del peligro que
esto implica.

Las minas y MUSE: un grave peligro para la infancia

En el contexto descrito, los niños, las niñas y los adolescentes son


los más vulnerables, como lo demuestran los siguientes datos:
 Más del 90% de todas las víctimas de minas terrestres son
civiles, y la mitad de ellos son niños, niñas o adolescentes.
 Alrededor de 70 países tienen minas antipersonales disper-
sas de manera tal que ponen en peligro a la infancia.
 Existen más de 100 millones de minas que aún no han sido
retiradas; es decir, una mina por cada 16 niños, niñas o ado-
lescentes del mundo.
 Un niño afectado por una mina o MUSE requiere de un cam-
bio de prótesis cada seis meses.
 La presencia de minas, la pérdida de vidas y los daños debi-
dos a esta situación ocasiona estragos a las familias y a la
comunidad.

Según los datos recogidos por el CICR, entre el 20% y el 30%


de las víctimas de minas son niños.
Un informe de marzo de 2003, elaborado por el Observatorio
de Minas Antipersonales de la Presidencia de la República,
señala que en Colombia hay más niños que niñas afectados
por estos artefactos.
En el área rural, los niños y niñas trabajan en el cultivo de la
tierra y cuidan los animales y en el desarrollo de estas activida-
des pueden resultar afectados por una mina o MUSE. Lo mismo
puede suceder con los niños de la zona urbana que trabajan

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5 | LESIONES CAUSADAS POR MINAS ANTIPERSONALES (MAP), MUNICIONES SIN EXPLOTAR


(MUSE) Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS IMPROVISADOS (AEI)

en actividades como el reciclaje, pues unos y otros se dejan


guiar por su curiosidad acerca de los objetos desconocidos.

█ CONSECUENCIAS SOCIALES DE
LAS MINAS TERRESTRES

Las minas no solo amenazan el territorio, sino también la vida


y la integridad de las personas, el normal desarrollo de la agri-
cultura, la minería y la educación. En muchas ocasiones, las
comunidades desarrollan su vida diaria en territorios minados,
a pesar del peligro que esto representa. El derecho a la vida,
al trabajo, a la seguridad, a la circulación y movilización dentro
del territorio se ve limitado en estas circunstancias.
En términos sociales y económicos, los heridos por minas
representan una carga para la comunidad. A ello se añade que
generalmente las sociedades devastadas por la guerra carecen
de personal e infraestructura para responder a tal situación.
Las heridas causadas por minas terrestres usualmente
requieren de atención integral inmediata en cuanto a curar la
herida, preparar las prótesis y el cuidado terapéutico intensivo,
tanto físico como mental, para permitir a las víctimas regresar a
algo semejante a una vida normal. Tales cuidados usualmente
están más allá de las capacidades de muchos de los países
sembrados de minas que no tienen suficiente personal capaci-
tado, instalaciones, equipos o medicamentos. El gran número
de víctimas de minas agota estas infraestructuras médicas frá-
giles o insuficientes. Como consecuencia, muchas víctimas de
minas, que sobrevivirían en un lugar con cuidado médico per-
tinente, mueren en el terreno y no son registradas.
Además de los costos sociales, las minas terrestres impo-
nen un enorme costo personal para quienes sobreviven a la
explosión. En casi todos los casos, las víctimas de minas terres-
tres sufren la pérdida de una o más partes de su cuerpo. En
Camboya, 1 de cada 236 personas ha sido amputada, tasa
que es más de cien veces mayor que en Europa o los Estados
Unidos. Solamente en Angola hay 20 000 amputados por minas
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terrestres. En la mayoría de sociedades agrarias, la pérdida de


una extremidad impide que la persona realice una actividad
económica normal. Se dificultan las labores en el campo, o lle-
var cargas pesadas o realizar otro tipo de trabajo para ayudar
a su familia. Psicológicamente estas víctimas llegan a verse a sí
mismas como una carga para su familia y comunidad. Con fre-
cuencia, se vuelven mendigos para sobrevivir. Para rehabilitar a
estas personas y ayudarlas a convertirse en miembros produc-
tivos de su sociedad, son necesarias las prótesis apropiadas,
una terapia física y mental y las oportunidades de empleo.
La mayoría de los campos minados están sin marcar y se vuel-
ven indistinguibles del lugar que los rodea. Generalmente el
primer indicio que la población local tiene de la existencia de
un campo minado es que un miembro de la comunidad muere
o resulta herido. Sin embargo, esto no es suficiente para deter-
minar la extensión del campo minado o el número de minas
sembradas. Dado el riesgo severo, los civiles locales se ven obli-
gados a evitar cualquier área en la que ellos sepan que una mina
ha explotado. En áreas con déficit alimentario, donde la presión
obliga a la población local a trabajar o a buscar comida en zonas
minadas, los límites de los campos minados están determinados
y señalados por los muertos y heridos en el lugar.
En países donde las minas han sido sembradas en los campos
de los agricultores, las tierras se vuelven inservibles. Mientras
menos tierra agrícola sea productiva, las regiones que una vez
fueron autosuficientes se verán más forzadas a depender de
embarques de comida para su sustento. En varios países de
África, como Angola, se estima que las minas terrestres han redu-
cido la producción de comida más del 25%. En Mozambique, las
consecuencias de la sequía han sido agravadas por el sembrado
de minas en los campos y las carreteras. Además, en muchas
provincias de las ciudades africanas, la entrega de embarques
de comida a las poblaciones incapaces de cultivar sus campos
por temor ha sido afectada y algunas veces impedida porque
las carreteras también han sido minadas.

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(MUSE) Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS IMPROVISADOS (AEI)

En otro caso, los sistemas de irrigación y plantas que pro-


veen agua han sido minados, impidiendo así el desarrollo de
cualquier actividad agrícola.
Infortunadamente es común que los recursos y la infraes-
tructura nacional se minen por ambas partes del conflicto. Con
frecuencia se minan carreteras, líneas de electricidad, plantas
eléctricas, sistemas de irrigación, plantas de agua potable,
represas y plantas industriales. A menudo es imposible aproxi-
marse a tales estructuras para repararlas o llevar a cabo el
mantenimiento necesario. Como consecuencia, el suministro
de electricidad, agua y otros servicios se vuelve esporádico y
frecuentemente cesa en áreas altamente minadas. Los siste-
mas de irrigación se vuelven inservibles y esto afecta la pro-
ducción agrícola. Cuando el transporte de bienes y servicios
se detiene en las carreteras minadas, los negocios locales no
pueden obtener servicios o bienes ni enviar productos; por
tanto, cesa también la actividad comercial. Subsecuentemente
el desempleo en esas áreas aumenta al igual que los precios
de los bienes escasos, lo que acelera el ciclo de miseria.
Las minas terrestres le causan mucho daño a la gente. A la
comunidad internacional le cuesta entre 300 y 1000 dólares eli-
minar una mina terrestre que a un vendedor de armas le trae
tres dólares en ingresos. El costo mínimo de eliminar los aproxi-
madamente 110 millones de minas terrestres actualmente ente-
rradas por todo el mundo será alrededor de 33 000 millones de
dólares. En 1994, aproximadamente 100 000 minas terrestres
fueron eliminadas. Sin embargo, en ese mismo período, 2 millo-
nes más fueron colocadas. Entonces, la comunidad internacio-
nal quedó con un déficit de eliminación de minas de aproxima-
damente 1,9 millones, y el costo de eliminar las minas terrestres
del mundo aumentó 1,4 miles de millones de dólares.
Estos costos no toman en cuenta los asociados con pro-
gramas que tratan a víctimas de accidentes de minas. Se cal-
cula que cada una incurrirá en hasta 3000 dólares en costos
asociados con operaciones y rehabilitación en toda su vida.
Actualmente, se estima que hay 250 000 víctimas de minas que
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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

han sido amputadas y requieren de operación y rehabilitación.


Se piensa que cada mes el número incrementará en aproxima-
damente 2000 personas. Esto hace que el costo para la comu-
nidad internacional se incremente aún más (750 millones de
dólares en operaciones y programas de apoyo a las víctimas).
Sin embargo, no se trata únicamente de los costos en dinero,
sino de los costos humanitarios para las generaciones presen-
tes y futuras en donde se está embargando la vida y lo que se
está sembrando es una capacidad de autodestrucción conti-
nua por encima de una capacidad de creación de humanidad.
No sobra preguntarse si la presencia de minas y MUSE en
su área ha afectado su propio comportamiento. ¿Cómo le han
afectado la presencia de minas y el uso de otros artefactos
explosivos en su país o región? Todas estas preguntas per-
miten reconocer cuáles son las consecuencias sociales de las
minas, que van más allá del evento, el daño físico y ambiental,
que ya son bastante graves.

█ TESTIMONIOS

Daniela, niña de 10 años de edad, en


Colombia (América Latina)

Salimos con mi hermana para la finca vecina a traer la leche,


cuando vimos un objeto como en forma de cuerpo de muñeca.
Mi hermana lo levantó y, de pronto, todo estalló. Cuando me
di cuenta, estaba en el hospital y supe que mi hermana había
muerto. Perdí un ojo y un brazo; mi cuerpo tiene muchas heridas.
Me da pena ir al colegio, pero mi profesora dijo que me esperaba.

Noy, niño de 13 años de edad, en Camboya (Sureste Asiático)

Noy, el mayor de seis hermanos, estaba ayudando a su padre


a desyerbar una sección de la parcela de la familia. Hubo una
explosión causada por una mina AP. Después de estar meses
en el hospital, hoy regresó a casa sin el brazo derecho y sin
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5 | LESIONES CAUSADAS POR MINAS ANTIPERSONALES (MAP), MUNICIONES SIN EXPLOTAR


(MUSE) Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS IMPROVISADOS (AEI)

vista en el ojo izquierdo. Las cicatrices en la pierna izquierda


muestran que fue un milagro no haberla perdido también.
Ahora, Noy dice que no hay razón para volver al colegio por-
que no podrá escribir con su mano izquierda. Ha dejado de ir
a la ciudad para encontrarse con sus amigos. No puede resis-
tir que sus amigos lo vean en el estado en que se encuentra.
Siente que su vida se acabó.

Du-li, niño de 7 años de edad, de Laos (Sureste Asiático)

Du-li aún está atónito por el shock y mira al vacío. Cuando lo


llevamos al hospital, los médicos dijeron que iba a morir. Mire
esto. Seng-li levantó una sábana para revelar las heridas de
metralla salpicadas por el cuerpo. Los fragmentos de la bomba
le atravesaron los riñones. Su rótula está rota y parte de la pel-
vis destrozada. Los doctores piensan que quizás no vuelva a
caminar. Si lo logra, cojeará por el resto de su vida.
Extraído de un artículo en el periódico “The Guardian”
(Londres) por Padraic Convery, del 18 de agosto de 1998.

█ ¿QUÉ HACER CONTRA LAS MINAS?

Son muchas las acciones que se pueden hacer contra las minas
y que buscan reducir el riesgo, evitar que aparezca o restable-
cer la tranquilidad de las regiones a partir de la erradicación
o desminado. Las acciones pueden estar orientadas a la pre-
vención, a la sensibilización y a la toma de conciencia sobre el
riesgo, o a la atención de sus efectos.

Campañas contra las minas

Las campañas contra las minas son métodos educativos que


buscan captar la atención del público para informar sobre la
problemática y alertar a las poblaciones no necesariamente de
un área minada, sino a la población en general.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Programa de concientización sobre las minas


Busca incrementar el conocimiento sobre la problemática de
las minas usualmente en un área minada, para que la pobla-
ción cree sus propios medios de protección, así como para
lograr coordinar acciones con las entidades gubernamentales
para su desminado.
Según el CICR, el objetivo general de los programas de sen-
sibilización al peligro de las minas/MUSE es reducir el número
de víctimas modificando el comportamiento de las personas y
proponiendo soluciones alternativas a cada comunidad.

