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Por
Ubaldo GARCÍA
Y
Eduardo II ZAMBRANO
ii
Depósito Legal: TR2021000024
11/SEP/2021
Diseño de portada: Arq. Eduardo II Zambrano
Imagen de portada: Miranda precursor. Autor
desconocido. Imagen del dominio público,
rotada y matizada con colores resaltados en
Adobe Photoshop.
iii
iv
Dedicatoria
v
Índice
Presentación ................................................................................................... 1
Exordio ........................................................................................................... 3
Momento 1: Presentación................................................................................ 9
Momento 2: Con la cara bien lavada ............................................................ 11
Momento 3: Traición en el puerto ................................................................. 13
Momento 4: Cambios de piel ......................................................................... 16
Momento 5: Una capitulación y un destino ................................................... 18
Momento 6: Bochinche… bochinche ............................................................. 24
Momento 7: Un pasaporte para Simón .......................................................... 27
Momento 8: Corazón grande......................................................................... 31
Momento 9: Otro camaleón........................................................................... 34
Momento 10: Actitud Monteverdeana ........................................................... 36
Momento 11: Pájaro del mar por tierra ........................................................ 39
Momento 12: Herida en el corazón ............................................................... 42
Momento 13: La primera derrota .................................................................. 45
Momento 14: Con la misma moneda. ............................................................ 49
Momento 15: Un traidor camuflado .............................................................. 52
Momento 16: Los cuentos del Edecán ........................................................... 55
Momento 17: Un abogado sospechoso .......................................................... 59
Momento 18: Un obispo monarquista ........................................................... 63
Momento 19: Resentimiento personal............................................................ 66
Momento 20: Bolívar acusador ..................................................................... 71
Momento 21: Los sesenta y dos años de don Sebastián ................................. 73
Momento 22: Las conclusiones documentadas .............................................. 76
Bibliografía más relevante consultada: ......................................................... 79
Notas ............................................................................................................. 81
Audios ........................................................................................................... 83
vi
Presentación
1
Así surge este trabajo, que va en conjunción con una serie de audios
cortos, 21 en total y que ya han sido publicados en las redes sociales (al
final dentro de las “Notas”, dejamos los enlaces para su descarga o
escucharlos online).
Esta ya es la tercera publicación en conjunto que realizamos, para el
entendimiento de la historia, García y Zambrano; quienes nos hemos
propuesto como meta quijotesca el no consentir la difusión de falsos,
adornos, falacias, todas relacionadas con nuestra historia patria. La primera
vez desmontado, con relativo triunfo, la verdad sobre la falsa heroína
Dolores Dionisia Santos Moreno; dicho invento está tipificado como
“ucronía”, al colocar la ficción de un personaje inexistente dentro de
hechos históricos reales. Trabajo que aún no concluimos y que en los días
venideros será retomado para su correcto desmontaje total.
La segunda ocasión ocurrió con el propio Libertador, a quienes
miopes y ciegos, lo colocan en Lima, recibiendo un título de Abogado
otorgado por la Universidad San Marcos de Perú, además de
incongruencias tales como que Bolívar presentó examen para poder
aceptar dicho título. Demostramos que solo se trató de un “elogio” que
dicha Universidad realizó al Libertador dentro de una pomposa ceremonia
académica, tal cual lo venía haciendo desde hacía 300 años, con príncipes,
virreyes y personajes ilustres a su paso por el Perú.
Toca hoy esta tercera colaboración, poner en su justa balanza la
responsabilidad de Bolívar en los hechos que llevaron a don Francisco de
Miranda a ser detenido en el Puerto de La Guaira ese último de julio de
1812.
Este es un trabajo que, sin egoísmos, con paciencia y amor patrio,
asumimos y colocamos al universo histórico venezolano, cuyo propósito
es seguir demostrando que la historia bolivariana es rica y productiva; no
amerita juicios perniciosos o inventos malsanos para acercarla al lector tal
cual los hechos la describen; ese es precisamente nuestro aporte, la verdad
documentada.
García & Zambrano
2
Arquitecto e historiador
Eduardo II Zambrano
Betijoque
Exordio
3
Miranda estuvo presente, en primera fila; el triunfo lo favoreció;
Monteverde, nuevamente huye del campo de batalla… ¡que bochorno!
Y volvió Miranda a cometer el mismo error: en vez de ordenar la
persecución y acabar con el enemigo, prefirió quedarse en sus posiciones
previas; elegía las condiciones estables de su ejército que arriesgarse a una
persecución sin garantías de resultados favorables.
Visto Monteverde que no hubo persecución, ataca San Mateo, la
hacienda propiedad de los Bolívar. Aun con incertidumbres y pánico por
las fuerzas realistas, que apenas sumaban unos quinientos soldados, con
pocas armas y municiones; dispuesto a retirarse a Valencia, lo disuade el
Presbítero Doctor Juan Antonio Rojas Queipo, signatario del Acta del 19
de abril de 1810 y que luego siguió la causa realista.
En Puerto Cabello sucede lo impensable, el castillo de San Felipe
donde estaban presos varios cientos de oficiales españoles junto a
empleados de la colonia, habían preparado una rebelión cuyos frutos les
fueron favorables al contar con la disidencia de varios guardias, además de
comprar al segundo del comandante de la fortaleza. El 30 de junio,
aprovechando que Bolívar estaba en la ciudad, un oficial liberó a los
prisioneros quienes conquistaron el castillo y sometieron la ciudad con
fuertes bombardeos.
A los sublevados no le daba trabajo rechazar los ataques de Bolívar
quien quería reconquistar la fortaleza; la flota costera patriota también se
rindió ante el enemigo. Bolívar envía un emisario pidiendo refuerzos a
Miranda, quien junto a una gran parte del cuerpo de oficiales del ejército
y la casi totalidad de los miembros patriotas, celebraban en La Victoria el
aniversario de la independencia. A eso de las cinco de la tarde un
ordenanza le informa al generalísimo de la llegada de un informe urgente.
Miranda se levanta y se dirige a su gabinete.
Gual1 narra el momento: “Me acerqué Miranda, lleno de grandes
pensamientos, le pregunté sobre la noticia recibida, cayó, solo cuando por
1.- Pedro Gual, abogado, periodista, diplomático y presidente de Venezuela. Gual estaba al lado de
Miranda como persona de su confianza, y se hallaba presente cuando éste, en La Victoria, recibió el 5
de julio la noticia del alzamiento realista de Puerto Cabello. Por aquellos días, Miranda había decidido
enviar a Gual a los Estados Unidos a fin de negociar el reconocimiento de la independencia de Venezuela
por el gobierno de Washington y adquirir armas y municiones. Gual se hallaba todavía en La Guaira
cuando se produjo la prisión del generalísimo Miranda en la noche del 30 al 31 de julio de 1812, hecho
4
tercera vez preguntaba, sacó de su bolsillo un papel y, dándomelo dijo en
francés: Leedlo, Venezuela está herida en el corazón”. Era el informe de
Bolívar desde Puerto Cabello.
