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UNIVERSIDAD DE MURCIA

ESCUELA INTERNACIONAL DE DOCTORADO

Riesgo de Heladas por Inversión Térmica


e Incidencia Agrícola en la Demarcación
Hidrográfica del Segura (DHS)

D. David Espín Sánchez


2020
UNIVERSIDAD DE MURCIA

FACULTAD DE LETRAS
DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA

TESIS DOCTORAL

RIESGO DE HELADA POR INVERSIÓN TÉRMICA E


INCIDENCIA AGRÍCOLA EN LA DEMARCACIÓN
HIDROGRÁFICA DEL SEGURA (DHS)

FROST RISK DUE TO INVERSION TEMPERATURE AND


AGRICULTURAL INCIDENCE IN THE SEGURA HYDROGRAPHIC
DEMARCATION (DHS)

D. David Espín Sánchez


Licenciado en Geografía

Tesis para optar a la Mención Internacional de Doctor en Historia, Geografía e


Historia del Arte: Sociedad, Territorio y Patrimonio

Dirigida por:
Dr. D. Carmelo Conesa García
Universidad de Murcia

Dr. D. Jorge Olcina Cantos


Universidad de Alicante

Murcia, 2020
Agradecimientos

La presente tesis doctoral ha sido realizada en el marco del Proyecto CGL2017-84625-


C2-1-R / Subproyecto "Cambio climático y ajustes morfológicos en cauces
efímeros mediterráneos: dinámica y resiliencia geomórfica, y propuestas de
actuación", financiado por FEDER / Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades
- Agencia Estatal de Investigación, Programa Estatal de I+D+i Orientada a los Retos de
la Sociedad.

Mi más sincero agradecimiento a mi tutor y director de Tesis, el Dr. Carmelo Conesa


García, guía imprescindible desde el inicio de mis estudios universitarios. Su ejemplo
como docente e investigador ha sido el mejor alimento para hacer crecer la semilla de
la investigación científica. Su trabajo, experiencia y profesionalidad han sido, sin duda,
un pilar fundamental para la realización de esta Tesis Doctoral.

Del mismo modo siento una gran gratitud hacia el Dr. Jorge Olcina Cantos (Universidad
de Alicante), co-director de esta Tesis Doctoral y referente para mí en el mundo de la
Climatología. Sus sabios consejos, acompañados del gran entusiasmo que siente por
su trabajo, me han ayudado y motivado a mejorar día a día en este campo.

Al Ministerio de Educación y Ciencia (MECD) por brindarme el apoyo económico para


realizar de forma más exhaustiva la presente Tesis Doctoral.

A los profesores del Departamento de Geografía de la Universidad de Murcia, el Dr.


Ramón García Marín y el Dr. Cayetano Espejo Marín, por haberme enseñado tanto
durante estos años, por las charlas tan enriquecedoras en el laboratorio y por su
constante apoyo.

Al grupo de investigación ERODERME por brindarme su apoyo científico en la figura de


los profesores Dr. Pedro Pérez Cutillas, Dr. Rafael García Lorenzo y Dra. Yolanda
Álvarez Rogel. Sois para mí unos grandes profesionales.

Mi especial agradecimiento a los profesores Dr. Javier Lozano Parra (Universidad


Pontificia Católica de Chile) y Simona Fratianni (Università degli Studi di Torino – Italia),
por su cálida acogida y por todo lo aprendido de ellos durante estas dos enriquecedoras
estancias.
A los compañeros de laboratorio y de Doctorado: Victor Ruiz Álvarez, Rubén Giménez
García y Dr. Daniel Moreno Muñoz por compartir conmigo largos y buenos momentos
durante los últimos años.

Al Dr. Gregorio Castejón Porcel, amigo y compañero de Licenciatura. Por su ayuda,


apoyo y compañía que siempre agradeceré, sobre todo durante la estancia temporal en
Santiago de Chile.

A los amigos e integrantes del proyecto FrostSE: Juan Antonio Amor Jiménez,
Marcos Ruiz Álvarez, Javier Martí Talavera, José María Serna García, Francisco
Sandoval Gómez, José Marín Salcedo, Miguel Ángel Requena, David Roldán
Tercero, Ramón García Avilés, Pedro José Gómez Cascales, Pedro Martínez, Juan
Manuel Navarro Martínez, Pablo Soler Calleja y Javier Valdelvira. Por su inestimable
y transcendental ayuda en el trabajo de campo realizado para la instalación y
mantenimiento de la red propia de termómetros. Por esas campañas de recogidas de
datos térmicos, muchas de ellas arduas y complejas.

A Raúl y María José, dueños del restaurante y albergue ‘’La Fonda Del Perchel’’ en
Pontones (Jaén), por su hospitalidad y amabilidad en cada una de las expediciones a
los Campos de Hernán Perea, mi segunda casa. Y a Jesús Cózar, vecino de Santiago
de la Espada (Jaén), por su reiterada y crucial compañía en varias visitas.

A mis mejores amigos, Salvador Sánchez Sánchez, Francisco Sánchez Fernández,


Emilio Sánchez Fernández, Fernando Fernández Jiménez; y a los integrantes del
equipo MMM: Gregorio Castejón Porcel, Daniel Granado Muñoz y José Miguel
Valiente Hoyos, por su constante interés y apoyo que me han resultado imprescindibles
para el buen desarrollo de la Tesis Doctoral. Sé que siempre estaréis ahí.

Por último, y más importante que nada:

A MIS PADRES, por alentarme y darme alas, y por estar siempre ahí. Sabéis que no os
lo digo, pero siempre tengo muy presente estas dos cosas: os quiero y gracias.

Al faro de mi vida, a ti Sofía…sin ti nada sería lo mismo. Y a su familia, que ahora


también es la mía. Os quiero.
Resumen

El interior sureste de la península ibérica se ve afectada con recurrencia por situaciones


anticiclónicas invernales, en muchos casos alimentadas por advecciones de aire
polares/árticas continentales. Bajo estas condiciones, las cuencas y valles intrabéticos
son proclives al desarrollo de procesos de inversión de temperatura nocturna (ITN), lo
que supone una notable influencia e importancia a lo largo del año. Un claro ejemplo lo
constituyen los valles interiores de sectores occidentales de la Región de Murcia, este
de Jaén, sur de Albacete o norte de Almería, especialmente cuando el enfriamiento
nocturno del suelo aparece acompañado por movimientos de aire anticiclónico
subsidente, advecciones frías de componente norte en niveles bajos atmosféricos, y
flujos fríos catabáticos procedentes de los principales sistemas montañosos de la DHS.
Las heladas en estos sectores son abundantes, especialmente en época invernal.

En la presente investigación son analizados las características y los factores que


desencadenan las situaciones de inversión térmica nocturna, y las notables diferencias
térmicas que generan entre zonas de valle y áreas orográficamente complejas. Se
utilizan datos climáticos asociados a observatorios y estaciones meteorológicas, a una
red propia de termómetros registradores (datalogger), a sondeos atmosféricos
realizados en la ciudad de Murcia (en particular los relativos a régimen de temperaturas,
estratificación térmica vertical e indicadores de estabilidad atmosférica), y a la utilización
de imágenes satelitales.

La asiduidad de procesos de inversión térmica nocturna a lo largo del año,


especialmente en invierno, es una de los principales desencadenantes para el registro
de un gran número de heladas en valles interiores. A lo largo de la Tesis Doctoral es
analizada la tendencia espacio-temporal de diversos índices climáticos asociados a
temperaturas mínimas, donde se pone de relieve un nítido ascenso térmico y una
reducción significativa de los días de helada durante las últimas décadas. Finalmente,
como complemento al análisis de los factores físicos, se realiza un profundo estudio de
los usos de suelo agrícolas y su interacción con los efectos que generan las heladas
sobre los principales grupos de cultivos en el área de estudio, con la elaboración de
cartografía del riesgo de helada de alta resolución.

Palabras claves: inversión, subsidencia, advección, catabático, helada, estabilidad.

I
II
Abstract

The interior southeast of the Iberian Peninsula is recurrence affected by winter


anticyclonic situations, in many cases fueled by continental polar / arctic air advections.
Under these conditions, intrabetic basins and valleys are prone to the development of
nocturnal temperature inversion processes (ITN), assuming a notable influence
throughout the year. A clear example is constituted by the interior valleys of western
sectors of the Region of Murcia, east of Jaén, south of Albacete or north of Almeria,
especially when the nocturnal cooling of the soil appears accompanied by subsident
anticyclonic air movements, cold advections of a northern component. at low
atmospheric levels, and cold catabatic flows from the main mountain systems of the
DHS. Frosts in these sectors are abundant, especially in winter.

In this research, the characteristics and factors that trigger the situations of nocturnal
temperature inversion are analyzed, and the notable thermal differences that they
generate between valley zones and orographically complex areas, with the use of
climatic data associated with observatories and meteorological stations, to its own
network of recording thermometers (datalogger), atmospheric soundings carried out in
the study area, in particular those related to the temperature regime, vertical thermal
stratification and indicators of atmospheric stability, and the use of satellite images.

The regularity of nocturnal inversion processes throughout the year, especially in winter,
is one of the main causes for the appearance of a large number of frosts in inland valleys.
Throughout the Doctoral Thesis, the spatio-temporal trend of various climatic indices
associated with minimum temperatures is analyzed, where a clear thermal rise and a
significant reduction in frost days during the last decades is highlighted. Finally, as a
complement to the analysis of physical factors, an in-depth study of agricultural land uses
and their interaction with the effects generated by frost on the main groups of crops in
the study area is carried out, with the elaboration of risk mapping og high resolution.

Key words: inversion, subsidence, advection, catabatic, frost, stability.

III
IV
Índice general

RESUMEN ..................................................................................................................... I

ABSTRACT ................................................................................................................. III

ÍNDICE GENERAL .......................................................................................................V

ÍNDICE DE FIGURAS ..................................................................................................IX

ÍNDICE DE TABLAS ............................................................................................ XXXIII

Capítulo 1. Introducción ............................................................................................. 1

1.1. Marco conceptual ............................................................................................... 2


1.1.1. Las temperaturas mínimas en el sistema climático global ............................ 3

1.1.2. Los procesos de inversión térmica nocturna (ITN) ....................................... 9

1.2. Revisión bibliográfica y fuente de datos............................................................ 12


1.3. Estructura de la Tesis Doctoral ......................................................................... 16
1.4. Justificación, objetivos e hipótesis .................................................................... 19
1.5. Área de estudio ................................................................................................ 26

Capítulo 2. Estructura vertical y características de las inversiones térmicas


nocturnas (ITN) a través de sondeos atmosféricos (Murcia) ................................. 37

2.1. Justificación y objetivos .................................................................................... 38


2.2. Material y métodos ........................................................................................... 46
2.2.1. Datos ......................................................................................................... 46

2.2.2. Métodos ..................................................................................................... 50

2.3. Resultados ....................................................................................................... 53


2.3.1. Características de los procesos de inversión térmica nocturna (ITN) ......... 53

2.3.2. Influencia de los procesos de ITN en las temperaturas mínimas superficiales:


capacidad de inversión térmica (CINV). ................................................................. 81

2.3.3. Tendencia temporal de los episodios de ITN (1986-2015) ......................... 89

Conclusiones y discusión ........................................................................................ 96


Referencias bibliográficas ..................................................................................... 100

V
Capítulo 3. Inversiones térmicas nocturnas con estrato cálido en niveles bajos:
contrastes térmicos significativos en la Demarcación Hidrográfica del Segura
(DHS)........................................................................................................................ 112

3.1. Justificación y objetivos .................................................................................. 113


3.2. Material y métodos ......................................................................................... 117
3.2.1. Datos ....................................................................................................... 117

3.2.2. Métodos ................................................................................................... 120

3.3. Resultados ..................................................................................................... 123


3.3.1. Características de las variables superficiales en las jornadas de inversiones
térmicas nocturnas con advección cálida en niveles bajos................................. 123

3.3.2. Configuración sinóptica y trayectorias de masas de aire .......................... 165

3.3.3. Distribución espacial de temperaturas nocturnas en jornadas intensas de ITN.


El uso de termografías nocturnas (satélite ASTER). .......................................... 172

Conclusiones y discusión ...................................................................................... 188


Referencias bibliográficas ..................................................................................... 190

Capítulo 4. Distribución espacial del frío nocturno por inversión térmica en la


Demarcación Hidrográfica del Segura: termografías y datos observacionales . 200

4.1. Justificación y objetivos .................................................................................. 201


4.2. Material y métodos ......................................................................................... 206
4.2.1. Datos ....................................................................................................... 206

4.2.2. Métodos ................................................................................................... 210

4.3. Resultados ..................................................................................................... 215


4.3.1. “Radiografías” satelitales: el uso de termografías nocturnas .................... 216

4.3.2. Termografías de alta resolución en la DHS: regionalización climática ...... 248

Conclusiones y discusión ...................................................................................... 275


Referencias bibliográficas ..................................................................................... 278

Capítulo 5. Inversiones térmicas como desencadenante de temperaturas mínimas


extremas en el Alto Segura .................................................................................... 283

5.1. Justificación y objetivos .................................................................................. 284


5.2. Área de estudio .............................................................................................. 288

VI
5.3. Material y métodos ......................................................................................... 291
5.3.1. Datos ....................................................................................................... 291

5.3.2. Métodos ................................................................................................... 298

5.4. Resultados ..................................................................................................... 302


5.4.1. Características térmicas del Alto Segura: datos observacionales............. 302

5.4.2. Tipos de inversión térmica nocturna y características de las piscinas de aire


frío (CAP) en el sector occidental de la DHS ..................................................... 331

5.4.3 Episodios asociados a temperaturas mínimas extremas ........................... 349

Referencias bibliográficas ..................................................................................... 391

Capítulo 6. Cambios espacio-temporales en las características de los índices de


frío en la Demarcación Hidrográfica del Segura (1950-2016): influencia del patrón
del Atlántico Este (EAi)........................................................................................... 399

6.1. Justificación y objetivos .................................................................................. 400


6.2. Material y métodos ......................................................................................... 403
6.2.1. Datos ....................................................................................................... 403

6.2.2. Métodos ................................................................................................... 405

6.3. Resultados ..................................................................................................... 410


6.3.1. Control de calidad (QC) exploratorio con ClimPACT2.0 ........................... 410

6.3.2. Control de calidad (QC) y homogeneización de series climáticas con Climatol


.......................................................................................................................... 411

6.3.3. Tendencias espacio-temporales de los índices ET-SCI (1950-2016) ....... 420

6.3.4. Relaciones entre los índices EAi y ET-SCI............................................... 459

Conclusiones y discusión ...................................................................................... 463


Referencias bibliográficas ..................................................................................... 470

Capítulo 7. Propuesta cartográfica de alta resolución del riesgo de helada en la


DHS: peligrosidad, vulnerabilidad y exposición agrícola .................................... 479

7.1. Justificación y objetivos .................................................................................. 479


7.2. Material y métodos ......................................................................................... 482
7.2.1. Datos ....................................................................................................... 482

7.2.2. Métodos ................................................................................................... 484

VII
7.3. Resultados ..................................................................................................... 490
7.3.1. Análisis de la peligrosidad de heladas ..................................................... 490

7.3.2. Análisis de la vulnerabilidad de heladas ................................................... 494

7.3.3. Análisis de la exposición de heladas ........................................................ 496

7.3.4. Propuesta cartografía de alta resolución del riesgo de helada ................. 498

Conclusiones y discusión ...................................................................................... 534


Referencias bibliográficas ..................................................................................... 537

Capítulo 8. Conclusiones generales / general conclusions y líneas futuras de


trabajo...................................................................................................................... 544

8.1. Conclusiones generales ................................................................................. 545


8.1. General conclusions ....................................................................................... 550
8.2. Aportaciones de la Tesis Doctoral y futuras líneas de investigación ............... 554
8.2.1. Factores geomorfológicos ........................................................................ 555

8.2.2. ¿Cómo identificar piscinas de aire frío y su potencial para acumular aire más
frío bajo condiciones nocturnas estables? ......................................................... 560

8.2.3. Caso de estudio futuro de la dolina de Pozo Romero, Siles (Jaén):


Microclimas de frío extremo en el SE peninsular ............................................... 562

Referencias bibliográficas ..................................................................................... 572

VIII
Índice de figuras

Fig. 1.1. Confianza relativa en la atribución de diferentes eventos extremos. Fuente:


NOAA Climate. ............................................................................................................. 2

Fig. 1.2. CMIP5 cambios geográficos medios multimodelos (en relación con un período
de referencia de 1981 2000) en común con CMIP3, bajo RCP8.5 y series temporales
suavizadas de 20 años para RCP2.6, RCP4.5 y RCP8.5. Fuente: IPCC (2013). .......... 4

Fig. 1.3. Tendencias en la frecuencia anual de temperaturas extremas durante el


período 1951–2010, para (a) noches frías (TN10p). Fuente: IPCC (2013). ................... 4

Fig. 1.4. Tendencia espacio-temporal de los días de helada (FD) en Europa. Fuente:
climdex.org ................................................................................................................... 5

Fig. 1.5. Tendencia temporal de los días de helada (FD) en la Península Ibérica. Fuente:
climdex.org ................................................................................................................... 6

Fig. 1.6. Cambios temporales en el histograma de temperatura (media y varianza).


Fuente: IPCC (2003). .................................................................................................... 7

Fig. 1.7. Nº días helada (FD): nº de días con temperatura mínima inferior a 0º C.
Proyecciones regionalizadas del AR5 (CORDEX) para la España peninsular y la
Demarcación Hidrográfica del Segura (DHS). Fuente: AEMET. .................................... 8

Fig. 1.8. Representación esquemática de la influencia de la radiación y de los factores


dinámicos a escala local y sinópticas en a) formación de la CAP, b) mitigación de la
CAP, y c) destrucción de la CAP. Fuente: Sheridan (2019). ....................................... 10

Fig. 1.9. Delimitación natural de la Demarcación Hidrográfica del Segura (CHS) y


comarcas climáticas generadas en la Tesis Doctoral. ................................................. 28

Fig. 2.1. Puntos de observación meteorológica utilizados para el análisis de la intensidad


de los procesos de inversión térmica (CINV), pertenecientes a las redes de AEMET, SIAR,
CHS y red propia de datalogger. ................................................................................. 48

Fig. 2.2. Ejemplo de un sondeo atmosférico nocturno en Murcia, 3 diciembre de 2010,


a las 00 UTC, donde se aprecia una inversión térmica superficial (recuadro rojo). Fuente:
Universidad de Wyoming. ........................................................................................... 49

Fig. 2.3. Ejemplo de un sondeo atmosférico nocturno en Murcia, 20 diciembre de 2015,


a las 00 UTC, donde se aprecia una inversión térmica superficial (recuadro rojo). Fuente:
Universidad de Wyoming. ........................................................................................... 49

IX
Fig. 2.4. Diagrama prototipo de estrato de inversión térmica en niveles bajos. Fuente:
Iacobellis et al. (2009). ................................................................................................ 52

Fig. 2.5. Frecuencia relativa mensual de jornadas con inversión térmica nocturna (ITN
(Período 1986-2015). Centro Meteorológico Territorial (CMT) de Guadalupe (Murcia).
................................................................................................................................... 54

Fig. 2.6. Distribución porcentual de la intensidad (DT INV), del espesor (DZINV) y de la
altitud media del estrato de IT. .................................................................................... 55

Fig. 2.7. Distribución relativa mensual de las SBIs y ELIs en la ciudad de Murcia (período
1986-2015). Datos de AEMET. ................................................................................... 57

Fig. 2.8. Esquema teórico de inversión térmica superficial o de irradiación. Fuente: Barry
(1981) ......................................................................................................................... 58

Fig. 2.9. Distribución mensual de SBIs y ELIs (1986-2015) a lo largo del año. Datos de
AEMET. ...................................................................................................................... 59

Fig. 2.10. Histograma de frecuencias y curva de densidad de la duración de las ITs


nocturnas (1986-2015). Datos de AEMET. ................................................................. 61

Fig. 2.11. Evolución anual de la intensidad media (DT INV) de las inversiones térmicas
nocturnas (1986-2015). Línea azul representa un método de suavizado de paso bajo
(smoothing method loess). Datos de AEMET. ............................................................. 62

Fig. 2.12. Histograma de frecuencias y curva de densidad de DT INV (ºC) (1986-2015).


Datos de AEMET. ....................................................................................................... 63

Fig. 2.13. Frecuencia relativa mensual de jornadas con inversión térmica >5ºC (Período
1986-2015). Centro Meteorológico Territorial (CMT) de Guadalupe (Murcia). ............. 64

Fig. 2.14. Histograma de frecuencias y curva de densidad de ZBASE (metros) (1986-


2015). Datos de AEMET. ............................................................................................ 65

Fig. 2.15. Evolución de la altitud media de la base del estrato de inversión térmica (Z BASE)
de las inversiones térmicas nocturnas (1986-2015). Línea azul representa un suavizado
de paso bajo (Smoothing Method Loess). Datos de AEMET. ...................................... 66

Fig. 2.16. Histograma de frecuencias y curva de densidad de T BASE (ºC) (1986-2015).


Datos de AEMET. ....................................................................................................... 67

Fig. 2.17. Evolución de la temperatura media de la base del estrato de inversión térmica
(TBASE) de las inversiones térmicas nocturnas (1986-2015). Línea azul un suavizado de
paso bajo (Smoothing Method Loess). Datos de AEMET............................................ 68

X
Fig. 2.18. Histograma de frecuencias y curva de densidad de ZTOP (m) (1986-2015).
Datos de AEMET. ....................................................................................................... 69

Fig. 2.19. Evolución de la altitud media del tope del estrato de inversión térmica (T BASE)
de las inversiones térmicas nocturnas (1986-2015). Línea azul representa un suavizado
de paso bajo (Smoothing Method Loess). Datos de AEMET. ...................................... 70

Fig. 2.20. Histograma de frecuencias y curva de densidad de TTOP (ºC) (1986-2015).


Datos de AEMET. ....................................................................................................... 71

Fig. 2.21. Evolución de la temperatura media del tope del estrato de inversión térmica
(TBASE) de las IT nocturnas (1986-2015). Línea azul representa un suavizado de paso
bajo (Smoothing Method Loess). Datos de AEMET. ................................................... 72

Fig. 2.22. Histograma de frecuencias y curva de densidad de DZ INV (m) (1986-2015).


Datos de AEMET. ....................................................................................................... 73

Fig. 2.23. Evolución del espesor medio del estrato de inversión térmica (DZ INV) de las IT
nocturnas (1986-2015). Línea azul representa un suavizado de paso bajo (Smoothing
Method Loess). Datos de AEMET. .............................................................................. 74

Fig. 2.24. Histograma de frecuencias y curva de densidad de LR (ºC) (1986-2015). Datos


de AEMET. ................................................................................................................. 75

Fig. 2.25. Evolución del gradiente térmico medio del estrato de inversión térmica (LR)
de las IT nocturnas (1986-2015). Línea azul representa un suavizado de paso bajo
(Smoothing Method Loess). Datos de AEMET. ........................................................... 75

Fig. 2.26. Histograma de frecuencias y curva de densidad de PA (hPa) (1986-2015).


Datos de AEMET. ....................................................................................................... 76

Fig. 2.27. Evolución de la presión atmosférica media (PA) en las IT nocturnas (1986-
2015). Línea azul representa un suavizado de paso bajo (Smoothing Method Loess).
Datos de AEMET. ....................................................................................................... 77

Fig. 2.28. Histograma de frecuencias y curva de densidad de T500 y T850 (ºC) (1986-
2015). Datos de AEMET. ............................................................................................ 78

Fig. 2.29. Evolución de la temperatura media (T850 y 500, arriba y abajo


respectivamente) en las IT nocturnas (1986-2015). Línea azul representa un suavizado
de paso bajo (Smoothing Method Loess). Datos de AEMET. ...................................... 79

Fig. 2.30. Gráfica de sedimentación (PCA). Proporción de varianza (%) de los


componentes principales analizados........................................................................... 82

XI
Fig. 2.31. Gráfico Biplot o círculo de correlaciones obtenidas en el PCA. Combina la
representación de las observaciones y de las variables.............................................. 83

Fig. 2.32. Matriz de correlación estadística según Kendall entre las diferentes variables
analizadas. Station hace referencia a las temperaturas mínimas de 22 observatorios
meteorológicos de la DHS. ......................................................................................... 84

Fig. 2.33. Distribución espacial de la CINV media en el área de estudio (2016-2018). . 85

Fig. 2.34. Cartografía de la CINV máxima absoluta en el área de estudio (2016-2018).88

Fig. 2.35. Evolución anual del número de eventos de inversión térmica nocturna (1986-
2015). ......................................................................................................................... 90

Fig. 2.36. Evolución anual del número de episodios de inversión térmica nocturna, y su
duración (1986-2015).................................................................................................. 91

Fig. 2.37. Evolución anual de la intensidad media de los eventos de inversión térmica
nocturna (1986-2015). ................................................................................................ 94

Fig. 3.1. Distribución espacial de los observatorios meteorológicos utilizados en el


análisis de ITN más intensas dentro de la DHS. Los identificadores se muestran en la
Tabla 1 y los colores representan las diferentes comarcas en estudio. ..................... 118

Fig. 3.2. Perfil topográfico con representación de los puntos de emplazamiento de las
estaciones de valle y ladera (Altiplano) e indicación de las temperaturas mínimas
absolutas registradas en la ITN de mayor diferencia térmica (periodo 2011-16). ...... 124

Fig. 3.3. Distribución de las temperaturas mínimas superficiales (ºC) durante las 50
jornadas de ITN más intensas en la Comarca del Altiplano (período 2011-2016). .... 125

Fig. 3.4. Distribución de la humedad relativa media nocturna (%) durante las 50 jornadas
de ITN más intensas en la Comarca del Altiplano (período 2011-2016). ................... 126

Fig. 3.5. Diagrama “windrose” con la distribución, por estación, de la velocidad y


dirección del viento nocturno en las 50 ITN más intensas de la Comarca del Altiplano
(período 2011-2016) ................................................................................................. 128

Fig. 3.6. Gráficos de cajas que representan la distribución frecuencial de los valores de
CINV (ºC) en las 50 ITN más intensas de la Comarca del Altiplano (período 2011-16).
................................................................................................................................. 129

Fig. 3.7. Distribución de las temperaturas mínimas superficiales (ºC) durante las 50
jornadas analizadas en la Comarca del Noroeste. .................................................... 131

XII
Fig. 3.8. Perfil topográfico con representación de los puntos de emplazamiento de las
estaciones de valle y ladera (Comarca del Noroeste) e indicación de las temperaturas
mínimas absolutas registradas en la ITN de mayor diferencia térmica (periodo 2011-16).
................................................................................................................................. 132

Fig. 3.9. Distribución probabilística de la humedad relativa media nocturna (%)


registrada durante las 50 ITN más intensas en las estaciones de la Comarca del
Noroeste (período 2011-16). ..................................................................................... 133

Fig. 3.10. Diagrama “windrose”, donde se muestra la distribución frecuencial, por


estación, de la velocidad y dirección del viento nocturno, durante las 50 ITN más
intensas registradas en las estaciones de la Comarca del Noroeste (periodo 2011-2016).
................................................................................................................................. 135

Fig. 3.11. Distribución frecuencial de los valores de CINV (ºC) obtenidos a partir de las 50
ITN más intensas registradas en las estaciones de la Comarca del Noroeste (período
2011-16). .................................................................................................................. 136

Fig. 3.12. Perfil topográfico con representación de los puntos de emplazamiento de las
estaciones de valle y ladera (Guadalentín) e indicación de las temperaturas mínimas
absolutas registradas en la ITN de mayor diferencia térmica (periodo 2011-16). ...... 138

Fig. 3.13. Distribución de las temperaturas mínimas superficiales (ºC) durante las 50
jornadas analizadas en el Bajo Guadalentín. ............................................................ 139

Fig. 3.14. Distribución de la humedad relativa media nocturna (%) durante las 50
jornadas analizadas en el Bajo Guadalentín. ............................................................ 140

Fig. 3.15. Diagrama “windrose” con la distribución, por estación, de la velocidad y


dirección del viento nocturno en las 50 jornadas analizadas en el Guadalentín. ....... 142

Fig. 3.16. Distribución frecuencial de los valores de CINV (ºC) en las 50 ITN más intensas
registradas en las estaciones del Bajo Guadalentín. ................................................. 143

Fig. 3.17. Distribución de las temperaturas mínimas superficiales (ºC) durante las 50
jornadas analizadas en la VARS. .............................................................................. 145

Fig. 3.18. Perfil topográfico con representación de los puntos de emplazamiento de las
estaciones de valle y ladera (VARS) e indicación de las temperaturas mínimas absolutas
registradas en las ITN de mayor diferencia térmica (periodo 2011-16). .................... 146

Fig. 3.19. Distribución de la humedad relativa media nocturna (%) durante las 50
jornadas analizadas en la VARS ............................................................................... 147

Fig. 3.20. Diagrama “windrose” con la distribución, por estación, de la velocidad y


dirección del viento nocturno en las 50 jornadas analizadas en la VARS. ................. 147

XIII
Fig. 3.21. Distribución de la CINV(ºC) durante las 50 jornadas analizadas en la VARS.
................................................................................................................................. 148

Fig. 3.22. Distribución de las temperaturas mínimas superficiales (ºC) durante las 50
jornadas analizadas en la VMRS. ............................................................................. 149

Fig. 3.23. Perfil topográfico con representación de los puntos de emplazamiento de las
estaciones de valle y ladera (VMRS) e indicación de las temperaturas mínimas absolutas
registradas en la ITN de mayor diferencia térmica (periodo 2011-16). ...................... 150

Fig. 3.24. Distribución probabilística de la humedad relativa media nocturna (%)


registrada durante las 50 ITN más intensas en las estaciones de la VMRS (período 2011-
16). ........................................................................................................................... 152

Fig. 3.25. Diagrama “windrose”, que representa la distribución frecuencial, por estación,
de la velocidad y dirección del viento nocturno, durante las 50 ITN más intensas de la
VMRS en el periodo 2011-20. ................................................................................... 154

Fig. 3.26. Distribución de la CINV(ºC) durante las 50 jornadas analizadas en la VMRS.


................................................................................................................................. 155

Fig. 3.27. Distribución de a) T300, T500, T700 y T850 y b) y RH300, RH500, RH700 y
RH850 durante las 50 jornadas analizadas. Sondeo atmosférico de Murcia. ............ 157

Fig. 3.28. Diagrama “windrose” con la distribución de la velocidad y dirección del viento
nocturno para los geopotenciales de 850, 700, 500 y 300 hPa en las 50 jornadas
analizadas en la VMRS. ............................................................................................ 158

Fig. 3.29. Distribución del coeficiente de mezcla vertical (Kz) y la altura de la capa límite
(Zi) durante las 50 jornadas analizadas. Sondeo atmosférico de Murcia (00 UTC). .. 159

Fig. 3.30. Gráfica de sedimentación (PCA) que muestra la proporción de varianza (%)
de los componentes principales analizados. ............................................................. 160

Fig. 3.31. Gráfico Biplot o círculo de correlaciones. Combina la representación de las de


las componentes analizadas. .................................................................................... 161

Fig. 3.32. Coeficiente de correlación según Kendall entre la diferencia de temperatura


potencial (Dθ850) (ºC)vs la humedad relativa (%) en el geopotencial de 850 hPa
(RH850) durante las 50 jornadas analizadas. ........................................................... 163

Fig. 3.33. Coeficiente de correlación según Kendall entre la diferencia de temperatura


potencial (Dθ850) (ºC) vs temperatura geopotencial a 850 hPa (T850) durante las 50
jornadas analizadas. ................................................................................................. 164

XIV
Fig. 3.34. Correlación de correlación según Kendall entre la diferencia de temperatura
(ºC) en observatorios en zonas de CAP y el resto sin influencia de IT vs. coeficiente de
mezcla vertical (Kz) durante las 50 jornadas analizadas. .......................................... 165

Fig. 3.35. Altitud media (m) de los niveles geopotenciales de 300, 500, 700, y 850 hPa
de las 50 jornadas analizadas. Fuente: NOAA Physical Sciences Laboratory (PSL). 166

Fig. 3.36. Temperatura media (ºC) en los niveles geopotenciales de 300, 500, 700, y
850 hPa de las 50 jornadas analizadas. Fuente: NOAA Physical Sciences Laboratory
(PSL). ....................................................................................................................... 167

Fig. 3.37. Humedad relativa media (%) en los niveles geopotenciales de 300, 500, 700,
y 850 hPa de las 50 jornadas analizadas. Fuente: NOAA Physical Sciences Laboratory
(PSL). ....................................................................................................................... 168

Fig. 3.38. Dirección y velocidad media del viento (m/s) en los niveles geopotenciales de
300, 500, 700, y 850 hPa de las 50 jornadas analizadas. Fuente: NOAA Physical
Sciences Laboratory (PSL). ...................................................................................... 169

Fig. 3.39. Presión atmosférica media reducida al nivel del mar (mb o hPa) de las 50
jornadas analizadas. Fuente: NOAA Physical Sciences Laboratory (PSL). ............... 170

Fig. 3.40. Trayectoria de masas de aire durante las 50 jornadas analizadas. Fuente :
HYSPLIT (NOAA) ..................................................................................................... 171

Fig. 3.41. Punto de origen de las masas de aire durante las 50 jornadas analizadas.
Fuente : HYSPLIT (NOAA) ....................................................................................... 171

Fig. 3.42. Trayectorias de masas de aire durante las 10 jornadas analizadas con mayor
intensidad de inversión. Fuente : HYSPLIT (NOAA) ................................................. 172

Fig. 3.43. A la izquierda, correlación estadística según Kendall entre la temperatura


superficial de los observatorios meteorológicos vs y la reflejada por el satélite ASTER-
EOS, con un nivel de significancia estadística de 0,99. A la derecha, composición
espacial de las imágenes satelitales (ASTEREOS, AST_L1T), que comprenden la DHS.
................................................................................................................................. 173

Fig. 3.44. Termografía nocturna(ASTER-EOS) de las sierras de Segura y Mundo (4 de


diciembre 2017). ....................................................................................................... 174

Fig. 3.45. Termografía nocturna(ASTER-EOS) de la zona ONO de la DHS, municipios


de Bogarra, Liétor o Ayna (9 de enero 2018). ........................................................... 175

Fig. 3.46. Termografía nocturna(ASTER-EOS) de la zona comprendida entre Hellín y


Pétrola (10 de octubre 2017). ................................................................................... 176

XV
Fig. 3.47. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de Yecla e inmediaciones (11 de
noviembre 2017) ....................................................................................................... 177

Fig. 3.48. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la zona oeste de la DHS (11 de


febrero 2017). ........................................................................................................... 179

Fig. 3.49. Termografía nocturna (ASTER-EOS) del Noroeste de la Región y Tierras Altas
de Lorca, Región de Murcia (9 de enero 2018) ......................................................... 180

Fig. 3.50. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la zona central de la Región de


Murcia (10 de octubre 2017) ..................................................................................... 181

Fig. 3.51. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la Vega Baja del río Segura (24 de
septiembre2017). ...................................................................................................... 182

Fig. 3.52. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la zona oeste de la DHS, Comarca


de los Vélez, Almería (29 de julio2017). .................................................................... 183

Fig. 3.53. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la zona meridional de la Región de


Murcia (10 de octubre 2017) ..................................................................................... 185

Fig. 3.54. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la zona meridional de la Región de


Murcia (24 de septiembre2017) ................................................................................ 186

Fig. 3.55. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la zona meridional del litoral


murciano-almeriense (9 de enero 2017). .................................................................. 187

Fig. 4.1. Ejemplo del producto VIIRS LST del 4 de diciembre de 2017, con el fichero
original a la izquierda, y el procesado con el software ARCGIS 10.3 a la derecha. Fuente:
VIIRS SUOMI - NPP. ................................................................................................ 206

Fig. 4.2. Distribución espacial de las temperaturas medias de las mínimas del mes de
enero (producto BIO6), y regionalización en comarcas climáticas (Fig. 5). Fuente:
EuroLST ................................................................................................................... 208

Fig. 4.3. Estaciones meteorológicas utilizadas para la consulta de temperaturas


superficiales horarias (ºC), pertenecientes a la red propia de datalogger, SAIH (CHS), y
SIAM IMIDA. ............................................................................................................. 209

Fig. 4.4. Malla de puntos creada para el análisis estadístico en a) el área de estudio
completa, y b) en zonas de CAP (zonas de inversión térmica con círculos de color azul)
y WAM (aire cálido en terrenos orográficamente complejos, en círculos de color verde).
................................................................................................................................. 212

Fig. 4.5. Comarcas climáticas realizadas mediante proceso de regionalización en el área


de estudio. ................................................................................................................ 214

XVI
Fig. 4.6. Correlación estadística según Spearman entre las temperaturas del proyecto
EuroLST (BIO6) y los productos a) MODIS LST y b) VIIRS LST, con niveles de
significancia estadística de 0,90*, 0,95**, y 0,99***. .................................................. 217

Fig. 4.7. Correlación estadística según Spearman entre las temperaturas del proyecto
EuroLST (BIO6) y a) zonas de CAP producto MODIS LST y b) WAM MODIS LST, c)
CAP VIIRS LST y d) WAM VIIRS LST con niveles de significancia estadística de 0,90*,
0,95**, y 0,99***. ....................................................................................................... 218

Fig. 4.8. Correlación estadística según Spearman entre las temperaturas del proyecto
EuroLST (BIO6) y la combinación de los productos MODIS y VIIRS LST, con niveles de
significancia estadística de 0,90*, 0,95**, y 0,99***. .................................................. 220

Fig. 4.9. Correlación estadística según Spearman entre la temperatura superficial Ts


(01.30 UTC) y los productos a) MODIS LST y b) VIIRS LST, con niveles de significancia
estadística de 0,90*, 0,95**, y 0,99***. ...................................................................... 221

Fig. 4.10. Correlación estadística según Spearman y Pearson entre la temperatura


superficial Ts (01.30 UTC) y: a) CAP MODIS LST y b) WAM MODIS LST, c) CAP VIIRS
LST y d) WAM VIIRS LST, con niveles de significancia estadística de 0,90*, 0,95**, y
0,99***. ..................................................................................................................... 222

Fig. 4.11. Correlación estadística de Spearman, entre temperatura superficial (ST) y la


combinación de los productos MODIS/VIIRS, con niveles de significancia estadística de
0,90*, 0,95**, y 0,99***. ............................................................................................. 223

Fig. 4.12. Diferencia térmica (ºC) entre ST y a) MODIS LST b) VIIRS LST, en las 50
imágenes satelitales analizadas................................................................................ 225

Fig. 4.13. Correlación estadística (R2 de Spearman) entre ST y a) MODIS LST b) VIIRS
LST, en las imágenes 50 imágenes satelitales analizadas........................................ 226

Fig. 4.14. Diferencia térmica promedio entre los productos VIIRS y MODIS LST. Colores
crema, significa temperaturas superiores del sensor MODIS, y viceversa, colores azules,
el sensor MODIS refleja temperaturas más frías. ...................................................... 227

Fig. 4.15. Desviación estándar (ºC) de las 50 jornadas analizadas para VIIRS y MODIS
LST. .......................................................................................................................... 228

Fig. 4.16. Termografía del producto VIIRS LST con el promedio de las 50 imágenes
satelitales analizadas. Delimitación de las 22 comarcas climáticas. .......................... 229

Fig. 4.17. Termografía del producto MODIS LST con el promedio de 50 imágenes
satelitales analizadas. Delimitación de las 22 comarcas climáticas........................... 231

XVII
Fig. 4.18. Promedio de los productos MODIS y VIIRS LST con las 50 imágenes
satelitales analizadas. Transectos de 6 cortes térmicos ............................................ 232

Fig. 4.19. Cortes térmicos sobre el promedio del producto satelital combinado de MODIS
y VIIRS LST. Nomenclatura de los cortes reflejada en la Fig. 26. Símbolos rojos
referencia a entidades poblacionales, y marrones a picos montañosos .................... 234

Fig. 4.20. Correlación estadística según Spearman entre altitud (m) y temperatura en
las CAPs, a) proyecto EuroLST (BIO6) y b) termografía combinada (MODIS-VIIRS), con
niveles de significancia estadística de 0,90*, 0,95**, y 0,99***. ................................. 236

Fig. 4.21. Correlación estadística según Spearman entre altitud (m) y temperatura en de
las WAM, a) proyecto EuroLST y b) termografía (MODIS-VIIRS). con niveles de
significancia estadística de 0,90*, 0,95**, y 0,99***. .................................................. 236

Fig. 4.22. Temperatura media por intervalo altitudinal dentro de las CAP. EuroLST
(BIO6) con línea azul oscura y producto combinado (MODIS-VIIRS LST) con línea azul
turquesa.................................................................................................................... 237

Fig. 4.23. Temperatura media por intervalo altitudinal dentro de las WAM. EuroLST
(BIO6) con línea azul oscura y producto combinado (MODIS-VIIRS LST) con línea azul
turquesa.................................................................................................................... 238

Fig. 4.24 Intervalos de temperatura (promedios más elevados) del producto combinado
MODIS y VIIRS (LST). Fuente: MODIS/VIIRS LST ................................................... 239

Fig. 4.25. Intervalos de temperatura (promedios intermedios), del producto combinado


de MODIS y VIIRS (LST). Fuente: MODIS/VIIRS LST. ............................................. 241

Fig. 4.26. Intervalos de temperatura (promedios más fríos) del producto combinado de
MODIS y VIIRS LST. Fuente: MODIS/VIIRS LST ..................................................... 246

Fig. 4.27. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C1. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ..................................................... 249

Fig. 4.28. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C2. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ..................................................... 250

Fig. 4.29. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C3. Fuente: MODIS/VIIRS LST ...................................................... 251

Fig. 4.30. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C4. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ..................................................... 252

Fig. 4.31. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C5. Fuente: MODIS/VIIRS LST ...................................................... 253

XVIII
Fig. 4.32. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas
analizadas en el C6. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ..................................................... 255

Fig. 4.33. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C7. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ..................................................... 256

Fig. 4.34. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C8. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ..................................................... 257

Fig. 4.35. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C9. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ..................................................... 258

Fig. 4.36. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C10. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ................................................... 259

Fig. 4.37. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C11. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ................................................... 260

Fig. 4.38. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C12. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ................................................... 261

Fig. 4.39. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C13. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ................................................... 263

Fig. 4.40. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C14. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ................................................... 264

Fig. 4.41. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C15. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ................................................... 265

Fig. 4.42. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C16. Fuente: MODIS/VIIRS LST .................................................... 266

Fig. 4.43. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C17. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ................................................... 267

Fig. 4.44. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C18. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ................................................... 269

Fig. 4.45. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C19. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ................................................... 270

Fig. 4.46. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C20. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ................................................... 271

Fig. 4.47. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C21. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ................................................... 273

XIX
Fig. 4.48. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas
analizadas en el C22. Fuente: MODIS/VIIRS LST. ................................................... 274

Fig. 5.1. Abrevaderos congelados en Monterilla - Hernán Perea (3 de diciembre 2017).


................................................................................................................................. 289

Fig. 5.2. Importante nevada en el Calar de Hernán Perea (13 diciembre de 2017). .. 289

Fig. 5.3. Intensa helada en Rambla Seca - Hernán Perea (16 de octubre de 2016). 289

Fig. 5.4. Distribución de los dataloggers utilizados (ID y características en Tabla 1). 290

Fig. 5.5. Ejemplo de garita meteorológica artesanal construida con platos. En éste caso,
ubicada en las Tierras Altas de Lorca, a las afueras de la pedanía de Avilés. En su
interior, termómetro registrador Elitech RC-5. ........................................................... 292

Fig. 5.6. Estación meteorológica tipo Davis VUE, instalada en colaboración con la
Asociación Meteorológica del Sureste (AMETSE), en el pico de la Selva (Sierra de Pedro
Ponce), en el centro de la Región de Murcia............................................................. 293

Fig. 5.7. Campo de dolinas de Monterilla en el Calar de Hernán Perea. En el fondo de


la misma, garita meteorológica tipo Davis 7714 (homologada) con sensor HOBO MX25.
Foto: José María Serna García. ................................................................................ 294

Fig. 5.8. Mega dolina de la Nava del Polvo (Sª de la Cabrilla), junto a Calar de Hernán
Perea. Garita meteorológica de tipo Pagoda, cedida por AEMET, y sensor HOBO MX25
................................................................................................................................. 295

Fig. 5.9. Poljé colgado de Navalasno, al fondo Calar de Hernán Perea. Garita
meteorológica de tipo Pagoda, cedida por AEMET, y sensor microlite 32K. ............. 298

Fig. 5.10. Temperatura media de las mínimas diarias (ºC) para el conjunto de los 21
datalogger analizados (oct 16-mar 20). ..................................................................... 305

Fig. 5.11. Diagrama de cajas o boxplot de las temperaturas mínimas diarias de los 21
datalogger utilizados (oct 16 – mar 20). .................................................................... 306

Fig. 5.12. Temperaturas medias de las mínimas mensuales (ºC), y promedio del periodo
frío (octubre a marzo), y trimestre invernal (DEF) en los 21 datalogger analizados (oct
16 – mar 20). ............................................................................................................ 307

Fig. 5.13. Temperaturas medias de las mínimas (ºC) por trimestre invernal (DEF) en los
21 datalogger analizados (oct 16 – mar 20). ............................................................. 308

Fig. 5.14. Temperaturas mínimas absolutas mensuales (ºC) en los 21 datalogger


analizados (oct 16 – mar 20)..................................................................................... 309

XX
Fig. 5.15. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) por trimestre invernal (DEF), valor
mínimo absoluto (MIN) y media de las mínimas absolutas anuales (MED) de los 21
datalogger analizados (oct 16 – mar 20). .................................................................. 311

Fig. 5.16. Número de días de heladas mensuales, y promedio anual en los 21 datalogger
analizados (oct 16 – mar 20)..................................................................................... 312

Fig. 5.17. Número de días de helada (FD) por periodo frío de los 21 datalogger
analizados ................................................................................................................ 313

Fig. 5.18. Longitud del periodo medio de heladas (FP) en los 21 datalogger analizados
................................................................................................................................. 319

Fig. 5.19. Temperaturas mínimas absolutas por meses en las ubicaciones de Hernán
Perea y Sª de la Cabrilla ........................................................................................... 322

Fig. 5.20. Vista panorámica de la plataforma kárstica de Hernán Perea (paraje de


Monterilla), y al fondo sierra de la Cabrilla, con el pico Empanadas arriba a la izquierda
(2106 m). Foto: José María Serna García. ................................................................ 323

Fig. 5.21. Evolución de las temperaturas mínimas en Monterilla (Hernán Perea), desde
el 1 de noviembre de 2016 al 31 de marzo de 2020. ................................................. 324

Fig. 5.22. Evolución diaria de la intensidad de helada (IH) en Monterilla (Hernán Perea),
desde el 1 de octubre de 2016 a al 31 de marzo de 2020. ........................................ 326

Fig. 5.23. “Evolución de temperatura horaria en los tres periodos templados analizados
(15/10/2016 a 15/11/2020). ....................................................................................... 328

Fig. 5.24. “Evolución de temperatura horaria en los cuatro periodos fríos analizados
(15/10/2016 a 15/11/2020). ....................................................................................... 329

Fig. 5.25. “Heatmap” o mapa de calor con la distribución de la temperatura media anual
horaria en Monterilla (Hernán Perea). ....................................................................... 331

Fig. 5.26. Esquema teórico del tipo 1, y ejemplo de la evolución de temperatura del 9-
10 de febrero de 2017 (de 12 a 12 h UTC). La línea negra discontinua muestra la
evolución de temperatura del datalogger del Pico de la Selva (1521 m), donde no existe
proceso de IT. ........................................................................................................... 334

Fig. 5.27. Cartografía sinóptica promedio del tipo de CAP erosión turbulenta: a) altura
geopotencial a 500 hPa; b) presión atmosférica al nivel del mar; c) dirección y velocidad
del viento en el geopotencial de 500 hPa; y d) humedad relativa (%) en el geopotencial
de 500 hPa. Fuente: NOAA. ..................................................................................... 335

XXI
Fig. 5.28. Esquema del tipo “perturbación alta”, y ejemplo del 26 de diciembre de 2016
(de 12 a 12 h UTC). La línea negra discontinua muestra la evolución de temperatura del
datalogger del Pico de la Selva (1521 m), donde no existe proceso de ITN. ............. 337

Fig. 5.29. Cartografía sinóptica promedio del tipo de CAP “perturbación alta” de: a) altura
geopotencial a 500 hPa; b) presión atmosférica al nivel del mar; c) dirección y velocidad
del viento en el geopotencial de 500 hPa; y d) humedad relativa (%) en el geopotencial
de 500 hPa. Fuente: NOAA. ..................................................................................... 339

Fig. 5.30. Esquema del tipo “evolución inalterada” según Dorninger, y ejemplo del 11 de
diciembre de 2016 (de 12 a 12 h UTC). La línea negra discontinua muestra la evolución
de temperatura del datalogger del Pico de la Selva (1521 m), donde no existe proceso
de It. ......................................................................................................................... 340

Fig. 5.31. Cartografía sinóptica promedio del tipo de CAP “evolución inalterada” de: a)
altura geopotencial a 500 hPa; b) presión atmosférica al nivel del mar; c) dirección y
velocidad del viento en el geopotencial de 500 hPa; y d) humedad relativa (%) en el
geopotencial de 500 hPa. Fuente: NOAA. ................................................................ 341

Fig. 5.32. Esquema del tipo “formación tardía” y ejemplo del 10 de diciembre de 2016
(de 12 a 12 h UTC). La línea negra discontinua muestra la evolución de temperatura del
datalogger del Pico de la Selva (1521 m), donde no existe proceso de ITN. ............. 343

Fig. 5.33. Cartografía sinóptica promedio del tipo de CAP “formación tardía” de: a) altura
geopotencial a 500 hPa; b) presión atmosférica al nivel del mar; c) dirección y velocidad
del viento en el geopotencial de 500 hPa; y d) humedad relativa (%) en el geopotencial
de 500 hPa. Fuente: NOAA ...................................................................................... 344

Fig. 5.34. Esquema del tipo “evento de mezcla”, y ejemplo del 1 de febrero de 2016 (de
12 a 12 h UTC). La línea negra discontinua muestra la evolución de temperatura del
datalogger del Pico de la Selva (1521 m), donde no existe proceso de It. ................ 345

Fig. 5.35. Cartografía sinóptica promedio del tipo de CAP “evento de mezcla”: a) altura
geopotencial a 500 hPa; b) presión atmosférica al nivel del mar; c) dirección y velocidad
del viento en el geopotencial de 500 hPa; y d) humedad relativa (%) en el geopotencial
de 500 hPa. Fuente: NOAA. ..................................................................................... 347

Fig. 5.36. Correlación estadística según Kendall, entre a) humedad relativa vs.
intensidad de inversión térmica, y b) temperaturas mínimas en Monterilla vs.
acumulación de nieve fresca..................................................................................... 347

XXII
Fig. 5.37. Cartografía sinóptica promedio de las jornadas de ITN con las temperaturas
mínimas más bajas registradas: a) altura geopotencial a 500 hPa; b) presión atmosférica
al nivel del mar; c) temperatura en el geopotencial de 850 hPa; d) dirección y velocidad
del viento en el geopotencial de 500 hPa; y e) humedad relativa (%) en el geopotencial
de 500 hPa. Fuente: NOAA ...................................................................................... 350

Fig. 5.38. Configuración sinóptica del 2 de diciembre de 2017 a las 00 h UTC. Líneas
azules (geopotencial a 300 hPa), líneas rosas (temperatura a 850 hPa), y fondo (canal
masas de aire de EUMETSAT). Fuente: eumetrain.org. ........................................... 352

Fig. 5.39. Sondeo termodinámico lanzado desde Murcia, el 2 de diciembre de 2017 a


las 00 UTC. Fuente: Meteociel.fr. .............................................................................. 353

Fig. 5.40. Retrotrayectorias de las masas de aire a 1000 y 950 hPa, desde el 26 de
noviembre al 2 de diciembre de 2017. Fuente: NOAA HYSPLIT MODEL. ................ 354

Fig. 5.41. Imagen satelital Terra, MODIS (3-6-7), corrected reflectance del 4 de
diciembre de 2017. Puntos, datalogger utilizados, y su temperatura mínima absoluta del
episodio. Fuente: earthdata.nasa.gov. ...................................................................... 355

Fig. 5.42. Termografía del satélite VIIRS-SUOMI del 4 de diciembre de 2017, y valores
de temperatura mínima en los diferentes datalogger para dicha jornada. ................. 356

Fig. 5.43. Evolución de las clases de estabilidad de Pasquill, del 2 al 7 de diciembre de


2017. Fuente: NOAA................................................................................................. 360

Fig. 5.44. Evolución temporal de la temperatura en una selección de datalogger propios,


del 1 al 7 de diciembre de 2017 ................................................................................ 360

Fig. 5.45. Configuración sinóptica del 12 de diciembre de 2017 a las 12 h UTC. Líneas
azules (geopotencial a 300 hPa), líneas rosas (temperatura a 850 hPa), y fondo (canal
masas de aire de EUMETSAT). Fuente: eumetrain.org. ........................................... 361

Fig. 5.46. Sondeo termodinámico lanzado desde Murcia, el 12 de diciembre de 2017 a


las 12 UTC. Fuente: Meteociel.fr. .............................................................................. 362

Fig. 5.47. Retrotrayectorias de las masas de aire a 1000 y 950 hPa, desde el 10 de
diciembre al 13 de diciembre de 2017. Fuente: NOAA HYSPLIT MODEL ................ 363

Fig. 5.48. Imagen satelital Terra, MODIS (3-6-7), corrected reflectance del 13 de
diciembre de 2017. Puntos, datalogger utilizados, y su temperatura mínima absoluta del
episodio. Fuente: earthdata.nasa.gov ....................................................................... 364

Fig. 5.49. Termografía del satélite VIIRS-SUOMI del 13 de diciembre de 2017, y valores
de temperatura mínima en los diferentes datalogger para dicha jornada. ................. 365

XXIII
Fig. 5.50. Evolución temporal de la temperatura en una selección de datalogger propios,
del 10 al 14 de diciembre de 2017 ............................................................................ 369

Fig. 5.51. Evolución de las clases de estabilidad de Pasquill, del 11 al 14 de diciembre


de 2017. Fuente: NOAA. ........................................................................................... 370

Fig. 5.52. Configuración sinóptica del 5 de febrero de 2018 a las 12 h UTC. Líneas
azules (geopotencial a 300 hPa), líneas rosas (temperatura a 850 hPa), y fondo (canal
masas de aire de EUMETSAT). Fuente: eumetrain.org ............................................ 371

Fig. 5.53. Retrotrayectorias de las masas de aire a 1000 y 950 hPa, desde el 31 de
enero al 5 de febrero. Fuente: NOAA HYSPLIT MODEL .......................................... 372

Fig. 5.54. Sondeo termodinámico lanzado desde Murcia, lanzado el 3 de febrero de


2018 a las 00 UTC. Fuente: Meteociel.fr ................................................................... 373

Fig. 5.55. Imagen satelital Terra, MODIS (3-6-7), “corrected reflectance” del 4 de febrero
de 2018. Puntos, datalogger utilizados, y su temperatura mínima absoluta del episodio.
Fuente: earthdata.nasa.gov ...................................................................................... 374

Fig. 5.56. Termografía del satélite VIIRS LST del 7 de febrero de 2018, y valores de
temperatura mínima en los diferentes datalogger para dicha jornada ...................... 375

Fig. 5.57. Evolución de las clases de estabilidad de Pasquill, del 5 al 10 de febrero de


2018. Fuente: NOAA................................................................................................. 376

Fig. 5.58. Evolución temporal de la temperatura en una selección de datalogger propios,


del 5 al 9 de febrero de 2018 .................................................................................... 378

Fig. 5.59. Fotografía tomada en uno de los páramos próximo a Monterilla, Calar de
Hernán Perea, del 5 de febrero de 2018. Foto: José María Serna García. ................ 380

Fig. 5.60. Configuración sinóptica del 23 de febrero de 2018 a las 06 h UTC. Líneas
azules (geopotencial a 300 hPa), líneas rosas (temperatura a 850 hPa), y fondo (canal
masas de aire de EUMETSAT). Fuente: eumetrain.org ............................................ 382

Fig. 5.61. Retrotrayectorias de las masas de aire a 1000 y 950 hPa, desde el 20 de
febrero al 24 de febrero. Fuente: NOAA HYSPLIT MODEL. ..................................... 383

Fig. 5.62. Sondeo termodinámico lanzado desde Murcia, el 23 de febrero de 2018 a las
00 UTC. Fuente: Meteociel.fr. ................................................................................... 384

Fig. 5.63. Imagen satelital Terra, MODIS (3-6-7), corrected reflectance del 23 de febrero
de 2018. Puntos, datalogger utilizados, y su temperatura mínima absoluta del episodio.
Fuente: earthdata.nasa.gov ...................................................................................... 385

XXIV
Fig. 5.64. Evolución de las clases de estabilidad de Pasquill, del 22 al 27 de febrero de
2018. Fuente: NOAA................................................................................................. 386

Fig. 5.65. Termografía del satélite VIIRS-SUOMI del 24 de febrero de 2018, y valores
de temperatura mínima en los diferentes datalogger para dicha jornada .................. 387

Fig. 5.66. Evolución temporal de la temperatura en una selección de datalogger propios,


del 21 al 26 de febrero de 2018 ................................................................................ 390

Fig. 6.1. Distribución espacial de los observatorios meteorológicos agrupados por


cluster, para el período 1950-2016 ........................................................................... 404

Fig. 6.2. Distribución espacial de los observatorios meteorológicos para el período 1997-
2016. ........................................................................................................................ 405

Fig. 6.3. Gráfico “boxseries” (diagrama de caja anual) de las temperaturas mínimas
diarias de la estación meteorológica de Fuente Álamo – AEMET (7023). Generado por
ClimPACT2 ............................................................................................................... 407

Fig. 6.4. Ejemplo de evolución de temperaturas mínimas (ºC) en la estación


meteorológica de Fuente Álamo – AEMET (7023) generada por ClimPACT2, sin
reconstruir. Segmento de 1990-2016 ........................................................................ 408

Fig. 6.5. Número de "roturas" o inhomogeneidades detectadas por Climatol según el


número de estaciones afectadas (izquierda) y el período de análisis a la derecha (1950-
2016). ....................................................................................................................... 412

Fig. 6.6. Histogramas de los valores máximos de SNHT en ventanas escalonadas


superpuestas (izquierda) y en series completas (derecha). ...................................... 413

Fig. 6.7. Ejemplo, a la izquierda, de las series con las anomalías más homogénea
(Alcantarilla) y de la más inhomogénea (Pinoso). A la derecha, reconstrucción de sub-
periodos homogéneos, con un proceso de homogeneización muy leve (Alcantarilla), y
extremadamente fuerte (Pinoso). .............................................................................. 414

Fig. 6.8. Número de "roturas " o inhomogeneidades detectadas por Climatol en relación
con el número de estaciones afectadas y el período de análisis (1997-2016). .......... 416

Fig. 6.9. Histogramas de los valores máximos de SNHT en ventanas escalonadas


superpuestas (izquierda) y en series completas (derecha) ....................................... 417

Fig. 6.10. Ejemplo, a la izquierda, de la serie con las anomalías más homogénea (Emb.
Cenajo) y de la más inhomogénea (Alfonso X). A la derecha, reconstrucción de sub-
periodos homogéneos, con un proceso de homogeneización muy leve (Emb. Cenajo), y
extremadamente fuerte (Alfonso X) .......................................................................... 418

XXV
Fig. 6.11. Mapas de las tendencias temporales de los días de helada (FD) para el
período 1950-2016 (izquierda) y 1997-2016 (derecha) ............................................. 421

Fig. 6.12. a) Tendencias temporales de los días de helada (FD) en ventanas temporales
desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en ventanas móviles de 30 años), b) Tendencias
temporal en ventanas móviles de 30 a 20 años, desde 1986-2016 a 1996-2016. Las
estrellas indican significancia estadística a un nivel de confianza del 0.05................ 422

Fig. 6.13. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas de los días de
helada (FD) en las regiones climáticas definidas por cluster (1950-2016). Cálculo
respecto al periodo de referencia 1981-2010 ............................................................ 423

Fig. 6.14. Mapas de las tendencias temporales de los días de helada (FD) a nivel
mensual para el período 1950-2016. De arriba abajo, e izquierda a derecha (octubre,
noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo y abril). ............................................... 425

Fig. 6.15. Mapas de las tendencias temporales de las rachas frías (CSDI) para el
período 1950-2016 (izquierda) y 1997-2016 (derecha) ............................................. 426

Fig. 6.16. a) Tendencias temporales de los días de CSDI (días/década) en ventanas


temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en ventanas móviles de 30 años). b)
Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20 años, desde 1986-2016 a 1996-
2016. Las estrellas con significancia estadística a un nivel de confianza del 0.05..... 427

Fig. 6.17. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas de los días de
helada (FD) en las regiones climáticas definidas por cluster (1950-2016). Cálculo
respecto al periodo de referencia 1981-2010 ............................................................ 429

Fig. 6.18. Mapas de las tendencias temporales de las temperaturas medias de las
mínimas (TNm) para el período 1950-2016 (izquierda) y 1997-2016 (derecha). ....... 430

Fig. 6.19. a) Tendencias temporales de la temperatura media de las mínimas


(ºC/década) en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en
ventanas móviles de 30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20
años, desde 1986-2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un
nivel de confianza del 0.05........................................................................................ 431

Fig. 6.20. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas de las


temperaturas medias de las mínimas (TNm) en las regiones climáticas definidas por
cluster (1950-2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010 ............... 432

Fig. 6.21. Mapas de las tendencias temporales de las temperaturas medias de las
mínimas (TNm) a nivel mensual para el período 1950-2016. De arriba abajo, e izquierda
a derecha (octubre, noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo y abril). ................ 434

XXVI
Fig. 6.22. Mapas de las tendencias temporales del percentil 10 de las temperaturas
mínimas (TN10p) para el período 1950-2016 (izquierda) y 1997-2016 (derecha). .... 436

Fig. 6.23. a) Tendencias temporales del P10 de las temperaturas mínimas (%/década)
en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en ventanas móviles de
30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20 años, desde 1986-
2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un nivel de confianza
del 0.05. .................................................................................................................... 436

Fig. 6.24. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas del percentil 10 de
las temperaturas mínimas (TN10p) en las regiones climáticas definidas por cluster
(1950-2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010 .......................... 438

Fig. 6.25. Mapas de las tendencias temporales de los días con temperaturas mínimas
(TN) < a -2ºC (TNltm2) para el período 1950-2016 (izquierda) y 1997-2016 (derecha).
................................................................................................................................. 440

Fig. 6.26. a) Tendencias temporales de los días con temperatura mínima inferior a -2ºC
(días/década) en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en
ventanas móviles de 30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20
años, desde 1986-2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un
nivel de confianza del 0.05........................................................................................ 441

Fig. 6.27. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas los días con
temperatura mínima inferior a -2ºC (días/década) en las regiones climáticas definidas
por cluster (1950-2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010......... 442

Fig. 6.28. Mapas de las tendencias temporales de los días con temperaturas mínimas
(TN) < a 2ºC (TNlt2) para el período 1950-2016 (izquierda) y 1997-2016 (derecha). 443

Fig. 6.29. a) Tendencias temporales de los días con temperatura mínima inferior a 2ºC
(días/década) en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en
ventanas móviles de 30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20
años, desde 1986-2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un
nivel de confianza del 0.05........................................................................................ 444

Fig. 6.30. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas los días con
temperatura mínima inferior a 2ºC (días/década) en las regiones climáticas definidas por
cluster (1950-2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010. .............. 445

Fig. 6.31. Mapas de las tendencias temporales de las temperaturas mínimas absolutas
anuales (TNn) para el período 1950-2016 (izquierda) y 1997-2016 (derecha). ......... 446

XXVII
Fig. 6.32. a) Tendencias temporales de las temperaturas mínimas absolutas anuales
(ºC/década) en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en
ventanas móviles de 30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20
años, desde 1986-2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un
nivel de confianza del 0.05........................................................................................ 447

Fig. 6.33. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas de las


temperaturas mínimas absolutas anuales (TNn) (días/década) en las regiones climáticas
definidas por cluster (1950-2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010.
................................................................................................................................. 448

Fig. 6.34. Mapa de tendencia temporal de la primera helada del periodo (FFF) para el
período 1950-2016.................................................................................................... 450

Fig. 6.35. a) Tendencias temporales de la primera helada del periodo (FFF)


(días/década) en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en
ventanas móviles de 30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20
años, desde 1986-2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un
nivel de confianza del 0.05........................................................................................ 450

Fig. 6.36. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas de la primera


helada del periodo (FFF) (días/década) en las regiones climáticas definidas por cluster
(1950-2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010. ......................... 452

Fig. 6.37. Mapa de tendencia temporal de la última helada del periodo (LSF) para el
período 1950-2016.................................................................................................... 453

Fig. 6.38. a) Tendencias temporales de la última helada del periodo (LSF) (días/década)
en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en ventanas móviles de
30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20 años, desde 1986-
2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un nivel de confianza
del 0.05. .................................................................................................................... 453

Fig. 6.39. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas de la última helada
del periodo (LSF) (días/década) en las regiones climáticas definidas por cluster (1950-
2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010. ................................... 455

Fig. 6.40. Mapa de tendencia temporal de la longitud del periodo de helada (FP) para el
período 1950-2016.................................................................................................... 456

Fig. 6.41. a) Tendencias temporales de la longitud del periodo de heladas (FP)


(días/década) en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en
ventanas móviles de 30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20

XXVIII
años, desde 1986-2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un
nivel de confianza del 0.05........................................................................................ 457

Fig. 6.42. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas de la longitud del
periodo de heladas (FP) (días/década) en las regiones climáticas definidas por cluster
(1950-2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010. ......................... 459

Fig. 6.43. Variabilidad temporal de las anomalías estandarizadas durante la época fría
(noviembre-abril) del índice EA y a) FD, b) TNm, c) TN10p y d) FP en la DHS. Línea de
media móvil con un promedio de 10 años (1950-2016)............................................. 459

Fig. 6.44. Patrón de la fase positiva del EAi de presión atmosférica en el geopotencial
de 500 hPa (Z500) y temperaturas en el geopotencial a 850 hPa (T850). Tonos cálidos
con anomalías positivas, y fríos anomalías negativas. Fuente: cdc.noaa.gov ........... 462

Fig. 6.45. Coeficientes de correlación según Kendall entre los índices ET-SCI y el EAi,
para cada observatorio meteorológico (1950-2016) .................................................. 463

Fig. 6.46. Evolución anual de los días de helada (FD) en el conjunto de la DHS (1950-
2016) ........................................................................................................................ 464

Fig. 6.47. Evolución anual de la temperatura media anual invernal (TNm) en el conjunto
de la DHS (1950-2016) ............................................................................................. 466

Fig. 6.48. Evolución anual del percentil 10 de las temperaturas mínimas invernales
(Tn10p) en el conjunto de la DHS (1950-2016) ......................................................... 467

Fig. 6.49. Evolución anual de las rachas frías (CSDI) en el conjunto de la DHS (1950-
2016) ........................................................................................................................ 468

Fig. 7.1. Ejemplo de reclasificación para el producto final de las termografías


(MODIS/VIIRS LST) .................................................................................................. 487

Fig. 7.2. Diagrama resumen para la obtención de la cartografía final del riesgo de
helada. ...................................................................................................................... 489

Fig. 7.3. Evolución temporal de la aparición de la primera helada (FFF) para el conjunto
de 22 observatorios meteorológicos de la DHS (1950-2016). ................................... 491

Fig. 7.4. Evolución temporal la última helada (LSF) para el conjunto de 22 observatorios
meteorológicos de la DHS (1950-2016). ................................................................... 492

Fig. 7.5. Evolución temporal de la longitud del periodo de heladas (FP) para el conjunto
de 22 observatorios meteorológicos de la DHS (1950-2016). ................................... 493

XXIX
Fig. 7.6. Evolución de las toneladas producidas para diferentes grupos de cultivo en la
Región de Murcia (1975-2018). Fuente: Comunidad Autónoma de la Región de Murcia
(Consejería de Agricultura y Agua). .......................................................................... 495

Fig. 7.7. Incremento de la superficie agrícola en zonas de inversión térmica (1990-2018).


Fuente: Corine Land Cover (CLC). ........................................................................... 496

Fig. 7.8. Evolución del precio percibido por el agricultor para diferentes grupos de cultivo
en la Región de Murcia (2075-2018). Fuente: Comunidad Autónoma de la Región de
Murcia (Consejería de Agricultura y Agua). ............................................................... 497

Fig. 7.9. Franja de separación entre la zona occidental con la peligrosidad de helada
más elevada, y la zona oriental, con valores de menor peligrosidad. Peligrosidad general
de helada (noviembre a abril) ................................................................................... 499

Fig. 7.10. Peligrosidad de helada de noviembre en la DHS. ..................................... 501

Fig. 7.11. Peligrosidad de helada de diciembre en la DHS. ...................................... 502

Fig. 7.12. Peligrosidad de helada de enero en la DHS. ............................................ 503

Fig. 7.13. Peligrosidad de helada de febrero en la DHS. .......................................... 504

Fig. 7.14. Peligrosidad de helada de marzo en la DHS. ............................................ 505

Fig. 7.15. Peligrosidad de helada de abril en la DHS. ............................................... 506

Fig. 7.16. Vulnerabilidad de helada de noviembre en la DHS. .................................. 510

Fig. 7.17. Vulnerabilidad de helada de diciembre en la DHS. ................................... 511

Fig. 7.18. Vulnerabilidad de helada de enero en la DHS........................................... 512

Fig. 7.19. Vulnerabilidad de helada de febrero en la DHS. ....................................... 513

Fig. 7.20. Vulnerabilidad de helada de marzo en la DHS. ......................................... 514

Fig. 7.21. Vulnerabilidad de helada de abril en la DHS. ............................................ 515

Fig. 7.22. Exposición ante heladas en la DHS. ......................................................... 517

Fig. 7.23. Riesgo general de heladas (promedio de noviembre a abril) sintetizado en la


DHS. Color rojo, riesgo importante (muy alto a moderadamente alto), color verde, riesgo
intermedio (ligeramente alto a medio-alto), y azul, riesgo bajo (medio-bajo a
moderadamente bajo). .............................................................................................. 520

Fig. 7.24. Riesgo de helada general (promedio noviembre a abril) para los diferentes
grados de riesgo (de muy alto a moderadamente bajo, de arriba abajo, e izquierda a
derecha). .................................................................................................................. 521

XXX
Fig. 7.25. Riesgo de helada general (promedio noviembre a abril) para los diferentes
tipos de cultivo mayoritarios en la DHS. .................................................................... 525

Fig. 7.26. Riesgo de helada de noviembre en la DHS. ............................................. 528

Fig. 7.27. Riesgo de helada de diciembre en la DHS. ............................................... 529

Fig. 7.28. Riesgo de helada de enero en la DHS. ..................................................... 530

Fig. 7.29. Riesgo de helada de febrero en la DHS. ................................................... 531

Fig. 7.30. Riesgo de helada de marzo en la DHS. .................................................... 532

Fig. 7.31. Riesgo de helada de abril en la DHS. ....................................................... 533

Fig. 7.32. Distribución espacial por tipología de cultivo en las cuatro zonas más frías de
valle. Elaborado a partir del producto de termografías. ............................................. 536

Fig. 8.1. Altura de piscina (m) en depresiones cerradas. Altiplano kárstico de Hernán
Perea (Jaén). ............................................................................................................ 556

Fig. 8.2. Altura de piscina (m) en depresiones cerradas. Altiplano kárstico de la Sierra
de la Cabrilla (Jaén). ................................................................................................. 558

Fig. 8.3. Altura de la piscina(m) de inversión térmica (líneas negras) y Sky view Factor
(coloreado). Altiplano kárstico de Hernán Perea (Jaén). ........................................... 559

Fig. 8.4. Altura de la piscina(m) de inversión térmica (líneas negras) y Sky view Factor
(coloreado). Altiplano kárstico de la Sierra de la Cabrilla (Jaén). .............................. 560

Fig. 8.5. Propuesta de índice topográfico integrado (ITI). Altiplano kárstico de Hernán
Perea (Jaén). ............................................................................................................ 561

Fig. 8.6. Propuesta de índice topográfico integrado (ITI). Altiplano kárstico de la Sierra
de la Cabrilla (Jaén). ................................................................................................. 562

Fig. 8.7. Localización geográfica del Calar del Mundo (Albacete) y dolina de Pozo
Romero. .................................................................................................................... 563

Fig. 8.8. Termografía de muy alta resolución de Landsat 7 en una jornada de verano,
donde se estima una diferencia de casi 7ºC entre el fondo y borde de la dolina. ...... 563

Fig. 8.9. Panorámica de la sub-dolina de menor altitud en Pozo Romero, Siles (Jaén).
................................................................................................................................. 565

Fig. 8.10. Evolución térmica diezminutal durante las jornadas del 30 al 31 de agosto de
2020 para los sensores de Pozo Romero y los ubicados en el Calar de Hernán Perea e
inmediaciones: Era Alta de Pontón Alto, la dolina de Monterilla y Navalasno (Jaén). Eje
X: temperaturas (ºC), eje Y: horas. ........................................................................... 566

XXXI
Fig. 8.11. Ejemplo de la evolución térmica con datos diezminutales del sensor Elitech
RC-5 de Pozo Romero del 06/10/2020 al 16/10/2020, extraído directamente del software
del datalogger. .......................................................................................................... 567

Fig. 8.12. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) en el periodo invernal del 15/12/2019
al 15/01/2020 en los parajes de la Nava del Polvo (Cazorla, Jaén), Pozo Romero (Siles,
Jaén), Vega de Liordes (Posada de Valdeón, León), y Estany Saburó (Torre de
Cabdella, Lleida). ...................................................................................................... 568

Fig. 8.13. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) en el periodo canicular del 15/07/2020
al 15/08/2020 en los parajes de la Nava del Polvo (Cazorla, Jaén), Pozo Romero (Siles,
Jaén), Prado Veneiro (Cospedal, León), y La Vasequilla (Checa, Guadalajara). ...... 569

Fig. 8.14. Detalle de la dolina de Pozo Romero. Curvas de nivel a 1 m de intervalo


espacial (líneas naranjas), altura de piscina (líneas grises) y ubicación de los
termómetros registradores (estrellas azules) sobre ortofoto del PNOA. .................... 571

Fig. 8.15. Instalación de un termómetro registrador Elitech RC-5 en el interior de la garita


meteorológica homologada tipo Davis 7710 en el punto D1 de la dolina de Pozo Romero.
................................................................................................................................. 572

XXXII
Índice de tablas

Tabla 1.1. Temperaturas mínimas extremas registradas en las principales olas de frío
de las últimas décadas en zonas litorales y prelitorales de Murcia y Alicante. Datos de
AEMET. ...................................................................................................................... 22

Tabla 2.1. Umbrales de I para los tipos de IT establecidos por Tavousi y Abadi (2016)
según su intensidad. ................................................................................................... 51

Tabla 2.2. Umbrales de CINV (ºC) según el índice propuesto por el autor .................... 51

Tabla 2.3. Distribución porcentual de situaciones de estabilidad nocturna (1986-2015),


de acuerdo con el índice de intensidad de inversión (I) de Tavousi y Abadi (2016)..... 54

Tabla 2.4. Valores medios mensuales estimados para las variables utilizadas en la
caracterización de las ITs nocturnas (1986-2015). Fuente: AEMET. ........................... 56

Tabla 2.5. Características mensuales del número y duración de episodios de IT (1986-


2015). Fuente: AEMET. .............................................................................................. 60

Tabla 2.6. Jornadas con las inversiones térmicas nocturnas más intensas (DT INV) en el
periodo (1986-2015). Fuente: AEMET. ....................................................................... 80

Tabla 2.7. Puntos de observación con mayor y menor C INV media (ºC) en la DHS.
(octubre 2016 - mayo 2018). ....................................................................................... 87

Tabla 2.8. Puntos de observación con mayor y menor CINV absoluta (ºC) en la DHS.
(octubre 2016 - mayo 2018). ....................................................................................... 89

Tabla 2.9. Tendencias estadísticas según Kendall (tendencias/década) con un intervalo


de confianza del 95% (en negrita significancia estadística). Nivel de significancia (P-
value) según el Test de Wilcoxon Signed-Rank <0.01 (en rojo) y < 0.05 (en naranja)
estimadas para el número de días con inversión térmica nocturna (ITN), el número y la
duración de episodios de inversión térmica nocturna (ITN). ........................................ 90

Tabla 2.10. Tendencias estadísticas según Kendall (tendencias/década) con un


intervalo de confianza del 95% (en negrita significancia estadística). Nivel de
significancia (P-value) según el Test de Wilcoxon Signed-Rank <0.01 (en rojo) y < 0.05
(en naranja) estimadas para TBASE, TTOP, ZBASE y ZTOP. ................................................ 92

Tabla 2.11. Tendencias estadísticas según Kendall (tendencias/década) con un


intervalo de confianza del 95% (en negrita significancia estadística). Nivel de
significancia (P-value) según el Test de Wilcoxon Signed-Rank <0.01 (en rojo) y < 0.05
(en naranja) estimadas para DTINV, DZINV y LR. .......................................................... 95

XXXIII
Tabla 2.12. Tendencias estadísticas según Kendall (tendencias/década) con un
intervalo de confianza del 95% (en negrita significancia estadística). Nivel de
significancia (P-value) según el Test de Wilcoxon Signed-Rank <0.01 (en rojo) y < 0.05
(en naranja) estimadas para PA, T850 y T500. ........................................................... 96

Tabla 3.1. Observatorios meteorológicos utilizados en el análisis de ITN más intensas


dentro de la DHS. ..................................................................................................... 119

Tabla 3.2. Jornadas con inversiones térmicas nocturnas más intensas en la DHS (2011-
2016) identificadas mediante los índices de Tavousi y Abadi (2016) y de Ferreira y Shipp
(2005). ...................................................................................................................... 120

Tabla 3.3. Diferencias absolutas y gradientes térmicos entre las estaciones de Las
Encebras, ubicada en un CAP, (a menor altitud) (A) y de La Zarza situada sobre terrenos
irregulares de mayor altitud (B) (2011-2016). Comarca del Altiplano. ....................... 124

Tabla 3.4. Diferencias y gradientes térmicos entre estaciones ubicadas en CAP (fondos
de valle) y en laderas. Comarca del Noroeste (periodo 2011-2016).......................... 130

Tabla 3.5. Diferencias y gradientes térmicos entre estaciones ubicadas en CAP (fondos
de valle) y en laderas. Comarca del Bajo Guadalentín (periodo 2011-2016). ............ 138

Tabla 3.6. Diferencias y gradientes térmicos entre estaciones ubicadas en CAP (fondos
de valle) y en laderas. Comarca de la VARS (periodo 2011-2016). .......................... 144

Tabla 3.7. Diferencias y gradientes térmicos entre estaciones ubicadas en CAP (fondos
de valle) y en laderas. Comarca de la VMRS (periodo 2011-2016). .......................... 152

Tabla 4.1. Algunos ejemplos de análisis de estimación diaria de temperatura mínima


(Ta) por productos MODIS (LST) durante los últimos años. ...................................... 205

Tabla 4.2. Características térmicas de las 22 comarcas climáticas delimitadas por el


producto EuroLST (BIO6). ........................................................................................ 215

Tabla 4.3. Correlación estadística entre los productos VIIRS LST vs. MODIS LST. P
Value en negrita con significancia estadística para un nivel de confianza del 99%. Según
el test de Sapiro-Wilk se utiliza el test “S” (Spearman) o “P” (Pearson), según la
normalidad de la muestra.......................................................................................... 218

Tabla 4.4. Correlación estadística entre EuroLST (BIO6) vs. los productos VIIRS LST y
MODIS LST. P Value en negrita con significancia estadística para un nivel de confianza
del 99%. Según el test de Sapiro-Wilk, se utiliza el test “S” (Spearman) o “P” (Pearson),
según la normalidad de la muestra. .......................................................................... 219

Tabla 4.5. Correlación estadística entre los productos VIIRS / MODIS LST vs. ST. P
Value en negrita, con significancia estadística para un nivel de confianza del 99%. Según

XXXIV
el test de Sapiro-Wilk se utiliza el test “S” (Spearman) o “P” (Pearson), según la
normalidad de la muestra.......................................................................................... 222

Tabla 4.6. Municipios (cabeceras municipales) ubicados en diferentes umbrales


térmicos de la termografía final (MODIS/VIIRS LST) en la DHS. .............................. 247

Tabla 4.7. Entidades poblacionales (habitadas, según último Padrón municipal, 2018)
que se encuentran en los umbrales térmicos más fríos de la termografía final
(MODIS/VIIRS LST) en la DHS ................................................................................. 247

Tabla 5.1. Registradores de temperatura (dataloggers) utilizados para el análisis


estadístico (octubre 2016 – marzo 2020). ................................................................. 296

Tabla 5.2. Registradores de temperatura (dataloggers) utilizados para análisis


puntuales. Intervalo temporal con registros discontinuos (octubre 2016 – marzo 2020).
................................................................................................................................. 297

Tabla 5.3. Índices climáticos analizados en los 21 datalogger analizados (octubre 2016
– marzo 2020)........................................................................................................... 299

Tabla 5.4. Umbrales propuestos para el índice de intensidad de rachas de helada (IRH).
................................................................................................................................. 300

Tabla 5.5. Condiciones atmosféricas definidas por Pasquill (clases de estabilidad). 301

Tabla 5.6. Temperaturas mínimas absolutas registradas por la red propia de datalogger.
................................................................................................................................. 303

Tabla 5.7. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) más bajas registradas en la mitad sur
de la Península Ibérica (1933-2020). ........................................................................ 310

Tabla 5.8. Número medio total de horas de heladas (año y trimestre invernal), y ratio por
día de helada en los 21 datalogger analizados (oct 16 – mar 20). ............................ 315

Tabla 5.9. Tasas de enfriamiento (TE) medio y absoluto (ºC) en los 21 datalogger
analizados (oct 16 – mar 20)..................................................................................... 316

Tabla 5.10. Capacidad de inversión térmica media y absoluta (CINV) en los 21 datalogger
analizados. ............................................................................................................... 317

Tabla 5.11. Características del FP en los 21 datalogger analizados (FFF, LSF, FP e ICH)
................................................................................................................................. 320

Tabla 5.12. Características promedio de las rachas de helada en los 21 datalogger


analizados (oct 2016 – mar 2020. ............................................................................. 321

Tabla 5.13. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) en Monterilla - Hernán Perea (oct 16
– mar 20). ................................................................................................................. 325

XXXV
Tabla 5.14. Resumen mensual de las características de la intensidad de helada en
Monterilla (Hernán Perea). (oct 16 – mar 20). ........................................................... 327

Tabla 5.15. Nº total de horas con temperatura negativa y peso relativo respecto al total
en Monterilla (oct 16 – mar 20). ................................................................................ 328

Tabla 5.16. Temperatura media por intervalo temporal durante el trimestre invernal.
................................................................................................................................. 330

Tabla 5.17. Estadísticas resumen de los diferentes tipos de CAP representados en el


área de estudio. ........................................................................................................ 332

Tabla 5.18 Valores promedio de diferencia térmica entre Monterilla y La Selva,


diferencia térmica entre Barranco del Cenajo y La Selva, y datos de C INV para diferentes
umbrales del coeficiente de mezcla vertical (Kz): ...................................................... 348

Tabla 5.19. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) registrada en la red de datalogger del
2 al 7 de diciembre de 2017. ..................................................................................... 357

Tabla 5.20. Tasas de enfriamiento absolutas (ºC) o caída de la temperatura en 3 horas


(desde las 16.00 a las 19.00 h UTC), registrada en la red de datalogger del 2 al 7 de
diciembre de 2017. ................................................................................................... 358

Tabla 5.21. Intensidad de inversión (CINV) registradas en la red de datalogger del 2 al 7


de diciembre de 2017. .............................................................................................. 359

Tabla 5.22. Temperaturas mínimas absolutas del 2 al 7 de diciembre de 2017 con y sin
datalogger de la red FrostSE. Redes utilizadas: SIAM IMIDA, SAIH Segura, AEMET,
Meteoclimatic. ........................................................................................................... 359

Tabla 5.23. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) registrada en la red de datalogger del
11 al 14 de diciembre de 2017. ................................................................................. 366

Tabla 5.24. Tasas de enfriamiento absolutas (ºC) o caída de la temperatura en 3 horas


(desde las 16.00 a las 19.00 h UTC), registrada en la red de datalogger del 11 al 14 de
diciembre de 2017. ................................................................................................... 367

Tabla 5.25. Intensidad de inversión (CINV) registradas en la red de datalogger del 11 al


14 de diciembre de 2017........................................................................................... 368

Tabla 5.26. Temperaturas mínimas absolutas del 11 al 14 de diciembre de 2017 con y


sin datalogger de la red FrostSE. Redes utilizadas: SIAM IMIDA, SAIH Segura, AEMET,
Meteoclimatic. ........................................................................................................... 369

XXXVI
Tabla 5.27. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) registrada en la red de datalogger del
5 al 9 de febrero de 2018, y tipología de estabilidad durante las horas nocturnas en cada
jornada...................................................................................................................... 377

Tabla 5.28. Tasas de enfriamiento absolutas (ºC) o caída de la temperatura en 3 horas


(desde las 16.00 a las 19.00 h UTC), registrada en la red de datalogger del 5 al 9 de
febrero de 2018. ....................................................................................................... 378

Tabla 5.29. Intensidad de inversión (CINV) registradas en la red de datalogger del 5 al 9


de febrero de 2018.................................................................................................... 379

Tabla 5.30. Temperaturas mínimas absolutas del 22 al 26 de febrero de 2018 con


(izquierda) y sin (derecha) datalogger de la red FrostSE. Redes utilizadas: SIAM IMIDA,
SAIH Segura, AEMET, Meteoclimatic ....................................................................... 381

Tabla 5.31. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) registrada en la red de datalogger del
22 al 26 de febrero de 2018. ..................................................................................... 388

Tabla 5.32. Tasas de enfriamiento absolutas (ºC) o caída de la temperatura en 3 horas


(desde las 16.00 a las 19.00 h UTC), registrada en la red de datalogger del 22 al 26 de
febrero de 2018. ....................................................................................................... 389

Tabla 5.33. Intensidad de inversión (CINV) registradas en la red de datalogger del 22 al


26 de febrero de 2018............................................................................................... 389

Tabla 5.34. Temperaturas mínimas absolutas del 22 al 26 de febrero de 2018 con y sin
datalogger de la red FrostSE. Redes utilizadas: SIAM IMIDA, SAIH Segura, AEMET,
Meteoclimatic. ........................................................................................................... 391

Tabla 6.1. Cluster establecidos (1950-2016) para el análisis de tendencias temporal.


................................................................................................................................. 409

Tabla 6.2 Índices climáticos utilizados en el análisis de las tendencias temporales. . 409

Tabla 6.3. Resumen estadístico del QC aplicado por el software ClimPACT2 para las 63
estaciones meteorológicas escogidas inicialmente. .................................................. 410

Tabla 6.4. Resumen, por estación meteorológica, de las variables del proceso de
homogeneización por Climatol. El nombre de la serie hace referencia a la serie
homogeneizadas elegida para el análisis de tendencias temporales. ....................... 415

Tabla 6.5. Resumen, por estación meteorológica, de las variables del proceso de
homogeneización por Climatol. Series homogeneizadas para el posterior análisis de
tendencias temporales. ............................................................................................. 419

XXXVII
Tabla 6.6. Tendencias temporales (/ 10 años) de los días de helada (FD) para las
regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-2016. Nivel de confianza
(p value) < 0,05. ........................................................................................................ 421

Tabla 6.7. Tendencias temporales (/ 10 años) de los días de helada (FD) a nivel mensual
para las regiones climáticas definidas por cluster (1950-2016). Nivel de confianza (p
value) < 0,05 ............................................................................................................. 425

Tabla 6.8. Tendencias temporales (/ 10 años) de las rachas frías (CSDI) para las
regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-2016. Nivel de confianza
(p value) < 0,05. ........................................................................................................ 426

Tabla 6.9. Tendencias temporales (/ 10 años) de las temperaturas medias de las


mínimas (TNm) para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-
2016. Nivel de confianza (p value) < 0,05. ................................................................ 430

Tabla 6.10. Tendencias temporales (/ 10 años) de las temperaturas medias de las


mínimas (TNm) a nivel mensual para las regiones climáticas definidas por cluster (1950-
2016). Nivel de confianza (p value) < 0,05 ................................................................ 435

Tabla 6.11. Tendencias temporales (/ 10 años) del percentil 10 de las temperaturas


mínimas (TN10p) para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-
2016. Nivel de confianza (p value) < 0,05. ................................................................ 437

Tabla 6.12. Tendencias temporales (/ 10 años) del percentil 10 de las temperaturas


mínimas (TN10p) a nivel mensual para las regiones climáticas definidas por cluster
(1950-2016). En negrita, nivel de confianza (p value) < 0,05 ................................... 439

Tabla 6.13. Tendencias temporales (/ 10 años) los días con temperaturas mínimas (TN)
< a -2ºC (TNltm2) para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-
2016. Nivel de confianza (p value) < 0,05. ................................................................ 440

Tabla 6.14. Tendencias temporales (/ 10 años) los días con temperaturas mínimas (TN)
< a 2ºC (TNlt2) para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-
2016. Nivel de confianza (p value) < 0,05. ................................................................ 443

Tabla 6.15. Tendencias temporales (/ 10 años) las temperaturas mínimas absolutas


anuales (TNn) para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-
2016. Nivel de confianza (p value) < 0,05. ................................................................ 446

Tabla 6.16. Tendencias temporales (/ 10 años) de la primera helada del periodo (FFF)
para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-2016. Nivel de
confianza (p value) < 0,05. ........................................................................................ 449

XXXVIII
Tabla 6.17. Tendencias temporales (/ 10 años) de la última helada del periodo (LSF)
para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-2016. Nivel de
confianza (p value) < 0,05. ........................................................................................ 452

Tabla 6.18. Tendencias temporales (/ 10 años) de la longitud del periodo de heladas


(FP) para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-2016. Nivel
de confianza (p value) < 0,05. ................................................................................... 457

Tabla 6.19. Coeficientes de correlación según Kendall entre los índices EAi y ET-SCI.
En negrita, significancia estadística al nivel de confianza del 99%. ........................... 461

Tabla 6.20. Resumen de las tendencias temporales de los índices analizados, según
dos periodos temporales (1950-2016) y (1997-2016). En negrita, con p value significativo
con un nivel de confianza del 95%. ........................................................................... 465

Tabla 6.21. Inviernos meteorológicos (DIC, ENE y FEB) con las temperaturas medias
de las mínimas (TNm) más frías y más templadas en el conjunto de la DHS (1950-2016),
y valor del índice EA. ................................................................................................ 469

Tabla 6.22. Inviernos meteorológicos (DIC, ENE y FEB) con el mayor y menor número
de días de helada (FD) en el conjunto de la DHS (1950-2016), y valor del índice EA en
el mismo periodo. ..................................................................................................... 470

Tabla 7.1. Niveles de reclasificación utilizados para la vulnerabilidad (V), exposición (E)
y peligrosidad (P) de heladas.................................................................................... 484

Tabla 7.2. Reclasificación de tipos de cultivo (según estado fenológico) y exposición de


los meses de noviembre a abril................................................................................. 488

Tabla 7.3. Promedio estadístico diferentes índices climáticos por década para el
conjunto de 22 observatorios meteorológicos de la DHS (1950-2016) ...................... 490

Tabla 7.4. Promedio estadístico de la aparición de la primera helada del periodo (FFF),
de la última (LSF), longitud del periodo (FP), índice ICH y su tendencia temporal
días/década (estadísticamente significativo en negrita) para los 22 observatorios
meteorológicos analizados en la DHS (1981-2010) .................................................. 494

Tabla 7.5. Evolución de las toneladas producidas para diferentes grupos de cultivo en
la Región de Murcia (1975-2018). Fuente: Comunidad Autónoma de la Región de Murcia
(Consejería de Agricultura y Agua). .......................................................................... 495

Tabla 7.6. Evolución del precio percibido por el agricultor para diferentes grupos de
cultivo en la Región de Murcia (1975-2018). Fuente: Comunidad Autónoma de la Región
de Murcia (Consejería de Agricultura y Agua). .......................................................... 497

XXXIX
Tabla 7.7. Superficie (km2) de los diferentes usos del suelo en la Demarcación
Hidrográfica del Segura. Fuente: Catastro. ............................................................... 507

Tabla 7.8. Superficie (km2) de los diferentes tipos de cultivo del uso agrícola en la
Demarcación Hidrográfica del Segura. Fuente: Catastro. ......................................... 508

Tabla 7.9. Recopilación de cambios en la foliación, floración y maduración de diferentes


tipos de cultivos en la Región de Murcia. Datos de Hernández Aroca (2012). .......... 508

Tabla 7.10. Superficie total y relativa (km2) de los diferentes grados de vulnerabilidad de
helada en la Demarcación Hidrográfica del Segura. Fuente: Catastro. ..................... 509

Tabla 7.11. Superficie (km2) de los diferentes grados de riesgo de helada en la


Demarcación Hidrográfica del Segura. Fuente: Catastro. ......................................... 519

Tabla 7.12. Superficie (km2) de los tipos de cultivo predominantes por el mayor grado
de riesgo de helada durante los meses de marzo y abril en la DHS. Fuente: Catastro.
................................................................................................................................. 523

Tabla 7.13. Superficie (km2) por tipo de cultivo y nivel de riesgo de helada en la DHS
................................................................................................................................. 527

Tabla 7.14. Peso relativo (%) por tipo de cultivo y nivel de riesgo de helada en la DHS
................................................................................................................................. 527

Tabla 7.15. Superficie absoluta (km2) y relativa (%) por tipología de cultivo en las cuatro
zonas más frías de valle. Elaboración a partir del producto de termografías. ............ 535

Tabla 8.1. Características térmicas de los puntos más fríos del sureste peninsular (DHS)
y a nivel nacional (España) en el periodo 15/12/2019 al 15/01/2020. ........................ 568

Tabla 8.2. Características térmicas de los puntos más fríos del sureste peninsular (DHS)
y a nivel nacional (España) en el periodo canicular del 15/07/2020 al 15/08/2020. ... 569

Tabla 8.3. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) más bajas a nivel nacional durante dos
de las jornadas más relevantes en Pozo Romero, correspondientes al 31 de agosto y 16
de octubre de 2020. Fuente: redes meteorológicas oficiales y aficionadas. .............. 570

XL
“Tuve la idea de medir la caída de temperatura nocturna en el Sèche des

Amburnex (Suiza) y comprobar que el enfriamiento puede soportar el florete

de seda. A mediados de junio de 1899 registré un increíble -7°C cerca del

suelo con el cielo despejado. Me gusta admitir que fue un placer secreto para

mí pasar la noche bajo un cielo azul, solo con la naturaleza dormida. Poco

después del atardecer en la Sèche, todos mis termómetros, que leeré hora

por hora, están en su lugar y veo cómo la noche desciende gradualmente

sobre la tierra, las montañas y los bosques se ahogan en sombras crecientes.

Ya no se oye nada excepto las campanas del ganado que todavía están a lo

lejos. Poco a poco se callan y es el silencio, esta gran calma que no se ve

perturbada por el amanecer del nuevo día, ni siquiera por un soplo de viento,

lo que impresiona y deja un sentimiento indescriptible y misterioso”.

Samuel Aubert. La Sèche des Amburnex. (1910)


CAPÍTULO 1

INTRODUCCIÓN
1.1. MARCO CONCEPTUAL
La Tesis Doctoral desarrollada en los siguientes capítulos se enmarca dentro de la
disciplina científica de la Climatología, con el principal objetivo, a través de estas
páginas, a contribuir con el avance del estudio teórico-práctico en el ámbito de la
modelización climática y a la mejora en la comprensión del sistema Atmósfera-Tierra.

En los capítulos analizados posteriormente se aúnan diferentes ramas de la


Climatología, como la Climatología analítica, representada principalmente en el análisis
estadístico de elementos climáticos (especialmente temperatura ambiental), la
Climatología regional, con estudio de los rasgos climáticos de diferentes ámbitos
regionales y comarcales (se presenta una radiografía detallada del frío nocturno en el
área de estudio), donde se realiza una geografía descriptiva sostenida en análisis
cuantitativos. Así mismo, la Climatología sinóptica también juega un papel fundamental,
en el análisis de la configuración atmosférica existente en un espacio tridimensional, y
que influye notablemente en la aparición de elementos climáticos en superficie. Además,
la micro-climatología se utiliza para el estudio de las características de un clima local
dependiendo de la ubicación, y que adquiere especial relevancia en los procesos de
inversión térmica nocturna. Finalmente, se estudia la reciprocidad entre clima y
distribución que tienen los seres vivos en la tierra. Es decir, la Bioclimatología en este
estudio está basada en la relación existente entre frío y tipos de cultivos, en una
interacción entre peligrosidad, vulnerabilidad y exposición agrícola, que da lugar al
análisis del riesgo de helada.

La interrelación existente y tan ligada entre los procesos atmosféricos y las actividades
económicas humanas, requiere del constante estudio y conocimiento de tales procesos
y sus efectos sobre aquellos modelos productivos, que tan estrechamente dependen de
la atmósfera. En la actualidad, y concretamente en la Región de Murcia, la tecnificación
y el avance de los procesos agro-industriales provoca que la autonomía con respecto a
los eventos meteorológicos sea máxima, siendo necesario un estudio y seguimiento
exhaustivo de tales procesos. Uno de las demandas actuales es la predicción y
evolución meteorológica espacio-temporal, cada vez con una mayor rigurosidad y
veracidad. Hoy más que nunca, las elaboraciones científicas teórica-prácticas
insertadas en la rama de la Geografía están siendo cada vez más recurrentes y
demandadas en el mercado profesional, por lo que uno de los retos más ambiciosos de
esta investigación, es la de facilitar nuevas metodologías y cartografía de alta resolución,
para aumentar el nivel de mejora entre agricultura y agricultor, e intentar huir, por tanto,
de lo meramente teórico.

2
1.1.1. Las temperaturas mínimas en el sistema climático global
Uno de los grandes objetivos globales de la presente Tesis Doctoral es el estudio
espacio-temporal pormenorizado y detallado del frío nocturno durante el periodo frío
anual, y su interrelación con la cobertura agraria en la Demarcación Hidrográfica del
Segura (DHS). El estudio de la peligrosidad de helada, y su influencia en los diferentes
tipos de cultivos del área de estudio (vulnerabilidad y exposición), vienen determinadas
por la evolución temporal de los índices climáticos referentes al frío nocturno (días de
helada, temperaturas mínimas absolutas…).

Fig. 1.1. Confianza relativa en la atribución de diferentes eventos extremos. Fuente:


NOAA Climate.

La temperatura es la variable con mayor capacidad para detectar la posible influencia


del calentamiento global en eventos específicos (Figura 1.1). Es prácticamente seguro,
según los informes del IPCC, que las temperaturas extremas cálidas serán más
frecuentes y las frías menos habituales en la mayoría del planeta, en escalas temporales
diarias y estacionales. Además, es muy probable que haya olas de calor con mayor
frecuencia y más duraderas, mientras, que, las olas de frío continuarán produciéndose
en invierno de forma ocasional.

El 5º informe del IPCC (Hartmann et al., 2013) indica una reducción planetaria de los
días de helada o FD (temperatura <0ºC), con un elevado nivel de confianza en
Norteamérica y América Central, sureste de Asia, Oceanía, suroeste de África, Europa,

3
y países del Mediterráneo (Fig. 1.2). Con una confianza media, aparecen descensos en
Sudamérica, norte y mitad este de África. Tan sólo algunos sectores de Asia, excluyendo
el sureste, presenta incrementos con una elevada confianza. Los diferentes escenarios
(RCP 2.6, 4.5 y 8.5) muestran descensos de 7 a 15 días en el año 2050, y entre 7 y 22
días para 2100, dependiendo del ritmo de emisiones durante los próximos años.

Fig. 1.2. CMIP5 cambios geográficos medios multimodelos (en relación con un período
de referencia de 1981 2000) en común con CMIP3, bajo RCP8.5 y series temporales
suavizadas de 20 años para RCP2.6, RCP4.5 y RCP8.5. Fuente: IPCC.

Los extremos de temperatura mostraron una gran variabilidad temporal, con importantes
cambios en relación al calentamiento global y una reducción generalizada de las heladas
en regiones de latitudes medias (Fig. 1.3), con descensos de -3,9 a -4,5 días/década
(Caesar et al., 2006; Donat et al., 2013a; Donat et al., 2013b). En Europa, de acuerdo
con las conclusiones del AR4, los estudios recientes de eventos extremos apuntan a
una disminución del número de días y noches frías desde 1950. Existe, además, una
gran confianza en las proyecciones del modelo de temperatura media en los países
europeos del Mediterráneo.

Fig. 1.3. Tendencias en la frecuencia anual de temperaturas extremas durante el


período 1951–2010, para (a) noches frías (TN10p). Fuente: IPCC.

4
Es muy probable que las temperaturas medias continúen aumentando durante el siglo
XXI, siendo relevantes durante el periodo de invierno, lo que repercutirá en una
disminución de la peligrosidad de helada en zonas de importancia en la concentración
de cultivos agrarios, como es el caso del sureste de la Península Ibérica.

Fig. 1.4. Tendencia espacio-temporal de los días de helada (FD) en Europa. Fuente:
climdex.org.

En el continente europeo, según los datos extraídos del proyecto GHCNDEX de


Climdex, se registra un sistemático descenso de los días de helada (FD), con un cambio
sustancial de los valores medios de 125/130 heladas anuales en la década de los 50 a
115/120 heladas durante la última década. Especialmente llamativo es el descenso en
el último tramo (1986-2020), donde la reducción. es especialmente llamativa en Islandia
(-1,2 días/año), Turquía o Balcanes (-1,2 a -0,8 días/año). Por su parte, los descensos

5
son menos importantes en la fachada occidental del continente, en especial la Península
Ibérica (Fig. 1.4), donde el descenso ha sido mucho más paulatino durante las últimas
décadas (Fig. 1.5). Este aspecto, en el contexto del área de estudio (DHS), será
analizado en el capítulo 5 de la presente Tesis Doctoral.

Fig. 1.5. Tendencia temporal de los días de helada (FD) en la Península Ibérica. Fuente:
climdex.org.

A lo largo de los próximos capítulos se efectúa un exhaustivo análisis espacio-temporal


de la evolución índices climáticos basados en temperaturas mínimas. Según los análisis
efectuados durante los últimos años, el aumento de la temperatura media global y de la
varianza deja un clima menos frío, con menor probabilidad de ocurrencia, en detrimento
de un clima más cálido, y con mayor probabilidad de registrar record de calor. Un
aumento en la frecuencia de un extremo (por ejemplo, el número de días calurosos)
puede ir acompañado de una disminución en el extremo opuesto (en este caso, el
número de días fríos o días de heladas). (Fig. 1.7).

Las proyecciones climáticas elaboradas por la Agencia Estatal de Meteorología


(AEMET) para la Península Ibérica y para la Demarcación Hidrográfica del Segura
arrojan un descenso en el número de días de helada del 20 al 40% (Fig. 1.6). La
dinámica regional (DHS) muestra un ritmo decreciente menos importante que a nivel

6
peninsular, con una reducción del 10/15% para el año 2050. Por su parte, para el mismo
año, los escenarios RCP4.5 y 8.5 muestra una reducción del 20%.

Fig. 1.6. Nº días helada (FD): nº de días con temperatura mínima inferior a 0º C.
Proyecciones regionalizadas del AR5 (CORDEX) para la España peninsular y la
Demarcación Hidrográfica del Segura (DHS). Fuente: AEMET.

7
Fig. 1.7. Cambios temporales en el histograma de temperatura (media y varianza).
Fuente: IPCC (2003).

8
1.1.2. Los procesos de inversión térmica nocturna (ITN)
El fenómeno de inversión térmica nocturna (ITN) vertebra los capítulos de la Tesis
Doctoral, y repercute de forma muy notable en la distribución de las temperaturas en la
superficie terrestre. La inversión de temperatura nocturna supone un cambio térmico en
el gradiente altitudinal, con temperaturas más bajas por debajo del estrato de inversión,
y valores más elevados en un nivel superior. La orografía más accidentada con
alternancia de valles y crestas, laderas o picos determina una distribución térmica
compleja. Juega un papel importante en la meteorología de las regiones montañosas y
en la distribución de las temperaturas nocturnas. Ocurre con frecuencia bajo condiciones
anticiclónicas tranquilas, cuando la radiación al enfriarse en el nivel de fondo, unido al
aire frío que drena por la ladera de la montaña, se acumula en los valles durante las
horas nocturnas, especialmente en condiciones claras, tranquilas y frías. (Burroughs,
1995).

El inicio del proceso se sitúa hacia primeras horas de la tarde, bajo condiciones estables,
soleadas y con una escasa velocidad del viento. El sol ya no está en su cénit,
progresivamente pierde altura en el horizonte, pero el balance de radiación sigue siendo
positivo, y por lo general, se registra la temperatura más elevada de la jornada. Los
procesos convectivos, con una atmósfera mezclada, determina que la temperatura
disminuya con la altitud, con valores térmicos más elevado en las zonas de menor altitud
del valle. La pérdida de altura del sol con el transcurso de la tarde-noche deja cada vez
más porciones de sombra, clave en un mayor ritmo de descenso de la temperatura. El
balance de radiación se vuelve negativo, y, por tanto, la capa de aire inmediatamente
superior a la superficie empieza a enfriarse. Una vez los últimos rayos del sol
desaparecen, la radiación directa de onda corta se desvanece por completo, aunque
una pequeña porción de radiación difusa continúa. Durante los primeros minutos de
balance negativo las temperaturas superficiales son todavía altas, debido a la radiación
infrarroja de onda larga.

La capa de aire más fría en contacto con la superficie, que se forma en las laderas del
valle o depresión, posee una densidad elevada, por lo que fluye por gravedad hacia
cotas altitudinales más bajas. Según la pendiente y rugosidad de la ladera, la velocidad
puede alcanzar 1 a 4 m/s a una altura de 1 a 3 metros sobre el suelo (Whiteman, 2000).
El viento impulsado por gravedad se conoce como viento catabático o brisa de montaña,
y será desarrollado en los próximos capítulos. Una vez alcanza el fondo del valle, el aire
más denso no puede seguir fluyendo, por lo que se acumula en la zona de menor altitud
de la depresión. Ésta capa de aire frío continúa enfriándose durante las próximas horas,

9
y el aire recién enfriado y suministrado desde las laderas del área de captación, se
superpone sobre el aire más frío del fondo

Fig. 1.8. Representación esquemática de la influencia de la radiación y de los factores


dinámicos a escala local y sinópticas en a) formación de la CAP, b) mitigación de la
CAP, y c) destrucción de la CAP. Fuente: Sheridan (2019).

A partir de ese momento empieza a formarse la piscina de aire frío o “cold air pools”
(CAP). Si no se ve perturbada por sistemas de viento a gran escala, o por nubosidad, el
fondo del valle o depresión se “desacopla” del resto de la atmósfera adyacente,
constituyendo una inversión de temperatura vertical, y, por tanto, un área con
condiciones microclimáticas diferentes. A partir de este momento, la temperatura
aumenta con el ascenso altitudinal, hasta llegar al límite superior de la CAP. Whiteman
et al. (2004) observan gradientes térmicos de 0.2 - 0.3 ºK/m en verano y de 0.3 a 1 ºK/m
con cubierta de nieve en invierno.

El avance de la noche lleva consigo un mayor enfriamiento, aunque depende del


contenido de humedad del aire. Normalmente el punto de rocío más elevado suele
alcanzarse durante la primera mitad de la noche. Se trata de la temperatura a la cual el
aire está saturado para un contenido de agua absoluto. Si la temperatura sigue
descendiendo, el exceso de agua en la capa más baja de aire se deposita en la

10
superficie en forma de rocío o escarcha. El proceso de condensación libera calor a la
atmósfera, lo que ralentiza aún más el enfriamiento. Por tanto, un punto de rocío más
bajo, y una menor humedad relativa ambiental, favorece un mayor descenso de la
temperatura. El flujo lento del fondo del valle interacciona de forma débil con la mezcla
vertical inmediatamente superior, lo que permite que el proceso de enfriamiento local
siga confinado y desacoplado del flujo sinóptico más cálido de niveles altitudinalmente
superior (Sheridan, 2019) (Fig. 1.8).

Las temperaturas más bajas se registran poco antes del amanecer. A medida que el sol
se eleva en el horizonte, el balance radiación vuelve a ser positivo. Las pendientes
expuestas al sol empiezan a calentarse, el aire se eleva comenzando la circulación, y la
piscina de aire frío se hunde. La disipación de la CAP se produce porque la radiación
solar calienta las pendientes expuestas y el aire del fondo del valle empieza a ascender.
La energía suministrada por el sol se utiliza en gran medida para evaporar las heladas
o rocío. Esta transición de agua es tan intensa desde el punto de vista energético, que
el aire sólo empieza a ascender la temperatura tras finalizar este proceso.

En esta línea se enmarca la presente investigación científica, que tiene por objeto
principal el estudio de las inversiones térmicas nocturnas con génesis de helada en la
DHS. Se origina con el propósito de abordar uno de los riesgos atmosféricos quizás
menos estudiados en el ámbito mediterráneo: las heladas, debido especialmente al
vasto estudio que ha sido protagonizado por las inundaciones, lluvias torrenciales, olas
de calor y sequías, debido en buena lógica a su mayor incidencia y repercusión
territorial. Por tratarse de un espacio inserto dentro del Sureste Peninsular y próximo al
ámbito subtropical, el estudio podría carecer de interés debido a la mitificación de
bonanza climática que se le atribuye el sureste peninsular, pero en detrimento de la
lógica, su compleja morfología topográfica unida a determinadas configuraciones
sinópticas particulares, propician que las heladas en esta zona -de gran tradición
hortofrutícola- sean relevantes, especialmente asociadas a fenómenos de inversiones
térmicas. Presenta, por tanto, una justificación más notable para su estudio, sin duda es
novedoso y pionero en las regiones meridionales de la Península Ibérica.

Por ser éste, además, un espacio fuertemente ocupado y de gran tradición


hortofrutícola, el análisis de condiciones térmicas extremas adquiere aquí una especial
relevancia. La vulnerabilidad de este tipo de cultivos (e.g. cítricos, hortalizas, etc.) ante
el rigor de temperaturas excesivamente bajas en ciertos momentos del ciclo vegetativo,
hace necesario conocer la magnitud y frecuencia de las heladas de inversión térmica –
de irradiación- en el área, por ser las más frecuentes en nuestra zona. El fuerte descenso
de las temperaturas nocturnas durante el periodo invernal, especialmente en situaciones

11
de total estabilidad, es un hecho relativamente frecuente en valles agrícolas del interior
sureste peninsular, incluso en enclaves situados a poca altitud, donde se asientan
cultivos horto-frutícolas de gran valor económico.

Dentro de este contexto, y como se detalla en la descripción por capítulos, se aborda el


análisis de la tipología de configuraciones sinópticas que generan procesos de acusada
inversión térmica nocturna, y, en muchas ocasiones, con heladas en invierno y
primavera. Tales situaciones serán analizadas, junto con diversos factores locales y
regionales, para completar la información existente y mejorar el conocimiento de las
inversiones térmicas y heladas en la Demarcación Hidrográfica del Segura, con la
realización de cartografía del riesgo de helada, que serán de gran importancia
especialmente en los valles prelitorales del sureste peninsular.

1.2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA Y FUENTE DE DATOS

El estudio de temperaturas mínimas y la influencia ejercida por los procesos de ITN en


su distribución espacial han sido ampliamente estudiados durante las últimas décadas,
desde que Aubert (1910) y Hann (1914) fuesen pioneros en el estudio riguroso con base
científica. En los próximos capítulos se desarrollan ampliamente los antecedentes
científicos de cada uno de los bloques abordados, aunque es preciso sintetizar de forma
global los aspectos científicos más relevantes de las últimas décadas.

Una piscina de aire frío (CAP) es una capa de aire estable y estratificada que se
encuentra confinada en el fondo de un valle o cuenca. Las CAP se forman con
frecuencia durante las horas nocturnas bajo cielo despejado y condiciones de vientos
sinópticos débiles, destruyéndose por convección después del amanecer (Arduini et al.,
2020). Durante noches tranquilas y despejadas, especialmente en invierno, las
temperaturas superficiales en los fondos de los valles caen y el debilitamiento de la
turbulencia ayuda a crecer a una capa cerca de la superficie con aire más frío que arriba,
produciendo una inversión térmica. El aire frío que se forma cerca del suelo, tanto en
los lados del valle como en el fondo del valle, fluye cuesta abajo, pero puede quedar
atrapado por la topografía, un proceso conocido como agrupación de aire frío (Lundquist
y Huggett., 2008).

La formación de embolsamientos de aire frío en valles y cuencas (Geiger, 1973) está


basada en el papel de la larga pérdida de radiación de onda y el flujo descendente de
calor de la atmósfera suprayacente para contrarrestar esta pérdida. Esto produce la
génesis de una capa de aire frío por las laderas, que posteriormente drena cuesta abajo,
provocando un descenso de la temperatura. En tales casos, las inversiones por

12
advección o invasión horizontal, por debajo de aire frío, o por encima de cálido, son más
frecuentes, extensas e importantes que las de irradiación según el ámbito geográfico
del planeta (Trewartha, 1943).

Los CAP en dolinas y valles se han examinado ampliamente en las últimas décadas,
pero los mecanismos de su formación y evolución no se comprenden completamente, y
todavía están mal modelizados. La diferencia entre las temperaturas en el fondo del
valle y fuera del valle puede ser de varios grados (Smith et al., 2010; Jiménez et al.,
2015), con diferencias de hasta 20ºC en depresiones cerradas (Iijima y Shinoda, 2000).
Numerosos autores han determinado que los elementos topográficos subsidentes,
registran las temperaturas más bajas durante los fenómenos de ITN (Clements et al,
2003). Por ejemplo, la deposición de masas de aire frío estable en Peter Sink (Utah),
llega a presentar un acopio máximo de frío (-56ºC) en las disoluciones calizas (dolinas).
Los valles también conforman espacios desacoplados dinámicamente de la atmósfera
superior, donde los flujos descendentes pueden persistir por más tiempo, llegando a un
estado casi estable si se desarrolla un flujo descendente durante la noche (Burns y
Chemel, 2015; Arduini et al., 2016). También han sido notorios los esfuerzos por el
estudio de la rotura de la capa de inversión térmica, especialmente en el paso nocturno
de condiciones irradiativas a advectivas (Zhong et al., 2001).

La forma del valle a lo largo de su eje longitudinal es importante, debido a las diferencias
de presión inducidas a lo largo del valle producidas por las diferencias en la velocidad
de enfriamiento y calentamiento dependiendo de la forma de corte transversal. Tales
diferencias producen drenaje por un lado o atrapan el aire por otro lado, lo que debilita
o fortalece la CAP respectivamente. Este efecto se calcula utilizando el factor de
amplificación topográfico (Whiteman, 1990).

Las condiciones climáticas locales, asociadas a una frecuente concentración de aire frío
en superficie, suele tener efectos significativos sobre los usos del suelo, y en particular
sobre la fenología de los cultivos (Rodrigo, 2000; Chung et al., 2006). Chung aborda los
perjuicios en la floración de yemas en frutales de climas templados, ideando un
esquema de interpolación espacial que fue desarrollado para pronosticar la acumulación
de aire frío en un área geográfica local. La interpolación espacial ha sido ampliamente
aplicada para la cartografía de temperaturas mínimas en zonas montañosas (Thornton
et al., 1997; Bolstad et al., 1998; Jarvis y Stuart, 2001). La mayoría de los modelos de
interpolación espacial para la estimación de temperatura mínima, incorpora una
corrección de gradiente vertical con el fin de acomodar la diferencia de elevación
(Dodson y Marks, 1997; Nalder y Wein, 1998).

13
La mayoría de las especies de árboles frutales caducifolios requieren un mínimo de
acumulación de unidades de frío durante el invierno, para romper así con la latencia. Tal
condición se acompaña a menudo por períodos de temperaturas de congelación durante
la brotación y la floración. Si bien las bajas temperaturas invernales pueden limitar la
distribución geográfica de un determinado cultivo, bajo temperaturas primaverales
pueden perjudicar seriamente la producción en las zonas donde en particular está bien
establecida (Rodrigo, 2000). Además, en muchos otros lugares del mundo las
acumulaciones de aire frío son responsables de muchos episodios de contaminación
del aire durante las noches de la época invernal (Allwine et al., 1992). Los
contaminantes liberados dentro de un CAP pueden quedar atrapados dentro de ellos,
causando riesgos potenciales para la salud en áreas con mucho tráfico o industrias
(Young y Whiteman, 2015). La producción de frío persistente, si van acompañados por
las nubes, de lloviznas o lluvia ligera, tienen efectos importantes en la visibilidad y llega
a producir efectos adversos significativos sobre el transporte y la salud.

Las primeras percepciones del fenómeno en España son constatadas en los siglos XVI
y XVIII (Torriani, 1978), cuando por primera vez aparecen alusiones al “mar de nubes”
canario (consecuencia de las continuas inversiones térmicas que se suceden en este
archipiélago atlántico) y al cambio térmico producido por la abundante presencia de
Stratocumulus (Dorta Antequera, 1994), haciendo alusión en una primera instancia a
inversiones de tipo subsidente en niveles altos atmosféricos. Pese a que los efectos de
las inversiones térmicas fueron percibidos con anterioridad, López Gómez (1975) sitúa
la primera referencia explícita a este tipo de situaciones hacia mediados del siglo XIX,
tras la ascensión del astrónomo Piazzi-Smyth a la cumbre del Teide (Tenerife) en 1856.

Tullot (1956) y Capel Molina (2005) analizan dos de los episodios fríos más relevantes
de la reciente historia climatológica de nuestro país: la gran ola de frío de febrero de
1956 y la acontecida en enero de 2005. Concluyen la importancia que atesoran las
advecciones frías –polares/árticas- en las características que posteriormente tendrán
las heladas de irradiación, una vez la atmósfera se estabilice, y que por lo general suelen
dejar los registros record de temperatura en los fondos de valle.

Los estudios en la cuenca del Duero al NO de la Península Ibérica (Martínez-


Casasnovas et al., 2010) muestran que las estructuras de tipo CAP de cuenca ancha
pueden formarse a escala de cuenca durante un ciclo diurno, permitiendo el desarrollo
de estructuras de mesoescala por encima de ellas (Cuxart, 2008). Además, las CAP
más pequeñas sobre depresiones de terreno poco profundo también se pueden formar
dentro del CAP principal, lo que lleva a una variación significativa de la temperatura del
aire cerca de la superficie (Pagès et al., 2017).

14
Los estudios realizados en el ámbito regional son escasos y recientes en el tiempo. Tras
la consulta de la bibliografía científica se constata un exiguo tratamiento acerca de las
inversiones térmicas en la Región de Murcia, solamente con algunas investigaciones
puntuales sobre heladas en un ámbito general. Destacan en este sentido, las
aportaciones de Gala (1993), quien analiza los episodios de heladas severas de enero
1985 y enero de 1991, concluyendo con unas pérdidas económicas totales 944.000.000
mill. de pesetas. Ferreras Fernández et al. (2003) propone una revisión extensa acerca
de las heladas en la Huerta de Murcia con determinación de periodos de retorno para
diferentes umbrales térmicos, así como la adaptación de métodos empíricos de
predicción de temperaturas mínimas al área de estudio. Quiles Payá (2011) analiza las
heladas producidas en los cítricos de la Región de Murcia en el año 2010-2011,
determinando que los municipios con los daños más severos en cítricos correspondieron
a Molina de Segura, Alhama de Murcia y Puerto Lumbreras.

El análisis climático efectuado en la Tesis Doctoral utiliza como fuente de datos principal
los registros diarios de temperatura mínima absoluta. Han sido recopilados un total de
389 series meteorológicas de diferentes organismos y longitud temporal, creando una
amplia base de datos en la Demarcación Hidrográfica del Segura. Del total de series,
155 pertenecen a la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), 49 al Instituto Murciano
de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), 142 al Sistema de Alerta e
Información Hidrológica de la Confederación Hidrográfica del Segura (SAIH Segura), y
finalmente 42 series pertenecientes a la red propia de termómetros registradores
(datalogger). Los datos diarios de temperatura mínima han sido utilizados para el
análisis estadístico de periodos temporales homogéneos, para el cálculo de diversos
índices climáticos, elaboración de cartografía de riesgo de helada, o análisis de
situaciones meteorológicas concretas.