Educación para la prevención sobre minas


El propósito de un programa de educación, además de la
concientización, es profundizar en conocimientos específicos
sobre el tema, el reconocimiento de las minas, sus formas de
operar, las prácticas cotidianas y legales para la prevención y
protección de los pobladores de la zona. En estos programas
pueden incluirse estrategias de prevención y sensibilización.

Programas de erradicación y desminado


Tienen que ver con los programas que adelantan directamente
los gobiernos, en ocasiones con ayuda de los grupos armados
en etapa de posconflicto y procesos de paz. Algunos de estos
pueden ser:
 Desminado humanitario
 Señalización
 Destrucción del arsenal físico

█ UN PROGRAMA DE EDUCACIÓN ACERCA


DE LAS MINAS PARA LA NIÑEZ

Los términos campaña contra las minas, toma de conciencia


sobre las minas y educación sobre minas son coincidentes; no
hay línea divisoria de entendimiento universal entre ellos.
Todavía hay gran debate y algo de controversia sobre este
tema y los métodos de un programa de educación sobre minas
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5 | LESIONES CAUSADAS POR MINAS ANTIPERSONALES (MAP), MUNICIONES SIN EXPLOTAR


(MUSE) Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS IMPROVISADOS (AEI)

dirigido a la niñez. No se necesita ser psicólogo infantil para


saber que una lista de prohibiciones puede desanimar a los
niños, niñas o adolescentes o propiciar que desobedezcan. En
algunas áreas, las minas se asocian con audacia y magia, lo cual
fascina a las personas.
Lo más importante es que los niños y sus familias frecuente-
mente tienen necesidad de arriesgarse por razones de super-
vivencia, y esto debe ser tomado en cuenta.
Las personas en una comunidad necesitan reflexionar sobre
la mejor manera de protegerse a sí mismas contra las minas y
las MUSE, como se explica a continuación.

¿Cuáles son las señales que advierten sobre


la presencia de minas antipersonales?

La primera señal que advierte sobre la posible existencia


de minas es la presencia de un grupo armado en la zona.
Adicionalmente hay que estar atento a otras señales como:
ramas partidas colocadas o apiladas en el suelo, una pila, un
círculo de piedras o una lata colocada sobre un palo.
En algunos casos, las minas son identificadas mediante un
aviso rojo con una calavera y huesos cruzados, piedras pintadas
de rojo, una bandera roja, una cinta que dice minas, o una estaca
pintada. Es necesario que las autoridades y la comunidad se
pongan de acuerdo sobre las señales que van a usar para adver-
tir el peligro e inmediatamente avisen a todas las personas.
Los accidentes pueden evitarse si las personas están advertidas
sobre la ubicación de estos mortales artefactos y se alejan de los
campos minados y de los artefactos explosivos abandonados.
El Protocolo sobre Prohibiciones o Restricciones del Empleo
de Minas, Armas Trampa y Otros Artefactos, que fue enmen-
dado el 3 de mayo de 1996, establece las siguientes indicacio-
nes técnicas para señalizar las zonas minadas:
Se utilizarán señales que sean visibles y reconocibles para la
población civil:

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 Tamaño y forma: un triángulo o un cuadrilátero no menor de


28 cm (11 pulgadas) por 20 cm (7,9 pulgadas) para el trián-
gulo y de 15 cm (6 pulgadas) de lado para el cuadrilátero.
 Color: rojo o naranja, con un borde amarillo reflectante.
 Idioma: la señal deberá contener la palabra minas en espa-
ñol y en los modismos, lenguas o dialectos que se utilicen
en la zona.
 Separación: las señales deberán colocarse en torno al
campo de mina o la zona minada a una distancia que per-
mita que un civil que se acerque a la zona las vea perfecta-
mente desde cualquier punto.

Es importante aclarar que estas señales son un medio de pre-


vención mientras se gestiona y logra el proceso de desminado
de la zona.

¿Qué hacer en caso de encontrarse frente a una mina


antipersonal o un artefacto explosivo abandonado?

 Pare inmediatamente, no corra, cálmese, mire alrededor y


voltee sobre sí mismo para regresar por el mismo camino
por el que llegó, siempre mirando dónde pisa. Tenga cui-
dado de si es terreno movedizo; en ese caso, es preferible
no devolverse. Tampoco regrese en la punta de los pies
porque se pude caer y hacer explotar la mina.
 Solamente las personas expertas, entrenadas para el desmi-
nado, pueden acercarse a las minas antipersonales o a los
artefactos explosivos para destruirlos.
 No ponga nada en el suelo; no toque nada. Nunca arroje
objetos o lance piedras a las minas para hacerlas explotar.
Estas tienen elementos cortopunzantes que lo pueden herir
aun estando lejos.
 Nunca la mueva del sitio donde se encuentra.
 No tome fotos, tampoco llame por celular o radioteléfono
porque la vibración, la luz y las ondas de comunicación acti-
van las minas antipersonales.
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(MUSE) Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS IMPROVISADOS (AEI)

 Advierta inmediatamente a otras personas que van por el


área o camino sobre el peligro. Grite haga señas y silbe para
pedir ayuda.
 No se devuelva a poner señales. Sin embargo, sí es muy
importante recordar el lugar donde se encuentra la mina
antipersonal o el artefacto explosivo abandonado y, cuando
haya salido de la zona de peligro, escriba sobre las carac-
terísticas del lugar. También puede marcar con una “x” el
lugar donde está parado. Nunca deje ropa u otros objetos
que puedan llamar la atención a otras personas.
 Fíjese bien por dónde camina. Sea prudente. Evite el accidente.
 Cuando se encuentre fuera de peligro, inmediatamente
advierta y comunique a la comunidad y a las autoridades
para que estas tomen las medidas de prevención.
 Recuerde que al advertir y comunicar sobre el riesgo y ale-
jarse de las zonas minadas, usted salva su vida, la de sus
familiar y la de las personas de la comunidad.
 Nunca queme el sitio donde se encontró la mina, puede
explotar y causar daños personales y ambientales.
 No intente desenterrar las minas. Están dotadas de meca-
nismos que las hacen explotar al menor movimiento o con
la exposición a la luz.

¿Cómo protegerse de las minas antipersonal y


de los artefactos explosivos abandonados?

 Conozca el espacio, el lugar donde usted vive, sus alrede-


dores y esté alerta a cualquier cambio.
 Aléjese con cuidado de los objetos que ordinariamente no
están en su sitio, que usted no conoce, que aparecen de
repente. Por muy llamativo que sea el objeto desconocido,
no confíe. Cuidado, puede ser una mina antipersonal.
 Nunca bote nada sobre una mina antipersonal o sobre
un artefacto explosivo abandonado; explotan cuando los
rozan, tocan patean o golpean. Se activan cuando se inten-

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tan quemar, machucar, abrir y cuando se tratan de tocar con


un palo, con una sonda, varilla o alambre.
 Nunca jale, corte o toque un cable o un alambre o una
cabuya o pita que se encuentre en el camino, en el piso, en
un árbol o en el agua.
 Tenga cuidado de no acercarse a los sitios donde hay sos-
pecha de la existencia de minas antipersonales.
 Recuerde: una mina antipersonal explota con el peso del
pie de un niño o simplemente por la presencia, proximidad
o contacto de cualquier persona.
 Evite pasar por lugares en donde han ocurrido enfrenta-
mientos armados, donde hay trincheras o campamentos
abandonados, lugares y caminos poco transitados.
 Aléjese de las fincas, casas o cambuches abandonados de
las ruinas, bases militares y estructuras de telecomunicacio-
nes o eléctricas.
 No se acerque a oleoductos o a gaseoductos.
 Recuerde que en el sitio donde en el pasado hubo una víc-
tima hay un campo minado. Aléjese.

¿Qué hacer si ocurren desastres


naturales en una zona minada?

¡Cuidado! Las minas antipersonales y los artefactos explosivos


abandonados pueden cambiar de lugar por las lluvias, por el
desbordamiento de los ríos o quebradas, por los movimientos
de la tierra como temblores y terremotos.
Cuando ocurra alguna de estas situaciones en un sitio donde
hay una zona minada, aléjese y advierta a todas las personas
que pueda para que tengan cuidado y no caminen por las
áreas cercanas.
Advierta inmediatamente a los organismos de socorro, a su
comunidad y a las autoridades para que tomen las medidas de
prevención que sean necesarias.

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(MUSE) Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS IMPROVISADOS (AEI)

¿Qué medidas debe tomar si se traslada


a un lugar desconocido?

 Antes de emprender camino, averigüe el riesgo del sitio a


donde va a ir.
 Cuando usted y su familia vayan a un sitio desconocido, pre-
gunte a las personas que viven allí cuáles son los caminos
más seguros y cuáles son los sitios donde sospecha que hay
riesgo de minas antipersonales o de artefactos explosivos
abandonados para no acercarse.
 Pase por los caminos más transitados.
 Si no conoce el área, camine en fila, uno detrás del otro,
siempre mirando al suelo.
 Si tiene que andar por caminos desconocidos, procure que
un animal vaya adelante.
 Advierta a los niños y a las niñas sobre el riesgo de las minas.
Pídales que no corran.
 Durante un viaje, esté pendiente de las señales de peligro.

Estas medidas son fundamentales no solo para el traslado a


una región desconocida, sino también en procesos de retorno
de los desplazados internos o refugiados a su lugar de origen,
ya que la zona puede haber sido minada durante la ausencia.

Pasos a seguir en caso de accidente con minas


antipersonales o artefactos explosivos abandonados

 Si hay una víctima, conserve la calma. Quédese quieto/a y


detenga a las personas que corren hacia la víctima o hacia
otros lados.
 Salga de la zona de peligro regresando sobre sus pasos y
pida ayuda a la entidad de salud más cercana.
 Cuando haya pasado el accidente, hable con sus familia-
res y vecinos sobre lo que vieron, hicieron y sintieron para
analizar los comportamientos que se están recomendando.
Recuerde que hablar sobre estas recomendaciones ayuda a
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entender mejor cómo se debe actuar cuando se haya iden-


tificado el peligro de la existencia de minas antipersonales
o de artefactos explosivos abandonados.
 Compartan los conocimientos y las acciones que les evita-
ron ser víctimas. Resalte las acciones positivas y organícense
para actuar mejor si vuelve a ocurrir un accidente.
 Pídanle a un médico o enfermera que los ayude a aclarar las
dudas sobre los primeros auxilios que pueden prestarse a
una víctima.
 Es necesario que las autoridades y la comunidad se orga-
nicen para apoyar a la víctima y a su familia. Acompáñelas
cuando regresen y recuerde que su situación es difícil y que
necesitan de su solidaridad para recuperarse de las lesio-
nes dejadas por el accidente.

█ PATRONES DE LESIÓN

Las minas antipersonales causan tres patrones de lesión distin-


tos, según el efecto de la onda expansiva o la generación de
fragmentos.

Patrón n.º 1

Una persona pisa la placa de presión de una mina explosiva.


La explosión y el efecto expansivo primario local provocan la
amputación traumática o una lesión grave del pie y la pierna
que entraron en contacto con la mina. La explosión también
puede provocar heridas de la pierna contralateral, los genita-
les, el abdomen o la pelvis y el brazo contralateral. La gravedad
de las heridas depende de la cantidad de material explosivo
en la mina en relación con la masa corporal de la víctima.

