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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

5.1. CONCLUSIONES

1.- Afrontamos una crisis económica y financiera a nivel mundial sin precedentes en la
historia reciente. Esta crisis ha provocado que muchos países desarrollados se hayan
visto obligados a aplicar severas medidas con el objeto de reducir su impacto en los sis-
temas financieros. Numerosos bancos y compañías de seguros han sido intervenidos o
capitalizados, las fusiones entre entidades como medida de rescate se han multiplicado
y las quiebras se han sucedido.

La dimensión y profundidad de esta crisis es todavía una incógnita. Los acontecimien-


tos se precipitan con inusitada velocidad provocando cambios de gran dimensión en
cortos espacios de tiempo, sobre todo a raíz de la quiebra de Lehman Brothers en sep-
tiembre de 2008. En este entorno, el sistema bancario español en su conjunto ha sopor-
tado el primer impacto de esta crisis gracias a las peculiaridades de su modelo, que se
analizan a lo largo de este estudio. No obstante, la duración de la crisis es difícil de esti-
mar, circunstancia que debe tenerse en cuenta a la hora de la lectura de este informe.

2.- El sistema bancario español, en particular, y la economía española, en general, se


enfrentan a un nuevo entorno caracterizado por:

a) Una notable reducción de la liquidez como consecuencia del estrechamiento de los


mercados de crédito e interbancarios.
b) El aumento de las primas de riesgo exigidas a los emisores, especialmente a los liga-
dos al sector financiero.
c) El brusco descenso de las rentabilidades de la deuda pública debido al incremento
de la demanda de activos de bajo riesgo.
d) Un importante aumento de la morosidad.

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e) La elevación de las volatilidades de la práctica totalidad de instrumentos financieros


hasta máximos históricos.

3.- Frente a un escenario como el descrito, el sistema bancario español entendido en


sentido amplio (Bancos, Cajas y Cooperativas de Crédito), basado en una banca comer-
cial muy capilarizada y enfocada al cliente, cuenta con una serie de fortalezas frente a
los modelos anglosajones, orientados a la originación para la posterior distribución:

a) El modelo de negocio centrado en el cliente minorista dota al sistema bancario espa-


ñol de una mayor capacidad para conseguir ingresos recurrentes, así como financia-
ción adicional cuando existen restricciones de liquidez en los mercados mayoristas.
Así, en este entorno de liquidez reducida, nuestro sistema bancario ha mostrado su
notable capacidad de captación de depósitos.

b) Del mismo modo, el modelo de banca de clientes que integra tanto el negocio de
banca tradicional como otros negocios relacionados (seguros, distribución de fondos
de inversión y de pensiones, gestión de patrimonios, etc.) consigue diversificar en
mayor medida las fuentes de ingresos ante situaciones de adversidad económica.

c) La singular proximidad al cliente de las entidades financieras españolas se convier-


te en un factor diferencial en momentos de incremento de la morosidad. Las entida-
des pueden identificar mejor y con antelación a aquellos clientes que tendrán difi-
cultades para hacer frente a sus pagos, anticipando las actuaciones necesarias para
una más rápida y efectiva gestión de la misma, reduciendo el impacto negativo en la
cuenta de resultados.

d) La alta competencia propia de la banca minorista ha permitido a las entidades


desarrollar un modelo de negocio con un grado de eficiencia significativamente
superior al de otros mercados. Además, el origen de los ingresos que proporcionan
esta eficiencia son negocios recurrentes y más estables que los de otros modelos de
banca.

e) El modelo de negocio español ofrece una mayor protección frente a los desajustes
ocasionados por situaciones de colapso del sistema financiero internacional, puesto
que mantiene una menor exposición a la banca de inversión. Este mismo modelo es
el que se ha seguido en los procesos de expansión internacional de las entidades
españolas, lo que también ha reducido el «efecto contagio» de los mercados mayo-
ristas internacionales.

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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

f) En definitiva, el modelo de negocio bancario español está mejor preparado para


resistir un deterioro razonable de la situación económica, lo que le ha permitido sor-
tear el primer impacto de la crisis financiera internacional, mientras que en otros paí-
ses han sido necesarias importantes intervenciones públicas para su rescate, dado el
deterioro de sus resultados, de sus activos y la falta de confianza de los inversores.