También se han utilizado datos meteorológicos de sondeos atmosféricos nocturnos de


la ciudad de Murcia (00 UTC) desde el año 1983, de vital importancia para el estudio de
las inversiones térmicas. Todo ello complementado con reanálisis atmosféricos, donde
destaca el análisis de índices de estabilidad, retrotrayectorias de masas de aire, o
configuraciones sinópticas.

Finalmente destaca la utilización de imágenes satelitales para la elaboración de


termografías, que supone uno de los apartados más importantes de la presente
investigación. Han sido descargadas imágenes diarias de los satélites AQUA (MODIS)
y VIIRS (SUOMI NPP).

15
1.3. ESTRUCTURA DE LA TESIS DOCTORAL

I. Capítulo 1. Marco conceptual de la Tesis Doctoral, donde se abordan los


antecedentes generales, objetivos, hipótesis y estructura de la presente Tesis
Doctoral, así como el área de estudio.

II. Capítulo 2. La Tesis Doctoral empieza con un análisis estadístico para


caracterizar los procesos de inversión térmica nocturna (ITN) en el área de
estudio. Para ello, metodológicamente, se utilizan sondeos atmosféricos
nocturnos (00Z) de la ciudad de Murcia (AEMET), con el que se identifica la
estratificación vertical, principalmente estratos de inversión de temperatura. Se
estudia la frecuencia, tipología, intensidad y demás características de los
procesos de ITN a lo largo del año. Se corrobora su marcada importancia y
predominio especialmente durante el invierno, además de realizar un estudio
temporal reciente de los procesos de inversión y de las principales variables que
lo desencadenan (presión atmosférica, viento…).

III. Capítulo 3. Tras el estudio desde el punto de vista vertical, y la importante


recurrencia temporal de los procesos de ITN en el sureste peninsular, el capítulo
2 aborda el análisis de las características de las ITN desde el punto de vista
espacial. Es decir, el estudio de las características y causas desencadenantes
de marcadas diferencias térmicas que se registran en el área de estudio.
Metodológicamente, se analiza, a través de datos de 59 observatorios
meteorológicos, las 50 jornadas con la intensidad de inversión térmica más
importante de los últimos años de observación (2011-2016), en diferentes
ámbitos geográficos de la DHS. Se realiza a través del análisis detallado de
variables influyentes en la distribución de temperaturas mínimas por procesos
de ITN (viento, humedad relativa…). Además, se presenta una técnica de
análisis satelital de alta resolución, a través de la elaboración de termografías
(distribución de temperaturas superficiales) mediante el satélite ASTER, que
vienen a complementar, desde el punto de vista espacial, la distribución de
temperaturas mínimas en madrugadas de ITN en algunos sectores de la DHS.

IV. Capítulo 4. Como ha sido abordado en capítulos anteriores, los procesos de


inversión térmica nocturna adquieren una gran relevancia a lo largo del año, e
influyen notablemente en la distribución de las temperaturas mínimas durante
las madrugadas estables. Se generan, por tanto, auténticos microclimas en

16
zonas de valle y en ámbitos montañosos (orográficamente accidentados), con
diferencias de temperatura muy importantes en apenas centenares de metros.
Ante la imposibilidad de efectuar una radiografía precisa, debido a la escasa
densidad de estaciones meteorológicas, se propone la utilización de
termografías para una cartografía de detalle de la distribución térmica durante
las madrugadas con procesos de ITN. Se comprueba, que la distribución de
temperaturas mínimas durante dichas madrugadas, siguen el mismo patrón
espacial, con formación de piscinas de aire frío en zonas de valle y espacios
deprimidos (CAPs), y zonas templadas (WAM) en áreas orográficamente
accidentadas. Las termografías, realizadas con productos satelitales de MODIS
y VIIRS, suponen la única herramienta capaz de abarcar todo el territorio de
estudio, y suplir las limitaciones en la interpolación de temperaturas observadas
en superficie. A pesar, de ser estimaciones, y no temperaturas reales, se realiza
una validación con las temperaturas superficiales registradas en observatorios
meteorológicos, obteniendo, finalmente, una cartografía detallada por comarcas
climáticas generadas por el autor.

V. Capítulo 5. El sector más occidental y montañoso de la DHS, la cabecera del río


Segura, es una de las zonas más frías del sur peninsular. Así lo atestigua el
registro de temperaturas mínimas extraordinariamente frías en estaciones
meteorológicas de AEMET, como los -22ºC en Santiago de la Espada (Jaén). El
capítulo pretende poner de relieve, que, efectivamente, las temperaturas son
excepcionalmente altas dentro del contexto general del SE peninsular en dicho
ámbito. Para ello, a través de una red propia de 40 termómetros registradores
(datalogger) en polos fríos del oeste de la DHS (previo análisis con termografías),
se pretende dar respuesta y caracterizar las temperaturas mínimas alcanzadas
en la zona. Para ello, el capítulo analiza los potentes procesos de IT registrados
en la zona, principalmente en valles de elevada altitud de la Sierra de Segura.
Con la utilización de diversas herramientas mesoescalares y satelitales, y
apoyado en los datos arrojados por los datalogger, se realiza un estudio
detallado y riguroso (noviembre 2016 – marzo 2020) durante 4 periodos fríos de
observación.

VI. Capítulo 6. La gran recurrencia de los procesos de ITN, anteriormente


analizados en detalle, influyen de forma muy directa en los índices climáticos
referentes a temperaturas mínimas que caracterizan al área de estudio. Dan
lugar, a heladas, rachas frías, noches frías, que principalmente en valles de

17
interior, muestran valores de relativa importancia en el contexto del SE
peninsular. El capítulo, analiza la evolución de tendencia temporal de diferentes
variables climáticas asociadas a indicadores de frío en un periodo temporal
amplio (1950-2016), con el objetivo de obtener una perspectiva más amplia
acerca de los cambios que están teniendo lugar en el área de estudio. Con el fin
de utilizar los datos climáticos de mayor calidad en el análisis estadístico, se
utilizan 22 observatorios meteorológicos para el periodo más amplio (1950-2016)
y 59 para uno más reciente (1997-2016), de un total de 346 estaciones
meteorológicas con datos diarios de temperatura que han sido recopiladas para
la Tesis Doctoral. Los datos finalmente utilizados de las estaciones
anteriormente citadas, han sido sometidos a un exhaustivo control de calidad y
proceso de homogeneización a través de software (ClimPACT 2.0 y Climatol
3.1). A través del índice global de teleconexión East Atlantic Index (EAi), se
explica, la tendencia general al alza (menos frío invernal) en el área de estudio.

VII. Capítulo 7. El sector agrícola en la DHS adquiere una gran relevancia, al


suponer una extensión algo mayor del 43% del total del área de estudio, y un
total de 8.161,5 km2. Además, como ya ha sido analizado en capítulos anteriores,
las heladas (con tendencia decreciente), que principalmente aparecen por
procesos de ITN, influyen cada año en los cultivos del sureste peninsular, con
recurrentes heladas y pérdidas económicas asociadas. Tras el análisis
exhaustivo de los factores que explican el cálculo del riesgo (peligrosidad,
vulnerabilidad y exposición), se genera una cartografía de alta resolución, que
será de gran utilidad y ayuda en la planificación futura de la cobertura agrícola
del área de estudio durante los próximos años. Así mismo, en el análisis de la
peligrosidad, y complementando al capítulo 5, se realiza un análisis de las
características temporales del periodo de helada (inicio, fin, longitud,
concentración…). Se propone, finalmente, una herramienta externa a la Tesis
Doctoral, en forma de visor web cartográfico, con la incorporación de cartografía
de las variables utilizadas para el cálculo de peligrosidad, vulnerabilidad y
exposición.

VIII. Capítulo 8. Episodio final de comprobación de hipótesis de trabajo planteadas


al inicio de la tesis, y de propuestas futuras de investigación a tenor de los
resultados obtenidos en la tesis.

18
1.4 JUSTIFICACIÓN, OBJETIVOS E HIPÓTESIS

El título de la Tesis Doctoral “Riesgo de heladas por inversión térmica e incidencia


agrícola en la Demarcación Hidrográfica del Segura (DHS)” sintetiza los aspectos
generales más destacados que serán tratados en los próximos capítulos. Inversión
térmica, helada y riesgo, son seguramente los tres términos que mejor definen la
presente investigación. Tres sustantivos relacionados y consecuentes uno de otro.

El sureste de la Península Ibérica, desde fines de la década de 1970, se ha posicionado


como una de estas nuevas regiones agrícolas exportadoras, especializada en la
producción de frutas y verduras (Gadea et al., 2016). Especialmente a fines de los años
80 se produjo un desarrollo en la horticultura intensiva que adquirió una enorme
importancia, y que favoreció una política de exportaciones con un modelo muy exitoso
para la inserción en las cadenas agrícolas mundiales (Pedreño et al., 2014). La
importancia del sector agrícola en el sureste peninsular es capital, representando, por
ejemplo, un 4,6% del PIB de la Región de Murcia. Es más, el sector agroalimentario de
la Región de Murcia genera el 20,0% del PIB con un volumen de 2,5 millones de
toneladas, cifra que representa un 12,9% del total nacional (Martínez-Carrasco y
Martínez Paz, 2012).

Las heladas, además, han supuesto históricamente graves pérdidas económicas para
el campo del sureste peninsular, incluso en valles y depresiones prelitorales, tal y como
se ha analizado en años recientes (García Moreno et al., 2010; Conesa et al., 2015;
Guillen-Navarro et al., 2019). En la historia reciente de la Región de Murcia han tenido
lugar algunas periódicas heladas “históricas” (Tabla 1.1), de gran impacto para la
agricultura en el sureste ibérico, entre las que destacan:

 Enero de 1945: Se trata de uno de los meses más fríos de la historia reciente
de España. Dio comienzo con un marcado régimen anticiclónico y presión
atmosférica en aumento. Hasta el día 3 se mantienen los cielos despejados y
vientos de componente norte. Las temperaturas disminuyen hasta esta fecha,
con registros extremadamente bajos (mínimas inferiores a 0ºC incluso en el
litoral mediterráneo).

 Febrero de 1956: Durante este mes se produjo una sucesión de advecciones de


aire polar y ártico continental, que hizo catalogarlo como el mes más frío del siglo
XX en la región mediterránea y en muchos lugares de España (Núñez et al.,
2006). Algunas madrugadas registran temperaturas mínimas inferiores a los –
7°C en Valencia y Castellón, con valores inferiores a -10ºC en amplias zonas del

19
prelitoral de la costa mediterránea. El impacto social y económico de las heladas
queda reflejado en la prensa escrita de la época, con numerosos especiales de
varias páginas en los diarios más importantes de mediados de s. XX. Algunas
zonas de la Vega Baja del Segura, como Orihuela o Guardamar del Segura
registran temperaturas mínimas entre -6,0 y -4,0ºC.

 Diciembre 1970 – enero 1971: Las bajas temperaturas y las heladas de la última
decena de diciembre de 1970 y la primera semana de enero de 1971 fue un
fenómeno meteorológico adverso de gran repercusión. Toda una catástrofe
económica en Andalucía Oriental, Murcia, Valencia y Castellón, cuyos cultivos
básicos quedaron seriamente dañados.

 Enero de 1985: con una duración del 4 al 17 de enero, se producen dos


invasiones consecutivas de aire polar continental procedente del noreste de
Europa; la primera afectó de lleno al País Vasco, Navarra y La Rioja, con
temperaturas de entre -10 y -15ºC en Vitoria, Ávila, Pamplona y Lérida; y la
segunda llega el día 14 a gran parte de la península ibérica con temperaturas
negativas (-17ºC en Vitoria). Durante los primeros días de 1985, fallecen treinta
y ocho personas por congelación en España, con pérdidas gravísimas en la
agricultura, principalmente en la zona levantina (40000 millones de pesetas). Las
cosechas afectadas sufrieron mermas decisivas en su producción final, con
montantes totales de 300.000 toneladas. La cosecha de tomate desapareció en
el litoral de Mazarrón, Lorca y Águilas. La cosecha de limón, naranja, mandarina,
alcachofa y guisante sufrió daños de diversa consideración en los Valles del
Guadalentín y Segura, así como en el Campo de Cartagena (Baeza Gala, 1993).

 Enero de 2005: La Península Ibérica y el sureste peninsular fue afectada por la


irrupción de una masa de aire ártico continental desde altas latitudes polares
(Capel Molina, 2005). Produjo daños de gran importancia en Alicante y Murcia.
Los cultivos más afectados son las cosechas de hortalizas en la comarca de la
Vega Baja, y las plantaciones de almendros en la zona costera. El intenso frío
también perjudica a la patata temprana en Orihuela y Bigastro. Los daños por
heladas en la Región de Murcia superan las 6500 hectáreas y los 2,5 millones
de euros, según datos de los técnicos de las Oficinas Comarcales Agrarias
(OCA).

20
 Febrero de 2012: La importante advección fría de origen polar continental
(siberiana) echó a perder prácticamente la totalidad de la cosecha extratemprana
de fruta de hueso que se encontraba en plena floración. Se registran
temperaturas de hasta -6,0ºC en el Valle del Guadalentín (Puerto Lumbreras),
que produce graves daños (irreversibles) en 2600 hectáreas de hortalizas
(alcachofa, lechuga y brócoli), tanto en el Valle de Guadalentín como en el
Campo de Cartagena.

Durante los últimos años, según datos de Agroseguro (2016, 2017, 2018 y 2019), se
han producido cuantiosas pérdidas en el sector hortofrutícola de la Región de Murcia,
de los que a continuación se detallan los más destacados:

 17 feb 2016: La entrada de una masa de aire polar, con temperaturas mínimas
de -6/-7ºC, provocó gravísimos daños a la producción temprana de una gran
variedad de cultivos en la Región de Murcia y Alicante, como frutales de hueso,
cítricos, almendros y algunas hortalizas como alcachofa. La indemnización total
es de 29,8 millones de euros.

 Enero/febrero 2017: La persistencia de bajas temperaturas durante los dos


primeros meses del año, con temperaturas mínimas que descienden a -8,5ºC en
El Chaparral, a 432 m de altitud, provoca graves daños en las producciones
agrícolas en la Comunidad Valenciana y Murcia. La superficie siniestrada es muy
amplia (15000 has), afectando principalmente a cítricos, hortalizas y parrales. La
indemnización es de 40 millones de euros.

 7/10 abril 2017: Se produce una irrupción de aire frío que coincide con la reciente
brotación del viñedo. Se notifican siniestro en un total de 7268 has en Castilla –
La Mancha y 275 has en Murcia.

 23/24 febrero 2018: Se producen daños por helada en las producciones de


fruta temprana y extra-temprana en la provincia de Murcia (3691 has). La
helada afectó a zonas frías del interior, siendo los cultivos más afectados el
melocotón, nectarina y paraguayos. Las indemnizaciones se sitúan en 26
millones de euros.

21
Tabla 1.1. Temperaturas mínimas extremas registradas en las principales olas de frío
de las últimas décadas en zonas litorales y prelitorales de Murcia y Alicante. Datos de
AEMET.

Jornada / Ola de frío Estación meteo Tª Mínima (ºC)


Alguazas -4,0ºC
3 enero 1945 Lorca CHS (7209) -3,0ºC
Murcia CHS -3,0ºC
Orihuela (7245) -6,0ºC
11 y 12 febrero 1956 Lorca CHS (7209) -5,0ºC
Cartagena – Puerto (7013) -4,0ºC
San Javier Aeropuerto (7031) -3,8ºC
2 enero 1971 Lorca CHS (7209) -2,0ºC
Laguna Torrevieja (7038) -2,0ºC
Lorca CHS (7009) -5,5ºC
10 enero 1985 Fuente Álamo CHS (7023) -4,0ºC
Orihuela (7245) -4,0ºC
El Llano de Molina (MO31) -8,5ºC
28 enero 2005 La Calavera - Alhama (AL41) -8,0ºC
Lorca - Pozohiguera (LO21) -4,8ºC
El Esparragal (LO61) -5,9ºC
9/10 febrero 2012 Azud Contraparada (01R01M1) -4,7ºC
Albox (6364) -4,5ºC

 10/12 enero 2019: Se registran temperaturas bajo cero en un gran número de


observatorios de la Región de Murcia. Los cultivos más afectados son cítricos y
hortalizas. Por su parte, entre las hortalizas destacan los daños en alcachofa,
lechuga y tomate. En el caso de las dos primeras citadas, el cultivo se produce
a ras de suelo, y, debido al enfriamiento de este, los daños son muy intensos y
las indemnizaciones se sitúan en 9 millones de euros.

 25/30 marzo 2019: Los daños son localmente intensos, con especial incidencia
en determinadas comarcas en cultivos más precoces y plantaciones jóvenes. El
principal efecto que puede observarse es la pérdida de frutos al necrosarse los
tejidos internos. La extensión total afectada es de 2028 has, destacando 1447
de melocotón y 525 de albaricoque. La previsión de indemnización final por estos
siniestros se sitúa en 23 millones de euros.

22
La temperatura mínima es una de las variables climáticas menos estudiadas en el
contexto climático a nivel mundial, y, por tanto, en el área de estudio. Además, los
procesos de inversion térmica apenas han tenido protagonismo científico en el sureste
de la península ibérica, por lo que es necesario un riguroso estudio de éstos, así como
de las heladas que originan en su interrelación de los cultivos del sureste peninsular.
Como se detalla más adelante, se elige como marco de estudio la Demarcación
Hidrográfica del Segura, siendo, por tanto, un análisis regional con un territorio
relativamente extenso (>18.000 km2). Y es que, para poder realizar un estudio
representativo de la distribución del frío nocturno en el área de estudio, con las
herramientas de las que actualmente se puede disponer, se hacía imprescindible la
elección de un área de estudio que abarcase buena parte del sureste peninsular. La
elección de una cuenca natural de primer orden, como es la del Segura, obedece a
criterios eminentemente naturales, pues se trabaja con variables climáticas que no
siguen los límites administrativos. Además, como se verá más adelante, la presente
Tesis Doctoral propone una división regional climática en base a la distribución de
temperaturas mínimas. Finalmente, el ámbito temporal de estudio recoge una doble
vertiente. Por un lado, el análisis de datos climáticos de observatorios meteorológicos
del área de estudio es lo suficientemente amplio como para poder apreciar de la mejor
manera posible los cambios efectuados durante las últimas décadas (1950-2016). Por
otro, los estudios realizados en sondeos atmosféricos, imágenes de satélite, red propia
de datalogger… se adecúan al periodo máximo de disponibilidad de datos.

El objetivo principal de esta tesis es realizar el primer análisis integral y detallado de


las inversiones térmicas nocturnas en el sureste peninsular, y la interacción que generan
las heladas con el tejido agrícola de la DHS. Para ello se desarrollan diferentes
aplicaciones metodológicas, entre las que destacan la recopilación y el tratamiento
estadístico de datos climáticos, y el análisis de la variabilidad espacio-temporal a través
de nuevas técnicas como las termografías.

La Tesis Doctoral tiene una finalidad “aplicada”. El análisis y tratamiento de datos,


cartografía, imágenes de satélite… que son desarrollados en los próximos capítulos,
persigue el estudio detallado y la delimitación cartográfica precisa de las áreas
expuestas al riesgo de heladas, lo que convierte al presente análisis en un documento
de utilidad para la administración y entidades relacionadas con la actividad agraria y la
planificación económica y territorial.

Para ello, antes de empezar con el desarrollo de los resultados, se plantean una serie
de hipótesis y objetivos de partida:

23
1. Se parte de la premisa inicial de que las condiciones de estabilidad atmosférica
son predominantes en el sureste peninsular, con un importante número de días
de cielos despejados (91 días al año sin nubosidad (0/0 octas) en el observatorio
de AEMET de Aeródromo-Alcantarilla, y un promedio de 2610 horas de sol al
año, según datos de Garrido Abenza et al., (2014). Bajo tales condiciones, en
horas nocturnas se desarrollan procesos de inversión térmica nocturna con un
importante cambio en la distribución térmica normal, desde el punto de vista
espacial y vertical. Por tanto, el principal objetivo es cuantificar el grado de
importancia de los procesos de ITN en el sureste peninsular, así como sus
características. La hipótesis de partida, es, por tanto, una gran importancia de
los procesos de ITN a lo largo del año, que necesitan ser analizados
estadísticamente a través de datos de sondeos atmosféricos, y que, sin duda,
son determinantes en la distribución de temperaturas mínimas superficiales y en
la tipología de heladas.

2. Los procesos de ITN, que son de gran importancia y recurrencia a lo largo del
año, establecen unos patrones de temperatura con valores más fríos en zonas
deprimidas o valle, y temperaturas más elevadas en zonas orográficamente
accidentadas (picos, collados, laderas…). Se analiza detalladamente la base de
datos de temperaturas mínimas diarias de todos los observatorios
meteorológicos de la DHS, pertenecientes a diferentes organismos oficiales
(AEMET, SIAM IMIDA, SAIH Segura…), que nos advierte de la siguiente
hipótesis de partida. Tras elegir las únicas 29 estaciones meteorológicas con una
temperatura media de las mínimas igual o inferior a 0ºC en el mes de enero (con
un periodo homogéneo 2011-2016), para no desvirtuar los datos con estaciones
cercanas al mar, se advierte una correlación estadística con la altitud de la
estación de un R2 de sólo 0,39. Estaciones meteorológicas ubicadas en zonas
de valle de baja altitud (450 m) como la de El Gallego (Albacete) registra un valor
promedio de -0,5ºC, mientras que, la estación meteorológica de Moratalla-
Bebedor de Abajo (Murcia), a una altitud de 1085 m, en terreno más accidentado,
registra una temperatura media de 0,1ºC. Se trata de datos estadísticamente
consistentes, con promedios mensuales durante varios años de observación, lo
que nos plantea como objetivo estudiar detalladamente la distribución y
diferencias térmicas en superficie durante las madrugadas de inversión térmica.

3. Otra hipótesis de partida, es que, la imagen de satélite es la única herramienta


disponible para conocer de forma muy aproximada la realidad de la distribución

24
térmica superficial en noches de ITN. Por otro lado, la interpolación de datos
espaciales (temperaturas mínimas), necesaria, pero poco precisa durante las
últimas décadas, no permite conocer la realidad territorial en la distribución
térmica, con unos patrones muy complejos durante horas nocturnas con
procesos de ITN (piscinas de aire frío o CAP y entornos cálidos montañosos o
WAM). Por otro lado, las observaciones de los productos satelitales de
MODIS/VIIRS, en relación a las temperaturas superficiales preliminares
efectuadas por el autor y a las buenas validaciones aportadas por otras
investigaciones científicas, auguraban unos buenos resultados de ajuste en el
área de estudio. Por tanto, el objetivo principal es validar y analizar los productos
satelitales (termografías) en el área de estudio, así como identificar las
principales CAP, y obtener así una “fotografía” precisa de la distribución térmica
en madrugadas de ITN en la DHS.

4. La densidad de estaciones meteorológicas en la DHS refleja una gran laguna


espacial de falta de datos en el sector más occidental de la cuenca de estudio.
Además, son varios factores que apuntaban a caracterizar a este sector con
unas condiciones climáticas de frío extremo durante el periodo invernal. Por un
lado, las escasas estaciones meteorológicas de AEMET (Pontones - Jaén,
Cañadas de Nerpio – Albacete, Campo de San Juan - Murcia), habían registrado
temperaturas mínimas absolutas entre -15 y -22ºC durante las últimas décadas.
Y por otro, las imágenes satelitales (termografías) consultadas a través de
satélites como MODIS/VIIRS, estimaban temperaturas excepcionalmente frías
en el entorno de la cabecera del río Segura durante madrugadas frías con
fenómenos de IT. Por tanto, para un mayor conocimiento de la climatología de
la zona, y con la hipótesis de la aparición de temperaturas mínimas
extremadamente bajas durante el invierno, el principal objetivo fue la creación y
puesta en marcha de una red de termómetros registradores (datalogger) propia,
distribuidos en valles occidentales de la DHS en diferente altitud, y ubicados
principalmente bajo criterios de distribución térmica según las termografías.

5. Uno de los principales objetivos de la presente investigación es la de analizar,


desde el punto de vista espacio-temporal, el comportamiento de los indicadores
de frío (días de helada, rachas frías, temperaturas mínimas absolutas…) en las
últimas décadas. La hipótesis de partida, tal y como ha sido ampliamente
desarrollada a lo largo de todo el planeta y en la península ibérica, es un aumento
de la temperatura nocturna durante las últimas décadas. Por tanto, para

25
cumplimentar el objetivo de analizar dichas tendencias temporales, es necesario
disponer de una base de datos de temperatura diaria de calidad, y que abarque
un intervalo temporal lo suficientemente importante para hacer análisis rigurosos
y robustos estadísticamente. Para ella se marca como objetivo utilizar series
meteorológicas con datos desde 1950 a la actualidad. Se recopila y elabora una
extensa base de datos climáticos con un total de 346 estaciones meteorológicas
que proporcionan datos de temperatura diaria, pertenecientes a varios
organismos oficiales (AEMET, SIAM IMIDA y SAIH Segura). Una de las hipótesis
de trabajo, en virtud a diferentes investigaciones efectuadas con estaciones
meteorológicas longevas, es que la calidad de las estaciones meteorológicas no
son lo suficientemente adecuadas, y deben ser sometidas a un exhaustivo
control de calidad. Por tanto, las series de datos de temperatura que cumplen
con los requisitos del intervalo temporal propuesto son sometidas a varios
controles de calidad y procesos de homogeneización, con un objetivo secundario
pero importante, el de determinar el nivel de calidad de las series de temperatura
oficiales (AEMET) durante las últimas décadas.

6. Como se ha argumentado en párrafos anteriores, la importancia de la industria


agroalimentaria en el área de estudio es manifiesta, y está basada en una
cobertura agrícola que representa casi la mitad de la extensión de la DHS. La
hipótesis de partida se fundamenta en una reducción de la peligrosidad de
helada, pero, a su vez, un aumento de la vulnerabilidad como consecuencia de
la implantación de una mayor extensión agrícola en las últimas décadas. Como
objetivo principal del último capítulo de la Tesis Doctoral está el de calcular y
cuantificar la peligrosidad, vulnerabilidad y exposición de helada, con un cálculo
final del riesgo de helada en el área de estudio. Todo ello con la generación de
una cartografía de alta resolución que permita ser una herramienta de gran
ayuda en la futura planificación agrícola de la DHS.

1.5. ÁREA DE ESTUDIO

El área de estudio escogida para la realización de la Tesis Doctoral es la Demarcación


Hidrográfica del Segura (DHS), una de las cuencas hidrográficas más importantes de la
Península Ibérica (Fig. 1.9). Geográficamente se ubica en el sureste de la Península
Ibérica, con una superficie aproximada de 19.025 km², abarcando la casi totalidad de la
provincia de Murcia (11.180 km2), un amplio sector del sur de la provincia de Albacete

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(4.759 km2), sectores relativamente poco extensos de las provincias de Granada, Jaén,
y norte de Almería (1.787 km2), y finalmente el sur de Alicante (1.299 km2).

La DHS se enmarca, casi en su totalidad, dentro de los dominios de las Cordilleras


Béticas. Tan sólo en su franja más septentrional predomina el dominio morfoestructural
prebético, caracterizado por sierras de escasos buzamientos y una tipología tabular,
entre las que destacan sistemas cuyo eje es predominantemente SO-NE (Sª del Buey,
Enmedio, Larga, Sopalmo, Molar…). Mientras, que, la gran mayoría de los sectores
centrales del área de estudio pertenecen al dominio subbético, erigidas por el
plegamiento alpino. Caracterizado por calizas y dolomías jurásicas mayoritariamente,
las sierras en estos sectores constituyen auténticas islas sobre depresiones y cuencas
miocénicas (López Bermúdez y Gutiérrez Escudero, 1982), destacando las sierras
centrales de la provincia de Murcia (Sª Espuña y Cambrón con más de 1500 m de
altitud), y mantos de cabalgamiento y corrimiento al oeste de la provincia, representadas
en las sierras de Mojantes, Villafuerte, Cabras, Guillimona, superando incluso los 2.000
m de altitud.

Desde el punto de vista orográfico, el área de estudio es un territorio con un gran


contraste altitudinal, marcados desniveles, y una gran variedad paisajística, merced a
una climatología muy heterogénea. El sector más occidental de la cuenca se caracteriza
por las mayores altitudes, con picos montañosos que superan ligeramente la cota de
2.000 m, salpicada de valles intramontanos de elevada altitud (Valle de la Rogativa,
Vega del río Zumeta, Valle de las Cañadas de Nerpio…), que son auténticos
receptáculos de aire frío en invierno. Los altiplanos constituyen otro espacio singular y
representativo, de elevada altitud al norte y oeste de la DHS, y que constituyen extensas
llanuras muchas veces por encima de los 1.000 m de altitud. Son espacios que se
caracterizan por poseer una escasa vegetación, poco drenaje hídrico debido a su exigua
pendiente, y que a menudo conforman ámbitos semi-endorreicos (Altiplano de María,
Tierras Altas de Lorca, Altiplano de Caravaca, Altiplano de Yecla-Jumilla, y Pétrola-
Corral Rubio). Finalmente, en sectores de media altitud del centro de la cuenca,
aparecen depresiones o cubetas rellenas de materiales margosos (miocénicos), entre
los que destacan la Cuenca de Mula, Fortuna-Abanilla o Gebas (Romero Díaz y López
Bermúdez, 2009).

27
Fig. 1.9. Delimitación natural de la Demarcación Hidrográfica del Segura (CHS) y
comarcas climáticas generadas en la Tesis Doctoral.

Desde el punto de vista climático, el área de estudio se ubica entorno a una latitud de
38ºN, siendo, por tanto, un ámbito de transición entre climas frescos-húmedos
(perturbaciones del frente polar) y templados-secos (anticiclones subtropicales). El clima
general obtiene rasgos eminentemente mediterráneos, debido a su localización en una
fachada occidental del continente. La influencia recurrente del Anticiclón de las Azores,
y especialmente el ascenso estival del cinturón de altas presiones subtropicales (Rohli
y Vega, 2017), determina un clima seco durante el verano, propiciado por la cercanía
con el borde meridional de la corriente en chorro (Rasilla Álvarez, 2003).

El régimen térmico viene caracterizado por temperaturas anuales en general templadas,


pero sujetas a la influencia orográfica y al acusado desnivel altitudinal, con valores
medios heterogéneos, entre 19,6ºC en Águilas-Murcia (litoral meridional) a 10,6ºC en
Pontones-Jaén (Sª de Segura). La marcada continentalidad en zonas de interior, lejos
de la línea litoral, incrementa los extremos térmicos durante el invierno y verano (Conesa
García y Alonso Sarría, 2006). Según datos oficiales de AEMET, durante el verano, las

28
temperaturas medias de las máximas alcanzan valores elevados y menos contrastados
entre sus extremos, como, por ejemplo, los 34,4ºC en Abarán (Murcia) y 29,4ºC en San
Javier (Murcia). La continentalidad en verano también genera temperaturas máximas
elevadas, incluso en ámbitos de destaca altitud, como indica el promedio de 30,4ºC en
Pontones (Jaén). Por su parte, durante el invierno se observan mayores diferencias en
las temperaturas medias de las mínimas, con valores suaves a orillas del litoral (7,4ºC
en Águilas) y medias de -2,4ºC en valles continentalizados de elevada altitud
(Pontones).

La precipitación en la DHS posee un marcado gradiente descendente desde los


espacios montañosos del oeste de la cuenca, a zonas del litoral meridional y oriental. El
sistema montañoso ubicado al oeste del área de estudio (que llega a alcanzar los 2000
m de altitud), ejercen de abrigo a casi todo el territorio de la cuenca, originando una
sombra pluviométrica a las perturbaciones de origen atlántico. La relativa frecuencia
(cada 3,4 días) con la que los frentes atlánticos llegan al oeste de la cuenca,
especialmente en invierno (Martín Vide, 2005), origina una marcada degradación
pluviométrica, desde los 900 mm anuales en la Sierra de Segura (901,6 mm en
Pontones), a promedios inferiores a 250 mm en los espacios subdesérticos litorales
(Águilas con 217,0 mm). La isoyeta de 800 mm cubre una extensión territorial de algo
más de 500 km2 (7,6% del territorio), mientras que, los sectores que reciben menos de
300 mm cubren una superficie que supera los 9000 km2 (la mitad del área de la DHS)
(López Bermúdez y Gutiérrez Escudero, 1982). Así pues, según datos de la CHS, la
precipitación media anual en la demarcación es de 382 mm (1940/41-2005/06).

En general, en el área de estudio aparecen multitud de tipos climáticos (1981-2010)


según la clasificación de Köppen-Geiger (Kottek et al., 2006). En la Sierra de Segura,
principalmente en zonas altiplánicas de altitud (Hernán Perea, Sª Guillimona) aflora el
Csb (clima mediterráneo oceánico, u oceánico de transición), clima con veranos suaves
y secos, e inviernos lluviosos. Según Gil Olcina y Olcina Cantos, (2017), la Sierra de
Segura es un área geográfica de influencia múltiple mediterránea y atlántica, incluso con
una precipitación apreciable asociada a advecciones septentrionales de aire ártico. El
clima mediterráneo típico (Csa) se inserta en amplios sectores del occidente de la DHS,
y se caracteriza por poseer veranos secos y calurosos, con temperaturas medias
superiores a 22ºC; e inviernos húmedos y lluviosos, con temperaturas suaves. La mayor
parte de la cuenca (zona central) posee un clima estepario, de estepa o clima semiárido
(BSk), caracterizado por una temperatura media anual inferior a 18°C y precipitaciones
entre 200 y 300 mm. En la mayor parte de la franja litoral de la DHS aparece un clima
semiárido cálido (BSh), con una temperatura media anual superior a 18°C. Presenta en

29
general precipitaciones entorno a los 200-300 mm, y una temporada lluviosa moderada,
cuyas precipitaciones pueden llegar a ser intensas pero breves. Finalmente, en el sector
más meridional del área de estudio, en las costas almerienses, aparece un clima árido
cálido, desértico cálido o sahariano (BWh), con una temperatura media anual superior
a 18°C y precipitaciones inferiores a 200 mm aproximadamente.

Finalmente, la cuenca hidrográfica ha experimentado un notable crecimiento


demográfico en las últimas décadas, albergando, en la actualidad, una población de
1.978.875 habitantes (2019), con una densidad poblacional de 104 hab/km², de los que
el 75,5% lo hacen en la provincia de Murcia. La DHS se distribuye en un total de 132
municipios, y constituye en la actualidad una región enfocada principalmente al sector
agrario, servicios y turismo. El sector primario, especialmente la industria
agroalimentaria, adquiere una importancia capital desde 1979, año de la llegada de los
caudales del trasvase Tajo-Segura, que incrementó, hasta la actualidad, en más del
50% la superficie regada en la Región de Murcia (García Marín, 2008).

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36
CAPÍTULO 2

ESTRUCTURA VERTICAL Y CARACTERÍSTICAS DE LAS


INVERSIONES TÉRMICAS A TRAVÉS DE SONDEOS
ATMOSFÉRICOS (MURCIA)
2.1. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS

Las primeras alusiones al problema de las inversiones térmicas (IT) o al cambio de


condiciones climáticas en áreas deprimidas (lagos, lagunas) por la acción humana
aparecen en 1804 en la Geografía Física de Kant (1999) o en el Cosmos de Humboldt
(1874). Los primeros estudios con datos termométricos observados se remontan a 1883,
cuando Hann analiza los fenómenos de IT en la cuenca alpina de Klagenfurt (Austria)
(López Gómez, 1975). Durante las primeras décadas del siglo XX se inicia una prolija
investigación científica con el objetivo principal de estudiar la deposición de aire frío en
fondos de valle y hoyas interiores durante madrugadas estables (De Martonne, 1909;
Marvin, 1914; Young, 1923; y Ekhart, 1934). La definición más sencilla, aportada por
Whiteman (2000), establece que la inversión térmica se produce cuando la temperatura
de una capa atmosférica aumenta con la altitud.

Los fenómenos de IT son, por tanto, procesos que se suceden a lo largo de todo el año,
y que generalmente vienen definidos por una capa atmosférica cuyo gradiente térmico
vertical es positivo, es decir, la temperatura aumenta con la altitud (Glickman 2000;
Zhang et al., 2011). Afectan a un espesor variable de aire limitado por una base y un
techo, y se clasifican en superficiales o de irradiación, inversiones de advección, de
turbulencia, subsidentes o frontales, e incluso mesosféricas (Schnelle y Brown, 2002;
Brümmer y Schultze, 2015). Asociadas a condiciones sinópticas de diferente escala,
pueden producirse inversiones térmicas superficiales (Suface-based temperature
inversions o SBI) o elevadas (Elevated inversions o ELI) (Mayfield y Fochesatto, 2013).

Según Iacobellis et al. (2009), existen dos tipos básicos de inversiones en niveles bajos
atmosféricos: inversiones por radiación (o superficie) e inversiones por hundimiento. En
concreto, las inversiones de radiación, particularmente en zonas de valle, han sido
objeto de especial atención en la presente Tesis, y ello ha requerido un estudio previo
detallado de la literatura científica existente al respecto. Este tipo de inversiones suelen
ocurrir durante la madrugada, al no existir en ella radiación solar entrante que equilibre
el enfriamiento de la superficie provocado por la irradiación de onda larga saliente. Por
tanto, las áreas de valle son especialmente propensas a las inversiones de radiación,
debido al drenaje de aire frío a lo largo de las laderas que las flanquean (Watson y Chow,
2002). Dichas laderas refuerzan el proceso cuando actúan flujos catabáticos, siendo
éstos tanto más acusados cuanto mayor es el confinamiento de las tierras bajas
(Gustavsson et al., 1998; Lindkvist et al., 2000; Lundquist et al., 2008).

El origen y desarrollo de estos embolsamientos de aire frío en niveles bajos


troposféricos, a menudo próximos a la superficie, se hallan generalmente asociados a

38
periodos de baja radiación solar, alta presión atmosférica y vientos suaves (Barr y Orgill,
1989; Beniston, 2006; Lundquist y Cayan, 2007). Bajo tales condiciones sinópticas, un
balance de radiación negativo implica un enfriamiento rápido de la superficie y la
formación de una capa de aire baja estable. La falta de mezcla vertical dentro de estas
inversiones térmicas de valle aísla una porción de aire inferior respecto de la atmósfera
libre superior (Whiteman, 2000). El estrato de IT, en este caso, restringe la mezcla
vertical del aire y limita la convección del aire, influyendo en la estructura termodinámica
de la atmósfera local (Johnson et al., 1999; Nodzu et al., 2006).

Los sucesos de inversión térmica de superficie han sido constatados en numerosas


zonas del planeta (Miller et al., 1983; McChesney et al., 1995; Gustavsson et al., 1998;
Lindkvist et al., 2000; Clements et al., 2003; Zängl, 2005; Chung et al., 2006; Lundquist
et al., 2008). Resultan especialmente frecuentes en latitudes altas, incluido el Ártico
(Kahl, 1990; Kadygrov et al., 1999; Liu et al., 2006; Devasthale et al., 2010; Vihma et al.,
2011), donde constituyen un rasgo dominante durante la mayor parte del año. Conrolley
(1995) comprobó que las inversiones térmicas más fuertes y persistentes en superficie
a nivel planetario (entendiendo como “fuerza de la inversión” la diferencia entre la
temperatura máxima en la troposfera y la del aire a la altura estándar de 1,5 m) se
producen en el interior de la Antártida durante la estación invernal. Concretamente en
Vostok dicha diferencia en el estrato de inversión superficial alcanzó un promedio de
25°C durante el período de mayo a octubre. En cambio, en las latitudes tropicales las
SBI son menos frecuentes (Fadnavis y Beig, 2004) y han sido menos estudiadas (Daly
et al., 2003; Abdul-Wahab et al., 2004).

El mayor número de inversiones térmicas en niveles bajos atmosféricos tienen lugar,


según Abdul-Wahab (2004), durante la estación invernal, mientras que las de niveles
altos tienden a producirse en verano. También se ha constatado una reducción en las
profundidades de inversión de superficie durante los últimos años, con un aumento en
la fuerza de las temperaturas en superficie, incluso en relieves de topografía suave
(Mahrt et al., 2001). Gustavsson et al. (1998) examinan el desarrollo estructural de la
temperatura del aire nocturno en terrenos de valle y comprobaron que los más abiertos
enfrían a un ritmo más lento debido a la mayor extensión lateral del aire frío,
dependiendo, no obstante, de la capacidad de enfriamiento de los diferentes tipos de
suelo. Como resultado se producen fenómenos de IT cuya intensidad y espesor varían
de acuerdo con la situación sinóptica, la persistencia del balance energético negativo y
la configuración topográfica del valle (McKee y O’Neal, 1989; Whiteman, 2000; Clements
et al., 2003; Daly et al., 2009; Iyer y Nagar 2011; Stryhal et al., 2017). Además, el ciclo
diurno de inversión es bien conocido y está ampliamente documentado (Garratt, 1981;

39
Whiteman, 2000). Una capa estable superficial generalmente se forma cada noche, y
su destrucción, muy estudiada durante las últimas décadas, se alcanza cuando los rayos
solares alcanzan un calentamiento suficiente o cuando la velocidad del viento supera
los 20 km/h. Según Gillies et al. (2010), aunque es relativamente fácil predecir el inicio
de una inversión, la duración o la eventual ruptura de un evento de inversión persistente
son imprevisibles. A partir de las inversiones de temperatura simuladas numéricamente
durante el día en un valle idealizado, Leukauf et al. (2015) constan que se requiere un
mínimo de 450 w/m2 para alcanzar el punto de ruptura, así como un tiempo de 11 h para
lograr la disipación de la ITN.

El estudio de la estratificación estable de las ITs en los sondeos termodinámicos, y su


relación con los vientos débiles, es crucial para la determinación de la concentración de
contaminantes. En la actualidad las SBIs son consideradas trampas de retención y
acumulación de aire contaminado durante varios días, lo que implica altas
concentraciones de polutantes y el empeoramiento de la calidad del aire. La
concentración de contaminantes en el aire depende, en este caso, del gradiente vertical
de temperatura y de la intensidad de la IT. El sureste peninsular, sujeto a una importante
subsidencia anticiclónica durante gran parte del invierno, y del resto del año, unido a la
presencia de valles de interior y prelitorales, es una zona propensa a la intensificación
de dichos procesos.

El problema se agrava cuando las inversiones térmicas vienen impuestas o


condicionadas por la ocurrencia de episodios de polución prolongada o intensa (Incecik,
1996; Kukkonen et al., 2005; Malek et al., 2006). Por otra parte, la intensidad de una
inversión es directamente proporcional a su capacidad para inhibir el movimiento vertical
de los contaminantes (Milionis y Davies, 1992). Las inversiones de temperatura son
también, por tanto, responsables de estos eventos (Olofson et al., 2009; Nidzgorska-
Lencewicz y Czarnecka, 2015). De hecho, existen numerosos trabajos que abordan el
estudio de las inversiones de temperatura con respecto a la calidad del aire, en particular
en valles con gran ocupación urbana, registrando un importante aumento en las
concentraciones de PM2.5 PM10, SO 2 o NO2. Destacan los estudios realizados por
Malek et al. (2006) o Silva et al. (2007) en el Valle de Cache (Logan, Utah, EE. UU), por
Largeron y Staquet (2016) en los valles alpinos en el área de Grenoble (Francia), por
Gramsch et al. (2014) en el valle de Santiago de Chile, o los más recientes llevados a
cabo por Czarnecka y Nidzgorska-Lencewicz (2017).

En muchas ciudades europeas, las inversiones en altura como las de niveles inferiores,
próximas a la superficie coinciden con periodos de alta concentración de aerosoles. En
una perspectiva de futuro los datos de radiosondeos proporcionados por el National

40
Climatic Data Center (NCDC) predicen un aumento de las inversiones de nivel bajo en
consonancia con un mayor estancamiento regional proyectados por los modelos. Por el
contrario, muestran descensos notables en situaciones débiles, llegando a concluir que
la calidad del aire en términos generales tenderá a empeorar con el transcurso de los
próximos años (Kukkonen et al., 2005; Bailey et al., 2011). En concreto, Bailey et al.
(2011) afirman que los procesos de inversión térmica desencadenados a niveles bajos
en la zona centro-oeste de EE. UU están aumentando, como consecuencia de cambios
recientes en los patrones atmosféricos. Durante las últimas décadas la investigación
dentro del ámbito latinoamericano ha estado centrada en la relación de la estabilidad
atmosférica con los fenómenos de polución. Lässig et al. (1997) analizan las
características de las inversiones térmicas nocturnas en el Valle del río Negro
(Argentina), particularmente el régimen de vientos en noches de inversión y su influencia
sobre el diferencial térmico entre el fondo de valle (más frío) y a la altura del borde de la
meseta (aire más cálido). En Bogotá, Montoya et al. (2004) relacionan los problemas de
polución atmosférica con los fenómenos de turbulencia y de estabilidad atmosférica.

El estudio de perfiles térmicos en relación con el grado de estabilidad atmosférica


también ha llevado recientemente a elaborar diversos índices y clasificaciones. Fritz et
al. (2008) determinan el grado de estabilidad o inestabilidad en una determinada
situación meteorológica a partir de la revisión de índices que relacionan la ratio de
estabilidad y los perfiles termodinámicos. En su análisis incluyen la velocidad del viento,
la diferencia de altura geopotencial entre dos niveles atmosféricos, y cinco índices de
energía convectiva (Lifted Index LI, Índice K, Índice Total de los Totales, Índice de
Energía Potencial Disponible Convectiva CAPE, y el Índice Showalter SWI), utilizados
en este caso como índices de estabilidad atmosférica (Ochoa y Cantor, 2011). Otros
autores (e.g. Pasquill y Smith, 1983) propusieron clasificaciones de estabilidad, que
permiten diferenciar entre condiciones inestables, neutras (durante el día), nublados o
condiciones estables (nocturnas), con diferentes niveles de intensidad para cada una.
Whiteman et al. (2004) comparan perfiles térmicos en el centro de la cuenca alpina del
Gruenloch (Austria) con sondeos de temperatura pseudo-vertical, y ayuda de datos de
temperatura de dataloggers instalados en los flancos laterales de dicha cuenca. Esta
comparación mostró que los sondeos atmosféricos pseudo-verticales pueden ser
sustitutos útiles para obtener perfiles de temperatura del aire en el centro de la cuenca,
al menos bajo las condiciones estratificadas que suelen encontrarse en noches de
estabilidad. Cabe señalar que los estudios de acumulación de aire frío son relativamente
limitados debido de la dificultad y al coste económico que supone realizar sondeos

41
termodinámicos con la frecuencia y resolución vertical necesaria para capturar la
estructura vertical y la evolución de los descensos de aire frío superior.

Se demuestra, por tanto, que las ITs tienen un efecto muy notable sobre el clima, con
formación persistente de estratos superficiales (Zhang et al., 2011). La previsión en
invierno de la acumulación y de aire frío persistentes se ve obstaculizada por la falta
actual de comprensión en los mecanismos involucrados, y es considerado uno de los
problemas más difíciles de pronosticar en cuencas y valles. Debe señalarse que,
además de los modelos específicos empleados en los estudios de inversión térmica
(Leukauf et al., 2015), la mayoría de los modelos para la difusión de contaminantes del
aire ya incorporan las características de las inversiones (Milionis y Davies, 2008;
Morbidelli et al., 2011; Rendón et al., 2015).

La mayoría de estudios relacionados con procesos de IT se limitan al análisis de


inversiones superficiales o de poca elevación, y a la descripción detallada de las
estructuras de sus estratos (Czarnecka et al., 2016; Nidzgorska-Lencewicz, 2017;
Czarnecka et al., 2018). En determinadas ciudades de Estados Unidos y de Centro-
Europa (e.g. Praga) las tendencias temporales durante las últimas décadas muestran
una disminución en la frecuencia de ITs superficiales y un aumento en las inversiones
elevadas (Knozová, 2008; Bailey et al., 2011; Strylah et al., 2017). Resultados similares
parecen observarse para el área de estudio de la presente investigación.

Según Ogino et al. (2010) existen cuatro procesos que son claves para explicar las
variaciones de inversión térmica: las advecciones de aire frío, el enfriamiento radiativo
de la parte superior de la nube, el calentamiento adiabático debido al hundimiento
superficial, y el calentamiento diurno provocado por el crecimiento de la capa límite.

En España, el estudio de los fenómenos de IT arranca en la década de los años 30 del


siglo XX. Panzer (1932) comprueba, a partir de indicios paleoclimáticos, la existencia de
fuertes inversiones térmicas en el Puigcerdá (Pirineos), convirtiéndose en parte en el
precursor del estudio de inversiones térmicas superficiales o de irradiación. Surge a
partir de entonces un especial interés por el estudio de las anomalías meteorológicas
de carácter térmico, materializado en diversos trabajos de carácter local y regional que
intentan analizar los cambios bruscos térmicos entre valles y relieves montañosos.
Destacan los trabajos pioneros de Fontseré (1937) en la Plana de Vic (provincia de
Barcelona), y de Schmitt (1945) en la sub-meseta norte de la Península Ibérica. El propio
Fontseré obtiene diferencias de hasta 14ºC entre los observatorios de Vilatorta y Fabra,
proporcionando así los primeros resultados de grandes diferencias térmicas en noches
estables entre el valle (más frío) y las montañas.

42
Schieth y Kries (1947) constatan la ocurrencia de importantes fenómenos de inversión
térmica durante los meses de octubre a marzo en la Península Ibérica, y una mayor
intensidad del fenómeno en periodo invernal debido a la larga duración de las noches.
Masachs Alavedra (1945) expuso la teoría clásica del anticiclón peninsular de invierno
como centro autónomo originado por el enfriamiento del aire, con buen tiempo e
inversiones térmicas, a las que acompañan extensos bancos de niebla matinal. Pocos
años después, Lautensach (1962) resalta la frecuencia con la que, durante los meses
de noviembre, diciembre y enero, acontecen situaciones sinópticas de alta presión
aislada sobre la Península Ibérica, con aire enfriado, escasas nubes y fuerte irradiación
asociada a inversiones térmicas en valles y depresiones. Tanto Alavedra como
Lautensach marcan, por tanto, los comienzos de la investigación sobre los procesos
sinópticos que causaban subsidencia de aire frío en zonas deprimidas, y entre los que
destacaba la presencia de frecuentes altas presiones invernales en torno a la península.

En las décadas de los 60 y 70 se aborda el estudio de masas de aires sometidas a flujos


térmicos de irradiación o advectivos, que alteran la estructura vertical de los niveles
bajos de la atmósfera. Cabe aquí mencionar los trabajos de Pedraza (1962) sobre las
heladas, en particular las de irradiación. En otros casos, se han estudiado las heladas
con advección fría y régimen anticiclónico, caracterizadas por una fuerte inversión
térmica en las capas inmediatas al suelo (Albero y Catalá, 1965; Puigdefábregas, 1970).
También son frecuentes las investigaciones sobre las inversiones de temperatura con
advección cálida en niveles atmosféricos más elevados. En esta línea se halla el trabajo
de López Gómez (1975) centrado en la zona comprendida entre Madrid y la Sierra de
Guadarrama. El estudio concluye la aparición de inversiones térmicas intensas, cuya
diferencia de temperatura varía 8 o 10ºC entre Navacerrada y la periferia de la ciudad
de Madrid. Se contabilizan por primera vez frecuencias de ocurrencia, con 22
inversiones térmicas relativas nocturnas por invierno). En algunos de estos trabajos (e.g.
Puigdefábregas, 1970; López Gómez, 1975) es reconocida la importancia de los
sondeos termodinámicos atmosféricos en el estudio de la relación altitud / temperatura.
Apoyado en este enfoque, y en concreto en el análisis de los cambios higrométricos
registrados con la altura, Puigdefábregas (1970) identificó como la zona más fría en una
región deprimida con temperaturas mínimas extremas, la capa de aire situada
inmediatamente por encima del nivel de niebla.

Desde los años ochenta hasta la actualidad abundan los estudios de ámbito local,
algunos de gran repercusión y referencia obligada. Especial relevancia tienen en esta
época las publicaciones de Cuadrat Prats (1983) sobre la” cazuela” de Calatayud, donde
constató procesos de inversión térmica en un 50% del total de noches. En ellas también

43
reseñó la importancia de los aspectos microclimáticos dentro de espacios
topográficamente deprimidos sujetos a intensas inversiones térmicas. Gesteiro Araujo y
Galán Gallego (1983) estudian las inversiones térmicas invernales en el sector central
de la Serranía de Cuenca, mientras que Xercavins (1989) lo hizo en la subcomarca de
Les Guilleries (Cataluña). Aquí detectan diferencias térmicas de hasta 11ºC en un
gradiente altitudinal de 600 m, desde zonas de altiplano (espacios abiertos “colgados”
de alta montaña), hasta desfiladeros angostos que actúan como canalizadores de las
inversiones térmicas más intensas. Particular interés tiene también el estudio de los
efectos de la vegetación en los procesos de inversión térmica. En concreto, dicho autor
constató en los bosques perennifolios densos (encinares) temperaturas 2-3ºC
superiores a las registradas en espacios con escasa o nula vegetación.

Ezpeleta (1990) analizó en la Depresión de Sariñena el régimen anual de las inversiones


térmicas en relación con la distribución de la vegetación forestal, y comprueba que el
Pinus halenpensis, el más termófilo de los pinos, tiende a refugiarse en las laderas,
mientras que, en las depresiones, más propensas a las inversiones térmicas intensas,
coloniza mejor el Juniperus thurifera. En otra línea de investigación, pero también a
escala local, Clavero (1984) abordan los problemas de contaminación atmosférica
asociados a los fenómenos de estabilidad atmosférica en la ciudad de Barcelona, a partir
de una comparativa entre los observatorios de El Prat (12 m) y el de Fabra (412 m).

Ya en la década de los 90, Martín Vide y Fructuoso Aranda (1993) utilizan los sondeos
termodinámicos para revisar los conceptos de inversión térmica por subsidencia,
turbulencia, frontal o de irradiación y, al mismo tiempo, estudiar dicho tipo de fenómeno
en el Vallès Oriental, haciendo hincapié en su frecuencia, intensidad y estacionalidad.
Dorta Antequera (1994) analizó las inversiones térmicas por subsidencia, a través de
sondeos termodinámicos que permitieron demostrar la mayor proclividad de los meses
centrales de verano a padecerlas, bajo condiciones de una altitud relativamente baja y
un fuerte gradiente térmico. Bello Fuentes (1994) investigó el efecto de las islas de calor
en los procesos de inversión térmica. El análisis de la influencia discriminante ofrecida
por el distinto comportamiento térmico de los usos de suelo urbanos le llevó a conceder
a las áreas verdes una mayor capacidad térmica reguladora, con 1ºC de diferencia
media respecto al resto de sectores locales. Hernández Navarro (1994) en su estudio
sobre el régimen de heladas en el Valle Medio del Ebro, comprueba que las del tipo
irradiativo en zonas deprimidas de valle son las más frecuentes, las de mayor duración
y las más intensas (con los valores de temperatura mínimos y máximos más bajos),
mientras que, las heladas de advección lo son en zonas más altas y accidentadas.
Domínguez Bascón (1995) centró su investigación en el sur de la península,

44
especialmente en el valle del Guadalquivir, dejando al margen aquellos enclaves de alta
montaña que habían sido analizados años atrás. Por primera vez en España se
relaciona el proceso natural de inversión térmica con las condiciones del medio
ambiente urbano. En opinión de este autor, la proximidad de la alta montaña no es un
factor totalmente necesario para la intensificación de los procesos de inversión térmica,
sino que basta con la presencia de extensas superficies horizontales o inclinadas de
captación de aire frío (e.g. las observadas en Sierra Morena).

Durante los inicios del siglo XXI prosiguen en España los estudios de tipo local. En la
primera década pueden citarse los trabajos sobre el fenómeno de inversión térmica de
Alonso (2005) en el Valle de Ordesa, de Bello Fuentes (2008) en el Valle Bajo del río
Henares (Guadalajara), y de Batlló (2009) en la Plana de Vic. Más recientemente han
surgido estudios específicos sobre piscinas de aire frío o las llamadas “cold air pools”
(CAPs) en la literatura anglosajona (e.g. en la Cerdaña, Pirineos), a menudo
fundamentados en el uso de redes de datalogger para el cálculo de horas de helada
(Jiménez et al., 2015; Miró et al., 2017; Pagès et al., 2017). El número de horas de frío
ha sido ya contemplado con cierta frecuencia desde hace tiempo en los estudios
agroclimáticos y en la planificación agrícola (Richardson et al., 1974).

Los estudios realizados en el ámbito del SE de la Península Ibérica son escasos y


recientes. En la Región de Murcia la bibliografía existente sobre éstas situaciones es
muy somera y ha estado generalmente limitada a investigaciones puntuales referidas a
los sucesos de heladas. Entre ellos pueden mencionarse los trabajos de Conesa García
et al. (2014), y Espín Sánchez et al. (2018), que acometieron el estudio de SBIs en la
Huerta de Murcia, asociadas a procesos de advección cálida en altura. Los resultados
de ambos estudios mostraron diferencias de temperaturas absolutas durante las noches
de inversión de hasta 14ºC en apenas un desnivel altitudinal de 200 m. Ponen de
manifiesto un gran contraste térmico entre el fondo de valle y los relieves marginales
periféricos.

El primer capítulo de la presente Tesis Doctoral viene a cumplir una serie de objetivos
relacionados con la caracterización de los procesos de inversión térmica en el área de
estudio: la Demarcación Hidrográfica del Segura (DHS). Con tal finalidad, se ha
considerado necesario utilizar la información que proporcionan los sondeos
atmosféricos, especialmente sobre la estructura vertical de los niveles y características
físicas del aire implicadas en las inversiones térmicas que son objeto de análisis. Uno
de los principales objetivos es determinar la frecuencia anual de los procesos de ITN,
establecer la tipología predominante, y comprobar la importancia de los procesos
superficiales, causantes, de la mayoría de heladas en zonas de valle (74,3% en el Valle

45
del Ebro, según Hernández Navarro, 1994). Así mismo, se analiza, dentro del ámbito de
estudio, la intensidad de dichos procesos, a través de metodologías novedosas y ya
implantadas, así como la distribución espacial de la intensidad de las ITs a partir de la
base de datos de eventos diarios de mayor intensidad en las últimas tres décadas.

Otro objetivo básico es el análisis temporal, anual e interanual de la presión atmosférica


superficial, y el de la temperatura en los geopotenciales de 850 y 500 hPa, clave para
la evolución y seguimiento de las masas de aire, y de la configuración de episodios fríos
en el área de estudio.

Finalmente, se aborda la evolución de los procesos de IT durante las últimas décadas,


así como las variables atmosféricas que influyen en su aparición (presión atmosférica
superficial, cubierta nivosa, y dirección y velocidad del viento). Este objetivo enlaza
directamente con otro de carácter más práctico y aplicado desarrollado en el Capítulo 5,
analizar la evolución temporal de los días de helada e indicadores de frío, y su relación
con la tendencia de los eventos de inversión térmica, principalmente durante el invierno.

2.2. MATERIAL Y MÉTODOS

2.2.1. Datos

El análisis de los procesos de inversión térmica nocturna en la DHS ha sido realizado


mediante un total de 11.680 sondeos atmosféricos diarios (1986-2015), pertenecientes
al Centro Meteorológico Territorial (CMT) de Guadalupe (Murcia), realizados por la
Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en colaboración con la Organización
Meteorológica Mundial (OMM). Este observatorio, situado en las afueras de la ciudad
de Murcia (38.00°N, 1.10° W), constituye una de las seis estaciones aerológicas que
operan en España (junto a La Coruña, Santander, Barcelona, Madrid-Barajas y Huelva).
Los datos diarios utilizados proceden de la base de datos del aire de la Universidad de
Wyoming (http://weather.uwyo.edu/upperair/sounding.html). Se trata principalmente de
datos diarios de temperatura a diferentes niveles altitudinales registrados durante horas
nocturnas (00 h UTC).

Desde el año 2015 los datos públicos de sondeos atmosféricos en España fueron
privatizados, por lo que, debido a las altísimas prestaciones económicas para su
consulta, se decidió finalizar la serie temporal de estudio en el año 2015. Desde 2012
hasta la actualidad se dispone, en abierto, de los datos de sondeos atmosféricos del
continente europeo en la web francesa de Meteociel
(http://www.meteociel.fr/observations-meteo/sondage.php?map=1), información que
será empleada en capítulos posteriores para eventos locales.

46
Las mediciones diarias de los radiosondeos han sido ampliamente utilizadas durante los
últimos años para el estudio de inversión térmica (Zhang et al., 2011 y Malingowski et
al., 2014). En el estudio se escogen los realizados a las 00 h UTC, es decir, se trata de
sondeos exclusivamente nocturnos, que permiten estudiar la estructura de las
inversiones térmicas durante la madrugada (ITN). Por tanto, en el este análisis no tienen
cabida la medición diurna aportada por los sondeos diarios (12 h UTC).

La identificación de las capas de inversión atmosféricas se ha realizado mediante la


metodología de Fochesatto (2015), a partir de los cambios verticales observados en la
temperatura del aire. En caso de existir, se identifica el primer estrato de ITN para cada
sondeo diario nocturno. El estrato de inversión, por tanto, es identificado a la altitud
donde la temperatura empieza a aumentar con la altitud (ZBASE), hasta el nivel altitudinal
donde la temperatura vuelve a decrecer (conformando el tope o techo del estrato de
inversión o ZTOP) (Fig. 2.2 y 2.3). En los sondeos donde aparecen varios estratos de ITN,
es escogido siempre el de menor altitud, por estar más próximo a superficie.

Las variables de los sondeos aerológicos realizados en el Observatorio de Murcia –


AEMET (00 UTC) son la altura de la base (ZBASE) y tope (ZTOP) del estrato de inversión
térmica, la temperatura de la base (TBASE) y del tope (TTOP) del estrato, la presión
atmosférica superficial (PA), y las temperaturas en los geopotenciales de 850 y 500 hPa
(T850 y T500). En la serie temporal manejada existen 51 jornadas sin mediciones (0.4%
del total), que ha supuesto un dato especialmente bajo en el conjunto total de la serie.

La intensidad de inversión CINV (como se detalla más adelante) y el promedio de


temperatura media de las mínimas (TNm) en el mes de enero se han estimado para el
período comprendido entre octubre de 2016 a mayo de 2018, a partir de 159 puntos de
observación espacialmente distribuidos dentro de la DHS (Fig. 2.1). Del total de
mediciones, 42 son suministradas por datalogger registradores de temperatura, que han
sido instalados por el autor en el área de estudio, y que se detalla en el Capítulo 4.

47
Fig. 2.1. Puntos de observación meteorológica utilizados para el análisis de la intensidad
de los procesos de inversión térmica (CINV), pertenecientes a las redes de AEMET, SIAR,
CHS y red propia de datalogger.

Del total de observatorios meteorológicos utilizados, un total de 48 pertenecen a la Red


del Sistema de Información Agrario de Murcia (SIAM), propiedad del Instituto Murciano
de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA) de la Comunidad Autónoma
de la Región de Murcia, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente
(SIAR), a la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y al Ayuntamiento de
Mazarrón (Red SIAM IMIDA). Las 84 estaciones meteorológicas restantes forman parte
del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), de la Confederación
Hidrográfica del Segura (CHS) y de la Asociación Meteorológica del Sureste (AMETSE).

48
Fig. 2.2. Ejemplo de un sondeo atmosférico nocturno en Murcia, 3 diciembre de 2010,
a las 00 UTC, donde se aprecia una inversión térmica superficial (recuadro rojo). Fuente:
Universidad de Wyoming.

Fig. 2.3. Ejemplo de un sondeo atmosférico nocturno en Murcia, 20 diciembre de 2015,


a las 00 UTC, donde se aprecia una inversión térmica superficial (recuadro rojo). Fuente:
Universidad de Wyoming.

49
Por último, se analizan los datos del resto de variables meteorológicas directamente
implicadas en la conformación y desarrollo de los procesos de inversión térmica; valores
diarios de presión atmosférica (PA), de dirección (WD) y velocidad del viento (WV), y de
cobertura nubosa (CC). Los datos han sido obtenidos de los observatorios
meteorológicos de AEMET de 1er orden: el Centro Meteorológico Territorial (CMT) de
AEMET en Guadalupe (Murcia) (1985-2017), y los observatorios meteorológicos de la
Base Aérea de Alcantarilla y Aeródromo de San Javier (1950-2017).

2.2.2. Métodos

La estadística generada a lo largo del capítulo (frecuencia, estructura vertical,


temperatura, espesor o intensidad de los eventos de ITN) está calculada exclusivamente
a través de madrugadas estables donde se detecta una capa de inversión térmica.

Las características tipológicas de las inversiones térmicas permiten, en función de su


altura, diferenciar básicamente entre inversiones superficiales (SBIs) y elevadas (ELIs).
Las SBIs comienzan a desarrollarse inmediatamente a nivel del suelo, mientras que las
ELIs tienen la base del estrato a partir de 1000 m (Parczewski, 1976; Stryhal et al.,
2017).

A partir de los datos de temperatura y altitud de la base y del tope del estrato de IT se
han calculado los siguientes parámetros en la ecuación 2.1: el espesor de la capa de
inversión (DZINV = ZTOP - ZBASE), la intensidad (DTINV = TTOP – TBASE) (Fig. 2.4), y el
gradiente de temperatura promedio (lapse rate o LR) para la capa de inversión (en ºC
por 100 m):

LR = (DTINV / DZINV) (2.1)

donde DTINV es la diferencia de temperatura o intensidad de la capa de inversión, y DZINV


el espesor (m) de la misma.

Para el cálculo de la intensidad de inversión (I) (Tabla 2.1) se ha adoptado la siguiente


ecuación (2.2) de Tavousi y Abadi (2016):

I = (DTINV) 2 / 3 + Z(DZINV) (2.2)

donde DTINV es la diferencia de temperatura o intensidad de la capa de inversión (en


Kelvin), DZINV es el espesor de la capa de inversión (m), y Z es la altitud del observatorio
meteorológico (desde donde se lanza el sondeo) en Hm.

50
Tabla 2.1. Umbrales de I para los tipos de IT establecidos por Tavousi y Abadi (2016)
según su intensidad.

I Tipo Invierno Primavera Verano Otoño Total


Q1 Débil < 1,8 < 1,2 < 1,2 < 1,2 < 1,4
Q2 Moderada 1,8 - 3,2 1,2 - 2,0 1,2 - 2,0 1,2 - 2,2 1,4 - 2,4
Q3 Fuerte 3,2 - 5,0 2,0 - 3,4 2,0 - 3,2 2,2 - 3,6 2,2 - 3,8
Q4 Severa > 5,0 > 3,4 > 3,2 > 3,6 > 3,8

El autor propone el índice CINV o Temperature Inversion Capacity Index para determinar
la capacidad de inversión térmica en cualquier punto del área de estudio. El índice
expresa la diferencia (en ºC) entre la temperatura registrada en superficie de un
observatorio meteorológico y la temperatura geopotencial que marca el sondeo
atmosférico a la altitud de dicho observatorio (2.3). Ésta última, es, por tanto, la
temperatura en “atmósfera libre”, sin influencia superficial. En consecuencia, la
reducción de temperatura en superficie respecto a la temperatura geopotencial que le
corresponde a esa altitud, es la capacidad inversora que tiene ese punto. Se propone la
siguiente clasificación de intensidad según diferentes umbrales (Tabla 2.2), que han sido
obtenidos y adaptados con el análisis de datos diarios de observación de las estaciones
meteorológicas del área de estudio entre 2016 y 2018 (Fig. 2.1).

CINV = TZGEOP (i) -TS (i) (2.3)

donde TZGEOP (i) es la temperatura geopotencial a la altitud de la estación meteorológica


(ºC) proporcionada por el sondeo atmosférico y Ts (i) la temperatura superficial de la
estación meteorológica en (ºC).

Tabla 2.2. Umbrales de CINV (ºC) según el índice propuesto por el autor.

Tipo de inversión térmica Umbrales térmicos (ºC)


Extremadamente Débil <4,3
Muy débil 4,3 /6,3
Débil 6,3 / 8,2
Moderada 8,2 / 9,9
Fuerte 9,9 / 11,7
Muy fuerte 11,7 / 14,1
Extremadamente fuerte >14,1

Para el análisis de tendencia temporal de las características de los procesos de


inversión térmica y de las variables que influyen en su conformación, se adoptó el

51
cálculo de tendencias temporales lineales (2.4) del Test de Mann Kendall (M-K) (Kendall,
1975):

S=∑k−1n−1∑j−k+1nsgn(xj−xk) (2.4)

donde S es el número de diferencias positivas menos el número de diferencias


negativas. Si S es un número positivo, las observaciones obtenidas posteriormente en
el tiempo tienden a ser mayor que las observaciones anteriores. Si por el contrario es
negativo, las observaciones realizadas posteriormente en el tiempo tienden a ser más
pequeñas que las observaciones anteriores.

Fig. 2.4. Diagrama prototipo de estrato de inversión térmica en niveles bajos. Fuente:
Iacobellis et al. (2009).

La correlación estadística entre las variables utilizadas (2.5) se realiza mediante el


coeficiente de correlación de Kendall (Kendall, 1938). Se utilizan niveles de significancia
(p value) representadas con asteriscos en el texto: 0.001 (***), 0.01 (**) y 0.5 (*):

ὠ = 12∑D2 / m2 n (n2– 1) (2.5)

donde ὠ es el estadístico de Kendall, D = ∑R – (∑R/n), m es el rango de evaluadores,


n es el número de objetos, y ∑R es la suma de rangos. La significancia del coeficiente
de Kendall viene dada por la expresión de la ecuación 2.6:

52
(7) c2= k (N – 1) ὠ (2.6)

donde c2 está distribuido como chi-cuadrado con N – 1 grados de libertad, k es el número


de evaluadores, N es el número de sujetos y ὠ es el coeficiente de Kendall.

Por su parte, la cartografía de la distribución espacial de CINV ha sido elaborada con una
resolución espacial de 25 m de píxel, mediante un krigeado universal (universal kriging,
UK), utilizando la altitud y la distancia a la costa como variables externas
independientes. Este método también es conocido como krigeado con deriva externa
(kriging with external drift, KED). Además de la altitud, se incluyó la distancia a la costa
como segunda variable externa para tener en cuenta el efecto de la continentalidad en
las temperaturas mínimas y mejorar la representación del campo de temperaturas en
zonas cercanas al mar.

Finalmente, para el análisis de relación entre las variables analizadas de los procesos
de inversión térmica y las temperaturas mínimas superficiales, se aplica un proceso de
Análisis de Componentes Principales (PCA). El objetivo del PCA es encontrar
combinaciones lineales de las variables con mayor varianza. La idoneidad del análisis
factorial se determinó mediante dos criterios. Por un lado, la medida de adecuación
muestral de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) como medida de homogeneidad de variables
(Sharma, 1996). Una medida de KMO superior a 0,50 es aceptable para el análisis PCA.
Por otro, la prueba de esfericidad de Bartlett (Snedecor y Cochran, 1983), que prueba
si la matriz de correlación es una matriz de identidad, lo que indicaría que el modelo
factorial es inapropiado.

2.3. RESULTADOS

2.3.1. Características de los procesos de inversión térmica nocturna (ITN)

2.3.1.1. Tipos de inversiones térmicas y distribución anual

A partir del análisis de 11.680 sondeos atmosféricos diarios (1986-2015), efectuados en


el Centro Meteorológico Territorial (CMT) de Guadalupe (Murcia) (Red AEMET), se han
identificado dos tipos principales de inversiones térmicas con características diferentes:
(1) inversiones de superficie (SBI), e (2) inversiones elevadas (ELI) hasta 3000 m de
altitud.

El primer resultado llamativo que se deduce de este análisis es la elevada frecuencia de


ITN constatadas en el CMT de Guadalupe (83,7% de noches de inversión al año como
muestra la Fig. 2.5). Frecuencias similares son esperables para el resto de valles y
depresiones del sureste de la Península Ibérica, similares con las observadas en otras

53
zonas topográficamente deprimidas del país, como la Depresión de Sariñena (Cuenca
del Ebro) en la que suponen un 82,9% (Ezpeleta, 1990). El porcentaje resulta, incluso,
algo superior al registrado en extensas áreas llanas continentales como las Southern
Great Plains (EE. UU), que presentan un 75%, en gran parte relacionado con una alta
frecuencia de madrugadas anticiclónicas (Li et al., 2015).

Fig. 2.5. Frecuencia relativa mensual de jornadas con inversión térmica nocturna (ITN
(Período 1986-2015). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

Como parámetros indicadores de las características de los procesos de inversión


térmica, y de su estructura, en la ciudad de Murcia, se han utilizado los siguientes:
duración, frecuencia, temperatura y altura de la base y tope del estrato de inversión
(ZBASE y TBASE, ZTOP y TTOP), intensidad (DTINV), espesor (DZINV), y gradiente térmico
vertical (LR).

Tabla 2.3. Distribución porcentual (%) de situaciones de estabilidad nocturna (1986-


2015), de acuerdo con el índice de intensidad de inversión (I) de Tavousi y Abadi (2016).

I Tipo Invierno Primavera Verano Otoño Total


>0 Aire cálido estable 77,8 62,7 52,6 67,4 65,1
<0 Subsidencia inestable 13,9 18,7 14,8 17,8 16,3
=0 Condiciones neutras 8,3 18,6 32,6 14,8 18,6

La gran cantidad de jornadas al año con cielo despejado, así como la persistencia de
situaciones de estabilidad anticiclónica en el sureste peninsular (vientos flojos y calma

54
nocturna), propicia que cuatro de cada cinco noches al año se acumule aire más frío y
denso en los fondos de valles, depresiones y hoyas interiores, respecto a zonas
accidentadas orográficamente más elevadas dentro de dicha área.

De acuerdo con los umbrales de intensidad de inversión (I) de Tavousi y Abadi (2016),
los periodos de aire cálido estable en la ciudad de Murcia son los más frecuentes a lo
largo del año (65,1%), aunque tienen mayor predominio en época invernal (78%). Las
condiciones inestables representan, en cambio, sólo el 16,3% de las madrugadas del
año, y el 14% durante el invierno (Tabla 2.3). Ello corrobora el predominio anticiclónico
y las condiciones estables en el área de estudio.

La distribución mensual de las inversiones térmicas identificadas en los sondeos


atmosféricos guarda estrecha relación con la duración de las situaciones de tiempo
atmosférico a lo largo del año. Así pues, durante el periodo estival e invernal,
caracterizados por largos periodos anticiclónicos, se registran los porcentajes más
elevados de eventos de ITN (87,8% en julio y 87,1% en enero) en contraposición a los
valores porcentuales más bajos observados en los meses equinocciales (78,8% en
octubre o 79,8% en mayo). En este último caso existe una mayor influencia de
nubosidad y viento asociada al paso de vaguadas y perturbaciones atlánticas de
latitudes más altas (Fig. 2.5). Aun así, los porcentajes de frecuencias se mantienen
elevados durante todo el año.

Fig. 2.6. Distribución porcentual de la intensidad (DTINV) en naranja, del espesor (DZINV)
en verde y de la altitud media del estrato de ITN en azul. Datos: CMT de Murcia
(AEMET).

La Tabla 2.4 y la Fig. 2.6 muestran los valores medios para cada una de las variables
analizadas en la estructura vertical de las inversiones térmicas. En general, se aprecian

55
inversiones térmicas muy superficiales e intensas en época invernal, y estratos de ITN
a mayor altitud y menor intensidad durante el verano.

Los meses con mayor porcentaje de madrugadas de ITN corresponden al período estival
(julio, 9,1% y agosto, 8,9%). De igual modo, los meses invernales de diciembre y enero,
con clara influencia de cielos despejados, presentan una frecuencia relativa importante
(8,8 y 8,6% respectivamente). Por el contrario, los meses más húmedos en la Región
de Murcia, como octubre y abril, no superan el 7,5 y el 7,8% respectivamente de las ITs
nocturnas producidas al cabo de un año (Fig. 2.6). Sin duda, la breve duración media
de la insolación (apenas 5 ó 6 horas) en los días de invierno favorece notablemente la
rápida instauración de los procesos de inversión térmica durante primeras horas de la
tarde, y su consolidación al llegar la madrugada (Garrido et al., 2014). Ello concuerda
con el intervalo temporal, entre las 18 y las 6 h UTC, considerado por Fritz et al. (2008)
como más propicio para la conformación de procesos de inversión térmica.

Tabla 2.4. Valores medios mensuales estimados para las variables utilizadas en la
caracterización de las ITN (1986-2015). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

TBASE ZBASE TTOP ZTOP DTINV DZINV LR T500 T850


Mes % IT PA
(ºC) (m) (ºC) (m) (ºC) (m) (ºC) (ºC) (ºC)
E 87,1 8,0 109,1 11,5 344,0 3,5 234,8 2,2 1015,1 -20,5 4,3
F 85,3 8,8 133,8 12,2 380,9 3,4 247,1 2,1 1014,7 -20,6 4,7
M 83,9 10,7 172,8 13,8 465,3 3,1 292,0 2,0 1012,5 -19,2 6,8
A 80,1 12,8 151,6 15,3 398,8 2,4 247,0 1,8 1008,0 -18,9 7,8
M 79,8 15,7 247,8 17,9 524,4 2,1 276,6 1,6 1008,7 -15,5 12,0
Jn 80,8 18,8 386,3 20,9 714,3 2,1 328,0 1,2 1009,3 -11,7 15,9
Jl 87,8 21,1 513,3 23,8 948,5 2,6 434,6 1,0 1008,9 -9,0 20,3
A 87,1 22,0 554,8 24,3 930,3 2,4 376,4 1,0 1008,5 -9,4 20,7
S 82,1 19,5 385,6 21,6 650,3 2,1 263,6 1,4 1009,1 -11,2 16,1
O 78,8 15,9 223,9 18,3 474,0 2,4 250,7 1,6 1010,2 -13,9 11,4
N 85,8 11,8 126,6 15,0 354,2 3,2 227,4 1,9 1011,6 -16,8 7,7
D 86,0 9,1 97,7 12,8 348,6 3,7 253,7 2,0 1013,4 -18,7 5,8
Med 83,7 14,5 258,6 17,3 544,5 2,8 286,0 1,6 1010,8 -15,5 11,1

Los eventos de ITN en la ciudad de Murcia son predominantemente superficiales (SBIs),


con un porcentaje anual del 80,8%. Las ELIs, por su parte, son poco frecuentes a lo
largo del año (19,2%), y se concentran principalmente en la época cálida del año (79,4%
del total anual, entre mayo y septiembre) (Fig. 2.9).

En consecuencia, desde el mes de octubre a abril (periodo más frío del año), el
porcentaje de SBIs no desciende del 90% en el total de sucesos de procesos de
inversión térmica (Fig. 2.7). Por el contrario, los meses estivales registran un porcentaje
mayor de ELIs (entre el 50 y 65%), con un ascenso del estrato de inversión bastante

56
más marcado. Tal es el caso del mes de agosto, donde la frecuencia de inversiones
elevadas (ELIs) es ligeramente superior (50,7%) a la de las inversiones superficiales
(SBIs).

Diversos estudios (e.g. ZMVN, 2005), que han abordado el análisis frecuencial de las
SBIs revelan que éstas son más recurrentes durante los meses fríos del año (de
noviembre a mayo), con una frecuencia significativamente menor en los meses centrales
de verano). En efecto, una inversión de temperatura superficial se forma cuando el suelo
se enfría más rápidamente que el aire superior, debido a la pérdida de calor por emisión
de radiación de onda larga, normalmente más eficaz en época invernal durante noches
estables (Whiteman, 2000).

Fig. 2.7. Distribución relativa mensual de las SBIs y ELIs en la ciudad de Murcia (período
1986-2015). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

En definitiva, se registran SBIs especialmente en invierno, con una acumulación superior


al 95% del total en los meses de diciembre, enero, y febrero (Fig. 2.7). Se desarrollan
bajo situaciones anticiclónicas acompañas de cielos despejados y sin viento. Debido a
los procesos de radiación nocturna (irradiación) que favorecen el enfriamiento del suelo
y de la capa de aire en contacto, la transferencia vertical de calor desde la superficie
tiene escaso desarrollo en altura y apenas influye en la temperatura de las capas
superiores (Barry, 1981). El espesor y el gradiente de la capa enfriada dependerá más
bien del viento, la nubosidad, el tipo de suelo, la duración de las horas nocturnas, la
temperatura inicial y la diferencia entre la temperatura del aire y de la superficie (Fig.

57
2.8). Además, en reiteradas ocasiones se generan bancos de niebla (de irradiación) con
este tipo de situación. Si el suelo está húmedo por lluvias recientes o si predomina una
alta humedad relativa ambiental en capas bajas, el enfriamiento logra saturar el aire
junto al suelo, dando lugar, por tanto, a la formación de niebla, cuyo límite superior será
el ZTOP.

Fig. 2.8. Esquema teórico de inversión térmica superficial o de irradiación. Fuente: Barry
(1981).

Las inversiones térmicas elevadas (ELIs) generalmente se forman cuando el aire sobre
los centros de alta presión se hunde o cuando el aire más cálido fluye sobre el aire frío.
Las áreas de alta presión, que producen inversiones de subsidencia, generalmente
tienen bajas velocidades del viento, cielos despejados y abundante radiación solar
(Whiteman, 2000), condiciones que son propias del verano en el área de estudio.
Atendiendo a los criterios de clasificación de Parczewski (1976) (entre los que figura un
umbral de ZTOP de 1000 m), las ELIs a partir de los datos aerológicos del CMT de
Guadalupe (Murcia), son, por tanto, poco frecuentes durante gran parte del año.

58
Fig. 2.9. Distribución mensual de SBIs y ELIs (1986-2015) a lo largo del año. Datos:
CMT de Murcia (AEMET).

De hecho, en invierno, primavera y otoño constituyen el 6, 12 y 15 % respectivamente


del total de ITN producidas en cada una de las estaciones. Recientemente, ha surgido
cierta discusión sobre el umbral altitudinal establecido como tope del estrato de
inversión. Stryhal et al. (2017) rebatió el umbral de ZTOP de 1000 m, por considerarlo
demasiado bajo y propuso una altitud tope de 2000 m. Sin embargo, este último umbral
no parece ser adecuado en la DHS, caracterizada por una gran variedad orográfica
donde abundan las zonas de topografía deprimida (intercalación de vaguadas,
depresiones, hoyas y llanuras prelitorales), y donde un umbral de ZTOP de 2000 m
reduciría de forma muy significativa la proporción de ITN definidas como ELIs hasta un
0,08% en la ciudad de Murcia.

2.3.1.2. Duración de los episodios de inversión térmica

Los eventos de ITN presentan una variabilidad mensual considerable en el área de


estudio. Ocurre del mismo modo con las jornadas consecutivas de inversión (episodios),
aunque las diferencias son menos marcadas. La duración media de los episodios de
ITN contabilizados durante el periodo de análisis (758 episodios) es de 3,1 días (Tabla
2.5). Se trata, en general, de episodios de inversión poco duraderas, asociadas
principalmente a la persistencia de situaciones de estabilidad anticiclónica durante los
meses de invierno en el sureste peninsular. El mayor número medio de episodios se
registran durante la época invernal, con 3,1 episodios durante enero y febrero.

59
Contrariamente, durante la época más cálida del año (con intensidades de inversión
térmica muy débiles), se registran menos de 2 episodios mensuales (desde mayo a
octubre). Cada año se registra por término medio un total de 25,3 episodios. En el
periodo temporal analizado, la variabilidad anual no es especialmente importante, con
un mínimo de 12 episodios en 2006 y 38 en el año 1990.

Tabla 2.5. Características mensuales del número y duración de episodios de ITN (1986-
2015). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

Meses Nº medio de episodios Duración episodios (días)


Enero 3,1 4,3
Febrero 2,6 3,5
Marzo 2,8 4,0
Abril 2,3 3,0
Mayo 1,7 2,4
Junio 1,5 2,7
Julio 1,4 2,7
Agosto 1,5 2,1
Septiembre 1,0 1,5
Octubre 1,5 2,5
Noviembre 2,6 3,9
Diciembre 3,1 4,3
Año 25,3 3,1

Los meses invernales, y aquellos más próximos (marzo y noviembre), registran un


mayor número medio de días por episodio (4,3 días en enero y diciembre). Durante los
meses centrales del año (periodo cálido) la longitud de los episodios de ITN es
relativamente más corta (inferior a 3,0 días desde mayo a septiembre). Las medias
obtenidas enmascaran episodios de larga duración. El más duradero se registra desde
el 24 de febrero al 20 de marzo de 1997, con 25 jornadas consecutivas con procesos de
ITN. Las más frecuentes son las ITs con duración de 2 a 5 días (67%) y de 6 a 10 días
(19%). Ambos intervalos reúnen el total del 86,6% de los episodios. También resulta
significativa la ocurrencia de episodios de 10 a 15 días consecutivos (7,4% del total de
las ITN). Las secuencias de más de 20 jornadas de duración apenas superan el 1% (Fig.
2.10).

60
Fig. 2.10. Histograma de frecuencias y curva de densidad de la duración de las ITN
(1986-2015). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

2.3.1.3. Intensidad de las inversiones térmicas nocturnas (DTINV)

La intensidad de los procesos de inversión térmica nocturna (DTINV) presenta una gran
variabilidad a lo largo del año. La diferencia media de temperatura entre la base y el
techo del estrato de inversión es de 2,8ºC, sin duda, un valor elevado si se considera
que el espesor del estrato apenas tiene 286 m (1,6ºC / 100 m de LR). Se trata de un
valor muy parecido al promedio registrado (2,5ºC) en el Área Metropolitana de
Guadalajara (México), donde los problemas de contaminación por dióxido de azufre
(SO2) y de nitrógeno (N), y por ozono (O3), constituyen un gran riesgo para la población
(García et al., 2012). Un rango de valores mayor es esperable en zonas deprimidas más
extensas (e.g. en el Valle del Henares, donde el promedio de DTINV se sitúa entre 2,1 y
4,0ºC (Bello Fuentes, 2008).

La DTINV es considerablemente menor en los meses estivales y tardo-estivales (2,1ºC


en junio y septiembre), debido principalmente a la reducción de horas nocturnas (Fig.
2.11). Durante los últimos días de diciembre, y primeros de enero, los registros son los
más elevados del año (3,8ºC), con un máximo secundario a finales de febrero y
principios de marzo (3,6ºC). Por el contrario, los valores más bajos se registran durante
los últimos días de junio (1,7ºC), con un mínimo secundario a mediados del mes de
septiembre (2,1ºC).

61
Fig. 2.11. Evolución anual de la intensidad media (DTINV) de las inversiones térmicas
nocturnas (1986-2015). Línea azul representa un método de suavizado de paso bajo
(smoothing method loess). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

La intensidad de inversión anual muestra un punto de ruptura a principios de noviembre,


con un sustancial ascenso durante los últimos días de octubre. A principios del mes de
abril, también se anota un drástico descenso. Se trata de dos periodos temporales
donde la DTINV muestra alteraciones significativas. Los valores más elevados coinciden
con el periodo temporal de mayor peligrosidad de heladas, coincidiendo con el periodo
de heladas (FP) en el área de estudio, tal y como se comprueba en el Capítulo 6.
También se observan intensidades máximas en el mes de julio, donde las ITN llegan a
ser tan intensas como en el periodo invernal (Palo et al., 2017).

La intensidad de ITN presenta un predominio anual entre 0-2ºC (45%), constituyendo


también un peso relativo importante los valores entre 2,1 y 4,0ºC (30%). Por tanto, la
mayoría de procesos de ITN presenta una DTINV inferior a 4ºC (75%), aunque son
frecuentes las jornadas con valores superior a 6ºC (7%) (Fig. 2.12). Incluso, algunas de
ellas han llegado a registrar valores superiores a 14ºC (10 de febrero de 2006). Del total
de sondeos analizados, 43 registran valores superiores a 10ºC. Constituyen, sin duda,
jornadas donde la distribución de temperaturas superficiales presenta un contraste
tremendamente importante, tal y como se evaluará en el Capítulo 2.

62
Fig. 2.12. Histograma de frecuencias y curva de densidad de DTINV (ºC) (1986-2015).
Datos: CMT de Murcia (AEMET).

Las jornadas con mayor intensidad de ITN (>5ºC) presentan el mayor porcentaje durante
los meses invernales, agrupando entre ambos el 46% del total anual (Fig. 2.13). Por su
parte, la aparición del DTINV más intensas adquiere poca relevancia durante los meses
equinocciales (abril, mayo, septiembre y octubre), aunque representan un segundo
máximo anual durante los meses de julio y agosto (12,7%).

Durante el invierno se registran las diferencias térmicas más contrastadas en el área de


estudio. Durante ésta época fría aparecen las temperaturas mínimas más bajas del año,
suponiendo una mayor aparición de heladas en depresiones y fondos de valle, pero
también los mayores contrastes entre fondos de valle y orografías complejas. Suele
coincidir con potentes dorsales anticiclónicas en niveles medios y altos atmosféricos de
origen subtropical marítimo. Vienen acompañadas de altas presiones superficiales y
flujo superficial del suroeste (Espín Sánchez et al., 2018), tal y como se detalla en el
Capítulo 2.

63
Fig. 2.13. Frecuencia relativa mensual de jornadas con inversión térmica nocturna >5ºC
(Período 1986-2015). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

2.3.1.4. Altitud de la base del estrato de inversión térmica (ZBASE)

La ZBASE del estrato de ITN viene definida por la altitud a partir de la cual la temperatura
aumenta en su ascenso. Obtiene un valor medio anual de 258,6 m, siendo, por tanto,
un estrato de baja altitud. A pesar de un promedio inferior a 300 m, se encuentra sujeta
a una gran variabilidad mensual. Los resultados muestran un predominio relevante de
estratos superficiales (79,6%), con una ZBASE de 62 m (equivalente a la altitud del CMT
de Guadalupe, desde donde son lanzados los sondeos atmosféricos). Durante el
periodo invernal, el peso relativo de los estratos de ITN superficiales se incrementa,
registrando casi un predominio total durante los meses de enero, febrero y marzo
(93,0%).

Durante los meses invernales, la altitud de la base del estrato de ITN es la más baja del
año, con valores de 97,7 m en diciembre y 109,1 en enero. La ZBASE presenta una
importante variabilidad anual, con un rápido e importante incremento altitudinal durante
los meses de verano (554,8 m. en agosto y 513,3 m. en julio). La mayor presencia de
dorsales anticiclónicas en niveles medios atmosférico durante los meses estivales,
favorece la aparición de estratos subsidentes de inversión en niveles altitudinalmente
superiores, con valores que a menudo alcanzan los 1250 m, como en las Islas Canarias
(Dorta Antequera, 1994).

64
Fig. 2.14. Histograma de frecuencias y curva de densidad de ZBASE (metros) (1986-
2015). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

Durante los últimos días de diciembre se registra la menor altitud de la ZBASE (80 m),
siendo un estrato prácticamente superficial (Fig. 2.14). Hasta principios de febrero
apenas experimenta variaciones significativas, marcada por el importante descenso de
la radiación solar en época invernal. Con la llegada del trimestre estival, la altitud de la
base del estrato de inversión térmica asciende altitudinalmente de forma significativa,
hasta alcanzar las mayores altitudes durante agosto y principios de septiembre (590 m).
Entre los meses de septiembre y principios de noviembre se produce una brusca caída
altitudinal de la ZBASE, registrando valores entorno a 200 m. Vuelve a evidenciar que la
llegada del mes de noviembre marca el inicio del periodo de heladas en el área de
estudio, con el inicio de procesos de ITN superficiales.

La altitud predominante de la base del estrato de ITN a lo largo del año se sitúa por
debajo de 100 m (86%), con muy poco protagonismo para las jornadas con altitudes
superiores a los 200 m (5%) (Fig. 2.15). A pesar del escaso peso relativo, se anotan
algunas jornadas estivales con altitudes superiores a los 1400 m de altitud. Se trata, por
tanto, de un ámbito territorial donde los procesos de IT nocturnos son eminentemente
superficiales, a diferencia de otras zonas de la Península Ibérica como Madrid y la Sª
de Guadarrama, donde los procesos de inversión térmica son preferentemente de
estrato alto (López Gómez, 1975).

65
Fig. 2.15. Evolución de la altitud media de la base del estrato de inversión térmica (ZBASE)
de las inversiones térmicas nocturnas (1986-2015). Línea azul representa un suavizado
de paso bajo (Smoothing Method Loess). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

2.3.1.5. Temperatura de la base del estrato de inversión térmica nocturna (TBASE)

La temperatura de la base del estrato de inversión nocturna (TBASE) obtiene un valor


medio de 14,5ºC a lo largo del año. Registra una distribución anual similar a las
temperaturas superficiales registradas en los observatorios meteorológicos, con un
mínimo en enero (8,0ºC) y un máximo en agosto (22,0ºC). Además, se trata de
temperaturas templadas, más elevadas que las registradas en superficie, es decir, en el
observatorio del CMT de Guadalupe, donde se registran temperaturas medias de las
mínimas de 4,7ºC en enero y 20,9ºC en agosto. Son valores 1,1 a 3,3ºC superior a los
registrados en superficie, evidenciando una importante inversión de temperatura
nocturna (00 h UTC). No se trata de valores excepcionales, pues son similares a las
temperaturas elevadas que han sido registradas (23-24ºC) en ámbitos planetarios como
Omán (Abdul-Wahab et al., 2004).

Durante los últimos días de agosto se registran los valores térmicos más elevados
(22.0ºC), correspondiendo los más bajos del año a mediados de enero (7,7ºC). Dicho
valor, se registra a una altitud de 80 m (ZBASE), tal y como se ha analizado en párrafos
anteriores. Desde 1986, sólo en cuatro ocasiones, la T BASE ha sido inferior a 0ºC, lo que
demuestra la dificultad de registrar valores negativos a las afueras de la ciudad de
Murcia antes de medianoche (00 h UTC). Por el contrario, las temperaturas más
elevadas registradas en verano aparecen a una altitud media de 513 m (Fig. 2.17). Se

66
trata de temperaturas muy elevadas a dicha altitud, con valores que llegan a alcanzar
25-30ºC, asociadas a importantes advecciones cálidas de origen subtropical continental.

Fig. 2.16. Histograma de frecuencias y curva de densidad de TBASE (ºC) (1986-2015).


Datos: CMT de Murcia (AEMET).

La Fig. 2.16 muestra la distribución térmica de la TBASE a lo largo del año, registrando
una moda principal entorno a 10ºC. Se trata del valor más repetido, aunque el intervalo
térmico comprendido entre 10-20ºC es el que registra una mayor densidad anual. Por
tanto, los extremos térmicos (inferior a 10ºC, y superior a 20ºC) registran un menor peso
relativo. La influencia de la escasa altitud del observatorio del CMT de Guadalupe
durante el invierno, y la elevada altitud de la Z BASE en verano, repercute en la poca
probabilidad de aparición de temperaturas extremas. En general, las temperaturas son
suaves en su conjunto.

67
Fig. 2.17. Evolución de la temperatura media de la base del estrato de inversión térmica
(TBASE) de las inversiones térmicas nocturnas (1986-2015). Línea azul un suavizado de
paso bajo (Smoothing Method Loess). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

2.3.1.6. Altitud del tope del estrato de inversión térmica nocturna (ZTOP)

La altitud del tope del estrato de inversión térmica nocturna (ZTOP), o nivel donde la
temperatura empieza a descender con el ascenso altitudinal, aparece a una altitud
media anual de 544,5 m. Es un valor que puede definirse de baja altitud, a diferencia de
otros lugares de la Península Ibérica (provincia de Castellón), con valores situados entre
500 y 1000 m de altitud (Quereda et al., 2004).

Durante los meses invernales, la ZTOP registra los valores más bajos del año. A principios
de diciembre, y durante el mes de febrero, la altitud media se sitúa en 344 m. Es un
valor relativamente bajo en comparación con otros ámbitos del planeta con
características climáticas similares al sureste peninsular (Teherán – Irán), donde se
observan altitudes medias entre 1267 y 1482 m (Halimi et al., 2017).

La altitud media del estrato de inversión es manifiestamente más elevada durante los
meses estivales. A finales de julio, y durante el mes de agosto, se registran valores de
948,5 m. Durante el intervalo más cálido del año existe un predominio de inversiones
térmicas nocturnas de estrato alto o ELIs. Su aparición viene determinada por una mayor
insolación y procesos dinámicos de bajas térmicas y dorsales subtropicales sobre la
Península Ibérica, caracterizándose por presentar un brusco descenso higrométrico con

68
la altitud (inversión seca). Suele aparecer a una altitud superior a los 500 m, con topes
que superan los 3000 m en los meses de julio y agosto.

A finales de mayo, la ZTOP experimenta un ascenso significativo, constituyendo una


ruptura impórtate respecto a las semanas anteriores (Fig. 2.19). Vuelve a descender de
forma notable a finales de septiembre, coincidiendo con la menor influencia de la dorsal
subtropical al sur de la Península Ibérica.

Fig. 2.18. Histograma de frecuencias y curva de densidad de ZTOP (m) (1986-2015).


Datos: CMT de Murcia (AEMET).

Las jornadas con la ZTOP inferior a 500 m de altitud son las predominantes a lo largo del
año (70%) (Fig. 2.18). Se trata, por tanto, de procesos de ITN de baja de altitud. Las
altitudes superiores a los 500 m tan sólo suponen el 30% restante, y aparecen
principalmente en verano. Los resultados son similares a los observados en otras
regiones subdesérticas del planeta, situadas en grandes zonas de convergencia
intertropical (ZCIT). La altura de la ZTOP superar los 3000 m de altitud debido a la
presencia de potentes dorsales cálidas. (Von Engeln y Teixeira, 2013)

69
Fig. 2.19. Evolución de la altitud media del tope del estrato de inversión térmica (ZTOP)
de las inversiones térmicas nocturnas (1986-2015). Línea azul representa un suavizado
de paso bajo (Smoothing Method Loess). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

2.3.1.7. Temperatura del tope del estrato de inversión térmica nocturna (TTOP)

La temperatura del tope o techo del estrato de ITN (TTOP) obtiene una temperatura media
anual de 17,3ºC (Fig. 2.21). Registra el mismo patrón distribucional que la T BASE a lo
largo del año, a pesar de no estar influenciado por la superficie. Vuelven a ser
temperaturas elevadas teniendo en cuenta la altitud a la que se registran y la hora
nocturna del sondeo (00 h UTC). Al tratarse del tope de un estrato de inversión, las
temperaturas son más elevadas que las registradas en la TBASE, con extremos térmicos
de 11,5ºC en enero y 23,4ºC en agosto. La altitud media donde se registran constituye
un nivel relativamente elevado en el conjunto anual (544 m).

La variabilidad anual es tremendamente importante, con extremos de temperatura en el


mes de agosto de 35 a 6ºC. Depende, en buena parte, de la gran oscilación altitudinal
de la ZTOP en época estival, bajo la influencia de las dorsales anticiclónicas y las
inversiones de subsidencia. Durante gran parte del verano, las temperaturas en el tope
superan ligeramente los 25ºC. Los valores de temperatura más bajos se registran
durante los primeros días de enero, con temperaturas que rondan 10ºC.

70
Fig. 2.20. Histograma de frecuencias y curva de densidad de TTOP (ºC) (1986-2015).
Datos: CMT de Murcia (AEMET).

La Fig. 2.21 muestra dos pendientes desiguales. Un ascenso térmico gradual desde los
primeros días de enero hasta la llegada del verano. Mientras, que, la curva se acentúa
en su descenso tras el periodo estival. Con la llegada del otoño se produce una repentina
caída de la temperatura por el brusco descenso altitudinal que experimenta el estrato
de inversión térmica.

Las temperaturas del tope del estrato de ITN presentan la misma distribución anual que
la TBASE, registrando, en su conjunto, valores suaves. Predominan las temperaturas
entre 10 y 20ºC, valores similares a los anotados en la base del estrato (Fig. 2.20). Pero
también se aprecia un importante peso relativo de las temperaturas superiores a los
20ºC. Durante la época estival, los valores térmicos superiores a 20ºC se registran a
altitudes próximas a 1000 m, sin duda, niveles relativamente elevados. Las masas de
aire cálido, alojadas en niveles medios de las dorsales subtropicales, generan
temperaturas más propias de la superficie. Del total de jornadas analizadas, un total de
45 registran valores igual o superior a 30ºC, alcanzando, incluso, un valor absoluto de
35,6ºC.

Los procesos de inversión térmica de estrato cálido en niveles bajos son predominantes
en la ciudad de Murcia y en el sureste peninsular. Las notables diferencias térmicas y
altitudinales entre la base y el tope del estrato de inversión, detallada en párrafos

71
anteriores, dan lugar a temperaturas superficiales muy heterogéneas durante las
madrugadas estables.

Fig. 2.21. Evolución de la temperatura media del tope del estrato de inversión térmica
(TBASE) de las IT nocturnas (1986-2015). Línea azul representa un suavizado de paso
bajo (Smoothing Method Loess). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

2.3.1.8. Espesor del estrato de inversión térmica nocturna (DZINV)

El espesor del estrato de ITN (DZINV) es de vital importancia para el análisis de la


intensidad relativa de la inversión (gradiente parcial), como se detalla más adelante.
Fluctúa de forma importante a lo largo del año, registrando un espesor medio anual de
286,0 m (Fig. 2.23). Durante los meses de invierno el DZINV obtiene el menor espesor
anual (234,8 m en enero y 247,1 m en febrero). Por su parte, los valores ascienden
progresivamente durante los últimos días de junio y principios de julio (500 m). Los
estratos de ITN, por tanto, obtienen un mayor espesor en época estival. Son resultados
compatibles con los obtenidos en el desierto de Taklamakan (China) durante las noches
estables de verano, con espesores promedios de la capa de inversión entre 400 y 600
m. (Wang et al., 2016). Aunque son espesores relativamente pequeños al compararlos
con los valores registrados en la Sª de Guadarrama (>1000 m) (López Gómez, 1975).

72
Fig. 2.22. Histograma de frecuencias y curva de densidad de DZINV (m) (1986-2015).
Datos: CMT de Murcia (AEMET).

La variabilidad anual es importante, especialmente en época estival. La fluctuación de


las dorsales anticiclónicas con las bajas térmicas propicia una marcada irregularidad en
la altura del estrato de ITN. Incluso, durante los meses de marzo y diciembre se anotan
aumentos secundarios del DZINV.

La Fig. 2.22 muestra la distribución anual de los espesores del estrato a lo largo del año.
La mayoría, con una densidad más importante, corresponde a espesores de 0 a 200
(50%). La DZINV muestra un importante peso relativo entre 201 y 400 m, con valores
entorno al 30%. Se advierte una única moda principal muy marcada, constituyendo, en
su conjunto, estratos de inversión de poco espesor. Los valores superiores a 400 m
carecen de poca relevancia en el análisis. Tan sólo, en época estival, las medias durante
los meses de julio y agosto llegan a alcanzar puntualmente los 600 m de espesor.

2.3.1.9. Gradiente térmico del estrato de inversión térmica nocturna (LR)

La relación entre intensidad (DTINV) y espesor (DZINV) del estrato de ITN determina el
gradiente de temperatura parcial o gradiente térmico vertical (LR). El valor medio a lo
largo del año se sitúa en 1,6ºC / 100 m, aunque presenta una importante variabilidad
anual. Los meses invernales registran el LR más elevado (2,2ºC en enero y 2,1 en
febrero), constituyendo valores relativamente elevados, que, en combinación con

73
mecanismos de superficie o altitud, intensifican ampliamente sus valores (Gil y Olcina,
2017).

Fig. 2.23. Evolución del espesor medio del estrato de inversión térmica (DZINV) de las IT
nocturnas (1986-2015). Línea azul representa un suavizado de paso bajo (Smoothing
Method Loess). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

Durante los primeros días de febrero y marzo en su conjunto se registran los valores
más elevados (2,3ºC/100 m), coincidiendo con una mayor DT INV y un espesor
relativamente escaso. Mientras, en los meses de verano, el LR disminuye
considerablemente (1,0ºC en julio y agosto), valor más próximo al gradiente adiabático
seco (DALR) de atmósferas neutras (Fig. 2.25). Incluso, a finales de julio se anota un
promedio de 0,7ºC, con un posterior ascenso durante el otoño hasta llegar a 2,0ºC
durante los primeros días de octubre. En definitiva, según la clasificación de García et
al. (2012), las inversiones térmicas analizadas en la ciudad de Murcia presentan un
carácter débil a moderado (2-4ºC).

A lo largo del año, la distribución muestra una alta concentración de LR inferior a


3,0ºC/100 m (>85%). La mayor densidad corresponde a gradientes de 1ºC (Fig. 2.24),
lo que corrobora la idea anotada en el párrafo anterior (carácter débil a moderado). Los
resultados por encima del umbral de 3ºC apenas son relevantes, aunque varias jornadas
anotan LR extraordinariamente elevados (>10ºC/100 m). Incluso, llegan a alcanzar
valores máximos absolutos de 26,7ºC / 100 m. Se trata de gradientes absolutos
notables, al compararlos con los estudiados en el Valle del Guadalquivir (Córdoba), con

74
valores máximos de hasta 7,4ºC (Domínguez Bascón, 1995). O incluso a los aportados
por Pepin y Kidd (2006) en la Cerdanya catalana (Pirineos orientales), con 8,0ºC/100 m.

Fig. 2.24. Histograma de frecuencias y curva de densidad de LR (ºC) (1986-2015).


Datos: CMT de Murcia (AEMET).

Fig. 2.25. Evolución del gradiente térmico medio del estrato de inversión térmica (LR)
de las IT nocturnas (1986-2015). Línea azul representa un suavizado de paso bajo
(Smoothing Method Loess). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

75
2.3.1.10. Presión atmosférica superficial en los procesos de ITN (PA)

La presión atmosférica superficial (PA) juega un papel fundamental en la configuración


de los procesos de ITN. En el CMT de Guadalupe (AEMET), desde donde se realizan
los sondeos atmosféricos, la presión atmosférica media anual es de 1010,8 hPa. Se
trata de un valor ligeramente influenciado por las bajas presiones estivales (Fig. 2.27).
Durante los meses invernales aparecen los registros más elevados, coincidiendo con la
instauración de anticiclones subtropicales en las inmediaciones de la Península Ibérica
(1015,1 hPa en enero o 1014,7 en febrero). Los valores más elevados del año aparecen
durante la segunda quincena de febrero (1018,0 hPa), con un brusco descenso desde
marzo a mayo. Por su parte, los meses estivales y equinocciales registran los valores
más bajos del año, asociados a una mayor inestabilidad y al predominio de bajas
presiones de origen térmico sobre la Península (1008,5 hPa en agosto o 1008,7 en
mayo). Es durante el mes de mayo cuando se registra la PA más baja (1007 hPa), con
un mínimo secundario a principios de septiembre y durante el mes de agosto (1008
hPa).

La Fig. 2.27 también muestra una importante variabilidad de la PA durante los meses
invernales, sujetas a alternancia de procesos ciclogenéticos y periodos anticiclónicos
sobre la Península Ibérica. En cambio, la fluctuación durante los meses estivales
(periodo atmosférico más monótono) es mucho más estable.

Fig. 2.26. Histograma de frecuencias y curva de densidad de PA (hPa) (1986-2015).


Datos: CMT de Murcia (AEMET).

76
La PA predominante a lo largo del año o moda se sitúa entorno a 1010 hPa, coincidiendo
con la media aritmética. Existe un peso relativo muy importante entre 1008 y 1013 hPa,
englobando prácticamente el 50% de las anotaciones anuales. Los registros inferiores
a 1000 hPa, y los superiores a 1025 hPa apenas obtienen un peso específico relevante
en la ciudad de Murcia (Fig. 2.26). Tan sólo 58 jornadas de ITN (1,3%) registran valores
inferiores a 1000 hPa. Es una PA que suele originar inestabilidad, asociada a centros
de acción de potentes borrascas. Por su parte, los valores de PA extremadamente altos
no son frecuentes, con registros superiores a 1025 hPa en sólo 61 jornadas (1,4%).

En definitiva, los procesos de inversión térmica se desarrollan principalmente con PA


intermedia, próxima a 1010 hPa, y lejos de extremos.

Fig. 2.27. Evolución de la presión atmosférica media (PA) en las IT nocturnas (1986-
2015). Línea azul representa un suavizado de paso bajo (Smoothing Method Loess).
Datos: CMT de Murcia (AEMET).

2.3.1.11. Temperatura en los geopotenciales de 850 y 500 hPa durante los


procesos de inversión térmica nocturna (T850 y T500)

Las temperaturas en los geopotenciales de 850 y 500 hPa (unos 1500 y 5500 m de
altitud) proporcionan información relevante en niveles medios-altos atmosféricos.
Durante los meses invernales, la T850 y T500 obtienen valores medios de 4,3 y -20,5ºC.
Se trata de temperaturas frías, que generan recurrentes heladas en valles de elevada
altitud (>1500 m). Este aspecto se tratará con profundidad en el Capítulo 4. Durante los

77
primeros días de enero se registra el momento más frío del año, con temperaturas
medias de 2,5 y -23,0ºC a 850 y 500 hPa respectivamente (Fig. 2.28).

Por su parte, los meses estivales registran las temperaturas más elevadas del año, con
valores de 22,6ºC (850 hPa) a mediados de agosto. La influencia de las burbujas cálidas
en niveles medios atmosféricos, asociados a dorsales anticiclónicas en el sur de la
Península Ibérica, genera temperaturas más elevadas en el geopotencial a 500 hPa (-
8/-9ºC).

Fig. 2.28. Histograma de frecuencias y curva de densidad de T500 y T850 (ºC) (1986-
2015). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

Las temperaturas negativas en el T850 adquieren cierto protagonismo durante el


invierno (3,7%). Las temperaturas inferiores a 0ºC aparecen cada año, por término
medio, en un total de 13,6 días. Son jornadas donde las heladas en zonas de valle son
importantes, pues se combinan masas de aire frías, de origen polar y ártico, con
madrugadas estables. Dan lugar a inversiones térmicas “heladoras”. El valor térmico
más bajo en el T850 se registra el 26 de enero de 2005 (-7,3ºC), en un nivel geopotencial
extraordinariamente bajo (1100 m) (Fig. 2.28). El T500 más bajo tiene lugar el 5 de
febrero de 1994, con una temperatura de -35,5ºC. Los extremos térmicos inferiores a -
30ºC tienen poca relevancia (0,5% del total anual), y suelen aparecen en 1,8 jornadas
al año.

Durante los primeros días de mayo se produce un importante ascenso térmico en el


T500 y T850, hasta alcanzar valores superiores a 22ºC en el mes de julio (Fig. 2.29).

78
Principios de mayo constituye el cese de las condiciones frías en el interior de la Región
de Murcia, y la finalización del periodo de heladas (FP) en valles interiores de gran altitud
(Espín Sánchez, 2016).

Fig. 2.29. Evolución de la temperatura media (T850 y 500, arriba y abajo


respectivamente) en las IT nocturnas (1986-2015). Línea azul representa un suavizado
de paso bajo (Smoothing Method Loess). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

2.3.1.12. Características de las ITN con mayor intensidad

Las inversiones térmicas nocturnas más intensas presentan una tipología superficial,
con una ZBASE que en la mayoría de ocasiones se sitúa a 62 m de altitud. Se trata, por
tanto, de inversiones térmicas de muy bajo nivel altitudinal, con una altitud media del
ZTOP de 533,4 m (Tabla 2.6). Ello genera un espesor medio importante (461,3 m), dando
lugar a una notable influencia del gradiente térmico vertical (4,2ºC/100 m). Las
diferencias térmicas entre los extremos de la capa de inversión son realmente
importantes, con una DTINV media de 11,3ºC. Algunas de las jornadas con la intensidad
más elevada del periodo de análisis (1986-2015), como el 6 de noviembre de 2013,
registra un LR de 49,0ºC/100 m. Se trata de gradientes térmicos extraordinarios, con
diferencias térmicas de 10ºC en apenas 20 m en la vertical. En términos absolutos,
durante la jornada del 10 de febrero de 2006, se anota una diferencia de 14,2ºC entre
la base y el tope del estrato de ITN, el valor más elevado durante el periodo de análisis
1986-2015.

79
Tabla 2.6. Jornadas con las inversiones térmicas nocturnas más intensas (DTINV) en el
periodo (1986-2015). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

Fecha TBASE ZBASE TTOP ZTOP (m) DTINV DZINV LR PA T500 T850
(ºC) (m) (ºC) (ºC) (m) (ºC)
10/02/2006 0,8 62 15,0 585 14,2 523 2,7 1008 -17,5 10,0
10/01/2015 -3.7 62 10,5 279 14,2 217 6,5 1000 -16,1 11,8
21/12/1989 7,2 62 20,6 598 13,4 536 2,5 1017 -11,3 15,6
01/03/1990 13,2 62 26,4 496 13,2 434 3,0 1012 -12,9 15,8
30/12/2001 6,0 62 18,4 662 12,4 600 2,1 1011 -14,1 14,2
07/01/1987 4,8 62 16,4 310 11,6 248 4,7 1012 -19,3 10,2
14/01/2007 6,0 62 17,4 688 11,4 626 1,8 1021 -13,9 14,2
18/02/1989 6,2 62 17,4 578 11,2 516 2,2 1016 -18,3 11,8
07/01/2014 -1,4 100 6,8 297 11,2 197 5,7 1029 -15,3 10,8
15/02/1990 9,0 62 20,2 242 11,2 180 6,2 1012 -16,3 15,6
06/12/2001 7,0 62 17,8 557 10,8 495 2,2 1021 -19,9 13,0
25/11/2013 -3,8 62 6,7 105 10,5 43 24,4 1018 -23,7 3,0
16/05/1995 13,2 62 23,6 881 10,4 819 1,3 1005 -12,7 18,2
11/01/2015 6,7 80 17,0 300 10,3 220 4,7 1030 -18,1 12,0
04/11/2013 6,7 62 17,0 279 10,3 217 4,7 1039 -13,3 12,4
13/12/2000 7,2 62 17,4 958 10,2 896 1,1 1024 -13,1 14,2
21/01/2007 9,6 62 19,6 324 10,0 262 3,8 1014 -14,9 12,6
03/08/1988 23,6 208 33,6 1053 10,0 845 1,2 1003 -10,9 29,6
14/12/2000 7,8 62 17,8 1059 10,0 997 1,0 1020 -13,1 14,6
05/12/2001 7,0 62 17,0 417 10,0 355 2,8 1021 -14,7 13,4
Media 6,7 72,1 17,8 533,4 11,3 461,3 4,2 1017 -15,5 13,7

La mayoría de jornadas con las intensidades de inversión (DT INV) más importantes se
sitúan en época invernal, con una temperatura media de la temperatura del tope de
inversión (TTOP) realmente elevada (17,8ºC). Ello guarda estrecha relación con las
temperaturas en niveles medios atmosféricos (T850), con un valor que se sitúa por
encima de la media invernal (13,7ºC). Determina, por tanto, la aparición de dorsales
subtropicales en altura (1016,7 hPa en superficie), con masas de aire templadas para
invierno. Genera importantes intensidades de inversión, que será desarrollado
ampliamente en el Capítulo 2.

80
2.3.2. Influencia de los procesos de ITN en las temperaturas mínimas
superficiales: capacidad de intensidad de inversión (CINV)

2.3.2.1. Influencia de las características de los estratos de inversión en las


temperaturas mínimas superficiales

Las temperaturas mínimas superficiales están sujetas a los procesos de inversion


térmica nocturna, y a sus variables asociadas. Para determinar la influencia que ejercen
los diferentes factores analizados en los sondeos atmosféricos, se lleva a cabo un
Análisis de Componentes Principales (PCA).

Para comprobar la viabilidad del PCA se han realizado previamente varias pruebas y
test estadísticos. La determinante de la matriz de correlaciones de las variables
analizadas muestra un valor bajo (-0.000862), es decir, muy próximo a 0, lo que indica
una alta multicolinealidad entre las variables. El test de Bartlett (Bartlett's K-squared =
248980, df = 10, p-value < 2.2e-16) expresa la existencia de una homogeneidad en las
varianzas, y por consiguiente un buen número de correlaciones positivas entre las
variables. Del mismo modo, el test de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) compara los valores
de las correlaciones entre las variables y sus correlaciones parciales. Si el índice KMO
está próximo a 1, el PCA es viable. Si el índice es bajo (próximo a 0), el PCA no tendrá
una aplicabilidad relevante. En el presente caso, los resultados muestran un valor
intermedio, en torno a 0,5.

La obtención de los componentes se lleva a cabo mediante la matriz de coeficientes de


correlación, para homogeneizar las diferentes unidades de las variables utilizadas. La
varianza asociada a cada factor viene expresada por su valor propio o raíz característica
de la matriz de coeficientes de correlación. En el análisis efectuado, las dos primeras
componentes explican el 64% de la varianza total, y obtienen valores propios mayores
que 1 (Kaiser, 1958) (Fig. 2.30). Los primeros componentes explican la mayor parte de
la variabilidad de los datos. El resto de variables originales se reducen y agrupan en una
sola. A pesar de la disminución se mantiene la cantidad de información original.

81
Fig. 2.30. Gráfica de sedimentación (PCA). Proporción de varianza (%) de los
componentes principales analizados.

La Fig. 2.31 muestra los resultados de los dos primeros componentes. T850, TBASE, TTOP
y T500 tienen importantes influencias positivas en el componente 1. Agrupan las
variables de carácter térmico en diferentes niveles altitudinales. Además, las variables
de ZBASE, ZTOP y DZINV (altitudes y espesor), muestran valores superiores a 0,5 en el
primer componente, y -0,5 en el segundo, por lo que también ejercen una importante
influencia.

LR, y DTINV tienen influencias negativas más modestas en el componente 1 y 2, por lo


que ejercen menos dominio sobre la variable de estudio (temperaturas mínimas, Tn).
Ocurre de igual modo con el LR, con valores, en general, poco relevantes para ambos
componentes.

Las temperaturas mínimas generadas durante las madrugadas con procesos de ITN,
están fuertemente influenciadas por dos componentes principales: (1) las características
térmicas de la masa de aire (reflejada en T500 y T850), y su transferencia a la
temperatura del estrato de ITN, y (2) la altitud de la capa de inversión térmica, así como
al espesor de la misma. El pronóstico de ambos grupos es clave para la predicción de
temperaturas mínimas en madrugadas con condiciones atmosféricas estables.

82
Fig. 2.31. Gráfico Biplot o círculo de correlaciones obtenidas en el PCA. Combina la
representación de las observaciones y de las variables. “Station” hace referencia a las
temperaturas mínimas de 22 observatorios meteorológicos de la DHS.

La variación temporal de las temperaturas mínimas (Tn) registradas en superficie guarda


estrecha relación con diferentes variables anteriormente detalladas. Las Tn en los
observatorios meteorológicos analizados (DHS) obtienen una significativa correlación
con las T850 y T500. (0,85*** y 0,72*** respectivamente) (Fig. 2.32). Las temperaturas
en el nivel geopotencial de T500 (menos influenciadas por la superficie terrestre) guarda
menor relación con las temperaturas superficiales. Las temperaturas registradas en la
capa de ITN obtienen correlaciones estadísticas entre 0,87 y 0,82***, lo que corrobora
la importancia de la temperatura en diferentes niveles altitudinales.

La PA, con mayor varianza explicada, influye en la reducción de temperaturas mínimas


superficiales, aunque con una correlación estadística no demasiado alta (-0,42***). De
hecho, las dorsales anticiclónicas y altas presiones en superficie parecen tener una clara
influencia en los valores mínimos más bajos.

83
Fig. 2.32. Matriz de correlación estadística según Kendall entre las diferentes variables
analizadas. “Station” hace referencia a las temperaturas mínimas de 22 observatorios
meteorológicos de la DHS.

El espesor o DZINV presenta una correlación importante con la ZTOP (0,62***). El espesor
de los estratos de ITN aumenta a medida que el tope del estrato se sitúa a mayor altitud,
aunque apenas mantiene correlación estadística con la altitud de la base del estrato
(ZTOP). Además, a mayor T850, la DZINV aumenta, lo que genera estratos de mayor
espesor (0,48***). Ello adquiere una gran relevancia, ya que el aumento de espesor está
relacionado con un aumento altitudinal del tope del estrato, pero no de la base, lo que
corrobora el carácter superficial de las inversiones térmicas en el área de estudio. Por
su parte, la DTINV o la intensidad de inversión no parece estar influenciada por ninguna
otra variable, si bien, se advierte que las intensidades son mayores conforme
disminuyen las temperaturas superficiales (-0,25**).

84
2.3.2.2. Intensidad de inversión térmica nocturna en la DHS

Los procesos de ITN influyen marcadamente en la distribución territorial de las


temperaturas mínimas, tal y como se comprobará durante los próximos capítulos. Los
fenómenos de inversión térmica generan diferente intensidad de inversión según la
tipología y altitud de la depresión, y la orografía contigua. A través del índice propuesto
de la capacidad de inversion térmica o “Temperature Inversion Capacity Index” (CINV) es
posible cuantificar la capacidad de un territorio para hacer descender la temperatura en
madrugadas estables. Se definen tres ámbitos geográficos con procesos intensos de
inversión térmica (Fig. 2.33).