Al pasar la primera parálisis – cuenta Gual – el general Miranda
exclama: “hace unas horas estábamos sin peligro, y ahora todo es
inesperada alarma. Ayer Monteverde no tenía ni pólvora, ni plomo, ni
mosquetes, hoy distribuyó 40 mil libras de pólvora, plomo y tres mil
mosquetes. Bolívar comunica que los realistas atacan, pero en este
momento, seguramente ya tomaron la ciudad”.
No era así, Bolívar continuaba luchando con las pocas fuerzas
durante toda la noche; aunque aún con los refuerzos que Miranda podía
haber enviado no reconquistaría la fortaleza.
El control de Venezuela en manos de los patriotas, abarcaba el
triángulo entre Caracas, La Victoria y La Guaira. El resto del territorio ya
está bajo en control de los realistas; aunque Miranda disponía de un
ejército de más de cuatro mil soldados, este se disolvía rápidamente con
deserciones por los ya rumores confirmados; pasada dos semanas de la
toma de la Fortaleza, más de dos mil soldados habían abandonado las filas
de los combatientes patriotas.
No solo la incuria se dio en los soldados; considerando que la causa
estaba pérdida, gran cantidad de funcionarios, militares, comerciantes
entre muchos, se apresuraron al contacto con Monteverde, ofreciéndole sus
servicios. Miranda creyó posible, en tales circunstancias, de lograr un
acuerdo de paz con los españoles, quizá pensando en ganar tiempo para los
patriotas y así lograr la continuación de la lucha por la independencia en
el futuro próximo.
Tal idea se la expresó a los miembros del Comité ejecutivo, así como
a otros directores responsables de la Venezuela libre, quienes el 12 de julio
de 1812, reunidos en el cuartel general, teniendo como argumentos los
testimonios de los presentes, acordaron comenzar negociaciones de paz
en el cual no participó. Logró refugiarse a bordo de un buque que lo condujo a Nueva York, de donde
pasó a Washington. Fuente: Lavrestski. Miranda. Pág. 213.
5
con Monteverde. Hasta hoy día los historiadores discuten si esta decisión
era la correcta, incluso sus contemporáneos dudaban de tal decisión.
¿Qué reprochaban? Pues entrar en negociaciones con Monteverde,
aun con el ejército patriota superando al realista; sin embargo, tal
argumento podría decirse era muy relativo, ya que el ejército mirandino se
estaba disipando a plena vista, además que con la caída de Puerto Cabello
se carecía de provisión de armamento y municiones.
Lo que no midió Miranda y tampoco los augustos miembros patrios
del consejo, es que no estaban tratando con un miembro honorable (tal cual
Bolívar lo hizo con Morillo). Este enemigo era pérfido, vengativo,
tramposo y sin escrúpulos. Miranda y los miembros del consejo, tampoco
valoraron las opiniones y reacciones de aquellos patriotas que querían
continuar la lucha libertadora, sin contar la sangre por derramar, a quienes
el armisticio y la capitulación, aunque pareciera honrosa, la consideraban
“Traición”.
Para el 17 de julio ya habían iniciado las conversaciones.
Monteverde no deseaba armisticio, exigía capitulación. Dentro del proceso
de negociación se incrementaron las deserciones; muchos abiertamente
cambiaron sin escrúpulos al enemigo. Miranda y sus consejeros decidieron
capitular y colocaron condiciones:
- Libertad de los presos y armisticio general
- La isla de Margarita quedaría en control patriota
- Todo el que desee abandonar Venezuela se le otorgará
salvoconducto.
- El ejército realista se quedará 30 días en sus posiciones, con el fin
de permitir a los patriotas informar en todas las regiones sobre los
hechos y asegurar su consentimiento de estas condiciones.
Para el 25 de julio finalizan las conversaciones y negociaciones, los
realistas convinieron la amnistía así como permitir la salida del territorio,
pero solo en el papel. Rechazaron la posesión de Margarita en manos
patriotas. Exigían también la entrega de todas las armas. Los mirandinos
aprobaron todas estas condiciones. La capitulación indignó a los patriotas
que querían continuar las acciones bélicas contra Monteverde.
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El 30 de julio Miranda ya estaba en La Guaira. Sus archivos y diario
se encontraban dentro del “Saphire”. Era el mismo barco que trajo a
Bolívar y Miranda desde Inglaterra. El generalísimo se hospedó en la
residencia del comandante del puerto, Manuel de las Casas. Donde se
hospedaron otros oficiales que huían de Caracas.
En las recriminaciones a Miranda, entre los oficiales indignados uno
de ellos dijo que además de las pertenencias y archivos, pasó al “Saphire”
22 mil pesos junto a algunas onzas de oro. No comprendían por qué motivo
huía.
Noche, madrugada y amanecer convulsionado en el Puerto de la Guaira.
Ya temprano el generalísimo estaba arrestado.
- Usted nos traicionó, increpó Bolívar.
- Bochinche… respondió Miranda, “¡no sirven sino para el
bochinche!”
Luego de llevarlo a la cárcel, Peña informa a Monteverde de la
captura de Miranda. Casas, conforme órdenes recibidas, cierra todo el
puerto de La Guaira hasta la llegada de los españoles. Aun así, el “Saphire”
partió del puerto junto a los archivos de Miranda.
Una vez llegados los españoles al puerto ese mismo día, el asistente
de Monteverde, Francisco Cervériz – un sanguinario y feroz realista –
ordenó, como primera medida, engrillar a Miranda. Bolívar junto a otros
oficiales, sospechando que podrían ser víctimas de los traidores Casas y
Peña, se ocultaron.
Aquí yace la primera República, con traiciones, miedos, culpas,
venganzas y perfidia. Acontecimientos viperinos que, entre amigos y
enemigos no pudieron ocultar los ensañamientos contra el precursor ni sus
injustificadas conductas inmorales al retratarse indiferentemente con el
diablo y con Dios. Los españoles fueron crueles en el ensañamiento contra
Miranda, quienes a su gusto, sobrevirá cuatro años más en los peores
calabozos realistas, ultrajándolo y desahogando todo sus odios, ante quien
fue un honorable patricio de la libertad y la dignidad.
Sabemos que en el arresto de Miranda, Bolívar fue parte activa,
quien se esforzó en traerlos desde Inglaterra, para que fuese el Libertador.
No le perdonó la capitulación a su ídolo, aunque él fue responsable de la
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pérdida del castillo de Puerto Cabello, hecho que, en la práctica fue el
detonante para forzar a Miranda a bajar las armas.