4.- Las tareas de regulación y supervisión realizadas por el Banco de España, ejecuta-
das de una manera firme a la vez que pragmática, han contribuido también a dar soli-
dez a nuestro sistema bancario. En los últimos años, el sistema de supervisión español
ha demostrado su efectividad, tanto en la interpretación y ajuste de la normativa inter-
nacional, como en la realización de una supervisión prudencial que le ha valido un
amplio reconocimiento nacional e internacional.

5.- No obstante, existen incertidumbres que se ciernen sobre nuestro sistema bancario,
entre las que destacan: a) el efecto que tiene y va a seguir teniendo la crisis de la eco-
nomía real, b) la disminución sustancial de la liquidez en los mercados mayoristas inter-
nacionales y c) la desventaja competitiva en que quedan nuestras entidades bancarias al
haber recibido sus competidores extranjeros ayudas estatales directas, fundamental-
mente las materializadas en inyecciones de capital. La duración de la situación de rece-
sión va a ser crucial para determinar cual es la capacidad de resistencia de nuestro sis-
tema bancario y su adaptabilidad al nuevo entorno.

6.- El sistema bancario español se caracteriza por no haber incurrido en la concesión de


préstamos «subprime» ni en la instrumentación de préstamos a través de entidades de
propósito especial como vehículos para la transmisión de sus riesgos.

7.- En cualquier caso, la evolución de la estructura económica española ha condicionado


la concentración de la inversión crediticia en actividades relacionadas con el sector inmo-
biliario (construcción, inmobiliaria y adquisición de vivienda) que, en conjunto, represen-
tan el 60% del total del crédito concedido por nuestro sistema bancario, cifra sustancial-
mente superior a la arrojada por países de nuestro entorno. A pesar de ello, debe tenerse en
cuenta que el grueso de dicho importe es financiación a familias para adquisición de vivien-
da y, en este sentido, debe destacarse que: a) la mayor parte de este riesgo se encuentra bajo
garantía real y b) la estructura social española, con gran apego a la vivienda propia, con-
lleva un elevado cumplimiento en el pago de las cuotas hipotecarias.

8.- Al igual que en otros sistemas bancarios, las entidades españolas están reduciendo
sustancialmente la tasa de crecimiento de su inversión crediticia en un proceso genera-

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lizado de redimensionamiento de sus balances. Este movimiento, en lo que a la conce-


sión de crédito respecta, alcanza a empresas y familias, y en especial a las operaciones
relacionadas con el sector inmobiliario. Lógicamente, la disminución de la demanda de
crédito por parte de empresas y familias, derivada de un entorno de superior incerti-
dumbre, también contribuye al ajuste de los balances de nuestras entidades.

9.- El desapalancamiento y ajuste del tamaño de los balances no es exclusivo del siste-
ma bancario español. Más bien al contrario, se aprecia de forma general en la banca
internacional. Sin embargo, debe destacarse que, antes del inicio de la crisis, el grado
de apalancamiento de las entidades españolas era inferior al de sus comparables euro-
peos, por lo que el ajuste también debería ser menor.

10.- Desde el 3T del 2007, el sistema bancario español viene experimentando un sig-
nificativo repunte de la morosidad derivado de: (a) el deterioro generalizado de la eco-
nomía española y especialmente del sector inmobiliario y (b) también, aunque en menor
medida, por el cambio de la normativa (Circular 4/04 de BE) que exige un reconoci-
miento más rápido e intenso de la morosidad que su predecesora.

11.- La actual tasa de morosidad del sistema bancario español es inferior a la mostrada
por los principales países europeos, si bien se observa un proceso de convergencia ori-
ginado por el importante deterioro del sector inmobiliario, en particular, y del conjunto
de la actividad económica española, en general. En cualquier caso, cabe esperar que la
morosidad en otros países europeos crezca también significativamente en este entorno
de recesión.

12.- El sistema de provisiones español ha contribuido a reforzar la estabilidad de las


entidades de crédito y ahorro. La provisión genérica (anticíclica) ha mitigado los ries-
gos generados en la fase expansiva del ciclo económico, contribuyendo de forma nota-
ble al saneamiento de las carteras crediticias de nuestras entidades. Tal circunstancia,
entre otras, ha permitido al sistema bancario español afrontar en mejor posición el pri-
mer impacto de la actual crisis.

13.- A pesar de ello, la duración e intensidad de la crisis está conllevando una severa reduc-
ción del grado de cobertura otorgado por la provisión genérica (anticíclica), por lo que es
previsible que el repunte de la morosidad afecte con más fuerza a las cuentas de explota-
ción de las entidades a partir de este ejercicio 2009. En este sentido, a pesar de la buena
posición del sistema bancario en su conjunto, de persistir las dificultades es posible que
algunas entidades deban ser asistidas con el objeto de equilibrar sus ratios de solvencia.