Fig. 2.33. Distribución espacial de la CINV media en el área de estudio (2016-2018).

Cada punto geográfico en el territorio tiene una capacidad para invertir la temperatura
durante una madrugada bajo condiciones estables. En cada ámbito, a su altitud
correspondiente, le corresponde una temperatura teórica en “atmósfera libre”,
determinado por la altitud del estrato térmico a esa altitud. Ello significa que, en una

85
atmósfera neutra o inestable, la temperatura en dicho sector se corresponde con las
características térmicas de la capa atmosférica a esa altitud.

Los procesos de ITN ondulan la estratificación de las capas atmosféricas, dispuestas


estratigráficamente, a menudo alteradas como consecuencia de la configuración del
relieve. Los valles endorréicos cerrados, con elevaciones aledañas de mayor altitud, son
los espacios que generan una mayor intensidad de inversión (Chung et al., 2006). Caso
contrario ocurre en las laderas o picos montañosos, donde el aire frío, lejos de
depositarse, sigue circulando, hasta concentrarse (por su mayor densidad), en los
fondos de valle.

La Fig. 2.33 muestra la distribución espacial de la capacidad media de inversión en la


DHS. El promedio de CINV si sitúa en un valor medio de 7,5ºC, pudiendo identificar tres
áreas geográficas con capacidad de inversión significativa:

 El sector centro-occidental de la DHS (subcuencas hidrográficas del Quípar y


Argos), con valores superiores a 9,9ºC (intensidad fuerte), que incluso alcanza
12,6ºC en El Chaparral (segundo valor más elevado de las estaciones
meteorológicas analizadas) (Tabla 2.7).
 El sector más septentrional de la Región de Murcia (Comarca del Altiplano) los
valores medios se sitúan en torno a 10ºC, e incluso superan los 10,5ºC al norte
del casco urbano de Yecla, donde se registran las mayores intensidades de la
zona.
 El sector más occidental de la DHS (Sierra de Segura y Valle del río Mundo),
presenta los valores de CINV más elevados del área de estudio, con intensidades
de inversión muy fuertes (>11,7ºC). En concreto, el valle del río Zumeta anota la
intensidad máxima de toda la Demarcación (12,7ºC). Este valle, junto al Calar
del río Mundo, muestran una particular configuración orográfica que tiende a
favorecer la intensificación de los procesos de inversión térmica.

La Vega Alta y Media del Segura, el sector medio del Guadalentín, y ciertas zonas del
norte del Campo de Cartagena, registran valores de relativa importancia (7-8ºC),
generando una capacidad de inversión moderada. Por su parte, en la Vega Baja del
Segura, litoral meridional de la Región de Murcia y Almería (espacios de gran interés
hortofrutícola), y relieves centrales de la Región de Murcia, los procesos de inversion
térmica adquieren intensidades poco relevantes (C INV de 5,5 a 6,0ºC, consideradas muy
débiles a débiles).

86
Tabla 2.7. Puntos de observación con mayor y menor CINV media (ºC) en la DHS.
(octubre 2016 - mayo 2018).

Est. meteorológica Municipio Red Altitud (m) CINV (ºC)


Río Zumeta Huéscar Propia 1196 12,8
El Chaparral Cehegín SIAM IMIDA 433 12,6
La Calavera Alhama M. SIAM IMIDA 169 10,9
Las Rotas Calasparra SIAM IMIDA 275 10,8
Casa del Cura Lorca Propia 852 10,7
Pinillos Yecla SIAM IMIDA 567 10,5
Monterilla Santiago-Pontones Propia 1660 10,5
Las Encebras Jumilla SIAM IMIDA 401 10,4
El Llano Molina S. SIAM IMIDA 80 10,3
Emb. La Risca Moratalla Propia 1047 10,3
Emb. La Pedrera Orihuela SAIH Segura 114 4,1
Pico de la Selva Lorca Propia 1521 4,1
Pico Revolcadores Moratalla Propia 1797 4,0
Emb. De la Cierva Mula SAIH Segura 336 4,0
Sifón Orihuela Orihuela SAIH Segura 33 3,8
Baños de Fortuna Abanilla SAIH Segura 245 3,7
Emb. Crevillente Crevillente SAIH Segura 136 3,7
Miñarros-Ramonete Lorca SAIH Segura 177 3,4
Impusión Alhama M. Alhama M. SAIH Segura 244 3,4
La Murta Murcia SAIH Segura 335 3,1

Los valores de CINV máximos absolutos son realmente elevados en los sectores más
occidentales de la DHS (Campos de Hernán Perea, paraje de Monterilla, y cabecera del
río Segura) (Fig. 2.34), donde llegan hasta 26,3ºC (17 enero de 2018) (Tabla 2.8). Ello
significa que, mientras a las 00 h UTC de la noche de ese día el sensor térmico de
Monterilla anotaba una temperatura de -13,6ºC (a una altitud de 1660 m), a esa misma
hora y altitud (1660 m -840 hPa-), la temperatura registrada en “atmósfera libre” por el
sondeo atmosférico lanzado desde Murcia alcanzaba, en cambio, una temperatura de
12,7ºC. Tal diferencia implica, por tanto, una capacidad para invertir la temperatura de
más de 26ºC, lo que puede considerarse un valor C INV verdaderamente extraordinario,
y quizás uno de los más altos hasta el momento obtenidos en el sureste peninsular.

87
Fig. 2.34. Cartografía de la CINV máxima absoluta en el área de estudio (2016-2018).

Otros emplazamientos del sector occidental de la DHS (Embalse de la Risca en el


Campo de San Juan, Moratalla; río Zumeta en las inmediaciones de Santiago de la
Espada, o el Calar del río Mundo, en el paraje de Viboreros) también han superado
valores absolutos de CINV de 20ºC (Tabla 2.8). Se trata de valles intramontanos de gran
altitud (>1000 m) favorecidos por vientos catabáticos procedentes de las sierras de
Segura y Mundo.

88
Tabla 2.8. Puntos de observación con mayor y menor CINV absoluta (ºC) en la DHS.
(octubre 2016 - mayo 2018).

Est. meteorológica Municipio Red Altitud (m) CINV (ºC)


Monterilla Santiago-Pontones Propia 1660 26,3
Emb. La Risca Moratalla Propia 1047 21,5
Río Zumeta Huéscar Propia 1196 21,0
Viboreros Vianos Propia 1525 20,8
Vega del Mundo Riopar Propia 940 20,3
Ballesteros Caravaca de la C. Propia 842 19,9
Bco del Cenajo Cehegín Propia 865 19,2
Cañada Mojones Riopar Propia 1275 19,1
Benablón Caravaca de la C. Propia 777 18,8
Gollaín Caravaca de la C. Propia 1021 18,8
Baños de Fortuna Abanilla SAIH Segura 245 10,4
Tébar Águilas SIAM IMIDA 329 10,1
Embalse Pedrera Orihuela SAIH Segura 114 10,1
Embalse Crevillente Crevillente SAIH Segura 136 10,0
Embalse del Mayés Ojós SAIH Segura 281 9,7
Los Belones Cartagena SIAM IMIDA 92 9,7
Vélez Blanco Vélez Blanco SAIH Segura 1081 9,7
Impulsión Alhama Alhama M. SAIH Segura 244 9,3
Miñarros - Ramonete Lorca SAIH Segura 177 9,0
La Murta Murcia SAIH Segura 335 8,9

2.3.3. Tendencia temporal de los episodios de ITN (1986-2015)

2.3.3.1. Eventos y episodios de inversión térmica nocturna

Los eventos individuales y episodios de estabilidad nocturna experimentan, durante los


últimos años, tendencias temporales negativas en el SE peninsular, con una clara
reducción durante los últimos años.

El número de eventos diarios de ITN disminuye durante las últimas tres décadas (-7,9
días/década) (Tabla 2.9). No presentan significancia estadística anual, si bien, aunque
la pendiente es ligera, las madrugadas estables experimentan una disminución
progresiva (Fig. 2.35). La tendencia es significativa durante los meses de julio, agosto y
septiembre, apoyada en un P-value inferior a 0,05 según el Test de Wilcoxon Signed-
Rank (-1,5 y -2,0 días/década). Un aspecto especialmente relevante es la débil
tendencia positiva durante el periodo invernal (0,4 días/década), con ascensos
marcados en diciembre y enero (únicos meses con registros positivos destacables). Se
trata de un aspecto tremendamente interesante, pues coincide con la etapa donde se
concentran los eventos y episodios más intensos del año.

89
Tabla 2.9. Tendencias estadísticas según Kendall (tendencias/década) con un intervalo
de confianza del 95% (en negrita significancia estadística). Nivel de significancia (P-
value) según el Test de Wilcoxon Signed-Rank <0.01 (en rojo) y < 0.05 (en naranja)
estimadas para el número de días con inversión térmica nocturna (ITN), el número y la
duración de episodios de ITN. Datos: CMT de Murcia (AEMET).

Nº días ITN Nº episodios ITN Duración episodios ITN


Tend / Década P- Value Tend / Década P -Value Tend / Década P- Value
Enero 1,0 0,146 0,2 0,078 0,1 0,401
Febrero -1,4 0,082 -0,2 0,226 -0,5 0,086
Marzo -1,3 0,032 0,0 0,136 -0,5 0,008
Abril -0,7 0,189 -0,1 0,448 0,1 0,420
Mayo -1,2 0,161 -0,2 0,484 -0,4 0,242
Junio -0,2 0,500 0,1 0,488 0,4 0,254
Julio -1,9 0,020 -0,1 0,499 -0,6 0,017
Agosto -1,9 0,058 -0,5 0,019 -0,1 0,192
Septiembre -1,5 0,028 -0,5 0,024 -0,1 0,431
Octubre 0,1 0,355 0,0 0,223 0,2 0,268
Noviembre -0,5 0,390 0,0 0,468 -0,6 0,212
Diciembre 1,6 0,136 0,2 0,147 0,3 0,421
Media -7,9 0,019 -1,1 0,147 -0,1 0,111

Fig. 2.35. Evolución anual del número de eventos de ITN (1986-2015). Datos: CMT de
Murcia (AEMET).

Los episodios de inversión térmica analizados durante las tres últimas décadas
experimentan un ligero descenso (-1,1 episodios/década), aunque no es un valor
estadísticamente significativo (Fig. 2.36). Se constata un mayor descenso en agosto y
septiembre (época cálida), con tasas de -0,5 episodios/década (ratificadas por un P-
value <0.05). Durante el resto del año, en general, los resultados no son concluyentes,

90
si bien, sólo los meses más fríos del año (diciembre y enero) son los únicos que
experimentan un ligero crecimiento (0,2 episodios/década).

Por su parte, la duración de los procesos de ITN requiere una interpretación más
compleja, ya que presenta un descenso anual poco relevante (-0,1 días/década), y
arroja pocas claves sobre su comportamiento en las últimas décadas. Gran parte de los
meses anuales experimentan un descenso entre -0,4 y -0,6 días/década, aunque sólo
agosto muestra niveles estadísticamente significativos de acuerdo con las pruebas de
Kendall y Wilcoxon. El resto del año, los valores se sitúan entre 0,1 y 0,4 días/década.

En definitiva, las jornadas estables con inversiones térmicas nocturnas (ITN), así como
su persistencia y duración (episodios), experimentan descensos generales durante las
últimas décadas. Los cambios más significativos se producen durante la época cálida
(verano), con significancia estadística en algunos meses. Los meses invernales de
enero y febrero experimentan un ligero aumento en el número de madrugadas estables
de ITN. Por último, a finales de la década de los 80 y principios de los 90 se produce un
incremento de los eventos y episodios de inversión nocturna, con un repunte actual en
los últimos años (Fig. 2.35 y 2.36).

Fig. 2.36. Evolución anual del número de episodios de inversión térmica nocturna, y su
duración (1986-2015). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

2.3.3.2. Parámetros térmicos y altitudinales del estrato de inversión

Durante las últimas décadas el estrato de ITN registra un progresivo ascenso altitudinal
(Tabla 2.10). La ZBASE aumenta a razón de 74,7 m/década como promedio (P-value <

91
0.05), y en un grado considerablemente mayor durante los meses estivales de junio
(295,1 m/década) y julio (118,7 m/década). Durante el periodo invernal, y noviembre, la
altitud de la base del estrato apenas experimenta variaciones notables (-19,0 m/década).

Por su parte, la ZTOP muestra un ascenso medio más importante (106,2 m/década), con
valores mensuales estadísticamente significativos en abril y junio (>140 m/década). Se
trata de valores parecidos a los obtenidos por Zhang et al. (2013) a partir del análisis de
sondeos en la ciudad de Murcia). Según los resultados del reanálisis del ERA-20C
(ECMWF), el techo del estrato de inversión asciende en las regiones de Asia oriental y
norte de África a menor ritmo (10 a 14 m/década). Se trata de incrementos más
reducidos que los aquí apuntados para Murcia, pero que confirman la tendencia
ascendente de los estratos de ITN ya detectada en regiones áridas y semiáridas (Zhao
et al., 2017).

Tabla 2.10. Tendencias estadísticas según Kendall (tendencias/década) con un


intervalo de confianza del 95% (en negrita significancia estadística). Nivel de
significancia (P-value) según el Test de Wilcoxon Signed-Rank <0.01 (en rojo) y < 0.05
(en naranja) estimadas para TBASE, TTOP, ZBASE y ZTOP. Datos: CMT de Murcia (AEMET).

TBASE (ºC) TTOP (ºC) ZBASE (m) ZTOP (m)


Tend / P- Tend / P -Value Tend / P- Tend / P
Década Value Década Década Value Década Value
Enero 0,9 0,088 0,0 0,112 19,9 0,012 34,1 0,067
Febrero 1,0 0,039 0,4 0,334 97,6 0,237 150,1 0,194
Marzo -0,1 0,144 -0,6 0,206 51,1 0,370 107,8 0,189
Abril 0,9 0,071 0,6 0,178 98,7 0,196 142,9 0,110
Mayo 1,0 0,032 0,4 0,336 77,7 0,189 69,1 0,190
Junio -0,4 0,394 -0,6 0,206 295,1 0,023 358,2 0,047
Julio -0,3 0,500 -0,6 0,372 118,7 0,147 150,8 0,081
Agosto -0,6 0,147 -1,4 0,091 28,7 0,047 5,8 0,054
Septiembre -0,6 0,131 -0,8 0,301 0,2 0,035 2,8 0,052
Octubre -0,1 0,327 -0,6 0,187 94,3 0,197 189,2 0,153
Noviembre 0,4 0,086 -0,2 0,436 -18,9 0,202 -15,7 0,179
Diciembre 0,3 0,286 -0,1 0,394 33,8 0,004 79,5 0,064
Media 0,2 0,344 -0,3 0,039 74,7 0,038 106,2 0,014

La TBASE registra como promedio un ligero aumento en las últimas décadas


(0,2ºC/década). El incremento es algo más acusado durante los meses invernales
(enero y febrero) y los equinocciales de abril y mayo (entre 0,9 y 1ºC / década). Sin
embargo, sólo febrero y mayo son estadísticamente significativos, con P-values < 0,05.
En particular, el aumento de la TBASE en febrero está en concordancia con el estimado
por Zhang et al. (2013) en la ciudad de Murcia (0,5ºC/década). Este aspecto es clave
en la génesis de temperaturas superficiales durante las madrugadas de ITN invernales,
debido al ascenso de la ZBASE en dicha estación. En los meses cálidos del año (junio a

92
octubre) se produce, aunque con escaso nivel de significancia, un descenso térmico,
especialmente en los meses de agosto y septiembre (-0,6ºC/década).

En cambio, la TTOP, experimenta una tendencia media negativa (-0,3ºC), con alto nivel
de significancia según el test de Wilcoxon. Los meses de junio a octubre (-0,6 a -
1,4ºC/década) presentan los mayores descensos térmicos del techo de la inversión,
mientras que, la primavera e invierno muestran tendencias ligeramente positivas
(0,1ºC/década). En ningún caso son dichas tendencias estadísticamente significativas.
En general, la menor influencia de la superficie, asociada a un aumento altitudinal de la
ZTOP (74,7 m), provoca el descenso térmico del tope del estrato.

2.3.3.3. Intensidad, espesor y gradientes térmicos en los eventos de ITN

El menor aumento de temperatura en la base del estrato de inversión (TBASE), en


detrimento de una disminución más marcada de la T TOP, origina una ligera reducción de
la DTINV en el periodo de análisis (-0,1ºC/década). Según el test de Wilcoxon, la tasa
media de todo el periodo es estadísticamente significativa, por lo que, de una década a
otra los eventos de ITN son, como promedio, 0,1ºC menos intensos. No obstante, a
escala mensual, salvo febrero que presenta un P-value < 0.05 para una reducción de la
intensidad de 0,3ºC/década, el resto de los meses no parecen guardar un patrón de
tendencia claro. Según la evolución anual que muestra la Fig. 2.37, la década de los 90
se inicia con dos picos anuales de DTINV muy elevados (4,9ºC en 1990, y 4,3ºC en 1991),
que representan con diferencia las mayores intensidades de todo el período. Le sigue
una etapa de estabilidad (1993-1995) con fluctuaciones poco importantes entre los
máximos anuales (en torno a 3,3ºC), un nuevo pico de 4ºC en 1997, y a partir de ahí
hasta 2005 una tendencia decreciente (con mínimos de intensidad anuales inferiores a
2,5ºC). Posteriormente, hasta el momento actual, se observa una tendencia creciente
progresiva, con máximos que aumentan 0,5ºC en la última década, situando el pico de
DTINV en 3,5ºC.

93
Fig. 2.37. Evolución anual de la intensidad media (DTINV) de los eventos de inversión
térmica nocturna (1986-2015). Datos: CMT de Murcia (AEMET).

El espesor medio del estrato de inversión aumenta (con significancia estadística)


durante las últimas décadas (33,4 m/década). Desde el punto de vista mensual destaca
un mayor ascenso registrado en octubre (96,8 m) y varios máximos secundarios que no
mantienen un patrón común, repartidos entre todas las estaciones. Incluso, los meses
en que se produce una disminución del espesor de la ITN (mayo y agosto) corresponden
a condiciones climáticas muy contrastadas en el área de estudio. Además, los niveles
de significación estadística son bajos y en ningún caso pueden obtenerse resultados
concluyentes.

El incremento del espesor del estrato (DZINV), unido a la reducción de la intensidad


(DTINV), determina una drástica disminución del gradiente térmico medio vertical (LR) (-
0,9ºC/década). La mayoría de los meses muestran una tendencia negativa del DZINV
estadísticamente significativa (con P-values relativamente bajos <0.05), que dan
robustez y credibilidad a los descensos observados. Este hecho tiene una indudable
repercusión en los contrastes térmicos entre zonas de valle y terrenos orográficamente
complejos, pudiéndose constatar una menor diferencia de temperatura entre la base y
el techo del estrato de inversión (Tabla 2.11).

94
Tabla 2.11. Tendencias estadísticas según Kendall (tendencias/década) con un
intervalo de confianza del 95% (en negrita significancia estadística). Nivel de
significancia (P-value) según el Test de Wilcoxon Signed-Rank <0.01 (en rojo) y < 0.05
(en naranja) estimadas para DTINV, DZINV y LR. Datos: CMT de Murcia (AEMET).

DTINV (ºC) DZINV (m) LR (m)


Tend / Tend / Tend /
P- Value P -Value P- Value
Década Década Década
Enero 0,0 0,432 14,2 0,233 -0,8 0,022
Febrero -0,3 0,028 52,2 0,322 -0,8 0,039
Marzo -0.2 0,086 58,1 0,154 -0,3 0,500
Abril -0,0 0,088 44,5 0,192 -0,7 0,015
Mayo -0,2 0,298 -8,5 0,272 -0,8 0,014
Junio -0,1 0,367 63,0 0,394 -0,7 0,039
Julio -0,3 0,054 30,7 0,276 -0,7 0,037
Agosto -0,2 0,192 -20,1 0,374 0,0 0,500
Septiembre 0,0 0,056 6,1 0,322 -0,4 0,086
Octubre 0,0 0,334 96,8 0,094 -0,7 0,023
Noviembre -0,2 0,305 7,4 0,289 -0,1 0,178
Diciembre 0,0 0,460 54,4 0,200 -0,5 0,040
Media -0,1 0,009 33,4 0,034 -0,9 0,004

2.3.3.4. Presión atmosférica superficial (PA), y temperaturas en los


geopotenciales de 850 y 500 hPa durante las jornadas de ITN

La presión atmosférica (PA) durante las jornadas de ITN muestra una tendencia general
positiva, siendo estadísticamente significativa (0,4 hPa/década). La PA aumenta en los
periodos de mayor recurrencia de procesos de inversión térmica nocturna,
especialmente durante la época fría del año (diciembre a marzo) con valores
significativos entre 0,5 y 0,8 hPa/década. El mes de diciembre experimenta el mayor
incremento, con un P-value inferior a 0.01 (muy relevante). Por el contrario, en los meses
de abril a octubre, apenas se aprecian cambios en la evolución temporal de la PA
durante las últimas décadas, de modo que ésta se mantiene prácticamente estable (0,0
- 0,1 hPa/década) (Tabla 2.12).

Durante este tipo de eventos, a lo largo del período analizado, la temperatura en niveles
altos atmosféricos (T500) experimentan un leve descenso (-0,1ºC/década). Las tasas
de disminución más importantes se producen en primavera y otoño (a menudo en torno
a -0,5ºC/década). Especialmente relevante es el mes de marzo, donde se registra una
reducción estadísticamente significativa (-1,8ºC/década). En cambio, los meses
estivales e invernales apenas registran variaciones relevantes (0,1 a 0,2ºC/década).

La T850, en un geopotencial con clara influencia para las temperaturas superficiales,


presenta tendencias y tasas de variación mensuales muy heterogéneas. Registra una

95
tendencia media positiva (0,2ºC/década), que incluye aumentos mensuales
particularmente notorios en febrero y abril (1,4 y 1,1ºC/década respectivamente). La
media estacional de invierno supone un incremento de 0,8ºC/década, lo que implica un
claro cambio en el grado de influencia sobre las heladas en dicha época del año. Por el
contrario, los meses de agosto, septiembre o noviembre registran tendencias negativas,
alguna de ellas de cierta relevancia (-1,8ºC/ década en septiembre).

Tabla 2.12. Tendencias estadísticas según Kendall (tendencias/década) con un


intervalo de confianza del 95% (en negrita significancia estadística). Nivel de
significancia (P-value) según el Test de Wilcoxon Signed-Rank <0.01 (en rojo) y < 0.05
(en naranja) estimadas para PA, T850 y T500. Datos: CMT de Murcia (AEMET).

PA (hPa) T850 (ºC) T500 (ºC)


Tend / Década P- Value Tend / Década P -Value Tend / Década P- Value
Enero 0,6 0,035 0,5 0,022 -0.2 0,260
Febrero 0,5 0,020 1,4 0,166 1,2 0,274
Marzo 0,5 0,035 0,7 0,363 -1,8 0,043
Abril 0,1 0,441 1,1 0,301 0,4 0,397
Mayo 0,1 0,444 0,2 0,038 -0,1 0,481
Junio 0,0 0,196 1,1 0,065 0,4 0,162
Julio 0,0 0,500 0,4 0,389 0,2 0,171
Agosto 0,1 0,126 -1,0 0,432 0,1 0,172
Septiembre 0,0 0,450 -1,8 0,192 -0,3 0,321
Octubre 0,0 0,461 0,3 0,173 0,5 0,269
Noviembre 0,2 0,069 -0,7 0,298 -0,8 0,458
Diciembre 0,8 0,005 0,5 0,238 -0,5 0,346
Media 0,4 0,030 0,2 0,107 -0,1 0,396

Conclusiones y discusión

El estudio de las inversiones térmicas nocturnas (ITN) en la ciudad de Murcia y en el


resto de la DHS pone de manifiesto la importancia de las inversiones superficiales o de
niveles bajos (SBIs). Así como la clara influencia de los mecanismos de estabilidad
atmosférica en las temperaturas mínimas superficiales (Tn), y en su distribución
espacial. De este estudio se desprenden múltiples conclusiones, entre las que destacan
las siguientes:

1. Las jornadas de ITN nocturna son extraordinariamente frecuentes (83,7%) en la


ciudad de Murcia (1986-2015), hecho que puede ser extrapolable a numerosos valles,
corredores y hoyas interiores y prelitorales del Sureste Peninsular. Lo son
especialmente en invierno (>90%), con un máximo secundario en verano (más elevado
en periodos anticiclónicos). Se trata de frecuencias porcentuales anuales muy elevadas,
en consonancia con las observadas en otras regiones semiáridas del planeta. En
Teherán (Irán), por ejemplo, Tavousi y Abadi (2016) establecieron un 62,6% el

96
porcentaje de jornadas de ITN al año, correspondiendo el 90% de ellas a origen
superficial (SBIs), proporción algo superior a la registrada en Murcia (80,8%). Dichos
resultados guardan también relación con los obtenidos en otras zonas europeas de
clima más frío, como Polonia, donde Czarnecka et al. (2018) han constatado un claro
predominio de las jornadas con IT nocturna superficial (SBIs) (>65% del total anual de
eventos diarios de IT, y >90% en invierno). Al igual que ocurre en estos casos, las SBIs
se muestran en Murcia muy predominantes y persistentes, particularmente durante el
invierno, en el que se registran la mayoría de las heladas y las temperaturas mínimas
extremas (93,2% de SBIs, frente a un 6,8% de ELIs). Por su parte, las IT elevadas (ELIs)
suponen el 19,2% del total anual, y se concentran principalmente en la época cálida (de
mayo a septiembre registran el 79,4% anual).

2. En época invernal, periodo del año donde se desarrollan las temperaturas mínimas
más frías, el predominio de estratos de inversión térmica superficial (SBIs) es casi total
en la ciudad de Murcia (96,3% en diciembre). Aparecen en contacto con la superficie, y
se caracterizan por presentar una altitud de la base del estrato (Z BASE) muy baja (a
menudo con un nivel desde donde es lanzado el sondeo) (Whiteman, 2000). En la
ciudad de Murcia, la altitud media durante el invierno se sitúa en 109 m, aunque el 95%
de las ocasiones, la ZBASE se sitúa a 62 m (altitud del CMT de Guadalupe, desde donde
se lanza el globo sonda). A pesar de ser sondeos nocturnos (00 UTC), la temperatura
invernal en la base del estrato es relativamente elevada (8,0ºC). Por su parte, la ZTOP
registra una altitud media de 340 m durante el trimestre invernal, lo que pone de
manifiesto que los estratos de IT nocturnos durante el invierno suelen ser de muy baja
altitud. La TBASE durante la época invernal se sitúa en 11,5ºC (temperatura templada).

3. El espesor del estrato de inversión térmica (DZINV) es muy fino en invierno, con valores
que se sitúan entre 230 y 240 m. Son resultados similares a los espesores medios
invernales registrados en el centro de la Península Ibérica (100 m) (Rasilla et al., 2018),
en Irán (128 m) (Tavousi y Abadi 2016), o en Elba (Polonia) (entre 100 y 200 m)
(Czarnecka et al., 2018). En todos estos casos, los estratos de inversión superficiales
tienen muy poco desarrollo vertical durante el trimestre invernal y un espesor
ligeramente moderado en el periodo de abril a octubre).

4. Durante la época fría del año, especialmente en el trimestre invernal, los estratos de
ITN superficiales presentan un fuerte contraste térmico entre la base y el tope, a pesar
de su escaso espesor. Ello genera que la intensidad de inversión (DTINV) sea realmente
elevada en la ciudad de Murcia (superior a 5ºC en el 45% de las jornadas invernales).
El aumento de la DTINV se explica aquí por registrar durante dicha época del año un
mínimo anual de flujo solar (R2 -0.80). En otras regiones áridas del planeta (e.g. El

97
Cairo), las intensidades de inversión más importantes se registran también en diciembre,
enero y febrero (Kandil et al., 2008). La consecuencia inmediata es la presencia de
estratos bajos de ITN con gradientes térmicos verticales (LR) particularmente elevados
en invierno (2 a 4ºC/100 m).

5. El análisis de componentes principales (PCA) ha permitido comprobar que las


temperaturas geopotenciales (500 y 850 hPa) ejercen una gran influencia en las
temperaturas mínimas superficiales registradas durante las madrugadas estables (R2 de
0,72 a 0,85 respectivamente). La T850 desciende por debajo de 0ºC 14 días al año,
mientras, que, la T500 lo hace de -20ºC durante gran parte del invierno. Las
características térmicas de la masa de aire en niveles medios-bajos atmosféricos, unido
a la fluctuación altitudinal del estrato de ITN, son los dos componentes principales que
tienen una mayor influencia en las temperaturas mínimas superficiales.

6. La aplicación del índice CINV para determinar la capacidad de inversión de temperatura


de la DHS ha dado como resultado la prevalencia de intensidades generales débiles a
moderadas en numerosos observatorios de dicha demarcación, salvo en algunos
ámbitos geográficos (como la Sierra de Segura y sectores occidentales de la cuenca de
Segura), donde la capacidad de inversión llega a ser extremadamente alta (>14ºC).

7. Los resultados del análisis de evolución temporal de las inversiones térmicas


nocturnas (ITN) en la ciudad de Murcia muestran una importante disminución del
número de jornadas con inversiones de madrugada (-7,9 días/década), aunque sujeta a
ciertas oscilaciones en las tres últimas décadas. Sólo en la década 2005-2015 se
advierte un ligero aumento del número de días con ITN, a pesar de que dicha frecuencia
disminuye durante los meses de invierno (1,0 y 1,6 eventos diarios/década en diciembre
y enero respectivamente). El número de episodios y la duración de éstos presentan
también una tendencia negativa, aunque mucho menos relevante que el número de
jornadas con ITN, con tasas de decremento medio de -1,1 episodios de ITN por década
y apenas 2,5 horas/jornada por década respectivamente. La tendencia ligeramente
positiva de diciembre y enero rompe aquí de nuevo el patrón general promedio. Estos
resultados contrastan con la tendencia general creciente de la frecuencia y duración de
las inversiones térmicas nocturnas observada en otras zonas interiores de clima más
continental, como el centro de la Península Ibérica (Comunidad de Madrid) durante el
período 1961-2015 (Rasilla et al., 2018), o Austria (1961-2017), donde el número medio
anual e invernal de días con ITN experimenta un incremento por década de 0,72 y 0,94
respectivamente (Hiebl y Schöner, 2018). Otros estudios, como el de Horton et al. (2012)
predicen un incremento de la estabilidad atmosférica en Europa y en zonas del
Mediterráneo debido al calentamiento global. Los autores prevén un aumento de los

98
días invernales de estancamiento atmosférico para las próximas décadas entre 3 y 8
días por año (12-25%), hecho que está en consonancia con los patrones de tendencia
negativa descritos en el presente trabajo durante los meses de invierno. Una
disminución media anual del número de ITN, con patrones de tendencia positiva opuesta
en los meses de frío más intenso, podría acentuar los efectos de las islas de calor
urbana, especialmente en grandes ciudades afectadas por fenómenos de inversión
térmica como Murcia (Allende Álvarez et al., 2018). A pesar de ello, son todavía
relativamente escasos los estudios que abordan la predicción y evolución temporal de
este tipo de sucesos, y ello dificulta la obtención de resultados comparativos
concluyentes:

(I) La estructura vertical de los estratos de ITN están experimentando un


ascenso altitudinal de 106 m/década en el ZTOP, y 74 m en la ZBASE, lo que
genera un aumento del espesor (DZINV) de 33,4 m/década. Es preciso añadir,
que, durante el invierno, apenas se producen variaciones en la Z BASE, aunque
si se aprecian aumentos ligeros de la ZTOP y del espesor del estrato (DZINV).
A pesar del ascenso altitudinal del estrato de inversión, las temperaturas del
tope disminuyen (-0,3ºC/década), mientras que la de la base aumentan en
0,2ºC/década, sobre todo en primavera y en invierno. Finalmente, la
intensidad (DTINV) y el gradiente térmico vertical (LR) están experimentando
un descenso estadísticamente significativo (tasas medias de -0,5 y -
0,9ºC/década respectivamente), más relevante en invierno, lo que es
consistente con la tendencia de disminución de la intensidad de las ITN
observada por Hiebl y Schöner (2018) en Austria (tasa media de -
0,1ºC/década).

(II) Numerosos estudios señalan que las condiciones para un fuerte enfriamiento
radiativo en superficie vienen marcadas por pequeños gradientes de presión
horizontal en el centro del anticiclón, cuña o cresta anticiclónica (Bailey et al.,
2011; Palarz, 2014). En la ciudad de Murcia se produce un incremento
estadísticamente significativo de la presión atmosférica durante los eventos
nocturnos de ITN (0,5 a 0,8 hPa/década). Los datos aportados en el capítulo
arrojan una tendencia hacia inviernos con mayor estabilidad (más
anticiclónicos), con más eventos de ITN, y periodos ligeramente más
numerosos y duraderos. Los estratos de ITN en invierno no están
experimentado cambios significativos, si bien el gradiente térmico vertical
(LR) disminuye, como consecuencia del aumento del espesor (DZ INV). Las
temperaturas aumentan en la base del estrato (T BASE), al igual que en niveles

99
medios atmosféricos (T850), lo que generará temperaturas mínimas
superficiales más elevadas. La intensidad de inversión se mantiene durante
el trimestre invernal, lo que llevaría a diferencias térmicas superficiales igual
de significativas en el área de estudio, pero con temperaturas mínimas más
elevadas.

En conclusión, tal y como se analiza en el capítulo 5, las heladas (<0ºC) están


experimentando un importante descenso anual durante las últimas décadas en el
conjunto de la DHS. Así pues, a pesar del aumento del número de jornadas con ITN
durante los meses de invierno, el incremento de la temperatura invernal de las masas
de aire en niveles medios-bajos atmosféricos, tiende a producir inversiones térmicas
menos frías, con menor capacidad para generar temperaturas negativas en zonas de
valle.

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111
CAPÍTULO 3

INVERSIONES TÉRMICAS CON ESTRATO CÁLIDO EN NIVELES


BAJOS: CONTRASTES TÉRMICOS SIGNIFICATIVOS EN LA
DEMARCACIÓN HIDROGRÁFICA DEL SEGURA (DHS)
3.1. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS

Gran parte de la Demarcación Hidrográfica del Segura (DHS), en particular sus vegas y
valles, constituye un espacio intensamente ocupado y explotado desde hace siglos. Las
depresiones intramontanas las componen generalmente valles corredores, depresiones
prelitorales y hoyas interiores, que ocupan una importante extensión dentro de la
Demarcación. Éstas son afectadas a menudo (83,7%) por deposiciones de aire más frío,
proclives al desarrollo de inversiones térmicas nocturnas (ITN), que ofrecen excelentes
ejemplos para evaluar los mecanismos más comunes en inversiones de niveles bajos.

Por el riesgo que ello entraña, adquiere aquí especial relevancia el análisis de las
temperaturas mínimas superficiales asociadas a la ocurrencia de sucesos de inversión
térmica. Estas tienen repercusiones muy negativas en los cultivos de las tierras fértiles
que rellenan los valles, afectando, por tanto, a áreas de gran potencial y rendimiento
agrícola, y generando un impacto socioeconómico que trasciende al área de estudio.
Cabe tener en cuenta que la agricultura es, sin duda, la actividad económica más
importante en esta región, y a la vez la más vulnerable ante el rigor de temperaturas
excesivamente bajas, sobre todo cuando éstas sobrevienen durante los meses de
marzo y abril e interrumpen la etapa de floración.

Las inversiones térmicas se caracterizan por acumular aire más frío y denso en los
fondos de valle y depresiones durante madrugadas estables. Multitud de investigaciones
han analizado la extraordinaria variabilidad espacial en el patrón de temperaturas
mínimas en terrenos irregulares y complejos, determinando, todas ellas, que las
temperaturas más frías se registran en los fondos de valles y puntos más bajos durante
las noches claras y situaciones tranquilas (Catchpole, 1963; Dight, 1967; Coleman,
1969; Harrison, 1969). Fleagle (1950), en uno de los primeros estudios publicados al
respecto, describe el balance de radiación durante el enfriamiento nocturno y los
parámetros que afectan el tamaño de la diferencia de temperatura.

El viento en calma durante las madrugadas estables, en zonas planas o de valle,


provoca una pérdida de radiación y calor en la superficie del suelo (Whiteman et al.,
2004). Este enfriamiento radiativo del aire cerca de la tierra puede causar una capa de
inversión térmica sobre el suelo, que a su vez disminuye la radiación de onda larga hacia
el suelo y promueve una radiación adicional de refrigeración (Kondo y Yamazawa, 1986;
Maki y Harimaya, 1988). La intensidad de enfriamiento atmosférico depende de la
topografía, así como de las condiciones microclimáticas y de la superficie del terreno.
En una cuenca o valle, las montañas circundantes bloquean el viento y mejoran la
refrigeración nocturna por la disminución de intercambio de aire turbulento (Saito et al.,

113
1966; Thompson, 1986). Además del aire que es enfriado por radiación a nivel del suelo,
en las montañas descienden flujos descendentes o catabáticos de ladera hacia la
cuenca o valle, y su acumulación en las elevaciones más bajas produce una fuerte
inversión en niveles bajos atmosféricos (Yoshino et al., 1981; Mori et al., 1983). Por esta
razón, la refrigeración en una cuenca o valle es más fuerte que en una superficie plana
y abierta (Kondo, 1986). Bajo condiciones de cielo totalmente despejado y aire en calma,
la temperatura en un área cerrada puede provocar diferencias térmicas insólitas
(Clements et al., 2003; Zangl, 2005).

Es oportuno señalar que la acumulación de aire frío en los fondos de la depresión se ve


reforzada cuando actúan flujos catabáticos, agudizándose el proceso a razón del
incremento del confinamiento de las tierras bajas (Gustavsson et al., 1998; Lindkvist et
al., 2000; Lundquist et al., 2008). Así, como resultado de la influencia de estas variables
climáticas y topográficas, la intensidad y el espesor de los fenómenos de inversión
térmica se alteran de acuerdo con la situación sinóptica, la persistencia del balance
energético negativo y la configuración topográfica del valle (McKee y O’Neal, 1989;
Whiteman, 2000; Clements et al., 2003; Daly et al., 2009).

El aislamiento de una porción de aire inferior respecto de la atmósfera libre se ve


afectado por la ausencia de mezcla vertical en las zonas de valle o depresiones
(Whiteman, 2000). Esto explica que las inversiones por advección o invasión horizontal,
por debajo de aire frío o por encima del cálido, sean menos frecuentes, extensas e
importantes que las de irradiación (Trewartha, 1943). En zonas de valle, drenadas por
cursos fluviales, como es el caso de estudio, determinados sectores pueden aparecer
cubiertos por nubes bajas en la estación invernal. Este hecho disminuye la insolación y
favorece la formación de bolsas de aire frío más o menos persistentes en los niveles
inferiores (Kondo y Okusa 1990). La situación se agrava cuando las inversiones térmicas
vienen impuestas o condicionadas por la ocurrencia de episodios de polución (Malek et
al., 2006) o coinciden con periodos de alta concentración de aerosoles (Bailey et al.,
2011).

Diversos estudios de enfriamiento nocturno en una cuenca han señalado que los flujos
de aire frío descienden directamente hacia el suelo durante unas pocas horas después
de la puesta del sol, pero posteriormente el flujo se debilita y aumenta la estabilidad
atmosférica cerca del suelo. Una porción de los vientos de drenaje fluye sobre la parte
superior de la capa de inversión (Magono et al., 1982; Fast et al., 1996). Tanaka et al.
(1983) y Matsuoka et al. (1987) comprueban que una inversión a nivel del suelo, formada
por toda la llanura adyacente, puede cubrir todo el valle. Esta potente capa de inversión

114
suprime las corrientes descendentes de ladera debido a la acción que ejerce dicha capa.
Sin embargo, incluso en un pequeño valle de zona semi-montañosa, el aire frío debe
desempeñar un papel clave en el enfriamiento nocturno unas pocas horas después de
la puesta del sol, antes de que el valle se cubra por una capa de inversión estable. Como
resultado, el enfriamiento nocturno en el valle es probable que sea más fuerte que en
una llanura inmediata.

La mayor parte de la producción científica alude a situaciones de inversión térmica en


zonas de valle, y en menor grado a estancamientos de aire frío en el fondo de cuencas
fluviales y vegas. No obstante, de su análisis se extrae que la asociación de los periodos
de baja radiación solar, alta presión atmosférica y vientos suaves, se hallan
habitualmente relacionados al desarrollo y génesis de embalsamientos de aire frío en
niveles atmosféricos bajos próximos a la superficie (Barr y Orgill, 1989; Beniston, 2006;
Lundquist y Cayan, 2007). Estas condiciones sinópticas, ligadas a un balance de
radiación negativo, favorecen un enfriamiento acelerado de la superficie y con ello la
generación de una capa de aire baja estable (Whiteman, 2000).

Las bajas temperaturas mínimas en cuencas agrícolas interiores de clima frío, o en


valles de gran tradición hortofrutícola sometidos a un período frío, pueden provocar
heladas intensas y ocasionar un importante peligro para los cultivos A una escala
geomorfológica menor, este tipo de ITN parece ser más variable e incluso puede perder
intensidad. Al analizar, por ejemplo, las temperaturas de superficie y de niveles
superiores suprayacentes en estructuras geomorfológicas exokársticas de Gstettner-
Alm (Austria), Sauberer y Dirmhirn (1954, 1956) constataron registros muy cambiantes,
flujos débiles dentro de las dolinas y vientos sinópticos dominantes, que no llegaron a
afectar los embolsamientos de aire frío acumulado en los fondos de las dichas
estructuras.

La relación entre los fenómenos de inversión térmica y la concentración de


contaminantes es un tema de actualidad a nivel global (Guédjé et al., 2017; Ning et al.,
2018; Wang et al., 2018; Deng et al., 2018; You et al., 2018). Ello se debe a las graves
consecuencias sanitarias y ambientales que dichos escenarios suelen provocar sobre
la población y los ecosistemas. Por este motivo, algunas de las regiones urbanas más
densamente contaminadas del mundo han sido estudiadas con el fin de establecer los
factores que influyen en la génesis de estas situaciones, analizar los procesos de
evolución de las mismas, y obtener información útil para salvaguardar la salud de la
población. En este sentido, además de la valoración de la información histórica y las
series recientes, algunos autores han completado sus estudios con la elaboración de

115
tendencias futuras según los diferentes escenarios de cambio climático estimados
(Caserini, 2016; Ji et al., 2015).

Recientemente, al estudio de las inversiones térmicas mediante el uso de los datos


captados por las radiosondas, se debe sumar la aplicación de la tecnología LiDAR
(Wang et. al., 2015; Wang et. al., 2018) y los datos aportados por MODIS (Kachar et al.,
2015; Tang et al., 2017). La primera técnica es un instrumento de detección remota por
láser activo, que proporciona mediciones en altura y tiempo. De este modo, se obtiene
desde tierra una medición de la temperatura de la atmósfera, la cantidad de vapor de
agua y aerosoles, que permite el reconocimiento de las capas de inversión en la
estratosfera baja y la medición de los descensos de temperatura. La validez de dicha
herramienta está contrastada por cuanto sus resultados suelen coincidir con los
obtenidos por las tradicionales radiosondas. Por el contrario, en el segundo caso, la
información se obtiene a partir de las 36 bandas espectrales que capta el sensor MODIS
(o espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada) instalado en los satélites
Terra y Aqua de la NASA.

El capítulo analiza las situaciones de mayor intensidad de inversión comprendida entre


2011 y 2016, así como las variables meteorológicas que influyen en su génesis e
intensidad. El principal objetivo es estudiar las diferencias de temperatura mínima en
diferentes ámbitos geográficos dentro de la DHS, principalmente entre fondos de valle
y superficies orográficamente accidentadas, así como las causas que las generan
(sinópticas y de carácter superficial). Bajo inversiones térmicas con advección cálida en
niveles bajos se producen diferencias de temperaturas mínimas muy contrastadas entre
los fondos de valle y zonas de medianías topográficamente accidentadas.

Además, mediante el análisis de termografías de alta resolución, obtenidas por


teledetección (satélite ASTER), se ha elaborado un mapa de distribución espacial de las
temperaturas registradas durante las madrugadas con intensos procesos de ITN. Más
adelante, en el Capítulo 4, se aborda en detalle el estudio de las termografías nocturnas
con promedios de amplios intervalos temporales de jornadas estables. Las termografías
utilizadas en este capítulo aportan, durante jornadas concretas de ITN, una cartografía
de notables diferencias térmicas en el área de estudio.

116
3.2. MATERIAL Y MÉTODOS

3.2.1. Datos

Para el estudio de las 50 jornadas de ITN más intensas, durante el período 2011-2016,
se han empleado los datos de un total de 59 observatorios meteorológicas
pertenecientes a las redes de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), al Sistema
de Información Agroclimática para el Regadío (SIAR), del Ministerio de Agricultura y
Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, y al Servicio Automático de Información
Hidrológica (SAIH), de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) (Tabla 32.1). Un
total de 25 observatorios utilizan variables de humedad relativa (RH), y datos de
dirección (WD) y velocidad de viento (WV). Se trata de datos nocturnos horarios (00 a
06 UTC) que incluyen la franja horaria de madrugada. En segundo lugar, se han
analizado los datos de los sondeos meteorológicos diarios nocturnos (00 UTC) del
observatorio meteorológico de Murcia – AEMET (Código 8430), correspondientes a los
niveles geopotenciales de 850, 700, 500 y 300 hPa durante dichas jornadas. Para cada
uno de ellos se considera la temperatura (T300, T500, T700 y T850), la humedad relativa
(RH300, RH500, RH700 y RH850), la dirección (WD300, WD500, WD700 y WD850 hPa)
y velocidad del viento (WV300, WV500, WV700 y WV850 hPa). Además, se utilizan las
variables referentes a la estructura del estrato de inversión térmica: Z BASE, TBASE, ZTOP y
TTOP, DZINV, DTINV y LR, ya descritas en el Capítulo 1.

Para el análisis se han elegido cinco comarcas o ámbitos geográficos diferentes, todos
ellos pertenecientes a la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia: Altiplano,
Noroeste, Guadalentín, Vega Media del río Segura (VMRS), y Vega Baja del río Segura
(VBRS) (Fig. 3.1). Dicha elección ha estado principalmente motivada por criterios
orográficos y agrícolas, además de una mayor disponibilidad de información de datos
diarios y horarios de temperatura, humedad relativa y dirección y velocidad del viento.
En concreto se han seleccionado comarcas interiores que representan una mayor
variedad orográfica y desnivel altitudinal, caracterizada por la intercalación de valles,
sistemas montañosos y altiplanos.

Así mismo, se han utilizado datos de reanálisis atmosférico en diferentes niveles


geopotenciales (300, 500, 700 y 850 hPa), y en el campo de presión atmosférica
superficial. Se obtiene una cartografía promedio de las 50 jornadas analizadas a través
del NCEP II Reanalysis, cuya fuente de datos es el modelo estadounidense GFS (Global
Forecast System) (http://www.esrl.noaa.gov/psd/) elaborado por el NOAA Physical
Sciences Laboratory (PSL) en Boulder, Colorado (EE.UU)

117
Fig. 3.1. Distribución espacial de los observatorios meteorológicos utilizados en el
análisis de ITN más intensas dentro de la DHS. Los identificadores se muestran en la
Tabla 3.1m y los colores representan las diferentes comarcas de estudio.

Para el análisis de las trayectorias y procedencia de las masas de aire, que afectan al
conjunto de comarcas seleccionadas, se ha recurrido al reanálisis proporcionado por el
HYSPLIT (NOAA) https://www.ready.noaa.gov/hypub-bin/trajtype.pl?runtype=archive.
El modelo HYSPLIT es un sistema diseñado para calcular trayectorias de masas de aire,
así como simulaciones complejas de transporte, dispersión y deposición de partículas
atmosféricas. En la actualidad es uno de los modelos de transporte y dispersión
atmosférica más utilizados en la comunidad científica. El análisis de las trayectorias de
masas de aire se ha aplicado para las últimas 250 horas (recorrido de los últimos 10
días) para el nivel geopotencial de 1000 hPa, con destino final en el sector central de la
Región de Murcia.

118
En la elaboración de termografías o mapas de distribución de temperatura superficial se
han empleado imágenes del sensor ASTER (Advanced Spaceborne Thermal Emission
and Reflection Radiometer). Se trata de un instrumento a bordo del satélite Terra que
fue lanzado en diciembre de 1999, y diseñado para adquirir datos de temperatura,
emisividad, reflectancia y elevación de la superficie terrestre. Una imagen ASTER
abarca una resolución espacial de 60 por 60 km, y los datos se adquieren
simultáneamente a tres resoluciones. Las termografías son realizadas con la banda
AST_L1T, de 90 m de resolución espacial con 5 bandas entre 8,29 y 11,13 micrómetros.

Tabla 3.1. Observatorios meteorológicos utilizados en el análisis de ITN más intensas


dentro de la DHS.

ID Nombre Red Altitud ID Nombre Red Altitud


156 La Pilica SIAR 161 161 El Esparragal SIAR 319
72 El Sequén AEMET 156 255 Imp. Alhama SAIH 244
162 Campotéjar SIAR 146 178 Lebor SIAR 236
168 C. de la Plata SIAR 125 253 El Paretón SAIH 210
232 Rambla Salada SAIH 106 141 La Calavera SIAR 169
163 El Llano SIAR 80 157 La Egesa SIAR 164
21 Aer. Alcantarilla AEMET 70 171 La Vereda SIAR 140
20 Guadalupe AEMET 61 256 E. José Bautista SAIH 133
236 Contraparada SAIH 57 101 Inazares AEMET 1347
169 La Alberca SIAR 56 164 Casas del Rey SIAR 1232
239 Reguerón SAIH 55 204 E. La Risca SAIH 1066
237 R. Berniscornia SAIH 45 80 Barranda SIAR 869
238 Murcia Autovía SAIH 43 212 Bullas SAIH 631
74 Inst. Alfonso X AEMET 41 147 La Torrecica SIAR 507
240 Beniel AEMET 30 216 Serratilla SAIH 491
142 Los Álamos SIAR 27 165 Venta Ulea SIAR 456
57 La Calera AEMET 490 148 El Chaparral SIAR 433
64 Sierra del Oro AEMET 445 206 E. Argos SAIH 418
143 Blanca SIAR 282 205 E. Moratalla SAIH 331
179 Ulea SIAR 236 144 Las Rotas SIAR 275
222 E. del Moro SAIH 216 211 La Zarza SAIH 660
221 Cieza SAIH 166 180 Moratillas SIAR 658
213 Menjú SAIH 159 49 Yecla AEMET 582
214 Azúd de Ojós SAIH 154 32 Pinoso AEMET 575
37 Huerta Espuña AEMET 823 181 Pinillos SIAR 567
38 Alquerías AEMET 804 154 Las Encebras SIAR 491
254 Caserío Gebas SAIH 417 210 Jumilla SAIH 471
252 A. Lorca SAIH 331 153 Judío SIAR 395
160 Purias SIAR 324 155 Román SIAR 341

Las imágenes satelitales, exentas de nubosidad, han sido obtenidas de la web


https://earthexplorer.usgs.gov/ para las jornadas del 29 de julio de 2017, 21 de agosto
de 2017, 10 de octubre de 2017, 11 de noviembre de 2017, 4 y 5 de diciembre de 2017,
9 de enero de 2018, y 9 de agosto de 2018, y para áreas interiores dentro de la DHS
como la Huerta y Área Metropolitana de Murcia, Huerta de Lorca, pedanías altas de

119
Caravaca de la Cruz y Yecla (provincia de Murcia); Riopar – Calar del Mundo, Hellín –
Tobarra y Alcadozo (provincia de Albacete); Pontones – Santiago de la Espada y Calar
de Hernán Perea (provincia de Jaén); y Paraje de María-Vélez Blanco (Almería).

3.2.2. Métodos

La identificación y selección de las 50 madrugadas con mayor intensidad de inversión


analizadas en el capítulo (Tabla 3.2) ha sido realizada mediante la aplicación de los
índices de intensidad de inversión (I) de Tavousi y Abadi (2016) (Eq. 3.1) y de Ferreira
y Shipp (2005) (Eq. 3.2):

I = (DTINV)2 / 3 + Z(DZINV) (3.1)

donde DTINV es la diferencia de temperatura o intensidad de la capa de inversión (en


Kelvin), DZINV es el espesor de la capa de inversión (m), y Z es la altitud del observatorio
meteorológico (desde donde se lanza el sondeo) en hm.

Dθ850 = T850– T2M (3.2)

donde T850 es la temperatura en el geopotencial de 850 hPa (ºC), y T2M es la


temperatura a 2 m sobre el suelo (ºC).

Una vez detectadas estas jornadas se ha adoptado el índice propuesto por el autor (C INV)
(Temperature Inversion Capacity Index) (v. capítulo 1), con el fin de calcular y
cartografiar la distribución espacial de la capacidad de inversión térmica

Tabla 3.2. Jornadas con inversiones térmicas nocturnas más intensas en la DHS (2011-
2016) identificadas mediante los índices de Tavousi y Abadi (2016) y de Ferreira y Shipp
(2005).

08/03/2011 21/11/2013 26/01/2014 26/12/2014 20/12/2015


16/10/2013 22/11/2013 15/02/2014 30/12/2014 04/01/2016
17/10/2013 25/11/2013 20/02/2014 04/01/2015 17/01/2016
31/10/2013 26/11/2013 22/02/2014 10/01/2015 21/01/2016
02/11/2013 02/12/2013 15/03/2014 11/01/2015 23/02/2016
03/11/2013 05/12/2013 23/04/2014 02/02/2015 25/02/2016
04/11/2013 06/12/2013 24/10/2014 30/03/2015 26/02/2016
06/11/2013 07/01/2014 26/10/2014 12/05/2015 02/03/2016
07/11/2013 08/01/2014 10/11/2014 23/09/2015 11/11/2016
09/11/2013 21/01/2014 17/11/2014 25/11/2015 22/12/2016

120
Las variables atmosféricas (temperatura, humedad relativa, dirección y velocidad del
viento a diferentes niveles altitudinales) han sido correlacionadas estadísticamente con
la intensidad de inversión para comprobar su grado relativo de influencia (3.3). Con tal
fin, se ha utilizado el coeficiente de correlación de Kendall (Kendall, 1938), y los niveles
de significancia (p value) de 0.001 (***), 0.01 (**) y 0.5 (*):

ὠ = 12∑D2 / m2 n (n2– 1) (3.3)

donde ὠ es el estadístico de Kendall, D = ∑R – (∑R/n), m el rango de evaluadores, n el


número de objetos, y ∑R la suma de rangos (3.4). La significancia del coeficiente de
Kendall fue calculada mediante la expresión:

c2= k (N – 1) ὠ (3.4)

donde c2 está distribuido como chi-cuadrada con N – 1 grados de libertad; k: número de


evaluadores; N: número de sujetos, y ὠ: el coeficiente calculado de Kendall.

A partir de los datos aportados por el sondeo atmosférico se ha obtenido la profundidad


de la capa límite (Zi) y el coeficiente de mezcla vertical (Kz), de acuerdo con las clases
de estabilidad de Pasquill (1961), para, a continuación, aplicar dichos parámetros en el
análisis de las 50 jornadas de ITN más intensas.

La profundidad de la capa límite (Zi) es la distancia desde la superficie hasta un punto


donde la velocidad del flujo ha alcanzado esencialmente la velocidad de 'flujo libre'
(Prandtl, 1904). Es el espesor de la atmósfera en que se difunden (se mezclan) los
contaminantes. Viene definido por la influencia que tiene el substrato en la intensidad
del viento, advección de calor y humedad, grado de calentamiento o enfriamiento del
suelo. Durante el día, el aporte de calor y la consiguiente mezcla vertical del aire
incrementan el grosor de la capa límite, que alcanza su máxima altura a primeras horas
de la tarde; por el contrario, durante la noche el enfriamiento del suelo impide la
turbulencia y el espesor se reduce.

El coeficiente de mezcla vertical (K z) es una medida de la mezcla turbulenta dentro de


la capa límite. La interacción de ambas o estabilidad de la atmósfera, depende de la
diferencia de temperatura entre una porción de aire y el aire que la rodea. En función de
este coeficiente pueden distinguirse siete clases de estabilidad nocturna (v. capítulo 5)
según Pasquill (1961):

121
A: Extremadamente inestable

B: Moderadamente inestable

C: Ligeramente inestable

D: Condiciones neutras

E: Ligeramente estable

F: Moderadamente estable

G: Extremadamente estable

Las imágenes satelitales ASTER (AST_L1T) han sido tratadas para convertir las
unidades de radiancia y reflectividad a temperatura superficial en Kelvin (ºK), y
posteriormente a Celsius (ºC). Este proceso es realizado mediante el software de
tratamiento de imágenes satelitales ENVI 5.3 a través de 3 pasos (3.5). Posteriormente
se realiza una validación entre los datos térmicos superficiales aportados por la imagen
ASTER y las temperaturas superficiales de los observatorios meteorológicos:

1. Corrección y calibración radiométrica de las bandas de emisividad

2. Corrección térmica atmosférica

3. Normalización de emisividad

(3.5)

donde k es la constante de Stefan Boltzmann, hc es la constante de la plancha, L es la


radiancia y T es la temperatura de brillo (Akhoondzadeh y Saradjian, 2008).

El peso relativo de cada grupo de variables implicadas en los procesos más intensos de
inversión térmica ha sido determinado mediante un Análisis de Componentes
Principales (PCA) (v. capítulo 1). La idoneidad de los datos para realizar este análisis
fue comprobada con el test de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO), que se utilizó como medida
de homogeneidad de variables, comparando los valores de los coeficientes de
correlación observados con los de correlación parcial (Sharma, 1996). Una medida de
KMO superior a 0,50 se considera aceptable para el análisis PCA (Montoya Suárez,
2007).

122
3.3. RESULTADOS

3.3.1. Características de las variables superficiales en las jornadas de


inversiones térmicas nocturnas con advección cálida en niveles bajos

Los eventos de ITN son muy frecuentes en el área metropolitana de Murcia, con un
83,7% de noches de inversión al año (v. capítulo 1). En regiones de clima mediterráneo,
como California, el porcentaje de noches de inversión térmica nocturna llega al 65% en
invierno, y al 100% en el periodo estival (1960-2007) (Iacobellis, et al., 2009),
evidenciando que se trata de un fenómeno de gran importancia en climas áridos y
semiáridos. Ello genera una distribución térmica tremendamente anómala en
topografías irregulares y complejas, con diferencias térmicas altitudinales y horizontales
extraordinarias.

De las 50 jornadas analizadas con mayor intensidad de inversión térmica nocturna en el


área de estudio (2011-2016), 14 episodios (28%) tienen lugar en noviembre, siendo éste
el mes donde se concentran las más intensas en términos absolutos. Los meses
invernales registran un total de 24 episodios (48%), repartidos entre diciembre (7), enero
(10), y febrero (7). El resto de este tipo de jornadas se distribuyen entre octubre con 5
episodios nocturnos (10%), marzo con 4 (8%), y abril y mayo con una jornada cada uno.
No se contabilizan en periodo estival (junio-agosto), donde los procesos de inversión
térmica se caracterizan por ser presentar una menor intensidad y un estrato de inversión
más elevado.

3.3.1.1. Altiplano de la Región de Murcia

La morfología de la Comarca del Altiplano, con un escaso desnivel altitudinal entre las
estaciones utilizadas, determina un escaso gradiente térmico en comparación con el
resto de regiones analizadas. Las temperaturas mínimas poseen un importante
contraste entre los valores de las estaciones localizadas en áreas de orografía variada
y de mayor altitud como La Zarza – Abanilla (6,6ºC) o Pinoso (5,9ºC), y los registros
mínimos en las principales piscinas de aire frío (Cold Air Pool -CAP-) de la Comarca:
Jumilla (2,9ºC), Pinillos (3,0ºC) o Moratillas (3,1ºC) (Fig. 3.3).

123
Tabla 3.3. Diferencias térmicas absolutas y gradientes verticales entre las estaciones
de Las Encebras, ubicada en un CAP, (a menor altitud) (A) y de La Zarza situada sobre
terrenos irregulares de mayor altitud (B) (2011-2016). Comarca del Altiplano.

Las Encebras (A) y La Zarza (B)


Distancia (km) 10,8
Dif altitudinal (m) 169
Dif T Media (ºC) 3,3
Dif T Absoluta (ºC) 9,8
LR Medio (ºC/100 m) 1,9
LR Absoluto (ºC/100 m) 5,8

Las temperaturas mínimas absolutas experimentan la misma distribución espacial que


los valores promedios. Pinillos registra el valor térmico absoluto más bajo de los
observatorios analizados durante el 17/01/2016 (-7,2ºC). Otros de los registros mínimos
más bajos de la Comarca se localizan en sectores deprimidos de Jumilla (-6,8ºC) o Las
Encebras (-6,0ºC). En áreas poco proclives a las inversiones térmicas, como La Zarza,
las temperaturas mínimas no descienden de -0,8ºC (26 de noviembre de 2013), en
contraste con lo que ocurre en los fondos de valle.

El gradiente térmico vertical (LR) no presenta valores especialmente elevados. En el


ejemplo comparativo más significativo (entre Las Encebras y La Zarza) y considerando
la totalidad de jornadas con ITN analizadas, se observan diferencias medias de 3,3ºC
para un desnivel altitudinal de 169 m (Fig. 3.2). Entre ambos puntos se aprecia, además,
una diferencia térmica absoluta de 9,8ºC (10 de enero de 2015), lo que genera un LR
máximo de 5,8ºC/100 m, el valor más alto observado en dichas estaciones (Tabla 2.3).

Fig. 3.2. Perfil topográfico con representación de los puntos de emplazamiento de las
estaciones de valle y ladera (Altiplano) e indicación de las temperaturas mínimas
absolutas registradas en la ITN de mayor diferencia térmica (periodo 2011-16).

Para el total de jornadas consideradas, en la Comarca del Altiplano no se producen


grandes diferencias higrométricas durante las horas nocturnas, si bien los registros son,
en general, algo más elevados en Moratillas (75,5%) y Las Encebras (72,9%). En

124
determinas jornadas llegan a registrar valores absolutos de HR superior al 93%. El resto
de observatorios meteorológicos, especialmente Román y Judío, presentan contenidos
medios porcentuales de 68 a 70% (Fig. 3.4). Se trata de diferencias poco reseñables,
debido a la escasas diferencia altitudinal que existen entre dichos puntos.

Fig. 3.3. Distribución de las temperaturas mínimas superficiales (ºC) durante las 50
jornadas de ITN más intensas en la Comarca del Altiplano (período 2011-2016).

Los vientos nocturnos que se forman como consecuencia del aire frío y denso, que luego
son acelerados por la pendiente y la gravedad, se conocen como vientos de drenaje,
flujos de gravedad, flujos de pendiente, vientos catabáticos, o flujos de montaña (Stull,
1988). Este aire, en horas nocturnas y bajo condiciones estables, se vuelve
negativamente flotante y se acelera por las laderas hacia el fondo de los valles (Vosper
y Brown, 2008). En la Comarca del Altiplano, por lo general, adquieren velocidades
relativamente débiles. Sólo Moratillas llega a registrar un promedio ligeramente superior
a 5 km/h, aunque, por lo general, el resto de observatorios (Román, Pinillos o Las
Encebras) registran velocidades medias inferiores a 3 km/h en (Fig. 3.5). Se trata, por
tanto, de un ámbito territorial, en particular las zonas de valle, donde los flujos nocturnos
adquieren poca relevancia durante las madrugadas estables, condición ideal para
conformar auténticas CAP.

La dirección del flujo nocturno en los diferentes observatorios analizados refleja si el tipo
de viento nocturno se desarrolla a una escala sinóptica (fuera de ámbitos de IT), o, por

125
el contrario, está influenciado por una escala micro-local de vientos catabáticos. El
observatorio de Moratillas registra un flujo predominante de componente ONO, que se
mantiene muy constante en las ITN más intensas. Al ubicarse en zona de CAP, la brisa
de montaña procede de la Sierra de Moratillas y de la altiplanicie norte de la Comarca.
Por lo general, es un flujo predominantemente débil (2-4 km/h). Por su parte, en la
estación meteorológica de Román predomina también un flujo nocturno muy estable y
débil (2-4 km/h), de dirección principal similar a la registrada en Moratillas (ONO),
procedente de la Sª Larga (871 m de altitud).

Fig. 3.4. Distribución de la humedad relativa media nocturna (%) durante las 50 jornadas
de ITN más intensas en la Comarca del Altiplano (período 2011-2016).

El observatorio de Pinillos registra dos direcciones principales de viento nocturno (O y


ESE). Esto determina que el flujo nocturno procede principalmente de la Sª del Buey,
Enmedio y Serral (altitudes entre 800 y 1000 m). Se trata de un viento muy débil, donde
predomina una velocidad media entre 1-2 km/h. Es posible que la instauración del flujo
de montaña no sea muy recurrente durante la mayoría de madrugadas de IT, y sólo se
active en terminadas circunstancias.

Las Encebras obtiene flujos predominantes de componente NE, con la mayoría de


jornadas cuya dirección se mueve en el primer cuadrante. Reciben principalmente una
brisa de montaña procedente de las sierras meridionales de la Comarca del Altiplano,
(Sª Larga y Ruices). La velocidad del flujo es débil, entre 1 y 6 km/h. Finalmente, la
estación meteorologica de Judío registra una dirección media de componente ESE y
SSE, de segundo cuadrante. Recibe flujos débiles (2-4 km/h) de las sierras meridionales
de la Comarca del Altiplano, como Sª Larga y Ruices, al igual que Las Encebras (Fig.
3.4).

126
Durante las madrugadas estables de IT las zonas de CAP suelen estar dominadas por
un único flujo catabático, con una escasa desviación estadística respecto al flujo
predominante. Las brisas de montaña, por tanto, muestran aquí un patrón dominante,
que es consistente con el obtenido por Bastin y Drobinski (2005).

Los observatorios de valle de la comarca del Altiplano registran una gran capacidad de
inversión (CINV), a una altitud media no demasiado elevada (500-700 m). Las estaciones
meteorológicas con la CINV más elevada se dan en Jumilla, Román y las Encebras,
donde se alcanzan valores de 11,8 a 12,1ºC, que constituyen una capacidad inversora
muy fuerte. Son emplazamientos ubicados al sur de la Comarca, con una altitud inferior
a 600 m. Concretamente la madrugada del 7 de enero de 2014, en Jumilla, se llega a
anotar la CINV máxima absoluta de toda la serie (19,7ºC) (Fig. 3.6). Durante las horas
nocturnas de madrugada la temperatura de sondeo sobre la vertical de Murcia es de
17,8ºC (a 417 m de altitud), mientras que, la estación de Jumilla registra una temperatura
de -1,9ºC a la misma cota altitudinal (capacidad inversora extraordinariamente fuerte).
Por su parte, los puntos situados en zonas más occidentales, y fuera de valles, como La
Zarza (6,7ºC) o Pinoso (7,7ºC), registran valores propios de zonas orográficamente más
accidentadas (intensidad débil a moderada). Evidencian una notable diferencia con los
espacios anteriormente analizados.

127
Fig. 3.5. Diagrama “windrose” con la distribución, por estación, de la velocidad y
dirección del viento nocturno en las 50 ITN más intensas de la Comarca del Altiplano
(período 2011-2016)

128
Fig. 3.6. Distribución de los valores de CINV (ºC) en las 50 ITN más intensas de la
Comarca del Altiplano (período 2011-16).

3.3.1.2. Comarca del Noroeste de la Región de Murcia

La Comarca del Noroeste es el ámbito geográfico con mayor desnivel altitudinal de la


Región de Murcia, y, por tanto, de las regiones analizadas. Destacan dos observatorios
meteorológicos con las temperaturas más bajas, asentados en dos valles
altitudinalmente diferentes. Por un lado, El Chaparral (Cehegín), en pleno valle del
Quipar (400 m de altitud), con una temperatura media de las mínimas de -0,4ºC. Por su
parte, uno de los ámbitos más fríos de la Región de Murcia, el Embalse de la Risca,
situada en el Campo de San Juan (Moratalla), a una altitud de 1000 m, con el mismo
promedio de las mínimas que El Chaparral (-0,4ºC). Otros ámbitos geográficos de valle
analizados (CAP), como Barranda (1,8ºC), el Embalse de Moratalla (2,0ºC) o Las Rotas
(2,4ºC), adquieren promedios fríos. Sin embargo, aquellas estaciones meteorológicas
situadas en topografías más complejas, a pesar de su altitud, registran temperaturas
más elevadas. Es el caso de Bullas (7,2ºC), Serratilla (6,5ºC) o Casas del Rey, que, a
pesar de situarse a una altitud superior a 1200 m, su temperatura promedio es de 5,4ºC.
Las diferencias térmicas, por tanto, son notables en los casos analizados (Fig. 3.7).

129
Tabla 3.4. Diferencias térmicas y gradientes verticales entre estaciones ubicadas en
CAP (fondos de valle) y en laderas. Comarca del Noroeste (periodo 2011-2016).

El Chaparral (A) La Risca (C) y Las Rotas (E) y Emb. Moratalla


y Bullas (B) Casas del Rey (D) Serratilla (F) (G) y Emb. Argos
(H)
Distancia (km) 7,0 8,9 2,9 7,1
Dif altitudinal (m) 198 166 216 87
Dif T Media (ºC) 7,6 5,8 4,1 2,7
Dif T Absoluta (ºC) 13,0 13,7 8,5 9,1
LR Medio (ºC/100 m) 3,8 3,5 1,9 3,0
LR Absoluto (ºC/100 m) 6,6 8,3 3,9 10,5

Las temperaturas mínimas absolutas registran diferencias térmicas igualmente


notables. Los observatorios de la Risca y El Chaparral obtienen valores mínimos entorno
a -9ºC (-9,2 y -8,5ºC respectivamente), registrados el 30 de diciembre de 2014. Sin
embargo, Bullas o la Serratilla, ubicados fuera de las CAP, no registran valores inferiores
a -1,1ºC y -1,5ºC respectivamente. Se anota una diferencia térmica de 7,6ºC entre los
promedios de Bullas y El Chaparral (en una diferencia altitudinal de 198 m) (Tabla 3.4).
Ello supone un LR medio de 3,8ºC/100 m entre ambas estaciones. La jornada con mayor
contraste térmico se produce el 4 de noviembre de 2013, con una temperatura mínima
de 2,0ºC en El Chaparral y 15,0ºC en el casco urbano de Bullas (Fig. 3.8). Da lugar a
un LR absoluto de 6,6ºC/100 m. Otros dos ejemplos de análisis obtienen diferencias
térmicas medias muy elevadas, como son La Risca y Casas del Rey (5,8ºC), y el
Embalse de Moratalla y Embalse del Argos (2,7ºC). Debido a su menor desnivel
altitudinal, los gradientes medios alcanzan 3,5 y 3,0ºC/100 respectivamente, con valores
absolutos que llegan a 10,5ºC/100 m entre los embalses del Argos y Moratalla
(diferencia altitudinal de 87 m).

130
Fig. 3.7. Distribución de las temperaturas mínimas superficiales (ºC) durante las 50
jornadas analizadas en la Comarca del Noroeste.

La humedad relativa nocturna en la Comarca del Noroeste registra importantes


diferencias. En espacios que se sitúan fuera de las CAP, los valores higrométricos
registran una mediana del 60%, como es el caso del observatorio de Casas del Rey.
Incluso, en ámbitos afectados por las CAP, los valores no son especialmente elevados,
tal y como ocurre en Barranda (68,3%), La Torrecica (68,7%) y Venta Ulea (69,7%) (Fig.
3.9). Los observatorios ubicados por encima del estrato de inversión quedan
influenciados por las características de las masas de aire que afectan al sureste
peninsular durante este tipo de jornadas. En el siguiente apartado se detallarán que son
condiciones ambientales templadas y con poca carga hidrométrica (dorsales
subtropicales).

131
Fig. 3.8. Perfil topográfico con representación de los puntos de emplazamiento de las
estaciones de valle y ladera (Comarca del Noroeste) e indicación de las temperaturas
mínimas absolutas registradas en la ITN de mayor diferencia térmica (periodo 2011-16).

El Chaparral, con temperaturas que se sitúan con mucha frecuencia por debajo de los
0ºC, la humedad relativa llega al 80,8%, mientras que, otro emplazamiento de valle a
escasa altitud (Las Rotas), y junto al río Segura, registra una humedad relativa algo
elevada (77,4%). La aparición de importante contenido de humedad en los fondos de
CAP de baja altitud, como en El Chaparral y Rotas, ya fue estudiada por Izumi y Brown
(1966), determinando una importante correlación entre la disminución de temperaturas
y velocidad del viento, y un aumento de la proporción de mezcla debido a advecciones
horizontal y verticales por mezcla turbulenta.

132
Fig. 3.9. Distribución probabilística de la humedad relativa media nocturna (%)
registrada durante las 50 ITN más intensas en las estaciones de la Comarca del
Noroeste (período 2011-16).

Entre las variables cercanas a la superficie, la velocidad del viento nocturna es la más
importante en afectar las propiedades de inversión. Especialmente la brisa local de
montaña o los flujos catabáticos que afectan a las CAP han sido ampliamente
estudiados en los últimos años desde el punto de vista teórico, experimental y numérico,
centrados especialmente en su interacción con la pendiente de la ladera (Sandvik y
Furevik, 2002; Renfrew, 2004: o Vihma et al., 2011). La evidencia científica respalda el
concepto de que los vientos catabáticos son impulsados por gradientes de presión
horizontales, que se acumulan hidrostáticamente a través de la estructura de
temperatura cambiante a lo largo de un valle (Whiteman, 1990).

La Comarca del Noroeste registra velocidades de flujo nocturno relativamente bajos


durante las madrugadas analizados. Los valores más elevados aparecen en sectores
elevados, con orografía más compleja, como Venta Ulea y Casas del Rey (5,6 km/h),
pero también en una zona inversora como Barranda (7,4 km/h). En muchas ocasiones,
flujos nocturnos más importantes no debilitan la capa de inversión, sino que se asocian
a fuertes flujos catabáticos que fortalecen las inversiones (Vihma et al., 2011), aspecto
que puede ocurrir en el observatorio de Barranda. Sin embargo, en valles de baja altitud,
donde la influencia del viento es apenas relevante, y existe menos pendiente orográfica
para los vientos de montaña, los valores medios son muy bajos, prácticamente

133
imperceptibles. Es el caso de los observatorios de La Torrecica y Las Rotas (1,6 km/h)
o El Chaparral (2,0 km/h). Además, salvo Casas del Rey, que muestra una mayor
desviación, el resto presenta una velocidad media muy homogénea (Fig. 3.10).

La estación de Barranda, uno de los polos fríos de la Región de Murcia, promedia una
dirección media del viento nocturno de componente O y OSO, en un moderado flujo
catabático (6-8 km/h) procedente de la Sª de Mojantes y Serrata (1600 y 1200 m de
altitud respectivamente). Aspecto que corrobora la hipótesis planteada en el párrafo
anterior. Por su parte, La Torrecica, en la huerta tradicional de Cehegín, registra un flujo
de componente SSE y S. Se trata, de un flujo muy débil de montaña (1-2 km/h) con
origen en la Sierra de Quipar (1071 m). En el paraje de Venta Ulea, el flujo nocturno (4-
6 km/h) tiene un predominio de componente SSO, con un origen que se sitúa en la Sª
del Nevazo y Peñarubia, a más de 1400 m de altitud.

Finalmente, uno de los polos fríos comarcales, El Chaparral, registra un promedio de


componente SSO, por lo que el flujo, muy débil (1-2 km/h) procede de la Sª de Burete
(1200 m). Por su parte, en las vegas arroceras de Calasparra, la estación meteorológica
de Las Rotas registra dos flujos principales. Por un lado, de componente NO muy débil
(1-2 km/h), y el otro de componente sur (también muy débil de 1 a 2 km/h). El valle de
baja latitud donde se ubica la estación de Rotas está flanqueado por la Sª del Molino al
sur, y la de Serratilla al noroeste, por lo que posee influencia catabática de ambas
durante las madrugadas estables.

La estación meteorológica de El Chaparral registra la mayor capacidad de inversión


térmica de los observatorios analizados (16,2ºC), no sólo en la comarca, sino de todas
las estaciones de las cinco zonas analizadas (Fig. 3.11). Pese a situarse a una altitud
de 430 m, las temperaturas mínimas registradas inferiores a -8ºC, bajo masas de aire
templadas en niveles medios atmosféricos, generan CINV extraordinarias, de hasta
21,5ºC el 7 de enero de 2014.

La Risca, a pesar de anotar las temperaturas mínimas absolutas más bajas de la Región
de Murcia, registra un promedio de 11,8ºC, mucho menor que El Chaparral. Aun así,
dicho promedio puede considerarse muy alto (11,8ºC), al igual que su Q3 (14,7ºC) y su
máximo extremo (CINV de 16,9ºC el 3 de noviembre de 2013).

134
Fig. 3.10. Diagrama “windrose”, donde se muestra la distribución frecuencial, por
estación, de la velocidad y dirección del viento nocturno, durante las 50 ITN más
intensas registradas en las estaciones de la Comarca del Noroeste (periodo 2011-2016).

135
Fig. 3.11. Distribución de los valores de CINV (ºC) obtenidos a partir de las 50 ITN más
intensas registradas en las estaciones de la Comarca del Noroeste (período 2011-16).
La capacidad de almacenaje de frío de cada valle o depresión está basada
principalmente en la relación superficie / volumen real del valle o cuenca, reforzadas por
irregularidades a pequeña escala que, a menudo, están presentes en superficies
complejas del terreno (Whiteman et al., 2007). Por ejemplo, un valle en forma de “V” con
paredes planas laterales, tiene el doble de volumen de aire sobre una superficie plana
homogénea con el mismo ancho y profundidad (Whiteman, 2000). Según Steinacker
(1984) y Whiteman (1990), la energía que ingresa a cada valle o depresión lo hace a
través de una parte fija en la parte superior del volumen. En un valle, esta se reduce en
comparación con el del terreno plano, por lo que se produce más enfriamiento para ese
volumen. Este concepto se conoce como TAF (Topographic Amplification Factor), y es
uno de los índices que mejor modelizan el enfriamiento nocturno de las CAP.

Por su parte, ámbitos montañosos en topografía compleja (Inazares o Casas del Rey),
registran valores medios entre 6,7 y 4,1ºC (capacidad extremadamente débil a débil). El
casco urbano de Bullas, ubicado sobre un cerro, o la cima de la Serratilla en Calasparra,
obtienen valores entre 7 y 9ºC, lo que evidencia unas diferencias notables respecto a
las estaciones meteorológicas ubicadas en zonas de CAP.

136
3.3.1.3. Comarca del Bajo Guadalentín (Región de Murcia)

La Depresión del Bajo Guadalentín queda encajonada entre importantes relieves


montañosos al noroeste y sureste, donde destacan las sierras de Espuña, Tercia,
Carrascoy o Almenara. Los importantes desniveles altitudinales, y la disponibilidad de
una buena red de estaciones meteorológicas, permiten encontrar diferencias térmicas
importantes durante las madrugadas estables de máxima intensidad de inversión.

Destacan dos polos fríos (CAP) que contrastan notablemente con los observatorios
situados en topografías más complejas y de mayor altitud. La estación meteorológica de
la Calavera de Alhama de Murcia (4,1ºC) y El Esparragal (4,7ºC) registran las
temperaturas mínimas más bajas de la zona. Otros ámbitos, como La Egesa (Librilla),
el Paretón (Totana), Purias (Lorca) o Lorca, registran valores medios entre 6 y 7ºC. En
contraposición, las zonas situadas en relieves más accidentados o en ladera, fuera de
las CAP, como el Embalse de Juan Bautista (pie de ladera de Carrascoy), La Vereda o
Impulsión Alhama (ubicadas en ladera), registran promedios mucho más elevados (de
9 a 13ºC).

En referencia a las temperaturas mínimas absolutas durante las 50 jornadas de ITN, las
más bajas muestran valores mínimos especialmente relevantes en la Calavera (-5,9ºC
el 30 de diciembre de 2014), o -4,6ºC en El Esparragal, registrados durante la misma
jornada. Se trata de valores térmicos realmente fríos para altitudes entre 150 y 350 m.
En el resto de observatorios, y especialmente los situados en ámbitos sin afección de
procesos de inversión térmica, las temperaturas mínimas no consiguen descender de
0ºC en las jornadas analizadas. Es el caso del Caserío de Gebas (1,1ºC), Impulsión
Alhama (0,6ºC) o La Vereda (0,7ºC) (Fig. 3.13).

El gradiente vertical (LR) es especialmente importante entre El Esparragal y Lorca, con


valores medios realmente importantes (18,2ºC/100 m). La distancia entre ambos
observatorios, de algo menos de 13 km, muestra una diferencia media de temperaturas
de 2,2ºC (en 12 metros de desnivel altitudinal). El observatorio meteorológico de A.
Lorca se encuentra en ladera, en la ciudad de Lorca, mientras que, El Esparragal, se
sitúa en el fondo de la depresión entre Puerto Lumbreras y Lorca. Llega a registrar un
LR máximo de 61,7ºC/100 m, valor realmente importante (Tabla 3.5).

137
Tabla 3.5. Diferencias térmicas y gradientes verticales entre estaciones ubicadas en
CAP (fondos de valle) y en laderas. Comarca del Bajo Guadalentín (periodo 2011-2016).

La Calavera (A) e La Egesa (C) y El Esparragal (E) y


Imp. Alhama (B) Bco. Gebas (D) A. Lorca (F)
Distancia (km) 7,3 10,5 12,8
Dif altitudinal (m) 75 166 12
Dif T Media (ºC) 5,7 2,6 2,2
Dif T Absoluta (ºC) 12,1 7,9 7,4
LR Medio (ºC/100 m) 7,6 1,0 18,2
LR Absoluto (ºC/100 m) 16,1 3,1 61,7

Las diferencias entre el fondo de la Depresión y las laderas de la Sierra de la Muela


(Alhama de Murcia) son también importantes. Las reflejan las diferencias térmicas
medias (5,7ºC) entre las estaciones meteorológicas de Impulsión Alhama (en ladera) y
la Calavera (en CAP), en apenas 75 m de desnivel altitudinal (Fig. 3.12). Concretamente,
el día 2 de marzo de 2016, la diferencia térmica absoluta es de 12,1ºC entre ambos
puntos, lo que generó un LR de 16,1ºC/100 m.

Fig. 3.12. Perfil topográfico con representación de los puntos de emplazamiento de las
estaciones de valle y ladera (Guadalentín) e indicación de las temperaturas mínimas
absolutas registradas en la ITN de mayor diferencia térmica (periodo 2011-16).

138
Las diferencias entre el fondo de la Depresión del Guadalentín y las laderas de la Sierra
de la Muela (Alhama de Murcia) son también importantes. Así lo reflejan la diferencia
entre las medianas de las temperaturas mínimas registradas en las estaciones de
Impulsión Alhama (en ladera) y la Calavera (en CAP), 5,7ºC en apenas 75 m de desnivel
altitudinal. El contraste es todavía mayor (7ºC) si se consideran los valores más bajos
del primer cuartil (Fig. 3.13). Y lo mismo ocurre con los valores mínimos extremos.
Concretamente, el día 2 de marzo de 2016 se superaron los 12ºC de diferencia térmica
absoluta, llegando a alcanzar un LR de 16,1ºC/100 m.

Las diferencias higrométricas en el Valle del Guadalentín no son especialmente


importantes, aunque con los valores más elevados en los dos polos fríos (El Esparragal
con 69,8%, y La Calavera, con 68,1%. Pese a ser los parajes más fríos, los registros de
humedad relativa en otros polos fríos de las diferentes regiones analizadas son más
elevados. Además, no existe demasiada diferencia con el resto de emplazamientos.
Incluso, en espacios que se encuentran fuera de los fenómenos de inversión térmica,
como La Vereda, los valores medios se sitúan entorno al 65% (Fig. 3.14).

Fig. 3.13. Distribución de las temperaturas mínimas superficiales (ºC) durante las 50
jornadas analizadas en el Bajo Guadalentín.

139
Los valores medios de la velocidad del viento nocturna en el Bajo Guadalentín no
registran diferencias importantes entre las estaciones analizadas. Los registros más
elevados aparecen en Lebor (Totana), con 5,8 km/h, y en la Calavera de Alhama de
Murcia (4,2 km/h). Se trata, por lo tanto, de flujos nocturnos débiles que imposibilitan la
rotura de las capas de inversión de temperatura durante las horas nocturnas. En
general, el resto de observatorios analizados registran promedios de 3 a 5 km/h, con
valores máximos que en general no superan los 10 km/h (Fig. 3.15).

Fig. 3.14. Distribución de la humedad relativa media nocturna (%) durante las 50
jornadas analizadas en el Bajo Guadalentín.

La dirección media del flujo nocturno en la estación de Purias es de componente E, lo


que implica un flujo catabático débil (2-4 km/h), con origen en la Sierra de la Carrasquilla.
El Esparragal, uno de los polos fríos del Valle del Guadalentín, promedia una dirección
de flujo nocturno muy estable, con predominio absoluto de la componente SO. Se trata
de una brisa de montaña débil (2-4 km/h) con origen en el sector meridional de la Sierra
del Cimbre, al oeste del municipio de Puerto Lumbreras.

Lebor, en el sector central de la Depresión del Guadalentín, mantiene un promedio muy


estable en la dirección del viento nocturno, con un valor medio de componente O. Viento
catabático, débil (4-6 km/h), con origen en la Sª de la Tercia. La estación meteorológica
de la Calavera, el otro gran polo frío de la Depresión del Guadalentín, cuenta con una
dirección media de componente O. Los registros observados configuran un flujo débil
(2-4 km/h) que desciende del sector meridional de Sª Espuña, sector orográfico frío por

140
altitud (1500 m). Del mismo modo, La Egesa promedia un flujo nocturno de componente
ONO. El flujo, en general débil (2-4 km/h) desciende de la Sª del Cura, al noreste del
Embalse de Algeciras (Fig. 3.15). El flujo catabático que posee una mayor componente
NO registra una velocidad superior, de 8 a 10 km/h. Esto refuerza la idea, que los valles
más próximos a laderas con mayor pendiente, registran unos flujos con mayor velocidad
media.

Finalmente, el observatorio de la Vereda, ubicado en la ladera septentrional de la Sª de


Carrascoy (fuera de zona de IT), registra una dirección media de componente SSO. Se
trata de un flujo débil (2-4 km/h) que desciende directamente del pico de Carrascoy
(1064 m), en un claro flujo catabático que afectará a la Depresión de la Huerta de
Alcantarilla. Las temperaturas sobre las laderas suelen ser especialmente elevadas,
incluso más que en picos montañosos.

Clements et al. (2003) determinan que los flujos catabáticos experimentan ascensos de
temperatura en laderas, especialmente en sectores centrales de la misma, pero
refuerzan la acumulación de aire frío en los fondos de la depresión. Los vientos
catabáticos influyen en temperaturas más bajas en las CAP, aspecto que ha sido
demostrado en multitud de análisis, entre los que destacan el de Yao y Zhong (2009) en
el Meteor Crater de Arizona (EE. UU).

Los dos polos fríos comarcales (La Calavera y El Esparragal) registran la mayor
capacidad de inversión (CINV) del Bajo Guadalentín, con una mediana similar (11,9ºC).
Se trata de una capacidad de inversión muy fuerte, según la clasificación propuesta por
el autor. En estos ámbitos, se registran valores absolutos de de hasta 17,6ºC (13 de
noviembre de 2013), o 17,5ºC (17 de noviembre de 2013) (Fig. 3.16).

Las diferencias observadas con las estaciones meteorológicas ubicados en ladera o


piedemontes montañosos son realmente importantes. El Embalse de José Bautista, con
el registro más bajo de todos los observatorios analizados en el capítulo (2,7ºC), los
parajes de Alquerías (5,4ºC) o La Vereda (5,8ºC), obtienen una capacidad para invertir
la temperatura extremadamente débil a muy débil. Los registros absolutos apenas
alcanzan los 6/7ºC, por lo que conforman ámbitos geográficos donde los procesos de
ITN tienen una nula influencia.

141
Fig. 3.15. Diagrama “windrose” con la distribución, por estación, de la velocidad y
dirección del viento nocturno en las 50 jornadas analizadas en el Guadalentín.

142
Fig. 3.16. Distribución de los valores de CINV (ºC) en las 50 ITN más intensas registradas
en las estaciones del Bajo Guadalentín.

3.3.1.4. Comarca de la Vega Alta del río Segura (VARS), Región de Murcia

La VARS registra valores de temperatura mínima contrastados entre las zonas de CAP
y ámbitos topográficamente accidentados. Los valores más bajos se observan en Cieza
y en el paraje fluvial del Menjú (con 3,9 y 4,8ºC respectivamente), al norte de la Vega
Alta del río Segura. El resto de observatorios registra temperaturas mínimas más
elevadas, entre 5 y 7ºC (Fig. 3.17). Por su parte, el valor más elevado lo registra la
estación meteorológica de la Sierra del Oro (8,2ºC) y el Azúd de Ojós (8,4ºC). Son zonas
ubicadas en los relieves circundantes al Valle del Segura (Sª del Oro), o en sectores
deprimidos, pero muy encajonados y accidentados (Azúd de Ojos). Ámbitos, que se
sitúan fuera de la superficie de afección de los mecanismos de inversión de temperatura
nocturna.

Las temperaturas mínimas absolutas más bajas aparecen en Cieza (-3,3ºC el 26 de


diciembre de 2014), y en el Embalse del Moro (-3,1ºC el 30 de diciembre de 2014), sin
duda registros bajos para altitudes inferiores a200 m. Otras ubicaciones, fuera de zonas
de CAP, no registran temperaturas negativas. Es el caso de la Sª del Oro (2,0ºC). Otros

143
observatorios (Azud de Ojos, La Calera, Blanca o Ulea), no registran temperaturas
mínimas absolutas inferiores a -1ºC.

Tabla 3.6. Diferencias térmicas y gradientes verticales entre estaciones ubicadas en


CAP (fondos de valle) y en laderas. Comarca de la VARS (periodo 2011-2016).

Cieza (A) vs Sª Menjú (C) vs Emb. Moro (E) vs Cieza (G) vs


del Oro (B) Blanca (D) La Calera (F) Blanca (H)
Distancia (km) 6,5 7,4 9,7 11,1
Dif altitudinal (m) 279 123 274 116
Dif T Media (ºC) 4,7 3,3 3,2 4,6
Dif T Absoluta (ºC) 9,9 12,9 9,6 13,8
LR Medio (ºC/100 m) 1,7 2,7 1,2 4,0
LR Absoluto (ºC/100 m) 3,5 10,5 3,5 11,9

La diferencia de temperatura mínima absoluta es especialmente relevante entre Cieza


y Blanca, con un desnivel altitudinal de 116 m de altitud (Fig. 3.18). Se anota una
diferencia media de 4,6ºC en las jornadas analizadas. La madrugada con mayor
contraste térmico registró una diferencia absoluta de 13,8ºC (LR de 11,9ºC/100 m)
(Tabla 3.6). En esa ocasión, Cieza registró una temperatura mínima de -2,1ºC, mientras
que, en el observatorio de Blanca el valor mínimo no descendió de 11,7ºC (4 de enero
de 2016). Otros ejemplos propuestos de contrastes térmicos (Menjú y Blanca, o
Embalse del Moro y La Calera), registran diferencias medias de 3,2 y 3,3ºC
respectivamente), lo que da lugar a gradientes verticales medios entre 1,2 y 2,7ºC/100
m. En el caso del Menjú y Blanca, la diferencia térmica absoluta de 12,9ºC en apenas
123 m de desnivel altitudinal, genera un LR absoluto de 10,5ºC/100 m. Gustavsson et
al. (1998) registró grandes diferencias de temperatura entre regiones de valles de hasta
15ºC, a pesar de que la topografía en su estudio se describe como moderada, al igual
que en la VARS.

La región analizada sólo dispone de dos observatorios meteorológicos con datos


horarios de humedad relativa (HR). Se trata de valores higrométricos escasos,
habituales de zonas que se sitúan fuera de las zonas de ITN (56,1% en Blanca y 63,3%
en Ulea) (Fig. 3.19). Se trata, por tanto, de registros en consonancia con los observados
en zonas de medianías aledañas de la Vega Media del Segura. Además, en
determinadas jornadas, los valores de HR son realmente bajos en Blanca (37,1). Se
pone de manifiesto, que, las zonas de medianías alejadas de las CAP, son sometidas a
un flujo sinóptico templado y con poca carga higrométrica durante las madrugadas
estables (influencia de la dorsal anticiclónica). Los bajos registros de HR en estaciones

144
meteorológicas que se sitúan fuera de las CAP influyen notablemente en una mayor
intensidad de ITN. Este aspecto fue identificado por Williams y Thorp (2015),
demostrando que un período estable (templado y húmedo) a escala sinóptica presenta
una menor recurrencia en la acumulación de aire frío (CAP) en el valle, y es necesario
una masa de aire seca en niveles medios atmosféricos.

Fig. 3.17. Distribución de las temperaturas mínimas superficiales (ºC) durante las 50
jornadas analizadas en la VARS.

Los dos observatorios analizados se sitúan fuera de la zona de ITN, lejos de la influencia
de la CAP. Ambos promedian flujos nocturnos relativamente rápidos, especialmente
Ulea (10,7 km/h). Esta velocidad media supera el umbral de rotura de inversión, que ya
fue definida por García de Pedraza (1962) en 9 km/h. La estación meteorológica de
Blanca registra valores medios menos elevados (4,1 km/h), lo que genera una gran
diferencia entre ambos observatorios. Incluso, en ciertas jornadas, como la del 6 de
noviembre de 2013, la diferencia entre ambas llega a 11,5 km/h. El registro de Ulea,
viene a corroborar, que, dichos emplazamientos fuera de las superficies de inversión
térmica están muy influenciados por los vientos nocturnos de escala sinóptica.

145
Fig. 3.18. Perfil topográfico con representación de los puntos de emplazamiento de las
estaciones de valle y ladera (VARS) e indicación de las temperaturas mínimas absolutas
registradas en las ITN de mayor diferencia térmica (periodo 2011-16).

La dirección media del flujo nocturna es muy consistente en ambos observatorios, con
un predominio la componente O en Blanca y ONO en Ulea. Debido a la ubicación de los
observatorios, en resalte topográfico, se trata de flujos de escala sinóptica, que siguen
el modelo de circulación general del oeste propia de estas jornadas de ITN, tal y como
se detallará más adelante. Son flujos templados y con poca carga higrométrica, con una
velocidad, que en el caso de UIea, presenta valores superiores a 14 km/h en un 40% de
las jornadas analizadas (Fig. 3.20).

146
Fig. 3.19. Distribución de la humedad relativa media nocturna (%) durante las 50
jornadas analizadas en la VARS.
En la VARS, los observatorios con la mayor capacidad de inversión térmica (CINV) son
el de Cieza (11,9ºC) y Embalse del Moro (11,4ºC). Se trata, por tanto, de los espacios
donde más se invierte la temperatura, con valores fuertes a muy fuertes. Incluso, en
jornadas concretas, la inversión absoluta de temperatura llega a alcanzar valores
extraordinariamente fuertes de 16,5ºC (17 de octubre de 2013) o 16,3ºC (7 de enero de
2014).

Fig. 3.20. Diagrama “windrose” con la distribución, por estación, de la velocidad y


dirección del viento nocturno en las 50 jornadas analizadas en la VARS.

147
Por el contrario, la diferencia es realmente importante con los emplazamientos que se
sitúan fuera de las CAP, como son los espacios montañosos de La Calera (6,9ºC), Sª
del Oro (6,4ºC), o el Azúd de Ojós (6,7ºC). Presentan muy poca variación respecto a su
temperatura geopotencial, y una débil capacidad de inversión térmica (Fig. 3.21).

Fig. 3.21. Distribución de la CINV (ºC) durante las 50 jornadas analizadas en la VARS.

3.3.1.5. Comarca de la Vega Baja del río Segura (VMRS), Región de Murcia

La VMRS está caracterizada por la sucesión de valles planos y accidentes orográficos


de fuerte pendiente, pero escasa altitud. Aun así, es suficiente para generar importantes
diferencias térmicas en una escasa distancia durante madrugadas de IT.

Los datos térmicos analizados muestran los valores más bajos en los parajes de El Llano
de Molina (3,4 ºC), Rambla Salada (4,4 ºC) y La Contraparada (4,7 ºC). Zonas ubicadas
en depresiones, en la vega del río Segura o en cauces secundarios (ramblas). Estas
temperaturas son ligeramente superiores a lo habitual (temperatura mínima media
invernal de los últimos 30 años), con promedios de 2,8ºC en el Llano de Molina y La
Contraparada, o 2,7ºC en Rambla Salada, lo que viene a corroborar que los estratos
son más templados de lo habitual durante la época fría del año. Por el contrario, las
temperaturas mínimas más elevadas se observan en el Cabezo de la Plata (10,5 ºC), El

148
Sequén (10,1ºC) o Murcia-Alfonxo X con 9,8ºC (Fig. 3.22). Se trata de ámbitos
geográficos en resalte topográfico, zonas de medianías, o el centro de la ciudad de
Murcia, influenciada por el efecto de la ICU durante la época invernal. Los análisis
realizados sobre la ICU reflejan un incremento medio de 2,3ºC, y absoluto de 4ºC en las
temperaturas mínimas (Hernández et al., 2009).

Fig. 3.22. Distribución de las temperaturas mínimas superficiales (ºC) durante las 50
jornadas analizadas en la VMRS.

Las temperaturas mínimas absolutas más bajas de la VMRS se registran en el Llano de


Molina, sector topográficamente deprimido donde confluyen los ríos Mula y Segura. Las
temperaturas mínimas registradas se sitúan por debajo de los 0ºC en 13 jornadas (26%),
con un valor mínimo de -4,6ºC (30/12/2014). Registra el valor más bajo en la VMRS en
33 de las jornadas analizadas. El observatorio de Rambla Salada ostenta el segundo
registro mínimo más bajo, con valor mínimo absoluto de -4,4ºC (30/12/2014),
registrando la temperatura más baja durante 11 de las 50 jornadas. En contraste, las
temperaturas mínimas absolutas más elevadas aparecen en los sectores
topográficamente marginales, fuera del valle y del área de dominio de las CAP. Es el
caso de las estaciones del Cabezo de la Plata y el Sequén, ambas situadas en el
piedemonte de la Sierra de Carrascoy, con valores mínimos que no descienden de 2,1

149
y 3,0ºC respectivamente. El centro de la ciudad de Murcia (Alfonso X) obtiene un registro
mínimo de 3,0ºC por efecto de la ICU nocturna, y quedando lejos de valores negativos.

Fig. 3.23. Perfil topográfico con representación de los puntos de emplazamiento de las
estaciones de valle y ladera (VMRS) e indicación de las temperaturas mínimas absolutas
registradas en la ITN de mayor diferencia térmica (periodo 2011-16).

El contraste térmico de las temperaturas mínimas es especialmente relevante en la


VMRS. Existen varios ejemplos, donde las diferencias térmicas se sitúan entre 3,6 y
4,7ºC (Tabla 3.7). En el caso de Alcantarilla (zona de valle) y El Sequén (piedemonte de
Carrascoy), la diferencia térmica absoluta llega a ser de 11,5ºC, por lo que, en un

150
desnivel altitudinal de 86 m, el LR absoluto alcanza 13,4ºC/100 m. Por otra parte, la
diferencia térmica media entre Rambla Salada (4,3ºC) y La Pilica (9,0ºC) se sitúa en
4,7ºC, todo ello en una diferencia altitudinal de 55 m y 3,8 km en línea recta. Entre ambos
lugares se registra un LR medio de 8,1ºC/100 m, con valores absolutos, que en el caso
de la jornada del 11/01/2015 llega a situarse en 18,1ºC/100 m. Finalmente, más
significativo es incluso el caso entre La Contraparada (CAP) y el CMT de Guadalupe
(resalte topográfico), con un desnivel altitudinal de 4 m y 4,2 km de distancia. El LR
medio es de 80,2ºC/100 m, con valores absolutos de 192,9ºC/100 m el 06/11/2013
(temperaturas mínimas de 16,0ºC en el CMT de Guadalupe y 8,3ºC en la Contraparada).

Durante las horas nocturnas de las jornadas analizadas, la HR registrada valores medios
de 59,2% en la VMRS, valor relativamente bajo, al tratarse de horas nocturnas y en
periodo invernal. El máximo higrométrico se localiza en El Llano de Molina (80,4%), con
registros superiores al 90% en 12 ocasiones (Fig. 3.24). Otros observatorios situados
en zonas de CAP obtienen cifras más bajas, como Los Álamos (68,0%) y La Alberca
(60,5%). Esto es debido a que a medida que el aire se enfría, su capacidad para retener
la humedad se reduce, y la humedad relativa (RH) aumenta. La diferencia entre la
relación de mezcla de vapor de agua (Mr) y la relación de mezcla de saturación (Ws) es
más baja en los primeros 500 m de la capa estable durante las horas nocturnas
(Jemmett-Smith, 2014), con lo que las zonas de valle situadas a menor altitud, y con
una fuente de humedad cercana (cursos de agua) registrarán una HR superior. En
contraposicion, se localizan valores relativamente bajos en emplazamientos
topográficamente accidentados y de mayor altitud, como Cabezo de la Plata (47,5%) o
Pilica (52,1%), con valores mínimos absolutos de 19,3 y 22,3% (11/01/2015 y del
02/03/2016). Además, durante algunas jornadas concretas, se anotan diferencias
higrométricas muy elevadas (67,6%) en un desnivel altitudinal de menos de 100 m.
Aspecto que será relevante en la intensidad de inversión térmica como se tratará más
adelante. Las inversiones altitudinales de humedad ocurren con frecuencia en las
regiones analizadas. Esto es debido al efecto del enfriamiento adiabático en la reducción
de la profundidad de inversión de temperatura (Vihma et al., 2011).

La velocidad del viento nocturno es, junto con la nubosidad, uno de los factores que más
influye en la rotura de los procesos de inversión térmica (Whiteman et al., 2004). Cuando
un estrato de inversión es alterado por un flujo moderado de viento, con WV >7.9 km/h,
se favorece la mezcla y la capa límite de inversión se erosiona, rompiendo el nivel de
inversión térmica. Por consiguiente, a partir de dicha velocidad se reducen los episodios
y la duración de las piscinas de aire frío (CAPs) (Whiteman et al., 2001).

151
Tabla 3.7. Diferencias térmicas y gradientes verticales entre estaciones ubicadas en
CAP (fondos de valle) y en laderas. Comarca de la VMRS (periodo 2011-2016).

Contraparada Alcantarilla Rbla Salada El Llano (G) y Los Álamos (I)


(A) y Guadalupe (C) y el (E) y La Pilica Campotéjar y C. de la
(B) Sequén (D) (F) (H) Plata (J)
Distancia (km) 4,2 6,1 3,8 6,6 6,7
Dif altitudinal (m) 4,0 86 55 66 98
Dif T Media (ºC) 3,2 3,6 4,7 4,3 4,3
Dif T Absoluta (ºC) 7,7 11,5 9,9 8,8 9,1
LR Medio (ºC/100 m) 80,2 4,2 8,1 6,5 4,4
LR Absoluto (ºC/100
192,9 13,4 18,1 13,4 9,3
m)

Fig. 3.24. Distribución probabilística de la humedad relativa media nocturna (%)


registrada durante las 50 ITN más intensas en las estaciones de la VMRS (período 2011-
16).

En general, en la VMRS la velocidad del flujo durante las madrugadas analizadas es


muy débil (4,4 km/h), con 16 jornadas donde el flujo es extremadamente débil, casi de
calma (< 3,0 km/h). La velocidad del viento más elevada se registra en las estaciones
meteorológicas de Campotéjar (6,9 km/h), Cabezo de la Plata, y La Pilica (5,9 km/h). La
configuración topográfica en resalte y espacios abiertos acentúan una mayor velocidad
durante las noches de máxima intensidad de inversión. Por el contrario, los flujos más
débiles se registran en las zonas de CAP, concretamente en El Llano de Molina (0,8
km/h) y La Alberca (2,0 km/h) (Fig. 2.25). En el primer caso se registra calma absoluta

152
(0,0 km/h.) en un total de 7 jornadas, donde se confirma la importancia de la protección
orográfica de los fondos de valle al viento. Los observatorios de El Llano de Molina y
Campotéjar registran una diferencia en la velocidad media del viento de 7,9 km/h (ambos
parajes situados a una distancia de 6.6 km.

Las jornadas con mayor velocidad del viento nocturno en los episodios analizados
muestran diferencias muy notables de hasta 13,0 km/h. Las diferencias entre los
observatorios de El Llano de Molina (3,1 km/h.) y Cabezo de la Plata (16,2 km/h.) son
las más notables de la VMRS. Las estaciones de El Llano de Molina, La Alberca o Los
Álamos, parajes situados en depresiones o fondos de valle, no consiguen superar los
7,5 km/h. de velocidad máxima absoluta, presentando una distribución más homogénea,
con una mediana entre 1 y 3 km/h. En Campotéjar o el Cabezo de la Plata se superan
los 10,0 km/h en 10 y 4 jornadas respectivamente. La velocidad del flujo más elevada
se observa en el Cabezo de la Plata con 16,2 km/h (06/11/2013), misma donde se
registra el LR absoluto más elevado entre La Contraparada y Guadalupe.

El observatorio de La Pilica promedio un flujo nocturno de componente O y OSO de


forma predominante. Al situarse en un ámbito orográficamente abierto y en resalte, le
afectan los vientos sinópticos del OSO. Se trata de un flujo con una velocidad débil (2-
4 km/h). Por su parte, situado en zona de CAP, El Llano de Molina registra un predominio
que abarca desde la componente E a S. En general se trata de un flujo extremadamente
débil (0-1 km/h), un catabático de la costera sur del área de estudio (Sª Carrascoy y
Cresta del Gallo).

La Alberca se caracteriza por poseer una dirección predominante de componente SO,


un flujo catabático, que, por su ubicación geográfica, tiene como origen la Sª de
Carrascoy. Un flujo, en general débil, con un promedio de 1 a 4 km/h. Existe muy poca
dispersión en la dirección del flujo nocturno, al igual que en el observatorio
meteorológico de los Álamos, donde también destaca la componente SO. Flujo de viento
débil (2-4 km/h) con origen en el sistema montañoso del sur de la ciudad de Murcia.

153
Fig. 3.25. Diagrama “windrose”, que representa la distribución frecuencial, por estación,
de la velocidad y dirección del viento nocturno, durante las 50 ITN más intensas de la
VMRS en el periodo 2011-20.

154
En la estación meteorológica del Cabezo de la Plata, situada al pie de la Sierra de
Carrascoy, predomina un flujo algo más turbulento de dirección OSO, un flujo que
supera con frecuencia los 10 km/h, y que constituye un viento de escala sinóptica, sin
influencia de vientos catabáticos. Finalmente, en Campotéjar ocurre algo parecido, con
un predominio de componente NO, un viento canalizado por el valle del río Segura en
el tramo de la VARS, con velocidad superior a los 8 km/h en la mayoría de ocasiones.

Fig. 3.26. Distribución de la CINV(ºC) durante las 50 jornadas analizadas en la VMRS.

Los procesos de ITN presentan una gran capacidad de inversión en varios observatorios
en la VMRS. Los valores más elevados de CINV se localizan en El Llano de Molina, con
una media de 12,2ºC (capacidad muy fuerte), es decir, valores medios de 3,4ºC en
superficie y 15,6ºC en el geopotencial a una altitud de 80 m (Fig. 3.26). Además, registra
el valor absoluto más importante de los observatorios analizados, con una inversión de
temperatura que llegó a 16,1ºC (16/11/2013). Durante dicha jornada, la temperatura
geopotencial a 80 m era de 23,4ºC (masa de aire muy templada, con 17,9ºC en el
geopotencial de 850), mientras que, la temperatura en el observatorio descendía a
7,3ºC.

155
En general, la intensidad media en la VMRS se sitúa entre 4 y 10ºC, registrando valores
más bajos en los relieves marginales (Cabezo de la Plata, Guadalupe-AEMET) y en la
propia ciudad de Murcia (efecto ICU). Aun así, durante las madrugadas con intensos
procesos de inversión térmica son capaces de registrar intensidades absolutas de
inversión entorno a 10ºC, con valores realmente elevados en La Alberca, Campotéjar o
Rincón de Berniscornia (entre 13y 14ºC).

3.3.1.6. Datos aportados por los sondeos atmosféricos de la ciudad de Murcia

Los sondeos atmosféricos del CMT de Guadalupe - AEMET (Murcia), realizados en hora
nocturna (00 h UTC), arrojan resultados de gran interés. En primer lugar, es preciso
señalar que la TBASE de los estratos de IT no es excesivamente baja (8,6ºC) durante las
50 jornadas analizadas. Ello implica la existencia de masas de aire templadas en niveles
medios-altos atmosféricos, con valores por encima de lo habitual en la estación invernal
(7,3ºC para el periodo 1983-2016). La temperatura en el geopotencial de 850 hPa (T850)
corrobora la presencia de masas templadas, al registrar una importante anomalía
positiva respecto a la media invernal (9,9ºC frente a 5,4ºC) (1983-2016) (Fig. 3.27a). El
resto de niveles geopotenciales (700, 500 y 350 hPa) obtienen también anomalías
positivas para las fechas de análisis, con valores medios de 0,5ºC, -16,7ºC y -43,5ºC
respectivamente.

Las TTOPE ofrece una temperatura media de 16,1ºC, es decir, superior en 7,5ºC a la
TBASE, lo que viene a confirmar intensos procesos de ITN (DTINV muy elevadas). El
contraste es mucho más acentuado en determinadas jornadas, con valores
extraordinarios de hasta 17,6ºC. Por tanto, se obtiene un LR medio de 2,0ºC/100 m. En
jornadas concretas, el LR llega a alcanzar valores de 3,5 a 4,0 ºC/100.

Los valores higrométricos reflejan masas de aire con muy poca carga de humedad. La
RH850 obtiene resultados relativamente bajos (40,8%), aunque los valores caen
rápidamente en los niveles geopotenciales de 700 a 300 hPa (21,1 a 18.1%
respectivamente) (Fig. 3.27b). En determinadas jornadas, como el 22 y 26 de noviembre
de 2013 o el 6 de diciembre de 2013, los valores de HR se sitúan entre 1 y 3%. Se trata,
por tanto, de masas de aire templadas y extremadamente secas, tal y como se podrá
comprobar en el próximo apartado.

La velocidad del viento en los niveles atmosféricos analizados muestra registros no


demasiado fuertes para la época invernal, donde la corriente en chorro suele mostrarse
fuerte en las inmediaciones de la Península Ibérica. La velocidad del viento a 850 hPa
(WV850) obtiene un valor medio en 24,8 km/h, valor relativamente bajo en periodo
invernal (promedio de 32 km/h durante el mes de enero para el periodo 1983-2017).

156
Mientras que, en niveles superiores (700 a 300 hPa), la velocidad oscila entre 35,9 y
79,4 km/h. (Fig. 3.28).

Fig. 3.27. Distribución de a) T300, T500, T700 y T850 y b) y RH300, RH500, RH700 y
RH850 durante las 50 jornadas analizadas. Datos: CMT de Murcia (AEMET) (00 UTC).

La dirección media de viento en niveles medios y altos atmosféricos viene marcada por
direcciones predominantemente del 3 y 4º cuadrante, cuyas direcciones oscilan entre
180 y 360º (Fig. 3.28). En el nivel geopotencial de 850 y 500 hPa, el predominio es para
la componente SSO, masas de aire templada que son alimentadas por dorsales
subtropicales, como se detalla en el siguiente apartado. Por su parte, en los niveles de
700 y 300 hPa, el abanico es algo más amplio, con predominios de componente S, NO
y N. Eso sí, en los cuatro niveles, las velocidades más bajas, y, por tanto, de mayor
calma nocturna, se registra en los primeros metros de la columna atmosférica, con una
componente predominante SSO.

Finalmente, el coeficiente de mezcla vertical (Kz), o la agitación de la porción de la capa


límite (primeros metros de la atmósfera desde superficie), registra un valor medio de
78,7 m2/s. Se trata de valores relativamente bajos, con valores inferiores a 100 m2/s en
36 de las 50 jornadas analizadas. La capa límite (Zi), una delgada porción en los

157
primeros metros atmosféricos, registra una altura media de 127,9 m desde la superficie.
Un total de 32 jornadas registran valores inferiores a 100 m, siendo una altura
relativamente frecuente entre 50 y 70 m (Fig. 3.29), lo que corrobora inversiones
térmicas nocturnas superficiales (SBIs).

Fig. 3.28. Diagrama “windrose” con la distribución de la velocidad y dirección del viento
nocturno para los geopotenciales de 850, 700, 500 y 300 hPa en las 50 jornadas
analizadas. Datos: CMT de Murcia (AEMET) (00 UTC).

158
Fig. 3.29 Distribución del coeficiente de mezcla vertical (Kz) y la altura de la capa límite
(Zi) durante las 50 jornadas analizadas. Datos: CMT de Murcia (AEMET) (00 UTC).

3.3.1.7. Influencia de las variables meteorológicas en la intensidad de inversión


térmica nocturna

Las diferencias de temperatura entre zonas de CAP y áreas orográficamente complejas


durante las madrugadas estables vienen determinadas por las condiciones atmosféricas
impuestas y por las características de las variables meteorológicas analizadas. Éstas
han sido sometidas a un análisis de componentes principales (PCA), con el objetivo de
explicar los factores que influyen en las diferencias térmicas observadas en los
apartados anteriores, y determinar las características principales de las inversiones
térmicas nocturnas intensas.

Para justificar la realización de un PCA desde el punto de vista estadístico, hay distintas
técnicas para determinar si existe una alta correlación en datos multivariantes de forma
conjunta. Uno de ellos es el índice de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO), que compara los
valores de correlaciones entre pares de variables. El punto de partida de ese índice es
una matriz de correlaciones entre las variables observadas. Si el índice es próximo a 1
el PCA se puede hacer, mientras que, si es próximo a 0, el PCA no será relevante.

159
Fig. 3.30. Gráfica de sedimentación (PCA) que muestra la proporción de varianza (%)
de los componentes principales analizados.

En el análisis realizado, el índice es de 0,5 lo que, sin ser realmente elevado, está en el
umbral estadístico para llevar a cabo la PCA:

Kaiser-Meyer-Olkin factor adequacy

Call: psych: KMO (r = MAD)

Overall MSA = 0.5

Una parte importante de la varianza de las variables analizadas queda explicada por las
dos primeras componentes, con un 48,0% de la varianza. Las variables propuestas
pasar a ser explicadas principalmente por dos componentes, que contienen la mitad de
toda la información (Fig. 3.30).

160
Fig. 3.31. Gráfico Biplot o círculo de correlaciones. Combina la representación de las de
las componentes analizadas.

Según el gráfico Biplot, las variables más influyentes en la intensidad de inversión


(Dθ850), y, por tanto, en la diferencia de temperatura entre zonas de inversión (CAP) y
áreas más accidentadas, es el coeficiente de mezcla vertical (Kz), la altura de la capa
límite (Zi), la velocidad del viento en los geopotenciales de 850 a 300 hPa, y la humedad
relativa a 850 hPa. Estas variables tienen un peso importante en el segundo eje
(ordenadas), con valores que se aproximan a 0,7 y -0,7 (Fig. 3.31).

Por su parte, las temperaturas a diferentes niveles geopotenciales (300 a 850 hPa)
tienen una mayor influencia en las temperaturas mínimas superficiales (TNn), junto a la
dirección del viento (DV300 a 850 hPa). En el eje principal o de abscisas, obtienen
valores de 0,5 a 1,0.

161
Por tanto, para que un proceso de ITN registre una intensidad de inversión elevada, y,
por tanto, temperaturas muy contrastadas entre zonas de valle y medianías, las
características son las siguientes:

 Aparición durante la época fría del año (septiembre a mayo). Pero especialmente
durante los meses de noviembre a marzo, donde se registra el 84% de las
jornadas analizadas. Se trata de la época del año donde hay un mayor número
de horas nocturnas, y, por tanto, los procesos de ITN disponen de una mayor
duración para hacer más eficiente sus mecanismos de deposición de aire frío en
las zonas más deprimidas.

 Estabilidad en niveles medios y altos atmosféricos. Éste apartado se desarrolla


ampliamente en el apartado 3.2. Existe una alta correlación entre una mayor
intensidad de inversión (Dθ850) y masas de aire templadas en niveles medios
atmosféricos (especialmente en el geopotencial de 850 hPa). La correlación
estadística según Kendall (R2) adquiere valores importantes con la T850 (0,66),
WV850 (-0,64) y especialmente la RH850 (-0,74) (Fig. 3.32). Por tanto, a mayor
temperatura, menor humedad relativa, y una velocidad del viento más débil, los
procesos de ITN son más intensos. Los resultados de la RH850 en las jornadas
analizadas, muestran que, cuando la intensidad de inversión (Dθ850) supera los
7ºC, la humedad relativa a 850 hPa es igual o inferior al 30%. Por tanto, las
inversiones térmicas aumentan de intensidad al disminuir la humedad relativa al
nivel de 850 hPa. En las islas Svalbard, Vihma et al. (2011) también encuentran
importantes correlaciones con el geopotencial a 850 hPa, especialmente con los
valores de humedad relativa de masas de aire con muy poca carga higrométrica
(R2 de 0,88). Se trata de inversiones térmicas con estrato cálido, alimentadas por
masas de aire en niveles medios atmosféricos con anomalías térmicas positivas.
En el análisis efectuado, la T850 registra un valor medio de 9.9ºC durante las
jornadas invernales, frente a un promedio climatológico de 5.4ºC (1983-2016).
Además, las jornadas que registran intensidades (Dθ850) superior a 5ºC,
registran T850 igual o superior a 10ºC, valor anómalo en invierno (Fig. 3.33).

 Las altas presiones en los geopotenciales analizados configuran una atmósfera


muy estable, con velocidades de viento muy débiles a 850 y 700 hPa, y bajos
valores higrométricos a 850 hPa. Ello genera unos primeros metros de la
atmósfera (altura de la capa límite, Zi) muy calmada, donde el coeficiente de
mezcla vertical (Kz) registra valores exiguos. Existe una importante correlación

162
de Kz con la diferencia de temperatura entre observatorios en zonas de CAP y
los que se sitúan fuera de la influencia de la inversión térmica (R 2 de -0,74),
mientras que, con la altura de la capa límite (Zi) la correlación es de -0,57 (Fig.
3.34). Los valores de Kz son incluso mayores para la Comarca del Noroeste (R 2
de -0,77). Valores muy bajos del coeficiente de mezcla vertical supone una
mayor diferencia de temperatura en madrugadas con ITN. En las jornadas de
análisis, las diferencias de temperatura igual o superior a 7ºC corresponden a
valores de Kz extremadamente bajos (< 50 m2/s). Es preciso añadir que la Zi y
Kz no obtienen influencia con las temperaturas mínimas registradas en los
observatorios, es decir, no determinan que los valores en superficie sean más o
menos fríos. Pero si son muy determinantes en generar diferencias térmicas muy
notables.

 Los bajos valores del coeficiente de mezcla vertical (Kz) durante madrugadas de
ITN generan viento muy débil en los observatorios con temperaturas más bajas
(con influencia de procesos de inversión) (R2 de 0,41). Por su parte, los
observatorios que se sitúan fuera de las CAP registran velocidades de viento
algo más elevadas, participando directamente de las características
atmosféricas generales. Ello supone, que, a medida que el Kz es menor, la
diferencia de velocidad de viento entre los observatorios de CAP y el resto es
mayor (R2 de 0,55). Y a mayor diferencia en la velocidad del viento, más
importante es el contraste térmico entre los observatorios (R2 de 0,46).

Fig. 3.32. Coeficiente de correlación según Kendall entre la diferencia de temperatura


potencial o intensidad de inversión (Dθ850) (ºC) vs la humedad relativa (%) en el
geopotencial de 850 hPa (RH850) durante las 50 jornadas analizadas.

163
 Los importantes valores higrométricos que se generan en los observatorios en
zona de CAP, y que registran importantes diferencias con el resto de
observatorios, se debe principalmente a la velocidad de flujo y a los escasos
valores del coeficiente de mezcla vertical (Kz). Ambas variables presentan una
correlación notable (R2 -0,57).

Fig. 3.33. Coeficiente de correlación según Kendall entre la diferencia de temperatura


potencial o intensidad de inversión (Dθ850) (ºC) vs temperatura geopotencial a 850 hPa
(T850) durante las 50 jornadas analizadas.