¿Cómo se habrían desarrollado los hechos del Libertador si no
hubiese tomado parte en el arresto del generalísimo? ¿Habría sido tomado
prisionero junto a los demás patriotas? Los hechos están allí, no se pueden
cambiar; podríamos justificar, razonar, explicar, deducir e inclusive refutar
intereses; pero no cambiar. El presente aporte se enfoca en los hechos, los
enfatiza y los coloca a disposición de los lectores para su justo tratamiento.
Eduardo II Zambrano
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Ingeniero e historiador
Ubaldo García Boconó
Momento 1: Presentación
Tenemos muy claro, también, que fueron seres humanos con sus
potencialidades, grandezas y debilidades. Además del escrutinio lógico, en
la revisión de los Documentos históricos, encontrados en O’Leary, Blanco
y Aspúrua, Lecuna, entre muchos otros; hemos analizado con entusiasmo,
9
páginas primarias y podemos decir que bendiga Dios el día en que los
familiares del doctor Gabriel Muñoz encontraron sus manuscritos y
también el momento en que, la Academia Nacional de Historia de
Venezuela, tomó como un primer objetivo su revisión y publicación.
Verdaderamente que es un trabajo de investigación documental muy
bueno, una maravilla sobre los hechos históricos: “Monteverde cuatro
años de historia patria; 1812-1816”; es un texto como para ganar muchos
premios y ser reeditado para todos los venezolanos. Allí nos asimos gran
parte de la fortaleza del presente trabajo documental.
Queremos copiar una línea de las muchas en las que su autor expone
con brillantez su pensamiento de historiador comprometido con la verdad.
Fieles a nuestro propósito de narrar los sucesos tales como son, y dar a
cada cosa el calificativo que merece. No hemos vacilado un punto en alzar
el velo que cubre los acontecimientos del 31 julio de 1812 y que otros
escritores, con una conmiseración falsa y corrupta han tratado de rehuir y
aun, de atenuar al describirlos, pues, para que las generaciones futuras
deduzcan de los hechos históricos saludables enseñanzas era necesario que
las acciones humanas aparezcan sin máscara alguna y que las
responsabilidades sean distribuidas entre aquellos a quienes corresponda.
Ubaldo García.
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Momento 2: Con la cara bien lavada
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en tanto que los comisionados de la República actuaban como silenciosos
sospechosos, trasmitiendo las novedades a la ciudad de La Victoria, donde
don Francisco de Miranda esperaba los pliegos, para hacer tibias
recomendaciones, que no fueron tomadas en cuenta.
2.- Antonio Fernández de León, marqués de Casa León, director general de Rentas de la Confederación
de Venezuela, hombre de su total confianza y al cual lo presenta como “sujeto respetable y de conocida
probidad y luces”. Dos días después, el ciudadano Antonio Fernández de León logra firmar con
Monteverde un convenio de capitulación que pone en conocimiento de Miranda, pero firmando no como
ciudadano sino como marqués de Casa León. Ignora Miranda que su “sujeto respetable y de conocida
probidad y luces” había aprovechado esta misión para pasarse al bando realista. Fuente: Paredes
Muñante: La conspiración contra Miranda del 31 de julio de 1812
3.- La hacienda la trinidad de Tapatapa, es considerada como el epicentro histórico más importante de
la Ciudad de Maracay, por ser testigo indiscutible de la época colonial y la independencia de Venezuela.
La Casona de la Hacienda la Trinidad perteneció a personajes mantuanos, tales como al Capitán Español
Nicolás Brito (Constructor de esta Casona), a don Antonio Carreras; también a Antonio Fernández de
León, al General José Antonio Páez, Familia Palacios (Primos del Libertador Simón Bolívar), General
Cipriano Castro y el General Juan Vicente Gómez. Es un muy hermoso lugar, con gran importancia
ecológica, ya que se encuentra enclavada en una colina adyacente a las montañas del Parque Nacional
“Henri Pittier”, y constituye uno de los inmuebles más antiguos del país, con 271 años de historia.
Fuente: http://colectivoestudiantesdelagro.blogspot.com/
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Momento 3: Traición en el puerto
Eran estas las preguntas que los miembros del grupo que lo
apresaron le hacían a don Francisco de Miranda aquella madrugada del 31
julio de 1813. Estará usted detenido en el castillo de San Carlos y mañana
será juzgado por un consejo de guerra, para que provea las explicaciones
necesarias sobre su conducta y pague las culpas de su traición al ejército y
a la patria.
4.- El comandante militar Casas, por su parte, partidario sincero de la capitulación, creía que,
obedeciendo la orden de Monteverde de cerrar el puerto, se obtendría el cumplimiento del tratado.
Serenadas las pasiones de la guerra, Bolívar trató con amistad a Casas en1827. (Nota de Vicente Lecuna,
en Cartas del Libertador).
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Entonces, aquellas frases se regaron como pólvora y el jefe militar
gritaba “aquí no se embarca nadie”; el Capitán Henry Haynes, que
esperaba al General Miranda en el buque británico “Saphire”5, escuchó las
detonaciones en el puerto, hizo sonar sus cornetas, e inició el movimiento
de navegación, logró partir con el bagaje de Miranda hacia Curazao. La
noche anterior había asistido a la posada de la casa de la Aduana para
pedirle a su cliente que se embarcaba y no fue posible.
5.- Extracto: “…Me llegaron muchas solicitudes y súplicas de personas de todo tipo. Para evaluar la
verdadera situación de las cosas, le escribí una carta identificada bajo el No. 2 al general Miranda y
recibí su repuesta bajo el No. 3, a primeras horas del día 30. Inmediatamente, hice la señal de traslado
y giré instrucciones a cuatro buques.
Esta noticia del general Miranda, quien me aseguró que el embargo sería levantado, produjo un regocijo
general.
Durante todo este día, la gente de diferentes nacionalidades que había venido a este país desde la última
revolución [independentista] se encontraba ocupada embarcando sus pertenencias. El Sr. George
Robertson de la Casa de Robertson & Belt embarcó veintidós mil dólares para que se efectúe la
correspondiente entrega con Conocimiento de Embarque.
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realista, causando grandes complicaciones en la vida de centenares de
republicanos, que fueron prisioneros pasando años de enormes
sufrimientos y otros murieron, como fue el caso del precursor.
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Momento 4: Cambios de piel
Bolívar por su parte, subió a Caracas. Hay versiones que dicen que
llegó disfrazado y muy indignado contando a sus íntimos de las desgracias
ocurridas en La Guaira, cuando impotente escuchó vociferar al Coronel
Manuel de Las Casas: “…nadie se embarca. Juntos correremos una misma
suerte con nuestras familias y con los demás compatriotas comprometidos
en nuestra causa”.