Patrón n.º 2

Una persona toca el alambre de tropiezo conectado a una mina


de fragmentación, lo que causa su detonación. Las minas de
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(MUSE) Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS IMPROVISADOS (AEI)

fragmentación provocan las mismas heridas que otros disposi-


tivos de fragmentación, como bombas o granadas, y la grave-
dad de las lesiones depende de la distancia entre la víctima y
el sitio de la explosión.

Patrón n.º 3

Una persona manipula una mina: la coloca o la intenta levan-


tar, o un niño juega con una mina. La explosión causa lesiones
graves de las manos y los brazos y, a menudo, heridas en los
ojos y el tórax.

█ ¿POR QUÉ SE UTILIZAN?

Más que matar, las minas antipersonales están pensadas para


herir o mutilar y provocar así un grave perjuicio económico,
sanitario y, sobre todo, humano.

Efecto sobre las personas

Según estimaciones de diversas organizaciones, las minas pro-


ducen en todo el mundo cerca de 1400 muertes y 780 muti-
laciones al mes. La mayoría de las personas que sobreviven a
la explosión de una mina quedan traumáticamente mutiladas,
con pérdida de brazos y piernas. En países como Angola o
Camboya, se calcula que de cada 200 personas, 1 ha sufrido
una amputación.

Efectos de una explosión en el ser humano

En las Figuras 1, 2, 3, 4 y 5 se describen los efectos de una


explosión en el ser humano.

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Efectos Impacto Mecanismos de lesión Lesión


Primarios Efectos • Daño tisular directo por • Pulmonar
directos de sobrepresión de la explosión • Rotura de la
onda expansiva • Interacción de la onda membrana
(sobre y bajo expansiva con el cuerpo; timpánica
presurización) estructuras huecas con alto • Lesión de vísceras
riesgo; la tensión compleja y huecas
las ondas de corte producen
lesión en órganos y tejidos
o el desmembramiento del
cuerpo y su diseminación

Figura 1. Efectos primarios. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Efectos Impacto Mecanismos de lesión Lesión


Secundarios Proyectiles Heridas producidas por: • Lesiones de
propulsados • Fragmentos primarios del fragmentación:
por la artefacto explosivo (metralla, traumatismo
explosión fragmentos preparados y no penetrante
preparados)
• Fragmentos secundarios:
proyectiles del entorno (desechos,
metales de vehículos, entre otros)
Son los mecanismos de lesión más
comunes asociados con explosivos

Figura 2. Efectos secundarios. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

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(MUSE) Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS IMPROVISADOS (AEI)

Efectos Impacto Mecanismos de lesión Lesión


Terciarios Propulsión del • Desplazamiento • Translocación total o
cuerpo sobre del cuerpo (lesión parcial del cuerpo lanzado
superficie dura translacional) y contra una superficie dura:
o un objeto derrumbe estructural traumatismo penetrante y
contuso
• Lesiones por
aplastamiento

Figura 3. Efectos terciarios. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Efectos Impacto Mecanismos de lesión Lesión


Cuaternarios Calor y/o humos Quemaduras e intoxicaciones • Quemaduras
en combustión debidas al carburante, metales, • Lesiones
síndromes sépticos por el suelo inhalatorias
y contaminación ambiental • Asfixia
(melioidosis séptica)

Figura 4. Efectos cuaternarios. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

█ MANEJO DEL PACIENTE

En asistencia táctica bajo fuego, lo primero es sacar al herido


y ponerlo en un lugar seguro. Recuerde las medidas de segu-
ridad para el ingreso al lugar del incidente. Una vez tenga al
herido en asistencia táctica de campo, inicie el tratamiento de
inmediato. La prioridad número uno es el control de hemorra-
gias y estabilización de vía aérea realice el CABCDE:

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Efectos Impacto Mecanismos de lesión Lesión


Quinarios Aditivos como la Contaminación del tejido por: • Variedad de
radiación o los • Bacterias efectos sobre
químicos (por • Radiación la salud,
ejemplo, bombas • Agentes químicos dependiendo del
suicidas) • Tejido contaminado de agente
transeúntes o del asaltante

Figura 5. Efectos quinarios. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

 Seguridad y abordaje de la escena


 Si hay una víctima conserve la calma. Quédese quieto/a y
detenga a las personas que corren hacia la víctima o hacia
otros lados
 Si la víctima presenta amputación traumática de alguna
extremidad, coloque un torniquete.

Valoración del CABCDE

 C: control de hemorragias
 A: abra y mantenga la vía aérea y control de la columna ver-
tebral
 B: buena respiración y ventilación
 C: circulación con control de hemorragias:
• Evaluación del estado de choque:
■ Alteración del estado de conciencia
■ Pulsos distales
 D: déficit neurológico/nemotecnia AVDI:
• A: alerta
• V: respuesta a estímulos verbales

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• D: respuesta a estímulos dolorosos


• I: inconsciente
 E: exposición/control ambiental:
• Lave el muñón con abundante solución salina normal
(SSN)
• Cubra con apósito y vendaje
• Administre analgesia y antibióticos según indicación
médica
• Brinde apoyo psicológico a la víctima.

Recuerde que las lesiones por artefactos explosivos causan


cinco efectos en el ser humano, los cuales deben de ser trata-
dos (Figuras 6, 7 y 8).

Figura 6. Imagen tomada del campo táctico. Amputación traumática causa-


da por artefacto explosivo de la extremidad inferior derecha. No se contaba
con un torniquete, por lo que este fue improvisado por una cuerda, material
no adecuado para ser utilizado para tales fines y que puede causar un mayor
daño a la extremidad. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

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Figura 7. Imagen tomada del campo táctico. Amputación traumática cau-


sada por artefacto explosivo de las extremidades inferiores. Se aplican dos
torniquetes CAT y se realiza vendaje de presión.

Figura 8. Imagen ilustrativa del campo táctico. Manejo de una amputación


traumática con torniquete CAT, vendaje y apósito de emergencias siguiendo
el protocolo. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

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Manejo de la amputación traumática (Figuras 9 a 20)

Figura 9. Paso 1: coloque un torniquete de 5 a 7 centímetros distal a la am-


putación. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Figura 10. Paso 2: ajuste el torniquete hasta que la hemorragia se detenga


por completo. Cortesía de: Héctor Guillermo Bernal Malpica.

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Figura 11. Paso 3: tome un vendaje israelí de referencia, de 15 centímetros o


de 30 centímetros. Si el muñón está contaminado, realice un lavado con SSN.
Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Figura 12. Paso 4: cubra el muñón e inicie el vendaje compresivo. Cortesía


de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

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Figura 13. Paso 5: continúe realizando un vendaje compresivo y presión dis-


tal sobre el muñón. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Figura 14. Paso 6: verifique que el vendaje esté asegurado correctamente.


Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

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Figura 15. Paso 7: una vez terminado de realizar el vendaje, proceda a liberar
de forma gradual el torniquete. Observe si se produce sangrado; si hay, ajuste
nuevamente el torniquete. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Figura 16. En caso de desmembramiento, tome la parte desmembrada, cú-


brala con un apósito o comprensa humedecida con SSN, rotule en bolsa de
riesgo bilógico y traslade junto a la víctima. Cortesía de: SP Héctor Guillermo
Bernal Malpica.

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Figura 17. Desmembramiento. Realice control de la hemorragia con tornique-


te, técnica de vendaje israelí. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

Figura 18. Desmembramiento. Realice control de la hemorragia con torni-


quete, técnica de vendaje israelí. No remueva o realice corte del tejido que
aún permanezca adherido a la extremidad. Cortesía de: SP Héctor Guillermo
Bernal Malpica.

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Figura 19. Una vez terminado de realizar el vendaje, proceda a liberar de


forma gradual el torniquete. Observe si hay sangrado; en caso de que se
produzca, ajuste nuevamente el torniquete. Cortesía de: SP Héctor Guillermo
Bernal Malpica.

Figura 20. Las heridas contaminadas deben lavarse con abundante solución
salina antes de realizar vendaje. Esto ayuda a reducir el riesgo de infección.
Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica.

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Empalamientos

Los empalamientos son muy comunes por activación de las


MAP, las MUSE y los AEI.
Entendemos por herida por empalamiento aquella herida
penetrante causada por un objeto incisopunzante de tamaño y
aspecto variable, de forma que el objeto queda clavado en el
cuerpo del sujeto (Figura 21).

Figura 21. Debe realizarse control de la hemorragia inmediatamente. Des-


pués se debe inmovilizar o fijar utilizando vendas en forma de rosca; evite
remover o retirar el objeto empalado.

El resultado exitoso de semejante lesión exige un plan de


manejo bien estructurado, de tal manera que los cuidados pre-
hospitalarios comiencen unos minutos después de la lesión.
El tratamiento definitivo debe iniciarse antes de 1 hora para
mejorar el pronóstico. Esta necesidad ilustra la importancia

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de los esfuerzos coordinados en el manejo prehospitalario de


este paciente con la asistencia hospitalaria (Figura 22).

Figura 22. Debe realizarse control de la hemorragia inmediatamente, Des-


pués se debe inmovilizar o fijar utilizando vendas en forma de rosca; evite
remover o retirar el objeto empalado. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Ber-
nal Malpica.

Las lesiones por empalamiento tienen actualmente una tasa


de supervivencia mejorada, resultado de las maniobras de
reanimación avanzada, la intervención quirúrgica temprana y
el uso precoz de antibióticos.
El pronóstico depende de varios factores:
 La extensión del trauma
 La presencia de lesiones asociadas
 El tiempo transcurrido desde la producción del trauma y el tra-
tamiento definitivo (>6 horas = pronóstico muy comprometido)
 La edad del paciente y sus condiciones físicas
 El estado y el riesgo quirúrgicos
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 El grado de contaminación
 La calidad de la ayuda en el momento del trauma.

Complicaciones
La mayor complicación en las heridas por empalamiento es la
infección, con el consiguiente riesgo de sepsis.
Las complicaciones en las heridas por empalamiento en
miembros se restringen al miembro afectado, mientras que en
las heridas toracoabdominales afectan a órganos vitales y tie-
nen peor pronóstico.
El personal sanitario de emergencias no debe dejarse impre-
sionar por la espectacularidad de estas lesiones y debe adhe-
rirse a los principios del soporte vital avanzado. El paciente con
herida por empalamiento con afectación abdominal debe ser
considerado como un politraumatizado. Solo en este momento
debe enfocarse el manejo del paciente empalado (Figura 23).

Figura 23. Si el objeto es demasiado largo que imposibilite el traslado del


paciente, se debe hacer un plan de manejo para realizar el corte.

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Valoración inicial y diagnóstico


En medicina prehospitalaria, el objetivo no es el diagnóstico, sino
evitar en lo posible la muerte o el agravamiento de las lesiones.
El reconocimiento de las lesiones se basa en la anamnesis y
la observación y exploración clínica y física.
En la valoración de cualquier tipo de empalamiento debe
incluirse la valoración de las lesiones asociadas. El objetivo de las
investigaciones es delimitar el recorrido del objeto y alertar las
disciplinas necesarias para el tratamiento definitivo (Figura 24).

Figura 24. Se realizará un efectivo control de la hemorragias y luego se proce-


derá a inmovilizar utilizando técnicas de vendajes adecuadas para estabilizar el
objeto o elemento empalado. Cortesía de: SP Héctor Guillermo Bernal Malpica

Maniobras de soporte vital avanzado traumatológico


Una vez junto al accidentado, debe realizarse un reconocimiento
rápido de las lesiones, por si existiera un riesgo vital que obligara
a una atención inmediata. Nuestra atención se debe centrar en
el nivel de consciencia, vía aérea, ventilación, circulación (control
de hemorragias masivas) y columna vertebral.