 Las temperaturas mínimas superficiales (Tn) registradas en las regiones


analizadas obtienen una alta correlación estadística con las características
térmicas de las masas de aire a 850, 700 y 500 hPa (R 2 de 0,75 a 0,78). Los
valores son algo más elevadas para las temperaturas registradas en los
observatorios sin influencia de ITN (0,81 con T850), donde se pone de
manifiesto, que, dichos observatorios se encuentran más influenciados por las
características generales de los niveles medios y altos atmosféricos.

 Aunque la mayoría de jornadas intensas de ITN aparecen bajo masas de aire


templadas en niveles medios atmosféricos, las temperaturas mínimas frías con
posibilidad de helada en los fondos de valle están muy influenciadas por la
temperatura a 850 hPa, y su pronóstico para determinar las temperaturas
superficiales es de vital importancia. Las temperaturas mínimas negativas

164
registradas en los observatorios en zonas de CAP coindicen con temperatura
igual o inferior a 5ºC en el nivel geopotencial de 850 hPa.

Fig. 3.34. Correlación estadística según Kendall entre la diferencia de temperatura (ºC)
en observatorios entre zonas de CAP y el resto sin influencia de ITN vs. coeficiente de
mezcla vertical (Kz) durante las 50 jornadas analizadas.

3.3.2. Configuración sinóptica y trayectorias de masas de aire

3.3.2.1 Configuraciones sinópticas durante las madrugadas intensas de ITN

Tras el análisis de las 50 jornadas han sido definidos cuatro patrones sinópticos
referentes a las configuraciones atmosféricas: dorsal subtropical marítima (DTm), dorsal
subtropical continental (DTc), circulación zonal atlántica (CZA), y vaguada polar
marítima (VPm) al oeste de la Península Ibérica. Todos los tipos obtienen un
denominador común, una advección del oeste de masas de aire de procedencia
atlántica con características templadas. En su mayoría procedentes de la costa este de
Canadá, y sufren procesos de aumento de la temperatura debido a la corriente del Golfo
(Fig. 3.40). En el interior de EE. UU, en la Meseta del Colorado (Utah), Whiteman et al.
(1999) determinan potentes procesos de ITN con acumulación nocturna persiste en los
fondos de valle, a medida que se produce una advección de aire caliente sobre la cuenca
debido al acercamiento de crestas de alta presión.

La DTm aparece en 23 jornadas, con un peso relativo importante respecto al total (46%).
La dorsal se ubica preferentemente al oeste de la Península Ibérica, con un eje inclinado
dirección (SO-NE). Registra una altitud media en el geopotencial de 500 hPa de 5730

165
m, cifra superior al promedio invernal sobre la ciudad de Murcia (5670 m) (Garrido et al.,
2014). En superficie, el anticiclón de las Azores aparece centrado sobre el Atlántico
central, con una presión media realmente importante (1032,6 hPa).

La CZA, con advección subtropical marítima, aparece en 10 jornadas (20%). Se


caracteriza por la presencia del Anticiclón de las Azores sobre el Atlántico central
(1028,0 hPa). Es reforzado por temperaturas templadas y estabilidad en niveles altos
atmosféricos (5720 m), con masas de aire que arrancan de dos sectores geográficos
principales, de las Islas de las Azores (Atlántico central) y de la península de Terranova.

Fig. 3.35. Altitud media (m) de los niveles geopotenciales de 300, 500, 700, y 850 hPa
(de arriba abajo, de izquierda a derecha) de las 50 jornadas analizadas. Fuente: NOAA
Physical Sciences Laboratory (PSL).

La VPm viene definida por una vaguada situada al oeste de la Península Ibérica. Se
produce en un total de 9 ocasiones (18% del total). El sureste de la Península Ibérica
queda bajo la influencia del sector delantero occidental de la dorsal subtropical
continental, que afecta directamente al Mediterráneo central (altitud geopotencial a 500
hPa de 5620 m.). Las masas de aire proceden en la mayoría de ocasiones de la zona
central de EE. UU y Canadá, y un origen secundario de Groenlandia. A pesar de la
reducción de la presión atmosférica media en el área de estudio, mantiene altas
presiones relativas (1015 hPa).

166
La configuración sinóptica en DTc está representada en 5 jornadas (10%), pero da lugar
al 56% de las jornadas con mayor intensidad de las jornadas analizadas. Los resultados
son similares a los aportados en la zona central de EE. UU, donde el llamo anticiclón de
borde, y la dorsal subtropical en altura representa el 46% de las configuraciones
sinópticas que dan lugar a inversiones térmicas de intensidad en niveles bajos
intensidad (Li et al., 2015). En esta configuración, el geopotencial a 500 hPa se sitúa a
una altitud algo mayor (5824 m), especialmente por la mayor proximidad de la dorsal al
sureste peninsular. La presión atmosférica superficial se sitúa en 1025,0 hPa, algo
menor que en la configuración de DTm, pero superior a la presión atmosférica media de
Murcia en época invernal (1016 hPa).

Fig. 3.36. Temperatura media (ºC) en los niveles geopotenciales de 300, 500, 700, y
850 hPa (de arriba abajo, de izquierda a derecha) de las 50 jornadas analizadas. Fuente:
NOAA Physical Sciences Laboratory (PSL).

La cartografía media de las 50 jornadas analizadas refleja una zona de difluencia o


dipolo sobre la Península Ibérica en niveles medios y altos atmosféricos (500 y 300 hPa)
(Fig. 3.35). En capas medias-bajas atmosféricas aparece una DTm, cuyo eje, se
posiciona en sentido NNO-SSE al oeste de Marruecos. Se trata, de una gran dorsal
planetaria con clara influencia sobre la casi totalidad de la Península Ibérica. Además,

167
en el geopotencial de 850 hPa, la dorsal se aísla al suroeste de la Península,
conformando una gran burbuja cálida (1560 m).

La información aportada por los sondeos atmosféricos, analizado en el apartado


anterior, corrobora la aparición de temperaturas relativamente templadas para la época
en los diferentes geopotenciales analizados sobre el sureste peninsular. Se registran
temperaturas de -44ºC a 300 hPa, -17ºC a 500, 1,5ºC a 700 hPa, y 9,5ºC a 850 hPa
(Fig. 3.36). La distribución térmica en el sur peninsular sigue el patrón de altitud
geopotencial, con el claro reflejo del dipolo (300-500 hPa), y de la dorsal subtropical
marítima al suroeste de la Península Ibérica (700-850 hPa). En la región del Sahara
occidental, en el geopotencial de 850 hPa, las anomalías secas y cálidas (0.2–0.4 K)
generan un aumento de la estabilidad atmosférica (Wong et al., 2009).

Fig. 3.37. Humedad relativa media (%) en los niveles geopotenciales de 300, 500, 700,
y 850 hPa (de arriba abajo, de izquierda a derecha) de las 50 jornadas analizadas.
Fuente: NOAA Physical Sciences Laboratory (PSL).

La humedad relativa (RH) refleja la relación entre altitud y temperatura geopotencial en


los diferentes niveles atmosféricos. Se aprecia, sobre el sureste peninsular, la aparición
de una pluma con una escasa carga higrométrica, masas de aire muy secas, con
humedad relativas del 32% a 300 hPa, 28% a 500 hPa, 25% a 700 hPa, y algo más

168
elevadas (35%) en el geopotencial de 850 hPa. Sin duda, corroborando la información
de los sondeos, masas de aire extremadamente secas especialmente en el geopotencial
de 700 hPa (Fig. 3.37).

La dirección y velocidad del viento “dibujan” con nitidez las zonas de altas presiones en
los niveles atmosféricos analizados. Se aprecia, en los diferentes niveles geopotenciales
un área extensa con velocidades inferiores a los 9 m/s (300 hPa), hasta ser inferior a 2
m/s en la topografía de 850 hPa (Fig. 3.38). La dirección, es de componente ONO a 300
hPa, y de componente NO en el resto de geopotenciales analizados, debido a la inflexión
de la dorsal sobre el suroeste peninsular. Por tanto, se aprecia, en general, flujo muy
débil del oeste-noroeste en el sureste peninsular.

Fig. 3.38. Dirección y velocidad media del viento (m/s) en los niveles geopotenciales de
300, 500, 700, y 850 hPa (de arriba abajo, de izquierda a derecha) de las 50 jornadas
analizadas. Fuente: NOAA Physical Sciences Laboratory (PSL).

La presión atmosférica al nivel del mar (PA) registra los valores más importantes sobre
el centro peninsular, especialmente al sur de la Cuenca Hidrográfica del Duero (1026
hPa). El resto de la Península Ibérica es abrazada por las isobaras de 1023 y 1024 hPa.
Se refleja, por tanto, un desplazamiento del Anticiclón de las Azores hacia el este de la

169
Península Ibérica, reflejando una gran estabilidad superficial durante las jornadas
analizadas (Fig. 3.39).

Fig. 3.39. Presión atmosférica media reducida al nivel del mar (mb o hPa) de las 50
jornadas analizadas. Fuente: NOAA Physical Sciences Laboratory (PSL).

3.3.2.2. Origen y trayectorias de las masas de aire durante las madrugadas


intensas de ITN

El origen de las masas de aire, y especialmente la trayectoria que sigue hasta el destino
final, es clave para conocer sus características térmicas. En el área de estudio, tal y
como se refleja en el apartado anterior, las masas de aire son mayoritariamente de
origen atlántico. Efectivamente, entorno al 60% del origen de las masas de aire arrancan
en latitudes templadas, entre 30 y 50ºN, en una amplia banda latitudinal que abarca
desde el centro de Estados Unidos hasta el Mar Negro (Fig. 3.40). Por su parte, un 20%
de las masas de aire tienen su origen en las proximidades de la península ibérica,
recorriendo, por tanto, muy poco trayecto.

Existe un tercer origen al este de la Península Ibérica. Se trata de masas de aire


templadas de trayectoria retrógrada. La mayoría nacen entorno al Mediterráneo (desde
Italia a Turquía, con puntos en Grecia, Libia, o Mar Negro…) (Fig. 3.41).

170
Fig. 3.40. Trayectoria de masas de aire durante las 50 jornadas analizadas. Fuente:
HYSPLIT (NOAA).

Fig. 3.41. Punto de origen de las masas de aire durante las 50 jornadas analizadas.
Fuente : HYSPLIT (NOAA).
En las jornadas con las ITN más intensas de las 50 analizadas, la mayoría de las
trayectorias de las masas de aire arrancan de latitudes más bajas (37-38ºN) (Fig. 3.42).
Lo hacen desde sectores centrales del Atlántico (la gran mayoría con un paso cercano
al archipiélago de las Azores), desde la costa oeste de Estados Unidos, y varias de ellas
desde las costas orientales Canadá. Eso sí, la mayoría de las trayectorias recorren el

171
Atlántico central, dando lugar a advecciones templadas sobre la Península Ibérica (T850
de 10.2ºC).

Fig. 3.42. Trayectorias de masas de aire durante las 10 jornadas analizadas con mayor
intensidad de inversión. Fuente: HYSPLIT (NOAA).

3.3.3. Distribución espacial de temperaturas nocturnas en jornadas


intensas de ITN. El uso de termografías nocturnas (satélite ASTER)

Las termografías satelitales nocturnas son analizadas en mayor profundidad en el


Capítulo 3, aunque en éste apartado se utilizan imágenes satelitales de muy alta
resolución espacial (ASTER-EOS, AST_L1T). Reflejan espacialmente las contrastadas
diferencias térmicas superficiales de las temperaturas mínimas entre zonas de CAP y
ámbitos orográficamente complejos.

Se realiza una validación del producto AST_L1T respecto a las temperaturas registradas
en los observatorios meteorológicos de los ámbitos geográficos analizados. El
coeficiente de correlación de Kendall obtiene un R2 de 0,93 (Fig. 3.43 izquierda). Se
trata, por tanto, de un ajuste excelente, con una muy buena distribución espacial de las
temperaturas en las termografías generadas.

A continuación, se lleva a cabo un análisis descriptivo de diferentes ámbitos geográficos


de la DHS, donde se cubre su superficie en la totalidad (Fig. 3.43 derecha). El satélite
ASTER no posee una frecuencia temporal homogénea a lo largo del año, de hecho,

172
dista mucho de serlo, ya que presenta bastante aleatoriedad. Son utilizadas
termografías nocturnas referentes a jornadas con procesos de ITN, con el fin de poder
visualizar cartográficamente las zonas más contrastadas de las diferentes regiones.

Fig. 3.43. A la izquierda, correlación estadística según Kendall entre la temperatura


superficial de los observatorios meteorológicos vs y la reflejada por el satélite ASTER-
EOS, con un nivel de significancia estadística de 0,99. A la derecha, composición
espacial de las imágenes satelitales (ASTEREOS, AST_L1T), que comprenden la DHS.

3.3.3.1. Noroeste de la DHS: Sierras de Segura y Mundo.

El noroeste de la DHS (Sª de Segura y Mundo) es la zona habitadas más fría del área
de estudio (como se comprobará en el capítulo 4). Lo es especialmente en Riopar
(Albacete), y en el triángulo Pontones – Santiago de la Espada – Don Domingo (Jaén).

Las principales piscinas de aire frío (CAP) aparecen especialmente en los valles
intramontanos de elevada altitud de la Sierra de Segura, destacando los situados en las
inmediaciones de Fuente Segura, Pontones, Santiago de la Espada o La Matea (Jaén),
con temperaturas, que el 4 de diciembre de 2017, se mueven entre -5 y -7ºC. En ese
sentido destacan las siguientes depresiones en el sector más meridional: Laguna de
Cañada de la Cruz (1), Arroyo de Cañada Hermosa (2), Vega de Santiago de la Espada
(3), Las Talas – Sª Huebras (4), Cañadas de Nerpio (5) o los Chorretites de Abajo -
Nerpio (6). El contraste de temperatura con las sierras aledañas es notable, con
diferencias de hasta 9ºC en apenas 4 km de longitud (Fig. 3.44).

173
Fig. 3.44. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de las sierras de Segura y Mundo (4 de
diciembre 2017).

Las principales piscinas de aire frío (CAP) aparecen especialmente en los valles
intramontanos de elevada altitud de la Sierra de Segura, destacando los situados en las
inmediaciones de Fuente Segura, Pontones, Santiago de la Espada o La Matea (Jaén),
con temperaturas, que el 4 de diciembre de 2017, se mueven entre -5 y -7ºC. En ese
sentido destacan las siguientes depresiones en el sector más meridional: Laguna de
Cañada de la Cruz (1), Arroyo de Cañada Hermosa (2), Vega de Santiago de la Espada
(3), Las Talas – Sª Huebras (4), Cañadas de Nerpio (5) o los Chorretites de Abajo -
Nerpio (6). El contraste de temperatura con las sierras aledañas es notable, con
diferencias de hasta 9ºC en apenas 4 km de longitud (Fig. 3.44).

En la zona central de análisis, perteneciente a la provincia de Albacete (Góntar –


Arguellite) se identifican CAP con temperaturas mínimas de -5/-6ºC. Destacan La
Cañada de los Centenares – Góntar (7), Tintada de Chinchilla – Río Madera (8), Cuartos
de la Cañada (9) o el Calar de la Sima (10). Finalmente, en el sector más septentrional,
aparecen cuatro ámbitos con temperaturas muy frías (-7ºC). Se trata de los Calares de
Moropeche (11) y del Mundo (12), Vega de Riopar – río Mundo (13), y Fuente del Roble

174
(Paterna de Madera). Las diferencias térmicas con los sectores orográficamente más
accidentados del oeste del límite hidrográfico de la DHS, es realmente significativo, con
diferencias de temperatura de 7 a 9ºC en apenas 4/5 km en línea recta.

3.3.3.2. Noroeste de la DHS: Bogarra, Liétor y Ayna

El sector más noroccidental de la DHS se caracteriza, también, por poseer pequeños


valles entre ámbitos montañosos, con acumulación localizada de aire frío nocturno
durante madrugadas estables. Se generan diferencias térmicas de importancia, como
se detalla a continuación (Fig. 3.45). El sector noroeste del área de estudio (Río Madera
– Bogarra) registra temperaturas en zonas de valle de -1 a -2ºC en la jornada analizada
(9 de enero de 2018). Destacan las depresiones de Vegallera (1), Las Mohedas (2), El
Galapagar – Potiche (3), El Pozuelo (4), Casa de la Rambla – Molinicos (5), Los Prados
(6) y Vizcable – Sege (7). Las diferencias térmicas respecto a los relieves colindantes
se sitúan en algunos sectores en 8 y 10ºC, en distancias inferiores a 5 km (Fig. 2.45).
Existen otras CAP en zonas septentrionales de la región analizada con temperaturas en
los fondos de valle de -2 a -5ºC), entre los que destacan la Navazuela – Alcadozo (8),
La Hoya – Nava de Arriba (9), y Rincón del Moro (10).

Fig. 3.45. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la zona ONO de la DHS, municipios


de Bogarra, Liétor o Ayna (9 de enero 2018).

175
3.3.3.3. Norte de la DHS: Hellín - Pétrola

El sector más septentrional de la DHS viene caracterizado por amplios sectores planos,
conformando a menudo, espacios semi-endorreicos, con acumulación de aire frío
nocturno en madrugadas con fenómenos de IT. En el sector de Hellín-Tobarra aparecen
pequeños valles intramontanos que conforman CAP muy localizadas.

En este sector destacan algunos valles, con temperaturas, que en la jornada de análisis
(10 de octubre de 2017) se mueven entre 12 y 14ºC. Destacan Los Puertos de Tobarra
(1), Los Hongares – Hellín (2), Mojón Blanco (3), Albatana (4) y Montesinos – Las
Anorias (5). Las diferencias térmicas, en apenas una longitud de 3/4 km, llegan a 5/7ºC,
especialmente en el sector de Los Hongares (2) y los relieves adyacentes (Fig. 3.46).

El sector de Pétrola – Fuente Álamo de Albacete registra temperaturas entre 11 y 9ºC,


conformando uno de los sectores más fríos de la mitad septentrional de la Demarcación
Hidrográfica del Segura. Destacan especialmente el paraje de Casalta – Pétrola (8) yLa
Ballestera – El Salobrejo (9), en un área con características semi-endorreicas. La zona
de Corral Rubio (7) se caracteriza por una amplia zona plana de bajas temperaturas
nocturnas, así como la zona norte del municipio de Fuente Álamo de Albacete (6).

Fig. 3.46. Termografía nocturna(ASTER-EOS) de la zona comprendida entre Hellín y


Pétrola (10 de octubre 2017).

176
En la ubicación de la cabecera municipal de Hellín existen diferencias térmicas muy
apreciables durante las madrugadas de estabilidad. El caso de la ciudad de Hellín es
importante, a una altitud media de 550 m, se registra una temperatura de 19,0ºC. A
escasos metros, en la Sª del Pino 21ºC, conformando una zona donde los procesos
inversores apenas son relevantes. Sin embargo, a apenas 500 m en línea recta, en la
zona norte hacia Tobarra (Polígono Industrial San Rafael), se registran temperaturas de
16,0ºC. El contraste es mucho mayor, en la piscina de aire frío del sur de Cordovilla, en
la Rambla de Fuente García - Los Hongares (2), donde se registra una temperatura de
12,0ºC.

3.3.3.4. Noreste de la DHS: Yecla

La Fig. 3.47 muestra una reducida porción del sector nororiental de la DHS, aunque se
visualiza una zona habitada especialmente fría, el municipio de Yecla y alrededores. Los
fondos de valles registran temperaturas entre 7 y 3ºC registradas durante el 11 de
noviembre 2017.

Fig. 3.47. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de Yecla e inmediaciones (11 de


noviembre 2017)

177
Destacan especialmente cuatro sectores: Cañada del Mulo (1), Fuente del Pino (2),
paraje de La Sin Puerta (3) y Hondo del Campo (4). Las diferencias con los relieves
aledaños se sitúan entre 5/6ºC en distancias que no superan los 5 km.

El casco urbano de Yecla, ubicado parte del municipio en la ladera del Castillo, registra
una temperatura de 10,0ºC en su sector suroeste (el más templado de la trama urbana),
mientras que, en la zona noroeste, la temperatura es de 5,5ºC. Constituye un importante
contraste térmico en apenas 800 m de distancia, en zonas, donde el desnivel altitudinal,
es de apenas 20-30 m.

Fuera del núcleo principal, destaca la zona más fría del entorno, la de la traviesa de
Caudete, con valores que descienden a 4,5ºC, mientras que hacia el este, en la Sierra
del Cuchillo, a 3,0 km de distancia, se registran temperaturas de 11 a 12ºC.

3.3.3.5. Oeste de la DHS: Cabecera hidrográfica del río Segura (Hernán Perea)

En el altiplano de Hernán Perea se produce un importante contraste térmico entre la


“isla” que conforma el Calar, y los relieves aledaños (Sierra de Cazorla y las Villas). La
termografía, correspondiente al mes de febrero, refleja la zona más septentrional de
Hernán Perea con temperaturas de 0 a -1ºC, mientras que, a 6 km, en los relieves de la
Sierra de Cazorla y las Viñas, se registran valores de 6 a 7ºC en la ladera oriental límite
entre la CH Segura y Guadalquivir (Fig. 3.48).

Se identifican algunos sectores más fríos en el interior del Calar de Hernán Perea. Tal y
como se analiza en los capítulos 3 y 4, algunos parajes registran las temperaturas
mínimas más bajas de la DHS, tanto a nivel observacional (temperaturas registradas),
como por técnicas de teledetección. Destacan, los Campos del Espino (1), paraje de
Cañada Rincón (2), Cañada Lamienta (3), Borbotón (4), Cueva Humosa (5) y Pandera
de Juan Fría (6). En las CAP descritas se observan diferencias de hasta 6ºC con los
relieves aledaños de mayor altitud.

178
Fig. 3.48. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la zona oeste de la DHS (11 de
febrero 2017).

3.3.3.6. Comarca del Noroeste y Tierras Altas de Lorca (Región de Murcia)

La Comarca del Noroeste y las Tierras Altas de Lorca cuenta con un gran número de
depresiones entre los sistemas montañosos de éste ámbito territorial de la DHS. Da
lugar a una gran cantidad de CAP locales, con diferencias térmicas muy importantes en
algunos sectores.

El ámbito más occidental de la región analizada coincide con las mayores elevaciones,
configurando valles de elevada altitud (>1000 m), y cuyos vientos catabáticos o brisa de
montaña descienden de áreas montañosas, muchas de ellas por encima de 1700 m de
altitud. Los fondos de valles albergan temperaturas entre -3 y -4ºC. Destacan las
depresiones de la Fuente de la Sabina (1), Las Hoyas de Campuzano – El Sabinar (2),
Valle de la Rogativa (3), Cañada de la Cruz (4), sector oriental del Campo de San Juan
(5), Rambla de Inazares (6), El Tartamudo (7) y La Junquera (8). El contraste térmico
con las sierras colindantes, llega a ser, en algunas CAP, muy importante. Aparecen
diferencias de 9/10ºC en apenas 3/4 km en línea recta (Fig. 3.49).

179
Por su parte, en el sector central, a una menor altitud (700-1000 m), las temperaturas
en las CAP se sitúan entre -1 y -3ºC, donde destacan el Bco. de las Pocicas – Los Royos
(9), Embalse de Valdeinfierno (10), Las Munueras (11), Cañada del Charco (12), Las
Roturas – Archivel (13), Campo de Béjar (14), La Tejera – Doña Inés (15), Valle de
Avilés (16) o Valle del Aceniche (18). Por su parte, los valles más orientales, a una
menor altitud (300-600 m), en las proximidades de las cabeceras municipales de la
Comarca del Noroeste, registran temperaturas entre 1 y -1ºC. Destacan pequeñas
cubetas como las de Prado Judío (entre Bullas y La Copa) (18), El Chaparral (19), La
Cañaverosa (20), Los Olmos (21), El Almirez (22), El Campillo – Socovos (23).

Fig. 3.49. Termografía nocturna (ASTER-EOS) del Noroeste de la Región y Tierras Altas
de Lorca, Región de Murcia (9 de enero 2018).

Por ejemplo, el municipio de Caravaca de la Cruz registra píxeles entre 2 y 3ºC en el


centro de la ciudad como consecuencia de la ICU nocturna. Por su parte, en su periferia,
principalmente al oeste y sur del casco urbano, se registran valores de -1 a -2ºC, lo que
supone una diferencia de 3ºC a 5ºC en apenas 2,5 km en línea recta. En pedanías altas
ubicadas al oeste de Caravaca de la Cruz, se registran temperaturas de 5 a 6ºC en las
sierras al oeste de Barranda (La Serrata y Mojantes, con altitudes superiores a 1500 m).

180
Mientras, al sur de Archivel (13), aparecen valores de -2 a -3ºC. Se advierten, por tanto,
diferencias de 7 a 9ºC en 3,8 km en línea recta. Al norte, en el Caserío de las Oicas de
Arriba, al noreste de Archivel, se salva una diferencia de 6,0 a -2ºC (casi 8ºC) en 1,0
km.

3.3.3.7. Zona central de la Región de Murcia

La caracterización topográfica de la zona central de la Región de Murcia, presenta un


escaso número de depresiones tipo CAP. Por el contrario, se trata de un ámbito de
orografía compleja, de escasa altitud (200-500 m) por lo que, las temperaturas mínimas
no son especialmente relevantes. Tan sólo en zonas más septentrionales de la zona
central de la Región de Murcia, en Jumilla, o en zonas próximas a Agramón (1),
aparecen algunos valles con temperaturas algo más bajos (12-14ºC). Destacan las
Bodeguillas de Arriba (2), Las Royalizas (3), El Prado – Jumilla (4), Bco de los Álamos
(5). Por su parte, con temperaturas ligeramente superior (13-15ºC), aparecen algunos
barrancos de la Sierra de la Pila (6) o los Campos de Cagitán (7). Las temperaturas
entre los fondos de valle y las sierras montañosas no son demasiado contrastadas, con
algunos ejemplos más relevantes (diferencias de 7-8ºC) en los valles próximos a Jumilla
(Fig. 3.50).

Fig. 3.50. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la zona central de la Región de


Murcia (10 de octubre 2017).

181
3.3.3.8. Zona oriental de la DHS (Cuencas de Abanilla – Pinoso, y Vega Baja del
río Segura)

El ámbito geográfico analizado en la Fig. 3.51 muestra una clara heterogeneidad, entre
las cuencas situadas a mayor altitud (Fortuna-Abanilla, y la de Raspay-Pinoso), respecto
a la Comarca de la Vega Baja del Segura. Ésta última se caracteriza por registrar una
de las temperaturas mínimas más elevadas de la Demarcación Hidrográfica del Segura,
debido a la baja altitud (<50 m), cercanía al litoral, y presencia de terreno
orográficamente complejo que aparece con algunos promontorios de importancia (Sª de
Orihuela, Callosa, Crevillente…). En la termografía nocturna de la imagen, tomada el 24
de septiembre de 2017, las temperaturas se sitúan entre 19 y 20ºC en el fondo de la
depresión, mientras que, en las sierras anteriormente citadas, los valores se disparan
(22 a 25ºC). Se observa, por tanto, diferencias térmicas de 5-6ºC en apenas 4-5 km en
línea recta.

Fig. 3.51. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la Vega Baja del río Segura (24 de
septiembre2017).

Por el contrario, el sector más septentrional, especialmente la cuenta de Pinoso-Raspay,


se caracteriza por depresiones con temperaturas mínimas más bajas. En la jornada de

182
análisis se observan temperaturas que localmente se sitúan entre 14-15ºC. Destacan
Pinillos (1), el paraje de El Hondo (2), Els Pollastres-Raspay (3), El Rodriguillo-Pinoso
(4), y el El Hondico-Zárate, junto a La Algueña (5). Las diferencias térmicas más
sobresaliente en éstas zonas se sitúan entre 5-6ºC en distancias de menos de 5 km
(Fig. 3.51).

3.3.3.9. Oeste de la DHS: Comarca de los Vélez, Almería


La Comarca de los Vélez, que comprende parte del altiplano norte almeriense, se
caracteriza por registrar bajas temperaturas en época invernal. Con una altitud media
ligeramente superior a 1000 m sus altiplanos y depresiones conforman interesantes
CAP, con un importante contraste térmico con las sierras contiguas.

La imagen de análisis corresponde al 29 de julio. Se trata de una época muy cálida, pero
donde aparecen CAP (inversión térmica). Era la única disponible con los requisitos para
una termografía de estas características. Las temperaturas más bajas, al principio de la
madrugada, se sitúan entre 19 y 21ºC en los fondos de valle analizados, sin duda valores
elevados. Entre los valles más destacados están la Vega de Chirivel (1), el Prado de los
Burros-María (2), Taibena (3), La Tova-Fuensanta (4), o el paraje de Lería (5).

Fig. 3.52. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la zona oeste de la DHS, Comarca


de los Vélez, Almería (29 de julio2017).

183
Las diferencias de temperatura son importantes, de hasta 7ºC en apenas 1 km de
distancia. Se observan temperaturas de 19,0ºC al norte del municipio de María (5),
mientras que, en las laderas cercanas del Cerro del Buitre, la temperatura sube a 26ºC.
También es destacable la diferencia entre las temperaturas detectadas en las laderas
de la Solana de las Muelas (Montalviche) (en torno a 26,5ºC) y las que se dan, a tan
sólo 2,5 km de distancia en línea recta, en la Diputación de Taibena (3) (apenas 20ºC)
(Fig. 3.52).

3.3.3.10. Sur de la DHS: litoral meridional de la Región de Murcia y Depresión


del Guadalentín

El sector meridional de la DHS, representado en la imagen de análisis (Fig. 2.53) por la


Depresión del Guadalentín, Huerta de Murcia, y litoral sur de la Región de Murcia, se
caracteriza por presentar temperaturas relativamente templadas. Tan sólo, los valles
ubicados en las Tierras Altas de Lorca registran temperaturas algo más bajas (11-13ºC)
en la jornada analizada (10 de octubre de 2017). Destacan Las Terreras (1), la Cañada
de Morata (2), Los Selvares – Casa de Francés (3) y Fuente Blanca (4). Los valles de
menor altitud del sector meridional de la termografía de análisis registran temperaturas
más templadas (entre 15 y 17ºC). Destacan El Esparragal-Pto. Lumbreras (5), Huerta
de Lorca (6), Saladares del Guadalentín (7) o Los Muñoces (8). Las diferencias térmicas
respecto a las zonas montañosas aledañas llegan a 4-5ºC en distancias entorno a los 5
km.

Aunque las temperaturas no son especialmente bajas, es preciso analizar el Área


Metropolitana de la ciudad de Murcia. Las temperaturas más bajas en la Huerta de
Murcia aparecen en el extremo suroccidental, con valores en los pixels más fríos de 3ºC
(a una cota altitudinal de 80 m.), marcado por depresiones sin estaciones
meteorológicas disponibles, entre Sangonera la Verde y Alcantarilla. En cambio, las
temperaturas más elevadas llegan a 10ºC en el sector más elevado del área de estudio
(Costera sur de Murcia o Sierra de la Cresta del Gallo, al sur de la ciudad de Murcia).
Las diferencias llegan a 7ºC en 5-6 km en línea recta.

En la ciudad de Murcia, los píxeles de temperatura más bajos (5ºC) corresponden a las
áreas situadas al oeste de la ciudad (periferia junto al río Segura), mientras que en el
centro del casco urbano de la ciudad (10.5ºC), se registran temperaturas hasta 5ºC
superior, en apenas 1.7 km de distancia sin apenas desnivel altitudinal (2 m.). En ese
sentido, la influencia ICU nocturna es notable, aunque si se establecen diferencias entre
zonas no urbanizadas, como, por ejemplo, La Raya y el Rincón de Seca, separados por
apenas 1 km, cuya diferencia llega 3ºC (Fig. 3.53).

184
En zonas de Huerta, entre Murcia y Alcantarilla, las temperaturas más bajas se sitúan
al noroeste de La Raya, con valores de 4,1ºC, y entre Alcantarilla y Sangonera la Verde
con 4,3ºC. Por su parte, a escasos kilómetros, en la Sierra de Carrascoy, la temperatura
se sitúa entre 8,0 y 9,5ºC a una distancia de 6,5 km. Las temperaturas más bajas de la
Huerta de Murcia se sitúan al oeste, desde el Azúd de la Contraparada, hasta el Ranero
y Sangonera la Verde.

Fig. 3.53. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la zona meridional de la Región de


Murcia (10 de octubre 2017).

3.3.3.11. Sureste de la DHS: Campo de Cartagena

El sector más suroriental de la DHS, se caracteriza por presentar temperaturas mínimas


elevadas durante todo el año, especialmente en los ámbitos montañosos de mayor
complejidad orográfica y desnivel. Las depresiones más frías en la jornada de análisis
(24 de septiembre 2017) se localizan en la zona norte del Campo de Cartagena, y
algunos sectores centrales del mismo, con un amplio contraste térmico con la costa
accidentada del sur (Cartagena), donde las temperaturas se sitúan por encima de 20ºC
(Fig. 3.54). Por su parte, en la zona centro del Campo de Cartagena (1) se registran

185
temperaturas entre 18 y 20ºC, con alguna zona algo más fría al norte de la población de
Los Urrutias (17,5ºC).

En la zona más septentrional, en la transición entre el Campo de Cartagena y la Vega


Baja del Segura aparecen algunos sectores con acumulación de aire más frío (CAP)
entre las que destacan Avileses (2), Urbanización Valle del Sol (3), Los Escuderos (4),
Sucina (5), La Ermita (6), Pinar de Campoverde (7) o Algorfa (8).

Fig. 3.54. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la zona meridional de la Región de


Murcia (24 de septiembre2017).

3.3.3.12. Sur de la DHS: litoral murciano-almeriense

La ciudad de Lorca, y su huerta, durante la madrugada del 9 de enero de 2017 registra


temperaturas de 13ºC al noreste de la ciudad, concretamente en la Sierra de la Tercia
(a casi 1000 m de altitud), que no contrasta demasiado con la cabecera comarcal (330
m), debido al efecto ICU nocturna (11,5 a 12ºC). Además, la ubicación de gran parte de
la ciudad en ladera, aumentan la temperatura durante las madrugadas de inversión.

186
En la Huerta de Lorca, los píxeles más bajos (unos 8ºC) se sitúan en el Vainazo (1) y
en el paraje de la Torre (2), o en las Norias (3), ligeramente por debajo de 300 m de
altitud, entre Lorca y Puerto Lumbreras, con valores que se sitúan, por lo general, entre
9 y 10ºC en el resto de Huerta. Se aprecia, por tanto, un contraste térmico entre el fondo
de valle y los relieves circundantes, de 3 a 4ºC en 1,5 km en línea recta (Fig. 3.55). En
la termografía nocturna se observan los valores térmicos más elevados en los relieves
montañosos que cierran la depresión, y los valores más bajos que empiezan a aparecer
al norte de la ciudad de Lorca, en los primeros sectores del altiplano norte de Lorca, con
altitudes algo más elevadas.

Fig. 3.55. Termografía nocturna (ASTER-EOS) de la zona meridional del litoral


murciano-almeriense (9 de enero 2017).

Los relieves de mediana altitud, situados al sur de la DHS, especialmente en las


inmediaciones de Águilas son los que presentan una mayor temperatura, no sólo de la
región analizada en la termografía, sino de la Demarcación Hidrográfica. Se anotan
temperaturas superiores a 14ºC, mientras que pequeñas depresiones al norte de
Águilas, en la sierra de la Almenara, los valores descienden a 9-10ºC, como el Campico
de los Lirias (4).

187
Conclusiones y discusión

1. Las madrugadas que registran intensas inversiones térmicas nocturnas (ITN) se


caracterizan por poseer una velocidad del viento débil en los geopotenciales de 300 a
850 hPa. La componente suroeste (SO) da lugar a masas de aire templadas y con poca
carga higrométrica sobre el área de estudio. Las anomalías térmicas en niveles medios
atmosféricos (850 hPa) superan los 3ºC (8,6ºC frente a la media climatológica de 5,4ºC),
con correlaciones estadísticas importantes (0,66). Los resultados con la costa oeste de
EE. UU (Oakland y San Diego) son muy parecidos. El análisis efectuado por Iacobellis
et al. (2009) muestra que las masas de aire durante los procesos intensos de ITN (1960-
2007) también son anormalmente templadas, con correlaciones estadísticas superiores
a 0,60. Ocurre lo mismo en las islas Svalbard (Noruega), donde la intensidad y
profundidad de inversión se ven fuertemente afectadas por las condiciones climáticas
en el nivel de 850 hPa. En general, el aire seco a un nivel de 850 hPa favoreció las
inversiones de temperatura intensas y delgadas, y el aire templado a un nivel de 850
hPa favoreció las fuertes inversiones de humedad. (Vihma et al., 2011).

2. El contraste térmico observado en las 50 jornadas analizadas es notable, con


diferencias medias de 7,1ºC y absolutas de 13ºC entre observatorios situados en fondos
de valle (CAP) y aquellos ubicados a mayor altitud, en zonas orográficamente
accidentadas. Los situados en CAP registran flujos nocturnos locales, conocidos como
vientos catabáticos, y que no obedecen a la circulación general sinóptica. Además, la
humedad relativa es superior al resto de observatorios. Por su parte, los que se sitúan
en topografías accidentada y en resalte topográfico se encuentran sometidos a una
advección cálida y muy seca, con predominio de un flujo geopotencial del oeste (270º)
entre 850 y 300 hPa. Las diferencias térmicas generadas, por tanto, tienen lugar en un
escaso desnivel altitudinal. Se genera, por tanto, gradientes térmicos verticales (LR) de
hasta 8ºC/100 m. Se trata de valores excepcionales, especialmente en la VMRS (Huerta
de Murcia), donde se registra el LR medio y absoluto más importante de las regiones
analizadas. Se trata de valores muy parecidos a los aportados por Pepin y Kidd (2006)
en la Cerdenya (España) (8.3ºC/100 m); valores de 9.0ºC/100 m en Fairbanks (Alaska)
(Malingowski et al., 2014), o algo más elevados en San Diego – EE. UU (12.8ºC/100 m.)
según Iacobellis et al. (2009).

3. Los procesos de ITN presentan mayor intensidad de inversión a medida que la capa
límite (Zi) posee menos altura y el coeficiente de mezcla vertical (Kz) presenta una
menor agitación, con velocidad más baja. El grado de correlación estadística es
importante (R2 de -0,57 y -0,74 respectivamente). Los bajos valores de Zi y Kz durante

188
las jornadas analizadas generan importantes procesos de subsidencia, dando lugar a
inversiones de temperatura muy marcadas. A través de la capacidad de inversión (C INV)
es posible cuantificar la inversión de la temperatura estándar atmosférica. En las cinco
regiones analizadas llega a superar valores de 11ºC, pero es sin duda, la Comarca del
Noroeste la que registra los promedios más elevadas. En El Chaparral (Cehegín), la CINV
alcanza valores absolutos extraordinarios de 21ºC.

4. La configuración sinóptica, a través del análisis de los niveles geopotenciales entre


300 y 850 hPa, arroja un claro predominio de la dorsal subtropical marítima (DTm)
centrada al suroeste de la Península Ibérica. La altitud media del geopotencial de 500
hPa se sitúa a 5777 m, frente a la media invernal de 5670 m en el sureste peninsular.
Los vientos de componente oeste son débiles, y dan lugar a masas de aire
extremadamente secas (<30%) y templadas, con temperaturas positivas (1ºC) en el
nivel geopotencial de 700 hPa. Se produce, por tanto, un potente hundimiento a escala
sinóptica que contribuye a la formación de intensas inversiones, con gradientes de
presión muy débiles, y una disminución del punto de rocío con la altura tal y como ocurre
en Grecia (Kassomenos et al., 2014). El viento es débil desde la superficie hasta el tope
de la inversión, y aunque aumenta por encima hasta niveles medios atmosféricos, sigue
siendo débil (Prezerakos, 1998).

5. En la costa oeste de los Estados Unidos las inversiones térmicas más intensas
registradas en San Diego tienen lugar sobre una cresta (dorsal) en niveles medios y
altos atmosféricos (700 hPa y 500 hPa) al suroeste del Golfo de California, tal y como
ocurre en el sureste de la Península Ibérica. Comparte, además, la misma isohipsa en
el geopotencial de 700 hPa (3150 m). Se trata de configuraciones sinópticas similares,
con escaso flujo de viento y baja humedad relativa (Iacobellis et al., 2009). Además, la
actividad de inversión térmica en áreas estadounidenses como Salt Lake City (Utah), o
Albuquerque y Santa Teresa (Nuevo México), se corresponde con crestas anticiclónicas
a gran escala (Bailey, 2011). Mientras que, al sur de Europa (Grecia), las inversiones
térmicas más intensas se generan bajo la dorsal mediterránea occidental, y una
depresión al este de Grecia (Stamoulis et al., 2015). Finalmente, las masas de aire
proceden de latitudes bajas (37-38ºN), principalmente de sectores centrales del Océano
Atlántico, fachada este de Estados Unidos o Canadá (atravesando las inmediaciones
del archipiélago de las Azores), y de ámbito mediterráneo, con génesis de advecciones
templadas (T850 de 10,2ºC)

6. La temperatura de la superficie terrestre (LST) es un parámetro clave en numerosos


estudios ambientales, si bien, la distribución de las temperaturas nocturnas durante

189
madrugadas estables es una labor compleja por la gran multitud de factores que
intervienen en la deposición de aire frío en los fondos de valle. Las termografías
nocturnas, a través de imágenes satelitales de alta resolución, son una herramienta de
primer orden para la identificación de piscinas de aire frío (CAP) y cuantificar las
diferencias térmicas con los relieves contiguos de mayor altitud. Numerosos estudios
han comparado los valores de emisividad, radiancia, y temperaturas del producto
ASTER LST(AST_L1T), con las temperaturas superficiales registradas en observatorios
meteorológicos. Las bandas ASTER se compararon a 8.5 y 11 μm, obteniendo
desviaciones nocturnas de 1,2ºC en un estudio planetario de Wang y Liang, (2009), o
en investigaciones más locales, con desviaciones de ± 0.3°C en Valencia (Coll et al.,
2007). En las termografías analizadas en diferentes ámbitos geográficos de la DHS (con
disponibilidad de datos de temperatura en observatorios) se obtiene una correlación
estadísticamente significativa (R2 de 0.93***). En Pekín (China), por ejemplo, Yang et al.
(2011), verifican que la distribución de temperatura estimada es coherente a la del
producto ASTER LST (R2 de 0.71 y RMSE de 2.702 K).

7. La resolución espacial del producto ASTER-EOS (AST_L1T), con 90 m de pixel,


permite la identificación de pequeñas acumulaciones de aire más frío en fondos de
depresiones durante las madrugadas con ITN, que, de otra manera, con sensores de
menor resolución como se tratará en el Capítulo 4, no es posible. Se trata, por tanto, de
un producto tremendamente útil para la planificación territorial, especialmente en la
planificación de cultivos en cuencas cerradas de pequeña extensión. La identificación
de las CAP, que se realizará con mayor profundidad próximo capítulo, es de vital
importancia en el diseño futuro de la puesta en marcha de cultivos. Se trata, de la única
herramienta posible, que permite cartografiar las CAP en un territorio.

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199
CAPÍTULO 4

DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DEL FRÍO NOCTURNO POR


INVERSIÓN TÉRMICA EN LA DEMARCACIÓN HIDROGRÁFICA
DEL SEGURA: TERMOGRAFÍAS Y DATOS
OBSERVACIONALES
4.1. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS

La necesidad de información espacial y el acceso en tiempo real a nuevos datos


meteorológicos ha llevado a un creciente interés científico en busca de nuevas
metodologías satelitales para rellenar los vacíos climáticos existentes. La capacidad de
obtener estimaciones espaciales de temperatura a alta resolución temporal (diaria) y
espacial (1 km) apareció en 1981 con el lanzamiento del Advanced Very High Resolution
Radiometer (AVHRR) a bordo del satélite del National Oceanic and Atmospheric
Administration (NOAA), y más tarde, en 1999, con el Moderate Resolution Imaging
Spectroradiometer (MODIS) a bordo de los satélites Aqua y Terra.

Los recientes avances en los instrumentos de teledetección y potencia de cálculo, junto


con mejoras en parametrizaciones y algoritmos numéricos, da lugar a análisis detallados
de posibles acumulaciones de aire frío en fondos de valle. En el centro-sur de
Washington se realizan estudios para observar la evolución del aire frío en la cuenca
baja de Columbia. White et al. (2001) resumen las características de las piscinas de aire
frío (CAP) que se producen durante 4 meses de observación, con la aplicación de
imágenes satelitales y de datos de temperatura superficiales recogidos durante un
período de 10 años en la cuenca baja de Columbia. Se utilizadan modelos numéricos
de mesoescala de alta resolución para analizar fenómenos de inversión térmica durante
el invierno de 1998 a 1999. El enfoque de este estudio fue evaluar la importancia relativa
de diferentes mecanismos físicos de la formación y mantenimiento de los persistente
embolsamientos de aire frío en invierno, y la aplicabilidad de las imágenes satelitales
para su estudio.

Los cultivos ubicados en lugares topográficamente deprimidos son más vulnerables a


las heladas de irradiación, muy comunes durante noches estables en la Demarcación
Hidrográfica del Segura (DHS). Durante las últimas décadas se han utilizado métodos
de interpolación para estimar temperaturas mínimas en áreas de baja altitud, pero
siempre han estado sujetas a importantes limitaciones. Jarvis y Stuart (2001) utilizan un
sistema de información geográfica (SIG) para encontrar las cuencas hidrográficas
locales en el Reino Unido, y las temperaturas más bajas. No encontraron una
significación estadística para la variable a una resolución espacial de 1 km.

La interpolación espacial, por tanto, ha sido ampliamente aplicada para la cartografía de


temperaturas mínimas en zonas montañosas (Thornton et al., 1997; Bolstad et al., 1998;
Jarvis y Stuart, 2001). La mayoría de los modelos de interpolación espacial para la
estimación de temperatura mínima incorpora una corrección de gradiente vertical con el

201
fin de acomodar la diferencia de elevación (Dodson y Marks, 1997; Nalder y Wein, 1998).
El gradiente varía temporalmente a escalas estacionales, diarias e incluso horarias.
Además, la ubicación de la estación de referencia puede afectar al gradiente vertical
(Bolstad et al., 1998) causando un sesgo positivo para elevaciones más bajas. Por tanto,
aunque el método de interpolación ha sido ampliamente aplicado para la estimación de
temperaturas mínimas durante fenómenos de ITN, su limitación espacial y vertical limita
su uso.

Durante los últimos años, los importantes avances en teledetección han llevado al
desarrollo de algoritmos y ecuaciones para la conversión a temperatura del aire (Ta) a
2 m de la superficie (Ts) a través de información satelital. En las últimas décadas este
aspecto presentaba limitaciones y cierta complejidad. En la actualidad, se traduce en
dos pasos: (i) la derivación de la temperatura de la superficie terrestre (Ts) de la señal
infrarroja térmica (TIR) recibida por el sensor, y (ii) la estimación de la Ta desde los
sensores satelitales (Ts), o lo que es lo mismo, una combinación de la temperatura
radiante de la superficie terrestre y la atmósfera intermedia.

Los datos de temperatura de la superficie del aire terrestre (Ta), también llamada
"temperatura del aire" o "temperatura cercana a la superficie", se recopilan
generalmente como datos puntuales de las ubicaciones de las estaciones
meteorológicas, por lo general a 2 m sobre la superficie terrestre. Es un parámetro
importante para una amplia gama de campos, como la agricultura (evapotranspiración
de cultivos, predicción del rendimiento de cultivos, hidrología, ecología, medio ambiente
y cambio climático). En general, los valores de Ta obtenidos de las estaciones
meteorológicas tienen una precisión y resolución temporal muy altas, pero no capturan
información para toda una región y, por lo tanto, pueden no ser adecuados para
aplicaciones de modelado espacial.

El espectroradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) a bordo de las


plataformas Terra y Aqua produce productos LST de alta calidad a partir de datos que
poseen una serie de puntos fuertes (Wan y Li, 2010). Incluyen cobertura global, alta
resolución radiométrica y amplios rangos dinámicos, geolocalización exacta (Wolfe et
al., 2002) y precisión de calibración de infrarrojos térmicos (TIR) de alta calidad utilizada
en la recuperación de LST (Barnes et al., 1998).

En años recientes se realizan diferentes estudios que emplean la temperatura de la


superficie terrestre (LST) obtenidas a partir de imágenes de sensores remotos para la
estimación de Ta, debido a la alta resolución espacial y temporal, disponibilidad gratuita
y el fácil acceso de las imágenes satelitales. En particular, MODIS a bordo Terra y Aqua,

202
que proporcionan datos diarios de LST con alta temporalidad (cuatro veces al día)
alrededor de las 10:30 am, 10:30 pm, 1:30 am y 1:30 pm, respectivamente) y una
resolución espacial muy alta (1 km). La diferencia entre LST y Ta está fuertemente
influenciada por las características de la superficie y las condiciones atmosféricas.

Según los resultados analíticos, el método TVX se aplicó por primera vez utilizando las
observaciones de la temperatura del aire en 2009 para la calibración del modelo (Zhu et
al., 2013). Posteriormente, el método TVX calibrado se ejecuta en un modo de ventana
deslizante para producir una cobertura de imagen completa para el área de estudio. La
estimación de la temperatura máxima del aire, de alta resolución espacial producida por
el método TVX, fue validada por las observaciones de la estación meteorológica de
Xiangride en 2010 junto a las observaciones de otras dos estaciones meteorológicas
adyacentes en 2009. Finalmente, sobre la base de la estimación de máximo y mínimo
diario de la temperatura del aire, se usó un modelo de curva sinusoidal simple para
obtener la variación diurna completa de la temperatura del aire en el sitio de prueba.

La temperatura de la superficie terrestre (Ts) es uno de los parámetros indispensables


para estimar la temperatura del aire por varios métodos basados en satélites (Zhu et al.,
2013). Según Vancutsem et al. (2010), se pueden distinguir dos enfoques para estimar
la Ta a partir de la Ts, uno es para temperaturas mínimas Ta, otro es para temperaturas
máximas Ta. Durante la noche, como la radiación solar no afecta a la señal infrarroja
térmica, la recuperación de la Ta (mínima) es más simple, y existe una buena relación
entre Ts y la Ta (Jones et al., 2004; Mostovoy et al., 2006). Vancutsem et al. (2010)
demuestran que los productos nocturnos de MODIS proporcionan una buena estimación
de temperaturas mínimas diarias.

La aplicación de registros de temperatura de la superficie terrestre, (LST) medidos por


satélites como MODIS, para recuperar los días de helada es propuesta por Hachem et
al. (2009) para el análisis de modelado del permafrost en terrenos no montañosos
(Langer et al., 2010; Westermann et al., 2011(b); Langer et al., 2013) encuentra una
buena correlación estadística entre Ts y Ta para la mayoría de las estaciones
analizadas. Se determina que los productos Aqua MODIS son lo suficientemente
precisos para representar espacialmente la Ta (mínima) a una resolución de 1 km para
monitorear esta temperatura de manera operativa.

Durante los últimos años se han determinado correlaciones estadísticas realmente


buenas entre el producto MODIS (Ts) y la temperatura del aire a 2 m (Ta), demostrando
ser lo suficientemente precisos para la estimación de temperaturas mínimas
superficiales en Botsuana, Madagascar y Eritrea (Vancutsem et al., 2010), en Vietnam

203
(Noi et al., 2016), en la meseta tibetana (Zhou et al., 2017) o en Roma (Sismanidis et
al., 2016).

Los datos de LST nocturnos de Terra (LSTmodn) demostraron ser lo suficientemente


precisos para la estimación lineal de temperaturas medias (Tmean) y medias de las
mínimas (Tmin) con una fuerte correlación (R2 > 0,90) y un sesgo mínimo (RMSE y MD
< 7 C). Sin embargo, en las zonas montañosas del suroeste de China, en una topografía
compleja, el mecanismo térmico es más complicado. Los resultados sugieren que un
relieve de terreno de grandes dimensiones puede influir significativamente en el patrón
espacial del clima y, por lo tanto, modificar el flujo de energía de la superficie (Lin et al.,
2016). Además, en el oeste de EE. UU, se demostró, que, a excepción de las ligeras
discrepancias debidas a diferencias en las funciones espectrales específicas del sensor,
existe una excelente concordancia entre las radiaciones del sensor medidas por VIIRS
(canales M15 y M16) y MODIS (bandas 31 y 32), lo que demuestra una alta calidad del
producto VIIRS (infrarrojo térmico nivel 1) para la estimación de temperaturas mínimas
(Guillevic et al., 2014).

La precisión durante la noche, por tanto, es mejor que la del día. Además, la calidad del
producto VIIRS (LST) muestra una estacionalidad significativa con un mejor desempeño
en otoño e invierno que en primavera y verano, clave en el análisis del capítulo. Además,
VIIRS, con una resolución de 750 m, y MODIS con 1 km, presentan resultados
excelentes, con diferencias de <0.5 K entre ambos (Hulley et al., 2017).

Los resultados indican que los productos actuales de VIIRS (LST) producen una
precisión muy razonable, con sesgos promedio de 0.36 K y −0.58 K y RMSE promedio
de 2.7 K y 1.5 K durante el día y la noche respectivamente (Niclòs et al., 2018; Liu et al.,
2015). Sin embargo, tres sitios áridos durante el día y un sitio de superficie árida durante
la noche mostraron sesgos absolutos superior de 1.5 K. Además, la precisión para la
noche es mucho mejor que la del día. Los RMSE diurnos son superiores a 2 K para los
cuatro sitios y los RMSE nocturnos son más modestos, entorno de 1 K (Li et al., 2014).

Por tanto, tal y como se recoge en la Tabla 4.1, los productos MODIS (LST), al igual que
los VIIRS (LST), presentan buenos resultados para la representación espacial de las
temperaturas mínimas superficiales, especialmente durante las horas nocturnas, y
especialmente en otoño e invierno. En la DHS, las madrugadas con fenómenos de
inversión térmica nocturna (ITN) representan el 86% del total anual (v. capítulo 1).
Debido a la gran recurrencia del proceso de ITN en invierno, la distribución de las
temperaturas mínimas durante los meses invernales sigue un patrón de formación de

204
piscinas de aire frío (CAP) en fondos de valle y territorios deprimidos, así como espacios
cálidos (WAM) en zonas orográficamente accidentadas y áreas montañosas.

Tabla 4.1. Algunos ejemplos de análisis de estimación diaria de temperatura mínima


(Ta) por productos MODIS (LST) durante los últimos años.
Autores Métodos Validación, estimación Región de estudio
Vancutsem et al. (2010) Aprox. estadística RMSE: 2.1/2.8 África
Shen y Leptoukh (2011) Aprox. estadística MAE: 2.4/3.2 Eurasia central y oriental
Zhu et al. (2013) TVX RMSE: 2.97 Cuenca del río Xiangride
(China)
Emamifar et al. (2013) Modelo M5 RMSE: 2.3 R2: 0.96 Sureste de Irán
Xu et al. (2008) Aprox. estadística MAE: 2.02; R2: 0.74 Oeste de Canadá
Noi et al. (2016) Aprox. estadística R2: 0.88 Vietnam
Huang et al. (2008) Aprox. estadística RMSE: 2.4; MAE: 1.8 China Central

El objetivo principal del capítulo es elaborar una cartografía de alta resolución con la
distribución de las temperaturas nocturnas invernales durante madrugadas estables
(sujetas a procesos de ITN). La termografía es una herramienta con una gran capacidad
para abarcar espacialmente la totalidad de un territorio, con lo que suple las carencias
y limitaciones de la interpolación de temperaturas a través de observatorios
meteorológicos. El área de estudio muestra una baja densidad de estaciones
meteorológicas, especialmente en ámbitos occidentales y montañosos de la cuenca.

La validación de los productos satelitales utilizados (MODIS y VIIRS LST) supone el


segundo gran objetivo, fundamental para que la cartografía generada sea lo más fiable
posible. Las imágenes satelitales nocturnas son analizadas desde el punto de vista
espacio-temporalmente en la DHS, con una comparativa estadística entre los productos
analizados y las temperaturas superficiales de observatorios meteorológicos y
productos del proyecto EuroLST (Metz et al., 2014).

Las termografías generadas reflejan la distribución espacial de las temperaturas


nocturnas en el área de estudio. El tercer gran objetivo es el de identificar las principales
CAP en DHS, su extensión, delimitación e intensidad. La cartografía de alta resolución
se realiza para un total de 22 comarcas climáticas que han sido generadas mediante
procesos de regionalización. En el último apartado del capítulo juega un papel
fundamental la climatología descriptiva. Las temperaturas mínimas, de extraordinaria
complejidad en el territorio, requieren de la utilización de nuevas herramientas para la
identificación de los espacios más fríos, claves para muchos sectores, pero
especialmente en la planificación agrícola.

205
4.2. MATERIAL Y MÉTODOS

4.2.1. Datos

Para la realización de la cartografía de temperaturas nocturnas superficiales se utilizan


productos satelitales de MODIS LST y VIIRS LST, obtenidos de la web
https://earthexplorer.usgs.gov/ y https://worldview.earthdata.nasa.gov/. En primer lugar,
el producto MODIS LST se extrae del sensor MODIS6 (Moderate Resolutions Imaging
Spectroradiometer), que viaja a bordo de las plataformas satelitales Terra (1999) y Aqua
(2002). Este sensor posee una anchura de barrido de 2.300 Km, proporcionando una
visión completa de la tierra cada 1 ó 2 días. Adquiere datos en 36 canales espectrales
con una alta sensibilidad radiométrica (12 bits). Sus canales espectrales abarcan desde
los 0.4 a 14,4 m, cubriendo las regiones espectrales del visible (VIS), infrarrojo cercano
(NIR), infrarrojo de onda corta (SWIR), infrarrojo de onda media (MWIR) e infrarrojo de
onda larga (LWIR). Los productos son elaborados por la NASA (National Aeronautics
and Space Administration) mediante su programa EOS (Earth Observation System) y
son distribuidos por LP DAAC (The Land Processes Distributed Active Archive Center)
(Opazo y Chuvieco, 2007).

Fig. 4.1. Ejemplo del producto VIIRS LST del 4 de diciembre de 2017, con el fichero
original a la izquierda, y el procesado con el software ARCGIS 10.3 a la derecha. Fuente:
VIIRS SUOMI - NPP.

Por su parte, el producto VIIRS LST es obtenido del instrumento VIIRS a bordo del
satélite SUOMI-NPP. Se trata de un radiómetro de barrido que mide las radiancias a
escala global en los espectros visible e infrarrojo sobre tierra, atmósfera, criosfera y
océanos (Hillger et al., 2013).

Las imágenes del sensor VIIRS se dividen en 22 bandas con una cobertura espectral
de 0.412 a 12 μm. Entre las 22 bandas hay 5 canales de imágenes de alta resolución

206
(bandas I), 16 canales de resolución moderada (bandas M) y banda de 1 día / noche
(DNB). Las bandas I tienen una resolución espacial de 375 m y las bandas M (y DNB)
de 750 m. En la dirección del “crosstrack” tiene un ancho de barrido de exploración de
403040 km. La recuperación de LST en el producto VNP21 es a través de los canales
TIR Mbands: M14 (8.55 μm), M15 (10.76 μm) y M16 (12 μm) (Cao et al., 2013).

El conjunto de radiómetros con imágenes de infrarrojo visible (VIIRS) es uno de los


instrumentos clave del satélite SUOMI National Polarorbiting Partnership (SUOMI NPP).
Fue diseñado principalmente para observar las nubes y las variables de la superficie de
la tierra. El exitoso lanzamiento del satélite SUOMI NPP, con VIIRS a bordo, durante la
jornada del 28 de octubre de 2011, da lugar a una nueva generación de capacidades en
la detección remota ambiental operativa para el clima, océano y otras aplicaciones
ambientales (Lee et al., 2006; Hutchinson y Cracknell, 2006; Murphy et al., 2006; Cao
et al., 2013).

Posee una resolución 0,7 * 0,8 km y un total de 3200*3200 columnas (Minnett et al.,
2014). La precisión de medición (sesgo) y la precisión (1 sigma) especificadas para el
producto VIIRS LST son 1,4 y 0,5 K, respectivamente, que deben cumplirse cuando la
máscara de nube VIIRS indica una alta confianza en condiciones claras. El rango
dinámico para el producto se extiende de 213 a 343 K. El producto se está generando
en todos los píxeles de tierra, excepto cuando no se cumplen las condiciones
mencionadas anteriormente, según se determina a partir de la Máscara de Nube de
VIIRS (VCM) (Justice et al., 2013). Posee una órbita sincrónica solar a una altitud de
829 km y con 1:30 pm/1:30 am tiempos de cruce ecuatorial, con un paso aproximado
por el área de estudio entre las 1.40 y 2.40 h de la madrugada según Niclòs et al. (2018).

207
Fig. 4.2. Distribución espacial de las temperaturas medias de las mínimas del mes de
enero (producto BIO6), y regionalización en comarcas climáticas (Fig. 4.5). Fuente:
EuroLST.

Para la validación de los productos VIIRS/MODIS LST se utiliza el conjunto de datos de


temperatura del proyecto EuroLST, con una resolución temporal de cuatro registros por
día y una resolución espacial mejorada de 250 m, desarrollado por Metz et al. (2014)
https://courses.neteler.org/eurolst-seamless-gap-free-daily-european-maps-land-
surface-temperatures/. Este método de reconstrucción de variables climáticas y
ambientales se aplica en Europa con una cobertura diaria completa (2001-2014). En la
presente investigación se utiliza el producto BIO6, una reconstrucción de las
temperaturas medias de las mínimas del mes de enero (Fig. 4.2). Se trata de los pocos
productos existentes con una reconstrucción de temperaturas del aire (Ta) del
continente europeo a través de datos MODIS LST (Ts). Las diferencias medias
absolutas respecto a las imágenes MODIS originales fue inferior a 0.1 K y nunca mayor

208
que 0.4 K. Además, la desviación estándar de las diferencias fue usualmente inferior a
1 K con un máximo de 2,2 K.

Son utilizadas las temperaturas superficiales de los observatorios meteorológicos con


datos horarios, pertenecientes al Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH)
de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), la red del Sistema de Información
Agrario de Murcia (SIAM) del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y
Alimentario, y la red propia de termómetros registradores, datalogger (desarrollada en
el Capítulo 4), instalada en el área de estudio (Fig. 4.3).

Fig. 4.3. Estaciones meteorológicas utilizadas para la consulta de temperaturas


superficiales horarias (ºC), pertenecientes a la red propia de datalogger, SAIH (CHS), y
SIAM IMIDA.

Finalmente se utilizan los datos del Padrón municipal (Nomenclátor) del año 2018 para
determinar los núcleos poblacionales habitados en el área de estudio:
https://www.ine.es/nomen2/index.do

209
4.2.2. Métodos

El producto MYD11A1 V6 (MODIS LST) proporciona temperaturas diarias superficiales


(Ts) de la superficie terrestre (LST) y valores de emisividad en una cuadrícula de 1200
x 1200 kilómetros. El valor de temperatura se deriva del producto de barrido MOD11_L2.
Por encima de los 30 grados de latitud, algunos píxeles pueden tener múltiples
observaciones donde se cumplen los criterios para cielo despejado. Cuando esto ocurre,
el valor de píxel es el promedio de todas las observaciones calificadas. Se proporciona,
además, junto con las bandas de temperatura de la superficie diurna y nocturna y su
indicador de calidad MODIS, bandas 31 y 32 y seis capas de observación (Wan et al.,
2015) (4.1).

LST = b0 + ((b1 + (b2 (1-ε / ε)) + (b3 ((Δε / ε2))) T31+T32 / 2 + (((b4 + (b5 (1-ε / ε)) + (b6 (Δε
/ ε2))) T31-T32 / 2

(4.1)

donde ε y Δε son la media y la diferencia de las emisividades en las bandas 31 y 32. Los
coeficientes del algoritmo bk (con k = 0–6) dependen de la visualización del ángulo
cenital, la temperatura del aire en la superficie (Tair) y el contenido de vapor de agua
atmosférico

Cada archivo de datos MYD11A1 incluye la imagen LST para la noche (para Terra a ~
22: 30 UTC y para Aqua en ~ 01: 30 UTC). Para el análisis del capítulo se utiliza la del
Aqua, por su mayor proximidad horaria con la temperatura mínima registrada durante la
madrugada.

En el algoritmo de recuperación LST del producto MYD11A1, el método de emisividad


está basado en la clasificación que se utiliza para estimar la emisividad en la banda
MODIS 31 (10.78 a 11.28 μm) y la banda 32 (11.77 a 12.27 μm), y el algoritmo
generalizado de ventana dividida para generar el producto LST 12,26.

Por su parte, el producto Band I5, Night (VIIRS LST) del registro de datos ambientales
(EDR) de VIIRS, obtiene una resolución espacial de 750 m y alrededor de 1.5 km en el
borde de la franja, utilizando el algoritmo de ventana dividida (Yu et al., 2005) que utiliza
temperaturas de brillo (Ti) medidas en dos bandas espectrales VIIRS: M15 colocada a
10,76 mm (i = 15) y M16 colocada a 12,01 mm (i = 16). Se utilizan diferentes conjuntos
de coeficientes (aj, con j = 0–4) para el día y la noche y para 17 tipos de superficie de
los mapas de clasificación del Programa Internacional de Geosfera-Biosfera (IGBP)
(Guillevic et al., 2014; Liu et al., 2015).

210
Desde el 11 de agosto de 2012 el VIIRS EDR se ha producido operativamente utilizando
un algoritmo de ventana dividida única que es efectivamente insensible a la radiación
solar (Yu et al., 2005). El algoritmo usa temperaturas de brillo medidas en el canal M15
(T15) y el canal M16 (T16) centrado en 10.76 μm y 12.01 μm (4.2), respectivamente
(Schroeder y Giglio, 2017).

LST = a0 + a1 T15 + a2 (T15 – T16) + a3 (secθv−1) + a4 (T15 – T16)2 (4.2)

donde ak (con k = 0 a 4) son los coeficientes del algoritmo y θv es el ángulo cenital del
sensor. Los conjuntos de coeficientes diurnos y nocturnos se obtuvieron para 17 tipos
diferentes de superficie a partir del análisis de regresión de las simulaciones de
transferencia por radiación MODTRAN para condiciones atmosféricas y de superficie
representativas a nivel mundial.

La elaboración de cartografía final del capítulo (termografías con Ts), a través de los
productos MODIS LST y VIIRS LST, es realizada con el promedio de 50 mapas para
cada uno de los productos. Se trata de 50 madrugadas estables (con procesos de ITN),
exentas de nubosidad (0%), y elegidas con el análisis de datos de temperaturas mínimas
superficiales y datos de sondeos atmosféricos durante los últimos inviernos de
observación, 2017-2018 y 2018-2019 (Fig. 4.1).

La cartografía general realizada con los productos MODIS/VIIRS LST obtiene resultados
de diferencia térmica, desviación estándar, y correlación estadística entre ambos
productos. Así mismo, se generan 6 perfiles térmicos sobre el producto final de la
combinación entre MODIS y VIIRS LST, para una mejor visualización de los contrastes
térmicos entre piscinas de aire frío (CAP) y espacios montañosos con advección
templada o (WAM).

Para el análisis estadístico a nivel espacial se generan mallas de puntos para la


comparación entre los diferentes productos satelitales utilizados (VIIRS LST y MODIS
LST) y las temperaturas del producto BIO6. En primer lugar, se crea una malla de
distribución homogénea en el área de estudio, con un total de 1293 puntos (Fig. 4.4a),
con una densidad de un punto por 13,9 km2. Mientras, el análisis en zonas de CAP y
WAM es llevado a cabo mediante una capa de 1150 puntos para las zonas de CAP, y
3055 para las zonas de WAM (Fig. 4.4b).

211
Fig. 4.4. Malla de puntos creada para el análisis estadístico en a) el área de estudio
completa, y b) en zonas de CAP (zonas de inversión térmica con círculos de color azul)
y WAM (aire cálido en terrenos orográficamente complejos, en círculos de color verde).

Con la función “Extract Multi Values to point” del software ArcGis 10.3 se exportan
ficheros de texto plato (txt) con información de valores correspondientes al promedio de
los productos MODIS LST, VIIRS LST, EuroLST – BIO6 (ºC), valores altimétricos (m) y
desnivel orográfico (%) de todos los puntos generados.

Finalmente, con la misma función anteriormente detallada, se exporta la información


correspondiente para cada pixel de las 219 estaciones meteorológicas utilizadas (Fig.
4.4). Datos relativos a temperatura de cada una de las 50 jornadas analizadas para los
productos MODIS LST, VIIRS LST, temperatura promedio de EuroLST (BIO6), altitud
(m) y desnivel (%).

Para el análisis de las correlaciones estadísticas entre los productos VIIRS/MODIS LST
con el reanálisis EuroLST (BIO6) y las temperaturas superficiales de estaciones
meteorológicas (ST) se realizan correlaciones estadísticas por altitud (>1200 m, de 1200
a 600 m, e inferiores a 600 m), por desnivel altitudinal (>35%, de 15 a 34%, e inferior al
15%), o por ámbitos geográficos en zonas de CAP o de WAM. Para ello, se utilizan
diferentes test estadísticos atendiendo al tipo de distribución estadística:

Se aplica, en primer lugar, el test de Shapiro Wilk, un test estadístico empleado para
contrastar la normalidad de un conjunto de datos (Shapiro y Wilk, 1965). Se usa para
verificar si un conjunto de datos sigue una distribución normal o no. Este hecho es de
vital importancia porque los posteriores análisis estadísticos requieren de la normalidad
de los datos para poder llevarlos a cabo. El test utiliza el contraste de hipótesis para
rechazar la normalidad de la muestra. La hipótesis nula asume que la muestra proviene
de una población distribuida normalmente. Si el valor p es menor al nivel de significación

212
establecido (convencionalmente un 0.05) se rechaza la hipótesis nula y se considera
que hay evidencia para concluir que la muestra no proviene de una distribución normal.
Sin embargo, conviene recordar que en caso contrario —el valor p es mayor que el nivel
de significación establecido— no se acepta la hipótesis alternativa, simplemente no se
rechaza la hipótesis nula.

Si la muestra es normal se aplica el test de correlación lineal de Pearson. Se utiliza para


examinar la fuerza y la dirección de la relación lineal entre dos variables continuas. La
regresión lineal simple supone que los valores de la variable dependiente (4.3), a los
que llamaremos yi, pueden escribirse en función de los valores de una única variable
independiente, los cuales notaremos por xi, según el siguiente modelo lineal:

W = 1/n2 (Σh j=1 ain(xn-i+1-xi)2 (4.3)

donde: s2 es la varianza muestral, y los coeficientes ain suelen aparecer tabulados en


los manuales.

La prueba de Pearson se considera una prueba no paramétrica que mide la discrepancia


entre una distribución observada y otra teórica (bondad de ajuste), indicando en qué
medida las diferencias existentes entre ambas, de haberlas, se deben al azar en el
contraste de hipótesis. En estadística, el coeficiente de correlación de Pearson es una
medida lineal entre dos variables aleatorias cuantitativas. A diferencia de la covarianza,
la correlación de Pearson es independiente de la escala de medida de las variables. De
manera menos formal, se define el coeficiente de correlación de Pearson como un índice
que puede utilizarse para medir el grado de relación de dos variables siempre y cuando
ambas sean cuantitativas y continuas.

Por el contrario, si alguna de las dos variables de la muestra analizada presenta


asimetría, y, por tanto, no sigue una distribución normal según Saphiro-Wilk, se aplica
el test no paramétrico del coeficiente de correlación de Spearman. Dicho test examina
la fuerza y la dirección de la relación monótona entre dos variables continuas u
ordinales. El valor del coeficiente de correlación puede variar de −1 a +1. Cuanto mayor
sea el valor absoluto del coeficiente, más fuerte será la relación entre las variables.

En estadística, el coeficiente de correlación de Spearman, ρ (rho) es una medida de la


correlación (la asociación o interdependencia) entre dos variables aleatorias (tanto
continuas como discretas). Para calcular ρ, los datos son ordenados y reemplazados
por su respectivo orden (4.4):

213
rR = 1 – (6Σi di2) / n(n2-1) (4.4)

donde n= número de puntos de datos de las dos variables y di= diferencia de rango del
elemento “n”

Fig. 4.5. Comarcas climáticas realizadas mediante proceso de regionalización en el área


de estudio.

Finalmente, la cartografía de termografías de alta resolución se realiza para las 22


comarcas climáticas identificadas mediante regionalización (Fig. 4.5) La delimitación se
realiza mediante un proceso de regionalización llevada a cabo a través de la herramienta
“Mapping cluster > Grouping Analysis” de ArcGis 10.3. El procedimiento está basado en
una nube de puntos homogénea generada en el área de estudio. Se aplica un método
de distancia Euclidiana y una agrupación con limitación espacial según una triangulación
de Delaunay. Además, la variable utilizada para la delimitación espacial es el producto
EuroLST (BIO6), junto a variables complementarias de altitud.

214
La delimitación territorial en 22 comarcas climáticas supone la extensión media de 820
km2 para cada una de ellas, lo que permite una cartografía de alta resolución espacial
para la presentación de termografías. Las comarcas delimitadas se recogen en la Tabla
4.2, con sus principales características térmicas. La más fría, con el promedio más bajo
de pixel es para la región C12 de los Calares occidentales de Hernán Perea y Guillimona
(-2,8ºC), mientras que, las regiones litorales registran los promedios más elevados,
como el C19 del Campo de Cartagena (6,1ºC) y C22 del litoral almeriense y sur de
Murcia (6,4ºC).

Tabla 4.2. Características térmicas de las 22 comarcas climáticas delimitadas por el


producto EuroLST (BIO6).

ID Comarca Pixel Max. Pixel Min. Pixel Med.


C1 Pétrola – Altos de Chinchilla 1,8 -1,6 -0,1
C2 Tobarra – Ontur 3,2 0,2 1,5
C3 Altiplano norte de Yecla 3,4 0,0 1,6
C4 Calar del Mundo - Riopar 2,5 -2,8 -0,4
C5 Segura – Mundo (sur de Albacete) 4,1 -1,5 1,4
C6 Bajo Mundo (Talave – Camarillas) 5,0 0,9 2,8
C7 Altiplano sur de Jumilla – Pinoso 4,4 -0,1 2,5
C8 Alto Segura 2,5 -3,0 -1,0
C9 Alto Taibilla – Sur de Albacete 3,7 -2,9 1,2
C10 Alhárabe, Quipar y Argos 5,0 0,3 3,2
C11 Subcuenca Judío - Moro 5,1 0,8 3,5
C12 Calar de Hernán Perea, Guillimona y Sª de las Cabras 0,3 -4,8 -2,8
C13 Cuencas altas de Caravaca y Moratalla 2,9 -3,4 -0,2
C14 Tierras Altas de Lorca y Caravaca 3,8 -0,7 1,5
C15 Vega Media del Segura –Mula 6,5 1,4 4,5
C16 Vega Baja prelitoral del Segura y Abanilla - Fortuna 7,4 3,4 5,6
C17 Vélez (Almería) y Altiplano sur de Caravaca 3,8 -4,3 0,5
C18 Alto Guadalentín 5,4 -0,9 3,1
C19 Bajo Guadalentín y Campo de Cartagena oeste 6,5 2,0 5,2
C20 Campo de Cartagena y Vega Baja litoral 8,4 5,0 6,1
C21 Depresión del Guadalentín 6,0 1,3 4,0
C22 Litoral almeriense y sur de Murcia 8,8 3,0 6,4

4.3. RESULTADOS

La distribución espacial de las temperaturas mínimas en la Demarcación Hidrográfica


del Segura (DHS) es tremendamente diversa y notablemente influenciada por procesos
de ITN. Como se comprobará más adelante en las jornadas de ITN analizadas, las
diferencias térmicas en la DHS durante el invierno son muy importantes. Desde valores
medios de -11,0ºC en el altiplano de los Campos de Hernán Perea (Sª de Segura) a
10,0ºC en la accidentada costa de Mazarrón (Cabo Tiñoso). Se trata, por tanto, de
diferencias de 21ºC en 144,7 km en línea recta según datos de las termografías
realizadas. Al factor de la altitud, hay que añadir el papel clave que juega la orografía,

215
dilatando, todavía más, las diferencias térmicas entre zonas deprimidas, y las
orográficamente complejas (laderas, piedemontes, picos…).

4.3.1. “Radiografías” satelitales: el uso de termografías nocturnas

Las termografías o “radiografías” térmicas realizadas mediante el uso de bandas


satelitales adquiere una correlación significativa con las temperaturas observadas en
superficie. Tras la realización del promedio estadístico de 50 imágenes satelitales se
obtiene una correlación estadística con un R2 de 0,75 con el producto VIIRS (LST), y de
0,90 con MODIS LST. Además, es preciso considerar, que, ambos productos obtienen
entre sí una correlación estadística muy elevada (0,91). Todas las correlaciones
resultantes obtienen una significancia estadística de gran robustez, con un nivel de
confianza de 0,99 según la correlación estadística de Pearson y Spearman.

La diferencia térmica de los productos con las 219 estaciones meteorológicas


analizadas es de 1,7ºC. Por tanto, las termografías reflejan temperaturas superficiales
(Ts) algo más frías que la temperatura del aire (Ta) a 1,5 m del suelo (estaciones
meteorológicas). Se desarrolla con más detalle a continuación.

4.3.1.1. Validación de los productos VIIRS LST y MODIS LST

4.3.1.1.1. Productos VIIRS LST y MODIS LST vs producto (BIO6) del proyecto EuroLST

Los productos VIIRS y MODIS LST se someten a una validación con el producto BIO6.
En general, las correlaciones estadísticas de tipo espacial son muy elevadas. La
correlación estadística más elevada es para el producto MODIS LST con un R2 de 0,90
(Fig. 4.6a), mientras, que, el producto VIIRS LST se queda en 0,75 (Fig. 4.6b). El Test
de Wilcoxon Signed Rank obtiene valores de p values < 0.00001 para ambos productos,
corroborando que la significación estadística es muy relevante.

El producto MODIS LST obtiene los mejores ajustes estadísticos para las altitudes
comprendidas entre 600 y 1200 m de altitud (R2 de 0,91), y con porcentajes de pendiente
altas (superiores al 35%), con correlaciones de R2 de 0,94. Sin embargo, el ajuste es
algo menor para las altitudes superiores a 1200 m de altitud, y con pendientes entre 15-
34%, con valores de R2 entre 0,77 y 0,73 (Tabla 4.3).

Sin embargo, el producto VIIRS LST obtiene peores correlaciones, aunque igualmente
son importantes. Los mejores ajustes se obtienen para el nivel altitudinal de 0 a 600 m,
y pendientes superiores al 35%. La correlación espacial funciona peor para altitudes

216
comprendidas entre 600-1200 m y escasas pendientes, inferiores al 14%, con
correlaciones estadísticas de R2 0,55 y 0,80 respectivamente (Tabla 4.3).

Fig. 4.6. Correlación estadística según Spearman entre las temperaturas del proyecto
EuroLST (BIO6) y los productos a) MODIS LST y b) VIIRS LST, con niveles de
significancia estadística de 0,90*, 0,95**, y 0,99***.

Respecto a la ubicación topográfica, entre zonas de CAP y WAM, los valores


estadísticos son más elevados para el producto MODIS LST, con correlaciones de R2
de 0,93 para las CAP (Fig. 4.7a). Sin duda, para el análisis de las piscinas de aire frío,
claves en el capítulo y la presente Tesis Doctoral, la alta correlación obtenida permite
conseguir una alta fiabilidad en las CAP identificadas. Incluso, el producto VIIRS arroja
correlaciones importantes de R2 de 0,84 (CAP), y de 0,88 (WAM) (Fig. 4.7c y 4.7d).

La correlación estadística existente entre los dos productos MODIS y VIIRS LST arrojan
resultados muy elevados, con R2 de 0,91, y una diferencia de temperatura media de
0,4ºC. El test de Wilcoxon Signed-Rank arroja un p value < a 0.00001, lo que corrobora
una gran semejanza entre ambos (Tabla 4.2). Las correlaciones estadísticas según
Spearman para diferentes niveles altitudinales, de desnivel, y de ubicación geográfica
(CAP/WAM) arrojan resultados homogéneos, con R 2 entre 0,88 y 0,95. Las menores
diferencias térmicas ambos productos aparecen en el nivel altitudinal de 0 a 600 m, y en
terrenos con poca pendiente (0-14%), con diferencias térmicas entre 0,0 y 0,3ºC (Tabla
4.3).

Por su parte, los sectores ubicados por encima de 1200 m, y con pendientes abruptas,
superiores al 35%, obtienen las mayores diferencias térmicas (1,7 a 1,9ºC), Las
temperaturas más bajas las registra el producto MODIS LST. Es preciso añadir que se
produce un mejor ajuste térmico en los territorios ubicados en CAP, con diferencias de
-0,3ºC en favor del producto VIIRS (temperaturas más bajas). Sin duda, un aspecto
notable para el análisis de los próximos apartados.

217
Fig. 4.7. Correlación estadística según Spearman entre las temperaturas del proyecto
EuroLST (BIO6) y a) zonas de CAP producto MODIS LST y b) WAM MODIS LST, c)
CAP VIIRS LST y d) WAM VIIRS LST con niveles de significancia estadística de 0,90*,
0,95**, y 0,99***.

Tabla 4.3. Correlación estadística entre los productos VIIRS LST vs. MODIS LST. P
Value en negrita con significancia estadística para un nivel de confianza del 99%. Según
el test de Sapiro-Wilk se utiliza el test “S” (Spearman) o “P” (Pearson), según la
normalidad de la muestra.

MODIS LST
Test R2 P Value Dif Tª
VIIRS LST S 0,91 2.2e-16 0,4
VIIRS LST >1200 m S 0,95 2.2e-16 1,7
VIIRS LST 601-1200 m S 0,93 2.2e-16 0,6
VIIRS LST 0-600 m S 0,91 2.2e-16 0,0
VIIRS LST >35% S 0,90 2.2e-16 1,9
VIIRS LST 34-15 S 0,88 2.2e-16 1,2
VIIRS LST 14-0% S 0,90 2.2e-16 0,3
VIIRS LST CAP S 0,92 2.2e-16 -0,3
VIIRS LST WAM S 0,92 2.2e-16 1,4

Las diferencias térmicas con el proyecto EuroLST (BIO6) llegan a 2,8 y 2,4ºC con VIIRS
LST y MODIS LST respectivamente, siendo más importante para las ubicaciones en
sectores bajos (<600 m) y desniveles entre 34-15%. Por su parte, los resultados son
muy ajustados para zonas elevadas (600-1800 m de altitud) y con mayor desnivel
(>35%). Las diferencias térmicas, en este caso, se sitúan entre -0,3 y 0,7ºC, a excepción

218
del producto MODIS, que, para la franja altitudinal de más de 1200 m de altitud, obtiene
una diferencia térmica de 2,1ºC (Tabla 4.4).

Tabla 4.4. Correlación estadística entre EuroLST (BIO6) vs. los productos VIIRS LST y
MODIS LST. P Value en negrita con significancia estadística para un nivel de confianza
del 99%. Según el test de Sapiro-Wilk, se utiliza el test “S” (Spearman) o “P” (Pearson),
según la normalidad de la muestra.
VIIRS LST MODIS LST
Test R2 P Value Dif Tª R2 P Value Dif Tª
EUROLST S 0,75 2.2e-16 2,8 0,90 2.2e-16 2,4
EUROLST >1200 m S 0,62 2.8e-11 0,5 0,77 2.2e-16 2,1
EUROLST 601-1200 m S 0,55 2.2e-16 0,7 0,91 2.2e-16 0,5
EUROLST 0-600 m S 0,75 2.2e-16 3,3 0,84 2.2e-16 3,3
EUROLST >35% S 0,90 2.2e-16 0,3 0,94 2.2e-16 -0,3
EUROLST 34-15 S 0,83 2.2e-16 2,2 0,73 2.2e-16 2,8
EUROLST 14-0% S 0,80 2.2e-16 1,8 0,92 2.2e-16 2,0
EUROLST CAP S 0,84 2.2e-16 4,3 0,93 2.2e-16 4,0
EUROLST WAM S 0,88 2.2e-16 0,2 0,90 2.2e-16 1,6

Los mejores ajustes térmicos en zonas elevadas y más escarpadas se confirman con la
menor diferencia térmica en zonas de WAM. Éstas zonas, por lo general, coinciden con
ámbitos montañosos orográficamente más complejos, donde se obtienen diferencias de
0,2ºC para VIIRS LST y 1,6ºC para el producto MODIS LST. Sin embargo, aunque la
correlación espacial es muy elevada, las temperaturas son distantes en zonas de CAP,
con diferencias de 4,3 y 4,0ºC (Tabla 4.3). Sin duda, el almacenamiento de aire frío en
dichas CAP, suele realizarse en valles de poca extensión, con variaciones térmicas
importantes en escasas distancias, por lo que, es presumiblemente entender, que las
imágenes satelitales tengan mayor dificultad en éstos emplazamientos.

La combinación de los productos MODIS y VIIRS LST (TERMO) con el producto BIO6
(EuroLST) obtiene una correlación estadística de un R2 de 0,82 (Fig. 4.8). Se trata, sin
duda, de un valor robusto desde el punto de vista estadístico con una muestra de más
de 2500 puntos distribuidos homogéneamente en los 18.000 km2 del área de estudio
(densidad de un punto cada 7 km2). Éste producto final será el utilizado para la
elaboración de la cartografía de termografías de alta resolución, con una estadística más
sólida y con la combinación de los puntos fuertes de ambos productos. Por su parte, las
diferencias de temperatura son apreciables, si bien, entre los objetivos de este capítulo,
no está el de determinar cuantitativamente con exactitud las temperaturas arrojadas por
las termografías, sino el de analizar espacialmente las diferencias térmicas.

219
Fig. 4.8. Correlación estadística según Spearman entre las temperaturas del proyecto
EuroLST (BIO6) y la combinación de los productos MODIS y VIIRS LST, con niveles de
significancia estadística de 0,90*, 0,95**, y 0,99***.

4.3.1.1.2. Productos VIIRS LST y MODIS LST vs temperaturas superficiales en


observatorios meteorológicos (ST)

La validación de los productos MODIS/VIIRS es sometida, en una segunda fase, al


contraste de temperaturas superficiales recogidas en las estaciones meteorológicas.
Las correlaciones estadísticas espaciales son relevantes para MODIS LST (R2 de 0,83),
y VIIRS LST (R2 de 0,84), sin duda, resultados sólidos con niveles de confianza de 0,99
y más de 1200 puntos de correlación estadística (Fig. 4.9).

Para ambos productos, las mayores correlaciones estadísticas se dan para zonas de
baja altitud, inferior a 600 m, con R 2 de 0,84, y para superficies con poca pendiente
(<14%) (Tabla 4.4). Sin embargo, para estaciones meteorológicas altitudinalmente
intermedias (600-1200 m), y en zonas abruptas (>35% de pendiente), los resultados no
son especialmente óptimos, si bien son significativamente estadísticos (R 2 de 0,63 a
0,48).

Las diferencias térmicas entre los productos analizados, y las temperaturas de


estaciones meteorológicas, son relativamente importantes (3 a 4ºC). Con anterioridad
se enfatizaba en que el verdadero objetivo del presente capítulo era el de cartografiar
los fenómenos de inversión térmica en el territorio, con la identificación de las CAP, su

220
extensión, límites geográficos, intensidad, diferencia térmica con los entornos
próximos…más allá de conocer las temperaturas con exactitud.

Fig. 4.9. Correlación estadística según Spearman entre la temperatura superficial Ts


(01.30 UTC) y los productos a) MODIS LST y b) VIIRS LST, con niveles de significancia
estadística de 0,90*, 0,95**, y 0,99***.

A pesar de ello, las diferencias más ajustadas entre MODIS/VIIRS LST y las Ts se dan
en zonas elevadas, por encima de los 600 m de altitud, y especialmente por encima de
1200 m, donde el ajuste es importante (0,0 a 0,4ºC). En ese sentido, el producto VIIRS
LST obtiene un ajuste perfecto (0,0ºC). También, especialmente ajustada, es la
diferencia térmica en los observatorios situados en zonas abruptas, con diferencias de
alrededor de 1ºC para ambos productos.

Sin embargo, a pesar de obtener las mejores correlaciones espaciales, los lugares a
baja altitud (<600 m) obtienen las mayores diferencias térmicas (de 4,5 a 5,1ºC). De
igual modo, las diferencias son más importantes en zonas llanas, de poca pendiente
(<14%) con valores de 3,4 a 4,0ºC (Tabla 4.5).

La correlación espacial es algo más importante dentro de las CAP que en zonas fuera
de inversión térmica (WAM), con R2 de 0,76 y 0,75 respectivamente (Fig. 4.10). Además,
las zonas de CAP son las que presentan una menor diferencia térmica, de 1,6 y 2,1ºC
para VIIRS y MODIS LST respectivamente. En cambio, las diferencias en zonas de
WAM superan los 4ºC para ambos productos.

Se trata de una conclusión importante en el capítulo, ya que, con la importante


correlación estadística espacial, y diferencias térmicas relativamente bajas dentro de las
CAP, es posible identificar las grandes piscinas de aire frío en la DHS. Sin duda, uno de
los grandes objetivos de la investigación.

221
Fig. 4.10. Correlación estadística según Spearman y Pearson entre la temperatura
superficial Ts (01.30 UTC) y: a) CAP MODIS LST y b) WAM MODIS LST, c) CAP VIIRS
LST y d) WAM VIIRS LST, con niveles de significancia estadística de 0,90*, 0,95**, y
0,99***.

Tras la combinación del producto MODIS LST y VIIRS LST (TERMO), la correlación
estadística espacial es de un R2 de 0,83 (con más de 3000 puntos de correlación) con
un p-value < 0.00001 según el test de Wilcoxon Signed Rank (Fig. 4.11). Corrobora, por
tanto, el gran ajuste aportado en el punto anterior para ser utilizado en la elaboración de
termografías de alta resolución.

Tabla 4.5. Correlación estadística entre los productos VIIRS / MODIS LST vs. ST. P
Value en negrita, con significancia estadística para un nivel de confianza del 99%. Según
el test de Sapiro-Wilk se utiliza el test “S” (Spearman) o “P” (Pearson), según la
normalidad de la muestra.

VIIRS LST MODIS LST


Test R2 P Value Dif Tª R2 P Value Dif Tª
ST S 0,84 2.2e-16 3,2 0,83 2.2e-16 3,8
ST >1200 m S 0,72 2.2e-16 0,0 0,72 2.2e-16 0,4
ST 1200-601 m S 0,63 2.2e-16 0,7 0,61 2.2e-16 1,2
ST 600-0 m S 0,84 2.2e-16 4,5 0,85 2.2e-16 5,1
ST >35% P 0,48 0,004 2,0 0,48 0,005 2,3
ST 34-15 S 0,77 2.2e-16 -1,1 0,77 2.2e-16 -0,7
ST 14-0% S 0,85 2.2e-16 3,4 0,85 2.2e-16 4,0
ST CAP S 0,76 2.2e-16 1,6 0,75 2.2e-16 2,1
ST WAM P 0,72 4.2e-06 4,3 0,69 3.0e-14 4,6

222
Fig. 4.11. Correlación estadística de Spearman entre temperatura superficial (ST) y la
combinación de los productos MODIS/VIIRS, con niveles de significancia estadística de
0,90*, 0,95**, y 0,99***.

4.3.1.1.3. Características de la cartografía generada a través de VIIRS LST y MODIS


LST

La cartografía generada aporta, a nivel espacial, las mayores diferencias térmicas entre
los productos MODIS/VIIRS LST y las Ts en el sector más oriental de la DHS.
Concretamente, en la Cuenca de Abanilla-Fortuna, Norte de la Vega Baja (zona de
Pinoso) y sector más oriental del Altiplano de la Región de Murcia. El producto VIIRS
LST obtiene mejores ajustes, a diferencia del MODIS LST con diferencias térmicas más
elevadas en los sectores anteriormente citados, especialmente entre la Cuenca de
Abanilla-Fortuna y el interior de la provincia de Alicante (Fig. 4.12a).

Sin embargo, los mejores ajustes térmicos, muy próximos a 0,0ºC, aparecen en zonas
elevadas, concretamente en los sectores centrales de la Comarca del Noroeste de la
Región de Murcia, y cabecera del río Segura (sierras de Segura y Alcaraz). Diferentes
zonas también registran diferencias térmicas que no son especialmente elevadas (entre
1-2ºC). Se trata de los ámbitos geográficos del sur de la provincia de Albacete (Elche
de la Sierra – Socovos), litoral de Mazarrón – Cartagena, comarca de las Tierras Altas
de Lorca, sectores más accidentados de la Vega Alta y Media del Segura, norte de la
provincia de Almería (Almanzora), y en general, íntegramente la Comarca del Noroeste
de la Región de Murcia (Fig. 4.12b).

223
Las mejores correlaciones estadísticas de los productos con la Ts aparecen en las
Tierras Altas de Lorca, en el Altiplano de Almería (María-Chirivel), la Cuenca de Abanilla-
Fortuna, y en el norte de la DHS (Pétrola-Chinchilla). Se trata de ámbitos geográficos
que obtienen un R2 superior a 0,80 (Fig. 4.13a). Por el contrario, con correlaciones algo
más modestas, pero igualmente robustas (nivel de confianza del 99%), entre 0,50 y 0,60,
se dan en la Sierra del Segura y Sierra de Alcaraz (cabecera de la DHS), litoral de la
provincia de Alicante, y Campo de Cartagena. Es decir, los extremos orientales y
occidentales de la Demarcación Hidrográfica del Segura. (Fig. 4.13b).

La diferencia térmica entre ambos productos es similar (0,4ºC), con una correlación
estadística muy elevada (R2 de 0,91). Tal y como muestra la Fig. 4.14, la mayor parte
de la DHS registra diferencias térmicas mínimas, prácticamente con temperaturas
similares. En las tonalidades azules, el producto MODIS refleja temperatura ligeramente
inferior a la del VIIRS, destacando especialmente áreas montañosas (altiplano de
Jumilla-Yecla), zonas de piedemonte (reborde montañoso noroccidental de la Depresión
del Guadalentín), o incluso, algunos espacios urbanizados, como por ejemplo la ciudad
de Murcia. Por su parte, los colores más templados (tonos salmones) reflejan valores
térmicos superiores del sensor MODIS al VIIRS. Se trata de emplazamientos litorales,
valles interiores, y algunos sectores fríos, como el Calar del río Mundo. No obstante, la
escasa diferencia, conlleva a que ambos productos puedan ser combinados.

224
Fig. 4.12. Diferencia térmica (ºC) entre ST y a) MODIS LST b) VIIRS LST, en las 50
imágenes satelitales analizadas.

225
Fig. 4.13. Correlación estadística (R2 de Spearman) entre ST y a) MODIS LST b) VIIRS
LST, en las imágenes 50 imágenes satelitales analizadas.

226
Fig. 4.14. Diferencia térmica promedio entre los productos VIIRS y MODIS LST. Colores
crema a rojo refleja temperaturas superiores del sensor MODIS, y viceversa, colores
azules o fríos, el sensor MODIS obtiene temperaturas más frías.

La cartografía de distribución de temperaturas combinada de MODIS y VIIRS LST


guardan una gran semejanza, a pesar de la diferente resolución espacial. La desviación
estándar (SD) obtiene valores, en la gran mayoría de la DHS, por encima de 3,5ºC. Los
valores inferiores a 3ºC (tonos amarillos y cremas), allí donde la distribución de la
temperatura es más homogénea en los 50 días de análisis, aparecen en zonas de valles
interiores con gran capacidad de almacenaje de aire frío, con CAP muy bien definidas.
Por tanto, muestra, que las piscinas de aire frío presentan muy poca variación espacio-
temporal durante los fenómenos de inversión térmica (Fig. 4.15).

227
Fig. 4.15. Desviación estándar (ºC) de las 50 jornadas analizadas para VIIRS y MODIS
LST.

4.3.1.2. Termografías de los productos VIIRS LST y MODIS

Las temperaturas nocturnas más bajas de la DHS, durante madrugadas estables


invernales, se registran en la Altiplanicie de Hernán Perea (Sª de Segura), al suroeste
de Santiago de la Espada; en el Calar del Mundo (al noroeste de Yeste) y en los valles
de mediana altitud situada en el sector más occidental de la cuenca (Comarca del
Noroeste de la Región de Murcia y Tierras Altas de Lorca), finalmente al norte de la
DHS, en la región de Chinchilla-Pétrola, En las Fig. 4.16 y 4.17 se aprecian las CAP más
frías del área de estudio, localizadas en valles interiores de la DHS, como El Campo de
Cagitán, entre Caravaca y Cieza, o los valles al sur de Caravaca (Valle de Avilés,
Ballesteros, o el eje Barranda-Navares-La Encarnación). Posteriormente son analizados
con mayor detalle.

228
Fig. 4.16. Termografía del producto VIIRS LST con el promedio de las 50 imágenes
satelitales analizadas. Delimitación de las 22 comarcas climáticas.

Por su parte, los valores más elevados, se sitúan, por un lado, en los relieves de media
altitud del centro, sur, y este de la Demarcación Hidrográfica, y por otro, en el litoral sur
de Murcia, y Almería, orográficamente muy accidentado.

En el área de estudio, y tras la combinación de ambos productos (MODIS/VIIRS LST),


el píxel más frío aparece en dos parajes ubicados en la zona alta de la DHS, con una
temperatura media de -9,8ºC en el promedio de las jornadas analizadas. Por un lado,
en el paraje del Campo del Espino, en los Campos de Hernán Perea (Jaén), a una altitud
de 1703 m de altitud, inmediatamente al suroeste del Calar de las Palomas y de las
Chaparras (CX: 524454 y CY: 4209593). El otro aparece en la Vega del río Zumeta, al
sur del municipio de Santiago de la Espada (Jaén), a una altitud de 1197 m, en el paraje
de “Los Pedregales” (CX: 539292 y CY: 4216387).

229
El píxel con la temperatura más elevada (10,0ºC) se localiza también en varios sectores
accidentados del litoral meridional de la DHS. Por un lado, en el sector occidental de
Cabo de Cope (Águilas), concretamente en el Puntal del Caballo, a escasos metros de
la urbanización de Calabardina (Águilas), con una altitud entre 62 y 172 m (CX: 632934
y CY: 4142870). El otro punto aparece al oeste de Cabo Tiñoso (Cartagena),
concretamente junto a la población de la Azohía, en la Punta de la Azohía-La Panadera,
a una altitud entre 50 y 200 m (CX: 661376 y CY: 4157554), y por otro, en el sector más
suroriental, en el paraje de “Los Castillitos” (CX: 666402 y CY: 4155476). Finalmente,
también es destacable otro punto junto al Puerto de la ciudad de Cartagena, en la ladera
del Castillo de San Julián, junto a Cala Cortina, donde las temperaturas se quedan
próximas a 10ºC (CX: 678772 y CY: 4160882). Por tanto, durante las madrugadas
estables invernales que han sido analizadas, las diferencias térmicas alcanzan 19,8ºC
en una distancia en línea recta de 127,7 km. (entre el Refugio del Espino y Cabo Cope).

Para una mejor visualización de las CAP en el área de estudio, y de la variabilidad


térmica de las temperaturas mínimas durante noches estables, se realizan 6 cortes
térmicos reflejados en la Fig. 4.18.

En el primero de ellos (Fig. 4.19 A-B), con un corte dirección O-E, secciona
horizontalmente el centro de la DHS. El corte tiene su origen en el sector más frío de la
DHS (Altiplanicie de Hernán Perea) y finaliza en el litoral alicantino, al sureste de San
Miguel de Salinas (Dehesa de Campoamor). A lo largo de los más de 170 km se pueden
apreciar diferentes CAP (entre -6 y -8ºC), entre las que destacan sobre su entorno
montañoso, la cubeta de Ballesteros, Embalse de Pliego, La Retamosa y la Huerta de
Alcantarilla. En menor medida, Rambla Salada y Torremendo, en La Vega Baja del
Segura. Se aprecia, además, los polos cálidos (WAM) del transecto, especialmente en
aquellos sectores orográficamente más accidentados, destacando el municipio de
Bullas (que registra 4ºC de media con la Depresión de Ballesteros), el Alto de Espuña
(Pliego), Barqueros o La Cresta del Gallo (al sur de la ciudad de Murcia).

230
Fig. 4.17. Termografía del producto MODIS LST con el promedio de 50 imágenes
satelitales analizadas. Delimitación de las 22 comarcas climáticas.

El transecto de la Fig. 4.19 (C-D) realiza un corte con sentido N-S en la DHS. Parte de
una de las regiones frías de la DHS (Pétrola), para acabar en el litoral almeriense de
Vera (Sª Almagrera). A lo largo del recorrido se advierten CAP muy pronunciadas
térmicamente respecto a su entorno. Las más destacadas, la de Los Olmos (al sur de
Albatana), Embalse de Camarillas (entre la Sª del Candil, y Venta del Olivo), el cañón
de Almadenes con la Sª de la Palera al sur, y la gran CAP del centro del área de estudio,
Los Llanos del Cagitán, que como se verá más adelante, se encuentra circundada por
importantes relieves. En este sector, las diferencias térmicas llegan a alcanzar hasta
6,0ºC en apenas 10 km. Otra de las piscinas más importantes se localiza en el Llano de
las Cabras (oeste de Aledo), con diferencias de 4-5ºC con las sierras de las Cabras (Sª
Espuña), y de la Tercia (Lorca). Finalmente, es de destacar la CAP que se forma en la
Depresión del Guadalentín, cuyas diferencias llegan a ser de entre 4 y 6ºC con las
sierras de la Tercia y la Carrasquilla (Lorca).

231
Fig. 4.18. Promedio de los productos MODIS y VIIRS LST con las 50 imágenes
satelitales analizadas. Transectos de 6 cortes térmicos.

El corte térmico realizado en diagonal entre el noroeste y el sur de la DHS (Fig. 4.19 E-
F) muestra alguna de las depresiones y valles más fríos del área de estudio. En ese
sentido destaca la gran CAP del Calar del río Mundo, entre Riopar y Yeste, con
diferencias de 4-5ºC con la Sª de Alcaraz, el entorno de Yeste y el Embalse de la
Fuensanta. El valle del río Alhárabe, con las sierras del Tobar, Zacatín… registra
diferencias de hasta 4ºC. Por su parte, destacan algunas piscinas frías como las de
Barranda o el entorno de Doña Inés-Avilés (Tierras Altas de Lorca). El transecto termina
en las Puntas de Calnegre (Lorca), en el litoral sur de la Región de Murcia (entre Águilas
y Mazarrón), con los valores más elevados del transecto.

232
233
Fig. 4.19. Cortes térmicos sobre el promedio del producto satelital combinado de MODIS
y VIIRS LST. Nomenclatura de los cortes reflejada en la Fig. 4.18. Símbolos rojos
referencia a entidades poblacionales, y marrones a picos montañosos.

234
El 4º corte (Fig. 4.19 G-H) destaca especialmente por la diáfana visualización del Valle
de Avilés, con diferencias térmicas de 4-5ºC respecto a las Sierras de Almirez-Pericay
y la de Pedro Ponce. También puede apreciarse, por un lado, el “templado” sector entre
la Sierra de Ricote y la de la Pila con el paso del río Segura (Blanca), y por otro, diversas
depresiones frías, entre las que destacan al inicio del corte el sector oeste de la DHS
(Chirivel), o el final del mismo, con el sector del altiplano de Pinoso.

El corte térmico de la Fig. 4.19 (I-J) corresponde a un transecto diagonal (NO-SE) que
arranca en las inmediaciones de la Sª de la Solana (Ayna), hasta acabar en la Sª de
Atamaría (La Unión), en el litoral SE de la Región de Murcia. Destaca especialmente la
gran CAP generada en los Llanos del Cagitán, vista anteriormente en otros cortes
térmicos, pero de forma más nítida en este corte. Se aprecian diferencias de
temperatura de unos 5ºC entre el altiplano del centro de la Región de Murcia y las sierras
del Molino y de Ricote. En el resto de transecto aparecen otras CAP de menor magnitud
respecto a su entorno. Destaca especialmente los valles próximos a Ayna, el río Segura
a su paso por Calasparra (entre las sierras de la Maraña y Molino), y el Guadalentín,
entre Cañada Hermosa y la Sª de Carrascoy. Finalmente, y como en la práctica totalidad
del sector litoral montañoso de la Región de Murcia, se dan valores muy destacados en
la Sª de Atamaría, en la costa accidentada de Cartagena.

Finalmente, el corte térmico de la Fig. 4.19 (K-L) sigue un transecto sentido N-S donde
se vuelven a apreciar diferencias térmicas de hasta 6ºC entre el pico de la Sierra de la
Pila y el Llano de Casablanca, valle situado junto a la Sierra Larga. Vuelven a destacar
con temperaturas más elevadas las principales elevaciones del corte térmico (Sª de la
Cingla, Carrascoy, Cura o Moreras), con temperaturas positivas a medidas que el corte
avanza hacia el sur de la Región de Murcia.

El producto EuroLST (BIO6), al tomar su promedio del total de madrugadas diarias al


año (con procesos de inversión térmica, y advectivos), obtiene una correlación casi
perfecta entre altitud y temperaturas en el interior de las CAP (R2 de -0,97) (Fig. 4.20a).
Además, el resultado es similar en zonas de CAP y WAM (Fig. 4.21). Sin embargo, al
tomar solamente madrugadas con procesos de ITN, el producto combinado de
VIIRS/MODIS LST obtiene una correlación altitud/temperatura no tan elevada, aunque
igualmente es un valor importante (R2 de -0,89 y -0.81 en zonas de CAP y WAM
respectivamente) (Fig. 4.20b y 4.21b).

235
Fig. 4.20. Correlación estadística según Spearman entre altitud (m) y temperatura en
las CAPs, a) proyecto EuroLST (BIO6) y b) termografía combinada (MODIS-VIIRS), con
niveles de significancia estadística de 0,90*, 0,95**, y 0,99***.

Fig. 4.21. Correlación estadística según Spearman entre altitud (m) y temperatura en de
las WAM, a) proyecto EuroLST y b) termografía (MODIS-VIIRS). con niveles de
significancia estadística de 0,90*, 0,95**, y 0,99***.

Los valores de correlación estadística tan elevados indiquen una relevancia estadística
robusta, y se corrobora que la altitud de la CAP determina su temperatura, más fría a
mayor altitud. Eso sí, las Fig. 4.22 y 4.23 muestran resultados interesantes. En la Fig.
4.22, dentro de las piscinas de aire frío (CAP), el producto combinado de MODIS/VIIRS
LST (línea azul turquesa) presenta una mayor variabilidad térmica según el intervalo
altitudinal. Se evidencia, por tanto, una mayor influencia de las CAP, mejor
representadas que en el producto BIO6. Además, se aprecian temperaturas más bajas
en los niveles altitudinales de 500, 900, 1250, y especialmente 1750 m de altitud.

236
Fig. 4.22. Temperatura media por intervalo altitudinal dentro de las CAP. EuroLST
(BIO6) con línea azul oscura y producto combinado (MODIS-VIIRS LST) con línea azul
turquesa.

Sin embargo, para los ámbitos de WAM (Fig. 4.23), al margen de los procesos de IT, y
con un gradiente térmico vertical estándar (0,65ºC/100 m), ambas líneas siguen una
evolución poco alterada. Sólo los ámbitos geográficos a menor altitud (< 150 m), y
ubicadas en zonas litorales y prelitorales, presentan temperaturas más bajas que el nivel
altitudinal de 150-200 m, debido a la influencia marítima. Además, el producto
combinado MODIS/VIIRS LST también refleja de manera mucho más detallada la
temperatura de espacios montañosos, en territorios orográficamente complejos. A pesar
de que el gradiente térmico estándar debe reflejar temperaturas más bajas a mayor
altitud, lo cierto es que hay algunas excepciones. Especialmente en el nivel altitudinal
de 1100 m, donde se aprecia un ascenso de temperatura respecto a los niveles
adyacentes (1000 o 1200 m).

Finalmente, las Fig. 4.24, 4.25 y 4.26 representan la distribución por rangos térmicos en
la DHS. A continuación, se realiza una amplia descripción territorial:

En primer lugar, los 4 intervalos con las temperaturas medias más elevadas (Fig. 4.24):

1. El sector con la temperatura más elevada, según las termografías resultantes,


corresponde a la franja litoral más accidentada de Mazarrón y Cartagena, desde
Cabo Tiñoso a Cabo de Palos (6,4 y 5,3ºC). También aparecen algunos sectores
de la Marina de Cope (Águilas) y algunos ámbitos montañosos de las sierras de
Orihuela y Callosa (Alicante).

237
Fig. 4.23. Temperatura media por intervalo altitudinal dentro de las WAM. EuroLST
(BIO6) con línea azul oscura y producto combinado (MODIS-VIIRS LST) con línea azul
turquesa.

2. Las temperaturas templadas en el área de estudio (con un el intervalo 3,5 / 5,2ºC)


aparecen en zonas montañosas del litoral de Cartagena, Mazarrón, Águilas, y
provincia de Almería, así como, sierras de mediana altitud, al norte de la ciudad
de Murcia y Orihuela (Fig. 4.24).

3. El sector con la temperatura más elevada, según las termografías resultantes,


corresponde a la franja litoral más accidentada de Mazarrón y Cartagena, desde
Cabo Tiñoso a Cabo de Palos (6,4 y 5,3ºC). También aparecen algunos sectores
de la Marina de Cope (Águilas) y algunos ámbitos montañosos de las sierras de
Orihuela y Callosa (Alicante).

4. Las temperaturas templadas en el área de estudio (con un el intervalo 3,5 / 5,2ºC)


aparecen en zonas montañosas del litoral de Cartagena, Mazarrón, Águilas, y
provincia de Almería, así como, sierras de mediana altitud, al norte de la ciudad
de Murcia y Orihuela.

238
Fig. 4.24. Intervalos de temperatura (promedios más elevados) del producto combinado
MODIS y VIIRS (LST). Fuente: MODIS/VIIRS LST.

5. Con temperaturas comprendidas entre 2,3 y 3,4ºC, todavía con emplazamientos


térmicamente poco fríos, aparecen más sectores litorales y prelitorales de toda
la franja costera de la DHS desde Almería a Alicante, amplios sectores llanos de
la Vega Baja del Segura, Sª de Crevillente, zonas de piedemonte y laderas bajas
de la Sª de Carrascoy, sector bajo oriental de Sª Espuña y Sª de la Tercia, así
como piedemontes bajos de sierras de la Vega Alta del Segura y Cuenca de
Fortuna-Abanilla (Sª del Oro, de Ricote, de la Pila y Sª de Santomera).

6. En un cuarto escalón de la cartografía de valores térmicos más elevados


(temperaturas entre 2,2 y 0,5ºC), aparecen sectores prelitoral algo más hacia el
interior, destacando la Sierra de En medio (Puerto Lumbreras), Sierra de
Almagro (Huércal Overa), Sierra de la Almenara, amplios sectores de la cuenca

239
del Campo de Cartagena y Vega Baja del Segura, así como importantes sectores
de valle de la Vega Media y Baja del Segura. Igualmente, aparecen sectores de
piedemonte, de mediana altitud, en la Sierra de Tercia y Sierra Espuña,
Carrascoy, Ricote o Pila en zonas del centro de la Región de Murcia, y las Sierras
del Molino- Palera, Puerta, Cabezo del Asno, Sierra Larga, Ascoy, Donceles y
Búho, ubicadas en los flancos del río Segura, desde su entrada a la Región de
Murcia y en la Vega Alta del río Segura.

A continuación, son representados espacialmente los sectores geográficos que


registran temperaturas intermedias en las termografías, ubicaciones que ya generan
temperaturas más frías durante las madrugadas estables de inversión térmica (Fig.
4.25):

1. El intervalo térmico entre -0,7 y 0,4ºC abarca una gran extensión de la DHS,
entre los que se encuentran territorios como grandes sectores del Valle del
Guadalentín, entre Murcia y Lorca, sectores más occidentales del Campo de
Cartagena (más alejados de la costa), amplias zonas de la Cuenca interior de
Mula, sectores llanos de la Cuenca Abanilla-Fortuna, y fondos de valle de la
Vega Alta del Segura. Además, aparecen sectores de la Vega Baja, entre
Callosa del Segura y Elche, el sector meridional de la Comarca de las Tierras
Altas de Lorca, próximo a la ciudad, y Sierras del Gigante y Pericay.

En el Altiplano de la Región de Murcia, destacan las Sierras de Salinas y la del


Buey, Sierra Larga-Sopalmo, y la del Molar, principalmente en el municipio de
Jumilla. Destacan, además, los relieves circundantes al cauce del río Segura,
entre las provincias de Albacete y Murcia (Serratica, Sierras del Algaidón, y
Herrerías), Muela y Cerezo, en Moratalla, o finalmente, es de destacar algunas
sierras del sector central de la Comarca del Noroeste de la Región de Murcia,
como Burete-Quipar, Sª de la Puerta, o los piedemontes orientales del Gavilán-
Nevazo en Caravaca y el complejo Pedro Ponce - Sª Espuña.

2. A continuación, se describen temperaturas plenamente negativas durante las


jornadas analizadas (-2,5 a -0,8ºC), lo que supone ya emplazamientos
ciertamente fríos. Empiezan a aparecer algunos valles interiores, y sectores
deprimidos con capacidad para almacenar frío.

240
Fig. 4.25. Intervalos de temperatura (promedios intermedios), del producto combinado
de MODIS y VIIRS (LST). Fuente: MODIS/VIIRS LST.

Pero destacan, mayoritariamente, rebordes de valles, y zonas bajas de


piedemontes, donde se produce cierta influencia de los procesos de inversión
térmica, y de las CAP resultantes.

Principalmente destaca la provincia de Albacete inserta en la DHS, y los sectores


altitudinalmente más bajos de las laderas de los sistemas montañosos de la
Comarca del Altiplano de la Región de Murcia. Finalmente, la Comarca del
Noroeste, Tierras Altas de Lorca, y sectores de la Depresión del Guadalentín, y
Altiplano de Almería, se ven afectados por dicho umbral térmico, sin afección, de
momento, de las zonas deprimidas y valles.

3. Los territorios afectados por el umbral térmico de -3,7 a -2,6ºC, constituyen


espacios donde el frío nocturno estable es ya considerable. Aparecen los
primeros valles y sectores deprimidos:

241
a. En el Altiplano norte de la Región de Murcia y Alicante, destacan la
mayoría de valles transversales (dirección SO-NE) de Yecla, Jumilla, y
Pinoso, así como los espacios que limitan la Región de Murcia con
Albacete, al oeste del Altiplano.
b. En el sector noroccidental de la DHS, en las provincias de Albacete, Jaén
y Almería, vuelven a destacan la mayoría de espacios deprimidos de
menor altitud (<1000 m). Finalmente, aparece un sector de la Huerta de
Lorca, entre la ciudad y Puerto Lumbreras, así como sectores
altitudinalmente algo más elevados (400-500) al norte de la ciudad de
Lorca (sur de las Tierras Altas de Lorca).

4. Finalmente, en los umbrales térmicos moderados, aparece el rango térmico


entre -5,5 y -3,8ºC. Aquí, se reduce la extensión territorial de los ámbitos
geográficos afectados, apareciendo ya verdaderos polos fríos de la DHS:

a. En primer lugar, el sector más septentrional del área de estudio, la zona


de Fuente Álamo de Albacete – Pétrola, valle de El Pozuelo (oeste de
Yecla), o Valle del Hondo del Campo (sureste de Yecla). La Cañada de
Albatana o Tobarillas, en el sector noroccidental del Altiplano, también
son afectados por dicho umbral.
b. Aparecen, también, sectores montañosos de la Sierra de Alcaraz y del
Mundo, en la provincia de Albacete. Destacan sectores de Bogarra y
Ayna, y al norte de Riopar, en la Sierra de la Almenara. Finalmente, otro
sector frío al sur de la provincia de Albacete, es el del Altiplano de la
Sierra de Mingarnao, al norte del municipio de Nerpio, y la Sierra del
Zacatín (Fuente de la Sabina).
c. En la provincia de Jaén, destacan los valles altitudinalmente más bajos,
en los Valles del río Madera y Tus. Por su parte, en el Altiplano de
Almería, destaca el valle de la Rambla de Chirivel, y algunos sectores
altitudinalmente más elevados del Altiplano de María.
d. En la Comarca del Noroeste de la Región de Murcia destacan los
piedemontes de los cierres de los grandes valles de mayor altitud (>1000
m), valles de pedanías altas de Caravaca (Barranda, Archivel, La
Encarnación…), y algunos sectores más elevados del Altiplano de
Caravaca de la Cruz (El Moral – La Junquera).

242
e. Es de destacar, el sector altitudinalmente más bajo inserto en este
umbral, identificado en el Altiplano de Cagitán, en el triángulo de los
municipios de Bullas, Calasparra y Cieza, a una altitud media de 400 m.
Se trata de un altiplano de gran extensión (114,8 km2) semiendorreico,
con drenaje de parte de su sistema hidrográfico a la Cuenca del río
Quipar (Embalse de Alfonso XIII). Finalmente es de destacar algunos
valles de pequeña superficie en las proximidades de los municipios de
Cehegín y Bullas, destacando algunas cubetas del río Quipar, como El
Chaparral, o en La Copa de Bullas.

Finalmente, la Fig. 4.26 muestra los rangos térmicos más fríos del área de estudio
(DHS). Se detallan a continuación:

1. El último umbral térmico de los polos de frío más importantes de la DHS, bajo
condiciones estables, es el del rango térmico entre -5,6 a -6,9ºC (Fig. 4.26).
Destacan:

a. En el sector norte de la DHS, las inmediaciones de la Laguna de


Pétrola, al norte de la población homónima; algunos sectores del
municipio de Corral Rubio, y algunas pequeñas depresiones al oeste
del municipio de Bonete.
b. En el sector noroccidental del área de estudio, en la Sierra de Alcaraz,
destaca los valles entre Paterna del Segura, Cortijo de Tortas, y el de
los Tajones, al norte del municipio de Riopar (Albacete). Destaca así
mismo, el reborde a menor altitud (ladera) del Calar del río Mundo, e
íntegramente, el Calar de Moropeche, a más de 1450 m de altitud.
Finalmente, en el extremo más meridional de la provincia de Albacete,
destacan los altiplanos de Pedro Andrés, y la Sierra de Huebras y las
Cabras.
c. En la provincia de Jaén, destacan las inmediaciones montañosas al
norte del municipio de Santiago de la Espada, el valle del Arroyo de
Cañada Hermosa, entre Santiago de la Espada y Pontones; y el Valle
del río Segura, en las inmediaciones del Embalse de Anchuricas-Miller.
d. En Almería, aparecen algunos sectores del valle de Chirivel,
piedemonte de la Sierra de María-Los Vélez, y el Altiplano de María,
entre la localidad homónima y la de Topares, a una altitud superior a
1150 m.

243
e. En la provincia de Murcia, en las Tierras Altas de Lorca, destacan los
valles al sur de los municipios de Cehegín y Bullas. Concretamente, el
Valle de Avilés, el Altiplano de Coy-Doña Inés-Avilés, y finalmente Los
Ballesteros, entre la Sierra de Burete y los Ceperos. Se trata de valles
que circundan las sierras centrales de la Región de Murcia (Lavia,
Pedro Ponce, Burete), a una altitud entre 700 y 900 m. de altitud.
f. Y finalmente, la Comarca del Noroeste de la Región de Murcia, donde
destaca el Altiplano de Caravaca de la Cruz, Valle de la Rogativa y
Macizo de Revocadores, cubeta del Campo de San Juan, Campo de
Béjar, y algunos valles en las proximidades de Caravaca de la Cruz,
como la Cañada del Charco (al sur de la Sierra de la Serrata), Las
Roturas (entre la Sierra de Mojantes y Barranda), y en la Vega de
Pinilla-La Encarnación.

2. El siguiente nivel térmico, entre -7,0 y -8,5ºC, refleja a los polos fríos más
importantes de la DHS, y del sureste peninsular:

a. Destaca, en la provincia de Albacete, el Calar del Mundo, a más de


1550 m de altitud, al sur del municipio de Riopar. Igualmente, destaca
el Calar de Cerro Cambrón, a 1550 m de altitud, al oeste de Villaverde
de Guadalimar, y en el río Guadalimar, en la Vega al sur de Campillo,
en el límite de las provincias de Jaén y Albacete. Al sur de la provincia,
destaca el Altiplano de Jutia, a 1300 m de altitud, la Depresión de
Huebras (Las Talas), las Cañadas de Nerpio, y la Sierra de las Cabras
(a 2100 m de altitud).
b. En la Región de Murcia, destacan solamente dos sectores. El primero
de ellos el Macizo de Revolcadores, a unos 2000 m de altitud. Y una
determinada zona del Campo de San Juan, en las inmediaciones de El
Sabinar, que pasa por ser el píxel más frío en zona deprimida de la
Región de Murcia (Fig. 4.34).
c. En la provincia de Almería destacan solamente ámbitos montañosos
de cumbre, concretamente en la Sierra de María, con altitudes de 2000
m.
d. En Granada, en el pequeño sector de la DHS, destaca la cuerda de la
Sierra de la Guillimona, concretamente el Barranco de los Agujeros, a
1770 m de altitud, y el paraje de las Torcas Altas.

