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Territorios Educativos y Transformacion
Territorios Educativos y Transformacion
Reevo – reevo.org
TERRITORIOS EDUCATIVOS Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL
SEPTIEMBRE 18, 2014
SOBRE EL ARTÍCULO
CAMBIO DE PARADIGMA
En Brasil, en los últimos años, vienen creciendo las iniciativas emancipadoras en
el campo de la educación. Algunos procesos sociales posibilitan comprender este
contexto favorable.
En primer lugar, el desarrollo de las nuevas tecnologías de comunicación e
información ha facilitado los procesos de aprendizaje autónomo, haciendo
obsoletas las estructuras de enseñanza basadas en salas con los pupitres mirando
a la pizarra, las aulas expositivas, el conocimiento fragmentado en disciplinas, el
adulto que profesa para seres sin luz ni voz. Estas mismas tecnologías posibilitan
también nuevas formas de producción de conocimiento, basadas en redes,
superando la dependencia de las obras de los especialistas, producidas y
difundidas en forma centralizada.
En el contexto de la llamada “sociedad del conocimiento” resulta aún más
evidente el hecho de que la educación implica el involucramiento de las personas
en múltiples flujos comunicativos; flujos que serán tanto más educativos cuánto
más rica sea la trama de interacciones.
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TERRITORIOS EDUCATIVOS
Al abrirse e involucrarse con las cuestiones sociales locales, la escuela pasa a
catalizar procesos que pueden convertirse en territorios educativos. Esta es la otra
vertiente que el movimiento asume hoy. Se busca crear las condiciones para que
los diversos actores de los lugares donde viven los niños y los jóvenes
reconozcan su responsabilidad en la educación de las nuevas generaciones y se
organicen en torno a un proyecto común.
La conceptualización, así como la experiencia de los territorios educativos,
todavía es vaga e incipiente. En este documento, vamos a adoptar la perspectiva
de los territorios educativos que viene siendo construida por la Asociación
Ciudad Escuela Aprendiz (Associação Cidade Escola Aprendiz) (7) desde 1997;
una organización social de interés público, con sede en la ciudad de São Paulo y
actuación en diversas ciudades del país, que hoy asume la gestión del Centro de
Referencias en Educación Integral (Centro de Referências em Educação
Integral).
Esta visión de territorio parte del principio de que, al referirnos al espacio usado
por las personas, estamos tratando, al mismo tiempo, de contenido, de medio y
proceso de las relaciones sociales. Se comprende al territorio, así, como producto
de las dinámicas sociales.
Esa noción de “territorio usado” remite a una construcción hecha por las
personas a partir de los trayectos diarios trabajo-casa, casa-escuela, de las
relaciones que se establecen en el uso de los espacios a lo largo de la vida, de los
días, de lo cotidiano de las personas. El sentimiento de pertenencia es un
elemento central aquí, surgido de la experiencia de las personas y de aquello que
ejercen y proyectan sobre los espacios. El territorio vincula, así, dimensiones
concretas, como dimensiones de representación del espacio en el que se vive. Del
mismo modo que las relaciones de identidad, las relaciones de vecindad inciden
fuertemente en la distribución de las personas sobre el territorio. Esas relaciones
también van a determinar la interacción de la población con los servicios a nivel
local que ocurren en los territorios. La visión sobre esa complejidad en torno a la
idea de territorio procura traspasar la frecuente fragmentación de necesidades y la
focalización de acciones que fragmenta las políticas públicas (9).
Tal complejidad es necesaria para la concepción del territorio educativo. Para la
Ciudad Escuela Aprendiz (Cidade Escola Aprendiz), el territorio se convierte en
educativo cuando cuatro condiciones son alcanzadas:
En primer lugar, existe un Plan Educativo Local (PEL), elaborado y monitoreado de forma
democrática, garantizándose una perspectiva intersectorial, interdisciplinaria e
intergeneracional, que justamente supera la fragmentación de las políticas públicas.
Este PEL prevé las escuelas como catalizadoras del territorio educativo. De esta forma, el
segundo elemento del territorio educativo es, por tanto, conquistado cuando las escuelas
pasan a reconocer los saberes comunitarios, se involucran con las problemáticas locales y
promueven la apropiación del territorio.