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(MUSE) Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS IMPROVISADOS (AEI)

Actuación sobre la herida y el objeto empalado


 No extraiga el objeto: se puede provocar una hemorragia
abundante al suprimir la presión que se ejerce sobre los
vasos sanguíneos seccionados o podría agravar las lesiones
en nervios y músculos.
 Exposición del área de la herida: corte la ropa.
 Controle la hemorragia abundante ejerciendo presión con
la mano, procurando no presionar sobre el objeto ni sobre
los tejidos directamente adyacentes a dicho objeto.
 Estabilización del objeto mediante compresas abultadas:
apile varias compresas procurando que los bordes de las
gasas topen con ambos lados del objeto. Agujeree una
gasa abultada ligeramente mayor que el objeto, lo que per-
mitirá pasarlo por encima de este.

Cuidados durante el transporte


La posición del paciente en la camilla para el transporte lo
determina la localización del objeto empalado, su tamaño y su
trayectoria.

Antibióticos: en este tipo de heridas, se recomienda iniciar los


antibióticos recomendados de forma temprana, para todas las
heridas de combate abiertas.

Esquema de tratamiento:
 Si tolera la vía oral (VO):
• Moxifloxacina, 400 mg una vez al día
 Si no tolera la VO (choque, inconsciencia):
• Cefotetán 2 g intravenosos (IV) (bolo lento en 3-5 minu-
tos) o intramuscular (IM) cada 12 horas; o
• Ertapenem 1 g IV/IM una vez al día.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

█ ¿QUÉ SON LAS LESIONES PRIMARIAS?

Efectos directos de onda expansiva que ocasionan daño a


nivel de órganos huecos, amputación traumática de miembros
inferiores y superiores.

Principales lesiones producidas por onda expansiva:


 Pulmonar
 Rotura de la membrana timpánica
 Lesión de vísceras huecas
 Amputación traumática.

█ ¿QUÉ SON LAS LESIONES SECUNDARIAS?

Son aquellas lesiones de fragmentación, de traumatismos


penetrantes provocados.

Principales lesiones producidas por metralla:


 Trauma ocular
 Heridas penetrantes en cuello y cara
 Heridas penetrantes en genitales
 Heridas en abdomen y tórax.

█ ¿QUÉ SON LAS LESIONES TERCIARIAS?

Consisten en la propulsión del cuerpo sobre una superficie


dura o un objeto. Al detonar el artefacto, el cuerpo sale expul-
sado a gran velocidad, lo cual pude causar traumatismos pene-
trantes y contusos.

Principales lesiones producidas por efectos terciarios:


 Trauma a nivel de cráneo
 Trauma de columna cervical
 Fracturas a nivel de extremidades.

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5 | LESIONES CAUSADAS POR MINAS ANTIPERSONALES (MAP), MUNICIONES SIN EXPLOTAR


(MUSE) Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS IMPROVISADOS (AEI)

█ ¿QUÉ SON LAS LESIONES CUATERNARIAS?

Son aquellas causadas por calor y/o humos en combustión,


que en la mayoría de los casos producen quemaduras de
segundo y tercer grado.

Principales lesiones producidas por efectos cuaternarios:


 Quemaduras
 Lesiones inhalatoria
 Asfixia.

█ ARTEFACTOS EXPLOSIVOS NO DETONADOS


DENTRO DEL CUERPO (Figura 25)

Figura 25. Imagen tomada en el campo táctico técnica de inmovilización


de artefactos explosivos no detonados dentro del cuerpo. Cortesía de: SP
Héctor Guillermo Bernal Malpica.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Nota: ante este tipo de incidentes, el enfermero deberá esta-


blecer un plan de manejo, que incluya la presencia del grupo
antiexplosivos o grupo EXDE, acordonar el área, realizar el
abordaje del paciente, tranquilizarlo e inmovilizar el artefacto
con el fin de estabilizarlo. Por último, hacer el reporte al centro
de referencia.

Manejo prehospitalario

 Evite:
• Riesgos innecesarios
• Pánico
• Manipulación
 Busque asesoría del grupo antiexplosivos.

Protección del personal sanitario

 Traslado vía terrestre


 Informe al centro de referencia cercano
 Sedación y analgesia.

Manejo en el centro referencia

 Evite improvisar
 Protección de instalaciones hospitalarias
 Personal médico-paramédico voluntario mínimo
 Evite el pánico
 Presencia de grupo antiexplosivos
 Procedimiento quirúrgico: campo abierto.

Planeación

Abordaje-inactivación-manipulación:
 Considere la amputación
 Apoyo psicológico postoperatorio
 Telemedicina y robótica (Figura 26).
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5 | LESIONES CAUSADAS POR MINAS ANTIPERSONALES (MAP), MUNICIONES SIN EXPLOTAR


(MUSE) Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS IMPROVISADOS (AEI)

Figura 26. Imagen tomada en el campo táctico. Técnica de inmovilización


de artefactos explosivos no detonados dentro del cuerpo. Cortesía de: SP
Héctor Guillermo Bernal Malpica.

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CAPÍTULO 6

DISPOSITIVO
INTRAÓSEO

El gran avance en el campo de batalla presenta numerosos


obstáculos en la atención médica adecuada a los soldados
heridos. Además de las limitaciones logísticas que limitan el
volumen de líquidos cristaloides isotónicos disponible para
reanimar al soldado herido, las condiciones ambientales y tác-
ticas y/o la presencia de gran número de víctimas se combinan
para dar lugar a retrasos excesivos en la obtención del acceso
vascular. Durante muchos años, la infusión intraósea (IO) ha
sido un método rápido, fiable de lograr el acceso vascular en
condiciones de emergencia en los niños. Aunque la infusión IO
en los adultos se utilizó ampliamente en los años 1930 y 1948,
un kit de punción esternal para las infusiones de la médula
ósea fue un componente común de los suministros médicos
de emergencia durante la Segunda Guerra Mundial.

█ HISTORIA DEL ACCESO INTRAÓSEO

 El IO se ha utilizado durante 65 años como un método alter-


nativo y seguro al intravenoso (IV).
 Hay publicaciones de 4000 pacientes adultos tratados
durante la Segunda Guerra Mundial.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

 El acceso IO se perdió durante 40 años, al no haber servi-


cios de emergencia.
 Fue redescubierto en 1985 por James Orlowski.
 Se estableció como estándar en el soporte vital avanzado
pediátrico.
 Recientemente se ha incluido en las revisiones clínicas de
la American Heart Association y la European Resuscitation
Council.

█ VÍA INTRAÓSEA

La vía IO es la opción más apropiada para el acceso vascular


cuando la vía IV es difícil o imposible.
¿El acceso IO es doloroso? El dolor se produce por la disten-
sión del compartimiento medular. Aplique lidocaína al 2% por
vía IO para paliarlo (el 85% de los pacientes está inconsciente).

Infusión de medicación intraósea

 ¿Qué medicamentos pueden administrarse?:


• Igual que en la vía IV.
• Tenga precaución con las infusiones de larga duración
de medicamentos citotóxicos, como el suero salino
hipertónico.
 ¿E qué dosis?:
• Las dosis IV e IO son idénticas.

Velocidad del flujo

 Con una bolsa de presión o bomba de perfusión, los niveles


del flujo son similares a los IV.
 Administre un bolo de 10 mL antes de la infusión IO.
 El acceso tibial es similar a un catéter de 20 G.
 El acceso humeral es similar a un catéter de 16 G.

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6 | DISPOSITIVO INTRAÓSEO

Indicaciones

 Cuanto más necesita un paciente una vía IV, más difícil es


encontrarla
 Alternativa ante el acceso intravenoso urgente fallido
 Atrapados
 Alteraciones del nivel de consciencia
 Compromiso respiratorio
 Choque
 Inestabilidad hemodinámica
 Reanimación cardiopulmonar (RCP)
 Quemados
 Politraumatizados
 Medicina de emergencia y catástrofes
 Primera opción en vías de acceso difícil en el medio
extrahospitalario
 Tanto en adultos como en pediatría.

Contraindicaciones

 Hueso fracturado
 Hueso previamente puncionado
 Huesos de extremidades inferiores en traumatismo abdo-
minal grave
 Procedimientos ortopédicos previos cerca del sitio de inserción
 Alteraciones óseas
 Incapacidad para localizar el punto de inserción o excesivo
tejido.

Precauciones

 24 horas solamente
 Técnica aséptica
 Autoprotección.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Complicaciones

 Fractura
 Síndrome compartimental
 Extravasación
 Osteomielitis
 Rotura del catéter.

Complicación posible: rotura del catéter:


 No extraiga con oscilaciones
 Extraiga con pinzas o alicates perpendicularmente.

Ventajas

 Facilidad para aprender la técnica (intuitivo)


 Rapidez (30-60 segundos)
 Alto porcentaje de éxito
 Posibilidad de administrar cualquier fármaco, líquido o sangre
 Escasas complicaciones
 Mejora la práctica clínica: salva vidas
 Fácil de mantener (competencia y equipo).

█ ANATOMÍA DEL ACCESO INTRAÓSEO

 La cavidad medular de los huesos largos está ocupada por


capilares sinusoides.
 Drenan a un gran seno venoso central que no se colapsa
por el choque.
 Acceso vascular instantáneo:
• Adulto: epífisis de la tibia derecha
• Adulto: esternón.

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6 | DISPOSITIVO INTRAÓSEO

█ SISTEMA DE INFUSIÓN B.I.G. (Figura 1)

Figura 1. El sistema de infusión B.I.G. es un dispositivo de inyección IO para


adulto y pediátrico.

Descripción rápida

El nuevo sistema de infusión B.I.G. es un dispositivo de inyec-


ción IO para pacientes adultos y pediátricos. Es el mejor dispo-
sitivo IO, muy fácil de usar, que ofrece un acceso IV instantáneo.
Cuando no se puede establecer una vía (persona atrapada, en
choque, politrauma severo, ataque cardíaco, entre otros) en
menos de 1 minuto, se establecerá una vía IO por la que se
accederá instantáneamente al torrente sanguíneo para sumi-
nistrar medicamentos, sangre, suero, entre otros. Los fármacos
y líquidos se absorben con rapidez similar cuando se usa una
vena periférica.

Anatomía del acceso intraóseo con


dispositivo B.I.G.: sitios de punción

A continuación se muestran los sitios así como la técnica de


inserción del dispositivo B.I.G. (Figuras 2 a 11).

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Tuberosidad
tibial
A Sitio de
inserción
C

Figura 2. Tuberosidad tibial (prominencia ósea debajo de la rodilla).

Figura 3. Localice la tuberosidad y siéntala en su pierna.

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6 | DISPOSITIVO INTRAÓSEO

Figura 4. Sitio de aplicación desde la tuberosidad tibial. Recorra aproxima-


damente 2 cm a la cara interna de la pierna (medial) hasta encontrar el sitio
plano.

Figura 5. Técnica de aplicación. Con una mano sostenga firme; mantenga el


B.I.G. en un ángulo de 90 grados con respecto a la superficie de la piel. Use
una técnica aséptica en toda la zona.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Figura 6. Técnica de aplicación. Con una mano sostenga el B.I.G. firme; retire
el dispositivo de seguridad presionando ambos lados al mismo tiempo y tire
hacia fuera.