244
e. Finalmente, es la provincia de Jaén, la cabecera de la DHS, la que
supone una mayor extensión. Destacan, de norte a sur, el Calar de
Navalperal, al sur del municipio de Siles, el Calar de Cobos, al norte de
Santiago de la Espada, la Vega del río Zumeta (junto a Santiago de la
Espada), la Sierra del Almorchón, y algunos sectores septentrionales
del Calar de Hernán Perea.

3. El segundo umbral más frío del análisis (-8,6 a -9,9ºC), se refleja plenamente
en los sectores más occidentales de la DHS (provincias de Jaén, Albacete y
Granada).

a. En la de Albacete, destaca El Calar, a más de 1750 m de altitud, en la


Sierra de la Hoya del Espino. E igualmente, el sector a menor altitud
de la Depresión de Huebras (1406 m de altitud). Finalmente, destaca
una pequeña depresión al sur de las Cañadas de Nerpio,
concretamente la Fuente de los Caños, a 1516 m de altitud.
b. En la provincia de Granada, dentro de la Sierra de Guillimona, destaca
la cuerda, un rosario de dolinas situadas a entre 1900 y 2000 m de
altitud.
c. Finalmente, en la provincia de Jaén, destacan varios sectores:
i. Hoz del río Zumeta, al sur del municipio de Santiago de la
Espada, a unos 1200 m de altitud.
ii. Cañada Hermosa, y el Alto de los Palancares-Calar Poyotello,
situados a 1550 y 1650 m de altitud respectivamente. Se
localizan entre Santiago de la Espada y Poyotello.
iii. Río Segura – Cueva del Agua, en las inmediaciones de
Poyotello. Se trata de un valle, a 1200 m de altitud, donde el
Arroyo de la Tobilla, desemboca en el Río Segura.
iv. Calar de Hernán Perea, la mayor extensión dentro de la DHS,
destacando el Calar de las Palomas, las pedanías de El
Patronato-Don Domingo, y parajes como los de El Borbotón.

4. Finalmente, el umbral localizado en los píxeles más fríos de la DHS,


corresponden de entre -10,0 y -10,6ºC. Se trata de auténticos congeladores,
que, por su altitud, y orografía, consiguen generar temperaturas mínimas
realmente frías durante las madrugadas estables. Destacan 5 sectores en las
inmediaciones del Calar de Hernán Perea y Sierra de Guillimona:

245
Fig. 4.26. Intervalos de temperatura (promedios más fríos) del producto combinado de
MODIS y VIIRS LST. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

a. Área deprimida, en las cercanías del Alto de la Guillimona, a 2036 m


de altitud (X: 541205; Y: 4208690).
b. Campos del Espino, al suroeste de la Laguna de Cañada de la Cruz
(auténtica cabecera del río Segura), aguas arribas del nacimiento, en
Fuente Segura. Se trata de un altiplano con una altitud entre 1640 y
1720 m. (X: 522576; Y: 4208689).
c. Cañada Rincón. Se trata del sector más occidental de la DHS, en la
confluencia con la DH Guadalquivir, 1680 y 1720 m. de altitud (X:
522546; Y: 4206137).
d. Umbría del Borbotón - Don Fernando, con altitudes entorno a 1650 m
(X: 525410; Y: 4206980).
e. Finalmente, en Cañada Lamienta, a unos 1640 m de altitud (X: 529766;
Y: 4203855).

246
Tabla 4.6. Municipios (cabeceras municipales) ubicados en diferentes umbrales
térmicos de la termografía final (MODIS/VIIRS LST) en la DHS.

Umbral Municipios
(ºC)
6,4 / 5,3 Águilas (MU), Callosa del Segura (AL),
5,2 / 3,5 Cartagena (MU), Torrevieja (AL), San Miguel de Salinas (AL), Orihuela (AL), Cox (AL),
3,4 / 2,3 Ojós (MU), Ulea (MU), Ricote (MU), Villanueva del río Segura (MU), Archena (MU),
Mazarrón (MU), La Unión (MU), San Javier (MU), San Pedro del Pinatar (MU), Pilar de la
Horadada (AL), Guardamar del Segura (AL), Murcia (MU), Santomera (MU), Almoradí
(AL), Albatera (AL), Crevillente (AL),
2,2 / 0,5 Jumilla (MU), Ayna (AB), Moratalla (MU), Calasparra (MU), Blanca (MU), Mula (MU), Ceutí
(MU), Lorca (MU), Pulpí (AM), Los Alcázares (MU), Rojales (AL), Alhama de Murcia (MU),
Totana (MU), Fortuna (MU), Abanilla (MU), Alcantarilla (MU), Beniel (MU), Catral (AL)
0,4 / -0,7 Hellín (AB), Tobarra (AB), Liétor (AB), Cehegín (MU), Cieza (MU), Abarán (MU), Lorquí
(MU), Albudeite (MU), Pto. Lumbreras (MU), Librilla (MU), Aledo (MU), Fuente Álamo
(MU), Alguazas (MU), Molina de Segura (MU), Las Torres de Cotillas (MU), Benejúzar (AL)
-0,8 / -2,5 Socovos (AB), Férez (AB), Elche de la Sierra (AB), Yecla (MU), Bullas (MU), Pliego (MU),
Yeste (AB), Bogarra (AB), Vélez Blanco (AM), Vélez Rubio (AB),
-2,6 / -3,7 Fuente Álamo de Albacete (AB), Ontur (AB), La Herrera (AB), La Algueña (AL), Alcadozo
(AB), Caravaca de la Cruz (MU), Letur (AB), Molinicos (AB), Paterna del Madera (AB),
-3,8 / -5,5 Pétrola (AB), Corral-Rubio (AB), Bonete (AB), Montealegre del Castillo (AB), Pinoso (AL),
Riopar (AB), María (AM), Chirivel (AM),
-5,6 / -6,9 Nerpio (AB), Santiago-Pontones (JA),

Tabla 4.7. Entidades poblacionales (habitadas, según último Padrón municipal, 2018)
que se encuentran en los umbrales térmicos más fríos de la termografía final
(MODIS/VIIRS LST) en la DHS.

Umbral Entidades poblacionales


(ºC)
-3,8 / -5,5 Fuente de la Sabina (MU), La Copa de Bullas (MU), El Hornico (MU), Rincón del Moro (AB),
Hoya de Santa Ana (AB), Doña Inés (MU), Las Cobatillas (AB), Calar de la Santa (MU),
Singla (MU), Caneja (MU), Benablón (MU), Bajil (MU), El Sabinar (MU), Los Alamicos – La
Dehesa (AL)
-5,6 / -6,9 Campo de San Juan (MU), El Cerezo (JA), Las Nogueras (JA), El Villar (AB), Los Morenos
(AB), El Moral (MU), Poyotello (JA), Cañadas de Nerpio (AB), Jutia (AB), Navares (MU),
Pinilla (MU), Derde (AM), Los Prados (MU), Cortijo del Herrero (AB), Los Anchos (JA),
Avilés (MU), Coy (MU), Valdeinfierno (MU), Los Royos (MU), Cortijo de Tortas (AB),
Tarragoya (MU), La Encarnación (MU), Zaén de Arriba (MU)
-8,5 / -7,0 Don Domingo (JA), Pontones (JA), Casas de Carrasco (JA), El Patronato (JA)
-8,6 / -9,9 Pontón Alto (JA)

Las tablas 4.6 y 4.7 muestran las cabeceras municipales y entidades poblaciones
(habitadas) de la DHS en los diferentes umbrales térmicos anteriormente descritos. En
referencia a las cabeceras municipales (Tabla 4.6), los extremos térmicos más fríos se
dan en Nerpio (Albacete) y Santiago de la Espada (Jaén), ubicados en altitudes entre
1100 y 1300 m de altitud, y en sectores topográficamente deprimidos. Mientras, que,
con temperaturas que distan 12/13ºC, los núcleos municipales menos fríos son Águilas
(Murcia) y Callosa del Segura (Alicante), situados junto a la costa sur de la Región de

247
Murcia, y un piedemonte de los relieves medianos de la Vega Alta del Segura
respectivamente.

La tabla 4.7 recoge las entidades poblacionales habitadas ubicadas en los sectores más
fríos de la DHS (según el Padrón municipal, 2018). Destaca, como ente poblacional más
frío de la DHS, la pedanía de Pontón Alto (Jaén). Cuenta con 101 habitantes y pertenece
al municipio de Santiago de la Espada, en el extremo más occidental de la DHS.
También destacan, en un segundo escalón, pedanías de Santiago de la Espada (Jaén),
Como Don Domingo (17 habitantes), Pontones (186 habitantes), Casas de Carrasco (14
habitantes), o El Patronato (34 habitantes). Se trata de entidades poblacionales situadas
en el reborde del Calar de Hernán Perea, a una altitud entre 1300 y 1500 m de altitud,
en el sector más frío de la DHS.

4.3.2. Termografías de alta resolución en la DHS: regionalización climática

El producto combinado de las imágenes satelitales de MODIS y VIIRS (LST) refleja, con
una alta resolución, la distribución de temperaturas durante las madrugadas estables
(con procesos ITN). Es posible identificar las piscinas de aire frío (CAP) en cada una de
las 22 regiones climáticas generadas, muy válidas, especialmente para la planificación
agrícola.

Con la cartografía presentada en el apartado anterior, la resolución no ofrece la


posibilidad de identificar territorialmente sectores más detallados. A continuación, se
presenta la cartografía de detalle de las 22 regiones climáticas:

4.3.2.1. Pétrola – Altos de Chinchilla (C1)

El sector más septentrional del área de estudio se caracteriza por registrar una de las
temperaturas medias de las mínimas invernales más frías de la DHS. En concreto, el
sector más frío del C1 se encuentra al sur del municipio de Pétrola, en la amplia llanura
de Cañada Moreno (-5,6ºC). El sector de valle, entre el sur de Pétrola, y Corral Rubio,
concretamente en las lagunas del suroeste del municipio, registra temperaturas que
rondan -5ºC. Destacan también, con registros térmicos alrededor de -5,0ºC, el sector
norte y suroccidental del municipio de Bonete (llanos de San Fernando y Estación de
Bonete), oeste y noreste de Fuente Álamo de Albacete (llanos de la Herrada, y Los
Laureanos), y finalmente, al noreste de Montealegre del Castillo, en los Llanos de La
Retamosa, Los Aljibes, y Los Palancares), en la carretera CM-412 dirección Almansa
(Fig. 4.27). Finalmente, los valores térmicos más elevados se registran al sureste de la

248
Región, concretamente en el Monte Arabí y en los Montes de Tobarillas (-1,4ºC), al norte
del término municipal de Yecla.

Fig. 4.27. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C1. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

4.3.2.2. Tobarra – Ontur (C2)

En las inmediaciones del municipio de Tobarra, el municipio más importante de la


comarca climática, destacan dos sectores especialmente fríos. Uno de ellos, situado al
sur del municipio de Santiago de Mora, concretamente el paraje de Los Paredes y los
Hongares, con valores de -5,6ºC. El segundo sector frío, se ubica al norte de la Región
y de la DHS, en las inmediaciones de la población de Mizquitillas (-5,0ºC) (Fig. 4.28).

Otros sectores, con temperaturas próximas a -5,0ºC, se sitúan al norte de Ontur,


concretamente entre el Embalse de la Rambla del Bayco y el Cerro de las Colleras,

249
paraje conocido como los Llanos del Derramador. Finalmente, al sur del municipio de
Albatana, se encuentra una amplia llanura, conocida como Las Arreturas – Cañada de
la Casa del Rico.

Los relieves montañosos presentan las temperaturas más elevadas (-0,2ºC) son la Sª
del Madroño, del Apedreado, de Tomillo, y de Conejeros, próximas a los municipios de
Tobarra y Ontur, y con altitudes entorno a 1000 m.

Fig. 4.28. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C2. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

4.3.2.3. Altiplano norte de Yecla (C3)

El Altiplano norte de Yecla se caracteriza por la alternancia de valles y sierras paralelas


en disposición SO-NE. Los valles que registran las temperaturas más frías (entorno a -
5,0ºC) se encuentran en el Pozuelo (al noreste del caserío de El Madroño), al sur-

250
suroeste de Tobarrillas (Casas de la Ceja, y Casas del Pulpillo-Huerto), y en las
proximidades de Casa Agüeros, al norte de la Sierra de los Gavilanes (El Pozancón), y
al oeste-suroeste (eje de la Casa de los Pozos, de la Huerta, de Tárraga, y de las
Bodeguillas). Finalmente, destacar la presencia de un gran sector al sureste del casco
urbano de Yecla, y este de Pinillos (El Hondo del Campo), también con temperaturas
que rondan los -5,0ºC (Fig. 4.29).

Fig. 4.29. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C3. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

Los relieves orográficos más importantes se caracterizan por poseer las temperaturas
más elevadas (entre -1,0 y -0,8ºC) durante las madrugadas estables, donde destaca
especialmente las sierras próximas al casco urbano de Yecla (Sierra de la Magdalena,
Picario Bajo, y Cerro de la Campana), con altitudes entre 750 y 900 m. Las sierras
ubicadas al sur de la Región (Sª de la Cingla, del Buey, y del Serral), entre 900 y 1000
m, también registran valores térmicos similares.

251
4.3.2.4. Calar del Mundo (C4)

Fig. 4.30. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C4. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

El Calar del Mundo (al noroeste de Raspilla), tras el de Hernán Perea (Sª de Segura),
es el segundo polo frío de la DHS, tal y como se corrobora en el Capítulo 4, con los
datos térmicos registrados en la red propia de datalogger. Además, viene corroborado
por las imágenes satelitales, con valores de -8,0ºC en la región central del Calar
(Cañada de las Yeguas, Fuente de los Tornajos del Tús, o Poljé del Pozo de la Bomba.
Otra localización con temperaturas entre -6,0 y -7,0ºC se sitúa al norte de Riopar, entre
El Noguerón y el Cortijo de Tortas (Barranco del Ciervo). Aunque los espacios
montañosos, orográficamente accidentados, son los que registran los valores más

252
elevados (-0,8ºC), lo cierto es que son inferiores a otras regiones de la DHS. Aun así,
se produce un cambio térmico muy importante, como se comprueba en la ladera de
Raspilla, con una variación de 7ºC en apenas unos kilómetros (Fig. 4.30).

4.3.2.5. Segura – Mundo sur de Albacete (C5)

Fig. 4.31. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C5. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

La región central del río Mundo, ubicada en el sector nor-noroeste de la DHS, se


caracteriza por presentar los valores más fríos de temperatura en el sector más
septentrional de la DHS. Concretamente destacan varias zonas, como el eje

253
Fuenlabrada - Burrueco - Navalengua (Rbla. de los Saladicos), con temperaturas
alrededor de -5,0ºC, por otra parte, el entorno de la Navazuela, situada sobre una amplia
llanura ligeramente por encima de 1000 m de altitud. Finalmente, el sector más
meridional y oriental de la población de Alcadozo (parajes de El Charcón y La Hoya) y
la continuación hacia la Nava de Arriba y Nava de Abajo. Es preciso añadir, un pequeño
sector al norte del municipio de Ayna, correspondiente al valle de La Dehesa, donde se
encuentra la población de nombre homónimo (Fig. 4.31). Por su parte, los sectores más
templados (0,4ºC) se localizan en el Cerro del Buitre (este de Elche de la Sierra), y
Solana de la Abeja (noreste de El Gallego). Mientras, con valores similares (-0,2ºC), la
Sierra de la Solana (al norte Férez), Los Buñuelos (sur de Liétor) o Sierra Seca (al sur
de Ayna), registran valores superiores a las de los valles adyacentes.

4.3.2.6. Bajo Mundo (Talave – Camarillas) (C6)

En la región climática del tramo bajo del río Mundo destaca especialmente el sector más
septentrional, con valores térmicos de -6,2ºC al noroeste de la población de Mullidar,
concretamente en el paraje endorreico conocido como La Hoya.

Con temperaturas que oscilan entre -5,6 y 5,0ºC destaca el eje (con dirección este-
oeste) próximo al caserío del Rincón del Moro, desde la Casa de Don Pío a la Cañada
de Tobarra (al sur de la Sierra del Cangilón). También destaca el área conocida como
Cañada de la Moncarra-Las Columnas, una llanura situada al norte de Minateda,
próximo al casco urbano de Hellín.

Finalmente, los espacios donde las temperaturas son más elevadas (1,6ºC) durante las
madrugadas de inversión térmica, corresponden a las Sierras de los Donceles, al norte
del caserío del Salmerón, y la Sª del Baladre, al norte del Embalse del Cenajo (con
altitudes entre 800 y 900 m). Con valores térmicos, alrededor de 1,0ºC, destacan la Sª
de las Quebradas (Isso), y la de Cabeza Llana (Agramón). Los tonos amarillos y más
cálidos que aparecen en el mapa corresponden a la masa de agua de los Embalses del
Talave y Cenajo. Reflejan, por tanto, artefactos o “bugs” a tener en cuenta (Fig. 4.32).

254
Fig. 4.32. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas
analizadas en el C6. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

4.3.2.7. Altiplano sur de Jumilla – Pinoso (C7)

La franja central que corresponde al sector sur del Altiplano norte de la Región de
Murcia, entre los municipios de Jumilla y Pinoso, se caracteriza por la alternancia de
áreas montañosas y valles. El descenso latitudinal y una altitud no demasiado elevada
genera temperaturas menos extremas que en sector norte de la DHS.

El sector más frío corresponde al suroeste de Montesinos, concretamente a los pies de


la Sierra del Encabezado, en el paraje conocido como La Campana (carretera MU-12-A
que conecta Jumilla con Albatana (Fig. 4.33). El resto de valles se sitúan con
temperaturas entre -3,0 y -4,0ºC, donde destaca especialmente los sectores al norte de
la Sª del Carche (paraje de El Hondo), y las inmediaciones de Pinoso (en especial la
mitad oeste).

255
Fig. 4.33. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas
analizadas en el C7. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

Las temperaturas más elevadas se sitúan en la Sierra del Sopalmo (1,0ºC), al sureste
del casco urbano de Jumilla, en la Sierra del Buey (0,4ºC) al noreste de Jumilla, y
finalmente, en Santa Ana, con altitudes entre 800 y 1000 m.

4.3.2.8. Alto Segura (C8)

El Alto Segura, representado especialmente en ésta región por la Sierra de Mingarnao


(Nerpio) y la del Segura, registra temperaturas realmente frías en ciertos sectores
deprimidos con gran potencial de frío. Destaca, sobremanera, el Calar donde se asienta
las Casas de Navarro, a escasos kilómetros al noroeste de Pontones, con temperaturas
mínimas de -9,2ºC. También especialmente fría, y con temperaturas de -8,0ºC, se
encuentra la depresión de Jutia, a 1350 m de altitud, por otro lado, al oeste de la Peguera
del Madroño, el Calar de los Cobos (1650 m).

256
Fig. 4.34. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas
analizadas en el C8. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

Los sectores a menos altitud, y que siguen el cauce del río Segura, situado entre La
Toba y Góntar (entre 700 y 900 m), registran los valores más elevados, con
temperaturas que rondan -1,0ºC (Fig. 4.34).

4.3.2.9. Alto de Taibilla - Sur de Albacete (C9)

El sector comprendido entre el Calar de la Sima y del Mundo y el alto Taibilla registra
las temperaturas más bajas de la región, y de la DHS. Concretamente al sur del Calar
del Mundo, entre Tus y Moropeche (Calar de Moropeche) se registran temperaturas de
-7,4ºC, a una altitud media de 1450-1500 m

257
Fig. 4.35. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas
analizadas en el C9. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

Con temperaturas también próximas a -7,0ºC se sitúa el sector suroccidental del Calar
del Mundo, al noroeste de Tus, en el paraje de la Cañada de los Mojones y Tornajos de
Cotillas. El último sector con valores fríos en la región corresponde al Calar de la Sima,
entre 1600 y 1900 m de altitud, situado al oeste de Arguellite (Fig. 4.35).

La Sª de la Muela, al este y sureste de Benízar, registra las temperaturas más elevadas


de la región (1,0ºC), a una altitud entre 1100 y 1400 m.

258
4.3.2.10 Alhárabe, Quipar y Argos (C10)

Fig. 4.36. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C10. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

En unas de las regiones climáticas del centro de la DHS, conformada por las cuencas
hidrográficas de los ríos Alhárabe, Quipar y Argos, se conforma una región don algunas
depresiones frías para su altitud. Destaca especialmente el área situada al norte del
municipio de Bullas (cuya altitud oscila entre 400 y 550 m), en las proximidades de la
Copa de Bullas (Prado Judío), y al nor-noreste de la misma (El Chaparral), con valores
de -5,6ºC. Otros sectores con valores que rondan los -5,0ºC se encuentran en el paraje
de El Ardal, un amplio sector del Llano de Cagitán (al este de Gilico), y finalmente la
amplia llanura al este de Valentín, por donde transita la carretera MU-552 dirección al

259
municipio de Calasparra (Las Torretas) (Fig. 4.36). Finalmente, los ámbitos montañosos
que registran las temperaturas más elevadas se sitúan en la Sª del Cerezo y de los
Álamos (al norte, y suroeste del municipio de Moratalla respectivamente), Sª del Molino
(al este del municipio de Calasparra), o la Sierra de la Cabeza del Hierro (al noroeste
del Cañar).

4.3.2.11. Subcuencas Judío – Moro (C11)

En la región climática de las cuencas del Judío y Moro, transición entre el Altiplano norte
de la Región de Murcia y las Vegas del Segura y río Mula, se localizan los valores más
fríos, al sur, concretamente en una vasta área, conocida como los Llanos del Cagitán.
En éste sector, cerrado por las Sierras de la Palera, del Oro, Ricote y los Cambrones,
se registran temperaturas de -5,0ºC. Otros sectores, más septentrionales, reflejan
temperaturas que se sitúan entre -4,5 y -3,5ºC.

Fig. 4.37. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C11. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

260
Destacan especialmente el sur de Cancarix (Rambla del Saltador y la Dehesilla), norte
de Ascoy (Embalse del Judío, y amplia llanura del mismo nombre), eje situado entre El
Boquerón y La Zarza (llanuras que se sitúan al norte de la carretera MU-10-A), sector
suroeste de la Algueña (llanura de la Cañada de la Leña), y finalmente, el eje
Calasparra-Cieza que queda al norte del curso del río Segura (El Macaneo,
Almadenes…). Los sectores montañosos, con los valores más elevados, se sitúan en
las estribaciones meridionales de la Sierra de la Pila (entre 600 y 800 m de altitud), en
las pedanías de San Joy y la Garapacha, con valores de 2,2ºC. Otros sectores con
valores térmicos entre 1,0 y 2,0ºC, son los de la Sierra Larga (al norte de Ascoy), Sª del
Cantón (al este de la región), o las Sierras del Molino y la Palera, al este del municipio
de Calasparra (Fig. 4.37).

4.3.2.12. Calares de Hernán Perea, Guillimona y Sierra de las Cabras (C12)

Fig. 4.38. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C12. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

261
La plataforma kárstica de Hernán Perea, en la cabecera del río Segura, constituye con
diferencia el verdadero polo de frío de la DHS. Con temperaturas de hasta -11,0ºC, los
parajes del Campo del Espino, Don Fernando-Umbría del Borbotón, y Cueva Humosa,
registran los píxeles con las temperaturas más frías de las termografías de toda la DHS.

Fuera de éste ámbito existen sectores realmente fríos correspondientes a la Sierra de


Guillimona y su calar, con valores de -10,4ºC próximo a los 2000 m de altitud, y por otro
lado en la depresión de Huebras, al norte del caserío del mismo nombre. Finalmente,
dos ámbitos próximos a Pontones, en el Arroyo de la Cañada (ctra. A-317 entre
Pontones y Santiago de la Espada), y La Era, junto a Pontón Alto, también con
temperaturas entorno a -10,0ºC (Fig. 4.38).

Los valores más elevados de la región (-3,8ºC) que siguen siendo fríos en comparación
al resto de la DHS, se sitúa a una altitud media inferior en el transcurso del río Zumeta
(al noreste de Santiago de la Espada), y en las inmediaciones del caserío de Marchena.

4.3.2.13. Cuencas altas de Caravaca y Moratalla (C13)

Según el análisis de las termografías y los valores térmicos observados en superficie,


como se verá más adelante, las cuencas altas interiores de Moratalla posiblemente sean
los espacios más fríos de la Región de Murcia, al menos, donde se registran los valores
de temperatura mínima absoluta. El área donde se registran las temperaturas más bajas
corresponde a la línea de cumbre entre Revolcadores (1999 m) y el Mal de la Sima
(1935 m). La destacable altitud, y la planitud de la línea de cumbre, generan
temperaturas relativamente bajas. Por su parte, algunos valles interiores registran
temperaturas entre -7,0 y -8,0ºC, destacando la cuenca del río Alhárabe (suroeste de El
Sabinar, en el paraje de las Hoyas de Campuzano). En general, toda la cuenca registra
valores fríos, similares a otros valles de la región, como el Campo de Béjar (La Pava),
Vega de Tartamudo, y el amplio altiplano situado al sureste de Cañada de la Cruz. Con
valores de 0,4ºC, los registros más elevados se sitúan en la Sª de los Álamos y el Buitre
(este de la Pava), con altitudes entre 1300 y 1400 m. (Fig. 4.39).

262
Fig. 4.39. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas
analizadas en el C13. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

4.3.2.14. Tierras Altas de Lorca y Caravaca (C14)

El sector de las Tierras Altas de Lorca y pedanías de Caravaca se caracteriza por poseer
los valles más fríos de la Región de Murcia y del sector central de la DHS, junto a
algunos sectores de las cuencas altas de Moratalla. Con valores medios próximos a -
7,0ºC se sitúa el Valle de Avilés (entre 900 y 750 m de altitud), las llanuras que rodean
las pedanías de Doña Inés (La Tejera y las Boqueras), y la Cañada del Hondo (Coy).

Destacan también, sobremanera el Valle del Aceniche (al suroeste de Ucenda), con
temperaturas entre -6,5 y -7,0ºC, constituyendo una depresión semiendorreica al sur de
Ballesteros. U otros sectores fríos como las pedanías de Pinilla, La Encarnación o

263
Navares (paraje de Los Llanos), ubicado entre las pedanías de Archivel y Barranda (Fig.
4.40).

Las sierras del norte de la región, cuya disposición es SO-NE, registran temperaturas
máximas entorno a 1,0ºC, destacando especialmente la Sª de Burete (con el caserío
homónimo), sector occidental de la Sª Ponce (al sureste de Ucenda), o la Sª del Pinar
Negro (al norte de Benablón).

Fig. 4.40. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C14. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

264
4.3.2.15. Vega Media del Segura – Cuenca Mula (C15)

Fig. 4.41. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C15. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

El sector correspondiente a la Vega Media del Segura y a la cuenca interior del río Mula
se caracteriza por presentar valores térmicos más templados que el resto de regiones
anteriormente analizadas. Especialmente destacan los altos valores de temperatura del
sector orográficamente accidentado de la Sierra de Ricote y las montañas que circundan
los municipios de Ojós, Ulea, o Villanueva del Río Segura (Sª de Cajal o del Solán). Se
trata de espacios con temperaturas medias de 4,0ºC, muy elevadas si las comparamos
con otros sectores relativamente próximos (Fig. 4.41).

En efecto, los valores más fríos (-3,8ºC) se localizan en el sector de la Cuenca de Mula,
especialmente situados en el Alto Pliego, entre las poblaciones de Casas Nuevas y el

265
oeste del municipio de Pliego (zona situada entre 300 y 400 m de altitud). El resto de
sectores fríos, con temperaturas entre -1,0 y -3,0ºC se localizan al este de Yéchar (Los
Llanos de Yéchar, y La Vega), y una amplia área comprendida entre Fuente Librilla y
Barqueros (La Retamosa Baja)

4.3.2.16. Vega Baja prelitoral del Segura y Comarca de Abanilla - Fortuna


(C16)

Fig. 4.42. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C16. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

Las Vegas Bajas prelitorales del río Segura y la Comarca de Fortuna-Abanilla adquieren
un carácter templado en relación al conjunto de la DHS, aunque los valles más aislados,

266
a pesar de su escasa altitud, son capaces de registrar bajas temperaturas. En efecto,
en zonas ubicadas entre Fortuna y Abanilla, en los sectores más deprimidos de Rambla
Salada, Ajauque, o junto al río Chícamo, aparecen temperaturas entre -1,0 y -2,0ºC.
Igualmente, con temperaturas similares, en la zona de huerta, al suroeste de la ciudad
de Murcia (con visible isla de calor urbana), o los sectores deprimidos entre Alguazas,
El Llano y Molina de Segura (confluencias del río Segura y Mula), aparecen piscinas
frías de estabilidad nocturna respecto a su entorno (Fig. 4.42).

Ese entorno montañoso conformado por sierras prelitorales de no demasiada altitud


registra temperaturas entre 4,0 y 6,0ºC, donde destaca especialmente la Sª de Callosa
(junto al municipio de Callosa del Sur) y la Sª de Orihuela (junto al municipio homónimo).

4.3.2.17. Comarca de los Vélez (Almería) y altiplano sur de Caravaca (C17)

Fig. 4.43. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C17. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

267
El Altiplano sur de Caravaca y la comarca natural de Los Vélez presenta ubicaciones
realmente frías, especialmente en el sector más occidental de la DHS. A los pies de la
Sª de María, concretamente al norte del municipio homónimo, en el paraje de la Hoya
del Marqués (El Sabinar) aparecen temperaturas entre -7,0 y -8,0ºC, aunque las
temperaturas sin ligeramente inferiores (-8,0ºC) al norte de El Mojonar, concretamente
en el Collado del Mojonar, valle situado a por encima de 1300 m de altitud. Además, al
sur de las Cobatillas, en el paraje de Los Alticos, y La Hoya, junto al municipio de
Topares, se registran valores de -8,0ºC.

Otros ámbitos fríos de la comarca, ubicados al norte de la misma, aparecen al suroeste


de El Moral (Llanos del Entredicho) con valores de -8,0ºC, en La Junquera, Las
Cobatillas, y al norte de El Moralejo (Llanos del Campillo, del Tornajuelo, y de las
Aguzaderas, paralelo a la carretera C-330 que une Caravaca de la Cruz y la Puebla de
don Fadrique.

Aparecen los valores térmicos más elevados en la zona montañosa más occidental,
como en la Sierra del Gigante, Almirez y Pericay (al oeste de Taibena y Culebrina) con
valores de 1,0ºC, y, por otra parte, la Sª de Enmedio (al noroeste de Zarzalico), con
valores próximos a 0,5ºC (Fig. 4.43).

4.3.2.18. Alto Guadalentín (C18)

La comarca climática del Alto Guadalentín registra los valores más fríos en valles
situados al norte, concretamente al sur de las Tierras Altas de Lorca. Entre las
poblaciones de Zarcilla de Ramos y Luchena, y al sur de La Paca, concretamente en el
sector del río Turilla, Llano del Pino, y la Cañada de Cazorla, se estiman temperaturas
de -5,0ºC. Con la misma temperatura aparece otro amplio sector de llanura entre
Luchena y La Fuensanta, al oeste del Embalse de Puentes, entre la Diputación de la
Tova, y el Setenta.

Al este de las Terreras aparece otro sector frío en madrugadas estables. Se trata de la
Cañada de Morata, junto al caserío de Alhagüeces (-5,0ºC). Finalmente, en un ámbito
de media montaña, en Sierra Espuña, al norte de El Purgatorio, se registran
temperaturas de -5,0ºC en el Barranco de Enmedio, y en el de la Carrasca. Se trata de
un sector deprimido entre los 900 y 1100 m de altitud, a los pies de los calares de Pedro
López (1568 m) y El Morrón de Espuña (1583 m).

Precisamente, los valores más elevados aparecen también en Sierra Espuña,


concretamente en el sector oriental (altitudes entre 400 y 600 m), al sur de El Berro con
2,2ºC (Fig. 4.44).

268
Fig. 4.44. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas
analizadas en el C18. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

4.3.2.19. Bajo Guadalentín y Campo de Cartagena oeste (C19)

El tramo del Bajo Guadalentín y el sector más occidental del Campo de Cartagena
presentan un nítido polo frío en el centro de la comarca. Concretamente al este de los
municipios de Alhama de Murcia y Totana. Con temperaturas cercanas a -3,0ºC el paraje
de Los Salares y La Calavera, en el centro de la Depresión, constituye un auténtico polo
frío, sobre todo si se compara con los valores, de hasta 4,0ºC que registra la Sª de la
Muela junto al municipio de Alhama de Murcia (Fig. 4.45). En general, a lo largo de la
Depresión del Guadalentín se registran los valores más fríos, destacando con

269
temperaturas entre -1,0 y -2,0ºC al noroeste de Sangonera la Verde (El Puntarrón –
Aeródromo Militar de Alcantarilla), o en el paraje de Lébor, al sureste de Totana.

Es preciso destacar el caso de la Sª de Carrascoy, al oeste de La Murta, con


temperaturas elevadas (entre 3,0 y 4,0ºC) a una altitud entre 400-700 m., mientras que
la temperatura empieza a descender en altitudes entre 700 y 1000 m de altitud.

Fig. 4.45. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C19. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

270
4.3.2.20. Campo de Cartagena y Vega Baja litoral (C20)

Fig. 4.46. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C20. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

La región climática del Campo de Cartagena y Vega Baja del Segura presentan un litoral
meridional muy accidentado, donde las temperaturas son las más elevadas; y un
prelitoral relativamente plano, con temperaturas algo más bajas.

A excepción de los “bugs” de las lagunas litorales entre San Miguel de las Salinas y
Torrevieja y las Salinas de San Pedro del Pinatar, claramente visibles en la Fig. 4.46
(tonos rojos), los valores más elevados aparecen en el litoral fuertemente accidentado

271
de Cartagena (Sierras de la Muela, Pelayo, Fausilla y Monte de las Cenizas-Atamaría),
con valores entre 6,0 y 7,0ºC.

Por su parte, existen amplios sectores prelitorales, llanos, que registran temperaturas
entre 0,0 y -1,5ºC, destacando amplias zonas del Campo de Cartagena (entre Sucina y
Avileses, La Palma…), y la zona próxima a las Casas de Tallante, concretamente el
sector llano al norte, próximo a Las Palas.

En la Vega Baja del Segura, al sur de Guardamar del Segura y al norte de la Laguna
Salada de la Mata (El Campo), se registran temperaturas de -1,0ºC. Mientras, al noreste
de Rojales, alrededor de la población de San Fulgencio y a unos 7 km de la
desembocadura del río Segura, se registran valores ligeramente por debajo de 0,0ºC.

4.3.2.21. Depresión del Guadalentín (C21)

La comarca central del Guadalentín está caracterizada por el amplio sector de la huerta
de Lorca, caracterizada por poseer temperaturas no especialmente frías, pero sí muy
contrastadas con el entorno montañoso en el centro de la Depresión. Concretamente,
el sector ubicado entre El Esparragal, La Alcanara y el Vainazo (Huerta de Lorca y Pto.
Lumbreras) posee temperaturas alrededor de -3,0ºC, al igual que algunos sectores
occidentales de la región, como los situados al sur-sureste de Los Cegarra (Rambla de
Nogalte y del Yunco).

Por el contrario, los sectores más accidentados orográficamente como la Sª de la Peña


Rubia (al suroeste del casco urbano de Lorca), la Sª de la Carrasquilla y El Talayón (al
sureste de Purias), Sª del Águila (este del Puntarrón), y Sª de la Almenara (al sur de El
Esparragal), registran temperaturas entre 2,0 y 3,0ºC (Fig. 4.47).

272
Fig. 4.47. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas
analizadas en el C21. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

4.3.2.22. Litoral almeriense y sur de Murcia (C22)

El litoral almeriense de la DHS y el más meridional de la Región de Murcia pueden ser


considerados como los sectores menos fríos de la DHS. En general, las sierras
prelitorales, en un litoral relativamente accidentado, se caracterizan por presentar
temperaturas nocturnas elevadas, hasta el punto de llegar a 10,0ºC en La Azohía, litoral
de Las Moreras, Calnegre, Calabardina o Villaricos. Los espacios montañosos abruptos,
que se sitúan en contacto con el mar registran valores muy contrastados con el resto de
valles interiores (Fig. 4.48).

273
Tan sólo algunos valles interiores algo aislados de la influencia del mar llegan a registrar
valores negativos. Se trata, por ejemplo, del amplio sector ubicado al norte del municipio
de Mazarrón y de Leiva, en la confluencia de las Ramblas de Murcia, del Reventón, de
la Majada, y de las Yeseras, y que registra valores térmicos de -2,0ºC. Por su parte,
hacia el interior, y más alejado de dicha influencia del mar, aparece un sector al noreste
de Goñar (-3,2ºC), La Hoya y Puerto Adentro, un valle por donde discurre un tramo de
la Autovía A-7 entre Puerto Lumbreras y Huércal-Overa.

Fig. 4.48. Distribución espacial de las temperaturas medias de las 50 madrugadas


analizadas en el C22. Fuente: MODIS/VIIRS LST.

274
Conclusiones y discusión

La necesidad de cartografiar los fenómenos de inversión térmica nocturna (ITN) y la


distribución de las temperaturas en un territorio, cuenta con una herramienta
imprescindible para tal fin, como son las imágenes de satélite. Debido a la complejidad
de la distribución espacial de temperaturas nocturnas durante madrugadas estables
(conformación de CAP en fondos de valle), y a la imposibilidad de mantener una red de
estaciones meteorológicas lo suficientemente densa para identificar bien el fenómeno,
se utilizan las termografías, o distribución térmica a través de bandas satelitales.

Los productos de temperatura de la superficie terrestre (LST) de MODIS y VIIRS tienen


el potencial de obtener excelentes estimaciones espaciales de la temperatura de la
superficie terrestre a una muy alta resolución temporal (diaria) y espacial (1000/750 m)
en todo el planeta. El análisis nocturno efectuado arroja excelentes resultados, pues
existe una mejor predicción para temperaturas mínimas (Tmin) que para las
temperaturas máximas (Tmax) en el análisis de productos LST de MODIS (Yang et al.,
2017).

Los resultados del análisis estadístico muestran una validación especialmente buena de
los productos MODIS y VIIRS LST, con las validaciones efectuadas especialmente con
las temperaturas superficiales (TN) de 219 estaciones meteorológicas en el área de
estudio. Los ajustes estadísticos obtenidos por el producto combinado de MODIS y
VIIRS LST son elevados, con correlaciones estadísticas de R2 de 0.82 con el producto
EuroLST (BIO6) y de 0,83 con las estaciones meteorológicas en superficie, con un total
de 2579 y 3046 puntos de medición (estadística muy robusta). Son correlaciones
estadísticas que se encuentran en la horquilla de las principales investigaciones
realizadas, parecidas a las de Neteler (2010), quien determina correlaciones entre 0,70
y 0,98, y diferencias térmicas de 0,5ºC entre temperaturas de estaciones meteorológicas
y MODIS LST en los Alpes centro-orientales (noreste de Italia).

Además, todas las correlaciones efectuadas a través del test de Spearman y Pearson,
salvo una (pendiente superior al 35% en estaciones meteorológicas, con 95%), reflejan
un nivel de confianza del 99%. Para la identificación de las CAP, uno de los principales
objetivos de análisis de la investigación, las correlaciones son excelentes.

Aunque el principal objetivo del capítulo es analizar la distribución térmica espacial en


la DHS en madrugadas estables, las diferencias térmicas no son especialmente
elevadas, al compararse temperaturas superficiales (Ts) arrojadas por los productos
MODIS/VIIRS (LST), y temperatura del aire (Ta) de las estaciones meteorológicas. Las

275
diferencias medias se sitúan entre 2,4 y 3,8ºC, si bien, en zonas de CAP son más
ajustadas (1,6 a 2,1ºC). Por ejemplo, en las Islas Svalbard (Noruega) se producen
diferencias con MODIS LST de 1,5 a 6,0ºC en inviernos bajo condiciones de cielos
despejados, con una temperatura superficial más fría que los productos (Westermann
et al., 2012), como ocurre en el área de estudio. En la cuenca del Maipo (Chile) los
resultados también muestran una representación correcta de la distribución espacial y
temporal de las temperaturas máximas y mínimas para todos los tipos de superficie
(Bustos y Meza, 2015).

En la región más occidental de África, Vancutsem et al. (2010) determinan coeficientes


de correlación elevados entre Ta y Ts, con R 2 de 0.86 en Botsuana, 0,83 en
Madagascar, y 0,69 en Eritrea. Por su parte, en el noreste de Vietnam se utilizó el
método simple de análisis de regresión lineal múltiple, y se logró una alta precisión con
R2 = 0,88 (Noi et al., 2016). Resultados que se encuentran dentro de la horquilla
calculada en la DHS.

Los resultados de los últimos años muestran que el método espacio-temporal obtiene
buenos resultados en la producción de producto LST (MODIS - MYD11A1) en la meseta
tibetana (Zhou et al., 2017). También se realizan estudios en el continente europeo,
concretamente en el área metropolitana de Roma, con R 2 entre 0,87 y 0,93 para el
MYD11A1 en su producto nocturno (Sismanidis et al., 2016), corroborando, que el
producto MODIS LST obtiene correlaciones, que en la mayoría de estudios se han
situado por encima de 0,80.

Para el producto VIIRS (LST) se observa una buena precisión de 0.4 K y 0.12 K y R-
RMSD de 1.2 K y 1.1 K durante el día y la noche, respectivamente, para todas las
coberturas (Niclòs et al., 2018). Los productos MODIS y VIIRS LST son tremendamente
homogéneos, con un coeficiente de correlación de 0,91, y una diferencia térmica de
0,4ºC, aunque ambos subestiman el LST. Al obtener casi la misma correlación
estadística con las temperaturas superficiales (0,84 y 0,83 respectivamente), y al
disponer de diferencia resolución espacial, se unen ambos productos, en una
termografía final.

A nivel espacial los mejores ajustes estadísticos se encuentran en el Altiplano de la


Región de Murcia, en la Comarca del Guadalentín, en el norte de la DHS, y en el
Altiplano de Almería, mientras que, los peores ajustes se localizan en la cabecera de la
DHS (zona noroccidental), y Campo de Cartagena. Por su parte, las mayores diferencias
térmicas se dan en la Cuenca de Abanilla-Fortuna, y Vega Baja del Segura, con buenas
correlaciones estadísticas. En zonas de cabecera, en el Noroeste de la Región de

276
Murcia, y provincia de Albacete en general, la diferencia térmica es más ajustada, pero
con ajustes estadísticos menores.

Los resultados de validación de este estudio muestran que la temperatura mínima diaria
del aire puede recuperarse efectivamente con los productos de superficie terrestre
MODIS/VIIRS LST, tal y como determina Zhu et al. (2013).

Los cambios en el uso del suelo y la capa de nieve intermitente en cabecera no han sido
analizados en detalle, ya que no se pretende estimar con exactitud la temperatura (se
utilizan sólo 50 madrugadas de ITN para analizar la distribución espacial). Como
determina Foster et al. (2017), los impactos resultantes en el albedo, y los flujos de calor
en la superficie, contribuyen a variaciones de la temperatura del aire cerca de la
superficie de 1/2°C en áreas urbanas y disminuciones de 2/4ºC fuera de ellas.

Todo ello lleva a elaborar la cartografía final, una termografía promedio entre los
productos VIIRS y MODIS LST, donde se realiza un exhaustivo análisis térmico
territorial, en una división de 22 comarcas climáticas, elaboradas por el autor. Con
identificación de las CAP, y su influencia en la distribución térmica durante noches con
procesos de ITN. Además, se realiza la identificación de las cabeceras municipales,
entidades poblacionales habitadas y parajes geográficos, según umbrales térmicos, con
el objetivo final de realizar una radiografía lo más detallada posible de la distribución de
temperaturas en madrugadas de inversión térmica en época invernal.

La realización de la cartografía propuesta en el capítulo supone un avance en el


conocimiento territorial de la distribución de las temperaturas nocturnas en noches
estables. Las piscinas frías han sido poco estudiadas a través de la teledetección, si
bien han sido analizadas en las Islas Baleares, con la obtención de mapas de la
temperatura mínima del aire (Jiménez et al., 2015).

Se trata de las primeras termografías realizadas en investigaciones científicas en el área


de estudio, y suponen una evolución de la climatología analítica y descriptiva en la
Península Ibérica. Además, ha sido la fuente principal para la instalación de los sensores
térmicos registradores (datalogger) en los polos fríos de la cabecera de la DHS, así
como la confirmación del Calar de Hernán Perea (Jaén) como el sector más frío del
sureste peninsular.

La teledetección se ha convertido durante los últimos años en una herramienta


metodológica de primer nivel para muchos campos de la climatología. La temperatura
de la superficie terrestre (LST) de MODIS se considera una de las formas más
adecuadas para recuperar la temperatura de la superficie del aire (Ta) (Phan et al.,

277
2019). Se ha utilizado, durante los últimos años, para evaluar el potencial TVX
(Temperatura-Vegetación Index) aplicado a las imágenes térmicas MODIS con el fin de
estimar las temperaturas mínimas y máximas diarias del aire en la ciudad de Bangkok
(Missling et al., 2018); o para el estudio de las islas de calor urbana (ICU), por ejemplo,
en Madrid (Allende et al., 2018).

Referencias bibliográficas

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282
CAPÍTULO 5

INVERSIONES TÉRMICAS COMO DESENCADENANTE DE


TEMPERATURAS MINIMAS EXTREMAS EN EL ALTO SEGURA
5.1. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS

El estudio de temperaturas mínimas extremas ha sido ampliamente analizado en


numerosos sectores del planeta, especialmente en áreas deprimidas montañosas,
donde aparecen piscinas de aire frío (CAP) con los valores de temperatura más bajos
del planeta (Whiteman, 1986; Whiteman et al., 1997, 2001, 2004a, 2008; Eisenbach et
al., 2003; Whiteman et al., 2004b; Pospichal et al., 2003)

Las CAP son acumulaciones de aire frío (más denso) que son depositadas en sectores
topográficamente deprimidos, como fondos de valle, poljés, dolinas, cauces
hídricos…durante madrugadas estables (escaso viento y poca nubosidad). Se
desarrollan especialmente durante las horas nocturnas por enfriamiento radiativo de la
capa de aire que se encuentra en contacto con el suelo. A su vez, se produce un
descenso de vientos catabáticos por las pendientes que circundan en el fondo de las
depresiones. Cuanto más fría es la masa de aire en niveles medios y altos horas antes
sobre la vertical de un sector, más frío será el depósito en zonas de valle. En ese sentido,
la morfología del sector deprimido, las áreas más elevadas circundantes, el papel de los
vientos catabáticos, la vegetación…determinará lo fría que es la masa depositada en el
fondo.

Scherhag (1948) plantea los primeros criterios para la identificación de las CAP,
identificando una baja cerrada en la troposfera media y alta (300-700 hPa), un campo
de presión superficial definida, y un espesor geopotencial de 500/1000 hPa con un
contorno cerrado.

Desde hace más de 90 años los estudios de CAP se han desarrollado ampliamente en
los Alpes austriacos, concretamente en el valle del Gstettneral, donde se registran
temperaturas mínimas inferiores a -50ºC en fondos de dolina (Schmidt, 1930).
Constituyen, por tanto, uno de los registros de temperatura más bajos del continente
europeo. Pocos años después, Sauberer y Dirmhirn (1954, 1956) identifican
temperaturas muy variables en toda la estructura altitudinal de las dolinas de Austria
(Gstettner-Alm), con diferencias térmicas notables entre el fondo y el borde de las
dolinas. Determinan que los flujos en el interior de las dolinas son débiles, cuya
prevalencia de vientos sinópticos no llega a los embolsamientos de aire frío de los
fondos de las citadas estructuras, de ahí que las temperaturas sean más bajas.
Litschauer (1962) aportó nuevas respuestas sobre los fenómenos de inversión térmica
en sectores deprimidos de alta montaña, lo que le llevó a realizar mediciones con
cubierta de nieve en el suelo. Registró diferencias entre 5 y 10ºC de superficie nivosa a

284
no nivosa. Además, propuso el índice de Sky view Factor (SvF) o porción de cielo visible
para determinar el potencial de acumulación de frío nocturno estable en el interior de
una dolina, en función de su fisonomía (más abierta o cerrada). Concluyó que los valores
próximos a 1 (dolinas más abiertas) generaban temperaturas mínimas más bajas.

Los fenómenos de ITN también han sido estudiados en Eslovenia (Petkovsek y


Rakovec, 1983; Vrhovec, 1991; Rakovec et al., 2002), Japón (Nakamura y Magono,
1982; Maki y Harimaya, 1988; Maki, 1986; Kondo, 1995; Yoshino, 1984; Iijima y Shinoda,
2000), el oeste de Estados Unidos (Whiteman et al., 1996; Clements et al., 2003) y, en
parajes de piedra caliza de los Alpes europeos (Geiger, 1965). La mayoría de las
cuencas estudiadas alojan núcleos de población, siendo además donde más altas son
las emisiones industriales, causantes de problemas persistentes de contaminación
atmosférica.

A pesar de su gran impacto en el clima y en la contaminación del aire de las cuencas y


valles, las inversiones térmicas persistentes han recibido poca atención de los
investigadores, pero si prolífico en Eslovenia. Petkovsek (1992), modelizó la disipación
del frío debido a la “erosión” turbulenta de la parte superior del aire, mediante la
resolución de una energía cinética turbulenta, la cual simplificó en una ecuación. Sus
resultados indicaron que la disipación de aire frío estancado desde arriba puede ser
iniciada con un aumento de las velocidades del viento. Vrhovec y Hrabar (1996)
examinan el papel del calentamiento diabático, el aire frío por advección, y la erosión
turbulenta del frío. Vrhovec (1991), por su parte, aplica un modelo tridimensional a un
caso de estudio de la acumulación de aire frío en la cuenca Slovenj Gradec, una
depresión alpina en el norte de Eslovenia. Concluye que el acopio de aire frío podría
desacoplar los vientos en altitudes más bajas y más altas, lo que resulta en un cambio
brusco en la velocidad y dirección del viento en la parte superior. Estos estudios
eslovenos son los únicos que se han centrado en el depósito de aire frío y rotura de
capa de inversión, pero no hay datos de observación.

Wolyn y McKee (1989), Savoie y McKee (1995), y Mayr y McKee (1995) llevan a cabo
estudios de episodios de estancamiento persistente de aire frío en las intercuencas
montañosas del oeste de los Estados Unidos. Identifican capas estables en superficie
de las cuencas intramontanas que son producidas por el flujo de bloqueo aguas arriba
de las montañas rocosas. Estos embolsamientos fríos pueden ser destruidos con cierta
brusquedad por depresiones de onda corta. Whiteman et al. (1999) investigan donde
confluyen las acumulaciones frías persistentes en el Plateau Colorado (EE. UU). Pueden

285
desarrollarse durante noches claras cuando “desagua” el aire frío en la cuenca de
montañas de los alrededores.

Los factores de fondo que controlan la acumulación de frío aire en pequeños valles no
se han estudiado con el mayor de los detalles. En teoría, el aire frío debe desarrollarse
en contacto con el suelo enfriado por la radiación y, si este proceso se lleva a cabo en
terreno en pendiente, un flujo de aire frío puede desarrollarse y, por tanto, se pueden
esperar acumulaciones de aire frío que se desarrollarán algún tiempo después de la
puesta del sol. Estos estudios se realizan en áreas montañosas por Barr y Orgill, 1989;
McKee y O'Neal, 1989; y Neff y King, 1989. Thompson (1986), sin embargo, muestra
que dichas acumulaciones podrían desarrollarse en ausencia de drenaje de aire frío. En
las inmediaciones en un pequeño valle, sin corrientes frías, podrían ser detectadas en
un valle con un gradiente de pendiente a 1:200. Thompson (1986) argumenta que el
efecto “refugio” de la topografía es un factor muy importante para el desarrollo de las
variaciones de temperatura en terreno complejo. La interceptación de aire en un valle
estrecho con brusca pendiente evitará la mezcla turbulenta del aire de la superficie fría
con el calentado por encima, lo que conduce a una velocidad de enfriamiento más alta
cerca la superficie

Clements et al. (2003) analiza una cuenca topográficamente sencilla para documentar
la evolución de la temperatura y estructura de los vientos durante el período de
acumulación de frío aire. Todo ello bajo noches de condiciones en las que el
enfriamiento ejerce supremacía. La cuenca elegida, Peter Sinks (Utah), mantiene la
temperatura mínima extrema récord de esta región (-56ºC) y ha registrado la segunda
temperatura más fría de Estados Unidos (Pope y Brough 1996). La justificación de la
elección de ésta cuenca radica en el registro de temperaturas frías extremas, y
sugirieren que es un buen ejemplo de una cuenca cerrada en el que a lo largo del valle
los vientos están ausentes. La investigación se centra en lograr una mejor comprensión
del desarrollo de las acumulaciones de aire frío bajo éstas condiciones topográficas, en
que la complicación de los efectos de la advección se reduce al mínimo. Uno de los
estímulos para la investigación es la expectativa de que una mejor comprensión de la
evolución en frío puede tener implicaciones prácticas importantes para la previsión en
su formación y disipación de las CAP, que constituye uno de los problemas de predicción
más difíciles en el oeste de los Estados Unidos (Smith et al., 1997).

Años después, las investigaciones en este mismo ámbito geográfico, pionero en el


estudio de inversiones térmicas y CAPs, determinaron promedios de SvF en las dolinas
de 0,88. Las dolinas del sur de Lunz región de Gstettner-Alm) y del Gruenloch (Austria)

286
también han sido profundamente analizadas por Eisenbach et al. (2003); Whiteman et
al. (2004b) o Pospichal et al. (2003), con la utilización de sondeos termodinámicos y
observación térmica. Llegan a observar diferencias térmicas de hasta 18ºC entre el tope
y el fondo de la dolina (Steinacker et al., 2007), con análisis de diferentes tamaños y
formas de las mismas.

En las Montañas Rocosas de EE. UU se han desarrollado numerosos análisis de


eventos de inversiones térmicas asociada a la génesis de temperaturas mínimas
extremas, donde la dolina es la geoforma kárstica que registra las temperaturas más
bajas en latitudes medias, con registros de hasta -56ºC. Diferentes análisis en ámbitos
montañosos han venido a contribuir los estudios de la influencia de los vientos
catabáticos en las CAP, causados por un súbito enfriamiento de las áreas de drenaje de
aire frío en los fondos de valle, por contacto con las laderas, que se aceleran al poseer
una flotabilidad negativa (Barr y Orgill, 1989; Neff y King, 1989; Gudiksen et al., 1992)
Además, se han estudiado las causas de la rotura de las CAP con la llegada de las
horas diurnas, debido al crecimiento convectivo de la capa límite tras la salida del sol
(Whiteman y McKee, 1982) y a la erosión turbulenta del viento en niveles superiores de
la CAP (Petkovsek, 1992; Vrhovec y Hrabar, 1996). Las principales causas son debidas
a advecciones de aire frío (Zhong et al., 2001), el paso de frentes (Whiteman et al.,
2001), o por la erosión turbulenta de la CAP (Zhong et al., 2003; Fritts et al., 2010).
Dichas causas fueron profundizadas por Lareau et al. (2013) y Eisenbach et al. (2003),
quienes realizan una clasificación de ocho patrones de CAPs según la evolución
sinóptica y la rotura del estrato de inversión térmica.

Durante los últimos años se realizan análisis térmicos en las dolinas del Gstettneralm
(Pospichal et al., 2003; Whiteman et al., 2004) y las de Peter Sinks en Utah (Clements
et al., 2003), determinando que las mayores tasas de enfriamiento se producen tras la
puesta del sol, y no durante la madrugada posterior, donde el descenso es más gradual.
Recientemente, han sido estudiados dos eventos de PCAPs (piscinas de aire
persistentes) en Columbia y en el cráter experimental (METCRAX) en EE. UU, donde
se profundiza en la formación y destrucción de los fenómenos de inversión térmica
(Clements et al., 2003 y Steinacker et al., 2007). En años más recientes, entre 2008 y
2010, se registra una temperatura mínima de -47,0ºC en el Busa di Manna (2550 m),
ubicada en la plataforma kárstica del Pale di San Martino (Trentino-Alto Adige, Italia)
(Renon, 2011).

Recientemente en la Península Ibérica, Miró et al. (2010) estudian las CAP en el Valle
del Segre y la Cerdanya catalana durante cuatro años. Lo realizan mediante simulación

287
de mesoescala de alta resolución y el uso de una red de sensores térmicos con los que
calculan horas de frío (Jiménez et al., 2015; Miró et al., 2017; Pagès et al., 2017).
Finalmente, en la Cordillera Cantábrica son analizadas las temperaturas mínimas
asociadas a CAP en el entorno de los Picos de Europa. La investigación, con
registradores térmicos, determina una temperatura mínima de -32,7ºC (19 de febrero
del 2016) en la Vega de Liordes (1.880 m), lo que genera la temperatura mínima
absoluta más baja registrada hasta el momento en la Península Ibérica (no validada por
AEMET) (Iglesias González et al., 2018).

El análisis del capítulo pretende analizar los procesos de ITN y las características de las
temperaturas mínimas en la Sierra del Segura (cabecera de la Demarcación
Hidrográfica del Segura). Mediante la instalación de una red propia de datalogger, y la
utilización de diversas herramientas mesoescalares y satelitales, se realiza un análisis
detallado de las temperaturas mínimas (octubre 2016 - marzo 2020) mediante la
estadística climática de los registros obtenidos. El énfasis en determinados sectores
fríos de la DHS, con especial interés en la época invernal, marcará el desarrollo del
capítulo. Además, el análisis de episodios de frío extremo, donde se pone de relieve la
intensidad de los procesos de inversión térmica, pretende ofrecer una visión más
ajustada de los fríos inviernos que caracteriza a la cabecera del área de estudio.

5.2. ÁREA DE ESTUDIO

El interior sureste peninsular, y concretamente la cabecera de la Demarcación


Hidrográfica del Segura (sector más occidental), se ubica en el nodo interprovincial de
las Comunidades Autónomas de Andalucía (Jaén, Granada y Almería), Región de
Murcia y Castilla La Mancha (Albacete). Un total de 5 provincias que abarcan una
superficie aproximada de 4720 km2 (Fig. 5.4).

El área de estudio se enmarca en las Cordillas Béticas (zona de contacto entre los
dominios subbético y prebético), lo que le confiere altitudes destacadas que llegan a
superar ligeramente los 2100 m. El gradiente altitudinal es notable, ya que el río Segura,
en la Comarca del Noroeste de la Región de Murcia, a escasos kilómetros del área más
montañosa, llega a descender a una cota altitudinal de 250 m (Vegas del Segura en
Calasparra). Eso repercute en un contraste térmico-pluviométrico extraordinariamente
relevante. Según el Atlas Digital de la Península Ibérica, (2006), las precipitaciones
obtienen diferencias de hasta 1000 mm (extremos de 1300 a 350 mm), con contrastes
térmicos medios de 7ºC (entre 16ºC y 9ºC). Además, se trata de una zona de transición
con una marcada influencia atlántica y mediterránea (Castillo Requena, 1988).

288
Fig. 5.1. Abrevaderos congelados en Monterilla - Hernán Perea (3 de diciembre 2017).

Fig. 5.2. Importante nevada en el Calar de Hernán Perea (13 diciembre de 2017).

Fig. 5.3. Intensa helada en Rambla Seca - Hernán Perea (16 de octubre de 2016).

289
En la cabecera natural de la DHS, y, por tanto, en el sector más occidental del área de
estudio, se encuentra el extenso Calar de Hernán Perea, localizado en la Sierra de
Segura, provincia de Jaén. Se enmarca casi en su totalidad en el término municipal de
Santiago-Pontones (Jaén), y un pequeño sector en los municipios de Castril (Granada)
y Cazorla (Jaén). Constituye, la plataforma kárstica más extensa de la Península Ibérica
(144 km2), con una altitud media de 1697 m de altitud. Su particular régimen de
temperaturas nocturnas provoca la aparición de recurrentes heladas severas (Fig. 5.3).
Los intensos procesos de ITN aparecen potenciados por la orografía (gran cubeta
aislada con picos de 2100 m de altitud), y a los numerosos campos de dolinas que lo
caracterizan. Todo ello genera una recurrencia muy elevada en la aparición de hielo,
nieve e intensas heladas (escarcha), tal y como se puede apreciar en las Fig. 5.1 y 5.2.

Fig. 5.4. Distribución de los dataloggers utilizados (ID y características en Tabla 1). El
recuadro rojo indica la ubicación del Calar de Hernán Perea.

290
Además, su gran pluviometría, con reiteradas nevadas, y, por tanto, la disponibilidad de
agua durante gran parte del año, que activan potentes procesos de gelifracción. Según
la clasificación climática de Köppen pertenece a un área morfoclimática de tipo
oceánico-mediterránea de verano suave (Csb), aunque estudios recientes lo definen
como un área de alta montaña de tipo mediterráneo frío subhúmedo de cimas prebéticas
(Gómez Zotano et al., 2015, 2016).

5.3. MATERIAL Y MÉTODOS

5.3.1. Datos

El análisis principal del capítulo se sustenta sobre temperaturas mínimas diarias. Con el
fin de un estudio exhaustivo desde el punto de vista observacional el autor ha instalado
una red propia de 42 termómetros registradores (datalogger) en el sector oeste del área
de estudio (ámbito más frío de la DHS). La ubicación elegida de cada uno de los
sensores está basada principalmente en el análisis de termografías expuestas en el
capítulo anterior (3º), así como la revisión de series meteorológicas pertenecientes a
antiguos observatorios meteorológicos de AEMET, que en la actualidad no están
activos.

La instalación en los sectores más fríos del área de estudio ha estado sujeta a
numerosos problemas de acceso, y a la dificultad impuesta por las adversas condiciones
meteorológicas durante el invierno. La mayoría de termómetros registradores se ubican
dentro de los límites naturales de la DHS, aunque ciertos datalogger se localizan en las
inmediaciones del límite más occidental del área de estudio. Es debido a su especial
singularidad climática, y para complementar y validar los registros térmicos de algunos
parajes de interés, como es el caso de Monterilla (Hernán Perea), o Calar del Mundo.
Se trata de los registradores de Navalasno y Nava del Polvo (1 y 2 en el mapa de
estudio), ubicados en la Sierra de la Cabrilla, y los de la Laguna de Bonache y Siles-
Castrobayona (29 y 39), en las inmediaciones del Calar del Mundo.

Un total de 21 datalogger de los 40 datalogger instalados han sido utilizados para la


elaboración de estadísticas, en un rango temporal desde octubre 2016 a marzo 2020
(Tabla 5.1). Abarca, por tanto, un total de 4 periodos fríos de observación (de octubre a
marzo), incluyendo los años 2016/2017, 2017/2018, 2018/2019 y 2019/2020. Los
termómetros que no han podido ser incluidos en el análisis completo no presentan una
serie continua y homogénea, debido a diferentes contrariedades durante el periodo de
observación (Tabla 5.2). Las principales dificultades han sido robos de material,
desperfectos de la garita tras el paso de intensos temporales en invierno, o fallos en el

291
sistema interno de los datalogger. No siempre fue posible reponerlos para no perder la
serie continua, ya que la descarga de datos térmicos se realiza en los puntos de peor
acceso cada 6/7 meses aproximadamente.

Fig. 5.5. Ejemplo de garita meteorológica artesanal construida con platos. En éste caso,
ubicada en las Tierras Altas de Lorca, a las afueras de la pedanía de Avilés. En su
interior, termómetro registrador Elitech RC-5.

Los termómetros registradores (dataloggers) utilizados son en su mayoría de marca


Elitech RC-5 de 25.000 registros, tres de ellos son Microlite 32K (32.000 registros), y
finalmente, ubicados en los dos emplazamientos con las temperaturas más frías, y,
además, bajo las condiciones invernales más severas, dos HOBO MX25 de 50.000
registros ideados para climas severos (Fig. 5.7). Por su parte, en la mayoría de
observatorios, se utiliza una garita meteorológica artesanal, compuesta por 11 platos
blancos (Fig. 5.5), en 3 de ellas la garita meteorológica homologada tipo Davis (7714),
y finalmente, para los termómetros ubicados en los parajes de Navalasno y Nava del
Polvo (dataloggers fuera del área de estudio) se colocan dos garitas meteorológicas tipo
pagoda, cedidas por AEMET Murcia (Fig. 5.9). La Delegación Territorial de Murcia de la
Agencia Estatal de Meteorología, gracias a su meteorólogo D. Luis Bañón, se interesa
por los registros obtenidos en dicho sector.

292
Además, gracias a la colaboración con la Asociación Meteorológica del Sureste
(AMETSE), y a la estación meteorológica automática propiedad del autor, se utilizan dos
estaciones automáticas ubicadas en el Pico de la Selva (6) y en la pedanía de Arroyo
Hurtado – Cehegín (21). Se trata de los modelos Davis Vue y Hardley Waldbeck
respectivamente.

La altura del sensor y la garita respecto a la superficie, según los estándares oficiales
de la OMM (2017), se ubican a 1,5 m de altura, salvo las ubicaciones de Nava del Polvo,
Navalasno, y Monterilla, que lo hacen a 2,0 m de altura para evitar las importantes
acumulaciones de nieve en invierno, en territorios situados por encima de 1500 m y con
una pluviometría importante durante el trimestre invernal (Fig. 5.8).

Fig. 5.6. Estación meteorológica tipo Davis VUE, instalada en colaboración con la
Asociación Meteorológica del Sureste (AMETSE), en el pico de la Selva (Sierra de Pedro
Ponce), en el centro de la Región de Murcia.

La utilización de diferentes tipos de datalogger y garitas meteorológicas se justifica


principalmente por el coste económico. El precio de los datalogger Elitech RC-5 rondan
15/20 euros por unidad, mientras que, los de tipo Microlite 32K y HOBO MX25 superan
100 euros. De igual modo, las garitas artesanas han podido ser realizadas con poca
carga económica, mientras que, las garitas tipo Davis 7714 rondan 50 euros por unidad.

La totalidad de los datalogger utilizados poseen un rango temporal de medición


diezminutal, con una precisión de ±0,3˚C y una resolución térmica de 0,1°C. Los
termómetros registradores ubicados en Monterilla y Navalasno son calibrados en la

293
Delegación Territorial de AEMET de Murcia, en el Centro Meteorológico Territorial de
Guadalupe. Los responsables del mantenimiento del instrumental determinan una
desviación de +0,2ºC en las temperaturas mínimas. Los resultados expuestos
posteriormente han sido corregidos con el calibrado realizado por el personal de
AEMET.

Fig. 5.7. Campo de dolinas de Monterilla en el Calar de Hernán Perea. En el fondo de


la misma, garita meteorológica tipo Davis 7714 (homologada) con sensor HOBO MX25.
Foto: José María Serna García.

Para el análisis de los diferentes tipos de CAP y de los episodios de frío estable más
relevantes del periodo de análisis son utilizados datos horarios de temperatura de los
cuatro inviernos meteorológicos (16/17, 17/18, 18/19 y 19/20), con los meses completos
de diciembre, enero y febrero. La información es complementada con la dirección y
velocidad viento, humedad relativa, nubosidad y temperatura de sondeos atmosféricos
(Murcia – Guadalupe), y de las algunas estaciones meteorológicas (Calar Alto – CAHA
– Almería, Casas del Rey – Moratalla SIAM IMIDA). Además, se utiliza íntegramente las
redes de estaciones meteorológicas del SIAM IMIDA, SAIH (Segura) y AEMET para la
consulta de temperaturas mínimas diarias.

294
Fig. 5.8. Mega dolina de la Nava del Polvo (Sª de la Cabrilla), junto a Calar de Hernán
Perea. Garita meteorológica de tipo Pagoda, cedida por AEMET, y sensor HOBO MX25.

Por su parte, para el estudio de la presión atmosférica superficial se recurre al


observatorio meteorológico de Caravaca de la Cruz (AEMET), con anotación de los
registros a las 06 h UTC. Para el análisis de la nubosidad, se recurre, por un lado, al
observatorio meteorológico de 1er orden del Centro Meteorológico Territorial de
Guadalupe-Murcia (AEMET), con los datos de octas de nubosidad a las 06 h UTC, y por
otro, al reanálisis de la nubosidad del modelo meteorológico ARPEGE 0.1º a través de
la web http://www.meteociel.fr/.

Los sondeos atmosféricos utilizados son lanzados desde el CMT de Guadalupe - Murcia
(AEMET) a las 00 UTC (1 de diciembre de 2016 al 28 de febrero de 2019). Son
estudiados para cada nivel altitudinal de los datalogger utilizados (temperatura,
humedad relativa, dirección y velocidad de viento).

Son utilizados datos de reanálisis atmosférico en diferentes niveles geopotenciales (300,


500, 700 y 850 hPa), así como el campo de presión atmosférica a nivel del mar. Se
obtiene una cartografía promedio para los diferentes tipos de CAP, que ha sido obtenida
del NCEP II Reanalysis, cuya fuente de datos es el modelo estadounidense del Global
Forecast System (GFS) http://www.esrl.noaa.gov/psd/ (NOAA/ESRL Physical Sciences
Division, Boulder, Colorado). Además, se obtienen datos de reanálisis atmosférico en la
web http://www.eumetrain.org/ePort_MapViewer/index.html para los campos de presión
de los geopotenciales de 300 y 850 hPa.

295
Tabla 5.1. Registradores de temperatura (dataloggers) utilizados para el análisis
estadístico (octubre 2016 – marzo 2020).

ID Paraje Municipio Altitud Protección Sensor

1 Nava del Polvo Cazorla 1836 Pagoda AEMET HOBO MX25


2 Navalasno Cazorla 1770 Pagoda AEMET Microlite 32K
3 Monterilla Santiago-Pontones 1660 David 7714 HOBO MX25
4 Viboreros Vianos 1555 Garita casera platos Elitech RC-5
5 Cañada de las Yeguas Riopar 1533 Garita casera platos Microlite 32K
6 Pico de la Selva Mula 1521 Garita Davis Davis VUE
7 Media Fanega Riopar 1510 Garita casera platos Elitech RC-5
8 Cañadas de Nerpio Nerpio 1423 Garita casera platos Elitech RC-5
9 Río Zumeta Huéscar 1200 Garita casera platos Elitech RC-5
10 Nevazo de Arriba Caravaca de la C. 1181 Garita casera platos Microlite 32K
11 Valle de la Rogativa Moratalla 1152 Garita casera platos Elitech RC-5
12 Cañada Grande María 1087 Garita casera platos Elitech RC-5
13 La Risca Moratalla 1047 David 7714 Elitech RC-5
14 Gollaín Caravaca de la C. 1021 Garita casera platos Elitech RC-5
15 Bco. del Agua Caravaca de la C. 906 Garita casera platos Elitech RC-5
16 Bco. del Cenajo Cehegín 865 Garita casera platos Elitech RC-5
17 Casa del Cura Lorca 852 Garita casera platos Elitech RC-5
18 Ballesteros Caravaca de la C. 842 David 7714 Elitech RC-5
19 Benablón Caravaca de la C. 777 Garita casera platos Elitech RC-5
20 Avilés Lorca 762 Garita casera platos Elitech RC-5
21 Arroyo Hurtado Cehegín 465 Garita estación Hardley Waldbeck

Los datos de temperatura horarios de los diferentes datalogger también han sido
utilizados para identificar los diferentes tipos de piscinas de aire frío nocturno (CAP),
desde el 1 diciembre 2016 al 28 febrero 2019) durante tres trimestres invernales
meteorológicos (16/17, 17/18, 18/19). Los datos meteorológicos diarios y horarios de las
estaciones meteorológicas complementarias citadas anteriormente son utilizados para
la obtención de promedios de dirección y velocidad de viento, y humedad relativa en
una franja horaria de 0 a 6 h UTC.

296
Tabla 5.2. Registradores de temperatura (dataloggers) utilizados para análisis
puntuales. Intervalo temporal con registros discontinuos (octubre 2016 – marzo 2020).

ID Paraje Municipio Altitud Protección Sensor

22 Pico de Revolcadores Moratalla 1979 Garita casera platos Elitech RC-5


23 Puerto Lézar Santiago-Pontones 1612 Garita casera platos Elitech RC-5
24 Huebras Nerpio 1445 Garita casera platos Elitech RC-5
25 Hoya Gayuba Lorca 1428 Garita casera platos Elitech RC-5
26 Pozo Romero Siles 1411 Garita casera platos Elitech RC-5
27 Era Alta - Pontón Alto Santiago-Pontones 1396 Garita casera platos Elitech RC-5
28 Vega de Pontones Santiago-Pontones 1338 Garita casera platos Elitech RC-5
29 Laguna de Bonache Siles 1289 Garita casera platos Elitech RC-5
30 Prados río Madera Segura de la Sª 1185 Garita casera platos Elitech RC-5
31 Campo de Béjar Moratalla 1096 Garita casera platos Elitech RC-5
32 La Junquera Caravaca de la C. 1089 Garita casera platos Elitech RC-5
33 Derramadores Caravaca de la C. 991 Garita casera platos Elitech RC-5
34 Bco. de las Buitreras Moratalla 993 Garita casera platos Elitech RC-5
35 Hoya Lóbrega Cehegín 988 Garita casera platos Elitech RC-5
36 Riopar - Vega río Mundo Riopar 930 Garita casera platos Elitech RC-5
37 Barranda - Las Lomas Caravaca de la C. 860 Garita casera platos Elitech RC-5
38 La Hoya - Nava de Arriba Liétor 838 Garita casera platos Elitech RC-5
39 Siles - Castrobayona Siles 800 Garita casera platos Elitech RC-5
40 Fuente Principal Hellín 585 Garita casera platos Elitech RC-5
41 Prado Judío – La Copa Bullas 562 Garita casera platos Elitech RC-5
42 Los Hongares Hellín 497 Garita casera platos Elitech RC-5

Los datos meteorológicos de las estaciones meteorológicas complementarias son


utilizados para el análisis de las madrugadas con CAPs, con promedios de viento y
humedad relativa de 0 a 8 UTC de la madrugada.

Los productos satelitales del MODIS-TERRA (Corrected Reflectance 3-6-7) para la


estimación de la superficie nivosa (SMAP_L4_Snow_Mass), las termografías generadas
obtenidas del producto “Brightness Temperature (Band I5, Night)”, del satélite VIIRS
(SUOMI) se obtienen en la web https://worldview.earthdata.nasa.gov/.

Finalmente, las trayectorias y procedencias de las masas de aire que afectan al área de
estudio durante las jornadas analizadas de CAP, son obtenidas del reanálisis del
HYSPLIT (NOAA) https://www.ready.noaa.gov/hypub-bin/trajtype.pl?runtype=archive.

297
Fig. 5.9. Poljé colgado de Navalasno, al fondo Calar de Hernán Perea. Garita
meteorológica de tipo Pagoda, cedida por AEMET, y sensor microlite 32K.

5.3.2. Métodos
Los datos de temperatura diezminutales, y los diarios de temperatura mínima absoluta
de la red de datalogger instalada por el autor son utilizan para calcular la estadística de
diferentes índices climáticos referentes a temperaturas mínimas o nocturnas (Tabla 5.3).
Los cálculos son realizados a nivel anual, mensual, para el trimestre invernal con los
meses de diciembre, enero y febrero (DEF), y finalmente el periodo frío (PF), que abarca
temporalmente desde el mes de octubre a marzo (mitad del año con las temperaturas
medias más bajas).

298
Tabla 5.3. Índices climáticos analizados en los 21 datalogger analizados (octubre 2016
– marzo 2020).

Acrónimo Índice climático Unidad Descripción

TN Tª mínima absoluta ºC Valor térmico más bajo en un día natural


TNn Tª media de las mínimas ºC Promedio mensual y anual de TN
FD Días de helada Días Días con temperatura <=0ºC
HE Nº Horas de helada Hora Nº horas con Tª <=0ºC
HE/día Nº Horas de helada por día Hora Nº horas con Tª <=0ºC / día
TE Tasa de enfriamiento ºC Detallada en Eq. 1
CINV Capacidad de inversión térmica ºC Detallada en Eq. 2
FP Longitud periodo de heladas Días Nº de días entre la 1ª y la última helada
FFF Primera helada del periodo Día Aparición del primer día de helada (FD)
LSF Última helada del periodo Día Aparición del último día de helada (FD)
ICH Índice concentración de heladas - Detallada en Eq. 3
IRH Intensidad rachas de heladas - Detallada en Eq. 4

Para un mayor conocimiento de la caída de la temperatura tras la puesta de sol en


madrugadas estables se propone la tasa de enfriamiento (TE). Dicho índice contabiliza
la variación de la temperatura durante las primeras horas de la tarde-noche (5.1),
concretamente entre las 16 h UTC (con insolación) y las 19 h UTC (sin insolación
directa).

TE = T (16h) – T (19 h) (5.1)

donde T es la temperatura (ºC) tomada a las 16:00 h y 19:00 h UTC

La capacidad de inversión térmica (CINV), ya analizada en anteriores capítulos de la


Tesis Doctoral (5.2), es aplicada en la red propia de datalogger, con el fin de determinar
el grado de intensidad de los procesos de IT en el área de estudio:

CINV = TZGEOP (i) -TS (i) (5.2)

donde TZGEOP (i) es la temperatura geopotencial a la altitud de la estación meteorológica


(ºC) proporcionada por el sondeo atmosférico (00 h), y Ts (i), la temperatura superficial
de la estación meteorológica en (ºC).

Para medir la densidad del número de heladas y la recurrencia dentro del periodo
heladas se establece el Índice de Concentración de Heladas (ICH), propuesto en la
presente Tesis Doctora (5.3):

299
FD
ICH = (5.3)
FP

donde FD es el número medio de días de helada y FP la longitud del periodo de heladas

El autor propone el índice de intensidad de rachas de heladas (IRH), para cuantificar el


grado de frío de un episodio o racha de días de heladas consecutivas, de al menos, tres
jornadas de duración (5.4):

IH (60) + LRH (40)


IRH = (5.4)
2
donde LRH es la longitud de la racha de helada (días), e IH es la intensidad media diaria
de la racha de helada, según los siguientes umbrales térmicos de la Tabla 4:

Tabla 5.4. Umbrales propuestos para el índice de intensidad de rachas de helada (IRH).

Umbral IH TN (ºC) Umbral LRH Longitud de racha (nº de días)

0 > 0,0 0 <3


1 -4,9 / 0,0 1 3 / 12
2 -9,9 / -5,0 2 13 / 22
3 -14,9 / -10,0 3 23 / 32
4 -19,9 / -15,0 4 33 / 42
5 < -20,0 5 > 42

El estudio de la estabilidad atmosférica analizada en los episodios de tipos de CAP, y


en aquellos más relevantes del periodo de estudio se lleva a cabo a través de las clases
de estabilidad de Pasquill (1961), calculadas por la profundidad de la capa límite (Zi), y
el coeficiente de mezcla vertical (Kz).

La profundidad de la capa límite (Zi), es la distancia desde la superficie hasta un punto


donde la velocidad del flujo ha alcanzado esencialmente la velocidad de 'flujo libre'
(Prandtl, 1904). Es el espesor de la atmósfera en que se difunden (se mezclan) los
contaminantes. Viene definido por la influencia que tiene el substrato geográfico en la
intensidad del viento, advección de calor y humedad, grado de calentamiento o
enfriamiento del suelo. Durante el día, el aporte de calor y la consiguiente mezcla vertical
del aire incrementan el grosor de la capa límite, que alcanza su máxima altura a primeras
horas de la tarde; por el contrario, durante la noche el enfriamiento del suelo impide la
turbulencia y el espesor se reduce.

El coeficiente de mezcla vertical (Kz), es una medida de la mezcla turbulenta dentro de


la capa límite, utilizando el modelo de transporte y dispersión HYSPLIT (NOAA) para
calcular el movimiento vertical de los contaminantes. La interacción de ambas o

300
estabilidad atmosférica depende de la diferencia de temperatura entre una porción de
aire y el aire que la rodea. Da lugar a 7 clases de estabilidad nocturna (Tabla 5.5):

A: Extremadamente inestable

B: Moderadamente inestable

C: Ligeramente inestable

D: Condiciones neutras

E: Ligeramente estable

F: Moderadamente estable

G: Extremadamente estable

Tabla 5.5. Condiciones atmosféricas definidas por Pasquill (clases de estabilidad).

Insolación (Día) Condiciones neutras

VV (m/s) Fuerte Moderada Débil > 4/8 octas nubes <= 4/8 nubes

>2 A A-B B E F
2-3 A-B B C E F
3-5 B B-C C D E
5-6 C C-D D D D
>6 C D D D D

Notas anexas a la Tabla 5.5:

 La insolación fuerte corresponde al mediodía soleado en pleno verano en


Inglaterra; ligera insolación a condiciones similares en pleno invierno.
 La noche se refiere al período de 1 hora antes del atardecer a 1 hora después
del amanecer.
 La categoría D (neutral) también se debe utilizar, independientemente de la
velocidad del viento, para condiciones de nubosidad durante el día o la noche y
para cualquier condición del cielo durante la hora anterior o posterior a la noche,
como se definió anteriormente.

301
La tipología de CAP está basada en la clasificación de Dorninger et al. (2011), quienes
establecen ocho tipos según la evolución de la temperatura nocturna. Una CAP viene
definida por la acumulación de aire frío en una depression del terreno, principalmente
durante la noche, y sujeto a condiciones de estabilidad (cielos despejados, altas
presiones y vientos flojos). Además, se identifican algunos episodios de piscinas de aire
frío persistentes (PCAPs), aquellas donde la temperatura de los fondos de valle o
depresiones permanecen por debajo de las registradas en altitudes superiores durante
varios días (Whiteman et al., 2001).

Finalmente, el coeficiente de correlación de Kendall (Kendall, 1938) es utilizado para el


análisis estadístico del capítulo (5.5), con diferentes niveles de significancia (p value) de
0.001 (***), 0.01 (**) y 0.5 (*):

ὠ = 12∑D2 / m2 n (n2– 1) (5.5)

donde ὠ = estadística de Kendall, D = ∑R – (∑R/n), m = rango de evaluadores, n =


número de objetos, y ∑R = suma de rangos

Para determinar la significancia del coeficiente de Kendall (5.6), se utiliza:

c2= k (N – 1) ὠ (5.6)

donde c2 está distribuido como chi-cuadrada con N – 1 grados de libertad, k: número de


evaluadores N: número de sujetos y ὠ: el coeficiente calculado de Kendall.

5.4. RESULTADOS

5.4.1. Características térmicas del Alto Segura: datos observacionales

Las temperaturas mínimas absolutas registradas en la red propia de datalogger, que ha


estado activa durante el periodo de realización de la Tesis Doctoral, se caracterizan por
presentar valores extremadamente fríos dentro del contexto del interior sureste
peninsular, como se corrobora más adelante. Los registradores de temperatura se
ubican en las principales CAP (más frías) del SE peninsular, con especial atención al
Calar de Hernán Perea. Tan sólo con la excepción del datalogger de Revolcadores y el
Pico de la Selva, con el objetivo de observar las diferencias térmicas entre orografías
complejas y zonas frías de valle. Antes de continuar con un estudio pormenorizado de

302
los diferentes índices climáticos es preciso la recopilación de las temperaturas mínimas
absolutas registradas en la red completa (Tabla 5.6).

Tabla 5.6. Temperaturas mínimas absolutas registradas por la red propia de datalogger.
Paraje TN (ºC) Paraje TN (ºC) Paraje TN (ºC)

Monterilla -24,2 Riopar -11,3 Los Hongares -9,3


Nava del Polvo -23,4 Ballesteros -11,1 La Hoya -9,1
Viboreros -19,4 Nevazo -10,9 Hoya Lóbrega -8,8
Navalasno -15,8 Huebras -10,8 Hoya Gayuba -8,7
Cañada Yeguas -15,4 Pozo Romero -10,6 Bco. Cenajo -8,7
Cañadas Nerpio -14,8 Bonache -10,3 Las Buitreras -7,7
Media Fanega -13,5 Cañada Grande -10,2 Barranda -7,4
Pontones -12,9 Benablón -10,2 Arroyo Hurtado -7,3
Zumeta -12,0 Casa del Cura -10,1 La Junquera -7,1
La Risca -12,0 Avilés -10,1 Derramadores -6,6
Puerto Lézar -11,9 El Chaparral -10,1 Prado Judío -6,1
Rogativa -11,7 Revolcadores -9,6 Singla -5,9
Campo Béjar -11,5 Bco. Agua -9,6 Fuente Principal -5,8
Gollaín -11,3 La Selva -9,3 Siles Castrobayona -5,4

Las temperaturas mínimas absolutas registradas en algunos parajes del interior SE


peninsular (-24 / -23ºC) suponen valores extraordinariamente fríos en el contexto del sur
de la Península Ibérica. Tal y como se analiza detalladamente en los siguientes
apartados se trata de temperaturas mínimas con pocos precedentes en los ámbitos
geográficos de análisis. De los 42 datalogger analizados, dos de ellos (Monterilla y Nava
del Polvo) han conseguido descender de la barrera de los -20ºC, mientras que, Cañadas
de las Yeguas, Navalasno y Viboreros (Hernán Perea y Mundo) descienden de -15ºC.
El número de registradores capaz de descender de -10ºC es elevado, un total de 25
parajes, entre los que destacan puntos de escasa altitud, como El Chaparral, Avilés o
Benablón, entre 900 y 430 m.

5.4.1.1. Indicadores climáticos (temperaturas mínimas) durante los periodos fríos


del año (PF)

Las temperaturas mínimas absolutas, y los índices climáticos analizados obtienen


registros realmente importantes en los puntos de análisis. Se trata de temperaturas
mínimas excepcionalmente frías, y que, hasta el momento, no habían sido registradas
por ningún observatorio meteorológico oficial en el sur de la Península Ibérica. Tan sólo
la temperatura mínima registrada en la estación de AEMET (8175) de la Base Aérea de
Los Llanos (Albacete) con -24ºC el 3 de enero de 1971, puede equipararse a los

303
registros alcanzados en el Calar Hernán Perea en los últimos años. Si bien es cierto que
en un rango temporal mucho más extenso.

La Fig. 5.10 muestra la evolución diaria de las temperaturas mínimas registradas en los
21 datalogger de análisis. Evidencia que el periodo frío 17/18, y especialmente su
invierno, es el más frío de los analizados. Por su parte, la jornada del 18 de enero de
2017 (media de -11,0ºC en el conjunto de los datalogger) registra el promedio más bajo
de las más de 1200 jornadas analizadas. Durante dicha jornada aparecen temperaturas
inferiores a -10ºC en 17 de los 21 puntos analizados, con temperaturas mínimas
absolutas que descienden a -15,8ºC en Navalasno (a casi 1800 m de altitud), pero
igualmente destacables en zonas de menor altitud (Benablón con -10,1ºC). Además,
otras cuatro jornadas registran promedios muy bajos, entre -9,5 y -9,6ºC (13/12/2017,
26/02/2018 y 11/01/2019), con registros mínimos absolutos -23,4ºC en Nava del Polvo,
-20,6ºC en Monterilla o -14,1ºC en Viboreros respectivamente.

Por el contrario, y aunque no es objeto de análisis del capítulo, es preciso añadir que el
contraste con la jornada del promedio más elevado es realmente notable, con una
diferencia de casi 20ºC con la jornada más fría. El valor más alto en el promedio de las
temperaturas mínimas corresponde al 7 de julio de 2019, con un valor medio de 19,0ºC.
En esa ocasión, un total de 12 datalogger registran una temperatura mínima tropical,
aspecto muy poco frecuente en las zonas frías de CAP del interior SE peninsular. Eso
sí, los valores térmicos más bajos registrados durante dicha madrugada se sitúan en el
Calar del Mundo (Viboreros con 12,5ºC) y de Hernán Perea (Navalasno con 12,5ºC).
Otras zonas de valle, donde la noche tropical es un fenómeno irrelevante, registran
valores inusualmente elevados. Es el caso de Cañadas de Nerpio (21,7ºC), La Rogativa
(20,8ºC) o La Risca (23,2ºC), debido a una madrugada donde se combina una masa de
aire cálido (T850 de 24,1ºC) y abundante nubosidad.

La distribución diaria de temperaturas mínimas para cada uno de los datalogger


analizados muestra los valores más bajos en los ámbitos geográficos próximos al
nacimiento del río Segura (Calar de Hernán Perea). El paraje de Monterilla registra la
mediana más baja de los datalogger (próximo a 0ºC), mientras que, Navalasno, Nava
del Polvo, Zumeta o Media Fanega (Calar del Mundo) se sitúan entre 2 y 3ºC (Fig. 5.11).
El valor más elevado (próximo a 8ºC) se localiza en una de las zonas más elevadas de
los puntos de estudio (La Selva, a 1521 m), pero ubicado en un pico montañoso, libre
de procesos de inversión térmica. La importancia de una ubicación en zona de valle
queda patente en la diferencia respecto a otras zonas inversoras de similar altitud. En
referencia a los valores extremos, como después se analiza en detalle, es sin duda el

304
paraje de Monterilla y Nava del Polvo (Hernán Perea), los que destacan con un gran
número de registros inferiores a -15ºC, y algunos próximos a -25ºC. Tan sólo Viboreros,
en el Calar del Mundo, llega a registrar valores térmicos próximos, con temperaturas
inferiores a -15ºC, y alguna jornada próxima a -20ºC.

Fig. 5.10. Temperatura media de las mínimas diarias (ºC) para el conjunto de los 21
datalogger analizados (oct 16-mar 20).

Las temperaturas medias de las mínimas es un indicador clave para analizar el promedio
de los valores mínimos registrados a lo largo de un periodo, y, por tanto, el grado de
intensidad medio de un territorio (Fig. 5.12). El análisis mensual, y especialmente el
promedio del PF y del invierno, deja los registros más destacados en Hernán Perea
(paraje de Monterilla), con un promedio de -5,6ºC durante el invierno. Incluso, durante
el PF (-2,8ºC), el promedio evidencia que el frío nocturno está presente durante gran
parte del año.

305
Fig. 5.11. Diagrama de cajas o boxplot de las temperaturas mínimas diarias de los 21
datalogger utilizados (oct 16 – mar 20).

El valor de TNm durante el periodo invernal en Monterilla y Nava del Polvo (-5,1ºC a -
5,6ºC) demuestra el potencial de frío nocturno de la zona. Los registros se muestran
muy por debajo de alguna de las capitales de provincia más frías de España. Los
promedios de TNm se sitúan en -1,3ºC en Teruel, -0,7ºC en Ávila o -0,6ºC en Soria
(1981-2010). Se trata de promedios similares a los registrados en algunos parajes
habitados del área de estudio como Avilés (-1,1ºC), Benablón (-0,4ºC) o La Risca (-
2,2ºC), lo que evidencia que algunos valles del oeste de la DHS son tan fríos como
zonas de Castilla y León o la provincia de Teruel. Incluso, en los observatorios más fríos
de la Península Ibérica (Jiloca -3,2ºC, Molina de Aragón -2,6ºC, o Calamocha -2,3ºC)
los valores medios son similares a los registrados en algunos sensores de la red propia.
El mes con el promedio más bajo en los 21 datalogger analizados es para enero 2017,
con un registro de -3,5ºC.

306
Fig. 5.12. Temperaturas medias de las mínimas mensuales (ºC), y promedio del periodo
frío (octubre a marzo), y trimestre invernal (DEF) en los 21 datalogger analizados (oct
16 – mar 20).

En los cuatro periodos invernales (DEF) de análisis, el trimestre 17/18 es el que registra
las temperaturas medias de las mínimas más bajas en el área de estudio (Fig. 5.13).
Especialmente relevantes son los registros en Monterilla y Nava del Polvo (-7,6 y -6,6ºC
respectivamente), lo que supone temperaturas similares a las registradas durante dos
de los inviernos más fríos de las últimas décadas en el observatorio meteorológico de
Jiloca (Teruel), con -6,7ºC en el invierno 04/05 o -6,1ºC en el 11/12 (Aupí, 2014).

Las temperaturas mínimas absolutas (TN) han llamado históricamente la atención en


los principales polos fríos (Tabla 5.6). En ese sentido, los parajes de dolinas de
Monterilla y Nava del Polvo han registrado valores sorprendentes en tan sólo 4 inviernos
de observación, con registros inferiores a -20ºC (Fig. 5.14). Las temperaturas mínimas
registradas en Nava del Polvo (-23,4ºC el 13/12/2017) y Monterilla (-24,2ºC el
06/02/2018) suponen uno de los valores de temperatura más baja registrados desde
que hay datos observacionales en la mitad sur peninsular.

El paraje de Viboreros (Calar del Mundo) se sitúa en un segundo escalón, con un registro
de temperatura mínima absoluta muy cercana al umbral de -20ºC (-19,4ºC). Demuestra
el gran potencial de los puntos de observación analizados (datalogger), con registros de

307
menos de -10ºC en 17 de los 21 puntos de observación en tan sólo cuatro inviernos de
observación (sin ninguna advección fría extrema).

Fig. 5.13. Temperaturas medias de las mínimas (ºC) por trimestre invernal (DEF) en los
21 datalogger analizados (oct 16 – mar 20).

La base de datos de temperatura diaria para todas las estaciones de AEMET en el SE


peninsular se somete a un exhaustivo control de calidad (QC) a través del software
ClimPACT 2.0 y Climatol 3.1, tal y como se profundiza en el capítulo 5. Ello ha permitido
desestimar algunas temperaturas mínimas absolutas registradas durante las últimas
décadas, al presentar importantes incoherencias, y que siguen vigentes actualmente.
Se desestiman los siguientes registros:

 La temperatura mínima de -27,0ºC registrada en el observatorio


meteorológico de la Rogativa (Murcia) durante el mes de enero de 1946.
Hasta la fecha, el valor térmico más bajo registrado en la Región de
Murcia. Así mismo, se localiza errores sistemáticos en las temperaturas
mínimas diarias en los meses de enero, febrero y diciembre de 1946, así
como varios meses de los años 1940, 1942, 1955 o 1956. Se acepta

308
como registro coherente el valor de -20,0ºC registrado el 10 de febrero
de 1956.
 Los registros de -20,0 y -17,0ºC del observatorio meteorológico del
Embalse del Taibilla (Nerpio) durante las jornadas del 29 y 31 de enero
de 1935.
 Varios registros de -18,0 a -21,0ºC durante las jornadas de 16, 17, 18 y
19 de febrero de 1956 en Paterna de Madera (7088). Es validado el
registro de -20,0ºC durante la jornada de días antes del 12 de febrero de
1956.
 La temperatura mínima absoluta registrada en el Embalse de Alfonso XIII
(Calasparra) con -16,4ºC y en el municipio de Calasparra con -14ºC (19
de febrero de 1965).

Fig. 5.14. Temperaturas mínimas absolutas mensuales (ºC) en los 21 datalogger


analizados (oct 16 – mar 20).

309
Tabla 5.7. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) más bajas registradas en la mitad sur
de la Península Ibérica (1933-2020).

Paraje ID Municipio Altitud TN (ºC) Fecha

San Bartolomé 4096Y Munera 918 -26,0 3 enero 1971


B.A Los Llanos 8175 Albacete 702 -24,0 3 enero 1971
Villena 8008A Villena 484 -24,0 17 enero 1957
Santiago CHS 7056 Santiago-Pontones 1340 -22,0 27 enero 2005
Pontones CHS 7045 Santiago-Pontones 1350 -21,5 27 enero 2005
P. de Madera 7088 Paterna de Madera 1133 -20,0 12 febrero 1956
Beteta 7069 Moratalla 1273 -20,0 10 febrero 1956
Albacete 8178D Albacete 695 -19,0 14 febrero 1983
Casas de Alfaro 7069C Moratalla 1280 -18,0 27 enero 2005
María 7194 María 1207 -18,0 3 enero 1971
Pinillos JU52 Yecla 567 -17,9 29 enero 2006
Las Moratillas JU42 Yecla 658 -16,9 29 enero 2006
Inazares 7123 Moratalla 1300 -16,0 27 enero 2005
Cañadas de Abajo 7067 Nerpio 1460 -16,0 11 febrero 1956
Nerpio 7068 Nerpio 1082 -16,0 11 febrero 1956

Los registros más bajos de temperatura mínima en la mitad sur peninsular han
descendido en varias ubicaciones de la barrera de -20ºC, incluso en altitudes inferiores
a 1000 m (Tabla 5.7). Es el caso de los tres registros más bajos hasta la fecha,
localizados en el eje Munera – Albacete – Villena, al sur de la unidad geográfica natural
de las tierras llanas de la submeseta sur peninsular, con registros entre -26 y -24ºC. Se
trata de temperaturas inferiores a las registradas en valles montañosos de elevada
altitud (1100 m) con temperaturas mínimas entre -20 y -22ºC (Santiago-Pontones o
Paterna de Madera).

Finalmente, aunque se sitúa fuera del ámbito de estudio principal (PF), es preciso
destacar las dos únicas heladas registradas durante el periodo estival (JJA) en el área
de estudio. Concretamente el paraje de Monterilla registra una temperatura mínima de
-0,3ºC el 1 de julio de 2017, o en Media Fanega (Calar del Mundo) con -2,2 el 6 de junio
de 2019.

Los valores mínimos absolutos se complementan con el promedio alcanzado cada año
(Fig. 5.15). Como término medio, en los cuatro inviernos de observación, el paraje de
Monterilla registra una temperatura mínima absoluta de -17,0ºC. Un total de 8 ámbitos
geográficos analizados registra una temperatura inferior a -10ºC durante cada año de
observación, destacando los -13ºC de Viboreros (Calar del Mundo), o valores que se
sitúan alrededor de -11ºC en Cañada de las Yeguas y Media Fanega (Calar del Mundo),
Cañadas de Nerpio o río Zumeta.

310
Fig. 5.15. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) por trimestre invernal (DEF), valor
mínimo absoluto (MIN) y media de las mínimas absolutas anuales (MED) de los 21
datalogger analizados (oct 16 – mar 20).

A pesar de contar con sólo cuatro años de observación, los registros son de entidad al
ser comparados con los observatorios meteorológicos más fríos de AEMET en el área
de estudio. Así pues, para el intervalo temporal 1950 – 2016, la temperatura media de
las mínimas absolutas como promedio cada año llegan a descender de -10ºC en la
Sierra de Segura jienense, como en Pontones (-11,9ºC) y Santiago de la Espada (-
10,9ºC), mientras que, en el Embalse de Valdeinfierno (Murcia) o en Arguellite
(Albacete) los registros se sitúan en -7,1 y -6,9ºC respectivamente.

311
Fig. 5.16. Número de días de heladas mensuales, y promedio anual en los 21 datalogger
analizados (oct 16 – mar 20).

Las temperaturas mínimas inferiores a 0ºC (FD) determinan el número de heladas


registradas a lo largo de un año (Fig. 5.16). Se trata de un indicador excelente para
contabilizar la recurrencia de valores negativos, y, por consiguiente, el frío nocturno de
un territorio, y sus posibles consecuencias en la actividad socioeconómica. En el área
de estudio destaca especialmente el altiplano de Hernán Perea, donde Monterilla y Nava
del Polvo registran un valor medio de 144 a 156 heladas anuales, registrando algo más
de 80 en el periodo invernal, y meses completos (con hasta 31 heladas en enero 2018).

Es preciso considerar que la mitad del total anual se registran entre otoño y primavera.
Por contextualizar el dato, se trata de un registro superior al promedio registrado en dos
observatorios meteorológicos de 1er orden de AEMET, como el de Navacerrada (135,4
heladas) o en Molina de Aragón (117,0). Del mismo modo, observatorios meteorológicos
de AEMET de capitales de provincia de Castilla y León promedian registros de 83,8
heladas en Soria, 76,0 en Valladolid o 71,4 en León. Por tanto, un gran número de
puntos analizados igualan o superan los registros de las capitales de provincia más frías
de España. Incluso, un total de 7 datalogger analizados superan el umbral de 100
heladas anuales. Destacan el río Zumeta (128,3 días), Viboreros - Calar del Mundo
(119,0 días), las Cañadas de las Yeguas, también en el Calar del Mundo (113,8 días).

312
Fig. 5.17. Número de días de helada (FD) por periodo frío de los 21 datalogger
analizados.

Finalmente, territorios habitados que han sido analizados del interior SE peninsular
como las Cañadas de Nerpio (103), La Risca (101), Avilés (80) o Benablón (78) registran
valores anuales similares a las capitales de provincia anteriormente detalladas. Tal y
como refleja la Fig. 5.17, el periodo frío 17/18 es el que registra un mayor número de
heladas en la mayoría de datalogger, donde destaca el registro de Monterilla, con un
total de 171 heladas durante el citado periodo frío. Sin duda, el valor más elevado
registrado en el periodo de análisis. Sin embargo, el periodo frío 19/20 se produce un
importante descenso en el número de días de helada anuales en la totalidad de los
datalogger analizados, con una reducción media de un 30%, tras un periodo con
anomalías térmicas muy destacadas.

Los días de helada muestran la recurrencia para registrar temperaturas mínimas en un


territorio, aunque también es de gran interés analizar cuanto tiempo se mantienen las
temperaturas por debajo de 0ºC. En ese sentido la Tabla 5.8 hace referencia al total de
horas de helada (HE) y a la ratio por día de helada. Es un índice fundamental para
cuantificar el grado de persistencia de temperaturas negativas durante una madrugada
de helada.

313
Los valores más elevados vuelven a aparecer en Hernán Perea e inmediaciones, con
valores que superan las 1500 horas de helada al año. Monterilla con 1839 horas, o Nava
del Polvo con 1754 llegan a registrar un valor medio entre 10,8 y 11,2 horas por día de
helada. Se trata de valores excepcionalmente elevados a nivel peninsular. Al ser
comparados con capitales frías de provincia como Teruel o León, los registros alcanzan
745 y 627 horas respectivamente a través de método directo, es decir, contabilizando
directamente los registros horarios de observación al igual que en la red de datalogger.

El estudio de Martínez Núñez et al. (2015) sobre heladas y horas de frío en la España
peninsular (2002-2012) estima entre 1000 y 1500 horas de helada anual en varios
sectores de la Cuenca del Duero y Júcar, especialmente en los polos fríos de las
provincias de Teruel, Guadalajara, Cuenca, Soria, Burgos, Ávila y Segovia. Los valores
superan las 1500 horas, rangos parecidos a los del Calar de Hernán Perea, en sectores
muy localizados de la Cordillera Cantábrica (León y Palencia), en la Ibérica (Soria y
Burgos) y en el Sistema Central (Segovia y Ávila). Sólo los Pirineos registran más de
2000 horas de helada al año.

Algunas zonas habitadas que han sido analizadas del área de estudio (Benablón, Avilés
o La Risca) registran un promedio de 519 a 814 horas de helada al año, lo que supone
registros relativamente parecidos a los observatorios más fríos de la Península (a través
de método directo). Por su parte, el punto habitado más frío de los analizados (Cañadas
de Nerpio) registra, por término medio, un valor de 1153,7 horas de helada al año, con
12,5 horas por día de helada durante el trimestre invernal. Sin duda, valores propios de
los grandes polos de frío de la mitad norte peninsular.

Se observa, por tanto, un importante salto cuantitativo entre los datalogger del sector
más occidental (>1200 m), con promedios superiores a 1000 horas anuales, y los
localizados en sectores más orientales con promedios entre 500 y 800 horas.

314
Tabla 5.8. Número medio total de horas de heladas (año y trimestre invernal), y ratio por
día de helada en los 21 datalogger analizados (oct 16 – mar 20).

Horas día Horas día


Nº HE Nº HE
ID Paraje Municipio Altitud / helada / helada
(Anual) (INV)
(Anual) (INV)

1 Nava del Polvo Cazorla 1836 1754,2 1103,5 11,2 13,6


2 Navalasno Cazorla 1770 1528,1 965,8 11,8 12,9
3 Monterilla Santiago-Pontones 1660 1839,6 1141,9 10,8 13,6
4 Viboreros Vianos 1555 1194,4 769,1 10,1 11,5
5 Cañada de las Yeguas Riopar 1533 1542,7 977,4 13,4 14,6
6 Pico de la Selva Mula 1521 796,3 626,0 11,4 13,0
7 Media Fanega Riopar 1510 1288,5 837,4 11,3 12,1
8 Cañadas de Nerpio Nerpio 1423 1153,7 871,6 10,3 12,6
9 Río Zumeta Huéscar 1200 1242,2 860,2 9,3 11,2
10 Nevazo de Arriba Caravaca de la C. 1181 603,0 492,0 7,0 8,3
11 Valle de la Rogativa Moratalla 1152 862,7 631,6 9,2 9,9
12 Cañada Grande María 1087 749,2 585,4 8,1 9,0
13 La Risca Moratalla 1047 813,7 592,2 7,7 8,7
14 Gollaín Caravaca de la C. 1021 681,1 547,2 6,5 7,9
15 Bco. del Agua Caravaca de la C. 906 430,1 382,2 7,1 7,5
16 Bco. del Cenajo Cehegín 865 583,9 465,9 7,4 8,3
17 Casa del Cura Lorca 852 614,5 469,6 6,4 6,6
18 Ballesteros Caravaca de la C. 842 600,1 462,2 6,5 7,2
19 Benablón Caravaca de la C. 777 518,9 435,8 6,1 6,9
20 Avilés Lorca 762 609,2 467,9 6,9 7,7
21 Arroyo Hurtado Cehegín 465 378,0 350,0 7,9 8,3

La tasa de enfriamiento, tras la conformación de una CAP en madrugadas de inversión


térmica, es clave para cuantificar la capacidad de descenso térmico con la aparición de
las horas nocturnas. Se propone el índice de Tasa de enfriamiento (TE) con el objetivo
de comparar de forma homogénea la caída de la temperatura durante las tres primeras
horas de la tarde. Es en éste intervalo temporal donde las tasas de enfriamiento son
más importantes en las primeras 3 h tras la puesta del sol. La velocidad de enfriamiento
disminuye gradualmente con el tiempo durante el resto de la noche (Dorninger et al.,
2011).

Las mayores tasas de enfriamiento de la red de análisis recaen en los parajes de la


Casa del Cura y La Risca, con promedios de 6,5 a 6,2ºC. Se trata de ámbitos muy
abiertos, entre 800 y 1000 m de altitud, donde las temperaturas máximas son algo más
elevadas durante las horas centrales del día (Tabla 5.9). En general, los promedios más
elevados a nivel anual se dan en los datalogger de menor altitud. Durante el trimestre
invernal no hay demasiados cambios, si bien se acentúan las diferencias entre los
ubicados a mayor y menor altitud. Dorninger et al. (2011) determinan en ámbitos

315
montañosos de EE. UU y Austria, que la velocidad del enfriamiento disminuye
gradualmente en las elevaciones de mayor altitud. La causa puede deberse a la mayor
temperatura alcanzada durante las horas diurnas, lo que implica una mayor caída
térmica tras la puesta de sol en aquellos espacios de fuertes procesos de ITN.

Los valores más elevados en la red de análisis se registran durante los meses de verano,
con valores promedios de hasta 8,0ºC en Gollaín. Se trata de una época del año en el
que las temperaturas máximas son relativamente elevadas (>30ºC), con fuertes tasas
de enfriamiento durante primeras horas de la tarde.

Tabla 5.9. Tasas de enfriamiento (TE) medio y absoluto (ºC) en los 21 datalogger
analizados (oct 16 – mar 20).

TE TE
TE medio TE medio
ID Paraje Municipio Altitud absoluto absoluto
(Anual) (INV)
(Anual) (INV)

1 Nava del Polvo Cazorla 1836 3,4 1,7 10,5 8,7


2 Navalasno Cazorla 1770 4,2 3,0 12,5 12,5
3 Monterilla Santiago-Pontones 1660 4,1 2,7 16,2 13,9
4 Viboreros Vianos 1555 3,5 1,4 13,8 13,8
5 Cañada de las Yeguas Riopar 1533 2,9 1,4 15,6 10,7
6 Pico de la Selva Mula 1521 * * * *
7 Media Fanega Riopar 1510 3,6 1,9 13,3 11,8
8 Cañadas de Nerpio Nerpio 1423 4,3 2,5 13,9 12,1
9 Río Zumeta Huéscar 1200 4,6 2,5 10,7 9,9
10 Nevazo de Arriba Caravaca de la C. 1181 4,0 2,7 14,2 10,1
11 Valle de la Rogativa Moratalla 1152 4,6 2,9 14,8 12,6
12 Cañada Grande María 1087 5,6 4,4 13,2 13,2
13 La Risca Moratalla 1047 6,3 4,3 15,0 15,0
14 Gollaín Caravaca de la C. 1021 4,9 3,7 15,0 15,0
15 Bco. del Agua Caravaca de la C. 906 4,2 3,5 10,7 8,2
16 Bco. del Cenajo Cehegín 865 4,4 4,4 10,7 10,5
17 Casa del Cura Lorca 852 6,5 6,6 15,4 15,4
18 Ballesteros Caravaca de la C. 842 5,4 5,5 14,5 14,5
19 Benablón Caravaca de la C. 777 4,9 4,7 13,8 12,9
20 Avilés Lorca 762 5,3 5,1 13,5 13,5
21 Arroyo Hurtado Cehegín 465 5,5 5,4 11,5 11,2

Según De Wekker y Whiteman (2006), las cuencas más pequeñas se enfrían a un ritmo
más rápido que las cuencas más grandes. El tamaño más pequeño de la cuenca permite
un enfriamiento más rápido, y es un aspecto que ocurre en el área de estudio. A pesar
de registrar las temperaturas mínimas más bajas, la TE en Monterilla, Nava del Polvo o
Viboreros se sitúan entre 1,4 y 2,7ºC. Se trata de ámbitos geográficos (Calar de Hernán
Perea y Mundo) de mucha extensión, superior a los 100 km 2. Sin embargo, aquellas

316
más pequeñas, como Gollaín, Barranco del Agua y Cenajo registran valores medios de
3,5 a 4,4ºC.

Las tasas de enfriamiento absoluto más importantes llegan alcanzar valores ligeramente
superiores a 16ºC en 3 horas. Todos los datalogger analizados han llegado a registrar
una TE superior a 10ºC, aunque los valores más importantes se registran en ámbitos
como Altiplano de Hernán Perea, Calar del Mundo, o La Risca. Se trata de caídas de
temperatura realmente importantes, con un promedio de caída de 6ºC por hora. En el
caso de Monterilla, durante la jornada del 28 de julio de 2017, se produce un descenso
de 16,2ºC en 3 horas, con una reducción térmica desde 30,2ºC a las 17.00 h UTC a
14,0ºC a las 20.00 h UTC. Corrobora, por tanto, de lugares con un gran potencial de frío
durante madrugadas estables de inversión térmica.

Whiteman et al. (1999) determinan descensos medios de 8ºC en 8 h (velocidad de


enfriamiento de 1ºC/ h) durante primeras horas de la tarde, pero con una caída menor
en la segunda mitad de la noche, lo que implica que hay una fuente de calor opuesta
significativa (Katurji y Zhong, 2012).

Tabla 5.10. Capacidad de inversión térmica media y absoluta (CINV) en los 21 datalogger
analizados.

CINV CINV CINV CINV


ID Paraje Municipio Altitud media media absoluta absoluta
(Anual) (INV) (Anual) (INV)

1 Nava del Polvo Cazorla 1836 9,4 9,0 24,2 24,2


2 Navalasno Cazorla 1770 8,1 7,7 16,7 16,7
3 Monterilla Santiago-Pontones 1660 10,9 10,3 26,3 26,3
4 Viboreros Vianos 1555 8,8 7,9 20,8 20,8
5 Cañada de las Yeguas Riopar 1533 8,3 7,4 19,2 19,2
6 Pico de la Selva Mula 1521 4,0 4,1 10,8 10,2
7 Media Fanega Riopar 1510 7,5 7,3 18,1 18,1
8 Cañadas de Nerpio Nerpio 1423 8,3 8,0 17,8 17,8
9 Río Zumeta Huéscar 1200 10,4 9,5 21,1 20,5
10 Nevazo de Arriba Caravaca de la C. 1181 7,9 7,2 17,0 17,0
11 Valle de la Rogativa Moratalla 1152 9,0 8,6 18,4 18,4
12 Cañada Grande María 1087 8,9 8,3 18,2 18,2
13 La Risca Moratalla 1047 10,2 9,7 21,5 21,5
14 Gollaín Caravaca de la C. 1021 9,4 8,8 20,2 20,2
15 Bco. del Agua Caravaca de la C. 906 8,1 8,0 16,6 16,6
16 Bco. del Cenajo Cehegín 865 8,4 8,3 19,2 17,3
17 Casa del Cura Lorca 852 9,5 9,5 20,5 20,5
18 Ballesteros Caravaca de la C. 842 9,4 9,3 20,7 20,7
19 Benablón Caravaca de la C. 777 9,7 9,7 19,2 19,2
20 Avilés Lorca 762 9,7 9,9 22,0 22,0
21 Arroyo Hurtado Cehegín 465 8,6 8,8 18,1 18,1

317
Los procesos de inversión térmica, tras el análisis de los índices climáticos
anteriormente detallados, apuntan a muy intensos en el área de estudio, especialmente
en los sectores occidentales más fríos del área de estudio. La capacidad de inversión
térmica (CINV) anual presenta los valores más elevados en Monterilla (10,9ºC), río
Zumeta (10,4ºC) o La Risca (10,2ºC), con una capacidad media para invertir la
temperatura estándar atmosférica a su nivel altitudinal entre 10 y 11ºC (Tabla 5.10). En
general, todos los puntos de análisis presentan procesos moderados a fuertes de IT, a
excepción del Pico de la Selva (4,0ºC), que sirve de contrapunto para observar la
diferencia entre zonas de CAP y aquellos ubicados en zonas de complejidad orográfica.

Los registros medios durante el trimestre invernal no muestran diferencias apreciables


respecto al resto del año, si bien tienden a ser ligeramente más bajos. Esto es debido a
que los promedios más importantes del año se registran durante los periodos
equinocciales, especialmente durante aquellas jornadas donde existe una masa de aire
templada en niveles medios atmosféricos, y la longitud de las horas nocturnas es lo
suficientemente importante para generar procesos intensos de ITN.

Los eventos de mayor capacidad de inversión dejan registros realmente elevados en el


área de estudio. El paraje de Monterilla registra el valor más elevado de los sensores
analizados (26,3ºC). Se trata de la jornada del 17 de enero de 2018. Durante dicha
madrugada, se registra una temperatura mínima de -13,6ºC en el sensor de
temperatura, mientras que, el sondeo atmosférico de Murcia (00 h UTC) detecta una
temperatura de 12,7ºC a 1660 m de altitud (masa de aire muy templada para invierno).
Salvo el caso del pico de La Selva, el resto de datalogger analizados registran valores
absolutos de CINV superior a 16,6ºC (extraordinariamente fuerte).

El sector más occidental de la DHS, a través del análisis de la red propia de datalogger,
arroja un periodo de heladas (FP), por lo general, muy extenso (Fig. 5.18). Monterilla
vuelve a registrar los valores más elevados y sorprendentes, con un periodo de heladas
que se extiende, por término medio, del 1 de junio al 12 de junio. Supone, por tanto, un
total de 254,7 días (un 67,8% del año), y un periodo libre de heladas de sólo 110,3 días.
Para poner en contexto este valor es preciso comparar con los observatorios
meteorológicos más fríos de Castilla y León (Nafría et al., 2013), donde el periodo libre
de heladas alcanza 134 días en Almazán (Soria), 151 en Navarredonda de Gredos
(Ávila), o 153 en la Puebla de Sanabria (Zamora).

318
Fig. 5.18. Longitud del periodo medio de heladas (FP) en los 21 datalogger analizados.

Como se ha anotado anteriormente, las zonas habitadas de análisis obtienen registros


parecidos a la de los polos fríos de la zona centro de la Peninsula Ibérica. En efecto, los
datos obtenidos de la red de análisis muestran un periodo libre de heladas que oscilan
entre 186 y 201 días. Se trata de valores similares a los observatorios meteorológicos
de primer orden de AEMET de León y Soria (186 días), Segovia (195 días) o Palencia
(202 días). En general el valor medio de la zona central de la cuenca del Duero registra
entre 180 y 200 días libres de helada, que viene a significar un valor parecido a la media
de los 21 datalogger analizados (180,2 días).

El periodo de heladas en el sector más occidental de la DHS da comienzo en pleno


otoño (FFF), entre los meses de octubre y noviembre. Los registradores más
occidentales lo hacen a lo largo del mes de octubre, mientras que, los situados en
sectores más orientales lo hacen, por término medio, durante los primeros días de
noviembre (Tabla 5.11). Con los registros observados en zonas centrales de la
Península Ibérica, vuelve a ponerse en evidencia el gran parecido con el área de
estudio. En este sector, el inicio del periodo de heladas da comienzo el 6 de octubre en
Puebla de Sanabria, 9 de octubre en Navarredonda de Gredos, o el 11 de octubre en el
Burgo de Osma (Soria). En general, el valor medio de FFF se sitúa durante los primeros
días de noviembre en la Cuenca Hidrográfica del Duero (Nafría et al., 2013).

319
Tabla 5.11. Características del FP en los 21 datalogger analizados (FFF, LSF, FP, ICH).

ID Paraje Municipio Altitud FFF (día) LSF (día) FP (días) ICH

1 Nava del Polvo Cazorla 1836 29 sep 7 jun 251,5 0,58


2 Navalasno Cazorla 1770 27 oct 30 may 216,3 0,55
3 Monterilla Santiago-Pontones 1660 2 oct 11 jun 253,3 0,58
4 Viboreros Vianos 1555 13 oct 21 may 220,5 0,49
5 Cañada de las Yeguas Riopar 1533 13 oct 18 may 217,5 0,46
6 Pico de la Selva Mula 1521 5 nov 7 abr 153,5 0,26
7 Media Fanega Riopar 1510 13 oct 21 may 220,5 0,46
8 Cañadas de Nerpio Nerpio 1423 30 oct 24 abr 176,5 0,53
9 Río Zumeta Huéscar 1200 19 oct 25 abr 189,0 0,60
10 Nevazo de Arriba Caravaca de la C. 1181 9 nov 19 abr 161,8 0,41
11 Valle de la Rogativa Moratalla 1152 6 nov 14 abr 160,3 0,56
12 Cañada Grande María 1087 1 nov 24 abr 174,5 0,48
13 La Risca Moratalla 1047 27 oct 16 abr 170,8 0,57
14 Gollaín Caravaca de la C. 1021 7 nov 21 abr 166,0 0,55
15 Bco. del Agua Caravaca de la C. 906 9 nov 1 abr 143,0 0,38
16 Bco. del Cenajo Cehegín 865 8 nov 10 abr 153,5 0,41
17 Casa del Cura Lorca 852 7 nov 17 abr 162,5 0,48
18 Ballesteros Caravaca de la C. 842 2 nov 14 abr 164,0 0,45
19 Benablón Caravaca de la C. 777 8 nov 14 abr 158,0 0,47
20 Avilés Lorca 762 7 nov 14 abr 159,5 0,45
21 Arroyo Hurtado Cehegín 465 24 nov 17 mar 114,5 0,28

El periodo de heladas finaliza (LSF), por término medio, entre finales del mes de mayo
y principios de junio en aquellas ubicaciones situadas al oeste de la DHS, mientras que,
el resto de sensores, a una menor altitud, y en zonas centrales del área de estudio, lo
hacen durante el mes de abril. La persistencia de las heladas es tal en el Calar de
Hernán Perea y del Mundo, que la recurrencia de temperaturas negativas se mantiene
elevada hasta el inicio del verano climatológico (4 y 12 de junio). En la comparativa con
los observatorios más fríos del interior peninsular, los registros son superiores a la de
observatorios como Navarredonda de Gredos (19 de mayo), Rioseco de Tapia - León
(15 de mayo), Puebla de Sanabria (14 mayo) o Viviestre del Pinar – Burgos (12 de mayo)
(Nafría et al., 2013). Por su parte, el promedio del LSF en la Cuenca del Duero se sitúa
entorno a mediados de abril, registro muy parecido al registrado en la red de datalogger,
tales como La Risca, Benablón o Avilés (18 y 19 de abril).

El Indice de concentración de heladas (ICH), que también será analizado en el capítulo


6 para diferentes estaciones meteorológicas de la red de AEMET en la DHS, obtiene
valores elevados, en muchos casos superiores a 0,50.