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14.- El sistema bancario español en su conjunto presenta una adecuada situación de sol-
vencia, significativamente por encima de los requerimientos mínimos exigidos tanto
por la normativa internacional como por la nacional. Esto es debido, por un lado, al
reducido perfil de riesgo del modelo de negocio, unido a una adecuada capitalización
del conjunto de entidades del sistema bancario y, por otro, a la ya mencionada efectivi-
dad supervisora por parte del Banco de España en el proceso de transposición de la nor-
mativa internacional.

15.- La financiación del sistema bancario español está muy vinculada a su modelo
de negocio. Tradicionalmente, la fuente principal de financiación del sistema han
sido los depósitos de clientes que han tenido una evolución creciente y muy estable
en el tiempo.

16.- El fuerte crecimiento del crédito desde 2003 ha hecho que las entidades financie-
ras españolas, como otras de países de su entorno, hayan acudido también a financiar-
se en los mercados mayoristas, que han visto aumentado de forma significativa su peso
relativo en la estructura del pasivo. El acceso al mercado de capitales ha permitido a las
entidades diversificar sus fuentes de financiación y alargar significativamente los pla-
zos de emisión. En cualquier caso, su dependencia de dichos mercados ha sido inferior
a la mostrada por las de otros países europeos. En particular, algunas entidades extran-
jeras han mostrado una vulnerabilidad elevada debido a su dependencia de la financia-
ción mayorista a corto plazo. Por el contrario, las entidades españolas supieron gestio-
nar mejor la estructura de su pasivo, emitiendo en el mercado mayorista a plazos largos
(cédulas y titulizaciones emitidas a 7/8 años, o incluso plazos superiores) hasta que
comenzó la crisis.

17.- Las dificultades en los mercados de crédito e interbancarios han obligado a las
entidades españolas a intensificar sus mecanismos de financiación, a saber:

a) La captación de pasivos bancarios tradicionales.


b) El recurso al BCE, que a pesar de haber crecido desde el inicio de la crisis, sólo
representa el 1,39% del total del balance de nuestras entidades. A este respecto,
merece la pena destacar que las entidades españolas recurren al BCE en una pro-
porción similar a su peso relativo en el Eurosistema, algo que no puede decirse de
las de otros países, que muestran una mayor dependencia.

18.- A diferencia de lo sucedido en otros países, el modelo de titulización español se ha


caracterizado por no haber utilizado estructuras complejas fuertemente apalancadas, ni

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haber servido de mecanismo de transmisión de riesgos. Bien al contrario, se ha basado


en activos de alta calidad, en el mantenimiento de los riesgos en los balances de la enti-
dades y en su sometimiento a un estricto proceso supervisor y regulatorio.

5.2. RECOMENDACIONES

1.- La resolución de una crisis de la magnitud de la que nos enfrentamos requiere de un


enfoque conjunto. La globalización de las economías y el alto grado de interconexión
de los sistemas bancarios provoca que las actuaciones de un país en solitario tengan una
efectividad muy limitada. Además, acciones aisladas pueden introducir distorsiones
indeseables en el marco de la libre competencia en el mercado único de servicios finan-
cieros. Por ello, la UE debería arbitrar una política de actuaciones conjuntas mucho más
armonizada, en detrimento de acciones aisladas, poco eficaces y distorsionadoras del
marco competitivo.

2.- Si bien la situación del sistema bancario español puede considerarse inicialmente
mejor que la de muchos países de su entorno, la magnitud de la crisis existente y la
incertidumbre sobre su duración hacen previsible la aparición en el futuro de fenóme-
nos de concentración bancaria. En este sentido, el actual mapa bancario, caracterizado
por una atomización de entidades, podría dar paso a fenómenos de concentración que
concluyesen en la creación de grupos financieros sólidos y diversificados, capaces de
sortear los obstáculos que ahora se plantean para el sistema bancario en su conjunto. No
obstante, este proceso debe ser guiado por criterios exclusivamente económicos y
teniendo en consideración todos los factores (solvencia, eficiencia, compatibilidad de
redes, etc.) que aportan valor a la integración de entidades financieras.