Figura 7. Técnica de aplicación. Mientras continúa sosteniendo la parte infe-


rior firme sobre la pierna, ubique dos dedos de su otra mano bajo el área de
alas y la palma de esa mano presionando el dispositivo. El gatillo del B.I.G.
debe ser presionado levemente hacia abajo.
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6 | DISPOSITIVO INTRAÓSEO

Figura 8. Técnica de aplicación. Retire la aguja; solo la cánula debe perma-


necer en el hueso.

Figura 9. Técnica de aplicación. El dispositivo de seguridad provee estabili-


dad adicional.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Figura 10. Técnica de aplicación. Es posible aspirar la médula en una jeringa


para muestras de laboratorio. Nota: La falta de la médula no significa que el
I.O está puesto incorrectamente.

Figura 11. Técnica de aplicación. Ahora puede administrar líquidos o medi-


camentos según sea requerido.

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6 | DISPOSITIVO INTRAÓSEO

Opcional: conecte una llave de 3 vías a la cánula y use un sis-


tema de infusión IV estándar.

█ ANATOMÍA DEL ACCESO INTRAÓSEO

Tibia proximal (adultos)

 1-2 cm medial y 1 cm proximal a la tuberosidad tibial (Figura 12).


 Evite la hiperflexión.

Figura 12. Anatomía del acceso IO: tibia proximal (adultos).

Tibia proximal (niños)

0-6 años de edad:


 A 1-2 cm medial y a 1-2 cm distal de la tuberosidad tibial.

Tibia distal

 1-2 cm Proximal a la base del maléolo interno.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Radio

 Metáfisis posterior distal del radio (opuesto al área del pulso


radial) (Figura 13).

Figura 13. Anatomía del acceso IO: radio.

Húmero

 Cabeza del húmero


 Brazo en aducción con el codo apoyado (Figura 14).

Esternón

FAST1® FASTx es el primer sistema aprobado para la inserción


esternal en adultos. Recientemente fue aprobado para pacien-
tes menores de 12 años de edad. Puede interferir en las manio-
bras de reanimación y cricotirotomía de urgencia y no se usa
en traumatismo torácico (Figura 15).

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6 | DISPOSITIVO INTRAÓSEO

Acromion
Proceso A
coracoide

C B
Cabeza del
húmero

Figura 14. Anatomía del acceso IO:


húmero.

Introductor Tapa y sello

Tubo de infusión

Cúpula protectora

Parche

Figura 15. Acceso IO FAST1®: inserción.

Acceso esternal
El acceso esternal puede ser necesario si un trauma extremo
afecta a piernas y brazos.

Pasos para la inserción del FAST1®


A continuación se muestran los pasos para la inserción del
FAST1® (Figuras 16 a 24).

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Figura 16. FAST1®: inserción.

Figura 17. Paso 1: prepare el lu-


gar con una técnica aséptica.

Figura 18. Paso 2: quite el forro


con la etiqueta # 1. Ponga el de-
do índice en la horquilla esternal.

Figura 19. Paso 3: lugar de in-


serción: con el dedo índice en la
horquilla esternal presione firme-
mente hacia abajo sobre la par-
te superior del parche. Quite el
forro con la etiqueta # 2, parche
prensa con firmeza.

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6 | DISPOSITIVO INTRAÓSEO

Figura 20. Paso 4: ponga el intro-


ductor en el sitio de punción. Sujete
con firmeza el introductor, que debe
estar perpendicular a la superficie de
la horquilla esternal.

Figura 21. Paso 5: alinee el intro-


ductor perpendicular a la horquilla.
Inserte ejerciendo una presión cada
vez mayor. Mantenga la alineación a
90 grados a lo largo de la horquilla.

Figura 22. Paso 6: después activar


el dispositivo, separe el tubo de in-
fusión del introductor. Retire el intro-
ductor tirando hacia atrás.

Figura 23. Paso 7: conecte el tubo


de infusión en el ángulo correcto del
conector del parche. Nota: se Debe
enjuagar la tapa con 5 mL de líquido
para obtener flujo. Verifique la per-
meabilidad mediante el uso de una
jeringa.
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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Figura 24. Paso 8: conecte la


línea IV tal como se aprecia en
la imagen. Abra el regulador y
verifique que haya un buen flujo.
Coloque la cúpula protectora en
el sitio de infusión.

No se recomienda si:
 El paciente es de baja estatura
 Peso <50 kg (110 libras)
 Menor de 12 años de edad
 Fractura/esternón - tórax batiente
 Daño tisular considerable en el sitio - trauma, infección
 Osteoporosis severa.

Nota: el FAST1® no debe dejarse colocado por más de 24 horas.

Posibles problemas:
 Infiltración: por lo general, debida a las inserciones no per-
pendiculares al esternón.
 Flujo inadecuado o no hay flujo por tapón de hueso.
 Use solución salina adicional para destaponar el tapón de
hule.

█ DISPOSITIVOS INTRAÓSEOS

En cuanto a los dispositivos IO, están:


 Pistola intraósea
 Taladro intraóseo.

Estos serán descritos a continuación.

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6 | DISPOSITIVO INTRAÓSEO

Pistola intraósea

El diseño de este dispositivo se basa en algunas herramientas


utilizadas en la cirugía ortopédica y traumatológica. Un disposi-
tivo portátil, el impulsor, que funciona con baterías y cuyo funcio-
namiento es similar al de un taladro o atornillador eléctrico, que
inserta el catéter en la médula ósea mediante un movimiento
giratorio y la fuerza ejercida por el encargado de desarrollar la
técnica. Permite una inserción del catéter controlada y menos
traumática, así como una fácil retirada del mismo (Figura 25).

Figura 25. Taladro EZ-IOÒ.

Hay dos tipos de aguja: la pediátrica, con un calibre de 15 G y


1,5 cm de longitud (desde los 3 hasta los 39 kg), y la de adulto,
cuyo calibre es de 15 G y tiene 2,5 cm de longitud (a partir de
los 40 kg). Disponen de un mandril situado en su interior, que
al ser extraído deja expuesta una conexión de rosca estándar.
Se presenta en un envase estéril para un solo uso (Figuras 26,
27 y 28).

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Figura 26. Taladro EZ-IOÒ.

Figura 27. Aspire con una jeringa


para verificar que esté en la mé-
dula.

Figura 28. Ahora puede admi-


nistrar líquidos o medicamentos
según sea requerido.

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6 | DISPOSITIVO INTRAÓSEO

█ MATERIAL NECESARIO PARA LA PUNCIÓN INTRAÓSEA

 Desinfectante, gasas, paños y guantes estériles


 Jeringas de 10 mL y agujas
 Anestésico local sin adrenalina (lidocaína al 1%). Si el
paciente está consciente, se aplica anestesia local en la
zona previamente a la punción
 Solución salina al 0,9% y solución salina heparinizada
 Sistema de perfusión
 Llave de tres pasos
 Pinzas de Kocher
 Esparadrapo o vendas de sujeción
 Agujas o pistolas de punción intraósea.

█ ZONAS DE PUNCIÓN

 En niños menores de 6 años de edad se recomienda pin-


char en el extremo proximal de la tibia en su cara interna
anterior (entre 1 y 3 cm por debajo de la tuberosidad tibial).
 En niños mayores de 6 años de edad y adultos, el lugar de
elección para la intraósea es la tibia distal en su cara interna
(1 o 2 cm por encima de la base del maléolo interno).

Otras posibles estructuras son:


 Cresta ilíaca. En las zonas anterosuperiores de las espinas
ilíacas.
 Esternón. Entre el segundo y el tercer espacio intercostal.
Es una buena estructura de punción en adultos porque se
disminuye notablemente el riesgo de embolismo, pero no
es recomendable si hay riesgo de que el paciente haga un
paro cardiorrespiratorio (interferiría con el masaje).
 Porción distal del fémur. Concretamente 2 o 3 cm por
encima del cóndilo externo, en ángulo de 10 a 20 grados a
la vertical y en dirección cefálica.
 Clavículas
 Cara anterior de la cabeza humeral.
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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

█ CUIDADOS DEL CATÉTER

 Los cuidados de enfermería que debemos proporcionar


al catéter no difieren demasiado de los cuidados de otros
tipos de vías.
 Registre en la historia del paciente la fecha y hora de inser-
ción, el tipo de catéter, el sitio de inserción y la medicación
administrada.
 Mantenga una adecuada inmovilización del miembro
donde está insertada la vía.
 Compruebe la presencia de pulsos distales y el aspecto del
miembro (color, temperatura, entre otros).
 No debe colocarse un apósito oclusivo porque favorece la
contaminación del catéter y del punto de inserción.
 Respecto a la administración de fármacos, debe infundirse
un bolo de suero de 5-10 mL luego de la medicación para
conseguir niveles séricos similares a los obtenidos con la vía
endovenosa.
 Si se requiere de un buen flujo en la sueroterapia (entre
50-100 mL/min), puede utilizarse una bolsa de presión o
una bomba de infusión.
 Para evitar la aparición de las complicaciones descritas, no
mantenga el catéter canalizado más de 24 horas. Retírelo
girando suavemente en sentido horario mientras aplica trac-
ción en el catéter (no balancee ni flexione nunca el catéter).
 En caso necesario, se podría extraer una muestra sanguínea
del catéter para obtener ciertas determinaciones analíticas
urgentes como potasio, sodio, magnesio, lactato, calcio, pH,
pCO2 y bicarbonato.
 El impacto de penetración (0,02¨) de un pequeño y agudo
fiador macizo reduce al mínimo la sensación de dolor en el
hueso.

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CAPÍTULO 7

LISTADO DE COMPETENCIAS
PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO
DOTACIÓN Y EQUIPO

El perfil por competencias está formado por las habilidades


y conocimientos que se requieren para realizar un procedi-
miento en el campo táctico.
En la Tabla 1 se muestran estas competencias en relación con
quienes llevan a cabo los procedimientos en el campo táctico.

█ ENTRENAMIENTO

El entrenamiento en medicina táctica para todos los comba-


tientes consiste en capacitar a todo el personal militar y policial
en el curso de OMT: operador en medicina táctica.
La autoayuda y la asistencia del compañero herido deben
formar parte de una cultura en todas las unidades militares y
policiales.
Los servicios médicos solo son los responsables del entrena-
miento del personal sanitario de combate.
Los jefes de las unidades militares y policiales deben ser los
responsables de que se realice un programa de entrenamiento
efectivo en OMT. El curso OMT es el mejor modelo a seguir.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Tabla 1. Competencias en el campo táctico

Competencia OMT SDC ENFC MEDIC


Hemostasia
Conocimientos de medicina táctica x x x x
Colocar el torniquete x x x x
Realizar presión directa x x x x
Colocar vendaje x x x x
Colocar Combat Gauze x x x x
Colocar vendaje compresivo x x x x
Técnicas de movimientos de heridos x x x X
Vía aérea
Elevación de la barbilla/pulsión mandibular x x x x
Cánula nasofaríngea x x x x
Posición lateral de seguridad x x x x
Posición sentado/echado adelante x x x x
Supraglóticos x x x
Vía aérea quirúrgica x x
Intubación endotraqueal x
Respiración
Tratar herida respirante x x x x
Toracostomía con aguja x x x
Tubo de tórax x
Administrar oxígeno x x x
Acceso intravenoso y terapia IV
Valorar para choque x x x x
Comenzar una vía IV/saline lock x x x
Obtener un acceso intraóseo x x
Reanimar con líquidos IV x x x
Analgésicos IV (morfina, ketamina) x x
Antibióticos IV x x
Ácido tranexámico x x
Administrar productos sanguíneo x x
Prevención de hipotermia x x x x

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7 | LISTADO DE COMPETENCIAS PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO DOTACIÓN Y EQUIPO

Tabla 1. Competencias en el campo táctico. Continuación

Competencia OMT SDC ENFC MEDIC


Lesiones penetrantes del ojo
Cubrir ojo con parche rígido x x x x
Administrar moxifloxacina oral x x x x
Medicación oral e intramuscular
Antibióticos orales x x x x
Analgesia oral (no narcótica) x x x x
Aplicador de fentanilo x x
Antibióticos IM x x
Ketamina IM x x
Morfina IM x x
Naloxona IM x x
Manejo de fracturas
Inmovilización x x x x
Férula de tracción x x x
Manejo de quemaduras
Parar el proceso de combustión x x x x
Cubrir las zonas quemadas x x x x
Reanimar con líquidos en quemados x x
Monitorización electrónica de signos vitales x x x

ENFC: enfermero de combate; IM: intramuscular; IV: intravenoso; MEDIC:


técnico auxiliar de enfermería, tecnólogo APH, paramédico y médico; OMT:
todos los combatientes desplegados; SDC: socorrista de combate.