320
Tabla 5.12. Características promedio de las rachas de helada en los 21 datalogger
analizados (oct 2016 – mar 2020.

Nº Longitud media Racha más Fecha Fecha final


Paraje IH IRH
episodios racha (días) larga (días) inicio

Nava del Polvo 58 8,0 1,33 199,9 47 11 ene 18 26 feb 18


Navalasno 50 7,5 1,17 185,1 28 28 dic 19 24 ene 20
Monterilla 51 9,9 1,38 239,4 48 11 ene 18 26 feb 18
Viboreros 48 7,0 1,42 182,6 25 23 dic 19 16 ene 20
Cañ. de las Yeguas 47 6,8 1,31 175,3 26 27 dic 19 21 ene 20
Pico de la Selva 22 5,5 1,05 141,5 20 26 ene 18 14 feb 18
Media Fanega 43 7,8 1,27 194,1 29 27 dic 19 24 ene 20
Cañadas de Nerpio 39 7,8 1,19 191,7 29 25 dic 18 22 ene 19
Río Zumeta 42 9,1 1,32 221,6 31 20 dic 18 19 ene 19
Nevazo de Arriba 30 6,1 1,16 156,8 14 28 dic 19 10 ene 20
Valle de la Rogativa 39 7,4 1,13 181,9 31 20 dic 18 19 ene 19
Cañada Grande 39 6,8 1,23 172,9 24 30 dic 18 22 ene 19
La Risca 40 7,0 1,30 179,0 31 20 dic 18 19 ene 19
Gollaín 42 6,7 1,09 166,7 22 27 dic 19 17 ene 20
Bco. del Agua 23 6,8 1,10 169,0 21 30 dic 18 19 ene 19
Bco. del Cenajo 25 7,4 1,11 181,3 21 30 dic 18 19 ene 19
Casa del Cura 35 7,1 1,20 178,0 25 2 feb 18 26 feb 18
Ballesteros 31 6,7 1,25 171,5 21 28 dic 19 17 ene 20
Benablón 35 6,4 1,13 161,9 26 28 dic 19 22 ene 20
Avilés 30 6,9 1,24 175,2 22 27 dic 19 17 ene 20
Arroyo Hurtado 17 5,3 1,10 139,0 20 31 dic 18 19 ene 19

Esto significa que, durante la longitud del periodo de heladas, se registran heladas en
más de un 50% de las jornadas. El valor más elevado recae en Monterilla y río Zumeta
(0,62), aunque en general, la totalidad de los 21 datalogger registra concentraciones
que superan o se muestran próximas al 50%, lo que demuestra una gran regularidad de
temperaturas negativas durante el FP.

Otro índice propuesto para medir la capacidad heladora de un ámbito geográfico es el


llamado índice de racha de helada (IRH), donde se identifican la intensidad y longitud
de episodios de, al menos, tres heladas diarias consecutivas (Tabla 5.12). En ese
sentido, vuelve a ser Monterilla la que registra una mayor duración media de los
episodios (10,8 días), registrando, la que es, la racha de heladas consecutivas más
extensa del periodo analizado (48 días consecutivos entre los meses de enero y febrero
de 2018). En general, la longitud media del resto de datalogger se sitúa entre 5 y 9 días,
con una cantidad total de episodios identificados entre 15 en Arroyo Hurtado y 44 en la
Nava del Polvo.

321
La intensidad media de los episodios (IH), en función de las temperaturas mínimas
registradas, oscila entre 1,06 en el Pico de la Selva y 1,49 en Viboreros, sobre un total
de 5. Todo ello determina, que los valores más elevados del índice global (IRH) tras
combinar la longitud y la intensidad diaria, se localiza con claridad en Monterilla y Nava
del Polvo.

5.4.1.2. El Calar de Hernán Perea (Jaén): singularidad climática en extremos


fríos

Hace unos 75 años, las primeras mediciones de temperatura en Gstettneralm (Austria)


revelaron la frecuente aparición de temperaturas mínimas extremadamente bajas en los
fondos de dolinas (Schmidt, 1930). Durante las campañas de mediciones (1928-1942)
se registraron varias veces valores mínimos inferiores a -50°C, y con recurrencia por
debajo de -35°C. Resultó ser una característica bastante común en las noches claras
de invierno, al igual que en la dolina de Peter Sink (EE. UU) donde en varias ocasiones
las temperaturas han descendido de -50ºC (Zängl, 2005).

Fig. 5.19. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) por meses en las ubicaciones de
Hernán Perea y Sª de la Cabrilla.

La plataforma kárstica de Hernán Perea (Jaén), a una menor escala, constituye un


ámbito espacial con las características de los espacios anteriormente citados. Establece
el polo frío del interior sureste de la Península Ibérica, y probablemente de la mitad sur
peninsular. Avalado por el análisis de las termografías del Capítulo 3, y por los datos
observacionales durante cuatro periodos fríos de observación (octubre 2016 – marzo
2020), es posible afirmar que se trata del ámbito geográfico con las temperaturas

322
mínimas más bajas del sureste peninsular (Fig. 5.19). Una fábrica natural de frío, como
ha denominado Renon (2011) a estos espacios. La extensa plataforma de más 100 km2,
su elevada altitud media (por encima de 1.600 m de altitud), su casi completo cierre por
elevaciones de 2.000 m de altitud, y su compleja orografía (salpicada por multitud de
poljés, campos de lapiaces, y sistemas de dolinas), lo convierten en un auténtico
“congelador” durante casi todo el año, especialmente en época invernal (Fig. 5.20).

La superficie caliza tiene una serie de características que favorecen el enfriamiento,


entre los que destacan (Renon, 2011):

 Una menor conductibilidad térmica que limita el flujo de calor del terreno al
estrato superficial.
 Una menor presencia de agua en el suelo y subsuelo, que garantiza una
capacidad térmica realmente baja favoreciendo una enfriamiento más súbito y
eficiente de la superficie, cuando es máxima la pérdida de radiación por onda
larga.
 Una temperatura en el subsuelo sensiblemente inferior, por efecto “refrigerante”
del agua de infiltración que circula por las cavidades kársticas inferiores

Fig. 5.20. Vista panorámica de la plataforma kárstica de Hernán Perea (paraje de


Monterilla), y al fondo sierra de la Cabrilla, con el pico Empanadas arriba a la izquierda
(2106 m). Foto: José María Serna García.

323
A continuación, son analizados de forma pormenorizada los datos diarios y horarios del
paraje de Monterilla, ubicado en el sector central de los Campos de Hernán Perea, y,
por tanto, en el límite natural entre las demarcaciones hidrográficas del Segura y
Guadalquivir. Durante el periodo de observación (octubre 2016 – marzo 2020) se
contabiliza un total de 1263 jornadas en el paraje de Monterilla, en las que se registran
584 días de heladas (46,2%) (Fig. 5.21). Supone prácticamente la mitad del año bajo
las temperaturas mínimas negativas, con porcentajes, que, en caso de los meses
invernales alcanzan el 87% en diciembre y febrero, y del 95% en enero.

En total, 50 jornadas registran temperaturas inferiores a -10,0ºC (4,5%), 15 por debajo


de -15ºC (1,4%), y un total de 5 jornadas inferiores a -20,0ºC. Se trata de registros
extremos muy recurrentes durante el periodo invernal, difíciles de alcanzar en otros
ámbitos geográficos del sur peninsular. Incluso en los sectores más elevados de Sierra
Nevada, donde las heladas por advección registran valores que no descienden de -
20ºC.

Fig. 5.21. Evolución de las temperaturas mínimas en Monterilla (Hernán Perea), desde
el 1 de noviembre de 2016 al 31 de marzo de 2020.

324
Las temperaturas negativas aparecen prácticamente a lo largo de la totalidad del año,
sólo a excepción del mes de agosto, donde no se ha registrado temperatura negativa.
Incluso en julio, se llega a registrar un valor mínimo de -0,3ºC (1 de julio de 2017).
Destacan algunos valores próximos a 0ºC durante los meses más cálidos de julio y
agosto (1,2ºC el 29 de julio de 2018, o 2,5ºC el 9 de agosto de 2017).

Respecto a los valores mínimos absolutos, más allá de los registrados en diciembre,
enero y febrero (-20,1ºC, -19,8ºC y -24,2ºC respectivamente), también destacan
sobremanera los alcanzados durante los meses de marzo (-16,7ºC), noviembre (-9,6ºC),
abril (-7,9ºC) o mayo (-6,3ºC).

El paraje de Monterilla ha registrado un total de 48 jornadas con temperaturas mínimas


igual o inferior a -10ºC. En total, los 18 valores absolutos más bajos registrados en este
punto se sitúan por debajo de -14ºC. El registro más bajo hasta la fecha, en la totalidad
de la red de estudio, se sitúa en -24,2ºC, 5 de febrero de 2018 (Tabla 5.13).

Tabla 5.13. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) en Monterilla - Hernán Perea (oct 16
– mar 20).

Fecha TNn (ºC) Fecha TNn (ºC)


5 febrero 2018 -24,2 9 enero 2018 -17,6
7 febrero 2018 -23,8 15 enero 2018 -16,8
9 febrero 2018 -22,0 22 marzo 2018 -16,7
6 febrero 2018 -20,6 25 enero 2017 -16,3
13 diciembre 2017 -20,1 24 febrero 2018 -15,8
16 enero 2018 -19,8 1 enero 2017 -15,5
21 enero 2017 -18,6 18 enero 2017 -14,2
8 febrero 2018 -18,2 2 febrero 2017 -14,2
12 diciembre 2017 -17,6 8 enero 2018 -14,0

Una de las características principales del Calar de Hernán Perea es la gran persistencia
de los días de helada de manera consecutiva, que constituye muy a menudo, periodos
muy longevos de días de heladas consecutivas. La Fig. 5.21 muestra la intensidad de
helada, (IH), un indicador para ponderar la fuerza de una temperatura mínima negativa,
destacando sobremanera del 5 al 9 de febrero de 2018.

Durante el periodo de análisis se identifica un total de 38 rachas de helada, lo que viene


a reflejar una media de 13 episodios por periodo frío. Los resultados obtenidos muestran
una mayor longitud e intensidad durante los meses de diciembre, enero y febrero (Tabla
14). Aunque en el periodo analizado, curiosamente el mayor número de episodios
aparece en el mes de marzo con un total de 8 episodios. En referencia a la longitud, la
racha de helada más duradera tuvo lugar entre el 11 de enero de 2018 y el 27 de febrero

325
de 2018, con un total de 48 jornadas consecutivas con registros de temperaturas
negativas (más de un mes y medio). Por su parte, la intensidad de helada refleja el
periodo más intenso entre el 11 y el 14 de diciembre de 2017, con una intensidad media
de 3,0 (con valores de 4 y 5 durante las jornadas del 12 y 13 de diciembre).

Fig. 5.22. Evolución diaria de la intensidad de helada (IH) en Monterilla (Hernán Perea),
desde el 1 de octubre de 2016 a al 31 de marzo de 2020.

Finalmente, el análisis del índice global IRH muestra el periodo con el registro más
elevado entre el 11/01/2018 a 27/02/2018, con un valor promedio de 1,1. El periodo de
48 heladas consecutivas obtiene una intensidad media de 2,3, con el registro de un total
de 5 jornadas (5, 6, 7 y 9 de febrero 2018) con intensidad 5 (temperaturas inferiores a -
20ºC).

326
Tabla 5.14. Resumen mensual de las características de la intensidad de helada en
Monterilla (Hernán Perea). (oct 16 – mar 20).

Meses Nº episodios Longitud media IH IRH


(días)
Enero 6 17,3 1,57 693,3
Febrero 10 11,9 1,48 476,0
Marzo 10 7,0 1,23 280,0
Abril 5 6,8 1,17 272,0
Mayo 2 3,0 1,00 120,0
Junio 0 - - -
Julio 0 - - -
Agosto 0 - - -
Septiembre 0 - - -
Octubre 4 5,0 1,00 200,0
Noviembre 6 9,5 1,27 228,0
Diciembre 8 11,6 1,85 465,0
Total/promedio 51 9,86 1,38 239,4

En el periodo de análisis, se registra en Monterilla un total 30336 datos horarios. Para


comprender la magnitud térmica de Hernán Perea, la Tabla 5.15 muestra el total y
porcentaje de horas con temperaturas igual o inferior a diferentes umbrales térmicos.
Las temperaturas inferiores a 0ºC representa un 17,5% del periodo de observación, con
un total de 4722 horas, o lo que viene a representar unas 1500 horas al año (197 días
completos). Incluso, los registros inferiores a -2ºC ostentan un peso relativo muy
importante, con un 10,1% del periodo de análisis (2723 horas en total). Los registros
extremos de temperatura (< -10ºC) registran menor número de horas, si bien los
registros son importantes (224 horas), ya que este tipo de heladas suele aparecer de
forma poco recurrente el contexto del sureste peninsular. Se anota, además, un total de
59 horas con temperaturas igual o inferior a -15ºC, y hasta 11 horas para el umbral de -
20ºC.

La Fig. 5.22 muestra, a través de un mapa de calor, la distribución temporal de las


temperaturas horarias en el paraje de Monterilla durante el periodo de análisis. En primer
lugar, las temperaturas nocturnas más bajas tienden a expandirse en época fría y de
invierno.

Los valores térmicos más fríos (negativos en mayoría de ocasiones) aparecen desde
las 18.00/19.00 h de la tarde, y se extienden hasta las 8.00/9.00 h de la mañana, debido
principalmente a la mayor duración de las horas nocturnas. El invierno 17/18 es el que
registra las temperaturas más frías y más extensas desde el punto de vista temporal,
tanto en duración como en expansión diaria. Se aprecia nítidamente las bandas

327
verticales con los tonos más fríos, representando temperaturas cercanas o inferiores a
-20ºC.

Tabla 5.15. Nº total de horas con temperatura negativa y peso relativo respecto al total
en Monterilla (oct 16 – mar 20).

Umbral térmico (ºC) Nº total de horas (% respecto al total)


=<0 5755 19,0
= < -2 3340 11,0
= < -5 1347 4,4
= < -10 229 0,8
= < -15 59 0,2
= < -20 11 0,1

Fig. 5.23. “Evolución de temperatura horaria en los tres periodos templados analizados
(15/10/2016 a 15/11/2020).

328
Fig. 5.24. “Evolución de temperatura horaria en los cuatro periodos fríos analizados
(15/10/2016 a 15/11/2020).

El momento más frío del año, por término medio, en Monterilla, corresponde al 9 de
febrero, a las 7:00 h de la mañana, con una temperatura media de -12,7ºC (Figura 5.23).

Por su parte, durante el verano y época más cálida, las bajas temperaturas se contraen
a lo largo del día. Las temperaturas van descendiendo gradualmente durante la tarde, a
diferencia de la caída más brusca de invierno. Esto es debido a la intensidad de inversión
térmica, mucho menos intensa en época estival. Además, se aprecia como
aproximadamente a las 7.00 de la mañana, los tonos empiezan a reflejar temperaturas
más suaves.

329
Durante los inviernos analizados se registran hasta 13 horas diarias con temperaturas
negativas (Tabla 5.16), desde media tarde (19.00 h) hasta las 8.00 h de la mañana.

Tabla 5.16. Temperatura media por intervalo temporal durante el trimestre invernal.

Hora T media (INV) T Media (PRI) T Media (VER) T Media (OTO)


0:00 -1,8 4,1 14,2 5,9
1:00 -2,1 3,6 13,2 5,4
2:00 -2,3 3,2 12,3 5,0
3:00 -2,6 2,8 11,6 4,6
4:00 -2,9 2,4 10,9 4,3
5:00 -2,9 2,1 10,4 3,9
6:00 -3,0 2,1 10,9 3,6
7:00 -3,1 3,3 14,5 3,7
8:00 -2,5 6,0 17,9 5,3
9:00 0,1 8,5 20,4 8,1
10:00 3,2 10,1 21,9 11,0
11:00 5,1 11,1 23,4 12,8
12:00 6,6 11,9 24,5 13,9
13:00 7,0 12,2 25,2 14,5
14:00 6,9 12,4 25,4 14,7
15:00 6,4 12,3 25,4 14,7
16:00 5,1 11,9 25,3 14,2
17:00 3,1 11,1 24,7 13,3
18:00 1,2 10,0 23,8 11,8
19:00 0,0 8,5 22,3 10,3
20:00 -0,7 7,2 20,3 8,9
21:00 -1,1 6,1 18,2 7,9
22:00 -1,4 5,2 16,6 7,1
23:00 -1,4 4,7 15,4 6,4

Finalmente, la alternancia de bandas diarias consecutivas con temperaturas diferentes


obedece a cambios drásticos en las condiciones meteorológicas en el área de estudio
(Fig. 5.23), especialmente al analizar promedios de solamente 4 años. Se alternan con
mucha frecuencia advecciones atlánticas que genera abundante nubosidad,
precipitación, y poca amplitud térmica; y, por otro lado, la mayoría de jornadas, donde
los días estables generan importantes amplitudes térmicas diarias, con notables tasas
de enfriamiento hacia la tarde-noche.

330
Fig. 5.25. “Heatmap” o mapa de calor con la distribución de la temperatura media anual
horaria en Monterilla (Hernán Perea).

5.4.2. Tipos de inversión térmica y características de las piscinas de aire


frío (CAP) en el sector occidental de la DHS

El análisis de sondeos atmosféricos nocturnos de Murcia (00 UTC) permite conocer las
características de temperatura, humedad, y dirección y velocidad del viento para cada
una de las altitudes de los datalogger utilizados. Además, los parámetros referentes a
estabilidad atmosférica, nieve fresca en el suelo, nubosidad, presión atmosférica en
superficie, o intensidad de inversión permite identifican los principales tipos de ITN y la
evolución térmica de las piscinas de aire frío (CAP) durante las madrugadas estables.

Han sido analizadas, por tanto, un total de 361 días de invierno (DEF) distribuidas
durante los cuatro periodos invernales analizados. Son identificadas 188 jornadas con
procesos de inversión térmica (52,2% del total). Se trata de un valor relativamente bajo
al compararlo con los resultados de estabilidad de la ciudad de Murcia del capítulo 1,

331
aunque hay que considerar que los meses invernales en el sector más occidental de la
DHS suelen mostrar mucha más inestabilidad que el resto de la cuenca con su clara
vinculación a los tipos de tiempo atlánticos (Espín Sánchez et al., 2018).

El tipo de CAP más común en el área de estudio corresponde a la de erosión turbulenta


(39,0%), confirmando que los inviernos en la cabecera de la DHS presentan un gran
dinamismo atmosférico. El 2º tipo predominante, con una amplia representación, es el
de perturbación alta, o lo que es lo mismo, un tipo turbulento que afecta a la evolución
de la temperatura en los sensores ubicados a una mayor altitud (29,1%). Entre ambos
tipos representan el 68,1% de las CAP durante el trimestre invernal. Además, es preciso
considerar que el tipo de CAP que presenta mayor estabilidad, el de la evolución
inalterada, no adquiere una gran representación en el aire de estudio, si bien su
representación porcentual se sitúa en el 14,2%. Finalmente, el tipo de CAP de
perturbación baja no es identificado en el área de estudio, y otros tipos, como el de
ventana de inversión o la rotura temprana de la ITN, apenas tienen relevancia (Tabla
5.17).

Tabla 5.17. Estadísticas resumen de los diferentes tipos de CAP representados en el


área de estudio.

Tipo 1 Tipo 2 Tipo 3 Tipo 4 Tipo 5 Tipo 7 Tipo 8


Evolución Formación Rotura Evento Perturb. Erosión Ventana
inalterada tardía temprana mezcla alta turbulenta inversión
Nº eventos 27 20 1 9 55 73 3
% Eventos 14,2 10,6 0,7 5,0 29,1 39,0 1,4
CINV (ºC) 11,3 8,6 12,5 7,6 10,7 10,2 8,1
TE (ºC) 5,5 4,6 7,4 2,9 5,9 4,5 1,7
TNm (ºC) -2,6 -2,4 -5,5 -0,1 -1,7 -1,4 -5,2
DV sondeo (º) 245,8 230,8 306,7 134,4 208,8 214,9 279,4
VV sondeo (km/h) 16,1 27,5 31,6 24,5 18,6 20,9 27,8
HR sondeo (%) 49,6 58,7 20,7 58,7 46,7 48,5 79,3
DV estaciones (º) 195,1 209,2 153,5 211,8 196,4 196,8 313,5
VV estaciones (km/h) 4,8 4,3 4,7 7,5 6,0 6,1 9,1
HR estaciones (%) 62,1 69,5 46,1 67,3 60,7 64,5 76,2
AI (ºC) 13,3 7,9 11,9 6,1 10,2 8,8 10,2
Coef. Pasquill 6,6 6,0 7,0 6,3 6,5 6,5 6,0
Zi (m) 50,0 53,8 50,0 60,3 50,4 50,2 50,0
Kz (m/s2) 2,6 15,5 0,3 17,9 9,7 4,6 22,6
Nubosidad (octas) 1,9 2,6 3,2 3,5 2,0 2,5 0,0
PA (hPa) 1014,6 1015,2 1001,2 1014,9 1015,5 1015,4 1007,3
Inicio CAP (h) 18:43 3:00 20:02 23:06 19:01 22:06 2:06
Destrucción CAP (h) 10:09 10:03 2:57 10:05 10:12 10:05 5:05
Duración (horas) 16,1 7,0 7,0 11,0 15,7 12,0 3,0

332
A nivel mensual, diciembre, debido principalmente a su mayor condición anticiclónica,
representa el 55% de las CAP, mientras que enero y febrero (43%) presentan menos
eventos de ITN.

A pesar, de que aparecen representados 7 de los 8 tipos de CAP en el área de estudio,


sólo tres llegan a representar el 82,3% del total. A continuación, se analiza de forma
más exhaustiva los tipos identificados, con mayor atención al de erosión turbulenta,
perturbación alta, evolución inalterada, formación tardía, y evento de mezcla. La tabla
16 muestra los resultados promedio de las variables analizadas para cada tipo.

Las 188 jornadas identificadas con proceso de ITN revelan algunos datos de interés.
Las horas nocturnas están marcadas, según los datos arrojados por el sondeo
atmosférico en el conjunto de los 21 datalogger analizados, por bajos valores
higrométricos (51,4%), y una velocidad media del viento moderada (23,8 km/h) de
componente suroeste (SO). Además, la nubosidad es relativamente escasa (2,5 octas
sobre 8), una presión atmosférica superficial relativamente baja (1012,0 hPa), y unos
elevados parámetros de estabilidad según Pasquill (6,4 sobre 7). Todo ello con una
altura de la capa límite extremadamente baja (52,1 m), y un coeficiente de mezcla
vertical débil de 10,5 m/s2 (Tabla 5.16).

5.4.2.1. Erosión turbulenta (Tipo 7)

La erosión turbulenta de es un tipo de CAP de extracción lenta, en el que la parte


superior de la piscina (datalogger a mayor altitud) se empieza a erosionar,
transfiriéndose capa por capa a altitudes más bajas. Investigaciones anteriores sugieren
que los vientos por encima de la capa de ITN deben aumentar de velocidad para
continuar el proceso de erosión (Petkovsek, 1992; Rakovec et al., 2002; Zhong et al.,
2003). A pesar de que en la literatura científica no han sido tan frecuentes, en el área
de estudio se identifican 55 jornadas, lo que constituye el tipo de CAP más común en el
área de estudio (39,0%).

Este tipo de CAP se caracteriza por presentar una importante variabilidad en la


evolución de la temperatura a lo largo de las horas nocturnas, especialmente en aquellos
emplazamientos situados a mayor altitud (Figura 5.26). El incremento de la velocidad
del viento suele ser la principal causa que evita el descenso inalterado de la
temperatura, aunque no son valores elevados, sino se produciría la rotura del estrato de
ITN. Suele estar asociado al paso de alguna línea de inestabilidad o pequeña
perturbación.

333
Fig. 5.26. Esquema teórico del tipo 1, y ejemplo de la evolución de temperatura del 9-
10 de febrero de 2017 (de 12 a 12 h UTC). La línea negra discontinua muestra la
evolución de temperatura del datalogger del Pico de la Selva (1521 m), donde no existe
proceso de ITN.

El patrón sinóptico promedio se caracteriza por una situación de dorsal subtropical, y un


flujos húmedo y templado de procedencia atlántica (Fig. 5.27). A pesar de que la
nubosidad no es importante en el sureste de la Sureste de la Península, sí que se
observa algunas jornadas con nubosidad en la Sierra de Segura (retención orográfica
en niveles más elevados). Un marcado flujo en niveles medios atmosféricos (700 hPa)
permite explicar la importante turbulencia en los niveles más elevados.

La velocidad del viento (VV) observada en los sondeos atmosféricos nocturnos refleja
una velocidad media moderada (20 km/h) y valores homogéneos en las todas las
altitudes analizadas. Los valores disminuyen en los observatorios meteorológicos
analizados, registrando VV de 10,5 km/h a 1200 m de altitud (Casas del Rey), y de sólo
2,6 km/h a 430 m de altitud (El Chaparral). Por lo tanto, pone de manifiesto, que, en
zonas expuestas por encima de 900 m de altitud, los flujos de viento superiores a 10
km/h erosionan la caída de la temperatura durante el proceso de IT, aunque no lo
rompen (Fig. 5.26).

El flujo de viento según el sondeo atmosférico es predominantemente de componente


SO en los niveles altitudinales analizados (de 208 a 229º). Esto es corroborado en los
observatorios meteorológicos analizados, con direcciones medias de 211 a 183º (SSO).
Se trata, por tanto, de flujos de origen subtropical marítimo generados por dorsales
atlánticas al oeste de la Península (Fig. 27c).

334
Fig. 5.27. Cartografía sinóptica promedio del tipo de CAP erosión turbulenta: a) altura
geopotencial a 500 hPa; b) presión atmosférica al nivel del mar; c) dirección y velocidad
del viento en el geopotencial de 500 hPa; y d) humedad relativa (%) en el geopotencial
de 500 hPa. Fuente: NOAA.

La humedad relativa, según el sondeo atmosférico es escasa, con valores que se sitúan
en el 40% por encima de 1500 m de altitud, con un aumento hasta 62% a cota 500 m.
Se trata, por tanto, de bajos valores higrométricos asociados a un flujo de componente
SO (que sufre proceso de Föenh). En los observatorios meteorológicos la humedad
relativa media se sitúa entre el 54% a 1200 m de altitud (Casas del Rey), y en el 74%
en el observatorio de El Chaparral, a unos 500 m. Valores, por tanto, parecidos a los
aportados por el sondeo.

Se trata de un tipo de ITN, que, a pesar de sufrir erosión y una irregularidad en la


evolución térmica nocturna, presenta una gran estabilidad atmosférica. Según la
clasificación de Pasquill (1961), obtiene un coeficiente de 6,5 sobre 7 (estabilidad entre
moderada y extrema). Se registra una altura de la capa límite de 50,2 m (52,1 promedio
de todos los tipos), y un coeficiente de mezcla relativamente bajo (4,6 m2/s) sobre una
media de 10,5 en los episodios analizados. Finalmente, la nubosidad es escasa, con un
promedio de 2,5 octas sobre 8, y una presión atmosférica media de 1015,4 hPa.

335
Ello da lugar a inversiones térmicas intensas en el área de estudio. Las temperaturas
mínimas en este tipo de situación se sitúan en una media de -1,4ºC (-2,6ºC en todos los
tipos analizados), con un registro térmico, según el sondeo (8,8ºC) que se sitúa por
encima del promedio climatológico para el invierno (masa de aire templada). Se
produce, además, una capacidad de inversión (CINV) de -10,2ºC (media de -9,9ºC).
Excepto el pico de La Selva, sin inversión de temperatura, el resto de datalogger
analizados obtiene un registro inferior a -10ºC, con el registro más importante en
Monterilla (-13,1ºC), y un valor mínimo en Cañada de las Yeguas (-9,5ºC). Por tanto, la
amplitud de inversión (AI) entre las temperaturas mínimas más extremas de los
datalogger analizados es de 8,8ºC, algo inferior a la media de todos los tipos (9,8ºC).

Para ello, es imprescindible que la tasa de enfriamiento sea importante, de ahí la


caracterización de este tipo de CAP, con un fuerte descenso térmico con la puesta de
sol, y posterior ralentización. Los datalogger analizados obtienen una tasa de
enfriamiento de -4,5ºC, en consonancia con la media de todos los episodios analizados
(-4,6ºC). Los datalogger a menor altitud, Arroyo Hurtado y Bco. del Cenajo, son los que
obtienen en este tipo, las tasas más importantes (-5,2 y -5,6ºC).

La constitución de la CAP se produce por término medio a las 22.06 h. Se trata de una
hora relativamente tardía, en comparación especialmente con la evolución inalterada
(18.43 h). Ello repercute en que la tasa de enfriamiento durante primeras horas de la
tarde no sea tan elevada como en otros tipos de CAP (4,5ºC), aunque se mantiene en
la media de todas jornadas analizadas (4,6ºC). Finalmente, la rotura del estrato de
inversión térmica tiene lugar a las 10.05 h, un valor similar a la del resto de tipologías.

En definitiva, el tipo de CAP de erosión turbulenta, se caracteriza por unos procesos


intensos de inversión térmica, si bien no alcanza los valores del tipo de evolución
inalterada. El flujo de viento en niveles medios atmosféricos algo más importante
provoca erosión y alteración en la evolución de la temperatura en zonas de inversión
térmica durante las horas nocturnas.

1.4.2.2. Perturbación alta (Tipo 5)

Las perturbaciones en la parte superior de la piscina de aire frío muestran relación con
los vientos existentes por encima de la inversión, al igual que ocurre con el tipo de caso
de evento de mezcla. En la parte superior del área de estudio se observan irrupciones
de masas de aire asociado a vientos moderados, aunque no lo suficientemente
importantes para romper los estratos de ITN en niveles inferiores. En total son 41 los

336
eventos identificados, lo que supone el 29,1% de las CAP reconocidas, sin duda un
evento bastante frecuente en el interior sureste peninsular durante el invierno.

Fig. 5.28. Esquema del tipo “perturbación alta”, y ejemplo del 26 de diciembre de 2016
(de 12 a 12 h UTC). La línea negra discontinua muestra la evolución de temperatura del
datalogger del Pico de la Selva (1521 m), donde no existe proceso de ITN.

El patrón sinóptico promedio viene definido por dos configuraciones principales. Por un
lado, una dorsal subtropical marítima al suroeste de la península ibérica, con altas
presiones centroeuropeas (1024,1 hPa). Generan un flujo débil en el geopotencial de
700 hPa, y apenas deja nubosidad en el SE peninsular (Fig. 5.29). Por otro lado,
perturbaciones atlánticas ubicadas al oeste de la Península Ibérica, con vaguadas que
generan un flujo moderado en niveles altos y mayor nubosidad

En definitiva, el tipo CAP de perturbación alta es tremendamente similar al de erosión


turbulenta, si bien la alteración en la evolución térmica se da en las ubicaciones de
mayor altitud. En los emplazamientos a menor altitud se produce una evolución nocturna
“limpia” (Fig. 5.28).

Los parámetros expuestos a continuación son muy similares al de erosión turbulenta, si


bien, la velocidad del viento es algo inferior. Los datos arrojados por los sondeos
muestran valores de 21 km/h en altitudes superiores a 1500 m, mientras que, en niveles
bajos (< 900 m) la velocidad desciende a 14-15 km/h. Se trata, por tanto, de velocidades
medias unos 4 km/h inferior al tipo de CAP anterior. Aspecto que parece ser relevante
para una mayor tasa de enfriamiento (5,9ºC) durante las primeras horas de la tarde,
especialmente en los sensores ubicados a menor altitud (Arroyo Hurtado 7,0ºC o Bco.
del Cenajo 6,5ºC). Los observatorios meteorológicos en superficie reflejan una velocidad
de viento similar al tipo de erosión turbulenta, con una velocidad de 10,5 km/h en el
observatorio de Casas del Rey, y entorno a 5 km/h en los ubicados a cotas inferiores a
900 m.

337
La procedencia del viento es similar al tipo de erosión turbulenta, con predominio de la
componente SSO (entre 196 y 222º) en el sondeo, aunque los datalogger más elevados
(>1600 m) registran una dirección sur (180º). Los observatorios en superficie también
reflejan la componente SSO (170 a 220º en las estaciones meteorológicas). Confirma,
por tanto, que el tipo de tiempo más frecuente bajo fenómenos de ITN intensos es de
componente suroeste asociado a dorsales subtropicales y perturbaciones atlánticas al
oeste de la Península (v. en el capítulo 2). Ello da lugar a la temperatura más elevada
aportada por el sondeo atmosférico, con un valor medio de 9,1ºC (promedio de 7,2ºC
para todos los tipos analizados). Masas de aire templadas para el trimestre invernal.

La humedad relativa (RH), tanto en los datos aportados por el sondeo atmosférico, como
los valores registrados en los observatorios meteorológicos de superficiales, son muy
similares a los de la erosión turbulenta, siendo, en general, relativamente bajos (40-
69%) Eso sí, los valores higrométricos más bajos aparecen en zonas elevadas
superiores a 1500 m de altitud (40%), mientras que, por debajo de los 1200 m de altitud
los valores ascienden progresivamente hasta alcanzar más del 60% a unos 430 m de
altitud. Además, se aprecia poca nubosidad durante las jornadas analizadas (2,0 octas),
una presión atmosférica relativamente alta (1015,5 hPa), que reflejan condiciones de
estabilidad atmosférica. Eso sí, corroborados por un coeficiente de Pasquill entre
moderada y extremadamente estable (6,5 de 7), y una altura de la capa límite
extremadamente baja (50,4 m). Datos similares al tipo de erosión turbulenta, con un
coeficiente de mezcla vertical de 9,7 m2/s. Por tanto, la presencia de un mayor
coeficiente de mezcla, unido a una menor velocidad del viento en altitudes inferiores,
genera la aparición de un tipo de CAP con erosión en lugares más elevados.

No obstante, a pesar del mayor dinamismo atmosférico en niveles superiores, las


inversiones térmicas son realmente intensas, incluso algo más que en el anterior tipo de
erosión turbulenta. La capacidad de inversión (CINV) se sitúa en un valor medio de
10,7ºC, con registros especialmente bajos en los datalogger de menos altitud (La
Rogativa con 12,7 o Arroyo Hurtado con 11,6ºC).

La temperatura media de las mínimas se sitúa en -1,7ºC, registrando un valor inferior a


la media de todos los tipos en su conjunto (-2,6ºC), con contrastes importantes entre
Monterilla (-6,9ºC) y La Selva (4,1ºC). La AI, por tanto, es realmente importante (10,2ºC)
lo que genera un tipo de CAP con procesos de ITN intensos.

338
Fig. 5.29. Cartografía sinóptica promedio del tipo de CAP “perturbación alta” de: a) altura
geopotencial a 500 hPa; b) presión atmosférica al nivel del mar; c) dirección y velocidad
del viento en el geopotencial de 500 hPa; y d) humedad relativa (%) en el geopotencial
de 500 hPa. Fuente: NOAA.

5.4.2.3. Evolución inalterada (Tipo 1)

El tipo de CAP de evolución inalterada registra un total de 20 jornadas (14,2%), lo que


supone una representación de relativa importancia en el área de estudio, pero lejos del
peso específico en otras investigaciones. El tipo de CAP es la más común en la literatura
científica, si bien las condiciones atmosféricas, algo dinámicas en los últimos inviernos
en la cabecera de la DHS, es inferior a lo inicialmente esperado en el área de estudio.

Se trata de un tipo de CAP denominadas “perfectas” en la literatura científica (Clements


et al., 2013; Whiteman et al., 2004; Dorninger et al., 2011), donde la evolución temporal
de la temperatura nocturna en zonas de inversión experimenta un importante descenso
al principio de la noche. La temperatura se mantiene inalterada, con un descenso
progresivo, pero más lento durante el resto de la madrugada (Fig. 5.30).

339
Se originan fundamentalmente con situaciones sinópticas marcadas por una potente
dorsal de origen subtropical marítimo al oeste de la Península Ibérica, con altas
presiones superficiales en el centro peninsular (Fig. 5.31). Las altas presiones son
protagonistas en el área de estudio, con un valor medio de 1022,4 hPa.

Fig. 5.30. Esquema del tipo “evolución inalterada” según Dorninger, y ejemplo del 11 de
diciembre de 2016 (de 12 a 12 h UTC). La línea negra discontinua muestra la evolución
de temperatura del datalogger del Pico de la Selva (1521 m), donde no existe proceso
de ITN.

En este tipo de CAP registra tasas de enfriamiento muy significativas (5,5ºC) durante
primeras horas de la tarde. Registra una constitución media de la CAP sobre las 18:43
h (aproximadamente 45 minutos después del ocaso). La rotura media de la piscina se
produce a las 9:09 h de la mañana, aproximadamente una hora después de la salida del
sol. Se produce un calentamiento muy rápido en todas las estaciones en las 2,5 h
siguientes a la salida del sol. Ello hace que sea el tipo de CAP más duradera, con una
longitud media de 16,1 horas, donde se manifiesta la gran estabilidad durante las
jornadas de análisis.

La velocidad media de viento que arroja el sondeo explica porque es el tipo de CAP más
estable y duradera. Los valores se sitúan entre 16 y 17 km/h en todos los niveles
altitudinales analizados, aunque desciende a 14 km/h a una cota altitudinal de 450 m.
Se trata, por tanto, de valores relativamente bajos que son corroborados por la velocidad
de los observatorios meteorológicos, con Casas del Rey (7,2 km/h), Barranda (4,9), o El
Chaparral (2,3 km/h). Por tanto, velocidades de viento que no son capaces de alteran
los estratos de inversión térmica.

340
Fig. 5.31. Cartografía sinóptica promedio del tipo de CAP “evolución inalterada” de: a)
altura geopotencial a 500 hPa; b) presión atmosférica al nivel del mar; c) dirección y
velocidad del viento en el geopotencial de 500 hPa; y d) humedad relativa (%) en el
geopotencial de 500 hPa. Fuente: NOAA.

Además, la dirección del viento tiene una procedencia más occidental, con un promedio
SO (245º), a diferencia de las anteriores, donde el flujo tiene un carácter SSO. Ello
determina que las temperaturas (a través de sondeo) en los niveles altitudinales
analizados sea elevada para el trimestre invernal, con un promedio de 8,8ºC (media de
7,2ºC en todos los tipos analizados).

Además, la humedad relativa, según datos del sondeo atmosférico, es similar a los dos
tipos de erosión turbulenta y perturbación alta, es decir, con registros relativamente
bajos especialmente en niveles altitudinales superiores a 1600 m (39%). Los valores
higrométricos aumentan en cotas inferiores, hasta alcanzar el 61% a 460 m de altitud.
Los valores aportados por los observatorios meteorológicos de superficie se mueven
entre 50 y 72%.

Los índices de estabilidad atmosférica son realmente elevados durante las jornadas
analizadas, con una nubosidad media de 1,9 octas y una presión atmosférica media de
1014,6 hPa. Lo que destaca especialmente es el bajo coeficiente de mezcla vertical, con

341
un promedio de 2,6 m2/s (media de 10,5 en todos los tipos), acompañado de una altura
de la capa límite de 50,0 metros. El coeficiente de Pasquill es de 6,6 sobre 7 (promedio
de 6,4), lo que le otorga la mayor estabilidad de los episodios analizados.

Todo ello repercute en las temperaturas mínimas registradas en superficie. A pesar de


registrar una masa de aire templada para invierno en niveles medios-bajos atmosféricos,
la temperatura media de las mínimas de los datalogger analizados es de -2,6ºC, más
bajo que los tipos analizados anteriormente. Destaca especialmente Monterilla, con un
registro de -9,8ºC, mientras que la temperatura mínima del Pico de la Selva no
desciende de 3,9ºC. Determina, por tanto, la capacidad de inversión sea la segunda
más elevada de los tipos analizados, y que la amplitud de inversión sea el valor más
elevado.

La CINV registra un valor medio de 11,3ºC (media de 9,9ºC), con una capacidad de
inversión muy importante en altitudes más elevadas, como Monterilla (-16,8ºC) o en
Cañadas de las Yeguas (12,2ºC). Además, la AI se sitúa 13,3ºC, la diferencia más
importante de la temperatura mínima registrada en zona de CAP y el pico de la Selva.

5.4.2.4. Formación tardía (Tipo 2)

El tipo 2 o formación tardía registra un total de 15 eventos (10,6%) de CAP en el área


de estudio. Se trata de un tipo de formación tardía, cuya característica principal es la de
la constitución de la piscina de aire fría durante primeras horas de la madrugada (3:05
h UTC en los datalogger del estudio). Con una rotura del estrato de ITN a las 9:05 h
UTC, constituyen un tipo de piscina fría de corta duración (7,0 horas). Los episodios de
formación tardía ocurren habitualmente cuando la nubosidad se disipa o los vientos se
debilitan tras el paso de perturbaciones atlánticas, por ejemplo, después del paso de
frentes durante la noche (Fig. 5.32). A pesar de su corta duración, suelen dar lugar a
intensas inversiones térmicas, con una capacidad de inversión (C INV) de 8,6ºC en los
datalogger analizados (media de 9,9ºC en los tipos analizados), y con valores
moderados en Monterilla y Arroyo Hurtado (11,8 y 10,4ºC respectivamente). La
evolución temporal de la piscina de aire frío fue similar a la del tipo inalterada, excepto
por el inicio tardío (Dorninger et al., 2011)

342
Fig. 5.32. Esquema del tipo “formación tardía” y ejemplo del 10 de diciembre de 2016
(de 12 a 12 h UTC). La línea negra discontinua muestra la evolución de temperatura del
datalogger del Pico de la Selva (1521 m), donde no existe proceso de ITN.

La configuración sinóptica media viene marcada por la irrupción de una potente dorsal
de origen subtropical marítimo, con flujos del SO en niveles medios más importantes
que en tipos anteriores (Fig. 5.33).

Como en el resto de tipos analizados, la humedad relativa en niveles bajos-medios


atmosféricos (datos del sondeo) es relativamente baja, entre el 54 y el 64%. En esta
ocasión, los valores higrométricos se igualan entre datalogger de mayor y menor altitud.
Además, los ubicados en altitudes superior a 1500 m de altitud no descienden del 58%,
un valor mayor que en los analizados anteriormente (la masa de aire en niveles medios
no presenta tanta sequedad). Mientras, los observatorios analizados también registran
valores algo superiores (68 a 73%) debido al paso de inestabilidad horas antes.

La velocidad del viento, por su parte, es más importante que los tipos analizados
anteriormente. Aparecen registros medios de hasta 30 km/h entre 1150 y 1550 m de
altitud, sólo por debajo de 25 km/h en cotas inferiores a 500 m de altitud. Los
observatorios meteorológicos, por su parte, registran una velocidad del viento inferior
(entre 2,6 y 5,9 km/h), y es que, con el paso de la madrugada, una vez constituida la
CAP, la velocidad del viento cae de forma importante. El flujo de viento predominante
es de componente SSO (217-258º).

La nubosidad media en las jornadas analizadas es de 2,6 octas, por lo que parece no
tener demasiada influencia en la conformación tardía de las piscinas de aire frío.
Además, se anota un promedio elevado de presión atmosférica en superficie (1015,2
hPa).

343
Fig. 5.33. Cartografía sinóptica promedio del tipo de CAP “formación tardía” de: a) altura
geopotencial a 500 hPa; b) presión atmosférica al nivel del mar; c) dirección y velocidad
del viento en el geopotencial de 500 hPa; y d) humedad relativa (%) en el geopotencial
de 500 hPa. Fuente: NOAA.

Sin duda, el aspecto más destacado de este tipo de CAP, junto con la importante
velocidad media del viento arrojado por el sondeo a media noche, es el elevado
coeficiente de mezcla vertical, con un promedio de 15,5 m 2/s, superior al promedio de
todos los tipos (10,5 m2/s). Por tanto, existe una importante agitación atmosférica en
niveles bajos-medios atmosféricos, lo que constituye la principal causa de que la CAP
se constituya a primeras horas de la madrugada. A pesar de ello, los parámetros de
estabilidad son relativamente elevados (coeficiente 6,0 de Pasquill), y altura de la capa
límite es baja (53,8 m). Condiciones, por tanto, de estabilidad, pero en menor medida
que los tipos anteriormente detallados, especialmente hacia la noche y primeras horas
de la madrugada.

A pesar de su constitución tardía, las temperaturas mínimas son bajas (-2,4ºC), y se


mantienen entorno a la media (-2,6ºC), con registros potentes en zonas elevadas
(Monterilla con -8,6ºC). Además, la tasa de enfriamiento también es similar al promedio
de los tipos analizados (4,6ºC). La diferencia térmica entre Monterilla y La Selva es de

344
8,9ºC, por lo que la AI adquiere un valor modesto, y muy por debajo del tipo de CAP
inalterada (13,3ºC). La temperatura mínima registrada en el Pico de la Selva (0,3ºC) es
una de las más bajas de los tipos analizados, y se debe a una masa de aire algo más
fresca en niveles bajos-medios atmosféricos (6,2ºC), inferior a la media del resto de
tipos.

5.4.2.5. Evento de mezcla (Tipo 4)

El tipo de CAP de evento de mezcla representa un total de 9 jornadas (5%) en el periodo


de estudio, por lo que no es demasiado frecuente en el área de estudio. Los fuertes
vientos causan con frecuencia importantes erosiones en las piscinas de aire frío.
Cuando los vientos que se sitúan por encima del estrato de ITN son los suficientemente
importantes, los remolinos turbulentos mezclan el aire más caliente de la parte superior
de la inversión, lo que provoca un aumento de las temperaturas en niveles inferiores.
Según Dorninger et al. (2011), los parámetros más influyentes para su configuración son
los siguientes: 1) cizalladura vertical de vientos horizontales, 2) debilidad de las
partículas generadas por esta cizalladura, 3) interacción con la topografía más elevada
de alrededor, y 4) la estabilidad dentro del conjunto de aire frío.

La cizalladura vertical es notable durante las jornadas de análisis. La dirección


predominante del viento entre 1500 y 1660 m de altitud es de componente ESE (98-
100º), mientras que, entre las altitudes de 860 a 1150 m, predomina la componente SSE
(180-200º). Existe, además, cizalladura en la velocidad, con velocidad media de 28 a 30
km/h en los niveles superiores (1500-1660 m), y entre 12 y 20 km/h entre 860 a 465 m.
En general, la velocidad media del viento en niveles superiores es importante (Casas
del Rey con 10,2 km/h), por lo que puede generar puntuales roturas del estrato de ITN.

Fig. 5.34. Esquema del tipo “evento de mezcla”, y ejemplo del 1 de febrero de 2016 (de
12 a 12 h UTC). La línea negra discontinua muestra la evolución de temperatura del
datalogger del Pico de la Selva (1521 m), donde no existe proceso de ITN.

345
La configuración sinóptica viene marcada por una gran vaguada planetaria subtropical
marítima al suroeste de la Península Ibérica, con el paso en niveles altos de una
vaguada que genera un flujo importante del ONO (Fig. 5.35).

La humedad relativa es equiparable al tipo de formación tardía, con valores medios del
55% en los niveles altitudinales más elevados (>1500 m), y algo más elevados (entorno
al 60%), en cotas inferiores a 1200 m de altitud. Ello se ve reflejado en los observatorios
meteorológicos superficiales, con valores higrométricos que alcanzan el 72% en Casas
del Rey (1200 m) y que no consiguen descender del 65% en el resto de observatorios.

Con una presión atmosférica media de 1014,9 hPa, las altas presiones superficiales son
dominantes, aunque en varias de las jornadas analizadas la Península Ibérica se
encuentra afectada por dos vaguadas polares de onda larga. Generan nubosidad, en
general de tipo alto, con un promedio en las jornadas analizadas de 3,5 octas. Eso sí,
el coeficiente de mezcla vertical es relativamente elevado, y por encima del promedio
de los tipos analizados (17,9 m2/s). Aun así, se trata de valores estables, con un
coeficiente de Pasquill de 6,3 sobre 7, y una altura de la capa límite de 60,3 m (Fig.
5.36).

Todo ello repercute en inversiones térmicas menos intensas (7,6ºC), con un valor medio
que se sitúa muy por debajo del promedio de todos los tipos analizados (9,9ºC). Da lugar
a temperaturas mínimas poco significativas (-0,1ºC), con una tasa de enfriamiento de
las más bajas de los tipos analizados (2,9ºC). La AI se sitúa en un valor de 6,1ºC, con
una diferencia térmica poco importante (Monterilla con -4,5ºC y La Selva con 2,3ºC) (Fig.
5.34).

La cizalladura vertical identificada en los sondeos, la elevada velocidad del viento en


atmosfera libre, y los importantes valores del coeficiente de mezcla vertical, generan
puntuales rupturas de la CAP durante las horas nocturnas.

Aunque la representación es mínima, aparecen dos jornadas con el tipo “ventana de


inversión”, caracterizada por el predominio de viento importante (28 km/h), abundante
nubosidad (5/8), que da lugar a episodios de ITN de escasa duración (3 horas). La
humedad relativa, es con diferencia, la más elevada de los tipos analizados (79%), y es
que el flujo de viento de componente ONO (280º) genera una temperatura de sondeo
más baja (2,7ºC) y con una AI de 10,2ºC. Una ventana de nubosidad o un período de
calma de apenas 30 minutos es suficiente para iniciar una CAP en estos episodios.

346
Fig. 5.35. Cartografía sinóptica promedio del tipo de CAP “evento de mezcla”: a) altura
geopotencial a 500 hPa; b) presión atmosférica al nivel del mar; c) dirección y velocidad
del viento en el geopotencial de 500 hPa; y d) humedad relativa (%) en el geopotencial
de 500 hPa. Fuente: NOAA.

Fig. 5.36. Correlación estadística según Kendall, entre a) humedad relativa vs.
intensidad de inversión térmica, y b) temperaturas mínimas en Monterilla vs.
acumulación de nieve fresca.

Existen dos correlaciones estadísticas de importancia con los datos que han sido
analizados. Tal y como es corroborado en el capítulo 2, la humedad relativa en niveles
bajos-medios atmosféricos es de vital importancia para generar intensos procesos de
ITN. A menor humedad relativa, la capacidad de inversión aumenta (coeficiente de

347
correlación del 0,68). Los valores de CINV entre muy fuertes y excepcionalmente fuertes
(>12ºC) tienen lugar con valores higrométricos entre 20 y 40% (Fig. 5.36a).

El coeficiente de mezcla vertical (Kz) es uno de los factores que más peso tiene en la
intensidad de los procesos de ITN (v. capítulo 2). Ocurre igual en el actual análisis,
donde los valores de Kz muestran una importante relación con los valores de capacidad
de inversión (CINV). Las madrugadas (0-6 h) con escasa o nula turbulencia/mezcla
vertical suele generar las diferencias de temperaturas más importantes durante las
noches de inversión. Por ejemplo, con valores inferiores de Kz de 0,88 m2/s, las
temperaturas son más bajas en el Barranco del Cenajo (870 m de altitud) que en el Pico
de la Selva (1521 m), con diferencias medias de 5,0 a 5,2ºC. Sin embargo, conforme
aumenta el coeficiente de mezcla vertical, las diferencias, dentro de madrugadas
estables, tienden a igualarse. Del mismo modo, los valores medios de CINV superan los
10ºC solamente con valores de Kz inferiores a 0,88 m2/s (Tabla 5.18).

Durante las jornadas de ITN en el ámbito temporal analizado, aparecen varios días con
superficie nivosa especialmente en los datalogger de mayor altitud. Sauberer y Dirmhirn
(1954, 1956) ya encontraron importantes correlaciones entre el espesor de nieve fresca
y un mayor descenso térmico en zonas de valle. Encontraron diferencias térmicas entre
el fondo de una dolina y las ubicaciones a lo largo de las pendientes laterales por encima
del flujo de salida más bajo que oscilaban entre 25 y 30ºC en presencia de nieve recién
caída, mientras que, las diferencias descendían a 10 y 15ºC con ausencia de nieve. La
capa de nieve es un factor importante que influye en la velocidad de enfriamiento y, por
tanto, en la intensidad de la inversión. La capa de nieve proporciona una capa aislante
que limita el flujo de calor del suelo hacia arriba que normalmente contrarrestaría las
pérdidas de radiación de onda larga desde la superficie (Whiteman et al., 2004). En el
área de estudio, el espesor de nieve fresca influye en que las temperaturas mínimas son
más bajas en el paraje de Monterilla (R 2 de -0,53). Todas las temperaturas mínimas
inferiores a 13ºC en dicho paraje se acompaña de nieve en la superficie (Fig. 5.36b).

Tabla 5.18. Valores promedio de diferencia térmica entre Monterilla y La Selva,


diferencia térmica entre Barranco del Cenajo y La Selva, y datos de CINV para diferentes
umbrales del coeficiente de mezcla vertical (Kz):
Umbrales Kz (m/s2) Dif T (Monterilla-La Dif T (Cenajo-La CINV
Selva) Selva
0.34 / 0.46 11.6 5.2 10.8
0.46 / 0.87 10.1 5.0 10.9
0.88 / 11.7 9.6 2.8 9.7
11.7 / 40.0 9.0 2.9 9.1
>40.0 3.4 -0.3 7.2

348
5.4.3. Episodios asociados a temperaturas mínimas extremas

Durante el periodo de análisis (2016-2020) han sido estudiados cuatro trimestres


invernales, aunque ninguno de ellos ha registrado periodos de olas de frío tan intensos
como los de enero de 2005 o febrero de 2012. Aun así, el área de estudio, especialmente
el sector occidental de la DHS (Hernán Perea y Calar del Mundo) han llegado a registrar
temperaturas mínimas extremadamente frías. El patrón sinóptico parece repetirse
durante las jornadas con temperaturas mínimas inferior a -15ºC. Antes de analizar los
principales episodios es preciso añadir las siguientes consideraciones (Fig. 5.37):

 La configuración sinóptica en el geopotencial de 500 hPa muestra una zona de


difluencia sobre la Península Ibérica, con la aparición de una pequeña vaguada
polar de onda larga al sur.
 Flujo de vientos de componente NO en niveles medios-altos atmosféricos,
asociado a una vaguada situada al oeste peninsular. Aparece una zona de calma
de viento sobre el SE peninsular. La masa de aire promedio, en el geopotencial
de 850 hPa es relativamente fría (1-2ºC) y con poca carga higrométrica (37-
40%).
 A nivel superficial, el Anticiclón de las Azores, muy potente (1029 hPa) se sitúa
sobre el archipiélago homónimo, generando una cuña oriental que afecta a la
Península Ibérica (1020-1022 hPa).
 El paso de una zona de inestabilidad asociada al sector delantero de la vaguada
polar marítima, horas antes, sobre el área de estudio. Genera precipitaciones en
forma de nieve, clave para tasas importantes de enfriamiento y génesis de
valores mínimos extremos.

349
Fig. 5.37. Cartografía sinóptica promedio de las jornadas de ITN con las temperaturas
mínimas más bajas registradas: a) altura geopotencial a 500 hPa; b) presión atmosférica
al nivel del mar; c) temperatura en el geopotencial de 850 hPa; d) dirección y velocidad
del viento en el geopotencial de 500 hPa; y e) humedad relativa (%) en el geopotencial
de 500 hPa. Fuente: NOAA.

350
5.4.3.1. Episodio del 2 al 7 de diciembre de 2017

Durante el periodo temporal del 2 al 7 de diciembre de 2017 se produce un importante


episodio de bajas temperaturas, con génesis de intensas heladas en el interior de la
DHS. Desde el punto de vista sinóptico, una gran vaguada planetaria retrógrada de onda
corta (con eje NNE-SSO) se instaura en Centroeuropa generando un pasillo advectivo
sobre la Península Ibérica, entre la baja de Génova (1005 hPa), y el anticiclón de las
Azores (1035 hPa) al oeste de las Islas Británicas (Fig. 5.38).

En niveles medios atmosféricos destaca una masa de aire frío desde Europa del Este
que llega a la Península Ibérica, con isotermas que especialmente durante la jornada
del día 2 llegan a -5ºC en el geopotencial de 850 hPa sobre el centro peninsular. Se
trata de una masa de aire muy fría que procede del círculo polar ártico, concretamente
del norte de Groenlandia, y la Tierra de Baffin (Canadá). Su procedencia, de origen
ártico continental se caracteriza por un claro descenso latitudinal, especialmente la
masa de aire a unos 950 hPa, desde unos 5000 m de altitud durante la jornada del 26
de noviembre, a unos 1000 m de altitud el día 2 de diciembre (Fig. 5.39). Además, tal y
como se muestra en el sondeo atmosférico de Murcia del día 3 (00 h UTC) se registran
temperaturas de -3,3ºC a 850 hPa, -7,7ºC a unos 2000 m de altitud, o -12,0ºC a 2500 m
de altitud.

Aunque la duración temporal de la masa de aire fría es relativamente corta, apenas de


unas 12 horas, las bajas temperaturas en todos los niveles atmosféricos generarán junto
a la estabilización atmosférica de días posteriores, temperaturas mínimas
excepcionalmente bajas. Durante las primeras horas del día 3, el viento de componente
noroeste en toda la columna atmosférica, con velocidades de hasta 147 km/h, deja a la
isoterma de 0ºC a una altitud relativamente baja de 1118 m. Además, como suele ocurrir
con este tipo de masas de aire frías y continentales, la carga higrométrica es baja, con
porcentaje de HR, que, en la gran mayoría de la columna, se sitúa por debajo del 30%.
Sólo, en el estrato atmosférico entre 916 hPa (895 m de altitud) y 709 hPa (2901 m), la
humedad relativa se situó por encima del 50%. En niveles superiores a los 700 hPa (casi
3000 m de altitud), el porcentaje apenas supera el 10% (Fig. 5.40).

351
Fig. 5.38. Configuración sinóptica del 2 de diciembre de 2017 a las 00 h UTC. Líneas
azules (geopotencial a 300 hPa), líneas rosas (temperatura a 850 hPa), y fondo (canal
masas de aire de EUMETSAT). Fuente: eumetrain.org.

Se trata de una masa de aire esencialmente seca, con un marcado flujo de componente
norte sobre el centro-oeste de la DHS, que no es capaz de generar precipitación durante
el episodio. Por tanto, no hay registro de nuevas nevadas que puedan servir de acicate
para un mayor descenso de las temperaturas mínimas en madrugadas posteriores.
Además, el producto “Snow Mass” del satélite MODIS no detecta la presencia de nieve
fresca durante el episodio, contando, además, anteriormente con una cobertura nivosa
muy escasa (Fig. 5.41). Todo ello, junto con otros factores, favorece una mayor
homogeneidad de las temperaturas mínimas en el interior de la DHS.

Según el sondeo atmosférico, el perfil termodinámico es condicionalmente inestable,


pero con una importante inhibición en niveles muy bajos, y medios-altos atmosféricos,
lo que impide la génesis de nubosidad durante los 6 días que dura el episodio. Dicho
aspecto, junto con otros factores, será esencial para la génesis de intensos procesos de
inversión térmica en el área de estudio.

La extensión del frío en el interior sureste peninsular lleva a la aparición de la isoterma


en superficie de -10ºC, que afecta a la casi totalidad de las zonas deprimidas de valle

352
del centro-oeste de la DHS (Fig. 5.42). Sólo los relieves, y algunos sectores de mediana
altitud de relieves marginales registran temperaturas más elevadas.

Fig. 5.39. Sondeo termodinámico lanzado desde Murcia, el 2 de diciembre de 2017 a


las 00 UTC. Fuente: Meteociel.fr.

La advección fría sobre el sureste peninsular, junto a la estabilidad atmosférica en días


posteriores, generan temperaturas mínimas, que, aunque sin ser excepcionales, no son
demasiado frecuentes en el centro del área de estudio.

Atendiendo a las clases de estabilidad de Pasquill, la gran mayoría de madrugadas son


estables, especialmente la de los días 4, 6 y 7 (clases F y G), con altura de la capa límite
entre 50-51 m sobre la superficie. La elevación es mayor durante los días 2 y 3 con
valores que alcanzan 91 m. Además, el coeficiente de mezcla vertical durante las horas
nocturnas es muy escaso, especialmente durante las madrugadas del 3, 4 y 6 de
diciembre. Finalmente, es preciso señalar, como aspecto clave, que la altura de la capa

353
límite apenas consigue superar los 500 m durante las horas diurnas, por lo que se
mantiene, en general, una estabilidad muy importante durante todo el episodio (Fig.
5.41).

Fig. 5.40. Retrotrayectorias de las masas de aire a 1000 y 950 hPa, desde el 26 de
noviembre al 2 de diciembre de 2017. Fuente: NOAA HYSPLIT MODEL.

No se puede atribuir, durante este episodio, una única madrugada que destaque sobre
el resto, si bien, hay dos madrugadas que marcarán un especial detalle, como son las
del 2 y 5 de diciembre, donde se registran los valores absolutos mínimos del área de
estudio, y temperaturas entorno a -10ºC en el centro de la Región de Murcia.

La primera de las madrugadas, la del día 2, empieza la tarde anterior, del día 1, con
temperaturas máximas por debajo de 0ºC en los datalogger ubicados por encima de
1500 m, lo que evidencia el periodo frío que se registra en el interior sureste peninsular.
Por el contrario, a una altitud menor, los valores máximos se sitúan entre 8 y 14ºC (entre
1200 y 460 m de altitud).

354
Fig. 5.41. Imagen satelital Terra, MODIS (3-6-7), corrected reflectance del 4 de
diciembre de 2017. Puntos, datalogger utilizados, y su temperatura mínima absoluta del
episodio. Fuente: earthdata.nasa.gov.

Con el avance de la tarde, y una estabilidad manifiesta en el área de estudio con nulo
viento y muy poca nubosidad, la temperatura empieza a descender rápidamente,
especialmente en Monterilla. La temperatura cae 7ºC en dos horas (de -7 a -14ºC),
aunque la evolución durante el resto de jornada fluctúa sin llegar a descender de -14,2ºC
(Tabla 5.20). En ésta primera madrugada, las temperaturas más bajas se registran en
las depresiones de mayor altitud con valores que descienden claramente de los -10ºC.
Además, el viento en observatorios de alta montaña, como Calar Alto, no supera los 5
m/s durante la citada madrugada, y el de Casas del Rey se mantiene entre 5-6 m/s. En
definitiva, valores de temperatura muy fríos en niveles medios, como arroja el sondeo
para el día 2, cielos despejados, y escaso viento, que en zonas deprimidas lo hace a
una menor velocidad. A pesar de las bajas temperaturas en zonas elevadas, las tasas
de enfriamiento tras la puesta de sol, y la capacidad de inversión no destacan en exceso
(intensidad máxima de 12,2ºC en Monterilla).

355
Fig. 5.42. Termografía del satélite VIIRS-SUOMI del 4 de diciembre de 2017, y valores
de temperatura mínima en los diferentes datalogger para dicha jornada.

Tal y como se aprecia en la Fig. 5.42, a partir de la madrugada del día 4 se producen
inversiones de temperatura más intensas, con el aumento de la temperatura en niveles
medios atmosféricos, y la prolongación de la estabilidad durante dichas madrugadas.

En el análisis de la madrugada del día 5, se registran durante la anterior del 4 de


diciembre, temperaturas máximas que se situaban entre 2 y 14ºC, por lo que, a pesar
del aumento de las isotermas en niveles medios-altos atmosféricos, las temperaturas
máximas no experimentan demasiados cambios. Con la llegada de la tarde-noche, y la
puesta de sol, se experimentan tasas de enfriamiento relativamente elevadas, de 6 a
8ºC. Incluso, en madrugadas posteriores se llevan a contabilizar tasas de hasta 13ºC en
Ballesteros, centro de la Región de Murcia. A pesar del aumento de temperatura en
niveles medios-bajos atmosféricos llegan a registrarse CINV muy elevadas, entre 17 y
18ºC en La Risca (Moratalla), Vega del río Mundo-Riopar, Ballesteros o Avilés (Tabla
21).

356
Tabla 5.19. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) registrada en la red de datalogger del
2 al 7 de diciembre de 2017.

Datalogger 2 dic 17 3 dic 17 4 dic 17 5 dic 17 6 dic 17 7 dic 17 TN abs


Clases de Pasquill D-E D G E F G
Monterilla -14,2 -11,8 -13,8 -11,8 -10,3 -11,3 -14,2
Navalasno -13,5 -8,6 -9,1 -6,3 -5,5 -5,5 -13,5
Cañ. Nerpio -12,3 -9,8 -8,3 -6,3 -5,6 -5,1 -12,3
Nava del Polvo -9,7 -11,6 -12,2 -11,1 -9,1 -11,2 -12,2
Viboreros -8,8 -10,8 -11,7 -3,5 -9,8 -10,5 -11,7
Risca -6,1 -8,0 -9,5 -11,5 -10,6 -9,4 -11,5
Riopar -2,8 -4,1 -7,9 -11,3 -11,3 -10,2 -11,3
Ballesteros -6,4 -8,4 -10,1 -11,1 -7,6 -4,4 -11,1
Cañ. Yeguas -6,9 -10,7 -10,5 -5,5 -9,1 -9,1 -10,7
Benablón -5,2 -6,2 -10,2 -7,5 -6,1 -5,6 -10,2
Zumeta -7,0 -6,5 -9,5 -9,9 -10,1 -9,4 -10,1
Casa Cura -7,1 -7,9 -9,8 -10,1 -6,9 -5,9 -10,1
Avilés -6,1 -7,6 -9,3 -10,0 -7,0 -5,1 -10,0
Huebras -9,8 -9,1 -8,6 -7,2 -5,9 -5,3 -9,8
Gollaín -6,0 -8,2 -9,4 -8,0 -7,0 -3,0 -9,4
Revolcadores -9,2 -9,2 -4,1 -0,8 0,5 0,7 -9,2
Rogativa -7,9 -6,8 -8,4 -8,8 -7,5 -7,1 -8,8
B. Cenajo -4,8 -6,4 -7,9 -8,7 -6,5 -4,9 -8,7
Media Fanega -6,9 -8,6 -6,4 -2,5 -1,6 -1,7 -8,6
Nevazo -3,3 -6,8 -7,0 -8,1 -5,8 -6,1 -8,1
Arr. Hurtado -4,3 -4,4 -6,9 -7,3 -4,5 -4,0 -7,3
Cañada Grande -4,9 -6,7 -7,2 -6,9 -5,9 -5,6 -7,2
Hoya Lóbrega -3,5 -5,4 -6,7 -6,2 -4,3 -3,4 -6,7
La Selva -5,7 -6,0 -3,1 -1,9 1,7 3,7 -6,0
B. Agua -0,2 -4,3 -5,4 -6,0 -5,2 -3,9 -6,0
Singla -1,7 -3,8 -5,7 -5,8 -3,5 -3,5 -5,8

Incluso, estos valores son más elevados durante las posteriores madrugadas,
alcanzando el valor más elevado de CINV el día 7 en la Vega del río Mundo-Riopar con
19,4ºC. Es decir, mientras que en dicho paraje se registra una temperatura mínima de -
10,2ºC, a una altitud de 930 m, en atmósfera libre (dato del sondeo atmosférico), se
registraba una temperatura de 9,2ºC.

Así pues, durante la madrugada del día 5, y jornadas posteriores se registran


temperaturas mínimas especialmente bajas en el centro-oeste de la Región de Murcia,
y sur de Albacete (Tabla 5.19). Por ejemplo, en los valles y depresiones centrales de
Murcia, a una altitud entre 800 y 900 m (Ballesteros, Casa del Cura…) se registran
temperaturas mínimas de -11,1ºC y -10,1ºC respectivamente, mientras que en zonas
con altitud inferior a 1000 m (Vega del río Mundo-Riopar, Benablón (Caravaca) o Bco
Cenajo (Lorca) las temperaturas mínimas se sitúan entre -10 y -9ºC.

357
Tabla 5.20. Tasas de enfriamiento absolutas (ºC) o caída de la temperatura en 3 horas
(desde las 16.00 a las 19.00 h UTC), registrada en la red de datalogger del 2 al 7 de
diciembre de 2017.

Datalogger 2 dic 17 3 dic 17 4 dic 17 5 dic 17 6 dic 17 7 dic 17 Max Abs


Ballesteros 4,1 9,3 3,2 6,8 11,1 13,2 13,2
Arr. Hurtado 1,2 7,2 6,0 4,5 5,4 9,0 9,0
Navalasno 0,0 8,6 6,2 7,4 7,5 6,5 8,6
Hoya Lóbrega 1,4 8,5 6,2 6,7 7,4 4,9 8,5
Casa Cura 1,5 7,7 8,4 7,8 8,1 6,9 8,4
Monterilla 0,1 7,5 5,9 7,5 6,2 8,1 8,1
Rogativa 0,4 4,1 4,2 7,9 8,1 5,7 8,1
Cañada Grande 1,5 4,7 4,4 6,0 6,5 8,1 8,1
Gollaín 2,1 6,0 7,3 7,9 8,1 4,7 8,1
B. Cenajo 1,2 6,0 6,1 7,3 7,1 6,6 7,3
Nevazo 1,2 4,4 4,7 7,2 6,2 5,7 7,2
Singla 3,5 5,5 5,8 4,1 6,2 7,1 7,1
Huebras 2,5 0,3 3,2 4,9 7,0 7,0 7,0
Yeguas 0,8 2,8 1,6 6,1 6,1 0,7 6,1
Purias 2,6 5,3 5,2 6,1 5,5 3,9 6,1
Viboreros 0,7 1,7 1,3 0,9 5,9 0,4 5,9
B. Agua 1,4 5,8 5,7 5,6 3,4 5,4 5,8
Nava del Polvo 0,0 3,3 4,7 2,6 3,8 2,8 4,7
Media Fanega 1,0 0,3 2,2 3,2 3,5 2,9 3,5
Zumeta 0,0 1,9 3,0 2,1 2,7 2,7 3,0
Revolcadores 0,3 1,6 1,4 1,0 1,5 2,4 2,4

Las temperaturas mínimas registradas son relativamente homogéneas durante el


episodio, con diferencia de apenas 3ºC entre Monterilla (Hernán Perea) y Ballesteros
(Lorca) en el centro de la Región de Murcia. En ese sentido es importante destacar la
velocidad del viento durante las madrugadas del 4 al 7 de diciembre de 2017, con
velocidades que no superan 1 m/s en el observatorio de Casas del Rey, de 1 a 2 m/s en
Barranda, inferior a 1 m/s en El Chaparral (datos del SIAM IMIDA), o finalmente, en
Calar Alto, entre 1 y 3 m/s.

Se trata, por tanto, de un periodo de máxima estabilidad, donde las inversiones térmicas
en altitudes medias (700-1200 m) fueron realmente intensas, y donde dichos periodos,
en zonas elevadas, fueron moderados sin el importante complemento de nieve fresca
en superficie. Vuelve a demostrarse que, sin nieve fresca, las zonas más elevadas de
los calares no son capaces de registrar temperaturas mínimas inferiores a -15ºC. La
nieve fresca posee bajos valores de conductividad térmica, lo que aísla al aire del suelo,
además de tener una elevada emisividad en el infrarrojo y un altísimo albedo en el visible
(Park et al., 2014)

358
Tabla 5.21. Intensidad de inversión (CINV) en la red de datalogger 2-7 diciembre de 2017.

Datalogger 2 dic 17 3 dic 17 4 dic 17 5 dic 17 6 dic 17 7 dic 17 CINV abs


Riopar 6,6 6,0 13,0 16,4 16,9 19,4 19,4
Risca 9,2 8,7 13,7 16,0 15,4 18,2 18,2
Zumeta 9,0 5,8 12,6 13,8 15,3 17,9 17,9
Viboreros 8,1 7,2 12,6 6,0 15,7 17,2 17,2
Monterilla 12,2 7,1 13,8 14,0 15,2 17,0 17,0
Ballesteros 8,8 11,3 15,3 16,8 14,0 13,7 16,8
Cañ. Yeguas 6,1 7,0 11,3 7,9 14,8 16,5 16,5
Nava del Polvo 6,2 5,4 11,3 14,2 14,1 16,3 16,3
Avilés 8,8 10,9 14,9 16,2 14,0 14,7 16,2
Rogativa 10,2 6,5 11,8 13,0 12,6 15,8 15,8
Benablón 7,8 9,4 15,7 13,6 13,0 15,1 15,7
Casa Cura 10,6 10,4 15,2 15,5 13,2 15,2 15,5
Arr. Hurtado 9,4 10,7 13,8 15,5 13,7 13,9 15,5
Nevazo 5,4 6,3 10,2 12,1 10,9 14,6 14,6
Cañada Grande 7,6 6,8 11,1 11,0 11,3 14,3 14,3
B. Cenajo 8,2 8,8 13,2 14,0 12,7 14,2 14,2
Gollaín 9,1 9,1 13,7 12,6 11,9 11,9 13,7
B. Agua 4,2 6,3 10,6 11,2 11,0 13,1 13,1
Singla 4,1 6,7 11,2 11,5 10,1 12,9 12,9
Huebras 9,8 6,1 6,9 9,9 12,5 12,7 12,7
Hoya Lóbrega 7,0 6,8 11,4 10,9 9,3 12,4 12,4
Cañ. Nerpio 12,0 6,6 9,2 8,9 11,9 12,2 12,2
Navalasno 10,5 2,8 8,7 9,2 10,4 10,7 10,7
Media Fanega 6,5 5,3 7,3 5,1 7,6 8,4 8,4
Revolcadores 4,4 1,5 2,4 4,0 4,6 6,7 6,7
La Selva 5,0 2,4 4,0 4,4 4,3 3,0 5,0

Ninguno de los observatorios meteorológicos activos durante el episodio, tanto de


organismos oficiales como aficionados a la meteorología, consigue meterse en el
ranking de los 10 registros de temperatura más bajos registrados durante el episodio
(Tabla 5.22). Tan sólo el observatorio de El Chaparral, junto al río Quipar (432 m de
altitud), registra una temperatura inferior a -10ºC (-10,1ºC). Demuestra, una vez más, la
intensidad de las inversiones en cotas relativamente bajas.

Tabla 5.22. Temperaturas mínimas absolutas del 2 al 7 de diciembre de 2017 con y sin
datalogger de la red FrostSE. Redes utilizadas: SIAM IMIDA, SAIH Segura, AEMET,
Meteoclimatic.

Paraje Red TN (ºC) Paraje Red TN (ºC)


El Chaparral SIAM IMIDA -10,1 Monterilla FrostSE -14,2
Don Domingo SAIH Segura -9,5 Navalasno FrostSE -13,5
Emb. La Risca SAIH Segura -9,2 C. Nerpio FrostSE -12,3
Tarragoya SAIH Segura -7,9 Nava del Polvo FrostSE -12,2
Cola A.T.S SAIH Segura -7,8 Viboreros FrostSE -11,7
Jumilla SAIH Segura -7,8 La Risca FrostSE -11,5
Pinoso AEMET -7,8 Río Mundo FrostSE -11,3
Rbla. Chirivel SAIH Segura -7,5 Ballesteros FrostSE -11,1
Barranda SIAM IMIDA -7,5 Cañada Yeguas FrostSE -10,7
Almadenes SAIH Segura -7,5 Benablón FrostSE -10,2

359
Fig. 5.43. Evolución de las clases de estabilidad de Pasquill, del 2 al 7 de diciembre de
2017. Fuente: NOAA.

Fig. 5.44. Evolución temporal de la temperatura en una selección de datalogger propios,


del 1 al 7 de diciembre de 2017.

360
5.4.3.2. Episodio del 11 al 14 de diciembre de 2017

Del 11 al 14 de diciembre la configuración sinóptica en el continente europeo viene


marcada por una gran vaguada planetaria de onda corta, que ejerce su influencia desde
el norte de Escandinavia hasta la Península Ibérica (eje NE-SO) (Fig. 5.45). La vaguada
se desplaza durante el episodio hacia el este, mientras que, en superficie, aparece una
potente borrasca sobre Centroeuropa (980 hPa) y el anticiclón de las Azores (1030 hPa)
al oeste de la Península. Se genera, por tanto, un importante pasillo de vientos en
niveles medios y altos atmosféricos, que facilita la advección de una masa de aire fría
hacia el área de estudio. En general, la isoterma de 0ºC a 850 hPa abraza casi la
totalidad de la Península, pero es muy rápida en su afección, especialmente entre el 12
y 13 de diciembre.

Fig. 5.45. Configuración sinóptica del 12 de diciembre de 2017 a las 12 h UTC. Líneas
azules (geopotencial a 300 hPa), líneas rosas (temperatura a 850 hPa), y fondo (canal
masas de aire de EUMETSAT). Fuente: eumetrain.org.

Los datos arrojados por el sondeo atmosférico nocturno de Murcia reflejan una
advección fría relativamente frecuente en época invernal. La isoterma en el geopotencial
de 850 hPa es de 1,3ºC sobre el área de estudio, mientras que, la isoterma de 0ºC
aparece a una altitud de 1716 m (Fig. 5.46).

361
Sin duda, uno de los aspectos más importantes es la escasa carga higrométrica de la
columna atmosférica. Con valores de humedad relativa entre el 45 y el 10% desde
superficie a 665 hPa (unos 3500 m. de altitud), corrobora que la masa de aire frío es
muy seca durante esos días. Por su parte, el viento en toda la columna atmosférica es
de componente NNO (norte-noroeste), siendo en general, entre débil y moderado.

En definitiva, el sondeo atmosférico muestra un sondeo condicionalmente estable, lo


que, unido a la baja carga higrométrica, las precipitaciones son exiguas en el área de
estudio. Si bien, el día 11, horas antes del sondeo atmosférico, y tras el paso de un
frente frío por el interior sureste peninsular, se registran nevadas importantes como se
detallará más adelante.

Fig. 5.46. Sondeo termodinámico lanzado desde Murcia, el 12 de diciembre de 2017 a


las 12 UTC. Fuente: Meteociel.fr.

362
La masa de aire fría que afecta durante el episodio al área de estudio es de origen ártico
continental (Ac), aunque su procedencia tiene origen en los países bálticos (Fig. 5.47).
Tras ascender latitudinalmente hasta el norte de Escandinavia, la masa de aire inicia un
descenso hacia latitudes más meridionales, tras recorrer el Mar Báltico, las costas de
Irlanda, Mar Cantábrico, y recorrer gran parte de la Península Ibérica.

Fig. 5.47. Retrotrayectorias de las masas de aire a 1000 y 950 hPa, desde el 10 de
diciembre al 13 de diciembre de 2017. Fuente: NOAA HYSPLIT MODEL.

El producto “Snow Mass” del satélite MODIS detecta la presencia de nieve fresca en la
Sª de Segura durante las jornadas del 11 y 12 de diciembre, con una cantidad de 3 a 4
kg/m2 en el Calar de Hernán Perea (Fig. 5.48). La superficie nivosa durante las jornadas
del 13 y 14 de diciembre, junto a parámetros de estabilidad, dará lugar a temperaturas
mínimas extremas en el sector más occidental del área de estudio.

La Fig. 5.49 muestra la extensión de la cobertura nivosa. El importante espesor, y el


carácter fresco de la nieve recién caída, ocupa una amplia extensión territorial del

363
interior montañoso sureste. Especialmente los dos principales calares (Hernán Perea y
Mundo) registran los mayores espesores de nieve, por exposición y altitud. Se produce,
por tanto, una importante dicotomía, entre los datalogger emplazados en superficie
nivosa, y el resto del área de estudio, donde la nieve no está presente en la superficie.
Aspecto que se refleja en las temperaturas mínimas registradas (Fig. 5.49). Los registros
inferiores a -10ºC aparecen exclusivamente en los calares del Mundo y Hernán Perea,
incluso, con registros inferiores a -20ºC. La diferencia es importante con el resto de
datalogger sin cobertura nivosa, con valores entre -7 y -9ºC en zonas occidentales de la
Región de Murcia, que conforman, eso sí, temperaturas mínimas muy destacables.

Fig. 5.48. Imagen satelital Terra, MODIS (3-6-7), corrected reflectance del 13 de
diciembre de 2017. Puntos, datalogger utilizados, y su temperatura mínima absoluta del
episodio. Fuente: earthdata.nasa.gov.

Sin duda, la madrugada que despierta un mayor interés en el episodio analizado es la


del 13 de diciembre, momento en el que se registran los valores térmicos más bajos. En
efecto, durante la tarde del día 12, las temperaturas en el área de estudio se sitúan entre
-3ºC en la cima de Revolcadores, y 13ºC en Arroyo Hurtado (465 m), por lo, que, la

364
masa de aire frío sigue instalada sobre el sureste peninsular. En los Calares de Hernán
Perea y Mundo, las temperaturas máximas alcanzan 1ºC, todo ello con cielos
completamente despejados y un viento flojo de componente noroeste.

Tras la puesta de sol, y con la superficie cubierta de nieve fresca, caída en las últimas
48 horas, se produce un importante descenso térmico (con erosion en la CAP),
alcanzando, antes de la medianoche, registros de -17ºC en Hernán Perea, y de -7ºC en
el Calar del Mundo.

Fig. 5.49. Termografía del satélite VIIRS-SUOMI del 13 de diciembre de 2017, y valores
de temperatura mínima en los diferentes datalogger para dicha jornada.

A pesar de ello, el descenso es paulatino y se produce a menor ritmo de los episodios


anteriormente analizados. En 3 horas, desde las 16 y las 19 horas UTC, los descensos
se sitúan entre 7,0 y 7,6ºC en zonas de la Comarca del Noroeste de la Región de Murcia
y de 5,6ºC en Monterilla (Hernán Perea), influenciado por las constantes alteraciones
en la evolución de la temperatura durante las horas nocturnas (Tabla 5.24). La presencia
en horas nocturnas de la masa de aire fría, la gran estabilidad atmosférica corroborada

365
por un coeficiente máximo de Pasquill (7), y un muy bajo coeficiente de mezcla vertical
(Fig. 5.48), junto a la presencia de nieve fresca, generó, que en depresiones ubicadas
a gran altitud (Monterilla, Nava del Polvo, y Viboreros), se registraran temperaturas
mínimas entre -20 y -23ºC.

Se trata, por tanto, de temperaturas excepcionalmente bajas para el sureste peninsular,


incluso para el Calar de Hernán Perea, pues como se ha analizado anteriormente, la
media anual de las temperaturas mínimas absolutas se sitúa en -17ºC (Tabla 5.23). A
pesar de los bajos registros alcanzados en zonas altitudinalmente más bajas, como La
Risca (Murcia), Ballesteros (Murcia) o la Vega del río Mundo, entre -8 y -10ºC, lo cierto,
es que los registros inferiores a -20ºC sólo están al alcance de los calares extensos,
aislados, y ubicados a una altitud superior a 1500 m. Lo hacen bajo condiciones
concretas de frío en altura, gran estabilidad, y nieve fresca en la superficie.

Tabla 5.23. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) registrada en la red de datalogger del
11 al 14 de diciembre de 2017.

Datalogger 11 dic 17 12 dic 17 13 dic 17 14 dic 17 TN abs


Clases de Pasquill D E G F
Nava del Polvo -3,2 -16,7 -23,4 -3,3 -23,4
Monterilla -2,1 -17,6 -20,1 -7,8 -20,1
Viboreros -1,3 -16,4 -19,4 -1,3 -19,4
Cañ. Yeguas -2,1 -9,5 -15,0 -0,6 -15,0
Navalasno -2,6 -8,9 -11,7 -2,1 -11,7
Risca 0,4 -6,6 -9,8 -0,7 -9,8
Ballesteros -2,3 -4,6 -9,2 -3,8 -9,2
Riopar 0,5 -1,1 -4,9 -8,3 -8,3
Cañada Grande 0,6 -5,3 -7,8 -2,7 -7,8
Avilés -0,6 -4,1 -7,8 -2,6 -7,8
Zumeta 1,2 -4,3 -7,6 -3,0 -7,6
Casa Cura -1,3 -3,8 -7,6 -3,5 -7,6
Rogativa 0,4 -4,7 -7,5 -1,9 -7,5
Cañ. Nerpio -0,2 -5,3 -7,4 1,8 -7,4
Nevazo 0,0 -3,5 -7,2 0,4 -7,2
Benablón -0,6 -4,2 -7,0 -3,7 -7,0
Gollaín -4,0 -6,6 -2,0 4,1 -6,6
B. Cenajo 1,9 -3,9 -6,5 -0,4 -6,5
Media Fanega -0,9 -5,1 -6,4 -0,7 -6,4
Arr. Hurtado 3,3 -1,7 -5,7 -1,4 -5,7
Hoya Lóbrega 1,9 -2,2 -5,1 0,1 -5,1
Revolcadores -3,7 -4,7 -4,8 2,5 -4,8
B. Agua -1,9 -2,8 -4,7 -0,3 -4,7
Singla 2,4 -1,3 -4,6 3,0 -4,6
La Selva -0,8 -1,6 -2,5 3,8 -2,5

366
La temperatura registrada en la Nava del Polvo (borde del Calar de Hernán Perea) de -
23,4ºC es el tercer registro más bajo registrado en la red propia de datalogger, sólo por
detrás de los -24,2ºC y -23,8ºC registrados en Monterilla durante los días 5 y 7 de febrero
de 2018. Sin duda, un valor extraordinario, sólo explicado por un proceso de inversión
térmica muy intenso y nieve fresca en superficie.

Como se detalla anteriormente, la gran estabilidad nocturna de esta jornada, y los


valores de humedad relativa en niveles bajos atmosféricos, genera una intensidad de
inversión de -23,0ºC en la Nava del Polvo. Durante dicha madrugada, por tanto, la
temperatura en atmósfera libre (según el sondeo atmosférico), era de 0,4ºC a una altitud
de 1836 m (Tabla 5.25). Viboreros llega a registrar valores de CINV de 20ºC en Monterilla
y Viboreros, y que llegan a situarse entre 15 y 19ºC en el Embalse de la Risca, Cañada
de las Yeguas, o la Vega del río Mundo.

Tabla 5.24. Tasas de enfriamiento absolutas (ºC) o caída de la temperatura en 3 horas


(desde las 16.00 a las 19.00 h UTC), registrada en la red de datalogger del 11 al 14 de
diciembre de 2017.

Datalogger 11 dic 17 12 dic 17 13 dic 17 14 dic 17 Max Abs.


Gollaín 9,4 7,4 4,7 9,8 9,8
Cañada Grande 9,3 6,4 5,6 8,2 9,3
Hoya Lóbrega 7,6 8,3 3,1 9,2 9,2
Navalasno 2,5 2,7 3,5 8,4 8,4
B. Agua 8,3 3,9 7,0 6,9 8,3
Monterilla 0,7 8,0 5,6 7,4 8,0
B. Cenajo 5,9 6,6 2,5 7,8 7,8
Huebras 5,6 4,5 5,0 7,7 7,7
Ballesteros 1,3 3,1 7,6 0,9 7,6
Zumeta 4,9 6,0 6,0 6,9 6,9
Nevazo 5,9 4,6 3,7 6,6 6,6
Rogativa 5,8 0,0 5,4 6,5 6,5
Singla 1,2 3,3 6,3 1,5 6,3
Nava del Polvo 0,9 1,2 2,1 5,2 5,2
Arr. Hurtado 4,5 2,4 1,2 4,5 4,5
Revolcadores 2,2 3,2 3,0 2,9 3,2

367
Tabla 5.25. Intensidad de inversión (CINV) registradas en la red de datalogger del 11 al
14 de diciembre de 2017.

Datalogger 11 dic 17 12 dic 17 13 dic 17 14 dic 17 CINV abs


Nava del Polvo 8,7 16,6 23,0 11,5 23,0
Viboreros 8,1 18,1 20,8 9,8 20,8
Monterilla 7,8 18,4 20,4 15,9 20,4
Riopar 10,8 7,8 10,9 19,0 19,0
Cañ. Yeguas 8,7 11,1 16,3 9,0 16,3
Ballesteros 14,3 11,9 15,4 14,8 15,4
Risca 10,1 12,2 15,1 10,4 15,1
Gollaín 14,7 12,4 7,4 5,7 14,7
Avilés 13,4 12,1 14,5 13,2 14,5
Casa Cura 13,2 11,0 13,8 14,5 14,5
Benablón 13,3 12,1 13,6 14,2 14,2
Arr. Hurtado 12,2 10,8 13,7 12,2 13,7
B. Agua 13,4 9,7 10,7 11,2 13,4
Revolcadores 13,0 3,4 3,4 6,0 13,0
Cañada Grande 9,5 10,4 12,6 11,9 12,6
B. Cenajo 10,0 11,1 12,6 11,4 12,6
Rogativa 9,2 9,4 11,8 10,8 11,8
Zumeta 8,1 8,9 11,6 11,5 11,6
Navalasno 7,8 9,4 11,4 10,5 11,4
Nevazo 9,3 8,1 11,3 8,1 11,3
H. Lóbrega 9,1 8,4 10,9 10,0 10,9
Singla 9,9 8,9 10,9 7,9 10,9
Cañ. Nerpio 7,2 7,3 9,2 6,9 9,2
Media Fanega 7,8 6,8 8,0 9,2 9,2
La Selva 7,7 3,3 4,0 4,7 7,7

Finalmente, es preciso comentar que los registros de temperatura durante el episodio


en la Demarcación Hidrográfica del Segura, sólo el registro del observatorio
meteorológico de Don Domingo (Jaén) se llega a colar en el TOP 10 (con -8,0ºC) de los
registros más bajos con los datalogger de la red propia (Tabla 5.26). De nuevo, vuelve
a poner de manifiesto, la importancia de una red densa de media y alta montaña en
episodios de frío y fuertes heladas.

368
Fig. 5.50. Evolución temporal de la temperatura en una selección de datalogger propios,
del 10 al 14 de diciembre de 2017.

Tabla 5.26. Temperaturas mínimas absolutas del 11 al 14 de diciembre de 2017 con y


sin datalogger de la red FrostSE. Redes utilizadas: SIAM IMIDA, SAIH Segura, AEMET,
Meteoclimatic.

Paraje Red TN (ºC) Paraje Red TN (ºC)


Don Domingo SAIH Segura -8,0 Nava del Polvo FrostSE -23,4
El Chaparral SIAM IMIDA -7,8 Monterilla FrostSE -20,1
Emb. Risca SAIH Segura -7,6 Viboreros FrostSE -19,4
Cañ. Nerpio AEMET -7,4 Cañada Yeguas FrostSE -15,0
Tarragoya SAIH Segura -6,1 Navalasno FrostSE -11,7
Barranda SIAM IMIDA -5,9 La Risca FrostSE -9,8
C. San Juan SAIH Segura -5,6 Ballesteros FrostSE -9,2
E. Moratalla SAIH Segura -5,5 Vega río Mundo FrostSE -8,3
Doña Inés SAIH Segura -5,4 Don Domingo SAIH Segura -8,0
Cola A.T.S SAIH Segura -5,3 Cañada Grande FrostSE -7,8

369
Fig. 5.51. Evolución de las clases de estabilidad de Pasquill, del 11 al 14 de diciembre
de 2017. Fuente: NOAA.

370
5.4.3.3. Episodio del 5 al 9 de febrero de 2018

El inicio del mes de febrero de 2018 está marcado, desde el punto de vista sinóptico,
por la advección de una masa de aire frío de origen ártica marítima (Am), cuyo origen
se sitúa en las inmediaciones del círculo polar ártico (Fig. 5.52).

Fig. 5.52. Configuración sinóptica del 5 de febrero de 2018 a las 12 h UTC. Líneas
azules (geopotencial a 300 hPa), líneas rosas (temperatura a 850 hPa), y fondo (canal
masas de aire de EUMETSAT). Fuente: eumetrain.org

En niveles altos atmosféricos (geopotencial a 500 hPa), una gran borrasca fría en altura
(BFA) con reflejo en superficie (975 hPa) entre Reino Unido y Escandinavia desaloja
una masa de aire en todos los niveles atmosféricos sobre el continente europeo. Una
gran vaguada planetaria de onda corta, con eje NNE-SSO, abarca desde el norte de
Escandinavia hasta el sur de la Península Ibérica, constituyendo áreas de altas
presiones en el Atlántico central y en el mediterráneo norafricano (Fig. 5.53). El aire frío
en niveles medios y altos atmosféricos procedentes del norte de Europa es canalizado
hacia la Península a través del Anticiclón de las Azores sobre el Atlántico central (1035
hPa) y la baja de Génova (1000 hPa).

371
Fig. 5.53. Retrotrayectorias de las masas de aire a 1000 y 950 hPa, desde el 31 de
enero al 5 de febrero. Fuente: NOAA HYSPLIT MODEL.

Posteriormente, durante el episodio, se forma una baja relativa (1010 hPa) en el interior
sureste peninsular, lo que permite seguir impulsando la masa de aire frío hacia el área
de estudio. La isoterma de 0ºC en el geopotencial de 850 hPa, llega a abarcar la
totalidad de la Península Ibérica, registrándose, según el sondeo termodinámico de
Murcia (00 UTC) temperaturas de -3,0 y -2,8ºC durante las jornadas del 9 y 3 de febrero
respectivamente, evidenciando la extensión temporal e intensidad de la masa de aire
frío.

Según el sondeo termodinámico, la masa de aire existente en los primeros 5500 m de


altitud (hasta 500 hPa), presenta una escasa carga higrométrica. Salvo en el nivel
altitudinal entre 925 y 700 hPa (con valores entre 50 y 70% HR), el resto de columna,
desde los 2800 m de altitud (710 hPa) a la tropopausa, presenta valores entre 30 y 10%
(Fig. 5.54). Es decir, se trata de una masa de aire extremadamente fría y seca en niveles
medios y altos, con temperaturas de -7,0ºC a 2000m de altitud (793 hPa), -14,8ºC a

372
3000 m (695 hPa), o -31,2ºC a 500 hPa (a una altitud de 5422 m). Presenta un perfil
condicionalmente inestable, con vientos intensos (hasta 80 km/h) de componente norte
desde 300 a 650 hPa, y de componente noroeste y nor-noroeste desde 650 hPa a
superficie.

Fig. 5.54. Sondeo termodinámico lanzado desde Murcia, lanzado el 3 de febrero de


2018 a las 00 UTC. Fuente: Meteociel.fr.

El paso de un sistema frontal, del 4 al 6 de febrero, procedente del norte peninsular y


los chubascos post-frontales asociados, dejan nevadas especialmente en el sector más
occidental de la DHS (allí donde aparece la precipitación). Existe, por tanto, un nuevo
manto de nieve fresca, clave para que los procesos irradiativos de los fenómenos de
inversión térmica sean más efectivos, y los valores de temperatura mínimos sean más
bajos.

373
Fig. 5.55. Imagen satelital Terra, MODIS (3-6-7), “corrected reflectance” del 4 de febrero
de 2018. Puntos, datalogger utilizados, y su temperatura mínima absoluta del episodio.
Fuente: earthdata.nasa.gov.

La imagen satelital de la Fig. 5.55 refleja la superficie nivosa en tonos rojos, y las
fotografías tomadas durante el episodio (Fig. 5.56), reflejan espesores de nieve
relativamente importantes, con valores entre 5,5 y 6,3 kg/m2 en Hernán Perea y sierras
adyacentes (datos del producto “Snow mass 9 km). Será un factor determinante para la
génesis de temperaturas mínimas extremas durante los próximos días.

Según las clases de estabilidad de Pasquill, durante el episodio predominan las


madrugadas ligera y moderadamente estables (E y F), con algunos momentos de
extrema estabilidad (inicio de la madrugada y noche del día 5, e inicio de la madrugada
del día 8). Así pues, la altura de la capa límite durante las madrugadas se sitúa 50-51
metros sobre el terreno, y algo más elevada (52-71 m) en la madrugada del día 7 (Fig.
5.57). Se trata, por tanto, de valores relativamente bajos, muy diferentes a la altura
alcanzada durante el día (700-1200 m). Además, el coeficiente de mezcla vertical ofrece

374
resultados muy bajos, con poca mezcla turbulenta, especialmente en las jornadas del 5,
6, y 7, a priori madrugadas más proclives para inversiones térmica más intensas.

Fig. 5.56. Termografía del satélite VIIRS LST del 7 de febrero de 2018, y valores de
temperatura mínima en los diferentes datalogger para dicha jornada.

Durante la madrugada del 4 al de febrero se registra el valor de temperatura mínima


absoluta alcanzada durante el episodio. Concretamente en el páramo de Monterilla, con
una temperatura de -24,2ºC (Tabla 5.27). Se trata de un valor tremendamente
destacado respecto al resto de puntos de observación, con valores que no llegan a
alcanzar -14ºC en Navalasno y Cañadas de Nerpio. La influencia, de un mayor espesor
de nieve fresca, caída durante las horas anteriores, parece clave para un mayor
descenso térmico en Hernán Perea (Fig. 5.55).

Durante la tarde del 4 de febrero se producen algunas nevadas en el Calar de Hernán


Perea y Sierra de Segura, remitiendo con el avance de la misma, hasta despejarse por
completo. No así, en el resto del sureste peninsular, con presencia de nubes de tipo
alto, asociado al paso del frente frío. A partir de ahí, la temperatura en Monterilla

375
empieza a descender de forma súbita (de 10ºC en una hora, de 13,9ºC en 3 horas),
entre las 17:20 y las 18:20 h (Tabla 5.28). A las 20.30 de la tarde se alcanza -20,0ºC,
mientras, que, a las 22:23 se alcanza la temperatura mínima de la jornada (-24,2ºC).

Fig. 5.57. Evolución de las clases de estabilidad de Pasquill, del 5 al 10 de febrero de


2018. Fuente: NOAA.

Además, el viento en superficie según el reanálisis fue muy débil, prácticamente


imperceptible, con velocidades de 0 a 10 km/h. Este aspecto se corrobora con la
velocidad del viento registrada en observatorios de alta montaña, como Calar Alto,
donde los registros no superan 10,8 km/h, o rachas máximas de 16 km/h en Casas del
Rey (Moratalla). Por tanto, se trata de una madrugada con nula influencia del viento, si
bien los valores más elevados se registran a últimas horas de la madrugada.

Durante la madrugada se produce un ascenso súbito de la temperatura en Monterilla,


desde -24 a -9ºC (entre las 0 y las 2 h de la madrugada, del día 6), para posteriormente,
descender de nuevo a -21ºC. Esto da muestra de que la madrugada no presentaba una
total estabilidad, teniendo en cuenta la alta humedad relativa existente en el sureste
peninsular, con valores generalizados superiores al 90%.

376
Tabla 5.27. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) registrada en la red de datalogger del
5 al 9 de febrero de 2018, y tipología de estabilidad durante las horas nocturnas en cada
jornada.

Datalogger 5 feb 18 6 feb 18 7 feb 18 8 feb 18 9 feb 18 TN abs.


Clase de Pasquill G-E F E G-F F
Monterilla -24,2 -20,6 -23,8 -18,2 -22,0 -24,2
Viboreros -6,0 -18,4 -10,5 -11,5 -14,8 -18,4
Navalasno -13,8 -15,2 -12,7 -12,2 -15,5 -15,5
C. de Nerpio -13,6 -14,8 -12,3 -11,4 -11,5 -14,8
Media Fanega -7,5 -13,5 -11,9 -10,8 -12,7 -13,5
C. Yeguas -7,2 -12,7 -8,6 -9,8 -8,5 -12,7
Zumeta -8,4 -11,5 -9,0 -7,9 -10,3 -11,5
Revolcadores -7,6 -9,1 -9,3 -8,1 -9,4 -9,4
Cañada Grande -9,4 -6,9 -5,4 -4,6 -6,9 -9,4
Rogativa -5,0 -8,7 -7,8 -5,6 -8,3 -8,7
Nevazo -5,7 -7,3 -5,0 -5,4 -3,7 -7,3
La Risca -7,3 -6,8 -5,0 -6,9 -6,0 -7,3
Benablón -2,6 -5,7 -7,2 -5,4 -6,3 -7,2
Gollaín -3,7 -6,6 -6,0 -4,8 -7,0 -7,0
Casa del Cura -2,1 -5,6 -6,7 -2,3 -6,5 -6,7
La Selva -4,0 -5,6 -5,9 -5,7 -5,8 -5,9
Avilés -1,4 -4,5 -5,9 -3,1 -5,6 -5,9
Ballesteros -0,6 -3,8 -5,5 -3,2 -5,8 -5,8
Bco. Cenajo -1,5 -4,2 -5,6 -3,9 -4,5 -5,6
Arroyo Hurtado 0,1 -3,6 -3,8 -4,1 -5,1 -5,1
Hoya Lóbrega -1,3 -3,6 -5,0 -4,2 -4,0 -5,0
Bco. del Agua -1,4 -4,3 -3,6 -4,2 -4,5 -4,5
Singla -1,2 -4,4 -3,8 -2,6 -3,6 -4,4
Vega río Mundo -1,1 0,0 -2,0 -4,3 -3,5 -4,3

377
Fig. 5.58. Evolución temporal de la temperatura en una selección de datalogger propios,
del 5 al 9 de febrero de 2018.

Tabla 5.28. Tasas de enfriamiento absolutas (ºC) o caída de la temperatura en 3 horas


(desde las 16.00 a las 19.00 h UTC), registrada en la red de datalogger del 5 al 9 de
febrero de 2018.

Datalogger 5 feb 18 6 feb 18 7 feb 18 8 feb 18 9 feb 18 Max Abs


Monterilla 13,9 0,6 0,9 10,3 0,0 13,9
Ballesteros 0,6 4,6 9,1 12,2 12,2 12,2
Singla 1,2 5,8 6,4 10,6 10,8 10,8
Navalasno 8,2 1,4 7,9 9,0 2,3 9,0
Cañada Grande 7,7 1,6 4,6 5,3 3,5 7,7
Arr. Hurtado 4,1 1,9 6,9 6,1 5,4 6,9
B. Cenajo 3,3 1,8 4,2 6,0 2,7 6,0
Cañada Yeguas 3,0 0,3 5,8 3,5 1,0 5,8
B. Agua 2,4 1,6 3,6 5,5 0,0 5,5
Gollaín 2,6 2,2 3,3 4,9 1,1 4,9
Revolcadores 3,3 1,8 4,2 4,8 2,1 4,8
Zumeta 4,8 1,1 2,9 4,4 0,4 4,8
Viboreros 2,3 0,1 0,5 4,7 1,5 4,7
Media Fanega 4,7 0,3 4,4 1,8 1,4 4,7
Hoya Lóbrega 3,4 1,7 2,9 4,3 0,7 4,3
Rogativa 3,1 1,2 1,7 2,9 0,5 3,1
Nevazo 2,6 1,7 1,9 2,1 1,0 2,6

378
Tabla 5.29. Intensidad de inversión (CINV) registradas en la red de datalogger del 5 al 9
de febrero de 2018.

Datalogger 5 feb 18 6 feb 18 7 feb 18 8 feb 18 9 feb 18 IT abs.


Monterilla 20,9 17,6 20,7 15,6 17,8 20,9
Viboreros 5,7 16,4 8,0 10,1 11,8 16,4
Cañ. Nerpio 13,6 13,1 9,9 10,4 8,8 13,6
Cañada Grande 12,6 8,6 4,0 6,4 7,6 12,6
Zumeta 10,8 12,3 7,9 8,9 10,2 12,3
Navalasno 11,8 11,3 8,9 9,2 10,5 11,8
Media Fanega 7,2 11,5 9,4 9,4 9,7 11,5
Risca 10,9 9,1 3,9 9,2 7,0 10,9
Cañ. Yeguas 6,8 10,5 6,2 8,2 5,3 10,5
Arr. Hurtado 7,7 10,1 8,2 9,6 9,6 10,1
Rogativa 7,8 10,0 6,6 7,0 8,6 10,0
Benablón 8,2 9,7 8,6 9,5 8,8 9,7
Casa Cura 7,1 9,0 7,4 6,0 8,9 9,0
Gollaín 7,4 8,9 5,1 7,3 8,1 8,9
Avilés 7,1 8,6 7,4 7,3 8,2 8,6
Nevazo 8,1 8,2 3,9 6,5 3,7 8,2
Singla 6,5 8,1 4,9 6,5 6,0 8,1
Ballesteros 5,7 7,3 6,3 6,9 8,1 8,1
B. Agua 5,9 7,2 3,9 7,6 6,6 7,6
Riopar 5,3 2,7 2,0 7,5 5,2 7,5
B. Cenajo 6,4 7,5 6,2 7,5 6,9 7,5
Hoya Lóbrega 5,3 6,1 4,5 7,2 5,5 7,2
Revolcadores 2,4 1,6 2,4 2,4 1,9 2,4
La Selva 1,6 1,5 1,4 2,3 1,8 2,3

La presencia de nubosidad de tipo alto provocaría la fluctuación de temperaturas


durante la madrugada. Tal y como indica la Fig. 5.58, el Calar del Mundo (Cañada de
Yeguas) experimenta el mismo ascenso y descenso de la temperatura que Monterilla, y
es que, según el reanálisis del modelo ARPEGE, entre las 0 y las 2 h de la madrugada,
modeliza la presencia de nubes bajas que desaparece en horas posteriores. También
se aprecia la evolución de la temperatura (líneas discontinuas) en picos montañosos (La
Selva). Se aprecia la nula inversión térmica durante las madrugadas.

Monterilla, en Hernán Perea, es el ámbito donde se producen las inversiones térmicas


más intensas, especialmente los días 5 y 7, con valores superiores ligeramente a 20ºC
(Tabla 5.29). Es decir, mientras que el 6 de febrero, a las 00 h UTC, a la altitud de
Monterilla (1660 m), se registraba una temperatura de sondeo de -3,0ºC, la temperatura
del datalogger a esa hora, era de -22,2ºC. Es tal, la intensidad de la inversión, que, en
el Pico de La Selva, a una altitud parecida a Monterilla (1521 m), mientras que en
atmósfera libre existe una temperatura de -2,0ºC (sondeo atmosférico), se registra una
temperatura en el sensor de -3,5ºC.

379
Con el transcurso de las siguientes madrugadas el ambiente frío se mantiene sobre el
área de estudio, con temperaturas máximas que apenas superan los 0ºC a una altitud
de 1500 m. Las temperaturas mínimas son extremas en el Calar del Mundo, con
registros de -18,4ºC en el paraje de Viboreros, o -14,8ºC en las Cañadas de Nerpio
(lugar habitado). Sin embargo, los registros, con menor influencia de la superficie nivosa,
son algo más modestos en el centro oeste de la DHS, con registros entre -6 y -9ºC en
la Comarca del Noroeste y Tierras Altas de Lorca de la Región de Murcia (Tabla 5.26).
Todo ello supone intensos procesos de inversión térmica, con CINV de hasta 9 y 10ºC en
parajes del centro-oeste de la DHS, y de hasta 16ºC en el Calar del Mundo (6 de febrero
2018).

Fig. 5.59. Fotografía tomada en uno de los páramos próximo a Monterilla, Calar de
Hernán Perea, del 5 de febrero de 2018. Foto: José María Serna García.

Los registros térmicos ponen de relieve la magnitud de los datos observados en los
Campos de Hernán Perea (Monterilla) durante el episodio analizado. Un total de 4 de 5
madrugadas con temperaturas inferiores a -20ºC, temperatura media de las mínimas de
-21,8ºC, y tasas de enfriamiento muy considerables (13,9ºC). Como muestra la
termografía satelital del 7 de febrero, la distribución térmica es muy parecida al resto de
días, donde se pone de relieve la supremacía ejercida por el Calar y las sierras
adyacentes, con la conformación de una “isla” de frío respecto al resto del interior SE
peninsular (Fig. 5.56). Ello se pone de manifiesto en la Tabla 5.29, con una gran
diferencia térmica entre observatorios de cabecera y el resto del centro-oeste de la DHS.

380
Eso sí, tan sólo la estación meteorológica automática de Don Domingo (Santiago-
Pontones), perteneciente a la red SAIH de la Confederación Hidrográfica del Segura,
aparece entre las 10 temperaturas más bajas del episodio, incluido los registros de la
red propia de datalogger (Tabla 5.30).

Tabla 5.30. Temperaturas mínimas absolutas del 22 al 26 de febrero de 2018 con


(izquierda) y sin (derecha) datalogger de la red FrostSE. Redes utilizadas: SIAM IMIDA,
SAIH Segura, AEMET, Meteoclimatic.

Paraje Red TN (ºC) Paraje Red TN (ºC)


Don Domingo SAIH Segura -12,1 Monterilla FrostSE -24,2
S. Espada SAIH Segura -8,4 Viboreros FrostSE -18,4
Emb. La Risca SAIH Segura -8,3 Navalasno FrostSE -15,5
Topares AEMET -7,5 C. de Nerpio FrostSE -14,8
C. San Juan SAIH Segura -6,8 Media Fanega FrostSE -13,5
Tarragoya SAIH Segura -5,9 C. Yeguas FrostSE -12,7
Casas Navarro SAIH Segura -5,8 Don Domingo SAIH Segura -12,1
Alcantarilla SAIH Segura -5,7 Zumeta FrostSE -11,5
Cola A.T.S SAIH Segura -5,6 Revolcadores FrostSE -9,4
Las Juntas SAIH Segura -5,2 Cañada Grande FrostSE -9,4

Aproximadamente dos semanas después del episodio se vuelve a producir una irrupción
de aire frío en el área de estudio, con génesis de temperaturas anormalmente bajas en
el interior de la DHS, especialmente el 24 de febrero de 2018. Es expuesto a
continuación.

5.4.3.4. Episodio del 22 al 26 de febrero de 2018

La configuración sinóptica durante el episodio del 22 al 26 de febrero de 2018 viene


marcada por una importante configuración en omega (Fig. 5.60), marcada por la
presencia de una potente borrasca en el Atlántico central (970 hPa) con un fuerte
proceso de ciclogénesis al oeste de la Península Ibérica, y un área de bajas presiones
sobre el Mediterráneo central (1005 hPa). La dorsal central, se ubica en el eje norte-sur
desde la Península Ibérica a las Islas Británicas, con presiones atmosféricas que llegan
a 1050 hPa frente a las costas noruegas. Entre el citado anticiclón escandinavo, y el
área de bajas presiones mediterránea, empieza a vehicular una masa de aire frío en
niveles medios y altos atmosféricos hacia Centroeuropa (temperaturas de -20ºC en el
geopotencial de 850 hPa). Eso sí, la masa fría no alcanza directamente a la Península
Ibérica. Ello se refleja en las temperaturas proporcionadas por el sondeo atmosférico de
Murcia (00 UTC), donde en la jornada del día 23, se registran temperaturas de -1,4ºC a
850 hPa (1520 m de altitud). Se trata, por tanto, de una masa de aire no excesivamente
fría, y con poca duración temporal sobre el área de estudio, pero, que, junto a otros
factores, generaría temperaturas nocturnas realmente frías.

381
Fig. 5.60. Configuración sinóptica del 23 de febrero de 2018 a las 06 h UTC. Líneas
azules (geopotencial a 300 hPa), líneas rosas (temperatura a 850 hPa), y fondo (canal
masas de aire de EUMETSAT). Fuente: eumetrain.org.

La masa de aire fría, atendiendo a las retrotrayectorias de días anteriores, presenta un


origen ártico, con características continentales (Ac). Su área fuente se sitúa entre
Islandia y Noruega, en el Mar del Norte, siguiendo una trayectoria a través de
Escandinavia, costa atlántica de Alemania y Francia, para entrar por el norte de la
Península Ibérica. La masa de aire experimenta un importante descenso altitudinal,
arrancando a unos 5500 m de altitud (Fig. 5.61).

Se trata de una masa de aire esencialmente seca, con muy poca carga higrométrica en
la columna atmosférica (Fig. 5.62), lo que deja escasas precipitaciones durante el
episodio. A pesar de que, en niveles bajos, la humedad relativa llega a alcanzar el 50-
60%, a partir de 2700 m de altitud (719 hPa), el porcentaje de humedad es inferior al
10% hasta los 4873 m de altitud (542 hPa). Se encuentra, por tanto, un estrato
extremadamente seco que inhibe cualquier formación de precipitación.

382
Fig. 5.61. Retrotrayectorias de las masas de aire a 1000 y 950 hPa, desde el 20 de
febrero al 24 de febrero. Fuente: NOAA HYSPLIT MODEL.

El viento, de componente noroeste desde el geopotencial de 200 hPa (11674 m de


altitud) hasta 810 hPa (1765 m), explica la casa humedad de la columna en niveles
medios y altos, mientras, que, el viento, de componente noreste en niveles bajos, aporta
mayor carga higrométrica. Finalmente, las temperaturas se sitúan en -9ºC a unos 2500
m de altitud, -7,4ºC a 3000 m, y -6,9ºC a 3500 m de altitud. Por tanto, como se aprecia
en el sondeo, se produce una inversión de temperatura entre 700 y 627 hPa (altitudes
entre 2900 y 3764 m), con un aumento de la temperatura en esa franja altitudinal (Fig.
5.62).

Hasta la noche del día 24 no se registran algunas nevadas débiles en el área de estudio,
si bien, son débiles y de características orográficas. El día 26, coincidiendo con el final
de episodio de frío, empieza a llover al oeste de la DHS debido a la llegada de un frente

383
atlántico que accede a la Península Ibérica por el suroeste peninsular, con algunas
nevadas en zonas elevadas, y que da por concluido, con la presencia de nubosidad y
una masa de aire más suave, el episodio de temperaturas mínimas extremas.

Fig. 5.62. Sondeo termodinámico lanzado desde Murcia, el 23 de febrero de 2018 a las
00 UTC. Fuente: Meteociel.fr.

La imagen satelital (Fig. 5.63) muestra muy poca cobertura nivosa en la cabecera de la
DHS, apenas una fina capa en el Calar de Hernán Perea, y sierras adyacentes. El
producto MODIS “Snow Mass” apenas percibe estimaciones de 0 a 0,8 kg/m 2, por lo que
la influencia en los procesos de irradiación es mínima. Esto va a repercutir notablemente
en la génesis de temperaturas mínimas inferiores a -15ºC, especialmente en la única
zona potencial con capacidad para registrar valores próximos a -25ºC, en el Calar de
Hernán Perea.

384
Fig. 5.63. Imagen satelital Terra, MODIS (3-6-7), corrected reflectance del 23 de febrero
de 2018. Puntos, datalogger utilizados, y su temperatura mínima absoluta del episodio.
Fuente: earthdata.nasa.gov.

El episodio inicia con madrugadas frías (22-23 de febrero) en el área de estudio, en


general con una velocidad del viento muy débil, que se extiende a la madrugada más
fría del episodio. Durante las horas nocturnas del 24 de febrero, el viento es muy débil
en la Comarca del Noroeste de la Región de Murcia, prácticamente inapreciable, con
valores igualmente bajos en la Sierra de Segura. En general, se trata de un periodo con
velocidades de viento muy débiles en los observatorios de montaña del interior sureste,
con valores, que en el caso del observatorio de Calar Alto (Almería) no llegan a superar
los 15-20 km/h durante las madrugadas del 24 y 25 de febrero. Por su parte, en el
observatorio de Casa del Rey (Moratalla) no se superan los 8 km/h durante las citadas
madrugadas, por lo que, existe una mayor calma en zonas del centro-oeste de la DHS.

Igualmente, la nubosidad es muy escasa en el sureste de la Península Ibérica durante


el episodio. A partir del día 25 empiezan a aparecer nubes de tipo medio y alto,
especialmente en la jornada del día 26, con cielos totalmente cubiertos con nubosidad

385
de tipo alto, que elevan las temperaturas mínimas durante las madrugadas del 25 y 26
de febrero.

Fig. 5.64. Evolución de las clases de estabilidad de Pasquill, del 22 al 27 de febrero de


2018. Fuente: NOAA.

Es durante la madrugada del 24 de febrero cuando se registran las temperaturas


mínimas absolutas más bajas del episodio (Fig. 5.65). Los valores llegan a rozar los -
16ºC en el Calar de Hernán Perea (Jaén), paraje de Monterilla. Sin duda, valor
destacado, sin apenas cobertura nivosa en el suelo, registrándose una intensidad de
inversión de -18,1ºC. A pesar de ello, se sitúan por debajo del registrado en el anterior
episodio anteriormente analizado (-20,9ºC). El día 23, durante primeras horas de la
tarde, se registran valores entre 8 y 13ºC en la red de datalogger, con cielo despejado
y escaso viento. Con la menor insolación en el avance de la tarde, empieza a descender
la temperatura de forma paulatina, con tasas de enfriamiento, que salvo en Cañada
Grande (Almería) con 10,8ºC en 3 horas, el resto de ubicaciones no supera los 7ºC.
Incluso Monterilla, se queda en un descenso de 4ºC, valor relativamente bajo para este
emplazamiento.

A pesar de ello, se registran valores térmicos mínimos relativamente importantes, de


hasta -12,0ºC en la población de La Risca (Moratalla-Murcia), o -8,9ºC en la pedanía de
las Cañadas de Nerpio (Albacete). En la Comarca del Noroeste de la Región de Murcia,
y en las Tierras Altas de Lorca, cuyas altitudes se sitúan entre 700 y 1300 m de altitud,
se registran valores mínimos de -7 a -12ºC (Tabla 5.31).

386
Fig. 5.65. Termografía del satélite VIIRS-SUOMI del 24 de febrero de 2018, y valores
de temperatura mínima en los diferentes datalogger para dicha jornada.

Tal y como se aprecia en la Fig. 5.65, en la termografía del satélite VIIRS-SUOMI, a


diferencia del episodio anterior las temperaturas presentan menos contrastes con el
Calar de Hernán Perea. El ambiente frío en valle, con valores próximos a -10ºC se
extiende a la Comarca del Noroeste y Tierras Altas de Lorca, evidenciando una
situación, por un lado, de mayor estabilidad general en el sureste peninsular, y por otra,
corroborando, que la presencia de nieve no permitió registrar valores mínimos más
extremos en Hernán Perea.

Aun así, las intensidades de inversión han sido relativamente elevadas (Tabla 5.33), con
un promedio en la red de datalogger de -13,9ºC, a diferencia de -9,8ºC registrada en el
anterior episodio (5-9 febrero 2018). Corrobora, por tanto, que se trata de un episodio
con procesos de inversión térmica más regulares espacialmente, pero con intensidades
absolutas algo más bajas. A pesar de ello, se registran inversiones de temperatura de
hasta 16,3ºC en las poblaciones de Cañada Grande (Almería) y Avilés (Murcia), o
15,7ºC en la de Arroyo Hurtado, situada a una altitud inferior a 500 m.

387
Tabla 5.31. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) registrada en la red de datalogger del
22 al 26 de febrero de 2018.

Datalogger 22 feb 18 23 feb 18 24 feb 18 25 feb 18 26 feb 18 TN abs


Clases de Pasquill G F-G G-E G F-G
Monterilla -8,8 -9,7 -15,8 -7,3 -11,0 -15,8
Risca -3,8 -11,1 -12,0 -8,4 -7,7 -12,0
Media Fanega -9,2 -11,8 -11,9 -4,7 -8,9 -11,9
Viboreros -10,7 -11,2 -10,6 -2,7 -8,6 -11,2
Navalasno -8,2 -7,5 -11,1 -4,7 -5,9 -11,1
Cañada Yeguas -10,6 -11,1 -10,5 -2,6 -8,5 -11,1
Zumeta -3,1 -8,1 -9,6 -4,1 -7,6 -9,6
Cañ. Nerpio -5,8 -7,4 -8,9 -3,8 -6,5 -8,9
Cañada Grande -4,7 -8,5 -8,7 -5,6 -7,3 -8,7
Gollaín -2,8 -8,6 -8,7 -4,9 -3,6 -8,7
Ballesteros -4,1 -8,0 -8,7 -4,9 -5,9 -8,7
Nevazo -3,2 -7,5 -8,5 -4,5 -3,2 -8,5
Benablón -2,3 -8,5 -6,9 -3,5 -3,9 -8,5
Casa Cura -3,6 -5,3 -8,3 -4,9 -5,8 -8,3
Rogativa -3,6 -7,7 -8,1 -4,8 -6,1 -8,1
Avilés -3,1 -6,6 -8,0 -4,5 -5,5 -8,0
Hoya Gayuba -5,5 -7,2 -7,2 -4,7 -3,7 -7,2
B. Cenajo -1,5 -6,4 -7,1 -3,7 -4,7 -7,1
B. Agua -1,8 -6,5 -5,8 -2,7 -1,9 -6,5
Revolcadores -5,4 -6,2 -6,3 -3,8 -1,2 -6,3
Hoya Lóbrega -2,0 -6,3 -6,0 -2,4 -3,0 -6,3
Arr. Hurtado -2,4 -5,9 -4,6 -2,1 -2,4 -5,9

Finalmente, durante el episodio de bajas temperaturas mínimas se registran tasas de


enfriamiento normales, con descensos absolutos entre 7 y 11ºC en 3 horas en zonas de
inversión (Tabla 5.31). Salvo la madrugada del 24 de febrero, el resto de jornadas
presenta erosiones en el descenso de la temperatura, especialmente durante las
madrugadas del 23 y 26 de febrero en el Calar de Hernán Perea y del Mundo.

388
Tabla 5.32. Tasas de enfriamiento absolutas (ºC) o caída de la temperatura en 3 horas
(desde las 16.00 a las 19.00 h UTC), registrada en la red de datalogger del 22 al 26 de
febrero de 2018.