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para dialogar con Monteverde, con pliegos para la discusión y decidió
quedarse del lado realista; ya un par de semanas después era parte de la
monarquía española.
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Momento 5: Una capitulación y un destino
6.- Muñoz, Gabriel, Monteverde; página 208. Sometida dicha petición a Monteverde, la respuesta fue
“Negada”.
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Francisco de Miranda quien, ante tantas dificultades, había procurado
sostener la República con fuerza y entusiasmo; si no fue posible conservar
el poder, pues por lo menos se había intentado y podía esperarse un retiro
con honor y sin gloria.
Sexto.- Que no servirá de obstáculo lo convenido en esta capitulación para que los habitantes de la
Provincia de Venezuela disfruten de los reglamentos que se hallan establecidos y establezcan por las
Cortes de España con respecto a la generalidad de las Américas. Respuesta.- Concedido.
Maracay, 24 de julio de 1812.
Antonio Fernández de León / Domingo de Monteverde
9.- En 1812 tras la capitulación de La Victoria y la caída de la Primera República, fue hecho prisionero
y confinado al Castillo San Felipe de Puerto Cabello, una vez liberado, se integró al ejército libertador
de Simón Bolívar. Posteriormente combatió al lado de José Félix Ribas como su Secretario Militar en
1813 en la Batalla de Vigirima. (Nota E2Z).
19
al escándalo de las avanzadas de Monteverde, entonces el generalísimo
repitió su procedimiento; tenía su mula ensillada, ya desde la mañana
habían salido sus numerosos baúles; se le vio enfilar el rumbo a la Guaira;
llevaba sus dos criados y cerraban el cortejo como una sombra al atardecer
el Coronel Soublette.
10.- Muños Gabriel. Monteverde; página 214. Nuestra cuenta moderna difiere de Muñoz por 28 plazas,
sin contar la oficialidad; sin embargo, se siente un inmenso dolor que este gran número de patriotas de
más de 4.500 soldados que podrían defender la República, comparada con la tropa realista que, a su
salida de Coro, Ceballos la trazó en “poco más de 1.500”, no representaban obstáculos significativos;
aun teniendo en cuenta que Monteverde debía alojar dicha tropa y encartonarla en los fuertes recurrentes
entre Puerto Cabello, Valencia, La Victoria y Caracas. A esta última, solo llegó con un puñado de
realistas.
11.- Peña se sumó a la Sociedad Patriótica, y el 4 de abril de 1811 pronunció un discurso contundente
que definió la historia de Venezuela, pues pedía la inmediata independencia del país. Participó en la
lucha por la independencia al lado de Simón Bolívar y Francisco de Miranda. Fue elegido secretario del
Interior y presidente del Consejo de Valencia, su ciudad natal. Siendo presidente del congreso de Cúcuta,
como participante firmó la primera constitución de Colombia. (Nota E2Z).
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En aquel momento el destino de los hombres estaba marcado;
Miranda, sin ningún temor, prefirió descansar entre sus hombres de
confianza; de las Casas y Peña habían sido nombrados por él mismo para
tan importantes cargos; nada que temer… mañana será otro día.
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Artículo 4°: El ejército del mando del Sr. D. Domingo
de Monteverde entrará en La Victoria el día veinte y
seis por la tarde para hacerse cargo de todo lo
contenido en el anterior artículo.
Artículo 5°: Este ejército dividido en las secciones que
tenga por conveniente su Gefe, podrá pasar a
Caracas sucesivamente desde el día siguiente de su
entrada en La Victoria, con el mismo objeto y fines
insinuados en los artículos 2° y 3°
Artículo 6°: La división que quede en La Victoria,
después de la entrada del ejército español, se retirará
por piquetes a sus cuarteles, y allí depositarán sus
armas de que se hará cargo el Comisionado o Comi-
sionados que nombrase el Jefe de dicho ejército. La
división de Caracas quedará licenciada, y se retirará
con orden a los pueblos de su residencia.
Artículo 7°: A los oficiales se le dejarán sus espadas,
exigiéndoles si se quiere, todas las seguridades que
ellos pueden prestar en su palabra de honor.
Artículo 8°: Con las mismas formalidades se
entregará la plaza de La Guaira, así que la de
Caracas esté pacíficamente poseída por las tropas de
S.M.C.
Artículo 9°: Se enviarán comisarios con la fuerza que
se juzgue conveniente, en nombre de dicho ejército,
para tomar posesión de todos los pueblos y lugares de
las provincias de Caracas, Barcelona, Cumaná e isla
de Margarita.
Artículo 10": No se exigen otros rehenes ni
seguridades de una parte y .otra, que la mutua fe y
palabra de ambos; fiándose tanto el ejército y pueblo
de Caracas de la del Sr. D. Domingo Monteverde, que
no duda que por ella sola se cumplirán religiosamente
todas las promesas.
Artículo 11°: Como las proposiciones hechas por los
comisionados del gefe del ejército de Venezuela, en
las dos referidas fechas de 20 y 24 de julio, han
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recibido igualmente en ambas sus contestaciones
respectivas que aunque levemente se modifican y
alteran, se hará una sola redacción que las
comprenda todas, y será el acta solemne y definitiva
de lo estipulado; firmándose por ambos gefes en
Caracas o en donde se convenga. Se imprimirá un
número suficiente de ejemplares de esta acta, y se dis-
tribuirán al público.
Cuartel General de S. Mateo, julio 25 de 1812.
Domingo de Monteverde
José de Sata y Bussy12”
23
Momento 6: Bochinche… bochinche
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El 30 de julio, por la noche, los oficiales discordantes con la
capitulación tuvieron una junta secreta. Según Larrazábal (1865), en dicha
maquinación estuvieron presentes:
13.- Joseph Mires fue un militar y matemático irlandés. Llegado como capitán del Regimiento de la
Reina a Caracas, fundador de la Academia de Matemáticas en 1808; apoyó la Declaración de
Independencia y el Primer Congreso. El 30 de julio de 1812 es hecho prisionero en La Guaira y, en
septiembre, fue remitido a España junto a Juan Germán Roscio, Francisco Isnardi, José Barona, Juan
Pablo Ayala, Cortés de Madariaga, Juan Paz del Castillo y Manuel Ruiz. Monteverde les dio el nombre
de “los ocho monstruos”. Confinados en la prisión de Ceuta por 7 meses y luego en La Carraca de Cádiz.
En 1814, con la ayuda de un británico, logran fugarse y fueron a dar a Gibraltar, donde se pusieron bajo
la protección de la corona inglesa; pero el Gobernador de la colonia los entregó de nuevo a las
autoridades españolas, y otra vez fueron confinados en Ceuta, hasta recobrar su libertad por mediación
del Príncipe Regente británico quien intercedió ante Fernando VII de España, quien los indultó un 10 de
septiembre de 1815.
