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Bosch, es quien primero plantea una Reforma Agraria. Se interesó además en impedir
cualquier tipo de corrupción administrativa. Bosch, a pocos meses de su gobierno, promulgó
una nueva Constitución, de carácter liberal, que contemplaba las siguientes reformas en
cuanto a lo económico: prohibió los latifundios privados, calificó el minifundio como
antieconómico y antisocial, prohibición de la propiedad de los extranjeros en nuestro
territorio, la prometida Reforma Agraria y derecho a los trabajadores a gozar de los beneficios
de la empresa.
En 1963 nuestro país sufre un notable desequilibrio económico. El Presidente toma entonces
algunas medidas, tales como: recuperación de algunos bienes del Estado que se encontraban
en manos de los Trujillo, solicitar a los empresarios anticipar el pago de los impuestos para
pagar el sueldo a los empleados, plan de austeridad del gasto público, restricción del gasto
público, revocó el contrato del Estado dominicano con la Esso Standard Oil para construir una
refinería de petróleo, promulgó la ley tope del azúcar y la miel, obligó a los exportadores a
entregar el 100% de las divisas para regular el flujo, creo el Departamento de Control de
Precios, firmó un préstamo para construcciones de la presa de Taveras y Valdesia y el muelle
de Puerto Plata.
A decir verdad, es casi seguro que el pueblo dominicano no estaba preparado para vivir en la
democracia y libertad. Las medidas de Bosch boicotearon la política económica de la burguesía
a favor de la clase pobre, lo cual entre otras causas provocan que, a sólo 7 meses de gobierno,
sea víctima de un Golpe de Estado con falsas acusaciones, poniendo fin a la nueva gestión
económica, que incluía la Reforma Agraria.
El Presidente Bosch tuvo que soportar permanentemente, un fuego cruzado de estos poderes
fácticos, los cuales conspiraron contra él, contra su gobierno y contra la democracia durante su
campaña, en la transición, proclamación y durante los siete meses que precariamente pudo
permanecer en el poder. Esto se puede comprobar con los documentos de los archivos
desclasificados por los Estados Unidos, que dio a conocer recientemente el escritor,
economista e historiador Bernardo Vega.
Esta fecha no podemos permitir que pase desapercibida, por aquello de que “Los pueblos que
no son capaces de recordar su pasado, están condenados a repetirlo”. Consideramos que las
presentes y futuras generaciones deben conocer sobre este fatal acontecimiento de nuestra
historia reciente, así como las causas, consecuencias y los autores del mismo, algunos de los
cuales viven aún. Este hecho le generó a nuestro país, según los entendidos en la materia, un
retroceso de más de 50 años en lo económico, político, social e institucional.
Durante la transición, Bosch viajó por los Estados Unidos, Europa, Asia y América Latina,
reuniéndose con los Presidentes John F. Kennedy, Charles de Gaulle, entre otros, en busca de
ayudas y financiamiento para obras de infraestructuras de desarrollo para nuestro país, como:
presas, zonas francas, industrias, escuelas vocacionales, autopistas, aeropuertos, acueductos,
tendidos eléctricos, centros educativos, hospitales, becas para estudiantes, así como de
técnicos e inversionistas para la agricultura y el turismo.
La Constitución con la cual gobernó el Presidente Bosch, conocida como la “Constitución del
63”, de la cual fue su principal ideólogo, fue respetada hasta el último día de su gobierno,
considerada como la más progresista, la más avanzada, la más democrática y la de mayor
justicia social.
Durante los siete meses de su gobierno, Juan Bosch evitó que las riquezas que el pueblo
dominicano logró preservar de la dictadura de Trujillo, fueran festinadas y repartidas entre los
sectores de la oligarquía. Durante su gestión no se maltrató, apresó, persiguió, golpeó ni se
mató a nadie; no permitió que un solo centavo del presupuesto fuera a parar a los bolsillos de
alguien, pues enfrentó con energía los pocos actos de corrupción que se produjeron;
implementó la austeridad, pues evitó el derroche (redujo los gastos y los salarios, comenzando
por él); pagó casi la totalidad de la deuda externa; aumentó el presupuesto para la educación y
la salud.
Para un país en vía de desarrollo como el nuestro, cuando se interrumpe o se quiebra el orden
constitucional, toma mucho tiempo para recuperarse. Por eso, a pesar de haber transcurrido
ya 56 años de aquel fatídico Golpe de Estado, todavía hoy continuamos padeciendo las
consecuencias catastróficas de ese imperdonable y bochornoso hecho, pues aún arrastramos
una gran deuda social acumulada.
Si aún confrontamos graves problemas sociales y económicos; si en 1965 libramos una guerra
civil entre dominicanos, exigiendo la reposición del Presidente Bosch, la cual fue abortada por
la invasión de más de cuarenta y dos mil marines de Estados Unidos; si hoy no hemos podido
cumplir con todos losObjetivos de Desarrollo Sostenibles,exigidos por la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), se debe precisamente a este abominable acontecimiento, que llenó
de sangre, luto y dolor a nuestro país, por lo que debe ser dado a conocer a las presentes y
futuras generaciones para que no se quede en el olvido.