Datalogger 22 feb 18 23 feb 18 24 feb 18 25 feb 18 26 feb 18 Max Abs


Cañada Grande 5,2 7,6 10,8 8,2 10,3 10,8
Arr. Hurtado 3,7 5,5 5,5 10,2 5,8 10,2
Gollaín 3,7 9,1 5,6 10,0 5,6 10,0
Casa Cura 4,5 9,7 5,6 7,4 8,1 9,7
Monterilla 1,0 4,4 4,0 7,2 9,6 9,6
Hoya Gayuba 2,8 5,0 3,4 8,7 3,3 8,7
Nevazo 2,5 4,6 4,2 8,6 4,2 8,6
B. Cenajo 6,1 7,3 3,9 8,4 6,6 8,4
Zumeta 4,2 5,2 6,4 7,7 8,3 8,3
Lóbrega 2,4 7,4 3,6 8,3 4,6 8,3
Navalasno 2,1 7,9 4,7 5,9 4,8 7,9
Rogativa 1,6 5,0 7,0 7,4 7,5 7,5
Ballesteros 0,7 2,6 2,0 5,1 7,5 7,5
B. Agua 1,4 7,2 3,3 6,6 5,2 7,2
Singla 1,6 4,3 1,4 4,3 6,8 6,8
Media Fanega 2,2 1,6 5,9 1,2 5,0 5,9
Viboreros 2,1 2,0 2,6 2,9 1,9 2,9
Revolcadores 0,7 1,0 1,6 1,1 1,2 1,6

Tabla 5.33. Intensidad de inversión (CINV) registradas en la red de datalogger del 22 al


26 de febrero de 2018.

Datalogger 22 feb 18 23 feb 18 24 feb 18 25 feb 18 26 feb 18 IT abs


Risca 6,4 13,6 18,1 16,2 17,3 18,1
Monterilla 6,9 8,0 17,3 10,3 15,6 17,3
Cañada Grande 7,4 10,5 14,3 12,9 16,4 16,4
Avilés 8,3 11,5 15,9 13,9 16,4 16,4
Ballesteros 8,4 12,3 16,1 13,8 16,3 16,3
Casa Cura 7,9 9,6 15,7 13,8 16,2 16,2
Zumeta 4,3 9,4 14,4 10,7 15,9 15,9
Arr. Hurtado 9,6 13,2 14,9 13,9 15,7 15,7
B. Cenajo 5,8 10,6 14,4 12,5 15,0 15,0
Rogativa 5,3 9,4 13,4 11,8 14,9 14,9
Gollaín 5,6 11,3 14,9 12,9 13,3 14,9
Benablón 7,4 13,3 14,7 12,8 14,7 14,7
Media Fanega 7,8 11,0 14,4 8,8 14,6 14,6
Viboreros 9,3 10,4 13,1 6,8 14,3 14,3
Cañ. Yeguas 9,1 10,2 12,8 6,4 13,9 13,9
Nevazo 4,5 8,8 13,4 11,1 11,6 13,4
B. Agua 5,7 10,3 12,8 11,2 12,0 12,8
Hoya Lóbrega 4,8 9,0 12,2 10,4 12,7 12,7
Cañ. Nerpio 4,7 6,9 11,7 8,2 12,5 12,5
Hoya Gayuba 4,4 6,7 10,0 9,1 9,7 10,0
La Selva 1,6 4,2 6,5 5,0 4,0 6,5
Revolcadores 1,5 2,5 9,0 3,8 2,8 3,9

389
Es preciso considerar, que las madrugadas, según la clasificación de Pasquill, son a
nivel general eminentemente estables, con tipologías F y G (moderada y
extremadamente estable). El estrato de la capa límite en horas nocturnas se sitúa 50-
51 m sobre la superficie del área de estudio, con coeficientes de mezcla vertical
relativamente bajos. Eso sí, la capa límite ascienden altitudinalmente por encima de los
1000 m en horas nocturnas, aunque a excepción del día 22, el resto de días registran
un bajo coeficiente de mezcla vertical (Fig. 5.65).

Fig. 66. Evolución temporal de la temperatura en una selección de datalogger propios,


del 21 al 26 de febrero de 2018.

Las diferencias térmicas espaciales son poco acusadas durante el episodio, con los
registros de temperaturas mínimas del resto de redes de la DHS. Destacan los registros
de enclaves dispares del Noroeste de la Región de Murcia, como los -7,2ºC de El
Chaparral (a 432 m de altitud), y Tarragoya (-7,1ºC), rondando los 1000 m de altitud.
Inversiones térmicas, por tanto, que funcionaron en cualquier tipología de valle del
centro-oeste del área de estudio. Tan sólo, el registro del Embalse de La Risca
(Moratalla), perteneciente a la red SAIH de la Confederación Hidrográfica del Segura (-
9,3ºC), llega a situarse entre los 10 registros más fríos del episodio, con los datos
térmicos de la red de datalogger propia (Tabla 5.34).

390
Tabla 5.34. Temperaturas mínimas absolutas del 22 al 26 de febrero de 2018 con y sin
datalogger de la red FrostSE. Redes utilizadas: SIAM IMIDA, SAIH Segura, AEMET,
Meteoclimatic.

Paraje Red TN (ºC) Paraje Red TN (ºC)


La Risca SAIH Segura -9,3 Monterilla FrostSE -15,8
Cola A.T.S SAIH Segura -7,7 La Risca FrostSE -12,0
EL Chaparral SIAM IMIDA -7,2 Media Fanega FrostSE -11,9
Tarragoya SAIH Segura -7,1 Viboreros FrostSE -11,2
C. San Juan SAIH Segura -6,9 Navalasno FrostSE -11,1
El Gallego SAIH Segura -6,9 Cañada Yeguas FrostSE -11,1
Barranda SIAM IMIDA -6,8 Zumeta FrostSE -9,6
Rbla. Chirivel SAIH Segura -6,8 Emb. La Risca SAIH Segura -9,3
Don Domingo SAIH Segura -6,7 Cañadas Nerpio FrostSE -8,9
Moratillas SIAM IMIDA -6,4 Cañada Grande FrostSE -8,7

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398
CAPÍTULO 6

CAMBIOS ESPACIO-TEMPORALES EN LAS


CARACTERÍSTICAS DE LOS ÍNDICES DE FRÍO EN LA
DEMARCACIÓN HIDROGRÁFICA DEL SEGURA (1950-2016).
INFLUENCIA DEL PATRÓN DEL ATLÁNTICO ESTE
6.1. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS

Las tendencias de calentamiento global durante las últimas décadas y las proyecciones
futuras prevén inviernos, por lo general, más cálidos a nivel planetario. Especialmente,
las temperaturas máximas adquieren unos patrones al alza más consensuados en la
comunidad científica, mientras que, la evolución de las temperaturas mínimas, y, por
consiguiente, las heladas, presentan más incertidumbre debido a su mayor variabilidad
espacio-temporal. Si bien, parece confirmado el incremento de mínimas elevadas en
meses cálidos (“noches tropicales”) como efecto del calentamiento, especialmente en
las regiones del litoral mediterráneo español, en relación con el propio aumento que
registran las temperaturas del mar (Olcina et al., 2019).

Durante los últimos años y especialmente de forma reciente se han llevado a cabo
numerosos estudios sobre tendencias temporales de días fríos y días de helada (FD) a
lo largo del planeta, destacando estudios globales (Liu et al., 2018) y regionales (Vitasse
et al., 2018). El interés por el estudio del frío y de sus índices asociados ha permitido el
análisis de tendencias temporales en todo el planeta y en diferentes periodos
temporales. El estudio anteriormente citado de Liu et al. (2018) pone de manifiesto que
los días de helada no siguen un patrón lo suficientemente claro a nivel mundial (1982-
2012), con disminuciones en el norte de Siberia, meseta del Tibet, y noroeste de
América del Norte, y aumentos en amplias regiones europeas. Ello ha supuesto un gran
debate en la comunidad científica, muy ligado a estudios de riesgos de heladas, y
especialmente al estudio de los periodos de heladas (FP), con especial incidencia en la
fenología de los cultivos.

En el continente asiático se han llevado a cabo sobresalientes investigaciones sobre los


días de helada y las características de los periodos de heladas, especialmente, en
ámbitos regionales de China (Ning et al., 2017; Cui et al., 2018), Mongolia (Dashkhuu et
al., 2015; Wang et al., 2017), y en la meseta del Tibet (1960-2019) (Dong et al., 2012;
Labaciren, 2014).

Incluso, durante los últimos años, la variabilidad espacio-temporal de los indicadores de


frío ha ido ligada a la variación de índices globales de teleconexión, tales como la NAO
y la AO (Erlat, y Türkeş, 2016), donde se determinan correlaciones importantes. En éste
ámbito planetario destacan los estudios realizados en Próximo y Medio Oriente, en
ciudades con climas esteparios como Teherán o Tabriz (Varshavian et al., 2007,
Mahmoudi, 2015; Rahimi et al., 2017), o estudios recientes (1980-2017) en regiones de
Jordania (Alhusban y Makhamreh, 2013).

400
En relación a la fenología aparecen interesantes estudios científicos en Oceanía, donde
destacan los realizados en el cinturón de trigo de Australia (Crimp et al., 2016; Zheng et
al., 2015), o en zonas vitivinícolas de Nueva Zelanda (Marlborough), por Sturman y
Quénol (2013).

En el continente europeo son diversos los análisis realizados sobre la evolución


temporal de los índices fríos, destacando especialmente los estudios globales con el
análisis de observatorios meteorológicos europeos (Scheifinger et al., 2003; Wypych et
al., 2017). Sin embargo, se imponen los estudios más regionales, entre los que destacan
los realizados en Serbia y su relación con Oscilación del Atlántico Este (1961-2010)
(Malinovic-Milicevic et al., 2018), en las regiones Bálticas (Avotniece et al., 2010), en la
región central del Adriático (Scorzini et al., 2018), o en el Trentino, con las simulaciones
propuestas por dos escenarios del modelo climático HadCM3, (Eccel et al., 2008) o en
Bosnia-Herzegovina (Popov et al., 2017).

En Norteamérica, en especial en EE. UU, se realizan numerosos estudios durante los


últimos años sobre cambios recientes en los indicadores de frío, precedidos por el
estudio global de Easterling (2002). Posteriormente se han llevado a cabo estudios más
exhaustivos, como los presentados por Strong y McCabe (2017), donde se analiza el
cambio de la primera helada anual (SS), y el fin del periodo de heladas (FN). A nivel
regional se realizan análisis en los Grandes Lagos y su interacción con anomalías en
las ondas de Rossby (Yu et al., 2014), en medios semiáridos como Nebraska y Kansas
(Anandhi et al., 2013, Skaggs y Irmak, 2012).

En Sudamérica se analizan tendencias temporales sobre noches frías a lo largo de


numerosas estaciones meteorológicas del continente, según los estudios de Vincent et
al. (2005). El estudio arrojado en el centro-este de Argentina (1940-2007) por
Fernández‐Long et al. (2006, 2013) analiza temporalmente la evolución de los NFD (días
de helada) y en el FP, con un FFD (primera helada) retrasado y un LFD (última helada)
adelantada. Por su parte, en el Altiplano de Bolivia-Perú, las temperaturas mínimas
aumentan con una correlación positiva inferior a las observadas para la temperatura
máxima (López‐Moreno et al., 2016). Por último, Falvey y Garreaud (2009) analiza las
temperaturas mínimas de Chile, constatando un enfriamiento en la costa, y un
calentamiento en la Cordillera de los Andes.

El presente capítulo de la Tesis Doctoral aborda, principalmente, la tendencia temporal


de diferentes variables climáticas, con el objetivo de analizar la evolución temporal de
los indicadores de frío durante las últimas décadas. La utilización de variables climáticas,
representadas en temperaturas diarias, requiere un exhaustivo control de calidad de las

401
series meteorológicas utilizadas. Se realiza un importante análisis estadístico para
poder realizar un estudio lo más riguroso sobre el actual cambio climático. Por tanto, es
preciso disponer de datos climáticos de calidad para el análisis estadístico y temporal
de las temperaturas mínimas diarias. Las series climáticas, por tanto, deben ser
sometidas a un proceso de corrección, subsanación de errores y análisis de
homogeneidad. De esta manera se obtendrán series meteorológicas completas y
homogeneizadas cuando las fluctuaciones térmicas se relacionen únicamente con
cambios naturales del clima, y estén libres de sesgos externos y artificiales (Cuadrat et
al., 2013; Aguilar et al., 2013).

La gran longitud de las series meteorológicas utilizadas en el presente análisis, desde


la década de los 50, requiere un amplio y profundo control desde el punto de vista
estadístico. Se trata de estaciones meteorológicas, en su mayor parte analógicas, con
observaciones manuales, que han sido realizadas muchas de ellas en ámbitos rurales
y montañosos. Son, por tanto, muy dificultosas de llevar a cabo en diferentes épocas
del año (Acquaotta y Fratianni, 2014). Los siguientes problemas que surgen:

 Imposibilidad de lectura diaria en los sensores meteorológicos por meteorología


severa o motivos personales del observador.
 Error y problemas de transcripción de documentos manuscritos a formato digital
por parte de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
 Problemas de formato.
 Cambio en la ubicación de los sensores (que distorsiona principalmente las
temperaturas mínimas)
 Sustitución de garitas y de sensores térmicos antiguos por modernos, que
distorsionan, en muchos casos, los valores térmicos.

Para corregir los errores de las series meteorológicas analizadas se han utilizado
diferentes métodos de homogeneización. En primer lugar, con procesos y test manuales
(destacando, por ejemplo, el Standard Normal Homogeneity Test (SNHT) (Peterson et
al., 1998). Y, posteriormente, con el desarrollo de potentes softwares capaces de
corregir datos completos de temperatura y precipitación a escala mensual y diaria. Entre
ellos, sobresalen SPLIDHOM y HOMER (Mestre et al., 2011, 2013), ProClimDB
(Stepanek, 2008), Climatol (Guijarro, 2014), ClimDex (Alexander et al., 2011; OMM-
ETCCDI, 2013) o RClimDex, que es una versión adaptado al lenguaje R (Li et al., 2009)
o adaptado a EXTRAQC (Aguilar y Prohom, 2011). Recientemente, aparecen los
softwares ClimPACT2 (Alexander y Herold, 2016), y reddPrec (en lenguaje R) específico
para la reconstrucción de precipitación (Serrano-Notivoli et al., 2017).

402
La aplicación del control de calidad (QC) y de los procesos de homogeneización a las
series meteorológicas utilizadas ha permitido la creación de una base de datos fiable de
temperatura diaria en la DHS, a la par que son desestimadas aquellas series que no
cumplen con un mínimo de calidad para realización de estudios climáticos

El QC de las series meteorológicas utilizadas (lagunas temporales, errores,


inhomogeneidades…), y su reconstrucción estadística siempre que ha podido realizar,
es tratado en el presente capítulo para el posterior análisis de distribución espacial de
temperaturas y el de la tendencia temporales histórica y reciente de diferentes índices
relativos a frío nocturno.

6.2. MATERIAL Y MÉTODOS

6.2.1. Datos

La realización de la Tesis Doctoral ha contado con una amplia base de datos climáticos
en la totalidad de la Demarcación Hidrográfica del Segura (DHS). En total, se han
recopilado 346 estaciones meteorológicas con datos diarios de temperatura
pertenecientes a la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Confederación
Hidrográfica del Segura, y al Sistema de Información Agrometeorológica (SIAM) del
IMIDA.

Se realiza una primera inspección inicial para identificar las estaciones meteorológicas
con un periodo temporal extenso. Se elige el periodo 1950-2016, con un total de 66 años
de estudio (casi 7 décadas de estudio). La finalización del periodo temporal en el año
2016, y no posteriormente, se fundamenta en que varias de las estaciones
meteorológicas no poseen datos en los últimos años (2017-2019). Para poseer un
periodo totalmente homogéneo se decide finalizar el periodo el 31 de diciembre de 2016.

La calidad de las series analizadas permite la elección de 22 estaciones meteorológicas


de AEMET para el periodo temporal 1950-2016 (Fig. 6.1). El resto de estaciones
meteorológicas, pertenecientes a la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), las más
longevas, son descartadas por diversos motivos, principalmente por lagunas temporales
continuadas superiores a 10 años consecutivos o inactividad de la estación en años
recientes. Además, debido a la variabilidad espacial de las temperaturas mínimas,
especialmente durante los fenómenos de inversión térmica (87% de las madrugadas
anuales), se utilizan series meteorológicas únicas, que no han sufrido modificación de
emplazamiento. Por tanto, se desestima la posibilidad de unir estaciones
meteorológicas cercanas debido a la distorsión que puede ocasionar en las

403
temperaturas mínimas y en el posterior análisis estadístico de las tendencias
temporales.

Fig. 6.1. Distribución espacial de los observatorios meteorológicos agrupados por


cluster, para el período 1950-2016.

Además, se propone el análisis para un periodo temporal más corto y cercano a la


actualidad, con el fin de observar los cambios más recientes (1997-2016). Son
identificadas 61 estaciones meteorológicas con el periodo homogéneo 1997-2016,
pertenecientes a AEMET y al SIAM-IMIDA (Fig. 6.2). La distribución espacial es
homogénea en el área de estudio, lo que refuerza la robustez del análisis.

Finalmente se evalúan diferentes índices de teleconexión global con afección al


suroeste del continente europeo, entre los que destacan el North Atlantic Oscillation
(NAO), el East Atlantic index (EA), la Oscilación Multidecadal del Atlántico (AMO), el
Escandinavia index (ESCAND, el East Atlantic / West Russia (EA/WR), y el
Polar/Eurasian index. Los datos mensuales del EAi se obtienen de la web
https://www.cpc.ncep.noaa.gov/

404
Fig. 6.2. Distribución espacial de los observatorios meteorológicos para el período 1997-
2016.

6.2.2. Métodos

Las 61 estaciones meteorológicas analizadas, de ambos periodos temporales, se


someten a un control automático de calidad de datos (QC). Se utilizan datos diarios de
temperatura mínima y máxima para un proceso de mayor calidad con la confrontación
diaria de ambos extremos diarios.

En primer lugar, para una inspección más avanzada en las temperaturas diarias se
utiliza el software ClimPACT2.0, un paquete libre (GUI) asociado al software R Studio.
El paquete estadístico calcula frecuencias, duración y magnitud de diferentes índices
climáticos extremos propuestos por el Expert Team on Sector-specific Climate Indices
(ET-SCI) de la Organización Meteorológica Mundial (WMO), así como índices climáticos
extremos adicionales (Alexander y Herold, 2016). Para las salidas gráficas de diferentes
formatos incorpora los paquetes climdex.pcic y climdex.pcic.ncdf de R Studio,

405
desarrollados por el Pacific Climate Impact Consortium (PCIC) de la University of
Victoria (Australia).

El control de calidad (QC) aplicado por el software ClimPACT2 realiza una primera
inspección sobre la calidad de los datos de las series meteorológicas. Se identifican y
analizan las siguientes variables, y se eligen las series que finalmente pueden ser
utilizadas en el posterior análisis:

 Identificación de fechas duplicadas en la serie temporal (DUPLICATES).


 Identificación de valores perdidos (NA), datos térmicos que no aparecen en las
series meteorológicas, bien sea porque durante dicha jornada no se realizaron
observaciones, o se perdieron en la digitalización.
 Valores extremos anómalos (OULIERS). El software identifica, por ubicación
geográfica (latitud, longitud, altitud…), las temperaturas máximas, mínimas y
rango térmico diario (DTR) que son erróneas. Se analizan, y se mantienen
aquellas que han podido ser registraros atendiendo a las condiciones
meteorológicas de dicha jornada.
 El software identifica aquellos valores térmicos que son duplicados durante 4
jornadas consecutivas (FATLINES). Hace pensar que la repetición sistemática
pueda tratarse de un error en la lectura de datos o en la transcripción digital.
 Se realiza, además, pruebas de consistencia interna, como la identificación de
valores donde la temperatura mínima diaria es superior a la de temperatura
máxima, lo que evidencia un error en las mediciones o en la conversión manual
a digital (TX<TN).
 Finalmente, el software identifica un cambio térmico diario superior a 20ºC con
la jornada precedente o posterior (JUMPS). El ascenso o descenso de hasta
20ºC en 24 horas en los valores máximos y mínimos son muy excepcionales en
la Península Ibérica, por lo que hay que someterlo a una vigilancia para poder
determinar si es por causa natural o se trata de un error.

Además, ClimPACT2 realiza una serie de salidas gráficas para poder realizar una
primera valoración de la calidad de la serie meteorológica. Por un lado, se genera un
diagrama de cajas (bloxpot) anual, con la serie meteorológica completa (cajas con
valores IQR o valores intercuartílicos) con percentiles 75 (p75) y 25 (p25). Y el otro, un
boxplot que hace referencia a los valores de los diferentes meses del año, también con
valores IQR. Muy válidos para observar anomalías (Figuras 6.3 y 6.4)

406
Fig. 6.3. Gráfico “boxseries” (diagrama de caja anual) de las temperaturas mínimas
diarias de la estación meteorológica de Fuente Álamo – AEMET (7023). Generado por
ClimPACT2.

Para la homogeneización y posterior reconstrucción de las series meteorológicas


utilizadas se utiliza un segundo procedimiento a través del paquete de R Studio de
Climatol 3.1.1 (Guijarro, 2011 y 2018) (https://CRAN.R-project.org/package=climatol).
Contiene funciones para el control de calidad, homogeneización y relleno de los datos
faltantes en un conjunto de series de cualquier variable climática.

Climatol 3.1.1 lleva a cabo una metodología basada en el cálculo de valores de


homogeneización mediante el test de SNHT de Alexandersson-Moberg. Está realizada
para cada estación meteorológica mediante ventanas solapadas con otras estaciones
cercanas de series completas, lo que permite normalizar todas las series meteorológicas
mediante valores medios y desviaciones típicas de estaciones cercanas. Además, aplica
un análisis de cluster automático en sus comprobaciones iniciales de los datos, de
acuerdo con el error cuadrático medio (RMSE) y la prueba de homogeneidad normal
estándar (SNHT). Los RMSE se calculan comparando los datos estimados y observados
en cada serie y en el dendrograma de los grupos obtenidos, basados en sus coeficientes
de correlación. Las series homogéneas de estaciones que comparten un clima común
(evolución temporal) se agrupan dando como resultado seis regiones diferentes en el
área de estudio (Tabla 6.1).

407
Fig. 6.4. Ejemplo de evolución de temperaturas mínimas (ºC) en la estación
meteorológica de Fuente Álamo – AEMET (7023) generada por ClimPACT2, sin
reconstruir. Segmento de 1990-2016.

La función del proceso de homogeneización incluye el relleno de datos faltantes, la


detección y corrección de valores atípicos, y cambios en la media de la serie. Con la
función “homogen” del paquete Climatol se genera una gran cantidad de información,
relativa a un primer examen exploratorio, y posteriormente, en el proceso de
homogeneización (6.1 y 6.2). Con los datos de entrada de las series meteorológicas
utilizadas, se utilizan los siguientes valores:

homogen ('Ttest', 1950, 2016, dz.max=7, snht1=120, snht2=800) (6.1)

homogen ('Ttest', 1997, 2016, dz.max=7, snht1=120, snht2=800) (6.2)

donde snht es el umbral de rechazo del test de homogeneidad cuando se aplica a todo
el periodo, y el dz.max el umbral de desviaciones estándar en el análisis de outliers.

El proceso de homogeneización genera diferentes parámetros que reflejan la calidad


del proceso, así como de las nuevas series meteorológicas generadas:

408
 ACmx: autocorrelación máxima absoluta de anomalías por estaciones.
 SNHT: prueba estándar de homogeneidad normal en series de anomalías.
 RMSE: error cuadrático medio de los datos estimados.
 Nº de roturas o inhomogeneidades de cada estación meteorológica.
 POD: porcentaje de datos originales de las series ya homogeneizadas. Para el
análisis de tendencias temporales es elegida la serie que dispone del mayor
porcentaje de datos originales (POD) de cada observatorio homogeneizado.

Tabla 6.1. Cluster establecidos (1950-2016) para el análisis de tendencias temporal.

Descripción Estaciones meteorológicas (ID)


C1 Litoral, prelitoral 7023, 7026, 7031,7226,7228
C2 Centro-oeste 7198, 7205, 7206, 7214, 7219
C3 Alto-medio Segura 7081, 7083, 7129, 7168
C4 Segura-Mundo, Albacete 7066, 7077, 7092, 7247
C5 Sierras Segura-Mundo 7045, 7056, 7059, 7065

Para determinar los patrones de tendencia temporal en la DHS se adoptaron índices


estandarizados que pertenecen al ET-SCI. Para el cálculo se aplicó el programa de
software ClimPACT2.0 con las series previamente homogeneizadas. El paquete del
software R Studio calcula los índices ET-SCI, así como los índices climáticos adicionales
(Tabla 6.2).

Los índices utilizados se someten a una evaluación estadística temporal a nivel anual,
mientras, que, los índices FD, TNm, y TN10p también son analizados a nivel mensual y
estacional. La cartografía de tendencia temporal para cada periodo de análisis (1950-
2016) y (1997-2016), es realizada a través del software ArcGis 10.3, así como la
presentación de diferentes tablas y figuras.

Tabla 6.2. Índices climáticos utilizados en el análisis de las tendencias temporales.

Código Nombre Definición Unidad


FD Frost Day Nº de días con TN < 0 °C Días
TNltm2 TN < -2ºC Nº de días con TN < -2 °C Días
TNlt2 TN < -2ºC Nº de días con TN < 2 °C Días
TNn Min TN Temperatura mínima absoluta ºC
CSDI Cold spell duration 6 o más días consecutivos con TN < 10th Días
indicator percentile
TNm Mean TN Media de las mínimas diarias de temperatura ºC
TN10p Percentil 10 Porcentaje de días con TN < 10th percentile ºC
FFF First Frost Fallen 1ª helada del periodo de heladas Nº día
LSF Last Spring Fallen Última helada del periodo de heladas Nº día
FP Frost Period Longitud del periodo de heladas Días

409
Finalmente, el análisis del índice EA, y su correlación con la evolución temporal de los
índices, es llevada a cabo a través del coeficiente de concordancia de Kendall (Kendall,
1938), utilizando un nivel de significancia (valor p) de 0.95.

6.3. RESULTADOS

6.3.1. Control de calidad (QC) exploratorio con ClimPACT2.0

Las estaciones meteorológicas escogidas para el análisis no presentan una calidad


óptima en sus datos diarios de temperatura. Especialmente con la falta de datos (NA),
donde varias estaciones superan el 10% respecto al total de la serie, especialmente
relevantes las estaciones de Cehegín – Ciudad (7120C), y Hellín (7096B), con el 30,6 y
el 22,4% de datos faltantes (Tabla 6.3). El consenso de la comunidad científica
establece que las series meteorológicas deben albergar, al menos, el 80% de los datos
diarios (Klein Tank et al., 2002). Por tanto, son descartados dichos observatorios antes
de aplicar la fase de Climatol.

Tabla 6.3. Resumen estadístico del QC aplicado por el software ClimPACT2 para las 63
estaciones meteorológicas escogidas inicialmente.

NA OUTLIERS
(%) (%) (%) (%) FATLINE (%) JUMPS (%)
Código Duplicates TX TN TX TN TX<TN TX TN TX TN
7023 0,0 6,4 6,4 0,0 0,0 0,1 0,6 0,6 0,0 0,0
7026 0,0 0,8 0,8 0,0 0,0 0,0 0,9 1,4 0,0 0,0
7031 0,0 0,5 0,5 0,1 0,0 0,0 0,1 0,0 0,0 0,0
7045 0,0 6,0 3,8 0,2 0,0 2,2 0,7 1,4 0,0 0,0
7056 0,0 6,9 4,5 0,1 0,0 6,1 0,1 0,3 0,0 0,0
7059 0,0 6,2 6,2 0,0 0,2 0,4 0,2 0,5 0,1 0,0
7065 0,0 2,6 2,3 0,0 0,0 0,2 0,3 0,7 0,0 0,0
7066 0,0 2,3 2,3 0,0 0,0 0,1 0,3 0,8 0,0 0,0
7077 0,0 9,4 9,4 0,0 0,0 0,1 0,7 1,5 0,0 0,0
7081 0,0 2,8 2,7 0,0 0,0 0,7 0,8 1,3 0,0 0,0
7083 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,2 0,3 0,7 0,0 0,0
7092 0,0 6,0 5,8 0,0 0,0 0,4 1,4 2,4 0,0 0,0
7129 0,0 1,9 1,8 0,0 0,0 0,1 0,4 0,9 0,0 0,0
7168 0,0 1,6 1,6 0,0 0,0 0,1 0,1 0,4 0,0 0,0
7198 0,0 0,3 0,3 0,0 0,0 0,1 0,2 0,3 0,0 0,0
7205 0,0 0,8 0,8 0,0 0,0 0,0 0,2 0,5 0,0 0,0
7206 0,0 1,7 1,7 0,0 0,0 0,3 0,6 1,3 0,0 0,0
7214 0,0 3,6 3,8 0,0 0,0 0,1 0,7 0,1 0,0 0,0
7219 0,0 1,4 1,4 0,0 0,0 0,2 1,8 2,2 0,0 0,0
7226 0,0 3,5 3,4 0,0 0,0 0,1 0,2 0,4 0,0 0,0
7228 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
7247 0,0 1,3 1,3 0,0 0,0 0,1 0,3 0,6 0,0 0,0
7001 0,0 8,7 8,7 0,1 0,0 0,1 0,6 1,0 0,0 0,0
7002 0,0 6,3 5,8 0,0 0,0 0,0 0,2 0,3 0,0 0,0

410
7013 0,0 6,9 7,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
7054 0,0 1,4 1,4 0,5 0,0 1,9 0,6 1,9 0,0 0,0
7096B 0,0 22,4 22,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
7102 0,0 2,9 2,4 0,0 0,0 0,0 0,2 0,3 0,0 0,0
7103 0,0 5,9 5,9 0,0 0,1 0,0 0,5 0,7 0,0 0,0
7113 0,0 1,6 1,2 0,0 0,0 0,1 0,2 0,4 0,0 0,0
7119A 0,0 2,6 2,6 0,0 0,0 0,1 0,3 1,0 0,0 0,0
7120C 0,0 30,6 30,6 0,0 0,0 0,0 0,1 0,2 0,0 0,0
7121 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,7 1,6 0,0 0,0
7127D 0,0 2,1 2,1 0,0 0,0 0,1 0,4 1,5 0,0 0,0
7131 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,1 1,1 1,7 0,0 0,0
7151 0,0 0,7 0,6 0,0 0,0 0,1 0,9 2,7 0,0 0,0
7161A 0,0 1,7 1,7 0,0 0,0 0,0 0,2 1,4 0,0 0,0
7181I 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
7182 0,0 4,7 4,7 0,0 0,0 0,0 0,1 0,2 0,0 0,0
7194 0,0 8,5 3,0 0,0 0,0 2,5 0,3 0,7 0,0 0,0
7209 0,0 2,6 3,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
7261I 0,0 4,9 4,8 0,1 0,0 0,0 1,1 0,8 0,0 0,0
AL41 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
AL62 0,0 0,8 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
CA91 0,0 0,8 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
CI22 0,0 0,3 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
CI42 0,0 2,9 2,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
CI52 0,0 1,0 1,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
CR32 0,0 5,2 5,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
CR52 0,0 1,1 1,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
JU12 0,0 5,3 5,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
JU52 0,0 1,2 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
JU71 0,0 0,6 2,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
LO51 0,0 0,8 2,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
LO61 0,0 0,5 2,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
MO22 0,0 0,5 2,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
MO31 0,0 13,8 13,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
MU52 0,0 0,7 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
TP22 0,0 4,4 4,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
TP42 0,0 2,8 2,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
TP73 0,0 3,9 3,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0

6.3.2. Control de calidad (QC) y homogeneización de series climáticas con


Climatol

6.3.2.1. Series meteorológicas largas (1950-2016)

Las 22 estaciones meteorológicas elegidas para el análisis temporal largo (1950-2016)


se someten al control de calidad y proceso de homogeneización avanzado de Climatol.

411
En general, las series meteorológicas muestran pocas lagunas de datos diarios
faltantes. No se advierte ninguna anomalía sin datos en un periodo temporal de
importancia. Además, el histograma de frecuencias tampoco muestra sesgos
importantes, si bien posee algo de sesgo a la izquierda, aunque al no ser demasiado
pronunciado, los datos de temperatura mínima cumplen con los requisitos previos. En
el proceso de homogeneización se aplica un dz.max=7, ya que el valor predeterminado
eliminaría los datos con anomalías absolutas superiores a 7 desviaciones típicas. Por
tanto, son eliminadas, y reconstruidas, las desviaciones estándar superiores a 7/-7 para
las series meteorológicas escogidas.

Fig. 6.5. Número de "roturas" o inhomogeneidades detectadas por Climatol según el


número de estaciones afectadas (izquierda) y el período de análisis a la derecha (1950-
2016).

El mayor número de roturas o inhomogeneidades se registran entre mediados de la


década de los 60 y la de los 70, con valores absolutos de hasta 5 roturas en 1963. La
causa probablemente esté en una época con un gran cambio de sensores y abrigos
meteorológicos, sustituyendo material más antiguo, por tecnología que empezaba a ser
más fiable. A partir de 1980 las inhomogeneidades decrecen significativamente (Fig.
6.5). Además, la mayoría de estaciones (6) no registran inhomogeneidades en el periodo
temporal, aunque alguna de ellas, como la de Pinoso (7247) llega a registrar hasta 10.

Las correlaciones estadísticas entre las diferentes estaciones son generalmente más
bajas cuando la distancia es mayor. Cuanto más altas sean las correlaciones, mayor
será la fiabilidad de la homogeneización y el relleno de datos ausentes. En particular,
las correlaciones deben ser siempre positivas, al menos dentro de un rango de
distancias razonables. En el análisis, las temperaturas mínimas muestran una
importante variabilidad espacial con correlaciones estadísticas moderadas.

412
Los valores de RMSE se calculan al comparar los datos estimados y los observados en
cada serie. Un valor alto puede indicar una mala calidad, pero también podría deberse
a que la estación se encuentra en un sitio peculiar con un microclima distinto.

Fig. 6.6. Histogramas de los valores máximos de SNHT en ventanas escalonadas


superpuestas (izquierda) y en series completas (derecha).

Cuando hay una separación (o un mínimo claro) entre estas condiciones, es muy fácil
establecer un valor entre ellas como umbral para las etapas de detección. El análisis de
las 22 series muestra la separación de las barras de frecuencia, lo que dificulta la
decisión. Si se procesase un gran número de series estos histogramas mostrarían una
alta frecuencia de valores bajos, correspondientes a series bastante homogéneas.

Tras analizar las gráficas individuales de cada serie, y los gráficos de la Fig. 6.6, se
establece, a priori, unos umbrales de snht1=200 y snht2=2000, ya que el snht por
ventanas muestra una clara disminución de frecuencia a partir de 200, mientras que, en
el máximo global (derecha) establece un agrupamiento en la parte izquierda del
histograma (hasta 2000). Tras el análisis de las series se advierten anomalías
sospechosas con valores inmediatamente inferiores a los establecidos, de ahí, que
finalmente se decida utilizar un snht1=120 y un snht de 800. La mala calidad de las
series meteorológicas, con importantes inhomogeneidades, propicia la realización de un
proceso de homogeneización más profundo. Se trata, por tanto, de largas series
meteorológicas que han sido registradas en décadas donde los medios técnicos y
humanos eran limitados, con estaciones analógicas de toma diaria de datos, y en
ámbitos espaciales de meteorología adversa en invierno.

413
Fig. 6.7. Ejemplo, a la izquierda, de las series con las anomalías más homogénea
(Alcantarilla) y de la más inhomogénea (Pinoso). A la derecha, reconstrucción de sub-
periodos homogéneos, con un proceso de homogeneización muy leve (Alcantarilla), y
extremadamente fuerte (Pinoso).

Las series meteorológicas analizadas presentan una fuerte dicotomía en la calidad de


las series. La del observatorio meteorológico de Alcantarilla - 7228 presenta una
excelente calidad (fuerte homogeneidad), con un SNHT máximo de 66 sobre ventanas
escalonadas superpuestas marcadas en verde sobre una línea a trazos del mismo color
en el punto donde se alcanza ese máximo. Además, posee un SNHT máximo de 378 en
toda la serie debajo de una línea negra en su paso de tiempo correspondiente (Fig. 6.7
superior). Por el contrario, la serie de Pinoso - 7247 (Fig. 6.7 inferior) presenta una gran
heterogeneidad, con SNHT máximo de 538 alcanzados en el mismo punto. Ello da lugar
a la creación de 10 series meteorológicas “hermanas”

414
Tabla 6.4. Resumen, por estación meteorológica, de las variables del proceso de
homogeneización por Climatol. El nombre de la serie hace referencia a la serie
homogeneizadas elegida para el análisis de tendencias temporales.

ACmx SNHT RMSE POD Roturas ID Nombre serie


0,31 89,5 1,9 99 0 7228 Alcantarilla
0,38 431,7 2,1 99 0 7083 Emb. Cenajo
0,34 96,3 1,7 99 0 7031 San Javier
0,38 249,1 1,8 96 0 7226 Librilla CHS
0,59 1100,4 2,5 96 0 7045 Pontones CHS
0,30 389,5 1,4 93 0 7023 Fuente Álamo CHS
0,32 129,6 1,8 74 1 7168 Emb. Cierva
0,53 795,2 2,0 74 2 7066 Emb. Fuensanta
0,42 152,3 1,7 70 3 7219 Huerta Espuña
0,49 947,4 2,3 69 3 7129 Emb. Alfonso XIII
0,51 1126,8 1,9 69 1 7205 Emb. Puentes
0,55 1108,3 2,1 69 1 7056 S. de la Espada CHS
0,44 487,4 1,9 68 5 7059 Arguellite
0,24 175,6 1,5 65 2 7026-3 Pozo Estrecho-3
0,53 444,6 2,6 64 2 7198 Emb. Valdeinfierno
0,46 57,8 1,7 58 1 7214 Alquerías
0,65 122 2,3 50 2 7077-2 Elche de la Sierra-2
0,42 797 1,5 40 6 7081-7 Socovos-7
0,50 514,6 2,0 32 3 7206-2 Zarz. de Totana-2
0,39 549,8 1,5 30 3 7092 Liétor CHS
0,55 694 2,5 30 4 7065-5 Molinicos-5
0,46 126,2 2,0 27 10 7247-9 Pinoso CHS-9

Tras el proceso de homogeneización se obtienen las series meteorológicas resultantes


(Tabla 6.4). Por un lado, observatorios meteorológicos que apenas han sufrido
transformación, como por ejemplo el de Alcantarilla (7228), presentan valores que
demuestran la calidad original de los datos, con ninguna rotura, el 99% de los datos
originales utilizados, o valores de SNHT total de 89,5. En este caso Climatol respeta la
serie original y no crea ninguna más, al no existir ningún punto de ruptura. Para ello
efectúa pequeños cambios en la única serie, con la corrección de algunos valores
anómalos y el relleno de datos faltantes. Por su parte, otros observatorios como el de
Pinoso CHS (7247) obtienen una gran cantidad de series “hermanas” resultantes. La
elección de las series meteorológicas para el posterior análisis de tendencias
temporales está basada en la metodología de diferentes autores como Guijarro (2018)
con la elección de la serie que presenta un mayor porcentaje de dato original.

415
6.3.2.2. Series meteorológicas cortas (1997-2016)

El examen exploratorio de los 59 observatorios meteorológicos de series cortas permite


comprobar la existencia de un porcentaje reducido de datos faltantes en la totalidad de
las series.

En el histograma de distribución de las anomalías térmicas, aparece un ligero sesgo a


la izquierda. Por ello los valores extremos (outliers) son eliminados, escogiendo un
dz.max de 7. Además, la mayor densidad de estaciones de seria corta aumenta el
coeficiente de correlación entre ellas, con valores más importantes que los observatorios
de series largas.

Fig. 6.8. Número de "roturas " o inhomogeneidades detectadas por Climatol en relación
con el número de estaciones afectadas y el período de análisis (1997-2016).

En época reciente también se producen roturas o inhomogeneidades de forma regular


en varios observatorios (1997-2016). Incluso, en los últimos años, se aprecia un máximo
de roturas en el año 2010, con un total de 6 inhomogeneidades (Fig. 6.8). Aunque la
gran mayoría de observatorios (40) no registran ningún cambio en la variabilidad natural
de las temperaturas mínimas. Sin duda, los cambios en el instrumental de observación,
y especialmente en las garitas meteorológicas, con materiales más modernos
contribuye a ello.

La determinación de umbrales para el proceso de homogeneización se determina tras


el análisis de la Fig. 6.9. El algoritmo por defecto en Climatol, pone opciones muy
conservadoras, adaptadas a datos mensuales (snht1=25 y snht2=50), por lo que hay

416
que ajustar con un análisis de snht por ventanas y global, a fin de que Climatol no divida
en exceso las series con inhomogeneidades muy leves. La distribución del máximo
principal se sitúa en 60, con una disminución progresiva. Tras la comprobación de los
valores de homogeneidad de las diferentes series meteorológicas se identifican saltos
sospechosos por encima del valor 120 (shnt1) y 800 (snht2), por lo que se decide aplicar
la opción más drástica en el proceso de homogeneización.

Fig. 6.9. Histogramas de los valores máximos de SNHT en ventanas escalonadas


superpuestas (izquierda) y en series completas (derecha).

A pesar de que muchos de los observatorios meteorológicos de serie corta son


automáticos, y, por tanto, con observaciones más fiables, siguen apareciendo
inhomogeneidades o rupturas muy recientes, como en el caso del observatorio
meteorológico de Murcia – Alfonxo X (7182). Las principales causas suelen ser cambio
de material instrumental y ubicación de la estación meteorológica.

Sin embargo, la mayoría de observatorios presentan series meteorológicas con una gran
calidad, con nulas o muy pocas roturas o inhomogeneidades en el periodo analizado
(1997-2016). Uno de los ejemplos más claros es la estación meteorológica del Embalse
del Cenajo (7083), donde el proceso de homogeneización de Climatol, al no detectar
ninguna ruptura, sólo corrige la serie original y no crea ninguna paralela (Fig. 6.10).

417
Fig. 6.10. Ejemplo, a la izquierda, de la serie con las anomalías más homogénea (Emb.
Cenajo) y de la más inhomogénea (Alfonso X). A la derecha, reconstrucción de sub-
periodos homogéneos, con un proceso de homogeneización muy leve (Emb. Cenajo), y
extremadamente fuerte (Alfonso X).

La mayoría de las 59 series meteorológicas analizadas sufren un proceso de


homogeneización muy leve. Un total de 53 estaciones meteorológicas detectan de 0 a
1 rupturas, los valores de RMSE apenas superan un valor de 2,0 en la minoría de series,
y porcentajes de dato original (POD) superior al 80% en la mayoría de estaciones.

418
Tabla 6.5. Resumen, por estación meteorológica, de las variables del proceso de
homogeneización por Climatol. Series homogeneizadas para el posterior análisis de
tendencias temporales.

ACmx SNHT RMSE POD Roturas ID Nombre serie


0.24 57.8 1.6 99 0 7083 Emb. Cenajo
0.33 338.7 1.6 99 0 7131 Los Almadenes
0.47 90.3 2.6 99 0 7198 Emb. Valdeinfierno
0.40 61.5 1.6 99 0 7219 Huerta Espuña
0.24 133.9 1.0 99 0 7228 Alcantarilla
0.27 100.1 0.8 99 0 7178I Guadalupe CMT
0.47 321.8 2.2 99 0 AL41 La Calavera
0.25 264.2 1.1 99 0 CA91 Campillo de Abajo
0.15 31.3 1.2 99 0 CI22 E. de Blanca
0.11 52.0 1.5 99 0 CI52 Rotas
0.32 277.6 1.3 99 0 JU71 Encebras
0.45 220.9 1.4 99 0 LO51 Tébar
0.45 359.9 1.5 99 0 LO61 El Esparragal
0.23 218.9 1.0 99 0 MO22 Campotéjar
0.45 108.8 2.0 98 0 7113 Campo San Juan
0.35 539.6 1.6 98 0 7205 Emb. Puentes
0.24 250.2 1.7 98 0 7161A Archena H.E
0.18 184.0 1.2 98 0 CR52 La Torrecica
0.35 112.6 1.4 98 0 JU52 Pinillos
0.18 128.5 1.5 97 0 7026 Pozo Estrecho
0.29 75.0 1.4 97 0 7092 Liétor CHS
0.32 153.1 1.5 97 0 7102 Ontur
0.19 167.4 1.4 97 0 7119A Caravaca
0.42 297.2 1.5 97 0 7127D Bullas
0.22 136.2 1.4 97 0 CI42 La Carrichosa
0.22 157.9 1.7 96 0 7129 Emb. Alfonso XIII
0.48 112.8 3.1 96 0 7194 María
0.46 500.3 1.7 96 0 7206 Z. de Totana
0.33 164.8 1.4 95 0 7261I El Molino
0.35 62.0 1.1 95 0 TP22 S. de la Ribera
0.29 180.3 1.1 94 0 7002 Águilas Diputación
0.33 439.4 1.9 94 0 7103 Tobarra
0.35 34.0 1.6 94 0 7168 Emb. Cierva
0.25 384.7 0.9 94 0 JU12 Judío
0.44 421.4 1.7 92 0 7066 Emb. Fuensanta
0.36 458.4 1.9 92 0 CR32 El Chaparral
0.44 24.8 1.7 91 0 7214 Alquerías
0.31 84.0 1.4 91 0 7226 Librilla CHS
0.40 282.5 2.1 89 0 7054 Salto de Miller
0.38 113.2 2.3 88 0 7247-2 Pinoso CHS-2
0.33 376.9 1.4 86 0 MO31 El Llano
0.50 54.3 2.1 85 0 7056 S. de la Espada
0.24 310.2 1.3 79 0 7023 F. Álamo CHS
0.49 503.3 1.3 75 1 7013 Cartagena, Puerto

419
0.41 25.9 1.1 70 1 AL62-2 Cañada Gallego-2
0.45 825.0 1.1 69 1 7031-2 San Javier-2
0.38 345.4 1.0 69 3 TP42-3 Torre Blanca-3
0.39 154.3 1.5 67 2 7151 Sª del Oro
0.42 151.2 1.3 66 1 MU52-2 C. de la Plata-2
0.50 119.6 2.5 65 2 7065-3 Molinicos-3
0.37 231.9 1.4 64 1 7081-2 Socovos-2
0.57 84.2 2.1 62 1 7077 Elche de la Sierra
0.40 147.5 1.5 61 1 7001 Águilas
0.22 86.7 1.3 61 1 7121-2 Calasparra-2
0.40 181.2 2.4 59 1 7045-2 Pontones CHS-2
0.26 40.2 0.8 42 1 TP73 Los Infiernos
0.33 23.1 1.3 41 2 7209-3 Lorca-3
0.38 247.7 1.8 36 3 7059-3 Arguellite-3
0.36 43.5 1.2 29 7 7182-4 Alfonso X-4

6.3.3. Tendencias espacio-temporales de los índices ET-SCI (1950-2016)

6.3.3.1. Días de helada (FD)

Durante los últimos 70 años, los días de helada han experimentado un importante
descenso en el número anual en la DHS (-1,6 días/década). El descenso no es
homogéneo en todo el territorio, ya que el sector occidental más montañoso (C5) no
experimenta cambios significativos, incluso tiende a ascender ligeramente. El sector
centro-oeste (C2) y Segura-Mundo (C4), es donde se producen los mayores descensos,
con promedios entre -2,5 y -3,0 heladas/década (Tabla 6.6). Por su parte, el litoral (C1)
experimenta un menor descenso. Esto es debido al poco peso anual que tienen los días
de heladas en zonas de costa. En el sector C5 (cabecera de la DHS) las heladas incluso,
aumentan ligeramente (0,4) (Fig. 6.11 izquierda).

En el intervalo temporal más reciente (1997-2016), las tendencias temporales no


presentan suficiente claridad, si bien, en general se produce un aumento de los FD no
significativo (0,4 días/década). No se observa ningún patrón claro, aunque los
observatorios con un mayor número de heladas al año (Campo de San Juan, El
Chaparral, La Calavera, Santiago de la Espada…) experimentan los mayores ascensos
(Fig. 6.11 derecha). Durante los últimos 20 años se han producido dos importantes
episodios fríos, el de enero de 2005, y febrero de 2012, que han influido notablemente
en la tendencia temporal más reciente.

420
Fig. 6.11. Mapas de las tendencias temporales de los días de helada (FD) para el
período 1950-2016 (izquierda) y 1997-2016 (derecha).

La tendencia temporal desde 1950 a 2016 no ha sido homogénea durante las últimas
décadas (Fig. 6.12). Se registran dos grandes descensos en los días de helada, el
primero desde inicios de 1950 a 1980, y un segundo periodo (estadísticamente
significativo), entre 1967 y 1999, con descensos de hasta 4 días de heladas por década.
Por el contrario, durante los años más recientes la tendencia se ha estabilizado, con
valores positivos, pero próximos a la neutralidad (no significativo). Por tanto, tras unas
décadas, con un importante descenso en el número de heladas, durante los últimos 30
años la tendencia no advierte ningún patrón claro (Fig. 6.12b).

Tabla 6.6. Tendencias temporales (/ 10 años) de los días de helada (FD) para las
regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-2016. Nivel de confianza
(p value) < 0,05.

Descripción días / 10 yrs P value


Total DHS -1,6 SI
C1 Litoral, prelitoral -0,4 SI
C2 Centro-oeste -2,7 SI
C3 Alto-medio Segura -2,2 SI
C4 Segura-Mundo, Albacete -2,9 SI
C5 Sierras Segura-Mundo 0,4 NO

La Fig. 6.13 muestra la evolución de las anomalías estandarizadas de los días de helada
anuales. Los valores más positivos se registran durante las décadas de los 50 a 80, con
el año 1956 donde se registran el mayor número de heladas (44,2 de media en el
conjunto de las estaciones analizadas). Por el contrario, el año 1977 fue especialmente
poco relevante, con un promedio de 6,1 días de helada. Las anomalías negativas

421
empiezan a aparecer mayoritariamente a partir de la mitad de la década de los 90,
aunque la región de cabecera (C5) sigue una evolución temporal diferente al resto de la
DHS. En los últimos años han destacado algunos años con un importante número de
días de helada, como los años 1999 (23 heladas), 2005 (32,6) y 2012 (23,3) en el
conjunto de la DHS (Fig. 6.13).

Fig. 6.12. a) Tendencias temporales de los días de helada (FD) en ventanas temporales
desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en ventanas móviles de 30 años), b) Tendencias
temporal en ventanas móviles de 30 a 20 años, desde 1986-2016 a 1996-2016. Las
estrellas indican significancia estadística a un nivel de confianza del 0.05.

Respecto a la evolución mensual y estacional los meses de enero y febrero son los que
registran los mayores descensos (-0,5 y -0,4/década respectivamente). Especialmente
en los sectores centrales de la DHS (Fig. 14), especialmente en el C2 y C3 con
descensos de -1,0 y -0,8 días por décadas respectivamente (Tabla 6.7). El invierno es
por tanto la estación con la mayor reducción de días de helada, aunque la primavera
registra un descenso mayor a los meses otoñales (-0,2 frente a 0,0 días/década).

422
Fig. 6.13. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas de los días de
helada (FD) en las regiones climáticas definidas por cluster (1950-2016). Cálculo
respecto al periodo de referencia 1981-2010.

423
424
Fig. 6.14. Mapas de las tendencias temporales de los días de helada (FD) a nivel
mensual para el período 1950-2016. De arriba abajo, e izquierda a derecha (octubre,
noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo y abril).

Tabla 6.7. Tendencias temporales (/ 10 años) de los días de helada (FD) a nivel mensual
para las regiones climáticas definidas por cluster (1950-2016). Nivel de confianza (p
value) < 0,05.

Meses C1 C2 C3 C4 C5 Total
Octubre 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
Noviembre 0,0 0,0 -0,1 0,0 0,2 0,0
Diciembre -0,1 -0,5 -0,4 -0,5 0,2 -0,3
Enero -0,1 -1,0 -0,8 -0,3 0,0 -0,5
Febrero -0,2 -0,7 -0,6 -0,7 0,2 -0,4
Marzo 0,0 -0,3 -0,3 -0,2 0,1 -0,2
Abril 0,0 -0,1 0,0 0,0 -0,1 -0,1
Otoño 0,0 0,0 -0,1 0,0 0,1 0,0
Invierno -0,1 -0,7 -0,6 -0,5 0,1 -0,4
Primavera 0,0 -0,2 -0,2 -0,1 0,0 -0,2

6.3.3.2. Rachas frías (CSDI)

Las rachas frías (CSDI), contabilizadas por el número total de días al año, experimentan
un importante descenso en las últimas décadas (Fig. 6.15 izquierda). La reducción es
de -2,6 días/década, siendo más evidente en los observatorios centrales de la DHS, con
reducciones que rondan -4,0 días/década en las regiones C2 y C4. En el Alto Segura y
Mundo (C5 también se produce un descenso en los CSDI (estadísticamente
significativo), aunque con descensos menores al resto de la cuenca (-1,3 días/década)
(Tabla 6.8).

425
Fig. 6.15. Mapas de las tendencias temporales de las rachas frías (CSDI) para el
período 1950-2016 (izquierda) y 1997-2016 (derecha).

La Fig. 6.15 (derecha) muestra la tendencia temporal durante las últimas dos décadas,
donde se refleja un patrón parecido al intervalo temporal largo (1950-2016), es decir,
con reducciones en la mayor parte del área de estudio (-1,7 días/década. Tan sólo
algunos observatorios litorales y prelitorales, zonas de inversión, o de alta montaña,
experimentan ligeros ascensos (no significativos).

Desde 1951 a inicios de la década de los 2000 se producen descensos significativos


medios que rondan -4,0 días/década, es decir, un amplio periodo temporal con una
reducción sistemática de las rachas frías (Fig. 6.16a). Durante los últimos años se
produce un progresivo aumento de la tendencia temporal, alcanzando descensos
menos importantes, de -1,0 día/. Efectivamente, durante los últimos 20 años (Fig. 6.16b),
la tendencia es casi neutra (-0,5 y 0,0 días/década). La drástica reducción durante cinco
décadas ha dejado promedios de CSDI relativamente bajos en la actualidad.

Tabla 6.8. Tendencias temporales (/ 10 años) de las rachas frías (CSDI) para las
regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-2016. Nivel de confianza
(p value) < 0,05.

Descripción Trend / 10 yrs P value


Total DHS -2,6 SI
C1 Litoral, prelitoral -1,7 SI
C2 Centro-oeste -3,5 SI
C3 Alto-medio Segura -2,8 SI
C4 Segura-Mundo, Albacete -3,9 SI
C5 Sierras Segura-Mundo -1,3 SI

426
Durante los últimos años se produce un drástico descenso de las rachas frías. La Fig.
6.17 muestra la importante reducción de las anomalías estandarizadas, especialmente
a partir del año 2000. Las reducciones son muy significativas, especialmente en las
regiones C3 y C4, con el paso de importantes anomalías (5), a valores que en la
actualidad se mantienen entre 0 y -1.

Fig. 6.16. a) Tendencias temporales de los días de CSDI (días/década) en ventanas


temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en ventanas móviles de 30 años). b)
Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20 años, desde 1986-2016 a 1996-
2016. Las estrellas indican significancia estadística a un nivel de confianza del 0.05.

El nº de días anuales de CSDI ha experimentado notablemente. Sobresale el año 1956


con un total de 40,6 días. Tal es la importancia en este año, que el segundo valor más
elevado corresponde al año 1957 con 25,3 días. Por su parte, los registros anuales más
bajos se dan durante los últimos años, como 2014, donde no se registró ninguna racha
fría en los 22 observatorios analizados. En años recientes, tan sólo el año 2012
sobresale ligeramente con un promedio de 7,3 días, valor muy distante de los
registrados en la década de los 50.

427
428
Fig. 6.17. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas de los días de
helada (FD) en las regiones climáticas definidas por cluster (1950-2016). Cálculo
respecto al periodo de referencia 1981-2010.

6.3.3.3. Temperatura media de las mínimas (TNm)

Las temperaturas medias de las mínimas (TNm) están experimentando un importante


ascenso durante las últimas décadas (0,2ºC/década). Lo hace especialmente en las
regiones del litoral-prelitoral (C1) y en el centro-oeste (0,3ºC/década) (Fig. 6.18
izquierda). Sin embargo, en los sectores más occidentales y a mayor altitud (C4 y C5)
los ascensos son más ligeros, incluso siendo neutro en la cabecera del Segura-Mundo
(0,0ºC/década) (Tabla 6.9).

Por su parte, en las dos últimas décadas (1997-2016), la tendencia temporal a nivel
general es igualmente ascendente (0,2ºC/década). Se trata de un ascenso muy
constante durante las últimas décadas. En los sectores litorales y en el centro de la DHS
se observan incrementos muy importantes (0,7 a 0,9ºC/década), especialmente en
observatorios como Tobarra, Zarzadilla de Totana, Cartagena, Fuente Álamo o Bullas.
Tan sólo, en ámbitos occidentales montañosos o en espacios donde predominan los
procesos de inversión térmica (El Chaparral, La Calavera, Los Almadenes…) se
producen ligeros descensos (Fig. 6.18 derecha).

Desde la década de 1960 a la actualidad, la tendencia temporal es positiva, con valores


estadísticamente significativos desde mediados de la década de los 60 (Fig. 6.19a).
Desde el periodo de referencia 1965-1994 se observan tendencias temporales entre 0,3
y 0,4ºC por década, alcanzando las últimas ventanas móviles de observación (1987-
2016). Incluso, en el análisis de ventanas móviles durante los últimos 20 años aparecen
tendencias positivas de 0,2ºC/década. Por tanto, el ascenso de las temperaturas medias
de las mínimas se mantiene constante desde la década de los 60 a la actualidad (Fig.
6.19b).

429
Fig. 6.18. Mapas de las tendencias temporales de las temperaturas medias de las
mínimas (TNm) para el período 1950-2016 (izquierda) y 1997-2016 (derecha).

Tabla 6.9. Tendencias temporales (/ 10 años) de las temperaturas medias de las


mínimas (TNm) para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-
2016. Nivel de confianza (p value) < 0,05.

Descripción Trend / 10 yrs P value


Total DHS 0,2 SI
C1 Litoral, prelitoral 0,3 SI
C2 Centro-oeste 0,3 SI
C3 Alto-medio Segura 0,2 SI
C4 Segura-Mundo, Albacete 0,1 SI
C5 Sierras Segura-Mundo 0,0 NO

La Fig. 6.20 muestra la nítida tendencia ascendente de las anomalías estandarizadas


en las diferentes regiones. Las regiones C1, C2, C3 y C4 guardan un importante
paralelismo, con valores positivos a partir de mediados de la década de los 90. Parece
observarse un mayor incremento a inicio de la década de los 2000 respecto a las
décadas anteriores. Sin embargo, las regiones C4 y C5, más occidentales y montañosas
siguen un patrón algo diferente, con fluctuaciones cíclicas desde de los 60 y 80
respectivamente.

Las medias anuales de las temperaturas media de las mínimas adquieren el valor más
bajo en 1956, con una temperatura media de 8,1ºC en el conjunto de observatorios
analizados. Por el contrario, las temperaturas mínimas menos frías se registran durante
los últimos años de observación (2014 y 2016) con 10,8ºC. En las últimas dos décadas,
destacan, como más fríos, los años 2005 (9,5ºC) y 2010 (9,9ºC).

430
Fig. 6.19. a) Tendencias temporales de la temperatura media de las mínimas
(ºC/década) en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en
ventanas móviles de 30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20
años, desde 1986-2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un
nivel de confianza del 0.05.

El análisis mensual y estacional viene marcado por notables diferencias desde el punto
de vista espacio-temporal. El aumento de 0,2ºC/década durante el año se distribuye de
forma homogénea durante las cuatro estacional del año, siendo el mes de octubre el
que registra el mayor ascenso (0,3ºC/década).

En el C1 (litoral y prelitoral) los mayores ascensos se producen en primavera y verano


(0,3ºC/década), con el mayor ascenso durante en junio (0,4ºC). Sin embargo, los meses
invernales registran incrementos más bajos, lo que es de gran interés en la presente
Tesis Doctoral. Noviembre y diciembre registran ascensos no estadísticamente
significativos de 0,1ºC/década (Fig. 6.21).

431
Fig. 6.20. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas de las
temperaturas medias de las mínimas (TNm) en las regiones climáticas definidas por
cluster (1950-2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010.

Las regiones centrales (C2, C3 y C4) registran los mayores ascensos en época invernal
(0,2 a 0,3ºC/década), mientras, que, durante el verano se registran ascensos más bajos,
especialmente en el sector medio-alto del Segura-Mundo (0,1 y 0,0ºC/década
respectivamente). Se trata de un patrón diferente al C1 litoral y prelitoral.

Finalmente, la región más montañosa del C5 (Alto Segura y Mundo) muestra tendencias
positivas muy ligeras sólo en verano y otoño. En invierno y primavera presentan
tendencias temporales neutras, con un aumento significativo (0,2ºC/década) sólo
durante el mes de octubre (Tabla 6.10).

432
433
Fig. 6.21. Mapas de las tendencias temporales de las temperaturas medias de las
mínimas (TNm) a nivel mensual para el período 1950-2016. De arriba abajo, e izquierda
a derecha (octubre, noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo y abril).

434
Tabla 6.10. Tendencias temporales (/ 10 años) de las temperaturas medias de las
mínimas (TNm) a nivel mensual para las regiones climáticas definidas por cluster (1950-
2016). Nivel de confianza (p value) < 0,05.

Meses C1 C2 C3 C4 C5 Total
Enero 0,2 0,3 0,3 0,3 0,0 0,2
Febrero 0,2 0,3 0,3 0,2 0,0 0,2
Marzo 0,2 0,2 0,3 0,1 -0,1 0,2
Abril 0,3 0,3 0,2 0,1 0,1 0,2
Mayo 0,3 0,1 0,1 0,1 0,0 0,1
Junio 0,4 0,3 0,2 0,1 0,1 0,2
Julio 0,3 0,2 0,0 -0,1 0,1 0,1
Agosto 0,3 0,3 0,2 0,0 0,1 0,2
Septiembre 0,2 0,1 0,1 -0,1 0,0 0,1
Octubre 0,3 0,3 0,3 0,2 0,2 0,3
Noviembre 0,1 0,2 0,3 0,2 0,0 0,2
Diciembre 0,1 0,3 0,3 0,2 0,0 0,2
Invierno 0,2 0,3 0,3 0,2 0,0 0,2
Primavera 0,3 0,2 0,2 0,1 0,0 0,2
Verano 0,3 0,3 0,1 0,0 0,1 0,2
Otoño 0,2 0,2 0,2 0,1 0,1 0,2

6.3.3.4. Percentil 10 de las temperaturas mínimas (TN10p)

El percentil 10 de las temperaturas mínimas refleja las jornadas con temperaturas


extremas más bajas dentro de la distribución térmica anual. Se trata del umbral que
separa el 10% de madrugadas más frías respecto al 90% restante. El TN10p está
disminuyendo durante las últimas décadas, por tanto, se reducen las jornadas extremas
con temperaturas mínimas más bajas alrededor de -1,8%/década (Tabla 11). La
reducción es mayor en la región centro-oeste (C3) con valores de hasta -2,5%/década,
siendo de nuevo, casi inapreciable en el C5 (Sierras de Segura-Mundo), con una ligera
reducción de -0,4%, especialmente en el observatorio meteorológico de Pontones (Fig.
6.22 izquierda).

435
Fig. 6.22. Mapas de las tendencias temporales del percentil 10 de las temperaturas
mínimas (TN10p) para el período 1950-2016 (izquierda) y 1997-2016 (derecha).

Por su parte, en época reciente (1997-2016) la tendencia temporal es negativa, con una
reducción media de -1,7%/década, especialmente importante en sectores centrales,
litorales y prelitorales. La reducción se sitúa entre -6 y -7%/década en algunos
observatorios meteorológicos (El Llano de Molina, Cartagena, Fuente Álamo o Tobarra).
Los observatorios occidentales montañosos, y los influenciados por procesos de ITN
adquieren una ligera tendencia positiva (Fig. 6.22 derecha)

Fig. 6.23. a) Tendencias temporales del P10 de las temperaturas mínimas (%/década)
en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en ventanas móviles de
30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20 años, desde 1986-
2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un nivel de confianza
del 0.05.

La evolución temporal de la tendencia ha sido negativa durante las últimas décadas, si


bien, desde inicios de la década de 1960 es estadísticamente significativa con
reducciones medias de -3,0 a -3,5%/década (Fig. 6.23a). El periodo temporal
comprendido entre 1969-1997 a 1975-2004 fue el que experimentó un mayor descenso

436
del porcentaje de TN10p (-3,5%/década). Durante los últimos años se registran
tendencias negativas, si bien, no tan importantes como en décadas anteriores (Fig.
6.23b). Desde 1986 a 2016 las tendencias temporales oscilan entre -1,0 y -1,5%/década.
Por tanto, la disminución de TN10p durante las últimas décadas se mantiene hasta la
actualidad.

Tabla 6.11. Tendencias temporales (/ 10 años) del percentil 10 de las temperaturas


mínimas (TN10p) para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-
2016. Nivel de confianza (p value) < 0,05.

Descripción Trend / 10 yrs P value


Total DHS -1,8 SI
C1 Litoral, prelitoral -2,0 SI
C2 Centro-oeste -2,5 SI
C3 Alto-medio Segura -2,1 SI
C4 Segura-Mundo, Albacete -1,6 SI
C5 Sierras Segura-Mundo -0,4 NO

Las anomalías estandarizadas han experimentado importantes cambios durante las


últimas décadas. Todas las regiones del área de estudio, a excepción del C5 registran
anomalías negativas a partir del 2000, con una clara dicotomía con décadas anteriores,
con anomalías positivas (2 a 3) hasta la década de los 80 (Fig. 6.24). Sin embargo, en
el C5 se registran anomalías negativas entre 1994 y 2005, mientras que, durante los
últimos años de observación se observan anomalías positivas.

El mayor porcentaje de TN10p en el periodo 1950-2016 corresponde al año más frío del
periodo de análisis, a 1956. En este año se registra un 27,3% de “noches frías”,
temperaturas por debajo del umbral del P10 de las temperaturas mínimas. Se trata de
un dato muy significativo, con casi un tercio de las noches anuales con temperaturas
mínimas frías extremas. Sin embargo, durante los últimos años aparecen porcentajes
muy bajos, representados en los años 2011 o 2014 con 3,6 y 3,4% respectivamente.
Solamente, el año 2005, registra un porcentaje superior al 10% durante las últimas dos
décadas (13,7%).

437
Fig. 6.24. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas del percentil 10 de
las temperaturas mínimas (TN10p) en las regiones climáticas definidas por cluster
(1950-2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010.

A nivel anual y mensual el patrón temporal de las tendencias es muy parecido al de las
temperaturas medias de las mínimas (TNm). El descenso es homogéneo durante todo
el año, aunque ligeramente inferior en verano (-2,0%/década).

438
Tabla 6.12. Tendencias temporales (/ 10 años) del percentil 10 de las temperaturas
mínimas (TN10p) a nivel mensual para las regiones climáticas definidas por cluster
(1950-2016). En negrita, nivel de confianza (p value) < 0,05.

Meses C1 C2 C3 C4 C5 Total
Enero -0,7 -2,8 -2,8 -2,3 -0,6 -1,9
Febrero -1,8 -2,2 -2,4 -3,0 -0,4 -2,0
Marzo -2,0 -2,2 -2,4 -1,2 0,3 -1,6
Abril -2,8 -2,9 -1,8 -1,4 -0,6 -2,1
Mayo -2,6 -2,5 -1,3 -0,7 -0,8 -1,7
Junio -3,0 -2,7 -1,7 -1,1 -0,5 -1,9
Julio -3,0 -2,7 -1,1 -0,6 -0,7 -1,7
Agosto -2,9 -3,9 -2,3 -1,0 -1,1 -2,4
Septiembre -1,4 -2,1 -2,1 -0,7 -0,6 -1,4
Octubre -1,9 -2,5 -2,8 -2,3 -0,5 -2,0
Noviembre -1,0 -2,2 -2,6 -1,5 0,7 -1,3
Diciembre -0,9 -1,9 -2,5 -1,9 0,1 -1,4
Invierno -1,1 -2,3 -2,5 -2,4 -0,3 -1,8
Primavera -2,5 -2,5 -1,8 -1,1 -0,4 -1,8
Verano -3,0 -3,1 -1,7 -0,9 -0,8 -2,0
Otoño -1,4 -2,2 -2,5 -1,5 -0,1 -1,6

En las regiones C1 y C2 (litoral, prelitoral y centro-oeste) se produce el mayor descenso


en primavera y verano (-2,5 a -3,1%/década), mientras que, en el C3 y C4 (Seguro y
Mundo, tramo medio-alto) lo hace en invierno y otoño, contrario a lo que ocurre en los
sectores más orientales de la DHS. Finalmente, la cabecera de la DHS (C5) no registra
descensos significativos, si bien, los más importantes se dan en verano y primavera (-
0,8 y -0,4%/década respectivamente) (Tabla 6.12).

6.3.3.5. Días con temperaturas mínimas (TN) < a -2ºC (TNltm2)

El número de jornadas anual donde la temperatura mínima es inferior a -2ºC disminuye


de forma importante durante las últimas décadas (-0,7 días/década), si bien a un menor
ritmo que los FD (<0ºC). El descenso es mayor en el tramo alto-medio Segura-Mundo
en Albacete (-1,8 días/década), mientras que, en el resto de regiones centrales el
descenso se sitúa entre -0,7 y -1,2 días/década (estadísticamente significativo) (Tabla
13). Sin embargo, en las cabeceras del Segura-Mundo se produce un ascenso no
significativo (0,3 días/década), especialmente por la influencia del observatorio de
montaña de Pontones (7045) (Fig. 6.25 izquierda).

En el intervalo temporal más reciente (1997-2016), a pesar de la gran heterogeneidad


territorial, se produce un ligero ascenso (no significativo) de 0,5 días/década, con
incrementos muy significativos durante los últimos años en observatorios con

439
fenómenos intensos de ITN, como el Campo de San Juan y El Chaparral (9,1
días/década) (Fig. 6.25 derecha).

Fig. 6.25. Mapas de las tendencias temporales de los días con temperaturas mínimas
(TN) < a -2ºC (TNltm2) para el período 1950-2016 (izquierda) y 1997-2016 (derecha).

Tabla 6.13. Tendencias temporales (/ 10 años) los días con temperaturas mínimas (TN)
< a -2ºC (TNltm2) para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-
2016. Nivel de confianza (p value) < 0,05.

Descripción Trend / 10 yrs P value


Total DHS -0,7 SI
C1 Litoral, prelitoral -0,2 SI
C2 Centro-oeste -0,7 SI
C3 Alto-medio Segura -1,2 SI
C4 Segura-Mundo, Albacete -1,8 SI
C5 Sierras Segura-Mundo 0,3 NO

A lo largo de las últimas décadas, la tendencia negativa del TNltm2 ha registrado varios
ciclos, registrando un descenso estadísticamente significativo en los periodos 1951-
1980, y desde los años 1967-1996 a 1970-1999 (-1.7 días/década) (Fig. 6.26a). Sin
embargo, desde el periodo de referencia 1974-2005 hasta el actual (1987-2016) las
tendencias temporales son ligeramente positivas (entre 0,0 y 0,7 días/década),
confirmadas en los últimos 20 años (Fig. 6.26b), donde las tendencias son ligeramente
positivas (no significativas) sobre 0,5 días/décadas. Por tanto, tras un descenso
especialmente importante en las décadas de los 60, 70 y 80, en la actualidad las
jornadas con temperaturas mínimas inferiores a -2ºC muestran una ligera recuperación.

440
Fig. 6.26. a) Tendencias temporales de los días con temperatura mínima inferior a -2ºC
(días/década) en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en
ventanas móviles de 30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20
años, desde 1986-2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un
nivel de confianza del 0.05.

Las anomalías estandarizadas han experimentado un importante cambio desde


mediados de la década de los 90, imponiéndose las anomalías negativas a excepción
de la cabecera (C5), donde la fluctuación durante las últimas décadas sigue una
dinámica diferente, incluso con valores positivos desde mediados de la década de los
2000 (Fig. 6.27).

Durante la década de los años 50 se registra el año (1956) de mayor acumulación de


días con temperatura mínima inferior a -2ºC, con un total de 26,9 días en el conjunto de
los observatorios analizados. Por el contrario, varios años registran valores realmente
escasos, como el año 1997, con un promedio de 2,0 heladas. Durante los últimos años
solo 2005 (19,1 días) y 2012 (11,9 días) registran valores superiores a 10 días.

441
Fig. 6.27. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas los días con
temperatura mínima inferior a -2ºC (días/década) en las regiones climáticas definidas
por cluster (1950-2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010.

6.3.3.6. Días con temperaturas mínimas (TN) < a 2ºC (TNlt2)

Las jornadas con temperatura mínima inferior a 2ºC, al igual que el resto de índices de
FD y TNltn2, experimentan un acuso descenso durante las últimas décadas (-3,0
días/década). Es especialmente importante en los observatorios centrales de la DHS
(Fig. 6.28 izquierda). Por ejemplo, en el C2 (región centro-oeste) la reducción alcanza -
5,6 días/década. Por su parte se registra un aumento muy ligero en la cabecera de la
DHS, con un valor de 0,2 días/década (Tabla 6.14).

442
Fig. 6.28. Mapas de las tendencias temporales de los días con temperaturas mínimas
(TN) < a 2ºC (TNlt2) para el período 1950-2016 (izquierda) y 1997-2016 (derecha).

Durante las dos últimas décadas (1997-2016), la heterogeneidad espacial es


importante, con incrementos en observatorios de cabecera y aquellos que registran una
gran cantidad de días de heladas anuales (Campo de San Juan, El Chaparral, Encebras,
La Calavera…). Si bien es cierto, que el promedio de los 59 observatorios analizados
es de -0,2 días/década (Fig. 6.28 derecha), con descensos especialmente importantes
en sectores centrales de la DHS.

Tabla 6.14. Tendencias temporales (/ 10 años) los días con temperaturas mínimas (TN)
< a 2ºC (TNlt2) para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-
2016. Nivel de confianza (p value) < 0,05.

Descripción Trend / 10 yrs P value


Total DHS -3,0 SI
C1 Litoral, prelitoral -1,2 SI
C2 Centro-oeste -5,6 SI
C3 Alto-medio Segura -3,8 SI
C4 Segura-Mundo, Albacete -4,4 SI
C5 Sierras Segura-Mundo 0,2 NO

La mayor reducción de jornadas TNlt2 se produjo especialmente entre los periodos de


referencia de 1965-1994 y 1973-2002, con reducciones estadísticamente significativas
de hasta -7,1 días/década (Fig. 6.29a). Durante las últimas tres décadas, y
especialmente en la actualidad, la tendencia tiende a ser positiva durante los últimos
años, con tendencias neutras o incluso positivas desde el año 1994 al 2016 (1,0
día/década) (Fig. 6.29b). Por tanto, se produce un descenso extremadamente
significativo desde la década de los 60 a inicios de los 2000.

443
Fig. 6.29. a) Tendencias temporales de los días con temperatura mínima inferior a 2ºC
(días/década) en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en
ventanas móviles de 30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20
años, desde 1986-2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un
nivel de confianza del 0.05.

Las anomalías estandarizadas registran una evolución muy parecida a los indicadores
anteriormente analizados, con valores positivos desde 1950 a mediados de la década
de los 90, donde el cambio a anomalías negativas afecta a casi toda la DHS, a excepción
de la región C5 (Fig. 6.30). En este sector vuelven a registrarse anomalías positivas
durante los últimos años de observación (desde mediados de la década de los 2000).

En la evolución anual del TNlt2 deja los registros más elevados en 1956 con un total de
74,8 días de promedio en los observatorios analizados. Se sitúa por encima del año
1973, con un promedio de 60,8 días. Si bien, el valor más bajo de la serie corresponde
al año 1977 con solamente 18,1 días. Tras el importante descenso en los últimos años
se observan años con promedios inferiores a 30 días, como el año 2014 con 22,9 días,
o 2002 con 23,4 días. Finalmente, y no excesivamente lejos del record del frío 1956, en
el año 2005 se registraron 57,0 días, sin duda registro sobresaliente en las dos últimas
décadas.

444
Fig. 6.30. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas los días con
temperatura mínima inferior a 2ºC (días/década) en las regiones climáticas definidas por
cluster (1950-2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010.

6.3.3.7. Temperaturas mínimas absolutas anuales (TNn)

Los valores de temperatura mínimos extremos registrados anualmente han


experimentado un importante ascenso (estadísticamente significativo) durante las
últimas décadas (0,4ºC/década). En especial, donde más ascienden es en las regiones
C3 y C4 (alto medio Segura, y Segura-Mundo albaceteño), con ascensos de
0,5ºC/década (Fig. 6.31 izquierda). Sin embargo, de nuevo en los observatorios más

445
occidentales de la DHS, a pesar de registrar un ascenso de 0,3ºC/década (no
significativo), se sitúa por debajo de la media del área de estudio (Tabla 6.16). Tan sólo
los observatorios occidentales de Pontones y el Embalse de Valdeinfierno registran
ascensos (no significativos).

En época reciente (1997-2016) la evolución temporal es diferente, con descensos en los


valores mínimos anuales en la mayoría de los 59 observatorios analizados, con una
reducción de -0,6ºC/década (Fig. 6.31 derecha).

Fig. 6.31. Mapas de las tendencias temporales de las temperaturas mínimas absolutas
anuales (TNn) para el período 1950-2016 (izquierda) y 1997-2016 (derecha).

Tabla 6.15. Tendencias temporales (/ 10 años) las temperaturas mínimas absolutas


anuales (TNn) para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-
2016. Nivel de confianza (p value) < 0,05.

Descripción Trend / 10 yrs P value


Total DHS 0.4 SI
C1 Litoral, prelitoral 0.3 SI
C2 Centro-oeste 0.3 SI
C3 Alto-medio Segura 0.5 SI
C4 Segura-Mundo, Albacete 0.5 SI
C5 Sierras Segura-Mundo 0.3 NO

El análisis de tendencias temporales por ventanas móviles muestra un aumento


progresivo y constante desde 1950 hasta bien entrada la década de los 80, con un
incremento de las temperaturas mínimas absolutas. Se advierten dos picos
estadísticamente significativos (1953-1982 a 1954-1983) y (1969-1998 y 1970-1999),
con ascensos entre 0,7 y 0,9ºC/década (Fig. 6.32a).

446
Sin embargo, durante los últimos 30 años se produce un cambio en la tendencia
temporal, con ligeras reducciones en el periodo temporal 1986-2015 (-0,1ºC/década).
Durante los últimos 20 años (1996-2016) se observan descensos de -0,4ºC/década, que
han sido influenciados por las temperaturas mínimas extremas registradas durante las
importantes olas de frío de enero 2005 y febrero 2012 (Fig. 6.32b).

Fig. 6.32. a) Tendencias temporales de las temperaturas mínimas absolutas anuales


(ºC/década) en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en
ventanas móviles de 30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20
años, desde 1986-2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un
nivel de confianza del 0.05.

Durante las dos últimas décadas se registran dos notables advecciones de aire frío
siberiano (origen polar continental), con temperaturas mínimas de -21,5ºC en Pontones
(7045) y -22,0ºC en Santiago de la Espada (7056) en enero de 2005. Se trata de uno de
los años con el promedio de temperaturas mínimas absolutas más bajas de la serie
temporal (1950-2016) con -7,7ºC, aunque se queda lejos de 1956, con un promedio de
-9,0ºC. Como muestra la Fig. 6.33, la región C5 (cabecera DHS) muestra anomalías
estandarizadas negativas alrededor del 2005. Finalmente, otros años como 2002 (-
0,5ºC), 1997 (-0,6ºC) o 2013 (-2,0ºC) han registrado, en general, temperaturas mínimas
absolutas poco relevantes.

En la totalidad de la DHS, incluida la región C5 se registran anomalías positivas entre


mediados de la década de los 90 y mediados de los 2000, con un periodo algo más
extenso en el C1 o especialmente C2, finalizando en los últimos años de análisis.

447
Fig. 6.33. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas de las
temperaturas mínimas absolutas anuales (TNn) (días/década) en las regiones climáticas
definidas por cluster (1950-2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010.

6.3.3.8. Primera helada del periodo (FFF)

La primera helada del periodo (FFF) no ha experimentado importantes cambios a lo


largo de los últimos 70 años (-0,2 días/década). Todo parece indicar que se produce un
ligero adelanto en la aparición, si bien, la tendencia está lejos de ser estadísticamente
significativa. A lo largo del planeta, los resultados son homogéneos, con un mayoritario

448
atraso de la primera helada del periodo. Así, en Castkill Mountain (NY, EE. UU), el
retraso es de 0,2 días/década (Anandhi et al., 2013); o valores similares registrados en
Alberta (Canadá) (Shen et al., 2005).

Los únicos ámbitos territoriales donde se produce un atraso en la primera helada del
periodo corresponde al Alto-Medio Segura (C3) y al litoral-prelitoral (C1) con aumentos,
no significativos, de 1,4 y 0,2 días/década respectivamente (Tabla 6.16). El resto de la
DHS registra ligeros adelantamientos en la llegada del FFF. Destacan, especialmente
la cabecera del Segura (C5) con -0,9 días/década, con las mayores variaciones
negativas en los observatorios situados al oeste del área de estudio. Sin embargo, todos
los observatorios del centro y este del área, especialmente los de la Región de Murcia,
obtienen retrasos en la aparición de la primera helada (Fig. 6.34).

El contraste entre los observatorios de la cabecera más occidental y montañosa de la


DHS (con adelantamiento del FFF) con los observatorios del sur de Albacete (C3),
donde se produce un alargamiento de la llegada del FFF es importante, en muy
importante. Se trata de observatorios de proximidad, pero sujetos a un importante
cambio orográfico.

Tabla 6.16. Tendencias temporales (/ 10 años) de la primera helada del periodo (FFF)
para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-2016. Nivel de
confianza (p value) < 0,05.

Descripción días / 10 yrs P value


Total DHS -0,2 NO
C1 Litoral, prelitoral 0,2 NO
C2 Centro-oeste -0,4 NO
C3 Alto-medio Segura 1,4 NO
C4 Segura-Mundo, Albacete -0,6 NO
C5 Sierras Segura-Mundo -0,9 NO

Algunos observatorios meteorológicos como el del Embalse de Alfonso XIII, Pozo


Estrecho, Socovos, o Zarzadilla de Totana (sin influencia de inversión térmica nocturna,
o espacios litorales), registran importantes retrasos de la aparición de la primera helada
del periodo (3,4 y 3,8 días/década). Sin embargo, en zonas de interior con marcados
procesos de ITN la primera helada se adelanta ligeramente, como ocurre en Liétor,
Valdeinfierno o Arguellite, (inferior a -3,0 días/década).

449
Fig. 6.34. Mapa de tendencia temporal de la primera helada del periodo (FFF) para el
período 1950-2016.

Fig. 6.35. a) Tendencias temporales de la primera helada del periodo (FFF)


(días/década) en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en
ventanas móviles de 30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20
años, desde 1986-2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un
nivel de confianza del 0.05.

450
La tendencia temporal durante las últimas décadas no ha sido homogénea, al igual que
ocurre con el resto de indicadores analizados. Se observan tres periodos temporales
diferentes (Fig. 6.35a). Entre la década de los 50 y 80 se produce un adelanto
estadísticamente significativo del FFF (hasta -4,0 días/década). La Fig. 6.36 corrobora
en ese mismo periodo temporal el registro de anomalías estandarizadas negativas.

Sin embargo, entre la década de los 60 y 90 la tendencia arroja valores positivos, que
llegan incluso a ser estadísticamente significativos (6,2 días/década) entre 1965 y 1996.
Durante esa franja temporal se produce un atraso en la llegada de la primera helada,
con un ritmo muy acelerado. En las últimas décadas (Fig. 6.35b) se ha registrado, por
lo general, tendencias neutras, con valores negativos desde 1978 a 2016 (-2,0
días/década).

Durante las últimas ventanas temporales de 20 años (1994-2016 y 1996-2016), se


produce un importante retraso de la aparición de la primera helada, evidenciando el
inicio de un nuevo periodo de alargamiento del FFF. A pesar de los valores actuales, la
evolución reciente de las anomalías estandarizadas no muestra cambios relevantes, si
bien, en las regiones C3 y C4 se registran valores negativos (de retraso), mientras que,
son ligeramente positivos (de adelanto) en las regiones C1, C2 y C5 (Fig. 6.36).

451
Fig. 6.36. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas de la primera
helada del periodo (FFF) (días/década) en las regiones climáticas definidas por cluster
(1950-2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010.

6.3.3.9. Última helada del periodo (LSF)

El inicio del periodo de heladas (FP) apenas ha experimentado cambios generales


durante las últimas décadas, aunque no ocurre lo mismo con el final del periodo de
heladas, es decir, la última helada (LSF), que sí que ha variado considerablemente
(Tabla 6.17). Desde 1950 a 2016 se produce un adelantamiento la última helada del FP
de -1,5 días/década en el conjunto de la DHS (estadísticamente significativo). Son
resultados parecidos a los arrojados en otras zonas del planeta, como por ejemplo, en
República Checa (Potop et al., 2014) con -0,2 días/década; en Kansas (EE.UU) con -
0,1 a -1,9 días/década (Anandhi et al., 2013); en Turquía con -0,6 días/década (Erlat y
Türkeş, 2016). Existe unos resultados homogéneos a nivel planetario, con un adelanto
general de la última helada del FP.

Tal y como ocurre con el FFF, el adelanto del LSF es mayor en las regiones del Alto-
Medio Segura (C3) y prelitoral-litoral (C1), con reducciones de -3,6 y -2,3 días/década
respectivamente (estadísticamente significativo). Sólo en la cabecera del Segura se
produce un ligero alargamiento (0,3 días/década), con algunos observatorios
meteorológicos, como Arguellite y Pontones (zonas altas de valle), donde los
incrementos oscilan entre 1,7 y 1,3 días/década respectivamente (Fig. 6.37). Sin
embargo, las estaciones ubicadas en medianías, y en zonas topográficamente
accidentadas, sin ITN (Socovos, Zarzadilla de Totana, Alquerías, Elche de la Sierra o el
Embalse Alfonso XII) obtienen reducciones entre -4 y -7 días/década, con un adelanto
muy considerable.

Tabla 6.17. Tendencias temporales (/ 10 años) de la última helada del periodo (LSF)
para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-2016. Nivel de
confianza (p value) < 0,05.

Descripción días / 10 yrs P value


Total DHS -1,5 SI
C1 Litoral, prelitoral -2,3 NO
C2 Centro-oeste -1,4 NO
C3 Alto-medio Segura -3,6 SI
C4 Segura-Mundo, Albacete -1,5 NO
C5 Sierras Segura-Mundo 0,3 NO

452
Fig. 6.37. Mapa de tendencia temporal de la última helada del periodo (LSF) para el
período 1950-2016.

Fig. 6.38. a) Tendencias temporales de la última helada del periodo (LSF) (días/década)
en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en ventanas móviles de
30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20 años, desde 1986-
2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un nivel de confianza
del 0.05.

453
La evolución temporal de la tendencia no es homogénea durante las últimas décadas.
Resalta, de forma especial, la tendencia negativa (estadísticamente significativa) desde
el periodo 1697-1996 a 1971-2000 (Figura 6.38a). En esa franja temporal se produce el
mayor adelanto del LSF en la DHS, con valores que incluso alcanzan -6,5 días/década.
En general, se producen tendencias negativas desde los periodos temporales de 1959-
1988 a las ventanas temporales más recientes (1985-2014).

Tan sólo, durante los últimos años en las ventanas móviles más recientes (desde 1990-
2016 a 1996-2016) se produce una tendencia positiva, es decir, con un ligero retraso de
la última helada (entre 3 y 4 días/década) (Fig. 38b). La Fig. 6.39 muestra anomalías
estandarizadas positivas hasta finales de la década de los 90 y principios de los 2000.
Al final del periodo temporal (a partir de 2013), se observa ligeras anomalías positivas
especialmente en las regiones C1 (litoral-prelitoral), C3 (Alto-Medio Segura) y C4
(Segura-Mundo, Albacete).

454
Fig. 6.39. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas de la última helada
del periodo (LSF) (días/década) en las regiones climáticas definidas por cluster (1950-
2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010.

6.3.3.10. Longitud del periodo de heladas (FP)

La longitud del periodo de heladas ha experimentado una notable reducción durante las
últimas décadas en el conjunto de la DHS (-1,3 días/década). Las investigaciones
realizadas a nivel mundial arrojan una tendencia negativa o de acortamiento del periodo
de helada, y, en consecuencia, del aumento del FFP (periodo libre de heladas). Ocurre
en numerosos ámbitos planetarios, como los analizados en Nueva York y Kansas, en
EE.UU, en Alberta-Canadá, o en Turquía).

Otros ejemplos a escala planetario también muestran reducciones en el FP, y, por tanto,
aumentos del periodo libre de heladas, como los anotados en EE. UU (Easterling, 2002),
o los registrados en China, con un importante aumento a partir de 1985, según Liu et al.
(2008). En Europa Central y Polonia las variaciones anuales del FFS en relación con la
circulación atmosférica no se han estudiado ampliamente según Bielec-Bąkowska y
Łupikasza (2009). Sin embargo, recientemente Tomczyk et al. (2015) atribuyen dichos
cambios a los cambios en los valores de la presión a nivel del mar (SLP) y de la altura
de la superficie isobárica de 500 hPa.

Los trabajos realizados en la Península Ibérica, arrojan una drástica reducción en la


provincia de Lugo (valore absolutos de 11 días desde 1975) o lo que viene a significar
una disminución de casi 4 días por década (Vilatte y Nogueiras, 2008):

En el conjunto de la DHS los periodos de helada son cada vez más cortos.
Especialmente se identifican dos áreas principales: la región litoral-prelitoral (C1) y, por
otro lado, la del Alto-Medio Segura (C3). Coinciden con las mayores tasas de reducción
del FFF y LSF. En estos sectores se anotan reducciones de -2,5 y -5,0 días/década
(Tabla 6.18). Los valores más elevados coinciden con observatorios ubicados en zonas
de medianías altitudinales y sin procesos de inversión térmica, ubicados entre los 300 y
900 m de altitud (Fig. 6.40). Se trata de observatorios como el de Socovos, Elche de la
Sierra, Huerta Espuña o Zarzadilla de Totana, con una drástica reducción entre -8 y -10
días/década.

455
Fig. 6.40. Mapa de tendencia temporal de la longitud del periodo de helada (FP) para el
período 1950-2016.

En Europa, un estudio global realizado por Menzel et al., (2003) arroja un aumento del
periodo libre de heladas (FFP) de 0,2 días/década en Alemania, 0,5 días/década en
Austria y Suiza, y 0,3 días/década en Estonia. Un aspecto interesante de la investigación
es que los mayores aumentos se producen en observatorios entre 500 y 900 m de
altitud. A partir de este nivel altitudinal, a cotas más elevadas, la reducción se mitiga.
Resultado, por tanto, parecido al obtenido en la presente investigación.

Ocurre lo contrario con los observatorios en valles elevados del oeste del área de
estudio (con procesos de inversión térmica), donde en observatorios como Pontones,
Liétor, Embalse de Valdeinfierno o Arguellite, se ha producido un alargamiento del
periodo de heladas

456
Tabla 6.18. Tendencias temporales (/ 10 años) de la longitud del periodo de heladas
(FP) para las regiones climáticas definidas por cluster, en el período 1950-2016. Nivel
de confianza (p value) < 0,05.

Descripción días / 10 yrs P value


Total DHS -1,3 SI
C1 Litoral, prelitoral -2,5 SI
C2 Centro-oeste -1,0 NO
C3 Alto-medio Segura -5,0 SI
C4 Segura-Mundo, Albacete -0,9 NO
C5 Sierras Segura-Mundo 0,6 NO

Concretamente, la única región que no experimenta reducción es el C5 (Cabecera del


Segura), con un valor ligeramente positivo de 0,6 días/década. Del mismo modo, el C4
(Segura-Mundo, Albacete), sector occidental de la DHS no experimenta descensos
estadísticamente significativos (-0,9 días/década), con una reducción menor al resto del
área de estudio (Tabla 6.18). La tendencia temporal de reducción del FP es explicada
por el importante acortamiento que tiene lugar entre 1964 y 2003. Durante este periodo
llega a registrarse descensos de hasta -13,0 días/década, valores estadísticamente
significativos y muy notables (Fig. 6.41a). Por su parte, la Fig. 42 muestra importantes
anomalías positivas entre mitad de la década de los 60 y finales en el conjunto de la
DHS. Durante dicho intervalo temporal, se produce un notable retraso en la llegada de
la 1ª helada (inicio del FP) y un significativo adelanto de la última helada (LSF). Desde
la década de los 70 al inicio de los 2000, se registra una reducción importante de las
heladas en la DHS. Dicho cambio se muestra en las anomalías estandarizadas
negativas de los últimos años de observación.

Fig. 6.41. a) Tendencias temporales de la longitud del periodo de heladas (FP)


(días/década) en ventanas temporales desde 1951-1980 a 1987-2016 (rangos en
ventanas móviles de 30 años). b) Tendencias temporal en ventanas móviles de 30 a 20
años, desde 1986-2016 a 1996-2016. Las estrellas indican significancia estadística a un
nivel de confianza del 0.05.

457
La tendencia temporal cambia durante los últimos años, si bien, hasta el intervalo
temporal 1992-2016, sigue siendo negativa (acortamiento del FP). Sólo en las dos
últimas ventanas móviles más recientes (1994-2016 y 1996-2016) se produce un
aumento positivo en la tendencia, registrando valores que llegan incluso a superar los 3
días/década (sin ser estadísticamente significativa), y, por tanto, un aumento de la
longitud del FP durante los últimos años (Fig. 6.41b). Al igual que ocurre en el resto de
índices analizados se advierte una evolución diferente de la región C5 (cabecera del
Segura), con anomalías estandarizadas negativas en la década de los 50 y 60 (Fig.
6.42).

458
Fig. 6.42. Evolución temporal anual de las anomalías estandarizadas de la longitud del
periodo de heladas (FP) (días/década) en las regiones climáticas definidas por cluster
(1950-2016). Cálculo respecto al periodo de referencia 1981-2010.

6.3.4. Relaciones entre los índices EAi y ET-SCI

Los índices de teleconexión (PT) que afectan al clima de la Península Ibérica tienen
relación con el número de heladas anuales (Rodríguez Fonseca et al., 2018). Si bien,
algunos índices apenas influyen en la variabilidad temporal, tal y como se ha analizado
en el capítulo. Los índices de correlación (R2) son muy bajos para el ESCAND index (-
0,10), EA/WR index (-0,02), Polar/Eurasia index (0,02) o el índice multidecadal AMO (-
0,06).

Fig. 6.43. Variabilidad temporal de las anomalías estandarizadas durante la época fría
(noviembre-abril) del índice EA y a) FD, b) TNm, c) TN10p y d) FP en la DHS. Línea de
media móvil con un promedio de 10 años (1950-2016).

459
La correlación con el EAi tiene una mayor influencia que países balcánicos (Montenegro)
donde recientemente se ha calculado una correlación de un R2 de 0,38 con el
incremento las temperaturas mínimas en invierno (con un nivel significativo del 0,05)
(Dragan et al., 2018). Sin embargo, el índice NAO (-0,30) obtiene una correlación
estadística débil, y especialmente, el EA index (-0,67), sí influye en la evolución temporal
de los índices ET-SCI en el conjunto de la DHS

El EAi es un indicador utilizado para el seguimiento de las subidas o bajadas latitudinales


del cinturón anticiclónico subtropical en correspondencia con los sectores de Europa
occidental (Península Ibérica). Se trata de un índice similar al NAOi, aunque su principal
diferencia radica en que su centro de acción bárica se sitúa hacia el sureste del océano
Atlántico. El patrón de EAi consiste en un dipolo bien definido en el campo de presión al
nivel del mar al sur de Islandia y al oeste del Reino Unido cerca de 52.5ºN, 22.5°W
(Barnston y Livezey, 1987; Murphy y Washington, 2001).

Se trata, por tanto, de un índice que ha sido demostrado muy influyente en las
temperaturas del aire en Europa Occidental (Moore et al., 2012). El EAi está
estrechamente conectada con la evolución de la Zona de Convergencia Intertropical
(ZCIT), siendo, por tanto, un excelente indicador para analizar los ascenso y descenso
latitudinales hacia la Península Ibérica. Durante los últimos años se ha demostrado que
la correlación del EAi con el noroeste de la Península Ibérica tiene mayor influencia que
el NAOi (Lorenzo et al., 2008).

Un índice EA positivo indica la presencia de anomalías positivas en la presión


atmosférica superficial (SLP) y en el geopotencial a 500 hPa (Z500) sobre el Atlántico
norte subtropical en época invernal. Aparece un centro de acción semipermanente
sesgada al oeste de Irlanda y Mar del Norte (tonos azules en la Fig. 6.44). Además, un
potente anticiclón se posiciona sobre el Atlántico, bien apoyado en las altas
subtropicales del norte de África, entre Argelia y Libia, que se extiende hacia el Mar
Egeo y el Mar Negro (tonos rojos en la Fig. 6.44). Por tanto, el rango de anticiclones
atlánticos subtropicales (entre ellos el de Azores) tiene mayor influencia durante los
últimos años en el sur de Europa, con afección en las regiones mediterráneas europeas.
Se traduce en una mayor intensidad e invasividad sobre la Península Ibérica, con pulsos
más frecuentes de masas de aire templadas sobre el sureste peninsular en invierno
(Ogi, et al., 2016).

Durante los últimos inviernos se produce la migración del Jet Stream hacia regiones más
septentrionales del Atlántico norte (200-300 hPa) (Comas-Bru et al., 2016). Por tanto,
los valores cada vez más positivos del EAi reflejan temperaturas superficiales superiores

460
a la media en el suroeste de Europa (Wallace y Gutzler, 1981). Podría estar relacionado
con la reducción de los días de helada en la Península Ibérica.

Los últimos inviernos en Europa han experimentado con relativa frecuencia patrones
positivos de EAi, con refuerzos anticiclónicos subtropicales sobre el centro-sur de
Europa. Por el contrario, un índice de EAi muy negativo trae inviernos muy fríos a la
Europa mediterránea, como ocurrió en febrero de 1956, o durante los últimos años, el
enero de 2005 o febrero de 2012.

El EAi registra un ascenso durante las últimas décadas, con un aumento de 0,2/década
(estadísticamente significativo) durante el trimestre invernal (DIC, ENE y FEB). El año
de ruptura según el test de homogeneización SNHT es en el año 1977, mismo año de
rotura de los días de helada en el área de estudio. Desde 1950, los años que registran
un mayor promedio de días de helada (FD) corresponden a los valores más negativos
del EAi (Fig. 6.43a). Tal es el caso de los años 1956 (-1,9), 2005 (-1,7), 1973 (-1,0), 1964
(-1,2), 1953 (-1,7), 1971 (-0,5) y 1954 (-1,7). Por el contrario, los años que han registrado
una menor cantidad de heladas en el área de estudio coinciden con fases positivas,
como los años 2002 (1,2), 1997 (0,9), 2014 (1,0) o 1977 (0,7).

Tabla 6.19. Coeficientes de correlación según Kendall entre los índices EAi y ET-SCI.
En negrita, significancia estadística al nivel de confianza del 99%.

Indices DHS C1 C2 C3 C4 C5
FD -0.70 -0.57 -0.69 -0.73 -0.71 -0.41
TNltm2 -0.64 -0.43 -0.53 -0.62 -0.68 -0.39
TNlt2 -0.71 -0.61 -0.75 -0.77 -0.67 -0.31
TNn 0.61 0.58 0.55 0.63 0.57 0.49
CSDI -0.57 -0.45 -0.58 -0.54 -0.48 -0.32
TNm 0.72 0.64 0.78 0.76 0.67 0.47
TN10p -0.70 -0.60 -0.71 -0.71 -0.66 -0.45
FFF 0,06 0,06 0,27 0,18 -0,04 0,00
LSF -0,16 -0,23 -0,25 -0,30 -0,05 -0,03
FP -0,57 -0,53 -0,55 -0,53 -0,34 -0,29

Existe una importante correlación (con significancia estadística según Kendall, a un nivel
de confianza del 0.95) entre el EAI y los índices ET-SCI en todas las regiones analizadas
de la DHS.

Las mayores correlaciones se dan en el C3 y el C2, las regiones centrales de la DHS,


con R2 de-0,68 y 0,66 respectivamente (Tabla 6.19). Las regiones C1 y C4, aunque con
valores algo menores (0,55 y 0,63), también registran correlaciones significativas. Por
su parte, la región C5 (cabecera la DHS) es el territorio con la menor correlación con el
EA index (0,41), con una dinámica diferente al resto de la DHS. Aun así, es con el PT

461
que obtiene la mayor correlación, ya que con la NAO index apenas obtiene resultados.
Corrobora, por tanto, que los sectores más occidentales de la DHS guardan una menor
correlación estadística con la influencia del EAi sobre los índices analizados.

Fig. 6.44. Patrón de la fase positiva del EAi de presión atmosférica en el geopotencial
de 500 hPa (Z500) y temperaturas en el geopotencial a 850 hPa (T850). Tonos cálidos
con anomalías positivas, y fríos anomalías negativas. Fuente: cdc.noaa.gov.

Los índices ET-SCI que mejor se adaptan en la correlación estadística con el EAi son el
FD (R2 de -0,70), TNlt2 (R2 de -0,71) y TN10p (R2 de -0,70). Se trata de una aportación
de gran relevancia para la previsión a largo plazo en la evolución temporal de las heladas
y de las temperaturas mínimas durante el invierno.

Las mayores correlaciones estadísticas (R2 de -0,75 a -0,78) se registran en el TNlt2 y


TNm en las regiones C2 y C3. Por tanto, las regiones centrales de la Demarcación
Hidrográfica del Segura muestran una estadística robusta en la relación de las
temperaturas mínimas en época invernal con la evolución del EAi. En algunos
observatorios del centro del área de estudio el R 2 alcanza 0,80 (Alquerías, Huerta
Espuña, o el Embalse de Puentes) (Fig. 6.45).

462
Fig. 6.45. Coeficientes de correlación según Kendall entre los índices ET-SCI y el EAi,
para cada observatorio meteorológico (1950-2016).

Conclusiones y discusión

Los índices analizados de temperaturas mínimas (ET-SCI) están experimentando,


especialmente en época fría, una tendencia temporal significativa hacia el
calentamiento. Todos los índices analizados registran aumentos de temperatura,
reducción de días fríos y de la duración de episodios fríos (CSDI) (Tabla 6.20). Eso sí,
durante las dos últimas décadas la tendencia temporal parece haberse detenido, con
una evolución más neutra durante los últimos años. Sólo a excepción de las
temperaturas medias de las mínimas (TNm) o el percentil 10 de las temperaturas

463
mínimas anuales (TN10p), que continúan con el mismo ritmo de tendencia significativa
al calentamiento (Tabla 6.20).

Fig. 6.46. Evolución anual de los días de helada (FD) en el conjunto de la DHS (1950-
2016).

Los índices que hacen referencia al total de jornadas anual con una temperatura inferior
a un determinado umbral de 0ºC, -2 y 2ºC (FD, TNltm2 y TNlt2) experimentan un
descenso estadísticamente significativo durante las últimas 7 décadas en la DHS (Fig.
6.46). La bajada general de heladas en el área de estudio está en consenso con otros
estudios realizados a lo largo de todo el planeta. Durante las últimas décadas se están
produciendo descensos de los días de helada en el continente asiático, concretamente
en China, donde se registran disminuciones significativas entre 0,6 y 1,0 día/década
(Dashkhuu et al., 2015; Wang et al., 2017). Durante los últimos años se han realizado
multitud de análisis, como en la meseta del Tibet (1960-2009), con una tasa de
disminución de heladas entre 3,3 y 14,6 días/década (Dong et al., 2012; Labaciren,
2014), o los registrados en Jordania, con descensos importante (Alhusban y
Makhamreh, 2013). Un fenómeno de calentamiento global en invierno donde la
peligrosidad de heladas está disminuyendo en la mayor parte del planeta. Ocurre lo
mismo en diferentes regiones, con descensos en las regiones Bálticas (Avotniece et al.,
2010), en Sudamérica con disminuciones de las noches frías (Vincent et al., 2005), o
con estudios de carácter regional (1940-2017) donde se determina una importante
reducción de los FD en Argentina (Fernández-Long et al., 2006, 2013).

464
Tabla 6.20. Resumen de las tendencias temporales de los índices analizados, según
dos periodos temporales (1950-2016) y (1997-2016). En negrita, con p value significativo
con un nivel de confianza del 95%.

1950-2016 1997-2016
FD (días) -1,6 0,4
TNltm2 (días) -0,7 0,5
TNlt2 (días) -3,0 -0,2
TNn (ºC) 0,4 -0,6
CSDI (días) -2,6 -1,7
DTR (ºC) 0,0 0,0
TNm (ºC) 0,2 0,2
TN10p (%) -1,8 -1,7
FFF (día) -0,3 -0,2
LSF (día) -2,7 -1,1
FP (días) -1,5 -0,4

La variación temporal de los índices ET-SCI es mayor en las regiones C2, C3 y C4, es
decir, en regiones ubicadas en zonas de medianías altitudinales y centrales de la DHS.
En la mayoría de índices la región C5 (cabecera occidental) registra una dinámica muy
diferente al del resto de la Demarcación, en general, registrando tendencias neutras en
la mayoría de índices analizados. Corrobora lo ocurrido en algunos sectores de Europa
y del resto del planeta, con aumento del número de heladas. En Centroeuropa, los
resultados confirman un aumento significativo en la duración del periodo de heladas
(FP) (hasta 10 días/década) en los sectores más occidentales. Los autores corroboran
una mayor afluencia de masas de aire continentales frías sobre el este de Ucrania y
Bielorrusia (Wypych et al., 2017).

En el periodo temporal más reciente (1997-2016) la mayoría de los índices experimentan


muy poca variación en el área de estudio, con un aumento ligero de los días fríos y
temperaturas ligeramente más bajas durante los últimos años. Ésta consideración la
aporta el reciente estudio planetario (1982-2012) llevado a cabo por Liu et al. (2018),
donde concluye que los días de helada aumentan en ciertos sectores de Europa,
mientras que, disminuyen en la mayor parte del planeta. Incluso, en Oceanía, se
producen aumentos del periodo del FP en 26 días/década en Australia (Crimp et al.,
2016; Zheng et al., 2015), o un aumento de los FD anuales en Nueva Zelanda (Sturman
y Quénol, 2013).

Es preciso considerar, que, desde el punto de vista mensual y estacional, los mayores
descensos se producen durante el invierno, concretamente en enero y febrero, meses,
que agrupan el mayor porcentaje a lo largo del año. Los valores se muestran muy
homogéneos en las regiones del C2, C3 y C4, siendo especialmente relevante el
descenso significativo en primavera y apenas significativo durante los meses otoñales.

465
Corrobora, por tanto, que los días de helada apenas experimentan cambios durante el
inicio del periodo de heladas en otoño (FFF), mientras que, las heladas del final del
periodo (LSF), en primavera, han mostrado descensos significativos durante las últimas
décadas, repercutiendo en la reducción de la longitud del periodo de heladas (FP).

Las medias de temperatura mínima (TNm), a diferencia de los índices extremos, han
experimentado un ascenso estable (0,2 a 0,3ºC/década) desde el periodo temporal
1965-1994 a la actualidad, registrando las regiones C2 y C3 los mayores ascensos
térmicos. De nuevo la región C5 no experimenta cambios significativos.

El incremento térmico en gran parte del área de estudio corrobora la tendencia al alza
de las temperaturas mínimas en Europa y en la Península Ibérica, especialmente en el
trimestre invernal, donde se registra el mayor incremento del año (Pokorná et al., 2018).
Además, los análisis de González‐Hidalgo et al. (2016) determinan un mayor aumento
de las temperaturas mínimas diarias en la Península entre 1970 y 1990, al igual que
ocurre en el área de estudio (Fig. 6.47). Del mismo modo, en un ámbito más regional,
se observan ascensos absolutos de 2-3ºC en las temperaturas mínimas en la ciudad de
Murcia y observatorios cercanos desde 1950 a la actualidad (Gil Guirado y Pérez
Morales, 2019).

Fig. 6.47. Evolución anual de la temperatura media anual invernal (TNm) en el conjunto
de la DHS (1950-2016).

En la región litoral/prelitoral (C1) el patrón es diferente al resto de la DHS, con un


ascenso más marcado y sostenido del TNm durante la primavera-verano (mitad más

466
cálida del año), mientras que apenas hay variación en la época invernal (especialmente
en los meses de noviembre y diciembre). Ocurre lo contrario en las regiones C3 y C4
(sector medio-alto del Segura y Mundo) donde los ascensos significativos se producen
en invierno. Por su parte, durante el verano se muestra una evolución temporal poco
relevante. Finalmente, en zona de cabecera (C5) no hay tendencias significativas, con
muy poca alteración de las temperaturas mínimas a lo largo del año.

La mayoría del planeta y el continente europeo registra ascensos en las temperaturas


mínimas durante las últimas décadas. Aunque son la minoría, en algunos ámbitos
geográficos muestran una disminución de las temperaturas mínimas, tal y como ocurre
en el sector de la cabecera de la DHS (C5). Existen ejemplos a lo largo del planeta,
como en Chile, donde Falvey y Garreud (2009) determinan un enfriamiento del sector
litoral, central y norte de Chile (-0,2ºC/década). Mientras que, en la cordillera de los
Andes chilenos ocurre lo contrario, con aumentos de 0,2ºC. Igual que ocurre en el
Altiplano de Bolivia-Perú, donde las temperaturas mínimas aumentan durante las
últimas décadas, posiblemente asociado a fases cada vez más recurrentes de El Niño.

Fig. 6.48. Evolución anual del percentil 10 de las temperaturas mínimas invernales
(Tn10p) en el conjunto de la DHS (1950-2016).

Los índices que registran extremos mínimos absolutos o umbrales de frío (TNn y TN10p)
están experimentando una significativa reducción durante las últimas décadas, con
mayor relevancia en la casi totalidad de la DHS (C1, C2, C3 y C4) (Fig. 6.48). Los
cambios son algo menores en la región de cabecera (C5). La tendencia temporal a

467
índices menos fríos se mantiene constante en gran parte del periodo, aunque durante
los últimos años las temperaturas mínimas absolutas se muestran sin grandes cambios.

En los sectores litorales/prelitorales y centrales de la Región de Murcia (C1 y C2) es


donde se producen los descensos más importantes en verano y primavera, mientras
que, no se aprecian variaciones relevantes en invierno. Vuelve a ocurrir lo contrario en
regiones más interiores (C3 y C4), donde se invierte la relación, con un mayor descenso
en invierno y otoño. Finalmente, la cabecera del río Segura (C5), a pesar de registrar
descensos ligeros de los valores mínimos extremos, vuelve registrar un patrón diferente
al resto de la DHS, con descenso no significativos algo más importantes en la época
cálida del año (verano y primavera).

Los índices referentes a persistencia y duración del frío (CSDI) siguen patrones muy
parecidos a los anteriores detallados. Durante las últimas décadas los episodios fríos
están disminuyendo, en frecuencia, duración e intensidad (Fig. 6.49). Lo hacen en toda
la DHS, pero especialmente en regiones interiores. Una conclusión muy interesante se
da en la región C5 de cabecera. A pesar de registrar tendencias temporales hacia
índices sin cambios o ligeramente más fríos (días de helada, temperaturas medias, o
incluso valores mínimos absolutos), existe una disminución significativa de los episodios
asociados a frío intenso y persistente durante varios días (CSDI). En regiones
mediterráneas europeas, como la región central del Adriático, los extremos relacionados
con las rachas frías (CSDI), noches frías (TN10p) o días de helada (FD) también
muestran reducciones significativas (Scorzini et al., 2018).

Fig. 6.49. Evolución anual de las rachas frías (CSDI) en el conjunto de la DHS (1950-
2016).

468
Los índices globales de teleconexión (PT) que afectan al clima de la Península Ibérica
(Rodríguez Fonseca et al., 2018) tienen relación con la evolución espacio-temporal del
número de heladas anuales e indicadores fríos. La principal causa de la reducción de
los FD en la DHS parece recaer en la influencia y variación global del índice de
teleconexión East Atlantic (EA), el cual parece intervenir de forma notable con mayor
significancia en el mayor territorio del área de estudio, y con una menor influencia en el
C5 (cabecera montañosa occidental). Según Ríos Cornejo et al. (2015), el EAi es el
índice de teleconexión que mayor influencia tiene en las temperaturas del sureste
peninsular (76,7%), seguido muy de lejos del WeMO con 10,7%, o la NAO con 8,3%.

Tabla 6.21. Inviernos meteorológicos (DIC, ENE y FEB) con las temperaturas medias
de las mínimas (TNm) más frías y más templadas en el conjunto de la DHS (1950-2016),
y valor del índice EA.

Invierno TNm (ºC) EAi Mes/Año TNm (ºC) EAi


1956/1957 1,5 -1,0 1989/1990 5.5 1.1
1970/1971 1,5 -0,7 1965/1966 5.5 0.7
1964/1965 1,7 -2,4 1978/1979 5.4 0.6
1972/1973 1,8 -0,4 1976/1977 5.3 0.3
1980/1981 1,8 -1.6 1995/1996 5.2 -0.4
1955/1956 1,9 -1.5 2015/2016 5.2 2.0
1952/1953 1,9 -1.8 1996/1997 4.9 -0.1
1951/1952 2,0 -1.3 1997/1998 4.9 0.2
1982/1983 2,0 -0.6 2000/2001 4.9 0.9
2004/2005 2,0 -1.6 1977/1978 4.9 0.2

Fernández Montes y Rodrigo (2012) concluyen que los cambios en los días de helada
durante el invierno en observatorios de la Península Ibérica están vinculados al índice
EA, lo que indica, que la disminución de la frecuencia de noches frías está vinculada a
fases más positivas de la EA. Según Mikhailova y Yurovsky (2016), durante la fase
positiva del EA index, se registran anomalías térmicas positivas entre 0,5 y 3,5ºC en el
suroeste de Europa durante la época invernal, con una correlación estadística de 0,60
(similar a la presente investigación). Las tablas 6.21 y 6.22 muestran los trimestres
invernales con las temperaturas medias de las mínimas más elevadas y bajas de la serie
temporal analizada (1950-2016). Se corresponde, por lo general, con fases positivas y
negativas del EAi respectivamente.

La tendencia temporal constante hacia una fase cada vez más positiva del EAi implica
un fortalecimiento del anticiclón de Groenlandia, la consolidación de un pasillo de
borrascas invernales (intensas) entre 50-60ºN, y una anomalía positiva de la presión
atmosférica superficial entre 0,5 y 2 hPa en la Península Ibérica. Se produce, por tanto,
el predominio de una circulación zonal meridional, con vientos del oeste que aumentan

469
su intensidad entre 6 y 8 m/s al sur de 45ºN. El aumento ciclónico (más inestabilidad),
pero con masas de aire menos frías durante dicha fase, son clave para una disminución
de los días de helada en la Península Ibérica durante la época fría del año.

Los PT, y, por tanto, las anomalías geopotenciales en niveles altos atmosféricos, son la
principal razón en las anomalías termopluviométricas en superficie. Yu et al. (2014),
concluyen que la anomalía en el geopotencial Z200 sobre América del Norte, inducida
por un tren de ondas de Rossby, influye con fuerza en la depresión sobre América del
Norte y en la evolución de las temperaturas. Erlat, y Türkeş (2016), además, determinan
para Turquía un aumento del periodo libre de heladas (FFP) para la gran mayoría del
país (0,7 días/década), donde se correlaciona significativamente (nivel de confianza de
0.01) con los índices NAOi y AOi.

Tabla 6.22. Inviernos meteorológicos (DIC, ENE y FEB) con el mayor y menor número
de días de helada (FD) en el conjunto de la DHS (1950-2016), y valor del índice EA en
el mismo periodo.

Mes/Año FD EAi Mes/Año FD (DHS) EAi


(DHS)
1970/1971 27,9 -0.5 2015/2016 7.5 2.0
1955/1956 27,6 -1.5 1978/1979 7.5 0.6
1956/1957 27,5 -0.4 1987/1988 7.4 0.4
1964/1965 27,4 -1.8 2000/2001 7.0 0.9
1951/1952 26,1 -2.4 1995/1996 6.3 -0.4
1980/1981 25,6 -1.3 1996/1997 5.3 -0.2
1950/1951 24,7 -1.6 1989/1990 5.1 1.1
1982/1983 24,1 -1.4 1997/1998 5.0 1.1
1972/1973 23,6 -0.6 1976/1977 3.6 0.3
1953/1954 23,4 0.1 1965/1966 2.5 0.7

Finalmente, un reciente estudio de 15 estaciones meteorológicas en Serbia (1961-2010)


demuestra que la última helada de primavera ocurre cada vez con mayor antelación (0.5
y 2.7 días/década), concluyendo una alta correlación con el EAi en primavera y otoño, y
para la Oscilación del Atlántico Este/Oeste de Rusia en otoño (Malinovic-Milicevic et al.,
2018). Además, el valor de Tn10p probablemente disminuye debido a la tendencia a
fases más positivas de la EAi (Unkašević y Tošić, 2013).

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477
CAPÍTULO 7

PROPUESTA CARTOGRÁFICA DE ALTA RESOLUCIÓN DEL


RIESGO DE HELADA EN LA DHS: PELIGROSIDAD,
VULNERABILIDAD Y EXPOSICIÓN AGRÍCOLA
7.1. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS

Las temperaturas mínimas extremas y las heladas asociadas han sido secularmente un
riesgo natural para la sociedad, especialmente en las actividades socio-económicas.
Aunque los riesgos de inundaciones han recibido un tratamiento científico más
exhaustivo, otros peligros de origen meteorológico (sequías, viento, granizos, o las
heladas) se contemplan también en la normativa sectorial correspondiente, en la Ley
del Seguro Agrario Combinado de 1978 (Olcina Cantos, 2009).

En las últimas décadas, el número de desastres naturales con impactos económicos


importantes se ha incrementado drásticamente, triplicando las pérdidas en 2 billones de
dólares respecto a las décadas anteriores a nivel mundial. Respecto al riesgo de frío
extremo y bajas temperaturas también parece estar aumentando durante los últimos
años, a pesar de la reducción de la peligrosidad (Garatwa y Bollin, 2002). Además, los
efectos del frío en España en la mortalidad son similares a los del calor, con una
mortalidad diaria atribuible al frío durante las olas de frío de 3,48 muertes/día. En
España, serían muy necesarios la creación de Planes de Prevención frente al frío para
cada nivel regional, ya que permitirían reducir la mortalidad atribuible a las bajas
temperaturas, y reducir los costes socio-económicos (Carmona et al., 2016).

El calentamiento global, con temperaturas medias más elevadas en primavera y una


mayor variabilidad climática, ha alterado los estados fenológicos de los cultivos,
generando un mayor riesgo de daños por heladas, especialmente en primavera
(Hänninen, 1991,1995; Kramer et al., 1996, 2000). Estos cambios también han sido
observados recientemente en el suroeste de Australia, región del Trentino (Italia), Illinois
(EE. UU) o el noreste de Inglaterra (Rigby y Porporato, 2008; Eccel et al., 2009; Crimp
et al., 2015).

En efecto, la agricultura, se encuentra muy sometida a la evolución de la meteorología


anual, con una constante exposición a temperaturas inferiores a 0ºC durante la época
fría en el hemisferio norte (octubre a mayo). El daño por heladas, constituye uno de los
principales peligros climáticos a escala planetaria para los cultivos (Synder y De Melo-
Abreu, 2005). De ahí, el interés en las últimas décadas por cartografía las heladas desde
el punto de vista territorial.

La helada tiene lugar cuando la temperatura del aire es igual o inferior a 0º a una altura
de 1,5 m sobre el suelo y dentro de un abrigo meteorológico homologado. Un estudio
realizado por Chemung (1995) mostró que las heladas se forman cuando la temperatura

479
de la superficie cae por debajo de los 0ºC y el vapor de agua en la atmósfera se
condensa y se congela. Cada planta tiene un umbral, más allá del cual es dañado por
la disminución de las temperaturas.

Las heladas tardo-invernales durante la primavera pueden dañar los brotes de los
cultivos y provocar daños en la fruta en la cosecha (Molitor et al., 2014; Schultze et al.,
2014). De particular preocupación para los productores son las heladas que ocurren
durante o después del brote que son sensibles a la temperatura de congelación.