25
Miranda; Bolívar, Chatillon y Montilla correspondía apoderarse de su
persona, de grado o por la fuerza.
Mires recibiría y resguardaría el Castillo. Para concluir con lo
planeado habría que despertar a Miranda, reprocharle su traición, detenerlo
y llevarlo al presidio. El encargado de despertarlo – eran entre las 3 o 4 de
la mañana del ya 31 de julio – en aquella “madrugada triste” (Picón, 1958,
p. 235), fue su secretario Carlos Soublette. Miranda, más que con
extrañeza enfrentó con desprecio a sus desleales subalternos y exclamó:
“Bochinche, bochinche; esta gente no sabe hacer sino bochinche”.
26
Momento 7: Un pasaporte para Simón
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El mandatario, casi sin mirarlo, ordenó a su secretario don Bernardo
Muro: “…se concede pasaporte al señor en recompensa del servicio que
ha hecho el rey con la prisión de Miranda”. Bolívar rompió el silencio y
dijo: “hicimos preso a Miranda para castigar a un traidor a su patria, no
para servir al rey”.
15.- El mismo Larrazábal entrevistó a Iturbe, quien muy cordialmente le narró los acontecimientos.
28
además en el propio buque el francés De Yanot y su
mujer.
Dios guarde a V.E. muchos años.
Guaira, 28 de agosto de 1812.
Francisco Cervériz”16.
17.- Contra lo que generalmente se ha asegurado, Cervériz no se apropió de los despojos de los patriotas,
tanto de los presos como los que se habían embarcado. En el Libro Manual de la Tesorería de la Guaira,
mismos que aún existen y están en posesión del Archivo del Ministerio de Hacienda, los cuales Muños
Gabriel examinó, existen dos partidas donde consta que el comandante Cervériz le dio entrada
correctamente al inventario incautado. Relación del folio 176 del 4 de agosto de 1812; siguen otros
folios. Sabemos claramente que Baralt, cuando escribió su historia de Venezuela, no sabía este hecho.
Fuente: Muñoz Gabriel; Monteverde, tomo I, pág. 297 (Nota E2Z).
29
Olvidado de sí, generoso, magnánimo, fue en las cadenas aún más
grande de lo que jamás había sido. Sin embargo, tantísima virtud no
conmovió a sus indignos enemigos. España, a pesar de su tan cacareados
“principios liberales”, solo se hizo cómplice de Monteverde, manteniendo
a la ilustre víctima tras las rejas. En 1813 fue trasladado a Puerto Rico y
de allí a Cádiz, quizá con los pesares encima e ignorando las contingencias
de la guerra en su patria, triste y solitario, muere un 14 de julio de 1816.
30
Momento 8: Corazón grande
31
para salvar su vida; la trayectoria del genio caraqueños servirá de soporte
para conocer su conducta en los momentos apremiantes y su
comportamiento, como militar y compañero, en la ruta por la liberación.
Son los papeles los que hablan por él, para conocer sus sentimientos
y no los rumores y agregados de los enemigos de ayer y de hoy. Desde
Curazao, unos días después, dicta cátedra de amor a la vista cuando de
nuevo le escribe al señor Iturbe que:
32
Amigo Iturbe: vuestra merced cuente con la amistad
reconocida de Bolívar. Cuente vuestra merced que una
época trae otra; y que los beneficios que se hacen hoy.
Se reciben mañana, porque Dios premia la virtud en
este mundo mismo…”21
33
Momento 9: Otro camaleón
¿Saben ustedes que este don Feliciano vino a Caracas, enviado por
la Regencia, para conversar con los rebeldes del 19 abril y se quedó
aceptando un puesto en el gobierno?
23.- Ver Notas al final, esquema de la formación de Guerra del ejército realista en la Batalla de Carabobo.
34
el que acusaba a Bolívar de haber entregado a Miranda a Monteverde y se
fue a España; cuando Páez se hizo presidente de Venezuela, volvió. Y
después de mucha adulación, se congració con la aristocracia valenciana y
con los comerciantes de Caracas y la Guaira, los mismos de antes de la
guerra qué ahora no querían saber nada del Bolívar vivo y mucho menos
del Bolívar muerto.
35
Momento 10: Actitud Monteverdeana
Habían pasado unas tres semanas y Bolívar levantó la voz para negar
su acción en favor del rey: “Solo queríamos juzgar a un traidor a la
República”; la arrogancia del jefe y la palabra salvadora del amigo Iturbe
hicieron pasar el momento sin mayores consecuencias. Por la tarde de
aquel día 26 de agosto de 1812, Monteverde escribió al secretario de
Estado de la Regencia, donde le dice entre otras cosas:
36
consideración sus acciones, según la utilidad que haya
resultado de ellas el servicio a S.M.”24
37
conducta de los hombres conjurados en la Guaira, para encontrar que sólo
tres se quedaron en Venezuela. Peña desapareció hacia los llanos después
de la entrevista con Monteverde; Manuel de Las Casas convivió en
Caracas durante los diferentes gobiernos realistas y José Landaeta, un
sargento que se sumó a las fuerzas de Monteverde. Todos los demás fueron
combatientes, entre ellos Bolívar que, en menos de un año, ya estaba en
Caracas para fundar la segunda República.
38
Momento 11: Pájaro del mar por tierra
39
ejército; en tanto que el padre Torrellas, ataviado con sotana arremangada
y un par de pistolas al cinto gritaba a la gente sobre los castigos de Dios y
el arrepentimiento de todos aquellos que habían apoyado la República.
27.- Ante los hechos patrióticos del 19 de abril de 1819 en Caracas, el Ayuntamiento de la ciudad de
Coro, exhorta en comunicación escrita al gobernador Miyares a que reasuma la Capitanía General de
Venezuela, junto a la Superintendencia y demás tribunales superiores que existían en Caracas. Esta
solicitud y la gravedad de los hechos incitan a Miyares a proponer en Mayo de 1810 a los capitulares de
la ciudad de Maracaibo la formación de una “Junta Superior” para el “mejor gobierno de la provincia”.
Miyares prestó juramento como Capitán General de Venezuela ante el Ayuntamiento marabino el 23 de
julio de 1810. Ante la postura monarquista del gobierno provincial de Maracaibo, la Junta Suprema de
Caracas, resuelve enviarle a Miyares una comunicacion en junio de 1810, en la que lamenta la actitud
asumida por él como máxima autoridad provincial. A pesar que la Junta Suprema de Caracas, justificara
la actitud de Miyares tratando de atraerlo a ella, no lo consiguió. En él, privó el honor, la lealtad y la
fidelidad que simbolizan su alta magistratura y la voluntad del poder del reino, en éste caso representado
en el Cabildo. A pesar de estas muestras de afecto y solidaridad, en 1812 el Capitán Domingo
Monteverde, quien se desempeñaba bajo las órdenes de Fernando Miyares, desconoce su autoridad y lo
despoja de su cargo.
