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Todos los ayunos que fueron establecidos en recuerdo a la destrucción del Templo, en el futuro

se convertirán en días festivos, como dice el profeta (Zejaria 8:19): “Así dice Hashem: El ayuno
del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo y el ayuno del décimo, se convertirán
para la casa de Iehuda en días de gozo y de regocijo y en fiestas alegres”. Maimónides establece
esto como una ley (en el final de las leyes de ayuno):
“Todos estos ayunos serán anulados en los días del Mashíaj y no solo esto, sino que en el futuro
serán festividades y días de gozo y regocijo”. Esto despierta un interrogante: Podemos entender,
que con la llegada del Mashíaj y la anulación del galut no habrá mas necesidad de recordar la
destrucción del Templo y por ende se anularán los ayunos conectados con estos. ¿Pero por qué se
convertirán en días de gozo y regocijo y en fiestas alegres? ¿Por qué debemos alegrarnos y
festejar estos días, en los que fue destruido el Templo y el pueblo de Israel fue enviado a la
diáspora?. Aquí viene a expresión la profunda esencia del galut y la destrucción del Templo, que
en su interior está oculto un gran y maravilloso bien. Si el galut no fuera sino un mero castigo, no
habría lugar para convertir a los días de la destrucción del Templo en fiestas, sino como máximo
interrumpir el dolor y el duelo cuando el castigo llega a su fin. Pero el galut y la destrucción del
Templo tienen un objetivo mucho mas profundo y poseen un bien oculto, que se revelará solo con
la llegada de la redención. Por este bien se transformarán los mismos días de la destrucción del
Templo en días festivos. En el jasidismo es traído el ejemplo de un maestro que se sienta y enseña
a su alumno y de pronto aparece en su pensamiento una idea nueva, que permite un
entendimiento incomparablemente mejor de la cuestión. En ese instante interrumpe el maestro el
estudio con el alumno, se queda en silencio y profundiza en sí mismo. Es entendible que el alumno
siente un desprecio y abandono. El maestro lo abandonó y lo dejó solo. Esto simboliza la
destrucción. Pero cuando el maestro termine de reflexionar en la idea nueva, retornará al alumno
y le enseñará esta nueva y maravillosa sabiduría. Entonces entenderá el alumno, que en la práctica
el maestro no lo abandonó, sino por el contrario, por su gran amor tuvo que abandonarlo por un
momento, para construir la idea nueva, que le permitirá al alumno a llegar a un mejor nivel de
sabiduría. Este ejemplo materializa como una cosa que es vista como mal y dolor puede revelarse
como la fuente de la enorme dicha y alegría.Así también el galut y la destrucción del Templo
cargan en su interior un maravilloso bien. Justamente por medio del galut y la destrucción del
Templo el pueblo de Israel puede tener el mérito de esta maravillosa revelación Divina que existirá
en el tiempo de la redención y entonces se aclarará en esencia, que valía la pena atravesar el galut
y la destrucción del Templo para tener el mérito de esta maravillosa luz.Pero en el tiempo de la
redención, entonces se cumplirá el versículo (Ieshaiahu 12, 1): “Y dirás en aquel día: Yo Te alabo,
oh Señor, aunque me afligiste”, agradeceremos a Hashem por la esencia del galut y la destrucción
del Templo, ya que entonces veremos el bien que estaba oculto en estos. Por lo tanto, entonces se
transformarán los mismos ayunos en días de gozo, regocijo y en días festivos.

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