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MOZAMBIQUE:
la expansión del yihadismo
en el sur de África
Un grupo fundamentalista local vinculado al Daesh ha
consolidado su control en Cabo Delgado, provocando casi
3.000 muertes y cerca de 700.000 desplazados
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de octubre 2017. Un ataque los procedimientos del autoproclamado fuerzas de seguridad y unidades milita-
múltiple a varias dependen- Estado Islámico (Daesh), al que juraron res de Mozambique se mostraban inefi-
cias locales y policiales en lealtad en 2019— manifestaban su in- caces para enfrentar el terror islamista,
Mocimboa da Praia, en la pro- tención de convertir Cabo Delgado y impedir la destrucción de hospitales
vincia septentrional de Cabo las provincias limítrofes en el bastión y colegios, o asegurar las zonas próxi-
Delgado (Mozambique), dejó un ba- yihadista más meridional de África, las mas al incipiente proyecto gasístico
lance de 17 víctimas mortales, depósitos internacional. Al tiempo, distintas or-
de munición saqueados y la ciudad ocu- ganizaciones humanitarias les acusaban
pada por los asaltantes. Días después, el de constantes violaciones de derechos
grupo fundamentalista Ansar al-Sunna humanos, ejecuciones y detenciones
Wa Jamma (ASWJ) —nombrado por extrajudiciales. Tampoco la presencia
la población como Al Shabaab (los jóve- de compañías privadas de seguridad de
nes) pero sin relación constatada con su Rusia, siempre negada por Moscú, y de
homónimo en Somalia, y que tiene un Sudáfrica ha sido suficiente para neu-
marcado carácter autóctono— reivindi- tralizar la creciente amenaza.
có el atentado, lo que supuso el inicio Desde la capital, Maputo, y lejos de
de su campaña de terror yihadista en el reconocer la gravedad de la situación
país. en el norte del país, el presidente Filipe
Desde entonces, la expansión del Nyusi —en el poder desde 2015— ha
extremismo violento ha sido tan verti- defendido, por demasiado tiempo, que
ginosa como sanguinaria: en menos de la situación estaba bajo control y no era
cuatro años, y según Naciones Unidas, necesaria intervención exterior para
ha dejado un dramático balance de más erradicar la afrenta terrorista. En la ac-
de 2.600 muertos (entre ellos, 1.300 ci- tualidad, frente a la alarmante situación
viles), casi 700.000 personas han tenido que atraviesa Mozambique y toda la
que abandonar sus hogares, y al menos región, la comunidad internacional ha
1,3 millones en toda la región —la más comenzado a desplegar su apoyo militar
subdesarrollada y olvidada del país, para responder a la llamada de auxilio
pero rica en recursos naturales, espe- del Gobierno nacional. Sin embargo, y
Dominio público
Ricardo Franco/EFE
la violencia yihadista hacia
el puerto de Pemba, en la
región de Cabo Delgado.
de la seguridad, absolutamente inefica- 1994, oficialmente multipartidistas. Con poco ha avanzado en los últimos años.
ces si no van acompañadas de medidas el trasfondo de una latente tensión bé- En este convulso escenario, Filipe Nyusi
que generen más gobernanza, desarro- lica de menor intensidad, los comicios fue reelegido en 2019, tras una campaña
llo y justicia. de finales de 2014 reeditaron la victoria electoral marcada por el nuevo Acuerdo
de FRELIMO —con un 57 por 100 de de Paz y Reconciliación Nacional de Ma-
UN ESTADO IMPERFECTO los votos, lejos de la mayoría aplastante puto, y en la que la preocupante situación
Desde su independencia oficial del po- de todas las elecciones precedentes— y que atravesaba el norte del país, cada vez
der colonial portugués en 1975 tras una convirtieron a Filipe Jacinto Nyusi en más asfixiado por la insurgencia rebelde,
década de lucha por la emancipación, la el nuevo presidente nacional. Sin em- el extremismo yihadista y la represión
historia de Mozambique se ha escrito bargo, su ascenso al poder no frenó la gubernamental, fue completamente nin-
en términos de pobreza, subdesarrollo reivindicación armada, especialmente guneada.
y mal gobierno. Carente de cualquier en el subdesarrollado y olvidado norte Desde la independencia nacional, en
proyecto nacional, las nuevas autorida- del país. Esta que obligó a mantener la región más septentrional de Mozambi-
des soberanas conformaron un régimen las sempiternas negociaciones de paz, que se ha generado —a fuego lento— el
republicano caótico y se aferraron a la que se sellaron con un cese definitivo sustrato perfecto para la eclosión de un
violencia como arma de poder. de las hostilidades en mayo de 2017, y, pretendido fundamentalismo islamista
En apenas dos años, en 1977, la po- finalmente, con el desarme, la desmovi- que, para una minoría de la población
blación mozambiqueña se sumió en una lización y la reintegración a la vida pú- local, se ha convertido en excusa y vál-
destructiva guerra fratricida entre el blica de las fuerzas de RENAMO, que vula de escape a su frustración social.