Etapa 1

Formar un grupo de instructores en cada unidad militar o poli-


cial en OMT. Se recomienda que el curso sea de cuatro días de
duración y después participen de tres cursos como PI instruc-
tor en formación, para ser evaluados y emitir certificación de
instructores.

179

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Etapa 2

Iniciar la capacitación a todo el personal militar y policial en


OMT. Se recomienda que el curso sea de una duración de dos
días y una noche.

Etapa 3

Dotar del equipo básico de medicina táctica a todo el personal


capacitado según la estructuración de los botiquines por perfil
de competencias.

Etapa 4

Realizar reentrenamientos como mínimo una vez por año. Se


recomienda que este rentrenamiento sea de un día de duración.

Equipo básico para el entrenamiento

Para impartir la capacitación, la unidad militar o policial deberá


contar con un equipo de entrenamiento, de acuerdo con lo
expuesto en la Tabla 2.

Número de participantes por curso

Para una capacitación óptima, el número de participantes debe


ser de un mínimo de 15 unidades a un máximo de 35 unidades
por curso.

Número de instructores por curso

Cada curso debe contar como mínimo con el siguiente perso-


nal de instructores y auxiliares:
 Instructor coordinador: 1
 Instructores auxiliares: 2
 Auxiliares: 3.
180

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7 | LISTADO DE COMPETENCIAS PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO DOTACIÓN Y EQUIPO

Tabla 2. Equipo básico de entrenamiento

Ítem Artículo Cantidad por hombre


1 Guantes de manejo por pares 8
2 Solución salina normal en 100 mL 2
3 Yelcos de 20 G, catéter calibre 20 4
4 Equipos de venoclisis 3
5 Espadrapo de rollos 1
6 Paños para técnica aséptica 4
7 Bolsas rojas de riesgo biológico 1
8 Vendas elásticas 2
9 Cánula nasofaríngea 1
10 Torniquete CAT 1
11 Gasa hemostática de práctica 1
12 Vendaje israelí 1
13 ARS de descompresión de neumotórax 1
14 Manual 1
15 Ración militar 2
16 Parches H de tórax 1
Equipo estándar del centro de entrenamiento
1 Eslingas de 7 metros para técnicas de arrastre 10
2 Pistola de salva 4
3 Municiones de salva, cartuchos por 200
entrenamiento
4 Marcadores 4
5 Chaleco táctico tipo policial o militar 5
6 Aula de clase 1
7 Computador portátil 1
8 Equipo audiovisual 2
9 Camillas plegables o talón 3
10 Camillas SK 1
11 Cabeza manejo de VA 3
12 Botiquín OMT-1 4
13 Botiquín OMT-2 1
14 Botiquín OMT-3 1
15 Kit de heridas para simulación 5
16 Sangre química para simulación (sobres) 3
17 Fichas médicas de campo 20
18 Tarjetas de clasificación 40
19 Dispositivos intraóseos 6
20 Carpeta del instructor 1
21 Marcadores negros 4
22 Marcadores rojos 4
23 Torniquetes CAT 30

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Dotación y equipo del alumno

Se sugiere que el personal militar y policial realice el curso con


su equipo táctico de dotación.

Equipo básico de los participantes (personal militar o policial)

 Uniformes completos: 2
 Equipo o morral de campaña: 1
 Armamento de dotación: 1
 Chaleco táctico: 1
 Elementos de aseo personal: 1
 Carpa o camping: 1
 Libreta de apuntes: 1
 Rodilleras opcionales: 1
 Coderas opcionales: 1
 Ración de campaña opcional: 2.

Logística requerida de la unidad militar o policial

 Disponer de salón para clases


 Espacio al aire abierto para prácticas
 Zona para camping
 Baterías sanitarias
 Ración de campaña. Se recomienda, en lo posible, dos racio-
nes de campaña por hombre. En caso de no contar con ración,
se puede manejar alimentación en los casinos de la tropa.

Durante el desarrollo del curso, ningún participante se puede


ausentar. Solo se aceptará la ausencia antes problemas de salud.

█ EQUIPO BÁSICO DEL COMBATIENTE

Cada miembro de una unidad militar o policial, debería llevar


como mínimo un torniquete en su equipo de dotación táctica
(Figura 1).
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7 | LISTADO DE COMPETENCIAS PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO DOTACIÓN Y EQUIPO

Figura 1. Torniquete CAT (Combat Application Tourniquet®) certificado por


cada hombre. El Torniquete CAT está probado en el campo de batalla. Pre-
mio de uno de los 10 mejores inventos del Ejército de los EE.UU. Es 100%
efectivo en ocluir el flujo de sangre de extremidades superiores e inferiores.

Desde su introducción en combate por el ejército de los


Estados Unidos, en 2005, el torniquete CAT, que puede usarse
con una sola mano, ha reducido la tasa de mortalidad debido
a una exanguinación extrema de un 85%. El instituto de investi-
gación del ejército de EE.UU. consideró que era 100% efectivo.
Se han fabricado muchas réplicas del torniquete CAT que,
en la mayoría de los casos, no cumplen con los estándares de
calidad exigidos por los diferentes comités técnicos y cientí-
ficos. El torniquete recomendado en nuestro programa de
medicina táctica es el C-A-T®, protegido bajo patente número
NSN # 6515-01-521-7976 probado en el campo de batalla.
Fue premiado como uno de los 10 mejores inventos del ejér-
cito de los EE.UU (Figura 2). Es 100% efectivo en ocluir el flujo
de sangre de extremidades superiores e inferiores. En estas
réplicas de torniquetes, en la mayoría de los casos, la varilla se

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

parte. Esto ha quedado demostrado en diferentes prácticas de


campo. No son 100% efectivos para ocluir el flujo de sangre de
extremidades superiores e inferiores.

1. Cinta de rutina (single)


2. Barra de lavabo
3. Clavijas
4. Correa de ventana
5. Placa de estabilización
6. Banda interna de movimiento

Figura 2. CAT® GEN7. Edición estándar. El nuevo CAT® GEN7 va aún más
lejos para facilitar su uso. Los seis componentes del torniquete han sido redi-
señados y mejorados en el CAT® GEN7.

Ventajas del GEN7

La hebilla de enrutamiento único es una respuesta directa a las


revisiones en profundidad de los informes de campo y prue-
bas. Con un nuevo sistema de hebilla de un solo enrutamiento,
el CAT® GEN7 permite una aplicación más simple y rápida con
una eliminación más eficiente de la holgura, con lo que se
reduce la pérdida de sangre con menos giros del molinete.
Está constituido por:
 Cinta de rutina (single): disminución de la pérdida de san-
gre; eliminación eficaz de la holgura; menos giros del moli-

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7 | LISTADO DE COMPETENCIAS PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO DOTACIÓN Y EQUIPO

nete; entrenamiento simplificado con estándares de aplica-


ción de protocolo único.
 Barra de lavabo: aumento del diámetro; mayor resistencia;
agresiva nervadura que mejora el agarre.
 Clavijas: entrada bilateral biselada; bloqueo rápido del
molinete; contrafuerte bilateral; mayor resistencia.
 Correa de ventana: nueva correa reforzada; color gris para
las consideraciones tácticas (solo en negro).
 Placa de estabilización: barra de contacto reforzada, bise-
lada; comodidad mejorada.
 Banda interna de movimiento libre: banda patentada den-
tro de la banda, distribución realmente uniforme de la pre-
sión circunferencial.

El torniquete CAT® es facil de reconocer en su interior, mediante


la referencia y el numero de patente (Figuras 3 a 7).

Figura 3. El torniquete CAT®, a direrencia de las réplicas, viene empacado de


forma individual. En el interior trae los datos del fabricante. Cortesía de: SP
Héctor Guillermo Bernal Malpica.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Figura 4. Réplicas del torniquete. Se diferencian por el empaque, el número


de patente, los datos del fabricante y por la calidad del material.

Figura 5. El torniquete debe ser llevado en un lugar estándar del uniforme o


dentro del chaleco táctico de todos los combatientes, con el fin de que sea
fácil y rápida la ubicación del dispositivo en una situación táctica.

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7 | LISTADO DE COMPETENCIAS PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO DOTACIÓN Y EQUIPO

Figura 6. Es función del coman-


dante del equipo táctico que to-
do el personal lleve el CAT® en un
lugar estándar.

Figura 7. Botiquín tipo OMT-1.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

█ KIT INDIVIDUAL DE CONTROL DE HEMORRAGIAS

Diseñado para proporcionar un kit individual de control de


hemorragia compacto y duradero para tratar el sangrado de
perforaciones y otras heridas traumáticas. Estos kits están
empaquetados al vacío y diseñados para caber en un bolsillo
BDU, bolsillo del chaleco o bolsa individual, lo que permite al
personal llevarlo donde más lo necesite (Figura 8).

Figura 8. Kit individual de control de hemorragias.

Este kit está compuesto por:


 CAT®
 Gasa hemostática para el control de hemorragias
 Apósito multipropósito estéril (apósito de emergencia)
 Guantes de manejo no estériles.

█ BOTIQUÍN TIPO OMT

Se estructuran tres tipos de botiquines OMT con el fin de uni-


ficar criterios en las diferentes unidades tacticas. Estos botiqui-
nes se distinguen de acuerdo con las siguientes siglas:
 OMT-1: todos los combatientes
 OMT-2: socorrista de combate
188

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 OMT-3: ENFC: enfermero de combate; MEDIC: técnico auxi-


liar de enfermería, tecnólogo APH, paramédico y médico.

Los botiquines deben de ser asignados según el perfil de


competencias. El perfil por competencias está formado por las
habilidades y conocimientos que se requieren para realizar un
procedimiento en el campo táctico.
En las Tablas 3, 4 y 5 se muestra el contenido de los botiqui-
nes OMT-1, 2 y 3, sus características generales y la cantidad de
cada elemento.