3.- Sería razonable intensificar más aun la diversificación de riesgos contemplada en


las políticas de crédito de las entidades, como medida que contribuye a disminuir el
riesgo de crédito. En este sentido, analizar la relación entre la financiación concedida
y el Valor Añadido Bruto (VAB) de los diferentes sectores de actividad, entre otras
medidas, puede proporcionar información sobre el riesgo que resulte útil para dicha
finalidad.

4.- En un entorno de aumento importante de la morosidad parece indispensable aplicar


políticas tendentes a la reducción de los costes operativos en un intento de minorar el
impacto que la morosidad tendrá en la cuenta de resultados de las entidades.

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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

5.- Resulta fundamental disponer de información que permita gestionar de una forma
adecuada la morosidad. A modo de ejemplo, dos posibles avances en este entorno
serían: (a) mejorar el proceso de clasificación de los riesgos en el sector correspon-
diente, proceso que en la actualidad depende de la asignación de CNAE por parte de las
45.000 sucursales bancarias existentes en nuestro país y (b) disponer de información
sobre pérdidas históricas (LGD) a lo largo de un ciclo en conjunto del sector, así como
para aquellos componentes principales de la cartera crediticia, tales como adquisición
de vivienda o actividades inmobiliarias.

6.- Atendiendo a la evolución del sistema bancario mundial y a los episodios de ines-
tabilidad producidos en entidades que, en un principio, contaban con una situación de
solvencia aparentemente razonable, resulta necesario abordar un proceso de revisión y
mejora de los actuales requerimientos de capital que recoja de una forma más propor-
cionada su adecuación para determinados tipos de activos incluidos en la cartera de
negociación y que presentan una mayor propensión al riesgo.

7.- Si bien las medidas de recapitalización de algunas entidades de crédito instrumen-


tadas por distintos gobiernos de países de nuestro entorno pueden reforzar su solvencia
y aportar confianza a los mercados, resulta imprescindible articular las medidas nece-
sarias para evitar la generación de distorsiones en el mercado como consecuencia de la
entrada de los poderes públicos en el accionariado de las instituciones de crédito.
Resulta especialmente relevante programar la existencia real y práctica de un plan con-
certado de salida del capital que asegure, una vez superado el periodo de inestabilidad
de los mercados, el restablecimiento de las condiciones de competencia entre las enti-
dades financieras que conforman el sistema bancario internacional. Teniendo esto en
cuenta y dada la importancia de las posibles consecuencias que este tipo de apoyos pue-
den originar en el sistema bancario creemos que cobra gran importancia la realización
de una estrecha y efectiva labor de supervisión de estos procesos por parte de las auto-
ridades internacionales de defensa de la competencia.

8.- En el caso de que la severidad de la actual crisis haga necesaria la recapitalización


de alguna de nuestras entidades, dicho proceso debería estar adecuadamente programa-
do. Además, estas recapitalizaciones deberían llevar aparejadas un proceso de reestruc-
turación de cara a subsanar también las debilidades organizativas y operativas de las
entidades afectadas.

9.- Sería aconsejable finalizar la aplicación internacional de la normativa de Basilea II,


adaptando sus parámetros y modelos para la cuantificación de los riesgos a la nueva

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experiencia derivada de la actual crisis. En este sentido, resultará adecuado incidir en


mayor medida, en el riesgo de crédito, en el riesgo de liquidez y en el riesgo reputacio-
nal. Merece la pena recordar que las actuales circunstancias han puesto de manifiesto
que el riesgo de liquidez es uno de los riesgos bancarios más significativos. Esto exige
que deba aumentarse la consideración, análisis y gestión de este riesgo por las entida-
des de crédito, y especialmente por sus órganos de gobierno.

10.- Como consecuencia de esta crisis es probable que, cuando se reactiven los merca-
dos financieros, éstos apliquen una mayor diferenciación entre entidades, de forma que
las primas de riesgo que se asignen a cada institución reflejen mayores diferencias, en
función de la percepción que de cada una de ellas tengan los participantes en los men-
cionados mercados. Tal circunstancia deberá ser tenida en consideración por las entida-
des en la planificación de sus actividades futuras.

11.- El eficiente modelo de supervisión del sistema bancario español, que ha instaura-
do adecuados mecanismos tendentes a mitigar la prociclicidad e impulsado una estre-
cha relación con las entidades, ha permitido afrontar con garantías la actual crisis. Por
ello, la calidad del modelo español de supervisión debe salir reforzada en la adaptación
al nuevo sistema que se plantee en España.

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