40
mandó a decir que era mejor que se retirara bien lejos, por qué los patriotas
caraqueños firmarían la entrega de la capitulación solo ante él; que no
estaba en disposición de sacrificar todos sus éxitos, vergonzosamente
Miyares se retiró a Coro.
Así fue como llegó Monteverde a Caracas; sin haber ganado una
sola batalla y a punta de mentiras, de intrigas y falsedades; como para
completar la faena ofreció y firmó mil perdones para todos; desde que pisó
la capital, violó cada uno de los acuerdos de la capitulación e inició un
régimen de terror y destrucción. Un tiempo después, España lo premió, le
llovieron felicitaciones y fue premiado por su exitosa campaña
entregándole el título de Capitán General de Venezuela.
41
Momento 12: Herida en el corazón
42
que se dieron en Venezuela, solo las cuatro primeras le
fueron favorables, habiendo perdido las seis últimas, y
quedado en tres de ellas completamente derrotado.
Porque es preciso convenir en que las capitulaciones
vergonzosas de Miranda, no fueron la obra de
Monteverde, sino de las circunstancias y de la cobardía
del General del Ejército de Venezuela”29.
29.- Cuartel general de Cúcuta, abril 8 de 1813. O’Leary. Memorias. Tomo XIII. Doc. 36. Pág. 179
30.- Aludiendo a la “República” que se aspiraba con los hechos de la Revolución francesa.
43
Al día siguiente, un oficial acompañado de un trompeta, fueron
desde La Victoria al campamento realista y con un toque de clarín,
llamaron la atención de los guardias para entregar el mensaje que Miranda
enviaba al jefe Monteverde. “El Generalísimo Francisco de Miranda,
deseando evitar la efusión de sangre, propone un armisticio para
conferenciar”. Allí se inició la última etapa en la existencia de nuestra
Primera República.
44
Momento 13: La primera derrota
45
El Libertador escribió un largo reporte, con lujo de detalles, sobre
los hechos ocurridos desde el 30 de junio, día de la pérdida de la Plaza de
Puerto Cabellos, hasta el 6 de julio, cuando después de una semana de
acciones y combates, decidió embarcarse con un puñado de sus oficiales
en el puerto de Borburata hacia La Guaira. Así empieza el parte para
Miranda:
“Honorable Generalísimo,
32.- Muñoz Gabriel. Monteverde, Tomo 1. Documento de Bolívar a Miranda de fecha 14 de julio de
1812. Págs. 178 – 189, detalle del documento suscrito de la página 179
46
En un documento explicativo, con notas y anexos, en el que se
cuentan las complicaciones, sufrimientos y muerte durante el combate de
aquellos días; al final Bolívar dice:
34.- Tras el levantamiento de Fernández Vinoni gran parte de la población de Puerto Cabello se alzó por
el rey, entregando el puerto al general realista Domingo de Monteverde, quien premió a Fernández
Vinoni con el ascenso a capitán de Volantes y con el cargo de comandante del resguardo de Yaracuy (11
de julio de 1812). Vinoni siguió luego en las tropas realistas y combatió en la batalla de Boyacá, donde
fue hecho prisionero. Bolívar le reconoció entre los prisioneros y ordeno fusilarle en el acto, ya que era
causa de uno de sus mayores fracasos: la caída de la Primera República. Fuente: Diccionario de historia
de Venezuela. t. I, Caracas, La Polar, 1988.
35.- Luego del 19 de abril de 1810, Mata Guzmán sirvió a la Junta revolucionaria, pero participó en la
llamada Conspiración de los Linares, por lo que fue apresado y juzgado. A fines de julio de 1812 Guzmán
se encontraba recluido en el castillo de Puerto Cabello, participando en la asonada realista que permitió
la pérdida de dicha plaza. Tras la pérdida de la Primera República fue nombrado segundo comandante
de Puerto Cabello por Monteverde. Siguió luego combatiendo con los realistas y Morillo le ascendió a
teniente coronel. Desde 1815 ejercía de sargento mayor de la guarnición de Caracas, cargo que ostentó
hasta 1820. Durante el primer semestre de 1821 fue teniente de la Gobernación de Venezuela y defendió
Caracas del ataque del general José Francisco Bermúdez (la distracción de Bermúdez). Tras la derrota
47
y abuelo del presidente Guzmán. El tercero de los más importantes, se
llamaba Francisco González Linares, liberal español que, con el andar del
tiempo, fue el comisionado principal que llegó a Trujillo, cuando se
negociaba el armisticio. Terminó siendo muy amigo de la República y
hasta viajó a España con pliegos de Bolívar para el rey, solicitando la
independencia.
realista de la batalla de Carabobo se fue a Puerto Rico, donde vivió hasta su muerte. Fuente: BRICEÑO,
M. Los Ilustres o la estafa de los Guzmanes, Caracas, 1953.
48
Momento 14: Con la misma moneda.
Las cartas que existen del Libertador para el español don Francisco
de Iturbe, son de agradecimiento y admiración en las que se exalta el valor
de la amistad, como una forma de pagar los favores recibidos. Después de
la batalla de Carabobo en 1821, ya restablecido el poder republicano en
Venezuela, entre las muchas acciones del gobierno, se nombró una junta
de secuestros, que era una comisión para confiscar los bienes de los
españoles de comprobada participación en el gobierno del rey, así como
de las personas que, emigrando, habían abandonado sus fincas después de
la derrota en Carabobo.
Se hicieron los listados con los nombres de los dueños de los bienes,
para proceder al análisis sobre la factibilidad en el decomiso y la
asignación posterior a los patriotas, que ahora estaban en las funciones de
gobierno o, a los militares, que habían ganado premios en la finalizada
campaña.
49
Cuando en el año de doce, la traición del comandante
de La Guaira, coronel Manuel María Casas, puso en
posesión del general Monteverde aquella plaza con
todos los jefes y oficiales que pretendían evacuarla, no
pude evitar la infausta suerte de ser presentado a un
tirano, porque mis compañeros de armas no se
atrevieron a acompañarme a castigar [a] aquel
traidor, o vender caramente nuestras vidas. Yo fui
presentado a Monteverde por un hombre tan generoso
como yo era desgraciado. Con este discurso me
presentó don Francisco Iturbe al vencedor: «Aquí está
el comandante de Puerto Cabello, el señor don Simón
Bolívar, por quien he ofrecido mi garantía; si a él toca
alguna pena, yo la sufro; mi vida está por la suya». A
un hombre tan magnánimo ¿puedo yo olvidar? Y sin
ingratitud ¿podrá Colombia castigarlo?36
36.- O’Leary. Memorias, tomo XXIX, pp. 211-212, se publica con fecha Trujillo, 2 de agosto 1821. Es
un error.