La susceptibilidad al daño por heladas aumenta a medida que los brotes continúan
desarrollándose, lo que aumenta la vulnerabilidad (Trought et al., 1999). En climas
templados o altamente continentales, el daño por heladas durante esta etapa crítica
puede ser persistente a pesar de tener suficiente acumulación de calor durante el día
(Hall y Jones, 2010; Yau et al., 2014). Desde una perspectiva económica, el daño por
heladas reduce el rendimiento promedio hasta en un 39% (Molitor y Junk, 2011). Por lo
tanto, es importante ubicar nuevos cultivos en sitios donde la probabilidad de heladas
primaverales sea baja para evitar la pérdida de cultivos en el futuro (Trought et al., 1999).

En los últimos años se ha avanzado considerablemente en el estudio del impacto de las


heladas en los cultivos a nivel mundial. Los análisis de umbrales térmicos en diferentes
tipos de cultivos se han desarrollado durante las últimas décadas, destacando
especialmente el elaborado por Snyder y Melo-Abreu (2010), o el de Chaar (2013) en
cultivos de frutales.

A principios de la década de los 90 se realiza cartografía del riesgo de helada entre


Sidney y Melbourne (Australia), con la utilización de datos observacionales en superficie
(Laughlin y Kalma, 1990). En territorios susceptibles a las heladas, como la región de
Otago (Nueva Zelanda), es necesario conocer detalladamente la frecuencia y el
momento de las heladas para minimizar el riesgo de daños por heladas. En ese sentido
se utilizan datos del Advanced Very High Resolution Radiometer (AVHRR) de la NOAA,
combinado con datos observacionales de temperatura para generar cartografía de 1 km
de resolución espacial sobre la longitud del periodo de heladas (Tait y Zheng, 2003).

En Tasmania (Australia) se utilizan valores de temperatura de 636 sitios de registro a


corto plazo y 57 estaciones climáticas de la Oficina Australiana de Meteorología, con la
finalidad de elaborar cartografía de riesgo de heladas (Webb et al., 2017).

Del mismo modo se utilizan datos del NOAA AVHRR para elaborar cartografía en la
Pampa argentina (Kerdiles et al., 1996). Además, la utilización de imágenes satelitales
para la elaboración de cartografía ha sido ampliamente utilizada en últimos años,

480
destacando los trabajos efectuados en Aberdare (Kenya), con un riguroso y completo
análisis de la peligrosidad de heladas (Kotikot y Onywere, 2015).

En Sudamérica han sido mucho los análisis cartográficos y la utilización de índices


agroclimáticos de peligrosidad de heladas (IPH), como es el caso de Argentina
(Monterubbianesi y Cendoya, 2001), en sus áreas montañosas (Pascale et al., 1997;
Pascale et al., 2006), o en la región del Charco (Jiménez y Snaider, 2014). Los trabajos
en Argentina son muy prolíficos en los últimos años, donde destaca el trabajo de
Fernández-Long et al. (2016), con un análisis exhaustivo sobre el periodo de heladas
en un total de 124 estaciones meteorológicas. Además, se analiza también el riesgo de
helada en el Altiplano boliviano, con un análisis de la evolución temporal del periodo de
heladas (Le Tacón et al., 1992).

En Europa, y concretamente en países mediterráneos (región de Emilia-Romagna,


Italia), donde la agricultura tiene una importante componente económica, se realizan
análisis exhaustivos de los días de helada y elaboración de cartografía espacial (Zinoni
et al., 2002).

Finalmente, en la Península Ibérica destacan los trabajos efectuados en daños por


heladas en diferentes tipos de cultivos. Destacan el del almendro en Aragón (Korad, et
al., 2005) o análisis del riesgo agroclimático de heladas en la provincia de Lugo, con un
análisis estadístico pormenorizado de las características de las heladas (Vilatte y
Nogueiras, 2008). En época reciente, se desarrolla un geoportal para el inventario y la
evaluación de daños por heladas en los cítricos de la Región de Murcia (Erena et al.,
2017), así como un análisis del riesgo de helada para la Región de Murcia (Pérez
Morales, 2016).

El objetivo principal del capítulo es elaborar una cartografía del riesgo de helada de alta
resolución. Para ello, es imprescindible un buen análisis de la peligrosidad,
vulnerabilidad y exposición, elementos básicos en la cuantificación del riesgo. La
principal novedad en el análisis de la peligrosidad viene en la caracterización temporal
del periodo de heladas (inicio y final del mismo) en diferentes observatorios
meteorológicos de la DHS, así como la utilización de termografías (imágenes satelitales)
utilizadas en el Capítulo 3. Se realizan, finalmente, mapas de peligrosidad,
vulnerabilidad, exposición y riesgo para diferentes meses (noviembre a abril).

481
7.2. MATERIAL Y MÉTODOS

7.2.1. Datos

7.2.1.1. Usos de suelo para el análisis del tipo (TC) y fenología (FC) del cultivo
El análisis de usos del suelo para el posterior análisis de la vulnerabilidad de cultivos
(tipo y fenología) se lleva a cabo mediante la información proporcionada por la Sede
Electrónica del Catastro (https://www.sedecatastro.gob.es/).

Se utilizan dos fuentes de información municipal: código de cultivo (CC), o


aprovechamiento de capa subparcela de cultivo, y las subparcelas de cultivo. En total,
son analizados 129 municipios que albergan término municipal en la Demarcación
Hidrográfica del Segura. En total, son analizadas 1.418.620 parcelas con información
del CC.

La cartografía del Catastro procede de un vuelo fotogramétrico efectuado a escala


1/20.000 ó 1/15.000 (para zonas muy parceladas). Se obtienen ortofotos a escala
1/5.000 o 1/2.000 respectivamente, a partir de las cuales se realiza el retintado del
parcelario catastral y la digitalización de las líneas (Catastro).

En el análisis del capítulo se utiliza la información procedente de los usos de suelo del
Catastro, en detrimento de otras coberturas como las del SIOSE, Corine Land Corver
(CLC) o SigPac por los siguientes motivos:

 Facilidad en la descarga de datos abiertos. SigPac presenta problemas para la


Comunidad Valenciana (no fue posible su descarga).
 Actualización del parcelario a 24/01/2020.
 Resolución espacial a una mayor escala (mayor detalle), en detrimento de otras
coberturas como SIOSE (1/50.000).
 Única cobertura con información de tipo de cultivo por parcela (código de cultivo),
a diferencia del resto de productos donde se realizan agrupaciones de cultivos
generales.

7.2.1.2. Pendiente (P)

El análisis de las pendientes orográficas es obtenido del modelo digital de elevaciones


(MDE) con paso de malla de 25 metros (resolución espacial). Es obtenido del Centro
Nacional del Instituto Geográfico Nacional (CNIG). El MDE se ha obtenido por
interpolación de modelos digitales del terreno de 5 m de paso de malla procedente de
la interpolación a partir de la clase terreno de vuelos LIDAR del PNOA y obtenidas por

482
estereocorrelación automática de vuelos fotogramétricos del Plan Nacional de
Ortofotografía Aérea (PNOA)

7.2.1.3. Valor económico del cultivo (VC)

La estadística de Índices y Precios percibidos agrarios por el agricultor mide la evolución


nacional, mensual y anual, de los índices y precios que percibe el agricultor por la venta
de los productos agrarios que genera (cereales, leguminosas, patatas, cultivos
industriales y forrajeros, cítricos, frutas no cítricas, frutas frescas y secas, hortalizas,
vino y mosto, aceite, semillas, flores y plantas ornamentales). La información bruta ha
sido descargada de la web del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con la
consulta de informes desde enero de 2005 a 2020.

7.2.1.4. Índices climáticos asociados a temperaturas mínimas

 Las temperaturas medias de las mínimas (ºC) han sido obtenidas de los datos
diarios de temperatura mínima absoluta de la red meteorológica utilizada en la
Tesis Doctoral (AEMET, SIAM IMIDA, SAIH Segura, y red propia de datalogger),
que ya ha sido ampliamente descrita en capítulos anteriores.
 Temperaturas mínimas absolutas (ºC) registrada en cada una de las series
meteorológicas analizadas.
 Nº de días de helada (FD) registradas por mes y año en cada una de las series
meteorológicas analizadas.
 El Índice de Concentración de Heladas (ICH) detallado en el Capítulo 4.
 Nº de horas de helada (FH) de las series meteorológicas analizadas que
proporcionan datos horarios.
 Probabilidad de alcanzar o descender de -5ºC (FP5) en cada mes o año. Realiza
para cada una de las series meteorológicas analizadas de la base de datos
térmica de la Tesis Doctoral.

7.2.1.5. Termografías

Se utiliza el producto final (VIIRS LST y MODIS LST) de las termografías obtenidas en
el Capítulo 4, donde se desarrollan ampliamente. Tras la validación y comprobación
como una excelente herramienta para la cartografía de la distribución de temperaturas
mínimas durante madrugadas de ITN, se utiliza como herramienta clave para la
realización de una cartografía de peligrosidad de helada más completa.

483
7.2.2. Métodos
El término riesgo viene definido como producto de un peligro y sus consecuencias.
Donde no hay personas o valores que puedan verse afectados por un fenómeno natural
no hay riesgo (Kron, 2005). Es decir, aparece el riesgo en la interacción potencial entre
sociedad y eventos naturales extremos (Montz et al., 2017).

Para la realización y análisis de la cartografía se propone un Índice del Riesgo de Helada


(IRE) representada en la ecuación 7.1:

IRE = IPE + IVE + IEE (7.1)

donde: IPE (índice de peligrosidad de helada), IVE (índice de vulnerabilidad de helada),


e IEE (índice de exposición de helada). Se desarrollan a continuación:

Se utilizan 14 niveles de reclasificación para las diferentes variables utilizadas en la


generación de cartografía, desde valores excepcionalmente altos (1) a nulos (14) (Tabla
7.1).

Tabla 7.1. Niveles de reclasificación utilizados para la vulnerabilidad (V), exposición (E)
y peligrosidad (P) de heladas.

Umbrales de reclasificación (Peligrosidad, Vulnerabilidad y Exposición) Valor


Excepcionalmente alta 1
Extraordinariamente alta 2
Muy alta 3
Moderadamente alta 4
Ligeramente alta 5
Alta 6
Media – Alta 7
Media – Baja 8
Baja 9
Ligeramente baja 10
Moderadamente baja 11
Muy baja 12
Extremadamente baja 13
Nula 14

1.2.2.1. IPE (Índice de Peligrosidad de Helada)

La peligrosidad es la probabilidad estadística de ocurrencia de un fenómeno natural


potencialmente dañino. Bien sea dentro de un período específico de tiempo como en un
área determinada. Cada peligro plantea un nivel de riesgo que varía espacial y
temporalmente (Wilhite, 2000). Se propone el Índice de Peligrosidad de Helada (IPE),
en base a una ponderación sobre base 100 (7.2), otorgándole el siguiente peso:

484
TNn (10) + TNm (10) + FD (15) + FH (15) + FP5 (20) Termo (30)
IPE: (7.2)
6

donde: TNn es la temperatura mínima absoluta, TNm la temperatura media de las


mínimas, FD días de helada, FH horas de helada, FP5 probabilidad de registrar una
temperatura mínima de -5,0ºC, y Termo el producto final de los productos satelitales
MODIS y VIIRS LST.

La cartografía de los variables (TNn, TNm, FD, FH y FP5), salvo el producto final de
termografía, ya realizado en el Capítulo 4, es llevado a cabo mediante un proceso de
interpolación (7.3). Se realiza mediante el método de kriging ordinario (25 m de pixel),
con un modelo de semivariograma esférico. Se agrega un segundo factor
complementario con el gradiente altitudinal:

XDet = Xmensual + (R (ZDet – Zestación) (7.3)

donde: XDet es la variable determinada, Xmensual es el valor a analizar de la estación


meteorológica, R es el gradiente térmico del total de estaciones analizadas respecto a
su altitud, ZDet es la altitud homogénea elegida para todas las estaciones
meteorológicas, y Zestación la altitud de cada estación (7.4).

Txy = XDet + (R (ZDEM(x,y) – ZDet) (7.4)


donde: ZDEM(x,y) es la altitud para cada pixel del modelo digital de elevaciones (DEM)

Las variables elegidas son reducidas a 0 metros de altitud (3), mediante la ecuación
resultante de la regresión lineal para cada mes (temperatura vs. altitud). En el software
ArcGis se utiliza un DEM de una resolución espacial de 25 m de pixel.

Las horas de helada que muestran la duración de las temperaturas bajo cero son de
vital importancia para el cálculo del IPE. La intensidad, pero especialmente la duración,
son los factores que más inciden en los daños por helada. Por ejemplo, un estudio
realizado por Urbina Vallejo (2007) para la variedad “Delicious” de manzana estima
daños con una helada de -4,0ºC según el estado fenológico de la floración. Concluye
daños del 3% con 0,5 horas a ese umbral térmico, del 47% con 2 horas, o del 70% con
4 horas de duración.

485
Se utiliza la termografía general obtenida en el capítulo 4, productos VIIRS/MODIS LST,
con el fin de enfatizar, y localizar la distribución espacial de las piscinas de aire frío
(CAP), las zonas de transición, y las áreas sin inversión térmica (WAM) del área de
estudio. La utilización de este producto se considera especialmente relevante, pues
supone la distribución térmica del 80% de las madrugadas al año (Fig. 7.1). Se trata una
herramienta básica para mapear el riesgo de helada. Para el cálculo y elaboración de
índices de riesgo de helada se han incorporado durante los últimos años imágenes
satelitales en algunas investigaciones, como Nilahue (Chile) por Santibáñez (2013).

1.2.2.2. IVE (Índice de Vulnerabilidad de Helada)

Westgate y O'Keefe (1976) son los primeros en implantar el concepto de vulnerabilidad


al definir un desastre como la interacción entre fenómenos o naturales extremos y una
sociedad vulnerable. Los riesgos naturales tienen la característica de representar un
peligro para las diferentes entidades sociales, y es el resultado de los sistemas humanos
y sus vulnerabilidades asociadas hacia ellos (Alcántara-Ayala, 2002).

Se propone el Índice de Vulnerabilidad de Heladas (IVE) en base a una ponderación


sobre base 100 (7.5), otorgándole el siguiente peso:

TC (30) + FC (45) + P (25)


IVE: (7.5)
3

donde TC es el tipo de cultivo, FC la fenología del cultivo y P es la pendiente.

Desde el punto de vista de la vulnerabilidad, se analizan tres aspectos importantes:

 El tipo de cultivo (TC). La Tabla 7.2 muestra los valores aplicados en la


reclasificación, según la vulnerabilidad general antes las bajas temperaturas.
Cada tipología de cultivo posee una vulnerabilidad según las características
vegetativas. Los valores, por ejemplo, difieren de forma importante entre los
arrozales o los invernaderos de hortalizas y los cultivos de agrios (mucho más
vulnerables). Es preciso añadir, que el tipo de cultivo C (labor de secano), hace
referencia al cultivo del cereal extensivo (cereales para grano), donde destacan
la cebada, avena, trigo, y cultivos forrajeros (alfalfa y maíz forrajero). Por su
parte, el tipo CR (labor de regadío) hace referencia a cultivos hortícolas que no
pertenecen a huertas tradicionales. Son los nuevos regadíos implantados
principalmente en el Campo de Cartagena, Vega Baja del Segura (Alicante),

486
Depresión del Guadalentín, o zona norte de la DHS. Predominan los cultivos de
lechuga, coliflor, brócoli, alcachofa, melón, sandía, tomate y patata.

Fig. 7.1. Ejemplo de reclasificación para el producto final de las termografías


(MODIS/VIIRS LST).

 La fenología del cultivo (FC), es decir, el estado del ciclo vegetativo (aparición,
transformación o desaparición rápida de los órganos vegetales) es muy
influyente en la afección de heladas para los meses que componen el periodo
frío (PF) (Tabla 7.2). Marzo y abril suelen presentar estados fenológicos más
vulnerables, donde la aparición de brotes y pequeños frutitos, unido a la
aparición ocasional de días helada, aumenta considerablemente la sensibilidad
ante bajas temperaturas.
 La pendiente orográfica (P), es un factor de localización clave. Los sectores
orográficamente deprimidos acumulan aire más frío durante la mayor parte de

487
las madrugadas del año (80%). A igual tipo de cultivo, experimentarán una mayor
vulnerabilidad los que se asienten en sector de fondo de valle. Por tanto, a mayor
pendiente orográfica, menor vulnerabilidad. El factor P es utilizado por Simbaña
Chorlango (2014), en la elaboración de cartografía de riesgo de helada para
Pichincha (Ecuador).

Tabla 7.2. Reclasificación de tipos de cultivo (según estado fenológico) y exposición de


los meses de noviembre a abril.

Código Cultivo N D E F M A Exposición


A Arrozales regadío 13 13 13 13 13 13 12
AM Almendro secano 13 13 7 2 3 2 2
AR Almendro regadío 13 13 8 3 4 3 2
C Labor de secano 6 4 4 5 3 2 13
CB Cereal riego 5 3 3 4 2 1 13
CQ Cereal secano 6 4 4 5 3 2 13
CR Labor de regadío 4 3 1 1 1 1 6
F Frutales secano 9 10 4 2 1 1 7
FR Frutales regadío 10 11 5 3 2 1 7
G Algarrobo secano 9 7 5 4 3 1 9
GR Algarrobos regadío 8 5 4 3 2 1 9
HB Huerta regadío 4 3 1 1 1 1 6
IF Invernaderos flores 13 8 6 6 8 12 1
IH Invernaderos hortalizas 13 10 8 8 10 13 6
NR Agrios regadío 7 7 5 4 3 2 10
O Olivos secano 13 13 13 8 3 1 11
OR Olivos regadío 13 13 13 9 4 1 11
R Higueras secano 13 13 13 11 2 1 4
RR Higueras regadío 13 13 13 12 3 2 4
V Viña secano 10 9 9 9 4 2 9
VR Viñedos regadío 10 10 10 10 5 3 9
VB Parral riego elevada 10 10 10 10 5 3 6
VP Parrales regadío 10 10 10 10 5 3 6

La reclasificación de la vulnerabilidad según tipo y fenología del cultivo está basada en


temperaturas umbrales ante temperaturas negativas. Se realiza para los diferentes
grupos de cultivos y para los meses de noviembre a abril. Se fundamenta en datos
aportados por diferentes estudios realizados por Vilatte y Nogueiras (2008); Snyder y
Melo-Abreu (2010), Agustí (2010), Matías-Ramírez, et al. (2012) y Chaar (2013).

1.2.2.3 IEE (Índice de Exposición de Helada)

La exposición abarca todos los elementos, procesos y temas que podrían verse
afectados por un evento peligroso. En consecuencia, la exposición es la presencia de
activos sociales, económicos, ambientales o culturales en áreas que pueden verse
afectadas por un peligro natural o antrópico (Birkmann, 2013).

488
El índice de exposición de helada se calcula en base a la valoración económica de la
tipología de cultivo (VE). La reclasificación está basada igualmente en 14 niveles. Así
pues, los más elevados (13-14) hacen referencia a valores económicos más bajos
(extremadamente baja o nula), mientras que los índices de reclasificación más bajos (1-
2) coinciden con la exposición más elevada (excepcionalmente alta y
extraordinariamente alta), y el valor económico más elevado de los cultivos (Tabla 7.2).

La cartografía final del riesgo de helada se genera mediante el promedio estadístico de


los mapas de peligrosidad, vulnerabilidad y exposición de helada (Fig. 7.2). Es preciso
considerar que sólo aparecen valores en la cartografía de vulnerabilidad, exposición y
la final de riesgo en aquellos píxeles donde aparece cobertura agrícola, y por tanto,
existe vulnerabilidad, exposición y riesgo de helada.

Cartografía final del


riesgo de helada
(IRE)

Peligrosidad de Vulnerabilidad
helada (IPE) Exposición (IEE)
(IVE)

Temperatura Tipo de
media de las cultivo (TC) Valoración
mínimas (TNm) económica del
cultivo (VE)
Fenología del
Temperatura cultivo (FC)
mínima absoluta
(TNn)
Pendiente (P)
Probabilidad
helada >-5ºC
(FP5)

Días de
helada (FD)

Nº Horas de
helada (FH)

Termografía
(TERMO)

Fig. 7.2. Diagrama resumen para la obtención de la cartografía final del riesgo de
helada.

489
7.3. RESULTADOS

7.3.1. Análisis de la peligrosidad de heladas


La peligrosidad de heladas se ha reducido drásticamente durante las últimas décadas
en la DHS (Tabla 7.3). Tras una década de los 50 especialmente fría, los índices fríos
tienden a ser cada vez más suaves a partir de la década de los 60. Aumenta la
temperatura media de las mínimas (TNm) en época invernal, se reducen los valores
mínimos absolutos por año, al mismo tiempo, que, se reducen los días de helada y
aquellas jornadas con temperaturas igual o inferior a -2ºC.

Las proyecciones futuras para el periodo 2071-2011 (De Castro et al., 2005) concluían
hace varios años un aumento de 3-4ºC en el sureste peninsular durante la época
invernal. Más recientemente, los resultados de Gómez-Navarro et al. (2010), modelizan
un ascenso de las temperaturas mínimas durante el invierno de 1-2ºC para el mismo
periodo temporal. Los resultados están en consonancia con los obtenidos por Hartmann,
et al., (2013), con incrementos de las temperaturas en los días más fríos de invierno
entre 2-3ºC (escenarios más suaves RCP 2.6 y 4.5).

Tabla 7.3. Promedio estadístico diferentes índices climáticos por década para el
conjunto de 22 observatorios meteorológicos de la DHS (1950-2016).

TNm TNn FD FD -2 FFF LSF FFP FP


Década
(ºC) (ºC) (días) (días) (día) (día) (días) (días)
50 2,6 -5,4 26,0 12,8 16 dic 8 mar 284.6 80.4
60 3,2 -4,5 18,6 8,2 4 dic 1 mar 282.2 82.8
70 3,5 -4,0 20,8 8,7 4 dic 10 mar 277.6 87.4
80 3,4 -4,3 18,5 8,8 10 dic 5 mar 288.0 77.0
90 3,8 -3,0 15,1 6,6 8 dic 27 feb 296.4 68.6
00 3,7 -3,6 17,0 8,7 8 dic 26 feb 295.3 69.7
10 3,9 -3,3 15,4 7,0 11 dic 3 mar 298.8 66.2

Un aspecto transcendental para el análisis de heladas es la caracterización del periodo


de heladas (FP) anual y sus características. Aunque ya se ha analizado, desde el punto
de vista temporal, en el Capítulo 5, a continuación, se detallan factores claves para el
análisis de la peligrosidad de helada en el área de estudio. A nivel general, se produce
una importante reducción de la longitud del periodo, con un cambio temporal de
promedios de más de 80 días en la década de los 50, 60 y 70, a no superar los 70 días
durante las últimas 3 décadas (90, 00 y 10). La reducción de la peligrosidad de heladas
también se visualiza en el cambio de los extremos del periodo, especialmente con el
adelanto del fin del periodo (última helada).

Los eventos de helada en primavera y otoño tienen una clara repercusión en el ciclo
vegetativo de las plantas. Cuando los umbrales térmicos son rebajados, los daños en el

490
sistema vegetativo (daño en flores, frutos…) puede arruinar la cosecha (Chmielewski y
Rötzer, 2000; Menzel, 2000). Así pues, los cambios temporales del periodo de heladas,
así como el inicio y fin del mismo, determinan en buena medida la salud del ciclo
vegetativo anual (Graczyk y Kundzewicz, 2016; Wypych et al., 2017).

Fig. 7.3. Evolución temporal de la aparición de la primera helada (FFF) para el conjunto
de 22 observatorios meteorológicos de la DHS (1950-2016).

Las primeras heladas del periodo (FP) no son especialmente relevantes en el área de
estudio, pues la gran mayoría de cultivos presentan estados fenológicos poco
vulnerables a las bajas temperaturas. Más temidas son las últimas heladas primaverales
(LSF), ya que actúan en periodos vegetativos especialmente vulnerables (floración
avanzada, y primeros estadios de los frutos). Las heladas, durante los meses de marzo
y abril todavía son frecuentes en sectores occidentales y elevados de la DHS, y en zonas
de valle de media altitud. Pueden llegar a aparecer durante jornadas aisladas en zonas
de medianías y prelitorales.

La primera helada (FFF) apenas ha experimentado cambios significativos desde 1950


a la actualidad. Si se advierte un adelanto temporal entre finales de la década de los 60
y 70, con valores que se mantienen desde inicios de los 90 a la actualidad (Fig. 7.3). Sin
embargo, la última helada del periodo (LSF) si experimenta un mayor cambio durante
las últimas décadas. Se aprecia un claro adelanto temporal especialmente desde la
década de los 80, siendo relevante a principio de la década de los 2000 (Fig. 7.4). Todo
ello, determina un acortamiento de la duración del periodo de helada, con un descenso
muy notable entre mediados de la década de los 70 y mediados de los 2000 (Fig. 7.5).

491
Sin duda, un resultado trascendente en la disminución de la peligrosidad de helada en
el área de estudio. Las heladas se reducen a lo largo del año, y, además, las heladas
tardo-invernales y de primavera aparecen antes.

Fig. 7.4. Evolución temporal la última helada (LSF) para el conjunto de 22 observatorios
meteorológicos de la DHS (1950-2016).

El periodo de heladas (FP) en los observatorios analizados es tremendamente variable


(Tabla 7.4). En ámbitos geográficos litorales (Pozo Estrecho, Cartagena), o zonas de
medianías orográficamente accidentadas, sin procesos de ITN (Embalse de la Cierva,
Mula), la longitud del periodo de heladas se sitúa entre 2,6 y 8,7 días, especialmente en
el ámbito temporal más frío del año (finales de enero y principios de febrero). Sin
embargo, zonas de interior, orográficamente deprimidas, y con altitudes superiores a
600 m (Pontones, Jaén; Pinoso, Alicante; Valdeinfierno, Murcia el periodo de heladas
se alarga entre 85 y 205 días al año). El observatorio de Pontones (Jaén) registra un
periodo de heladas considerablemente largo, desde el 15 de octubre al 8 de mayo, lo
que supone más de la mitad del año.

492
Fig. 7.5. Evolución temporal de la longitud del periodo de heladas (FP) para el conjunto
de 22 observatorios meteorológicos de la DHS (1950-2016).

La Tabla 7.4 también muestra el promedio del ICH en los diferentes observatorios
analizados, así como la tendencia temporal durante el periodo de observación (1950-
2016). Los valores más elevados (> 0,30) reflejan una mayor densidad de heladas
durante el FP. Aparecen en Pontones, Santiago de la Espada, Socovos o Pinoso, donde
coinciden con los ámbitos donde el número de heladas es más importante. Sin embargo,
en zonas litorales/prelitorales, y en ámbitos sin eventos de ITN, el ICH es muy bajo (<
0,10), como en Pozo Estrecho, San Javier o Librilla.

El ICH registra una tendencia descendente durante las últimas décadas (-0,01
días/década), si bien, en general, el descenso no es estadísticamente significativo. La
densidad del número de heladas en el periodo frío desciende especialmente en
observatorios como Huerta Espuña, Liétor, Pinoso o San Javier, con descensos entre -
0,03 y -0,04 (estadísticamente significativo).

493
Tabla 7.4. Promedio estadístico de la aparición de la primera helada del periodo (FFF),
de la última (LSF), longitud del periodo (FP), índice ICH y su tendencia temporal
días/década (estadísticamente significativo en negrita) para los 22 observatorios
meteorológicos analizados en la DHS (1981-2010).

Estación Código FFF LSF FP (días) FD (días) ICH Tend. ICH


Alquerías 7214 28 dic 23 feb 49.4 4.1 0.11 -0.03
Alcantarilla 7228 13 dic 9 feb 58.6 8.7 0.20 0.00
Emb. Cenajo 7083 9 dic 16 feb 69.5 9.8 0.17 -0.01
Fuente Álamo 7023 7 ene 2 feb 21.0 1.9 0.13 0.00
Librilla CHS 7226 29 dic 8 feb 31.7 2.6 0.08 0.00
Pontones CHS 7045 15 oct 8 may 207.2 88.1 0.43 0.01
San Javier 7031 4 ene 1 feb 24.7 2.7 0.05 -0.03
Arguellite 7059 21 nov 4 abr 134.6 24.2 0.18 -0.01
Elche de la Sª 7077-2 6 ene 31 ene 16.0 3.5 0.19 -0.01
Alfonso XIII 7129 5 dic 21 feb 79.2 9.3 0.17 -0.02
Cierva 7168 17 ene 26 ene 6.4 0.9 0.16 -0.01
Fuensanta 7066 18 nov 22 mar 123.7 33.4 0.26 -0.03
Puentes 7205 11 dic 19 feb 67.3 7.1 0.13 -0.01
Valdeinfierno 7198 7 nov 7 abr 152.2 40.8 0.27 -0.03
Huerta Espuña 7219 10 dic 5 mar 83.8 9.3 0.10 -0.04
Liétor 7092 13 dic 15 feb 63.4 9.7 0.21 -0.04
Molinicos 7065-5 17 dic 13 feb 52.3 8.2 0.16 0.00
Pinoso 7247-9 8 dic 27 feb 85.7 19.2 0.28 -0.03
Pozo Estrecho 7026-3 2 feb 5 feb 0.6 0.3 0.07 -0.02
S. Espada 7056 4 nov 24 abr 172.1 63.7 0.38 0.01
Socovos 7081-7 13 dic 10 feb 59.0 17.0 0.39 0.01
Z. Totana 7206-2 16 ene 11 feb 21.3 4.0 0.25 0.00

7.3.2. Análisis de la vulnerabilidad de heladas

La vulnerabilidad agrícola ante las heladas viene marcada por la tipología y ubicación
de los cultivos en un territorio. El asentamiento de variedades poco resistentes al frío en
zonas de inversión térmica le confiere una alta vulnerabilidad, especialmente al final del
periodo de heladas (final del invierno e inicios de primavera).

Durante los últimos años se ha producido en la Región de Murcia un importante


crecimiento absoluto y relativo en la cobertura agrícola. Desde 1975 a 2018 se registra
un aumento de 2,4 millones de toneladas, lo que supone un incremento relativo del 72%
(Tabla 7.5). Por grupos de cultivo, la mayor subida en términos absolutos se da en las
hortalizas (con casi un millón y medio de toneladas) y en los cítricos (725000 toneladas).
Se trata de cultivos muy vulnerables a partir del mes de enero.

Desde el punto de vista relativo el mayor incremento es para el olivo, con una variación
del 681% en las últimas tres décadas. La variación de los frutales no cítricos también ha
sido relevante, con un incremento del 164,1% (Fig. 7.6).

494
Tabla 7.5. Evolución de las toneladas producidas para diferentes grupos de cultivo en
la Región de Murcia (1975-2018). Fuente: Comunidad Autónoma de la Región de Murcia
(Consejería de Agricultura y Agua).

Grupo cultivo Variación (1975-2018) (%) Variación (1975-2018) (t)


Cítricos 324.7 725.437
Frutales no cítricos 164.1 292.338
Vid 61.1 105.831
Aceituna 681.6 59.952
Hortalizas 281.3 1.342.367
Cereales -71.5 -163.498
Tubérculo 72.5 61.895
Total 71.8 2.424.322

Fig. 7.6. Evolución de las toneladas producidas para diferentes grupos de cultivo en la
Región de Murcia (1975-2018). Fuente: Comunidad Autónoma de la Región de Murcia
(Consejería de Agricultura y Agua).

La mayoría de superficie de cultivos incrementada ha tenido lugar en zonas de valle,


donde tradicionalmente aparecen los mejores suelos para el cultivo, que dan lugar a
mejores rendimientos económicos. Estas zonas se caracterizan por registrar procesos
de inversión térmica, configurando zonas frías en horas nocturnas. La probabilidad de
heladas débiles es notable durante los meses de febrero a abril. Desde 1990 a 2018,
según datos del Corine Land Cover, se ha producido un importante incremento de la
superficie agrícola en zonas de inversión térmica, identificadas mediante la
reclasificación del producto de termografía utilizado (Fig. 7.1). Se ha extraído el
incremento de superficie agrícola en los niveles 1 a 6 de las termografías, es decir, los
valles más fríos (Fig. 7.7). Destaca el incremento de hortalizas en el Valle del
Guadalentín, de cítricos y cultivos de regadío (hortícolas) en la cuenca central del

495
Campo de Cartagena (en la cuenca de la Rambla del Albujón), almendros y viñedo en
los Campos de Cagitán (entre Calasparra y Bullas), frutales de regadío en el tramo del
río Segura entre Calasparra y Cieza, frutales de secano y almendros en el altiplano de
Caravaca de la Cruz, o viñedo en el extremo norte de la DHS. En definitiva, un
importante aumento de la vulnerabilidad durante las últimas dos décadas.

Fig. 7.7. Incremento de la superficie agrícola en zonas de inversión térmica (1990-2018).


Fuente: Corine Land Cover (CLC).

7.3.3. Análisis de la exposición de heladas.

La exposición ante las heladas viene marcada especialmente por el precio económico
según grupo de cultivo. Uno de los índices más utilizados es el precio percibido por el
agricultor, que es, en definitiva, quien corre el riesgo económico de perder la cosecha
ante una eventual helada. Según datos de la Consejería de Agricultura y Agua de la
Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, la variación durante los últimos 13 años

496
es ligeramente positiva, es decir, el agricultor, está percibiendo un precio algo más
elevado por sus productos (Tabla 7.6).

Tabla 7.6. Evolución del precio percibido por el agricultor para diferentes grupos de
cultivo en la Región de Murcia (1975-2018). Fuente: Comunidad Autónoma de la Región
de Murcia (Consejería de Agricultura y Agua).

Grupo cultivo Variación (2005-2018) (%) Variación (2005-2018) (euros/kg)


Cítricos 47.6 0.10
Almendra 19.6 1.10
Vid 130.0 3.00
Hortalizas -27.6 -0.32
Cereales 30.8 0.04
Garrofa 33.3 0.50
Total 4.9 0.07

Aunque la serie estadística no es lo suficientemente amplia (sólo se disponen de datos


desde 2005) para realizar un análisis con mayor perspectiva, si se aprecia un incremento
notable en el precio del viñedo, con un incremento absoluto de 3,0 euros/kg, y una
variación relativa del 130%. Es, sin duda, el cultivo con el mayor incremento en los
últimos años, por lo que se produce un aumento de la exposición ante las heladas en la
mayoría de tipos de cultivo. Tan sólo el precio percibido por las hortalizas ha disminuido
ligeramente durante los últimos años. Mientas, el resto de tipos experimenta subidas
porcentuales poco relevantes (20 al 33%), aunque desde el punto de vista del
incremento absoluto los incrementos son algo más importantes en la almendra (1,1
euros/kg) o el de la garrofa (0.50 euros/kg) (Fig. 7.8).

Fig. 7.8. Evolución del precio percibido por el agricultor para diferentes grupos de cultivo
en la Región de Murcia (2075-2018). Fuente: Comunidad Autónoma de la Región de
Murcia (Consejería de Agricultura y Agua).

497
7.3.4. Propuesta cartográfica de alta resolución del riesgo de helada

7.3.4.1. Cartografía de la peligrosidad de helada

La distribución espacial de las temperaturas mínimas durante la época fría (noviembre


a abril) determina, en buena medida, la cartografía final del riesgo. Los productos
generados para su elaboración pueden ser consultados en el Anexo de la Tesis
Doctoral, con una cartografía de las variables utilizadas: temperaturas medias de las
mínimas, valores mínimos absolutos, días de helada, probabilidad de alcanzar o
descender de -5ºC, horas de helada, o el producto de termografía elaborado a través de
MODIS y VIIRS LST.

La cartografía final de peligrosidad registra los valores más elevados en la cabecera del
río Segura (Sª de Segura – Altiplano de Hernán Perea). Se trata del ámbito geográfico
de la DHS con la peligrosidad más elevada (excepcionalmente alta) en enero (Fig. 7.12).
Se trata de un sector, que, a tenor de los diferentes mapas elaborados, registra en el
mes de enero una temperatura media de las mínimas inferior a -5ºC, temperaturas
mínimas absolutas inferiores a -20ºC, y un promedio de más de 120 días con helada a
lo largo del año. Además, se contabilizan más de 1230 horas de helada al año.

La cartografía que muestra la peligrosidad general muestra una clara dicotomía en la


DHS, con una franja de separación que recorre buena parte del centro del área de
estudio. Separa con nitidez la peligrosidad más baja del sector oriental con una
importante peligrosidad en zonas occidentales (Fig. 7.9).

Dentro del extremo más oriental del área de estudio, destacan algunos ámbitos
geográficos deprimidos (en zonas de valle) donde se registra una peligrosidad de helada
algo mayor que el entorno general:

 Valle del Guadalentín, al este de Totana, en las inmediaciones de la Reserva


Natural de los Saladares del Guadalentín, con una peligrosidad media-baja.
 Valle del Guadalentín – Huerta de Lorca, entre Lorca y Puerto Lumbreras, desde
El Esparragal (Pto. Lumbreras) a El Charco (Lorca), con una peligrosidad media-
baja.
 Litoral de Mazarrón, en dos sectores deprimidos como son el Puerto de Mazarrón
(Urbanización Bahía – Playa Grande), Cañada de Gallego, o la cubeta al
noroeste del casco urbano de Mazarrón, con peligrosidad de helada media-baja.
 Fuente Librilla, al noroeste de la Sierra de la Mula – Cura, (Librilla), con una
peligrosidad media-baja.

498
 Yéchar – Los Baños de Mula, al noroeste del municipio de Albudeite, con una
peligrosidad media-baja.

Fig. 7.9. Franja de separación entre la zona occidental con la peligrosidad de helada
más elevada, y la zona oriental, con valores de menor peligrosidad. Peligrosidad general
de helada (noviembre a abril).

En zonas de transición, cerca de la franja umbral de la Fig. 7.9, existe una importante
densidad de cobertura agraria. En varios sectores se aprecia una peligrosidad de helada
ligeramente alta, con especial consideración:

 Altiplano de Cagitán, en los Baños de Gilico, ubicado entre el triángulo


Calasparra – Cieza – Bullas.
 Norte de Bullas, entre el casco urbano del municipio, y La Copa de Bullas.

499
 Noreste del casco urbano de Yecla, y zona norte del Altiplano de la Región de
Murcia, donde aparece un sector con peligrosidad moderadamente alta (paraje
de El Pozancón).

500
Fig. 7.10. Peligrosidad de helada de noviembre en la DHS.

501
Fig. 7.11. Peligrosidad de helada de diciembre en la DHS.

502
Fig. 7.12. Peligrosidad de helada de enero en la DHS.

503
Fig. 7.13. Peligrosidad de helada de febrero en la DHS.

504
Fig. 7.14. Peligrosidad de helada de marzo en la DHS.

505
Fig. 7.15. Peligrosidad de abril en la DHS.

7.3.4.2. Cartografía de la vulnerabilidad de helada

La distribución espacial de la vulnerabilidad obedece exclusivamente al tipo de cultivo,


su fenología, y a la ubicación topográfica. Del total de los 18.899,1 km2 de extensión de
la DHS, según datos del Catastro, el porcentaje de uso de suelo agrícola es del 43,2%,
lo que supone un total de 8.161,5 km2 (un área algo menor a la Comunidad Autónoma
de la Región de Murcia). El uso forestal y el agrícola aglutinan el 89.2% del área de
estudio (Tabla 7.7).

Por tipo de cultivo destacan las extensiones de labor de secano, donde se incluyen
cultivos herbáceos de grano (33,4%). Aparecen, los cultivos del almendro y los nuevos

506
regadíos, que suponen entre ambos más de 3.000 km2 y casi el 38% del total agrícola
(Tabla 7.8). La cartografía de usos del suelo del catastro puede ser consultada en el
Anexo, tanto a nivel de cuenca, como para las diferentes regiones establecidas.

Tabla 7.7. Superficie (km2) de los diferentes usos del suelo en la Demarcación
Hidrográfica del Segura. Fuente: Catastro.

Uso del suelo Superficie (Km2) Ocupación (%)


Forestal 8697,9 46,0
Agrícola 8161,5 43,2
Urbano 731,9 3,9
Improductivo 682,7 3,6
Infraestructuras 358,7 1,9
Superficies de agua 253,5 1,3
Otros 2,9 0,0
TOTAL 18899,1 100,0

Los estados fenológicos de la planta influyen notablemente en la vulnerabilidad general


de helada. El mes que presenta una mayor vulnerabilidad en la DHS es abril con un
promedio de 3,3 sobre 14 es decir, muy alta), seguido de marzo con 4,1
(moderadamente alta) (Fig. 7.20 y 7.21). Un estado fenológico más avanzado supone
una mayor vulnerabilidad en la mayoría de tipos de cultivos. Por su parte, los meses de
noviembre (10,2) y diciembre (9,4) presentan los valores más elevados, y, por tanto, una
menor vulnerabilidad (ligeramente baja y baja respectivamente).

En los últimos años, diferentes investigaciones científicas han confirmado una alta
correlación estadística entre el aumento de la temperatura media y cambios fenológicos,
por lo general, en un adelantamiento de la floración y maduración del fruto (Peñuelas et
al., 2002; Galán et al., 2005; García-Mozo et al., 2010). En el sureste peninsular son
relevantes las conclusiones aportadas por Hernández Aroca (2012), en un análisis de
los cambios fenológicos por cambios en la temperatura para diferentes tipos de cultivo
de la Región de Murcia. Predominan los avances en la foliación, la floración y la
maduración en la mayoría de cultivos (Tabla 7.9). Así pues, se observan adelantos en
la fecha de floración en albaricoquero, peral o ciruelo (frutales), mientras que no se
observan cambios significativos en olivo, viñedo, naranjo o manzano. Por su parte, la
maduración se adelanta en albaricoqueros, melocotoneros, perales, ciruelos o
membrilleros.

507
Tabla 7.8. Superficie (km2) de los diferentes tipos de cultivo del uso agrícola en la
Demarcación Hidrográfica del Segura. Fuente: Catastro.

Tipo de cultivo Superficie (Km2) Ocupación (%)


Labor de secano (erial, cereal…) 2722.9 33.4
Almendro 1538.5 18.9
Labor de regadío (nuevos regadíos) 1339.6 16.4
Agrios 645.3 7.9
Viñedo 625.3 7.7
Frutales 606.6 7.4
Olivar 396.7 4.9
Hortícola tradicional 169.8 2.1
Parrales 47.5 0.6
Invernadero hortalizas 31.6 0.4
Algarrobo 16.6 0.2
Arrozales 10.1 0.1
Higueras 5.1 0.1
Otros 5.6 0.1
TOTAL 8161.5 100.0

Tabla 7.9. Recopilación de cambios en la foliación, floración y maduración de diferentes


tipos de cultivos en la Región de Murcia. Datos de Hernández Aroca (2012).

Tipo de cultivo Foliación Floración Maduración


Almendro Ligero atraso Ligero atraso Atraso
Olivo * Sin cambios Atraso
Viñedo Adelanto Sin cambios Sin cambios
Naranjo * Sin cambios *
Albaricoque * Adelanto Adelanto
Melocotonero * Ligero atraso Adelanto
Manzano * Sin cambios Atraso
Peral * Ligero adelanto Adelanto
Ciruelo Adelanto Adelanto Adelanto
Granado Sin cambios Ligero atraso Ligero atraso
Membrillero * Sin cambios Adelanto

Los productos hortícolas de huerta y de grandes extensiones de agricultura intensiva


son los que presentan una mayor vulnerabilidad, con valores excepcionalmente altos
desde enero a abril. Éstos cultivos destacan en la Depresión del Guadalentín, Huerta de
Murcia, y Campo de Cartagena (Fig. 7.18). También destacan los cereales, con una
vulnerabilidad entre ligeramente alta y muy alta en los meses de noviembre a febrero, y
de muy alta a excepcionalmente alta en los meses de marzo y abril. Finalmente, otros
cultivos, como los frutales, los agrios (cítricos) o el algarrobo presentan una
vulnerabilidad alta.

El almendro, el olivar y el viñedo son los cultivos más resistentes a las bajas
temperaturas, especialmente durante los meses de noviembre a enero-febrero
(vulnerabilidad media-baja a extremadamente baja). El cambio, durante los meses de

508
marzo y abril es muy drástico, con una vulnerabilidad entre ligera y excepcionalmente
alta (Fig. 7.20 y 7.21).

La vulnerabilidad más importante (excepcionalmente alta), desde el punto de vista


espacial, aparece en la Depresión del Guadalentín (Huerta de Lorca), en la Vega Media
del Segura (Huerta de Murcia y Molina de Segura), zonas costeras de Águilas y
Mazarrón, y áreas del Altiplano de Caravaca de la Cruz. Aparecen vulnerabilidades
moderada a muy altas en amplios sectores del Campo de Cartagena, Depresión del
Guadalentín (especialmente entre Alhama de Murcia y Librilla), en las Vegas del Segura
(desde Calasparra al prelitoral de Alicante), zonas centrales de la Cuenca del río Mula
y Vegas del Quipar y el sector meridional del Altiplano de la Región de Murcia (Yecla-
Jumilla).

Tabla 7.10. Superficie total y relativa (km2) de los diferentes grados de vulnerabilidad de
helada en la Demarcación Hidrográfica del Segura. Fuente: Catastro.

Grado de vulnerabilidad Sup. (km2) (%) Tipo Cultivos Sup. (km2)


1. Excepcionalmente alta - - - -
2. Extraordinariamente alta 1508.9 18.5 Labor regadío 1336.5
Hortícolas 169.4
- -
3. Muy alta 8.6 0.1 Algarrobo 8.6
4. Moderadamente alta 3461.8 43.3 Labor secano 2654.1
Agrios 645.3
Frutales 163.8
5. Ligeramente alta 442.8 5.4 Frutales 442.8
163.8

6. Alta 1350.1 16.6 Almendro 1350.1


7. Media – Alta 683.9 8.4 Viñedo 474.7
Almendro 188.4
Parrales 20.8
8. Media – Baja 574.3 7.1 Viñedo 150.6
Olivo 396.7

9. Baja 5.0 0.1 Higuera 5.0


10. Ligeramente baja 31.6 0.4 Invernaderos 31.6
11. Moderadamente baja - - - -
12. Muy baja - - -
13. Extremadamente baja 10.1 0.1 Arrozales 10.1
14. Nula - - -
Total superficie: 8076,5 km2

La Tabla 7.10 muestra la superficie total y peso relativo de los diferentes grados de
vulnerabilidad general en la DHS. Destacan principalmente dos grupos, el de
vulnerabilidad extraordinariamente alta, con un total de 1.336 km2 de cultivos de nuevos
regadíos y huerta tradicional; y por otro, el grupo de vulnerabilidad moderadamente alta,
con 2.723 km2 de cultivos de cereal (labor de secano) y 645 km2 de agrios. Por su parte,

509
los grupos de vulnerabilidad media-alta y media-baja, con más de 1.200 km2 entre
ambos, aglutinan principalmente viñedo, olivo y almendro.

Fig. 7.16. Vulnerabilidad de helada de noviembre en la DHS.

510
Fig. 7.17. Vulnerabilidad de helada de diciembre en la DHS.

511
Fig. 7.18. Vulnerabilidad de helada de enero en la DHS.

512
Fig. 7.19. Vulnerabilidad de helada de febrero en la DHS.

513
Fig. 7.20. Vulnerabilidad de helada de marzo en la DHS.

514
Fig. 7.21. Vulnerabilidad de helada de abril en la DHS.

515
7.3.4.3. Cartografía de la exposición de helada

La exposición ante el riesgo de heladas viene marcada por el valor económico de los
cultivos. Ante la falta de una serie de datos continua de pérdidas económicas por helada,
durante un intervalo temporal suficientemente importante, se determina la utilización del
precio agrario percibido por el agricultor. A mayor cantidad económica recibida por el
cultivador, la exposición es más elevada.

Por cultivos, el almendro es el que posee el mayor valor económico del mercado,
representado espacialmente en sectores centrales de la DHS (exposición
extremadamente alta). El resto de cultivos mayoritarios en el área de estudio (frutales,
cítricos, viñedo, productos hortícolas…) cuentan con una exposición entre alta y baja,
con valores entre 6 y 9 sobre un total de 14.

Desde el punto de vista espacial, las zonas con la mayor exposición se localizan en el
centro de la DHS (principalmente cuenca de Mula, piedemontes de los relieves centrales
de la Región de Murcia (Sierra Espuña, Pedro Ponce…), reborde del Campo de
Cartagena, en sectores marginales de piedemontes. También aparecen aplios sectores
con una importante exposición, sectores del Alto Guadalentín (Tierras Altas de Lorca),
Altiplano de Almería (Chirivel), algunos sectores de la Comarca del Noroeste de la
Región de Murcia, y sur de Albacete. Se trata, en su mayoría, de cultivos de almendro,
una tipología de cultivo mayoritriamente de secano y que tradicionalmente se ha
asentado en zonas marginales, piedemontes o terrenos topográficamente accidentados
(Fig. 7.22).

En un segundo escalón de intensidad, con una exposición intermedia, aparecen los


cultivos hortícolas y frutales, representados espacialmente en las Vegas Alto y Media
del Segura (desde Calasparra a Beniel), vegas fértiles justo al río Quipar, Argos y Mula,
Altiplano sur de la Región de Murcia (Jumilla), Huerta de Lorca (Depresión del
Guadalentín), y algunos sectores del norte del Mar Menor, y del sureste de la provincia
de Albacete.

Sin embargo, la menor exposición de helada recae en cultivos que generan un menor
valor económico al agricultor, destacando los cultivos de cereal de grano (labor de
secano), arrozales, olivo y agrios.

516
Fig. 7.22. Exposición ante heladas en la DHS.

7.3.4.4. Cartografía final de riesgo de helada

La cartografía final del riesgo de helada para cada uno de los meses del periodo frío
(noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo y abril) puede ser consultada en detalle
para cada uno de las 22 comarcas climáticas propuestas en el Capítulo 3 (apartado de
anexos). La cartografía general de riesgo sirve para ubicar, a nivel general, los ámbitos
geográficos con un mayor riesgo de helada, aunque el nivel de detalle alcanzado en la
cartografía (gracias al Catastro) sólo puede ser observada en la cartografía de alta
resolución.

517
A nivel general, los meses de marzo y abril son los que presentan un mayor riesgo de
helada, especialmente por los altos valores de vulnerabilidad en la mayoría de la
tipología de cultivos. Mientras que, noviembre y diciembre presentan un riesgo
relativamente bajo, a excepción de las Huertas de Lorca y Murcia (riesgo alto-
ligeramente), y el extremo más septentrional de la DHS, con un riesgo medio-alto en el
viñedo (Fig. 7.26 y 7.27). También es destacable, durante los meses de marzo y abril
(Fig. 7.30 y 7.31), el mayor riesgo en el sector centro-occidental del área de estudio. En
este sector las temperaturas mínimas son realmente bajas durante el periodo frío, donde
la gran mayoría de cultivos de la DHS presentan una vulnerabilidad muy elevada.

Desde el punto de vista de la distribución espacial de la intensidad del riesgo las


mayores superficies recaen en los grados ligeramente alto y medio alto, con 1874 y 2475
km2 respectivamente. La mayoría de extensión de cultivos de la DHS presenta un riesgo
entre ligeramente alto y medio-bajo (entre 5-8 de 14 niveles posibles), es decir, con un
riesgo que se puede definir como intermedio. Entre estos 4 niveles aglutinan más de
7260 km2, lo que viene a suponer el 89,7% del total del área de estudio (Fig. 7.24). Por
tipos de cultivo, destacan principalmente almendros, frutales y labor de secano
(cereales).

El 10% restante, lo que puede considerarse como un riesgo más extremo, se reparten
entre el riesgo moderadamente alto (4), y el bajo (9). En el primero de ellos, que supone
el 6,7% del total (542,2 km2), sobresale el cultivo de labor de secano, con 181,0 km 2, el
almendro con 124,0 km2, o los nuevos cultivos de regadío (labor de regadío) con 120,1
km2. Por su parte, los cultivos predominantes en el grado de riesgo bajo, con el 3,2%
(261 km2), predominan los cultivos de secano (cereales) con 71,4 km2, olivo con 59,4
km2 o 44 km2 de labor de regadío (Tabla 7.11).

Algunas tipologías de cultivos, como el cereal (labor de secano), almendro, o nuevos


regadíos, obtienen un gran abanico de riesgo de helada. Se debe a que son cultivos con
una importante implantación territorial. Por ejemplo, los nuevos regadíos aparecen
preferentemente en zonas del Campo de Cartagena o la Vega Baja del Segura, aunque
también lo hacen en zonas altas de la Comarca del Noroeste y norte de la DHS, por lo
que la peligrosidad es muy diferente y genera un riesgo de helada muy dispar. Los
cultivos de labor de secano, labor de regadío, o almendro poseen una distribución
territorial muy amplia, abarcando ámbitos geográficos con un abanico amplio de
peligrosidad, mientras que, el viñedo, frutales o agrios, aparecen debido a su umbral
térmico más restrictivo en ámbitos más concentrados o asentados preferentemente en
zonas de valle de baja altitud (Fig. 7.25).

518
Tabla 7.11. Superficie (km2) de los diferentes grados de riesgo de helada en la
Demarcación Hidrográfica del Segura. Fuente: Catastro.

Grado de riesgo Sup. (km2) (%) Tipo Cultivos Sup. (km2) (%)
1. Excepcionalmente alto - - - - -
2. Extraordinariamente alto - - - - -
3. Muy alto 20.4 0.2 Labor regadío 12.3 60.3
Labor secano 6.2 30.4
Almendro 1.1 4.2
4. Moderadamente alto 651.9 8.1 Labor secano 296.4 45.5
Labor regadío 159.4 24.4
Almendro 148.6 22.8
5. Ligeramente alto 1641.5 20.3 Almendro 572.8 34.9
Labor regadío 369.8 22.5
Labor secano 358.0 21.8
Agrios 105.2 6.4
6. Alto 1446.7 17.9 Frutales 296.3 20.5
Labor regadío 295.5 20.4
Almendro 248.9 17.2
Labor secano 215.2 14.9
Viñedo 202.4 14.0
Agrios 122.8 8.5
7. Media – Alto 2128.0 26.3 Labor secano 1085.4 51.0
Viñedo 371.7 17.5
Almendro 237.9 11.2
Labor regadío 149.0 7.0
Frutales 126.0 5.9
8. Media – Bajo 1802.1 22.3 Labor secano 671.0 37.2
Agrios 311.9 17.3
Almendro 269.2 14.9
Labor regadío 260.8 14.5
Olivo 135.2 7.5
Frutales 91.9 5.1
Viñedo 31.5 1.7
9. Bajo 378.9 4.7 Labor secano 117.3 30.9
Olivo 74.8 19.7
Labor regadío 64.9 17.1
Almendro 59.8 15.8
10. Ligeramente bajo 11.5 0.1 Arroz 9.2 80.0
Frutales 0.9 7.8
Labor regadío 0.7 6.1
11. Moderadamente bajo 1.9 0.0 Arroz 0.9 47.3
Frutal 0.5 26.3
12. Muy bajo - - - - -
13. Extremadamente bajo - - - - -
14. Nulo - - - - -
Total superficie: 8076.5 km2

519
Fig. 7.23. Riesgo general de heladas (promedio de noviembre a abril) sintetizado en la
DHS. Color rojo, riesgo importante (muy alto a moderadamente alto), color verde, riesgo
intermedio (ligeramente alto a medio-alto), y azul, riesgo bajo (medio-bajo a
moderadamente bajo).

A continuación, se exponen los ámbitos geográficos (cuyas áreas sean relativamente


extensas) de mayor riesgo de helada general (muy alto a moderadamente alto) (Fig.
7.23):

 El corredor de Chirivel – María (Almería), situado al sur de la Comarca de los


Vélez (Almería) y altiplano sur de Caravaca (C17). Se trata de un altiplano
ubicado por encima de los 1000 m. de altitud, en el extremo occidental de la
DHS. Caracterizado por el predominio de almendro en zona de valle, donde la

520
peligrosidad media es elevada (entre alta y ligeramente alta). Zona muy delicada
entre marzo y abril, con una peligrosidad entre media-alta y alta.

Fig. 7.24. Riesgo de helada general (promedio noviembre a abril) para los diferentes
grados de riesgo (de muy alto a moderadamente bajo, de arriba abajo, e izquierda a
derecha).

 En la comarca climática de las Tierras Altas de Lorca y Caravaca (C10) aparecen


dos sectores con predominio de almendro (uno en las pedanías de Coy-Avilés,
de Lorca; y el otro entre Archivel y La Almudema, en Caravaca de la Cruz).
Vuelve a tratarse de una cuenca cerrada, por encima de los 700 m. de altitud,
donde la peligrosidad general vuelve a ser elevada (entre alta y ligeramente alta).

521
Al igual que el ejemplo anterior, durante los meses de marzo y abril (muy
delicados para el almendro), vuelve a registrar una peligrosidad alta, incluso en
el mes de abril, todavía con una recurrencia importante de heladas. Por ejemplo,
en el mes de marzo, la probabilidad de alcanzar o descender de -5ºC se sitúa
entorno al 50%.
 Al sureste de la comarca de las cuencas del Alhárabe, Quipar y Argos (C8), en
el triángulo que conforman Calasparra, Cieza y Bullas, se sitúa una cuenca sobre
los 500 m. de altitud media (Campos de Cagitán), donde el cultivo predominante
vuelve a ser el almendro. Ésta zona presenta una peligrosidad general alta, y
media-alta en el mes de marzo.
 Otro ámbito dentro del C8 aparece en las vegas de los ríos Argos (entre Cehegín
y Calasparra) y río Mula, en Bullas. Aparecen fundamentalmente almendros,
aunque en la Vega del río Argos afloran algunos frutales de regadío. Se trata de
zonas con una peligrosidad de heladas intermedia, siendo alta en el sector de
Bullas, y media-alta en el de Cehegín-Calasparra.
 Con menor extensión, en el Altiplano norte de Yecla (C2), y Pétrola – Altos de
Chinchilla (C1) existen sectores más aislados con riesgo de helada importante.
Se trata principalmente de cultivos de almendro, en un área, donde la
peligrosidad general es importante (alta a ligeramente alta).
 Finalmente, en el noroeste de la DHS, al sur de Albacete, aparece una
importante extensión de riesgo notable de helada, representadas especialmente
al norte de las comarcas C3 (Tobarra – Ontur), C4 (Bajo Mundo, Talave –
Camarillas), C7 (Segura – Mundo sur de Albacete) y C14 Calar del Mundo (C14).
Se trata de cultivos de almendros dispersos, pero que suman en total una
importante extensión. En ámbitos concretos destacan las inmediaciones de
Molinicos – Fuente Carrasca, en los municipios de Alcadozo, Sarguilla,
Casablanca, y el Villar. Finalmente, al norte y noroeste de Tobarra, y sur de
Ontur. Se trata de cultivos de almendros, en una zona de la DHS donde la
peligrosidad general alta a ligeramente alta.

Por su parte, durante los meses de marzo y abril, con una vulnerabilidad muy elevada
en gran parte de la DHS, destacan los siguientes ámbitos geográficos con el mayor
riesgo de helada. Para simplificar el análisis territorial, se describen las zonas para el
mes de abril (Fig. 7.24).

Las mayores zonas de riesgo vuelven a aparecer en el Altiplano de Chirivel-María


(Almería); Tierras Altas de Lorca y Caravaca de la Cruz (Región de Murcia), norte del
municipio de Bullas (Campos de Cagitán); Altiplano de la Región de Murcia (Yecla-

522
Jumilla); norte de la DHS, en los municipios de Albacete (Tobarra, Fuente Álamo, Bonete
y Montealegre del Castillo). Del mismo modo, aunque más diseminado, al sur de la
provincia de Albacete, en un área más accidentada orográficamente, aparecen
extensiones de riesgo importante en Molinicos, Bogarra, Elche de la Sierra, Letur, Yeste
o Socovos. Finalmente, en un área tan fría como el extremo más occidental de la DHS,
también aparecen extensiones de riesgo muy alto, aunque de forma mucho más
reducida. Aparecen en la Vega de Santiago de la Espada (Río Zumeta), en las Juntas
(Jaén), norte de Nerpio (Albacete) o en el Campo de San Juan (Región de Murcia).

Tabla 7.12. Superficie (km2) de los tipos de cultivo predominantes por el mayor grado
de riesgo de helada durante los meses de marzo y abril en la DHS. Fuente: Catastro.

Tipo de cultivo Superficie (Km2) Ocupación (%)


Riesgo de helada más importante (muy alto a moderadamente alto) MARZO
Almendro 487.6 40.2
Labor de secano 375.5 30.9
Labor de regadío 130.2 10.7
Viñedo 104.3 8.6
Frutal 56.4 4.6
Olivo 53.8 4.4
TOTAL 1214.4 100.0
Riesgo de helada intermedio (ligeramente alto y alto) MARZO
Labor de regadío 758.9 24.6
Labor de secano 548.4 17.8
Almendro 459.8 14.9
Frutal 440.6 14.3
Viñedo 362.1 11.8
Agrios 241.0 7.6
TOTAL 3079.7 100.0

Tipo de cultivo Superficie (Km2) Ocupación (%)


Riesgo de helada más importante (muy alto a moderadamente alto) ABRIL
Almendro 577.7 45.4
Labor de secano 394.4 31.0
Labor de regadío 98.4 7.7
Viñedo 79.4 6.2
Frutal 54.4 4.3
Olivo 51.1 4.0
TOTAL 1272.6 100.0
Riesgo de helada intermedio (ligeramente alto y alto) ABRIL
Labor de regadío 803.8 24.8
Labor de secano 583.7 18.0
Almendro 440.7 13.6
Frutal 425.6 13.2
Viñedo 407.0 12.6
Agrios 238.5 7.4
TOTAL 3235.3 100.0

523
Por tipología de cultivos, durante el mes de marzo sobresale el cultivo del almendro,
detallado anteriormente, y que supone un total de 487,6 km2 en los grados de riesgo de
helada más importante, sobre un total de 1214,4 km 2 del total de cultivos. En menor
medida, pero con una importante extensión, los cultivos de secano (cereal) poseen
375,5 km2. Entre ambos, suponen más del 70% de los cultivos de mayor riesgo de
helada en el mes de marzo (Tabla 7.12).

524
Fig. 7.25. Riesgo de helada general (promedio noviembre a abril) para los diferentes
tipos de cultivo mayoritarios en la DHS.

Por su parte, durante el mes de abril los resultados son similares al de marzo, ya que
entre el cultivo del almendro y del cereal (labor de secano), con un total de casi 1000
km2, aglutinan el 76,4% del total de cultivos con el grado más alto de riesgo de helada.
Otros cultivos, como los nuevos regadíos (labor de regadío) o el viñedo, llegan a
albergar entre 80 y 100 km2 durante los meses de marzo y abril en zonas de riesgo de
helada muy alta a moderadamente alta (Tabla 7.12).

El almendro es una de las especies frutales más resistentes al frío en el periodo de


parada vegetativa invernal, pudiendo soportar temperaturas inferiores a los -15 ºC. Sin
embargo, los frutos recién cuajados son los órganos más sensibles a las heladas, con
potenciales daños severos con temperaturas ligeramente inferiores a 0ºC. El almendro

525
es uno de los frutales que tiene una floración más temprana, aunque, se dan grandes
diferencias varietales respecto a la fecha de floración. Por ello, en zonas con riesgo de
heladas habrá que poner especial cuidado en escoger variedades de floración tardía.
Según Kodad (2005) la diferencia temporal entre la floración de las dos variedades más
diferentes de almendro en la Península Ibérica (entre grupo extra tempranas y extra
tardías), es de dos meses, entre la floración media a principio de febrero de la variedad
largueta, o a finales de marzo de laguna de las variedades felisia.

La baja productividad del almendro marginal viene determinada por las pésimas
condiciones del medio de cultivo: excesiva pendiente, clima muy adverso, etc. Aunque,
en ocasiones se podrían mejorar algo los niveles productivos con actuaciones culturales,
sobre todo con la implantación de variedades de floración tardía, para paliar los daños
por heladas (Arquero et al., 2013). Esto ya fue apuntado por Del Amor García, et al.
(1992), tras realizar un estudio en 11 variedades diferentes de almendros en la Región
de Murcia. Llegaron a la conclusión que es idóneo decantarse por la incorporación de
variedades tardías, ya que las tempranas y medias obtenían un mayor riesgo de helada.
El estudio fue realizado combinando la probabilidad se registrar una temperatura de -
2ºC durante el periodo de floración (F) para variedades tempranas, medias y tardías,
con una diferencia, por ejemplo, en el centro de la Región de Murcia, de reducción de
un 40 a un 20% de probabilidad de helada durante esa fase fenológica.

Los agrios, por su parte, y principalmente el cultivo del limón, mayoritario en la DHS, se
asienta en zonas prelitorales y litorales del sureste peninsular, en zonas prácticamente
fuera del riesgo de heladas (Nicolás Marín, 2019). La superficie de cultivo en Murcia y
Alicante, que se engloba en el área de estudio, supone el 83% de la superficie nacional
(García García, 2014).

La Tabla 7.13 muestra la superficie total y relativa de los diferentes tipos de cultivo
mayoritario en la DHS según los diferentes niveles de riesgo de helada. Esta tabla se
complementa con la Fig. 7.19, donde se representan espacialmente los niveles de riesgo
para los principales tipos de cultivos en la DHS. El 86,8% de la superficie agrícola se
asienta en 4 grados de riesgo centrales (ligeramente alto, alto, medio-alto y medio-bajo),
pudiendo concluir que los cultivos de la DHS, por lo general, presentan un riesgo de
helada intermedio.

Por cultivos, las mayores extensiones absolutas en grados importantes de riesgo


(moderadamente alto y ligeramente alto) recaen en los cultivos de secano (cereal),
almendro, y nuevos regadíos (labor de regadío), con amplia diferencia sobre el resto de
cultivos.

526
Desde el punto de vista relativo los mayores porcentajes por cultivos difieren según el
grado de riesgo, con valores más elevados de la labor de secano en el nivel 7 (medio-
alto), el almendro en el 5 (ligeramente alto), labor de regadío en el 5 (ligeramente alto),
los agrios en el 8 (medio-bajo), el viñedo en el 7 (medio-alto), los frutales en el 6 (alto),
el olivo en el 8 (medio-bajo), la huerta tradicional en el 5 (ligeramente alto), el algarrobo
en el 7 (medio-alto), el arroz en el 10 (ligeramente bajo), y finalmente la higuera en el 7
(medio-alto) (Tabla 7.14).

Se concluye que la mayor extensión del cultivo del almendro y los cultivos hortícolas (ya
sea tradicional, o de nuevo regadío) son los que se asientan en territorios de mayor
riesgo de helada. Ello supone, por ejemplo, que el almendro, alberca cada año, 149,7
km2 en zonas de riesgo muy elevado de heladas, y 821,7 km2 en áreas de riesgo notable.
El total de 971 km2 que suponen una extensión similar a los términos municipales de
Moratalla o Jumilla (Región de Murcia).

Tabla 7.13. Superficie (km2) por tipo de cultivo y nivel de riesgo de helada en la DHS.

TC 3. MA 4. MA 5. LA 6. A 7. M-A 8. M-B 9. B 10. LB 11. MB Total


C 6.2 269.4 358.0 215.2 1085.4 671.0 117.3 0.2 0.1 2722.9
A 1.1 148.6 572.8 248.9 237.9 269.2 59.8 0.1 0.1 1538.5
CR 12.3 159.4 396.8 295.5 149.0 260.8 64.9 0.7 0.1 1339.6
N * 0.1 105.2 122.8 77.6 311.9 27.7 0.1 * 645.3
V * 6.7 8.4 202.4 371.7 31.5 4.6 * * 625.3
F 0.4 29.3 42.0 296.3 126.0 91.9 19.4 0.9 0.5 606.6
O * 29.7 69.2 34.2 59.7 135.2 74.8 0.2 0.1 396.7
H 0.4 8.7 86.1 27.6 10.8 26.7 9.2 0.1 0.1 169.8
G * * 3.0 3.0 7.0 2.7 1.0 * * 16.6
A * * * * * * * 9.2 0.9 10.1
R * * * 0.8 2.9 1.2 0.2 * * 5.1
Total 20.4 651.9 1641.5 1446.7 2128.0 1802.1 378.9 11.5 1.9 8076.5

Tabla 7.14. Peso relativo (%) por tipo de cultivo y nivel de riesgo de helada en la DHS.

TC 3. MA 4. MA 5. LA 6. A 7. M-A 8. M-B 9. B 10. LB 11. MB Total


C 0.2 9.9 13.1 7.9 39.9 24.6 4.3 0.0 0.0 100.0
A 0.1 9.7 37.2 16.2 15.5 17.5 3.9 0.0 0.0 100.0
CR 0.9 11.9 29.6 22.1 11.1 19.5 4.8 0.1 0.0 100.0
N * 0.0 16.3 19.0 12.0 48.3 4.3 0.0 * 100.0
V * 1.1 1.3 32.4 59.4 5.0 0.7 * * 100.0
F 0.1 4.8 6.9 48.8 20.8 15.2 3.2 0.1 0.1 100.0
O * 7.5 17.4 8.6 15.0 34.1 18.9 0.1 0.0 100.0
H 0.2 5.1 50.7 16.3 6.4 15.7 5.4 0.1 0.1 100.0
G * * 18.1 18.1 42.2 16.3 6.0 * * 100.0
A * * * * * * * 91.1 8.9 100.0
R * * * 15.7 56.9 23.5 3.9 * * 100.0
Total 0.2 8.1 20.3 17.9 26.3 22.3 4.7 0.1 0.0 100.0

527
Fig. 7.26. Riesgo de helada de noviembre en la DHS.

528
Fig. 7.27. Riesgo de helada de diciembre en la DHS.

529
Fig. 7.28. Riesgo de helada de enero en la DHS.

530
Fig. 7.29. Riesgo de helada de febrero en la DHS.

531
Fig. 7.30. Riesgo de helada de marzo en la DHS.

532
Fig. 7.31. Riesgo de helada de abril en la DHS.

533
Conclusiones y discusión

Durante las últimas décadas la peligrosidad de helada ha disminuido de forma notable


en el área de estudio. Los análisis de tendencias temporales efectuados en el capítulo
5, así como el de los periodos de helada, arrojan valores concluyentes de un menor
grado de frío durante las noches del periodo frío anual. En efecto, la longitud del periodo
de heladas (FP) se ha reducido desde 1950 a la actualidad (-1,3 días/década),
especialmente relevante (estadísticamente significativo) en zonas próximas al litoral y
de medianías de zonas de interior del a DHS. Sólo la cabecera más occidental de la
DHS registra un ligero incremento (0,6 días/década).

En la mayoría de observatorios el inicio del periodo de heladas no presenta cambios


significativos, si bien en la gran mayoría de la DHS se adelanta muy ligeramente. Sin
embargo, los cambios son mucho más evidentes en el final del periodo (LSF). Aquí se
produce un adelanto estadísticamente significativo en casi todo el territorio de estudio.
Se puede concluir, que las últimas heladas tardo-invernales llegan unos 2 días antes
por década.

Según Fonseca et al. (2016), a través de reanálisis del Weather Research and Forecast
(WRF) se produce una disminución de las noches frías (Tn10p) en el sureste peninsular
durante la primavera, coincidiendo con el final del FP, mientras que, los cambios
observados en el otoño son mínimos. Se trata de observaciones similares a las
registradas en el área de estudio, y que influyen directamente en el acortamiento del
periodo especialmente durante la primavera.

El capítulo 5 corrobora una tendencia positiva del EAi, hacia fases cada más positivas
en época invernal. Ello supone el fortalecimiento del Anticiclón de Groenlandia, y el
predominio de una circulación zonal al sur de 45ºN, con inviernos de temperaturas
medias cada vez más elevadas en la fecha occidental europea. Esto coincide con las
investigaciones de Cony et al. (2008), que determinan, una menor recurrencia de las
configuraciones sinópticas que dan lugar a los llamados días extremadamente fríos en
Europa (ECD). Estas situaciones, cada vez menos recurrentes, se caracterizan por tipos
de anticiclón débiles en el Océano Atlántico y el norte de Europa, bajas en Europa
central y occidental, vientos de componente norte, situaciones de pantanos
barométricos en el área mediterránea, y finalmente, bajas presiones en Lituania y
Estonia que introducen aire frío hacia el centro de Europa.

Por su parte, la vulnerabilidad y exposición por heladas aumentan durante las últimas
décadas en el área de estudio, con un incremento sustancial de la cobertura agraria,

534
especialmente en las zonas más frías de valle. En el intervalo temporal de 1975 a 2018,
se produce un ascenso del 72% en la producción agrícola de la Región de Murcia, lo
que supone un aumento de 2,4 millones de toneladas. Además, el valor económico de
los cultivos aumenta ligeramente durante los últimos años (+0,1 euros/kg).

Todo ello genera amplias superficies agrícolas en zonas de riesgo importante de helada,
especialmente durante los meses de marzo y abril. Un total de más de 1200 km 2 (15,7%
del total de superficie agrícola) se encuentran en zonas de riesgo extremadamente a
moderadamente alto cada año, con predominio de almendros y cereales de secano
(entre el 70-75% del total). Además, más de 3000 km2 (39,8% del total agrario) se
encuentran cada año en zonas de riesgo de helada alta a ligeramente alta, desglosados
en más de 800 km2 de nuevos regadíos, 585 en cereales de secano, 460 de almendro,
440 de frutales, 400 de viñedo, o 241 km2 de agrios.

Tabla 7.15. Superficie absoluta (km2) y relativa (%) por tipología de cultivo en las cuatro
zonas más frías de valle. Elaboración a partir del producto de termografías.

Nivel Termografía Sup. (Km2) (%) Tipo cultivo Sup. (Km2) (%)
Nivel 1 35,1 0,2 Labor de secano 10,5 100,0
Nivel 2 250,0 1,3 Labor de secano 48,2 77,4
Labor de regadío 9,3 14,9
Almendro 2,6 4,2
Almendro 2,1 3,5
Nivel 3 1691,0 9,0 Labor de secano 746,3 74,1
Almendro 128,1 12,7
Labor de regadío 94,6 9,4
Frutales 18,8 1,9
Olivo 12,8 1,3
Huerta tradicional 6,9 0,7
Nivel 4 5558,7 29,4 Labor de secano 1488,4 49,6
Almendro 616,8 20,6
Labor de regadío 392,3 13,1
Olivo 248,6 8,3
Frutales 223,3 7,4
Huerta tradicional 26,8 0,9
Arroz 5,0 0,2

La Fig. 7.32 muestra desde el punto de vista espacial la extensión por tipología de
cultivos que se asientan sobre las áreas geográficas más frías de la DHS. Así mismo, la
Tabla 15 recoge los valores absolutos y relativos del parcelario agrícola situado en
dichas zonas, que ha sido extraídas de la reclasificación de las termografías
(MODIS/VIIRS LST). De un total de 14 niveles se escogen los 4 primeros, es decir, los
valles o depresiones que registran las temperaturas más frías durante las madrugadas
de ITN, denominado niveles fríos de termografía. Estos 4 niveles más fríos representan

535
el 40% de la superficie de la DHS (7534,8 km2), y aglutinan 4082 km2 de cultivos en
áreas críticas de frío.

Fig. 7.32. Distribución espacial por tipología de cultivo en las cuatro zonas más frías de
valle. Elaborado a partir del producto de termografías.

Entre los cultivos más destacados sobresale el cereal (labor de secano) con 2293,4 km 2,
de los que más de 58 km2 se encuentran en el polo frío del SE peninsular (Campos de
Hernán Perea). Les sigue el cultivo del almendro con 749,6 km2, labor de regadío con
496,2 km2, olivo con 261,4 km2, frutales con 242,1 km2, o finalmente, y en menor medida,
la huerta tradicional con 33,7 km2.

536
En las áreas más frías de la DHS, predomina, por tanto, un cultivo predominantemente
de secano (cereal, almendro, olivo…), que aparece históricamente en sectores
occidentales del área de estudio. Tradicionales secanos, con un cultivo extensivo,
ubicado en zonas de elevada altitud, y que, en las últimas décadas, ha sido una fuente
de autoabastecimiento para las zonas rurales de interior.

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543
CAPÍTULO 8

CONCLUSIONES GENERALES / GENERAL


CONCLUSIONS Y LÍNEAS FUTURAS DE TRABAJO
8.1. CONCLUSIONES GENERALES

El desarrollo de la Tesis Doctoral ha permitido investigar los procesos de inversión


térmica nocturna en la Demarcación Hidrográfica del Segura, un fenómeno que genera
importantes diferencias térmicas superficiales durante las madrugadas. La aplicación de
diferentes metodologías, entre las que destacan métodos observacionales, tratamiento
de imágenes de satélite o la realización de cartografía de riesgo de alta resolución, ha
permitido obtener una serie de resultados que han dado respuestas a las hipótesis y
objetivos iniciales:

……………………………………………………..

Objetivo 1: Cuantificar el grado de importancia de los procesos de inversión térmica


nocturna (ITN) en el sureste peninsular, sus características y origen.

Hipótesis 1: Notable importancia de las condiciones estables nocturnas, en virtud del


gran número de días despejados al año.

Conclusión 1: En el capítulo 2 se pone de manifiesto la notable recurrencia de procesos


de inversión térmica nocturna en la ciudad de Murcia, y por tanto en el SE peninsular,
con un 83,7% anual. Los estratos de ITN son eminentemente superficiales (SBIs),
predominantes y persistentes especialmente en el invierno (93,2%). Las características
térmicas de la masa de aire en niveles medios-bajos atmosféricos, unido a la fluctuación
altitudinal del estrato de ITN, son los dos componentes principales que tienen una mayor
influencia en las temperaturas mínimas superficiales.

Las tendencias temporales durante las últimas tres décadas, muestran una importante
disminución del número de inversiones térmicas nocturnas (-7,9 días/década). Hay que
añadir un ligero aumento del número de días con ITN durante la última década (2005-
2015). Eso sí, la frecuencia está disminuyendo en los meses de invierno (-1,0 y -1,6
eventos diarios/década en diciembre y enero respectivamente).

Tal y como concluye el capítulo 6, los días de helada están disminuyendo en la mayor
parte de la DHS, influenciados por el incremento de la temperatura de las masas de aire
en niveles medios-bajos atmosféricos (T850) durante el invierno, y por el gradual
ascenso altitudinal de los estratos de ITN, que generan procesos

……………………………………………………….

545
Objetivo 2: Analizar la distribución de temperaturas mínimas bajo condiciones de
estabilidad nocturna en la DHS.

Hipótesis 2: Baja correlación estadística de temperaturas mínimas con la altitud de la


estación (R2 de sólo 0,39). Se establece, por tanto, diferencias térmicas importantes en
estaciones meteorológicas de similar altitud, lo que puede determinar diferencias
absolutas destacadas bajo procesos de ITN.

Conclusión 2: El capítulo 3 determina, en las 50 jornadas de análisis, diferencias


medias de 7,1ºC y absolutas de 13ºC, entre observatorios situados en fondos de valle
(CAP), y los ubicados a mayor altitud en zonas orográficamente complejas. El gradiente
térmico medio vertical (LR) se sitúa en 8ºC/100, registrándose bajo advecciones de
componente suroeste (SO) con masas de aire templadas y con poca carga higrométrica.
Se caracterizan por registrar una velocidad del viento débil en los geopotenciales de 300
a 850 hPa. La presencia de la dorsal subtropical marítima (DTm) centrada al suroeste
de la Península Ibérica genera anomalías térmicas que superan los 3ºC (T850) en
niveles medios atmosféricos.

Finalmente, los parámetros de la capa límite (Zi) y el coeficiente de mezcla vertical (Kz)
son claves en el pronóstico de una inversión térmica nocturna superficial de gran
intensidad. A medida que la Zi posee una menor altitud, y el Kz registra una menor
agitación, los procesos de ITN presentan mayor intensidad de inversión. El grado de
correlación estadística es importante (R2 de -0,57 y -0,74 respectivamente).

…………………………………………………………

Objetivo 3: Elaboración y validación de termografías satelitales como herramienta más


idónea para analizar la distribución térmica superficial.

Hipótesis 3: Las termografías elaboradas, a través de imágenes de satélite con canal


térmico, es la única herramienta capaz de representar la distribución de temperaturas
mínimas superficiales en madrugadas estables. La interpolación de datos espaciales en
temperaturas mínimas es poco precisa en éste ámbito.

Conclusión 3: Los ajustes estadísticos obtenidos por el producto combinado de MODIS


y VIIRS LST en el Capítulo 4 son muy relevantes, con correlaciones estadísticas de R 2
de 0,82 con el producto EuroLST (BIO6) y de 0,83 con las estaciones meteorológicas
superficiales. (nivel de confianza del 99% según los test de Spearman y Pearson). Se
identifican satisfactoriamente las principales CAP del área de estudio y sus
características térmicas, uno de los principales objetivos de análisis de la investigación.

546
La elaboración de un producto combinado, y su gran resultado en la validación, ha
permitido la creación de 22 comarcas climáticas elaboradas por el autor. Una
herramienta más en la futura planificación y gestión de bajas temperaturas y heladas.
Además, se identifican las cabeceras municipales, entidades poblacionales habitadas y
parajes geográficos según umbrales térmicos, sin duda una importante herramienta a
disposición de las administraciones locales y regionales.

Finalmente, también ha sido la fuente principal para la instalación de los sensores


térmicos registradores (datalogger) en los polos fríos de la DHS, así como la
confirmación del Calar de Hernán Perea (Jaén) como el sector más frío del sureste
peninsular.

…………………………………………………………

Objetivo 4: Creación de una red de termómetros registradores (datalogger) propia


distribuidos en valles occidentales de diferente altitud de la cabecera de la DHS, y
ubicados principalmente en piscinas de aire frío (CAP). Analizar los procesos de ITN y
las temperaturas mínimas extremas.

Hipótesis 4: Se trata del ámbito geográfico más frío del SE peninsular, gracias a los
datos arrojados por las escasas estaciones meteorológicas de AEMET (Pontones -
Jaén, Cañadas de Nerpio – Albacete, Campo de San Juan - Murcia), y a las imágenes
satelitales (termografías) consultadas a través de satélites como MODIS/VIIRS, que
estiman temperaturas excepcionalmente frías en la zona.

Conclusión 4. El Calar de Hernán Perea (Jaén) es uno de los ámbitos geográficos más
fríos del sur peninsular, con temperatura mínimas absolutas de -24,2ºC (paraje de
Monterilla) en apenas 4 inviernos de observación. Los promedios registrados son
equiparables a las zonas más frías de la mitad norte peninsular, con valores anuales de
148 heladas, 1754 horas de helada, o una longitud media del periodo de heladas de
253,3 días.

Las temperaturas mínimas extremas (< -15ºC) en los valles occidentales de alta altitud
del área de estudio aparece debido fundamentalmente a intensos procesos de inversión
térmica nocturna. La mayoría de las ocasiones tienen lugar bajo una zona de difluencia
en la península ibérica, representada en una pequeña vaguada de onda larga, y el
anticiclón de las Azores (1029 hPa) en superficie. En el interior SE peninsular aparece
una zona de calma (vientos superficiales muy débiles), con una T850 fría (1-2ºC) y un
punto de rocío extraordinariamente bajo (humedad relativa entre el 37/40%).

547
Generalmente, horas antes del proceso de ITN, tiene lugar la llegada de una línea frontal
de inestabilidad asociada a la zona de divergencia en altura de la vaguada polar
marítima. Genera precipitaciones en forma de nieve, que proporciona un extra en el
enfriamiento radiativo de la superficie. En el área de estudio, el espesor de nieve fresca
es determinante para el registro de temperaturas mínimas extremas en el paraje de
Monterilla (R2 de -0,53). Todas las temperaturas mínimas inferiores a 13ºC en dicho
paraje se acompaña de nieve en la superficie.

……………………………………………………………

Objetivo 5: Analizar, desde el punto de vista espacio-temporal el comportamiento de


los indicadores de frío, a través de una red de observatorios sometidos a varios procesos
de control de calidad de datos.

Hipótesis 5: Tal y como ha sido ampliamente desarrollado a lo largo de todo el planeta


y en la Península Ibérica, el punto de partido es un aumento de la temperatura durante
las últimas décadas.

Conclusión 5: La variación temporal de los índices ET-SCI es mayor en las regiones


C2, C3 y C4, es decir, en regiones ubicadas en zonas de medianías altitudinales y
centrales de la DHS. En estos ámbitos se produce una reducción de frío
estadísticamente significativa en la mayoría de casos. Por su parte, los índices en la
región C5 (cabecera montañosa occidental) registra una dinámica muy diferente al del
resto de la Demarcación, con pocas variaciones del frío nocturno invernal en las últimas
décadas.

La evolución general de las temperaturas nocturnas experimenta un calentamiento en


las últimas décadas en gran parte de la DHS, debido principalmente a la cada vez más
recurrente y reforzada fase positiva del EA index. Los trimestres invernales con las
temperaturas medias de las mínimas más bajas de la base de datos analizada (1950-
2016) en el área de estudio se corresponde con fases negativas del EAi, y viceversa. El
análisis arroja una cada vez menor probabilidad de eventos fríos en el SE peninsular.

…………………………………………………………..

Objetivo 6: Calcular y cuantificar la peligrosidad, vulnerabilidad, exposición y riesgo de


helada. Elaboración de cartografía de alta resolución.

Hipótesis 6: La hipótesis de partida se fundamenta en una reducción de la peligrosidad


de helada, pero, a su vez, con un aumento de la vulnerabilidad como consecuencia de

548
la implantación de una mayor extensión agrícola en zonas de valle durante las últimas
décadas.

Conclusión 6: La peligrosidad está experimentando una notable reducción durante las


últimas décadas. La longitud del periodo de heladas (FP) se ha reducido desde 1950 a
la actualidad (-1,3 días/década), siendo especialmente relevante (estadísticamente
significativo) en zonas próximas al litoral y en medianías de zonas de interior de la DHS.
Especialmente viene determinado por un notable adelanto del final del periodo de
heladas (LSF), con un promedio de 2 días / década en el conjunto del área de estudio.

Por otro lado, la vulnerabilidad y la exposición aumentan durante las últimas décadas,
con un incremento del 72% en la producción agrícola de la Región de Murcia
(especialmente en áreas proclives a las inversiones térmicas nocturnas). Ello determina
que más de 1200 km2 (15,7% del total de superficie agrícola) se encuentran en zonas
de riesgo extremadamente a moderadamente alto cada año, con predominio de
almendros y cereales de secano.

549
8.1. GENERAL CONCLUSIONS

The development of the Doctoral thesis has made it possible to investigate the processes
of nocturnal temperature inversion in the Segura Hydrographic Demarcation, a
phenomenon that generates important surface temperature differences during night
hours. The application of different methodologies, among which are observational
methods, satellite image processing or the realization of high resolution frost risk
mapping, has allowed to obtain a series of results that have given answers to the initial
hypotheses and objectives:

……………………………………………………..

Objective 1: To quantify the importance of nocturnal temperature inversion processes


(ITN) in the southeast of the iberian peninsula, their characteristics and origin.

Hypothesis 1: Remarkable importance of stable night conditions, due to the large


number of clear days per year.

Conclusion 1: Chapter 2 reveals the notable recurrence of nocturnal temperature


inversion processes (ITN) in the city of Murcia, and therefore in the SE of the iberian
peninsula, with 83.7% per year. ITN atmospheric layer are eminently superficial (SBIs),
predominant and persistent, especially in winter (93.2%). The thermal characteristics of
the air mass at medium-low atmospheric levels, together with the altitudinal fluctuation
of the ITN layers, are the two main components that have a greater influence on the
minimum surface temperatures.

The temporal trends during the last three decades show a significant decrease in the
number of nocturnal temperature inversions (-7.9 days / decade). It should be added a
slight increase in the number of days with ITN during the last decade (2005-2015). Of
course, the frequency is decreasing in the winter months (-1.0 and -1.6 daily events /
decade in December and January respectively).

As Chapter 6 concludes, frost days are decreasing in most of the Segura Hydrographic
Demarcation, influenced by the increase in the temperature of air masses at mid-lower
atmospheric levels (T850) during winter, and by the gradual elevation ascent of ITN
layer, generating less intense inversion processes.

……………………………………………………….

550
Objective 2: Analyze the distribution of minimum temperatures under conditions of night
stability in the Segura Hydrographic Demarcation.

Hypothesis 2: Low statistical correlation of minimum temperatures with station altitude


(R2 0.39). Therefore, important thermal differences are established in meteorological
stations of similar altitude, which can determine outstanding absolute differences under
ITN processes.

Conclusion 2: Chapter 3 determines, in the 50 days of analysis, averages differences


of 7.1ºC and absolute differences of 13ºC, between observatories located in cold air
pools (CAP), and those located at higher altitudes in orographically complex areas. The
average vertical lapse rate (LR) is 8ºC/100 m, registering under advections of the
southwest component (SO) with temperate air masses and with little relative humidity.
They are characterized by registering a weak wind speed in the geopotentials of 300 to
850 hPa. The presence of the maritime subtropical ridge (DTm) centered to the
southwest of the iberian peninsula generates thermal anomalies that exceed 3ºC (T850)
in mean atmospheric levels.

Finally, the boundary layer (Zi) and the vertical mixing coefficient (Kz) are key in the
forecast of a high intensity superficial night temperature inversion. As the Zi has a lower
altitude, and the Kz registers less velocity, the ITN processes present greater intensity
of inversion. The degree of statistical correlation is important (R 2 of -0.57 and -0.74
respectively).

…………………………………………………………

Objetive 3: Preparation and validation of satellite thermographies as the most suitable


tool to analyze surface temperature distribution.

Hypothesis 3: The satellite image with a thermal channel is the only tool available to
know very roughly the surface thermal distribution on nights of temperature inversion.
The interpolation of spatial data in minimum temperatures is very imprecise in this area.

Conclusion 3: In Chapter 4, the statistical adjustments obtained are very relevant with
the combined product of MODIS and VIIRS LST, with statistical correlations of R 2 of 0.82
with the EuroLST product (BIO6) and 0.83 with the surface meteorological stations (level
of 99% confidence according to the Spearman and Pearson tests). The main CAP of the
study area and their thermal characteristics are satisfactorily identified, one of the main
analysis objectives of the research.

551
The elaboration of a combined product (VIIRS/MODIS), and its great result in the
validation, has allowed the creation of 22 climatic regions elaborated by the author. One
more tool in the future planning and management of low temperatures and frosts. In
addition, municipal capitals, inhabited population entities and geographic locations are
identified according to thermal thresholds, undoubtedly an important tool available to
local and regional administrations.

Finally, it has also been the main source for the installation of the thermometers
recorders (datalogger) in the CAP of the Segura River Basin, as well as the confirmation
of Hernán Perea Plateau (Jaén) as the coldest sector in the southeast of the iberian
peninsula.

…………………………………………………………

Objetive 4: Creating a network of recording thermometers (dataloggers) distributed in


western valleys of different altitudes from the Segura Hydrographic Demarcation, and
located mainly in cold air pools (CAP). Analyze ITN processes and extreme minimum
temperatures.

Hypothesis 4: It is the coldest geographical area in the SE of the iberian peninsula, due
to the data provided by the few AEMET meteorological stations (Pontones - Jaén,
Cañadas de Nerpio - Albacete, Campo de San Juan - Murcia), and the satellite images
(thermographies) consulted via satellites as MODIS/VIIRS, which estimate exceptionally
cold temperatures in the area.

Conclusion 4: It is confirmed that the Hernán Perea Plateau (Jaén) is one of the coldest
geographical areas in the south of the iberian peninsula, with absolute minimum
temperatures of -24.2ºC (Monterilla`s sinkhole) in just 4 observation winters. The
minimum temperatures recorded are comparable to the coldest areas of the northern of
the iberian peninsula, with annual values of 148 frost days, 1754 frost hours, or an
average length of the frost period of 253.3 days, exceptionally cold temperatures in the
study area.

The extreme minimum temperatures (<-15ºC) in the high altitude western valleys of the
study area appear mainly due to intense nocturnal temperature inversion processes.
Most of the occasions take place under a diffluence zone in the iberian peninsula,
represented in a small long wave trough, and the Azores anticyclone (1029 hPa) on the
surface. In the interior SE of the iberian peninsula, a zone of calm appears (very weak
surface winds), with a cold T850 (1-2ºC) and an extraordinarily low dew point (relative
humidity between 37/40%).

552
Generally, hours before the ITN processes, the arrival of a front line of instability
associated with the zone of divergence in height of the polar maritime trough occurs. It
generates precipitation as snow, which provides an extra radiative cooling of the surface.
In the study area, the fresh snow depth is decisive for the record of extreme minimum
temperatures in the Monterilla area (R2 of -0.53). All the minimum temperatures below -
13ºC in this place are accompanied by snow on the surface.

……………………………………………………………

Objetive 5: Analyze, from the spatio-temporal, the behavior of cold indicators through
several observatories subjected to various data quality control processes.

Hypothesis 5: As it has been widely developed throughout the planet and in the iberian
peninsula, the starting point is an increase in temperature during the last decades.

Conclusion 5: The temporal variation of the ET-SCI indices is greater in the C2, C3 and
C4 regions, that is, in regions located in the mid-altitude and central areas of the Segura
River Basin. In these areas there is a statistically significant reduction in cold in most
cases. Finally, the indices in the C5 region (western mountainous) show a very different
dynamic from the rest of the Demarcation, with few variations in the winter night cold in
recent decades.

The evolution of night temperatures experiences a warming in the last decades in a large
part of the Segura Hydrographic Demarcation, mainly due to the increasingly recurrent
and reinforced positive phase of the EA index. The winter with the lowest minimum
average temperatures of the analyzed database (1950-2016) in the study area,
correspond to very negative phases of the EAi. The analysis shows a decreasing
probability of cold events in the SE of the peninsula during the last decades.

…………………………………………………………..

Objetive 6: Calculate and quantify the frost danger, vulnerability, exposure and risk.
Elaboration of high resolution cartography.

Hypothesis 6: The starting hypothesis is based on a reduction in the frost danger, but,
in turn, with an increase in vulnerability as a consequence of the implementation of a
greater agricultural extension in valley areas during the last decades.

Conclusion 6: The natural danger is undergoing a notable reduction in recent decades.


The length of the frost period (FP) has been reduced from 1950 to the present (-1.3
days/decade), being especially relevant (statistically significant) in coast areas and in

553
midlands of the interior areas of the Segura Hydrographic Demarcation. It is especially
determined by a notable advance of the end of the frost period (LSF), with an average
of 2 days / decade in the whole study area.

Vulnerability and exposure have increased in recent decades, with a 72% increase in
agricultural production in the Murcia of Region (especially in areas prone to nocturnal
temperature inversions). This determines that 1200 km2 (15.7% of the total agricultural
area) are found in extremely to moderately high risk areas each year, with a
predominance of dry almond trees and cereals.

8.2. APORTACIONES DE LA TESIS DOCTORAL Y FUTURAS LÍNEAS DE


INVESTIGACIÓN

El trabajo realizado en la Tesis Doctoral aporta una visión global y muy heterogéneo
sobre el frío nocturno en el SE peninsular, con análisis a escala regional y comarcal.
Entre los objetivos alcanzados está el de la localización de los enclaves geográficos más
fríos de la DHS, donde las herramientas de teledetección (termografías) han sido claves
para la identificación.

El análisis de la deposición de aire nocturno más frío en los fondos de valle y


depresiones debe marcar una importante línea futura de investigación, gracias al
desarrollo de nuevas metodologías desarrolladas a menor escala. La realización de
estudios microclimáticos supone un campo de estudio de especial interés,
especialmente en depresiones cerradas, donde el perfeccionamiento y el desarrollo de
nuevos algoritmos permite un mejor análisis. Se propone, a nivel general, la aplicación
de las siguientes metodologías:

 Datos observacionales, mediante la monitorización de cuencas, depresiones o


dolinas. Instalación de sensores termo-higrométricos desde el fondo al borde del
cerramiento, con información complementaria de dirección y velocidad del
viento.

 Uso de técnicas y Sistemas de Información Geográfica (SIG) para el análisis de


piscinas de aire frío (CAP). El análisis del terreno mediante SIG se ha convertido
en una herramienta muy eficaz, especialmente con la mejora de la resolución
espacial de los Modelos Digitales de Elevación (DEM). Los nuevos productos
con resolución espacial de 5 y 2 m, y los nuevos LIDAR, con nubes de puntos
de resolución vertical de 10 a 20 cm permiten un análisis muy detallado.

554
 Desarrollo de códigos (Javascript) como los de Google Earth Engine para
visualizar datos de satélite térmico de alta resolución (ASTER y Landsat 8).

Tal y como se ha avanzado en el Capítulo 4, las depresiones topográficamente cerradas


(sin desagüe) son los enclaves que más frío acumulan, y, por tanto, donde se registran
las temperaturas mínimas más bajas. Es posible hacer una distinción básica entre
piscinas de aire frío cerradas y abiertas:

 Piscinas cerradas: Las depresiones cerradas ofrecen las mejores condiciones


para la formación de una piscina y acumulación de aire frío. Aquí predominan
tres tipos de formación: fenómenos kársticos en piedra caliza (por ejemplo, La
Brévine en Suiza), a partir de eventos de deslizamientos de tierra (Voralpsee en
Suiza) y sumideros formados por procesos glaciales.

 Piscinas abiertas: Las piscinas de aire frío que no están completamente


cerradas se forman donde la entrada excede la salida de aire frío durante la fase
de acumulación.

8.2.1. Factores geomorfológicos

Además de las características meteorológicas (calma, cielo despejado, capa de nieve


fresca, masa de aire lo más fría posible), también hay una disposición estática, dada por
el modelado topográfico. Los factores geomorfológicos son claves para el análisis de la
deposición de aire frío nocturno, especialmente en las depresiones de terreno cerrado
sin escorrentía sobre el suelo.

Whiteman et al., (2004) y Dorninger (2016) muestran en sus investigaciones una


comparativa de perfiles térmicos en diferentes tipos de dolinas vecinas, en el que el
factor de visión de cielo visible o “Sky view Factor” (SvF) proporciona la mejor
explicación para temperaturas muy bajas, aunque otras características también son
importantes:

555
Fig. 8.1. Altura de piscina (m) en depresiones cerradas. Altiplano kárstico de Hernán
Perea (Jaén).

 Altura de piscina o profundidad de la depresión: es la diferencia de altura entre


el punto más bajo de la depresión y el punto de desbordamiento o cierra más
bajo. Según la literatura científica la profundidad de una dolina está
estrechamente relacionada con el potencial de temperaturas mínimas extremas.
En la dolina del Glattalp (Suiza), el 7 de febrero de 1991 se registró la
temperatura mínima más baja registrada en Suiza, con -52.5ºC. La diferencia de
altura entre la estación de medición y el punto de desbordamiento del lago de
aire frío es de 16 m. A través del algoritmo desarrollado por Planchon y Darboux
(2001), es posible la identificación de depresiones cerradas sin desagüe, como
se aprecia en los ejemplos expuestos (Fig. 8.1)

 Área de la piscina de aire frío: otro de los aspectos fundamentales para la


potencial acumulación de aire frío, es la extensión o superficie de la depresión.
A pesar de ello, cerramientos de menor extensión pueden registrar temperaturas
mínimas más bajas, aunque no suele ser habitual.

556
 Volumen de la piscina de aire frío: las piscinas de aire frío de mayor dimensión,
uniendo la profundidad de piscina, tienden a registrar las temperaturas mínimas
absolutas más bajas, al igual que ocurre con el área. Esta vez es más
determinante, pues se tiene en cuenta la altura.

 Elevación del factor de vista horizonte / cielo o “Sky view Factor” (Marks y Dozier,
1979). En cielos despejados y aire con escasa carga higrométrica, la radiación
de onda larga es mínima y menos importante que la radiación de onda larga de
la superficie de la tierra. El balance de radiación en el fondo de un valle es óptimo
para la formación de piscinas de aire frío cuando las laderas circundantes son lo
más planas posible y las montañas no son demasiado altas. El SvF es una
medida que se puede calcular de forma continuada para cada punto de la
superficie terrestre (Fig. 8.3 y 8.4). A través del software SAGA es posible su
cálculo, gracias a los algoritmos desarrolados por Oke (2000), Boehner y Antonic
(2009) y Hantzschel et al. (2015).

 Energía de alivio: el aire frío no solo se forma directamente en la CAP, sino que
fluye desde las laderas circundantes desde el área de captación, a mayor altitud.
El área de captación es similar con el área de captación hidrológica superficial.
La energía de alivio tiene varios efectos sobre las temperaturas mínimas en una
piscina de aire frío:

 La energía de alivio está estrechamente relacionada con el Factor Sky View


(teniendo en cuenta la extensión del área de captación): dos piscinas de aire
frío que son idénticos en forma y tamaño al área de captación, el que tiene
un Factor Sky View más alto tiene la energía de alivio más baja.

 Una energía de alivio elevada conduce a mayores velocidades de descarga


de aire frío. Esto significa que la capa superior de la piscina de aire frío se
mezcla de forma turbulenta y, por lo tanto, se altera. No se espera influencia
en las capas más bajas.

557
Fig. 8.2. Altura de piscina (m) en depresiones cerradas. Altiplano kárstico de la Sierra
de la Cabrilla (Jaén).

 Elevación del valle: en promedio, la temperatura del aire disminuye 0,65ºC por
cada 100 m de diferencia de altitud (Organización de Aviación Civil Internacional,
2002). En el Capítulo 3 se corrobora que los procesos de ITN a mayor altitud,
por lo general, registran temperaturas mínimas más bajas. Por lo que una
depresión, a mayor altitud, será potencialmente más fría. Deben mencionarse
dos fenómenos en este contexto:

 Con el aumento de la altitud, la velocidad del viento aumenta y la probabilidad


de que una piscina de aire frío se mezcle turbulentamente aumenta. Este
hecho reduce el número de casos con condiciones óptimas (Eckart et al.,
2008). Dorninger (2016) concluye que, en la dolina de Scheichenspitzkar a
2384 m de altura, no se produjo una sola noche de radiación completamente
libre de problemas en el invierno de 2007/2008, y, sin embargo, el 2 de enero
de 2008 se registró una temperatura mínima absoluta de -48.4°C.

558
Fig. 8.3. Altura de la piscina(m) de inversión térmica (líneas negras) y Sky view Factor
(coloreado). Altiplano kárstico de Hernán Perea (Jaén).

 El hundimiento a gran escala en un área de alta presión conduce a la


formación de una inversión térmica. Se forma una piscina de aire frío debajo
del estrato de inversión, sobre el cual el aire puede ser extremadamente
templado y seco. A medida que avanza la vida útil de un área de alta presión,
este límite de inversión disminuye. Este fenómeno a menudo se puede
observar en niveles altitudinales medios en forma de un límite superior de
niebla que cae lentamente. Si una depresión está por debajo de una
inversión, está en la masa de aire más fría. Sin embargo, la capacidad de
irradiar de noche y, por lo tanto, de formar una piscina local de aire frío se
puede reducir mediante la formación de niebla o niebla alta (punto de rocío
relativamente alto). Si el límite superior de inversión cae por debajo de la
altitud de la depresión debido al hundimiento, entonces se encuentra en una
masa de aire inicial más cálida. Sin embargo, la humedad extremadamente
baja y, por lo tanto, el bajo punto de rocío puede ser beneficioso para la

559
formación de una piscina local de aire frío. Se pueden observar grandes
amplitudes de temperatura en estas condiciones.

Fig. 8.4. Altura de la piscina(m) de inversión térmica (líneas negras) y Sky view Factor
(coloreado). Altiplano kárstico de la Sierra de la Cabrilla (Jaén).

8.2.2. ¿Cómo identificar piscinas de aire frío y su potencial para acumular


aire más frío bajo condiciones nocturnas estables?
Como línea futura de trabajo se propone la combinación topográfica para calcular el
potencial de acumulación de aire más frío en depresiones cerradas, y registrar, por
tanto, temperaturas mínimas más bajas. Para ello, se utilizan los geoprocesos de cálculo
de altura de piscina, el Sky view Factor (SvF), y la altitud del pixel. Se propone por tanto
un Índice Topográfico Integrado (ITI), cuya reclasificación facilita la identificación a
escala microlocal (Fig. 8.3)

Las dolinas sin drenaje pueden ser calculadas e identificadas matemáticamente


mediante la utilización de modelos de elevación digital y sistemas información
geográfica (SIG)

560
Fig. 8.5. Propuesta de índice topográfico integrado (ITI). Altiplano kárstico de Hernán
Perea (Jaén).

Finalmente, el avance y la mejora en los sistemas de teledetección permite la consulta


y elaboración de termografías de mayor resolución espacial, que permite una mejor
visualización de las depresiones cerradas y su potencial para acumular aire frío.
Recientemente es posible consultar los productos de temperatura de brillo de la
superficie terrestre (Brightness Temperature) de Sentinel-3 SLSTR, con un sensor
térmico de resolución de 1 km, similar a MODIS.

Esta visualización térmica se basa en la banda térmica 10 del satélite Landsat 8. En la


longitud de onda central de 10895 nm está en el infrarrojo térmico, o TIR: detecta calor.
En lugar de medir la temperatura del aire, como hacen las estaciones meteorológicas,
la banda 10 informa sobre el terreno, que a menudo es mucho más caliente. Las bandas
térmicas 10 y 11 son útiles para proporcionar temperaturas superficiales más precisas
y se recogen a 100 metros

561
Fig. 8.6. Propuesta de índice topográfico integrado (ITI). Altiplano kárstico de la Sierra
de la Cabrilla (Jaén).

8.2.3. Caso de estudio futuro de la dolina de Pozo Romero, Siles (Jaén):


microclimas de frío extremo en el SE peninsular

La aplicación de algoritmos geomorfológicos que han sido descritos en epígrafes


anteriores, unido a la aplicación práctica de las imágenes de satélites de alta resolución
(Landsat 8 o ASTER), están permitiendo la identificación de depresiones cerradas con
microclimas sustancialmente diferentes al de su entorno. Uno de los casos
paradigmáticos, y más evidentes, ocurre en la dolina de Pozo Romero, ubicada al
suroeste del Calar del Mundo (provincia de Albacete) (Fig. 8.7), donde se han registrado
temperaturas inusualmente extremas en el sureste de la Península Ibérica.

La dolina se caracteriza por poseer unos parámetros geomorfológicos inmejorables para


la deposición de frío estable según la literatura científica (Whiteman et al., 2004;
Steinacker et al., 2007). El fondo se sitúa a una altitud mínima de 1399 m, localizándose,

562
por tanto, a una altitud considerable de media montaña. Además, cuenta con una altura
de piscina muy notable (27,6 m), lo que eleva a una altitud mínima del borde a 1426,6
m. Posee un SvF realmente importante (0,97), conformando morfológicamente una
dolina de suaves laderas y de unas dimensiones importantes, con 554 m de largo y 295
m de ancho (152085 m2). Por tanto, el volumen de piscina alcanza una destacada cifra
de 2208593 m3, superior a la de la mega dolina de la Nava del Polvo (1672511 m 3).

Fig. 8.7. Localización geográfica del Calar del Mundo (Albacete) y dolina de Pozo
Romero.

El análisis topográfico de alta resolución permite distinguir hasta 3 sub-dolinas en el


conjunto de Pozo Romero, así como varios niveles altitudinales y dos brazos principales
en el interior de la dolina. Se generan, por tanto, pequeñas CAP dentro del cerramiento
general, lo que potencia la acumulación de aire frío en el interior de las pequeñas sub-
dolinas. Las imágenes satelitales de muy alta resolución, como las realizadas a través
del satélite Landsat 7-8, permiten identificar el sector más frío de la dolina, tal y como
refleja la Fig. 8.8 en una jornada de verano, donde la estimación de la diferencia entre
el fondo y el borde alcanza los 7ºC.

563
Fig. 8.8. Termografía de muy alta resolución de Landsat 7 en una jornada de verano,
donde se estima una diferencia de casi 7ºC entre el fondo y borde de la dolina.

La dolina de Pozo Romero, en virtud de sus excelentes parámetros morfoclimáticos,


empieza a ser monitorizada el 1 de diciembre de 2019 en el punto de menor altitud (1399
m). Se instala un sensor registrador de temperatura de tipo Elitech RC-5 en el interior
de una garita meteorológica casera (Fig. 8.9). Los primeros datos de temperatura,
recogidos tras el confinamiento por el COVID 19, muestran valores más fríos que los
registrados en el mismo intervalo temporal en los Campos de Hernán Perea o Calar del
Mundo, situándose a la altura de los grandes polos fríos a nivel nacional. Las
temperaturas registradas distan notablemente de los valores térmicos en el contexto
regional del sureste peninsular, constituyendo temperaturas realmente frías en un
invierno con carácter suave (19/20). Entre los que destacan los siguientes datos de
interés:

 Tª mínima absoluta: -15,4ºC (13 de enero 2020)


 Nº heladas en el periodo 19/20: 150 heladas
 Tª media de las mínimas (en el trimestre diciembre, enero, febrero): -5,6ºC

564
Fig. 8.9. Panorámica de la sub-dolina de menor altitud en Pozo Romero, Siles (Jaén).

Durante el mismo periodo invernal, en sensor más frío de la red de datalogger de la


Tesis Doctoral, la Nava del Polvo, registra una temperatura mínima de -15,6ºC, una
temperatura media de las mínimas de -3,2ºC, y un total de 134 heladas. Sin duda,
índices de persistencia de frío menos importantes que Pozo Romero.

Las diferencias incluso se acentúan en el periodo transcurrido entre el 28/12/2019 y el


16/01/2020. Sin nieve en la superficie durante el periodo, Pozo Romero es capaz de
registrar una temperatura media de las mínimas de -11,7ºC, con un total de 16 jornadas
con valores inferior a -10ºC. Durante el mismo periodo, la dolina de Monterilla (Calar de
Hernán Perea) registra una temperatura media de las mínimas de -7,4ºC, y 2 jornadas
con temperaturas por debajo de -10ºC. Hasta la monitorización piloto de Pozo Romero,
el Calar de Hernán Perea se postulaba como territorio más frío del sureste peninsular,
aunque tras el análisis y a la identificación de la dolina de Pozo Romero, parece
evidenciar el importante cambio de estudio en los microclimas interiores de
características frías invernales.

565
Fig. 8.10. Evolución térmica diezminutal durante las jornadas del 30 al 31 de agosto de
2020 para los sensores de Pozo Romero y los ubicados en el Calar de Hernán Perea e
inmediaciones: Era Alta de Pontón Alto, la dolina de Monterilla y Navalasno (Jaén). Eje
X: temperaturas (ºC), eje Y: horas.

Sin duda, uno de los aspectos más relevantes en el análisis de los datos térmicos han
sido las bajísimas temperaturas registradas fuera del periodo frío, y las importantísimas
oscilaciones térmicas diarias. Concretamente durante el verano y otoño del 2020
registra datos de temperaturas mínimas sin precedentes en la mitad sur peninsular (Fig.
8.11):

 -6,8ºC (30 de agosto 2020)


 -8,5ºC (31 de agosto 2020)
 -5,1ºC (1 de septiembre 2020)
 -7,9ºC (28 de septiembre 2020)
 -10,8ºC (12 de octubre 2020)
 -7,8ºC (15 de octubre 2020)
 -12,1ºC (16 de octubre 2020)

566
Especialmente llamativa es la temperatura mínima del 31 de agosto de 2020 con -8,5ºC,
aspecto insólito en la climatología del sur peninsular (Fig. 8.10). Además, Pozo Romero
anota una diferencia muy notable respecto a otros polos fríos de Hernán Perea e
inmediaciones, reafirmando una zona hasta ahora desconocida en el contexto climático
del sureste peninsular.

Fig. 8.11. Ejemplo de la evolución térmica con datos diezminutales del sensor Elitech
RC-5 de Pozo Romero del 06/10/2020 al 16/10/2020, extraído directamente del software
del datalogger.

A continuación, se analizan dos periodos temporales con los datos térmicos de Pozo
Romero, así como su comparativa con otros emplazamientos muy fríos del sureste de
la Península Ibérica y de España. Todo ello para poner en contexto la magnitud de los
datos. Se trata de dos periodos contrapuestos, uno de los más fríos del año durante el
invierno, y el periodo de canícula en pleno verano.

El periodo comprendido entre el 15 de diciembre de 2019 al 15 de enero de 2020 se


caracteriza por presentar una temperatura media de las mínimas de -7,9ºC en Pozo
Romero, registro similar a dos de las zonas más frías de la Península, por un lado, la
Vega de Liordes, con un promedio de 7,8ºC, o en el gélido paraje del Estany Saburó, en
el Pirineo de Lleida, con un valor de -8,3ºC (Tabla 8.1). Pozo Romero no registra ninguna
jornada de nieve en la superficie durante el periodo de análisis, mientras que, la Vega
de Liordes y Estany Saburó ven potenciada su temperatura por la influencia de la
cobertura nivosa. Muestra de ello son las temperaturas mínimas absolutas alcanzadas
(-19,7 y -18,6ºC), aunque en varias jornadas Pozo Romero registra valores más bajos
(Fig. 8.12).

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Tabla 8.1. Características térmicas de los puntos más fríos del sureste peninsular (DHS)
y a nivel nacional (España) en el periodo 15/12/2019 al 15/01/2020.

T Med T Min
Altitud Nº
Paraje Municipio, Provincia Red Min Abs.
(m) Heladas
(ºC) (ºC)
Pozo Romero Siles, JA Propia 1399 -7,9 -15,4 29
Cañada Yeguas Riopar, AB Propia 1533 -5,0 -11,9 27
Lag. Bonache Siles, JA Propia 1290 -4,8 -12,5 28
Monterilla Santiago, JA Propia 1660 -4,7 -11,2 28
Nava del Polvo Cazorla, JA Propia 1836 -4,5 -12,0 26
La Risca Moratalla, MU Propia 1047 -4,3 -11,2 28
Pontones Santiago, JA Propia 1338 -4,0 -10,5 29
Estany Saburó Torre de Cabdella, LLE MeteoPirineu 2470 -8,3 -19,7 28
V. de Liordes Posada de Valdeón LE ACAMET 1872 -7,8 -18,6 27
La Vasequilla Checa, GU MeteoCheca 1520 -5,8 -15,5 25
Villaceid Soto y Amío, LE ACAMET 1026 -5,0 -11,4 22

Fig. 8.12. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) en el periodo invernal del 15/12/2019
al 15/01/2020 en los parajes de la Nava del Polvo (Cazorla, Jaén), Pozo Romero (Siles,
Jaén), Vega de Liordes (Posada de Valdeón, León), y Estany Saburó (Torre de
Cabdella, Lleida).

Por su parte, durante el periodo canicular arroja datos de gran interés, con una
temperatura media de las mínimas de 5,2ºC en Pozo Romero. Se trata de un valor medio
similar a dos grandes polos fríos nacionales, como el Portero de Monteagudo del Castillo

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(Teruel), y Villaceid (León), con valores de 5,0 y 4,0ºC respectivamente (Tabla 8.2). Eso
sí, los ámbitos de Prado Veneiro (León) y La Vasequilla (Guadalajara) registran valores
mínimos estivales ostensiblemente más bajos. Además, Pozo Romero es capaz de
registrar hasta 3 días de helada con un valor mínimo de -0,6ºC, resultados realmente
anómalos en el sureste peninsular. Por su parte, Villaceid, El Portero, o incluso la Vega
de Liordes registran entre 1 y 2 días de helada, y temperaturas mínimas absolutas de
0,0ºC a -1,1ºC (Fig. 8.13).

Tabla 8.2. Características térmicas de los puntos más fríos del sureste peninsular (DHS)
y a nivel nacional (España) en el periodo canicular del 15/07/2020 al 15/08/2020.

T Med T Min
Altitud Nº
Paraje Municipio Red Min Abs.
(m) Heladas
(ºC) (ºC)
Pozo Romero Siles, JA Propia 1399 5,2 -0,6 3
Los Pocicos Riopar, AB Propia 1527 7,1 1,8 0
Nava del Polvo Cazorla, JA Propia 1836 10,6 2,7 0
Cjo. de Tortas Paterna, AB Propia 1373 11,2 7,3 0
Viboreros Vianos, AB Propia 1555 11,3 4,9 0
Río Zumeta Santiago, JA Propia 1200 11,6 8,5 0
Prado Veneiro Cospedal ,LE NOROMET 1208 2,1 -2,7 9
La Vasequilla Checa, GU MeteoCheca 1520 2,8 -2,0 5
Villaceid Soto y Amío, LE NOROMET 1026 4,0 -0,5 2
El Portero Mont. del Castillo, TE AVAMET 1489 5,0 0,0 1
Vega de Liordes Posada de Valdeón LE ACAMET 1872 6,6 -1,1 1

Fig. 8.13. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) en el periodo canicular del 15/07/2020
al 15/08/2020 en los parajes de la Nava del Polvo (Cazorla, Jaén), Pozo Romero (Siles,
Jaén), Prado Veneiro (Cospedal, León), y La Vasequilla (Checa, Guadalajara).

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Tras la revisión de bases de datos en el sur peninsular, se está en disposición de afirmar,
que las temperaturas mínimas registradas en Pozo Romero durante las jornadas del 31
de agosto y el 16 de octubre de 2020 son efemérides de valores mínimos absolutos
desde que existen datos térmicos fiables. Incluso, tras cuatro años de observación en
los contrastados polos fríos del área de estudio (Nava del Polvo y Monterilla), las
temperaturas mínimas absolutas de los meses de agosto y octubre se sitúan en 2,5ºC
y -5,6ºC respectivamente. Los registros de -8,5ºC y -12,1ºC en Pozo Romero, situaron
al paraje durante esos días entre las temperaturas mínimas absolutas más bajas de
España (Tabla 8.3).

Tabla 8.3. Temperaturas mínimas absolutas (ºC) más bajas a nivel nacional durante dos
de las jornadas más relevantes en Pozo Romero, correspondientes al 31 de agosto y 16
de octubre de 2020. Fuente: redes meteorológicas oficiales y aficionadas.

Paraje Municipio Red Altitud T Min Abs.


(ºC)
31 de agosto de 2020
Garganta del Villar G. del Villar, AV Meteored 1463 -10,2
La Vasequilla Checa, GU MeteoCheca 1520 -10,0
El Hoyón Ródenas, TE MeteoCheca 1200 -9,3
Pozo Romero Siles, JA Propia 1399 -8,5
Monteagudo - Portero Paterna, AB AVAMET 1489 -7,5
Aguas Amargas Griegos, TE Meteored 1595 -6,6
As Lamas de Meixide La Vega, OR Meteored 1221 -5,5
Villaceid Soto y Amío, LE NOROMET 1026 -4,1
Prado Veneiro Cospedal ,LE NOROMET 1208 -3,2
16 de octubre de 2020
Clot de la Llança Alt Àneu, LE Meteopirineu 2305 -15,8
Pozo Romero Siles, JA Propia 1399 -12,1
Laguna del Marquesado L. Marquesado, Cu Meteoclimatic 1303 -10,3
Villaceid Soto y Amío, LE NOROMET 1026 -10,1
La Vasequilla Checa, GU MeteoCheca 1520 -9,8
Cap de Vaqueira Naut Arán, LE AEMET 2467 -9,3
Prado Veneiro Cospedal ,LE NOROMET 1208 -9,2
Monteagudo - Portero M. del Castillo, TE AVAMET 1489 -7,5
Villanueva de Valrojo Ferreras Arriba, ZA Meteored 799 -6,9
Villarquemado Villarquemado, TE SIAR 996 -6,2

Tras la monitorización inicial, con el propósito de corroborar los buenos datos del análisis
geomorfológico y de termografías de alta resolución, la dolina de Pozo Romero ha
obtenido registros de temperatura que podrían catalogar a este lugar como uno de los
más fríos de España. Ante su notable interés, y como objetivo futuro de una
monitorización mucho más exhaustiva, el 16 de octubre de 2020 quedan instalados 4
termómetros registradores en diferentes niveles de la dolina (Fig. 8.14). Uno de los

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principales objetivos es corroborar mediante el análisis de un periodo temporal más
amplio los registros de frío extremo que caracterizan a la zona. Pero también la hipótesis
de partida de amplias diferencias térmicas en el interior de la dolina, y poder explicar,
por tanto, su funcionamiento en la deposición de frío estable.

La instalación se ha llevado a cabo mediante la utilización de termómetros registradores


Elitech RC-5 en garitas homologadas tipo Davis 7710, con un rango temporal
diezminutal (Fig. 8.15). La puesta en marcha de los sensores tiene el beneplácito y
permiso del Excelentísimo Ayuntamiento de Siles (Jaén).

Fig. 8.14. Detalle de la dolina de Pozo Romero. Curvas de nivel a 1 m de intervalo


espacial (líneas naranjas), altura de piscina (líneas grises) y ubicación de los
termómetros registradores (estrellas azules) sobre ortofoto del PNOA.

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Fig. 8.15. Instalación de un termómetro registrador Elitech RC-5 en el interior de la garita
meteorológica homologada tipo Davis 7710 en el punto D1 de la dolina de Pozo Romero.

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