Tabla 3. Contenido del botiquín OMT-1

Contenido botiquín tipo OMT-1 (todos los combatientes)

Ítem Elemento Características generales Cantidad


1 Torniquete para el Dispositivo para el control de 1 unidad
control de hemorragias hemorragias con tira de mínimo 4 cm
de ancho y 90 cm de largo
Sin elementos metálicos que puedan
causar daño al paciente
Debe tener un dispositivo de
seguridad que evite que se le libere
accidentalmente
2 Gasa hemostática Gasa de empaque individual, 1 unidad
para el control de impermeable, estéril con impregnación
hemorragias de agente hemostático
3 Sello para herida de Estéril, empaque individual plástico 1 unidad
neumotórax con válvula
4 Apósito multipropósito Apósito de gasa de mínimo 10 cm x 1 unidad
estéril (apósito de 20 cm, adherido a una venda elástica
emergencia) de mínimo 10 cm x 360 cm extendida,
con elemento de cierre
5 Vendaje elástico Dimensiones: 5cm x 5m empacado en 2 unidades
plástico
6 Guantes de manejo no Fabricados en látex y en empaque 1 unidad
estériles plástico por pares
7 Catéter ARS-H&H para Calibre # 16 en empaque individual y 2 unidades
descompresión de contenidos en empaque hermético,
neumotórax a tensión impermeable y resellable

ENFC: enfermero de combate; MEDIC: Técnico auxiliar de enfermería; tec-


nólogo APH, paramédico y médico; OMT: todos los combatientes desplega-
dos; SDC: socorrista de combate.
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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Tabla 4. Contenido del botiquín OMT-2

Contenido del botiquín tipo OMT-2 (socorrista de combate)

Kit de hemorragias

Ítem Elemento Características generales Cantidad


1 Torniquete para Dispositivo para el control de 2 unidades
el control de hemorragias con tira de mínimo 4 cm de
hemorragias ancho y 90 cm de largo
Sin elementos metálicos que puedan
causar daño al paciente
Debe tener un dispositivo de
seguridad que evite que se le libere
accidentalmente
2 Gasa hemostática Gasa de empaque individual, 2 unidades
para el control de impermeable, estéril con impregnación
hemorragias de agente hemostático de mínimo 3 m
de largo
3 Apósito Apósito de gasa de mínimo 10 cm x 20 5 unidades
multipropósito cm, adherido a una venda elástica de
estéril (apósito de mínimo 10 cm x 360 cm extendida, con
emergencia) elemento de cierre
4 Vendaje elástico Dimensiones: 5 cm x 5 m empacado en 5 unidades
plástico
5 Apósito abdominal Dimensiones: 30 cm x 30 cm 2 unidades
Empaque individual en plástico
6 Ringer lactato Bolsa por 500 mL 6 unidades
Empaque individual en plástico
7 Equipo de venoclisis Empaque individual en plástico 6 unidades
macrogotero
8 Catéter venoso Calibre # 18 en empaque individual y 12 unidades
retráctil contenidos en empaque hermético,
impermeable y resellable
9 Gasa precortada Dimensiones: 5 cm x 5 cm 15 paquetes
En empaque individual y contenidas
en empaque hermético, impermeable y
resellable
10 Toallas alcoholadas En empaque individual y contenidas 20 unidades
en empaque hermético, impermeable y
resellable (alcohol isopropílico al 70%)
11 Torniquete para Elástico, ajustable y en material 1 unidad
venopunción impermeable

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Tabla 4. Contenido del botiquín OMT-2. Continuación

Contenido del botiquín tipo OMT-2 (socorrista de combate)

Kit de hemorragias

Ítem Elemento Características generales Cantidad


12 Manta térmica de Dimensiones: no menor de 140 cm x 3 unidades
emergencia 210 cm aluminizadas, color verde militar
y plata, que permita la conservación y
dispersión del calor
Empaque plástico impermeable
13 Esparadrapo en rollo Empaque individual en plástico, 1 rollo
2 pulgadas resellable
Kit de bioseguridad

Ítem Elemento Características generales Cantidad


14 Guantes Material: 20 unidades
Nitrilo
No estériles
Empaque plástico por pares
15 Tapabocas En empaque individual y contenidas 5 unidades
en empaque hermético, impermeable y
resellable
16 Barrera facial para Desechable, con válvula unidireccional 2 unidades
RCP en empaque individual
Kit de mantenimiento de la vía aérea

Ítem Elemento Características generales Cantidad


17 Sello para herida Estéril 2 unidades
de neumotórax con Empaque individual en plástico
válvula
18 Catéter venoso Calibre # 14 en empaque individual y 2 unidades
retráctil contenidos en empaque hermético,
impermeable y resellable
19 Cánula nasofaríngea Empaque individual de plástico 1 unidad
20 Cánula orofaríngea #4y5 1 de cada
Empaque individual hermético e una
impermeable
21 Máscara laríngea # 4 Empaque individual y contenidas en 1 de cada
empaque hermético, impermeable y una
resellable
22 Reanimador BVM Empaque individual en plástico 1 unidad
adulto (bolsa-
válvula-mascarilla)

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Tabla 4. Contenido del botiquín OMT-2. Continuación

Contenido del botiquín tipo OMT-2 (socorrista de combate)

Kit de curaciones

Ítem Elemento Características generales Cantidad


23 Solución salina Bolsa 2 unidades
Concentración al 0,9%, 250 mL
Empaque individual en plástico
24 Sulfadiazina de plata Tubo - frasco 60 g 1 unidad
máximo
25 Yodopovidona Frasco en plástico espuma máximo 120 1 unidad
espuma mL
26 Yodopovidona Frasco en plástico espuma máximo 120 1 unidad
solución mL
27 Gasa precortada Dimensiones: 5 cm x 5cm en empaque 10 paquetes
individual y contenidas en empaque
hermético, impermeable y resellable
28 Ácido fusídico Tubo 15 g 1 unidad
29 Aplicadores Contenidos en empaque hermético por 1 paquete
10 unidades, impermeable y resellable
30 Bajalenguas Contenidos en empaque hermético por 1 paquete
10 unidades, impermeable y resellable
31 Esparadrapo Empaque en plástico impermeable 1 rollo
hipoalergénico
32 Parche ocular Contenidos en empaque hermético, 5 unidades
impermeable y resellable
Kit de inmovilización

Ítem Elemento Características generales Cantidad


33 Férula de aluminio Empaque individual en plástico 3 rollos
maleable
34 Inmovilizador Graduable mínimo 5 tallas adulto en 1 unidad
cervical plástico
Empaque individual
35 Venda triangular Dimensiones: 90 cm x 90 cm x 120cm 2 unidades
Empaque individual hermético e
impermeable

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Tabla 4. Contenido del botiquín OMT-2. Continuación

Contenido del botiquín tipo OMT-2 (socorrista de combate)

Varios

Ítem Elemento Características generales Cantidad


36 Tijera de trauma Empaque en plástico resistente 1 unidad
37 Tarjetas de Empaque individual en plástico 10 unidad
evacuación
38 Manillas para Empaque plástico de color 5 por cada
clasificación color
39 Marcador negro Grueso, tinta no borrable, color 1 unidad
negro y mina gruesa
40 Tarjeta de inventario Plastificada 1 unidad
41 Recipiente plástico Caja con tapa y compartimientos 1 unidad
suficientes para empacar medicamentos
42 Termómetro de En empaque plástico rígido 1 unidad
mercurio
43 Guía de manejo, En empaque plástico, impermeable y 1 unidad
botiquín aprobado resellable
por la Dirección
General de Sanidad
44 Fonendo y Empaque impermeable 1 unidad
tensiómetro
45 Pinzas (mosquito y Empaque estéril y contenidas en 1 kit
disección) empaque hermético e impermeable
46 Tabletas para Blíster 50 unidades
purificar el agua
Kit de medicamentos

Ítem Elemento Características generales Cantidad


47 Jeringa de 20 mL Jeringa 20 de mL 2 unidades
Empaque individual y contenidas en
empaque hermético, impermeable y
resellable
48 Jeringa de 5 mL Jeringa de 5 mL 15 unidades
Empaque individual y contenidas en
empaque hermético, impermeable y
resellable
49 Jeringa de 3 mL Jeringa de 3 mL 10 unidades
Empaque individual y contenidas en
empaque hermético, impermeable y
resellable
50 Ibuprofeno Tabletas 400 mg 40 unidades

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Tabla 4. Contenido del botiquín OMT-2. Continuación

Contenido del botiquín tipo OMT-2 (socorrista de combate)

Kit de medicamentos

Ítem Elemento Características generales Cantidad


51 Acetaminofeno Tabletas 500 mg 40 unidades
52 Sales de Sobres 60 mEq 10 unidades
rehidratación oral
53 Diclofenaco (sódico) Ampolla 75 mg, solución parenteral 6 unidades
54 Dipirona (uso IM) Ampolla 2 g, solución inyectable 5 unidades
55 Clorhidrato de Ampolla 50 mg, solución parenteral 4 unidades
tramadol (para uso
solo en caso de
trauma, amputado.
Administrar solo
si se cuenta con
autorización y apoyo
médico)
56 Hidrocortisona Ampolla 100 mg, solución parenteral 5 unidades
57 Metoclopramida Ampolla 10 mg, solución parenteral 2 unidades
(clorhidrato)
58 Dicloxacilina Cápsulas 500 mg 50 unidades
(sódica)
Kit de medicamentos recomendados en los protocolos actuales de TCCC

Ítem Elemento Características generales Cantidad


1 Ertapenem 1 g IV/IM Ampolla 10
2 Moxifloxacina 400 Cápsula 20
mg
3 Ketamina 50 mg IM Ampolla 10
4 Citrato de fentanilo Cana oral 8
transmucosa oral
(CFOTM)
5 Paracetamol, Comprimidos 20
comprimido bicapa
de 650 mg
6 Meloxicam 15 mg Tabletas 40
7 Sulfato de morfina Ampolla 10
5 mg

BMV: bolsa-mascarilla-válvula; IM: intramuscular; IV: intravenoso; RCP: reani-


mación cardiopulmonar.

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Tabla 5. Contenido del botiquín OMT-3

Contenido del botiquín tipo OMT-3 (enfermero de combate, técnico auxiliar de


enfermería, tecnólogo APH, paramédico y médico)

Kit de hemorragia

Ítem Elemento Características generales Cantidad


1 Torniquete para Dispositivo para el control de hemorragias 8 unidades
el control de con tira de mínimo 4 cm de ancho y 90 cm
hemorragias de largo
Sin elementos metálicos que puedan causar
daño al paciente
Debe tener un dispositivo de seguridad que
evite que se le libere accidentalmente
2 Gasa hemostática Gasa de empaque individual, impermeable, 6 unidades
para el control de estéril, con impregnación de agente
hemorragias hemostático de mínimo 3 m de largo
3 Apósito Apósito de gasa de mínimo 10 cm x 20 cm, 8 unidades
multipropósito adherido a una venda elástica de mínimo 10
estéril (apósito de cm x 360 cm extendida, con elemento de
emergencia) cierre
4 Vendaje elástico Dimensiones: 5 cm x 5 m empacado en 3 unidades
plástico
5 Apósito Dimensiones: 30 cm x 30 cm 2 unidades
abdominal Empaque individual en plástico
6 Ringer lactato Bolsa por 500 mL 5 unidades
Empaque individual en plástico
7 Equipo de Equipo de macrogoteo 5 unidades
venoclisis Empaque individual en plástico
8 Catéter venoso Calibre # 18 en empaque individual y 5 unidades
retráctil contenidos en empaque hermético,
impermeable y resellable
9 Catéter venoso Calibre # 16 en empaque individual y 2 unidades
retráctil contenidos en empaque hermético,
impermeable y resellable
10 Gasa precortada Dimensiones: 5 cm x 5 cm en empaque 10
individual y contenidas en empaque paquetes
hermético, impermeable y resellable
11 Torniquete para Elástico, ajustable y en material impermeable 1 unidad
venopunción
12 Manta térmica de Dimensiones: no menor de 140 cm x 210 2 unidades
emergencia cm aluminizadas, color verde militar y plata,
que permita la conservación y dispersión del
calor
Empaque plástico impermeable

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Tabla 5. Contenido del botiquín OMT-3. Continuación

