Date: September, 14 2021

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Introducción Los antibióticos se consideran sustancias químicas que participan en la inhibición del crecimiento bacteriano, estas son
producidas por varios microorganismos tales como bacterias y hongos, el uso de estos agentes antimicrobianos ha estado presente desde
la antigüedad, un claro ejemplo de esto, fue el uso de la planta de soja como tratamiento para combatir el ántrax o carbunco en la china; el
éxito de estos compuestos ha perdurado hasta la actualidad, lo que los ha catalogado como los factores fundamentales en el avance de la
medicina, proporcionado herramientas para afrontar la resistencia antimicrobiana que ha venido aumentando de manera exorbitante
(Muñoz et al., 2014). La introducción de los antibióticos ha sido la herramienta para salvar millones de vida, además de ser los precursores
de la revolución de la medicina para el progreso en algunos de los campos médicos, siendo parte clave del aumento de la esperanza de
vida, sin embargo inmerso en este gran desarrollo hay una amenaza en constante crecimiento que amenaza la eficacia de los fármacos, la
cual es la resistencia a los antibióticos, es aquella capacidad que puede tener un determinado microorganismo para lograr tolerar aquellas
concentraciones de antibióticos, esto representa una evolución bacteriana (Zaman et al 2017). Asociado a esto podemos encontrar la
automedicación que se puede definir como el consumo de fármacos o medicamentos sin ninguna prescripción médica o diagnóstico,
actualmente esta práctica es bastante común, esto se produce principalmente por que se considera una práctica útil para reducir la gran
demanda de los servicios de salud, usando la autoprescripción en casos de dolencias menores, recíprocamente el uso irracional de los
fármacos puede influir en el aumento de la resistencia microbiana, provocando que los antibióticos pierden su eficacia y el microorganismo
patógeno desarrolle mecanismos de defensa lo que va a provocar que el antibiótico no sea eficaz; algunas bacterias llegan a neutralizar
los efectos del antibiótico, volviendolo inocuo y quitándole la oportunidad de actuar y permitiendo que se pueda seguir desarrollando
alguna enfermedad, que en el peor de los casos puede llegar a causar la muerte de los pacientes (Ramírez et al., 2020).