50
Suplico a V.E. se sirva elevar esta representación al
Congreso general de Colombia, para que se digne
resolver lo que tenga por conveniente”.
37.- Se dice que esta petición fue considerada en el Congreso el 4 de agosto. Es un lapsus del Secretario
Soto, pues en las Actas del Congreso de Cúcuta (Edición de Cortázar y Cuervo, Bogotá, 1923, p. 512)
consta que fue el 4 de septiembre cuando se debatió el asunto. Por consiguiente, la fecha puesta por
Lecuna y confirmada en el tomo XII es la correcta: Trujillo, 26 agosto 1821. MANUEL PÉREZ VILA
51
Momento 15: Un traidor camuflado
38.- Tomado de Blanco y Aspúrua. Tomo IV, pág. 15. El documento está relacionado como N° 700 y
va desde la pág. 14 a la 57
52
Estas aseveraciones no tienen argumentos valederos para inculpar al
Coronel Manuel María de las Casas. Dicen también en la defensa que la
supuesta traición habría implicado algún premio, rango militar o cargo
para pasar a formar parte del gobierno del Rey en Venezuela. Y que, por
el contrario, después que el Coronel se entrevistó con Domingo
Monteverde, se retiró al campo en donde permaneció inactivo durante
muchos años.
39.- Blanco y Aspúrua. Tomo 6, doc. 1507, pág. 648 a 664. Textado pág. 649
53
“Pero que la verdad es que el Sr. Casas, se hizo
sospechoso a sus compañeros con su conducta débil y
pusilánime en obedecer ciegamente las inicuas órdenes
de Monteverde, cuando tuvo en su mano la oportunidad
de salvar a todos sus compañeros, embarcándose con
ellos mismos, llevándose consigo al General Miranda
después que hubiese firmado la capitulación. Esta
hubiera sido una acción noble, y no entregarlo ruin y
bajamente a sus enemigos…”40.
54
Momento 16: Los cuentos del Edecán
Querido General:
55
toda la estimación que a V.E. he jurado por toda la
vida”41.
56
Existen, numerosas cartas entre Leandro Miranda y Bolívar que
demuestran el trato afable, de respeto y amistad que este hijo del
generalísimo le profesa al Libertador.
Leandro de Miranda”44.
57
El Comandante Whittle me ha entregado una
carta reservada de Ud. que he leído con la atención que
ella merece y he apreciado por su interés. Ciertamente
que Ud. no ha tenido otro motivo que el del verdadero
bien de la patria, al hacerme las importantes
indicaciones de su comunicación.
…Mucho me ha alegrado saber que mi proclama de
Caracas haya servido a mis amigos, salvándolos del
peligro que los amenazaba… Salí pues de Caracas el 5
del pasado; ahora mismo descanso en este pueblo para
seguir a Bogotá…
…Muy obligado estoy a Ud. por la eficacia de su
comunicación y por su adhesión.
Soy su afectísimo amigo,
Bolívar”45.
58
Momento 17: Un abogado sospechoso
59
Dios guarde a Ud. muchos años.
Guaira 29 de julio de 1812; 2° de la República.
Miguel Peña”47.
60
presentó un gran conflicto en Bogotá en contra del General Santander, lo
que marcó su vida junto a la existencia de la unión colombiana.
61
mil veces había dicho antes que su instinto único y
universal era matar a los vivientes y destruir a lo
inanimal; que si veía un perro, o un cordero, le daba
un lanzazo, y si a una casa, la quemaba.
Todo a mi presencia. Tenía una antipatía universal. No
podía ver nada parado. A Rondón, [Juan José] que
valía mil veces más que él, lo quiso matar mil veces.
Con esto he dicho todo. Adiós”48.
48.- Bolívar. Obras completas. Vol. II. Doc. 909. Pág. 173
62
Momento 18: Un obispo monarquista
49.- Enemigo acérrimo de Francia y de la corriente volteriana y enciclopedista de ese país, durante la
invasión napoleónica fue miembro de la Junta de Defensa de Gerona, ciudad a cuya provincia pertenecía
su pueblo natal (Cornellá del Terri, España). Las vicisitudes de la guerra y su puesto de responsabilidad
en la defensa de la plaza fuerte de Gerona, retrasaron la partida hacia su diócesis, aunque estuvo en
comunicación con el Cabildo Eclesiástico de Caracas. Al fin se decidió a salir de Gerona y el 24 de mayo
de 1810 embarcó en Cádiz para dirigirse a Venezuela; hizo escala en Gran Canaria, donde el obispo
Manuel Verdugo le consagró e impuso el palio en los días 11 y 14 de junio de ese año.
Un mes después, el 15 de julio, llegaba a La Guaira, sin tener conocimiento alguno de los cambios que
se habían producido en la capitanía general a partir del 19 de abril anterior. Al desembarcar se encontró
con una situación de hecho que no había previsto; pero decidió quedarse para cumplir sus deberes de
pastor, dispuesto a defender a su Iglesia y a su rey.
63
Patria. El Obispo no venía a los sermones de sus acólitos, que día a día;
ante los seguidos temblores de tierra, pregonaba sobre la ira de Dios,
asustando a la población para lograr el arrepentimiento de todos y que
aprendieran a descubrir en los revolucionarios del 19 de abril, a los
culpables de todos los males de Venezuela.
64
excesos y de que ellos solo han provocado la ira de
Dios.
65
Momento 19: Resentimiento personal
66
Una conspiración de presos y oficiales causó la caída del castillo de
“San Felipe” en manos españolas; el reporte que Bolívar hizo para el
General Francisco de Miranda sobre el lamentable suceso, fue un detallado
recuento de las acciones diarias y sus procederes; asumiendo sus
responsabilidades, explicó las razones de su fracaso. Es muy respetuoso
ante su jefe le escribe un 12 de julio de 1812:
67
pérdida del coronel Jalón51 es irreparable, valía él solo
por un ejército.
Mi general, mi espíritu se halla de tal modo abatido
que no me hallo en ánimo de mandar un solo soldado;
pues mi presunción me hacía creer que mi deseo de
acertar y el ardiente celo por la patria, suplirían en mí
los talentos de que carezco para mandar.
Así ruego a Vd., o que me destine a obedecer al más
ínfimo oficial, o bien que me dé algunos días para
tranquilizarme, recobrar la serenidad que he perdido
al perder a Puerto Cabello: a esto se añade el estado
físico de mi salud, que después de trece noches de
insomnio, de tareas y de cuidados gravísimos, me hallo
en una especie de enajenamiento mortal.
Voy a comenzar inmediatamente el parte detallado de
las operaciones de las tropas que mandaba y de las
desgracias que han arruinado la ciudad de Puerto
Cabello, para salvar en la opinión pública la elección
de Vd. y mi honor.