Contenido del botiquín tipo OMT-3 (enfermero de combate, técnico auxiliar de


enfermería, tecnólogo APH, paramédico y médico)

Kit de hemorragia

Ítem Elemento Características generales Cantidad


13 Toallas En empaque individual y contenidas 20
alcoholadas en empaque hermético, impermeable y unidades
resellable (alcohol isopropílico al 70%)
14 Esparadrapo en 2 pulgadas 1 rollo
rollo 2 pulgadas Empaque individual en plástico y resellable
15 Esparadrapo Empaque en plástico impermeable 1 rollo
hipoalergénico
16 Buretrol 150 mL 2 unidades
Empaque en plástico
Kit de bioseguridad

Ítem Elemento Características generales Cantidad


17 Guantes Material: 10
Nitrilo unidades
No estériles
Empaque en plástico por pares
18 Guantes Material: 5 unidades
Nitrilo
Estériles
Empaque en plástico por pares
19 Tapabocas En empaque individual y contenidas 5 unidades
en empaque hermético, impermeable y
resellable
20 Gafas de Monogafas en empaque plástico 1 unidad
bioseguridad
Kit de mantenimiento de la vía aérea

Ítem Elemento Características generales Cantidad


21 Sello para herida Estéril, empaque individual en plástico 8 unidades
de neumotórax
con válvula
22 Catéter venoso Calibre # 14 en empaque individual y 2 unidades
retráctil contenidos en empaque hermético,
impermeable y resellable
23 Cánula Empaque individual en plástico 1 unidad
nasofaríngea

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Tabla 5. Contenido del botiquín OMT-3. Continuación

Contenido del botiquín tipo OMT-3 (enfermero de combate, técnico auxiliar de


enfermería, tecnólogo APH, paramédico y médico)

Kit de mantenimiento de la vía aérea

Ítem Elemento Características generales Cantidad


24 Cánula #4y5 1 de cada
orofaríngea Empaque individual hermético e una
impermeable
25 Mascarilla laríngea # 4 1de cada
Empaque individual y contenidas en una
empaque hermético, impermeable y
resellable
26 Mascarilla facial Empaque en plástico 1 unidad
con reservorio
27 Laringoscopio Laringoscopio en empaque impermeable y 1 unidad
adulto (1 hoja con pilas de repuesto
curva, 1 hoja Hojas en empaque estéril y contenidas en
recta) empaque hermético e impermeable
28 Sonda Empaque plástico 1 unidad
nasogástrica
29 Tubo orotraqueal # 7, 7,5 y 8 1 de cada
En empaque individual y contenidas en uno
empaque hermético resellable
30 Reanimador BVM En empaque individual en plástico 1 unidad
adulto (bolsa-
válvula-mascarilla)
Kit de curaciones

Ítem Elemento Características generales Cantidad


31 Solución salina Bolsa 1 unidad
Concentración al 0,9%, 250 mL
Empaque individual en plástico
32 Yodopovidona Frasco plástico espuma máximo 120 mL 1 unidad
33 Yodopovidona Frasco plástico espuma máximo 120 mL 2 unidades
34 Esparadrapo Empaque plástico impermeable 1 rollo
hipoalergénico
35 Equipo de Empaque impermeable 1 unidad
pequeña cirugía (5
pinzas)
36 Hilo de sutura Material de polipropileno con aguja curva 1 unidad
cortante 2 “0” - 3 “0”
No absorbible

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Tabla 5. Contenido del botiquín OMT-3. Continuación

Contenido del botiquín tipo OMT-3 (enfermero de combate, técnico auxiliar de


enfermería, tecnólogo APH, paramédico y médico)

Kit de inmovilización

Ítem Elemento Características generales Cantidad


37 Férula de aluminio Empaque individual en plástico 3 rollos
maleable
38 Inmovilizador Graduable mínimo 5 tallas adulto en plástico 1 unidad
cervical Empaque individual
39 Venda triangular Dimensiones: 90 cm x 90 cm x 120 cm 2 unidades
Empaque individual, hermético e
impermeable
Varios

Ítem Elemento Características generales Cantidad


40 Tijera de trauma Empaque en plástico resistente 1 unidad
41 Tarjetas de Empaque individual en plástico 10
evacuación unidades
42 Manillas o tarjetas Empaque en plástico de color 2 por cada
para clasificación color
de pacientes
43 Marcador negro Grueso, tinta no borrable, color negro y mina 1 unidad
gruesa
44 Tarjeta de Plastificada 1 unidad
inventario
45 Recipiente Caja con tapa y compartimientos suficientes 1 unidad
plástico para empacar medicamentos
46 Termómetro de En empaque plástico rígido 1 unidad
mercurio
47 Fonendo y Empaque impermeable 1 unidad
tensiómetro
Kit de medicamentos

Ítem Elemento Características generales Cantidad


48 Jeringa de 20 mL Jeringa de 20 mL 2 unidades
Empaque individual y contenidas en
empaque hermético, impermeable y
resellable
49 Jeringa de 5 mL Jeringa 5 de mL 15
Empaque individual y contenidas en unidades
empaque hermético, impermeable y
resellable

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Tabla 5. Contenido del botiquín OMT-3. Continuación

Contenido del botiquín tipo OMT-3 (enfermero de combate, técnico auxiliar de


enfermería, tecnólogo APH, paramédico y médico)

Kit de medicamentos

Ítem Elemento Características generales Cantidad


50 Jeringa 3 de mL Jeringa de 3 mL 10
Empaque individual y contenidas en unidades
empaque hermético, impermeable y
resellable
51 Lidocaína gel Tubo 1 unidad
52 Lidocaína sin Tubo al 2% 1 unidad
epinefrina
53 Diclofenaco Ampolla 75 mg, solución parenteral 3 unidades
(sódico)
54 Dipirona (uso IM) Ampolla 2 g, solución inyectable 5 unidades
55 Clorhidrato de Ampolla 50 mg, solución parenteral 4 unidades
tramadol (para
uso solo en
caso de trauma,
amputado.
Administrar solo
si se cuenta con
autorización y
apoyo médico)
56 Midazolam Ampolla 5 mg/5 mL, solución parenteral 3 unidades
57 Vecuronio Ampolla 10 mg/2,5 mL polvo liofilizado para 1 unidad
bromuro solución inyectable
58 Fentanilo Ampolla 0,5 mg/5 mL, solución parenteral 1 unidad
59 Adrenalina Ampolla 1 mg, solución parenteral 10
unidades
60 Atropina sulfato Ampolla 1 mg/mL, solución parenteral 4 unidades
61 Hidrocortisona Ampolla 100 mg, solución parenteral 3 unidades
62 Metoclopramida Ampolla 10 mg, solución parenteral 2 unidades
(clorhidrato)
63 Cefalotina (sódica) Ampolla 1 g, polvo para solución parenteral 4 unidades
64 Gentamicina Ampolla 160 mg, solución parenteral 4 unidades
(sulfato)

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Tabla 5. Contenido del botiquín OMT-3. Continuación

Contenido del botiquín tipo OMT-3 (enfermero de combate, técnico auxiliar de


enfermería, tecnólogo APH, paramédico y médico)

Kit de medicamentos recomendados en los protocolos actuales de TCCC

Ítem Elemento Características generales Cantidad


1 Ertapenem 1 g Ampolla 10
IV/IM
2 Moxifloxacina 400 Cápsula 20
mg
3 Ketamina 50 mg Ampolla 10
IM
5 Citrato de Cana oral 8
fentanilo
transmucosa oral
(CFOTM)
6 Paracetamol, Comprimidos 20
comprimido
bicapa de 650 mg
7 Meloxicam 15 mg Tabletas 40
8 Sulfato de Ampolla 10
morfina, 5 mg

BMV: bolsa-mascarilla-válvula; IM: intramuscular; IV: intravenoso; RCP: reani-


mación cardiopulmonar.

█ EQUIPAMIENTO DE PROTECCIÓN DEL COMBATIENTE

No se arriesgue. Evite los riesgos o redúzcalos al mínimo. Los


equipos como el casco balístico, el chaleco táctico balístico y
las gafas antiesquirlas reducen la energía cinética de proyec-
tiles y fragmentación por activación de artefactos explosivos.
Esto hace que las lesiones en el cráneo, la cara, los ojos, el tórax
y el abdomen sean menos letales. Si se utilizan los equipos
adecuados, se pueden salvar vidas (Figuras 9 a 14).

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7 | LISTADO DE COMPETENCIAS PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO DOTACIÓN Y EQUIPO

Figura 9. Este casco balístico evitó la muerte de un policía en Colombia.

Figura 10. Este chaleco balístico redujo la energía cinética de un proyectil


de fusil, lo que evitó lesiones severas en el combatiente.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

Figura 11. Como se observa en la imagen, el chaleco balístico redujo la


energía cinética. Esto hizo que el daño fuera mínimo.

Figura 12. Las gafas antiesquirlas reducen la energía provocada por frag-
mentación. Esto disminuye el riesgo de lesión ocular severa.

Figura 13. Este combatiente salvó sus ojos gracias a que en el momento
del atentado terrorista utilizaba sus gafas. Como se observa en la imagen, el
daño fue menor.

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7 | LISTADO DE COMPETENCIAS PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO DOTACIÓN Y EQUIPO

Figura 14. Este combatiente no utilizaba gafas en el momento del atentado


terrorista. El resultado fue la pérdida de ambos ojos.

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REFERENCIAS/RECURSOS

█ LIBROS

 Bond C. 68W advanced field craft: combat medic skills.


American Association of Orthopedic Surgeons. Sudbury,
MA: Jones and Bartlett; 2010.
 Department of Defense. Emergency war Surgery. 3.a revisión.
Borden Institute; 2004.
 National Association of Emergency Medical Technicians.
Prehospital trauma life support manual, military. 7.a edición.
St. Louis, MO: Mosby; 2011.

█ ARTÍCULOS

 Butler F. Tactical combat casualty care in special operations.


Mil Med. 1996;161(3):3-16.
 Butler F. Antibiotics in tactical combat casualty care. Mil
Med. 2003;168:911-4.
 Cotton B. Guidelines for pre-hospital fluid resuscitation in
the injured patient. J Trauma. 2009;67:389-402.
 Giebner S. Tactical combat casualty care. J Spec Oper Med.
2003;3(4):47-55.

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MANUAL DE MEDICINA TÁCTICA

 Kragh J. Survival with emergency tourniquet use to stop


bleeding in major limb trauma. Ann Surg. 2009;249(1):1-7.
 Kragh, J. Use of tourniquets and their effects on limb
function in the modern combat environment. Foot Ankle
Clin. 2010;15(1):23-40.

█ MANUALES DE ENTRENAMIENTO

 Center for Army Lessons Learned (CALL) Resources.


 CALL Newsletter 04-18, Medical Planning.
 CALL Special Edition 05-8, Deploying Health Care Provider.
 STP 8-68W13-SM-TG. Soldier’s Manual and Trainer’s Guide.
MOS 68W, Health Care Specialist; 2009.

█ RECURSOS EN LÍNEA

 AMEDD Lessons Learned: http://lessonslearned.amedd.


army.mil.
 CALL: http://call.army.mil/.
 Center for Pre-Deployment Medicine (CPDM): Tactical
Combat Medical Care (TCMC) Course: https://www.us.army.
mil/suite/page/312889.
 Fuente: Página web de la ONU sobre las minas terrestres
(www.un.org/Depts/Landmine/)
 U.S. Army Medical Department (AMEDD) Center and
School Portal, Deployment Relevant Training: https://www.
cs.amedd.army.mil/deployment2.aspx.

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