La tercera condición es que la red socio-pedagógica (aquella formada por todos los
equipamientos públicos y organizaciones de la sociedad civil volcados hacia los niños, los
adolescentes y los jóvenes) trabaje de forma integrada, compartiendo datos y agendas,
alineando principios y construyendo estrategias comunes para el trabajo.
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Por último, el PEL debe orientar los planes de acción que posibiliten la ampliación y la
diversificación de las oportunidades vía el reconocimiento y la participación de sus diversos
agentes. Algunos ejemplos: un restaurante cede espacio para cursos de informática en los
que los adolescentes enseñan a veteranos; museos crean exposiciones dirigidas a públicos
comúnmente alejados de estos espacios, como niños pequeños, inmigrantes o personas con
capacidades diferentes; se crean espacios de cultura generados por la comunidad en
escuelas públicas; plazas son revitalizadas por la intervenciones creativas de los artistas y de
la comunidad y después pasan a ser utilizadas para actividades de skate, malabares,
jardinería, basquet, muestras y shows.
era allá que nos sentábamos con todo el mundo, todos los líderes, todas las
comisiones de residentes, y discutíamos lo que estaba sucediendo en cada local.
Nosotros logramos que todos los alcaldes vinieran aquí, hicieran algún tipo de
intervención… Esa es la voluntad que siempre tuvimos, de que el poder público
se hiciera presente, cumpliendo con su papel”.
En estos más de cuarenta años de lucha, se unieron adultos, jóvenes, veteranos,
niños y adolescentes. La líder comunitaria Genésia Miranda sabe que es “esa
nueva generación que hoy está dentro de UNAS, esos proyectos, son ellos los
que van a dar la continuidad, y tenemos muchos desafíos por delante…” Los
jóvenes que crecieron en Heliópoius y fueron formados en la UNAS, no temen a
los desafíos. Wellington de Souza, por ejemplo, aprovechó todas las
oportunidades de cursos y formaciones que la Unión le ofreció, siendo la última
una beca del gobierno de Cuba para estudiar medicina humanitaria en ese país y
realizar un sueño que nunca tuvo.
Actualmente, la organización se orienta a la construcción de las premisas y las
estrategias de un territorio educativo, que atienda a las 125 mil personas de allí .
Según el líder comunitario José Geraldo, en la proyección que la comunidad hace
para el futuro, los residentes van a conquistar la regularización de sus viviendas,
las calles van a ser la prioridad de las personas, no de los autos, las escuelas serán
administradas por la comunidad… El proceso ya comenzó. En 2011 fueron
inaugurados los primeros 162 apartamentos proyectados por el arquitecto Ruy
Ohtake para la zona Residencial Heliópolis. Incrustado en un terreno que hacía
parte de las instalaciones de Sabesp -la compañía de agua y alcantarillado del
estado de São Paulo- el condominio llama la atención por la forma cilíndrica de
los edificios, apodados por los medios y por los moradores de “Redonditos”.
Redondos y coloridos, los predios se distribuyen de forma generosa por el
terreno, dejando al centro espacio para patio de juegos, zona deportiva y un
ambiente de uso comunitario.
El segundo aspecto que crea las condiciones para que Heliópolis se convierta en
ese territorio educativo, es que hay allí una escuela catalizadora del plan
educativo local. El origen del movimiento por el Barrio Educador, el Movimiento
Sol de la Paz, está en la relación de la Escuela Municipal de Enseñanza
Fundamental (EMEF) “Campos Salles” con la comunidad. Desde que Braz
Rodrigues Nogueira asumió la dirección en 1995, la escuela se articuló con los
líderes locales para transformarse en un centro de lucha para hacer efectivos los
derechos de las personas.
Con esta clara misión en mente y el vínculo cada vez más fuerte con la
comunidad, Braz poco a poco constituyó un equipo de profesores que, en
conjunto con los estudiantes, padres y líderes, formularon un proyecto político
pedagógico de una escuela democrática. Con más de mil estudiantes, allí no hay
clases. Ni salones de clases. En un ambiente que valora la convivencia
democrática, la estructura es de amplios salones, con mesas donde grupos de
estudiantes trabajan juntos con base en rutas de investigación escogidas por ellos.
Cuando necesitan ayuda, pueden recurrir a los tres profesores que están en el
espacio en el momento. Los profesores trabajan en alianza, rompiendo con la
estructura del aislamiento del salón de clases. La gestión de la convivencia
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