Yo hice mi deber, mi general, y si un soldado me
hubiese quedado, con ése habría combatido al
enemigo; si me abandonaron no fue por mi culpa. Nada
me quedó que hacer para contenerlos y
comprometerlos a que salvasen la patria; pero ¡ah!
ésta se ha perdido en mis manos.
De su súbdito
SIMÓN BOLÍVAR”52.
51.- Se trata del oficial de origen español Diego Jalón. Canjeado en 1813, se reincorporó al Ejército
Libertador. Mandaba la artillería en la segunda batalla de La Puerta (junio 1814); hecho prisionero, fue
ajusticiado por orden del jefe realista José Tomás Boves.
68
corrección de sus faltas; de inmediato, se pone en marcha para el cuartel
General patriota de La Victoria.
69
De cómo sucedieron las cosas aquella noche, ya lo sabemos; ahora
solo quedaba para la reflexión los motivos que impulsaron las acciones de
los protagonistas; del corazón patriota y guerrero de aquellos luchadores
surgió la idea de juzgar a Miranda por el fraude que representaba; de la
rabia por el triunfo de la justicia española; el castigo, de quien representaba
en el momento la entrega de la República, que era el ídolo roto, que en el
fragor de las intrigas mostraba sus debilidades humanas, que el gran
salvador se iba sin explicar su conducta.
70
Momento 20: Bolívar acusador
71
administración pública, puso la provincia, o la parte
que quedaba de ella en absoluta nulidad”53.
Unos seis meses después seguía bajo los muros del castillo de San
Felipe de Puerto Cabello, hacia donde es trasladado y el 8 de marzo de
1813, escribe un memorial dirigido a la “Audiencia de Caracas”, para
quejarse y protestar por su condición de presidiario y de grandes
cantidades de hombres que, injustamente, bajo la violación de los tratados,
seguían entre los barrotes en las cárceles de América.
72
Momento 21: Los sesenta y dos años de don Sebastián
Miranda, en una larga carta, escrita desde los calabozos del castillo
de Puerto Cabello, para las autoridades españolas encargadas de la
administración de justicia de Caracas; acusa a Monteverde y sus
partidarios de la violación de los puntos de la capitulación del 25 julio en
San Mateo. Se libera de culpas por la caída de la República; entre otras
cosas dice:
54.- Del Memorial de las Bóvedas del Castillo de Puerto Cabello, a 8 de marzo de 1813. Pág. 294.
Fuente: Francisco de Miranda, Francisco de Miranda: Documentos fundamentales. Selección y prólogo
Elías Pino Iturrieta.
73
Bussy, por la República y de Domingo Monteverde, por la monarquía. Es
de todos conocido que, el Generalísimo, al día siguiente de recibido los
pliegos, abandonó el cuartel general de La Victoria, después de haber
encargado del mando de las tropas al Coronel José Mires.
74
y europeos, para que en lo sucesivo formasen una
sociedad, una sola familia y un solo interés, dando
Caracas al resto del continente un ejemplo de sus miras
políticas y de que prefería una honrosa reconciliación
a los azarosos movimientos de una guerra civil y
desoladora”55.
55
Op. Cit. Págs. 292, 293
75
Momento 22: Las conclusiones documentadas
76
las Casas, un militar de confianza, jefe de las fuerzas republicanas que,
traicionando su palabra, entregó la plaza a los españoles. Además, su
condición de servidor al rey y al sistema de gobierno español, se observó
en su conducta en el transcurrir de la guerra de independencia, hasta ser
firmante del infausto documento conocido como “trilingüe”, en el cual se
descalifica la lucha por la emancipación, así como la figura del Libertador
Simón Bolívar.
Hoy exaltamos a Miranda no por lo que pudo ser, sino por lo que
fue, un visionario de la libertad, quizá incomprendido como esos hombres
comunes que no entendieron su participación dentro de la Primera
República venezolana. Quizá Bolívar podía, pero lejos de preocuparle la
personalidad del generalísimo, este otro gigante estaba haciendo la libertad
de la América en la práctica.
77
tenemos una libertad ganada por Bolívar para que, luego de años de su
muerte, empezáramos a recoger su “Ideario Bolivariano”. No es que la
historia tenga nudos, es saber tomar el cordón de la historia que aclara sin
enredos. La verdad se va discerniendo a medida que la vamos contando
con sus documentos.
78
Bibliografía más relevante consultada
79
PAREDES Muñante, Jorge: La conspiración contra Miranda del 31
de julio de 1812; Diálogos rev. electr. hist vol.16 n.2 San
Pedro Jul./Dec. 2015.
http://libertador.bolivarium.usb.ve/index.html
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https://convertio.co/es/ocr/
80
Notas
Formación de guerra del ejército realista en la Batalla de Carabobo; allí figura como “Jefe del Estado
Mayor General el Coronel Feliciano Montenegro Colón”. Fuente Santana, Arturo; La campaña de
Carabobo (1824), relación histórica Documental. Esquema y composición gráfica: Arq. Eduardo II
Zambrano.
81
Castillo de San Felipe
Entre los siglos XVII y XVIII las Costas de la Provincia de Venezuela se vieron fuertemente azotadas
por piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros, quienes asolaron y saquearon los poblados circundantes
al Mar Caribe. Este hecho generó una fuerte paralización de la economía en la Provincia. En virtud de
lo cual, en 1718 llega el Juez de Comisos Pedro José de Olavarriaga; quien por Real Orden tuvo la
misión de levantar “La Instrucción General y Particular del Estado Presente de la Provincia de
Venezuela entre 1720 y 1721”, con el propósito de determinar la verdadera situación en la cual se
encontraba la misma.
En el mencionado informe se presentó, entre otras, la necesidad de fortificar las Costas de la Provincia.
Hizo hincapié en las bondades geomorfológicas de Puerto Cabello, lo cual determinó la importancia del
levantamiento de una plaza fortificada en resguardo de ésta importante llave de acceso al territorio.
Por consiguiente, se emitió la orden para la construcción de un Fuerte que se llamaría San Felipe en
Puerto Cabello, con el propósito de contener la piratería, servir de factoría fortificada de la Real
Compañía Guipuzcoana y finalmente, establecer el servicio activo de defensa en las costas de la
Provincia. Por lo antes expuesto, la presente investigación pretende analizar la importancia de la
edificación del Castillo de San Felipe de Puerto Cabello como llave de defensa de las costas de la
Provincia de Venezuela. Fuente: Ávila Sánchez Vanessa. Revista “Tiempo y Espacio”. Vol. 65, N° 64,
diciembre 2015. Imagen del dominio público.
82
Audios
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B2 MIRANDA AUDIO - HERIDA EN EL CORAZON.mp3
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