Frente de Liberación de Mozambique En la provincia de Cabo Delgado, ahora
(FRELIMO) y la opositora Resisten- epicentro del yihadismo regional, convive
cia Nacional Mozambiqueña (RENA-
MO). Después de quince años, en 1992, El 12 de julio, una sociedad extremadamente joven —
carente de expectativas de vida a pesar de
los contendientes firmaron un frágil
acuerdo de paz en Roma que, lejos de
inaugurar un periodo de estabilidad y
la UE aprobó los ingentes recursos naturales, principal-
mente rubíes y gas natural— con la eterna
rivalidad étnica, muchas veces violenta,
prosperidad, se tradujo en más corrup-
ción, desigualdad y frustración social,
una misión de entre los Mwanis (mayoritarios, musulma-
nes, costeros, y seguidores de RENAMO)
siempre bajo la hegemonía del omni-
presente FRELIMO: el partido político formación en con los Makondes (del interior, cristianos y
partidarios de FRELIMO). Por último, la
que se ha proclamado vencedor en to-
das las convocatorias electorales desde Mozambique población local percibe que Maputo siem-
pre ha desatendido sus necesidades más
Joao Relvas/EFE/EPA
primera vez, un duro golpe a las inver-
siones extranjeras en la región, que eran
la única esperanza de vida y desarrollo
Soldados del Ejército de Mozambique inspeccionan una zona a las afueras de la de la población local. Y todo ello, como
ciudad de Palma tras la invasión de Al Shabaab a esa localidad en marzo de 2021. señala la periodista e investigadora Ze-
naida Machado desde el terreno, en me-
básicas, por lo que se siente ultrajada crédito contra el aparato estatal y pro- dio de una escalada de violencia atroz
y menospreciada por el poder central. mesas de una vida mejor bajo el poder contra personas indefensas: «han estado
Además, recientemente, ha comenzado yihadista, los extremistas violentos con- decapitando gente, en algunos casos de
a percibir que el enorme proyecto gasís- siguieron captar y adoctrinar a muchos forma masiva, además de destruir pro-
tico que se levantaba en sus costas —li- adeptos, pero también forzaron a una piedades y escuelas».
derado por la empresa francesa Total— población aterrorizada, principalmente En cuanto a su estructura, el grupo
iba a dejar poca riqueza en sus hogares, jóvenes, mujeres y niños, a unirse a su Al Shabaab —liderado, según Estados
e iba a poner en peligro su modo tradi- proyecto violento. Unidos, por Abu Yasir Hassan— se
cional de supervivencia: el comercio, la organiza en células que actúan de for-
agricultura y la pesca. CONEXIÓN CON DAESH ma autónoma, aunque supuestamente
En este contexto, mientras las arcas Desde 2017, la frecuencia y crueldad rinden cuentas a un Consejo Supremo,
nacionales crecían a una media del 7 de los atentados yihadistas, así como responsable de la estrategia terrorista y
por 100 desde principios de siglo, sin su extensión geográfica, se han incre- de la custodia de la ideología islamista.
beneficio alguno para los más desfavo- mentado de forma exponencial, al mis- Por otro lado, todos los indicios apun-
recidos, el wahabismo violento comenzó mo ritmo que su capacidad ofensiva y tan a la naturaleza autóctona del extre-
a prender entre una minoría de la po- la complejidad de sus procedimientos. mismo violento de Cabo Delgado, más
blación musulmana de Cabo Delgado. En agosto de 2020, los extremistas de allá de los previsibles contactos que
En 2007, Sheikh Sualehe Rafayel, local Al Shabaab tomaron, por primera vez, puedan tener con el exterior, de donde
pero radicalizado en Tanzania, formó su la ciudad portuaria de Mocimboa da —con toda seguridad— han importado
propio grupo extremista —como seña- Praia, que retuvieron durante meses. la planificación, la técnica y la ejecución
la el experto Eric Morier-Genoud— y Además, saquearon las mercancías de de sus ataques, cada vez más sofistica-
emprendió una rebelión armada contra barcos pesqueros y pequeños buques en dos y complejos. En este contexto, co-
las instituciones islamistas y el propio bra relevancia el juramento de lealtad,
Consejo Islámico de Mozambique que, en junio de 2019, de ASJW/Al Shabaab
con el apoyo del Estado, intentó neutra-
lizarlo sin éxito. El grupo Al a Daesh central. A su vez, este incluyó
al yihadismo de Mozambique en la au-
Diez años después, el yihadismo
tomó carta de naturaleza con su primer Shabaab de todenominada Provincia del Estado Is-
lámico de África Central (ISCAP, por
ataque en Mocimboa da Praia; y la sec-
ta fundamentalista ASWJ o Al-Shabaab Mozambique es siglas en inglés) junto a las milicias de las
Fuerzas Democráticas Aliadas que, tras
—formada por muchos jóvenes locales
adiestrados en países africanos y del extremadamente décadas de lucha rebelde en la región de
Kivu en la República Democrática del
Golfo— inició su acción terrorista con
el objetivo de imponer una férrea ley is- cruel con la Congo, declaran ahora profesar la sin-
razón yihadista. Sin embargo, y aunque
lámica en la región y sus aledaños. En
poco tiempo, con un discurso de des- población civil el aparato mediático y propagandístico
de Daesh ha reivindicado como propios