Un sector norteamericano asumió la dirección financiera del país en el año 1907, cuando se
firmó la Convención Dominico-Americana, mediante la cual ellos prestaron el dinero para el
pago de la deuda externa con sectores financieros europeos, quienes controlaban los
empréstitos nacionales, principalmente desde el empréstito Harmont, en el gobierno de Báez,
en el 1868, hasta todos los que hizo el Ulises Heureaux (Lilís) en sus trece años de dictadura y
Bosch en su gobierno, no negoció con el Fondo Monetario Internacional, sino que en sus 7
meses de gobierno, redujo en más de un 75% la deuda externa.
En ese momento los norteamericanos estaban enfocados en hacer valer su criterio del
“destino manifiesto”, término concebido entre los años 1812 y 1860, por el periodista John O
´Sullivan cuando publicó un artículo en el New York Morning News en 1845, donde apoyaba
que Texas pasara a formar parte de los Estados Unidos.
Además, en el año 1963, en el marco de la “guerra fría”, acuñado por otro periodista de
nombre Walter Lippmann en 1947, después de la segunda guerra mundial, así como su política
de “seguridad nacional”, por lo que, no solamente se llevaron el gobierno de Juan Bosch de
encuentro, sino que, al momento de estallar la revolución de abril de 1965 en nuestro país,
habían 11 gobiernos militares y cívico en América Latina.
Además Trujillo les había confiscado unas 384, 369 tareas de terreno en todo el país, y la “Ley
de Franquicias Agrarias de 1910, del gobierno de Mon Cáceres, más los 8 de ocupación del
1916 al 1924, habían dejado un balance de 2 millones de tareas agrícola, que eran una
cantidad exorbitantes (De acuerdo a Frank Moya Pons, en su Manual de Historia Dominicana.
La cúpula de la iglesia Católica no quería a Bosch. Esta venía oponiéndosele desde la campaña
como muy bien se recuerda con aquel debate entre el padre Lautico García y el profesor
Bosch, donde el sacerdote no pudo probar que Bosch era comunista, como él decía.
El encono se agudizó, cuando Bosch planteó que la educación sería laica, los industriales y
comerciantes andaban detrás de las más de 34 empresas, hay quienes hablan de unas 111,
que había dejado la tiranía trujillista, y que en ese momento estaban en poder del Estado
dominicano.
Entre los principales grupos responsables del derrocamiento del gobierno Constitucional de
Juan Bosch se pueden citar los siguientes:
Ø Grupos militares del alto rango, considerados como una élite dentro de las Fuerzas
Armadas.
Ø Partidos políticos de oposición, especialmente la Unión Cívica Nacional (UCN), partido
derrotado por Bosch en las elecciones del 20 de enero de 1962.
Ø La iglesia católica. La presión eclesiástica fue muy determinante, pues la filosofía de Bosch y
su manera de enfocar las cosas no estaban acordes de los principios de la iglesia, por lo cual le
acusaban de comunista.
Ø Los Estados Unidos, que utilizaron su influencia en las Fuerzas Armadas y en la oligarquía
criolla.
El Gobierno ilegítimo del Triunvirato discurrió entre dos relevantes acontecimientos históricos.
El golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963 contra el primer Gobierno constitucional
electo tras 31 años de despotismo, encabezado por el profesor Juan Bosch y el Partido
Revolucionario Dominicano (PRD); golpe llevado a cabo por poderosos grupos económicos,
políticos y religiosos conservadores de la sociedad dominicana, amparados en la ideología
anticomunista, y opuestos a las reformas moderadas establecidas en la Constitución aprobada
el 29 de abril de 1963, que afectaba poderosos intereses económicos y religiosos. Por primera
vez, desde Hostos, se introdujeron en la organización de la vida social dominicana principios
como el carácter laico de la educación y la legalización del divorcio, contrarios a los
enarbolados por la Iglesia católica, legitimadora del orden social y político, que los interpretó
como antirreligiosos, anticatólicos y, por consiguiente, procomunistas.
El golpe de Estado militar dio paso al Gobierno del Triunvirato, que ocupó el poder estatal
durante 19 meses y se caracterizó por su carácter excluyente de la participación de las masas
populares. Si bien en los primeros meses no hubo una sólida oposición al régimen, la huelga de
choferes del 2 de mayo de 1964 representó un punto de inflexión en la lucha pues las grandes
masas urbanas, integradas por los miembros del PRD, el movimiento obrero, los partidos de
izquierda, los estudiantes, las capas medias, desataron una ofensiva contra el Triunvirato en
reclamo de la constitucionalidad, las libertades públicas y reivindicaciones económicas. El
aparato represivo aplastó todas las manifestaciones de protesta, los sindicalistas y líderes
políticos fueron encarcelados, deportados, asesinados, y se destruyeron las asociaciones
profesionales y los locales de los partidos políticos. Aunque en algunos momentos el ímpetu de
la lucha de las masas populares llegó a sobrepasar la capacidad de los organismos represivos,
sobre todo de la poderosa Policía Nacional y su general Belisario Peguero, situación que obligó
a recurrir a los miembros de la Fuerza Aérea y el Ejército. Esto resultó evidente principalmente
en el enfrentamiento de la policía con los estudiantes.